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POSICIONAMIENTO TEÓRICO Y<br />
FILOSÓFICO SOBRE EL CUAL SE<br />
DEBE BASAR EN SER UN DOCENTE<br />
Dicen :“Al principio quería ser docente porque me gustaba la materia que elegí”. Esa el la respuesta dada por la<br />
mayoría. Aunque también suelen decir: “Hubo una maestra muy buena, que me inspiró a ser educador”. Pero la verdad<br />
es que no solo se debe elegir ser educador por ideología de otros, un docente deberá afrontar muchas penas,<br />
desequilibrios, entregas, compromisos, y trabajar incluso en su casa. Y entonces, ¿Cuál es el fundamento para aceptar<br />
tantas cargas en la espalda, y tantos pesos en los pies?<br />
Para empezar esta aventura donde se reconocen las bases del comienzo del ser educador es sutil y muy predecible,<br />
iniciar con lo que significa la pedagogía para nosotros. Según Ordóñez, la pedagogía vendría significando una<br />
investigación de los problemas educativos de los “que se dedican a la enseñanza y al aprendizaje” (pág 300). Por<br />
tanto, el pedagogo debe ver más allá de su profesión docente y encarar los diferentes conflictos encontrados en el<br />
mundo educativo y el de sus estudiantes.<br />
El maestro debe ser pedagogo, pues no debe solo hacer que sus alumnos memoricen palabras o le escuchen hablar.<br />
Debe ver incluso en la oscuridad. Ordóñez cita a Montaigne cuando habla del “realismo pedagógico”, él teoriza que<br />
“se enseñan cosas (res), no palabras”(pág 300). Entonces, note que al llegar a ser educador, lo primero es saber que<br />
no se vale llegar a ponerse de pie frente a los estudiantes y comenzar a hablar de su materia según el plan de estudios.<br />
Sino enseñar esas “cosas” que Ordóñez había dicho. Más adelante explicaré esas “cosas”. Primero se sigue el orden<br />
peculiar del fundamento.<br />
Una vez haber descubierto que la pedagogía es diferente a la didáctica, porque una cosa es saber cómo dar la clase, y<br />
otra es saber cómo enfrentar los problemas de la educación. Ingresamos de lleno con el manual pedagógico del<br />
docente sobre el cual gira la intención de llegar a serlo. He aquí mi base filosófica acerca de cómo pretendo estructurar<br />
mi labor docente.<br />
El amor por lo que se hace<br />
Esto no es una doctrina pero el amor es algo que nadie puede evitar sentir. Sentimos amor cuando vemos algo bello y<br />
nos causa deseo. Sentimos amor cuando estamos en paz con los que nos rodea, cuando buscamos dar lo mejor de<br />
nosotros, cuando encontramos una sonrisa ajena y sincera, y muchos otros más que darían para miles de páginas. El<br />
amor es algo único de nosotros, los seres humanos, pues somos una especie sentimental y científicamente está<br />
comprobado. Nadie se escapa de un sentimiento.<br />
Ahora bien, amar lo que se hace no consta solo en encontrarlo bello, sino en sentirse agusto con eso. Desde este<br />
fundamento me atrevo a decir, que al ser seres sentimentales, los otros nos contagian de sus sentimientos. Eso se<br />
llama semiótica, y es imposible no comunicarse