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Guion de Cuaresma 1 - Arquidiócesis de Monterrey

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ARQUIDIÓCESIS DE MONTERREY.<br />

CUARESMA 2012.<br />

GUIONES PARA EJERCICIOS ESPIRITUALES: CONVERSIÓN SOCIAL.<br />

Tema 1.- Conversión <strong>de</strong>l Egoísmo a la Fraternidad.<br />

1.- TEXTO BÍBLICO: “Porque no es injusto Dios para olvidarse <strong>de</strong> vuestra labor y <strong>de</strong>l amor que habéis<br />

mostrado hacia su nombre, con los servicios que habéis prestado y prestáis a los santos”. (Heb 6,10).<br />

2.- OBJETIVO: Conocer el proyecto <strong>de</strong> salvación <strong>de</strong> Dios para reconstruir nuestra sociedad partiendo <strong>de</strong><br />

la comprensión <strong>de</strong> la gracia manifestada en la fraternidad en Cristo que nos hace hijos <strong>de</strong> un mismo Padre.<br />

3.- VER: En la Exhortación Pastoral <strong>de</strong>l Episcopado Mexicano: Que en Cristo, nuestra Paz, México<br />

tenga vida digna, se nos ha indicado que la raíz más profunda <strong>de</strong> la inseguridad y la violencia que se vive<br />

en nuestra patria no es otra sino la pérdida <strong>de</strong>l sentido <strong>de</strong> Dios que ha llevado a un <strong>de</strong>sprecio <strong>de</strong> la vida<br />

<strong>de</strong>l hombre (QECNPMTVD, n. 108), así como, citando Caritas in Veritate en el número 75 ha referido<br />

que la “cuestión social” hoy en día no es otra sino la antropológica (QECNPMTVD, n. 112).<br />

En efecto, el Papa Benedicto XVI en el mensaje para la <strong>Cuaresma</strong> 2012 elaboró un diagnóstico sobre<br />

la realidad social partiendo <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los más bellos documentos <strong>de</strong> la Doctrina Social <strong>de</strong> la Iglesia:<br />

«El mundo está enfermo. Su mal está menos en la dilapidación <strong>de</strong> los recursos y en el acaparamiento por parte <strong>de</strong><br />

algunos que en la falta <strong>de</strong> fraternidad entre los hombres y entre los pueblos» (Populorum progressio, n. 66).<br />

Sabemos que el anterior es el mismo diagnóstico que hizo la Madre Teresa <strong>de</strong> Calcuta al referir que:<br />

“La mayor enfermedad hoy día no es la lepra ni la tuberculosis, sino el sentirse no querido, no cuidado y<br />

abandonado por todos. El mayor mal es la falta <strong>de</strong> amor y caridad, la terrible indiferencia hacia nuestro vecino que<br />

vive al lado <strong>de</strong> la calle, asaltado por la explotación, corrupción, pobreza y enfermedad”. El diagnóstico no brota<br />

sólo <strong>de</strong>l ámbito religioso, ya que José Saramago diagnosticó tres enfermeda<strong>de</strong>s en la sociedad que<br />

conoció: “la incomunicación, el daño en las relaciones provocado por los avances tecnológicos y la obsesión<br />

generada por ser una persona <strong>de</strong> éxito sin llegar a enten<strong>de</strong>r lo que es auténticamente el éxito”.<br />

La realidad social aparece en <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia, en tal manera que el Documento: Que en Cristo, nuestra Paz,<br />

México tenga vida digna ha elaborado un diagnóstico en el que invita a abordar la complejidad <strong>de</strong><br />

nuestra problemática en torno a la violencia y la inseguridad como un problema <strong>de</strong> salud pública<br />

(QECNPMTVD, n. 99), para así <strong>de</strong>jar en claro tanto la complejidad <strong>de</strong> la problemática así como la<br />

necesidad <strong>de</strong> la interdisciplinariedad para aten<strong>de</strong>rlo (QECNPMTVD, n. 100), subrayando el aplicar los<br />

criterios preventivos (QECNPMTVD, n. 101).<br />

Conforme a lo anterior, se nos ha invitado a renovar nuestra sociedad, renovando a los Mexicanos en<br />

