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Iza<br />
erra<br />
Organo de Nuestra Venerable Orden Tercera de Ferrol<br />
Dirección y Administración: Colegio de PP. MERCEDARIOS<br />
n-<br />
11 ANO IV FEBRERO<br />
<strong>1921</strong> 11=11 NOIVI. 31<br />
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deseándole que su breve<br />
esfancia en/re ..17080/(POS sea para<br />
él de grabo recuerdo.<br />
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S "rj M .22£. R. I O<br />
Salutación al Maestro General.—La profecía de Simeón y la Obra<br />
de la Propagación de la Fe, por Marcos Väzquez.—Día de Ceniza.—<br />
1870-8 de Diciembre-<strong>1921</strong>. por Fr. P. Armengol Fernändez.—Päginas<br />
Merceiarlas. por Julia G Herreros —De Mística, por Fr. Guillermo<br />
Väzquez.—Misiones.—San Pedro Nolasco y su obra. (Continuación —<br />
Por teléfono.—Verglienza de las tiempos, por.-Jr. I. Valencia.—Los<br />
Místicos españoles, por Miguel de Toro.— Noiicias.<br />
RU
tellik y Romo. Padre Maestro Inocencio leer• Santa María<br />
GENERAL DE LA CELESTE, REAL Y MILITAR ORDEN DE LA MERCED<br />
4111111IIIIIIIIIIiiittI1111111111111WM111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111110111911111111111111111111111111111111111111111111111111111,1111111111E111119re<br />
[a profecía de Sine<br />
c,<br />
2c)<br />
y la Obra de la Proolackio de la N<br />
ARA los fieles asociados a esta benéfica Obra, tan<br />
571, recomendada por los Papas, tiene especial interés<br />
la fiesta de la Purificación de Nuestra Señora y<br />
Presentación del Niño jesús, por el aspecto aproliu<br />
;1 'Ir piado a dicha Obra que le dan las expresiones<br />
‘,› • ? proféticas del anciano Simeón, con las que manifestó<br />
que el hijo de la Santísima 'Virgen estaba<br />
destinado a ser la luz que había de iluminar a<br />
los pueblos gentiles.<br />
Paréceme que los piadosos asociados, al oir en<br />
el Evangelio de esta, fiesta las mencionadas palabras,<br />
sintieron despertarse en su alma el recuerdo<br />
de su querida Obra, y experimentaron un nuevo estímulo<br />
para cooperar con creciente celo a la total consumación de lo que<br />
en ellas el viejo profeta anuncia.<br />
Aquel niño ha venido al mundo para ser la luz de los infelices<br />
paganos; es, pues, el sol que nace para elevarse sobre, todos<br />
los horizontes y derramar los divinos rayos de la verdad en las<br />
inteligencias 'que yacen en la noche tristísima del error y de la<br />
idolatría.<br />
Misterio santo, que nos admira y nos enternece cuando lo<br />
contemplarnos en el cuadro de sencillez con que nos lo pone dela<br />
narración evangélica.<br />
La Virgen Santísima presenta a su hijo en el templo; va vestida<br />
con .pobrísimo ropaje, .y lo lleva envuelto en sencillos pañales;<br />
acompáñala su esposo, un humilde. obrero. Pero este cuadro<br />
de pequeñez y oscuridad, iluminase de pronto . con los resplandores<br />
que el Espíritu Santo refleja • en la Mente de su profeta, los<br />
yno:n ince .,yer que . toda aquella pobreza y sencillez es tan<br />
sólfrel exterior velo con que se oculta una .majestad incompara-<br />
ble, ue •aquella mujer es la más perfecta y la más nclile<br />
oiantas.existieron y han de existir sobre la tierra, y todas las generae.<br />
iones.'han de bendecirla y Helarlo...bienaventurada; .y aquel<br />
242 243<br />
11
tierno niño, nacido en tanta pobreza, llenará el orbe .y los siglos<br />
con la gloria de su nombre, y conducirá a la •feljcidad a todos los<br />
que quieran seguir sus huellas.<br />
Ella, María, es la Madre de :Dios..<br />
Jesús, su hijo, es la eterna' Sabiduría.<br />
Sabiduría 'Memada que se- ha hecho carne para realizar su<br />
obra pasmosa de misericordia; y -que viene a enseñarnos misterios<br />
ocultos desde el principio de las edades, y a redimirnos con<br />
las humillaciones y sufrimientos de su humanidad sa.cratísim.a.<br />
Al anunciárselo el profeta a su madre, le predice a ella Misma<br />
que la esperan, cuando, yea la maldad humana perseguir a su<br />
inocente hijo, dolores, tan' acerbos, que serán para sir alma una<br />
espada que, cruel, habrá de herirla y atravesarla toda.<br />
Hoy, distantes veinte siglos de la escena que nos recuerda el<br />
Evangelio, contemplamos la obra de Jesucristo y bendecimos su<br />
infinita bondad; y a la vez admiramos su poder divino, que realizó<br />
el prodigio de la conversión de tantos, pueblos obcecados en<br />
sus seculares supersticiones, empleando corno medios para ello<br />
los dolores y afrentas de su pasión, un madero ensangrentado y<br />
la sencilla predicación de doce pobres pescadores de 'Galilea. Y<br />
vemos con inmenso júbilo ese sol divino de las almas, que apareció<br />
un dila entre los rosados arreboles de pureza y de gracia de<br />
la hermosísima aurora que nos le trajo al mundo, Maria, y s e .<br />
elevó después en refulgente carrera, envolviendo en luz celestial<br />
a millares de pueblos, que le adoran y disfrutan eldon divino de<br />
su fe sacrosanta.<br />
Y al considerar los • beneficios de que en esta vida han sido<br />
colmados los que en jesucristo creyeron, y las innumerables almas<br />
que allá en el cielo le deben su 'eterna bienaventuranza, 'nos<br />
• sentimos gozosos de poder contribuir a que sean incorporados al<br />
número de los que creen, muchísimos. Ole en la ; . actualidad se<br />
ven privados de esta dicha. .<br />
Pero el facilitársela e$ la misión de la Iglesia. Ella; la-viajera<br />
de todos los siglos, debe' extender las pieles- de sus tabernáculos<br />
y alargar sus cuerdas hasta quepuedan 'cobijarse' ieri. ellos todas<br />
las naciones d'e la tierra. -No puede detenerse . un ;Solo .momento<br />
en su peregrinación, porque no . .debe agriardar a que la/ coja lä,<br />
noche final de los tiempos sin ,que haya realizado ' anteS su total.<br />
avance, que le ha de llev*ar al último : territorio- donde ,eXista 'una<br />
morada humana s _ para .que pueda oir -la doctritia.-de..EVangelio.<br />
ser ilimminada por' la- litz de JesticriSto el salVaje-maS lejano, 'perd<br />
ido -en las soledades.'. de la • ••.regi4n • • ; A" tan tö. le; :-Obliga,..el •<br />
mandato de su divinölündadót:; iteliád4 edüleig läsMaites :<br />
24.4<br />
411<br />
f En esta magna empresa de -salvación, Jesucristo manda a la<br />
Iglesia evangelizar al mundo, la Iglesia instruye y envía a sus<br />
misioneros, y éstos ., dispuestos para su apostólica tarea, nos' dicen:<br />
Auxiliadnos con una limósna y una oración. Tal es el origen<br />
de la Obra de la Propagación de la Fe, instituida para rogar a<br />
-Dios por el éxito de las misiones y facilitar medios a los misioneros<br />
con que costear sus yiajes y hacer frente a los gastos que exige<br />
la construcción y sostenimiento, en tierras paganas, de sus<br />
habitaciones, iglesias, asilos., hospitales y escuelas; para todo lo<br />
cual tienen precisión de los recursos enviados desde los pueblos<br />
católicos.<br />
Todos debemos considerarnos obligados por nuestra condición<br />
de hijos de la Iglesia, a facilitarle el concurso que de nuestra parte<br />
reclama, sin el cual no le es posible desarrollar la obra de la<br />
evangelización de los infieles. .Afortunadamente, la Obra de la<br />
Propagación de la Fe, que es' la respuesta de los buenos hijos a su<br />
madre, recibe cada día nuevos asociados, los que, con la pequelimosna<br />
de cinco céntimos todas las semanas y la breve oración<br />
diaria San Francisco Javier, ruega por nosotros, añadida al<br />
Padre nuestro, cumplen todas las condiciones que se exigen a<br />
los que quieren inscribirse en la asociación.<br />
Lectores de La Merced, devotos de la Virgen Redentora de cautivos,<br />
obsequiadla -asociändoos a la Obra destinada a • redimir del<br />
triste cautiverio de la infidelidad a tantos pobres paganos. Dad<br />
vuestro nombre para que sea inscrito, a cualquier colector o colectora<br />
de la asociación, y entregadle vuestro óbolo semanal, que<br />
unido al de los asociados de todo el mundo, pierde su pequeñez<br />
y se hace capaz de proporcionar un auxilio .poderoso a la empre-<br />
Sä . más grande. y mas divina.<br />
MARCOS VÁZQUEZ.<br />
Cofrade de la Merced<br />
DIA DE CENI%A<br />
ACUÉRDATE, ¡OH HOMBRE! QUE ERES<br />
POLVO Y EN POLV,O , TE HAS DE CONVER-<br />
' TIR.—GÉNESIS.<br />
La Iglesia Católica siempre atenta y solícita por conducir a<br />
sus:hijos hacia la consecución de sus gloriosos destinos eternos,<br />
245<br />
u.
