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CABEZÓN 46

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Promoción

XXXII 2018

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Promoción XXXII

Este texto, realmente, lo empecé a escribir en el

2015. Desde que los recibí en Segundo de media,

hasta ahora que terminan Quinto, he tenido el

privilegio de ver su desarrollo personal, observar

cómo han ido modelándose como personas y, sobre

todo, como ciudadanos de este país que ahora

los acoge con más incertidumbres que certezas.

Quizá sea ese el camino más difícil de emprender:

el de reconocerse como parte de una sociedad, de

un país, de un mundo, que tiene más preocupaciones

y dudas que posibilidades. Pero confío que están

fortalecidos, más allá de la calma y del cuidado

que siempre quisimos trasmitirles como colegio,

porque los veo grandes y buenos, solidarios y optimistas.

Esa es su marca humana.

Este repaso breve tratará de hacerles mérito,

con el cariño que siempre les tuve y con la preocupación

–me conocen— que algunas veces me desbordó

y no pude sacarme de la cara. Son extremadamente

demandantes y apasionados, su energía

a veces me sometió a su rigor y a ceder a engreimientos

que pensé nunca cumplir, a reventar de

risa cuando tenía que estar serio, a verlos como

mis hijos cuando, antes que nada, eran mis alumnos,

con la neurosis que eso implica. Son la única

promoción que he tenido por tres años, y créanme,

este insospechado privilegio me llenó de vacilaciones

y me hizo sentir sus mohínes y travesuras más

profundamente que con ningún otro grupo.

Pero saben que no ha sido fácil por otras razones,

porque estos tres años fueron tiempos, también,

para disgustarnos como si fuéramos parte de

una familia, que llega a tener poco cuidado al comunicarse,

o acercarse emocionalmente, debido al

pesado yugo de la cotidianidad. Pero sobre todo no

ha sido fácil, porque más allá de su alegría, de sus

increíbles ganas de hacer las cosas bien y tomar

sus propias decisiones con portentosa seguridad,

también hubo resistencia y desconfianza de parte

de ustedes. Las libertades que asumieron tempranamente

los volvieron pequeños dictadores, que

estaban dispuestos más a recibir que a conceder.

Esa pugna adolescente contra la autoridad que a

algunos les costó demasiadas llamadas de atención

y a otros los empoderó con equivocada vehemencia.

No podré quitarme de la memoria las noches

sin dormir velando sus piyamadas, campamentos y

viajes, los inacabables juegos de cachito y UNO, las

pichangas a toda patada en el patio, el tejido día y

noche (incluso durante clase), las conversaciones

triviales y profundas, los poemas y cuentos compartidos

y todos los chistes sin gracia que nos contamos

(sobre todo los míos). Verles actuar, bailar,

correr, saltar, jugar en sí, a veces sin restricciones

ni horarios. Pero sobre todo sentiré de menos sus

sonrisas endiabladas, las que evidenciaban que

estaban a punto de hacer algo en contra todo.

Y así quiero recordarte, Clara, que durante mucho

tiempo batallaste contra la timidez y la discreción,

para convertirte en una joven segura, de

sueños profundos y sonrisa trasparente. Siempre

ha sido un placer compartir contigo, no solo por la

tranquilidad que depositaban tus palabras, sino

por el entusiasmo con el que emprendiste tus proyectos,

siempre con optimismo contagioso y ganas

puras de hacer el bien. Espero que afirmes tus

pasos con el aplomo de la bondad que se desborda

de tu corazón.

Confirmar, querida Cayetana, que ya no estamos

en pelea y que tu luz ahora es más visible para

todos los que sabíamos que tenías un enorme talento,

sobre todo artístico. Aun así, deseo que no

te dejes vencer por el desgano y que las cosas que

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te cuestan no te sometan nunca, porque la vida te

traerá más dificultades de las que esperas. Que tu

sensibilidad te lleve a conocer el mundo y te sirva

de aliento, pero que también entusiasme a los que

veamos a través de tus fotografías la fe recobrada

en la belleza. Sonríe con fuerza y aléjate de los

riesgos que no te hagan más fuerte.

Tener siempre presente tu alegría y voluntad,

estimada Sofía, que serán buenos ejemplos para

los que te sucedan en la escuela. Saber que siempre

has actuado con buena onda, a pesar que a veces

hayas descuidado tu carácter cuando las cosas

no salieron como tú quisiste, lo tengo claro. Eres

una luchadora, una líder buena, que estoy seguro

sabrá hacerse de un lugar en este mundo y contribuirá

a que sea cada vez más agradable.

Que tus enormes ojos y tu sonrisa contagiante

no se apaguen nunca, Emilia, pero también espero

que llegues a controlar tu carácter. Has sido especialmente

trabajadora y comprometida con las

actividades de la promoción, que llevaron tu esencia,

y se concretaron por tu esfuerzo y temperamento,

que sin duda será tu manera de enfrentar

la vida en adelante. Entonces, espero que no solo

logres tus objetivos a punta de fuego, sino que lo

hagas con armonía y risas, porque talento te sobra.

Sabemos que llevarás el estandarte reirrojino

a donde vayas. Mucha suerte.

Estos años, querido Cristóbal, nos han servido

para querernos, odiarnos y volvernos a querer

con igual intensidad. Siempre has dicho tus razones

con fiereza, con absoluta sinceridad, pero

también has sido cerrado a otras formas de pensar,

como las que te apuntábamos en clase y que

siempre buscaron tu cuidado. Quiero que seas

libre y enérgico, pero sin dejar de pensar en todas

las posibilidades. Esto no quita que seas un

muchacho cariñoso, leal y perceptivo con los problemas

de los demás, aunque no tan dispuesto

a mostrar tus propios sentimientos. Con tesón,

has enfrentado tus dificultades y no te has rendido,

así sales del colegio y con eso, estoy seguro,

construirás un futuro acomodado a tus ideales.

Te voy a echar de menos.

Con el alma encendida y con ganas de jugar

siempre, Josué, te vas del colegio con una sonrisa

amplia, dejando atrás nuestros intentos para que

no te distraigas o hagas algún salto mortal. Pero

terminas más tranquilo, habiendo entendido que

el esfuerzo es lo más importante, sin dejar de ser

un tipo bueno que sabe cómo divertirse, logrando

objetivos difíciles de alcanzar, que sé te harán una

mejor persona. Serás un sujeto que va a devorarse

el mundo, para aprender de él, con espíritu libre y

solidario. Ya nos volveremos a encontrar para darnos

un abrazo afectuoso.

Hablando contigo, Alejandro, he descubierto

ese lado reflexivo y pasional que guardas en tu pecho.

Extrañaremos ese espíritu que vincula la intensidad

de un niño pequeño y la profundidad de

un adulto racional, que muchas veces te ha dejado

con más dudas e incertidumbre que tranquilidad.

Así, celebrando tu tierno modo de acercarte al prójimo,

sin dejar la picardía, nos vamos despidiendo.

Solo quedaría decirte que a pesar de que no tengas

las respuestas que crees necesitar para enfrentar

la vida, sé que entenderás que lo importante no

es saber a dónde ir, sino cómo disfrutar del viaje.

Sigue amando con intensidad, no guardes tus miedos

y mantén la mirada alta. Carpe Diem.

Me gustaría decir, estimado Álex, que hemos

cumplido con todos nuestros objetivos, pero siento

que tenemos varias deudas y que la vida nos dará

el tiempo y el espacio para resolverlas y así seguir

compartiendo bromas y cariño. Eres un gran chico,

con una timidez aparente, pero que tiene una voz y

presencia muy importantes para tus compañeros.

Recuerda que el esfuerzo tendrá que ser tu bandera

en todo lo que decidas hacer, sin dejar de lado

la nobleza de tu corazón. Confío en ti, apreciado

amigo; nunca bajes los brazos.

Disfrutar, Bruna, de tu talento artístico, ha

sido más que estimulante. Tienes un mundo interior

vasto y luminoso que poco a poco va sumando

admiradores. Así, espero que no te dejes llevar por

el cansancio o la tristeza, esos miedos que a veces

nos cubren cuando menos los esperamos. Sin

duda harás cosas maravillosas en el futuro, espero

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cas diferentes realidades, siempre con el ojo atento

para los detalles que te ayuden a construir una

realidad mejor. Eres un buen hombre, único, se te

va a extrañar.

Recordaré con cariño las incontables horas que

jugamos cachito, conversando de todo y de nada,

riéndonos con ingenuidad del acontecer del mundo,

buen Claudio. Así como echaré de menos tu

paciencia imperturbable, tus ganas de reír siempre

a pesar de tu ser discreto, hombre forjado con

temperamento de otro tiempo. Pero también espero

que entiendas que el esfuerzo, en cosas que

no siempre nos gustan, y la constancia, también

nos fortalecen. Que tu nobleza sea tu carta de presentación

ante el mundo.

Me emociona verte brillar sobre el escenario, estimado

Sebastián Rabí; el talento que tienes para

la música sé que te llevará lejos. Pero como todo en

la vida, esta virtud que ostentas debe ser cultivada

con esfuerzo y orden. No te dejes llevar por tus miedos

y piensa bien cada uno de tus pasos, alejándote

de los riesgos que no sean productivos. Conoce el

mundo, sueña con alegría y deja volar tu imaginación

siempre. No tengo duda de que dentro de poco

sabremos de tus éxitos, que llenarán de orgullo a tu

familia y a los que te queremos.

Siempre admiré tu energía y buen semblante,

Facundo, sonriendo con facilidad y buscando decir

cosas precisas, bien pensadas. Creo que desde

que llegaste al colegio tu evolución ha sido, año a

año, muy buena, formalizando buenas amistades

y dejando una leyenda luminosa detrás de ti. Estoy

muy agradecido de tu voluntad de ayudar con

compromiso en todo, sin perder el aliento, así hayas

estado cansado por estar saltando mil veces

por los patios. Eres un gran tipo, sigue repartiendo

ese optimismo inquebrantable por el mundo. Mucha

suerte.

Es admirable, querida Camila Patricia, el empeño

que le has metido siempre a tus responsabilidades,

conllevando una vida social, académica y

deportiva a punta de sonrisas y cariñosas muestras

de afecto. Si bien los fantasmas del desánimo

también te visitaron, estuviste firme en tus propósitos

y saliste adelante. Escucharte cada mañana

saludar con tranquilidad y simpatía, a pesar de estar

muy cansada, especialmente me llenaba de optimismo.

No hay duda de que con todo lo que has

mostrado en el año ya estás lista ya para enfrentar

los retos futuros, sin dejar de compartir con todos

esa alegría que te caracteriza.

Puedo decir, Daniela Sánchez, que los rasgos

que te caracterizan son la perseverancia y la

serenidad, virtudes que contagias fácilmente a

tus compañeros. También has demostrado ser

una gran artista y mejor estudiante, sin descuidar

el trato con tus amigos, con quienes te muestras

tierna y comprometida. Si bien aparentas tener

una personalidad dócil, en realidad tienes un temperamento

aguerrido y apasionado, que salta a la

vista cuando te toca ubicarte en el escenario, por

ejemplo. Sigue creciendo, jovencita, ya nos encontraremos

por la vida para saludarnos con alegría.

Apreciada Paloma, tu paso por esta escuela

ha sido un enorme gusto. Sigilosamente lograste

cautivar con tu tierna mirada y tu risa silenciosa,

pero intensa. Por eso eres tan querida y respetada,

porque representas la serenidad que antecede a la

fiesta, el espíritu contemplativo de quienes saben

que van a gozar del mundo sin hacer daño a nadie,

la alegría que mueve a las personas que tienen

el corazón puro. Sigue esforzándote, en ti veo un

gran ejemplo de perseverancia.

Daniela Slocovich, una y mil veces he quedado

sorprendido por tu forma de combinar el cariño,

el optimismo y la decisión. Has sido uno de los

ojos que he buscado cuando las cosas se ponían

duras y siempre encontraba en ellos tranquilidad

y comprensión. Es increíble todo el amor que representas,

esas ganas de salir adelante y disfrutar

del mundo con salud más allá de las adversidades.

Eres una pequeña dama que guarda un león justiciero

en su corazón y eso nos enorgullece.

Tu espíritu misterioso, Lucas, ha contribuido

con erigir alrededor tuyo una leyenda buena sobre

tus atributos. La admiración que tienen tus amigos

por tus virtudes pone en evidencia que tienes un

mundo interior muy rico, que en clase mostraste

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discretamente. Siendo un muchacho de ideas claras

y razones contundentes, a veces fue difícil entrar

en tu forma de ver el mundo, aguardando con

naturalidad que la expresaras. Ahora sé que esa

forma tan reservada y prudente de avanzar en el

mundo solo responde a un ánimo exigente y creativo.

No tengo duda de que nos encontraremos y

compartiremos en el futuro el aprecio por el arte y

la literatura, con la tranquilidad que te caracteriza.

Durante estos años juntos, buen Andrew, te

he visto fortalecerte, haciendo de tus dudas los

fundamentos para ser una mejor persona, sin amilanarse

o retroceder. Así has crecido y ahora que

acabas Quinto de media te veo salir del colegio con

paso decidido y mirada orgullosa, sin dejar de ser el

tierno y educado jovencito que todavía alberga un

gran corazón de niño. Sabes que esta es tu casa,

vuelve cuando quieras, estimado.

No puedo esconder, querido Álvaro, la alegría

de verte grande y, ahora, exalumno de este colegio,

porque reconozco en tus ojos ilusionados las

ganas de vivir y conocer el mundo. Han sido muchos

años que hemos compartido entre abrazos y

juegos, hablando de fútbol y contándonos chistes,

que ya voy sintiendo profundamente tu ausencia.

Sin ninguna duda eres un referente dentro de la

promoción, querido por todos. Que el mundo sea

tuyo, querido, y ven de vez en cuando a saludar. Te

extrañaré mucho.

Detrás de tu gesto severo, Flavia, de tus ademanes

de cansancio, hay un gran corazón que

siempre ha palpitado con el espíritu de una niña

traviesa. Eres una excelente persona, que además

de tener temperamento y voz de mando, sin duda

extenderá la mano con comprensión para ayudar

a quien lo necesite. Eres una jovencita buena, que

cómodamente puede doblegar al espíritu más fiero.

Buena suerte.

Eres una chica extraordinaria, María Fernanda,

que cuando dejó de sentir desconfianza y empezó

a querer, lo hizo con generosidad y entrega.

Ese espíritu apasionado te define, porque como

artista buscas inspirarte constantemente, disfrutando

de la belleza. Esa sensibilidad te servirá mucho

para realizarte como ciudadana, así como para

conocer nuestra realidad con más cuidado que

el común de nosotros. Disfruta de la vida, sé que

compartirás la magia que contiene tu corazón por

donde vayas.

Si en alguien tengo que pensar para querer

comprender cómo van los sentimientos y expectativas

de la promoción, es en ti, Luana. Muchachita

noble, has sido forjada con elementos que son

poco comunes en una sola persona: decisión, esfuerzo,

pasión, solidaridad, seriedad, alegría y prudencia.

Seguro que me quedo corto con la descripción,

ahora que apunto mi último comentario, pero

lo hago con profunda admiración. Sé que el futuro

será distinto contigo, porque no hay duda de que

gestarás movimientos que llamen la atención al

resto, apuntalando tus virtudes como ejemplos,

así es como te recordaremos aquí en tu colegio.

Bueno; muchachos, han sido arduos estos años

compartidos; solo me queda decir hasta pronto.

Diego

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Siempre me ha agobiado la inmensidad que me rodea

y lo insignificante que me puedo llegar a sentir. Todo el

tema de pertenecer me asusta. El cole hizo que me sienta

parte de él. Ahora solo me queda extrañar, como la

nostálgica que soy, la casona preciosa y la buena onda,

porque sé que no habrá nada remotamente parecido.

Si bien a veces soy demasiado cínica, puedo terminar

este comentario diciendo gracias a todos, los quiero

mucho.

Bruna Denegri Serkovic

Daniela Sánchez, Camila Farfán y Noa Puerta.

y me di cuenta de lo importante que es, y será para

siempre, Los Reyes Rojos para mí.

Joaquín Ganoza Céspedes

Durante todos mis años en el colegio siempre pensaba

en lo que sería llegar a Quinto de media. Ahora

que estoy aquí y me toca despedirme, me gustaría

que todo se alargara un poquito más. Siempre voy

a estar muy agradecida por haber estado en Los

Reyes Rojos, aquí crecí y aprendí a ser una mejor

persona, a ser más feliz. El tiempo se ha pasado en

un abrir y cerrar de ojos, aún me cuesta procesar

que ya se acaba esta etapa. Que ya no volveré a ver

a mis profesores de siempre y que dejaré de recorrer

esta casa todos los días. Lo que más voy a extrañar

es estar con mi salón, las personas que más

me conocen. Les tengo un cariño infinito y no me

hubiera imaginado una vida sin ellos. Hay tantos

momentos lindos que he pasado en este colegio

realmente inolvidables. Me da mucha pena cerrar

este ciclo, pero sé que todavía hay mucho por delante.

No me queda otra que despedirme con mucho

amor por todo lo vivido, gracias a todos los que

fueron parte de estos años.

Luana Zavala Vélez

Creo que mirando hacia atrás no hubiera imaginado

que mi escolaridad terminaría y que me sentiría

tan… ¿triste? ¿nostálgica?, no sé cómo expresarlo

bien. Hoy escribo esto sintiendo que los mejores

años de mi vida los he pasado aquí y pensando en

que quizás llegué un poco tarde a esta promoción,

pero a pesar de eso me siento muy parte del colegio

y de la promoción en sí. Me llevo mucho del colegio,

muchísimo más que solo conocimiento y estoy infinitamente

agradecida por eso.

María José Díaz Ávila

Primero quiero agradecer, agradecer a todas las personas

involucradas en mi formación en este colegio

y que siguen formando a otras personas para crear

una mejor sociedad. Hablando con mis amigos de

otros colegios, me he dado cuenta de que soy muy

afortunada de estar en este colegio, realmente no

me imagino en otro lado, y menos con otro grupo de

chicos que no sean mi prom. Aunque a veces no parezca,

todos en esta prom han dejado alguna marca

en todos los demás, hasta los que ya no están por

diversas razones. Aparte de toda la pena y la nostalgia

que me da dejar el cole, me voy muy contenta de

haber conocido a toda esta gente, de haber crecido

junto a todos ellos y en este ambiente de Los Reyes

Rojos, claramente hablando de todo el personal del

colegio que aunque en otras cosas no sea así, aquí

influyen en el crecimiento de cada uno, desde Tres

Sebastián Rabí, Lucas Suárez y Sebastián Palomeque.

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En lo personal, desde el primer día de colegio, mis

expectativas sobre Los Reyes Rojos fueron totalmente

diferentes, me sentí totalmente perdido. Para

comenzar, con el trato que hay entre los profes y

los alumnos: yo me quedé con la costumbre de decir

“miss” y “profesor”, y acá aprendí que se llamaban

por nombres, un grado diferente de respeto. Ahí quedó

una lección de confianza y libertad. Luego otra

cosa interesante es el arte, acá se fomenta el arte

en general. Esos descubrimientos me hicieron sacar

mi lado más artístico. Y luego de juegos, tanta felicidad

y risas, también hubo momentos de seriedad

en sí, cosas, lecciones de vida, que me enseñaron a

tener seguridad, me hicieron más fuerte (y a estirar

el doble de mi tamaño a cuando ingrese acá) y me

dieron varias enseñanzas que usaré cuando finalice

esta etapa. Para cualquiera que sienta que el colegio

es igual a cualquier otro colegio, piénselo bien,

yo creo que en estos cinco años de secundaria, me

dejó el conocimiento de casi la mitad de una vida. Yo

pensé igual, pero luego me di cuenta de que no todo

es malo, hay compañeros, una prom, un tutor como

Chock que fue el primer profesor que conocí y me

ayudó mucho, y Lucía Olivera, que me motivó cuando

estaba cayendo. También los profesores: Fabio,

me ayudó para ingresar a la universidad estudiando

duro, Luciano me enseñó que no hay que saber todo,

solo lo suficiente. En cualquier colegio los alumnos

estarán a su propia merced o solos, pero acá nadie

está solo, siempre habrá alguien que te ayude a crecer

en algún aspecto, que te levantará cuando te caigas,

que te dará la manzanilla legendaria que cura todas

las enfermedades, alguien que te escuche y con

quien hablar. Aprovechen cada oportunidad positiva

que tengan. Aprendan todo, esfuércense por todo lo

que quieran lograr.

Facundo Ramírez Bravo

¿Cómo empezar a escribir una despedida del lugar

en el que creciste? En la casa en la que vivo ahora,

llevo no más de 8 años; en la casa de Los Reyes, voy

más o menos 13. ¿Cómo despedirse? Parece imposible.

Recuerdo mi primer día aquí: llegué tarde (y eso

que Inicial entraba como a las 9:00 a. m.). Lo primero

que hice: buscar a Sofía, era mi mejor amiga del nido

(la conocí a los 6 meses, se convirtieron en 17 años,

y aquí estamos: alucinante). Mónica y Flora eran las

tutoras. Es impresionante pensar en tu primer día

cuando ya estás casi en el último.

Primaria en Los Reyes Rojos fue una aventura.

