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Abril | 1<br />
<strong>Revista</strong> de Ayudas Pastorales<br />
Diócesis de Sonsón-Rionegro<br />
Abril<br />
20<strong>16</strong><br />
N° 32<br />
“Mi Corazón<br />
está colmado<br />
de gran misericordia<br />
para las almas (...)<br />
(Diario de Sor Faustina)<br />
FIESTA<br />
DE LA DIVNA MISERICORDIA
2 | <strong>Evangelizar</strong><br />
A LOS SACERDOTES<br />
+RINO FISICHELLA<br />
LA CONFESIÓN SACRAMENTO<br />
DE LA MISERICORDIA<br />
LITURGIA DEL DOMINGO<br />
Pbro. Javier Arturo Marín Carvajal<br />
II DOMINGO DE PASCUA<br />
III DOMINGO DE PASCUA<br />
IV DOMINGO DE PASCUA<br />
V DOMINGO DE PASCUA<br />
FORMACIÓN DOCTRINAL<br />
Pbro. Edwin Yair Hidalgo Giraldo<br />
DAR UN BUEN CONSEJO<br />
AL QUE LO NECESITA.<br />
DAR DE BEBER AL SEDIENTO.<br />
ACOGER AL FORASTERO<br />
CONTROVERSIAS RELIGIOSAS<br />
Pbro. Oscar Charlarca<br />
¿SERA VERDAD QUE TANTOS BIENES MATERIALES<br />
QUE TIENE LA IGLESIA CONSTITUYEN UNA CARGA<br />
ADMINISTRATIVA QUE NO LE AYUDAN EN LA MISIÓN<br />
DE EVANGELIZAR?<br />
CAMBIO DE ACTITUD<br />
Pbro. Carlos Mario Gómez Gómez<br />
¿CÓMO SE INICIA UN PROCESO DE NULIDAD<br />
MATRIMONIAL?<br />
¿QUIÉN DEBE TOMAR LA INICIATIVA?<br />
NUESTRA REALIDAD<br />
Mons. Gilberto Muñoz Ospina.<br />
NUESTRA REALIDAD Y “LA LAUDATO SI”<br />
VIDA FAMILIAR<br />
Pbro. Nelson Patiño Villa<br />
LA FAMILIA, UNA REALIDAD ENRAIZADA<br />
EN UNA CULTURA<br />
ESPACIOS PARA CRECER<br />
Pbro. Jorge Iván Martínez López<br />
CONGREGACIÓN DE LOS LEGIONARIOS DE CRISTO<br />
Asesor General<br />
Mons. Fidel León Cadavid Marín<br />
Director<br />
P. John Jairo Olaya Ballesteros.<br />
Diagramación<br />
Silvia Giraldo<br />
Consejo editorial<br />
Delegados de Pastoral<br />
Coordinador general<br />
Vicaría de Pastoral<br />
Impresión<br />
Periódico El Mundo<br />
Dirección<br />
Diócesis de Sonsón-Rionegro<br />
Curia Episcopal<br />
Calle 51 No 47-31<br />
Tel: 531 5252<br />
www.diosonrio.org.co<br />
Fotografía<br />
Diócesis de Sonsón-Rionegro<br />
Sugerencias<br />
vipastoral@diosonrio.org.co
Abril | 3<br />
La confesión: sacramento de la misericordia<br />
Al convocar el Jubileo extraordinario centrado en la<br />
Misericordia de Dios, el Papa Francisco lo caracterizó<br />
como “una nueva etapa del camino de la Iglesia en<br />
su misión de llevar a cada persona el Evangelio de la<br />
Misericordia”. Después agregó:<br />
Estoy convencido de que toda la Iglesia podrá<br />
encontrar en este Jubileo la alegría por redescubrir y<br />
hacer fecunda la misericordia de Dios, por medio de<br />
la cual estamos llamados a dar consolación a cada<br />
hombre y a cada mujer de nuestro tiempo (Homilía en<br />
la Basílica de San Pedro, 13 de marzo de 2015).<br />
Buscando ofrecer una ayuda en respuesta a tales<br />
expectativas y recordando que “El Evangelio es<br />
revelación, en Jesucristo, de la misericordia de Dios<br />
hacia los pecadores” (CEC 1846), aquí se ofrecen algunas<br />
reflexiones para comprender mejor el sacramento de<br />
la Confesión, el sacramento de aquellos que en Cristo<br />
experimentan el amor misericordioso de Dios.<br />
Los temas de la misericordia, el perdón de los pecados<br />
y la conversión son puestos por Jesús en el centro de<br />
su enseñanza y de sus obras.<br />
Hoy es muy común constatar la existencia de un<br />
marcado desinterés en la práctica de la confesión.<br />
Los motivos han sido evidenciados muchas veces:<br />
desde la negación de su utilidad, hasta la convicción<br />
de que el perdón es un asunto puramente privado,<br />
entre la propia conciencia y Dios. También hay a<br />
quienes les causa malestar confesar sus pecados ante<br />
un sacerdote, mientras que otros se desilusionan por<br />
la poca disponibilidad de sacerdotes y confesores<br />
bien preparados. Quizá es necesario reconocer que la<br />
dificultad de acercarse al sacramento de la Confesión<br />
es también reflejo de la dificultad de poner la fe en<br />
Dios y, sobre todo, en su misericordia. Este Jubileo<br />
podrá llegar a constituir un momento favorable para<br />
proponer nuevamente este sacramento como tema<br />
central de la pastoral, de un modo tal que se pueda<br />
comprender su belleza y su eficacia.<br />
Tengamos muy presente, que el ministro debe ser<br />
acogedor, fiel a la Palabra de Dios y al magisterio de<br />
la Iglesia.<br />
No debe confundir la dirección Espiritual, con la<br />
Confesión. Esta debe ser clara, concisa, donde<br />
el penitente experimente el amor de un Dios<br />
misericordioso, que lo ha perdonado de todos sus<br />
pecados.<br />
En este año de la misericordia, debemos, disponernos<br />
como ministros de la reconciliación, a estar siempre<br />
dispuestos a acoger muy bien a nuestros fieles, que<br />
acuden a la Confesión, y a dedicarles el tiempo que sea<br />
necesario, para que puedan hacer una buena Confesión.<br />
Lo mismo que hacer celebraciones penitenciales, con<br />
buena Catequesis, donde enseñemos a hacer una<br />
Excelente Confesión.
