038 Revista Evangelizar
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Octubre | 1<br />
<strong>Revista</strong> de Ayudas Pastorales<br />
Octubre<br />
2016<br />
Diócesis de Sonsón-Rionegro N° 38
2 | <strong>Evangelizar</strong><br />
A LOS SACERDOTES<br />
VICENTE ALTABA GARGALLO<br />
DELEGADO EPISCOPAL DE CÁRITAS ESPAÑOLA<br />
PRACTICAR LAS OBRAS DE MISERICORDIA Y<br />
PROMOVER EL DESARROLLO INTEGRAL<br />
LITURGIA DEL DOMINGO<br />
Pbro. Javier Arturo Marín Carvajal<br />
XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />
XXVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />
XXIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />
XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />
XXXI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />
FORMACIÓN DOCTRINAL<br />
Pbro. Edwin Yair Hidalgo Giraldo<br />
LA UNIDAD DE LA IGLESIA<br />
LA IGLESIA ES SANTA<br />
LA IGLESIA ES “CATÓLICA”<br />
CONTROVERSIAS RELIGIOSAS<br />
Pbro. Óscar Chalarca Giraldo<br />
SERA VERDAD QUE EL NEPOTISMO<br />
HA REGRESADO A LA IGLESIA?<br />
NUESTRA REALIDAD<br />
Mons. Gilberto Muñoz Ospina<br />
PASTORAL DEL POST-CONFLICTO (3)<br />
RECONCILIACIÓN-PERDÓN-SANACIÓN<br />
VIDA FAMILIAR<br />
Pbro. Nelson Patiño Villa<br />
NADA PODRÁ APAGAR EL AMOR<br />
Cantar de los Cantares 8, 5-7<br />
CAMBIO DE ACTITUD<br />
Pbro. Carlos Mario Gómez Gómez<br />
LOS IMPEDIMENTOS DIRIMENTES<br />
SEGÚN EL DERECHO CANONICO<br />
(CANONES 1083-1094)<br />
Asesor General<br />
Mons. Fidel León Cadavid Marín<br />
Director<br />
P. John Jairo Olaya Ballesteros<br />
Diagramación<br />
Silvia Giraldo<br />
Consejo editorial<br />
Delegados de Pastoral<br />
Coordinador general<br />
Vicaría de Pastoral<br />
Impresión<br />
Periódico El Mundo<br />
Dirección<br />
Diócesis de Sonsón-Rionegro<br />
Curia Episcopal<br />
Calle 51 No 47-31<br />
Tel: 531 5252<br />
www.diosonrio.org.co<br />
Fotografía<br />
Diócesis de Sonsón-Rionegro<br />
Sugerencias<br />
vipastoral@diosonrio.org.co
Octubre | 3<br />
Practicar las obras de misericordia y promover el desarrollo Integral<br />
“La vida es una peregrinación y el ser humano<br />
es un peregrino que recorre su camino hasta alcanzar<br />
la meta”(MV 14 ).Con mucha frecuencia la caridad se<br />
ha identificado con dar: dar dinero, dar comida, dar<br />
ropa…. Pero la caridad no consiste en dar cosas, sino<br />
en dar amor. Caridad no es tirar una limosna mientras<br />
volvemos el rostro porque no somos capaces de dar<br />
la mano ni de mirar al otro a los ojos. La caridad pasa<br />
por correr el riesgo del encuentro con el otro y tener la<br />
valentía de acogerle y acompañarle en el camino de la<br />
vida, el camino de su propio desarrollo.<br />
Una clave que conviene recordar siempre en<br />
el ejercicio de la misericordia nos la da Benedicto XVI<br />
cuando dice que el ser humano es redimido por el<br />
amor.<br />
“El hombre es redimido por el amor. Eso es<br />
válido incluso en el ámbito intramundano. Cuando uno<br />
experimenta un gran amor en su vida, se trata de un<br />
momento de “Redención” que da un nuevo sentido a su<br />
existencia”.<br />
Tanto es así que la actuación práctica resulta<br />
insuficiente si en ella no se puede percibir el amor. Hay<br />
que dar y ayudar al otro, pero sobre todo hay que darse,<br />
hay que dar amor. Y el amor, nos recuerda Francisco,<br />
“Nunca podrá ser una palabra abstracta. Por su misma<br />
naturaleza es vida concreta: intenciones, actitudes,<br />
comportamientos que se verifican en el vivir cotidiano”<br />
(MV 9)<br />
Pero no basta socorrer al otro en sus<br />
necesidades materiales, hemos de ayudar al otro en<br />
su desarrollo intelectual, moral, social y espiritual y<br />
religioso. Por otra parte, el amor nos hace descubrir<br />
las carencias y necesidades del otro y ofrecerle<br />
nuestra ayuda para superarlas, pero también nos<br />
hace descubrir las capacidades, las posibilidades del<br />
otro. Amar se torna, entonces, en la hermosa tarea de<br />
ayudar al otro a ser, a crecer, a desarrollarse en todas las<br />
potencialidades de su ser. Y proyectado esto a la acción<br />
caritativa y social, la misericordia nos lleva a superar el<br />
asistencialismo y hacer una tarea de acompañamiento<br />
al otro en el camino de su desarrollo.<br />
Desde ahí se entiende la llamada concreta<br />
que nos hace Francisco en este Jubileo a reflexionar<br />
y practicar las obras de misericordia: “Es mi vivo<br />
deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el<br />
Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y<br />
espirituales. Será un modo para despertar nuestra<br />
conciencia, muchas veces aletargada ante el drama<br />
de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón<br />
del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados<br />
de la misericordia divina. La predicación de Jesús nos<br />
presenta etas obras de misericordia para que podamos<br />
darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos”<br />
(MV 15).<br />
“Redescubramos las obras de misericordia<br />
corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber<br />
al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir<br />
los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos.<br />
Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales:<br />
dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe,<br />
corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las<br />
ofensas, soportar con paciencia las personas molestas,<br />
rogar a Dios por los vivos y por los difuntos”.