su<br />
da principio al santo tiempo de cuaresma recordándoles la inanidad<br />
de las cosas humanas.<br />
El sacerdote se acerca al católico que ferviente acude el Miércoles<br />
de Ceniza al templo y le coloca sobre su frente un poco de<br />
polvo, ceniza, a la par que pronuncia aquellas tétricas y lúgubres<br />
palabras que salieron de los .labios de Jehová en las amenidades<br />
del Paraíso, después de la defección del primer hombre: «Acuérdate,<br />
¡oh hombre! que eres polvo y que en polvo te has de convertir».<br />
¡Bendito pensamiento, bendito recuerdo, que trae a nuestra<br />
mente lo ilusorio y fugaz de las cosas de la vida! La Iglesia nos<br />
pinta muy a lo .vivo como todo pasa, desaparece, muere<br />
Las grandes mentalidades que asombraron al mundo, los talentos<br />
portentosos que se levantaron al correr de los siglos para<br />
iluminar a las sociedades con las irradiaciones de su ciencia, los<br />
ilustres guerreros que supieron escribir páginas brillantes en la<br />
historia patria y con las magnificiencias de sus victorias y laureles<br />
ensancharon sus fronteras... pasaron... desaparecieron...<br />
murieron... •<br />
Y pasó Séneca, y desapareció Platón, y murió Alejandro... Y<br />
la humanidad al pronunciar sus nombres, no se conmueve, ni<br />
acude a sus tumbas para dedicarle un recuerdo, ni derramar una<br />
lágrima sobre sus heladas cenizas.— Sus glorias fueron ilusorias,<br />
pasajeras, flor de ' un día, no tienen alas para volar a las inmensas<br />
regiones de la eternidad.<br />
¿Qué importa - que el mundo los ensalce. los sublime, los<br />
coloque en el cenit del más alto heroismo, ciña sus frentes de<br />
laurel y de mirto, si al último los abandona.., los olvida...?<br />
«Acuérdate, ¡oh hombre! que eres polvo y que en polvo te has<br />
"de convertir».<br />
Todo pasa, desaparece, muere... Pasaron los reyes, emperadores,<br />
con sus grandezas y brillantes magnificencias, desaparecieron<br />
los grandes políticos dejando apenas una débil estela en<br />
pos de sí, los excelsos tribunos que con su arrebatadora elocuencia<br />
llevaban las masas a sus fines, los escritores galanos y castizos,<br />
los ingeniosos poetas, y murieron todas las grandes figuras<br />
que llenaron una época<br />
Son hombres.., y escrito está. «Eres polvo y en polvo te has<br />
de converttr».<br />
Y pasó Constantino, Teodosio, Carlo Magno, Felipe II, Carlos<br />
V, Napoleón. desaparecieron Ciceron, Demóstenes.., y murieron<br />
Virgilio, el Dante, el Taso, Shakespeare... Porque la muerte<br />
pasea su estandarte triunfante, victoriosa, lo mismo en la humil-<br />
246<br />
de cabaña del pobre que en el esplendoroso palacio del rico y todo<br />
lo reduce a polvo...; ya lo dijo un poeta:<br />
pallida mors<br />
aequo pulsat pede<br />
tavernas pauperum regunque turres...<br />
Todo pasa, desaparece, muere<br />
Y pasaron los ricos con sus opulentas riquezos, desaparecieron<br />
los ambiciosos con sus honores, con sus falsos placeres, -con<br />
sus degradantes deleites, murieron los pobres con su indigencia,<br />
con .sus andrajos, los huérfanos con su desamparo y abandono...<br />
Y.todos, absolutamente todos, fueron a confundirse en el polvo,<br />
en la ceniza del anatema divino.<br />
00<br />
1870-8 DE DICIE MBH<br />
P. R. D., O. DE M.<br />
¡Qué fechas tan divinamente elocuentes se registran en los<br />
anales de la historia cristiana! Su sólo recuerdo llena nuestras<br />
almas de inmensa alegría santa, y nuestros sentidos, tormentosamente<br />
alborotados por las mil y mil impresiones, que sin cesar<br />
reciben de los objetos terrenales, encuentran suavísimo y eficaz<br />
calmante a la sola presencia de una de esas fechas, verdaderos<br />
arcanos de sobrenaturales riquezas. Parece que un mundo de<br />
ideas, asociadas en torno de ese recuerdo, se abr'e de par en par<br />
a nuestra vista de creyentes,' y una ráfaga de vivísima luz ilumina<br />
con resplandores celestiales el camino del cristiano y disipa<br />
los densos nubarrones que frecuentemente ocultan la senda que<br />
'conduce a la patria celestial.<br />
Hoy como ayer, ayer como mañana y mañana como siempre<br />
tiene, tuvo y tendrá que sostener y afrontar, y en ella vencer o<br />
morir el cristiano, la titánica lucha que está planteada en el mundo.<br />
Los enemigos son muchos y formidables. Unos franca y descaradamente<br />
manifiestos; otros, artera y solapadamente ocultos;<br />
los hay que así quieren ser . l!amados y como tales nos buscan;<br />
esio==cluall1.1.==<br />
.<br />
247<br />
111<br />
•1
11 --------<br />
los hay también que todo su empeño lo ponen en demostrarnos<br />
que son amigos, haciéndonos ver que creen como nosotros, oran<br />
como nosotros, hasta ayunan, confiesan y comulgan como nosotros;<br />
más juzgan de dudoso gusto el exteriorizar lo que debe estar<br />
en el pecho del hombre, lo que entraña su relación con Dios.<br />
Más claro: no quieren religión en público, no' la quieren en el<br />
comercio, no la quieren en la diversión, no la quieren en el teatro,<br />
en el cine, en el vestidó, en el periódico, en la revista y sobre<br />
todo en la política, para que así pueda ser lo que es de hecho,<br />
alma, vida y corazón de las fechorías más desvergonzadas y<br />
de las desvergüenzas más incalificables.<br />
Pups con ellos tenemos forzosamente que habernos y con el<br />
otro, más formidable aún que los anteriores, que es el que va<br />
dentro de nosotros mismos: nuestra propia concupiscencia, que,<br />
envalentonada con el auxilio que le suministran los enemigos eXteriores,<br />
parace en ocasiones invencible.<br />
Pues bien: el gran talismán, que nos hace superiores a todos<br />
esos enemigos, es la gracia.divina y esta se descubre y aparece<br />
propicia en el recuerdo de fechas conmemorativas de acontecimientos<br />
cristianos. Y esto de sentir el alma santas impresiones<br />
al recuerdo de esas fechas no es agudeza sutil de ingenio penetrante:<br />
es más bien algo que mejor pudiera llamarse fruto espontáneo<br />
del alma naturalmente cristiana, y consecuencia legítima<br />
de las doctrinas inmaculadas de la fe sacrosanta y mil veces<br />
bendita a que hemos sido llamados. Veamos algún ejemplo. ;25<br />
de Diciembre! Belén.. un establo desvencijado.., un pesebre... una<br />
Madre... un Esposo, la Trinidad de la tierra. Pero todo despidiendo<br />
haces de luz potentísima sobre los desheredados de la fortuna<br />
que, al verse iluminados, comprenden la gran riqueza que<br />
a modo de perla en la concha se encierra en la pobreza.<br />
;6 de Enero! Epifanía.., una estrella... unos Reyes, los Magos<br />
que la siguen buscando al Rey Niño;... otro rey, Herodes, que<br />
también le busca... Jesús, María y José, la Trinidad de la tierra<br />
que huye a Egipto para salvarse el Niño de la muerte. ¿Quién no<br />
ve en esta fecha y en el misterios que nos recuerda la Providencia<br />
de Dios desbaratando los planes de los enemigos por arteros<br />
que sean?<br />
No es mi intento, benévolos lectores de La Merced separar<br />
una por una las fechas de acontecimientos cristianos y notar los<br />
recuerdos mil que evoca cada una de ellas, no; ni debo, ni puedo,<br />
y las fechas que sirven de título a este ariículo exigen que se les<br />
dé preferencia, ya por lo que tienen de actualidad, ya por la es<br />
248<br />
11<br />
piritual utilidad que, con la gracia del Señor nos han de proporcionar.<br />
8:de Diciembre de 1870. Ese día y esta fecha hacen saltar de<br />
júbilo el corazón de los fervorosos hijos de la Iglesia, y si son hijos.<br />
llámense frailes, monjas, terciarios, cofrades, cruzados, esclavos<br />
de la Orden de la Merced, deben saberles a mieles dulcisimas<br />
del más exquisito panal. porque ese dia 8 de Diciembre de<br />
1870 es el compendio de todos los amores mercedarios, y no merece<br />
llevar ese nombre, ni vestir su hábito blanco, ni tener su.<br />
nombré escrito en los registros de sus Cofradías, ni aún pisar sus<br />
templos quien no sepa sentir o no sientan los latidos jubilosos<br />
que el corazón de esa Madre da, para llevar a todos sus hijos la<br />
savia vivificante de la gracia divina, al recuerdo de ese gran día 8<br />
de Diciembre de 1870.<br />
Y no creas, lector amable que esto sea mucho redoblar y tocar<br />
fuerte y repicar gordo, pues conteniendo estoy en mi pealo<br />
los impulsos del corazón, del que brotan a raudales muchos afectos<br />
del más subido entusiasmo, que yo no sé expresar con palabras<br />
que hayan de estamparse 'con letras de molde, no por temor<br />
.a la crítica de quienes al leer lo que otro escribió se acuerden de<br />
todas las reglas > gramaticales, sino porque estoy viendo que se me<br />
va a ir todo en salvas y no voy a tener tiempo ni espacio para decir<br />
algo de lo mucho que quisiera sobre el 8 de Diciembre de<br />
1870 y el año comprendido entre esa misma fecha en 1920 y<br />
<strong>1921</strong>.<br />
Muchos de los lectores de «La Merced» ya saben lo que tal<br />
fecha significa y representa, otros lo sabrán ahora, y todos se lo<br />
contaremos a quienes no lo sepan y así ellos y nosotros y todos<br />
contribuiremos a que Dios sea servido y amado así en la tierra<br />
como en el cielo, y glorificado su Hijo que vino a la. tierra por<br />
nuestro amor y adorado el Espíritu Santo que infunde en nosotros<br />
su gracia divina. Y después de suplicaros, lectores carísimos<br />
de «La Merced» que perdonéis el haberos tenido en suspenso<br />
hasta ahora, paso a deciros que:<br />
El 8 de Diciembre de .1870 fué el en que el Gran Pontífice de la<br />
Inmaculada Pío IX, de imperecedera memoria. declaró Patrono<br />
de la Iglesia universal al castisimo Esposo de María y Padre nutricio<br />
del Hijo de Dios humanado San fosé.<br />
Y su sucesor en la silla de San Pedro, Benedicto XV feliz-, •<br />
mente reinante, quiere y exhorta y manda que ese fausto acontecimiento<br />
se celebre ..y. conmemore con manifiestas señales de cristiano<br />
regocijo .-..disponiendo lo que verá el piadoso lector en las<br />
siguientes líneas.<br />
249<br />
e.