4 | <strong>Evangelizar</strong><br />
II DOMINGO DE PASCUA<br />
Evangelio según San Juan (20, 19-31)<br />
“Al anochecer de aquel día, el primero de la<br />
semana, estaban los discípulos en una casa, con las<br />
puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto<br />
entró Jesús, se puso en medio y les dijo:<br />
—«Paz a vosotros.»<br />
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado.<br />
Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al<br />
Señor. Jesús repitió:<br />
—«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado,<br />
así también os envío yo.»<br />
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:<br />
—«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les<br />
perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a<br />
quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»<br />
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no<br />
estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros<br />
discípulos le decían:<br />
—«Hemos visto al Señor.»<br />
Pero él les contestó:<br />
—«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si<br />
Pautas de reflexión<br />
El gran regalo del resucitado es sin duda alguna<br />
la Paz: “La paz sea con vosotros” es el fruto del<br />
grano de trigo que muere, que brota de la tierra<br />
irradiando la luz de la vida; grano de trigo molido,<br />
triturado y dado en alimento.<br />
Es la paz la puerta que derriba los muros de dudas,<br />
temores; es el don que hace nuevas todas las cosas,<br />
pero para poder ser recibida debe ser desde el Perdón<br />
y la Reconciliación. No se puede ser instrumento de<br />
paz con una mentalidad encerrada en un pasado<br />
no meto el dedo en el agujero de los clavos y no<br />
meto la mano en su costado, no lo creo.»<br />
A los ocho días, estaban otra vez dentro los<br />
discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando<br />
cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:<br />
—«Paz a vosotros.»<br />
Luego dijo a Tomás:<br />
— «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu<br />
mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo,<br />
sino creyente.»<br />
Contestó Tomás:<br />
—«¡Señor mío y Dios mío!»<br />
Jesús le dijo:<br />
—«¿Porque me has visto has creído? Dichosos los<br />
que crean sin haber visto.»<br />
Muchos otros signos, que no están escritos en este<br />
libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se<br />
han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías,<br />
el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida<br />
en su nombre”.<br />
Palabra del Señor.<br />
tormentoso con los gritos de la crucifixión, se debe<br />
construir desde la mañana de la resurrección donde<br />
Cristo glorioso muestra sus heridas ya cicatrizadas<br />
como signo de la restauración anhelada desde los<br />
albores de la historia.<br />
Si queremos ser verdaderos testigos y mensajeros<br />
de la Resurrección debemos abrir las puertas del<br />
corazón cerradas por nuestros resentimientos y<br />
permitir que la paz y el perdón ofrecido por Cristo<br />
irradien a través de nuestra experiencia de fe.
Abril | 5<br />
Dar un buen consejo al que lo necesita<br />
“Y entonces verás con claridad”<br />
La tradición bíblica pone de relieve la importancia del<br />
consejo de la siguiente manera: “La salvación está en<br />
un gran número de consejos” (Prov 11,14); “El consejo<br />
del sabio es como una fuente de vida” (Sir 21,13); “Los<br />
sabios/guías espirituales brillarán como el fulgor del<br />
firmamento” (Dan 12,3).<br />
Pero, ¿dónde está el criterio para un buen consejo? He<br />
aquí las palabras del sabio Ben Sira que apuntan a la<br />
cuestión de la verdad y a la importancia decisiva de la<br />
conciencia recta que vaya en su búsqueda: “Atiende el<br />
consejo de tu corazón, porque nadie te será más fiel.<br />
Pues la propia conciencia suele avisar mejor que siete<br />
centinelas apostados en una torre de vigilancia. Pero,<br />
sobre todo, suplica al Altísimo, para que dirija tus pasos<br />
en la verdad” (Sir 37,13-15).<br />
Blaise Pascal (<strong>16</strong>23-<strong>16</strong>62 d.C.) presenta de forma clara<br />
la fuerza de la razón, ya sea cuando duda, ya sea<br />
cuando sabe aceptar su límite de no poder ir más allá.<br />
En definitiva, lo que se juega aquí es el ejercicio de la<br />
libertad en la verdad, a lo que Pascal sabe responder<br />
con un delicado equilibrio: “Hay que saber dudar donde<br />
es necesario, aseverar donde es necesario, someterse<br />
donde es necesario. Quien no lo hace no escucha<br />
la fuerza de la razón. Los hay que pecan contra estos<br />
principios: los que aseveran todo como demostrativo,<br />
por no entender de demostraciones; los que dudan de<br />
todo, por no saber dónde hay que someterse; o bien<br />
los que se someten a todo, por no saber dónde hay que<br />
juzgar” (cfr. Pascal, Pensamientos, no. 268).<br />
Si miramos el momento presente, podemos decir que<br />
quizá lo más urgente es aconsejar a partir de ciertas<br />
interrogantes que ayudan a tocar fondo de la existencia<br />
humana: “¿Quién soy?, ¿de dónde vengo y adónde<br />
voy?, ¿por qué existe el mal?, ¿qué hay después de esta<br />
vida?” (cfr. Juan Pablo II, Fides et ratio, no. 1).<br />
Jesús nos dice: “si un ciego guía a otro los dos caerán<br />
en un pozo” (Mt.15,14). Hay muchos desorientados<br />
cerca nuestro. Pero difícilmente podríamos mostrarles<br />
el camino, si no hay luz dentro nuestro. El consejo que<br />
corresponde dar no es sólo la palabra. Es el testimonio<br />
de una vida limpia y entregada. Es la luz de vivir en la<br />
verdad, con todo lo que eso cuesta. Y también con la<br />
palabra. Hay verbos que indican esto: aclarar (=hacer<br />
claro); iluminar (=dar luz). Aclaremos e iluminemos<br />
cuando es preciso, para que el prójimo pueda adquirir<br />
libertad espiritual.<br />
Aquí es bueno destacar que el consejo debe ser ofrecido,<br />
no forzado. Y, la mayoría de las veces es preferible<br />
esperar que el consejo sea requerido. Asímismo, quien<br />
pretenda dar un buen consejo debe, primeramente,<br />
estar en sintonía con Dios. Sólo así su consejo podrá ser<br />
bueno. No se trata de dar opiniones personales, sino de<br />
veras aconsejar bien al necesitado de guía.<br />
Para compartir<br />
Retomar las citas bíblicas que aparecen en el texto y comentarlas.<br />
Según el texto ¿cuáles con los criterios para dar un buen consejo?