Pese a que son solo seis años, parecía que nunca se va

a acabar. A esa edad, la inocencia no te hace consciente

del tiempo. Todo parece eterno; tus profesores (los

verás igual al año siguiente), tus amigos (crecen juntos,

por lo que ni siquiera se percatan de que lo están

haciendo), los viajes y campamentos (siempre está el

“a dónde iremos el próximo año”). Cuando pienso en

la primaria que pasamos, lo primero que me viene a la

mente es el viaje a Chanchamayo

(lindo).

Es increíble que nos

estemos a punto de

graduar, es increíble ver

cuánto hemos cambiado,

cuánto nos hemos llegado

a conocer. Gracias a

todos por aguantarnos,

por aguantar las quejas,

peleas y castigos. Pasamos

cosas y conocimos

gente en este lugar, que

no encontraríamos en

ningún otro lado. A pesar

de todo, las experiencias

buenas —como siempre—

superan a las malas, y de

ambas se aprendió algo.

Muchísimas gracias, Reyes

Rojos, por ser una

casa para nosotros y

Facundo Ramírez, Álex Cerdán, Claudio Quijano y Cristóbal Carbajal.

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darme la oportunidad de estar con gente tan paja.

Gracias, prom: nos vamos del cole. Los quiero.

Emilia Ballumbrosio Gianella

Muy variados y buenos recuerdos en este colegio,

buenos recuerdos de todo… Gracias por todo.

Cristóbal Carbajal

Adiós al portón verde, tan gigante, que me vio desde

que ni yo tengo recuerdo. Un recuerdo de la calle

Cajamarca y un Día del Niño, pintando en la vereda.

Otro de las piyamadas, de las búsquedas del tesoro

en las que mi grupo siempre perdía. Adiós a los campamentos

(que decía que disfrutaba tan poco pero

todos sabemos que fue de lo que más disfruté).

Adiós a las charlas con Lale que creo que llegó en el

momento exacto de mi adolescencia, para no solo

enseñarme a pensar en cosas totalmente nuevas

en la clase de Filosofía, sino porque también siempre

estuvo ahí para hablar conmigo, como Fabio.

Adiós al salón de Quinto de media, el que más disfruté,

adiós a mi carpeta, a la gotera, a mi desordenado

casillero. Adiós, abrazos de Chebo. Adiós a las

travesuras, a las más divertidas travesuras. Adiós a

la sala de arte y a la de cine, donde pasé los mejores

momentos. Adiós a echarme bajo el sol en los recreos,

al pan con pollo de Marina y a la reciente canchita.

Y tal vez si hubiera aprendido a valorarlo antes, la

habría pasado mejor en el momento, aunque ahora mis

recuerdos son con mucho cariño. Pero como dijo una

vez el gran Lennon: “La vida es aquello que te va sucediendo

mientras estás ocupado haciendo otros planes”.

Gracias por todo lo que enseñaron durante estos doce

años de mi vida, que fueron más que simples momentos.

Gracias por enseñarme a respetar, a valorar y a ser

valorada. Gracias a mis amigos. Por último, adiós a todos

mis queridos profesores y a mi amado colegio.

Cayetana Antón Chirinos

Segundo grado de primaria fue cuando llegué a Los

Reyes Rojos. Ahora me encuentro en Quinto de media;

diez años han pasado como uno. Pero al fin y al

cabo aquí es donde he pasado bastantes horas de

mi vida, y más allá de lo académico, aquí es donde

he crecido y me he desarrollado como persona. Estar

feliz, pero a la vez triste de acabar el cole, es un sentimiento

difícil de explicar. Quisiera darles un enorme

gracias a cada uno de los profesores que me han consentido

a lo largo de estos años, han sido lo máximo.

Leonardo Lewis Denegri

Llegué aquí en Cuarto de media, venía de un colegio

totalmente diferente en donde la relación con los

profesores era muy lejana, donde solo importaba

tu desempeño académico, que parecía una burbuja

alejada de la realidad.

En mi primer día estaba nervioso, creía que iba

a ser el típico nuevo que se sienta en una esquina

y no habla con nadie, pero cuando entré casi al instante

todos los de mi promoción me hablaron y se

presentaron, cosa que no pasa en otros colegios.

Aquí, al poco tiempo, llegué a sentirme parte del colegio

gracias a la sensibilidad y empatía con la que

me trataron.

Este colegio sin duda es diferente a los demás,

aquí el objetivo es crear buenas personas en un ambiente

libre y acogedor y valoro eso muchísimo.

Y ahora estoy aquí escribiendo mi despedida. Todos

los buenos amigos que hice, los recuerdos compartidos,

y me entristece que cada día se acerque

más el fin de esta etapa de mi vida, que sin duda alguna

voy a extrañar mucho.

Rhonzo Olaechea Giuliano

En mis catorce años aquí aprendí a conocerme a mí

misma, con ayuda de los profesores, que me ayudaron

a analizarme como persona; aprendí a ser más

consciente de los que me rodean, de mí y de quienes

ni siquiera conozco, me enseñaron a ser humana

o seguir intentando y reírme en el camino, donde

sea que este vaya. Todo lo que sé viene de aquí: mi

manera de ser, de pensar, mis ambiciones y ganas

de lograr todo lo que propongo y mi enseñanza de

límites y libertades, que creo es una de mis cosas

favoritas del cole. Ahora estamos despidiéndonos

y nos toca a todos caminar por nuestra cuenta. El

apoyo de hermanos que tenemos aquí no se encuentra

en otro lado, no en colegios, ni universidades,

ni en esta vida tal vez. Ya todos conocemos

nuestros defectos y atributos, y con eso da pena

alejarse, somos familia y hemos estado juntos desde

que tengo memoria. Se siente hasta injusto solo

poder despedirse en varias líneas, en palabras en sí

que parecen no alcanzar para explicar el sentimiento

de dejar esta casa, mi casa, que tiene toda la buena

vibra de los profes y todos los que trabajan aquí.

En esta parte solo queda agradecer por lo vivido y

tener siempre en mente todo lo que el cole me ha

dado. No sé dónde encontraré un lugar que me acoja

así, que nos abrace como lo hace Los Reyes Rojos.

Sofía Bernales Staeheli

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Palabra de padres

Faltando pocas semanas para que Leonardo cierre

esta etapa tan importante de su vida, que abrimos

cuando él tenía ocho años, son muchas las palabras

de reconocimiento que tenemos para Los Reyes

Rojos por haberse mantenido leal a los principios

y al sentido de misión que animaron el colegio

desde su fundación.

Leonardo llegó al colegio en Segundo de primaria,

chapurreando apenas el castellano y bastante

ajeno al ambiente y la idiosincrasia de la ciudad.

Había razones para esperarse algunos baches en

el camino, pero si los hubo, no los sentimos. Despertaba

por las mañanas contento y con las mismas

ganas de ir al colegio, y si por alguna razón

tenía que faltar, reclamaba para que lo dejáramos

ir. Así fue desde el primer día.

Siendo un colegio chico –y creo que mantenerlo

así es parte de su magia– todo el mundo ahí parecía

conocerse bien, y cuando por acaso se encontraban

en las calles de Barranco o de Miraflores, se

saludaban con auténtico cariño y usando el nombre

propio de cada uno. Me parece que esta es una

señal de que el colegio ha logrado cuajar el sentido

de comunidad que tuvieron sus fundadores y

que tanta falta le hace ahora a otras instituciones

de nuestra ciudad y de nuestro país. Comunidad

que se extiende fuera de los muros del colegio en

el cultivo permanente del amor por la diversidad

de culturas, música y danzas peruanas, y en el férreo

compromiso de profesores, promotores, trabajadores

y alumnos de viajar, año tras año, para

seguir descubriendo todos juntos los rincones escondidos

y privilegiados de nuestro país.

Fueron pasando los meses y los años, y Leonardo

fue creciendo en un ambiente de inclusión y

respeto al otro, donde las chicas y los chicos aprendían

a confiar en sus propias y singulares capacidades,

desde unas simples dominaditas frente al

jurado de Sexto grado, hasta el diseño y ejecución

de un trabajo de investigación de principio a fin en

Quinto de media. Para lograrlo ha sido clave la insistencia

del colegio, aun si a veces contra viento

y marea, en el desarrollo de un espíritu de colaboración

antes que de competencia, lo que en el

mundo de hoy resulta una lección permanente no

solo para los alumnos, también para sus madres y

padres.

Es por todo ello que hoy nos preparamos para

una despedida triste pero con la firme esperanza

de que ese diario educar humanista y luminoso,

que es el legado de Constantino Carvallo, seguirá

irradiando desde el mundo que nuestros hijos e

hijas logren construir mañana.

Francesca y Mark,

mamá y papá de Leonardo Lewis Denegri.

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Cuando mi hija Laura cumplió tres años, la inscribimos

en el nido frente a la casa, uno de monjas,

y de allí la tuvimos que rescatar a los pocos días.

Cuando dejó el nido La Escalerita, pensé mecánicamente

en llevarla al colegio de donde conseguí

salir. Pero nos hicieron problemas (no estaba

desde Inicial y más pretextos), los cuales al final le

ahorraron ir al colegio adonde por años tuve que ir,

cada mañana, con uniforme y ánimo plomos. Kike

Sánchez me sugirió que hablara con Ruth para inscribirla

en Los Reyes. Lo pensamos con Myriam, y

entró a Los Reyes Rojos, un colegio que conocíamos

de oídas. Es difícil pensar en la educación de

los hijos, a veces hay planes preconcebidos, a veces

se va viendo. Sabíamos de colegios llamados

alternativos, el Encinas, el Atusparia, la Casa de

Cartón, el San Felipe. Los Reyes tenía cierta fama,

buena o mala dependiendo de quién hacía los comentarios.

La primaria transcurría bien, no se usaba uniforme,

la movilidad era buena, pero aparecían los

horarios de talleres y había que desplazarse desde

Jesús María; entonces nos mudamos a Barranco.

Es muy diferente cuando el colegio está dentro de

la ciudad, en un barrio –y más precisamente en Barranco–,

a que esté ubicado en lejanos vecindarios

residenciales de calles vacías, donde pareciera que

solo se reside. Íbamos al colegio a diario, a llevar y

a recoger a Laura, a Claudio más adelante, y siempre

sorprendía el ambiente familiar, entre papás,

mamás y profesores, entre alumnos y profesores

sobre todo, entre alumnos y la gente que trabaja

y apoya en el colegio, quienes van con ellos en los

viajes y campamentos que Los Reyes Rojos organiza

y en los que viaja todo el colegio. Al comienzo

temíamos esos viajes, después nos fuimos acostumbrando

un poco, se nos iba ocurriendo que tal

vez nuestros hijos sentían más pena por nosotros.

Claudio empezó a ir no oficialmente a Inicial con

Mónica cuando tenía 2 años. Después le tocó quedarse

de verdad, sabiendo que su hermana estaba

por ahí en el otro patio. Ha sido libre en su vida escolar,

no tiene idea de cómo son otros colegios en

los que, como varios, no hubiera durado tal vez ni

un año. Lo mismo les pasa a los demás, imagino,

se saben queridos por sus profesores, por la gente

que apoya en las diferentes áreas, por otros papás

y mamás. No hay ese temor: “(¡Uy, ya llegó el profesor!),

todos de pie, ¡silencio!”, etcétera.

Cuando Laura estaba en Quinto de media murió

Constantino, su tutor ese año. Antes les había

enseñado Filosofía y Plan Lector, pero sobre todo

les explicó el mundo, las relaciones entre sus pares,

un sentido de libertad y de hacerse cargo de

las cosas. Le debemos eso y más. Sentimos que es

lo que el colegio transmite, le ha servido a nuestros

hijos. Antes de eso, la idea de colegio me era

indiferente, pasé por algunos, nunca me había

puesto a pensar en el director de mi colegio: falla

mía. Conocemos a varios exalumnos de los Reyes,

de varias promociones. En general comparten esa

cosa vivida entre ellos, como los exalumnos de

otros colegios regresando con sus hijos a matricularlos,

pero diferente, podría decirse una intimidad

casi cotidiana. Se despidieron en Quinto de media,

¡pero se siguen viendo siempre! Como en las clausuras

y presentaciones donde siempre un sentido

de comunidad está en el aire, y uno regresa a casa

agradecido de haber estado ahí para vivirlo.

Piero Quijano,

papá de Claudio Quijano Vergaray.

17


Los pequeños de Inicial investigaron este año los

animales y quedaron fascinados con lo que encontraron.

Aquí, una selección de sus descubrimientos sobre

reptiles, aves, peces, mamíferos y anfibios.

¿Cómo aprenden a nadar los peces?

Les enseña su familia en la profundidad del

mar, para que no se los coma el tiburón.

Laura Mélinchon, Tres años.

Aprenden moviendo sus colitas, su mamá les

enseña para escapar de los peces que se los

comen.

Fátima Maestre, Tres años.

Les enseña su papá, usando su cola y sus

aletas en el fondo del mar.

Aurelio Castagnola, Tres años.

Axel Griffiths, Tres años.

Alina Villarán, Tres años.

Yo vi nadar a un pez nadando como un

tiburón. El tiburón nadaba con las aletas

arriba y así no se hundía.

Joaquín Carvallo, Tres años.

Aprenden a nadar con sus aletas y buscan

peces pequeños para comerlos en el fondo

del mar.

Camilo Quintana, Tres años.

Alma Aguado, Tres años.

18


Guillermo Montesinos, Tres años.

¿Dónde viven las ballenas?

Viven en los acantilados del mar, y en las

superficies toman aire. Tienen uno o más de

diez hijitos y toman la leche de su mamá.

Francisco Lamadrid, Tres años.

Fernando Belaunde, Tres años.

En el fondo del mar y se pasean en la

superficie. Se alimentan de algo pegajoso y

verde.

Sacha Centurión, Tres años.

Leo Berninzon, Tres años.

Enzo Malatesta, Tres años.

Facundo Márquez, Cuatro años.

19



Octavio Gamboa, Tres años.

Bernardo Portocarrero, Cuatro años.

Adivinanzas de animales

Leia Peirano, Cuatro años.

Es un animal ágil y tiene cola larga. (La mamba

negra)

Gael Palma, Cuatro años.

Tiene cuerpo largo y se arrastra. (La serpiente)

Cristóbal Alexander, Cuatro años.

Nada en el mar, parece una babosa y vive en

los corales. (La morena)

Julián Aller, Cuatro años.

Vive en el agua y a veces salta. (El pez)

Henar Guzmán, Cuatro años.

Marcelo Uccelli, Cuatro años.

Es verde, salta, tiene boca, patas, cabeza y

atrapa moscas con su larga lengua. (El sapo)

Lara Malachowski, Cuatro años.

21


Julia Horna, Cinco años. Serpiente.

Isabel Cabrera, Cuatro años.

Izar Garbizu, Cuatro años.

Asiri Mujica, Cinco años. Caimán.

Nada pero no vive en el mar, vive en el río.

Está debajo del agua o descansando en el

sol. (El cocodrilo)

Blas García, Cuatro años.

Julieta Barragán, Cinco años. Cocodrilo.

Vive en el río y es pequeño. No tiene el color

de los cocodrilos porque es medio gris. (El

caimán)

Amaru Del Valle, Cuatro años.

22


Tiene melena y siempre cree que es el rey y

todos los animales de la sabana le temen. (El

león)

Cristóbal Declercq, Cuatro años.

Ruge cuando está molesto, camina, pelea y

tiene melena. (El león)

Paz Velásquez, Cuatro años.

Camina lento, tiene caparazón y le gusta

estar entre las plantas. (La tortuga)

Maia Perla, Cuatro años.

Alejandro Montero, Cinco años. Salamandra.

Gabriel Vidal, Cuatro años.

Camila Piqueras, Cinco años. Hipopótamo.

Tiene caparazón y camina lento. Se puede

esconder, tiene cuatro patas y es un reptil.

(La tortuga)

Adrián Bryce, Cuatro años.

Vive en la granja, se come en “Belisario” y su

papá es el gallo. (El pollo)

Franco Figueroa, Cuatro años.

Nace de la gallina, tiene pico anaranjado y

sale del huevo. (El pollo)

Cristóbal Flores Guerra, Cuatro años.

Valeria Ormachea, Cuatro años.

Tiene patas largas, puede saltar alto y sus

hijos son pequeñitos. (El sapo)

Santiago Diez Canseco, Cuatro años.

23


Matías López, Cinco años. Pez globo.

María Peirano, Cinco años. Escarabajo.

Los narvales tienen un cuerno que no es un

cuerno, es un colmillo. Pueden nadar 485 metros

para abajo.

Emma Arce, Cinco años.

La chita es un mamífero porque nace de la

barriga de su mamá. La chita es el animal más

veloz. Se puede confundir con el leopardo y

el jaguar. Comen gacelas y tienen manchas

negras.

Victoria Cillóniz, Cinco años.

Yago Rafael, Cinco años. Abeja.

Las serpientes cascabel nacen de huevos. Tienen

veneno en sus dientes y lo usan para envenenar

a los que se acercan a ella. Si te come, te

envenenas. Tiene un cascabel que pone en alerta

a los demás animales.

Fátima De Gennaro, Cinco años.

La anaconda es constrictora y es verde oliva con

manchas negras. Comen peces, aves, jaguares,

caimanes y cocodrilos.

Sebastián Gonzales, Cinco años.

Valentino Di Negro, Cinco años. Hormiga.

La iguana puede llegar a poner 30 huevos al día.

Se separan de sus padres a los 50 años y viven

hasta los 80 años. Debajo de su cuello tienen una

papada. Los machos pueden medir más de dos

metros.

Pedro Hinojosa, Cinco años.

24


Thiago Escandón,

Cinco años. Tiburón.

El leopardo sube a sus presas a un árbol para que

las hienas no las alcancen. Mientras nada por el

agua es capaz de cazar peces o cangrejos. Los

leopardos son familiares de los tigres, leones y

jaguares. Los leopardos se quedan con su mamá

solo un año.

Emilio López, Cinco años.

El tigre de bengala es carnívoro porque come

carne. Es de color anaranjado con negro, también

existen algunos blancos con negro. Nacen de la

panza de la mamá. Los tigres de bengala están en

peligro de extinción, por eso debemos cuidar su

hábitat.

Martina Márquez, Cinco años.

La mariquita es un insecto, tiene seis patas. Tiene

puntos negros y su caparazón es rojo. Algunas

mariquitas vuelan. También, hay muchos aretes

de mariquitas.

Lola Marroquín, Cinco años.

Mariano Flores, Cinco años. Pulpo.

Los saltamontes hembras son más

grandes que los machos. Se alimentan

de hojas y de hormigas y pueden llegar a

medir más de doce centímetros. Pueden

ser de color verde, rojo, marrón o amarillo.

Diego Mélinchon, Cinco años.

Ramiro Franco, Cinco años. León.

Los cangrejos son crustáceos y se pueden

llamar decápodos porque tienen diez

patas. No tienen huesos.

Catalina Ortiz, Cinco años.

25


Julieta Krumdieck, Cinco años. Mariposa.

Adriana Rivera, Cinco años. Tortuga marina.

Los delfines viven en todos los mares del mundo.

Su sangre es caliente. Los delfines nacen de la

panza de su mamá. Las crías de los delfines no se

separan de sus mamás hasta más de seis meses.

Los delfines son amables con las personas.

Azul Peirano, Cinco años.

Hay muchas aves, pero las águilas son muy

territoriales en su hábitat: el cielo. Hacen sus nidos

en los árboles y nacen de huevos. Son ovíparos.

Cuando son bebes no tienen tantas plumas pero

poco a poco le van saliendo. También, tienen un pico

poderoso y garras para cazar a sus presas y llevarlas

al nido. Viven al sur de Norte América. Las águilas te

aplastan con sus garras hasta perforar tu brazo.

Luka Page, Cinco años.

El puma está en peligro de extinción. Solo los

pumas ronronean. Son de color amarillo. Nacen de

la barriga de su mamá, por eso son mamíferos. Los

pumas son carnívoros.

Ezequiel Ponceleón, Cinco años.

El jaguar es el tercer animal más grande. Tiene

manchas negras o marrones. Su piel está cubierta

de pelos que pueden ser anaranjados o amarillos.

Nacen de la barriga de su mamá.

Julieta Ramos, Cinco años.

La araña no es un insecto, es un arácnido. Todos

los insectos tienen seis patas y las arañas, ocho.

Tejen su hogar y se llama telaraña. Nacen de

huevos y ponen muchos. La araña come moscas

y las pega en su telaraña. A algunas personas las

asustan.

Vasco Vásquez, Cinco años.

Kaya Fromm, Cinco años. Cobra real.

26


En nuestra sección de Primaria, encontramos

dibujos, cuentos, poesías y divertidas

adivinanzas; también paseamos por el colegio y

nos vamos de viaje a Casma. Además, nos hace

una breve visita nuestro querido Pirata Sam.

Amil Mikati, Primer grado.

Salvador Fernández, Primer grado.

Santiago Rivera, Primer grado.

Alonso Pestana, Primer grado.

Elias Ponceleón, Primer grado. Borja Sarmiento, Primer grado.

27


Come pescado, sube al tejado y no le gusta

que le jalen el rabo. ¿Quién es?

