1 PRIMERA PARTE: INFANCIA 1.- El niño perdido ... - Javier Puebla
1 PRIMERA PARTE: INFANCIA 1.- El niño perdido ... - Javier Puebla
1 PRIMERA PARTE: INFANCIA 1.- El niño perdido ... - Javier Puebla
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
17.- Ante el mármol<br />
¡Márchate! ¡No te acerques a mi nieto! ¡Eres un mal <strong>niño</strong>! ¡Un mal <strong>niño</strong>!<br />
Aquellas eran las duras palabras que Oriol recordaba en secreto, junto a un<br />
afligido Tobías y ante la tumba reciente del abuelo.<br />
-¿Te acuerdas de aquel día, cuando le seguimos y encontramos la tumba de mi<br />
madre?<br />
-Se enfadó mucho, y además sin razón.<br />
-Sí, ya lo sé. Se pasó contigo.<br />
Estúpido viejo. Bien muerto está, pensó Oriol, conteniendo una sonrisa de<br />
satisfacción.<br />
Tobías se adelantó un paso, y dejó un pequeño ramo de margaritas doradas sobre<br />
el mármol.<br />
-Las flores favoritas de Noa son los lirios- dijo Oriol, aquella vez sonriendo<br />
abiertamente.<br />
-Las margaritas eran las preferidas de mi abuelo. Le encantaban. En el jardín<br />
había un espacio especial para ellas. Mi abuela le regañaba porque tenía la costumbre de<br />
reducir el espacio de la huerta para las margaritas. Ahora ha abandonado la huerta y solo<br />
planta margaritas de todas las especies.<br />
-¿Y por qué hace eso?<br />
-Porque quería mucho a mi abuelo. Es su modo de honrarle.<br />
-Eso es una tontería. A un muerto se le puede honrar de otro modo menos<br />
ridículo.<br />
-Mi abuela reza.<br />
-Otra tontería.<br />
-¿Tú no crees en Dios?<br />
-No. Dios no existe.<br />
-Sí que existe.<br />
-Si existe, y si es tan bueno como dicen los cristianos, ¿por qué tu abuelo está<br />
muerto?<br />
Tobías guardó silencio durante un instante.<br />
-Entonces, ¿tú en qué crees, Oriol?<br />
-En mí mismo. En el aquí y ahora. No somos más que carne y sangre. Carne,<br />
sangre y mierda.<br />
-¿Y qué hay del alma, del espíritu?<br />
-Una gilipollez como tantas que se dicen para tener a la gente tranquila. No te<br />
creas nada de eso, son mentiras. Cuando nos morimos, nos pudrimos y desaparecemos.<br />
Ya está.<br />
-¿Por qué estás tan convencido de eso? Tampoco sabes si es verdad.<br />
-Nunca nadie ha vuelto para decir si existe el Más Allá, Tobías. Me baso en eso.<br />
Nadie ha vuelto.<br />
-Pues tú cree lo que quieras- zanjó Tobías-. Yo quiero creerme que tenemos<br />
alma y que existe Dios. Por si acaso.<br />
<strong>El</strong> chico se santiguó, y, dándole la espalda a Oriol, comenzó a caminar hacia la<br />
puerta.<br />
18