tenemos”

Magacín
SIGLO21
2 DOMINGO 20 de septiembre de 2015014
MÚSICA
Los vagabundos de
la rumba vuelven
a la capital
El próximo viernes, un quinteto
de rumba flamenca, con 19 años
de trayectoria dejará su hogar
en Panajachel para ofrecer un
íntimo concierto en la capital.
T. Josseline Pinto
jpinto@siglo21.com.gt
F. Cortesía del grupo
Todos los meses, el grupo Vagabundo
se reúne en la capital para
ofrecer un concierto; y cada vez
no solo es una reunión familiar, sino
la oportunidad para compartir
con el público su propia adaptación
de un género de herencia gitana.
El quinteto está compuesto
por los hermanos Sánchez de Panajachel
y dos músicos de la ciudad,
quienes se unieron después
al grupo. Vagabundo se formó hace
19 años en Sololá, y cuentan
con cuatro discos de estudio.
“Vagabundo comenzó en el
Circus Bar de Panajachel, pero
desde niños, nuestro padre nos
enseñó a tocar la guitarra”, dice
Chito Sánchez, el mayor de los
hermanos y guitarrista del grupo.
“Podríamos decir que somos una
familia de músicos, pero la rumba
flamenca yo la aprendí con
el guitarrista Rene Zimzik. Después
decidí junto con mis hermanos
hacer ese tipo de música,
la cual nos parecía interesante y
peculiar, pero la tocábamos solo
para nosotros”.
La idea de formar el grupo vino
de Juan Pablo, quien al tener a
su primera hija necesitó un ingreso
extra y sugirió tocar en bares
de Panajachel con sus hermanos.
Escúchelos
Las canciones de rumba
flamenca del grupo
Vagabundo pueden escucharse
en su página
de Facebook, www.facebook.com/grupovagabundo,
o en su próxima
presentación en
la capital. La cita es el
viernes 25 de septiembre
a las 9:30 p.m., en
Trovajazz, vía 6, 3-55,
zona 4. Entrada: Q.40.
Reserve su mesa al
2267-9388 o a los correos:
trovajazz@trovajazz.com
y trovajazz@gmail.com.
“Con el pasar de los años hemos
conocido a más músicos guatemaltecos
y extranjeros, que han
formado parte de nuestra agrupación”,
agrega Luis Carlos, el menor
de los tres, también guitarrista.
“Actualmente los integrantes
somos Chito, Luis Carlos y yo, en
guitarras; Leonel Franco, en la
batería, y Rolando Gudiel, en el
bajo”, agrega.
Juan Pablo menciona que hace
10 años comenzaron la tradición
de tocar todos los meses en la ciudad,
pero lo que les ha hecho falta
“es un poco más de mercadeo y
publicidad, porque la rumba flamenca
no es un género común.
Nos ha costado mucho darlo a conocer.
Lo peculiar de este ritmo es
que muchas personas creen que
viene de España, pero es en realidad
de los gitanos del sur de Francia.
El instrumento principal son
las guitarras, que no solo llevan
el compás, sino que también son
golpeadas como percusión en la
caja. Nosotros respetamos el género,
pero nos gusta hacer nuestras
propias fusiones”, agrega.
Esta curiosidad creativa se refleja
en las casi diez canciones
propias del grupo y las decenas
de adaptaciones de otras más conocidas,
como boleros y baladas,
que llenan el repertorio de sus
cuatro discos de estudio: Vagabundo,
Sololá-Rumba, Sinceramente
y su última producción,
lanzada en 2014, Pensar en ti.
Pese a su activo trabajo, introducir
el género en los círculos comerciales
ha sido una tarea ardua.
“La rumba flamenca en Panajachel
fue recibida de buena manera,
dado que el fundador del Circus
Bar ya la había introducido;
pero en otros lugares o la ciudad
aún es un poco desconocido, pero
es el ritmo que más nos apasiona
compartir. Cada mes esperamos
que las personas que lleguen a
nuestro concierto conozcan más
este género y disfruten con nosotros
de algo que siempre ha estado:
la música”, dice el mayor de
los hermanos Sánchez.
