LA CASA DE DIOS EN MÁLAGA... - Biblioteca de la Universidad de ...

UNIVERSIDAD DE MÁLAGA
Tesis doctoral
LA CASA DE DIOS EN MÁLAGA:
LA HERMANDAD DE LA SANTA CARIDAD
DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO Y
LA IGLESIA-HOSPITAL DE SAN JULIÁN
por
Andrés Camino Romero
Dirigida por la Dra. Dª. Marion Reder Gadow
Facultad de Filosofía y Letras
Departamento de Historia Moderna y Contemporánea
Málaga, 2009

A mis padres,
Elías y María (+)

AGRADECIMIENTOS
Deseo iniciar estas líneas agradeciendo a mis amigos María
Encarnación Cabello Díaz y Alberto Jesús Palomo Cruz la
inestimable ayuda que me han brindado durante los diez años que
he dedicado a elaborar esta tesis doctoral. También hago extensivo
mi agradecimiento a otros amigos, Daniel González González, José
María de las Peñas Alabarce, Rafael Rodríguez Puente y Mariano
Soler Porta.
No me olvido del trato recibido por el personal de los
archivos que he frecuentado. Por ello, doy las gracias: a Trinidad
García-Herrera Pérez-Bryan, directora del Archivo Díaz de Escovar
y archivera del de la Agrupación de Cofradías; a Mari Pepa Lara
García, directora del Archivo Municipal, a Agustina Aguilar Simón,
a María del Carmen Mairal Jiménez y a María del Rosario Martínez
Barrionuevo, archiveras municipales, y a Juan Luis Blanco López, a
Francisco Mellado Rodríguez y a Juan Jesús Simón González,
personal de sala de consulta del citado Archivo; a Susana Rodríguez
de Tembleque García, ayudante del Archivo de la Santa Iglesia
Catedral; y a Juan Illanes Vallejo, archivero de la Hermandad de la
Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo de Sevilla.
Por supuesto, tengo que agradecer a la doctora Marion Reder
Gadow su disposición para dirigirme la tesis y las atenciones que ha
tenido conmigo a lo largo de un año, período que ha comprendido
la revisión de la misma.
ha prestado.
Para finalizar, quiero agradecer a mi familia el apoyo que me

ÍNDICE
SIGLAS Y ABREVIATURAS. . . . . . 25
CAPÍTULO I: INTRODUCCIÓN . . . . . 27
PARTE I: SIGLOS XV/XVII . . . . . . 39
LA PRIMITIVA HERMANDAD DE LA CARIDAD
(1487/1682) . . . . . . . . . 39
CAPÍTULO II: LA HERMANDAD DE LA CARIDAD
EN LOS SIGLOS XV Y XVI . . . . . . 41
1.- Antecedentes históricos de los centros sanitarios y
hospitales . . . . . . . . . 43
2.- La fundación de la Hermandad y el hospital de Santa
Catalina Mártir de Málaga . . . . . . 51
3.- Otras instituciones sanitarias . . . . . 58
4.- Bartolomé de Baena, ¿primer hermano mayor de
la Hermandad? . . . . . . . . 62
5.- La entrega del hospital Real a la Hermandad
de la Caridad . . . . . . . . . 64
6.- Privilegios y primeras Constituciones de la
Hermandad de la Caridad . . . . . . 70
7.- Censos y donaciones . . . . . . . 76
8.- Enterramientos en la iglesia de la Caridad . . . 79
9.- Pleitos de la Hermandad de la Caridad . . . . 83
10.- Inscripción de hermanos . . . . . . 85
CAPÍTULO III: LA HERMANDAD DE LA CARIDAD
EN EL SIGLO XVII . . . . . . . 91
1.- Introducción al s. XVII . . . . . . 93
2.- Pleitos de la Hermandad de la Caridad . . . . 96
3.- Censos y donaciones . . . . . . . 97
4.- Enterramientos en la iglesia y hospital de la Caridad . .100
5.- La peste de 1637 . . . . . . . .106
6.- El culto a San Julián . . . . . . .112
7.- Intervención de Felipe IV en el hospital Real . . .120
8.- La peste bubónica de 1649 . . . . . .132
9.- La pandemia de 1678/79 . . . . . .138

10.- La entrega del hospital Real de la Hermandad
de la Caridad a la Orden de San Juan de Dios . . . .142
11.- La Cofradía de la Misericordia . . . . .149
12.- La Hermandad de la Caridad
entre 1680 y 1682 . . . . . . . .154
13.- Inscripción de hermanos . . . . . .158
PARTE II: DÉCADAS FINALES DEL SIGLO XVII/XX .165
APARTADO I: LA RENOVACIÓN Y EL IMPULSO
DE LA HERMANDAD DE LA CARIDAD DE
MÁLAGA (1682/99) . . . . . . .165
CAPÍTULO IV: LA HERMANDAD DE LA SANTA
CARIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO . .167
1.- Antecedentes y aprobación de sus Reglas . . .169
2.- Apuntes biográficos de Alonso García Garcés . . .185
2.1.- La conquista de Ronda por los Reyes Católicos .185
2.2.- Antepasados de Alonso García Garcés . . .188
2.3.- Nacimiento e infancia . . . . .190
2.4.- Juventud en Sevilla y Montejaque . . .193
2.5.- Tesorero de Fray Alonso de Santo Tomás y su
participación en el Sínodo Diocesano . . . .199
2.6.- Racionero de la Santa Iglesia Catedral de Málaga .205
2.7.- Bienes y haciendas . . . . . .206
2.8.- El retrato . . . . . . .216
2.9.- La muerte . . . . . . .219
2.10.- Colocación definitiva del cadáver en la iglesia
de San Julián . . . . . . .225
3.- La Hermandad de la Santa Caridad hasta la concesión
de unos terrenos en las mancebías públicas . . . .228
4.- Una pintura de Miguel Mañara Vicentelo de Leca . .236
CAPÍTULO V: LA UNIÓN FRATERNA DE LA
HERMANDAD MALAGUEÑA CON LA DE SEVILLA .247
1.- Acuerdo para el hermanamiento . . . . .249
2.- La situación de Sevilla en el s. XVI . . . .252
3.- La fundación de la Hermandad de la Santa Caridad . .258
4.- Miguel Mañara y la nueva etapa . . . . .263

5.- Las hermandades vinculadas a la Santa Caridad de Sevilla .282
5.1.- Hermandad de Utrera (Sevilla) . . . .283
5.2.- Hermandad de Carmona (Sevilla) . . .285
5.3.- Hermandad de las Cabezas de San Juan (Sevilla) .286
5.4.- Hermandad de Gibraltar . . . . .286
5.5.- Hermandad de Cádiz. . . . . .287
5.6.- Hermandad de Rota (Cádiz) . . . .287
5.7.- Hermandad de Ayamonte (Huelva) . . .288
5.8.- Hermandad de Marchena (Sevilla) . . .289
5.9.- Hermandad de Fuentes de Andalucía (Sevilla) .291
5.10.- Hermandad del Puerto de Santa María (Cádiz) .292
5.11.- Hermandad de Jerez de la Frontera (Cádiz) . .293
5.12.- Hermandad de Lebrija (Sevilla). . . .294
5.13.- Hermandad de Málaga . . . . .296
5.14.- Hermandad de Cantillana (Sevilla) . . .296
5.15.- Hermandad de Antequera (Málaga) . . .297
5.16.- Hermandad de Campillos (Málaga) . . .300
5.17.- Hermandad de Nerja (Málaga) . . . .300
5.18.- Hermandad de Ronda (Málaga). . . .302
5.19.- Hermandad de El Coronil (Sevilla) . . .303
5.20.- Hermandad de El Arahal (Sevilla) . . .304
6.- La supervivencia de la Casa madre . . . .305
CAPÍTULO VI: LA IGLESIA Y HOSPITAL DE
SAN JULIÁN . . . . . . . .307
1.- El proceso de construcción . . . . . .309
2.- Las donaciones recibidas por los sucesores de
Alonso García Garcés . . . . . . .335
3.- Juan Niño de Guevara, artífice del programa pictórico
de la iglesia de San Julián. . . . . . .339
3.1.- Apuntes biográficos de Juan Niño de Guevara .339
3.2.- La relación del pintor con la Hermandad de la
Santa Caridad . . . . . . .348
3.3.- Las pinturas efectuadas por Juan Niño de
Guevara para la iglesia y sala de cabildos y juntas . .351
CAPÍTULO VII: INSCRIPCIÓN DE HERMANOS . .359
APARTADO II: LA HERMANDAD DE LA
SANTA CARIDAD EN EL SIGLO DE LAS LUCES . .377
CAPÍTULO VIII: JUAN DE PEDREGAL FIGUEROA

(1695/1721) . . . . . . . . .379
1.- Introducción a los primeros años del s. XVIII . . .381
2.- Apuntes biográficos . . . . . . .383
3.- Composición de las Juntas de Gobierno presididas
por Juan de Pedregal Figueroa . . . . . .389
4.- Ubicación de las dependencias en el hospital de
San Julián . . . . . . . . .391
5.- Aspectos económicos. . . . . . .394
5.1.- Donaciones . . . . . . .394
5.2.- Arrendamiento de casas . . . . .398
5.3.- Cobro y permuta de censos . . . .402
6.- Enterramientos en el hospital de San Julián . . .407
6.1.- Hermanos de la Corporación . . . .408
6.2.- Sentenciados a muerte e indigentes . . .410
7.- La iglesia de San Julián y su actividad pastoral . . .414
7.1.- Funciones religiosas . . . . . .414
7.2.- La fundación de capellanías y memorias . .416
8.- Pleito contra la Congregación de San Juan bajo el título
de la Degollación . . . . . . . .419
8.1.- Relato histórico de la Congregación de San
Juan Degollado . . . . . . .419
8.2.- Origen del pleito . . . . . .425
CAPÍTULO IX: LA HERMANDAD DURANTE LA
ETAPA COMPRENDIDA ENTRE 1721 Y 1774 . .429
1.- Antonio Tomás Guerrero Coronado Zapata (1721/22) .431
1.1.- Apuntes biográficos . . . . .431
1.2.- El mandato de Antonio Tomás Guerrero Coronado
Zapata al frente de la Hermandad . . . .434
2.- Esteban Alonso Guerrero Mateos (1723/24 y 1730/33) .437
2.1.- Apuntes biográficos . . . . .437
2.2.- Los mandatos de Esteban Alonso Guerrero
Mateos al frente de la Hermandad . . . .439
2.3.- Cesión de dependencias en el hospital de
San Julián . . . . . . . .439
2.4.- Enterramientos en el hospital de San Julián . .440
2.5.- Donaciones . . . . . . .441
2.6.- Arrendamientos de bienes inmuebles . . .441
2.7.- Pleito de los beneficiados de la parroquia de los
Santos Mártires contra la Hermandad . . . .444
2.8.- Renovación de las Reglas. . . . .445

3.- Juan Carlos Pablo Sweerts Guerrero (1724/26) . . .460
4.- Lope de Mendieta Ordóñez (1726/28) . . . .464
5.- José Ramírez Castellanos (1728/29) . . . .467
6.- Alonso de Figueroa Silva (1729/30) . . . .468
6.1.- Aportación biográfica . . . . .468
6.2.- El mandato de Alonso de Figueroa Silva
en la Hermandad de la Santa Caridad . . . .470
7.- Antonio Chinchilla Fonseca (1734/36) . . . .473
8.- Luis de Santiago Chinchilla (1736/42 y 1745/46) . .475
9.- Mateo de Miranda Salamanca (1743/44) . . . .479
10.- Carlos Til (1747/61) . . . . . . .480
10.1.- Aportación biográfica . . . . . .480
10.2.- El mandato de Carlos Til en la Hermandad
de la Santa Caridad . . . . . .483
11.- Miguel de Monsalve Pabón (1761/74) . . . .489
11.1.- Aportación biográfica . . . . .489
11.2.- El mandato de Miguel de Monsalve Pabón en la
Hermandad de la Santa Caridad. . . . .492
CAPÍTULO X: LA HERMANDAD BAJO EL
GOBIERNO DE JUAN AGUSTÍN SWEERTS AYALA
(1775/90) . . . . . . . . .497
1.- Aportación biográfica . . . . . .499
2.- Composición de las Juntas de Gobierno presididas por
Juan Agustín Sweerts Ayala . . . . . .501
3.- El hospital de San Julián . . . . . .508
3.1.- Obras en el edificio . . . . . .508
3.2.- Visita del Obispo . . . . . .510
3.3.- Ancianos alojados en el hospital . . . .510
3.4.- Situación del centro hospitalario . . . .512
4.- Las funciones religiosas en la iglesia de San Julián . .513
4.1.- La fiesta de San Julián . . . . .513
4.2.- El Jubileo de las XL Horas . . . . .515
4.3.- Capellanía fundada por Alonso García Garcés .517
5.- Enterramientos en el hospital de San Julián . . .517
5.1.- Hermanos de la Corporación . . . .518
5.2.- Sentenciados a muerte e indigentes . . .518
6.- Nuevo conflicto con la Hermandad de San Juan
Degollado . . . . . . . . .522
7.- Aspectos económicos . . . . . .527
7.1.- Donaciones . . . . . . .527
7.2.- Pago de censos al hospital de Santo Tomé . .527

8.- Presentación de las Constituciones en la Chancillería
de Granada . . . . . . . . .528
CAPÍTULO XI: LA HERMANDAD EN EL ÚLTIMO
DECENIO DEL SIGLO . . . . . .533
1.- Manuel Miguel Domecq Laboraria (1790/92) . . .535
1.1.- Aportación biográfica . . . . .535
1.2.- La elección de Manuel Miguel Domecq Laboraria
como hermano mayor y su labor al frente de la Santa
Caridad . . . . . . . .538
2.- Diego Ortiz de Almodóvar (1792/98) . . . .545
3.- Manuel Antonio Ferrer y Figueredo (1798/99) . . .555
3.1.- Aportación biográfica . . . . .555
3.2.- El mandato de Manuel Antonio Ferrer y Figueredo
en la Hermandad de la Santa Caridad . . . .558
4.- Nicolás de Figueroa (1799/1801) . . . . .566
CAPÍTULO XII: INSCRIPCIÓN DE HERMANOS . .569
APARTADO III: LA HERMANDAD DE LA
SANTA CARIDAD EN EL INESTABLE SIGLO XIX. .593
CAPÍTULO XIII: LA HERMANDAD DE LA SANTA
CARIDAD EN UN PERÍODO DE INCERTIDUMBRE
(1800/50) . . . . . . . . .595
1.- Introducción . . . . . . . .597
2.- La Hermandad durante el final del reinado de Carlos
IV (1800/08) . . . . . . . .599
2.1.- Composición de las Juntas de Gobierno . .599
2.2.- Funciones religiosas . . . . .602
2.3.- Asistencia a los condenados a muerte . . .603
2.4.- Pleitos contra la Asociación de Expósitos y la
Hermandad de Ánimas de los Santos Mártires . .605
2.5.- Incidente con los portadores de sillas de mano y
asistencia a un condenado . . . . .609
2.6.- Ejercicios estatutarios emprendidos por la
Hermandad en 1803 . . . . . .611
2.7.- Ingresos en el asilo de San Julián . . .613
2.8.- La epidemia de fiebre amarilla . . . .615
3.- El gobierno de José Bonaparte (1808/13) . . .624
3.1.- Asistencia a hambrientos y enfermos en el período

napoleónico . . . . . . . .627
3.2.- Asistencia a los condenados a muerte . . .631
4.- El reinado de Fernando VII (1813/33) . . . .638
4.1.- Las Constituciones de 1813 y 1819 . . .639
4.2.- Administración del hospital General por la
Hermandad de la Caridad y ayudas económicas para
el hospital de San Julián . . . . . .653
4.3.- Brote de tiña . . . . . . .660
4.4.- Quejas de la Hermandad al Ayuntamiento
y al Rey . . . . . . . .662
4.5.- Funciones religiosas. . . . . .663
4.6.- Intento fallido para establecer una Cátedra
de Dibujo en el edificio de San Julián . . . .665
4.7.- Asistencia a los condenados a muerte y posible
auxilio de la Hermandad a José María Torrijos y
a sus compañeros . . . . . . .666
5.- El inicio de la etapa isabelina (1833/50) . . . .670
5.1.- Asistencia a los condenados a muerte y exposición
de cadáveres en San Julián . . . . .671
5.2.- Ancianos alojados en el hospital . . . .678
5.3.- La situación de la Hermandad en los años finales
de los treinta y principios de los cuarenta . . .679
5.4.- Funciones religiosas . . . . .680
5.5.- Composición de las Juntas de Gobierno . .681
CAPÍTULO XIV: LEANDRO PÉREZ CARRIÓN
(1851/57) . . . . . . . . .683
1.- Aportación biográfica . . . . . .685
2.- Composición de las Juntas de Gobierno presididas
por Leandro Pérez Carrión . . . . . .686
3.- El asilo de San Julián . . . . . . .690
3.1.- Acogida en el asilo . . . . . .690
3.2.- Declaración de “particular” del edificio de San
Julián . . . . . . . .692
3.3.- Los usos y obras del inmueble . . . .699
4.- Las funciones religiosas en la iglesia de San Julián . .708
4.1.- La fiesta de San Julián . . . . .708
4.2.- Funciones religiosas . . . . .711
5.- Asistencia a los condenados a muerte y traslados de
cadáveres a San Julián . . . . . . .712
6.- Aspectos económicos . . . . . . .716
6.1.- Láminas de Deuda Pública . . . .716
13

6.2.- Arrendamiento de casas . . . . .717
6.3.- Donaciones . . . . . . .717
6.4.- Préstamo concedido al hermano mayor . . .718
7.- La epidemia de cólera. . . . . . .719
CAPÍTULO XV: FERNANDO DE LA MACORRA
AÑINO (1857/60) . . . . . . . .727
1.- Aportación biográfica . . . . . .729
2.- Composición de las Juntas de Gobierno presididas por
Fernando de la Macorra Añino . . . . . .732
3.- El asilo de San Julián . . . . . . .734
3.1.- La vida cotidiana . . . . . .734
3.2.- La Guerra de África. . . . . .738
4.- Las funciones religiosas en la iglesia de San Julián . .745
4.1.- Misas: de memorias y diarias . . . .745
4.2.- La fiesta de San Julián . . . . .748
4.3.- Obras en la iglesia . . . . . .750
4.4.- Cultos cuaresmales . . . . . .753
4.5.- Fiesta del Corpus Christi, rogativas y procesiones
de Semana Santa . . . . . . .755
5.- Aspectos económicos . . . . . . .758
5.1.- Pago de cuotas. . . . . . .758
5.2.- Liquidación de créditos a favor de la Hermandad .760
5.3.- Donaciones . . . . . . .761
6.- Asistencia a los condenados a muerte . . . .762
7.- La epidemia de cólera. . . . . . .766
CAPÍTULO XVI: MANUEL RUBIO VELÁZQUEZ
DE VELASCO RENTERO (1860/77) . . . .775
1.- Aportación biográfica. . . . . . .777
2.- Composición de las Juntas de Gobierno presididas por
Manuel Rubio Velázquez de Velasco Rentero . . .782
3.- El asilo de San Julián . . . . . . .788
3.1.- Los asilados, las visitas al establecimiento
hospitalario y la ropa de los internos . . . .788
3.2.- Rehabilitación del edificio e inscripción del mismo
en el Registro de la Propiedad . . . . .794
3.3.- Cesiones y alquileres de dependencias . . .795
4.- Las funciones religiosas en la iglesia de San Julián . .798
4.1.- La fiesta de San Julián . . . . .798
4.2.- Jubileo de las XL Horas . . . . .800

4.3.- Ejercicios espirituales en Cuaresma y
Semana Santa. . . . . . . .802
4.4.- Embellecimiento del templo y adquisición de
objetos litúrgicos . . . . . . .805
4.5.-Misas, sufragios por los difuntos y otros cultos .807
5.- Petición para participar la Hermandad en actos externos .810
6.- Aspectos económicos . . . . . . .812
6.1.- Láminas de Deuda Pública del Patronato
Agustina Mejías . . . . . . .812
6.2.- Censo sobre el cortijo del Moral . . . .815
6.3.- Donaciones . . . . . . .816
6.4.- Situación económica . . . . .817
7.- Visita de Isabel II al hospital de San Julián . . .822
8.- La influencia de la figura de Miguel Mañara en la
Hermandad . . . . . . . . .831
9.- Intento frustrado de compra de un terreno en el
cementerio de San Miguel . . . . . .835
10.- Traslado de los restos de Antonio Medina Jáuregui y
de Alonso García Garcés a San Julián . . . . .837
11.- Asistencia a los condenados a muerte . . . .840
CAPÍTULO XVII: FERMÍN ALARCÓN LUJÁN
(1877/98) . . . . . . . . .847
1.- La familia Alarcón . . . . . . .849
2.- Aportación biográfica. . . . . . .852
3.- Composición de las Juntas de Gobierno presididas
por Fermín Alarcón Luján . . . . . .859
4.- El asilo de San Julián . . . . . . .868
4.1.- Los asilados y las visitas al establecimiento
hospitalario . . . . . . . .868
4.2.- Cesiones y alquileres de dependencias . . .871
4.3.- Rehabilitación del edificio . . . . .873
4.4.- Alojamiento en el inmueble . . . .875
4.5.- Petición de la Congregación de Madres de
Desamparados . . . . . . .880
5.- Las funciones religiosas en la iglesia de San Julián . .881
5.1.- Hermandad de la Santa Caridad . . . .881
5.1.1.- La fiesta de San Julián . . . .881
5.1.2.- Misas, sufragios por los difuntos
y otras funciones religiosas . . . .886
5.1.3.- La visita y el montaje de monumentos
en Semana Santa . . . . . .890

5.2.- Jubileo de las XL Horas . . . . .894
5.3.- Asociación de los Dolores de María Santísima .899
5.4.- Asociación del Glorioso Patriarca San José . .899
5.5.- Adoración Nocturna de Málaga . . . .915
5.6.- Asociación de las Camareras del Santísimo
Sacramento . . . . . . . .916
5.7.- Asociación de la Santísima Trinidad . . .918
5.8.- Pontificia y Real Archicofradía de Luz y
Vela ante el Santísimo Sacramento . . . .920
5.9.- Hermandad de la Oración Nacional a favor de la
Unidad Católica . . . . . . .921
6.- Renovación de los Estatutos . . . . . .924
7.- Aspectos económicos . . . . . . .940
7.1.- Cuotas . . . . . . . .940
7.2.- Pleito contra Manuel Rubio Velázquez . .942
7.3.- Donaciones . . . . . . .952
7.4.- Láminas de Deuda Pública . . . .953
7.4.1.- Patronato Agustina Mejías . . .953
7.4.2.- Cofradía de San Juan Degollado . .955
7.4.3.- Inversión en el Sindicato del Ferrocarril .956
7.5.- Censo sobre el cortijo del Moral . . . .956
8.- Asistencia a los condenados a muerte . . . .958
9.- Nueva ubicación de los restos de Alonso García Garcés y
un intento de enterramiento en la cripta . . . .963
10.- Conducción de los pobres en sillas de manos . . .965
CAPÍTULO XVIII: INSCRIPCIÓN DE HERMANOS. .969
APARTADO IV: EL OCASO DE LA HERMANDAD
DE LA SANTA CARIDAD EN EL SIGLO XX . . .993
CAPÍTULO XIX: CRISTÓBAL ALARCÓN
MANESCAU (1898/1926) . . . . . .995
1.- Aportación biográfica. . . . . . .997
2.- La elección de Cristóbal Alarcón Manescau . . 1002
3.- Composición de las Juntas de Gobierno
presididas por Cristóbal Alarcón Manescau . . . 1007
4.- El asilo de San Julián . . . . . . 1018
4.1.- Las reformas del edificio . . . . 1018
4.2.- El empleo de sus dependencias . . . 1022
4.3.- Otras actuaciones . . . . . 1027
5.- Las funciones religiosas de la Hermandad de la Santa

Caridad, de las asociaciones establecidas en la iglesia
de San Julián y de las no radicadas en el templo . . 1027
5.1.- Hermandad de la Santa Caridad . . . 1027
5.2.- Asociación del Glorioso Patriarca San José . 1029
5.3.- Asociación de las Camareras del Santísimo
Sacramento . . . . . . . 1033
5.4.- Jubileo de las XL Horas . . . . 1035
5.5.- Cofradía de Nuestra Señora de Lourdes . 1038
5.6.- Asociación de la Virgen del Carmen . . 1040
6.- Aspectos económicos . . . . . . 1041
6.1.- El cobro de las cuotas y la estancia de los asilados 1041
6.2.- El Impuesto sobre Bienes de Personas Jurídicas 1045
6.3.- Rescate de fondos, donaciones, legados y
mandas testamentarias . . . . . 1051
6.3.1.- Cofradía de San Juan Degollado . 1051
6.3.2.- Donaciones . . . . . 1055
6.3.3.- Legado de José Piñón Tolosa . . 1056
7.- El proceso de beatificación de Miguel Mañara
Vicentelo de Leca y la confraternización con la Hermandad
de Tarragona. . . . . . . . 1058
7.1.- Reapertura de la causa de beatificación de
Miguel Mañara . . . . . . 1058
7.2.- Real Congregación de la Purísima Sangre de
Tarragona . . . . . . . 1061
8.- Asistencia a los condenados a muerte . . . 1062
CAPÍTULO XX: JOSÉ ALARCÓN BONEL
(1926/37) . . . . . . . . 1065
1.- Aportación biográfica. . . . . . 1067
2.- La elección de José Alarcón Bonel . . . 1072
3.- Composición de las Juntas de Gobierno presididas por
José Alarcón Bonel . . . . . . 1073
4.- Donaciones . . . . . . . 1075
5.- Las funciones religiosas de la Hermandad de la Santa
Caridad, de las asociaciones establecidas en la iglesia de
San Julián y de las no radicadas en el templo . . 1077
5.1.- Hermandad de la Santa Caridad . . . 1077
5.2.- Asociación del Glorioso Patriarca San José . 1080
5.3.- Asociación de las Camareras del
Santísimo Sacramento . . . . . 1083
5.4.- Jubileo de las XL Horas . . . . 1084
5.5.- Hermandad Sacramental . . . . 1085
17

5.6.- Pía Asociación de la Visita Domiciliaria . 1086
5.7.- Asociación de Hijas de María . . . 1087
6.- El asilo de San Julián . . . . . . 1088
6.1.- Obras de mejora y adecentamiento . . 1088
6.2.- Hijas de la Caridad . . . . . 1090
6.3.- Peticiones de cofradías de Semana Santa . 1091
6.4.- Albergue nocturno y empleo del salón de
actos para reuniones . . . . . 1092
6.5.- Ocupación del edificio por el Socorro
Rojo Internacional . . . . . . 1094
7.- Asistencia a los condenados a muerte . . . 1102
8.- Explosión de un artefacto en la puerta de la iglesia
de San Julián . . . . . . . 1107
CAPÍTULO XXI: PLÁCIDO GÓMEZ DE CÁDIZ
Y GÓMEZ (1937/38) . . . . . . 1111
1.- Aportación biográfica. . . . . . 1113
2.- El nombramiento de Plácido Gómez de Cádiz
y Gómez como hermano mayor interino . . . 1119
3.- El reconocimiento del Ayuntamiento y de la
Hermandad de la Santa Caridad . . . 1119
4.- La reconstrucción del edificio de San Julián . . 1121
5.- Las últimas asistencias a los condenados a muerte . 1125
CAPÍTULO XXII: MIGUEL MATHIAS BRYAN
(1938/46) . . . . . . . . 1129
1.- Aportación biográfica. . . . . . 1131
2.- La elección de Miguel Mathias Bryan . . . 1132
3.- El asilo de San Julián . . . . . . 1133
3.1.- Albergue de indigentes . . . . 1133
3.2.- Guardería infantil . . . . . 1136
3.3.- La continuación de las obras de reformas en
el establecimiento hospitalario . . . . 1143
4.- Aspectos económicos . . . . . . 1149
5.- La reapertura de la iglesia de San Julián al culto y las
funciones religiosas efectuadas . . . . . 1151
5.1.- La iglesia de San Julián . . . . 1151
5.2.- Hermandad de la Santa Caridad . . . 1153
5.3.- Jubileo de las XL Horas . . . . 1154
5.4.- Asociación de la Medalla Milagrosa . . 1154
6.- El principio del fin de la Hermandad de la

Santa Caridad . . . . . . . 1156
CAPÍTULO XXIII: LA DECADENCIA Y
DESAPARICIÓN DE LA HERMANDAD DE
LA SANTA CARIDAD (1946/65) . . . . 1163
1.- Nuevas obras de rehabilitación en el asilo de
San Julián . . . . . . . . 1165
2.- La actividad cultual desarrollada en la iglesia de
San Julián . . . . . . . . 1167
2.1.- Hermandad de la Santa Caridad . . . 1167
2.2.- Jubileo de las XL Horas . . . . 1167
2.3.- Asociación de la Medalla Milagrosa . . 1168
2.4.- Venerable Orden Tercera de Penitencia de San
Francisco de Asís . . . . . . 1169
3.- El último intento reorganizativo de la Hermandad
y los usos del edificio . . . . . . 1172
CAPÍTULO XXIV: INSCRIPCIÓN DE
HERMANOS . . . . . . . 1185
PARTE III: ÚLTIMAS DÉCADAS DEL
SIGLO XX/XXI . . . . . . . 1201
EL FIN DE UNA ETAPA Y EL INICIO DE
UNA NUEVA . . . . . . . 1201
CAPÍTULO XXV: EL EDIFICIO DE SAN JULIÁN
(1966/99) . . . . . . . . 1203
1.- El establecimiento de la Cofradía de las Penas en
San Julián . . . . . . . . 1205
1.1.- Antecedentes históricos de la Cofradía de
las Penas . . . . . . . 1205
1.1.1.- Fundación . . . . . 1205
1.1.2.- Sede . . . . . 1208
1.1.3.- Origen de la advocación de la
Virgen . . . . . . 1211
1.1.4.- Los primeros Estatutos . . . 1213
1.1.5.- La imagen de María Santísima de las
Penas . . . . . . 1216

1.1.6.- Reorganización . . . . 1217
1.1.7.- La primera salida a la calle y
sucesivas procesiones . . . . 1221
1.1.8.- Sustitución de la Titular mariana . 1232
1.2.- Traslado a la iglesia de San Julián . . 1234
2.- La defensa del edificio y de las obras de arte por parte
de la Cofradía de las Penas . . . . . 1237
2.1.- El incierto futuro del inmueble . . . 1237
2.2.- El patrimonio de la extinta Hermandad de la
Santa Caridad . . . . . . 1242
3.- El irrealizado proyecto del Museo de Arte Sacro y de
las Cofradías en el edificio de San Julián . . . 1247
4.- La adscripción del edificio de San Julián a la
Agrupación de Cofradías . . . . . . 1251
4.1.- Antecedentes históricos de la Agrupación
de Cofradías. . . . . . . 1251
4.2.- Los Titulares de la Agrupación de Cofradías . 1256
4.3.- La nueva sede agrupacionista . . . 1258
5.- Cultos realizados entre 1966 y 1977 en la iglesia
de San Julián . . . . . . . 1265
5.1.- Jubileo de las XL Horas . . . . 1265
5.2.- Asociación de la Medalla Milagrosa . . 1265
5.2.1.- Novenas . . . . . 1266
5.2.2.- Triduos . . . . . 1266
5.2.3.- Reuniones . . . . . 1267
5.3.- Venerable Orden Tercera de Penitencia de
San Francisco de Asís . . . . . 1267
5.4.- Cofradía de las Penas . . . . 1268
5.4.1.- Misas de Hermandad . . . 1269
5.4.2.- Triduos . . . . . 1269
5.4.3.- Vía Crucis . . . . . 1271
5.4.4.- Realezas de la Virgen . . . 1271
5.4.5.- Procesiones . . . . 1272
5.4.6.- Misas de Santo Domingo
de la Calzada. . . . . . 1273
5.4.7.- Bautismos . . . . . 1273
5.5.- Hermandad de Santa Lucía . . . 1273
5.6.- Otras funciones religiosas . . . . 1274
5.7.- Cierre de la iglesia de San Julián . . 1274
5.8.- Traslado de las imágenes de la Cofradía
de las Penas . . . . . . . 1275
5.9.- Retraso de las obras . . . . . 1276
6.- Las obras de acondicionamiento y la inauguración de

la nueva sede de la Agrupación de Cofradías . . 1277
6.1.- Los trabajos de rehabilitación del edificio . 1277
6.2.- Bendición de las nuevas dependencias . . 1289
7.- Cultos realizados entre 1983 y 1999 en la iglesia
de San Julián . . . . . . . 1293
7.1.- La reapertura del templo . . . . 1293
7.2.- Cofradía de las Penas . . . . 1295
7.2.1.- Triduos. . . . . . 1295
7.2.2.- Realezas de la Virgen . . . 1296
7.2.3.- Pregones de la Realeza . . . 1297
7.2.4.- Procesiones. . . . . 1298
7.2.5.- Misas de Santo Domingo
de la Calzada . . . . . 1300
7.3.- Agrupación de Cofradías . . . . 1300
7.3.1.- Cultos . . . . . 1300
7.3.1.1.- Misas de Acción de Gracias . 1301
7.3.1.2.- Festividad de María
Santísima Reina de los Cielos . . 1302
7.3.2.- Procesiones. . . . . 1303
7.4.- Otras hermandades y cofradías . . . 1304
7.4.1.- Archicofradía del Huerto . . 1304
7.4.2.- Archicofradía de la Pasión . . 1305
8.- El panorama pictórico de la iglesia. . . . 1306
8.1.- Restauración de los lienzos de Niño
de Guevara . . . . . . . 1306
8.2.- Las pinturas de Francisco Hernández . . 1309
9.- Actividades culturales desarrolladas en San Julián . 1310
10.- Rehabilitación de una sala de juntas del edificio . 1313
10.1.- Origen y daños . . . . . 1313
10.2.- Ayuda institucional . . . . 1314
CAPÍTULO XXVI: LA REALIDAD DEL MUSEO
DE LAS COFRADÍAS (2000/08) . . . . 1317
1.- La puesta en marcha del Museo de las Cofradías . 1319
1.1.- La primera fase de las obras . . . 1319
1.2.- La segunda fase . . . . . 1321
1.3.- La tercera y última fase . . . . 1322
2.- La conclusión de los trabajos en el Museo de las
Cofradías . . . . . . . . 1327
2.1.- La inauguración del Museo de las Cofradías . 1327
2.2.- Las salas del Museo de las Cofradías . . 1327
3.- Las funciones religiosas celebradas en la iglesia de

San Julián . . . . . . . . 1328
3.1.- Agrupación de Cofradías . . . . 1328
3.1.1.- Misas de Acción de Gracias . . 1328
3.1.2.- Festividad de María Santísima
Reina de los Cielos . . . . 1329
3.2.- Cofradía de las Penas . . . . 1330
3.2.1.- Triduos . . . . . 1330
3.2.2.- Realezas . . . . . 1331
3.2.3.- Pregones de la Realeza . . . 1332
3.2.4.- Uso del título de la Santa Caridad
de Nuestro Señor Jesucristo. . . . 1333
3.3.- Otras cofradías . . . . . 1334
3.3.1.- Archicofradía de la Sangre . . 1334
3.3.2.- Hermandad de Salutación . . 1335
4.- Las actividades culturales . . . . . 1337
CAPÍTULO XXVII: CONCLUSIONES . . . 1341
CAPÍTULO XXVIII: FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA. 1351
1.- Fuentes . . . . . . . . 1353
1.1.- Manuscritas . . . . . . 1353
1.2.- Impresas . . . . . . 1367
1.3.- Hemerográficas (prensa y revistas) . . 1371
1.4.- Orales . . . . . . . 1373
1.5.- Electrónicas . . . . . . 1375
2.- Bibliografía . . . . . . . 1377
CAPÍTULO XXIX: APÉNDICE DOCUMENTAL . 1407
Índice del apéndice documental . . . 1411
Documento nº 1 . . . . . . 1415
Fundación de la Hermandad de la Santa Caridad de
Nuestro Señor Jesucristo de Antequera el 1 de abril
de 1675.
Documento nº 2 . . . . . . 1419
Declaración del Ilustrísimo señor don Fray Alonso
de Santo Tomás, obispo de esta ciudad, en favor de
diferentes personas.
Documento nº 3 . . . . . . 1425

Declaración del licenciado don Alonso García
Garcés por la compra de un esclavo a don Onofre
Colston.
Documento nº 4 . . . . . . 1427
Regla de la Hermandad de la Santa Caridad de
Nuestro Señor Jesucristo, sita en la ciudad de
Málaga, renovada por sus hermanos en el año de
1682, siendo obispo de dicha ciudad el Ilustrísimo
y Reverendísimo señor don Fray Alonso de Santo
Tomás del Consejo de Su Majestad.
Documento nº 5 . . . . . . 1435
Escritura de donación que don José Méndez de
Sotomayor otorgó en favor de la Hermandad de la
Santa Caridad de un censo de 200 ducados, que
dejó impuesto sobre el sitio de las mancebías
públicas.
Documento nº 6 . . . . . . 1439
Petición efectuada por la Hermandad de la Santa
Caridad de Málaga para declararse filial de la de
Sevilla.
Documento nº 7 . . . . . . 1443
Comunicación entre Pedro Corbette, hermano de la
Santa Caridad de Sevilla, y Francisco García
Ramírez de Arellano, asociado a la de Málaga.
Documento nº 8 . . . . . . 1445
Censo contra don Marcos García Garcés por la
capellanía fundada por su hermano el licenciado
don Alonso García Garcés.
Documento nº 9 . . . . . . 1451
Licencia concedida a los hermanos de San Julián
para que tomaran media paja de agua del arca de la
Puerta de Buenaventura.
Documento nº 10 . . . . . . 1453
Solicitud presentada por Manuel Rubio Velázquez
al Ayuntamiento para trasladar los restos de Alonso
García Garcés a la iglesia de San Julián.
CAPÍTULO XXX: CRONOLOGÍA DE
LA HERMANDAD . . . . . . 1455
CAPÍTULO XXXI: RECUENTO DE POBRES
ASILADOS EN EL HOSPITAL DE SAN JULIÁN . 1461

CAPÍTULO XXXII: GRÁFICOS DE HERMANOS
Y AJUSTICIADOS. . . . . . . 1465
Gráficos nº 1: Altas de hermanos del s. XVII . 1467
Gráficos nº 2: Altas de hermanos del s. XVIII . 1468
Gráficos nº 3: Altas de hermanos del s. XIX . 1469
Gráficos nº 4: Altas de hermanos del s. XX . . 1470
Gráficos nº 1: Ajusticiados del s. XVII . . 1471
Gráficos nº 2: Ajusticiados del s. XVIII . . 1472
Gráficos nº 3: Ajusticiados del s. XIX . 1473
Gráficos nº 4: Ajusticiados del s. XX . . 1474

SIGLAS Y ABREVIATURAS
SIGLAS
A.A.B.A.S.T Archivo Academia de Bellas Artes de San
Telmo
A.A.C.M. Archivo Agrupación de Cofradías de Málaga
A.C.C.M. Archivo Cabildo Catedral de Málaga
A.D.E. Archivo Díaz de Escovar (Museo de Artes y
Costumbres Populares de Málaga)
A.G.A.S. Archivo General Arzobispado de Sevilla
A.H.S.C.M. Archivo Hermandad de la Santa Caridad de
Marchena
A.H.S.C.S. Archivo Hermandad de la Santa Caridad de
Sevilla
A.H.A.D.S.J. Archivo Histórico Archicofradía de los Dolores
de San Juan
A.H.C.P. Archivo Histórico Cofradía de las Penas
A.H.D.M. Archivo Histórico Diocesano de Málaga
A.H.H.P.C.P. Archivo Histórico Hermandad de la Puente del
Cedrón y la Paloma
A.H.H.V. Archivo Histórico Hermandad de Viñeros
A.H.N. Archivo Histórico Nacional
A.H.P.M. Archivo Histórico Provincial de Málaga
A.H.U.S. Archivo Histórico Universidad de Sevilla
A.M.A. Archivo Municipal de Antequera
A.M.M. Archivo Municipal de Málaga
A.M.R. Archivo Municipal de Ronda
A.P. Archivo Particular (de identidad desconocida)
A.R.Ch.G. Archivo Real Chancillería de Granada
A.S.V. Archivo Secreto Vaticano
A.S.G.M. Archivo Subdelegación del Gobierno de Málaga
B.D.M. Biblioteca Diputación de Málaga
B.N. Biblioteca Nacional
B.R.M.S.L.E.E. Biblioteca Real del Monasterio de San Lorenzo
de El Escorial
H.M.M. Hemeroteca Municipal de Madrid

ABREVIATURAS
aa.cc. actas capitulares
brev. brevi (breve)
cap./s capítulo/s
carp./s carpeta/s
col. colección
coord./a/s coordinador/a/es
doc. documento
ds. ducados
dto. distrito
dtor./a director/a
excmo./a excelentísimo/a
expte./s expediente/s
fol./s folio/s
ibídem allí mismo
ídem igual
leg./s legajo/s
lib. libro
nº número
op. cit. obra citada
P./PP. Padre/s (sacerdote/s)
p./pp. página/s
part. parte
pza. pieza
ref. referencia
rs. reales
s. siglo
sec. sección
seg. segreteria (secretaría)
sig signatura
subsec. subsección
s/a. sin año
s/f. sin foliar
s/n. sin número
ss. siguientes
tº tomo
v. vuelto
vol. volumen
VV. AA. varios autores

CAPÍTULO I:
INTRODUCCIÓN

“Son de San Julián y es un tema que está por estudiar”.
Así de rotundo y categórico contestaba en 1981 el responsable del
Archivo Histórico Diocesano de Málaga, P. Lisardo Guede
Fernández, a una pregunta que le formulamos, en las vetustas
instalaciones del Palacio Episcopal, acerca de unas cajas-
archivadores que estaban colocadas en lo más alto de unas
estanterías, junto a la mesa de investigadores. Evidentemente, esa
respuesta marcó nuestro futuro investigador porque antes de ese
año ya habíamos conocido el hospital de San Julián.
Ilustración 1: Patio del Palacio Episcopal
Fue un 25 de marzo de 1977, festividad de Nuestra Señora de
la Encarnación, cuando atravesamos el dintel de la puerta más
cercana a la iglesia de San Julián, la de calle Muro de San Julián, y
penetramos en el edificio, pasando por un patio en el que pudimos
ver una artística fuente, unos naranjos y unos bancos, hasta llegar a
la secretaría que, por entonces, ocupaba la hoy denominada:
29

“Venerable Hermandad de la Caridad en Cristo Nuestro Señor y
Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Agonía, María
Santísima de las Penas, Reina y Madre, y Santo Domingo de la
Calzada” 1 , a la que pertenecemos desde esa fecha. El estado del
inmueble, casi en ruinas por la situación de abandono, llamó
poderosamente nuestra atención. Pese a ello, se registraba vida
gracias a la presencia de dicha Corporación penitencial. Luego,
supimos que sólo habían transcurrido doce años de la desaparición
de la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo,
que costeó entre 1683 y 1699 la construcción del complejo
arquitectónico.
Años después, mientras realizábamos la carrera universitaria
en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Málaga, en
la sección de Geografía e Historia, tuvimos claro, desde un
principio, el tema a elegir para la futura tesis doctoral: la iglesia y el
antiguo hospital de San Julián.
Para comenzar a trabajar, partíamos de una base firme al
disponer de gran parte de la documentación generada desde 1682
por la Hermandad de la Santa Caridad, año en que fue renovada tras
venir prestando, desde el tiempo de la toma de la ciudad por los
Reyes Católicos el 19 de agosto de 1487, sus servicios a los más
desfavorecidos de la sociedad malagueña. Pese a contar con ese
caudal de información, existían grandes vacíos y lagunas en su
1 En la época a la que nos referimos se intitulaba “Venerable Hermandad y Cofradía de
Nazarenos del Santísimo Cristo de la Agonía, María Santísima de las Penas y Santo
Domingo de la Calzada”, pero fue a partir del decreto expedido en el año 2008 por el
vicario general de la diócesis, Alfonso Fernández-Casamayor Palacio, cuando se
autorizó a modificarlo por el actual.
30

acervo documental, principalmente en la colección de actas
capitulares de los siglos XVII, XVIII y XIX.
Con estas premisas iniciábamos, por ende, nuestra andadura
investigadora. A pesar de hallarse esta valiosa fuente de datos y
noticias, no se contaba con fondos que dieran a conocer los orígenes
de esta fraternidad de exclusivo carácter asistencial, posiblemente
perdidos en el incendio del Palacio Episcopal, acaecido en la noche
del 11 al 12 de mayo de 1931.
Para abordar con mayor amplitud de miras nuestro cometido,
necesitábamos salir del ámbito en el que nos movíamos, esto es, el
Archivo Histórico Diocesano, donde fueron depositados casi todos
los documentos tras la inactividad de la Hermandad 2 , y entrar en
contacto con diferentes archivos locales, provinciales, regionales,
nacionales e, incluso, internacionales, éste era el caso del Archivo
Secreto Vaticano. Asimismo, tuvimos la oportunidad de acceder a
bibliotecas y hemerotecas locales y nacionales.
Tras una intensa búsqueda de más de diez años, hemos
seguido una metodología consistente en la selección, análisis y
síntesis de los documentos para obtener el jugo informativo. Es
2 La trayectoria histórica de la Hermandad de la Santa Caridad llegaba hasta unos
veinte años aproximadamente antes de la Guerra Civil. Sin embargo, historiadores e
investigadores tropezaban constantemente con un escollo: saber cuál había sido el
destino de la misma y las causas que habían abocado a su desaparición de la escena
benéfica. Por fortuna para la historia de nuestra ciudad, ese eslabón se halló de la
forma más insospechada. Se realizaba en 1995 la rehabilitación del edificio nº 29 de la
calle Santa María, propiedad del Obispado, cuando uno de los trabajadores que
realizaba sus tareas procedió al vaciado de escombros y desechos, al tiempo que se dio
cuenta de la existencia de una caja que contenía, según la opinión de éste, unos
“papeles”, donde rezaba el nombre de una hermandad. Los relacionó con la Catedral y
los llevó al Archivo del Cabildo catedralicio, siendo entregados al entonces director
Vidal González Sánchez, para su custodia. Esta casual aparición completaba, de
manera definitiva, la historia de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo. El
motivo de que estos documentos estuvieran aquí no tiene otra explicación que al
desaparecer la Corporación los fondos fueron distribuidos por distintas dependencias
del Obispado, siendo ésta una de ellas.
31

conveniente que hagamos en este lugar dos consideraciones: la
primera, que los textos entrecomillados mantienen la literalidad
y su transcripción no ha sido modernizada ni alterada, pero sí
completadas las palabras abreviadas mediante corchetes; y la
segunda, que los listados de hermanos de la renovada Hermandad
han sido ordenados cronológicamente, dado que en muchas de las
anotaciones efectuadas en el libro original, supuestamente por el
secretario de la entidad, no seguían el orden de entrada, figurando
cofrades más recientes antes que otros con mayor antigüedad.
Igualmente, hemos podido incorporar, a los que ya se conocían, la
extracción social, la ocupación o el oficio de bastantes de sus
componentes.
La incorporación de más de un centenar de fotografías y la
realización de unas ochenta tablas, han dado mayor realce a lo
expuesto en el texto. También hemos tenido que servirnos de la
iconografía, de fuentes impresas y del uso de las nuevas tecnologías
para realizar este estudio diacrónico.
Con la información recabada en estos lugares, de carácter
público, eclesial y privado, pudimos comenzar a reconstruir la
historia de la Hermandad de la Santa Caridad desde los orígenes,
que corría paralela como dijimos a la reconquista de Málaga en
1487 y que, por espacio de casi cinco siglos, se dedicó a prestar
atención espiritual y corporal a enfermos, a pobres y a sentenciados
a la pena capital. Debemos puntualizar que, por la falta o
inexistencia de documentos, hay etapas o parcelas, como son las de
los siglos XVII y de la Ilustración, que no serán todo lo bien
conocidas que hubiésemos deseado.
32

Ante esta situación, se ha hecho obligada la consulta de la
bibliografía que concierne, desde diferentes perspectivas, a San
Julián en su conjunto histórico-artístico. Fundamentales han sido en
Málaga las obras y estudios llevados a cabo desde el siglo XVIII a
la actualidad por eclesiásticos, historiadores, literatos, médicos,
profesores universitarios y de enseñanzas medias, etc., que aparecen
en las notas al pie de página 3 .
3 Por señalar algunos: CAMACHO MARTÍNEZ, R., Málaga Barroca. Arquitectura
religiosa de los siglos XVII y XVIII, Universidad, Málaga, 1981; CAMINO
ROMERO, A., “Historia de la Hermandad de la Santa Caridad en Málaga, 1488-
1965”, Vía Crucis nº 10, Museo Diocesano del Obispado, Málaga, 1991; CAMINO
ROMERO, A., “La fundación de la Hermandad de la Santa Caridad de Málaga por el
licenciado don Alonso García Garcés”, Isla de Arriarán nº X, Asociación Cultural Isla
de Arriarán, Málaga, 1997; CAMINO ROMERO, A., “San Julián: 300 años de su
construcción”, Sur, Málaga, 24 de enero de 1999; CAMINO ROMERO, A., “La
Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla y sus afiliadas”, Isla de Arriarán nº XVII,
Asociación Cultural Isla de Arriarán, Málaga, 2001; CAMINO ROMERO, A.,
“Secuencias de la historia de la Iglesia y del antiguo Hospital de San Julián”, La Saeta
nº 31, Agrupación de Cofradías, Málaga, 2003; CAMINO ROMERO, A., “San Julián,
sede de la Agrupación”, Sur, Málaga, 23 de marzo de 2008; CAMINO ROMERO, A.
y CABELLO DÍAZ, Mª. E., “Nuevas aportaciones documentales sobre un pintor
barroco: Juan Niño de Guevara”, Isla de Arriarán nº XIV, Asociación Cultural Isla de
Arriarán, Málaga, 1999; CAMINO ROMERO, A. y PALOMO CRUZ, A. J., “San
Julián: Secuencias de la historia de un edificio”, La Saeta nº 21, Agrupación de
Cofradías, Málaga, 1997; CAMPOS ROJAS, Mª. V., “Breve reseña sobre la
Hermandad de la Santa Caridad y del Hospital de San Julián”, Jábega nº 34, Excma.
Diputación, Málaga, 1981; CLAVIJO GARCÍA, A., “La iglesia-hospital de San Julián
de Málaga.: historia y arte”, Boletín del Museo Diocesano de Arte Sacro nº 1 y 2,
Universidad, Málaga, 1981; CLAVIJO GARCÍA, A., Juan Niño de Guevara, pintor
malagueño del siglo XVII, Universidad, Málaga, 1999; DÍAZ DE ESCOVAR, N.,
“Beneficencia antigua malagueña. Hospital de San Julián” (1ª parte), La Cruz Roja;
DÍAZ DE ESCOVAR, N., “Beneficencia antigua malagueña. Hospital de San Julián”
(2ª parte) La Cruz Roja; FERNÁNDEZ MÉRIDA, Mª. D., Los hospitales malagueños
en los siglos XV-XIX. Historia y arquitectura, Excma. Diputación, Málaga, 2004;
FRANQUELO, R., La Reina en Málaga. Descripción de los arcos de triunfo,
monumentos, adornos y vistas más notables que ha habida en Málaga y en el límite de
su provincia durante la estancia en ellas de S. M. La Reina doña Isabel II y su real
familia en octubre de 1862, Málaga, Imprenta del Correo de Andalucía, 1862. En el
año 1991, la Universidad de Málaga realizó una edición facsímil, siendo introducida la
obra por Rosario Camacho Martínez; GARCÍA DE LA LEÑA, C., Conversaciones
históricas malagueñas o materiales de noticias seguras para formar la historia civil,
natural y eclesiástica de la M. I. Ciudad de Málaga, tº III y IV, Málaga, 1789, Caja de
Ahorros Provincial de Málaga, edición facsímil de 1981; REDER GADOW, M., “La
Hermandad de la Caridad de Málaga y su labor asistencial a los sentenciados a
muerte”, II Congreso de Historia de Andalucía (Córdoba, 1991), Córdoba, 1995;
33

Además, tenemos que mencionar a una figura clave para
nuestro estudio: José Luis Álvarez de Linera Duarte, quien fue
nombrado en 1909 archivero por la Hermandad de la Santa Caridad
y, dos años después, unió a este cargo el de secretario de la misma
entidad, que desempeñó hasta 1937, año de su fallecimiento. Él se
encargó de dinamizar el archivo, ordenando y clasificando la
abundante documentación. Fue autor de numerosísimos trabajos
recopilatorios y estudios relacionados con la Hermandad 4 . Supo
mejor que nadie la importancia de tener los libros y documentos
perfectamente organizados por los problemas que pudieran surgir.
En efecto, debido a su labor, determinadas cuestiones, espinosas por
cierto, se solucionaron al localizarse los datos necesarios para la
reivindicación de alguna propiedad desamortizada o para la defensa
de la exención de algún tipo de impuesto. En las actas capitulares
de la Hermandad se repetirán, continuamente, las muestras de
REDER GADOW, M., “Conflictividad social en la Málaga del Antiguo Régimen” (1ª
parte), Baetica nº 14, Universidad, Málaga, 1992; REDER GADOW, M.,
“Conflictividad social en la Málaga del Antiguo Régimen” (2ª parte), Baetica nº 15,
Universidad, Málaga, 1993; VILLALOBOS GÁMEZ, S., “San Julián: Crónica de una
restauración”, La Saeta nº 20, Agrupación de Cofradías, Málaga, 1996; ZAMORA
BERMÚDEZ, M., Estructura benéfico-sanitaria en la Málaga de fines del siglo XVII.
Hospitales de S. Julián y S. Juan de Dios, Universidad/Excma. Diputación, Málaga,
1987.
4 Citamos los siguientes: “Investigación efectuada para conocer las Hermandades de
Caridad o sus similares existentes en España”, confeccionada entre 1909 y 1910;
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, concluido el 1 de mayo de 1918;
“Memoria remitida a la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo
de la ciudad de Sevilla”, 1918; “Sumario de indulgencias de la Hermandad de la
Caridad”, recopilación finalizada el 16 de julio de 1919; “Precedentes Capitulares de
la Hermandad de Caridad”, fechada el 3 de enero de 1922; “Relación cronológica de
los Enterramientos Hechos por la Hermandad de Caridad en su Iglesia, Capilla y
Bóveda”, fechada el 21 de julio de 1924; “Lista cronológica de los hermanos mayores
de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo”, terminada en 1926; Compendio de
la Regla de la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo, sita en su
hospital particular de San Julian, de la ciudad de Málaga, impreso en el año 1932;
“Crónica de la Venerable Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor
Jesucristo”, ejecutada en 1934; “Registro de los Hermanos de la Santa Caridad de
Nuestro Señor Jesucristo”, no consta la fecha de realización.
34

agradecimiento de los miembros de la Junta de Oficiales por su
quehacer al frente de ambos cometidos 5 . Indudablemente, la tarea
desarrollada bien merece nuestro reconocimiento, porque gracias a
él hemos podido efectuar una parte importante de este estudio 6 .
No ha sido solamente objeto de nuestra atención la
Hermandad de la Santa Caridad, sino también el edificio que la
albergaba, una construcción erigida en las postrimerías del
Seiscientos en pleno corazón de las antiguas mancebías públicas.
Hemos acometido un seguimiento histórico desde la colocación de
la primera piedra, el 5 de agosto de 1683, hasta la conversión del
inmueble en Museo de las Cofradías.
partes:
La tesis doctoral que presentamos se articula en tres grandes
La primera, comprendida por dos capítulos, engloba desde la
fundación de la Hermandad de la Caridad, producida a escasos
meses de la entrada de las tropas cristianas en Málaga, hasta 1682,
fecha en la que ya la Orden de San Juan de Dios se había hecho
cargo de la dirección del hospital Real, regentado desde 1514 por
los cofrades de la Caridad.
Dado el desconocimiento informativo que se tiene de la
antigua Hermandad, ésta se ha podido estudiar por ciertas
actuaciones llevadas a cabo por la propia Institución y por los
5 El Archivo tomó gran consideración entre los hermanos de la Corporación, sirva
como ejemplo el hecho de que Fermín y Josefa Alarcón Sánchez donaran, en abril de
1926, a la Hermandad una cama de matrimonio de su difunto padre Cristóbal Alarcón
Manescau (hermano mayor de la Santa Caridad de 1898 a 1926), para que se empleara
en la construcción de un mueble donde se guardaran los libros y documentos.
6 CAMINO ROMERO, A., “Los fondos documentales de la desaparecida Hermandad
de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo”, en VV. AA., Archivos y fuentes
documentales en torno a las Cofradías, Excmo. Ayuntamiento, Málaga, 2006, pp. 86-
92.
35

hechos más relevantes sucedidos durante los siglos XVI y XVII en
la urbe malacitana.
La segunda, que consta de tres apartados con sus respectivos
capítulos y constituye el núcleo de esta investigación, abarca
practicamente tres centurias, desde su renovación e impulso en
1682 hasta la desaparición en 1965, incluyéndose un capítulo
dedicado a la Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla como
modelo a seguir por sus afiliadas.
Esta parte está conformada por los períodos de gobierno de
los diferentes hermanos mayores o presidentes que tuvo la Santa
Caridad, salvo algunas excepciones que se hacen al carecerse de la
pertinente documentación, sobre todo en las tres cuartas partes del
siglo XVIII y en la primera mitad del XIX.
La tercera y última parte, con dos capítulos, registra el
devenir de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Agonía y María
Santísima de las Penas, desde la llegada en 1966 a la iglesia de San
Julián hasta su establecimiento el 25 de octubre de 2008 en la nueva
sede canónica de la calle Arco de la Cabeza. Durante los primeros
años de su estancia, se convirtió en la defensora de que el complejo
monumental no fuese derribado.
El Obispado adscribió el edificio a la Agrupación de
Cofradías en el año 1976, estableciendo su sede administrativa en
1988. Igualmente, se detalla el proceso de rehabilitación,
conversión y adaptación de la iglesia y de algunas dependencias del
antiguo hospital, situadas en el patio principal, para Museo de las
Cofradías.
Contiene, además, un apartado de los fondos documentales,
hemerográficos y bibliográficos consultados, un apéndice
36

documental complementario, un cuadro cronológico de la
Hermandad, así como un recuento de pobres atendidos en el
hospital desde el Setecientos en adelante y representaciones gráficas
(acumulativas, barras y quesos) de hermanos y ajusticiados de los
siglos XVII al XX.
Con este trabajo se ha pretendido devolver a Málaga la
memoria histórica de la Hermandad de la Santa Caridad, inactiva
desde hace ya cuarenta y cuatro años, que estuvo formada por lo
más distinguido de la sociedad malacitana de cada época (obispos,
nobles, órdenes militares, eclesiásticos, regidores, caballeros,
comerciantes, etc.), así como de los usos del hospital de San Julián
a lo largo de trescientos años, cuando la beneficencia estaba a cargo
de este tipo de instituciones particulares y no del Estado.
Hoy, desgraciadamente, la Santa Caridad no existe pero sí el
inmueble, que estuvo en el punto de mira de la especulación
urbanística de los años sesenta del pasado siglo, con la intención de
derribar un edificio histórico del siglo XVII para levantar en su
lugar un bloque de varias plantas, como había ocurrido con
anterioridad con otros recintos sagrados, verbigracia la parroquia de
la Merced o la iglesia de San José 7 .
Con esta tesis doctoral, titulada “La casa de Dios en
Málaga: la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor
Jesucristo y la iglesia-hospital de San Julián”, esperamos
contribuir a que una parcela de la Historia local de Málaga sea, a
partir de ahora, mejor conocida y que las generaciones actuales y
7 CAMINO ROMERO, A., “El traslado de la Cofradía de las Penas a San Julián y la
defensa del edificio”, Penas nº 37, Venerable Hermandad y Cofradía de Nazarenos
del Santísimo Cristo de la Agonía, María Santísima de las Penas y Santo Domingo de
la Calzada, Málaga, 2005, pp. 75-79.
37

futuras de malagueños y de ciudadanos venidos de otras partes de
España y del mundo para establecerse en nuestra querida ciudad,
como ya sucediera en los siglos XVIII y XIX -poniéndose de
manifiesto en la nómina de hermanos los apellidos extranjeros-,
sepan de la existencia de instituciones, como la Santa Caridad, que
ayudaron a los marginados y a los pobres de la sociedad, siguiendo
la doctrina de Nuestro Señor Jesucristo, de prestar asistencia a los
más necesitados.
38

PARTE I
SIGLOS XV/XVII
LA PRIMITIVA HERMANDAD DE LA CARIDAD
(1487/1682)

CAPÍTULO II:
LA HERMANDAD DE LA CARIDAD EN LOS
SIGLOS XV Y XVI

1.- ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LOS CENTROS
SANITARIOS Y DE LOS HOSPITALES
Las prácticas médicas y sanitarias más remotas y ancestrales
que se conocen en la Historia de la humanidad se localizan en las
antiguas civilizaciones de Egipto, Mesopotamia e India.
Ilustración 2: Fachada del gran templo de Dendera, 1798 [CLAYTON, P. A.,
Redescubrimiento del Antiguo Egipto. Artistas y viajeros del siglo XIX, Reseña, Barcelona,
1994, p. 100]
Así, en Egipto está suficientemente probado que los médicos
se preparaban para ejercer su profesión en la “Casa de la Vida”,
situada junto a los templos. En los papiros conservados se detalla
que el médico dispensaba a los pacientes una atención parecida a la
actual, con la recogida de datos acerca de sus dolencias y males,
pero nada se dice de los lugares donde eran atendidos tras las
intervenciones quirúrgicas o simplemente cuando se hallaban
enfermos 1 . El historiador y viajero Herodoto cuando visitó el país
de Kemi quedó gratamente impresionado de la construcción de la
Gran Pirámide y de su medicina, al comprobar que existía “un tipo
1 RUVIRA BALLESTER, V., “Medicina en el Antiguo Egipto”, en VV. AA., “El
misterioso Egipto”, Extra nº 66, Historia y Vida, Barcelona, 1992, pp. 122-124.
43

de médico para cada enfermedad” 2 . Con la desaparición del
Antiguo Egipto, los conocimientos de Medicina fueron transmitidos
a griegos, romanos y árabes 3 .
En Mesopotamia, y en concreto en el país de Sumer, se sabe,
por las tabillas encontradas en los yacimientos arqueológicos, que
los médicos ejercían su actividad en palacio e, incluso, se ha
llegado a tener constancia de los nombres de algunos de ellos. Y en
la ciudad de Babilonia, los facultativos conocían la existencia de
enfermedades contagiosas aunque no podían explicar su
naturaleza 4 .
En manuscritos encontrados en el Valle del Indo y que se
remontan al siglo VI a. C., se daba cuenta de las Ordenanzas
establecidas por Buda, según las cuales un médico estaba obligado
a asistir a diez aldeas y, en los lugares más apartados, habían de
construirse edificios en los que se pudiera mantener a los
enfermos 5 .
Las culturas clásicas griegas y romanas empleaban algunas
dependencias de los templos del dios helénico de la Medicina,
Asclepio (el Esculapio romano) como centros donde los enfermos
acudían para recibir consejo y asistencia médica. Se conoce la
existencia de alrededor de doscientos “asklepieia” que, aunque
surgieran en los alrededores de Atenas y en la costa de Asia Menor,
se extendieron por las principales rutas comerciales. Estos lugares
2
COTTRELL, L., Las maravillas de la Antigüedad, Editorial La Pléyade, p. 14; [En
línea],
[consulta 15-10-2006]
3
RUVIRA BALLESTER, V., op. cit., p. 124.
4
KLIMA, J., Sociedad y cultura en la Antigua Mesopotamia, Akal Universitaria,
Madrid, 1983, pp. 227-228.
5
AYMARD, A. y AUBOYER, J., Oriente y Grecia antigua, Destino, Barcelona, 1981,
p. 824.
44

no cumplían con los requisitos propios de lo que después se
consideraría hospital.
En el caso de los romanos, los “valetudinarios” se dedicaban
a los esclavos y “los valetudinaria” para los legionarios. Cada
uno de los tipos tuvo algún rasgo propio de hospital, como por
ejemplo: proporcionar cuidados sanitarios, comida y cobijo bajo
el control de personal más o menos experto, pero no pueden ser
calificados como tales en el sentido estricto del término ya que sólo
estaban destinados a grupos de población muy concretos: los
esclavos de un determinado lugar o los soldados heridos en la
contiendas bélicas.
La aparición del hospital surge a tenor de un profundo
cambio de mentalidad sobre la enfermedad y el enfermo a raíz del
advenimiento del cristianismo. Entre las culturas antiguas y clásicas
prevalecía el pensamiento de que la enfermedad se debía a un
castigo impuesto por los dioses. Para su curación, el enfermo
tenía que dirigirse a la divinidad ofendida para rezarle y hacerle
ofrendas. Pero también estaba la figura del enfermo incurable, al
que se le consideraba un pecador y, por ello, estaba destinado al
sufrimiento. Ayudar a un pecador podía ser considerado un acto
impío, ya que podía ir contra el panteón de las deidades.
Sin embargo, con el cristianismo cambió por completo esta
visión. A partir de entonces, el enfermo dejaba de ser una figura
indeseable por la sociedad y se convertía en un elegido por
Dios para que superara esa dura prueba. La persona que aguantaba
la enfermedad contraía un mérito personal. Esta situación movió a
45

la comunidad cristiana a replantearse su cometido, consistente en
asistir a los enfermos corporal y espiritualmente 6 .
De este modo, y con el reconocimiento del cristianismo
como religión oficial del Imperio Romano (bajo el emperador
Constantino) en el siglo IV, el cuidado de los enfermos pasó a
estar regulado por los obispos. Se comenzó a acogerlos en las casas
de los diáconos hasta que el espacio fue insuficiente ante la
demanda, erigiéndose edificios para albergar a estos enfermos.
Estas construcciones fueron conocidas como “xenodoquios”, que
eran los hospitales primitivos de la comunidad cristiana pero, poco
a poco, se ampliaron sus funciones recibiéndose a gente sin hogar.
San Basilio de Cesarea promovió entre los años 370 y 379 uno de
los primeros xenodoquios conocidos a las afueras de la ciudad,
contando con orfanato, hospital, asilo, leprosería, cocina, lechería y
lavandería.
En las noticias referentes al establecimiento instituido por
Basilio en Cesarea tan sólo se hacía mención a la existencia de
médicos, sin especificarse los grados o responsabilidades 7 .
Más adelante, y con el surgimiento de las Órdenes religiosas,
se fundaron monasterios en lugares alejados de las ciudades. San
Benito de Nursia incluyó en su Regla el cuidado de los enfermos.
En las abadías y monasterios se habilitaron unas salas denominadas
“hospitales”, donde se alojaban a los enfermos. Este hecho tan
6 ZARAGOZA RUBIRA, J. R., “Evolución histórica de la asistencia hospitalaria”, en
VV. AA., Los hospitales de Sevilla, Real Academia Sevillana de Buenas Letras,
Sevilla, 1989, pp. 130 y 131.
7 BROWNING, R., “El Bajo Imperio Romano”, en VV. AA., Historia de las
civilizaciones antiguas, Arthur Cotterell, Barcelona, 1985, pp. 144-146; GONZÁLEZ
DE PABLO, A., “La aparición de los hospitales en Bizancio”, Historia de los
Hospitales nº 4, pp. 60-61.
46

noticiable dio origen a que el hospital se usara para los que venían
de fuera, y la enfermería se empleara para los propios monjes. Al
mismo tiempo, se abría una hospedería para pobres que iban de
paso y no tenían un sitio donde alojarse.
Conforme avanzaba la etapa medieval se fueron produciendo
cambios significativos. El cuidado de los enfermos dejará de estar a
cargo del clero regular, ya que los hospitales comenzarán a
construirse en el interior de las ciudades, en ocasiones cerca de las
catedrales o iglesias relevantes. A estos lugares se les llamará
“Hotel de Dieu” (Casa de Dios).
Uno de estos centros fue fundado en Lyon en el año 542,
sirviendo como casa de caridad que no dependía de una Orden
religiosa. Era regentado por laicos que realizaban trabajos
caritativos, aparte de los propios de la enfermería. Este lugar estaba
diseñado para acoger a huérfanos, pobres, débiles y enfermos.
Otro Hotel de Dieu, fue creado en París por el obispo
Landerico entre el año 650 y 651. Estuvo regido por las monjas
agustinas (primera Orden religiosa de enfermería) y atendido por
mujeres que vivían en el propio nosocomio 8 .
En la ciudad de Roma, se erigió el hospital del Santo Espíritu
en el año 717. Fue el más grande de los hospitales medievales
edificados con el fin de cuidar a los enfermos. Éste se convirtió en
prototipo para el desarrollo de otros establecimientos sanitarios. La
novedad estribaba en que tenían pabellones separados de hombres y
mujeres y, además, unas estancias para convalecientes 9 .
8
[En línea],
[consulta 15-10-2006]
9
GÓMEZ BORRERO, P., Caminando por Roma, Plaza & Janés, Barcelona, 1999, p.
103.
47

Ilustración 3: Grabado del hospital del Santo Espíritu de Roma
En nuestros días, se mantienen estas tres instituciones
hospitalarias medievales anteriormente citadas, la de Lyon, Paris y
Roma, construidas en los exteriores de los muros monásticos.
Los caminos de peregrinación fueron lugares escogidos para
la construcción de hospederías de peregrinos. En el caso de España,
con el camino de Santiago se multiplicaron los hospitales bajo cuya
dirección se encontraban las Órdenes monásticas. No obstante, en
nuestro suelo la primera fundación hospitalaria conocida fue un
xenodoquio, auspiciado en el año 580 por el obispo godo Mason en
la ciudad de Mérida, en el que se daba cobijo a peregrinos y
enfermos 10 .
En Inglaterra, el primer hospital se erigió en York, siendo
construido por Athelstan alrededor del año 936. Se trataba de
una casa de caridad que tenía un pabellón para leprosos.
Posteriormente, la reina Matilde en 1101 puso en marcha el hospital
10 FERNÁNDEZ MÉRIDA, Mª. D., “Aproximación a la historia de la arquitectura
hospitalaria”, Cuadernos de Arte e Iconografía, tº XV, nº 29, Fundación Universitaria
Española, Madrid, 2006.
48

San Giles para el cuidado de cuarenta leprosos. Y Ricardo, prior de
Berdmonsey, creó en 1213 el de Santo Tomás, para asistir a los
enfermos, dar refugio a los pobres y hospedar a los viajeros y
peregrinos, no admitiéndose en él a leprosos.
Durante la época de las Cruzadas, la misión de las Órdenes
religiosas consistía en cuidar de los enfermos, edificándose un gran
número de hospitales en la zona mediterránea. En ese sentido,
destacó la Orden de los Caballeros de San Juan de Jerusalén, que
recibía muchas limosnas, lo que permitía a sus miembros fundar
este tipo de establecimientos. No sólo se dedicó la Orden a asistir a
sus propios internados sino a acoger a más enfermos, dementes,
niños huérfanos, etc. Ya en la Edad Moderna el complejo sanitario
más grande e importante construido por los Caballeros
Hospitalarios fue fundado en 1575 en la isla de Malta 11 .
Las construcciones medievales se venían caracterizando por
ser de una sola nave o de planta rectangular. A partir de la segunda
mitad del siglo XV, se produjo un cambio trascendental en Italia,
en el Ospedale Maggiore, de Milán, trazado por el arquitecto
italiano Antonio Averlino 12 . Su proyecto se inspiraba en un edificio
de naves en forma de cruz, con cuatro patios inscritos en el
cuadrado o rectángulo total, disponiéndose una crujía con capilla en
el centro 13 . Este tipo de edificación se introdujo en toda Europa,
incidiendo especialmente en Italia, Francia y España.
11
[En línea],
[consulta 15-10-2006]
12
Conocido con el sobrenombre de “Filarete”.
13
Es el primer edificio hospitalario sin vinculación religiosa, atendiendo a los aspectos
sanitarios y técnicos. En la misma época, Filippo Brunelleschi construyó el hospital de
los Inocentes en Florencia.
49

En nuestro país, y a principios del Quinientos, se implantó
en ciudades como Valencia, Santiago de Compostela, Toledo y
Granada, con el nombre de “hospital Real” o de los Reyes
Católicos. El más destacado fue el de la Santa Cruz de Toledo, obra
importantísima del Renacimiento, diseñada por Enrique Egas que
atendía a la política hospitalaria de los referidos monarcas 14 .
Fuera de la órbita cristiana, concretamente en el mundo
islámico, apuntamos el elevado grado de organización hospitalaria
alcanzada. El primer gran hospital árabe fue el concebido en la
ciudad de Bagdad en el siglo X, bajo la dirección de Rhazés. En
el año 1300, y en El Cairo, se creó el de Al-Mansur. Precisamente,
esta Institución fue visitada y citada por muchos autores, quienes
dieron a conocer que albergaba a 8.000 personas (entre hombres y
mujeres) y contaba con enfermerías ocupadas por los pacientes más
graves, consultas ambulatorias y un servicio de asistencia social,
puesto que a quienes carecían de medios les era entregada una
cantidad al abandonar el centro 15 .
Una vez repasados los antecedentes médicos y sanitarios,
surgidos varios siglos antes del nacimiento de Jesucristo, y la
existencia de hospitales durante las Edades Media y Moderna en
Europa y Oriente, vamos a encargarnos ahora de tratar del
establecimiento sanitario creado en la ciudad de Málaga por una
corporación benéfico-asistencial.
14
[En línea], [consulta 15-10-
2006]
15
[En línea],
[consulta 15-10-2006]; GIRÓN IRUESTE, F., “Los hospitales islámicos”, Historia de
los Hospitales nº 8, pp. 117-119.
50

2.- LA FUNDACIÓN DE LA HERMANDAD Y EL HOSPITAL
DE SANTA CATALINA MÁRTIR DE MÁLAGA
Siete siglos después del dominio musulmán, Málaga volvió a
ser cristiana el 18 de agosto de 1487. Los Reyes Católicos, antes de
hacer su entrada en la ciudad del río Guadalmedina, mandaron al
cardenal de España, Pedro González, acompañado por los obispos
de Ávila, Fernando de Talavera; de Badajoz, Pedro Prexamo; y de
León, García de Valdivieso, que bendijera y consagrara la Mezquita
Mayor, que se dedicó a Nuestra Señora de la Encarnación, por ser
ésta una de sus advocaciones preferidas.
Ilustración 4: Los Reyes Católicos en posición orante ante la imagen de la Virgen de los
Reyes. Catedral de Málaga [Foto: Rafael Rodríguez Puente]
El día siguiente, festividad de San Luis obispo de Tolosa, sus
majestades Fernando e Isabel accedieron al interior del recinto
amurallado, dirigiéndose a la Iglesia Mayor, donde asistieron a una
solemne misa. En el séquito que acompañaba a los monarcas, se
encontraba Pedro Díaz de Toledo y Ovalle, limosnero mayor de la
51

Reina, quien se convirtió en 1488 en el primer obispo de la Málaga
cristianizada 16 .
Muchas serían las realizaciones llevadas a cabo en los once
años de su pontificado (1488/99), como: la redacción de los
Estatutos que regirían la Iglesia Mayor y a los que se someterían los
capitulares 17 ; propició el establecimiento, a un lado y a otro del
Guadalmedina, de los conventos de franciscanos (1489) y de
dominicos (1495); aconsejó la conversión de la ermita, donde
recibía culto Nuestra Señora de la Victoria, en monasterio de frailes
mínimos; y ayudó al rescate de cautivos 18 . Con anterioridad a su
nombramiento como Prelado, se había formado en 1487 -poco
después de la conquista del núcleo urbano- una Hermandad de
Caridad, siendo la primera entidad benéfica y asistencial conocida
que se erigía en Málaga 19 .
La ausencia de fuentes escritas acerca de dicha Hermandad
durante esta fase histórica, impide que conozcamos detalles de su
creación 20 . Ante la falta de noticias documentales, acudimos a unas
16 GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Málaga: Perfiles de su historia en documentos del
Archivo Catedral (1487/1516), Málaga, 1994, p. 194.
17 Para una mayor información, consúltese: Estatutos de la Catedral de Málaga,
recogidos directamente de los originales por el Dr. Luis Morales García-Goyena,
profesor interino de Paleografía en la Universidad de Granada, Granada, Imp. y Lib.
de López Guevara, 1907.
18 GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., op. cit., pp. 195 y 200.
19 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, REGLA DE LA HERMANDAD DE LA S[ANTA].
CARIDAD DE NVESTRO S[EÑOR]. JESV CHRISTO, sita en la ciudad de Malaga,
RENOVADA POR SVS HERMANOS en el año de 1682. SIENDO DIGNÍSIMO
OBISPO DE dicha ciudad el Ilustr[ísimo]. y Rev[erendísimo]. Señor DON Fr[ay].
ALONSO DE S. THOMAS, del Consejo de su Majestad, &c., cap. I, fol. 1.
20 Parece ser que esta cuestión se va a repetir frecuentemente entre hermandades
benéficas de cierta antigüedad. Ponemos como ejemplo a la Hermandad de la Santa
Caridad de la ciudad de Sevilla, de la que poco se conoce a pesar de que su fundación
se produjo en el año 1565, fecha posterior a la de Málaga. Los historiadores que han
estudiado a la Corporación hispalense, se encuentran con idénticos problemas al
nuestro [GRANERO, J. Mª., Don Miguel Mañara Leca y Colona y Vicentelo. Un
caballero sevillano del siglo XVII, Sevilla, 1963, pp. 293 y 294].
52

posteriores Reglas de la Hermandad de la Caridad, redactadas en el
año 1682, en las que se contaba había sido “instituida por los
Nobles Pobladores” 21 . José Luis Álvarez de Linera Duarte,
estudioso y miembro de la Hermandad de la Santa Caridad como se
dijo páginas atrás, realizó en 1932 un Compendio de la Regla de la
Hermandad de la Santa Caridad, exponiendo que:
“Rescatada la Ciudad de Málaga del poder de
los Moros en 18 de Agosto de 1487, el Maestre
Bartolomé de Baena, Prior de la Santa Iglesia
Catedral, Protonotario, Escritor Apostólico,
Provisor y Vicario General del Obispado, en
union de algunos Capitanes y pobladores,
poseidos de un piadoso celo de abnegacion y
caridad, formaron una Hermandad (...)” 22 .
Como se puede leer, Álvarez de Linera no precisaba la fecha
de su fundación, aunque sí facilitaba la identidad de Bartolomé de
Baena como posible impulsor. Este autor otorgaba a dicho
eclesiástico el número uno en un registro de hermanos que él
mismo había elaborado, consignando que había ingresado el 19 de
agosto de 1488, justamente al año de la entrada de las huestes
cristianas en Málaga 23 .
Suponemos que la Hermandad de la Caridad no surgió a los
“pocos días de la conquista hecha por los Ss[eño]res. Reyes
Catolicos D. Fernando y Dª. Ysabel”, como se aseguraba en unos
21 GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., op. cit., p. 154. Se daba a conocer los nombres de
varios de los primeros pobladores de la Málaga cristiana.
22 ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de la Regla de la Hermandad
de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo, sita en su hospital particular de San
Julián, de la ciudad de Málaga, Málaga, 1932, p. 4.
23 A.H.C.P. ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Registro de los Hermanos de la
Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo”, tº I, s/a., s/f.
53

Estatutos fechados en 1819 24 , ni tampoco al año siguiente, como
había señalado Álvarez de Linera en su registro de hermanos.
Creemos que lo primordial, en este caso, sería conocer cuánto
tiempo tardó en poblarse Málaga de cristianos viejos. De ese modo,
estaríamos en disposición de plantearnos cuándo comenzaron a
surgir los primeros desfavorecidos de la incipiente sociedad. Antes
de llegar a ese momento, convendría resaltar cómo se inició el
proceso de repoblación ordenado por los Reyes Católicos.
Ilustración 5: José Luis Álvarez de Linera Duarte [VV. AA., Málaga. Personajes en su
Historia, Arguval, Málaga, 1986, p. 365]
Los monarcas encomendaron a Cristóbal de Mosquera y a
Francisco de Alcaraz que procedieran al repartimiento de los bienes
raíces de los vencidos entre los nuevos pobladores. Al parecer, se
dispuso que en Gibralfaro, la ciudad y sus arrabales se asentaran los
24 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, “Constituciones y Reglas de la Venerable Hermandad de
la Santa Caridad de Nuestro S[eñ]or. Jesu-christo. Sita en la Yglecia y Hospital de San
Julian de la Ciudad de Malaga”.
54

vecinos. Efectuado el recuento general de la riqueza de Málaga y de
su término municipal, se enviaron a Fernando y a Isabel las
relaciones de los vecinos agrupados según la condición social, con
objeto de determinar lo que habría de repartirse a cada uno 25 .
Sabemos, por la aportación del profesor José María Ruiz Povedano,
que en el período comprendido entre los días 29 al 31 de agosto y
durante el mes de septiembre de 1487, ya habitaban la ciudad 1.395
almas 26 . Este autor también citaba que el doblamiento castellano de
Málaga fue “la mayor empresa repobladora y de movilidad
demográfica acometida por los Reyes Católicos en el reino de
Granada” 27 . En efecto, y como aludía Vidal González Sánchez, este
avecindamiento trajo consigo oficios necesarios para el desarrollo
de la vida ciudadana 28 . Esa cifra de asentados induce a pensar que,
en el otoño, podría haberse constituido la Institución para “la
curación de pobres enfermos, y enterrar a los difuntos pobres” 29 . No
obstante, es difícil fijar una fecha exacta de la creación de la
Hermandad al carecerse de documentos originales de esa época,
aunque el escritor Narciso Díaz de Escovar presentaba la del día 5
de diciembre de 1487 30 .
Con respecto a la identidad del fundador, en unas reseñas
documentales se menciona que fue el eclesiástico Bartolomé de
25
BEJARANO ROBLES, F., “El repartimiento y la repoblación de Málaga”,
Gibralfaro nº 24, Instituto de Estudios Malagueños, Málaga, 1972, p. 54.
26
RUIZ POVEDANO, J. Mª., Poder y sociedad en Málaga: la formación de la
oligarquía ciudadana a fines del siglo XV, Excma. Diputación, Málaga, 1989, p. 29.
27
RUIZ POVEDANO, J. Mª., Málaga, de musulmana a cristiana, Ágora, Málaga,
2006, p. 178.
28
GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Caracteres de la sociedad malagueña en el siglo XVI,
Excma. Diputación, Málaga, 1986, p. 154.
29
A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, REGLA DE LA HERMANDAD DE LA S[ANTA].
CARIDAD DE NVESTRO S[EÑOR]. JESV CHRISTO..., cap. I, fol. 1.
30
DÍAZ DE ESCOVAR, N., Apuntes históricos malagueños ó apuntes en forma
cronológica que comprendían la historia de Málaga y su provincia, pp. 116 y 117.
55

Baena 31 , pero en otras, como las Constituciones tanto manuscritas
como impresas de 1682, nada se dice 32 . De todos modos, sobre él,
Díaz de Escovar escribió lo siguiente:
“D. Bartolomé Baena, que fue más tarde
Prebendado de esta Catedral y otras personas,
formaron una hermandad que cuidase de la
curación y asistencia de enfermos pobres” 33 .
El hecho de que refiriese que uno de los fundadores de la
Hermandad fuese miembro de la Iglesia, ponía de manifiesto que
esta Institución, a nivel general, prestaba la ayuda a los más
necesitados de la sociedad a través de la fundación de hospitales,
orfanatos y asilos 34 .
En Málaga, una vez formada la entidad benéfica sólo faltaba
buscar un lugar apropiado donde se desarrollaran los fines
misericordiosos reflejados. Para ello, se alquiló una casa, propiedad
de Felipe de Zayas, junto a la calle Mesón de Vélez 35 ,
convirtiéndose, según el historiador Ildefonso Marzo, en el primer
31 ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de la Regla de la Hermandad
de la Santa Caridad..., p. 4; A.H.D.M. Leg. 77, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA
DUARTE, J. L., “Crónica de la Venerable Hermandad de la Santa Caridad...”, s/f.
32 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2.
33 DÍAZ DE ESCOVAR, N., Apuntes históricos malagueños ó apuntes en forma
cronológica que comprendían la historia de Málaga y su provincia, pp. 116 y 117.
34 GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Caracteres de la sociedad..., p. 129.
35 La calle del Mesón de Vélez fue llamada así por haberse establecido en ella
una posada con ese nombre, que fue derribada en 1885. Esta calle desembocaba en
un lugar denominado de la Encrucijada, en el que confluían, igualmente, las de Casas
Quemadas, Postas y Salinas. Algunas de estas nominaciones han desaparecido del
callejero, pero otras se mantienen como esta última y la de Mesón de Vélez.
Evidentemente, la morfología urbana de esta zona de Málaga cambió, sin duda
alguna, con la apertura de la calle del Marqués de Larios en 1891.
56

hospital de la ciudad con la denominación de Santa Catalina
Mártir 36 .
Los hermanos de la Caridad hicieron frente a los gastos
aportando cantidades pecuniarias, capitales a censo y otros bienes 37 .
Asimismo, en el patio del establecimiento sanitario, del que no se
posee ninguna referencia descriptiva, se celebraron comedias que
reportaron pingües beneficios a la Hermandad con los que saldar
deudas pendientes 38 . A este respecto, la profesora Carmen González
Román señalaba que las representaciones teatrales en el hospital de
Santa Catalina debieron comenzar en el temprano año de 1490 39 .
Desde sus inicios fundacionales, los cofrades se dirigieron al
obispo Pedro Díaz de Toledo y Ovalle para que les ayudara como
limosnero mayor que había sido de la reina Isabel. Éste atendió la
petición entregándoles:
“(...) una considerable limosna por una vez;
pero conociendo era esta transeúnte, le aplicó
para su estabilidad y permanencia la
hospitalidad que sus Altezas le habían mandado
hacer en esta Ciudad con el título de Hospital
Real de la Caridad, con todas sus rentas, que
36 MARZO, I., Historia de Málaga y su provincia, editor José del Rosal, tº II, Málaga,
1851, p. 41. La devoción y veneración a esta santa se mantuvo durante el siglo XVII
en nuestra ciudad, así lo prueba el hecho de que el corregidor Fernando Carrillo y
Manuel, marqués de Villafiel, mandara colocar una imagen de ella, realizada en
alabastro, en una hornacina situada en la Puerta Nueva [MORALES FOLGUERA, J.
M., “Málaga ¿Una ciudad en crisis?” en VV. AA., (Coord. y dtor. MORALES
FOLGUERAS, J. M.), Málaga en el siglo XVII, Excmo. Ayuntamiento, Málaga, 1989,
p. 44].
37 A.H.D.M. Leg. 77, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Crónica de la
Venerable Hermandad de la Santa Caridad....”, s/f.
38 GUILLÉN ROBLES, F., Historia de Málaga y su provincia, tº II, Málaga, 1874,
Arguval, edición facsímil 1991, p. 502.
39 GONZÁLEZ ROMÁN, C., “La puesta en escena de la Santa Juana de Tirso de
Molina en la casa de comedias vieja de Málaga”, Boletín de Arte nº 13-14,
Universidad, Málaga, 1992/93, pp. 107 y 108.
57

consistian en la tercera parte de dos novenos y
medio de la masa Decimal, que gozaban los
demás Hospitales, y las rentas de los
Hospitales, que aunque ya fundados, no tenían
ejercicio, por no ser suficientes para su
manutención” 40 .
3.- OTRAS INSTITUCIONES SANITARIAS
En la fase cronológica fijada entre 1492 y 1500, surgió el
hospital de San Lázaro. Los reyes Fernando e Isabel fundaron en la
primera de las fechas aludidas dicho establecimiento a las afueras
del recinto amurallado, con objeto de que la población no se
contagiara de lepra, puesto que los portadores de la enfermedad
vagaban libremente por las calles y se mezclaban con los
habitantes 41 .
A principios del siglo XVI, se fundaron dos hospitales: el de
Nuestra Señora de Santa Ana o de las “Bubas” y el de Santo Tomé
o Tomás. Con respecto al primero de los enunciados, el presbítero
Cecilio García de la Leña apuntaba que dos ermitaños, Álvaro
Alvarado y Pedro Pecador (éste después ingresaría en la Orden
Hospitalaria de San Juan de Dios) convirtieron un mesón, sin
uso desde 1493, en este centro sanitario 42 . Según el historiador
Ildefonso Marzo, lo mandó levantar Garci Fernández Manrique 43 .
Y Guillén Robles, sin embargo, anotó que, en 1565, dos ermitaños,
Álvaro Alvarado y Pedro Pecador, transformaron un mesón en
nosocomio para la curación de enfermedades importadas de
40
GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº III, p. 199.
41
A.C.C.M. Leg. 675, pza. 3, “Cronología Episcopal o Sucesion Pontificia de los
Señores Obispos de Malaga”, tº I, año 1776, fols. 39 v. y 40.
42
GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº III, p. 249.
43
MARZO, I., op. cit., p. 41.
58

América y que “se habian desarrollado con deplorable intensidad
en los años anteriores” 44 . El hospital de Santa Ana estaba situado
extramuros de la ciudad, cerca de la puerta de Granada 45 . En esta
sede se asentó la Archicofradía de la Santa Vera Cruz y Sangre, tras
permanecer unos años en una ermita situada entre el monte
Gibralfaro y el cerro San Cristóbal, por estar más próxima de la
población. Se ignora la fecha en que se instaló en la capilla de dicho
hospital pero no la de su estancia, que se extendió hasta 1584 46 . La
génesis de esta Cofradía pasionista -la primera de su género- es
bastante confusa por la distancia que nos separa del tiempo en el
que se fundó y por la carencia de fuentes escritas, elementos que,
de alguna manera, impiden resolver la nebulosa que se cierne en
torno a su origen 47 . En un inventario documental del siglo XIX,
perteneciente a esta Archicofradía, aparecía una anotación en la que
se reseñaba que los primeros Estatutos fueron aprobados en abril
de 1505 48 . Con esto quiere decirse que, tras la Hermandad de la
Caridad, fue la siguiente Corporación en constituirse, al menos que
tengamos conocimiento.
Y con relación al de Santo Tomé, tanto García de la Leña
como Marzo afirmaban que fue creado por el regidor Diego García
de Hinestrosa 49 y terminado de construir en 1507 50 . Guillén Robles,
44
GUILLÉN ROBLES, F., op. cit., tº II, p. 502.
45
Para el estudio de la Institución en el Seiscientos, consúltese a: ZAMORA
BERMÚDEZ, M., “Funcionamiento del Hospital de Santa Ana en la Málaga de fines
del siglo XVII”, Jábega nº 54, Excma. Diputación, Málaga, 1986, pp. 34-40.
46
A.H.P.M. Escribanía de Diego de Astorga, leg. 416, s/f. Documento fechado el 11 de
octubre de 1584.
47
CAMINO ROMERO, A., “Vera Cruz. 500 años de veneración en Málaga
(1505/2005)”, Catálogo Exposición, Excmo. Ayuntamiento, Málaga, 2005, p. 9.
48
A.M.M. Leg. 62-C, lib. de cabildos y cuentas (1828/32).
49
Para conocer más a fondo al personaje, consúltese a: ROMERO DOMÍNGUEZ, A.,
El hospital de Santo Tomás, vol. I, Cilniana, Marbella, 2003.
59

en cambio, señalaba erróneamente que lo había fundado en el
primer año del siglo XVI el obispo de Málaga Diego Fernández de
Hinestrosa 51 . Contó con 15 camas 52 y en él sólo se admitieron, por
expreso deseo del fundador, enfermos curables o que no portaran
enfermedades infecciosas 53 . Se encontraba ubicado frente a la
fachada gótica isabelina de la parroquia de El Sagrario 54 .
Otros hospitales creados a lo largo de este siglo, aunque de
menor relevancia que los anteriores, fueron los de San Juan de
Letrán 55 y Santa Lucía. El primero, se situaba muy cerca del
convento de Nuestra Señora de la Merced y el segundo, en la calle
de su mismo nombre 56 .
La creación de estos centros hospitalarios sirvió para atender
a la población enferma y, posiblemente, para hacer frente a los
brotes epidémicos de 1522, 1580, 1582 y 1597 57 . En este sentido,
50 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº III, p. 275; MARZO, I., op. cit., p. 42.
51 GUILLÉN ROBLES, F., op. cit., tº II, p. 503.
52 Según el testamento otorgado por Diego García de Hinestrosa el 6 de agosto de
1505, el número de enfermos no podía sobrepasar de 15: uno, por Jesucristo; uno, por
la Virgen María; doce, por los apóstoles; y uno, por Santa Catalina Mártir [CEANO
GONZÁLEZ, D., “Reflexiones sobre el Hospital de Santo Tomás”, Matacan nº 1,
Academia Malagueña de las Artes y las Letras, Málaga, 2007, p. 4].
53 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº III, p. 275; MARZO, I., op. cit., p. 42.
54 Este edificio quedó completamente destruido en el siglo XIX, a causa de un
terremoto, erigiéndose uno nuevo. En su fachada de la calle Santa María hay una
inscripción que recuerda este suceso: “ESTE HOSPITAL FUE FUNDADO EL AÑO
1505 POR EL ILUSTRE CABALLERO/ ADJUNTO A LOS REYES CATOLICOS,
DIEGO GARCIA DE HINESTROSA/ EL QUE PARA SU SOSTENIMIENTO,
LEGO TODOS LOS BIENES QUE POSEIA./ LOS TERREMOTOS ACAECIDOS
EL 25 DE DICIEMBRE DE 1884,/ LO RESINTIERON DE TAL MODO QUE FUE
PRECISO SU TOTAL DEMOLICION./ LA JUNTA DE PATRONOS QUE LO
ADMINISTRA ACORDO SU/ RECONSTRUCCION, ENCARGANDO AL
ARQUITECTO PROVINCIAL DN. JUAN/ N. DE AVILA Y BERMUDEZ DE
CASTRO, LA DIRECCION Y PLANOS, QUE/ EMPEZARON LAS OBRAS EN
1888, / Y TERMINARON EN 1891”.
55 El hospital de San Juan de Letrán también hacía las funciones de hospicio,
acogiendo a peregrinos que iban a Santiago o a Roma.
56 GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Caracteres de la sociedad..., p. 155.
57 DÍAZ DE ESCOVAR, N., Curiosidades malagueñas. Colección de tradiciones,
biografías, leyendas, narraciones, efemérides, etc. que compendiarán, en forma de
60

hay que prestar especial atención a la situación estratégica del
puerto de Málaga que aunque reportaba enormes ganancias a la
ciudad por la actividad generada, también perjudicaba desde el
punto de vista sanitario, al convertirse en la puerta de entrada de
enfermedades contagiosas portadas por marinos y viajeros,
procedentes de allende el mar 58 .
Ilustración 6: Portada del actual edificio del hospital de Santo Tomé [Foto: A.C.R.]
Un asunto que preocupó seriamente a las autoridades
gubernativas era el incremento de pobres forasteros que llegaban
enfermos a esta localidad. Así, el Cabildo secular tomó en 1599
como medida la expulsión de éstos, ya fueran hombres o mujeres.
En el caso de los naturales, debían presentar la correspondiente
artículo separados, la Historia de Málaga y su provincia, Málaga, Tipografía de
Zambrana Hermanos, 1899, edición facsímil, Arguval, 1993, pp. 161-165.
58 GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Caracteres de la sociedad..., pp. 57 y 58.
61

cédula expedida por el Alcalde Mayor 59 . Quizás esta decisión
estuviese motivada por el fin de erradicar la mendicidad de las
calles y de velar por la salud de los habitantes, puesto que hacía
escasas fechas que la ciudad había estado sumida en una epidemia.
En este sentido, la profesora Rodríguez Alemán indicaba que:
“(...) al no existir un pensamiento científico
consolidado, se tendía a una percepción
psicológica de la enfermedad que generaba
obsesiones culpabilizadoras que, en último
término, se concretan en grupos étnicos
(berberiscos, judíos...), religiosos (herejes,
moriscos...) y socioeconómicos como era el
sector formado por los vagabundos” 60 .
4.- BARTOLOMÉ DE BAENA, ¿PRIMER HERMANO
MAYOR DE LA HERMANDAD?
No poseemos ningún documento original que acredite que
fuese el primer hermano mayor de la Hermandad de la Caridad. No
obstante, mantendremos con reserva esta circunstancia, pese a que
diversos autores de reputado prestigio, como el caso de José Luis
Álvarez de Linera, lo reconociesen como tal.
Existen pocos datos biográficos sobre el maestre Bartolomé
de Baena, pero sí se sabe que, en 1514, escribió a Roma para
solicitar la dignidad de prior de la Santa Iglesia Catedral de Málaga,
aprobándolo el Cabildo eclesiástico con la condición de que, una
vez transcurrido el período del cargo, pasase al canónigo más
antiguo. En consecuencia, De Baena solicitó que se creara la
59 A.M.M. Lib. 28, aa. cc. de 16 de abril de 1599, fol. 163 v.
60 RODRÍGUEZ ALEMÁN, I., Sanidad y contagios epidémicos en Málaga (siglo
XVII), Excma. Diputación, Málaga, 2002, p. 44.
62

dignidad de prior, unida a la canonjía que disfrutaba, teniendo su
asiento inmediatamente después del arcediano de Vélez, que era
el que, hasta entonces, cerraba la nómina de cargos dentro del
Cabildo, constando así en los Estatutos redactados por el obispo
Pedro Díaz de Toledo y Ovalle 61 . En la sesión celebrada por el
Cabildo el 7 de enero de 1519, Bartolomé de Baena entregó la bula
original de la creación del priorazgo para que pasara al Archivo de
la Catedral 62 . Fallecido éste, nunca más se eligió a un prior,
incumpliéndose así lo enunciado 63 .
Otros aspectos que conocemos de él fue el de la compra que
efectuó en 1525 de un esclavo, de nombre Francisco, al portugués
Rodrigo Martines 64 ; como prior de la Iglesia Mayor de Málaga y
beneficiado de La Rambla, villa de la diócesis cordobesa, dio dos
poderes en ese mismo año ante el escribano de Cabildo Diego de
León: uno, a Antón Gómez, clérigo y vecino de Córdoba, para que
tomara cuenta a los herederos del racionero Juan Pliego 65 , y otro, a
Gonzalo de la Luz, de la iglesia de La Rambla, para cobro 66 .
Por la parte que respecta a la Hermandad de la Caridad, De
Baena había dejado de guiarla en el año 1493. Los posibles
sustitutos serían Alonso López y Pedro de Córdoba, quienes para
esa fecha ya actuaban como máximos mandatarios. Así se aprecia
en una noticia hallada en Los Repartimientos de Málaga, cuando
61
BOLEAS Y SINTAS, M., Descripción histórica de la catedral hace su canónigo
doctoral..., Málaga, 1894, Universidad, edición facsímil 1998, pp. 4 y 5.
62
A.C.C.M. Leg. 1.024, pza. 5, fol. 216 v.
63
BOLEAS Y SINTAS, M., op. cit., p. 5.
64
A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 3, carp. 2, fol.
337. Agradecemos a Agustina Aguilar Simón, archivera municipal, esta aportación
documental, así como otras efectuadas del siglo XVI.
65
A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 3, carp. 5, fol.
182.
66
Ibídem, carp. 6, fol. 239.
63

los referidos cofrades fueron citados para recibir unas casas en la
calle Mercaderías (actual Santa María), que habían pertenecido al
mercader Juan de Bonilla 67 . Pese a esta sustitución, De Baena
siguió vinculado a la Hermandad como mínimo hasta el año 1533,
puesto que figuraba en la relación de asistentes a un cabildo de
hermanos, donde se otorgaba un poder notarial al procurador
Rodrigo de Santisteban para que representara a la Corporación en
los pleitos y causas que se ocasionaran 68 .
5.- LA ENTREGA DEL HOSPITAL REAL A LA
HERMANDAD DE LA CARIDAD
Con la conquista de Málaga por los Reyes Católicos, los
primeros habitadores se lanzaron a cambiarla, erradicando todo
rastro de la cultura y la religión islámica. Para llevar a cabo una
rápida transformación urbana, los nuevos pobladores se valieron de
la consagración de mezquitas como iglesias, de la erección de
ermitas, capillas callejeras y parroquias, así como del
establecimiento de las Órdenes religiosas que contribuyeron a
cubrir las necesidades espirituales de los cristianos viejos 69 .
También se produjo una reforma interior y se implantó un nuevo
modelo de ciudad que consistía en aumentar el espacio urbano y en
adaptarlo a las nuevas necesidades de los vecinos 70 . Luego, se
llevaron a cabo una serie de obras regias, encontrándose entre éstas
la del hospital Real. No se ha podido averiguar la fecha del
67
BEJARANO ROBLES, F., Los Repartimientos de Málaga, tº I, Universidad/Excmo.
Ayuntamiento, Málaga, 1985, p. 37.
68
A.R.Ch.G. Caja 846, pza. 1.
69
RODRÍGUEZ MARÍN, F. J., Málaga conventual. Estudio histórico, artístico y
urbanístico de los conventos malagueños, Arguval/Cajasur, Málaga, 2000, p. 21.
70
RUIZ POVEDANO, J. Mª., Málaga, de musulmana..., pp. 317-320.
64

comienzo ni tampoco la de su culminación, al no haberse
localizado fuente documental alguna que arrojara luz sobre dicha
cuestión. Probablemente, el estilo arquitectónico del edificio fuese
gótico español, como el del hospital Real de Granada, cuya
construcción se inició en 1511 quedando interrumpido luego por la
muerte del rey Fernando (1516) y reanudado en 1522 por su nieto el
emperador Carlos 71 . La entrega del complejo sanitario a la
Hermandad de la Caridad se realizó en el año 1514, siendo
efectuada bajo el episcopado de Diego Ramírez de Villaescusa 72 .
Los hermanos de la Corporación se mudaron en esa fecha al
hospital Real de la Caridad, de mayor amplitud y comodidad que el
de Santa Catalina Mártir, situado en la calle de la Espartería 73 , muy
cerca de la Iglesia Mayor 74 .
El hospital Real contaba con dos claustros. El principal, de
forma rectangular, se hallaba casi en el centro del mismo, de
manera que uno de sus laterales coincidía con la alineación actual
de la calle Molina Lario. Y el secundario, se levantaba sobre el
espacio ocupado por la citada vía urbana 75 . En uno de los patios
debió construirse una fuente de mármol de cuya base nace la cruz
de nudos corporativa con una inscripción: “REGNA / VITA
71 [En línea], [consulta 15-10-2006]
72 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, REGLA DE LA HERMANDAD DE LA S[ANTA].
CARIDAD DE NVESTRO S[EÑOR]. JESV CHRISTO..., cap. I, fol. 1.
73 La calle Espartería se extendía desde la plaza del Mar hasta la puerta de Espartería,
recorriendo paralelamente la muralla. En la actualidad sólo se conserva el primer
tramo de la calle Esparteros.
74 A.H.D.M. Leg. 77, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Crónica de la
Venerable Hermandad de la Santa Caridad...”, s/f.
75 RODRÍGUEZ MARÍN, F. J., op. cit., pp. 383-384.
65

LIGNO / DEUS/ 1598 76 . La iglesia del hospital era muy modesta,
con dos naves de techos planos que apenas tenían altura, dado que
sobre éstas se encontraban dos salas para enfermos. La mayor de las
naves medía veinte varas de largo y siete de ancho, y la menor
quince y media de largo por cinco y media de ancho. A los pies de
esta última, había un habitáculo casi cuadrado que se empleaba
como enterramiento 77 . Aunque se ignora la fecha de bendición, este
templo pasó a depender de la parroquia del Sagrario por
establecerse en su ámbito. De hecho, sus sacerdotes acudirían a las
inhumaciones que se produjeran en este lugar, así se afirmaba en un
documento fechado en 1664 78 .
Ilustración 7: Hospital Real de la Caridad. Desaparecido [Foto: A.D.E.]
76
VV. AA., [Coord. y dtora. CAMACHO MARTÍNEZ, R.], Guía histórica-artística
de Málaga, Arguval, Málaga, 1997, p. 273. El significado de esas palabras latinas es el
siguiente: “DIOS REINA EN LA VIDA POR MEDIO DE LA CRUZ”.
77
RODRÍGUEZ MARÍN, F. J., op. cit., pp. 383-384.
78
A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 29, vol. 2, fol.
649 v.
66

Al poco tiempo de estar el hospital habilitado para recibir a
enfermos y la iglesia preparada para el culto divino, se fueron
produciendo mejoras y arreglos en dichos enclaves, así como la
celebración de acontecimientos públicos en torno al complejo
sanitario. Mostramos unos ejemplos:
En 1520, se solicitó un permiso al Concejo de Málaga para
construir un horno de pan de poya 79 , siéndole concedido en
diciembre de ese año la licencia 80 .
En el año 1535, y con motivo del recorrido procesional del
Corpus Christi, se instalaron en la ciudad cinco altares: en la casa
del Corregidor, en la calle de la Zapatería, en la calle Nueva -junto
a una hornacina de la Virgen-, en la puerta del Baluarte y en las
puertas del hospital de la Caridad 81 .
Beatriz López, por medio de un documento redactado el 6 de
junio de 1543 en la escribanía de Lázaro Mas, mandaba embellecer
una capilla que poseía en el recinto sagrado. Para ello, encargaba al
escultor Pedro de Moros hiciese un altar con un retablo pintado con
la historia de Santa Ana y Nuestra Señora, y de la Inmaculada
Concepción de María, y al pie las imágenes de Santiago, San
Sebastián y Santa Bárbara 82 .
El 15 de octubre de 1568, el regidor Pedro Verdugo expuso
en el Cabildo municipal:
79
Aquel con el que se contribuía en los hornos públicos por precio de la cocción.
80
A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 5, carp. 5, fol.
270 v.
81
GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Caracteres de la sociedad..., pp. 147 y 148.
82
LLORDÉN SIMÓN, A., O.S.A., Pintores y doradores malagueños. Ensayo histórico
documental (siglos XVI/XIX), Ediciones Escurialenses, Ávila, 1962, pp. 26 y 27.
67

“(...) que el Hospital de la Caridad desta Ciudad
tiene gran neçesidad de ensanchar el sitio (...) y
aviendo platicado los hermanos mayores buscar
otro que fuese mas adentro de los muros de la
Ciudad (...) y que aquella casa pasa tanta
neçesidad y estreches que munchas vezes
vienen enfermos y no tienen donde les recoger
e que aviendo tanteado el solar donde el agora
está su Me[rce]d Arévalo Zuazo, Corregidor, y
la Ciudad hiziesen merce[de]s y obra de
caridad de dar una calleja que divide el dicho
sitio de la Caridad de otras del dicho Señor
Pedro Verdugo y podria continuarse de un sitio
con el otro de manera que quedaba muy
bastante asy para labrar las enfermerias como
para tener corral y servicio bastante y edificar
una buena iglesia del qual pide y suplica a la
Ciudad le haga merced de la dicha calleja” 83 .
Tras la deliberación de los caballeros regidores, el Cabildo
acordó y determinó que: “(...) las dos puertas que agora estan
abiertas en el dicho hospital que la una sale a San Bernardo y la otra
la Iglesia Mayor queden abiertas (...)” 84 .
En el centro hospitalario se hallaba un corral de comedias,
situado en principio al norte del edificio y trasladado en 1670 a la
parte trasera. El fraile agustino Andrés Llordén Simón mostraba en
un interesante artículo las obras teatrales que se representaron en
este lugar y las ganancias que reportaron al hospital Real de la
Caridad.
Así, por ejemplo, el 9 de marzo de 1604, cuando Antonio
Ordás, mayordomo del hospital, arrendó a Bartolomé Sánchez,
jubetero, dicho lugar con asientos, camarines, teatro, corredores y
83
A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 47, carp 5, fols.
232-233.
84
Ídem.
68

aposento del agua, por un período de un año y por la cantidad de
200 ducados 85 .
En el año 1664, el capitán Jorge Saura, familiar del Santo
Oficio y vecino de Málaga, detalló ante el escribano de Cabildo que
tenía el encargo del hospital de la Caridad y del licenciado Andrés
de Villamayor, capellán de honor de Su Majestad y canónigo de la
Catedral, de comunicar que:
“(...) un camarín de la casa nueba de comedias
que el d[ic]ho hospital a fabricado y puesto en
toda perfección para representar en ellas que es
el camarin segundo de mano derecha estando
en el de la Ciudad, mirando al tablado en precio
de cinco mill reales de vellon (...) con su
puerta, llave, cerradura y lo demás que traspasó
a Antonio Maria Guerrero y a Gerónimo
Chabarino” 86 .
Continuando con este asunto, los hermanos de la Caridad
invirtieron, en el nuevo emplazamiento al que se mudaron en el
citado año 1670, la suma de 20.000 ducados, consiguiendo que el
corregidor adquiriera en propiedad un palco por 1.000 ducados 87 . Al
año siguiente, el Ayuntamiento tuvo que cumplir un mandamiento
judicial, que le obligaba a satisfacer un débito que ascendía a
13.000 reales. Entre los resarcidos se encontraba el hospital Real de
la Santa Caridad, al que se le adeudaban 8.000 reales por:
85
LLORDÉN SIMÓN, A., “Compañías de Comedias en Málaga (1572/1800)”,
Gibralfaro nº 26, Instituto de Estudios Malagueños, Málaga, 1974, p. 145.
86
A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 29, carp. 1, fol.
527.
87
RODRÍGUEZ MARÍN, F. J., op. cit., p. 372.
69

“(...) un pedaço de sitio que se agrego al
camarin principal de esta ciudad en la casa
nueva de Comedias y por la labor que en el se
hizo con orden del dicho hospital (...)” 88 .
El desarrollo de esta actividad teatral era una de las
principales fuentes de ingresos de la Hermandad de la Caridad,
junto a otras que, seguidamente, señalaremos 89 .
6.- PRIVILEGIOS Y PRIMERAS CONSTITUCIONES DE LA
HERMANDAD DE LA CARIDAD
Las primeras distinciones papales que conocemos fueron
otorgadas a los cofrades de la Caridad por León X el 23 de julio de
1514, consistentes en revalidar lo concedido por el obispo Pedro
Díaz de Toledo, como hemos examinado líneas atrás, y en agregar a
la Hermandad al hospital del Santo Espíritu de Roma 90 con el uso y
disfrute de los siguientes privilegios:
“Item, les concede licencia para hacer el dicho
Hospital, e acaballo, e que puedan tener en él
un campanario con su campana, e puedan tener
un sagrario donde esté el santo Sacramento del
Altar con debida honra e reverencia, e puedan
hacer allí un Cementerio en que lícitamente
puedan ser enterrados los cuerpos de los
difuntos que al tiempo fallecieren, e las celdas e
oficinas que necesario fuese, e que puedan
hacer allí una Capilla, e hecha, en el altar de
ella puedan tener una Capellanía; que sea
88
A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 33, fols. 215 y
216.
89
Para abordar la temática teatral, consúltese a: DEL PINO, E., Tres siglos de teatro
malagueño XVI-XVII-XVIII, Universidad, Madrid, 1974.
90
GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº III, p. 199.
70

obligado el Capellan de celebrar de allí las
misas e los otros divinos oficios, e administrar
los santos Sacramentos (...)
Item, concede que el dicho Hospital de la
Caridad de Málaga goce de todos los
privilegios e inmunidades, e exenciones, e
indulgencias, e gracias, e concesiones
concedidas al Hospital de Sancti-Spiritus in
sacra Urbe; e por la Autoridad e letras
Apostólicas concede que libre e lícitamente las
pueda gozar sin perjuicio del dicho Hospital de
Sancti-Spiritus, e no haciendo predicar esta
Bula por cuestores, e que los hermanos puedan
hacella predicar por los lugares é iglesias que
por bien tuvieren.
Item, concede á los cofrades, e servidores, e
ministros de la dicha Cofradia y ansimismo á
los que en el Hospital de la dicha Caridad de
Málaga fallecieren, contritos e confesados en el
verdadero artículo de la muerte, plenaria
remision de todos sus pecados, de los cuales
obieren tenido contrición e obieren confesado.
Item, concede a todos los fieles cristianos,
hombres e mugeres, que contritos e confesados
visitaren la Capilla del dicho Hospital de la
Caridad de Málaga en la fiesta de la Pascua del
Espíritu-Santo, e en el dia del Apóstol
Santiago, e el día de la Asunción de N[ues]tra
S[eño]ra, e el Domingo de Ramos, e el tercero
dia de Pascua de Resurrección, mil dias de
indulgencia de las penitencias por su confesor
de ellos impuestas (...)” 91 .
91 A.D.E. Caja 342, leg. 2, pza. 6.1. Sumario de los privilegios, exenciones, indultos e
indulgencias que se han concedido al Hospital de la Caridad de Málaga, corregido
con las Bulas Originales por mandado del Señor D. Diego Ramírez de Villaescusa,
Obispo de Málaga, Capellán Mayor y del Consejo de la Reyna Dª. Juana, su
presidente de la Audiencia y Chancillería de Valladolid, y mandó que se publicase, e
interpuso su autoridad y decreto judicial en Valladolid a 26 de junio de 1517 años,
Imprenta del Avisador Malagueño, Málaga, 1854, pp. 4 y 5.
71

Tres años después de dichas concesiones, el prelado de la
diócesis de Málaga, Diego Ramírez Martínez, capellán mayor de la
reina Juana y presidente de la Real Audiencia y Chancillería de
Valladolid, ordenaba desde esta capital que se hiciera una
recopilación de las bulas obtenidas por el hospital Real de la
Caridad, con objeto de aprobarlas mediante un Decreto Episcopal 92 .
Ilustración 8: León X, obra de Rafael de Urbino, hacia 1518
El 15 de marzo de 1518, la Hermandad obtuvo de León X el
privilegio de nombrar:
“(...) Juez Conservador con jurisdicción que
alcanzase hasta 30 leguas fuera del Obispado,
desde su último Lugar: Que sus Hermanos
mayores pudiesen notificar á qualquiera en la
calle ó en la casa, &c.” 93 .
92
GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº III, pp. 199 y 200.
93
Ibídem, p. 199.
72

El emperador Carlos ratificaba, por medio de una Real
Cédula, fechada el 5 de febrero de 1523, las prerrogativas
concedidas por sus antecesores a la Hermandad, al tiempo que
prohibía expresamente a los corregidores y a la Justicia intervenir
en el gobierno de la Institución que tenía a cargo el hospital Real 94 .
Antes de que finalizara el siglo XVI, Sixto V confirmaba,
mediante bula de 13 de agosto de 1586, la:
“(...) aggregacion de esta S[an]ta Her[manda]d.
a la de S[anc]ti. Spiritus de Roma, y le haze
partiçipe de sus Indulgençias y le concedio
otras muchas, y las q[ue] gozan todas las
Ordenes Mendicantes, consta de la Bula q[ue]
tenemos en n[uest]ro Archivo” 95 .
Como ya señalamos anteriormente, esta Institución había sido
fundada por mandato papal en el año 717, convirtiéndose en el más
grande de los hospitales de la Edad Media y en prototipo para el
desarrollo de otros nosocomios de esta época. Se ubicó a la derecha
del río Tíber, casi enfrente del castillo de Sant´Angelo y a muy
pocos metros de distancia del Vaticano 96 .
El papa Inocencio III rehabilitó el viejo hospital, destruido en
una incursión por el emperador Federico, apodado “Barbarroja”, en
el año 1167, transformándolo en hospicio bajo las órdenes de Guido
de Montpellier, quien eligió la advocación del Espíritu Santo y el
símbolo de la doble cruz. A los hombres que eran recogidos se les
94
A.C.C.M. Leg. 675, pza. 3, “Cronologia Episcopal o Sucesion...”, fol. 11.
95
A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad (1682/1906)”, tº
I, fol. 43.
96
[En línea],
[consulta 15-10-2006]
73

solía hacer un tatuaje en el pie con la doble cruz y se les daba el
apellido del comendador. Las mujeres salían tres veces al año en
procesión, siendo escoltadas por la Guardia Suiza. En el año 1470,
se produjo un voraz incendio en gran parte de las dependencias, lo
que obligó a Sixto IV a reconstruir el complejo hospitalario. Se
aprovechó la obra para la incorporación de nuevos habitáculos
permaneciendo hasta hoy día 97 .
Ilustración 9: Complejo monumental del hospital del Santo Espíritu de Roma [Foto:
A.C.R.]
Sabemos, por inscripciones latinas de los siglos XVI y XVII
fijadas en las paredes de sus patios interiores, que el hospital del
97 GÓMEZ BORRERO, P., op. cit., p. 103. Como curiosidad sirva destacar que, entre
sus huéspedes ocasionales, se encontraron el artista italiano Leonardo da Vinci, quien
llevó a cabo en este lugar estudios de anatomía, y el por entonces fraile agustino
Martín Lutero.
74

Santo Espíritu recibió donativos y censos perpetuos de particulares.
Así, y en una lápida fechada en 1600 -noveno año del pontificado
de Clemente VIII-, se decía que Pedro Poncio, marino de Palermo,
legó piadosamente en su testamento 10.000 monedas de oro para
este lugar. Al igual que hemos visto en el referido hospital, en
Málaga también las concesiones de estos privilegios reales, papales
y episcopales beneficiaron a la Hermandad de la Caridad, pues
debió animar a personas preeminentes de la sociedad malagueña
como eclesiásticos, miembros del Cabildo secular, militares y
caballeros, a solicitar el ingreso en la misma a fin de obtener las
gracias espirituales.
Ilustración 10: Detalle de lápida existente en el hospital del Santo Espíritu de Roma
[Foto: A.C.R.]
Con respecto a las Constituciones, el Papa León X aprobó en
1518 las presentadas por la Hermandad. Hasta esa fecha, no hay
constancia escrita de la existencia de tal documentación, lo que
puede significar que fuesen las primeras por las que se rigiera. Por
desgracia, no contamos con una copia de su “corpus” jurídico para
conocer la forma de organización corporativa y los cometidos que
tuvieran asignados sus miembros. No obstante, el presbítero García
de la Leña afirmaba en sus Conversaciones Históricas Malagueñas
que, anualmente, se elegía a dos hermanos mayores, a un
75

administrador -que generalmente solía ser un canónigo de la Santa
Iglesia Catedral- y al resto de cargos de la Junta de Gobierno 98 .
7.- CENSOS Y DONACIONES
La Hermandad de la Caridad, al ser una entidad de carácter
particular, tuvo que hacer frente a los gastos originados en el
hospital por estar a su cargo. Para redimir sus deudas contó con las
generosas aportaciones pecuniarias y de bienes muebles e
inmuebles de hermanos y benefactores.
Así, el primer caso del que tenemos constancia data del año
1493. El mercader Juan de Bonilla -al que hemos referido líneas
atrás- ordenaba en su testamento que se entregaran unas casas que
fueron de su propiedad a:
“(...) los (...) hermanos e cofrades de la Santa
Caridad desta dicha çibdat o aquel que para ello
su poder oviere (...) Fecho en la (...) çibdad de
Malaga a veynte e un dias de agosto (...) de mill
e quatroçientos e noventa e tres años. Joanes
Alfonso in decretus bachallaureus. Anton
Lopez de Toledo escrivano. E despues desto
este dicho dia e mes e año susodicho en
presençia de mi el dicho escrivano por virtud
del dicho mandamiento fue Pero de Herrera
alguacil menor en la dicha çibdad a las dichas
casas quel dicho Iohan de Bonilla difunto dexo
en esta dicha çibdat que son en la collaçion de
Santa Maria en una barrera de cal de
Mercaderes frontero de la puerta de la moreria
que han linderos de una parte con casas de
Fernando del Castillo mercader e de otra parte
con casas de Iohan Rodriguez albañir de Sevilla
98 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº III, p. 200.
76

(...) y estando presentes (...) Alonso Lopez
trapero e Pero de Cordova Ollero e Gonzalo
Diaz Montañes el dicho alguazil luego de
presente les dyo y entrego la posesion e
tenenzia de las dichas casas (...)” 99 .
El 24 de septiembre de 1495, el hospital de la Caridad recibió
unas casas en la calle Real que habían pertenecido al confitero
Fernando Valenciano y a su mujer. Al fallecer este matrimonio y no
haber contado con herederos, pasaron dichas posesiones a la
Hermandad 100 .
Ya en el siglo XVI, los hermanos de la Caridad se dirigieron
en 1511 al Cabildo de la Catedral para cambiar una casa, de su
propiedad, por unos baños y un horno pertenecientes al alcaide
Alonso de Mesa. En la reunión celebrada el 29 de enero de ese año,
los miembros del estamento eclesiástico dieron su autorización para
que el arcediano de Vélez-Málaga y el canónigo Francisco del
Pozo intervinieran en el asunto con el fin de determinar la
equivalencia 101 .
En el siguiente cabildo, el del día 18 de febrero, se aprobó el
acuerdo para que se llevara a cabo el trueque por el que el hermano
mayor de la Caridad, el beneficiado Lorenzo de Ávila, entregara la
casa, llamada de “Crespillo” por los baños y horno 102 .
99 BEJARANO ROBLES, F., Los Repartimientos de Málaga, tº III,
Universidad/Excmo. Ayuntamiento, Málaga, 1998, p. 361.
100 Ibídem, p. 470.
101 A.C.C.M. Leg. 1.024, pza. 5, lib. 5, aa. cc. de 29 de enero de 1511, fols. 59 v. y 60.
102 A.C.C.M. Leg. 1.024, pza. 5, lib. 5, aa. cc. de 18 de febrero de 1511, fol. 64 v.
77

Por otra parte, Martín Sánchez y Alonso de Guadalupe
declararon en 1514 103 y 1520 104 , respectivamente, a la Hermandad
de la Caridad heredera de todos sus bienes.
Posteriormente, Alonso Ramos de Medina Castro impuso en
1537 un censo de unas tierras en el término municipal de Álora a
favor del hospital Real de la Caridad 105 .
La Hermandad de la Caridad vendió en 1544 a Francisco
García y Ana Rodríguez unas casas en el arrabal de San Juan, junto
a la Puerta de Málaga 106 .
Una casa de la calle Peña estuvo gravada desde 1560 con un
censo a favor del hospital de la Caridad, con reconocimiento de su
propietario 107 .
Antonio Caprionis, cura de la iglesia parroquial de los Santos
Mártires Ciriaco y Paula, por testamento realizado el 18 de julio del
año 1572 instituyó heredero universal de sus bienes al hospital y
pobres de la Caridad 108 .
Una casa en la calle de la Victoria tenía un censo que se
pagaba al hospital de la Caridad para la memoria que fundó Alonso
de Alarcón, a fin de atender al casamiento de dos doncellas
huérfanas 109 .
Francisco de Torres y Elvira de la Cruz levantaron una
escritura, el 24 de marzo de 1589, a favor del hospital de la Caridad
103 A.C.C.M. Leg. 10, pza. 19.
104 A.C.C.M. Leg. 10, pza. 9.
105 A.H.D.M. Leg. 66, pza. 3.
106 A.C.C.M. Leg. 11, pza. 7.
107 A.M.M. Sec. de Propios, leg. 157, carp. 1.
108 A.C.C.M. Leg. 705 bis, pza. 14.
109 A.M.M. Sec. de Propios, leg. 157, carp. 2.
78

de 1.500 maravedíes de tributo sobre una aranzada y media de
viña 110 .
Debemos incluir, asimismo, aunque no se trate exactamente
de un censo o donación, un acuerdo tomado por la Hermandad de la
Caridad en 1561, relativo al nombramiento de un representante
legal para el cobro y el pago de bienes y rentas. De este modo, el
hermano mayor, Fernando de Salinas, y los siguientes cofrades: el
comendador Juan de Torres, los regidores Juan Ximénez Dávila,
Juan Contador, Luis de Málaga y Bautista Salvago, los jurados
Fernando Ordóñez y Diego Contador, el capitán Fortuño de
Arteaga 111 , Pedro de Lazcano, Pedro de Breca, Diego de Reina y
Marcos de Miranda, otorgaron una carta de poder a Juan Alonso
Marín, vecino de la ciudad de Málaga, para que, en nombre del
hospital Real de la Santa Caridad, efectuara dicho servicio
dirigiéndose a cualquier persona “de los reinos e señoríos de Su
Majestad” 112 .
8.- ENTERRAMIENTOS EN LA IGLESIA DE LA CARIDAD
A partir del siglo III, las comunidades cristianas aceptaron
trasladar los restos de los mártires a los templos y los fieles
110
A.C.C.M. Leg. 7, pza. 23. La aranzada es una medida agraria que varía según la
región. Por ejemplo, en Castilla equivalía a 4.472 m 2 y en Córdoba a 3.672 m 2 .
111
El Cabildo municipal le concedió en julio de 1576 al regidor y vecino de Málaga, un
sitio de colmenar en el pago de San Gabriel, en el arroyo de las Brujas, donde decían
de La Zubia [A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 13,
carp. 9, fol. 191 v.]. Asimismo, la citada Institución le dio poder en 1582, ante el
escribano Pedro Ruiz de Flores, para suplicar a la Corte de Felipe II sobre los esclavos
moros y cristianos [A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg.
1, carp. 14, fol. 1916].
112
A.H.P.M. Escribanía de Lázaro Mas, leg. 279, fol. 815. Documento fechado el 27
de mayo de 1561.
79

sintieron la necesidad de estar cerca de ellos a la hora del descanso
eterno. Se argumentaba que si las sepulturas de los fallecidos
estaban cercanas a la de los santos, éstos intercederían ante Dios.
También existía la creencia de que a la llegada del Juicio Final
resucitarían aquellos cuyas tumbas estuvieran en lugares sagrados.
El emperador Constantino tuvo el privilegio de ser sepultado
en el atrio de la basílica de los Santos Apóstoles, recinto sagrado
que él mando erigir, estimándose conveniente concederle tal
distinción. Desde entonces, esa misma prerrogativa se extendería a
algunos sucesores suyos y a miembros de la Iglesia.
En las últimas décadas del siglo IV, se hizo patente la
costumbre de enterrar a los cadáveres dentro de las urbes. La idea
de convivir con los difuntos se fue extendiendo, a pesar de las
prohibiciones canónicas, que no se tuvieron en cuenta.
Teodosio decretó una normativa que prohibía los
enterramientos en las ciudades. En principio, los dictados del
Emperador se cumplieron escrupulosamente hasta que en
determinados lugares se hicieron más flexibles, volviéndose a
realizar los ritos funerarios como antiguamente.
Con motivo de la celebración del Concilio de Braga en el año
563, se volvía a poner de manifiesto la prohibición de enterrar en
las iglesias, permitiéndose únicamente situar las sepulturas junto a
los muros del templo, pero en su parte exterior. En el Concilio de
Nantes se autorizó que las inhumaciones se efectuaran en los atrios,
pórticos o claustros de los edificios religiosos. En la siguiente
reunión conciliar, la de Burdeos, se permitió a los obispos y
eclesiásticos que fuesen enterrados en el interior de los templos,
80

aunque más adelante este beneficio se extendió a los patronos y
benefactores.
En el siglo VIII, se reanudaron los enterramientos en el
interior de las ciudades, siendo sustituido el cementerio alejado de
la población por el de los recintos sagrados. Pero no sería hasta el
XIV, cuando se observe la pretensión de señalar el lugar donde
deba reposar el finado y para llevarse a cabo se piensa en adornar
las lápidas sepulcrales con inscripciones. Por esos motivos
escatológicos, los creyentes preferían ser enterrados en la iglesia
antes que en el cementerio, pero esta opción sólo les estaba
permitido a los estamentos más favorecidos de la sociedad, que
pagaban unos derechos a la parroquia, a la comunidad o al hospital,
según el lugar que hubiesen elegido como última y definitiva
morada. Los pobres o ciudadanos menos pudientes, en cambio, se
debían conformar con que sus cuerpos fuesen sepultados en la tierra
del cementerio de la iglesia, que por lo habitual era gratuito 113 .
Así pues, la práctica cristiana de enterrar a los difuntos
comenzó a desarrollarse en nuestra ciudad en los primeros años del
Quinientos en las diferentes iglesias y conventos que, por entonces,
ya estaban construidos. Bajo el suelo de los recintos sagrados, se
comenzó a sepultar los cadáveres relacionados de un modo u otro
con las entidades establecidas en cada templo. De esta forma, el
subsuelo de estos lugares se transformó, con el paso de los años,
en una auténtica necrópolis que fue aumentando hasta que el rey
Carlos III, a través de la promulgación de una Real Orden fechada
113 GADOW REDER, M., “Incidencia de las parroquias en el urbanismo del siglo
XVIII: los cementerios”, Arquitectura y ciudad, Seminario celebrado en Melilla los
días 12, 13 y 14 de diciembre de 1989, Instituto de Conservación y Restauración de
Bienes Culturales, Madrid, 1992, pp. 200-202.
81

en el año 1781, prohibió estos enterramientos por motivos
higiénico-sanitarios 114 .
En la nueva sede de la Hermandad de la Santa Caridad se
iniciaría este ritual funerario desde el momento en que la iglesia
quedara consagrada y bendecida por la autoridad eclesiástica
competente. Lamentablemente, la inexistencia -por pérdida o
destrucción- de libros de defunciones del siglo XVI en las cuatro
parroquias principales (El Sagrario, Santiago, Los Mártires y San
Juan), nos obliga a recurrir al estudioso P. Andrés Llordén, quien
facilita dos noticias acerca de las inhumaciones realizadas en la
iglesia del hospital Real de la Caridad.
Posiblemente uno de los primeros enterramientos que se
practicara en el hospital fuese el de Beatriz de Peñalora, quien había
dejado estipulado en su testamento que la Hermandad de la Caridad
recibiese parte de sus bienes y posesiones, como veremos más
adelante con motivo del surgimiento de un pleito en el año 1516.
No obstante, y en la documentación que formaba el expediente de
esa contienda judicial, figuraba la intención de la citada benefactora
de ser enterrada en una sepultura junto a la de su marido.
Igualmente, manifestaba que se dijese al cuerpo presente el día del
enterramiento una misa de réquiem cantada con vigilia ofrendada
de pan y vino. Para finalizar, fijaba la obligación de celebrarse 13
misas de la luz por el capellán del hospital de la Caridad 115 .
La siguiente demandante, Beatriz López, que poseía una de
las capillas como ha quedado reflejado líneas atrás, expresó su
114 SÁNCHEZ LÓPEZ, J. A., Muerte y cofradías de pasión en la Málaga del siglo
XVIII. La imagen procesional del Barroco y su proyección en las mentalidades,
Excma. Diputación, Málaga, 1990, pp. 127 y 128.
115 A.R.Ch.G. Caja 405, pza. 1, s/f.
82

deseo en 1543, ante el escribano público Lázaro Mas, de ser
enterrada en este sitio al igual que todos los miembros de su
linaje 116 .
Otra familia, la de los Nájera, manifestó años después el
mismo interés que la anterior. Primero, fueron sepultados Pedro de
Nájera y Beatriz de León, su mujer, en una capilla de propiedad.
Ellos fundaron en el hospital de la Caridad una capellanía que
consistía en oficiar 3 misas rezadas cada semana y en una fiesta
cada 25 de marzo en honor a Nuestra Señora de la Encarnación 117 .
Después, su hijo Jerónimo de Nájera, vecino y corregidor de la
ciudad de Málaga 118 , mandó en su testamento, fechado el 20 de
marzo de 1584, ser enterrado (murió el 7 de julio de ese año) en
esta iglesia de la Santa Caridad, precisamente en la bóveda donde
estaban sepultados sus progenitores 119 .
9.- PLEITOS DE LA HERMANDAD DE LA CARIDAD
La Hermandad de la Caridad, como cualquier otra entidad de
su época, mantuvo litigios que llegaron ante los jueces y tribunales
de la Real Chancillería de Granada que, en algunos casos, se
alargaron en el tiempo. A saber, en el período comprendido entre
1515 y 1588, tuvo pendientes cinco causas concernientes a
herencias, bienes, censos y tierras, entre otros.
116 LLORDÉN SIMÓN, A., Pintores y doradores malagueños..., pp. 26 y 27.
117 LLORDÉN SIMÓN, A., Testamentos. Capillas-enterramientos. Fundaciones.
Gremios. Donaciones, Ilustre Colegio de Abogados, Málaga, 1990, p. 184.
118 Antes de que ostentase la corregiduría fue regidor en 1581, recibiendo un poder del
Ayuntamiento, ante el escribano Pedro Ruiz de Flores, para comprar trigo en Teba y
Campillos con objeto de abastecer a la ciudad [A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y
Escribanía de Cabildo, leg. 1, carp. 10, fol. 1783].
119 LLORDÉN SIMÓN, A., Testamentos. Capillas-enterramientos..., p. 185.
83

El primer pleito del que hay constancia documental en el
Archivo de la Real Chancillería de la capital granadina, fue el
iniciado en 1515 por Alonso de Mena, alcalde de Fuengirola, que
actuó contra el hospital de la Caridad por la propiedad de unos
baños y horno 120 .
Al año siguiente, Inés de Peñalora, viuda de Lope de
Talavera y vecina de Málaga, emprendía acciones contra los
hermanos y hospital de la Caridad, Sancho López de Salinas y
Brígida del Castillo por la herencia de Beatriz de Peñalora, viuda
de Diego del Castillo, consistente en un cortijo en la Veguilla,
término de Córdoba y ribera del Guadalquivir, y otros bienes,
censos y heredades en Málaga. En la resolución final, producida en
1519, el hospital de la Caridad obtuvo una de las partes de la
hacienda 121 .
En el año 1520, la Hermandad actuó contra Rodrigo Lizano,
vecino de Málaga, sobre unos bienes pertenecientes a la
mencionada Institución 122 .
Le siguieron otros contenciosos como el que principió en el
año 1533 y concluyó en 1548. En éste la Hermandad de la Caridad
actuaba contra Teresa Martín, vecina de la villa de Priego y viuda
de Alonso Martín, sobre unas tierras propiedad del referido
establecimiento sanitario 123 .
En el último pleito de este siglo, en concreto el de 1588, los
hermanos y cofrades del hospital de la Santa Caridad demandaron a
Francisco de Hermosilla por 50 ducados de un censo
120 A.R.Ch.G. Caja 1.238, pza. 2.
121 A.R.Ch.G. Caja 405, pza. 1.
122 A.R.Ch.G. Caja 799, pza. 27.
123 A.R.Ch.G. Caja 846, pza. 1.
84

correspondiente a una viña. El resultado fue satisfactorio para la
primera de las partes, que se sintió, ante los argumentos jurídicos
esgrimidos, respaldada por la Justicia 124 .
Ilustración 11: Pleito de la Hermandad de la Caridad contra Teresa Martín [A.R.Ch.G.]
10.- INSCRIPCIÓN DE HERMANOS
Como ya se ha referido anteriormente, se cuenta con una más
que destacada merma informativa que frena seriamente nuestras
aspiraciones a la hora de reconstruir la historia antigua de esta
Corporación. Para el caso que nos ocupa, José Luis Álvarez de
Linera elaboró, con los elementos documentales que tuvo a su
alcance (actas capitulares y documentos del Archivo), un registro
de hermanos que abarcaba desde el siglo XV al XX, siendo
incompleto el de las tres primeras centurias. Así, a las identidades
124 A.R.Ch.G. Caja 930, pza. 3.
85

dadas a conocer por el propio Álvarez de Linera, hemos unido las
aparecidas en el libro de Los Repartimientos de Málaga 125 , en las
actas capitulares del Archivo de la Catedral 126 , en los protocolos
notariales expuestos con anterioridad 127 , en el Sumario de los
privilegios, exenciones, indultos e indulgencias concedidas al
hospital de la Caridad 128 , en la colección de Protocolo de Secretaría
y Escribanía de Cabildo 129 y en los pleitos iniciados por la
Hermandad durante los años 1515 130 , 1516 131 , 1520 132 , 1533 133 y
1588 134 , respectivamente, cuyos fondos documentales se custodian
en el Archivo de la Real Chancillería de Granada.
TABLA 1
INGRESO HERMANO
1487 Bartolomé de Baena, maestre de la
Catedral
1493 o alrededor Alonso López, trapero
Ídem Pedro de Córdoba, ollero
1511 o alrededor Lorenzo de Ávila, beneficiado de la
Catedral
1512 o alrededor Juan de Ayllón
Ídem Juan de Valenzuela
Ídem Juan de San Juan
Ídem Jorge de Hermosilla
Ídem Juan de Ahumada
Ídem Francisco Caba Dávila
Ídem Francisco López
Ídem Pedro del Castillo
125
BEJARANO ROBLES, F., Los Repartimientos de Málaga, tº I, p. 37.
126
A.C.C.M. Leg. 1.024, pza. 5, lib. 5, aa. cc. de 18 de febrero de 1511, fol. 64 v.
127
A.H.P.M. Escribanía de Lázaro Mas, leg. 279, fol. 815. Documento fechado el 27
de mayo de 1561.
128
A.D.E. Caja 342, leg. 2, pza. 6.1.
129
A.M.M. Leg. 1, carp. 5, fol. 1.616; leg. 13, carp. 9, fol. 191 v.
130
A.R.Ch.G. Caja 1.238, pza. 2.
131
A.R.Ch.G. Caja 405, pza. 1.
132
A.R.Ch.G. Caja 799, pza. 27.
133
A.R.Ch.G. Caja 846, pza. 1.
134
A.R.Ch.G. Caja 930, pza. 3.
86

INGRESO HERMANO
Ídem Gonzalo de Funes, capellán del
hospital
Ídem Fernando de Mérida, enfermero del
hospital
Ídem Francisco de Ávila, notario apostólico
Marzo de 1514 o alrededor Francisco de Quirós
24 de julio de 1514 Diego Fernández
10 de agosto de 1514 o alrededor Vaca Hernández de Ribera
Ídem Rodrigo Río
Ídem Francisco Narrio
Ídem Diego Hernández
Ídem Cordomo Bermúdez
Ídem Fernando de Robles
Ídem Francisco de Villalobos
Ídem Álvaro Clavijo
Ídem Cristóbal Balsán
Ídem Juan de Santisteban
Ídem Juan Clavijo de la Serna
Ídem Alonso López de Salinas
Ídem Juan de Valenzuela
Ídem Gonzalo Ruiz
Ídem Pedro (?)
1514 o alrededor Francisco Rodríguez, capellán
Ídem Nicolás Martínez, espartero
1 de marzo de 1515 o alrededor Francisco López
Ídem Pedro Hernández
Ídem Pedro Hernández Granado
Ídem Martín González
Ídem Rodrigo Sasola
Ídem Sancho López de Salinas
Ídem Diego de Morales
Ídem Pedro de Buytón, maestre
Ídem Pedro Gómez
Ídem Juan de Alnarta
Ídem Cristóbal Remón
Ídem Juan de Flome
Ídem Alonso de Carvajal
Ídem Juan Rodríguez de Funeral
1516 o alrededor Fordoño Bermúdez
Ídem Antón Martín de Alamirilla
Ídem Fernando de Robles
Ídem Juan Ortega, aserrador
Ídem Álvaro de (Calcon?)
Ídem Bartolomé de Sulas
Ídem Francisco Vila
Ídem Alonso Hernández Clavijo
87

INGRESO HERMANO
Ídem Sancho Salinas
Ídem Juan (?), jurado
Ídem Iñigo de la Serna
Ídem Ruiz Martínez
Ídem Juan de Mérida
Ídem Antón de Córdoba
Ídem Pedro Martínez
Ídem Diego Hernández de Mesa
Ídem Juan de Mora
Ídem Juan Rodrigo
Ídem (?) Martín
Ídem (?) López
Ídem Cristóbal de Balzán
Ídem Antón de Ainete
1533 o alrededor Pedro del Castillo
Ídem Hernando de Arévalo
Ídem Tomás Gómez
Ídem Pedro Lasso de la Vega
Ídem Rodrigo de la Fuente
Ídem Juan de la Fuente Velluga
Ídem Hernando de Llerena
Ídem Francisco de Llerena
Ídem Iñigo de Amaya
Ídem Fernando de Torres
Ídem Francisco del Castillo
Ídem Juan Núñez, médico
Ídem García Martín, carpintero
Ídem Pedro Zapata
Ídem Miguel de Cózar
Ídem Francisco de la Oliva
1561 o alrededor Fernando Salinas
Ídem Juan de Torres, comendador
Ídem Juan Ximénez Dávila, regidor
Ídem Juan Contador, regidor
Ídem Luis de Málaga, regidor
Ídem Bautista Salvago, regidor
Ídem Fernando Ordóñez, jurado
Ídem Diego Contador, jurado
Ídem Fortuño de Arteaga, regidor y capitán
Ídem Pedro de Lazcano
Ídem Pedro de Breca
Ídem Diego de Reina
Ídem Marcos Miranda
27 de diciembre de 1579 Jorge Alimán, regidor
Ídem Gonzalo Fernández de Coalla, regidor
88

INGRESO HERMANO
Ídem (¿?) García
Ídem Francisco de Sotomayor
Ídem Juan de la Peña
Ídem (?) Zapata
Ídem Pedro Clavijo
1588 o alrededor Lázaro de Veintimilla, regidor
Ídem Juan Bautista Pasadal, regidor
Ídem Servando Ugarte de Barrientos,
regidor
Ídem Ginés de Uncibay Fajardo
Ídem Diego de Baeza
Ídem Diego de Rojas
Ídem Alonso de Venegas
Ídem Juan Roder, regidor
Pese a los escasos datos disponibles en este tramo histórico,
se tiene una ligera idea de que la Hermandad de la Caridad estaba
formada, mayoritariamente, por miembros del Cabildo secular
(doce) y, en menor medida, por los del estamento eclesiástico
(cuatro). Asimismo, se cuenta en sus filas con: un trapero, un ollero,
un notario apostólico, un enfermero, un espartero, un maestre, un
aserrador, un médico, un carpintero, un comendador y un capitán.
No obstante, es mayor el número de hermanos del que no se conoce
su ocupación o adscripción a un grupo determinado de la sociedad.
Ahora, referiremos las identidades de los cofrades que
ostentaron el gobierno de la Corporación:
TABLA 2
PERÍODO HERMANOS MAYORES
En 1487 Bartolomé de Baena
En 1493 Alonso López y Pedro de Córdoba
En 1511 Lorenzo de Ávila
En 1512 Juan de Ayllón y Juan de Valenzuela
En 1514 Vaca Hernández de Ribera
En 1515 Francisco López y Pedro Hernández
89

PERÍODO HERMANOS MAYORES
En 1516 Fordoño Bermúdez y Antón Martín de
Alamirilla
En 1533 Pedro del Castillo y Hernando de
Arévalo
En 1561 Fernando Salinas
En 1588 Fortuño de Arteaga y Lázaro de
Veintimilla
Como se puede apreciar, hay saltos cronológicos muy
pronunciados que muestran a las claras la ausencia de fuentes
documentales del período que tratamos. A pesar de este reiterado
inconveniente, hay que subrayar que la Hermandad de la Caridad
tenía dos hermanos mayores que eran elegidos bianualmente para
representarla y gobernarla, según se estipulaba en unas Ordenanzas
aprobadas en el año 1645 que, más adelante, tendremos oportunidad
de abordar.
90

CAPÍTULO III:
LA HERMANDAD DE LA CARIDAD EN EL SIGLO
XVII

1.- INTRODUCCIÓN AL SIGLO XVII
La población de Málaga no debió superar en este siglo los
20.000 habitantes y más teniéndose en cuenta los efectos de las
epidemias declaradas durante los años 1637, 1649 y 1678/79, como
veremos más adelante 1 .
El eje de la vida ciudadana seguía manteniéndose en torno al
puerto debido a la intensa actividad mercantil y militar que
registraba, fundamentada en la estratégica posición en el
Mediterráneo occidental. El centro neurálgico se encontraba en la
plaza Mayor, con la sede del Cabildo municipal y la cárcel, así
como las casas del Cabildo eclesiástico. Aquí solía realizarse la
gran mayoría de los fastos y acontecimientos de la ciudad.
Dentro de su recinto amurallado se llevaron a cabo
importantes transformaciones urbanísticas, prevaleciendo las
construcciones militares y defensivas. Sobre la mejora de
equipamientos del núcleo poblacional destacó la labor ejercida de
1672 a 1675 por el corregidor Fernando Carrillo Manuel, marqués
de Villafiel 2 . También se materializaron obras arquitectónicas
dentro del ámbito religioso como iglesias (San Pedro, San Pablo,
San Julián, etc.) hospitales (San Julián) y conventos (Cister,
Capuchinos, Trinitarios descalzos, etc.), y continuaron asimismo
1 Para abordar en profundidad esta temática, véase a: RODRÍGUEZ ALEMÁN, I., La
población de Málaga en el siglo XVII, Excma. Diputación, Málaga, 2003.
2 Para ampliar la información sobre la labor urbanística desarrollada por este personaje,
aconsejamos la consulta de: COMPENDIOSA NOTICIA DE LO QVE A OBRADO EN
ESTA CIVDAD DE MALAGA EL EXCELENTISSIMO SEÑOR DON FERNANDO
Carrillo Manuel, Marques de VillaFiel, Conde de Alva de Tajo ESCRITA POR DON
CHRISTOVAL AMATE DE LA BORDA Capitan de la Milicia desta Ciudad, y su
Regidor perpetuo. Impresso en Malaga, en casa de Pedro Cabrera, Impresor de esta
Ciudad, y Mercader de Libros. Año de 1675. En el año 1988, la editorial Arguval
editó el facsímil de esta obra bajo el título: MÁLAGA A FINALES DEL SIGLO XVII,
que fue introducida por Manuel Olmedo Checa.
93

los trabajos de la Catedral que se limitaron a la continuación del
coro.
Precisamente, la Iglesia malacitana contó con la carismática
figura del obispo Fray Alonso de Santo Tomás, quien marcó con
acierto la vida eclesiástica durante la segunda mitad de la centuria.
De su pontificado destaca la convocatoria del Sínodo de 1671 que
congregó al clero de la capital y provincia. Su celebración fue de
suma importancia porque sirvió para regular el gobierno de la
diócesis.
En esta etapa de la Edad Moderna existió, por parte de los
moradores de la ciudad, una honda preocupación por la vida
ultraterrena, poniéndose este hecho de manifiesto en las
disposiciones testamentarias, que abarcaban desde la forma en que
debían ser vestidos a la hora de la muerte hasta el número de misas
que se oficiarían en diversos recintos sagrados que dispusieran los
testadores.
El XVII también se convirtió en un siglo de verdadera
eclosión del asociacionismo cofrade en Málaga y de la
consolidación y potenciación de la vertiente procesional de las
hermandades y cofradías penitenciales (Puente del Cedrón,
Exaltación, Nazareno de San Juan, etc.). Sobre ambas cuestiones,
influyeron los postulados emanados del Concilio de Trento
(1545/63), que apoyaban a este tipo de corporaciones como
vehículos transmisores de la propagación e implantación de la fe
católica que, por entonces, combatía a la Reforma protestante, que
extendía sus tentáculos por países centroeuropeos.
94

Ilustración 12: Nuestro Padre Jesús Nazareno de San Juan [CLAVIJO GARCÍA, A., La
Semana Santa malagueña en su iconografía desaparecida, tº II, Arguval, Málaga, 1987, p.
257]
Las fundaciones de instituciones nazarenas se llevaron a cabo
tanto en sedes conventuales (San Francisco, Santo Domingo,
Trinitarios calzados, etc.) como en parroquiales (San Juan) del
interior y exterior del recinto amurallado.
Dentro del panorama artístico destacó por su producción
escultórica Pedro de Mena y Medrano (San Juan de Dios, San
Francisco de Asís, los cuarenta y dos tableros para la sillería del
coro de la Catedral, etc.) y por las obras pictóricas Miguel
Manrique (Convite del Fariseo...), primero, y Juan Niño de Guevara
(Virgen de Ánimas con Santiago, San Francisco Javier expirante, el
ciclo de cuadros para la iglesia de San Julián, etc.), después.
La faceta literaria estuvo capitaneada por el poeta Juan de la
Victoria Ovando y Santarén (Ocios de Castalia, Orfeo...) y la
95

musical por el maestro Esteban Brito, quien compuso célebres
piezas musicales para la Santa Iglesia Catedral.
En estas líneas resumimos la situación de nuestra ciudad
durante el Siglo de Oro español 3 .
Ilustración 13: Portada del libro Autógrafos. Juan de la Victoria Ovando Santarén, Excma.
Diputación, Málaga, 1997
2.- PLEITOS DE LA HERMANDAD DE LA CARIDAD
Que sepamos, la Hermandad de la Caridad sostuvo durante
esta fase del siglo XVII tres pleitos que se encuentran registrados en
el Archivo de la Real Chancillería de Granada:
En el primer litigio, fechado en 1614, la Hermandad actuó
contra el convento de San Luis “El Real”, de la Orden de San
Francisco de Asís, sobre el pago de una renta fija anual a dicho
cenobio de 390 maravedíes de limosnas 4 .
3 VV. AA., [Coord. y dtor. MORALES FOLGUERAS, J. M.], Málaga en el siglo
XVII, Excmo. Ayuntamiento, Málaga, 1989.
4 A.R.Ch.G. Caja 1.699, pza. 10.
96

En el segundo, iniciado en 1629, se denunció al Concejo de
Antequera acerca de la elección de oficios 5 .
El tercero y último, se produjo en 1639. Concretamente en
este caso, Francisco de Aguirre y el hospital de la Caridad
procedieron judicialmente contra Bartolomé de Vela para que
devolviera diferentes bienes al mayorazgo fundado por Gracián de
Aguirre y su mujer 6 .
3.- CENSOS Y DONACIONES
La Hermandad de la Caridad, como vamos a exponer, siguió
recibiendo, en este período, dádivas de hermanos y de personas
piadosas de muy diferentes formas.
Francisco Pérez de Godoy y María de Jesús otorgaron,
mediante un protocolo notarial fechado en 1629, al hospital de la
Caridad 6 ducados de réditos por 100 de capital 7 .
Juan Martín de Vilo y María de Dueña impusieron en el
citado año a favor del hospital de la Caridad dos aranzadas de
huertas, en el partido de Guadalhorce, otras dos en el de Barrientos
y una casa 8 .
Juan de Segura Consuegra, mayordomo de Hacienda del
hospital Real y familiar del Santo Oficio, se personó en la
escribanía de Juan Hidalgo el 23 de marzo de 1648 para declarar
ante el licenciado Esteban de Hinojosa, alcalde mayor de la ciudad,
que Juan García de Aracena, vecino de Alhaurín, debía a la
5 A.R.Ch.G. Caja 1.630, pza. 12.
6 A.R.Ch.G. Caja 2.511, pza. 11.
7 A.C.C.M. Leg. 8, pza. 24.
8 A.C.C.M. Leg. 8, pza. 30.
97

Hermandad de la Caridad, a la cual representaba, la cantidad de
6.885 maravedíes de principal y las costas de los meses
transcurridos hasta la Navidad de 1647, sin haberla satisfecho del
censo. El corregidor, Marqués de Casares, pidió a los alcaldes
ordinarios de la villa de Alhaurín y a otros jueces que mandaran
cumplir la ejecución contra la persona y bienes de Juan García por
10.885 maravedíes, incluidas las costas, que habría de pagar al
hospital de la Caridad 9 .
En el año 1655, Francisco de Moya, residente en Málaga y
familiar del Santo Oficio, en nombre de Luisa de la Reguera
Fajardo, viuda de Fermín de Laraza y Arce, oficial que fue de la
secretaría de Cámara, vendió al hospital Real de la Santa Caridad
dos censos cuyos principales importaban 450 ducados. El primero,
sobre un solar para edificar una casa en la calle Álamos, collación
de Santiago, por 150 ducados. El segundo, de 300 ducados, sobre
unas casas en la plazuela del Cañaveralejo 10 .
Luis de Ese Montañés redimió, en esa fecha, el censo de un
molino de aceite en el término de Totalán por 200 ducados que
pagaba al hospital de la Santa Caridad. Con tal fin, se notificó al
administrador del hospital Andrés de Villamayor, canónigo de la
Catedral, y a los hermanos mayores, el también canónigo Francisco
de Alvarado y el regidor Martín Delgado Solís, para que se
expidiera una escritura de redención del referido censo 11 .
Domingo de Rivero hizo donación al hospital Real de la
Santa Caridad de una deuda de Francisco Sánchez de Rivera y su
9 A. P. Escribanía de Juan Hidalgo, leg. s/n.
10 A.H.P.M. Escribanía de Alonso de Hórdenes, leg. 1.745, fols. 784-786 v.
11 A.H.P.M. Escribanía de Pedro Ballesteros, leg. 1.546, s/f.
98

mujer, vecinos de Moclinejo, de 120 ducados para ayudar, curar y
sustentar a los pobres enfermos de la Institución 12 .
En el referido año, Antonio María Guerrero mandó en su
testamento que se destinaran a los hospitales de la Santa Caridad, de
Santa Ana y de los Niños Expósitos 50 reales de a 8 de plata a cada
uno 13 .
El licenciado Francisco Villada Delgado, mayordomo de
Hacienda del hospital Real de la Caridad, recibió en 1662 de Luis
Alderete, regidor perpetuo, 156 reales de vellón en concepto del
tiempo que “ha tenido el camarin número cinco de la casa vieja de
la Comedia” 14 y pagó en 1670 al convento de las monjas de San
Bernardo la cantidad de 451 reales de vellón por un censo impuesto
al horno llamado de la Caridad que compró el hospital a Pedro de
Funes 15 .
María de Angulo mandó en 1664 se dieran 50 reales de
limosna a la Casa de Niños Expósitos y a los hospitales de Santa
Ana, de San Lázaro, y de la Santa Caridad 16 , cuyo hermano mayor
era Diego de la Ascensión 17 .
Se sabe por un protocolo notarial de 1665 que la Hermandad
tenía un censo perpetuo de 1.000 maravedíes, que recibía por la
propiedad de una casa en la calle Ollerías 18 .
El escribano Antonio Carrasco dejaba en el testamento
otorgado en el año 1670, 5 ducados para el hospital de la Caridad 19 .
12 Ibídem.
13 A.H.P.M. Escribanía de Alonso de Hórdenes, leg. 1.745, fol. 928 v.
14 A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 28, vol. I, fol.
622.
15 A.H.P.M. Escribanía de Pedro Ballesteros, leg. 1.554, fols. 330 y v.
16 Ibídem, leg. 1.555, s/f.
17 LLORDÉN SIMÓN, A., El puerto de Málaga. Fortificaciones y Urbanismo, Excmo.
Ayuntamiento, Málaga, 1988, p. 201.
18 A.H.P.M. Escribanía de Pedro Ballesteros, leg. 1.556, s/f.
99

Tres años después, el también escribano Juan Hidalgo de
Vargas destinaba en sus últimas voluntades 4 ducados al referido
establecimiento sanitario 20 .
En el testamento de Marina de Mendoza Lazcano, de 1675,
se estipulaba la entrega al hospital de la Caridad de 100 reales de
limosna 21 .
La posesión de un censo de olivar de diez obradas 22
aproximadamente situado en el término de la villa de Alhaurín El
Grande, en el partido del Arrajanal, le reportaba a la Hermandad
1.000 maravedíes cada año por 20.000 de principal. Así pues, Juan
de la Borbolla, administrador de la Hacienda y Rentas, representó a
la Corporación, mediante una escritura notarial fechada el 12 de
octubre de 1679, para que cobrara tal importe 23 .
4.- ENTERRAMIENTOS EN EL HOSPITAL E IGLESIA DE
LA CARIDAD
Afortunadamente, y a diferencia de la centuria anterior,
hemos podido conocer, tras la consulta de los libros de defunciones
de las parroquias del Sagrario y de Santiago (los únicos que existen
19
A.H.P.M. Escribanía de Ciriaco Domínguez, leg. 2.006, fol. 406; MENDOZA
GARCÍA, E. Mª., Pluma, tintero y papel. Los escribanos de Málaga en el siglo XVII
(1598-1700), Universidad/Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, Málaga,
2007, p. 313.
20
A.H.P.M. Escribanía de Miguel Moreno Grados, leg. 1.899, fol. 299; MENDOZA
GARCÍA, E. Mª., op. cit.
21
A.H.P.M. Escribanía de Ciriaco Domínguez, leg. 2.010, s/f.
22
Medida agraria empleada en las provincias de Palencia, Segovia y Valladolid, que
equivale, según los lugares reseñados, a 5 áreas y 832 miliáreas; 39 áreas y 303
miliáreas; y 46 áreas y 582 miliáreas, respectivamente.
23
A.P. Escribanía de José Martínez Lorenzo, leg. s/n.
100

del siglo XVII), las inhumaciones practicadas en el complejo
hospitalario de la Caridad 24 .
A continuación se detalla, en un primer cuadro, la
información extraída de la parroquial del Sagrario durante el
período comprendido entre 1636 y 1680:
TABLA 3
AÑO IGLESIA HOSPITAL CARIDAD TOTAL
1636 - 1 - 1
1637 - - 4 4
1638 - 1 2 3
1639 - - 7 7
1640 - - 5 5
1641 1 3 3 7
1642 - 5 2 7
1643 - 8 1 9
1644 1 2 - 3
1645 - 2 1 3
1646 - - 1 1
1647 - - 4 4
1648 - 3 3 6
1649 - 1 9 10
1650 - - 1 1
1651 - - 3 3
1652 - - 5 5
1653 - - 1 1
1654 - - 3 3
24 Ciertamente hasta después del Concilio de Trento no existió una obligación expresa
de que cada parroquia llevara unos libros de nacimientos, uniones matrimoniales y
defunciones. No obstante, en algunos lugares ya se tenía por costumbre la anotación
de estos sacramentos en unos registros.
101

AÑO IGLESIA HOSPITAL CARIDAD TOTAL
1655 - - 1 1
1656 - - 2 2
1657 - - - -
1658 - - - -
1659 - 5 - 5
1660 - 1 - 1
1661 - 2 - 2
1662 - - - -
1663 - 1 - 1
1664 - - - -
1665 - - - -
1666 - - 1 1
1667 - 3 - 3
1668 - 3 1 4
1669 - - 1 1
1670 - - 2 2
1671 - 2 - 2
1672 - 1 - 1
1673 1 4 - 5
1674 - 3 - 3
1675 - 2 - 2
1676 - - - -
1677 - 1 - 1
1678 - 3 - 3
1679 - 2 - 2
1680 1 1 - 2
TOTAL 4 60 63 127 25 .
25 A.H.D.M. Leg. 526, pza. 1, parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos nº 1
(1636/1738).
102

El número total de sepultados en la iglesia, el hospital o la
Caridad 26 , como así figura en los listados correspondientes,
ascendía a 127, de los cuales eran: 66 hombres, 49 mujeres y 12
niños.
En el segundo cuadro, se muestran los datos recabados, entre
los años 1657 y 1678, de la parroquia de Santiago Apóstol:
TABLA 4
AÑO IGLESIA HOSPITAL CARIDAD TOTAL
1657 - 1 - 1
1658 - 1 - 1
1659 - - - -
1660 - 2 - 2
1661 - - - -
1662 - - - -
1663 - - - -
1664 - 1 - 1
1665 - 1 - 1
1666 - 2 - 2
1667 - 1 - 1
1668 - - - -
1669 - - - -
1670 - - - -
1671 - 1 - 1
1672 - - - -
1673 - - - -
1674 - - - -
1675 - - - -
1676 - 1 - 1
26 Pudiera ser que la denominación “Caridad” se le diera a los pobres que los cofrades
de la Hermandad enterraban al encontrarse en completo estado de abandono.
103

AÑO IGLESIA HOSPITAL CARIDAD TOTAL
1677 - - - -
1678 - 2 - 2
TOTAL - 13 - 13 27 .
Esta relación de sepultamientos de cadáveres, se verificaron
solamente en el hospital, fijándose el número en 13: 6 hombres y 7
mujeres.
Una fuente de consulta complementaria a los citados libros
parroquiales, ha sido el Archivo Histórico Provincial de Málaga y el
Archivo Municipal. Igualmente, se ha contado, para la elaboración
del cuadro que sigue, con los estudios efectuados por José Luis
Álvarez de Linera sobre la Hermandad de la Caridad:
TABLA 5
AÑO IGLESIA HOSPITAL CARIDAD TOTAL
1642 - 1 - 1
1643 - - - -
1644 - - - -
1645 - - - -
1646 - - - -
1647 - - - -
1648 - - - -
1649 - - - -
1650 - - - -
1651 - - - -
1652 - - - -
1653 1 - 1
27
A.H.D.M. Leg. 622, pzas. 1-3, parroquia de Santiago, libs. de enterramientos nº 1-3
(1657/65; 1666/76; y 1677/86).
104

AÑO IGLESIA HOSPITAL CARIDAD TOTAL
1654 2 - - 2
1655 1 - - 1
1656 - - - -
1657 - - - -
1658 - - - -
1659 - - - -
1660 - - - -
1661 - - - -
1662 - - - -
1663 - 2 - 2
1664 1 - - 1
1665 - - - -
1666 - - - -
1667 - - - -
1668 - - - -
1669 - - - -
1670 - - - -
1671 - - - -
1672 - - - -
1673 - - - -
1674 - - - -
1675 - - - -
1676 - - - -
1677 - - - -
1678 - - - -
1679 - - - -
TOTAL 4 4 - 8 28 .
28 A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, legs. 1.759 y 1.763; escribanía de Diego
González Carvajal, leg. 1.757; y escribanía de Juan Hidalgo, leg. 1.581; A.H.D.M.
Leg. 66, pza. 3, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Relación cronológica de
los Enterramientos Hechos por la Hermandad de Caridad...”; A.M.M. Col. Protocolo
de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 29, vol. 2.
105

Finalmente, en este tercer y último cuadro se registran 8
enterramientos, el de 6 hombres y 2 mujeres, estando repartidos
entre la iglesia y el hospital.
Con independencia de la realización de estas prácticas
funerarias, en los testamentos también aparecía la voluntad del
testador o testadora de que en la iglesia de la Caridad se oficiara un
determinado número de misas.
Encontramos el caso de Antonio María Guerrero, mercader
genovés y residente en Málaga, quien mandaba en 1655 que se
dijeran por su alma 2.000 misas: en el convento de Nuestra Señora
de la Victoria, 600; en el de San Francisco, 400; en el hospital de la
Caridad, 200; en la parroquia de los Santos Mártires, 100; y el resto
donde les pareciera a los albaceas 29 .
5.- LA PESTE DE 1637
La epidemia del año 1637 fue una de las peores que vivió la
ciudad de Málaga en la Edad Moderna. El origen está, según el
relato del presbítero Cecilio García de la Leña, en la llegada a
principios de abril de 1637 al puerto de Málaga de un navío
extranjero con destino a Liorna (Italia). Al parecer, no se tomaron
las medidas sanitarias adecuadas, dado que un vecino de la ciudad
entró en el barco y pasó allí la noche. Al volver a su casa al día
siguiente, comenzó a sentirse mal muriendo a las pocas fechas él y
su familia. El médico Pedro de Soto, que lo había asistido,
comunicó al Cabildo municipal que se trataba de peste, no siendo
atendido su aviso. Luego, la casa del fallecido fue invadida por
29 A.H.P.M. Escribanía de Alonso de Hórdenes, leg. 1.745, fol. 928.
106

parientes y vecinos que usaron sus ropas y muebles. De esta forma,
se fue propagando el foco epidémico a la calle donde se hallaba
dicha vivienda y, de aquí, a la ciudad y a algunos pueblos vecinos
como los dos Alhaurines, Cártama, El Borge, Benaque, Totalán y
Olías. García de la Leña seguía informando que “de los muchos
miles de vecinos que tenía la Ciudad, apenas quedaron cien casas
donde no entrase la peste (...)” 30 .
Para combatir la epidemia y atender a los enfermos el
Ayuntamiento adoptó una serie de medidas sanitarias en la sesión
celebrada el 27 de mayo. En las actas capitulares se explicitaba que
el número de enfermos iba aumentando y mucha gente moría sin
tener un lugar donde ser curados. Con la finalidad de atajar esta
carencia, se acordó hacer un hospital para recoger a los
contagiados. Las miradas de los munícipes se dirigieron al hospital
de San Lázaro, por reunir este establecimiento unas condiciones
muy apropiadas al encontrarse fuera de los muros de la ciudad y
estar ventilado el sitio. Se ordenó, asimismo, que los enfermos de
lepra que hubiere en él, se instalaran en cuartos y aposentos más
apartados del edifico para así evitar el contagio.
El Cabildo secular encomendó a dos caballeros diputados que
se pusieran en contacto con el presbítero Lucián Gabriel por si
podría encargarse de administrar los Santos Sacramentos en el
hospital de San Lázaro, pagándosele un salario por los servicios
prestados 31 .
A finales de este mes de mayo, el Consistorio decidió escribir
al rey Felipe IV para informarle de la enfermedad que padecía la
30 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, p. 124.
31 A.M.M. Lib. 53, aa. cc. de 27 de mayo de 1637, fols. 100 v. y 102.
107

urbe. Otros dos acuerdos adoptados el día 31 de mayo, consistieron
en que las personas que sanaran y no tuvieran un espacio donde
convalecer, se alquilaran unas casas en la calle Victoria, frente al
hospital de San Lázaro; y que los enfermeros, las personas que
llevaban medicinas y los enterradores vistieran hábitos diferentes
para que los pacientes sanos los reconocieran 32 .
Ante el cada vez mayor número de contagiados, García de la
Leña relataba que se establecieron tres nosocomios: uno, en la calle
del Molinillo, que recibió el nombre de Santa Brígida, donde se
recibieron a ochocientos enfermos; otro, en la huerta del Villazo,
cerca del convento de trinitarios calzados; y un tercero, en el molino
de la pólvora, en la ribera del Guadalmedina, recibiendo éste a más
de mil quinientas personas 33 .
Las recomendaciones sanitarias insistían que los hospitales
estuvieran fuera del recinto amurallado, dejándose los del interior
-la Caridad, Santo Tomás o Santa Ana- para enfermedades y
dolencias comunes. Eso explica que estos centros no recibieran a
los apestados.
El grado de contagio era tal que el prelado Fray Antonio
Enríquez hubo de suspender la fiesta del Santísimo Sacramento
comunicándolo al Ayuntamiento. El Obispo argumentaba esta
decisión basándose en “(...) el daño que puede resultar en la gente el
concurso (...)” 34 .
La población comenzó a hacer rogativas para que cesase la
peste, encomendándose a los Santos abogados más acreditados
como San Bernardo, San Francisco de Paula y San Julián. El
32 Ibídem, fols. 104 y 106.
33 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, p. 125.
34 A.M.M. Lib. 53, aa. cc. de 11 de junio de 1637, fol. 123 v.
108

Cabildo municipal acordó hacer voto al primero de los citados,
asistiendo todos los años a su convento de religiosas, ya que por su
intercesión se obraron milagros. Al segundo de ellos, se le sacó en
procesión el 9 de julio, experimentándose el día después una ligera
mejoría. Al tercero, se prometió labrarle una capilla por su
protección a los habitantes 35 .
El rey Felipe IV ordenó, al recibir la comunicación del
Cabildo secular malacitano, que éste sacara de sus arcas la cantidad
de 30.000 ducados para curar a los enfermos 36 .
La peste proseguía cobrándose víctimas sin hacer ningún tipo
de distingos entre estamentos y condiciones sociales de cada uno de
los fallecidos. Al parecer, los meses más virulentos fueron los
comprendidos entre abril y junio, puesto que, a partir del día 26 de
julio, festividad de Santa Ana, la situación comenzó a mejorar. Por
ello, las autoridades eclesiásticas decidieron oficiar una misa en
acción de gracias y ordenaron sacar en procesión a la imagen de
dicha santa acompañada de la de Santiago 37 .
Oficialmente la peste se dio por acabada el 1 de septiembre 38 .
Desde instancias municipales, se escribió al Rey informándole de
que la epidemia había cesado y los hospitales se habían cerrado 39 .
El impresor Juan Serrano de Vargas y Urueña destacaba la
labor ejercida por los médicos Juan de Torres, del hospital Real de
la Caridad y de Santo Tomé, y Juan de Viana, del de Santa Ana 40 .
35
GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, p. 125.
36
Ibídem, p. 126.
37
Ibídem, pp. 128 y 129.
38
Ibídem, p. 128.
39
A.M.M. Lib. 53, aa. cc. de 5 de septiembre de 1637, fol. 215.
40
SERRANO DE VARGAS Y URUEÑA, J., Anacardina espiritual para conservar en
la memoria de los avisos que la Divina justicia (amonestando enmiendas de ofensas)
109

Con respecto al número de muertos, el mismo autor manejaba la
cantidad de cuarenta mil almas, una cifra exagerada ya que, en ese
tiempo, Málaga no tenía ese número de habitantes 41 .
Por otra parte, Cecilio García de la Leña refería:
“Algunos cuentan el origen de esta peste de
otro modo, y fue que en dicho navio venía
mucho trigo corrompido, el que comido por
los vecinos que estaban hambrientos con la
esterilidad antecedente, se les pegó
facilmente su contagio: y mas que dicho navio
se fue á fondo en el muelle, y los vecinos
hambrientos sacaban el trigo al cabo de tres
dias, ya mas corrompido con las aguas, con
cuyo mantenimiento tan corrupto se
inficionaron todos: así está apuntando en un
libro de Bautismos de los S[an]tos. Mártires” 42 .
En un artículo publicado por los profesores Jesús Castellanos
Guerrero y María Ángeles López Reguero se apuntaba, como
hipótesis de trabajo, que esta epidemia se agudizó a consecuencia
de una grave crisis económica provocada por la pérdida de
cosechas, que llegó a acentuarse a comienzos de 1636 en una
alarmante falta de recursos alimenticios. A ello, se unía el pago al
que estaban obligados los vecinos para costear los gastos de las
contiendas bélicas y el impedimento a comerciar con los países
enemigos. Estos factores provocaron la aparición de hambre y
dentro de esa inestabilidad surgió la epidemia que hizo mella en la
capital y en algunos pueblos de la provincia.
ha enviado a esta ciudad de Málaga desde que se restauró de moros hasta todo el año
de 1649, Málaga, 1650.
41 Ibídem, p. 4.
42 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, p. 129.
110

Sus autores destacaban la llegada a puerto de un barco
extranjero con un cargamento de trigo que no era para la ciudad de
Málaga, pero representantes municipales pidieron a la Real
Chancillería de Granada se les permitiera descargarlo. Se sabía que
el cereal no estaba en condiciones saludables, sin embargo se
autorizó su venta ante la necesidad que atravesaban los habitantes,
empeorando la salud pública. Pese a ello, el Cabildo secular no
declaró la epidemia hasta el día 25 de mayo.
Castellanos y Reguero veían en este retraso “la existencia de
unos intereses que saldrían perjudicados por la declaración de la
epidemia, como consecuencia del cordón sanitario (...)” y “(...) una
medida encaminada a proteger a las clases económicamente fuertes
(...)”, que ante la enfermedad abandonarían la ciudad 43 .
Finalmente, y para rememorar el suceso, se levantó un
monumento fúnebre en el lugar habilitado en la zona de El Ejido
para enterrar a las víctimas de la epidemia, aunque éste fue
trasladado en el siglo XIX a la entrada del cementerio San Miguel 44 .
43 CASTELLANOS GUERRERO, J. A. y LÓPEZ REGUERO, M. A., “La peste en la
Málaga del siglo XVII (1637): aproximación a su historia social”, Asclepio, vol.
XXIX, Instituto “Arnau de Vilanova” de Historia de la Medicina, Madrid, 1977, pp.
107-113.
44 En él se fijó una inscripción -redactada por el provisor Pedro de Zamora Hurtado-
que, una vez traducida del latín al castellano, se lee así: “ESTA URNA RECOGE;
ESTE MÁRMOL CUBRE Y ESTE TÚMULO LO ENCIERRA MIL Y
TRESCIENTOS CADÁVERES DE HOMBRES DIFUNTOS (LOS CUALES SON
APENAS LA DÉCIMA PARTE DE ELLOS) QUE POR ESPACIO DE MEDIO
AÑO MURIERON CASI CON UN GOLPE SOLO, EN LA CIUDAD DE MÁLAGA,
EN LA PESTILENTE EPIDEMIA QUE PADECIÓ, A LOS CUALES, VIVIENDO,
LOS SUSTENTÓ CON SU CARIDAD, LOS SEPULTÓ DIFUNTOS CON SU
PIEDAD; Y DESPUÉS DE SEPULTADO, LOS HONRÓ CON SU RELIGIÓN. EL
ILUSTRÍSIMO Y REVERENDÍSIMO SEÑOR DON FRAY ANTONIO
ENRÍQUEZ, OBISPO DE MÁLAGA, RELIGIOSO DE LA SERÁFICA ORDEN DE
LA OBSERVANCIA, CONSEJERO Y PREDICADOR DEL SEÑOR FELIPE II DE
ESPAÑA; PIADOSO, TRISTE Y BENÉVOLO DEJÓ A LA POSTERIDAD,
ERIGIÓ A LA ETERNIDAD, DEDICÓ A LA REPÚBLICA, ESTE EJEMPLO DE
CARIDAD, ESTA MEMORIA DE PIEDAD, ESTA SEÑAL DE DOLOR EN 31 DE
JULIO DE 1637 AÑOS. DISTICO: ESTE MÁRMOL ¡OH TRISTE CAMINANTE!
111

6.- EL CULTO A SAN JULIÁN
Antes de ocuparnos del origen de la devoción y culto a San
Julián en la diócesis de Málaga, estamos obligados, aunque sea de
manera resumida, a facilitar algunos aspectos biográficos del santo.
Julián vino al mundo en la ciudad de Burgos en el año 1128.
Aprendió las Artes Liberales y la Sagrada Teología, de la que fue
maestro y enseñó en las escuelas. Cuando fallecieron sus padres no
quiso contraer matrimonio, como algunos le aconsejaron, sino
dedicar su vida al servicio del Señor. Fue ordenado sacerdote y, por
su fama y santidad, designado arcediano en la Santa Iglesia de
Toledo y, una vez ganada Cuenca a los moros, se le nombró pastor
de esta diócesis, sustituyendo al primer prelado, Juan Yánez, quien
había fallecido. Tomó posesión del Obispado con sesenta y seis
años. Desde su llegada, se convirtió en el padre de los necesitados y
de los enfermos, sustentándolos de su propio pecunio.
Cuenca padeció una hambruna y el santo rezó para implorar
el remedio de la carestía. Al poco tiempo, entró en la ciudad una
recua de bestias cargadas de trigo sin que nadie las guiase hasta la
casa del Obispo. Éste mandó descargar y buscar a quien lo traía
para pagarle el grano pero nunca apareció. En otra ocasión, en que
fue declarada una terrible pestilencia en dicho núcleo poblacional,
el Obispo rezó para que se aplacara y desapareciera, como así fue.
San Julián solía hacer unos canastos que, según cuenta la tradición,
todo aquel que los tocaba sanaba de la enfermedad.
¿CUÁNTOS ENCIERRA? ¿MIL? POCOS NÚMEROS. ¿TRESCIENTOS SOBRE
MIL? NADA EXAGERAS BASTANTE SON. NO PASES ADELANTE [GARCÍA
DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, pp. 129-131].
112