6 | <strong>Evangelizar</strong><br />
III DOMINGO DE PASCUA<br />
Evangelio según San Juan (21, 1-14)<br />
“En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los<br />
discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció<br />
de esta manera:<br />
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado<br />
el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los<br />
Zebedeos y otros dos discípulos suyos.<br />
Simón Pedro les dice:<br />
—«Me voy a pescar.»<br />
Ellos contestan:<br />
—«Vamos también nosotros contigo.»<br />
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no<br />
cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando<br />
Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no<br />
sabían que era Jesús.<br />
Jesús les dice:<br />
—«Muchachos, ¿tenéis pescado?»<br />
Ellos contestaron:<br />
—«No.»<br />
Él les dice:<br />
—«Echad la red a la derecha de la barca y<br />
encontraréis.»<br />
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por<br />
la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús<br />
tanto quería le dice a Pedro:<br />
—«Es el Señor.»<br />
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba<br />
desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los<br />
demás discípulos se acercaron en la barca, porque<br />
no distaban de tierra más que unos cien metros,<br />
remolcando la red con los peces.<br />
Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado<br />
puesto encima y pan. Jesús les dice:<br />
—«Traed de los peces que acabáis de coger.»<br />
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla<br />
la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y<br />
tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.<br />
Jesús les dice:<br />
—«Vamos, almorzad.»<br />
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle<br />
quién era, porque sabían bien que era el Señor.<br />
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo<br />
el pescado.<br />
Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a<br />
los discípulos, después de resucitar de entre los<br />
muertos.”<br />
Palabra del Señor.<br />
Pautas de reflexión<br />
El encuentro con Cristo Resucitado se da donde menos se espera: Como hortelano en el jardín<br />
del sepulcro, como caminante en Emaús, como un hombre en su jornada de trabajo al lado de los<br />
pescadores. La experiencia del Resucitado se da en todos los momentos de la vida del discípulo<br />
y el Evangelio nos muestra como a orillas del lago del Galilea los apóstoles descubren que hay<br />
un poder superior a sus fuerzas que vence la inhabilidad de sus destrezas humanas y da fruto al<br />
trabajo a pesar de las penumbras y de los obstáculos.<br />
Pero más que maravillarse por una pesca abundante, sus corazones quedan estupefactos ante el<br />
deseo que brota del corazón de Dios: “Me amas“. Un amor que desea sea profesado por todos los<br />
tripulantes de la barca de la Iglesia, nacida en el amor y desde este mismo amor seguir navegando<br />
por los mares de la historia manifestando al mundo el señorío de Cristo.
Abril | 7<br />
Catequesis 2<br />
Dar de beber al sediento. (Mt 25,35)<br />
“Y él te habrá dado agua viva”<br />
El agua encierra en la Biblia un significado simbólico.<br />
Así, el agua que brotó de la roca del desierto significa<br />
el don que Dios hace a su pueblo escogido (cfr. Éx 17,1-<br />
7; Núm 20,1-13). A su vez, el agua es un símbolo del<br />
mismo Dios, tal como aparece en la preciosa plegaria<br />
del Salmo 42,2s: “Como busca la cierva las corrientes de<br />
agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío”, y en el texto<br />
profético de Jeremías 2,13: “Me abandonaron a mí, que<br />
soy fuente de agua viva” (cfr. Is 12,2s; Jer 17,13).<br />
En el Nuevo Testamento se recordará que el ministerio<br />
apostólico comporta dificultades y tribulaciones,<br />
entre las que se encuentra “el hambre y la sed” (1Cor<br />
4,11; 2Cor 11,27). Por eso, el dar de beber aunque sea<br />
sólo un vaso de agua a los discípulos enviados por el<br />
Señor, es un gesto que no será olvidado por Dios (cfr.<br />
Mt 10,42; Mc 9,41). No es extraño, entonces, que en el<br />
Apocalipsis se formule una esperanza de liberación en<br />
estos términos: “Ya no pasarán hambre ni sed, no les<br />
hará daño el sol ni el bochorno” (Ap 7,<strong>16</strong>).<br />
A su vez, es importante el simbolismo del agua que<br />
encuentra su plena significación en el Bautismo<br />
cristiano. En efecto, así como el agua purifica así<br />
también lo realiza el Bautismo, ya que “no es la<br />
purificación de una mancha física, sino petición a<br />
Dios de una buena conciencia” (1Pe 3,21). Por esto,<br />
el Bautismo es concebido como “el baño del nuevo<br />