u.<br />
«Para celebrar la memória del decreto _ pontificio, citado arri-<br />
»ha, prescribirnos y maridamos, que, durante un año, a contar<br />
»del día 8 del próximo Diciembre, en tbdo el orbe: católico se ce-<br />
»lehren -cultos en. honor de San José, Esposó .cle la .Virgen María,<br />
»en el tiempo y modo que el obispo respectivo - , juzgare conve-<br />
»Mente y cada uno de los que ay esos cultos asistieren podrá, lu-<br />
»crar • indulgencia plenaria de sus pecados en la forma. acOstum-<br />
»brada..,<br />
. BENEDICTO :XV, PAPA,»<br />
El documento pontificio está fedhado el 25 de Julio de' 1920.<br />
¡,Véis hhora, descorrido el velo ere para algunos . ocultase el misterio<br />
de esa fecha, ' con ..qué razón y con ,cuanta justicia dije<br />
principio que el recuerdo de algunas fechas llena nuestras almas<br />
de inmensa alegría santa? ¿No es cierto que se abren de Par en<br />
par las puertas del divinísimo alcázar de 'nuestras creencias y en<br />
estancia regiamente, 'divinamente adornada por la Trinidad .del<br />
cielo se destaca, sobre riquísimo trono cuajado de brillantes, y<br />
>sostenido por espíritus angélicos, la silla presidencial de la Trinidad<br />
de la tierra y en ella sentado el Gran Patriarca San J'Osé, ca-Stísimo<br />
Esposo de la más pura Virgen, que, sin detrimento de sia<br />
virginidad, es, por obra y gracia del Espíritu Santo, Madre del<br />
Verbo encarnado, que le llama Padre, y como a tal obedece, reverencia<br />
y ama?<br />
¡San José! El justo, según certificación divina, pues así le<br />
llama el Evangelista S. Mateo; el Esposo de María, -verdaderísima<br />
Madre del Redentor divino, el Padre de su hijo, según le llamó<br />
María Santísima cuando, perdido el Niño -en Jerusalén, le eneontraron<br />
.en el templo, pues si bien no lo erä . según la carne, sí<br />
según la ley por haber traspasado a él ;los derechos de tal aquél<br />
por cuya gracia y obra le' concibió en .su seno; El Defensor de la<br />
vida -del Niño contra las iras de los reyes de la tierra, El Custodio<br />
de la Virginidad de su Madre Contra las iras 'de los judíos carnales<br />
y groseros... Ese, ese mismo es er Custodio, Defensor y Padre<br />
de la Iglesia Católica, Esposa de Jesucristo, y deAcidos los hijas<br />
de esarbendita Madre.. :Ya lo sabéis,.-lectoreS de*La..Merced, devotos<br />
de María,. Terciarios, Cofrades. EsclavOs7,y:cotrio • quiera • que<br />
os llaméis, .Ha empezado el aló' jubilar . .cincuenteriario ...del en<br />
que ,ftié .declarado San ;José Patrón. de. la Iglesia.. Nuestro deber<br />
es no solo alegrarnossino llevar la alegría-,a todas- partes .con tan<br />
fausto motivo; prepararnos :para. ganar:: la Indulgencia .Plenaria<br />
que.-.el Papa nos concede, :cumpliendo cón d iciOnes ug.sefialen<br />
ios Sres. Obispos, y hacer que los nuestros, los.de, niaestras casas<br />
2.50<br />
y los de las casas vecinas, los parientes, los amigos, los conocidos<br />
y los desConocidos también, ya que todos somos hermanos, todos<br />
todos se vuelvan a San José, aclamen a San José y lo esperen<br />
todo de San José como lo esperaba y alcanzaba todo de él aquella<br />
que con razón es llamada la Secretaria del Jefe de la Trinidad de<br />
la Tierra San José. Era Santa Teresa.<br />
Termino lectores de LA MERCED y, si Dios quiere, os visitaré<br />
en el próximo número, para deciros algo más sobre el Patrocinio<br />
que dispensará Nuestro Padre y Señor San José, si nos esforza_<br />
mos por ser devotos suyos con devoción práctica y verdadera.<br />
Mirad que eso se propuso el Pontífice de la Inmaculada cuando,<br />
en medio de las aflicciones que amargaban su vida por el despojo<br />
sacrílego del poder temporal de la Santa Sede, revuelta y agitada<br />
toda la Europa nor los horrores de la guerra franco-prusiana<br />
las convulsiones de la clases trabajadoras; inducidas por la Internacional<br />
y viendo la nave de Cristo atacada por todas partes y<br />
oprimida por tantas calamidades, que contra ella habían creído<br />
los impíos sería posible prevaleciesen las puertas mismas y potestades<br />
del infierno, para calmar los ánimos y atraerse la protección<br />
de lo Alto expidió el salvador Decreto, declarándole Patrón<br />
de toda la Iglesia. Mirad que eso se propusieron posteriormente<br />
los sucesores de Pío IX. León XIII en su encíclica «Quanquam<br />
pluries» que es la encíclica josefina por excelencia, y en su<br />
Decreto «Quod pavcis» declarando día festivo en España el día de<br />
San José; Pío X en su Constitución «Divino Affatu» sobre las dos<br />
fiestas principales de San José; El Pontífice reinante Benedicto<br />
XV en el novísimo Código Canónico en cuyo canon 1247 ordena<br />
que sea festivo en toda la iglesia y su fiesta la coloca después de<br />
las del Señor y la Santísima Virgen y antes de las de San Pedro<br />
y San Pablo, y eso se propone en su «Motu propio» sobre el cincuentenario<br />
de la declaración del Patrocinio de San José sobre<br />
toda la Iglesia, que vayamos a él, le expongamos las necesidades<br />
como hijos buenos de la Esposa de Cristo y él las remediará. Id<br />
pues a José y haced lo que él os mande. lte ad Joseph.<br />
FR. P. AR1VIENGOL FERNÁNDEZ.<br />
251<br />
u.
•<br />
Grupo de niñas del Coro de Santa Eulalia de nuestra V. O. T.<br />
• fz„,3f_,<br />
Ni.iriiittlimiittii111111t1111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111M11111111111111111111111111111111111111111111111111111M(11.11)1111111111111111111111111<br />
252<br />
E<br />
E<br />
111<br />
Páginas Mercedarias<br />
La noche cubría con su manto la ciudad de Angol: era una<br />
noche obscura en que el cielo de un azul intenso , asemejaba un<br />
gran mar -dormido o . tin magnifi..2,o manto de terciopelo recamado<br />
de pedrería, bajo el cual la población reposaba descuidada. De<br />
pronto, aquella profunda paz fué turbada por una luz extraña que<br />
iluminó repentinamente el horizonte, era un resplandor vivísimo<br />
que parecía descender del cielo y en forma de cono bailaba la<br />
cúpula del Convento de la Merced, haciendo surgir la Santa Mansión<br />
resplandeciente, entre las demás viviendas sumergidas en la<br />
sombra.<br />
El primer vecino que advirtió tan singular maravilla se apresuró<br />
a avisar a sus convecinos y pronto las ventanas de las viviendas<br />
se animaron con las curiosas cabezas de sus habitantes,<br />
muchos de los cuales-abandonaron el lecho atraídos por aquel fenómeno.<br />
Los buenos habitantes de Angol se deshacían en conjeturas<br />
ante tan inusitado espectaculo; aquella luz maravillosa que parecía<br />
unir el Convento con el cielo, sin que pudiese decirse si subía<br />
del uno o descendía del otro, despertaba mil ideas en su fantasía,<br />
los más decididos se aventuraron a dirigirse a la Merced en busca<br />
de la clase del enigma, encontrando la Santa casi rodeada de innumerable<br />
gentío que yo había visto el prodigio y habían acudido<br />
atraidos por la curiosidad. Mil preguntas y conjeturas a cual<br />
Más fantásticas 'se cruzaban entre la curiosa multitud, cuando<br />
uno, mejor enterado, llegó jadeante diciendo:<br />
—El Padre Alonso de Tralla acaba de morir; esa luz que viene<br />
del cielò es el anuncio de .su entrada en la gloria.<br />
Y de todas aquellas bocas se' escapó el mismo grito doloroso<br />
desconsolado, con el desconsuelo del hijo que pierde 'a su padre:<br />
Padre Alonso de Trafia, acaba de morir?<br />
II<br />
esta noticia mil reeuerdoe, mil anécdotas sobre la vida extraordinaria<br />
del que acababa de abandonar este mundo por la<br />
verdadera patria, se cruzaron entre la multitud que rodeaba el<br />
Convento de la Merced; todos conocían al P. Alonso, todos ha-<br />
253<br />
•
ían tenido ocasión de admirar sus virtudes y hasta todos habían<br />
llegado los ecos de su vida más de ángel que de hombre.<br />
—Yo lo conocí en su mocedad—decía un anciano octogenario—.<br />
Era un bizarro soldado que por su valor y hecho de armas<br />
llegó a Visitador general de todo Chile y Comisario de la Caballería;<br />
este cargo ocupaba cuando trocó las armas por la cogulla<br />
de fraile.<br />
- qué le movería a cambiar de ese modo su vida?—preguntó<br />
una mujercilla vivaracha y habladora que corría de grupo<br />
en grupo a caza de fioticias.<br />
que le llamó con voz irresistible—dijo una anciana,<br />
por cuyas mejillas corrían gruesas lágrimas—. Era un santo, un<br />
verdadero santo; he tenido ocasión , de hablarle muchas veces: su<br />
palabra llegaba hasta el fondo del alma... ¡,Y su humildad? Desde<br />
que entró en religión, siempre ocupado en los oficios más bajos;<br />
tengo un hijo, lego de su Convento, y hablarle del P. Comendador<br />
es como hablarle de Dios Nuestro Señor.<br />
— De modo que era tan santo como afirman?— preguntó un<br />
hombre de edad madura y mirar receloso que se mezcló al grupo.<br />
—Mucho más, señor—dijo la madre del lego encantada de<br />
hacer valer sus buenas referencias—. Ha hecho milagros más de<br />
una vez...<br />
. —¡Milagros!—dijo socarronamente su interlocutor.<br />
—Sí, milagros: tina vez, lo sé , por tni hijo que me lo refirió<br />
secretamente y le corría por las mejillas lágrimas como puños al<br />
contarlo, llegó la hora de comer la Comunidad y no tenían bocado<br />
de pan; el Hermano cocinero miraba tristemente sus ollas<br />
vacías, cuando tocó la campana llamandó al refectorio todos acudieron<br />
como de ordinario, y a una seña del P. Alonso, el lector<br />
tomó el libro, el P. Comendador como si hubieran estado, los<br />
más abundantes manjares sobre la mesa pronunció la bendición<br />
y... ¡pásmense vuesas mercedes!. en el momento recibicron de<br />
quien menos lo esperaban viandas en abundancia... Y esto ha<br />
pasado repetidas veces; lo sé por mi hijo, que es lego del mismo<br />
convento.<br />
Y la anciana dirigió a su alrededor una mirada satisfecha de<br />
la atención de.suiauditorio.<br />
Grad.ualmenre había ido disminuyendo aquella luz singular<br />
que atrajera a la multitud, ya las sombras de la noche envolvían<br />
los edificios y las conversaciones cesaron, dispersándose los grupos,<br />
dirigiéndose unos a sus domicilios en busca del reposo,<br />
otros, .y no en pequeño número a las puertas del convento en<br />
demanda de que se les franqueara, ansiosos de venerar el santo<br />
cuerpo del religioso, retirándose tristemente ante la promesa de<br />
que al , día siguiente podrían satisfacer Sri piadoso deseo.<br />
Y saliendo de todos los labios, repe.cutiendo en todos los<br />
corazones por los cuatro ámbitos de la ciudad resonó este grito,<br />
lastimero que dejaba huérfanas tantas almas, sin consuelo tantas.<br />
miserias, :<br />
¡El Padre Alonso de Trafia ha, muettol.. ¡Ha muerto nuestro<br />
buen padre!<br />
JULTA G. a AIRRERRÓS<br />
Terciarla de la Merced.<br />
.0.<br />