Cristo, para que así se renueven las relaciones interpersonales, mejorando las relaciones<br />

comunitarias y favoreciendo el espectro social (Cfr. QECNPMTVD, n. 189).<br />

¿Cuáles son las manifestaciones <strong>de</strong> esta enfermedad llamada egoísmo?<br />

Para el auténtico cristiano, un creyente sólo podrá ser pensado en comunidad. Pero, este tiempo <strong>de</strong><br />

la globalización, ha traído hacia el interior <strong>de</strong>l hombre una severa fragmentación y ha provocado hacia<br />

el interior <strong>de</strong> la comunidad una enfermedad: el individualismo egoísta.<br />

Hoy, pululan los solitarios navegantes, sobreviven los náufragos en sus islas solitarias y, aún hacia el<br />

interior <strong>de</strong> los hogares, son tantos los caracoles ermitaños que piensan dirigirse hacia la Patria <strong>de</strong><br />

todos los hombres, sin preocuparse <strong>de</strong> sus hermanos. Efectivamente, la soledad no es la ausencia <strong>de</strong><br />

personas sino el exceso <strong>de</strong> egoísmo.<br />

René Latourelle en su libro “EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS A LA LUZ DE CRISTO” presenta el perfil <strong>de</strong>l<br />

hombre contemporáneo viviendo la paradoja <strong>de</strong> estar inserto en la sociedad <strong>de</strong> las comunicaciones,<br />

<strong>de</strong> las consultas, <strong>de</strong> los chateos, <strong>de</strong> los messengers, los facebooks, los twitters, <strong>de</strong> todas esas<br />

autopistas celulares… y que al mismo tiempo sobrevive lastimado por el flagelo <strong>de</strong> la soledad.<br />

1


Hoy que se piensa, se trabaja y se vive en el grupo, el hombre vive en la soledad. ¿No te has dado<br />

cuenta como hoy en día, una palabra <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ra amistad nos parece más preciosa que una fortuna? Y ya en<br />

este año 2012 han salido las empresas que por una módica cantidad ofrecen la renta <strong>de</strong> amigos.<br />

Existe la soledad provocada por la indiferencia: Se trata <strong>de</strong> un fenómeno <strong>de</strong> la ciudad. Las apariencias<br />

muestran “supuestas cercanías”: el teléfono, los automotores, el metro, las vías aéreas, el internet. Pero<br />

en la realidad, vivimos el reinado <strong>de</strong> la célula y <strong>de</strong>l encarcelamiento. Es posible cruzarnos con un<br />

vecino sin i<strong>de</strong>ntificarlo y sin i<strong>de</strong>ntificarse. Alguien pue<strong>de</strong> morir en su casa, sin que nadie se entere y<br />

sin que nadie se preocupe. Los hombres pasan, <strong>de</strong>sfilan y se van. El vecino es, muy pocas veces, un<br />

“próximo”. Este hombre indiferente no encontrará a su alre<strong>de</strong>dor más que indiferencia.<br />

Existe también la soledad que nace <strong>de</strong> la incomprensión por parte <strong>de</strong> los más cercanos: familia, parientes,<br />

amigos, compañeros <strong>de</strong> trabajo, compañeros <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> Iglesia. Soledad tanto más penosa, ya que<br />

proviene <strong>de</strong> aquellos con los que <strong>de</strong>beríamos contar más en la vida. La soledad <strong>de</strong> la incomprensión<br />

se encuentra en las Familias en dón<strong>de</strong> los esposos viven codo con codo, don<strong>de</strong> cohabitan padres e<br />

hijos, espacios <strong>de</strong> hermanos que no son fraternos y que están arrimados el uno al otro. También se<br />

encuentra en comunida<strong>de</strong>s parroquiales y entre los sacerdotes que <strong>de</strong>biéramos convivir pastoral y<br />

fraternalmente. Son los lugares en don<strong>de</strong> los miembros se encuentran sin hablarse, o se hablan sin<br />

encontrarse <strong>de</strong> verdad, ya que se sienten incomprendidos. Es el drama entre padres e hijos; unos<br />

padres impotentes y sin recursos, a pesar <strong>de</strong> su buena voluntad; unos hijos que abandonan el hogar<br />

dando un golpe en la puerta, para juntarse en grupos clan<strong>de</strong>stinos, inadaptados, y lo que pue<strong>de</strong> ser<br />

peor, en el alcohol o en la droga, y no pocas veces se convierten en presas <strong>de</strong> la <strong>de</strong>lincuencia.<br />