El gato

Paula Ballumbrosio, Segundo grado.

En un rincón de mi clase estoy yo colocado. Acudes con los

papeles que no te sirven de nada. ¿Quién soy?

El tacho de basura

Catalina Hinojosa, Segundo grado.

Keira Sánchez, Primer grado.

La noche es mi día y el día es mi noche.

Soy un ave y vivo en los árboles.

¿Quién soy? El búho.

Josefina Cruzado, Primer grado.

Cuando pasa sienten admiración y me quitan. Cuando

necesitan dinero, me pasan y cuando tienen frío o hace sol,

me ponen. ¿Qué soy?

El sombrero

Beñat Garbizú, Segundo grado.

Aitana Soto, Primer grado.

Alba Grimaldi, Segundo grado.

Autorretrato. Leonardo Roose,

Segundo grado.

Kaela Sánchez, Segundo grado.

28


María O'brien, Primer grado.

Francesco Bellini, Primer grado.

Pon, pon y termina.

Ja, ja si no lo adivinas.

¿Quién soy?

Japón

Noah Fromm, Segundo grado.

Illari Guzmán, Segundo grado.

Los Invencibles

Campamento. Cristóbal Caparó, Primer grado.

Liam Clément, Primer grado.

Hace muchos años, Lentenium y Frankesnium

estaban conversando y de repente ven un punto

verde en el cielo. Cada vez, este punto verde se

hacía más grande. Y se dieron cuenta de que era

una babosa con un ojo. Era Ogenium. Se hicieron

amigos.

Dos años después, se abrió un portal y

apareció un dragón llamado Kier quien lanzó un

poder mágico al cielo para encontrar a Lentenium,

Frankesnium y Ogenium. Estaban en medio de

una ciudad llamada Súper City. Kier les tiró una

bola de fuego y los superhéroes la esquivaron.

Frankenium sacó su hacha y pelearon cuatro

horas. Ogenium tiró un rayo láser poderoso de su

ojo, lo que hizo que Kier se debilitara. Lentenium

le tiró otro rayo láser.

Finalmente los Invencibles ganaron la pelea.

Cuidaron a todos en la ciudad.

Emilo Aramburú y Emil Arrarte, Segundo grado.

29


El pescador y la sirena

Había una vez un pescador llamado Pedro que

vivía en una cabaña de la playa Arena Blanca. Él

salía a pescar todas las mañanas muy temprano

con su caña color blanco y negro. Pedro no era un

buen pescador, su mayor pesca fue un pulpo de

veinticuatro centímetros.

Un día salió a pescar con mucho ánimo pensando

que iba a pescar algo gigante. Después de lanzar el

anzuelo sintió algo muy pesado, pero se dio cuenta

de que la cuerda se había enganchado en dos rocas

enormes y jaló y jaló pero la caña no salía. Intentó por

horas y decidió sumergirse a buscar su anzuelo. Cuando

se lanzó al mar se encontró con una sirena, y del susto

salió rápido del agua. La sirena lo siguió y lo saludó muy

amablemente. El pescador le contó lo sucedido y le

pidió que lo ayudara a sacar el anzuelo. La sirena lo hizo,

se hicieron amigos y ella le dio unos trucos para que

lograra convertirse en un buen pescador.

Mariano Ingunza, Tercer grado.

Valeria Recavarren, Tercer grado.

La nueva amiga de Emma

Había una vez una niña llamada Emma que se fue

de viaje a Myanmar, que queda en Asia. Ella fue

con sus papás a vivir por un mes y se quedaron

en una casa misteriosa. Era una casa antigua,

con poca iluminación y los muebles eran muy

grandes. Nadie sabía que en el baúl de madera

que estaba en el pasadizo de la casa se escondía

una vampirita.

Un día Emma, como era muy atrevida,

abrió el baúl y vio a la vampirita que estaba

durmiendo. Se prometió que no diría nada, pero

la señora que trabajaba cuidando la casa lo vio

todo y se lo comentó a sus padres. Los padres

abrieron el baúl y la vampirita se despertó.

Comenzaron a atacarla lanzándole dientes de

ajos y abrieron las ventanas para que entrara

la luz y espantarla, pero la vampirita cerró la

tapa del baúl lo más rápido que pudo y por más

que los papás de Emma jalaban no pudieron

abrirlo. Los papás se quejaron con el dueño de

la casa de que tenían una plaga de vampiros y

los dueños de la casa insistían que no tenían

ninguna plaga, entonces se armó un escándalo

y decidieron regresar a Perú.

La siguiente noche, cuando todos estaban

dormidos, la vampirita le dejó una carta a cada

uno y un dibujo que hizo con las cosas que

tenía en el baúl, explicándoles por qué estaba

en la casa y que no era mala como ellos creían.

A la mañana siguiente Emma leyó la carta y

fue a ver a la vampirita. Emma abrió el baúl

y la vampirita se asustó pero Emma le dijo

“Tranquila, no te asustes, leí tu carta y recibí

tu dibujo. ¿Cómo te llamas?” y la vampirita

respondió “Samay, me llamo Samay”. “Samay,

no parece que eres mala, más bien me gustaría

ser tu amiga”, dijo Emma y conversaron por

horas. Desde ese día se convirtieron en mejores

amigas y cuando regresaron a Perú llevaron el

baúl de madera donde escondida viajó Samay, la

vampirita.

Emilia Bravo, María José Vargas

y Francesca Ceruti, Tercer grado.

30


Marco y su deseo

Marco es un niño de diez años al que le encanta el

fútbol. Marco vive en Barcelona y su deseo es jugar un

partido en el estadio Camp Nou, que es el más grande

de Europa.

Un día el entrenador del taller de su colegio le dijo

“Te convocamos para un partido contra otro colegio” y

le dio su camiseta. Marco se puso muy contento.

Al día siguiente, fue a su colegio y se encontró

con su entrenador y el resto del equipo en la banca

de suplentes para que les dijera en qué posición iba

a jugar cada uno. Llegó el otro equipo y empezaron

a entrenar. Empezó el partido y Marco estaba de

suplente, el otro equipo metió dos goles y en el

Maximiliano Gianella, Tercer grado. minuto setenta el entrenador hizo un cambio y Marco

entró al juego como delantero. Por más que se esforzó

mucho, no pudieron cambiar el resultado. El partido quedó 2 a 0 a favor del otro equipo. Todos los niños

del equipo de Marco se fueron tristes a casa. Esa noche, Marco no durmió pensando en lo que podía

hacer para que su equipo gane los siguientes partidos y recordó lo que el entrenador les dijo una vez:

“Solo practicando mejorarán”. Al día siguiente les dijo a sus amigos que debían entrenar cuatro horas

todos los días para estar preparados para el siguiente partido y todos aceptaron.

En los siguientes partidos les fue muy bien, el equipo sabía que debía esforzarse mucho para tener

buenos resultados. Si Marco sigue entrenando y mejorando su juego, de seguro que cumplirá su deseo

de jugar en el Camp Nou algún día.

Sebastián Rouillon y Leonardo Mera, Tercer grado.

Mara Osorio, Segundo grado.

Inés Reaño, Segundo grado.

31


El Dragón Sirel

Había una vez un dragón muy malo llamado Sirel.

Le gustaba robar niños para obligarlos a jugar con

él porque los demás dragones le tenían miedo. Los

juegos favoritos de Sirel eran Chapadas, Encantados

y Monopolio.

Un día, un niño llamado Carlitos, que fue

secuestrado por Sirel, escapó por el reino de

los dragones y se dio cuenta de que todos eran

amigables con él. Les preguntó por qué no jugaban

con Sirel y contestaron que él era un dragón muy

callado y que nunca habían jugado juntos. Entonces Tristán Peña, Segundo grado.

Carlitos les propuso presentárselo para que se

conozcan.

El niño fue a buscar a Sirel, quien al verlo lo abrazó

fuertemente y le explicó que él sólo buscaba compañía para

jugar. Así fue como Carlitos logró que Sirel se hiciera amigo de

los otros dragones y comprendió que ya no era necesario robar

niños. Todos vivieron felices para siempre.

Cano Lúcar y Olivia Gálmez, Segundo grado.

El agente 0080S y el caso de la mosca mutante

Eran las 10: 34 a. m., estaba en mi departamento y… ¿por qué

estoy en mi departamento? ¡Porque estaba en un caso! (ta ta ta

tan ta ta ta tan) ¡Una mosca mutante!

Eran las 10:46 a. m., algunos comentaban que habían visto

a una mosca con brazos y piernas, no se sabía quién la había

creado. Algunos decían que había sido la madre naturaleza,

otros decían que era un accidente radioactivo, pero yo pensaba

que podrían ser cualquiera de los dos.

Bueno, sigamos, primero fui adonde estaba el tipo de las

cámaras, Carl Mcfly. Yo deseaba ver algo en ellas. “Puedo ver tus

cámaras, Mcfly” (claro, eran muchos los que las veían), pero yo

observé unas ¡alas transparentes! Y no sé por qué, pero cuando

iba a contarles lo que había visto, alguien me noqueó. Caí al

suelo, no recordaba absolutamente nada.

Después de unas horas, ya recuperado, intenté nuevamente

ir a ver a las cámaras, pero esta vez no vi nada. Fue extraño,

nadie recordaba nada de lo que había ocurrido. La mosca

mutante había desaparecido y yo no lo podía creer. Al final,

después de muchos intentos, no pude descubrir nada más y me

dediqué a ser un detective privado. Fueron muchos los casos

que resolví y hasta famoso me volví.

Bruno Caracchini, Cuarto grado.

Autorretrato. Julia Hare,

Segundo grado.

Renzo Huamán, Cuarto grado.

32


Mis dos perros

Emilio Dezar, Segundo grado.

Hace mucho tiempo, cuando yo era pequeña, me mudé a

un pueblo grande y me encontré con dos perros. Eran dos

perros hermosos, de color marrón y de tamaño mediano.

Yo los llamé Bufón y Ramona.

Mis perros eran muy juguetones, amigables y

divertidos, les gustaba jugar a la pelota y tener aventuras.

Les encantaba comer fresas y, sin que yo me diera cuenta,

se daban vueltas por el barrio para robar las fresas que

vendían en los puestos del mercado.

Un día, hubo una gran fiesta del pueblo y los vestimos

muy elegantes. Cuando llegamos, Bufón y Ramona vieron

que la mesa central estaba adornada con fresas rojas,

jugosas y grandes. Sintieron mucha emoción por comerlas

y saltaron a la mesa, caminaron por encima de toda la

comida, rompieron la mesa y arruinaron la fiesta. Todas las

personas del pueblo se molestaron.

Yo les dije que eran unos perros muy malos. Ellos me

miraron con una carita muy tierna y yo los perdoné. Pero

ya nadie en el pueblo quería verlos así que tuve que hablar

con el alcalde para que los dejen quedarse en el pueblo

conmigo y mi familia. Luego de un largo juicio perruno, las

personas del pueblo los perdonaron con la condición de

que mis dos perros aprendan a cultivar sus propias fresas

y todos vivimos felices para siempre.

Malena Carpio y Uma Baca, Segundo grado.

Valentina Álvarez, Segundo grado.

Mi papá

Mi papá se llama Gerardo. Él es jovial.

Tiene ojos marrones. Su cabello es

también marrón y no tan corto. Le gusta

comer carne. Es deportista, le gusta el

fútbol y usa la elíptica. Es buena gente

porque ayuda a los demás. En su trabajo

él es el jefe y revisa que las mineras no

contaminen el medioambiente.

Benjamín Leunda, Segundo grado.

Los niños y las brujas

Había una vez cuatro niños llamados Joaquín, Tomás, Leo

y Jorge. Ellos estaban jugando fútbol y Leo pateó la pelota

tan alto que cayó en la casa de tres brujas. Los cuatro

chicos fueron a recoger la pelota, tocaron la puerta y las

brujas los atraparon en una jaula. Intentaron escapar, pero

las brujas los convirtieron en gatos.

Los niños encontraron el antídoto y la única salida, que

era por el techo. Así que usaron sus habilidades gatunas,

salieron de la jaula, treparon al techo y tomaron el

antídoto. Todos volvieron a convertirse en niños, lograron

escapar y fueron felices por siempre.

Hania Malachowski, Segundo Grado.

33


La sala de cine

Me gusta porque puedo ver películas con mis

compañeros que es algo que normalmente no hago.

La sala de cine es pequeña y acogedora, los asientos

son butacas, no son como las sillas del aula. Me gusta

mucho tener cine dentro de mi escuela.

Gino Tejeda, Tercer grado.

Ángelo Salas, Cuarto grado.

La biblioteca

Es un lugar bastante tranquilo y es muy cómodo. Ahí

me puedo sentar o echar a leer. Hay libros para todos

los gustos y de todos los tamaños. Me gusta que

puedan prestarme los libros para llevarlos a casa. A

veces puedes ir con amigos, pero no debes hacer ruido.

Salvador Castro, Tercer grado.

El patio del toldo

Sala de arte. Montserrat Planas,

Primer grado.

Ahí puedo jugar en equipo con niños de otros salones.

Jugamos fútbol, vóley y matagente que es divertido

porque jugamos con los profesores. Es el patio más

grande donde hacemos asamblea y nos cuentan las

cosas que pasan o pasarán en la escuela y podemos

participar, escuchan nuestras ideas.

Cristóbal Sevilla, Tercer grado.

La sala de arte

Hay muchos materiales para pintar y dibujar.

Aprendemos técnicas para hacer bonitos los trabajos.

Hay varias mesas unidas que parecen una sola mesa

grande donde entramos todos como una familia. Me

gusta trabajar con arcilla y pintura acrílica. Hay un

espacio con un proyector donde nos enseñan sobre

artistas, hay que subir unas escaleras, es un lugar

pequeño y acogedor.

Sala de arte. Vicente Bravo, Primer grado.

Aylen Zapata, Tercer grado.

Sala de video. Lía Uccelli, Primer grado.

34


Carlos Yábar, Quinto grado.

Aurelia Álvarez, Segundo grado.

Santiago

Mi hermano Santiago es alto, flaco y tiene el

cabello corto. Es feliz y cariñoso conmigo aunque

algunas veces se molesta. Le gusta el fútbol. Sus

comidas favoritas son los tallarines verdes y los

rojos. Disfruta ir a la playa. Yo quiero mucho a mi

hermano.

Ignacio Roose, Quinto grado.

Ariana Miranda, Segundo grado.

Mi mamá

Ella tiene ojos marrones y usa anteojos. Su

cabello es negro y corto. Es feliz y le gusta cantar.

Es muy cariñosa y paciente conmigo. Me gusta

que pasemos tiempo juntos, jugando y paseando

en la moto. Así es mi mamá.

Benjamín Rejas, Segundo grado.

Manuel Ignacio Fernández, Quinto grado.

Mi prima

Irene tiene el cabello castaño, ojos marrones y

tiernos y boca grande. A mi prima le gusta comer

helado y correr. Es juguetona y bailarina. Es

buena y tiene modales pues siempre me saluda

y se despide cuando nos cruzamos en el colegio.

Además usa palabras amables como gracias y por

favor. Es tierna y es muy cariñosa.

Julián Miranda, Segundo grado.

Marcelo Montani, Segundo grado.

35


Ignacio Portocarrero,

Primer grado.

Marcello Lanatta,

Primer grado.

María Fernanda Neyra,

Primer grado.

Lautaro Fernández Maldonado, Primer grado.

Facundo Gabillo, Primer grado.

Naí Rivas, Cuarto grado.

Manu Vásquez, Cuarto grado.

36


María José Valdivia, Quinto grado. Elena Bravo, Quinto grado. Lucía Moscol, Cuarto grado.

VIAJE A CASMA

El hotel era muy bonito porque tenía un árbol donde

me trepaba. La comida estuvo muy rica. Dormí

cómodo en mi cuarto con mis amigos y me levantaba

a la hora que quería. Lo que más me gustó fue cuando

subí al escenario en la chicoteca y bailé mucho.

Disfruté nadar en la piscina y jugar en los juegos.

Nahuel Elías, Segundo grado.

Disfruté mucho mi viaje. En los desayunos comía

pan y tomaba leche chocolatada. También me gustó

la cena. Me gustó ir a la piscina y jugar fútbol en el

jardín y en la cancha. Jugué a las escondidas con

Nahuel.

Fortaleza de Sechín. Matías Calero,

Segundo grado.

José Gabriel Landazuri, Segundo grado.

Roc Chaves, Cuarto grado.

Sechín. Matilda Nieto, Primer grado.

37


Luciano Dacal, Primer grado.

Casma. Andrea Rosadio, Primer grado.

Templo de Sechín. Patricio Márquez, Primer grado.

Mi abuela

Aunque no te vea todos los días

siempre estás presente en mi vida

eres mi mama querida.

Amadeo Cabieses, Primer grado.

Me haces sentir acompañada y segura,

me gustan tus caricias, compartes tu ternura

me hablas bonito, eres una dulzura.

Eres hermosa como una rosa

y amorosa como una osa

¡Mama, eres grandiosa!

Alana de Vivanco, Tercer grado.

Maximiliano Eguren, Primer grado.

38


El planeta Tierra

El planeta Tierra es grande y fabuloso

ahí hay vida y de noche es brilloso.

Hay personas que lo cuidan y protegen,

no desperdician el agua,

no contaminan el medioambiente,

ese ejemplo es importante que se refleje.

Es como una pelotita azul y verde

que baila con las estrellas muy alegre

¡Qué lindo es mi planeta! ¡Es mi hogar!

En él todo el día puedo jugar.

Rafaella Vidal, Tercer grado.

Noor Abd Hassan, Tercer grado.

Victoria Aznarán, Primer grado.

Yukio Sakamoto, Cuarto grado.

Inés Aller, Primer grado.

Uma Tola, Primer grado.

39


Michi, el gato

Patitas chiquitas, colita larga

él es un felino que a mi casa vino.

Alegre me pongo cuando pienso en él

porque es mi amigo fiel.

Chiquitito llegó, grande se fue

vivió conmigo y mucho jugué con él.

Sus ojos verdes brillan en la luz

él es michi Michifus.

Lucía Blanco, Tercer grado.

Valentina Bellini, Tercer grado.

Eva, la diosa de las nieves

Ella es muy sofisticada y especial

tiene poderes que la hacen brillar

por su elegancia y belleza

es una chica de la verdadera realeza.

La chica de piel blanca y ojos azules

tiene poderes que a muchos aturden.

Lanza flechas de hielo con un gran destello

y tiene entre sus cabellos bolas de nieve

que acabarían con todo un ejército.

En las noches de luna llena aparece en el cielo,

es muy misteriosa y causa miedo.

Nadie la ve, pues es mágica como un rayo en silencio

así que siempre piensa en ello.

La lluvia de ideas

Cuando estoy aburrido

y no sé qué hacer,

una lluvia de ideas parece que va a caer.

A veces

no decido qué hacer,

pero la lluvia de ideas me ayuda a aprender.

Cuando la lluvia de ideas cae,

los focos se prenden y chispas salen.

Daniel Forns, Cuarto grado.

Tamara Maestre, Cuarto grado.

Mi gato Ambrosio

Eres travieso y dormilón

porque comes un montón.

Tus ojos brillan en la oscuridad

como tu sonrisa al despertar.

Estoy feliz de tenerte a mi lado

hasta cuando como un helado.

Abigail Mumenthaler, Tercer grado.

Nicole Choulet, Tercer grado.

40


Saphi Carbajal, Quinto grado.

Salvador Peña, Quinto grado.

Valentino Acosta, Cuarto grado.

Mi perrita

Aunque no te vea todos los días

recuerdo tu amor

aunque tu mirada no esté

presente

te recuerdo más y más.

Tu pelaje de oro

tu hermosa ternura

me dan alegría

¡Eres mi amiga querida!

¡Qué feliz estoy!

tu cariño está cerca de mí

ya no tengo que extrañarte

en las noches me alegro al

pensarte.

Luna Flórez, Tercer grado.

Catalina Caparó, Tercer grado.

Mirkala Jara, Tercer grado.

41


Mi familia

Mi familia siempre me hace sentir acogida,

ella es graciosa y divertida

me gusta que sea una familia unida.

Mi familia me hace sentir feliz y orgullosa,

cuando nos reunimos toda la casa se vuelve revoltosa

me encanta que sea numerosa y cariñosa.

Luna Diez Canseco, Tercer grado.

Amalia Lara, Tercer grado.

Mi gato

Él era mi amigo más cercano

y yo lo amaba como a un hermano

Era mediano con manchas negras,

era tranquilo y siempre andaba de buenas.

Un día se lo llevaron de mi hogar

y mi gato se fue a andar,

por ahí hizo una familia pequeña

porque conoció una gata trigueña.

Luego mi papá lo encontró

y todos lloramos de emoción,

al escuchar que mi gato Michifusín

había vivido sin que le pongan un collarín.

Mateo Espinoza, Tercer grado.

Luis Jaime Castillo, Tercer grado.

Mi perra Lucy

Mi perra Lucy es dulce

más que un caramelo,

juguetona y alegre,

por ella yo me muero.

Cuando visita el jardín

corretea con energía

porque le gusta verme feliz

Ella me da alegría.

Siempre me mueve su cola

eso significa que conmigo está contenta

Ella es muy linda y cariñosa

¡Lucy es mi perra amorosa!

