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ejercicios espirituales jueves

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Recibimos a los niños y niñas con cariño y alegría, de ser posible los<br />

saludamos por su nombre, procuremos que se sientan bienvenidos y<br />

en su casa.<br />

Papá Dios, esta semana estaremos en Ejercicios Cuaresmales,<br />

vamos a estar escuchando tu Palabra, haremos la Lectio Divina.<br />

Ayúdanos a estar atentos a tu voz, queremos dejarla entrar a lo más<br />

profundo de nuestro corazón, responderte y cambiar nuestra vida para<br />

poder vivir como tú nos pides.<br />

Envíanos tu Espíritu para iluminar nuestra inteligencia y fortalecer<br />

nuestra voluntad. Te lo pedimos por tu Hijo Jesús, Amén.


1.- Invitamos a los niños a sentarse cómodamente y a imaginar lo que les iremos leyendo.<br />

2.- Explicarles que este ejercicio nos ayudará a estar serenos para poder escuchar con atención la<br />

Palabra de Dios.<br />

3.- Cuando los niños y las niñas estén sentados, leemos pausadamente:<br />

Vamos a relajarnos, a cerrar los ojos y a respirar despacito durante un minuto. Así tranquilos, sin poner<br />

atención a los ruidos que se puedan escuchar, vamos a imaginar unas montañas, son las montañas de<br />

Galilea. Entre ellas hay un monte que resalta porque es más alto que los demás, es el Monte Tabor.<br />

Estamos con Jesús y sus amigos, Él nos invita a subir con ellos a ese monte elevado.<br />

Hay muchos arbustos pequeños y muy espinosos; hay muchas piedras por el camino.<br />

Cuesta trabajo subir, hay que detenerse a descansar y respirar profundamente para recobrar fuerzas.<br />

Nos detenemos a descansar un momento... (contamos hasta 3 en silencio y proseguimos0<br />

Tenemos que llevar agua para el camino, pero es muy pesada, así que no podemos llevar mucha y<br />

tenemos que tomarla poco a poco. Cuando nos cansamos de subir Jesús nos espera a que tomemos<br />

aire de nuevo, toma nuestra mano y nos ayuda a seguir caminando.<br />

Vamos subiendo y el aire se siente más fresco; la vegetación empieza a ser más verde y frondosa; los<br />

árboles son más grandes y podemos caminar bajo su sombra. Se disfruta mucho subir la montaña con<br />

los amigos porque nos van animando a seguir adelante, más alto.<br />

Estamos a unos metros de llegar a lo más alto de la montaña....<br />

¡Ya llegamos! Estamos felices de haber llegado a la meta.<br />

Volteamos a ver a Jesús y nos damos cuenta que ha cambiado su apariencia. Sus vestiduras se vuelven<br />

blancas y resplandecientes. ¡Qué hermoso se ve! Podríamos quedarnos aquí, viéndolo, toda la vida.<br />

De la cara de Jesús, de todo su cuerpo, sale luz y se ve muy feliz, voltea a vernos con mucho amor y nos<br />

sonríe. Vamos a quedarnos aquí, viéndolo así, unos momentos en silencio....<br />

Es hora de regresar, comenzamos a caminar para bajar del monte elevado, el regreso debe hacerse con<br />

cuidado.<br />

Contamos en silencio hasta 5 y proseguimos...<br />

Vamos a guardar en nuestro corazón esta imagen de Jesús, vamos a respirar profundamente....<br />

inhalamos 1, 2, 3, 4, 5.... ahora exhalamos 5, 4, 3, 2, 1<br />

Otra vez.... inhalamos 1, 2, 3, 4, 5... exhalamos 5, 4, 3, 2, 1<br />

Ahora abrimos los ojos.


Vamos a reconstruir la escena de lo que vivieron Pedro, Santiago y Juan junto a Jesús en el Tabor.<br />

Vamos a hacer un poster del momento de la transfiguración. El material necesario se presenta en el<br />

anexo 1.<br />

Ponemos la base del póster en un lugar visible.<br />

A Pedro, Santiago y Juan, Jesús los invitó a subir al Monte Tabor, ellos fueron muy contentos. El camino<br />

fue un poco pesado, pero Jesús los animó, los ayudó y todos juntos pudieron llegar a la cima.<br />

Invitamos a dos niños a pegar las nubes.<br />

Una gran sorpresa los esperaba en la cima del monte elevado, ellos pudieron ver a Jesús transfigurado;<br />

lleno de luz, ¡fue maravilloso!<br />

Invitamos a un niño o niña a pegar la imagen de Jesús transfigurado.<br />

Estaba platicando con Moisés y Elías.<br />

Invitamos a dos niños o niñas a pegar las figuras de Moisés y Elías.<br />

Escucharon una voz que les decía: “Este es mi hijo muy amado, escúchenlo”.<br />

Invitamos a un niño o niña a pegar la figura de Pedro Santiago y Juan.<br />

Nosotros acabamos de hacer el ejercicio de imaginar que subimos con ellos... ¿Les hubiera gustado estar<br />

ahí hace muchos años, cuando Jesús vivió en Judea?<br />

Pues tenemos noticias maravillosas para ustedes: a nosotros Jesús también nos invita a subir al Monte<br />

elevado; nos inivita a ir con Él a la Eucaristía. A veces nos cuesta un poco, igual que a Juan, Pedro y<br />