Existe la soledad provocada por el abandono, el <strong>de</strong>samparo y el rechazo: Esta soledad es la más vaga,<br />

visceral, profunda y difundida. Es la experiencia <strong>de</strong> la <strong>de</strong>valuación <strong>de</strong>l ser. “Para aquellos que te han<br />

abandonado tú no has valido ni un centavo”. Es el estado en el que se encuentran muchos ancianos,<br />

enfermos crónicos y terminales, niños especiales, hijos <strong>de</strong> divorciados y las personas con<br />

capacida<strong>de</strong>s diferentes. Para este mundo utilitarista tú no tienes un rostro, ni tienes nombre y se te<br />

arroja “a ese <strong>de</strong>sván <strong>de</strong> la vida” a don<strong>de</strong> van a parar los sujetos inservibles. Se experimenta la muerte<br />

social que en el caso <strong>de</strong> ancianos y enfermos muy pronto se convierte en muerte biológica.<br />

Existe la soledad por el aislamiento. Allí se alojan las personas que han conocido el triunfo fugaz y que<br />

<strong>de</strong> pronto se topan con el fracaso, pero sin la capacidad <strong>de</strong> aceptarlo ni superarlo. Se han llenado <strong>de</strong><br />

amargura, <strong>de</strong> agresividad contra todo y todos. El aislamiento es un estado <strong>de</strong> ruptura consigo mismo<br />

y con los <strong>de</strong>más. No es raro que esta soledad conduzca al suicidio. El número tremendo <strong>de</strong> divorcios<br />

y dramas familiares revela una forma trágica <strong>de</strong> esta soledad: dos personas que un día no podían<br />

vivir la una sin la otra, <strong>de</strong> pronto huyen el uno <strong>de</strong>l otro. Esta ruptura engendra una espiral <strong>de</strong> rupturas:<br />

entre hijos y padres, entre los hijos en guerra contra una sociedad que los redujo a no pertenecer a<br />

nadie. Y así se generan “soleda<strong>de</strong>s compartidas y en ca<strong>de</strong>na”, características en nuestra época.<br />

Finalmente existe la soledad provocada por el aislamiento <strong>de</strong> Dios..., que es la peor <strong>de</strong> las soleda<strong>de</strong>s<br />

malas, que consiste en automarginarse <strong>de</strong> Dios. Se trata <strong>de</strong> aquellos que niegan a Dios o que buscan<br />

vivir la vida con sus propias leyes y al margen <strong>de</strong> una enseñanza salvífica. Son aquellos que han<br />

convertido a Dios en su “enemigo” y que lejos <strong>de</strong> experimentar a Dios como un Padre amoroso se<br />

sienten perseguidos, vigilados, acusados, incomprendidos, juzgados y abandonados por Él.<br />

4.- JUZGAR: En el Mensaje <strong>de</strong> la <strong>Cuaresma</strong> 2012 el Papa Benedicto XVI nos invita a ver al otro como<br />

hermano y a que le <strong>de</strong>mos ingreso en el horizonte <strong>de</strong> nuestra vida: “El primer elemento es la invitación a<br />

«fijarse»: el verbo griego usado es katanoein, que significa observar bien, estar atentos, mirar conscientemente,<br />

darse cuenta <strong>de</strong> una realidad. El verbo que abre nuestra exhortación invita a fijar la mirada en el otro, ante todo en<br />

Jesús, y a estar atentos los unos a los otros, a no mostrarse extraños, indiferentes a la suerte <strong>de</strong> los hermanos”.<br />

