LOST 7x05: De lo que hay que proteger la Isla
LOST 7x05: De lo que hay que proteger la Isla
LOST 7x05: De lo que hay que proteger la Isla
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
22<br />
— Podemos tomarte como rehén — Pensó Car<strong>lo</strong>s — Prefiero <strong>que</strong> no te<br />
descubras. Necesitaremos a alguien dentro para saber cómo siguen<br />
nuestros amigos.<br />
— No puedo aseguraos <strong>que</strong> no os disparen. Los ánimos están muy<br />
caldeados aquí<br />
— Correremos el riesgo — Car<strong>lo</strong>s miró a Zoe y Alejandro, <strong>que</strong> asintieron.<br />
— Como <strong>que</strong>ráis — Hab<strong>la</strong>ba Charlie mientras habría <strong>la</strong> puerta — Tengo<br />
una pisto<strong>la</strong>.<br />
Charlie le pasó <strong>la</strong> pisto<strong>la</strong> a Car<strong>lo</strong>s. Zoe, Alejandro y Car<strong>lo</strong>s se miraban<br />
alucinados, no podían creer <strong>que</strong> a<strong>que</strong>l<strong>lo</strong> fuera a resultar tan fácil.<br />
— Pase <strong>lo</strong> <strong>que</strong> pase Charlie, Muchas gracias por todo — agradeció<br />
Car<strong>lo</strong>s<br />
— Só<strong>lo</strong> hago <strong>lo</strong> <strong>que</strong> el destino me ha marcado. Nada más — Charlie<br />
hab<strong>la</strong>ba cual miembro destacado de una secta — En algún momento<br />
vosotros también haréis <strong>lo</strong> <strong>que</strong> os está predeterminado hacer.<br />
Car<strong>lo</strong>s no corrigió a Charlie y se dispusieron a escapar de <strong>la</strong> aldea.<br />
— o —<br />
Sam y Ana Belén llevaban un rato char<strong>la</strong>ndo mientras concluían el<br />
paseo por el pob<strong>la</strong>do. Sam se había ofrecido a ser su guía para mostrarle <strong>la</strong><br />
pe<strong>que</strong>ña aldea conocida como Dharmaville. Llegaron hasta <strong>la</strong> última zona,<br />
<strong>la</strong> más alejada de <strong>la</strong>s casas donde había un gran jardín repleto de p<strong>la</strong>ntas y<br />
f<strong>lo</strong>res de co<strong>lo</strong>res l<strong>la</strong>mativos.<br />
— Pues esta es nuestra pe<strong>que</strong>ña ciudad —dijo Sam distendido— Aquí<br />
concluye <strong>la</strong> visita guiada. Espero <strong>que</strong> <strong>hay</strong>a sido de tu agrado.<br />
— Me ha gustado mucho —agradeció Ana— Es un esti<strong>lo</strong> de vida<br />
un poco clásico, pero parece <strong>que</strong> sois felices en esta especie de<br />
oasis. Cargados de armas. . . pero felices — Sam sonrió, se encontraba<br />
realmente cómodo conversando con Ana — Aun<strong>que</strong>, creo <strong>que</strong> te ha<br />
faltado mostrarme una de <strong>la</strong>s casas. . . No me has enseñado dónde<br />
vive Hugo.