4 | <strong>Evangelizar</strong><br />
XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />
Evangelio según San Lucas (17, 5-10)<br />
“En aquel tiempo, los apóstoles le pidieron al Señor:<br />
—«Auméntanos la fe.»<br />
El Señor contestó:<br />
—«Si tuvierais fe como un granito de mostaza,<br />
diríais a esa morera:<br />
“Arráncate de raíz y plántate en el mar.”<br />
Y os obedecería.<br />
Suponed que un criado vuestro trabaja como<br />
labrador o como pastor; cuando vuelve del campo,<br />
¿quién de vosotros le dice:<br />
“En seguida, ven y ponte a la mesa”?<br />
¿No le diréis:<br />
“Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras<br />
como y bebo, y después comerás y beberás tú”?<br />
¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha<br />
hecho lo mandado?<br />
Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo<br />
mandado, decid:<br />
“Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que<br />
teníamos que hacer.”<br />
Palabra del Señor.<br />
Pautas de reflexión<br />
Aparece hoy en el Evangelio la petición de los<br />
discípulos a Jesús -«Auméntanos la fe.» Partamos diciendo<br />
que lo que se pide es “auméntanos” pues ya se está en<br />
el camino del seguimiento se cree pero se reconoce que<br />
es una fe insipiente y además el hecho es mostrado por<br />
Jesús en su respuesta -«Si tuvierais fe como un granito de<br />
mostaza…” la fe nos es dada en el Bautismo como una<br />
semilla que se debe cultivar para poder hacerla crecer en<br />
la vida de cada persona.<br />
“En este domingo estamos llamados a mirar de<br />
qué calidad es nuestra fe, estamos llamados a evaluar<br />
las obras que reflejan la sinceridad de nuestra fe, pues la<br />
fe es inseparable de dos virtudes importantes, el<br />
amor y la esperanza, por eso estas tres virtudes<br />
son llamadas teologales… La Palabra de Dios nos<br />
invita a cultivar la fe, a poner sinceramente nuestra<br />
confianza en Dios y a demostrar nuestra fe con<br />
acciones llenas de amor; igualmente la recepción<br />
del Cuerpo y Sangre de Cristo nos fortalecen en<br />
estas virtudes que dinamizan nuestra vida y nos<br />
dan la clave de salvación” (CEC, Departamento de<br />
Liturgia. Plan Nacional de Predicación, 2016).<br />
Con humildad pidamos al Señor que nos<br />
aumente cada día nuestra fe en él.
Octubre | 5<br />
LA UNIDAD DE LA IGLESIA<br />
En el «Credo» decimos «Creo en la Iglesia,<br />
una», profesamos por lo tanto que la Iglesia es única.<br />
La Iglesia está dispersa por todo el mundo y más aún,<br />
las miles de comunidades católicas constituyen una<br />
unidad. ¿Cómo puede suceder esto?<br />
1. Una respuesta concisa la encontramos en<br />
el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica,<br />
que afirma: la Iglesia católica extendida en todo el<br />
mundo “tiene una sola fe, una sola vida sacramental,<br />
una sucesión apostólica única, una esperanza común,<br />
la misma caridad” (n. 161). Dondequiera que vayamos,<br />
incluso en la parroquia más pequeña en el último rincón<br />
de la tierra, está la única Iglesia; nosotros estamos en<br />
casa, estamos en familia, estamos entre hermanos<br />
y hermanas. Es como en una familia: se puede estar<br />
muy lejos, esparcidos por todo el mundo, pero los<br />
profundos lazos que unen a todos los miembros de la<br />
familia permanecen intactos sea la que sea la distancia.<br />
2. Vayamos un poco más allá y preguntémonos:<br />
¿hay heridas a esta unidad? ¿Podemos herir esta<br />
unidad? Lamentablemente, vemos que en el curso de<br />
la historia, incluso ahora, no siempre vivimos la unidad.<br />
A veces surgen malentendidos, conflictos, tensiones,<br />
divisiones, que la hieren, y entonces la Iglesia no tiene<br />
el rostro que nos gustaría, no manifiesta el amor,<br />
aquello que Dios quiere. ¡Somos nosotros los que<br />
creamos las heridas! San Pablo decía a los cristianos de<br />
Éfeso: “Los exhorto, pues, yo, prisionero por el Señor, a<br />
que vivan de una manera digna de la vocación con que<br />
han sido llamados, con toda humildad, mansedumbre<br />
y paciencia, soportándose unos a otros por amor,<br />
poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu<br />
con el vínculo de la paz” (4, 1-3 ). La riqueza de lo que<br />
nos une. Y esta es la verdadera riqueza: lo que nos une,<br />
no lo que nos divide. Ustedes no saben el mal que le<br />
hace a la Iglesia, a las parroquias, a las comunidades,<br />
el chisme! ¡Hacen daño! Los chismes hacen daño. ¡Un<br />
cristiano antes de chismear tiene que morderse la<br />
lengua.<br />
3. Finalmente, una buena pregunta: ¿quién es<br />
el motor de esta unidad de la Iglesia? Lo es el Espíritu<br />
Santo que todos hemos recibido en el Bautismo y<br />
también en el sacramento de la Confirmación. Es el<br />
Espíritu Santo. Nuestra unidad no es principalmente<br />
el resultado de nuestro acuerdo, o de la democracia<br />
dentro de la Iglesia, o de nuestro esfuerzo para estar<br />
de acuerdo, sino que viene de Él que hace la unidad<br />
en la diversidad, porque el Espíritu Santo es armonía,<br />
siempre crea la armonía en la Iglesia. Es una unidad<br />
armoniosa en medio de tanta diversidad de culturas,<br />
lenguas y pensamiento. Y el Espíritu Santo es el motor.<br />
Preguntémonos todos<br />
Yo como católico, ¿siento esta unidad? ¿vivo esta unidad de la Iglesia? ¿O no me importa,<br />
porque estoy encerrado en mi grupo pequeño y en mí mismo?<br />
¿Soy de aquellos que “privatizan” la Iglesia para su propio grupo, su nación, sus amigos? ¿me<br />
dejo llevar por los comentarios y me hago Participe de los chismes y comentarios que giran<br />
en torno a la parroquia?