Santiago les costó caminar cuesta arriba.<br />

No tengan miedo, Jesús está con nosotros, Él nos anima y nos ayuda. Nosotros también nos animamos<br />

unos a otros, porque queremos llegar al cielo todos juntos.<br />

En la Eucaristía nosotros vemos a Jesús; parece pan y vino, pero es Jesús: ¡es maravilloso! A nosotros<br />

Papá Dios también nos dice: “Este es mi Hijo muy amado, escúchenlo”. Lo escuchamos en la lectura de<br />

la Palabra: la primera lectura, el salmo, la segunda lectura, el Evangelio.<br />

Jesús quiso quedarse para siempre con nosotros y nunca nos suelta de su mano.


Mc 1, 12 - 13<br />

En el anexo 2 se presenta material que puede servir para esta sección.<br />

1.- Quien dirige el grupo lee el Evangelio despacio y con la entonación adecuada, le pide a los niños que<br />

guarden silencio en su interior y vuelve a leer la lectura, al finalizar le pide a los niños que en un momento<br />

de silencio piensen qué frase cortita o qué palabra les llama más la atención. Después de un momento de<br />

silencio les pedimos que cada quien diga la frase que más le llamó la atención, solamente la frase, en voz<br />

alta para compartirla con todos. No se hacen comentarios, solamente decimos la frase uno tras otro.<br />

2.- Quien dirige el grupo lee de nuevo el Evangelio, al finalizar pide a los niños que subrayen la frase que<br />

más les llama la atención.<br />

3.- Leemos el Evangelio por tercera vez, esta vez lo hacemos leyendo en voz alta todos juntos.<br />

Mc 1, 12 - 13<br />

“En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de éste, y los<br />

hizo subir a solas con él a un monte elevado. Ahí se transfiguró en su presencia: su rostro se<br />

puso resplandecientes como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve. De<br />

pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías, conversando con Jesús.<br />

Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ¡qué bueno sería quedarnos aquí¡ Si quieres, haremos<br />

aquí tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”.<br />

Cuando aún estaba hablando, una nube luminosa los cubrió y de ella salió una voz que decía:<br />

“Éste es mi Hijo amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo”. Al oír esto, los<br />

discípulos cayeron rostro en tierra, llenos de una gran temor. Jesús se acercó a ellos, los tocó<br />

y les dijo: “Levántense y no teman”. Alzando entonces los ojos, ya no vieron a nadie más que a<br />

Jesús. Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: “No le cuenten a nadie lo que han visto,<br />

hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos”.


Jesús hizo que Pedro, Santiago y Juan subieran el monte elevado, porque con sus solas fuerzas no<br />

hubieran podido subir tan alto. Todo lo que somos, todo lo que podemos hacer y todo lo que tenemos<br />

es gracias a Dios. Él nos anima y nos llama a seguir siempre adelante.<br />

Muchas veces creemos que las buenas calificaciones o los logros que tenemos lo conseguimos<br />

nosotros solos. A veces se nos olvida que podemos ser buenos porque Dios nos regaló las cualidades<br />

para serlo. Todo lo hemos recibido de Dios y por eso estamos muy agradecidos con Él.<br />

Pedro, Santiago y Juan descubrieron a Dios en el monte elevado y querían quedarse ahí y gozarlo por<br />

toda la eternidad. Se encontraron con Dios Vivo y se llenaron de alegría.<br />

Dios nos ha mostrado que es un Padre amoroso que nos eligió para ser sus discípulos. para hablar al<br />

mundo las maravillas de Dios, con nuestras palabras y acciones; con el testimonio alegre de nuestra<br />

vida.<br />

Todos los Domingos, subimos en la Misa al monte elevado, también hoy nos cuesta, pero Jesús nos<br />

anima a ir, nos habla en nuestro corazón y nos invita a comulgar. Cuando comulgamos descubrimos a<br />

Dios resplandeciente que quiere estar con nosotros. Nos sentimos muy agradecidos porque nos invita<br />

a gozar de la vida eterna en su presencia.<br />

En el anexo 3 se presenta una sopa de letras que puede usarse como ejercicio después de la meditación.<br />

¿Qué necesitas cambiar en tu vida para responder a lo que Dios te ha dicho hoy?<br />

En el anexo 4 se presenta material para este punto.


