Cuando los libros fueron el arma de los extranjeros. Influencia de ...

más el acicalamiento de una peluca que el reconocerse pecador 62 . En suma, las prácticas
de religión se han desnaturalizado: “el espíritu del mundo siempre contrario al espíritu de
Jesu-Christo, ha hallado medio de depravar las que se han escapado de su censura y
proscribirlas” 63 . Y, ¿por qué no decirlo?, ya no hay recuerdos de la antigua liberalidad
para con la Iglesia destinada a enriquecer los templos.
Al tratar del aseo y los adornos es un lugar común el referirse a las pelucas, pero
éstas van a ser el tema central de otras obras, de diferente tono y objeto. La principal es,
sin ningún género de dudas, el Arte de Barbero-Peluquero-Bañero que traduce García
Santos en 1771 64 . En ella aprendemos cuáles son los mejores polvos para la peluca 65 ,
cómo se realiza el empolvado, cómo se confeccionan las pelucas, sus diferentes tipos y
cuáles son los cabellos más apreciados para su fabricación (los blancos y rubios) 66 . Como
reza el título, la obra versa también sobre los baños, y dentro de los baños locales encontramos
la actual ducha: “El baño de Douche consiste en hacer caer por un embudo el agua
caliente mineral, ú otra qualquiera, sobre la parte del cuerpo que precisamente la
necessita” 67 .
Que la introducción de nuevas costumbres acontece en la segunda mitad del
siglo lo constatamos cuando observamos que los males que se denuncian hasta esa fecha
no son otros que la avaricia, la codicia o el gasto sin medida, y que la falta de devoción
religiosa o impudicia en el vestir se justifican como “costumbre”, no como novedad 68 .
Los críticos con las prácticas modernas muestran un carácter irracional en las mismas, ya
62 “Una muger del mundo temeria que se le descompusiese su peinado y que se le descompusiesen sus
cabellos; la ceniza bendita asienta mal sobre una frente en que está pintada la vanidad, y no asienta mejor con
los polvos”. PALACIO, Paralelo..., p. 282.
63 Ídem, p. 240.
64 Manuel GARCÍA SANTOS Y NORIEGA, Arte de Barbero-Peluquero-Bañero, que contiene el modo de
hacer la Barba, y de cortar los cabellos: ... Escrito en Frances por Mr. de Garsault; y Traducido al Castellano,
con Laminas finas, por Don ..., en Madrid, en la Imprenta de Andres Ramirez, calle de la Magdalena,
(1771), [40]-234 p. y 5 láms. pleg. in-8º. La mayor parte del libro se dedica a todo lo relativo a las pelucas
(capítulos III a VII, pp. 27-195).
65 Resultan ser “los de harina de trigo, y la pomada de manteca de puerco.” Ídem, p. 20.
66 “El pelo de hombre no se debe emplear jamás, porque estando continuamente expuesto al ayre, es demasiado
seco, y quebradizo; lo mismo sucede con el de las mugeres, y habitantes de las Ciudades, y por esso es
el mejor el de las Lugareñas, Aldeanas, y demás mugeres del campo”. Ídem, pp. 40-41.
67 Ídem, pp. 214-215. Frente a esta defensa de las pelucas podemos citar a Juan RUBIO (Maestro de primeras
letras), El imperio de las pelucas femeninas. Poema en tres cantos. Dedicado al piadoso y bello sexo por un
peluquero chino, 1800, 26 hs. 30 cm. Manuscrito, A.H.N., Consejos, Leg. 5564 (28); y Akerlio RAPSODIA
(Seudónimo sin identificar), Ensayo de una historia de las pelucas, de los peluquines, y de los pelucones ...,
Madrid, Imprenta de Josef Doblado, 1806, 102 p. 20 cm.
68 Juan Domingo MANZANO DE CARVAJAL (Obispo de Jaca), Carta pastoral de el Ilvstrissimo señor D.
..., Obispo de Jaca, ..., En Zar.[agoza], Por Francisco Moreno, Impressor, s.f. (h. 1750), 118 p. in-4º. Ver pp.
85, 109 y 116. Escribe el obispo que los curas le han informado con relación a los vestidos: “por lo regular,
como yà estàn los ojos acostumbrados à verlo, no inquietan, ni ocasionan espiritual ruìna”. P. 86.
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