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Guion de Cuaresma 3-2013

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VER:<br />

TEMA 3: LA FE QUE SE CELEBRA EN LA LITURGIA<br />

Vamos a escuchar una breve historia que nos introducirá a la reflexión <strong>de</strong>l día <strong>de</strong><br />

hoy:<br />

Pepe fue a ver a la Virgen <strong>de</strong> Guadalupe el día doce <strong>de</strong> diciembre. Es uno <strong>de</strong><br />

católicos que van una o dos veces a la Iglesia al año. Vio al padre Juan, a quien<br />

conocía antes <strong>de</strong> su or<strong>de</strong>nación, y le dice: -¿Qué tal, Juan? ¡Qué gusto verte!<br />

Pues vine a ver a la Virgencita, le traje su veladora y una flor y ya le dije que me<br />

dé salud –que es lo más importante- y pues ya me voy.<br />

El padre Juan, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> saludarlo, le dice que ya está a punto <strong>de</strong> iniciar la Misa.<br />

–No te gustaría quedarte a Misa. Vamos a rezar, a escuchar la Palabra <strong>de</strong> Dios y<br />

a celebrar la Eucaristía.<br />

Pepe, le dice a su viejo amigo: -No, Juan. Eso no es para mí.<br />

El padre Juan, le dice en tono amable: -Quédate, vamos a rezar juntos un rato.<br />

Verás que te va a hacer bien.<br />

El amigo <strong>de</strong>l padre le da sus razones: -Yo vengo a la Iglesia pero a mí me gusta<br />

rezar sólo, para que Dios me ponga atención nada más a mí. No me gusta venir a<br />

Misa porque la gente que viene es pura hipocresía; a<strong>de</strong>más, uno viene a la Iglesia<br />

y todos se te quedan viendo como vienes vestido… y pues tú dices allá enfrente el<br />

discurso y yo ni te entiendo nada. Mejor, yo rezo en mi casa. Yo vengo a Misa<br />

cuando me nace, <strong>de</strong>jo que mi esposa venga y mando a mis hijos, y que ellos<br />

recen por mí. Y pues ultimadamente, vale igual que yo rece en la casa a que<br />

venga a la Iglesia. ¿O cuál es la diferencia?...<br />

Vamos a ayudarle al padre Juan: ¿qué le diríamos al bueno <strong>de</strong> Pepe? ¿De qué<br />

modo se lo explicaríamos? ¿Cómo podríamos convencerlo <strong>de</strong> participar <strong>de</strong> modo<br />

habitual, frecuente, activo en la liturgia <strong>de</strong> nuestra Iglesia?<br />

Definitivamente nuestra liturgia, como lugar don<strong>de</strong> celebramos la fe tiene un gran<br />

valor. ¿Estamos convencidos <strong>de</strong> que es valiosa? ¿Cómo presentamos ese valor a<br />

los <strong>de</strong>más?<br />

¿Cuál es la diferencia <strong>de</strong> rezar uno sólo en su cuarto a rezar junto con la<br />

comunidad y celebrando la Eucaristía?<br />

JUZGAR:<br />

Esquema <strong>de</strong> esta catequesis:<br />

Celebrar nuestra fe es una necesidad.<br />

Lo que celebramos es nuestra fe: el misterio <strong>de</strong> la muerte y resurrección <strong>de</strong>l<br />

Señor. En lo que celebramos nos encontramos realmente con Cristo.<br />

Algo muy importante: prepararnos para celebrar.<br />

¿Qué implica celebrar? SC.


Cada vez que recitamos el Credo durante la Misa expresamos las verda<strong>de</strong>s más<br />

fundamentales en las que creemos, las <strong>de</strong>cimos con el corazón y adhiriéndonos a<br />

ellas hacemos una confesión <strong>de</strong> fe. Estas verda<strong>de</strong>s, no sólo las <strong>de</strong>bemos conocer,<br />

también es muy importante que las celebremos; es más, ésta es una necesidad<br />

que todos tenemos. La celebración <strong>de</strong> la fe se realiza en la celebración <strong>de</strong> los<br />

sacramentos que mediante signos y palabras, realizan la gracia que significan 1 ; es<br />