Ezequiel Furgiuele, Tercer grado.

Manuel García Miró, Tercer grado.

42


Mi hermana

Sus ojos son oscuros como la noche

su cabello largo como un río enredado.

Ella es graciosa y amigable,

ella es mi amiga inseparable.

Aunque somos diferentes

y tú eres mayor que yo,

siempre te cuidaré

y a tu lado estaré.

Joaquín Mino, Tercer grado.

¡Te quiero un montón!

¡Siempre estarás en mi corazón!

Ainara Gutiérrez, Tercer grado.

Mi mamá

Desde que conocí a mamá

la amé una inmensidad.

Sus ojos brillan como una estrella

su sonrisa es muy bella.

Me siento protegido, gracias a ella

me siento amado ¡La mejor es ella!

Salvador González, Tercer grado.

Francesca Caracchini, Tercer grado.

Sombra

Tu pelo es negro como la noche,

tus ojos caramelo miran al cielo

con tu gran alegría pones lindo el día.

Aunque no hablas te entiendo,

por tu cara pidiendo alimento

y la sonrisa que me pones cada día que

despierto.

En la mañana te pones a ladrar de felicidad

porque es un nuevo día para ir a jugar.

¡Contigo no paro de soñar!

Teo Álvarez, Quinto grado.

Catalina Llopis, Tercer grado.

43


Este año, la investigación elegida para representar

a Sexto grado trata sobre el rescate de animales

callejeros. Este interesante tema ha sido trabajado

por Santiago Calero.

El rescate y adopción

de animales callejeros

Santiago Calero Álvarez

Introducción

Yo escogí este tema porque siempre me han interesado los

animales y ese interés se vio reforzado con la llegada de Chispita,

pero también creó en mí un interés más específico: los animales

domésticos. Eso derivó en que me preguntara sobre cómo la

pasaban los animales de las calles y quise saber por qué es que,

hoy por hoy, hay tantos animales en las calles; cuáles son los retos

que deben afrontar; qué podemos hacer para mejorar su situación

actual y reducir el número de animales en las calles. También

quiero saber cómo son las organizaciones que trabajan en esto y

conocer a las personas que dedican su vida a protegerlos.

Datos numéricos sobre los animales callejeros

Más de cinco millones de perros viven en situación

de calle en el Perú. Esta cifra es alarmante,

ya que todos estos perros deben luchar a diario

contra el frío, las enfermedades y el maltrato.

Además, siempre están expuestos a accidentes.

Eso sin contar con que deben encontrar comida

y dónde dormir, y que hay un riesgo de que beban

agua de la calle. Además, hay que decir que

la mayoría de estos no están castrados y una sola

perra sin castrar puede dar vida a 35 cachorros

callejeros a futuro.

La gran mayoría de animales callejeros llegan a

ser callejeros debido a que son abandonados; otro

gran grupo nació callejero, ya que sus padres eran

callejeros; otros se extraviaron.

Aquí estoy con la doctora Osorio, del Albergue

Municipal de San Borja y los tres cachorritos

que habían llegado.

44


En el Albergue

Municipal

de San Borja.

Las razones de esto son la falta de educación sobre

la tenencia responsable de mascotas, y porque no

se suele castrar a las mascotas, lo que provoca que

si estas escapan de su casa es probable que cuando

estén en celo se apareen. Un macho en edad reproductiva

puede dar origen a entre 6 y 10 cachorros,

y una hembra extraviada por un año podría generar

entre 12 y 20 nuevos animales callejeros.

Por otro lado, en la mayoría de lugares del mundo

los perros son más propensos a ser abandonados,

con una estadística de poco más de 3 perros abandonados

por gato.

Para mí, esto se debe a que es más difícil cuidar

de un perro (ya que implica sacarlo a pasear, educarlo

más que a un gato, pues estos no suponen

normalmente ningún riesgo de que muerdan o

arañen a personas), que a un gato, y entonces hay

más gente que se harta de un perro que las que se

hartan de un gato.

¿Qué fobias puede tener un animal adoptado?

¿Por qué?

En los gatos las fobias son casi exclusivas de los

ruidos, como los que generan tormentas, petardos

o fuegos artificiales. Ya que son animales más

independientes, no temen a los extraños a menos

que tengan una razón. En los perros también están

presente las fobias a los ruidos, pero además

pueden tener miedo al veterinario porque no se

sienten bien en un ambiente tenso o porque les

incomodan los procedimientos que les realizan.

También pueden tener miedo a quedarse solos

por motivos específicos, o porque son más dependientes

y en general les molesta estar solos ya que

en sus genes está la ancestral tendencia a pertenecer

a una manada. También pueden tener miedo

a los extraños aunque esto es relativamente

“normal” pues tratan de proteger a su “manada” o

sea, a nosotros. Pero según el libro En la mente de

un perro, eso no quiere decir que los perros callejeros

sean más salvajes y cercanos a los lobos, ya

que está comprobado que los perros, en general,

sean de raza o mestizos comparten el 99,66% de

su ADN (ácido desoxirribonucleico).

¿Por qué se cree que los animales comprados

son más educados que los adoptados?

Esto se debe a dos factores: muchos piensan,

cuando ven a un animal sin raza que gruñe o ataca

a alguien, que es “porque es callejero y sin raza es

salvaje”, pero en realidad un animal de raza en esa

misma situación de desesperación probablemente

se habría comportado igual.

Además, hay muchos criadores a los que no les interesan

los animales y por eso no piensan en decir la

verdad, dicen lo que les conviene; por ejemplo, que

“los animales de raza son más educados de por sí”,

“son más fiables”, y se guardan cosas como que los

perros de raza, aunque “permitan rastrear su as-

45


Cuando fuimos a

adoptar a Chispita.

Acá estoy con Yamile,

del hogar de Tiwi, y

toda mi familia.

cendencia a lo largo de su línea de cría, son más susceptibles

a muchos trastornos físicos que los perros

de razas mezcladas”, por la falta de “mutaciones,

variaciones y adiciones” genéticas que se producen

cuando dos perros de razas diferentes se aparean,

lo que ayuda a prevenir enfermedades hereditarias

(según el libro En la mente de un perro). Por ejemplo,

esto pasa con los ovejeros alemanes, que pueden

padecer de displasia de cadera, que produce

cojera y dolor al caminar cuando envejecen.

¿Por qué es mejor adoptar animales callejeros

o rescatados?

Una razón para adoptar animales callejeros o rescatados

es que no solo ayudas a una vida, sino a dos,

la del animal que adoptas y la del que ocupará su

lugar en el albergue donde hiciste la adopción, que

podrá atender a un animal nuevo. Además estos

animales son muy leales y estarán siempre infinitamente

agradecidos por haberles salvado la vida.

En los albergues hay muchísimos perros. Sí o sí encontrarán

alguno que vaya con el dueño y siempre

serán buenos. Además, las personas que trabajan

no lo hacen porque sí, les interesa que el dueño

sea responsable y que se vayan a llevar bien.

Los albergues de animales son organizaciones sin

fines de lucro que acogen animales de las calles

para que tengan un hogar temporal (o por lo que

les quede de vida si son muy viejos u otras razones)

hasta que sean adoptados. En estos lugares,

los animales son atendidos por algunas personas

que cobran un sueldo casi honorífico y, en su mayoría,

por voluntarios que sepan tratar animales o

que estén estudiando Medicina Veterinaria. Cabe

resaltar que un albergue es una organización sin

fines de lucro y suele ser apoyada por donantes de

vacunas, alimentos, materiales de construcción,

materiales de medicina y donantes de dinero.

Existen tres organizaciones que trabajan para evitar

la proliferación de animales callejeros o cuidar

de ellos:

Cuando tocamos a Chispita por primera vez.

46


WUF: Esta organización sin fines de lucro trabaja

para rescatar, mantener (darles comida, medicina

y amor) y promocionar la adopción de animales callejeros.

Si, por diferentes razones, alguien quiere,

pero no puede ser voluntario de WUF, yo sé de otra

manera para ayudar a WUF: donar directamente

dinero para que WUF pueda comprar medicinas o

alimentos, y donar medicinas o comida.

ASPPA (asociación peruana de protección de

animales) es la organización más “formal” de esta

lista. Se encarga, con especialistas de diferentes

profesiones, de tratar de darle asilo en distintos

albergues a los animales callejeros y de concientizar

sobre la tenencia responsable de mascotas. Algunos

de los profesionales que trabajan en ASPPA

son veterinarios o psicólogos.

Voz animal Perú es, como las ya mencionadas

organizaciones, una organización sin fines de lucro

que lucha por la adopción. Cabe resaltar que el

sueldo de los que no son voluntarios se paga gracias

a múltiples benefactores. Algo interesante de

Voz animal es que en su página web hay una sección

en la que, junto a una imagen del animal, hay

un cubículo sobre su forma de ser y, si le das clic,

aparece su historia resumida.

Una cosa que quiero resaltar es que las tres organizaciones

son no eutanásicas, es decir, no se sacrifican

animales en ellas. Así, el tiempo que esté

cada animal depende de cuánto demore en ser

adoptado o cuanto dure su vida. Solo usan eutanasia

si la calidad de vida del animal es pésima.

Además, quiero mencionar las dos organizaciones

que fui a visitar, que son el albergue Hogar de Tiwi,

en Chilca, y el albergue de la Municipalidad de San

Borja, en el distrito del mismo nombre.

Algunas conclusiones a partir de mi investigación

1. En Perú, con 6 000 000 de perros callejeros,

deberían hacerse campañas de esterilización

masivas. Además, deberían aumentar drásticamente

las cantidades de albergues del país.

Estas iniciativas deberían ser tomadas por el

gobierno nacional, y no deberían hacerse solo

en Lima, sino también en provincias.

2. Para garantizar que un animal adoptado goza

de plena salud, hay que recordar que una diferencia

con los animales que se compran es que

no sabemos su historial, por lo menos no muy

exactamente, así que a la mínima señal de que

algo no va bien, para mí, es importante llevarlo

al médico para que lo chequee y diga si hay

algún análisis más exacto que hacer si a su impresión

algo no anda bien o si simplemente fue

un error y el animal estaba bien.

3. Si bien es cierto que adoptar es un camino más

difícil que comprar, es la manera de colaborar

con nuestro granito de arena con los animales

que enfrentan a esta difícil situación día a día.

4. Biológicamente hablando, los animales sin raza

son 100% iguales a sus congéneres de raza,

excepto por las minúsculas diferencias que hacen

que todos seamos distintos. Que se los crea

más salvajes es culpa de la desinformación y de

los criadores que mienten para vender más.

Imagen de un final feliz.

47


Promoción XXXVII / Sexto grado

Alexandre Ágreda Paradis

Mae Alorda Watanabe

Antonella Altuna Villar

Antonio Álvarez Reátegui

Santiago Calero Álvarez

Valery Campos Vásquez Mejía

Paloma Carrillo Zeballos

Sofía Christodulu Mendoza

Noah De Col Monge

Gael De la Rocha Meléndez

Doménica Dezar Cunliffe

Yaku Gálmez Suárez

Pascal Ganoza Céspedes

Pablo García Hernando

Isabella García Rosell de la Piedra

Morgana Mindreau Brivio

Lorenzo Molina Vizcarra

Julieta Montani Páez

Isabel Pérez Flores

Joaquín Planas Ponte

Kenu Puerta Wong

Mali Puerta Wong

Vicente Quiroz Zuzunaga

Nicolás Rabí Saavedra

Luciana Saavedra Cano

Brunella Serrano Miano

Salvador Sevilla Luna

Rafaela Siles Quiñones

Andrea Villacorta Pena

Lucas Villegas Guardia

Adrián Wirz Bedoya

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En esta sección, les presentamos una muestra

de lo trabajado en Secundaria. Esta vez,

tenemos cuentos, poesías e imágenes.

Color del cielo

Hace mucho tiempo, incluso antes de los dinosaurios,

Lucas, el Dios de la Luz, quería teñir el espacio

transparente que estaba debajo de él. Quería teñirlo

con colores claros, ponerle nubes y lograr que siempre

se vea el Sol. Cuando su hermano Oscar se enteró,

pensó que el Consejo de los Dioses preferiría a su

hermano antes que a él, y les dijo que también quería

teñirlo, pero de un azul muy oscuro, donde se trataran

de notar la Luna y las estrellas.

Ambos discutieron durante días, incluso semanas.

Después de meses, convocaron a una asamblea para

que el Consejo decida qué idea era la que debía ser

tomada en cuenta. La mayoría votó por la idea de Lucas

porque les gustaba su propuesta y porque, además,

fue el primero en proponerla. Oscar, enfurecido, le

declaró la guerra a su hermano.

Lucas aceptó su declaración; ambos unieron tropas

formadas por gárgolas y seres gigantes con armaduras.

Lucharon por varios años y ninguno de los dos bandos

se rendía, hasta que al General de las tropas de

Lucas se le ocurrió la genial idea de que, como el día

tenía veinticuatro horas, podían poner su lienzo por

doce horas, y el otro por las doce siguientes. Lucas,

entusiasmado con la idea, se la propuso a su hermano

y este aceptó, y fue así como se creó el día y la noche.

Maika Mendoza, Primero de media.

terminó de separar por completo y hubo terremotos y

maremotos. La batalla duró días hasta que los dioses

fueron derrotados, pero eso costó la vida del tiburón. Al

morir, de su cadáver, creció una montaña con un gran

hueco hondo y profundo en la punta.

Al mar se le ocurrió que el castigo para los dioses

sería vivir encerrados en esa montaña. Al meterlos a

la montaña todo empezó a temblar y del hueco de la

montaña empezó a salir lava por la furia de los dioses,

así se originó el volcán Altapunta.

Salvador Massa, Primero de media.

Dante Torrejón, Primero de media.

El Altapunta

Se dice que hace mucho tiempo, Hawái formaba parte

de América, pero se separó por una gran batalla entre

dos dioses hermanos. Los nativos se dieron cuenta de

lo que estaba pasando y empezaron a temer sobre su

futuro, pidieron ayuda a los animales de la ahora isla;

aunque lo intentaron, los animales también tenían

miedo y no los ayudaron. Finalmente, pidieron ayuda al

tiburón, que era el animal más sabio y fuerte de todos

y el que se atrevió a ayudarlos.

El mar se dio cuenta de lo que pasaba y empezó

a atacar a los dioses junto al tiburón y la tribu nativa,

y así comenzó una feroz batalla. El trozo de tierra se

Aisa Sara, Primero de media.

49


El perro policiaco: una historia contada

desde la perspectiva de un perro

Un día me levanté y salí de la casa de mi amo, fui directo

hacia el árbol a marcar mi territorio. Todas las mañanas voy

al parque porque me gusta el olor a comida. Cuando voy,

siempre está una abuelita que me da sabrosos y suculentos

huesos.

Ese día, después de almorzar, me fui a la casa de mi amo,

pero estaba sin correa y un poco sucio. Un carro muy extraño

lleno de perros me llevó a un sitio donde había más perros. Yo

no sabía por qué motivo estaba ahí.

Un policía me llevó para entrenarme, pero yo no sabía por

qué, me dio algo para oler que tenía un olor extraño. Después

de un tiempo aprendí a reconocer el olor. Me dieron un traje,

una pistola, un carro y me enseñaron artes marciales. Al

terminar el entrenamiento me utilizaron para oler crímenes,

pero uno marcó mi vida. Fue un 7 de agosto de 2018:

nosotros seguíamos a un tipo con mercancía hasta un hangar.

No sabía por qué el tipo estaba ahí, pero reconocí un olor

muy extraño. Volvimos a seguirlo los tres días siguientes para

ver si volvía al hangar. Mi compañero y yo le tendimos una

trampa y él quedó colgado de un pie. Usé mi sabiduría en las

artes marciales, pero el tipo salió de la trampa y le disparó a

mi compañero y cayó al suelo, pero no sabía si había muerto.

El sujeto empezó a correr y yo lo seguí por detrás. Corrimos

casi varios metros, y él llegó primero a una avioneta.

El sujeto no había cerrado bien la puerta, así que yo salté.

Forcejeamos con el timón de la avioneta, dimos muchas

piruetas. Antes de que caiga la avioneta salté al mar, el sujeto

se estrelló contra el suelo y cayó debajo de mi

compañero.

El sujeto parecía muerto pero se levantó.

Fui hacia él y lo apunté con mi arma, el sujeto

volteó, y me di cuenta de que era mi amo. Le

disparé, cayó al suelo y fui llorando a lamerlo.

Aun ahora me parece extraño lo que pasó, pero

algún día lo averiguaré.

Diego Flores y Nahuac Zapata,

Tercero de media.

Camila Ormachea, Segundo de media.

Alejandra Escribens, Segundo de media.

50


El banco

Caminando por la noche, en

las calles de Hamburgo, vi a

lo lejos una chica sentada en

un banco; se estaba tapando

la cara y parecía que estaba

llorando. Cada vez que me

acercaba, percibía que lloraba

más fuerte, luego ya cuando

estaba a una distancia

considerablemente cerca,

pasaron por mi cabeza varios

recuerdos, lo que hizo que

corriera desesperadamente

hacia ella. Corrí, y corrí, pero

cuando llegué donde estaba,

me di cuenta de que no había

nada. Es más, ni siquiera

existía aquel banco.

Arantxa García Rosell,

Cuarto de media.

Amaranta Gutiérrez,

Primero de media.

Alejandro Castro, Cuarto de media.

Novelas Cortas

(Estaciones)

Un día de primavera

En un típico día de primavera, en el cual las flores

brotaban, se encontraba Augusto, un ser pintoresco. Él

era una persona amargada en aquel día soleado; nada

le podía alegrar ni inspirarle ánimo, ya que su visión de

la realidad estaba demacrada y deteriorada. Todo en

aquel hermoso día de primavera era irresistible, hasta

que nuestro personaje se topó con algo simplemente

mundano, pero especial a la vez: encontró un broche

y lo recogió. Al ponérselo en su traje, su desidia se

esfumó y su espíritu fue revitalizado en aquel día de

primavera.

El grato paso otoñal

Las hojas caían, el sosiego en penumbra de aquella

tarde de otoño era algo magnificente, la ventisca

otoñal soplaba las dispersadas hojas a un nuevo

destino. Un ingrato nuevo huésped echa las hojas

a un basural. Su destino se ve incierto, pero su

pasado era magno. El trayecto otoñal, como grato,

al ser benevolente con su viento, hizo desplomar el

rencoroso basural y las hojas siguieron el paso otoñal.

Jacobo Rey, Cuarto de media.

Que lo escuche cuando él no lo necesite

El científico Robert Clay ha conseguido rehabilitar

un cadáver. Este tiene apariencia de un hombre

relativamente áspero, es rudo y grueso de contextura.

También posee unos tatuajes un tanto sangrientos y

dientes de oro. Al cobrar vida, este sujeto resultó ser

increíblemente inseguro, tímido y asustadizo. Cuando

vio el lugar donde se encontraba se puso a temblar

como un perro de tamaño pequeño: estaba lleno de

dudas. Robert le dijo: “sea un hombre o sea más que un

hombre, sea firme con su propósito y firme como una

piedra”. Lentamente, el antes cadáver se comienza a

levantar mirando desesperadamente a todos lados, y

cuando se para del todo, comienza a correr. Clay se da

cuenta en ese momento de que su propósito de crear

un ser que lo proteja y cause terror tenía el efecto

totalmente contrario, y decidió que lo que tenía en

frente era un posible compañero de vida para que lo

escuche cuando él lo necesite.

Josefina Miranda, Cuarto de media.

El gran llanto

En 1937, había un joven llamado Paul que se creía el

hombre más valiente del mundo, y cuando me refiero al

más valiente, es que no lloraba por nada.

Él era muy unido a su familia (sus padres, su abuelo,

su hermano y su hermana), pero un día se separó de su

51


familia por problemas personales. Toda la familia vivía

en Los Ángeles, pero cuando él se separó, se mudó a

Massachusetts, en Boston. Era un empresario y por

eso ganaba mucho dinero. Al mudarse, compró una

gran casa en el campo. Se quedó viviendo ahí por el

resto de su vida con su esposa. La casa era muy bonita,

pero lo más impresionante era que tenía una biblioteca

inmensa y llena de libros.

Un año después de mudarse, ya había hecho varios

amigos en el trabajo y en la ciudad. Entonces un día

decidió hacer una fiesta en su casa. Ese mismo día, su

familia iba a viajar a Bélgica.

En la noche, cuando ya había empezado la fiesta,

llamaron al teléfono de la casa. Paul escuchó la llamada

y contestó:

— ¿Aló?

— Buenas noches, ¿con el señor Paul Smith?

— Sí, ¿cuál es el porqué de la llamada?

— Somos de la aerolínea American Airlines, queríamos

informarle de que el avión en el que su familia iba

viajando cayó en el océano y lamentablemente todos

los pasajeros murieron.

— ¿Perdón? ¿Qué?

— Su familia ha muerto hace unos pocos minutos.

— ¡Oh, por dios! Bueno… gracias por la información.

— De nada. Hasta luego.