6 | <strong>Evangelizar</strong><br />
XXVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />
Evangelio según San Lucas (17, 11-19)<br />
“Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre<br />
Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un<br />
pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que<br />
se pararon a lo lejos y a gritos le decían:<br />
—«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.»<br />
Al verlos, les dijo:<br />
—«Id a presentaros a los sacerdotes.»<br />
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios.<br />
Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió<br />
alabando a Dios a grandes gritos y se echó por<br />
tierra a los pies de Jesús, dándole gracias.<br />
Éste era un samaritano.<br />
Jesús tomó la palabra y dijo:<br />
—“¿No han quedado limpios los diez?; los otros<br />
nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este<br />
extranjero para dar gloria a Dios?”<br />
Y le dijo:<br />
—«Levántate, vete; tu fe te ha salvado.”<br />
Palabra del Señor.<br />
Pautas de reflexión<br />
Recordemos que la lepra era una enfermedad<br />
de la piel terrible para la que no había remedio en<br />
época de Jesús y era una enfermedad de mucho<br />
contagio; al mal físico había que añadir lo que religiosa<br />
y comunitariamente llevaba. El leproso era expulsado<br />
de la vida social, familiar y religiosa del pueblo. Era<br />
considerado un “impuro”, es decir no podía hacer parte<br />
de la vida comunitaria y de las celebraciones del culto.<br />
Un leproso era considerado por los “sanos” como alguien<br />
que ya estaba muerto. Al leproso se le condenaba a<br />
vivir fuera de las aldeas y pueblos viéndose obligado<br />
a vivir en los cementerios o desiertos condenado a la<br />
soledad absoluta y a la muerte misma. El leproso se<br />
sentía rechazado por sus hermanos y por Dios mismo.<br />
Dice el Evangelio que salieron diez leprosos<br />
gritado: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.»,<br />
en ellos podemos contemplar a quienes están perdidos<br />
y se han quedado solos y nadie les socorre. Jesús, dice<br />
el evangelio, los envía a los sacerdotes y de camino<br />
quedan curados. Uno sólo regresa donde Jesús, los<br />
otros han quedado curados y parece que eso les basta,<br />
no tienen tiempo para regresar y perder con Jesús,<br />
seguro que van presurosos a lo que habían tenido que<br />
dejar. Un extranjero regresa a dar las gracias, reconoce<br />
no sólo la curación física sino la salvación total de su<br />
vida. No sólo se vio con la piel sana sino que su corazón<br />
se llenó de fe en Jesús.<br />
Sintámonos hoy todos necesitados de la<br />
gracia de Dios, busquémosle con ansia e insistencia y<br />
dejemos que él nos purifique y desde ahí comencemos<br />
una vida nueva definitiva en él.
Octubre | 7<br />
Catequesis 2<br />
LA IGLESIA ES SANTA<br />
En el ´Credo´, después de haber profesado: ´Creo en la<br />
Iglesia una´, añadimos el adjetivo ´santa´; afirmamos<br />
por tanto la santidad de la Iglesia, y esta es una<br />
característica que ha estado presente desde el inicio en<br />
la conciencia de los primeros cristianos, los cuales se<br />
llamaban simplemente ´los santos´ (cfr At 9,13.32.41;<br />
Rm 8,27; 1 Cor 6,1), porque tenían la certeza que es la<br />
acción de Dios, el Espíritu Santo que santifica la Iglesia.<br />
Pero ¿en qué sentido la Iglesia es santa si vemos que la<br />
Iglesia histórica, en su camino a lo largo de los siglos,<br />
ha tenido tantas dificultades, problemas, momentos<br />
oscuros? ¿Cómo puede ser santa una Iglesia hecha de<br />
seres humanos, de pecadores? ¿Cómo puede ser santa<br />
una Iglesia así?<br />
1. El Apóstol, tomando como ejemplo las<br />
relaciones familiares, afirma que “Cristo ha amado la<br />
Iglesia y se ha dado a sí mismo por ella, para hacerla<br />
santa” (5,25-26). Cristo ha amado la Iglesia, donando<br />
todo sí mismo sobre la cruz. Y esto significa que la<br />
Iglesia es santa porque procede de Dios que es santo,<br />
le es fiel y no la abandona en poder de la muerte y del<br />
mal (cfr Mt 16,18), está unido de forma indisoluble con<br />
ella (cfr Mt 28,20); es santa porque está guiada por el<br />
Espíritu Santo que purifica, transforma, renueva. No<br />
es santa por nuestros méritos, sino porque Dios la<br />
hace santa, es fruto del Espíritu Santo y de sus dones.<br />
No somos nosotros que la hacemos santa. Es Dios, el<br />
Espíritu Santo, que en su amor hace santa a la Iglesia.<br />
2. Somos una Iglesia de pecadores; y nosotros<br />
pecadores estamos llamados a dejarnos transformar,<br />
renovar, santificar por Dios. Ha habido en la historia<br />
la tentación de algunos que afirmaba: la Iglesia es<br />
solo la Iglesia de los puros, de los que son totalmente<br />
coherentes, y los otros están lejos. ¡Esto no es verdad!<br />
¡Esto es una herejía! La Iglesia, que es santa, no rechaza<br />
a los pecadores; no nos rechaza a todos nosotros; no<br />
nos rechaza porque llama a todos, los acoge, es abierta<br />
también a los más lejanos, llama a todos a dejarse<br />
envolver por la misericordia, por la ternura y del<br />
perdón del Padre, que ofrece a todos la posibilidad de<br />
encontrarlo, de caminar hacia la santidad.<br />
3. Una última pregunta: ¿Qué puedo hacer yo<br />
que me siento débil, frágil, pecador? Dios te dice: no<br />
tener miedo de la santidad, no tener miedo de apuntar<br />
alto, de dejarse amar y purificar por Dios, no tener<br />
miedo de dejarse guiar por el Espíritu Santo. Dejémonos<br />
contagiar de la santidad de Dios. Todo cristiano está<br />
llamado a la santidad (cfr Cost. dogm. Lumen gentium,<br />
39-42); y la santidad no consiste primero en el hacer<br />
cosas extraordinarias, sino en el dejar actuar a Dios.<br />
Hay una célebre frase del escritor francés Léon Bloy; en<br />
los últimos momentos de su vida decía: “Hay una sola<br />
tristeza en la vida, la de no ser santos.<br />
Preguntémonos todos<br />
¿Queremos ser santos? ¿Pedimos este don a Dios en la oración?<br />
¿Qué medios nos ofrece la Iglesia para alcanzar esa santidad?<br />
A nivel personal, qué elementos debemos incrementar a fin de alcanzar la santidad?