<strong>de</strong>cir: se nos lava en el Bautismo, se nos unge con el Espíritu en la confirmación,<br />

se nos reconcilia en la confesión, se nos da el alimento para la vida en la<br />

Eucaristía, se nos une en el matrimonio y se forma una nueva familia, se nos<br />

consagra en el or<strong>de</strong>n sacerdotal para servicio <strong>de</strong> todos y se nos une a Dios en los<br />

momentos <strong>de</strong> peligro y enfermedad con la unción <strong>de</strong> los enfermos.<br />

En la carta que el Papa Benedicto XVI escribió para inaugurar el Año <strong>de</strong> la Fe,<br />

llamada Porta fi<strong>de</strong>i, se nos explica la necesidad que tenemos <strong>de</strong> celebrar esta fe<br />

que profesamos, nos dice: “Sin la liturgia y los sacramentos, la profesión <strong>de</strong> fe no<br />

tendría eficacia, pues carecería <strong>de</strong> la gracia que sostiene el testimonio <strong>de</strong> los<br />

cristianos. Del mismo modo, la enseñanza <strong>de</strong>l Catecismo sobre la vida moral<br />

adquiere su pleno sentido cuando se pone en relación con la fe, la liturgia y la<br />

oración” (n. 11). Así pues, sabemos que es una necesidad <strong>de</strong>l cristiano celebrar en<br />

la liturgia esa fe que profesa para obtener la gracia con la que Dios nos auxilia.<br />

Dentro <strong>de</strong> estos sacramentos la celebración <strong>de</strong> la Misa ocupa un lugar especial y<br />

más importante porque ella es el compendio y la suma <strong>de</strong> nuestra fe 2 . La<br />

Eucaristía es la fuente y la cumbre <strong>de</strong> toda la vida cristiana 3 , pues lo que<br />

celebramos en ella es todo el misterio <strong>de</strong> Cristo que en el pan y en el vino<br />

consagrados, ofrecidos al Padre en acción <strong>de</strong> gracias, se nos dan como alimento,<br />

y se renueva nuestra comunión <strong>de</strong> hermanos. Jesús mismo lo quiso y así está<br />

atestiguado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> antiguo por los Evangelistas, cuando narran la institución <strong>de</strong> la<br />

Eucaristía (Mt 26, 26-28; Mc 14, 22-24; Lc 22, 19-20.), y por los Hechos <strong>de</strong> los<br />

apóstoles (2, 42) y por san Pablo que, en su Carta a los Corintios, da testimonio<br />

<strong>de</strong> esta fe transmitida y celebrada en la Eucaristía: “Porque yo recibí <strong>de</strong>l Señor lo<br />

que les transmití: que el Señor, la noche que era entregado, tomó pan, dando<br />

gracias lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo que se entrega por uste<strong>de</strong>s. Hagan esto<br />

en memoria mía. De la misma manera, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cenar, tomó la copa y dijo:<br />

Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre. Cada vez que la beban<br />

háganlo en memoria mía. Y así, siempre que coman este pan y beban esta copa,<br />

proclamarán la muerte <strong>de</strong>l Señor, hasta que vuelva” (1 Cor 11, 23-26). Así pues,<br />

estamos en esta gozosa espera <strong>de</strong>l Señor, y día a día o domingo a domingo,<br />

realizamos esta gran celebración <strong>de</strong> la alegría y <strong>de</strong>l amor <strong>de</strong> Dios por nosotros.<br />

Sin embargo, esta acción, como muchas otras <strong>de</strong> nuestra vida, pue<strong>de</strong> tornarse<br />

aburrida o tediosa; pue<strong>de</strong> ser que estemos celebrando la Misa sólo por obligación<br />

y miedo <strong>de</strong> no caer en pecado mortal, pue<strong>de</strong> ser que no esté teniendo su<br />

1 CEC 1131<br />

2 CEC 1327<br />

3 Lumen Gentium 11


verda<strong>de</strong>ro significado que es que la mesa <strong>de</strong> la Eucaristía es el lugar <strong>de</strong>l<br />

encuentro más especial con Cristo y con la comunidad. Y esto pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>berse a<br />

que no conocemos <strong>de</strong>l todo aquello que celebramos y, por lo tanto, no lo<br />

valoramos como se <strong>de</strong>be; también pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>berse a la poca atención que algunos<br />

