NAIROBI, HERE WE ART!

14 | ONYIS MARTIN · OUT OF AFRICA
de nuestras ciudades, promocionando de igual
manera tanto servicios de fumigación y desinsectación
como la recuperación de la función
eréctil para hombres! La lectura de las palabras
del artista es bastante cómoda a pesar de un
desorden organizado y una voluntaria confusión.
Mostrándonos nuestras paredes, tal como
nuestra civilización contemporánea las embellece
o las satura, según la visión que tenemos,
Onyis MARTIN, al que estas paredes fascinan,
nos reenvía a nuestra urbana modernidad en
la cual se mueven no solamente esta juventud
contemporánea de la que él es parte integrante,
sino también las más viejas generaciones
obligadas a adaptarse so pena de desaparecer.
Esta visión del mundo que nos rodea es total
ya que estos muros son similares a todas las paredes
de todas las ciudades de la faz de nuestro
Onyis Martin nos escanea,
nos interroga y presenta
su mundo, nuestro mundo,
cómo puede ser bajo
todas sus latitudes
y, de esta manera,
aspira a lo universal
y nosotros lo seguimos
Onyis MARTIN – Talking Walls 19 – 2019 – 170cm H x 166cm W – Mixed media on canvas
Nacido en 1987, viviendo y trabajando en su Kenia natal, Onyis MARTIN supo, en
pocos años, obtener su lugar entre los artistas visuales reconocidos en África.
A la edad de 32 años ya había expuesto en los cinco continentes, algo excepcional
que denota el carácter internacional de su obra, que no se hunde en una afirmación
identitaria frenética, limitándose a lo evidente.
A nivel académico, en el 2006 salió de la High School de Aquinas en Nairobi. Y en el 2010
lo hizo del centro de arte de Mukuru Art and Craft antes de dedicarse a la formación en
Programación NeuroLingüística y Constelación Familiar, lo que como mínimo es inhabitual
en un artista. Onyis MARTIN es tal vez, a título principal, un pintor, pero su trabajo
como artista plástico va más allá, con instalaciones y “performances” que no dejan
indiferentes. Después de los inicios en su país, su obra se propaga rápidamente por la
faz de la tierra: en una feria en Taiwán, residencias en Alemania y Polonia, exposiciones
en Australia, su participación en 1:54 en Londres desde el 2016, Nueva York en el año
2017, etc.
Su presencia es destacada en varias exposiciones de grandes instituciones en Sudáfrica,
incluyendo el Zeitz Museum de la Ciudad del Cabo en el año 2019.
Las obras que presenta son grandes lienzos en lo que se encolan varios materiales y
medios que otorgan a la obra un aspecto muy característico de viejas paredes para carteles.
Aparecen, en una paleta que dominan el azul/verde y el negro/marrón, un montón
de papel rasgado, de huellas, de colores diversos, de figuras y escrituras pintadas
por el artista que deciden sobre el fondo. Y la misma foto medio rasgada de un niño,
siempre el mismo, foto de identidad encontrada por casualidad, que personifica la pared
y que nos mira fijamente a los ojos, con infinita dulzura nostálgica.
El título de la obra aparece entre las entradas que figuran bajo ella y no nos ilumina
demasiado sobre las intenciones del creador “Hôtel”, “We sell carpet grass” seguido de
un número de teléfono etc.
¡Si observamos cuidadosamente los fragmentos del cartel que aún perduran, es fácil
darse cuenta de que se trata de cartelitos que surcan, sin orden ni medida, las paredes
planeta. Simboliza igualmente de forma perfecta
nuestra sociedad de consumo en la que todo
se intercambia y todo se vende, todo se trata
y todo se organiza, ya sean nuestros sueños o
nuestros placeres, nuestros temores y nuestras
pesadillas.
Sabemos que el artista está muy comprometido por cuestiones que le interpelan, a
imagen de toda la humanidad, ya se trate de tráfico de cualquier tipo, migraciones humanas,
plagas de corrupción tanto en el mundo político como a nivel institucional. Se
añaden a ello los avances tecnológicos que revolucionan nuestro universo y nuestra
humanidad a la que tanto le cuesta seguirlos y hacerlos suyos. Información, consumo,
estos cartelitos están aquí para recordarnos estos dos pilares de nuestra sociedad contemporánea.
Además, no podemos olvidar la formación adquirida por el artista en Programación
Neurolingüística, esta "pseudociencia" como la califican sus detractores, y que es "el
estudio de los procesos comportamentales adquiridos, considerados como una programación
Neurológica representada por lingüística “. Es importante subrayar que esta se
interesa exclusivamente por las informaciones emitidas sin interpretar las causas. Se interesa
sobre todo a las representaciones mentales y automatismos, los identifica, los esquematiza
y puede proponerlos como una estrategia. ¡El artista admite estar fascinado
por esta constante manipulación y destrucción del lenguaje por los individuos! Al ofrecer
a nuestro examen y valoración sus representaciones de nuestro mundo, apoyado por
la mirada fija de un niño, el artista, conscientemente o no, ¿no se sitúa él precisamente
en una demostración de Programación Neurolingüística? Ninguna explicación sobre las
causas o efectos, sólo una representación frontal y brutal de una realidad que no necesita
de lenguaje, a pesar de que está lleno de fragmentos de escrituras en idiomas muy
diferentes, una interpretación moderna de la torre de Babel.
Onyis MARTIN nos escanea, nos interroga y presenta su mundo, nuestro mundo, cómo puede
ser bajo todas sus latitudes y, de esta manera, aspira a lo universal y nosotros lo seguimos.
Sylvain Sankalé
Crítico de arte. Dakar – Sénégal