Ilustración 14: Estampa del glorioso tránsito de San Julián. Colección de Alberto Jesús
Palomo Cruz
Falleció el 28 de enero de 1208. Tras la desaparición terrenal
de San Julián, el pueblo comenzó a tomarlo como intercesor divino.
Esta circunstancia motivó que, pocos años después de su óbito, se
celebrara como su fiesta. El 5 de septiembre de 1518, y bajo el
pontificado de León X y el reinado de Carlos I, sus restos fueron
trasladados del altar de Santa Águeda, donde se encontraban, al que
hoy ocupa en la Catedral. En esa fecha, la Iglesia de Cuenca celebra
la fiesta principal de San Julián, obispo y patrón de la ciudad 45 .
En Málaga, las primeras referencias sobre el culto al santo
burgalés las proporciona García de la Leña, quien recogía en sus
45 A.C.C.M. Biblioteca. La Leyenda de Oro para cada día del año. Vidas de todos los
Santos que venera la Iglesia, tº I, París, 1865, pp. 236-239. En la Guerra Civil sus
restos fueron profanados y quemados, conservándose únicamente fragmentos óseos
rebuscados entre sus cenizas [CARRETERO ESCRIBANO, J. M., “Cuenca veneró a
San Julián”, Pasos de Arte y Cultura nº 6, Madrid, 2008, p. 56].
113

Conversaciones Históricas Malagueñas que antes de que
concluyera el año 1637, el Presidente de la Real Chancillería de
Granada había remitido a la Santa Iglesia Catedral de esta capital
un cuadro de San Julián para que se le tuviera como abogado de
la peste y se le hiciera fiesta 46 . Sin embargo, no se sabe exactamente
qué ocurrió con esa pintura, teniendo que mandar el Obispo de
Cuenca y su Cabildo un nuevo lienzo del santo, obra de Cristóbal
García Salmerón, para que se colocara en el edificio catedralicio 47 .
El Cabildo de la Catedral de Málaga acordó el 28 de enero de
1638, escribir al Obispo, Deán y Cabildo de Cuenca y al Presidente
de la Chancillería de Granada, dándoles las gracias por el envío de
la copia de un cuadro del glorioso San Julián a esta iglesia.
Asimismo, los capitulares tomaron la decisión de hacerle un altar
donde se pusiera esta pintura y, a la vez, informar al obispo Fray
Antonio Enríquez de Porres 48 .
A mediados del mes de noviembre de 1639, todavía no se
había colocado el cuadro. El Cabildo catedralicio encomendó a
unos capitulares que fueran a hablar con el Obispo para estudiar el
modo en que había de colocarse el retrato de San Julián en la Santa
Iglesia Catedral 49 . Al parecer este primer intento fue inútil dado
que, a los pocos días, se volvieron a congregar sus miembros para
acordar que se dialogara cuanto antes con Fray Antonio Enríquez 50 .
Esta segunda tentativa tuvo un resultado satisfactorio, pues en los
asuntos tratados en la reunión del día 5 de diciembre de 1639, se
anotaba que el Obispo de la Orden de San Francisco de Asís había
46 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, p. 129.
47 BOLEAS Y SINTAS, M., op. cit., pp. 272 y 273.
48 A.C.C.M. Leg. 1.031, pza. 2, lib. 22, aa. cc. de 28 de enero de 1638, fol. 317.
49 A.C.C.M. Leg. 1.031, pza. 2, lib. 22, aa. cc. de 14 de noviembre de 1639, fol. 425 v.
50 A.C.C.M. Leg. 1.031, pza. 2, lib. 22, aa. cc. de 22 de noviembre de 1639, fol. 426.
114

conferido la forma en que se hiciera, disponiendo que se efectuara
con toda solemnidad la procesión y el sermón en su día 51 . La capilla
elegida -la que daba acceso a la sacristía mayor- para colocar el
cuadro de San Julián era la que, en otro tiempo, había fundado el
obispo Pedro Díaz de Toledo y Ovalle, dedicándola a San Jerónimo,
uno de los santos a quien veneró 52 .
Recogemos una noticia del Cabildo secular, el celebrado el 2
de enero de 1640, en la que se anunciaba que la capilla estaba
siendo labrada en la Iglesia Catedral. Por ello, se aprobaba el
libramiento de una partida de 400 ducados destinada para la compra
de una lámpara de plata que se colocaría en el referido lugar cuando
estuviese culminado 53 . Dos semanas después del citado acuerdo, los
canónigos Francisco Vileja y Gregorio de Paz se personaron en la
Casa Consistorial para informar de que la Santa Iglesia Catedral
realizaría una fiesta al glorioso San Julián el día 28 de enero, que
consistiría en una misa y sermón por la mañana y en una procesión
alrededor del templo por la tarde. Esta Institución, por su parte,
agradeció el anuncio para que asistiera a la función religiosa y
nombró a varios miembros para que acudieran en representación del
Municipio 54 . Pasada la fiesta de San Julián, se dio cuenta de que el
gasto había ascendido a 1.040 reales 55 .
51 Ibídem, fol. 427 v.
52 BOLEAS Y SINTAS, M., op. cit., p. 271; MONDÉJAR CUMPIÁN, F., S. I.,
Obispos de la Iglesia de Málaga, Cajasur, Córdoba, 1998, pp. 132-134. Obra póstuma,
ordenada, completada y anotada por Vidal González Sánchez y con la colaboración de
Wenceslao Soto Artuñedo, S. I.
53 A.M.M. Lib. 56, aa. cc. de 2 de enero de 1640, fols. 3 y v.
54 A.M.M. Lib. 56, aa. cc. de 16 de enero de 1640, fol. 20.
55 A.M.M. Lib. 56, aa. cc. de 13 de marzo de 1640, fol. 64.
115

Ilustración 15: Lienzo de San Julián, obra desaparecida de Juan Niño de Guevara [Foto:
Juan Temboury]
El 11 de abril de 1640, el licenciado Rodrigo de Soto
presentó ante el Deán y los canónigos de la Catedral la bula
concedida por el papa Urbano VIII al altar de San Julián para que
durante:
“(...) siete años (...) todos los Lunes de cada
semana se saque anima con cada missa que se
celebrare en el = y en el dia de la
116

commemorazion de los difuntos y en los de su
octava (...)” 56 .
Una década después de la concesión papal, el Cabildo
eclesiástico aprobaba hacerle una fiesta perpetua a San Julián
Obispo en su capilla “por averle tenido por abogado y devoto en
(...) la peste que ha avido en esta ciudad (...)” 57 . En la víspera de la
fiesta litúrgica del santo tuvo lugar el repique de campanas y la
interpretación de piezas musicales. En el día de San Julián, y
después de la función religiosa de tercia, se oficiaría misa con
cuatro capas y con la mayor solemnidad que se pudiera 58 . En esa
misma fecha, el racionero de la Catedral Gonzalo Miranda dotó de
por vida una misa que habría de decirse cada año en la fiesta de San
Julián con 2.000 maravedíes, comenzando a partir de éste de
1650 59 . De esta fecha pasamos al año 1672, en que el Deán se
dirigió a los miembros del Cabildo para decirles que la misa de San
Julián, subvencionada por Gonzalo Miranda mientras éste vivió,
carecía de fondos. Tras deliberarse sobre el asunto, se aprobó
oficiarla aunque no hubiera dinero 60 .
El canónigo Boleas y Sintas resaltaba que, en ese año, los
Cabildos municipal y catedralicio habían alcanzado un acuerdo de
disponer que para las fiestas de San Julián se adornara lujosamente
la capilla, hubiera sermón y se cantara después un solemne
Tedéum 61 .
56
A.C.C.M. Leg. 1.032, pza. 1, lib. 23, fol. 14.
57
A.C.C.M. Leg. 1.032, pza. 3, lib. 25, aa. cc. de 27 de enero de 1650, fol. 138 v.
58
Ídem.
59
Ibídem, fol. 139.
60
A.C.C.M. Leg. 1.035, pza. 2, lib. 32, aa. cc. de 15 de enero de 1672, fol. 72 v.
61
BOLEAS Y SINTAS, M., op. cit., pp. 273.
117

Al año siguiente, la Iglesia Catedral malacitana recibió del
Obispo de Cuenca una carta acompañada del rezo con octava y
misa en honor de San Julián, que el papa Clemente X había
concedido, para que, el día de la fiesta del santo, se efectuara en los
reinos de España como se había practicado en la diócesis
conquense. Tratado este asunto en la reunión del 10 de enero de
1673, se decidió hacer todos los años en la festividad de San
Julián, un Tedéum laudamus, con adorno de la capilla y repique de
campanas. Se ordenó a los diputados de la Institución que se
dirigieran al Cabildo secular para que dieran la noticia y que, por
parte de ese estamento, se acudiera a los actos 62 . Un día más tarde,
se daba a conocer la opinión del Obispo, quien estaba de acuerdo en
todo salvo en que hubiera sermón todos los años 63 .
Las dotaciones económicas para la fiesta de San Julián que se
efectuaron a mitad de la centuria no fueron un caso aislado, dado
que, en 1673, Antonio Ibáñez entregó 6.000 maravedíes con el
deseo de que fueran repartidos así: para la música 2.000, para la
procesión 1.500, para la misa 2.000 y para los músicos 500 64 .
Boleas y Sintas apuntaba que la devoción y el culto a San
Julián aumentó tanto que ambos Cabildos, reunidos en 1679,
declararon festivo el día 28 de enero en la ciudad y en los
arrabales 65 . Se desconoce la fuente de donde extrae esta
información el canónigo de la Catedral malacitana, puesto que en
las actas de las mencionadas entidades no hay indicios de tal
62
A.C.C.M. Leg. 1.035, pza. 2, lib. 32, aa. cc. de 10 de enero de 1673, fols. 140 v. y
141.
63
A.C.C.M. Leg. 1.035, pza. 2, lib. 32, aa. cc. de 11 de enero de 1673, fol. 141 v.
64
A.C.C.M. Leg. 1.035, pza. 2, lib. 32, aa. cc. de 6 de noviembre de 1673, fols. 210 y
v.
65
BOLEAS Y SINTAS, M., op. cit., 273 y 274.
118

acuerdo. En cambio, sí se recogía entre los del Cabildo eclesiástico
el voto efectuado por el obispo Fray Alonso de San Tomás para
celebrar el día de San Julián, fiesta de guardar en la diócesis. El
Cabildo estando de acuerdo con esta proposición, se apresuró a
escribir a la Iglesia de Cuenca comunicando la veneración que tenía
esta ciudad al santo abogado de la peste 66 .
Precisamente fue este Prelado quien pidió al escultor
granadino Pedro de Mena y Medrano, autor de cuarenta y dos
imágenes de santos y santas para el coro de la Iglesia Mayor de
Málaga, que realizara la de San Julián, culminándola en 1680. La
profesora María Dolores Aguilar describía su representación
iconográfica de la manera que sigue:
“Ataviado con sotana e indumentaria episcopal,
destaca de su conjunto el realismo de los
encajes en puños y parte inferior del roquete.
En este afán naturalista, se coloca el cesto en su
mano izquierda hecho de cestería, y en élla
abierta pueden verse incluso las rayas de la
mano.
El natural elegido en este caso es una persona
de cara bondadosa y dulce, y cuyos rasgos y
manos se han tallado con gran esmero. La
calidad de las telas resalta en la virtuosa talla,
con telas de peso en esclavina y manto, y
delgadas y casi transparentes en mangas y parte
baja del roquete” 67 .
66
A.C.C.M. Leg. 1.036, pza. 2, lib. 34, aa. cc. de 6 de noviembre de 1679, fols. 311 v.
y 312.
67
VV. AA., Pedro de Mena. III Centenario de su muerte 1688/1988, Junta de
Andalucía, Cádiz, 1989, pp. 207 y 208.
119

7.- INTERVENCIÓN DE FELIPE IV EN EL HOSPITAL
REAL
Una de las asignaturas pendientes que tenía este tipo de
instituciones en el período que estamos tratando, era que las normas
de régimen interno se incumplían frecuentemente, no siendo una
excepción el hospital Real de la Caridad. Esta cuestión obligó al
estamento eclesiástico, bajo cuya dirección se encontraba el citado
centro sanitario, a enviar emisarios para que efectuaran
inspecciones cada cierto tiempo, por orden de Felipe III y luego de
Felipe IV.
La primera de las que se tiene conocimiento, se llevó a cabo
el 3 de septiembre de 1616 por el chantre de la Catedral Alonso
Barba Sotomayor 68 ; la segunda, en el año 1627 por el provisor Dr.
Clavería; y la tercera, por el canónigo de la Santa Iglesia Catedral
Francisco Maldonado Delgado 69 . Precisamente, este último
comisionado informó al monarca Felipe IV de la necesidad de
reformar el Reglamento del hospital “conforme a lo que la
experiencia y el estado de los tiempos havia mostrado para su buena
Administración y govierno” 70 .
68
A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de
la Regla de la Hermandad de la Santa Caridad..., pp. 5 y 6.
69
A.M.M. Sec. 3ª, nº 5, “Constituciones del Hospital de la Ciudad de Malaga”, fol.
681.
70
Ibídem, fols. 681 y v.
120

Ilustración 16: Ejemplar de las Constituciones del hospital de la Caridad [A.M.M.]
Mientras las nuevas Ordenanzas eran redactadas, se
acometieron trabajos de construcción en el edificio. Así, en el año
1635, se formalizó un contrato entre Gonzalo Fernández de
Mendoza, hermano mayor de la Hermandad de la Caridad, y Alonso
Díaz Figueroa, mayordomo de la misma, con los canteros Sancho
Meléndez y Miguel Pérez para la realización de cuatro columnas
destinadas a una obra que se habría de hacer en el complejo
hospitalario 71 .
Tras unos años de espera, las Ordenanzas entraron en vigor
en 1645 por orden del rey Felipe IV, quien mandó se cumplieran y
guardaran de la siguiente manera:
“1º Primeramente haviendo reconocido que las
elecciones que se hacen de hermanos mayores
quan poco atentas han sido al servicio de Dios
y de los Pobres y quan dañosas a la hacienda
del hospital y los inconbenientes que resultan
71 LLORDÉN SIMÓN, A., Arquitectos y canteros malagueños. Ensayo histórico
documental (siglos XVI/XIX), Ediciones Escurialenses, Ávila, 1962, pp. 88 y 89.
121

de proseguir en esta forma= Mando que aquí
adelante halla dos hermanos mayores como los
ha havido hasta aquí: el uno sea Eclesiastico y
el otro Seglar, a los quales les dure el oficio dos
años y no mas, y para hacerce la eleccion de
ellos en el dia que se á costumbre, los doce
Cofrades mas antiguos nombren a tres
Eclesiasticos y tres Seglares y remitan los
nombramientos a mi Consejo de la Camara
para que se elijan en el los dos que mas
combengan y se les despache titulo mio en
virtud de que hallan de usar su oficio=
2º De aquí adelante para ver como se
administra y govierna el dicho hospital sus
bienes y rentas y como se acude al servicio de
Dios y regalo de los Pobres haya un
Administrador General el qual sea Eclesiastico
y superintendente de los hermanos mayores y
de todos los demas oficiales y sirvientes del
Hospital persona constituida en Dignidad y de
todas buenas partes y virtud a satisfaccion de
mi Consejo de la Camara, y para ello
propongan tres personas el Obispo y Correxidor
que son o fueren de la dicha Ciudad de Malaga
y el Consejo elija la que fuere mas combeniente
a quien se le dé titulo y nombramiento de que
luego que se publique esta mi provicion se dará
noticia a los dichos Obispo y Correxidor para
que por su parte se executen=
3º Respecto de los grandes incombenientes que
han resultado como informó el dicho Visitador
de la forma en que se ha hecho el
nombramiento de mayordomo de la Casa de
aquí adelante despues de los dias del
Licenciado Don Gonzalo de Cabrera Espínola,
Presvitero que al presente esta sirviendo: el
dicho administrador General y los hermanos
mayores me propongan en mi Consejo de la
Camara tres sacerdotes mozos virtuosos y de
buena salud de manera que pueda tolerar y
llevar el trabajo que ha de tener en la continua
acistencia y las demas obligaciones que
122

adelante se diran y de ellos elija el dicho mi
Consejo de la Camara el que fuere mejor al
qual se le despache titulo mio como tambien se
le ha de librar ahora al dicho Don Gonzalo de
Cabrera y a el y a los demas que sucedieren
fueren nombrados no se le puedan quitar los
oficios sin causa aprobada por el dicho mi
Consejo=
4º Que el mayordomo de Hazienda y demas
oficiales y ministros inferiores del dicho
Hospital su nombramiento corra y se haga por
el dicho Administrador y los hermanos
mayores, los quales han de recibir las fianzas y
seguridad de los que hubieren de darlas por su
cuenta y riesgo, y para que mejor y mas
comodamente puedan servir sus oficios los
dichos Ministros o algunos que tienen corto
salario y aorros que se les acrecienta su
ocupacion por las Constituciones que he
mandado hacer (...)” 72 .
Después de la exposición de estos aspectos, se relacionaban
en el nuevo Reglamento los “oficiales y ministros” con los que se
contaba en el hospital: un mayordomo de hacienda, tres capellanes,
un sacristán, un enfermero mayor y un ayudante, un practicante y
un enfermero mayor de cirugía, una cocinera, una enfermera, un
despensero, un portero, un médico, un cirujano, un barbero y un
boticario 73 . Se señalaba, asimismo, que ninguno de éstos podían
tener dos oficios, ni tampoco realizar otros cometidos o tareas
que no fuesen las suyas propiamente 74 .
A continuación, se especificaban los cometidos que tendrían
que cumplir. Comenzaban a describirse, lógicamente, los de los dos
72 A.M.M. Sec. 3ª, nº 5, “Constituciones...”, fols. 681 v. y 682.
73 Ibídem, fols. 682 v., 683 y 683 v.
74 Ídem.
123

“Hermanos Mayores”, comprendidos entre los artículos 22 y 29. Se
decía que:
“(...) tendran particular cuidado de asistir con
puntualidad ordenando a todos sus ministros
acudan a sus obligaciones y que cumplan lo que
ordenaren los medicos y cirujanos con toda
brevedad limpieza y cuidado, visitando las
oficinas y salon de enfermos para reconocer las
necesidades y procurando se remedien las mas
forzosas mostrando en todo entera caridad amor
del proximo y utilidad de la hazienda.
(...) sean obligados a tomar cuentas a los
mayordomos de hazienda por lo menos de dos a
dos años no admitiendoles efectos sin
dilixencias en tiempo y procurando que no se
retarden y por defecto de dilixencias se pierdan
algunas partidas o se pongan de mala condicion
su cobranza y los Alcanzes que les hicieron los
cobren brevemente de ellos o de sus fiadores
pues ha de estar a riesgo de dichos hermanos
mayores (...).
Que no se puedan vender casas ni otras
posesiones del hospital a censo perpetuo ni de
por vidas sino fuere haciendo dilixencias e
informacion de utilidad del dicho hospital y
precediendo Licencia mia y de los Reyes mis
subcesores como Patronos que somos de el, y
qualesquiera ventas enajenaciones y contratos
que se hicieren sin estos requicitos sean nulos y
de ningun valor y efecto.
Que procuren quanto posible fuere que
todos los oficiales y ministros del hospital
sean capaces para el exercicio de sus oficios y
los que estuvieren en la clausura de el vivan
honesta recojidamente y cumplan con los
preceptos de las Constituciones y sino lo
hizieren los multen en un dia o dos o mas de
las raciones y si fueren protervos le quiten y
priven de sus oficios execto el Mayordomo de
124

Casa que en caso que delinquiere se ha de
hacer informacion y remitirnosla (...) para que
vista se provea lo que combenga y tendrá
particular cuidado de no despojar a los
Capellanes (...) si no fuere con causa lexitima
que tuvieren delitos contra sus oficios y
dandonos primero cuenta para que como
Patronos del dicho hospital proveamos lo que
fueremos servidos” 75 .
Tras la figura de los “Hermanos Mayores”, destacaba, por
encima de los demás, el de “Mayordomo de Casa”. Este oficio
recaía, ya que así se exigía en el Reglamento, en un clérigo. Sus
deberes se reflejaban desde el capítulo 30 al 39 de este modo:
“(...) ha de asistir por persona a todas las visitas
que hacen los medicos y cirujanos a las salas de
enfermos y enfermas llebando una tabla donde
esten puestas las camas de los enfermos y en
que numeros y en ellas escribir lo que
ordenaren de medicinas o sangrias, comida,
haciendo se cumpla y execute con toda
puntualidad, cuidado y arreglo y limpieza de
los enfermos con todo amor y caridad dandolo
a cada uno lo que combiniere ó pidiere la
calidad de su enfermedad.
Que no admitan en las salas enfermos sin que
primero recivan los Sacramentos ó por lo
menos el que pudiere y haviendo examinado
primero el medico si la enfermedad que padece
es de la curacion del hospital (...)
Que cuide mucho que todos los ministros
acudan a sus obligaciones y sino lo hizieren se
lo amonesten y si repitieren sus descuidos de
cuenta al Administrador y hermanos mayores
para que los multen (...)
75 Ibídem, fols. 683 v., 684 y 684 v.
125

Que asistan por sus personas aver hacer las
medicinas jaraves, purgas y demas cosas a los
Boticarios para que lo hagan conforme a el Arte
de la Medicina entregandoles las Drogas y
Azucares con cuenta y razon de que ha de
tener libro y por el se le ha de tomar cuentas
a los Boticarios descargandoles los gastos, y
estas se las han de tomar de mes a mes (...)
Que asimismo tomen cuentas a los Despenseros
de lo que se gasta cada dia poniendolo en un
Libro aparte donde con claridad conste para
que al fin de la semana se le despache Libranza
de lo que se huviere gastado en ella y asimismo
pese la carne que trajeron los Despenseros
reconociendo la calidad de ella y entregandola
en esta forma el Cozinero y procurando tener
la Casa abastecida de todo lo necesario
comprandolo a tiempo y a precios los mas
moderados y como pudiere (...)
Que tengan un Libro donde se tome la razon de
las Libranzas que se dieren cada dia mes y
año (...)
Que tengan otro Libro donde se siente los
maravedís que entraren en su poder (...)
Que tengan otro Libro donde se sienten cada
cosa de por si los vienes de la sacristia ropas de
las salas yerros de cozinas y demas cosas (...)
Que tengan otro Libro de Colecturia donde se
apuntan las Misas (...)
Que tengan otro Libro donde se asienten los
enfermos que entraren a curarse en el hospital
(...)” 76 .
Al “Mayordomo de Casa” le seguía en el escalafón
jerárquico el “Mayordomo de Hazienda”. Sus funciones,
contempladas desde el artículo 40 al 43, eran más limitadas que las
del anterior, ciñéndose únicamente a los aspectos pecuniarios:
76 Ibídem, fols. 684 v.-686.
126

“(...) Han de pagar puntualmente las libranzas
del Administrador y Hermanos mayores y en
particular las del gasto ordinario que salen
todos los sabados en caveza del Despensero (...)
Que cobren con toda puntualidad y cuidado la
hazienda del (...) hospital (...)
Que no puedan recibir ni entren en su poder
principales de censos redimidos sino que entren
en el Arca de tres llaves (...)
Que no puedan vender ninguna pan trigo ni
cebada de lo que toca al (...) Hospital sino fuere
con orden expresa por escrito del
Administrador y hermanos mayores y en su
ausencia del mayordomo de casa” 77 .
Las Constituciones trataban, igualmente, de los cometidos de
los “ministros y oficiales”. Se contaba con los “Capellanes del
dicho Hospital” y el “Capellán de Ayudar a bien morir”. Sobre los
primeros, se reseñaba en los artículos 40 al 46 lo siguiente:
“El Capellan semanero asista a todas las
visitas que hizieren el medico y cirujano y entre
dia para ver si hai a quien Administrar los
Sacramentos (...)
Que digan con puntualidad las Misas de su
obligación anexas a sus Capellanias y cada dia
que las dijeren las apunten en el Quadrante,
poniéndoles el dia que la Celebraren=
Aqualquiera difunto que muriere en el (...)
hospital le hagan su oficio (...)” 78 .
Sobre el segundo, se decía en los artículos 47 y 48 que:
77 Ibídem, fol. 686.
78 Ibídem, fols. 686 y v.
“Ha de ayudar a bien morir visite las Salas de
los enfermos cada dia lo menos tres veces por
127

la mañana al medio dia y a la noche y exorte a
los agonizantes con todo amor y su procurando
la salvacion de sus Almas y asistiendoles hasta
que no puedan hablar ni oir” 79 .
El hospital Real de la Caridad contaba con una iglesia en el
interior del recinto, a cuyo cuidado estaba el “Sacristán”. En los
artículos 49 y 50 del Reglamento se reflejaba que éste debía tener:
“(...) los Altares Yglesia Sacristía ornamentos
Plata Corporales, bolsas y Paliar calices y
patenas, aseados limpios y con mucha decencia
y asista con los capellanes con la
administracion de los Santos Sacramentos
llebando lo que tocare a cada ministro.
Que tenga cuidado que la lampara del
Santisimo Sacramento este siempre encendida
de dia y de noche y que dé fianzas a
satisfaccion de los Hermanos mayores de la
hazienda y que se le entregare que hase ser por
imbentario (...)” 80 .
Los “Enfermeros” (de ambos géneros) de esta Institución
hospitalaria tenían encomendadas las normas recogidas en los
artículos 51 y 52. Sobre ellos, se indicaba que asistieran a los
enfermos:
“(...) con mucho amor y caridad, procurando
esten las camas limpias y aseadas y la de mas
ropa que tubieren y observen las ordenes y
preceptos de los medicos y cirujanos
puntualmente.
Que la ropa de su cuidado la procuren tener
limpia y aseada y la remienden y cuiden de
79 Ibídem, fol. 686 v.
80 Ibídem, fols. 686 v. y 687.
128

ella para dar quenta cada y quando que se
le pida y se hallen presentes al repartir y
servir la comida a los enfermos cuidando de
sus raciones y que esten sin mal olor y con
limpieza y que se les caliente, y sasonada y lo
mismo se haga en la demas comida y vevida
que se les ordenare” 81 .
Los alimentos que se servían en el hospital a los enfermos
tenían que cumplir unas medidas higiénicas. Para eso, los
“Cocineros” se encargaban, como se concreta en el artículo 53, de
que las comidas se cocieran con carbón:
“en las hornillas con mucho aseo y limpieza
vien sasonada, de carne sin vicio ni oliendo mal
ni amortecina y que todas las ollas lleben
garbanzos y tocino y tengan todos los
instrumentos de la cozina limpios y puestos en
sus basares y espeteras sin que anden rodando
por el suelo” 82 .
Indudablemente, el éxito de los “Cocineros” dependía, en
gran medida, del papel que ejercían los “Despenseros”. En el
artículo 54, se fijaba que los hermanos mayores y mayordomo de
casa mandaban a los mismos a comprar:
81 Ibídem, fol. 687.
82 Ídem.
“(...) carnes, gallinas, azucares, pasas, y
otras cosas de la mayor bondad que pudieren y
a los precios mas comodos haciendolos con
mucha fidelidad sin fraude ni engaño
entregandolo todo de buen data y caval y que
la carne sea sin sospecha que sea diferente y los
huebos frescos para lo qual antes de entregarlo
129

al cozinero á de havisar al mayordomo de
Casa, para que lo pese, reconozca y
entregue” 83 .
El “Portero” tenía como responsabilidad, según el artículo
55, abrir y cerrar las puertas de la casa, estando pendiente de la
llegada de enfermos y heridos. En el artículo 56, se le instaba a que
“despues de la oracion no dejen entrar en el dicho hospital mugeres
algunas de qualquier estado ó condicion que sean” 84 .
En los artículos 57 y 58 se mencionaba que los “Medicos”
acudirían al hospital todos los días a las seis de la mañana y a las
tres de la tarde para visitar a los hombres y mujeres enfermos.
Igualmente, atenderían a los que estuvieran en la puerta del
establecimiento, admitiendo solo a los “de calenturas, heridas ó
llagas que son los que incumben a su curacion” 85 .
Los “Cirujanos” estaban obligados, así quedaba plasmado en
el artículo 59, a asistir al hospital por la mañana y por la tarde, así
como las veces que se les llamaran, debiendo vivir junto al
hospital 86 .
En el artículo siguiente se trataba de los “Barberos” que, al
igual que los cirujanos, se presentaban en el hospital: “(...) a la
misma ora de por la mañana con el Medico y Cirujano para ver si
ay á quien sangrar y entre dia las beces que llamados” 87 .
83
Ibídem, fols. 687 y v.
84
Ibídem, fol. 687 v.
85
Ídem.
86
Ídem.
87
Ibídem, fol. 688.
130

Ilustración 17: Retrato de Felipe IV, por Diego Velázquez (1656)
Los “Boticarios” cerraban la lista de los “ministros y
oficiales”, teniendo como funciones, según los artículos 61, 62 y 63,
las de asistir:
“(...) con puntualidad a la botica del hospital
yendo con los Medicos siempre que visiten las
Salas llevando un libro en que asienten los
medicamentos que recetaren para los enfermos
poniendo en el dicho libro dia mes y año y si
es visita de mañana y tarde y acavada de
recetar la ha de firmar el medico para que
conste de su cargo.
Yten que tengan todos los votes y redomas,
jaraves, purgas y demas ingredientes nesesarios
con mucho aseo y limpieza y que no esten
rancios de mal olor y corrompidos y los ha de
hacer dentro del Hospital en presencia del
131

mayordomo de Casa, en conciencia y conforme
al arte de medicina” 88 .
Después de la entrada en vigor de este Reglamento, el
Cabildo eclesiástico acordó dar noticia al corregidor de la ciudad de
la elección que se había efectuado de un administrador para el
hospital Real de la Caridad con la finalidad de que se enviara una
comunicación al Consejo de Su Majestad el rey Felipe IV 89 .
En el desempeño de las funciones de los oficiales debieron
surgir situaciones comprometidas, como la que se vivió en 1670. En
este año, Francisco de Herrera, despensero del hospital de la
Caridad, se vio inmerso en un proceso judicial al no haber
satisfecho el pago de las provisiones que recibía. El carnicero José
de Figueroa había denunciado a la Justicia al citado por no hacerle
efectiva la cantidad de 440 reales, que importaba la carne destinada
para el establecimiento. Tras ser encarcelado, llegó al acuerdo de
saldar la deuda que se había incrementado en 27,5 reales por las
costas judiciales 90 .
8.- LA PESTE BUBÓNICA DE 1649
No había terminado la ciudad de sobreponerse de la epidemia
sufrida por sus habitantes en 1637, cuando se declaró un nuevo
foco epidémico que hizo grandes estragos en la población
malagueña. Desconocemos las tareas asistenciales prestadas por la
Hermandad de la Caridad ante la falta de información, pero sí
88 Ídem.
89 A.C.C.M. Leg. 1.032, pza. 2, lib. 24, aa. cc. de 3 de agosto de 1648, fol. 82.
90 A.H.P.M. Escribanía Juan Hidalgo de Vargas, leg. 1.871, fol. 1047.
132

poseemos fuentes documentales y bibliográficas que cuentan la
evolución de la peste. En los años previos a la declaración, se
produjeron malas cosechas de cereales, lo que repercutió en el
precio del pan. Debido a la carestía de trigo se tomó la decisión
de importarlo de la Berbería y del Norte de Europa. Parece ser
que esta crisis cerealística no era exclusiva de Málaga, sino que
afectaba a otras zonas españolas. Este hecho viene a confirmar la
íntima relación existente entre la falta de cereal con la aparición de
un brote epidémico, según declaraba Isabel Rodríguez Alemán.
El día 24 de abril de 1648, se recibía la noticia que Murcia
padecía una epidemia. Desde el Cabildo secular malacitano se
tomaron medidas tendentes a frenar el contagio, formándose una
Junta Sanitaria que estuvo constituida por el corregidor, el Marqués
de Casares, y seis diputados. Al poco tiempo, sufrirían el mismo
destino Orihuela y Valencia.
A principios de 1649, se comunicaba en sesión capitular la
existencia de peste bubónica 91 en Sanlúcar de Barrameda. La
proximidad con la población gaditana, determinó que se
pusieran en marcha precauciones similares a las que se adoptaron
cuando la epidemia de Murcia. A partir de marzo, se interrumpió
el contacto comercial que Málaga mantenía con diversas
localidades de Andalucía como Granada, Antequera, Vélez-Málaga,
entre otras. Al mes siguiente, la escasez de granos perjudicó a los
vecinos de la ciudad, puesto que la falta de alimentos los hacía
91 Se manifestaba de las siguientes formas: primero, con la inflamación de un ganglio
en la ingle, axila o cuello, que en principio era móvil y después fijo, aumentando de
tamaño y con fiebre muy elevada. Segundo, el bacilo se instalaba en los pulmones por
lo que, tras un período de incubación de 2 a 6 días, aparecía la fiebre y esputos
sanguinolentos. Y tercero, se extendían por el cuerpo hemorragias cutáneas,
adquiriendo el enfermo un color negro azulado.
133

vulnerables al contagio. A medida que avanzaba el mes de mayo, la
ciudad se encontraba en plena epidemia, produciéndose un éxodo
de ciudadanos que marchaban a lugares situados fuera de las
murallas. Juan Serrano de Vargas achacaba su origen a las
continuas levas que desde el puerto de Málaga se dirigían a sus
destinos 92 .
Por su parte, el Cabildo municipal habilitó dos hospitales
para atender a los numerosos enfermos: uno, el de San Félix de
Cantalicio, cerca de la cruz de Zamarrilla, con una capacidad para
1.800 personas; y otro, el de San Antonio de Padua, en los
alrededores del Molino de la Pólvora, con una disponibilidad para
1.500 personas.
Con objeto de que desapareciera la enfermedad, se
organizaron diversos cultos y procesiones de rogativas con las
imágenes de Santa María de la Victoria, San Francisco de Paula y
San Bernardo que fueron trasladadas al primer templo 93 . Mientras
estas escenas se sucedían, se produjo el día 31 de mayo un hecho
que tiene relación directa con la imagen de un Santo Cristo atado
a la Columna, labrada por el escultor José Micael Alfaro para la
Hermandad de idéntica denominación, fundada en 1633 en el
convento de Trinitarios Calzados. Cuenta el jesuita Pedro Morejón
que, posteriormente, dicha imagen fue sustituida por otra y ésta
pasó a ser propiedad de Ana de Medegal, hasta su fallecimiento 94 .
92 SERRANO DE VARGAS Y UREÑA, J., op. cit.
93 RODRÍGUEZ ALEMÁN, I., “La epidemia de peste de 1649 en Málaga”, Jábega nº
49, Excma. Diputación, Málaga, 1985, pp. 19-23.
94 MOREJÓN P., S. I., Historia de las Antigüedades de Málaga, Excmo.
Ayuntamiento/Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, Málaga, 1999, pp. 330-
333. La transcripción fue efectuada por Rafael Bejarano Pérez y la biografía del autor
por Wenceslao Soto Artuñedo, S. I.
134

Después, la posesión de la talla fue transferida a un vecino piadoso,
que al morir la dejó a su mujer. Ésta casó en segundas nupcias con
el alférez de Infantería Lorenzo Ximénez y:
“(...) mudando los muebles (...) a otra casa, en
un carro tirado de una mula, puso entre ellos la
sacrosanta ymagen afianzada a la basta rudeza
de una estaca, enbuelta en umildes lienzos. Con
aquel precioso tesoro caminaba el carro, y
aunque reconocio el vruto la grande magestad
que llebaba, camino sin enbarazo ni repugnacia
asta la plazeta de las religiosas del Cister,
donde se detubo, dando como señas de querer
depositar entre aquellas sagradas virgenes la
ymagen de su purisimo esposo, pero instado del
aguijon y del azote prosiguio su viaje. A pocos
pasos bolbio a dar señas de su repugnacia,
parando a las puertas de la casa de D. Gaspar
de Silba, persona principal, dando muestras de
que Dios gustaba de quedarse en la casa de un
gran amigo suio y de los pobres, (...), pues en
ella hallaban el socorro de todas sus
necesidades. Volviose a repetir la violencia y el
aguijon, y prosigio la mula asta la calle de la
Especeria, donde ni valio la fuerza, ni los
estimulos, para mober ni forzar aquel bruto a
pasar adelante, sufriendo antes el castigo y los
rigores del azote, que mober sus pasos,
manifestando queria aquella ymagen quedarse
en la parte principal de la ciudad.
De otra mas superior fuerza era detenido el
carro, y quiso Dios derramar el rocio de sus
divinas misericordias sobre esta ciudad, pues el
dia 31 de maio de 1649 manifesto las obras de
su piedad y magnificencia en el teatro de
Malaga, porque descubriendose una de las
sagradas plantas de aquella ymagen de entre el
lienzo en que iva enbuelta, ventilado del aire, se
dexo ver de un niño que, presumiendo ser
hombre muerto (daba vastante ocasión el
135

contagio, que entonces padecia esta ciudad),
alza la voz diciendo: aquí ba un hombre
muerto, aquí ba un hombre muerto. Los
circundantes, sospechando maior tragedia,
concurrieron a las vozes, rodeando el carro,
para registrar con los ojos lo que habian
percibido con sus oidos. Descubrieron la
sagrada efigie, quando se presumieron ser lo
que el inocente niño clamaba, y con reberente
obsequio, devocion, y ternura, vajan de aquel
incidente y desaliñado lugar (...), y con devota
procesion, (...) la llebaron en sus piadosos
hombros a la sala del juzgado de las Casas de el
Cabildo, donde con el ornato y decencia, (...), le
colocaron, acompañada de luces, (...),
reseerbando para mejor acuerdo y sitio mas
sagrado su altar y capilla, donde se venerase de
los fieles, y se adornarse con el culto y religión
que merecia tan soberana ymagen (...)” 95 .
Al día siguiente de producirse tal acontecimiento, los
caballeros regidores se reunieron en cabildo para acordar que:
“(...) se coloque la dicha ymagen en la capilla
principal de su Ayuntamiento, y votó hazerle
una fiesta y procesion todos los años en el dia
31 de maio, en memoria de el que entro a dar la
salud a esta ciudad, asistiendo en forma y con
toda la solemnidad a la dicha fiesta, conbidando
para ella a los señores dean y Cabildo y a las
religiones” 96 .
95 Ibídem, pp. 333-335.
96 A.M.M. Lib. 65, aa. cc. de 1 de junio de 1649, fol. 110. Para conocer la devoción
que gozaba la efigie del Santo Cristo de la Salud, véase: RODRÍGUEZ MARÍN, F. J.,
“El Cristo de la Salud y su importancia en la historia devocional de Málaga”, Vía
Crucis nº 1, Museo Diocesano del Obispado, Málaga, 1989, pp. 36 y 37.
136

Ilustración 18: Estampa coloreada del Santo Cristo de la Salud. Colección de Alicia
Cárcer Sánchez [PALOMO CRUZ, A. J., “Las devociones de antaño”, La Saeta nº 38,
Málaga, 2006, p. 187]
El P. Morejón apuntaba que la epidemia empezó a remitir
con el fortuito hallazgo, denominando a la imagen “Santo Cristo
de la Salud”, atribuyéndole el poder acabar con la enfermedad y
otros males 97 . Sin embargo, el brote epidémico no se superó del
todo hasta el mes de octubre, en que fue declarado por el
Municipio. El día 21 de noviembre de 1649, se organizó una
procesión en acción de gracias por haberse recuperado la salud 98 .
Las fuentes de información de ese período, estimaban en 20.000 las
personas que murieron por el contagio, a pesar de la rápida
intervención médica que aplicó los medios que estaban a su
alcance 99 .
97
MOREJÓN, P., op. cit., pp. 335 y 336.
98
RODRÍGUEZ ALEMÁN, I., op. cit., p. 25.
99
HIDALGO BOURMAN, A., Ejemplar de castigos y piedades que se experimento en
la ciudad de Málaga en 1649, Málaga, 1650.
137

En cuanto a la efigie del Santo Cristo, el profesor Castellanos
Guerrero señalaba en una comunicación presentada en un Congreso
sobre Religiosidad Popular que:
“(...) el pueblo malagueño encontró en esa
imagen, carente de trayectoria devocional, un
símbolo de la penitencia pública de la ciudad,
de sus propios actos de penitencia siendo este
reconocimiento fácil para una cultura tan
urbana como la del barroco, al encontrar la
imagen en el lugar donde radicaban los poderes
ciudadanos por excelencia, donde tenía su sede
el propio Cabildo de la Ciudad (...)” 100 .
9.- LA PANDEMIA DE 1678/79
Los acuerdos que se venían recogiendo en las actas del
Cabildo eclesiástico en el año 1677, eran un presagio de lo que
acontecería un año más tarde en la ciudad de Málaga. La noticia de
que una epidemia azotaba el Levante español se dio a conocer en la
reunión celebrada el 3 de marzo de ese año. En el citado estamento
se acordó, a propuesta del obispo Fray Alonso de Santo Tomás,
oficiar una misa dedicada al Espíritu Santo en forma de rogativa por
los “buenos sucesos del estado de esta monarquia”, cumpliéndose
así con lo mandado por el Rey 101 .
Luego, en el mes de junio, se leía en el referido cabildo una
carta enviada por Carlos II, expresando su deseo de que volvieran a
hacerse rogativas a Dios para que aplacara el contagio que padecían
100 CASTELLANOS GUERRERO, J. A., “Enfermedad epidémica y religiosidad
popular en la Málaga del Antiguo Régimen: el patronazgo del Cristo de la Salud”,
Congreso de Religiosidad Popular en Andalucía, Cabra, 28-30 de enero de 1994, p.
192.
101 A.C.C.M. Leg. 1.036, pza. 2, lib. 34, aa. cc. de 30 de marzo de 1677, fol. 31.
138

las poblaciones de Murcia, Cartagena y Totana. Los señores
capitulares acordaron responder que continuaban con las oraciones
realizadas desde el primer mandato y que se seguiría haciendo un
novenario de misas solemnes en rogativas 102 .
Ya en el verano de 1677, el Deán manifestaba la “poca
guarda” que tenía la ciudad de Málaga con respecto al contagio que
padecían las localidades antes referidas. A fin de evitar daños que
pudieran afectar a los malagueños, se determinó escribir a Su
Majestad para obtener el consentimiento de que el Obispo pudiera
“poner todo cuidado, y esfuerzo de forma que no haya omisión, ni
descuido en la dicha guarda de la ciudad (...)” 103 .
Afortunadamente, pasó el año sin que se registrara ningún
contagio. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de 1678. El
Consistorio malacitano adoptó medidas encaminadas a detener y
preservar la ciudad del foco epidémico, que azotaba Murcia,
Orihuela y Orán 104 . Pese al esfuerzo municipal de vigilar las costas
y de cercar el casco urbano, Málaga quedó sumida en una atroz
epidemia de peste. Parece ser que, la génesis de este foco, estaba en
la llegada a puerto de una embarcación procedente de Orán y
Cartagena, precisamente esta última localidad había padecido los
rigores de la pandemia en 1677.
En el mes de septiembre de 1678, el licenciado Martín de
Vallejo, racionero de la Santa Iglesia y administrador del hospital
de la Caridad, comunicó a la Corporación municipal que el citado
hospital no podía recoger a tantos enfermos como acudían, instando
a los munícipes a que se habilitara el establecimiento sanitario de
102 A.C.C.M. Leg. 1.036, pza. 2, lib. 34, aa. cc. de 28 de junio de 1677, fols. 37 y v.
103 A.C.C.M. Leg. 1.036, pza. 2, lib. 34, aa. cc. de 5 de julio de 1677, fols. 58 v. y 59.
104 A.M.M. Lib. 94, aa. cc. de 18 de julio de 1678, fols. 81 y v.
139

Santa Ana, desocupado por entonces, para la asistencia de
enfermos 105 .
Ante la magnitud de la epidemia, que causaba el contagio
diario de muchos vecinos 106 , el obispo Fray Alonso puso en marcha
una serie de medidas sanitarias para la curación de los enfermos 107 .
Eligió, como ya adoptaran las autoridades en el año 1637, un lugar
fuera de las murallas de la ciudad para instalar el hospital 108 . Esta
decisión era acertada, según los consejos médicos de la época, por
tener, además, una buena orientación de vientos del norte 109 . En este
caso, se ubicó en las calles llamadas de la Cruz Verde y de los
Negros 110 .
Al parecer la denominación que tuvo dicho hospital fue el de
“San Juan de Dios y la Cruz Verde”, así constaba en el testamento
de Ana Moreno, una de las tantas personas contagiadas 111 . Allí se
habilitaron capillas para el oficio de las misas, estando reservado el
Santísimo Sacramento con objeto de que fuera administrado a los
enfermos. Este establecimiento, según el presbítero Cecilio García
de la Leña, estuvo dispuesto para recibir a los contagiados el 24 de
octubre de 1678.
El lugar escogido para el enterramiento de los fallecidos fue
el de los Tejares, muy próximo al que estableció el prelado Fray
Antonio Enríquez en la epidemia de 1637. La ropa se lavaba en la
105 A.M.M. Lib. 94, aa. cc. de 26 de septiembre de 1678, fol. 100 v.
106 A.M.M. Lib. 94, aa. cc. de 3 de octubre de 1678, fol. 105.
107 No debe extrañarnos esta postura, dado que los obispos de esta época participaban
activamente en las disposiciones que se tomaban para la defensa de la ciudad ante
cualquier peligro, ya fuese de un ataque pirata o de una epidemia, como en realidad
ocurrió.
108 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, p. 190.
109 ZAMORA BERMÚDEZ, M., op. cit., p. 70.
110 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, p. 190.
111 A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 38, fol. 35.
140

huerta del Acíbar y las prendas de vestir se quemaban en el cauce
del Guadalmedina. Los médicos se instalaron en dos casas, de la
calle Refino (antiguamente denominada de los Gitanos). Para
hacer la cuarentena se eligieron dos calles, la del Postigo y la de
los Jinetes, donde se instalaron los hombres y las mujeres,
respectivamente. El contagio de la epidemia se extendió hasta el
31 de octubre de 1679, fecha en que se obtuvo la declaración
oficial de salud 112 .
Esta desgracia fue catastrófica para la economía de muchas
familias, como vemos en el testamento de Inés de Morilla, fechado
el 17 de mayo de 1698, donde se ponía de manifiesto que su marido
el alférez Domingo del Pino había fallecido en 1678 en el hospital
Real de la Caridad y que al contagiarse se quemó “toda la ropa y
vienes que teniamos de forma que quede Pobre de toda solemnidad
(...)” 113 .
Sobre el número de personas que perdieron la vida en la
misma, hay disparidad de cifras. Por un lado, el presbítero García
de la Leña arrojaba el número de 8.000 fallecidos 114 y por otro, el
profesor Manuel Zamora Bermúdez señalaba la cantidad de 346 115 .
Al año siguiente, y por el mes de marzo, hubo una segunda fase del
foco epidémico. La recaída venía provocada por el uso de ropa
infectada que se había ocultado en algunos hogares. Pese a ser el
rebrote de menor intensidad que el desatado en la segunda mitad de
1678, el Consejo de Castilla acordó cerrar el comercio, pues del 26
de marzo al 2 de abril de 1680, fueron ingresados 107 moribundos
112
ZAMORA BERMÚDEZ, M., op. cit., p. 73.
113
A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 46, vol. 1, fols.
125-126 v.
114
GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, pp. 190 y 191.
115
ZAMORA BERMÚDEZ, M., op. cit., p. 74.
141

en el hospital de la Cruz Verde. A finales de este último mes,
descendió el número de afectados para cesar prácticamente en
agosto. Cuando la declaración de salud pública se efectuó el 25 de
octubre, la ciudad había padecido dieciséis días antes un terremoto
que causó víctimas y cuantiosos daños materiales 116 .
10.- LA ENTREGA DEL HOSPITAL REAL DE LA
HERMANDAD DE LA CARIDAD A LA ORDEN DE SAN
JUAN DE DIOS
Los primeros contactos de la Orden de San Juan de Dios 117
con la ciudad de Málaga se produjeron en fechas muy tempranas,
probablemente a mediados del siglo XVI. Los miembros de esta
Institución se dedicaron a prestar atención sanitaria a los enfermos
del hospital de Santa Ana hasta principios del siglo XVII, que
dejaron de hacerlo al no producirse incorporaciones en sus filas 118 .
Tras algo más de medio siglo sin su presencia, los vecinos
116
Ibídem, p. 73.
117
La Orden de San Juan de Dios tuvo como fundador a Juan Ciudad, nacido el día 8
de marzo de 1495 en un pueblo llamado Montemayor el Nuevo, de la diócesis de
Évora (Portugal). Desarrolló durante toda su vida una labor caritativa en la ciudad de
Granada, a la que llegó en 1538. Juan de Dios, que así era conocido por los habitantes
de este último reducto musulmán en la Península, creó el primer hospital entre
1540/41 en la calle Lucena. Trabajó de manera incansable para mejorar la situación
de los enfermos y pobres durante doce años. La muerte le sobrevino el 8 de marzo
de 1550. Unos años después de su desaparición, en 1572, San Pío V reconoció a
los seguidores de San Juan de Dios establecidos en Andalucía. La semilla de este
hombre de Dios ya estaba extendida con anterioridad al recibimiento de la
noticia por distintos puntos de nuestra región. El papa Urbano VIII beatificó a San
Juan de Dios en 1630 y Alejandro VIII lo canonizó en 1690. León XIII lo nombró en
1886 patrón de hospitales y Pío XI lo designó en 1930 patrón de enfermeros
[HERNÁNDEZ TORRES, J. J., Vida de San Juan de Dios, Clave Granada Editorial,
Granada, 2003]; [En línea],
[consulta 18-8-2006]
118
GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, p. 193; RODRÍGUEZ MARÍN, F. J., op.
cit., pp. 369 y 370.
142

eclamaron a las autoridades la vuelta de los religiosos para la
atención y cuidado de los contagiados en la epidemia de 1678.
Ilustración 19: Lienzo de San Juan de Dios, escuela cuzqueña del siglo XVIII
El obispo Fray Alonso de Santo Tomás pidió a Carlos II que
mandase venir a miembros de esta Orden y éste accedió con el
envío de varios hermanos hospitalarios que se instalaron en el
Palacio Episcopal. Los servicios fueron prestados en el hospital
Real de la Caridad y en otros puntos del Obispado, donde se
distinguieron notablemente en el auxilio a los apestados 119 .
Según parece, la reducción del número de cofrades de la
Hermandad de la Caridad tras la epidemia, determinó que los
Cabildos municipal y eclesiástico optaran por solicitar del Rey,
como premio a la Orden de San Juan de Dios por su distinción en la
119 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, fols. 194 y 195.
143

ayuda a los enfermos, la concesión de la propiedad del hospital de
la Caridad 120 .
El primer estamento enunciado, acordó el 8 de agosto de
1679 escribir a Carlos II y al Consejo de Castilla requiriendo la
entrega a los hermanos de San Juan de Dios del hospital de la
Caridad por “ser muy conveniente para esta ciudad y sus vecinos
(...)” 121 . La segunda Institución, también se dirigió al monarca por
esas fechas, previa solicitud efectuada por los Padres de la Orden
Hospitalaria, para que se les diera por su ayuda en la epidemia de
1679 el hospital, los bienes y las rentas que poseía la Hermandad de
la Caridad 122 .
Antes de que estas solicitudes se tramitaran, el juez visitador
del hospital de la Caridad, el Dr. Antonio Ibáñez de la Riva Herrera,
dictó un auto señalando cómo se tenían que distribuir las limosnas
que los cofrades de la Santa Caridad recaudaban para los
ajusticiados que eran sepultados en seis zanjas, ubicadas en la
última grada de la puerta principal de la iglesia que daba a la calle,
frente al patio de la fuente 123 .
Esta orden se dictaba el 1 de agosto de ese año, dada la
petición efectuada por Martín de Vallejo Angulo y Jacinto Pesso 124 ,
120 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de
la Regla de la Hermandad de la Santa Caridad..., p. 7; CAMACHO MARTÍNEZ, R.,
“La religiosidad y el arte. La arquitectura” en VV. AA., [Coord. y dtor. MORALES
FOLGUERA, J. M.], Málaga en el siglo XVII, Excmo. Ayuntamiento, Málaga, 1989,
p. 74; REDER GADOW, M., “Conflictividad social en la Málaga del Antiguo
Régimen”, Baetica nº 15, Universidad, Málaga, 1993, p. 354.
121 A.M.M. Lib. 95, aa. cc. de 8 de agosto de 1679, fol. 89.
122 A.C.C.M. Leg. 1.036, pza. 2, lib. 34, aa. cc. de 11 de agosto de 1679, fol. 288 v.
123 DÍAZ DE ESCOVAR, N., Efemérides malagueñas, tº I.
124 Jacinto Pesso (apellido que aparece escrito en otros documentos como Peso, Pescio,
Piso, Pizo o Pozo) era hombre de negocios “de la nación genovesa” y residente en esta
ciudad [A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 37, fol.
286]. Encargó a Pedro de Mena un grupo escultórico que representaba la aparición de
la Virgen a San Antonio de Padua para colocarlo en el retablo de la capilla del mismo
144

hermanos mayores de la Santa Caridad, para que con el óbolo
recaudado se pudieran efectuar los entierros de los que padecían
suplicio, al tener la Casa seis fosas destinadas a los reos de muerte,
estandarte negro, túnicas y birretes para los ajusticiados 125 .
Al mes siguiente, en concreto el día 4, se dio lectura en el
cabildo de la Santa Iglesia Catedral a un memorial de Fray Miguel
Romero Rosales, vicario general de San Juan Dios, dando las
gracias por las cartas enviadas y por aconsejar al Rey que se diera a
dichos religiosos la administración del hospital Real. Por parte del
estamento eclesiástico, se acordó responder a los representantes de
la Orden que se le favorecería en todo cuanto se pudiera, dada la
devoción que se le profesaba a San Juan de Dios 126 .
En el transcurso del mes de noviembre, este Cabildo acordó
de nuevo escribir a Carlos II para que, definitivamente, se entregara
el hospital Real a dichos hermanos 127 . Finalmente, y tras intensas
gestiones por parte de las fuerzas vivas de la ciudad, el Monarca
atendió los ruegos y expidió una Real Cédula en el palacio de El
Buen Retiro el 31 de diciembre de 1679, que decía lo siguiente:
“(...) e sido servido, a instancia de la Relijion
de San Juan de Dios, concederla la
administrazion del Ospital Real de la Caridad
de esta Ciudad (...) y de sus vienes y rentas para
que corra por su quenta y le gobiernen los
relijiosos que asistieren en el todo el tiempo
nombre del santo que había adquirido en la iglesia del hospital de la Caridad
[VILLANUEVA ROMERO, E., “Aparición de la Virgen a San Antonio de Padua”,
PH Boletín del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico nº 39, Junta de Andalucía,
Sevilla, 2002, p. 153].
125 A.H.D.M. Leg. 77, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Crónica de la
Venerable Hermandad de la Santa Caridad...”, s/f.
126 A.C.C.M. Leg. 1.036, pza. 2, lib. 34, aa. cc. de 4 de septiembre de 1679, fol. 299.
127 A.C.C.M. Leg. 1.036, pza. 2, lib. 34, aa. cc. de 24 de noviembre de 1679, fol. 314 v.
145

que fuere mi real voluntad. Con calidad de que,
haian de emplear sus rentas en beneficio del
Ospital y de los pobres enfermos que se curaren
en el, sin que se pueda distribuir en ninguna
otra cosa ni hacer los religiosos que asitieron en
el Ospital Combento ni Casa en el para la
Relijion; sino que, la an de conserbar como esta
y guardar y obserbar lo dispuesto por su
fundacion y Constituciones, sin que se altere
cosa alguna de ellas y de que haia de poder yo
nombrar por mi Consejo de la Camara un
visitador que cada año visite el Ospital y
reconozca si los relijiosos cumplen con la
obligación que les toca. Precediendo a esto, el
que hubiesen de sacar los relijiosos Breve de Su
Santidad y consentimiento de su general,
aprobando las calidades y condiciones aquí
contenidas que son con las que se an de
encargar de cuidar la administracion y govierno
del Ospital.
Y haviendo ya dado su consentimiento y
aprobacion el padre fray Miguel Romero, como
vicario general que es de d[ic]ha Relijion y
despachadose mi Real Orden para que se
suplique a Su Santidad se sirba aprobarlo y
mandar expedir Breve dello, os ruego y encargo
que luego que recibais esta dispongais se
entregue por inbentario a d[ic]ha Relijion de
San Juan de Dios d[ic]ho Ospital y todos sus
vienes y rentas y demas cosas (...)” 128 .
Tras recibirse la notificación en Málaga en el mes de enero de
1680, los hermanos mayores de la Caridad, el licenciado Martín de
Vallejo Angulo y Jacinto Pesso, entregaron los enseres del hospital
128
A.H.P.M. Escribanía de Pedro Ballesteros, leg. 1.564, fol. 572; ZAMORA
BERMÚDEZ, M., op. cit., p. 295.
146

a través de un inventario redactado en la escribanía de Pedro
Ballesteros 129 .
Dentro de las condiciones que debían cumplir los nuevos
regidores del edificio, se encontraban la de no convertir el hospital
en convento, la de respetar las Constituciones y la de aceptar la
inspección cada año por parte de un visitador designado por el
Consejo 130 . El profesor Francisco José Rodríguez Marín señalaba
que, desde el punto de vista interno, su funcionamiento se
asemejaba al del resto de conventos malagueños 131 .
En un “Compendio de las principales resoluciones capitulares
acordadas por los señores Dean y Cabildo de la Santa Iglesia de
Malaga” se anotaba lo que reproducimos literalmente:
“En 19 enero 1680 se dize que por haber dado
el Rey el Hospital real de la Caridad en
Administración á la religion de S[a]n Juan de
Dios mandó que los Libros, que en el estaban
de los repartimientos de los Reyes Católicos se
pasasen al Archivo de esta Santa Iglesia y en 25
de Junio 1680 declaró el S[eñ]or Obispo que
era combento de frailes el dicho Hospital, para
los entierros que en el se hiciesen” 132 .
En el texto que acabamos de ver se hacía referencia a unos
libros de repartimientos existentes en el hospital Real de la Caridad
que, en el año 1665, fueron utilizados por Álvaro de Anaya y el
licenciado García de San Pelayo, canónigo y religioso profeso de la
Orden de Santiago, para practicar unas pruebas de genealogía a
129 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, pp. 193 y 194.
130 ZAMORA BERMÚDEZ, M., op. cit., p. 210.
131 RODRÍGUEZ MARÍN, F. J., op. cit., p. 371.
132 A.C.C.M. Leg. 1.024, pza. 1, fol. 24 v.
147

Jerónimo de Pisa Veintimilla, pretendiente al hábito de la referida
Orden. Con esta finalidad, solicitaron a Andrés de Villamayor
Vivero, canónigo de la Santa Iglesia Catedral y administrador del
hospital Real de la Santa Caridad, y a Pedro Trujillo Aguilar 133 ,
regidor perpetuo de la ciudad y hermano mayor de la Hermandad de
la Caridad, los libros de repartimientos que se encontraban en el
archivo de la Corporación para efectuar diversas averiguaciones.
Por parte de la Hermandad no hubo inconveniente alguno en
prestarlos con la condición de que, en el plazo de dos meses, se
devolvieran 134 .
Años después, en concreto en 1671, el escribano Juan de
Rebollo Salas, dentro del proceso de limpieza de sangre de Matías
Vázquez de Valenzuela y Paula Lorenzo de Lara, vecinos de la villa
de Álora, también acudió al hospital de la Caridad a consultar los
referidos libros. Esta vez se trataba de obtener un traslado de lo
que se había concedido al bisabuelo del demandante, Alonso
Gallego. Rebollo de Salas se dirigió a los dos hermanos mayores,
Andrés de Villamayor Vivero y Pedro Trujillo Aguilar, y éstos le
pusieron a su disposición los diferentes libros encuadernados, hasta
hallar el que realmente le interesaba. Efectuada la copia, el volumen
fue colocado en su lugar y cerrado con dos llaves bajo las que se
custodiaba el arca 135 .
133
El regidor perpetuo Pedro Trujillo Aguilar continuaba en agosto de 1677
desempeñando el cargo de hermano mayor de la Hermandad de la Caridad [A.H.P.M.
Escribanía de Pedro Ballesteros, leg. 1.558, fol. 538].
134
A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 31, vol. 2, fols.
238-239 v.
135
A.H.P.M. Escribanía de Juan Rebollo de Salas, leg. 1.991, fols. 463 y ss.;
MENDOZA GARCÍA, E. Mª., op. cit., p. 92.
148

11.- LA COFRADÍA DE LA MISERICORDIA
Según Cecilio García de la Leña la Hermandad de la Caridad,
al entregar el hospital Real y las rentas a los religiosos de San Juan
de Dios, dejó de ocuparse del enterramiento de los muertos
desvalidos, siendo ejercida esta labor por una Hermandad fundada
por los “recien convertidos Berberiscos” 136 . ¿Qué hay de cierto en
esta afirmación? A esta pregunta que formulamos, vamos a tener la
oportunidad de responder con la exposición documental que
efectuemos.
Antes de nada, conviene exponer qué se conocía de los
llamados berberiscos. Todo parece apuntar que, tras su conversión
al cristianismo, habían formado una Cofradía, denominada de la
Misericordia, en tiempos de Felipe II, después de la rebelión de las
Alpujarras por los moriscos 137 . Esta noticia, aportada por Díaz de
Escovar, chocaba frontalmente con la del presbítero García de la
Leña, al darle el primero de los autores más antigüedad que la que
le atribuía este último, que la situaría alrededor del año 1680.
La Cofradía de la Misericordia quedó establecida en la iglesia
del hospital de Santa Ana en fecha desconocida, aunque giraría
alrededor de los años finales del siglo XVI o comienzos del
siguiente. La situación que ocupaba en este recinto era tan
incómoda que llevó a sus hermanos a dirigirse al licenciado Juan
Bautista Coello, mayordomo administrador del hospital, para buscar
una salida al acuciante problema. Entonces, el Cabildo municipal
les vendió, el 30 de abril de 1610, al mayordomo y hermanos de la
136 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, p. 201.
137 DÍAZ DE ESCOVAR, N., Efemérides malagueñas, tº II.
149

Cofradía una capilla 138 . Así pues, en este sitio los cofrades
colocarían a su patrón, el Santo Ángel de la Guardia, al que
comenzarían a sacar en la procesión del Corpus Christi 139 . Para el
buen gobierno de la fraternidad se redactaron unas Constituciones
que aprobaría el obispo Juan Alonso de Moscoso, siendo
reformadas bajo la prelatura de Fray Alonso de Santo Tomás 140 .
Pocos datos se conocían de la actividad que realizaba esta
Cofradía en la segunda mitad del siglo XVII, hasta que
averiguamos, a través de una anotación registrada en un libro de
defunciones de la parroquia de El Sagrario, que en el año 1663 los
hermanos de la Misericordia se ocuparon de trasladar el cuerpo de
Francisco de la Cruz, de cincuenta años de edad, para que recibiera
sepultura en esta iglesia 141 .
Con esta información se prueba que la Cofradía de la
Misericordia desarrollaba sus fines estatutarios a la par que lo hacía
la de la Caridad. Además, en los libros parroquiales de Santiago se
detecta que, entre los años 1666 y 1680, hubo una intensa labor
asistencial por parte de sus afiliados con el traslado de cadáveres al
cementerio de esta iglesia. Por lo tanto, no tuvo que esperar a que
desapareciera ésta para hacerse cargo del cometido, como señalaba
García de la Leña.
138
A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 41, vol. 2, fol. 39
v.; MARTÍN VERGARA, J. Mª. y GÓMEZ GARCÍA, Mª. C., “La Cofradía de la
Misericordia versus Cofradía de los Esclavos”, La Saeta nº 14, Agrupación de
Cofradías, Málaga, 1990, pp. 109-110.
139
A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 41, vol. 2, fol.
39.
140
DÍAZ DE ESCOVAR, N., Efemérides malagueñas, tº II.
141
A.H.D.M. Leg. 526, pza. 1, parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos nº 1
(1636/1738), fol. 96.
150

En el cuadro que detallamos a continuación, puede
observarse el número de servicios practicados en el período
reflejado líneas más arriba:
TABLA 6
AÑO FALLECIDOS
1666 11
1667 14
1668 8
1669 7
1670 -
1671 4
1672 2
1673 3
1674 1
1675 1
1676 6
1677 8
1678 3
1679 -
1680 1
1681 -
1682 -
1683 -
1684 -
1685 -
1686 -
TOTAL: 69 142 .
142
A.H.D.M. Leg. 622, pzas. 2 y 3, parroquia de Santiago, libs. de enterramientos nº 3
y 4 (1666/76 y 1677/86).
151

Llama poderosamente nuestra atención que, en el año 1670,
la Cofradía de la Misericordia no prestara ningún servicio. Se da la
circunstancia que, por esa misma fecha, Francisco Denis de Tovar
dirigió un escrito al Ayuntamiento exponiendo lo siguiente:
“(...) que diferentes personas de autoridad y yo
nos queremos dedicar a servir a Dios nuestro
Señor en la Hermandad de la Misericordia
trayendo de los campos los cuerpos muertos a
esta ciudad y pedir limosna para darle sepultura
sagrada y hacerles entierros decentes y decir
misas por sus almas (...) 143 ”.
Además, manifestaba el deseo que tenían algunos “cristianos
viejos” de pertenecer a la Cofradía, sin que por esta razón se
pretendiera obtener privilegios, ya que el único fin que les movía
era servir a Dios y hacer buenas obras. Para finalizar la misiva,
Denis de Tovar suplicaba al Cabildo municipal la concesión de la
licencia y el consentimiento para que “se forme la Hermandad de la
Santa Misericordia” 144 .
A este respecto, el profesor Manuel Zamora Bermúdez
apuntaba que, desde un sector de la nobleza, se había iniciado una
campaña de desprestigio contra la Cofradía de la Misericordia
acusándola de falta de interés por parte de sus hermanos. Este
argumento se inspiraba en el deseo que tenían un grupo de nobles
para formar una nueva Hermandad 145 .
Desde instancias capitulares se acordó tomar una resolución
que no llegó a materializarse, al no constar ninguna reseña en las
143
A.M.M. Lib. 86, aa. cc. de 13 de enero de 1670, fol. 10 v.
144
Ibídem, fols. 10 y v.
145
ZAMORA BERMÚDEZ, M., op. cit., p. 161.
152

actas del Consistorio. Quizás, y simplemente como teoría, esa
intención frenara la actividad por ese año de la Cofradía de la
Misericordia del hospital de Santa Ana.
Tampoco llegó a realizar este instituto en 1679, posiblemente
por una merma de efectivos a consecuencia de la epidemia que
asoló la ciudad. A partir de 1681, dejará de aparecer en los libros de
enterramientos de la parroquia de Santiago la recogida y traslado de
cadáveres que hacía hasta el cementerio de esta iglesia.
Pero ¿qué ocurrió en realidad para que la Cofradía de la
Misericordia dejara de actuar en el ámbito benéfico asistencial?
La falta de datos nos dificulta, una vez más, encontrar una
respuesta. La causa que originó este desinflamiento en la honrosa
actividad que ejercía, puede ser debida a un decaimiento de la
Cofradía, por otro lado harto frecuente en una época de fuerte
inestabilidad asociativa.
En el registro parroquial de Santiago no volverá a localizarse
ningún servicio más en los años siguientes al de 1681 ni tampoco en
los del siglo XVIII. No obstante, hay que destacar su participación
corporativa en la procesión del Corpus del año 1714, con la hechura
del Santo Ángel de la Guarda, su patrón 146 . La Cofradía de la
Misericordia desapareció a finales de esta centuria por la falta de
miembros, según afirmaba Díaz de Escovar 147 .
146 PALOMO CRUZ, A. J., La Catedral de Málaga. Centro devocional y procesional,
Agrupación de Cofradías, Málaga, 2006, p. 40.
147 DÍAZ DE ESCOVAR, N., Anales malagueños.
153

12.- LA HERMANDAD DE LA CARIDAD ENTRE 1680 Y
1682
La idea generalizada que existía sobre el devenir de la
Hermandad de la Caridad era que, al traspasar el gobierno y
administración del hospital Real a la Orden de San Juan de Dios,
quedaba “sin exercicio alguno de obras de caridad” 148 y “casi
extinguida” 149 . Sin embargo, el hallazgo de documentos y escritos
de ese período apuntan todo lo contrario. La casi dos veces
centenaria Corporación, según parece, siguió funcionando, aunque
de forma muy limitada, hasta su renovación, producida el 13 de
mayo de 1682 150 .
Para dar consistencia a lo expresado, enumeramos cada una
de esas aportaciones. Partimos de un protocolo notarial redactado el
1 de enero de 1680, por el cual el racionero Martín Vallejo Angulo
y Jacinto Pesso, hermanos mayores del hospital Real de la Santa
Caridad, obligaban a Francisco Fernández Aracena, vecino de la
villa de Alhaurín, que había tomado un censo de Alonso Ortiz,
sobre una viña y olivar, a efectuar el pago que adeudaba 151 .
Por otro lado, José Luis Álvarez de Linera Duarte, de quien
ya nos hemos referido en reiteradas veces, anotó en el citado
registro de hermanos una serie de ingresos el 15 de febrero de 1682
pertenecientes a: el provisor Juan Manuel Romero de Valdivia,
Pedro Chinchilla, Antonio Polanco, el alguacil mayor Antonio
148 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, REGLA DE LA HERMANDAD DE LA S[ANTA].
CARIDAD DE NVESTRO S[EÑOR]. JESV CHRISTO..., cap. I, fols. 1 y 2.
149 ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de la Regla de la
Hermandad de la Santa Caridad..., p. 7.
150 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, REGLA DE LA HERMANDAD DE LA S[ANTA].
CARIDAD DE NVESTRO S[EÑOR]. JESV CHRISTO..., cap. XXX, fols. 53 y 54.
151 A. P. Escribanía de Juan de Oña, leg. s/n.
154

Nieto, el Dr. Bernardo Báez, el capitán Jorge Saura o Savara, Juan
de Salas e Inga, Fray Antonio Román y Fray Juan de Vinera de la
Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, Lorenzo de Jaén, Miguel
Portillo, el escultor Pedro de Mena y Medrano, el caballero de la
Orden de Santiago Luis Antonio Monsalve Monsalve, Onofre
Colston 152 , Antonio Mariscal, el capitán Juan Manuel de Lemos 153 ,
Jerónimo de Guimbarda, Juan de Escalera Puebla y Lorenzo de
Fragua. Con fecha 22 de febrero, se incorporaron: el alférez
Antonio Martínez y el capitán Salvador de Guimbarda 154 .
En un relato escrito por Narciso Díaz de Escovar el 22 de
octubre de 1898 sobre una enfermedad del escultor Pedro de Mena
y Medrano, decía que el artista era amigo y admirador de los frailes
de San Juan de Dios, los cuales prestaron valerosamente sus
servicios en la epidemias de 1678/79. Por ello, Díaz de Escovar
seguía diciendo que Mena vio con agrado que el hospital Real
pasara a poder de éstos en 1680. Al enfermar y creyendo ver su
muerte cercana, se encomendó a San Juan de Dios y juró, si sanaba,
labrar una escultura del santo y regalarla a dicho centro sanitario. Al
restablecerse cumplió su palabra esculpiéndola.
Pedro de Mena asistió al cabildo celebrado por la
Hermandad el 15 de febrero de 1682, presidido por el canónigo
Antonio Ibáñez de la Riva -primero nombrado obispo de Ceuta y
después elevado al arzobispado de Zaragoza-. Los hermanos
152 Cónsul de “la nación inglesa” en Málaga y residente en ella en el año 1680
[A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 37, fol. 600] .
153 Era administrador de los arbitrios de consumo de la ciudad en 1681 [A.M.M. Col.
Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 38, fol. 196] .
154 A.H.C.P. ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Registro de los Hermanos de
la Hermandad de la Santa Caridad...”, tº I, s/f.
155

presentes acordaron que la talla donada se trasladara en solemne
procesión.
Una semana después, se volvió a reunir la Corporación en la
iglesia del hospital Real, asistiendo los hermanos que se citan: el
racionero Martín Vallejo Angulo y Jacinto Pesso, hermanos
mayores de la Hermandad de la Santa Caridad, Antonio Mariscal, el
alférez Antonio Martínez, Onofre Costes, Antonio Nieto, Pedro de
Mena, Juan de Escovar Puebla, el capitán Salvador de Guimbarda,
el Dr. Bernardo Báez, el capitán Federico Manuel de Lemos,
Antonio Pesso y Francisco Barmolin.
Abierta la sesión, el eclesiástico Martín Vallejo tomó la
palabra para recordar el acuerdo adoptado en el cabildo anterior de
que los hermanos asistieran con una vela a la procesión que se
practicaría con la imagen de San Juan de Dios desde la Santa Iglesia
Catedral al referido hospital el 7 de marzo. Al día siguiente, se
celebraría la fiesta del santo a expensas de los cofrades de la
Caridad y la función religiosa habría de efectuarse con la
solemnidad requerida para el acto. Finalmente, se resolvió convocar
a los cofrades para otra reunión en el mismo lugar el 1 de marzo. La
procesión se pudo llevar a cabo, exhibiéndose la obra artística
realizada por Pedro de Mena 155 .
Tras la consulta efectuada en las actas del Cabildo
catedralicio, sacamos en claro que, en efecto, los Padres de San
Juan de Dios comunicaron poseer una imagen del santo esculpida
por Pedro de Mena y queriéndola colocar en el hospital de la
Caridad, pedían el permiso para llevarla a la Catedral y, desde aquí,
155 La Unión Mercantil, Málaga, 17 de noviembre de 1898. Después de haber
comprobado la bibliografía empleada por Narciso Díaz de Escovar, hallamos que de
las tres notas reflejadas, una provenía de un libro de actas que está desaparecido.
156

conducirla a su sede. Los capitulares, por su parte, acordaron: “(...)
que por no aver exemplar ni hacerlo no se puede llevar el Santo a su
cassa” 156 .
Una vez expuestas las fuentes de información, hacemos el
correspondiente análisis de las mismas:
-En la primera reseña documental, se trasluce que en la
Hermandad se siguió registrando actividad, aunque fuese para el
cobro de lo que se le adeudaba por censos.
-En cada una de las aportaciones facilitadas, hay
coincidencias en nombres y apellidos de miembros pertenecientes a
esta Hermandad. Así, los hermanos mayores Martín Vallejo
Angulo y Jacinto Pozo o Pesso, el alguacil mayor Antonio Nieto,
el Dr. Bernardo Báez, el escultor Pedro de Mena y Medrano,
Onofre Colston o Costes, Antonio Mariscal, el capitán Juan Manuel
o Federico Manuel de Lemos, el alférez Antonio Martínez y el
capitán Salvador de Guimbarda.
-En el segundo y tercer documento, hay similitud de fechas,
saliendo a relucir la del mes de febrero de 1682.
A la vista de está que la Hermandad de la Caridad se
mantuvo en el concierto benéfico velando por sus bienes,
celebrando cultos y reuniéndose los hermanos como se ha podido
verificar, no desarrollando ningún ejercicio de caridad al haberse
hecho cargo del gobierno y administración del hospital Real los
religiosos de San Juan de Dios.
156 A.C.C.M. Leg. 1.037, pza. 1, lib. 35, aa. cc. de 12 de febrero de 1682, fol. 11 v.
157

13.- INSCRIPCIÓN DE HERMANOS
La información que se facilita sobre los miembros que
pertenecieron a la Hermandad durante el siglo XVII, ha sido posible
gracias al registro de hermanos realizado por José Luis Álvarez de
Linera, a la documentación encontrada de esta época que hacía
referencia a personas inscritas y a oficios que desempeñaban, así
como a dos pleitos mantenidos por la Institución a partir de 1614 y
1639, sucesivamente 157 .
TABLA 7
INGRESO HERMANO
1604 o alrededor Andrés Ordás
29 de octubre de 1607 Juan Bautista, presbítero
Ídem Juan Romero de Narváez
? Diego de Reina
? Gregorio Barcenilla
1614 o alrededor Juan de Navarrete
3 de septiembre de 1616 Alonso Barba Sotomayor, canónigo
de la Catedral
22 de diciembre de 1627 Dr. Clavería, provisor del Obispado
1633 o alrededor Alonso Díaz de Figueroa
Ídem Gonzalo Fernández de Mendoza
1643 Francisco Maldonado Galdo,
canónigo de la Catedral
18 de diciembre de 1647 Francisco Vilella, canónigo de la
Catedral
21 de agosto de 1648 Andrés de Villamayor Vivero,
canónigo de la Catedral
1648 o alrededor Juan de Segura Consuegra
1651 o alrededor Pedro Gómez de la Torre Salvador,
procurador
1653 o alrededor Francisco de Guevara
Ídem Luis Niño
1655 o alrededor Francisco Alvarado, canónigo de la
Catedral
157 A.R.Ch.G. Caja 1.699, pza. 10.
158

INGRESO HERMANO
Ídem Martín Delgado Solís, regidor
Ídem Juan Domínguez Moreno
1662 o alrededor Francisco Villada Delgado
1664 o alrededor Gregorio de Páramo Riaño
Ídem Diego de la Ascensión
1665 o alrededor Pedro Trujillo Aguilar, regidor
1 de julio de 1666 Alonso Navarro
6 de marzo de 1670 Gaspar de Salazar Velasco, canónigo
de la Catedral
1670 Bartolomé Bilinchón
1670 o alrededor Francisco de Herrera
23 de junio de 1674 Juan de Lara Cruz, presbítero
14 de enero de 1675 Antonio Ibáñez de la Riva Herrera,
canónigo de la Catedral
1675 Martín Vallejo Angulo, racionero de
la Catedral
1676 Ricardo Jalón, canónigo de la
Catedral
14 de julio de 1676 Jacinto Pesso Ciézar, comerciante
genovés
? Juan de Lara
6 de febrero de 1677 Luis Muñoz de Montenegro
? Luis Amate de Monsalve, regidor
? Luis de las Casas Monsalve
? Juan de Escobar Ovalle
10 de febrero de 1678 Juan de la Borbolla Noriega
4 de abril de 1678 Melchor Inga
7 de abril de 1678 Juan Francisco Rodríguez
19 de julio de 1678 Gabriel Estela
Ídem P. de Lozada
Ídem Francisco de la Cueva Benavides
Ídem Luis Cohete Pedraza
Ídem Antonio Maraber Calderón
Ídem Pedro Verdugo Ruiz de Alarcón,
regidor
Ídem Bernardo de Eslava
Ídem Bernardo Parejo
Ídem Francisco Antonio Delgado Solís
Ídem Bartolomé García de Ese Montañés,
perteneció a una de las Compañías de
la Milicia de la ciudad
Ídem Bernardo Francisco de Acevedo
Ídem José García de Ese Montañés
Ídem Francisco Bermolén
Ídem Francisco Denis Tovar
Ídem Antonio Pesso Spínola, presbítero
159

INGRESO HERMANO
Ídem Lorenzo Fernández de Córdoba
1679 o alrededor Juan de la Borbolla, administrador de
la Hacienda y Rentas
En esta relación se vuelve a confirmar lo que habíamos
anunciado anteriormente, que la Hermandad estaba integrada, en su
inmensa mayoría, por individuos de los estamentos eclesiástico
(catorce) y municipal (cuatro). Igualmente contaba en su nómina
con: un comerciante, un militar y un administrador de Hacienda y
Rentas, así como con un destacado número de miembros del que no
se precisaba su actividad.
Veamos a continuación quiénes fueron los hermanos elegidos
para presidir la Hermandad:
TABLA 8
PERÍODO HERMANOS MAYORES
En 1635 Gonzalo Fernández de Mendoza
En 1655 Francisco Alvarado y Martín Delgado
Solís
En 1664 Diego de Ascensión
En 1665 Pedro Trujillo Aguilar
En 1671 Andrés de Villamayor Vivero y Pedro
Trujillo Aguilar
En 1679/1680 Martín Vallejo Angulo y Jacinto
Pesso Ciézar
Como ocurriera con el cuadro elaborado de los hermanos
mayores de los siglos XV y XVI, existen importantes lagunas
informativas que dificultan completarlo. Independientemente de
esta circunstancia, hay que indicar que, con la entrada en vigor de
las Ordenanzas del año 1645 para el gobierno y administración del
hospital Real, había obligación de elegir a dos hermanos mayores:
160

uno eclesiástico y otro seglar, por un tiempo máximo de dos
años 158 .
158
A.M.M. Sec. 3ª, nº 5, Constituciones del Hospital de la Ciudad de Málaga”, fol. 681
v.
161

-RECAPITULACIÓN
La Hermandad de la Caridad comenzó a prestar atención a
los más desfavorecidos de la sociedad malagueña al poco tiempo de
ser tomada la ciudad por los Reyes Católicos, desconociéndose la
fecha fundacional al carecerse de la documentación pertinente.
Dicha Institución jugó un papel vital en la beneficencia de la
época, cuando ésta estaba a cargo de la iniciativa privada o del
estamento eclesiástico, inhibiéndose el Estado de la atención a los
necesitados.
Durante el siglo XVI, la Hermandad obtuvo beneficios
espirituales de Papas y Obispos, así como alguna que otra
concesión regia y pontificia, que sirvió para atraer a miembros de
los Cabildos civil y eclesiástico, militares, comerciantes, etc.
Los ingresos por las representaciones teatrales en el corral de
comedias, las afiliaciones de nuevos hermanos y las donaciones de
particulares contribuyeron al mantenimiento del complejo
hospitalario. Así, un buen número de cofrades y de fieles destinó en
diversas escrituras limosnas, tierras, casas, censos, etc., para la
asistencia de los pobres y enfermos.
La Hermandad hizo frente, con los medios que tenía a su
alcance, a los principales brotes epidémicos del siglo XVII, como
los de 1637 y 1678/79; no teniéndose constancia de su participación
en el de 1649 al no hallarse fuentes escritas de esa época.
Con respecto al de 1678/79, y a tenor de lo que sostiene la
historiografía local, la pérdida de la posesión del hospital Real se
debió a la muerte de un gran número de sus hermanos, víctimas de
la epidemia.
162

No obstante, nos queda la duda de saber si eso fue realmente
así, puesto que la peste de 1637 se convirtió en la más letal, si cabe,
desde el punto de vista médico y la Hermandad, en cambio, no
sucumbió.
Los religiosos de San Juan de Dios, requeridos por el
entonces obispo dominico Fray Alonso de Santo Tomás para que
ayudaran en las labores asistenciales a los enfermos y
convalecientes, se hicieron cargo del hospital. Por los documentos
que hemos mostrado, se aprecia el afán y la mediación del Prelado
en este asunto.
Tras perder los hermanos de la Caridad a finales de 1679 la
posesión del centro sanitario, después de administrarlo por espacio
de siglo y medio, éstos mantendrían una residual actividad hasta el
13 de mayo de 1682, fecha en que sería renovada e impulsada pero
ya con unos fines completamente diferentes, asemejándose a los
que se practicaban en la Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla,
como tendremos oportunidad de tratar.
163

PARTE II
DÉCADAS FINALES DEL SIGLO XVII/XX
APARTADO I: LA RENOVACIÓN Y EL IMPULSO
DE LA HERMANDAD DE LA CARIDAD DE
MÁLAGA (1682/1699)

CAPÍTULO IV:
LA HERMANDAD DE LA SANTA CARIDAD DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

1.- ANTECEDENTES Y APROBACIÓN DE SUS REGLAS
En la iglesia del hospital Real se reunieron el 13 de mayo de
1682, las siguientes personas: Alonso García Garcés, Ramiro de
Villafañe, Gabriel Sánchez Serrano, Juan Manuel de Lemos,
Manuel Fernando de Velasco, Fernando de Córdova, José de
Barcenilla, Luis Martínez de Castro, Esteban Martín Varejón,
Alonso del Castillo, Juan Manuel Cortés, Bartolomé de Contreras,
José de Acedo del Castillo, Juan Muñoz de Arcilla, Cristóbal
Matías Guerrero, Juan de Quevedo, Luis, Francisco y Tomás de
Montes Jalón, Lorenzo de Jaén, Martín Fernández de Peisal, Benito
de Villela Cavallón, Andrés Loriguillo, Juan Luis Bravo y Pedro
Romano Chacón, para redactar unas Reglas con las que gobernar a
la renovada Hermandad 1 , que se inspiraba en el modelo
implantado por Miguel Mañara Vicentelo de Leca, hermano
mayor de la Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla entre 1663
y 1679, como expondremos más adelante 2 .
Dentro de ese número de veinticinco asistentes, se hallaban
eclesiásticos (racioneros, beneficiados, presbíteros, curas, etc.),
caballeros, letrados, militares y comerciantes dispuestos a sustentar
a la Hermandad con su propio pecunio 3 .
1 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, REGLA DE LA HERMANDAD DE LA S[ANTA].
CARIDAD DE NVESTRO S[EÑOR]. JESV CHRISTO..., fols. 53 y 54.
2 Ibídem, fol. 10.
3 Formando parte de los eclesiásticos se encontraban: los racioneros Alonso García
Garcés, Ramiro de Villafañe y Luis Martínez de Castro; los beneficiados Juan Muñoz
de Arcilla y Andrés Loriguillo; el cura de Santiago, Cristóbal Matías Guerrero; el
presbítero, Luis de Montes Jalón; y el limosnero, Benito de Villela Cavallón.
Desarrollaban profesiones liberales: Gabriel Sánchez Serrano, Bartolomé de
Contreras, José de Acevedo del Castillo, Lorenzo de Jaén, Martín Fernández de Peisal
y Pedro Romano Chacón. Ejercía de letrado: Manuel Fernando de Velasco. Y
formaban parte del cuerpo militar: los capitanes Juan Manuel de Lemos y Fernando de
Córdova. Sin embargo, no hemos podido encuadrar en los oficios señalados a: José de
169

Las Reglas fueron presentadas el 14 de mayo al obispo Fray
Alonso de Santo Tomás y al provisor y vicario general Juan Manuel
Romero de Valdivia para su aprobación 4 . En esa fecha, Romero
de Valdivia las entregó al notario del Obispado, Manuel Fernando
de Velasco, y éste dio fe de las mismas en el referido día,
trasladándolas al fiscal general, Tomás de Estrada Brasa, quien las
autorizó el 16 de mayo 5 . Teniendo conocimiento de la aprobación,
el provisor y vicario Juan Manuel Romero de Valdivia dispuso lo
siguiente:
“Aviendo visto estas Constituciones, y el
consentimiento del Fiscal general, a quien se
dio traslado, dixo: Que sin perjuizio del
derecho Parroquial, y de la jurisdicion ordinaria
que su merced administra, aprobava, y aprobó
las dichas Constituciones, y en ellas interponia,
é interpuso su autoridad, y decreto judicial en
forma, y mandava, y mandó a los Hermanos
que al presente son, y adelante fueren de la
dicha Hermandad, las guarden, cumplan, y
executen, según, y como en ellas se contiene, y
para ello se dé despacho en forma, con
inserción destas Constituciones, y deste auto
(...)” 6 .
Los Estatutos por los que comenzaban a regirse los hermanos
de la Santa Caridad contenían un total de treinta capítulos.
Barcenilla, Esteban Martín Varejón, Alonso del Castillo, Juan Manuel Cortés,
Francisco y Tomás Montes Jalón y Juan Luis Bravo.
4
A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, REGLA DE LA HERMANDAD DE LA S[ANTA].
CARIDAD DE NVESTRO S[EÑOR]. JESV CHRISTO…, fol. 55.
5
Ibídem, fols. 55 y 56.
6
Ibídem, fols. 56 y 57.
170

En el primero de ellos, aparecía un breve discurso histórico
de la antigua Hermandad de la Caridad y también se explicaban las
causas por las que se producía la renovación:
7 Ibídem, fol. 1.
Ilustración 20: Constituciones manuscritas del año 1682 [A.H.D.M.]
“No hay cosa permanente en este mundo: con
el tiempo unas se disminuyen, otras perecen, y
otras se aumentan, variando en los sucesos; y
esto mismo ha acaecido en nuestra Hermandad
de la SANTA CARIDAD desta ciudad de
Málaga (...); pretende esta Santa Hermandad
renovarla, con intento de que persevere en los
dichos exercicios de caridad, dispertandola en
nuestros coraçones, é inflamándolos en el amor
de Nuestro Dios, y Señor, que nos manda lo
hagamos sobre todas las cosas (...)” 7 .
171

En el segundo, se trataba de los fundamentos de estas Reglas,
que tenían como objetivo principal:
“(...) formarse de una cantidad, ó numero de
personas, tales, que hagan un cuerpo bien
dispuesto, y organizado, cuyos miembros
guarden entre si proporcionada
correspondencia, ocupándose en exercer obras
de caridad, como son: Enterrar los muertos que
no tuvieren quien les dé sepultura: llevar a los
Hospitales los pobres que estuvieren sin ayuda:
acompañar a los ajusticiados a los suplicios,
hazerles sus entierros, y que se digan Missas
por sus animas; y que para ayuda a lo dicho, se
pidan, y recojan limosnas de las personas
piadosas (...)” 8 .
En el tercero, se destacaba que no debía haber un número
limitado de hermanos, pues de esa forma se permitiría el desarrollo
de las funciones antes expuestas y, además, los estipendios que
darían de entrada, ayudarían a afrontar numerosos gastos 9 .
Del capítulo cuarto al undécimo, se describían con claridad
las obligaciones que habían de asumir los miembros de la Junta de
Gobierno. Así, al hermano mayor o presidente se le consideraba:
8 Ibídem, fol. 3.
9 Ibídem, fol. 4.
10 Ibídem, fol. 5.
“La cabeza de esta Santa Hermandad (...), a
quien todos han de respetar según el nombre
que es mayor (...); y así conviene q[ue] tenga a
la vista las cosas que le tocan por su puesto,
para que las cumpla con toda puntualidad,
enterandose bien del estado, y gobierno que se
halla la Hermandad (...)” 10 .
172

Los alcaldes (uno antiguo y otro moderno), recaían en: “(...)
personas de mas importancia de nuestra Hermandad, de talento,
buen juicio, de lustre, virtud, y buen gobierno (...)” 11 . Sustituían al
hermano mayor -en orden preferencial- cuando éste faltase. El
primero, se sentaba a la derecha; y el segundo, a la izquierda, en las
juntas y cabildos 12 .
Para el oficio de mayordomo tesorero, se debían tener las
cualidades que se expresaban:
“(...) persona de caudal, seguridad, y confiança,
en quien tenga buen cobro las limosnas que han
de entrar en su poder, y que dé fianças, y de no
darlas, se hará un arca de tres llaves, que la una
tenga el Hermano mayor, otra el Secretario, y la
otra el dicho Tesorero (...)” 13 .
El secretario tenía que ser, además de los ejercicios propios
que desempeñaba, “(...) inteligente, noticioso de las cosas de la
Hermandad, y que escriba claro (...)” 14 .
Al hermano que se designara contador, sería hábil en esta
función al tener “(...) los libros de su cargo claros, y bien
gobernados (...)” 15 .
En el prioste recaía la misión del culto divino y el cuidado de
las fiestas, procesiones y entierros 16 .
Para el nombramiento de fiscal, se necesitaba reunir el
siguiente perfil:
11 Ibídem, fol. 7.
12 Ídem.
13 Ibídem, fol. 8.
14 Ibídem, fol. 9.
15 Ibídem, fol. 11.
16 Ibídem, fols. 12 y 13.
173

“(...) diligente, prudente, y advertido, persona
de respeto, para que se lo tengan los Hermanos
a quien huviere de advertir, y ha de asistir a
todos los Cabildos (...) y ha de procurar, que así
en los Cabildos, como en las Juntas, y actos
publicos de nuestros Hermanos, aya mucha
quietud (...)” 17 .
Cerraban la relación de oficiales, los doce diputados
consiliarios, de los cuales cuatro eran sacerdotes y los restantes
seglares. Formaban, con los cargos ya señalados, el cuerpo de la
Hermandad 18 .
En el capítulo doce, se indicaban los asientos y lugares que
ocupaban los miembros de la Junta de Gobierno en los cabildos y
en las fiestas públicas. Sólo estaban reservados el del hermano
mayor, el de los dos alcaldes, el del tesorero, el del secretario, el del
contador, el del prioste y el del fiscal. Los demás se iban
incorporando según el orden de llegada 19 .
En el capítulo trece, se abordaba el proceso electoral. Se
celebraban cada año en uno de los tres días de la Pascua de
Pentecostés, el que señalara el hermano mayor. La designación de
éste se llevaba a cabo de este modo:
17 Ibídem, fol. 13.
18 Ibídem, fol. 15.
19 Ibídem, fol. 17.
“(...) ha de ser proponiendo cada uno de los
ocho Oficiales principales, dos personas de las
que les pareciere ser aproposito para el dicho
puesto, en dos cedulitas de letra del Secretario,
las quales se han de echar en una urna, que ha
de estar sobre la mesa, y della las irá sacando el
Hermano mayor, y las irá leyendo,
mostrándolas al Alcalde antiguo, y el Secretario
174

las ha de ir regulando como fueren saliendo, y
los que tuvieren mas numero de votos, se han
de proponer a todo el Cabildo General, para
que vote cada hermano en una cedulita, por
escrito, por uno de los dos propuestos,
tomando, y recogiendo el Fiscal los dichos
votos en una urna, y los traerá a la mesa, y
contará quantos Capitulares ay que ayan
votado, y si ay otros tantos votos, y aviendolos,
se començara a regular, y luego el Hermano
mayor irá leyendo los votos, monstrandolos al
Alcalde su inmediato, y el que de los dos
propuestos tuviere mas votos, quedará electo
por Hermano mayor por un año; y si salieren
con iguales votos, se echarán dos cedulitas con
el nombre de cada uno, y ambas se echaran en
la urna, y rebueltas una con otra, de modo que
aunque se quiera escoger, no se pueda
reconocer el nombre escrito en ella, sacará la
una dellas el Hermano mayor, y mostrándola al
Alcalde mas antiguo, se reconocerá el nombre
de quien queda electo por nuestro Hermano
mayor” 20 .
En el caso de los dos alcaldes, sólo se elegía cada año a uno,
concretamente al moderno. Transcurrido el período de gobierno,
éste pasaba a ser el antiguo y se encargaba de instruir al recién
nominado. La duración del mandato era bianual 21 .
El resto de cargos se designaban siguiendo el mismo
procedimiento empleado en la elección del hermano mayor 22 .
En el capítulo catorce, se hablaba de la selección de
veinticuatro diputados para que pidiesen limosnas y otros tantos
para que asistieran a los entierros de los pobres. Este número venía
20 Ibídem, fols. 20-22.
21 Ibídem, fol. 12.
22 Ídem.
175

concretado para que los encargados de uno y de otro cometido lo
desempeñaran cada mes durante un año.
En el supuesto de los primeros, se contemplaba que:
“(...) han de asistir todos los dias de Fiesta por
la mañana, lo mas temprano que pudieren, en la
Puerta de la Iglesia mayor, donde llevarán una
mesa, y un escaño donde se sentarán, y con una
fuente, ó salvilla pedirán la limosna a las
personas piadosas que fueren passando, en alta
voz, y compuesta, y quando se aya de cerrar la
Iglesia, guardarán la lismona que huvieren
recogido, y harán que el dicho bufete, y escaño
se guarde hasta otro dia de Fiesta, que ayan de
pedir en la misma forma, continuándolo todos
los dias festivos que huviere en el mes que les
tocare por su Diputación; y esto mismo han de
hazer en las demas Iglesias donde huviere
jubileos, ó Fiesta de concurso” 23 .
En el de los segundos, se afirmaba rotundamente que al
recibirse noticia de la muerte de algún pobre o que no hubiera nadie
que se encargara de su entierro:
23 Ibídem, fols. 24 y 25.
“(...) se prevendrá lo necesario, que son siete
hombres con opas y sombreros azules, y
balonas blancas, quatro dellos para llevar las
andas, ó féretro en que ha de ir el difunto, los
dos para los Ciriales, y el otro para que lleve la
Manguilla con el Santo Christo, y la
campanilla; y juntos en nuestra Iglesia,
cuydarán los Diputados que se lleve mortaja, si
no la tuviere el difunto, el paño azul con que
han de ir cubiertas las andas, pileta, y hisopo
con agua bendita, unas velas de cera azul, y la
campanilla, la qual irá tocando el que llevare el
176

24 Ibídem, fols. 26-28.
Santo Christo, ó uno de los que llevaren los
Ciriales, y los Diputados llevará cada uno una
salvilla en que recibir la limosna que se juntare,
con la Insignia de la Santa Caridad, e irán
pidiendo en altas vozes: LIMOSNA PARA
ENTERRAR LOS POBRES DE LA SANTA
CARIDAD DE NUESTRO SEÑOR
JESUCRISTO, hasta la parte donde estuviere el
difunto, teniendo obligación los dichos
Diputados de informarse, si al dicho difunto
dieron los Santos Sacramentos, y de inducir, y
advertir a las personas que alli se hallaren, que
por caridad, quando semejante cosa se
ofreciere, soliciten que el que vieren en peligro
de muerte, confiesse, y reciba los Santos
Sacramentos, y se informarán si el difunto tenia
alguna ropa, ó casa suya, porque si la tuviere se
ha de llevar a la Hermandad, para que se venda,
y lo q[ue] ella procediere se haga bien por el
alma del dicho difunto; de alli lo llevarán a
enterrar a la Parroquia donde pertenece, sin
parar, sino fuere para que puedan descansar un
poco los que lo llevaren, ó mientras los
Clerigos disponen el enterrarlo, procurando que
lo lleven con devoción exemplar, y pedir al
Sacristán, que saque la Cruz alta, y que se
señale donde se ha de abrir la sepultura para
enterrar el dicho pobre difunto, la qual abrirá el
sepulturero a quien se pagará la limosna, y
luego con la Cruz alta, y los Clerigos que
acudieren, se hara el dicho entierro, encendidas
las velas que huvieren llevado, y las tendran los
Diputados, y demas personas que se hallaren
presentes, y hecho el entierro, se pagarán los
derechos Parroquiales, que son doscientos
maravedis, que así estamos convenidos con los
señores Beneficiados de las Parroquias, y
cuydarán que se doblen las campanas, que así
lo hemos alcançado del Señor Provisor” 24 .
177

También los diputados de entierros acudían a la llamada de
los alcaides de la cárcel por la entrada en capilla de algún
delincuente 25 . Tres días antes de la ejecución, pedían limosnas por
las calles de la ciudad:
“(...) para hazer bien por el alma de aquel
hombre a quien han de ajusticiar, y para
enterrar los pobres, y en los dichos tres dias se
harán decir algunas Missas rezadas en la
Capilla de la Carcel, y en el ultimo una Missa
cantada con Diaconos en nuestra Iglesia de la
Santa Caridad, y el dia de la execucion vayan
con el Santo Christo, los Ciriales, y la
campanilla a la Carcel, llevando los Diputados
sus salvillas, y vendrán delante del ajusticiado
pidiendo limosna para su entierro, y en el
interin que se está executando el suplicio,
arrodillados todos los Hermanos de nuestra
Hermandad que alli estuvieren, encomienden el
alma del ajusticiado, que será cosa muy
exemplar, y de gran consuelo para todos (...). Y
luego se ha de solicitar por los dichos
Diputados sacar licencia del señor Iuez a quien
tocare, para que se quite del suplicio, y lo harán
amortajar, poniéndolo en las andas, y aviendo
llamado a todos los Hermanos se hará el
entierro, acompañándolo con velas encendidas,
y si se llevare en hombros, remudándose por
los Hermanos, será cosa muy piadosa, y
exemplar para la edificación, y mover la
caridad de todos. Y para su acompañamiento se
llevará la Parroquia del Sagrario, que es a quien
toca, y los Diputados irán pidiendo limosna, de
la qual se gastará en dicho entierro, y en Missas
por el ajusticiado” 26 .
25 El término “entrada en capilla” se refería al tiempo que permanecía el reo en una
celda de la cárcel hasta su ejecución.
26 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, REGLA DE LA HERMANDAD DE LA S[ANTA].
CARIDAD DE NVESTRO S[EÑOR]. JESV CHRISTO…, fols. 28-30.
178

Los diputados de entierros tenían un último cometido, aparte
de los ya enunciados. Se dirigían a los jueces con objeto de
conseguir licencia para retirar los cuerpos de los ajusticiados
asaeteados y descuartizados en el campo, y darles cristiana
sepultura en el mismo lugar del suplicio 27 . Finalmente, se resaltaba
-en este capítulo- que dicha obra de misericordia se había de
realizar con la mayor decencia y lucimiento posible, “imitando en
lo que tuviere cabimiento, lo que se haze en tales casos por la Santa
Hermandad de la ciudad de Sevilla” 28 .
En el capítulo quince, se detallaba que la Hermandad poseía
dos sillas de mano para recoger a los enfermos y trasladarlos a los
hospitales. Una de las sillas servía para portar a gente del estamento
llano y la otra:
“mas decente para qualquiera persona honrada,
y de porte, (...), por aver venido en pobreza; en
la qual sea llevado con toda decencia, corridas
las cortinas, y con abrigo, y recato (...)” 29 .
En el capítulo dieciséis, se especificaba todo el ritual que se
realizaba cuando un miembro de la Hermandad de la Santa Caridad
fallecía:
27 Ibídem, fols. 29 y 30.
28 Ibídem, fol. 31.
29 Ibídem, fols. 32 y 33.
“(...) el Hermano mayor ha de mandar llamar a
todos los Hermanos, para que asistan a su
entierro, y ha de aver un paño muy cumplido de
terciopelo negro, con una Cruz con ganchos
bien bordada, con sus torçales de oro, el qual se
ha de llevar a la casa del difunto, y poner sobre
179

la caxa, y el Hermano mayor ha de ordenar al
Prioste, que haga decir sin dilación veinte y
cinco Missas rezadas en nuestra Iglesia, y para
ellas dará la limosna el Hermano Mayordomo,
con librança del Hermano mayor, ó de
qualquiera de los Alcaldes, tomada la razon por
el Contador, y lo mismo se haga con las
mugeres de nuestros Hermanos, si murieren
antes que ellos, ó siendo viudas (...)” 30 .
En el diecisiete, se indicaba que el hermano mayor señalaría
un día de la octava de Todos los Santos para la celebración de las
honras por los cofrades difuntos de la Hermandad y de sus mujeres,
con “Vigilia, Missa cantada, Sermón, y Musica, adornando de
frontales negros los Altares de nuestra Iglesia (...)” 31 .
En el capítulo dieciocho, se explicaba lo que se hacía en la
fiesta de San Julián obispo, patrón de la Hermandad:
“(...) el dia veinte y ocho de Enero de cada un
año, en que nuestra Santa Madre Iglesia celebra
Fiesta a San Julian Obispo (dia de guardar en
esta ciudad, y su Obispado, por voto del
Ilustríssimo señor Don Fray Alonso de Santo
Thomas, Obispo della, y por el Cabildo
Eclesiastico) a quien señalamos por nuestro
Patrono, y especial Abogado, se haga una
Fiesta al Glorioso Santo, con Visperas, y Missa
cantada, con Diaconos, Sermon, y Musica
(...)” 32 .
En el capítulo diecinueve, se exponían los requisitos que
debían cumplir las personas interesadas en ingresar en la
30 Ibídem, fols. 33 y 34.
31 Ibídem, fols. 35 y 36.
32 Ibídem, fol. 36.
180

Hermandad y el pago de luminaria que efectuarían. Se subrayaba,
además, que los candidatos:
“(...) han de ser cristianos viejos, de limpia, y
honrada generación, sin raza de Moros, Judios,
ni penitenciados por el Santo Oficio de la
Inquisición, ni de los nuevamente convertidos a
nuestra Santa Fé, ni descendientes de tales, y
que no tengan oficios viles, ni baxos, ni que
ayan sido castigados por la justicia ordinaria
con pena afrentosa, y han de ser abiles, y
suficientes para exercer los oficios de la Santa
Hermandad, teniendo veinte y cinco años de
edad y han de tener renta, y hazienda
competente para sustentarse, según la calidad
de sus personas (...)” 33 .
Se plasmaba, asimismo, que cualquier hermano que fuese
admitido en la Hermandad se comprometía a defender el voto de la
Pura y Limpia Concepción de la Virgen María 34 .
En el siguiente capítulo, se aclaraban las situaciones que
podían darse para que la Hermandad decidiera excluir a sus
miembros, como las de faltar “(...) un año continuado a las Fiestas,
Cabildos, Juntas, y otras funciones (...)” 35 .
En el capítulo veintiuno, se contemplaba la sucesión de los
hijos en la vela de sus padres. Si muriese algún hermano, su hijo
mayor estaría en condición de ocupar la plaza dejada por aquél, no
volviendo a hacerse las pruebas de genealogía ni pagando los 100
reales de entrada. No tenía voto hasta que hubiese cumplido los
veinticinco años pero sí podía asistir a los cabildos y a otros actos 36 .
33 Ibídem, fols. 37 y 38.
34 Ibídem, fol. 39.
35 Ibídem, fols. 40 y 41.
36 Ibídem, fols. 42 y 43.
181

En el capítulo veintidós, se mencionaba el socorro que
recibiría el hermano de la Santa Caridad que hubiese caído en la
pobreza 37 .
En el veintitrés, se llamaba la atención al asociado que se
apartara del espíritu de la Hermandad 38 .
En el veinticuatro, se reseñaba la posibilidad de que el
hermano mayor, los alcaldes o el Cabildo pudieran imponer penas a
los hermanos que faltasen a sus obligaciones con la Hermandad o
contraviniesen las Constituciones 39 .
El capítulo veinticinco ordenaba que si algún sacerdote pobre
deseara ingresar en la Hermandad, fuese admitido sin pagar la
correspondiente limosna 40 .
En el veintiséis, se mandaba que las Reglas de la Hermandad
fuesen leídas una vez al año, repartiéndose su lectura en doce
partes 41 .
En el capítulo veintisiete, se mencionaban las funciones del
portero 42 y en el veintiocho, se destacaba que los diputados de
entierros darían cuenta del número de inhumaciones realizadas y de
las limosnas pagadas por derechos parroquiales, así como de otros
gastos producidos 43 .
En el penúltimo capítulo, aparecían las instrucciones que
seguirían los hermanos diputados para recoger las limosnas de las
iglesias:
37 Ibídem, fol. 44.
38 Ídem.
39 Ibídem, fol. 45.
40 Ibídem, fol. 46.
41 Ibídem, fol. 47.
42 Ibídem, fol. 48.
43 Ibídem, fol. 49.
182

“Todos los dias de Fiesta es costumbre pedir
limosna ante una Puerta de la Santa Iglesia
Mayor, y suele ser esta en la Puerta que llaman
de las Cadenas, y tal vez se vá a pedir en otras
Iglesias, quando ay jubileos, ó concursos en
ellas (...)” 44 .
El último de los treinta capítulos, trataba de la fórmula del
juramento de los nuevos hermanos cuando tomaban posesión. Los
aspirantes se colocaban de rodillas junto a la mesa y las manos
extendidas sobre la cruz, acompañados de sus padrinos, igualmente
de rodillas con ellos, diciendo en voz alta:
44 Ibídem, fol. 50.
“Yo N[ombre]. Hermano desta Santa
Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro
Señor Iesu Christo, prometo, y juro a Dios
Nuestro Señor, que defenderé, y sentiré, y
creeré con el corazon, y confessare con la boca,
así en la vida, como en la muerte, que la
Serenísima Reyna de los Angeles, Madre de
Nuestro Señor Iesu Christo, y Señora nuestra
MARIA Santísima fue concebida sin culpa
original, siendo desde el primer instante de su
ser pura, y limpia, en virtud de la gracia que su
Hijo Dios, y Hombre verdadero le mereció por
su Passion, y Muerte, rindiendo mi sentir, y
creer a la disposición, y obediencia de la
Cabeza de nuestra Santa Madre Iglesia como a
inefable, y visible regla de toda catolica verdad;
y assi lo prometo debaxo de la obligación de
dicho juramento. Y prometo asimismo, sin la
obligación del dicho juramento, de obrar con
toda legalidad, y ajustado zelo en todas las
cosas que me fueren cometidas desta Santa
Hermandad, tanto en las funciones de las obras
pias, y de caridad, como en el gobierno, y
administración de hazienda. Y asimismo
183

prometo de guardar secreto de lo que passare en
los Cabildos, y observare en todo todas las
ordenes de nuestro Cabildo; y así lo
prometo” 45 .
Luego, era llevado al lugar que señalara el hermano mayor,
que en este caso era el último e inferior de todos, quedando apto,
desde entonces, a participar en los asuntos de la Hermandad.
Antes de que concluyamos con el contenido de las Reglas,
hemos de señalar que en las mismas no quedó plasmada la
descripción del escudo de la Hermandad: una cruz arbórea y un
corazón en llamas. Sin embargo, en la página 60 de las
Constituciones impresas, aparece un grabado con el emblema
corporativo ya citado, sujeto por dos ángeles dentro de un óvalo
decorado y rematado por una corona.
Las Constituciones fueron aprobadas por las autoridades
eclesiásticas como ya mencionamos anteriormente, pasando a
denominarse Hermandad de la “Santa Caridad de Nuestro Señor
Jesucristo”, para así diferenciarse de la anterior Corporación 46 .
Ahora, sólo faltaba elegir a un hermano mayor. Por ello, los
hermanos se reunieron en cabildo general el día 17 de mayo de
1682, bajo la presidencia del vicario general Juan Manuel Romero
45 Ibídem, fols. 52 y 53.
46 Queremos hacer dos puntualizaciones: la primera, las denominaciones por las que se
conoció a la reformada Hermandad. Hemos comprobado, por medio de la
documentación rastreada de los siglos XVII y XVIII, las formas en que se le cita:
“Hermandad de Caridad”, “Hermandad de la Caridad” y “Hermandad de San Julián”;
y a partir del último tercio del siglo XIX como: “Hermandad de Paz y Caridad”. Y la
segunda, que de la anterior Institución se incorporaban a la reformada los siguientes
hermanos: Jacinto Pesso, los capitanes Jorge Saura y Juan Manuel de Lemos, Lorenzo
de Jaén, Antonio Mariscal, Onofre Colston, el provisor del Obispado Juan Manuel
Romero de Valdivia y Francisco Denis Tovar.
184

de Valdivia 47 , designando al racionero de la Catedral Alonso García
Garcés 48 .
2.- APUNTES BIOGRÁFICOS DE ALONSO GARCÍA
GARCÉS
2.1.- La conquista de Ronda por los Reyes Católicos
La ciudad de Ronda había estado siempre en el punto de mira
del ejército cristiano debido a su posición geográfica, a la
importancia militar y a la belleza de sus tierras. Su conquista se
hacía, pues, necesaria para emprender la última fase de la
restauración cristiana de la Península. Con su control, no sólo se
dominaba una población, sino también a los castillos y algunas
fortalezas de interés de los alrededores de la costa. Así lo
entendieron los Reyes Católicos.
47 CLAVIJO GARCÍA, A., “La iglesia-hospital de San Julián...”, p. 49.
48 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 1. En
este registro, aparte de Alonso García Garcés, aparecen un total de cincuenta y siete
nombres sin fecha de alta, lo que puede dar a entender que fuesen los que acudieran al
citado cabildo de elecciones. Los anotados fueron: Ramiro de Villafañe, Alonso del
Castillo, Juan Muñoz de Arcilla, Luis de Montes Jalón, Andrés de Loriguillo,
Cristóbal Matías Guerrero, Luis Martínez de Castro, Juan Manuel Cortés, Juan de
Quevedo, Benito de Villela Caballón, Jacinto Pesso, Marcos García Garcés, Martín
Fernández de Peisal, Esteban Martín Varejón, Alonso Rentero de la Fuente, Jorge
Saura, Gabriel Sánchez Serrano, Francisco de Montes Jalón, Juan Manuel de Lemos,
Pedro Romano Chacón, Bartolomé de Contreras, Antonio Pesso, Lorenzo de Jaén,
Francisco Ordóñez Gamboa, José de Acedo del Castillo, Diego de Yepes, Antonio
Mariscal, Gregorio Rodríguez de Aguilar, Juan de Vergara, Domingo de Peciña,
Lope de Amburce, Juan de Ahumada, Martín Guerrero, José de Barcenilla, Fernando
de Córdova, Juan Luis Brabo, Juan de Santiago Palomo Contreras, Tomás de
Valdés, Tomás de Montes, Manuel Fernando de Velasco, Juan de Montes, Gaspar de
Viana Cárdenas, Francisco Denis Tovar, Leonardo de Herrera Palomo, Clemente de
Ortega, Salvador de la Canal Lobatón, Onofre Colston, Juan Manuel Romero de
Valdivia, Mateo de Murga Quevedo, Francisco Ramírez de Arellano, Antonio María
Guerrero, Francisco Centella, José Guerrero, Baltasar Francisco Guerrero Chavarino,
Agustín Ramírez Carrillo, Juan González de Castro y Juan Díaz de Salas.
185

Tras la conquista de Coín y Cártama, en los primeros meses
de 1485, el rey Fernando y sus tropas se dirigen a Ronda.
Accidentalmente, cae prisionero Mohamad Driz, alguacil de
Montejaque, que conocía perfectamente la lengua castellana. El
soberano urde un plan, colocando al reo cerca de una de las tiendas
donde se celebraba Junta del Consejo de Guerra, haciéndole ver que
la siguiente conquista iba a ser la de Málaga y no la de Ronda. Para
ello, el ejército cristiano se dividió en dos secciones: una acosaría a
Ronda, y la otra tomaría el camino de Antequera hacia Loja; así los
moros de Málaga acudirían en ayuda de unos y de otros, y la ciudad
quedaba desprotegida. Descuidaron la vigilancia de Mohamad Driz,
a fin de que pudiera escapar y contar lo sucedido. El plan dio
resultado, quedando la fortaleza rondeña desprovista de muchos de
sus efectivos y, tras diez días de enfrentamientos, el 22 de mayo de
1485, la plaza quedaba a merced de los cristianos 49 .
Una vez conseguidas las llaves de la ciudad, se colocaron, en
la Torre del Homenaje, tres estandartes, en señal de que la
población ya era cristiana. El primero de ellos, pertenecía a la
Iglesia católica; el segundo, a las Cruzadas; y el tercero, al Rey, en
el que se veían, por un lado, un crucifijo y, por el otro, las armas de
Castilla.
Con la entrada de los leales a la Corona castellana a la urbe,
se limpiaron las calles, se retiraron los cadáveres y los heridos
fueron alojados en hospitales, mientras la Mezquita Mayor se
consagraba al culto cristiano bajo la advocación de Santa María.
49 El historiador Guillén Robles señalaba en el vol. I de la Historia de Málaga y su
provincia que, el domingo 22 de mayo de 1485, fue la fecha de rendición, al igual que
Ortiz de Zúñiga lo recogía en sus Anales seculares y eclesiásticos. Sin embargo, Zurita
en sus Anales daba por buena la del 23 de mayo, y Moretti, en la Historia de la ciudad
de Ronda, la del 24.
186

Desde la tienda de campaña del Rey, se inició una procesión que
llegó a la Mezquita, convertida en templo, donde se celebró la misa,
cantando un solemne Tedéum acompañado con salvas de honor.
A los pocos días de la conquista de Ronda, se sometieron al
rey Fernando, sin necesidad de lucha, los moros de las villas de
Cárdela, Gaucín, Cortes, Yunquera, El Burgo, Casares y
Montejaque. Sin embargo, los de las villas de Benaoján, Audita y
Montecorto no se doblegaron a las órdenes de los Reyes Católicos,
siendo, por tanto, estas localidades arrasadas y destruidas 50 .
Años después de la toma de algunos sitios rondeños, se
procedió por los Monarcas a la concesión de mercedes reales a
aquellos nobles que se habían distinguido por asentar el dominio
cristiano en las tierras, ocupadas hasta entonces, por infieles. Uno
de ellos fue el Conde de Benavente, quien recibió, en 1494, las
villas de Montejaque y Benaoján 51 . En esta última localidad se
produjo, en la segunda mitad del Quinientos, la rebelión de los
moriscos que habitaban en ella, propagándose por la Serranía
rondeña, sin mayores consecuencias. Después de la expulsión de
los insurrectos, el pueblo tuvo que ser repoblado, en 1571, con
familias procedentes de diversos puntos del norte 52 .
50 El historiador Manuel Acién Almansa en su libro Ronda y su Serranía en tiempo de
los Reyes Católicos, en la p. 147 del tº I, expone que no tiene noticias que ratifiquen la
resistencia de Benaoján, como se asegura en la p. 430 de la obra que escribiera Juan
José Moretti bajo el título Historia de L.M.N. Y M.L. ciudad de Ronda.
51 ACIÉN ALMANSA, M., Ronda y su Serranía en tiempo de los Reyes Católicos, tº I,
Universidad/Excma. Diputación, Málaga, 1979, p. 348.
52 GUILLÉN ROBLES, F., op. cit., tº I, pp. 382-387; MORETTI, J. J., Historia de
L.M.N. Y M.L. ciudad de Ronda, Ronda, 1867, Unicaja, edición facsímil 1993, pp.
407-433; GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº III, pp. 15-23.
187

2.2.- Antepasados de Alonso García Garcés
Es difícil precisar quiénes fueron y de dónde provenían los
antepasados del personaje objeto de este estudio, si tenemos en
cuenta que, en etapas pasadas de nuestra historia reciente, se
produjeron pérdidas considerables de fondos locales, parroquiales y
notariales, en saqueos, incendios e inundaciones, así como alguna
que otra desgracia. Esto nos impide profundizar en los ascendientes
de Alonso García Garcés y, en cierta medida, nos obliga a centrar
este apartado de la investigación en la única fuente de
documentación que, hasta el momento, ha llegado a nuestro
alcance: las “Pruebas de la genealogía y limpieza de sangre de don
Alonso García Garcés” 53 .
No sería aventurado pensar que sus ancestros, por línea
paterna, fuesen de los pocos habitadores que se salvaron del
levantamiento morisco o de los que llegaron a establecerse en
Benaoján en 1571. De todas formas, es sólo una teoría que, de
alguna manera, está sustentada en lo que dicen las pruebas de la
genealogía: “(...) eran veçinos y naturales (...) de tiempo
inmemorial (...)” 54 . Esto nos lleva a pensar que, realmente, sus
antepasados serían o pudieron ser los primeros repobladores de
estas tierras después de la Reconquista.
En las mismas fuentes se indica que fueron abuelos paternos
Alonso García e Inés Sánchez, padres de Marcos García Sánchez,
progenitor de Alonso García Garcés, naturales y vecinos de la villa
de Benaoján. Los abuelos maternos, Bartolomé González y Elvira
53 A.C.C.M. Leg. 37, pza. 21.
54 Ibídem.
188

Sánchez Garcés, padres de Elvira Garcés, madre de Alonso 55 . Esta
familia procedía de la cercana villa de Cortes de la Frontera,
debiendo instalarse en la de Benaoján en los últimos compases del
siglo XVI o principios del XVII. Se asegura que los padres, abuelos
y demás ascendientes de Alonso García Garcés, gobernaron esta
villa teniendo los oficios de alcaldes y regidores 56 . Marcos García
Sánchez, padre de Alonso, también fue corregidor en la de
Montejaque. De hecho, por la rama materna sucedía que varios
miembros habían ostentado los oficios de alcaldes y regidores en
las villas de Benaoján y Cortes de la Frontera 57 .
El recurso de la limpieza de sangre se convirtió en un
instrumento de criba, debido a la demanda de aspirantes a ocupar
cargos en el Cabildo municipal, por el cual tenían que recibir el
beneplácito de los capitulares. Evidentemente, la ocupación de
estos cargos y oficios implicaba la descendencia de cristianos
viejos, limpios de toda casta de moros, judíos, gitanos, de los
nuevamente convertidos a la Santa Fe Católica y de toda mala secta
reprobada en estos reinos. Tampoco debían proceder de presos, ni
55 En los siglos XVI y XVII, existía plena libertad en la adopción del apellido. Se solía
elegir el del ascendiente de mayor nobleza, el de un antepasado como demostración de
cariño o algún otro por motivos de gratitud [GODOY ALCÁNTARA, J., Ensayo
Histórico Etimológico y Filológico sobre los apellidos castellanos, Salamanca, 1871,
edición facsímil 1994, p. 60].
56 El Corregidor solía contar con escasa preparación jurídica y necesitaba del apoyo de
dos alcaldes mayores, uno especializado en justicia civil y otro en criminal [VILLAS
TINOCO, S., Estudios sobre el Cabildo municipal malagueño en la Edad Moderna,
Excma. Diputación, Málaga, 1996, pp. 21 y 22].
57 Podemos ver cómo en ambas líneas se perpetúan los cargos en los cabildos
municipales de Benaoján, Cortes de la Frontera y, posiblemente, en el de Montejaque.
La explicación que hallamos más lógica es la que nos señala el profesor Villas Tinoco
cuando dice que, al principio, los nombramientos eran por un año, más tarde se
mantuvieron y, por último, se transmitieron a sus sucesores, como si de un bien
particular se tratase. El citado autor mantiene esta teoría como fruto de dos
situaciones: una, la necesidad política de que existiera un grupo afín en el gobierno de
los municipios y otra, la venta de cargos que pudiera reportar algunos dineros a las
siempre vacías arcas reales [VILLAS TINOCO, S., op. cit., p. 22].
189

penitenciados por el Santo Oficio de la Inquisición ni por otro
tribunal de justicia. Si en ambas familias los cargos pasaron de
padres a hijos, seguramente quedaron exentos de dichas pruebas por
estar probada la limpieza de sangre.
En la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario, de la
villa de Benaoján, levantada en torno a los años finales del siglo
XV o inicios del XVI, suponemos que tuvo lugar el enlace
matrimonial entre Marcos García Sánchez y Elvira Garcés en el
alborear del XVII 58 . De esta manera, se consolidaba la unión de dos
familias relevantes de la Serranía rondeña 59 . Del matrimonio
nacieron tres hijos: Alonso, Marcos y Leonor. Sabemos de la
existencia de Marcos por un documento fechado en 1678 60 y de
Leonor por otro de 1685 61 .
2.3.- Nacimiento e infancia
En la villa de Benaoján, en los primeros días del mes de
noviembre de 1629, vino al mundo Alonso García Garcés, hijo
primogénito de Marcos García Sánchez y Elvira Garcés. En las
pruebas de genealogía se especificaba que, el día 10 de noviembre,
Bernabé Manzano, cura y beneficiado de la iglesia de Nuestra
Señora del Rosario de dicha villa, bautizó a Alonso García Garcés y
advirtió a sus padrinos, Diego Sánchez “el mozo” y su hermana
58
En la villa de Benaoján existe una iglesia bajo la advocación de Nuestra Señora del
Rosario.
59
A.C.C.M. Leg. 37, pza. 21.
60
A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.776, fol. 2.
61
A.H.P.M. Escribanía de Antonio Vargas Machuca, leg. 2.024, fol. 22.
190

Ana de Marallén, el parentesco espiritual y la obligación que
contraían de enseñar la doctrina cristina a su ahijado 62 .
Marcos García Sánchez siguió la costumbre de antaño de
ponerle a su primer hijo varón el nombre de uno de los abuelos,
Alonso; y, al segundo hijo, lo bautizó con su propio nombre que, a
la vez, era el del patrón del pueblo, San Marcos. Podemos conocer,
por un documento fechado en 1704, que la tradición se perpetuó en
esta familia dado que Marcos, el hermano de Alonso, llamó a su
primogénito Marcos, como su padre y a su hija Elvira, como su
madre 63 .
Bartolomé de la Pastora, beneficiado de la iglesia de
Benaoján, manifestó en las pruebas de genealogía que:
“(...) el dicho D. Alonso Garcia Garces (...) es
hijo legitimo de Marcos Garcia y de Dª Elvira
Garces sus muy señores padres que fueron
vecinos en esta villa a quien (...) conocio al
dicho Marcos Garcia mas tiempo de veinte y
seis años desde que el tiempo se save acordar
hasta que murio y a (...) Dª Elvira mas tiempo
de catorce años y save que fueron tales marido
y mujer casados y velados segun horden de
nuestra santa madre yglesia y como tales los
vio que vivian juntos en una cassa y compañia
y que del dicho su matrimonio ubieren y
procrearon por tal su hijo legitimo a (...) Alonso
Garcia Garces y como a tal en el tiempo que los
conocio si lo vio criar tratar y alimentar (...)” 64 .
En estos años de la Edad Moderna se hizo notoria la ausencia
de escuelas, ya que la instrucción primaria no se hallaba
62
A.C.C.M. Leg. 37, pza. 21.
63
A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros, leg. 2.190, fols. 372 y
373.
64
A.C.C.M. Leg. 37, pza. 21.
191

institucionalizada, según la profesora María Teresa López Beltrán 65 ,
quien además indica que tampoco la enseñanza estaba al alcance de
todos, sino de una minoría en la que destacaban los hijos de la
oligarquía local 66 . Es de suponer que su padre, hombre de buena
posición, asignara un preceptor a su hijo de corta edad para que le
enseñara a leer y escribir. También la Dra. López Beltrán señala en
su estudio que, al llegar un niño a la edad de 7 años, se producía el
final de la infancia y el inicio de la adolescencia, formando parte,
desde entonces, de la vida de los adultos y poniendo en práctica lo
aprendido hasta ese momento, conforme al estrato social de la
familia 67 .
La holgada disposición pecuniaria de la familia García
Garcés posibilitaría su nivel educativo aprendiendo Gramática,
Literatura, Matemáticas, Latín, así como otras disciplinas propias
del período histórico que se vivía. No debe extrañarnos que estas
materias las aprendiese en la Escuela de Gramática que ya existía
en Ronda, al principiar el siglo XVI 68 .
Era usual en esta época que el primogénito siguiera los pasos
del padre y heredase todo cuanto éste poseía, cerrando el paso a los
siguientes hijos, a los que no les quedaban más caminos que el
ingreso en el ejército, la toma de hábitos o el funcionariado. No fue
este el caso que tratamos, e ignoramos si la vocación sacerdotal le
vino a Alonso por la influencia de algún familiar suyo del
estamento eclesiástico o porque, en realidad, desde edad temprana,
sintiera la llamada del Señor. Tampoco sabemos si esta decisión
65
LÓPEZ BELTRÁN, Mª. T., Educación, instrucción y alfabetización en la sociedad
urbana malagueña a finales de la Edad Media y principios de la Edad Moderna,
Universidad, Málaga, 1997, p. 13.
66
Ibídem, p. 25.
67
Ibídem, pp. 59 y 60.
68
Ibídem, pp. 15 y 16.
192

enturbió los planes de su padre en el deseo de que continuara los
pasos de la familia desempeñando funciones dentro del Cabildo
municipal.
2.4.- Juventud en Sevilla y Montejaque
El historiador Vidal González, en una de sus obras 69 , señala
que Málaga, en el siglo XVI, era una ciudad carente de centros
superiores de enseñanza y que esta situación pesaba en la vida de la
misma. Un hecho así suponía un desfase en cuanto al nivel de
instrucción, en comparación con otras que tenían Universidad.
Hay constancia de que, finalizada la centuria decimosexta,
concretamente en los años 1596 y 97, se crearán el Seminario e,
igualmente, la Escuela de Latinidad y Retórica en el Colegio de la
Compañía de Jesús 70 .
En el siglo XVII, la situación académica malagueña apenas
cambió y esta circunstancia, quizás, motivara a los padres de
Alonso García Garcés a enviarlo en 1652 a Sevilla -dada la
proximidad geográfica- antes que a Granada 71 , para realizar los
cursos de Derecho Canónico que formaban a los clérigos 72 . La
noticia la confirma el secretario de la Universidad, Pedro Guerrero,
69 GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Caracteres de la sociedad..., p. 188.
70 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, pp. 20, 57 y 58.
71 La Universidad de Granada fue creada en 1531, estableciéndose en ella estudios de
Gramática, Teología y Cánones [GARRIDO ARANDA, A., “Papel de la Iglesia de
Granada en la asimilación de la sociedad morisca”, Anuario de Historia Moderna y
Contemporánea nº 2 y 3, Granada, 1976, p. 89].
72 DOMÍNGUEZ ORTIZ, A., Historia de Sevilla. La Sevilla del siglo XVII,
Universidad, Sevilla, 1986, pp. 254 y 255. El autor señala que el prestigio de la
Universidad de Sevilla no estaba a la altura del de la ciudad. De hecho, en 1605, la
Universidad de Sevilla tenía 215 estudiantes, de los cuales 185 seguían los cursos de
Derecho Canónico y 24 los de Medicina. En 1700, el número de canonistas había
descendido a 88 y el de médicos aumentado a 26 alumnos.
193

en una certificación expedida en dicha ciudad, en la que hace
constar la matriculación en la Facultad de Cánones 73 .
Las familias de los jóvenes que ingresaban en la Universidad
perseguían que éstos se formaran y ocuparan puestos importantes
en las distintas administraciones y estamentos 74 . Quedaba claro el
objetivo de los padres de nuestro personaje.
Tras la consulta efectuada en el Archivo Histórico
Universitario de Sevilla, no pudimos localizar la inscripción en la
Facultad de Cánones en los años que, supuestamente, debió
formalizar la matrícula 75 .
No obstante, José Antonio Ollero Pina, en una publicación
dedicada a la Universidad de Sevilla en los siglos XVI y XVII,
indicaba que ésta fue perdiendo alumnos en beneficio de los
Colegios jesuíticos y el de dominicos de Santo Tomás de la capital
hispalense 76 .
La posibilidad de que el joven Alonso estudiara en el centro
de enseñanza de los frailes de la Orden de Predicadores, pudiera
explicar que, años más tarde, se convirtiera en tesorero del obispo
Fray Alonso de Santo Tomás, de la Comunidad religiosa de Santo
Domingo de Guzmán. Por desgracia, esta cuestión no podrá ser
revelada al haber desaparecido en el año 1936 toda la
documentación del Colegio de Santo Tomás de Aquino 77 .
73
A.C.C.M. Leg. 1.024, pza. 1, lib. 34, aa. cc. de 16 de julio de 1680, fols. 371 v. y
372.
74
OLLERO PINA, J. A., La Universidad de Sevilla en los siglos XVI y XVII,
Universidad, Sevilla, 1993, p. 254.
75
Hemos consultado en el A.H.U.S. los siguientes fondos: Matrículas de todas las
Facultades, lib. 483 (1650/77); Pruebas de todas las Facultades, lib. 485 (1546/1770);
Pruebas de Legitimidad para la obtención de grados en las distintas Facultades, lib.
680 (1638/55); y Certificaciones de Estudio, lib. 769 (1643/99).
76
OLLERO PINA, J. A., op. cit., p. 562.
77
Fray Francisco Sánchez-Hermosilla Peña, que fue cura-párroco de la iglesia de Santo
Domingo de Guzmán y San Carlos Borromeo de Málaga, nos comentaba el 28 de
194

Tras cumplir el período obligatorio de estudios, establecido
en dos años, fue ordenado presbítero por el obispo de Baza, Fray
José Laynez y Gutiérrez, el 30 de mayo de 1654 78 . Consultados los
fondos documentales del Archivo del Arzobispado de Sevilla, se
comprueba que no figura en el registro de ordenaciones, lo que da a
entender que lo fuese en otra diócesis, como por ejemplo la de
Guadix-Baza 79 .
Hay que suponer que la obtención del título le ocasionara
numerosos gastos consistentes en pagar las tasas académicas y
ofrecer un banquete a maestros y compañeros, como venía
ocurriendo desde tiempos inmemoriales 80 .
Pasó a emprender sus labores sacerdotales a la edad de 25
años en la parroquia de Santiago el Mayor de la villa de
Montejaque, próxima a la de Benaoján, su lugar de nacimiento, en
donde la familia desempeñaba o había desempeñado los cargos
públicos de corregidores, alcaldes y regidores como ya se vio
anteriormente.
En Montejaque, localidad de 100 vecinos
aproximadamente 81 , que linda con Benaoján, Grazalema,
mayo de 2007 que, en el año 1931, se trasladó el Archivo del Colegio a una localidad
manchega y allí el edificio de la Orden de Predicadores que lo albergó, fue destruido e
incendiado en la Guerra Civil.
78 A.C.C.M. Leg. 1.024, pza. 1, lib. 34, aa. cc. de 16 de julio de 1680, fols. 371 v. y
372. Según el Episcopologio de la Diócesis de Guadix-Baza, durante este tiempo era
obispo Fray José Laynez y Gutiérrez [En línea], [consulta 13-7-2007]
79 A.G.A.S. Sec. Órdenes, subsec. exptes. de Órdenes (1654), leg. 221; sec. Lib.
Órdenes Sagradas, leg. 3, lib. 3 (1641/60), caja 5.354; y sec. Lib. Órdenes Sagradas,
leg. 4, lib. 4 (1650/62), caja 5.355.
80 DE DÁLMASES, C., El Padre Maestro Ignacio, Bac Popular, Madrid, 1986, p. 99.
El autor de la obra dice que: “La licenciatura llevaba consigo no pocos gastos, porque
el nuevo graduado, además de pagar las tasas académicas, tenía que ofrecer un
banquete a maestros y compañeros”.
81 GRANERO, J. Mª., D. Miguel Mañara Leca y Colona..., p. 265.
195

Villaluenga, Cortes de la Frontera y Ronda 82 , Alonso García
Garcés cumplió sus tareas pastorales como presbítero y
beneficiado 83 de la iglesia de Santiago el Mayor desde 1654, año de
su ordenación, hasta 1670, en que el obispo de Málaga Fray Alonso
de Santo Tomás lo nombró su tesorero particular, hecho que motivó
su traslado a la capital a partir de esa fecha 84 .
En su estancia de dieciséis años en esta villa de la Serranía,
posiblemente conociera a los Carrillo de Mendoza, familia de
rancio abolengo en Andalucía que poseía unos señoríos en Cuevas
del Becerro, Benaoján y Montejaque 85 , en este último lugar solían
pasar largas temporadas en una casa solariega “de grandes ventanas,
zaguán empedrado y salas enormes” 86 . El palacete se encontraba
situado en la plaza del pueblo de Montejaque, junto a la iglesia de
Santiago el Mayor 87 .
El templo parroquial fue construido en el siglo XVI,
sufriendo importantes reformas en el siguiente y reconstruyéndose
en 1773. Consta de tres naves muy irregulares y se deja sentir en el
interior su primitiva estructura gótica en la bóveda de terceletes
colocada encima del presbiterio 88 .
En este lugar pasaban su tiempo libre, Diego Carrillo de
Mendoza, caballero de la Orden de Santiago, dedicado a cazar en la
82 MADOZ, P., Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus
posesiones de ultramar, Madrid, 1845/50, edición facsímil, Valladolid, 1986, p. 187.
83 Cargo eclesiástico que llevaba aneja una renta o beneficio. Pascual Madoz indicaba
que la iglesia de Santiago el Mayor de Montejaque contaba con un cura párroco, un
beneficiado y un teniente de cura.
84 A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.771, fol. 303.
85 GRANERO, J. Mª., D. Miguel Mañara Leca y Colona..., p. 201.
86 TASSARA SANGRÁN, L., Mañara, María Auxiliadora, Sevilla, 1959, p. 84.
87 Hoy día el palacete, llamado del marqués de Mañara, está reconvertido en hotel.
88 VV. AA., Inventario artístico de Málaga y su provincia, vol. II, Centro Nacional de
Información Artística, Arqueológica y Etnológica, Madrid, 1985, p. 317.
196

sierra, y su esposa, Ana de Castrillo y Fajardo 89 . Este matrimonio
tenía una sola hija, Jerónima María Antonia Carrillo de Mendoza
Castrillo Fajardo 90 , nacida en Guadix en 1630 y vecina de Granada
desde los 7 años 91 .
Tenemos conocimiento, por un expediente matrimonial que
dio a conocer el jesuita José María Granero que, en 1648, se casó
con el afamado caballero sevillano Miguel Mañara 92 . En su estancia
en el pueblo -que solía ser durante el verano- Jerónima debió asistir,
acompañada de su esposo, a rezar y a oír misa en la iglesia que
frecuentó de niña, cuando sus padres se retiraban a estas tierras 93 .
A Jerónima Carrillo de Mendoza le sobrevino la muerte en la
villa de Montejaque, el 17 de septiembre de 1661. La partida de
defunción de la esposa de Miguel Mañara, la redactó y firmó el
licenciado Alonso García Garcés 94 .
Juan Gutiérrez de Guzmán declaró en 1680, en el Proceso de
Beatificación de su tío, Miguel Mañara Vicentelo de Leca, que:
89 TASSARA SANGRÁN, L., op. cit., p. 84. Diego Carrillo de Mendoza, después de
obtener licencia papal, casó con una prima suya, María de Mendoza, hija del conde de
Priego, que falleció repentinamente sin dejar descendencia. Volvió a contraer
matrimonio con su sobrina, Ana Castrillo Fajardo, señora de las Cuevas del Becerro y
de las villas de Montejaque y Benaoján. Estos señoríos lo habían obtenido sus
antepasados, Castrillos y Fajardos, por haber luchado con los Reyes Católicos en la
Reconquista. Hay que indicar que un Fajardo, de la Casa del Marqués de Vélez, fue
uno de los primeros nobles en acceder a la ciudad de Ronda una vez conquistada
[GRANERO, J. Mª., D. Miguel Mañara Leca y Colona..., p. 201].
90 Recibió el linaje de los condes de Priego, por la parte del padre, y de los marqueses
de Benamejí, de las Cuevas del Becerro y de los vizcondes de Benaoján, por la de la
madre [TASSARA SANGRÁN, L., op. cit., p. 80].
91 GRANERO, J. Mª., Muerte y Amor, Don Miguel Mañara, Madrid, 1981, p. 59.
92 GRANERO, J. Mª., D. Miguel Mañara Leca y Colona..., p. 205.
93 TASSARA SANGRÁN, L., op. cit., p. 85.
94 Sacra Congregatio Pro Causis Sanctorum Officum historicum. Hispalen.
Beatificationis et Canonizationis Venerabilis Servi Dei Michaelis Mañara equitis de
Calatrava et fundatoris nosocomii vulgo (+1679) Positio
super vitutibus ex officio concinnata. Typis Polyglottis Vaticanis MCMLXXVIII, p.
108.
197

“(...) el d[ic]ho Venerable Siervo de Dios D[o]n
Miguel Mañara fue cassado con Dª. Jerónima
Carrillo de Mendoza, hija de D[o]n Diego
Carrillo de Mendoza y de Dª. Anna del
Castrillo, Señores de Montejaque y de
Venaojan, y las Cuebas del Becerro; y que por
temporadas se solia retirar con toda su Cassa â
el d[ic]ho lugar de Montejaque, cuya situación
es entre unas peñas, sin ser camino para partes
alguna, distante dos leguas de la Ciudad de
Ronda, su Población de cien vecinos, poco mas,
ó menos: por lo qual no tiene mas sacerdote,
que el Cura” 95 .
Además, el testigo expresa en la Causa abierta que Miguel
Mañara se retiró, tras las honras fúnebres de su mujer, cuatro días al
convento de carmelitas descalzos del desierto de las Nieves
volviendo a Montejaque, donde permaneció aproximadamente seis
meses hasta volver a Sevilla 96 . Tiempo de estancia suficiente para
que surgiera una amistad entre Mañara y Garcés.
Efectuamos este apunte porque Miguel Mañara se convirtió
en 1663 en el hermano mayor de la Hermandad de la Santa Caridad
de Sevilla, realizando una gran labor social de ayuda a los más
necesitados de la sociedad hispalense de la época, como más
adelante tendremos oportunidad de abordar ampliamente. Alonso
García emprendió esta misma obra de caridad en Málaga en 1682,
tres años después de la muerte del primero.
Si realmente hubo amistad, como afirmamos, podría haberse
producido cierta influencia del primero sobre el segundo. Aunque si
ésta en verdad existió ¿por qué no se llevó a cabo la renovación de
la Hermandad de Málaga antes y no a la muerte de Miguel Mañara?
95
A.S.V. Processus 1.043, fols. 273 v. y 274.
96
Ibídem, fol. 274.
198

Estas y otras preguntas no podemos responderlas al carecerse de la
correspondiente documentación.
2.5.- Tesorero de Fray Alonso de Santo Tomás y su
participación en el Sínodo Diocesano
Hasta el momento, nos resultan desconocidas las causas que
llevaron al obispo de la diócesis malacitana, Fray Alonso de Santo
Tomás, a designar al cura y beneficiado de la villa de Montejaque
como su tesorero.
Cabe la posibilidad -y ya dentro del campo de la hipótesis-
de que llegaran a conocerse por una visita pastoral realizada por el
Prelado a Montejaque, o bien en otras de Alonso García Garcés a
Málaga para dar cuenta de algunos asuntos parroquiales. También
podría barajarse que el fraile dominico tuviera conocimiento de que
sus estudios los cursara en el Colegio Universitario de Santo Tomás
de Sevilla como apuntamos anteriormente.
De esta forma, pudo iniciarse una estrecha vinculación entre
ambos que, unido a la renuncia, al cese o a la muerte de su
antecesor en el cargo, llevaría a aquél a nombrarlo tesorero
episcopal, función que realizó desde el 17 de junio de 1670 hasta el
17 de abril de 1684, fecha en que murió 97 .
Sabemos, por un protocolo notarial, los términos en que se
efectuó el nombramiento:
“(...) por la pressente otorgamos nuestro poder
cumplido y facultad como de derecho se
requiere y es necesario a el licenciado Don
Alonso Garcia Garces presbitero beneficiado de
97 A.H.P.M. Escribanía de Pedro Ballesteros, leg. 1.567, s/f.
199

la iglesia de la villa de Montejaque residente en
esta ciudad nuestro thessorero especialmente
para que por Nos y en nuestro Nombre pida
demande aya reciva y cobre judicial y
extrajudicialmente de todas y qualesquier
personas vezinos desta (...) y obispado todas y
qualesquier cantidades de maravedís trigo
cevada bino aceite y otras semillas que Nos
estan debiendo a dicha nuestra dignidad y
debieren en adelante todas y qualesquier
personas por qualquier causa o razon (...)” 98 .
En el texto nos llama la atención la referencia de “que es
residente en esta ciudad”. El hallazgo de otro documento, datado en
1676, nos aclara que, al desplazarse de Montejaque a Málaga, vivió
algunos años -no sabemos si desde su llegada- en una casa de la
calle del Ataúd 99 , propiedad de Luisa de Teresa de Ortega, quien
expresaba que:
“(...) ha recivido del licenciado don Alonso
Garcia Garces presbitero (...) dos mil ciento y
cincuenta reales de vellon que debia del
arrendamiento de la casa en que vivio (...) y por
98 A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.771, fol. 303.
99 BEJARANO ROBLES, F., Las calles de Málaga, Arguval, vol. I, p. 354. El autor la
describía así: “En su origen, esta calle no sería otra cosa que una de las muchas
o callejones sin salida que existían en calle Granada y que los libros del
Repartimiento mencionan sin darles nombre particular. Posteriormente, sin que
podamos precisar fecha, parece que esta calle se prolongó, dándose salida a la de San
Agustín y conservándose así durante el siglo XVII y gran parte del XVIII. Llamábase
entonces del Ataúd, nombre tétrico que conservó hasta tiempos relativamente
modernos, ignorándose su origen (...)”. A tenor de lo expuesto, podemos señalar que
es un callejón sin salida de calle Granada, situado a la altura de los números 34 y 36 y
que, actualmente, está rotulado con el nombre de Moratín. En el pasado, haciendo
esquina con el número 36, existió un palacio donde vivió y murió la escritora Josefa
Ugarte-Barrientos. En la fachada de este edificio se colocó la siguiente lápida: “EN
ESTA CASA MURIO/ EL DIA 14 DE MARZO DE 1891, LA EMINENTE
ESCRITORA,/ HIJA DE MALAGA,/ EXCMA. SRA. Dª. JOSEFA UGARTE-
BARRIENTOS,/ CONDESA DE PARCENT Y DE CONTAMINA./ EN IGUAL DIA
DEL AÑO 1906, OFRECE ESTE HOMENAJE A SU MEMORIA/ LA
”.
200

tener enteramente pagado (...) la renta de la (...)
casa de todo el tiempo que vivio en ella otorgo
(...) carta de pago (...)” 100 .
Desde aquí se trasladó a una casa que compró cerca de la
Puerta de Buenaventura, asunto del que más adelante nos
ocuparemos.
Por su parte, el licenciado Alonso García Garcés aceptaba la
designación realizada por el Mitrado de este modo:
“(...) yo (...) asepto este poder y nombramiento
de thessorero fecho por su Ilustrisima y me
obligo de cobrar y recivir las cantidades de
maravedis trigo cevada y demas semillas y
efectos que en qualquier manera tocaren y
pertenesieren a la dignidad de su Ilustrisima y
fuera a mi cargo. Y de todo dar quenta con
pago cada que por su Ilustrisima se me fuere
mandado y delixencias fechas hasta en apremio
en las cobranzas de los efectos que no
estubieren pagados (...)” 101 .
Al año siguiente, Fray Alonso de Santo Tomás reunió al clero
de la capital y de la diócesis para la celebración de un Sínodo
Diocesano. Con anterioridad a éste, habían tenido lugar tres
reuniones conciliares bajo los pontificados de: Diego Ramírez de
Villaescusa (1515), Fray Bernardo Manrique (1543) y Francisco
Blanco Salcedo (1572) 102 .
El profesor Gil Sanjuan, estudioso de la figura de Fray
Alonso de Santo Tomás y de su época, señalaba en uno de sus
100 A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.775, s/f.
101 A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.771, fol. 304.
102 GUEDE FERNÁNDEZ, L. y GÓMEZ MARÍN, R., Historia de Málaga (desde su
restauración hasta hoy), Málaga, 1983, pp. 65 y 66.
201

trabajos que: “(...) fueron introduciéndose diferentes abusos y
costumbres disonantes con las normas establecidas, que produjeron
no poca confusión en el gobierno de la diócesis” 103 .
Tal extremo provocó que Fray Alonso, a su llegada a la silla
episcopal el 15 de diciembre de 1664 104 , sintiera grandes deseos de
conocer la situación de la clerecía, realizando numerosas visitas
pastorales por la diócesis malacitana y llegando a la convicción de
que la mejor salida era la puesta en marcha de un Concilio 105 . La
duración del mismo fue de tres días, dando comienzo las sesiones
conciliares en la Catedral de Málaga el día 21 de noviembre de
1671.
En la delegación de sacerdotes de Ronda y de su vicaría
aparece inscrito el licenciado Alonso García Garcés, cura y
beneficiado de Montejaque 106 . Poco conocemos acerca de su
participación, sólo la noticia que hemos recogido de un artículo
publicado por el erudito local Narciso Díaz de Escovar, en el cual
se decía que “(...) asistió en calidad de Párroco de Montejaque,
dando pruebas de su sabiduría (...)” 107 .
Las Constituciones Sinodales, impresas en 1674, se
convirtieron en un instrumento de considerable valor histórico,
sirviendo de base a historiadores locales en sus correspondientes
103
GIL SANJUAN, J., “La mentalidad rigorista en Málaga Barroca”, Baetica nº 15,
Universidad, Málaga, 1993, p. 280.
104
GUEDE FERNÁNDEZ, L. y GÓMEZ MARÍN, R., op. cit., p. 72.
105
GIL SANJUAN, J., “Ideología y mentalidad de un dominico polémico” en VV.
AA., Fray Alonso de Santo Tomás y la Hacienda el Retiro, Universidad, Málaga,
1994, p. 179.
106
A.C.C.M. Biblioteca. Sec. Temas Locales nº 1, Constituciones Sinodales del
obispado de Málaga, hechas y ordenadas por el Ilustrísimo y Reverendísimo señor
don fray Alonso de Santo Tomás, obispo de Málaga del Consejo de su Majestad,
impresas en Sevilla, por la viuda de Nicolás Rodríguez, año de 1674, p. 22.
107
A.D.E. Caja 110, leg. 1. DÍAZ DE ESCOVAR, N., “Beneficencia antigua
malagueña”, Cruz Roja, p. 11.
202

estudios, dado que nos acercan a la mentalidad de la época 108 . Se
mantuvieron en vigor hasta comienzos del siglo XX (1909), año en
que el obispo Juan Muñoz Herrera convocó un nuevo Sínodo
Diocesano 109 .
La labor de Alonso, como tesorero episcopal, continuaba.
Así, en bastantes documentos notariales, vemos el celo con el que
nuestro personaje cumplía sus obligaciones de pagos y cobros que
llevaba a cabo 110 .
El 15 de julio de 1677, dio un poder notarial a Fernando
Ramírez de la Barrera, procurador de la Real Chancillería de
Granada, para que lo defendiese “(...) en todos sus pleitos y causas
civiles y criminales eclesiasticos y seglares que tenga y tuviere con
cualquier personas (...)” 111 .
En un escrito redactado en cuatro folios y fechado el 9 de
noviembre de 1677, el Obispo, miembro de la Orden de Santo
Domingo de Guzmán, hizo una declaración de agradecimientos a
diferentes personas expresándose, en el encabezamiento del mismo,
de la forma que sigue:
“(...) estando en nuestro juisio memoria y
entendimiento natural que Dios nuestro señor
por su dibina misericordia a sido servido de
darnos y por quanto nos hallamos agravados de
enfermedad y tenemos que haser algunas
108
GIL SANJUAN, J., “La mentalidad rigorista...”, pp. 279 y 280; GIL SANJUAN, J.,
“La controversia jansenista en Málaga”, Baetica nº 8, Universidad, Málaga, 1985, p.
362.
109
GUEDE FERNÁNDEZ, L. y GÓMEZ MARÍN, R., op. cit., p. 66.
110
Citamos algunos de los legajos notariales de la Escribanía de Jaime Blanco: 1.771,
1.772, 1.774, 1.775, 1.776 y 1.778.
111
A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.775, fol. 300.
203

declarasiones que ynportan al descargo de
nuestra consiencia (...)” 112 .
Restablecido Fray Alonso de una enfermedad que
desconocemos, hizo pública la gratitud a su tesorero, quien había
sabido llevar perfectamente la administración de su casa,
haciéndolo constar en el presente documento de esta manera:
“Declaramos que el Lizenciado D[o]n Alonso
Garçes a sido y es nuestro thesorero de quien
tenemos hecha toda con fiança y sattisfazion y
la ttenemos experimentada de sus buenos
prosedimienttos y del amor y zelo con que a
quidado y cuida de las cosas de nuestro servisio
y de la yntegridad de su cargo: a él qual
tenemos dadas diferentes ordenes por escripto y
de palabra en cuia birttud a pagado de las
renttas de nuestra dignidad que estan a su cargo
munchas sumas y otras cossas que se an dado y
distribuido por su mano en limosnas gastos de
nuestro Palacio y familia (...)” 113 .
Alonso García Garcés subdelegaba en 1678 el poder que
tenía conferido del Obispo de Málaga a su hermano Marcos, vecino
de Benaoján y familiar del Santo Oficio de la Inquisición, para
que en su nombre recibiese y cobrase de forma judicial o
extrajudicial los maravedíes y granos pertenecientes a la dignidad
episcopal, otorgando recibos, cartas de pago, gastos y finiquitos
que fuesen tan válidos como si en persona los expidiese. Al mismo
tiempo, le trasladaba la potestad para que administrara sus
112 A.H.P.M. Escribanía de Pedro Ballesteros, leg. 1.562, fol. 930.
113 Ídem.
204

posesiones y hacienda, que comprendían derechos y acciones, así
como bienes muebles, raíces y semovientes 114 .
En 1681 se registra un pago que efectúa el tesorero de Fray
Alonso de Santo Tomás a Antonio de Ribera, mayordomo de
propios y rentas de la ciudad, de 8.470 reales de vellón en concepto
de remate por los dos montes de bellotas y frutos que pertenecen a
los propios del municipio 115 .
2.6.- Racionero de la Santa Iglesia Catedral de Málaga
Habían transcurrido diez años del nombramiento de tesorero
episcopal, cuando Alonso García Garcés optó a una ración entera 116 ,
vacante en la Catedral desde la muerte de José de Nájera Castro 117 .
Para tal fin, tuvo que someterse a unas pruebas de genealogía y
limpieza de sangre, habituales en la época, consistentes en el
interrogatorio de un número determinado de testigos que habitaran,
desde hacía tiempo, en su villa natal.
El encargado de realizar dichas pruebas fue el licenciado
Tomás de Moscoso, beneficiado de la iglesia de Santa María, de la
villa de Grazalema y comisario del Santo Oficio, quien tuvo que
trasladarse a la de Benaoján e interrogar a ocho testigos, con
preguntas sobre Alonso, sus padres y abuelos paternos y maternos,
referentes a “si eran personas prinçipales, buenos cristianos y de
buena vida y fama” 118 . Finalizado el trabajo, Tomás de Moscoso
114
A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.776, fols. 2, v. y 3.
115
A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 37, s/f.
116
El racionero disfrutaba de una renta en algunas iglesias, catedrales o colegiales.
Existían dos tipos: el racionero entero y el medio racionero, estando este último en un
escalafón inmediatamente inferior al primero.
117
A.C.C.M. Leg. 1.024, pza. 1, lib. 34, aa. cc. de 16 de julio de 1680, fol. 371 v.
118
A.C.C.M. Leg. 37, pza. 21.
205

envió el resultado de las pruebas al Cabildo catedralicio, que se
reunió para tratar del asunto el 12 de julio, abriéndolas y leyéndolas
“de verbo ad verbum” siendo aprobadas por los capitulares 119 .
Cuatro días después, volvieron a reunirse nuevamente los
miembros del Cabildo para tratar sobre la ración entera vacante en
esa iglesia, dándose lectura a una Real Cédula de Carlos II, fechada
en Madrid el 25 de junio de 1680, haciéndose merced a Alonso
García Garcés, tesorero del Obispo de Málaga, de dicha ración.
Terminada la exposición del texto, el Deán puso sobre los
Evangelios las manos del mencionado, quien juró defender el
Misterio de la Purísima Concepción de Nuestra Señora y guardar
los Estatutos de la Santa Iglesia Catedral. Acto seguido, el Cabildo
nombró a dos capitulares que, con asistencia del secretario,
sacristán mayor y pertiguero, fueron al coro, y en él, en el lado del
arcediano de Málaga, se sentó Alonso en la silla que le pertenecía,
leyó un diurno 120 , derramó monedas e hizo otros actos de
acatamiento, sin la oposición de persona alguna. A su vuelta al
cabildo se abrazó a los señores capitulares dando las gracias y
sentándose en su puesto, en señal de posesión 121 .
2.7.- Bienes y haciendas
Gracias a las sumas de dinero que recibió Alonso García
Garcés le fue posible mantener una privilegiada posición dentro del
estamento eclesiástico. En principio, como beneficiado de la iglesia
parroquial de la villa de Montejaque y tesorero del Obispo; y,
119 A.C.C.M. Leg. 1.024, pza. 1, lib. 34, aa. cc. de 12 de julio de 1680, fol. 370.
120 Libro que contiene las oraciones del día.
121 A.C.C.M. Leg. 1.024, pza. 1, lib. 34, aa. cc. de 16 de julio de 1680, fol. 372.
206

después, como prebendado de la Catedral, ya que el Obispado de
Málaga era uno de los que mejor pagaba de España las canonjías de
los capitulares, dada la riqueza de la que gozaba, permitiéndole, por
tanto, comprar y arrendar tierras, adquirir casas y haciendas y
poseer, con toda seguridad, un servicio doméstico 122 .
En ese sentido, y siguiendo un orden cronológico, hemos
encontrado un documento notarial, datado el 27 de octubre de 1674,
en el que alquila un cortijo por tres años, propiedad del capitán y
hermano de la Caridad Bartolomé García de Ese Montañés, en la
vega de la ciudad, por 5.133 reales 123 .
En 1676, Catalina Covo le arrendó, por espacio de seis años,
unas tierras para sembrar, también en la vega 124 .
El 3 de febrero de 1678, Juan González Bodillas y Francisca
de Barrios vendían a Alonso García Garcés, por 1.000 ducados, una
heredad de viña con casa, lagar y vasija cerca del Arroyo de
Totalán, en el término de la ciudad de Málaga, y que, previamente,
habían comprado, en 1675, a Diego Felipe Rojo de Relosillas,
aceptando el nuevo comprador abonar los pagos pendientes, de
1.670 y 9.330 reales, respectivamente, que los anteriores poseedores
adeudaban al señor Rojo Relosillas, asumiendo igualmente
satisfacer los derechos de alcabala 125 . Así, el día 22 de ese mes,
Alonso García hacía efectivo los derechos del citado impuesto,
correspondiente a la venta de la viña que le había hecho Juan
González de Bodillas 126 .
122
GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Caracteres de la sociedad..., p. 42.
123
A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.773, fol. 502.
124
Ibídem, leg. 1.775, s/f.
125
Ibídem, leg. 1.776, fols. 328-330 v. La alcabala era un impuesto que pagaba al fisco
el vendedor en el contrato de compraventa y ambos contratantes en el de permuta.
126
A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.776, fol. 344.
207

En esta época la posesión de un esclavo no estaba al alcance
de todo el que lo deseara, sólo la nobleza, los miembros del Cabildo
municipal y catedralicio (racioneros, beneficiados de parroquias,
notarios eclesiásticos, etc.), así como comerciantes y artesanos bien
situados, tenían acceso a ello 127 . El licenciado Garcés, siendo
participante del Sínodo de 1671, conocía las obligaciones que se
contraían con la compra de un esclavo. Las Constituciones
Sinodales de Fray Alonso recogían normas sobre los esclavos
quienes podían ser cristianos e infieles, y que a unos y a otros, sus
dueños, debían tratarlos convenientemente, sin quebrantar el
Derecho natural 128 . Asimismo, se insistía en que con los infieles
debían estar muy atentos de no perder ocasión de persuadirles a que
se convirtiesen a la fe católica 129 .
Ilustración 21: Retrato del obispo Fray Alonso de Santo Tomás, obra de Juan Bautista
Maíno
127
GÓMEZ GARCÍA, Mª. C. y MARTÍN VERGARA, J. Mª., La esclavitud en
Málaga entre los siglos XVII y XVIII, Excma. Diputación, Málaga, 1993, pp. 16-52.
128
A.C.C.M. Biblioteca. Sec. Temas Locales nº 1, Constituciones Sinodales..., p. 265.
129
Ibídem, p. 266.
208

Alonso García Garcés compró, en 1678, a Guillermo Estanes:
“(...) un esclavo negro atessado llamado
Xptobal que tendria entonces catorce años (...)
con unas señales que parecen de fuego o
biruelas sobre los molledos de ambos brazos
por bajo de los hombros alto (...)” 130 .
En un documento notarial, fechado el día 21 de mayo de
1679, se trata de la compra que realizó de unas casas de nueva
construcción en la calle Puerta de Buenaventura, que hacían esquina
con la fuente de agua y frente a la calle Beatas 131 . Las casas se las
compró a Diego Sánchez Mella, quien a su vez las había tomado, en
1674, de Antonio de Colmenares, cuando:
“(...) estavan fabricadas hastta primeras
maderas y (...) en precio de mill ducados de
principal que sobre ellas se quedaron
impuesttos a censo redimidero y con obligazion
(...) de hacer zierttas mejoras y vibienda para
que se pudiesen avitar hasta en cantidad de
quinienttos ducados en cuio solar y casas (...)
[se labraron] dos quarttos en el cuerpo y puertta
que estta en la calle de los Santos martires y
Puerta de Buena ventura en que (...) [se
gastaron] cattorze mil y quinienttos Reales
como se an apreciado y baluado por personas
de toda satisfazion y (...) [están] tratadas de tras
Paso y bender a el licenciado D. Alonso Garcia
Garzes (...)” 132 .
El desembolso efectuado por el nuevo propietario fue de
1.000 ducados, cantidad que pagó el licenciado Sánchez Mella a
130
A.H.P.M. Escribanía de Pedro Ballesteros, leg. 1.563, fol. 347.
131
A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.776, fol. 812.
132
Ibídem, fol. 812 v.
209

Antonio de Colmenares, como padre y legítimo administrador de
Pedro Colmenares Solano, su hijo, a quien reconocía por dueño del
censo y al que se obligaba a pagar los intereses todos los años en
dos pagas, una en San Juan y otra en Navidad 133 .
Las casas que había comprado Alonso García Garcés
lindaban con unas de la propiedad de Leonor Gaitán, monja profesa
del convento de la Paz. Con tal objeto, delegó en Ramiro de
Villafañe, racionero de la Catedral, para que se desplazara al
cenobio a fin de conversar con la religiosa Leonor Gaitán sobre las
casas que eran de su propiedad, una vez que la superiora del Real
Convento consintiera el encuentro. El resultado fue satisfactorio,
pues accedió a venderle las:
“(...) cassas que son en la calle de la puertta
Buena Bentura Bajo de la fuentte della linde
con la partte de avajo con cassas de don Grabiel
de orbaveja que primero lo fueron de Juan
Ternero y por la de arriva cassas que hasen
esquina a dicha fuentte y fueron de don
Fernando de Noriega que oy posee el dicho
lizenciado Don Alonsso Garcia garces las
quales dichas cassas le benden en precio de los
dichos nuebecienttos ducados (...)” 134 .
Antes de continuar con el proceso de adquisición y compras
de inmuebles, vamos a tratar de un documento que se nos presenta
cuanto menos curioso por su tratamiento. En el citado año 1679,
Alonso García Garcés otorgó un poder notarial a Fermín de
Jáuregui, vecino de la villa de Madrid, para que solicitara, del Rey y
de la Justicia, la nulidad de un auto que había sido presentado por
133 Ibídem, fol. 814 v.
134 Ibídem, fols. 916 y 917 v.
210

Andrés Camparo, proveedor general de Armas y Fronteras en
Málaga, en el que defendía a un criado suyo, Tomás Guerrero, de
las acusaciones que sobre él pesaban por:
“(...) haverle robado de las cassas de su morada
muchos bienes y dinero solittando con engaños
el quererçe casar con doña Juana Fidalgo que a
criado en su cassa en cuia causa y prosecusíon
della hasta conseguir que el dicho tthomas
Guerrero sea castigado en las penas en que an
currido y se le restituigan a el otorgantte las
dichas prendas y demas derechos (...)” 135 .
Desgraciadamente, nos hemos quedado sin saber cuál sería la
resolución de la querella al no localizarse en los protocolos
notariales de Málaga.
Por el año 1680 García Garcés ya construía unas casas que
poseía, contiguas a las de su propiedad en la Puerta de
Buenaventura, que se ofrecía permutar por otras que tenía a
espaldas del Colegio de la Compañía de Jesús 136 .
El Cabildo catedralicio respondía favorablemente a la
permuta, si bien obligaba a Alonso García Garcés a cubrir:
“(...) un terrado descubierto que tiene la casa
que ofrece y se obligue al saneamiento de la
dicha casa y a que saldra a los pleitos que se le
recredieren con las circunstancias en derecho
nesesarias (...)” 137 .
135 Ibídem, fol. 610 v.
136 A.C.C.M. Leg. 1.024, pza. 1, lib. 34, aa. cc. de 28 de junio de 1679, fol. 276 v.
137 A.C.C.M. Leg. 1.024, pza. 1, lib. 34, aa. cc. de 1 de julio de 1679, fol. 281.
211

Cuando el acuerdo estaba ultimado, el Cabildo supo que la
casa ofrecida se encontraba gravada e hipotecada, obligándole a
dejarla libre de toda carga 138 .
Posteriormente, se producía otra oferta de Alonso García
Garcés al Cabildo, deseando cambiar una casa de su propiedad,
donde se localizaba una pastelería en la calle llamada de la “Obra
gruesa” y que desembocaba en la calle Nueva, con otra del
estamento eclesiástico, situada junto a la Puerta de Buenaventura.
La presentación, por parte de éste, de los títulos de propiedad de la
pastelería, que estaban correctos, dio paso a que los miembros del
Cabildo aceptaran el cambio 139 .
En cuanto a las posesiones eclesiásticas, Alonso recibió, en
1681, del licenciado Luis de Valdés 140 , presbítero y beneficiado de
la iglesia de los Santos Mártires, el título de propiedad de una
capilla y bóveda del convento de religiosas recoletas bernardas del
Cister. En el documento de donación, redactado el 16 de enero, se
decía que:
“(...) en consideracion a la amistad y
familiaridad que (...) tengo y otras raçones que
me asisten le señalo una de las dichas capillas
que es la que arrima al arco toral de la epistola
(...) en la qual (...) don Alonso Garces a puesto
quadro de su debocion a San Yl[d]efonso con
su marco y moldura y demas adornos
conbenientes para que corresponda a las demas
capillas de dicha Yglesia y hecho bobeda y
puesto losa en ella y considerando que
138 A.C.C.M. Leg. 1.024, pza. 1, lib. 34, aa. cc. de 7 de agosto de 1679, fol. 286.
139 A.C.C.M. Leg. 1.024, pza. 1, lib. 34, aa. cc. de 29 de agosto de 1679, fol. 295 v.
140 Ingresó en la Hermandad de la Santa Caridad el 15 de marzo de 1683 [A.H.D.M.
Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 13].
212

continuara los adornos de dicha capilla con (...)
decencia (...)” 141 .
La profesora María del Carmen Gómez García muestra
perfectamente la distribución de las capillas, que fueron donadas
por el presbítero Luis de Valdés a seis destacados hombres de la
ciudad de Málaga, entre los que se encontraba, obviamente, nuestro
personaje 142 .
La capilla de Alonso García Garcés quedó registrada a su
nombre y al de sus herederos y sucesores en la escribanía de Jaime
Blanco para que en la bóveda pudieran:
“mandarse enterrar y trasladar los que son de
sus antecesores y de las personas que fuere su
boluntad y no de otra manera y ornarla con las
insi[g]nias y blasones que les pareciere escudos
de armas de su cassa y linaje y poner en la losa
de la dicha bobeda la inscripcion que le
pareciere para la perpetuidad de la memoria de
sus dueños y no a de ponerle dicho Don Alonso
Garces ni sus subcesores poner para distincion
y devision de lo que pertenece a dicha capilla
reja de madera ni de jierro ni de otro metal
141 A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.777, fol. 884 v. Con objeto de señalar
algún aspecto acerca de la vida de San Ildefonso, hacemos la siguiente semblanza:
Nació en la ciudad de Toledo entre los años 607 y 609. Sus padres, Esteban y Lucía,
le enviaron a Sevilla para que San Isidoro, arzobispo de la ciudad, le enseñara las
primeras letras y lo instruyera en santas y loables costumbres. Después de haber
estado doce años en Sevilla, vuelve a Toledo y toma el hábito en el monasterio de San
Cosme y San Damián. Su madre le rogó y encargó que fuese devoto de la Virgen y así
lo hizo defendiendo su virginal pureza. Fue tal su obediencia, honestidad, oración y
modestia que a la muerte del abad del cenobio, fue él elegido su sucesor y, años
después, nombrado arzobispo de Toledo. Murió a los sesenta años de edad siendo
sepultado en el templo de Santa Leocadia. Con la llegada del Islam a España los
cristianos se llevaron sus restos a Zamora, donde goza de gran devoción [A.C.C.M.
Biblioteca, VV. AA., La leyenda de oro, tº I, Barcelona, 1865, pp. 196-199].
142 GÓMEZ GARCÍA, Mª. C., Mujer y clausura. Conventos Cistercienses en la
Málaga Moderna, Universidad/Cajasur, Málaga, 1997, pp. 282 y 283.
213

alguno por quanto no es sitio capaz para ello y
se le a de permitir que en los dias de
festibidades en que aya grandes concursos en la
dicha iglesia pueda dividir el poseedor o
poseedores de dicha capilla su pertenencia con
cuantos de forma que no incomode el concurso
que recibiere en dicha iglesia (...)” 143 .
La falta de dinero impedía, a las monjas agustinas recoletas,
poner fin a las obras de construcción que se llevaban a cabo en la
iglesia de su convento, lo que animó a las religiosas a contactar con
Luis de Valdés. Suponemos que sería protector de las mismas, pues
les había efectuado distintas donaciones, entre las cuales se contaba
la hacienda la Florida, situada junto al convento de la Trinidad. Las
monjas solicitaban del beneficiado de los Santos Mártires que la
vendiese, con objeto de obtener fondos suficientes para la
continuación de la obra 144 .
Por su parte, Luis de Valdés ofrecía la hacienda al personaje
objeto de nuestra atención, por un importe de 12.000 ducados. En el
documento se aprecia cómo el licenciado Alonso García Garcés:
“(...) açepta esta escriptura en su favor en todo
y por todo como en ella se contiene y rrecive en
esta venta comprada la dicha hacienda de la
Florida gardin guerta cassa y las tres
empeçadas a labrar y todas lo demas que a ello
toca y pertene[z]ca del dicho Don Luis de
baldes y la madre priora y las demas religiosas
de doce mil ducados que por ella a pagado de
contado (...)” 145 .
143
A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.777, fol. 885.
144
Ibídem, fols. 487 y v.
145
Ibídem, fol. 490.
214

La iglesia del Císter mandada a edificar por el beneficiado
Luis de Valdés tenía “(...) 40 varas de largo, y 10 de ancho (...)” 146 ,
siendo acabada la obra en 1679. El obispo Fray Alonso bendijo el
nuevo templo el 20 de enero de 1680, trasladando, por la tarde, en
procesión al Santísimo Sacramento en compañía del Cabildo
catedralicio, autoridades civiles y militares y demás habitantes,
amenizando el acto “(...) la música de la Catedral (...)” 147 y
terminando la celebración por la noche con fuegos artificiales e
iluminación 148 .
Sabemos por un documento de 1686 que, cuatro años antes,
Alonso García había comprado al hospital Real de la Caridad,
regentado desde 1680 por la Orden Hospitalaria de San Juan de
Dios, una casa por 18.000 reales, gastando, además, 700 reales en
reparos. El inmueble estaba situado en:
“(...) la plaça publica de ella linde por una
parte con casas del mayorazgo que fundo el
capitan Juan de Ybarra y por la otra con casas
de los herederos de Juan de Baptista Caro que
oi posee don Juan Linero (...)” 149 .
146 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, p. 74; GÓMEZ GARCÍA, Mª. C.,
Instituciones religiosas femeninas malagueñas en la transición del siglo XVII al XVIII,
Excma. Diputación, Málaga, 1986, p. 64.
147 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, p. 74.
148 La devoción que las monjas recoletas bernardas profesaban a San Ildefonso quedó
demostrada: en primer lugar, en la capilla que tenía dedicada en la nueva iglesia de
Málaga; y, en segundo lugar, el nombre del santo se le dio a un convento de la Orden
en Granada, fundado por tres religiosas que partieron de nuestra ciudad el 1 de agosto
de 1683 [Ibídem, p. 75].
149 A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.779, fols. 488 y v.
215

Concluimos señalando que el licenciado Garcés había
heredado a la muerte de sus padres, unas tierras en la villa de
Benaoján, de donde eran naturales 150 .
2.8.- El retrato
A finales de 1683 o principios de 1684, Alonso García
Garcés, seguramente, encargó un retrato suyo al pintor de origen
madrileño, Juan Niño de Guevara, máxima figura de la pintura
malagueña en ese tiempo. El cuadro que pintara Niño de Guevara
para el hermano mayor de la Santa Caridad, hoy día desaparecido,
fue dado a conocer en un artículo realizado en 1981 por el profesor
Agustín Clavijo García 151 .
En un artículo que publicamos con la profesora María
Encarnación Cabello Díaz, reproducido en la revista Isla de
Arriarán, lo describimos como un retrato de cuerpo entero,
disposición muy difundida en la época. Su figura ocupa casi toda la
composición, formando un triángulo central cuya base vendría
definida por su sotana sacerdotal, y el vértice del mismo
determinado por la cabeza del personaje, colocada ésta en posición
de tres cuartos, es decir, a medio camino entre de perfil y de frente,
de difícil representación, sobre todo cuando está orientada, como
aquí, hacia la derecha. El claroscuro que preside la escena deja
iluminados solamente el rostro y las manos, colocadas, la derecha
sobre el pecho, y la izquierda encima de la mesa situada a su lado.
En el rostro sobrio, solemne y ceremonioso apreciamos la
fisonomía del retratado: entrecejo fruncido, cejas espesas levemente
150 A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros, leg. 2.181, fol. 115.
151 CLAVIJO GARCÍA, A., “La iglesia-hospital de San Julián...”, p. 70.
216

caídas, ojos profundos con un velo de tristeza en la mirada; la nariz
fina y aguileña; la boca cerrada y un surco arrugado sobre el labio
superior; pelo corto, barba y bigote. Su gesto adusto, serio y
reflexivo, porque la elocuencia de la obra está en las manos. De esta
actitud se desprende el hecho evidente de estar prestando un
juramento. A ambos lados de la figura observamos dos espacios
triangulares: en el de la izquierda la representación de su escudo de
armas cuadrilongo, redondeado por lo bajo y terminado en punta.
Dividido en dos partes iguales por una línea perpendicular con
recíproca igualdad e idéntica proporción, aunque podamos apreciar
una luz más intensa en la zona de la derecha. En él se conjugan las
armas de sus dos apellidos: García y Garcés. Tal vez, él deseara dar
una mayor consideración y relieve, al segundo de ellos, Garcés, de
ahí el hecho de ser esta segunda zona la más subrayada. En una
breve descripción de este blasón, destacamos, en la parte más
sombría, la heráldica del patronímico García: de azur, con seis
garzas de plata, puestas en tres fajas. Son aves paradas y de perfil
que denotan libertad. En el sector más iluminado: de plata con
cuatro fajas de gules. Es el emblema primitivo de Garcés, o por lo
menos, el de mayor antigüedad. Esta insignia se aumentó o se
adornó con una bordura de gules cargada de ocho sotueres de oro,
por haber participado algunos caballeros Garcés en la toma de
Baeza. Tanto la faja como el sotuer son piezas honorables de primer
orden. La primera simboliza la coraza del caballero armado; la
segunda se forma con la banda y la barra y puede ser denominada
también aspa. Coronando el escudo observamos la celada o yelmo,
engalanada con penachos, que expresa el grado de nobleza familiar.
Es decorativa y añade belleza el emblema; su origen procede del
217

lasón de las diferentes armas defensivas que los antiguos guerreros
llevaban en los combates para proteger la cabeza. A la derecha los
objetos colocados sobre la mesa de los Estatutos: un crucifijo y dos
votaderas. El deseo de movimiento de la pintura barroca se acentúa
con la colocación de líneas oblicuas y diagonales. En este caso,
señalamos la que se origina desde el ángulo superior izquierdo, a
través del escudo de armas y las dos manos, hasta concluir en la
zona central del lateral derecho. Hay, de la misma manera, una
correlación entre los dos elementos de adorno: la representación
heráldica y el pergamino con la leyenda que dice así: “D. Alonso
García Garcés, beneficiado de esta Santa Iglesia Catedral de Málaga
y primer hermano mayor de la Santa Caridad. Año de 1684”. Estos
dos objetos, colocados también de forma oblicua, hacen mención al
origen de su linaje y a su cargo como prebendado de la Catedral de
Málaga. Lamentablemente, nada podemos señalar acerca del
colorido de la obra, pero suponemos que predominaría en ella el
negro de la vestimenta sacerdotal dispuesto sobre un fondo también
oscuro 152 .
El lugar ocupado por el retrato al óleo del impulsor de la
renovación de la Hermandad de la Santa Caridad, fue el de la sala
capitular 153 . El rastro del mismo se perdió al iniciarse en 1936 la
Guerra Civil, ya que en los inventarios realizados al término de la
contienda, no rezaba entre los objetos y obras de arte salvados de
las llamas o de los destrozos, el cuadro de Alonso García Garcés 154 .
152 CAMINO ROMERO, A. y CABELLO DÍAZ, Mª. E., “Nuevas aportaciones
documentales sobre un pintor barroco: Juan Niño de Guevara”, Isla de Arriarán nº
XIV, Asociación Cultural Isla de Arriarán, Málaga, 1999, pp. 35 y 37.
153 A.H.D.M. Leg. 77, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Crónica de la
Venerable Hermandad de la Santa Caridad....”, s/f.
154 CAMINO ROMERO, A. y CABELLO DÍAZ, Mª. E., op. cit., p. 37.
218

