LOS HOMBRES DE LA GUERRA

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El sonido de la magia
La fotografía y la posibilidad de detener el tiempo
apasionan a muchos vecinos de nuestra zona.
Algunos, como Hugo Gremico, les entregan su vida.
Con motivo del 134° Aniversario de la fundación
de Colonia Caroya, la Asociación
Friulana ALEF organizó el Concurso
Fotográfico “Mi lugar en la Colonia”.
En la Estancia de Caroya, se exhibieron más
de 140 imágenes presentadas por vecinos y
fotógrafos de otras localidades.
El jurado que eligió las 10 mejores estuvo
integrado por la fotógrafa Daniela Rizzi, la
periodista María Rosa Ponce, la gestora cultural
de la Municipalidad de Colonia Caroya,
Elizabeth Martín, y la representante del grupo
de teatro Fra Noi, Marilina Giorgis.
EL FOTÓGRAFO DE LA COLONIA.
El momento más emotivo de esa celebración
fue el homenaje a Hugo Gremico, el reconocido
fotógrafoque retrató a miles de personas
y paisajes de Colonia Caroya.
Hugo Gremico es hijo adoptivo de la ciudad,
ya que nació en Lanus Oeste, Buenos Aires, el 8
de octubre de 1923.
Hijo de papá ucraniano y mamá de origen
español, fue tornero mecánico hasta que optó
por abrazar su pasión: la fotografía.
Su padre había trabajado en los talleres
Lumiton, famoso estudio cinematográfico.
Por eso, apenas pudo compró una máquina
de fotos que llevaría a todos lados.
En la década de los ‘60 viajó a Cuba, gracias
a una beca que aquel país daba en la época de
la Revolución, y conoció a Leyla Hernández,
con quien se casó y tuvo a su hija, Estrella.
En 1970, la familia regresó a Buenos Aires
y, después de un tiempo, Hugo recayó en
Colonia Caroya, donde trabajaba un tío, e
ingresó a trabajar en la desaparecida fábrica
Lyta.
Como siempre andaba con la cámara, sus
compañeros le pedían que asistiera a sus fiestas
familiares y, en su bicicleta, iba y sacaba fotos.
Su fama de buen fotógrafo se difundió
rápidamente y su trabajo “extra” terminó siendo
el principal.
En 1976, cuando tenía 53 años, decidió
dedicarse exclusivamente a la fotografía, tarea
que abandonó recién en 2005, cuando tenía 81
años.
Como disfrutaba de la belleza de la Colonia,
la fue retratando de a poco y con constancia,
tanto que sus cuadros e imágenes son un tesoro
invaluable para los caroyenses.
ContaCto Cooperativo - pág. 13