DE MÍSTICA<br />
VII<br />
Con el ofrecimiento continuo a Dios de todas nuestras obras.<br />
¿son meritorias todas ellas? Todas, aún aquellas que parecen menos.<br />
, espirituales, como el comer, dormir, pasear y tomar algún<br />
honesto recreo :. Todas esas cosas fueron ordenadas por Dios Nues 7<br />
tro Señor, y haciéndolas, cumplimos su santísima voluntad y<br />
aumentamos . gracia oTacia santificante en nuestras almas.<br />
¿hay alguna otra razón que deba movernús a hacerlo siempre<br />
así? Muchas podían alegarse, pero indicaré sólo una muy grande:<br />
haciendo esas cosas sólo porque nos gustan como haCen ,los animales,<br />
no sólo no tenemos Mérito alguno, sino que nos exponemos<br />
a graVísimos males.<br />
¿Por qué? ,Porque todos los pecados nacen de buscar nuestro<br />
gusto y placer, o de huir el.trabajo (lo que en el fondo viene a<br />
ser la misma cosa), y el que está acostumbrado .a satisfacer sus<br />
apetitos complaciéndose en ello; no estará lejos de concederles<br />
algo que esté prohibido. Será esclavo de ellos y por servirlos hará<br />
. muchas Veces lo que no debiera ni quisiera. Por eso a los que<br />
desean seguirle pone el Señor por primera condición el que se<br />
nieguen a sí mismos renunciando a todos los gust3s.y placeres.<br />
Y ¿hemds de renunciar para eso a comer, a dormir, recrearnos?<br />
Eso no sería bueno ni posible siquiera, pero es perfectamen-
te compatible la 'satisfacción de esas necesidades con la negación<br />
de, nosotros mismos que el Señor nos exige.<br />
Mimo se conocerá que uno no busca su satisfacción en esas<br />
cosas? Los santos y muchas personas sólidamente virtuosas de<br />
nuestros días nos dan ejemplo de ello, no buscando recreaciones<br />
inmoderadas, ni placeres extraordinarios en la comida o descanso,<br />
sino contentándose en todo ello con lo que la naturaleza exige<br />
para no desfallecer, y aceptando con resignación las privaciones •<br />
y contrariedades a que están sujetos hasta los maYores príncipes.<br />
¿Qué medio hay , para llegar a ese desprendimiento de nuestra<br />
propia voluntad? Muy buenas son para ello las protestas interiores<br />
de no querer hacer las cosas por nuestro propio gusto, sino<br />
por ser aquélla nuestra obligación y la voluntad de Dios, pero'<br />
mejor es aún el contrariar a veces nuestra apetito negándole lo<br />
qu.e pedía y podíamos darle, sin pecado, bien sea dejando el bocado<br />
que mas nos gustaba, bien renunciando a alguna diversión<br />
que lícitamente podíamos tomar.<br />
Y eso, ¿es alguna vez obligatorio? La Iglesia nos Obliga a ello<br />
algunas veces: el ayuno con las mitigaciones que hoy admite, más<br />
que una privación para el cuerpo es una gimnasia para la voluntad,<br />
a fin de acostumbrarla a negarse en días determinados una<br />
satisfacción que en otras le será lícita.<br />
Y ¿qué podemos juzgar de los que no saben someterse a tan<br />
ligera prueba? Sea de otros lo que fuere, (pues la Mística debe<br />
ser en primer lugar para nosotros mismos), cuando el apetito nos<br />
venza en cosas tan fáciles de cumplir, debemos pensar que tenemos<br />
muy poco de espirituales, y aún de racionales, pues una de<br />
las cosas que caracterizan al hombre y lo distinguen de los brutos<br />
es esa facultad de sobreponerse con la Tazón a las sugestiones<br />
de los apetitos.<br />
• Y ¿dónde es más difícil vencernos, en las cosas agradables o<br />
en las adversas? Estoy por decir que lo es mucho más vencernos<br />
negarnos a nosotros mismos cuando las cosas van conforme .a<br />
nuestra inclinación; ¿habrá, nada más inocente que alegrarnos entonces<br />
de ello? Y sin embargo ese es el principio de la esclavitud,<br />
pues cuando se vuelvan las tornas y nos suceda lo que no deseábamos,<br />
habremos de afligirnos y turbarnos forzosamente, y así<br />
nunca llegaremos a la verdadera libertad de hijos de Dios.<br />
¿En qué consiste esa libertad? En que nuestro contento y alegría<br />
no dependan de las cosas de la tierra sino de hacer la voluntad<br />
de Dios y de que El esté contento de nosotros. Ese desprecio<br />
de todo•lo humano es lo que daba a las santos la mayor tranqui-<br />
256<br />
lidad en medio de las persenciones y borrascas. 'Santa3eresa se<br />
serenaba con dscir:<br />
Nada te turbe<br />
Nada te espante<br />
Todo Se pasa...<br />
Sedo Dios basta.<br />
Y ¿pa qué esa consideración daba tanto esfuerzo a las santos?<br />
Porque la satisfacción de que Dios nos ama está 'siempre en<br />
nuestra mano, con no ofenderle, o arrepentirnos si hemos pecado;<br />
mientras que la satisfacción y amor de las criaturas se pierde<br />
muchas veces a pesar de todos nuestras esfuerzos y no está en<br />
nuestro arbitrio el recabarlo.<br />
FR. GUILLERMO VÁZQUEZ<br />
00<br />
MISIONES<br />
(CARTA DEL P. ROSILLÓN DESDE EL INDOSTÁN)<br />
UE calor! exclama suspirando al llegar.<br />
Después de haberse enjugado el copioso sudor—estaba<br />
empapado de pies a cabeza—<br />
golpea dos o tres veces el suelo con el pie<br />
para sacudir el polvo rojizo adherido a sus<br />
zapatos, luego se dirije hacia la puerta de<br />
donde salía un criado satisfechisimo de volverle<br />
a ver.<br />
« --il\To ha venido nada para mi hoy? pregunta.<br />
eran sólo ese billetito,... vea V.»<br />
El P. Alejo coge el cuadrado de papel que contenía este<br />
mensaje:<br />
Esta noche, a las 9, te esperan Para el eateez:smo en el pueblo<br />
de Salgdn.<br />
CT-IINA PA, calequista.<br />
O O O<br />
Después (Lie haber estrujado nerviosamente entre los dej<br />
257
dos el enigma tolougou, el misionero se puso a pasear a<br />
largos pasos por su habitación, hablándose en voz baja:<br />
«Salgán... Salgán... allá abajo al pie de la montaña.., una hora<br />
de camino.., por un sendero de purgatorio, frecuentado por<br />
el tigre... y a las 9 de la noche... Verdaderamente estas gentes<br />
son poco razonables... ¡En el estado en que estoy me parece<br />
tenía derecho a un poco de descanso!...»<br />
En efecto, tenía derecho, esto es indiscutible... Una campaña<br />
de quince días en un pueblo en el que, con un calor de<br />
40 grados, no había cesado de trabajar ni un minuto.<br />
Hace un rato, en la carretera, cuando el aire caliente le<br />
azotaba el rostro con sus olas de fuego y cuando el polvo<br />
rojo le secaba la garganta, procuraba animarse pensando<br />
¿pie al fin iba a encontrar pronto un pequeño refrigerio y<br />
reposo en la intimidad de su pequeña celda. De estás cosas<br />
ocurran muchas bajo los ardorosos rayos del sol de Oriente.<br />
Qui me gelidzi iz vallibus Hoemi<br />
Sistei. ...<br />
000<br />
¡Sí, por cierto! Aquella misma noche se le invitaba a<br />
emprender de nuevo su pesada tarea. Así es que vacilaba<br />
mucho, cuando he aquí que el ángel de su distrito le echa<br />
en el alma unas cuantas paletadas de carbones encendidos<br />
en forma de las reflexiones siguientes:<br />
«—iDescansar!... ¿Pero acaso es para descansar para lo<br />
que has interpuesto 12.000 kilómetras entre tú y tu madre?...<br />
¿Para eso te has desposado con las almas paganas?... ¿No las<br />
oyes gemir en las tinieblas y caminar a la muerte eterna?<br />
ZY podrías descansar? ¿Podrías tenderte en una silla a la brisa<br />
de la noche?... ¡Ve, pues, forzado del amor divino; deja que<br />
tus piernas se quejen, que tu corazón sangre y corre al sacrificio!...<br />
Tú eres el cirio viviente sobre el altar de Cristo;<br />
ahora bien, el cirio para alumbrar, por fuerza ha de consumirse.»<br />
Este comentario fué para él como un latigazo en pleno<br />
rostro.<br />
Sintió de repente que nuevos resortes se ponían en tensión<br />
dentro de su sér; la vacilación había desaparecido.<br />
«— Juan , llama con aire resuelto, tengo que estar en<br />
Salgán esta noche a las 9; date prisa a servirme el 'arroi!»<br />
258<br />
II<br />
En el flanco de la montaña, dos hileras de chozas grises.<br />
aplastándose las unas a las otras, eso es Salgán.<br />
La luna—ojo de Dios abierto en el horizonte—arroja<br />
sobre todas las cosas una luz azulada.<br />
A lo largo de la callejuela, los búfalos atados por la noche,<br />
comen en grandes cestos. Voces infantiles llámanse unas<br />
a otras de hogar a hogar, y los perros con las orejas erguidas<br />
y puntiagudas, sentados sobre sus patas traseras ladran<br />
a los chacales.<br />
En el interior de las casas, los padres de familia después<br />
de haber tomado su baño, —algunos cubos de agua derramados<br />
sobre los hombros y los pies—han comido su cocido<br />
mijo en platos de barro o de latón que están ahora fregando<br />
las amas de casa.<br />
Las buenas mujeres comerán más tarde, las últimas,<br />
mientras «sus señores » tendidos bajo el cobertizo resolverán<br />
los grandes problemas de la política local, al mismo tiempo<br />
que fuman sus hojas de tabaco envueltas en forma de cigarrillos.<br />
000<br />
Apenas han lanzado al aire algunas bocanadas de humo,<br />
cuando ss deja oir una suave melodía de acordeón.<br />
Es el Padre Alejo que sentado bajo el árbol antiguo<br />
anuncia su venida.<br />
Comienza por los Recuerdos del Pueblo:<br />
—Allí está sentado, abuela,<br />
Abuela, sentado está, allí!<br />
Siguen luego toda la serie de los cánticos de Navidad y<br />
del mes de María.<br />
En aquella noche serena y apacible, el P. Alejo toca y<br />
canta como si tuviese en el alma todo el azul del cielo...<br />
¡Cuánto brío!<br />
En un abrir y cerrar de ojos el pueblo entero está en<br />
derredor de él. ¡Es tan maravilloso ver aquel «pequeño<br />
vientre de cuero » regalando el oído con tantas y tan bellas<br />
canciones!<br />
000<br />
Cuando el auditorio estás completo, déjase a un lado el<br />
acordeón.<br />
259
11—<br />
Im<br />
«Esta noche el catecismo es para los hombres ma.yores<br />
de cuarenta arios, exclama el Padre, los demás que se retiren!>><br />
La orden 'pónese en práctica— algo de mala gana, pues<br />
esperan cine habrá aún acordeón.—Solo toma posiciones la<br />
vieja guardia.<br />
¡Pobres paganos viejos! Desde que Dios los ama y que<br />
los misioneros tratan de convertirlos, cuidado si han hecho<br />
verter sudor y se ha probado la paciencia! De tal modo están<br />
impregnados de paganismo que parece imposible purificarlos<br />
por Completo.<br />
Ellos mismos lo confiesan riendo.<br />
• «—Padre, ¡a qué tanto esfuerzo! friega todo lo que quieras<br />
un bidón de petróleo; siempre olerá a .petróleo.»<br />
¡Y luego cuesta tanto reunirlos! El único momento favorable<br />
para catequizarlos es precisamente el de « la política<br />
al amor de la ltimbre » , por la noche de 9 a 12.<br />
260<br />
III<br />
Este ario, por primera vez, van a confesarse los viejos de<br />
Salgán, y es un trabajo de Hércules el prepararlos.<br />
«—i Padre, la cosa anda mal! dicen sin cesar.<br />
Y en efecto, anda bastante mal, como vais a juzgar por<br />
