NAIROBI, HERE WE ART!
31/8 – 13/10/2019 Opening with cava cocktail and dance performance: Saturday August 31 at 20h
31/8 – 13/10/2019
Opening with cava cocktail and dance performance: Saturday August 31 at 20h
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
10 | DAVID THUKU · OUT OF AFRICA<br />
El artista nos empuja hacia la introspección inquietante<br />
y crea un verdadero malestar que nos persigue sin<br />
mediar palabra y sin darnos respuesta alguna<br />
N<br />
akuru, la región natal de David THUKU, evoca inmediatamente el lago epónimo,<br />
reserva natural en el cráter de un volcán extinguido, que alberga millones de flamencos<br />
rosados que anidan allí. Es fácil extrapolar y decir que un joven nacido<br />
en este entorno con las melodías de primera mañana del mundo no puede más que ser<br />
sensible a la belleza y armonía de su universo, del cual habría decidido hacerse el demiurgo<br />
a escala de su lienzo. Pero ello proviene casi ciertamente de la fantasía, incluso si los<br />
lugares del despertar al mundo y a sus maravillas tienen sin duda su influencia, difícilmente<br />
cuantificable, sobre aquellos que han tenido la suficiente sensibilidad para absorber ciertas<br />
porciones de dichos misterios. Nacido pues en Nakuru en 1985, el artista se benefició,<br />
gracias a sus habilidades prontamente destacadas, de una beca del fondo de becas Langalanga<br />
Scholarship Fund, que le permitió a la edad de 24 años diplomarse en el Buruburu<br />
Instituto de Bellas Artes en Nairobi. Desde entonces, vive y trabaja en Nairobi. En 2013 fue<br />
co-fundador de Brush-Tu Art Studio (www.brushtu.co.ke), un colectivo de arte creativo que<br />
proporciona a artistas espacios de trabajo permitiéndoles intercambios colaborativos. Este<br />
joven pintor ha continuado exitosamente su camino, sembrando sus obras por el vasto<br />
mundo, exponiendo, en su país, en primer lugar, pero también, con el acuerdo de las ferias y<br />
exposiciones más prestigiosas dedicadas, en particular, al arte africano contemporáneo, en<br />
muchas ciudades de Europa. Así 1:54 en Londres, AKAA en París, pero también en la Feria de<br />
dibujo contemporáneo en la misma ciudad y ahora en Barcelona, han acogido y siguen acogiendo<br />
con gusto sus obras. Después de haber trabajado de forma bastante clásica el óleo<br />
sobre lienzo, el pintor gradualmente pasó al papel mostrando su predilección por él. Como<br />
él mismo explica, corta y despedaza el papel para descubrir imágenes cuidadosamente superpuestas,<br />
desvelando el conocimiento oculto. A través del análisis del espacio cotidiano<br />
que ocupamos, va cada vez más y más lejos en el juego de grosores para revelar dimensiones<br />
ocultas de la obra y de la empresa que descifra. Admite utilizar motivos repetidos para<br />
marcar su entorno espacial y sus características. El motivo tiene un significado especial en<br />
sus obras. Este crea una sensación de espacio, de perspectiva y de comparación y significa<br />
David THUKU – Series “Empty Seats” – Untitled VI – 2019 – 76,5cm H x 57cm W – Papercuts (sgraffito)<br />
David THUKU – Series “Empty Seats” – Untitled VII – 2019 – 76,5cm H x 57cm W – Papercuts (sgraffito)<br />
la continuidad. Este recurso a una unificación del motivo es particularmente visible en la<br />
serie que nos propone y acertadamente bautizado «asientos vacíos» (empty seats). Más allá<br />
del motivo, estamos ante una misma paleta de colores y sólo la presencia de personajes<br />
en posiciones inusuales rompe, en cierta forma, la unidad de las obras sin por ello causar<br />
la más mínima ruptura. Asientos vacíos, porque los personajes están al lado, por debajo o<br />
por encima, pero nunca dentro y esto puede ser un primer marco de interpretación de la<br />
lectura de la obra. El asiento, es lo que sienta, literalmente y figurativamente, dando una<br />
posición, una situación. Ocupamos un asiento, lo dejamos, se lo dejamos a otros que luchan<br />
por quedárselo, ¡el juego social es particularmente político y lo es enteramente en este juego<br />
de sillas! A esto se añade el motivo del dado, objeto de juego, sin duda, pero sublimada<br />
identificación del azar y todas sus injusticias. El trabajo es muy gráfico, deja poco espacio<br />
para la anécdota y devuelve al espectador a sus propias proyecciones: ¿por qué una jaula<br />
en lugar de una cabeza sobre un personaje con la ropa en forma de barrotes de prisión que<br />
imaginamos con las manos atadas en la espalda? ¿Símbolo de confinamiento del cuerpo y el<br />
alma? ¡Un damero encarna espontáneamente la oposición binaria de blanco y negro, pero<br />
también del bien y del mal, mujeres y hombres, el no y el sí! Otra perspectiva... Y qué decir<br />
de este cuerpo del que sólo vemos la parte inferior sobre una silla estirada en el suelo ¿Se<br />
trata acaso de la visión púdica de un hombre ahorcado que, de una última patada, tiró la<br />
silla que lo sostenía? El artista tampoco nos da respuestas, dejando rienda suelta a nuestra<br />
imaginación y a nuestras propias reflexiones, a los muchos significados de esta palabra en<br />
sus obras, espejos del alma que nos son así presentados. ¿Por qué estos asientos están vacíos,<br />
luego privados de su función esencial, que es la de poder descansar nuestros cuerpos<br />
doloridos y darles una colocación, un descanso y un asiento? Es cierto que la mayoría parecen<br />
suspendidos en el vacío por incomprensibles cuerdas que los unen a otra cosa, a otro<br />
mundo, fuera del cuadro.... Esferas vacías o blancas puntúan el espacio como tantos ojos,<br />
pero también tantas balas y amenazas que vienen de no sé dónde, añadiendo molestias<br />
adicionales. Así, de una obra muy gráfica, hecha de grandes bloques de colores a una paleta<br />
muy reducida (negro, rojo y blanco esencialmente) sobre papel arrancado, el artista nos<br />
empuja hacia la introspección inquietante y crea un verdadero malestar que nos persigue<br />
sin mediar palabra y sin darnos respuesta alguna. Y no es la menor de las fuerzas del pintor,<br />
con tal economía de medios y técnicas, la de abrirnos puertas y ventanas para una reflexión<br />
que va más allá, muy lejos de las ondulaciones de las plumas de los flamencos rosas en la<br />
madrugada sobre el lago Nakuru.<br />
Sylvain Sankalé<br />
Crítico de arte. Dakar – Sénégal