8 | <strong>Evangelizar</strong><br />
XXIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />
Evangelio según San Lucas (18, 1-8)<br />
“En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus<br />
discípulos cómo tenían que orar siempre sin<br />
desanimarse, les propuso esta parábola:<br />
—«Había un juez en una ciudad que ni temía a<br />
Dios ni le importaban los hombres.<br />
En la misma ciudad había una viuda que solía ir<br />
a decirle:<br />
“Hazme justicia frente a mi adversario.”<br />
Por algún tiempo se negó, pero después se dijo:<br />
“Aunque ni temo a Dios ni me importan los<br />
hombres, como esta viuda me está fastidiando,<br />
le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en<br />
la cara.”»<br />
Y el Señor añadió:<br />
—«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios,<br />
¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y<br />
noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará<br />
justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del<br />
hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?”<br />
Palabra del Señor.<br />
Pautas de reflexión<br />
Recordemos que la comunidad a la que escribe<br />
San Lucas “vivía en un mundo hostil. Se habrán hecho<br />
la pregunta de por qué no intervenía Dios para salvar a<br />
su Iglesia. Parecía que no escuchaba sus súplicas. Dios<br />
aparentemente quedó en silencio. Por eso, San Lucas<br />
anima a los cristianos a permanecer fieles al Señor,<br />
manteniendo la fe, incluso cuando la fe vaya perdiendo<br />
importancia en el mundo. Los primeros cristianos<br />
pensaban que eso ocurriría al final de los tiempos. A<br />
más tardar, cuando venga el Hijo del hombre, Dios<br />
defenderá al pobre inocente, injustamente oprimido,<br />
y hará justicia a sus elegidos. A más tardar entonces,<br />
los que ahora tienen hambre, serán saciados, y los que<br />
lloran, serán consolados.<br />
La enseñanza de Jesús es clara, es necesario<br />
“orar siempre”, “clamar a Dios día y noche”, con<br />
insistencia; pero siempre teniendo presente que Dios<br />
sabe mucho mejor que nosotros mismos lo que nos<br />
conviene. Dios como buen Padre siempre nos dará lo<br />
mejor. Por eso escucha y cumple nuestras oraciones<br />
muchas veces de un modo muy distinto del que nos<br />
hemos imaginado.” (Encuentros bíblicos, Ciclo C).<br />
Orar sin desanimarnos debe ser la convicción<br />
que nos acompañe a lo largo de esta semana, orar<br />
esperando ser escuchados por Dios pero sin imponer<br />
nuestra voluntad sino esperando siempre el querer de<br />
Dios. Dios nos escucha y atiende cuando nos conviene<br />
para nuestro bienestar pero sobre todo para nuestra<br />
salvación.
Octubre | 9<br />
Catequesis 3<br />
LA IGLESIA ES “CATÓLICA”<br />
Detengámonos para reflexionar sobre esta<br />
nota de la Iglesia, decimos “católica”. En primer lugar:<br />
¿qué significa católico? Viene del griego “kath´olòn”<br />
que significa “de acuerdo con el todo”, la totalidad. En<br />
ese sentido, esta totalidad se aplica a toda la Iglesia. En<br />
ese sentido decimos que la Iglesia es católica. En tres<br />
significados fundamentales.<br />
1. El primero. La Iglesia es católica porque es<br />
el espacio, la casa en la que se anuncia toda la fe, en<br />
la que la salvación que Cristo nos ha traído se ofrece a<br />
todos. La Iglesia nos hace encontrar la misericordia de<br />
Dios que nos transforma, porque en ella está presente<br />
Jesucristo, que le da la verdadera confesión de fe, la<br />
plenitud de la vida sacramental, la autenticidad del<br />
ministerio ordenado. En la Iglesia, cada uno de nosotros<br />
encuentra lo que es necesario para creer, para vivir<br />
como cristianos, para ser santos, para caminar en todos<br />
los lugares y en todas las épocas.<br />
En la Iglesia podemos escuchar la Palabra de Dios,<br />
seguros que es el mensaje que el Señor nos ha dado;<br />
en la Iglesia podemos encontrar al Señor en los<br />
sacramentos que son ventanas abiertas por donde se<br />
nos da la luz de Dios, arroyos de los cuales tomamos la<br />
misma vida de Dios; en la Iglesia aprendemos a vivir en<br />
comunión el amor que viene de Dios.<br />
2. Un segundo significado: la Iglesia es católica<br />
porque es universal, se extiende por todo el mundo y<br />
anuncia el Evangelio a todos los hombres y todas las<br />
mujeres. La Iglesia no es un grupo de élite, sólo para<br />
unos pocos. La Iglesia no tiene cierres, es enviada a<br />
todo el mundo, a toda la humanidad. Y la única Iglesia<br />
