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contenido - Yacht Club Argentino

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"para qué" de ambas palas, les explicó todo sobre la vela cuadra:<br />

driza y brazas de la verga, escotas, rizos y amuras de la vela. Les<br />

contó que con todo eso, podrían navegar impulsados por vientos<br />

desde atrás, del costando y hasta de una octava más adelante.<br />

Después habló sobre la necesidad de vigilar el agua dentro del bote,<br />

la importancia del achique y del conjunto de fondeo y amarre.<br />

Descubriendo que faltaban baldes de achique y cabos de amarre, el<br />

marino se negó a navegar sin ellos.<br />

Al día siguiente tenían lo faltante y volvieron al bote. Con<br />

satisfacción comprobaron que todavía no hacía agua, pero Groaldunn el<br />

pescador les advirtió que al navegar, los movimientos de una estructura<br />

tan liviana podrían causar alguna vía de agua si el cuero no respondía<br />

con suficiente elasticidad. Se ofreció para remar hasta pasar la<br />

rompiente, Owenaugh levantó la piedra del fondeo y Seehan cuidó atrás<br />

que el timón quedara "de canto" hacia adelante, a la vía. De cuatro<br />

poderosas bogadas pasaron la perezosa rompiente de aquella orilla muy<br />

reparada por terrenos altos. Groaldunn levantó los remos del agua, con<br />

rapidez los guardó adentro y se volvió hacia el mástil. Primero soltó los<br />

tomadores que mantenían la vela enrollada contra su verga, después<br />

largó un tramo de la braza de barlovento y la hizo firme, haciendo igual<br />

con la escota de la misma banda. Verificó que los dos cabos de la otra<br />

banda quedasen libres y tirando fuerte de la driza fue levantando la<br />

verga hasta que llegó casi al tope del mástil. Estaban al garete y como<br />

soplaba suave de tierra, se iban separando de la costa recibiendo afuera<br />

algo más de viento. La vela gualdrapeaba hasta que Groaldunn cazó<br />

braza y escota de sotavento. El bote arrancó con agilidad ante el festejo<br />

de su tripulación.<br />

"¡ Timón derecho !" le dijo Groaldunn a un Seehan maravillado de<br />

ojos muy abiertos y fijos en la proa.<br />

"¡ Hay que bajar la orza !" exclamó Groaldunn. Con apuro,<br />

Owenaugh largó el cabo que casi se corta al caer la pesada plancha de<br />

madera maciza.”<br />

"¡ Cuidado. Todo hay que hacerlo con firmeza y suavidad. Si no,<br />

algo se romperá !"<br />

Las olas sacudían al bote pero igual navegaba con rumbo recto. La<br />

estructura apenas vibraba con cada ola que encontraban. La robustez<br />

del botazo y del fondo soportaba las exigencias del casco. Iban con<br />

viento franco por la aleta. Groaldunn propuso probar con el viento de<br />

través. Soltó más los cabos de barlovento y cazó más los de sotavento.<br />

Al mismo tiempo le pidió a Seehan que apuntase un poco la pala del<br />

timón hacia sotavento. El bote orzó suavemente hasta que se le dijo a<br />

Seehan que apuntara la pala "al medio", hacia la proa. Para ceñir con<br />

aquella vela cuadra, había que estirarla hacia barlovento y para eso<br />

Groaldunn desvió escota y braza de barlovento por dos espigas de<br />

madera fijadas a la borda de proa. Haciendo esto, la corpulencia del<br />

joven sometió a dura prueba la resistencia de la cubierta…<br />

Seehan y Owenaugh seguían fascinados. Groaldunn les fue<br />

mostrando las respuestas del bote ante distintas orientaciones del timón<br />

y de la vela.<br />

"Para timonear, hay que vigilar el borde trasero de la vela. Si<br />

flamea, hay que derivar con el timón o hay que "entrar" la vela cazando<br />

escota y braza de sotavento."<br />

"Si bote y vela quedan equilibrados, no es necesario timonear. Si el<br />

bote se escora demasiado, hay que "aflojar" la vela filando la escota de<br />

sotavento; si esto no alcanza, habrá que achicar la vela con sus rizos y<br />

si la escora persiste por un viento muy fuerte, bajamos toda la vela y<br />

tratamos de mantener nuestra proa contra el viento, con el timón y los<br />

remos o con el fondeo afirmado adelante.'<br />

"Nunca hay que dejarse sorprender por el viento fuerte. Hay que<br />

comprender el lenguaje del mar. Mi padre dice: una mano para el barco<br />

y otra mano para uno mismo… pero siempre agrega: un ojo para el<br />

barco y otro ojo para el cielo."<br />

"Hay que navegar de día para poder observar cielo, mar, nubes y<br />

aves. Si el sol amanece muy rojo, ese día habrá mal tiempo. Si el cielo<br />

está muy azul y el sol muy brillante, soplará fuerte. Después de una<br />

calma muy calurosa en verano cuando las aves ni vuelan ni cantan,<br />

llegarán nubes gruesas y detrás el temporal. En cuanto las nubes se<br />

cierran y se ennegrecen, sueltan mal tiempo. Casi un día antes de llegar<br />

los fuertes vientos Australes, aparecen en el lugar olas corriendo desde<br />

allí, sin relación con ningún viento del momento. En estas costas las<br />

corrientes marinas Australes son casi permanentes y muy fuertes,<br />

además las mareas son más altas que dos hombres. "<br />

"Para frenar al bote hay que "enfachar" la vela para que reciba el<br />

viento desde la proa. Con una vela cuadra se largan escota y braza de<br />

sotavento, se caza escota y braza de barlovento y se orza hasta poner la<br />

proa al viento. Así la vela empuja hacia atrás."<br />

"Es necesario aprender todo cuanto antes, para juntar experiencia y<br />

poder navegar por instinto. Mi padre siempre repite que se debe navegar<br />

con el alma, que ni el mejor ojo ni la cabeza más inteligente podrán<br />

superar jamás nuestros espíritus, que observan todo más allá de<br />

nuestros sentidos y deciden sin equivocarse."<br />

Seehan y Owenaugh practicaron todo aquello hasta entender las<br />

maniobras. Así pasó el tiempo hasta que decidieron volver antes<br />

que oscureciera.<br />

Con la vela arriada, Owenaugh remó hacia la costa bogando cada<br />

vez que el bote bajaba una cresta, mientras Seehan mantenía un rumbo<br />

perpendicular a las olas como se les había indicado. Buscaron su<br />

pequeño fondeadero con fondo de arena, y ni bien pasaron la<br />

rompiente, hicieron virar al bote con el timón y los remos. Cuando la<br />

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