El Papa nos invita a no ser indiferentes y a que nos compa<strong>de</strong>zcamos <strong>de</strong>l hermano: “Se compren<strong>de</strong> así<br />

la bienaventuranza <strong>de</strong> «los que lloran» (Mt 5,4), es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> quienes son capaces <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> sí mismos para<br />

conmoverse por el dolor <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. El encuentro con el otro y el hecho <strong>de</strong> abrir el corazón a su necesidad son<br />

ocasión <strong>de</strong> salvación y <strong>de</strong> bienaventuranza”.<br />

2


Invita a traducir la Eucaristía Litúrgica a la vida ordinaria: “Los discípulos <strong>de</strong>l Señor, unidos a Cristo<br />

mediante la Eucaristía, viven en una comunión que los vincula los unos a los otros como miembros <strong>de</strong> un solo<br />

cuerpo. Esto significa que el otro me pertenece, su vida, su salvación, tienen que ver con mi vida y mi salvación”.<br />

El Plan <strong>de</strong> Pastoral Orgánica 2011-2015 tiene su punto <strong>de</strong> partida <strong>de</strong>l Marco Doctrinal en la comprensión<br />

<strong>de</strong> que el Padre ha enviado a su Hijo con una misión: Evangelizar para hacer discípulos misioneros.<br />

Jesucristo es el Dios con nosotros, el Dios que se ha hecho prójimo y que nos pi<strong>de</strong> preocuparnos <strong>de</strong>l<br />

hermano. Sólo Él ha traído esa respuesta última a la soledad. En Jesucristo el hombre encuentra<br />

respuesta a toda incógnita (PPO 11-15, n. 137). El es presencia visible <strong>de</strong> Dios en el mundo y en la<br />

historia (PPO 11-15, n. 140).<br />

En Jesucristo hemos conocido el proyecto <strong>de</strong> Dios que nos ha hecho sus hijos en el Hijo (PPO 11-15, n.<br />

141) y nos ha invitado para que asimilemos que también nosotros seamos prójimos <strong>de</strong>l hermano.<br />

Jesús al manifestar el rostro paterno <strong>de</strong> Dios nos ha invitado a corregir nuestras soleda<strong>de</strong>s y nos<br />

invita a practicar la alteridad.<br />

Escribía Charles Peguy en “El Misterio <strong>de</strong> la caridad <strong>de</strong> Juana <strong>de</strong> Arco”: “Hay que salvarse juntos. Hay que llegar<br />

juntos hasta Dios. Hay que presentarse unidos. No po<strong>de</strong>mos ir a ver a Dios los unos sin los otros. Es preciso que<br />

volvamos todos a la vez a casa <strong>de</strong> nuestro Padre, hay que pensar también algo en los <strong>de</strong>más. Hay que esforzarse<br />

un poco los unos por los otros. ¿Qué nos diría Él si llegásemos, si volviésemos los unos sin los otros?” (p.38).<br />

La clave por la que superaremos la epi<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> soledad nos pi<strong>de</strong> reconocer a los otros como<br />

“personas” y, más que como personas como “hermanos”. No se trata <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sconocido que nos sea<br />

indiferente, sino que se trata <strong>de</strong> ver al otro como nuestro hermano y estar unidos, al Padre le gusta<br />

ver reunida a su familia y que le pidamos las cosas por Cristo, nuestro Hermano mayor.<br />

5.- ACTUAR: LA ACCIÓN PASTORAL. Jesucristo es el Hijo eterno <strong>de</strong>l Padre enviado por Él<br />

para darnos a conocer su proyecto en el que se ha incluido nuestra adopción como hijos <strong>de</strong> Dios.<br />

Jesús ha cumplido con su misión, pero una vez que Él ha regresado a la Casa <strong>de</strong>l Padre, ha <strong>de</strong>jado a<br />

la Iglesia para darle continuidad en el tiempo a la obra <strong>de</strong> la salvación, y esto se realiza a través <strong>de</strong><br />

una acción pastoral que busca formar un solo rebaño bajo la conducción <strong>de</strong> un único Pastor. (PPO 11-<br />