está presente incluso en las partes más pequeñas de<br />
la misma. Sentirnos que todos estamos en misión,<br />
pequeñas o grandes comunidades, todos tenemos que<br />
abrir nuestras puertas y salir para anunciar el Evangelio.<br />
3. Una tercera y última reflexión: la Iglesia es<br />
católica, porque es la “Casa de la armonía”, donde la<br />
unidad y la diversidad hábilmente se combinan entre<br />
sí para ser riqueza”. Pensemos en la imagen de la<br />
sinfonía, que significa acuerdo y armonía, diferentes<br />
instrumentos tocan juntos, cada uno conserva su<br />
timbre inconfundible y las características de sonido se<br />
funden y acuerdan en algo común. Luego está el que<br />
guía, el director, y en la sinfonía que se ejecuta todos<br />
tocan juntos en “armonía”, pero no se borra el timbre<br />
de cada instrumento, la peculiaridad propia, ¡sino que<br />
se valoriza al máximo! No todos somos iguales, y no<br />
debemos ser iguales. Todos somos diversos, diferentes,<br />
cada uno con sus propias cualidades y esa es la belleza<br />
de la Iglesia: cada uno trae lo propio, lo que Dios le dio,<br />
para enriquecer a los demás. Y entre los miembros hay<br />
esta diversidad, pero es una diversidad que no entra<br />
en conflicto, no se contrapone; es una variedad que<br />
se deja fundir en armonía por el Espíritu Santo; Él es el<br />
verdadero “Maestro”, y Él mismo es la armonía.<br />
Preguntémonos todos<br />
¿En nuestras comunidades vivimos en armonía, o discutimos entre nosotros?<br />
¿Cómo vivo en la Iglesia? Cuando voy a la Iglesia, ¿es como si fuera al estadio, a un partido de<br />
fútbol? ¿Es como si fuera al cine? ¿Cómo voy a la iglesia? ¿Cómo acepto los dones que me ofrece,<br />
para crecer, madurar como cristiano?<br />
¿Qué estoy haciendo para comunicar a los demás la alegría del encuentro con el Señor, la alegría<br />
de pertenecer a la Iglesia?
10 | <strong>Evangelizar</strong><br />
XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />
Evangelio según San Lucas (18, 9-14)<br />
“En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose<br />
por justos, se sentían seguros de sí mismos y<br />
despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola:<br />
—«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era<br />
fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido,<br />
oraba así en su interior:<br />
“¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los<br />
demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese<br />
publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el<br />
diezmo de todo lo que tengo.”<br />
El publicano, en cambio, se quedó atrás y no<br />
se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se<br />
golpeaba el pecho, diciendo:<br />
“¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador.”<br />
Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél<br />
no. Porque todo el que se enaltece será humillado,<br />
y el que se humilla será enaltecido.”<br />
Palabra del Señor.<br />
Pautas de reflexión<br />
La clave del Evangelio de hoy nos la da<br />
la expresión inicial “a algunos que, teniéndose<br />
por justos, se sentían seguros de sí mismos y<br />
despreciaban a los demás”, es decir el mal que nos<br />
sigue acompañando hasta ahora, los que se creen<br />
santos y desprecian a los que llaman pecadores.<br />
En el año de la Misericordia se nos ha<br />
insistido en el amor de predilección de Jesús por<br />
los pecadores, la Misericordia es el abrazo de amor<br />
de Dios para quien lo quiere, se siente necesitado y<br />
se deja abrazar; el Papa Francisco nos ha recordado<br />
que Dios no se cansa de perdonar sino que somos<br />
nosotros los que nos cansamos de pedir su perdón.<br />
Podemos mirar en los personajes del evangelio dos<br />
actitudes, una para rechazar y otra para imitar; el fariseo,<br />
ora con soberbia, se justifica, se considera perfecto, juzga<br />
y rechaza a los demás, es engreído ante Dios y ante los<br />
demás. El publicano se acerca con humildad, no se atreve<br />
ni a levantar la mirada, reconoce sus equivocaciones, clama<br />
a Dios su compasión, y dice el Evangelio, fue justificado, es<br />
decir, recibió la Misericordia de Dios.<br />
Ante Dios nadie está justificado, por el contrario<br />
todos estamos ante él como necesitados; como el publicano<br />
digamos con insistencia: “¡Oh Dios!, ten compasión de este<br />
pecador.” Humildad para recibir la Misericordia de Dios<br />
debe ser el empeño de esta semana.