nacimiento y de la renovación del Espíritu Santo” (Tit<br />
3,5; cfr. Jn 3,5). El sacramento del Bautismo puede verse<br />
simbólicamente anunciado en el “agua” que salió del<br />
costado de Jesús crucificado (cfr. Jn 19,34), de acuerdo<br />
con la interpretación de diversos Padres y teólogos<br />
relevantes (particularmente san Agustín y santo Tomás<br />
de Aquino). Como Jesús, en el pozo de Sicar también la<br />
Iglesia siente el deber de sentarse junto a los hombres<br />
y mujeres de nuestro tiempo, para hacer presente al<br />
Señor en sus vidas, de modo que puedan encontrarlo,<br />
porque sólo su Espíritu es el agua que da la vida<br />
verdadera y eterna.<br />
No se debe olvidar que en nuestra sociedad sigue<br />
resonando la fuerte petición “¡Dame de beber!”;<br />
petición hecha a la Samaritana por Jesús mismo (Jn<br />
4,7). De allí que, privar a alguien (y cuanto más a los<br />
pobres) del acceso al agua significa negar el derecho<br />
a la vida, derecho que está fundamentado en la<br />
inalienable dignidad humana.<br />
No solo se trata de agua en sentido físico, que no debe<br />
faltar, sino del agua del Espíritu Santo. Hay que llenar<br />
estómagos, pero también cabezas y corazones. Porque<br />
cada hermano nuestro, que debemos amar, es carne<br />
de Cristo. Dios se ha hecho carne para identificarse con<br />
nosotros. Y con el que sufre, es Cristo quien lo sufre”. (P.<br />
Francisco homilía 7.01.20<strong>16</strong>)<br />
Para compartir<br />
¿Cómo podemos atender a la petición hecha por el mismo Jesús: “Dame de beber”?<br />
La Diócesis se ha propuesto construir una casa de acogida; ¿qué estamos haciendo<br />
para lograr este objetivo? ¿Es suficiente? ¿Será que podemos hacer algo más?
8 | <strong>Evangelizar</strong><br />
IV DOMINGO DE PASCUA<br />
Evangelio según San Juan (10, 27-30)<br />
“En aquel tiempo, dijo Jesús:<br />
—«Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna;<br />
no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.<br />
Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre.<br />
Yo y el Padre somos uno.”<br />
Palabra del Señor.<br />
Pautas de reflexión<br />
La figura del Buen Pastor siempre será una de la<br />
más llamativas formas, a través de las cuales, Jesús,<br />
quiere manifestarnos su deseo de dejarnos guiar por<br />
su enseñanza, basada en la docilidad y obediencia<br />
al Padre. No es una obediencia a ciegas y mucho<br />
menos manipulada, sino que se convierte en una<br />
relación personal, apoyada en el conocimiento y el<br />
amor.<br />
Esa hermosa figura nos hace fijar la mirada en el<br />
sacerdote, pastor visible del Rebaño de Cristo que con<br />
la riqueza de su ministerio nos hace una invitación a<br />
redescubrir en este regalo al hombre elegido por Dios<br />
para ser otro Cristo conduciendo al pueblo de Dios<br />
a la única Puerta que lleva a la salvación. Miremos<br />
hoy al sacerdote, don purísimo del Corazón de Cristo,“<br />
hombre elegido de entre los hombres”, con la<br />
única misión de ser instrumento de misericordia. Es la<br />
oportunidad para orar por ellos y por todos aquellos<br />
que a pesar de los atractivos del mundo han iniciado<br />
un proceso de formación hacia el sacerdocio.<br />
Pero no sobra decir que no sólo el sacerdote es<br />
figura del Pastor, sino también los padres de familia,<br />
siendo los primeros en guiar a sus hijos en el<br />
descubrimiento de la vida, lo que se aprende en el<br />
hogar difícilmente se olvida, configurando en cada<br />
hijo el sello imborrable de valores o defectos, de<br />
caricias o de cicatrices.<br />
Igualmente los profesores, que tienen la misión<br />
de orientar y educar no solo en la transmisión de<br />
conocimientos que si bien, son necesarios, deben<br />
quienes refuercen y comuniquen los verdaderos<br />
valores que formen en el bien vivir, no solo haciendo<br />
buenos profesionales, sino “buenos Cristianos y<br />
honrados ciudadanos”.<br />
Y qué decir de los políticos los cuales deben<br />
reconocerse como verdaderos instrumentos de Dios,<br />
pues “toda autoridad viene de lo alto”, recordando<br />
que quien tiene el poder “debe convertirse en el<br />
servidor de todos”, luchando incansablemente por el<br />
bien común desde la justicia a la luz del Evangelio.<br />
Los empresarios que tienen a su vez personal a su<br />
servicio mirándolos no como “máquinas productoras”<br />
sino como seres humanos con sentimientos,<br />
necesidades y obligaciones, velando por su bienestar<br />
basado desde una remuneración justa, hasta unas<br />
buenas condiciones de trabajo.<br />
Sólo así, cada uno, siendo buen pastor de su hermano,<br />
podremos sentirnos todos ovejas del único rebaño y<br />
del único pastor: Cristo el Señor.