Ilustración 22: Retrato de Alonso García Garcés, obra desaparecida de Juan Niño de
Guevara [CLAVIJO GARCÍA, A., “La iglesia-hospital de San Julián de Málaga: historia
y arte”, Boletín del Museo Dicoesano de Arte Sacro nº 1-2, Universidad, Málaga, 1981, p.
70]
2.9.- La muerte
Alonso García Garcés redactó un testamento cerrado el día 6
de abril de 1684, ante el escribano Antonio de Vargas Machuca
(aunque está depositado en la Escribanía de Juan de Espinosa),
designando albacea a Juan Muñoz de Arcila, presbítero y
beneficiado de la parroquia de los Santos Mártires 155 .
155 A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros, leg. 2.181, fol. 115 v.
219

La Dra. Marion Reder Gadow indica que este tipo de
testamento era redactado y escrito por el propio testador, haciendo
constar su última voluntad que permanecía silenciada hasta el día de
su muerte. Posteriormente, el otorgante debía presentarlo al
escribano en cuestión, cerrado y firmado ante siete testigos, quienes
rubricaban a su vez en la cubierta del testamento con el escribano.
Una vez realizado este trámite, conocido como presentación, lo
custodiaba el mismo testador o lo podía guardar el escribano por
amistad 156 .
El día 17 de abril de 1684, a las seis y media de la mañana,
fallecía a la edad de 54 años 157 víctima de una grave y acelerada
enfermedad 158 . Su hermano Marcos García Garcés 159 que, por estos
años vivía con él, padeció el amargo trance de verlo morir. Mandó
156 REDER GADOW, M., Morir en Málaga. Testamentos malagueños del siglo XVIII,
Universidad/Excma. Diputación, Málaga, 1986, pp. 17 y 18.
157 A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros, leg. 2.181, fol. 110 v.
158 A.H.P.M. Escribanía de Pedro Ballesteros, leg. 1.567, fol. 333.
159 Debió nacer en Benaoján, ya que sus padres fueron naturales y vecinos de dicha
villa. No sabemos en qué año se desplazó a Málaga pero sí conocemos por un
documento notarial que, en 1678, aún residía en este pueblo de la Serranía rondeña
[A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.776, fols. 2-3]. Fue familiar del Santo
Oficio de la Inquisición [A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros,
leg. 2.181, fol. 679]. Su pertenencia a la Inquisición le supuso, posiblemente, una
serie de honores y privilegios que no estaban al alcance de cualquier persona
[BLÁZQUEZ MIGUEL, J., La Inquisición, Penthalon, Madrid, 1988, p. 38]. La
profesora María Isabel Pérez de Colosía señalaba que la figura del familiar del Santo
Oficio tuvo una importante representatividad en los ámbitos sociales de la Edad
Moderna [PÉREZ DE COLOSÍA, Mª. I., “Normativa inquisitorial sobre los familiares
del Santo Oficio”, Baetica nº 15, Universidad, Málaga, 1993, p. 332]. Contrajo
matrimonio con Isabel Cañestro Núñez, de cuya unión nacieron tres hijos: Marcos,
Juan y Elvira [A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros, leg. 2.190,
fols. 372 y 373]. El ingreso en la Hermandad de la Santa Caridad se produjo el día
17 de mayo de 1682 [A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa
Caridad...”, fol. 4]. Marcos García Garcés e Isabel Núñez Cañestro hicieron
testamento el 29 de noviembre de 1694, [A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de
los Monteros, leg. 2.190, fols. 381-388 v.], siendo enterrado el primero de los citados
el 18 de junio de 1704 en el hospital de San Julián [A.H.D.M. Leg. 622, pza. 5,
parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 5 (1687/1707), fol. 249]. Sus hijos,
Juan y Marcos -junto con sus mujeres-, fueron recibidos como cofrades de la
Hermandad de la Santa Caridad el 12 de enero de 1710 [A.H.D.M. Leg. 46, pza. 1,
“Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fols. 77 v. y 78].
220

llamar al escribano Vargas Machuca, quien certificó su defunción,
habiéndolo visto en: “(...) las cassas de su morada vestido y
amortajado con vestiduras sacerdotales (...)” 160 , y al licenciado
Jorge Cacho de Villegas, alcalde mayor de la ciudad, para que se
abriera el testamento y se aplicara el contenido. Antes de su
apertura, el munícipe interrogó a cuatro testigos, que estuvieron
presentes cuando el racionero Alonso García Garcés testaba,
haciéndoles jurar y decir la verdad. Uno de los testigos, Laureano
de León, se expresaba en los siguientes términos:
“(...) save que el licenciad[o]. Alonso Garcia
Garces prevendado que fue desta Santa Iglesia
ante el presente escrivano en el dia seis deste
presente hizo y otorgo su testamento y ultima
voluntad que es el que se le a mostrado que
reconoce es el mismo porque el testigo lo fue
ynstrumental del y lo firmo como tal (...)” 161 .
En el testamento, Alonso declaraba que: “(...) los vienes
raises que erede de mis padres en la villa de Benaojan los entregue
a D[o]n. Marcos Garcia mi hermano (...)” 162 . Además, indicaba que:
“(...) después de cumplido y pagado este mi
testamento dijo y nombro a Don Marcos Garcia
Garzes mi hermano vecino desta ciudad que
vive en mi cassa y compañia Para que los aya y
herede con la beneracion de Dios nuestro Señor
y la mia” 163 .
160
A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros, leg. 2.181, fol. 111.
161
Ibídem, fol. 110.
162
Ibídem, fol. 115.
163
Ibídem, fol. 116. Marcos García Garcés tuvo que hacer frente en 1685 a un pago de
9.000 reales que su hermano adeudaba a Benito Villela Caballón, quien le había
prestado dicha cantidad [A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de
Cabildo, leg. 40, fols. 598 v. y 599].
221

También se hacía mención de la entrega de 600 reales de
limosnas a la Cofradía del Santísimo Sacramento de la villa de
Montejaque, el día del fallecimiento 164 . La desaparición de tres
folios del testamento nos impide, desgraciadamente, conocer cuáles
fueron el resto de bienes, con independencia de los de Benaoján y
de los ya expuestos, así como otros aspectos interesantes que
podrían haberse aportado. Además, hemos conocido una última
voluntad de Alonso, la fundación de una capellanía “(...) servidera
en el hospital del Señor san Julian y hospiçio de la Hermandad de la
Santa Charidad de Nuestro Señor Jesu Christo (...)” 165 .
Sabemos, por un documento hallado en el Archivo Histórico
Diocesano de Málaga, que Alonso García Garcés fundó una
capellanía en la iglesia de San Julián:
“(...) que mi dezeo, y voluntad ha zido siempre
de que los pobre q[ue] recogen en el hospital de
la Hermandad de la Santa Charidad de Nuestro
Señor Jesuchristo, por las mañanas antes de
salir a pedir la limosna, y hazer su viaje o otras
cosas en que se ocupan, tengan sacerdote que
les diga misa para que en ella den gracias a
Dios Nuestro Señor, como son obligados, y a
esto, yo, y dichos saserdotes, hermano de dicha
Hermandad, nos hemos dedicado; y para que
esta tenga permanensia, y no falte por algunos
acasos que puedan suseder, desde luego por la
presente clausula, sobre todos mis bienes, en
que subsedieran a mis herederos fundo, y cargo
senzo de mil ducados de principal, con las
condisiones de seguridad, y demas que
combengan, y de derecho se requieran, y del
dicho senzo de mil ducados fundo, e instituyo
dicha Capellania de misas serbidera en Yglesia,
164 A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros, leg. 2.181, fol. 115.
165 A.H.P.M. Escribanía de Antonio Vargas Machuca, leg. 2.024, fols. 22 y v.
222

casa, y hospicio de la Santa Charidad de
Nuestro Señor Jesu Christo bocasion de San
Julian para que el capellan que fuere della
perpetuamente, en cada un año para siempre
jamas, por mi alma e intension diga misa a los
pobres que se recogen en el Hospicio, sincuenta
misas en los dias que tienen recoximiento, los
dichos pobres, estando juntos a las seis horas de
la mañana, sin que puedan dezir las dichas
misas en otra parte (...)” 166 .
Alonso nombró primer capellán a su sobrino Pedro Moreno,
hijo de Pedro Moreno y Leonor García Garcés, su hermana, pero las
50 misas serían oficiadas por otra persona mientras él no fuese
ordenado sacerdote 167 , designando patrono perpetuo al hermano
mayor de la Santa Caridad elegido 168 . Asimismo, cargó con 50
ducados de censo y tributo, cada año, sobre dos casas y unas tierras
con viñas en el Arroyo de Totalán. Se entregaron a la capellanía y
al capellán las citadas cantidades en dos pagos: uno, en San Juan
Bautista y otro, en Pascua de Navidad 169 . Igualmente, existía la
obligación, por parte de los herederos y sucesores, de mantener y
cuidar las casas y viñas, de forma que las rentas y frutos se pudiesen
cobrar 170 .
Para el traslado del cadáver a la Catedral, recinto donde iba a
ser enterrado, se formaría una comitiva compuesta por miembros
del Cabildo catedralicio, hermanos de la Santa Caridad y un número
166 A.H.D.M. Leg. 56, pza. 1, “Títulos de la Capellanía que fundó Alonso García
Garcés, con cargo de 50 misas que se han de decir por el capellán en cada año en la
forma y tiempos que previene dicha fundación”.
167 A.H.P.M. Escribanía de Antonio Vargas Machuca, leg. 2.024, fol. 22 v.
168 A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros, leg. 2.181, fol. 115.
169 A.H.P.M. Escribanía de Pedro de Ballesteros, leg. 1.567, fols. 22 v.-23 v.
170 A.H.P.M. Escribanía de Antonio Vargas Machuca, leg. 2.024, fols. 24 y v.
223

determinado de pobres, partiendo desde las que habían sido sus
casas, situadas:
“(...) frontero de la Puerta de buena bentura con
otras acesorias a ellas que por una parte lindan
con cassas que tiene a zenso Diego Muños de
Torrecillas (...) y por la otra (...) con casas de
un patronato que poseia Juan Beltran de la
Cueva escrivano de su magestad (...) y
asimismo dichas cassas (...) hacen esquina a la
calle que de la dicha Puerta de buena bentura
viene a la Yglesia de los Santos Martires y
dicha esquina esta frontera de la pasteleria que
esta contigua de dicha puerta (...) y de la
embocadura de calle beatas y adelante la calle
de Muro que a la puerta que va a San Julian
(...)” 171 .
El día siguiente a su fallecimiento, el 18 de abril, fue
sepultado su cadáver en la Santa Iglesia Catedral 172 , probablemente
en la capilla de Nuestra Señora de los Reyes 173 , ya que este lugar
era reservado para el entierro de los racioneros 174 .
Con el óbito de Alonso García Garcés, Fray Alonso de
Santo Tomás nombró tesorero de la villa de Álora al licenciado
Juan de Pedregal Figueroa, y tesorero para la administración y
cobro de los granos pertenecientes a su dignidad episcopal en el
171
A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.779, fols. 1066 y v.
172
A.H.D.M. Leg. 526, pza. 1, parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos nº 1
(1636/1730), fol. 29.
173
Los racioneros de la Iglesia Mayor se encomendaron a la Santísima Virgen de los
Reyes para que acabase con la epidemia de peste de 1637. Éstos, en señal de que los
estragos del contagio habían cesado, fundaron una Hermandad, celebrando 9 misas
cantadas todos los años en su honor [MEDINA CONDE, C., La Catedral de Málaga,
Málaga, 1878, Imprenta del Correo de Andalucía, Arguval, edición facsímil de 1984,
pp. 136 y 137. Introducción de Rosario Camacho Martínez].
174
A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.781, fol. 169 v.
224

esto de ciudades, villas y lugares del Obispado, a su mayordomo el
licenciado Juan Manuel Cortés 175 .
Ya dijimos anteriormente que Alonso García Garcés recibió
en vida, de Luis de Valdés, una capilla y bóveda en la iglesia del
convento del Cister, siendo trasladado su cuerpo en fecha que se
desconoce a este lugar desde la Santa Iglesia Catedral.
2.10.- Colocación definitiva del cadáver en la iglesia de San
Julián
El Cabildo municipal siguiendo el proceso desamortizador de
Godoy y Mendizábal, decidió derribar en 1873, entre otras
edificaciones, la iglesia y convento del Císter, ordenando que las
familias propietarias de bóvedas y panteones exhumaran los restos
de sus antepasados 176 . En esa fecha, presidía la Hermandad de la
Santa Caridad Manuel Rubio Velázquez, quien al tener noticia de
los hechos dirigió un escrito, con fecha 18 de agosto, al citado
estamento exponiendo que:
“(...) en el año de mil seiscientos ochenta y
cuatro fué enterrado en boveda de su
pertenencia é Yglesia del Cister D. Alonso
Garcia Garcés, Canónigo de esta Santa Yglesia
Catedral y a la vez Hermano mayor de esta
Confraternidad en la que hizo grandes
beneficios a los Pobres y Asilo de S[an] Julian,
asi como eminentes servicios en favor de esta
poblacion y deseosa la Hermandad de que
continue la perpetuidad de su memoria
175 A.H.P.M. Escribanía de Pedro Ballesteros, leg. 1.567, s/f.
176 SAURET GUERRERO, T., “Noticias documentales sobre el homenaje de la
Málaga contemporánea a Pedro de Mena”, Boletín del Museo Diocesano de Arte
Sacro nº 1 y 2, Universidad, Málaga, 1981, p. 183.
225

trasladando sus restos a la boveda de la Yglesia
de su mencionado (...) Asilo ( ...)” 177 .
En la sesión plenaria del Ayuntamiento del 22 de agosto,
hubo una agria polémica por si se daba autorización de la traslación
de los restos de Alonso García Garcés a la iglesia de San Julián.
Algunos concejales opinaban que podría accederse en
consideración a la antigüedad del fallecimiento y a los servicios
que, según afirmaba la Hermandad de la Santa Caridad, prestó
aquél a sus semejantes. Otros, en cambio, pensaban que no debían
hacerse excepciones porque se incumplía la normativa higiénico-
sanitaria, que prohibía enterrar cadáveres y restos en iglesias que
estaban dentro de la ciudad. En suma, el Ayuntamiento, y de
conformidad con esta última propuesta, acordó que los restos fueran
trasladados al cementerio público 178 . Ese acuerdo, sin embargo, no
se llevó a cabo. Parece ser que, para su localización en la iglesia del
Císter, fue necesaria la ayuda prestada por Joaquín María Díaz
García 179 y el presbítero José Baret Adisson 180 .
José Luis Álvarez de Linera indicaba de que, en el año 1873,
los restos de Alonso García Garcés fueron encerrados en una caja y
colocados detrás del altar mayor de la iglesia de San Julián 181 .
En el cabildo general de hermanos celebrado el 21 de julio de
1881, en la sala de juntas del hospital de San Julián, intervino
Emilio Blasco Muñoz para recordar a los presentes que:
177 A.M.M. Sec. Cementerios, leg. 1.554, nº 81.
178 A.M.M. Lib. 271, aa. cc. de 22 de agosto de 1873, fol. 135.
179 Padre de los eruditos locales, Narciso y Joaquín Díaz de Escovar.
180 Fue quien localizó los restos de Alonso García Garcés, ya que era, por aquel
entonces, sacristán mayor del Sagrario y capellán de las monjas del Cister [A.D.E.
Caja 159, leg. 33].
181 A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.
226

“(...) detras del altar mayor de nuestra Yglesia
mal colocada y acondicionada existia una caja
conteniendo los venerables restos de nuestro
hermano D. Alonso Garcia Garcés, Mayor que
fué de esta Hermandad y á cuyos, celo,
actividad y ardiente caridad fué debida la
fundacion de nuestro Hospital y considerando
un deber de la Hermandad el que dichos restos
ocuparan un lugar preferente en nuestro
panteon ó en la Yglesia proponia se autorizara á
la Junta para que con el mayor decoro posible y
con el correspondiente funeral á que fuera
citada toda la Hermandad, se diera sepultura en
el lugar mas oportuno á dichos restos,
colocando una lápida conmemorativa (...)” 182 .
Ilustración 23: Lápida de enterramiento de Alonso García Garcés [CLAVIJO GARCÍA,
A., “La iglesia-hospital de San Julián de Málaga: historia y arte”, Boletín del Museo
Dicoesano de Arte Sacro nº 1-2, Universidad, Málaga, 1981, p. 70]
182 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 21 de julio de 1881, fols. 212 y 213.
227

Oída la propuesta del señor Blasco Muñoz, los asistentes
aceptaron de buen grado la misma y acordaron que, en el bajo
presbiterio de la iglesia, se colocara una lápida con escudo
nobiliario y en la que rezara la siguiente inscripción:
“D. ALONSO GARCIA GARCES/
RACIONERO DE LA CATEDRAL/ MURIO
EL AÑO DE 1684/ FUE EL PRIMER
HERMANO MAYOR DE LA SANTA/
CARIDAD EN ESTA CASA QUE FUNDO,
SIENDO TRAS-/ LADADOS A ELLA SUS
RESTOS MORTALES EN 1873/ DESDE LA
IGLESIA DEL CISTER DONDE SE
ENCONTRABAN Y COLOCADOS AQUI EN
1881. R.I.P.” 183 .
3.- LA HERMANDAD DE LA SANTA CARIDAD HASTA LA
CONCESIÓN DE UNOS TERRENOS EN LAS MANCEBÍAS
PÚBLICAS
La renovada Hermandad de la Santa Caridad, presidida por
Alonso García Garcés, al carecer de un espacio físico donde
celebrar los cabildos y juntas de gobierno, se dirigió al obispo de
Málaga, Fray Alonso de Santo Tomás, para que les cediese de
manera provisional la ermita de Santa Lucía, situada en la calle de
igual nombre 184 .
Este edificio había sido mandado construir por el gremio de
zapateros, borceguineros y chapineros en honor de la santa, natural
de Siracusa (Italia), a la que profesaban una enorme devoción. Las
183 Se conserva actualmente en el mismo sitio donde fue fijada, a pesar de los avatares
que sufrió la iglesia de San Julián en la Guerra Civil.
184 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, REGLA DE LA HERMANDAD DE LA S[ANTA].
CARIDAD DE NVESTRO S[EÑOR]. JESV CHRISTO..., fol. 58.
228

obras comenzaron en el año 1514 y finalizaron alrededor de
1517 185 .
Ilustración 24: Estampa de Santa Lucía, patrona de la vista
Así, el día 29 de mayo de 1682, Fray Alonso hacía entrega de
la ermita a los hermanos de la Caridad hasta que contaran con
iglesia propia. Allí efectuarían cabildos, fiestas y demás funciones
contempladas en sus Constituciones. Además, el Prelado les instaba
a designar a personas adecuadas para que se encargaran de la
seguridad, aseo y limpieza y, al mismo tiempo, les recomendaba
185 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº III, p. 282; A.D.E. Caja 298, leg. 11, DÍAZ
DE ESCOVAR, N., “Antiguallas curiosas de Málaga y su provincia”; BEJARANO
ROBLES, F., Las calles de Málaga (De su historia y ambiente), vol. II, Arguval,
Málaga, 1985, pp. 443-445. Este autor señalaba que, en el primer tercio del siglo XIX,
la ermita de Santa Lucía fue declarada en ruinas, adquiriendo el industrial Manuel
Agustín Heredia Martínez el edificio de la cárcel pública (situado en la actual plaza de
la Constitución) y el de la propia ermita, para abrir un pasaje que comunicara calle
Santa Lucía con la plaza. También aconsejamos la consulta de: JIMÉNEZ
GUERRERO, J., Capillas y cofradías desaparecidas en la ciudad de Málaga,
Arguval, Málaga, 2008, pp. 19-80.
229

que no enterraran cuerpos de difuntos ni manifestaran el Santísimo
Sacramento sin su expreso permiso 186 .
Más adelante, el 12 de julio de ese año, el cabildo de
hermanos aprobó la impresión de las Constituciones de la
Hermandad 187 .
Los miembros de la Santa Caridad señalaron en el último
cabildo celebrado el 13 de septiembre en el hospital Real, dirigido
por la Orden de San Juan de Dios desde 1680, que muchos de los
pobres enterrados morían al no estar recogidos en un lugar donde se
les pudiese dar cobijo durante el frío invierno 188 .
Esta noticia da a conocer que, en los primeros meses, la
Hermandad sólo se había dedicado al entierro de las personas que
morían en completo estado de abandono. En ese sentido,
coincidimos con lo que el profesor Manuel Zamora Bermúdez
afirmaba referente a que la primera actividad pública registrada tras
la reforma fue la de los enterramientos 189 . En los libros parroquiales
de Santiago consta que las primeras inhumaciones practicadas por
la Corporación fueron las de Juan de la Cruz, el 16 de agosto; de
Bartolomé de Escamilla, el 16 de septiembre; y de Bartolomé
González, el 20 de septiembre de 1682 190 .
Ante el impacto psicológico que producía en los hermanos la
muerte de indigentes que no tenían un techo donde pasar la noche,
la Hermandad dispuso construir un hospicio:
186
A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, REGLA DE LA HERMANDAD DE LA S[ANTA].
CARIDAD DE NVESTRO S[EÑOR]. JESV CHRISTO…, fol. 59.
187
A.D.E. Caja 110, leg. 1. DÍAZ ESCOVAR, N., “Beneficencia antigua
malagueña”..., p. 12.
188
A.H.D.M. Leg. 77, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Crónica de la
Venerable Hermandad de la Santa Caridad...”, s/f.
189
ZAMORA BERMÚDEZ, M., op. cit., pp. 167 y 168.
190
A.H.D.M. Leg. 622, pza. 4, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 8
(1677/86), fols. 105, v. y 106.
230

“(...) para que ya que no tengan estos Pobres
desamparados lo que nuestra caridad, y amor
les desea, gozen siquiera, lo precisso, y
necesario para passar la vida; y hallándonos sin
rentas, para los gastos del dicho Hospital; fiado
en la Providencia de Díos, que nunca falta a sus
Criaturas, antes con maravilloso acuerdo, lo
mas difícil al Juicio humano, la facilita su
Omnipotencia. Con esta esperanza Disponemos
se haga un Libro de cargo, y disposición del
Hermano mayor, en el qual se pida i assieten
las limonas perpetuas que cada uno quisiera
señalar; las quales limosnas se han de cobrar
por la persona q[ue] señalare en cada un año, en
cuya distribución se ha de guardar la forma
siguiente Por quanto tenemos determinado de
haçer Iglesia (fiados en la Providencia Divina)
al S[eño]r. San Julian Nuestro Patrono, y
Hospital, donde hallen los Pobres destituidos de
todo unico remedio y Peregrinos, donde
hospedarse; el dinero procedido de dichas
mandas, no se ha de poder distribuir en otra
cossa, sino es en el costo de la obra de dicha
Iglesia, y Hospital, y en cuidar los Pobres
desamparados. Y concluida la obra; han de ser
dichas limosnas, para cuidar de dichos Pobres
desamparados, y peregrinos, y no para otro
algun efecto” 191 .
Se acordó, asimismo, que en el cabildo general de Pascua de
Pentecostés se nombraran veinticuatro diputados (dos por cada mes)
para que cuidaran del hospicio y de los pobres, visitándolos por lo
menos los sábados y, además, comprobaran si el hospiciero asistía
correctamente a los albergados.
191 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, ESTATVTOS Y ORDENANZAS PARA La Administración
de el Hospicio de Pobres Peregrinos y Desamparados..., s/f.
231

Ilustración 25: Reglamento del hospicio impreso en 1682 [A.H.D.M.]
La persona que desempeñara las funciones de hospiciero
tendría que reunir la condición de ser un “hombre honrado, virtuoso
i temeroso de Dios; y si ubiere de ganar salario lo ajuste [el] (...)
hermano mayor (...)” 192 . Las normas y funciones que éste debería
cumplir se estipulaban del siguiente modo:
192 Ibídem.
“(...) ha de tener abierta la puerta de el
Hospicio, una ora antes de la oración; para
recoger todos los pobres desamparados, y
acomodarlos con mucho amor, y agrado, y a
los enfermos en mejor lugar, luego los
ancianos, e impedidos y que el lugar que
sobrare lo ocupen los mozos y muchachos. Que
232

en dando la Oración les a de ençender lumbre
para la qual, nuestro hermano Mayordomo, ha
de dar todos los días un haz de Leña, o mas,
silos tiempos fueren rigurosos, ó conforme la
necesidad lo pidiere. Que en passando una ora
de estar los Pobres a la lumbre, el Hospiciero
les diga las oraciones y le respondan todos;
combiene a saber, el Padre Nuestro, el Ave
Maria, El Credo, la Salve, los Mandamientos de
la Ley de Dios, los de N[uest]ra Santa M[adr]e
Iglesia, Los Articulos de N[uest]ra Santa Fe
Catolica; y luego los recojera, amonestándoles
toda quietud, y paz, y al Pobre que fuere
escandaloso no lo reciva otra noche
despidiéndolo, sin tratarlo mal de palabra. Que
el Hospicio se abra el Invierno a las Siete de la
manaña, y el Verano a las Seis. Que a cada
Pobre se le de una tarima con estera de anea, su
almohada de lienzo, y una Manta de quatro
varas de Gerga para que se abrigue. Que el
Hospiciero siempre que salga deste ministerio a
de dar quenta de mantas, y camas, y de todo lo
demas que se le entregó al tiempo q[ue] fue
reçivido al servicio deste Hospicio” 193 .
Como era natural, el hermano mayor estaba obligado a visitar
a los pobres del hospicio todas las semanas del año, una o dos
veces, por “ser a quien mas toca cuidarlos” 194 .
La Hermandad se reunió en cabildo general el 8 de
noviembre de 1682 en la iglesia parroquial de los Santos
Mártires 195 , para acordar la presentación de la propuesta del
Reglamento al provisor y vicario general Juan Manuel Romero de
193 Ibídem.
194 Ibídem.
195 El 1 de octubre de ese año, Fray Alonso de Santo Tomás accedió a la petición
formulada por Alonso García Garcés para celebrar los cabildos en este lugar mientras
se edificaba la iglesia y hospicio [A.H.D.M. Leg. 77, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA
DUARTE, J. L., “Crónica de la Venerable Hermandad de la Santa Caridad...”, s/f.].
233

Valdivia 196 , con objeto de que lo aprobase. Se alquiló una casa, por
seis años, en calle Convalecientes, que se transformaría en hospicio
para pobres necesitados, naturales y forasteros, que quisieran
refugio 197 . La casa contaba con dos fogones y una chimenea donde
se calentarían del frío y unas habitaciones en las que el sacerdote
diría las oraciones y enseñaría la caridad cristiana, todas las noches,
a los jóvenes. Allí tendrían los indigentes sus camas, compuestas de
un colchón de enea, manta y almohada. Igualmente, existirían unas
dependencias pequeñas, reservadas al albergue de los sacerdotes
peregrinos y a soldados de paso. En el último piso, se encontraría
una sala que haría las veces de capilla del “señor San Julián” y,
en ella, se celebrarían las misas a los pobres todos los días al
amanecer, antes de que salieran a pedir limosna 198 .
Por su parte, Alonso García Garcés presentó a Juan Manuel
Romero de Valdivia el Reglamento del hospicio para que éste diera
su aprobación. Al recibirlo, lo trasladó al fiscal general del
Obispado, Tomás de Estrada Brasa, quien se pronunció el 11 de
noviembre de este modo:
“no solo no se le ofrese que decir sino anse
deven dar muchas Gracias a los Hermanos de la
S[an]ta. Charidad porque esta obra pia es una
de los Sacrificios de que mas se servira Dios
n[uest]ro Señor i le echara su bendición (...)” 199 .
196
Era miembro de la Hermandad de la Santa Caridad [A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1,
“Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 13].
197
GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, p. 202.
198
A.C.C.M. Leg. 549, pza. 20.
199
A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, ESTATVTOS Y ORDENANZAS PARA La Administración
de el Hospicio de Pobres Peregrinos y Desamparados..., s/f.
234

Al día siguiente, se expedía un certificado en el que
constaban las firmas del provisor y vicario Juan Manuel Romero de
Valdivia y la del notario del Obispado Manuel Fernando de
Velasco, dando este último fe de la resolución emitida por el
primero:
“(...) aviendo visto los estatutos y hordenanças
para la administración del hospicio que
nuevamente sean añadido a los de la S[an]ta.
Charidad i el celo santo con que se emplean los
hermanos en el mayor servisio (...) en sus
pobres (...) Dijo aprobaba (...) los nuevos
estatutos (...) i en la conformidad que su
m[e]r[ce]d tiene aprobados los demas estatutos
desta Nobilísima i Pia hermandad (...)” 200 .
Se reunieron por primera vez el 13 de noviembre en el
domicilio de la calle Convalecientes. En esta junta de gobierno el
hermano mayor Alonso García Garcés comunicó que se celebrarían
en la iglesia parroquial de los Santos Mártires honras fúnebres por
los pobres fallecidos y enterrados en dicho templo, que serían
predicadas por el guardián del convento franciscano de San Luis
“El Real” 201 .
Como hemos visto, la Hermandad de la Santa Caridad ya
disponía de la aprobación de las normas del hospicio. Por ello, se
dio la ocasión oportuna para que Alonso García Garcés presentara
un memorial al Cabildo municipal el día 23 de noviembre de 1682,
revelando que se había “fundado” la Hermandad para el entierro de
los pobres y para el traslado de los enfermos a los hospitales con el
200 Ibídem.
201 A.H.D.M. Leg. 77, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Crónica de la
Venerable Hermandad de la Santa Caridad...”, s/f.
235

fin de que fuesen atendidos y curados. En la petición el prebendado
de la Catedral exponía su deseo de construir en el sitio de las
mancebías públicas, situadas al final de la calle Nosquera frente a la
puerta que desembocaba en el compás del convento franciscano de
San Luis “El Real”, un hospital e iglesia con el nombre de San
Julián. Según el peticionario, esta advocación se debía a la devoción
que los malagueños profesaban a este santo, de origen burgalés,
habiéndole reconocido que, por su medio e intercesión, fue sanada
la población de las epidemias de peste que padeció la ciudad en
1637 y 1680, como ya quedaron analizadas 202 .
A los pocos días de la presentación del escrito, en concreto el
4 de diciembre, Alonso García Garcés otorgó un poder notarial a
Andrés Rodrigo de Carrión Narváez, de la villa de Madrid, para que
representase a su persona y a la Hermandad de la Santa Caridad
ante Su Majestad y señores del Consejo de Castilla a fin de obtener
el Real Despacho de aprobación del acuerdo alcanzado por el
Cabildo municipal en la fecha más arriba referida, sobre la cesión
de un terreno en las mancebías públicas 203 .
4.- UNA PINTURA DE MIGUEL MAÑARA VICENTELO DE
LECA
Otro de los pasos dados por la Corporación se encaminó a
solicitar de la Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla un retrato
de Miguel Mañara Vicentelo de Leca, hermano mayor y fundador
del hospicio. No hay testimonio documental del escrito enviado
por la fraternidad malagueña pero, por fortuna, sí se posee la
202
A.M.M. Lib. 98, aa. cc. de 23 de noviembre de 1682, fols. 103-109 v.
203
A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 37, fols. 877-878
v.
236

espuesta a ese escrito. La carta -fechada en Sevilla, el 22 de
diciembre de 1682- está firmada por Pedro Corbete, almirante y
hermano mayor de la Santa Caridad de dicha ciudad 204 , y dirigida a
Francisco Ramírez de Arellano, cofrade de la de Málaga, en
respuesta a la que éste había enviado:
“(...) con inexplicable consuelo, y ternura han
oydo muchos de n[uest]ros Hermanos su carta
(...) vindicando devidas gracias a n[uest]ro
s[eñ]or por lo que vemos se digna de que vaya
produciendo ratos tan copiosos la santa semilla
que con sus grandes virtudes, heroicas obras y
ardiente zelo sembró n[uest]ro V[enerabl]e
P[adr]e y fundador el S[eñ]or D. Miguel
Mañara (...)” 205 .
Francisco Ramírez de Arellano manifestó el ferviente deseo
de la Institución a la que pertenecía de tener un retrato de Don
Miguel, fallecido en 1679 en olor de santidad, para que, como
apuntara José Luis Álvarez de Linera Duarte, “aliente [a los
hermanos] á cumplir con su obligación, valiendose de su escudo y
reparo á cualquier repugnancia del enemigo común” 206 .
El almirante Corbete mantenía en su escrito que “(...) yo con
summo gusto solicitare y agenciare el que en esa Santa Cassa que se
204 Tras la muerte de Miguel Mañara, Pedro Corbete fue elegido por el cabildo de
hermanos de la Santa Caridad presidente de la Corporación [PIVETEAU, O., El
burlador y el santo. Don Miguel Mañara frente al mito de Don Juan, vol. I, Cajasol,
Sevilla, 2007, p. 50].
205 A.C.C.M. Leg. 549, pza. 20.
206 A.H.D.M. Leg. 77, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Crónica de la
Venerable Hermandad de la Santa Caridad...”, s/f.
237

ha labrado tengan (...) su retrato (...)” 207 . Continuaba diciendo que la
pintura la haría Juan de Valdés Leal 208 :
“(...) el mismo Pintor que nos lo retrato (...).
Pero antes de hoy que ponga la mano a esta
obra me hagan decir (...), que en la sala de
n[uest]ro. cabildo tenemos un retrato del
V[enerabl]e P[adr]e y fundador el S[eñ]or Don
Miguel Mañara (...) en que se ve sentado a una
mesa y está con su cruz, y urnas para lo que ha
de votar en la misma forma q[ue] estava nos
precidia en los cabildos; está puesto el lienço
alo largo y tiene algo mas de tres baras de
ancho, y dos baras, y seis de alto; otros retratos
hay de medio cuerpo teniendo en la mano el
admirable librito que compuso intitulado
Discurso de la Verdad; ahora (...) vean de qual
de estas dos maneras quieren (...)” 209 .
Casi al mismo tiempo que esto sucedía -estamos
refiriéndonos al día 20 de diciembre de 1682-, el obispo Fray
Alonso concedía a los hermanos de la Santa Caridad de Málaga
cuarenta días de indulgencia cada vez que leyeran una exhortación
realizada por Miguel Mañara Vicentelo de Leca 210 . Se entiende que
ésta habría sido enviada, lógicamente, por la fraternidad sevillana,
mediante una petición efectuada por la renovada Hermandad
malacitana.
207 A.C.C.M. Leg. 549, pza. 20. La casa aludida en la carta por Pedro Corbete, fue la
alquilada por espacio de seis años en la calle Convalecientes.
208 Juan de Valdés Leal fue admitido como hermano de la Santa Caridad de Sevilla en
el cabildo celebrado el 14 de agosto de 1667.
209 A.C.C.M. Leg. 549, pza. 20.
210 A.H.D.M. Leg. 47, pza., 2, REGLA DE LA HERMANDAD DE LA S[ANTA].
CARIDAD DE NVESTRO S[EÑOR]. JESV CHRISTO..., s/f.
238

En el resto de la documentación epistolar no hemos vuelto a
hallar ningún dato más sobre el retrato y, por lo tanto, sobre las
características que habría de tener.
Conocemos por un escrito fechado en nuestra ciudad el 2 de
marzo de 1683, y que se encuentra en el Archivo de la Hermandad
de la Santa Caridad de Sevilla, que los cofrades de Málaga
celebraron, en esa fecha, cabildo y junta particular acordando
declararse “(...) humildes Hijos (...)” 211 de aquella, al igual que
solicitaban “(...) fuessen servidos de admitirnos en su
confraternidad (...)” 212 . Aprovechando la ocasión para señalar los
deseos que tenían de recoger algunos escritos:
“de N[uestro]. V[enerable]. P[adre]. D[o]n.
Miguel, y de su vida; y para tenerle pressente
(...) ha de colocar (en su casa con título y
advocación de San Julián) el Retrato de
N[uest]ro V[enerable] P[adr]e para que con su
vista y exemplo, cada uno de los Hermanos se
aliente a seguirle y cumplir con su obligación
(...)” 213 .
La Hermandad malagueña acordó en el cabildo celebrado el
10 de octubre de 1683, dar las gracias a la Corporación hispalense
por el envío de la pintura de Miguel Mañara Vicentelo de Leca, que
sería colocada en la sala de juntas 214 .
211
A.H.S.C.S. Carp. de documentación del siglo XVII.
212
Ídem.
213
Ídem.
214
A.H.D.M. Leg. 77, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Crónica de la
Venerable Hermandad de la Santa Caridad...”, s/f.
239

Ilustración 26: Retrato de Miguel Mañara Vicentelo de Leca [Foto: Daniel González
González]
José Luis Álvarez de Linera cuenta que, el 25 de enero de
1684, Francisco Ramírez de Arellano recibía de Pedro Corbete un
escrito en el que se quejaba de que todavía estaba pendiente de
pagarse el trabajo a Valdés Leal 215 . Al mes siguiente, la Junta de
Gobierno de la Hermandad malacitana agradecía al almirante
Corbete el que hubiese corrido, finalmente, con los gastos, donando
el cuadro 216 . Por su parte, el profesor Enrique Valdivieso, de la
Universidad hispalense, decía que la Hermandad de Málaga había
solicitado a la de Sevilla una pintura similar a la existente en la sala
215 A.C.C.M. Leg. 549, pza. 20.
216 VALDIVIESO, E., Valdés Leal, Guadalquivir, Sevilla, 1988, p. 197.
240

de cabildos de ésta, en la que Miguel aparecía leyendo el “Discurso
de la Verdad” 217 .
Ilustración 27: Retrato de Miguel Mañara situado en la sala de cabildos de la sede
sevillana [Foto: A.H.S.C.S.]
En el retrato malagueño la composición se divide en dos
mitades verticales. La zona de la derecha está ocupada por la figura
de Miguel Mañara en primer término, un fondo arquitectónico,
detrás de él, y un pergamino situado en el recuadro inferior. El
retratado aparece colocado de pie, mirando al espectador y en
actitud elocuente. De su rostro, excesivamente retocado,
destacamos la profundidad de los ojos, la nariz larga y afilada y los
pómulos pronunciados. Está vestido totalmente de negro, como lo
hiciera siempre después de la muerte de su mujer (Jerónima Carrillo
217 El “Discurso de la Verdad”, que se menciona, fue escrito por el Venerable Siervo de
Dios Miguel Mañara en 1671, formando parte de la literatura ascética del Barroco
español.
241

de Mendoza), con medias y zapatos del mismo color, resaltando,
alrededor del cuello, el blanco aportado por la golilla almidonada.
Lleva capa corta con una cruz roja de brazos iguales terminados en
flores de lis muy abiertas. Pertenece dicha cruz a la Orden de
Calatrava, la más antigua de las Órdenes Militares españolas, en la
que ingresó a la edad de ocho años 218 . Por su extremada
verticalidad, que no se ajusta a la dirección de la tela, y al no estar,
como era lo usual, sobre capa blanca, creemos que está pintada
encima 219 . Un sencillo cinturón dorado y un cordón con una
medalla (que podría ser el escapulario de la Orden) completan la
vestimenta. En la mano izquierda lleva su célebre “Discurso de la
Verdad”, escrito en 1671, y con la derecha señala el cuadro situado
a su lado. Al fondo, una construcción adintelada sobre la que se
sitúa una cartela orlada por elementos vegetales de perfil curvo. En
el recuadro inferior, que antes mencionamos, un pergamino con la
siguiente leyenda:
“V[ivo]º. R[etrato]º. (Verdadero retrato)/ Del
V[enerable]. Siervo de Dios Frey D[o]n./
Miguel de Mañara Vicentelo de/ Leca
Cav[allero]º. Profeso de la Orden/ Militar de
Calatrava Herm[ano]º. Ma/ yor dela S[an]ta.
Caridad, y Fundador/ de la Casa Hospital de
Sevilla: donde/ murio año de 1679 de edad de
53 años,/ cuyas virtudes, Fama de Santidad y
Mi-/ lagros aprobó Sagrada Congrega[ci]on./ de
Ritos en el Año de 1778” 220 .
218 MARTÍN HERNÁNDEZ, M., Miguel Mañara, Universidad, Sevilla, 1981, p. 43.
219 Los caballeros de la Orden de Calatrava vestían el hábito blanco del Cister. Véase a
este respecto la obra pictórica “Reunión de las Órdenes Militares”, de Joaquín
Sigüenza y Chavarrieta, antiguo Palacio del Senado (Madrid).
220 Existe un error en la denominación de Frey, pues él nunca llegó a ordenarse,
aunque lo deseó vivamente, sobre todo después de la muerte de su esposa, Jerónima
Carrillo de Mendoza.
242

Esta leyenda se añadió en el año 1778, fecha en la que se
restauró el cuadro, coincidiendo con la apertura del Proceso de
Beatificación de Mañara, que finalmente resultó fallida por las
diferencias existentes entre Roma y la Corte de Madrid 221 .
La zona de la izquierda se resuelve con la colocación de un
lienzo en sentido vertical sobre una mesa en la que se depositan
varios objetos. En el cuadro (señalado por Mañara) observamos una
representación explicativa de algunos fragmentos del “Discurso de
la Verdad” en los que el autor hace alusión al monte santo o monte
de Dios:
“Repara la diversidad de Santos que ocupan las
faldas de este santo monte, y por subir a su
cumbre con más ligereza, cómo se van
desnudando de todo lo que les hace estorbo
para subir a lo alto. Mira aquel Rey arrojando la
corona; al otro poderoso el dinero; el letrado los
libros; el soldado las armas; y todo lo que les
embaraza el camino, es despreciado de su
denuedo. Repara, que conforme van subiendo,
al paso del camino es la fatiga, y el ardor con
que al principio podía sufrir la toga y la
dignidad, a los primeros pasos la deja, a los
segundos la capa, y a los postreros hasta la
camisa les hace peso. Mira, que aunque
padecen fatigas, ninguno se para, porque en
este camino el pararse es volverse atrás. Mira,
que aunque todos suben, todos van por
diferentes caminos; y aunque los del monte
opuesto les dan gritos, no vuelven el rostro a su
estruendo y vocería, y si alguno lo vuelve, es
despeñado. Mira cómo los Santos Angeles van
delante, animándolos y allanándoles el camino,
diciéndoles: (...) Angelis suis mandavit de te, ut
221
ROS, C., Miguel Mañara. Caballero de los pobres, San Pablo, Sevilla, 2002, p.
140.
243

custodiant te in omnibus viis tuis, in manibus
portabunt te, ne forte offendas ad lapidem
pedem tuum. Mira los Santos Profetas y
Patriarcas, postrados delante de la alta nube,
que tiene a Cristo a su diestra, donde asiste el
altísimo Dios de los ejércitos, que corona el
pináculo de este monte (...)” 222 .
En la cumbre, aparece escrito en arameo y en caracteres rojos
la palabra Dios. En esta representación del mundo, a la manera que
lo hacían los primitivos flamencos, está contenido el mensaje de la
obra: la humanidad dirige sus pasos siempre hacia el cielo donde el
Padre Santo espera la llegada de los caminantes. Un rico marco
dorado, con el corazón en llamas en su base, enmarca la alegórica
pintura. Debajo de la misma, como hemos indicado, una mesa
cubierta con un paño de terciopelo negro, con exorno floral
(creemos que procedente de la restauración), abrazaderas y flecos
dorados. En su centro, rodeado de penachos colocados en forma
ovalada, el escudo de la Hermandad. Sobre la mesa, una serie de
objetos, entre los que resalta la cruz de nudos o arbórea sobre el
corazón en llamas, insignia de la Santa Caridad. La colocación de
dicha cruz hace coincidir a ésta en la misma línea vertical en la que
se encuentra el escudo antes mencionado, como si uno fuese
prolongación del otro. Al pie de la cruz, la alusión certera y
definitiva a la muerte, representada por una calavera: “Repara
hermano mío, que esto sin duda ha de pasar, y toda tu compostura
ha de ser deshecha en huesos áridos, horribles y espantosos” 223 .
Casi en el borde de la mesa, figura una especie de jarrón con
222 DISCURSO DE LA VERDAD compuesto por el Venerable Siervo de Dios D.
MIGUEL MAÑARA Y VICENTELO DE LECA, Hermandad de la Santa Caridad de
Nuestro Señor Jesucristo de Sevilla, Sevilla, 1961, pp. 34 y 35.
223 Ibídem, pp. 13 y 14.
244

tapadera, realizado en madera policromada, que Valdivieso
identifica con la urna o votadera que utilizaban los hermanos de la
Santa Caridad para depositar su voto en los cabildos, como ya se ha
dicho. Varios libros cerrados (uno de ellos abierto sobre un atril),
una pluma y una campanilla, completan los elementos dispuestos
sobre el tablero 224 .
224 La mayor parte de la información ha sido extraída de: CAMINO ROMERO, A. y
CABELLO DÍAZ, Mª. E., op. cit., pp. 27-48.
245

CAPÍTULO V:
LA UNIÓN FRATERNA DE LA HERMANDAD
MALAGUEÑA CON LA DE SEVILLA

1.- Acuerdo para el hermanamiento
Una vez efectuada la petición del cuadro de Miguel Mañara
Vicentelo de Leca como se vio líneas atrás, la Hermandad de la
Santa Caridad de Málaga envió a la de Sevilla una carta, fechada el
12 de enero de 1683, que fue leída en el cabildo del día 14 de
febrero y en la que se comunicaba que:
“(...) los motivos y prinçipios de su fundacion;
y progresos que en ella tienen; manifestando
tenerlos todos del exemplo e interseçion de
nuestro amado padre y hermano el Venerable
Siervo de Dios don Miguel Mañara (...)” 1 .
Por su parte, la Hermandad hispalense acordó, en este mismo
cabildo, responder con las mejores muestras de amor y buena
voluntad a la de Málaga 2 .
Ilustración 28: Documento fechado en el año 1683 [A.H.S.C.S.]
1 A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1681/88) tº 5, fol. 107 v.
2 Ídem.
249

Hay constancia por un escrito, fechado el 2 de marzo de ese
año y dirigido a la ciudad de Sevilla que, ese mismo día, se citó a
cabildo a los hermanos de la Santa Caridad malacitana para:
“(...) que no se nos dilatasse el consuelo que en
ella vuestras mercedes en continuacion de su
santo instituto de Charidad, nos hacen favor de
participarnos, pues experimentamos, que sus
razones son fuego del Amor de Dios que
enciende nuestros buenos desseos de parecer, y
ser verdaderos Hijos de essa Santa Hermandad:
esta, alentada con la confianza de hija, y
confiada en la benignidad, se suplicase a
vuestras mercedes Que pues en todo desseamos
seguir su Santa Regla, y piadosos exercicios,
fuessen servidos de admitirnos en su
Confraternidad, cuyo acuerdo con la Petición
de nuestro Hermano Mayor, se pressentará en
essa Santa Hermandad por el S[eño]r. Don
Pedro Corbette a quien se dirige por nuestro
Hermano D[o]n. Francisco Gonzalez Ramírez
de Arellano; y en continuacion deste desseo
suplicamos a vuestras mercedes se sirvan de
honrrarnos, concediendonos esta uníon, por
nuestros animos estan dispuestos (para lograr el
fin a que nos dirigimos) a seguir en todo, como
humildes Hijos, los Santos institutos que
observan y a reconocer por Nuestro Padre
Fundador y Maestro al Venerable Siervo de
Dios, el S[eño]r. Don Miguel Mañara (...)” 3 .
Esta petición fue aprobada por la Hermandad de Sevilla en
cabildo ordinario de 13 de marzo de 1683, quedando registrada en
el folio 290 del libro mayor de hermanos 4 . Llegada la respuesta a
3
A.H.S.C.S. Carp. de documentación del siglo XVII. El escrito está fechado en Málaga
el 2 de marzo de 1683.
4
A.C.C.M. Leg. 76, pza. 1. “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 19 v.
250

nuestra ciudad, la Junta de Gobierno respondió el 23 de marzo de
esta forma:
“Muy Amados Hermanos y Señores Nuestros
con la carta de vuestras mercedes de 13 del
corriente quedamos summa mente gozossos por
la begnididad con que han sido servidos de
admitirnos ala Confraternidad y union con essa
Santa Hermandad (de quien repetida mente nos
confessamos Hijos indignos los de esta) y
rogamos a Nuestro Señor que como nos ha
unido en ella; para la participacion de sus
beneficios; nos haga tan dichosos; que
imitemos las exemplares virtudes de sus
Hermanos observando la Santa Regla que nos
dejo para adquirirlas Nuestro Venerable Padre
y Siervo de Dios, el Señor D[o]n. Miguel en
cuya protección, y oraciones de essa Santa
Hermandad confiamos, para alcanzarlas y
prosseguir en esta obra (...) quisieramos dar a
vuestras mercedes las gracias devidas por este
bien, y hallando, sin razones para la explicacion
de nuestra gratitud // recurrimos a Dios Nuestro
Señor, suplicando a su Divina Magestad se le
premie, y pague a vuestras mercedes con el
thessoro de su Santissima Gracia, y que los
conserve en ella, como deseamos (...) en este
Hospicio de la Santa Charidad (...)” 5 .
Tras la formalización de esta unión fraterna, es necesario que
se vea la trayectoria histórica de la Hermandad de la Santa Caridad
de Sevilla desde su fundación, acaecida en la segunda mitad del
siglo XVI, hasta los años de 1663 a 1679 en que Miguel Mañara
dirigió la Corporación.
5
A.H.S.C.S. Carp. de documentación del siglo XVII. Documento fechado en Málaga
el 23 de marzo de 1683.
251

2.- La situación de Sevilla en el siglo XVI
Se hace obligado, antes de empezar a historiar la Hermandad,
conocer el marco histórico en el que se desenvolvía la capital
hispalense en los años previos a su fundación, así como los
condicionantes sociales y económicos que determinaron la creación
de este tipo de cofradía, encargada de sepultar a los muertos que no
tenían posibilidad de ser enterrados. Sevilla, asentada en la margen
izquierda del Guadalquivir, contaba, desde siglos atrás, con una
sólida muralla que defendía a la densa y heterogénea población de
posibles ataques. La vida de la urbe emanaba de su lecho fluvial,
que la unía con otros lugares del mundo 6 . La ciudad sufría
transformaciones urbanísticas con el ensanche de calles y con la
creación de nuevas plazas pero, aún así, se apreciaba, como señaló
el eminente historiador Fernando Chueca Goitia, la existencia de
“(...) una ciudad musulmana, densa y apretada, con callecitas
angostas que se vuelven en mil recodos y cambios de sentido (...)” 7 .
La plaza con más distinciones y honores fue la de San Francisco,
nombre que recibió al levantarse allí el convento de dicha Orden,
donde, además, se concentraban el Ayuntamiento -que sigue
permaneciendo-, la Audiencia y la Cárcel Real 8 .
Los censos y padrones de la época permiten conocer a los
moradores del núcleo urbano. Al parecer, y hasta llegar a los años
cuarenta del siglo, se estima una lenta progresión, entorpecida por
las pestilencias y por la marcha de las gentes al Nuevo Mundo. Sin
6
MORALES PADRÓN, F., Historia de Sevilla. “La ciudad del Quinientos”,
Universidad, Sevilla, 1989, p. 29.
7
CHUECA GOITIA, F., “El cuerpo urbano de Sevilla en el siglo XVI”, en VV. AA.,
Los hospitales de Sevilla, Real Academia Sevillana de Buenas Letras, Sevilla, 1989,
p. 15.
8
MORALES PADRÓN, F., op. cit., pp. 39 y 40.
252

embargo, en la segunda mitad se produce una alteración
demográfica que la sitúa a la ciudad, en número de habitantes,
como la primera de España y una de las diez mayores de Europa.
Ello era consecuencia de la llegada masiva de banqueros,
comerciantes, religiosos, artesanos, marinos, etc., procedentes de
Italia, Portugal y Vizcaya. También recibió aventureros,
vagabundos, truhanes y mendigos que, atraídos por la próspera
situación económica, deambulaban por la ciudad, pernoctando en
los arrabales y en las proximidades del río 9 . El descubrimiento de
América y la posterior apertura del Nuevo Mundo, provocó la
transformación de la sociedad sevillana. Fue el punto de partida a
un tráfico comercial sin precedentes en la historia de esta capital, en
la que se vio inmersa gran parte de la nobleza, participando
activamente en el comercio con las Indias españolas, ya que veía en
esta práctica una forma de paliar sus menguadas arcas. Otra vía de
salvación económica fue la que se consiguió a través de enlaces
matrimoniales con mercaderes y banqueros como los Bucarelli, los
Corbert, los Mañara, los Vicentelo, etc., que llegaron de distintas
partes de Europa e hicieron fortuna en Sevilla 10 . El Ayuntamiento
hispalense tenía autoridad, no sólo sobre las collaciones y arrabales
de la ciudad, sino que sus dominios se extendían más allá, a los
cuatro grandes partidos territoriales 11 . Los enfrentamientos con la
9 MORALES PADRÓN, F., op. cit., pp. 61-64. El establecimiento de los recién
llegados a los barrios de la metrópoli andaluza, estuvo en consonancia con su “status”
social. Así, en la zona del Sagrario se instalaron religiosos, políticos y hombres de
negocios; en el Salvador, comerciantes; en la Magdalena, marineros y algunos nobles;
en el “Omnium Sanctorum”, barrio de gran complejidad social, principalmente
artesanos; y en el de Santa Ana, situado en el barrio de Triana, en la otra margen del
río, agricultores y artesanos.
10 MORALES PADRÓN, F., op. cit., pp. 69 y 70.
11 Estos eran los del Aljarafe y la Ribera, con 22 pueblos; las Sierras de Aroche y
Constantina, con 27 y 12 cada una; y la Campiña de Utrera, con 7.
253

Audiencia fueron continuos a tenor de las competencias judiciales
que les correspondía a uno y a otro organismo. El Cabildo
municipal gozó de amplios poderes hasta que el rey Felipe II los
recortó. Los cargos eran ocupados por la nobleza y, algunos de
ellos, estaban asignados a determinadas familias de peso de la
sociedad sevillana. La figura del asistente (corregidor, en otros
ayuntamientos) representaba al Rey en la capital, limitando así el
poder que ostentaban los caballeros veinticuatro o regidores de los
que no existía un número exacto. La entidad representativa de la
ciudad, tuvo su primera sede en la plaza del Arzobispado y, en
1527, se construyó el nuevo edificio que, como ya apuntamos, se
levantó en la plaza de San Francisco 12 . La estructura del estamento
eclesiástico era piramidal: formaban la cúspide el Cabildo
catedralicio y los párrocos -en su mayoría de noble cuna- de las
iglesias más importantes y la base estaba conformada por curas,
religiosos y religiosas 13 .
El XVI fue el siglo de Oro del catolicismo en España,
quedando de manifiesto en las fundaciones de conventos
masculinos y femeninos, en muchas vocaciones que se produjeron,
así como en las distintas publicaciones de volúmenes religiosos. Por
aportar unas cifras, diremos que en la ciudad de Sevilla se crearon
15 cenobios de monjes y 21 de monjas 14 . En el escalafón medio
existían los profesionales liberales (médicos, cirujanos, maestros,
jueces, procuradores, escribanos, etc.), los artesanos -agrupados en
gremios- y los mercaderes, estos últimos verdaderos dominadores
de la vida económica. Eran, preferentemente, de origen italiano
12
MORALES PADRÓN, F., op. cit., pp. 211-215.
13
Ibídem, p. 71.
14
Ibídem, p. 248.
254

(florentinos, genoveses, milaneses, pisanos, sieneses y venecianos,
entre otros), alemán, portugués, inglés, etc., que a su llegada se
instalaron, por su rango, en las zonas aledañas al Sagrario, Santa
Cruz, San Bartolomé o San Salvador 15 . También destacamos la
presencia de un sector de la población sevillana que desarrollaba
tareas portuarias y relacionadas con el mar 16 . En los estratos más
bajos, aparecían moriscos, judíos, esclavos y, sobre todo, mendigos.
La mendicidad va a ser una lacra social en la ciudad hispalense en
la Edad Moderna 17 . En el siglo XVI, objeto de nuestra atención, las
catástrofes naturales (sequías, inundaciones y terremotos) y las
epidemias se sucederán a lo largo de la centuria, mermando
considerablemente la capacidad de reacción de los más
desprotegidos que desembocarían en esta práctica. Ante este
panorama desalentador, los afectados se echaban a las calles y
plazas a pedir limosnas con el fin de subsistir, confundiéndose, en
numerosas veces, a los fingidos con los verdaderos mendigos. Esta
picaresca daría pábulo, años después, a una gran variedad de
escritos como el de Miguel de Cervantes y Saavedra con su obra
Rinconete y Cortadillo, publicada en 1613, dentro de su serie de
Novelas ejemplares. En el siglo siguiente, los intentos de las
autoridades sevillanas de separar los verdaderos pobres de los falsos
fueron inútiles 18 . La necesidad de atender a los indigentes, en los
que se veía la viva estampa o retrato de Jesucristo, hizo que
surgieran hermandades y particulares que se encargaron de
15 Ibídem, pp. 73-76.
16 Ibídem, p. 86.
17 Ibídem, p. 98; DOMÍNGUEZ ORTIZ, A., “La Sevilla del siglo XVII”, Historia de
Sevilla, Real Academia Sevillana de Buenas Letras, Sevilla, 1986, pp. 178 y 179.
18 DOMÍNGUEZ ORTÍZ, A., op. cit., p. 178.
255

habilitar hospitales, albergues y casas de acogidas para su cobijo 19 .
Así, en la primera mitad de siglo, destacan: el hospital Real, el de la
Sangre o Cinco Llagas y el de San Bernardo, entre otros muchos 20 .
En este tiempo, y a excepción de los años en que se
declaraban brotes epidémicos con los consiguientes problemas en el
abastecimiento de alimentos, destacan la prosperidad de la
agricultura en el trigo, la cebada, la vid, los olivos, las hortalizas y
las frutas; y de la ganadería, que criaba vacas, bueyes, ovejas,
yeguas y caballos 21 . Sevilla fue más ciudad mercantil que industrial,
dada las características de “ciudad-puerto y ciudad-mercado”, como
indicó el profesor Morales Padrón. A pesar de esta circunstancia, la
ciudad contó con industrias de la madera, de jabones, del textil, de
armas, de libros y naipes, de piel y cuero, de alfarería y cerámica, y
de fábricas de pólvora 22 . Los organismos competentes que se
hallaban en relación al control de entradas y salidas de mercancías
19
MORALES PADRÓN, F., op. cit., pp. 98-117.
20
CARMONA GARCÍA, J. L., “La reunificación de los hospitales sevillanos”, en VV.
AA., Los Hospitales de Sevilla, Real Academia Sevillana de Buenas Letras, Sevilla,
1989, pp. 59-64. El hospital Real se construyó en el siglo XIV en unos terrenos que
los infantes don Pedro y don Juan y la reina doña María, cedieron cercanos a la
Catedral y a los Alcázares. La institución estaba integrada por miembros del Cabildo
civil y eclesiástico, así como por caballeros nobles de la ciudad que recogían a pobres
y peregrinos enfermos [HERMOSILLA MOLINA, A., “Los Hospitales Reales”, en
VV. AA., Los Hospitales de Sevilla, Real Academia Sevillana de Buenas Letras,
Sevilla, 1989, p. 41]; el hospital de Sangre o de las Cinco Llagas se construyó a lo
largo del siglo XVI, extramuros, frente a la puerta de la Macarena. Su fundadora, doña
Catalina de Ribera, quería que su uso fuese exclusivo de mujeres que tuvieran
cualquier tipo de enfermedad excepto contagiosas [DOMÍNGUEZ-RODIÑO Y
DOMÍNGUEZ-ADAME, E., “El Hospital de las Cinco Llagas” en VV. AA., Los
Hospitales de Sevilla, Real Academia Sevillana de Buenas Letras, Sevilla, 1989, pp.
90-94]; el hospital de San Bernardo, también llamado de los Viejos, situado en la
collación de San Juan de la Palma, atendía a pobres ancianos desvalidos de ambos
sexos, mayores de sesenta años, así como a pobres vergonzantes [CARMONA
GARCÍA, J. L., op. cit., p. 63]. Según este mismo autor, el concepto “hospital”
poseyó, en otras épocas, un significado y una valoración distinta, definiéndose como
“casa de hospedaje”, término que no resulta nada extraño, dado que la obligación de
entonces era la de dar alojamiento y limosna, y no la de curar.
21
MORALES PADRÓN, F., op. cit., pp. 142 y 143.
22
Ibídem, pp. 146-165.
256

entre Sevilla y el Nuevo Mundo eran: la Aduana, la Casa de
Contratación y el Consulado 23 .
Ilustración 29: Vista de Sevilla. Anónimo del siglo XVI [Museo Nacional del Prado]
Las fiestas religiosas más notables que se registraban en
Sevilla, eran las del Corpus y la Semana Santa. Sus habitantes
vivían con sumo interés y respeto una serie de acontecimientos
festivos a lo largo del año. Estos eventos callejeros eran
comparables a los hechos de mayor trascendencia que existieran por
entonces. El Corpus Christi fue la celebración religiosa por
antonomasia del pueblo sevillano durante los siglos XVI y XVII,
alcanzando, hasta ese momento, cotas incomparables. En el siglo
XVIII vino su decadencia, a raíz de la aversión del movimiento
23 La Aduana se encargaba de cobrar los impuestos que tenían que pagar las
mercancías a la entrada y salida del puerto. El más conocido fue el de los
almojarifazgos, consistente en gravar al comercio interior y exterior. Por su parte, la
Casa de Contratación sería creada en 1503, con objeto de controlar las relaciones entre
el Nuevo Mundo y España, supervisando, en principio, el tráfico de pasajeros y
mercancías y, después, las misiones científicas y judiciales. Y, por último, el
Consulado o Casa del Océano, se constituyó en 1543 y tenía como fin resolver los
litigios entre mercaderes que fuesen españoles. Con su entrada en funcionamiento
restó importancia a la Casa de Contratación [MORALES PADRÓN, F., op. cit., pp.
166-171; BENASSAR, B., La América española y la América portuguesa, siglos
XVI-XVII, Akal, Madrid, 1996, pp. 85 y 86]. En 1569, se creó en Sevilla la
Universidad de Mareantes, que tenía como misión formar a los pilotos que
capitanearían las naves de las Carreras de Indias.
257

ilustrado hacia este festejo 24 . Con respecto a las hermandades y
cofradías penitenciales, en el Quinientos se crean un importante
número de ellas, impulsadas estas fundaciones por los dictados de
las reuniones conciliares de Trento, en las que se fomentaban las
representaciones artísticas 25 .
Sevilla ya contaba en 1502 con una Universidad en la que se
impartían clases de Teología, Cánones, Leyes, Medicina, etc 26 . En
el aspecto artístico sobresalieron diversas figuras y personalidades,
naturales de Sevilla o procedentes de otros puntos de España o del
extranjero. Así, en arquitectura: Diego de Riaño, Juan de Herrera y
Hernán Ruiz II; en escultura: Roque Balduque, Jerónimo
Hernández, Juan Bautista Vázquez, Pietro Torrigiano y Martínez
Montañés; y en pintura: Alejo Fernández, Alonso Vázquez,
Francisco Pacheco y Juan de Roelas 27 .
3.- La fundación de la Hermandad de la Santa Caridad
La creación de la Hermandad de la Santa Caridad se produjo
el 19 de agosto de 1565, siendo su fin el de enterrar a los muertos
ahogados en el río y a los pobres, vagabundos o harapientos
24 LLEÓ CAÑAL, V., Fiesta Grande: El Corpus Christi en la historia de Sevilla,
Excmo. Ayuntamiento, Sevilla, 1992, pp. 16, 21 y 77.
25 En el siglo XVI fueron instituidas las siguientes: Pasión, en 1531; Sagrado Decreto,
en 1535; Cristo de la Vera Cruz, Quinta Angustia y Nuestra Señora de la Concepción,
en 1540; en 1542, se fusionan la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza con
la de San Juan Evangelista; Dulce Nombre de Jesús y la de Nuestra Señora de la Luz,
en 1550; Presentación de Jesús, en 1554; Santísima Virgen de la Soledad, en 1557;
Sagrada Cena, Nuestra Señora de la Soledad y la de Nuestra Señora de la Encarnación,
en 1568; Oración en el Huerto, en 1560; Nuestra Señora de la Cabeza, en 1561; Jesús
atado a la Columna, en 1563; Virgen de la Estrella, en 1566; Dulce Nombre de Jesús,
en 1574; Expiración, en 1575; la Cena, en 1580; la Borriquita, en 1587, que se uniría,
en 1598, al Amor y Socorro; Cristo Buen Fin, en 1590 y Sagrada Mortaja, en 1592
[MONTOTO, S., Cofradías sevillanas, Universidad, Sevilla, 1976].
26 MORALES PADRÓN, F., op. cit., p. 286.
27 ANGULO IÑIGUEZ, D., Historia del Arte, tº II, Madrid, 1971.
258

condenados a muerte por la comisión de alguna fechoría. En un
libro de hermanos están registrados en esa fecha ciento veinte altas,
apareciendo como primer inscrito Francisco de Santa Cruz 28 . El
sacerdote y profesor Francisco Martín Hernández señalaba en una
de sus obras al racionero de la Catedral sevillana Pedro Martínez de
la Caridad, como uno de los artífices de la fundación de la Santa
Caridad 29 .
El citado Martín Hernández y el jesuita José María Granero,
estudiosos de la historia de la Hermandad, apuntaban que su
primera sede estuvo radicada en una capilla del antiguo hospital de
San Isidoro 30 y, desde aquí, los hermanos se trasladaron, sin que se
sepa el año, a la capilla de San Jorge, en la que, según consta en un
documento conservado en el Archivo de la propia Corporación, ya
estaban ubicados en el año 1588 en el referido lugar 31 .
En ese tiempo, el sistema hospitalario sevillano era algo
confuso, señalándose la existencia de un centenar de hospitales que,
en su mayoría, no desarrollaban una auténtica labor asistencial.
Existían dos grupos de instituciones que se encargaban de la
administración y funcionamiento de los hospitales: de un lado, las
gremiales que, únicamente, socorrían a sus afiliados y familiares
pero no actuaban como verdaderos centros de asistencia sanitaria; y,
de otro, las hermandades de penitencia y de caridad que sólo, en
contadas ocasiones, lo hacían como centros médicos.
28
GRANERO, J. Mª., D. Miguel Mañara Leca y Colona..., pp. 293-295.
29
MARTÍN HERNÁNDEZ, F., op. cit., p. 80.
30
Aunque uno y otro hagan constar a San Isidro como la sede primigenia, tal hospital
no existió con ese nombre, pero sí con el de San Isidoro [MORALES PADRÓN , F.,
op. cit., p. 26].
31
GRANERO, J. Mª., D. Miguel Mañara Leca y Colona..., p. 294; MARTÍN
HERNÁNDEZ, F., op. cit., p. 81.
259

A los dos años de constituirse la Hermandad, llegaba a
Sevilla una Orden Real en la que se mandaba la reducción de los
hospitales y la reunificación de éstos, en uno general. Unos veinte
años tardó en aplicarse esta medida pero, llegada la hora, sólo tres
sobrevivieron: el de Santa Marta, en el que se proporcionaba
comida diariamente a los pobres; el de la Misericordia, encargado
de atender a las jóvenes doncellas que deseaban ingresar en un
convento o contraer matrimonio; y el de San Jorge, dedicado a
recoger a los pobres y a enterrar a los que hubiesen fallecido 32 .
El 3 de octubre de 1578, fueron aprobadas por la autoridad
eclesiástica las Constituciones de la Hermandad, lo que quiere decir
que durante trece años se pudo regir por un Reglamento de orden
interno 33 .
En ese año, la Santa Caridad mantuvo un pleito con un grupo
de vecinos de la collación del Omnium Sanctorum, que deseaban
constituirse como Hermandad de Caridad con los mismos fines que
los hermanos de la capilla de San Jorge: curar a los pobres y
sepultarlos. El provisor del Arzobispado, Iñigo de Lisiñana, medió
en el litigio de la siguiente manera: en primer lugar, dio la razón a
los de San Jorge, porque a ellos les correspondía enterrar a los
muertos; y, en segundo lugar, concedió autorización a los citados
vecinos para que curaran a los enfermos. Una nueva pugna debió
surgir en 1588 cuando el sucesor de Lisiñana, Francisco
Campuzano, mantuvo la orden de su antecesor: que solamente
pertenecía a la Hermandad de la Santa Caridad enterrar a los
muertos pobres que no tuviesen con qué pagar sus sepelios 34 .
32
CARMONA GARCÍA, J. L., op. cit., pp. 57-62.
33
GRANERO, J. Mª., op. cit., p. 293.
34
Ibídem, p. 297.
260

Sin ser la entidad una fraternidad penitencial, en los años
finales del Quinientos realizaba el Jueves Santo una salida
procesional, desde la capilla de San Jorge, con dos imágenes: un
Crucificado y una Dolorosa, recorriendo las calles de la ciudad y
visitando la Iglesia Mayor, el Salvador, la Magdalena, San Pablo y
San Isidoro 35 .
A partir de 1612, la Hermandad entró en un período de
postración que se extendió hasta 1633 y en el que no rezaba ningún
alta de hermanos, incluso los cabildos dejaron de celebrarse desde
1620 hasta 1625 36 . Parece que despertó del decaimiento en el que
se encontraba en 1640, comenzando a adquirir un papel
preponderante en la sociedad sevillana de entonces. Los hermanos
de la Caridad iniciaron en 1653 el juramento concepcionista de
defender la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen 37 . En
1658, el entonces hermano mayor, Marqués de San Miguel, propuso
la redacción de unos nuevos Estatutos, puesto que los anteriores -de
1578- no se ajustaban a los tiempos que se vivían. No obstante, se
35 Ibídem, p. 298.
36 Ibídem, p. 300.
37 Los antecedentes en Sevilla de este juramento tienen su origen en el año 1613, a raíz
de la prédica realizada por un religioso en las fiestas de la Natividad de Nuestra
Señora, cuando puso en duda la concepción de la Virgen María. Este hecho dividió a
la sociedad sevillana. Las personas que estaban en contra de lo manifestado en los
citados cultos, celebraron funciones y procesiones en desagravio, siendo la Cofradía
de los Nazarenos y Santísima Cruz de Jerusalén, la primera que celebró un octavario.
No conforme con el público testimonio de afecto a la concepción sin mácula, fueron
más allá los hermanos de la mencionada Cofradía, convocando un cabildo general el
día 29 de septiembre de 1615, acordando se colocara un rótulo en la entrada principal
de la iglesia que decía: “MARÍA MADRE DE DIOS, CONCEBIDA SIN PECADO
ORIGINAL”. Asimismo, afirmaron “(...) dar sus vidas en defensa de la siempre Pura,
pronunciaron todos de una vez COMO TENÍAN, CREÍAN Y CONFESABAN, QUE
LA VIRGEN MARÍA NUESTRA SEÑORA MADRE DE DIOS, FUE CONCEBIDA
SIN PECADO ORIGINAL: QUE ASÍ LO JURABAN Y DEFENDÍAN HASTA DAR
LA VIDA POR ELLO (...)” [Noticia histórica del origen de la bandera que de nuevo
vuelve a sacar en su procesión el Viernes Santo de madrugada la insigne Cofradía de
los Nazarenos y Santísima Cruz de Jerusalén este año de 1816, pp. 7 y 8].
261

ponía de manifiesto que los artículos que no estuviesen desfasados
se recogerían en las futuras Constituciones 38 .
En el cabildo extraordinario celebrado el 31 de diciembre de
1659, salió elegido hermano mayor Diego de Mirafuentes, siendo
bajo su mandato cuando se aprobaron las Reglas el día 12 de
febrero de 1661, obteniéndose en el mes de mayo el plácet del
señor Provisor del Arzobispado 39 . En los Estatutos figuraban los
objetivos de:
“(...) formar una cantidad o número de
personas, tales que hagan un cuerpo bien
dispuesto y organizado, cuyos miembros
guarden entre sí proporcionada correspondencia
y se ocupen en ejercer obras de caridad,
valiéndose de la limosna de los fieles para
enterrar a los muertos que no tienen quien les
dé sepultura, llevar a los hospitales los pobres
que están sin ayuda, recoger los huesos de los
ajusticiados que se quedan en los campos a la
inclemencia del tiempo, acompañar a los
ajusticiados a los suplicios en la ciudad y
hacerles sus entierros y que se digan misas por
sus almas” 40 .
La Junta de Gobierno de la Hermandad de la Santa Caridad
se componía de: un hermano mayor, dos alcaldes -antiguo y
moderno-, un tesorero, un secretario, un contador, un prioste, un
fiscal y un celador. Además de estos oficiales mayores, se incluían
siete diputados, todos elegidos anualmente. También se contaba con
un capellán, un sacristán y un portero. Mensualmente en cabildo
38
GRANERO, J. Mª., D. Miguel Mañara Leca y Colona..., p. 305.
39
Ibídem, p. 306.
40
MARTÍN HERNÁNDEZ, F., op. cit., pp. 81 y 82.
262

designaban dos diputados de entierros y otros dos para pedir
limosnas en la puerta de los templos parroquiales 41 .
La Hermandad consiguió en 1611 adquirir unos terrenos
pertenecientes a la Corona para poder ampliar la capilla de San
Jorge, pequeña y estrecha. Sin embargo, la falta de liquidez en las
arcas de la Cofradía, provocó que se avanzara poco en la
construcción de la iglesia. Sólo el cuerpo de la misma estaba
terminado, aunque sin solar el pavimento, faltando por realizar el
arco toral y las bóvedas. Aún así la Hermandad la habilitó, en 1662,
para el culto y celebración de los cabildos 42 .
4.- Miguel Mañara y la nueva etapa
Nació en Sevilla, el 3 de marzo de 1627, el penúltimo de los
diez hijos que tuvo el matrimonio formado por Tomás Mañara Leca
Colona y Jerónima Anfriano Vicentelo 43 . Fue bautizado el mismo
día de su venida al mundo en la parroquia de San Bartolomé 44 .
41 Ídem.
42 GRANERO, J. Mª., D. Miguel Mañara Leca y Colona..., p. 303.
43 MARTÍN HERNÁNDEZ, F., op. cit., p. 23.
44 En la capilla bautismal donde recibió las aguas del cristianismo, la Hermandad de la
Santa Caridad de Sevilla fijó en el siglo XIX una lápida recordatoria: “EL INSIGNE
VARON/ D. MIGUEL MAÑARA VICENTELO DE LECA/ PRODIGIO DE
ARDENTISIMA PIEDAD/ RECIBIÓ EL AGUA DEL SANTO BAUTISMO/ EN
ESTA PILA DE LA PARROQUIA DE S[AN]. BAR[TOLO]ME/ EN TRES DE
MARZO DE 1627:/ LA HERMANDAD DE LA SANTA CARIDAD/ DEDICA
ESTA MEMORIA Á SU VENERABLE FUNDADOR/ SEVILLA 1862”.
Curiosamente en este mismo lugar fue bautizado Manuel González García, quien
ocuparía la silla episcopal malacitana en una época muy comprometida política y
socialmente, como sería la de los años 30 del siglo XX. Frontera a la inscripción del
Venerable Siervo de Dios, situada a la derecha, se encuentra la de este Beato: “PILA
BAUTISMAL/ DONDE NACIO A LA VIDA DE CRISTO/ MANUEL GONZALEZ
GARCIA, OBISPO,/ FUNDADOR DE LA OBRA DE LOS SAGRARIOS/
CALVARIOS Y DE LA CONGREGACION DE/ MISIONERAS EUCARISTICAS
DE NAZARET./ 28 FEBRERO 1877.
263

Ilustración 30: Casa natal de Miguel Mañara, calle Levíes [Foto: A.C.R.]
Nada se sabe de sus primeros estudios, ni tampoco que
aprendiera Latín, aunque sus contemporáneos se admiren, años
después, de lo bien que leía y explicaba las Sagradas Escrituras 45 .
Cuando Miguel Mañara contaba tan sólo ocho años, su padre,
hombre de negocios que había hecho su fortuna gracias al tráfico
marítimo con el Nuevo Mundo, obtuvo para él el hábito de la Orden
de Calatrava, la más antigua de las Órdenes militares españolas 46 .
En su etapa de juventud, de la que nos llegan pocos
testimonios 47 , se han tejido una serie de leyendas y relatos -sin
45 MARTÍN HERNÁNDEZ, F., op. cit., p. 45.
46 Ibídem, p. 42 y 43.
47 El profesor Álvaro Pastor Torres aportaba en un artículo una interesante noticia
acerca de la pertenencia, hasta ese momento desconocida, de Miguel Mañara a la
Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, de la parroquia de San Lorenzo [PASTOR
TORRES, A., “La Soledad y Don Miguel Mañara”, Soledad nº 77, Pontificia y Real
Hermandad Sacramental, Nuestra Señora de Roca-Amador, Ánimas Benditas, Beato
Marcelo Spínola y Primitiva Cofradía de Nazarenos de María Santísima en su
Soledad, Sevilla, 2000, pp. 9-11]. Posteriormente, Eduardo Ybarra Hidalgo, miembro
de la Santa Caridad, hacía lo propio [YBARRA HIDALGO, E., “Don Miguel Mañara
264

fundamento- creados por autores románticos del siglo XIX. Desde
ese género literario, se intentó exaltar la figura de Mañara,
vinculando sus correrías de joven con el personaje de don Juan
Tenorio 48 . Ciertamente, los que le conocieron admiten que:
“(...) su natural fue demasiado vivo, su
entendimiento claro y su valor intrépido. Que,
acompañadas estas partes con los pocos años y
las muchas riquezas de sus padres, no hubo
mocedad que no ejecutase y travesura a que no
se atreviese” 49 .
Parece que el joven Miguel dedicaba su tiempo a fiestas y
reuniones, y a bailes y torneos. Su sobrino, el Marqués de Paradas,
decía que: “antes de su conversión fue el más soberbio, intrépido y
colérico que se puede decir. Borrascosísimo, pues cada día no se oía
otra cosa que pendencias y lances que había tenido” 50 . Sus devaneos
con las mujeres le costaron en una ocasión un disgusto con su
padre, Tomás. Este suceso lo contaba Juan Grande Santos de San
Pedro, quien refería que “(...) un día se detuvo a hablar con unas
mujeres en plena calle. Pasó por allí (...) su padre y, ofendido por
tamaña insolencia, propinó al mozalbete una iracunda bofetada” 51 .
El testigo indicaba que Miguel, arrepentido, se arrodilló pidiendo
perdón a su progenitor.
El Padre Juan de Cárdenas, su primer biógrafo, decía que, en
1649, cuando se casó con Jerónima Carrillo de Mendoza, “procedió
y la Hermandad de la Soledad”, Sevillanías, quinta ración, Guadalquivir, Sevilla,
2000, pp. 115-121].
48
Para tener una visión más rigurosa y científica, recomendamos la lectura de la obra
de: PIVETEAU, O., op. cit., vols. I y II.
49
GRANERO, J. Mª., D. Miguel Mañara Leca y Colona..., p. 59.
50
Ibídem, p. 60.
51
Ibídem, p. 62.
265

cuerda y cristianamente” 52 . Aunque, en principio, fue un
matrimonio de conveniencia, que trataba de unir dos casas ilustres,
más tarde se convirtió en real. La influencia de esta mujer en
Miguel se consideró decisiva, apartándolo, por completo, de la vida
que llevaba anteriormente 53 .
Miguel pasaba junto a su esposa el período estival en
Montejaque, en un palecete que pertenecía a sus suegros, Diego
Carrillo de Mendoza 54 y Ana Castrillo Fajardo, y fue en este lugar
donde el 17 de septiembre de 1661, moría inesperadamente
Jerónima, a los 33 años de edad, siendo enterrada en la parroquia de
Santiago el Mayor de dicha villa, como ya indicamos en el capítulo
precedente.
La historiadora Tassara Sangrán informaba de que el cura de
la parroquia -en ese año era Alonso García Garcés- certificó la
defunción de la esposa de Miguel Mañara. Pero también
manifestaba que, desde el eremitorio carmelitano del Desierto de las
Nieves, se desplazó a Montejaque un religioso de la Orden para
52 MARTÍN HERNÁNDEZ, F., op. cit., p. 59. La boda se celebró por poderes el 31 de
agosto de 1648 a causa de la muerte de Tomás Mañara, padre de Miguel, al que le fue
imposible trasladarse a Granada por diversos asuntos del testamento. Y sería el 18 de
enero de 1649, ya en Sevilla, cuando los novios recibieran la bendición nupcial en la
parroquia de San Bartolomé, muy cerca de la casa solariega que habitaban los Mañara
en la calle Levíes.
53 Ibídem, pp. 59 y 60.
54 En las actas capitulares de la Catedral de 1631 consta la siguiente petición: “Entro en
este Cabildo el L[icencia]do. Ramírez benef[icia]do. de Montejaque y tratose de la
pretenss[i]on q[ue] tiene don di[ego]º carrillo s[eño]r del d[ic]ho lug[a]r sobre q[ue]
este Cab[ildo]º ponga cura y oyeron al d[ic]ho benef[icia]do y al señor de d[ic]ho
lug[a]r y en precencia de ambos se confirio sobre d[ic]ha pretenss[i]on y salieron
benef[icia]do. y s[eño]r.(...)”. A continuación: “(...) el s[eño]r dean y entro s[eño]r don
Greg[orio]º de paz y los ss[eñor]es M[aestr]e esq[uela]ª y doctoral y tenido y acordo
q[ue] los ss[eñore]es M[aest]re. Esq[uela]ª y Ar[cediano]º de veles procuren componer
y conformar en amistad a los d[ic]hos Benef[icia]do y s[eño]r del l[u]g[a]r con que se
quedara todo pacifico y en el estado q[ue]. hasta aquí” [A.C.C.M. Leg. 1.031, pza.1,
lib. 21, aa. cc. de 2 de enero de 1631, fol. 273].
266

atenderla espiritualmente 55 . Esta opinión no era compartida por el
jesuita Jesús María Granero que, en una de sus obras, apuntaba que
el capellán de la familia atendió a la agonizante, añadiendo,
además, que de la parroquia llevaron los sacramentos a la casa 56 .
Ahí quedan, pues, estas dos tesis sin que se pueda saber cuál
de ellas se ajustaba más a la realidad, ya que ninguna expresaba la
procedencia documental.
Ilustración 31: Casa solariega perteneciente a la familia Carrillo Mendoza, en
Montejaque [Foto: Folleto del Hotel Palacete de Mañara]
55 TASSARA SANGRÁN, L., op. cit., p. 88.
56 GRANERO, J. Mª., D. Miguel Mañara Leca y Colona..., p. 266.
267

Miguel Mañara mandó aplicar por el alma de su difunta
esposa un novenario y 200 misas 57 . Alguna persona debió
aconsejarlo para que se retirara, dos meses después de la muerte de
Jerónima, al cenobio de la Virgen de las Nieves por espacio de
cinco o seis meses. El ambiente de paz y recogimiento le ayudó a
sobreponerse del duro golpe recibido 58 .
En esta nueva etapa se producen importantes cambios en sus
hábitos y formas de vida. Una vez le dijo Mañara al P. Cárdenas
que “desde que había muerto su mujer, no se había acordado de otra
alguna” 59 .
En el mes de abril de 1662, Mañara ya andaba por la ciudad
de Sevilla. Los que le conocieron decían que estaba cambiado.
Aquel joven escapaba ahora de reuniones, vestía completamente de
negro y se refugiaba en iglesias y conventos. Una tarde de agosto de
ese año, paseando por la ribera del Guadalquivir, se encontró con la
capilla de San Jorge de la que salían, en esos momentos, algunos
miembros de la Santa Caridad, entre ellos el hermano mayor, Diego
de Mirafuentes, con quien entabló conversación. En ese preciso
lugar, Miguel solicitó su ingreso ante la sorpresa de aquél 60 . A los
pocos días del encuentro con Mirafuentes, Mañara enviaba a la
Hermandad el siguiente escrito:
“Miguel Mañara, caballero del hábito de
Calatrava, digo que yo tengo particular
devoción de ser hermano de esta Santa
57
Ibídem, p. 278. En total fueron 1.000 misas, de las cuales 250 se aplicaron en
Montejaque y el resto en conventos de Ronda, como en el caso del Desierto de las
Nieves, y en Málaga.
58
GRANERO, J. Mª., D. Miguel Mañara Leca y Colona..., p. 266; MARTÍN
FERNÁNDEZ, F., op. cit., p. 72.
59
GRANERO, J. Mª., D. Miguel Mañara Leca y Colona..., p. 65.
60
MARTÍN FERNÁNDEZ, F., op. cit., p. 77.
268

Hermandad de la Caridad de mi Señor
Jesucristo, por gozar de las muchas gracias que
se gozan. Suplico a V[uestra]m[erced]. me
admita por tal hermano, en conformidad del
capítulo que se contiene en la Regla de la
Hermandad; que en ello recibiré merced, etc. D.
Miguel Mañara Vicentelo de Leca
(Rubricado)” 61 .
Su ingreso se hizo esperar, porque en el seno de la
Hermandad de la Caridad, existían reticencias por parte de algunos
hermanos en admitirlo. La mediación de Diego de Mirafuentes fue
necesaria para que, el 10 de diciembre de 1662, se recibiera de
hermano a Miguel Mañara, siendo sus padrinos Pedro de Ochoa y
Gaspar de Cuéllar 62 . El 27 de diciembre, se celebró cabildo
extraordinario y en él se ofreció como diputado de entierros para el
mes de enero siguiente. Ardua tarea conociendo el pánico que
sentía hacia la muerte a tenor de su pasado 63 . En el mes de mayo
de 1663, Mañara solicita a la Junta de Gobierno le dejen pedir
limosna en la puerta de la Catedral. Un cometido que, sin duda,
debió suponerle un gran esfuerzo por lo que dirían y comentarían
las gentes de él, siendo un acomodado caballero de la sociedad
sevillana 64 . Los hermanos de la Caridad vieron en estos hechos las
buenas intenciones que Miguel parecía tener, y como prueba de tal
reconocimiento, acordaron nombrarlo consiliario de gobierno 65 . En
61 Ibídem, p. 78.
62 Ibídem, p. 79.
63 Este miedo de Mañara provenía de la muerte repentina de muchos de sus hermanos,
de la desaparición de sus padres en momentos especiales y del súbito fallecimiento
de su esposa.
64 MARTÍN FERNÁNDEZ, F., op. cit., p. 84.
65 Ibídem, p. 85. El cometido que tenía el cargo de consiliario era el de aconsejar al
hermano mayor en la toma de decisiones. Junto al hermano mayor, los dos alcaldes
269

la Navidad de 1663 los hermanos son convocados a cabildo
extraordinario para designar a la nueva Junta de Gobierno, saliendo
elegido, contra todo pronóstico, hermano mayor Miguel Mañara 66 .
Una vez tomada la posesión del cargo, instó a los hermanos
que fuesen hombres de Dios, piadosos y, sobre todo, caritativos 67 .
La primera misión que se propuso sería la habilitación de unas
dependencias para hospicio de pobres. En el cabildo del día 9 de
diciembre de 1663 expuso así sus ideas:
“Atendiendo a que (los pobres) son nuestros
hermanos, de la misma naturaleza que nosotros
y retratos de Jesucristo en la tierra, por cuya
representación debemos con todas nuestras
fuerzas socorrer las necesidades referidas; y
reparando que nuestra Santa Hermandad no
tiene rentas, propongo el que pidamos a
nuestros hermanos, como a los de fuera,
socorran por amor de Dios necesidad tan
piadosa, que con la limosna que Dios fuere
servido de darnos se arrendará un almacén, que
le hay a propósito cerca de nuestra capilla; y en
él se haga una chimenea grande y se ponga las
camas que más pudiéramos (...) Y con esta
proposición protesto haber cumplido con mi
obligación en referir mi dictamen en obra tan
necesaria. Y pido a todos nuestros hermanos
ayuden a socorro tan común y a obra tan del
servicio de Dios y de nuestra obligación y bien
de nuestras ánimas” 68 .
(seglar y eclesiástico o antiguo y moderno), el fiscal, el secretario y el contador,
formaban el cuerpo de la Hermandad.
66
GRANERO, J. Mª., Muerte y Amor..., p. 110.
67
MARTÍN HERNÁNDEZ, F., op. cit., p. 91.
68
Ibídem, p. 94.
270

Ilustración 32: Escultura erigida en honor de Miguel Mañara, obra de Antonio Susillo,
situada en un jardin de la calle Temprado, frente al hospital de San Jorge [Foto: A.C.R.]
Pese a la oposición de algunos miembros pertenecientes a la
nobleza, su propuesta salió adelante con el apoyo de la mayoría de
los hermanos, quedando aprobada la iniciativa del hospicio el 17 de
febrero de 1664 69 . El portero se encargaría de abrirlo una hora antes
de la oración de la tarde para que se recogiesen los indigentes y a la
salida del sol, quedarían abiertas las puertas para que volviesen a la
calle.
La noticia se difundió rápidamente por Sevilla, aumentando
el número de pobres que acudían a San Jorge 70 . Con objeto de
atender al mayor número de ellos se solicitó de Madrid el
correspondiente permiso para alquilar un almacén de las
Atarazanas, a fin de emplearlo en dar cobijo a personas que pasaban
69 GRANERO, J. Mª., “Espiritualidad de Mañara, reflejada en sus obras: La
Hermandad de la Santa Caridad y su Residencia Hospital” en VV. AA., D. Miguel
Mañara. Apóstol seglar y padre de marginados, Centro de Estudios de Teología
Espiritual, Madrid, 1979, p. 85.
70 MARTÍN HERNÁNDEZ, F., op. cit., p. 99.
271

las frías noches de invierno a la intemperie. El mismo quedó abierto
el 1 de septiembre de 1664 71 .
Desde que Miguel Mañara dirigía los destinos de la
Hermandad, mucho había cambiado el devenir de la Institución. Sus
ideas despertaban la ilusión de los hermanos y comenzaba a
granjearse la simpatía de los sevillanos.
En esta etapa de auge solicitan el ingreso en la Santa Caridad
importantes e influyentes personajes como: los Duques de
Medinaceli, Segorbe y Alcalá; los Marqueses de Paradas y los
Condes de Ribera; distintos hábitos de Órdenes; así como los
artistas Murillo y Valdés Leal, y los literatos Veitia Linaje y Molina
y Argote, entre otros 72 .
En el cabildo celebrado el 15 de marzo de 1666 se decidió
dar un nuevo impulso a las obras de la iglesia que, por entonces,
marchaban a ritmo muy lento. Así, cuatro años después, se
concluyen definitivamente. Dentro del templo no existió ninguna
modificación con respecto al proyecto original, pero la hubo en el
exterior, sufriendo la fachada, por la parte superior, algunos
retoques con respecto a la idea del arquitecto Sánchez Falconete, de
acabarla en espadaña. Ahora quedaba pendiente la decoración del
interior, que contó con los mejores artistas que Sevilla tenía en ese
momento: el tracista Bernardo Simón de Pineda, el escultor Pedro
Roldán y los pintores Bartolomé Esteban Murillo y Juan de Valdés
Leal 73 .
71 Ibídem, p. 97.
72 Ibídem, p. 109.
73 VALDIVIESO, E., Guía para la visita cultural a la iglesia del señor San Jorge y
patios del hospital de la Santa Caridad de la ciudad de Sevilla, Guadalquivir, Sevilla,
1998, p. 4.
272

Ilustración 33: Fachada de la iglesia de San Jorge [Foto: A.C.R.]
El programa iconográfico concebido por Mañara para la
iglesia de San Jorge va dirigido a los hermanos quienes, por su
instrucción académica, entienden el mensaje: apartarse del pecado y
alcanzar la vida eterna a través de las obras de misericordia 74 .
Miguel Mañara escribió en 1671 su famoso “Discurso de la
Verdad”, basado, posiblemente, en el cambio de vida que se
experimentó en su persona a partir de su enlace, en 1648, con
Jerónima Carrillo y, más aún, a la muerte de ésta. Entonces sacará a
relucir toda la dimensión espiritual que llevaba dentro, dejándolo
patente en su “Discurso”, verdadera obra ascética del Barroco
español 75 .
74 Ibídem, p. 54.
75 GRANERO, J. Mª., Muerte y Amor..., pp. 207 y 208.
273

“Oh Padre Poderoso, Sabio, Inmenso, Rey de
Israel fortísimo, principio y fin de todas las
cosas: Padre Santísimo, de cuya sabia
providencia están pendientes todas las criaturas,
desde el Cuervo que mora en el desierto,
desamparado de sus padres, hasta el más alto
Serafín que en el Cielo asiste a tu grandeza.
Humilde llama desde la tierra tu esclavo,
deseando sólo tu mayor gloria. Comunica,
Señor, tu luz a mis tinieblas, tu sabiduría a mi
ignorancia, tu Santo espíritu a mi tibieza, para
que inflamada el alma, que tú criaste y
depositaste en el sucio barro de mi cuerpo,
desde allí descubra la verdad a todos los
mortales que la tierra habitan, para que,
desengañados, huyan de la tiranía de Babilonia
y de su Príncipe el Demonio: vean la inefable
muerte que han de pasar, y el terrible juicio que
les espera. ¡Oh, Señor! Vuelve tu paternal y
santo rostro al que lo leyere, para que tu luz sea
recibida, y lleve fruto de tu palabra; y a mí,
hombrezuelo, enseña lo que no sé, y da lo que
no tengo, por los méritos de Jesucristo, mi
Señor, con quien vives y reinas” 76 .
Con esta dedicatoria Miguel Mañara iniciaba su “Discurso de
la Verdad”, que contenía 27 capítulos.
Las dos pinturas (In Icti Oculi y Finis Gloriae Mundi) que
realizara Juan de Valdés Leal, situadas en el sotocoro de la iglesia
de San Jorge, fueron encargadas por Mañara para trasmitir y reflejar
en las mismas fragmentos de algunos capítulos de su “Discurso”.
76 DISCURSO DE LA VERDAD compuesto por..., pp. 7 y 8.
274

Ilustración 34: In Icti Oculi, de Valdés Leal [Foto: A.H.S.C.S.]
En la obra In Icti Oculi (en un abrir y cerrar de ojos), estas
palabras están escritas alrededor de un cirio. Quieren decir que la
muerte llega al hombre en cualquier momento. La escena la domina
en su parte superior un esqueleto, portando un ataúd y una guadaña,
extendiendo un brazo para apagar la luz de la vela. A sus pies están
representados distintos objetos que alegorizan la gloria y el poder
mundano: una tiara papal, dos coronas reales, un cetro, un toisón de
oro, libros, armaduras, una espada, lujosas telas y una esfera del
mundo. Se transmite que el triunfo de la muerte es innegable y que
los elementos esparcidos por el suelo, sólo sirven para acumular
gloria y disfrutar de los placeres, nada más.
En Finis Gloriae Mundi (fin de la gloria del mundo) se
describe el fatal desenlace que sigue a la muerte, la hora del juicio
del alma. En el cuadro se aprecia, dentro de un arco de medio
275

punto, una cripta, en la que en un primer plano se ven dos cadáveres
en sus féretros: el de un obispo y el de un caballero de la Orden de
Calatrava (se ha creído que era el mismo Don Miguel Mañara). En
la penumbra del interior aparecen más cadáveres y huesos. A la
izquierda hay una lechuza, que sugiere el reino del mal. La
representación del juicio aparece en la parte superior, en la que se
ve la mano de Cristo sosteniendo una balanza: en un platillo se
reflejan los pecados capitales (soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula,
envidia y pereza) representados en animales y dos palabras: “ni
más”. En el otro, se muestra a la oración, penitencia y caridad, y
otras dos palabras: “ni menos”.
En las pinturas de Valdés Leal vemos reflejado, con toda su
crudeza, lo referido en los capítulos I y IV del “Discurso de la
Verdad”. En el primero se dice:
77 Ibídem, p. 9.
“(...) Es la primera verdad que ha de reinar en
nuestros corazones: polvo y ceniza, corrupción
y gusanos, sepulcro y olvido. Todo se acaba:
hoy somos, y mañana no parecemos; hoy
faltamos a los ojos de las gentes; mañana
somos borrados de los corazones de los
hombres (...)” 77 .
Y en el cuarto se indica lo siguiente:
“Si tuviéramos delante la verdad, esta es, no
hay otra, la mortaja que hemos de llevar,
viéndola todos los días, por lo menos con la
consideración, de que has de ser cubierto de
tierra y pisado de todos, con facilidad olvidarías
las honras y estados de este siglo; y si
consideras los viles gusanos que han de comer
276

ese cuerpo, y cuán feo y abominable ha de estar
en la sepultura, y cómo esos ojos, que están
leyendo estas letras, han de ser comidos de la
tierra, y esas manos han de ser comidas y secas,
y las sedas y galas que hoy tuviste, se
convertirán en una mortaja podrida, los
ámbares en hedor, tu hermosura y gentileza en
gusanos, tu familia y grandeza en la mayor
soledad que es imaginable. Mira una bóveda:
entra en ella con la consideración, y ponte a
mirar tus padres o tu mujer (si la has perdido) o
los amigos que conocías: mira qué silencio. No
se oye ruido; sólo el roer de las carcomas y
gusanos tan solamente se percibe. Y el
estruendo de pajes y lacayos ¿dónde está? Acá
se queda todo: repara las alhajas del palacio de
los muertos, algunas telarañas son. ¿Y la mitra
y la corona? También acá la dejaron. Repara,
hermano mío, que esto sin duda has de pasar, y
toda tu compostura ha de ser deshecha en
huesos áridos, horribles y espantosos; tanto,
que la persona que hoy juzgas más te quiere,
sea tu mujer, tu hijo o tu marido, al instante que
expires, se ha de asombrar de verte; y a quien
hacias compañía, has de servir de asombro” 78 .
Realmente, Valdés Leal supo interpretar a la perfección lo
escrito por el hermano mayor Miguel Mañara y, sobre todo, en el
capítulo IV que hemos reproducido íntegramente.
El hospicio fue reconvertido en 1672 en hospital. Para este
fin se pidió al rey Carlos II la cesión de una de las naves de las
antiguas Atarazanas, anejas a San Jorge. En 1674, la denominada
“Sala del Cristo” (llamada así por la existencia de un Cristo
Crucificado) tenía cincuenta camas. Pasado un año, Mañara
propone la creación de una nueva sala, paralela a la anterior, que se
78 Ibídem, pp. 12-14.
277

culminaría en 1677. Esta vez, la sala fue conocida por la de la
“Virgen”, por figurar en ella una imagen de Nuestra Señora del
Rosario. En 1678 se inició la construcción de una tercera sala
-nominada de San Antonio- finalizada en 1682, por lo que no la vio
acabada 79 .
Ilustración 35: Finis Gloriae Mundi, de Valdés Leal [Foto: A.H.S.C.S.]
Terminadas las obras de construcción de la iglesia y las salas
del hospital, se produjo, en 1675, la renovación de las
Constituciones, puesto que, como ya expresamos, las anteriores
fueron aprobadas en 1661. Miguel hizo pública la intención, en el
cabildo celebrado el 12 de mayo de dicho año, de que debían ser
modificadas, acordándose por los hermanos encomendarle dicha
misión, junto al alcalde antiguo de la Hermandad José de Veitia
79 VALDIVIESO, E., op. cit., p. 5.
278

Linaje 80 . El día 4 de octubre siguiente, el vicario general Gregorio
Batzán Aróstegui dio su aprobación 81 .
Ilustración 36: Detalle del retablo del altar mayor de la iglesia de San Jorge, obra de
Pedro Roldán [Foto: A.H.S.C.S.]
Mañara obtiene en octubre de 1677 el permiso de los
hermanos de la Caridad para residir en una habitación aneja a la
iglesia. Con esta actitud se manifestaba la intención de desprenderse
de todo el bienestar que le permitía su posición social y de vivir
junto a los pobres 82 .
En 1677 y 1679 la ciudad de Sevilla padeció los rigores de
una epidemia de peste, siendo controlada en esta ocasión, y según el
80 Destacado personaje de la Administración española, que fue nombrado oidor y
superintendente de la Casa de la Moneda de Puebla (Nueva España), permaneciendo
en el cargo hasta 1641. Cuando regresó a España, se convirtió en secretario de los
negocios de Nueva España y también desempeñó su actividad en la Casa de
Contratación de Sevilla y de las Indias. Autor de la obra Norte de la contratación de
las Indias Occidentales (1672), tratado muy interesante para conocer el
desenvolvimiento de la administración de las tierras de ultramar.
[En línea], [consulta 16-6-
2008]
81 GRANERO, J. Mª., Muerte y Amor..., p. 201.
82 MARTÍN HERNÁNDEZ, F., op. cit., pp. 181 y 182.
279

historiador Domínguez Ortiz, a través de la “(...) limpieza de las
calles, inspección de los alimentos, acopio de medicinas, guarda de
las puertas, en las que se exigía con todo rigor certificado de no
venir de lugares apestados (...)” 83 . La Hermandad de la Santa
Caridad, como cualquier otra institución hospitalaria, repartió
vestidos y alimentos, y asistió espiritualmente a los enfermos y
moribundos 84 .
Ocupándonos de nuevo de Miguel Mañara, desde hacía
tiempo venía padeciendo fuertes dolores de estómago, incluidos
vómitos de sangre que le obligaban continuamente a guardar cama.
Su estado de salud empeoró, falleciendo el día 9 de mayo de 1679,
a los 52 años de edad 85 . La noticia se propaló por la ciudad
rápidamente, repicando las campanas de muchas iglesias y
conventos en señal de duelo. Su cadáver fue envuelto en el hábito
de la Orden de Calatrava y, el día después, trasladado desde la
dependencia en la que yacía hasta la puerta de la iglesia, en la que
se abrió una tumba, cubriéndola una losa que contenía, por expreso
deseo suyo, la siguiente inscripción: “Aquí yacen los huesos y
cenizas del peor de los hombres que ha habido en el mundo.
Rueguen a Dios por él” 86 . Eligió este lugar con la idea de que todos
los que entraran en la iglesia, pisaran su cuerpo, ya que él no se
consideraba digno de estar en la Casa de Dios. Sin embargo, la
Junta de Gobierno fue de un parecer totalmente distinto al del
finado, trasladando sus restos, el 9 de diciembre del mismo año, a
una cripta que se había realizado debajo del presbiterio donde está
83
DOMÍNGUEZ ORTIZ, A., op. cit., p. 78.
84
MARTÍN HERNÁNDEZ, F., op. cit., p. 193.
85
Ibídem, p. 198.
86
GRANERO, J. Mª., Amor y Muerte..., pp. 225 y 226; MARTÍN HERNÁNDEZ, F.,
op. cit., pp. 207 y 208.
280

enterrado. En este lugar se colocó una lápida de mármol con la
siguiente inscripción:
“D.O.M./ AQVI YAZEN LOS HUESSOS
Y CENIZAS/ DEL PEOR HOMBRE QUE
A AVIDO EN EL MUNDO/ RVEGVEN A
DIOS POR EL./ ESTAS HUMILDES
CLAUSULAS MANDO PONER/
INDISPENSABLEMENTE,/ POR EL
DESPRECIO QUE DE SI MISMO TENIA/
QUIEN FUE/ EL MAS HEROICO EXEMPLO
DE VIRTUDES./ EL VENERABLE SEÑOR
DON MIGUEL MAÑARA/ VIZENTELO DE
LECA,/ CABALLERO DEL ORDEN E
CALATRAVA,/ PROVINCIAL DE LA/
SANTA HERMANDAD DE ESTA CIVDAD
DE SEVILLA,/ HERMANO MAYOR/ DE LA
SANTA CHARIDAD DE NUESTRO SEÑOR/
JESV CHRISTO/ DESDE EL AÑO DE 1664
HASTA SV MUERTE,/ FUNDADOR/
DESTA CASSA Y HOSPICIO PARA EL
CONSUELO Y/ REFVGIO/ DE
PEREGRINOS Y POBRES
DESAMPARADOS./ DIOLES CVANTO
TVBO./ FUE MANO VISIBLE DE LA
OCVLTA PROVIDENCIA/ EN EL
UNIVERSAL REMEDIO DE
NECESITADOS,/ REPARADOR/ DESTE
TEMPLO, AMPLIÁNDOLE Y
ADORNÁNDOLE/ PARA MAYOR CVLTO
DEL ALTÍSIMO./ GRAN ZELADOR/ DE LA
HONRA DE DIOS Y SALVACIÓN DE LAS
ALMAS,/ VARON VERDADERAMENTE
CARITATIVO./ MURIO/ CON OPINIÓN Y
FAMA DE GRAN SANTIDAD EN IX/ DE
MAYO DEL AÑO DE/ NVESTRA SALVD
DE MDCLXXIX./ MANDOSE ENTERRAR
EN EL PORTICO, FUERA DE/ ESTA
IGLESIA,/ PARA SER HOLLADO Y
DESPRECIADO DE TODOS/ EN LA
MVERTE, YA QUE NO PVDO SV
281

HUMILDAD/ CONSEGVIRLO EN LA
VIDA./ TRASLADOLE A ESTE SITIO LA
VENERACIÓN Y/ GRATITUD/ DE ESTA
HERMANDAD, PARA PERPETVA
MEMORIA,/ EL DIA IX DE DICIEMBRE
DEL MISMO AÑO./ R.I.P.” 87 .
Prácticamente al año de su óbito, se abrió en Sevilla el
Proceso de Beatificación, sin mayores resultados. A éste le
siguieron varios más hasta que, en 1778, Pío VI reconoció a Miguel
Mañara la fama de santidad y sus virtudes heróicas, declarándolo
Venerable Siervo de Dios. Después de esta proclamación, todos los
intentos de beatificación han sido vanos. En nuestros días, la
Hermandad de la Santa Caridad ha reabierto la Causa 88 .
5.- Las hermandades vinculadas a la Santa Caridad de Sevilla
La elección de Miguel Mañara Vicentelo de Leca como
hermano mayor de la Santa Caridad de Sevilla, significaba el fin de
un ciclo y el inicio de otro. A partir de ese momento, la Hermandad
comenzaba la etapa más esplendorosa de su historia. El renovado
espíritu pronto se hizo notar entre los hermanos que, desde
entonces, vivieron con mucha ilusión y entusiasmo los avances que
se producían, hasta tal extremo que un buen número de nobles y
personajes sevillanos solicitaron ser admitidos en la Caridad.
La fama cosechada por Miguel Mañara, como persona
entregada a los pobres, contagió a otros hombres de bien, de villas y
pueblos de la provincia de Sevilla y fuera de ella, decididos a imitar
sus buenas obras de misericordia. Con este motivo se fundaron y
87
MARTÍN HERNÁNDEZ, F., op. cit., pp. 212 y 213.
88
Ibídem, pp. 213-215.
282

evitalizaron hermandades, uniéndose a ella y obteniéndose
oraciones, escritos y retratos suyos, así como el disfrute de
beneficios concedidos por papas y reyes.
La Hermandad de la Santa Caridad de Málaga no fue la
única en unirse o hermanarse con la de Sevilla, hubo otras que la
precedieron o sucedieron en este menester que citamos siguiendo
un orden cronológico.
5.1.- Hermandad de Utrera (Sevilla)
La primera de las peticiones -de las nueve que se presentaron
siendo hermano mayor Miguel Mañara- fue la de Utrera, en 1667.
El jesuita Jesús María Granero, en una de sus obras, dice que el
escrito estaba fechado el 12 de septiembre y firmado por tres
célebres caballeros de esta localidad: Diego Manuel Farfán de los
Godos, Juan Francisco de Cabrera y Soto y Lorenzo Francisco de
Cabrera Ponce de León 89 .
Por su parte, la Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla
reunida en cabildo de hermanos el 18 de septiembre de 1667 90 ,
acordó responder lo siguiente:
“(...) Con grande edificación se leyó en nuestro
cabildo (...) la carta de vuestras mercedes para
ver en nuestros tiempos favorecidos los
ejercicios de nuestro instituto en esa villa
capitaneándolos personas de tanta suposición y
por la humildad tan grande con que nos
89 GRANERO, J. Mª., Don Miguel Mañara Leca y Colona..., p. 547.
90 Francisco Martín Hernández decía en la p. 136 de su publicación, que el número de
hermanos que estuvieron presentes era el de 105, entre los cuales se hallaba el pintor
Bartolomé Esteban Murillo.
283

proponen y piden ser admitidos en nuestra
Hermandad la cual con particular consuelo y
gusto la admitió dando gracias a nuestro Señor
por su santo celo, y a vuestras mercedes por
haber querido en estos tiempos levantar este
estandarte más a la Confraternidad de la
Caridad de Jesucristo para que a su imitación
en otras ciudades, villas y lugares se alienten
los fieles a ser lo mismo por ser su empleo tan
de su agrado y servicio y bien en lo espiritual y
temporal de los fieles más necesitados y que al
vivo representan a Su Majestad de quien
pueden vuestras mercedes muy acrecentados
premios en lo temporal y eterno como de
nosotros y nuestra Hermandad el
reconocimiento y participación de todas las
obras ejercicios oraciones y sufragios que se
hiciere prometiéndonos lo mismo de vuestras
mercedes, y de que así se lo participaran a
todos los hermanos para que recíprocamente se
comunique los ejercicios de ambas dos
hermandades, y comience el de la caridad que
es nuestro instituto en nosotros mismos. En
cuanto a los jubileos privilegios indulgencias e
indultos que goza y tiene esta Hermandad se
alegrara mucho estuviese en su potestad su
participación para no delatárselos a vuestras
mercedes ni a guardar el que les constase el
pedirlas más no tendrá dificultad acudiendo a la
sede apostólica. Lo que deseará esta
Hermandad es que las Constituciones y Reglas
tuviesen una conformidad aunque los empleos
fuesen diferentes o más o menos conforme la
necesidad de cada lugar no hallando vuestras
mercedes inconveniente en ello. Nuestro Señor
guarde a vuestras mercedes y prospere el celo
con que se han consagrado a esta obra y les dé
el lleno de su gracia y favor que necesitan para
la continuación de tan santos ejercicios.
[Firmado] (...) Miguel Mañara (...)” 91 .
91 A.H.S.C.S. Copia literal del lib. II de autos de la Hermandad de la Santa Caridad
(1619/71), fols. 664-667. Este tomo de actas -y varios más- se transcribió en 1899,
284

5.2.- Hermandad de Carmona (Sevilla)
Tres años después, se recibía en la capital sevillana la
solicitud de una hermandad recientemente fundada en la villa de
Carmona. A esta Cofradía de la Santa Caridad se había incorporado
una, titulada de la Misericordia, que funcionaba desde el papado de
Julio II, comprendido entre 1503 y 1513.
En el cabildo de 13 de julio de 1670, se trató el escrito
enviado por la Hermandad carmonense:
“Habiendo dado cuenta nuestro hermano mayor
don Miguel Mañara, a esta Hermandad de la
fundación que se ha hecho de nuestra santa
regla y institutos en esa ciudad; y que
juntamente se unió con la Hermandad de la
Misericordia y que entrambas quedan hoy en
un cuerpo debajo del gobierno de nuestra regla:
y que vuestras mercedes lo habían nombrado
para que en su nombre nos diese la
confraternidad y comunicación de nuestros
ejercicios e indulgencias; y siendo para todos
de particular gusto y estimación la dicha
confraternidad: acordamos, que desde ahora
para siempre jamás los hermanos de esta Casa,
lo sean de esa ciudad: y los de esa ciudad lo
sean de la nuestra: y que en las juntas y actos
públicos puedan los unos y los otros en
cualquier lugar que se hallaren concurrir juntos
por ser por este decreto todos unos: y
asimismo; en los términos que podemos los
hacemos partícipes de nuestras indulgencias y
ejercicios y en todo lo demás que conforme a
derecho se pueda; y fiamos en Dios nuestro
Señor que el ejercicio de santas obras ha de ser
de mucha edificación del pueblo y alivio y
abarcando el período en que el Venerable Siervo de Dios fue hermano mayor, con el
fin de preservar cuanto fuese posible los originales.
285

consuelo de nuestros hermanos los pobres
(...)” 92 .
5.3.- Hermandad de las Cabezas de San Juan (Sevilla)
El año de su admisión se presenta confuso. Por un lado,
hallamos una relación de hermandades filiales, fechada en 1699,
donde consta la Cofradía de las Cabezas de San Juan 93 ; por otro, en
una posterior, también manuscrita, de hermandades que tenían
confraternidad, figura su ingreso en el cabildo de 11 de junio de
1673, pero sin que encontremos su inscripción en el libro de actas 94 .
Sin embargo, y dentro de los años posibles, vemos que, en el
acuerdo que adoptaron los hermanos de la Caridad de Sevilla al
recibir a la gibraltareña, rezaba que eran hijas de Sevilla las
hermandades de “(...) Carmona, Utrera y las Cabezas (de San Juan)
(...)” 95 .
5.4.- Hermandad de Gibraltar (Cádiz)
La Hermandad fue fundada entre los años 1670 y 1671,
teniendo como principios socorrer a los pobres y enterrar a los
muertos. El 24 de enero de 1671, se solicitó a la de Sevilla el
ingreso en la confraternidad. En la reunión mantenida por los
cofrades de la Santa Caridad el día 8 de febrero del citado año, en la
sala de juntas de su Casa y hospicio de San Jorge, se aprobaba la
92
A.H.S.C.S. Copia literal del lib. II..., fols. 895 y 896.
93
A.H.S.C.S. Carp. de documentación del siglo XVII.
94
Ibídem.
95
A.H.S.C.S. Copia literal del lib. II..., fol. 1026.
286

petición, al mismo tiempo que se hacía partícipe a los hermanos de
Gibraltar de las indulgencias concedidas 96 .
5.5.- Hermandad de Cádiz
La Hermandad gaditana envió a la de Sevilla sus Reglas para
que fuesen vistas y aprobadas, según consta en el cabildo ordinario
de 8 de junio de 1670 97 . La petición de ingreso en la confraternidad
se llevó a cabo el 7 de abril de 1673; y dos meses más tarde, el 11
de junio, se acordaba recibir a los hermanos de la Santa Caridad de
Cádiz 98 .
5.6.- Hermandad de Rota (Cádiz)
La Institución fue creada “(...) para gloria y honra de Dios
nuestro Señor, y bien de sus pobres (...)” 99 . La filiación de la
Hermandad de la villa de Rota, se realizó en el cabildo de hermanos
celebrado el 10 de junio de 1674 100 .
La sede canónica donde se estableció la Corporación fue la
iglesia que, actualmente, se denomina “de la Caridad”, enclavada en
la calle Vera Cruz. En el templo, de una sola nave y cuyo altar
mayor está presidido por una imagen de Nuestra Señora de la
Piedad, se puede apreciar en las pechinas el escudo corporativo, la
cruz arbórea y el corazón en llamas 101 .
96
Ibídem, fols. 1025 y 1026.
97
Ibídem.
98
A.H.S.C.S. Copia literal del lib. III (1672/76), fol. 223.
99
Ibídem, fol. 417.
100
Ídem.
101
En una visita que efectuamos el 10 de septiembre de 2004 a la villa de Rota,
localizamos la que fuera sede de la Hermandad de la Santa Caridad.
287

Ilustración 37: Antigua sede de la Hermandad de la Caridad de Rota [Foto: A.C.R.]
5.7.- Hermandad de Ayamonte (Huelva)
La confección de dos listados de hermandades filiales, en la
que esta Corporación aparece con distintas fechas de ingreso en la
confraternidad, nos ha sembrado de dudas. En la primera de ellas,
se reseña la del día 11 de julio de 1674; y en la segunda, la del 14
de julio de 1675 102 . Sin embargo, ni en una ni en otra fecha debió
tener lugar su admisión, ya que no se localiza el acuerdo adoptado
por los hermanos en el libro de actas de cabildos de la Hermandad
de la Santa Caridad de Sevilla.
102 A.H.S.C.S. Carp. de documentación del siglo XVII.
288

5.8.- Hermandad de Marchena (Sevilla)
Esta Corporación fue constituida en 1651 por Francisco
López García, Pedro de Benjumea Lebrón, Juan de Aguilar,
Francisco Calvo, Sebastián de Fontanilla, Lorenzo de Vega,
Francisco Conejero, Francisco Jiménez, Francisco de Benjumea,
Francisco Rodríguez, Andrés de Carmona, Mateo Fernández,
Francisco Cortés, Juan Ceballos, Diego Gutiérrez, Francisco
Vallejo, Alonso de Castroviejo, Antonio de Carmona Ramírez y
Juan González en la iglesia de San Sebastián, siendo elegido primer
hermano mayor Juan de Aguilar 103 .
Cuando la Hermandad marchenera cumplió dos décadas
prestando servicio y atención a los más necesitados de la villa, sus
cofrades aprobaron unirse a la de Sevilla 104 . Ésta, en cabildo
celebrado el 15 de julio de 1674, la admitió en la confraternidad 105 ,
comunicándolo por carta de esta manera:
“Haviendo resivido su carta de vuestras
mercedes ha sido para todos de particular
estimaçión por ber las obras de la charidad
duplicadas y en la casa de Nuestro Señor mas
obreros.
En la confraternidad que nos piden la
admitamos con nuestro gusto, de suerte que un
hermano sea hermano de la otra congregaçión,
y en los actos publicos puedan asistir como los
demas hermanos y en aquello que podemos, los
hacemos partícipes de nuestras induljencias y
ejercicios pidiendo a Dios Nuestro Señor
103 A.H.S.C.M. “Libro donde se escriben los hermanos de la Cofradía de la Santa
Caridad de Jesuxpto. fundada en la iglesia del Señor San Sebastián de la villa de
Marchena de 1651”, fols. 1 y 2.
104 Ibídem, fol. 24 y v.
105 A.H.S.C.S. Copia literal del lib. III..., fol. 433.
289

favorezca a vuestras mercedes con sus ausilios
para que cada se levante a más eroicas obras en
su santo servicio que esto solo (hermanos
amantísimos) hallaremos que todo lo demas se
lo lleba el aire y viento de la Banidad, atesorar
en el cielo nos importa como Christo Señor
Nuestro nos lo enseña, adonde no queda una
vida muy larga que vivir, y despreciar en la
venta de este mundo, lo que así como así lo
hemos de dejar.
Dios Nuestro Señor guarde a vuestras mercedes
y de la Luz y Charidad que deseamos para que
le sirban en el santo ejercicio de la ospitalidad
en esta vida y le bean en su grandeça en la
otra” 106 .
El escrito estaba firmado por Miguel Mañara, el Marqués de
Villamanrique, José de Morales, Gaspar de Medina, Agustín
Gallegos Becerra, Luis Corbet, Diego de Mendoza Guzmán, el
Marqués de la Algaba, José de Céspedes, Cristóbal García de
Segovia y Mateo de Vitoria, el secretario.
Un año después, y con el deseo de estrechar aún más los
lazos fraternales, la Hermandad de Marchena dirigió un memorial a
la de Sevilla, que fue leído en el cabildo celebrado el 14 de julio,
donde se proponía que a la muerte de un hermano se avisara a la
otra Corporación, con objeto de aplicarle los sufragios. Se acordó
remitir cada año una memoria de los difuntos, una vez tuviese lugar
el cabildo de elecciones que era, en definitiva, en el que había de
comunicarse los fallecidos 107 .
106
A.H.S.C.M. “Libro donde se escriben los hermanos de la Cofradía de la Santa
Caridad...”, fols. 24 y v.
107
A.H.S.C.S. Copia literal del lib. III..., fol. 685.
290

5.9.- Hermandad de Fuentes de Andalucía (Sevilla)
En Fuentes de Andalucía, municipio sevillano que pertenece
actualmente al partido judicial de Écija, se fundó la Hermandad de
la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo en 1677. Desde esta
villa se dirigió a Sevilla, el 18 de septiembre de ese año, una carta
redactada en los siguientes términos:
“(...) Deseamos salud, paz y caridad a nuestros
muy amados hermanos de la Santa Caridad de
la ciudad de Sevilla; y considerando, que las
obras comunicadas, son de mayor
merecimiento delante de Dios nuestro Señor;
por agradecer a su Divina Majestad y por el
provecho nuestro que de esta unión resulta;
pedimos con toda humildad nos admita esta
santa Casa, a la unión fraternal, que
pretendemos, de suerte que esta Casa y la de
Sevilla, queden en un cuerpo unidas: estos
suplicamos a vuestras mercedes por la caridad
que profezan, y el santo amor y obediencia que
tienen a Dios nuestro; (por agradar a su Divina
Majestad) que guarde y prospere los santos
empleos aunque se ocupan (...)” 108 .
La Hermandad de Sevilla, agradecida por la piadosa misiva,
la recibió en la confraternidad el 17 de octubre de 1677 109 .
108 Ibídem, fol. 1130.
109 Ibídem, fol. 1131.
291

Ilustración 38: Iglesia perteneciente a la desaparecida Hermandad de la Caridad del
Puerto de Santa María [Foto: A.C.R.]
5.10.- Hermandad del Puerto de Santa María (Cádiz)
Esta Hermandad fue la primera en declararse filial tras la
muerte del Venerable Siervo de Dios, Miguel Mañara Vicentelo de
Leca. Por los datos que obran en nuestro poder, deducimos que
debió constituirse en ese mismo año. Inmediatamente después de su
fundación, los hermanos mayores y diputados determinaron fabricar
una casa para que, en ella, se recogiese a los pobres de la localidad,
a la vez que solicitaron, de las autoridades eclesiásticas, la
aprobación de su Reglas 110 .
El 9 de julio de 1679, se la admitió en la confraternidad “(...)
para que unidos con el estrecho vinculo de la Caridad, se consiga
mejor, el mayor servicio de Dios Nuestro Señor y bien de sus
pobres (...)” 111 .
110
A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1677/80), tº 4, fol. 1664.
111
Ibídem, fol. 1665.
292

5.11.- Hermandad de Jerez de la Frontera (Cádiz)
Con la Hermandad de Jerez sucede algo parecido a lo
señalado en la Hermandad de Ayamonte, que en una relación de
hermandades filiales se daba por ingresada en la confraternidad el
12 de octubre de 1681; y en otra, el 12 de diciembre del mismo
año 112 .
Por otra parte, en el Archivo de la Santa Iglesia Catedral de
Málaga hemos hallado un memorial de 7 de febrero de 1683,
redactado por el hermano mayor de la Hermandad de la Santa
Caridad de Jerez, Miguel Bustamante, y dirigido al obispo de
Málaga, Fray Alonso de Santo Tomás, haciéndose constar los
ruegos por la mejoría de la salud del prelado. Asimismo, se
mencionaba la fundación de la Hermandad de Caridad de Málaga,
bajo la misma Regla que dejó dispuesta Miguel Mañara, y por la
cual ellos se regían 113 .
Los cofrades de Jerez de la Frontera comunicaban en 1687 a
la Hermandad de Sevilla: “(...) thener ya sittio acomodado y propio,
en que pueda descansar, dejar peregrinaciones, que ha thenido, essa
Santa hermandad, y contradiçiones, que ha padesido, su fundación
(...)” 114 .
Un año después, el cabildo de hermanos de la Caridad
hispalense reunido en sesión ordinaria el 13 de junio, agradecía a la
Hermandad jerezana las muestras de condolencia que había
112 A.H.S.C.S. Carp. de documentación del siglo XVII.
113 A.C.C.M. Leg. 549, pza. 20.
114 A.H.S.C.S. Carp. de documentación del siglo XVII.
293

trasmitido por la muerte del hermano mayor, José de Morales y
Valdés 115 .
Ilustración 39: Antigua sede de la Hermandad de la Santa Caridad de Jerez de la
Frontera [Foto: A.C.R.]
5.12.- Hermandad de Lebrija (Sevilla)
Esta Hermandad se fundó entre finales del siglo XVI y
principios del XVII en el altar de San Juan de Letrán de la capilla
de la Vera Cruz 116 . La Corporación expresó, por carta fechada el 25
de octubre de 1682, el deseo de unirse a la Hermandad de la Santa
Caridad de Sevilla. Ésta, por su parte, acordó en el cabildo del día
8 de noviembre de 1682, admitirla en la confraternidad:
115 Ídem.
116 ESCUDERO ARNAY, J. M., Breve historia de la Hermandad del Santísimo Cristo
de la Vera-Cruz y Nuestra Señora de Consolación (Lebrija), Lebrija, 1996, p. 35.
294

“(...) con mucho amor y bolunttad, haciendo un
cuerpo de esttas dos hermandades, assi en las
obras como en las ynduljencias, que según
derecho podemos comunicar; quedando, unidas
de tal suerte que el hermano de una, pueda
assittir en las funciones de lo ottro (...)” 117 .
Junto a la contestación que dio la Hermandad de Sevilla a la
de Lebrija, igualmente se recogían unas palabras muy sentidas:
“(...) No empieza Dios (hermanos charissimos)
obra que no acava, como nossottros
concurramos con nuestro cortto talento a ser
operarios en su viña; ni importta la ora de la
mañana, o, de la tarde el llegar a thomar la
azada en la cassa de Dios; sea de día y sea la
ora que fuese no sea de noche, que enttonces no
se travaja, sino se descansa; sea día, donde el
sol de Dios nuestro Padre, nos alumbra, nos
alientta, y nos vivifica; no sea el trabajo o
noche, donde ya se dio fin a la fattiga, y se
pagaron los jornales (...) con verdadera luz, han
entrado con tiempo a servirla, del thendran el
premio; pobre se hiço Jesuchristto por
nossottros, no es mucho, le sirvamos pobre
peregrino fue; hambrientto fue; desnudo y
ajustticiado fue; y en su amarguíssima muerte,
ni una pobre morttaja thuvo, con que cubrrir su
sacrosantta carne (...)” 118 .
La Hermandad de Lebrija abandonó en 1683 el
establecimiento fundacional para fijar su nuevo emplazamiento en
una casa donada por Juan de Torres Leyva, escribano del Cabildo
117 A.H.S.C.S. Carp. de documentación del siglo XVII.
118 Ídem.
295

de Lebrija, y su mujer Francisca de Miranda Reynoso para que
fuera “(...) hospital, curación y regalo de los pobres enfermos” 119 .
5.13.- Hermandad de Málaga
Ya ha quedado expresada al principio de este capítulo su
vinculación con la Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla.
5.14.- Hermandad de Cantillana (Sevilla)
La fundación se produjo entre los meses de mayo y junio de
1696, ya que, el día 9 de este último mes, sus cofrades se dirigieron
a Sevilla comunicando su constitución y el deseo de ésta de
ingresar en la confraternidad 120 . En el cabildo de 8 de julio de 1696,
la Hermandad de la iglesia de San Jorge respondía así:
“(...) Deja muy gustossa y consolada (...) de ver
a (...) tan fervorosos en su fundacion de que le
damos el parabien y el haverlos (...) para el
alibio de sus pobres desamparados (...)” 121 .
Del mismo modo, se le alentaba a la perseverancia con las
vivas y fervorozas razones que aún duraban “(...) en nuestros
coraçones [del] (...) muy amado y Venerable Padre (...) D[o]n.
Miguel Mañara (...)” 122 .
119
ESCUDERO ARNAY, J. M., op. cit., p. 35.
120
A.H.S.C.S. Carp. de documentación del siglo XVII.
121
Ídem.
122
A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1689/98), tº 6, fol. 217 v.
296

Asimismo, se hacía constar que entre ambas se haría un solo
cuerpo, tanto en las obras como en las indulgencias que habían
concedido varios sumos pontífices a la de Sevilla 123 .
5.15.- Hermandad de Antequera (Málaga)
Los orígenes de la primigenia Hermandad de la Caridad de
Antequera se remontan a los prolegómenos del siglo XVI,
apuntándose como posible fecha de arranque el año 1510 124 . En su
primera etapa, el hospital de la Caridad estuvo situado en la Cuesta
de los Zapateros, donde se albergó a pobres y enfermos sin
recursos. En un libro de Ordenanzas de la Hermandad, se hablaba
de que la Junta de Gobierno estaba integrada por: cuatro diputados,
dos alcaldes, un mayordomo, un casero, una casera, un escribano y
un veedor 125 .
Dicha Institución sufrió, a mediados del siglo XVII, un
debilitamiento en el desarrollo de sus funciones, lo que supuso la
desaparición. Más adelante, el 1 de abril de 1675, un grupo de
veinticuatro personas (entre las que figuraban religiosos y
caballeros de hábito) se reunió en la iglesia conventual de San
Agustín con objeto de refundar la Hermandad. La titularon de la
“Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo” y se encargaría de
atender a los pobres, de enterrar a los muertos carentes de sepultura,
de acompañar a los reos a los suplicios, de hacerles sus entierros y
123 Ibídem, fol. 218.
124 SAN MILLÁN GALLARÍN, C., “La Caridad de Antequera: Cofradía y Hospicio”,
Estudios Antequeranos, vol. 7-8, año IV, nº 1-2, Antequera, 1996, p. 304.
125 Ibídem, p. 305.
297

de mandar decir las misas por sus ánimas, así como de dar
hospedaje a los peregrinos 126 .
Días después, un canónigo de la Santa Iglesia Colegial (Juan
del Río Rueda o Francisco de Barrios -puesto que eran los únicos
eclesiásticos presentes en las dos primeras reuniones, la del 1 y 15
de abril, respectivamente-), envió una comunicación a la
Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla. Ésta fue leída en el
cabildo de 12 de mayo del citado año, en la que se solicitaban:
“(...) Estatutos y Reglas, que de la nuestra los
pudiesen servir; y que para ello le pedían en
dicha carta, nuestra regla, y algunos
apuntamientos, para en todo poder insistir en su
fundación, y principios a esta Hermandad
(...)” 127 .
Miguel Mañara también debió recibir otro memorial
procedente de Antequera, cuando respondió el 30 de abril de 1675
manifestando lo siguiente:
“(...) Rezivo su carta con la estimación y gusto
que devo por ver quiere Dios nuestro señor
tomar a ustedes por instrumentos para plantar
su viña en esa ciudad, que son los pobres
vuestras mercedes den muchissimas gracias a
su majestad, por el favor que les hace de
dejarlos por obreros de su casa y tengan buen
ánimo de batallas que se le ofreziere porque el
demonio y el mundo an de levantar sus
banderas y an de tomar por instrumentos a los
fieles letrados y grandes de esa ciudad para
contradecirle y perseguirlo. Por aquí han ido
todos los que han seguido a Jesucristo, y han de
126 A.H.M.A. Fondo Municipal, Sec. Beneficencia, leg. 973 (1675/1736), fols. 1 y 2 v.
127 A.H.S.C.S. Copia literal del lib. III..., fol. 665.
298

ir todos los predestinados hasta el fin del
mundo vuestra merced cierran los oidos a sus
silbidos y firmes en Dios o bien abran “con
ipso”. Pobre lo que debían hacer “con ipso”.
Vibo que Dios vencerá por ellos y los mayores
opositores serán sus mayores familiares y
Vdms serán llamados hijos de Dios y colocados
en su reino como verdaderos imitadores de
nuestro Padre Abraham Padre de los creyentes
y caritativos grandes y poderosos era para
regalar a los peregrinos que ospedaba el
venerable Padre Treuja, las terneras (en sus
ombros para regalarlos y teniendo tantos
criados) a quien en mandar ninguno hallaba
más digno para servir a los pobres que el
mismo por que sus ganas estimaría más Dios, el
trabajo de una por una que la limosna que les
haría más Dios, el trabajo de su persona que la
limosna que les haría su casa: Remito a vuestra
merced la regla de la Santa Caridad y un
memorial de todos los ejercicios de esta Santa
Caridad de Sevilla (...)” 128 .
Los profesores Martín Hernández y Granero, biógrafos de
Miguel Mañara, hicieron constar cada uno, en los capítulos
dedicados a las hermandades filiales en sus respectivas obras, que la
Hermandad de la Santa Caridad de Antequera quedó admitida por la
de Sevilla en 1675 129 .
En realidad sólo se trataba de una simple comunicación por
haberse fundado, produciéndose el ingreso en la confraternidad el
20 de abril de 1721 130 . Así, la Hermandad antequerana pudo
participar:
128
SAN MILLÁN GALLARÍN, C., op. cit., p. 318.
129
MARTÍN HERNÁNDEZ, F., op. cit., p. 136; GRANERO, J. M., D. Miguel Mañara
Leca y Colona..., p. 547.
130
A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1720/32), tº 8, fols. 26 y v.
299

“(...) de todas las Bulas y Breves apostolicos, e
Incorporaciones, a las Iglesias de S[a]n Juan de
Letran, y otras de Roma y Santiago de Galicia,
respecto de tener d[ic]ha herm[anda]d Iglesia
en que esta continuamente el S[anti]s[i]mo.
Sacramento, y en ella se mantiene capellan, ay
hospicio, enfermerias, p[ara] recoger sacerdotes
Peregrinos, y pobres desvalidos, y sala de
convalecencia, con silla para conducir al
hospital los que tienen nesesidad (...)” 131 .
En el cabildo de hermanos de la Caridad de Sevilla, celebrado
el 20 de julio del referido año, se leyó una carta de la Hermandad de
la ciudad de Antequera, en respuesta a la remisión de las Reglas y
de la certificación de quedar admitida en la confraternidad 132 .
5.16.- Hermandad de Campillos (Málaga)
Sabemos por un “Listado de hermandades filiales” que, en el
cabildo del 10 de marzo de 1731, fue admitida 133 . En efecto, en esa
reunión celebrada con carácter ordinario en dicha fecha, se recibió
en la confraternidad a la Hermandad de la Santa Caridad de la villa
de Campillos 134 .
5.17.-Hermandad de Nerja (Málaga)
La sede de la Hermandad de la Caridad fue la ermita de
Nuestra Señora de las Angustias, patrona de la villa de Nerja,
edificio erigido en 1720 por orden del caballero Luis López de
131 Ídem.
132 Ibídem, fol. 32.
133 A.H.S.C.S. Carp. de documentación del siglo XVII.
134 A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1720/32), tº 8, fol. 317 v.
300

Alcántara. Su esposa, Bernarda María Alférez, y sus hijos la
dotaron con rentas suficientes para la fundación de una
capellanía 135 .
La Hermandad de la Santa Caridad, con advocación de María
Santísima de las Angustias, acordó en cabildo de 28 de febrero de
1819 solicitar por escrito la unión con la Corporación hispalense.
Para este fin, quedó encomendado el hermano mayor Antonio
Vicente de Gálvez.
La entidad sevillana, reunida el 9 de mayo bajo la presidencia
de Vicente José Vázquez, vio y examinó la petición efectuada por la
Hermandad de Nerja, perteneciente a la Vicaría de Vélez-Málaga
del Obispado de Málaga, y oyendo el informe del hermano celador
estimó:
“(...) q[u]e la espresada hermandad de Caridad
(...) establecida en Nerja quede desde este dia
incorporada y unida con esta, con mutua
comunicación de gracias e indulgencias qe
ambas tienen, como asimismo p[ara] q[u]e los
sufragios, y oraciones de los hermanos sean
todos recíprocos en los de una y otra, para q[u]e
de este modo empleándose en las obras de su
instituto sea Dios servido y glorificado: y se
acordó asimismo q[u]e de esta determinación se
dirija certificasion á el referido S[eñ]or.
hermano mayor” 136 .
135 JIMÉNEZ PLATERO, J., “Su devoción a la Virgen de las Angustias”, Diario de
Málaga, Málaga, 29 de marzo de 1934.
136 A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1801/35), tº 12 (C-13), fols. 384 y v.
301

5.18.- Hermandad de Ronda (Málaga)
El documento más antiguo que se posee en el Archivo
Municipal de Ronda acerca de la Hermandad de la Santa Caridad
data de 1818, lo que no quiere decir que esa fecha sea
específicamente la de su fundación 137 . La quema de los fondos
municipales de la ciudad por los “serranos”, guerrilleros de la
serranía rondeña que lucharon para expulsar a los franceses, impide
que conozcamos con detalles los orígenes fundacionales de la
Corporación 138 .
Gracias a otro documento, se conoce que, en 1848, ya
mantenía correspondencia con la Hermandad sevillana:
“El Hermano mayor, y Hermanos de la Santa
Caridad de nuestro Señor Jesucristo de la
Ciudad de Sevilla: hacemos saber á nuestros
mui amados Hermanos de [manuscrito: los
pueblos por donde trancite] á quienes deseamos
salud y gracia delante del Omnipotente Dios,
Criador y Salvador nuestro, que sale de esta
Ciudad para [Ronda, Miguel Navarro] proveido
con las limosnas de esta Santa Casa, por
constarnos de su mucha pobreza y desamparo:
por lo cual pedimos en nombre de Dios nuestro
Señor á V[uestras]m[ercede]s. que yendo su
camino derecho le favorezcan con sus limosnas
hasta el primer lugar, refrendando esta Carta, y
pidiéndoles los mismos que á
V[uestras]m[ercede]s. suplicamos. Dado en la
137 Agradecemos a Clotilde Mozo Tondo, directora del Archivo, la documentación
facilitada para la elaboración de este epígrafe.
138 Parece ser que la intención de los serranos a la hora de destruir los fondos
documentales, se fundamentaba en hacer desaparecer las causas pendientes por la Ley
o que sus bienes no estuviesen inscritos en ningún registro.
302

Santa Caridad en [6] dias del mes de [Marzo de
1848]” 139 .
No obstante, la petición de que ambas Corporaciones se
vincularan llegaría más tarde. En efecto, en el cabildo celebrado
por la Hermandad hispalense el 19 de diciembre de 1852, se trató
de un escrito enviado por José Girón Morejón, cofrade rondeño,
quien había solicitado un ejemplar de sus Reglas y, al mismo
tiempo, que se produjera dicha unión. La Hermandad acordó que
“cuando fuere llegado el caso de pretender la confraternidad, se
tuvieran muy presentes los trámites de regla” 140 . Al poco tiempo se
debió producir este hermanamiento, enviando la Hermandad de
Ronda un ejemplar de su Reglamento, en el que constaba que el
obispo de Málaga, Juan Nepomuceno Cascallana y Ordóñez, lo
había aprobado el 14 de julio de 1854, siendo su hermano mayor
Nicolás Sánchez Cristóbal y su secretario José Durán Ordóñez 141 .
5.19.- Hermandad de El Coronil (Sevilla)
Esta Hermandad dirigió a principios de 1855 un escrito a la
Corporación hispalense para solicitar la unión con ésta. Por su
parte, en el cabildo de hermanos del 11 de febrero, se dio cuenta de
dicha petición, “acordándose pasase al celador para que
informara” 142 .
En la siguiente asamblea, la celebrada el 18 de marzo, se
reflejaba en las actas el acuerdo que reproducimos textualmente:
139 A.M.R. Sec. Iglesia. Estantería 13, balda 5, leg. 1.
140 A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1852/58), tº 14 (C-15), fols. 18 y v.
141 A.H.S.C.S. Reglamento de la Hermandad de Paz y Caridad de la ciudad de Ronda.
142 A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1852/58), tº 14 (C-15), fol. 114 v.
303

“Instruida la Hermandad del informe evacuado
por el celador referente a la confraternidad que
la Hermandad de la Caridad de la villa del
Coronil quería tener con la nuestra, acordó en
conformidad con el celador que se advirtiese
dicha confraternidad bajo las condiciones de
que aquella Hermandad había de cumplir los
sufragios de nuestra regla por los hermanos
difuntos, quedando esta corporación en el
mismo deber, a cuyo efecto se le remitiese
desde ahora un ejemplar de nuestra regla y
anualmente la lista de fallecidos; y que por
último se le advirtiese que quedaban ambas
corporaciones obligadas a auxiliarse
mutuamente en las obras de caridad,
esperándose también nos remita la regla de la
hermandad de dicha villa” 143 .
5.20.- Hermandad de El Arahal (Sevilla)
La Hermandad de la Caridad y Misericordia se creó a
principios del siglo XVI para “(...) cuidar de los pobres de
Jesucristo y elogiar la Santísima Imagen de Nuestro Señor de la
Columna (...)” 144 . La Hermandad fundó en 1516 un hospital con
objeto de “(...) la curación y transito de pobres enfermos asi de esta
villa como de fuera (...)” 145 . Decidió unirse en 1859 a la Hermandad
de la Caridad de Sevilla. En el cabildo que tuvo lugar en la sala de
juntas del hospital de San Jorge el 9 de enero, se dio lectura a un
oficio remitido por la Hermandad de El Arahal solicitando la
confraternidad con esta Casa. Tras deliberarse este asunto se
accedió, según el criterio de los hermanos asistentes, a los deseos
143
Ibídem, fols. 116 y v.
144
[En línea],
[consulta 2-5-2007]
145
A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1852/58), tº 14 (C-15), fols. 116 y v.
304

que ésta tenía, comunicándolo por escrito e inscribiéndola en el
registro 146 .
6.- La supervivencia de la Casa madre
Tras la citada exposición de los orígenes y antecedentes
históricos de las Hermandades de Caridad o Misericordia unidas a
la de Sevilla, hemos de señalar que, con el transcurso de los siglos,
las diferentes Corporaciones enunciadas fueron desapareciendo de
la escena benéfico-asistencial por distintos avatares, en algunos
casos conocidos y en otros no.
La única Hermandad que mantiene la pujanza de centurias
pasadas es la de Sevilla, al haberse mantenido intacto el espíritu de
la obra llevada a cabo por el Venerable Siervo de Dios Miguel
Mañara, quien dijo en vida: “Esta Casa durará mientras a Dios
temieren y a los pobres de Jesucristo sirvieren, y en entrando en ella
la codicia y vanidad se perderá”.
Es una evidencia que la Hermandad hispalense con el devenir
del tiempo se ha ido adaptando a los hábitos y costumbres de la
sociedad del momento, pero siempre teniendo presente el mensaje
evangélico de Don Miguel.
Que sepamos, sólo hay una Hermandad de las asociadas a la
de Sevilla, en concreto la de Marchena, que en la actualidad tiene
una presencia meramente testimonial.
146 A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1859/66), tº 15 (C-16), fol. 2 v.
305

CAPÍTULO VI:
LA IGLESIA Y HOSPITAL DE SAN JULIÁN

1.- EL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN
Anteriormente vimos cómo Alonso García Garcés se dirigía
al Cabildo secular para solicitar la concesión del terreno existente
en las mancebías públicas. Después de esta petición, vino el
impulso definitivo a la construcción del complejo arquitectónico de
la iglesia y hospicio 1 de San Julián, cuando el Consejo de Castilla
otorgó a la Hermandad de la Santa Caridad una cédula especial para
que, en esos lugares, se pudiera construir 2 . En efecto, en el cabildo
municipal celebrado el 12 de febrero de 1683, se leyó la Real
Provisión de Carlos II y de su Consejo, fechada en Madrid el 19 de
enero de ese año, por la que se servía aprobar el acuerdo tomado
por dicho Cabildo el 23 de noviembre de 1682, referente a la
entrega de unos terrenos en las mancebías para la edificación de la
iglesia de San Julián, casa y hospicio donde se recogiera a los
pobres. Asimismo, se hizo donación del censo perpetuo de 7.000
maravedíes que se pagaba a la ciudad, hasta esa fecha, por los
herederos de Gómez Fajardo, propietarios de esos sitios 3 .
Ahora, sólo quedaba pendiente que los arquitectos
municipales midiesen el terreno para que pudieran comenzar los
trabajos 4 . Mientras se esperaba esta actuación, la Hermandad de la
1
Entendemos que el término “hospicio” puede que sea más apropiado que el de
“hospital” para la época que tratamos, pero en los documentos que citemos,
respetaremos la terminología aparecida.
2
A.H.S.C.S., Lib. original de cabildos (1681/88), tº 5, s/f.; ZAMORA BERMÚDEZ,
M., op. cit., pp. 288-292.
3
A.M.M. Lib. 98, aa. cc. de 12 de febrero de 1683, fols. 151; lib. de Provisiones, tº 84,
fols. 18-26; lib. de Interés Histórico, vol. 16, fol. 433; AGUILAR SIMÓN, A.,
Inventario de documentos de la Sección de Propios, Rentas, Censos, Arbitrios,
Pósitos, Contribuciones y Repartos del Archivo Municipal de Málaga, tº I, Excmo.
Ayuntamiento, Málaga, 2005, p. 22.
4
A.H.D.M. Leg. 56, pza. 3, cuadernillo nº 2. Documento fechado el 15 de febrero de
1683.
309

Santa Caridad se aprestaba a realizar, en cumplimiento de sus
Reglas, cabildo general de elecciones el segundo día de Pascua. Los
hermanos reunidos reeligieron al licenciado y prebendado de la
Catedral Alonso García Garcés hermano mayor para el ejercicio
1683/84 5 .
Ilustración 40: Situación del hospital de San Julián [CARRIÓN DE MULA, J. y
RODRÍGUEZ, O., Planos de la ciudad y puerto de Málaga]
Esta significativa noticia se participó a la Hermandad de
Sevilla el día 22 de junio de 1683. Desde el hospital de San Jorge se
contestaba el 11 de julio felicitando a Alonso García por su
nombramiento 6 . Pero antes de que se recibiera una respuesta,
también en esa misma fecha, se personaron los alarifes locales,
Miguel Meléndez y Francisco Benzano, en las antiguas mancebías,
para medir el terreno donde habría de levantarse la futura sede de la
Hermandad de la Santa Caridad.
Parece ser que, antes de que se llevara a cabo el cálculo de
los metros, los hermanos habían mandado limpiar, en poco tiempo,
5 A.H.S.C.S. Carp. de documentación del siglo XVII.
6 A.C.C.M. Leg. 549, pza. 20; A.H.S.C.S. Carp. de documentación del siglo XVII.
310

el monte de escombros y basuras que se encontraban en el lugar 7 .
Precisamente, y sobre esta cuestión, José Luis Álvarez de Linera
indicaba que:
“Después de 90 dias de rudo trabajo, en el cual,
además de los Hermanos, toman parte el
Prelado y personas de distinción, provistos de
azadas y espuertas, consíguese desembarazar de
inmundicias y allanar el monte de basuras del
muladar público formado en el terreno cedido
para la edificación de la Iglesia y Hospicio” 8 .
La descripción efectuada del solar, así como sus límites,
quedaban expresados de manera pormenorizada en un documento
notarial del que damos cuenta:
“(...) dixeron aver medido el d[ic]ho sitio que oi
esta en planta llana y desmontado el muladar
que le ocupaba de muchos años asta partes mas
alto que las murallas. Y que el d[ic]ho sitio por
la calle que oi llaman de S[a]n Francisco (...)
que atravesaba la muralla que oi es la puerta
que sale a la calle de la Carreteria frontero del
Convento de S[a]n. F[rancis]co. tomando la
medida desde el simiento que parece thenian
las tapias de d[ic]ho sitio que es lo que hase
frente y fachada tiene treinta y tres varas y por
la parte de enfrente de el d[ic]ho sitio tiene
trece varas y media de frente y fachada entre la
calle de la Ronda y que yba a las casas de
Chirinos que oi disen la calle de la Judante la
qual esta condenada por estar en su sitio. Y en
vara y media de sitio del de las d[ic]has
mancebias labrada de nuevo al parecer parte de
7 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, p. 203.
8 A.H.D.M. Leg. 77, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Crónica de la
Venerable Hermandad de la Santa Caridad...”, s/f.
311

d[ic]has cassas que quedaron por muerto de
Don Roque Martel que hasen esquina a la calle
que oi llaman de Canasteros (...) y este sitio
testero de treze bar[as] y m[edia]ª la divide de
d[ic]has mansevias d[ic]has cassas y corrales
que de pressente posee Juan de Lara maestro de
albañil v[e]z[ino]º desta ciudad por venta q[ue]
dise tiene del Convento y religiosos de San
Augustin. Y el d[ic]ho sitio de las mancebias
desde la pared de la calle Nueba de S[a]n
Francisco (...) que es la fachada principal y
tiene treinta y tres varas hasta el testero de
enfrente que tiene trese varas y media según ba
declarado por las dos calles de la ronda y de la
calle que yba a las cassas de Chirinos y callejon
que oi disen del Ayudante que esta condenada
tiene de largo i fondo por anbas partes noventa
y cinco varas. Enpesando suancho desde
d[ic]ha treinta y tres varas hasta rematar en la
trese y media en la forma que lo demuestran
por la linea planta que haran y pondran al pie
desta declaración y diligencia con que todo el
dho sitio tiene o doscientas y quarenta varas de
quadrado (...)” 9 .
Se entiende, a tenor de lo descrito, que la planta del edificio
(hospicio e iglesia) era, a todas luces, irregular. En el documento en
cuestión se indicaba, además, que el hermano mayor, Alonso García
Garcés, y el regidor perpetuo y alguacil mayor, Antonio Nieto de
Villegas España, estuvieron en esa fecha en las mancebías públicas.
Este último tomó la mano del eclesiástico y ambos pasearon hasta
que el munícipe le dio la posesión del citado lugar.
9 A.H.D.M. Leg. 56, pza. 3, fols. 15 y v.
312

Ilustración 41: Plano del complejo de San Julián [CLAVIJO GARCÍA, A., “La iglesiahospital
de San Julián de Málaga: historia y arte”, Boletín del Museo Dicoesano de Arte
Sacro nº 1-2, Universidad, Málaga, 1981, p. 54]
Veamos, pues, cómo se plasmaba en el papel este evento, de
enorme relevancia para la entidad benéfico-asistencial:
“Alonso Garcia Garces en nombre de la dha
hermandad se paseo por el d[ic]ho sittio y
mudo algunos ripios y tierra del de una parte a
otra y hizo otros actos de posesion y de como la
tomaba quieta y pacíficamente lo pidio por
testimonio y fueron pressentes por testigos Don
Cristóbal Cavello Don Deonissio Cavello y
Don Miguel Moreno Grada y otras muchas
personas eclesiásticos y seculares vecinos desta
ciud[ad]. (...)” 10 .
Los arquitectos iniciaron los cimentos de la iglesia el 4 de
julio de 1683 11 . El día 5 del mes siguiente, festividad de Nuestra
Señora de las Nieves, se vivió uno de los momentos más emotivos
en la Hermandad con el acto de colocación de la primera piedra.
Pensamos que en la designación de la fecha tuvo que influir el
interés personal del hermano mayor, quedando ligada, para siempre,
a la historia de la Hermandad. Recordemos que Alonso García
10 Ibídem, fols. 16 y v.
11 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, p. 203.
313

Garcés había nacido en Benaoján y residido entre esta villa y la de
Montejaque, resultándole muy familiar esta advocación de la
Virgen en la Serranía de Ronda 12 .
El relato del acontecimiento puede ser narrado gracias a la
documentación conservada en el Archivo de la Santa Caridad de
Sevilla. La Hermandad de Málaga envió a su homónima un escrito,
fechado el 17 de agosto de 1683, poniendo de manifiesto lo que se
expresa:
“(...) el dia de N[uest]ra. S[eño]ra. de Las
Nieves, 5 deste mes, se dispuso, poner la
primera piedra en la Iglesia de N[uest]ro.
Patron San Julian, que se executó aquella tarde,
haviendo concurrido con esta noticia, la mayor
parte desta Ciudad, y todo el Cabildo
eclesiástico, la Musica de la Cathedral y la
Parrochia delos Santos Martires S[a]n. Ciriaco
y Santa Paula, encuyo ambito esta n[uest]ro.
Hosp[ita]l. Pusso la primera piedra con
comisión del S[eñ]or. Obispo (que se hallava en
S[an]to. Thomas del Mar) el Sr. D[o]n. Alonso
Garcia Garzes N[uest]ro. Herm[ano]º m[ayo]r.,
y desde aquel dia se continua en la obra” 13 .
Álvarez de Linera refería que dicho acto se había celebrado a
las 3 de la tarde y que el obispo Fray Alonso de Santo Tomás, al no
12 El Desierto de Nuestra Señora de las Nieves se localiza en la Sierra de Tolox o de
las Nieves, llamada así porque los neveros acudían a recoger el hielo conservado en
pozos para transportarlo en acémilas a Granada y Málaga. El origen religioso de este
paraje radica en la aparición de una imagen de la Virgen a un pastor. Dicha imagen se
identifica con la que, actualmente, se venera en la iglesia parroquial de San Agustín
de El Burgo. Se trata de una talla pequeña de vestir con el Niño y una media luna a sus
pies, cuyas características han permitido a historiadores del Arte datarla a finales del
siglo XV. El comienzo del culto a la referida imagen se encuentra documentado desde
1517, fecha en la que había una ermita con una Virgen que llevaba tal denominación
[RODRÍGUEZ MARÍN, F. J. y MORALES FOLGUERA, J. M., “El desierto
carmelita de Ntra. Sra. de las Nieves en el Burgo (1599/1835)”, Jábega nº 70, Excma.
Diputación, Málaga, 1990, p. 33].
13 A.H.S.C.S. Carp. de documentación del siglo XVII.
314

haber podido asistir, manifestó lo siguiente: “me alegro del buen
suceso de haberse puesto la primera piedra en tal dia que confio
será muy seguido el edificio y continuará Dios el buen deseo” 14 .
Al mes siguiente, la Hermandad de la Santa Caridad recibía
del cardenal Carpeña, protector de la Archicofradía de San
Jerónimo y vicario del papa Inocencio XI, una bula de agregación a
la citada Archicofradía de Roma 15 , haciéndole partícipe de “todas
sus Indulgencias, gracias y Jubileos” 16 .
Ilustración 42: Fotografía del interior de la iglesia de San Jerónimo de Roma. Colección
de Alberto Jesús Palomo Cruz
14 A.H.D.M. Leg. 77, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Crónica de la
Venerable Hermandad de la Santa Caridad...”, s/f.
15 El templo fue mandado construir en el siglo XVI por el pontífice Sixto V, quien era
oriundo de Croacia. La denominación de la iglesia proviene del amor y de la devoción
que el Papa profesaba desde joven a ese maestro de la Iglesia. [En línea],
[consulta 17-11-2006]
Se encuentra enclavada en la Vía Tomacelli esquina con Piazza di Rippeta, a escasos
metros del Ara Pacis y del Ponte Cavour, por donde discurre el río Tíber.
16 A.H.D.M. Leg. 77, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Crónica de la
Venerable Hermandad de la Santa Caridad...”, s/f.
315

La noticia de tal concesión debió ser recibida con agrado por
la Junta de Gobierno pero ésta tenía ante sí un reto de suma
importancia: la edificación de la iglesia y del hospicio de San
Julián. A finales del año 1683, se decidió que los trabajos
comenzaran por el templo, pero la situación económica no era lo
idónea que se esperaba. Esto trajo consigo que, el 11 de junio de
1684, se pararan con objeto de concentrar todos los esfuerzos en
concluir el albergue, a fin de ahorrar el dinero del alquiler de la casa
de calle Convalecientes 17 .
En plena construcción del hospicio, y cuando apenas llevaba
dos años dirigiendo la Hermandad, Alonso García Garcés fallecía el
17 de abril de 1684, sustituyéndole en este cargo el racionero entero
de la Santa Iglesia Catedral de Málaga, Sebastián de Cáceres
Chamizo 18 .
Pese a ello, las obras continuaron gracias a las generosas
aportaciones pecuniarias de nobles, eclesiásticos y comerciantes de
la ciudad 19 . Este hecho tampoco repercutió en las obligaciones que
tenía la Hermandad de enterrar a sus hermanos 20 .
Por esa misma fecha, la Hermandad entró en pleito con Luis
y Diego Martel -propietarios de una casa que lindaba con las
mancebías públicas- por haber construido, en los terrenos cedidos
por el Cabildo secular, un cuarto nuevo con las aguas de los tejados
17 A.D.E. Caja 110, leg. 28.
18 CAMINO ROMERO, A., “Historia de la Hermandad de la Santa Caridad en Málaga,
1488/1965”, Vía Crucis nº 10, Museo Diocesano del Obispado, Málaga, 1991, p. 23.
19 ZAMORA BERMÚDEZ, M., op. cit., p. 178.
20 Francisco Barranquero mandaba en su testamento de 26 de noviembre de 1684, que
cuando falleciera su cuerpo fuese llevado en las angarillas donde se trasladan a los
pobres difuntos por los hermanos de la Hermandad de la Santa Caridad, a la que
pertenecía [A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 40, fols.
456 v. y 457].
316

y dos ventanas de rejas que daban al sitio donde se iban a fabricar la
cocina y las dependencias para el recogimiento de los pobres.
En una escritura pública, fechada el 26 de mayo de 1684, la
Hermandad, representada por el hermano mayor Sebastián de
Cáceres Chamizo y por el capitán Juan de Ahumada, convenía con
los referidos hermanos Martel que se quedaran con la propiedad del
sitio ocupado en las mancebías, que se cerraran las dos ventanas y
que quitaran o mudaran las aguas del tejado, así como que pagaran
al mayordomo tesorero de la Santa Caridad la suma de 1.000 reales
en cuatro años. Los hermanos de la Caridad también exigieron
poder colocar los pilares y arcos ciegos que hicieran falta a costa de
ambos 21 .
Las obras del hospicio, que marchaban a buen ritmo, se
paralizaron el 19 de abril de 1685 por falta de dinero. Al lograrse
nuevos fondos, obtenidos del Ayuntamiento y de limosnas de
cofrades y de particulares, pudieron ser reanudadas nuevamente 22 .
El hospicio y las cocinas (situadas en la zona del patio
interior) se concluyeron en junio de 1685 23 .
En un libro de limosnas constaba, por un lado, que, en el año
1684, los gastos de construcción del albergue ascendieron a 19.721
reales, siendo distribuidos así:
1º) Materiales de construcción y carpintería: 10.306 reales.
2º) Transportes de materiales: 1.291 reales.
3º) Salarios de los maestros de albañilería, de oficiales,
peones, canteros, maestros de carpintería, oficiales, aserradores y
vigilante: 8.124 reales.
21
A.H.P.M. Escribanía de Antonio Vargas Machuca, leg. 2.024, fols. 265 v. y 266.
22
A.D.E. Caja 110, leg. 28.
23
ZAMORA BERMÚDEZ, M., op. cit., p. 180
317

Por otro, y en el período comprendido entre enero y julio de
1685, se fijó en 9.961 reales, repartidos de esta manera:
Primer grupo: 4.480 reales.
Segundo grupo: 511 reales.
Tercer grupo: 5.610 reales 24 .
Estos trabajos fueron dirigidos, a tenor de una información
aparecida en una escritura fechada el 7 de enero de 1685, por los
maestros albañiles Juan Ochoa y Juan Aragón, figurando como
oficiales de albañilería Juan Perea y Andrés García 25 .
La estrechez y su irregularidad en el extremo oriental del
inmueble se debía a las casas colindantes. Si se contempla la planta
del edificio, se aprecia perfectamente que tiene forma trapezoidal.
Conforme vayamos acercándonos a la iglesia, el conjunto
arquitectónico se irá ensanchando hasta adquirir una forma regular,
distinta a la del otro extremo 26 . El patio interior se presenta con una
arcada completa en uno de sus lados, descansando sobre tres
columnas de orden toscano. Las diferentes modificaciones
producidas en el edificio a lo largo de los siglos, hacen imposible
una reconstrucción fidedigna de la primigenia ordenación de las
dependencias. Distintos contratiempos -como por ejemplo, un
litigio y una sequía- retrasaron las obras que se llevaban a cabo en
las salas de incurables y de cabildos, así como las de la iglesia,
dirigidas por los arquitectos Luis de Zea Arellano y José
Coscojuela 27 .
24
A.H.D.M. Leg. 58, pza. 1. También hemos consultado a: ZAMORA BERMÚDEZ,
A., op. cit., p. 79, donde el autor efectúa un resumen de los gastos en la construcción
del hospicio de San Julián.
25
A.H.P.M. Escribanía de Antonio Vargas Machuca, leg. 2.024, fol. 14.
26
CLAVIJO GARCÍA, A., op. cit., p. 60.
27
A.D.E. Caja 110, leg. 28.
318

La Junta de Gobierno de la Santa Caridad solicitó el 10 de
noviembre de 1686 a los regidores de la Ciudad fondos para costear
las obras, principalmente las de la iglesia 28 .
La Hermandad de la Santa Caridad solicitó en 1688 del
Cabildo municipal el permiso para tomar media paja de agua 29 de la
fuente de la Puerta de Buenaventura. Esta petición se efectuaba al
necesitarse el elemento líquido para el alimento de los hospedados y
para las obras, no pudiéndose conseguir con los medios que tenía a
su alcance. Por ello, se solicitaba la concesión de media paja de
agua para que la Hermandad pudiese llevarla al hospicio.
Por su parte, el Cabildo secular acordó el 29 de noviembre
de ese año que la referida Institución hiciera por su cuenta una
fuente con su pilar frente a la casa del fundador y primer hermano
mayor, Alonso García Garcés, situada junto a la Puerta de
Buenaventura, a fin de que tomara media paja de agua y la pudiera
llevar a la casa y hospital para el fin que los cofrades demandaban 30 .
Unos días después de adoptarse dicho acuerdo, la Hermandad
aceptó, pese a no recogerse en sus Constituciones, la admisión de
un buen número de niños callejeros abandonados por sus familias,
alojándolos en el patio interior, en una dependencia destinada a
leñera 31 .
El cabildo de hermanos celebrado el día 9 de enero de 1689,
aprobó pedir limosnas por las calles para que, con lo recaudado, se
pudiera destinar a los trabajos de la iglesia 32 .
28
Ibídem.
29
La paja de agua era una medida de aforo, que equivalía a la decimosexta parte real
de agua o poco más de dos centímetros cúbicos por segundo.
30
A.M.M. Lib. 101, aa. cc. de 29 de noviembre de 1688, fols. 257 y 258.
31
A.D.E. Caja 110, leg. 2.
32
A.D.E. Caja 110, leg. 28.
319

Al mes siguiente, el asunto de la fuente se volvió a tratar. Los
miembros de la Hermandad de la Santa Caridad no habían podido
realizar la obra, puesto que el agua del arca no llegaba a la altura de
la fuente y del pilar. Ante el impedimento decidieron hacerlo por la
parte exterior de la Puerta de Buenaventura para el uso de los
hermanos, y por la interior, una fuente pequeña para el consumo de
los vecinos de esa zona de la ciudad 33 . La Corporación local
acordó, en última instancia, que la fuente y el pilar se levantaran
intramuros por el bien de los moradores de ese lugar y que los
cofrades dieran la altura necesaria para hacerlos frente a la casa del
racionero Alonso García Garcés 34 .
Los trabajos de construcción de la iglesia debieron estar
iniciados en 1689, ya que en el testamento de Ramiro de Villafañe,
racionero y cofrade de la Hermandad de la Caridad, se especificaba
esta circunstancia 35 . Por este año, el recién nombrado obispo de
Panamá, Diego Ladrón de Guevara, canónigo que fue de la Catedral
de Málaga, efectuaba un importante donativo a la fraternidad 36 .
Desde esta última fecha hasta 1693, estuvieron suspendidos
los trabajos que, afortunadamente, fueron reanudados al obtenerse
medios económicos para darle un nuevo empuje 37 .
En la década de los años 90, se instalaron 24 camas para
enfermos incurables en una sala recién construida, cumpliendo así
con lo estipulado por el Consistorio malagueño cuando entregó a
33 A.M.M. Lib. 101, aa. cc. de 18 de febrero de 1689, fols. 333 y v.
34 A.M.M. Lib. 101, aa. cc. de 7 de marzo de 1689, fols. 341 y v.
35 A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.781, fols. 172 v. y 173.
36 A.D.E. Caja 110, leg. 28. En el Cabildo de la Catedral de Málaga celebrado el 25 de
enero de 1689, se dio cuenta del nombramiento de Diego Ladrón de Guevara como
obispo electo de Panamá [A.C.C.M. Lib. 36, fol. 108].
37 CAMACHO MARTÍNEZ, R., Málaga Barroca..., p. 220.
320

la Hermandad el terreno donde se levantaría el hospicio de San
Julián 38 .
El cabildo de hermanos acordó por unanimidad el 17 de julio
de 1694, que Bernardo de Eslava, obrero mayor de la Hermandad,
diese cuenta del avance de la obra. En la citada sesión, el
comerciante Antonio María Guerrero propuso que se comprara la
madera para la cubierta de la iglesia en 470 pesos 39 .
La profesora Rosario Camacho Martínez manifestaba que, en
la edificación de la iglesia, se detectaron varios fallos y, además,
señalaba que, en el cabildo de 12 de junio de 1695, el arquitecto
Luis de Zea Arellano 40 , informó del error cometido por el maestro
Miguel Meléndez, autor de la traza del templo, al haber fallado en
el arco toral. En vista de lo cual, se determinó que: “(...) se derribe
el arco y quede la iglesia firme y hermosa” 41 .
En otro cabildo, en el realizado el 14 de agosto de 1695, se
informaba de haberse encargado a los arquitectos Luis de Zea y
José Coscojuela la ejecución de una obra existente entre la iglesia y
el cuerpo del hospicio hasta la cocina, así como la del techo del
recinto sagrado y la apertura de los cimientos de un cuarto cercano
a éste 42 .
Tras la obra del patio principal se colocó una fuente de
mármol con pila cuadrilobulada sobre pedestal de igual forma, de
38 ZAMORA BERMÚDEZ, M., op. cit., p. 181. El mismo autor señala, en la p. 176,
que el Ayuntamiento concedió a los hermanos de la Caridad 7.000 maravedíes anuales
y los réditos de más de 50 años con la condición de que en el establecimiento
hospitalario se creara una sala para enfermedades que no tuvieran cura, al no existir en
la ciudad ningún nosocomio encargado de tal menester.
39 A.H.D.M. Leg. 77, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Crónica de la
Venerable Hermandad de la Santa Caridad...”, s/f.
40 Había ingresado en la Hermandad el 3 de mayo de 1693 [A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1,
“Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 37 v.]
41 CAMACHO MARTÍNEZ, R., op. cit., p. 220.
42 LLORDÉN SIMÓN, A., Arquitectos y canteros malagueños..., p. 123.
321

la que surge una columna de tambores almohadillados que sostiene
la taza sobre la que se alza la cruz de la Hermandad, en cuya base se
encuentra esta inscripción:
-Anverso: REGNA/ VITALIGNO/ DEUS/ 1598.
-Reverso NOVA/ RESTITUTA/ FORMA/ DE
V.L.D./1797” 43 .
La fuente fue trasladada del hospital Real al de San Julián,
correspondiendo su adaptación a José Coscojuela en 1701.
Posteriormente, y como se señala en la leyenda, sería reformada 44 .
Al mismo tiempo que se laboraba en el patio, se hacía lo
propio en las dependencias del piso superior. Para acceder a esta
parte del edificio, se llevó a cabo la construcción de dos rampas
laterales convergentes en un rellano central para convertirse a
continuación en un solo tramo. Este espacio se cubrió con una
amplia bóveda de cañón 45 . En efecto, los hermanos de la Caridad
aprobaron en 1695 la traza de lo que aún quedaba por concluirse en
el edificio. Por ese tiempo, se solicitó al comerciante Antonio María
Guerrero, padre del primer conde de Buenavista, José Francisco
Guerrero Chavarino, que costeara el enlosado de la iglesia 46 .
43
CAMACHO MARTÍNEZ, R., op. cit., p. 221.
44
Ibídem, p. 222.
45
CLAVIJO GARCÍA, A., op. cit., p. 60.
46
A.D.E. Caja 110, leg. 1. Parece ser que, por esas fechas, el citado noble realizó unas
gestiones para que la Escuela de Cristo (fundada en Málaga por el obispo Fray Alonso
de Santo Tomás, cuya misión consistía en organizar actos religiosos y retiros
espirituales) pasara del hospital de Santo Tomás a San Julián [A.D.E. Caja 331, DÍAZ
DE ESCOVAR, N., El Hospital de Santo Tomé; SANTOS ARREBOLA, Mª. S., La
Málaga ilustrada y los filipenses, Universidad, Málaga, 1990, p. 56]. Con el paso de
los años, la Escuela perdió el esplendor obtenido al no cumplir sus objetivos. Ello trajo
consigo la intervención de su nieto, Antonio Tomás Guerrero Coronado, segundo
conde de Buenavista, quien mandó construir un edificio dividido por dos partes: una,
formada por una capilla subterránea, donde se trasladaría la Escuela de Cristo y otra,
la iglesia, dedicada a San Felipe Neri, como santo Titular de la referida Escuela
[SANTOS ARREBOLA, Mª. S., op. cit., pp. 56 y 57. Para una mayor información
sobre la familia Guerrero, recomendamos la consulta de: ALFONSO SANTORIO, P.,
322

Ilustración 43: Cruz situada en la fuente del patio principal, hacia los años 30 del siglo
XX [Foto: Juan Temboury]
A pesar de este tipo de peticiones de la Hermandad, las obras
del hospital y de la iglesia continuaban realizándose en julio de
1695 47 .
En el mes de octubre, la Hermandad ya se reunía en la sala de
cabildos. El honor de inaugurarla lo tuvo la Junta de Gobierno
presidida por Juan de Pedregal Figueroa y formada por: Luis de Zea
Arellano, alcalde antiguo; Gabriel de Cabrera, alcalde moderno;
Martín Fernández Peisal, tesorero; Juan del Moral Pacheco,
secretario; Lope de Amburze, contador; Antonio Sánchez Serrano,
fiscal 48 .
La nobleza titulada malagueña en la crisis de 1741, Excma. Diputación, Málaga,
1997].
47
A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa, leg. 2.185, fol. 891 v.
48
Ibídem, fols. 1384 y 1385 v.
323

Las tareas de embellecimiento del exterior de la iglesia se
concluyeron a finales de 1695 y las del interior quedaron
paralizadas hasta marzo de 1696, al no disponerse de más fondos 49 .
En el cabildo de hermanos celebrado el 17 de marzo de 1697,
Luis de Zea Arellano presentó un proyecto de bóveda con nichos
debajo de la capilla mayor. José Luis Álvarez de Linera Duarte
desconocía la fecha de inicio y terminación del panteón al carecer
de los libros de actas de ese tiempo. No obstante, destacaba que los
constructores de la iglesia dedicaron un lugar apropiado para la
custodia de los huesos de sus cofrades 50 .
Fue él mismo quien describió la cripta, que conoció a
comienzos del siglo XX, de este modo:
“(...) tiene su entrada al lado derecho del Altar
del Salon por medio de una trampa de madera,
imitando en su pintura el enlosado blanco y
azul de la Capilla. Bájase por dos tramos de
escalera abovedada de amplios, gruesos y
sólidos peldaños: el piso está revestido con
grandes ladrillos cuadrados. A la cabecera
existió un altar (hoy convertido en ruinoso
poyete) situado entre los dos ventanillos de
desahogo que abren á la Calle de San Julian. El
Panteón es cuadrilongo, contiene 32 nichos
numerados, formando tres hileras y adornados
con atributos fúnebres. En la pared opuesta al
altar aparece, pintada de negro, una cortina á
manera de dosel, cobijando bajo sus pliegues
vestigios de una inscripción semiborrada por la
humedad, que relata la restauración de la
bóveda, hecha á expensas de un Hermano. Dos
nichos ostentan, encerrando las cenizas del
49 CAMACHO MARTÍNEZ, R., op. cit., p. 220.
50 A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.
324

Dean Don Antonio Corrales Luque y las de
Doña Maria Casini: de los demás, unos estan
tabicados y sin rotular, ignorándose si
contienen huesos, y otros abiertos, bien porque
no se hubieran utilizado ó porque de ellos se
hubiesen extraido los restos para reunirlos en
uno á modo de osario general. Los restos de
algunos Hermanos, bienhechores de la Casa,
descansan en el Panteón como premio y
recompensa á la memoria por ellos dejada” 51 .
El 27 de mayo de 1697, se estrenaba la solería del templo,
cuyo importe ascendía a 1.000 pesos. Y el 14 de julio, Luis de
Godoy, hermano de la Santa Caridad, regalaba un magnífico lienzo
de Los desposorios de Nuestra Señora, obra del pintor Cornelio de
Vos, para que fuese colocado en uno de los retablos de la iglesia de
San Julián 52 .
A principios de 1698, se hizo cargo del tramo final de las
obras del templo José de Coscojuela, dado que De Zea Arellano se
vio obligado a efectuar un viaje 53 .
En el cabildo de 9 de noviembre de ese mismo año, el
hermano mayor, el canónigo de la Catedral Juan de Pedregal
Figueroa, comunicaba a los miembros de la Corporación que la
consagración de la iglesia se efectuaría el día 21 de enero de 1699,
51 Ibídem. Hoy día en la cripta quedan algunos restos humanos, como pudimos
verificar en junio de 2008; sin embargo, los despojos de los ajusticiados, que eran
depositados en las zanjas de la capilla del Santo Cristo del Consuelo, fueron
exhumados en los años ochenta del siglo XX, con motivo de unas obras de
remodelación del edificio para que la Agrupación de Cofradías estableciera su sede
administrativa.
52 A.D.E. Caja 110, leg. 1. Cornelio de Vos pintor flamenco, nacido en Hulst (1585) y
muerto Amberes (1651). Discípulo de David Remeeus y amigo de Snyders y Van
Dyck. Cultivó el retrato y los asuntos religiosos.
53 CAMACHO MARTÍNEZ, R., op. cit., p. 220.
325

ya que, el día 28 de ese mes, festividad de San Julián, el obispo
Bartolomé Espejo y Cisneros, no podía asistir 54 .
Ilustración 44: Escaleras de acceso al primer piso del patio principal, hacia los años 30
del siglo XX [Foto: Juan Temboury]
En la reunión mantenida por los componentes del Cabildo
Catedral el 25 de noviembre de 1698, el Deán informó a los
presentes de que la iglesia del hospital de San Julián estaba
concluida, recalcando especialmente la determinación de la
Hermandad de la Santa Caridad de realizar la fiesta de la bendición
y consagración del templo el día 21 de enero de 1699, para acabar
el octavario el día del santo. El cuerpo capitular acordó asistir y, a
la vez, propuso que el canónigo Juan Severino Jurado fuese el
encargado de predicar la primera de las funciones religiosas 55 .
54
A.D.E. Caja 110, leg. 1.
55
A.C.C.M. Leg. 1.038, pza. 1, lib. 37, aa. cc. de 21 de noviembre de 1698, fols. 290 y
v.
326

La Hermandad también comunicó el acontecimiento que se
avecinaba al Cabildo secular. En la Institución municipal se leyó un
memorial el día 12 de diciembre de 1698, enviado por el hermano
mayor Juan de Pedregal Figueroa, noticiando haber acabado la
construcción de la iglesia y la colocación del santo con fiesta
solemne de octava, al tiempo que solicitaba del corregidor:
“(...) sea de seguir de onrrar la hermandad
autorizando a su cuidado la fiesta del dia octabo
como lo ha hecho en semejantes fiestas en que
la hermandad rescivira particular merced de la
grandesa de V[uestra]s[eñoría] que n[uest]ro
S[eño]r. g[uar]de. los muchos a[ño]s. que
puede (...)” 56 .
Conforme se acercaba la fecha de la inauguración del nuevo
templo, el Deán de la Santa Iglesia Catedral de Málaga propuso,
dado que el miércoles 21 de enero el Cabildo eclesiástico celebraría
la primera fiesta de la dedicación a San Julián, se determinara cómo
se habría de ir y cuánto se daría de limosna para el festejo.
Los canónigos del Cabildo acordaron que una dignidad
eclesiástica oficiara la misa y que, con bonetes y manteos, se saliera
en coches desde la Iglesia Mayor, contándose también con la
presencia del Obispo, muy interesado en asistir. Igualmente, se
aprobaba la libranza de 50 monedas de ocho para cera y fuegos
artificiales y la comida de pobres incurables existentes en el
hospital, sirviéndola los canónigos Juan de Viera Lugo y Juan de
Pedregal en nombre del Cabildo 57 .
56 A.M.M. Lib. 106, aa. cc. de 25 de noviembre de 1698, fols. 193 y v.
57 A.C.C.M. Leg. 1.038, pza. 1, lib. 37, aa. cc. de 19 de enero de 1699, fols. 301-302.
327

