Libro Digital La Victoria de la Cruz

donde no tenemos nada que ver. Es la gente que anda con el espíritu de
conmiseración. El que quiere dar lástima.
Desearse enfermar, arruinar y hasta morir: con estas actitudes se asume la
responsabilidad de la maldición. Ejemplo: la enfermedad de un hijo
“porqué mi hijo está enfermo, mejor me hubieras mandado esa enfermedad
a mi” con esta manifestación se está doblemente maldiciendo porque usted
es autoridad y se ató por una confesión.
Responsabilidad de la salvación de su familia: la salvación de su familia
no es su responsabilidad, ni su culpa, es un deber de nosotros como hijos de
Dios de hablarles de Cristo, pero la decisión de recibir a Cristo es de ellos.
Ezequiel 3:16, “Y aconteció que al cabo de los siete días vino a mí palabra de Jehová,
diciendo: Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás,
pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte”
Atalaya es un buen testigo de Cristo, es el que ve más allá, está listo para lo
que está sucediendo.
Lo que Dios me va a demandar, es si yo le hable a otros de Cristo, me va a
preguntar ¿a cuántos les hablaste?, pero tenemos que ser claros en que la
decisión de aceptar a Cristo es de cada persona y no nuestra.
Hechos 18:5-6, “Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado
por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo.
Pero oponiéndose y blasfemando éstos, les dijo, sacudiéndose los vestidos: Vuestra sangre
sea sobre vuestra propia cabeza; yo, limpio; desde ahora me iré a los gentiles.”
Hechos 20:24-26, “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí
mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús,
para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno
de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro.
Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos;”
Juan 8:21: “Otra vez les dijo Jesús: Yo me voy, y me buscaréis, pero en vuestro pecado
moriréis; a donde yo voy, vosotros no podéis venir.”
12. Declaraciones de autoridades:
Eclesiastés 8:4, “Pues la palabra del rey es con potestad, ¿y quién le dirá: ¿Qué haces?”
Tres tipos de autoridades: Padres, Jefes, Espirituales
Padres: pueden causar bendición o maldición, los padres pueden determinar el
futuro de sus hijos.
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