038 Revista Evangelizar
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8 | <strong>Evangelizar</strong><br />
XXIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />
Evangelio según San Lucas (18, 1-8)<br />
“En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus<br />
discípulos cómo tenían que orar siempre sin<br />
desanimarse, les propuso esta parábola:<br />
—«Había un juez en una ciudad que ni temía a<br />
Dios ni le importaban los hombres.<br />
En la misma ciudad había una viuda que solía ir<br />
a decirle:<br />
“Hazme justicia frente a mi adversario.”<br />
Por algún tiempo se negó, pero después se dijo:<br />
“Aunque ni temo a Dios ni me importan los<br />
hombres, como esta viuda me está fastidiando,<br />
le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en<br />
la cara.”»<br />
Y el Señor añadió:<br />
—«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios,<br />
¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y<br />
noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará<br />
justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del<br />
hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?”<br />
Palabra del Señor.<br />
Pautas de reflexión<br />
Recordemos que la comunidad a la que escribe<br />
San Lucas “vivía en un mundo hostil. Se habrán hecho<br />
la pregunta de por qué no intervenía Dios para salvar a<br />
su Iglesia. Parecía que no escuchaba sus súplicas. Dios<br />
aparentemente quedó en silencio. Por eso, San Lucas<br />
anima a los cristianos a permanecer fieles al Señor,<br />
manteniendo la fe, incluso cuando la fe vaya perdiendo<br />
importancia en el mundo. Los primeros cristianos<br />
pensaban que eso ocurriría al final de los tiempos. A<br />
más tardar, cuando venga el Hijo del hombre, Dios<br />
defenderá al pobre inocente, injustamente oprimido,<br />
y hará justicia a sus elegidos. A más tardar entonces,<br />
los que ahora tienen hambre, serán saciados, y los que<br />
lloran, serán consolados.<br />
La enseñanza de Jesús es clara, es necesario<br />
“orar siempre”, “clamar a Dios día y noche”, con<br />
insistencia; pero siempre teniendo presente que Dios<br />
sabe mucho mejor que nosotros mismos lo que nos<br />
conviene. Dios como buen Padre siempre nos dará lo<br />
mejor. Por eso escucha y cumple nuestras oraciones<br />
muchas veces de un modo muy distinto del que nos<br />
hemos imaginado.” (Encuentros bíblicos, Ciclo C).<br />
Orar sin desanimarnos debe ser la convicción<br />
que nos acompañe a lo largo de esta semana, orar<br />
esperando ser escuchados por Dios pero sin imponer<br />
nuestra voluntad sino esperando siempre el querer de<br />
Dios. Dios nos escucha y atiende cuando nos conviene<br />
para nuestro bienestar pero sobre todo para nuestra<br />
salvación.