Ilustración 45: Detalle de la escultura de San Julián, situada en la fachada principal de la
iglesia [Foto: A.C.R.]
Bendecido el templo, la Hermandad escribió a su homónima
de Sevilla para comunicarle este evento y, además, requerirle
información de cómo se había de administrar los santos
sacramentos en esa Casa. En las actas del cabildo ordinario
celebrado por la Hermandad de la Santa Caridad de la ciudad del
Betis el 14 de marzo de 1699, se plasmaba lo que exponemos
textualmente:
“(...) se vio su carta de V[uestras]m[ercede]s,
sumam[en]te, Gustosos p[o]r La notizia que se
sirven participarnos de tener Ya colocado en su
nueba Iglesia, y a n[uest]ro, S[eño]r,
Sacramentt[a]do, que reberentes adoramos, y
328

damos a V[uestras]m[ercede]s, mill enorabuena
de que ayan logrado tan feliz, para vien desa
S[an]ta, Herm[anda]d. y tan principal consuelo
de n[uest]ros, muy amados herm[ano]s Los
Pobres, siendo muy correspondiente al cordial
amor Y attenzion que siempre Les emos
profesado, La queemos devido a
V[uestras]m[ercede]s en el cuidado de
noticiarnos nueba de ttanto alvorosso, N[uest]ro
S[eñ]or. de a v[uestras]m[ercede]s el premio Y
s[an]to, Celo que se nezessita para venerar,
servir y adorar tan Alta Majestad, En lo que
toca a Administrar Los s[an]tos. sacramentos
en n[uest]ra s[an]ta. cassa e hospital, assí por
devozion como p[o]r. nezed[idad], toca y
pertenese a Los Parrochos del sagra[rio]º desta
s[an]ta Iglesia Metrop[olita]na En cuya
Jurisdicción esta la n[uest]ra, y de cuya
custodia en q[ue] su divina Mag[esta]d. esta
colocado tiene una llave el Cura mas antiguo de
d[ic]ho sagra[rio]º de que para lo contra[rio]º
no tenemos previlejio, si vien por ser tan
crecido El num[ero]º de emfermos Impedidos
que mantiene en sus emfermerias esta S[an]ta.
Cassa (que oy llega a 200) sin los que recoje en
su hospicio, y estar N[uest]ro Hospital
extramu[ro]s y los cassos repentinos que de
hordin[ario]º acaesen, se permite que los
Capellanes del, administren Entales ocasiones
Los Sacram[en]tos, del vehuristia Y s[an]tos.
olios, ques quanto podemos responder a
v[uestras]m[ercede]s. q[uie]n. nos tendra
siempre con el afecto e igual correspondiencia
que pide N[uest]ra Union y Confrattern[ida]d.
(...)” 58 .
58 A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1699/1719), tº 7, s/f. Esta misma noticia se
encuentra plasmada en un escrito enviado por la Hermandad hispalense a la
malacitana [A.C.C.M. Leg. 549, pza. 20].
329

Ilustración 46: Detalle del altar mayor de la iglesia de San Julián, antes de la Guerra
Civil [Foto: Juan Temboury]
Con la apertura de la iglesia al culto no concluirían del
todo los trabajos del edificio, puesto que en el hospital y en el
claustro del patio principal se extenderían hasta el año 1700, siendo
dirigidos por José de Coscojuela 59 . Pese a ello, comenzarían a surgir
las primeras peticiones de los hermanos para ser enterrados en el
edificio. El matrimonio formado por el jurado Diego de Velasco y
Juana de Toro mandaba en su testamento otorgado el día 3 de junio
de 1699, que sus cuerpos fueran sepultados en la iglesia de San
59 VV. AA., [Coord. y dtora. CAMACHO MARTÍNEZ, R.], Guía histórico-artística
de Málaga, Arguval, Málaga, 1997, p. 271.
330

Julián, siendo él amortajado con el hábito de San Francisco y ella
con el de trinitarios descalzos 60 .
Ahora, exponemos la referencia efectuada de la iglesia de
San Julián por el viajero Antonio Ponz, en su visita a Málaga en el
siglo XVIII; y la descripción del templo por el profesor Agustín
Clavijo García, a principios de los años ochenta del siglo XX.
El primero, decía que:
“De buena y sencilla arquitectura se encuentra
poco. Lo mejor (...) son: las iglesias de las
Recoletas, la de San Julián y también lo es la
que los Jesuitas tuvieron” 61 .
El segundo, describía el estilo y las características
arquitectónicas así:
“Al exterior pueden apreciarse tres fachadas: la
primera y principal, correspondiente al lado de
la epístola de la iglesia, la segunda más simple
aunque de cierto interés artístico, es la de los
pies de la iglesia, y la tercera, es la que
corresponde a la cabecera del templo, de
concepción más sencilla, sin apenas resaltes y
motivos artísticos. La primera de ellas es la que
aparece hacia la calle Nosquera. Se trata de una
pared lisa de hiladas de ladrillos revestidos al
exterior por un paramento de argamasa de
color ocre claro, reforzada en sus ángulos por
grandes sillares regulares de piedra en forma de
tizón. Cuatro amplios ventanales en su parte
superior, junto con la portada desplazada
ilógicamente hacia la izquierda de la fachada,
60
A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 46, vol. 1, fols.
333-337.
61
PONZ, A., Viaje de España, Madrid, 1778, edición facsímil 1947, tº XVIII, carta V,
p. 1.634.
331

constituyen los vanos de la misma. Los
ventanales, cuatro en total, responden a los
lunetos de la bóveda del templo. La portada
concentra la atención por su mayor interés
artístico. En realidad, se trata de un retablo en
piedra estructurado en dos cuerpos o pisos. El
inferior presenta un gran arco de medio punto
en el centro que enmarca la puerta de entrada,
concebida con una carpintería sencilla de estilo
castellano, a base de grandes cuarterones. A
ambos lados aparecen sendas hornacinas con
ancho basamento saliente y venera como
remate en la parte superior, flanqueadas por dos
artísticas columnas de orden compuesto, con
fustes de estrías cambiantes en su parte central
siguiendo el mismo esquema que las de la
Catedral malagueña (...) Estas cuatro columnas
descansan a su vez sobre pedestales corridos de
sólidos sillares. El segundo cuerpo de la
portada se ordena en torno a una elegante
hornacina, en su parte central, en la que se
encuentra la escultura de bulto del titular de la
Hermandad: el obispo San Julián, figura
arcaizante, concebida con cierta rigidez y
solemnidad, vista de frente, revestido con los
habituales ternos litúrgicos propios de su
condición de prelado (alba, casulla y tiara), y
cogiendo entre sus manos una alargada cruz
plana (...). Se remata este segundo cuerpo con
un gran frontón curvilíneo. El paso de un
cuerpo a otro, se realiza como es habitual en
estas portadas, a través de dos grandes volutas
o roleos. Es llamativo, más por la novedad que
por su valor artístico, la serie de elementos
decorativos geométricos a base de pirámides y
bolas que aparecen en el segundo piso, directo
recuerdo escurialense en el barroco malagueño.
Portada, en fin, de gran sobriedad y elegancia,
con un buen ajustado equilibrio de volúmenes
arquitectónicos y elementos decorativos más
propia del siglo XVI que del pleno Barroco en
que se ejecuta. La segunda fachada se alinea a
332

lo largo de la calle llamada . Presenta dos sencillas portadas. Una
primera correspondiente a los pies de la
iglesia, formada por un arco de medio punto
enmarcado por un alfil que a su vez está
formado por dos pilastras toscanas que
soportan un modesto entablamento a base de
arquitrabe, friso y cornisa. En general, esta
portada se concibe a manera de arco de triunfo
de un solo vano a base de sillares pétreos bien
delimitados. Se encuentra, en la actualidad,
tapiada. Cerca de ésta, existe otra portada que
da acceso al Hospital. Se estructura con una
simple puerta adintelada, rematada por un
segundo cuerpo rectangular rematado por un
frontón triangular no completo, en cuyo centro
aparece una cruz de nudos, símbolo de la
. La unión con el cuerpo bajo
se lleva a cabo mediante dos grandes volutas de
yeserías. Esta entrada al Hospital se completa
con dos grandes balcones que equilibra el
conjunto de la fachada. Todo el resto de la
misma se organiza de una manera irregular
con ventanas distribuidas sin aparente orden y
una pequeña puerta al final que corresponde
con el último patio de forma irregular. La
tercera y última fachada, la que corresponde a
la cabecera de la Iglesia, sólo presenta interés
la modesta espadaña de un solo vano con arco
de medio punto, rematada por un frontón
triangular (...). La Iglesia es de una sola nave,
organizándose a base de una planta regular, tipo
cajón, cubierta con dos clases de bóvedas: de
medio cañón con lunetos, para la nave en sí, y
de arista para el presbiterio. Sólo los lunetos de
la parte de la epístola, (...) los que dan a la calle
Nosquera, poseen ventanas, que iluminan la
iglesia en sentido lateral. Una serie de
moldurajes geométricos que destacan las partes
terminales de los distintos planos son los únicos
motivos decorativos de la bóveda. Un arco toral
333

separa las dos bóvedas, cuya misión principal
es destacar el espacio presbiterial donde se
ubica el Altar mayor. Aparece también un gran
cornisamiento que, recorriendo toda la Iglesia,
separa el comienzo del arranque de la bóveda
de los parámetros murales, recorridos por seis
grandes pilastras que se destacan de una
manera acusada y en cuyos espacios se ordenan
sendos altares laterales rematados en medio
punto” 62 .
Ilustración 47: Perspectiva de la iglesia de San Julián, hacia los años 30 del siglo XX.
[Foto: Juan Temboury]
62 CLAVIJO GARCÍA, A., “La iglesia-hospital de San Julián...”, pp. 53-56.
334

2.- LAS DONACIONES RECIBIDAS POR LOS SUCESORES
DE ALONSO GARCÍA GARCÉS
Después de la muerte de Alonso García Garcés en 1684,
primer hermano mayor tras la renovación de la Hermandad de la
Santa Caridad, le sustituyó el racionero y comisario del Santo
Oficio Sebastián de Cáceres Chamizo 63 , quien al ejercer de alcalde
antiguo en la Junta de Gobierno estaba obligado por las Reglas de la
Institución a desempeñar el cargo interinamente hasta la celebración
del cabildo de elecciones 64 . En efecto, en la Pascua de Pentecostés
de 1684 tuvo lugar la reunión de los cofrades, quienes nombraron
hermano mayor al también comisario del Santo Oficio, Francisco de
Alvarado. A éste le sucedió en 1685 el chantre de la Catedral
Antonio Vicentelo Silva. Al año siguiente, Bernardo Eslava lo
reemplazaba al frente de la Corporación y, en 1687, volvía a salir
elegido Francisco de Alvarado, quien la presidió hasta 1688. A
partir de esa fecha, José Tomás de Ezpeleta Gari, caballero de
hábito de la Orden de Santiago, se hizo cargo de la Cofradía y
permaneció tres años al frente de ella 65 . Bernardo Eslava retomó la
dirección de la misma en 1691, sucediéndole el capitán de
63 Fue enterrado el 9 de enero de 1695 en la Santa Iglesia Catedral de Málaga y dejó
dispuesto ante el escribano público Francisco García Calderón que se oficiaran 200
misas ordinarias y 50 de almas, no dejando memoria, capellanía ni otra obra pía
[A.H.D.M. Leg. 622, pza. 5, parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos nº 5
(1687/1707), fol. 102 v.].
64 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 20 v.
65 Conocemos algunos datos genealógicos de José Tomás de Ezpeleta Gari al ser
pretendiente del hábito de la Orden del Señor Santiago. Fueron sus padres Bernardo de
Ezpeleta, natural de la villa de Pontevedra en Galicia, y María Gari, nacida en el
presidio de Larache en África, donde su progenitor Tomás Gari, oriundo de la ciudad
de Cartagena del reino de Murcia, servía de ayudante de sargento mayor, aunque años
más tarde llegaría a convertirse en capitán de la Armada. El nacimiento de José Tomás
en El Puerto de Santa María fue debido a que su madre circunstancialmente estaba de
paso, al estar su padre de capitán de la galera San Pedro. La concesión del título de
caballero de la Orden se produjo en 1683, aprobándolo así el rey Carlos II [A.H.N.
Expedientillos. Órdenes Militares. Santiago. Expte. 4.946].
335

Infantería Alonso Rentero de la Fuente en 1693, y a éste el
canónigo Juan de Pedregal Figueroa en 1695, cuyo gobierno se
extendió hasta 1721, como veremos más adelante 66 .
Los citados hermanos mayores o presidentes tuvieron como
principal objetivo que las obras que se llevaban a cabo en el
complejo monumental de San Julián no sufrieran parones
significativos, para que así no se demorase su conclusión. Juan de
Pedregal Figueroa tuvo el privilegio de ver acabados los trabajos
que quedaban pendientes en el edificio y en la iglesia, así como de
vivir la consagración del templo.
Durante este tiempo, se recibió de cofrades y benefactores
donativos y bienes que ayudaron al sustento de los pobres asilados
y a la edificación de la iglesia. Por desgracia, la ausencia de libros
de cabildos, contaduría y tesorería de esta etapa, impide que
podamos profundizar sobre la cuestión y hace que sólo facilitemos
la identidad de algunos de los hermanos y fieles localizados en la
documentación consultada.
Ilustración 48: Extracto del testamento de Ramiro de Villafañe [A.H.P.M.]
66 CAMINO ROMERO, A., “Historia de la Hermandad de la Santa Caridad...”, p. 23.
336

TABLA 9
AÑO DONANTE OBSERVACIÓN
27 de abril de
1689
2 de julio de
1689
Ramiro Villafañe,
prebendado de la Catedral
y hermano de la Santa
Caridad
Francisco Magro Rentero,
familiar del Santo Oficio
1689 Josefa Moreno, viuda de
Gabriel Sánchez
13 de febrero Juan González de Castro y
de 1690 María Peláez de Acuña
Diciembre de
1691
6 de
septiembre
de 1692
17 de abril de
1694
El capitán José Fernández
de Arjona, cofrade de la
Hermandad
En el testamento mandó que su
cuerpo fuese sepultado en la
capilla de la Virgen de los Reyes
de la Catedral y nombró heredera
universal de todos sus bienes a
la Hermandad para que se
emplearan en la fábrica de la
iglesia. Solicitó a sus albaceas
que colocaran en el oratorio de
San Julián, mientras se construía
la iglesia, un cuadro de Nuestra
Señora con su Hijo y San José y
un ángel. Finalizada la obra, la
pintura se instalaría en uno de los
altares que se hicieran 67 .
Dispuso en su testamento que se
diera pan amasado a los pobres
del hospicio de San Julián 68 .
Dejó una casa en calle
Mosquera 69 .
Declararon en un documento que
cuando fallecieran se repartiera a
la Santa Caridad, de la que eran
miembros, la cantidad de 100
reales de vellón 70 .
Dejó en su testamento 200 reales
de limosna 71 .
Julián de Carrión Mandó que se entregaran de sus
bienes 100 reales para ayudar a la
El presbítero Bernardo
Verdugo
obra del hospital de San Julián 72 .
Destinó 200 reales a la obra de la
iglesia de San Julián 73 .
67 A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.781, fols. 169-173 v.
68 A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 41, vol. 2, fols.
132-134.
69 A.H.D.M. Leg. 55, pza. 1, “Libro de Hazienda de este hospital, y hospicio de Pobres
incurables de la herm[anda]d; de la S[an]ta. Charidad de nuestro Señor Jesucristo zita
en este hospital del S[eño]r. San Julian el qual se forma en el año de 1730”, fol. 4.
70 A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 42, vol. 1, fols.
61-64.
71 A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros, leg. 2.183, s/f.
72 A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 42, vol. 3, fols.
103-105.
73 A.D.E. Caja 110, leg. 28.
337

AÑO DONANTE OBSERVACIÓN
22 de julio de
1695
Blanca María Mucio,
monja profesa del
convento de San Bernardo
1697 Antonio de Martos
Argamasilla, presbítero de
la villa de Álora
12 de julio de
1698
Expresó en una escritura que la
mitad de los réditos que
importaran sus bienes, los dejaba
como limosna para que se
emplearan en la obra del hospital
e iglesia de San Julián 74 .
Dejó escrito que la Hermandad
cobrara unas cantidades que se le
adeudaban por los réditos de
unas memorias de cuando fue
sacerdote en la villa de
Casabermeja en 1692, para
ayudar a los gastos de la
iglesia 75 .
Juan del Moral Pacheco Entregaba a los pobres incurables
de la Santa Caridad una arroba 76
de dulces 77 .
1698 María Carrafa o Carrera Donó una casa en la placeta del
Veedor para que, con el capital
obtenido de su venta, fuese
destinado a la finalización del
templo 78 . Más adelante, donaría
otra, en la calle Santo Domingo
nº 19 79 .
Finalmente, informamos, aunque el apunte se salga de la
línea expositiva, de que Esteban Martín Varejón fundó una
capellanía el 2 de diciembre de 1684, para que en la iglesia se
celebraran 100 misas por los pobres del hospicio durante los
domingos y festivos del año. La dotó con 2.000 ducados de sus
bienes y subrayó que el capellán pagara anualmente 33 reales de
74 A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros, leg. 2.185, fols. 890 y
891 v.
75 A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros, leg. 2.187, s/f.
76 Es un peso equivalente a 11 kilogramos y 502 gramos.
77 A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 46, vol. 1, fols.
159-160 v.
78 A.H.D.M. Leg. 55, pza. 1, “Libro de Hazienda de este hospital...”, fol. 56; A.D.E.
Caja 110, leg. 1.
79 A.H.D.M. Leg. 55, pza. 1, “Libro de Hazienda de este hospital...”, fol. 80; A.H.D.M.
Leg. 48, pza. 1.
338

vellón para los gastos de las sagradas formas, vino, cera y
ornamentos 80 .
3.- JUAN NIÑO DE GUEVARA, ARTÍFICE DEL
PROGRAMA PICTÓRICO DE LA IGLESIA DE SAN
JULIÁN
3.1.- Aspectos biográficos de Juan Niño de Guevara
La pintura barroca malagueña tuvo, en la segunda mitad del
siglo XVII, un nombre propio, el de Juan Niño de Guevara. Si bien,
ha sido objeto de críticas por algunos entendidos en Arte que lo
calificaron de “figura de segundo rango” 81 , otros, sin embargo,
elogiaron su obra que, en los últimos veinte años, ha despertado
interés en ambientes académicos, llevándose a cabo estudios sobre
la vida y obra del pintor 82 .
Nació el 8 de febrero de 1632 en Madrid y fueron sus padres
Luis Niño Ladrón de Guevara y Mariana Enríquez 83 . Luis Niño,
padre del artista, fue protegido del franciscano Antonio Enríquez de
Porres de Guzmán quien, en 1634, ocupó la sede episcopal
80 A.H.D.M. Leg. 55, pza. 1, “Libro de Hazienda de este hospital...”, fol. 77.
81 SÁNCHEZ-MESA MARTÍN, D., “El Arte del Barroco”, en Historia del Arte en
Andalucía, vol. III, Sevilla, 1991, p. 442.
82 Véanse los de: CLAVIJO GARCÍA, A., “Un pintor del siglo XVII: Juan Niño de
Guevara”, Jábega nº 5, Excma. Diputación, Málaga, 1974, pp. 75-96; CLAVIJO
GARCÍA, A., La pintura del Renacimiento y del Barroco en Málaga, tº III, Granada,
1984, pp. 875-891. El Departamento de Historia del Arte de la Universidad de
Málaga, dirigido por la profesora Rosario Camacho Martínez, no quiso dejar pasar la
efeméride del III Centenario de la muerte de Juan Niño de Guevara (1698/1998),
publicando una monografía del pintor realizada por el profesor Agustín Clavijo
García (1944/88), fecha en la que se cumplía diez años, precisamente, de su
desaparición. Con buen criterio y acierto, se decidió editar la obra titulada: Juan Niño
de Guevara, pintor malagueño del siglo XVII; CAMINO ROMERO, A. y CABELLO
DÍAZ, Mª. E., op. cit., pp. 27-48.
83 PALOMINO DE CASTRO Y VELASCO, A., El museo pictórico y Escala Óptica,
Poseidon, Buenos Aires, 1944, p. 1074.
339

malacitana 84 . La familia Niño se trasladó, junto al Obispo, a la
ciudad del Guadalmedina 85 .
Años después, Fray Antonio Enríquez era nombrado virrey y
capitán general en Aragón 86 , eligiendo al progenitor de nuestro
personaje “Guardia de Palacio y Caballerizo Mayor”, suponiendo
una nueva mudanza a principios de los años cuarenta 87 .
A la edad de 12 años, y ya en Málaga, Juan Niño de Guevara
ingresa en el taller de Miguel Manrique, otra destacada figura de la
pintura malagueña en la primera mitad de siglo, nacido en Flandes
y discípulo de Pedro Pablo Rubens. Se convierte en aprendiz del
artista flamenco hasta su muerte, acaecida en 1647 88 .
El hallazgo de la carta de maestría (buscada, tanto por el
erudito agustino Andrés Llordén, como por el profesor Agustín
Clavijo en el Archivo de Protocolos Notariales de Málaga) ha sido
posible gracias a la intensa labor investigadora de la profesora
María Encarnación Cabello Díaz, quien la halló en la escribanía de
Juan Hidalgo de Vargas (el Mayor).
La carta de maestría o contrato de aprendizaje nos muestra
las condiciones por las cuales el pintor Miguel Manrique “maestro
en el arte de pintar en dibujo y todo arte” 89 , se compromete a
enseñar dicho arte a Juan Niño. Se trata, por tanto, de una escritura
de contratación entre dos partes convenidas.
Desde un punto de vista actual, “el contrato de aprendizaje
representa una institución en crisis” 90 , especialmente en el plano
84
MONDÉJAR CUMPIÁN, F., S. J., op. cit., p. 236.
85
SÁNCHEZ-MESA MARTÍN, D., op. cit., p. 442.
86
MONDÉJAR CUMPIÁN, F., op. cit., p. 239.
87
LLORDÉN SIMÓN, A., Pintores y doradores malagueños..., p. 211.
88
Ibídem, p. 130.
89
A.H.P.M. Escribanía de Juan Hidalgo de Vargas, leg. 1.570, fol. 61.
90
CAMINO ROMERO, A. y CABELLO DÍAZ, Mª. E., op. cit. p. 31.
340

jurídico. Sin embargo, es indiscutible su persistencia, a lo largo de
los años, como única forma de enseñanza dirigida a los menores de
edad. Lo que, en un principio, constituía una manera de educación o
formación en un oficio dentro del ámbito familiar, va a ir
evolucionando, a través de la historia, hasta llegar a la Edad
Moderna, en la que se consolidan las relaciones del aprendiz con el
maestro, estableciéndose normas por escrito:
“el contrato, concluido de esta forma y ante
escribano, se archiva en los protocolos del
notario, si intervino, depositándose una copia
del mismo en los de la Corporación, al mismo
tiempo que el menor quedaba inscrito en el
registro del síndico” 91 .
Normalmente era la figura paterna (la materna, en su defecto)
o el tutor quien pactaba con el maestro la enseñanza que había de
recibir el alumno, la duración de la misma y la retribución
correspondiente al enseñante. Todo ello tenía lugar ante escribano
público, como ya se ha dicho, y en presencia de testigos.
Gran parte de los datos biográficos que conocemos sobre
Niño de Guevara, fueron aportados, de forma casi coetánea, por el
historiador, viajero y artista cordobés Antonio Palomino de Castro y
Velasco, quien relata que fue Fray Antonio Enríquez de Porres,
obispo de Málaga y protector del pintor, el que habló de sus dotes:
“a el Capitán Don Miguel Manrique, natural de
Flandes y discípulo de Rubens, para que lo
recibiera en su escuela, como lo hizo, y fué con
91
PRADOS DE REYES, F. J., El contrato de aprendizaje, Universidad, Granada,
1979, p. 1.
341

quien tuvo los primeros principios, con muy
lucidas muestras de adelantamiento” 92 .
La mencionada escuela o taller de Manrique estaba situada,
según el P. Llordén, al lado del Horno de la Caridad. Esta
suposición está basada en el hecho de que la vivienda del pintor
aparecía fijada detrás del convento de San Agustín, por lo cual, este
segundo domicilio lo utilizaría como academia, almacén o tienda.
Así en la escritura de arrendamiento, consta lo siguiente:
“(...) Miguel Manrrique vecino desta ciudad de
Malaga otorgo que rrescivo en arrendamiento
de Marcos de Peñavera behedor y contador por
su magestad en esta ciudad de sus rreales
armadas y fronteras unas cassas pequeña frente
de las ventanas una cassa prinsipal de don Julio
Villoslada junto al horno de la Caridad (...)” 93 .
Casi siempre, la edad más adecuada para ser contratado
como aprendiz, oscilaba entre los doce y los dieciséis años, aunque
no hubiera ni un mínimo ni un máximo para la admisión.
Contaba Juan Niño, efectivamente, doce años de edad,
cuando se estipula el contrato: “edad por otra parte muy propicia y
la que de ordinario elegían los padres de los alumnos para poner a
éstos con un maestro que le enseñara el oficio” 94 .
Pues bien, Miguel Manrique se compromete a enseñar al
muchacho a mezclar los colores durante el espacio de tres años, que
empezarían a contar desde la fecha del escrito, 7 de mayo de 1644.
92 PALOMINO DE CASTRO Y VELASCO, A., op. cit., pp. 1074 y 1075.
93 A.H.P.M. Escribanía de Martín Delgado, leg. 1.362, fol. 60.
94 LLORDÉN SIMÓN, A., Pintores y doradores malagueños..., p. 213.
342

Finalizados los cuales, habría de reconocerse ya la maestría del
alumno para poder pintar:
“(...) cualquier lienzo cuadro o retrato de
cualquier pintura dibujo o dechado (muestra o
modelo que tienen presente los pintores para
imitar) que vea perfectamente de manera que lo
pueda pintar a vista (...) de cualquier manera
(...)” 95 .
En caso contrario, es decir, si el discípulo no alcanzase la
perfección, sería enviado a Madrid o a Sevilla, donde otros buenos
pintores terminarían su enseñanza, corriendo los gastos a costa de
Manrique. La liquidación de los mismos se realizaría según lo dicho
verbalmente por Luis Niño, sin que fuesen necesarias otras pruebas
jurídicamente exigibles: “(...) y para liquidación de ello baste la
declaración del dicho don Luis Niño sin otra prueba aunque de
derecho se requiera porque de ella le relevo (...)” 96 .
El plazo de tres años de aprendizaje se ampliaría si hubiera
“fallos” por parte del discípulo, al que no se le ocuparía en otra
labor que no fuera la de aprender el oficio.
En la última parte de la escritura se trata, especialmente, el
tema económico.
Los honorarios de los maestros solían ser en forma mixta (en
moneda y en especie), pero “en Málaga se pagaba el salario de los
maestros siempre en dinero, sin que se contemple la posibilidad del
sistema mixto” 97 .
95
A.H.P.M. Escribanía de Juan Hidalgo de Vargas, leg. 1.570, fol. 261.
96
Ibídem, fol. 261 v.
97
LÓPEZ BELTRÁN, Mª. T., op. cit., p. 49.
343

Llama la atención el hecho de que en la retribución de
Manrique se incida, únicamente, en el gasto efectuado en los
colores que el discípulo utilizaría, y no así en la enseñanza:
“y por los colores que el dicho don Juan ha de
gastar en aprender el dicho su padre que está
presente me ha de dar y pagar ciento y
cincuenta ducados en vellón (...)” 98 .
Andando el tiempo, el discípulo, convertido ya en pintor de
renombre, se significaría, sobre todo, por el uso del color,
demostrando así la herencia flamenca recibida de su maestro.
Con Manrique llegó a Málaga una explosión de colorido que
vino a contrastar con la uniforme y rutinaria pintura existente,
entonces, en la ciudad.
Este uso del color quedaría para siempre impregnado en la
obra de Niño de Guevara, quien, ante todo, emplearía colores
primarios como el rojo, el azul y el amarillo-ocre:
“Así, lo atrayente del rojo intenso y directo en
la producción de Juan Niño, cargado en
algunas ocasiones de valores plásticos y
expresivos, salva en muchos casos, las
deficiencias de composición y de dibujo que se
observan en su obra” 99 .
Lo habitual, en este tipo de contratos, era que el pago se
hiciera fraccionado en dos o tres plazos:
98 A.H.P.M. Escribanía de Juan Hidalgo de Vargas, leg. 1.570, fol. 262.
99 CLAVIJO GARCÍA, A., “Un pintor del siglo XVII...”, p. 65.
344

“el primer plazo, en el momento de firmarse el
contrato (...) el segundo plazo, se pagaba
cuando el pupilo iba adquiriendo algunos
conocimientos (...) y el tercer plazo, que en más
de un caso debía originar conflictos por lo
dificultoso que resultaba fijar el término de la
instrucción, se pagaba cuando el mozo hubiera
aprendido los contenidos de la enseñanza
estipulada en el contrato (...)” 100 .
Luis Niño se comprometía a pagar 150 ducados de vellón, en
plazos de 50 cada año, pagaderos en Navidad y en San Juan. Como
la escritura se firma el día 7 de mayo, próximo, relativamente, a la
festividad de San Juan Bautista (24 de junio), Manrique afirma
haber recibido ya 25 ducados en dinero contante y sonante: “in
pecunia numerata” 101 , así se nos confirma la aseveración anterior
sobre la ausencia del sistema de pago mixto en Málaga.
Ambas partes finalizan la escritura aceptando las condiciones
del contrato con la garantía de sus personas y bienes.
El carácter jurídico del documento se certifica con la
presencia de tres testigos: Juan Félix, Juan Bautista González y
Guillermo Bandeel 102 y con la rúbrica de las dos partes junto con la
del escribano público, Juan Hidalgo.
La fecha del documento, como se ha dicho anteriormente, es
la del día 7 de mayo de 1644; los tres años del aprendizaje se
100 LÓPEZ BELTRÁN, Mª. T., op. cit., pp. 49 y 50; también en: OLIVA MARRA-
LÓPEZ, A., La relación de aprendizaje a través de los contratos del Archivo de
Protocolo de Málaga, Granada, 1954.
101 Según el Derecho justinianeo, el precio debe reunir las siguientes condiciones: ser
verum, es decir, efectivo; certum, o sea, conocido o determinado con anterioridad; in
pecunia numerata, o lo que es lo mismo, en dinero; e instum, justo [ARIAS RAMOS,
J., Derecho Romano, tº II, Madrid, 1972, pp. 613 y 614]
102 A veces, los testigos pertenecían al gremio del maestro, como se constata en la
escribanía de Pedro Ballesteros, legajo 1.546, fol. 5, en el que se verifica la afirmación
de que Guillermo Bandeel era maestro de pintor.
345

cumplirían, por tanto, el mismo 7 de mayo de 1647. Dice
textualmente el P. Llordén:
“Ya sabemos que Manrique, joven aún,
aplaudido y estimado de todos, experimentó
síntomas de gravedad en su salud corporal y
otorgó testamento el día 8 de mayo de 1647.
Cuatro días después bajaba su cuerpo al
sepulcro, enterrándose en el convento de San
Agustín de esta ciudad, al lado de su padre” 103 .
Las casualidades de la vida hicieron que Niño de Guevara
llegase al fin de su aprendizaje al mismo tiempo que su maestro
veía cómo llegaba el fin de sus días, resultando sobrecogedora esta
coincidencia de fechas.
El P. Andrés Llordén estaba en lo cierto cuando, sin conocer
la existencia de esta carta de maestría, afirmaba de manera tajante,
que Juan Niño de Guevara fue discípulo de Manrique durante los
años de 1644 a 1647. Su argumento se basaba en:
“la presencia de Juan Niño entre los testigos
firmantes del testamento del agonizante
maestro. Esta es la clave segura, a nuestro
juicio, que nos declara con meridiana evidencia
la estancia de Juan Niño como alumno en la
morada del maestro y es tan innegable como lo
es su residencia en Málaga” 104 .
El hallazgo de esta carta de maestría, por la profesora Cabello
Díaz, servirá para aclarar las dudas que existían sobre la
adolescencia y juventud de Niño de Guevara, al tiempo que
103 LLORDÉN SIMÓN, A., Pintores y doradores malagueños..., pp. 213 y 214.
104 Ídem.
346

certifica, de manera concreta la, hasta ahora, posible enseñanza del
pintor flamenco Miguel Manrique al entonces alumno Juan Niño de
Guevara.
El mismo año del fallecimiento de Manrique, marcha a
Madrid y se pone a las órdenes del genio granadino, Alonso Cano.
En este estudio, Niño de Guevara culmina su aprendizaje en las
técnicas de la pintura.
El profesor Juan Antonio Sánchez López afirmó en un
comentario bibliográfico que Niño de Guevara:
“(...) se afanaría en combinar el uso y riqueza
del color y la ampulosidad flamencas
aprendidas con su primer maestro, Miguel
Manrique, con las sutilezas de Alonso Cano,
con quien Niño llega a trazar una inequívoca
dependencia estilística (más bien vasallaje)
perfectamente constatable en numerosos
conceptos iconográficos y soluciones
compositivas en las que subyace el aliento
estético del granadino (...)” 105 .
Terminada su especialización vuelve a Málaga, y años
después, en 1653, se une en matrimonio con Manuela León
Hermosilla, de cuya unión nacen 14 hijos.
La producción artística de Niño de Guevara se centra, sobre
todo, en temas de carácter espiritual, en consonancia con el
momento barroco que vive la ciudad. En su obra queda dibujada la
influencia canesca y manriqueña.
105 SÁNCHEZ LÓPEZ, J. A., “Comentarios Bibliográficos: CLAVIJO GARCÍA,
Agustín: Juan Niño de Guevara, pintor malagueño del siglo XVII”, Boletín de Arte nº
20, Universidad, Málaga, 1999, p. 686.
347

Muere en Málaga, en 1698, a la edad de 66 años, y es
enterrado en la parroquia de los Santos Mártires 106 .
3.2- La relación del pintor con la Hermandad de la Santa
Caridad
Tras la consulta del libro original de hermanos, no hemos
encontrado rastro de la pertenencia de Juan Niño de Guevara a la
Hermandad de la Caridad, pero sí de su hermano José, quien
efectuó su ingreso el 11 de febrero de 1685 107 .
Sin embargo, en la obra realizada por Antonio Palomino de
Castro y Velasco, titulada El museo pictórico y Escala óptica, hay
una noticia sobre Juan Niño de Guevara que no es correcta. El
mencionado autor habla de que el pintor fue recibido “en la
Hermandad de la Santa Caridad, donde sólo entran personas muy
cualificadas” 108 . Niño de Guevara nunca perteneció, como hemos
indicado líneas más arriba, a la citada Hermandad, de lo contrario
aparecería en la nómina de hermanos.
José Luis Álvarez de Linera Duarte señalaba que el 3 de
marzo de 1686, fueron:
“designados para Diputados de Entierros,
durante el mes de Marzo, los Hermanos Don
José Niño de Guevara y Don José Barcenilla
[y] proporcionaron sepultura en la Parroquia
106 LLORDÉN SIMÓN, A., Pintores y doradores malagueños..., pp. 212-218.
107 En: CLAVIJO GARCÍA, A., Juan Niño de Guevara, pintor malagueño del siglo
XVII, Universidad, Málaga, 1999, p. 15, se decía que José Niño de Guevara fue dado
de alta el 4 de enero de 1685, no constando así en el registro de hermanos de esa
fecha, sino la que hemos mencionado [A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos
de la Santa Caridad...”, fol. 23 v].
108 PALOMINO DE CASTRO Y VELASCO, A., op. cit., p. 474.
348

del Sagrario á Juan Miguel, natural de Málaga,
de oficio marinero y de estado desconocido” 109 .
En la documentación escudriñada, sigue sin aparecer el
nombramiento de consiliario de José Niño de Guevara, al que
aludía el profesor Clavijo. Ignoramos si murió en 1686 ó en 1689,
como igualmente señala este autor, aunque no podemos dar una
respuesta cierta sobre este asunto al haber desaparecido en 1931 la
documentación parroquial de los Santos Mártires 110 .
Ilustración 49: Juan de Niño de Guevara. Autorretrato. Detalle de La Fundación de la
Orden Tercera de San Francisco. Parroquia de los Santos Mártires (Obra desaparecida)
No creemos que existiera influencia de José, como miembro
de la Santa Caridad, para que su hermano Juan pintara el programa
iconográfico de la iglesia de San Julián, en la última década del
Seiscientos. Si su hermano había fallecido entre 1686 y 1689, sería
precipitada la fecha en que se formalizara el contrato de las obras a
realizar, el sistema de pago y la fecha de conclusión de los trabajos.
109 A.H.D.M. Leg. 77, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Crónica de la
Venerable Hermandad de la Santa Caridad...”, s/f.
110 CLAVIJO GARCÍA, A., Juan Niño de Guevara..., p. 15.
349

Sea como fuere, Juan Niño -el pintor de mayor renombre en
nuestra ciudad por esta época- debió llegar a la Hermandad de
San Julián a través del cometido que ésta le hizo para que retratara,
a finales de 1683 ó principios de 1684, al primer hermano mayor
de la renovada Corporación, el licenciado Alonso García Garcés.
Lamentablemente no pudimos localizar el documento notarial
-también de suma importancia- formalizado entre la Hermandad de
la Caridad y el artista acerca de las pinturas a efectuar en el futuro
templo. Este contrato se debió firmar en la escribanía de Antonio
Vargas Machuca, al pertenecer a esta Corporación benéfica desde el
3 de enero de 1683 111 . Efectuamos esta afirmación basándonos en el
hecho de que un número estimable de protocolos notariales de la
Hermandad de la Santa Caridad se tramitaron en dicha escribanía,
pero la pérdida de una serie de legajos correspondientes al período
comprendido entre 1687 y 1698, nos ha impedido profundizar y
conocer pormenores del encargo más importante recibido por Niño
de Guevara a lo largo de su vida artística 112 . Lógicamente no
podemos precisar el tiempo empleado por el pintor para la
realización de las pinturas al carecerse del contrato.
Como en reiteradas ocasiones ha sucedido en la vida de otros
artistas, Juan Niño de Guevara no pudo contemplar sus obras en la
iglesia de San Julián, pues la muerte le sobrevino en la festividad de
la Inmaculada Concepción del año 1698, 44 días antes de la
inauguración del templo.
111 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 18.
112 A.H.P.M. En la Escribanía de Antonio Vargas Machuca existen los siguientes saltos
cronológicos: el legajo 2.024, contiene los años de 1684 a 1686, y de este último
año se pasa ya al de 1699.
350

3.3.- Las pinturas efectuadas por Juan Niño de Guevara para la
iglesia y sala de cabildos y de juntas de San Julián
Es evidente que el profesor Clavijo tenía toda la razón al
afirmar sobre Niño de Guevara que “las pinturas representan la
última etapa de la evolución artística (...)” 113 . Este pintor barroco
llegó a la cumbre estética con la realización de un total de
veintinueve pinturas, repartidas entre la iglesia (en su inmensa
mayoría) y dependencias del edificio. De ese número, solamente se
conservan quince.
Ilustración 50: Asistencia de San Julián a los apestados, de Juan Niño de Guevara [Foto:
Daniel González González]
Las razones que rodearon la pérdida de estas obras de arte se
deben a que el asilo de San Julián fue ocupado en agosto de 1936
por el Socorro Rojo Internacional, alojando en el centro hospitalario
113 CLAVIJO GARCÍA, A., “La iglesia-hospital de San Julián...”, p. 56.
351

a 460 familias llegadas de Archidona con el propósito de ponerse a
disposición del Gobierno del Frente Popular 114 .
Los refugiados permanecieron 6 meses aproximadamente y
destrozaron salas, habitaciones, mobiliario y obras de arte del asilo
y de la iglesia de San Julián principalmente 115 . Más adelante
volveremos a retomar este asunto.
Las conservadas en la actualidad, las dividimos en 5 grupos:
el primero, el de las grandes proporciones: El triunfo de la Caridad,
El emperador Heraclio en hábito de penitente y La invención de
la Cruz; el segundo, el de las virtudes teologales: la Fe, la
Esperanza y la Caridad; el tercero, el de la vida y obra del santo:
Nacimiento de San Julián, Asistencia de San Julián a los
apestados, Milagro de las recuas de mulas cargadas de trigo y
Muerte de San Julián. El cuarto, el de un apostolado formando
parejas: San Pablo y San Pedro, San Bartolomé y San Andrés,
San Juan Evangelista y Santiago el Mayor, ¿Santo Tomás o San
Mateo? y San Felipe, San Simón y San Matías y Santiago el
Menor y San Judas Tadeo 116 . El quinto y último grupo, el
comprendido por: La Trinidad, Crucificado y Escudo de la
Hermandad de la Caridad.
de Guevara:
Según el testimonio de Palomino de Castro y Velasco, Niño
114 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4; CAMINO ROMERO, A., “El hospital de San Julián: el
ocaso de una labor social”, Penas nº 19, Venerable Hermandad y Cofradía de
Nazarenos del Santísimo Cristo de la Agonía, María Santísima de las Penas y Santo
Domingo de la Calzada, Málaga, 1995, p. 26.
115 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4; CAMINO ROMERO, A., “Secuencias de la historia de
la iglesia y del antiguo hospital de San Julián”, La Saeta nº 31, Agrupación de
Cofradías, Málaga, 2003, p. 32.
116 Desconocemos cuál sería la pareja de San Felipe, si Santo Tomás o San Mateo (al
no apreciarse en el lienzo el atributo que lo distingue), ya que uno de los dos quedaría
fuera del apostolado al incluirse San Pablo.
352

“pintó en aquella iglesia de la Caridad el
Triunfo de la Cruz por el Emperador Heraclio,
que es una admiración en lo numeroso de
figuras, bien historiado, y de gran gusto. Y
asimismo otro cuadro de igual tamaño, en que
está la Virtud de la Caridad, y todos los
patriarcas de las religiones, que profesan el
ejercicio de algunas obras de esta soberana
virtud; que no sé a cuál de los dos cuadros se
puede dar la ventaja; sin otras muchas pinturas
de las demás virtudes teológicas, y otros
asuntos, que ejecutó en dicha iglesia” 117 .
Las pinturas desaparecidas fueron once: El Buen Pastor, ocho
alegorías de las virtudes (teologales: Fe, Esperanza y Caridad;
cardinales: Prudencia, Justicia, Fortaleza, Templaza) y se pudo
completar la octava con una de las siguientes alegorías: la Castidad,
la Paz, la Humildad, la Pobreza o la Obediencia 118 , una
Inmaculada 119 y La aparición de la Virgen a San Julián 120 .
117 PALOMINO DE CASTRO Y VELASCO, A., op. cit., p. 474.
118 CLAVIJO GARCÍA, A., “La iglesia-hospital de San Julián...”, pp. 69-85.
Francisco Hernández, nacido en Melilla y afincado en Vélez-Málaga (Málaga) desde
niño, realizó, por encargo de la Agrupación de Cofradías -propietaria del edificio
desde 1976-, las pinturas que reseñamos de izquierda a derecha: San Ciriaco, Santa
Teresa de Jesús, San Pablo, Santa María Magdalena, San Juan Bautista, San
Sebastián, Santiago el Mayor, San Francisco de Asís y Santa Paula. Venían a cubrir
ese espacio que, antaño, habían ocupado los lienzos desaparecidos en 1936 de El Buen
Pastor y las alegorías de la Virtudes.
119 Este lienzo fue una donación realizada por Bárbara de Elers a la Hermandad de la
Caridad en el año 1708, a cambio de que se le admitiera como hermana y a su hijo,
Francisco de Linero, sin el pago obligatorio de entrada que los nuevos hermanos
tenían obligación de hacer [CLAVIJO GARCÍA, A., “La iglesia-hospital de San
Julián...”, p. 56].
120 Por lo que parece, la Hermandad de la Caridad le adquirió en 1685 a José Niño de
Guevara la pintura [CLAVIJO GARCÍA, A., “La iglesia-hospital de San Julián...”, p.
57]. Es una copia de la existente en un altar de la capilla de San Julián (entrada a la
Sacristía Mayor de la Santa Iglesia Catedral de Málaga). El autor de la misma fue el
artista nacido en Cuenca, Cristóbal García Salmerón (1603/66), quien la realizó a
través del encargo recibido por el Cabildo catedralicio en acción de gracias por haber
librado a la ciudad de la epidemia de peste de 1637 [BOLEA Y SINTAS, M., op. cit.,
p. 272; PÉREZ DEL CAMPO, L. y ROMERO TORRES, J. L., La Catedral de
Málaga, Ibérica, Málaga, 1986, p. 34].
353

Ilustración 51: Frontal del coro con pinturas de Niño de Guevara que desaparecieron en
1936 [Foto: Juan Temboury]
La distribución y colocación de algunas de las pinturas en la
iglesia de San Julián ha cambiado con el correr del tiempo. El caso
más notorio lo encontramos en el altar mayor. En el centro y
presidiendo, se fijó El triunfo de la Caridad, y en las paredes
laterales: El emperador Heraclio en hábito de penitente y La
invención de la Cruz 121 . El resto de las obras se distribuyeron de la
siguiente manera: entre el presbiterio y la parte superior del coro los
cuadros que representan al Apostolado. Las dos parejas del lado del
evangelio son: San Pablo y San Pedro y San Bartolomé y San
Andrés. Las otras dos de la epístola: San Juan Evangelista y
121 Desde la rehabilitación del edificio y de la iglesia de San Julián a finales de los años
ochenta del pasado siglo, se encontraba en el bajo coro el cuadro El triunfo de la
Caridad. Los otros dos lienzos no estaban a la vista del público, dado el deplorable
estado de conservación. En el año 2006, se iniciaron unos trabajos de
acondicionamiento (obras y pintura) del recinto sagrado, produciéndose algunos
cambios en su interior. Así, y en lo que concierne al capítulo pictórico, El triunfo de la
Caridad pasaba a ser colocado en la pared derecha del altar mayor y la pintura de El
emperador Heraclio en hábito de penitente, restaurada por la empresa Quibla Restaura
gracias al patrocinio de la Fundación Málaga, fue colocada en la pared izquierda.
354

Santiago el Mayor y ¿Santo Tomás o San Mateo? y San Felipe. En
la pared izquierda del coro: San Simón y San Matías y en la
derecha: Santiago el Menor y San Judas. En la parte superior del
altar mayor, se halla un lienzo circular de La Trinidad. Tampoco
podía faltar la representación pictórica -cuatro escenas- del Titular
de la iglesia, San Julián, el segundo obispo de Cuenca, quien dedicó
sus rentas al sustento de los pobres, a la redención de cautivos, a
pagar las deudas de los encarcelados, a proteger a las huérfanas
desamparadas, a ayudar a los hospitales..., en suma, dio prioridad
absoluta a la caridad 122 . En el muro lateral izquierdo se encuentran
dos lienzos: El nacimiento de San Julián y San Julián asistiendo a
los apestados. Se cuenta del nacimiento de San Julián que los
padres llevaban muchos años casados sin poder tener hijos y lo
pidieron tanto al Señor que la madre quedó embarazada, y prometió
que lo que naciera lo pondría a su servicio. Y de la epidemia de
peste, se dice que San Julián con su oración la aplacó y todos
aquellos que tocaban alguna de las cestas de mimbre, que él mismo
hacía, sanaban de la pestilencia 123 . En el lateral derecho, se
encuentran -más cercano a la puerta de acceso a la iglesia- El
milagro de las mulas recuas cargadas de trigo y próximo al
presbiterio La muerte de San Julián. Acerca del primero, se cuenta
que no habiendo trigo en Cuenca, el santo acudió a la oración y
luego las gentes vieron entrar en la ciudad una gran recua de bestias
cargadas de trigo, sin que nadie las guiase hasta la casa del Obispo.
San Julián mandó que se descargara el trigo y que se buscaran a
quienes lo traían, no apareciendo nadie. El siguiente muestra la
122 Carta pastoral del Excmo. Sr. D. Ramón del Hoyo López, obispo de Cuenca, Año
Santo de San Julián, VIII Centenario de su llegada a Cuenca 1198/1998, Cuenca,
1998.
123 A.C.C.M. Biblioteca, VV. AA., La Leyenda de Oro..., pp. 237 y 238.
355

muerte del santo, al que, antes de fallecer, se le apareció la Virgen
entregándole una palma en señal de la virginidad y pureza que
siempre había guardado. Julián entregó su alma a Dios el 28 de
enero de 1208 124 . En el centro de la bóveda, figuran los lienzos,
enmarcados por molduras, de las virtudes teologales. La Caridad
125 (más cerca del altar mayor), la Esperanza 126 (en el centro) y la
Fe 127 (próxima al coro). Las restantes obras se instalaron en la sala
de cabildos y de juntas El Crucificado, y en el techo de cañón de
las escaleras del patio principal el Escudo de la Hermandad de la
Santa Caridad.
Desconocemos quién pudo concebir la idea del programa
pictórico de la iglesia de San Julián, pero quedaba bastante claro
que tenía que girar en torno a la “Caridad”, la más importante de las
tres virtudes teologales. De hecho, la obra principal, situada en el
altar mayor hasta los años setenta del siglo XX, era El triunfo de la
Caridad. El profesor Agustín Clavijo manifestó que fue:
124 Ibídem, p. 238.
125 La alegoría que fundamenta la existencia de la Hermandad de igual nombre, se
representa como es habitual como una robusta matrona rodeada de niños a los que
acoge y defiende. En este caso, el ángel que acompaña muestra su jeroglífico secular:
el corazón en llamas, que indica el fervor y amor que suscita esta virtud. El detalle
más original es la cruz arbórea que sostiene la mujer y que es un guiño particular a la
Hermandad benéfica que regentaba el templo.
126 Representada por una figura femenina con un ancla, para indicar la firmeza y la
solidez. El color verde que la acompaña se refiere a los campos que esperan buenas
cosechas. En el caso del lienzo de la iglesia de San Julián, un ángel sostiene el áncora
mientras que la matrona con la mirada esperanzada hacia lo alto (el Cielo) sostiene un
ave no identificada, aunque podría tratarse de un águila. Este animal que reúne
muchas simbologías, era reconocido también por los antiguos como símbolo de
renovación a causa de su anual muda de plumas. Quizás su inclusión en la pintura se
deba a la secular creencia de que “la esperanza nunca se pierde”. Los angelitos que
completan la escena deben considerarse como elementos puramente decorativos.
127 Virtud teologal por excelencia. Desde la Edad Media su atributo es eucarístico,
aplicable al misterio de la transubstanciación del pan y el vino en el cuerpo y sangre
de Cristo. En otras palabras la Fe es “aceptar lo que no se ve”. En la pintura de Juan
Niño un ángel muestra la cruz (símbolo principal de la fe cristiana) y un cáliz
rematado por la Sagrada Forma. La doncella alegórica viste ropajes blancos y al igual
que en el caso de la “Esperanza” contempla el Cielo con arrobo.
356

“la mejor pintura dentro del conjunto de San
Julián, por su buen componer y correcto
dibujo, con predominios de formas onduladas
bien enlazadas, donde la fuerte tradición
rubenesca se manifiesta abiertamente” 128 .
Ilustración 52: Escudo de la Hermandad de la Santa Caridad, de Juan Niño de Guevara
[Foto: Daniel González González]
También interesa conocer lo recogido por Ramón A. Urbano
Carrere en una Guía editada a finales del siglo XIX, que
contemplaba la riqueza patrimonial que atesoraban las iglesias,
parroquias y capillas de nuestra ciudad. En la información que
facilitaba sobre la sede de la Hermandad de la Caridad se centraba,
principalmente, en referirse a las obras pictóricas de Juan Niño de
Guevara que contenía en su interior, rehuyendo de practicar un
análisis o comentario arquitectónico:
“Esta iglesia, anexa al hospital de caridad que
lleva el mismo nombre, fué edificada, con el
128 CLAVIJO GARCÍA, A., “Un pintor del siglo XVII...”, p. 79.
357

citado establecimiento en 1699, bajo el
patronato de la Hermandad de Paz y Caridad.
Merece visitarse este sencillo templo, por los
magníficos lienzos que contiene. Citaremos los
siguientes, obras del célebre pintor D. Juan
Niño de Guevara: un gran cuadro, colocado en
el altar mayor, y que representa á la Caridad,
precedida de gran acompañamiento de
bienaventurados que la ejercitaron de manera
cumplida; cuadros colaterales que representan
la invención de la Santa Cruz y al emperador
Heraclio, en hábito de penitente, llevando el
símbolo del cristianismo al lugar del Calvario.
También pertenecen á Niño de Guevara la
Purísima Concepción, el Señor Crucificado y
San Julian, cuyos lienzos ocupan el fondo de
otros tantos altares, y además son producto del
mismo pincel diferentes obras que decoran las
paredes y antepechos del coro y bóveda de la
iglesia.
El cuadro que representa los Desposorios de
Nuestra Señora, atribuyendo algunos
inteligentes á Rubens, si bien la opinión más
autorizada designa á Manrique como el autor
de tan preciosa obra” 129 .
129
URBANO CARRERE, R. A., Guía artística de Málaga, Málaga, 1898, Librería de
José Duarte, pp. 137 y 138.
358

CAPÍTULO VII:
INSCRIPCIÓN DE HERMANOS
359

360

Para llevar a cabo la construcción de la iglesia y hospital en
honor de San Julián obispo de Cuenca, la Hermandad de la Santa
Caridad de Nuestro Señor Jesucristo necesitaba contar con personas
bien situadas económica y socialmente, puesto que con su pecunio
debían sustentar los gastos de la fábrica y las obras de misericordia
que se llevaban a cabo por parte de la Corporación: atención a
pobres y enfermos, asistencia espiritual y corporal a los condenados
a la pena capital, y entierro de mendigos que yacían en calles y
campos de la ciudad.
A continuación reproducimos, según las anotaciones
efectuadas en el libro original de hermanos, las personas que
ingresaron en esta Hermandad benéfica entre los años 1682 y 1699,
indicándose, además, las ocupaciones que hemos podido conocer de
algunos afiliados:
Tabla 10
INGRESO HERMANO
17 de mayo de 1682 Alonso García Garcés, racionero de la
S.I.C.
Ídem Ramiro de Villafañe, racionero de la
S.I.C.
Ídem Alonso del Castillo, racionero de la
S.I.C.
Ídem Juan Muñoz de Arcilla, beneficiado
de los Santos Mártires
Ídem Luis de Montes Jalón, presbítero
Ídem Andrés de Loriguillo, beneficiado de
Santiago
Ídem Cristóbal Mathias Guerrero, cura de
Santiago
Ídem Luis Martínez de Castro, racionero de
la S.I.C.
Ídem Juan Manuel Cortés
Ídem Juan de Quevedo
Ídem Benito de Villela Cavallón
Ídem Jacinto Pesso
Ídem Marcos García Garcés, comisario del
Santo Oficio
361

INGRESO HERMANO
Ídem Martín Fernández de Peysal
Ídem Esteban Martín Varejón
Ídem Alonso Rentero de la Fuente, capitán
Ídem Jorge Saura, capitán
Ídem Gabriel Sánchez Serrano
Ídem Francisco de Montes Jalón
Ídem Juan Manuel de Lemos, capitán
Ídem Pedro Romano Chacón
Ídem Bartolomé de Contreras
Ídem Antonio Pesso
Ídem Lorenzo de Jaén
Ídem Francisco Ordóñez Gamboa
Ídem José de Acedo del Castillo
Ídem Diego Yepes
Ídem Antonio Mariscal
Ídem Gregorio Rodríguez de Aguiar
Ídem Juan de Vergara
Ídem Domingo Peciña
Ídem Lope de Amburze
Ídem Juan de Ahumada, capitán
Ídem Martín Guerrero
Ídem José de Barcenilla
Ídem Fernando de Córdoba, capitán
Ídem Juan Luis Bravo
Ídem Juan de Santiago Palomo Contreras
Ídem Tomás de Valdés
Ídem Tomas de Montes Jalón
Ídem Manuel Fernando de Velasco, notario
Ídem Juan de Montes Jalón
Ídem Gaspar de Viana Cárdenas
Ídem Francisco Denis Tovar
Ídem Leonardo de Herrera Palomo, capitán
Ídem Clemente de Ortega
Ídem Salvador de la Canal Lobatón
Ídem Onofre Colston
Ídem Juan Manuel Romero Valdivia,
canónigo de la S.I.C. y provisor del
Obispado
Ídem Mateo de Murga Quevedo, racionero
de la S.I.C.
Ídem Francisco Ramírez de Arellano
Ídem Antonio María Guerrero
Ídem Francisco Centellas, capitán
Ídem José Guerrero, conde de Buenavista
Ídem Baltasar Francisco Guerrero
Chavarino
Ídem Agustín Ramírez Carrillo
362

INGRESO HERMANO
Ídem Juan González de Castro
Ídem Juan Díaz de Salas
27 de julio de 1682 Juan de León, presbítero
Ídem Antonio de Castro Torres
9 de agosto de 1682 Juan Montañés, racionero de la S.I.C.
Ídem Bartolomé Colombo, racionero de la
S.I.C.
Ídem Francisco Collados, racionero de la
S.I.C.
Ídem Tomás Delgado, presbítero
13 de septiembre de 1682 Juan Méndez de Sotomayor
8 de noviembre de 1682 Juan Ruiz del Pino, presbítero
13 de noviembre de 1682 Manuel Pinto, racionero de la S.I.C.
Ídem Pedro Ruiz Proano
Ídem Bernardo de Eslava
Ídem Francisco Barranquero
3 de enero de 1683 Dionisio Cabello Céspedes
Ídem Antonio Vargas Machuca, escribano
14 de marzo de 1683 Alonso Marín de Montes
Ídem Luis de Valdés, beneficiado de los
Santos Mártires
11 de abril de 1683 Juan Miguel Ángel
16 de mayo de 1683 Antonio Vicentelo Silva, canónigo de
la S.I.C.
Ídem Francisco de Albarado, canónigo de
la S.I.C.
Ídem Sebastián de Cáceres Chamizo,
racionero de la S.I.C. y comisario del
Santo Oficio
12 de septiembre de 1683 Antonio Sánchez Serrano
14 de septiembre de 1683 Francisco de Aranda Guzmán,
canónigo de la S.I.C.
13 de diciembre de 1683 Antonio de Quintana Lasso de la
Vega
9 de enero de 1684 Antonio Colmenares Camargo
Ídem Miguel Pizarro Márquez
23 de abril de 1684 José Fernández Arjona
Ídem Pedro Méndez de Sotomayor
Ídem Ciriaco Navarro
9 de julio de 1684 Bernardo Delgado, presbítero
29 de octubre de 1684 Anastasio González Ramírez de
Zárate
11 de febrero de 1685 José Niño de Guevara
4 de marzo de 1685 Diego Granados Gálvez
Ídem Alonso Guerrero
Ídem José de Contreras, jurado
13 de mayo de 1685 Juan del Moral Pacheco, presbítero
363

INGRESO HERMANO
Ídem Juan A. de Chavarri, canónigo de la
S.I.C.
Ídem José Bravo Gutiérrez, racionero de la
S.I.C.
Ídem José A. Mulsa
Ídem Francisco López Moreno
Ídem José de Mendieta, beneficiado de San
Juan
Ídem Andrés de Arana
Ídem Martín de Aguirre
13 de octubre de 1685 José Tomás Ezpeleta Gari, caballero
de la Orden de Santiago
11 de noviembre de 1685 Francisco Iñiguez Ramírez
14 de abril de 1686 Antonio de Barrios
19 de mayo de 1686 Francisco del Pino, canónigo de la
S.I.C.
3 de junio de 1686 Juan de Arriola
12 de enero de 1687 José del Pozo Villalta
19 de enero de 1687 Juan Severino Díaz Jurado, canónigo
de la S.I.C.
Ídem Francisco Fernández de Córdoba,
regidor
Ídem Diego Pizarro del Pozo, regidor
16 de febrero de 1687 Fernando Guerrero, presbítero
Ídem Gonzalo Fernández Arjona
9 de marzo de 1687 Cristóbal de Orbalán
19 de mayo de 1687 José de Montenegro
Ídem Luis García de Ese Montañés
Ídem Gabriel Prieto, presbítero
Ídem Juan Enrique Slebus
9 de junio de 1687 Juan de Quirós Córdoba, racionero de
la S.I.C.
Ídem Nicolás de Mérida Guerrero
28 de octubre de 1687 Juan Manuel Arias
14 de diciembre de 1687 Juan Méndez Caja, presbítero
28 de enero de 1688 Juan Salvatierra, presbítero
20 de abril de 1688 Juan de Cabrera, beneficiado de los
Santos Mártires
8 de agosto de 1688 Francisco González Ramírez de
Arellano
Ídem Juan de Arana
30 de mayo de 1689 Francisco Acedo Ordóñez, presbítero
10 de septiembre de 1689 Matías de Angulo, presbítero
9 de abril de 1690 Cristóbal de Zea
7 de mayo de 1690 Juan Rojas Sandoval,
beneficiado de la Iglesia Mayor de
Ronda
364

INGRESO HERMANO
9 de mayo de 1690 Juan de Pedregal Figueroa,
beneficiado de los Santos Mártires
Ídem Antonio Mampabón
1 de junio de 1690 Jerónimo de León Pacheco
14 de enero de 1691 Diego Boubart Morosyni
16 de septiembre de 1691 Pedro Dardo, presbítero
28 de octubre de 1691 Esteban Guerrero, marqués de Cela
9 de diciembre de 1691 José Gutiérrez de Haro, presbítero
Ídem Luis Cohete Pedraza, presbítero
Ídem Luis Balatán
13 de enero de 1692 Luis de Cárdenas, presbítero
Ídem Enrique Suale
Ídem Pedro Abelda Marín
14 de febrero de 1692 Gaspar de Barcenilla
Ídem Isabel de Barcenilla (hermana de
Gaspar de Barcenilla)
14 de marzo de 1692 Juan de Perea Ahumada
13 de abril de 1692 Juan de Espinosa de los Monteros,
escribano
15 de junio de 1692 Baltasar de Quirós
22 de febrero de 1693 Cristóbal Denis
3 de mayo de 1693 Manuel de Torres, pertiguero de la
S.I.C.
Ídem Luis de Zea Arellano, arquitecto
9 de agosto de 1693 Pedro de la Plaza, médico
13 de septiembre de 1693 Antonio Ponce de León, regidor
12 de septiembre de 1694 Juan de Melgarejo, regidor
18 de septiembre de 1694 Antonio Martínez de Porras,
beneficiado de Santiago
Ídem Francisco Avilés Bueso, presbítero
Ídem Juan de Cuenca Rute, presbítero
Ídem Juan de Mena, presbítero
7 de octubre de 1694 Juan Torres Paniagua
15 de abril de 1695 Manuel Pomes
Ídem Urbano de Ahumada
1 de mayo de 1695 Alonso de Montes
9 de mayo de 1695 José de Espejo y Cisneros,
caballero de la Orden de
Santiago, dignidad de la Iglesia
de Coria y visitador general del
Obispado
Ídem Bernardino Alfonso de Cuéllar
Montenegro, presbítero
Ídem José de Mérida, abogado
12 de junio de 1695 Jacinto Fernández de Peysal
10 de julio de 1695 Bartolomé Espejo y Cisneros, obispo
de Málaga
365

INGRESO HERMANO
Ídem Bartolomé de Molina Valdivia,
beneficiado de San Juan
Ídem José Ramírez Castellanos,
presbítero
Ídem José Mendieta Ordóñez, coronel de
Infantería
Ídem Francisco de Paniagua
Ídem Alonso de Xérez Luna, jurado
21 de julio de 1695 Juan de la Cueva Sarmiento
Valladares
14 de agosto de 1695 Bernardo Ballesteros Comendador,
cura de Santiago
Ídem Martín de Nájera, presbítero
Ídem Francisco de Arjona
Ídem Mateo Durán del Moro, canónigo de
la S.I.C.
11 de septiembre de 1695 Luis Antonio de Monsalve, caballero
de la Orden de Santiago y veedor de
Armas y Fronteras
Ídem Jerónimo Martínez de Porras
Ídem Juana de Carvajal (esposa de
Jerónimo Martínez de Porras)
Ídem Salvador de Torres Canal, presbítero
Ídem Salvador Feijoo
Ídem Chavelina Bonet (esposa de Salvador
Feijoo)
Ídem Fernando de Quira
Ídem Petronila de Villarroel (esposa de
Fernando de Quira)
9 de octubre de 1695 Luis de Rueda
Ídem Isabel María de Valderas (esposa de
Luis de Rueda)
Ídem José Moreo
6 de noviembre de 1695 Diego Ortiz, cura de los Santos
Mártires
Ídem Esteban de Humanes, presbítero
Ídem Lamberto de Eguía Baquedano
Ídem Su esposa
11 de noviembre de 1695 Luis de Cabrera, presbítero
Ídem Tomás de Albeada, regidor
Ídem Manuel Pardo
20 de noviembre de 1695 Bartolomé García Montañés
Ídem Diego Gamberos
Ídem María de Pliego (esposa de Diego
Gamberos)
Ídem Antonio Feijoo
Ídem Su esposa
366

INGRESO HERMANO
11 de diciembre de 1695 Martín Alcalde de Córdoba Rico de
Portugal, canónigo de la S.I.C.
Ídem Carlos de la Flor Pareja, prebendado
de la S.I.C.
Ídem Francisco de Mendieta, regidor
Ídem Clara Santo Sistos (esposa de
Francisco de Mendieta)
Ídem Nicolás Bermolen
19 de febrero de 1696 Juan de Cózar Tineo, presbítero
20 de febrero de 1696 Tomás de Guimbarda
Ídem Su esposa
20 de mayo de 1696 Mateo Bernardo Rodríguez,
presbítero
Ídem Bernardo de Valencia
Ídem Su esposa
Ídem Blas de Zea Merino
Ídem Su esposa
11 de junio de 1696 Ambrosio de Martos Maldonado,
canónigo de la S.I.C.
Ídem Patricio de la Hoz
Ídem Su esposa
12 de agosto de 1696 Pedro de Castro Pimentel, canónigo
de la S.I.C.
Ídem Ignacio González de la Torre,
racionero de la S.I.C.
Ídem Francisco de la Gasca, presbítero
Ídem Jerónimo Xasavitia
Ídem Su esposa
9 de septiembre de 1696 Diego de Argote
Ídem Juana Velázquez (esposa de Diego de
Argote)
Ídem Francisco de Alarcón
Ídem Su esposa
Ídem Pedro de Villalón
Ídem Su esposa
Ídem Miguel Antonio Saavedra
Ídem Su esposa
Ídem Alonso Navarro
11 de noviembre de 1696 Manuel Nieto Ladrón de Guevara
9 de diciembre de 1696 Carlos Colichet
Ídem Margarita Guade Narváez (esposa de
Carlos Colichet)
13 de enero de 1697 Bartolomé Chacón
Ídem Gonzalo Chacón
10 de febrero de 1697 Lucas Román Castro
Ídem María Mondragón (esposa de Lucas
Román Castro)
367

INGRESO HERMANO
Ídem Miguel de Zayas
Ídem Su esposa
Ídem Juan Salvador Faura
Ídem Miguel Dols Montañés
Ídem Su esposa
Ídem Juan Domingo de Molina, presbítero
28 de abril de 1697 Francisca Bernarda de Hero
Ídem Martín de Mújicar
12 de mayo de 1697 Juan Bermúdez Utrera, racionero de
la S.I.C.
19 de mayo de 1697 Franscico Luna
Ídem Salvadora Cotrina (esposa de
Francisco Luna)
12 de octubre de 1697 Manuel de Viera Lugo, canónigo de
la S.I.C.
Ídem José Inga Sotomayor
10 de noviembre de 1697 Ignacio Rosa, cura de San Juan
Ídem Pablo de Biosca, cura de la villa de
Mijas
Ídem Marquesa
Ídem Mariana Ordóñez (hermana de la
Marquesa)
8 de diciembre de 1697 Juan Iñiguez
12 de enero de 1698 Agustín Antonio Melgar
16 de febrero de 1698 Diego Contreras
13 de abril de 1698 Francisco Cabello
19 de mayo de 1698 María Eugenia de Moyo
8 de junio de 1698 Rafael Navarro
13 de julio de 1698 Antonio de Quintana
10 de agosto de 1698 Roque García Hormigo, presbítero y
fiscal general del Obispado
Ídem José de Frías
Ídem Su esposa
13 de octubre de 1698 Bartolomé de Espejo Cisneros,
caballero de la Orden de Santiago y
sobrino del obispo de la diócesis
21 de diciembre de 1698 Rodrigo Cotrina
Ídem Su esposa
11 de enero de 1699 Melchor de Sosa
14 de marzo de 1699 Juan Rengel
Ídem Su esposa
Ídem Francisco León Escalera
Ídem Su esposa
16 de abril de 1699 Pedro Villazo
Ídem Su esposa
Ídem Luis de Mora
Ídem Su esposa
368

INGRESO HERMANO
17 de mayo de 1699 Ciriaco Polanco
Ídem Diego Velasco
Ídem Su esposa
13 de septiembre de 1699 Rodrigo López de Medina
Ídem Su esposa
Ídem José de Mesa
18 de octubre de 1699 Cristóbal de Lara
Ídem Su esposa
Una vez detallada la relación de los cofrades, referimos la
composición y extracción social: eclesiásticos (racioneros,
beneficiados catedralicios y parroquiales, presbíteros, curas,
canónigos, etc.), comisarios del Santo Oficio de la Inquisición,
militares (capitanes y coroneles), regidores, nobles (Conde de
Buenavista y Marqués de Cela), caballeros (de la Orden de
Santiago), escribanos, arquitectos, médicos, abogados, etc 1 . Cabe
resaltar que, en esta etapa que tratamos, la Hermandad contó con la
pertenencia del obispo Bartolomé Espejo y Cisneros 2 , quien dirigió
los destinos de la diócesis malacitana entre los años 1693 y 1704 y
al que le correspondió bendecir el nuevo templo dedicado a San
Julián, obispo de Cuenca.
Con respecto a los requisitos que debían cumplir los nuevos
hermanos al ingresar en la Hermandad, se vio en la exposición de
las Reglas que tenían que ser cristianos viejos, no estar condenados
por la Inquisición, ni convertidos a la religión Católica, no
desempeñar oficiales viles y tener renta suficiente para sustentarse 3 .
1 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”.
2 Fue aceptado por hermano en el cabildo celebrado el 10 de julio de 1695 [A.H.D.M.
Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol .41 v.].
3 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, REGLA DE LA HERMANDAD DE LA S[ANTA].
CARIDAD DE NVESTRO S[EÑOR]. JESV CHRISTO…, fols. 37 y 38.
369

Ilustración 53: Cruz arbórea, símbolo de la Hermandad de la Caridad [A.H.D.M.]
Señalamos ahora las altas producidas en cada uno de los años
comprendidos en el período anteriormente citado:
TABLA 11
AÑO ALTAS
1682 70
1683 11
1684 7
1685 14
1686 3
1687 15
1688 4
1689 2
370

AÑO ALTAS
1690 5
1691 6
1692 8
1693 5
1694 6
1695 46
1696 28
1697 22
1698 12
1699 17
TOTAL 281
Se entiende que en el año de la renovación de la Hermandad
el número de personas que solicitaron el ingreso fuese ligeramente
superior al de fechas posteriores, dado que los institutos que se
intentaban poner en práctica necesitaban de la mayor cantidad de
efectivos posibles para cumplir con lo estipulado en las Reglas. De
hecho, en las mismas ya se mencionaba que:
“No ha de aver numero limitado de Hermanos
de que se ha de componer esta Santa
Hermandad, porque es necesario sean muchos,
assi para los ejercicios referidos, como por el
estipendio que han de dar de entrada, para los
gastos precisos, y por no desconsolar, ni cerrar
la puerta a ninguno de los que con afecto
piadoso, y zelo santo del servicio de Dios
desearen servirle; pues aunque sea mucho el
numero, se ceñirá el gobierno desta Santa
Hermandad de suerte, que no se perturbe, ni
embaraze el que todos por turnos participen de
las obras de caridad, sirviendo a Dios Nuestro
Señor en el provecho del prosimo, para que nos
371

hallemos ricos de sugetos, y con ellos poder
contrastar los embarazos que se ofrecieren; que
si haremos, llevando por guia, y norte la Santa
Caridad de Nuestro Señor IESV CHRISTO” 4 .
Así, en 1682 se contabilizaron 70 altas. A partir de entonces,
los ingresos fueron sumamente inferiores, no superándose la
veintena de peticiones cada año. No sería, por consiguiente, hasta
1695 cuando se experimentara un repunte significativo,
alcanzándose 46 nuevas incorporaciones, la segunda cifra más
elevada de personas que pasaron a formar parte de la Corporación.
En años sucesivos, las inscripciones bajaron con respecto a la de
1695, aunque comparativamente fuesen superiores a los años
siguientes al referido 1682. El número total de miembros que
quedaron registrados durante este período en la nómina de
hermanos fue de 281.
Para esta etapa que hemos tratado, reseñamos los cofrades
que presidieron la Hermandad de la Santa Caridad:
Tabla 12
PERÍODO HERMANO MAYOR
1682/1684 Alonso García Garcés
1684 (en funciones) Sebastián de Cáceres Chamizo
1684/1685 y 1687/1688 Francisco Alvarado
1685/1686 Antonio Vicentelo Silva
1686/1687 y 1691/1693 José Tomás de Ezpeleta Gari
1693/1695 Alonso de Rentero de la Fuente
1695/1721 Juan de Pedregal Figueroa
Queda suficientemente claro que los gobiernos fueron cortos
-uno o dos mandatos, a lo sumo- a excepción del de Juan de
Pedregal Figueroa, que se prolongó por espacio de veintiseis años
4 Ibídem, fol. 4.
372

y aunque su mandato comenzó en los compases finales del siglo
XVII, lo hemos incluido en el XVIII al desarrollarse en él gran
parte de su labor.
373

-RECAPITULACIÓN
En mayo de 1682 arrancaba una nueva iniciativa asistencial
por parte de un grupo de eclesiásticos y seglares malagueños. Se
trataba de restablecer el nombre de la institución de la Hermandad
de la Caridad, partiendo solamente del deseo de servir a los más
desfavorecidos de la sociedad. Para el relanzamiento de la
Corporación, sus componentes, a los que se habían unido algunos
pertenecientes a la anterior etapa, se inspiraron en el modelo
propuesto por Miguel Mañara en la Hermandad de la Santa Caridad
de Sevilla.
La falta de documentos, una vez más, evita que conozcamos
las actuaciones emprendidas por esos prohombres, llevados por el
amor hacia el prójimo, reflejándose en ellos la figura de Jesucristo.
Lo cierto es que las Constituciones por las que se regirían eran
copia de las renovadas en 1675 por Don Miguel en la Hermandad
sevillana, así consta en el ejemplar de los Estatutos aprobados en
1682 por las autoridades eclesiásticas malacitanas.
En los libros de actas de la fraternidad de San Jorge de
Sevilla, no se registra ninguna petición de este tipo. Quizás, y sólo
como mera conjetura, se hiciera a nivel personal y no institucional.
Aprobadas las Normas para el buen gobierno de la
Hermandad de Málaga, se eligió a Alonso García Garcés como
hermano mayor y se decidió alquilar una casa en la calle
Convalecientes, que se convertiría en hospicio para la atención de
los pobres y necesitados. Lo que distinguirá a la Santa Caridad en
la etapa comprendida entre 1683 y 1699, será la construcción de
una iglesia y hospital con la advocación de San Julián en unos
374

terrenos cedidos por el Ayuntamiento en las antiguas mancebías.
Todos los esfuerzos, por lo tanto, se centrarían en su erección,
aunque nunca perdieron de vista la atención a sus obligaciones
estatutarias, como atender a los pobres, asistir a los ajusticiados y
enterrar a los muertos, entre otras.
375

APARTADO II:
LA HERMANDAD DE LA SANTA CARIDAD EN EL
SIGLO DE LAS LUCES

CAPÍTULO VIII:
JUAN DE PEDREGAL FIGUEROA (1695/1721)

1.- INTRODUCCIÓN A LOS PRIMEROS AÑOS DEL SIGLO
XVIII
El inicio del nuevo siglo vino marcado por la muerte del rey
Carlos II el día 1 de noviembre de 1700. La noticia de su óbito
llegaba a Málaga días después. Ante tal suceso, el Gobernador
citaba a los caballeros regidores a reunirse el 8 de noviembre. En el
cabildo celebrado en esa fecha, se abrió una carta remitida por el
Presidente del Consejo de Castilla en la que se informaba:
“Ayer día de todos los Santos fue Dios servido
de llevar para sí al rey nuestro Señor a las tres
de la tarde abrióse luego el testamento que dejó
cerrado en que declara por su legítimo sucesor
en estos reinos y estados sin ninguna reserva al
Señor Duque de Anju hijo segundo del Señor
Delfín de Francia en quien se verifica el mayor
derecho de sangre conforme nuestras leyes y se
evita la conjuncion de esta corona a la de
Francia que fue el motivo formal en que se
funda la renuncia de las señoras reinas de
Francia Doña María Teresa y Doña Ana y
consiguientemente declara que en falta de este
príncipe suceda a su hermano menor el Señor
Duque de Berri y por su falta declara al Señor
Archiduque hijo segundo del Señor Archiduque
hijo segundo del Señor emperador excluyendo
por la misma razón el primogénito y en falta
del dicho Señor Archiduque declara al Señor
Duque de Saboya y sus hijos habiendo parecido
generalmente así a todos los grandes y
caballeros como a todos los estados de personas
sin ninguna experiencia de esta legal dicha
declaración y la más propia para que se
mantenga unida la monarquía y se consiga la
salud pública y mayor bien de los vasallos ha
sido entendida de todos con satisfacción
general esperando en la bondad de Dios que se
381

logre por este medio la paz que tanto necesitan
los vasallos y la cristiandad toda y concluye
este artículo del testamento mandando que
precediendo el juramento de dicho sucesor de
observar las leyes, fueros y costumbres de
dichos reinos se le dé la posesión y entretanto
no debiendo quedar sin gobierno la monarquía
deja el rey nuestro Señor (que Dios haya)
formada un junta como hizo el Señor Felipe
cuarto su padre (...)” 1 .
Ilustración 54: Retrato de Carlos II, por Juan Carreño de Miranda (1685)
Una semana más tarde se congregaba el Cabildo catedralicio,
informando el Deán que había sido llamado por el obispo
Bartolomé Espejo y Cisneros para hacerle entrega de una carta
de la Reina y de los Gobernadores del Reino en la que se
daba la noticia de que el rey Carlos II había fallecido el día 1
de noviembre, pidiéndose la celebración de las honras y exequias
acostumbradas. El Presidente del estamento eclesiástico también
1 A.M.M. Lib. 108, aa. cc. de 8 de noviembre de 1700, fols. 203 v. y 204.
382

explicó que, por parte del Cabildo secular, se habían nombrado a
los regidores Diego Jurado y Felipe de Zayas para que hicieran
legacía al Prelado con objeto de que señalara los días y
predicadores para las honras. El Cabildo señaló el miércoles 24 ó
sábado 27 de noviembre como día de la función religiosa y nombró
al canónigo magistral Julio de Lázaro Aparicio para el sermón 2 .
Esta noticia fijaba un antes y un después en la historia de la
Edad Moderna, pues Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de
Francia, ocuparía el trono de España tras haberlo designado en su
testamento el difunto rey Carlos. Esta sucesión provocó una guerra
a escala europea, al aspirar el archiduque Carlos, hijo de Leopoldo I
de Austria, a la Corona española. Tras la repentina muerte de su
hermano, José I, Carlos se convertía en 1711 en emperador del
Sacro Imperio Romano Germánico, siendo coronado en la ciudad
de Fráncfort del Meno. Con este nuevo panorama político, se
firmaba en 1713, y después de varios años de conflicto bélico, la
Paz de Utrecht.
La referida situación marcaba los primeros años de la nueva
centuria en la vida de la Hermandad de la Santa Caridad, presidida
desde el año 1695 por el eclesiástico Juan de Pedregal Figueroa.
2.- APUNTES BIOGRÁFICOS
Juan de Pedregal Figueroa fue hijo legítimo de Francisco de
Pedregal Figueroa, natural de San Payo de Figueroa en el
Arzobispado de Santiago de Compostela, y de Ana González
Guitian, nacida en la ciudad de Granada. Los abuelos paternos de
2
A.C.C.M. Leg. 1.038, pza. 1, lib. 37, aa. cc. de 15 de noviembre de 1700, fols. 444 y
v.
383

nuestro personaje fueron Andrés de Pedregal Figueroa y Cecilia de
Matalobos, naturales de San Payo de Figueroa; y los maternos,
Juan González de Guitian y Clara de Villaverde Quiroga, de
Granada.
Fue bautizado por Blas Sánchez de Viana, arcipreste de la
parroquia de El Sagrario, el 14 de octubre de 1653,
correspondiéndole el padrinazgo al matrimonio instituido por
Salvador Conde y Mariana Rodríguez 3 . Criado en el seno de una
familia cristiana, el joven Juan tomó el camino del sacerdocio,
siendo ordenado presbítero el 26 de marzo de 1678, bajo la
prelatura de Fray Alonso de Santo Tomás 4 . Años después, se
matriculó en la Universidad de Osuna, fundada el 10 de octubre de
1548 por el papa Paulo III a petición de Juan Téllez de Girón, IV
conde de Ureña. Este noble creó un Colegio Mayor y una
Universidad siguiendo el modelo instaurado en Alcalá de Henares.
En la sede osuneña se concentraron quince cátedras mayores
en la Universidad y ocho menores en el Colegio Mayor, agrupadas
en torno a las Facultades de Derecho (Cánones y Leyes), Medicina,
Artes y Teología, siendo precisamente esta última la más atendida
desde su fundación y la que más alumnos acogió 5 . Juan de Pedregal
obtuvo aquí, el 10 de enero de 1690, la licenciatura en Sagrada
Teología 6 .
3 A.C.C.M. Leg. 48, pza. 25, “Pruebas de la genealojia y limpieza de sangre de D[o]n
Juan de Pedregal y Figueroa nat[ura]l. de esta ciudad de Malaga presentado por S[u].
M[ajestad]. a una Racion de su S[an]ta. Yg[lesia]ª. en el año pasado de 1696. Vistas y
aprobadas en Cav[il]do. de 22 de mayo del mismo”, fols. 3 y 29.
4 A.C.C.M. Leg. 1.038, pza. 1, lib. 37, aa. cc. de 24 de mayo de 1696, fol. 156.
5 [En línea], [consulta 12-
1-2005] La antigua Universidad de Osuna. Historia. 1548/1807.
6 A.C.C.M. Leg. 1.038, pza. 1, lib. 37, aa. cc. de 24 de mayo de 1696, fol. 156.
384

El 9 de mayo de ese año, ingresó en la Hermandad de la
Santa Caridad, anotándose en el registro de hermanos que era
beneficiado de la iglesia parroquial de los Santos Mártires Ciriaco y
Paula. Fue designado hermano mayor en el cabildo general de
elecciones celebrado el 23 de mayo de 1695, siendo reelegido hasta
el año 1721, el de su fallecimiento 7 .
En las actas del Cabildo eclesiástico de Málaga de 1696,
consta que Juan de Pedregal había presentado su candidatura para
ocupar una ración, vacante por la promoción de Baltasar de Guabo
a una canonjía. En la sesión celebrada el 22 de mayo por dicho
estamento, se abrieron las pruebas de genealogía y sangre, hechas
en la ciudad de Granada y en San Payo de Figueroa, arzobispado de
Galicia, y habiéndose leído se dieron por acabadas 8 . Dos días más
tarde, Juan de Pedregal entregaba las dos cédulas del rey Carlos II,
expedidas en Madrid el 7 de febrero de 1696, y una vez examinadas
por los señores capitulares pidió que se le diese la posesión. Acto
seguido, entró en el cabildo y se inclinó de rodillas delante del
Deán, puso las manos sobre los Evangelios de un Misal y juró
defender el Misterio de la Purísima Concepción de María
Santísima, guardar los Estatutos de la Santa Iglesia y los secretos de
la misma. Acabado este ritual, se levantó y se sentó en la silla que le
tocaba en el coro, leyó un diurno, derramó monedas y, finalmente,
efectuó otros actos de posesión 9 .
En los primeros días del año 1699, en el cabildo de la Santa
Iglesia Catedral se procedió a votar y a nombrar los oficios anuales,
7 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 33;
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Lista
cronológica de los hermanos mayores...”; CAMINO ROMERO, A., “Historia de la
Hermandad de la Santa Caridad...”, p. 23.
8 A.C.C.M. Leg. 1.038, pza. 1, lib. 37, aa. cc. de 22 de mayo de 1696, fol. 154.
9 A.C.C.M. Leg. 1.038, pza. 1, lib. 37, aa. cc. de 24 de mayo de 1696, fol. 156 v.
385

como los de superintendente de la Mesa Capitular, ayudante del
superintendente, visitadores de casas, hacedor mayor de rentas
decimales, etc. Para el primero de los cargos enunciados 10 , salió
elegido Juan de Pedregal, a quien se le abonarían 200 ducados por
ejercerlo 11 . A finales de ese mismo año y para el ejercicio de 1700,
fue designado nuevamente superintendente general 12 , función que
desempeñó hasta el año 1718 13 , aunque en dos ocasiones -1707 y
1712- el cargo se sometió a votación al ser propuesto otro
candidato 14 . Pese a permanecer durante todo este tiempo, él había
manifestado en los primeros y últimos años que lo relevasen de
dicho empleo 15 . Por esta circunstancia, el Cabildo acordó en 1709
que los racioneros Ignacio Gutiérrez y Francisco Cantero que salían
a efectuar las cobranzas y que tenían conocimiento de la hacienda,
fueran haciéndose con el manejo de la superintendencia de la Mesa
Capitular por si la dejaba, enfermaba o fallecía el Sr. Pedregal 16 .
En la primera reunión mantenida en 1700, el Deán planteó un
aumento de sueldo por:
“el cuidado y solicitud del S[eñ]or. D[o]n. Juan
de Pedregal en la superintendencia de la
10 En los Estatutos de la Santa Iglesia Catedral de Málaga no se especifica el cometido
del superintendente de la Mesa Capitular, pero a tenor de la información recabada
podía ser lego o clérigo y elegido cada año para desempeñar esta responsabilidad.
11 A.C.C.M. Leg. 1.038, pza. 1, lib. 37, aa. cc. de 9 de enero de 1699, fol. 299 v.
12 A.C.C.M. Leg. 1.038, pza. 1, lib. 37, aa. cc. de 30 de diciembre de 1699, fol. 365 v.
13 A.C.C.M. Leg. 1.039, pza. 2, lib. 41, aa. cc. de 4 de enero de 1719, fols. 405 y v . En
esta sesión capitular el señor Deán dijo que Juan de Pedregal Figueroa: “(...) se habia
despedido con muchas expresiones por lo cansado de su salud en veinte años que
servía el empleo y le pidió con todo encarecimiento que le hubiera por exonerada y se
fue a su campo”.
14 A.C.C.M. Leg. 1.039, pza. 1, lib. 39, aa. cc. de 5 de enero de 1707, fol. 160 v. y leg.
1.039 bis, pza. 2, lib. 40, aa. cc. de 2 de enero de 1712, fols. 57 v. y 58.
15 A.C.C.M. Leg. 1.039, pza. 1, lib. 39, aa. cc. de 3 de enero de 1706, fol. 80, y leg.
1.040, pza. 1, lib. 41, aa. cc. de 5 de enero de 1718, fol. 231.
16 A.C.C.M. Leg. 1.039, pza. 1, lib. 39, aa. cc. de 10 de abril de 1709, fol. 357.
386

contaduría y el mucho trabajo que en ello tenia,
y el fruto que se lograba en las cobranzas
(...)” 17 .
Una vez efectuada la sugerencia, los capitulares acordaron la
subida, pasando de 100 a 200 ducados 18 . Más adelante, dio
muestras de un verdadero fervor y devoción a la celebración del
Corpus Christi, pues donó las horas menores en la octava de dicha
fiesta 19 .
Con la vacante producida en la diócesis malacitana por la
defunción de Fray Francisco de San José el 2 de febrero de 1713, el
Cabildo se vio obligado a nombrar un examinador 20 , cargo que
recayó en Juan de Pedregal por el tiempo que se permaneciera así 21 ,
que lo sería hasta el 9 de marzo de 1714, fecha en que tomó
posesión Fray Manuel de Santo Tomás y Mendoza, de la Orden de
Santo Domingo de Guzmán 22 . Al año siguiente, se presentó a
ocupar la canonjía dejada por Baltasar de Mendoza. El día 16 de
abril de 1715, aportó la cédula del Rey, expedida en el palacio de El
Buen Retiro el 15 de marzo, por la que se le hacía merced a dicho
puesto 23 . Durante los meses de noviembre y diciembre de ese
17
A.C.C.M. Leg. 1.038, pza. 1, lib. 37, aa. cc. de 11 de enero de 1700, fol. 368 v.
18
En el año 1708 se le incrementó la cuantía a 300 ducados [A.C.C.M. Leg. 1.039,
pza. 1, aa. cc. de 2 de enero de 1708, fol. 254].
19
A.C.C.M. Leg. 1.038, pza. 2, lib. 38, aa. cc. de 15 de junio de 1702, fol. 87 v.
20
Los obispos titulares tenían por su cargo unos ingresos económicos y por parte de
sus familias unos bienes propios. Cuando éstos morían, y a pesar de haber dejado
testamento, el Cabildo catedralicio, con la finalidad de que no hubiese confusión,
nombraba a un sacerdote, quien tenía que dilucidar cuáles eran los bienes eclesiásticos
y propios, y entre ellos la parte pontifical que solía estar reservada para la Catedral.
Habida cuenta de que, por este tiempo, se encontraba en construcción el templo
mayor, lo habitual era que el prelado competente destinara una partida para su fábrica.
21
A.C.C.M. Leg. 1.039 bis, pza. 2, lib. 40, aa. cc. de 8 de mayo de 1713, fols. 206 y v.
22
MONDÉJAR CUMPIÁN, F., op. cit., p. 283.
23
A.C.C.M. Leg. 1.039 bis, pza. 2, lib. 40, aa. cc. de 16 de abril de 1715, fols. 503 v. y
504.
387

último año actuó como canónigo-secretario del Cabildo en ausencia
de su titular 24 .
En la reunión celebrada el 25 de febrero de 1721 se dio la
noticia de que, el día anterior, Juan de Pedregal había fallecido a
la edad de 68 años, siendo enterrado en la Santa Iglesia Catedral,
como correspondía a los racioneros y canónigos. Testó ante
Francisco de León Castillo y nombró por albaceas a Baltasar Bravo,
Mateo Bernardo Rodríguez, Francisco García y Tomás Polanco,
señalando que se oficiaran 2.000 misas, de las cuales la mitad serían
de Ánimas y las restantes ordinarias. Según el libro de defunción de
la parroquia de Santiago, vivía en la plazuela del Veedor 25 .
Localizado el testamento en el Archivo Histórico Provincial,
que fue redactado cuatro días antes de su muerte, pasamos a extraer
lo que Juan de Pedregal Figueroa legó a la Hermandad de la Santa
Caridad:
-Cuatro casullas de tafetán de cuatro colores
-Cuatro paños de cáliz
-Unos corporales con ramas
-Un cáliz y una patena, grabados con su nombre, con los que
hacía misa en la iglesia de San Julián
-Un terno de tela blanca con flores 26
24 A.C.C.M. Leg. 1.039, pza. 2, lib. 40, aa. cc. de 27 de noviembre de 1715, fols. 555 v.
-557 v., y 5 de diciembre de 1715, fols. 560-561.
25 A.C.C.M. Leg. 1.040, pza. 1, lib. 42, aa. cc. de 25 de febrero de 1721, fol. 259 v.;
A.H.D.M. Leg. 623, pza. 1, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 6
(1707/28), fol. 169.
26 Para el destino de esta prenda de culto, el declarante expresaba: “(...) y es mi
voluntad sirva en d[ic]ha iglesia d[ic]hos. dias mientras la hermandad tuviere el
manejo o gobierno del hospital y siendo en otra forma o sucediendo prestarlos a otra
iglesia para alguna funcion o fiesta y es mi voluntad que hago se pase d[ic]ho terno a
d[ic]ha Santa Iglesia Catedral y se entregue al sacristan mayor de ésta para que lo
ponga con los demas ornamentos y ternos de d[ic]ha Santa Iglesia apremiando a su
entrega a la persona o personas en cuyo poder parase”.
388

-Un paño de hombros a trilera frontera 27
-Un paño de púlpito
-Un paño de cáliz 28
Aparte de estas prendas y objetos litúrgicos, el que fuera
hermano mayor perdonaba al hospital de San Julián la cantidad de
19.000 reales, que había prestado de su pecunio para el
mantenimiento de los pobres de la entidad. Además, en el
testamento se hacía hincapié de lo siguiente:
“Es mi voluntad que la cantidad que se me
estuviese debiendo por d[ic]ho Hospital no se
pida ni se repita por mis herederos por
renunciarla y perdonarla y si saliera alguna
partida por descubrir parezca no aversela
entregado al tesorero y resultase contra mi se ha
de dejar y compensar con esta remision (...)” 29 .
3.- COMPOSICIÓN DE LAS JUNTAS DE GOBIERNO
PRESIDIDAS POR JUAN DE PEDREGAL FIGUEROA
La falta de libros de actas nos imposibilita dar a conocer cada
una de las Juntas presididas por De Pedregal Figueroa. No obstante,
y gracias a la existencia de documentos notariales, hemos podido
reconstruir algunas o parte de ellas.
Para el período 1699/1700: Manuel Fernández Peysal, ocupó
el cargo de tesorero; Juan González de Castro, el de secretario; y en
calidad de consiliarios se integraron: Juan Severino Díaz Jurado,
27
Pieza litúrgica conformada por un rectángulo largo de tela rica o brocada que el
sacerdote se coloca sobre los hombros y cuyos extremos recogen con las manos a la
hora de asir la custodia donde está el Santísimo para dar la bendición. Se emplea,
asimismo, para ponerse en el atril o facistol cuando es cantada la epístola o el
evangelio en las misas solemnes. Y, por último, se usa para adornar el frente del altar.
28
A.H.P.M. Escribanía de Francisco León Castillo, leg. 2.376, fol. 104.
29
Ibídem, fol. 107.
389

canónigo de la Santa Iglesia Catedral; Roque García Hormigo,
presbítero; y Alonso Rentero, regidor perpetuo 30 .
Durante el ejercicio 1712/13, la Junta de Gobierno estaba
formada por: Juan de Quevedo, alcalde antiguo; Lope de Mendieta,
alcalde moderno; Francisco García, secretario; Francisco de León
Escalera, tesorero; y Juan de la Tobilla, mayordomo 31 .
En el siguiente, se produjeron los cambios e incorporaciones
que mostramos: Lope de Mendieta, alcalde antiguo; Roque García
Hormigo, alcalde moderno; Francisco García, secretario; Francisco
de León Escalera, tesorero; Juan de Arana, contador; Juan de la
Tobilla, mayordomo; José Ramírez Castellanos, fiscal; y José de
Frías, prioste 32 .
En la etapa comprendida entre 1715 y 1716, la Junta de
Oficiales quedó configurada así: Roque García Hormigo, alcalde
antiguo; Martín de Mujicar, alcalde moderno; Francisco de León
Escalera, tesorero; Francisco García, secretario; José Ramírez
Castellanos, fiscal; y José de Frías, prioste 33 .
Finalmente, y para el ejercicio 1719/20, se constituyó de este
modo: José del Valle, alcalde moderno; José Ramírez Castellanos,
fiscal; y Francisco García, secretario 34 . Ignoramos, por la falta de
actas, la participación de esta Junta de Gobierno, de la que apenas
conocemos a sus miembros, en la epidemia de 1719. Narciso Díaz
de Escovar señalaba que soldados españoles habían caído enfermos
30
A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros, leg. 2.188, fols.166 y v.
31
A.H.P.M. Escribanía de Antonio León Castillo, leg. 2.370, fol. 181 v.
32
Ibídem, fol. 182.
33
A.H.D.M. Leg. 75, pza. 1, “Títulos de casas”.
34
A.H.P.M. Escribanía de Diego de Cea Bermúdez, leg. 2.432, fols. 772-778;
LLORDÉN SIMÓN, A., Testamentos. Capillas-enterramientos. Fundaciones.
Gremios. Donaciones. Documentos para la historia de Málaga, Ilustre Colegio de
Abogados, Málaga, 1990, p. 124.
390

en la plaza de Ceuta, siendo trasladados a Málaga, donde se había
habilitado un hospital en el edificio de las Atarazanas. Este autor
apuntaba que:
“Allí murieron por centenares y se inficionó el
aire, produciéndose crueles tabardillos, que en
los barrios especialmente causaron gran
número de víctimas.
Establecióse el carnero ó enterramiento general
en el Muelle, á la derecha del camino de la
Caleta...
No pudo imaginarse sitio peor y los resultados
fueron fatales. Los vientos de Levante, en
Málaga tan frecuentes, traían á la ciudad las
miasmas de esta sepultura, acreciendo el
contagio, en vez de disminuirlo” 35 .
4.- UBICACIÓN DE LAS DEPENDENCIAS EN EL
HOSPITAL DE SAN JULIÁN
Después de exponer las Juntas de Gobierno o lo que se
conoce de su formación, pasamos ahora a tratar la situación que
ocupaba cada una de las dependencias del complejo hospitalario de
San Julián. Se convierte en una misión sumamente difícil y, sobre
todo, cuando se carece de documentos específicos y descriptivos,
así como de planos de la época que concretaran cada sitio. De todos
modos, y por las referencias escritas que hemos manejado en este
estudio, podemos hacernos una composición de lugar. En los bajos
del patio secundario, se estableció el albergue o “cotarro” para
transeúntes, una habitación que servía de calabozo (para recluir a
los alborotadores hasta que llegaran las fuerzas del órden público),
35 DÍAZ DE ESCOVAR, N., Curiosidades malagueñas..., p. 246.
391

una oficina, la cocina, el comedor, la despensa de alimentos, la
bodega y la leñera. En la primera planta, se alojaron los enfermos
incurables. En el corredor que separaba un patio de otro, se ubicó
la sala de cabildos y de juntas de la Hermandad. En la parte baja del
patio principal, se hallaba la sacristía, las viviendas del capellán y
del portero, la capilla del Santo Cristo del Consuelo, la cripta y la
iglesia. En el piso superior, se localizaban los dormitorios de los
ancianos. Finalmente, como culminación del edificio, señalar que la
espadaña con su campana, se había erigido en la fachada orientada
hacia el sur, cercana al tejado de la iglesia.
Según un documento localizado en el Archivo Histórico
Nacional, el hospital tenía en 1700 diez camas para enfermos
incurables, más dos camas que se crearían. Juan de Torres Ponce
de León, conde de Miraflores de los Ángeles y miembro de la
Hermandad de la Santa Caridad 36 , entregaba a ésta la cantidad de
2.000 ducados, que había recibido de un benefactor, devoto de San
Julián, que no quería que se conociera su identidad. Con tal suma
de dinero, se habilitarían dos camas que serían perpetuas en la sala
de incurables.
Como condición, los enfermos debían estar cuidados y
alimentados con todo lo necesario y en caso de que murieran,
habían de ser sucedidos por otros dos, facilitándosele la ropa que
necesitaran. Otra de las cláusulas fijadas en el documento trataba de
36 Señalamos que Juan de Torres Ponce de León fue nombrado por Felipe V en el año
1703 presidente de la Casa de Contratación de Sevilla [A.C.C.M. Leg. 1.038, pza. 2,
lib. 38, aa. cc. de 17 de diciembre de 1703, fol. 161 v.]. Posteriormente, el Rey le
confirió el empleo de asistente y maestre de campo general [A.C.C.M. Leg. 1.039,
pza. 1, lib. 39, aa. cc. de 18 de agosto de 1705, fols. 44 v. y 56]. Asimismo, en los
libros de actas de la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo de
Sevilla se aprecia la pertenencia del Conde de Miraflores o descendientes del mismo a
la citada Corporación.
392

que si la Hermandad no podía mantener las diez camas que, en ese
tiempo, disponía, sería de su obligación cuidar de esas dos y de sus
enfermos.
Ilustración 55: Fachada de la iglesia de San Julián, hacia los años 30 del siglo XX [Foto:
Juan Temboury]
En el supuesto de que la Corporación se extinguiera y no
pudiera mantener el servicio, la renta de los 2.000 ducados, que
serían 100 ducados al año, se repartirían por mitad para ayuda de
dote de dos doncellas “cristianas viejas de buena vida y costumbres
naturales de esta ciudad”.
El Conde de Miraflores nombraba patronos de la Obra Pía al
provisor del Obispo, a los Reverendos Padres Maestros, al prior del
Real Convento de Predicadores de Santo Domingo y al rector de la
Compañía de Jesús “que eran y los que fuesen” 37 .
37 A.H.N. Sec. Clero, leg. 4.946, pza. 2; A.H.D.M. Escribanía de Juan de Espinosa de
los Monteros, leg. 2.188, fols. 164-169.
393

Los hermanos de la Santa Caridad, comparecientes en el acto
protocolario de entrega de la mencionada suma de dinero,
acordaron dar las:
“gracias a dicho Señor Conde de Miraflores y a
la persona que da dichos dos mil ducados para
la memoria y fundación que queda referida por
la merced que a dicha Hermandad han hecho y
los susodichos [Juan de Severino Díaz Jurado,
Roque García Hormigo y Alonso Rentero] y el
dicho don Martin Fernández Paisal su tesorero
recibieron ahora de contado de dicho señor
Conde de Miraflores los dichos dos mil
ducados en moneda de oro y plata que se
pusieron en poder de dicho don Martín
Fernández como tal tesorero (...)” 38 .
También, y por ese año de 1700, continuaban los trabajos en
el hospicio y claustro del edificio. Las salas se cubrirían de
bovedilla de yeso en vez de madera, según la indicación que hacía
el arquitecto José Coscojuela. En el mes de julio del año siguiente,
Coscojuela mandó ajustar la fuente de piedra situada en el patio
principal 39 .
5.- ASPECTOS ECONÓMICOS
5.1.- Donaciones
Éste fue uno de los capítulos de mayor notoriedad para la
economía de la Hermandad, pues con las sumas de dinero recibidas
se ayudaba al sostenimiento del estado de las arcas, casi siempre
38
A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros, leg. 2.188, fols. 168 v. y
169.
39
FERNÁNDEZ MÉRIDA, Mª. D., Los hospitales malagueños..., p. 465.
394

deficitario al tener la tesorería que hacer frente a los cuantiosos
pagos que se ocasionaban en un establecimiento como era el de San
Julián.
Una vez construido y bendecido el edificio por el obispo de la
diócesis y hermano de la Corporación, Bartolomé Espejo y
Cisneros, todos los ingresos iban destinados a satisfacer las
necesidades de los asilados y enfermos allí recogidos. Tras este acto
solemne, vamos a dar cuenta de las donaciones recibidas por la
Hermandad:
TABLA 13
AÑO DONANTE OBSERVACIÓN
18 de
diciembre de
1699
Pedro de Apalategui
Lazcano
1700 Juan de Aragón, maestro
de albañilería y vecino de
la calle de los Callejones
del barrio de El Perchel
Nombró por heredero universal en
el remanente de todos sus bienes,
derechos y acciones al hospital de
San Julián 40 .
Manifestó en un documento que
Juan Galán, maestro de cerrajero,
le pagaba un censo de 100
ducados de principal y 5 de
réditos cada año por el alquiler de
una casa de la calle Alta y que al
profesar “mucha devoción” a San
Julián, otorgaba dicho censo para
que fuese “dueña en propiedad y
posesión”, y que con lo que se
cobrara de los réditos sirviera de
ayuda al sustento de los pobres
del hospital 41 .
1700 Cabildo catedralicio Redimió a la Hermandad de un
censo perpetuo de 500 maravedíes
que tenía una casa de la capellanía
fundada por Alonso García
Garcés, entregándola como
limosna 42 .
40
A.H.P.M. Escribanía de Francisco León Castillo, leg. 2.366, fols. 305 y v.
41
A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros, leg. 2.188, fols. 663-665
v.
42
A.C.C.M. Leg. 1.038, pza. 1, lib. 37, aa. cc. de 27 de julio de 1700, fol. 436.
395

AÑO DONANTE OBSERVACIÓN
1704 Antonio Ximénez de
Cisneros, hermano y
diputado de la Casa
18 de
septiembre
de 1706
24 de enero
de 1707
20 de febrero
de 1713
Agustina Mejía, hermana
de la Corporación
Declaró heredero universal de sus
bienes al hospital de San Julián,
consistiendo en un cortijo y tierra
para sembrar y una casa en la
ciudad 43 .
Dejaba en su testamento una
asignación de 550 reales de
vellón 44 . Cuando sus albaceas
testamentarios cumplieran y
liquidaran con lo estipulado, los
bienes, derechos y acciones
resultantes corresponderían a los
pobres incurables del hospital de
San Julián, a los que nombraba
herederos. Se hacía constar,
igualmente, que una serie de
objetos como lienzos, láminas,
casullas, cálices, esculturas,
alfombras y “tres hilos de perlas
pequeñas” entre otros, pasarían a
posesión del convento del Cister
para que la Madre María de San
José los cuidara. En el caso de que
se incumpliera la voluntad de la
testadora, es decir, que algunas de
las pieza salieran fuera de él, las
alhajas pasarían a San Julián para
el adorno de su iglesia 45 .
--- En la escribanía de Diego García
Calderón, aparecía una anotación
reseñándose que el convento de
San Francisco actuaba contra
Roque Martel por el censo de
unas casas en el que Martín
Fernández otorgaba 40 ducados y
sus réditos a favor del hospital de
San Julián 46 .
Francisco Molinari Entregaba 500 ducados para los
pobres de San Julián 47 .
43
A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros, leg. 2.190, fols. 252, 253
v. y 254.
44
A.H.P.M. Escribanía de Francisco León Castillo, leg. 2.366, fol. 277 v. Para el
estudio de este personaje, recomendamos la consulta de: REDER GADOW, M.,
“Agustina Mejía, benefactora de las huérfanas malagueñas. Siglo XVIII”, Baetica nº
4, Universidad, Málaga, 1981.
45
A.H.P.M. Escribanía de Francisco León Castillo, leg. 2.366, fols. 282 v.-285.
46
A.H.P.M. Escribanía de Jaime Blanco, leg. 1.760, fol. 11.
47
A.H.P.M. Escribanía de Antonio León Castillo, leg. 2.370, fol. 190 v.
396

AÑO DONANTE OBSERVACIÓN
1714 Ministros de Felipe V En un reparto de limosnas a los
pobres de la Diócesis le
correspondió al “Hospital y
Pobres de S[a]n Julian” la
cantidad de 200 reales 48 .
Otras cuestiones que incluimos son las siguientes:
-La creación en 1706 de un Patronato, que velaría por el
casamiento de cuatro huérfanas pobres que hubieran recibido el
bautismo en la parroquia de San Juan. Los bienes que constituirían
la referida Fundación serían una casa situada en la calle de la Paz
Vieja, libre de censo, deuda e hipoteca, y un cortijo en el Arraijanal,
enclavado en el término de Málaga y lindando con el camino que
conducía a Torremolinos, por el que se pagaba anualmente un censo
perpetuo de 11 ducados al Marqués de Vintimilla. Se designaba
como patrono perpetuo al beneficiado más antiguo que era o fuera
de dicha sede parroquial para que comprobara que el administrador
perpetuo, el hermano mayor que fuera de la Hermandad y hospital
de San Julián, entregara cada año la dote a cuatro huérfanas
elegidas 49 .
-Juan de Pedregal Figueroa le compró a la Hermandad de la
Santa Caridad una heredad de viña de su propiedad por 36.000
reales (sin contar los 2.000 de las mejoras y reformas que se habían
acometido), según constaba en la escritura de venta el 28 de mayo
de 1707 50 .
-El prelado de origen malagueño Lorenzo Armengual de la
Mota entregó en 1712 a la Hermandad de la Santa Caridad la suma
de 300 ducados de oro, para la reparación y dorado de los cuatro
48 A.C.C.M. Leg. 597.
49 A.H.P.M. Escribanía de Francisco León Castillo, leg. 2.366, fol. 280.
50 A.H.P.M. Escribanía de Francisco León Castillo, leg. 2.366, fols. 306-315.
397

etablos de la iglesia de San Julián 51 ; asimismo, fundó en 1719 una
Obra Pía para vestir a los pobres incurables del hospital de San
Julián. Ésta se nutriría de lo que rentaran dos casas, una en la calle
del Molinillo y otra en la calle Torrecilla, del barrio de El Perchel.
Por lo que parece, los inmuebles pertenecían al mismísimo
Armengual de la Mota y a su hermana Jacinta, la marquesa de
Campo Alegre 52 , quienes lo habían heredado de sus padres.
Igualmente, entregaron a la Hermandad 500 ducados, dándose
cuenta de ello el día 5 de agosto de 1719. Con los réditos que se
recogieran de dicho importe y del arrendamiento de las casas
(teniendo en cuenta que la de El Perchel era la mitad de su
hermana), debían emplearse en la compra de ropa con la que vestir
a los pobres y en caso de que no se invirtiera toda la cantidad, se
adquirirían lienzos para sábanas y almohadas de las que éstos
ocupaban 53 .
5.2.- Arrendamientos de casas
La Hermandad de la Santa Caridad se convirtió en una
destacada propietaria de bienes inmuebles como consecuencia de
las donaciones efectuadas por hermanos y benefactores en un
período aproximado de treinta años del siglo XVIII. Antes de
51 LARA VILLODRES, A., El marquesado de Campo Alegre. Don Lorenzo
Armengual de la Mota: un ilustre malagueño en la Corte de Felipe V (1663-1730),
Unicaja, Málaga, 2008, p. 77.
52 Este título nobiliario lo obtuvo a través de la concesión que el rey Felipe V le hacía
el 22 de febrero de 1716 a Lorenzo Armengual de la Mota, obispo de Cádiz y
presidente de Hacienda, por los servicios prestados. Éste lo traspasó a su hermana,
Jacinta, para que lo empleara ella, sus hijos y sucesores, debiendo pagar en cada un
año 3.600 reales de vellón [A.C.C.M. Leg. 549, pza. 20].
53 A.H.P.M. Escribanía de Diego de Cea Bermúdez, leg. 2.432, fols. 772-778;
LLORDÉN SIMÓN, A., Testamentos. Capillas..., p. 124.
398

detallarlas, indicaremos que las casas de esta época eran, por lo
general, más bien pequeñas y apenas alcanzaban los 42 metros de
fachada y los 5 y 7 metros de fondo. La altura solía estar en dos o
más plantas en el centro y en una en las zonas periféricas 54 .
TABLA 14
AÑO OTORGANTE LUGAR OBSERVACIÓN
1707 Francisco García Frente a la
Puerta de
Buenaventura
Puso como
condición que con
los réditos que se
obtuvieran de su
censo, se hiciera
fiesta a San Julián.
El Santísimo
estaría manifiesto y
se pagaría con dicha
renta los gastos de
sermón, misa, cera
y música, así como
que se diera de
comer a los pobres
aquel día,
aplicándose el
sufragio de la fiesta
y misa por su alma
1709 Rodrigo Cotrina C/. Álamos Cofrade de la
Hermandad de la
? Jerónimo
Fernández de
Mendoza Salazar
Calleja de
Chinchilla nº 4
Santa Caridad
Con los réditos que
se recibieran del
censo, se daría de
comer a los pobres
del hospital el día
de Santa Bárbara y
con lo que sobrara
se guardaría hasta
conseguir la
cantidad suficiente
y redimir la casa
para la Hermandad
54 Acúdase a: REINA MENDOZA, J. M., La vivienda en la Málaga de la segunda
mitad del siglo XVIII, Excma. Diputación, Málaga, 1986; PONCE RAMOS, J. M., El
Cabildo malagueño durante el reinado de Fernando VI, Universidad, Málaga, 1998,
pp. 26 y 27.
399

AÑO OTORGANTE LUGAR OBSERVACIÓN
? Lorenzo
Armengual de la
Mota
? Lorenzo
Armengual de la
Mota
? Pedro de
Apalategui
Lazcano
C/. Parras nº 5 La compró el 8 de
abril de 1720 y
después la donó.
Con las rentas que
se obtuvieran, se
asistiría a los pobres
del hospital en la
víspera de San
Julián y, en el
supuesto de que
sobrara alguna
cantidad, se
emplearía en lienzo
para sábanas y
almohadas de sus
C/. Torrecilla nº
5
Tres casas en C/.
Carretería
camas
---
? Agustina Mejía C/. Ancha ---
? Agustina Mejía C/. Arrebolado ---
? Agustina Mejía C/. Granada ---
? Salvador de la C/. Viento ---
Torre Valderrama
? Antonio
Spínola
Pessio C/. Granada ---
? Antonio Pessio C/. Vara ---
Spínola
? Agustín
Banesviche 55
---
C/. Paniagua nº 8 Puso como
condición la
celebración de la
fiesta de la Virgen
del Carmen 56 .
Cuando se culminó la elaboración del Catastro del Marqués
de la Ensenada, alrededor de 1752, aparecía una relación de casas
pertenecientes a la Hermandad de la Santa Caridad, cuyo producto
55 Este apellido aparece escrito en otros documentos como van Heeswyck o Banestig.
56 A.H.D.M. Leg. 55, pza. 1, “Libro de Hazienda de este hospital...”, fols. 8-64.
400

ascendía a la cantidad de 8.881 reales anuales 57 . Ahora, veremos
los alquileres de las casas formalizados entre la Corporación de San
Julián y diversos particulares, especificándose la fecha del contrato,
la identidad de éstos, la situación de la casa, el tiempo y el precio
por año que se estipulaba:
TABLA 15
FECHA ARRENDATARIO CASA PERIODO PRECIO
25 de
agosto de
1706
Juan Andrés Montes,
mercader de mercería
Tenía entrada
por la calleja
que unía la calle
de las
Carnicerías con
la del Cobertizo
de los Mártires
2 años 60 ds.
1710 Juan de Aguilar C/. Mosquera 3 años 100 ds.
1710 Pedro Mole C/. Carretería, 3 años 35 ds.
frente a la
Puerta de
Antequera
1710 José Artacho Frente a la 3 años 500 rs.
Puerta de
Buenaventura,
haciendo
esquina a la
1713
calle de la Acera
Felipe Ruiz y Juan de C/. Carretería
Morales
3 años 330 rs.
1713 Domingo Sánchez C/. Ancha, del 2 años 600 rs.
barrio
Perchel
de El
1713 Petronila Cubero, viuda C/. Carretería, 3 años 700 rs.
de Diego Madrid frente a la
Puerta de
29 de Juan José Rodríguez
Buenaventura
Junto a la Puerta 3 años 500 rs.
enero
1714
de
de Buenaventura
23 de abril
de 1714
Domingo de Chavaria C/. Granada 3 años 30 ds.
1718 Juan Mateos y C/. Ancha 3 años 600 rs.
Cristóbal Sánchez
57 A.M.M. Catastro del Marqués de la Ensenada, tº 114, fols. 2925-2948 v.
401

FECHA ARRENDATARIO CASA PERIODO PRECIO
1719 Francisco Vicente C/. Carretería, 3 años 32 ds.
frente a la
Puerta de
1719 Pedro Rubio
Antequera
Callejuela
Chinchilla
de 3 años 28 ds.
1719 Baltasar de Navarrete, C/. Cobertizo de
maestro de carpintería, Malaver
y Martín Sánchez
3 años 36 ds.
1721 Pedro Domínguez C/. Mosquera 1 año 1.200 rs.
1721 Lucas Aguirre, C/. Carnicerías, 3 años 600 rs.
mercader de esquina a la C/.
mercancías
Godoy
1721 Domingo de Chavaria C/. Granada 3 años 36 ds.
1721 Alonso de Campos y C/. El Perchel
Francisca de Anaya
3 años 600 rs 58 .
5.3.- Cobro y permuta de censos
Éste fue también un capítulo que revistió especial
importancia en la economía de la Hermandad, ya que se realizaron
operaciones que le supuso sustanciosos beneficios:
-Juan Sánchez e Inés Polonia Gómez, su mujer, necesitaban
imponer un censo de 500 ducados de principal para no vender unas
casas que poseían. Teniendo noticias de que la Hermandad de la
Santa Caridad podría concederle dicho censo, el referido
matrimonio se dirigió a Juan de Pedregal Figueroa y éste, para
garantizar el cobro del mismo, le obligó a imponerlo sobre cuatro
casas que tenían en esta ciudad: una, en calle de Pozos Dulce, de
nueva obra donde se habían echado los pilares que costaban más de
6.000 ducados y que estaban libres de censo; y las tres restantes, en
el barrio de la Santísima Trinidad.
58
A.H.P.M. Escribanía de Antonio León Castillo, legs. 2.367, 2.370, 2.371, 2.374,
2.375 y 2.376.
402

De Pedregal Figueroa propuso al cabildo de hermanos la
pretensión del citado matrimonio sobre el censo, acordándose por
los asistentes se hiciera conforme a la citadas posesiones y fuesen
examinados los títulos y escrituras por el hermano mayor y el
licenciado Roque Hormigo, presidente-ministro del Santo Oficio,
abogado y fiscal de la Audiencia Episcopal de Málaga y de su
Obispado; con lo que resultara se elevaría de nuevo a la
Hermandad 59 .
Juan Sánchez e Inés Polonia Gómez recibieron de Martín
Fernández Peysal, con la asistencia de Juan de Pedregal Figueroa,
los 500 ducados. Se obligaban a dar y pagar, así como sus herederos
y sucesores, los referidos 25 ducados que montaban 275 reales de
vellón cada año de sus réditos a la Hermandad de la Santa Caridad,
y en su nombre al tesorero que fuere, en dos pagas por mitad: una,
por el día de San Juan Bautista y otra, por Navidad, la cantidad de
137 reales y 10 maravedíes 60 . De esta forma, se cumpliría con lo
estipulado mientras no se redimiera y quitara el censo, firmándose
el 29 de mayo de 1702 el documento notarial 61 .
-Otro acuerdo se firmó con Bartolomé de Molina, beneficiado
de la iglesia parroquial de San Juan, rector y mayordomo del
Colegio Seminario de Málaga 62 , quien ejerció el oficio desde 1687
hasta 1704, si bien hubo un período que no lo desempeñó por haber
59
A.H.P.M. Escribanía de Antonio León Castillo, leg. 2.376, fols. 994-995.
60
Ibídem, fols. 997-999.
61
Ibídem, fols. 1000-1006 v.
62
Los trabajos para la fundación del Seminario comenzaron en 1587, año en que tomó
posesión de la Diócesis de Málaga el obispo García de Haro, y en 1598 se recibió la
Real Cédula de erección del Colegio Seminario de Málaga. Para una mayor
información acúdase a: DEL VALLE ZAMUDIO, M., Apuntes históricos del
Seminario de Málaga, Málaga, 1938, edición facsímil 1984; ARANDA OTERO, F.,
Seminario de Málaga, 1597-1997: 400 años de historia, Seminario Diocesano de
Málaga, Málaga, 1997.
403

dimitido a consecuencia de una visita capitular 63 . La penuria en el
Seminario obligó a De Molina a presentar un memorial al obispo
Bartolomé Espejo y Cisneros comunicándole que se le debían
sumas importantes de dinero y que tal circunstancia le impedía
continuar sustentándolo. Por ello, solicitaba del Prelado el permiso
para autorizarle a tomar 500 ducados que la Hermandad de la Santa
Caridad daba a censo, por ser la manera menos perjudicial para la
Institución que representaba. Con dicha cantidad se pretendía:
“dar principio a su alivio y se proporcionase su
conservación hasta que con las rentas
devengadas hasta hoy pudiese mantenerse y
desempeñarse” 64 .
El Prelado, por su parte, requirió información el 16 de
noviembre de 1702 del provisor y vicario general Alonso Tello
Fernández de Velasco, sobre si era o no de utilidad para el Colegio
Seminario lo que se solicitaba en el memorial. Éste, a su vez, pedía
el día después al licenciado y notario mayor del Tribunal
Eclesiástico Juan de Cuenca Ruiz, la opinión sobre la idoneidad del
censo de 500 ducados que sobre la hacienda del Colegio se quería
imponer por parte del hospital de San Julián. La decisión final fue
favorable, obligándose el Colegio Seminario, y en su nombre
Bartolomé de Molina como rector y administrador, a pagar 25
ducados de réditos en cada año. Se otorgaron las escrituras
necesarias, firmando el Obispo un Decreto Judicial ante el
licenciado Sebastián Notario Romero, beneficiado de la iglesia
parroquial de los Santos Mártires, notario y secretario del Mitrado.
63 DEL VALLE ZAMUDIO, M., op. cit., pp. 68-74.
64 A.H.P.M. Escribanía de Antonio León Castillo, leg. 2.376, fols. 1374 y v.
404

Por lo tanto, el 19 de noviembre, y ante el escribano público,
Bartolomé de Molina:
“(...) quiere hacer la dicha imposición y
poniéndolo en efecto y habialo referido por
cierto y verdadero y como tal Rector y
Administrador y en su nombre del dicho
Colegio, otorgo que impone, sitúa y carga sobre
todos los bienes y rentas y censos que hoy tiene
dicho Colegio y tuviere adelante, veinte y cinco
ducados de censo y tributo en cada un año
redimideros, por quinientos ducados que
importa su principal a razon de veinte mil
maravedis el millar, en conformidad de la Real
Pragmática de su Majestad y especial y
señaladamente lo sitúa y carga sobre los bienes
y rentas (...)” 65 .
Estando de acuerdo ambas partes, el tesorero de la
Hermandad, Martín Fernández Peysal, en presencia del hermano
mayor Juan de Pedregal, entregó a Bartolomé de Molina la cantidad
de 500 ducados en moneda de oro y plata, expidiéndose a
continuación carta de pago a favor de la Corporación del hospital de
San Julián. Además, y mientras no se redimiesen los 25 ducados de
réditos en moneda de vellón cada año, a la Hermandad de la Santa
Caridad, y en especial al tesorero que fuere, se haría efecto dicha
suma en dos pagas iguales de 12 ducados y medio cada una, por
Navidad y por San Juan Bautista 66 .
-Unos años más tarde, en concreto en 1713, la Hermandad de
la Santa Caridad y el convento de religiosos de la Santísima
Trinidad Calzados permutaron un censo perpetuo que se pagaba al
65 Ibídem, fols. 1375 y v.
66 Ibídem, fols. 1376 v.-1377 v.
405

citado convento sobre tres casas en la calle Carretería. Francisco
García, secretario de la Hermandad, certificaba que en un cabildo
ordinario celebrado el 20 de marzo de 1713, en el que se hallaban
presentes Juan de Pedregal Figueroa, Juan de Quevedo, Lope de
Mendieta, Francisco García, Francisco de León Escalera, Juan de la
Tobilla, Antonio Pessio, José Ramírez Castellanos, Francisco
Domingo de Molina, José Barcenilla, Francisco Zazo, Juan de
Cózar y Alonso Fernández, el hermano mayor se pronunció
refiriendo que las tres casas de la calle Carretería, frente a la Puerta
de Antequera, que había dejado Pedro de Apalategui Lazcano a
los pobres, tenían un censo perpetuo que impedía a la Hermandad
venderlas. Se solicitaba comprar una casa con los 500 ducados
que había dejado Francisco Molinari, y ésta darla a los religiosos
para que quedaran las casas libres del censo a fin de que ambas
partes sacaran provecho, debiéndose obtener la licencia del
Provincial 67 .
En el cabildo ordinario del 19 de julio de ese año, al que
asistieron: Juan de Pedregal Figueroa, Lope de Mendieta, Roque
García Hormigo, Francisco García, Francisco de León Escalera,
Juan de Arana, Juan de la Tobilla, José Ramírez Castellanos, José
de Frías, Ignacio Ramón, Mateo Sedeño, José Barcenilla y Tomás
Polanco, el primero de los hermanos expuso que tenía en su poder
la licencia que el Padre Provincial de Trinitarios Calzados le había
dado al Ministro de ese convento, para que efectuase la transacción
de la casa que tenía interés en comprar la Hermandad en la calle
Grama por el censo perpetuo que ésta pagaba al referido convento
sobre las tres casas de la calle Carretería. Se acordó efectuar la
67 A.H.P.M. Escribanía de Antonio León Castillo, leg. 2.370, fol. 181 v.
406

venta para lo cual repitieron la comisión que estaban dando al
hermano mayor 68 .
Félix de Bernui Zapata Mendoza, canónigo de la Santa
Iglesia Catedral, provisor y vicario general juez de Testamentos
y Obras Pías del Obispado, habiendo visto los autos, la licencia
otorgada por el Provincial de la Orden de la Santísima Trinidad y
los acuerdos adoptados por la Hermandad de la Santa Caridad, no
puso reparos para conceder el permiso el 13 de septiembre de 1713,
a fin de que el hospital de San Julián entregara al convento de
Trinitarios la casa de la calle Grama por los 787 reales y 7
maravedíes y que, por parte de los citados religiosos, se otorgara
escritura de permuta, dejándose libre las tres casas que poseía en la
calle Carretería 69 .
6.- ENTERRAMIENTOS EN EL HOSPITAL DE SAN
JULIÁN
Ahora abordamos, una vez visto el apartado de los censos, los
dos lugares de enterramientos en el complejo hospitalario: uno, para
los hermanos y bienhechores de la Hermandad de la Santa Caridad;
y otro, para los condenados a muerte e indigentes. Para el primer
grupo, como ya referimos en otra parte de este estudio, el arquitecto
Luis de Zea Arellano presentó en el cabildo de 17 de marzo de 1697
el proyecto de bóveda con nichos que sería construido justamente
debajo de la iglesia. Es de suponer que este lugar, donde
descansarían los cuerpos de hermanos y benefactores de la
68 Ibídem, fol. 182.
69 Ibídem, fols. 188 v. y 189.
407

Hermandad, no entró en servicio hasta que el templo fue
inaugurado y bendecido el 21 de enero de 1699.
6.1.- Hermanos de la Corporación
A partir de ese momento, se procedió a la inhumación de los
cadáveres de las personas que habían expresado su deseo a la propia
Hermandad.
TABLA 16
FECHA NOMBRE OFICIO OBSERVACIÓN
8 de abril de Juan Manuel de Capitán ---
1704
Lemos Marañón
9 de junio de Gabriela de Bustos --- Esposa de Manuel
1704
Ladrón de Guevara
18 de junio de Marcos García Garcés Comisario Viudo de Isabel
1704
del Santo Núñez. Vivía en la
Oficio de la calle Ancha.
Inquisición
8 de febrero de Isabel Banderas --- Esposa de Luis de
1705
Rueda
14 de junio de Francisco de Luna --- Marido de
1705
Ordóñez
Salvadora Cortina
19 de agosto de Roque Iberos Escribano Viudo de Beatriz
1705
Armendáriz
Gómez de Burgos.
Vivía en la calle
Granada.
10 de octubre de Antonio de Castro Pagador de Casado con Josefa
1708
Armadas
Presidios
y de Gálvez
29 de abril de Agustín Ramírez
1709
--- ---
15 de noviembre Licenciado Andrés Arcipreste --de
1709 Enríquez Arana
7 de abril de Juan Miguel Ángel --- Vivía en la calle de
1710
la Acera
19 de marzo de Juan de Olivares
1712
Presbítero ---
15 de noviembre Domingo Francisco Cónsul de --de
1712 Marea Molinari Génova
408

FECHA NOMBRE OFICIO OBSERVACIÓN
30 de junio de
1712
13 de julio de
1712
14 de diciembre
de 1718
Jerónimo de Porras --- Residía en la
callejuela de Tomás
de Cózar
Inés Fernández --- Doncella. Vivió en
la Plazuela del
Veedor.
Josefa Delgado --- Esposa de Paulo
Caballero 70 .
Hay constancia de que Antonio Ximénez de Cisneros en su
testamento, otorgado en 1704, declaraba que cuando falleciera, su
cuerpo fuese vestido con el hábito de San Francisco y enterrado en
el hospital de San Julián 71 . Pese a disponer de la noticia, no se
puede concretar realmente la fecha de su fallecimiento al ser
parroquiano de los Santos Mártires, iglesia que perdió sus fondos
archivísticos en los sucesos de 1931.
Un caso que también merece nuestra atención fue el de Juan
de Arana, natural de la villa de Rentería (provincia de Guipúzcoa),
vecino de Málaga y hermano de la Santa Caridad, quien dispuso en
su testamento lo que transcribimos:
“(...) es mi voluntad sea Bestido mi cuerpo en
el abito de nuestro padre San Franc[isco]º de
Asis y sepultado en el combento de religiosos
carmelitas descalzos de esta ciudad en mi
capilla y Boveda que en dicho combento tengo
de la Advocazion de nuestra Señora de
Aranzazou; y por si alguna causa o voluntad de
mis albaceas dispusieren el que se me dé
sepultura en otra iglesia y combento o en el
70 A.H.D.M. Leg. 526, pza. 1, parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos nº 1
(1636/1730); leg. 622, pza. 4, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 5
(1687/1707); y leg. 623, pza. 1, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 6
(1707/28); A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros, leg. 2.190;
A.C.C.M. Leg. 1.039, pza. 1, lib. 39, aa. cc. de 20 de noviembre de 1709.
71 A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros, leg. 2.910, fol. 252 v.
409

hospital de S[eño]r San Julián de a donde soi
hermano (...)” 72 .
6.2.- Sentenciados a muerte e indigentes
En el cabildo celebrado por la Hermandad el 14 de marzo de
1699, varios hermanos elevaban la propuesta de regalar a Juan de
Pedregal Figueroa, en agradecimiento a su constante labor, un
espacio en el llamado “Salón” para que él labrara su sepulcro. Sin
embargo, Juan del Moral Pacheco se opuso por considerar que no se
podía disponer de los bienes de los pobres, quedando este asunto
anulado.
En este lugar que, con el paso del tiempo trocará su nombre
por el del Santo Cristo del Consuelo por la existencia de la imagen
que se veneraba, comenzaron a ser enterrados los reos e indigentes
en seis sepulturas abiertas en el suelo, asemejándose a las que
usaban en sus conventos las religiosas de clausura. Exactamente se
situaban en el muro que separaba la iglesia de esta capilla, a la que
en 1756 el presbítero Francisco de Herrera, hermano de la Santa
Caridad, impuso que de sus bienes se costeara todos los años -el día
14 de septiembre-, una misa cantada con diáconos en el altar del
Salón donde recibía culto la citada imagen:
“ante el cual ardan 4 cirios, abonando el
Hospital á los Beneficiados de los Santos
Mártires 15 reales por cada Misa, e invirtiendo
el sobrante de la renta en provecho de los
Pobres” 73 .
72 A.H.P.M. Escribanía de Antonio León Castillo, leg. 2.374, fols. 450 y v.
73 A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.
410

No obstante, hay que subrayar que, en 1747, un cabildo de
hermanos celebrado el 1 de septiembre acordó que se desalojaran de
este salón las maderas y trastos que se almacenaban con objeto de
levantar un altar. Este sitio, como otros de la Casa, se solía alquilar
para el aumento de ingresos con los cuales se pudiera hacer frente a
los gastos que tenía la Corporación. Dicho salón, aparte de capilla
sepulcral, sirvió durante la centuria decimonónica como depósito de
cadáveres y también como lugar donde se practicaban autopsias
judiciales.
En la capilla del Santo Cristo del Consuelo tenía lugar por la
mañana una misa de Agonía por el reo que, en pocas horas, sería
sentenciado a muerte. Esta función religiosa era oída por la
Hermandad antes de dirigirse a la cárcel y acompañar al condenado
desde la misma hasta el patíbulo 74 .
TABLA 17
FECHA NOMBRE SENTENCIA
27 de julio de 1699 Francisco Ramírez Ejecutado
19 de julio de 1706 José Castellanos Ajusticiado
20 de agosto de 1708 Juan Bautista Rose, de --nacionalidad
genovesa
10 de diciembre de 1708 Melchor de Reyes Se dio sepultura en la
fosa al cadáver
21 ó 24 de mayo de Juan José Melchor
1709
completamente
descompuesto
Ejecutado
20 de junio de 1709 Matías Sánchez Arcabuceado
24 de julio de 1711 Bernardo de Rede Ahorcado
1 de febrero de 1712 Francisco García Ahorcado
11 de septiembre de Julián Manuel de Castro Arcabuceado, soldado
1716
del Regimiento de
Infantería de Jaén
74 Ibídem.
411

FECHA NOMBRE SENTENCIA
16 de enero de 1717 José de Santos Arcabuceado, soldado
del Regimiento de
Infantería de Jaén
3 de febrero de 1717 Julián Bernardo Se dio sepultura al
16 de febrero de 1720 Esteban (?), de
nacionalidad genovesa
cadáver corrompido
Cayó muerto en la
puerta del hospital de
San Julián 75 .
José Luis Álvarez de Linera señalaba que la Hermandad de la
Santa Caridad dispuso lo siguiente para auxiliar al primero de los
relacionados:
“(...) que varios Cofrades pidan en los Barrios
de la Trinidad, Perchel, Capuchinos, Victoria y
Centro de la ciudad; que por medio de cédulas
se cite á toda la Hermandad en la Iglesia de San
Julián, y, una vez reunida, salga en forma de
comunidad hacia la Cárcel, precedida del Santo
Cristo y los faroles; que al aparecer al reo le
acompañen solamente dos Diputados, y la
Cofradía marche delante (quitandose del ruido
y tropel que hay en semejantes ocasiones) y
espere la llegada del sentenciado, forme
entonces círculo y empezado el Credo, los
Hermanos sacerdotes encomienden el alma del
reo y los demás se hinquen de rodilla; se
determina que los postulantes voceen las
palabras: , y después de muerto: , según se
acostumbra con los desamparados; que la
75 A.H.D.M. Leg. 526, pza. 1, parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos nº 1
(1636/1730). A.H.D.M. Leg. 66, pza. 3, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Relación Cronológica de los Enterramientos Hechos por la Hermandad de
Caridad...”, s/f.; A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.; A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 46.
412

conducción se efectúe con toda la Parroquia del
Sagrario á la cual corresponde, yendo la
Hermandad á la cabeza con velas encendidas;
que los Hermanos lleven la caja á hombro á la
Iglesia de San Julian y después de cantado el
oficio, se dé sepultura al cadáver en una de las
destinadas para estos casos. La limosna
recogida sumó 261 reales y su distribución fue
de esta suerte: 104 á la Parroquia del Sagrario
por derechos de entierro; 30 por la comida del
reo durante su estancia en la Capilla; 18 por
consumo y renuevo de cera, abonando el
Hermano mayor el gasto de su bolsillo; 15 á los
portitores y lo restante en misas por el alma del
ajusticiado” 76 .
El recinto carcelario al que se alude en el texto, y que saldrá a
relucir en reiteradas ocasiones al desplazarse la Hermandad de la
Santa Caridad en cada ejecución, se encontraba en la plaza de las
Cuatro Calles -actualmente plaza de la Constitución-, donde se
hallaba el Pasaje de Heredia y el edificio contiguo a éste 77 . Según la
historiadora Mari Pepa Lara, se inauguró hacia el año 1500 y se
mantuvo hasta 1833, fecha en que la Junta Superior de Sanidad
aconsejó trasladarla a otra parte de la ciudad por motivos de salud
pública. El lugar elegido por las autoridades civiles fue el Cuartel
de Levante, sito en el barrio de San Rafael 78 .
76
A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.
77
JIMÉNEZ GUERRERO, J., op. cit., pp. 68-72.
78
LARA GARCÍA, Mª. P., Historia de las cárceles malagueñas, Corona del Sur,
Málaga, 2000, pp. 28 y 39.
413

7.- LA IGLESIA DE SAN JULIÁN Y SU ACTIVIDAD
PASTORAL
7.1.- Funciones religiosas
Durante esta etapa en que fue presidida la Hermandad por
Juan de Pedregal Figueroa casi todas las misas celebradas en la
iglesia de San Julián tuvieron que ver con cláusulas testamentarias.
Así, Pedro de Apalategui Lazcano ordenaba en su testamento,
redactado en 1699, que cuando falleciera, de las rentas que disponía
el hospital de San Julián por la venta de sus bienes, se sacaran todos
los años 50 reales de vellón para que se dijera y celebrara una misa
en el día o en la octava de San Julián perpetuamente, con diácono,
subdiácono y con el Santísimo Sacramento manifiesto 79 .
Pedro de Soto al hacer testamento ante Juan de Espinosa de
los Monteros el 21 de mayo de 1703, dejó un caudal en usufructo
vinculado a sus parientes y con la carga de 20 misas en la iglesia de
San Julián. El hermano mayor de la Caridad habría de velar porque
las fincas estuviesen reparadas y en caso de extinguirse las líneas, el
caudal pasara a la Institución benéfica con la carga del citado
número de misas 80 .
Antonio Ximénez de Cisneros dispuso en su testamento
otorgado en 1704, que se dijeran por su alma 300 misas, de las
cuales, 280 serían rezadas y 20 de ánimas. De ellas, se oficiarían la
cuarta parte en la parroquia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula y
79 A.H.P.M. Escribanía de Francisco León Castillo, leg. 2.366, fol. 305 v.
80 A.D.E. Caja 110, leg. 7, pza. 1.
414

las demás en la iglesia del hospital de San Julián, pagándose la
limosna de sus bienes 81 .
Ilustración 56: Interior de la iglesia de San Julián, hacia los años 30 del siglo XX [Foto:
Juan Temboury]
En esa misma fecha, el capitán Juan Manuel Lemos Marañón
-que falleció el 8 de abril de 1704-, declaraba en su testamento que
el hermano mayor fuese el encargado de que se dijesen misas en la
iglesia de San Julián, dejando una cantidad para el pago de las
limosnas 82 .
El Cabildo de la Santa Iglesia Catedral acordó en 1704 el
libramiento de 150 misas, para que las oficiaran los sacerdotes a los
pobres del hospital de San Julián 83 .
81
A.H.P.M. Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros, leg. 2.190, fol. 252 v.
82
Ibídem, fol. 259.
83
A.C.C.M. Leg. 1.038, pza. 2, aa. cc. de 5 de junio de 1704, fol. 242.
415

El licenciado Juan de Cabrera, beneficiado de la parroquia de
los Santos Mártires Ciriaco y Paula, señaló en su testamento del 2
de julio de 1707 que se dijeran por su alma misa de cuerpo presente
como era costumbre y, además, declaró que se oficiaran 300
funciones religiosas, en la parroquial de los Mártires y en la iglesia
del hospital de San Julián 84 .
El Obispado de Málaga en el año 1722 efectuó libramientos
de las misas que habían tenido lugar en conventos y hospitales
durante la sede vacante. Al hospital de San Julián le correspondió la
suma de 1.229 reales de vellón, repartidos del siguiente modo:
TABLA 18
FECHA CANTIDAD
8 de octubre de 1717 300 rs. de vellón
1 de abril de 1718 200 rs. de vellón
14 de noviembre de 1718 300 rs. de vellón
13 de septiembre de 1719 429 rs. de vellón 85 .
7.2.- La fundación de capellanías y memorias
Las capellanías tenían la doble finalidad de contribuir a la
salvación del alma de los fundadores y de generar una renta, a partir
de la cual se mantenía un capellán, en forma vitalicia. En el siglo
XII nació en Europa la creencia de que aquellas personas que no
merecían el infierno, pero que tampoco eran suficientemente
virtuosas para ingresar directamente al cielo, tenían que purgar los
84
A.H.P.M. Escribanía de Antonio León Castillo, leg. 2.369, fols. 531 y v.
85
A.C.C.M. Leg. 85.
416

pecados cometidos en sus vidas en un lugar intermedio entre esos
dos sitios, al que se llamó purgatorio. Se pensaba que la estancia en
el purgatorio era transitoria y que, en algún momento, después de
que las almas hubieran pagado sus culpas, serían redimidas por
Dios, para gozar de la vida eterna en el paraíso. Estas ideas fueron
ampliamente difundidas por la Iglesia y reafirmadas a partir de la
celebración del Concilio de Trento, de tal suerte que las personas
asumían que al morir tenían que pasar por el purgatorio, porque
creían que el hombre era pecador por definición y, por lo tanto, le
estaba vedado el acceso directo al cielo. Al asumirse de una manera
generalizada este hecho, surgieron una serie de prácticas para
garantizar los sufragios y, por ende, lograr la salvación de las almas
en pena. Entre dichas prácticas destacaban la fundación de
cofradías, la venta de indulgencias y la creación de capellanías de
misas. Las capellanías estaban diseñadas para perpetuarse a lo largo
del tiempo, en virtud de que la fundación no se agotaba en el primer
capellán que la poseía, sino a su muerte o renuncia se traspasaba a
otra persona y así sucesivamente. Cada vez que la capellanía
quedaba vacante se investía a un nuevo capellán, lo que significó
que hubo capellanías que se mantuvieron a lo largo de varios
siglos 86 .
Como primer ejemplo de lo reseñado, encontramos al
matrimonio formado por Cristóbal de Tejada y Ana de Sosa,
quienes determinaron en 1716 fundar una capellanía para cuando
fallecieran. Nombraban por capellán a sus hijos, nietos y
descendientes, prefiriéndose el mayor al menor de forma que se
86 LE GOFF, J., El nacimiento del purgatorio, Taurus, Ediciones, Madrid, 1981, pp. 9-
25; [En línea]
[consulta 14-3-2006] VON WOBESER, G., La función social y económica de las
capellanías de misas en la nueva España del siglo XVIII.
417

fuesen sucediendo con la obligación de que, perpetuamente, se
dijeran 60 misas rezadas cada año en la iglesia de San Julián.
En el caso de que el capellán estuviera ausente de la ciudad,
debería cumplir con la función de decir las misas un sacerdote
pobre instituido en el citado templo, pagando su limosna y sacando
certificación el hermano mayor de la Santa Caridad que era o fuere
en el futuro.
Cristóbal de Tejada, hermano de la Caridad, dejaba claro la
obligación que ésta tenía de que se cumplieran las 60 misas anuales,
sustentándose éstas con lo que se ingresara por el arrendamiento de
tres casas que poseía 87 .
En el año que hemos reseñado Juan de Torres Paniagua fundó
otra capellanía para que la disfrutaran sus hijos, nietos y demás
parientes. Asimismo, obligaba que todos los años se dijeran en la
iglesia del hospital de San Julián 60 misas rezadas y que se
aplicaran por su intención. En el caso de que faltaran los parientes,
el citado hospital heredaría los bienes de la dotación de la
capellanía. Juan de Torres, que había pertenecido a la Hermandad
de la Santa Caridad, hizo escritura el día 11 de febrero de 1716 ante
Francisco de León Castillo 88 .
Una Obra Pía que también se instituyó fue la memoria, que
tenía por objeto recordar a alguien o algo. El capitán Baltasar de
Arrese fundó una en 1719 para que todos los años el día 13 de
junio, fiesta de San Antonio de Padua, se oficiara en la iglesia del
hospital una misa cantada con diácono, vigilia y responso, dejando
87 A.H.P.M. Escribanía de Antonio León Castillo, leg. 2.372, s/f.
88 A.H.D.M. Leg. 55, pza. 1, “Libro de Hazienda de este hospital...”, fol. 123.
418

300 ducados de principal para que se impusiera en bienes seguros a
elección y disposición del hermano mayor de la Santa Caridad 89 .
8.- PLEITO CONTRA LA CONGREGACIÓN DE SAN JUAN
BAJO EL TÍTULO DE LA DEGOLLACIÓN
8.1.- Relato histórico de la Congregación de San Juan Degollado
La Congregación de la Degollación de San Juan Bautista fue
fundada a finales del siglo XVI, bajo la dirección espiritual de la
Compañía de Jesús 90 . Este hecho explica que la sede estuviera
radicada en la iglesia de San Sebastián. Las Constituciones de la
Congregación fueron aprobadas por el obispo García de Haro, el 1
de junio del año 1593. Los fundamentos se centraban en facilitar
ayuda espiritual y material a los pobres de la cárcel. En referencia al
primero, se les proporcionaría un sacerdote que los atendiese tanto
en su estancia en el presidio como cuando fuesen a ser ajusticiados,
dándoles consuelo espiritual y, finalmente, se les daría cristiana
sepultura a sus restos. En cuanto al segundo, se les alimentaría y
cuidaría de su salud en la enfermería que se formara en el interior
de la prisión 91 . Aunque este precepto venía reseñado en los
Estatutos de 1593, no se puso en práctica, por lo menos, hasta el
último tercio del siglo XVII. Por ejemplo, en las actas del Cabildo
municipal de 1678 se registra una solicitud presentada por el P.
89 Ibídem, fol. 115.
90 Para abordar ampliamente esta cuestión, acúdase a: SOTO ARTUÑEDO, W., La
actividad de los jesuitas en la Málaga Moderna (1572-1767), Cajasur, Córdoba, 2004.
91 GÓMEZ GARCÍA, Mª. C. y MARTÍN VERGARA, J. Mª., “La Cofradía de San
Juan Bautista Degollado ”, Vía Crucis nº 4, Museo Diocesano
del Obispado, Málaga, 1990, p. 15.
419

Francisco de Acevedo, denunciando la falta de atención médica de
los presos que estaban en la cárcel:
“(...) de las muchas enfermedades que hay en
ella y que cada día van cayendo, muriéndose
muchos dellos por la falta de curación y
asistencia (...) se sirva señalar un cuarto en la
dicha cárcel que sirva de enfermería para los
dichos enfermos presos, donde los hermanos de
la dicha congregación cuiden dellos por sus
personas” 92 .
La Congregación estuvo formada por veintiséis hermanos
que, anualmente, elegían a dos hermanos mayores. Inicialmente, sus
miembros se encargaban de dar socorro a los pobres de la cárcel a
través del óbolo que recaudaban por las calles 93 . Padeció serios
problemas económicos 94 en el primer tercio del siglo XVII,
obligando a sus hermanos a dirigirse al Rey dando cuenta de que
existían más de cien presos pobres y muchos galeotes que se
mandaban a la cárcel para, después, ser destinados a las galeras.
Toda esta presencia requería bastante dinero que tenían que
aportar los hermanos o recaudarlo a través de limosnas, no
existiendo ninguna consignación por parte del Concejo. Además, la
Congregación iba perdiendo hermanos al no guardarse las
preeminencias que ésta tenía cuando se creó y que, por acuerdo
municipal de 13 de mayo de 1613, los cofrades no podían ser
apremiados ni obtenerse ningún dinero prestado para las
92 A.M.M. Lib. 94, aa. cc. de 21 de enero de 1678, fol. 27.
93 GÓMEZ GARCÍA, Mª. C. y MARTÍN VERGARA, J. Mª., op. cit., p. 16.
94 Según Narciso Díaz de Escovar, esta Cofradía recibió importantes legados a su
favor, como por ejemplo los de Alonso López Rentero (1592), Bautista Sistos (1604),
Matías Delgado Solís (1667), Pedro Domínguez Lavado (1701), entre otros [A.D.E.
Sala Arturo Reyes, Efemérides malagueñas, tº IV, nº 47, de Narciso Díaz de Escovar].
420

necesidades que precisase el Ayuntamiento. Asimismo, dicha
Institución local estaba obligada a sustentar y dar de sus propios a la
Congreación anualmente la cantidad de 50 ducados, nombrando
cada mes dos diputados que fuesen protectores de los hermanos y
les amparasen con la Justicia. Ante esta petición, el Rey confirmó y
aprobó “que cualesquier justicias guardasen las dichas
preeminencias y las hiciesen guardar y cumplir so grave penas o
como la nuestra merced fuese” 95 . Al año siguiente, el Concejo
acordó librar 300 reales destinados para los pobres de la cárcel 96 .
En el año 1656, se reunieron los cofrades 97 y nombraron
hermano mayor a Salvador de la Canal, quien sustituía en el cargo a
Manuel Ferrer 98 .
Otra forma de ingresar fondos para hacer frente a los
incontables gastos que se originaban en el mantenimiento de los
reclusos eran los censos. Así, en tres documentos -dos, de 1656 y
uno, de 1657- se aprecia el dinero recaudado por la Congregación
de San Juan Degollado 99 .
También se encuentran noticias del año 1682, relativas a
sumas de dinero que miembros del Cabildo de la Catedral, como
administradores del patronato fundado por el racionero Alonso
López, entregaron a Pedro de Álamos, hermano mayor de la
mencionada Hermandad 100 .
95
A.M.M. Lib. 53, aa. cc. de 30 de enero de 1637, fols. 7-8.
96
A.M.M. Lib. 54, aa. cc. de 22 de diciembre de 1638, fol. 250 v.
97
Manuel Ferrer, Salvador de la Canal, Manuel Díaz Peña, Francisco Ruiz Baquero,
Antonio Clavijo, Diego López, Luis Groso, Antonio Ruiz Buenazo, Cristóbal Báez,
Manuel Enríquez Silueyra, Juan Ruiz de Mendoza, Pedro Rodríguez, Tomás
Gutiérrez, Francisco Prieto, Juan Ruiz de Azua, Jacinto de Figueroa y Diego López de
la Cerda.
98
A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 45, vol. I, fol. 9
99
A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, legs. 45, vol. I, fols.
27 y 34; y 48, s/f.
100
A.C.C.M . Leg. 82, pza. 9.
421

En un documento, fechado el 24 de octubre de 1699, se ve
cómo el hermano Luis Ladrón de Guevara, tercero de hábito
descubierto de Nuestro Padre San Francisco, tenía un poder notarial
de la Congregación para recibir, cobrar, administrar y beneficiar los
censos, rentas y limosnas 101 .
Un benefactor, como el presbítero Luis Carlos Sweerts, dejó
expresado en su testamento de 1721:
“se den 50 reales de vellón cada semana a los
hermanos de la Cárcel Real para que los
distribuyan en socorro de las mayores
necesidades de los Pobres Presos y encargo a
mis albaceas no den de una vez todo el importe
de las 48 semanas sino que cada una de ellas les
vayan dando los dichos 50 reales que así es mi
voluntad” 102 .
La Congregación se dirigió en 1738 a Felipe V para que les
permitiera aumentar el número de componentes a 52, concediéndole
el monarca tal petición. Ésta se basaba, según el argumento del
entonces hermano mayor Francisco Pita Andrade, en que el año
tenía 52 semanas y cada uno de los hermanos podría hacerse cargo
durante siete días para cuidar de la alimentación de los presos. Al
mismo tiempo, se pedía al Rey que el Ayuntamiento aumentase la
ayuda para dar de comer a los internos, pasando de 50 ducados
anuales, que era lo que se recibían, a 200. Finalmente, se
consiguieron 100 ducados 103 .
101
A.H.P.M. Escribanía de Francisco García Calderón, leg. 2.226, fols. 527-528 v.
102
A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 55, carp. 2, fol.
113 v.
103
GÓMEZ GARCÍA, Mª. C. y MARTÍN VERGARA, J. Mª., op. cit., p. 16.
422

En el año 1751, la Congregación dirigió un escrito al
Consistorio exponiendo el mal estado de seis aposentos, inmediatos
a la enfermería de la cárcel. En él, se recordaba que, desde un
punto de vista sanitario, era perjudicial para los que allí habitaban,
dado que de ella habían salido “tullidos, ethicos y ciegos”. Ante tal
situación, se demandaba el derribo de unas dependencias que
permitiera ventilar mejor el lugar, así como disponerse de más
espacio para los pobres convalecientes. El Cabildo municipal, por
su parte, trató el asunto acordando que los médicos Pedro González
y Nicolás Rejano reconocieran el lugar y declararan si dichos
habitáculos perjudicaban la salud de los presos. Igualmente, se
encomendó a los alarifes públicos que lo inspeccionaran por si, en
el caso de que se derribaran, podría existir riesgo de fuga 104 .
Otro de los asuntos que preocupaba a los hermanos de la
Congregación era el impago de las limosnas a las que estaba
obligado el Ayuntamiento. Un ejemplo fue el escrito presentado en
el año 1760, por el que se le recordaba que estaba pendiente de
pago la cantidad de 1.100 reales 105 .
En tiempos de Carlos III, se solicitó que la asistencia a los
presos fuera efectuada por médicos y boticarios de la ciudad. El
Rey, en consecuencia, accedió gustoso a la petición mediante una
Real Cédula, fechada en Madrid el 26 de noviembre de 1765 106 .
Ya en el siglo XIX, en concreto 1814, la Congregación inició
un pleito contra el Cabildo catedralicio por adeudarle el pago de
104 A.M.M. Lib. 142, aa. cc. de 15 de febrero de 1751, fol. 62.
105 A.M.M. Lib. 150, aa. cc. de 18 de enero de 1760, s/f.
106 GÓMEZ GARCÍA, Mª. C. y MARTÍN VERGARA, J. Mª., op. cit., p. 15.
423

tres fanegas de trigo que el canónigo Jorge Zambrana había
mandado que se repartiesen en pan todos los años 107 .
Dos años después, se trató de los autos instruidos a instancia
de los hermanos de los Pobres de la Cárcel sobre que se restituyeran
a sus individuos las gracias y privilegios que les estaba concedido
por Su Majestad, en cuya posesión se hallaban hasta que los
franceses invadieron la ciudad el 5 de febrero de 1810 108 .
Más adelante, en 1823, la Congregación inició una nueva
demanda contra el Cabildo de la Catedral, al reclamar unas
dotaciones del patronato fundado por el racionero Alonso López.
Pese a lo argumentado por sus cofrades, la Real Chancillería de
Granada emitió su fallo a favor del estamento eclesiástico 109 .
El escritor y literato Narciso Díaz de Escovar anunciaba que
la Congregación de San Juan Degollado se disolvió en los primeros
años de la década de los treinta del siglo XIX 110 . En efecto, debió
producirse lo que afirmaba, pues en un documento de 1831 se
recogía lo que sigue:
“Habiéndose disuelto la hermandad de Caridad
que bajo la advocación de San Juan Degollado
tenia a su cargo la manutención de los Pobres
de la Carcel y quedado dicha obligación al
cuidado de este Ayuntam[ien]to., ha acordado
el mismo crearla de nuevo; pero siendo tan
ecsesivo el numero de Presos ecsistente, es
indispensable buscar auxilios para llebar
adelante un objeto tan perentorio como
interesante y pidadoso (...)” 111 .
107 A.C.C.M. Leg. 243, pza. 1.
108 A.M.M. Lib. 208, escrito inserto en el fols. 458-459 v.
109 A.C.C.M. Leg. 334, pza. 17.
110 A.D.E. Sala Arturo Reyes, Efemérides malagueñas, tº IV...; GÓMEZ GARCÍA, Mª.
C. y MARTÍN VERGARA, J. Mª., op. cit., p. 16.
111 A.C.C.M. Leg. 562, pza. 6.
424

Posteriormente a esta fecha, encontramos una noticia, datada
en 1835, que puede dar a entender que se produjera una
reorganización. En ella se señalaba que el hermano mayor Félix
Torriglia había recibido del Cabildo catedralicio tres fanegas de
trigo convertidos en 100 panes para que fueran distribuidos entre
los presos que se hallaban en la cárcel pública 112 . Al carecerse de la
pertinente documentación, desconocemos el tiempo de vida de la
Congregación pero no debió ir más allá de la segunda mitad del
siglo XIX.
8.2.- Origen del pleito
La Congregación de San Juan Bautista Degollado solía
atender a los presos que iban a ser ajusticiados y, por indicación de
sus Estatutos, se hallaba obligada a dar cristiana sepultura a los
reos. Este instituto le ocasionó en el siglo XVIII graves conflictos
con la Hermandad de la Santa Caridad, quien también se dedicaba a
esta función de misericordia y a la postulación por cada uno de los
que sufrían la pena capital.
Ilustración 57: Distintivo de la Congregación de San Juan Bautista Degollado
[A.C.C.M.]
112 A.C.C.M. Leg. 356, pza. 16.
425

Uno de esos pleitos se incoó con motivo de oponerse la
Hermandad de San Julián a que la de San Juan Degollado pidiese
para el reo Francisco García, puesto en capilla el 1 de febrero de
1712. Estas desavenencias se solucionaron cuando Martín de
Mujicar y José de Barcenillas, miembros y representantes de la
Hermandad de la Santa Caridad, se reunieron con el P. Ignacio de
Vargas, prepósito de la Congregación de San Juan Degollado, y
llegaron a un acuerdo en el reparto de funciones de atención
corporal y espiritual a los reos condenados a muerte. Así, la
Hermandad de la Santa Caridad aprobaba en el cabildo celebrado el
29 de mayo de 1715, la propuesta alcanzada por ambas partes que
se inspiraba en los siguiente términos:
“1. Que desde el dia que el Reo entrare en la
capilla hasta quedar ejecutado el suplicio an de
pedir los hermanos de san Juan Degollado (...)
2. Que si el ajusticiado hubiere de ser
arrastrado le lleven los hermanos de S[a]n Juan
Degollado (...)
3. Que la asistencia al reo desde que lo entran
en la capilla, tunica, comida y todo lo demas
que condujere al alivio espiritual, y corporal del
reo, a de estar a cargo, y cuidado de la
congregación de S[a]n. Juan Degollado (...)
4. Que las limosnas que por la congregación se
juntaren aia de gastar y espender con absoluta
independencia en las cosas, que su constitución
tiene determinada (...)
5. Que la congregazion de S[a]n. Juan
Degollado si quisiere asistir al entierro del
ajusticiado con velas encendidas, llevando el
inferior lugar, lo podra hacer siempre, que
quisiere sin que se le pueda obligar a ello; y por
quitar cualquier motivo que pueda aver de
queja si se les aviso, o no, que esto puede
suceder por olvido, y atribuirlo a otra cosa,
426

desde luego se den por avisados, y convidados,
sin mas recado, ni aviso, que al toque de la
oracion del dia en que fuere ajusticiado, y si por
alguno acsidente, que oi no se puede prevenir
se mudare la ora del entierro se aiga de avisar al
P[adr]e. Preposito de la Congregación por el
portero de la Hermandad la ora, que estubiere
determinadas” 113 .
Estas proposiciones fueron firmadas, de una parte, por el P.
Ignacio de Vargas, por dos diputados de la ciudad y por el hermano
mayor de la Congregación de San Juan Degollado; y de otra, por
Juan de Pedregal Figueroa, canónigo de la Santa Iglesia Catedral y
hermano mayor de la Hermandad de la Santa Caridad, por Martín
de Mujicar, regidor perpetuo, y por José de Barcenilla. Este
acuerdo, recogido en un documento fechado el 2 de junio de 1715,
fue elevado el 24 de julio al licenciado Diego de Toro Villalobos,
provisor, vicario general, juez de Testamentos y Obras Pías del
Obispado, quien habiendo visto y estudiado los capítulos que se
expresaban en el texto por acuerdo de ambas instituciones, lo
aprobaba el 5 de agosto de ese año 114 . Al mes siguiente, en concreto
el 27 de septiembre, el Ayuntamiento aprobó la escritura de
concordia 115 .
113
A.H.D.M. Leg. 75, pza. 1, “Pleito contra la Hermandad de San Juan Bautista con el
título de la Degollación (1788/90)”.
114
Ibídem.
115
A.D.E. Sala Arturo Reyes, Efemérides malagueñas, tº IV...
427

428

CAPÍTULO IX:
LA HERMANDAD DURANTE LA ETAPA
COMPRENDIDA ENTRE 1721 Y 1774

La escasez de fuentes escritas para este período que vamos a
tratar a continuación, es el motivo principal por el que hemos
reagrupado en un solo capítulo el gobierno de once hermanos
mayores: Antonio Tomás Guerrero Coronado Zapata, Esteban
Alonso Guerrero Mateos, Juan Carlos Pablo Sweerts Guerrero,
Lope de Mendieta Ordóñez, José Ramírez Castellanos, Alonso de
Figueroa Silva, Antonio Chinchilla Fonseca, Luis de Santiago
Chinchilla, Mateo de Miranda Salamanca, Carlos Til y Miguel de
Monsalve Pabón. De esta forma, creemos que quedará más
compacto y no tan deslavazado como si lo hubiésemos realizado
de manera independiente.
1.- ANTONIO TOMÁS GUERRERO CORONADO ZAPATA
(1721/23)
1.1.-Apuntes biográficos
Antonio María Guerrero, natural de Génova, se instaló en
Málaga a finales del Seiscientos, logró prosperar y reunir una
importante fortuna al dedicarse al comercio de productos agrícolas
malagueños (vinos, pasas, aceite, frutos secos, etc.), gracias al
desarrollo comercial que, por esas fechas, se producía en nuestra
ciudad. Posteriormente, se le encomendó el cobro de las rentas
provinciales de Sevilla, Jerez de la Frontera, Córdoba y Granada, lo
que vino a aumentar su patrimonio.
Antonio María Guerrero casó con Clara Chavarino
Lamberto, de cuya unión nacieron cinco hijos: José Francisco,
Antonia, Baltasar, Inés y Francisca. El primero de ellos, que se
convirtió en 1691 en el I Conde de Buenavista, contrajo nupcias con
431

Antonia Coronado Zapata, quien dio a luz cuatro vástagos: Luis
Carlos, Antonio Tomás, Mariana Marta Rita e Isabel. En el segundo
de los hijos del matrimonio Guerrero-Coronado, Antonio Tomás,
nacido en Málaga el 18 de septiembre de 1678, vamos a centrar
nuestra atención.
En su juventud residió en la ciudad y recibió la educación que
le correspondía por la posición social de su familia 1 . Se unió con
María Luisa Cardenica, marquesa de Robledo de Chavela, quien
falleció sin descendencia el 11 de diciembre de 1699. Al día
siguiente, y en la villa y corte de Madrid, expiraba su padre,
convirtiéndose en el II Conde de Buenavista. Luego, intervino en la
política española, destacando su acompañamiento al recién elegido
rey Felipe V en su viaje a Francia 2 . Contrajo segundas nupcias con
Beatriz de Cárdenas, procedente de una de las familias más ilustres
de Écija, quien le dio una hija que se llamó Antonia Luisa 3 ,
falleciendo ambas al poco tiempo 4 . Sin embargo, tuvo un hijo
natural del que se preocupó el Conde, dándole una educación que,
al final, se encaminaría a la carrera sacerdotal 5 .
Ante la desgracia de los dos matrimonios quedó sumido en
una crisis depresiva, de la que pudo salir gracias a unos ejercicios
espirituales realizados en la Escuela de Cristo. Este hecho marcó su
futuro al llegar a ordenarse sacerdote, si bien estuvo aconsejado por
el canónigo Juan de Lázaro Aparicio. Al encontrarse la sede de esa
Institución religiosa en unas condiciones pésimas, mandó construir
una nueva iglesia. Concluida la obra, entregó a la Escuela de Cristo
1
SANTOS ARREBOLA, Mª. S., op. cit. , pp. 30 y 31.
2
Ibídem, pp. 32 y 33.
3
ALFONSO SANTORIO, P., op. cit., p. 136.
4
SANTOS ARREBOLA, Mª. S., op. cit., p. 32.
5
Ibídem, p. 34.
432

una capilla subterránea y a la Congregación de San Felipe Neri
donó una casa y otros bienes 6 .
Ilustración 58: Antiguo palacio de los Condes de Buenavista, calle San Agustín [Foto:
Bienvenida Arenas]
Nuestro personaje perteneció a relevantes entidades de la
ciudad como la Junta del Muelle, la Fuente del Rey, la Hermandad
de Viñeros, la Junta de la Salud, el Monte de Piedad 7 y la
Hermandad de la Santa Caridad, en la que ingresó el 14 de octubre
de 1703 8 . De esta última fue su hermano mayor 9 y, mientras ejerció
este cargo, administró el Patronato fundado por Agustina Mejía,
6 Ibídem, p. 32.
7 ALFONSO SANTORIO, P., op. cit., p. 135.
8 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 69 v.
9 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Lista
cronológica de los hermanos mayores...”; CAMINO ROMERO, A., “Historia de la
Hermandad de la Santa Caridad...”, p. 23.
433

que consistía en ayudar a casar a huérfanas bautizadas en la iglesia
parroquial de San Juan Bautista 10 .
En su testamento nombró por heredero universal de todos sus
bienes a su sobrino José Domingo Echeverri, hijo de Juan Domingo
Echeverri, V conde de Villalcázar y Sirga, y de su hermana Marta
Rita. Por otra parte, a su hijo natural le dejó unos bienes adscritos a
unas capellanías que se encontraban enfrente de la iglesia de San
Felipe Neri 11 . Murió el 7 de enero de 1745 y se enterró en el
panteón de la iglesia conventual de Nuestra Señora de la Victoria 12 .
1.2.- El mandato de Antonio Tomás Guerrero Coronado
Zapata al frente de la Hermandad
A poco se resume lo acontecido en la Hermandad durante los
dos años que ostentó el puesto de hermano mayor. Como primeras
noticias encontramos los enterramientos de miembros de la
Corporación en la iglesia de San Julián:
TABLA 19
FECHA NOMBRE OFICIO OBSERVACIÓN
5 de julio de 1721 Salvador Quesada --- ---
12 de noviembre Juan José Merinaria
de 1721
13 . --- ---
También se atendieron espiritual y corporalmente a cinco
sentenciados a muerte:
10
A.H.D.M. Leg. 66, pza. 1, fol. 26.
11
SANTOS ARREBOLA, Mª. S., op. cit., p. 34.
12
Ídem.
13
A.H.D.M. Leg. 526, pza. 1, parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos nº 1
(1636/1730) y leg. 623, pza. 1, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 6
(1707/21).
434

TABLA 20
FECHA NOMBRE SENTENCIA
4 de julio de 1721 Juan Fernández Arcabuceado, soldado
del Regimiento de León
12 de noviembre de José del Castillo Arcabuceado, soldado
1721
del Regimiento
25 de abril de 1722 Francisco Zino, de Ahorcado
28 de noviembre de
nacionalidad genovesa
José de Acosta Arcabuceado, soldado
1722
del Regimiento de
Caballería del Rosellón
Ídem Salvador (?) Arcabuceado, soldado
del Regimiento de
Caballería Rosellón 14 .
A Antonio Tomás Guerrero le correspondió entablar un
nuevo pleito contra la Congregación de San Juan Degollado. En
1721, y tras el breve espacio de tiempo de seis años en que se
mantuvo la cordialidad, el II Conde de Buenavista como hermano
mayor de la Santa Caridad presentaba un escrito en el que
denunciaba la invasión de competencias que no le correspondían. El
origen estaba en que los hermanos de la Cárcel habían postulado
por las calles con motivo de la condena a ser fusilado de un soldado
desertor que se encontraba en las Atarazanas. Al parecer, y según
argumentaba el noble, la Congregación se había excedido en sus
funciones, pues esta actividad no se recogía en sus Constituciones y
perjudicaba a la Hermandad de San Julián, que era a la que
realmente correspondía esta práctica de pedir limosnas para el
entierro y el oficio de las misas por el alma del difunto. Se
14 A.H.D.M. Leg. 526, pza. 1, parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos nº 1
(1636/1730), fol. 121 v.; A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA
DUARTE, J. L., “Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.; A.D.E. Caja 110,
leg. 1, pza. 46.
435

solicitaba, por tanto, de la autoridad eclesiástica competente que
notificara a la citada entidad no volver a salir a la calle y dejar de
ejercer una función que no le concernía. Fue el licenciado Diego de
Toro Villalobos, canónigo de la Santa Iglesia Catedral, provisor y
vicario general del Obispado quien, el 4 de julio de ese año,
resolvió lo siguiente:
“Por presentada la concordia y en su bista y de
que abla solo en los ajusticiados que salen de la
Carcel R[ea]l. de esta Ciud[ad]. a cuyo alibio
esta dedicada la Congregación de San Juan
degollado, y que el casso presente en que se
trata de Alcabusear a un soldado dezertor que
esta en el quartel de las Reales Atarazanas es
distinto de lo sobre que se hizo la d[ic]ha
concordia; se notifique a el her[mano]º. Mayor
de la d[ic]ha Congregación de San Juan de
Gollado y a los demas hermanos de d[ic]ha
hermand[ad] cuio cargo esta su Gobierno; no
pidan Limosnas para el d[ic]ho soldado con
ningun pretesto, y que las que an juntado las
pongan a nuestra disposición para mandarlas
distribuir como pareciere conveniente y uno y
otro, lo cumplan luego y sin decisión alguna
pena de excomunión y de sin quenta ducados
aplicados a Nuestra disposición y con
apersibimiento” 15 .
Para finalizar los breves hechos sucedidos durante la
presidencia del II Conde de Buenavista, hemos de señalar que el
clérigo Luis Carlos Sweerts dejó estipulado en su testamento que se
dijeran por su alma 2.000 misas ordinarias 16 y 500 de ánimas 17 , de
15 A.H.D.M. Leg. 75, pza. 1.
16 La misa ordinaria se ofrece por uno o varios difuntos.
436

las cuales 150 se oficiarían en la iglesia de San Julián 18 . Además,
señalaba a la Hermandad como agraciada de una limosna de 500
reales de vellón para que fuese distribuida en beneficio de los
pobres 19 .
2.- ESTEBAN ALONSO GUERRERO MATEOS (1723/24 y
1730/33)
2.1.-Apuntes biográficos
Antonio María Guerrero, tras la muerte de su esposa Clara en
1666, se unía en 1671 en matrimonio con Mariana Rodríguez
Mateos de Relosillas, natural de Málaga, quien daba a luz a Esteban
Alonso Guerrero 20 . Nació en Málaga y se dice que fue bautizado en
la iglesia parroquial de El Sagrario el 12 de agosto de 1663 21 . Sus
progenitores crearon un vínculo para él y sus descendientes 22 . Se
casó en 1694 con Catalina Fajardo Viedma, hija de Luis de Fajardo,
caballero de Santiago y veinticuatro de la ciudad de Jaén 23 .
Su hermano José Francisco Guerrero, I conde de Buenavista,
sirvió a Carlos II como militar en el asedio que padeció Ceuta en
1694 por Ali-ben Abd Allende. Este servicio supuso que el rey
Carlos II le reconociera los méritos contraídos en la ciudad
norteafricana, otorgándole en 1696 un segundo título, el
marquesado de Cela. Sin embargo, no lo aceptó y lo traspasó en
17
La misa de ánimas se oficia por aquellas almas que pueden estar retenidas en el
Purgatorio.
18
A.M.M. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo, leg. 55, carp. 2, fol. 111 v.
19
Ibídem, fol. 113 v.
20
ALFONSO SANTORIO, P., op. cit., pp. 126-130.
21
Ibídem, pp. 161 y 162. A pesar de esta indicación, no hemos hallado en los libros de
bautismos de la parroquia de El Sagrario ningún registro.
22
Ibídem, p. 162.
23
Ibídem, pp. 162-163.
437

1697 a su hermano menor Esteban, quien era dueño del señorío de
Cela 24 . Poco tiempo después, los tres hermanos, José Francisco,
Baltasar y Esteban Alonso, recibieron el hábito de Calatrava 25 .
De este último hay que señalar que en un documento dirigido
al rey Carlos II como administrador perpetuo de la Orden y
Caballería de Calatrava, se especifica:
“Sabed que D[o]n Esteban Alonso Guerrero me
hizo Relacion, que su proposito y voluntad de
ser de la dicha Orden y vivir en la obediencia y
la Regla y disciplina Della, Por Devocion que
tiene al Señor S[an] Benito y a la dicha Orden;
suplicandome le mandalle dimitir y dar el
Abito, é insignia de ella, o como la mi Merced
fuere. Y porque la Persona que ha de ser
recibida en la dicha Orden y para darle el Abito
della, ha de ser Hidalgo, alsi de parte de su
padre, como de su Madre, al modo, y Fuero de
España (...)” 26 .
La primera esposa de Esteban, Catalina, fallecía alrededor de
1713 sin haberle proporcionado descendencia. El segundo enlace se
formalizó, a los pocos meses de enviudar, con Eugenia de
Villavicencio Vivero, natural de Sevilla, e hija de Pedro Tomás de
Villavicencio y María Lucrecia Vivero Escobar. La duración del
matrimonio se fija en 23 años, pues su esposa falleció en 1734. Pese
a lo avanzado de su edad, 72 años, contrajo nuevas nupcias en 1735
con Catalina Chacón de Hinestrosa, quien le dio en 1740 una hija,
Josefa de la Concepción Guerrero Chacón, que se convirtió en la II
24 Ibídem, pp. 133 y 159.
25 Ibídem, p. 133.
26 A.H.N. Órdenes Militares. Calatrava. A. 1624, leg. 1.133.
438

Marquesa de Cela 27 . Esteban Alonso Guerrero moría en Málaga el 9
de octubre de 1741, a los 78 años de edad 28 .
2.2.- La mandatos de Esteban Alonso Guerrero Mateos al frente
de la Hermandad
Fue recibido como hermano en el cabildo celebrado el 28 de
octubre de 1691 29 . Salió elegido hermano mayor en dos períodos
diferentes: el primero, durante el ejercicio 1723/24 30 ; y el segundo,
para el trienio 1730/33 31 . Se destaca que, en el primero de ellos, se
negó a administrar el Patronato de Agustina Mejía y a constituirse
en su depositario, cometido que sí había desarrollado su antecesor
el II Conde de Buenavista 32 .
2.3.- Cesión de dependencias en el hospital de San Julián
La Hermandad prestó el 18 de abril de 1723 algunos locales
para alojar a los soldados enfermos procedentes de Ceuta, por estar
ocupados los centros hospitalarios de la ciudad. Ante tal
circunstancia, los hermanos acordaron pasar a los asilados a las
antiguas salas y alojar a los militares en las nuevas enfermerías 33 .
27 ALFONSO SANTORIO, P., op. cit., pp. 163-165.
28 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 34 v.
29 En la inscripción que aparece cuando fue dado de alta en la Hermandad, se señala
erróneamente lo siguiente: “12º. Hermano Mayor desde 14 de Mayo 1783 al 5 Junio
1784”. En las primeras actas capitulares existentes, de 1781, se dice, como veremos
más adelante, que era hermano mayor Juan Agustín Sweerts Ayala.
30 Fue nombrado hermano mayor en un cabildo celebrado por la Hermandad de la
Caridad en el mes de mayo de 1723 [A.H.D.M. Leg. 66, pza. 1, s/f.].
31 AC.C.M. Leg. 402, pza. 2, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Lista
cronológica de los hermanos mayores...”; CAMINO ROMERO, A., “Historia de la
Hermandad de la Santa Caridad...”, p. 23.
32 A.H.D.M. Leg. 66, pza. 1, fol. 26 y s/f.
33 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de
la Regla de la Hermandad de la Santa Caridad..., p. 11.
439