vosotros mismos.<br />
« — iVamos a ver, Bimandora, levántate! » ordena el Padre.<br />
Un diablejo, con un trapo por los hombros, bastante tiznado,<br />
se pone perezosamente de pie.<br />
«—i.Que dije la última vez?<br />
«—Sivami (Padre) ciertamente has hablado muy bien...<br />
« —Bueno, si, pero veamos, .sobre qué he hablado?»<br />
Bimandora mira en derredor de sí. Sonríe como para<br />
decir ¡que me coma el tigre si lo sé!<br />
«Tú, Chinandora, a cuerdas?<br />
«—Cómo quieres que me acuerde, sivaini? ¡están los<br />
tiempos tan malos, los impuestos son tan crecidos!...<br />
«—iVamos, Sivandora va a decíroslo!<br />
« —Padre, cuando hablas, hablas muy bien; es todo lo que<br />
yo puedo retener. Cuando he trabajado mucho mi cabeza se<br />
parece á un coco vacío.<br />
« ---iYa! ¡ya! ¡demasiado lo estoy viendo!»<br />
Tres, cuatro, cinco más son preguntados, sin mejor re-<br />
Sul Lado.<br />
« —iSentaos todos! ' acaba por decir el P. Alejo, voy vien-<br />
•<br />
J0<br />
11<br />
»Ve<br />
do que vosotros haceis como los árboles viejos de manga: os<br />
vais vaciando a medida que os volvéis viejos.<br />
« —U-1án! ¡han! (movimiento general de cabeza en serial<br />
de aprobación).<br />
« —iAtencióni escuchadme bien, os lo volveré a explicar.»<br />
Y por vigésima vez el misionero se pone a explicar el<br />
sacramento de la Penitencia.<br />
000<br />
En sí misma considerada la idea del perdón no es nueva<br />
para los indios; más aún, están bastante familiarizados con<br />
ella. Es cosa sorprendente que el paganismo bratnánico haya<br />
pensado en calmar las conciencias con sinnúmero de prácticas<br />
purificadoras. Se recupera la inocencia bañándose en<br />
los ríos sagrados—de ellos hay siete—en los estanques de<br />
ciertos templos, en el mar en tiempo de eclipses. Ciertas<br />
oraciones, jaculatorias, nombres de divinidades repetidos<br />
basta la saciedad producen el mismo efecto, La misma cremación<br />
no es en su espíritu otra cosa, en suma, que el último<br />
sacrificio expiatorio, el paso por el fuego antes de entrar<br />
por el otro mundo... Prácticas puramente exteriores que<br />
el espíritu no vivifica y en las que la contrición no desempeña<br />
papel alguno. Obran a la manera de un encanto sin que<br />
la divinidad tenga que intervenir, porque la falta no es sino<br />
una transgresión de una observancia legal, de una ley de ,la<br />
casta instituida por los antepasados.<br />
000O<br />
Ante todo se esfuerza el P. Alejo en dar a estas naturalezas<br />
rebeldes una idea exacta del pecado, en rehacerles la<br />
conciencia, para llegar al bautismo y a la penitencia, los dos<br />
grandes medios establecidos por el Salvador para purificar<br />
las almas.<br />
Veinte veces repite las mismas ideas, ilustrándolas, vivificándolas<br />
por medio de comparaciones variadas.<br />
Luego hace de nuevo preguntas a sus oyentes para impedir<br />
que se duerman y bostecen demasiado.<br />
«—iHabéis comprendido esta vez?<br />
«— Chitan, sivami (como tú quieras, Padre).<br />
sábado os confesaréis como Dios manda?<br />
Han, han! (movimiento general de cabeza de derecha<br />
a izquierda).<br />
'—El catequista os ayudará, por su parte, a prepararos<br />
261
debidamente; no tendréis más que seguir sus consejos. Pero,<br />
sobre todo, no tengais miedo...<br />
« —¿Por qué hablamos de tener miedo? ¿Por ventura no<br />
eres tú nuestro padre y nuestra madre? asegura uno de ellos.<br />
«—... y no olvidaréis ninguno de vuestros pecados. Cuando<br />
se han tragado diez cobras ¿cuánto se necesita escupir<br />
para no morir?<br />
« —Pues diez, Padre, eso es evidente. ¿No basta una sola<br />
para matar a un hombre?<br />
« —iMuy bien! Veo que al fin lo habéis entendido. ¡Ya en<br />
lo sucesivo no creeré que el diablo os ha robado la memoria!»<br />
Carcajada general, chasquidos de lengua aprobatorio.<br />
El Padre continúa:<br />
« —Ahora, hijos míos, se hace tarde. La gran sombra que<br />
se proyecta allá abajo, en el rincón del valle, nos dice que<br />
son las II. Es necesario, pues, que yo vuelva a casa. Hasta<br />
el sábado, ¡eh! ¡os espero a todos para la confesión!<br />
« —iTodos iremos!» promete el jefe.<br />
Todo el grupo se ha levantado y cámbianse los saludoe<br />
de ritual.<br />
«—Buenas noches, Padre, vete pronto, la luna va a<br />
«morir».<br />
« —iAdiós, hijos míos ! Que Dios os bendiga.»<br />
IV<br />
La luna, en efecto, iba a morir. Ocultábase tras un montón<br />
de nubes blancas cuyos bordes festoneaba con maravillosos<br />
encajes.<br />
El Padre apresuró el paso para no verse sorprendido por<br />
las tinieblas, predilectas de las fieras. El aire estaba surcado<br />
de lucecillas que lanzaban sus dardos en la obscuridad, cual<br />
débiles relámpagos, imagen de esas pobres almas que un<br />
momento se agitan a la luz para volver a caer incesante-.<br />
mente en la obscuridad.<br />
000<br />
El P. Alejo no se hacía grandes ilusiones sobre la primera<br />
confesión de la vieja guardia de Salgán.<br />
Diez arios de experiencia le han enseriado que no impunemente<br />
se desciende de cuarenta generaciones paganas.<br />
« —iDios mío! decía al acostarse en su silla de campaña,<br />
¡Dios mío! ¿no encontraréis a pesar de todo, un lugar en<br />
vuestra misericordia para mis pobres viejos? Después de<br />
262<br />
todo, son menos culpables que los cristianos que, saturados<br />
de vuestros beneficios, sin embargo os desprecian...>><br />
V<br />
Estarnos en el sábado por la tarde.<br />
Sentada cerca de la puerta de la capilla, la falange heróica<br />
está completa. Después de un exámen de conciencia,<br />
el catequista hace rezar el acto de contrición.<br />
Detrás del altar, el P. Alejo está sentado detrás de la tabla<br />
agujereada que le sirve de confesionario. Espera que sus<br />
hijos mayores se presenten. Pide a Dios que les dé valor,<br />
porque presiente que la cosa está dura de pelar... Tan dura<br />
que nadie se mueve.<br />
«—iPodéis venir; ya es tiempo!» invita de lejos el confesor.<br />
Nada. Es decir, sí... se agitan, cuchichean, sin levantarse,<br />
naturalmente.<br />
Pasan diez minutos.<br />
« —El diablo a vuelto a cogerlos», piensa el Padre.<br />
Se levanta y va hacia el grupo de héroes.<br />
«—¿Qué pasa, hijos míos?<br />
Tímidamente, el más valiente responde por los demás:<br />
« —Padre, no te enfades; pero querernos confesarnos todos<br />
en bloque...<br />
«—¿Todos en bloque? ¿treinta a la vez?<br />
«—Sí, Padre...<br />
«No, hombre, no. Habéis de venir uno después de otro.<br />
«—Eso no es posible.<br />
« —¿Por qué?<br />
«—Porque tenernos miedo...<br />
000<br />
Habían soltado la palabra fatal. Y de hecho, aquella noche<br />
no hubo medio de conseguir nada de la vieja guardia.<br />
El P. Alejo tuvo que volver a emprender de nuevo con<br />
gran paciencia sus explicaciones bajo el antiguo banyan, y<br />
lo hizo sin enfadarse. ¿Es culpa de estos pobres viejos si el<br />
demonio del paganismo ha plantado profundamente sus<br />
uñas en sus almas?<br />
El padre no se enfadó; sinó que recordó la palabra de un<br />
misionero experimentado del sur de la India: « Para los viejos,<br />
véase mi táctica, me pongo a empuja r. con todas mis<br />
fuerzas contra la puerta del infierno, hasta impedir que .se<br />
abra, y les -empujo hacia el ¡Purgatorio. .<br />
263
Del mismo g. J. es lambido la siguiente narración:<br />
¡Navidad! ¡Navidad! ¡canto de amor y de paz!<br />
Por vez primera va a nacer Jesús esta hermosa noche en<br />
el país de los Kondes.<br />
¿Que palacio van a ofrecerle los Diablos Negros? El que<br />
ha encontrado en los campos de Belén hace dos mil arios, y<br />
el que suele encontrar en todas partes, cuando por primera<br />
vez se digna descender a un pueblo primitivo. Ese es, por<br />
otra parte, el palacio que a él le gusta con preferencia. Bajo<br />
el humilde techo de la choza, sus nuevos hijos vendrán con<br />
mayor confianza, que si de buenas a primeras, se les presentase<br />
bajo los esplendores de una catedral.<br />
Este pensamiento reconforta al P. Alejandro, que desde<br />
por la mañana está echando el resto para cubrir con guirnaldas<br />
multicolores la hojarasca gris de su capilla. Por todas<br />
partes se ven guirnaldas; a lo largo de las vigas y pontones,<br />
al rededor de los marcos de las ventanas y de la puerta, orlan<br />
las paredes... ¡Resulta gracioso! Diríanse otros tantos brazos<br />
tendidos hacia el Salvador, invitándole a bajar: « ¡Venid, divino<br />
Mesías!»<br />
000<br />
Las once.... Han terminado las confesiones.<br />
El P. Alejandro, un poco cansado, echa por última vez<br />
una mirada a la ornamentación general. El parquet está<br />
cubierto con verde alfombra; el aneendium dorado oculta<br />
la tierra arcillosa del altar; en torno del tabernáculo—humilde<br />
cárcel de madera—flores arrugadas por veinte viajes,<br />
flores que quisieran volver a florecer... Cerca de la pared, a<br />
la derecha, sobre una mesita, un Niño Jesús de tres francos,<br />
tiende sus brazos rosa destacándose en medio del lozano<br />
verdor... ¡Eso es todo lo que nos es dado hacer este ario!<br />
Luego, corno se acerca la hora, el Padre sale un instante<br />
para investigar las lejanías.<br />
La noche es una maravilla de claridad y serenidad. Como<br />
olvidada por cualquier regio peregrino partido de viaje hacia<br />
las sublimes alturas del empíreo, en el borde del horizonte,<br />
la ardorosa Cruz del Sur proyecta sus cinco clavos de oro.<br />
La selva en profundo silencio; silenciosas también las bestias<br />
feroces; silenciosos los pueblecitos acurrucados en las<br />
264<br />
hondonadas del valle. Ante él, el pico de Dig-y con capa violeta;<br />
parécese a uno de aquellos viejos monjes arrodillado<br />
delante de Dios, y sobre su cabeza, la sonrisa de millares de<br />
estrellas, aseméjanse a la sonrisa de millares de ángeles.<br />
«i0h Jesús! ¡qué hermosa noche para descender entre<br />
n os otros! »<br />
Acercándose entonces a los dos postes entre los cuales<br />
está suspendida la Florimontana, pequeña campana de 500<br />
francos, recibida hace poco tiempo, el Padre Alejandro coge<br />
la cuerda y se pone a tocar, tocar.<br />
La Florünontana no tiene la voz muy extensa; pero basta<br />
para el valle de Digy. Gústales oirla porque es clara y vibrante<br />
como el alma de la juventud que por suscripción la<br />
ha comprado. Sus llamadas vanse lejos, por entre las colinas,<br />
a despertar los ecos y a cantar a los hijos de los Diablos Negros:<br />
«El Redentor descenderá a vosotros esta noche. Venid<br />
a adorarle.» .<br />
II<br />
«¡Navidad! ¡Navidad!» ha cantado la florünontana.<br />
En el silencio y en la paz ha bajado el Redentor. Todo<br />
el cielo se ha dado cita en la mísera choza gris y en el corázón<br />
de los Diablos Negros. Los más instruidos han sentido<br />