Abril | 9<br />
Catequesis 3<br />
Acoger al forastero. (Mt 25,35)<br />
“Hoy quiero hospedarme en tu casa”<br />
Las palabras de Mateo 25,35: “Fui forastero y me<br />
hospedaron” marcan toda la historia de Israel. En efecto,<br />
el huésped que pasa y pide el techo que le falta, recuerda<br />
a Israel su condición pasada de emigrante y extranjero<br />
de paso sobre la tierra, tal como atestiguan los siguientes<br />
textos: “El emigrante que reside entre ustedes será para<br />
ustedes como uno de sus compatriotas: lo amarás<br />
como a ti mismo, porque también emigrantes fueron<br />
ustedes en Egipto” (Lev 19,34; Hch 7,6). “Escucha, Señor,<br />
mi oración, haz caso de mis gritos, no seas sordo a mis<br />
llantos; porque soy huésped tuyo, emigrante como<br />
todos mis padres” (Sal 39,13). “Salgamos, pues, hacia él,<br />
fuera del campamento... que aquí no tenemos ciudad<br />
permanente, sino que andamos en busca de la futura”<br />
(Heb 13,13s).<br />
Para compartir<br />
El ejemplo de acogida generosa y religiosa es Abraham<br />
con los tres personajes en Mambré (cfr. Gén 18,2-8),<br />
así como Job que se gloría de este paradigma (cfr. Job<br />
31,31s) y el mismo Cristo que aprueba los cuidados<br />
que comporta la hospitalidad (cfr. Lc 7,44-46; 24,13-<br />
33). Los gestos de acogida para con el emigrante son<br />
manifestación concreta de solidaridad con el prójimo,<br />
quien es, por excelencia, la mejor mediación con lo<br />
divino (cfr. Rm 12,9.13).<br />
No es fácil hoy. Tenemos muchos prejuicios y<br />
experiencias reales negativas. Tenemos miedo a<br />
que nos quiten o mermen nuestros derechos como<br />
ciudadanos “de primera”. El Padre Dios nos recuerda<br />
que todos tenemos la misma dignidad de hijos y que<br />
todos somos hermanos en Jesucristo. ¡El forastero es mi<br />
hermano!<br />
Conscientes de las dificultades que se presentan para vivir esta obra de<br />
misericordia ¿Cómo podríamos cumplirla sin desentendernos de la invitación<br />
que nos hace el mismo Jesús?<br />
La Diócesis se ha propuesto construir una casa de acogida; ¿que estamos haciendo<br />
para lograr este objetivo? ¿Es suficiente? ¿Será que podemos hacer algo más?
10 | <strong>Evangelizar</strong><br />
V DOMINGO DE PASCUA<br />
Evangelio según San Juan (13, 31-33a. 34-35)<br />
“Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús:<br />
—«Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios<br />
es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él,<br />
también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo<br />
glorificará.<br />
Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros.<br />
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos<br />
a otros; como yo os he amado, amaos también<br />
entre vosotros. La señal por la que conocerán<br />
todos que sois discípulos míos será que os améis<br />
unos a otros.”<br />
Palabra del Señor.<br />
Pautas de reflexión<br />
Jesús es la plenitud de la glorificación del Padre<br />
“Este es mi Hijo en quien tengo todas mis<br />
complacencias” es la Voz del Padre que se repite<br />
a lo largo de toda la historia de salvación; desde<br />
el anuncio de salvación hecho a nuestros primeros<br />
padres en el génesis, siguiendo por todas las figuras<br />
de predilección a lo largo de la Historia sagrada,<br />
José, Moisés, Elías, David, entre otros, realizando<br />
plenamente su voluntad desde Nazaret hasta la cruz,<br />
glorificándose en la obra maestra de la Redención.<br />
Pero esta gran obra se queda actuante y operante<br />
en la Iglesia cenáculo de predilección donde es<br />
reunida, formada, alimentada y santificada por esta<br />
Acción salvífica que se consolida plenamente a lo<br />
largo de los siglos con una presencia viva de Cristo<br />
en un mandamiento pleno y claro “que os améis<br />
unos a otros; como yo os he amado”.<br />
Ese amor profundo e insondable entre el Padre y<br />
el Hijo se debe traducir en amor entre todos los<br />
discípulos siendo éste la gran señal del seguimiento<br />
de Cristo. Nos reconocerán no por los milagros o<br />
hechos extraordinarios,“ de qué me sirve echar mi<br />
cuerpo a las llamas, sino tengo amor” no por las<br />
grandes predicaciones convertidas en panegíricos<br />
cargados de sentimientos, ni mucho menos por<br />
estrategias y métodos muy llenos de análisis pero a<br />
su vez vacíos de lo esencial. Nos reconocerán por<br />
el Amor, marca indeleble sellada por el acto más<br />
grande y sublime: “tanto amo Dios al mundo que<br />
envió a su propio Hijo”. Dios se glorifica donde existe<br />
el amor, donde se vive el amor, donde se ofrece el<br />
amor. Un amor no como lo entiende el mundo, sino<br />
el amor entendido desde Dios, un dar la vida sin<br />
reservas, sin medidas, entregándolo todo en un<br />
holocausto de servicio y obediencia, sin esperar nada,<br />
sin buscar puestos honoríficos, sin exigencias, todo<br />
hecho buscando la felicidad del otro, que sin duda<br />
alguna es mostrarle a un mundo vacío de sentido<br />
que pide a gritos una señal de Dios, la propia vida<br />
como atalaya desde donde puedes contemplar la<br />
Casa del Padre.