Esta era la primera vez que se acogía en dependencias del
hospital de San Julián a militares. No ha de extrañar, por lo tanto,
que con el transcurrir del tiempo se repitieran sucesivas peticiones
por parte del Ejército, como tendremos ocasión de ver.
2.4.- Enterramientos en el hospital de San Julián
En cuanto al capítulo de enterramientos de hermanos y
pobres alojados en el hospital, así como las asistencias a los
condenados a la pena capital, destacamos que bajo el mandato de
Esteban Alonso Guerrero no se tuvo tanta incidencia en ese sentido
como en los gobiernos de sus dos predecesores más inmediatos,
Juan de Pedregal Figueroa y Antonio Tomás Guerrero Coronado
Zapata.
Ilustración 59: Detalle de la cubierta de la iglesia, hacia los años 30 del siglo XX
[Foto: Juan Temboury]
440

Se sabe, por un dato hallado en el libro de difuntos de la
parroquia de Santiago, que el hermano de la Santa Caridad, Esteban
Bordella, viudo de Francisca Grajales y residente en la calle
Granada, fue enterrado en la iglesia de San Julián el 14 de
diciembre de 1723 34 .
2.5.- Donaciones
En el cabildo celebrado por la Hermandad de la Santa
Caridad el día 2 de julio de 1730, se acordó que los hermanos
Bernardo Vicente de Ribera y Gregorio de Barcenilla recibieran una
haza de tierra que Melchor de las Cuevas donaba a la Corporación y
a sus pobres incurables. Asimismo, se obligaban y reconocían en
nombre de la Hermandad los censos que sobre la referida haza se
pagaban y por los intereses que se debieran, cediendo el citado
benefactor:
“mayor cantidad que le debía el arrendador de
dichas hazas a beneficio de dicha Hermandad y
sus pobres como consta de dicho Cabildo que
firmó el Señor Marqués Zela (...)” 35 .
2.6.- Arrendamientos de bienes inmuebles
Durante su segunda etapa como hermano mayor, se efectuó
un importante número de transacciones, como el arrendamiento de
cortijos y casas que poseía la Hermandad. Así, el día 31 de agosto
34
A.H.D.M. Leg. 623, pza. 2, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 6
(1707/28).
35
A.H.P.M. Escribanía de Antonio León Castillo, leg. 2.379, fol. 145.
441

de 1730, se llegó a un acuerdo con Pedro de Ortega Solórzano,
vecino y regidor de esta ciudad, para alquilarle un cortijo de pan
sembrar en la Vega de Málaga, partido de Churriana. La duración
del contrato se estipularía en 6 años, al precio y renta de 70 fanegas
de trigo y 70 de cebada, y además se pagaría 30 reales de vellón
para la ayuda de leña que se gastaba en el hospital. Con
independencia de lo acordado, habría de guardar y cumplir las
siguientes condiciones:
“Primeramente se obliga de labrar y cultivar el
dicho cortijo a dos hojas o pagar su renta de
vacío, como sí del gozarse. Con condición que
en el último año de este arrendamiento ha de
dejar la hoja que le correspondiere y tocare
libre y desembarazada sin que pueda rastrojear
en ella cosa alguna para que el nuevo
arrendador la entre labrando.
Con condición que por ningún caso acaecido
del cielo o de la tierra y invasión de enemigos
no ha de poder pedir esterilidad, ni por otra
ninguna de las causas que el derecho permite,
cuyo beneficio desde luego renuncia.
Con condición que en el tiempo de este
arrendamiento ha de tener habitación decente
en la casa de dicho cortijo haciendo fuego en
ella para que no se le diga perjuicio por no estar
habitable.
Con condición que no lo ha de poder traspasar
a ninguna persona sin licencia de dicho señor
Hermano Mayor o de el que le sucediere en
este cargo y el traspaso que en otra forma
hiciere ha de ser ninguno y no valga. Y en fin
del tiempo de este arrendamiento dejara el
dicho cortijo libre y desembarazo y su casa con
sus puertas, ventanas y llaves, cerrador según y
en la forma que lo recibe (...)” 36 .
36 A.H.P.M. Escribanía de Antonio León Castillo, leg. 2.379, fols. 209 y v.
442

Justamente tres años después, Pedro de Ortega comunicaba al
hermano mayor que pese a tener un contrato de seis años -expiraba
en 1736- tenía intención de:
“dejar de labrar dicho cortijo, poniendolo en
manos de dicha Hermandad y de dicho señor su
hermano mayor para que desde luego bien de
arrendandola nuevamente a la persona que más
diese por él (...)” 37 .
Por su parte, el Marqués de Cela aceptaba dicha dejación no
poniendo ningún reparo al respecto al cumplir con cada uno de los
requisitos estipulados en el contrato. Al día siguiente, se arrendaba
el cortijo y tierra de pan sembrar a Luis de Monsalve por espacio de
un año, acordándose que el precio y renta sería de 70 fanegas de
trigo y otras tantas de cebada, así como el pago de 30 reales de
vellón para la leña que se gastaba en el hospital 38 . Las casas
alquiladas por la Hermandad fueron éstas:
TABLA 21
FECHA ARRENDATARIO CASA PERIODO PRECIO
12 de mayo
de 1731
12 de marzo
de 1732
20 de marzo
de 1732
Marzo de
1732
30 de abril de
1732
Septiembre de
1732
Pedro de Burgos, maestro
de platero
C/. Granada 4 años 37 ds.
Gaspar Morer C/. Carretería 3 años 35 ds.
Petronila Cubero C/. Carretería 3 años 700 rs.
Juan de Nájera, maestro
platero
Lucas de Aguirre,
mercader
maestría
de vara y
Gregorio Gallardo,
maestro de alpargatero
C/. Granada 3 años 40 ds.
C/.Carnicerías 4 años 60 ds.
Frente a la
Puerta de
Buenaventura
37 Ibídem, fol. 198.
38 Ibídem, fols. 199 y v.
39 A.H.P.M. Escribanía de Antonio León Castillo, legs. 2.379 y 2.380.
3 años 53 ds. 39 .
443

2.7.- Pleito de los beneficiados de la parroquia de los Santos
Mártires contra la Hermandad
El pleito iniciado en 1729 bajo el mandato de Alonso de
Figueroa Silva, marqués de Valdesevilla, tuvo continuidad en años
sucesivos. Así pues, y siendo hermano mayor Esteban Alonso
Guerrero en su segunda etapa (1730/33), la Hermandad de la Santa
Caridad acordaba conceder un poder a Pedro Ximénez Romero para
que la representara contra la demanda presentada por los
beneficiados de la iglesia parroquial de los Santos Mártires de la
ciudad de Málaga sobre el cumplimiento de ciertas memorias que
dejó escritas Pedro de Apalategui Lazcano.
Ilustración 60: Interior de la parroquia de los Santos Mártires [Foto: Daniel González
González]
444

Se daba el caso de que el Juez Metropolitano de la ciudad de
Sevilla había emitido una sentencia a favor de los cofrades del
hospital de San Julián, por ello interponían los beneficiados del
citado templo un recurso de apelación ante el Nuncio de Su
Santidad 40 . Al haber sido requerida la Hermandad para testificar
ante el legado papal, ésta nombraba a Pedro Ximénez Romero,
abogado de los Reales Consejos y vecino de la villa de Madrid, para
que en nombre:
“de dicho Hospital y Hermandad parezca ante
dicho Señor Nuncio y su Tribunal, y pida los
autos y haga en razón de dicho pleito todos los
pedimentos, requerimientos, protestas, suplicas,
contradicciones y diligencias que fuesen
necesarias y alejando de la justicia de dicha
Hermandad (...)” 41 .
Desgraciadamente se ignora, por la falta de documentos, la
resolución final de la disputa mantenida por los beneficiados de los
Santos Mártires contra la Hermandad de la Santa Caridad.
2.8.- Renovación de las Reglas
Desde el año 1682, en que fueron aprobadas por el obispo
Fray Alonso de Santo Tomás, se habían mantenido sin ser
cambiadas o alteradas, pero ahora, en 1733, se renovaban estando la
diócesis malacitana dirigida espiritualmente por Diego de Toro y
40 La sentencia a la que se alude en el texto, no la hemos podido encontrar en el
A.G.A.S. En él efectuamos las siguientes consultas: Fondo Arzobispal, sec. Justicia,
subsec. Ordinarios-apelaciones (1603/1782), caja 14.116; sec. Justicia, subsec.
Ordinarios-apelaciones (1655/1785), caja 14.091; y sec. Justicia, subsec. Ordinariosapelaciones
(1722/25), caja 4.383.
41 A.H.P.M. Escribanía de Antonio León Castillo, leg. 2.380, fols. 314 y v.
445

Villalobos. Una de las primeras novedades que encontramos en
estas Reglas comparadas con las de 1682, consistía en la inclusión
de un mayordomo en los órganos de gobierno. Con respecto a su
cometido, se decía que:
“(...) a de ser precisamente hermano celoso, y
charitatibo, que a de cuidar de todo el gobierno
economico de la Casa Hospital, asi del
hospicio, como incurables, procurando q[ue].
los Ministros asistan con vigilancia, y charidad
sufriendoles con paciencia sus impertinencias;
En cuio poder, y dentro de n[uest]ro hospital an
de entrar todas las cosas q[ue]. por junto se
compraren para el sustento de los Pobres, quien
diariamente a de dar lo necesario al portero,
para los Yncurables; hallandose presente las
veses q[ue]. pudiera al tiempo de entregarlas en
la cozina procurando no se desfalque nada
porq[ue]. no haga falta a n[uest]ros Pobres y
q[ue] se les guize bien, y con aseo. Dando
asimismo al Portero, todos los dias zedula para
la carne q[ue] a de traer, y dinero para la
provisión de las cosas, q[ue] no se pueden tener
por junto (...). Al fin de cada Mes el
Mayordomo formara quenta diaria de gasto por
menor con sus precios de cada cosa, la q[ue].
firmada entregara al herm[ano]º. Mayor, para
q[ue]. reconocida con el Secretario se despache
libransa para q[ue] el thesorero la pague; y
para la buena quenta, y razon tendra libro
donde siente todas las cosas q[ue] se compraren
(...). Y en las relaciones pondra el numero de
incurables q[ue] ai cada dia. Asimismo tendra
libro de quenta con el Panadero, a quien por
quitar contingencias, no dara partida grande de
trigo, y todos los dias dara cedula del Pan q[ue]
sea de traer para ajustar la quenta en fin del
Mes. Tendra el d[ic]ho Mayordomo un libro
donde siente la ropa de los Pobres incurables
asi de su uso, como de las camas, y todas la
446

alajas de casa, y cozina, para entregarlas a los
Ministros q[ue] les tocasen quienes an de dar
quenta siempre q[ue] se ofresca” 42 .
Otra de las inclusiones capitulares trataba del escrutinio que
había de realizarse antes del cabildo general de elecciones:
“Siendo el primer cuidado de N[uest]ra
hermandad elegir hermano Mayor para q[ue] la
rixa y govierne con zelo y charidad; se juntaran
los oficiales el Domingo antes de la Elecciones
a conferir, y hazer escruptinio entre todos
N[uest]ros hermanos (...) cursando sea hombre
de lustre y representación, de buena vida, y
costumbres, caritativo para q[ue] a su imitación
y ejemplo todos los hermanos se esmeren en
cumplir con su obligación (...)” 43 .
Una vez efectuado el recuento, sólo quedaría en la mesa de
gobierno el secretario, quien iría tomando nota de las propuestas de
los asistentes para conocer los candidatos que fuesen más acordes
para el cargo de hermano mayor. Escribiría los nombres en dos
cédulas que se depositarían en una urna. Así, los dos cofrades que
saliesen con mayor número de votos se propondrían el día del
cabildo general a la Hermandad para que de los dos se eligiese al
más conveniente para dicho empleo. Si en el proceso se votase la
reelección, se propondría en el cabildo general. Y si no fuese
designado de nuevo, se llevaría a los hermanos propuestos para que
se nombrara. Si el hermano mayor falleciera no se celebrarían
42
A.H.D.M. Leg. 47, pza. 1, “Reglas y renovación de la Hermandad en el Año de
1733”, cap. 11, fols. 9 v.-10 v.
43
Ibídem, cap. 14, fols. 12 y v.
447

elecciones hasta Pentecostés, siendo el alcalde más antiguo el que
se hiciera cargo de la presidencia 44 .
Una de las ampliaciones estatutarias se producía en el
capítulo que concernía a las “Elecciones y exercicio de 24
Diputados para pedir limosna y 24 para los entierros de los Pobres”.
Ahora, se incluía ese número de diputados para asistir a la comida,
dieciocho para el hospicio y dos para visitar y consolar a los
hermanos enfermos. La descripción se iniciaba de este modo:
“Y porque el fin de N[uest]ra hermandad es
acudir a todas las obras de charidad y bien de
los Pobres para q[ue] obedeciendo y
observando estas constituciones se tenga mas
merito” 45 .
Con respecto a los diputados que se encargarían de pedir
limosnas, se hacía distingo entre los que recorrerían las calles y los
que se colocarían en la puerta de la Iglesia Mayor o en la parte más
conveniente, con una mesa con “sobremesa Azul y la demanda con
la cruz de Ganchos q[ue] es el distintibo de n[uest]ra Hermandad”.
Veinticuatro hermanos asistirían a la comida -dos cada mes-
y dieciocho acudirían cada noche, desde primero de septiembre
hasta finales de mayo, al hospital a enseñar la doctrina cristiana.
Finalmente, dos diputados acometerían la caritativa labor de
acompañar a los hermanos enfermos.
Al secretario de la Hermandad le correspondía realizar una
tabla que fijase los oficios y diputaciones designados por el cabildo
general, poniéndose en uno de los salones de la Casa-hospital.
44 Ibídem, fol. 13.
45 Ibídem, cap. 16, fol. 15 v.
448

En cuanto a los diputados de entierros se producían algunas
variaciones. Cuando se les avisara, y una vez eligieran la hora que
les pareciera más oportuna, pasarían por el hospital donde estaría el
difunto y a continuación:
“(...) saldran por las calles q[ue] les pareciere,
con el baston en la mano, y en otra el sombrero
pidiendo limosna para enterrar los Pobres de la
Santa Charidad de N[uest]ro S[eño]r Jesuxpto,
procurando acosta de un poco de trabajo q[ue]
se logre el fin de Juntar limosna para pagar el
entierro, Portitores, y hazer bien por el Alma
del Pobre desvalido, y pidiendo llegaran a la
Puerta del Sagrario donde seda sepultura, y
pagados alli los gastos, se volverán en la misma
a N[uest]ra Iglesia pidiendo y acompañando a
Christo crusificado q[ue] es n[uest]ra guia, y
alli contara lo que se ajuntado y bajados los
gastos haran certificación de lo q[ue] queda
para q[ue] se entregue al Colector que haga
decir las Misas precisamte. En n[uest]ra Iglesia
por el Pobre procurando saber el nombre,
Patria, Padres, y estado porq[ue] de el descuido
se an seguido graves inconvenientes (...)” 46 .
Un capítulo importante que se introducía era el titulado
“Ajusticiados y Entierro”. En él, se especificaba todo el ritual que
se efectuaba cuando un reo era condenado a muerte y la Hermandad
de la Santa Caridad acudía a socorrerle corporal y espiritualmente.
La existencia de la Congregación de San Juan Degollado, de la que
ya nos hemos ocupado anteriormente, obligaba a delimitar las
funciones que ambas tendrían en este ceremonial.
46 Ibídem, fols. 17 v. y 18.
449

47 Ibídem, fols. 20-21 v.
“Savida la ora en q[ue] an de sacar de la carzel
al Ajusticiado, estara prevenida y junta nra
hermandad en la puerta del collegio de la
Compañía de Jesús, para ir delante del
Ajusticiado, llevando por prinsipio, la manga
con el crucifijo, y los siriales q[ue] llevaran un
hermano sacerdote, y dos seglares, llegados
q[ue] sean al suplisio, apartada n[uest]ra
hermandad un poco del bullicio con velas
ensendidas en las manos (...), el hermano
mayor, para q[ue] con la confusion no se
olvide, y para q[ue] el Portero lleve prebenido
el manual y el agua bendita, y ejecutado q[ue]
sea el suplisio le dira un responso, y empezaran
los Diputados a pedir para enterrar los muertos,
etc., y asi se mantendran en el lugar del hasta
q[ue] por nra hermandad se nombren Diputados
para pedir a la Justicia el cuerpo de aquel
Pobre, y concedida que sea la licencia los mas
hermanos q[ue] se pudieren juntar se hallaran al
bajar el cuerpo con la mayor charidad posible y
se apartaran los Ministros de Justicia; se
amortajara, y puesto en el feretro, se pondra en
lugar commodo sin faltar algunos hermanos de
su vista, y a la ora q[ue] pareciere a N[uest]ro
hermano Mayor se avisara a la Parrochia del
Sagrario, y se formara el entierro el que se
dirigira a n[uest]ro hospital a la sepultura q[ue]
tendra dispuesta en el salon, trayendo
n[uest]ros hermanos al Difunto en medio de la
hermandad, y si concurriere la de la Carzel y
San Juan degollado se abra de principiar el
entierro con ella, y a de ir el feretro en la
n[uest]ra por q[ue] ia no es Pobre de la Carzel,
sino de la hermandad de N[uest]ro. S[eño]r.
Jesuxpto y dada sepultura Eclesiastica, por
q[ue] no se retarden los sufragios (...)” 47 .
450

Los conflictos mantenidos años atrás con la Cofradía de la
Cárcel llevaría a la Hermandad de la Caridad a ampliar este capítulo
añadiendo el siguiente término:
“Todo lo expresado se executara tambien con
todos los soldados, y demas personas q[ue] por
la guerra fueren sentenciados a muerte, q[ue]
ordinariamente los ponen en los cuarteles solo
q[ue] estos se le a de asistir por n[uest]ra
hermandad con todo lo necesario para su alivio
y sustento, p[or] q[ue] en estos no tienen
entrada los hermanos de la carzel, solo si por
charidad quieren asistir a su entierro se le
agradisera, y eran en el lugar antesedente (...),
teniendo cuidado N[uest]ro hermano mayor
señalar algunos de n[uest]ros hermanos para
que llegando el entierro a n[uest]ra Iglesia se
queden fuera a despedir la hermandad de San
Juan degollado, agradeciéndole su charidad
(...)” 48 .
A pesar de esta inclusión, medio siglo después se mantendría
un nuevo pleito con la Cofradía de San Juan Degollado por esta
última cuestión, como tendremos oportunidad de tratar en su
momento.
En el mismo capítulo se indicaba la manera en que la
Hermandad actuaría cuando se sentenciara a un delincuente, al que
se le descuartizara o cortara la mano, y se pusieran las partes del
cuerpo en los caminos:
“(...) luego q[ue] esto aia sucedido, y pasado el
tiempo q[ue] paresca prudencial, se formara
diputación de n[uest]ra hermandad para
48 Ibídem, fols. 21 v. y 22.
451

quitarlos, y conseguida licencia, se recojeran en
una caja, q[ue] se traera a n[uest]ro Hospital, y
a aquel dia se le dira Missas, Vigilia, y dara
sepultura en n[uest]ra Iglesia. Teniendo
presente todos n[uest]ros hermanos qual del
agrado de Dios es dar sepultura a los Muertos,
y mucho mas a los tan desvalidos, como los
q[ue] sentencia la Justicia (...)” 49 .
La incorporación del capítulo acerca del “Entierro de Pobres”
era importante, dado que ésta suponía una de las funciones
principales que desarrollaba la Hermandad del hospital de San
Julián. Esta circunstancia obligaba a tenerla regulada en estas
Constituciones que acababan de ser reformadas. Este capítulo, el
dieciocho, se iniciaba con la siguiente advertencia: “Siendo tan del
agrado de Dios hazer bien por las Almas y enterrar los Muertos, a lo
q nros hermanos deven atender con mayor disvelo y cuidado” 50 . Se
continuaba describiendo que cuando la Hermandad recibiera la
noticia de que se había encontrado a un muerto en el campo, la
calle o en una casa, el hermano mayor mandaría que:
49 Ibídem, fol. 22.
50 Ibídem, fol. 22 v.
“q[ue] con el feretro se recoja y traiga a
n[uest]ro Hospital, para que avisado a los
Diputados de aquel Mes, elijan ora para salir a
pedir hasta dar sepultura Eclesiastica,
guardando en todo lo dispuesto en el capitulo
16 de esta Regla (...) Y si como a sucedido
muchas veses se encontrase el difunto incapas
de traerse para darle sepultura en la parte donde
se hallare se hara un hoio y enterrara poniendo
una cruz ensima haciendo noticia del sitio (...)
llegado el tiempo como se dira en esta Regla se
recojan los huesos para darle sepultura
452

Eclesiastica y los gastos qe se hizieren sean
acosta de la Hermandad” 51 .
El capítulo referido a la “Fiesta de San Julian” se ampliaba al
reseñarse las funciones que tendría que cumplir el mayordomo, un
oficio que había sido incorporado en la Junta de Gobierno, como
hemos visto líneas atrás. En él se concretaba la labor a desarrollar
con motivo de la festividad del patrón de la Casa:
“Y porq[ue] es justo q[ue] igualmente se
zelebre n[uest]ro glorioso Patrono. En la Iglesia
y en sus Pobres. El hermano mayordomo tendra
cuidado q[ue] desde la vispera de la fiesta este
muy aseada y limpia toda la cassa, los altares
de la enfermería muy compuesto, y las camas, y
personas de los Pobres incurables que an de
comulgar en este dia, y se les dara una
explendida comida a disposición de n[uest]ro
hermano mayor” 52 .
Otros aspectos relacionados con la fiesta de San Julián
consistían en la concurrencia de mendigos pidiendo comida en la
puerta del hospital. Ante esta demanda, y una vez atendidos los
incurables, se ordenaba a que todo aquel pobre que se presentara en
el hospital se le diera una ración de comida. Para prestar este
ejercicio asistirían voluntariamente los hermanos que quisieren y
los diputados señalados por el hermano mayor. Uno de ellos, se
encargaría de dar el pan y el otro, la comida.
La Hermandad deseaba convertirse en el alivio de los
necesitados y para tal fin había decidido repartir pan en la víspera
51 Ibídem, fols. 22 v.-23 v.
52 Ibídem, fol. 26.
453

de San Julián a los pobres vergonzantes. Al parecer, esta acción era
posible:
“(...) a expensas de bienhechores, nombrando el
hermano mayor cada año dos Diputados que
entre nosotros mismos, y personas piadosas
pidan limosna para esta buena obra,
convirtiendo todo lo que juntan de trigo y
dineros a pan, para q[ue] con zedulas bengan
por el a n[uest]ra cassa Hospital (...)” 53 .
En el capítulo de la “Comunión y cumplimiento de Iglesia de
Pobres”, se ordenaba que los pobres enfermos ingresados en el
hospital estaban obligados a aceptar una serie de preceptos como:
53 Ibídem, fol. 27.
“(...) arresar a coros todos los dias el rosario
entero de Maria Santissima de quinze diezes
repartido en tres tercios uno por la mañana, otro
antes de comer, y otro antes de la oracion, y al
fin de cada uno un padren[uest]ro y ave maria
por las almas del Purgatorio y demas q[ue]
quisieres aplicarlas por devocion, porq[ue] solo
lo expresado es de obligación presisa. Ande ser
obligados a confesar y comulgar los dias
siguientes = El de la circunsipcion del S[eño]r
= El de S[eño]r S[a]n Julian n[uest]ro Patrono
= El de la Encarnación = Las Pascuas de
Resurrepcion y Pentecostés = El de la Asunción
de n[uest]ra V[irge]n = El de Natividad de
N[uest]ra S[eño]ra = El de el Rosario = El de el
Patrocinio = El de la Purisima Concepción = y
los demas q[ue] su devocion les inclinare y de
los dias d[ic]hos se hara tabla en que se apunten
por sus Meses una para la sacristía, y otra en la
sala de incurables; y todas las visperas de estas
fiestas sera de la obligación del capellan
454

avisarlo a los Pobres para q[ue] se dispongan y
los confesara (...)” 54 .
Una de las metas que la Hermandad se había propuesto era
velar por la espiritualidad de los pobres de la Casa, como se ha
referenciado en el capítulo anterior. Pero ello no fue suficiente
puesto que los hermanos incluyeron un nuevo capítulo, titulado
“Prosecion para el cumplimiento de Ig[lesia]ª de los Pobres”. Se
recogía la confesión y comunión anual a la que estaban sujetos los
asilados. El día que se señalara, se asistiría a la iglesia de San Julián
a confesar para luego ir a la parroquia (suponemos que a la de los
Santos Mártires por pertenecer a este ámbito) a comulgar. La
procesión quedaría formada de este modo: la cruz y dos ciriales,
portadas por un hermano sacerdote y por dos seglares, y los demás
en dos coros irían intercalados con los pobres cantando en voz alta
las oraciones. Igualmente, y en el día que fijara el templo
parroquial, comulgarían los pobres incurables. El hermano mayor
avisaría a los miembros de la Corporación para que asistieran,
participando doce de ellos con hachas que acompañarían al
sacerdote que portaba a su Divina Majestad en el recinto
hospitalario 55 .
Una cuestión significativa era la relativa al hospicio. La
Hermandad tenía acondicionadas unas dependencias, dentro del
complejo hospitalario, para que los mendigos y personas sin hogar
pasaran la noche. Se necesitaba que este asunto quedara regulado
insertando en las Reglas un capítulo denominado “Gobierno de
Hospicio”:
54 Ibídem, fol. 28.
55 Ibídem, fols. 29 v. y 30.
455

“En el Hospicio y cozina q[ue] ay en n[uest]ro
Hospital, sean de recoger todos los Pobres
q[ue] binieren a el, donde abra lumbre para
q[ue] tenga alivio su desnudez, dandoles (si
pudiere ser) jergones, y mantas para q[ue] se
recojan a pasar la noche. Y si aconteciere q[ue]
estando serrada la casa (lo q[ue] se hara a las
nueve y media) llegare algun Pobre pidiendo
acojida se le abrira, y recojera en charidad,
porq[ue] con lo inclemente de una noche de
Invierno, no resiva algun su desnudez daño
notable y nos lo enseña la charidad, que lo
q[ue] no queremos para nosotros, no querramos
para n[uest]ro proximo” 56 .
La Hermandad consciente de los problemas que podrían
ocasionar los pobres venidos de otras partes de España y Europa
que se recogían en el hospicio, había habilitado un cuarto que servía
de cárcel para cuando se produjera algún tipo de altercado 57 .
Un aspecto a tener en consideración es la cuestión
económica. A la Hermandad nunca le sobró el dinero como cabe
suponer. Cualquier cantidad que se obtuviera era recibida con los
brazos abiertos. Por ello, se incluyó un capítulo denominado
“Obligación de pedir capachas” en el cual se instaba a los hermanos
-de dos en dos- a pedir una vez cada año por las calles de la ciudad
con la capacha al hombro. El importe recaudado serviría para el
sustento de los pobres de la Santa Caridad 58 .
La inauguración del complejo hospitalario y el
funcionamiento de todos sus servicios obligó a la Hermandad a
incorporar los siguientes empleos: un cocinero o cocinera, “de
buena vida” que se encargaría de preparar la comida a los pobres y
56 Ibídem, fol. 30.
57 Ibídem, fol. 31.
58 Ibídem, fols. 36 y v.
456

a quien se le pagaría un salario por su actividad; un capellán, que
velaría por el alivio espiritual de los internos y por el
mantenimiento de la iglesia, entregándosele un estipendio; un
abogado, que se encargaría de defenderla en sus pleitos; un obrero,
que se dedicaría a visitar las posesiones del hospital (principalmente
las casas que vimos con anterioridad), por si se necesitara una
reforma en alguna de ellas; un agente, que lo sería de los pleitos y
negocios; y por último, un médico, que vigilaría la salud de los
pobres incurables. A excepción de los dos primeros oficios, el resto
lo desempeñarían hermanos de la Corporación 59 .
Un capítulo introducido en las Reglas de la Hermandad
concernía a los “Pobres incurables y sus calidades”. En él no se
hablaba de un número exacto pero sí de que éste estaría en función
de los bienes y rentas que se poseyera. La admisión de los pobres se
centraría en función de las enfermedades incurables que padeciesen.
Una condición que se tendría en cuenta era su procedencia,
teniendo preferencia los nacidos en Málaga. Los ingresos serían
anotados por el mayordomo en un libro, donde constaría el nombre,
naturaleza, estado y nombre de los padres. También se inscribía que
el pobre que entrara por incurable en el hospital no podría salir a la
calle a no ser que fuera por causa mayor, volviendo inmediatamente
al centro. Asimismo, los pobres incurables debían estar sujetos a
unas normas. En caso de que no cumplieran con sus deberes se les
amonestaría hasta tres veces y si continuaran manteniendo una
actitud negativa, serían expulsados del hospital 60 .
Las primeras Constituciones, aprobadas en 1682, no recogían
absolutamente nada del Archivo ni tampoco de la figura del
59 Ibídem, fols. 38-40 v.
60 Ibídem, fols. 41-42.
457

archivero. En ellas, sólo se indicaba la existencia de un libro de
débito y crédito, que estaría a cargo del mayordomo tesorero; otro
de Contaduría, por cuenta del contador; del secretario se aludía a
que “escriba claro, de fuerte, que los libros sean de su letra”.
Presumiblemente éstos debían ser los de actas y registro de
hermanos. Sin embargo, en esta renovación de los Estatutos se
incluía un apartado titulado “Archivo y guarda de Papeles”. La
importancia de tener el archivo cuidado y vigilado se ponía de
manifiesto así:
“Y porq[ue] el medio de q[ue]. la hazienda no
se pierda ni extravie, es la custodia de sus
Papeles. Ordenamos, q[ue] en n[uest]ra cassa
hospital aia un Archivo con dos llaves a lo
menos, para el consierto custodia y guarda de
las escripturas, testamentos, Libros, Protocolos,
Juvileos, Bullas, y un libro de hazienda (...)” 61 .
Aunque en el texto se hiciera mención a dos llaves, en
realidad existían tres: una, la poseía el hermano mayor; otra, el
contador; y la tercera, el secretario. Una vez al año, estos tres
oficiales con sus correspondientes llaves, visitarían el archivo “para
dar paradero a los papeles q[ue]. se ubieren sacado” 62 .
La Hermandad incorporaba en las Reglas un capítulo bajo la
denominación “De las Penas”. En éste se le otorgaba poder al
hermano mayor y a los alcaldes para sancionar a los miembros que
no cumplieran con sus obligaciones. Como por ejemplo, cuando
tuvieran que asistir a los entierros de los pobres y no lo hicieran 63 .
61 Ibídem, fol. 42.
62 Ibídem, fol. 43.
63 Ibídem, fols. 43 y v.
458

Otro capítulo añadido fue el que hacía alusión a las
capellanías de esta manera:
“Y porq[ue] la piedad de algunos hermanos an
dejado diferentes capellanias para q[ue] las
Missas se digan en n[uest]ro Hospital, las q[ue]
son y sus obligaciones constan de el Libro
Protocolo y Collecturia. Ordenamos se tenga
mucho cuidado (...) por el mayordomo y
capellan de la cassa que se cumplan y digan las
Missas a los tiempos q[ue] convenga para el
alivio de los Pobres incurables y Mendigos
q[ue] se recogen en el hospicio para q[ue] estos
no salgan del Hospital sin aver oido Missa los
dias de fiesta en la forma que queda d[ic]ho en
esta Regla” 64 .
Cerraba esta relación de capítulos el referido a la “Facultad
de añadir Constituciones”, que especificaba:
“Y por que con el transcurso de los tiempos
suelen variarse todas las cosas iendo de mas, a
menos, o al contrario si la misericordia de Dios
fuese servido, q[ue] para el alivio de los Pobres
se aumenten las rentas de n[uest]ro Hospital, y
con ellas crescan los ejercicios de charidad, y
para q[ue] sean mas bien se haga, y es de
n[uest]ra obligación damos facultad a
n[uest]ros Hermanos para que con licencia de
el q[ue] fuere n[uest]ro Ill[ustrisi]mo. Prelado
se pueda añadir en esta Regla las
Constituciones, q[ue] sean necesarias, para
q[ue] aia pacta fija por donde seguirse =” 65 .
64 Ibídem, fols. 44 y v.
65 Ibídem, fols. 44 v. y 45.
459

En el resto del articulado observamos pequeños retoques en
la redacción que no afectaron, en absoluto, la esencia de lo recogido
en las Constituciones aprobadas por las autoridades eclesiásticas en
el año 1682.
3.- JUAN CARLOS PABLO SWEERTS GUERRERO
(1724/26)
La aportación que hacemos aquí de Juan Carlos Pablo
Sweerts Guerrero se centra más en el aspecto biográfico que en su
dirección al frente de la Hermandad de la Santa Caridad, al carecer
de fondos documentales en esta fase histórica.
Fueron sus padres Carlos Federico Sweerts Sila, natural de
Málaga, e hijo de Federico Sweerts y Ana de Sila, naturales de
Amberes; y Antonia María Guerrero Chavarino, natural de Málaga,
e hija de Antonio María Guerrero y Clara Chavarino 66 . Carlos
Federico y Antonia María contrajeron matrimonio en 1667 y
nacieron de esta unión: Juan Carlos Pablo, Antonio Jerónimo
Constantino, Ana Teresa Clara, José Alfonso Tomás, María Luisa
Margarita, Clara Josefa Antonia, Rita Josefa Francisca e Inés
Narcisa Leonarda. El cabeza de familia de esta numerosa prole
formó parte de la Corporación local en calidad de regidor 67 y
solicitó de Carlos II el título de posesión sobre el oficio de la
palanca alta y baja, que le fue concedido por el Rey 68 . Asimismo, se
66
LLORDÉN SIMÓN, A., Testamentos. Capillas..., p. 168. Doc. nº 13.1; ALFONSO
SANTORIO, P., op. cit., p. 126.
67
A.M.M. Lib. 104, aa. cc. de 15 de enero de 1694, fol. 23.
68
SÁNCHEZ DOMÍNGUEZ, P., “El primer hermano mayor de la Pollinica y las
criptas de San Agustín”, en VV. AA., Pollinica. Cincuentenario de la bendición de
Nuestro Padre Jesús a su Entrada en Jerusalén, Málaga 1943/93, Real Cofradía de
Nuestro Padre Jesús a su entrada en Jerusalén y María Santísima del Amparo, Málaga,
1993, p. 50.
460

ocupó de la carga y descarga de los géneros y frutos que
embarcaban y desembarcaban en el puerto de nuestra ciudad 69 .
Falleció el día 24 de octubre de 1707, siendo enterrado en una
bóveda de la capilla que poseía en el convento de San Agustín. Juan
Carlos Pablo Sweerts heredó, como hijo primogénito, el mayorazgo
fundado por su padre 70 . En un documento notarial, fechado el 21
de noviembre de 1705, se decía que Juan era capitán de Infantería
en Málaga y regidor perpetuo en el Ayuntamiento 71 . Efectivamente,
desde el 10 de septiembre de 1696, en que ocupó el lugar de Martín
de Corcuera Landazuri, se sentó en el lado derecho de la sala de
juntas de la Casa Consistorial 72 . En otro documento posterior,
fechado en el año 1726, había ascendido en la escala militar a
teniente coronel 73 . Juan Carlos Pablo Sweerts Guerrero contrajo
matrimonio con su prima hermana Clara de Ahumada Guerrero,
que era hija de Urbano de Ahumada Relosillas y de Inés Guerrero
Chavarino 74 . Trajeron al mundo cinco hijos: José, que sería regidor
perpetuo de la ciudad de Málaga; Manuel, colegial en el
Sacromonte de Granada; Josefa; Feliciano; Mariana, “de estado
doncella” 75 .
Según el libro de hermanos de la Santa Caridad, el
matrimonio Sweerts-Guerrero ingresó el 1 de junio de 1721 76 . En
un artículo de la profesora Cabello Díaz se daba a conocer que, en
69 A.M.M. Catastro del Marqués de la Ensenada, tº 97, fol. 3.773.
70 LLORDÉN SIMÓN, A., Testamentos. Capillas.., p. 168. Doc. nº 13.1.
71 Ídem.
72 A.M.M. Lib. 105, aa. cc. de 10 de septiembre de 1696, fol. 192.
73 LLORDÉN SIMÓN, A., Testamentos. Capillas..., p. 168. Doc. nº 13.2.
74 Ibídem, p. 170. Doc. 13.7.
75 Ibídem, p. 170. Doc. 13.7; MANRIQUE MERINO, L., O.S.A., Las Capillas-
Enterramientos de la iglesia de San Agustín de Málaga. Estudio documental
descriptivo, Ediciones Escurialenses, Málaga, 1996, p. 101.
76 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 86 v.
461

el año 1724, Juan Sweerts presidía la Cofradía de la Columna de
la iglesia parroquial de San Juan Bautista. Bajo su mandato,
precisamente, se reformaron las Constituciones de esta Corporación
nazarena que fueron modificadas por última vez en l675 77 . Durante
los ejercicios de 1724/25 y 1725/26, en que dirigió la Hermandad
de la Santa Caridad 78 , se sabe por la documentación que se dieron
cristiana sepultura a cinco cuerpos, de los cuales tres fueron, al
menos, sentenciados a muerte:
TABLA 22
FECHA NOMBRE SENTENCIA
30 de junio de 1724 Horaccio Poggin Alijado en las piedras
desde un barco
10 de octubre de 1724 Juan Gal, natural de
Crema, Hungría
Ahorcado
21 de octubre de 1724 Francisco Mela Arcabuceado, soldado
del Regimiento de
28 de septiembre de
1725
Joven de 18 a 19 años
Infantería de Saboya
---
---
20 de diciembre de 1725 Un hombre de identidad
desconocida 79 .
Bajo el mandato de Juan Sweerts, Jerónimo de Solís Gante,
arcediano de Vélez, le dirigió un escrito el 21 de febrero de 1726,
para que le informara de la fecha fundacional del hospital de San
77 CABELLO DÍAZ, Mª. E., “Nuevas aportaciones documentales acerca de la
Archicofradía de la Sangre y de la Hermandad de la Puente del Cedrón”, La Saeta nº
36, Agrupación de Cofradías, Málaga, 2005, p. 120.
78 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Lista
cronológica de los hermanos mayores...”; CAMINO ROMERO, A., “Historia de la
Hermandad de la Santa Caridad...”, p. 23.
79 A.H.D.M. Leg. 526, pza. 1, parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos nº 1
(1636/1730); A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.; A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 46.
462

Julián y si su actividad aumentaba o disminuía en la recogida de
pobres 80 .
Para finalizar las noticias vinculadas con la Hermandad, el
presbítero Francisco Lasso, en nombre de la misma, alquiló una
casa en la calle Granada a Pedro de Burgos, maestro de platero. El
contrato, expedido en el mes de febrero de 1726, tenía una duración
de tres años y un precio de 36 ducados por año 81 .
Por esa fecha, Juan Sweerts Guerrero acudió a los Baños de
Alhama por hallarse enfermo, otorgando todos sus poderes a su
mujer Clara de Ahumada Guerrero 82 . Nombró en su testamento
como albaceas a Antonio Guerrero Coronado Zapata, II conde de
Buenavista, y a Esteban Alonso Guerrero, I marqués de Cela, con
quienes se encontraba emparentados, así como a su mujer y otros
familiares 83 . Murió el 13 de octubre de 1741 84 y su cuerpo fue
sepultado en la bóveda de la capilla titulada de la Correa, en la
iglesia de San Agustín 85 .
80 A.C.C.M. Leg. 549, pza. 20.
81 A.H.P.M. Escribanía de Antonio Castillo León, leg. 2.378, fols. 38 y v.
82 MANRIQUE MERINO, L., op. cit., p. 101.
83 LLORDÉN SIMÓN, A., Testamentos. Capillas..., p. 168. Doc. nº 13.2.
84 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 86 v.
85 LLORDÉN SIMÓN, A., Testamentos. Capillas..., p. 168. Doc. nº 13.2. Meses
después del óbito de su marido, Clara de Ahumada manifestó en su testamento el
deseo de ser enterrada junto a sus restos en la cripta donde yacía [LLORDÉN
SIMÓN, Testamentos. Capillas..., p, 170. Doc. nº 13.8]. Según parece, el reparto de la
herencia comenzó en abril del año siguiente. Su hijo primogénito, José Sweerts
Ahumada que estaba casado desde 1736 con Teresa de Ayala, fue quien heredó el
mayorazgo, teniendo la oposición de sus hermanos Manuel y Josefa, quienes entraron
en pleitos, que perdieron al fallar la Justicia a favor de José [SÁNCHEZ
DOMÍNGUEZ, P., op. cit., pp. 51 y 52]. José Sweerts Ahumada ingresó en la
Hermandad de la Santa Caridad a través de la vela de su padre el 7 de marzo de 1745
[A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 86 v.].
Falleció el 3 de mayo de 1751 y asistió la capilla de música de la Catedral, dándosele
sepultura en la bóveda del Santo Cristo de Burgos, de la Comunidad agustiniana
[LLORDÉN SIMÓN, A., Testamentos. Capillas..., p. 171. Doc. nº 13.10;
MANRIQUE MERINO, L., op. cit., p. 102].
463

4.- LOPE DE MENDIETA ORDÓÑEZ (1726/28)
Los dos años de gobierno del coronel de Infantería Lope de
Medieta Ordónez se resumen, al carecerse de la pertinente
documentación, en unas contadas actuaciones. Fue recibido por
hermano en la Santa Caridad el 10 de julio de 1695 86 y la
Hermandad lo eligió como sustituto de Juan Carlos Pablo Sweerts
Guerrero en el año 1726 87 . La primera noticia que tenemos de él
como hermano mayor, data del día 28 de abril de 1726. Aparecía
como representante de la Hermandad de la Caridad en un
documento notarial, en el cual se daba cuenta de que Lucas
Aguirre, mercader de vara y mercería, tomaba en alquiler una casa
en la calle de las Carnicerías por un período de cuatro años al precio
de 600 reales anuales 88 .
Los siguientes datos encontrados se encaminan hacia la
misma dirección. La Hermandad alquilaba dos casas: una, el 6 de
agosto de 1727, a María Santisteban y a Alonso de Torres en la
calle Carretería frente a la puerta de Antequera, por tres años a
razón de 35 ducados y dos gallinas 89 ; y otra, el 12 del mismo mes, a
Manuela de la Baza, viuda de Juan Bautista Baguer, en la calle
Álamos por tres años a pagar en cada uno de ellos la cantidad de
1.100 reales y cuatro gallinas 90 .
La Hermandad de la Caridad celebró el 25 de febrero de 1728
cabildo, bajo la presidencia de Lope de Mendieta Ordóñez, para
86
A.H.D.M . Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 42 v.
87
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Lista
cronológica de los hermanos mayores...”; CAMINO ROMERO, A., “Historia de la
Hermandad de la Santa Caridad...”, p. 23.
88
A.H.P.M. Escribanía de Antonio Castillo León, leg. 2.378, fol. 392 v.
89
Ibídem, fols. 165 y v.
90
Ibídem, fols. 316 y v.
464

nombrar a procuradores que representaran al hospital de San Julián
y a la Corporación que gobernaba. Se designó a Bartolomé
Alcalde, Diego Roldán y Salvador de Osuna para que acudieran
ante “los jueces y justicia de su Majestad audiencias y tribunales
eclesiásticos de esta ciudad” para que defendieran en “pleitos,
causas o negocios civiles o criminales de cualquier estado, calidad o
condición que sean”. Para ello, se oficializaron en la citada fecha
los nombramientos a través de un documento notarial,
representando a la Corporación los siguientes hermanos: Lope de
Mendieta Ordóñez, José Ramírez Castellanos, Gaspar de Barcenilla,
Francisco Diez Cruzas, Francisco Ponce, Gregorio de Barcenillas,
José Breziani, Francisco Laso de Acuña, Agustín van Heeswyck y
Antonio López 91 .
Un nuevo contrato de alquiler se formalizó el 14 de junio de
1728. La Hermandad de la Santa Caridad, y en su nombre Lope de
Mendieta, firmaba el documento por el que se entregaba a Juan de
Nájera, maestro de platero, una casa en la calle Granada por un
período de tres años al precio de 40 ducados y dos gallinas en cada
uno de ellos 92 .
El 4 de agosto de ese año, la Hermandad se hizo cargo del
cuerpo de Juan Cristiano, natural de Génova, que fue asesinado en
la calle de San Juan 93 .
Otro asunto que, al parecer, cuidaba la Hermandad de San
Julián era el de las relaciones cordiales. En ese sentido, reseñamos
las que mantuvo con el obispo de Cádiz, Lorenzo Armengual de la
Mota, al que se felicitó por las fiestas de Navidad del año 1728. Por
91 Ibídem, fols. 53 y v.
92 Ibídem, fols. 120 y v.
93 A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.; A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 46.
465

su parte, el Prelado, de origen malagueño, contestaba al hermano
mayor y miembros de la Santa Caridad de Málaga de este modo:
“Las afectuosas expresiones con que V[uestra].
S[eñoría]. se sirve prevenirme las felicidades
que este año Santo por Pascuas me dejan en la
más agradecida estimación, y en igual deseo de
que en todos experimente V[uestra]. S[eñoría].
las espirituales y temporales que nos promete, y
la verdadera voluntad y se jura obediencia con
que estoy a su disposición.
Nuestro Señor guarde a V[uestra]. S[eñoría].
muchos años.
Cádiz diciembre 28 de 1728.
Besa la mano de vuestra merced.
Señor Ob[is]po. de Cádiz” 94 .
Ilustración 61: Fresco del obispo Lorenzo Armengual de la Mota, obra de Enrique
Lafuente. Salón de los Espejos del Excmo. Ayuntamiento de Málaga [VV. AA., (Coords.
CABRERA PABLOS, F. y OLMEDO CHECA, M.), Malagueños en la Historia, Benedito
Editores, Málaga, 2006, p. 85]
94 A.C.C.M. Leg. 549, pza. 20.
466

Cuando este escrito se recibía en nuestra ciudad, moría Lope
de Mendieta 95 .
5.- JOSÉ RAMÍREZ CASTELLANOS (1728/29)
Se sabe que fue presbítero y ahijado del matrimonio formado
por Lorenzo de Jaén y Agustina Mejía, así constaba en el
testamento otorgado por esta última en el año 1706. Tal benefactora
de la Hermandad de la Santa Caridad, lo designó como uno de sus
albaceas para que cuando falleciera, vendiera sus bienes y de ellos
tomara una cantidad de dinero para pagar el testamento 96 .
José Ramírez Castellanos ingresó en la Hermandad de la
Santa Caridad el 10 de julio de 1695 97 y ocupó cargos en las Juntas
de Oficiales presididas desde Juan de Pedregal Figueroa, como se
ha apreciado anteriormente.
El fallecimiento de Lope de Mendieta Ordóñez en diciembre
de 1728 llevó a Ramírez Castellanos a presidir interinamente la
Hermandad hasta Pascua de Pentecostés, época del año en que solía
tener lugar el cabildo general de elecciones 98 .
De su breve mandato, destacamos la inhumación del cuerpo
de Juan Canario, berberisco, el 2 de febrero de 1729 99 .
de 1733 100 .
El sacerdote José Ramírez Castellanos falleció en noviembre
95 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 42 v.
96 A.H.P.M. Escribanía de Antonio León Castillo, leg. 2.366, fol. 285.
97 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 42.
98 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Lista
cronológica de los hermanos mayores...”; CAMINO ROMERO, A., “Historia de la
Hermandad de la Santa Caridad...”, p. 23.
99 A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.; A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 46.
100 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 42.
467

6.- ALONSO DE FIGUEROA SILVA (1729/30)
6.1.- Aportación biográfica
Los datos familiares y personales que hemos hallado del
Marqués de Valdesevilla son escasos. Fueron sus padres Juan de
Figueroa, caballero de la Orden de Alcántara y natural de
Almendral, junto a la ciudad de Bajadoz, y Elvira de Céspedes,
oriunda de Talavera 101 . Sus abuelos paternos serían Alonso de
Figueroa, nacido en Oliva, población próxima a Jerez de los
Caballeros, y Antonia de Vargas, de la ciudad de Bajadoz. Y los
maternos, Antonio de Céspedes, natural de Almendral, y Francisca
Vara, de la villa de Talavera 102 .
Alonso de Figueroa Silva 103 , originario de la villa de Pizarra
(así consta en el Expedientillo de las Órdenes Militares) 104 o de
Badajoz (según indicación de los hermanos Alberto y Arturo
Carrafa García) 105 , contrajo matrimonio con Juana Eusebia de
Córdova, de dieciocho años de edad, una de las ocho hijas de Diego
de Córdova, I marqués del Vado 106 . De este enlace matrimonial,
nacieron dos hijos: Juan y Pedro Sánchez de Figueroa Córdova 107 .
101 A.H.N. Expedientillos. Órdenes Militares. Santiago. Exp. 5.271. Juan de Figueroa
Vargas, al que algunos autores lo identifican como Juan Sánchez de Figueroa, fue
sexto Señor de Pizarra y caballero de la Orden de Alcántara, en la que ingresó en
1663. Después de haber contraído nupcias dos veces, se casó por tercera vez con
Elvira de Figueroa, naciendo de esa unión Alonso Sánchez de Figueroa, séptimo Señor
de Pizarra [GARCÍA CARRAFA, A. y A., Diccionario heráldico y genealógico de
apellidos españoles y americanos, tº 33, Madrid, 1929, p. 30].
102 A.H.N. Expedientillos, Órdenes Militares. Santiago. Exp. 5.271.
103 El apellido Silva estuvo extendido por diversas regiones españolas, creándose
nuevas casas en Sevilla, Jaén, Badajoz, Mérida, Jerez de los Caballeros, entre otras
[GARCÍA CARRAFA, A. y A., op. cit., tº 82, Madrid, 1960, p. 189].
104 A.H.N. Expedientillos. Órdenes Militares. Santiago. Exp. 5.271.
105 CARRAFA GARCÍA, A. y A., op. cit., tº 33, p. 30.
106 Esta información fue aportada por la Dra. Paula Santorio Alfonso.
107 CARRAFA GARCÍA, A. y A., op. cit., tº 33, p. 30.
468

Alonso de Figueroa y su esposa entraron en la Hermandad de
la Santa Caridad el 12 de noviembre de 1700 108 . Fue caballero de la
Orden de Santiago, coronel de Infantería y gentilhombre de Cámara
de Su Majestad Felipe V 109 .
El Marqués de Valdesevilla poseía la capilla de San Diego de
Alcalá, en la iglesia cenobial de frailes franciscanos de San Luis “El
Real” 110 . Fue notoria la mediación con la que se distinguió este
noble en un pleito que mantuvieron entre 1724 y 1728 las
hermandades penitenciales de la Vera Cruz y de la Esclavitud
Dolorosa, establecidas en la citada sede, a consecuencia del deseo
que tenía esta última de abandonar la capilla que ocupaba por otra
de mejor emplazamiento, situada en el pórtico del templo. La
Comunidad franciscana consiguió que el Marqués de Valdesevilla,
como patrono de la referida capilla, cediera un espacio para que la
de la Esclavitud pudiera erigir camarín y retablo, quedando
reservado para su uso la bóveda de enterramiento 111 .
Alonso de Figueroa fue elegido hermano mayor de la Santa
Caridad en 1729 y ejerció como tal hasta 1730 112 . A partir de 1741,
pasó a residir a la ciudad de Granada 113 . Según el Catastro del
Marqués de la Ensenada, Alonso de Figueroa era vecino de la
108 A.H.D.M . Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 62 v.
109 A.H.P.M. Escribanía de Antonio León Castillo, leg. 2.379, fols. 103 y 104 v.;
CARRAFA GARCÍA, A. y A., op. cit., tº 33, p. 30.
110 En esta sede conventual había sido constituida en la primera mitad del siglo XVII
una Hermandad dedicada al culto del Señor San Diego de Alcalá, que era filial de la
Archicofradía de la Santa Vera Cruz [CABELLO DÍAZ, Mª. E., “Dos cofradías
franciscanas perdidas en la historia”, La Saeta nº 24, Agrupación de Cofradías,
Málaga, 1999, pp. 67 y 68].
111 CAMINO ROMERO, A., “Peculiaridades de la Hermandad de la Esclavitud
Dolorosa en Málaga”, Simposium Religiosidad Popular en España, Ediciones
Escurialenses, San Lorenzo de El Escorial, 1997, p. 87.
112 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Lista
cronológica de los hermanos mayores...”; CAMINO ROMERO, A., “Historia de la
Hermandad de la Santa Caridad...”, p. 23.
113 Datos facilitados por Paula Santorio Alfonso.
469

localidad malagueña de Pizarra y poseía una casa cercana al
convento del Cister y dos censos perpetuos a su favor, uno de 165,6
y otro de 159,11 reales de vellón, respectivamente 114 . Pese a
disfrutar de un título nobiliario, las posesiones que disfrutaba eran
escasas.
Ilustración 62: Virgen de la Esclavitud Dolorosa [CLAVIJO GARCÍA, A., La Semana
Santa malagueña en su iconografía desaparecida, tº II, Arguval, Málaga, 1987, p. 260]
6.2.- El mandato de Alonso de Figueroa Silva en la Hermandad
de la Santa Caridad
En las elecciones celebradas por la Hermandad en la Pascua
de Pentecostés del año 1729 salió elegido hermano mayor,
presidiendo la Junta de Gobierno formada por los siguientes
114 A.M.M. Catastro del Marqués de la Ensenada, tº XI, fols. 7345-7346 v.
470

cofrades: Mateo Sedeño, alcalde antiguo; Francisco de Fojes,
alcalde moderno; Juan de Herrero, tesorero; Agustín van Heeswyck,
secretario; Alonso del Pino; Gregorio de Barcenilla; Juan Fernández
Villalón Mendoza; José Ramírez Castellanos; Antonio López,
presbítero 115 .
En este breve espacio de tiempo, Alonso de Figueroa tuvo
que hacer frente al pleito interpuesto por los beneficiados de la
parroquia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula contra la
Hermandad de la Santa Caridad. Al poco tiempo de su elección, y a
través de un documento notarial fechado el 26 de junio de 1729,
autorizaba al hermano mayor de la homónima Hermandad de la
Santa Caridad de Sevilla, Juan Bautista Cavaleri, para que lo
representara en esa ciudad en dicho pleito. La demanda se seguía
por la pretensión que tenían los beneficiados del referido templo de
decir anualmente 100 misas rezadas y 1 cantada por el alma de
Pedro de Apalategui, de quien la Hermandad se había convertido en
su heredero. Los eclesiásticos se basaban en que la Santa Caridad
había incumplido la cláusula testamentaria, habiéndose pronunciado
el Provisor del Obispado a favor de los primeros y en contra de los
segundos. Como consecuencia de este fallo, la Hermandad ocupante
del hospital de San Julián presentaba un recurso de apelación ante
el papa Benedicto XIII y el Juez Metropolitano de Sevilla,
otorgando al hermano mayor que fuere de la Hermandad sevillana
un poder para recurrir ante esta última instancia 116 . El Marqués de
Valdesevilla envió a Juan Bautista Cavaleri un escrito fechado el 6
de septiembre de 1729, respondiendo éste con otro del día 20 de ese
mes en el que se concretaba:
115
A.H.D.M. Escribanía de Antonio León Castillo, leg. 2.379, fol. 103.
116
Ibídem, fols. 103 v. y 104.
471

“(...) no poder servirle ni la Hermandad por
tener otros litigios y dependencias graves a que
atender del servicio de los pobres de esta casa,
sin que se puedan encargar de otro nuevo, y
más en la inteligencia que de seguir el recurso
de la apelación que por otra parte de esta Santa
Casa sea interpuesto del auto inserto en el
testimonio, no puede quedar esta Casa con el
gusto de servirla consiguiente su renovación;
antes si expuesta a que lo que remitió ese
Caballero Juez se revoque aquí por lo timorato
del Señor Provisor de esta ciudad, y más en
cumplimiento de últimas disposiciones, pues
habiendo consultado dicho auto con el
Abogado de la hermandad no halla méritos
para defensa, por lo cual no he determinado
llamar a Cabildo, a más que nunca entrará en lo
que no pudiera conseguir a beneficio de esa
Santa Casa por lo que vuelvo a V[uestra].
S[eñoría]. el poder y testimonio para que si
hubiere de continuar en la instancia lo fie de
otra mano (...)” 117 .
A pesar de la respuesta y de los argumentos esgrimidos por el
máximo representante de la Hermandad de la Caridad de la capital
hispalense, no se registran en las actas capitulares de esta
Corporación ninguna mención. Ante ese desistimiento, el Marqués
de Valdesevilla se dirigió a Fray García Manrique de Lara,
residente en la metrópoli sevillana, para que defendiera los intereses
de la Hermandad que presidía. En la respuesta facilitada por el
citado eclesiástico, explicaba que se había dirigido al Arzobispo de
Sevilla, quien había encargado a su Provisor que informara de
cuanto acontecía sobre el asunto al citado fraile 118 . Este pleito
continuó, como se ha podido comprobar líneas atrás, durante la
117 A.C.C.M. Leg. 549, pza. 20.
118 Ídem.
472

segunda etapa de la presidencia de Esteban Alonso Guerrero
Mateos (1730/33). Como ya quedó indicado, se desconoce el
resultado de la disputa ante la carencia de fuentes documentales en
este período que abordamos.
También se llevaron a cabo, bajo el gobierno del Marqués de
Valdesevilla, el alquiler de dos casas:
TABLA 23
FECHA ARRENDATARIO CASA PERIODO PRECIO
9 de
noviembre
de 1729
23 de marzo
de 1730
Pedro de Aldana, maestro
de tonelero
Benito de Otero,
mercader de especería
C/. Postigo de
Arance
3 años 50 ds.
C/. Carretería 3 años 385 rs. 119 .
7.- ANTONIO CHINCHILLA FONSECA (1734/36)
La información que aportamos trata, preferentemente, de
aspectos biográficos de Antonio Chinchilla Fonseca, a excepción de
unos datos relacionados con la Hermandad de la Santa Caridad. La
falta de fondos documentales determina que nos limitemos a lo
expuesto.
Según el presbítero Cecilio García de la Leña, el primer
representante de este apellido que se asentó en Málaga fue Pedro
Gómez de Chinchilla, procedente de la población albaceteña de esta
misma denominación 120 . Pedro tomó en matrimonio a Leonor de
Veintimiglia, de cuya unión nacieron seis hijos, destacando dos de
ellos: Clemente, progenitor del que se convertiría en el primer
marqués de Casa Chinchilla, y Pedro, que iniciaría una rama
colateral de parientes. Clemente Chinchilla casó con Juana Fonseca,
119 A.M.M. Escribanía de Antonio León Castillo, leg. 2.379.
120 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº III, p. 129.
473

hija de Antonio Fonseca, regidor de Málaga, alférez de Almuñecar
y familiar del Santo Oficio, procreando cuatro hijos: Clemente,
Leonor, Teresa y Antonio Chinchilla Fonseca Veintimiglia.
Antonio se convertiría en veinticuatro de Granada y alférez mayor
de Almuñecar. Contrajo nupcias con Inés de Hinestrosa, hija de
Juan Hinestrosa, nacido en Sevilla, y de Catalina Valderrama,
natural de Osuna. El rey Felipe V concedió el 3 de julio de 1721 a
Antonio Chinchilla Fonseca el marquesado de Chinchilla.
Los primeros marqueses de Casa Chinchilla tuvieron siete
hijos: Clemente (sería el II marqués de Chinchilla), Antonio,
Leonor, Mariana, Manuel, Catalina y Juan. Antonio Chinchilla
Fonseca, primer marqués de Chinchilla, llevó a cabo una intensa
actividad pública entre 1725 y 1731, teniendo a su cargo la gestión
de la renta del aguardiente, debiendo aportar al Administrador
general la suma de 6.000 reales 121 .
Los últimos estudios sobre la nobleza malagueña nos revelan
que los Marqueses de Chinchilla vivían en una calle de cierta
notoriedad como era la de Santa María, perteneciente a la parroquia
de El Sagrario, uno de los sectores urbanos más influyentes de la
época en la ciudad 122 .
Ingresó en la Hermandad de la Santa Caridad el 21 de
diciembre de 1729 123 , fue nombrado hermano mayor en 1734 y
permaneció en el cargo hasta 1736 124 .
121 ALFONSO SANTORIO, P., op. cit., pp. 89-94.
122 ALFONSO SANTORIO, P., “Principales características de la nobleza titulada
malagueña del siglo XVIII. Auge y declive de un grupo aristocrático local”, Jábega nº
95, Excma. Diputación, Málaga, 2006, pp. 88 y 89.
123 A.H.D.M . Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 95.
124 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Lista
cronológica de los hermanos mayores...”; CAMINO ROMERO, A., “Historia de la
Hermandad de la Santa Caridad...”, p. 23.
474

Únicamente se conoce de su gestión al frente de la
Corporación la asistencia corporal y espiritual prestada a cuatro
personas:
TABLA 24
FECHA NOMBRE SENTENCIA
10 de septiembre de José Gómez Cayó muerto en el
1735
Compás de la Victoria
15 de septiembre de
1735
Pedro González ---
20 de diciembre de 1735 Juan de Monasterio Por robar lo mataron en
el Postigo de los Abades
30 de enero de 1736 Miguel Hurtado Pobre encamado en el
hospital
Julián
de San
125 .
Bajo su gobierno la ciudad de Málaga padeció en 1734 una
hambruna llamada de la “Nanica” 126 . No sabemos cómo afrontó el
problema de cara a la atención de los asilados y enfermos en el
hospital de San Julián. Tras una larga y penosa enfermedad,
Antonio Chinchilla falleció en Málaga el 24 de julio de 1738 127 .
8.- LUIS DE SANTIAGO CHINCHILLA (1736/42 y 1745/46)
Los datos que poseemos de Luis de Santiago Chinchilla son
parcos, debido a la ausencia de fuentes escritas que nos arrojen luz
sobre la vida y obra de este personaje. Se conoce que sustituyó a su
padre, Pedro de Santiago, en el Cabildo municipal como regidor.
Para ello, hubo de presentar el día 9 de noviembre de 1706 el título
de Su Majestad y Real Consejo, expedido en Madrid el 28 de
125 A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f..; A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 46.
126 DÍAZ DE ESCOVAR, N., Curiosidades malagueñas..., p. 246.
127 ALFONSO SANTORIO, P., La nobleza titulada malagueña..., p. 90.
475

octubre de ese año. En la primera fecha enunciada, efectuó el
juramento acostumbrado ante los compañeros capitulares, siendo
recibido “al uso y ejercicio del dicho oficio de regidor”, sentándose
en el lado derecho más moderno 128 . En el año 1750, comunicó que
se hallaba “quebrantado de su salud” y que, por lo tanto, no podría
cumplir con los encargos de las diputaciones de Salud y de
Caballería, que tenía encomendados 129 . Dos años después, asistió a
las treinta y tres reuniones celebradas 130 . Ocupó dicho oficio hasta
1758, dado que, a partir del año siguiente y sucesivos, dejó de
figurar en la relación de asistentes a las reuniones capitulares 131 .
Luis de Santiago Chinchilla poseyó, entre 1750 y 1756, unas
catorce casas aproximadamente, habitando en una de la calle
Carretería que hacía esquina con Ollerías. Asimismo, tenía varios
lotes de tierra de secano y cabezas de ganado mular, caballar y
porcino 132 .
Su vinculación con la Hermandad se inició el día 20 de marzo
de 1712, siendo recibido como afiliado 133 . Su hijo, Pedro,
perteneció y se integró activamente en los años ochenta, ostentando
en 1784 el cargo de vicehermano mayor 134 . Luis de Santiago fue
hermano mayor durante dos etapas: la primera, entre 1736 y 1742;
128
A.M.M. Lib. 111, aa. cc. de 9 de noviembre de 1706, fols. 234 v. y 235.
129
A.M.M. Lib. 141, aa. cc. de 6 de enero de 1750, fols. 232 y v.
130
A.M.M. Lib. 144, aa. cc. de 2 de enero de 1752, fol. 11.
131
Hacemos la afirmación al inspeccionar la colección de actas capitulares del
estamento municipal.
132
A.M.M. Catastro del Marqués de la Ensenada, tº 101, fols. 6.874 y 6.880 v.
133
A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 81.
134
A.C.C.M. Leg. 583, pza. 1; A.C.C.M. Leg. 1.050, pza. 2, lib. 54, aa. cc. de 15 de
octubre de 1784, fol. 472.
476

la segunda, en 1745 y 1746 135 . Bajo su presidencia se enterraron a
los siguientes cofrades en la iglesia de San Julián:
TABLA 25
FECHA NOMBRE OFICIO OBSERVACIÓN
5 de julio de
1739
26 de noviembre
de 1742
13 de abril de
1747
Ana de Luna --- ---
Juan de Guadamuro Capitán ---
Gaspar de Barcenilla Clérigo y
notario de la
Inquisición 136 .
La Hermandad se ocupó de atender a los sentenciados a
muerte y enterrar a los siguientes fallecidos:
TABLA 26
FECHA NOMBRE SENTENCIA
10 de agosto de 1736 Francisco González ---
24 de julio de 1737 Cristóbal de Nicala Murió violentamente
5 de agosto de 1738 Juan Banctel Arcabuceado, soldado
del Regimiento de
Suizos
14 de agosto de 1738 Juan Roses Arcabuceado, soldado
del Regimiento de
Suizos
25 de agosto de 1738 José de Barro ---
27 de julio de 1739 José del Mar ---
135 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Lista
cronológica de los hermanos mayores...”; CAMINO ROMERO, A., “Historia de la
Hermandad de la Santa Caridad...”, p. 23.
136 A.H.D.M. Leg. 623, pza. 2, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 7
(1728/41); A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.; A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro
de Hermanos de la Santa Caridad...”; A.M.M. Col. Protocolo de Secretaría y
Escribanía de Cabildo, leg. 62.
---
477

FECHA NOMBRE SENTENCIA
20 de diciembre de 1740 Antonia Martín Guadix Mató y degolló a
Nicolás García, su
marido
21 de diciembre de 1740 Miguel Arraez Cómplice del asesinato
anterior
23 de febrero de 1741 Pedro Ruiz Falleció repentinamente
en el cortijo de Salvador
Milla, junto al convento
de Teatinos 137 .
En relación a los bienes inmuebles que pertenecían a la
Hermandad de la Santa Caridad, se alquilaron dos casas: una, en la
calle Mosquera; y otra, en la calle Jara. Luis de Santiago Chinchilla,
en nombre de la Corporación que presidía, arrendó la primera el 6
de abril de 1737 a Bernardo Vicente de Rivera y a Pedro Antonio
Rivera, su hijo, por tres años al precio de 1.350 reales de vellón 138 .
La segunda, el 3 de julio de 1741 a José Román por el mismo
tiempo que el anterior por 66 ducados y cuatro gallinas en cada una
de las anualidades 139 .
Durante su presidencia la ciudad de Málaga padeció dos
epidemias: una, en el año 1738, llamada de los tabardillos 140 ; y otra,
en 1741, por la enfermedad del “vómito negro” que portaban
algunos tripulantes de una escuadra francesa y que contagió a
muchos de los vecinos. El escritor Narciso Díaz de Escovar hablaba
de que fueron más de 2.100 los cuerpos sepultados 141 .
137 A.H.D.M. leg. 526, pza. 2, parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos nº 2
(1738/95). A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.; A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 46.
138 A.H.P.M. Escribanía de Antonio León Castillo, leg. 2.379, fols. 126 y v.
139 A.H.P.M. Escribanía de José Antonio de León, leg. 2.796, fols. 252 y v.
140 Actualmente conocido como tifus exantemático.
141 DÍAZ DE ESCOVAR, N., Curiosidades malagueñas..., pp. 246-249.
478

Luis de Santiago pudo fallecer en torno a 1758, al no
registrarse más su asistencia en la Casa Consistorial, tras cincuenta
y dos años de dedicación municipal.
9.- MATEO DE MIRANDA SALAMANCA (1743/44)
Los datos que obran en nuestro poder sobre Mateo de
Miranda Salamanca son realmente escasos. Está documentado que
contrajo matrimonio con Catalina Muriel de Berrocal y con ella
ingresó el 21 de diciembre de 1729 en la Hermandad de la Santa
Caridad 142 . Presentó el 19 de enero de 1742 una orden de la Real
Cámara de Castilla, fechada el día 8 de ese mes y año, para ocupar
el oficio de alférez mayor del Ayuntamiento de Málaga, vacante por
la muerte de Tomás Bernardo de Albelda Prada. Tras la
presentación del citado documento, la Corporación municipal se
pronunció como sigue:
“(...) es persona de buena vida y costumbre, de
natural quieto, y que en el concurren todas las
calidades, circunstancias y condiciones que se
requieren para usar el oficio de alférez mayor
como theniente del conde de fuensalida (...)” 143 .
Tres días después, fue recibido por teniente de alférez mayor,
prestando juramento en la forma acostumbrada y tomando el
asiento que le correspondía, es decir, el inmediato al señor
Gobernador por el lado derecho 144 . Salió elegido hermano mayor de
142 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 95 v.
143 A.M.M. Lib. 134, aa. cc. de 19 de enero de 1742, fol. 39 v.
144 A.M.M. Lib. 134, aa. cc. de 22 de febrero de 1742, fols. 90 v. y 91.
479

la Hermandad de la Santa Caridad en 1743 145 y en el año que
permaneció en el cargo, se acordó, en el cabildo celebrado el 15 de
marzo de 1744, incluir y anotar a los hermanos que no aparecían
inscritos en los registros 146 . Bajo su gobierno se sepultó a: Gaspar
de Gens (natural de Bruselas), el 25 de diciembre de 1743, y a José
Bastant, el 2 de febrero de 1744 147 . Mateo de Miranda murió el día
11 (según el libro de hermanos) 148 y el 12 (así se señala en las actas
capitulares del Ayuntamiento) 149 de marzo de 1754, recibió
cristiana sepultura en el convento de San Agustín 150 .
10.- CARLOS TIL (1746/61)
10.1.- Aportación biográfica
Sólo sabemos de Carlos Til que fue beneficiado de la
parroquia de Santiago Apóstol. Por lo que se refiere a la Hermandad
de la Santa Caridad, entró a formar parte el 13 de noviembre de
1715 151 . Se inscribió, igualmente, a otras asociaciones religiosas
como las Cofradías de las Ánimas del Purgatorio y de Nuestra
145
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Lista
cronológica de los hermanos mayores...”; CAMINO ROMERO, A., “Historia de la
Hermandad de la Santa Caridad...”, p. 23.
146
Ibídem, fol. 100 v.
147
A.H.D.M. Leg. 526, pza. 2, parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos nº 2
(1738/95); A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.; A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 46.
148
A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 95 v.
149
A.M.M. Lib. 145, aa. cc. de 15 de marzo de 1754, fol. 185.
150
A.H.D.M. Leg. 526, pza. 2, parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos nº 2
(1738/95), fol. 82.
151
A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 84 v.
480

Señora del Pilar, ambas establecidas en la iglesia parroquial de
Santiago 152 .
Su elección como hermano mayor en 1746 casi coincidió con
la llegada al trono de Fernando VI el 9 de julio de ese año,
prolongándose su reinado hasta el 10 de agosto de 1759, fecha en
que tuvo lugar su óbito.
Ilustración 63: Busto de Fernando VI, obra de Giovan Domenico Olivieri
En esta etapa de la presidencia de Carlos Til, comenzó el
reinado de Carlos III a partir del 10 de agosto de 1759 y se extendió
hasta el 14 de diciembre de 1788. Bajo su gobierno, se aprobaron:
la Real Orden de 1781, que prohibía los enterramientos en las
iglesias, y la Real Pragmática de 1783, que ordenaba la
152
A.H.D.M. Leg. 623, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 9 (1753/68),
fol. 91 v.
481

desaparición de las hermandades gremiales y de todas aquellas que
fuesen erigidas sin autorización real y eclesiástica 153 . También tuvo
lugar la expulsión en 1767 de la Compañía de Jesús de España y de
sus dominios, así como la confiscación de sus posesiones 154 .
Volviendo de nuevo a nuestro personaje, Carlos Til cumplió
con la confianza que habían depositado los hermanos en él hasta el
3 de enero de 1761 155 , fecha en que le sobrevino la muerte 156 . Su
cuerpo fue sepultado en la bóveda del Santísimo de la iglesia de
Santiago, de la que había sido beneficiado como se ha comentado.
Asistieron al entierro las cuatro parroquias (Sagrario, San Juan
Bautista, Santos Mártires Ciriaco y Paula y Santiago Apóstol) de la
ciudad al haber cierta concordia entre los beneficiados, curas y
sacristanes mayores de cada una de ellas. Al testar ante
Hermenegildo Ruiz el 29 de marzo de 1759, dejó instituida una
misa cantada con el Santísimo de manifiesto todos los sábados y
fundó una capellanía en el convento de las Madres Capuchinas.
Dejó 6.000 reales y varios objetos a la parroquia de Santiago, como
una palangana de plata, una fuente de plata, una caja de oro para
llevar el viático a los enfermos y una lámina de Nuestra Señora con
marco de plata para que se pusiera en la puerta del Sagrario del altar
mayor, entre otros 157 .
153
SÁNCHEZ LÓPEZ, J. A., Muerte y cofradías de pasión en la Málaga del siglo
XVIII..., pp. 127-135.
154
Para una mayor profundización del tema, remitimos a: SOTO ARTUÑEDO, W.,
Los jesuitas de Málaga y su expulsión en tiempos de Carlos III, Excma. Diputación,
Málaga, 2004.
155
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, “Lista cronológica...”; CAMINO ROMERO, A.,
“Historia de la Hermandad de la Santa Caridad...”, p. 23.
156
A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 84 v.
157
A.H.D.M. Leg. 623, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 9 (1753/68),
fols. 91 v. y 92.
482

10.2.- El mandato de Carlos Til en la Hermandad de la Santa
Caridad
Para la redacción de este epígrafe hemos tenido que basarnos
en noticias fragamentadas aparecidas en una variada
documentación, como se podrá comprobar en las notas
bibliográficas, al no conservarse libros de actas de este tiempo. Una
de las primeras iniciativas emprendidas -de las que tenemos
constancia- por Carlos Til se produjo el 1 de enero de 1748, cuando
admitió para sí y sus sucesores la administración del Patronato de la
Obra Pía fundada por Agustina Mejía, a cambio de beneficios para
la Hermandad 158 . Durante el ciclo comprendido entre 1749 y 1757,
fueron enterrados cinco hermanos en la iglesia de San Julián:
TABLA 27
FECHA NOMBRE OFICIO OBSERVACIÓN
19 de octubre de
1749
Baltasar de Arrese Capitán del ---
Agustín Rodríguez
Regimiento
de Caballería
de Andalucía
Presbítero ---
29 de julio de
1751
1751 Antonio de Pedrosa
2 de agosto de
1753
8 de febrero de
1757
Camargo 159
--- ---
Ignacio Félix Bravo Beneficiado
de la
parroquia de
Santiago
Rosa de Barcenilla --- Esposa de Félix
Rubira 160 .
158 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de
la Regla de la Hermandad de la Santa Caridad..., p. 11 y 12.
159 Dispuso en el testamento que su cuerpo fuese sepultado en la iglesia de San Julián,
transportado en unas angarillas de la Hermandad de la Santa Caridad y vestido con el
hábito del convento de San Francisco de Asís [A.H.P.M. Escribanía de José Antonio
de León, leg. 2.799, fol. 454 v.].
---
483

Igualmente, se dieron casos como los de dos miembros de la
Corporación, Juan de Moraga y Gregorio Barcenilla, quienes
manifestaban en sus testamentos de 1749 y 1752, respectivamente,
el deseo de que sus cuerpos fueran sepultados en caja propia en
la iglesia de los Santos Mártires y llevados por cuatro pobres del
hospital de San Julián 161 .
La Hermandad no dejó de atender, como recogían sus Reglas,
a los sentenciados a muerte como los siete que se relacionan:
TABLA 28
FECHA NOMBRE SENTENCIA
23 de abril de 1749 Pedro Pérez Arcabuceado, soldado
del I Batallón del
Regimiento de Aragón
19 de mayo de 1749 Baltasar Gascón Arcabuceado, soldado
del Regimiento de
Infantería Soria de León
7 de septiembre de 1750 Juan de Reina Tortosa Arcabuceado, soldado
del Regimiento de
Dragones
25 de marzo de 1751 Josefa Guerrero Mayal Ahorcada
7 de mayo de 1751 Ana Guerrero Mayal Ahorcada
8 de noviembre de 1756 Francisco López García Arcabuceado, soldado
de Infantería del
13 de noviembre de
1758
Regimiento de Toledo
Alfonso Fernández Arcabuceado,
soldado 162 .
160
A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.; A.H.D.M. Leg. 623, pza. 4,
parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 9 (1753/68); A.H.D.M. Leg. 76, pza.
1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”.
161
A.H.P.M. Escribanía de José Antonio de León, legs. 2.797, fols. 233 y v.; y 2.800,
fols. 310 y v.
162
A.H.D.M. Leg. 72, pza. 1. Con motivo de la ejecución del soldado Francisco López
García, el mayordomo de la Hermandad de la Santa Caridad, Mauricio Faura, entregó
al arcipreste de la parroquia del Sagrario la cantidad de 110 reales por ocuparse del
funeral y entierro.
484

Mientras varias de esas ejecuciones se habían producido, el
rey Fernando VI rubricó el 8 de agosto de 1755 una cédula a favor
de los desgraciados reos de muerte para aliviarles su situación 163 .
Tampoco descuidó la Hermandad la atención de los asilados
fallecidos en el hospital de San Julián, dando sepultura en esta etapa
a Juan Chamizo, el 14 de enero de 1750; y a Manuel González
Villambrosa, el 28 de mayo de 1759 164 .
Bajo su presidencia se recibió, en 1753, indulgencias de
Benedicto XIV. Ciertamente, la Hermandad de la Santa Caridad
había disfrutado en el siglo XVII de un elevado número, bien por
concesión directa o por beneficiarse de las que tenían otorgadas las
archicofradías y hermandades con las que mantenía vínculos
fraternos. El Pontífice, que tuvo un gobierno muy activo al reformar
la educación de sacerdotes, el calendario de las fiestas de la Iglesia,
la liturgia y muchas instituciones papales, le concedió el 25 de
septiembre de ese año las siguientes:
“Indulgencia Plenaria á los hermanos en el día
de su ingreso en la Cofradía.
ITEM, Indulgencia Plenaria á los que,
confesados, recibieren la Sagrada Eucaristía,
visitaren su própia Iglesia en el día de la fiesta
principal de la Hermandad y rogaren por los
fines acostumbrados.
ITEM, Indulgencia Plenaria en el artículo de la
muerte.
ITEM, 7 años y 7 cuarentenas de perdón á los
Hermanos que, con las disposiciones debidas,
oren en dicha Iglesia en los días feriales
163 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de
la Regla de la Hermandad de la Santa Caridad..., p. 8.
164 A.H.D.M. Leg. 526, pza. 2, parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos nº 2
(1738/95); A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.; A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 46.
485

elegidos por el Ordinario, que son: el 5 de
Septiembre, en que se celebra la
conmemoración de San Julian, el de San José,
el de San Antonio de Pádua y principal función
de San Julian.
ITEM, 60 días de indulgencia á los Hermanos,
por cada vez que asistieren á las Misas, Oficios
Divinos ó Funciones de la Cofradía.
ITEM, 60 días de indulgencia por cada vez que
concurrieren á su Congregación para alguna
obra de caridad ó funcion ordinaria ó
extraordinaria.
ITEM, 60 días de indulgencia por cada vez que
asistieren á enterrar los muertos.
ITEM, 60 días de indulgencia por cada vez que
acompañaren al Santísimo Sacramento cuando
se llevare á los enfermos ó impedidos, y
rezaren de rodillas un Padre Nuestro y Ave
María por el viaticado.
ITEM, 60 días de indulgencia por cada vez que
hospedaren ó socorrieren á algun peregrino.
ITEM, 60 días de indulgencia por cada vez que
visitaren á algun enfermo.
ITEM, 60 días de indulgencia por cada vez que
convirtieren á algun pecador.
ITEM, 60 días de indulgencia por cada vez que
hicieren alguna reconciliacion de enemigos.
ITEM, 60 días de indulgencia por cada vez que
enseñaren los Mandamientos de la Ley de Dios
ó las cosas necesarias para salvarse.
ITEM, 60 días de indulgencia á los que hicieren
alguna obra de caridad espiritual ó corporal” 165 .
165 A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 41. Debemos anotar aquí que, tras nuestra visita al
A.S.V. durante los meses de noviembre de 2006 y 2008, respectivamente, no pudimos
encontrar, pese a la consulta de los siguientes fondos, dato alguno que viniera a
confirmar las indulgencias concedidas por Benedicto XIV a la Hermandad de la Santa
Caridad: Seg. dei Brev., Indulgentiae Perpetuae nº 8 y 32; Index Brevium: 1753 ad
1755, vol. 3.284 (1753, september, part. I) y 3.285 (1753, september, part. II); Index,
lib. 88, índice 823.
486

Ilustración 64: Lápida fijada en el exterior de la basílica de la Victoria. Rememora el
Jubileo concedido por Benedicto XIV [Foto: Julio López Torres]
Desconocemos si la concesión de las indulgencias pudo
influir, de algún modo, en el cardenal-arzobispo de Sevilla,
Francisco de Solís y Folch de Cardona 166 , para concederle a la
Hermandad el 21 de enero de 1757 cien días de indulgencia a los
fieles, de uno y otro sexo, que rezaran o cantaran en el Santo
Rosario que salía del hospital de San Julián, así como a los que
orasen en el interior del edificio en compañía de los pobres
enfermos 167 .
Acerca del Arzobispo tenemos que precisar que fue elegido
hermano mayor el 1 de julio de 1766 de la antigua Hermandad de
los Negros de la capital hispalense, fundada en el siglo XIV.
166 Bajo su pontificado no hemos encontrado tampoco dato alguno pese a examinar en
el A.G.A.S., el Fondo Arzobispal, sec. Gobierno, subsec. Asuntos despachados
(1754/60), leg. 637.
167 A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 41.
487

Debido a las muchas obligaciones episcopales no pudo desempeñar
el cargo, delegando en una persona de su entorno, preferentemente
clérigo, para que presidiera los cabildos y juntas de hermanos 168 .
Aludimos a esta cuestión porque no era nada extraño que una
corporación penitencial, sacramental, letífica o de caridad,
designara a la máxima autoridad eclesiástica para presidirla, aunque
fuese con carácter nominal. Años después, y como nos ocuparemos
en su momento, la Hermandad de la Santa Caridad de Málaga
siguió un camino parecido, nombrando hermano mayor al obispo de
Málaga Manuel Antonio Ferrer y Figueredo.
Los últimos hechos destacados del gobierno del beneficiado
Carlos Til fueron: la creación de un patronato en 1757 por el
presbítero Feliciano Antonio Mateos, quien imponía una cantidad
de 110 reales anuales para entregar al convento de Capuchinos y
un “residuo” para los hospitales de San Julián, San Juan de Dios,
San Lázaro y el de Jesús Nazareno 169 ; y la fundación de una
memoria 170 en 1759 por el presbítero y miembro de Santa Caridad
Francisco Herrero, para que todos los años el día 14 de septiembre,
se celebrara la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz con misa
cantada con diácono en el altar del Santo Cristo del Consuelo,
situado en el salón contiguo a la iglesia del hospital. Señalaba,
para ello, que se impusieran 100 ducados de principal sobre bienes
seguros y que se le dieran cada año a los beneficiados de la iglesia
168
MORENO, I., La antigua Hermandad de los Negros de Sevilla. Etnicidad, poder y
sociedad en 600 de historia, Universidad/Junta de Andalucía, Sevilla, 1997, pp. 151 y
152.
169
MENDOZA GARCÍA, E. Mª., “Mujer y beneficencia: el hospital de Inválidas de
Málaga”, Simposium de La Iglesia Española y las Instituciones de Caridad, Ediciones
Escurialenses, San Lorenzo de El Escorial, 2006, p. 346.
170
Consistía en destinar el legado de una persona para sostener una fundación piadosa
que perpetuara su recuerdo.
488

parroquial de los Santos Mártires 15 reales de vellón por el
cumplimiento de la memoria y si sobrara alguna cantidad de los
réditos, se invirtiera en beneficio de los pobres del hospital de San
Julián 171 .
Ilustración 65: Escultura de San Juan de Dios, Roma [Foto: A.C.R.]
11.- MIGUEL DE MONSALVE PABÓN (1761/75)
11.1.-Aportación biográfica
No contamos con una abundante información acerca de
Miguel de Monsalve Pabón, pero sí con una serie de noticias
extraídas de diversas fuentes documentales que sirven para
acercarnos brevemente a su figura. Se conoce la identidad de su
padre, Francisco de Monsalve Hurtado de Mendoza, pero no la de
171 A.H.D.M. Leg. 55, pza. 1, “Libro de Hazienda de este hospital...”, fol. 117.
489

su madre 172 . Todo parece apuntar, por lo recogido en las actas
capitulares del Ayuntamiento, que tuvo dos hermanos: Francisco,
que llegó a ocupar la dignidad de canónigo en la Santa Iglesia
Catedral de Málaga 173 ; y Ramón, que fue veedor de la ciudad 174 .
Miguel casó por poderes en 1766, que dio a su hermano Francisco,
con María de las Mercedes Santisteban Egus, hija de Juan Tomás
de Santisteban, regidor perpetuo y procurador general de
Antequera, y de María Josefa Egus Beaumont Eguies, vecina de
Antequera. De este matrimonio nacieron tres hijos: Francisco, en
1767; Juan Bautista, en 1770; y María, en 1774 175 . Tras la muerte
de su padre, y como hijo primogénito, asumió los siguientes cargos
públicos: veedor y contador de Armadas y Fronteras, comisario
ordenador de los Reales Ejércitos, ministro principal de Hacienda y
Guerra de los tres presidios menores de la plaza de Málaga 176 .
Según el Catastro del Marqués de la Ensenada poseyó un
importante patrimonio centrado en casas: calle Nueva y plazuela
del Aceituno; tierras de regadío y pan sembrar; y cabezas de
ganado: lanar, cabrío, porcino y vacuno. En dicha documentación se
especificaba además que, por el empleo de veedor, obtenía una
renta anual de 17.576 reales y 16 maravedíes de vellón 177 .
172 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 70;
LLORDÉN, A., Málaga y las empresas exteriores de Felipe V en los años 1730/48,
Ediciones Escurialenses, San Lorenzo de El Escorial, 1952, p. 9.
173 A.M.M. Lib. 164, aa. cc. de 16 de junio de 1774, fol. 226 v. En esta sesión capitular
Francisco de Monsalve Pabón solicitó al Ayuntamiento se le incluyera en el reparto de
las aguas de Churriana.
174 A.M.M. Lib. 181, aa. cc. de 21 de marzo de 1791, fol. 108 v.
175 LLORDÉN SIMÓN, A., Málaga y las empresas..., p. 53.
176 A.H.D.M. Leg. 624, pza. 1, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 10
(1768/80), fol. 101; LLORDÉN SIMÓN, A., Málaga y las empresas..., p. 9.
177 A.M.M. Catastro del Marqués de la Ensenada, tº XI, fols. 7520-7529 v.
490

Miguel de Monsalve Pabón ingresó en la Hermandad de la
Santa Caridad en la vela de su padre 178 , el día 7 de marzo de 1745.
Sucedió a Carlos Til en 1761 en el gobierno de la Hermandad 179 .
Falleció el 24 de diciembre de 1774, siendo hermano mayor. Vivía
en la placeta que llamaban del Veedor 180 . Fue enterrado en la
bóveda del Santísimo Sacramento de la parroquia de Santiago,
donde yacían sus padres y abuelos 181 .
Ilustración 66: Interior de la parroquia de Santiago [Foto: Eduardo Nieto Cruz]
178
Francisco de Monsalve formalizó su inscripción como hermano el 12 de mayo de
1704, falleció el 7 de noviembre de 1744 y fue enterrado en la parroquia de Santiago
[A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 70].
179
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Lista
cronológica de los hermanos mayores...”; CAMINO ROMERO, A., “Historia de la
Hermandad de la Santa Caridad...”, p. 23.
180
Se encontraba en la calle Calderería [BEJARANO ROBLES, F., Las calles de
Málaga... vol. I, p. 368].
181
A.H.D.M. Leg. 624, pza. 1, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 10
(1768/80), fol. 101; LLORDÉN SIMÓN, A., Málaga y las empresas..., p. 53.
491

11.2.- El mandato de Miguel de Monsalve Pabón en la
Hermandad de la Santa Caridad
La ausencia de fuentes escritas durante la etapa que presidió
la Hermandad, nos priva de conocer las actuaciones más destacadas
en sus catorce años de gobierno. En cambio, y gracias a la consulta
de otros fondos documentales, podemos fijar algunas cuestiones
llevadas a cabo.
La Hermandad atendió de 1765 a 1775 a siete personas que
fueron condenadas a muerte:
TABLA 29
FECHA NOMBRE SENTENCIA
11 de septiembre de
1765
Miguel Vera Ahorcado y encubado
10 de junio de 1766 José Piñero Ahorcado
11 de julio de 1766 Antonio José Jacobo de
las Ánimas
Fusilado, soldado
16 de agosto de 1768 Mateo Orcero Ahorcado
2 de marzo de 1772 Jerónimo Saldría Ahorcado
6 de agosto de 1772 Elías López Ahorcado
25 de febrero de 1775 Antonio López Ahorcado 182 .
Al parecer, los que se encargaban de efectuar el servicio de
trasladar el féretro con el cadáver del ajusticiado a la sede de la
Hermandad de la Santa Caridad, eran los denominados “portitores
de San Julián”. Se puede ver su participación en el entierro de
Miguel de Vera, producido en el año 1765 183 . No obstante, en las
182 A.H.D.M. Leg. 526, pza. 2, parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos nº 2
(1738/95); A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.; A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 46;
B.D.M. Efemérides de Málaga y su provincia por los Sres. Díaz de Escovar y Díaz
Serrano, Málaga, 1915.
183 A.H.D.M. Leg. 72, pza. 1.
492

Constituciones reformadas por la Corporación en 1733, ya se
trataba de la figura del portitor 184 .
Los portitores de San Julián también prestaron sus servicios a
otras entidades, como a la Cofradía de la Puente del Cedrón,
establecida en la parroquia de San Juan Bautista. En un libro de
cuentas del siglo XVIII, se aprecian los gastos ocasionados por los
entierros de sus cofrades. Una de esas cargas pecuniarias era la del
pago efectuado a los portitores, quienes se encargaban de portar y
trasladar en unas andas o angarillas a los hermanos difuntos de la
Corporación, desde el lugar donde se hubiera producido el óbito
hasta el sitio elegido, iglesia o convento, para su entierro. La
primera referencia que se hace en el libro acerca de los portitores
aparece el 23 de abril de 1769 y dice así:
“Primeramente son data doscientos cincuenta y
dos reales pagados por gastos del entierro de
Petronila Valderrama, limosnas de 50 Misas
con gastos de colecturía, doce reales de los
portitores y dos reales de mandados consta los
recibos en el libro de cartas de Pago” 185 .
184 “Portitor” se deriva de “Rium de Porto”, que era una rama de los réditos regulares
que se establecía en el estado romano, consistente en los deberes pagados en
mercancías importadas y exportadas. El “portorium” se aplicaba a las mercancías
llevadas a través de un país. En el año 60 d. C., todo el “portoria” fue eliminado en los
puertos de Italia. La causa de esta prohibición se debió a la protesta de los
“portitores”, que recibían por parte de comerciantes un trato injusto [En línea],
[consulta 19-4-2005]
185 A.M.M. Lib. de cuentas de la Hermandad de la Puente del Cedrón (pendiente de
catalogar), s/f. A partir de 1769, se repetirían las anotaciones de los pagos a los
portitores por el trabajo realizado. Sin embargo, en 1773 y 1777, rezaba que los
“portitores de San Julián” o los “portitores de el hospital de San Julián”, de ambas
maneras se inscribía, acudieron a los entierros de Juana Saavedra, María Manuela
Díaz y Bartolomé Martín, en el primero de los años; y al de Isabel Prieto, en el
segundo. Los portitores cobraron 12 reales por cada uno de los servicios prestados,
figurando así en el citado libro. Agradecemos esta noticia a la profesora María
Encarnación Cabello Díaz. Para tener más conocimiento de lo escrito del libro de
cuentas, véase el estudio realizado por: CABELLO DÍAZ, Mª. E., Hermandad de la
493

Pese a figurar estos datos, no hemos hallado en los fondos
documentales de esta centuria, ninguna información de que la
Hermandad de la Santa Caridad tuviera un servicio de portitores
bajo el gobierno de Miguel de Monsalve Pabón ni de su sucesor,
Juan Agustín Sweerts Ayala.
Ilustración 67: Carta de hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Puente del Cedrón
[Foto: A.H.P.C.P.]
Una cuestión que revistió suma importancia en la Hermandad
fue el mantenimiento y conservación de la iglesia y dependencias
del edificio de San Julián. Por dicha causa, Miguel de Monsalve
Pabón decidió acometer en 1765 una serie de trabajos de
Puente del Cedrón y María Santísima de la Paloma. Antología de textos publicados,
Agrupación de Cofradías, Málaga, 2008, pp. 57-87.
494

estauración en el edificio, como la solería de la iglesia y sus
paredes, que fueron presupuestadas en 4.635,21 reales. La Junta de
Gobierno tuvo que recurrir al óbolo de los hermanos para poder
hacer frente al importe expresado 186 .
La Hermandad se caracterizó, desde su fundación como
entidad de caridad, por recibir donaciones y limosnas de hermanos
y fieles, como fue la de los 80 reales entregados en 1766 por
Francisco Guerrero para ayudar a los pobres del hospital de San
Julián 187 .
186
FERNÁNDEZ MÉRIDA, Mª. D., Los hospitales malagueños..., p. 467.
187
A.C.C.M. Leg. 362, pza. 16.
495

CAPÍTULO X:
LA HERMANDAD BAJO EL GOBIERNO DE JUAN
AGUSTÍN SWEERTS AYALA (1775/90)

1.- APORTACIÓN BIOGRÁFICA
Pocas noticias hemos localizado sobre Juan Agustín Sweerts
Ayala 1 . Fueron sus padres José Sweerts Ahumada y Teresa de
Ayala 2 . Heredó de su progenitor una serie de casas, entre ella una
de la calle San Juan donde residió, al menos que sepamos, los
últimos años de su vida, y la propiedad del oficio de la palanca alta
y baja 3 .
En la sesión celebrada por el Ayuntamiento el 24 de
diciembre de 1755, presentó el Real Título, con fecha 16 de dicho
mes, que lo acreditaba como regidor de la citada Corporación. La
casualidad quiso que el caballero regidor Luis de Santiago
Chinchilla (ex hermano mayor de la Santa Caridad), presidiera el
acto de posesión, al no haber podido asistir el corregidor por
encontrarse “accidentado”. Juan Agustín ocupaba el lugar de su
padre, José Sweerts, haciendo el pertinente juramento ante el resto
de miembros 4 . En esta Institución civil desempeñó diferentes
cometidos, como la diputación de limpieza de calles que le
correspondió mediante sorteo celebrado el año 1765 5 .
Tenemos constancia de que, como un ciudadano más, solicitó
en 1775 del Ayuntamiento la concesión de ocho pajas de agua para
su Hacienda del Cortijo de Fegarejo 6 .
En el reparto de balcones y ventanas de la fachada principal
de la Casa Consistorial realizado en 1799, le correspondió un
1 En algunos documentos que hemos consultado se españoliza el apellido como Suárez,
aunque nosotros mantendremos el de Sweerts.
2 SÁNCHEZ DOMÍNGUEZ, P., op. cit., pp. 51 y 52.
3 A.M.M. Catastro del Marqués de la Ensenada, tº 97, fols. 3761-3773 v.
4 A.M.M. Lib. 146, aa. cc. de 24 de diciembre de 1755, fol. 530.
5 A.M.M. Lib. 150, aa. cc. de 1 de febrero de 1765, fols. 85 y v.
6 A.M.M. Lib. 165, aa. cc. de 9 de marzo de 1775, fol. 121 v.
499

espléndido lugar, el segundo de la primera fila del lado izquierdo
junto al alférez mayor, dada la antigüedad que contaba 7 . En el año
1809, el escribano público de la entidad pasó por la casa donde
residía, la que antes hemos aludido, para tomarle declaración de un
problema de cañerías públicas que existía en el Arroyo de la
Culebra, próximo a su Hacienda y a la Calzada de la Trinidad 8 . Al
año siguiente, no aparecía en la lista de los individuos, fechada el
27 de agosto, que componía la municipalidad 9 . Sin embargo, sí
figuraba, pues el 10 de enero de 1816 redactó un informe sobre el
estado de las temporalidades 10 .
Su incorporación a la Hermandad de la Santa Caridad se
realizó por la vela de su padre el 13 de enero de 1760 11 . Fue
nombrado hermano mayor en 1775, oficio que desempeñó hasta
1790 12 . En su asiento como hermano, aparece la anotación: “Se
despidio el mismo” 13 . Quiere decir que solicitó voluntariamente la
baja, supuestamente por desavenencias con algunos de sus
miembros. Esta apreciación la basamos en la inestabilidad habida
en los últimos años de su gobierno y que tendremos oportunidad de
atender en su momento.
Durante los quince años que Juan Agustín Sweerts se
mantuvo al frente de la Corporación encargada del cuidado de
pobres y ancianos en el hospital de San Julián, España estuvo
gobernada por Carlos III y por su hijo Carlos IV, desde el 14 de
7 A.M.M. Lib. 190, fol. 309.
8 A.M.M. Lib. 199, fols. 313 y 394.
9 A.M.M. Lib. 200, fol. 235.
10 SOTO ARTUÑEDO, W., Los jesuitas de Málaga..., pp. 322 y 323.
11 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 125.
12 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Lista
cronológica de los hermanos mayores...”; CAMINO ROMERO, A., “Historia de la
Hermandad de la Santa Caridad ...”, p. 23.
13 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 125.
500

diciembre de 1788 hasta el 19 de marzo de 1808, en que abdicó en
su descendiente Fernando. Bajo el reinado de Carlos IV se dictaron
disposiciones muy beneficiosas por las cuales se permitía la
entrada al país de todo artesano que quisiera ejercer o enseñar su
industria. También se constituyó el Cuerpo de Ingenieros
Cosmógrafos del Estado, el Colegio de Medicina de Madrid, el
Museo Hidrográfico y la Escuela de Veterinaria. Pese a todo este
adelanto, las desgracias hundieron a la nación y la sumieron en un
período de decadencia, similar al del rey Carlos II 14 .
2.- COMPOSICIÓN DE LAS JUNTAS DE GOBIERNO
PRESIDIDAS POR JUAN AGUSTÍN SWEERTS AYALA
La ausencia de actas de la Hermandad durante los primeros
años de la presidencia de Juan Agustín Sweerts Ayala, nos obliga a
situarnos en el mes de mayo de 1781, cuando se reunieron los
hermanos en la sacristía de la iglesia de San Julián para proceder al
cabildo de escrutinio. Al ser el número de asistentes de ocho, no se
podía celebrar según constaba en las Constituciones. Sin embargo,
existía una autorización dada para casos excepcionales como éste,
por el Provisor y Vicario General del Obispado, quien permitió, al
no haber quórum, la celebración del cabildo el 2 de julio de 1747.
Con arreglo a este acuerdo, se hizo el recuento y se trató de los
hermanos más aptos para los oficios y ejercicios. Para el cargo de
hermano mayor, los miembros de la Corporación, Ignacio de
Chinchilla y Mateo Carvajal Lisboa, manifestaron que:
14 MENEZO, J. J., op. cit., pp. 200-203.
501

“(...) convenia hacerse para el servicio de Dios,
y de sus Pobres, era el reelegir a N[uestro].
Actual Hermano Mayor, y que asi lo votaban y
aclamaban en voz alta sin ser necesario el
hacerlo por medio de votos secretos en atención
a la experiencia que se tiene de la conducta,
zelo y aplicación con que ha procedido en el
tiempo a su manera como en los importantes
negocios que han ocurrido (...)” 15 .
Asimismo, se hicieron propuestas a diversos hermanos para
que ocuparan los cargos que deberían formar la Junta de Gobierno
para el período 1781/82. Antes de que se levantara la sesión, se
acordó que el cabildo de elecciones se realizara el domingo, 3 de
junio, primer día de Pascua de Pentecostés 16 . En la fecha fijada para
la asamblea, comparecieron 16 cofrades y se encontraron con los
mismos problemas que en la anterior, la falta de quórum. Según
estipulaban las Constituciones para los cabildos generales -el de
elecciones se encuadraba en esta modalidad- se precisaba la
asistencia de 20 miembros y para los cabildos ordinarios de 11.
Ante la posibilidad de que pudiera repetirse esta situación, el
Provisor del Obispado dispensó de este precepto como hemos
apuntado líneas más arriba. Tras procederse al recuento de la
votación, la Junta de Gobierno quedó formada por: Juan Agustín
Sweerts Ayala, hermano mayor; Pedro Salvago, alcalde antiguo
eclesiástico; Pedro Santiago, alcalde moderno secular; José Trevani,
contador; José de Zea, prioste; Juan Antonio Carquet, fiscal; el
presbítero Mauricio Faura, tesorero; Diego Milner, secretario 1º;
Tomás del Valle, secretario 2º. Aparte de los oficios reseñados que
tenían responsabilidad de gobierno, se nombraron los de capellán,
15
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 31 de mayo de 1781, fols. 1 y 2.
16
Ibídem, fol. 3.
502

que recayó en Domingo Til; el de abogado, en Diego Sánchez; el de
escribano, en Hermenegildo Ruiz; el de procurador, pendiente de
ser elegido por el hermano mayor. Igualmente, se designaron los
consiliarios antiguos (eclesiásticos y seculares) y los consiliarios
modernos (de la misma índole que la anterior). Por último,
eligieron a los diputados que visitaran cada mes a los hermanos
cuando estuvieran enfermos; a los que asistieran a servir la comida
a los pobres del hospital; a los que cuidaran de enterrar a los pobres
y desamparados que fallecieran; y a los que todas las noches
asistieran a rezar el rosario con los pobres en el hospicio, llamado
“el cotarro” 17 .
Juan Agustín Sweerts, cumplido el año de gobierno, fue
reelegido como hermano mayor el 20 de mayo de 1782 y estuvo
acompañado en la Junta de Gobierno por: Pedro de Santiago,
alcalde antiguo secular; Domingo Til, alcalde moderno eclesiástico;
José Trevani, contador; Juan Antonio Carquet, fiscal; José de Zea,
prioste; Mauricio Faura, tesorero; Tomás del Valle, secretario 1º;
Pedro Salvago, secretario 2º. Para los oficios de capellán, abogado
y procurador de pleitos se designó a las mismas personas del
ejercicio anterior 18 .
No hemos podido dar cuenta de las Juntas de Gobierno
elegidas entre 1783 y 1787, al producirse la ausencia de las actas
del referido período. Se ha deducido, por las reuniones celebradas
en enero y mayo de 1788, respectivamente, quiénes ocuparon los
cargos en el ejercicio 1787/88: Juan Agustín Sweerts, hermano
mayor; Juan de España, alcalde antiguo eclesiástico; Pedro Melán,
alcalde moderno secular; José Trevani, contador; Juan Antonio
17 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 3 de junio de 1781, fols. 8-9.
18 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 20 de mayo de 1782, fol. 17 v.
503

Carquet, fiscal; Pedro de Santiago, prioste; Mauricio Faura,
tesorero; Pedro Salvago, secretario 1º; Tomás del Valle, secretario
2º 19 .
El 10 de mayo de 1788, se realizó el cabildo de escrutinio
donde se proponían los candidatos que debían ocupar los cargos
durante el período 1788/89. Los hermanos asistentes estuvieron de
acuerdo en reelegir:
“a nuestro actual hermano mayor D[o]n. Juan
Agustin Sweerts por la entera satisfacción que
se tiene de la conducta, zelo y aplicacion con
que a procedido en el manejo y desempeño de
su oficio (...) pues mas vale continuar en los
empleos a aquellos hermanos de quien se tiene
experiencia que el nombrar de nuebo a otros
(...)” 20 .
Se actuó de idéntica manera con el tesorero, Mauricio Faura;
con el contador, José Trevani; con el prioste, Pedro de Santiago;
con el fiscal, Juan Antonio Carquet; por haber desempeñado cada
uno de ellos sus respectivos empleos con la satisfacción de los
hermanos, siendo beneficioso para el hospital y los pobres que en él
se encontraban recogidos 21 . Finalmente, la Junta quedó constituida
así: Juan Agustín Sweerts, hermano mayor; Pedro Velarde, alcalde
antiguo secular; Pedro Salvago, alcalde moderno eclesiástico;
Mauricio Faura, tesorero; José Trevani, contador; Juan Antonio
Carquet, fiscal; Pedro de Santiago, prioste; Tomás del Valle,
secretario 1º; Juan Hudson, secretario 2º. También se eligieron otros
19
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de enero de 1788, fols. 119-120; y aa. cc. de 10 de
mayo de 1788, fol. 120 v.
20
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 10 de mayo de 1782, fol. 121.
21
Ibídem, fol. 121 v.
504

cargos: capellán, Mauricio Faura; abogado, Diego Sánchez;
escribano, Juan Jerónimo de Molina; diputados para que visitaran y
asistieran a los enfermos, Mauricio Faura y Pedro de Santiago 22 .
Correspondía al hermano mayor o al que en su lugar
presidiera la Hermandad, nombrar a veinticuatro hermanos para que
se ocuparan de pedir limosnas por las calles llevando para recogerla
unas capachas en sus hombros y bastones en la mano; a otros tantos
hermanos para que, dos de ellos cada mes, se ejercitaran en pedir y
recoger limosnas para los entierros y demás sufragios que se le
hicieren a los pobres desamparados que muriesen en la ciudad o en
el campo, dado que por esta Hermandad se recogían sus cadáveres
para darles sepultura eclesiástica; a dos hermanos para que
asistieran diariamente a servir la comida que se les daba a los
pobres en el hospital; y el mismo número de hermanos para que en
el tiempo de invierno, y en el mes que le correspondiera, acudieran
todas las noches a rezar el rosario con los pobres recogidos en el
hospicio y en el cotarro del hospital.
Parece ser que, desde hacía tiempo, se había resentido la
Hermandad en el cumplimiento de sus obligaciones por parte de
algunos hermanos. Por ello, se determinó y acordó que el hermano
mayor nombrara al final de cada mes a los hermanos que, en el
siguiente, deberían ejercer estas diputaciones, ya que esta
disposición no derogaba las Constituciones y, de alguna manera,
permitía que se cumpliera con los deberes asignados 23 .
La Junta de Gobierno elegida el 17 de junio de 1789, fue la
última presidida por Juan Agustín Sweerts. Le acompañaban: Pedro
Salvago, alcalde antiguo eclesiástico; Pedro de Santiago, alcalde
22
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 10 de mayo de 1788, fols. 126 v. y 127.
23
Ibídem, fols. 125 v. y 126.
505

moderno secular; Mauricio Faura, tesorero; José Trevani, contador;
Juan Antonio Carquet, fiscal; Luis de Witemberg, prioste; Juan
Hudson, secretario 1º; Bartolomé Ruiz, secretario 2º. Como en otras
ocasiones, se designaron los siguientes cargos: Mauricio Faura,
capellán; Diego Sánchez, abogado; Tomás del Valle, escribano. Se
siguió con la norma establecida en ediciones anteriores, que el
procurador fuese nombrado por el hermano mayor. A los cofrades
Mauricio Faura y Pedro de Santiago, como diputados, les
correspondió visitar y asistir a los hermanos que estuvieran
enfermos, desde este cabildo de 17 de junio de 1789 hasta el que
tuviese lugar en uno de los tres días de Pascua de Espíritu Santo de
1790 24 .
Se convocó a los hermanos el 7 de octubre de 1789 para
comunicarles que el presbítero Mauricio Faura, mayordomo,
tesorero, administrador y capellán de la iglesia-hospital de San
Julián, había fallecido. Por dicha circunstancia, se hacía necesario
recoger los papeles y documentos que estaban en su poder y
nombrar a una persona que lo sustituyera para que el hospital no
quedara sin el auxilio correspondiente 25 . Dada la urgencia del
asunto, la Hermandad se reunió una semana después para efectuar
un perfil del sacerdote que debía reemplazar al fallecido Faura. Éste
debía ser:
“(...) Docto de toda providad, confesor y
predicador que hubiese a su cargo, todo lo
perteneciente, al mas desente culto de la Iglesia
y su sacristía de este Ospital, y todo el
Gobierno Espiritual de los quinse pobres
24 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 17 de junio de 1789, fols. 145-146.
25 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 7 de octubre de 1789, fol. 149 v.
506

inbalidos ancianos existentes en el, y demas
que con el tiempo se aumenten asistiendolos,
confesandolos y Ausiliandolos hasta su muerte.
Que diariamente resen las partes de Rosario y
demas oraciones que es costumbre; Que en los
tiempos de Cuaresma, aviento y visperas de
Comunión los Exorte con platicas morales y
espirituales y que no le falte la Misa diario;
Que a de cuidar al mismo tiempo de la
manutención de estos pobres y de todas sus
asistencias de forma que no les a de faltar por la
mañana sus sopas, al medio dia su puchero, y a
la noche su sena dixestible, como ajo quemado
u otro equibalente; y tambien tener a su cargo
el cotarro o Albergue de pobres que hay en dho
Hospital para el recogimiento, por las noches
de peregrinos transeúntes y Desamparados,
hasiendo se les probea de Lus y se les enseñe la
Doctrina Cristiana por el Catecismo, por
explicación de ella y que resen una parte del
S[an]to Rosario, y no se les permita salir ni
abran las puertas, los dias de fiesta de presepto
hasta que oigan la Misa, que se acostumbra
Celebrar en n[uest]ra Iglesia muy de mañana,
con el mismo fin (...)” 26 .
Éstas eran las obligaciones que habría de cumplir el capellán.
Por una parte, la Hermandad le ofrecía por este servicio una
vivienda en el hospital y 30 ducados anuales. Por otra, tenía que
ejercer las funciones propias de administrador, que consistían en la
cobranza de las rentas, obras y reparos, así como cuidar de los
gastos que se produjeran en la iglesia, casa y hospitalidad con
entera subordinación y dependencia del hermano mayor y de la
Junta de Gobierno. Tras ello, se pasó a revisar los memoriales
presentados por los candidatos que optaban a cubrir tal oficio.
26 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 14 de octubre de 1789, fols. 150 v. y 151.
507

Después de la votación, salió elegido el Dr. José Ruiz Valdés, quien
alcanzó 19 votos, frente a los 5 conseguidos por Antonio Zapata.
Finalizado el recuento pasó el nombrado a la sala de cabildos,
manifestando que aceptaba el nombramiento que se le hacía y que
se obligaba a cumplir con lo expuesto en el acuerdo 27 . Una de las
primeras actuaciones llevadas a cabo por el nuevo capellán-
administrador consistiría en visitar e inspeccionar todas las
posesiones del hospital con objeto de que los inquilinos lo
conocieran 28 .
3.- EL HOSPITAL DE SAN JULIÁN
3.1.- Obras en el edificio
Las primeras referencias escritas que tenemos de la
realización de unas obras bajo el mandato de Juan Agustín Sweerts,
datan de 1778. Éstas consistieron en reparar los tejados de los
salones que ocupaban los pobres 29 . Más adelante, en concreto el día
3 de junio de 1781, se abordó el problema que tenía el edificio a
causa de las excesivas lluvias que habían producido anegaciones en
el claustro, sacristía e iglesia. Según parecía, el hospital tenía un
desagüe que iba a parar a una zanja de calle Carretería y ésta se
encontraba llena de tierra. Tras la consulta efectuada a los maestros
de albañilería, éstos aconsejaron que, para reparar el daño, sería
conveniente cerrar dicho conducto y abrir otros para que las aguas
de lluvia salieran a la calle. Al tratarse de una obra muy costosa y
27 Ibídem, fols. 151 v. y 152.
28 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 27 de octubre de 1789, fol. 153.
29 FERNÁNDEZ MÉRIDA, Mª. D., Los hospitales malagueños..., p. 468.
508

de que el hospital no podía sufragar el gasto, se hacía preciso usar
de algunos medios o arbitrios, solicitando de los hermanos la
contribución o limosna, así como de algunos bienhechores. Antes
de acometerse el trabajo de reparación, el hermano mayor y
tesorero quedaron encomendados para solicitar de los maestros de
albañilería del hospital que hicieran una regulación y tasación del
costo que podría acarrear solar de nuevo el claustro y sacristía, dado
que la solería que tenían se hallaba inservible a causa de la
humedad 30 . Posteriormente se informó a los hermanos que las obras
que se ejecutaran en el claustro y sacristía del hospital ascendían a
más de 6.000 reales, según los cálculos efectuados por los maestros
de albañilería. Por su parte, el tesorero manifestó que se había
hecho acopio de materiales y que se llevara a cabo la obra de la
sacristía ante la urgente necesidad que existía debido a la humedad.
Sin embargo, los trabajos de reparación del claustro quedarían
pendientes hasta que se consiguieran nuevos fondos para poder
costearlos 31 .
Ilustración 68: Patio secundario de San Julián, hacia los años 30 del siglo XX [Foto: Juan
Temboury]
30 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 3 de junio de 1781, fols. 7 y v.
31 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 12 de enero de 1782, fol. 12.
509

3.2.- Visita del Obispo
El jueves, 12 de febrero de 1789, el obispo Manuel Antonio
Ferrer y Figueredo envió un escrito al hermano mayor informándole
que el día 15 de ese mes, entre las 10 y 11 de la mañana, visitaría la
iglesia y hospital de San Julián. Ante la importante del hecho que se
producía, se dio orden para disponer de todo cuanto era costumbre
realizar en estas ocasiones y se avisó a todos los hermanos para que,
a la citada hora, concurrieran con el deseo de recibir y obsequiar a
la primera autoridad eclesiástica de la ciudad. Llegada la fecha
fijada, se le recibió bajo palio y los cantores entonaron las preces
acostumbradas, pasando a visitar el Sagrario y a hacer la bendición
con el Santísimo en las manos. Después se efectuó la procesión de
Ánimas, portando el Santo Cristo un hermano sacerdote, cantándose
alrededor de la iglesia y salón donde se enterraban los ajusticiados.
Los hermanos de la Santa Caridad asistieron con luces encendidas
y el Prelado, vestido con capa negra, practicó las oraciones
acostumbradas y finalizada la función pasó a la sacristía donde se
encontraban los libros y cuentas del hospital, recomendando se
llevaran a la notaría para su reconocimiento y aprobación.
Finalmente, y antes de abandonar el edificio en su carruaje, visitó
a los pobres, socorriéndoles con limosnas 32 .
3.3.- Ancianos alojados en el hospital
Por lo que hemos visto líneas más arriba, donde se exponían
las obligaciones que debía cumplir el capellán, sabemos que el
32
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, “Visita del Sr. Obispo el domingo 15 de Febrero de
1789”, fols. 135 v. y 136.
510

número de ancianos alojados era de quince; las comidas que
realizaban; y los rezos y oraciones que se llevaban a cabo para
aquellos que estaban ingresados en el hospital o pasaban la noche
en el albergue, conocido como “cotarro”.
La información que se tiene acerca de la situación de los
asilados es bien escasa, no determinándose absolutamente nada de
ellos, si padecían algún tipo de enfermedad o detalles relacionados
con su estancia en San Julián.
Respecto a la epidemia de 1786, no aparece ninguna
referencia en los libros de actas que indique que la Hermandad
hubiese cedido alguna dependencia para los contagiados, al tratarse
de un foco sin relevancia sanitaria 33 .
Ilustración 69: Patio principal de San Julián, hacia los años 30 del siglo XX [Foto: Juan
Temboury]
33 DÍAZ DE ESCOVAR, N., Curiosidades malagueñas..., p. 250.
511

3.4.- Situación del centro hospitalario
El Obispado de Málaga remitió en 1779 un informe a la
Corona sobre la situación de los hospitales de la ciudad, ante una
posible reducción. Sobre San Julián, se expuso que había
disminuido el recogimiento de pobres incurables, pasando de
veinticuatro a quince camas. Su renta se cifraba en 12.253,24 reales
de vellón, figurando en su caudal un cortijo, una haza de tierra,
dieciocho casas y seis censos, por lo que se consideraba
conveniente que se uniera con el hospicio de Jesús Nazareno de
Madres Inválidas:
“por ser ambos de una clase de hospitalidad
para invalidados con sólo la diferencia de sexos
y teniendo capacidad éste para aquél
aumentando su renta con la casa que queda de
vacío” 34 .
Según el historiador Ildefonso Marzo, la Institución de las
“Inválidas de Jesús Nazareno” había sido fundada en el año 1657
por: “Varias beatas del hábito descubierto de san Pedro de
Alcántara” 35 . La finalidad que tenía este hospital era: “(...) recoger
las pobres viejas enfermas y tullidas, que perecian por falta de
auxilios en los varios ángulos de la ciudad” 36 . En principio, su sede
estuvo radicada:
“(...) cerca de San Pedro de Alcántara y en la
calle de San Francisco, hasta que las
34 A.C.C.M. Leg. 90.
35 MARZO, I., op. cit., p. 45.
36 Ídem.
512

trasladaron á la casa del Corral del Consejo,
inmediata á Santiago, que como propias de la
ciudad les fueron cedidas en cabildo de 1736
(...)” 37 .
La entidad se mantenía de las limosnas que recibía y contaba
habitualmente entre ocho y diez pobres mujeres que eran asistidas
por una rectora y una asistenta 38 . La profesora Eva María Mendoza
García concretaba diciendo que el ámbito de actuación del hospital
se limitaba al cuidado de mujeres ancianas, solas, pobres y sin
hogar que no tuviesen enfermedades contagiosas 39 .
Pero, y por motivos que nos son completamente
desconocidos, el anhelado proyecto de fusión de ambas
instituciones hospitalarias, auspiciado por el Obispado malacitano,
no llegó a materializarse.
4.- LAS FUNCIONES RELIGIOSAS EN LA IGLESIA DE
SAN JULIÁN
4.1.- La fiesta de San Julián
La festividad de 1782 comenzó a prepararse oficialmente el
día 12 de enero cuando se reunieron los miembros de la
Corporación y el hermano mayor anunció que la misa en honor del
patrono se celebraría “con la misma solemnidad y decencia que
todos los años” y que se invitaría para predicar el sermón al “Muy
Reverendo Padre Lector Fray José Suárez”, religioso del convento
de Nuestra Señora de la Victoria. Se nombró a Mauricio Faura y
Diego Milner como diputados para que pidieran limosna para el
37
Ídem.
38
Ídem.
39
MENDOZA GARCÍA, E. Mª., “Mujer y beneficencia: el hospital de Inválidas de
Málaga”..., p. 337.
513

pan, que el día 28 de enero habría de repartirse a los pobres
asilados. Se decidió, asimismo, que las honras por los hermanos
difuntos se llevaran a efecto en uno de los días de la octava de San
Julián al dejar de celebrarse en el mes de noviembre a causa de la
obra que se estaba ejecutando en la sacristía de la iglesia 40 .
Un salto de folios en el libro de actas capitulares -del año
1782 se pasaba a 1788- nos priva de conocer con más detalles las
funciones religiosas practicadas durante la etapa comprendida desde
los años 1783 a 1787. Para la de 1788, la Hermandad invitó al
obispo Manuel Antonio Ferrer y Figueredo a asistir a la ceremonia
dedicada a San Julián, que estaría a cargo de Antonio Zapata, y a
servir la comida que se ofrecería a los pobres 41 .
Al año siguiente, se nombró al P. José María Sweerts para
que pronunciara el sermón. Igualmente, se eligió a Mauricio Faura
y José Trevani como diputados para la recogida de limosna del pan.
En esta ocasión, y debido a la carestía existente de alimentos, se
acordó entregar en lugar de un pan un real de vellón. Como solía ser
una costumbre, el hermano mayor pasaría a visitar, días antes de la
fiesta, al prelado Ferrer y Figueredo con el fin de invitarlo a la
función religiosa y a que sirviera la comida a los pobres como en
años anteriores 42 .
En la fiesta litúrgica del santo de 1790, la prédica de la misa
recayó en el P. José Ruiz, capellán-administrador de la Hermandad,
y el reparto de las limosnas en los hermanos Pedro Santiago y José
Trevani 43 .
40 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 12 de enero de 1782, fol. 10.
41 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de enero de 1788, fol. 120.
42 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 23 de enero de 1789, fols. 131-132 v.
43 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 16 de diciembre de 1789, fol. 155.
514

Ilustración 70: Detalle del retablo situado en el altar mayor, hacia los años 30 del siglo
XX [Foto: Juan Temboury]
4.2.- El Jubileo de las XL Horas
El origen de este ejercicio piadoso comienza a tomar forma
en el año 1527, cuando el P. Juan Antonio Belloti (o Bellosi)
mientras predicaba la Cuaresma en la ciudad de Milán, recomendó
a sus fieles permanecieran XL horas seguidas (las que Jesús estuvo
en el sepulcro) delante del Santísimo para suplicar por el cese de
una guerra que se libraba en los campos de batalla. Como la
asistencia al acto fue tan masiva, se repitió cuatro veces aquel año:
en Pascua, Pentecostés, Asunción y Navidad. En fechas inmediatas
se actuó de igual manera en la Catedral y parroquias de la capital
lombarda. San Antonio María Zacaría tomó el testigo de Belloti,
quien lo había cultivado y fomentado entre pequeños grupos, y lo
extendió a todos los fieles. A partir de mayo de 1537, consiguió
que la práctica de las XL Horas se hiciera por turnos en cada
una de las iglesias de la urbe milanesa. En esa misma línea
515

trabajaron Fray Bono y el capuchino José Piantanida de Ferno y
después San Carlos Borromeo estableció la práctica de las XL
Horas en su diócesis. Desde entonces, se extendió el culto
eucarístico por todo el orbe católico, gozando con la aprobación de
Sumos Pontífices 44 .
Se empieza a tener constancia de esta práctica eucarística en
la iglesia de San Julián en enero de 1788. Parece ser que en el
cabildo ordinario celebrado por la Hermandad en esa fecha, se dio a
conocer la noticia de que el obispo Manuel Antonio Ferrer había
incluido a este templo en la:
“Lista y tabla del Jubileo Circular de cuarenta
Oras (...) para que el dia de N[ues]tro Patrono
señor San Julian que es a 28 de este Mes
[enero] y los tres siguientes Dias se tenga en
ella dicho Jubileo” 45 .
A pesar de que la información de la que disponemos es a
todas luces insuficiente, a causa del referido salto de folios en el
libro de actas, no nos limita para estar al tanto de la ceremonia
religiosa llevada a cabo por primera vez en 1787. Al año siguiente,
y a tenor de los gastos que pudieran ocasionarse en la tesorería de la
Hermandad con motivo del Jubileo de las XL Horas, los hermanos
acordaron concurrir “cada uno con su Limosna como lo hicieron en
el Antecedente año (...)” 46 .
44
CARMONA MORENO, F., O.S.A., “Cuarenta Horas. Culto eucarístico con siglos
de tradición”, Simposium de Religiosidad y Ceremonias en torno a la Eucaristía,
Ediciones Escuarialenses, San Lorenzo de El Escorial, 2003, pp. 638-640.
45
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de enero de 1788, fol. 119.
46
Ibídem, fol. 119 v.
516

4.3.- Capellanía fundada por Alonso García Garcés
Como ya se concretó, Alonso García Garcés había fundado
una capellanía en 1684, disponiendo que el capellán que la
obtuviese tendría la obligación de oficiar, todos los años, 50 misas
rezadas, a las 6 de la mañana, en la iglesia de San Julián para que
los pobres que se recogiesen en invierno por la noche en el hospicio
y cotarro la oyesen antes de salir a la calle. Fue dotada con un censo
de 10.000 ducados que dejó impuesto sobre todos sus bienes y una
heredad de viña que tenía en el partido del Arroyo de Totalán, que
poseía Catalina Verdugo Paniagua, mujer de Pedro de Alcántara
Piédrola Narváez, quien pagaba al capellán los réditos del citado
censo y que, al no tener parientes, nombró por patrono al hermano
mayor de la Santa Caridad, para que éste designara a un sacerdote
con objeto de que la sirviera, solicitando por ello el permiso al
Provisor y Vicario general del Obispado para que la adjudicara. Así
pues, la capellanía se mantenía en el año 1778, a pesar del tiempo
transcurrido. Para cumplir con las referidas obligaciones, se
encontraba el beneficiado de la villa de Álora, Diego Sánchez
Barroso, quien era familiar del fundador, Alonso García Garcés 47 .
5.- ENTERRAMIENTOS EN EL HOSPITAL DE SAN
JULIÁN
Muy significativas fueron las asistencias corporales y
espirituales llevadas a cabo por la Hermandad bajo el gobierno de
Juan Agustín Sweerts. Se socorrieron y sepultaron a doce personas
47
A.H.D.M. Leg. 56, pza. 2, “Libro de Capellanías y Memorias del hospital de
S[eño]r. S[a]n. Julian”, año 1778.
517

en la sala llamada del Santo Cristo del Consuelo, contigua a la
iglesia de San Julián, a excepción de dos cofrades que solicitaron
ser enterrados en la cripta.
5.1.- Hermanos de la Corporación
TABLA 30
FECHA NOMBRE OFICIO OBSERVACIÓN
20 de enero
de 1786
2 de octubre
de 1789
Domingo Til
Pineda
Mauricio Faura
Fernández de
Córdoba
Beneficiado de
la parroquia de
los Santos
Mártires
Administrador
del Patronato
fundado por
Agustina Mejía
5.2.- Sentenciados a muerte e indigentes
TABLA 31
FECHA NOMBRE SENTENCIA
25 de febrero de 1775 Antonio López Ahorcado
31 de julio de 1778 Francisco Bergamasqui,
natural de Plasencia en
el Ducado de Parma
(Italia)
Fusilado, cabo de la I
Compañía de
Granaderos del
Regimiento de
Infantería de Nápoles
10 de diciembre de 1779 Joaquín Cortés Fusilado, soldado del II
Batallón del Regimiento
de Infantería de Sevilla
17 de mayo de 1782 Juan Macías Fusilado, soldado de la
VIII Compañía del I
Batallón del Regimiento
6 de julio de 1782 Juan Pedro Riel, natural
de Dinamarca
Panteón
Panteón 48 .
de Infantería de Sevilla
Ahorcado, pirata
48 A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.; A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro
de Hermanos de la Santa Caridad...”.
518

FECHA NOMBRE SENTENCIA
Ídem Patricio Garmon, natural
de Irlanda
Ahorcado, pirata
Ídem Cornelio Joff, natural de
Irlanda
Ahorcado, pirata
16 de octubre de 1784 Mariana Molina Ahorcada, arrastrada y
encubada por envenenar
a su segundo marido,
Bernardino Merino
5 de febrero de 1787 Cristóbal Sánchez Garrote, por dar muerte
a su mujer
30 de junio de 1787 Luis Moreno Garrote
29 de agosto de 1788 Francisco de Mota Fusilado, soldado de la I
Compañía de
Granaderos del
Regimiento de
17 de noviembre de
1788
Pedro Puzoli, natural de
Bolonia (Italia)
Infantería de Navarra
Fusilado, soldado del
Regimiento de
Infantería de Milán 49 .
Una vez expuestos los sentenciados a muerte durante este
período, queremos realizar dos consideraciones: la primera,
concernía al ajusticiamiento de Mariana Molina, acusada de
envenenar a su segundo marido, Bernardo Merino. En la sesión
celebrada por el Cabildo de la Catedral el 15 de octubre de 1784, se
dio cuenta de un escrito presentado por Pedro de Santiago
Chinchilla, vicehermano mayor de la Hermandad de la Santa
Caridad, comunicando al citado estamento la obligación que tenía
de informar:
“(...) a los Gefes de la ciudad quando ay un
ajusticiado, manifestava se hallava en capilla
una muger, por lo que se suplicava al Cabildo
49 A.H.D.M. Leg. 526, pza. 2, parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos nº 2
(1738/95); A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.; A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 46;
A.H.D.M. Leg. 72, pza. 1.
519

lo tubiese así entendido, y se sirviese darle la
limosna que le dictase su caridad (...)” 50 .
A la vista de esta petición, el Cabildo acordó extender 200
reales de vellón del fondo de beneficios para que se le dijesen 50
misas de ánima de a peseta por su alma. Al día siguiente, se
procedió a ejecutar la sentencia que pesaba sobre ella siendo
ahorcada, arrastrada y encubada, como se reflejó en el cuadro que
se acaba de ver.
La segunda consideración, estaba relacionada con el soldado
Francisco de Mota. Se señala en las actas capitulares de la
Hermandad de la Santa Caridad que Juan Agustín Sweerts recibió
un oficio de los PP. Fermín Lerruz e Ignacio José Noalles,
capellanes del Regimiento de Infantería de Navarra de esta plaza,
en el que indicaban que, como albaceas del soldado, que fue pasado
por las armas el 29 de agosto de 1788, necesitaban saber la limosna
recogida, la distribución y el sobrante, al objeto de proceder al
cumplimiento del testamento militar que se acompañaba y que fue
leído en el cabildo ordinario del 7 de septiembre de 1788. Los
asistentes deliberaron ampliamente la cuestión, dado que siempre
habían asistido a los desamparados de la clase que fuere, y
quedaron sorprendidos por la petición, convirtiéndose en una
novedad que iba en contra de las normas estatutarias. Se acordó por
todos los presentes:
“(...) no haver lugar a la pretensión inesperada
de dichos PP[adres] Capellanes y que quedando
su oficio con este Acuerdo se les responda por
50
A.C.C.M. Leg. 583, pza. 1; A.C.C.M. Leg. 1.050, pza. 2, lib. 54, aa. cc. de 15 de
octubre de 1784, fol. 472.
520

nuestro Hermano Mayor con una carta
certificada de uno y otro, que se le entregará
por nuestro Hermano Secretario (...)” 51 .
Unos días después, la Hermandad se reunió en cabildo
general extraordinario para tratar de nuevo la pretensión de los
capellanes del Regimiento de Infantería cuando se ajusticiaba a
algún soldado. El hermano mayor tras exponer lo resuelto en el
cabildo anterior y para prevenir que ocurriera en lo sucesivo,
comunicó que se había dirigido al Provisor del Obispado para
solicitarle que los amparase en la posesión que estaba en los casos
de ajusticiamiento de algún militar. Para que el asunto no quedara
ahí, se confió en el hermano mayor para que, en comisión, visitara
al Obispo, a su Provisor, al Gobernador político y militar de la
Plaza y a los Jueces para informarles del derecho que gozaba esta
Hermandad a fin de evitar pleitos y escándalos. Asimismo, se le
concedía poder y facultad para que Pedro de Santiago, al igual que
se había actuado con Juan Agustín Sweerts, continuase con la
instancia hasta su definitiva conclusión 52 .
En el cabildo celebrado el 16 de diciembre de 1789, se
acordó que en los entierros que se practicaran, tanto de pobres
desamparados como de ajusticiados, se reservara solamente en
beneficio de los acogidos en el hospital y en sufragio de sus almas
el 10% de las limosnas “que juntaran nuestros hermanos, que
saldrían a pedir con las capachas dos cada mes” 53 .
Un asunto que recogemos por estar, de alguna manera,
vinculado con las prácticas funerarias ejercidas por la Hermandad
51 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 7 de septiembre de 1788, fols. 128 y v.
52 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 12 de octubre de 1788, fols. 129-130 v.
53 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 16 de diciembre de 1789, fols. 155 y v.
521

versa sobre un hecho ocurrido el 20 de julio de 1780. Un joven
moro, que se preparaba para recibir el bautismo, estaba jugando con
un fusil en el cuartel de Atarazanas y el arma se le disparó,
provocándole una herida de muerte. Al parecer, y según las
declaraciones de varios oficiales, en aquellos instantes pasaba un
sacerdote, quien bautizó al moribundo. Como al fallecer no se
encontraba presente el cura, surgió el interrogante de si se debía o
no enterrar en suelo sagrado. Finalmente, el cadáver fue entregado a
la Hermandad de la Santa Caridad, dándole sepultura de noche en
las barreras de las Lagunillas 54 .
6.- NUEVO CONFLICTO CON LA HERMANDAD DE SAN
JUAN DEGOLLADO
Sesenta años después de que la autoridad eclesiástica fallara a
favor de una denuncia presentada por la Hermandad de la Santa
Caridad contra la Congregación de San Juan Degollado por
intromisión de funciones, un nuevo episodio de desavenencias se
volvía a reeditar entre ambas instituciones. Esta vez la Hermandad
del hospital de San Julián, representada por el hermano mayor Juan
Agustín Sweerts Ayala, actuaba contra la de la cárcel, dirigida por
Benito Beluso, por haber pedido limosna esta última cuando se
ponía a un soldado en capilla 55 .
Bernardo Salinas Ruiz, representante legal de la Hermandad
de la Santa Caridad, envió un escrito, fechado el 23 de octubre de
1788 y dirigido al provisor y vicario general del Obispado Antonio
García de la Cámara Maroto, en el que manifestaba que, desde
54 La Unión Mercantil, Málaga, 20 de julio de 1925.
55 A.H.D.M. Leg. 75, pza. 1, “Pleito contra la Hermandad...”, fols. 34-35.
522

tiempo inmemorial, el sustento de los militares ajusticiados
correspondía a su representada y no a la Congregación de San Juan
Degollado. En el texto se mencionaba la sentencia del año 1721,
fallada por el entonces provisor y vicario Diego de Toro Villalobos,
en la que se anotaba que sólo a la Santa Caridad le estaba
autorizada este tipo de asistencia 56 .
Antonio García de la Cámara dispuso que la Hermandad de la
Santa Caridad asistiera a los reos militares que se ajusticiaran y que
no estuvieran en la Cárcel Real. Al mismo tiempo, instaba a la
Congregación de San Juan Degollado para que respondiera al
traslado que le fue remitido el día 10 de octubre de 1788 57 .
Tras una serie de acusaciones por parte de los representantes
legales de cada una de las corporaciones, Miguel de Borja
Espinosa, que hablaba por los cofrades de San Juan Degollado,
presentaba un recurso solicitando un ejemplar de las Constituciones
de la Hermandad de la Santa Caridad para comprobar las funciones
que tenía asignadas 58 .
Juan Ruiz de la Herrán, secretario de la Congregación de San
Juan Degollado, cuya sede se encontraba por esta época en la
iglesia parroquial de los Santos Mártires 59 , aportó un escrito
fechado el 12 de noviembre con un relato histórico de los hechos
acaecidos durante el siglo XVIII, haciendo referencia,
56 Ibídem, fol. 35.
57 Ibídem, fols. 35 y v.
58 Ibídem, fol. 41.
59 La expulsión de la Compañía de Jesús se produjo en el año 1767, obligando a la
Congregación de San Juan Degollado, que había estado bajo la dirección espiritual de
los Padres jesuitas, a trasladarse a la cercana iglesia parroquial de los Santos Mártires
Ciriaco y Paula [SOTO ARTUÑEDO, W., La actividad de los jesuitas..., p. 408].
523

principalmente, a los roces mantenidos con la Hermandad de los
pobres del hospital de San Julián 60 .
Después de la investigación llevada a cabo por Luis de
Unzaga, éste comunicaba el 13 de noviembre de 1788 al provisor y
vicario Antonio García de la Cámara lo siguiente:
“(...) no me consta haya R[ea]l. orden, ni
resoluz[i]on. que autorize la Hermandad de
S[an]ta. Caridad de esta Plaza, para que con
exclusión tenga el privilegio de pedir por los
ajusticiados (...)” 61 .
El 15 de noviembre, Miguel de Borja Espinosa dirigía un
escrito exponiendo que la Hermandad de San Julián quería tener la
posesión de la asistencia a los ajusticiados de tropa sin que
interviniera la Congregación que atendía a los presos de la cárcel,
basándose en la solicitud presentada por el Conde de Buenavista en
1721 62 . En esa misma fecha, Antonio García de la Cámara Maroto,
habiendo visto los autos y las Constituciones presentadas, emitía el
siguiente dictamen:
“(...) deviendo entretanto la cofradía de la
Caridad sita en la iglesia de S[a]n. Julian de
esta ciudad cumplir con su instituto y asistir por
ahora al ajusticiado que se halla en capilla, se
concede licencia a la Hermandad de S[a]n. Juan
Degollado para que sus yndividuos pidan
limosna con las expreciones de la concordia sin
que le impida por la de la caridad y los suyos a
la que se confiere traslado de lo expuesto por
60
A.H.D.M. Leg. 75, pza. 1, “Pleito contra la Hermandad...”, fols. 48-50 v.
61
Ibídem, fols. 46 y v.
62
Ibídem, fols. 51-64.
524

esta en su anterior escrito todo sin perjuicio de
proveer a su tiempo lo que corresponda (...)” 63 .
Nada más tener conocimiento de esta sentencia, la
Hermandad de la Santa Caridad, por medio de Bernardo Salinas,
redactó un memorial en el que insistía en:
“(...) que el referido Proveído debe reponerse, y
enmendarse en quanto a la referida qualidad y
palabra por ahora porque de subsistir se verifica
despojo de la d[ic]ha Posecion que no ha sido
interrumpida con el mas leve acto” 64 .
Bernardo Salinas presentaba el 20 de noviembre un nuevo
escrito manifestando que, anteriores resoluciones dictadas por
provisores habían resultado a su favor y resaltando, una vez más, su
malestar al permitirle solo para esta ocasión la atención del
soldado 65 .
En las actas capitulares de la Santa Caridad se hacía mención
en 1789 al nombramiento de Pedro de Santiago y Juan de Gálvez
para que formaran parte de la comisión creada a los efectos
oportunos, con el fin de presentar un recurso ante el Tribunal de
Justicia de Granada por las inesperadas providencias que el
Provisor había dictado 66 . La Real Chancillería de la capital
granadina en un auto fechado el 17 de marzo de 1789, y tras
estudiar la causa, se inhibía “del expresado negocio” 67 . La
Hermandad recurrió al Juzgado ordinario de Málaga y éste le dio la
63 Ibídem, fol. 64 v.
64 Ibídem, fols. 66-67 v.
65 Ibídem, fols. 69-71.
66 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 23 de enero de 1789, fol. 133.
67 A.H.D.M. Leg. 75, pza. 1, “Pleito contra la Hermandad...”, fols. 96-98 v.
525

azón. Desde esta instancia judicial, se le enviaba una providencia a
la Congregación de San Juan Bautista Degollado por la que:
“se ampara a la Hermandad de Caridad en la
posesion de asistir y alimentar a los soldados
que se ponen en capilla para ajusticiarlos
prohibiendo a la Hermandad [del Degollado]
(...) el pedir limosna en tales ocaciones (...)” 68 .
Posteriormente, la Cofradía de los Presos de la Cárcel
presentó otros recursos que no fueron tenidos en cuenta, finalizando
este proceso a primeros del año 1790.
Ilustración 71: Actual procesión de la imagen de Nuestro Padre Jesús “El Rico” y a sus
pies, la cabeza de San Juan Bautista Degollado [Foto: Juan Miguel Salvador Morales]
68 Ibídem, s/f.
526

7.- ASPECTOS ECONÓMICOS
7.1.- Donaciones
El presbítero Antonio de Medina Jáuregui nombró en 1786
heredero de sus bienes a la Hermandad de la Santa Caridad para
que atendiera a los pobres incurables. Estableció, además, una
partida de 50 ducados para el reparo de la casa y fábrica del
hospital, pero poniendo como condición que su caudal se
administrara por separado al del hospital. En el supuesto de que la
Corporación decayera o no cumpliera con las condiciones exigidas,
el legado debería pasar al hospital de Santo Tomé 69 .
7.2.- Pago de censos al Marqués de Revilla y al hospital de
Santo Tomé
En referencia al primero de los censos, el 20 de marzo de
1782, se firmó en la escribanía de Antonio del Castillo Fragua una
escritura de reconocimiento de un censo a favor del Marqués de
Revilla, asumiendo el pago el hospital de San Julián por una casa en
el barrio de El Perchel. En el acto notarial estuvieron presentes, por
parte de Hermandad, el hermano mayor Juan Agustín Sweerts
Ayala y el tesorero Mauricio Faura 70 .
Con respecto al segundo, en una reunión celebrada el 17 de
junio de 1789, se informó que Tomás Domínguez, administrador
del hospital de Santo Tomé, había requerido extrajudicialmente el
pago por las dos hazas de tierra que estaban incluidas en un cortijo
69
A.H.D.M. Leg. 10, pzas. 1-25; A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la
Santa Caridad...”, fol. 134.
70
A.H.N. Sec. Clero, leg. 4.696/2.
527

de la vega de la ciudad, que tenía el hospital de San Julián.
Asimismo, se indicó que al citado administrador se le pagaba al año
la cantidad de 22 reales por un censo impuesto sobre una casa en el
barrio de El Perchel, situada en la calle del Cuartelejo del Carmen.
Tras dicha aclaración, Mauricio Faura comentó que, en distintas
ocasiones, trató del tema con Tomás Domínguez, con quien
últimamente convino en que del valor de las posesiones se le pagara
a su hospital una veintena a razón del 7%, como así lo hacían las
comunidades, mayorazgos y demás personas que tenían censos de
esta clase. Por ello, comunicó que él no podía decidir sobre la
propuesta sin dar cuenta a la Junta de Gobierno para que
determinara lo conveniente.
Por su parte, el hermano mayor otorgó plenos poderes y
facultades a favor de Mauricio Faura y Pedro de Santiago para que
practicaran cuantas diligencias judiciales y extrajudiciales fueran
necesarias y, al mismo tiempo, nombraran peritos para estimar el
precio justo de las posesiones con el fin de otorgar la
correspondiente escritura de la transacción 71 .
8.- PRESENTACIÓN DE LAS CONSTITUCIONES EN LA
CHANCILLERÍA DE GRANADA
Juan Agustín Sweerts comunicó a los hermanos el 17 de
junio de 1789 que la Real Chancillería de la ciudad de Granada,
había enviado una provisión al Alcalde mayor de Málaga para que
notificara y requiriera a todas las Hermandades y Obras Pías a fin
de que, en el plazo de cuatro meses, presentaran la fundación de su
71 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 17 de junio de 1789, fols. 146-147.
528

Instituto, Constituciones y Reglas que tuvieran para su gobierno y
en el caso de no hacerlo dentro del precitado término:
“que las mande suspender y secuestrar sus
efectos y demas bienes que tengan, cuia
providencia y requerimiento se le havia hecho
saber, como a todas las demás Hermandades
(...)” 72 .
Tras esta información, se recordó que en el cabildo general,
celebrado el 5 de junio de 1786, se trató del arreglo o reforma de las
vigentes Constituciones o de la elaboración de unas nuevas, dada la
antigüedad de las mismas pero que debido a diferentes
contratiempos no se habían podido actualizar. Por ese motivo, se
instaba a que los hermanos que tuvieran experiencia formaran una
comisión que se encargara de revisar y actualizar las Reglas y que,
concluido este cometido, las presentaran a la Hermandad para su
aprobación. Acto seguido, se designó a las siguientes personas:
Manuel Domecq, Tomás del Valle, Pedro de Santiago y José
Trevani para que, una vez elaboradas y aprobadas, fueran
presentadas al Juez correspondiente 73 .
En las actas capitulares no hay constancia de que se volviera
a abordar este asunto en posteriores cabildos. Por consiguiente,
hubo que esperar al del 20 de febrero de 1790, para que Francisco
Carrión manifestara la necesidad que tenía esta Hermandad de
renovar las Constituciones al estar las antiguas derogadas. El
hermano mayor le respondió que no tenía noticias de cómo
marchaba la redacción de las mismas a pesar de habérselo solicitado
72 Ibídem, fol. 147 v.
73 Ibídem, fols. 148 y v.
529

a los que fueron comisionados. Juan Agustín Sweerts se dirigió a
Pedro de Santiago y José Trevani, dos de los cuatro hermanos que
quedaron encargados, por si habían adelantado en su revisión. La
respuesta de los citados fue la siguiente:
“(...) no han podido verificar ni aún una Junta
para tratar del particular, por lo que desde luego
se separan de dicha comicion enteramente y
suplican a esta Hermandad se sirva tenerlos por
separados y en su lugar nombrar otros que
puedan conseguir efectuar todo lo conveniente
á esta materia” 74 .
Los asistentes acordaron no admitir la separación de los
referidos miembros y que el hermano mayor convocara la junta
correspondiente para que se informara a la Hermandad de lo tratado
por la referida comisión y, en caso de que no se tuviera la reunión,
se enviaran las antiguas Constituciones al Real Consejo para su
aprobación, con la cláusula de que se habilitara a la Justicia Real de
Málaga para que pudiera aprobar cualquier alteración o reforma que
estimara 75 . Mientras los miembros de la Caridad se ponían de
acuerdo con los trámites a seguir, una serie de hermandades de
pasión, gloria, caridad y gremial comenzaban a remitir, a partir de
1789, al Real y Supremo Consejo de Castilla copias de las nuevas
Ordenanzas para su aprobación 76 . De la Hermandad de la Santa
Caridad, no se hallan noticias en los libros de actas
correspondientes al período comprendido entre febrero y mayo de
74
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 20 de febrero de 1790, fols. 156 y v.
75
Ibídem, fol. 156 v.
76
MAIRAL JIMÉNEZ, Mª. C., “Noticias sobre hermandades y cofradías malagueñas
durante el reinado de Carlos IV en la colección de actas capitulares”, La Saeta nº 36,
Agrupación de Cofradías, Málaga, 2005, pp. 146-154.
530

1790, que detallen si se llevó a cabo algún tipo de actuación. Juan
Agustín Sweerts terminó su gobierno sin concluir el requerimiento
de la Real Chancillería, lo que acarrearía graves problemas al
hospital de San Julián como veremos más adelante.
531

CAPÍTULO XI:
LA HERMANDAD EN EL ÚLTIMO DECENIO DEL
SIGLO

Estamos obligados, por la misma circunstancia que en el
capítulo II del presente apartado, a refundir en uno solo las
presidencias de cuatro hermanos mayores: Manuel Miguel Domecq
Laboraria, Diego Ortiz de Almodóvar, Manuel Antonio Ferrer y
Figueredo y Nicolás de Figueroa, que culminarían el siglo XVIII.
1.- MANUEL MIGUEL DOMECQ LABORARIA (1790/92)
1.1.-Aportación biográfica
Manuel Miguel Domecq Laboraria era natural de Granada.
Allí cursó los estudios sacerdotales y fue ordenado presbítero en
fecha que desconocemos 1 . Tomó posesión el 13 de diciembre de
1762 de una ración que se hallaba vacante en el Cabildo de la Santa
Apostólica Metropolitana Iglesia de esa ciudad. Se presentó en el
año 1773 a una canonjía en la Santa Iglesia Catedral de Málaga. No
aportó las pruebas de genealogía y sangre al estar exento, según el
Decreto de 18 de septiembre de 1726, por el que se establecía que
las dignidades y prebendados de iglesias del Real Patronato que
fuesen promovidos a otros oficios eclesiásticos, no necesitarían de
nuevas pruebas 2 . En la elección anual de cargos y oficios, producida
en 1777 en el Cabildo malacitano, Manuel Domecq salió elegido
superintendente de la Mesa Capitular 3 , empleo que ostentó hasta
1782, siendo sustituido por el canónigo Gainza 4 . Durante la
1 Mientras redactábamos este capítulo (año 2006), el Archivo del Arzobispado de
Granada se encontraba cerrado por obras. Este contratiempo nos ha impedido conocer,
sin duda alguna, detalles sobre la vida de Manuel Miguel Domecq Laboraria en la
ciudad de la Alhambra.
2 A.C.C.M. Leg. 52, pza. 5.
3 A.C.C.M. Leg. 1.050, pza. 1, lib. 53, aa. cc. de 3 de enero de 1777, fol. 2. Este cargo
también lo desempeñó Juan de Pedregal Figueroa, como hemos visto líneas atrás.
4 A.C.C.M. Leg. 1.050, pza. 2, lib. 54, pza. 1, aa. cc. de 4 de enero de 1782, fol. 2 v.
535

prelatura de José Franquís Lasso de Castilla se le confiaron las
comisiones de seguimiento de la construcción del tabernáculo 5 y de
los dos órganos para el templo basilical 6 . Pero sus problemas de
salud le impedían compatibilizar los citados cometidos 7 ,
relevándolo el Cabildo, previa petición suya, de la
superintendencia de la Mesa Capitular en la fecha antes señalada.
En el año 1779, y mientras visitaba en Granada a sus hermanas que
eran religiosas, fue arrestado y conducido a una celda del convento
de agustinos calzados sin que:
“(...) se presuma la causa, a no ser que se funde
esta en no haber este Cabildo dado
cumplimiento a los decretos que en 26 de junio
y 19 de julio próximos proveyeron a favor de
D[o]n. Cristóbal [Medina] Conde” 8 .
Desde Málaga, el obispo José Molina Lario y el Cabildo
Catedral abogaron por la libertad del eclesiástico, “dada su ejemplar
costumbre” 9 . A las pocas fechas fue puesto en libertad sin cargos,
regresando a su diócesis.
5
Para conocer más detalles acerca del tabernáculo, véase a: SÁNCHEZ LÓPEZ, J. A.,
Historia de una utopía estética: El proyecto de tabernáculo para la Catedral de
Málaga, Universidad de Málaga, Málaga, 1995.
6
El Cabildo catedralicio se los encargó al organero Julián de la Orden, maestro de la
Catedral de Cuenca. La realización de la arquitectura estuvo a cargo de José Martín
Aldehuela, también natural de esta ciudad.
7
A.C.C.M. Leg. 1.050, pza. 1, lib. 53, aa. cc. de 4 de enero de 1780, fol. 441 v.
8
A.C.C.M. Leg. 1.050, pza. 1, lib. 53, aa. cc. de 16 de agosto de 1779, fols. 399 y v.
9
A.C.C.M. Leg. 1.050, pza. 1, lib. 53, aa. cc. de 6 de agosto de 1779, fols. 399 v. y
400.
536

Ilustración 72: Vista de la Catedral, año 1876 [VV. AA., Málaga In Memoriam, Arguval,
Málaga, 1988, p. 66. Foto: Juan Temboury]
Tres años después, Domecq Laboraria fue nombrado hacedor
de las Rentas Decimales, desempeñando dicho oficio hasta 1787 10 .
También salió designado en 1784 como diputado de la Junta de
Hacienda, empleo que realizó hasta 1788 11 . El obispo Manuel
Antonio Ferrer y Figueredo le entregó el título de comensal en
1787 12 y en 1789, fue nombrado por el Comisario general de
Cruzada Juez para el Obispado de Málaga a causa del fallecimiento
del Deán 13 . El día 25 de junio de 1790, Manuel Domecq presentó
al Cabildo de la Catedral una Real Cédula de Su Majestad, fechada
en Aranjuez el 2 de mayo de ese año, para ocupar la dignidad de
10 A.C.C.M. Leg. 1.050, pza. 2, lib. 54, aa. cc. de 4 de enero de 1782, fol. 2 v. Los
Estatutos de la Catedral no concretan nada acerca de las funciones del hacedor de las
Rentas Decimales, tan sólo que podía ser seglar o miembro del Cabildo.
11 A.C.C.M. Leg. 1.052, pza. 1, lib. 55, aa. cc. de 4 de enero de 1788, fol. 314 v.
Desconocemos, como en el caso anterior, el cometido exacto que tendría el diputado
de la Junta de Hacienda.
12 A.C.C.M. Leg. 1.052, pza. 1, lib. 55, aa. cc. de 13 de abril de 1787, fols. 225 y v.
Este nombramiento suponía que Manuel Domecq Laboraria estaría a su servicio,
teniendo o no alojamiento y mesa en el Palacio Episcopal.
13 A.C.C.M. Leg. 1.052, pza. 1, lib, 55, aa. cc. de 17 de noviembre de 1789, fol. 517 v.
537

arcediano de Antequera 14 . Al día siguiente, tomó posesión al haber
promocionado a deán Manuel Trabuco Belluga, su último
poseedor 15 .
Fuera de las ocupaciones del ámbito eclesiástico, Manuel
Domecq solicitó el ingreso en la Hermandad de la Santa Caridad y
fue recibido por hermano, pagando su entrada y prestando
juramento el día 26 de enero de 1786 16 . No habían transcurrido ni
cuatro años desde su afiliación, cuando los cofrades lo eligieron
para gobernar la entidad durante el período 1790/92 17 .
Falleció en Málaga el 3 de septiembre de 1796 y fue
enterrado el día siguiente en la bóveda de la capilla del Pilar de la
Santa Iglesia Catedral 18 .
1.2.-La elección de Manuel Domecq Laboraria como hermano
mayor y su labor al frente de la Santa Caridad
Casi concluido el último año de gobierno de Juan Agustín
Sweerts, la Hermandad convocó a sus hermanos para que asistieran
al cabildo de escrutinio que tuvo lugar el 22 de mayo de 1790. En
él, sugirieron dos nombres que podían guiar a la Corporación
durante el ejercicio 1790/91: por un lado, el obispo Manuel Antonio
Ferrer y Figueredo; y por otro, Juan de Prada España, dignidad de
maestrescuela de la Catedral. Después de procederse a la votación,
14
A.C.C.M. Leg. 1.052, pza. 1, lib. 55. Esta concesión del Rey debió estar inspirada al
ser uno de los canónigos más antiguos del Cabildo catedralicio malacitano y al tener
los estudios requeridos -Teología o Derecho- para ocupar dicha silla.
15
A.C.C.M. Leg. 1.052, pza. 1, lib. 55, fols. 59 v. y 60.
16
A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 132 v.
17
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Lista
cronológica de los hermanos mayores...”; CAMINO ROMERO, A., “Historia de la
Hermandad de la Santa Caridad...”, p. 23.
18
A.C.C.M. Leg. 1.054, pza. 1, lib. 57, aa. cc. de 3 de septiembre de 1796, fols. 324 y
v.
538

ambos candidatos quedaron empatados a siete votos. En esta sesión
se señaló el resto de los cargos que podrían constituir la Junta de
Gobierno. Tras lo reseñado, se decidió que el cabildo general de
elecciones se celebrara el martes, 25 de mayo, último día de la
Pascua de Espíritu Santo, como se anotaba en las Constituciones.
Pero este cabildo no llegó a celebrarse hasta el 4 de noviembre de
1790, siendo proclamado hermano mayor Manuel Domecq 19 . En el
acta redactada, se entreveían las razones por las que no fue
convocado en la fecha que estaba prevista:
“(...) Yo el infrascripto secretario de la
Venerable Hermandad de la Caridad (...),
haviendo resivido este libro que es el corriente
de Cabildos, no hallando en el, y si en papeles
suertos, los que a tenido N[ues]tra Hermandad
después del plante se de, que fue celebrado en
veinte y dos de maio del presente año vajo el
nombre de escrutinio; para q[ue] en todo
tiempo sean notorio a la misma Hermandad sus
establecimientos: Certifico q[ue] en uno de los
Cabildos q[ue] preseden devio constar, como a
pluralidad de votos havia anulado nuestra
hermandad, el Cabildo q[ue] presede a el
General de elecciones llamado de escrutinio, a
fin de q[ue] todos y cada uno de los hermanos
pudiesen votar con libertad, y sin sujeción; cuia
falta reconosida en el acto de las elecciones, fue
origen de alguna desavenencia entre nuestros
hermanos, sosteniendo unos el establecimiento
antedicho, y otros la practica pero apeteciendo
todos la paz, y aciento, no solo se
comprometieron en la decisión a la q[ue] se
sirviese dar N[uest]ro Ill[ustrisimo]mo
Hermano el S[eño]r D[octo]r Manuel Ferrer
Obispo de esta Diócesis; si no es tambien p[o]r
19
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 22 de mayo de 1790, fols. 161 y v., y 4 de
noviembre de 1790, fol. 163 v.
539

pluralidad de votos publicos le propusieron
para Hermano mayor de n[ues]tra Hermandad a
el D[octo]r D[o]n Manuel Domeq Arcediano de
Ronda Dignidad de esta mi S[an]ta Iglesia
Catedral; y hecho capaz dicho S[eño]r
Ill[ustrisi]mo de las razones de una y otra parte,
nombro pr Hermano Mayor de n[ues]tra
Hermandad a dicho S[eño]r Arcediano, con la
condicion de que con la mayor brevedad
prosediese a Juntar la Hermandad y nombrar
con ella los oficios, q[ue] faltaban y eran
costumbre (...)” 20 .
Esta resolución tuvo que ser anterior a la mencionada fecha,
puesto que el alcalde antiguo de la Hermandad, Pedro Salvago, citó
a todos los hermanos a cabildo general el día 18 de octubre en la
iglesia de San Julián, para que asistieran a la toma de asiento de
Manuel Domecq, quien estuvo acompañado por el Marqués de
Chinchilla y Francisco Monsalve. Así recogieron las actas el
momento de su presentación como hermano mayor:
“y con universal aplauso de esta quieta y
pacíficamente y sin contradicción fue colocado
en el lugar preferente q[ue] an tenido siempre
los Hermanos mayores de n[ues]tra Hermandad
desde el qual aposesionado dio gracias a la
Hermandad, y con satisfacion de todas y las
preses acostumbradas, se concluio este acto
(...)” 21 .
Al poco tiempo, se convocó a los afiliados en la iglesia de
San Julián para que procedieran a la elección de los empleos,
resultando la Junta de Gobierno que detallamos: Manuel Domecq
20
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 4 de noviembre de 1790, fols. 163 y v.
21
Ibídem, fols. 163 v. y 164.
540

Laboraria, hermano mayor; Pedro de Santiago, alcalde antiguo
seglar; Pedro Palacios, alcalde moderno eclesiástico; Dionisio
Muñoz Nadales, secretario; José Zorsano, contador; Francisco
Monsalve Mujicar, fiscal; Diego Ortiz, prioste 22 .
En las actas capitulares de los años 1791 y 1792, no se
recogían noticias que indicaran el proceso habitual para nombrar al
hermano mayor, sin embargo en el cabildo ordinario celebrado el 2
de julio de 1792, constaba lo siguiente:
“(...) q[ue]. en atención al quebrantado estado
de salud de n[uest]ro. H[ermano]º Mayor, no le
permitía continuar mas en este encargo, de
q[ue]. le daba muchas y repetidas gracias á la
Hermandad, p[o]r. la confianza, que le habia
merecido, y en su consecuencia, q[ue].
determinase este Cabildo del como y quando se
hubiese de celebrar el General de elecciones,
que habia estado hasta ahora suspendido a
causa de su indisposición; por lo que suplicaba
encarecidamente a la Hermandad lo exonerase
del presente y cualquier otro cuidado en
atención á los Justos motivos de su enfermedad,
q[ue]. le impedían asistir (...); y deseando para
su celebración el mejor acierto, acordó
igualmente q[ue]. d[ic]ho. Cabildo General se
celebrase a plena libertad de sus vocales, y sin
sujeción a propuestas, como tenia determinado
esta Hermandad, según constaba del Cabildo de
prim[ero]º. de N[o]v[iem]bre del año pasado de
mil setecientos y noventa” 23 .
En este efímero período en que el eclesiástico Manuel
Domecq Laboraria presidió la Hermandad, ésta atendió a tres
condenados a muerte:
22 Ibídem, fol. 164.
23 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 2 de julio de 1792, fols. 178 v. y 179.
541

TABLA 32
FECHA NOMBRE SENTENCIA
20 de noviembre de
1790
Rafael Coronado Garrote
1 de diciembre de 1791 Francisco
Clavero
Hijazo Ahorcado
16 de febrero de 1792 Bartolomé de la Puente Ahorcado 24 .
En referencia al primero de los ajusticiados, el administrador
de San Julián presentó el día 1 de marzo de 1791, la cuenta de cargo
y data de las limosnas recogidas a favor de su alma 25 . Se sabe, y así
lo reproducimos a continuación, lo recaudado por los hermanos y la
distribución practicada: Diego Ortiz de Almodóvar, 325 reales de
vellón; Juan de Gálvez, 120 reales de vellón; Luis de Monsalve,
188 reales de vellón; Juan de Ahumada, 182 reales de vellón; Juan
de la Torre Puer, 170 reales de vellón; Francisco Monsalve
Santiesteban, 94 reales de vellón. Las cantidades ascendían a 879
reales de vellón, siendo distribuidas para hacer frente a los gastos
que se detallan: impresión de cédulas para citar a la Hermandad, 40
reales de vellón; diez libras de cera, 110 reales de vellón; dos bulas,
una de vivos y otra de difuntos, 5 reales; tres misas cantadas, la
primera de Agonía y las dos restantes de Réquiem, uno y ocho días
después del entierro, 60 reales de vellón; derechos de la parroquia
del Sagrario, 110 reales de vellón; consumo de las hachas de las
Ánimas, 20 reales de vellón; asistencia de los portitores, 28 reales
de vellón; el portero de la Hermandad, 15 reales de vellón; el
sacristán del hospital de San Julián, 20 reales de vellón. Tras
24 A.H.D.M. Leg. 526, pza. 2, parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos nº 2
(1738/95); A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.; A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 46;
A.H.D.M. Leg. 72, pza. 1.
25 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 1 de marzo de 1791, fol. 170.
542

saldarse los referidos pagos, que alcanzaron los 408 reales de
vellón, hubo un remanente de 471 reales de vellón que se destinaron
para misas aplicadas en la iglesia de San Julián por los sacerdotes
José Guerrero, Salvador Casamayor, Félix del Castillo y algunos
Padres de la Orden de San Francisco 26 .
Manuel Domecq también tuvo que encargarse de resolver
algunas cuestiones económicas, como la de pagar una deuda por un
trabajo realizado en el establecimiento hospitalario y la de someter
a una revisión la contabilidad de la Corporación que presidía.
En el primero de los casos, la Hermandad se reunió el día 30
de noviembre de 1790 para tratar el memorial enviado por
Francisco de Vega, vecino de esta ciudad y maestro de cerrajería,
en el que solicitaba el pago de 5.000 reales que se le adeudaba por
una obra realizada en el inmueble. Al término de la lectura, el
hermano mayor añadió que Pedro de Santiago le había pedido 640
reales que decía haber gastado en mantener el edificio en el tiempo
que medió entre el fallecimiento del tesorero, Mauricio Faura, y la
posesión del administrador-tesorero actual 27 .
En el segundo, los miembros de la Hermandad fueron citados
el día 9 de enero de 1791, para recibir información de una comisión
de hermanos, formada por Francisco Monsalve Mujicar, Pedro
Palacios, Diego Sánchez y el secretario, que se había encargado de
liquidar y ajustar las cuentas del difunto Mauricio Faura. Uno de los
componentes de ese grupo expuso que:
“en cumplimiento de su encargo hicieron
presente a la Hermandad, q[ue] habiendo
26 A.H.D.M. Leg. 72, pza 1.
27 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 30 de noviembre de 1790, fols. 164 v. y 165.
543

econosido el Libro de cuentas generales y
demas papeles conducentes a evaquar su
comicion, por ellos mismos, registrados con
todo escrúpulo, han hallado, y conocen, q[ue]
por lo q[ue] respecta a el caudal de este
Hospital y Hermandad quedó alcanzado el
difunto Administrador Don Mauricio Faura a
favor de nuestro Hospital en la cantidad de seis
mil novecientos sesenta y quatro reales de
vellon (...)” 28 .
Otro asunto al que hizo frente Domecq Laboraria consistía en
ciertos desórdenes producidos en la comida que se servía a los
pobres, por la confusión de la gente que asistía a la fiesta de San
Julián. A fin de evitarlos, se acordó el 9 de enero de 1791 que,
mientras se producía el sermón en el interior del templo, se
despejaran las enfermerías y, una vez acabada la misa, los
miembros de la Hermandad subieran la escalera privada a servir la
comida a los pobres. Asimismo, se nombraron para salir a pedir
limosna -en la víspera de la festividad de San Julián-, junto al
hermano mayor, a José Trevani, Fernando Vivar y Diego Ortiz, que
deberían presentar la cantidad recaudada y, además, anotarla en
su libro correspondiente. Para repartir el pan se eligió a Luis
Monsalve, Juan de Gálvez, Francisco Monsalve Monsalve y
Francisco Rubio 29 . Tres días después de concluir la fiesta del
patrón, se procedería a la celebración del Jubileo de las XL Horas
en la iglesia, afrontándose el gasto por la Hermandad y
liquidándose el importe por el hermano mayor y prioste, que
28 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 9 de enero de 1791, fol. 166.
29 Ibídem, fols. 169 v. y 170. Pasados unos meses, se informó de que en la víspera de
San Julián se habían repartido 2.959 hogazas de pan, ascendiendo el importe a 2.785
reales y 30 maravedíes; y que se habían pagado 88 reales por la impresión de las
cédulas por las que se convocaba a los hermanos.
544

llevarían a cabo el reparto entre todos los hermanos a partes
iguales 30 .
2.-DIEGO ORTIZ DE ALMODÓVAR (1792/98)
Los datos biográficos que hemos podido localizar de Diego
Ortiz de Almodóvar en la documentación examinada, se resumen a
unos breves apuntes. Vino al mundo en la villa de Concentaina,
arzobispado de Valencia, siendo sus progenitores Gregorio Ortiz,
natural de Elche, obispado de Orihuela, y María Francisca
Capdevila, natural de Yepes, arzobispado de Toledo. Los abuelos,
por línea paterna, fueron Gregorio Ortiz, nacido en Elche, y
Florentina Beaumont de Navarra, originaria de Concentaina; los
maternos, Diego Capdevila, de Concentaina, y Bernarda María
Chaves de Águila, de Yepes. Al margen de estos datos, tenemos
otros en los que se afirma que Diego Ortiz fue guardia de Corps de
la Compañía Española del Real Sitio de San Ildefonso.
Desconocemos si en esta decisión de adentrarse en la carrera militar
influyó la pertenencia de algún pariente a dicho estamento.
Mientras se encontraba en el destino segoviano, recibió el hábito
de Santiago en el año 1783 y al no haber podido pasar por la Corte
de Madrid a efectuar las diligencias oportunas en el Consejo de las
Órdenes para vestir el hábito, dio su poder “(...) a D[o]n. Antonio
Zeballos, residente en Madrid, para que representando mi persona
efectue todas las referidas Diligencias presentando mi Genealogía
30 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 9 de enero de 1791, fol. 169 v. Por referencias
posteriores aparecidas en las actas capitulares, se sabe que trece fueron los hermanos
que pagaron, a partes iguales, los 450 reales de vellón, cuantía a la que ascendió la
celebración del Jubileo, según el informe presentado por el hermano administrador y
revisado por el prioste de la Hermandad, Diego Ortiz.
545

(...)” 31 . Más adelante se le extravió el título de caballero de la
referida Orden con motivo de las marchas que solía realizar,
solicitando un certificado al escribano de Cámara 32 . Posteriormente,
se convirtió en teniente coronel de los Reales Ejércitos de Su
Majestad y en capitán agregado al Regimiento de Caballería de la
Costa de Granada 33 .
Ingresó en la Hermandad de la Santa Caridad el 13 de febrero
de 1786, haciendo el juramento y pagando su entrada en el cabildo
celebrado en esa fecha 34 . Seis años más tarde, salió elegido
hermano mayor 35 y estuvo acompañado para el ejercicio 1792/93
por los componentes que se citan: Pedro José Palacios, alcalde
antiguo eclesiástico; el Marqués de Chinchilla, alcalde moderno
secular; Luis Monsalve, contador; Francisco Carrión, prioste; Juan
de la Torre Puer, secretario; Fernando Vivar, fiscal.
Uno de los primeros problemas con que se encontró fue
resolver el escaso número de asociados que, en ese momento,
contaba la Hermandad, siendo bastantes de ellos ancianos y
enfermos 36 . A pesar de tales inconvenientes, la Hermandad de la
Santa Caridad no dejó de cumplir con sus obligaciones estatutarias,
como la asistencia corporal y espiritual prestada a los condenados a
la pena capital:
31
A.H.N. Expedientillos. Órdenes Militares. Santiago. Exp. 8.341.
32
Ídem.
33
A.D.E. Leg. 13, pza. 2, carp. 8. Diego Ortiz de Almodóvar actuó en 1789 como
defensor del teniente coronel José Naranjo, gobernador de la plaza de Melilla, en una
causa iniciada por las imputaciones calumniosas contra la conducta del capitán e
ingeniero ordinario Ramón de Villalonga.
34
A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 133 v.
35
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Lista
cronológica de los hermanos mayores...”; CAMINO ROMERO, A., “Historia de la
Hermandad de la Santa Caridad...”, p. 23.
36
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 27 de julio de 1792, fols. 181 y v.
546

TABLA 33
FECHA NOMBRE SENTENCIA
31 de octubre de 1792 Juan Nieto Garrote
Ídem Juan López Garrote
24 de septiembre de
1793
Juan Chacón Lorenzo Fusilado, soldado
2 de agosto de 1797 Eulogio Pérez Fusilado, soldado 37 .
También resolvió otros problemas, como el que afectaba a la
iglesia de San Julián. Este templo disponía de dos puertas: una,
lateral, que comunicaba con la calle Nosquera; y otra, que se
hallaba a los pies del templo, situándose en la calle Muro de San
Julián. Parece ser que, por este segundo acceso al recinto sagrado,
se producían escenas que no eran del agrado de los hermanos ni de
las personas que acudían a él. Por tal circunstancia, en el cabildo
celebrado el 22 de noviembre de 1792 el hermano mayor formuló la
siguiente pregunta:
“¿si se deberia condenar o no, el uso de la
Puerta de la Iglesia q[ue]. cae al Muro por la
grave incomodidad que le ocasiona, faltas de
respeto, y aún profanaciones?” 38 .
La respuesta de los asistentes fue unánime en el sentido de
que deseban alejar las irreverencias que se producían en la citada
puerta, por lo que consideraban adecuado tapiarla para “consertar a
37 A.H.D.M. Leg. 526, pza. 2, parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos nº 2
(1738/95); A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.; A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 46;
A.H.D.M. Leg. 72, pza. 1.
38 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 22 de noviembre de 1792, fol. 184 v.
547

nuestra Iglesia el debido respeto, la mayor devocion a los Fieles,
que concurren y al Culto divino de decencia y religiosidad” 39 .
Ilustración 73: Vista de la calle Muro de San Julián y de la puerta de la iglesia que la
Hermandad de la Santa Caridad decidió clausurar, hacia los años 30 del siglo XX [Foto:
Archivo Temboury]
Bajo su gobierno tuvo que hacer frente a una demanda
judicial, presentada en 1791 por Francisco de Vega, maestro
cerrajero y vecino de esta ciudad, por adeudarle la Hermandad
5.626,10 reales por unos trabajos realizados para el hospital de San
Julián. Finalmente, en 1793, se llegó a un acuerdo entre ambas
partes, rebajando el mencionado acreedor la cantidad a 4.400
reales 40 .
Un asunto de suma importancia se trató en el cabildo
ordinario el 1 de febrero de 1793. Asistió el escribano público
Francisco de León Uncibay para notificar a la Hermandad que,
39 Ídem.
40 A.H.P.M. Escribanía de Antonio del Castillo Fragua, leg. 3.485, fols. 178-182.
548

dentro del plazo de ocho días, tenía que presentar las Constituciones
ante el Real y Supremo Consejo de Castilla para su correspondiente
aprobación 41 . Se comisionó al hermano mayor y al fiscal para que
cumplieran con lo prevenido por la citada fraternidad 42 .
Según parece, el hermano mayor debió presentar a las pocas
semanas un escrito a tenor de la información que reproducimos:
“En la ciudad de Malaga en diez y ocho dias
del mes de marzo de mil y setecientos noventa
y tres el S[eñ]or. D[o]n. Mig[ue]l. de la Torre
Gonzalez Sardina del Consejo de S[u].
M[ajesta]d. Alcalde mayor de ella en vista de lo
expuesto pedido y representado por parte de la
Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro
Señor Jesucristo cita en su Casa Hospital de
S[eño]r. S[a]n. Julian de esta d[ic]ha Ciudad, en
su escrito del dia quince de Febrero proximo
anterior, con lo q[u]e. aparece del testimonio
que igualmente tiene presentado y exhivision
echa de las Constituciones con que se ha
dirigido a su Señoria dixo, que teniendo en
concide[ra]c[i]on. las razones, y fundam[en]tos.
expuestos por la citada Hermandad, y a que no
falta el instituto piadoso de su establecimiento,
y fundacion se les concede el termino presiso
de quatro meses p[ara]ª q[u]e presenten la
aprobación del R[ea]l y Supremo Consejo de
las constituciones con que se govierna, o de las
que nuevamente forme o establesca como se
halla decretado, y mandado por la superioridad
del R[ea]l Acuerdo, con apercivimiento que
pasados, y no verificadose se procedera á
recoger, y secuestrar todos los libros, y papeles,
bienes, y efectos de d[ic]ha Hermandad, a la
qual se le debuelvan las constituciones que ha
exhivido poniendose la correspondiente nota, y
41 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 1 de febrero de 1793, fols. 199 y v.
42 Ídem.
549

dexando recibo, declarandose por ahora (y sin
perjuicio de lo q[ue] se ordene por dicha
superioridad del R[ea]l Acuerdo) haver
cumplido la Hermandad de San Juan
Degollado, con la intimacion que les fue echa
consecuente con el testimonio que ha
presentado de la aprobación de las
constituciones a que se govierna, y por este su
auto así lo proveio mando, y firmo= D[o]n.
Franc[isc]o. de Leon, y Uncibay. Y p[ara]ª
q[u]e conste en virtud de lo decretado lo anotó,
en Málaga a dieciocho de marzo de mil
setecientos noventa y tres” 43 .
Mediante un documento público, fechado el 17 de abril de
ese año, Diego Ortiz de Almodóvar otorgaba y confería:
“(...) su poder cumplido amplio bastante el que
se requiera en este caso a D[o]n. Agustin Picos
Percebal agente de Negocios de los R[eale]s.
Consejos para que a nombre del otorgante y de
la d[ic]ha Hermandad a quien representa ocurra
ante S[u]. M[ajestad]. y S[eño]res. de su Real y
Supremo Consejo de Castilla solicitando la
aprobacion de las Constituciones, y Ordenanzas
de la citada Hermandad p[ara]ª. lo que haga la
instancia y recursos necesarios al intento
practicando todas los actos y diligencias que
conduzcan hasta obtener dicha Real aprobacion
y el competente superior despacho que lo
acredite que el poder que al intento se necesite
ese mismo le da y confiere amplio sin
limitacion alguna con libre franca y general
administracion ha de enjuiciar, jurar, probar,
tachar, apelar, suplicar, recusar y sustituir con
relevasion (...) en testimonio de lo cual asi lo
dijo otorgo y firmo siendo testigos D[o]n José
Sanchez escribano de S[u]. M[ajestad]. D[o]n
43 A.H.N. Sec. Consejo, leg. 1.482, pza. 33, s/f.
550