Octubre | 11<br />
PASTORAL DEL POST CONFLICTO (3)<br />
RECONCILIACIÓN-PERDÓN-SANACIÓN<br />
Abordemos en este número la realidad de la<br />
reconciliación. EN EL NUEVO TESTAMENTO el Evangelio<br />
según San Juan trasunta una preocupación particular<br />
por la verdad y la paz; en el Evangelio según San Lucas, la<br />
salvación está estrechamente vinculada con el ministerio<br />
de sanación de Jesús. El Libro de Hechos nos dice cómo<br />
judíos y gentiles fueron reconciliados en una nueva<br />
comunidad. En sus cartas del Apóstol Pablo (2 Cor. 5, 17-<br />
20; Rom. 5, 10-11; 11-15; 1 Cor. 7-11, y luego en Ef 2, 16 y<br />
Col 1, 20-22) la plantea con tanta vehemencia, que el tema<br />
emerge como una noción clave de la identidad cristiana en<br />
su conjunto. San Pablo usa el término reconciliación para<br />
explorar la naturaleza de Dios, iluminar el contenido del<br />
evangelio como buena nueva, y explicar el ministerio y la<br />
misión del apóstol y la iglesia en el mundo. De ahí que el<br />
término «reconciliación» sea un término casi global para<br />
articular aquello que está en el núcleo de la fe cristiana.<br />
Existen varios aspectos de la reconciliación,<br />
utilizados por San Pablo, que conviene reseñar:<br />
(1) La reconciliación presupone la experiencia<br />
de una COMUNIÓN QUEBRANTADA, ya sea por<br />
distanciamiento, separación, enemistad, odio,<br />
fragmentación o relaciones distorsionadas. Habitualmente,<br />
conlleva un cierto grado de injusticia, daño y sufrimiento.<br />
(2) HAY CUATRO REINOS DE QUEBRANTAMIENTO<br />
y hostilidad que, se superponen, y en los cuales se da la<br />
sanación de la relación: reconciliación de sí mismo con Dios;<br />
reconciliación entre Dios y los seres humanos; reconciliación<br />
entre diferentes grupos de seres humanos, y reconciliación<br />
con el cosmos. La reconciliación implica mucho más<br />
que una corrección superficial de las distorsiones, pues<br />
su objetivo entraña la transformación del presente, una<br />
renovación de raíces profundas. Ciertamente, la «paz» de<br />
la que habla San Pablo es la paz con Dios (véase Rom. 5,<br />
1-11), pero también es la transformación de las relaciones<br />
humanas y la construcción de la comunidad. Se trata de la<br />
nueva paz radical entre judíos y gentiles que se instauró<br />
porque Cristo había derribado el muro de la hostilidad (Ef.<br />
2,14). También es la transformación de toda la creación<br />
en aras de la paz, tal como expresada en Colosenses 1, 20<br />
donde San Pablo dice que Cristo reconcilia «todas las cosas<br />
que están en la tierra como las que están en los cielos,<br />
haciendo la paz mediante la sangre de su cruz».<br />
(3) LA RECONCILIACIÓN PRESAGIA UNA NUEVA<br />
CREACIÓN, tal como dice San Pablo con tanto brío<br />
también en 2 Cor. 5,17. El concepto de «nueva creación»<br />
muestra que hay mucho más en vista que la mera cura del<br />
quebrantamiento. La reconciliación es una manera de ser<br />
totalmente nueva.<br />
(4) ES DIOS QUIEN TOMA LA INICIATIVA DE LA<br />
RECONCILIACIÓN. Además, Dios ya ha reconciliado al<br />
mundo: «Dios estaba en Cristo reconciliando consigo<br />
al mundo» (2 Cor. 5,19). Los seres humanos podemos<br />
proponernos la reconciliación y contribuir a ella, pero<br />
la iniciativa y la eficacia de la misma provienen de Dios.<br />
Los seres humanos no hacemos más que recibir el don<br />
de la reconciliación. Por lo tanto, es esencial que la vida<br />
y la actitud cristianas se arraiguen en la experiencia de<br />
la reconciliación a través del ser de Dios. Los cristianos<br />
descubren lo que Dios ha obrado en Cristo.<br />
(5) La narrativa cristiana sobre la reconciliación,<br />
tal como la encontramos en las cartas de San Pablo,<br />
SE FUNDA Y SE CENTRA EN LA HISTORIA DE LA<br />
PASIÓN, MUERTE, RESURRECCIÓN Y ASCENSIÓN DE<br />
JESUCRISTO. LA ENCARNACIÓN DE JESÚS DE NAZARET<br />
VINCULA EL SUFRIMIENTO DE JESÚS, HIJO DE DIOS,<br />
CON EL SUFRIMIENTO DE TODA LA HUMANIDAD. En<br />
Jesucristo, que resucitó y ascendió a los cielos, NO SÓLO<br />
GOZAMOS DEL DON DE LA RECONCILIACIÓN, TAMBIÉN<br />
SOMOS ENVIADOS A PRESTAR SERVICIO Y EJERCER EL<br />
MINISTERIO EN EL MUNDO.<br />
(6) A TRAVÉS DEL ESPÍRITU SANTO, LOS SERES<br />
HUMANOS SOMOS DOTADOS DEL PODER DE PARTICIPAR<br />
EN EL RELATO DE DIOS RECONCILIANDO AL MUNDO EN<br />
JESUCRISTO. En Romanos 5, San Pablo explora la manera<br />
en que Dios reconcilia a los pecadores con el ser de Dios,<br />
incluidos sus enemigos y los no creyentes, y dice que “el<br />
amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones<br />
por el Espíritu Santo que se nos ha dado”.
12 | <strong>Evangelizar</strong><br />
XXXI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />
Evangelio según San Lucas (19, 1-10)<br />
“En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba<br />
la ciudad.<br />
Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y<br />
rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la<br />
gente se lo impedía, porque era bajo de estatura.<br />
Corrió más adelante y se subió a una higuera, para<br />
verlo, porque tenía que pasar por allí.<br />
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo:<br />
—«Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que<br />
alojarme en tu casa.»<br />
É1 bajó en seguida y lo recibió muy contento.<br />
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo:<br />
—«Ha entrado a hospedarse en casa de un<br />
pecador.»<br />
Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor:<br />
—«Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a<br />
los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le<br />
restituiré cuatro veces más.»<br />
Jesús le contestó:<br />
—«Hoy ha sido la salvación de esta casa; también<br />
éste es hijo de Abrahán.<br />
Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a<br />
salvar lo que estaba perdido.”<br />
Palabra del Señor.<br />
Pautas de reflexión<br />
Nos decía el Papa Benedicto XVI que se<br />
empieza a ser cristiano con un “encuentro personal”,<br />
en el año de la Misericordia se nos ha insistido en<br />
la conversión como camino para estar con el Señor,<br />
es decir, la conversión abre al encuentro con el<br />
Señor. El texto de hoy nos dice que Zaqueo siente<br />
curiosidad de conocer a Jesús, de poderlo ver y<br />
por eso coloca los medios para ello, se adelanta, se<br />
sube a un árbol y espera. Pero notemos un giro bien<br />
importante cuando Jesús llega, dice el Evangelio,<br />
mira a Zaqueo y lo invita a bajar del árbol, se va con<br />
él a la casa donde lo recibe muy contento.<br />
El misterio de nuestro Dios es que Él nos busca,<br />
él se hace el encontradizo, él sale a nuestro encuentro, se<br />
hace el invitado; a nosotros nos corresponde colocar todos<br />
los medios para percibir el paso de Dios, la disposición para<br />
dejar que él llegue a la vida y la cambie completamente.<br />
El encuentro auténtico con Jesús lleva al cambio de vida,<br />
pasar a vivir desde los valores del Evangelio, optar por<br />
tener en la vida los mismos sentimientos de Cristo.<br />
Dejemos que la Salvación de Dios llegue a nuestra<br />
vida en cada circunstancia y ayudemos para que nuestros<br />
hermanos sientan el deseo de salir de sí para dejarse<br />
encontrar por el Señor. Lo único que de verdad cambia<br />
la vida del hombre es cuando siente de verdad en su<br />
existencia el amor misericordioso de Dios.
