Música Clásica 3.0 Nº2

“En la creación tiene
que haber una pulsión
narrativa ficcional,
dramatúrgica, eso es
ópera en su raíz más
profunda”
Por Virginia Chacon Dorr
El Centro de Experimentación
del Teatro Colón cumple el año
que viene su 30 aniversario de
creación. Durante su historia, y
por supuesto en la actualidad,
el CETC fue un nodo de producción
de nuevas obras y estéticas,
con el beneficio lógico
de acercar al público a las ideas
actuales de los compositores
y artistas que delinean las expresiones
de nuestra época. A
esto se suma la capacidad material
de poner a disposición de
oídos y demás sentidos obras
que difícilmente serían presentadas
en otros espacios.
Estrenos y encargos también
forman parte de las actividades
del CETC, ensanchando los horizontes
posibles de creación e
interpretación. La programación
de 2019 articula varios
ejes de su misión como institución,
entre los que se encuentran
residencias de ensambles
locales (Valensamble, Tropi,
Ars Magna, Tambor fantasma,
Música inaudita) y la invitación
del ensamble francés 2e2m. A
esto se suma la invitación de
los compositores Gavin Bryars
y Beat Furrer, y obras de radioteatro
experimental.
Hablamos con Miguel Galperín,
director del CETC, sobre la programación
de este año, que articula
cuestiones fundamentales
de la actualidad musical como
la creación, la situación de la
ópera, y el papel de la institución
en el entramado cultural de
la Ciudad de Buenos Aires.
En la nota editorial del primer
número de Música Clásica
3.0, los editores se plantean
una pregunta muy concreta
“¿Qué es la música contemporánea?”.
Me gustaría saber
qué pensás sobre el término
“contemporáneo” en
relación a la música.
Lo primero que se me ocurre
es que es limitante pensarse
como músico contemporáneo,
y lo es más pensarse como
compositor contemporáneo.
Creo que alguien que se limita
a considerarse “contemporáneo”
se remite a un set muy
limitado de habilidades. Pero
estos términos tienen que ver,
sobre todo, con una cuestión
institucional; son resultado de
fuerzas institucionales y tradiciones.
Lo “contemporáneo”
creo que deja afuera básicamente
la tonalidad. Hilando
más fino tiene que ver con
entender el fenómeno de la
cadencia, y entender algunas
cuestiones básicas del sonido,
como por ejemplo la octava, si
se quiere el registro. Por ejemplo
en el comienzo de esta obra
(señala la partitura del Preludio
en si bemol mayor de J. S. Bach
sobre la mesa) es sencillamente
un viaje entre un si bemol 4 y
un si bemol 3, en 15 o 16 compases.
Y esto es un fenómeno
que lo contemporáneo simplificó
al punto de hacerlo inválido.
Y si algo que me molesta de “lo
contemporáneo” es como limita
la comprensión del fenómeno
de la tonalidad.
Hoy no se encuentran muchos
compositores que se
definan como contemporáneos,
o al menos ya no tie-
musicaclasicaba.com.ar | Enero 2019 | Revista Música Clásica 3.0 | 5