15, nn. 200-204).<br />

El Sacramento <strong>de</strong>l Bautismo es aquel que nos incorpora al Cuerpo Místico <strong>de</strong> Cristo, que nos<br />

conce<strong>de</strong> la inhabitación <strong>de</strong>l Misterio <strong>de</strong> la Santísima Trinidad y que nos conce<strong>de</strong> ser hijos en el Hijo.<br />

Aquello que Jesús es por naturaleza nosotros lo somos por adopción (1Jn 3,1-2).<br />

En su Carta Pastoral “La Reconstrucción Social, una tarea <strong>de</strong> Todos”, dada en la Pascua <strong>de</strong>l<br />

2011, Mons. Robles Ortega ubicaba a la Iglesia como uno <strong>de</strong> los responsables en la reconstrucción<br />

<strong>de</strong> la sociedad, pero mencionó que “antes <strong>de</strong> reconstruir a la sociedad nosotros necesitamos reconstruirnos”.<br />

Hagamos ahora propia la pregunta que hacia nuestro entonces Arzobispo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la comprensión real<br />

<strong>de</strong> nuestra propia comunidad (Parroquia, Templo, Vida Consagrada, Seminario, Organismo…):<br />

¿Estamos cumpliendo <strong>de</strong> verdad la función que Cristo nos ha asignado en la Evangelización?<br />

¿En qué sentido necesitamos evangelizarnos y construir nuestra vida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Evangelio?<br />

¿Somos agentes <strong>de</strong> esperanza para nuestros hermanos?<br />

¿Los pastores están o estamos cercanos a nuestros feligreses en la presencia, testimonio y orientación?<br />

¿Existe un <strong>de</strong>scuido <strong>de</strong> la formación y crecimiento en la fe?<br />

¿Aquellos que predicamos el encuentro con Jesucristo hemos tenido un verda<strong>de</strong>ro encuentro con Él?<br />

¿Tenemos el amor <strong>de</strong> Dios en el centro <strong>de</strong> nuestra vida y nuestra predicación?<br />

¿Enten<strong>de</strong>mos que la predicación y comprensión <strong>de</strong>l amor <strong>de</strong> Dios es el punto seguro sobre el que se renueva<br />

la Iglesia?<br />

¿Los laicos hemos comprendido que un buen católico <strong>de</strong>be ser un buen ciudadano?<br />

Asumamos un compromiso personal y hagamos un compromiso comunitario.<br />

3


6.- CELEBRAR: LECTIO DIVINA. Para acercarnos a la práctica <strong>de</strong> la “Lectio Divina” <strong>de</strong>bemos<br />

enten<strong>de</strong>r <strong>de</strong> qué se trata: Por “lectio” (lecsio) en latín, se entien<strong>de</strong>: clase (<strong>de</strong> escuela) es <strong>de</strong>cir: “la<br />

clase que Dios dicta” don<strong>de</strong> el único Maestro es Dios y el alumno somos nosotros. Por tanto, el que<br />

enseña y habla es Dios y el papel nuestro es escucharlo, aten<strong>de</strong>rlo.<br />

Sin embargo, Dios habla en una frecuencia muy especial que requiere <strong>de</strong> silencio, tanto fuera como<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> nosotros. Para po<strong>de</strong>r llegar “al salón <strong>de</strong> clases” hay que ir traspasando las distintas barreras<br />

que tenemos. Esto se logra mediante ejercicios <strong>de</strong> respiración y concentración. Al relajar nuestro<br />

cuerpo, al oxigenar nuestro cerebro, iniciamos el camino hacia “el salón <strong>de</strong> clases” don<strong>de</strong> en lo más<br />

profundo <strong>de</strong> nuestro ser, Dios dicta su clase.<br />

No solo es pasar <strong>de</strong> la consciencia al inconsciente, sino a<strong>de</strong>más, en la fe es colocarse en la<br />

presencia <strong>de</strong> Dios que habita el santuario más gran<strong>de</strong> y sagrado que existe: nuestro espíritu.<br />