Octubre | 13<br />
La palabra NEPOTISMO es un sustantivo<br />
derivado del latín NEPOS NEPOTIS, que traduce:<br />
sobrino, familiar, allegado, persona de confianza y<br />
dueña de nuestros afectos.<br />
El Nepotismo tuvo mucha influencia<br />
en las decisiones de los soberanos y superiores<br />
especialmente en el período del Feudalismo. El<br />
Feudalismo trajo al mundo una nueva clase social:<br />
los grandes señores feudales, que eran dueños<br />
de grandes extensiones territoriales y, para su<br />
administración, nombraban a sus familiares, amigos,<br />
sus predilectos.<br />
La iglesia no se vio exenta de estos males y,<br />
entre ellos, no se puede olvidar el siglo de hierro y la<br />
influencia de los Borgia en el papado de Alejandro VI<br />
y la de los Médicis en el de León X, y en el de Julio<br />
II, de quien no se sabía si era un militar o un Papa.<br />
“El Feudalismo estuvo confinado a las minorías<br />
privilegiadas en donde el orden burgués encontró<br />
su rica representación en el arte y en la literatura” (H,<br />
Marcuse)-<br />
En la Iglesia actual se ve muy claramente<br />
el número de los privilegiados. Están en las mejores<br />
parroquias, son interlocutores directos de los Obispos.<br />
En el lenguaje vernáculo se dice que están en la<br />
“rosca”, pertenecen al grupo de los “mamíferos”. Son<br />
los consultores, hombres de confianza del superior, y<br />
siempre están en la “jugada”. Están prestos a aplaudir<br />
todo lo que diga el superior, al cual no se le expresan<br />
opiniones sino que se le muestra sumisión.<br />
En Colombia, en el campo político, se<br />
está dando este fenómeno que es la causa de la<br />
corrupción. Cada quien escoge a sus colaboradores<br />
para que les ayuden en el propósito de adueñarse de<br />
los dineros de la comunidad. Miremos lo de La Guajira<br />
con las etnias wayuús.<br />
Lo que dice la Biblia<br />
“El que de entre ustedes sea el mayor, hágase<br />
el menor” ( Mt 18, 4).<br />
“Cuando te inviten a un banquete, no<br />
busques los primeros puestos, no sea que hayan<br />
invitado a alguien más importante que tú, y llegue el<br />
que te invitó y te haga pasar más atrás y te sientas<br />
avergonzado” (Lc 14, 8-9).<br />
“Porque vendrá gente del norte y del sur, del<br />
este y del oeste, para sentarse a comer en el reino de<br />
Dios” (Lc 11, 29).<br />
“No todos son maestros, ni pueden hacer milagros, ni<br />
todos tienen poder para curar enfermos” (1 Co 12, 30-31<br />
“Cuando des un banquete, no invites a tus<br />
amigos ricos porque ellos pueden pagarte. Invita a los<br />
pobres y lisiados” (Lc 14, 13-14).<br />
“Huid del apego al dinero que es como una<br />
idolatría”. “En cuanto a mí, de nada quiero presumir,<br />
sino de la cruz de Nuestro Señor Jesucristo, por<br />
medio de la cual el mundo está crucificado para mí y<br />
yo para el mundo” (Gal 6, 14).<br />
“La religión es fuente de riqueza, pero sólo<br />
para el que se contenta con lo que tiene…, en cambio,<br />
los que quieren hacerse ricos, no resisten la prueba” (2<br />
Ti 6, 6.9).<br />
Hay que admitir que, mientras en la Iglesia se<br />
maneje el poder y haya posesiones en abundancia,<br />
muchos desearán estar en los puestos que pueden<br />
ofrecer los que detentan el poder y manejan los<br />
recursos financieros.<br />
No hay que escandalizarse porque muchos<br />
digan “a boca llena” que quieren ser obispos, que<br />
aspiran a que los obispos los asignen como párrocos<br />
de: la Catedral de Rionegro o la Basílica de La Ceja;<br />
a la parroquia de El Santuario, la de San Antonio de<br />
Pereira, la UCO y la Asunción.<br />
No hay duda de que para ascender en el<br />
escalafón burocrático de la iglesia se necesita estar<br />
en el corazón del gobernante de turno. Esto se llama<br />
caminar por el sendero del nepotismo y el clientelismo.<br />
Los presbíteros que nunca han tenido<br />
ascenso en la “carrera eclesiástica”, (que son las<br />
mayorías), deben pedirle al Señor que no los deje<br />
caer en la tentación de vivir un ministerio eclesiástico<br />
pensando en agradar al superior para obtener<br />
prebendas burocráticas de poder y dinero.