Juguemos al “Gracias”<br />

1. Asígnale un número a cada uno de los niños.<br />

2. Todos los jugadores se reúnen al centro del patio y uno de ellos lanza la pelota al aire<br />

gritando un número. El jugador que tenga ese número deberá correr a atrapar la pelota.<br />

Todos los demás jugadores deberán correr para alejarse.<br />

3. Cuando tenga la pelota en sus manos deberá gritar: “Gracias”. En ese momento todos<br />

deben detenerse y escuchar. El niño con la pelota agradece a Dios por algún don recibido.<br />

Luego debe lanzar la pelota a alguno de los compañeros. Si lo toca la pelota, pierde y sale<br />

del juego. Si no, el niño que aventó la pelota pierde y sale del juego. Por eso es importante<br />

alejarse para que no los toque la pelota. El niño que se queda con la pelota la lanza al aire y<br />

dice un número. Se repite el paso 2 y 3.


anexo 2<br />

Mc 1, 12 - 13<br />

“En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de éste, y los<br />

hizo subir a solas con él a un monte elevado. Ahí se transfiguró en su presencia: su rostro se<br />

puso resplandecientes como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve. De<br />

pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías, conversando con Jesús.<br />

Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ¡qué bueno sería quedarnos aquí¡ Si quieres, haremos<br />

aquí tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”.<br />

Cuando aún estaba hablando, una nube luminosa los cubrió y de ella salió una voz que decía:<br />

“Éste es mi Hijo amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo”. Al oír esto,<br />

los discípulos cayeron rostro en tierra, llenos de una gran temor. Jesús se acercó a ellos, los<br />

tocó y les dijo: “Levántense y no teman”. Alzando entonces los ojos, ya no vieron a nadie más<br />

que a Jesús. Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: “No le cuenten a nadie lo que han<br />

visto, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos”.<br />

Mc 1, 12 - 13<br />

“En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de éste, y los<br />

hizo subir a solas con él a un monte elevado. Ahí se transfiguró en su presencia: su rostro se<br />

puso resplandecientes como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve. De<br />

pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías, conversando con Jesús.<br />

Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ¡qué bueno sería quedarnos aquí¡ Si quieres, haremos<br />

aquí tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”.<br />

Cuando aún estaba hablando, una nube luminosa los cubrió y de ella salió una voz que decía:<br />

“Éste es mi Hijo amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo”. Al oír esto,<br />

los discípulos cayeron rostro en tierra, llenos de una gran temor. Jesús se acercó a ellos, los<br />

tocó y les dijo: “Levántense y no teman”. Alzando entonces los ojos, ya no vieron a nadie más<br />

que a Jesús. Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: “No le cuenten a nadie lo que han<br />

visto, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos”.<br />

Mc 1, 12 - 13<br />

“En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de éste, y los<br />

hizo subir a solas con él a un monte elevado. Ahí se transfiguró en su presencia: su rostro se<br />

puso resplandecientes como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve. De<br />

pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías, conversando con Jesús.<br />

Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ¡qué bueno sería quedarnos aquí¡ Si quieres, haremos<br />

aquí tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”.<br />

Cuando aún estaba hablando, una nube luminosa los cubrió y de ella salió una voz que decía:<br />

“Éste es mi Hijo amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo”. Al oír esto,<br />

los discípulos cayeron rostro en tierra, llenos de una gran temor. Jesús se acercó a ellos, los<br />

tocó y les dijo: “Levántense y no teman”. Alzando entonces los ojos, ya no vieron a nadie más<br />

que a Jesús. Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: “No le cuenten a nadie lo que han<br />

visto, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos”.


anexo 3<br />

Busca las palabras importantes del día de hoy... se encuentran<br />

escondidas en el monte elevado...<br />

Pedro Elías<br />

Santiago Hijo<br />

Juan amado<br />

monte escúchenlo<br />

elevado no teman<br />

transfiguró<br />

Moisés<br />

abcmoises<br />

xwnoteman<br />

ovefgnhtpqrmbth<br />

zklmesnfteliasmnw<br />

hijoacdsxtuvzplnbv<br />

weamadopwabalector<br />

escuchenlomxoelnstrxt<br />

ulnmonteelevadomxnens<br />

pedronsmrstransfiguroi<br />

juanmxnrslsantiagomni<br />

pedronkcorjhkleomsnot<br />

amoensirmtiensormweit


ANEXO 4<br />

¿Qué tengo que cambiar dentro de mi corazón para vivir<br />

como Dios me pide?<br />

________________________________________________<br />

____________________________________________<br />

_____________________________________<br />

________________________<br />

_________________________<br />

¿Cómo puedo mejorar con mis papás, mis<br />

hermanos, ms amigos y así vivir como Dios me pide?<br />

___________________________<br />

___________________________________________<br />

_____________________________<br />

___________________________________________<br />

__________________________<br />

¿Qué tengo que cambiar dentro de mi corazón para vivir<br />

como Dios me pide?<br />

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__________________________<br />

¿Cómo puedo mejorar con mis papás, mis<br />

hermanos, ms amigos y así vivir como Dios me pide?<br />

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