los estremecimientos que sacuden la naturaleza al aproximarse<br />
la nueva eflorescencia, porque Jesús ha venido a ellos.<br />
Ellos, por su parte, le han reconocido y le han adorado.<br />
000<br />
La Misa está terminada...<br />
Antes de emprender de nuevo el regreso a través de las<br />
malezas, arrodíllanse en torno de la cuna para dar a Jesús<br />
un postrer saludo. Tamboriles, timbales y guitarras lanzan<br />
armoniosos acordes. Dos solistan entonan el N&7; de los<br />
países kondes, y todos los circunstantes cantan el estribillo.<br />
Como un niñito, naciste de una Virgen,<br />
¡Ob creemos en ti, flor de virginidad!<br />
Jesús niño, Jesús pino,<br />
¡Abre los ojos, míranos!<br />
Toda el alma konde canta en esta melodía sencilla y<br />
rústica a la cual los tamboriles y guitarras dan cierto sabor<br />
-oriental que los misioneros veteranos acaban de escuchar<br />
con afecto.<br />
Jesüs nulo, Jesús niño,<br />
Abre los ojos. míranos.<br />
265<br />
4joi
a.<br />
a.<br />
La luna inclina su cuerno de plata hacia la selva de<br />
Koussipang-a. Es fuerza apresurarse antes que su luz azulada<br />
haya desaparecido.<br />
Los Diablos Negros se levantaron. Uno tras otro, todos<br />
van desfilando ante el Divino Niño que acaba de nacer entre<br />
ellos, y con su mano derecha, que luego acercan a sus<br />
labios, tocan sus piececitos.<br />
¡Es el adiós!<br />
O O O<br />
266<br />
¡Jesús niño, Jesús tiño,<br />
Abre los ojos, míranos!<br />
• Ha abierto los ojos el Niño Jesús. Comtempla corno pasan<br />
ante El los Diablos Negros que ahora son ya sus hijos.<br />
Sígueles luego a lo largo de los senderos, a través de los<br />
matorrales traidores en donde la hojarasca y los arbust OS<br />
semejan demonios dormidos.<br />
Vanse a la fila indiana, y como su alma canta todavía y<br />
las fieras salvajes podrían salirles al paso, at acan de nuevo<br />
la piadosa cantinela:<br />
• Como un nio, naciste de ma Virgen,<br />
¡Oh! ¡creemos en tí, fi or de virginidad!<br />
'El P. Alejandro sale de su humilde cabaña para escuchar<br />
los acordes que se xtiriguen en la lejanía. Las notas que la<br />
selva le envía 1e<br />
deja pensativo. Un hermoso ensueño<br />
asalta... ¡Son<br />
tan simpáticos estos kondes en tanto que los<br />
Indios,<br />
con su complicado y erudito paganismo son tan difí-<br />
ciles<br />
de convertir! Aquéllos, al contrario, han atravesado los<br />
siglos con un culto y una organización primitivas; son más<br />
pobres, más sufridos; que vale tanto como decir que están<br />
maduros para el Evang-eliú. ¡Ah! ¿quién dará al Misionero la<br />
posibilidad de convertirlos en masa?<br />
O O O<br />
El coro resuena aún.., luego va poco a poco alejándose,<br />
se desvanece entre los árboles hasta extinguirse. Los Diablos<br />
Negros han entrado en sus chozas de tablas cubiertas<br />
de hojarasca...<br />
En la meseta de Digy todo duerme en la paz de Navidad.<br />
Hacia Koussipanga, entre los tallares, la luna ha, dejado<br />
caer su blanca hoz, y en el cielo azul que súbitamente se<br />
hace más oscuro, las estrellas tienen una sublime sonrisa,<br />
más inefable, más luminosa, más alegre...<br />
1:*<br />
• • 267<br />
E<br />
—<br />
E
San Pedro Nolasco y su obra<br />
(Contiruación)<br />
IV.—Primeros albores de la prodigiosa caridad de Nolasco<br />
Y no podía suceder de otra manera a quien, como Pedro<br />
Nolasco, desde las primeras manifestaciones de su vida se<br />
consagra por entero a la práctica de la caridad; y la caridad,<br />
en su más perfecta realidad, llena toda la vida de Nolasco,<br />
porque el esplendoroso guía que iluminaba sus maravillosas<br />
acciones, y que constituía la más gloriosa aspiración de su<br />
corazón, eran aquelllas palabras que un día habían brotado<br />
de la Verdad eterna: No hay mayor caridad que dar la vida<br />
Por sus hermanos. Y por eso donde quiera que pone sus ojos,<br />
no aciertan éstos a leer otras palabras que caridad, redención.<br />
Y Pedro Nolasco escucha en un éxtasis inefable estas<br />
evocadorhs palabras, que para él son como un mandato celestial;<br />
y pálido, desfallecido, cubierto con humilde traje de<br />
caballero, caldeado su coraz6n con cascadas de fuego que<br />
recibe del Costado de Cristo, iluminado por fulgurosas irradiaciones<br />
que parten de la Cruz y gravan espiritualmente<br />
en él la más exacta y acabada imägen de Nuestro Señor<br />
Jesucristo, allá va, a las fétidas mazmorras muslímicas a<br />
llevar chispas de caridad, los primeros rayos de redención,<br />
únicos capaces de romper las cadenas de la insoportable<br />
esclavitud; a dejar caer, cual lluvia fecunda, el suave bálsamo<br />
de la consolación sobre aquellos corazones despedazados<br />
por la purificadora espada del dolor; a difundir y derramar<br />
la vivificante unción de la gracia a los que gemían en<br />
el tempestuoso mar de la desesperación.<br />
Una infinidad de cautivos, por él arrancados a la tiranía<br />
árabe, publican los sublimes rasgos de su inagotable caridad,<br />
celebran y pregonan ante un mundo que absorto c'ontempla<br />
los maravillosos heroísmos del nuevo Redentor y enaltecen<br />
sus merecimientos y grandezas.<br />
Pero iah! el magnánimo corazón de Nolasco, apesar de<br />
estar formado según el corazón de Jesucristo, nimbado de<br />
un resplandor espiritual que le abrasaba, era impotente para<br />
redimir y rescatar a tantos y tantos infelices cautivos cristianos.<br />
!Oh, Religión santa! Religión de misericordia y de amor<br />
268<br />
—exclamaba Pedro Nolasco, deshecho en lágrimas ante la<br />
contemplación de desgracia tanta---ilumíname, revélame, el<br />
medio de llevar a cabo la feliz terminación de la esclavitud!<br />
Si queréis mi libertad, si queréis mi sangre, si queréis mi<br />
vida, tomadla ¡Dios mío! con tal de dar la libertad a un solo<br />
cautivo csistiano. ¡Religión de misericordia, Religión de<br />
amor ilumíname!...<br />
(Se continuará).<br />
000<br />
POR TELÉFONO<br />
4Qur; significa la palabra «cuaresma»?<br />
La palabra cuaresma es una evidente contracción de quadragc'sima<br />
con que la liturgia designa la santa cuarentena<br />
que, a imitación de los de Nuestro Señor Jesucristo, hace el<br />
pueblo cristiano.<br />
2.° ¿Cuál es el rey de los juegos y el juego de los reyes y que<br />
recompensa pidió el autor del mismo?<br />
Llámase rey de los juegos y Juego de los reyes al ingeniosísimo<br />
juego del ajedrez atribuído a un Brahmán llamado Sisa,<br />
el cual, según se cree, lo inventó para dulcificar el carácter<br />
del feroz tirano Schiram, quien, por hallarse paralítico, buscaba<br />
un pasatiempo que interesando su atención, le distrajera.<br />
Corno el invento satisfizo al tirano, preguntó al autor<br />
que tecompensa quería; manifestó éste no desear más que<br />
un grano de trigo aumentado en progresión geométrica por<br />
cada casilla del tablero; pero al hacerse la cuenta resultó que<br />
no bastaba el trigo de todo el reino para pagarle.<br />
3.° Si uno quiere comprar Bula, pero no la compra, ¡puede<br />
hacer uso de ella antes de comprarla?<br />
No puede.<br />
4.° Yo me acuerdo de unos pecados graves que no tenía por<br />
269
•<br />
graves, 7y aguardo a que venga mi confesor para decirlos a él, y entre<br />
tanto, comulgo x confieso: ¡hago bien?<br />
Si usted cae ahora en la cuenta de que unos pecados que<br />
cometió eran graves, y entonces los tenía por leves, esos pecados<br />
en si graves, en usted son leves, y no está usted obligado<br />
a confesarlos ahora ni nunca, ni a su 'confesor ni a<br />
nadie, si no quiere. Si se acordase usted de algunos pecados<br />
graves que tenía Usted olvidados, esos los debe confesar en<br />
la primera confesión que haga; pero si no tiene más pecados<br />
.clue ellos; puede comulgar con esos, que ya están perdonados<br />
en otras confesiones; aun cuando le queda la obligación<br />
de confesarlos en la primera confesión que haga, que puede<br />
ser cuando usted quiera, mientras no tenga por otra parte<br />
obligación, como sería si hubiese de cumplir con pascua, o<br />
se le acercase la muerte.<br />
5.( > Cuando hay indulgencia plenaria al mes por decir alguna<br />
jaculatoria, oración, etc., y se n3cesita confesión, coMunión, visita<br />
y preces por las intenciones de Su Santidad, E?,9 preciso que la visita,<br />
etc., se haga en un mismo dia?<br />
Basta hacerlas en él mes, y cuando se hace el último acto<br />
se ganan indulgencias.<br />
*<br />
Los telefonernas iremos contestándolos por el orden que<br />
se reciban.<br />
000<br />
JUAN.<br />
Vergüenza de 10 tiempos<br />
ERNÁN 'CORTÉS en su primer viaje a América se acompañó<br />
con padres Mercedarios. Al desembarcar con<br />
— sus valientes en Méjico llevaba la -delantera una<br />
imagen de nuestra Madre de la Merced. Y la primera diligencia<br />
de todos fué improvisar un altar para darle gracias por la feliz<br />
'navegación y pedirle nuevas .parp la magna empresa que empeza-<br />
270<br />
rían:esemismo día. Todos sin excepción le prodigaba a porfía<br />
sus homenajes -y cifraban en ella sus mejores esperanzas.<br />
Pronto resolvió Hernán Cortés penetrar .hasta la capital del<br />
Imperio. La sagrada • imagen debía quedar en el mismo punto y<br />
solo.•procuraron colocarla lo mejor posible para recobrarla a la<br />
vuelta.-- Pero cuando estaban ya para partir un soldadö exclamó:<br />
—Y ha de quedar la Virgen sin centinelas? No, que yo me<br />
quedo a darle guardia.<br />
• —Si, sí, dijeron, todos; y el valiente soldado quedó solo en la<br />
-desierta costa, haciendo guardiade honor a la Santísima Virgen<br />
.de la Merced.<br />
y cuanto tiempo duró este hermoso' y brillante • homenaje a<br />
la Madre Redentora? Hasta que al año siguiente, al desembarcar<br />
los refuerzos de Cuba:, enardecidos de gratitud a la Virgen milagrosa,<br />
se le elevó en el territorio de Tlascála una preciosa S devota<br />
ermita. •<br />
Y así en Méjico, en Cuba, en Colombia y Ecuador, en Chile'y<br />
Argentina, en Perú y Bolivia, y en todas 'partes, los primeros<br />
conquistadores se acompañaron con padres Mercedarios •y con<br />
ellos llegaba a los pueblos la Virgen de la Merced, la primera luz<br />
divina que penetraba en aquéllas pobres • almas envueltas en tinieblas<br />
de ignorancia y de muerte. Colón y Hernán Cortés; Al-<br />
Magro y Pizarro tenían por consultores r consejeros, y sobre todo<br />
-por árbitros de sus divergencias a los hijos de la Merced, cuya<br />
blanda librea,' como estandarte de paz y concordia, como símbolo<br />
de luz y amor, brillaba siempre por sobre todas las pequeñeces<br />
humanas.<br />
•' Si tantos y tan importantes servicios ha prestado la Merced<br />
en la conquista y la civilización 'de la América; si por tantos años<br />
han -Sido' los sembradores más asiduos e incansables 'del Evangelio',<br />