Paul quería llorar de la pena, pero él era el hombre

más valiente del mundo. Entonces le contó a su novia,

y ella, automáticamente sacó el libro Las Grandes

Esperanzas, abrió la página 71, se lo dio a Paul y

leyó la primera frase: “Dios sabe que no debemos

avergonzarnos nunca de nuestras lágrimas”. Paul,

entonces, lloró.

Lucas Ormeño, Cuarto de media.

Adrián Rosadio, Primero de media.

Antonio Henman, Cuarto de media.

Cada insólito rincón

Y así sucede cada mañana, todos los días son iguales

para ellos; están, parece, siguiendo una misma rutina

cíclica, más podría ser un círculo vicioso. Al entrar la

luz a tempranas horas de la mañana ellos ya están

despiertos, no se han levantado de la cama, pero ya

están listos para hacerlo. Minutos antes de sonar la

alarma, ellos la apagan, la alarma es solo una excusa,

algo así como un pretexto.

Es el momento de levantarse, lo hacen rápido, y

debido a la práctica ya no se marean. Se dirigen hacia

los baños, a veces sin necesidad de mirar el camino, a

causa de su memoria muscular. Se bañan tranquilos,

saben que tienen tiempo antes de tener que salir

del piso. Cierran las duchas, toman las toallas y

lentamente secan cada parte de su cuerpo, se acicalan,

se perfuman, peinan y arreglan; siempre hay que dar

buena impresión en el trabajo.

Salen de los baños, se visten, todos los días con un

mismo uniforme opaco, sin nada que decir, pero tampoco

nada que callar. Toman sus abrigos y mochilas de los

respectivos percheros, dan una mirada al piso antes de

salir por unas largas pero ya acostumbradas doce horas.

Por fin ha llegado su transporte, un gran

camión que recorrerá cada insólito rincón de la ciudad,

y una vez listos, arreglados y perfumados, limpian las

calles y recogen la basura de la ciudad.

Paulo Guerra García, Cuarto de media.

52


Camila Revelli, Cuarto de media.

Camilla Salazar, Primero de media.

Nunca estarás decepcionado

El señor Castillo convocó a diez familias para organizar

la gala más elegante de Lima: ¡habría hasta televisores

a color! Cada familia estaba encargada de hacer o

traer algo: el licor, el local, el vestuario, el personal,

la limpieza, los invitados, el presupuesto, y un sinfín

de detalles cada vez más microscópicos. La noticia

se propagó como un virus aéreo entre los invitados.

Sin embargo, ninguna de las familias encargadas

cumplió su cometido, pero la gala salió excelente,

todo estaba en su lugar. “Si no esperas nada de nadie,

nunca estarás decepcionado”, mencionó a las 12 en

punto el señor Castillo mientras hacía sonar su copa de

champagne con una cucharita.

Tarek Bailetti, Cuarto de media.

Mar

Aurora tenía todo, o al menos sus familiares pensaban

eso, buenas notas, buena apariencia, buenos modales.

O al menos era así cuando era pequeña, ahora a

nadie parece importarle su existencia, eso es lo que

ella piensa. Los días en el colegio se le hicieron cada

vez más pesados, la molestaban, era muy débil para

defenderse, una vez le pegaron, pero nadie se dio

cuenta. Esa semana le fue particularmente terrible y

nunca se lo dijo a nadie, porque no tenía a nadie.

Caminaba un lunes después del colegio hacia su

casa por unas calles muy concurridas, eran las 6 de la

tarde, se había quedado hasta tarde porque no quería

salir de la biblioteca; le gustaba estudiar matemáticas

y leer literatura francesa antigua. Con libros en la

mano y su mochila al hombro se encaminó como de

rutina hacia su hogar, cabizbaja, para no llamar mucho

la atención. Pasó por calles casi desiertas, cerca de

colegios más grandes que el suyo e incluso cruzó por

una manifestación en contra de la policía, pero no fue

hasta que pasó por ese bar que cosas malas pasaron.

El bar de Tito no era nuevo para ella, Tito había

sido amigo de su padre antes de que este muriera y

la dejaba entrar de vez en cuando para tomarse uno

que otro trago. Bebía bastante para tener diecisiete

años, de hecho, ya de por sí no debía beber a esa edad,

pero desde que su padre murió su vida se descarriló,

necesitaba ahogar el dolor de vivir incomprendida y

sin amor, sin nadie, sola. Entró y se sentó en la barra,

automáticamente apareció un vaso de whisky frente

a ella; miró a Tito, él le guiñó un ojo y le dijo “lo de

siempre, sobrina, yala”. Abrió un par de cuadernos y

empezó a escribir y beber lentamente. Al terminar su

vaso agrupó sus cosas para guardarlas e irse, sabía que

si se quedaba ya no iba a dejar de beber hasta el día

siguiente.

Había un grupo de hombres afuera, altos, robustos,

viejos, feos; estaban tomando unos tragos apoyados

en un auto antiguo. Cuando salió le echaron un ojo,

intentó pasar corriendo, pero la agarraron y uno de

53


Carolina Zeballos, Cuarto de media.

Dennis Da Silva, Tercero de media.

ellos la metió al auto. “¿Qué hace solita una niña tan

bonita a estas horas de la noche?”. Intentó escapar,

pero el hombre rompió su uniforme y… Prefiero

saltarme esa parte. Salió muda del auto y caminó; dejó

todas sus cosas tiradas, solo caminó, tambaleándose.

Pasaron horas y horas en las que fue sin rumbo

intentando reaccionar, intentando saber qué hacer.

Llegó al Parque Salazar, miles de parejas reposaban

ahí, sonrientes, se querían, pero a ella nadie la quería.

Se acercó al muro que bordeaba el acantilado y se

puso a mirar el mar, las olas se movían lentamente y

llegaban hasta donde querían llegar, sin importar que

haya arena o bañistas, nadie las paraba y todos las

respetaban; y ese fue el momento en el que decidió

que eso era lo que ella quería ser.

Empezó a bajar las escaleras que se dirigen a la

playa, con mucha paciencia y decisión, hasta llegar

a la orilla, ahí se sentó y dejó que la brisa llene sus

pulmones. Mar. Cerró los ojos y caminó hacia adentro

de él, sin mirar atrás, nunca regresó.

- ¿Eso es todo? ¿No dijo más? Necesito que me diga

más, necesito saber.

- Señora, la ouija no funciona así, esto es todo lo que

su hija me ha dicho sobre el porqué ya no está.

-Pero…

Valeria Caceres, Cuarto de media.

Poema

Lo único perdido

que he tenido,

ha sido no perder nada,

pero a la vez,

lo he perdido todo.

Cactus solitario,

sombras desérticas.

Aurelio Giribaldi, Primero de media.

Sin adónde ir

Allí voy, por ahí

sin adónde ir,

siguiendo las estrellas

y evitando cometas.

Mi situación no es que digamos

la mejor,

ya que ahora soy una parte de lo que fui antes.

Se nota que yo no soy, ni seré nada,

vagando por ahí, sin rumbo alguno,

solo dejo que el espacio me guíe.

Santiago Salazar, Primero de media.

54


Ángeles

Me gusta ver ángeles llorar.

Cada lágrima

bajando por su mejilla,

deslizándose por su tez

blanca cual rostro estupefacto.

Lágrimas puras como la flor más clara

o la risa de un bebé.

No como las

l

á

g

r

i

m

a

s

de cocodrilo

que reabren las heridas

e infectan la sangre.

Me gustaría ver a un ángel llorar

en una nube tan clara como su alma

o una tormenta

con rayos y centellas.

Diego Fajardo, Segundo de media.

Paula Bellina, Primero de media.

Enzo Sabato, Primero de media.

Letanía del solitario

Camino por la calle sin destino. Me acabo de ver con la

chica que siempre he querido, solo para que me diga que

solamente me ve como amigo. He perdido la esencia de

la vida y me siento totalmente vacío: cada día son meses

interminables de completa soledad, mi vida se va ante mis

ojos; lo siento… y a veces pienso que más fácil sería acabar

de golpe. He perdido mi objetivo, mi motivo en esta vida

amarga. Culpo a Dios, mi enemigo, por el destino que ha

elegido para mis viejas manos y mi rostro fastidiado. Yo no

he hecho nada para merecer esto. La llamo y con lo que me

encuentro es con su buzón de texto. A veces pienso: ¿dónde

se fue la luz si todo lo que veo es completamente negro?

No he salido en días, la puerta solo se mueve con la brisa.

Si miro por la ventana a todos los veo sonriendo. Cuelgo

la soga y la amarro en mi cuello; en mi lápida se escribirá

“solitario, solitario”.

Sebastián Saco Vértiz, Primero de media.

Aquel estado

El objetivo de la vida

no es un objeto

es un estado

al que nunca se ha llegado

uno desconocido

conocido solo por el olvido.

Es un sentimiento

en el que se está contento

de contribuir con algo

en vez de andar pidiendo

la virtud de amar.

Ese sentimiento

es correcto

es poco común

pero se ha dado

en algún lado…

Yaku Rivas, Primero de media.

55


Invierno

Mientras que él juega

se acerca el invierno,

los niños se van

y él queda.

Mira las lágrimas que

se desprenden del cielo.

Corre, corre y corre,

pero no logra escapar:

el invierno lo atrapa

y se lo lleva.

Yaku Mateo Guzmán,

Primero de media.

Sonrío y

me quedo callada

En una mirada digo mil palabras,

con una sutil sonrisa digo cómo me

siento.

¿O miento sobre cómo me siento?

¿Qué pasaría si no sé cómo me

siento?

¿Qué pasaría si siento que mi vida

es una mentira?

Creo que no pasaría nada,

porque me limitaría a sonreír y

quedarme callada.

Kira del Valle, Primero de media.

Aquel viejo roble

Todos los días se coloca bajo el

roble,

se echa en su cuerpo.

Sus hojas se enredan en su pelo,

cierra sus ojos y

solo escucha

su melancólico silencio.

Todos los días

pierde su risa, su llanto,

se desgasta junto a su única

compañía,

aquel viejo roble.

Camila Díaz, Primero de media.

Fabrizio Carbajal,

Primero de media.

La vida

Yo voy por la calle rimando

y por lo tanto me pongo rojo

pero de eso el público me echa ojo

y el público se va emocionando.

Entonces en la calle estoy bailando

y de un chocolate yo me antojo

entonces veo carne y pienso en un

despojo

y por lo tanto salgo gritando.

Yo me voy a alimentar

comiendo un poco de miel

entonces ya va a anochecer.

Este terceto va acabar

entonces pienso en él

y ya llega al amanecer.

Álvaro Cano, Segundo de media.

Fernanda De Souza,

Cuarto de media.

Clavo mi remo

en el agua

Clavo mi remo en el agua,

moviendo mis brazos sin cesar,

como un guepardo mueve sus

piernas

desesperado

para llegar a su refugio.

Me detengo a pensar de repente

en los autómatas

que nos hemos vuelto,

¿Y cuál es la prisa?

Pienso.

Daniela Díaz, Primero de media.

56


Soledad

Soledad que invade mis pensamientos

Ojos que se mueven sin encontrar la tranquilidad

Pierde y pierde la ventaja, hasta que cae en la depresión

Distancia recorrida solo para ser rechazado

Corazón roto como un vidrio

Noche fría y sombría en la que estoy

Flor bonita

Espejo que refleja sentimientos

Tiempo que pasa sin tener éxito

Estrella brillante

Pez en el agua

Horizonte inalcanzable, completo de amor

Torrente sanguíneo

Mi alma es como un desierto, sola

Silencio apagado

Lámpara prendida

Zapato lustrado.

Lorenzo Gutiérrez, Segundo de media.

El suicidio

Gael Olaechea, Primero de media.

La soledad lo mataba

De sus ojos caían lágrimas

Pierde a su familia

Estando a una gran distancia

Su corazón deja de latir

En la noche del domingo

La flor no creció

En el espejo ve su reflejo

El tiempo corre lento

Mira las estrellas

Quiere nadar como un pez

En el horizonte de la playa

Su sangre pasaba a torrente

Su vínculo social era desierto

El silencio reinaba en su vida

La lámpara se encendía

Se mató con su zapato.

Gabriel Sánchez León, Segundo de media.

Iyari Buitrago, Tercero de media.

57


Gabriel Vargas, Primero de media.

Gonzalo Céspedes, Cuarto de media.

Frases aleatorias

La respiración sin igual

Desperté sin dormir

Escribo con la sangre

Mejor no es para mí

Todo es difícil

La habitación del remordimiento

Hermoso como el fuego

Conversación de la cabeza

Finalmente llegué

Mañana no volveré

Ronquido suave

Opinión falsa

Gente sin conciencia

Imaginárselo mejor

Papá sin hijo

Dormir despierto

Tarde de gaviotas

Pensar es demasiado

Domingo de penas

Crítica pasajera

Susurro del gusano

Año efímero.

Lo que más me gusta

A mí me gusta hacer parkour, correr,

ser uno con la ciudad,

enfocar tu fuerza y tu habilidad

y darse cuenta de que hay mucho que aprender.

Si te caes, hay mucho que perder

pero mi salto es elegante, ya que salto con mucha facilidad

y aterrizo como gato, con mucha amabilidad,

y lo mejor es ver desde arriba el longevo atardecer.

Y después sentirse satisfecho y cansado,

volar en un avión, tus brazos son las alas y tu cabeza la cabina y que

cuando haya turbulencia se libere la adrenalina;

y saber que donde pisaste fue tu pasado

y corriendo, ir a explorar lo inexplorado,

colgarte de una barra muy larga o de una línea muy fina.

Mateo Dávalos, Segundo de media.

Matías Guerra, Segundo de media.

58


Gianlucca Tijero,

Tercero de media.

Joaquín Quesada,

Tercero de media.

Joaquín Vílchez, Tercero de media.

La nieve roja

Frío, duro, difícil

el invierno

desde la gélida ventana

de la vieja y moribunda cabaña

en el horizonte la aurora boreal

moviéndose

con calidez, burlándose, en triste

solitaria

el viejo barbón rendido por el

devastador

y mortal invierno.

La caída de una hoja

Tan suave es su movimiento

empuja por la corriente de viento

cayendo lento, lento.

El vaivén de un péndulo

Vuelas rápido

cortando el aire a tu paso

y alegrando niños al rato.

El vuelo de un avión de papel

El vuelo de avión

de papel

El pájaro blanco y tieso

que se extiende en el aire

como una nube, igual de frágil.

La caída de una hoja

El fragmento del árbol

que planea y flota

antes de caer al frío

cemento.

El hombre sale de su casa

mirándola

con amor y tristeza, viéndola triste

sola, ve sus arrugados brazos el

hombre

con su casa destruida pero el

invierno

se saca su gorro y el hombre frío

por el invierno se rinde

para encontrar el color que una vez

tuvo

y no volvió a encontrar.

Se mueve

sordamente

constantemente

precisamente.

Ana Zegarra, Segundo de media.

Sebastián Cabero,

Segundo de media.

Martín Espinosa,

Segundo de media.

Kai Arauco, Segundo de media.

59


Soledad al irte

En medio de la soledad la tristeza me corroe

En la profundidad de tus relucientes ojos

Pierde su armonía

Y tu corazón amoroso

Se esconde en las sombras de la noche

Y la mala suerte de romper un espejo

Hace que el tiempo pase

Y reluzca la estrella

El puerto con olor a pescado

Frente a un horizonte brillante

Circula la sangre por el torrente

El único torrente del desierto

Y el silencio sepulcral

Ilumina el camino la lámpara

Me pongo los zapatos

Y voy a buscarte.

Francesca Cuba, Tercero de media.

Sergio Cavassa, Segundo de media.

Estaba aprendiendo

Estaba aprendiendo la respiración

Y desperté

Me enseñaron a escribir

Mucho mejor

Pero es difícil

En la habitación

Hay un hermoso cisne

Tiene conversaciones

Pero finalmente

Mañana volverá

Escucho un ronquido

Dime

Tu opinión

Hay mucha gente

Deben imaginar

A su papá

Debo pensar

En domingo

Y me dan una crítica

Mientras están susurrando

Durante años.

Matías Luna, Segundo de media.

Vicente Coronel Zegarra, Segundo de media.

Matías Martínez, Segundo de media.

60


Es hielo es abrasador

Es hielo es abrasador, es fuego congelado.

Del fuego su abrazo ha escapado

y se levanta mi esperanza

¡Que todo el mundo lo aplauda!

Mi sobra me persigue,

a la que más he amado,

y el dolor y la oscuridad se entrelazan

y hacen más débil mi esperanza.

Entonces renace el dolor.

Stephania Aguirre, Tercero de media.

Nublas mi vista

Como rosas, floreces

Tus cabellos rubios en la hierba meces

ojos azules como agua cristalina,

Al verte me estremeces.

Tu no en mi corazón clava espinas,

son juegos de niñas,

tus imperfecciones son perfectas a mi vista.

No hace falta que sigas, nublas mi pista,

por ti solas se rompen las ligas

de campos de nieve y hielo,

al verte soy como un pájaro en vuelo.

Alex García, Tercero de media.

Lucas Perko, Segundo de media.

Renata La Madrid,

Segundo de media.

Broken Smile

Everyone says:

be strong;

be right;

be brave.

But the thing

that

everyone

hide

it’s how broken we are.

In their songs

they pray:

“Sing with me,

I’m broken,

I can’t be strong anymore.

I’m f°°ked up,

Do you feel better?”

In a moment of weakness,

they show their feelings.

To later regret it.

Everyone is shouting:

“I’m not weak,

you’re weak”.

Silently we’re asking:

“Am I weak?”

Luna Durand, Tercero de media.

Leonardo Felices,

Primero de media.

Lorenzo Gruenberg,

Cuarto de media.

Mariel García, Segundo de media.

61


triunfante y victoriosa.

Don Quijote buscaba justicia y aventuras gloriosas,

batallas triunfantes,

aunque siempre termine golpeado y frustrado.

Cuando don Quijote se peleó con sus enemigos

los enemigos de Quijote lo odiaban y lo

despreciaban

porque era muy atrevido,

muy valeroso y un gran caballero.

Rodrigo Rubio, Tercero de media.

Micael Vargas, Cuarto de media.

Historias de don Quijote

Lo que don Quijote sueña

es verse con Dulcinea del Toboso,

tiene un caballo llamado Rocinante

y Sancho Panza tiene un burro llamado Jumento.

Al final Quijote se va al castillo

y se encuentra con Dulcinea:

la ve robusta, pero así le gusta.

Don Quijote en vez de tomar aventuras

se topa con desventuras.

A Sacho Panza, su fiel escudero,

le dice:

“¿Ves aquel gigante, querido Sancho Panza?”.

Sancho le dice: “¿Qué gigante, don Quijote?”.

Este le señala el molino y le dice:

“Si a ese gigante le tienes miedo, no te acerques”.

Don Quijote al ver un molino piensa que es un gigante

entonces usa su lanza para enfrentarse.

Michael Owens, Tercero de media.

Cuando don Quijote peleó contra el vizcaíno,

que era un escudero de una señora,

peleó con una almohada contra su espalda oxidada

y quedó con una oreja cortada.

Los galeotes se enfrentan a don Quijote;

este le dice a Sancho Panza que no se meta,

ya que ellos son caballeros y Sancho solo un escudero.

Los galeotes y el Quijote se subieron a sus caballos,

con sus lanzas y escudos.

Los caballos empiezan a correr y empieza la pelea.

La pelea de don Quijote será gloriosa,

Sangrienta, agotadora,

Lukas Onate, Tercero de media.

62


Si entiendes bueno

Quisiera verlo de nuevo

y saber por qué es lo que espero,

no entiendo en mi cabeza sin razón.

Por solo un segundo puesto en “on”,

en “off” está cambiando.

En esta vida no entiendo por lo que está pasando,

frecuentemente con alteraciones sin motivo,

no llegué a entender por lo que vivo.

¿Quieres saberlo? ¿quién habla?

Ya ha llegado, no lo puedo parar,

ni con uno o mil demonios esa cosa va a cambiar.

Carlos Mendoza, Tercero de media.

Me levanto

Mateo Quiñones, Primero de media.

Demostración de corrupción

La religión al hombre corrompe

es como abrir un vacío sobre

si es que hay un dios, no es un buen hombre

entrega cadenas y dice que se ahorquen en su nombre.

Lo llaman emperador, el mundo no es un imperio

lo llaman salvador, aún hay gente en el cementerio

yo no creo en Dios, no ayuda a mi movimiento

tú crees que vives por rezarle a alguien en cemento.

Me levanto y las frazadas me abrazan,

todo el mundo es frío

al parecer son de los míos,

porque el frío es amargo.

Vientos desnudos atrapan mi corazón

me estoy muriendo de frío

las frazadas se abren, yo lo permito.

Las nubes lloran y de la nada

los vientos vienen hacia mí.

Ana Vargas, Tercero de media.

Aun después de la ciencia, Dios no cesa

no existe el dios al que la gente le reza

ellos creen en alguien que no pesa

le hacen sacrificios y le entregan sus cabezas.

No obstante, a Dios le rezas tú

pero igual le temes a su ira

le rezas a él, le rezas a Jesús

crees en él, pero luego ya verás que es mentira.

Liam Tobin, Tercero de media.

Munay Ramos, Segundo de media.

63


Para ti, con cariño, con dolor

Amado, esta noche te has matado sobre la palma de

mi mano.