Durante una visita a un museo
en Múnich, Alemania, encontré
un escarabajo pasálido con
datos de Guatemala. Pero no
era una especie conocida de
este país, pues ni siquiera el
género, Veturius, es conocido
de Guate. Hay especies de ese
género en México y Honduras;
debe estar aquí. Pero he buscado
ese género por 40 años
en el país y ¡nada!
¡Y allí en
Alemania
encontré
un espécimen!
Sin embargo,
estaba mal
identificado como Proculejus.
Quería determinar su especie,
así que me lo prestaron para
compararlo con los especímenes
de mi colección en
la Universidad del Valle de
Guatemala. Cuando regresé
a Guate, encontré que en realidad
era V. lineatosulcatus,
una especie que ¡yo! había
colectado en el Volcán Cacao
en Costa Rica y que sólo se
conoce de allí. Muy extraño.
Sospeché que este cadáver era
algo importante. Los rótulos
del espécimen dicen que fue
colectado por M. Wagner
y lo identificaron como
Proculejus
laevior, una
especie descrita
por Kaup en 1868.
Después fue trasladado
al género Ogyges,
cambiando el nombre a Ogyges
laevior. Pues, tengo una caja
entera de lo que estuve llamando
O. laevior, y no era esa;
es un Veturius. Consulté la
biblia de Ogyges (¡de la cual
curiosamente yo fui coautor!)
y allí ¡encontré que el holotipo
(el espécimen que define la
especie y que se utilizó para
NO.
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Bichología / Jack Schuster
EL MISTERIO DEL
ESCARABAJO FUERA
DE LUGAR, CON EL
NOMBRE EQUIVOCADO
* El doctor Jack Schuster es director del Laboratorio de Entomología Sistemática de la Universidad del
Valle de Guatemala.
Edición: Fidel Celada Alejos Redacción: Byron Quiñónez Fotografía: Siglo.21
Foto de portada: Eny Hernández Ilustración: Alejandro Azurdia Diseño y
Diagramación: Alexander Mérida CORRECCIÓN: Servando Pineda, Flor Rosas,
Víctor González. CORRECCIÓN de color: Mario Palacios y Julio Bala.
Twitter: @magacinS21
describirla) de O. laevior fue
colectado por Moritz Wagner y
fue depositado en el museo de
Múnich! ¿Será que este espécimen
era el holotipo? ¿Cómo
averiguarlo? Fotocopié los rótulos
y los mandé a un amigo en
París, que es experto en la escritura
de los entomólogos europeos
del siglo antepasado. ¡Él
me confirmó que era la letra de
Kaup en el rótulo! O sea, ¡indudablemente
era el holotipo!
Pero este individuo pertenece
a una especie que solo se conoce
de Costa Rica. Escribí a otro
amigo, Angel Solís, encargado
de escarabajos en el Instituto
Nacional de Biodiversidad en
Costa Rica. Según él, Moritz
Wagner viajó a Costa Rica en
1853, donde colectó cerca
del Volcán Cacao, y luego se
fue a Guate, antes de regresar
a Europa. ¡Ajá! Obviamente
había confundido sus bichos y
por error rotuló el espécimen
como de Guatemala. Pero Kaup
había colocado su nueva especie
en el género equivocado.
Entonces tuvimos que publicar
una corrección a los nombres. La
especie de Costa
Rica tenía que
ser Veturius
laevior,
porque Kaup
lo describió antes de
la descripción
de V. lineato-sulcatus. Lo que
llamamos O. laevior ya no fue el
bicho descrito por Kaup. Resulta
que Bates, en 1886, describió esta
especie como O. championi,
pero pensamos que era sinónimo
a O. laevior. Tuvimos que revalidar
el nombre de Bates. Y así,
damas y caballeros, es como se
resolvió el misterio del pasálido
fuera de lugar y del porqué
se cambian los nombres de los
bichos de vez en cuando.
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