único civilizador conocido; si han sido los primeros organizadores<br />
:en la formación de las ciudades, es una gratitud incalificable,<br />
como se ha tratado después a esta Orden .benemérita. Iglesias<br />
rconventos, frutos de muchos años de privaciones y . sacrificios,<br />
iistirpados y convertidos en usos profanos; sacerdotes encatecidöss<br />
,que han: consagrado su vida entera al bienestar y .prosperidad<br />
de las naciones, ',expulsados con burlas y vejámenes y<br />
negándoles hasta lo' que se les concede a los mismos ajusticiados:<br />
inconsecuencia y. salvajismo de la impiedad artera y mañosa.<br />
Guando Dios-quiere castigar a los pueblos' no necesita' -hacer<br />
milagros, -le basta retirar su mano protectora y dejarlos ahogarse<br />
en su: própia sangre: Y lbs: ptieblósi y los: 'hombres abandonados<br />
Dios;: -Sofí peores...que las .fieras; estaS:: clavan.: sus . garras:<br />
271
Víctima, sacian su hambre y se retiran al bosque, se ocultan<br />
corno avergonzadas de su obra; no así el hombre sin religión, los<br />
tigres y chacales son pálida imagen de su brutal fiereza.<br />
¡Que lo diga Méjico en el actual retroceso a la barbarici ¡Que<br />
ejemplo más patente de las mezquinas ambiciones de esos audaces<br />
caudillos que explotan la impía candidez! En estos años de<br />
locura., la Merced ha perdido cuatro de sus conventos que han<br />
sido saqueados y destruidos. La biblioteca nacional la han formado<br />
en la iglesia de San .Agustín con los volúmenes robados a los<br />
frailes ociosos, como dicen los bandidos. Mas de 100.000 volúmenes<br />
recogidos eh los conventos de la Merced, San Agustín, San<br />
Francisco, Santo Domingo, Jestrítas y otros. Y todavía dirán que<br />
los conventos son centros .de obscurantismo y palacios donde reina<br />
la más supina ignorancia. Y ellos se improvisan sabios con<br />
las bibliotecas de los frailes.<br />
Y lo mismo sucede 'en todas partes cuando la impiedad alcanza<br />
las .bridas del gobierno.<br />
En Bolivia no hay edificio público de algún valor que no haya<br />
sido iglesia o convento de frailes. Y no se crea que es exageración:<br />
el palacio legislativo fué la iglesia de los padres Jesuitas; la Universidad<br />
el convento de Santo Domingo y su iglesia ha sido. catedral;<br />
el mercado el convento . de San Agustín Y su iglesia la. única<br />
parroquia decente de La Paz; el liceo de niñas, el mejor claustro<br />
de San Francisco. Y para la clausura de la Merced se alegó la<br />
sinvergüenza de que La Paz necesitaba una escuela de artes. y<br />
oficios. Todo esto solo en La Paz.<br />
Hay tres iglesias más de valor y son de frailes: San Francisco<br />
y su Recofcta y la de los Jesuitas. Y basta de ejemplos; es la triste<br />
y menguada historia de la demagogia entronizada.<br />
¿Se extrañaría entonces que .el nivel moral descienda hasta<br />
cero en esas naciones que se alimentan del pillaje y que no respetan<br />
lo mas sagrado quc es la propiedad ajena? ¿Que se puede -<br />
esperar de 'gobernantes y dirigentes sin conciencia, sin dignidad<br />
ni decoro, que no conocen la vergüenza ni la civilización y se<br />
sacian con la sangre de sus semejantes? . Solo la justicia eleva a<br />
una nación y a sus ciudadanos; el robo, el crimen y la injustiçia,<br />
son gérmenes de desgracias y preparan el azote de Dios. •<br />
Verdad es esta que se cumple e n . el tiempo con una exactitud<br />
aplastadora. Esos pueblos enfermos de inacción y enervados por<br />
los excesos -de la licencia y que impotentes alargan sus brazos<br />
hacia el pormeuir; esas generaciones anémicas y escrofulosas _en<br />
•las cuales ya se, ha ahogado todo- Ornen de virtud regeneradora,<br />
pagan .y espían sin saberlo quizás, expoliaciones, crímenes,-,sacri-<br />
272<br />
legios, atropellos, violaciones de todo derecho y de toda justicia.<br />
Si el fango sólo crea reptiles venenosos no espereis algo bueno de<br />
las almas que se revuelcan en el cenegal de la ambición que trae<br />
las consecuencias del robo, del pillaje y de todo lo que no les pertenece.<br />
La Merced tiene derecho a recobrar todas sus propiedades<br />
inicuamente robadas, y los que se resistan a la voz de la justicia<br />
en este año da glorificación para ella, serán señalados, como otro<br />
Caín, con estigmas de fuego, y la mano del derecho ultrajado<br />
pesara sobre ellos más que una montaña. Nuestra Madre que ha<br />
sido la primera Reina de esas casas reclamará siempre desde el<br />
cielo su trono profanado y olvidado; reclamará también el homenaje<br />
de sus hijos, porque ellos deben poseer la heredad de su<br />
Madre. .<br />
Seguramente nuestra voz resonará en el desierto y se apagará<br />
en el remolino enturbiado de las pasiones rastreras; pero apelamos<br />
a la justicia incorruptible que castiga en el tiempo a las<br />
naciones prevaricadoras. El borrón de los mandatarios de Méjico<br />
y Bolivia quedará en la memoria de los siglos venideros como<br />
oprobio eterno y alcanzará a sus descendientes por los siglos de<br />
los siglos. La usurpación injusta e ilegítima ha sido siempre un<br />
azote de la humanidad, oprobio y vergüenza de las sociedades,<br />
uoa abominación y una infamia; el proceder más execrable que<br />
se conoce: para justicia de Dios y el tiempo.<br />
Taena, Agosto 19.<br />
P. JOAQUÍN VALENCIA.<br />
Go®<br />
tos místicos españoles<br />
II<br />
Los místicos españoles para me,jor vaciar su alma, sus sentimientos,<br />
sus elevadisimas concepciones, el ser íntimo de su noble<br />
e hidalgo corazón, escribieron, en general, en castellano, a<br />
pesar de que algunos impugnadores se levantaron para combatirlo;<br />
y «pues si misterios tan altos y secretos tan divinos se escribieron<br />
en la lengua vulgar, con que todos a la sazón hablaban,<br />
¿por qué razón quieren estos envidiosos de nuestro lenguaje que<br />
busquemos lenguas peregrinas para escribir lo curioso y bueno
111<br />
que saben y podrían' divulgar los hombres sabios?» escribe el<br />
P. Fr. Pedro . Malón de Chaide. (1) En otro lugar, para defenderse<br />
de sus impugnadores, dice: «Escribió Tulio en la lengua que<br />
aprendió en la leche, y Mareo 'Varrón, y Séneca, y Pintare°, y los<br />
santos Crisóstomo, Cirilo, Atanasio y Gregorio Nacianceno,<br />
S. Basilio, y todos los de- aquel tiempo, Cada uno en la 'suma y<br />
materia, e hicieron bien, y estúvoles bien, y pareció a todos bien,<br />
y Platón y Aristóteles y Pitägoras y todos los filósofos escribieron<br />
su filosofía en su castellano.»<br />
Al escribir nuestros místicos en castellano, dieron rienda<br />
suelta a su prodigiosa imaginación, encauzada por los rieles de la<br />
más estricta ortodoxia; hicieron gala de la sublime belleza de<br />
nuestra incomparable lengua, creando así lo más íntimo, lo más<br />
castizo, lo más hermoso y bello de nuestra literatura: la sublima-<br />
• ión del pensamiento, de las aspiraciones del corazón. Cosa que<br />
no hubieran 'hecho, si escribiesen en «lenguas peregrinas». • .Los<br />
Nombres de Cristo de Fr. Luís de León nunca hubieran llegado 'a<br />
encarnar la intima y profunda filosofía de la lengua castellana;<br />
San Juan de la Cruz nunca hubiera llegado a eacalar las más elevadas<br />
alturas del más puro espiritualismo; Fr. Luis de Granada<br />
no nos hubiera dejado la riqueza incomparable de sus galas literarias,<br />
la profundidad de sus pensamientos teológicos y el conocimiento<br />
intimo de la naturaleza. De aquí que los más bellos modelos<br />
del buen decir, las maravillas naturales y espontáneas de<br />
estilo y las piezas literarias de nuestra lengua, , hay que ir a buscarlas<br />
en, nuestros místicos. • •<br />
Los «místicos españoles empapados en las altas y eternas-verdades,<br />
en la aspiración suprema de acercarse a Dios, podemos<br />
decir que no escribían sino que hablaban sencilla y espontáneamente<br />
con la pluma en la mano. El gran secreto de la sublimidad<br />
y belleza de estilo de Santa Teresa de JesúS está en que la<br />
mística Doctora de Avila, escribía según hablaba, embelleciendo<br />
sus escritos con los dichos, frases y proverbios castellanos, tan<br />
comunes en aquella época. «El donairoso giro d e . su frase nos<br />
transporta de repente a la sencillez rural y patriarcal de las costumbres<br />
de la España medioeval, obligándonos por un momento<br />
a entrar en una atmósfera antigua y a Vivir una vida diferente de<br />
la nuestra. La incorrección misma, los lapsos de memoria, las<br />
frecuentes y largas digresiones tan característica -de la mujer, no<br />
hacen sino corroborarnos en la extraña impresión de queestamos<br />
oyendo .su voz en íntimo coloquio más bien que leyendo una seca<br />
(1) Libro de la conversión de la Magdalena.<br />
u. -<br />
u.<br />
111<br />
disquisición cuidadosamente preparada para darla al público. Sería<br />
difícil encontrar en escritor de época alguna tal mezcla de sencillez<br />
de lenguaje y serena dignidad de expresión junto a una precisión<br />
y claridad de frase y de metáfora tales que envidiaría un<br />
metafísico; semejante mezcla de idealismo y credulidad con aguda'<br />
observación, cáustica ironía y sentido práctico, corno las que<br />
se encuentran en Santa Teresa,. mientras que una corriente de humorismo,<br />
jocoso y cortante a veces, muestra que poseía este último<br />
y fino toque del genio que pocas, hasta, de las más grandes<br />
mujeres, han poseído; si las palabras se hubieran hecho para revelar<br />
y no para velar el pensamiento, Santa Teresa sería maestra<br />
de estilo. (1)<br />
Lo mismo que la escritora inglesa dice de la Doctora de Avise<br />
podría decir de otros místicos españoles que, sin ser • sabios,<br />
alcanzaron la Mayor elegancia en el estilo y un gran lugar en la<br />
li teratura clásica.<br />
Dentro del conjunto de pensamien •tó y de la armonía de las<br />
materias de que tratan nuestros místicos, tienen un carácter propio,<br />
peculiar, se sgún la modalidad de la región en que habían nacido.<br />
(Se continuará.) MIGUEL DE - TORO.<br />
oCe<br />
SECCIÓN DE NOTICIAS<br />
DESDE FERROL<br />
NUESTRA REVISTA.—Suplicamos a nuestros lectores<br />
nos dispensen el retraso de LA MERCED cuya publicación<br />
hubo de aplazarse a causa de la huelga de tipógrafos.<br />
DURANTE EL MES DE ENERO. —Se celebraron con<br />
gran solemnidad las fiestas de la Epifanía y de la Confirmación<br />
de la Orden en las que predicó el R. P. Ameno. Asimismo<br />
hubo comuniones generales de los Coros de nuestra<br />
V. O. T., de los Jueves Eucarísticos y Escuelas dominicales<br />
en cuyos cultos pronunció fervorosas pláticas el R. P. Gaite<br />
Rector del Colegio. Las pláticas de la novena de Nuestro<br />
Santo Padre y Patriarca, estuvieron a cargo del P. Modera-'<br />
(1) Gabriela Cuninnighaine Grabani, Santa Teresa.