Abril | 11<br />
NUESTRA REALIDAD Y “LA LAUDATO SI”<br />
Estamos abordando el capítulo VI sobre “Espiritualidad y educación ecológica.”<br />
En el artículo anterior analizamos hasta el numeral 215. Abordemos algunas líneas de espiritualidad.<br />
CONVERSIÓN ECOLÓGICA: “La crisis ecológica es<br />
un llamado a una profunda conversión interior…<br />
que implica dejar brotar todas las consecuencias<br />
del encuentro con Jesucristo en las relaciones con<br />
el mundo que nos rodea. Vivir la vocación de ser<br />
protectores de la obra de Dios es parte esencial de<br />
nuestra existencia virtuosa… Reconocer los propios<br />
errores, pecados, vicios, negligencias, y arrepentirse<br />
de corazón, cambiar desde adentro…La conversión<br />
ecológica es también una conversión comunitaria”<br />
(217-219). Por ende tenemos que vivir la verdad<br />
de que la naturaleza es nuestra hermana y por eso<br />
no reconocer el daño que le hemos hecho y hacer<br />
presente en ella el Evangelio y las virtudes cristianas,<br />
no sólo particularmente sino comunitariamente, es<br />
hacer de verdad una conversión ecológica.<br />
ACTITUDES PARA LA CONVERSIÓN ECOLÓGICA:<br />
“() En primer lugar implica gratitud y gratuidad, como<br />
reconocimiento del mundo como don recibido del<br />
amor del Padre…() La amorosa consecuencia de no<br />
estar desconectados de las demás criaturas, de formar<br />
con todos los seres del universo una preciosa comunión<br />
universal…() No contemplar el mundo sólo desde fuera<br />
sino desde dentro, reconociendo los lazos con que el<br />
Padre nos ha unido a todos los seres…() Desarrollar<br />
la creatividad y entusiasmo para resolver los dramas<br />
del mundo, ofreciéndose a Dios como sacrificio vivo,<br />
santo y agradable (Rom. 12,1)…() Conciencia de que<br />
cada criatura refleja algo de Dios y tiene un mensaje<br />
qué enseñarnos…() El reconocimiento de que Dios<br />
ha creado el mundo inscribiendo en él un orden y<br />
una dinamismo que el ser humano no tiene derecho<br />
a ignorar” (220-221). Es maravilloso reconocer que no<br />
basta con tener maneras de pensar y de sentir acordes<br />
con la naturaleza; es vital que las maneras de obrar,<br />
que son las actitudes, nos lleven a una visión integral<br />
de la obra de Dios. Por eso las actitudes trazadas por el<br />
Papa, son verdaderos signos de conversión. Por tanto<br />
en la tarea pastoral nuestra, tiene que estar presente<br />
la espiritualidad ecológica que nos conduzca a la<br />
salvación integral, incluida toda la obra de Dios.<br />
GOZO Y PAZ: “La espiritualidad cristiana propone un<br />
crecimiento con sobriedad y una capacidad de gozar<br />
con poco…La sobriedad que se vive con libertad<br />
y conciencia es liberadora…Así disminuyen las<br />
necesidades insatisfechas y reducen el cansancio y la<br />
obsesión…La paz interior de las personas se refleja en<br />
un estilo de vida equilibrado…Una ecología integral<br />
implica +dedicar algo de tiempo para recuperar la<br />
serena armonía con la creación +para reflexionar<br />
acerca de nuestro estilo de vida y nuestro ideales,<br />
para contemplar al Creador que vive entre nosotros y<br />
en lo que nos rodea” (222-225). Uno de los males más<br />
comunes de nuestra época, es vivir sólo del GUSTO.<br />
Cuantos sólo hacemos lo que nos gusta. Somos una<br />
sociedad del despilfarro, del desecho, de la moda.<br />
Bástenos con mirar la dura realidad por la que estamos<br />
pasando por el fenómeno del niño: desnutrición de<br />
tantos hermanos, agotamiento de las fuentes de agua,<br />
disminución de la vida animal y de la producción<br />
agrícola, elevados precios de los alimentos, y ahora:<br />
racionamiento de energía que nos muestra cómo el<br />
desperdicio que hacemos de ella nos afecta a todos.<br />
Por eso nuestra pastoral tiene que llevar a un cambio<br />
de estilo de vida en equilibrio con la voluntad de Dios,<br />
con las leyes de la naturaleza, con nuestros hermanos.<br />
Que Jesucristo que amó la naturaleza y la hizo siempre<br />
presente en tantas de sus parábolas, nos lleve a una<br />
verdadera conversión ecológica, una conversión<br />
integral.
12 | <strong>Evangelizar</strong><br />
• El canal de televisión History<br />
chanel (HCH) informó que la<br />
institución más rica del mundo<br />
era la Iglesia Católica.<br />
• Se mencionaban: templos,<br />
basílicas, catedrales, palacios<br />
y curias episcopales, museos,<br />
universidades, clínicas y<br />
hospitales, colegios, residencias,<br />
orfanatos, etc.<br />
• Se daban estadísticas de las<br />
transacciones millonarias del<br />
banco del Vaticano. Incluyendo el<br />
“lavado” de activos.<br />
• Hace algunos años, el Papa<br />
Francisco tuvo que deponer de<br />
su diócesis a un obispo alemán<br />
que había hecho reparaciones<br />
arquitectónicas al palacio<br />
episcopal por más de cien millones<br />
de euros ($ 37.710 millones de<br />
pesos colombianos), en medio<br />
de la grave crisis económica que<br />
padece la Zona Euro.<br />
• En muchos países, especialmente<br />
en donde existe el impuesto de<br />
religión, se están declarando<br />
agnósticos o ateos, para no pagar<br />
dicho impuesto.<br />
• Muchos católicos se muestran<br />
extrañados por manera autónoma<br />
e independiente como muchos<br />
obispos manejan las finanzas de<br />
la Iglesia.<br />
que tantos bienes materiales que tiene la Iglesia<br />
constituyen una carga administrativa<br />
que no le ayudan en la misión de evangelizar?<br />
Textos Bíblicos<br />
• “Bienaventurados los pobres en<br />
el espíritu porque de ellos es el<br />
Reino de los cielos” (Mt . 5, 3).<br />
• “Buscad primero el Reino de Dios<br />
y su justicia y todo lo demás se<br />
o dará por añadidura” (Mt 6, 33).<br />
• “El Reino de Dios no es comida<br />
ni bebida sino justicia y paz en el<br />
Espíritu Santo” (Rm 14, 17).<br />
• “No atesoréis tesoros en la tierra,<br />
en donde el orín y la polilla los<br />
corroen” (Mt 6, 19-20).<br />
• “No tengo oro ni plata, pero lo<br />
que tengo te lo doy: en nombre<br />
de Jesucristo, levántate y anda”<br />
(Hech 3, 5-6).<br />
• “Mirad las flores del campo, que<br />
no tejen ni hilan y ni Salomón, en<br />
todo su esplendor se llegó a vestir<br />
como una de ellas” (Mt 6, 28-29).<br />
• “Las fieras del campo tienen sus<br />
madrigueras y las aves sus nidos,<br />
pero el Hijo del hombre no tiene<br />
en dónde reclinar su cabeza” (Lc<br />
9, 58).<br />
• La Iglesia católica no es una<br />
multinacional, que tiene en Roma<br />
su casa matriz y sus filiales a<br />
través de todo el mundo.<br />
• La Iglesia católica no es<br />
una ONG o una institución<br />
asistencialista. Las grandes<br />
catedrales, los museos vaticanos<br />
son patrimonio cultural de la<br />
humanidad. La Iglesia no los<br />
puede vender ni siquiera para<br />
hacer obras de caridad.<br />
• La Iglesia Católica, como<br />
cualquier institución, necesita<br />
recursos para realizar su misión,<br />
que es evangelizar, una misión<br />
que ella la entiende desde la<br />
óptica de la fe, no solamente<br />
desde las eventualidades del<br />
mundo.<br />
• La iglesia necesita de la<br />
colaboración económica de<br />
todos los fieles, pero el asunto<br />
económico no se realiza como en<br />
Wall Street sino con una visión<br />
muy clara de que los bienes de la<br />
tierra no son para el beneficio de<br />
unos cuantos sino para todos los<br />
hombres.
