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________________________ ----'MARIA TERESA RODRlGUEZ MONTAÑEZ
evitar la producción del resultado lesivo, en el dolo eventual
el sujeto no parte de esa confianza, sino que "acepta", "se
conforma" o "asume" el riesgo de la eventual producción del
resultado.
2 La clasificacióndel la imprudencia incorporada al CP atiende a
la gravedad de la misma. El CP habla de imprudencia temeraria
(arts. 563,22 y 565 CP) e imprudencia simple (art. 586 bis Y600
CP) y,dentro de la simple,~ según haya o no infracciónde
reglamentos,considerando más grave el primer supuesto. a). La
imprudencia temeraria representa la infracción grave de normas
de cuidado elementales, que cualquiera percibiría La
imprudencia simple representa la infracción menos grave de una
norma de cuidado menos evidente e importante. Los criterios
diferenciadores soo, }XX' tanto, la importancia y evidencia de la
norma infringida, la gravedad de la infracción y,
fundamentalmente, la peligrosidad que revela la conducta: La
imprudencia es temeraria cuando la conducta revela ex ante un
alto grado de peligrosidad y de desprecio hacia la norma de
cuidado,Si esa peligrosidad es escasa y el sujeto toma algún tipo
de medida protectora, la imprudencia será simple. Junto a la
imprudencia temeraria (grave) y a la simple (leve), podría
hablarse de una imprudencia "levísima",que la Jurisprudencia,
acertadamente, considera impune, aplicando tácitamente una
causade atipicidad: el principio de insignificancia.
b). La imprudencia temeraria es constitutiva de delito si se
ejecuta un hecho "que, si mediare dolo, constituiría delito"
(art. 565 CP), castigándose con una pena de Prisión menor
(art. 565,112), salvo que las penas previstas para el delito
doloso sean iguales o inferiores, en cuyo caso se impondrá la
inmediata inferior en grado (art. 565,412).En los supuestos de
impericia o negligencia profesional (esto es, que un
profesional actúe en el ejercicio de su profesión sin la debida
pericia o cuidado. La exigencia para el profesional es mayor
por sus mayores conocimientos y cualificación) que
produzcan muerte o lesiones de los arts 418, 419 ó 421,212,la
pena se impondrá en su grado máximo, pudiendo elevarse en
uno o dos grados, al arbitrio del Tribunal "en casos de
extrema gravedad" (art. 565,22), esto es, de resultado
catastrófico, con múltiples muertes y lesiones (por ejemplo,
cuando un conductor de un autobús escolar se queda
dormido por haber ingerido bebidas alcohólicas,
produciéndose un accidente en el que mueren 20 niños y
otros quedan gravísimamente heridos). En todos los casos, si
la infracción se comete con vehículo de motor, se impondrá
además la pena de privación del permiso de conducir de tres
meses y un día a diez años (art. 565,312). En cuanto a la
determinación de la pena, los Tribunales actuarán según "su
prudente arbitrio", no estando vinculados por las reglas del
artículo 61 (art. 565,512).
Cuando el resultado producido por la imprudencia temeraria
es un delito de daños, sólo se aplicará el art. 565 si la cuantía
de dichos daños excede de la del Seguro Obligatorio (se
refiere a la cuantía que fija el Seguro de responsabilidad civil
derivada del uso y circulación de vehículos de motor, de
suscripción obligatoria. Así lo entiende la doctrina
mayoritaria y la FiscalíaGeneral del Estado, Circular 2/1990)
y sólo será perseguible previa denuncia del agraviado, sus
herederos o representantes, o del Ministerio Fiscal, si el
agraviado es una persona desvalida (art 563, párrafo 22,
introducido por la LO 3/1989).
e). La imprudencia simple puede ser con o sin infracción de
reglamentos (arts. 586 bis y 600 CP). El empleo del término
"reglamentos" no se hace en sentido jurídico propio, sino que
comprende toda norma jurídica escrita de rango
reglamentario (dictada por la Administración) o superior
(por ejemplo, una Ley) dictada por un poder público. Para
poder apreciar la infracción de reglamentos es preciso que la
misma guarde relación con el resultado, que éste sea
objetivamente imputable a aquella. Si la infracción de
reglamentos no tiene nada que ver la producción del hecho
típico, es irrelevante a efectos penales.
La imprudencia simple constituye hoy una falta (hasta la
reforma de la LO 3/1989, la imprudencia simple con
infracción de reglamentos era delito), siempre que con ella se
cause "un mal en las personas que, de mediar dolo,
constituiría delito" (castigada con pena de arresto menor y
multa de SO.OOO a 100.000 pesetas si hay infracción de
reglamentos y con 1 a 15 días arresto menor o multa de SO.OOO
a 100.000 pesetas si no la hay: art. 586 bis) o "se causen daños
en las cosas cuyo importe exceda de la cuantía del Seguro
Obligatorio" y haya infracción de reglamentos (art. 600 CP,
que impone una pena de 25.000 a 100.000 pesetas). En ambos
casos sólo es perseguible previa denuncia del ofendido o
perjudicado. Los demás supuestos (la realización
imprudente, con imprudencia temeraria o simple, de un
hecho que de mediar dolo sería constitutivo' de falta -faltas
imprudentes- o de un delito que no sea contra las personas o
de daños; la causación de daños por imprudencia simple de
importe inferior al Seguro Obligatorio o sin infracción de
reglamentos) son hoy impunes.
IV. Peculiaridades del Derecho español.
El sistema de cláusulas generales
A diferencia de la práctica totalidad de los Ordenamientos de
nuestro entorno, en los que la comisión imprudente del delito
sólo es punible en los casos expresamente previstos por la
Ley (sistema de incriminación cerrada o de numerus clausus),
nuestro CP emplea un sistema de incriminación abierta del
delito imprudente, a través de las cláusulas generales de los
artículos 565, 586 bis y 600 CP, que, en relación con el
correspondiente tipo de delito (homicidio, lesiones ...)
castigan con carácter general la comisión imprudente de
todos los delitos.
Este sistema de cláusulas generales no significa, como
entendieron cierto sector jurisprudencial y doctrinal, que en
nuestro Derecho se consagre un único "delito de
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