Antonio Pendon y D[o]n Rafael Peinado
vecinos de esta d[ic]ha. Ciud[ad]. (...)” 44 .
El 26 de abril de 1793, Natalio Ortiz de Lanzagorta, que
sustituía a Agustín Picos Percebal como representante de la
Hermandad de la Santa Caridad en Madrid, solicitaba, mientras se
redactaban las nuevas Constituciones, la admisión de las que se
enviaban. Efectivamente, en el expediente conservado en el
Archivo Histórico Nacional consta un ejemplar de la “REGLA DE
LA INSIGNE HERMANDAD de la Santa Charidad de nuestro
Señor Jesu Christo”, impreso bajo el gobierno de Luis de Santiago
Chinchilla 45 .
El 22 de junio, se giraba desde Madrid un Despacho dirigido
al Alcalde mayor de la ciudad de Málaga para que hiciera saber a la
Hermandad de la Santa Caridad que, en el término de dos meses,
concluyese las nuevas Ordenanzas que decía estaba formando para
su mejor régimen y gobierno. Asimismo, se indicaba que, una vez
redactadas, presentase un ejemplar a la Real Chancillería de
Granada, a fin de que los fiscales las examinasen y arreglasen, e
informasen al Consejo de Castilla, previniendo al Alcalde mayor
que:
“(...) hasta que recaiga la aprobación del
Consejo no permita Juntas, Cabildos ni otros
actos que los ejercicios de hospitalidad
humanidad y socorro que dicha herm[anda]d.
administra á los enfermos de aquella ciudad y
transeúntes (...)” 46 .
44
A.H.N. Sec. Consejo, leg. 1.482, pza. 33, fol. 709 y v.
45
Ibídem, s/f.
46
Ibídem, fols. 35 y v.
551

Al mes siguiente, el escribano Francisco de León Uncibay
volvió a acudir a una asamblea de hermanos para dar lectura a un
Real Despacho del Consejo de Castilla, cuyo contenido trataba de
cumplir un auto del Alcalde mayor y otro de la Chancillería para
que se entregara en el plazo de dos meses las Constituciones que se
estaban redactando. Se hacía hincapié que, por parte del Real y
Supremo Consejo de Castilla, sólo se permitiría celebrar juntas,
cabildos y otros que fueran de “pura humanidad y caridad con los
pobres” 47 . En esta reunión, el cofrade Francisco Monsalve propuso
que la Hermandad debería continuar formada en cabildo para
nombrar diputados que hicieran las nuevas Constituciones y
practicaran otros trámites conducentes a este fin. El hermano mayor
manifestó que la proposición era contraria a la orden dictada por el
Consejo, entendiendo que no se llevara a cabo. Nuevamente,
Francisco Monsalve intervino para insistir en lo anteriormente
expuesto y protestar por la postura del hermano mayor. A la opinión
de este afiliado se unieron otros miembros, así como al criterio de la
presidencia. En vista del cariz que tomaba la disputa sobre la
obediencia o no de la citada Real Orden, se tocó la campanilla para
que concluyera el cabildo 48 .
Finalmente, las Constituciones de la Hermandad fueron
aprobadas por Real Cédula de 9 de agosto de 1793. En sus hojas
finales, y a modo de un añadido, el fiscal de Carlos IV, expresaba
sus impresiones acerca de “la desunion de los cofrades de la
47 Una situación similar se vivió en la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno de
Viñeros de la iglesia conventual de Nuestra Señora de la Merced que, a finales del
siglo XVIII, vio interrumpida su actividad institucional por no haber presentado los
Estatutos en el plazo establecido [CABELLO DÍAZ, Mª. E. y CAMINO ROMERO,
A., “Miradas a la historia cofrade”, La Saeta nº 40, Málaga, 2007, pp. 142 y 143].
48 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 5 de julio de 1793, fols. 204 v.-205 v.
552

Hermandad de S[a]n. Julian de la Ciudad de Malaga” y a que “no se
han avenido los Hermanos, y concluido las disputas” 49 .
En el cabildo celebrado el 26 de enero de 1795, el presbítero
José Ruiz Valdés fue nombrado administrador-mayordomo de los
caudales del hospital de San Julián. El 11 de marzo de ese año, se
recibió un Despacho en el que se insistía que el eclesiástico debía
mantenerse en el cargo 50 .
Esta situación de desgobierno puede explicar el hecho de que
en los libros de actas no se registraran más acuerdos durante la
cronología que ya hemos expuesto. No obstante, sabemos que, en
1795, se confeccionó, por parte del estamento eclesiástico, una
nómina de congregaciones, hermandades y cofradías con sus
respectivas advocaciones y sedes canónicas, que tenía por objeto
que los jueces y delegados del Tribunal de la Santa Cruzada
conocieran los ingresos, rentas y posesiones de las distintas
corporaciones. Estos miembros sometían a hermanos mayores,
albaceas y mayordomos de las diversas instituciones a un juramento
e interrogatorio acerca de los ingresos y bienes que poseían. Así
pues, el día 5 de marzo de ese año, el notario Francisco de Paula se
desplazó al hospital de San Julián y entregó un sobre cerrado a una
sirvienta para que se lo diera a José Ruiz, administrador de la
Hermandad de la Santa Caridad 51 . Al parecer, el escrito se había
redactado en los siguientes términos:
“Haviendose publicado y fixado los Edictos de
los Señores Jueses Subdelegados de la Santa
Cruzada mandando que sin ecepcion de
49 A.C.C.M. Leg. 47, pza. 1.
50 A.H.N. Sec. Consejo, leg. 1.482, pza. 33, s/f.
51 A.C.C.M. Leg. 215, pza. 6, fol. 80 v.
553

privilegiados comparecieren ante mi todas y
qualesquiera personas que poseyeren o
administraren bienes o rentas Eclesiasticas
como tambien todas las cofradías y
hermandades a hacer relacion de ellas y de sus
limosnas para que sufran la contribución de los
nuevos subcidios dentro del termino que se
prefixo hallandose pasado este informe previo
dar cumplimiento a mi comicion espero a la
mayor brevedad busque V[uestra]. S[eñoría].
d[ic]ha relacion de las rentas limosnas y cargas
de la Herm[anda]d. de caridad de Nuestro
Señor Jesus Christo de la que es hermano
mayor p[ara]ª pasarla a d[ic]hos señores Jueces
con las demas justificaciones en que estoy
entendiendo Dios gu[ard]e. a
V[uestra]S[eñoría] m[ucho]s a[ño]s (...)” 52 .
Al día siguiente, 6 de marzo, el referido notario se presentó
en la casa de Diego Ortiz de Almodóvar para hacerle llegar el oficio
que llevaba cerrado y al no encontrarse en ella, se lo dio a un
sirviente, quedando encargado de dárselo 53 . El 20 de marzo, se le
volvió a notificar la obligación que tenía de declarar 54 . Por lo que se
infiere, el Tribunal de la Santa Cruzada no llegó a conocer lo que la
Hermandad de la Santa Caridad ingresaba en concepto de limosnas.
La falta de respuesta por parte de Ortiz de Almodóvar se pudiera
deber, sin ningún género de duda, a la crisis que se venía
padeciendo en la Corporación desde 1793, un año después de su
elección como hermano mayor. Por otra parte, no podemos precisar,
ante la falta de fuentes escritas, hasta cuándo permaneció Ruiz
Valdés desempeñando el puesto de administrador-mayordomo.
52 Ibídem, fols. 83 v. y 84.
53 Ibídem, fols. 84 v. y 85.
54 Ibídem, fols. 31 v. y 32.
554

3.- MANUEL ANTONIO FERRER Y FIGUEREDO (1798/99)
3.1.-Aportación biográfica
Manuel Antonio Ferrer y Figueredo nació en Granada, el día
13 de julio de 1729. Fue hijo de Martín Ferrer y Dionisia
Figueredo. Sus abuelos paternos procedían del Reino de Aragón, de
la villa de Almunia (arzobispado de Zaragoza), y los maternos eran
naturales de la capital granadina. Estudió leyes y cánones en el
colegio de San Bartolomé y Santiago de su ciudad natal, que estaba
dirigido por la Compañía de Jesús. Desempeñó el cargo de fiscal
de Testamentos, Patronatos y Obras Pías, y fue visitador del Real
Hospicio y actor de la Causa de Beatificación del jesuita P. Radial.
Una vez que José Franquís Lasso de Castilla, oriundo de
Granada, fue preconizado obispo de Málaga, designó a Manuel
Antonio Ferrer y Figueredo provisor del mismo, tomando éste
posesión en su nombre el 13 de octubre de 1756 y, desde esa fecha,
rigió la diócesis como gobernador interino hasta la llegada del
Prelado. José Franquís le dio permiso para que estudiara como
becario en el Colegio Mayor del Zebedeo, en la Universidad de
Salamanca, en el que ingresó en junio de 1763. De vuelta a Málaga,
se le comunicó que había sido elegido abad de la Real Colegiata de
San Ildefonso de La Granja de Segovia, obteniendo en este lugar
del Sumo Pontífice, a propuesta del rey Carlos III, el nombramiento
episcopal de “Arzobispo de Edesa”, teniendo lugar la consagración
el 14 de julio de 1765. En junio de 1777, fue elevado a la sede de
Zamora, cuya posesión tomó en el mes de octubre. Tras siete años
de prelatura en la diócesis castellana, Carlos III lo propuso para la
555

mitra de Málaga en agosto de 1784, entrando en la ciudad del
Guadalmedina el 7 de mayo de 1785.
Ilustración 74: Escudo y firma del obispo Manuel Antonio Ferrer y Figueredo
[MONDÉJAR CUMPIÁN, F., S. J., Obispos de la Iglesia de Málaga, Cajasur, Córdoba,
1998, p. 311]
El Obispo creó en Málaga el Jubileo Circular de las XL
Horas, para honrar y adorar al Santísimo Sacramento. Practicó a
diario la caridad cristiana, atendiendo a enfermos y necesitados,
repartiendo alimentos y medicinas. Dio socorros a hospitales y
conventos necesitados y, especialmente, en Navidad intensificó las
ayudas y limosnas. Mantuvo varias escuelas de niñas, siendo
conocidas con el nombre de “Amigas” 55 , donde se atendía toda
necesidad educativa, escolar, espiritual y material a niñas de los
barrios más pobres. Fundó una Obra Pía perpetua para el reparto de
limosnas, que sostuvo con las rentas de los frutos que proporcionó
una finca asociada a dicha obra benéfica. Fue partícipe de la
inauguración en 1787 del convento de las religiosas de la Aurora y,
55 La enseñanza que se impartía tenía varios niveles, correspondiéndole el más bajo a
los parvularios, que eran conocidos como “amigas” o, más frecuentemente, “migas”
[VILLAS TINOCO, S., “Aproximación al estudio de la enseñanza elemental en la
Málaga del siglo XVIII, Baetica nº 6, Universidad, Málaga, 1983, p. 317].
556

en 1796, de la iglesia de las religiosas bernardas de la Encarnación.
Se prodigó en la publicación de cartas pastorales a sus fieles. Fue
una de las personalidades que formó parte de la creación de la
Sociedad Económica de Amigos del País, siendo nombrado director
en la primera Junta Directiva, celebrada el 29 de agosto de 1789 en
las Casas Consistoriales 56 . En ese año, se fundó la Hermandad de la
Misericordia en la iglesia de San Pedro del barrio de El Perchel, que
contó con la protección de Ferrer y Figueredo. Debemos hacer aquí
una parada para aclarar que esta Corporación no tuvo ningún
vínculo con la constituida en el siglo XVII en el hospital de Santa
Ana y que tratamos en su momento. Así pues, la Hermandad
perchelera, también denominada “de la Caridad, y Misericordia”,
tenía como único objeto y piadosa finalidad:
“(...) el socorro de Pobres enfermos
vergonzantes que se hallen destituidos de todos
auxilios para su curacion, a quien se le
subministrará tres rr[eale]s. diarios para su
alimento, las Medicinas que nesesiten, y
Medico que los asista (...)” 57 .
56 MONDÉJAR CUMPIÁN, F., op. cit., pp. 311-313.
57 A.H.N. Sec. Consejo, leg. 1.310, pza. 7. En el fol. 8 del mencionado legajo, se
encuentra inserta una instancia fechada el 20 de julio de 1789 y presentada por José de
Parra, cura teniente de la iglesia de San Pedro del barrio de El Perchel, y demas
personas, eclesiásticos y seglares, señalando: “Que (...) d[ic]ho Barrio [es] uno de los
mas florecientes y extensos de esta Ciudad pues la mayor parte de su vecindario se
compone del Gremio de Tonelería, y de Matriculados p[ara]ª. la Marina, se ve, no
obstante con el mayor dolor, la miseria a que muchas de estas familias se hallan
constituidas en tiempo de enfermedad principalmente las mugeres e hijos de los
Marineros quando se hallan ausentes en el R[ea]l. Servicio, quedando en el mayor
desamparo y sin auxilio alguno p[ara]ª. su curacion (...)”.
557

Manuel Antonio Ferrer murió el domingo, 21 de julio de
1799, siendo sepultado tres días más tarde su cadáver en la Santa
Iglesia Catedral 58 .
Dentro de esta amplia actividad desplegada por Manuel
Antonio Ferrer y Figueredo en la etapa comprendida entre 1785 y
1799, solicitó el ingreso en la Hermandad de la Santa Caridad el 26
de enero de 1786 y fue aceptado como hermano en el cabildo
celebrado el 15 de febrero de ese año 59 . Salió elegido hermano
mayor de esta Corporación en 1798, cargo que desempeñó hasta su
muerte 60 . El Obispo otorgó a la Hermandad las siguientes
indulgencias: 80 días a todos los fieles que practicaran el ejercicio
del Vía Crucis en la capilla de los ajusticiados del hospital de San
Julián; y 40 días de indulgencia cada vez que se rezara un credo y
se hicieran actos de fe, esperanza y caridad ante la imagen del Santo
Cristo del Consuelo 61 .
3.2.- El mandato de Manuel Antonio Ferrer y Figueredo en la
Hermandad de la Santa Caridad
El obispo Manuel Antonio Ferrer y Figueredo mandó
convocar a los hermanos a cabildo el 24 de mayo de 1798, dado
que, desde el 5 de julio de 1793, no se reunía la Hermandad a tenor
de la profunda crisis interna que arrastraba. Asistieron a la reunión:
el Marqués de Chinchilla, el racionero Francisco Monsalve, Gaspar
de Viana Cárdenas, el presbítero José Ruiz Valdés, José de Molina
58 MONDÉJAR CUMPIÁN, F., op. cit., p. 313.
59 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 133.
60 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Lista
cronológica de los hermanos mayores...”; CAMINO ROMERO, A., “Historia de la
Hermandad de la Santa Caridad...”, p. 23.
61 A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 41.
558

Fernández, el presbítero Pedro José Palacios y Luis de Molina
Rengel. No acudieron: Joaquín Pizarro, Francisco Cisneros y
Antonio Rubio, a quienes se les había citado. Se abrió la sesión y el
notario José Fernández Lagos dio lectura a varias resoluciones para
aclarar las dudas que tenían los hermanos por la:
“(...) celebración de este Cavildo, y otros asi
Generales, como particulares u ordinarios,
q[ue] se huviesen de celebrar en adelante, se
havia servido declarar. Y en primer lugar, en
quanto al presente Cavildo de Escrutinio, q[ue].
havia tenido a bien mandar citar para el,
ademas de los Hermanos de oficio Propietarios,
q[ue]. en el dia havia, y a los Interinos en
defecto de aquellos, a los dos Diputados D[o]n.
Gaspar de Cardenas, y D[o]n. Jose Molina, qe.
como tales havian sido confirmados en sus
Diputaciones por S[u]. S[eñoría]ª
Yll[ustrisi]ma. hasta de presente desde el dia en
q[u]e. se abrio la vicita, de manera q[u]e. con el
num[ero]º. de ocho vocales y no con menos de
seis q[ue]. concurriesen de todos los citados, se
pudiese celebrar legitimamente el presente
Cavildo de Escrutinio” 62 .
A continuación comenzaron a barajarse los cargos que debían
ser ocupados. En primer lugar, se trató el de hermano mayor y por
aclamación de los presentes se decidió que fuera el Obispo.
Seguidamente, se expusieron los restantes 63 . En el cabildo general
de elecciones de 30 de mayo de 1798, se siguió con la propuesta
efectuada en el anterior:
62
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 24 de mayo de 1798, fols. 206 y v.
63
Ibídem, fol. 207.
559

“por comun aclamacion de todos votos de este
Cavildo general se eligió y aceptó por tal
hermano mayor a dicho N[uest]ro.
Ill[ustrisi]mo. S[eñ]or. y Prelado, quien desde
luego lo admitio benignísimamente” 64 .
Posteriormente, se eligió el resto de empleos: Nicolás de
Figueroa, alcalde eclesiástico; Gaspar de Viana Cárdenas, alcalde
seglar; Francisco Monsalve Santiesteban, contador; Luis
Witemberg, prioste, Luis de Molina Rengel, secretario; José
Soriano, fiscal 65 . Finalizada la elección de los cargos, el hermano
Francisco Monsalve Mujicar propuso al cabildo que:
“una vez electo por herm[ano]º. mayor a
d[ic]ho. n[uest]ro. Ill[ustrisi]mo. S[eño]r.
Arz[obispo]º. Obispo, su dictamen era, q[u]e.
S[u].S[eñoria].Y[lustrisima]. lo fuese
perpetuamente o por el t[iem]po. de su
voluntad (...)” 66 .
Tras la intervención, fue aceptada dicha moción por
aclamación de todos los presentes. Aunque Ferrer y Figueredo dio
su consentimiento, es de suponer que las obligaciones pastorales le
impedirían cumplir con lo preceptuado en las normas estatutarias,
recayendo de este modo dichas facultades en el presbítero Nicolás
de Figueroa, quien había salido designado alcalde antiguo
eclesiástico. Algo similiar le sucedió años antes al arzobispo de
Sevilla, Francisco de Solís Folch de Cardona, cuando aceptó el
64
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 30 de mayo de 1798, fol. 208.
65
Ibídem, fol. 208 v.
66 Ídem.
560

nombramiento de hermano mayor de la Cofradía de los Negros,
como ya hicimos alusión en líneas anteriores 67 .
Ilustración 75: Retrato de Francisco de Solís y Folch de Cardona, cardenal-arzobispo de
Sevilla [MORENO, I., La antigua Hermandad de los Negros de Sevilla. Etnicidad, poder y
sociedad en 600 años de historia, Universidad de Sevilla / Consejería de Cultura, Sevilla,
1997, p. 153]
A los pocos días, se recibió en la Hermandad un escrito de
Francisco Monsalve Santiesteban renunciando al puesto de
contador por la “indispensable y continua asistencia á su oficina de
la Real Aduana” 68 . Se designó a José Ruiz Valdés para que le
sustituyera en el desempeño del citado puesto. En este cabildo se
abordó una cuestión planteada por José Molina Fernández, referida
al atraso que se venía produciendo con el pago de las luminarias,
que estaban obligados a satisfacer todos los hermanos. Tras lo
expuesto, se decidió que el administrador formalizara la
67 El caso de la cofradía penitencial sevillana es diferente al de la Hermandad de la
Santa Caridad de Málaga, pues en aquélla se mantuvo hasta el siglo XX la costumbre
de que el cargo de hermano mayor fuese ofrecido a la persona que ocupase la silla
arzobispal.
68 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, escrito fechado el 8 de junio de 1798.
561

correspondiente lista, a fin de presentarla al hermano mayor para
que se hiciera efectiva la cobranza 69 .
En el corto período de tiempo que Manuel Antonio Ferrer y
Figueredo dirigió la Hermandad, sólo hemos hallado un caso de
atención espiritual y corporal a José Ruano, natural de Riogordo
(Málaga), que fue sentenciado a garrote el 29 de agosto de 1798 70 .
Un asunto realmente espinoso que vivió la Hermandad en
esta época, fue el establecimiento de la Sociedad de Expósitos en la
Casa-hospital de San Julián. En un cabildo celebrado el 23 de
octubre de 1799, presidido por el alcalde eclesiástico Nicolás de
Figueroa, se trató la solicitud presentada por la referida entidad. La
idea que ésta tenía era la de dividir el edificio en dos partes,
dedicando la de mayor extensión a Casa de Expósitos. El
administrador y el fiscal de la Hermandad dieron cuenta a los
asistentes al cabildo, de haber informado al Gobernador de:
“los Perjuicios q[ue]. hasta aquí se nos habian
inferido, q[ue] de los mayores q[ue] podian
seguirse de introducir, q[ue] extender la Casa
de Exposito por la Parte interior de n[uest]ro
Hospital se ignoraba todavía específicamente
que orden, y en q[ue] terminos venia
concebida; y q[ue] a efecto de precaver
ulteriores daños, acordase la Hermandad lo
conveniente en este Caso” 71 .
Ante el problema que se avecinaba, se acordó pedir ayuda a
miembros relevantes de la Hermandad para que salieran “á la voz y
69 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 30 de mayo de 1798, fol. 208 v.
70 A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.; A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 46;
A.H.D.M. Leg. 72, pza. 1.
71 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 23 de octubre de 1799, fols. 211 y v.
562

defensa y q[ue]. desde luego se pusiese Mem[oria]l. a d[ic]ho
S[eño]r Governador”. Se decidió, asimismo, que una
representación de hermanos se dirigiera a la Corte en busca de
apoyo y que escribiera al hermano mayor y a la Hermandad del
Refugio, con quien se tenía confraternidad desde finales del siglo
XVII, para que prestara su auxilio 72 . En el libro de hermanos de la
Santa Caridad de Málaga, hemos hallado que, en los cabildos de 9
de marzo y 8 de mayo de 1698, sucesivamente, se hizo petición de
unirse a la todopoderosa Hermandad de Nuestra Señora del
Refugio de Madrid 73 . El profesor William J. Callahan, en un estudio
realizado sobre dicha entidad, recogía que la Hermandad malacitana
había solicitado la autorización para integrarse en la confraternidad
del Refugio, no quedando respuesta de esta petición en el archivo
de la Institución madrileña 74 .
La Cofradía del Refugio tuvo sus inicios en 1615, a raíz de
que un grupo de nobles se reuniesen para rezar en el noviciado
jesuita 75 . Desde entonces, fue tomando cuerpo hasta convertirse
definitivamente en asociación de caridad. En enero de 1618,
presentaron los hermanos sus Estatutos al Arzobispo de Toledo y al
Consejo de Castilla, quedando aprobados y reconocida la nueva
asociación benéfica que se constituía 76 . Por tanto, y como decía
Callahan, la Hermandad madrileña se convirtió en “(...) una
corporación semi-pública autorizada por la Iglesia y el Estado” 77 .
72
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 23 de octubre de 1799, fol. 211 v.
73
A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 58.
74
B. N. CALLAHAN, W. J., La Santa y Real Hermandad del Refugio y Piedad de
Madrid 1618/1832, Instituto de Estudios Madrileños, Madrid, 1980, p. 63.
75
Los fundadores fueron: Bernardo de Antequera, Pedro Lasso de la Vega, Juan
Suárez de Canales, Cristóbal Fernández Crespo, Antonio Torres Silva y Juan Jerónimo
Sierra, provenientes del estamento nobiliar y eclesiástico de Madrid.
76
CALLAHAN, W. J., op. cit., p. 42.
77
Ibídem, p. 41.
563

Las cofradías y congregaciones de caridad de la villa y corte
de Madrid en los siglos XVI y XVII funcionaban como
corporaciones reconocidas legalmente y no como asociaciones de
individuos particulares 78 . De esta manera, a la hora de recibir
herencias de hermanos y particulares, no encontraron
inconvenientes, por parte de los organismos competentes, a la
posesión de propiedades, recibiéndose, además, privilegios de la
Corona y de la Iglesia.
La fundación de la Hermandad del Refugio de Madrid se
inspiró, en sus comienzos, en una antigua fraternidad titulada del
Refugio de Pobres Desamparados de Toledo. Sus integrantes se
habían encargado de recoger “(...) al pobre abandonado y enfermo
que no tenía donde refugiarse ni nadie que lo cuidara” 79 . La
Hermandad del Refugio tomó rápidamente gran predicamento entre
el escalafón más elevado de la sociedad madrileña, es decir, la
nobleza, el clero y los burócratas. El ingreso en ella, en el siglo
XVII, se convirtió en una necesidad social. Formaron parte: el rey
Carlos II, el Conde-duque de Olivares, los Duques de Medinaceli,
los Condes de Monterrey y un número de Grandes de España 80 . A
lo largo de ese siglo, recibió distintas prerrogativas de la Iglesia y
del Estado: en 1623, Gregorio XV concedió una indulgencia a todo
aquel que visitara la iglesia de la Hermandad el 8 de diciembre; en
1635, el nuncio del Papa, Lorenzo Campieggi, le otorgó el derecho
de pedir limosnas el Jueves y Viernes Santos de cada año en los
templos parroquiales de Madrid; en 1648, el Arzobispo de Toledo
78
B.R.M.S.L.E.E. AGUILAR PIÑAL, F., “Asociaciones piadosas madrileñas del siglo
XVIII. Descripción bibliográfica de sus Constituciones”, Anales del Instituto de
Estudios Madrileños nº 7, Madrid, 1971.
79
CALLAHAN, W. J., op. cit., p. 42.
80
Ibídem, p. 29.
564

dio licencia para pedir limosnas durante tres años dentro de los
límites de la diócesis; en 1629, el rey Felipe IV, otorgó un título de
nobleza para que fuera vendido y el producto del mismo se
empleara en las necesidades de la Hermandad; en 1662, recibió una
Cédula Real en la que se contemplaba el estatuto legal de “pobre”
en los litigios ante los tribunales, significándoles menores costos 81 .
Desde el seno de la entidad del Refugio se impulsó, en el
Seiscientos, la creación de hermandades en España, solicitando de
Felipe IV y del Consejo de Castilla la expedición de un Decreto por
el que se instara a prelados y corregidores de ciudades y villas, a la
creación de este tipo de institución dentro de sus límites
jurisdiccionales. Los resultados no fueron del todo del agrado de los
promotores, ya que tan sólo doce hermandades se constituyeron
fuera de Madrid y Toledo: Monforte de Lemos (Orense), en 1631;
Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), en 1635 82 ; Granada, en 1639;
Valladolid, en 1640; Antequera (Málaga) 83 y Cuenca, en 1642;
Zaragoza, en 1643; Motril (Granada), en 1644; Nájera (La Rioja),
en 1648; Alcalá de Henares (Madrid), en 1654; Ocaña (Toledo), en
1656 y Guadalajara, ya en el siglo XVIII 84 . En Jaén, en el año 1656,
se constata la existencia de intentos de fundarla pero sin éxito 85 . En
su inmensa mayoría, los hermanos de estas cofradías eran nobles y
81
Ibídem, p. 56.
82
El Duque de Medina Sidonia fundó la Hermandad del Refugio en Sanlúcar de
Barrameda. En una carta, fechada el 28 de julio de 1635, comunicaba a la Hermandad
matriz su constitución en la provincia de Cádiz.
83
Su unión con la del Refugio de Madrid debió producirse años antes de la
desaparición de la antigua Hermandad de la Caridad -si fue realmente ésta y no otra de
la villa antequerana-, ya que en 1675, año de su renovación, la nueva Cofradía de la
Caridad, a la que agregó el título de Nuestro Señor Jesucristo, no tenía en sus fondos
documentales ninguna mención sobre la Hermandad del Refugio y Piedad. Callahan
afirma en su obra que su duración fue efímera.
84
CALLAHAN, W. J., op. cit., pp. 61 y 62.
85
Ibídem, p. 62.
565

eclesiásticos que, en algunos casos, también pertenecían a la de
Madrid. Tan sólo dos hermandades, de las once constituidas entre
1631 y 1654, subsistieron, la de Granada y Zaragoza. La posible
causa de falta de arraigo la encontramos en que dependían, por lo
general, de un noble o eclesiástico protector que, ante su ausencia
por largo tiempo o por su marcha para siempre de la localidad,
abocaba al declive y desaparición de la Hermandad 86 . La impronta o
modelo dado en la Santa Caridad de Sevilla, se repitió en el Refugio
de Madrid, esto es, que alrededor de una cofradía fuerte,
consolidada y con suficientes recursos, se establecían otras que
bebían de sus Constituciones y que buscaban beneficiarse de los
privilegios que ostentaban por concesiones reales y pontificias.
Regresando al asunto que ocupa nuestra atención, por
noticias posteriores al año 1799, se tiene conocimiento de que la
Hermandad de la Santa Caridad tuvo que ceder obligatoriamente las
habitaciones bajas del hospital y patio secundario a la Sociedad de
Expósitos 87 .
4.- NICOLÁS DE FIGUEROA (1799/1801)
Las noticias que hemos recabado sobre Nicolás de Figueroa
son extremadamente pobres. Fue presbítero e ingresó en la
Hermandad de la Santa Caridad el 30 de octubre de 1768 88 . Desde
entonces, ocupó distintos cargos en la Junta de Gobierno. Con la
muerte del hermano mayor, el obispo Manuel Antonio Ferrer y
Figueredo, el 21 de julio de 1799, Nicolás de Figueroa, que
86 Ibídem, p. 63.
87 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de
la Regla de la Hermandad de la Santa Caridad..., p. 12.
88 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 127 v.
566

desempeñaba el oficio de alcalde antiguo eclesiástico, se hizo cargo
interinamente de la Hermandad hasta la celebración de las
elecciones en Pascua de Pentecostés 89 .
Como primera medida, convocó un cabildo para el día 23 de
noviembre, al que asistieron los siguientes hermanos: Joaquín
Pizarro, alcalde seglar; Luis de Molina Rengel, contador; Luis
Witemberg, secretario; José Ruiz Valdés, fiscal; Pedro José
Palacios, prioste; José Soriano, administrador-tesorero 90 .
La deficiente grafía de las actas y su parquedad informativa,
nos impide conocer a ciencia cierta el mensaje que Nicolás de
Figueroa transmitió a los comparecientes, pero no debía de estar
alejado de un intento de relanzar la alicaída Hermandad, que como
vimos líneas atrás estaba sumida en una crisis interna. De hecho, en
el siguiente capítulo, el de la “Inscripción de Hermanos”, se puede
apreciar, en el cuadro que hemos elaborado que, entre los años 1793
y 1799, no se produjo ningún alta.
En el cabildo celebrado el día 1 de enero de 1800, Nicolás de
Figueroa efectuó algunos cambios en la Junta de Gobierno: José de
Molina Fernández pasó a ocupar el oficio de alcalde seglar; Luis
Molina Rengel el de secretario; y el presbítero José Ruiz Valdés el
de administrador-tesorero 91 .
Para la función religiosa de San Julián de ese año, se invitó al
Obispo de Yucatán, quien en 1799 ya había asistido con el entonces
hermano mayor, Manuel Antonio Ferrer y Figueredo 92 .
89
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Lista
cronológica de los hermanos mayores...; CAMINO ROMERO, A., “Historia de la
Hermandad de la Santa Caridad...”, p. 23.
90
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 23 de noviembre de 1799, fol. 212.
91
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 1 de enero de 1800, fol. 214.
92
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 31 de diciembre de 1800, fol. 220 v. y 24 de
enero de 1801, fol. 226 v.
567

En el cabildo de elecciones realizado el 2 de junio de 1800,
Nicolás de Figueroa fue elegido hermano mayor, presidiendo la
Junta Directiva que se detalla: José de Molina Fernández, alcalde
seglar; Dionisio Muñoz Nadales, alcalde eclesiástico; José Sorzano
Bilbao La Vieja, contador; Esteban Doria, secretario; Joaquín
Pizarro, fiscal; Luis de Molina, prioste 93 . Pasados unos meses, se
nombró tesorero a Antonio Puente, cargo que estaba sin cubrir 94 . El
25 de mayo de 1801, José Molina Fernández le sustituyó como
hermano mayor 95 .
Lamentablemente no disponemos de la información necesaria
para valorar su gestión al frente de la Hermandad durante el tiempo
que la presidió. Nicolás de Figueroa fallecía el 15 de enero de
1824 96 .
93 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 6 de junio de 1800, fol. 219.
94 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 1 de enero de 1800, fol. 214.
95 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 25 de mayo de 1801, fol. 223 v.
96 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 127 v.
568

CAPÍTULO XII:
INSCRIPCIÓN DE HERMANOS

En la elaboración de este cuadro, hemos reflejado las
incorporaciones materializadas a lo largo del siglo XVIII en la
Hermandad de la Santa Caridad. Igualmente, hacemos constar, en
los casos que se conocen, las ocupaciones de los cofrades:
Tabla 34
INGRESO HERMANO
23 de abril de 1700 Juan Sanz de Arjona
Ídem Su esposa
Ídem José de Ortega
12 de noviembre de 1700 Alonso de Figueroa
Ídem Su esposa
8 de mayo de 1701 Antonio Benito
Ídem Beatriz de Barcenilla
Ídem Jerónimo de Mendoza
20 de junio de 1701 Luis Muñoz Ponz
Ídem Su esposa
10 de julio de 1701 Alonso Verdugo
Ídem Su esposa
Ídem José Armengual
Ídem Su esposa
16 de octubre de 1701 Francisco Zazo
Ídem María de Tejada (madre de Francisco
Zazo)
Ídem Ignacio Llai
Ídem Su hermana
12 de noviembre de 1701 Lorenzo Pérez
Ídem Diego de Santiago
Ídem Su esposa
18 de diciembre de 1701 Diego de Aguilera
Ídem Su esposa
7 de enero de 1702 Luis de Godoy
Ídem Francisca de Calatrava (esposa de
Luis de Godoy)
12 de febrero de 1702 Juan de Lázaro
Ídem Cristóbal de Ortega
Ídem Juan de Vergara
Ídem Su esposa
16 de mayo de 1702 Pedro de Tedios
Ídem Su esposa
Ídem Francisco de Porras
Ídem Diego de Cárdenas
571

INGRESO HERMANO
17 de septiembre de 1702 Francisco de Cózar, canónigo de la
S.I.C.
Ídem Félix de Berni
Ídem Pedro Clavijo
22 de octubre de 1702 Salvador de Quesada
25 de noviembre de 1702 Marcos Trujillo
8 de febrero de 1703 Fray Francisco de San José, obispo de
Málaga
26 de febrero de 1703 Marqués de Maenza
Ídem Pedro Morales
Ídem Su esposa
11 de marzo de 1703 Juan de Cisneros
Ídem Rafael Navarro
24 de junio de 1703 José de Salazar
Ídem Su esposa
29 de septiembre de 1703 Fernando de Medina Salido
14 de octubre de 1703 Antonio Tomás Guerrero Coronado
Zapata, II conde de Buenavista
12 de mayo de 1704 Francisco Monsalve
22 de junio de 1704 Félix de Rubira
Ídem Su esposa
31 de agosto de 1704 Juan de Olivares
16 de agosto de 1705 Roque Ibero
13 de septiembre de 1705 Feliciano de la Cueva
18 de octubre de 1705 Juan de Ibero
Ídem Su esposa
22 de noviembre de 1705 José de Guadamuro
Ídem Su esposa
20 de diciembre de 1705 Gaspar Cabello
21 de febrero de 1706 José Suárez
Ídem Jorge Suárez
13 de junio de 1706 Francisco García
Ídem Isabel Martín (madre de Francisco
García)
Ídem Alonso Fernández
26 de septiembre de 1706 Luis de Velázquez, caballero de la
Orden de Calatrava
Ídem Su esposa
Ídem Diego de Arana
28 de noviembre de 1706 Pedro Ponce
12 de diciembre de 1706 Juan Zazo
Ídem Pedro de Aranda
27 de marzo de 1707 Antonio Ramos Plaza
Ídem Su esposa
29 de mayo de 1707 Gaspar Ascanio de Burgos
16 de octubre de 1707 Francisco de León Castillo, escribano
Ídem Su esposa
572

INGRESO HERMANO
15 de abril de 1708 Francisco Martín Burgos
Ídem Su esposa
3 de septiembre de 1708 Francisco Ginés
Ídem Bárbara Blanco Villodres
4 de noviembre de 1708 Manuel Sanz de Victoria
11 de noviembre de 1708 Lorenzo Patiño
Ídem Su esposa
24 de febrero de 1709 Francisco Caballero
Ídem Su esposa
9 de junio de 1709 Francisco de Arjona
Ídem Josefa Pérez de Arjona (esposa de
Francisco de Arjona)
14 de julio de 1709 Luis de Córdoba
Ídem Su esposa
18 de agosto de 1709 Juan de la Tobilla
Ídem Francisca de Arjona (esposa de Juan
de la Tobilla)
Ídem Jacinto de Mérida
Ídem Su esposa
22 de septiembre de 1709 Francisco Ponce
Ídem Su esposa
13 de octubre de 1709 Bartolomé de Montenegro
17 de noviembre de 1709 Fernando de la Peña
Ídem Pablo Caballero
Ídem Su esposa
12 de enero de 1710 Juan Garcés
Ídem Su esposa
Ídem Marcos Garcés
Ídem Su esposa
16 de febrero de 1710 Andrés de Cotrina
Ídem Su esposa
9 de marzo de 1710 Francisco de Funes
13 de junio de 1710 Pedro de Castro
14 de septiembre de 1710 Gregorio Chinchilla
14 de junio de 1711 Tomás Polanco
12 de julio de 1711 Mateo Sedeño
Ídem Bárbara Aguiar (esposa de Mateo
Sedeño)
Ídem Antonio Machuca
14 de febrero de 1712 Agustín Banestig
20 de marzo de 1712 Juan de Mendieta
Ídem Luis de Chinchilla
Ídem Clemente Chinchilla
10 de abril de 1712 Ignacio Ruiz Bravo
Ídem Bernardo de la Vega
8 de mayo de 1712 Ignacio Ramón
12 de junio de 1712 Francisco Driz de Salas, presbítero
573

INGRESO HERMANO
31 de octubre de 1712 Francisco Molinari
13 de mayo de 1714 Eugenio Colichet
Ídem Tomás Til, canónigo de la S.I.C.
22 de julio de 1714 José del Valle
Ídem Tomás del Castillo Sagrado
2 de junio de 1715 Fernando Cordero de los Ríos
13 de octubre de 1715 Fray García Manrique, de la Orden de
San Agustín
13 de noviembre de 1715 Baltasar Bravo Ronquillo
Ídem Carlos Til
28 de marzo de 1717 Diego de Andrade
Ídem Juan de Aguilar
Ídem Antonio de Aguilar
30 de mayo de 1719 Alonso Zazo de Acuña
19 de marzo de 1721 Tomás de Santiago
14 de abril de 1721 Antonia de Castro (esposa de
Francisco León Escalera)
11 de mayo de 1721 Diego de Moya
1 de junio de 1721 Juan Suárez Guerrero
Ídem Clara de Ahumada (esposa de Juan
Suárez Guerrero)
Ídem José Pasamonte
Ídem Isabel de Gálvez (esposa de José
Pasamonte)
8 de junio de 1721 Antonio López
Ídem Su esposa
13 de julio de 1721 Francisco Broune
3 de agosto de 1721 Melchor de Ayala
Ídem Su esposa
Ídem Melchor de las Cuevas
Ídem Felipe de Arana
21 de diciembre de 1721 José Torrijos, viudo se ordenó
sacerdote y fue racionero de la S.I.C.
Ídem Su esposa
Ídem Antonio de Frías
Ídem Alonso del Pino
22 de noviembre de 1722 Alonso de Ávila
20 de diciembre de 1722 Nicolás Navarro, presbítero
22 de febrero de 1723 Luis de Torres Paniagua
Ídem Nicolás Jiménez
Ídem Mateo Quiln
Ídem Ignacio Pérez
Ídem Francisca Botello (esposa de Ignacio
Pérez)
3 de mayo de 1723 Ignacio Palacio
28 de noviembre de 1723 Esteban de Santiago Chinchilla
17 de septiembre de 1724 Francisco Vergara
574

INGRESO HERMANO
Ídem Andrés Cotrina
12 de noviembre de 1724 Nicolás Rejano
10 de diciembre de 1724 Juan de Herrera
Ídem Roberto Canisbrol
Ídem Félix Nieto
7 de enero de 1725 Martín Fernández Chinchilla
Ídem Pedro Vidal
Ídem Bernardo Vicente
15 de abril de 1725 José Breciani
6 de mayo de 1725 Juan de Ahumada
Ídem Pedro de Ahumada
Ídem Antonio Lavandera
9 de junio de 1726 Francisco Velázquez
12 de junio de 1726 Batolomé Alcalde
Ídem Antonio López, presbítero
20 de octubre de 1726 José de Moya
5 de enero de 1727 Pedro Figueroa
26 de mayo de 1727 Pedro de Albelda
28 de mayo de 1727 Catalina Camargo, religiosa en el
convento de Santa Clara que ingresó
con la obligación de cuidar la ropa de
la sacristía
13 de julio de 1727 Francisco de Herrera
28 de agosto de 1727 Carlos de Chinchilla
19 de noviembre de 1727 Pedro Carquete
Ídem Juana de Mena (esposa de Pedro
Carquete
24 de noviembre de 1727 Antonio de León
20 de febrero de 1728 Bertis de Barcenilla
8 de enero de 1729 Juan de Villalón
26 de febrero de 1729 Miguel Dories
15 de junio de 1729 Lorenzo de Mendieta Páramo
Ídem Su esposa
22 de junio de 1729 Baltasar de Mendoza, canónigo de la
S.I.C.
11 de septiembre de 1729 Ignacio Melgarejo
21 de diciembre de 1729 Luis de Molina
Ídem Antonio de Chinchilla, marqués de la
Casa Chinchilla
Ídem Gaspar de Bracamonte, marqués de la
Fuente del Sol
Ídem Francisco Tello
Ídem Mateo de Miranda
Ídem Francisco Chinchilla Jurado
Ídem Teresa Chinchilla (esposa de
Francisco Chinchilla Jurado
Ídem Luis de Molina
575

INGRESO HERMANO
31 de diciembre de 1729 Pedro de Ortega
18 de enero de 1730 Luis de Santiago
Ídem Francisca Fernández Chinchilla
26 de abril de 1730 Nicolás de Rubira
11 de junio de 1730 Gabriel Reylli
6 de agosto de 1730 Juan Carnero Ramos
18 de septiembre de 1730 Juan Cotrina
Ídem Nicolas de Silva Cardona, deán de la
S.I.C.
23 de enero de 1731 Diego de León
Ídem Andrés de Bahía
20 de diciembre de 1731 Antonio Manso
Ídem Juan Manso, canónigo de la S.I.C.
Ídem Simón Manso
Ídem Juan de la Torre, caballero de la
Orden de Santiago
Ídem Antonio Trevani
Ídem Agustina Vázquez (esposa de Antonio
Trevani)
Ídem Manuel Trevani
Ídem Luis de Olmedo
1731 Timoteo Magnamara
20 de abril de 1732 Antonio Ovando
Ídem Fernando Carvajal
Ídem Juan García
25 de enero de 1733 Antonio Pedroza
20 de junio de 1734 Tomás Jul
14 de noviembre de 1734 Cristóbal de Castilla
Ídem Jerónimo Rengel
Ídem Cristóbal de Castilla
16 de febrero de 1736 Ignacio Chinchilla, marqués de
Chinchilla
Ídem Juan Miges
Ídem José de Mérida
10 de junio de 1736 Diego Pérez
Abril de 1737 Francisco Fernández de Córdoba
Ídem Juan de Guadamuro
11 de octubre de 1739 Mauricio Faura
10 de enero de 1740 Clemente Chinchilla, marqués de la
Casa Chinchilla
Ídem Agustín de Bracamonte, marqués de
la Fuente del Sol
Ídem José Prieto
Ídem José de León Castillo, escribano
Ídem Isidro Inca
Ídem Cristóbal Morcillo
8 de noviembre de 1740 Melchor Manso
576

INGRESO HERMANO
12 de mayo de 1741 Francisco de Prados, presbítero
Ídem Francisca de Prados (madre de
1741. No se halla su fecha de ingreso
Francisco de Prados)
Juan Tofiño
7 de enero de 1742 Baltasar de la Torre, presbítero
27 de octubre de 1743 José Díaz de Medina
Ídem Manuel Martín de Aguilar
Ídem Pedro de Guía
No consta la fecha de su ingreso pero
sí la de su muerte, que fue la del día 1
de abril de 1744
Francisco Cabello, deán de la S.I.C.
7 de marzo de 1745 Sancho Guerrero, presbítero
Ídem José Chacón, conde de Mollina
Ídem Miguel Monsalve Pavón
Ídem José Sweert Ahumada
Ídem Urbano de Ahumada
Ídem Manuel José Martínez
Ídem Francisco Ruiz Ceballos
Ídem Pedro Antonio de Rivera
Ídem José Suárez
14 de marzo de 1745 José de Godoy Zerrato
18 de julio de 1745 Bartolomé Ruiz
6 de febrero de 1746 Juan de Ortega Valenzuela
8 de enero de 1747 Antonio Paredes
Ídem Teresa Jaracintia (esposa de Antonio
Paredes)
26 de febrero de 1747 Antonio Polanco
Ídem Manuel García Monsón
Ídem Ana de los Reyes (esposa de Manuel
García Monsón)
3 de agosto de 1747 Tomás Cornejo, canónigo de la
S.I.C.
Ídem Salvador de Zafra, beneficiado de la
S.I.C.
Ídem Francisco Negrete, cura de Santiago
Ídem Pedro José Palacios, subdiácono
Ídem Fernando de Arjona
Ídem Gaspar de la Torre
13 de agosto de 1747 Blas de Cea Cortiñas
Ídem Francisco Cáceres Guerrero
Ídem Lázaro Torrijos Vargas
Ídem Jorge del Aguila
18 de agosto de 1747 Pedro García
Ídem Nicolás González, beneficiado de
los Santos Mártires
Ídem Mario de Vargas, beneficiado de los
Santos Mártires
577

INGRESO HERMANO
Ídem Diego de Soto, beneficiado de los
Santos Mártires
Ídem Andrés de Medina Rosillo, cura de
los Santos Mártires
Ídem Pedro Salvago Méndez, presbítero
Ídem Manuel Suárez Ahumada, presbítero
Ídem Juan de Santiago Vargas, presbítero
Ídem Francisco López del Aguila,
presbítero
Ídem Salvador Casero Campos
Ídem Juan Lorest Lizarrán
Ídem Antonia Zazo (madre de Juan Lorest
Lizarrán)
Ídem Sebastián de Molina Gálvez
Ídem Pedro de Andrade Concha
Ídem José de Medina Rosillo
Ídem Manuel Francisco de Amaya
Ídem Hermenegildo Ruiz
Ídem María López Cuartero
Ídem José Fragua
Ídem Félix de Andrade
Ídem Juan de Santiago
24 de agosto de 1747 José Rey, beneficiado de San Juan
Ídem Pedro Varela, cura de los Santos
Mártires
Ídem Gaspar Camargo, presbítero
Ídem Antonio Chicón Molina, presbítero
Ídem Francisco de Arana
Ídem Pedro Navarro
1 de septiembre de 1747 José Zazo
Ídem Diego Jurado
Ídem Francisco Muñoz
Ídem José Gallego González
Ídem Juliana Montañés (esposa de José
Gallego González)
10 de septiembre de 1747 Miguel Pagán, beneficiado de la
S.I.C.
Ídem Fernando Tello
Ídem Damián Valentín Rosique
Ídem Francisco de Paula Castilla,
presbítero
Ídem Mateo Carvajal Lisboa
Ídem Vicente de Ayala Mateo
13 de septiembre de 1747 Juan de Llanos Rengel
29 de septiembre de 1747 Francisco Miguez Arana
Ídem Gabriel López Peña, comisario de
Marina
578

INGRESO HERMANO
Ídem Diego Mateos
Ídem Juan Benítez de Atenas
Ídem Sebastiana Benítez Gómez (esposa de
Juan Benítez de Atenas)
19 de octubre de 1747 Francisco Peliblanc
Ídem Emerenciana de Cobos (esposa de
Francisco Peliblanc)
19 de noviembre de 1747 Feliciano Mateos, presbítero
3 de diciembre de 1747 Gabrielle Bernu, beneficiado de la
S.I.C.
Ídem Pedro Til, beneficiado de San Juan
Ídem Ambrosio de Medina, presbítero
Ídem Andrés de Ortega, presbítero
Ídem Pedro Quisón
Ídem Dionisio Perez León
21 de diciembre de 1747 Fernando Til, cura de San Juan
Ídem Juan de Altamirano, cura de los
Santos Mártires
Ídem Pedro Peliblanc, racionero de la S.I.C.
Ídem Juan de Espinosa, presbítero
Ídem Domingo Til, presbítero
Ídem Miguel Sanz, presbítero
29 de febrero de 1748 José de Arias Linares, presbítero
Ídem Manuel Zambrano, presbítero
Ídem Juan del Pozo
Ídem Pedro de Mena Mateos
Ídem Juan de Montemayor
Ídem Juan de Camps Inao
Ídem Juan Carlos Pomez
Ídem Juan Calvo
12 de mayo de 1748 Tomás Bazaga, prebendado de la
S.I.C.
Ídem Sebastián Carabantes
Ídem Fernando de Viana Cárdenas,
caballero de la Orden de Santiago
Ídem Francisco Camargo
Ídem Juan de Ortega Lerda
Ídem Juan del Pino Córdoba
26 de mayo de 1748 Juan de Valdivia, cura de San Juan
Ídem Pedro de la Torre Pinazo, presbítero
Ídem Antonio Dols, presbítero
Ídem Andrés López Rubio
Ídem Clemente Trujillo
14 de julio de 1748 José Diego García, presbítero
Ídem Agustín de Llanos Ramírez
25 de agosto de 1748 José Lozano, presbítero
Ídem José Vitemberg Aguilar
579

INGRESO HERMANO
12 de enero de 1749 Julián de Malaver, presbítero
22 de junio de 1749 Ana de Velasco (viuda de Antonio
Pérez)
28 de agosto de 1749 Baltasar de Arrese, capitán del
Regimiento
Andalucía
de Caballería de
26 de octubre de 1749 Simón de Casamayor
23 de noviembre de 1749 Luis Monsalve
Ídem María Mujicar (esposa de Luis
Ídem
Monsalve)
Julián de Medina Zazo
Ídem Manuel del Aguila Santiago
No consta fecha ingreso pero está Pascuala Velázquez, religiosa del
registrada en el año 1749
convento de San Bernardo
4 de julio de 1751 Andrés de Irigoyen, canónigo de la
S.I.C.
Ídem Fausto Castejón, cura de los Santos
Mártires
Ídem Antonio de Zea
Ídem María Ordóñez (esposa de Antonio de
Zea)
Ídem Diego Macnamara
Ídem Agustín Blake
Ídem Alberto Delfín
Ídem Juan de Fragua
3 de abril de 1755 Enrique Suale
Ídem Andrés Guilasbi
13 de enero de 1760 Ignacio Villalón Salcedo
Ídem Miguel Sanz Chinchilla
Ídem Rodrigo López de Medina Montes
3 de mayo de 1761 Antonio Monsalve Mújica
Ídem Francisco Monsalve Mújica
Ídem Josefa Monsalve (esposa de Francisco
Monsalve)
Ídem Juan Antonio Carquet Mena
15 de mayo de 1761 Fine Rosique Medina
6 de junio de 1762 Antonio Piñalti, canónigo de la
S.I.C.
Ídem Juan Vázquez de Prada España,
canónigo de la S.I.C.
Ídem Melchor Tufiño
Ídem Juana Teresa Guimbarda (esposa de
Melchor Tufiño)
11 de julio de 1762 Antonio Zapata, presbítero
6 de agosto de 1764 José Peliblanc
24 de agosto de 1764 Tomás Ronnam
12 de enero de 1766 Joaquín de Sistos Rico
580

INGRESO HERMANO
Ídem María Núñez (esposa de Joaquín de
Sistos Rico)
30 de octubre de 1768 Nicolás de Figueroa
Ídem Juan García de Barrio, contador de la
Superintendencia
Ídem Juan de Herrera Pérez
Ídem Su esposa
14 de enero de 1770 Luis de Monsalve
Ídem Silverio de Mérida
Ídem Juan de Montemayor Moreno
Ídem Su esposa
13 de enero de 1771 Bruno Ruiz Roldán
Ídem Su esposa
26 de septiembre de 1773 Juan de Ordóñez Natera
Ídem Francisco de Ortega Olmedo, regidor
perpetuo
31 de octubre de 1773 Luis de Vivar Tolosa, regidor
perpetuo
14 de enero de 1775 Francisco de Monsalve
Santisteban
6 de junio de 1775 José Trevani Vázquez
3 de agosto de 1775 Pedro de Santiago Fernández
Chinchilla, alcaide de la fortaleza
y castillo de la Real Alcalzaba
2 de septiembre de 1775 José de Zea Ordóñez
Ídem Pedro Ramírez de Aguilar
15 de noviembre de 1775 Pedro Melgarejo
1 de junio de 1776 Joaquín Pizarro
Ídem Teresa de Molina Gálvez (esposa de
Joaquín Pizarro)
13 de noviembre de 1777 Francisco de Mena Onoihurralde
11 de enero de 1778 Daniel Hudson
13 de enero de 1780 Manuel Vasco Vargas
Ídem Bartolomé Ruiz Roldán, regidor
perpetuo
14 de enero de 1781 Pedro Perea
Ídem Diego Sánchez
14 de febrero de 1781 Francisco Torres Argüello, cura de
los Santos Mártires
Ídem Tomás del Valle
23 de enero de 1783 Mateo Quilti Valois
24 de abril de 1783 Pedro de Campos
20 de julio de 1783 Pedro Velarde Mújica, caballero de la
Orden de Santiago
8 de enero de 1786 Juan de Ahumada Urbano
26 de enero de 1786 Manuel Domech, canónigo de la
S.I.C.
581

INGRESO HERMANO
Ídem Bartolomé Sanz, prebendado de la
S.I.C.
Ídem Luis de Vitamberg Mendieta
Ídem José Soriano Bilbao La Vieja, alcalde
de la Real Aduana del Mar
Ídem Manuel Antonio Ferrer y Figueredo,
obispo de Málaga
13 de febrero de 1786 Francisco Gallego, presbítero
Ídem Diego Ortiz de Almodóvar, caballero
de la Orden de Santiago y capitán
agregado al Regimiento de Caballería
de la Costa de Granada
Ídem Francisco Carrión Manso, capitán del
Regimiento de Infantería de Aragón
Ídem Antonio Medina Jáuregui, presbítero
y comisario del Santo Oficio de la
Inquisición
24 de enero de 1787 Juan de Gálvez
Ídem Joaquina Pizarro (esposa de Juan de
Gálvez)
11 de enero de 1789 Antonio Trevani, prebendado de la
S.I.C.
Ídem Melchor María de Avellaneda,
márques de Valdecañas
Ídem Juan Hudson
Ídem Cristobalina Santaella (esposa de Juan
Hudson)
23 de enero de 1789 Gaspar Viana Cárdenas, regidor
perpetuo
17 de junio de 1789 Juan de la Torre Puer
9 de enero de 1791 Francisco Monsalve, prebendado de
la S.I.C.
Ídem Josefa Monsalve (hermana de
Francisco Monsalve)
Ídem Pedro Nieto, presbítero
Ídem José Ruiz, presbítero
Ídem José Camargo, presbítero
Ídem Antonio Rubio Benítez de Tena,
marqués de Valdeflores y teniente del
Regimiento Provincial
18 de abril de 1791 Luis de Molina, regidor perpetuo
Ídem José María Carrión, capitán del
Regimiento de la Princesa
17 de junio de 1791 Salvador Casamayor, prebendado de
la S.I.C.
Ídem Esteban Doria
Ídem Antonio Puente
582

INGRESO HERMANO
19 de octubre de 1791 Juan de Relosillas
Ídem Pedro de Vivar
Ídem Andrea de Ortega Rengel (esposa de
Pedro de Vivar)
Ídem Gregorio Vázquez
Ídem José Cotrina, caballero de la Orden de
Santiago
Ídem Juan Moreno
Ídem José Márquez
Ídem José de Molina
Ídem Juan Cisneros
Ídem Petronila Ortega (esposa de Juan
Cisneros)
Una vez detallada la identidad de los miembros que se
incorporaron, pasamos a informar de los ingresos producidos en
cada uno de los años del siglo XVIII:
Tabla 35
AÑO ALTAS
1700 5
1701 18
1702 15
1703 10
1704 4
1705 7
1706 11
1707 5
1708 7
1709 16
1710 9
1711 4
1712 9
1713 0
1714 4
583

AÑO ALTAS
1715 4
1716 0
1717 3
1718 0
1719 1
1720 0
1721 18
1722 2
1723 7
1724 6
1725 7
1726 4
1727 8
1728 1
1729 15
1730 7
1731 11
1732 3
1733 1
1734 4
1735 0
1736 4
1737 2
1738 0
1739 1
1740 7
1741 3
1742 1
1743 3
1744 1
1745 11
584

AÑO ALTAS
1746 1
1747 74
1748 23
1749 9
1750 0
1751 8
1752 0
1753 0
1754 0
1755 2
1756 0
1757 0
1758 0
1759 0
1760 3
1761 5
1762 5
1763 0
1764 2
1765 0
1766 2
1767 0
1768 4
1769 0
1770 4
1771 2
1772 0
1773 3
1774 0
1775 6
1776 2
585

AÑO ALTAS
1777 1
1778 1
1779 0
1780 2
1781 4
1782 0
1783 3
1784 0
1785 0
1786 10
1787 2
1788 0
1789 6
1790 0
1791 21
1792 0
1793 0
1794 0
1795 0
1796 0
1797 0
1798 0
1799 0
TOTAL: 464
Debemos señalar que las primeras incorporaciones -de las
464 producidas en esta centuria- se efectuaron el 23 de abril de
1700. Durante las dos primeras décadas, no se superó el número
de 20 altas por año. En el período comprendido entre 1721 y 1750,
la Hermandad cosechó el mayor número de ingresos, destacando en
586

sentido negativo los años 1713, 1716, 1718, 1720, 1735, 1738 y
1750, en los que no se registraron movimientos. A partir de la
segunda mitad y hasta la finalización del siglo, no se rebasó por año
-a excepción de 1786, con 10, y 1791, con 21,- la decena de nuevos
miembros. Desde 1792 hasta 1799, no se contabilizó ninguna
inscripción. Para concluir estas consideraciones, hay que distinguir
que las epidemias de 1719, 1738, 1741, 1751 y 1786, que no fueron
tan incisivas como las del siglo XVII, y el hambre de la “Nanica”
de 1734, no afectó en absoluto el ingreso de nuevos afiliados, salvo
en 1738, año en el que no se registró ningún alta.
Entrando ya a comentar la composición social de la
Corporación, en sus filas se integraron miembros de la nobleza
como: el Marqués de Maenza, el 26 de febrero de 1703; Antonio
Tomás Guerrero Coronado Zapata, II conde de Buenavista, el 14 de
octubre de 1703; Antonio de Chinchilla, marqués de la Casa
Chinchilla, y Gaspar de Bracamonte, marqués de la Fuente del Sol,
el 2l de diciembre de 1729; Ignacio de Chinchilla, marqués de
Chinchilla, el 16 de febrero de 1736; Clemente Chinchilla, marqués
de la Casa Chinchilla, el 10 de enero de 1740; Agustín de
Bracamonte, marqués de la Fuente del Sol, en idéntica fecha que el
anterior; José Chacón, conde de Mollina, el 7 de marzo de 1745;
Melchor María de Avellaneda, marqués de Valdecañas, el 11 de
enero de 1789; Antonio Rubio Benítez de Tena, marqués de
Valdeflores, el 9 de enero de 1791.
Se contó con distinguidas personalidades del alto clero
malagueño que se adhesionaron a la Hermandad: los obispos Fray
Francisco de San José, el 8 de febrero de 1705, y Manuel Antonio
Ferrer y Figueredo, el 26 de enero de 1786; los deanes de la
587

Catedral, Nicolás de Silva Cardona, el 18 de septiembre de 1730, y
Francisco Cabello, que no consta su fecha de ingreso aunque sí la
de su fallecimiento, la del día 1 de abril de 1744. Después se
encontraban los siguientes miembros del estamento eclesiástico:
canónigos, racioneros, prebendados, beneficiados catedralicios y
parroquiales (Santos Mártires y San Juan), presbíteros, curas,
subdiáconos, religiosos (agustinos) y religiosas (una, del convento
de Santa Clara y otra, del de San Bernardo).
También ingresaron miembros de Órdenes militares: Luis de
Velázquez, el 26 de septiembre de 1706, caballero de la Orden de
Calatrava; Juan de la Torre, el 20 de diciembre de 1731, Fernando
de Viana Cárdenas, el 12 de mayo de 1748, Pedro Velarde Mújica,
el 20 de julio de 1783, Diego Ortiz de Almodóvar, el 13 de febrero
de 1786, y José Cotrina, el 19 de octubre de 1791, caballeros de la
Orden de Santiago. Los militares de alta graduación: Baltasar de
Arrese, el 28 de agosto de 1749, capitán del Regimiento de
Caballería Andaluza; y Francisco Carrión Manso, el 13 de febrero
de 1786, capitán del Regimiento de Infantería de Aragón. Los
escribanos: Francisco de León Castillo, el 16 de octubre de 1707, y
José de León Castillo, el 10 de enero de 1740. Los comisarios de
Marina y del Santo Oficio de la Inquisición: Gabriel López Peña, el
29 de septiembre de 1747, y Antonio Medina Jáuregui, el 1 de
noviembre de 1786, respectivamente. Y los regidores perpetuos:
Francisco de Ortega Olmedo, el 26 de septiembre de 1773; Luis de
Vivar Tolosa, el 31 de octubre de 1773; Bartolomé Ruiz Roldán, el
13 de enero de 1780; Gaspar de Viana Cárdenas, el 23 de enero de
1789; y Luis de Molina, el 18 de abril de 1791.
588

Ilustración 76: Sepultura del obispo Fray Francisco de San José, capilla de la Concepción
de la Santa Iglesia Catedral [Foto: Julio López Torres]
Una fórmula que comenzó a generalizarse en la Hermandad
durante esta etapa, fue la inscripción de los hombres acompañados
de sus mujeres, si bien esta práctica ya se había manifestado
tibiamente en los últimos años del Seiscientos. En el siglo XVIII se
sobrepasó el medio centenar de matrimonios, inaugurando la lista la
pareja formada por Juan Sanz de Arjona y su esposa, que entraron
por hermanos en el cabildo celebrado el 23 de abril de 1700.
También debemos mencionar que la identidad de las mujeres
quedaba en muchas ocasiones en el más completo anonimato 1 .
Los cofrades elegidos en los cabildos para presidir la
Hermandad durante esta centuria fueron los siguientes:
1 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”.
589

Tabla 36
PERÍODO HERMANO MAYOR
1721/1722 Antonio Tomás Guerrero Coronado
Zapata
1723/1724 y 1730/1733 Esteban Alonso Guerrero Mateos
1724/1726 Juan Carlos Pablo Sweerts Guerrero
1726/1728 Lope de Mendieta Ordóñez
1728/1729 (en funciones) José Ramírez Castellanos
1729/1730 Alonso de Figueroa Silva
1734/1736 Antonio Chinchilla Fonseca
1736/1742 y 1745/1746 Luis de Santiago Chinchilla
1743/1744 Mateo de Miranda Salamanca
1747/1761 Carlos Til
1761/1774 Miguel de Monsalve Pabón
1775/1790 Juan Agustín Sweerts Ayala
1790/1792 Manuel Miguel Domecq Laboraria
1792/1798 Diego Ortiz de Almodóvar
1798/1799 Manuel Antonio Ferrer y Figueredo
1799/1801 Nicolás de Figueroa
590

-RECAPITULACIÓN
La bendición de la iglesia de San Julián se llevó a cabo el día
21 de enero de 1699, permitiendo a la renovada Hermandad de la
Santa Caridad desarrollar plenamente sus ejercicios estatutarios en
esta nueva ubicación. Así, el templo comenzó a registrar una
actividad tanto cultual como funeraria.
Con ello, se puso de manifiesto que, a lo largo del siglo
XVIII, algunos hermanos desearon ser sepultados en la cripta,
situada en la nave del Evangelio y entre el presbiterio y el altar
mayor, para continuar vinculados más allá de la muerte. Asimismo,
los componentes de la Santa Caridad y siguiendo los principios
fundacionales, enterraron a diversos ajusticiados en las sepulturas
abiertas en la capilla del Santo Cristo del Consuelo, que lindaba con
los muros de la iglesia. Con estas prácticas mortuorias realizadas en
suelo sagrado o próximo a él, San Julián seguía la costumbre
establecida en el Antiguo Régimen.
Por otra parte, con la llegada de la Ilustración, y a la vista de
los cambios producidos en la mentalidad de la sociedad, se hacía
obligatorio una modificación de los Estatutos. En efecto, su
actualización se produjo en 1733, guiándose la Hermandad por los
redactados y aprobados en 1682, año de su renovación corporativa.
Uno de los principales escollos encontrados en esta centuria
es la falta de fuentes escritas, como ya se expresó en reiteradas
ocasiones. Con los datos recopilados, nos hemos podido hacer una
idea aproximada del funcionamiento de la entidad, aunque no de la
manera que hubiésemos deseado para la elaboración de este
período. No obstante, y gracias a los documentos conservados en
591

los fondos catedralicios y diocesanos, tenemos conocimiento de la
crisis interna surgida en el gobierno de Juan Agustín Sweerts Ayala,
la cual se arrastraría hasta finales de siglo. De hecho, esta situación
se agudizaría más aún bajo la presidencia de Diego Ortiz de
Almodóvar, al estar obligada la Hermandad a renovar las
Constituciones y no presentarlas en el plazo señalado por el
Consejo de Castilla. La Hermandad de los Pobres de San Julián no
descuidó, en ningún momento, sus obligaciones pese a dichos
contratiempos institucionales, aunque las autoridades civiles
interviniesen la Junta de Gobierno.
También es un hecho notorio que, en el último tercio del
siglo, un obispo, Manuel Antonio Ferrer y Figueredo, fuese
nombrado hermano mayor y aceptase el cargo. Con anterioridad a
este estadio, diversos Prelados habían pertenecido a la Hermandad
pero sin ocupar ninguna función u oficio determinado en la Junta de
Oficiales.
592

APARTADO III:
LA HERMANDAD DE LA SANTA CARIDAD EN EL
INESTABLE SIGLO XIX
593

CAPÍTULO XIII:
LA HERMANDAD DE LA SANTA CARIDAD EN UN
PERÍODO DE INCERTIDUMBRE (1800/50)

1.- INTRODUCCIÓN
La Hermandad de la Santa Caridad vivió el siglo XIX de
manera desigual, bajo unos períodos de calma y otros de agitación,
como le ocurrió al resto de instituciones benéficas, penitenciales,
sacramentales y letíficas. Pero cuando padeció la situación más
aciaga fue en la primera mitad de esta centuria, de la que se
conservan pocos documentos. La imposibilidad de acceder a las
actas capitulares en la etapa concerniente entre 1805 y 1852 y a
otras fuentes escritas de la fraternidad del hospital de San Julián,
merman, considerablemente, nuestro radio de acción a la hora de
abarcar con precisión este espacio cronológico. No obstante, y a
través de los escasos fondos documentales repartidos por archivos
de la ciudad de Málaga y fuera de ella, hemos podido reconstruir
esta etapa histórica de la Hermandad, de la que apenas se habían
ocupado historiadores y escritores en fechas pasadas, que se
caracterizó por la brevedad de los mandatos de algunos de los
hermanos mayores, a diferencia de los de la segunda mitad de este
siglo, que serán más largos y duraderos como tendremos ocasión de
verificar en su momento.
Esta andadura fue iniciada por el presbítero Nicolás de
Figueroa (1799/1801) y concluida por Francisco de Paula Sánchez
de la Vega Rivas (1850/51), pasando por José de Molina Fernández,
capellán maestrante de Ronda (1801/02); Dionisio Muñoz Nadales,
racionero entero de la Santa Iglesia Catedral (1802 y 1806/07); José
Sorzano Bilbao La Vieja, alcaide de la Real Aduana de la Mar
(1802/03 y 1807/11); Luis Wittemberg Mendieta, diputado del
597

Común en las Cortes (1803/04); Francisco Monsalve Monsalve,
medio racionero de la Santa Iglesia Catedral (1804/05 y 1819/20);
Fernando Ugarte-Barrientos, gentilhombre de Su Majestad
(1805/06); Juan Doroteo del Postigo, caballero de la Real Orden de
Carlos III (1811/12); Luis Monsalve Monsalve (1812/13); Joaquín
María Pery, capitán de Ingenieros Hidráulicos (1813/14 y 1818/19);
Joaquín Huison Seoane (1814); Joaquín Ignacio Tornería, familiar
del Santo Oficio (1815/16 y 1839/40); Juan de Gálvez Amal
(1816/17); Joaquín María Carrión Manso, capitán del Regimiento
de la Princesa (1817/18); Manuel Hidalgo Casini, presbítero
(1820/34); Fernando García de Segovia Ugarte-Barrientos (1834/35
y 1848/50); Pedro Hernández Mateos, prebendado de la Santa
Catedral (1835/37); Pedro Alcántara Corrales, alcalde
Constitucional (1837/39); Juan José Delicado Díaz, fiscal togado
del Consejo Supremo de Guerra y Marina (1840/42 y 1843/45);
Francisco de Paula Sánchez de Castilla (1842/43); José Díaz
Martín Garrido, fiscal del Supremo Tribunal de la Santa Cruzada
(1845/48), y por el ya citado Francisco de Paula de la Vega Rivas
(1850/51), fueron los presidentes o hermanos mayores que
estuvieron al frente de la centenaria Corporación 1 .
No hemos podido acometer, como así se efectuará en la
segunda mitad de este siglo, el estudio correspondiente al mandato
de cada hermano mayor, adoptando la decisión de incluirlos en los
reinados de cada uno de los monarcas que gobernaron España. Al
carecerse del necesario acervo documental para su realización, nos
1 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Listado
cronológico de los hermanos mayores...”; CAMINO ROMERO, A., “Historia de la
Hermandad de la Santa Caridad...”, p. 23.
598

hemos centrado, aparte de sus funciones estatutarias, en los hechos
más importantes producidos en ese tiempo, en los que la
Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo se
distinguió activamente por atender a enfermos y contagiados en la
epidemia de fiebre amarilla de los años 1803 y 1804; en dar de
comer a la población en la hambruna de 1812; en auxiliar a los
internos del hospital General entre 1812 y 1814; en prestar
atención sanitaria a los que habían contraído la tiña en el año 1816;
entre otros cometidos. Sufrió, asimismo, la invasión napoleónica
con la pérdida, en 1810 del presbítero Andrés de Ortega,
administrador del hospital de San Julián, y padeció en 1855 la
desamortización de algunos de sus bienes inmuebles.
2.- LA HERMANDAD DURANTE EL FINAL DEL REINADO
DE CARLOS IV (1800/08)
El reinado de Carlos IV principió en 1788, con la muerte de
su padre Carlos III, y se extendió hasta 1808, fecha de abdicación
en su hijo Fernando VII. Pues bien, vamos a encargarnos de relatar,
en esos ocho años que le restaban a Carlos como rey de España, las
acciones cotidianas y representativas, así como los acontecimientos
sociales, vividos por la Hermandad de la Santa Caridad.
2.1.- Composición de las Juntas de Gobierno
En el cabildo de elecciones de 1801, salió nombrado hermano
mayor José Molina Fernández, quien sustituía a Nicolás de
Figueroa, siendo acompañado en la Junta de Gobierno por los
599

miembros que se citan: Dionisio Muñoz, alcalde eclesiástico;
Antonio Rubio, alcalde seglar; Joaquín Pizarro, contador; el
presbítero Pedro Nieto, fiscal; Esteban Doria, secretario; José
Sorzano Bilbao La Vieja, prioste; Juan de Gálvez, tesorero 2 .
Al año siguiente, y en el cabildo celebrado el día 7 de junio,
el cargo de hermano mayor recayó en José Sorzano Bilbao La Vieja
y desempeñaban los oficios de mayor responsabilidad los siguientes
afiliados: Antonio Rubio, alcalde seglar; Francisco Monsalve
Monsalve, alcalde eclesiástico; Fernando Barrientos, contador;
Andrés de Ortega, tesorero-administrador-capellán; Mariano
Orejón, prioste; Francisco Monsalve Mujicar, fiscal; Juan de
Gálvez, secretario 1º; Francisco Rejano, secretario 2º 3 . Tras su
nombramiento, Sorzano Bilbao La Vieja efectuó una declaración
de principios deseando retomar el espíritu de caridad de la
Hermandad, animando a los demás hermanos a servir la comida a
los pobres, a dar sepultura a los difuntos desamparados, a
acompañar a los enfermos en silla de caridad hasta los hospitales y
a asistir a los enfermos. La propuesta fue aplaudida y aceptada por
unanimidad en el cabildo celebrado el 13 de junio de 1802. De
conformidad con la oferta, se desigó a un número determinado de
cofrades para cada cometido, que cumplirían desde la fecha
indicada hasta la Pascua del Espíritu Santo de 1803, en la que
tendría lugar el nuevo cabildo de elecciones. El pronunciamiento
de Sorzano Bilbao La Vieja pudo haber tenido origen en el escaso
celo que prestaban los asociados de la Santa Caridad ante esos
2 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 25 de mayo de 1801, fol. 223 v.
3 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 7 de junio de 1802, fol. 240 v.
600

deberes fundamentales. De esta forma, se intentaba animarlos a
retomar, si alguna vez hubiese decaído, la bandera de la caridad. En
esa misma asamblea, se recibió respuesta del cargo que había sido
ofrecido a Francisco Monsalve Mujicar, renunciando al mismo
por “su abanzada edad, y sus achaques (...)”. En vista de la
respuesta, el cabildo acordó el 13 de junio nombrar a Luis
Wittemberg Mendieta para el citado oficio 4 . Más adelante, y al
ausentarse el contador Fernando Barrientos por espacio de seis
meses de la ciudad, la Hermandad nombró interinamente al
presbítero Francisco Rejano para que desarrollara este cargo 5 .
En las elecciones celebradas el 31 de mayo de 1803, salió
designada la Junta de Gobierno que detallamos: Luis Wittemberg
Mendieta, hermano mayor; Francisco Monsalve Monsalve, alcalde
eclesiástico; Mariano Orejón, alcalde seglar; José Sorzano Bilbao
La Vieja, fiscal; Juan de Gálvez, contador; Andrés de Ortega,
tesorero; Fernando Ordóñez, prioste; Francisco Rejano, secretario
1º; Antonio Rubio, secretario 2º 6 . En los primeros días de julio, se
producía una variación en la Directiva, Francisco Cisneros pasó a
ocupar el empleo de alcalde seglar por renuncia de Mariano Orejón
al alegar que “sus graves ocupaciones le impedían llenar las
funciones de su instituto” 7 .
En los comicios de 1804 los hermanos eligieron a los
siguientes oficiales: el prebendado Francisco Monsalve Monsalve,
hermano mayor; Francisco Gallegos, alcalde eclesiástico;
4 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 13 de junio de 1802, fols. 241 v.-243 v.
5 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 17 de octubre de 1802, fol. 253.
6 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 31 de mayo de 1803, fol. 261.
7 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 10 de julio de 1803, fol. 263.
601

Francisco Bastardo de Cisneros, alcalde seglar; Fernando
Barrientos, fiscal; Juan de la Tobilla, contador; Andrés de Ortega,
tesorero; José Imaz, prioste; Antonio Rubio, secretario 1º; Juan de
Gálvez, secretario 2º 8 .
Sólo hemos plasmado las Juntas de Gobierno reflejadas en
las actas capitulares conservadas de la Hermandad, ya no se contará
con más noticias de las mismas hasta la aparición del libro de
borradores de actas, iniciado en 1849.
2.2.- Funciones religiosas
La fiesta de San Julián de los años 1800 y 1801 se realizarían
sin que se practicaran cambios significativos con respecto a años
anteriores, así se expresaba en las actas de este período. Se pedirían
limosnas para el pan de los pobres y se les serviría la comida en las
enfermerías, así como se celebraría el Jubileo Circular en la iglesia
durante los días 28 y 29 de enero. En la primera de las ceremonias
reseñadas, y como ya se especificó anteriormente, se aprobó invitar
al Obispo de Yucatán, que en 1799 había concurrido con el
hermano mayor Manuel Antonio Ferrer y Figueredo 9 .
Por estas fechas, la Hermandad mandó construir un frontal de
piedra destinado al altar mayor de la iglesia, siendo costeado con
parte de lo recaudado por las luminarias y limosnas 10 .
8
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 22 de mayo de 1804, fol. 278.
9
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 31 de diciembre de 1800, fol. 220 v. y de 24 de
enero de 1801, fol. 226 v.
10
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 17 de mayo de 1801, s/f.
602

En cabildo general de 15 de enero de 1804, se dio lectura a
una solicitud del vecindario del hospital de San Julián para que, en
su recinto sagrado, se pudiera celebrar una misa de acción de
gracias con sermón al patrón de esta Casa por haber librado a la
ciudad de la epidemia de fiebre amarilla, no habiendo enfermos en
las calles inmediatas. La Hermandad, por su parte, concedió el
permiso para que el domingo, 29 de enero, un día después de la
festividad de San Julián, se oficiara una solemne función
religiosa 11 .
Hay un último dato, recogido de un legajo del Archivo
Catedral, en el que se informaba que la Hermandad de la Santa
Caridad había celebrado misa y Tedéum en la parroquia de los
Santos Mártires Ciriaco y Paula el día 15 de noviembre de 1807,
costándole la cantidad de 400 reales 12 .
2.3.- Asistencia a los condenados a muerte
En el cuadro que reproducimos, se detallan las identidades de
los últimos sentenciados, a excepción de un asilado, cuyos cuerpos
fueron trasladados desde el lugar de la ejecución hasta el hospital de
San Julián, siendo inhumados en la capilla del Santo Cristo del
Consuelo. A partir de 1805, los cadáveres ya serían conducidos y
enterrados en el cementerio público 13 .
11 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 15 de enero de 1803, fol. 271.
12 A.C.C.M. Leg. 265, pza. 1, fol. 95.
13 JIMÉNEZ GUERRERO, J., op. cit., p. 117.
603

Tabla 37
FECHA NOMBRE SENTENCIA
3 de marzo de 1801 Francisco Martín Falleció en el hospicio
de la Casa
7 de abril de 1802 Sebastián Sehum, Fusilado
natural de Viena,
soldado del Regimiento
de Infantería de
25 de octubre de 1802
Reding
Cayetano Borali, natural
de Módena
Ejecutado
8 de noviembre de 1802 José de Ocaña, natural
de Cuenca
Pena de muerte
6 de junio de 1804 Mauricio Weker o Arcabuceado
Weeker, natural de
Rönigshosen o
Konigshofen en
Franconia, soldado del
II Batallón del
20 de noviembre de
Regimiento de Reding
Juan Valenciano, natural Ajusticiado
1806
de Cuenca, soldado del
Regimiento
Corona
de la
13 de julio de 1807 José Molina Alcaide,
natural de Totalán
Ajusticiado
29 de agosto de 1807 Andrés de Alba, natural
de Carcabuey
Ajusticiado
Ídem José Ortega, natural de Ajusticiado
Sevilla
7 de noviembre de 1807 Juan Montero, natural
de Motril
Ajusticiado 14 .
De los casos expuestos, destaca el de Mauricio Weker o
Weeker, que fue arcabuceado a las 6 de la mañana del día 6 de
junio de 1804 por haber dado muerte de un sablazo a una muchacha
de 15 años. La sentencia se llevó a cabo en las playas de la Caleta,
14 A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.
604

detrás del Muelle Viejo. Según recoge un libro de memoria de la
Catedral, el sentenciado:
“Llevó al patíbulo todo el espiritu q[u]e parece
incapaz de un acto semejante. Salió fumando
del cuartel y siguió lo mismo hasta poco antes
de morir” 15 .
Concluida la ejecución, la Hermandad de la Santa Caridad se
hizo cargo del cadáver y lo enterró en el hospital de San Julián, sin
embargo por orden gubernativa nadie podía ser enterrado en los
recintos sagrados en esa fecha debido a la epidemia de fiebre
amarilla que asolaba a la ciudad, de la que vamos a ocuparnos
páginas más adelante 16 .
2.4.- Pleitos contra la Asociación de Expósitos y la Hermandad
de Ánimas de los Santos Mártires
La primera de las disputas arrancó en el año 1799, cuando la
Hermandad de la Santa Caridad cedió a la Asociación de Expósitos
unas habitaciones situadas en la planta baja del patio interior. Esta
decisión se debía a la orden dada en 1797 por el rey Carlos IV que,
a través de la información recibida desde Málaga, no veía
conveniente que los niños expósitos se establecieran en el hospital
de Lazarinos, mandando que:
“se coloquen y establezcan en el Hospital de
S[a]n Julian, cuyo edificio dice (..) ser
15 A.C.C.M. Leg. 883, pza. 3, p. 13 v.
16 Ídem.
605

magnifico y q[ue] le habitan algunos Pobres
ancianos conforme a su instituto de la
capacidad de las Rentas que obtiene (...)” 17 .
Más adelante, en el cabildo general del 8 de agosto de 1801,
el hermano mayor José Molina Fernández informó a los asistentes
haber oido que señoras pertenecientes a la Asociación tenían
intención de emprender acciones judiciales para que se cerrara el
hospicio de San Julián. La asamblea, en consecuencia, otorgó un
poder notarial a Molina Fernández para que iniciara cuantas
acciones “judiciales, extrajudiciales, y personales” creyera
oportunas 18 . En el siguiente cabildo, el de 14 de febrero de 1802,
se recibió del obispo José Vicente de la Madrid un escrito
acompañándose copia de otro de la directora de la Asociación de
Expósitos de esta ciudad. Leídos y tratados, se acordó contestar
inmediatamente al Prelado para hacerle saber que no eran ciertos
los aspectos que se recogían en el mismo, ya que:
“(...) no solo no hay sitio donde trasladar el
Hospicio, sino que faltan a este hospital las mas
precisas oficinas, contra lo mandado por S[u].
M[ajestad]. en la or[de]n de traslación de
Expósitos a esta N[ues]tra Casa Hospital” 19 .
El presbítero Andrés de Ortega dio a conocer este asunto al
cabildo celebrado el 12 de enero de 1803, una vez recibida la
noticia que le había sido facilitada por Pedro Cevallos, secretario de
Estado del obispo De la Madrid. Por tal motivo, se decidió nombrar
17 A.H.N. Sec. Clero, leg. 4.694, pza. 2.
18 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 8 de agosto de 1801, fols. 224 v. y 225.
19 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 14 de febrero de 1802, fols. 225 v. y 226.
606

a una comisión de cofrades, encabezada por el hermano mayor con
objeto de que informase al Mitrado 20 .
Sabemos, gracias a los datos obtenidos de José Luis Álvarez
de Linera, que la Hermandad siguió prestando sus servicios y que
los niños expósitos permanecieron en el asilo de San Julián hasta el
27 de abril de 1812, fecha en la que se trasladaron al hospital de
Santo Tomás 21 .
Un año después, la Hermandad de la Santa Caridad mantuvo
otro pleito, en esta ocasión con la Hermandad de las Ánimas de la
parroquia de los Santos Mártires acerca de que sus portadores
acudían a los entierros, no estándole permitido salvo en los casos de
que fueran sus afiliados. Debemos referir que esta entidad había
sido fundada en el año 1663 por Juan de Vargas, Carlos Milanés,
Andrés Garrido y Matías Delgado con el propósito de contribuir a
la liberación de las almas condenadas al Purgatorio. Las
Constituciones por las que se guiaron los miembros de las Ánimas
Benditas de los Mártires se hicieron públicas el 1 de octubre de
1665. Desde entonces, y como uno de los objetivos principales, se
dedicó a recaudar medios para aplicar los sufragios de los socios
fallecidos. Asimismo, practicó obras de caridad no sólo con los
afiliados, sino con feligreses y vecinos 22 . A principios del siglo
XIX, apreciamos su pujanza en los Protocolos Notariales del
Archivo Histórico Provincial, dedicándose a atender las peticiones
20 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 12 de enero de 1803, fol. 256.
21 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de
la Regla de la Hermandad de la Santa Caridad..., p. 12.
22 REDER GADOW, M., “Fray Alonso de Santo Tomás y la Cofradía de Ánimas de
los Mártires”, Baetica nº 16, Universidad, Málaga, 1979, pp. 363-367.
607

de los hermanos en sus últimas voluntades al ser enterrados en la
bóveda de la Hermandad 23 .
Al parecer, los cofrades de las Ánimas Benditas habían
usurpado, con el paso del tiempo, funciones que correspondían
únicamente a la Santa Caridad, finalizando esta injerencia en los
Tribunales de Justicia. Pese a las sentencias falladas a favor de esta
última, aquélla continuaba invadiéndolas. Para intentar llegar a un
acuerdo amistoso, la Hermandad de San Julián constituyó en julio
de 1802 una comisión, formada por el hermano mayor José Sorzano
Bilbao, Francisco Monsalve y el presbítero Antonio Oliver, con
objeto de tener un encuentro con los componentes de la de
Ánimas 24 . Meses después, se informó a los integrantes de la Santa
Caridad sobre la imposibilidad de acercar posturas, teniendo que
recurrirse, de nuevo, a demandarla judicialmente a pesar de las
sentencias favorables que existían en el Tribunal Metropolitano,
cuyos expedientes se hallaban en la notaría de Testamentos y Obras
Pías. Se nombró a Francisco Monsalve Monsalve, Andrés de Ortega
y Juan de Herrera para que, en nombre de la Hermandad de la Santa
Caridad, salieran en su defensa hasta el veredicto del nuevo pleito
que no conocemos al carecerse de las pertinentes fuentes escritas,
pero no es aventurado predecir que fuese favorable a tenor de los
antecedentes judiciales 25 .
Un caso similiar había experimentado en el siglo XVI la
Hermandad de la Santa Caridad de la ciudad de Sevilla. Un grupo
23 Citamos aquí los casos de Juana Ruiz y de Rosalía Josefa Morillas Gómez
[A.H.P.M. Escribanía Antonio del Castillo Fragua, leg. 3.492, fol. 25 v. y leg. 3.495,
fol. 912].
24 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 4 de julio de 1802, fol. 247.
25 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 12 de septiembre de 1802, fols. 250 v. y 251.
608

de vecinos de la collación de Omnium Sanctorum intentó crear una
Cofradía, semejante a ésta, para “enterrar pobres y curarlos”. Los
hermanos de la Santa Caridad se alarmaron al creer que se invadía
las funciones que ellos realizaban. Presentaron una demanda ante el
provisor del Arzobispado de Sevilla Iñigo de Lisiñana, alegando
que:
“El instituto de enterrar pobres es
perteneciente a nuestra cofradía (...), y no
solamente los que se mueren en esta ciudad,
más aun los que mueren en Triana y en todos
los arrabales de esta ciudad”.
El licenciado Lisiñana falló a favor de la Santa Caridad y
notificó a los párrocos de Sevilla que no permitieran la erección de
cofradías que practicaran el oficio que pertenecía únicamente a la
fraternidad de San Jorge. Años después, volvieron a surgir nuevos
inconvenientes sobre este empleo, que fue declarado favorable a la
Hermandad, hasta quedar legitimada para enterrar a los muertos y
para pedir limosna con la que poder sepultar a los ajusticiados 26 .
2.5.- Incidente con los portadores de sillas de mano y asistencias
a condenados
Miembros de la Junta de Gobierno tuvieron conocimiento en
1804 de que algunos portadores de sillas habían cobrado
indebidamente el servicio de traslado. Con el fin de aclarar el
asunto, prepararon un “aviso público”. En él, se anunciaba que el
servicio de sillas de mano que se prestaba para trasladar a los
26 GRANERO, J. Mª., D. Miguel Mañara Leca y Colona..., pp. 296 y 297.
609

pobres enfermos y desvalidos al hospital de San Juan de Dios y a
otros establecimientos sanitarios, corrían por cuenta de la propia
Hermandad, no debiéndose efectuar ningún pago. Por eso, se
divulgaba en el aviso que “los mozos portadores de dicha silla han
abusado de la credulidad de algunas personas, pidiendo á nombre
de la hermandad, y aun regateando la paga de su trabajo”. En
consecuencia, el cabildo acordó que la silla fuera acompañada, en
adelante, por dos de sus hermanos para velar por el cumplimiento
de las obligaciones de los portadores. Al mismo tiempo, se solicitó
un castigo además de devolver el estipendio cobrado. No siendo
suficiente estas decisiones, se aprobó que el servicio de silla no se
prestara después del toque de oraciones, a no ser que se presentara
a pedirla “un sugeto conocido y de carácter en cuya probidad pueda
fiarse para el buen uso de este beneficio público”. También se
determinó que si alguna persona pudiente necesitara la silla para
transportar algún sirviente o enfermo de su familia, se le advertiría
que en la Casa había otra silla distinta a la de los pobres, por la que
habría de entregar una limosna al administrador. Finalmente, se
acordó fijar el aviso en esquinas y lugares públicos, pero antes se
solicitaría la licencia oportuna para imprimir los carteles 27 .
Dentro de los fines propios de la Hermandad, se recibió la
llamada del Tribunal de la Veeduría para que se hiciera cargo del
cuerpo del ajusticiado Cayetano Borali, que estaba expuesto en el
cuartel de los presidiarios. La Corporación acordó que los hermanos
que estaban de mes fuesen con el féretro y que los porteadores lo
27
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 4 de julio de 1802, fol. 247 y “Aviso al público”
adjunto a este acta.
610

trasladaran al hospital en la tarde del 11 de marzo de 1804. Además,
se convocó a los miembros de la Hermandad para que concurrieran
a la misa y vigilia que había de celebrarse por el alma del referido
reo 28 . Una asamblea de hermanos, reunida el 10 de junio de 1804,
aprobó que de lo recaudado por los muertos y ajusticiados, se
reservara la tercera parte para sufragar los gastos de féretros, sacos
y demás objetos necesarios 29 .
2.6.- Ejercicios estatutarios emprendidos por la Hermandad en
1803
Conocemos por un documento impreso, las actuaciones
llevadas a cabo en 1803 por la Hermandad de la Santa Caridad:
-El número de pobres incurables en cama, ascendía a: 15.
-Los enfermos conducidos por los hermanos de la Institución
a otros hospitales en silla de manos: 152.
-Transeúntes socorridos que no podían caminar a pie: 215.
-A los indigentes y forasteros recogidos en el hospicio, aparte
de instruirlos en la doctrina cristiana el capellán-administrador y
rezar con ellos todas las noches el Santo Rosario un hermano, se les
proporcionaba luz, leña y sopa de pan.
rezada.
-Los días festivos se había celebrado por la madrugada misa
-El sábado precedente al domingo “in albis” los pobres del
hospicio se dirigieron a la parroquia de los Santos Mártires, donde
confesaron y comulgaron para cumplir los preceptos eclesiásticos y
28 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 7 de mayo de 1804, fols. 276 v. y 277.
29 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 10 de junio de 1804, fol. 280 v.
611

a la vuelta a San Julián fueron agasajados con dinero, pan, carne y
arroz cocido, que proporcionaron dos hermanos sacerdotes.
-Se sortearon tres camas para cubrir las vacantes producidas.
-Un hermano eclesiástico y dos seglares nombrados cada mes
por el hermano mayor asistieron por la mañana y por la tarde a los
pobres invalidos.
-Estos hermanos y los de penitencia habían confesado y
comulgado dos veces cada mes en la misa oficiada por el capellán-
administrador en el altar de las enfermerías.
-Se efectuaron por el referido capellán ejercicios espirituales
las tardes de los domingos de Cuaresma.
-Se dieron sepultura eclesiástica a tres hermanos de
penitencia, tres pobres y un sirviente.
-Se enterró a siete hombres, muertos violentamente o por
enfermedad, recogidos por la Hermandad, realizándose las misas y
sufragios por sus almas.
-Participación de doce hermanos con cirios acompañando a
su Divina Majestad cuando se asistió a otros enfermos y la
Hermandad participó en el entierro de los tres que habían perecido
antes de la epidemia.
-Aplicación de 25 misas en altar de privilegio por los
hermanos fallecidos y por la mujer de otro hermano.
-A los dos días de la octava de los difuntos se cantó vigilia y
misa en la iglesia con la asistencia de la Hermandad, los pobres e
individuos de la hospitalidad.
-En la festividad de San Julián y al día siguiente se celebraron
misas con sermón, estando de manifiesto Jesús Sacramentado. Se
612

epartió a los pobres 1.400 panes, para cuyo fin el hermano mayor y
otros nominados pidieron puerta a puerta limosna.
-En el mes de octubre, la Hermandad entregó al Magistrado
una silla de manos para la conducción de enfermos al hospital
provisional.
-Los hermanos sacerdotes confesores, y con conocimiento de
otros idiomas, administraron los Santos Sacramentos a nacionales y
extranjeros que lo habían solicitado, asistiéndolos en la hora de la
muerte en sus casas como en los hospitales, especialmente en los
cuatro meses de la epidemia de fiebre amarilla.
Para concluir el cuadro se mostraba el siguiente esquema:
*Pobres incurables en cama: 15.
*Cuarto y cama para un sacerdote, vacante: 0.
*Hermanos de la Santa Caridad que han muerto: 4.
*Existentes en la Hermandad: 58.
*Hermanos de penitencia que han muerto: 3.
*Empleados para su asistencia, administrador capellán: 1.
*Hermanos de penitencia enfermeros: 2.
*Sirvientes de cocina y silla: 3.
*Sacristán: 1 30 .
2.7.- Ingresos en el asilo de San Julián
La Hermandad recibió en 1803 solicitudes de pobres para
ingresar en el hospicio. Ante la vacante de una cama, se
comisionaba a una serie de hermanos para que observaran e
30 A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 11.
613

informaran si los pretendientes a formalizar su entrada reunían los
requisitos que se exigían 31 . Así, y en el mes de marzo de 1803, se le
encomendó a Francisco de Paula Rejano y Luis Monsalve
Monsalve la investigación de veintiuna solicitudes, si eran “justas y
legitimas” las razones que esgrimían los pobres pretendientes de la
cama vacante por la muerte del pobre N. Medina. Tras el
correspondiente estudio, comunicaron que “hallamos y juzgamos
ser justas y verdaderas las causas que expusieron” 32 . El día 27 de
marzo de 1803, se procedió al sorteo de la cama disponible
tocándole a Diego Alcaparros 33 . Pero a primeros de mayo, se
realizó un nuevo sorteo al fallecer dicho sujeto, siendo el
afortunado Antonio Navarro 34 .
En el asilo prestaban servicios, a parte del personal
remunerado, cuatro hermanos de penitencia, que se encargaban del
hospital, de la iglesia y sacristía 35 . Pues bien, y con motivo de la
muerte en 1803 de uno de ellos en la epidemia de fiebre amarilla,
Jaime de San Francisco, se acordó la entrada de un sustituto bajo la
nominación de Melchor de San Francisco, entregándosele el
hábito 36 .
La figura del hermano de penitencia fue creada en 1673 por
Miguel Mañara Vicentelo de Leca en la Hermandad de la Santa
Caridad de Sevilla. La necesidad de contar con un personal que se
ocupara del servicio de los pobres enfermos, animó a Mañara no a
31 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 20 de febrero de 1803, fol. 257 v.
32 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 26 de marzo de 1803.
33 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 27 de marzo de 1803, fol. 258 v.
34 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 1 de mayo de 1803, fol. 259 v.
35 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 2 de junio de 1800, fol. 219 v.
36 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 15 de enero de 1804, fol. 271.
614

crear una orden o instituto religioso, sino a disponer de un limitado
número de sirvientes que se encontrara disponible a atender a los
albergados en la Casa. Para ello, se les autorizó a vestir:
“un hábito de paño de color pardo, al modo del
que acostumbran vestir los ermitaños (...) y una
cruz en el escapulario (...) de color azul, y de la
misma insignia y hechura que acostumbra (...)
la Santa Caridad poner y fijar en sus insignias”.
Al referirse a que el número debía ser limitado, se trataba de
seis: dos enfermeros, un ropero, un hospiciero, un refitolero y un
cocinero. Sobre ellos recaía el peso del hospital y hospicio, aunque
si bien eran ayudados por los miembros de la Santa Caridad 37 .
2.8.- La epidemia de fiebre amarilla
El pensamiento del hombre de la primera mitad del siglo
XIX, distaba poco del de el XVIII, creyendo que las epidemias o los
desastres naturales se producían por designios del Creador 38 . No
obstante, no todos los habitantes de Málaga pensaban de igual
modo, es decir, en el origen divino de la enfermedad, sino más bien
señalaban como causa principal los descuidos sanitarios cometidos
por las autoridades encargadas de velar por la salud pública 39 .
37 GRANERO, J. Mª., D. Miguel Mañara Leca y Colona..., pp. 381-383.
38 RAMOS, Mª. D., CASTELLANOS, J. A., GUERADO, E., “Ciencia y creencia en la
Málaga del siglo XIX: las catástrofes colectivas”, Jábega nº 41, Excma. Diputación,
Málaga, 1983, pp. 27-36.
39 CARRILLO, J. L. y GARCÍA-BALLESTER, L., Enfermedad y sociedad en la
Málaga de los siglos XVIII y XIX. La fiebre amarilla (1741/1821), Málaga, 1980, p.
102.
615

A lo largo de la centuria, se irían produciendo avances en el
campo de la medicina pero no lo suficientemente eficaces para
prevenir y curar las enfermedades que sacudían a la población,
recurriéndose por ello, una y otra vez, a las rogativas públicas
(cultos y procesiones) con las imágenes más veneradas, como eran
las de Santa María de la Victoria, el Santo Cristo de la Salud, los
Santos Patronos, el arcángel San Rafael y Nuestra Señora de los
Reyes. Estas efigies se convirtieron en referentes devocionales de
un pueblo que buscó fervientemente la protección y el auxilio
divino. También se efectuarían funciones religiosas en acción de
gracias organizadas por no haber padecido la urbe malacitana
ningún mal, aunque éstas serían más escasas y raras en cuanto a
su celebración, pues era extraño el año en que la población no
estuviera sumida en algún desastre, sea de la clase que fuere.
Iniciado el siglo, la primera referencia que hallamos sobre
una rogativa data de 1802, con motivo de la epidemia acaecida en
Málaga. El Ayuntamiento organizó un acto público en la Catedral
contando con la presencia de las soberanas imágenes más
veneradas 40 .
Un año después, y entre los días 17 de mayo y 3 de junio,
fondearon en la bahía de Málaga dos bergantines franceses,
“Dexaix” y “La Unión”, que traían enfermos, al parecer de fiebre
amarilla. Los controles sanitarios no se respetaron, dado que
algunos ciudadanos (un contrabandista y un patrón de mar) se
relacionaron con algunos de los contagiados para traficar con
géneros prohibidos y para hospedar a uno de los marinos que
40 A.M.M. Lib. 193, aa. cc. de 15 de diciembre de 1802, fol. 418 v.
616

falleció en el barrio de El Perchel. De aquí, la epidemia se propagó
al arrabal de la Trinidad. Sobre el mes de octubre, la enfermedad
ya estaba extendida por toda Málaga. Por esa fecha, concretamente
el día 23, llegó a nuestra ciudad el doctor Juan Manuel de Aréjula,
catedrático de Química del Colegio de Cirugía de Cádiz, para
colaborar en la erradicación de la epidemia. El citado facultativo
manifestó que todos los indicios indicaban que se trataba de fiebre
amarilla 41 .
Una de las primeras medidas adoptadas consistió en el cierre
de los templos y la suspensión de la celebración de los cultos
públicos. El gobernador civil Pedro Trujillo Tacón, igualmente
presidente de la Junta de Sanidad, aceptó las medidas aconsejadas
por Aréjula, y el obispo José Vicente de la Madrid mandó publicar
un edicto donde se recogía la medida sanitaria. Ni que decir tiene el
carácter impopular de esta medida, acarreando todo tipo de críticas,
no solamente del pueblo llano sino de otros sectores sociales 42 . A
tenor de esta iniciativa sanitaria, el Cabildo municipal acordó el 4
de noviembre de 1803 que:
“(...) quando las actuales circunstancias de
Epidemia permitan se habran los Templos se
saquen en prosecion la Efigie del S[anti]s[i]mo
Christo de Salud en los terminos y vajo de
toda la solemnidad en q[u]e se Executo en el
año pasado de mil ochocientos a cuyo efecto
nombra a los S[eño]res. D[o]n Jose de Ortega
Rengel D[o]n Jose de Zea y Ordones y el
41 CARRILLO MARTOS, J. L., “Enfermedad y sociedad en la Málaga del siglo XIX”,
Gibralfaro nº 24, Instituto de Estudios Malagueños, Málaga, 1972, pp. 141 y 142.
42 CARRILLO MARTOS, J. L., “La dialéctica ciencia-creencia y su manifestación en
la Málaga de 1803: el conflicto del cierre de los templos”, Jábega nº 26, Excma.
Diputación, Málaga, 1979, pp. 3 y 4.
617

Conde de Puertohermoso con los Diputados
q[u]e nombre el Cav[il]do Eclesiastico tenga
efecto este acuerdo en los terminos y decoro
que esta ciudad apetece (...)” 43 .
Los regidores aprobaron que se pasara oficio al corrector del
convento de Nuestra Señora de la Victoria para que, a puerta
cerrada, y según las órdenes emanadas de la Junta de Sanidad, se
imploraran por la Comunidad de frailes mínimos:
“los auxilios del Altísimo por medio de la
intercecion de Maria Santisima de la Victoria
su patrona p[ara] q[u]e se extingan las
Emfermedades que se padecen en ella como
lo confia del amparo q[u]e le a desido en
todas sus aflixiones asiendoles a este efecto la
novena o Rogativas q[u]e tengan por
combeniente de cuya buena correspondencia
y proximidad espera se preste gustosa
d[ic]ha comunidad a este espiritual consuelo
del publico” 44 .
El Cabildo eclesiástico estimó, a la vista de que la epidemia
persistía, haciendo estragos en la población, efectuar rogativas en el
interior del templo catedralicio con las imágenes de Nuestra Señora
de los Reyes y de San Rafael en el altar mayor durante nueve días,
pasando antes esta decisión al conocimiento del prelado De la
Madrid 45 .
43
A.M.M. Lib. 193, aa. cc. de 4 de noviembre de 1803, fol. 403.
44
Ibídem, fol. 403 v.
45
A.C.C.M. Leg. 1.056, pza. 1, lib. 59, aa. cc. de 19 de noviembre de 1803, fol. 427.
618

Ilustración 77: La imagen de Santa María de la Victoria en un antiguo templete, hacia los
años 20 del siglo XX [Foto: Juan Temboury]
Teníamos entendido, por las noticias que hemos recabado en
las actas del estamento sacerdotal, que el Obispo dio su aprobación,
pues en la reunión capitular del día 29 de diciembre de 1803 se trató
cuándo debían volver a sus capillas tales imágenes, por lo que da a
entender que las funciones cultuales se extendieron más de lo
previsto 46 . Según indicaba el profesor Juan Luis Carrillo Martos, el
17 de diciembre la enfermedad comenzó a remitir a consecuencia
del frío viento del norte, dándose por concluida el 18, festividad de
Nuestra Señora de la Esperanza.
La Hermandad de la Santa Caridad inició el 10 de octubre de
1803 una suscripción pública para socorrer a los enfermos pobres
de los barrios y consiguió la cesión del cuartel del Regimiento de
Málaga para instalar a las viudas y huérfanos desamparados, por
46
A.C.C.M. Leg. 1.056, pza. 1, lib. 59, aa. cc. de 29 de diciembre de 1803, fols. 443 v.
y 444.
619

fallecimiento de sus maridos y padres. A los pocos días, se empezó
el reparto de raciones de comida y se efectuó el pago a las amas de
cría, encargadas de lactar a los más pequeños. Para estas obras de
caridad el óbolo recolectado alcanzó la suma de 245.322 reales 47 .
Sabedora la Hermandad de que aún había huérfanos de padre
y madre, pensó en solicitar del Obispo una limosna, ya que el
número de éstas que eran recogidas por los hermanos de la Santa
Caridad había decrecido considerablemente. Se constituyó una
comisión para visitarlo con el fin de obtener un donativo que, unido
a lo que ellos pudieran recaudar, serviría para sostenerlos y
alimentarlos 48 . En el mes de mayo de 1804, los habitantes de
Málaga volvieron a sufrir una nueva epidemia de fiebre amarilla. El
primer caso, se detectó el día 16 en la calle Mármoles. Desde esta
fecha, el número de enfermos y el de fallecimientos fue
aumentando. A finales del mes de septiembre, llegó el doctor
Aréjula y estuvo de acuerdo con las medidas adoptadas por otros
facultativos: el establecimiento de hospitales en la calle Mundo
Nuevo, en el cuartel de la Trinidad y en el convento de la Merced.
Los enseres domésticos (ropas, colchones y muebles), que se
pensaban contaminados, fueron quemados en el cauce del río
Guadalmedina.
El profesor Carrillo subrayaba que el contagio se mantuvo
hasta septiembre, produciéndose un descenso importante de
enfermos en octubre y la erradicación de la epidemia se hacía
47 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 10 de octubre de 1803, fols. 268 v.-269 v.;
A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de
la Regla de la Hermandad de la Santa Caridad..., p. 12.
48 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 22 de abril de 1804, fol. 275 v.
620

efectiva en el mes de noviembre, con la llegada de las bajas
temperaturas. Las cifras de mortalidad varían según las fuentes,
pero, tomando una de las más fiables y acertadas, la del médico
Aréjula, fueron 11.486 los fallecidos, de un total de 18.787
enfermos 49 .
Las actuaciones emprendidas por la Iglesia malagueña ante
estas calamidades -siguiendo instrucciones dictadas por el rey
Carlos IV-, fueron las de realizar rogativas públicas y devotas
oraciones para la extinción de la epidemia. El Cabildo de la
Catedral acordó instalar en el presbiterio la devota imagen de
Nuestra Señora de los Reyes y la del arcángel San Rafael, como
así había ocurrido en las pasadas epidemias de 1800 y 1803,
respectivamente 50 .
El día 28 de noviembre, se dio cuenta en la reunión capitular
de canónigos y dignidades de la Catedral, que el Ayuntamiento
había nombrado dos regidores para la función de acción de gracias
por la erradicación de la fiebre amarilla. Además, se decía que el
Cabildo secular había determinado que “(...) huviese tres noches e
iluminacion empezando mañana 29 y seguiera el 30 y 1º de
Diciemb[r]e. (...)” 51 .
Por su parte, el Cabildo eclesiástico se adhirió a la
proposición, aprobando que, el exterior del templo, se iluminara
con faroles como se procedía en la fiesta del Corpus Christi,
49
CARRILLO MARTOS, J. L., “Enfermedad y sociedad en la Málaga...”, pp. 143 y
144.
50
A.C.C.M. Leg. 1.056, pza. 1, lib. 59, aa. cc. de 19 de septiembre de 1804, fols. 539
v.-540 v.
51
A.C.C.M. Leg. 1.056, pza. 1, lib. 59, aa. cc. de 29 de diciembre de 1804, fols. 565-
566 v.
621

así como el repique de campanas. También se admitió la propuesta
municipal de trasladar a la Santa Iglesia Catedral las hechuras del
Santísimo Cristo de la Salud y Nuestra Señora de la Victoria,
permaneciendo por un período de ocho días 52 . Pero sigamos de
cerca el modo y la manera en que se llevaron a efecto las
funciones religiosas en acción de gracias, que se desarrollaron por
espacio de cinco días, por la extinción de la epidemia que había
diezmado considerablemente a la población malagueña durante
varios meses:
52 Ibídem, fols. 564 y v.
“Dia 29 oy a las 12 se anuncio al Pueblo la
funcion con 3 solemnes repiques de campanas
en esta S[an]ta Ygl[esia] acompañando las
Parroq[uia]s y Conventos. A las 2 ½ se entro en
Coro, se rezaron visperas: el Hymno y
Magnificat fueron cantados, y en seguida
completas rezadas: A las 3 empezo á salir la
Procesion a la q[u]e concurrieron todos los
Gremios, Hermandades, Cofradías, Ordenes
terceras: Las Sagradas Religiones inclusas las
del Carmen, Trinidad Calzada y los Angeles,
Las 4 Parroq[uia]s con todo el clero (...). Yban
en medio el Cab[il]do. las Ymagenes de
N[ues]tros S[an]tos Patronos, q[u]e por la falta
de Colegiales los llevaban 4 sacerdotes q[u]e se
convidaron detras del Cab[il]do iba la Ciudad
presidida el S[eñ]or Alcalde may[o]r que hace
de Regente Corregidor y cerraba la Procesion
una Compañía de Granaderos con una
orquesta (...). La Procesion salio por la puerta
de las cadenas, calle de S[a]n Agustín, la de
Granada, Plazuela de la Merced, Arco de
S[an]ta Ana, Calle y compas de la Victoria y
entrando en la Ygl[esia] por la puerta colateral.
622

En esta Estacion se fue cantando el Hymno de
los S[an]tos Patronos, y concluido, se entono el
salmo 135 el mas aproposito p[ara] publicar
las misericordias de Dios (...). Al llegar a la
Ygl[esia] fumigo el Preste a la S[eño]ra con 2
ductos y se incorporo en la Procesion y se vajo
p[o]r la misma estacion, solo q[u]e se vino por
toda la calle de Granada a la Plaza dando
buelta p[o]r el lado de la Carzel y las Casas
Capitulares, y al llegar a la embocada de la
calle de especerías se incorporo el devoto
simulacro del S[an]to Cristo de la Salud el
q[u]e llevaban 6 sacerdotes (...) se concluyo la
buelta a la plaza y subir p[o]r la calle de
S[an]ta Maria al entrar en esta S[an]ta
Ygl[esia] por la puerta de las cadenas. En esta
estacion se fue cantando desde la Victoria hasta
la plaza los Himnos de N[ues]tra S[eñora] el
Magnificat, y el salmo 135 alternando todos.
Al incorporarse el S[eñ]or de la Salud, se vino
cantando el Te Deum. La Ygl[esia] estaba
iluminada como en la nochebuena. Las
sagradas ymagenes se colocaron en la capilla
may[o]r. en el pavimento vajo el S[an]to
Cristo al lado del Evangelio, y la S[eño]ra de
las Victorias al de la Epistola (...). La Ygl[esia]
permanecio iluminada hasta concluirse los
Maytines. No se debe omitir la singular
Proctesion q[u]e N[ues]tra S[eño]ra ha usado
con este su Pueblo, pues hallándose los
campos en necesidad de agua al llegar la
Imagen al Arco de la Calle de Granada
empezo a llover, y estubo la S[eño]ra
detenida el tiempo de 22 minutos q[u]e duro el
agua; el tiempo se sereno todo el espacio
q[u]e duro la Procesion hasta llegar á esta
S[an]ta Ygl[esia] y al entrar en ella llovío lo
muy suficiente con agua temporal y venefica
para el socorro de los campos y la salud. Dia
30 se entro en coro a las nueve se rezo prima
623

y tercia: procesión y misa conventual del
Apostol S[a]n Andres. Dia primero de
Diciembre savado. Los oficios Divinos (...).
Dia 2º (...) Los oficios (...). Dia 3 Lunes se
celebraron los Divinos oficios en la forma
d[ic]ha (...)” 53 .
En el nuevo rebrote de la epidemia de fiebre amarilla
acaecido en 1804, los hermanos de la Santa Caridad reaccionaron a
tiempo atendiendo a los contagiados e invirtiendo 38.352 reales,
importe recaudado de la colecta 54 .
3.- EL GOBIERNO DE JOSÉ BONAPARTE (1808/13)
La invasión de Andalucía no se llevó a cabo hasta enero del
año 1810, estando encomendada la misión al mariscal Nicolás
Soult, duque de Dalmacia, con un ejército de 55.000 hombres.
Nuestra región quedaba, a partir del 1 de septiembre de 1811,
dividida en seis Prefecturas, siendo la última de ellas la de Málaga,
que se subdividía en cinco distritos militares: Málaga, Vélez-
Málaga, Antequera, Osuna y Marbella. La entrada en Málaga de la
tropa napoleónica se produjo el 5 de febrero de 1810, así lo
apuntaba el historiador Francisco Guillén Robles. La estancia
francesa se prolongaría hasta julio de 1812. Durante este tiempo, el
rey José Bonaparte visitó Málaga los primeros días del mes de
marzo de 1810. Con motivo de su estancia, una de las muchas
53
A.C.C.M. Leg. 1.056, pza. 1, lib. 59, aa. cc. de 29 de diciembre de 1804, fols. 565-
568 v.
54
A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de
la Regla de la Hermandad de la Santa Caridad..., pp. 12-13.
624

órdenes que dictó fue que los hospitales existentes se fusionaran a
fin de reunirlos en uno solo que habría de denominarse hospital
General.
Mientras las huestes francesas permanecían en suelo
malacitano, se incautaron de pinturas, esculturas y librerías de
iglesias y conventos 55 . En el caso de las cofradías penitenciales
desconocemos la dimensión de lo expoliado, pero baste con decir,
para hacernos una idea, que la Hermandad de Nuestro Padre Jesús
de Viñeros, establecida en la iglesia conventual de Nuestra Señora
de la Merced, llegó a desaparecer de la escena cofrade durante un
tiempo 56 .
Ilustración 78: Retrato de José Bonaparte
55 LARA GARCÍA, Mª. P., “Documentación y bibliografía sobre la presencia francesa
en el Archivo Histórico Municipal de Málaga”, en [Coords. REDER GADOW, M. y
MENDOZA GARCÍA, E. Mª.] La Guerra de la Independencia en Málaga y su
provincia (1808/14), I Jornadas celebradas en Málaga los días 19, 20 y 21 de
septiembre de 2002, Excma. Diputación, Málaga, 2005, pp. 391-409.
56 LLORDÉN SIMÓN, A. y SOUVIRÓN UTRERA, S., Historia documental de las
cofradías y hermandades de Pasión de Málaga, Excmo. Ayuntamiento, Málaga, 1969,
p. 729.
625

En lo que atañe a la Hermandad de la Santa Caridad, se tiene
constancia del despojo de alhajas y objetos 57 y de la muerte del
presbítero Andrés de Ortega, administrador del hospital de San
Julián, a manos de los franceses. En el libro de hermanos, asiento
número 642, se inscribía el siguiente texto:
“Lo mataron los franceses en la entrada de
Malaga el dia 9 de febrero de 1810 en la bajada
del Puente de S[an]to Domingo frente á la
Capilla de N[ues]tra S[eño]ra de los Dolores.
Por la desgraciada muerte de nuestro hermano
el Presbitero D[o]n. Andres de Ortega,
Adm[inistrad]or que fue del caudal de esta
Hermandad el dia 5 de Febrero de 1810, á la
entrada de las tropas francesas, en esta Ciudad,
no pudo dar cuenta, ni se le encontraron en sus
papeles documentos algunos, a pesar de las
vivas diligencias, que ha hecho esta Hermandad
para poner en claro al tiempo de su
Adm[inistraci]on; por lo que solo puede
principar la formalidad que siempre ha deseado
sus indicaciones desde el 26 de febrero de 1810
(...)” 58 .
Andrés de Ortega fue una de las tantas víctimas que
perdieron la vida bajo la invasión napoleónica, como
comprobaremos más adelante.
57
A.H.D.M. Leg. 59, pza. 3, “Desamortización del hospital de San Julián: despojo e
incautaciones (1855-1872)”.
58
A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 137.
626

3.1.- Asistencia a hambrientos y enfermos en el período
napoleónico
La situación en los establecimientos sanitarios de la ciudad
era tan caótica que, en un escrito inserto en las actas capitulares del
municipio del año 1811, se denunciaba la del hospital de Caridad,
ocupado hasta 1680 por la antigua Hermandad de la Caridad y
traspasado en ese año a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios
como ya se vio anteriormente. Exponemos a continuación el texto
literal del documento incluido en el libro de actas:
“El establecim[ien]to no puede estar en
situación más ruinosa. Necesitando 300
du[cado]s p[ara] la asist[encia] de cien
enfermos, solo tiene 128 d[ucados] cada año
faltándole cerca de dos terceras partes de lo
presiso. Por eso ha contrahido devitos de
mucha consid[eraci]on y solo al Proveedor de
la Carne esta deviendo el establecim[ien]to.
mas de 70 du[cado]s” 59
Sabemos por otro escrito, fechado el 1 de junio de 1816, las
actuaciones emprendidas por la Hermandad de la Santa Caridad en
las epidemias acaecidas en la ciudad y en la “horrorosa hambre
q[u]e padeció en (...) 1812” 60 .
La Hermandad aceptó el 12 de marzo de ese año el encargo
del mariscal Soult para administrar el suministro de sopas a los
hambrientos y enfermos. Los hermanos salieron a pedir por las
59 A.M.M. Lib. 202, escrito dirigido por Antonio de la Chica a la Municipalidad de esta
ciudad el 28 de diciembre de 1811, fols. 23-24.
60 A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 15; LACOMBA, J. A., “Málaga en el primer tercio del
siglo XIX (Una aproximación)”, Jábega nº 9, Excma. Diputación, Málaga, 1975, pp.
35-38.
627

calles y con lo recaudado, 12.810 reales, repartieron 23.491
raciones de sopas y 5.935 de caldo.
Ilustración 79: Retrato de Nicolás Soult
La Corporación de San Julián continuó con esa actividad
durante los meses siguientes. Así, existe un estado de cuentas de
abril, fechado el 1 de mayo de 1812, en el que se recogía lo
recaudado por ésta -que había sido nombrada administradora por la
Junta de Beneficencia- a través de limosnas y suscripciones de
personalidades efectuadas para el socorro de los pobres. La entrada
de capital ascendió a 10.797,5 reales y el gasto a 12.810,18 reales.
Se repartieron entre el 4 y el 30 del citado mes: 19.951 raciones de
sopa y 5.935 de caldo, contabilizándose un total de 25.886.
Asimismo, se aclaraba que ante el gasto de 12.810,18 reales y el
número de sopas 19.951, salía cada una a 21 maravedíes,
repartiéndose a los enfermos en sus casas y a los hambrientos en las
628

calles; se detallaba que, desde el día 6 de abril, la Junta de
Beneficencia facilitó “los despojos de la carnicería militar”,
aumentando de esta manera las raciones, particularmente las de
caldo para “los enfermos y desmayados”; se señalaba que, además,
se dieron raciones de vino, bizcochos, chocolate y pan, destacando
la actuación del boticario de esta Casa de San Julián, Rafael Briz,
quien había facilitado medicinas y asistencia médica. El documento
está expedido el 1 de mayo de 1812 y figura Joaquín Ignacio
Tornería como secretario, quizás de la comisión encargada de
administrar las cuentas puesto que aparecen otras firmas, la del
presidente de la Junta de Beneficencia, Dr. D. Feliciano de Molina
y del secretario, Jerónimo Rafael Carrasco 61 .
En las actas capitulares del Ayuntamiento se encuentra
inserto un escrito, firmado por Joaquín Ignacio de Tornería, fechado
el día 2 de mayo de 1817, haciéndose constar por el secretario de
entonces de la Hermandad de la Santa Caridad, que:
“Rafael Briz Profesor de Farmacia en esta
ciudad, concurrio con todas las medicinas, y su
asistencia, á socorrer gratuita, y caritativamente
á quantos Enfermos tubo este S[an]to. hospital
en aquella época tan lamentable, y afiligida,
cuyo bien echor jamas puso obice, ni cota, tanto
a los Enfermos q[u]e. concurrian á este
hospital, como asimismo a los q[u]e. se
socorrian p[o]r. fuera, siendo un consumo
inmenso de medicinas las empleadas en esta
piadosa obra (...)” 62 .
61 A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 14.
62 A.M.M. Lib. 208, cap. nº 9, fol. 264.
629

En el año 1812, concretamente el 3 de octubre, la Junta de
Sanidad encargó a la Santa Caridad el cuidado del hospital
provisional de San Lázaro y suplicó, al mismo tiempo, que el
enfermero mayor de San Julián visitara dicha Casa para el mejor
gobierno y la recta asistencia 63 .
Ilustración 80: Antigua escalera situada en el patio secundario, hacia los años 30 del siglo
XX [Foto: Juan Temboury]
Como se puede comprobar, la situación hospitalaria de
Málaga era desastrosa y las autoridades políticas y sanitarias se
dirigían continuamente a la Hermandad de la Santa Caridad con el
fin de que se hiciera cargo del gobierno de cada institución,
seguramente por ser de las pocas fraternidades que tenía a su
atención un número de enfermos y pobres, y gozaba de una
63 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de
la Regla de la Hermandad de la Santa Caridad..., pp. 13 y 14.
630

eputación que la hacía acreedora de asumir otro tipo de
responsabilidades benéficas.
3.2.- Asistencia a los condenados a muerte
Exponemos los enterramientos realizados en el camposanto
por la Hermandad de la Santa Caridad entre 1808 y 1813:
Tabla 38
FECHA NOMBRE SENTENCIA
25 de junio de 1808 Celestino Cuenca, Arcabuceado
Ídem
natural de Castilla
Ramón Beltrán, natural Arcabuceado
de Galicia
Ídem Juan Naranjo, natural de
Churriana
Arcabuceado
21 de julio de 1808 Francisco Alarcón, Ajusticiado
Ídem
natural de El Borge
Cristóbal López, natural
de Málaga
Ajusticiado
Ídem Cristóbal Avalos, Ajusticiado
natural de Málaga
17 de enero de 1810 Cristóbal Zamorano, Ajusticiado
vecino de Colmenar
6 de febrero de 1810 Cuatro hombres de Ajusticiados
7 de febrero de 1810
Yunquera
Bernardo Sanmillán Ajusticiado
8 de febrero de 1810 Rafael Sanmillán Ajusticiado
Ídem Fray Francisco de Paula,
religioso del convento
Ajusticiado
de San Pedro de
16 de febrero de 1810
Alcántara
Soldado polaco Arcabuceado
17 de febrero de 1810 Cristóbal Zamarro, Ajusticiado
28 de febrero de 1810
natural de Colmenar
Francisco de Luna, alias Ajusticiado
“El Rubio”, natural de
Cuevas del Becerro
1 de marzo de 1810 Francisco Meléndez Ajusticiado
Fernández, natural de
Málaga
631

FECHA NOMBRE SENTENCIA
Ídem Miguel Meléndez Ajusticiado
17 de marzo de 1810
Fernández, natural de
Málaga
Granadero del Ejército
francés
Arcabuceado
21 de marzo de 1810 Fernando Mateo Serna,
natural de Hinojosa
Ajusticiado
Ídem Bartolomé Durán Ajusticiado
Sánchez, alias “El
Rubio”,
Monda
natural de
Ídem Miguel Carrasco Rueda,
natural de Alhaurín El
Grande
Ajusticiado
Ídem José Perea González,
natural de Málaga
Ajusticiado
Ídem Francisco Gil García,
natural de Igualeja
Ajusticiado
22 de marzo de 1810 Diego Tirado, natural de
Alhaurín El Grande
Garrote
Ídem José González, natural Garrote
de Málaga
Ídem Pedro Rodríguez, Garrote
natural de Guaro
Ídem Fernando Medrano, Garrote
natural de Guaro
31 de marzo de 1810 Ramón Ruiz Garrote
Gutiérrez,
Málaga
natural de
8 de abril de 1810 Soldado, Regimiento Ajusticiado
de Dragones de
Caballería del Ejército
francés
29 de mayo de 1810 Bartolomé Alarcón Garrote
Moreno,
Málaga
natural de
23 de junio de 1810 Juan Cantero Rodríguez,
natural de Churriana
Ajusticiado
26 de julio de 1810 Ignacio de Mata Garrote
Márquez, natural de
Torremolinos
30 de julio de 1810 Diego Valdeiglesias, Arcabuceado
natural de Velez,
soldado del Regimiento
de Infantería de
Málaga
632

FECHA NOMBRE SENTENCIA
4 de agosto de 1810 Francisco Canavero Garrote
María, piamontés
Ídem Francisco Moreno, Garrote
Ídem
natural de Granada
José López Clemente,
natural de Comares
Garrote
Ídem Salvador Baeza Medina,
natural de Torrox
Garrote
Ídem Antonio del Caño Rico,
natural de Torrox
Garrote
Ídem Dámaso Figuerini Garrote
Gentil,
Madrid
natural de
26 de septiembre de Esteban Busi, soldado Fusilado
1810
del Regimiento de
13 de octubre de 1810
Infantería de Málaga
José de Frías, alias “El Garrote
Mínimo”,
Antequera
natural de
10 de noviembre de Alonso Moreno, alias Garrote
1810
“El Peludo”
12 de noviembre de Francisco de Peña, Arcabuceado
1810
natural de Mijas
27 de noviembre de Pedro Calero, natural de Fusilado
1810
Aymon en Castilla,
soldado del
Regimiento de
18 de diciembre de 1810
Infantería de Málaga
José Cabello Martínez, Garrote
alias “El Torrezno”,
natural de Colmenar
18 de enero de 1811 Francisco Herrera, Garrote
4 de febrero de 1811
natural de Vélez-Málaga
Tomás Álvarez, natural Fusilado
de Granada
11 de febrero de 1811 Antonio Gutiérrez ---
Pinto,
Málaga
natural de
5 de abril de 1811 Tomás Barranco Parejo,
natural de Velez-Málaga
Garrote
4 de mayo de 1811 Francisco Sánchez, alias
“Vizcaino”, natural de
Colmenar
Garrote
Ídem Francisco Aguilar, Garrote
natural
Casabermeja
de
633

FECHA NOMBRE SENTENCIA
13 de mayo de 1811 Bartolomé García Fusilado
Vázquez, alias
“Bartolejo”, natural de
Málaga
Ídem Juan Romero Jaime, Fusilado
natural de Málaga
22 de mayo de 1811 Bernardino Caballero Garrote
Garrido, natural de
Pastrana
Alcarria
en la
27 de junio de 1811 Francisco Otero Luque, Fusilado
alias “El Volante”,
3 de julio de 1811
natural de Málaga
Antonio Montañés, alias
“El Mono”, natural de
Colmenar
Garrote
29 de julio de 1811 Domingo González Garrote
González, natural de
Ídem
Sanlúcar de Barrameda
Antonio Parra Herrero, Garrote
natural de Nerja
Ídem José Galindo Burguillos,
natural de Málaga
Garrote
8 de agosto de 1811 Antonio Pérez Robles,
natural de El Borge
Garrote
30 de octubre de 1811 Antonio Alarcón Ruiz,
natural de Almachar
Pasado por las armas
31 de diciembre de 1811 Francisco Moreno Fusilado
Benítez, natural de
Alhaurín de la Torre
2 de enero de 1812 Miguel Carrasco, Fusilado
natural de Coín
24 de enero de 1812 Miguel León, alias Pasado por las armas
“Zurrado”, natural de
Estepona
1 de febrero de 1812 Francisco Gallardo, Garrote
16 de marzo de 1812
natural de Benamejí
José Esteban Hermoso, Pasado por las armas
natural de Comares
Ídem Antonio Mateos Ruiz,
natural de Comares
Pasado por las armas
4 de abril de 1812 Sebastián Garbero Díaz,
natural de Coín
Fusilado
Ídem Cristóbal García Fusilado
Millán, natural de
Coín
634

FECHA NOMBRE SENTENCIA
Ídem Salvador Bernal Fusilado
Pimentel,
Coín
natural de
Ídem Francisco Mena Fusilado
González,
Coín
natural de
11 de abril de 1812 Gabriel Rengel, natural Pasado por las armas
de Fuente Ovejuna en
Extremadura, teniente
del Batallón de
Ídem
Cazadores de Barbastro
Antonio de Sola, natural
de Cataluña, soldado del
Batallón de Cazadores
de Barbastro
Pasado por las armas
Ídem Tadeo Reus, natural de Pasado por las armas
Barbastro, soldado del
Batallón de Cazadores
de Barbastro
Ídem Juan José González, Pasado por las armas
natural de Galicia,
soldado del Batallón de
Cazadores
Barbastro
de
Ídem Miguel Martínez, Pasado por las armas
natural de Jerez, soldado
del Batallón de
Cazadores
Barbastro
de
Ídem Antonio Alcaraz, de Pasado por las armas
Murcia, soldado del
Batallón de Cazadores
de Barbastro
Ídem Antonio Casquet, Pasado por las armas
natural de Antequera,
soldado del Batallón de
Cazadores
Barbastro
de
Ídem Simón García, natural
de Aracena, soldado del
Batallón de Cazadores
de Barbastro
Pasado por las armas
Ídem Narciso Ros, natural de Pasado por las armas
Mataró, soldado del
Batallón de Cazadores
de Barbastro
635

FECHA NOMBRE SENTENCIA
Ídem Vicente Moyano, Pasado por las armas
natural de Fregenal,
soldado del Batallón de
Cazadores
Barbastro
de
Ídem Vicente Mas, soldado Pasado por las armas
del Batallón de
Cazadores
Barbastro
de
Ídem Antonio Campomán, Pasado por las armas
soldado del Batallón de
Cazadores
Barbastro
de
14 de abril de 1812 Antonio
Zamora Lara
Fernández Fusilado
21 de mayo de 1812 Juan Escobar González,
natural de Málaga
Garrote
23 de mayo de 1812 Antonio Pardo Garrote
González, alias “El
Rubio del Tarage”,
natural de
27 de mayo de 1812
Benamocarra
Pedro Villalba, natural
de Benaque
Fusilado
1 de junio de 1812 Juan García Iglesias Fusilado
Ídem Antonio
Mayorga
García Fusilado
Ídem Miguel
Escobar
Fernández Fusilado
Ídem José Sánchez González Fusilado
Ídem Juan Escobar Sánchez Fusilado
Ídem Juan Martos Iglesias Fusilado
23 de junio de 1812 Antonio Clavero Fusilado
Márquez,
Cútar
natural de
27 de julio de 1812 Francisca Romero Garrote
Santiago, natural de
Castilla La Vieja
Ídem María del Yerro Garrote
Noriega,
Segovia
natural de
Ídem Rosalía Barea Martínez Garrote
Ídem Francisco Lobato Garrote
Burgos,
Málaga
natural de
636

FECHA NOMBRE SENTENCIA
Ídem Manuel Vallejo Garrote
Cañamero, natural de
Monda
Ídem Juan Vázquez Cano, Garrote
31 de julio de 1812
natural de Coín
José Angulo, natural de
Cazorla
Garrote
7 de agosto de 1812 Antonio José Pérez Garrote
Carrillo, natural de
10 de agosto de 1812
Ronda, presbítero
Juan de Muros, natural
de Colmenar
Fusilado
20 de agosto de 1812 José Quero Blanco, Garrote
Ídem
natural de Mijas
Miguel García Moreno, Garrote
natural de Mijas
16 de diciembre de 1813 Francisco
natural de
Aguilar,
Mijas,
Fusilado
soldado del Real Cuerpo
de Artillería
64 .
En la asistencia corporal prestada por la Hermandad de la
Santa Caridad a los ejecutados, destacaba la que se dio a Antonio
Pérez Robles, natural de El Borge, de 18 años, que murió a garrote
por orden del Gobernador de la plaza, siendo enterrado el 9 de
agosto de 1811 en el cementerio y ascendiendo la cuestación a 145
reales. El día 13, el hermano mayor Juan Doroteo del Postigo envió
un escrito al Corregidor lamentándose de que:
“(...) el Gobernador hubiera llamado á su
presencia á Don Joaquin Ignacio Tornería, de la
Santa Caridad, reprendidole con desagrado por
haber puesto dos luces al cadáver del
64 A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.; A.H.D.M. Leg. 72, pza. 2,
“Expedientes de condena y ejecución de reos y enterramientos de la Hermandad de
Caridad y sufragios”.
637

ajusticiado; asegurado que los Hermanos con el
pretexto de pedir para el bien espiritual de los
reos, hacian mal uso de los fondos recaudados,
y usurpaban parte de los mismos. Se queja
tambien de que semejante inculpación recaiga
sobre las principales personas de la ciudad que
pertenezcan á la Hermandad. Indica que á la
entrada de las tropas francesas sus individuos
se retiraron á sus casas, y que sólo volvieron á
juntarse por órden del General Horacio
Sebastiani, mandóles que en todo siguieran sus
costumbres. Advierte que la Hermandad no
tiene empeño, ni renta, ni utilidad alguna en
este encargo, pudiendo confiarsele á otro.
Recuerda al Corregidor su promesa de
desimpresionar al Caballero Gobernador de
cualquier siniestro informe que alguien pudiera
haber dado contra la Cofradia, y le pide que
evacue á la mayor brevedad posible esta súplica
para satisfacción de los Hermanos, amargados
por tan bajo concepto, bien entendido que la
Cofradia no procederá hasta conocer la
voluntad del Gobernador, para no excederse en
adelante en cosa alguna, ni exponer á otro de
sus compañeros á igual compromiso” 65 .
4.- EL REINADO DE FERNANDO VII (1813/33)
Como se ha mencionado al principio de este capítulo, Carlos
IV abdicó en 1808 en su hijo Fernando VII, quien fue proclamado
Rey pero teniendo, igualmente, que abdicar en la ciudad francesa de
Bayona. Estuvo retenido en Francia por Napoleón entre 1808 y
1814. Por medio del Tratado de Valençay, firmado el 11 de
65 A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.
638

diciembre de 1813, Fernando VII quedaba restablecido como Rey
de España. Al casarse con María Cristina de Borbón, su cuarta
esposa, tuvo como descendiente a la princesa Isabel, nacida el 10 de
octubre de 1830. El Rey falleció el 29 de septiembre de 1833. Bajo
su reinado España vivió uno de los peores episodios de su historia
al instaurar el absolutismo y, a partir de ahí, comenzó una escalada
de represalias y ejecuciones, destacando la del Empecinado,
personaje que había combatido valientemente contra los franceses.
Resaltaba, asimismo, la orden de fusilamiento del general José
María Torrijos Uriarte y sus compañeros cuando intentaban alzarse
a favor de la libertad 66 .
4.1.- Las Constituciones de 1813 y 1819
En el período fernandino se renovaron las Constituciones de
la Hermandad de la Santa Caridad, de las que nos vamos a ocupar.
Como antecedentes a la iniciativa, hallamos en los cabildos
generales celebrados los días 4 y 21 de abril de 1802, el acuerdo de
“addicionar, corregir y variar las antiguas Constituciones” 67 . En la
fecha del 4 de julio de 1802, se volvió a tratar la necesidad que
existía de restaurar las Reglas de la Hermandad. El hermano mayor
Dionisio Muñoz Nadales informó de que se había nombrado a José
Molina y a otros tres hermanos para que revisaran y modificaran las
Constituciones, tras el abandono de la tarea encomendada meses
66 MENEZO, J. J., op. cit., pp. 207-210.
67 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, “Constituciones y Reglas de la Venerable Hermandad de
la Santa Caridad de nuestro S[eñ]or. Jesu-christo. Sita en la Iglesia y Hospital de San
Julian de la Ciudad de Malaga. Corregidas, y adicionadas con respecto á los varios
objetos á que se han extendido sus obligaciones y desvelos. Año de 1813”.
639

atrás 68 . En agosto de ese año, se leyeron las adiciones realizadas a
las Constituciones, pareciéndoles acertadas a la Hermandad. Se
designó a José García de Segovia para que las transcribiese 69 . Éstas
se iniciaban con una introducción histórica de los acontecimientos
más relevantes sucedidos hasta entonces. En el segundo folio, ya se
advertía de la insuficiencia de las antiguas Reglas por las que se
habían gobernado debido a la “multiplicacion de objetos á que
extendio la Hermandad su laborioso fervor”. Para efectuar estos
cambios y modificaciones se acogían al capítulo 27 de las mismas,
en el que se hacía referencia a:
“la variacion de tiempos, circunstancias y
obligaciones que necesariamente piden las
innovaciones, enmiendas y aumento de muchas
de dichas reglas para el cabál desempeño de los
varios ramos que abraza la oficiosa caridad de
este util establecimiento”.
Concluida la tarea literaria, los Estatutos pasaron a la
aprobación del Prelado, que no solo actuó como diocesano sino
como visitador regio, aprobándolas en 1813. Pero cabe formularnos
la siguiente pregunta ¿por qué se tardó tanto tiempo en que fueran
sancionadas?
En la portada de las “Constituciones y Reglas de la Venerable
Hermandad de la Santa Caridad de nuestro S[eñ]or. Jesu-christo”
figuraba, en principio, la fecha de 1805 para luego ser tachada y
enmendada con el número 13, completando el año 1813. De todos
68 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 4 de julio de 1802, fol. 246 v.
69 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, aa. cc. de 1 de agosto de 1802, fol. 250.
640

modos, las Constituciones salieron adelante, que era de lo que se
trataba.
Para no reproducir en su integridad el corpus legislativo, sólo
recogemos las partes en que se dividían y los capítulos que
componían cada una de éstas e, igualmente, plasmamos los
artículos que, a nuestro modo de ver, resultan más interesantes por
lo que en ellos se recoge. Los Estatutos se dividían en tres partes
bien diferenciadas:
-La primera, trataba del “Instituto de la Hermandad, fines que
se propone en sus ocupaciones, y medios que ha de usar para
conseguirlos”.
Contenía un primer capítulo, intitulado “De la forma, y
gobierno del hospital de pobres ancianos habitualmente enfermos é
incurábles”, con veintitrés artículos.
El artículo 1, se iniciaba haciendo constar el verdadero
fundamento de la Corporación con respecto a la citada cuestión:
“Deviendo ser este el primero y principal
obgeto de nuestra Hermandad, como que es el
mas permanente y que ha de tener siempre a la
vista, cuidara con particular esmero que en
quanto a sus personas, asistencia, buena
economía, ministerios, disposición y oficinas
de la casa, nada falte de lo necesario, como el
que se excuse lo superfluo en todos ramos”.
El artículo 3 era, verdaderamente, ilustrativo por las
indicaciones que deberían cumplir los aspirantes al ingreso en el
hospital de San Julián:
641

“Para ser admitidos en nuestro hospital,
deveran ser verdaderamente pobres, sin amparo
de persona o familia que los pueda y deba
mantener; y ademas han de tener algun achaque
que los imposibilite de ganar por sí mismo el
sustento, pero que no traiga sigilo alguno de
contagio como Ptysis, Asma, llagas corrosivas,
ni otra semejante enfermedad, que pueda
contaminar á los demas, de lo que certificaran
el Medico y Cirujano de la Casa (...)”.
El artículo 7, describía perfectamente la cama y las prendas
de ropa que tendría el asilado mientras permaneciera acogido en el
hospital:
“Se dara a cada pobre una cama en alto,
compuesta de tres tablas sobre dos bancos de
hierro, uno o dos colchones de lana, dos
sabanas, dos almohadas, y una ó dos cubiertas
para el abrigo, según el tiempo, y con arreglo a
este, se les dará todo el vestido que necesiten,
tanto interior como exterior, cuidando de que
en todo tengan el aseo necesario, y con
igualdad en la hechura color y numero de
prendas”.
El artículo 18, explicaba cuándo los familiares y conocidos
de los pobres podrían visitarlos y acompañarlos dentro de los
dormitorios:
“solamente los Domingos por la tarde, desde
que acaben de rezar el S[an]to. Rosario, hasta
media hora antes de la oración, y en este tiempo
no faltara de los dormitorios uno de los
hermanos de habito (...)”.
642

Un segundo capítulo, “Del hospedáje, socorro y doctrina de
Pobres peregrinos, y transeúntes en Hospicio á cargo y gobierno de
la Hermandad”, con ocho artículos.
Antes de que comenzara la inscripción del artículo 1, se
plasmaba la siguiente reseña: “En el año de 1682, dispuso nuestra
Santa hermandad se fabricase el Hospicio que oy tenemos para
recoger los pobres mendigos peregrinos y transeúntes (...)”.
El artículo 5, abordaba el horario que tendría el hospicio para
que salieran de él los pobres:
“(...) el verano a las 6, y el invierno a las 7 pero
en los Domingos y días de oir misa por
precepto, no se les abrira para que vayan hasta
que hayan cumplido con el, asistiendo á la que
para este fin esta perpetuamente dotada en la
Yglesia de nuestro hospital mui de mañana”.
En el artículo 6, se comprobaba la importante labor que
cumpliría el capellán administrador consistente en: “(...) explicarles
á menudo la doctrina cristiana, y especialmente la Quaresma
disponiéndolos y exhortándolos a que confiesen y comulguen bien
para cumplir con el precepto de la Santa Iglesia”.
Un tercer capítulo, “De la asistencia con Cartas de Caridad,
limosnas y bagáges á los pobres enfermos que necesiten salir de
Malaga para su curacion”, constaba de tres artículos.
Un cuarto capítulo, “De la conducion á los Hospitales, ó á sus
Casas en silla de manos, á los pobres que no puedan ir por su pie”,
contenía cuatro artículos.
643

El artículo 1, señalaba que ésta era una de las cuatro formas
que la Hermandad ejercía la caridad con los pobres, manteniendo
para ello una silla de manos medianamente decente y dos mozos
que con sus ropones y sombreros redondos estuvieran siempre
preparados para este ejercicio.
El artículo 4 y último, apuntaba una cuestión que sería
espinosa, años más tarde, por lo que ocurriría al prestarse el
servicio:
“Los mozos de la silla no podran tomar
estipendio ni agasajo alguno por llevar á ningun
pobre y los hermanos cuidaran de que asi se
observe, pues la silla ha de ir de limosna y
caridad para todos”.
Un quinto capítulo, “De la solicitud y caritativo cuidado en
recoger y sepultar á los pobres ajusticiados, y hacer bien por sus
almas”, estaba formado por dieciocho artículos. Sin duda alguna,
éste será unos de los institutos fundamentales de la Hermandad de
la Santa Caridad. Por ello, se le prestó la mayor atención,
dedicándole ese número.
El artículo 1, arrancaba con la siguiente redacción:
“Luego que se dé aviso á nuestra hermandad de
irse a poner en capilla algun pobre para ser
ajusticiado se nombraran dos hermanos
Eclesiásticos, y dos seculares p[ara]ª. que pasen
a consolarlo y asistirlo en quanto se le ofresca,
tanto para bien de su conciencia, como para
alivio en su aflicción”.
644

El artículo 2, hacía una aclaración con respecto a la función
que prestaban los hermanos de la Cofradía de San Juan Degollado o
de la Cárcel, cuidando de la asistencia temporal de todos los pobres
allí detenidos y de su sustento. Sin embargo, la Santa Caridad sí
tenía cometido en los casos de ámbito militar. En este caso, se
ocuparía de su alimentación hasta la ejecución.
En el artículo 10, se hablaba del ritual que habría de seguirse
para enterrar al ajusticiado:
“(...) se convidara á la hermandad de S[a]n.
Juan degollado, según esta acordado entre las
dos hermandades, iran delante los niños de la
providencia, seguira la antedicha hermandad, y
despues la nuestra con su cruz y faroles, la
Parroquia, y el cadáver llevado por nuestros
hermanos, y luego que este llegue a la Iglesia,
se despira [sic] a la hermandad de San Juan por
una diputación nuestra, y se hara el sepelio
según costumbre, llevando el cadáver a la
sepultura nuestros mismos hermanos”.
Un sexto capítulo, “Recoger y enterrár á los Pobres que
mueren en desampáro”, se componía de seis artículos.
El artículo 1, anunciaba que en cuanto la Hermandad tuviera
noticia o recibiera aviso de hallarse muerto y desamparado algún
pobre por muerte natural o violenta, pasarían dos hermanos de mes
con el féretro que llevarían los mozos encargados.
El artículo 3, decía que en el caso de que el cadáver se
recogiera el mismo día de la muerte y no se pudiera enterrar hasta el
siguiente, se trasladaría al hospital siendo depositado en la capilla
645

del Santo Cristo del Consuelo para por la mañana llevarlo a que
recibiera sepultura.
El artículo 4, describía que con las limosnas que se
recaudaran se pagaría el entierro y demás gastos que se ocasionaran
y el sobrante se invertiría en misas para los ajusticiados.
-La segunda parte versaba sobre la “Forma, Dirección y
Gobierno de este Cuerpo”.
Antes de que se desarrollara, aparecía un preámbulo del que
damos cuenta:
“Para cumplimiento de los antedichos fines es
indispensable un numero de individuos que
voluntaria y libremente quisieran
desempeñarlos para servicio de Dios nuestro
Señor y bien de sus almas, sin que para ello los
mueban otros motivos, y que reunidos en
cuerpo convengan entre si, en que uno sea la
cabeza de el, y se distribuyan entre los demas
todas las funciones precisas a su dirección,
conservación y desempeño de quanto queda
establecido en la primera parte, sin omitir el
extenderse según las circunstancias lo exigan á
procurar todo el bien posible á nuestros
hermanos los pobres (...)”.
El capítulo 1, nominado “Nombre y divisa de la Hermandad,
que no hay numero determinado de Hermanos, y el estilo con que
se han de tratar”, constaba de cinco artículos.
El artículo 1, hacia referencia a que la Hermandad
conservaría su antiguo nombre de la “Santa Caridad de nuestro
S[eño]r. Jesu Christo” y su divisa, así como propio seguiría
teniendo el escudo formado por una cruz verde en campo blanco,
646

sobre un corazón que despide llamas con el lema “Deus Caritas
est”. La cera de la Hermandad sería azul y del mismo color el paño
para el féretro, hopas de los “portitores” y lo que pertenezca al uso
de ella.
El artículo 2, abundaba en que el número de hermanos
podría ser indeterminado, pudiendo pertenecer a la Hermandad
eclesiásticos como seglares.
El capítulo 2, “Calidades del que se haya de recibir por
Hermano, su modo de pretenderlo y procesionarlo, y su
contribucion”, figuraba con cinco artículos.
El artículo 1, exponía a la perfección los requisitos que
debían cumplir los aspirantes a ingresar en la Corporación. Se
señalaba que:
“A los que pretendan y quieran ser admitidos
por hermanos les ha de acompañar
indispensablemente las calidades y
circunstancias siguiente. 1ª. Que han de ser
hijos y descendientes de limpia y cristiana
generación. 2ª. Que no hayan sido castigados
con pena infame por ninguno de los Tribunales
de estos Reynos. 3ª. Que hayan de ser de
buenas y loables costumbres. 4ª. Que siendo
casados no hayan incurrido en notable y
declarada desigualdad con sus mugeres. 5ª. Que
no tengan ni hayan tenido oficios viles ni
baxos. 6ª. Que ó por sus caudales, ó por sus
empleos se hagan de mantener con honor y
decencia. 7ª. Que han de tener veinte y cinco
años, no siendo hijos de hermano, y quince
siéndolo, pero sin voto en este caso hasta los
veinte y cinco. 8ª. Que han de entrar resueltos a
servir á Dios en sus pobres con tanto celo y
resolución, que si encontraren un desvalido en
647

las plazas publicas, y fuese necesario echárselo
á cuestas, y traerlo á nuestra Casa, ó a otra de
caridad lo hagan sin detención alguna”.
En el artículo 2, se detallaba la forma en que debería dirigirse
por escrito a la Hermandad la persona interesada en ingresar en la
misma:
“Señores Hermano mayor y demas hermanos
de la S[an]ta. Caridad de Nuestro S[eñ]or. Jesu-
Christo.
D[on]. N[ombre]. hijo de D[on]. N[ombre]. y
de D[oña]ª N[ombre]. naturales de tal parte,
deseando servir á Dios en sus pobres, y en los
demas Santos exercicios en que esa S[an]ta.
Hermandad se ocupa = Suplica á V[ste]d[e]s.
que si les parece es aproposito para ello, y que
concurren en su persona las calidades que son
de constitución se digne recibirlo en su
compañía, lo que estimará como debe= Fecha y
firma”.
El capítulo 3, “Sucesión de los Hijos en la Vela de sus
Padres”, lo constituían dos artículos.
El capítulo 4, “Despedimiento de Hermanos”, estaba
redactado con cuatro artículos.
El capítulo 5, “Recibimiento de las mugeres de los
Hermanos”, reunía dos artículos.
El artículo 1, reflejaba que el hermano que tuviera mujer,
madre, hija o hermana y que deseara gozar de las indulgencias y
sufragios de la Hermandad, pediría verbalmente a la Junta su
ingreso como hermana.
648

El capítulo 6, “Entierro de Hermano”, estaba formado por
cinco artículos.
El artículo 1, señalaba que cuando falleciera algún hermano o
hermana se avisaría a todos por cédulas, expresándose la hora del
entierro para que asistieran al mismo. La Hermandad acudiría
formada con su cruz y faroles, saliendo así de la iglesia de San
Julián.
El artículo 2, continuaba diciendo que habría doce cirios
azules, que llevarían otros tantos hermanos en el entierro y arderían
cerca del cuerpo mientras durasen las exequias.
El artículo 3, describía que habría un paño de terciopelo azul
con el escudo de la Hermandad bordado de oro, flecos y borlas, que
se llevaría a la casa del difunto para que se pusiera sobre la casa y
permaneciera allí hasta que se le diera sepultura.
El artículo 4, refería que el cadáver lo portarían los mozos
desde la casa, con las hopas azules, hasta el lugar donde se le
enterrara.
El artículo 5 y último, informaba de que se dirían en la iglesia
de San Julián 25 misas rezadas por cada hermano o hermana
fallecida.
El capítulo 7, “Fiesta de San Julian nuestro Patrono”, se
componía de tres artículos.
El capítulo 8, “Honrras por los Hermanos Difuntos”, de
cuatro artículos.
artículos.
El capítulo 9, “Hermano Mayor, y sus obligaciones”, de siete
El capítulo 10, “Alcaldes, y su exersicio”, de cuatro artículos.
649

artículos.
artículos.
artículos.
artículos.
artículos.
El capítulo 11, “Del Fiscal, y sus obligaciones”, de cinco
El capítulo 12, “Del Secretario y sus funciones”, de nueve
El capítulo 13, “Del Contador, y su exersicio”, de once
El capítulo 14, “Del tesorero y su exersicio”, de cinco
El capítulo 15, “Del Prioste y sus funciones”, de cinco
El capítulo 16, “Doce Conciliarios vocáles para los Cabildos
ordinarios”, de tres artículos.
El capítulo 17, “Del Capellan y Administradór”, de
veinticinco artículos.
El capítulo 18, “De los Hermános de mes, ó Celadores, y de
los que han de pedir limósna”, de ocho artículos.
artículos.
El capítulo 19, “Del Portero y demás sirvientes”, de siete
El capítulo 20, “Del modo de celebrar los Cabildos”, de
cinco artículos.
El artículo 1, reseñaba que para los cabildos ordinarios o
generales, se citarían a los hermanos por papeletas, señalándose la
hora y motivo del cabildo.
El capítulo 21, “Del Cabildo Ordinário”, se estructuraba con
seis artículos.
artículos.
El capítulo 22, “Del Cabildo de Escrutinio”, con catorce
650

El artículo 1, destacaba que el domingo anterior al de Pascua
de Espíritu Santo o el día que el hermano mayor en esa semana
dispusiera, se juntaría a cabildo para elegir los que habrían de ser
propuestos al cabildo general para hermano mayor y demás
empleos.
El capítulo 23, “Del Cabildo General”, tenía once artículos.
El artículo 1, mencionaba que sería este cabildo en el que
citada toda la Hermandad, debería reunirse por Constitución tres
veces al año. La primera, para revisar y aprobar las cuentas. La
segunda, para elegir a todos los empleos. Y la tercera, para la toma
de posesión de los nuevos cargos.
El capítulo 24, “Que se haya de socorrer al Hermano que
empobreciere”, contenía dos artículos.
-La tercera parte, se basaba en la “Clase de fondos y limosnas
de esa Hermandad, y recta administracion que se ha de observar
en su manéjo”.
Se iniciaba con el capítulo 1, llamado “Clase de fondos y
limosnas”, formado por dos artículos.
El capítulo 2, “Recta administración y manejo del fondo, y
caudal de los pobres”, por nueve artículos.
El capítulo 3, “Del Archivo de papéles”, por seis artículos.
El capítulo 4, “De las herencias ó mandas, como se le ha de
proceder en ellas”, por siete artículos.
Las Constituciones fueron firmadas por: Francisco Monsalve,
alcalde antiguo; Fernando Ugarte Barrientos, alcalde moderno;
Francisco Cipriano; Cristóbal de Zafra, tesorero; Antonio Martín;
Antonio Rubio Benítez de Tena; Juan Rafael de Garay Bada; José
651

Fernández Lagos; Francisco de Estrada, prioste; Félix Verdugo;
Juan de Gálvez; José Sánchez de Castilla; Fernando Barrientos;
Juan Hudson, contador; Joaquín Ignacio Tornería, secretario;
Manuel Hidalgo Casini 70 .
En el año 1819 la Hermandad de la Caridad volvió a
presentar para su aprobación los Estatutos por los cuales se había
venido rigiendo desde 1813. Al no hallarse información, no
podemos estimar las causas que obligaron a los hermanos a elevarla
a la autoridad eclesiástica competente. Por lo que vemos esta
presentación no estaba sustanciada por la marcha del Obispo o por
la llegada de uno nuevo a la diócesis malacitana, puesto que el que
la regía era el mismo en una fecha y otra, Alonso Cañedo Vigil.
Puede barajarse como tesis el cumplimiento de una norma emanada
de instancias superiores que obligasen a las hermandades, del tipo o
clase que fueran, a presentarlas.
Sea por el motivo que fuere, directivos y hermanos firmaron
a la finalización del último artículo del ejemplar de las
Constituciones: Manuel Hidalgo, hermano mayor; José de la
Barcena, secretario 1º; Francisco Monsalve Monsalve; Joaquín
Ignacio Tornería; Esteban Doria; Luis de Heredia; Juan Rafael de
Lara Bada; Manuel Romero de León; José de Lara Bada; José
Sánchez de Castilla; Francisco de Paula Sánchez de Castilla; R.
Torres; Manuel Moreti Garrido; Cristóbal de Zafra; Tomás Vidal;
Diego de la Cruz Vileta; Juan Arostegui Esquivel; Miguel de
Arostegui Esquivel; Fernando García de Segovia; Agustín García
70
A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, “Constituciones y Reglas de la Venerable Hermandad de
la Santa Caridad...”.
652

Palomo; Fernando Ugarte Barrientos; Francisco J. Galin; Juan José
Delicado Díaz; Francisco de Paula Rosado; Joaquín de Vilches
Sixto; José María Llera Galindo; Antonio Pizarro; Francisco de
Estrada; Pedro Cuesta de Guzmán; Antonio Rodríguez; Juan de la
Torre Puer; Joaquín María Torreblanca; Manuel García de Segovia;
Diego Ruiz Quevedo; José Fernández Lagos; Francisco Cipriano;
Bernardo de Sierra; Juan de Sevilla; José de Navas; Juan Hudson;
Félix Verdugo; Antonio Wittemberg; José Hurtado López;
Francisco Gallego; Cristóbal María Rubio; Nicolás Figueroa; Luis
Monsalve; Manuel de Torres 71 .
4.2.- Administración del hospital General por la Hermandad de
la Caridad y ayudas económicas para el hospital de San Julián
La primera información que obra en nuestro poder del
encargo recibido por la Hermandad para administrar el hospital
General está datada el 29 de octubre de 1812. El Ayuntamiento le
encomendó el gobierno del mismo ante el deplorable estado de
abandono de los enfermos 72 . El llamado hospital General (conocido
por San Juan de Dios) había sido una fusión de los centros
sanitarios de la ciudad llevada a cabo por José Bonaparte, como se
ha visto líneas atrás.
La Hermandad de San Julián se hacía cargo interinamente del
número de enfermos que le permitieran sus fondos. Este encargo
municipal se debía, principalmente, a la expulsión de los hermanos
71
A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, “Constitución de la Hermandad de Caridad de esta
ciudad. Año 1819”.
72
A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de
la Regla de la Hermandad de la Santa Caridad..., p. 13.
653

de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios durante la ocupación
francesa.
Desde el día 1 de enero de 1814, quedaban a disposición de
los administradores y juntas de los hospitales de Santo Tomás,
Convalecientes y Santa Ana sus respectivas recaudaciones para los
fines de este instituto. Asimismo, la Hermandad reclamaba una
cantidad pecuniaria al Ayuntamiento, disponiendo que debían
ponerse al cobro los atrasos que estaban pendientes de los citados
hospitales. Esta solicitud se basaba en que el hospital General había
asistido a doce enfermos que correspondían al de Santo Tomás 73 .
En la primera reunión mantenida por los caballeros regidores
el 10 de febrero de 1814 se leyeron dos oficios presentados por la
Hermandad de la Santa Caridad, concernientes al deseo de ésta de
no continuar asistiendo a los enfermos del hospital General. Por la
Corporación municipal, su presidente Juan Antonio Rando,
manifestó que la Institución a la que representaba se hizo cargo del
hospital de San Juan de Dios cuando estaba dirigido por un
administrador y oficinistas nombrados por el Gobierno interino, al
haberse extinguido la Comunidad de San Juan de Dios. Abundaba
que, restablecida dicha Orden de religiosos por el Congreso, se
solicitaría la devolución del hospital del que le despojó el Gobierno
bonapartista. Mientras se resolvía dicha cuestión, los capitulares
acordaron solicitar a los hermanos de la Santa Caridad que,
provisionalmente, continuaran con la asistencia y curación de los
enfermos 74 .
73 A.M.M. Lib. 206, aa. cc. de 31 de enero de 1814, fols. 165 v., 166 y v.
74 A.M.M. Lib. 206, aa. cc. de 10 de febrero de 1814, fols. 220 v. y 221.
654

Pese a todo, la Hermandad de la Santa Caridad había
continuado atendiendo a los pacientes con los 2.000 reales que se
le habían facilitado de los fondos de la contribución de la Colonia
francesa. Entretanto, el Ayuntamiento dirigía un escrito a la
Hermandad para que nombrara una representación a fin de que
asistiera a una reunión el 14 de febrero, a las 11 de la mañana 75 .
En la citada convocatoria, el hermano mayor y miembros de
la Santa Caridad manifestaron que habiendo desembolsado más de
50.000 reales de los suplementos hechos para sostener el hospital de
San Juan de Dios, no podían continuar con esta misión a menos que
se le reintegrara dicha suma y adelantara la necesaria, pues
habiendo puesto a disposición de las respectivas juntas y
administradores de los centros sanitarios de Santo Tomás,
Convalecientes y Santa Ana la recaudación de sus respectivas
rentas eran muy cortas las que quedaban para el hospital de San
Juan de Dios.
Desde el Consistorio se declaraba que conforme a lo recogido
en el Decreto de 23 de junio de 1813, no podía mezclarse la
recaudación de los tres establecimientos sanitarios, por invertirse
sus rentas en los fines de su instituto; y, por otra, la obligación que
tenía de mantener en funcionamiento el hospital de San Juan de
Dios para que pudieran ser atendidas las necesidades de los allí
instalados. En consecuencia, acordaba el reintegro de los fondos del
hospital General a la Tesorería de Propios la cantidad de 2.400
reales semanales para que, con dicho producto y las rentas de la
administración, se cubrieran y atendieran los gastos diarios
75 A.M.M. Lib. 206, aa. cc. de 12 de febrero de 1814, fols. 221 v. y 222.
655

procurando la Hermandad no admitir por entonces enfermo alguno
hasta que se redujera el número de los que había en la actualidad.
Con esta propuesta, estuvieron conforme el hermano mayor Joaquín
María Pery, y los representantes de la Hermandad Francisco
Monsalve y Joaquín Tornería 76 .
En abril de dicho año, la Hermandad de la Santa Caridad
comunicaba por escrito al Ayuntamiento la intención de “(...)
separarse para fin del presente mes [del año 1814] de la asistencia y
curativa del Hospital General (...)”. La Corporación municipal se
reunió el día 30 de abril 77 . Reunidos los munícipes se volvió a dar
lectura a la instancia presentada por la Santa Caridad el día 21 del
corriente, comunicando, como otras veces lo había hecho, la
intención de dejar el gobierno del hospital de San Juan de Dios.
Además, en el Cabildo se dio cuenta de una exposición de Fray
Francisco Javier Portales, prior del convento de San Juan de Dios
de Lucena y comisionado del Vicario general de la misma Orden,
“para entregarse en dicho Hospital”. Ante esta posición, el
Ayuntamiento se pronunció así:
“el Hospital de Caridad con sus rentas, Papeles,
ropas y deemas utensilios se entreguen en el
Estado actual á los Religiosos del orden de San
Juan de Dios (...)” 78 .
Por fin, la Hermandad de la Santa Caridad respiraba a fondo.
Ahora surgía un nuevo escollo, recuperar el dinero invertido o parte
76 A.M.M. Lib. 206, aa. cc. de 14 de febrero de 1814, fols. 223-224.
77 A.M.M. Lib. 206, aa. cc. de 29 de abril de 1814, fol. 617 v.
78 A.M.M. Lib. 206, aa. cc. de 30 de abril de 1814, fols. 643 v.-645.
656

de él. Se envió al Ayuntamiento un oficio al que acompañaban dos
estados de cuentas de los gastos del hospital General. El primero,
correspondiente al período comprendido entre el 21 de noviembre
de 1812 y el 28 de febrero de 1813; y el segundo, del 1 de
marzo al 30 de junio de 1813 79 . Revisadas las cuentas por el
Ayuntamiento, que ascendían a 33.952 reales y 2 maravedíes,
acordó aprobarlas al no encontrar ningún inconveniente 80 . No
obstante, y a pesar de esta circunstancia, la Hermandad siguió
remitiendo al Ayuntamiento “piezas de cuentas de la
Administracion y Hospitalidad de los Pobres Enfermos que estubo á
su cargo” 81 .
Por medio de una noticia recogida en las actas capitulares
municipales del día 17 de abril de 1815, sabemos que, para esa
fecha, los hermanos de la Orden Hospitalaria ya se habían hecho
cargo del centro sanitario, porque Fray Francisco Javier Portales,
presidente del hospital de San Juan de Dios, comunicaba el pago
que dicha Institución debía satisfacer a los hermanos de la Santa
Caridad de San Julián y a los fondos de propios 82 .
Tres días más tarde, el Cabildo municipal volvió a ver el
oficio de Fray Francisco Javier Portales y otro de la Hermandad de
la Santa Caridad, dando ésta las gracias por la aprobación de las
cuentas y pidiendo el reintegro de la cantidad que tenía suplida 83 .
79 A.M.M. Lib. 206, aa. cc. de 5 de julio de 1814, fol. 883 y v.
80 A.M.M. Lib. 206, aa. cc. de 27 de diciembre de 1814, fols. 1434 v. y 1435.
81 A.M.M. Lib. 207, aa. cc. de 30 de enero de 1815, fol. 163.
82 A.M.M. Lib. 207, aa. cc. de 17 de abril de 1815, fol. 517 v.
83 A.M.M. Lib. 207, aa. cc. de 20 de abril de 1815, fol. 523.
657

La deuda que debían satisfacer los religiosos a la Hermandad de la
Caridad, se abordó en el cabildo celebrado el 18 de mayo de 1815 84 .
Apreciamos que en las actas capitulares fueron repetidas las
peticiones en el mes de junio de la Hermandad de la Santa Caridad
acerca de la cantidad que se le adeudaba 85 . A pesar de ello, nunca
recibió el dinero que reclamaba, puesto que en un escrito fechado
entre 1821 y 1822 se reflejaba que aún estaban pendientes de pago
más de 42.000 ducados adelantados cuando se hizo cargo del
hospital de San Juan de Dios 86 .
Sea como fuere, la citada Comunidad religiosa siguió
atendiendo a los ingresados hasta 1835, fecha en que quedó
extinguida su labor en dicho hospital, haciéndose cargo el
Ayuntamiento, quien por la Ley de Beneficencia de 6 de febrero
de 1822 y restablecida por Real Decreto de 8 de septiembre de
1836, entregó el establecimiento a la Junta Municipal del referido
ramo. Luego, en 1854, cuando el hospital fue declarado provincial
por el Gobierno de la reina Isabel II, se asistió a todas las clases de
enfermedades, excepto la demencia, la elefantiasis y otros
padecimientos crónicos porque, para esas dolencias, ya existían
establecimientos generales 87 .
Una Guía de Málaga y su provincia, editada en 1866, decía
que el hospital de San Juan de Dios se encontraba de este modo:
84
A.M.M. Lib. 207, aa. cc. de 18 de mayo de 1815, fol. 598 v.
85
A.M.M. Lib. 207, aa. cc. de 15 de junio de 1815, fol. 722, y 19 de junio de 1815,
fol. 726.
86
A.D.E. Caja 110, leg. 1.
87
A.M.M. Sec. 24, nº 25, Reglamento para el Órden interior económico y
administrativo del Hospital Provincial de Caridad de Málaga. Aprobado por S. M. en
Real órden de 8 de Enero de 1864, pp. 4 y 5.
658

“en un estado deplorable tanto por lo ruinoso
del local, como pos sus malas condiciones
higiénicas, deshago y demás circunstancias que
requieren los establecimientos de esta clase.
Cuenta cuatro salas de hombres y tres de
mugeres, las que no bastan para recibir á todos
los pobres enfermos que diariamente ingresan
en él” 88 .
En lo concerniente a las ayudas recibidas por la Hermandad
de la Santa Caridad, encontramos, en primer lugar, la donación
efectuada en 1814 por el matrimonio formado por Narciso Heredia
y Soledad Cerviño, de una casa en la calle del Carmen, sita en el
barrio de El Perchel 89 . En segundo lugar, el Ayuntamiento abonó la
anualidad que disponía la Real Orden de 19 de enero de 1815 90 .
Posteriormente, la Hermandad dirigió un escrito el 1 de junio
de 1816 al rey Fernando VII, solicitando el pago de las anualidades
atrasadas, pues así podría “repararse en parte de la mucha ropa y
enceres qe. le falta (...)” 91 .
Dos años después, el obispo Alonso Cañedo y Vigil se vio
obligado a reclamar la ayuda de la Hermandad por las muchas
necesidades y obras de caridad pendientes. Invitaba a “la
hermandad de la S[an]ta. Caridad establecida en su iglesia y
hospital de S[eño]r. S[an]. Julian para que le ayude en tan santo y
piadoso fin”. La Hermandad animada por la petición que le hacía
la máxima autoridad eclesiástica abrió una suscripción voluntaria
para aquellos sujetos caritativos que quisieran contribuir. Con este
88
B.D.M. Guía de Málaga y su provincia por A. Mercier y D. Emilio de la Cerda,
Cádiz, Tipografía La Marina, de A. Ripoll, 1866, p. 125.
89
A.H.D.M. Leg. 48, pza. 1, “Títulos de casas”.
90
A.M.M. Lib. 207, aa. cc. de 2 de marzo de 1815, fols. 286 v. y 287.
91
A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 15.
659

fin, se redactaba y se imprimía un texto en septiembre de 1818,
en cuyo encabezamiento rezaba “AVISO AL PUBLICO”,
firmándolo el hermano mayor Joaquín María Pery y el secretario
Fernando García de Segovia 92 .
4.3.- Brote de tiña
Si la Hermandad de la Santa Caridad se distinguió
grandemente en la asistencia a los enfermos en la epidemia de
fiebre amarilla de 1803 y 1804, también se entregó en la atención a
los contagiados de la tiña en 1815. Se atendió esta enfermedad que
tenía como síntomas un padecimiento dermatológico, consistente en
costras y ulceraciones, y en otras ocasiones en la caída del cabello.
Ya en el siglo XVIII se fundó un Rosario por Martín Federico,
quien se dedicaba a labores asistenciales relacionadas con la
curación de esta enfermedad. El profesor Castellanos Guerrero
señalaba al respecto que no había de extrañar la confluencia de
ambos aspectos, el asistencial y devocional, en la mencionada
fundación del Rosario, dado que los cofrades de esta época tenían
un carácter de previsión social. En este caso concreto, la
enfermedad no solamente provocaba lesiones en la piel sino que
generaba un rechazo social del afectado 93 .
Para atender a tantos enfermos, la Hermandad de la Santa
Caridad vendió algunas posesiones a fin de hacer frente a los
92 A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 16.
93 CASTELLANOS GUERRERO, J. A., Nuestra Señora de los Dolores del Puente:
espacio urbano y devoción popular, Agrupación de Cofradías, Málaga, 2004, p. 23.
660

gastos 94 y estableció en el hospital de San Julián un consultorio
médico 95 . Con esta labor benéfica y sanitaria, los hermanos de la
Santa Caridad pudieron conseguir que sanaran “mas de mil
personas de todas clases, edades y sexos, é invertido mas de 67000
r[eale]s.” 96 .
Luego, en 1818, la ciudad padeció una penuria que movió a
la Hermandad de San Julián a recoger limosnas para el socorro de
enfermos pobres a los que:
“suministra raciones de comida, de dieta, lotes
de dinero y recetas, habiendo sido los ingresos,
durante el tiempo de su manejo caritativo, de
24358 reales de sus fondos y limosnas
postuladas, y 192.532 aprontados por el Señor
Obispo Don Alonso Garcia Cañedo y Vigil, ó
sea un total de 216.890” 97 .
La estancia de los pocos tiñosos alojados en el hospital desde
1815 terminó el 2 de junio de 1832, contribuyendo con sus
limosnas, además de la Hermandad, los prelados Alonso García
Cañedo y Vigil, Fray Manuel Martínez Ferro, Juan Nepomuceno
Gómez Durán y Juan José Bonel y Orbe, siendo asistidos 431
enfermos 98 . El último de los obispos fue el artífice de la fundación
el día 1 de junio de 1832 de un hospital para la curación de la tiña.
94 A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 15.
95 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de
la Regla de la Hermandad de la Santa Caridad..., p. 14.
96 A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 15.
97 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de
la Regla de la Hermandad de la Santa Caridad..., p. 14.
98 Ibídem, pp. 14-15.
661

Desde la citada fecha y hasta finales de diciembre de 1837, se
curaron 523 individuos, de uno y otro sexo. El establecimiento se
situó extramuros de la ciudad, concretamente en el barrio de la
Victoria, a la espalda de la ermita de San Lázaro 99 .
4.4.- Funciones religiosas
La escasez de fuentes documentales de este período,
obstaculiza nuestro cometido a la hora de conocer a fondo las
prácticas piadosas realizadas por la Hermandad de la Santa Caridad.
No obstante, y por las noticias recabadas, podemos hacernos una
ligera idea.
En el año 1816, el obispo Alonso Cañedo y Vigil asistió a la
función religiosa celebrada en la iglesia en honor a San Julián,
siendo acompañado por los señores Deán y Maestrescuela. Ofició la
misa y pronunció el sermón el Arcediano de Ronda. A la
conclusión, el Prelado bendijo la comida de los pobres 100 . En años
sucesivos, como en 1817, 1818 y 1819, también asistiría a los
cultos la máxima autoridad religiosa de la ciudad 101 .
Se sabe por un documento conservado en el Archivo Díaz de
Escovar, que el sermón de la fiesta del santo burgalés del año 1817
recayó en la persona de Fray Manuel Gómez Negrete, ex definidor
de la Orden de San Francisco, teólogo consultor de la Nunciatura y
predicador del Rey. El sermón fue publicado a expensas de varios
99
B.D.M. Guía de Forásteros en Málaga y Directorio manual útil á todos para el año
de 1838, Imprenta del Comercio, calle de San Juan de Dios, 1838, p. 102.
100
A.C.C.M. Leg. 883, pza. 3, p. 67.
101
Ibídem, pp. 82 v. y 92.
662

amantes de la oratoria sagrada en la imprenta de Luis de Carreras,
contando con la licencia gubernativa correspondiente 102 . Constaba
de 56 páginas, estructurándose en una introducción y en dos partes.
Extraemos de la introducción un fragmento donde se demuestran
las dotes oratorias de Fray Manuel Gómez Negrete:
“Pasmaos, Cielos, sobre esto: puertas de la
Gloria, salid de vuestros quicios, dice el Señor;
pues mi Pueblo ha perpetrado dos grandes
iniquidades. Me ha despreciado y abandonado á
mi, que soy fuente de aguas vivas, y en mi
lugar ha cavado unas cisternas miserables, y
cisternas que no pueden contener el agua (...)”.
El 17 de agosto de 1818, el mitrado Cañedo y Vigil visitó el
hospital e iglesia de San Julián acompañado del maestro de
Ceremonias de la Catedral 103 . La Junta de Gobierno de la
Hermandad recibió al Obispo en la puerta del templo con palio.
Concluida la visita al Sagrario, se cantaron responsos, uno en el
interior del templo y otro en la capilla llamada “de los
haorcados” 104 .
4.5.- Quejas de la Hermandad al Ayuntamiento y al Rey
La Hermandad, y en su nombre el hermano mayor, el
presbítero Manuel Hidalgo, presentó en 1820 un escrito en el
Ayuntamiento quejándose del estado de abandono que padecían los
102 A.D.E. Caja 22, leg. 1, pza. 28.
103 A.C.C.M. Leg. 883, pza. 3, p. 99 v.
104 Ídem.
663

que “experimentan en este Pueblo del mal de S[a]n Lazaro”, porque
no eran atendidos, dado que las rentas de dicho hospital habían sido
destinadas al General de Granada con la obligación de que
admitieran en el mismo a los que se mandasen 105 .
Con respecto a la segunda queja, se dirigió un escrito a
Fernando VII para poner en su conocimiento el acoso al que estaba
sometida la Hermandad por la Junta Municipal de Beneficencia, a
tenor de la Ley de 27 de diciembre de 1821. En el escrito se
subrayaba lo que detallamos literalmente:
“(...) los malos tratamientos que ha sufrido por
la referida junta, pero han sido demasiado
grandes para pasarlos en silencio.
Hallanamiento de su casa para establecerse
aquella con sus oficinas; desalojamiento de sus
sirvientes p[ara] alojar los de aquella; insultos
de palabra y por escrito; orden á sus pobres
para que desobezcan y no respeten p[ara] nada
la hermandad que los mantiene y asiste;
retencion de los documentos de su fundación,
reglas, bulas, indulgencias y privilegios que
exigieron de buena fé y ahora conservan de
mala, sin querer devolverlos aunque ofrecieron
hacerlo en breve para que se les diera (...)” 106 .
Ante este acoso, la Hermandad exponía a su favor que el
hospital de San Julián pertenecía a un patronato particular y que,
por lo tanto, no era público como se creía, ya que había sido
costeado con el peculio de los hermanos de la Corporación,
hallándose comprendida su situación en los artículos 129 y 131 de
105 A.M.M. Lib. 212-II, aa. cc. de 14 de julio de 1820, fol. 789.
106 A.D.E. Caja 110, leg. 1.
664

la mencionada Ley. En consecuencia, solicitaba que se le dejara
libre sus posesiones y se le devolvieran las dependencias usurpadas
y los documentos intervenidos, así como requería que la Junta
Provincial de Beneficencia no volviera a molestarla ni agraviarla en
modo alguno 107 . No consta que hubiese respuesta por parte del
monarca, de todas formas esta ingrata situación se repetirá a lo
largo del siglo XIX, como iremos viendo en los capítulos sucesivos.
Sin embargo, es realmente curioso que Fernando VII tomara -como
lo habían hecho los reyes de la Casa Austria- bajo su protección el
27 de septiembre de 1831 al hospital de San Julián 108 .
4.6.- Intento fallido para establecer una Cátedra de Dibujo en el
edificio de San Julián
La Academia de Bellas Artes de San Telmo buscó en 1821 un
edificio que reuniera las condiciones necesarias para la ubicación de
una Cátedra de Dibujo. Tras la revisión y el estudio de unos cuantos
edificios, se decidió que fuera el de San Julián al disponer de
salones apropiados y de la comodidad necesaria, al tiempo que la
calle donde se encontraba no era bulliciosa para llevar a cabo el
proyecto. Para poner en práctica esta aspiración, la Academia
suplicaba a la Diputación Provincial lo siguiente:
“1º que tenga a bien mandar se imbierta para
esta Academia lo que contribuyen los pueblos
al efecto.
107 Ibídem.
108 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de
la Regla de la Hermandad de la Santa Caridad..., pp. 8-9.
665