Abril | 13<br />
¿Cómo se inicia un proceso de nulidad matrimonial?<br />
¿Quién debe tomar la iniciativa?<br />
Cuando un cónyuge se encuentra en una<br />
situación matrimonial, porque el vínculo<br />
contraído anteriormente se rompió, y éste no<br />
tiene la posibilidad de una reconciliación; piense<br />
cuidadosamente si su caso puede encuadrar en<br />
las causales de nulidad matrimonial que establece<br />
la Iglesia.<br />
Cualquiera de los cónyuges pueden pedir al<br />
Tribunal Eclesiástico competente, sea estudiado<br />
su caso, para que determine si hay posibles<br />
causales de nulidad matrimonial.<br />
En primer lugar puede dialogar con su párroco,<br />
con un sacerdote cercano, o una persona<br />
idónea en esta materia, para pedir un consejo u<br />
orientación en este sentido.<br />
Cuando el cónyuge acude al Tribunal Eclesiástico,<br />
allí se le asesora y si existen causales, se le pide<br />
elaborar por escrito una demanda pidiendo al<br />
Tribunal, sea estudiado en el proceso.<br />
Se debe tener en cuenta que una vez que el<br />
Tribunal Eclesiástico haya admitido la demanda,<br />
entrará en contacto con el otro cónyuge, que se<br />
llama “El Demandado” y lo invita a participar en el<br />
proceso.<br />
Si la persona decide no participar, se priva el<br />
Tribunal de su valiosa información, pero el Tribunal<br />
no puede obligar a la gente a que testifique contra<br />
su propia voluntad; por otra parte, debe dictar<br />
sentencia con base en los hechos y las pruebas<br />
que efectivamente se han aportado al caso. La<br />
causa por consiguiente continuará su curso.<br />
Si la parte actora desconoce el lugar de residencia<br />
del demandado, es necesario la notificación,<br />
por medio de un edicto. Los cónyuges tienen<br />
el derecho de acudir al Tribunal Eclesiástico<br />
competente para que el matrimonio que ha<br />
fracasado sea analizado para una posible<br />
declaración de nulidad matrimonial.
14 | <strong>Evangelizar</strong><br />
La familia, una realidad enraizada en una cultura COLOSENSES 3,18-4,1<br />
Cuando en los medios de comunicación aparecen<br />
noticias sobre la vida familiar en otras culturas, nuestros<br />
jóvenes se sorprenden. Les cuesta comprender que<br />
en el siglo XXI los padres puedan tener un poder<br />
absoluto sobre los hijos, hasta el punto de venderlos<br />
o entregarlos en matrimonio sin el consentimiento<br />
de ellos. Si, en el diálogo que se establece en estos<br />
momentos, contamos aspectos de la vida familiar en<br />
nuestra niñez o lo que nos contaron nuestros abuelos<br />
de sus casas, el asombro se hace patente en sus caras<br />
y en sus gestos. La autoridad del padre o de la madre,<br />
la obediencia de los hijos, la diferente educación de<br />
los hombres y mujeres, la sumisión de la esposa, la<br />
elección del futuro de los hijos en función del trabajo<br />
familiar, etc., nosotros no nos vemos tan mayores pero,<br />
evidentemente, las cosas han cambiado.<br />
Los cristianos estamos convencidos de que Dios siempre<br />
sale a nuestro encuentro, sin importar cuales sean<br />
nuestras circunstancias y nuestro modelo de familia.<br />
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo testamento,<br />
se hacen eco de diferentes estructuras familiares:<br />
Los patriarcas tuvieron hijos de sus varias esposas y,<br />
además, de las esclavas de éstas. También los reyes de<br />
Israel y Judá tuvieron numerosas esposas y concubinas.<br />
En el NT las familias cristianas son monógamas, pero<br />
incluyen a los esclavos, que son miembros de la unidad<br />
familiar.<br />
El autor de este texto saca las consecuencias prácticas<br />
para vivir como cristianos en los diversos colectivos<br />
dentro de la comunidad, referidos a la familia tenemos:<br />
esposas y maridos, hijos y padres, esclavos y amos.<br />
Para la comprensión del texto se hace necesario<br />
revestirnos con una nueva mentalidad, comprender<br />
que se escribe a una comunidad del año 80, con unos<br />
códigos domésticos de la época, con una mentalidad<br />
patriarcal y jerárquica; todo con el fin de armonizar las<br />
relaciones dentro y fuera de la familia.<br />
En la relación esposas y maridos, que nos describe el<br />
texto, nos podrá sorprender la diferencia que hay entre<br />
el mandato hecho al esposo y el realizado a la esposa,<br />
a la que se pide sumisión. Pero en la familia cristiana<br />
cabría esperar un tratamiento diferente, porque el<br />
Evangelio establece relaciones de igualdad. También<br />
es cierto que ni Jesús ni el apóstol Pablo establecieron<br />