Tu dolor, recordándolo, he llorado lamentablemente,

no hay sentimiento más sano.

En esta tarde efímera, tu alma me ha tocado,

recordando todo lo que he soñado huiste lejos, lejos, lejos.

No entiendo por qué lo hiciste.

¿Acaso no éramos felices?

No pude más y te acompañé en el dolor y en el

sentimiento.

Ana Belén Villacorta, Tercero de media.

Arguedas, el pobre pongo

Nicolás Prado, Segundo de media.

El pequeño hombrecito se acercó

y a lo lejos se podía ver al patrón.

Siempre que lo miraba, lo hacía sentirse ratón

y el pongo, a pesar de todo, nunca lloró.

El dolor en sus entrañas,

por todas las patadas,

no importaba porque nunca se rindió.

El pongo solo sentía dolor,

golpe tras golpe,

lo único que deseaba era amor.

Franca Dacal, Cuarto de media.

Milan Zlatar, Primero de media.

Línea recta

Solo caminé, supuse que era hora de hacerlo. Me

cansaré, pero lo lograré. Acá no la paso muy bien y

ahora solo seguiré el camino recto, a la luz.

De pronto, sentí mi cuerpo otra vez, porque caminando

en línea recta uno no puede llegar muy lejos.

Camila Carvallo, Cuarto de media.

Nua Maneiro, Segundo de media.

64


Olivia de Orbegoso,

Segundo de media.

Santiago Castro, Tercero de media.

Micaela Farfán,

Segundo de media.

Primera Meditación

¿Te puedo ver o eres creación de mi pensamiento?

Supongo que eres real… en tu cuerpo lo siento

Pero, ¿cómo poder distinguirte de un sueño?

o cómo saber si mis sentidos están engañando a mi cerebro.

Por ejemplo

No puedo debatir que un triángulo tiene tres lados

o que dos más dos es cuatro,

Pero, cómo no dudar de tu existencia a mi lado

Si ayer tuve un sueño donde igual podía percibir

como ahora tu encanto.

Supongo que me tendré que preguntar,

si estoy aquí, ¿acaso doy signos?

Y de pronto descubro que no puedo dudar

que estoy dudando, ya que soy una cosa que

piensa. Y si pienso, entonces existo.

Recordándote

Cada vez que te veía,

me enamoraba más.

Y esa noche recordé

dónde te había visto por última vez.

Y me eché a llorar como un niño,

Porque, recuerda,

la vida es como la corriente de un río

así como vino,

un día también se va.

Luke Velasco, Cuarto de media.

Joshua Quantrill, Cuarto de media.

Lugar oscuro

No sé dónde estoy

hacia lo oscuro es adonde voy.

¿Cómo llegué aquí?

Hacía un segundo que estaba en el parque por ahí…

Lo acabo de entender, no necesité mucho esfuerzo:

estoy muerto.

Juan Diego Centeno, Cuarto de media

Tamia Heredia, Segundo de media.

65 65


Quién

Mil eternos

Buscando salir

Encerrados

Ojos profundos

Porque la noche es corta

Y el día

Es un verano

Castigado

Por la travesura de la noche

Me gusta observarte

Eres yo

Espero

Ven y pasaremos juntos

Las tres a. m.

Porque somos seres finitos

En una vida larga

Mariana Coronel Zegarra, Cuarto de media.

Arguedas, el hombrecito

Un hombrecito temblaba,

“tengo miedo, tengo miedo” gritaba,

mientras su patrón le pegaba,

mientras tristemente rezaba.

¡No tiembles, dolor, dolor!

Le gritaba su patrón.

Y él solo quería amor, amor,

pero lo que el sentía era decepción.

El patrón creía que no abusaba

pero el indio solo lloraba,

solo esperaba ver el solcito,

mientras pasaba el cóndor,

deseando ir al río,

escalando montañas,

todo muy lejos del patrón,

iba a hacer mejor.

Miranda Espinosa, Cuarto de media.

Remigio Baigorria, Primero de media.

Sergio Valencoso, Primero de media.

Valeria Slocovich, Tercero de media.

66


Poema III

Cómo olvidar aquel domingo de julio,

a vísperas de mi fugaz delirio con tintes inconscientes.

Dichosos mis dedos palpando aquella sustancia ignota

que profana lo intangible que es el alma humana.

Sinceros sean mis sentidos embarcándose en este viaje

lleno de música y éxtasis

que compone la sinfonía visual que me provocas.

Sé que no me oyes tan claro

pues nuestros corazones laten al unísono,

tu voz es mi ritmo y tus caricias mi compás.

Cuando surcas tu mirada en mi alma desnuda

transluces tus verdades sensibles

frente al lago de mis sollozos.

En lontananza te puedo divisar

entre la jungla asfaltada de la metrópolis,

un halo endemoniado se desprende

de tu roja y flamante cabellera.

Yo te aprendí a amar

desde que el cataclismo de mi pecho

trascendió a mi cabeza

y ocupaste su caótico lugar

entre días grises y opacas personalidades.

Apenas te observé me enamoré de tu malicia innata,

me enamoré del infierno que tu metafísica persuade,

ese pedacito de utopía que se asemeja a una isla

borrasca,

un lago quieto.

Me encantas en términos de un amor complejo,

me encantas tú y tus imperfecciones,

pues me enseñaste que no hay rosa sin espinas.

Toca mis manos, súbete a mis hombros y démosle la

vuelta al mundo.

Échate y acurrúcate en mis lomas despobladas y

florécelas.

Quiebra con el reloj, tu poesía agiliza el tiempo.

Únete a la danza que tus cabellos convidan.

Instala tu perfume en mi aroma descampado.

Es amor y su tierna convicción por unir nuestro destino.

Rojos como los demonios que rezan por nosotros.

Originales como el sello eterno que tus labios

impregnaron en los míos.

Santiago Saavedra, Cuarto de media.

Vasco Hernández de Agüero, Tercero de media.

Poema

1

A mí me hicieron inmortal.

Siendo humano, no pude encontrar nada lindo.

H

A

S

T

A

Mi muerte.

2

No me duele si preguntas,

no me duele si respondes,

no me duele la cabeza,

me dueles tú.

3

Y cuando acababa el día, rezaba encima de la alfombra.

Siempre rezaba pidiendo que no tenga que rezar nunca

más.

El día siguiente fue infinito.

4

Prometo que nunca más haré algo que no quieras.

Sé que lo he hecho antes, y perdóname.

Todos cometemos errores, no volverá a pasar.

Todo fue irreal desde que me prohibiste escribir.

Paulo Briones, Cuarto de media.

67


Juegos

Florales

2018

Aquí les presentamos a los ganadores de los Juegos Florales

2018. Enviamos felicitaciones a todos los ganadores, y un

enorme agradecimiento a nuestros jurados invitados.

Zuri Del Valle, Quinto grado. Primer puesto, collage.

68


De viaje a África

Camilo Quiñones, Quinto grado.

Primer puesto, acuarela.

Doménica Dezar, Sexto grado.

Segundo puesto, acuarela.

Trilce Carbajal, Cuarto grado.

Segundo puesto, acuarela.

En un callejón de San Petersburgo se encontraba la taberna

“Armstrong”. En ella trabajaban siete hombres, Smolov,

Krascinzki, Samdor, Ramdor (ellos eran hermanos), Sludorov,

Marakov y Lúceriff. Ellos eran hombres comunes, aunque

sufrían con el tema económico: nunca habían salido de Rusia

y su sueño era ir de viaje a África. Un día llegó a la taberna

un señor misterioso, vestía un traje negro, gafas negras y un

sombrero negro, por lo que no se le podía ver la cara. El señor

pidió un vaso de vodka marca “Svedka” y Smolov se lo sirvió.

Mientras tomaba su vodka, el señor entabló una conversación

con Smolov y Lúceriff, les contó que estaba de vacaciones en

Rusia, les preguntó a dónde desearían ir de viaje y Smolov y

Lúceriff dijeron “¡A todos nos gustaría ir a África!”, y el señor

les dijo: “Espero que cumplan su sueño”, acto seguido terminó

su vodka, se paró y se fue. Llegó la noche y estaban a punto

de irse, pero vieron que el cielo estaba nublado y había

truenos, así que decidieron quedarse a dormir en la taberna,

todos subieron al segundo piso y decidieron dormir ahí.

La mañana siguiente, todos se despertaron en un lugar con

hierba alta y seca, había muchos árboles, no muy grandes,

y en el piso no había césped, era pura tierra con plantas

muertas y hacía mucho calor. Todos estaban en shock y no

sabían qué hacer. Unos minutos después, Krascinzki divisó

sobre la alta hierba una jirafa y gritó: “¡miren, una jirafa!”.

Todos voltearon a tiempo para ver cómo una manada de

leones la atacaba furiosamente: dos leones se treparon

encima de su lomo y empezaron a trepar por su cuello para

morderle la yugular. La jirafa, desesperada por librarse de este

ataque, sacudió su cuello muy estrepitosamente y logró tirar

a los leones al suelo. Como dos de los leones estaban en el

suelo, la jirafa aprovechó el momento y escapó de la manada.

Después de presenciar este ataque, los siete hombres se

fueron corriendo despavoridos, todos menos Marakov, porque

el miedo se había apoderado de él y ya no se podía mover. Los

seis hombres restantes corrieron los más rápido que pudieron

hasta que se cansaron y se voltearon para presenciar cómo

un elefante salvaje arrollaba a su petrificado e indefenso

amigo. El elefante ya se cernía sobre él. Sus amigos gritaron

69


Nerea Mujica, Quinto grado.

Tercer puesto, acuarela.

Valentina Garmendia, Quinto grado.

Tercer puesto, acuarela.

Tamara Vásquez, Quinto grado.

Tercer puesto, acuarela.

lo más fuerte que pudieron para que se moviera

desafortunadamente, Marakov no se movió y fue

arrollado y pisoteado brutalmente por el salvaje

animal. Los amigos se quedaron horrorizados con

la brutal escena. Después de preguntarse; ¿dónde

estaban y cómo llegaron ahí?, se dieron cuenta de

que estaban en África, pero aún no sabían cómo

habían llegado ahí.

Smolov dijo que deberían buscar un refugio o

hacer uno antes de que anochezca. Buscaron y

gritaron desesperados por encontrar un refugio o

habitantes, pero no encontraron nada. Entonces

decidieron trepar un árbol y descansar ahí. Todos

estaban durmiendo menos Ramdor, que estaba

pensando en cómo se defenderían de los animales

salvajes si no tenían armas. En eso escuchó unos

pasos debajo del árbol. Se puso tenso, no sabía si

gritar o alertar a sus compañeros de la presencia de

ese misterioso animal que los estaba acechando.

En eso lo vio, era zoomorfa y grande, se desplazaba

con grandes zancadas y no conocía el animal…

Repentinamente la forma desapareció entre la

oscuridad de la noche.

Ya que el peligro se había ido, decidió despertar

a sus compañeros. Entonces, vio la cabeza del

gran animal asomarse cerca de la rama donde

dormía Sludorov. Soltó un grito ahogado mientras

observaba cómo el gran felino se acercaba a

Sludorov y le mordía el brazo izquierdo y lo tiraba

del árbol. En ese instante Ramdor reaccionó

bruscamente tirándole una patada a las costillas

del gran felino, y logró que este se cayera del

árbol, y de un estrepitoso grito despertó a sus

compañeros.

Ya que todos sus compañeros estaban

despiertos, Ramdor se tiró para arremeter contra

el animal. Sus compañeros saltaron a apoyarlo,

fue una terrible pelea: golpeaban y pateaban

bruscamente al gran animal que a la vez daba

zarpazos y mordiscos con gran ferocidad.

Durante la pelea, Lúceriff, que combatía con gran

70



Mi barrio. Joshua Tola, Quinto Grado.

Primer puesto, cuento.

2. Luidón.

3. Teresa. 4. Adolfo.

72


5. Sturwich. 6. Roxana.

7. Rosa. 8. Nina.

73


Stephanie y sus aventuras

en el bosque

Stephanie era una niña que vivía en el Perú,

pero se mudó a España porque su mamá tenía

que hacer un viaje por temas de trabajo.

Stephanie ya había conseguido dos

amigas: Lola y Sara. Las tres comenzaban a

ir a la secundaria e iban a ir a otra escuela.

Como no sabían el camino se perdieron en

el bosque. Todas se asustaron y trataron de

usar sus teléfonos para llamar a alguien que

sepa el camino, pero no había señal; entonces

buscaron una salida pero no la encontraron.

“Ahora, ¿qué hacemos?”, dijo Lola. “Yo las

puedo ayudar”, dijo una voz. Cuando voltearon

se dieron cuenta de que un pajarito acababa

de hablarles. Stephanie y Lola se asustaron,

pero como a Sara le encantaban los animales

le preguntó al pajarito: “¿Quién eres y cómo

nos puedes ayudar?”. El pajarito les contó

que estaban en un bosque infinito y que la

única manera de salir era completando cuatro

misiones. “¿Qué misiones?”, dijo Stephanie.

“La primera misión es que me traigan la cajita

azul de la bruja de las cataratas, la segunda

María de Orbegoso, Quinto grado.

Primer puesto, collage.

74




Ian García, Cuarto grado. Tercer puesto, collage.

Noah Mujica, Cuarto grado. Segundo puesto,

dibujo a color.

Vicente Guzmán, Cuarto grado. Primer puesto,

dibujo a color.

Salvador Durand, Cuarto grado. Tercer puesto,

dibujo a color.

sabe la salida, no existe ninguna llave perdida y no necesitan ni la cajita

ni la antena ni la brújula para salir de aquí.”

El pajarito les pidió perdón y les enseñó la salida. Cuando salieron,

Stephanie, Lola y Sara aparecieron en la puerta del colegio al que iban

a entrar. En el recreo se dieron cuenta de que la mariposa era una niña

que se llamaba Daniela, la bruja era una niña que se llamaba Clara y Mr.

Raíces era un niño que se llamaba Lucas.

Cuando volvieron a sus casas les contaron todo a sus padres, y

cuando Lola les mostró una foto del pajarito a sus papás, ellos no

veían el pajarito, solo veían un montón de árboles. ¿El pajarito era

real? ¿Era solo de su imaginación? ¿O nunca existió?

Isabel Barrios y Uma Mikati,

Cuarto grado. Tercer puesto, cuento.

77


El mundo perdido

Hola, mi nombre es Maurice Lauriston, yo soy

o era una persona muy exitosa hasta que

me escapé; o sea, era un genio, dominaba

la ciencia y la literatura, pero igual decidí

renunciar. Yo siempre fui flaco y malo para

los deportes, seguido de un pelo que parece

más un trapo gris que me pongo en la cabeza

que cabello, pero en fin, debido a mi físico

fui preparado, muy preparado para cualquier

cosa. Los primeros días después del escape

estuvieron bien, pero fue en el cuarto día que

apareció una niebla que me arrastró hasta un

valle escondido entre cuatro montañas. Estas

habían formado el paisaje más hermoso y

majestuoso de todos los lugares conocidos,

había árboles altos que tapaban el sol llenos

de colores, igual se podía ver una parte

despejada como un prado. Fue allí donde

me establecí por un par de semanas hasta

que ocurrió… Para entenderlo, tenemos que

saber que mi carácter era muy curioso, por lo

que dibujé, tracé e investigué el lugar.

Pasada una semana me di cuenta de que

este lugar era distinto, según mi mapa me

encontraba al sur de algún lugar. El punto

es que esa formación de montañas no era

conocida en ninguna parte del mundo; claro

que puede ser un lugar desconocido, igual

me daba mala espina, tenía algo que me

hacía sentir inseguro, como si escondiera un

gran secreto. Poco tiempo después, encontré

una cueva en una de las cuatro montañas

que me llevó hasta la otra montaña que

se encontraba a mi derecha; en ella a su

vez había otra cueva que me llevaba a la

siguiente, hasta que me di toda la vuelta. Caí

en la cuenta de que debía haber otro camino

que me lleve al centro, y ciertamente lo

encontré, pero me demoré y cuando lo seguí

hasta un gran hueco con un resplandor, este

me jaló hasta un hueco que se había abierto

medio segundo antes. Cuando desperté, me

vi rodeada de fantasía como la de los cuentos

e historias; en fin, nada era normal. La luz del

sol constantemente interrumpida por lo que

eran hojas voladoras, también animales ya

extintos o que se parecían a ellos. Cuando

traté de tocar a un animal de esos no

pude, o sea, era imposible de llevar a cabo,

simplemente no podía. Cuando me senté a

procesar todo aquello que estaba ocurriendo

y pensar claramente, me quedé dormido.

Tuve un sueño raro, en él me encontraba en

la nada cuando una voz me explicó qué era

este lugar. “Este es un lugar paralelo a su

mundo, nosotros nos creamos al igual que la

tierra, pero en ese entonces nadie sabía qué

hacer y nos separamos. Con suerte alguien

de aquí salía a su mundo y se posaba en las

cabezas de personas que terminaron siendo

exitosas, según lo que nos cuentan. Pero

lo más importante es que necesitamos un

guía y tú pareces perfecto para el trabajo”,

eso fue lo que escuché. Fue entonces

que lo comprendí, este era el origen de la

inspiración; también entendí que, debido a

ello, estábamos tan escasos de ideas.

Pasé los siguientes días investigando la

“vida” de este lugar o, como me gusta llamarlo,

“El mundo perdido”. Eso, hasta que llegaron

ustedes.

—Creo que sigo sin entender, Mr. Lauriston

—dijo Roxanne—, y mis amigos tampoco

entienden.

Paloma Carrillo, Sexto grado.

Tercer puesto, cuento.

78


Antonella Altuna, Sexto grado. Tercer puesto, dibujo digital.

Belén Lopez, Cuarto grado.

Segundo puesto,

dibujo en blanco y negro.

Kenu y Mali Puerta, Sexto grado. Primer puesto,

dibujo digital.

Salvador Durand, Cuarto grado. Segundo puesto,

dibujo digital.

Joaquín Leunda, Quinto grado.

Primer puesto, dibujo en blanco y negro.

79


Joshua Bellini, Quinto grado. Segundo puesto,

dibujo en blanco y negro.

María Lamadrid, Cuarto grado. Primer puesto,

pintura.

Salvador Peña, Quinto grado. Tercer puesto,

dibujo en blanco y negro.

Adrián Wirz, Sexto grado. Segundo puesto,

pintura.

Joaquín Planas, Sexto grado. Tercer puesto, pintura.

80


Kenu Puerta, Sexto grado. Primer puesto, pintura.

Su casa

no es su hogar

El oso polar caminó a su lugar:

Un lugar de invierno,

el mejor para estar.

Llegó con vientos el otoño,

pero se logró acostumbrar.

Vino la primavera,

no se pudo enfriar.

Llegó el verano,

y no pudo aguantar.

Así es como su casa se vuelve un lugar

que ya no siente su hogar.

Ahora el oso solo quiere llorar.

Brunella Serrano,

Sexto grado. Primer puesto, poesía.

Isabel Pérez, Sexto grado. Segundo puesto, pintura.

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Mae Alorda, Sexto grado. Primer puesto, pintura.

El río mágico

El río no habla pero se hace entender, en las

noches murmura palabras que parecen rimar,

las escucho en mi mente y me hacen suspirar.

El río mágico es. Tú te metes en él y te

conviertes en lo que quieres ser, metes un pie

y feliz ya eres. Qué mágico es, ¿no lo crees?

Callado es, pero al mismo tiempo se hace

escuchar. La corriente se lleva las rocas, como

plumas hermosas que parecen cantar, a un

ritmo que solo yo puedo entonar.

Los peces saltan de alegría de que el río sea

una maravilla, deberían venir al río de una vez

para no perder ni un minuto para conversar

con él.

El agua cristalina corre por el río callado, pero

en las noches se escucha al río hablar aunque

callado esté.

El sol brilla, qué maravilla, día perfecto para ir

al río. Corran, corran, apúrense ya, que el sol

se va y el río se despide de nosotros ya.

El agua del río al mar tan rápido va, que ni

siquiera se deja tocar. Yo quiero ver el río

todos los días para poder hablar y conversar.

Canto con él al ritmo y compás que hacen las

rocas al avanzar.

El río ya no puede cantar, tanta

contaminación que ni siquiera puede hablar.

Ya no canta conmigo, se acabó la felicidad por

tanta contaminación que veo al andar.

Fernanda Guerrero, Cuarto grado.

Tercer puesto, poesía.

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El cerdo volador

Vuelas por las noches,

al amanecer te escondes,

nadie te conoce,

ni las estrellas de la noche.

En la noche, la Luna

refleja tu belleza única,

en el cielo oscuro

está tu sombra en oculto.

Solo una vez al año,

durante el amanecer,

un ser humano de corazón bondadoso

te puede ver.

Vuelas por las noches,

al amanecer te escondes,

nadie te conoce,

ni las estrellas de la noche.

Diego Carrillo y Vicente Guzmán,

Cuarto grado. Tercer puesto, poesía.

Pablo García, Sexto grado. Tercer puesto, pintura.

Santiago Calero, Sexto grado.

Segundo puesto, pintura.

83


Miedo

La niña del farol

Miedo. ¿Es real?

O solo es

Una gran nube de temores

Que me sigue a todos lados.