14 | <strong>Evangelizar</strong><br />
NADA PODRÁ APAGAR EL AMOR<br />
Cantar de los Cantares 8, 5-7<br />
Con este título queremos motivar la lectura del Cantar<br />
de los Cantares, especialmente de la cita bíblica 8, 5-7,<br />
y degustar la palabra.<br />
Lo primero que observamos es la intervención del<br />
coro para situarnos en la escena donde llegan los<br />
enamorados. Ella aparece apoyada y abrigada por su<br />
amado. Enseguida, él toma la palabra para proclamar<br />
la dicha de la posesión mutua, el gozo de la entrega<br />
amorosa consumada. El amor del Cantar no es el<br />
de dos personas que se purifican desprendiéndose<br />
del cuerpo. Al contrario, el amor que proclama es un<br />
sentimiento intenso y profundo que arrebata cuerpo y<br />
espíritu hasta hacer de ambos amantes una sola carne,<br />
como pide el libro del Génesis (2, 23-24). Este amor<br />
encarnado defiende que el erotismo, la sexualidad,<br />
la pasión, el lenguaje del cuerpo, son valores que no<br />
pueden ser vaciados de su sentido, ni devaluados, ni<br />
menospreciados. Si así fuera, quedaría deshumanizado<br />
el don de Dios que, en la creación, “vio que todo era<br />
muy bueno” (Gén 1, 31).<br />
La mujer, amada por el varón, desea que él permanezca<br />
siempre con ella, que no la deje nunca, que jamás la<br />
olvide. Pide: “grábame como un sello”. En la antigüedad,<br />
el sello se usaba a modo de firma personal, y era un<br />
objeto de gran valor que representaba al dueño.<br />
Se utilizaba, entre otras cosas, para transacciones<br />
comerciales, y se llevaba siempre consigo, a modo de<br />
medalla, como anillo o como pulsera. Con esta petición,<br />
la amada expresa el deseo de ser siempre el uno para<br />
el otro, de pertenecerse mutuamente, de profesarse<br />
amor eterno. Un amor que supere toda dificultad, que<br />
persista en toda situación negativa y que ni siquiera<br />
pueda vencer algo tan decisivo como la muerte.<br />
El Cantar de los Cantares propone un tipo de amor<br />
marcado por ciertos rasgos contrarios al mundo semita:<br />
1. Unicidad de la persona amada en contra de la<br />
práctica permanente de la poligamia.<br />
2. Amor de igualdad en contra de la nula autonomía<br />
femenina en decisiones matrimoniales.<br />
3. Permanencia del amor en contra de la práctica del<br />
divorcio.<br />
4. Profanidad de un amor natural en contra de las<br />
religiones sexistas de la prostitución sagrada.<br />
5. Amor de elección en contra de los matrimonios<br />
decididos por los jefes de los clanes.<br />
6. Privilegio del carácter amatorio y unitivo de<br />
la sexualidad, en contra de una preocupación<br />
primordial por la descendencia.<br />
Para compartir en familia o en grupo<br />
El amor viene simbolizado con una nueva imagen.<br />
¿Cuál es esta imagen?; ¿Qué subraya con ella? Qué significado tiene los anillos para los<br />
esposos? ¿De qué sirve a los esposos portar los anillos?
Octubre | 15<br />
LOS IMPEDIMENTOS DIRIMENTES SEGÚN EL DERECHO CANONICO<br />
(CANONES 1083-1094)<br />
1. LA EDAD (c1083): no puede contraer matrimonio<br />
válido el varón antes de los 16 años cumplidos ni la<br />
mujer antes de los 14 años.<br />
2. LA IMPOTENCIA (c1084): no puede contraer<br />
matrimonio válido quien no pueda realizar el acto<br />
conyugal de modo humano, la impotencia debe<br />
ser antecedente, absoluta o relativa.<br />
3. VÍNCULO MATRIMONIAL (c1085): no puede<br />
contraer matrimonio valido quien esté vinculado<br />
a un matrimonio anterior, aunque no haya sido<br />
consumado.<br />
4. DISPARIDAD DE CULTOS (C1086): no pueden<br />
contraer matrimonio válido el bautizado en la<br />
iglesia católica y un no bautizado.<br />
5. ORDEN SAGRADO (c1087): no pueden contraer<br />
matrimonio válido quienes han recibido órdenes<br />
sagradas (episcopado, presbiterado y diaconado).<br />
6. VOTO O PROFESION RELIGIOSA (c1088): no<br />
pueden contraer matrimonio válido quienes<br />
están vinculados por voto público de castidad<br />
en un instituto religioso de derecho diocesano<br />
pontificio-<br />
7. RAPTO (c1089): no pueden contraer matrimonio<br />
válido entre un hombre y una mujer raptada o al<br />
menos retenida con miras a contraer matrimonio.<br />
8. CRIMEN (c1090): no pueden contraer matrimonio<br />
válido con una determinada persona que cause la<br />
muerte del cónyuge o coopere con este.<br />
9. CONSAGUINIDAD (c1091): no pueden contraer<br />
matrimonio válido los consanguíneos entre sí<br />
(padres, hijos, nietos, hermanos, tíos, sobrinos, o<br />
primos hermanos).<br />
10. AFINIDAD (c1092): no pueden contraer<br />
matrimonio válido las personas afines dentro del<br />
matrimonio válido (suegro. nuera; suegra –yerno).<br />
11. PUBLICA HONESTIDAD(c1093): no pueden<br />
contraer matrimonio válido las personas que<br />
nacen de un matrimonio inválido instaurada vida<br />
en común, o del concubinato notorio o público<br />
(matrimonio civil) – (suegro – nuera; suegra yerno)<br />
12. PARETENTESCO LEGAL (c1094): no pueden<br />
contraer matrimonio válido entre quienes están<br />
unidos por parentesco legal de adopción (c110)<br />
(padres adoptantes e hijos adoptados o entre<br />
hermanos adoptados).<br />
Los impedimentos dirimentes pueden ser<br />
dispensandos por la autoridad eclesiástica competente<br />
a no ser que se diga lo contrario.
16 | <strong>Evangelizar</strong> LA MADRE TERESA es una SANTA para todos,<br />
para los POBRES y los RICOS, y para nuestro TIEMPO,<br />
DEVASTADO por tanta VIOLENCIA<br />
Y ARIDEZ DE CORAZÓN.