unas normas concretas para la vida familiar. De modo<br />
que la Iglesia naciente, que necesitaba regular su vida<br />
de acuerdo al entorno judeohelenista en el que vivía,<br />
tomó como base para su ordenamiento estos códigos<br />
domésticos.<br />
Es evidente que el pasaje establece unas relaciones<br />
poco igualitarias en el matrimonio, y la mujer queda<br />
como miembro “débil”, al que se pide sumisión. Pero<br />
también es cierto que al esposo se le pide amor<br />
(ágape), y que esto es un avance en aquella sociedad<br />
en la que el marido gozaba de todo poder sobre los<br />
miembros de la casa, incluida la mujer. Seguramente<br />
aquellos cristianos no tuvieron muchas más opciones,<br />
aceptaron la desigualdades existentes en la sociedad<br />
en la que vivían, con el objetivo de penetrarlas de<br />
amor y volverlas humanas y religiosamente fecundas.<br />
Es el llamado de la Iglesia a las familias de hoy: sean<br />
discípulas y misioneras en el ambiente donde viven.<br />
Para reflexionar en grupo o familia<br />
¿Hay aspectos de la vida familiar que cambia con la cultura y con la época en la que<br />
se vive? Estos cambios ¿suponen un avance o un perjuicio para la familia?
Abril | 15<br />
Congregación de los Legionarios de Cristo<br />
Es una congregación religiosa formada por sacerdotes<br />
y candidatos al sacerdocio fundados en 1941 en<br />
México. Está compuesta por casi mil sacerdotes y 700<br />
seminaristas en todo el mundo.<br />
Su espiritualidad es Cristo-céntrica. Jesucristo es el<br />
centro, el criterio de acción pastoral y modelo de vida<br />
religiosa, sacerdotal y apostólica. Buscan conocerle a<br />
través de la Eucaristía, del Evangelio, de la Cruz y en la<br />
entrega desinteresada a los demás. Asimismo, profesan<br />
la devoción al Sagrado Corazón como camino para<br />
formar el corazón sacerdotal.<br />
La caridad predicada y vivida por Cristo en el Evangelio<br />
los inspira a la donación universal en su servicio<br />
sacerdotal. Y bajo el lema «¡Venga tu Reino!» expresan<br />
el ideal que dirige sus esfuerzos pastorales, viviendo la<br />
urgencia de la misión para que Cristo sea conocido en<br />
todos los ambientes.<br />
Asimismo, los legionarios buscan ser contemplativos y<br />
evangelizadores, profesan un amor incondicional a la<br />
Iglesia y al Papa, cultivan un amor filial a la Santísima<br />
Virgen María y valoran con gran aprecio la vocación<br />
recibida dentro de la gran familia espiritual del<br />
Movimiento Regnum Christi. En definitiva, quieren<br />
hacer todo por el Reino de Cristo a la gloria de Dios.<br />
Su misión consiste en formar líderes cristianos al<br />
servicio de la Iglesia promoviendo su plenitud<br />
bautismal mediante apostolados como la educación,<br />
los medios de comunicación, la evangelización de la<br />
familia, la animación de grupos juveniles, la formación<br />
del clero y la promoción de la caridad con los más<br />
necesitados.<br />
En la Diócesis de Sonsón Rionegro, la Legión de Cristo<br />
posee un Seminario menor: el Centro Vocacional<br />
Santa María de Altamira. El Seminario se trasladó<br />
del Municipio de La Estrella y ofrece a jóvenes con<br />
inquietudes vocacionales discernir en un ambiente de<br />
oración y de cercanía un posible llamado al sacerdocio<br />
en la vida religiosa en la Legión. Actualmente,<br />
cuentan con 68 estudiantes que van del grado 7° a<br />
11°. Ellos estudian el bachillerato y junto con ello van<br />
conociendo el carisma propio de la Congregación. La<br />
Comunidad religiosa del Seminario está compuesta<br />
por 4 sacerdotes y 4 religiosos, quienes coordinan todo<br />
el seminario y su promoción vocacional.<br />
Asimismo, los seminaristas colaboran en la pastoral<br />
catequética al apoyar diversos sectores y parroquias.<br />
Los padres a su vez se muestran disponibles en la<br />
colaboración de la Parroquia de Nuestra Señora de<br />
Chiquinquirá a la cual pertenecen. Nos alegramos de su<br />
presencia y servicio evangelizador en nuestra diócesis.<br />
Para la Congregación la formación intelectual es una<br />
de las columnas en la formación sacerdotal y por ello<br />
no se escatima en el tiempo necesario para ofrecer a<br />
la Iglesia sacerdotes que puedan ofrecer respuestas<br />
acertadas a los problemas actuales de las personas.
<strong>16</strong> | <strong>Evangelizar</strong><br />
“El perdón<br />
es una fuerza que resucita<br />
a una vida nueva<br />
e infunde el valor<br />
para mirar el futuro<br />
con esperanza”.<br />
Bula Misericordiae Vultus, n.10.