La noche llega,

el farol se prende,

la niña aparece,

está caminando con su pelo suelto,

arrastrando el piyama,

que lleva puesto.

Siente el viento,

se va corriendo,

apaga su farol y

lo prende de nuevo.

La noche llega,

el farol se prende,

la niña aparece,

es ahora muy diferente,

tiene un antifaz que sorprende,

parece ser un ángel que estremece y

enternece.

En la oscuridad

Todo es diferente. Como si mil ojos me

mirasen.

Temor, miedo, susto.

Estar sola lejos del mundo.

Imaginación.

Un espacio en blanco listo para ser pintado.

Ese sonido estremecedor es miedo.

Una mentira es miedo.

Un secreto detrás de cada puerta.

Descubrirlos

Lentamente.

Miedo. ¿Qué es?

Amanece, mi miedo se va, todo es normal.

¿O no…?

María de Orbegoso, Quinto grado.

Segundo puesto, poesía.

Siente el viento,

se va corriendo,

apaga su farol y

lo prende de nuevo.

Isabel Barrios, Maïa Clement

y Fernanda Guerrero, Cuarto grado.

Segundo puesto, poesía.

María de Orbegoso, Quinto grado.

Tercer puesto, réplica.

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Julia Torrejón, Quinto grado. Primer puesto, réplica.

Tamara Vásquez, Quinto grado. Primer puesto, réplica.

Santiago Sanz, Quinto grado.

Segundo puesto, réplica.

Padma Landazuri, Quinto grado.

Tercer puesto, réplica.

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Nerea Mujica, Quinto grado.

Segundo puesto, réplica.

Tobías Mumenthaler, Quinto grado.

Tercer puesto, escultura.

Joshua Bellini, Quinto grado.

Segundo puesto, escultura.

Salvador Yrivarren, Quinto grado.

Primer puesto, escultura.

86


Valentina Garmendia y Julia Torrejón,

Quinto grado. Tercer puesto, escultura.

Liam Berninzon, Cuarto grado. Segundo puesto,

escultura.

Camilo Quiñones, Quinto grado.

Tercer puesto, escultura.

José Miguel Vargas, Cuarto grado. Primer puesto,

escultura robótica.

87


Gabriel Ormachea, Quinto grado. Primer puesto, escultura escenográfica.

Nerea Mujica y Esperanza Siles, Quinto grado. Tercer puesto, escultura escenográfica.

88


Inés García, Quinto grado. Primer puesto,

escultura escenográfica.

Salvador Cáceres, Quinto grado. Segundo puesto, escultura escenográfica.

89


Juan Diego Yauri, Cuarto grado. Primer puesto, textil.

Morgana Mindreau, Sexto grado.

Tercer puesto, fotografía.

Nerea Mujica, Quinto grado. Segundo puesto, fotografía.

90


Diego Carrillo, Cuarto grado. Primer puesto, fotografía.

91


Isabel Barrios, Natalia Carpio, Ariana Changana y Uma Mikati, Cuarto grado. Primer puesto, historieta.

92


Almudena Carrillo, Ian García, Trinidad Miranda y Noah Mujica, Cuarto grado.

Segundo puesto, historieta.

Trilce Carbajal, Luana De Andrade, María Lamadrid y Emilia Ponceleón, Cuarto grado.

Tercer puesto, historieta .

93


Casos de la vida Cotidiana

Ni siquiera nos miramos. Cada vez que casualmente

pasamos uno al lado del otro nuestras

miradas toman direcciones opuestas. Desde

que me enteré de que a Juan le gusta Patricia

también, nada ha sido igual. Todas las tardes

que pasábamos juntos se esfumaron de mi

mente, todas las tareas plagiadas, y cómo olvidar

aquel pase que me dio para meter el gol al

último minuto del recreo. Todos esos hermosos

recuerdos se van de mí, aunque yo quisiera

aún recordarlos y olvidar todo esto. Llegué

al salón rápido al acabar el recreo; al momento

de entrar pude observar que él ya estaba ahí.

Lo miraba con mucha furia, con deseos de hacerle

cosas para que sufra. Seguí caminando

hasta mi carpeta sin poder mirarlo. Él noto mi

actitud y me dijo con tono amenazador y desafiante:

—¿Qué miras, ah?

—Cuidado con lo que dices —le respondí de

modo amable.

—¿Y si no quiero? ¿Qué va a pasar? —me dijo

Juan incorporándose, con cara molesta y con

los puños cerrados.

—Ya te fregaste —le contesté, parándome con

violencia y con intención de golpearlo.

Juan lanzó un derechazo directo al mentón de

Mario, desconcertándolo un poco. Este no se

quedó atrás y le tiró una patada en los genitales,

a lo que Juan respondió con un “eso es

de maricones”. Acto seguido, Juan le tiró otro

puñete en el ojo. Mario se lo devolvió con más

fuerza. Juan lo tacleó y empezó a golpearlo en

el suelo. La pelea hubiera seguido si no fuera

porque los compañeros y profesores entraron

velozmente al escuchar los gritos e insultos.

Ambos se fueron suspendidos a sus casas.

—No sé qué hacer, ¡ayúdame! —le dijo Patricia a

Arturo con tono de desesperada.

—Haz lo que tu corazón te diga —Le dijo Arturo

a Patricia.

—Pero mi corazón me dice que ambos me gustan,

estoy realmente desesperada. Además,

no quiero romperle el corazón a ninguno de

los dos, porque yo también les gusto a ambos.

Ayúdame, Artu —dijo Patricia.

—A mí me parece más churro Juan —dijo Arturo.

—A ti te gustan todos, oe —dijo Patricia.

—Bueno, eso es verdad, pero ahora sin bromear,

yo creo que te deberías quedar con Juan,

es mejor persona; además, me dijeron que

besa muy bien —dijo Arturo.

—Tienes razón, le voy a decir a alguno de sus

amigos que le diga para que me pida, solo espero

que no se moleste Mario —dijo Patricia.

—No puedo creerlo. Es increíble que Patricia

me haya elegido a mí, todo gracias al cabrito

de Arturo, quién lo diría. Tendré que dejar de

molestarlo, ahora va a ser como un hermano

para mí. Siento mucha pena por Mario.

—Estoy muy decepcionado, no es posible que

Patricia lo haya elegido a él, es un imbécil bueno

para nada, pero esto no se va a quedar así,

definitivamente no. Mañana mismo le voy a

buscar la mecha, se va a arrepentir de haber

nacido.

Mario y Juan se miraban fijamente, eran las 8

de la noche y estaban solos. Juan fue el primero

en hablar.

—No voy a estar con ella si te molesta, te lo

digo como amigo —dijo Juan.

—No te creo —dijo Mario.

—Te lo juro, te doy mi palabra de casi hombre

—dijo Juan.

94


Mario rió un poco. Después agregó:

—La verdad si me molesta un poco, pero tampoco

tenía que portarme así, fui un estúpido,

lo siento. ¿Amigos?

—Yo también fui un estúpido, pero nunca

fuiste mi amigo, siempre has sido mi hermano

—dijo Juan, abrazándolo fuertemente.

Al día siguiente ambos hablaron con Patricia

y le dejaron en claro que primero estaban los

hermanos , y después las chicas.

Santiago Coello, Cuarto de media.

Primer puesto, cuento.

Mía Mateucci, Segundo de media. Primer puesto, acuarela.

95


María José Díaz, Quinto de media. Primer puesto, collage.

Desesperación e incertidumbre

Me despertó un ruido. Lo único que pude ver

fue una luz, una raya. Supuse, sin equivocarme,

que era la rendija de una puerta. Rápidamente

noté que mis brazos se encontraban

atados a una silla, cada extremidad en una

pata o brazo de la silla. Mi primer instinto fue

gritar por ayuda, pero noté que mis gritos

eran ahogados por el grosor de las paredes

desconocidas que me rodeaban. Paredes que

no daban indicio de la luz del día o del resplandor

de la luna por su falta de ventanas. Logré

notar una sutil sombra debajo de la puerta y

grité de nuevo clamando por ayuda. Fue en

vano, nada pasó. Traté de recordar cómo había

llegado ahí pero no lo logré. La desesperación

que me causaba la incertidumbre en la

que me encontraba causó un llanto que, en

mi equivocado sentido de la ubicación en el

tiempo, parecía haber durado horas. Caí dormida

poco después y olvidé la situación por

completo.

Volví a despertar a raíz de un ruido mucho mas

fuerte que el que originalmente me despertó.

Era el ruido de una vieja puerta de metal

abriéndose con dificultad debido a su peso.

Con la vista nublada típica del despertar pude

notar que entraba una luz a la que me costó

acostumbrarme. Casi al instante de despertar

se fue aproximando una silueta alta y robusta.

Tenía el rostro cubierto con un pasamontaña

cortado justo en los orificios de los ojos y la

boca, y guantes de limpieza que pude notar

gracias a la limitada cantidad de luz que había.

El sujeto estaba completamente vestido

de negro y aparentaba ser un hombre, según

mi deducción. Con una voz extraña y robótica,

me ordenó ingerir una serie de pastillas de diferentes

tamaños y colores que me acercó a

la boca acompañada de un vaso de agua para

pasarlas más rápido. Este proceso debió haber

tomado menos de diez minutos, en los que

aproveché para interrogar al sujeto sin recibir

respuesta alguna. ¿Quién soy? ¿Dónde estoy?

¿Quién eres tú? ¿Por qué estoy aquí? Estas

fueron algunas de las preguntas que hice, cayendo

en una desesperación mas intensa al

96


Fernanda Roose, Tercero de media.

Segundo puesto, collage.

ver cómo el sujeto se iba alejando progresivamente

de donde la silla estaba puesta, en medio

del cuarto circular en el que estaba.

Pasaba el rato, sin tener idea de la hora o la fecha.

Mi identidad u origen seguían siendo un

gran misterio por resolver en mi mente. Por momentos

me venía a la cabeza una melodía, algo

conocido y familiar entre todo lo desconocido de

mis alrededores. Empecé a recitarla en voz alta

y me empezaron a llegar recuerdos, visiones del

pasado que hiladas me ayudaron a reconstruir

poco a poco mi historia e identidad. Con el pasar

del tiempo fui consiguiendo vagos recuerdos de

la casa de mi infancia, mis padres, mis hermanos,

mi vida. Recordé mi nombre. Paula. Recordé

también el día de mi secuestro, 28 de septiembre

de 2016, y todos los sucesos de ese día. En

este momento no tengo idea de cuánto tiempo

ha pasado desde ahí o cuanto tiempo he estado

pensando en esto. Empecé a pensar en el porqué

de mi estancia aquí. En mi aburrida reclusión,

también armé teorías a cerca del sujeto, las pastillas,

la silla, etc. De pronto me sentí atrapada,

me empecé a preguntar si mi familia me estaría

buscando o si se habrían rendido, me pregunté si

saldría de aquí algún día. Al pensar en todo esto

empecé a gritar con todas mis fuerzas pensando

que de nada serviría y que más bien estaba

desgastando mis fuerzas, pero el sujeto no tardó

en aparecer y me sentí aliviada. Le pedí que

me salvara o que me liberase, pero rápidamente

noté que al aproximarse a mí traía una bandeja

de un material que no pude reconocer y que únicamente

tenía una jeringa con un líquido de un

color que no pude identificar por la falta de luz.

Al ver la jeringa volví a gritar y con toda la fuerza

que me quedaba volqué la silla hacia mi lado derecho,

golpeándome fuertemente. El sujeto dejó

la bandeja en suelo tras mi acto y levantó la silla

que me aprisionaba mientras susurraba unas

palabras que no logré escuchar debido a la máscara

que cubría su boca y mi respiración agitada.

Volví a exigirle que me deje ir sin ningún tipo de

respuesta de él. En esos instantes recordé todo.

El motivo de mi secuestro y mi ubicación actual

principalmente. Recordé que yo misma causé

esto y que era solo un experimento inventado

por mí. Le grité al hombre que me dejé ir, contándole

con detalle mi reciente recuerdo, pero, de

nuevo, no hubo respuesta. Sentí cómo la aguja

de la jeringa ingresaba a mi torrente sanguíneo

liberando la sustancia del color desconocido y

sentí también cómo esta me iba adormeciendo

poco a poco culminando en un sueño profundo.

Me despertó un ruido. Lo único que pude ver

fue una luz…

María José Díaz, Quinto de media.

Primer puesto, cuento.

97


Giulia Mormile, Primero de media.

Segundo puesto, dibujo a color.

Bruna Denegri, Quinto de media. Primer puesto, dibujo a color.

98


Catalina Baigorria, Tercero de media. Primer puesto,

dibujo a color.

Lovell Yomond, Cuarto de media. Tercer puesto,

dibujo a color.

Mateo Alcocer, Primero de media.

Primer puesto, dibujo con pasteles.

Martina Ballumbrosio, Primero de media. Tercer puesto, dibujo a color.

99



En medio de la noche me desperté por unos

pasos, se daban en series de tres y cada vez se

acercaban más. Uno… dos… tres… uno… dos…

tres… Hasta que los pasos llegaron a la puerta

del cuarto y se escuchó claramente “TOC-TOC-

TOC”. No abrí la puerta, estaba paralizado por

el miedo. En eso, la puerta se abrió lentamente

con un crujido. Cerré los ojos muy fuerte y

sentí un viento helado por todo mi cuerpo. La

puerta se cerró y no pude dormir por el resto

de la noche.

Apenas salió el sol me largué de la casa a toda

prisa. Tomé el primer micro a la ciudad y fui directamente

a contarle a mi abuelo lo que había

pasado. Cuando llegué a su casa toqué la puerta,

pero no me abrió. Era bastante temprano, así

que debía estar dormido, por eso entré por la

puerta trasera. Cuando entré noté un olor fuertísimo

a putrefacción, sin duda venía del sótano,

fui y abrí la puerta, en ese momento fue que

escuché nuevamente ese “TOC-TOC-TOC”.

Nicolás Fajardo, Segundo de media.

Segundo puesto, dibujo con pasteles.

Rhonzo Olaechea, Quinto de media.

Segundo puesto, cuento.

101


Luca Berninzon, Primero de media.

Tercer puesto, dibujo con pasteles.

Viernes 3 a. m.

(como la canción de Serú Giran)

Me acuerdo de que me hablabas por Facebook.

Me enviabas fotos mías tomadas con la

cámara de mi laptop, mientras que yo tocaba

la guitarra. Me decías que me querías, y que no

pare de tocar nunca. Las fotos las habías editado

con los stickers que estaban de moda en

2014; cuando solo tú sabías de mí pero yo de

ti no. Me preguntaste si podías venir a mi casa.

No te respondí pero ya estabas abajo.

Dejaré que te vayas

por el barco del olvido

Dejaré que las polillas se coman tu ropa, dejaré

que el tiempo te olvide y las calles no te reconozcan.

Dejaré que las cartas se desintegren

en el tiempo, dejaré que la tinta corra con el

agua que le cae del invierno salado. Dejaré que

mi voz se apague hasta olvidar cómo te llames,

dejaré que mis lágrimas se congelen como lo

hacía mi mente al verte. Dejaré que tus joyas

se oxiden, dejaré que mi dolor cese, dejaré de

mirar el reloj como si de algo estuviera pendiente.

Dejaré caer mi cuerpo, reposaré entre

almohadas y dejaré que el amor puro y propio

llegue. Dejaré de pensarte, dejaré de quererte,

dejaré de vivirte, dejaré de llorarte, dejaré de

abrazarte en algún sueño, dejaré de soñarte.

Me haré cargo de llenar el lado derecho de mi

cama sin necesitarte y sin amarte.

María Fernanda Villalobos,

Quinto de media. Segundo puesto, cuento.

Subiste a mi cuarto, estaba desordenado, con

olor a sudor, a tabaco y una pizca de colonia.

Las paredes negras con letras escritas, las luces

de colores dando vueltas. Te echaste sobre

mi cama, veías al techo pero siempre volteando

a verme. Me pedías que te toque una

canción, pero yo decía que me había olvidado

de los acordes y que mis manos habían dejado

de funcionar. Lágrimas caían sobre mi cara, me

quitaste la guitarra. No quería que me siguieras

viendo llorar, no soportaba que alguien me

viera así, más si eras tú.

Comenzaste a cantar. No quería que me cantes

‘Viernes 3 a. m.’. Me quitaste el cigarro de

las manos. No quería que me apagues el cigarro

que tanto me costó armar. Porque ya te había

dicho que mis manos estaban dejando de

funcionar y que mis ojos habían dejado de ver.

Porque no quería que me siguieras tocando.

Porque no quería que me desconozcas. Porque

ya te había dicho que no quería que me

vieras llorar.

Cayetana Antón, Quinto de media.

Tercer puesto, cuento.

102


Rhonzo Olaechea, Quinto de media.

Primer puesto, dibujo en tela.

Luciana Moya, Tercero de media.

Segundo puesto, dibujo en tela.

Rhonzo Olaechea, Quinto de media.

Tercer puesto, dibujo en tela.

103


Una historia irreal

—Oye ya, ¿qué estoy haciendo aquí? Déjenme

ir. No he hecho nada malo, doc.

—Usted saber perfectamente porqué está internado

aquí.

—Pero si no he hecho nada malo.

—¿Nada malo? ¿Le gustaría explicarme qué fue

lo que ha hecho exactamente para acabar aquí?

—Ah, bueno, si tanto insiste, pero le advierto

que este relato será muy largo. Tiene que ver

con un asunto familiar, remontado hace mucho,

mucho tiempo, en la antigua Vietnam.

—Espere, creo que no me ha entendido, no es

necesario…

—Como estaba diciendo, ocurrió en la antigua

Vietnam, cuando todo estaba plagado de

hombres blancos y todavía había reyes. Yo tenía

una abuelita de allí, una mocosa que apenas

se le cayeron dos dientes. Era muy curiosa

y siempre jugaba por las calles de la ciudad con

su perro, Clifort, o un nombre así, no me acuerdo.

—Señor, Clifort es de una serie animada para

niños…

—No me interrumpa, doc. Dije que no estaba

seguro si era ese u otro. Como sea, uno de

esos días un vendedor extraño se le acercó y

le preguntó: “Oye niña, ¿deseas una apetitosa

manzana?”. Y ella claramente aceptó, porque

no todos los días un desconocido te ofrecía

alguna fruta gratis, y en ese entonces todos

eran pobres, se morían de hambre. Para ella

era como recibir en estos días un dulce de parte

de un extraño en medio de la calle.

—Nadie hace eso…

—Entonces el mercader le entregó a mi abuelita

una manzana grande, redonda y anaranjada.

—¿Anaranjada? Las manzanas no son de ese

color. Debe referirse a una…

—Que no me interrumpa, doc. Bueno, así que

mi abuelita se fue a su casa con toda la alegría

del mundo por recibir su manzana. Pero, ya en

su casita, apenas le dio un mordisco, sus dientes

chocaron con la dura piel de la fruta, casi

rompiéndose un diente. “Oye, esto no es una

manzana”, dijo mi abuelita. No sabía qué era,

así que, cuando su mamá vino a la casa, ella

le preguntó acerca del dilema de la manzana.

“¡Pero mija”, dijo la mamá de mi abuelita, “pero

si está hecha de oro!”. Fue tan grande su alegría

que no pudo evitar llevar la fruta al mercado

y hacerse su fortuna con ella.

—¿Manzanas de oro? Señor, dudo mucho que

alguien entregue esas cosas por las calles a niños,

y mucho menos…

—Años después, cuando mis antepasados vivían

como reyes con su nueva fortuna, y mi

abuelita ya era una mujercita desarrollada,

un pajarraco llegó a la casa gritando: “¡Wuaa!

¡Su hija ha sido maldecida, wuaaa! ¡Deben entregarla

antes de la media noche, wuaa!”. Sin

cuestionar ni un segundo aquellas sabias palabras

del ave mágica, la mamá de mi abuelita

tuvo que abandonarla en medio del bosque,

sola y sin dinero, esperando a que su maldición

se esfumara. Fue a su encuentro un vampiro,

uno de esos seres pálidos de grandes ojeras

que chupan sangre y tienen ese acento extraño

que nadie les entiende. “¡Vendrás conmigo,

esclava!”, le dijo a mi abuelita, pero ella luchó

con ferocidad contra la bestia para recuperar

su libertad. La pelea produjo tanto ruido que

llamaron la atención a un lugareño del bosque,

quien atendió al llamado de auxilio y venció al

malvado vampiro. Ambos escaparon, y volvieron

junto a la casa de mi abuelita, y en forma

de agradecimiento dejaron que el lugareño

104


se casara con ella, a la damisela a quien había

rescatado. Y así fue como se conocieron y casaron

mis abuelitos.

—Esa fue una extraña y encantadora historia.

¿Pero eso qué tiene que ver con…?

