Los orígenes Siendo la cuarta generación de Wendt que trabaja para esta Compañía, deberían saber unas cuantas cosas sobre la historia de la misma. Desafortunadamente para mi, y para muchos de los empleados dentro de la familia JELD-WEN, mi conocimiento sólo provenía de la explicación en el manual de la compañía. Mi padre, Rod, me dio este manual y me dijo que en él estaba todo lo que necesitaba saber. Fue muy frustrante rebuscar en la historia y darme cuanta de lo mucho que mis abuelos y mis padres me estaban ocultando. El propósito de este artículo es divulgar hechos poco conocidos de esta compañía, su nombre y su relación con CARADCO, una compañía parcialmente responsable de la creación de Jeld-Wen. 14 Primera fábrica de JELD-WEN en Klamath Falls por Adam Wendt
La «Caradco Connection» Caradco, o Carr, Adams y Collier, influenció Jeld-Wen y también influenció sus inicios. Caradco tenía su base en Dubuque (Iowa), y Lester Grant, mi tatarabuelo, trabajó allí toda su vida. Dejó el colegio a los 16 años, después de que su padre sufriera un ataque, y se tuvo que poner a trabajar para mantener a su familia. Terminó abriéndose camino desde ayudante de administrativo, hasta presidente de la compañía. Mi abuelo, Dick Wendt, siguió más ó menos los pasos de su padre, entrando en el programa de educación de la compañía en cuanto terminó la universidad. Después de trabajar en Dubuque durante un año, Dick fue a parar a Klamath Falls como Manager de la planta de marcos que Caradco tenía allí, bajo las órdenes de John Moehl. En 1959, Caradco decidió vender esta planta. John buscaba compradores pero no pudo encontrar ninguna oferta, y como dejó Caradco para irse a trabajar a otra compañía de maderas de Klamath, Dick fue ascendido al puesto de John. Dick tampoco pudo encontrar comprador alguno, por lo que tomó la decisión de sacarla a subasta. Se puso de acuerdo con otros managers de la planta para poder pujar, ya que era su sueño ser propietario y dirigir su propio negocio. Así, Dick, Larry Wetter, John Biehn, Bill Taylor y Gerry Wickersahm se convirtieron en managers/accionistas de una recién estrenada corporación con cerca de una docena de empleados. Compraron los dos edificios, la torre de agua, terreno alrededor de los edificios adquiridos y todo el equipo necesario para establecer la fábrica y hacerla funcionar. Tomaron todas las decisiones necesarias para empezar una compañía, sólo les faltaba un nombre. El nombre Cuando los directivos buscaban nombres para su compañía, querían algo que no estuviera delimitado por consideraciones geográficas ni de producto. El nombre JELD-WEN ya estaba en uso desde hacía unos 20 años, pero no era aún el nombre de ninguna planta maderera. En los años 30, Lester compró una pequeña granja en las afueras de Dubuque para frutas, verduras y como sitio de relax para toda la familia Wendt durante la Depresión. Como muchas granjas, necesitaba un nombre, por lo que Lester decidió someterlo a concurso; las proposiciones serían leídas durante las vacaciones de Navidad. Una de las primas de Dick, Jeanette Coughlin, ganó con el título «los acres de Jeld-Wen», que era un acrónimo de los nombres de la familia de Dick: «J» es de Jewel, hermana de Dick, «E» de Evelyn, Madre de Dick, «L» de Lester y finalmente, «D» de Dick; «WEN» es una versión corta de WENDT, el apellido familiar. La compañía escogió Sede central de JELD-WEN en Klamath Falls este nombre, pues les confería la habilidad de no estar atados por su localización o por el tipo de negocio. El nombre era importante por que los managers querían asegurarse, a medida que JELD-WEN creciera, podría moldearse en el sector de la industria donde tenía su nicho, y el nombre, se lo permitía. Tanto Jeannette como Lester estaban orgullosos de que el nombre escogido para la granja familiar fuera ahora utilizado para la compañía, y qué buena impresión había causado entre sus directivos! A pesar de que el nombre «fue robado» nunca se pidió ni el pago de royalties ni se emprendió acción judicial alguna. El resto, es de todos conocido, y ahora JELD-WEN es una de las compañías líderes en su sector. Lo que una vez empezó como el sueño para mi abuelo, se ha convertido en una realidad, y esta realidad continúa creciendo hoy. Pronto habrá un libro, escrito por John Halvorsen con información más profunda sobre la historia de Jeld-Wen. 15