Estudio morfoclimático del Cabeçó d'Or - Publicaciones de la ...

Trinidad Sánchez Navarro
Estudio morfoclimático del Cabeçó d’Or
vidualizando los bloques del cantil de forma gradual hasta
caer por gravedad. Estos procesos son observables en algunas
cornisas que coronan los cantiles del flanco occidental
del macizo, donde los efectos cársticos, a modo de microcarst,
dejan su impronta en las zonas cimeras de los cantiles.
El agua: Ésta en su estado líquido puede igualmente considerarse
como una de las causas de fractura de la roca en
determinadas condiciones; así la trascendencia que en
nuestro ámbito tienen las precipitaciones excepcionales es
un hecho a tener muy en cuenta en el desprendimiento y,
como después veremos, en el transporte y sedimentación de
los derrubios. En efecto, la fuerza del agua es capaz de desprender
fragmentos de roca considerables por una acción
mecánica, previa actuación de otros agentes (hielo, vegetación,
trituración ...), siendo la lluvia el desencadenante último,
el retoque final de un proceso combinado anterior.
Además del papel desempeñado por las aguas de deshielo,
señalado anteriormente, también el agua por un efecto físico
puede favorecer la fractura a través de un ciclo
sequedad-humedad capaz de provocar tensiones intemas
en la roca que acaban fracturándola (nota 54). En este caso
tiende a descomponerse en capas delgadas, semejando
escamas, de las que no faltan muestras en las abundantes
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