—Muchos años después de ese suceso, los dos

tórtolos de la casa estaban esperando un deseado

hijo, mi papito. Estaban contentos. Qué

digo, contentísimos. Hasta que una noche fatídica

unos hombres malos de piel roja, demonios

mismos del infierno, llegaron a su casa y

lo destruyeron todo. No era nada más ni nada

menos que una obra del malvado vampiro a

quien mi abuelito venció, quien volvía a reclamar

venganza y quitarle todo a mi familia. Mi

abuelito se sacrificó para salvar a su esposa y

su futuro hijo, enfrentándose al vampiro con

espada y fuego a la mano. Una épica batalla

entre ambos. Mi familia apenas pudo escapar

con vida, y se vieron forzados a escapar del

país para salvar sus vidas a un nuevo mundo

distante de toda esa guerra por la que pasaba

el país. Mi padre nunca conoció a su papá, y mi

abuelita siempre se lamentó de haber perdido

a su marido.

—Y supongo que al final todo esto tiene alguna

relación con su crimen.

—¡Exacto, doc, nunca dude de mí! Mi abuelita y

padres siempre me contaban esta historia de

pequeño. Usted creería que es un cuento de

fantasía, ¿no? ¡Pero no, lo peor de todo es que

es cierta, al cien por ciento! Hasta me mostraron

las marcas que le hizo el malvado vampiro

a mi abuelita como prueba. ¡Y lo peor de todo

es que ese desgraciado monstruo seguía con

vida! Yo no podía seguir viviendo así, por lo

que tuve que hacer algo al respecto y proclamar

justicia. Yo, siendo el nuevo héroe de la familia,

reemplazando a mi querido mi abuelito,

viajé a aquella lejana tierra de donde vinieron

mis antepasados, me infiltré en la mansión del

villano, y…

—…Y le cortó la garganta al señor Backstreet.

—¡Sí, exacto, doc!

—Usted lo que ha cometido es un asesinato

grave, y lo peor es que destripó al hombre, lo

cortó en cientos de pedazos y lo lanzó a los

cerdos.

—¡Y con honor!

—Se le considera un sujeto sumamente peligroso

para la sociedad, es por eso que no puede

abandonar estas instalaciones.

—¡Bah! Patrañas. Si hace menos de cien años la

gente hacía cosas muchísimo peores por razones

menos nobles y aun así seguían comprando

pan en las esquinas de sus casas.

—¿”Razones menos nobles”? ¿Qué tiene de noble

destripar a un hombre para darlo de comer

a animales?

—¡Porque no era humano, sino un monstruo, el

vampiro de la historia! ¿Si ha estado prestando

atención?

—Igual no puede irse a otro país a matar a cualquiera

en base de un cuento infantil.

—¡Que le he dicho que no es falso! ¡No dude de

mí doc, todo lo que dicho es verdad! ¡Sé que

suena loco, pero si estuviera del lado mío y de

mi familia, hallaría las respuestas que busca

si escucha la historia desde otra perspectiva!

Mire, se lo volveré a contar para demostrar mi

punto.

—Por dios, no.

Camila Farfán, Quinto de media.

Tercer puesto, cuento.

105


La confusión

Era un diecisiete de diciembre y con los ojos

en lágrimas pude subir la mirada lentamente

hasta llegar al reloj. Este estaba al costado

del sofá en el que había pasado largo tiempo

y marcaba las 6:00 p.m. Había pasado exactamente

un año.

Todavía recuerdo ese día, cuando estaba cocinando

para mi hijo, por su cumpleaños número

16. De pronto sonó el teléfono y surgió una

sonrisa en mi rostro, porque pensaba que era

Noah llamando para decir que llegaría pronto,

pero para mi sorpresa era la policía. Me llamaron

para ir a la comisaría, me dijeron que ahí

me brindarían más información. Volví devastada

a mi casa.

Mientras estaba yendo a la comisaría, que era

algo lejos, me sentía nerviosa. La preocupación

me invadía, lo peor es que no sabía lo que

sucedía. En el camino pasamos por lugares

muy oscuros, se veían algunos borrachos en

la calle, otras personas que entraban a algún

bar, gente que salía apresurada del trabajo, los

buses llenos. La ruta que el taxista había decidido

tomar era algo peligrosa, yo siempre le

había tenido miedo a los callejones y pasamos

por varios, y eso me puso más nerviosa, mi corazón

se aceleró. Pero ya estábamos cerca, llegaríamos

en pocos minutos.

Al llegar a la comisaría me ofrecieron un té,

pero me atreví a pedir un café. Me lo trajeron

después de algunos minutos, y como era mi

costumbre, lo tomé sin azúcar. Me hicieron pasar

a una sala escalofriante, había un escritorio

al centro, con varios papeles desordenados

y una computadora al medio de ella, una silla

en la cual se sentaría el señor que me atendería,

y al frente estaba la silla en la que yo estaba

sentada, era roja y pegajosa. Pasaron unos

segundos y se abrió la puerta, me asusté, pero

era el comisario.

Con palabras muy dulces, pero que no dejaban

de ser fuertes, me dijo que ante todo debía

mantener la calma, entonces fue cuando me

dijo:

—Señora, lamento mucho darle esta noticia, su

hijo, señora… su hijo…

Al comisario no le salían las palabras, tenía que

ser algo grave, pensé.

—¿Pero qué ha pasado? —le pregunté angustiada.

—Señora, su hijo ha sido atacado, lamentablemente…

El comisario hizo una pausa de unos segundos

que me pareció eterna. Y entonces soltó la noticia

que nunca esperaba escuchar.

—Su hijo está muerto, señora. Ha sido asesinado,

fue atacado en la calle.

Quedé paralizada. No podía creer lo que había

escuchado. Fue como recibir un golpe que me

dejó sin aliento, que me tumbó.

—Vamos a detener a los culpables, señora, se

lo prometo —dijo el comisario tratando de calmarme.

—Necesitamos que vea y reconozca el cuerpo

de su hijo.

Me quedé con la boca abierta, no sabía cómo

reaccionar, era mucho para mí. Mi pequeño

hijo Noah, que estaba de cumpleaños, había

sido asesinado. Por favor, ¿cuándo despertaré

de esta pesadilla?

Caminé por un pasadizo largo y angosto. Nos

íbamos acercando más a la puerta que se encontraba

al final de este solitario pasadizo, hacía

mucho frío, por lo cual me puse una chompa

de lana roja, que tenía un pequeño hueco en

106


la axila izquierda. El comisario abrió la puerta,

había muchos cuerpos tapados. Simplemente

no podía sentir mi propio cuerpo. El comisario

se acercó a una camilla, levantó la manta, no

duré más de cinco segundos viendo a mi amado

hijo, lo tapé de inmediato y le dije que ese

era el cuerpo.

¿Cómo había sido todo?, no podía parar de preguntármelo.

Volvimos a esa sala escalofriante en la cual

había estado hace unos minutos. El comisario

empezó a hablar, pero yo no podía asimilar

toda la información que me daba. Hasta que

traté de despejar mi mente y concentrarme

intensamente en las palabras que salían de

la boca de aquel hombre que me acababa de

dar esa terrible noticia. Me contó que cuando

caminaba por la calle mi hijo había sido atacado,

golpeado hasta caer al suelo, y una vez

caído fue pateado y le clavaron un cuchillo en

el estómago. Pero ni la policía, ni yo, ni nadie,

sabíamos la razón por la cual le habían hecho

eso a mi hijo, él era muy tranquilo, no se metía

en problemas jamás. La hipótesis de la policía,

que me pareció convincente, era que a mi hijo

lo habían confundido con Pedro Vargas, que

tenía un parecido con él, que era el adolescente

más buscado por una banda de delincuentes

llamada “Los pirañas”, a los que había estafado.

Un año después no había logrado recuperarme

de este terrible suceso. Él era mi único

compañero, con él pasaba cada segundo, me

dio los mejores recuerdos, era imposible no

estar como estaba. Ya no podía más. El sofá ya

tenía mi silueta marcada, solo me paraba para

comer lo que encontraba, casi siempre eran

las frutas que compraba las pocas veces que

salía. Seguía en el sofá, viendo el reloj, con los

ojos húmedos por las lágrimas, mientras sentía

por cada rincón de mi cuerpo cómo me iba

deteriorando. Pronto me apagaría.

Micaela Noriega, Tercero de media.

Segundo puesto, cuento.

Camila Farfán, Quinto de media. Primer puesto, dibujo digital.

107


Franco De Lorenzi, Cuarto de media. Primer puesto, dibujo en blanco y negro.

108


Hernando Guerra García, Primero de media.

Tercer puesto, dibujo en blanco y negro.

Josué Carrillo, Quinto de media.

Primer puesto, dibujo en blanco y negro.

Martina Ballumbrosio, Primero de media. Segundo puesto, dibujo en blanco y negro.

109


Soledad

Mi soledad abundante

Se pierde en mis ojos

Pierde la vida

A través de la larga distancia

El corazón se partió

En la oscura noche

La flor amarilla, brillante

Desaparece a través del tiempo

La estrella cae

El pez nada

En el profundo horizonte

El vasto desierto

Permanece en silencio

Sebastián Ávila, Primero de media.

Primer cuento, poesía.

Lucille Marcone, Primero de media.

Tercer puesto, dibujo en blanco y negro.

Llanto silencioso

Llanto silencioso

La mujer de cabellos largos,

En medio de la noche,

Se sumerge en un estanque de lágrimas,

Se queda ahí,

Hasta que no es capaz de respirar

Y solo llora.

Llega hasta el bote de la pena

Y navega en su propio desastre.

Desgastada, se vuelve en sábanas

De su propia angustia y desesperación.

Se siente inútil

Se ve inútil

Se vuelve inútil.

Martina Ballumbrosio, Primero de media.

Tercer puesto, poesía.

Viktoria Merino, Tercero de media.

Primer puesto, pintura.

110


Carta de amor

Hay una espuma lechosa, sucia, flotando en el

agua. El sol no calienta todavía, es una tonalidad

ambarina que brilla sobre esa nata burbujeante

en medio de los tumbos. De este mar nuestro,

gris, como el cielo.

Yo estoy en un tráfico de camiones por la Costa

Verde, entre Chorrillos y Barranco, saliendo del

Club Regatas. Nada parece moverse: ni el mar, ni el

sol, ni el camión deteniendo tantos automóviles.

Solo la sucia espuma sube y baja, allí, reteniendo

la luz y mi mirada.

¿Miras tú ahora el mar? ¿Qué es el tiempo y la

distancia y cómo sobrevivo en tu memoria? No

recuerdo tu rostro, recuerdo, sí, que eras bella,

perturbadoramente bella.

Y yo torpe haciendo de mí, con mi debilidad,

un arma agresiva. ¿Me defendía de ti? ¿de tu

atractivo?

Seguro; y del miedo y de la soledad y del deseo y

de la tristeza. Debí decir “qué linda eres tú”, esta

presencia manifiesta de tu alma y tu cuerpo. En

cambio, mi lengua endurecida hizo de hierro para

disminuir tu fuerza de mujer bella. Me dolió ser

tan bruto, oírme, tan ajeno.

Hoy nada se mueve aquí en Lima, Perú, sobre el

asfalto del circuito de playas. Juegan sin embargo

los suizos al tenis, la bola a punto de recibir un

raquetazo, en esta imagen que miro a través de la

ventana del carro.

El camión ruge y avanza, el tráfico se agiliza, la

espuma revienta contra las piedras. El chofer

acelera y se aclara mi corazón, porque hoy recibí el

mensaje de una mujer bella.

Arie Sandhaus, Cuarto de media.

Segundo puesto, pintura.

Primavera, 2018

Alejandro Carvallo, Quinto de media.

Segundo puesto, poesía.

Mar Casabonne, Cuarto de media.

Segundo puesto, pintura.

111


Matías Barreto, Tercero de media.

Tercer puesto, pintura.

No molestar

Desafinado, tocando simplones tonos amargos

Durante mucho ya, mis cincos están arrugados y

cansados

Me cayó el zócalo encima cuando me encontraba

en la ventana

Tu ventana, mi portal hacia un mundo juntos;

mentira

El agravio decae en mí, por aquel ardor interno

tremendo

Sin mencionar el hecho de que todo pasó por

nuestras cabezas…

Me ahogo en mi desatinada psique, con mi propia

mano al cuello

Llegando a la conclusión de que tus ojos cuentan

con un contraste particular

Las llamas que los iluminan te hablan, se

presentan ante ti otoñales

Enigmáticas, misteriosas, problemáticas,

amistosas

Como también con cautela te privas de todo,

divagando entre amores polvorientos

Cuando en el espejo admiro, diluido en mí mismo

Dejé el agua corriendo, para que mis lágrimas la

persigan

Aunque me rodee de mil muros los evades e

invades lo que siento

Como bajo tierra, los gusanos llaman ansiosos

Por más que trate de afinar, las notas ya están

quebradas

Mi malestar se consagra en la permanencia

Tengo un afán con llamar teléfonos

desconectados, por favor contesta

La hecatombe del perdido se sella con la sangre

del jubiloso

Anhelaba una rosa sin espinas y terminé con

espinas rosas

En jaque, ante la inclemencia del tiempo

Con un sentimiento exaltante, un grisáceo clímax

En cualquier momento o lugar, no molestar, el sol

ya punzante brilla.

Mathias Young, Cuarto de media.

Segundo puesto, poesía.

112


Mala suerte

Nunca podrás herirme,

Aunque busques hacerlo y cada día intentes con

más ganas que yo me rinda ante ti.

Tendrías que importarme para eso, y aunque ya

has visto todo mi cuerpo, y ya tocaste toda mi

mente sigues sin ser alguien.

Sigues sin molestar con tus ideas de que no te

quiero,

No vine para oírte,

Ni para que te sientas mejor persona.

Estaba aburrida y tú estabas cerca, pudo haber

sido alguien más,

Lamento tu mala suerte.

Debiste haberlo notado, cómo te botaba cada

noche para no pasar más de 12 horas juntos, y ese

día que te quedaste 21 decidí que tenías que irte.

Tal vez querrás hacerme llorar, y que te

demuestre que me afectas,

Pero para eso yo tendría que ser débil y hace

mucho que dejé los complejos y preocupaciones,

Si quieres un día te llevo al teatro,

Ahí verás llantos, pero de mí no caerá ni una

lágrima,

Porque para eso deberías importarme.

Evita ahora la interacción humana,

Concéntrate en hacer cosas y no busques cariño,

eso solo te hará débil. Riega una flor y luego

quémala,

Despréndete de todo lo que alguna vez quisiste,

Así vivirás en mi mundo

Donde nadie llora.

Gianell Ordóñez, Segundo de media.

Primer puesto, réplica dibujo.

Sofía Bernales, Quinto de media.

Tercer puesto, poesía.

Santiago Dávila, Tercero de media.

Tercer puesto, réplica dibujo.

113


Aruni Martinat, Segundo de media. Primer puesto, fotografía.

114


Volando me enamoraste

Colibrí, te vi volando,

Resaltando tu color rubí,

Con la luna contrastando

En el horizonte de guaraní.

Colibrí, te vi volando,

Acechando flores color carmesí

Bajo la luna bailando,

Con tu mirada en mí.

Complacido solo al verte.

El tiempo corre cual conejo

Te desvaneces con la brisa.

Hora de irse, colibrí.

Alejandra Villalobos, Segundo de media.

Segundo puesto, réplica dibujo.

Renzo García, Cuarto de media.

Tercer puesto, poesía.

Cayetana Antón, Quinto de media.

Segundo puesto, fotografía.

Laszlo Pizarro, Cuarto de media.

Tercer puesto, fotografía.

115


Nicolás Aguinaga, Segundo de media.

Primer puesto, historieta.

2

3

4

116


5 6

7

117


Franco De Lorenzi, Cuarto de media.

Primer puesto, historieta.

Nicolás Aguinaga y Gianell Ordóñez,

Segundo de media. Tercer puesto, historieta.

118


2

3

4 5

119


Sebastián Ávila, Segundo de media.

Segundo puesto, historieta.

2

3 4

120


5

6

Tanit de la Borda, Tercero de media. Primer puesto, réplica.

121


Catalina Baigorria, Tercero de media.

Primer puesto, réplica.

Sofía Bernales, Quinto de media.

Primer puesto, réplica.

Fernanda Roose, Tercero de media.

Segundo puesto, réplica.

Gianell Ordóñez, Segundo de media.

Segundo puesto, réplica.

122


Micaela Noriega, Tercero de media.

Segundo puesto, réplica.

Sofía Bernales, Quinto de media.

Segundo puesto, réplica.

Viktoria Merino, Tercero de media.

Tercer puesto, réplica..

María Fernanda Villalobos,

Quinto de media. Tercer puesto, réplica.

123


PRIMARIA

Mali y Kenu Puerta, Sexto grado.

Segundo puesto.

MÚSICA

Doménica Dezar y Antonella Altuna,

Sexto grado. Primer puesto.

Salvador Durand,

Cuarto grado. Segundo puesto.

Doménica Dezar, Mae Alorda,

Isabel Pérez y Paloma Carrillo,

Sexto grado. Tercer puesto.

VIDEO

Joaquín Leunda y Joshua Tola, Quinto grado;

y Joaquín Planas, Sexto grado. Primer puesto.

124


SECUNDARIA

Nicolás Prado, Segundo de media.

Segundo puesto.

Franco De Lorenzi,

Cuarto de media. Tercer puesto.

MÚSICA

Sebastián Rabí y Alejandro Carvallo,

Quinto de media. Primer puesto.

Luciana Luque y María José Díaz,

Quinto de media. Segundo puesto.

VIDEO

María Fernanda Villalobos

y María José Díaz, Quinto de media.

Primer puesto.

125


Menciones honrosas de los

Juegos Florales 2018

PRIMARIA

CUENTO

Liam Berninzon, Cuarto grado

Santiago Calero, Sexto grado

Kenu Puerta, Sexto grado

Nicolás Rabí, Sexto grado

Lucas Villegas, Sexto grado

POESÍA

Joaquín Leunda, Quinto grado

Salvador Peña, Quinto grado

Antonella Altuna, Sexto grado

ARTES PLÁSTICAS

Pintura

Saphi Carbajal, Quinto grado

Noah De Col, Sexto grado

Brunella Serrano, Sexto grado

Réplica

Inés García, Quinto grado

Camilo Quiñones, Quinto grado

Joaquín Leunda, Quinto grado

Esperanza Siles, Quinto grado

Isabella García Rosell, Sexto grado

Dibujo a color

Salvador Peña, Quinto grado

María José Valdivia, Quinto grado

Paloma Carrillo, Sexto grado

Collage

Naí Rivas, Cuarto grado

Escultura escenográfica

Emilia Ponceleón, Cuarto grado

Zuri Del Valle, Quinto grado

Mae Alorda, Sexto grado

Santiago Calero, Sexto grado

Gael de la Rocha , Sexto grado

Isabel Pérez, Sexto grado

Kenu Puerta, Sexto grado

FOTOGRAFÍA

Isabel Barrios, Cuarto grado

Fernanda Guerrero, Cuarto grado

Renzo Huamán, Cuarto grado

Ángelo Salas, Cuarto grado

Manu Vásquez, Cuarto grado

Teo Álvarez, Quinto grado

Saphi Carbajal, Quinto grado

Isabella García Rosell, Sexto grado

Kenu Puerta, Sexto grado

HISTORIETA

Valentino Acosta, Cuarto grado

Liam Berninzon, Cuarto grado

Bruno Caracchini, Cuarto grado

Roc Chaves, Cuarto grado

Naí Rivas, Cuarto grado

Yukio Sakamoto, Cuarto grado

Ángelo Salas, Cuarto grado

Juan Diego Yauri , Cuarto grado

Teo Álvarez, Quinto grado

Joshua Bellini, Quinto grado

Elena Bravo, Quinto grado

Saphi Carbajal, Quinto grado

Tobías Mumenthaler, Quinto grado

Salvador Peña, Quinto grado

Esperanza Siles, Quinto grado

Zuri del Valle, Quinto grado

María José Valdivia, Quinto grado

VIDEO

Teo Álvarez, Quinto grado

Kenu Puerta, Sexto grado

Mali Puerta, Sexto grado

126


SECUNDARIA

CUENTO

Mateo Alcocer, Primero de media

Hernando Guerra García,

Primero de media

Luna Durand, Tercero de media

Franco De Lorenzi, Cuarto de media

POESÍA

Paula Bellina, Primero de media

Camila Díaz, Primero de media

Luna Durand, Tercero de media

Mariana Coronel Zegarra,

Cuarto de media

Santiago Saavedra, Cuarto de media

Sofía Bernales, Quinto de media

Luciana Luque, Quinto de media

ARTES PLÁSTICAS

Dibujo en blanco y negro

Paula Bellina, Primero de media

Micaela Farfán, Segundo de media

Dibujo a color

Enzo Sabato, Primero de media

Micael Vargas, Cuarto de media

Dibujo con pasteles

Matías Martínez, Segundo de media

Réplica

Micaela Noriega, Tercero de media

Pintura

Rodrigo Rubio, Tercero de media

Camila Farfán, Quinto de media

Paloma Saravia, Quinto de media

FOTOGRAFÍA

Maika Mendoza, Primero de media

Aisa Sara, Primero de media

Luna Durand, Tercero de media

Antonio Henman, Cuarto de media

HISTORIETA

Nua Maneiro, Segundo de media

Aruni Martinat, Segundo de media

Gianell Ordóñez, Segundo de media

Gabriel Sánchez León,

Segundo de media

MÚSICA

Diego Flores, Tercero de media

Lukas Onate, Tercero de media

Gianlucca Tijero, Tercero de media

127


128



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