2º que se sirva disponer del modo que este en
sus facultades que Malaga contribuya con la
suma referida y que se haga el repartimiento
general para que paguen todos los Pueblos.
3º que se invite al Consulado en la forma que
corresponda.
4º obtener las Salas en San Julian por los
medios que pertenescan.
5º obtener del Señor Director de San Telmo los
modelos que esistan.
6º formar un reglamento para la enseñanza.
7º nombrar una Comision para preparar la sala
y utensilio.
8º fixar el modo de examinar los maestros” 109 .
Indudablemente, la falta de actas capitulares y documentos
impide que conozcamos la reacción de la Hermandad de la Santa
Caridad al interés mostrado por la Academia de Bellas Artes. No
obstante, María de los Ángeles Pazos Bernal afirmaba que este
proyecto no pasó de ser un mero pensamiento. La Academia
continuó efectuando gestiones para encontrar un lugar apropiado
donde establecer una escuela de Dibujo 110 .
4.7.- Asistencia a los condenados a muerte y posible auxilio de la
Hermandad a José María Torrijos y a sus compañeros
La Hermandad de la Santa Caridad atendió espiritual y
corporalmente durante el período 1813/33 a los siguientes
condenados a la pena capital:
109
A.D.E. Leg. 22, carp. 129, “Informe de la Comision sobre el establecimiento de una
Cátedra de Dibujo (1821)”.
110
PAZOS BERNAL, Mª. A., La Academia de Bellas Artes de Málaga en el siglo XIX,
Bobastro, Málaga, 1987, p. 55.
666

TABLA 39
FECHA NOMBRE SENTENCIA
13 de agosto de 1821 Bartolomé Sevilla ---
Ídem Alejandro González ---
7 de septiembre de 1821 Vicente Criado ---
3 de junio de 1822 José Rubio ---
Ídem José López ---
Ídem José Rodríguez ---
22 de agosto de 1822 Juan Ximénez ---
16 de noviembre de
1822
Juan Lladó ---
Ídem José Basols ---
Ídem Pedro Juan ---
Ídem
Bartolomeu
Andrés García ---
Ídem José Segura, alias ---
Ídem
“Perejil”
Antonio López, alias ---
15 de septiembre de
“Cartagenero”
Lorenzo González, alias ---
1824
“Pato”
Ídem Mateo de la Cruz ---
Ídem Antonio González ---
6 de octubre de 1824 José de Martos ---
Ídem Salvador Espinosa ---
Ídem Gregorio Perea ---
18 de noviembre de Cristóbal Moreno ---
1824
Ídem Juan Ximénez Gil ---
3 de diciembre de 1824 José Somodevilla ---
Ídem Rafael Carara ---
Ídem Rafael Seyellos ---
27 de junio de 1825 Anselmo
Paniagua
Alberto ---
21 de febrero de 1827 José de Rojas ---
26 de agosto de 1828 Ramón Granell ---
26 de noviembre de Manuel de Luna ---
1828
8 de julio de 1829 Lorenzo Oriol ---
21 de junio de 1830 Francisco Fajardo ---
6 de febrero de 1832 José María Márquez ---
5 de junio de 1832 Juan José Rumí ---
Ídem José Mateo ---
667

FECHA NOMBRE SENTENCIA
Ídem Antonio
Álvarez
Ramón
111 .
---
Vistos los sentenciados a muerte, vamos a ocuparnos ahora
de un suceso acaecido el 11 de diciembre de 1831 en Málaga. El
general José María Torrijos Uriarte y sus 49 acompañantes fueron
fusilados en las playas de San Andrés en esa fecha al intentar
alzarse contra la tiranía que infringía el rey Fernando VII.
Apresados por fuerzas del ejército en la Alquería del Conde de
Mollina (término municipal de Alhaurín de la Torre), fueron
trasladados y encerrados en el refectorium del convento de San
Andrés de la Orden de frailes carmelitas descalzos, situado en el
barrio de El Perchel. Pasaron la noche del 10 al 11 de diciembre en
ese sitio, para ser fusilados por la mañana.
No es de extrañar que, por sus obligaciones estatutarias, los
hermanos de la Santa Caridad se hicieran cargo de sus cuerpos
hasta darles cristiana sepultura en el cementerio de San Miguel 112 .
Al carecerse de los libros de actas de ese período, recurrimos a un
registro de hermanos, no al primitivo de 1682, sino a uno
confeccionado por José Luis Álvarez de Linera Duarte. Este autor
anotaba en el tomo III, del asiento 1.493 al 1.541, a Torrijos y a los
49 detenidos y, posteriormente, pasados por las armas 113 . Parece ser
que el general gobernador Vicente González Moreno envió el 14 de
111
A.H.D.M. Leg. 72, pza. 1, “Expedientes de condena y ejecución...”.
112
Para una mayor información sobre este episodio histórico, consúltese a:
CAMBRONERO, L., Torrijos, edición facsímil 1931, Arguval, Málaga, 1992 y
CASTELLS OLIVÁN, I., “Torrijos y Málaga. La última tentativa insurreccional de
Torrijos y sus compañeros (1831)”, Jábega nº 40, Excma. Diputación, Málaga, 1982.
113
A.H.C.P. ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Registro de los Hermanos de
la Santa Caridad...”, tº III.
668

ese mes, un oficio al hermano mayor de la Santa Caridad para que
asentara en el libro de colecturía las partidas mortuorias de los
individuos fusilados el día 11, con expresión de los nombres,
estados y lugares de naturaleza 114 . Hasta la aparición de nuevos
datos, debemos conformarnos con la suposición de que los
hermanos de la Santa Caridad prestaran algún tipo de servicio en
este suceso.
En la documentación conservada en los fondos de la
Hermandad sí se hallan dos escritos relacionados con el caso
Torrijos. El primero, abordaba el lugar donde fue enterrado el
presbítero religioso carmelita Francisco Vicaria que, en 1831,
prestó el auxilio espiritual a los fusilados y le causó tal impresión
que padeció un estado de delirio durante el resto de su vida,
falleciendo en 1842. Curiosamente, el día 17 de abril, fecha en que
se colocaba la primera piedra del monumento que el Ayuntamiento
erigiría para depositar los restos mortales del general José María
Torrijos, su viuda, Luisa Sáenz de Viniegra, cedió entonces el nicho
donde estuvo el cuerpo de su difunto marido para instalar el del P.
Vicaria. Y el segundo, aportaba algunos apuntes biográficos del
capitán inglés Robert Boyd, igualmente fusilado, y de su sepultura
en el cementerio protestante de la ciudad de Málaga 115 . El escrito se
redactó en lengua inglesa y está traducido al español. En él se hacía
114 A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.
115 Para conocerse el origen y la creación de esta necrópolis, consúltese a:
RODRÍGUEZ MARÍN, F. J., “Patrimonio, mentalidades y tolerancia religiosa. El
cementerio Inglés de Málaga”, Pasos de Arte y Cultura nº 6, Madrid, 2008, pp. 72-75.
669

constar que fue facilitado por Cecilio Harris, con licencia del cónsul
Allen Henderson el 22 de noviembre de 1926 116 .
5.- EL INICIO DE LA ETAPA ISABELINA (1833/50)
Antes de que abordemos lo sucedido en el período isabelino,
dedicamos unas líneas de carácter biográfico a la reina que gobernó
España durante veintisiete años, convirtiéndose su reinado en el
más largo de este siglo. Isabel, hija de Fernando VII y María
Cristina de Borbón, nació en 1830 en Madrid. Tres años después, y
a la muerte de su padre, era proclamada Reina de España. Así
comenzaría su reinado, con la regencia de su madre. Fue declarada
mayor de edad en 1843, ascendiendo al trono. Casó con su primo
Francisco de Asís de Borbón en 1846. El apoyo prestado por Isabel
a gobiernos reaccionarios y a la puesta en práctica de negocios
turbios en los que intervino la Reina madre, causó el levantamiento
revolucionario de 1854 117 . La crisis económica atravesada por
España en el decenio de los años sesenta, facilitó el descontento de
la población que desembocó en el estallido revolucionario de
septiembre de 1868, teniendo que huir la Reina a Francia. Dos años
después, Isabel abdicó en su hijo Alfonso. Murió en París a la edad
de 74 años 118 .
116 A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.
117 Para estudiar la repercusión que este acontecimiento tuvo en Málaga, véase a:
JIMÉNEZ GUERRERO, J., Los sucesos de diciembre de 1854 en Málaga, Excma.
Diputación, Málaga, 1994.
118 MENEZO, J. J., op. cit., pp. 211-213.
670

Ilustración 81: Retrato de la reina Isabel II, por Federico de Madrazo y Kuntz
5.1.- Asistencia a los condenados a muerte y exposición de
cadáveres en San Julián
Para el período que nos ocupa, veamos cuáles fueron los
condenados asistidos por los cofrades de la Hermandad de la Santa
Caridad:
TABLA 40
FECHA NOMBRE SENTENCIA
27 de febrero de 1833 Nicolás de Frías ---
Ídem Pedro Cantero ---
Ídem José Garrido, alias ---
26 de agosto de 1835
“Chivo”
Joaquín Torrecillas ---
23 de septiembre de Salvador Llovera ---
1835
6 de octubre de 1836 Francisco Estrada ---
Ídem Carlos Mosé ---
11 de octubre de 1836 Antonio Caballero ---
671

FECHA NOMBRE SENTENCIA
17 de octubre de 1836 Francisco Carrión ---
Ídem Julián Lodoza ---
Ídem Francisco Valero ---
Ídem Julián Martínez ---
Ídem Martín Jiménez ---
7 de noviembre de 1836 José Gentil Cánova ---
Ídem José León Atienza ---
22 de noviembre de
1836
Juan Soler ---
30 de noviembre de
1836
José de Prados ---
5 de diciembre de 1836 Félix Hidalgo ---
24 de enero de 1838 Antonio Romero ---
29 de enero de 1838 Juan Barrionuevo, alias
“Gringo”
---
5 de febrero de 1838 Antonio
Cabello
Arce ---
21 de febrero de 1838 Antonio Ruiz Moreno, ---
alias “Cabito”
20 de marzo de 1838 José Correa García ---
5 de abril de 1838 Saturnino Ramiro ---
9 de abril de 1838 José Villalobos ---
10 de mayo de 1838 Gabriel Echevarría ---
Ídem José Ruiz Osuna ---
29 de mayo de 1838 Lorenzo Herrera ---
6 de octubre de 1838 Francisco Naranjo, alias ---
“Naranjito”
8 de octubre de 1838 Juan Coronado ---
2 de noviembre de 1838 Juan Morales ---
Ídem José de la Rosa ---
28 de noviembre de
1838
Antonio Sedano ---
20 de diciembre de
1838
José Pérez Moreno ---
15 de enero de 1839 Fray Juan Crisóstomo
González Vasco
---
26 de febrero de 1839 Alfonso Martín, alias ---
17 de julio de 1840
“Colorado”
José Rodríguez Navas ---
26 de julio de 1840 Alfonso Velasco, alias
“Cuguejo”
---
18 de agosto de 1840 Manuel Fernández, alias ---
“Caliche”
Ídem Miguel Bonilla, alias
“Ganga”
---
672

FECHA NOMBRE SENTENCIA
21 de noviembre de
1840
José Conde García ---
16 de julio de 1841 Francisco Martínez ---
Ídem Jerónimo Pedro Arjona ---
Ídem Antonio García Valero ---
Ídem Cristóbal Ferrer ---
Ídem Lorenzo Alcocer ---
Ídem Ulfriano Cano ---
Ídem Pedro José Argüera ---
Ídem Miguel Ramón ---
Ídem Manuel de la Casa ---
Ídem Juan Antonio Sánchez ---
18 de enero de 1843 José Ruiz González ---
8 de marzo de 1843 Juan de Mora Miranda ---
30 de marzo de 1843 Rafael Rico Guerrero,
alias “Tuerto Venero”
---
Ídem Juan Sánchez ---
11 de julio de 1843 Pedro Gallego Aunque estaba
2 de septiembre de 1844 Francisco Gutiérrez
condenado a la pena
capital recibió el
indulto
---
Álvarez,
“Linares”
alias
25 de noviembre de
1844
Vicente Gallego Burgos ---
29 de noviembre de Miguel Romero, alias ---
1844
“Lunares”
20 de septiembre de
1845
José Dueñas Díaz ---
27 de septiembre de
1845
Benito Martínez ---
Ídem Francisco Rubio ---
6 de septiembre de 1846 Mariano Rocaberte ---
28 de septiembre de
1846
Juan Clavero Alba ---
Ídem Melchor Salinas ---
Ídem Antonio Parra Guerrero ---
5 de octubre de 1849 Antonio Falcó Medina ---
29 de octubre de 1849 Salvador Pastor 119 . ---
119 A.H.D.M. Leg. 72, pza. 1, “Expedientes de condena y ejecución...”.
673

Cumplidas las sentencias, la Hermandad de la Santa Caridad
se hizo cargo de los cuerpos y pidió limosnas por las calles para,
con lo recaudado, hacer frente a los gastos que se ocasionaban.
Veamos, pues, lo recogido para Antonio Falcó Medina y Salvador
Pastor. El periódico El Avisador Malagueño especificaba que, para
el primero, la colecta realizada por los hermanos fue la siguiente:
Fermín Tornería, 217 reales; Julián Gómez, 102 reales; Ventura
Moraga, 94,16 reales; Juan Aguirre, 233 reales; Leandro Pérez y
Vicente Uriarte, 220 reales; Manuel Toro, 253 reales. La cantidad
ascendió a 1.119,16 reales 120 . Para el segundo, participaron:
Fernando García Segovia, 57,8 reales; Manuel Bordoy, 170 reales;
el presbítero José María Sánchez, 165,16 reales; Narciso San
Martín, 238 reales; el Cuerpo de Carabineros, 231,16 reales. La
suma alcanzaba los 862,6 reales, de la cual una tercera parte se
separó destinándose al hospital de San Julián y el resto se empleó
en hacer frente a los gastos surgidos, entre ellos destacaba la
entrega efectuada al hijo huérfano del ajusticiado de 100 reales
como se recomendaba en las Constituciones 121 .
Atendiendo a otra cuestión, los cadáveres encontrados, tanto
dentro como fuera de la ciudad, eran trasladados al hospital de
San Julián. La prensa local del siglo XIX informaba que, en la
etapa establecida entre 1834/49, fueron alrededor de dieciséis:
120 El Avisador Malagueño, Málaga, 11 de octubre de 1849.
121 El Avisador Malagueño, Málaga, 29 de octubre de 1849.
674

Ilustración 82: El Avisador Malagueño de 27 de enero de 1849
TABLA 41
FECHA NOMBRE CAUSA
4 de abril de 1834 Rafael Pimentel Una partida que lo
perseguía le dio muerte
26 de enero de 1849 Dos hombres Llevaron los cuerpos
de dos trabajadores de
unos hornos de cal,
situado en las
inmediaciones de la
población de El Palo,
donde murieron
asfixiados al quedarse
alojados en una
habitación próxima
6 de febrero de 1849 Una mujer anciana Un ataque apoplético la
privó de la vida
20 de febrero de 1849 Un hombre Trabajador del muelle
que cayó muerto de
repente
27 de marzo de 1849 Un joven de 18 años Apuñalado en una de las
calles del barrio de la
Trinidad
31 de marzo de 1849 José Rodríguez Encontrado muerto a una
12 de abril de 1849 Amalia Ramos, de 17
años
legua de la ciudad
Puso fin a sus días
tomando una porción de
fósforos que le ocasionó
la muerte
675

FECHA NOMBRE CAUSA
5 de mayo de 1849 Un hombre Murió violentamente a la
subida de la cuesta que
conducía a la Fuente de
la Manía
3 de julio de 1849 Una mujer Muerta por haber
ingerido fósforos
4 de julio de 1849 Un hombre Ahogado en las playas
de la ciudad. Se ignoraba
si la muerte había sido
causal o de algún
arrebato de
8 de agosto de 1849 Dos hombres y una
mujer
14 de septiembre de
1849
15 de noviembre de
1849
Un hombre de raza
negra
desesperación
Uno, murió en el campo;
el otro, en la playa, en el
sitio destinado al baño de
las mujeres. La mujer
falleció de un dolor,
cerca del Teatro
Cayó muerto
repentinamente en la
calle de Pescadores
Un hombre Murió en una casa de
mujeres de mal vivir
en la calle de San
Telmo 122 .
Desde San Julián, la Hermandad mandaría trasladar los
cuerpos al camposanto de San Miguel, dándoseles cristiana
sepultura, excepto a los suicidados que eran enterrados en suelo no
sagrado.
Una práctica habitual en esta etapa, consistía en llevar los
cadáveres al hospital de San Julián con objeto de que se le
practicasen las auptosias por parte de los facultativos. Se recibían
los cuerpos de los fallecidos procedentes de la Comandancia del
presidio de Málaga, del Batallón Franco de Málaga, de los Juzgados
122 ESTRADA SEGALERVA, J. L., Efemérides malagueñas, tº II, Excmo.
Ayuntamiento, Málaga, 1970, p. 18; El Avisador Malagueño, Málaga, 27 de enero de
1849; 29 y 31 de marzo de 1849; y 14 de abril de 1849.
676

de Paz, de Alcaldías de poblaciones de Málaga, del Gobierno
Militar y Político de Málaga, de Cuarteles, de los Juzgados de
Primera Instrucción de Málaga, de la Alcaldía de Málaga, etc.
En el período comprendido entre 1836 y 1839 se
contabilizaron un total de 165 entradas en el registro de la
Hermandad, de las cuales sólo destacaremos tres ingresos:
TABLA 42
NOMBRE CAUSA OBSERVACIÓN
Pedro Boes, natural de
Francia
Falleció en casa de un
paisano
Antonio Guerrero Atropellado por un
carro el 22 de marzo
de 1836
José Lobo Muerto
repentinamente en la
noche del 8 al 9 de
julio de 1836
Al ser conducido a San
Julián no se le permitió el
ingreso por carecer de
documentación.
Finalmente, se le admitió y
se tomó la medida de que:
“el Cadáver a que se
contrae este parte se
recibirá en San Julian hasta
que a la noche se le traslade
al enterramiento general”
No se dispuso su sepultura
hasta que a las 7 de la
mañana del día 23 “(...) sea
reconocido p[o]r. los
Facultativos nombrados al
intento previniendo todo lo
necesario p[ara]ª. la
disecasion del cadáver”
El cuerpo fue depositado en
San Julián hasta su revisión
por facultativos 123 .
123
A.H.D.M. Leg. 71, “Órdenes de exposición, autopsias y sepelios de cadáveres
llevados al hospital de San Julián”.
677

Ilustración 83: Orden de traslado del cadáver de Pedro Boes [A.H.D.M.]
5.2.- Ancianos alojados en el hospital
No poseemos de este período suficiente documentación que
facilite el número de asilados recogidos en el hospital de San Julián,
pero sí contamos con una solicitud que Antonio Román Huertas
dirigió a la Junta de Gobierno de la Santa Caridad:
“(...) vecino y natural de esta ciudad, que vive
en la calle de la Xara en la Parroquia de San
Pablo con el devido respeto ante
V[uestra].S[u].S[eñoría]. espone que se halla en
edad de ochenta y cinco años falto de vista y
quebrado y no hecho a la mendicidad pues es
notorio que mientras pudo exercitó su oficio de
maestro de coletero pero en la actualidad se
halla incapaz de poder usar de ningunos
recursos para buscar su subsistencia por tanto:
Sup[li]ca a V[uestra].S[u].S[eñoría]. que
penetrados de la total indigencia del exponente
que es notoria a cuantos le conocen pues ni aun
tiene familia que pueda asistirlo en su apurada
necesidad se sirvan mandar se le reciba en
d[ic]ho hospital y si estimare tomar los
informes que se estimen convenientes se hallara
ser justo lo que abla el exponente y
justificación de V[uestra].S[u].S[eñoría]. por
cuyas vidas pedira a Dios los conserve
678

dilatados años. Málaga, 11 de Febrero de
1835” 124 .
Por desgracia, no conocemos el acuerdo que adoptaría la
Hermandad, pero es de suponer que el solicitante tuviese que
esperar, en el caso de no haber plazas libres en la Casa, a que se
produjese una vacante entre los acogidos para poder optar a ser
admitido en la misma. Como anteriormente se especificó, una
comisión de hermanos de la Santa Caridad se encargaría de estudiar
la petición, realizando todo tipo de indagaciones para ver si,
realmente, cumplía con lo expuesto en el mencionado escrito.
5.3.- La situación de la Hermandad en los años finales de los
treinta y principios de los cuarenta
En la Guía de Forasteros en Málaga, impresa en 1838, se
hablaba someramente del hospital de San Julián. Comenzaba
diciendo que: “Tiene por objeto la asistencia de doce pobres
secsagenarios y una cama para un sacerdote”.
Después se relataban otros institutos caritativos de la
Hermandad como eran asistir a los ajusticiados y darles cristiana
sepultura. También se resaltaba la existencia de un hospicio con el
nombre de cotarro, donde solía acogerse a dormir a los pobres
transeúntes, y la expedición de cartas de caridad a los pobres para
que pasaran a tomar baños medicinales, unciones o se dirigieran a
sus lugares de naturaleza. Asimismo, se mencionaba que los
enfermos eran trasladados en silla de manos a los demás hospitales.
124 A.C.C.M. Leg. 429, pza. 4.
679

Concluía la información con una nota recordatoria de la fundación
de la antigua Hermandad de la Caridad, de la que la actual era
heredera.
Según la Guía, la Junta de Gobierno estaba formada por:
Pedro Alcántara Corrales 125 , hermano mayor; Juan Tejón, alcalde
antiguo; el presbítero José Plowes, alcalde moderno; Manuel de
Torres, fiscal; Fernando Segovia, contador; Fermín Tornería,
tesorero; Joaquín Tornería, prioste; Antonio Jiménez, secretario 1º;
José Jiménez, secretario 2º; Antonio Jiménez, capellán interino 126 .
Por esta época, el cabildo celebrado el 3 de enero de 1841,
acordó que el hijo, menor de edad de un hermano difunto, podría
tomar la vela de su padre y prestar juramento, sin voz ni voto hasta
su mayoría de edad 127 .
5.4.- Funciones religiosas
Durante los días 28 y 29 de enero de 1849, tuvo lugar en la
iglesia de San Julián el Jubileo de las XL Horas 128 . Así, y en la
primera de las fechas señaladas, se realizó la solemne función en
125
Pedro Alcántara Corrales nació en 1782 (Loja, Granada) y falleció en 1848
(Málaga). Fue alcalde de esta ciudad entre 1837 y 1838. Sus restos mortales descansan
en el nicho nº 1 de la fila tercera del cuadro 1º, en la calle de las Ánimas, del hoy
clausurado cementerio de San Miguel, constando en su lápida el siguiente epitafio:
“LA DEUDA QUE LOS MORTALES CONTRAJERON AL NACER PAGÓ
DEJANDO DE SER PEDRO ALCÁNTARA CORRALES”. Para una mayor
información sobre el personaje, recomendamos la lectura de: MUÑOZ MARTÍN, M.,
“Don Pedro de Alcántara Corrales y Luque, alcalde primero de Málaga”, Isla de
Arriarán nº 6, Asociación Cultural Isla de Arriarán, Málaga, 1995, pp. 221-228.
126
B.D.M. Guía de Forásteros en Málaga y Directorio manual útil á todos para el año
de 1838..., pp. 100 y 101.
127
A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de
la Regla de la Hermandad de la Santa Caridad..., p. 31.
128
El Avisador Malagueño, Málaga, 27 y 29 de enero de 1849.
680

honor de San Julián. Tras ésta, los pobres albergados fueron
agasajados con una extraordinaria comida, estando presente el
obispo Salvador José de los Reyes García de Lara, quien
previamente había asistido a la ceremonia celebrada en el templo 129 .
A comienzos del año 1850, se creó una comisión, integrada
por el prioste, fiscal y capellán, para que se encargara de todo lo
concerniente a la fiesta de San Julián, con objeto de darle el mayor
realce posible 130 . Esta labor consistía en preparar una misa cantada
con diácono, un sermón, una capilla musical y la exposición del
Santísimo Sacramento. Se solía citar, además, a los hermanos para
que acudieran a los actos. A la finalización de los mismos, se
facilitaría una comida a los pobres de la Casa y a los del hospicio si
los hubiera.
Respecto a otro tipo de celebración religiosa, en concreto la
de los sufragios por las almas de los ajusticiados, la Hermandad de
la Santa Caridad oficiaría el 10 de noviembre de 1849 las honras
fúnebres y se aplicarían 24 misas rezadas de mayor estipendio por
dichos difuntos 131 .
5.5.- Composición de las Juntas de Gobierno
Para paliar la ausencia de actas capitulares de este período,
hemos consultado un libro de borradores de cabildos,
correspondiente al período 1849/57. Gracias a esta fuente escrita,
129 El Avisador Malagueño, Málaga, 31 de enero de 1849.
130 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 3, lib. borrador de cabildos (1849/57), s/f.
131 El Avisador Malagueño, Málaga, 9 de noviembre de 1849; A.H.D.M. Leg. 50, pza.
3, lib. borrador de cabildos (1849/57), s/f.
681

podemos conocer mejor la formación de las juntas de gobierno que
guiaron a esta Corporación 132 .
En el año 1849, la Directiva estaba constituida por: Fernando
García Segovia, hermano mayor; Fermín Tornería, alcalde antiguo;
José de Lara Romero, fiscal; Narciso San Martín, tesorero; Ventura
Moraga, contador; y directivos, el presbítero Leandro Pérez
Carrión, Nicolás de Luna y Manuel del Toro, de los que no se
especificaban sus oficios.
El cabildo de hermanos para renovar la Junta de Gobierno
anteriormente relacionada, se reunió el miércoles, 5 de junio de
1850, eligiendo a la siguiente: Francisco de la Vega, hermano
mayor; Cristóbal Parrao, alcalde moderno; José de Lara Romero,
fiscal; Vicente Uriarte, secretario; el presbítero Manuel del Toro,
contador; Narciso San Martín, tesorero; y José María Santaolalla,
prioste 133 .
132 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 3, lib. borrador de cabildos (1849/57), s/f.
133 Ibídem.
682

CAPÍTULO XIV:
LEANDRO PÉREZ CARRIÓN (1851/57)

1.- APORTACIÓN BIOGRÁFICA
El presbítero Leandro Pérez Carrión nació en Coín (Málaga),
el día 13 de marzo de 1805, y fue bautizado dos días después en
la iglesia de San Juan de dicha localidad. Finalizó los estudios
eclesiásticos y fue ordenado sacerdote por el arzobispo de Granada
el 4 de abril de 1829 1 . La reina gobernadora, María Cristina, madre
de Isabel II, lo nombró capellán de los hospitales Reales de Málaga
el 17 de marzo de 1834, al sustituir en el cargo por retiro a Manuel
Molinillo 2 . Al año siguiente, el Cabildo catedralicio lo propuso al
obispo Fray José Gómez Navas para que le otorgara una canonjía
vacante por la promoción de Juan García Guerra a la dignidad de
penitenciario 3 . La Hermandad de la Santa Caridad lo admitió en la
asamblea de hermanos celebrada el día 27 de diciembre de 1838,
pagando el interesado la cuota de entrada 4 . Cuatro años después, el
Cabildo de la Santa Iglesia Catedral lo nombró secretario, debido a
la renuncia por enfermedad del canónigo lectoral, quien venía
ejerciendo el oficio y a sus méritos contraídos como vicesecretario
de la entidad 5 . Más tarde, se escribió a la Reina exponiéndole que,
desde su niñez, había estado al servicio de la Iglesia, destacándose
su labor como secretario del Cabildo y como integrante de la
Secretaría del Gobierno eclesiástico de la diócesis. La
recomendación dio resultado no para la canonjía sino para un
1 LLORDÉN SIMÓN, A., Prebendados malagueños en la Catedral de Málaga,
Cabildo de la Catedral de Málaga/Colegio Los Olivos, Málaga, 2004. Transcripción y
presentación del agustino Laureano Manrique Merino.
2 A.D.E. Caja 212, Biografías, leg. 46.
3 LLORDÉN SIMÓN, A., Prebendados malagueños en la Catedral de Málaga..., s/f.
4 A.C.C.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 151.
5 A.C.C.M. Leg. 1.062, pza. 1, lib. 65, aa. cc. de 21 de mayo de 1842, fol. 315.
685

eneficio, siendo elegido el 26 de mayo de 1854 6 . Continuó
ejerciendo como secretario capitular hasta el 5 de febrero de 1866,
fecha de su muerte. Precisamente sobre esta cuestión se daba
noticia en las actas del Cabildo de la Catedral, nombrándose una
comisión para que se entrevistara con el alcalde constitucional
Eduardo García Asencio:
“(...) acerca de la entrada del cadáver de
d[ic]ho. S[eño]r. en esta S[an]ta. Iglesia, por
cuanto q[u]e. por reales órdenes vigentes estaba
prohibido; lo que no pudo tener efecto en razón
a que d[ic]ho. S[eño]r. Alcalde apoyado en las
espresadas ordenes no quiso acceder a ello y
por el mal ejemplo q[u]e. de ello se seguiría
para con las demás Iglesias” 7 .
Al día siguiente, el periódico El Avisador Malagueño se
hacía eco de dicha noticia, resaltando que:
“En la madrugada de ayer falleció el S[eño]r.
D. Leandro Perez Carrion, beneficiado de esta
S[an]ta. Iglesia Catedral, y secretario del
Cabildo eclesiástico, hace ya muchos años” 8 .
2.- COMPOSICIÓN DE LAS JUNTAS DE GOBIERNO
PRESIDIDAS POR LEANDRO PÉREZ CARRIÓN
No se conoce la fecha exacta de su elección como hermano
mayor por carecerse de las actas capitulares correspondientes al
período 1850/52. Se sabe, en cambio, que la toma de posesión se
6 LLORDÉN SIMÓN, A., Prebendados malagueños en la Catedral de Málaga..., s/f.
7 A.C.C.M. Leg. 1.065, pza. 2, lib. 70, aa. cc. de 5 de febrero de 1866, fols. 5 v. y 6.
8 El Avisador Malagueño, Málaga, 6 de febrero de 1866.
686

efectuó el 3 de octubre de 1851. Tampoco se tiene constancia, por
idéntica circunstancia, de los hermanos de la Santa Caridad que
acompañaron al presbítero Leandro Pérez en la Junta de Gobierno,
si bien a través del libro de borradores de actas figuran sus
identidades, aunque sólo están especificados los oficios de dos de
ellos: el de fiscal, que recayó en Ventura Moraga, y el de secretario,
en Vicente Uriarte. Sin embargo, se ignoran los cargos ostentados
por José de Lara, José María Sánchez, Fermín Tornería y Nicolás
de Luna 9 .
El deterioro del cuadro del Venerable Siervo de Dios Miguel
Mañara Vicentelo de Leca, realizado por el pintor Juan de Valdés
Leal en 1684, que presidía la sala de juntas junto al del fundador de
la Hermandad Alonso García Garcés, propició que el recién
nombrado hermano mayor decidiera en enero de 1852 su
restauración, destinando para este fin fondos de la Casa 10 .
Otra iniciativa de Leandro Pérez Carrión, a los pocos meses
de su llegada, consistió en presentar a los hermanos, reunidos en
cabildo el 15 de febrero de 1852, un modelo de escudo que debía
usar la Hermandad en los actos de su instituto. Al parecer, esta
decisión se tomaba por los abusos que se cometían cuando los reos
pasaban a la capilla. Los asistentes conformes con la propuesta,
acordaron encargar el número de doce escudos bordados 11 .
Transcurrido el año de mandato, el cabildo lo reeligió en la
Pascua de Pentecostés de 1852 “por aclamación”, designando,
asimismo, a los siguientes oficiales: Ventura Moraga, alcalde
9 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 3, lib. borrador de cabildos (1849/57), s/f.
10 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 15 de enero de 1852, fol. 2.
11 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 15 de febrero de 1852, fol. 4.
687

moderno; Fermín Tornería, contador, por renuncia de Fernando
Segovia; José de Lara Romero, fiscal; Manuel Rubio Velázquez,
secretario 2º; Narciso Sanmartín, tesorero; Miguel Uriarte, prioste 12 .
De la Junta de Oficiales saliente fueron aclamados los
siguientes cargos para que continuaran durante el ejercicio 1853/54:
Leandro Pérez Carrión, hermano mayor; Fermín Tornería, contador;
Narciso Sanmartín, tesorero. Para el resto de los oficios se procedió
al sorteo de los propuestos, recayendo en: José Santaolaya, el de
alcalde eclesiástico; Juan de la Bárcena Mancheño, el de fiscal;
Cristóbal Alarcón Parrao, el de prioste; Francisco Oliver, secretario
2º; y para secretario 1º, Manuel Rubio Velázquez 13 .
La figura de Miguel Mañara, muy querida y siempre tenida
en cuenta por los hermanos de la Santa Caridad, volvió a salir a
colación en un cabildo celebrado en 1853. El motivo se debía a que
el cofrade Juan Escudero había enviado a la Junta de Gobierno seis
cuadernos de El Discurso de la Verdad, obra literaria del género
ascético-espiritual que había sido escrita por Mañara en 1671. Se
trataba de un texto donde el Venerable Miguel Mañara ponía de
manifiesto su ideología y unas maneras de expresión centradas en el
desprecio de la vida, la valoración de la muerte y la descripción de
las postrimerías, tan de moda en los autores espirituales y en los
predicadores de su tiempo como tratamos anteriormente 14 . Los
cuadernos se regalaron a varios integrantes de la Corporación 15 .
12 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 13 de junio de 1852, fol. 8.
13 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 22 de mayo de 1853, fol. 36.
14 MARTÍN HERNÁNDEZ, F., op. cit., p. 166.
15 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 18 de junio de 1853, fol. 40.
688

Transcurridos dos años del último proceso electoral, el
hermano mayor presentó el 28 de mayo de 1855 la propuesta de
nueve oficiales para su nombramiento. Una vez consultadas las
Constituciones, se comprobó que éstas permitían la reelección de
los cargos. El cabildo de hermanos aclamó las designaciones que
recayeron en: Leandro Pérez Carrión, hermano mayor; José
Santaolaya, alcalde eclesiástico; Fermín Tornería, contador; Narciso
Sanmartín, tesorero; Juan de la Bárcena Mancheño, fiscal; Cristóbal
Alarcón Parrao, prioste; Manuel Rubio Velázquez, secretario 1º;
Francisco Oliver, secretario 2º 16 .
Leandro Pérez citó a los hermanos el 6 de febrero de 1857
para informarles de que la Junta de Gobierno no había podido ser
renovada durante este tiempo por la epidemia de cólera que asoló
la ciudad 17 . Pese a que este hecho fue expuesto en la mencionada
fecha, el cabildo de escrutinio no se llevó a cabo hasta el día 30 del
mes de mayo. Aquí, se volvía a hacer referencia a lo enunciado
anteriormente:
“desde veinte y cuatro de Mayo de mil
ochoc[iento]s cincuenta y cinco no se habian
verificado elecciones, causado no por olvido ni
otro motivo censurable, sino es por impedirlo
las muy aflictivas épocas por q[u]e tanto la
población entera como la Hermandad ha pasado
p[o]r consecuencia de las epidemias sufridas
del cólera morbo, y otros sucesos en mil
ochoc[iento]s cincuenta y seis (...)” 18 .
16
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 28 de mayo de 1855, fols. 84 y v.
17
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 6 de febrero de 1857, fol. 106.
18
Ibídem, fol. 120 v.
689

Como se solía practicar, se propuso una serie de ternas para
cada oficio y los hermanos asistentes eligieron los más cualificados.
Así, en el cabildo de elecciones del 2 de junio de 1857, Fernando de
la Macorra Añino sustituía al presbítero Leandro Pérez Carrión,
quien había dirigido la Corporación durante seis años 19 .
3.- EL ASILO DE SAN JULIÁN
3.1.- Acogida en el asilo
La Hermandad de la Santa Caridad también se encargaba de
recibir en la Casa a presbíteros que se encontraban en la más
absoluta pobreza. En este caso, la petición efectuada en 1852 por el
obispo Juan Nepomuceno Cascallana y Ordóñez a la Junta de
Gobierno, exponiendo la situación en la que se hallaba Diego
Fernández, sirvió para que se acordara lo siguiente:
“En obsequio á estas circunstancias, y a la
respetable recomendación de S[u].
E[xcelencia]. con arreglo á las Constituc[ione]s
de esta Hermandad, se acordó su admisión,
suministrándosele el tratamiento que aquellas
previenen; que así será manifestado al mismo
Exc[elentisi]mo. Señor Obispo, por medio de el
S[eño]r. Her[man]o mayor” 20 .
Después de tomarse este acuerdo, tuvo conocimiento la
Hermandad por el Prelado de que el presbítero Diego Fernández no
19 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 2 de junio de 1857, fol. 123.
20 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 28 de noviembre de 1852, fol. 16.
690

había aceptado la invitación para el ingreso en el hospital. Pese a
esta circunstancia, la primera autoridad eclesiástica de la ciudad
agradeció a la Corporación este gesto, afirmando además estar
“muy satisfecho del celo y esmerado interes; con que se habia
mirado su petición” 21 .
Un caso de similares características se vivió en 1855. Se
refería al presbítero Manuel Hidalgo Casini, antiguo hermano
mayor de esta fraternidad entre 1820 y 1834, que se hallaba en
estado de pobreza y que requería el auxilio de la Hermandad de la
Santa Caridad. Con el deseo de intentar resolver la situación, se
formó una comisión integrada por el P. Antonio Durán, cura de la
iglesia de Nuestra Señora de la Merced, y Miguel Uriarte para que:
“enterandose, de su estado, le propongan que la
Hermandad está dispuesta á admitirlo en su
Casa, con las preeminencias y prerrogativas
que concede la Hermandad, toda vez q[u]e se
presente á la Casa solo; y en el caso de no
aceptarlo visto tambien lo que sobre esto se
establece en las constituciones, le ofrezca el
auxilio pecuniario q[u]e estimen conveniente
para socorro de sus necesidades, atendida la
penuria de la Casa, debiendo darle cuenta al
Hermano mayor p[ara] q[u]e este lo haga á la
Hermandad” 22 .
Nada más se sabe de esta cuestión, dado que en las siguientes
actas no se hace ninguna mención. Presumiblemente, y al igual que
el anterior, desistiera de recibir ayuda. La falta de una institución
para este menester, obligaba a realizar este tipo de fines caritativos.
21 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 23 de enero de 1853, fols. 21 y 22.
22 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 6 de enero de 1854, fol. 72.
691

No ocurría así en la ciudad de Sevilla, donde existía un
centro, conocido como hospital de los Venerables, que se dedicaba
a recoger a los sacerdotes carentes de recursos económicos.
3.2.- Declaración de “particular” del edificio de San Julián
El 17 de mayo de 1853, la Hermandad recibió un escrito de la
Junta Municipal de Beneficencia por el que se declaraba que el
hospital de San Julián era considerado establecimiento municipal
“mientras otra cosa no se determine (...)” 23 .
Por el mes de agosto de ese año, la Junta Provincial de
Beneficencia insertó en el número 105 del Boletín Oficial, una
orden referida a que las corporaciones benéficas estaban obligadas a
presentar los antecedentes oportunos para ser clasificadas según se
disponía en el Real Decreto de 6 de julio de 1853.
La Hermandad trató este asunto el 18 de septiembre del
mencionado año, acordando dirigirse por escrito a la Junta
Provincial para que tuviera conocimiento de que el hospital de San
Julián era privado “por que según las R[eale]s Cedulas de Erección
de que se acompañará certificado, vive de rentas propias, sin recibir
nada del Gobierno”.
En la notificación que se enviara se especificaría que la
Corporación contribuía pagando impuestos por sus bienes y cubría
el déficit con las aportaciones de los hermanos inscritos. Además,
en la misma se reseñaría que cumplía “sus obligaciones con atenta
23 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 22 de mayo de 1853, fol. 36.
692

exactitud, que las ha aumentado como es publico, con el ausilio
temporal de los reos condenados a muerte” 24 .
Al parecer, una comisión quedó encargada de elaborar un
informe que fue remitido al presidente de la Junta Provincial de
Beneficencia el 24 de septiembre que decía lo siguiente:
“En virtud de la orden q[u]e se han servido
V[uestra]S[u]S[eñoría] publicar en el Boletín
oficial de la Provincia del dos del cor[rien]te
f[ec]hada el veinte y siete de Agosto ant[erior].
en asintonia con la R[ea]l orden seis de Julio
último, disponiendo q[u]e las corporaciones
benéficas acudan en el tiempo prefijado a ésa
Junta, con la Certificación competente para su
clasificacion ya como particulares ó privados,
ya como publicos generales: y
comprendiéndose en ella este Establecimiento;
p[o]r hallarse desde tiempo inmemorial en el
número de los privados, llenando mas hayá de
sus limites los requisitos que ahora marca el
articulo 2º de la referida R[ea]l orden como se
acredita por la certificación acompañada, que
comprende las reales cedulas de su erección y
una memoria de los continuados servicios
prestados á favor de esta población en sus
épocas lamentables; contribuyendo en sus
impuestos al Estado por lo que en vez de serle
gravoso, le es lucrativo; por lo cual espera esta
Hermandad que se signaran
V[uestra]S[u]S[eñoría] tener en consideración
lo relacionado y con vista de los inclusos
documentos se sirvan declarar el indicado
Establecimi[en]to en la clase y número de los
24
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 18 de septiembre de 1853, fols. 47 y
48.
693

privados por creerlo arreglado a justicia. Dios
gu[ard]e a V[uestra]S[u]S[eñoría].” 25 .
Un mes más tarde, se recibió un oficio del citado organismo
reclamando “varios particulares que necesita traer á la vista á mas
de los antecedentes que le fueron remitidos (...)”. Este escrito se
pasó a la comisión para que presentara a la Junta Provincial lo
solicitado 26 .
En el cabildo ordinario del día 11 de febrero de 1853, el
secretario Manuel Rubio Velázquez se dirigió a los presentes
exponiendo la necesidad que tenía la Hermandad de gestionar en
Madrid el despacho sobre el expediente instruido por la Junta
Provincial de Beneficencia, acerca de la clasificación como
particular del hospital de San Julián con arreglo a la Real Orden de
6 de julio de 1853, que desde el día 9 de mayo de 1854 había sido
remitido a la Junta de Clasificación no teniendo resultado alguno.
Se creyó lo más conveniente nombrar a un agente a fin de que
representara a la Hermandad para la pronta resolución del asunto,
proponiéndose a Manuel Anduaga Mejía, persona muy relacionada
y de conocida honradez 27 .
En el cabildo del mes siguiente, Manuel Rubio Velázquez
expuso a los hermanos asistentes que:
“el nombramiento q[u]e hizo esta Hermandad
de agente en Madrid á favor de D[o]n Manuel
25 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 1 de octubre de 1853, fol. 49;
A.H.D.M. Leg. 75, pza. 2, lib. copiador de cartas (1842/58), fols. 6 y 7.
26 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 6 de noviembre de 1853, fol. 53.
27 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 11 de febrero de 1855, fol. 78 v.
694

de Anduaga p[ara] gestionar sobre la resolución
del expediente de clasificacion como particular
de este Hospital, la habia realizado dando p[o]r
resultado las comunicaciones que presenta y
leia, anunciando la de tres de Marzo actual que
con fecha primero del mismo há sido resuelto
declarándose como se pretendia, y la Real
orden se comunicará de uno á otro dia á este
S[eño]r. Gobernador (...)” 28 .
La tan ansiada declaración de Institución particular fue
comunicada a los hermanos en el cabildo de 12 de abril de 1855.
Por medio de una Real Orden, expedida por el Ministro de la
Gobernación el 20 de marzo del referido año, se declaraba a este
establecimiento “hospital particular” 29 .
Por su parte, Rafael de la Guardia Ortega, secretario del
Gobierno Civil de la provincia de Málaga, enviaba el siguiente
certificado a la Hermandad:
“(...) que por Real Orden de 20 de Marzo de
1855 se sirvió S[u]. M[ajestad]. declarar
particular el Hospital de San Julian de esta
Ciudad de conformidad con el dictamen de la
Junta General de Beneficencia en virtud del
expediente de clasificacion que se instruyó al
efecto, en cuya virtud el referido Hospital no
está incorporado á la Beneficencia Provincial ni
Municipal ni subvencionado por la misma,
rigiéndose como tal Establecimiento particular
y su administración está á cargo de la
Hermandad de la S[an]ta Caridad de N[ues]tro
S[eño]r. Jesucristo de S[an] Julian de esta
expresada capital (...)” 30 .
28 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 24 de marzo de 1855, fols. 79 y v.
29 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 12 de abril de 1855, fol. 81 v.
30 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, escrito fechado el 11 de junio de 1865.
695

Mientras esta situación entraba en una etapa de sosiego, en
las actas del Cabildo municipal se recogía una petición realizada
por los vecinos de la calle Canasteros pidiendo la traslación del
hospital de San Julián a otro local “más a propósito por molectar los
enfermos con sus quejidos á aquel vecindario” 31 . El acuerdo fue el
que sigue: “careciendo de local mas a propósito que el de S[a]n
Julián permanezca así”.
En la prensa local se recogía el rumor que había corrido por
toda la ciudad acerca del futuro del hospital de San Julián:
“Los que albergaban temores de que se llegase
á enagenar el edificio de san Julian pueden
tranquilizarse, pues tenemos entendido que el
gobierno ha resuelto conservarlo, como
destinado á hospitalidad y beneficencia pública.
Si es asi no podemos menos de alabar esta
disposicion del gobierno” 32 .
A pesar de lo que se pensaba líneas más atrás, el gobernador
civil, Domingo Velo, siguió insistiendo y tratando al hospital de
San Julián como un centro público. Envió a la Hermandad un
oficio, fechado el 28 de agosto de 1855, por el que solicitaba una
relación de fincas y demás pertenencias del hospital, según lo
prevenido en la Ley de Desamortización del 1 de mayo de 1855. La
Junta de Gobierno, por su parte, estimó que éste no era su caso por
“estar declarado este Hospital establecimiento particular (...)” 33 .
31 A.M.M. Lib. 252, aa. cc. de 30 de julio de 1855, fol. 382 v.
32 El Avisador Malagueño, Málaga, 15 de marzo de 1856.
33 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 30 de agosto de 1855, fol. 85 v.
696

A primeros de septiembre del referido año, se informó de que
se había contestado al oficio remitido por el Gobernador 34 . Nueve
días más tarde, el hermano mayor comunicó que la citada autoridad
respondió a través de un escrito con fecha 9 de ese mes y que, una
vez dada su lectura, se delegó en el fiscal para que redactara una
respuesta lo más rápida posible y que éste, junto al hermano
Enrique Crooke, informaran verbalmente al Gobernador de las
causas legales por las que se consideraba que el caudal del hospital
debía quedar libre de la Ley de Desamortización 35 .
Dada la gravedad del asunto, la Hermandad se reunió de
manera extraordinaria varias veces en el mes de septiembre. Una de
esas fue la del día 20, cuando el hermano Juan de la Bárcena
Mancheño expresó que antes de entregar la comunicación al
Gobernador, se celebrara una reunión con el Comisionado de Venta
de Bienes llamados Nacionales para buscar una solución y que éste
le había manifestado que:
“de no presentar las relaciones se adoptaria por
la autoridad la ocupación Real de los bienes de
este establecimto. y aun la del mismo Hospital
p[o]r conceptuarlo una Hermandad, y q[u]e si
pasaban aquellas se instruiria el expediente
p[ara] q[u]e se conceptuara como
establecimiento de Beneficencia” 36 .
A tenor de la respuesta, el hermano en cuestión prefirió dar
marcha atrás y no presentar el escrito con el deseo de que la Junta
reconsiderara su contenido. Ello obligó a redactar uno nuevo
34 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 2 de septiembre de 1855, fol. 86 v.
35 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 12 de septiembre de 1855, fol. 87 v.
36 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 20 de septiembre de 1855, fol. 88.
697

haciéndole saber al Gobernador la equivocación de la Comisión de
Venta de Bienes al calificar al establecimiento como Cofradía o
Hermandad, acompañándole asimismo copia de la Real Orden por
la que se declaraba hospital particular. Por otro lado, se decidió
elevar para conocimiento del Gobierno de Su Majestad la consulta
por si los bienes de este hospital se encontraban o no comprendidos
en la referida Ley 37 . A finales del mes de octubre de 1855, se pasó a
leer el escrito dirigido a la reina Isabel II, concerniente a que
quedaran exentos los bienes del hospital de la Ley de 1 de mayo
sobre Desamortización 38 .
Mientras llegaba una respuesta de Madrid, el Gobernador
Civil mandó un escrito el 4 de enero de 1856 solicitando que se
entregara a la mayor brevedad a la Comisión Principal de Ventas de
Bienes Nacionales “los títulos tradicionales de las fincas y censos
del caudal, con los demas papeles y documentos de la propiedad de
d[ic]ho Hospital”. La Hermandad respondió al oficio suplicando
que se sirviera suspender el procedimiento por tener presentado al
Gobierno una instancia, de la que se esperaba una pronta respuesta.
Del mismo modo, se remitió a Manuel de Anduaga Mejía, agente
en Madrid, otra misiva para que fuera entregada a Su Majestad y
que, a la vez, diera cuenta de lo que ocurría 39 .
En el mes de marzo de 1856, se recibió en la secretaría de la
Hermandad una carta remitida por el Gobernador Civil trasladando
una orden de la Dirección General de Ventas de Bienes Nacionales
por la que se resolvía la enajenación de los bienes “esepto el
37 Ibídem, fol. 88 v.
38 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 31 de octubre de 1855, fol. 89 v.
39 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 8 de enero de 1856, fol. 92 v.
698

edificio q[u]e ocupa el Hosp[ita]l p[ara] q[u]e continúe con su
institución” 40 .
Ya, por el mes de octubre del citado año, el hermano mayor
dio cuenta que en relación a las ventas realizadas por la Ley de
Desamortización de 1 de mayo de 1855, la mayor parte de las fincas
de este hospital habían sido expropiadas según las noticias
proporcionadas por el capellán sin que constara nada sobre las
cantidades. Por ello, la Hermandad elevaba un escrito al
Gobernador de la provincia para que se dignara responder a favor
de quiénes estaban y las fechas en que se realizaron, con el deseo de
reclamar a quien correspondiera los intereses devengados de dichos
capitales según disponía la citada Ley 41 .
En el cabildo celebrado el 12 de febrero de 1857, el contador
Narciso Sanmartín presentó un estado de los arrendamientos que
habían producido las fincas pertenecientes a este hospital, vendidas
a consecuencia de la Ley Desamortizadora.
De nuevo, la Hermandad se dirigió al Gobernador para que
manifestara su aprobación con la finalidad de reclamar legalmente
contra quien correspondiera los réditos devengados y los que
devengaran los inmuebles vendidos 42 .
3.3.- Los usos y obras del inmueble
El alcalde de la ciudad, José María Corona, se dirigió a la
Hermandad de la Santa Caridad, mediante un oficio fechado el 14
40 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 2 de abril de 1856, fol. 95.
41 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 21 de octubre de 1856, fols. 96 y 97.
42 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 12 de febrero de 1857, fols. 107 y v.
699

de mayo de 1853, pidiendo información sobre qué parte del edificio
podría destinarse para la Academia de Bellas Artes, sin que se
alteraran los fines practicados en este centro benéfico 43 .
La respuesta de la Hermandad, fechada cinco días después,
fue que no existían dependencias con la extensión necesaria para el
establecimiento de la Academia, además de no reunir las
condiciones adecuadas por el “triste espectáculo de muertes y toda
clase de desgracias humanas que continuamente allí se ofrecía” 44 .
Conocidos por la Academia de Bellas Artes los
inconvenientes que existían en el traslado al hospital de San Julián,
arrendó al Instituto Provincial una parte del colegio de San Telmo,
frente a las Casas Consistoriales, que estaba sin ocupar.
El perjuicio causado por la implantación de la Ley
Desamortizadora de 1 de mayo de 1855, ponía en peligro la
permanencia de la Academia de Bellas Artes en el edificio que
ocupaba desde 1853 45 . Ante tal hecho, la citada Institución
pretendió de nuevo establecerse en 1856 en el edificio de San
Julián. Con este objeto, el presidente de la Academia José Freüller
se dirigió a la Hermandad de la Santa Caridad solicitando “el local
q[u]e hoy ocupa este S[an]to Hosp[ita]l ó parte de él p[ara] trasladar
d[ic]ho establecim[ien]to”. Recibida la petición, la respuesta no se
hizo esperar. La Junta de Gobierno acordó por unanimidad:
“q[u]e no saldrian del local p[ara] otro punto ni
donarian parte alguna, y q[u]e si forsosamente
se les hiciese salir, acudirían al Gov[iern]o de
43
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 19 de mayo de 1853, fol. 34.
44
PAZOS BERNAL, Mª. A., op. cit., p. 93.
45
Ibídem, op. cit., p. 94.
700

S[u]. M[ajestad]. p[ara] hacer valer sus
derechos” 46 .
La decisión adoptada pronto tuvo una contestación pero no
proveniente de la Academia sino del Comisionado de Ventas de la
capital, el cual invitaba a la Hermandad de San Julián a ponerse de
acuerdo con el Gobernador para que la Academia de Bellas Artes se
instalara en el inmueble y que los pobres se trasladaran al colegio
Seminario.
Habiéndose mantenido el encuentro con la citada autoridad
civil, se decidió convocar un cabildo general al que concurriese el
mayor número posible de hermanos a fin de tomar una firme
decisión 47 . En efecto, en esa reunión, mantenida el día 6 de abril de
1856, el hermano mayor informó a los presentes de la delicada
situación que vivía la Hermandad. Al concluir éste sus palabras, los
hermanos acordaron unánimemente no:
“estar en el caso de ceder el local q[u]e. hoy
ocupa para otro objeto y solo en el caso q[u]e.
la autoridad nos despojase de él, recurrir al
gobierno de S[u]. M[ajestad]. su reclamación
de nuestro derecho, como mas al por menor
consta en la Real Orden de 30 de Enero
ult[imo]; y que cualquier aviso ó noticia q[u]e
se tenga sospecha á este particular se diese
aviso á la hermandad p[ara] en su vista acordar
lo conveniente” 48 .
46 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 21 de febrero de 1856, fol. 94.
47 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 2 de abril de 1856, fols. 95 y 96.
48 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 6 de abril de 1856, fol. 96.
701

Finalmente, la Academia de Bellas Artes cambió de parecer
con respecto a la sede, poniendo sus miras en otro edificio. Se
barajó la posibilidad de asentarse en el ex convento de San Felipe,
pero quedó descartada. Mientras se buscaba una nueva ubicación,
esta entidad permaneció en el inmueble situado en la calle
Compañía, junto a la plaza de las Cuatro Calles. Sin embargo, los
problemas acabaron cuando el rey Alfonso XII decidió en 1884 que
el edificio de San Telmo continuara siendo ocupado por
“Corporaciones de Instrucción Publica” 49 .
Otra petición recibida en 1853 fue la del Gobernador Civil,
que solicitaba de la Hermandad de la Santa Caridad las
habitaciones bajas del edificio para establecer una Oficina de
Policía del 2º Distrito. La Hermandad, por su parte, accedió a la
citada pretensión venciendo obstáculos que casi hacían imposible
la cesión de una habitación baja, teniendo que desalojar al portero
que la ocupaba 50 .
Como estamos apreciando, San Julián no dejó de estar en el
punto de mira de las autoridades para cualquier necesidad que se
tuviera. Al Gobernador le siguió otra vez el Ayuntamiento, que
tenía especial interés en trasladar en 1854 a ese lugar la Casa de
Mendicidad “para dar el ensanche á la de socorro” y por el
cumplimiento del Decreto del Gobernador de la provincia que
pretendía ese fin. Se conoce, por el libro de actas, que la Junta de
Gobierno de la Hermandad acordó que fuera el secretario Manuel
Rubio Velázquez, quien contestara al Alcalde de la ciudad. Sin
49 PAZOS BERNAL, Mª. A., op. cit., pp. 98-100.
50 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 1 de octubre de 1853, fol. 49.
702

embargo, la respuesta que se facilitó no quedó registrada 51 . Pese a
ello, este asunto siguió repitiéndose dado que, en el cabildo general
celebrado el 30 de abril de 1854, se leía un oficio del Alcalde,
fechado el día 16 de marzo, por el que trasladaba otro del
Gobernador que decía lo siguiente:
“Alcaldía Constitucional =
El S[eño]r. Gobernador de esta Prov[incia] con
f[ec]ha 11 del actual me dice lo siguiente:
Con el oficio de V[uestra]S[eñoría]. F[ec]ha 8
del que rige, he recibido el esped[ien]te que se
instruye sobre la necesidad de trasladar á
d[ic]ho punto la casa de mendicidad, á fin de
dar mas ensanche á la de Socorro; y enterado
de lo que en su virtud espone la Hermandad de
Caridad con respecto á no ser posible
establecerla en el Hospital de S[an]. Julian á
causa de no contener habitaciones bastantes
para la coloca[ci]on de los asilados he
dispuesto pasar el esp[edien]te. como lo
verifico á la Junta Provincial de Beneficencia
para q[u]e haciendose cargo de las
observaciones q[u]e consigna d[ic]ha
Corporación, se sirva acordar en consecuencia
lo q[u]e estime conveniente para poder llevar á
efecto el indicado pensamiento. Al propio
tiempo creo oportuno manifestar a
V[uestra].S[eñoría]. para q[u]e se sirva
comunicar lo á la Hermandad de Caridad, q[u]e
las expresiones con q[u]e concluye mi decreto
de 25 de febrero anterior, puestas al margen de
la comunicación de la espresada Junta de 22 del
propio mes, no aluden de ningun modo á la
Hermandad pues q[u]e solo se reducen á
significar q[u]e atendida la urgencia del asunto,
me veria en el caso de tener q[u]e adoptar las
51 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 2 de febrero de 1854, fol. 61.
703

medidas contundentes para la traslación del
Hospicio á d[ic]ho punto, mediante la urgencia
del caso, si á tiempo no recibia la contestación
satisfactoria que esperaba, de lo q[u]e podra
convencerse fijando su consideración en los
terminos en que este estremo se encuentra
redactado. Lo traslado á V[uestra].S[eñoría].
p[ara] su conocim[ien]to Dios gu[ard]e á
V[sted]. m[ucho]s A[ño]s Malaga 16 de Marzo
de 1854 = Manuel M[aría]ª Fernández=” 52 .
Por desgracia, no conocemos el desenlace final que tendría.
En cambio, sí poseemos un nuevo escrito del Gobernador, que fue
leído en el cabildo del día 12 de abril de 1855, pidiendo la cesión
de un local en el edificio para el caso que se desarrollara alguna
enfermedad epidémica. La respuesta dada por la Hermandad era
que no existían inconvenientes para que se estableciera una
enfermería. Asimismo, se le hizo saber:
“las malas condiciones de esta Casa p[ara] el
obgeto q[u]e se pretende; ya por su situación
topografía, ya por su poca ventilación, ya p[o]r
último p[o]r lo retirado que está de los barrios
q[u]e es donde hay mas peligros de que sean
acometidas las personas que tengan necesidad
de ser conducidas al Hospital; pero que a pesar
de todo, (...) disponga lo que tenga por
conveniente” 53 .
En las páginas de la edición del periódico El Avisador
Malagueño del día 8 de marzo de 1856, se difundía la noticia de un
posible uso que se pensaba dar al edificio de San Julián:
52 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 30 de abril de 1854, fols. 66-68.
53 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 12 de abril de 1855, fols. 81 y v.
704

“Creemos que la municipalidad va á solicitar
del gobierno ó de las Córtes que se ceda á la
ciudad el edificio de S[an]. Julian con destino á
escuelas públicas, ú otro objeto de utilidad
comun. En una población donde, en efecto,
carece la Municipalidad de grandes edificios
ora para objetos de beneficencia, ora de
instrucción, pues es menester no perder de vista
que en caso de una calamidad, no se puede
disponer de un local, ni para hospital ni para
albergue de pobres y donde hay que pagar los
arrendamientos de los locales destinados á
escuelas públicas, la petición del ayuntamiento
está en su lugar y deber tener favorable acogida
en bien de una población que está llamada á ser
de las primeras de España”.
Días después de haberse facilitado, se rectificaba la noticia
con el siguiente comunicado:
“Los que albergaban temores de que se llegase
á enagenar el edificio de San Julian pueden
tranquilizarse, pues tenemos entendido que el
gobierno ha resuelto conservarlo, como
destinado á hospitalidad y beneficencia pública.
Si es así no podemos menos de alabar esta
disposición del gobierno” 54 .
Pasando a otro asunto de índole muy diferente, José Gordón
presentó a la Hermandad una instancia, fechada el 18 de octubre de
1856, proponiendo que se le arrendara toda la parte que contenía el
llamado cotarro, donde se albergaban los pobres transeúntes,
obligándose a poner, dentro de la casa, un local equivalente al
54 El Avisador Malagueño, Málaga, 15 de marzo de 1856.
705

eferido, corriendo por su cuenta dejarlo todo tal como se
encontraba si se juzgaba conveniente en beneficio del hospital.
Los asistentes al cabildo del día 21 de octubre, meditaron la
solicitud y llegaron a la conclusión de que el expresado local se
podía sustituir por otro más pequeño, siendo capaz de contener a los
pocos pobres que, rara vez, se albergaban. Además, el local se
utilizaba poco para el objeto de su creación, puesto que durante
años ningún pobre lo había habitado. En definitiva, y dado lo
negativo del caudal de la Hermandad y de los fondos que se
recaudaban, se accedió a lo solicitado por José Gordón:
“a condicion de que aumente la cantidad de mil
y doscientos reales (...) al año ofreciendo en
equivalencia al inquilinato de d[ic]ho local
excluyendo de su propuesta la sala entresuelo
del patio segundo de esta Casa y con las demas
clausulas q[u]e él mismo indicase y las q[u]e
tenga por conveniente aumentar el her[mano]
Capellan (...)” 55 .
Meses después, José Gordón se dirigió a la Hermandad para
que se excluyera de su petición la sala baja, que estaba destinada a
la recepción de individuos 56 .
La siguiente información tiene que ver con la celebración de
unos comicios electorales en 1857 y con la habilitación de unas
dependencias del inmueble como colegio electoral. Por esa fecha,
el Ayuntamiento ya había practicado una nueva división de la
55
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 21 de octubre de 1856, fols. 97 y v.
56
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 20 de enero de 1857, fols. 103 v. y
104.
706

ciudad, estableciendo cinco distritos: San Telmo, San Julián, San
Felipe, Santa Ana y Santo Domingo 57 .
Así, y por el distrito de San Julián, salió elegido diputado
José Salamanca con una mayoría de 62 votos 58 . En la jornada
electiva, se produjo algún desorden en el citado colegio, teniendo
que intervenir algunos efectivos de la Guardia Civil, sin fusiles
pero con sables, situándose en la puerta del salón del interior del
edificio 59 . Con este último uso del edificio de San Julián,
concluimos esta parte del epígrafe para referirnos a las obras que se
realizaron en el inmueble durante el período objeto de estudio.
El mal estado de los tejados de la iglesia y del hospital, hasta
el punto de calar las aguas de lluvia, determinó que la Hermandad
dispusiera en 1853 que:
“se recorriesen aquellos p[o]r un maestro de
obras y no por el que tenia esta casa ha quien
faltaba este requisito que lo hacia presente” 60 .
Otro trabajo de reparación, acometido en ese mismo año, en
las dependencias del inmueble fue el del altar de la capilla de
ajusticiados. Ante el deterioro del mismo, los hermanos acordaron
57 El Avisador Malagueño, Málaga, 11 de enero de 1857.
58 Nació en Málaga, el 23 de mayo de 1811, en la actual calle Correo Viejo, donde hay
fijada una lápida. Estudió la carrera de Derecho en la Universidad de Granada. En
1838, hizo una fabulosa fortuna en el negocio de la renta de la sal junto con el
banquero Bushmental. El 28 de marzo de 1847 fue nombrado Ministro de Hacienda.
Con una fortuna de 70 millones de pesetas inició la construcción del barrio madrileño
que lleva su nombre. Tal negocio y otros que emprendió, no tuvieron éxito y se
arruinó. Se convirtió en el año 1868 en diputado y, más adelante, el rey Alfonso XII lo
nombró Marqués de Salamanca, Conde de los Llanos y Grande de Primera Clase.
Murió en Madrid, el 31 de marzo de 1883.
59 El Avisador Malagueño, Málaga, 27 de marzo de 1857.
60 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 1 de octubre de 1853, fol. 50.
707

sustituirlo por uno más “desente y decoroso”, disponiendo de 393
reales de los fondos de ajusticiados para llevar a cabo este gasto. Se
dio comisión al capellán para que adquiriera los objetos necesarios
con que iniciar la construcción del altar 61 .
Una cuestión que no guarda relación con lo expuesto, aunque
sí con el edificio era lo que publicaba la prensa:
“Algunos vecinos se nos quejan de que por las
ventanas del edificio de S[an]. Julian, arrojan
aguas inmundas, lo mismo de dia que de noche.
Sobre esto llamamos la atencion del encargado
de dicho establecimiento, á fin que procure
evitar esta falta en la que sin duda no tendrá
conocimiento, y que deberá cometerse por los
mozos” 62 .
No sabemos la respuesta que daría la Junta de Gobierno de la
Hermandad ante este hecho tan lamentable y poco decoroso.
4.- LAS FUNCIONES RELIGIOSAS EN LA IGLESIA DE
SAN JULIÁN
4.1.- La fiesta de San Julián
Con motivo de los actos religiosos a celebrar en honor de San
Julián en el año 1853, se creó una comisión formada por el hermano
mayor, por Narciso Sanmartín y por el prioste para que visitaran al
Obispo con objeto de invitarlo a la función del Titular. Asimismo,
la Hermandad dispuso que el prioste se acercara a ver al cura de los
61 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 6 de noviembre de 1853, fol. 53.
62 El Avisador Malagueño, Málaga, 25 de noviembre de 1857.
708

Santos Mártires con la finalidad de obtener el oportuno permiso
para realizar la ceremonia en la iglesia del hospital, sujeta a la
jurisdicción de la mencionada parroquia 63 .
Transcurrido casi un mes de la fiesta, se hizo constar en acta
del cabildo de 24 de febrero de 1853 que la comisión nombrada a
tal efecto cumplió su encargo, aceptando el Prelado la invitación
que los hermanos le habían efectuado en nombre de la Hermandad.
Igualmente, el hermano mayor elevó la propuesta a los cofrades de
la Caridad de que debía admitirse como hermano al mitrado Juan
Nepomuceno Cascallana por haber asistido a la fiesta del santo,
honrando así a la Casa 64 .
Ilustración 84: Retrato del obispo Juan Nepomuceno Cascallana [MONDÉJAR
CUMPIÁN, F., Obispos de la Iglesia de Málaga, Cajasur, Córdoba, 1998, p. 341]
63 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 23 de enero de 1853, fols. 21 y 22.
64 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 24 de febrero de 1853, fols. 23 y 24.
709

El 31 de diciembre de 1853, fecha en que se celebraba el
último cabildo de ese año, se estipuló que se iniciaran los
preparativos para la función religiosa del santo con arreglo a los
medios con que se contaba 65 .
La del año siguiente, continuó la misma pauta de ediciones
anteriores, es decir, el cabildo de hermanos encomendó a una
comisión que se encargara de su realización 66 . Sin embargo,
sabemos por un escrito enviado al prioste Cristóbal Alarcón Parrao,
que él sería la persona designada para la organización de dicha
ceremonia 67 .
La convocatoria del cabildo ordinario del jueves 3 de enero
de 1856 reunió a los hermanos para preparar la función del santo,
pero a tenor de los pocos fondos existentes y del atraso que se venía
sufriendo en la recaudación de sus escasas rentas a consecuencia de
la Ley de Desamortización, por la que se pretendía que la
Institución pagara al Estado, se decidió costear la comida en la
forma acostumbrada 68 .
Casi dos semanas antes de la festividad de San Julián en
1857, la Hermandad dispuso que el capellán pagara los derechos a
la parroquia de los Santos Mártires y pidiera la venia al párroco de
esta iglesia para su realización. Posteriormente, se nombró al
presbítero Francisco de la Calle para que fuera el encargado de
65 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 31 de diciembre de 1853, fol. 55.
66 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 31 de diciembre de 1854, fol. 73.
67 A.H.D.M. Leg. 75, pza. 2, lib. copiador de cartas (1842/58), fol. 8.
68 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 3 de enero de 1856, fols. 91 y v.
710

predicar el sermón 69 . Los Jubileos de las XL Horas se celebraron
los días 28 y 29 de enero, como era habitual 70 .
4.2.- Funciones religiosas
Los actos realizados en el templo durante esta etapa fueron
realmente escasos, a tenor de lo reseñado en los fondos consultados.
Para empezar, el periódico El Avisador Malagueño anunciaba que
los sacerdotes que quisieran oficiar una misa en la iglesia de San
Julián el 4 de mayo de 1853 por el alma de Antonia Muñoz de
Calafat, recibirían 10 reales desde las 7 a las 10 de la mañana y
12 reales desde esta última hora hasta las 12 71 .
En el año 1855, se registraron honras por los ajusticiados en
los meses de febrero y noviembre, respectivamente. Las del último
mes estaban recogidas en los Estatutos pero no las de febrero. En
tal caso, y para las primeras, se destinaron de los fondos de
ajusticiados la suma de 671,26 reales, de los cuales 373,26 reales se
destinarían para dos hopas y otros efectos y 298 reales para las
honras y misas. El cabildo de hermanos así lo aprobó el día 11 de
febrero, señalando que se debía efectuar la citación de los hermanos
para la asistencia a dichas honras y la publicación en los periódicos
de la capital por si alguno de los fieles deseara participar 72 .
Efectivamente, la prensa local anunció que, el 15 de febrero
de 1855, se celebrarían en la iglesia de San Julián a las 10 y media
69 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 15 de enero de 1857, fol. 101 v.
70 El Avisador Malagueño, Málaga, 28 y 29 de enero de 1851; 28 y 29 de enero de
1853; 28 y 29 de enero de 1854; 28 de enero de 1855; y 28 y 29 de enero de 1856.
71 El Avisador Malagueño, Málaga, 3 de mayo de 1853.
72 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 11 de febrero de 1855, fol. 77 v.
711

de la mañana, unas solemnes honras por el sufragio de las almas de
los pobres ajusticiados, en cuya jornada se aplicarían misas rezadas
desde las 7 de aquélla hasta después de su terminación 73 . En cuanto
a las segundas, la Junta de Gobierno acordó oficiarlas en la octava
del día de los Fieles Difuntos. Se encomendó al hermano mayor y al
capellán la tarea de disponer todo cuanto se necesitara con arreglo a
los fondos que existieran, y de invitar a los hermanos para que
asistieran a las mismas 74 .
5.- ASISTENCIA A LOS CONDENADOS A MUERTE Y
CADÁVERES TRASLADADOS A SAN JULIÁN
Que sepamos, la primera y única asistencia corporal prestada
a un reo bajo la presidencia del presbítero Leandro Pérez Carrión
se ejerció en 1852. La noticia procedía del Comandante general de
la provincia, quien avisaba a la Hermandad que a las 9 de la mañana
del 21 de octubre, se pondría en capilla a un sujeto que sería
fusilado al día siguiente. A la vista de lo que marcaban las
disposiciones estatutarias, los hermanos de la Santa Caridad
nombraron a Miguel Uriarte, Juan de la Bárcena, Manuel Bordoy y
al capellán para asistirlo; a Fernando Segovia, Manuel Rubio
Velázquez, José Uriarte y Francisco Oliver para las capachas; y a
Fermín de Tornería para cuidar de la comida del condenado 75 .
En enero de 1857, el Brigadier Gobernador militar y civil
solicitó al hospital de San Julián una petición para que la
Hermandad dispusiera de uno de los féretros a fin de colocar en él
73 El Avisador Malagueño, Málaga, 14 de febrero de 1855.
74 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 31 de octubre de 1855, fol. 89 v.
75 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 21 de octubre de 1852, fols. 14 y 15.
712

al criminal Antonio García Caparrós, alias “Chato de Competa”,
una vez fuera retirado de su exposición en la plaza pública 76 . Para
este caso concreto, la prensa informaba de que “el famoso criminal
Antonio Garcia Caparros (a) Chato de Competa, ha dejado de
existir”. El incidente se había producido en la población de
Casabermeja, donde se le había dado muerte cuando trataba de
fugarse de una casa en la que estaba refugiado. Tras un
intercambio de disparos con los miembros de la Corporación
municipal de esa villa, un tiro le alcanzó en la cabeza 77 . El cuerpo
del malhechor fue conducido a Málaga y llevado al hospital de
San Julián, siendo colocado en un ataúd. Luego, se trasladó a la
plaza de la Constitución:
“donde quedó expuesto durante algun tiempo:
inmenso gentio se agolpó en ella, no siendo
menor el que seguia al cadáver cuando entró en
esta ciudad” 78 .
Con respecto a la segunda de las cuestiones enunciadas en el
epígrafe, damos cuenta de los cadáveres trasladados al hospital de
San Julián entre 1851 y 1857:
TABLA 43
FECHA NOMBRE CAUSA
10 de abril de 1851 Un hombre Cayó a la noria de la
Huerta de Soler y se
ahogó en el pozo
76 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 15 de enero de 1857, fols. 102 y v.
77 El Avisador Malagueño, Málaga, 16 de enero de 1851.
78 El Avisador Malagueño, Málaga, 17 de enero de 1851.
713

FECHA NOMBRE CAUSA
18 de mayo de 1851 Una mujer Muerta en la calle
16 de julio de 1851 María Muñoz, de 12
años
---
21 de julio de 1851 Juan Sedeño García Le cayó encima un
18 de septiembre de Un hombre
barreño
Se quitó la vida de un
1851
tiro, que le entró por
la parte de abajo
del cuello. Fue hallado
junto al ventorrillo de
Quintana
5 de julio de 1853 Salvadora Navas, de 19 Muerta repentinamente
años
en el cortijo de
Suárez, partido de Santa
Catalina
3 de febrero de 1854 Un hombre Murió por hundimiento
de una cueva en
el Camino de
23 de marzo de 1854 Antonio Linares Marcé
Antequera
Falleció de una apoplejía
fulminante
23 de marzo de 1854 Una anciana Murió repentinamente
3 de abril de 1854 Ana María Paniagua Falleció
Ollerías
en la calle
9 de mayo de 1854 Una mujer Murió en el Camino
Nuevo
24 de julio de 1854 Dos hombres Uno, un marinero, murió
ahogado; y otro,
falleció
avanzada
de edad
27 de julio de 1854 Una mujer Murió de repente
31 de enero de 1855 Una mujer Falleció mientras
16 de abril de 1855 Un hombre
caminaba junto al pasaje
de Larios
Se disparó un tiro
19 de abril de 1855 Un hombre Cayó muerto al suelo
en una casa de la calle de
Pescadores
26 de abril de 1855 Un tal Rodríguez Murió
repentina
de forma
30 de abril de 1855 Un hombre Se dio muerte con una
pistola en el camposanto
de San Miguel. Se decía
que pertenecía a la
servidumbre de la casa
de los señores Heredia
714

FECHA NOMBRE CAUSA
11 de septiembre de Un hombre Murió en calle de la
1855
Puente
21 de diciembre de 1855 Un hombre Falleció de un vómito de
sangre
30 de diciembre de 1855 Un joven Encontrado su cuerpo en
la playa de la
16 de enero de 1856 Un hombre
Pescadería
Hallado su cadáver en
las lagunas de los
Tejares
27 de marzo de 1856 Un hombre Murió de un violento
vómito de sangre
mientras se encontraba
en el Café de la Loba
27 de junio de 1856 Un hombre Murió de un ataque
12 de agosto de 1856 Un hombre
apoplético
Falleció
natural
de muerte
6 de septiembre de 1856 Un hombre Determinó poner fin a
sus días tomando un
poco de aceite de
26 de septiembre de
1856
Un hombre
vitriolo
Falleció repentinamente
31 de octubre de Un hombre, de 45 años
1856
Murió en un buque
25 de noviembre de
1856
Un hombre Murió de repente
22 de diciembre de 1856 Un joven, natural de Se suicidó de un
Campillos
pistoletazo en la casa
que habitaba en calle de
Casas Quemadas
3 de febrero de 1857 Un hombre Fue asesinado por cuatro
hombres que lo cosieron
a puñaladas
8 de abril de 1857 Un joven, de 22 ó 24 Murió violentamente
años
20 de noviembre de
1857
Un hombre Falleció en los Tejares 79 .
79 El Avisador Malagueño, 11 de abril, 20 de mayo, 23 de julio y 19 de septiembre de
1851; 7 de julio de 1853; 7 de febrero, 24 de marzo, 5 de abril, 10 de mayo, 25 de julio
y 28 de julio de 1854; 1 de febrero, 18, 23 y 27 de abril, 1 de mayo, 12 de septiembre
y 22 y 31 de diciembre de 1855; 17 de enero, 28 de marzo, 29 de junio, 13 de agosto,
7 de septiembre, 27 de septiembre, 1 y 26 de noviembre y 23 de diciembre de 1856; 4
de febrero, 9 de abril y 22 de noviembre de 1857.
715

Una vez más, y concerniente al asunto funerario, la prensa
facilitaba a principios de enero de 1858 la siguiente información:
“Se ha dispuesto que no sean conducidos ya al
hospital de S[an]. Julian los cadáveres de las
personas que mueran repentina ó
violentamente. En lo sucesivo solo se llevarán
los ajusticiados, conforme á estatuto” 80 .
Desconocemos las causas por las que la Hermandad decidió
adoptar tal acuerdo. Quizás, se tomara esta solución amparándose a
una cuestión de salud pública.
6.- ASPECTOS ECONÓMICOS
6.1.- Láminas de Deuda Pública
La Hermandad poseía dos Láminas de Deuda Pública: una la
número 1.544, de 371.699,30 reales, y otra, la número 1.545, de
3.748 reales, pertenecientes al Patronato de Agustina Mejías y
necesitando convertirlas en Títulos del 3% con arreglo a las Leyes
vigentes, autorizó en 1852 al capellán Nicolás de Luna para que, en
nombre de la misma, procediera a conferir poder a Santiago
Escalar, agente de negocios de Madrid. Éste tenía como encargo la
gestión y obtención del reconocimiento y de la conversión de
dichas Láminas y otras que pertenecían al hospital de San Julián,
recogiendo lo que se expidiera y cobrara sus réditos 81 .
80 El Avisador Malagueño, Málaga, 9 de enero de 1858.
81 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 25 de marzo de 1852, fol. 6.
716

El libro de actas no desvela el resultado de las mencionadas
gestiones, pero sí recoge que, cinco años después, el contador
informaba que el capellán-administrador no había podido cobrar los
4.000 reales asignados al hospital por la Administración de Bienes
Nacionales. La Hermandad decidió ponerlo en conocimiento del
Gobernador Civil a fin de que interviniera para cobrar la requerida
suma lo antes posible 82 .
6.2.- Arrendamiento de casas
Estando necesitada la Hermandad del ingreso de capitales y
viendo las necesidades que se padecían en la Casa, el capellán
informó al cabildo, celebrado el 16 de junio de 1852, de que el
inmueble de la casa de la calle Carnicería nº 44 estaba vacío desde
hacía más de siete meses y que durante este tiempo sólo un
inquilino había ofrecido 70 reales mensuales. La Hermandad se
pronunció favorablemente para el arrendamiento, evitando así un
mayor “perjuicio si continuaba cerrada p[o]r mas tiempo pues su
deterioro era cada dia mayor” 83 .
6.3.- Donaciones
Ciertamente las limosnas eran un capítulo importante dentro
de los ingresos de la Hermandad, ya que ésta se nutría de las
aportaciones particulares de los hermanos y anónimos, sin recibir
82 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 18 de mayo de 1857, fols. 116 y v.
83 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 16 de junio de 1852, fols. 10 y 11.
717

ningún tipo de ayuda oficial por no ser un establecimiento público.
Para el período que nos ocupa, y por la información que hemos
recabado, sólo se recibió:
-La suma de 1.000 reales para los pobres, que había
concedido en 1854 el obispo de la diócesis, Juan Nepomuceno
Cascallana. Esta cantidad, según las necesidades de la Casa, fue
destinada a la compra de sábanas y otras ropas 84 .
-Fernando de la Macorra Añino, teniente de alcalde del
Ayuntamiento de Málaga y miembro de esta Hermandad de la Santa
Caridad, dispuso en 1857 que la mayor parte de las multas
recaudadas en la Corporación municipal fueran a parar a favor del
hospital de San Julián 85 .
6.4.- Préstamo concedido al hermano mayor
Leandro Pérez Carrión solicitó en 1853 a la Hermandad de la
Santa Caridad la suma de 8.000 reales en concepto de préstamo. No
encontrándose ningún inconveniente por la entidad, los claveros
entregaron dicha cantidad procedente del fondo del patronato del
Sr. Mejía. El solicitante firmaba un escrito, fechado el 29 de
noviembre de ese año, por el que se comprometía a devolver el
dinero en el mes de diciembre de 1854 86 .
84
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 30 de abril de 1854, fol. 69.
85
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 2 de mayo de 1857, fol. 114.
86
A.C.C.M. Leg. 231, pza. 6.
718

7.- LA EPIDEMIA DE CÓLERA
Una vez tratadas las cuestiones económicas pasamos a
referirnos a las sanitarias. El médico Juan Luis Carrillo Martos
señalaba en una de sus publicaciones 87 , que los brotes
epidémicos de cólera morbo se iniciaron en España en los años
1833/34. Sin embargo, con anterioridad -en 1832- ya se venía
estudiando en nuestra ciudad la forma de organizar rogativas
públicas:
“para alcanzar del Todopoderoso librase á este
Reyno del cruel azote (...) que se ha
manifestado en la capital y varios Pueblos de
Francia (...)” 88 .
Las celebraciones de rogativas habían supuesto algunos
gastos para el Ayuntamiento. En la sesión capitular del 17 de mayo
de 1832, donde se trató esta cuestión, los munícipes acordaron
arreglar y pintar las andas en las que eran portadas los Santos
Patronos en las procesiones generales 89 . Pero este foco epidémico
mantuvo en vilo a la población malagueña durante los meses de
septiembre y diciembre de 1833, cantándose un Tedéum el día 11
de diciembre, fecha en la que concluyó la enfermedad 90 .
Al año siguiente, reapareció la epidemia y con objeto de
llevar a cabo una política correcta para eliminar el contagio directo,
87
CARRILLO MARTOS, J. L., “Enfermedad y sociedad en la Málaga...”, p. 145.
88
A.M.M. Lib. 231, aa. cc. de 10 de mayo de 1832, fol. 386.
89
A.M.M. Lib. 231, aa. cc. de 17 de mayo de 1832, fol. 240.
90
CARRILLO MARTOS, J. L., “Enfermedad y sociedad en la Málaga...”, pp. 146 y
147.
719

se decidió derribar la cárcel pública, enclavada en la plaza de las
Cuatro Calles (hoy día denominada de la Constitución), dada la
escasa atención higiénica que mantenía.
En el decenio de los años 40, se pusieron en marcha una
serie de normas encaminadas a impedir la entrada del cólera por el
mar, destacando la cuarentena a los barcos que pretendían atracar
en el puerto de Málaga 91 . No serían éstas las más virulentas de las
epidemias coléricas, sino las de los años 1855 y 1860.
Para el período que tratamos, nos ocupamos de la de 1855. Se
inició en los primeros quince días del mes de abril. Los médicos al
conocer los síntomas, no dudaron un instante en calificarla de
cólera morbo. Debido al cariz que tomaba la situación, la Junta
de Sanidad se reunió adoptando medidas sanitarias. El número de
fallecidos ascendió a 286, entre los meses de mayo y junio. Desde
la alcaldía malagueña se dictaba un bando suspendiendo todo tipo
de funciones -teatrales y taurinas- y las clases en las escuelas 92 . En
el mes de agosto, el gobernador civil Domingo Velo ordenó que se
entregaran al Ayuntamiento los fondos consignados por el
Gobierno de la reina Isabel II para casos de calamidades públicas
que alcanzaban los 80.000 reales, de los cuales la mitad se
repartirían en el acto 93 . El obispo Juan Nepomuceno Cascallana y
Ordóñez dirigió un escrito al Cabildo eclesiástico para que, por
espacio de nueve días, se rezaran las preces y oraciones de
costumbre en semejantes casos. En consecuencia, el Cabildo acordó
la práctica de actos piadosos en el templo, estando expuesta la
91 RAMOS, Mª. D., CASTELLANOS, J. A. y GUERADO, E., op. cit., p. 31.
92 CARRILLO MARTOS, J. L., “Enfermedad y sociedad en la Málaga...”, p. 147.
93 A.M.M. Lib. 252, aa. cc. de 23 de agosto de 1855, fol. 400.
720

imagen de Nuestra Señora de los Reyes desde el 29 de julio en el
altar mayor, con la iluminación de costumbre, y así hasta el
canto del Tedéum 94 . El Gobernador comunicó al Cabildo municipal
-que dio lectura a su escrito el día 11 de septiembre- que el
jueves, 13 del corriente, se celebraría una solemne función en
acción de gracias por la desaparición de la enfermedad del cólera 95 .
Desde el periódico El Avisador Malagueño se informaba que
en el hospital de San Julián habían ingresado enfermos de uno y
otro sexo sin haberse efectuado la pertinente separación 96 .
En el último cabildo del año 1854, el capellán-administrador
hizo saber a los asistentes la imposibilidad de continuar dando a los
pobres asilados en la Casa la comida que se ordenó suministrarles
desde el comienzo de la epidemia de cólera morbo, disponiendo un
sistema higiénico en su alimentación para así evitar “mayores
probabilidades de ser atacados”. Dado que los medios de que se
disponían no eran suficientes, los presentes se ofrecieron a cubrir,
con su propio pecunio, la cantidad que faltaba, que ascendía
aproximadamente a unos 400 reales, con la cual se alimentarían los
pobres hasta final del mes de febrero 97 .
A través de otra información obtenida de la prensa, se conoce
que el Gobernador visitó en abril de 1855 el hospital de San Julián,
con objeto de ver el estado del establecimiento y el cuidado que se
prestaba a los enfermos 98 .
94
A.C.C.M. Leg. 1.064, pza. 1, lib. 67, aa. cc. de 28 de julio de 1855, fols. 380 v. y
381.
95
A.M.M. Lib. 252, aa. cc. de 11 de septiembre de 1855, fol. 419 v.
96
El Avisador Malagueño, Málaga, 3 de noviembre de 1854.
97
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 31 de diciembre de 1854, fols. 71-72.
98
El Avisador Malagueño, Málaga, 21 de abril de 1855.
721

El miedo al contagio era tan palpable, que las autoridades
impidieron que el servicio de silla de manos que se prestaba desde
el hospital de San Julián para el traslado de enfermos a otros
establecimientos sanitarios quedara paralizado por el perjuicio de
que se “inficionase la (...) silla”. Se decidió por el gobernador civil,
Cayetano Cardero, en unión del director del hospital de San Juan de
Dios, que no entraran en ella los invadidos de enfermedad
sospechosa 99 .
Ilustración 85: Tedéum celebrado en la Santa Iglesia Catedral [FRANQUELO, R., La
Reina en Málaga. Descripción de los arcos de triunfo, monumentos, adornos y vistas mas
notables que ha habido en Málaga y en el límite de su provincia, durante la estancia en ellas
de S. M. La Reina Doña Isabel II y su Real Familia, Málaga, 1862, edición facsímil,
Universidad, Málaga, 1991]
En el periódico El Avisador Malagueño se dio a conocer una
polémica desatada en el hospital de San Julián por no haber sacado
de allí unos cadáveres. Este medio de comunicación formulaba una
serie de preguntas hasta llegar a la conclusión de que no hubiera
99 El Avisador Malagueño, Málaga, 23 de junio de 1855.
722

descuidos de ningún tipo, pues serían perjudiciales para la salud
pública. Se hacía un llamamiento a los facultativos para que
inspeccionaran las casas y manifestaran al Ayuntamiento las que
requirieran ser blanqueadas con cal para evitar el contagio o
sufrieran algunas modificaciones que mejoraran el sistema
higiénico 100 .
Las condiciones en las que se encontraban los enfermos
recogidos en el hospital de San Julián, eran contraproducentes por
una serie de factores que pasamos a enumerar:
-Primero: por lo reducido del local y la falta de ventilación.
-Segundo: por no contar con corrientes de aire.
-Tercero: por estar reunidos los enfermos de uno y otro sexo.
-Cuarto y último: por estar el establecimiento situado entre
dos calles no muy anchas y los vecinos alarmados.
Desde el periódico se instaba a tomar las pertinentes medidas
correctoras 101 .
No sabemos si fue una orden dictaminada por las autoridades
sanitarias o por la propia entidad, pero el caso era la decisión de
admitir solamente a hombres. Las mujeres atacadas “del mal
reinante”, serían conducidas al hospital provisional establecido en
la calle Refino, en un edificio que fuera cuartel de caballería 102 .
100 El Avisador Malagueño, Málaga, 20 de julio de 1855.
101 El Avisador Malagueño, Málaga, 24 de julio de 1855.
102 El Avisador Malagueño, Málaga, 28 de julio de 1855.
723

Ilustración 86: Grabado de Nuestra Señora del Carmen, fechado en el siglo XVIII
[CAMINO ROMERO, A., “Ayer y hoy de la Virgen del Carmen del barrio del Perchel de
Málaga”, I Congreso Nacional de las Advocaciones marianas de Gloria, Cajasur, tº I,
Córdoba, 2003, p. 429]
Afortunadamente, la epidemia de cólera había desaparecido
hacia el mes de septiembre. Por esa fecha, se practicaron funciones
religiosas en acción de gracias. Encontramos a dos hermandades, la
de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia y la de Nuestra Señora
del Carmen, una de carácter penitencial y otra de gloria, ambas del
barrio de El Perchel, que realizaron en el antiguo templo
carmelitano una solemne función, oficiada el día 28 por el
presbítero Francisco de la Calle 103 . El entusiasmo por la
103 El Avisador Malagueño, Málaga, 2 de octubre de 1855; CAMINO ROMERO, A.,
“Miradas a la historia cofrade”, La Saeta nº 36, Agrupación de Cofradías, Málaga,
2005, p. 89.
724

erradicación de la epidemia no decayó. Así, el día 21 de octubre, se
volvió a celebrar en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen una
misa de acción de gracias 104 .
Cuando la ciudad se encontraba en calma, tras los rigores del
foco epidémico mencionado, la Hermandad de la Santa Caridad
recibió en octubre del año 1856 un oficio de la Dirección del
hospital provincial de San Juan de Dios, por medio del cual se pedía
la instalación de doce camas en el hospital de San Julián por si la
epidemia de cólera morbo rebrotaba, dado que había ciertas
sospechas y dudas que hacían temer de la existencia en uno de los
pueblos de la provincia. Ante la recepción y el posterior análisis del
escrito, la Hermandad designó una comisión integrada por Enrique
Crooke, José Antonio Durán y Fermín Tornería, para que acudieran
a entrevistarse con el Gobernador a fin de obtener las aclaraciones
oportunas sobre la citada cuestión, puesto que no se juzgaba
procedente dicha comunicación de la referida Dirección.
Finalmente, se decidió dejar sin ejecución la expresada petición
hasta que no procediera de las autoridades reglamentarias 105 .
104
El Avisador Malagueño, Málaga, 20 de octubre de 1855; CAMINO ROMERO, A.,
“Miradas...”, p. 89.
105
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 1, lib. nº 8, aa. cc. de 30 de octubre de 1856, fols. 99 v. y
100.
725

CAPÍTULO XV:
FERNANDO DE LA MACORRA AÑINO (1857/60)

1.- APORTACIÓN BIOGRÁFICA
Fernando de la Macorra Añino nació en Ceuta alrededor de
1809. Casó con Francisca de Viana Cárdenas Herrera, que era
natural de Málaga. Este matrimonio trajo al mundo tres hijos:
María, Rafael y Diego 1 .
La primera referencia que hemos encontrado de su faceta
pública data de 1846 y corresponde a su pertenencia al
Ayuntamiento como segundo teniente de alcalde. Al ocupar este
cargo se le nombró miembro de la Comisión de Hacienda y
presidente para la Junta Municipal de Beneficencia, además de
asignársele los cuarteles del 7 al 11 del Distrito nº 2 2 . Es posible
que su elección como concejal se produjera en un sorteo realizado
en el mes de octubre de 1845 en los cuatro distritos (San Telmo,
Santo Tomé, Aurora del Espíritu Santo y Santo Domingo) en que se
dividía, por entonces, la ciudad 3 . Asimismo, y en esa Corporación
municipal, figuró como tercer teniente de alcalde Manuel Viana
Cárdenas, su cuñado 4 . Durante su labor municipal ejerció como
alcalde interino desde el cabildo del día 4 de septiembre al del 19 de
octubre de 1847 5 . Su nombre, junto a los de los ediles Manuel
María Fernández, Luciano Martínez, Juan Zalabardo y Salvador Net
Pujol, está estampado como supervisor en unas “Listas electorales
para el nombramiento de concejales” en el año 1847 6 . Desde 1848 a
1 A.M.M. Padrón municipal: Lib. 609, dto. 3 (1880), fol. 254 v.
2 A.M.M. Lib. 244, aa. cc. de 1 de enero de 1846, fols. 2 y 3.
3 A.M.M. Lib. 243, aa. cc. de 18 de octubre de 1845, fol. 374 v.
4 A.M.M. Lib. 244, aa. cc. de 1 de enero de 1846, fols. 2 y 3.
5 A.M.M. Fols. 296 v. y 326 v.
6 A.D.E. Caja 4, leg. 4, pza. 4.
729

1850, se mantuvo en el seno del Consistorio pero ya como regidor,
desarrollando sus funciones en la Comisión de Hacienda 7 . Asistió
habitualmente a las sesiones municipales en el primero de los años
citados y en menor número en los dos restantes 8 .
Al margen de su paso por el Ayuntamiento, se tiene
constancia de que estuvo inscrito con su mujer desde el 5 de febrero
de 1854 en la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de
Viñeros, establecida en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la
Merced 9 .
Al año siguiente, concretamente el 6 de enero de 1855,
ingresó en la Hermandad de la Santa Caridad, pagando cuota de
entrada para los sufragios que fueran aplicados por su alma.
Igualmente, su esposa, Francisca Viana Cárdenas, fue dada de alta
como agregada en esa misma fecha 10 .
Residía, al menos, en noviembre de 1879, en la calle Torrijos
(actual Carretería) nº 98, segundo piso 11 . Fernando de la Macorra
falleció el 27 (según el registro de hermanos de la Cofradía de
Viñeros) y el 28 (como señala el de la Caridad), siendo enterrado en
el nicho número 193 de la Pontificia y Real Archicofradía de Luz y
Vela (a la que también debió pertenecer), ubicada canónicamente en
la iglesia de San Agustín 12 .
7
A.M.M. Lib. 245, aa. cc. de 7 de enero de 1848, fol. 3 v.
8
Si se revisan las actas capitulares de los libs. 246 y 247, se podrá verificar lo que
afirmamos.
9
A.H.H.V. “Lib. de Matrículas de Hermanos de N[uestro]. P[adre]. Jesús de Viñeros
sita en el extinguido convento de N[uestra]. S[eñora]. de la Merced”, fol. 43.
10
A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 153 v.
11
A.M.M. Padrón municipal: Vol. 1.609, dto. 3 (1880), fol. 254 v.
12
Con el paso del tiempo, destacados hermanos de la Santa Caridad pertenecieron a
esta Corporación, uno de ellos fue el insigne José Luis Álvarez de Linera Duarte
[CAMINO ROMERO, A., “La iglesia de San Julián de Málaga: un lugar para el culto
730

Ilustración 87: Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Viñeros. Desaparecida
[Foto: Juan Temboury]
Por lo que respecta a su cónyuge, falleció el 2 de agosto de
1895, a la edad de 71 años 13 , siendo inhumada igualmente en los
nichos que la citada Congregación de ámbito eucarístico poseía en
el cementerio San Miguel 14 .
del Santísimo Sacramento”, Simposium sobre Religiosidad en torno a la Eucaristía,
Ediciones Escurialenses, San Lorenzo de El Escorial, Málaga, 2003, p. 472].
13 La Unión Mercantil, Málaga, 3 de agosto de 1895.
14 A.H.H.V. “Lib. de Matrículas de Hermanos de N[uestro]. P[adre]. Jesús de
Viñeros...”, fol. 43; A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa
Caridad...”, fol. 153 v.
731

2.- COMPOSICIÓN DE LAS JUNTAS DE GOBIERNO
PRESIDIDAS POR FERNANDO DE LA MACORRA AÑINO
El sábado, 6 de junio de 1857, tomaron posesión de sus
cargos los siguientes hermanos, elegidos el 2 de junio, para
gobernar la Hermandad durante el período de un año: Fernando de
la Macorra Añino, hermano mayor; José Antonio Durán, alcalde
eclesiástico; Fermín Alarcón Parrao, alcalde moderno; Joaquín
Díaz García, fical; Bartolomé Laffore, secretario 1º; Federico Vidal
Navarro, secretario 2º; José Díaz Reus, contador; José Uribe
Tamariz, tesorero; el cura-párroco de la Santa Cruz y San Felipe
Neri Manuel García Álvarez, prioste 15 .
Una de las primeras acciones emprendidas por la recién
posesionada Junta de Gobierno fue la de imprimir un número
suficiente de ejemplares de las Constituciones por las que se regía
la Hermandad con objeto de que las nuevas altas de hermanos
conocieran sus obligaciones y las de la Corporación a la que
pertenecían y representarían en la vida pública 16 .
Pasado el año reglamentario, y en el cabildo de escrutinio de
22 de mayo de 1858, se eligió a una terna de hermanos para que
ocuparan los oficios de la Junta de Gobierno que rigiera los destinos
de la fraternidad durante el ejercicio 1858/59. Sin embargo, una
serie de ellos, los de hermano mayor, fiscal, contador y tesorero,
fueron reelegidos por aclamación de todos los hermanos
presentes 17 .
15
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 6 de junio de 1857, fol. 124 v.
16
Ibídem, fol. 125 v.
17
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 22 de mayo de 1858, fol. 51 v.
732

En la siguiente asamblea general, celebrada tres días después,
salió constituida la Directiva que se relaciona: Fernando de la
Macorra Añino, hermano mayor; Fermín Alarcón Luján, alcalde
antiguo; Vicente Pontes, alcalde moderno; Joaquín Díaz García,
fiscal; José Díaz Reus, contador; José María Uribe, tesorero;
Manuel García Álvarez, prioste; Cristóbal Alarcón Luján, secretario
1º; Juan Tejón Rodríguez, secretario 2º. Los cargos renovados en la
Junta fueron los de los secretarios, puesto que los del resto se
habían mantenido 18 .
Como sucediera en los anteriores comicios, el cabildo de
hermanos decidió el 11 de junio de 1859 reelegir a: Fernando de la
Macorra Añino, hermano mayor; Joaquín Díaz García, fiscal; José
Díaz Reus, contador; José María Uribe, tesorero 19 . Resultaron
nombrados para los oficios de alcalde moderno, Bartolomé Laffore;
de prioste, Salvador Barzo; de secretario 1º, José Uriarte; de
secretario 2º, Constantino Grund 20 .
Las relaciones entre las Hermandades de Sevilla y de Málaga
debieron ser fluidas y amistosas ya que en las actas capitulares de la
primera de las instituciones, figuraba una comunicación de la
segunda relativa a las elecciones celebradas en junio de 1859 y a
varios aspectos sobre su instituto 21 .
Antes de que expirara el mandato de la Junta de Gobierno,
José Uriarte, secretario 1º, presentó su dimisión, dándose lectura a
su escrito de renuncia al cargo en el cabildo ordinario de 11 de
18
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 25 de mayo de 1858, fol. 52 v.
19
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 11 de junio de 1859, fol. 74 v.
20
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 13 de junio de 1859, fol. 75 v.
21
A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1859/66), tº 15 (C-16), aa. cc. de 6 de julio de
1859, fol. 21 v.
733

febrero de 1860, acordándose el encargo de este cometido a
Constantino Grund, secretario 2º 22 .
3.- EL ASILO DE SAN JULIÁN
3.1.- La vida cotidiana
En los libros de actas de la Hermandad encontramos noticias
realmente curiosas que nos hacen ver cómo funcionaba la
Institución de la manera más íntima, en el transcurso diario.
Para comenzar, tenemos el acuerdo alcanzado por los
hermanos que acudieron al cabildo del día 8 de agosto de 1857,
donde se decidió enviar una circular a los médicos pertenecientes a
la Hermandad a fin de que prestaran sus servicios, mediante
turnos, a los pobres enfermos de la Casa 23 . En la misma sesión
capitular, se trató la conveniencia de reemplazar a la cocinera por
un hombre que desempeñara este cargo “como mas análogo por ser
esta Casa destinada exclusivamente al Asilo de pobres” 24 . El
cabildo decidió hacérselo saber a Francisco Florín Delgado,
capellán administrador del hospital, para que éste se lo comunicara
a la interesada 25 . Una vez recibido el aviso del capellán, la cocinera
Catalina Castilla envió un escrito a la Junta de Gobierno aceptando
el acuerdo adoptado por la Hermandad. Ésta hizo constar en acta el
agradecimiento a la indicada persona por desempeñar con celo sus
22
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 11 de febrero de 1860, fol. 86 v.
23
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 8 de agosto de 1857, fol. 20.
24
Ídem.
25
A.H.D.M. Leg. 75, pza. 2, lib. copiador de cartas (1842/58), fol. 52.
734

funciones durante el tiempo que permaneció en este asilo.
Nuevamente se reseñaba que la separación del servicio se debía
únicamente a que el hospital fuera atendido sólo por hombres 26 .
Al poco tiempo, la petición que la Hermandad había
efectuado a los facultativos tuvo una respuesta afirmativa. El
primero que efectuaría el servicio sería Cristóbal Alarcón Parrao,
que lo cubriría desde el 3 de octubre hasta la celebración del cabildo
ordinario del mes de noviembre de 1857 27 .
Otro asunto que siempre preocupó a la Hermandad era la
ropa y juegos de camas (camisas, calzoncillos blancos, sábanas,
colchones y almohadas) para los asilados. Con el objeto de comprar
dichas prendas, se abrió una suscripción entre los hermanos para
poder atender esta demanda. Igualmente, se solicitó a cada uno de
los inscritos 10 reales cada mes, cantidad considerada mínima.
El mantenimiento del edificio era otra de las premisas básicas
a tener en cuenta por la Hermandad. La llegada de la estación
invernal y de las lluvias en 1857, fue lo que aconsejó reparar los
tejados para eliminar las goteras que se producían, especialmente
las de la sala de juntas 28 .
Concluyendo el año, ocurrieron dos hechos significativos
dentro de la vida institucional. El primero, la presentación de una
lista de hermanos comprometidos a ofrecer 10 reales mensuales
para ayudar a las atenciones de la Casa en consideración a la
escasez de sus fondos. Con este ofrecimiento, era posible que el
hermano contador comprara a los asilados doce camisas, doce
26 A.H.D.M. Leg. 51, pza, 2, lib. nº 9, aa. cc. de 3 de octubre de 1857, fols. 22 y 23.
27 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 20 de junio de 1857, fol. 3.
28 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 25 de octubre de 1857, fol. 29.
735

calzoncillos blancos, doce pares de calcetines, seis vestidos de paño
que constaban de chaqueta, chaleco, pantalón y gorra, doce sábanas,
doce fundas de almohadas, doce toallas y doce servilletas 29 .
El segundo, la restauración de la cruz de piedra que se
hallaba destruida en la fuente del patio principal 30 . Una vez
efectuadas las oportunas gestiones, se supo que el arreglo costaría
entre 300 y 400 reales aproximadamente, un precio aceptable para
la Junta Permanente de la Hermandad, que dio su asentimiento 31 .
En los primeros meses de 1858 se trató la ampliación del
número de ancianos en la Casa, acordándose que las solicitudes
deberían presentarse acompañadas de la fe de bautismo y
certificado de pobreza del párroco de la iglesia a la que perteneciera
para, posteriormente, proceder a lo estipulado en el Reglamento 32 .
Es decir, a la verificación, por parte de dos o tres miembros de la
Junta de Gobierno comisionados por ésta, de si era cierto o no que
carecieran de medios económicos suficientes.
Al depender la iglesia de San Julián de la parroquia de los
Santos Mártires, se solía solicitar al cura de dicho templo que
administrara el sagrado viático a los pobres. Así ocurrió en la
Cuaresma de 1858 33 .
Como ya se ha visto, y seguiremos tratando, la ropa para los
asilados y la de sus camas, preocupaba a los hermanos mayores. Por
eso, Fernando de la Macorra autorizó el 22 de abril de 1858 que se
compraran dos mudas de sábanas y almohadas para las siete con
29
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 19 de diciembre de 1857, fol. 38.
30
Ibídem, fol. 39.
31
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 9 de enero de 1858, fols. 40 y 41.
32
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 13 de febrero de 1858, fols. 44 y v.
33
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2 lib. nº 9, aa. cc. de 9 de abril de 1858, fol. 48.
736

que contaba el establecimiento. Asimismo, se incluía la ropa que
fuera necesaria para el servicio de la iglesia 34 .
Con la llegada del verano de 1858, se adquirieron ropas a los
pobres asilados, consistentes en un par de mudas a cada uno de
pantalón y chaqueta, y calzado de lona 35 .
Pese a que a comienzos del referido año se contemplaba un
aumento del número de ancianos, la Hermandad cambió de
parecer en mayo de 1858, al no poder hacer frente a este plan por
falta de recursos económicos. No obstante, contempló la posibilidad
de que se aumentaría el número de internos en caso de que mejorase
la situación. Esta problemática se resolvería -así se recoge en las
actas- si se liquidaran los bienes desamortizados y se entregaran a
la Hermandad las inscripciones que les correspondían o que se
contaran con la aportación de hermanos para el sostenimiento de
los mismos 36 .
La Hermandad era muy celosa de la intimidad de los
asilados, por ese mismo motivo decidió en octubre de 1858 que se
independizara el patio interior del principal de la Casa con una reja
para que no pasaran personas extrañas al establecimiento. Se
encomendó la construcción de una cancela de madera a un maestro
carpintero, que la había presupuestado en 320 reales 37 .
Para finalizar la secuencia del día a día del asilo en esta etapa,
hay que señalar dos noticias más. La primera, el interés que este
edificio despertó en autoridades civiles y eclesiásticas, así como en
34 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 22 de abril de 1858, fol. 49.
35 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 8 de mayo de 1858, fol. 50.
36 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 20 de mayo de 1858, fol. 50 v.
37 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 21 de octubre de 1858, fol. 57.
737

asociaciones benéficas y congregaciones religiosas. Un ejemplo de
lo que anunciamos se produjo en febrero de 1859. Antonio Guerola,
presidente de la Sociedad de San Juan de Dios, solicitó a la Junta de
Gobierno parte del local de la Casa bajo las siguientes condiciones:
“La sala baja que se halla en el pasadizo del
patio principal al interior, sala que ocupa el
Colegio de Abogados de quien se prometía
conseguirla y el patio interior con objeto de
establecer una escuela de párvulos que trata de
fundar aquella sociedad hasta tanto que se
levante el nuevo local que ha de edificarse al
efecto y cuyo terreno le consideraba ya como
adquirido” 38 .
La Hermandad, por su parte, tras debatir la petición entre sus
miembros, lo sometió a votación nominal, decidiéndose no
conceder (por 9 votos en contra y 7 a favor) la autorización por “no
convenir á los intereses de los pobres la cesion del local solicitado”.
La segunda, fue la decisión adoptada por la Hermandad de llenar la
despensa de los artículos necesarios para el alimento de los pobres,
porque suponía tener más ventajas desde el punto de vista
económico 39 .
3.2.- La Guerra de África
La agresividad y las incursiones de los rifeños en suelo
español, atacando unos destacamentos en las cercanías de Ceuta y,
38
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 16 de febrero de 1859, fols. 63 v. y 64.
39
Ibídem, fol 73 v.
738

además, ultrajando unos hitos con la bandera de España puestos
para delimitar las zonas fronterizas, terminaron por exacerbar a la
opinión nacional. El Gobierno exigió del sultán de Marruecos
una rectificación a los hechos descritos y el castigo a los culpables.
El retraso en reparar estas peticiones abocaron a que se declarara la
guerra en octubre de 1859, estando el general Leopoldo O´Donnell
al mando de las operaciones, donde participaron también los
generales Juan Prim y Antonio Ros de Olano 40 . Aunque el conflicto
bélico se desarrollara a partir de la mencionada fecha, Fernando de
la Macorra se anticipó al acontecimiento, ofreciendo en el verano
de ese año al Gobierno de la reina Isabel II el hospital para los usos
que “juzgue convenientes en la próxima guerra” 41 .
Corría el mes de noviembre cuando se convocó un cabildo
extraordinario para tratar ampliamente el asunto de la declaración
de “la Guerra al Imperio de Marruecos”. Se planteó la necesidad de
atender en el hospital de San Julián a los soldados y oficiales
heridos en la contienda que fueran trasladados a Málaga. Incluso, la
Hermandad atendería espiritualmente a los albergados por los
hermanos sacerdotes, si fuese compatible con el servicio de Sanidad
Militar. Los asistentes al citado cabildo, aprobaron por unanimidad
la proposición elevada por el primero de los hermanos,
subrayándose que, en ningún caso, se desatendería la asistencia de
los pobres acogidos en la Casa, que era el principal objeto de las
obligaciones contempladas en los Estatutos. Al mismo tiempo, los
40 DE MATEO AVILÉS, E., “Málaga y la guerra de África de 1859/60. Las
repercusiones materiales de una Guerra romántica”, Jábega nº 42, Excma. Diputación,
Málaga, 1983, pp. 41 y 42; WALKER. J. M., Historia de España, Edimat Libros,
Madrid, 1999, p. 267.
41 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 19 de julio de 1859, fol. 78.
739

hermanos plantearon la posibilidad de solicitar a la Reina que se
dignara aceptar el cargo de hermano mayor perpetuo de este
hospital para el príncipe de Asturias, ya que era la ocasión más
oportuna para ello 42 . Tras esta iniciativa, la Hermandad recibió un
oficio del Capitán General de Granada agradeciendo este gesto tan
noble y caritativo ante la citada oferta de ofrecer parte de sus
instalaciones para atender a los heridos en la Guerra 43 . Dado el
inminente ingreso de heridos en dicha Institución, el hermano
mayor pidió un donativo particular y voluntario a los cofrades para
que hubiera un fondo con el que se pudieran socorrer algunas
necesidades 44 .
Antes de que acabara el año 1859, y en plena Guerra contra
Marruecos, la Hermandad estimó la petición de ingreso efectuada
por Trinidad Grund Cerero, dama que pertenecía a la alta burguesía
malagueña 45 . La vida de esta mujer estuvo marcada por la
desgracia. En principio, el suicidio de su marido, Manuel Heredia
Livermore (hijo del rico hacendado Manuel Agustín Heredia
Martínez y de Elizabeth Livermore), y después, la muerte de dos
de sus tres hijos en un infortunado naufragio. Estos acontecimientos
condicionaron su existencia, dedicando el resto de sus días a
practicar la caridad y la beneficencia 46 . Con lo señalado, está de
más buscar una explicación del por qué se interesó en inscribirse en
esta Hermandad. Sus buenas intenciones la animaron a prestar la
42 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 8 de noviembre de 1859, fol. 79.
43 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 13 de noviembre de 1859, fol. 80.
44 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 16 de noviembre de 1859, fol. 81 v.
45 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 10 de diciembre de 1859, fol. 81 v.
46 DE MATEO AVILÉS, E., Piedades e impiedades de los malagueños en el siglo XIX.
Una aproximación a la religiosidad española contemporánea, Málaga, 1987, p. 46.
740

ayuda necesaria a los heridos que llegaban al hospital procedentes
del norte de África. En Málaga se establecieron seis hospitales de
sangre: el de San Julián, el de la Victoria, el de la Merced, el de la
Trinidad, San Agustín y el de Santo Domingo, atendiéndose a los
jefes y oficiales en el primero de los reseñados y a la tropa en los
siguientes 47 .
Ilustración 88: Paseo central de la Alameda [FRANQUELO, R., La Reina en Málaga.
Descripción de los arcos de triunfo, monumentos, adornos y vistas mas notables que ha
habido en Málaga y en el límite de su provincia, durante la estancia en ellas de S. M. La
Reina Doña Isabel II y su Real Familia, Málaga, 1862, edición facsímil, Universidad,
Málaga, 1991]
El día 13 de diciembre de 1859, se convocó una reunión con
carácter extraordinario a la que no pudo asistir el hermano mayor
por encontrarse enfermo. La sesión estuvo presidida por el alcalde
antiguo Vicente Pontes Cantelar, quien manifestó a los presentes el
objeto de la convocatoria. Comenzó a dar lectura a un escrito
47 DE MATEO AVILÉS, E., “Málaga y la guerra de África de 1859/60...”, p. 45.
741

edactado por De la Macorra Añino en el que se exponían las
razones que lo habían inducido a ceder un local a Trinidad Grund.
Al término del mismo, se solicitó de la concurrencia la aprobación o
no, a lo que ésta repondió unánimemente. Con esta cesión, los
pobres asilados se trasladarían de forma provisional al piso bajo del
hospital, al local de la sala de juntas del Colegio de Abogados.
Asimismo, se fijó establecer una guardia permanente de hermanos
seglares y eclesiásticos, que se turnara cada 24 horas. Los
eclesiásticos se ocuparían de lo referente a su ministerio y los
seglares a ayudar a los enfermos a levantarlos de la cama, pasearlos,
vestirlos y darles los alimentos y las medicinas; y de un turno que
se encargara de conducirlos en camilla o en coches desde el puerto
al hospital 48 .
Las donaciones para la prestación de estos fines no se
hicieron esperar. La señora Josefa López de Hurtado había donado
para el uso de los heridos del hospital una bandeja con hilas, siendo
entregada a las señoras que se hallaban al frente de este hospital de
sangre 49 .
Para el día 1 de enero de 1860 se practicó el primer
desembarco de heridos en el puerto de Málaga, siendo conducidos
al hospital de San Julián doce jefe y oficiales 50 . Una semana
después de la llegada de éstos, se ofreció en el hospital de San
Julián una comida a los oficiales convalecientes, asistiendo el
48 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 13 de diciembre de 1859, fol. 83 v.
49 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 11 de abril de 1860, fol. 90.
50 DE MATEO AVILÉS, E., “Málaga y la guerra de África de 1859/60...”, p. 52.
742

Obispo que brindó por la Reina, el Ejército y por las personas que
sostenían dicha Institución 51 .
La prensa de la época señalaba los oficiales heridos que
ingresaron el día 15 de enero de 1860 en el hospital de San Julián:
José Agustino Enrique, segundo comandante del II Batallón del
Regimiento de Asturias; Pedro Avergo Jumero, teniente del
Regimiento de Toledo, I Batallón, 3ª Compañía; José Rojas
Palomo, capitán del Regimiento de Castilla, I Batallón, 3ª
Compañía; Santiago Madan Uriondo, teniente del Regimiento de
la Princesa, II Batallón, Primera Compañía; José Nuño, teniente del
Regimiento de Toledo, II Batallón, 1ª Compañía; Benigno Álvarez
Bugallal, subteniente del Batallón Cazadores de Ciudad Rodrigo nº
9, 2ª Compañía; Agustino Torres Rubiano, subteniente del
Regimiento de Cuenca, II Batallón, 4ª Compañía; Demetrio
Waylen, teniente coronel, segundo comandante del II Batallón del
Regimiento de Toledo, Plana Mayor; Manuel Serrano, segundo
comandante del Regimiento de Toledo nº 35, II Batallón; Saturnino
Vera Aguirre, capitán graduado, teniente del Regimento del
Príncipe, I Batallón, 2ª Compañía; Arsenio Arola Espulgues,
capitán del I Batallón del Regimiento de Toledo, 2ª Compañía; José
Casado Torre; José Bueno López; Augusto Ruiz Valderrama,
capitán del Regimiento de Córdoba; Mariano Murillo, capitán
ayudante del Escuadrón Lanceros de Villaviciosa; Federico Zapino
Moreno, teniente del IV Escuadrón Húsares de la Princesa; Carlos
Dalo Granados, primer comandante del I Batallón del Regimiento
51
La Unión Mercantil, Málaga, 7 de enero de 1926. De la obra “Anales Malagueños”,
de Díaz de Escovar.
743

de Toledo; Antonio Talero Escobar, comandante graduado, capitán
de la Primera Cazadores de Toledo; Ramón Castillo Gamis,
comandante capitán del Regimiento de Córdoba; Vicente Talero
Escobar, coronel graduado, segundo comandante del I Batallón de
Toledo; Miguel Mejías León, subteniente del Regimiento de
Córdoba, II Batallón, 1ª Compañía; Ciriaco Jos Sánchez, segundo
comandante del I Batallón del Regimiento de la Princesa; Manuel
Torres Cabrera, capitán del Regimiento del Príncipe, I Batallón,
Compañía de Cazadores; Juan Gruido Araejo, teniente de
Cazadores de Figueras 52 .
Las victorias logradas por el Ejército español en 1860 fueron
felizmente celebradas en nuestra ciudad. Las actas capitulares del
Ayuntamiento así lo reflejaban:
“(...) con motivo de haberse recibido por
despacho telegráfico la fausta noticia de la
toma de la plaza berberisca de Tetuán por el
valiente ejército expedicionario de Africa, se
acordó por aclamacion el izado del pendón de
Castilla, colgaduras por parte del vecindario,
luminarias (...), propuso también el S[eño]r.
Regidor d[on]. Santiago Casilari se haga
esculpir en piedra la fecha de la gran victoria
obtenida en Africa el día 4 del actual [febrero
de 1860] la de la toma de Tetuán, y el nombre
del invicto Caudillo que manda en Jefe aquel
ejército, y los de no menos ilustres generales
que han tomado parte en esa jornada y que
dicha lápida conmemorativa se coloque en el
salón de sesiones. Todo lo cual fue aprobado
por unanimidad y con gran entusiasmo” 53 .
52 El Avisador Malagueño, Málaga, 19 de enero de 1860.
53 A.M.M. Lib. 257, aa. cc. de 7 de febrero de 1860, fol. 23.
744

En una noticia aparecida en el periódico El Avisador
Malagueño de junio de 1860, se decía que el hospital de San Julián,
establecido por algunas señoras para la asistencia de oficiales
heridos durante la Guerra de África, deberá cerrarse porque ya no
era necesario 54 . En efecto, la Guerra ya había concluido para esa
fecha. Por eso, y a principios del mes de agosto de 1860, el hospital
comenzó a recuperar la normalidad. Los salones del piso principal,
que habían sido ocupados por los oficiales heridos hasta quedar
curados, empezaron a quedar libres, volviendo a trasladarse a los
pobres que habían permanecido en la sala de juntas del Colegio de
Abogados a dicho lugar. Igualmente, se acordó que se blanquearan
la escalera y el patio 55 .
4.- LAS FUNCIONES RELIGIOSAS EN LA IGLESIA DE
SAN JULIÁN
4.1.- Misas: de memorias y diarias
Con respecto a las del primer tipo, el cofrade Manuel Rubio
Velázquez, secretario saliente, dio cuenta el 20 de junio de 1857
que existía una memoria de 50 misas que se celebraban anualmente
en este hospital, habiendo asignado para este menester un
estipendio de 114,24 reales de vellón que gravitaba sobre el
mayorazgo fundado por Francisco Gómez Magro en Casares el 15
de junio de 1687. Hasta el año 1831 la cobró esta Casa y desde
1832 la percibió Manuel Bracho como colector de la parroquia de
54 El Avisador Malagueño, Málaga, 10 de junio de 1860.
55 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 7 de agosto de 1860, fol. 95.
745

los Santos Mártires. El poseedor actual del mayorazgo era Antonio
Rubio Velázquez, marqués de Valdeflores, siendo representado por
su hermano, quien exponía el asunto. A la vista de la información,
la Junta acordó que con la cantidad asignada era imposible celebrar
las 50 misas, por lo que se solicitó al Obispo la disminución de las
mismas 56 .
Un caso análogo se produjo con la memoria fundada por
Francisco Gómez Mayor. Ante la imposibilidad de oficiarse 50 de
ellas con la cantidad asignada por el susodicho, el cabildo celebrado
el 11 de junio de 1857 autorizó a Manuel García Álvarez, prioste de
la Hermandad, para que gestionara su disminución 57 .
En el cabildo del 9 de abril de 1858, se presentó el informe
elaborado por el fiscal de la Corporación acerca de las memorias de
las misas. A continuación, se formó una comisión constituida por
Fernando García, Manuel García Álvarez y Joaquín Díaz García 58 .
Al parecer, y por los documentos que obraban en el Archivo
de la Hermandad, había una memoria a cargo de los beneficiados de
la parroquia de los Santos Mártires para decir una misa cantada
todos los años durante la fiesta de San Antonio de Padua en el
hospital de San Julián. A la vista de que ésta no se celebraba, se
acordó presentar la correspondiente reclamación 59 .
En cuanto al segundo tipo de las misas, Fermín Tornería
propuso en el cabildo de 24 de febrero de 1858, hacer una
suscripción entre los hermanos para que, con lo recaudado, se
56 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 3 de octubre de 1857, fol. 23.
57 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 11 de julio de 1857, fol. 15.
58 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 9 de abril de 1858, fol. 48.
59 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 13 de junio de 1858, fol. 53 v.
746

costease una misa diaria en la iglesia y que el sacerdote encargado
de celebrarla obtuviera una habitación en esta Casa a lo que la
Hermandad accedió.
Con este objeto se intentaba descargar al capellán para que
tuviera tiempo de rezar con los pobres diariamente las tres partes
del Santo Rosario y otra a la noche en la iglesia a puerta abierta.
Sobre este asunto, se comunicó el 13 de marzo de 1858 que el
sacerdote que había quedado en oficiar la misa había desistido,
presentando el capellán uno nuevo que se había comprometido a
efectuarla a diario a las 8 de la mañana, aplicándola por la intención
de los hermanos que la costearan 60 .
Por otro lado, y en la fecha del 24 de febrero de 1858,
Vicente Tudela Vallo entregó a la Hermandad una suma de 500
reales como estipendio para que se aplicaran 100 misas en la
iglesia 61 .
La comunión pascual de 1858 se realizaría en la iglesia de
San Julián dado que el cura de la parroquia de los Santos Mártires
(a la que se pertenecía) había dado el permiso para administrarla en
la sede de esta Hermandad 62 .
La última de las misas celebradas de este tipo que tenemos
constancia escrita, tuvo lugar el 4 de mayo de 1858. El periódico
El Avisador Malagueño la anunciaba días antes en la “Sección
Religiosa” del siguiente modo:
60
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 13 de marzo de 1858, fol. 47.
61
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 24 de febrero de 1858, fol. 46 v.
62
Ibídem, fol. 49.
747

“Todos los señores Sacerdotes que gusten
celebrar el santo sacrificio de la Misa en la
iglesia de S[an]. Julian el miércoles 4 del
corriente, aplicándola por el descanso del alma
de la señora Dª. Antonia Muñoz de Calafat
(Q.E.G.E.) recibirán la limosna de 10 r[eale]s.,
desde las siete á las diez de la mañana y desde
esta hora hasta las doce la de doce r[eale]s.” 63
4.2.- La fiesta de San Julián
La función religiosa en honor de San Julián, patrón de la
Casa, se llevaría a cabo en 1858 como se venía efectuando en los
últimos años. Para ello, los directivos Manuel Rubio Velázquez y
Eduardo Loring quedaron comisionados para la comida
extraordinaria que habría de darse a los pobres de la Institución 64 .
En esta edición predicó Vicente Tudela Vallo, canónigo lectoral de
la Santa Iglesia Catedral, asistiendo a la función religiosa el obispo
Juan Nepomuceno Cascallana 65 . Concluida la misa, el hermano
mayor se dirigió al Prelado para comunicarle el deseo manifiesto de
Enrique Scholtz Caravaca de ingresar en la Hermandad, persona
“muy conocida en esta Ciudad y muy notoria su piedad e
irreprochables costumbres (...)”. En esta ocasión, se daban por
hechas las informaciones de Reglamento, siendo admitido en el
acto. Presidiendo la sala de juntas el prelado Juan Nepomuceno, se
llamó al Sr. Scholtz para que entrara en la misma y arrodillado ante
el crucifijo prestó el juramento 66 .
63 El Avisador Malagueño, Málaga, 1 de mayo de 1858.
64 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 3 de enero de 1857, fol. 43.
65 El Avisador Malagueño, Málaga, 28 de enero de 1858.
66 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 28 de enero de 1858, fols. 43 y v.
748

Enrique Scholtz Hermensdorff Caravaca había nacido en
Málaga en enero de 1823 y pertenecía a una de las familias más
adineradas y distinguidas de la sociedad de la época. Fue
comerciante y residió en París aunque pasó en España grandes
temporadas. Aficionado a la música, participó en la creación de la
Sociedad Filarmónica. En 1912, se le otorgó el título de Marqués
de Belvis de las Navas. El marquesado provenía de sus antepasados
por línea materna. Falleció el 7 de junio de 1918 67 .
Tras la breve exposición biográfica de Enrique Scholtz,
pasamos a referirnos a la función de 1859, en que fue confiada la
preparación de la iglesia a Juan Tejón Rodríguez y a Manuel García
Álvarez, y el cuidado de la comida de los pobres a Manuel Rubio
Velázquez y Eduardo Loring 68 .
La de 1860 fue suspendida a petición del Obispo hasta más
adelante. Ante este hecho, la Junta de Gobierno aprobó que el día
después de la celebración se hicieran honras en sufragio de los
hermanos difuntos 69 . Aunque no estuviera expresada la causa de
anulación, se puede vislumbrar que fue motivada por la epidemia
de cólera que empezaba a hacer mella en poblaciones cercanas a la
nuestra. Sin embargo, cabe preguntarnos por qué el Jubileo de las
XL Horas -así lo anunciaba la prensa local el mismo día 28 de
enero-, fue trasladado de la iglesia de San Julián a la de las
religiosas del Ángel, en sufragio por las almas de Ángel Fernández
Heredia y su esposa Josefa Hurtado Quintana 70 . Si era a
67 A.D.E. Caja 292, Biografías, leg. 37.
68 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 8 de enero de 1859, fol. 59 v.
69 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 11 de febrero de 1860, fol. 86 v.
70 El Avisador Malagueño, Málaga, 28 de enero de 1860.
749

consecuencia del peligro de contagio, éste estaba en cualquier parte
y no sólo en San Julián. No tenemos una respuesta para esta
cuestión, pero transcurridos unos meses, concretamente el 7 de
agosto, se pidió al Obispo, que se encontraba fuera de Málaga, el
permiso para realizar la función de San Julián al haber cesado el
brote epidémico de cólera, siendo el deseo de la Hermandad
verificarla el 5 de septiembre. Esta fecha fue tomada porque se
conmemoraba la traslación del cuerpo de San Julián al lugar que
hoy ocupa en la Catedral de Cuenca 71 . Ante esta inminente
celebración, se les encomendó las tareas organizativas al prioste y
capellán, y a ellos mismos también se les encargó pidiesen la
autorización eclesiástica para que se cantase en la citada fecha un
Tedéum en Acción de Gracias 72 .
4.3.- Obras en la iglesia
En la iglesia de San Julián se acometieron algunas obras y se
adquirieron unos enseres para el engrandecimiento del culto bajo el
breve gobierno de Fernando de la Macorra. Así pues, la necesidad
de efectuar reparaciones en el templo, movió a la piedad del
hermano José Díaz Martín a solicitar -durante el verano de 1857-
del Gobierno de Isabel II el permiso correspondiente para organizar
una rifa a favor del hospicio y hospital de San Julián 73 . Que
tengamos constancia, no se trataba del primer intento para llevar a
71 CAMINO ROMERO, A., “San Julián”, Penas nº 10, Venerable Hermandad y
Cofradías de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Agonía, María Santísima de las
Penas y Santo Domingo de la Calzada, Málaga, 1991, s/f.
72 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 7 de agosto de 1860, fol. 93.
73 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 8 de agosto de 1857, fol. 20.
750

cabo este tipo de iniciativa destinada a rifas, sorteos y loterías. Ya
existía un precedente, el de los mayordomos de la capilla del
Santísimo Cristo de la Expiración que otorgaron un poder a un
procurador para que solicitara en 1797 la autorización real para un
juego de lotería que facilitara fondos para la remodelación del
camarín y capilla en la iglesia de San Pedro 74 . Posteriormente a la
petición de la Hermandad de la Santa Caridad le siguió la Cofradía
del Santo Cristo de Cabrilla de la parroquia de Santo Domingo, al
regalar “un par de jarrones de plata meneses y cristal cuajado” al
agraciado que poseyera el número igual al del premio mayor de la
Lotería Nacional del último sorteo del mes de abril en 1904 75 .
La Corporación del hospital de San Julián, como los
mayordomos de la capilla de la Expiración y los cofrades del Santo
Cristo de Cabrilla, puso en circulación esta fórmula para subvenir
fondos con los que poder acometer, como en este caso, la citada
obra.
Como curiosidad referimos otro método empleado en el siglo
XIX por una cofradía de Pasión, en concreto la de la Misericordia.
Para recabar dinero, que fuese destinado a los cultos de Cuaresma
y a la procesión de Semana Santa, se repartió:
“una fotografia de esta Efigie [Nuestro Padre
Jesús de la Misericordia] mediante la limosna
de ocho reales. Tenemos entendido [destacaba
el periódico La Unión Mercantil] que todas las
74
SÁNCHEZ LÓPEZ, J. A., Muerte y cofradías de Pasión en la Málaga del siglo
XVIII..., pp. 143 y 144.
75
CAMINO ROMERO, A., Breve historia de un Cristo olvidado. Aproximación
histórica a la desaparecida Hermandad del Santo Cristo de Cabrilla, Agrupación de
Cofradías, Málaga, 2001, pp. 73 y 74.
751

personas a quien se le ha remitido este retrato,
han aceptado el donativo” 76 .
Con respecto a la iniciativa promovida por José Díaz Martín,
parece ser que surtió los efectos apetecidos porque en las actas del
cabildo celebrado el 3 de octubre 1857, se recogía la siguiente
noticia: “haberse concluido la obra de reparación de la Iglesia” 77 .
Ello da a entender que obtendría el permiso y que el sorteo o rifa se
pondría en marcha recaudando los fondos necesarios para el inicio
de los trabajos.
Ilustración 89: Evocación del Santo Cristo de Cabrilla [CAMINO ROMERO, A., Breve
historia de un Cristo olvidado. Aproximación histórica a la desaparecida Hermandad del
Santo Cristo de Cabrilla, Agrupación de Cofradías, Málaga, 1999. Dibujo: Alberto Jesús
Palomo Cruz]
76 La Unión Mercantil, Málaga, 21 de marzo de 1886; CAMINO ROMERO, A. y
PALOMO CRUZ, A. J., “Anécdotas de antaño”, Cuadernillo de Semana Santa de
Diario 16, Málaga, 31 de marzo de 1996, p. 23.
77 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 3 de octubre de 1857, fol. 24.
752

Después se realizaron los de renovación y pintura de los
frontales y del púlpito de la iglesia, así como la adquisición de unas
cortinas para las ventanas 78 .
La última actuación, se concretó en la compra de un órgano
con los medios que se dispusiera. Aunque no era una obra
propiamente dicha, sí suponía una mejora considerable para el culto
de la iglesia 79 .
4.4.- Cultos cuaresmales
La Hermandad tomó el acuerdo de realizar unos ejercicios
espirituales con sermón todos los miércoles de Cuaresma por la
tarde, quedando encargados para dicho cometido el prioste, Manuel
García Álvarez, y el capellán-administrador, Nicolás de Luna 80 .
Constantino Grund fue nombrado para que colaborara con el
prioste en el arreglo de la iglesia, cuyo presbiterio debería ocultarse,
colocándose en el altar la imagen del Santo Cristo del Consuelo y
una Dolorosa 81 .
Para este año de 1858, se contó con los siguientes
predicadores: Vicente Pontes, cura de Santo Domingo y San Carlos,
el día 24 de febrero; José Villalobos Rojas, presbítero de los Santos
Mártires, el 3 de marzo; Manuel García Álvarez, sacerdote de la
Santa Cruz y San Felipe Neri, el 10; Vicente Tudela Vallo,
78 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 7 de noviembre de 1857, fol. 34.
79 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 7 de junio de 1858, fol. 73 v.
80 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 17 de febrero de 1858, fol. 45 v.
81 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 13 de marzo de 1858, fols. 47 y v.
753

canónigo lectoral de la Santa Iglesia Catedral, el 17 y Francisco
Florín Delgado, capellán del hospital de San Julián, el 24 82 .
Los cultos cuaresmales culminarían con la celebración de un
triduo de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, siendo designado
para este fin el diácono Miguel Sánchez, que se ofrecía a predicar
las tres tardes 83 .
lo siguiente:
Sin embargo, en el periódico El Avisador Malagueño se decía
“La hermandad de la S[an]ta. Caridad de
N[ues]tro. S[eño]r. Jesucristo, practicará
ejercicios espirituales en su iglesia del S[eño]r.
S[an]. Julian, hoy domingo de Ramos, lúnes y
mártes santo, á las cuatro y media de sus tardes,
predicando en todas ellas el S[eño]r. D. Miguel
Sanchez, clérigo diácono” 84 .
En 1859, se estimó conveniente volver a celebrar los
ejercicios los miércoles de Cuaresma. Pero este hecho significaba
recaudar fondos entre los hermanos para cubrir los gastos que se
produjeran 85 . Tras la conclusión de los mismos se llevó a cabo,
como en el año anterior, un triduo en Semana Santa. En esta
ocasión se contaría con Manuel María Llera, canónigo de la Santa
Iglesia Catedral; Juan Núñez Gallo, dignidad de Chantre de la
82 El Avisador Malagueño, Málaga, 24 de febrero, 9 de marzo de 1858; Correo de
Andalucía, Málaga, 2 de marzo de 1858.
83 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 13 de marzo de 1858, fols. 47 y v.
84 El Avisador Malagueño, Málaga, 27 de marzo de 1858.
85 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 12 de marzo de 1859, fol. 67.
754

misma Iglesia; y Fray Félix María de Cádiz, quienes se harían cargo
de los sermones de cada uno de los tres días 86 .
Sabemos, por las actas capitulares de la Hermandad, que los
cultos cuaresmales y de Semana Santa de 1860 no fueron
suspendidos como la fiesta de San Julián, debido a la epidemia de
cólera. El capellán informó a los asistentes al cabildo de 11 de abril,
que se habían invertido 224 reales en los mismos, por lo que se
hacía un llamamiento a la participación de todos con limosnas para
cubrir el referido importe. Uno de los predicadores en los ejercicios
espirituales fue José Ramón Pujazón, canónigo de la Santa Iglesia
Catedral, a quien la Junta de Gobierno determinó darle las gracias al
no haber cobrado ningún tipo de estipendio y enviarle un oficio
donde se hiciera constar su admisión como hermano de esta
Hermandad 87 .
4.5.- Fiesta del Corpus Christi, rogativas y procesión de Semana
Santa
Cercana la fecha de la procesión del Corpus de 1858, el
Ayuntamiento se dirigió a la Hermandad de la Santa Caridad -y lo
continuará haciendo en fechas sucesivas- para que participara en la
fiesta de Jesús Sacramentado. La Junta de Gobierno declinó la
invitación efectuada por el alcalde de la ciudad, Gaspar Díaz Zafra,
al no ser costumbre participar en este tipo de actos públicos. No
obstante, y pese a ello, se acordó dar las gracias por la invitación 88 .
86 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 9 de abril de 1858, fol. 68 v.
87 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 8, aa. cc. de 11 de abril de 1858, fols. 89 y v.
88 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 8, aa. cc. de 20 de mayo de 1858, fol. 50 v.
755

Sin embargo, no conocemos la respuesta dada por la
Hermandad a una invitación de la Corporación municipal para que
participara en una rogativa por la sequía que padecía la ciudad.
Quedaron avisadas, por este asunto, fraternidades penitenciales,
letíficas y eucarísticas 89 .
Por lo que concierne a las procesiones de Semana Santa, hay
que señalar que la visita de las cofradías penitenciales a iglesias,
conventos y hospitales era una costumbre que se practicaba
usualmente durante los siglos XVI y XVII 90 . Pese al transcurso del
tiempo, ese ritual se siguió manteniendo en la centuria
decimonónica, incluso se practica hoy día, en el siglo XXI 91 .
En la Semana Mayor de 1860, el cortejo procesional formado
por las efigies de Nuestro Padre Jesús de la Columna y del
Santísimo Cristo de la Sangre, fraternidades establecidas
canónicamente en la parroquia de Nuestra Señora de la Merced,
incluyeron en su itinerario 92 una estación en los hospitales de San
Julián y San Agustín. Tenemos que mencionar que era la primera
vez -y la última, pues no volverá a producirse que sepamos- que
89
A.M.M. Leg. 617, carp. 6; JIMÉNEZ GUERRERO, J., Capillas y cofradías
desaparecidas..., pp. 181-182.
90
FERNÁNDEZ BASURTE, F., La procesión de Semana Santa en la Málaga del
siglo XVII, Universidad/Fundación Cruzcampo, Málaga, 1998, pp. 256 y 257.
91
La Real, Muy Ilustre y Venerable Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús
Cautivo, María Santísima de la Trinidad Coronada y del Glorioso Apóstol Santiago
visita desde 1990 en la mañana del Lunes Santo a los enfermos del hospital Civil.
92
“Plaza de Riego, calle de Alamos, Carreteria, al hospital de S[an]. Julian, y seguirá
Carreteria, Puerta Nueva, calle de Compañía, Plaza calle de S[an]ta. Maria, entrará en
la Catedral, dirigiéndose luego por calle de S[an]. Agustín, en cuyo hospital entrará, y
por calle de Granada y la plaza de Riego volverá a su iglesia” [El Avisador
Malagueño, Málaga, 5 de abril de 1860].
756

tenía lugar un acto de similares características en la primera de las
instituciones hospitalarias 93 .
Ilustración 90: Imagen del Santísimo Cristo de la Sangre y del grupo escultórico, hacia
los años 20 del siglo XX. Desaparecidos. [Foto: A.A.C.M.]
Años después, exactamente en 1865, la Cofradía de Nuestro
Padre Jesús Nazareno, establecida estatutariamente en la parroquia
de San Juan, salió de este templo con su imagen Titular en
procesión el Martes Santo y se trasladó a la capilla del hospital de
93 El Avisador Malagueño, Málaga, 8 de abril de 1860; CAMINO ROMERO, A., “Dos
encuentros en la historia”, Sangre nº 1, Real, Muy Ilustre y Venerable Archicofradía
del Santísimo Cristo de la Sangre, María Santísima de Consolación y Lágrimas y del
Santo Sudario, Málaga, 1998, pp. 55 y 56.
757

Santo Tomás, situada frente a la iglesia del Sagrario, para allí pasar
la noche y efectuar el recorrido de vuelta el Jueves Santo 94 .
Se trata de un caso singular, aunque puede que no sea único,
donde se ponen de manifiesto dos hechos: uno, la vigencia de esta
costumbre y otro, la sensibilidad de las cofradías y hermandades
pasionistas para llevar la figura del Señor a los enfermos y asilados
en estos establecimientos sanitarios.
5.- ASPECTOS ECONÓMICOS
5.1.- Pago de cuotas
La morosidad de varios hermanos en este período obligó a la
Junta de Gobierno a tomar cartas en el asunto. Manuel Rubio
Velázquez presentó el día 20 de junio de 1857 recibos pendientes
de cobro de varios miembros que ascendían a un total de 340 reales,
a pesar de que la Hermandad los había invitado en repetidas veces a
ponerse al día en el pago de las cuotas 95 . En efecto, tenemos
conocimiento por un libro copiador de cartas de las misivas
enviadas a Joaquín Ruiz Romero, Josefa Mancheño y Marcos
Sánchez Durán, respectivamente, el 9 de febrero de 1857,
recordándoles las cantidades que adeudaban y el tiempo
transcurrido sin satisfacerlas 96 .
94
El Avisador Malagueño, Málaga, 11 y 16 de abril de 1865; CAMINO ROMERO, A.,
“Aproximación al estudio de la Hermandad de N. P. Jesús Nazareno del , de la parroquia de San Juan (Málaga)”, Las Cofradías de Jesús Nazareno.
Encuentro y aproximación a su estudio, Excma. Diputación, Cuenca, 2002, p. 296.
95
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 20 de junio de 1857, fols. 5 y 6.
96
A.H.D.M. Leg. 75, pza. 2, fol. 42.
758

A la vista de que la actitud de estos afiliados era poco
solidaria con los pobres asilados, se tomó el acuerdo de
suspenderlos de pertenencia a la Corporación con arreglo al artículo
4, del capítulo 4 de la segunda parte de las Constituciones 97 :
“Si algun Hermano después serlo incurriere en
falta notoriamente grave y publica, q[u]e. si la
huviera tenido antes de su admisión no se le
huviera recivido, se le excluirá poniendo la nota
correspondiente en la de su entrada; pero si
fuere de aquellas en q[u]e. cave enmienda será
suspenso de las funciones de hermano hasta
q[u]e. la acredite, como para los q[u]e. faltan
queda prevenido, y si alguno fuere omiso por
dos años consecutivos en pagar los 12 reales de
luminaria, tambien ser suspenso hasta q[u]e. lo
verifique” 98 .
Unos días después, se reconsideró el asunto, llegándose al
acuerdo de dar una última oportunidad a los hermanos deudores
para que se pusieran al frente del pago de las cuotas 99 . En las actas
de cabildos posteriores, no se registra ninguna respuesta de los
referidos hermanos, por lo que fueron dados definitivamente de baja
de la Corporación. Esta situación originó que seis hermanos
solicitaran en febrero de 1859 la obligación de pagar mensualmente
una cuota que no fuese mayor de 10 reales ni menos de 6, para
ayudar al sostenimiento de los pobres asilados del hospital 100 .
97
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 20 de junio de 1857, fols. 5 y 6.
98
A.H.D.M. Leg. 47, pza. 2, “Constitución de la Hermandad de Caridad de esta
Ciudad. Año 1819”, fol. 29.
99
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 30 de junio de 1857, fol. 8.
100
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 16 de febrero de 1859, fol. 63.
759

5.2.- Liquidación de créditos a favor de la Hermandad
La Hermandad de la Santa Caridad escribió en 1857 a
Manuel Anduaga Mejías, agente de ésta en Madrid, para que llevara
a cabo el encargo de activar la liquidación de los créditos a favor
del establecimiento de San Julián 101 .
El contador, José María Díaz, en ausencia del tesorero, José
María Uribe, cobró en enero o febrero de 1858 de la Tesorería
Nacional la cantidad de 3.136 reales de vellón, que correspondía al
cuarto trimestre del año 1857, perteneciente al caudal enajenado a
esta Casa 102 . Meses después, el gobernador civil, José María
Montalvo, envió un escrito a la Hermandad comunicando la
suspensión de los pagos de los réditos de los bienes desamortizados,
procediendo estas órdenes de instancias superiores. Reseñaba,
además, que por tratarse de un establecimiento benéfico se había
solicitado la oportuna consulta a fin de que se emitiera una
resolución al respecto 103 .
Por otro lado, el agente de la Hermandad de la Santa Caridad
en Madrid, Manuel Anduaga, envió una carta -que fue comunicada
en el cabildo de 21 de octubre de 1858- solicitando un poder para
que pudiera reclamar del Estado los créditos que se le adeudaban 104 .
Al mes siguiente, tiene entrada en la secretaría de la
Institución un escrito fechado el 29 de octubre, dirigido a Manuel
Anduaga. En él se recordaba que cuando le fuera enviado el poder
101 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 19 de diciembre de 1857, fol. 39.
102 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 24 de febrero de 1858, fol. 46 v.
103 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 20 de mayo de 1858, fol. 50 v.
104 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 21 de octubre de 1858, fol. 57.
760

se incluyera un documento justificativo de que el hospital de San
Julián era propiedad particular 105 .
Un año después, en febrero de 1859, Manuel Anduaga
devolvió por escrito el poder notarial y la certificación para la
liquidación de los créditos pendientes a favor del hospital, por no
haber sido admitidos por las oficinas al no presentar el poder de los
créditos que se reclamaban. Instaba a la Hermandad a que, en caso
de no aparecer en el archivo, se remitieran los antecedentes sobre
los créditos y se otorgara un nuevo poder a favor del agente para
activar la liquidación pendiente de todos los créditos que
correspondían al hospital 106 .
5.3.- Donaciones
La Hermandad de la Santa Caridad contó siempre con
hermanos y benefactores que, de una manera u otra, hacían llegar
dádivas y regalos, en metálico o en enseres, para que se emplearan
en el sustento de los pobres asilados.
Así pues, exponemos la identidad del donante, el importe, el
mobiliario o la ropa que fueron recibidos durante esta etapa:
TABLA 44
AÑO DONANTE OBSERVACIÓN
1858 Luis Santi Renunció al importe de los gastos
que se empleó para adecentar la
iglesia, donándolo a los pobres de
San Julián
105 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 13 de noviembre de 1858, fol. 57 v.
106 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 16 de febrero de 1859, fols. 62 y v.
761

AÑO DONANTE OBSERVACIÓN
1858 José Alarcón Luján Dio al hospital la cantidad de 160
reales para que se comprase ropa a
los asilados
1858 Fernando Ugarte Barrientos Donó dos colchones y un cobertor
1858 Rosa Cardenal de Herrera Entregó una almohada con funda,
un cojín, cuatro fundas de
almohada, cinco toallas, cuatro
pares de medias, tres de calcetines
blancos, siete sábanas, dos
pañuelos viejos, un par de medias
de lana, tres colchas y una lavativa
1858 Antonio Vega Entregaba un arca de pino, tres
pantalones, cuatro chalecos, una
capa y dos chaquetas
1859 Rosa Mensegue Bourman Dejaba 300 reales 107 .
6.- ASISTENCIA A LOS CONDENADOS A MUERTE
La primera asistencia prestada bajo el mandato de Fernando
de la Macorra Añino fue la realizada en junio de 1857. El
Comandante general de la plaza instaba a la Hermandad a que
prestara la atención corporal y espiritual al cabo de artillería
Ezequiel Compelo, que había sido sentenciado por el Capitán
general a ser fusilado el día 27 de ese mes 108 . Acerca del motivo
que hubo causado esta terrible decisión, se sabe, por fuentes
periodísticas, que ésta se debía a connotaciones puramente
políticas 109 .
Los hermanos de la Caridad pidieron limosnas por las calles
y plazas hasta llegar a recaudarse 1.236 reales, de los cuales 412
reales (la tercera parte) se destinaron al fondo de ajusticiados y el
107 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 9 de abril, fol. 48; 13 de junio, fol. 53
v.; y 11 de septiembre de 1858, fol. 56; y 12 de marzo de 1859, fol. 67.
108 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 30 de junio de 1857, fol. 9.
109 El Avisador Malagueño, Málaga, 28 de junio de 1857.
762

esto, 824 reales, se asignó a los sufragios por el alma de dicho
difunto 110 . A las pocas semanas de la ejecución del cabo Compelo,
se recibieron en la Hermandad 20 reales de limosna para que se
aplicaran tres misas por su alma. El capellán de la iglesia-hospital
informó al hermano mayor que, hasta el día 11 de julio, se le
habían aplicado veintiuna misas. Se reseñó, asimismo, que ante la
imposibilidad de celebrar más misas en esta iglesia, se habían
encargado diez de ellas en cada una de las parroquias de los
Santos Mártires y de Santiago Apóstol 111 .
En octubre de 1857, se informó a los hermanos de la
Institución de que se había depositado en esta Casa un cadáver en
estado de descomposición de un marino que falleció en un buque
atracado en el puerto. La epidemia de fiebre amarilla que hacía
estragos en Lisboa y Vigo, alertó a la Junta de Gobierno de la
Hermandad para que comisionara a Fernando de la Macorra a
reclamar a las autoridades competentes que no enviaran al asilo de
San Julián cadáveres que pudieran perjudicar la salud pública 112 .
Con independencia de ese caso, en lo que se llevaba de año -1857-
fueron recibidos en el hospital de San Julián cuatro cadáveres 113 .
En ese mismo mes de octubre, la Hermandad elevó una queja
al Juez de 1ª Instancia del Distrito de la Merced y al Gobernador
Civil con motivo de que el primero había mandado depositar en el
hospital los restos de dos cadáveres o vísceras en dos vasijas
lacradas y que debido al “demasiado calor, llegaron a fermentarse
110
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 30 de junio de 1857, fol. 9.
111
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 11 de julio de 1857, fols. 13 y 14.
112
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 3 de octubre de 1857, fol. 22.
113
El Avisador Malagueño, Málaga, 11, 12 y 20 de agosto de 1857; y 4 de octubre de
1857.
763

sus materias en ellas contenidas y arrojando las tapaderas y lacre,
infestaban no solo esta casa de caridad, sino aun el vecindario (...)”
y de que el segundo no había velado por la salud como presidente
de la Junta de Sanidad pese a las reiteradas denuncias 114 .
Antes de la contestación de la citada autoridad civil, la
Hermandad acordó reparar los féretros y sillas de caridad para la
traslación de los pobres enfermos 115 y fijó la fecha del 12 de
noviembre de 1857 para la celebración de honras en sufragio de las
almas de los ajusticiados en el presente año 116 .
El 19 de diciembre de ese año, se leía la respuesta dada por el
gobernador civil, Antonio Guerola, a la comunicación enviada con
anterioridad por la Hermandad. Dicha autoridad accedía a lo
pretendido por ésta, de no admitir en capilla más cadáveres de
aquellos que morían en total desamparo y con el objeto de darles
sepultura, debiendo pasar al hospital de San Juan de Dios o al
cementerio en los que hubiera de mediar intervención judicial para
investigar las causas de su muerte o para la practica de autopsias 117 .
A finales de junio de 1858, se hablaba en la ciudad de la
ejecución de pena de muerte a un bandido 118 . Efectivamente, los
comentarios que habían corrido eran fundados, al detenerse a
Antonio Gallardo Liñán, alias “el Mondoño”, natural de Monda y
vecino de Pugerra, de 29 años, casado y de profesión carpintero. La
acusación que pesaba sobre él era la de robar en la Serranía de
Ronda, la de asesinar a uno de sus compañeros y la de enfrentarse
114 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 3 de octubre de 1857, fol. 27.
115 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 25 de octubre de 1857, fol. 30.
116 El Avisador Malagueño, Málaga, 10 de noviembre de 1857.
117 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 19 de diciembre de 1857, fol. 36.
118 El Avisador Malagueño, Málaga, 29 de junio de 1858.
764

a la Guardia Civil. Por tanto, el Capitán general lo hizo encarcelar
el 5 de marzo de 1857, condenándolo a muerte. Ahora, tendría que
cumplirse la sentencia 119 . El día 30 de junio de 1858, fue puesto en
capilla y, entre las 6 y las 7 de la tarde del día 1 de julio, se
cumpliría la orden de ejecución 120 .
Por la parte que correspondía a la Santa Caridad, los
hermanos lo asistieron con el mayor celo y eficacia posible durante
el tiempo que permaneció en capilla. Se distribuyeron 2.287 reales
recaudados, de los cuales la tercera parte se destinó a los sufragios
por el alma del condenado 121 .
Un día después de la sentencia, la prensa local publicaba que:
“Mañana 3 [de julio] hay número abierto de
misas en la iglesia de S[an]. Julian, desde las
seis en adelante, en sufragio del alma del
ajusticiado Antonio Gallardo Liñan. La
hermandad de la S[an]ta. Caridad satisfará la
limosna de 6 r[eale]s. por cada una” 122 .
Al año siguiente, la Junta de Gobierno de la Hermandad de
San Julián puso en conocimiento del Ayuntamiento, mediante un
escrito presentado posiblemente en el mes de junio, que cuando
hubiera reos de muerte se dedicaría solo a la parte espiritual y que, a
excepción de los militares, correspondía a la Corporación municipal
asistirlos material y corporalmente.
119 El Avisador Malagueño, Málaga, 30 de junio de 1858.
120 El Avisador Malagueño, Málaga, 1 de julio de 1858.
121 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 10 de julio de 1858, fol. 54 v.
122 El Avisador Malagueño, Málaga, 2 de julio de 1858.
765

Con este objeto se perseguía ahorrar fondos e invertirlos en
sufragios de las almas de los desgraciados. Desde el Consistorio se
acordó que este asunto pasara a la Comisión de la Cárcel para que,
de acuerdo con el hermano mayor de la Santa Caridad, se
deslindaran las atribuciones y deberes 123 .
7.- LA EPIDEMIA DE CÓLERA
Esta epidemia de 1860 va a ser la que mayor impacto
devocional ocasione en el siglo XIX en la ciudad de Málaga, a tenor
de las noticias que disponemos. La imposibilidad de dar respuestas
médicas, llevó a la población a un incremento de la vía espiritual 124 .
Aquí nos detendremos por el elevado número de rogativas públicas
que se practicaron.
En las actas capitulares del Archivo Municipal de 1859, ya se
daba cuenta de que la epidemia de cólera había afectado a la
población de Alicante y de que en Algeciras el número de enfermos
iba en descenso 125 . El brote epidémico no se inició en la capital
malacitana hasta principios del mes de mayo de 1860, con la
llegada de 4 oficiales y 320 soldados enfermos procedentes del
norte de África. Las autoridades civiles tomaron cartas en el asunto.
Por su parte, la Hermandad de la Santa Caridad, como ya ha
quedado reflejado líneas atrás, suspendió la función religiosa de San
Julián, prevista para el día 28 de enero, por expresa petición del
Obispo. De esta manera, creemos que comenzaban a tomarse
123 A.M.M. Lib. 256, aa. cc. de 25 de junio de 1859, fols. 106 v. y 107.
124 RAMOS, Mª. D., CASTELLANOS, J. A. y GUERADO, E., op. cit., p. 32.
125 A.M.M. Lib. 256, aa. cc. de 6 y 11 de octubre de 1859, fols. 174 v., 177 y 178 v.
766

medidas profilácticas para evitar el contagio masivo de una
enfermedad que fue declarada oficialmente el día 11 de mayo 126 .
acordó:
La Hermandad se reunió al día siguiente del anuncio y
“(...) en atención á las actuales circunstancias,
suspender por ahora el nombramiento de
hermanos que las hayan de revisar, hasta que
terminada d[ic]ha. epidemia, vuelva á reunirse
el cabildo (...) 127 .
La prensa local revelaba el 23 de mayo sobre la propagación
de la epidemia lo siguiente: “(...) empieza á alterarse algun tanto
la salud pública en algun que otro pueblo de la provincia. Si es
cierto, lo sentiremos” 128 .
Esta epidemia provocó, como ya ha quedado expuesto, varias
manifestaciones públicas de fe. Así, el 27 de mayo, desde la
parroquia de San Felipe Neri salió una procesión con la Virgen de
Servitas, que recorrió las calles del barrio de Capuchinos. Al paso
de la imagen “se aglomeraba la gente demandando misericordia y
alivio á los males que nos afligen” 129 .
El día 31, partió otra procesión de la parroquia de los Santos
Mártires con la efigie de la Virgen María:
“(...) para dar un testimonio público de su
religiosidad y piedad, aplacar la ira del Señor, y
conseguir su misericordia mediante la
126 CARRILLO MARTOS, J. L., “Enfermedad y sociedad en la Málaga...”, p. 147.
127 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 12 de mayo de 1860, fol. 91.
128 El Avisador Malagueño, Málaga, 23 de mayo de 1860.
129 El Avisador Malagueño, Málaga, 29 de mayo de 1860.
767

intercesión poderosa de la que es nuestro
refugio, nuestro amparo y nuestro consuelo en
las mayores tribulaciones” 130 .
Se hacía un llamamiento para que los padres de familia
mandaran a sus hijos con objeto de que acompañaran al cortejo.
Ese mismo día 31, el Cabildo municipal acordó que se
hicieran rogativas públicas con las imágenes habituales en estos
casos: el Santísimo Cristo de la Salud, la Virgen de la Victoria,
el arcángel San Rafael y los Santos Mártires. Éstas se sacarían
desde sus iglesias y se trasladarían a la Catedral, permaneciendo allí
hasta que se cantase el Tedéum. Antes de efectuarse, se había
contado previamente con la aprobación del Obispo 131 .
Parece ser que, el 2 de junio, sería el día elegido para
trasladar las veneradas efigies 132 . La prensa local avisaba, con
motivo de la procesión general, que las imágenes permanecerían en
la Santa Iglesia Catedral hasta que terminaran “las actuales
circunstancias” 133 .
La Congregación de Jóvenes que daba culto a la advocación
del Sagrado Corazón de Jesús, de la iglesia de la Aurora María,
enclavada en el barrio de la Trinidad, decidió sacar en ese día la
procesión de una imagen de la Virgen María 134 .
130 El Avisador Malagueño, Málaga, 31 de mayo de 1860.
131 A.M.M. Lib. 257, aa. cc. de 31 de mayo de 1860, fol. 77.
132 A.M.M. Lib. 257, aa. cc. de 1 de junio de 1860, fol 78 v.
133 El Avisador Malagueño, Málaga, 1 de junio de 1860.
134 El Avisador Malagueño, Málaga, 2 de junio de 1860.
768

Ilustración 91: Fotografía de Santa María de la Victoria, hacia 1873 [La Saeta nº 37,
Agrupación de Cofradías, Málaga, 2006]
En la misma fecha pero en el barrio de El Perchel, se efectuó
la salida de la Virgen del Carmen. Pero sepamos con más detalle
cómo describe el periodista de El Avisador Malagueño, Francisco
López, la procesión que no vio pero que se la contaron:
“(...) salió anteanoche de la iglesia de Nuestra
Señora del Cármen, se nos ha dicho que fue
muy devota, y que en aquel barrio ha
producido un grande efecto moral por la
mucha devoción que todos sus habitantes
tienen en las veneradas efigies que fueron
sacadas, y particularmente en la Virgen que se
769

venera bajo aquella advocación. El
acompañamiento era numeroso, y el vecindario
se agolpaba al paso de la procesion para
pedir á Dios y á su S[anti]s[i]ma. Madre, el
remedio contra la calamidad que se padece,
y de la que es hoy victima también el
referido barrio pues son bastantes, los
atacados de la terrible enfermedad. ¡El
Altísisimo oiga piadoso tantos ruegos, nacido
de lo intimo del corazón! 135 .
El domingo 2, salió otra procesión -ésta sería la tercera que se
registraba ese día- con las imágenes alojadas en el primer templo de
la diócesis malacitana. La misma discurrió por las calles del centro
de la ciudad:
“La procesión salió de la S[an]ta. Iglesia
Catedral, como á las seis menos cuarto,
cantando la letanía de los Santos. En ella
iban el clero parroquial, el Il[ustrisi]mo.
Cabildo eclesiástico, el Exc[elentisi]mo. é
Il[ustrisi]mo. S[eño]r. Obispo, el
Exc[elentisi]mo. Ayuntamiento, presidido por
el S[eño]r. Gobernador, y las corporaciones y
empleados que habían sido invitadas por la
Municipalidad. El S[eño]r. Comandante
general, con los S[eño]res. Gefes y Oficiales
de los Cuerpos, aguardaba en la iglesia de
la Victoria, como tambien infinidad de
personas de todas clases, las mas con cirios,
para acompañar á las imágenes. Organizada
aqui nuevamente la procesion, y repartidose
cirios á todos los convidados por la
Municipalidad, regresó a la Catedral con las
efigies de los S[an]tos. Patronos Ciriaco y
Paula, N[ues]tra. S[eño]ra. de la Victoria y el
135 El Avisador Malagueño, Málaga, 3 de junio de 1860.
770

S[anti]s[i]mo. Cristo de la Salud, por la
espresada calle de la Victoria, plaza de
Riego, y calles de Granada y de Santa
Maria, cantando los salmistas y repitiendo el
pueblo las letanias de los santos y Salmos
penitenciales. Al paso del S[anti]s[i]mo. Cristo
casi el pueblo todo se arrodillaba con grande
devocion y afecto” 136 .
También en el El Avisador Malagueño, se informaba del
estado de la epidemia. Incluso la procesión del Corpus Christi
había adelantado, en principio, la hora de salida -a las 8 de la
mañana- para evitar los ardores del sol, pues se entendía que
podría perjudicar la salud 137 . Finalmente, la procesión del Santísimo
se efectuó el 7 de junio a las seis de la tarde 138 . En esa fecha,
de nuevo en el citado diario local, importante fuente de consulta
para la cuestión que abordamos, emitía el siguiente parte:
“La enfermedad continúa estacionada, pues si
bien se ha notado alguna menos mortalidad en
estos últimos días, las invasiones continúan casi
en la misma proporción. Sin embargo, llevamos
un mes largo de epidemia, y es de creer haya
adquirido ya todo su desarrollo, y por
consiguiente que mas que en aumento vaya en
descenso” 139 .
En este año la novena dedicada en honor de los Santos
Patronos en su parroquia, tendría como intenciones la desaparición
de la calamidad 140 .
136
El Avisador Malagueño, Málaga, 5 de junio de 1860.
137
Ídem.
138
El Avisador Malagueño, Málaga, 7 de junio de 1860.
139
Ídem.
140
El Avisador Malagueño, Málaga, 13 de junio de 1860.
771

En los días de la celebración de dichos cultos, el
Ayuntamiento dirigió un escrito al Deán y Cabildo de la Santa
Iglesia Catedral para informarles de que, debido a las ocupaciones
de los miembros de esta Corporación, con motivo de la epidemia
de cólera, no acudirían a la función principal de los Santos Mártires
el 18 de junio 141 . Del mismo modo, en la capilla de Martiricos se
realizaría la festividad de los patronos San Ciriaco y Santa Paula,
estando oficiada la misa por el P. Francisco Javier Sevilla 142 .
Mientras estas celebraciones se producían, las rogativas públicas no
cesaban. El domingo 17, se sacaron las veneradas imágenes de
Nuestro Padre Jesús de los Pasos en el Monte Calvario, San
Francisco y San Rafael. La procesión arrancó de la iglesia de
San Lázaro y fue muy numerosa “de personas de uno y otro sexo,
con luces, y algunas señoras iban de penitencia sin zapatos” 143 .
Precisamente, en estos momentos de honda preocupación por
la salud de los ciudadanos, en la reunión mantenida por el Cabildo
municipal el día 21 de junio, se trató una cuestión relacionada con
el lugar de enterramiento de los Santos Patronos, Ciriaco y Paula,
ya que algunas noticias señalaban a la Santa Iglesia Catedral de
Toledo. Por ello, se acordó el inicio de cuantas diligencias fuesen
necesarias para recabar más información 144 .
El 25 de junio, se reunió la Junta Provincial de Sanidad y
declaró libre de la epidemia a la ciudad. El día 29, se cantó un
Tedéum con asistencia de las autoridades eclesiásticas y civiles.
141 A.M.M. Lib. 257, aa. cc. de 14 de junio de 1860, fols. 84 y v.
142 El Avisador Malagueño, Málaga, 15 de junio de 1860.
143 El Avisador Malagueño, Málaga, 19 de junio de 1860.
144 A.M.M. Lib. 257, aa. cc. de 21 de junio de 1860, fol. 86 v.
772

Algunos casos se repitieron en el mes de agosto y el día 8 de
septiembre, se volvió a realizar la misma ceremonia de la primera
vez 145 . En efecto, la Hermandad no mantuvo ninguna reunión hasta
el 7 de agosto, en que quedó la ciudad fuera de peligro de contagio
por la epidemia de cólera, siendo en esta misma donde se trató
sobre la celebración de la función de San Julián. La única referencia
que se hizo concerniente a la epidemia de cólera consistía en la
celebración de un Tedéum en acción de gracias:
“por haber librado, tanto á nuestros hermanos
los pobres, como á todos los miembros que
componen esta S[an]ta. Hermandad, del azote
del cólera, con que la infinita justicia de Dios
ha afligido á esta ciudad” 146 .
Una última noticia de la prensa local del mes de septiembre
refería que la enfermedad seguía decreciendo y que las defunciones
de los últimos, en torno a veinte, se debían más a enfermedades
comunes 147 .
145
CARRILLO MARTOS, J. L., “Enfermedad y sociedad en la Málaga...”, p. 150.
146
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. de actas nº 9, cabildo ordinario, 7 de agosto de 1860,
fols. 93 y v.
147
El Avisador Malagueño, Málaga, 2 de septiembre de 1860.
773

CAPÍTULO XVI:
MANUEL RUBIO VELÁZQUEZ DE VELASCO
RENTERO (1860/77)

1.- APORTACIÓN BIOGRÁFICA
Manuel Rubio Velázquez de Velasco Rentero fue
descendiente de los marqueses de Valdeflores junto a sus hermanos
Encarnación y Antonio, quien ostentó el título nobiliario 1 . Se sabe
que en su juventud realizó la carrera de Abogacía 2 . La vida social y
pública de este hijo de noble fue muy prolífica a lo largo de su vida.
Ingresó en la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de Viñeros de la
parroquia de Nuestra Señora de la Merced en 1843, manteniéndose
en su nómina de hermanos hasta 1850 3 . La Hermandad de la Santa
Caridad lo recibió por nuevo asociado el 28 de febrero de 1852. Su
vinculación pudo provenir por la adscripción de un antepasado
suyo. Esta hipótesis se sustenta por lo recogido en el asiento nº 617
del registro original de hermanos, en el que se reseña que Antonio
Rubio Benítez de Tena, teniente del Regimiento provincial de esta
ciudad fue recibido como miembro de ésta en cabildo de 9 de enero
de 1791. Cuando falleció, el 25 de septiembre de 1841, “era
Coronel de infantería retirado, y Marqués de Valdeflores” 4 .
También destacaba su pertenencia en 1854 a la Junta Directiva de la
“Sociedad de Seguros Mutuos de Incendios de edificios en
Málaga”, en la que ocupó el cargo de secretario 5 .
1 A.D.E. Leg. Biografías; A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 11, aa. cc. de 22 de abril de
1876, fol. 259; y lib. nº 13, aa. cc. de 3 de marzo de 1888, fol. 4.
2 A.H.C.P. ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Registro de los Hermanos de la
Santa Caridad...”, tº III, inscripción nº 1.679.
3 A.D.E. Leg. Biografías.
4 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 134.
5 El Avisador Malagueño, Málaga, 29 de enero de 1854. Para tener un mayor
conocimiento de esta Sociedad de Seguros, aconsejamos la lectura del siguiente
artículo: DE MATEO AVILÉS, E., “La Sociedad de Seguros contra incendios de
edificios y los orígenes del servicio de extinción de fuegos en Málaga (1835-1840)”,
777

Ilustración 92: Asiento en el libro de hermanos de Manuel Rubio Velázquez [A.H.D.M.]
En los comicios municipales de 1857, donde se eligió a 36
representantes del Ayuntamiento en las cinco mesas electorales
distribuidas por la ciudad, obtuvo el acta de concejal por el distrito
nº 4 (el de Santa Ana), con 71 votos 6 . Una vez que el gobernador
civil, Miguel María Fuentes, ratificó los resultados de las elecciones
locales, se procedió al sorteo para el orden numérico de los ediles,
echándose en una cantara las cédulas con los nombres de cada uno
de ellos. Manuel Rubio Velázquez salió designado “regidor
primero”. En esta Corporación formó parte de la Comisión
Inspectora de Fuentes y Cañerías, e intervino presentando diversas
mociones 7 .
En una sesión plenaria de 1858, se aprecia cómo representó a
su hermano, el Marqués de Valdeflores, en demanda de ciertas
peticiones:
“D[o]n. Manuel Rubio Velázquez espone que
para completar titulos de fincas y antecedentes
Isla de Arriarán nº VIII, Asociación Cultural Isla de Arriarán, Málaga, 1996, pp. 123-
138.
6 A.M.M. Lib. 254, aa. cc. de 8 de febrero de 1857, fols. 40 y v.; El Avisador
Malagueño, Málaga, 10 de febrero de 1857.
7 A.M.M. Lib. 254, aa. cc. de 13 de marzo de 1857, fols. 70 y 74, y lib. 255, aa. cc. de
19 de diciembre de 1858, fols. 201 v. y 202.
778

para los archivos del caudal de su hermano (...)
á quien representa, y para sí, le es del caso
casar certificados de las relaciones que sus
antepasados dieron sobre los diferentes
mayorazgos y bienes que poseian al formarse
por mandato de S[u]. M[ajestad]. El Rey D[o]n.
Carlos 3º la estadística de este Reyno, á cuyo
fin le es preciso registrar todas las que existe en
el archivo de esta Corporación pues
ignorándose cual fue el año en que se empezó y
terminó no hay datos seguros para conocer el
poseedor de aquellas épocas (...)” 8 .
En fechas inmediatas a dicha petición, el Consistorio accedió
a lo solicitado por éste, sobre cuatro instancias referidas al Catastro
de 1749, relacionadas con las propiedades que, por entonces,
disfrutaban Francisco Velázquez Angulo, Juan Benítez de Zamora,
Beatriz Velázquez y Diego Fernández de Miranda 9 . Posteriormente,
Manuel Rubio Velázquez solicitaría tres nuevos certificados del
referido Catastro, pero esta vez haciendo mención a las posesiones
de Carlos Velázquez, Manuel Benítez y Juan Manuel Cruzado 10 .
Durante los días 20, 21 y 22 de junio de 1858, tuvieron lugar
en Málaga las elecciones para la designación de dos diputados
provinciales. Tras procederse al recuento, fueron proclamados:
Joaquín Ferrer, por el distrito de la Alameda, con 254 sufragios; y
Manuel Rubio Velázquez, por el de la Merced, con 134 11 .
Entretanto en el Ayuntamiento, y según lo reglamentado en la
Ley Municipal de 1845, se realizó un sorteo en el mes de julio de
8 A.M.M. Lib. 255, aa. cc. de 15 de febrero de 1858, fol. 24.
9 A.M.M. Lib. 255, aa. cc. de 26 de abril de 1858, fol. 74 v.
10 A.M.M. Lib. 255, aa. cc. de 10 de mayo de 1858, fol. 84 y v.
11 A.M.M. Lib. 255, aa. cc. de 17 de junio de 1858, fols. 107 v. y 108; El Avisador
Malagueño, Málaga, 22 y 23 de junio de 1858.
779

1858, para saber quiénes eran los concejales que debían abandonar
la Corporación municipal a primeros de enero del año 1859. Entre
los once nominados, se hallaba Manuel Rubio Velázquez 12 . El resto
de miembros continuaría durante el bienio 1859/60, más las
incorporaciones que se produjeran con los elegidos en las cinco
mesas electorales instaladas en el mes de noviembre de 1858 13 .
A la finalización de sus funciones en la entidad local, y no
antes, es probable que tomara posesión del cargo de diputado
provincial, ya que la Ley no permitía compatibilizar ambos cargos
públicos. Hay constancia por algunos documentos de que, en 1861,
estaba en su poder el acta de diputado provincial 14 que retuvo, por
lo menos, hasta 1865 15 .
Por ese período, Manuel Rubio Velázquez se encontraba
enfermo en la villa y corte de Madrid, lo que le privó de recibir a
la reina Isabel II en el año 1862 en su visita al hospital de San
Julián 16 . Tras permanecer un tiempo en Málaga, volvió a enfermar
enviando un escrito a la Hermandad el 24 de junio de 1864
comunicando que se marchaba a Madrid 17 . Rubio Velázquez
remitió, desde la capital de España, una carta fechada en el mes de
noviembre de ese año, manifestando su deseo de hacerse cargo
prontamente de la dirección de la Hermandad 18 .
12
A.M.M. Lib. 255, aa. cc. de 8 de julio de 1858, fols. 114 y v.
13
A.M.M. Lib. 255, aa. cc. de 10 de noviembre de 1858, fols. 183, v. y 184.
14
A.D.E. Leg. Biografías.
15
Obtenemos esta última fecha de una propuesta que el diputado provincial Manuel
Rubio Velázquez presentó a la Diputación de Málaga para la creación de una
asignatura de Pintura en la Escuela de Bellas Artes [PAZOS BERNAL, Mª. A., op.
cit., p. 128].
16
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 14 de enero de 1864, fols. 65 y v.
17
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 7 de julio de 1864, fol. 84.
18
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 23 de diciembre de 1864, fol. 86.
780

Ingresó en la Academia de Bellas Artes de San Telmo como
miembro numerario el 10 de enero de 1867 19 y destacó a su paso
por ella, entre otros muchos asuntos, por rescatar los restos mortales
del insigne escultor granadino, Pedro de Mena y Medrano
(1628/88), que yacían en el convento del Cister 20 . Rubio Velázquez,
ante el inminente derribo del edificio, solicitó el permiso de las
autoridades municipales para trasladarlo a la iglesia del Santo
Cristo de la Salud, como así fue 21 .
José Luis Álvarez de Linera Duarte, que fue secretario-
archivero de la Hermandad de la Caridad entre 1918 y 1935 22 ,
señalaba, en un registro de hermanos realizado por él durante ese
período, las ocupaciones y distinciones de las que había sido objeto:
capitán de Caballería de Ultramar, condecorado con la honorífica
medalla de la reina Isabel II, caballero de la Ínclita y Militar Orden
de San Juan de Jerusalén, caballero de la Orden Civil de
Beneficencia condecorado con la cruz de 2ª clase, secretario de la
Junta Provincial de Agricultura, Industria y Comercio, vocal de la
Junta Provincial de Venta de Bienes Nacionales, vicepresidente de
la Junta Provincial de Sanidad y socio de número de la Sociedad
Económica de Amigos del País 23 . El erudito local Narciso Díaz de
Escovar añadía además la faceta de escritor 24 , como uno de sus
19
PAZOS BERNAL, Mª. A., op. cit., pp. 106 y 117.
20
A.B.A.S.T. En el lib. copiador de oficios nº 3, que comprende el período 1876/82,
se hace referencia en el fol. 17 a la búsqueda de los restos de Mena por parte de
Manuel Rubio Velázquez.
21
SAURET GUERRERO, T., op. cit., pp. 183-187.
22
CAMINO ROMERO, A., “Los fondos documentales de la desaparecida Hermandad
de la Santa Caridad...”.
23
A.H.C.P. ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Registro de los Hermanos de la
Santa Caridad...”, tº III, inscripción nº 1.679.
24
A.D.E. Leg. Biografías.
781

antepasados del siglo XVIII, Luis José Velázquez de Velasco, que
ostentó el título de Marqués de Valdeflores 25 .
Murió en Málaga, el 29 de septiembre de 1883 26 . La
Hermandad de la Santa Caridad, de la que había sido su hermano
mayor por espacio de 17 años, mandó oficiar 25 misas aplicadas por
el eterno descanso de su alma en la iglesia de San Julián 27 .
2.- COMPOSICIÓN DE LAS JUNTAS DE GOBIERNO
PRESIDIDAS POR MANUEL RUBIO VELÁZQUEZ DE
VELASCO RENTERO
El cabildo de hermanos celebrado el 20 de agosto de 1860,
nombró a la siguiente Junta para que dirigiera los destinos de la
Hermandad: hermano mayor, Fernando García de Segovia; alcalde
antiguo, Juan Gaona; fiscal, Enrique Scholtz; secretario 2º, Miguel
J. Navarro; contador, Juan Aguirre Coronado; tesorero, Eduardo
Loring; y prioste, Vicente Pontes 28 . Sin embargo, en noviembre de
ese año, Fernando García de Segovia dio la sorpresa al presentar la
renuncia al cargo, “basada en apreciaciones tan justas, que la
Hermandad, creyó deberla acatar (...)” 29 . Los hermanos eligieron,
entre dos candidatos, a Manuel Rubio Velázquez y, acto seguido,
se procedió a componer la Directiva: hermano mayor, Manuel
Rubio Velázquez; alcalde antiguo, Bartolomé Laffore; alcalde
moderno, Juan Gaona; fiscal, Enrique Scholtz; secretario 1º,
25 ÁLVAREZ MARTÍ-AGUILAR, M., La antigüedad en la historiografía española
del s. XVIII: el Marqués de Valdeflores, Universidad, Málaga, 1996, p. 13.
26 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 152 v.
27 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 8 de enero de 1884, fol. 296.
28 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 20 de agosto de 1860, fols. 98 y v.
29 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 21 de noviembre de 1860, fol. 99 v.
782