•<br />
u.<br />
dor de la Tercera Orden, dirigió la parte musical el R. Padre<br />
Elías y el último día cantó las glorias del Santo el Reverendo<br />
Padre Gaite.<br />
HÁBITOS Y PROFESIONES.—Lo recibieron de manos<br />
del P. Ameno numerosos y distinguidos fieles, entre<br />
ellos nuestros amigos el Profesor D. Evaristo Usero y don<br />
Jesús Manjón, Teniente de Navío, emitiendo su profesión<br />
entre otros el Excmo. Sr. D. Eloy Montero, Contralmirante<br />
de la Armada. A todos nuestra cordial enhorabuena.<br />
PLÁCEMES Y ENHORABUENAS.—Con brillantes<br />
notas ha terminado felizmente sus estudios del bachillerato<br />
nuestra asidua colaboradora la Srta. Matilde Montero, representando<br />
un éxito extraordinario para la joven terciaria por<br />
haber obtenido el grado de Bachiller en menos de dos arios<br />
de preparación.<br />
DE ESPAÑA<br />
CRÓNICA DE BERRIZ<br />
LLEGADA DEL RDMO. P. GENERAL DE LA OR-<br />
DEN, FR. INOCENCIO LÓPEZ.—El día 7 de Diciembre<br />
llegó al Colegio el Maestro General de la Merced, acompañado<br />
de los RR. PP. Juan José Labra y Pío Uribe, Asistente<br />
General aquel, y Superior este de la residencia de Madrid.<br />
Fueron recibidos por las Madres y alumnas con extraordinario<br />
regocijo, cantándose en la Iglesia un solemne Te<br />
Deum. Por la tardé, se celebró en su honor una velada literario<br />
musical en la que las alumnas interpretaron magistralmente<br />
la obra «Aurora y Ocaso». Estuvieron las artistas<br />
a inimitable altura; los entreactos fueron amenizados por la<br />
orquesta del Colegio y variados números alusivos al ilustre<br />
visitante, quedando éste complacidísimo de tan grata recepción,<br />
así como de la cultura de este Colegio, hábilmente dirigido<br />
por las Madres Mercedarias.<br />
TOMA DE HÁBITO.-----E1 día 8, fiesta de la Inmaculada<br />
Concepción, tomaron el hábito de manos del Rflmo. Padre<br />
General, las Srtas. Elena Requejo y Aurea Lorenzo. Se<br />
cantó la Misa de Cherion por ei coro de Madres y alumnas<br />
y en la plática, sentida y elocuente, tuvimos el gusto de<br />
apreciar las dotes oratorias del Rdmo. P. General que habló<br />
con la sencil l ez y elegancia que le caracteriza.<br />
Al día siguiente partieron los RR. PP. con dirección a<br />
276<br />
111<br />
Escoriaza, Guernica, San Sebastián y Bilbao, regresando el<br />
día 21 con intención de pasar las fiestas en el Colegio. El<br />
día 27 llegó del Ferrol el Superior de aquella residencia,<br />
R. P. Nolasco Gaite, que debía acompañar al Rdtno. P. General<br />
en la visita canónica de este Convento-Colegio.<br />
LLEGADA DEL EXCMO. SEÑOR OBISPO.—El día<br />
28 se presentó de improviso el Excmo. e Majo. Sr. Obispo<br />
de la diócesis D. Leopoldo Eijo y Garay aumentando con su<br />
presencia la solemnidad y regocijo de tan memorables días.<br />
El ilustre Prelado que tanto distingue a esta casa, permaneció<br />
en ella tres días asistiendo a las veladas del internado y<br />
dirigiendo a las alumnas alentadoras frases de gratitud y<br />
cariño.<br />
SOLEMNE TRIDUO AL SAGRADO CORAZÓN DE<br />
JESÚS.—Se celebró con verdadero esplendor el triduo preparatorio<br />
para la entronización del Sagrado Corazón de Jesús<br />
y erección del Colegio en centro del Apostolado. Colocada<br />
en el presbiterio la nueva y preciosa imagen, fué bendecida<br />
por el Rdmo. P. General. Expuesta S. D. M. predicó<br />
elocuentísimamente los tres días el R. P. Nolasco Gaite,<br />
afamado orador que dejó enardecidos a los oyentes en el<br />
amor al Corazón de Jesús, único centro de las aspiraciones y<br />
ansias de nuestro corazón.<br />
ENTRONIZACIÓN EN EL COLEGIO.—El ,primer<br />
viernes de Enero, día 7, celebró Misa diaconada el Reverendísimo<br />
P. General: predicando en . ella con redoblado fervor<br />
y elocuencia el R. P. Gaite. Por la tarde, tras una breve<br />
función, fué trasladada la Imagen al salón de visitas del Colegio.<br />
Imposible describir aquella eutrada triunfal que<br />
conmovió hondamente a los asistentes. El amplio salón,<br />
regiamente adornado e iluminado, ostentaba en el sitio preferente<br />
el dosel y el trono destinados al Rey de aquella Casa.<br />
Ocupaban una mitad del salón las doscientas alumnas internas<br />
y al lado opuesto, la numerosa comunidad de MM. Mercedarias.<br />
En el momento en que el Sagrado Corazón de Jesús<br />
penetraba en el salón con la mano en alto, en actitud de<br />
bendecir, cantaba un nutridísirno coro el himno « Cristo vence,<br />
Cristo impera» acompañado de piano, harmoniun, harpa<br />
y mandolinas. Revestido el Rdmo. P. General de capa pluvial<br />
y acompañado de sus dos asistentes RR. PP. Juan José<br />
Labra y Nolasco Gaite, recitó en voz alta el Credo seguido<br />
de todos los asistentes. La Srta. Blasa Quintana, Vicepresi-<br />
277
t:<br />
denta de la Junta del Apostolado de la Oración, declamó<br />
con verdadera maestría el «Entra en casa, Señor», tiernísima<br />
poesía que arrancó lágrimas a los oyentes. La Srta. Eugenia<br />
Mújica, Presidenta, leyó el acto de consagración de<br />
las celadoras al Sagrado Corazón de Jesús y a conttintración<br />
adjudicó el Rdmo. P. General la insignia y diploma de celadoras<br />
a las Srtas. Blasa Quintana, Eugenia Múgica, Pepita<br />
Abando, Benita Quintana, María Arriola, Bonifacia Barturen,<br />
Carmen Urráchaga, Carmen Alcaraz, Concha Martínez,<br />
María Angeles Basaldria, María Victoria García, Anastasia<br />
Zubizarreta y Magdalena Amusátegui. Se cantó el<br />
himno del Congreso eucarístico. con el admirable sexteto de<br />
la estrofa y acto seguido el Rdrno. R General dirigió a la<br />
Comunidad y Colegio una fervorosa plática en la que se<br />
traslucía la emoción más honda y al mismo tiempo la alegría<br />
que la presencia en aquel acto le ocasionaba. Manifestó<br />
a Uas alumnas su inmensa satisfacción, asegurándoles que<br />
tan pronto corno llegasa a Roma, expondría a los pies de Su<br />
Santidad el consuelo que su corazón paternal había experimentado<br />
en este día de imborrables recuerdos, enterándole<br />
al mismo tiempo de la magna labor que en favor de las Misiones<br />
se lleva a cabo en el Colegio. Terminó su alocución<br />
bendiciendo a la Comunidad y Colegialas y expidiendo un<br />
telegrama a Nuestro Santo Padre, Benedicto XV en prueba<br />
de filial . adhesión y cariño.<br />
VISITA CANÓNICA.—Terminado el acto de la entronización<br />
y acompañado de los RR. PP. Ltbra y Gaite, procedió<br />
el Rdrno. P. General, como delegado del Señor Obispo<br />
a la visita canónica del Convento recorriendo todas las dependencias<br />
de este y del Colegio, así corno los jardines y<br />
patios de la Casa. Se tomaron varias fotografías y tanto el<br />
Rdrno. P. General como sus asistentes quedaron complacidísimos<br />
de los amplios salones y clases de que el Colegio<br />
dispone.<br />
OTRA VELADA.—Se celebró el día 9 en obsequio a los<br />
ilustres visitantes, poniendo en escena « La celestial Fundadora»,<br />
la fantasía «Lux» y otros números variados y selectos<br />
que hicieron las delicias de los festejados.<br />
DESPEDIDA.—E1 día 1 2 se despidieron los R R. PP.'que<br />
marcharon en dirección a Marquina. Fueron despedidos con<br />
repique de campanas y disparo de cohetes, dejando gratísimo<br />
e indeleble recuerdo ,en la mansión- rnercedaria<br />
tuvo la dicha de albergarles. P. S.<br />
278<br />
111<br />
DEL VATICANO<br />
Nos complacemos en reproducir el siguiente telegrama<br />
enviado a Ntro. Rdmo. P. Maestro General con motivo de<br />
las solennísimas fiestas celebradas en el Convento de Berriz.<br />
«TELEGRAMA DEL CARDENAL GASPARRI<br />
VATICANO<br />
Para Durango. —De Ronna, núm. 397; pa labras 38, depositado el ii, Ener9<br />
1927, a las 1645.<br />
General de la Merced, Berriz. Su Santidad agradeciendo<br />
filial ,adhesión Religiosas y Colegialas de Berriz, consagradas<br />
Corazón de Jesús, envía a todos con mucho gusto la solicitada<br />
Bendicion Apostólica con abundancia de dones<br />
celestiales.<br />
CA Rllii,NAL GASPARRI.»<br />
MARQUINA.—VISITA GEN ER.ALICIA.—Con la rapidez<br />
del relámpago, se pasaron los breves días que entr e .<br />
nosotros tuvimos al Rdmo. P. Maestro General de la Merced<br />
Fr. Inocencio López-Santa-María; el cual acompañado de<br />
su Secretario RR. PP. Labra y Gaite, visitó este Convento-Colegio<br />
y procedió a la elección de Comendadora y cargos<br />
de la Comunidad.<br />
Las niñas del -Colegio obsequiaron al P. General con una<br />
escogida velada . literaria 1- in.usical; ' rayando; todas las que<br />
en ella tomaron parte a gran altura; ya que con sus trabajos<br />
demostraron que mas que niñas aficionadas, parecían maestras<br />
consumadas en estas ,lides artísticas; dicha velada y<br />
otros festejos que no reAefiamos, por falta de espacio; nos.<br />
demostraron una vez más la labcr intensa que las religiosas<br />
Mercedarias vienen haciendo en Marquina y los frutos.<br />
ópimos que ésta labor produce.<br />
El P.-Rdmo. y sus acompañantes se fueron sumamente<br />
complacidos de las atenciones que les prodigaron y sobre<br />
todo del grande espíritu de las religiosas y la buena marcha<br />
del Colegio.<br />
CORRESPONSAL.<br />
SANTA VISITA.—A su paso por las Provincias Vascongadas,<br />
el Rdmo. P. General de la Orden Mercedaria; después<br />
de visitar las Comunidades y Colegios de Berriz y Marquina,<br />
279,
cuya noticia ya reseñamos en otro lugar; visitó también los<br />
conventos de Bilbao, Escoriaza y Orozco.<br />
En Zumárraga visitó a la Rdma. M. General de las Terciarias<br />
de La Merced y otras casas de estas religiosas.<br />
Desde Vascongadas se trasladó a Verín y S. Juan de Poyo,<br />
visitando los religiosos de dichos Conventos.<br />
En todas partes recibió pruebas inequívocas del 01-ande<br />
amor que a tan benemérito religioso se le profesa; quedando<br />
el preclaro Padre ,sumamente complacido del estado floreciente<br />
de la Orden en estas provincias.<br />
Después de la visita al Ferrol; el Rdtno. P. General,<br />
acompañado del P. Labra y del P. Gaite, Rector de esta<br />
casa, se trasladará a Bilbao con objeto de asistir a las solemnísimas<br />
fiestas que con motivo del tercer centenario de aquella<br />
fundación han de celebrarse allí: el R. P. Gaite es el encargado<br />
de predicar en dichas fiestas.<br />
En otro número daremos cuenta detallada de las fiestas<br />
Bilbaínas.<br />
.280<br />
IMP. Y EST. DE EL CORREO GALLEGO. FERROL