El mecanismo funciona así:<br />

Debemos preparar un lugar físico <strong>de</strong> nuestro agrado: una silla cómoda, un lugar tranquilo <strong>de</strong> la casa o <strong>de</strong>l<br />

patio, un lugar ventilado y, según nuestros gustos poner velas, flores, incienso, alguna imagen cristiana, etc.<br />

Debemos tener ropa que no nos apriete, <strong>de</strong>scolgar el teléfono, apagar televisión, radio, etc. Pero po<strong>de</strong>mos<br />

poner, si se quiere, una música <strong>de</strong> fondo para meditar que po<strong>de</strong>mos bajar <strong>de</strong>l internet o comprar en las librerías<br />

católicas.<br />

No <strong>de</strong>bemos tomar esto como un juego: vamos a la presencia <strong>de</strong> Dios, a su clase, y hay que prepararse para<br />

ello. Debemos tener cada miembro <strong>de</strong> la familia una Biblia don<strong>de</strong> vayamos apuntando lo que Dios dicta, será<br />

nuestro cua<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> escuela, por tanto hay que tener a<strong>de</strong>más a la mano, papel y pluma.<br />

Ahora sí, con todas estas cosas ya anotadas iniciemos nuestro viaje al interior <strong>de</strong> nosotros mismos:<br />

Nos sentamos cómodamente.<br />

Cerramos nuestros ojos.<br />

Respiramos profundamente y con calma, <strong>de</strong>spacio, cinco veces (se respira por la nariz y se exhala por la boca)<br />

<strong>de</strong>jando que se inflen nuestros pulmones lo más que se pueda y, contener un momento el aire antes <strong>de</strong><br />

exhalar.<br />

Volvemos a respirar, cinco veces más, pero con más calma aún siguiendo con nuestra mente el recorrido que<br />

el aire hace <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que entra por nuestra nariz hasta llegar a nuestros pulmones y su retorno para salir por<br />

nuestra boca.<br />

No permitir ninguna i<strong>de</strong>a o preocupación, pero sin inquietarse si las hubiera.<br />

Abrir lentamente los ojos y leer el texto bíblico.<br />

Lectura <strong>de</strong> la Palabra <strong>de</strong> Dios (lectura rápida solo para darnos una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l contenido <strong>de</strong>l texto, pero sin<br />

<strong>de</strong>tenernos en ningún aspecto <strong>de</strong>l mismo).<br />

Mantengamos firme, con la plenitud <strong>de</strong> la fe, la profesión <strong>de</strong> nuestra esperanza, estimulándonos mutuamente al<br />

ejercicio <strong>de</strong> la caridad<br />

Lectura <strong>de</strong> la carta a los Hebreos 10, 19-25<br />

Hermanos: En virtud <strong>de</strong> la sangre <strong>de</strong> Jesucristo, tenemos la seguridad <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r entrar en el santuario, porque él nos abrió<br />

un camino nuevo y viviente a través <strong>de</strong>l velo, que es su propio cuerpo.<br />

Asimismo, en Cristo tenemos un sacerdote incomparable al frente <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> Dios.<br />

Acerquémonos, pues, con sinceridad <strong>de</strong> corazón, con una fe total, limpia la conciencia <strong>de</strong> toda mancha y purificado el<br />

cuerpo por el agua saludable. Mantengámonos inconmovibles en la profesión <strong>de</strong> nuestra esperanza, porque el que nos hizo<br />

las promesas es fiel a su palabra. Estimulémonos mutuamente con el ejemplo al ejercicio <strong>de</strong> la caridad y las buenas obras.<br />

No abandonemos, como suelen hacerlo algunos, la costumbre <strong>de</strong> asistir a nuestras asambleas; al contrario, animémonos<br />

los unos a los otros, tanto más, cuanto que vemos que el día <strong>de</strong>l Señor se acerca. Palabra <strong>de</strong> Dios.<br />

R. Te alabamos, Señor.<br />

HASTA AQUÍ POR EL PRIMER DÍA.<br />

4

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