<strong>de</strong> nuestros pastores, los sacerdotes, ponen en la educación <strong>de</strong> los fieles, o a la<br />

falta <strong>de</strong> experiencia personal con Cristo.<br />

En la enseñanza <strong>de</strong>l Catecismo <strong>de</strong> la Iglesia Católica sobre este tema aparece un<br />

número muy importante que habla sobre la preparación <strong>de</strong> los fieles a la hora <strong>de</strong><br />

celebrar su fe en la liturgia:<br />

“La Asamblea <strong>de</strong>be prepararse para encontrar a su Señor, <strong>de</strong>be ser "un pueblo<br />

bien dispuesto". Esta preparación <strong>de</strong> los corazones es la obra común <strong>de</strong>l Espíritu<br />

Santo y <strong>de</strong> la Asamblea, en particular <strong>de</strong> sus ministros. La gracia <strong>de</strong>l Espíritu<br />

Santo tien<strong>de</strong> a suscitar la fe, la conversión <strong>de</strong>l corazón y la adhesión a la voluntad<br />

<strong>de</strong>l Padre. Estas disposiciones prece<strong>de</strong>n a la acogida <strong>de</strong> las otras gracias<br />

ofrecidas en la celebración misma y a los frutos <strong>de</strong> Vida nueva que está llamada a<br />

producir” 4 .<br />

Finalmente, reflexionemos en estas palabras que el Concilio Vaticano II pronunció<br />

en la Constitución sobre la Liturgia llamada en latín “Sacrosanctum Concilium”;<br />

aquí se expresa lo que implica celebrar nuestra fe, y po<strong>de</strong>mos hacer <strong>de</strong> estas<br />

palabras un camino a seguir para mejorar la celebración <strong>de</strong> nuestra fe:<br />

(SC 48).<br />

Por tanto, la Iglesia, con solícito cuidado, procura que los cristianos no asistan a<br />

este misterio <strong>de</strong> fe como extraños y mudos espectadores, sino que<br />

comprendiéndolo bien a través <strong>de</strong> los ritos y oraciones, participen conscientes,<br />

piadosa y activamente en la acción sagrada, sean instruidos con la palabra <strong>de</strong><br />

Dios, se fortalezcan en la mesa <strong>de</strong>l Cuerpo <strong>de</strong>l Señor, <strong>de</strong>n gracias a Dios,<br />

aprendan a ofrecerse a sí mismos al ofrecer la hostia inmaculada no sólo por<br />

manos <strong>de</strong>l sacerdote, sino juntamente con él, se perfeccionen día a día por Cristo<br />

mediador en la unión con Dios y entre sí, para que, finalmente, Dios sea todo en<br />

todos.<br />

ACTUAR:<br />

Indicaciones para este momento:<br />

Pí<strong>de</strong>le a las personas que se junten por pequeños grupos (3 ó 4 personas).<br />

Explícales que en este momento van a escuchar (o leer) unas preguntas y las van<br />

a compartir en los pequeños grupos.<br />

Menciónales que es necesario que una persona anote las respuestas <strong>de</strong>l grupo.<br />

Después <strong>de</strong> que compartan por pequeños grupos, invítalos a que compartan sus<br />

respuestas a todo el grupo.<br />

4 CEC 1098.


Preguntas a reflexionar en base al texto <strong>de</strong>l Concilio Vaticano II (Sacrosanctum<br />

Concilium):<br />

¿Te parece que algunas personas vienen a la Misa como extraños y mudos<br />

espectadores? ¿Por qué crees que suceda esto?<br />

¿Te parece que a algunas personas les resulta complicado compren<strong>de</strong>r ciertos<br />

ritos u oraciones <strong>de</strong> la Misa? ¿Cuáles ritos u oraciones serán las más difíciles <strong>de</strong><br />

enten<strong>de</strong>r?<br />

¿Cuáles crees que sean algunos obstáculos para que los fieles puedan participar<br />

consciente, piadosa y activamente en la liturgia?<br />

¿Cómo po<strong>de</strong>mos favorecer la participación consciente, piadosa y activa en la<br />

liturgia?

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