Portada Fernando Varela & Liu Bolin

Aida Vásquez
“Una buena historia es aquella que
sorprende, que no aburre, que evoluciona
y mantiene vivo el interés”.
texto Ebel Echavarría foto Freyda Peña
T
odo artista tiene una historia que contar, sea esta producto de
su imaginación, el resultado de sus vivencias o una combinación
de las dos. A través de las distintas formas de expresión
artística dejan fluir todo aquello que ocupa su imaginación, convirtiéndolo
en creatividad expresada y en las más emotivas piezas de arte.
Ejemplos sobran, si nos adentramos en lo que hay detrás de cada pieza
de arte; sea esta pintura, escultura, o hasta el diseño de modas, encontraremos
todo un mundo de experiencias que convergen en un mismo
canvas para, finalmente, dar paso a una nueva creación.
Este es el caso de Aida, una artista que durante los últimos cuatro
años viene pisando fuerte en todo este universo que comprende
las artes, que se abre paso y cala cada vez más en el gusto del público
dominicano. Aida es una de esas artistas sensibles a todo aquello que le
rodea, emocional e increíblemente perceptiva, que utiliza sus vivencias,
sus experiencias, y las expresa con un pincel sobre un lienzo en blanco
que, finalmente, se convierte en una parte de su historia.
Recientemente, participó en la feria de arte Red Dot Miami, uno de
los eventos más importantes celebrados en la ciudad del sol, que reúne
a talentosos artistas de diversas procedencias, de alrededor del mundo.
Allí, Aida participó con la serie The Great Escape, una colección de
obras que surgen de “un momento de burnout, saturación y ansiedad”
que expresó en un momento de catarsis convertido en arte.
Pero, antes de abordar lo que hace a The Great Escape en una serie
excepcional, conversamos con ella sobre su trayectoria. Aida es una
artista de nacimiento, lleva el arte como una parte intrínseca de lo que
es ella como persona. Sus primeras experiencias con las artes las vivió a
la corta edad de nueve años: “Cuando empecé a asistir a clases de arte
siendo una niña, me enfocaba mucho en el realismo y en pintar lo que
veía en el mundo exterior”, recuerda.
En la medida en que fue creciendo, viviendo y experimentando, su
práctica artística fue evolucionando con ella. En este proceso, su arte
llegó a convertirse en una forma de expresión de sus propios sentimientos
y experiencias.
Su vida artística y profesional toma otro rumbo cuando decide
estudiar psicología escolar, una profesión que ejerció por poco más de
una década previo a transicionar a aquello que había experimentado de
niña y que se habría quedado con ella por tantos años. “La pasión por el
arte siempre ha sido parte de mí… Siento que el arte y la psicología van
de la mano, especialmente en mi caso, que plasmo procesos y emociones
en lienzo de manera abstracta”.
Lo anterior, combinado con su amor por los niños, fueron la mezcla
que finalmente trazaron su trayectoria rumbo al sector educativo. “Mi
amor por los niños, el deseo de ayudar y conectar con los demás fue mi
motor para estudiar psicología escolar”.
Y es aquí donde volvemos a The Great Escape. La psicología nos
enseña que para buscar el bienestar propio, es fundamental aprender
a expresar y procesar las emociones, especialmente las negativas. Y es
así como esta serie se convierte en mucho más que simples obras, son
el resultado de ese proceso de expresión y procesamiento donde Aida
utilizó un momento de bloqueo artístico y lo convirtió en creatividad
expresada con cada pincelazo.
“Hasta el momento de pasar por esa etapa de saturación, ansiedad
y altos niveles de estrés, mis obras eran generalmente muy coloridas,
con mucha energía y transmitían sentimientos eufóricos de alegría. Al
pasar por este proceso de burnout, fue inevitable para mí como artista
expresionista abstracta, el tomar un lienzo como medio de desahogo,
planificación y sanación”, detalla Vásquez.
Fue una serie que resultó del proceso transitorio de Aida tras
abandonar la profesión como maestra que habría ejercido durante
13 años para dedicarse a aquello que le llena de vida: crear arte. El
resultado habla por sí mismo, ya que fue la serie que le llevó a Red
Dot Miami, una plataforma que se presenta como la puerta a un
mundo de nuevas oportunidades para los artistas que tienen la dicha
de formar parte de ella.
“Exponer en Red Dot Miami fue una experiencia muy enriquecedora.
Un honor para mí exponer junto a grandes talentos internacionales,
al igual que compartir mi trabajo y la inspiración que hay detrás de
cada pieza con coleccionistas de todo el mundo. Es un sentimiento muy
emocionante cuando los demás pueden conectar con la historia y el
mensaje que transmites a través del arte”.
Sábado 23 de marzo de 2024 Ritmo Social > 29