Constantino Grund; secretario 2º, Miguel J. Navarro; contador, Juan
Aguirre Coronado; tesorero, Eduardo Loring; y prioste, Vicente
Pontes 30 .
A escasos días de la formación de esta Junta de Gobierno,
presentaron la dimisión Juan Aguirre Coronado y Eduardo Loring,
contador y tesorero respectivamente, pero el Cabildo decidió que:
“de ningun modo debian admitírseles la
renuncia del cargo para que habian sido
elegidos, y así, que se les pasase oficio
manifestándoles dicho acuerdo, cuanto que la
hermandad esperaba, que en servicio de
nuestros hermanos y señores los pobres,
tuviesen á bien tomar posesion de dichos
cargos, en el próximo Cabildo general, que al
efecto se convocaría” 31 .
La recién designada Junta no dudó por un instante que una de
las primeras actuaciones a realizar consistía en la reforma de los
Estatutos con la finalidad de que, una vez aprobados, se
imprimieran para que cada hermano conociera sus derechos y
obligaciones 32 . Al parecer esta actualización se centraba en varios
artículos, como los referidos a la admisión de hermanos,
agregaciones y sufragios. Para acometer su redacción quedó
constituida una comisión por Manuel Rubio Velázquez, Fernando
García de Segovia, Fernando de la Macorra, Fermín Tornería, José
30
Ibídem, fol. 100.
31
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 29 de noviembre de 1860, fol. 102 v.
32
Ibídem, fol. 103.
783

Antonio Durán, Antonio Uriarte, Juan Hurtado y Narciso Díaz de
Escovar 33 .
Transcurridos unos meses de la iniciativa reformadora de los
Estatutos, exactamente en el mes de mayo de 1861, Manuel Rubio
Velázquez preguntó a los asistentes a un cabildo de cuentas si
debían celebrarse las elecciones. Los hermanos contestaron que:
“en atencion al poco tiempo que hace se
instituyó la actual [Junta], no se haga [una]
nueva (...) hasta el año próximo, en la época
marcada por los Estatutos” 34 .
La Junta de Gobierno designada para el ejercicio 1862/63
contó con las siguientes variaciones e incorporaciones: alcalde
antiguo, Juan Gaona; alcalde moderno, Joaquín Giraldez; fiscal,
Miguel Uriarte; contador, Rafael Navarro; tesorero, Bartolomé
Laffore; y prioste, Juan Hurtado, presbítero 35 .
Antes de que finalizara el año 1862, se volvió a tratar de la
necesidad que tenía la Hermandad de reformar los Estatutos, dado
que un número de artículos habían caído en desuso o eran
imposibles de cumplir. Ante esta realidad, se estimó que el proyecto
de las nuevas Reglas se dejase sobre la mesa de la sala de juntas
durante un mes para que los hermanos pudieran informarse y se
pronunciaran al respecto. Una vez cumplido este requisito, se citaría
a cabildo general para que se aprobase tras la lectura de su
articulado. Luego, se elevaría a la autoridad eclesiástica con la
33 A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 22.
34 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 10 de mayo de 1861, fol. 129.
35 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 10 de junio de 1862, fol. 14 v.
784

finalidad de obtener el plácet 36 . Pese a las buenas intenciones, este
asunto no saldría más a colación bajo el gobierno de Rubio
Velázquez. Sería su sustituto, Fermín Alarcón Luján, quien
relanzase esta idea hasta darle definitivamente forma. Más adelante,
la Junta de Gobierno tuvo conocimiento, a través de la edición del
periódico Correo de Andalucía de 11 de abril de 1863, de la venta
de escapularios de la Hermandad, pudiéndose adquirir en la calle
Ollerías nº 13. Este hecho suponía una tropelía, pues la Hermandad
tenía escapularios para el uso exclusivo de sus hermanos y sólo a
ellos competía llevarlos. Se decidió, finalmente, comisionar al
capellán para que comprara los citados emblemas a un precio
módico y apercibiera a su propietario de no tener derecho a la
venta de dicho distintivo 37 .
Llegada la hora de celebrar las elecciones para el curso
1863/64, se acordó que la Junta de Gobierno cesante siguiera
desempeñando sus funciones 38 .
Un año después, exactamente en la fecha del lunes, 20 de
junio, tomaron posesión de sus cargos los siguientes directivos:
teniente hermano mayor, Manuel Rubio Velázquez; alcalde antiguo,
Joaquín Giraldez; alcalde moderno, el presbítero Antonio Durán;
tesorero, Bartolomé Laffore; contador, Rafael J. Navarro; fiscal,
Joaquín Díaz García; prioste, Manuel García Alva; secretario 1º,
Constantino Grund; secretario 2º, Miguel J. Navarro 39 .
36
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 14 de diciembre de 1862, fols. 39 v. y
40.
37
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 13 de abril de 1863, fols. 47 v. y 48.
38
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 31 de mayo de 1863, fols. 54-55.
39
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 20 de junio de 1864, fols. 82 v. y 83.
785

Debemos aclarar que la nominación aparecida de “teniente
hermano mayor” se debía a que la Hermandad, como más adelante
se atenderá, nombró en 1862 hermanos mayores honorarios a
Isabel II y Francisco de Asís con motivo de su visita al hospital
de San Julián. Por tal circunstancia se decidió retirar el título de
hermano mayor, pasándose éste a designarse teniente hermano
mayor como respeto a la concesión otorgada a los Reyes de España.
Para el período 1865/66, el cabildo de hermanos designó,
salvo a Bartolomé Laffore, que repitió como tesorero, a los
siguientes cargos: alcalde antiguo, el presbítero José Antonio
Durán; alcalde moderno, Juan Aguirre Coronado; contador,
Antonio Rombado; fiscal, Bernabé Dávila Bertololi; prioste,
Antonio Uriarte Gómez; secretario 1º, Miguel J. Navarro;
secretario 2º, Juan Tejón Rodríguez 40 .
En cabildos convocados con posterioridad, empezó a
practicarse una norma no escrita, basada en que un hermano
proponía la continuidad de la Junta de Gobierno. Así ocurrió en las
etapas comprendidas entre 1866/67 y 1875/76. En este último
ejercicio se produjeron algunas variaciones: José Uriarte fue
designado fiscal, dado que este oficio se encontraba vacante 41 ;
Jacinto Fernández dimitió de tesorero por motivos de salud, no
cubriéndose el cargo 42 ; y a Rafael María Pérez Gálvez se le nombró
prioste, quien además reemplazaría al capellán administrador,
Francisco Florín, cuando éste se ausentase o estuviese enfermo 43 .
40 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 11 de mayo de 1865, fol. 100.
41 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 5 de marzo de 1876, fol. 241.
42 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 10 de marzo de 1876, fol. 250.
43 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 21 de mayo de 1876, fol. 267.
786

Las elecciones previstas para el año 1876 se dieron por
anuladas en el cabildo extraordinario de 18 de agosto, con motivo
de la protesta de varios hermanos que habían detectado
irregularidades en el proceso electoral. A la vista de estas quejas y
reclamaciones, se decidió que los miembros que desempeñaran
labores de gobierno la ejercieran hasta Pascua de Pentecostés de
1877 44 . En el cabildo de elecciones de esa fecha, el alcalde seglar
antiguo, Pedro Bourman Carabantes, que presidía el mismo por
ausencia del hermano mayor, manifestó encontrarse autorizado por
éste y por los componentes de la Junta de Gobierno:
“para hacer presente su resolución de hacer
todos la mas formal renuncia de sus cargos (...),
sin otro motivo para ello que el largo tiempo
que ocupan los puestos, y ver en el escrutinio
último la mayor parte de sus individualidades
figuran para la nueva Junta, deseando que otros
hermanos entren á reemplazarlos y que con
mejor fortuna, ya que no con mas voluntad,
verifiquen lo que ellos no hayan podido hacer
en beneficio de los Pobres, atendidas las
críticas circunstancias que se han atravesado” 45 .
Narciso Díaz de Escovar decía que “durante muchos años
[Manuel Rubio Velázquez] fue hermano mayor de Paz y Caridad
pero su gestión resultó al final perjudicial” 46 .
44
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 18 de agosto de 1876, fols. 310-313.
45
Ibídem, fol. 362.
46
A.D.E. Leg. Biografías.
787

3.- EL ASILO DE SAN JULIÁN
3.1.- Los asilados, las visitas al establecimiento hospitalario y
la ropa de los internos
El número de demandantes para ingresar era cada vez más
numeroso. Las bajas se suplían a través de solicitudes presentadas
en la Institución, siendo luego escogidas mediante sorteo. El
primero que se desarrollaría bajo la presidencia de Rubio
Velázquez, quedó recogido en las actas de la Hermandad así:
“Se autorizó al hermano mayor, para que
conforme á dicho sorteo, admitiese los pobres á
quien correspondiera, y si faltaba número de
pobres para cubrir las vacantes, despues de
despachadas todas las solicitudes pendientes,
pudiese anunciar en los periódicos había
vacantes, á fin de que presentasen sus
solicitudes, los pobres que deseasen entrar” 47 .
Cuando se procedió al sorteo de las instancias presentadas
por los pobres, se tuvo en cuenta a las siete personas que ya habían
sido elegidas en otro anterior. Las vacantes dejadas por éstos, serían
ocupadas siguiendo el orden que se determinara 48 .
En fechas posteriores, se facilitaron los ingresos que se
fueron registrando y las incidencias producidas (fallecimiento,
admisión en otros centros o traslado a otras ciudades de los
47 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 17 de diciembre de 1860, fol. 107.
48 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 5 de enero de 1861, fol. 108 v.
788

solicitantes), así como las nuevas solicitudes presentadas en esta
Casa 49 .
La Hermandad consideró importante incorporar un portero
para la vigilancia del asilo, dado que, por parte de algunos internos,
se practicaba una actitud poco decorosa. Por eso en el cabildo de 6
de abril de 1861, se expuso la necesidad de contratarlo para que se
dedicara a establecer el orden en la Casa, impidiendo de esta forma
que cada pobre hiciera lo que le pareciera. Para frenar estas
acciones, se había buscado a un hombre, sargento retirado, con una
hoja de servicio inmejorable a fin de que se encargara de este
cometido 50 .
La Hermandad estando conforme con lo realizado por
Manuel Rubio Velázquez, pasó a tratar el sueldo que se le pagaría
y las obligaciones que contraería. Tras dilucidarse este asunto, se
llegó al acuerdo de que cobraría cuatro reales diarios y ropa limpia,
así como que velaría por el cumplimiento de los siguientes
preceptos:
“Art[ículo]º 1: No permitirá la salida de pobre
alguno, sin permiso por escrito de nuestro
hermano Capellan, observando y haciendo
guardar lo que en el prevenga.
Art[ículo]º 2: Tampoco permitirá la entrada
para visitar a algunos de los pobres, sin que
preceda órden del referido n[ues]tro. hermano
Capellan.
Art[ículo]º 3: La puerta esterior del
Establecimiento quedará cerrada en todo
49 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de: 9 de febrero de 1861, fols. 110 v.-111
v.; 9 de marzo de 1861, fol. 119; y 6 de abril de 1861, fol. 124.
50 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 6 de abril de 1861, fol. 121 v.
789

tiempo al toque de ánimas. El Postigo del
portero siempre estará cerrado. Se alterará este
método prévia órden de la Hermandad, ó de
nuestro hermano Capellan.
Art[ículo]º 4: Cuidará de la limpieza, desde la
puerta ó rastrillo de la escalera principal, patio
y puerta de calle. Por la parte esterior del local,
barrerá y regará la parte que se le designe.
Art[ículo]º 5: Todas las Autoridades y los
Hermanos de la Corporacion, como
cualesquiera delegado de ellos, tienen entrada
franca á cualesquiera hora que se presenten.
Art[ículo]º 6: Toda persona, que deseé visitar el
Establecimiento se le permitirá de doce de la
mañana á cuatro de la tarde, pasando recado á
n[ues]tro. hermano Capellan, para que les
acompañe.
Y Art[ículo]º 7: Guardará estrictamente estas
obligaciones y las reservadas que le
encomiende el Hermano Mayor, dando parte de
cuantos las contravengan” 51 .
En esa misma reunión, el hermano mayor comunicó que las
comidas extraordinarias del Jueves Santo, Domingo y Lunes de
Pascua, y la del día de San José de 1861, habían sido costeadas por
varios hermanos 52 .
Con respecto a las visitas al establecimiento hospitalario por
parte de personas del exterior, se venía observando que éstas traían
comida para los pobres, lo que originaba todo tipo de comentarios
en el sentido de que la Hermandad no facilitaba buena comida y
que, por ende, necesitaban recibirla de fuera. Se acordó no
permitirse la entrada y salida de comestibles sin el expreso
51 Ibídem, fols. 122 y 122 v.
52 Ibídem, fol. 122 v.
790

consentimiento del capellán y que a los asilados se les pusiera un
postre diario de pasas, higos o frutas 53 .
En cabildos posteriores se fueron facilitando las solicitudes
de pobres que se presentaban en el establecimiento benéfico para
cuando hubiera vacantes. Llegado el momento de cubrirlas, se
investigaban las peticiones y si estaban conformes se efectuaba el
sorteo 54 .
Durante el ejercicio 1861/62 la Hermandad buscó a un
celador entre los asilados para que mantuviera el buen orden de los
pobres. Éste tendría una habitación aparte y estaría con el resto del
personal que prestaba servicios en el hospital 55 .
La Hermandad decidió, mediante acuerdo alcanzado en el
cabildo de 14 de enero de 1863, no permitir la salida a la calle de
ningún asilado solo, pues últimamente venían sucediéndose
incidentes muy desagradables para la entidad, como eran que éstos
traían vino y cometían algunos excesos emborrachándose y
sublevándose con las normas establecidas para el buen
funcionamiento de la Casa 56 .
Los hermanos de la Santa Caridad se vieron obligados al mes
siguiente de dicha determinación, a tratar un asunto de suma
gravedad que estaba empañando el buen nombre de la Corporación.
Éste consistía en el escándalo que provocaban dos internos, a los
que no se les permitía la salida sin la supervisión de un responsable.
Se tomó el acuerdo unánime de expulsarlos por:
53 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 22 de abril de 1861, fol. 126 v.
54 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 8 de enero de 1862, fol. 3; aa. cc. de
14 de mayo de 1862, fol. 8 v.; aa. cc. de 10 de febrero de 1863, fol. 42 v.
55 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 31 de mayo de 1862, fol. 10.
56 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 14 de enero de 1863, fol. 42.
791

“(...) insubordinacion, (...), por el mal ejemplo
que habían dado y mal precedente que quedaría
en la casa si no se usase de rigor con los pobres
que se portasen de este modo (...)” 57 .
A mediados del mes de mayo de 1864, se hizo balance de las
personas asistidas desde junio de 1862 a abril de dicho año. Se
atendió a veinticinco asilados, de los que dieciséis ingresaron para
ocupar las plazas vacantes. Asimismo, se habían socorrido a
seiscientos treinta y un pobres transeúntes de otras hermandades,
siendo doscientos cincuenta y cinco pobres enfermos los
trasladados en silla de caridad al hospital civil de San Juan de Dios.
La inversión realizada en la manutención con las comidas de los
asilados, incluidas las extraordinarias, ascendía según el año
económico comprendido entre mayo de 1862 a junio de 1863 a
unos 15.000 reales, de los cuales correspondían a unos 2 reales
diarios por cada individuo, “suministrandoles alimentos sanos, bien
condimentados y abundantes” 58 .
A finales del mes de abril de 1871, el presbítero Francisco
López Blanco, cura del pueblo de Benahavis, envió un escrito a la
Hermandad solicitando el ingreso en el hospital de San Julián “por
encontrarse enfermo y en la mas deplorable situacion”. Salió en su
defensa el hermano Juan Núñez, a quien le constaba su pobreza y
la ceguera que le imposibilitaba para ejercer el ministerio
sacerdotal. Desde la presidencia se respondió que no había cama
vacante, ni parecía decoroso atenderlo con los demás asilados,
necesitándose para ello una habitación donde poder alojarlo
57 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 24 de febrero de 1863, fol. 44 v.
58 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 13 de mayo de 1864, fol. 71.
792

debidamente. Se acordó que la decisión se tomara en el siguiente
cabildo 59 . Este asunto no fue abordado más en reuniones posteriores
al dejar de reseñarse en las actas de la Hermandad.
La penuria económica por la que atravesó ésta en el año
1876, condujo irremediablemente a que el número de pobres
alojados descendiera de 29 a 12, aunque el número real era de 17 si
se contaba al cocinero, a dos sirvientes, al portero y al sacristán
citador, una cantidad considerablemente menor a la del año 1870.
Pero esta cifra se rebajó de 12 a 11, entre abril y mayo de 1877 60 .
Para concluir este apartado, nos ocupamos del vestuario de
los asilados, aunque la información contenida en las actas
capitulares sea bien escasa. La primera noticia que hallamos sobre
este tenor está fechada el 21 de noviembre de 1860. En ella, se
acordaba la compra de doce pares de calzoncillos 61 . Y para el
último cabildo de ese año, y a la vista del desahogado estado
económico según se reseña en el libro de actas, se procedió “al
arreglo de colchones y ropa de cama” y a la compra de ropa
interior y vestidos 62 .
En el mes de mayo de 1861, se adoptó el acuerdo de hacer
dos trajes completos de verano para cada uno de lo pobres 63 . Luego,
se puntualizó que constaran de chaqueta, pantalón y chaleco,
fijándose como fecha del estreno el 24 de junio de ese año 64 .
59 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 30 de abril de 1871, fols. 176 y 177.
60 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 17 de mayo de 1877, fol. 346.
61 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 21 de noviembre de 1860, fol. 100 v.
62 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 17 de diciembre de 1860, fol. 106 v.
63 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 25 de mayo de 1861, fol. 131.
64 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 17 de junio de 1861, fol. 133.
793

El deterioro que sufrían los trajes de invierno de los asilados
obligó a la Hermandad a encargar unos nuevos el 14 de enero de
1864 65 . El día 7 de marzo de ese año, se informó de la confección
de los trajes de “paño castaño”, ya que eran más económicos 66 .
3.2.- Rehabilitación del edificio e inscripción del mismo en el
Registro de la Propiedad
La Hermandad decidió realizar en febrero de 1861 la pintura
de las puertas y ventanas del edificio, evitando con ello un gasto
mayor, pues así se lograba la conservación y el mejor estado de las
maderas 67 . Al año siguiente, se llevaron a cabo unas obras de
reparación del edificio, pintándose algunas partes del mismo 68 .
Con motivo de la festividad de San Julián en 1863, se
blanqueó y se hicieron trabajos de albañilería necesarios para que
por las ventanas de la bóveda del edificio que daban a la calle, no
sirvieran como basureros, poniéndose verjas de hierro 69 .
Años después -en 1867- de estas obras, la Junta de Gobierno
ordenó la construcción de un altar portátil para la capilla del Santo
Cristo del Consuelo. Se pagó por él la cantidad de 1.875 reales,
procedentes del fondo de ajusticiados 70 .
Aunque ya no se efectuaran más reformas en el edificio hasta
1876, si se tomó en 1871 en consideración las reiteradas peticiones
de las autoridades civiles, para que la Hermandad inscribiera el
65
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 14 de enero de 1864, fol. 70.
66
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 7 de marzo de 1864, fol. 72
67
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 9 de febrero de 1861, fol. 111 v.
68
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 28 de agosto de 1862, fol. 17 v.
69
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 7 de marzo de 1864, fol. 72.
70
A.H.D.M. Leg. 71.
794

inmueble en el Registro de la Propiedad. Se decidió consultar a
Juan de la Bárcena Mancheño, Joaquín Díaz García y José Moreno
Masson, abogados de la Corporación, antes de efectuar la
correspondiente inscripción 71 . Sin embargo, en sesiones capitulares
posteriores no hay indicios de que este acuerdo se tratara
nuevamente.
Llegados al año 76, y ante el mal estado del tejado de la
iglesia y de las enfermerías, se planteó la necesidad de emprender
con urgencia su reparación. Para realizar este trabajo se abrió una
suscripción entre los hermanos y bienhechores de la Hermandad
para que lo sufragaran 72 . En enero de 1877, se comunicó que las
obras marchaban a buen ritmo, habiéndose realizado la mitad de lo
proyectado faltando sólo las enfermerías, cuyo coste se calculaba en
torno a los 2.000 reales 73 .
También en el referido período, y ante el estado higiénico del
edificio, se blanquearon las paredes de las enfermerías y parte de la
Casa. Para llevar a cabo tal empresa se habían destinado 400 reales
que se pagarían en cuatro plazos, 100 reales al concluirse y los
restantes en los tres meses siguientes 74 .
3.3.- Cesiones y alquileres de dependencias
El Ayuntamiento había consultado a la Hermandad la
posibilidad de que le cediera un lugar en San Julián donde poder
71
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 30 de abril de 1871, fols. 171 y 173.
72
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 27 de octubre de 1876, fol. 320.
73
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 22 de enero de 1877, fols. 328 y 329.
74
Ibídem, fol. 329.
795

establecer un “cajón o depósito” de detenidos, corriendo por cuenta
de la Corporación municipal los gastos que se generaran para hacer
la obra. La Hermandad, no obstante, se reservaba el uso de las
instalaciones en caso de necesitarlas, desalojándolas sin ninguna
indemnización a los ocupantes. A la vista de dichas condiciones, la
Alcaldía envió un oficio, fechado el 8 de enero de 1861, que fue
incluido en el libro de actas, aceptando la cláusula de desalojo
cuando la Hermandad necesitara el local, sin que pudiese reclamar
compensación alguna por los gastos que se originaran en adecuar el
establecimiento al fin que se pretendía 75 .
Unos meses después, la Hermandad conoció el interés que
tenía José Ordóñez de hacer uso de una de las habitaciones cedidas
al Ayuntamiento para emplearla como cochera. A tenor de esta
petición, se afirmaba que, por la Hermandad, no había
inconveniente para que la ocupara pero siempre que el Alcalde
comunicara a través de un escrito la renuncia al local. Si esto se
llevaba a cabo, el Sr. Ordóñez estaba obligado a pagar a la Casa la
cantidad de 2 reales y medio diarios 76 . Más adelante, el hermano
mayor comunicaba a José Ordóñez, tras recibir por escrito del
Ayuntamiento la renuncia a seguir ocupando dicho local, que podía
usarlo 77 .
En un documento guardado en el Archivo de la Catedral de
Málaga se especificaba que el Instituto Médico Malagueño se
reunía en el hospital de San Julián. En este escrito la citada entidad
elevaba al Cabildo catedralicio lo siguiente:
75 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 9 de febrero de 1861, fol. 114 y v.
76 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 17 de julio de 1861, fols. 138 y v.
77 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 5 de octubre de 1861, fol. 139 v.
796

“INSTITUTO MÉDICO MALAGUEÑO
Al abrir de nuevo sus sesiones este Instituto
Médico en el Hospital de San Julián, autorizado
competentemente para ello, no puede menos
cumpliendo con el profundo respeto debido a
este Ylustre Cabildo, de elevarlo a su
conocimiento y de ofrecerle la sincera
cooperación en todo lo q[u]e. considere
oportuno y conveniente.
Dios g[uar]de. a V[uestra]. Y[lustrisima].
M[ucho]s. A[ño]s.
Málaga 17 de enero de 1868
El Presidente Rafael Gorría
El secretario Antonio Montant” 78 .
Podemos deducir que el estamento eclesiástico solicitara a la
Hermandad el permiso para que el Instituto Médico se reuniera en
las dependencias de San Julián. Una vez obtenido el mismo, se
agradeció por escrito esta mediación, quedando a entera disposición
de lo que necesitara.
Con vistas a celebrarse en la capital malagueña unos
comicios electorales en los primeros meses de 1876, el
Ayuntamiento solicitó de la Hermandad “un local en la planta baja
de esta Casa” para instalar en él un colegio. A la referida petición
se contestó favorablemente, recordándose que en la dependencia
no debían producirse alteraciones de ningún tipo, pues
perjudicaban el descanso de los asilados 79 .
El Ilustre Colegio de Abogados que había venido ocupando
unas salas en el recinto de San Julián, comunicó en abril de 1876
su intención de trasladarse de sede, sin perjuicio de que dejara de
78 A.C.C.M. Leg. 641, pza. 2.
79 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 4 de febrero de 1876, fol. 237.
797

satisfacer la luminaria correspondiente al alquiler del año en
curso 80 .
No podemos precisar con exactitud, ante la falta de planos y
documentos de la época, el lugar que ocupaba cada una de estas
dependencias, pero nos atrevemos a situarlas en la fachada del
edificio que da a la calle Muro de San Julián, lugar por donde
entraban y salían los carruajes, como se señala en una lápida
fijada cerca de la puerta de la iglesia de San Julián que fue tapiada
por decisión de la Hermandad de la Santa Caridad y de la que nos
ocupamos en su momento 81 .
4.- LAS FUNCIONES RELIGIOSAS EN LA IGLESIA DE
SAN JULIÁN
4.1.- La fiesta de San Julián
A continuación detallamos los oficiantes de las funciones
religiosas celebradas en el período 1861/77:
TABLA 45
AÑO CELEBRANTE
1861 ---
1862 Manuel María Llera, canónigo de la
Santa Iglesia Catedral
1863 Francisco de la Calle, beneficiado de
la Santa Iglesia Catedral
1864 Manuel María Llera
1865 Ídem
1866 Ídem
80 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 22 de abril de 1876, fol. 260.
81 Conocemos el complejo monumental de San Julián desde 1977 como se ha apuntado
en la introducción y antes de que se produjeran las obras de rehabilitación, existían
locales en esta parte del edificio a los que se accedían por la calle Muro de San Julián.
798

AÑO CELEBRANTE
1867 ---
1868 Diego de Lara Vallo, licenciado en
Sagrada Teología, inspector y
catedrático en el Seminario Conciliar
1869 Vicente Pontes Cantelar, cura de la
parroquia de Santo Domingo
1870 Cristóbal Luque
1871 José Moreno Masson, penitenciario
de la Santa Iglesia Catedral
1872 Cristóbal Luque Martín, misionero
apostólico y capellán del asilo de San
Manuel
1873 Diego de Lara Valle, cura de la
parroquia de Santiago
1874 José Medina, cura de la parroquia de
Alhaurín
1875 Ídem
1876 Vicente Pontes Cantelar
1877 Federico González Solano, capellán
del convento de la Trinidad 82 .
A continuación, detallamos noticias sueltas de varios años
relacionadas con dicha fiesta y que están recogidas de las actas de la
Hermandad. A la terminación de la fiesta de San Julián, celebrada
el día 5 de septiembre de 1860 por los argumentos anteriormente
esgrimidos, se decidió restaurar la talla del santo, que presidía el
retablo de altar mayor, por su mal estado de conservación 83 . El
encargo se le hizo a un escultor apellidado León en vez de al
presbítero Juan Hurtado que, en principio, estaba propuesto para
reformarla. Los trabajos ascendían a 800 reales, 200 más de los que
pedía el religioso. Al mismo tiempo, se acordaba efectuar un:
82 Cuadro realizado a través de la consulta de las actas capitulares de la Hermandad de
la Santa Caridad de 1861, 1862 y 1876 y del periódico El Avisador Malagueño del
período 1862/77, a excepción de los años 1867 y 1876 que no se conservan.
83 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 21 de noviembre de 1860, fol. 100 v.
799

“(...) trono para la colocacion del referido Santo
Titular, viendose precisada la Hermandad todos
los años á recibirlo prestado, (...) cuyo costo,
según dictamen del mismo escultor (...), no
llegaría á doscientos reales (...)” 84 .
Los gastos de la comida, a excepción de la sopa y el cocido,
la gratificación para el carruaje del predicador y los honorarios del
sacerdote celebrante de la misa de la onomástica de San Julián de
1861, habían corrido por cuenta de la Condesa de las Navas, de
Manuel Rubio Velázquez, de Jorge Gross, de Miguel Navarro y de
Eduardo Loring 85 .
La función religiosa del año siguiente, estuvo amenizada por
la música del compositor Eduardo Ocón Rivas, nacido en la
localidad malagueña de Benamocarra, quien cobró 300 reales 86 .
4.2.- Jubileo de las XL Horas
El Jubileo se celebró como era costumbre durante los días 28
y 29 de enero por la intención de San Julián. El deplorable estado
económico de la tesorería de la Hermandad, fue el causante de que
el hermano Miguel José Navarro propusiera a principios de 1876
que los días del Jubileo de las XL Horas, que estaban señalados en
la Tabla para la fiesta de San Julián, se tomaran por particulares. El
hermano mayor respondió, como medida de solución para paliar los
gastos que se pudieran generar, que el primer día sería costeado por
84
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 9 de febrero de 1861, fols. 111 v. y
112.
85
Ibídem, fols. 112 y 112 v.
86
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 14 de mayo de 1862, fol. 8 v.
800

la Hermandad y el segundo correría por su cuenta, dedicándoselo a
sus padres 87 .
Al año siguiente, se repitieron los mismos problemas. Manuel
Rubio Velázquez decidió pagar de su pecunio el segundo día del
Jubileo en sufragio de las almas de sus familiares y las misas
rezadas el día del santo por los últimos ajusticiados 88 .
TABLA 46
FECHA INTENCIÓN
28 y 29 de enero de 1861 Por su santo Titular
28 y 29 de enero de 1862 Ídem
28 y 29 de enero de 1863 Ídem
28 y 29 de enero de 1864 Ídem
28 y 29 de enero de 1865 Ídem
28 y 29 de enero de 1866 Ídem
1867 ---
28 y 29 de enero de 1867 Por su santo Titular
28 y 29 de enero de 1868 Ídem
28 y 29 de enero de 1869 Ídem
1870 ---
1871 ---
1872 ---
1873 ---
1874 ---
1875 ---
1876 ---
87
A.H.P.M. Leg. 52, pza. 1, lib. de actas nº 11, cabildo ordinario, 4 de enero de 1876,
fol. 238.
88
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. de actas nº 12, cabildo, 22 de enero de 1877, fol. 328.
801

FECHA INTENCIÓN
1877 El primer día, por su santo Titular; y
el segundo por familiares de Manuel
Rubio Velázquez 89 .
4.3.- Ejercicios espirituales en Cuaresma y Semana Santa
En los de 1861, la Junta de Gobierno acordó efectuar en
Cuaresma los ejercicios todos los miércoles y el triduo el Domingo
de Ramos, así como el Lunes y el Martes Santos. Asimismo, se
insistió en que si no se podía cubrir el número de sermones con los
sacerdotes de la Hermandad, se invitara a otros que no
pertenecieran a la Corporación 90 .
La Hermandad había conseguido del obispo de la diócesis
Juan Nepomuceno Cascallana y Ordóñez, 40 días de indulgencias
para todas aquellas personas que asistiesen a los ejercicios y al
triduo 91 .
El cabildo de hermanos aprobó el 26 de febrero de 1862 que
los cultos cuaresmales y de Semana Santa -establecidos entre 1858
y 1859- se celebraran de la forma que en años anteriores, salvo que
éstos fueran costeados con los fondos de la Casa y no con la
aportación de los miembros de la Junta de Gobierno como había
sucedido otras veces 92 .
89 Tabla confeccionada con datos extraídos de la colección de El Avisador Malagueño
(años: 1861, 1862, 1863, 1864, 1865, 1866, 1868, 1869 y 1877). Los años que no se
concretan las intenciones, puede deberse a que no exista o a que no aparezca en el
ejemplar la reseña del Jubileo de las XL Horas.
90 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 9 de febrero de 1861, fol. 116.
91 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 9 de marzo de 1861, fol. 117 v.
92 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 26 de febrero de 1862, fol. 5 v.
802

Para los Divinos Oficios del Jueves y Viernes Santos a
realizarse en 1863, se aprobó destinar una partida presupuestaria de
600 reales para el arreglo del monumento 93 .
La Junta de Gobierno mostró el descontento el 18 de marzo
de 1863 porque los hermanos no asistían a los ejercicios espirituales
y ante la proximidad de los mencionados Oficios, solicitaba la
asistencia de todos para que los mismos no se resintieran 94 .
Pasada esta Semana Santa, se hizo balance de los ingresos y
gastos de los Oficios del Jueves y Viernes Santos. Con respecto a
los primeros, se recaudaron: 3.312,61 reales y a los segundos:
1.330,25 reales, resultando un saldo a favor de la Hermandad de
4.642,86 reales, además de la propiedad de un monumento, una
urna para el Santísimo Sacramento, una toalla para lavatorio, un
velo morado para tapar la parte del púlpito y un regalo de la
Condesa de las Navas, consistente en un paño blanco para cubrir el
cáliz que se colocó en el monumento 95 .
Como sucedió otras veces, la comisión encargada de atender
los Oficios de Semana Santa de 1864, presentó las cuentas de los
gastos; al deducir la ofrenda y la colecta, resultó un saldo favorable
de 700,16 reales 96 .
estos cultos:
Ofrecemos una relación de los oradores que participaron en
93 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 24 de febrero de 1863, fol. 44.
94 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 18 de marzo de 1863, fols. 45 v. y 46.
95 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 13 de abril de 1863, fols. 48 y v.
96 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 6 de mayo de 1864, fol. 74 v.
803

TABLA 47
FECHA PREDICADOR
1861 ---
1862 ---
1863 ---
1864 El capellán de San Julián (uno de los
miércoles y un día del triduo); el
presbítero Enrique Romero (triduo); y
Diego de La Chica y José Borraja,
canónigos de la Santa Iglesia
Catedral
1865 José Durán, cura de la parroquia de
Nuestra Señora de la Merced (22 de
marzo); Francisco Florín Delgado,
capellán del hospital de San Julián
(29 de marzo); Manuel García
Álvarez, cura de la parroquia de San
Felipe Neri
1866 ---
1867 ---
1868 José Naranjo, inspector del Seminario
Conciliar (Domingo de Ramos, 5 de
abril); Francisco Florín Delgado
(Lunes Santo, 6 de abril); y Diego de
Lara, catedrático e inspector del
Seminario Conciliar (Martes Santo, 7
de abril)
1869 Manuel María Llera, canónigo de la
Santa Iglesia Catedral (Domingo de
Ramos); Manuel García Álvarez,
canónigo de la Catedral (Lunes
Santo); y José Moreno Massón,
canónigo penitenciario de la Catedral
(Martes Santo) 97 .
1870 Pablo Ruiz Blasco, canónigo de la
Catedral (Domingo de Ramos, Lunes
y Martes Santos)
1871 José García García (Domingo de
Ramos, Lunes y Martes Santos) 98 .
97 El Avisador Malagueño de 1865, 1868 y 1869; y A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº
10, aa. cc. de 7 de marzo de 1864, fol. 73.
98 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 30 de abril de 1871, fol. 175.
804

FECHA PREDICADOR
1872 ---
1873 ---
1874 ---
1875 ---
1876 ---
1877 ---
4.4.- Embellecimiento del templo y adquisición de objetos
litúrgicos
Con la intención de que el culto en la iglesia luciera mejor, la
Hermandad adquirió casullas y ornamentos en el mes de noviembre
de 1860 99 . Luego compraría una colgadura de percalina morada
para el altar mayor, destinada a dar más realce y brillantez a los
Oficios de Semana Santa 100 .
Acordó, el 5 de octubre de 1861, realizar un nuevo paño de
terciopelo con el escudo corporativo para que se colocara en la caja
de los hermanos difuntos, dado el deterioro sufrido al emplearse en
las ceremonias fúnebres 101 .
Siguiendo esa línea de mejorar este tipo de elementos, el
prioste incrementó los enseres con un incensario, naveta con
cuchara, aceite y aspersorio de metal blanco, ascendiendo su
compra a 320 reales 102 .
99 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 21 de noviembre de 1860, fol. 100 v.
100 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 6 de abril de 1861, fol. 124 v.
101 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 5 de octubre de 1861, fol. 138 v.
102 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 8 de enero de 1862, fols. 2 v. y 3.
805

Estas mejoras no acabaron ahí. Joaquín Díaz García llevó a
cabo unas gestiones en 1862 sobre la realización de un nuevo paño
con el escudo de la Hermandad, que importaba 1.500 reales 103 .
Continuando con la mejora de las prendas sacerdotales, el
hermano Juan Caballero donó a la Hermandad una casulla
encarnada, otra morada y un juego de sacras para la iglesia 104 .
Por otra parte, la Condesa de las Navas, hermana de la
entidad, también se unió a mejorar el culto del templo. Había
postulado en la puerta de la iglesia con objeto de reunir fondos
suficientes para comprar una Dolorosa. Se dirigió a la Junta de
Gobierno proponiendo que ella adquiriría un Cristo y que la
Hermandad se encargara de ejecutar dos altares donde situar dichas
imágenes, de las que se convertiría en su camarera. La respuesta de
la Hermandad fue la de estudiar la petición 105 . Tres días más tarde,
se volvieron a reunir los cofrades para buscar una solución a lo
planteado por la referida noble. Miguel J. Navarro, secretario 2º,
leyó el informe elaborado por la comisión encargada del asunto:
“1º D[o]n Diego Gutierrez juzga que los
retablos no tienen otra colocacion, que en el
sitio que ocupan los lienzos del Señor
Crucificado y los Desposorios, trasladando
estos á los costados del altar mayor.
2º Que cada uno de los nuevos retablos, siendo
sencillos y con urna para cristalera costará unos
tres mil reales.
103
Ibídem, fol. 3.
104
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 23 de diciembre de 1864, fols. 86 y
v.
105
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 8 de junio de 1863, fols. 55 v. y 56.
806

3º Que los dos lienzos al trasladarlos al Altar
Mayor necesitan nuevos marcos dorados, no
pudiendo aprovecharse los que hoy tienen por
estar embebidos en la pared de la Iglesia.
4º Que se necesita sacar un poco afuera las dos
mesas de altar de los nuevos retablos.
5º Que D[o]n Diego Gutierrez ha manifestado
ser el autor de la imagen que se trata de
adquirir, que llevó por ella 700 reales; y que
con la coronacion y cuchillo de plata, podrá
valer hoy hasta 900 reales careciendo de valor
la ropa por ser muy inferior” 106 .
Tras darse lectura, el alcalde antiguo, Juan Gaona, en
funciones de hermano mayor, precisó que no había necesidad de
continuar tratando la cuestión, puesto que la Condesa renunciaba a
su idea ante los impedimientos de la Corporación 107 .
Debido a la música que se interpretaba en el interior de la
iglesia durante las funciones religiosas, la Hermandad tenía por
costumbre alquilar un piano para que las ceremonias estuvieran
revestidas de un mayor esplendor. Convencida de que la fórmula
para ahorrar dinero era la compra de este artilugio, se acordó en
1864 adquirir un órgano para el culto de la iglesia 108 .
4.5.- Misas, sufragios por los difuntos y otras funciones
religiosas
En la iglesia de San Julián se oficiaría el 10 de febrero de
1861 una misa en agradecimiento a los hermanos médicos de la
106
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 11 de junio de 1863, fols. 56 v. y 57.
107
Ídem.
108
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 7 de marzo de 1864, fol. 73.
807

Corporación que asistieron en el hospital a los oficiales heridos en
la Guerra de África 109 .
Al mes siguiente, se recibieron noticias de la muerte del
Conde de Cantillana, hermano mayor de la Hermandad de la Santa
Caridad de Sevilla. Se acordó remitir un escrito expresando el
sentimiento de pesar por tan irreparable pérdida y, al mismo tiempo,
comunicar la práctica de unos sufragios por su memoria en la
iglesia de San Julián 110 .
Al poco tiempo de dicho suceso, Manuel Rubio Velázquez
pidió que se solucionaran con rapidez:
“los trabajos sobre las memorias, para pedir la
reduccion de las misas, á fin de que se
cumpliesen dichas cargas, como es de
justicia” 111 .
Una decisión adoptada por el cabildo de 23 de noviembre de
1861, consistía en que el remanente de fondos de ajusticiados se
dedicara a honras y misas en sufragios de los mismos a celebrar el
día 27 de noviembre 112 .
Con motivo del regreso de Isabel II y Francisco de Asís a
Madrid después de la visita efectuada a Málaga y al hospital de San
Julián como veremos más adelante, tendría lugar el 14 de diciembre
de 1862 una “función gratulatoría”, que estaría celebrada por el
obispo Cascallana y Ordóñez 113 .
109 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 9 de febrero de 1861, fols. 116 y v.
110 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 9 de marzo de 1861, fol. 119.
111 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 6 de abril de 1861, fol. 123.
112 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 23 de noviembre de 1861, fol. 148 v.
113 El Avisador Malagueño, Málaga, 14 de diciembre de 1862. El término “función
gratularía” corresponde en nuestros días a una misa de acción de gracias.
808

Desde el 1 de junio de 1870, se aplicarían en la iglesia de San
Julián la misa rezada a las 8 de la mañana por la intención de los
hermanos de la Corporación 114 . Asimismo, y en ese citado año, las
Hermandades de la Santa Caridad de Málaga y Sevilla acordaron
dedicar sufragios por las almas de los miembros que fallecieran en
una y en otra fraternidad 115 .
La Hermandad de San Julián se había distinguido en el
cumplimiento de las “memorias pías” pero con la instituida por el
capitán Pedro de Arese, tuvo serios problemas porque el cura de los
Santos Mártires se negaba a realizar en 1871 el deseo del fundador
en la fiesta de San Antonio de Padua. Para resolver esta cuestión, se
acordó finalmente hacer un nuevo intento con el fin de convencerle
de que cumpliera el encargo y, en caso de que mantuviera su
postura, se reclamaría ante la autoridad eclesiástica 116 .
En las actas capitulares de 1871, se refleja que la Hermandad
había solicitado el año anterior de Pío IX una bula que le permitiera
celebrar misa una hora después del mediodía. El Santo Padre
accedía:
“á las suplicas (...), concediendo el privilegio
de poder celebrar el Santo Sacrificio de la
Misa, una hora después del medio dia, los
feriados y festivos, en esta Iglesia de San
Julian” 117 .
114
El Avisador Malagueño, Málaga, 29 de mayo de 1870.
115
A.H.C.S. Lib. original de cabildos (1866/77), tº 16 (C-17), aa. cc. de 7 de agosto de
1870, fols. 107 y v.
116
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 30 de abril de 1871, fols. 170-172.
117
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 17 de junio de 1871, fol. 179.
Desgraciadamente, no hemos podido localizar ni la petición ni la respuesta en los
fondos consultados del A.S.V. que se detallan: Índice 1.099, Seg. dei Brev.,
Indulgentiae ad Tempus nº 285 (junio de 1870); Seg. dei Brev., Indulgentiae Perpetuae
809

Ilustración 93: Fotografía del papa Pío IX
Tras recibirse la noticia, se encomendó al presbítero José
Moreno Masson que lo comunicara al obispo Esteban José Pérez
Fernández 118 . Una vez hecha efectiva la noticia de la bula de
privilegio, se abonaron 12 reales de derechos 119 .
5.- PETICIÓN PARA PARTICIPAR LA HERMANDAD EN
ACTOS EXTERNOS
La celebración del Corpus Christi concitaba mucha
expectación en Málaga durante esta época. El Ayuntamiento, fuerza
viva de la ciudad, organizaba junto con el Cabildo eclesiástico el
cortejo procesional. Se deseaba que el mayor número de
hermandades, cofradías, congregaciones, etc., participaran en este
acto público. Para ello, se solía invitar a cada una de las
nº 250 (junio/julio de 1870); Seg. dei Brev., Brevium nº 5.683 (febrero/marzo de
1870), 5.684 (abril/mayo de 1870) y 5.685 (junio/julio de 1870).
118 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 17 de junio de 1871, fol. 179.
119 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 4 de febrero de 1876, fol. 238.
810

corporaciones del carácter que fuere (pasionista, gloria, caridad,
sacramental, etc.). De ese modo, el Consistorio envió a la Junta de
Gobierno de la Hermandad de la Santa Caridad una invitación por
el mes de abril de 1861. Por su parte, el cabildo de hermanos
declinó tal ofrecimiento 120 .
Al mes siguiente, el hermano mayor explicaba haber recibido
un oficio del alcalde Miguel Moreno Masson pidiendo que la
Santa Caridad colocara un altar en la calle Torrijos (hoy día
Carretería) para cuando pasara la procesión del Santísimo. La
petición fue sometida al veredicto de los miembros de la
Corporación, quienes aprobaron la iniciativa de que aparte de
instalarlo se situara en él al patrón del hospicio, San Julián 121 .
La procesión partió de la Catedral a las 5 de la tarde con el
siguiente orden: un piquete de la Guardia Civil de caballería, la
banda de música del Ayuntamiento, los niños de la Providencia y
pobres asilados, los guiones de las hermandades, gremios y oficios
que, además, llevaban las imágenes de sus Titulares (San Miguel,
San Juan Nepomuceno, Santa María Magdalena, Santa Catalina,
Santas Justa y Rufina, San Francisco Caracciolo, San Telmo y San
José), las efigies de las parroquias de San Felipe Neri, San Juan
Bautista, San Pedro y los Santos Patronos Ciriaco y Paula, las
cruces de las parroquias, los estandartes de las sacramentales, la
Virgen del Corazón de María (de la parroquia de los Santos
Mártires), el clero parroquial, los seminaristas, una capilla vocal e
instrumental, el Cabildo Catedral, el Santísimo en sus andas de
120
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 22 de abril de 1861, fol. 126.
121
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 25 de mayo de 1861, fols. 130 y 130
v.
811

plata, detrás el Obispo, con sus familiares, las autoridades
municipales (el Gobernador Civil y el Alcalde) y cerrando una
escolta con banda de música. El cortejo recorrió la plazuela del
Obispo, calle Santa María, plaza de la Constitución, calles
Compañía, Torrijos, Álamos, plaza de Riego (actual plaza de la
Merced), calles Granada y San Agustín, y vuelta a la Catedral 122 .
Un año después, la Corporación municipal volvió a
“convidar” a la Hermandad a la procesión del “Día del Señor”, pero
ésta de nuevo declinó la invitación por “estarnos prohibido”; al
mismo tiempo, desechó la posibilidad de instalar un altar en calle
Carretería aduciendo que estaba ocupada en la constitución de la
nueva Junta de Gobierno 123 .
6.- LA ECONOMÍA DE LA HERMANDAD
6.1.- Láminas de Deuda Pública del Patronato Agustina Mejías
El agente de la Hermandad en Madrid, Manuel Anduaga,
comunicó por carta, fechada en diciembre de 1860, la necesidad de
tener a mano varios documentos para la conversión de los créditos
a favor del hospital de San Julián, procedentes del caudal del
Patronato Agustina Mejías 124 .
122 El Avisador Malagueño, Málaga, 30 de mayo y 1 de junio de 1861.
123 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 17 de junio de 1862, fol. 16 v.
124 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 17 de diciembre de 1860, fol. 106.
812

Más adelante, la Hermandad recibió una notificación,
remitida por el Gobernador Civil, para que recogiera los créditos
procedentes de una liquidación y conversión 125 .
A principios de 1862, se dirigió un escrito a la referida
autoridad civil con objeto de que apoyara la venta de los títulos
pertenecientes a la liquidación de los créditos a favor del hospital de
San Julián. La idea no era otra que la de convertir los 371.699
reales de la Deuda amortizable de 1ª clase en una inscripción
nominativa de Deuda diferida, a fin de que siempre figurase la
titularidad de la misma. También se acordó autorizar a una persona
para que recogiese dos inscripciones intransferibles de Deuda: una,
de 65.827, 22 reales de vellón; y otra, de 102.310,47 reales, del
hospital de San Julián. La persona que fuera, se dirigiría al
Gobernador Civil para que efectuara el correspondiente
libramiento 126 .
Manuel Rubio Velázquez comunicó al agente Anduaga la
orden de venta de los 500.000 reales en títulos de la Deuda
amortizable de 2ª clase a favor del hospital y, además, le recordó
que el expediente de venta de los 300.000 reales amortizable de 1ª
clase ya se hallaba en el Ministerio de Gobernación 127 .
Manuel Anduaga contestó el 18 de abril de 1862, informando
que había solicitado la conversión de un crédito en Deuda del 3%
diferida, pasando del Ministerio en cuestión al Consejo de
Estado 128 .
125 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 12 de octubre de 1861, fol. 143.
126 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 8 de enero de 1862, fol. 1 v.
127 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 26 de febrero de 1862, fol. 4 v.
128 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 14 de mayo de 1862, fols. 8 y v.
813

Una vez que la Dirección General de la Deuda Pública había
remitido a la Tesorería de la Hacienda Pública de la provincia de
Málaga una inscripción al 3% a favor del hospital de San Julián
(número 9.718 por un importe de 50.020 reales), se autorizó al
tesorero Bartolomé Laffore con el fin de que la retirara 129 .
Posteriormente, el Sr. Laffore explicó que al intentar retirar la
Lámina a favor del hospital no le fue posible con la autorización,
sino que tenía que presentar un poder notarial.
El 18 de marzo de 1863, se recibió un escrito de Manuel
Anduaga haciendo constar que el Ministro de Gobernación había
expedido el 7 de octubre de 1862 la conversión de la inscripción
solicitada por un importe de 371.692,89 reales de vellón de deuda
amortizable de 1ª clase, en títulos al portador y había verificado los
370.000 reales de aquella deuda al cambio de 35,25%,
produciéndose 130.425 reales y comprando con ello 276.000 reales
en títulos del 3% diferido al cambio de 46,80% reunido al costo de
129.168 reales de vellón 130 .
En el cabildo ordinario de 6 de mayo de 1864, el cofrade
Fernando Segovia se quejó abiertamente del “estado de olvido,
abandono y desarreglo que se halla el Patronato Mejias”. En
consecuencia, pedía se tomara interés por las cantidades cobradas
de 5.625 reales y 18.011 reales, respectivamente, dado que no se
conocía su inversión, exigiendo una entrevista con los herederos
para recoger si hubiese algún libramiento pendiente de pago 131 .
129
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 11 de diciembre de 1862, fols. 37 v. y
38.
130
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 18 de marzo de 1863, fols. 45 y 45 v.
131
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 6 de mayo de 1864, fols. 74 v. y 75.
814

6.2.- Censo sobre el cortijo del Moral
La Hermandad confirió poder notarial a José Candevat el 17
de junio de 1861 para el cobro del censo del cortijo del Moral,
situado en el término de Arrajainal de Torremolinos 132 . Una vez
formalizada la documentación para que actuara en nombre de la
Santa Caridad, se le comunicó que el censo ascendía a 69.997 reales
de vellón con un rédito anual de 2.099,30 reales, que fueron
pagados en la Navidad de 1852, autorizándole a tomar nota de los
pagos efectuados por Antonio Ximénez, capellán que fue de este
hospital 133 .
José Candevat comunicó por escrito a la Hermandad la
imposibilidad de recibir los atrasos del censo impuesto al citado
cortijo. El cabildo acordó exigir judicialmente al dueño de la finca
del Moral los atrasos pendientes de cobro. Por ello, se nombró al
hermano Joaquín Díaz García, abogado del Ilustre Colegio de esta
ciudad, para que representara a la Corporación en este asunto, a fin
de poderse percibir el pago de réditos anuales del censo 134 .
Más tarde, se llegó a un acuerdo con los censualistas,
admitiéndoles el pago de 4.000 reales y para cubrir el resto de la
deuda se les concedía 4 años de plazo, debiendo pagarla en partes
iguales cada 31 de agosto en los años sucesivos 135 .
132
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 17 de junio de 1861, fol. 133.
133
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 10 de julio de 1861, fol. 138.
134
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 5 de octubre de 1861, fol. 140.
135
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 23 de noviembre de 1861, fols. 145-
147.
815

6.3.- Donaciones
Señalamos los benefactores que contribuyeron en el período
comprendido entre 1861 y 1877 con la Hermandad:
TABLA 48
AÑO DONANTE DETALLE
1861 Una serie de damas Donaron catorce colchas blancas,
acolchadas y adamascadas; camas
de hierro, provistas de dos
colchones de lana y paja; dos
almohadas; cuatro fundas; cuatro
sábanas; una manta blanca; y una
colcha blanca, acolchada y
adamascada. Habían cosido
cuarenta sábanas; setenta fundas de
almohadas; cuarenta calzones
interiores, diez camisas, sesenta
pañuelos; cuarenta toallas, cuarenta
servilletas, un mantel y diez
colchas.
1861 Viuda de Manuel S. Quirós Entregó 640 reales
1862 Josefa La Chantre Donó un paño bordado a crochet
para que se colocara debajo de la
custodia del Santísimo
1862 Condesa de las Navas Regaló cuarenta y cuatro pares de
calcetines
1862 Eduardo Ocón Donó 100 reales
1862 Reina Isabel II Se repartió una cantidad de dinero
entre las instituciones benéficas,
correspondiéndole al hospital de
San Julián 10.000 reales
1862 Casto Iturralde Entregó una limosna de 500 reales
1864 Condesa de las Navas Dio una limosna de 120 reales
1864 Un discípulo del capellán Entregó 20 reales de limosna
1875 Familia Llanos La venta de cuatro cuadros, que
representaban a edificios notables
de Roma, se destinarían a
emplearse a las necesidades de la
Casa
816

AÑO DONANTE DETALLE
1876 Eduardo Garrido Estrada, Entregó cuatro libras de chocolate
gobernador civil
y bizcochos
1877 Ayuntamiento Entregó cuarenta y nueve panes
1877 José del Rayo Regaló un carnero
1877 Joaquín Díaz García Costeó el pan de varios meses 136 .
6.4.- Situación económica
Dada la preocupante situación económica de la Hermandad,
los hermanos acordaron en junio de 1875 hacer un reparto del
importe total de la deuda de un mes. Se acordó también que, para lo
sucesivo, se arbitraran medidas ante la falta de pago del Tesoro
Público, que adeudaba dos mensualidades por los intereses que
devengaban los créditos a favor de la Hermandad 137 .
Al poco tiempo, la Junta Provincial amonestó a la
Hermandad por no haber presentado el estado de las cuentas a lo
que estaba obligada por tratarse de un establecimiento particular y
comprendido en la Ley de Beneficencia. El cabildo de hermanos
se planteó negarse a ello, pero se corría el riesgo de que se
produjeran males mayores. Se escuchó la opinión de los asistentes,
136 Éstas han sido las fuentes consultadas para la elaboración del cuadro: A.H.D.M.
Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 9 de febrero de 1861, fols. 113 y 113 v.; A.H.D.M.
Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 10 de mayo de 1861, fol. 127 v.; A.H.D.M. Leg.
51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 25 de mayo de 1861, fol. 131 ; A.H.D.M. Leg. 51, pza.
3, lib. nº 10, aa. cc. de 8 de enero de 1862, fol. 1; A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10,
aa. cc. de 26 de febrero de 1862, fol. 5; A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de
14 de mayo de 1862, fol. 8 v.; A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 6 de
mayo de 1864, fol. 74 v.; A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 2 de junio de
1875, fols. 215-217; A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 22 de enero de
1877, fol. 330; A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 14 de abril de 1877, fol.
341; GUEROLA, A., Memoria de mi administración en la provincia de Málaga como
Gobernador de ella desde 6 de diciembre de 1857 hasta el 15 de febrero de 1863, tº I,
Fundación Sevillana, Sevilla, 1995, p. 1279.
137 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 2 de junio de 1875, fols. 215-217.
817

culminando el turno de intervenciones del alcalde eclesiástico
Vicente Pontes, quien presidía la misma, al decir que:
“creia no haber mas remedio que rendir las
cuentas á la Junta de Beneficencia, pero
siempre dejando á salvo el derecho de seguir
gestionando a favor de los sagrados intereses de
nuestros amados Pobres” 138 .
Para finalizar el asunto, se sometió a votación decidiéndose
presentar las cuentas, no sin antes hacerse hincapié en que la
Hermandad se reservaba el derecho a reclamar cuando le
conviniera.
En el mes de septiembre de 1875, se hizo de nuevo patente el
estado económico. Éste venía marcado, como ya se dijo más arriba,
por el impago de los intereses por parte del Tesoro Público y por las
deudas pendientes a los acreedores que se detallan: 4.000 reales de
vellón al panadero José Pacheco; 300 reales a la fábrica de carbón
artificial; 600 reales a los tocineros Antonio Román y Antonio Gens
Riego; 1.500 reales a la lavandera; 300 reales a la costurera; 1.000
reales al sacristán-citador Rodrigo Marín; y 600 reales al aceitero
Gregorio Romero. El importe total de la deuda ascendía, según las
actas capitulares, a “500 duros”.
Para rebajar los gastos que se pudieran ocasionar en el futuro,
se anuló el Seguro contra Incendios contratado por la Hermandad,
comunicándolo a los directores de la Compañía para que se diera de
138 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 8 de julio de 1875, fols. 219-221.
818

aja definitivamente de la lista de edificios asegurados por esta
circunstancia 139 .
Al parecer, y por lo que se puede contemplar en el libro de
actas, durante un corto espacio de tiempo no se recalcó con tanta
insistencia el estado económico. La Hermandad recibió, en los
primeros meses de 1876, del Gobernador Civil un donativo de 700
reales para que se atendieran los gastos de los pobres.
El hermano mayor al tener conocimiento de que se
trasladaban los restos del rico hacendado Martín Larios a la ciudad,
se dirigió a los familiares por si en el reparto de limosnas que se iba
a efectuar a varias instituciones benéficas recaía una parte en los
pobres de San Julián, a lo que se respondió que la distribución ya
estaba formalizada 140 .
Cuando el asunto de las cuentas de la Institución estaba
subsanado, se recibió una comunicación del administrador de
Beneficencia, Luis Martino Díaz Martín, reclamando 2.459,1
pesetas por derechos de censura de las cuentas desde 1867 a 1874.
La Hermandad, por su parte, respondió que no estaban aprobadas
las cuentas sobre la que recaía la exacción, por lo tanto no se creía
procedente el pago y aunque así fuera posible, no se podría efectuar
por falta de recursos.
Este hecho molestó a la Hermandad que acordó esperar la
vuelta a la ciudad de Antonio Hurtado para que redactara un escrito
pidiendo al Gobierno lo relevara del protectorado de la Junta de
Beneficencia por:
139
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 2 de septiembre de 1875, fols. 230 y
231.
140
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 4 de febrero de 1876, fol. 237.
819

“no comprendernos en manera alguna esa
disposición, toda vez que no es patronato el que
ejercemos en esta Casa, sino propiedad
interrumpida desde los antiguos tiempos de su
fundación” 141 .
En los acuerdos recogidos en el cabildo general de cuentas,
celebrado el día 28 de mayo de 1876, se expresaba con suficiente
claridad el déficit que arrastraba la Hermandad, señalándose una
relación de acreedores contra el hospital de San Julián, ascendiendo
el importe a 26.612 reales. Para buscar una solución al descubierto,
se adoptaron las siguientes medidas:
-Emplear intereses contra el Estado por las Láminas
intransferibles y nominativas, cuyos ingresos deberían ser
permanentes, pero que se adeudaban desde primero de julio de 1874
a la fecha.
-Tomar los ingresos por concepto de cuota de 12 reales
anuales de los hermanos.
-Contar con la suma de dinero que resultó de la venta de los
cuatro cuadros anteriormente reseñados.
-Utilizar el valor de los cupones unidos a las Láminas por
valor de 30.000 reales nominales.
-Hacer uso de la suma de dinero que importase el alquiler de
locales: Colegio de Abogados, 640 reales anuales y José Gordon
Salamanca, 1.460 reales al año 142 .
En octubre de 1876, se dio cuenta del donativo efectuado por
el Gobernador Civil al entregar a la Hermandad 1.000 reales con
141 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 21 de mayo de 1876, fol. 272.
142 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 28 de mayo de 1876, fols. 276-279.
820

destino a atender las necesidades de la Casa. Esta cantidad procedía
de las sanciones impuestas al empresario de la plaza de Toros. Se
recibió, igualmente, del Jefe de Orden Público la suma de 214,35
reales 143 .
La Hermandad tuvo que presentarse en los Juzgados de los
Distritos de Santo Domingo y de la Merced para declarar por qué
no se habían efectuado los pagos pendientes con los acreedores. En
cada instancia judicial se argumentó que la Hermandad esperaba
que el Gobierno de la reina Isabel II librara parte de los intereses
vencidos para saldar la deuda. En el segundo, se expusieron las
mismas razones que en el primero 144 .
Más adelante, se recibió en la Hermandad una demanda
judicial del panadero José Pacheco, por la cantidad que se le
adeudaba desde hacía 17 meses por el suministro de pan a los
asilados, que ascendía a 6.962 reales. Para ello, se idearon algunas
formas de pago: la suma recibida de los Títulos pignorados, la
solicitud del Obispo de la cesión de recursos de los fondos
cuadragesimales y la petición a “capitalistas” y personas en
demanda de algunos auxilios 145 .
En el mes de abril de 1877, se recibió un donativo del
Gobernador Civil de 5.000 reales, cuya cantidad se encargó de
distribuir Manuel Rubio Velázquez entre varios acreedores 146 .
143
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 27 de octubre de 1876, fol. 320.
144
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 22 de enero de 1877, fols. 325-327.
145
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 18 de febrero de 1877, fols. 333 y
334.
146
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 14 de abril de 1877, fols. 340 y 341.
821

Las necesidades de la Casa obligaron al teniente hermano
mayor a solicitar de los cofrades el pago de un día de la
manutención de los pobres 147 .
Como se verá en el capítulo siguiente, la Junta de Gobierno
presidida por Fermín Alarcón Luján tendrá como principal objetivo
sanear la maltrecha economía de la Institución benéfica de San
Julián.
7.- VISITA DE ISABEL II AL HOSPITAL DE SAN JULIÁN
Ante la visita de la reina Isabel II a Málaga, que se produciría
en octubre de 1862, la Hermandad comenzó a plantearse, en el mes
de agosto, cómo recibiría a su augusta Majestad en el caso de que se
dignara presentarse en el hospital de San Julián.
La Junta de Gobierno se puso en contacto con el hermano
mayor que, por entonces, se encontraba en la capital de España para
que indicara los preparativos que se deberían ejecutar en la Casa 148 .
Manuel Rubio Velázquez respondió que se tendría que pintar
el maderaje y el herraje necesario, paralizar el blanqueo que se
llevaba a cabo hasta fechas más próximas a su visita y, finalmente,
consultar el importe de llevar el agua de la fuente del patio interior
al principal 149 .
La Hermandad convocó el 13 de septiembre a sus hermanos
para dar a conocer que Isabel II visitaría la Casa, un acontecimiento
de una enorme dimensión por lo que ello suponía. En la reunión se
147 Ibídem, fols. 341 y 342.
148 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 28 de agosto de 1862, fol. 17 v.
149 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 9 de septiembre de 1862, fol. 18 v.
822

informó sobre los trabajos de embellecimiento que se estaban
acometiendo en el edificio. Asimismo, se acordó la idoneidad de
pintar la sala de juntas conservando, lógicamente, las inscripciones
que se hallaban estampadas en el techo y de arreglar dos armarios
del archivo, pero antes consultándolo con un restaurador. También
se decidió que la Hermandad se reuniera todos los sábados y que
se limpiara la iglesia 150 .
Ilustración 94: Arco triunfal erigido con motivo de la visita de Isabel II a Málaga
[FRANQUELO, R., La Reina en Málaga. Descripción de los arcos de triunfo, monumentos,
adornos y vistas mas notables que ha habido en Málaga y en el límite de su provincia,
durante la estancia en ellas de S. M. La Reina Doña Isabel II y su Real Familia, Málaga,
1862, edición facsímil, Universidad, Málaga, 1991]
150 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 13 de septiembre de 1862, fol. 19 v.
823

En la siguiente reunión, del 20 de septiembre, se aprobó el
presupuesto de la pintura de la sala, que ascendía a 500 reales,
incluyéndose el precio de pintar los dos estantes de los archivos 151 .
En otra, fechada el 29 de septiembre, se tomó el acuerdo de
que los gastos que se estaban originando con motivo de la visita de
la Reina fuesen costeados por cada uno de los hermanos, para ello
se les enviaría una comunicación con el siguiente texto:
“En Junta General celebrada el dia 29 de
septiembre por la Hermandad de la S[an]ta.
Caridad de N[uestro]. S[eñor]. J[esu]. C[risto].
se ha acordado, que la corporacion haga una
digna recepcion á SS[us]. MM[ajestades]., en el
dia que tengan á bien visitar el Hospital,
sufragando los gastos que ocurran en el adorno
de la Iglesia, sala de recibo, comida á los
pobres, etc., á prorrateo, entre todos los
hermanos, con el objeto de no gravar los fondos
de los pobres” 152 .
Para conocer la cantidad que correspondía pagar a cada
hermano, se formó una comisión que se encargara de su resolución.
En una sesión posterior, celebrada el día después (ya no serían
semanales como en un principio), se facilitó el presupuesto que
ascendía entre 3.500 y 4.000 reales. En relación a estas cifras y al
número de hermanos, se resolvió que correspondía pagar a cada
uno la cantidad de 60 reales. Seguidamente, se pasó a formar las
comisiones de arreglo de la iglesia, de comida a los pobres, de
música en el patio y de cobranza para que actuaran con miras a
151 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 20 de septiembre de 1862, fol. 20 v.
152 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 29 de septiembre de 1862, fol. 22.
824

alcanzar una mayor repercusión posible 153 . En la asamblea del 2
de octubre, se acordó renovar el paño de la mesa de la sala de
juntas, siendo el cargo a nombre de la Casa 154 .
El acuerdo adoptado en la reunión del día 6 de octubre, fue
nombrar al príncipe Alfonso hermano mayor honorario siempre que
lo aprobara la reina Isabel. El hermano mayor lo solicitaría a Su
Majestad el día que visitara esta Institución 155 .
No obstante, la Hermandad para asegurarse de que Isabel II
visitara el hospital, se dirigió al Gobernador Civil para pedirle que
hiciera cuanto estuviera en su mano. Mientras, continuaban en la
Casa y en la iglesia el arreglo y el adorno de las mismas, y también
se preparaban las citaciones para que los hermanos asistieran a la
recepción de Su Majestad 156 .
En el folio 28 vuelto del libro de actas de la Hermandad se
puede leer el siguiente encabezamiento:
“Regia Visita, el día diez y nueve de Octubre
de mil ochocientos sesenta y dos, de SS[us].
MM[ajestades]., la Reina de España, D[oña]ª
Isabel Segunda de Borbon, y el Rey Consorte,
D[o]n Francisco de Asis de Borbon, á esta Casa
Hospital de San Julian, de la ciudad de Málaga,
bajo la Direccion de la Hermandad de la
S[an]ta. Caridad de N[uestro]. S[eñor]. J[esu].
C[risto]., cuya casa y hermandad son hijas de la
de Sevilla”.
153
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 30 de septiembre de 1862, fols. 23 y
v.
154
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 2 de octubre de 1862, fol. 24.
155
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 6 de octubre de 1862, fols. 25 v. y
26.
156
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 14 de octubre de 1862, fols. 26 v. y
27 v.
825

Pasándose a continuación a narrar, entre los folios 28 v. y 29
v., lo vivido por los hermanos de la Santa Caridad y por los pobres
asilados.
Ilustración 95: Isabel II [FRANQUELO, R., La Reina en Málaga. Descripción de los arcos
de triunfo, monumentos, adornos y vistas mas notables que ha habido en Málaga y en el
límite de su provincia, durante la estancia en ellas de S. M. La Reina Doña Isabel II y su
Real Familia, Málaga, 1862, edición facsímil, Universidad, Málaga, 1991]
Los Reyes llegaron a las 3 y media de la tarde, siendo
recibidos en la puerta de la iglesia, que estaba completamente
iluminada. Accedieron al templo bajo palio, cuyas varas fueron
llevadas por hermanos eclesiásticos. Los acordes del órgano
interpretaron la marcha real, después oraron ante el altar mayor para
salir luego de la iglesia y traspasar la capilla del Santo Cristo del
826

Consuelo desembocando en el patio principal. La marcha real fue
interpretada de nuevo, pero esta vez por la banda de música de
Beneficencia, que se hallaba en el patio. Los Monarcas pasaron a
los dormitorios y enfermerías de los pobres. En ese intervalo de
tiempo, la citada banda tocó un himno dedicado a Sus Majestades.
Los Reyes dirigieron la palabra a varios asilados y, principalmente,
a un interno llamado Arce, cuya edad rondaba los 105 años. Tras
esto pasaron a la sala de juntas, donde el presbítero José Antonio
Durán, que ejercía de hermano mayor por ausencia de éste, le
ofreció el título de hermanos mayores perpetuos de la Hermandad
de la Santa Caridad. Los Reyes aceptaron gustosamente y la
Condesa de las Navas le impuso a la Reina el escapulario y el
presbítero José Antonio Durán hizo lo propio con el Rey.
Finalizado el acto, y ante la premura de tiempo, abandonaron el
edificio, esperándolos en la puerta de la iglesia un carruaje.
Recogemos lo que la prensa local publicaba acerca de la
visita de la reina Isabel II y de su esposo Francisco de Asís a la
Institución hospitalaria de San Julián de la siguiente manera:
“SS[us]. MM[ajestades]. visitaron (...) el
hospital de san Julian, accediendo gustosos á la
súplica que les habian dirigido los individuos
de la hermandad de Caridad de Nuestro Señor
Jesucristo. Allí aguardaban a SS[us].
MM[ajestades]. todos los hermanos que habían
llevado una banda de música que tocó la
marcha real á la entrada y salida de SS[us].
MM[ajestades].
(...) Profundo reconocimiento ha dejado esta
visita á los hermanos de la Caridad que la
registrarán en los anales de la casa.
827

SS[us]. MM[ajestades]. se dignaron acceder á
los deseos manifestados por la hermandad de
ver inscriptos sus augustos nombres como
hermanos mayores de la misma: al efecto
prestaron el juramento prevenido en las
Constituciones y tomaron el escapulario.
Tambien tuvo lugar una escena altamente
conmovedora. Una señora, esposa de un sujeto
que hace tiempo se halla encausado, se arrojó á
sus pies, pidiendo gracia. Sus lágrimas
afectaron profundamente á la Reina, que
procuró consolarla con las mas afectuosas
palabras, y tomando una exposición que la
afligida señora le entregó.
Allí mismo se presentó á la Reina un magnífico
cuadro bordado en seda que representaba las
letanías de la Virgen, obra según tenemos
entendido de una señora de Mijas. La Reina lo
recibió con el mayor agrado.
Prolijo fuera hablar otra vez de las
demostraciones de entusiasmo de que fueron
objeto SS[us]. MM[ajestades]. por el pueblo
aglomerado á su paso, y particularmente en el
barrio de la Trinidad. Basta decir que fueron
tanto mas calurosas cuanto que eran ya pocos
los instantes en que el pueblo de Málaga iba á
tener el gusto de ver á SS[us].
MM[ajestades].” 157 .
También conocemos el testimonio del entonces gobernador
civil, Antonio Guerola, quien realizó una Memoria de este
acontecimiento histórico para la ciudad de Málaga, pues desde el
tiempo de Felipe IV ningún Monarca la visitaba. Este fue su relato
al llegar a San Julián:
157 El Avisador Malagueño, Málaga, 21 de octubre de 1862.
828

“Desde el convento (de la Paz) fuimos al
Hospital de San Julián, que es un
establecimiento de beneficencia particular,
dirigido por una antigua asociación de señoras
y caballeros. Había allí una multitud inmensa
que no cesaba de aclamar a SS[us].
MM[ajestades]. Fue uno de los sitios en que
más estalló el entusiasmo. La congregación de
señoras confirió el escapulario de la Orden a la
Reina, que lo aceptó gustosa” 158 .
Días después continuaba el recordatorio de la visita real. La
Reina había entregado a la Hermandad un donativo de 10.000
reales y, por tanto, se estimó que los pobres rezaran más por “la
salud y prosperidad de nuestros Augustos Hermanos Mayores
Perpetuos, y su real familia”. Al mismo tiempo, se decidió
comunicar todo lo ocurrido a la Hermandad de la Caridad de
Sevilla. Por último, se fijó como fecha para un cabildo general
extraordinario la del 23 de octubre, con la finalidad de formalizar
los asuntos que se detallan: realizar una solemne función religiosa
en la iglesia y un Tedéum, ofrecer a los pobres una comida
extraordinaria ese día, adquirir retratos de los hermanos mayores
perpetuos, encargar una lápida conmemorativa del acto, dar el
tratamiento al hermano mayor de hermano mayor electivo,
agradecer a los Reyes la visita al hospital, la aceptación del título y
la limosna efectuada 159 .
158
GUEROLA, A., Memoria de mi administración..., p. 1263.
159
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 21 de octubre de 1862, fols. 30 v. y
31.
829

Ilustración 96: Lápida conmemorativa de la visita de Isabel II al hospital de San Julián
[Foto: A.C.R.]
En este cabildo se acordaron las propuestas efectuadas en el
anterior, además se estipuló que los gastos que se ocasionaran
fueran sufragados por los hermanos 160 . Se formaron una serie de
comisiones y se designó a varios directivos para que se encargaran
del cumplimiento de estos acuerdos 161 .
La función religiosa que se había previsto celebrar el 19 de
noviembre se suspendió hasta tanto no regresara de viaje el Obispo,
quien había manifestado su deseo de oficiarla 162 . Finalmente, la
función se realizaría el 14 de diciembre al encontrarse ya el prelado
Juan Nepomuceno Cascallana en la ciudad, acudiendo los hermanos
de negro y con el escapulario 163 . La Hermandad tomó la decisión de
publicar el sermón predicado por el doctoral de la Catedral de
Málaga, Diego de la Chica, en la función religiosa del día 14
160
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 23 de octubre de 1862, fols. 31 v.-33.
161
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 28 de octubre de 1862, fols. 34 v. y
35.
162
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 12 de noviembre de 1862, fol. 36 v.
163
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 6 de diciembre de 1862, fol. 37 v.
830

de diciembre 164 . En abril de 1863, se dio la noticia de que se habían
editado 25 sermones bajo la supervisión del impresor Eusebio
Aguado, de los cuales 25 eran de encuadernación fina para Su
Majestad, 295 en rústica para Manuel Rubio Velázquez, 2 para el
Gobierno político y Fiscalía y 3 entregados en el despacho 165 .
Años después, y con motivo del anuncio de la visita del rey
Alfonso XII a Málaga en 1877, se trató en cabildo de hermanos por
si como había ocurrido en 1862 con la visita de su madre, ésta se
produciría y el Monarca recorrería las dependencias de esta
Institución benéfica. Para ello, se acordó reducir el gasto que se
generaba y que los cofrades aportaran una cantidad para cubrir los
mismos 166 . Finalmente, la visita de Alfonso XII al hospital de San
Julián no se llegó a producir, permaneciendo en Málaga del 18 al 20
de marzo de 1877 167 .
8.- LA INFLUENCIA DE LA FIGURA DE DON MIGUEL
MAÑARA EN LA HERMANDAD
Desde que en el año 1682 se renovara la Hermandad de la
Santa Caridad de Málaga, siempre estuvo presente, entre sus
miembros, el ejemplo dado por Miguel Mañara de amor hacia los
pobres. Las menciones en las actas capitulares del Venerable Siervo
de Dios se sucederán continuamente.
Una de esas referencias, se produjo en el cabildo celebrado el
17 de junio de 1861. Joaquín Díaz García expuso en dicha reunión
164
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 14 de enero de 1863, fol. 41 v.
165
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 13 de abril de 1863, fol. 47 v.
166
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 17 de febrero de 1877, fol. 332.
167
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 14 de abril de 1877, fol. 340; A.D.E.
Caja 189, leg. 18, pza. 1.
831

la conveniencia de que se pusiera al pie o en el respaldo del retrato
de Don Miguel Mañara, que presidía la sala, la siguiente
inscripción:
“Este retrato del venerable señor D[o]n Miguel
de Mañara Vicentelo de Leca, es propiedad de
la Hermandad de la Santa Caridad de Málaga,
sita en su Hospital de la misma ciudad, fue
pintado por el artista sevillano Juan de Valdés,
el año mil setecientos sesenta y tres. Este pintor
fue el mismo que sacó é hizo en vida el retrato
de dicho venerable para la casa de Sevilla, del
que está sacada esta copia. Fue pintor de los de
mas fama” 168 .
Los hermanos asistentes no pusieron ningún impedimento,
sino al contrario, agradecieron y aprobaron la moción presentada
por Díaz García. Pese a esta iniciativa, parece ser que el texto nunca
llegó a colocarse. Debemos efectuar una objeción al respecto. El
óleo del reputado pintor sevillano, Valdés Leal, no fue pintado en
1763 sino en 1683, como ya se concretó en su capítulo
correspondiente.
En el primer cabildo celebrado en el año 1862, el hermano
mayor expuso que el presbítero Pedro Galonié, residente en la
ciudad de Sevilla, se había dirigido a él para comunicarle que había
traducido del francés al español la vida “de n[ues]tro. venerable
fundador D[o]n Miguel de Mañara” y si estimaba conveniente
suscribirse, lo más pronto posible, a los ejemplares que considerase
oportuno. Ante la premura de tiempo, y dado que la Hermandad no
168
A.H.D.M. Leg. 51, pza. 2, lib. nº 9, aa. cc. de 17 de junio de 1861, fols. 132 v. y
133.
832

se había reunido aún, Manuel Rubio Velázquez envió a Sevilla el
siguiente escrito:
“Interpretando los sentimientos y deseos de la
Hermandad de Caridad de N[uestro]. S[eñor].
J[esu]. C[risto]. que inmerecidamente presido,
y correspondiendo gustosamente á la invitación
que con fecha 29 Noviembre último, hace por
mi conducto á la referida Corporacion para que
si le conviene se suscriva á la maravillosa y
cristiana obra titulada Vida de D[o]n. Miguel
de Mañara que Vd. se ha dignado traducir del
francés, proporcionándonos así la satisfaccion
de poseerla; me apresuro á participarle que
desde luego cuente en nombre de aquella con la
cantidad de 100 ejemplares que se tomará la
molestia de remitir ya á mi nombre como tal
Hermano Mayor ya al de la citada Corporacion
en su Hospital de San Julian.- El importe de
todo puede si gusta girarla á cargo de los
mismos que realice el envio de los ejemplares,
ó con su aviso se le remesará á su conveniencia.
Aprovecha esta favorable oportunidad para
ofrecerme á su disposicion saludándole
atentamente S.S.S.S.Q.S.M.B. El Hermano
Mayor, Manuel Rubio Velázquez” 169 .
Asimismo, Rubio Velázquez aclaró que los libros que no
fuesen adquiridos por los propios hermanos, no tendría ningún
inconveniente en ponerlos a disposición de personas interesadas
aunque no pertenecieran a la Hermandad.
Continuando con la figura del Venerable Siervo de Dios pero
referida ya a otra cuestión, el hermano mayor comunicó el 7 de
169 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 8 de enero de 1862, fols. 2 y v.
833

julio de 1864 haberse recibido, a través de la intervención de
Carmen Pizarro, condesa de las Navas, un rosal que procedía del
plantado por el propio Miguel Mañara en el hospital de San Jorge.
La Hermandad acordó colocarlo en el patio principal del hospital,
rodeado de una verja. Este hecho recuerda la historia de los rosales
de Mañara que no se marchitaron. Tenía ocho macetas de rosales
que al trasladarse de su palacete, enclavado en la sevillana calle de
Levíes del barrio de San Bartolomé, al hospital de la Caridad se las
llevó consigo. A su muerte, acaecida el 9 de mayo de 1679, los
hermanos de penitencia fueron los encargados de cuidarlos. En uno
de los procesos canónicos abierto para reconocer las virtudes del
Siervo de Dios, concretamente el de 1749, el hermano Bartolomé,
de 71 años, reconocía que “la tierra que tienen es la misma, sin
haberse minorado parte alguna, ni añadido porción alguna de
tierra” 170 . Las macetas permanecieron en el mismo lugar que las
dejara Mañara en la Santa Caridad hasta el año 1802, cuando fueron
trasladadas a uno de los patios interiores. De aquí pasaron en 1920 a
un patio que está detrás de la sacristía, alrededor de una pequeña
columna rematada con un busto de Miguel Mañara. En una
cerámica se encuentran escritas las frases de un escritor sevillano de
la época que reproducimos literalmente:
“La tradición es constante: el Venerable Don
Miguel Mañara Vicentelo de Leca plantó estos
rosales, que ni se secan, ni se marchitan; antes
bien, renacen constantemente de sí mismos, sin
que sus hojas pierdan su frescura y lozanía, ni
sus flores dejen de exhalar sus aromas ¿Cuál es
170 ROS, C., op. cit., p. 122.
834

el encanto de esos rosales? ¿Qué significan
para las almas, que comulgan en la fe del
Venerable Fundador? Ese verdor y esa lozanía;
esa frescura que refriega, ese aroma que
embelesa y esas flores que hechizan, no son en
suma sino la expresión maravillosa del
sentimiento que abrasó el corazón de Mañara:
el sentimiento de la Caridad, que es el amor,
por Jesucristo, a todos los hombres” 171 .
Para concluir esta secuencia, la Hermandad de la Santa
Caridad de Málaga recibió de un hermano dos cuadros que
contenían las actas de admisión de Miguel Mañara y de Bartolomé
Esteban Murillo en la Santa Caridad de la capital hispalense,
acordándose su colocación “en el testero de la presidencia” 172 .
9.- INTENTO FRUSTRADO DE COMPRA DE UN
TERRENO EN EL CEMENTERIO DE SAN MIGUEL
En la reunión de hermanos del día 19 de julio de 1868, fue
presentada una proposición para adquirir, mediante compra, un
terreno en los cementerios públicos, donde se pudiese labrar un
panteón con nichos subterráneos a fin de inhumar los cadáveres de
los miembros de la Hermandad. Con este objeto, se nombró una
comisión formada por Juan Victoriano Gross y Emilio Blasco
Muñoz, quienes dieron cuenta el 8 de agosto, de que en la calle de
Todos los Santos del cementerio de San Miguel existía un solar de
56 varas cuadradas, valorado en 20.000 reales, pudiéndose pagar el
costo de la obra por los asociados.
171 Ibídem, p. 123.
172 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 7 de julio de 1864, fol. 85.
835

En la asamblea siguiente, la del 23 de agosto, Juan Victoriano
Gross abrigó la idea, y así la expuso, que “los dueños de panteones
particulares no tendrian inconveniente en vender sus propiedades á
plazos” 173 . Acto seguido, tomó la palabra el párroco de Santiago
Antonio María Uriarte Gómez para exponer que:
“los sepelios deben efectuarse en tierra y no en
nichos, por ser esta la verdadera inhumación, y
sostiene que el Enterramiento debe guardar los
restos de los Ajusticiados, de los Pobres y de
los Hermanos como lo demanda la Caridad,
titular de la Cofradía” 174 .
Otro en intervenir fue el P. Vicente Pontes Cantelar, futuro
obispo de Guadix y Baza, quien disintió:
“ante el temor de que á algunos Hermanos
repugne que sus restos se mezclen con los de
personas inferiores: unos por su indigencia y
otros por su estigma” 175 .
Este pensamiento del P. Pontes se hizo realidad debido al
retraimiento de muchos hermanos, aplazándose indefinidamente la
iniciativa de poseer un panteón. Años después, en concreto en 1918,
José Luis Álvarez de Linera opinaba sobre este tenor lo siguiente:
“Los que en vida reconocieron á los Pobres por
sus Amos y Señores, llamaron á los Reos sus
Hermanos y Dueños, con su silencio, á veces
173 A.H.D.M. Leg. 71, pza. 1, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Enterramientos de la Hermandad de Caridad”, s/f.
174 Ídem.
175 Ibídem.
836

más elocuente que la palabra omitieron su voto
en contra del Enterramiento colectivo” 176 .
Este intento adquisitorio de la Hermandad de la Santa
Caridad no era nuevo dentro del asociacionismo cofrade, pues ya en
1837 la Hermandad de Nuestra Señora del Traspaso y Soledad de
Viñeros, de la parroquia de la Merced, había construido nueve
nichos o la Cofradía de Nuestro Padre Jesús advocado “El Rico”, de
la iglesia de Santiago, se convertía en 1858 en la primera
fraternidad pasionista en erigir un panteón monumental para la
inhumación de sus afiliados 177 .
10.- TRASLADO DE LOS RESTOS DE ANTONIO MEDINA
JÁUREGUI Y ALONSO GARCÍA GARCÉS A SAN JULIÁN
En un cabildo de cuentas celebrado el 31 de agosto de 1869,
el hermano mayor leyó una memoria de actividades que se habían
llevado a cabo relacionadas con los “amados pobres” y el “asilo
particular” de San Julián entre el 30 de junio de 1868 y la misma
fecha del presente año. Al término de sus líneas, consignó el “deber
de gratitud” en el que la Hermandad se encontraba de colocar en la
cripta de la iglesia las cenizas del presbítero Antonio Medina
Jáuregui, que yacían en el cementerio del lazareto de los Ángeles.
Concluida la exposición de éste, tomó la palabra Joaquín
Díaz García para apoyar dicha propuesta y animar al resto de
asistentes que aprobaran la traslación de los restos “del bienhechor
176 Ídem.
177 RODRÍGUEZ MARÍN, F. J., “La adaptación a los nuevos tiempos: las cofradías
malagueñas y la arquitectura funeraria”, en I Congreso Nacional de Cofradías de
Semana Santa, tº II, Cajasur, Córdoba, 1997, pp. 245-264.
837

de los pobres”. Emilio Blasco Muñoz relevó a Díaz García en el
turno de intervenciones, señalando que la Santa Caridad podía
celebrar unas honras fúnebres en la jornada del traslado,
rindiéndose así el merecido tributo y caridad “hacia un hermano
cuya última voluntad fue consagrada á los pobres para colmarlos de
beneficios”. Sometido el asunto a votación, se acordó por
unanimidad lo expresado líneas más arriba, siendo atendidos los
gastos que se generaran por los asistentes y por aquellos que
quisieran sumarse a esta noble iniciativa 178 .
Años más tarde, y en cumplimiento de una normativa
sanitaria emanada del Cabildo municipal referente a la exhumación
de cadáveres en iglesias y conventos, se alertó a la Hermandad de la
Santa Caridad para emprender las tareas de rescate de los restos del
fundador de ésta, Alonso García Garcés, que se hallaban enterrados
desde el siglo XVII en una capilla de su propiedad en el convento
del Cister. La Junta de Gobierno reaccionó ante el aviso que
efectuaba el Ayuntamiento a familias propietarias de panteones y
bóvedas en los citados lugares, para disponer de los restos de sus
antepasados o, de lo contrario, pasarían al osario general del
cementerio de San Miguel. Manuel Rubio Velázquez, al tener
conocimiento de los hechos, remitió una instancia al Consistorio,
solicitando el permiso para trasladar los de Alonso García Garcés
del convento del Cister a la iglesia de San Julián:
“La Hermandad de Caridad y en su
representación el que suscribe en el concepto
de Hermano mayor de la misma a V[uestra].
178 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, aa. cc. de 31 de agosto de 1869, fols. 148-150.
838

S[eñoria]. atentamente expone: Que en el año
de mil seiscientos ochenta y cuatro fue
enterrado en boveda de su pertenencia é Iglesia
de Cister D. Alonso Garcia Garcés, Canonigo
de esta Santa Iglesia Catedral y a la vez
Hermano mayor de esta Confraternidad en la
que hizo grandes beneficios a los Pobres y
Asilo de S[an]. Julian, así como eminentes
servicios a favor de esta población y deseosa la
Hermandad de que continue la perpetuidad de
su memoria trasladando sus restos a la boveda
de la Iglesia de su mencionado citado asilo y
rendidamente a V[uestra]. S[eñoria]. se digne
conceder la competente licencia en los terminos
que mejor estime por cuya dignacion le estaran
reconocidos la Hermandad con sus Pobres,
rezando a Dios guarde su vida muchos años
Malaga 18 Agosto 1873. El Hermano mayor.
Manuel Rubio Velázquez” 179 .
Sobre este asunto se desató una discusión en la sesión
plenaria de 22 de agosto de 1873, en la que unos opinaban que
podría accederse en consideración a la antigüedad del fallecimiento
y a los servicios prestados a sus semejantes; y otros, eran del sentir
que no debían hacerse excepciones acerca de la observancia de la
legislación vigente, la cual prohibía enterrar cadáveres y restos en
iglesias que estuviesen dentro del poblado. En definitiva, el
Ayuntamiento, y de conformidad con esta última proposición,
acordó que los restos fuesen trasladados al cementerio público 180 .
Pese al inesperado pronunciamiento, Manuel Rubio, como miembro
179 A.M.M. Sec. Cementerios, leg. 1.554, nº 81.
180 A.M.M. Lib. 271, fols. 213 y v.; CAMINO ROMERO, A., “La fundación de la
Hermandad de la Santa Caridad de Málaga por el licenciado don Alonso García
Garcés”, Isla de Arriarán nº X, Asociación Cultural Isla de Arriarán, Málaga, 1997,
pp. 81 y 82.
839

de la Academia de Bellas Artes de San Telmo, no se dio por
vencido y en un acto de similares características, vivido años atrás,
con los restos del escultor Pedro de Mena y Medrano (enterrado en
el convento del Cister en 1688 y trasladado provisionalmente a la
iglesia del Santo Cristo de la Salud en 1877), hizo lo propio con el
fundador de la Hermandad de la Santa Caridad 181 . Manuel Rubio
Velázquez consiguió su propósito en 1881, año en que se
condujeron los restos de Alonso García Garcés a la iglesia de San
Julián 182 .
11.- ASISTENCIA A LOS CONDENADOS A MUERTE
El hermano Jorge Gross envió una comunicación a la Junta
de Gobierno en la que se solicitaba que el reo Miguel Castillo fuese
trasladado al hospital de San Julián en vez de a la cárcel. Recibida
la misiva, se dio lectura en el cabildo celebrado el día 7 de abril de
1862, decidiéndose no acceder a dicha petición, pues crearía un
precedente que iría contra las normas estatutarias de la
Hermandad 183 .
El 7 de febrero de 1876, el Juez de Primera Instancia del
Distrito de la Alameda avisó a la Hermandad de que serían puestos
en capilla los reos Juan Carmona Palomo, Vicente Martínez Guillén
y Gregorio Maldonado Muñoz. Transcurridas veinticuatro horas
debería prestar los auxilios y cuidados necesarios. Al recibirse esta
181 En 1995, y tras procederse a unas obras de restauración en el templo del Santo
Cristo de la Salud, fueron redescubiertos los restos mortales de Pedro de Mena siendo
trasladados definitivamente a la abadía del Cister, lugar donde él dispuso ser
enterrado.
182 SAURET GUERRERO, T., op. cit., p. 186; CAMINO ROMERO, A., “La
fundación de la Hermandad de la Santa Caridad de Málaga...”, p. 82.
183 A.H.D.M. Leg. 51, pza. 3, lib. nº 10, fols. 6 v. y 7.
840

noticia, la Junta de Gobierno pidió el indulto de los tres reos, no
siendo atendido por el Ministro de Gracia y Justicia, Sr. Ozores 184 .
El periódico El Avisador Malagueño relataba, en su ejemplar
de 8 de febrero de 1876, con todo lujo de detalles el proceso
seguido contra los condenados, acusados de haber cometido el
asesinato de Juan Roldán. El primero de ellos, de 39 años, era
natural de Antequera y criado de José Roldán. El segundo, Vicente
Martínez Guillén, de 44 años, era natural de Baza (Granada) y
obrero de la ferrería “La Constancia”. Y el tercero, era conocido por
José, de 34 años, natural de Málaga, y ejercía de capataz de faenas
de limón. Tras la prestación de declaraciones y la emisión de las
sentencias, se indultó a Antonio Urbano, imputado en principio en
el caso. El citado periódico recogía que la función teatral prevista
para esa noche en el Teatro Cervantes había sido suspendida con
motivo del triste acontecimiento.
En la edición de El Avisador Malagueño del día siguiente, se
informó detalladamente de cómo se encontraban los presos en las
vísperas de su ejecución:
“Desde antes de ayer á medio dia, siguieron los
reos bastante tranquilos especialmente
Maldonado y Martínez que hasta su última hora
han mostrado gran entereza, y solo el Carmona
devorado por una fiebre intensa sufrió algunos
vahidos alterando notablemente su estado
mental. Este y Martinez solicitaron de los
señores sacerdotes que les auxiliaban, que
escribiesen cartas á sus respectivas mugeres
despidiéndose de ellas”.
184 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 10 de marzo de 1876, fols. 243-249.
841

En efecto, el rotativo reprodujo fielmente los contenidos de
las cartas, fechadas el 7 de febrero, que iban destinadas a cada una
de las familias de los reos. Extraemos de la de Gregorio
Maldonado, por encontrarse su impresión en mejor estado que la
otra, el siguiente fragmento:
“Mis muy amadas hermanas: En ese tristísimo
trance me dirijo a vosotras para daros el último
adios y pediros que me perdoneis. Os
recomiendo la educación de vuestros amados
hijos en la Religión Católica, única donde se
puede hallar la salvación, para que guiados por
la senda del temor de Dios se vean libres de
este caso en que por desgracia se encuentra su
infortunado tio (...)”.
Luego, el antedicho diario local informaba de cómo se
llevaron a cabo las ejecuciones. Justamente enfrente de la cárcel,
en las tapias del callejón de Natera, se había levantado el patíbulo.
Allí estaban preparados los banquillos, rodeándolos fuerzas de la
Guardia Civil, del Cuerpo de Carabineros y de la Guardia
municipal. A las 8 y media de la mañana, se abrió la puerta de la
cárcel, siendo despejada la gente que allí aguardaba la salida de los
reos por Carabineros de Caballería. El primero en salir fue Juan
Carmona Palomo, siendo conducido en un carro cubierto de bayeta
negra, acompañado por los sacerdotes Manuel Ordóñez y Antonio
Castelló, además del verdugo que empuñaba una especie de
machete. A las 9 y cuarto, le llegó el turno a Vicente Martínez
Guillén. Y a las 10 menos cuarto, le correspondió a Gregorio
Maldonado Muñoz, quien:
842

“subió de un salto al carro, mostrándose muy
tranquilo, y pidiendo al padre Sevilla unos
puros para regalarlos a unos amigos, lo que no
le fue concedido, aconsejándole desistiera de
hacer este alarde de entereza. Llevaba en la
cabeza un pañuelo encarnado, y cuando se le
indicó debía ponérselo el gorro negro, se
resistió a ello hasta que convencido por los
señores sacerdotes que le acompañaban cedió a
ponérselo sobre el mismo pañuelo. Saludó con
afabilidad a los que estaban asomados a las
rejas y azoteas de la carcel, y tambien a alguien
que vió en el Asilo del Llano del Mariscal,
subiendo ágilmente al patíbulo, sentándose en
el banquillo central, donde a poco espiraba,
diciendo antes al verdugo: ”.
Así concluía el relato de las ejecuciones, recalcándose que el
público asistente pertenecía en su mayoría a “las últimas clases
sociales”, lo que queda reflejado en “los pálidos semblantes”. La
información terminaba poniendo una nota de humor: “algun
desalmado de esos a quienes nada es capaz de imponer temor ni
respeto, (...) aprovechando el bullicio escamoteó la cadena del reló
a un caballero”.
Habiéndose quedado los cuerpos de los reos en el patíbulo, la
Hermandad se dirigió al Juez solicitándolos para darles cristiana
sepultura. Éste concedió su licencia para que fueran retirados a la
puesta del sol del día 8 de febrero, siendo trasladados luego a la
iglesia de San Julián, donde después de rezarse el oficio de difuntos
se condujeron al cementerio de San Miguel, quedando sepultados a
las 3 y media de la tarde del día 9 en el cuadro denominado de San
Julián. A este sepelio acudieron veinticuatro niños de la Casa de
843

Misericordia en vez de los doce pedidos, sin que se admitiera el
pago de los derechos, condonándolo a favor de los pobres. A raíz de
estas inhumaciones, la Hermandad acordó unánimemente que, en
adelante, los cadáveres de los reos se colocaran en cajas de madera
“de las mas humildes”. En la postulación efectuada con motivo de
las ejecuciones, se recaudó un importe de 12.372 reales, de los que
4.124 reales quedarían en fondo para los sufragios y honras
fúnebres de los reos en el mes de noviembre, resultando un sobrante
de 8.148 reales, de cuya suma ya se había invertido una cantidad en
gastos de capilla, bulas y misas. Considerándose que los
ajusticiados habían dejado esposas e hijos en la “mayor pobreza y
desamparo”, se aprobó que a cada familia se le entregara la cantidad
de 2.000 reales, constituyéndose una comisión, integrada por el
presbítero Rafael María Pérez, Fermín Alarcón Luján y Santiago
Carlos Molfino, que sería la encargada de distribuirla 185 .
Ilustración 97: Cementerio de San Miguel. Litografía de P. Poyatos [A.D.E.]
185 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 10 de marzo de 1876, fols. 243-249.
844

La Hermandad solicitó en 1876 del Cabildo catedralicio que,
como en tiempos del obispo Juan Nepomuceno Cascallana,
hermano que fue de la Corporación, se volviera a tocar la campana
de la Santa Iglesia Catedral cuando muriese un reo en el patíbulo.
Contestó a esta petición el deán Juan Nepomuceno López, también
hermano de la Santa Caridad, accediendo a lo pretendido, sirviendo
su lúgubre sonido para que los fieles encomendaran a Dios las
almas de los ajusticiados 186 . Las misas y sufragios por éstos se
celebrarían el día 27 de noviembre, citándose a la Hermandad e
invitando a los fieles a través de la prensa local para que asistieran a
este acto 187 .
Como el estado financiero de la Hermandad seguía siendo
precario a principios de 1877, varios sacerdotes y hermanos de esta
Corporación, José Moreno Masson, José del Rayo y José María
Pérez Ordóñez, se habían ofrecido para aplicar algunas misas por
los ajusticiados, dejando su estipendio en beneficio de la Casa-
hospital 188 .
Otro cometido de la Hermandad, aunque se salga del hilo
argumental que tratamos, era el servicio de silla de mano. Existe
una solicitud de 1876 presentada por el gobernador civil, Antonio
Candalija, en la que requería dicho servicio para que se trasladara a
un enfermo de la cárcel pública al hospital Civil 189 .
186
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 22 de abril de 1876, fol. 256.
187
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. nº 11, aa. cc. de 27 de octubre de 1876, fol. 318.
188
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. de actas nº 11, cabildo ordinario, 22 de enero de
1877, fol. 329.
189
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 1, lib. de actas nº 11, cabildo ordinario, 22 de abril de 1876,
fol. 261.
845

CAPÍTULO XVII:
FERMÍN ALARCÓN LUJÁN (1877/98)

1.- LA FAMILIA ALARCÓN
El devenir histórico de la Hermandad de la Santa Caridad
discurrirá, en la etapa comprendida entre 1877 y 1937, es decir
durante sesenta años, bajo el gobierno de una familia apellidada
Alarcón. Tres miembros de esta estirpe: Fermín Alarcón Luján,
Cristóbal Alarcón Manescau (hijo del anterior) y José Alarcón
Bonel (sobrino del primero), presidieron la entidad benéfica.
La vinculación de los Alarcón con la Hermandad del hospital
de San Julián arranca, según parece, con el ingreso de Cristóbal
Alarcón Mesa, el 28 de diciembre de 1828 1 . No obstante, y con
anterioridad a éste, hay inscrito en el libro de hermanos un tal
Francisco de Alarcón, el 9 de septiembre de 1696, del que no
podemos asegurar que fuese un antepasado 2 .
Cristóbal Alarcón Mesa, hijo de Cristóbal Alarcón Parrao
y de Cristobalina Mesa Río, se unió en matrimonio con Teresa
Luján Salcedo, hija de Fermín Luján de la Vega y de María Josefa
Salcedo Cárdenas. Ambos contrayentes eran naturales de Málaga 3 .
Nacieron de dicha unión, siete vástagos: José, Cristóbal,
Rafael, Fermín, Manuel, Josefa y Teresa.
Se trataba, pues, de una familia numerosa, que fue ampliando
el número de miembros a través de diversos enlaces matrimoniales.
Así, el primero de los nacidos, José Alarcón Luján, se
comprometió con Teresa Herrera Cardenal, natural de La Habana
1
A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 149 v.
2
Ibídem, fol. 52 v.
3
A.H.D.M. Leg. 599, pza. 1, lib. de bautismos nº 52 (1825/27), fol. 122 v.
849

(Cuba). El segundo, con María Aurora Bonel Villavicencio 4 . El
tercero, con Virginia Lengo Rico. El cuarto, con Adelaida
Manescau Ostman (también aparece escrito Hoffmann en otros
documentos). El quinto, con Celerina Castellote Hernández. La
sexta, con Sebastián Souvirón Torres. La séptima y última, con
Augusto Ruiz de la Herrán 5 .
Ciertamente, estos matrimonios produjeron la consiguiente
progenie: en el primero, vinieron al mundo tres hijos: Fernando,
Francisco y Juan Alarcón Herrera; en el segundo, dos hijos: José y
Cristóbal Alarcón Bonel; y en el cuarto, cinco: Cristóbal, Fermín,
María de los Remedios, José y Luis Alarcón Manescau 6 .
Desconocemos los descendientes de los del tercero, quinto, sexto y
séptimo, respectivamente.
La familia Alarcón, integrada por comerciantes, hombres de
negocios, abogados, médicos y escritores, tuvo un destacado peso
en la política, en la cultura y en el asociacionismo religioso y
benéfico de la sociedad malagueña del último tercio de la centuria
decimonónica y de las cuatro primeras décadas del siglo XX.
En la política se contaba con José Alarcón Parrao, hermano
de Cristóbal, que fue concejal del Ayuntamiento de Málaga; con
José Alarcón Luján, alcalde de la ciudad y diputado a Cortes por el
4 Deducimos por la información que damos a conocer en el epígrafe del “Jubileo de las
XL Horas” del presente capítulo, que contrajo segundas nupcias con Concepción
Trigueros.
5 A.M.M. Padrón municipal: Lib. 609, dto. 3 (1879), fol. 221; lib. 850, dto. 1, (1891),
p. 1 v. y 5 v.; vol. 1.009, dto. 1 (1900), fol. 173 v.; y vol. 1.393/1, dto. 1 (1922/23), fol.
90; A.H.D.M. Leg. 472, pza. 3, lib. de enterramientos nº 24 (1894/99), fol. 195 v.; La
Unión Mercantil, Málaga, 7 de agosto de 1898.
6 A.M.M. Padrón municipal: Lib. 609, dto. 3 (1879), fol. 221; vol. 1.009, dto. 1 (1900),
fols. 173 v. y 300; y vol. 1.393/1, dto. 1 (1922/23), fol. 90; A.H.P.M. Leg. 472, pza. 3,
lib. de enterramientos nº 24 (1894/99), fols. 3 v., 55 y v., y 300.
850

Distrito de Campillos; con Fermín Alarcón Luján, Cristóbal y
Fermín Alarcón Manescau, ediles de la Corporación municipal 7 .
En la cultura destacó Cristóbal Alarcón Bonel, miembro
fundador de la “Sociedad Admiradores de Cervantes”, articulista
en el periódico El Avisador Malagueño y en la revista Ecos de la
Juventud 8 .
En la adscripción a entidades cofrades sobresalieron Cristóbal
Alarcón Parrao, Fermín Alarcón Luján, Cristóbal Alarcón
Manescau y José Alarcón Bonel como priores de la Venerable
Orden Tercera de Siervos de María (Servitas), establecida
canónicamente desde el siglo XVIII en la iglesia parroquial de la
Santa Cruz y San Felipe Neri 9 .
En el asociacionismo benéfico destacó, aparte de los ya
mencionados en el párrafo anterior, José Alarcón Luján, al erigirse
en el artífice de una serie de obras encaminadas a velar por los
niños desamparados 10 .
Éstos eran, pues, los miembros que formaban la distinguida
familia Alarcón.
7 El Avisador Malagueño, Málaga, 15 de abril de 1851; CAFFARENA SUCH, A.,
“Malagueños ilustres: D. José Alarcón Luján”, Sur, Málaga, 10 de junio de 1967;
A.H.C.P. ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Registro de los Hermanos de la
Santa Caridad...”, tº III, inscripción nº 1.710; A.M.M. Lib. 275, aa. cc. de 18 de enero
de 1877, fol. 11, y lib. 291, aa. cc. de 1 de enero de 1893, fol. 1 v.
8 A.D.E. Caja 157, Biografía, leg. 59. La Sociedad de Admiradores de Cervantes
costeó el día 13 de mayo de 1877 una misa de réquiem por el eterno descanso de
Cristóbal Alarcón Bonel, que se celebraría en la capilla del cementerio de San Miguel
[El Avisador Malagueño, Málaga, 13 de mayo de 1877].
9 DÍAZ ESCOVAR, N. y SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, J., Recortes de la historia de
Málaga, Málaga, 1999, p. 24; A.H.C.P. ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L.,
“Registro de los Hermanos de la Santa Caridad...”, tº III, inscripciones núms. 1.710 y
1.974; Sur, Málaga, 19 de octubre de 1937. Para un mayor abundamiento sobre esta
Asociación religiosa, consúltese a: ANGUITA GALÁN, E. y ELOY-GARCÍA LEÓN,
J., Breve historia de los Servitas malagueños, Agrupación de Cofradías, Málaga,
2005.
10 A.M.M. Lib. 296, aa. cc. de 6 de mayo de 1898, fol. 86.
851

2.- APORTACIÓN BIOGRÁFICA
Fermín Alarcón Luján, como se ha reseñado, fue hijo de
Cristóbal Alarcón Mesa y de Teresa Luján Salcedo. Nació en
Málaga, en 1824, siendo bautizado en la parroquia de Santiago
Apóstol 11 . Debió criarse en el seno de una familia de fuertes
convicciones cristianas.
En el año 1848 se unió en matrimonio con Adelaida
Manescau Ostman, perteneciente por rama paterna a una familia de
nobles franceses de Bearne 12 , nacida en esta ciudad en el año 1828,
e hija de Juan y Rafaela. Trajeron al mundo cinco hijos: Cristóbal,
Fermín, María de los Remedios, José y Luis 13 .
Ejerció la profesión de comerciante 14 y residió en el nº 6 de la
calle Arriola, por lo menos en el año 1891 15 . Al margen de esta
ocupación, fue jefe de la Administración civil y concejal del
Ayuntamiento de Málaga 16 .
Ingresó en la Hermandad de la Santa Caridad el 2 de abril de
1857 y su mujer, en calidad de asociada, el 13 de junio de 1858 17 .
11 A.M.M. Padrón municipal: Sec. 150, dto. 3 (1842), p. 97; A.H.D.M. Leg. 472, pza.
3, lib. de enterramientos nº 24 (1894/99), fols. 55 y v.
12 GÓMEZ AMIÁN, A., Fermín Alarcón Luján: un empresario capitalista en la
Málaga de la segunda mitad del siglo XIX, Excma. Diputación, Málaga, 1991, p. 73.
13 A.M.M. Padrón municipal: Sec. 150, dto. 3 (1842), p. 97; A.H.D.M. Leg. 472, pza.
3, lib. de enterramientos nº 24 (1894/99), fols. 55 y v.
14 Para un mayor conocimiento sobre este empleo de Fermín Alarcón Luján,
aconsejamos la lectura de la obra de Aurora Gómez Amián.
15 A.M.M. Padrón municipal: Lib. 850, dto. 1 (1891), p. 5 v.
16 A.H.C.P. ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Registro de los Hermanos de la
Santa Caridad...”, tº III, inscripción nº 1.710.
17 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 154 v.
852

Ilustración 98: Fermín Alarcón Luján. Colección de Rafael Pérez-Cea Soto
Fue prior de la V.O.T. de Siervos de María y patrono de la
capilla del Santísimo Cristo del Perdón y de Nuestra Señora de los
Dolores, situada en la calle del Marqués 18 .
Solicitó del Ayuntamiento de Málaga en 1863 un terreno en
el cementerio de San Miguel para construir un panteón familiar 19 .
Dentro de los diferentes galardones y distinciones recibidos
destaca el nombramiento de Comendador de la Orden de Isabel la
Católica.
18
A.H.C.P. ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Registro de los Hermanos de la
Santa Caridad...”, tº III, inscripción nº 1.710; CAMINO ROMERO, A. y PALOMO
CRUZ, A. J., “Incertidumbre sobre el origen de la imagen de Nuestra Señora de los
Dolores del Puente”, La Saeta nº 19, Agrupación de Cofradías, Málaga, 1995, pp. 129-
131.
19
[En línea],
[consulta 17-5-2006]
853

Fue socio del Ateneo, del Círculo Mercantil y de la Sociedad
de Ciencias, entidades de reconocido prestigio en la sociedad
malagueña de la época 20 .
Su actividad pública le supondría participar activamente en
cuantos acontecimientos se desarrollaran en la urbe malacitana. Así,
formó parte de la comisión que recibió al obispo Manuel Gómez-
Salazar y Lucio-Villegas en la estación de ferrocarril de Málaga
en 1879, junto al Gobernador Civil, el Alcalde y una
representación de la Diputación Provincial, integrada por los
señores Solíer Pacheco, Pérez Torres (Antonio), Alarcón Luján
(Fermín) y García Asencio 21 .
Se integraría, asimismo, en una subcomisión creada dentro de
la Junta Organizadora de los actos de las Bodas de Oro de León
XIII en el año 1887, para reunir ornamentos y vasos sagrados que
se ofrecieran al Santo Padre como “celísimo promovedor de las
misiones entre los infieles” 22 .
Otra faceta de Fermín Alarcón Luján fue la defensa que hizo
de los intereses de Órdenes religiosas femeninas. Por la
documentación que obra en nuestro poder, conocemos dos casos.
El primero, trataba de reclamar en 1883 a la Academia de Bellas
Artes de San Telmo una talla de San Francisco, obra del escultor
Pedro de Mena y Medrano, que pertenecía a las monjas de San
Bernardo. Al ser expulsada la Comunidad y derribado el convento,
parece ser que algunos miembros de la Academia se sintieron
20
GÓMEZ AMIÁN, A., op. cit., pp. 74 y 75.
21
A.C.C.M. Boletín Oficial Eclesiástico del Obispado de Málaga nº 15, 13 de agosto
de 1879, pp. 193 y 140.
22
A.M.M. Sig. 39, Boletín Oficial Eclesiástico del Obispado de Málaga nº 1, 5 de
enero de 1887, p. 14.
854

impulsados a apropiarse de varios objetos artísticos procedentes de
este lugar, entre los que se pudo hallar la efigie del Seráfico Padre.
El retorno de las religiosas a la ciudad se produjo tras la
construcción de una nueva Casa en 1882, lo que motivó que el
mencionado prócer intercediera por ellas para la devolución de
dicha hechura 23 . Su colaboración se repetiría de nuevo en 1890.
En el segundo caso, los canónigos de la Catedral malacitana,
Manuel Ordóñez Marra y Juan de la Torre Olmedo, y él mismo
fueron los artífices de que la Comunidad de Clarisas regresara el
30 de diciembre, una vez erigido un nuevo convento, adosado a la
iglesia de Capuchinos. Éstas se ausentaron de Málaga por un
tiempo a causa de unos trastornos políticos que las obligaron a
marcharse a Ronda 24 .
Cuando estos acontecimientos se resolvieron, Fermín y su
mujer ya habían entrado en el ocaso de sus vidas. Tanto era así que
Adelaida Manescau Ostman, falleció a causa de una lesión
orgánica de corazón el 10 de febrero de 1895, a los 68 años de
edad 25 . Tres años más tarde, dejó de existir nuestro personaje a los
74. Eran las 6 de la mañana del día 4 de septiembre de 1898. El
parte médico indicaba que había sido víctima de una pericarditis 26 .
Al día siguiente de su muerte, se procedió al traslado del cuerpo
desde su domicilio situado en la plaza de Arriola nº 6 al cementerio
de San Miguel. El cortejo estaba formado por los hijos del finado,
23
A.B.A.S.T. Lib. nº 121, aa. cc. de 22 de diciembre de 1883, fols. 650-652.
24
A.M.M. Sig. 39, Boletín Oficial del Obispado de Málaga nº 3, 10 de febrero de
1890, p. 14. En la actualidad esta Comunidad religiosa es más conocida con el nombre
de la Divina Pastora.
25
A.H.D.M. Leg. 472, pza. 3, lib. de enterramientos nº 24 (1894/99), fols. 55 y v.
26
Ibídem, fols. 201 y v.
855

José y Cristóbal, por los hermanos del mismo, José y Manuel, así
como por numerosas personas entre las que se hallaba el alcalde
de la ciudad, Ramón María Pérez de Torres. En la capilla del
camposanto se oficiaron diferentes misas hasta procederse a darle
cristiana sepultura en el panteón familiar 27 , situado en la calle de
Todos los Santos 28 .
Ilustración 99: Panteón de la familia Alarcón [Foto: A.C.R.]
En el cabildo general de cuentas y elecciones, fechado el 5
de septiembre de 1898, el alcalde seglar moderno, Constantino
Grund Cerero, quien ejercía las funciones de presidente accidental,
27 La Unión Mercantil, Málaga, 6 de septiembre de 1898.
28 http://www.mundopopo.net/sanmiguel/panteonesinformacion.html
856

comunicó a los presentes la triste noticia del óbito de Fermín
Alarcón Luján, encontrándose el sillón que éste había ocupado en la
sala de juntas envuelto “con negro crespón”. Continuó haciendo uso
de la palabra Grund Cerero para expresar que:
“(...) a ninguno de los concurrentes les era
desconocida la desgracia que a todos abruma,
(...) la muerte de nuestro inolvidable y
queridísimo Hermano mayor, acaecida en la
mañana del día anterior” 29 .
Constantino Grund indicó sentirse obligado a dar cuenta de
tan terrible pérdida a la Corporación. En consecuencia, pidió a los
hermanos asistentes al cabildo que se levantase la sesión, se
recitasen por el capellán las preces acostumbradas (un responso en
sufragio por el alma del difunto) y se pasase la Junta de Gobierno
por el domicilio del finado con motivo de expresar las condolencias
a la familia. Finalmente, se acordó posponer el citado cabildo para
el día 14 de septiembre 30 .
La prensa de la época, concretamente el periódico La Unión
Mercantil, recogía la noticia de la muerte de Fermín Alarcón Luján
y la suspensión de la asamblea, que la Hermandad de Paz y Caridad
tenía prevista realizar, en señal de duelo 31 .
En la fecha mencionada más arriba, se celebró el cabildo, que
estuvo presidido por el alcalde eclesiástico antiguo, el presbítero
Vicente Castaño, y en el que Constantino Grund Cerero explicó
que, después de levantarse la sesión el día 5 de septiembre, los
29
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 4 de septiembre de 1898, fol. 125.
30
Ibídem, fols. 125-127.
31
La Unión Mercantil, Málaga, 6 de septiembre de 1898.
857

hermanos se desplazaron a la casa del difunto. Allí, fueron recibidos
por la familia Alarcón, a quien se expresó el profundo pesar que
embargaba a todos por tan irreparable pérdida del que:
“(...) fue celoso guardian y constante defensor
de los intereses de nuestros amados pobres,
cuya memoria será nuestro guiable en esta
Santa Casa, y que la Hermandad de Caridad
no podia por menos que hacer suyo el dolor
de su consternada familia; que a esta
manifestacion de sentido pésame correspondió
como de sus apenados hijos, Don Cristobal
Alarcon Manescau, por si y a nombre de la
misma, espresando en frases entrecortadas por
los sollozos que en actitud de la Hermandad
de Caridad y su noble proceder (...) y que si
algo meritorio habia verificado su velar Padre
en relacion a esta institucion benefica y sus
amados pobres, lo juzgaba con creces
compensando con el acto que la corporacion
realizaba” 32 .
El cofrade Juan Gutiérrez Bueno, que entendía insuficientes
las muestras de reconocimiento por la labor efectuada durante
tantos años en beneficio de los pobres de esta Casa, propuso que se
celebrasen en la iglesia de San Julián unos modestos funerales en
sufragio del alma del difunto hermano mayor, correspondiendo de
esta manera “(...) a lo mucho que en bien de esta Santa Casa
realizara (...)” 33 .
32
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 14 de septiembre de 1898, fols. 129 y
130.
33
Ibídem, fols. 130 y 131.
858

Todos los presentes acordaron, sin discusión ni
desavenencias, lo expuesto por Gutiérrez Bueno, fijándose el día 27
de septiembre, a las 10 de la mañana, para su celebración en dicho
templo. Además, se repartirían las papeletas mortuorias a los
hermanos de la Corporación y se invitaría a la solemne función
religiosa a los asilados de la Casa 34 .
También la Hermandad mandó colocar una inscripción en la
sala de cabildos con la siguiente leyenda:
Ilustración 100: Lápida conmemorativa [Foto: A.A.C.M.]
3.- COMPOSICIÓN DE LAS JUNTAS DE GOBIERNO
PRESIDIDAS POR FERMÍN ALARCÓN LUJÁN
En el cabildo general extraordinario del domingo, 25 de
mayo de 1877, el teniente de hermano mayor, Manuel Rubio
Velázquez de Velasco Rentero, anunciaba que tras presentar la
34 Ídem.
859

enuncia de sus cargos los componentes de la Junta de Gobierno el
día 22 del mismo mes:
“sin otro motivo para ello, que el largo tiempo
que llevaba de ocupar sus puestos, y por
consiguiente quedado sin dirección la
Hermandad, ocupaba aquel sitio interinamente,
mientras se verificaba la elección de los que
habian de sucederles” 35 .
Una vez transcurridos los tres días de la Pascua de
Pentecostés, fecha fijada en las Constituciones para la celebración
de las elecciones, se acordó admitir a la Junta Directiva la renuncia,
verificándose una elección directa interina hasta la Pascua del
Espíritu Santo del año 1878.
Se levantó la sesión por diez minutos para que los hermanos
deliberaran y transcurrido este espacio de tiempo, se procedió a la
siguiente designación: teniente de hermano mayor, Fermín Alarcón
Luján; alcalde eclesiástico antiguo, Manuel Ordóñez Marra; alcalde
seglar moderno, Fernando de la Macorra; fiscal, Rafael Gorría;
secretario 1º, Rafael José Navarro; secretario 2º, Juan Tejón
Rodríguez; tesorero, Felipe Neri Casado Reissig; contador, José
Díaz Reus; y prioste, Rafael María Pérez Herrera 36 .
Fermín Alarcón Luján tomó posesión del cargo de teniente
de hermano mayor el 8 de junio de 1877, bajo la presidencia de
Manuel Rubio Velázquez. Este último indicó que el objeto de la
reunión era que los hermanos nombrados por la Hermandad
35
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 27 de mayo de 1877, fol. 364.
36
Ibídem, fols. 364 y 365.
860

formaran la nueva Junta de Gobierno. Seguidamente, los oficiales
ocuparon sus asientos y Alarcón Luján leyó el siguiente manifiesto:
“Señores: Ni por mis muchas ocupaciones, ni
por mi inteligencia en la marcha administrativa
de estas Casas de Misericordia, que me es
completamente desconocida, sería yo
seguramente el llamado para ocupar el honroso
puesto que me habeis destinado, mucho menos
en el estado de apuros y angustias en que la
falta de recursos ha colocado á este Hospital.
Sin embargo lleno del mayor deseo y contando
siempre con la ayuda de nuestros hermanos voy
á ver si es posible sacarlo del estado angustioso
en que se encuentra; pero si á pesar de mi
esfuerzo y buena voluntad no lo consiguiera, yo
os dejaré este puesto de confianza para que lo
ocupe otro que llene en todas sus partes la
misión que representa. Al repetir las gracias por
el distinguido lugar que sin merecimientos me
habeis confiado, espero seguro vuestra
cooperación y asistencia al Hospital para que la
visita á los pobres y la fiscalización en la
marcha administrativa sea una verdad.
Prestarme, señores, pedir un voto de gracias
para los señores que nos han dejado sus puestos
y que por tantos años han desempeñado la
dirección de esta Casa, asi como para nuestro
dignísimo capellan que sus virtudes le hacen
acreedor á toda nuestra consideración” 37 .
En fechas posteriores, se abordó una cuestión referida a la
forma en que se denominaba al hermano mayor. El cofrade Emilio
Blasco preguntó a la presidencia la razón de por qué se llamaba a
aquél con el título de “electivo” en vez de “teniente de hermano
37 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 7 de junio de 1877, fol. 3.
861

mayor”, que era el que conocía. Se contestó que con el
nombramiento de los reyes de España, Isabel II y Francisco de Asís,
como hermanos mayores no le parecía conveniente usar el de
“teniente”, optando por llamarse “electivo”. Concluida la
explicación, se abrió un debate acordándose dejar el asunto para
una próxima ocasión 38 . Llegado ese momento, el hermano Miguel
José Navarro señaló que los Reyes eran sólo hermanos mayores
honoríficos, proponiendo que se usara el título de hermano mayor
sin otra particularidad. La concurrencia aprobó que, en adelante, se
designara al primero de los hermanos, como hermano mayor 39 .
Al cumplirse dos años de mandato, Fermín Alarcón hacía
balance de su gestión al frente de la Hermandad:
“Señores y queridos Hermanos: La
circunstancia de tener que ausentarme el dia
que se celebró el Cabildo general de Cuentas
me privó entonces de la satisfacción de dar á
Vds, como es de costumbre y debido, detalles
de la situación de la Casa, al concluir el
cometido de la Junta de gobierno que he tenido
el honor de presidir. Permitidme lo haga hoy
muy á la ligera.
No quiero, llamar vuestra atención sobre las
causas que originaron nuestro nombramiento en
1877 para regir interinamente esta Hermandad.
Hay sucesos que la Caridad manda que hasta
borremos de nuestra memoria y que nunca
debieran tener lugar en Sociedades cristianas.
Basta á nuestro propósito consignar que ni un
real se nos entregó para alimentar á nuestros
queridos pobres entonces, y aun hasta ahora no
hemos alcanzado de la anterior Junta ruido por
38 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 2 de junio de 1878, fol. 56.
39 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 16 de junio de 1878, fols. 73 y 74.
862

completo Cuentas de su administracion y varios
efectos, aunque para ello se han apurado
cuantos recursos teniamos, según nuestro
Criterio y la índole de nuestra Hermandad.
Desde el primer dia, pues, hicimos uso de la
Caridad particular de algunos hermanos,
desgraciadamente no puedo decir todos, para
llenar tan santa y apremiante obligación: pero
en la creencia de que no es justo que,
participando todos de los beneficios espirituales
concedidos á nuestra corporación y de la
calidad de hermanos, solo unos pocos fueran
los obligados á contribuir al sostenimiento de
nuestros amados pobres (...) Con el producto de
esta limosna, del uno por ciento de interes á que
el Gobierno ha reducido el correspondiente á
nuestras láminas, de la venta de las láminas
transferibles resultado de intereses liquidados,
algunos donativos y las especiales limosnas que
hace tiempo recibimos del Ilustre Colegio de
Abogados y otros, hemos conseguido no solo
sostener el establecimiento, sino tambien
aumentar tres estancias y cubrir gastos
extraordinarios como reponer varios efectos y
cubrir las costas originadas en ejecución
entablada contra esta Hermandad por el
panadero de quien se sirvió la anterior Junta
para el abastecimiento del Hospital.
(...) Cuando nos hicimos cargo de nuestros
puestos eran doce los pobres recogidos;
después han entrado otros doce; pero como
quiera que de todos han fallecido seis y por
distintas causas han salido tres, las estancias
actuales son quince que con cinco entre
sacristán, sirvientes, portero y costurera hacen
un total de veinte raciones diarias.
(...) En la Iglesia notables son los adelantos
debidos todos al innegable celo de nuestro
Prioste D[o]n Rafael M[aría]ª Perez. En ella
se dá hoy, como nunca, culto á Dios N[uest]ro
863

S[eñ]or y á sus Santos; siendo indudablemente
una de las particulares mas concurridas por los
fieles (...).
Las amarguras que produce el ejercicio de
nuestros Cargos y mas en momentos tan
azarosos como nos han tocado en suerte, nos
hizo comprender la inmensa urgencia de
reformar los antiguos Estatutos que nos rigen,
como estaba de antiguo acordado (...) y hoy se
encuentran en poder de la Superioridad para su
aprobación.
(...) No quiero causar mas vuestra benévola
atención con mayor razon cuanto que los demas
detalles que pudiera citar son, sin duda,
conocidos de todos” 40 .
En este período de tiempo, sólo se había producido la vacante
del fiscal en la Junta de Gobierno, Cristóbal Alarcón Manescau
sustituía a Rafael Gorría 41 . Sin embargo, Alarcón Manescau
ejercería poco tiempo el cargo ya que presentaría su dimisión por
incompatibilidad con el de vocal de la Junta Provincial de
Beneficencia. Le reemplazaría en este oficio José Garrido Burgos 42 .
Cumplidos otros dos años del gobierno de Fermín Alarcón
Luján, éste hacía un repaso de lo acontecido hasta entonces:
“Amados hermanos mios: Han transcurrido dos
años desde que, por un efecto de vuestra
benevolencia, nos cupo a cuantos componemos
la Junta de Gobierno la inmerecida honra de
vuestra confianza para a continuación del
desempeño de vuestros cargos en un nuevo
ejercicio. Natural consecuencia de esta lisonjera
40
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 28 de agosto de 1879, fols. 154-159.
41
Ibídem, fol. 160.
42
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 17 de noviembre de 1879, fol. 163.
864

distinción era que en el periodo reglamentario
nos hubieramos apresurado á rendir cuentas,
manifestando asi nuestro respeto á las
Constituciones y dejando que otros entraran
con tanto amor como nosotros y con nuevas y
mejores fuerzas á sostener y conseguir lo que
las nuestras, ya cansadas, no puedan; pero las
circunstancias han impedido hasta ahora la
realización de este nuestro vehemente deseo. Al
llegar esta época del año último nuestro
hermano Secretario 1º tenía un hijo y un
hermano tan gravemente enfermo que se
desesperaba de sus vidas; nuestro hermano
Secretario 2º se hallaba imposibilitado para
sustituirle á causa de las múltiples y perentorias
ocupaciones que consumen su tiempo; un grave
suceso referente á la anterior administración
robaba toda nuestra atención, fija en ver cómo
pudiera darsele solucion sin menoscabo de
nuestros amados pobres y en su armonía con la
Caridad, Norte de nuestra Asociación; y asi
transcurrió el tiempo, pasó oportuno y contra
nuestra voluntad cometimos la falta de no
llamaros á elecciones. He aquí, pues, la ingenua
confesión de un pecado de que yo me culpo en
primer término y desde ahora me resigno y
acato el fallo que nunca desmentida Caridad de
mis hermanos dicte asumiendo toda la
responsabilidad de los Señores que componen
la Junta” 43 .
Hasta el cabildo de elecciones del 30 de agosto de 1883, no
se produjo ningún cambio en la Junta de Gobierno. Ahora,
Constantino Grund Cerero se incorporaba como alcalde seglar
43 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 3 de julio de 1881, fols. 202 y 203.
865

moderno, ocupando el puesto del fallecido Fernando de la Macorra.
Tomó posesión del cargo el 18 de septiembre 44 .
A propuesta de Cristóbal Alarcón Luján se felicitó en 1884 al
capellán, Rafael María Pérez, por el estado de brillantez alcanzado
en el culto de la iglesia de San Julián “a fuerza de su celo y
eficacia” 45 .
Juan Luis Le Care sustituyó el 3 de marzo de 1888 como
contador a Antonio Díaz García, quien se hallaba gravemente
enfermo. El nombramiento se efectuó con carácter interino, hasta
la celebración de unos nuevos comicios 46 .
Ilustración 101: Retrato del obispo Manuel Gómez-Salazar y Lucio-Villegas
[MONDÉJAR CUMPIÁN, F., Obispos de la Iglesia de Málaga, Cajasur, Córdoba, 1998, p.
351]
El fallecimiento del capellán Rafael María Pérez obligó a
reunir a la Corporación con carácter extraordinario el 16 de julio de
44 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 30 de agosto de 1883, fol. 286; y aa.
cc. de 18 de septiembre de 1883, fol. 290.
45 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 22 de diciembre de 1884, fol. 346.
46 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 3 de marzo de 1888, fol. 5.
866

1888 47 . Reunidos los hermanos, se vieron tres solicitudes
presentadas y procedieron a la votación de los aspirantes,
recayendo la elección en Antonio Castelló Salazar. Seguidamente,
se le llamó para que entrara en la sala de reuniones y allí: “espresó
con sentidas frases su gratitud y propósito de desempeñar el cargo
bien y fielmente con la ayuda de Dios” 48 . La secretaría de la
Hermandad comunicó por oficio este nombramiento al obispo de la
diócesis malacitana, Manuel Gómez-Salazar y Lucio-Villegas, a fin
de que concediera el título de capellán de la iglesia de San Julián 49 .
La Junta de Gobierno quedó constituida para el ejercicio
1890/91 como se expresa: hermano mayor, Fermín Alarcón Luján;
alcalde eclesiástico antiguo, Manuel Ordóñez Marra; alcalde seglar
moderno, Constantino Grund Cerero; contador, Juan Luis Le Care;
tesorero, Felipe Neri Casado Reissig; fiscal, José Garrido Burgos;
secretario 1º, Rafael José Navarro; secretario 2º, Juan Tejón
Rodríguez; y prioste, Antonio Castelló Salazar 50 .
Una vez ratificada la nueva Junta por los hermanos asistentes,
se acordó felicitar al capellán, Antonio Castelló, por el:
“brillante estado tanto de la iglesia, como del
Hospital, debido al asiduo cuidado, actividad y
acierto del espresado Padre en el desempeño de
su cometido (...)” 51 .
El 30 de mayo de 1892, fueron nombrados interinamente
alcalde eclesiástico antiguo, Vicente Castaño, y contador, Jerónimo
47
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 9 de julio de 1888, fols. 6 y 7.
48
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 16 de julio de 1888, fol. 9.
49
Ibídem, fols. 9 y 10.
50
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 25 de agosto de 1890, fol. 25.
51
Ibídem, fol. 26.
867

Rubio Alarcón. El primero, por el fallecimiento de Manuel Ordóñez
Marra y, el segundo, por ausentarse Juan Luis Le Care de nuestra
ciudad 52 . En ese año, se efectuaron algunos cambios provisionales
en la composición de la Directiva. Así, Jerónimo Rubio Alarcón,
que había desempeñado el oficio de contador, pasaba a ser
secretario 1º tras la muerte de Rafael José Navarro. Y José Alarcón
Bonel, asumía el cargo de contador 53 . Posteriormente, fueron
declarados hermanos honoríficos José Moreno Masson, Vicente
Pontes Cantelar y Juan Hurtado, los dos primeros por su jerarquía
eclesiástica y el tercero por encontrarse enfermo 54 .
Guillermo Rein Arssu fue nombrado secretario 2º el 21 de
mayo de 1894, por el óbito de Juan Tejón Rodríguez 55 .
En el período comprendido entre 1894 y 1897, se mantuvo
la misma Junta Directiva por expreso deseo de los hermanos 56 .
4.- EL ASILO DE SAN JULIÁN
4.1.- Los asilados y las visitas al establecimiento hospitalario
Cuando Fermín Alarcón Luján fue elegido hermano mayor en
1877, el hospital tan sólo contaba con 12 pobres. Dos años más
52 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 30 de mayo de 1892, fols. 29 y 30.
53 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 7 de julio de 1892, fol. 34.
54 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 11 de agosto de 1892, fol. 37. El
primero, se convirtió en Arzobispo de Granada y el segundo, en Obispo de la diócesis
Guadix-Baza.
55 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 21 de mayo de 1894, fol. 74.
56 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 24 de agosto de 1894, fols. 87 y 88;
aa. cc. de 28 de agosto de 1895, fol. 96; y aa. cc. de 20 de agosto de 1896, fol. 104.
868

tarde, el número había aumentado hasta 24 57 , si bien a la hora de
confeccionarse el Padrón municipal, realizado en noviembre de
1879, figuraban 17, además de las personas que prestaban su
servicio a la Hermandad, como eran el capellán, Francisco Florín
Delgado; el sacristán, Rodrigo Marín García; dos criados y el
portero, con su mujer e hijo 58 .
La Hermandad decidió, en el verano de 1882, que no se
cubrieran las bajas producidas ya que se gastaba más de lo que se
ingresaba, originado por la subida de los artículos de primera
necesidad. No obstante, y una vez que el número de estancias
quedara reducido al que permitieran las arcas, se procedería al
ingreso de nuevos pobres 59 .
En la primavera del año siguiente, el hermano mayor
pronunció las palabras que se citan:
“era tan buena la salud de nuestros amados
hermanos los pobres que no había ocurrido baja
alguna desde que indicó la necesidad de no
cubrir las vacantes hasta que la Hermandad se
desahogase de sus atrasos” 60 .
Por ese mismo tiempo, se concedió a un sacerdote la casa que
había sido habitada por el capellán, con objeto de que auxiliara a los
asilados y obtuviera limosnas con las que admitir dos pobres 61 .
57 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 28 de agosto de 1879, fols. 156 y 157.
58 A.M.M. Padrón municipal: Lib. 609, dto. 3 (1879), fols. 159 y v.
59 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 7 de agosto de 1882, fols. 243 y 244.
60 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 5 de abril de 1883, fol. 270.
61 Ídem.
869

Un caso curioso fue el de un pobre, conocido por “el
hermano Carmona”, que estuvo asilado en este Centro y que se
marchó con las monjas filipenses de San Carlos. Transcurrido un
tiempo, se presentó de nuevo, argumentando que no tenía lugar
donde guarecerse, permitiéndole la Hermandad, en ese momento, la
estancia provisional. Luego, la hizo permanente.
Pese a estar el cupo de internados completo, la Hermandad
no dejaba de recibir solicitudes, como las presentadas por José
García Rico y Andrés Aguilera Panadero. Éstas pasaron a poder del
capellán para que cuando hubiese alguna vacante entraran en el
turno 62 .
Al parecer, en 1888, la economía de la Hermandad fue
mejorando gracias a las entradas de efectivos. Este hecho supuso
aumentar las estancias en el hospital hasta 24, número de camas
existentes. El incremento de albergados, como es evidente, supuso
la compra de:
“cuatro docenas de tohallas; cuatro de
servilletas; cinco de pañuelos; dos piezas
Lienzo de colchones; tres piezas de mezcla; tres
Relores [sic] y siete de Muselina morena, cuyo
costo total según cuenta á la vista de la Casa de
los Señores Larios era de quinientas cuarenta y
cuatro pesetas” 63 .
Los hermanos Eugenio Ximénez y Cristóbal Alarcón
Manescau propusieron el 21 de mayo de 1894, que se realizara una
62
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 30 de mayo de 1883, fols. 273 y 274.
63
Ibídem, fols. 3 y 4.
870

suscripción voluntaria para el aumento del número de pobres, pero
al no permitirlo los Estatutos, se decidió la constitución de una
comisión que estudiara el proyecto. Esta iniciativa, finalmente, no
cuajaría 64 .
Además del cuidado de los asilados, la Junta de Gobierno
estaba obligada por Estatutos a visitar diariamente el hospital de
San Julián. Para ello, se formaban turnos de 15 días, compuestos
por tres miembros, incluido un médico 65 .
También, y por parte de la ciudadanía, se podía visitar el
establecimiento “a horas convenientes”, durante los días 28
(festividad de San Julián) y 29 de enero, respectivamente 66 .
4.2.- Cesiones y alquileres de dependencias
La Hermandad de la Caridad cedió al Ayuntamiento, en la
segunda mitad del siglo XIX y en repetidas ocasiones, un local del
edificio para que se usara como colegio electoral. Así, en Cabildo
municipal, de 27 de marzo de 1879, se procedió a la designación de
sedes, entre las que se hallaba San Julián, para las elecciones a
Diputados a Cortes y Senadores, que habrían de celebrarse las
primeras, el 20 de abril, y las segundas, el 24 del mismo mes 67 .
Unos días más tarde, se recibió un oficio del alcalde de la ciudad,
José Alarcón Luján, solicitando la cesión de una sala para dichas
elecciones. La Hermandad acordó responder afirmativamente pero
64 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 21 de mayo de 1894.
65 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 14 de junio de 1877, fol. 7.
66 El Avisador Malagueño, Málaga, 28 de enero de 1877.
67 A.M.M. Lib. 277, fols. 77 v. y 78.
871

haciendo hincapié del “trastorno que esto produce en el
establecimiento y la consecuencia de que en lo sucesivo se evite
semejante compromiso” 68 . Sin embargo, este deseo manifiesto no se
pudo cumplir, ya que se tuvo que ceder a las peticiones efectuadas
en los años 1881, 1883, 1884 y 1886, respectivamente 69 .
También por estos años, el médico Miguel Segura propuso a
la Hermandad establecer en la Casa un departamento para la
curación de enfermedades oculares 70 . Tras ser estudiada esta
posibilidad por los hermanos, se sometió a votación, arrojando el
siguiente escrutinio: 13 votos a favor y 5 en contra 71 . Sin embargo,
esta iniciativa no se llevó a la práctica porque el facultativo que iba
a ponerse al frente del mismo enfermó 72 .
Una Institución que abandonaba unas dependencias del
edificio, era el Ilustre Colegio de Abogados 73 , que trasladaba su sala
de juntas a un local del edificio de la Audiencia de Justicia, cedido
por la Corporación municipal 74 .
Otro uso fue el que efectuó un miembro de la Hermandad,
exactamente Juan Hurtado Quintana, al ocupar un portal del
hospital de San Julián sin pagar nada a cambio. Se le comunicó que
68
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 14 de abril de 1879, fols. 109 y 110.
69
A.M.M. Lib. 279, fol. 237 v.; lib. 281, fol. 62 v.; lib. 282, fol. 83; y lib. 284, fol. 64
v.
70
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 17 de enero de 1879, fol. 78.
71
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 10 de marzo de 1879, fols. 86 y 87.
72
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 28 de agosto de 1879, fols. 158 y 159.
73
El Ilustre Colegio de Abogados de Málaga se fundó, una vez obtenido el Real
Despacho de Su Majestad y del Real Supremo Consejo de Castilla el 7 de agosto de
1776, el día 9 de octubre de ese año en la nueva sacristía de la parroquia de los Santos
Mártires Ciriaco y Paula [A.D.E. Caja 48, leg. 5, ACTA de fundación del ILUSTRE
COLEGIO DE ABOGADOS DE MÁLAGA verificado en 9 de octubre de 1776, y
noticia del SELLO original de su matrícula, que ofrecen a sus amigos ALFONSO
CANALES & RAFAEL LEON, Doctores en Derecho, Málaga, 1969, p. 7].
74
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 17 de julio de 1883, fol 279; A.M.M.
Lib. 281, aa. cc. de 28 de abril de 1883, fol. 71 v.
872

si no efectuaba la entrega de una limosna, dejara libre dicho lugar
para ofrecérselo a otros interesados 75 .
Por último, la Hermandad acordó dar por concluida la
actividad de un almacén de drogas, situado en el edificio, a fin de
evitar el peligro que las materias contenidas pudieran ocasionar a
los pobres asilados 76 .
4.3.- Rehabilitación del edificio
El mal estado del tejado del edificio por la parte de la calle
Canasteros, motivó que la Hermandad interviniera con rapidez en
1879. Aprovechando esta reparación, se acordó el limpiado y el
arreglo de un almacén-sótano del patio interior, incluso que se
abriera una puerta que comunicara con la referida calle 77 .
La humedad que afligía a diversas partes de la Casa, obligó
a que se blanqueara y reparara ésta y la iglesia en 1884 78 . Este
estado empeoró a consecuencia del terremoto producido el 25 de
diciembre del citado año, causando importantes daños en el
templo 79 .
Las actas capitulares de la Hermandad dan buena cuenta de la
realización de:
“las obras á que dieron motivo los desperfectos
ocurridos por los terremotos se llevaron á
debido efecto, habiendo incorporado unos seis
75 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 17 de julio de 1883, fol. 279.
76 La Unión Mercantil, Málaga, 13 de diciembre de 1891.
77 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 17 de noviembre de 1879, fol. 162.
78 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 22 de diciembre de 1884, fol 345.
79 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 20 de enero de 1885, fol. 348.
873

mil Reales: que habia solicitado de nuestro
Prelado se indemnizara á la Hermandad de esta
perdida tenia fundadas esperanzas de que se
conseguiria” 80 .
Tras un período de espera, el obispo Manuel Gómez-Salazar
entregó los 6.000 reales que la Hermandad empleó en trabajos
de reparación 81 .
También los altares de la iglesia de San Julián fueron objeto
de atención por parte de los hermanos de la Caridad. Las malas
condiciones del de San José aconsejó su reparación en 1888 82 . En
ese mismo año, se procedió a solar el templo, siendo sustituido el
antiguo enladrillado 83 .
Finalizando el mandato de Alarcón Luján se invirtieron
12.935,61 pesetas en la reparación del edificio. La Hermandad
encomendó al arquitecto Tomás Brioso Mapelli la redacción del
proyecto 84 . Mientras se terminaban de concretar los últimos puntos,
Tomás Brioso llamaba la atención de los directivos por las
últimas lluvias que habían afectado al edificio. A tenor de la
gravedad, se acordó la confección de un presupuesto extraordinario
y que se le escribiera al gobernador civil, Salvador Solier Pacheco,
para que diera la autorización del inicio de las obras 85 .
Recogemos un informe en el que se detalla el estado del
inmueble y las actuaciones emprendidas para paliar el mal estado:
80
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 18 de enero de 1886, fols. 351 y 352.
81
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 22 de febrero de 1886, fol. 355.
82
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 3 de marzo de 1888, fol. 4.
83
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 16 de julio de 1888, fol. 10.
84
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 4 de septiembre de 1897, fol. 111.
85
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 2 de noviembre de 1897, fols. 116 y
117.
874

“Bien consta a la Hermandad las obras de
reparos de relativa cuantia, que de
Nov[iembr]e. [1897] a Marzo [1898], se han
realizado en n[ues]tra. Santa Casa; obras de tan
reconocida y urgente necesidad, que de no
verificarse ciertamente bien provisto se
hubiesen dejado sentir sus funestos efectos,
pues el edificio se hallaba en peligro de
inminente ruina. Acordado que fue por la
Hermandad en Cabildo de 4 Set[iembr]e. del
año anterior p[róximo]p[asa]do. [1897] la
ejecución de las repetidas obras, se encargó al
Arquitecto Municipal D[o]n. Tomas Brioso la
dirección facultativa de las mismas, y a este
fin hizo sus estudios necesarios, formuló
presupuestos, que después hubo de renovar,
para ajustarse á disposiciones de la Junta de
Beneficencia, y en el trascurso de las obras,
inspeccionaba los trabajos, diariamente, dictaba
sus instrucciones y vigilaba sin cesar el mas
exacto cumplimiento de ellas (...), sin el
estimulo del lucro, fines desde sus principios
significa su propósito de no haber de interesar
honorarios ni retribución alguna, prestando a
la Corporación sus servicios tan solo por
respeto á la misma y amor a n[ues]tros amados
pobres” 86 .
4.4.- Alojamiento en el inmueble
El Ayuntamiento solicitó mediante un oficio fechado en 1877
de la Hermandad de la Caridad, la admisión de un grupo de
ancianas en el establecimiento que regentaba, dado que el edificio
donde éstas se encontraban iba a ser derribado. Se abrió un debate
en el seno de la Hermandad y tras la consulta de las Constituciones,
86 A.H.D.M. Leg. 75, pza. 1.
875

se vio que no permitían tal ingreso, por lo cual se denegó lo
solicitado, haciéndose constar en un escrito el sentimiento que esta
resolución causaba 87 .
Sin embargo, la actitud de la Junta de Gobierno con respecto
al recrudecimiento de la guerra en el norte de África, obligó a ésta a
citar a los hermanos el 23 de octubre de 1893, para tratar sobre los
sucesos que se estaban viviendo en la ciudad de Melilla. Antes de
que hubiese un pronunciamiento por parte de las autoridades
políticas militares, se leyeron los acuerdos adoptados en los
conflictos de los años 1859, 1860 y 1861.
No obstante, y en vista de la apretada situación económica, se
acordó ofrecer en cuanto hubiese una petición oficial, solamente el
hospital y la asistencia corporal y espiritual 88 .
Para que la Junta de Gobierno presentara su propuesta, fue
necesario convocar un cabildo con carácter extraordinario, a fin de
conocerse la opinión de los hermanos en relación a ese asunto:
“La Hermandad de Caridad ante las tristes
circunstancias con motivo de la guerra ya
iniciada en los campos de Melilla, ¿se puede
considerar obligada por deber de patriotismo, y
con el fin laudable de ejercer esa virtud
eminente de la Caridad cristiana, que es su
lema principal, á ofrecer su casa Hospital para
la curación de heridos militares de la clase de
oficiales? En caso afirmativo ¿cuenta esta
Corporacion con recursos propios para sufragar
por sí los gastos extraordinarios que origine la
instalación y sostenimiento de un Hospital de
87 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 14 de junio de 1877, fol. 6.
88 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 23 de octubre de 1893, fols. 54 y 55.
876

Sangre, cuya duración de tiempo no es posible
precisar? Y constando, como realmente consta
á la Corporacion, los medios bien exigidos de
que dispone para el sostenimiento de sus
pobres, que es el fin principalísimo de su
institucion, ¿puede distraer estos y barrenar sus
constituciones, en otras manifestaciones,
aunque dentro del ejercicio de la misma virtud
de la Caridad desatendiendo á sus pobres
asilados? Y habiendo de recurrir á cuestacion
pública, único medio a ser posible de llevar á la
práctica tan levantado pensamiento, ¿se cree ser
realizable el proyecto, atendido el estado de
penuria porque todos atravesamos y lo
castigadas que estan todas las clases de la
Sociedad? 89 .
Tras oírse los distintos testimonios, siempre llevados por el
mejor deseo en bien de la Patria, se acordó ofrecer algunas salas del
edificio para hospital de sangre con destino a los oficiales heridos.
También se nombró una comisión compuesta por los médicos
de la Corporación para que visitaran el hospital y dictaminaran
acerca de las condiciones higiénicas, con objeto de que resolvieran
lo más favorable para los asilados 90 .
Después de esta inspección, se verificó que los dormitorios
de los pobres estaban en buenas condiciones para instalar el hospital
de sangre, donde se pudiera acoger a unos treinta heridos. Los
asilados serían acondicionados en la sala de juntas y en las
dependencias que, en el segundo patio, ocupó el Colegio de
Abogados.
89
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 30 de octubre de 1893, fols. 58 y 59.
90
Ibídem, fols. 60, 61 y 62.
877

Una vez estuvo todo preparado, se giró una visita
institucional al alcalde accidental, Fernando Camino Segundo, para
entregarle un:
“(...) atento y espresivo oficio en el que se
hiciera constar la resolución patriótica de la
Hermandad, deplorando que la oferta de esta
Corporacion hubiera de limitarse al local para
la instalacion del Hospital de Sangre por
cuenta y á cargo del Estado ó Corporacion que
lo aceptase ofreciéndose la Hermandad á la
asistencia personal y espiritualidad de los
heridos y á facilitar la medicacion necesaria por
parte del Farmaceutico D[o]n Felix Perez
Souviron que así su vez lo ha ofrecido á la
Hermandad, pues los limitados recursos de que
ésta dispone para el sostenimiento de sus
pobres no le consentían otro género de
sacrificios” 91 .
En el acta de la sesión plenaria del 10 de noviembre de 1893,
está anotada el escrito que transcribimos literalmente:
91 Ibídem, fol. 65.
“Hermandad de la S[an]ta. Caridad de
N[uestro]. S[eñor]. J[esu]. C[risto]. = San
Julian = La Hermandad de Paz y Caridad de
esta Ciudad que tiene á su cargo el Hospital de
San Julian, en Cabildo g[ene]ral. Extraordinario
celebrado el 30 del p[róximo] p[asad]o., a
impulsos de acendrado amor a la Patria, ante
las tristes circunstancias que á todos afecta, con
motivo de la guerra ya iniciada en los campos
de Melilla, y ansiosa de ejercitarse en la virtud
eminente de la caridad cristiana, emanación de
Dios; ha acordado ceder los espaciosos salones
878

dormitorios de sus pobres asilados para instalar
en ellos un Hospital de Sangre con destino a los
S[eño]res. Oficiales de nuestro valiente Ejército
que resulten heridos en campaña, con
capacidad suficiente para treinta camas; y á
mas la asistencia personal y espiritual de los
que forman parte de esta benéfica Corporación,
juntamente con la facultativa de los S[eño]res.
Médicos de la misma y por último con la
medicación necesaria que ofrece á esta
Hermandad, para fin tan loable el Farmacéutico
de esta Capital D[o]n. Félix Pérez Souvirón =
Bien quisiera esta Hermandad hacer extensiva
su oferta al completo y absoluto sostenimiento
del citado Hospital de Sangre, pero á ello se
opone la carencia de recursos pecuniarios, pues
con los escasos con que cuenta, apenas si
alcanzan á cubrir las atenciones mas perentorias
de sus asilados; y esta Hermandad de Caridad
vería con especial complacencia que el
Exc[elentisi]mo. Ayuntamiento de la digna
presidencia accidental de V[uestra].S[eñoria].
tomara á su cargo el referido Hospital de
Sangre. = Lo que en nombre de esta
Corporación tengo el honor de participar á
V[uestra].S[eñoria]. para su conocimiento en
espera de su superior resolución = Dios
gu[ard]e. á V[uestra].S[eñoria]. m[ucho]s.
a[ño]s. = Málaga 4 Noviembre 1893 = Por el
Hermano Mayor = El Alcalde Seglar =
Constantino Grund = El Secretario =
G[erónimo]. Rubio = S[eñ]or. Alcalde
accidental del Exc[elentisi]mo. Ayuntamiento
de esta Capital” 92 .
Después de la lectura, el Ayuntamiento “por aclamación y
unánimemente” aceptó “el nobilísimo y generoso ofrecimiento”
92 A.M.M. Lib. 291, fols. 213 v. y 214.
879

ealizado por la Hermandad de la Santa Caridad. Las salas se
utilizarían en el caso de que las necesidades lo hicieran preciso,
instalando un hospital de sangre para los jefes y oficiales del
Ejército. Días más tarde, se recepcionó en la secretaría de la
Hermandad un oficio del Consistorio, agradeciendo el acuerdo
adoptado por dicha Asociación piadosa 93 .
4.5.- Petición de la Congregación de Madres de Desamparados
La Congregación Caritativa de Madres de Desamparados se
dirigió a la Junta de Gobierno en 1884, manifestando su deseo de
entrar al servicio de la Hermandad para hacerse cargo del hospital
de San Julián. Cuando este asunto se trató en cabildo de 9 de junio
de ese año, quedó patente el desagrado de los hermanos por las
condiciones que exigían las religiosas, que no eran otras que
hacerse cargo de la dirección y administración. De todos modos, la
citada asamblea carecía de facultades para decidir lo que era más
conveniente para la Hermandad, por lo que se convocó una
extraordinaria 94 . Ésta se celebró dos semanas más tarde. En ella, se
constituyó una comisión encargada de estudiar la propuesta, a todas
luces inviable 95 . En la del día 3 de julio, se dilucidó lo que
exponemos seguidamente:
“(...) habiéndose reunido la comisión nombrada
para estudiar é informar respecto á la
conveniencia de admitir la proposición de las
93
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 20 de noviembre de 1879, fol. 73.
94
Ibídem, fol. 302.
95
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 23 de junio de 1884, fol. 304.
880

Madres de Desamparados, se dividió la opinion
de los comisionados formando mayoria y
minoria y por consecuencia se procedió a la
lectura por el órden indicado de los respectivos
dictamenes que se unen originales al presente
acta para que formen parte integrante de ella.
Acto continuo el Hermano Mayor entregó al
Secretario y este leyó un oficio autorizado por
Sor Magdalena del S[agrado]. C[orazón]. de
Jesús Bravo, Asistenta, por autorización de la
Superiora General de las Madres de
Desamparados manifestando que teniendo
entendido habian surgido diversidad de
pareceres en la Hermandad y no queriendo ellas
ejercer su caritativo ministerio suio mediante
unanimidad de pareceres y espiritu, daban por
retirada su proposición interin subsista y se
signifique tal discordancia” 96 .
A la vista de lo reflejado, se dio por concluido el asunto al
provocar desavenencias internas 97 .
5.- LAS FUNCIONES RELIGIOSAS EN LA IGLESIA DE
SAN JULIÁN
5.1.- Hermandad de la Santa Caridad
5.1.1.- La fiesta de San Julián
En el cuadro que se reproduce a continuación, facilitamos la
identidad de los celebrantes de la fiesta litúrgica de San Julián:
96 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 3 de julio de 1884, fols. 306 y 307.
97 Ibídem, fols. 308 y 309.
881

TABLA 49
AÑO PREDICADOR
1878 Gregorio Naranjo Barea, canónigo de
la Catedral
1879 Ídem
1880 ---
1881 ---
1882 ---
1883 ---
1884 Gregorio Naranjo Barea
1885 Suspendida en la iglesia por los daños
causados por el terremoto de 1884
1886 ---
1887 ---
1888 Francisco Hidalgo Maldonado,
coadjutor de la parroquia de los
Santos Mártires
1889 Juan Álvarez Troya, secretario del
Obispo
1890 Tomás Jiménez del Río, presbítero,
doctor en Sagrada Teología y
catedrático del Seminario Conciliar
1891 ---
1892 José Maldonado, licenciado en
Sagrada Teología y catedrático del
Seminario Conciliar
1893 Juan de la Torre Olmedo, canónigo de
la Santa Iglesia Catedral
1894 ---
1895 ---
1896 ---
1897 ---
1898 José Jiménez Camacho, canónigo
lectoral de la Catedral 98 .
98 Información recabada de las actas de la Hermandad de la Santa Caridad (años: 1878,
1879, 1884, 1885 y 1886), de los periódicos El Avisador Malagueño (años: 1878,
882

Podemos hacernos una idea, gracias a la descripción realizada
por el periódico La Unión Mercantil, de la magnificencia revestida
en la festividad de San Julián y del ágape ofrecido a los pobres
asilados al término de la solemne función religiosa. Hemos
escogido las crónicas, a nuestro juicio con mayor profusión de
detalles, de los años 1890 y 1898, respectivamente.
En la primera de ellas se decía lo siguiente:
“La festividad de ayer fué celebrada en el Asilo
de San Julian con la esplendidez que
corresponde á la digna Sociedad á cuyo cargo
corre dicho establecimiento benéfico.
La funcion religiosa ha sido suntuosa, oficiando
lucida orquesta bajo la direccion del reputado
profesor D. Diego del Pino, y el sermón
panegírico de San Julian á cargo del señor
doctor D. Tomas Gimenez, catedrático del
Seminario, digno de todo elogio por la
profundidad de conceptos y erudicion con que
desarrollara el plan propuesto.
A la una dio principio la comida extraordinaria
que la hermandad de Caridad ofrecia á los
asilados, siendo presidida la mesa por nuestro
venerable Prelado, acompañado del S[eño]r. D.
Manuel Ordoñez Marra, canónigo, y del
S[eño]r. Fermin Alarcon Lujan, celosisimo
hermano mayor de la citada corporacion,
siendo servidos los pobres por distinguidas
señoras y señoritas que no es fácil recordar,
pero podemos citar las de Gomez, Gabrieli,
Casado, Herrera Fajardo, Garcia, Lirio y los
S[eño]res. don Felipe N[eri]. Casado, D.
Gerónimo Rubio, Huelin y otros y los
presbíteros D. Antonio Molina, D. Vicente
1884 y 1886) y La Unión Mercantil (años: 1888, 1889, 1890, 1892, 1893, 1894 y
1898), y de la revista Malagueña (1890).
883

Castaño y el digno capellan del asilo nuestro
respetable amigo D. Antonio Castillo.
La mesa estaba bien, la comida abundante y la
concurrencia apiñadísima, se ofrecieron ramos
de violetas á las señoras y señoritas que habian
asistido al acto, y uno de los asilados recitó
espresiva poesía con acento conmovido que
impresionó á todos los concurrentes que
dirigieron sus plácemes á los dignos individuos
que forman la hermandad de San Julian, y á los
cuales unimos los nuestros” 99 .
Y en la segunda se recogía así:
“La iglesia ofrecia un hermoso aspecto y
revelaba la asiduidad cariñosa que la consagra
su digno capellan D. Antonio Castelló.
Gran número de luces embellecían el altar
mayor y las Capillas y habian sido distribuidas
las palmas y las flores con prodigalidad para
formar un hermoso conjunto.
La efigie del santo ocupaba un altar portátil
elegantemente decorado.
Regalaron magnificos ramos la señora de
Chacon, la condesa del Castillo de Cuba, las
S[eño]r[i]tas. Trinidad Heredia y Ramona
Solier y D. Guillermo Rein.
A las ocho de la mañana administró la
Comunión a los pobres ancianos el presbitero
D. Juan Garcia Benitez y concurrieron al acto
los señores Fermin Alarcón, (hermano mayor
de la Paz y Caridad), D. Felipe N[eri]. Casado,
D. Constantino Grund y otros.
La funcion tuvo efecto á las diez, celebrando la
misa don Jerónimo Villalva, asistido de D.
Francisco Palomo y D. Miguel Espíldora y fue
oficiada por la orquesta que dirigen los señores
Pino y Gutiérrez.
99 La Unión Mercantil, Málaga, 29 de enero de 1890.
884

El S[eño]r. D. Jose Giménez Camacho,
canónigo Lectoral, hizo el panegírico y cumplió
de manera brillante su cometido.
Constitutivo de la fiesta de ayer se sirvieron a
los pobres de San Julian almuerzo y comida
extraordinarios.
El primer consistió en sopa, huevos, chocolate
y biscochos, y la segunda se compuso de sopa
de pasta, cocido, carne en estofado, pescada,
postres, dulces, vino, cigarros y café” 100 .
Ahora damos cuenta de las novenas dedicadas a San Julián
durante este período. Las noticias han sido recabadas de la prensa y
de las actas capitulares de la Hermandad:
Tabla 50
FECHA NOTICIA
1878 ---
1879 ---
1880 ---
1881 ---
1882 ---
1883 ---
1884 ---
1885 ---
1886 Se decidió imprimir la novena de San
Julián
1887 ---
1888 Celebración de la novena en honor
del santo, del 20 al 28 de enero
1889 Novena del 21 al 29 de enero
1890 La novena se inició el 20 y concluyó
el 28 de enero. El Obispo asistió a la
comida obsequiada a los asilados en
la fiesta del santo
1891 ---
1892 Se celebró novena
100 El Avisador Malagueño, Málaga, 29 de enero de 1898.
885

FECHA NOTICIA
1893 La novena se inició el 20 de enero
1894 A la 1 de la tarde se daría una comida
extraordinaria a los pobres del
asilo 101 .
1895 ---
1896 ---
1896 ---
1897 ---
1898 ---
5.1.2.- Misas, sufragios por los difuntos y otras funciones
religiosas
Las misas celebradas en la iglesia de San Julián por las
intenciones de los hermanos de la Caridad cambiarían de hora en
1877, de las 8 de la mañana pasarían a las 8 y media. Además, los
hermanos efectuarían los días festivos y de precepto a la una del
mediodía una misa rezada 102 por el bien de sus pobres enfermos,
según el privilegio concedido por el papa Pío IX 103 .
Con el paso de los años, el horario de las misas se retrasaría
de nuevo. A partir de 1896, fueron oficiadas todos los días a las 9
de la mañana 104 .
También en este templo se encargaban misas rezadas por
los difuntos. Este fue el caso de Emilia Guerrero de Heredia, por
la que se aplicarían tantas como se pudieran desde las 7 de la
mañana hasta las 12 y media del mediodía, del día 17 de marzo de
101
La información ha sido extraída en su totalidad de las fuentes escritas expuestas en
la tabla nº 49.
102
La diferencia que hay entre misa rezada y cantada estriba en que en la primera se
limita únicamente a la oración y en la segunda participa el sacerdote, un coro y el
pueblo con cantos.
103
El Avisador Malagueño, Málaga, 6 de mayo de 1877.
104
El Cronista, Málaga, 11 de julio de 1896.
886

1878. Asimismo, estaría de manifiesto el Santísimo Sacramento a la
veneración de los fieles 105 .
Otra actividad de carácter religioso fue la lectura del
catecismo, iniciada el primer domingo de la Cuaresma de 1878, en
horario de 14 a 15 horas 106 .
En la Semana Santa de 1880, los Oficios se celebraron en la
iglesia de la siguiente manera: el Jueves Santo, de 12 a 1 de la
tarde con acompañamiento musical que estuvo dirigido por los
profesores Diego del Pino y Luis Gutiérrez; y el Viernes Santo, a
las 12 del mediodía 107 .
En el mes de mayo de 1880, un devoto costeó unos solemnes
cultos en honor de “la Madre de Dios” bajo la advocación de
Nuestra Señora de Gracia, actuando en la parte musical del acto
“distinguidos profesores y aficionados de esta capital” 108 . Unos
años después, un grupo de devotos de la Inmaculada Concepción le
tributó una solemne novena en el templo 109 .
Más adelante, en concreto en el mes de septiembre de 1889,
el obispo Marcelo Spínola y Maestre concedió indulgencias a los
fieles que concurrieran al rezo del Santo Rosario, que por las
noches se efectuaba en el templo. La Hermandad colocó un cuadro
en la puerta donde constaba dicho otorgamiento episcopal.
Por esa misma fecha, Spínola Maestre autorizó al párroco de
los Santos Mártires a trasladar el culto a la iglesia de San Julián,
105 El Avisador Malagueño, Málaga, 17 de marzo de 1878.
106 El Avisador Malagueño, Málaga, 10 de marzo de 1878.
107 Correo de Andalucía, Málaga, 24 de marzo de 1880.
108 Correo de Andalucía, Málaga, 9 de mayo de 1880.
109 Correo de Andalucía, Málaga, 11 de diciembre de 1883.
887

mientras en ese templo se realizaban unas obras de reparación 110 .
Que se sepa, era la primera vez que San Julián se convertía en
parroquia, aunque fuera de manera temporal.
En el período cuaresmal solía practicarse, al menos en 1890
por estar documentado, un devoto ejercicio del Vía Crucis los
miércoles y viernes y una lectura espiritual los martes y jueves 111 .
Igualmente en la jornada del Jueves Santo de ese año, se realizaron
los Divinos Oficios. La prensa local recogía así la noticia:
“En la capilla de este benéfico establecimiento,
tuvo lugar ayer la ceremonia del dia que
revistió especial esplendor.
Ofició el capellán S[eño]r. D. Antonio Castelló
Salazar y una orquesta dirigida por el maestro
Cabas, ejecutó la misa de Calahorra con suma
maestria.
Notamos durante la funcion un detalle:
Las llaves del Santo Sepulcro fueron impuesta
por el S[eño]r. D. Félix Rando en
representación de la Hermandad y por primera
vez por uno de los asilados en representación
de la comunidad.
A las tres de la tarde tuvo lugar la ceremonia
del Lavatorio con 12 pobres, de la Casa, y
después del acto, los asilados
acompañados” 112 .
110
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 13 de septiembre de 1889, fols. 15 y
16.
111
La Unión Mercantil, Málaga, 19 de febrero de 1890.
112
La Unión Mercantil, Málaga, 4 de abril de 1890. Con respecto al texto, estamos
obligados a hacer dos aclaraciones: la primera, la “misa de Calahorra” está referida al
músico Remigio Calahorra que vivió en el siglo XIX, cuya obra más famosa fue un
“Salve Regina”; y la segunda, al monumento se le denominaba antiguamente “Santo
Sepulcro”. Estas informaciones han sido facilitadas por el profesor Antonio Tomás del
Pino Romero y el investigador Alberto Jesús Palomo Cruz, respectivamente.
888

Tenemos conocimiento por la prensa local de los años 1890 y
1891, que llegada la Natividad del Señor, se llevaban a cabo en el
templo unos piadosos ejercicios que daban comienzo a las ocho de
la mañana. Después tenían lugar unas meditaciones acerca de las
jornadas realizadas por la Virgen María y San José hasta llegar a
Belén. Una vez acabadas las reflexiones, se cantaba misa en el altar
del Glorioso Patriarca, estando amenizada con villancicos y con
instrumentos pastoriales 113 . Asimismo, en la mañana del 6 de enero
de 1891, Epifanía del Señor, tendría lugar media hora después de la
oración, la adoración del Niño Jesús, solemnizándose con cantos
tradicionales de estas fechas 114 .
Para acabar con las noticias cultuales hay que indicar que el
martes, 23 de marzo de 1897, se efectuaría en la iglesia una función
religiosa, con procesión claustral, en la que participaría el obispo
Juan Muñoz Herrera. El acto estaría animado por la banda de
música del asilo de San Bartolomé 115 .
Los objetos litúrgicos que se adquirieron durante los dos
primeros años de la presidencia de Fermín Alarcón Luján para el
culto y adorno de la iglesia fueron los siguientes: seis esteras de
junco para el cuerpo del templo (altar mayor, altares y nave); cinco
tapetes de invierno para el pie de cada altar; diez candeleros para
cirios; sesenta candeleros pequeños y grandes; seis candeleros
grandes de metal; seis candeleros pequeños; ocho bujías de metal;
una palmatoria de metal; una vinajera de cristal; tres platillos de
metal para las vinajeras; dieciséis purificadores; tres albas; tres
113 La Unión Mercantil, Málaga, 24 de diciembre de 1890 y 1891.
114 La Unión Mercantil, Málaga, 5 de enero de 1891.
115 La Unión Mercantil, Málaga, 23 de marzo de 1897.
889

casullas encarnadas; doce ramos de flores “contrahechos”; nueve
cíngulos de cordón blanco; una lámpara de metal; treinta y seis
cubillos de metal; tres amitos; seis manteles; doce purificadores;
dos velos para un manifestador; un capillo para el copón; una
cortinilla para el Sagrario; una cinta para atar el paño del cáliz el
Jueves Santo; cuatro quinqués; un tapete para el altar mayor; un
resplandor con viril de plata; una custodia; tres hules para los
altares; una casulla blanca; nueve cornualtares; un corporal; y una
capa pluvial negra 116 .
5.1.3.- La visita a los altares y el montaje de monumentos
en Semana Santa
En el siglo XIX existía en Málaga mucha expectación con
motivo de la visita a los altares que las distintas parroquias, iglesias
y conventos instalaban en Semana Santa. También en esta
costumbre participaron las hermandades y cofradías penitenciales,
bajando a sus sagradas imágenes de los altares y colocándolas en
el piso de las capillas 117 . La Hermandad de la Santa Caridad no fue
ajena a la costumbre de visitarlos. Así, el capellán manifestó su
deseo, dada la proximidad de la Semana Mayor del año 1890, de
116
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 28 de agosto de 1879, fols. 157 y
158.
117
PALOMO CRUZ, A. J. y CAMINO ROMERO, A., “Evocaciones del pasado I y
II”, Gaceta del Cofrade, Diario 16, Málaga, 27 de enero y 3 de febrero de 1995;
CAMINO ROMERO, A., “Las dos primeras décadas (1934/53)”, en JIMÉNEZ
GUERRERO, J., (Coord.), Cautivo y Trinidad. Estudio histórico y artístico de la Real,
Muy Ilustre y Venerable Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Cautivo,
María Santísima de la Trinidad Coronada y del Glorioso Apóstol Santiago, tº I,
Unicaja, Málaga, 2005, p. 170.
890

salir con los pobres asilados a visitar los sagrarios 118 . En ese mismo
año, un diario local avanzaba la siguiente noticia:
“Pasado mañana empezará, a las oraciones,
según antigua costumbre en Málaga, la visita de
altares, a cuyo efecto la mayor parte de las
Hermandades, Cofradías y Archicofradías, se
proponen adornar (...) Según la nota que
tenemos a la vista, se adornarán con flores y
profusión de luces suntuosos altares en San
Juan, los Martires, San Agustín, Santiago, la
Merced y en varios otros templos” 119 .
Efectivamente, días más tarde se anunciaba la expectación
que habían levantado dichos altares. En esta fiesta no solamente
participaba el pueblo sino que también lo hacían las autoridades
como queda referenciado en la siguiente información:
“(...) parte del elemento oficial quiso coadyuvar
al mayor realce (...), como lo hizo la
Corporación municipal, concurriendo una
numerosa representación del Ayuntamiento
presidida por el S[eño]r. Alcalde y Tenientes de
Alcalde, a los oficios de la Catedral y visitando
los Santuarios” 120 .
Igualmente, recorrieron los templos el obispo Marcelo
Spínola y Maestre y numerosos sacerdotes, que lo acompañaban.
118 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 20 de marzo de 1890, fol. 17.
119 La Unión Mercantil, Málaga, 31 de marzo de 1890.
120 La Unión Mercantil, Málaga, 5 de abril de 1890; CAMINO ROMERO, A., “Cosas
y casos de sabor añejo”, Diario-16 Málaga, Málaga, 4 de marzo de 1996.
891

La Hermandad de la Santa Caridad formaba parte del
engranaje de la fiesta, ya que colocaba un monumento el Jueves
Santo en la iglesia de San Julián. Por eso, el periódico La Unión
Mercantil de 1894, no escatimó en elogios hacia los existentes
en los templos y capillas siguientes: Catedral, Santiago, San Juan,
Mártires, Concepción, Santo Domingo, San Pablo, Carmen,
Victoria, Castrense, Agustinas, San Lázaro, San Felipe, Aurora del
Espíritu Santo, Cristo de la Salud, Merced, San Agustín, Cister y
San Julián. Precisamente, sobre este último recalcaba que: “No
recordamos un monumento más encantador por su brillante aspecto,
que el de esta iglesia, que fue muy visitada por los fieles” 121 .
Dos años después el mismo rotativo resaltaba la gran
solemnidad que habían revestido los Divinos Oficios de San Julián
con la asistencia de multitud de fieles. Asimismo, destacaba la
grandiosidad del monumento, que presentaba un aspecto
deslumbrador, tanto por las luces y variedad de flores como por la
combinación artística de unas y otras. Continuaba diciendo el
periódico que el recinto sagrado de la Hermandad de la Santa
Caridad había sido uno de los mejores templos exornados debido,
de alguna manera, al trabajo realizado por el capellán de la
misma 122 .
Al año siguiente, 1897, La Unión Mercantil volvía a informar
de los Divinos Oficios del Jueves Santo que tendrían lugar a las 10
de la mañana y que, a las 3 de la tarde de ese día, se procedería al
lavatorio de los doce pobres asilados. En la jornada del Viernes
121 La Unión Mercantil, Málaga, 23 de marzo de 1894.
122 La Unión Mercantil, Málaga, 4 de abril de 1896.
892

Santo, comenzarían los Oficios a las 10 y media de la mañana 123 .
También lo hacía con respecto a “las antiguas costumbres” de
visitar a las “efigies o insignias” en los distintos templos, donde
aparecían colocadas en sus tronos o capillas. Pasamos a detallar
algunas de las imágenes que estuvieron expuestas:
San Juan.- El Señor de la Puente, el de la
Exaltación, la Vera Cruz, el Cristo de la
Columna, la Virgen de los Dolores, y Jesús
Nazareno.
Mártires.- Concepción Dolorosa, Nazareno,
Virgen de los Dolores, Oración del Huerto.
Santiago.- Señor de Llagas y Columna, Jesús el
Rico, Cristo de la Humildad, Jesús el chiquito y
Dolores.
Merced.- Jesús de Viñeros, Soledad de Viñeros,
Columna y Sangre.
Santo Domingo.- Los Pasos, Dolores,
Humildad y Cristo de la Buena Muerte (el
Cristo de Mena).
San Pablo.- Cristo, Dolores.
Carmen.- Señor de la Misericordia, Dolores.
San Lázaro.- Cristo de los Pasos.
Victoria.- el Santo Sepulcro, el Cristo de la
Epidemia, Dolorosa.
Cristo de la Salud.- (San Telmo) Dolorosa.
San Felipe.- Jesús el Pobre y la Virgen de los
Servitas.
Zamarrilla.- Nuestra Señora de los Dolores” 124 .
123 La Unión Mercantil, Málaga, 15 de abril de 1897.
124 La Unión Mercantil, Málaga, 14 de abril de 1897.
893

Ilustración 102: Nuestro Padre Jesús de la Columna (vulgo Gitanos), en su trono
de procesión. Imagen destruida en 1931 [Foto: A.A.C.M.]
5.2.- Jubileo de las XL Horas
TABLA 51
FECHA INTENCIÓN
28 de enero de 1878 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1878 Por los difuntos Domingo Pacheco y
su esposa
28 de enero de 1879 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1879 ---
6 de abril de 1879 Por los difuntos Cristóbal Alarcón
Luján y su esposa Concepción
Trigueros
7 de abril de 1879 Por los difuntos Antonio Soriano, su
esposa Isabel Pérez e hijos
8 de abril de 1879 Por Diego Gutiérrez Toro y esposa
894

FECHA INTENCIÓN
28 de enero de 1880 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1880 Por Melchor García Asencio y su
sobrino Carlos García
21 de marzo de 1880 Por los difuntos Cristóbal Alarcón
Luján y su esposa Concepción
Trigueros
22 de marzo de 1880 Por Francisco Cordero, su esposa y su
hijo político Carlos Balenzategui
Salas
23 de marzo de 1880 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
28 de enero de 1881 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1881 ---
28 de enero de 1882 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1882 Por Melchor García Asencio y su
sobrino, Carlos García
12 de febrero de 1882 Por Carlos Balenzategui Salas
28 de enero de 1883 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1883 ---
28 de enero de 1884 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1884 ---
28 de enero de 1885 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1885 Por Melchor García Asencio y su
sobrino, Carlos García
19 de marzo de 1885 Por Antonio Maresca, su esposa,
Josefa, e hijos
23, 24 y 25 de mayo de 1885 El Jubileo de las XL Horas que
debía celebrarse en la demolida
iglesia de la Aurora del Espíritu
Santo, se trasladó a la sede de
San Julián, en la que quedó
instalada la Hermandad que
tributaba culto a dicha
advocación
23 de mayo de 1885 Por María de la Paz Muñoz de
Reina y sus hijos, Miguel y María
Rosa de Reina Muñoz
28 de enero de 1886 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
895

FECHA INTENCIÓN
29 de enero de 1886 Por Melchor García Asencio y su
sobrino, Carlos García
20 de febrero de 1886 Por Manuel García Álvarez,
canónigo que fue de la Santa Iglesia
Catedral
28 de enero de 1887 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1887 Por Melchor García Asencio y su
sobrino Carlos García
8 de febrero de 1887 Por San Juan de Mata, fundador de
la Orden de la Santísima Trinidad;
por Francisco Cordero, su esposa,
su hijo político Carlos
Balenzategui Salas y demás difuntos
de su familia
9 de febrero de 1887 Por San Juan de Mata, fundador de
la Orden de la Santísima Trinidad;
por Francisco Cordero, su esposa,
su hijo político Carlos
Balenzategui Salas y demás difuntos
de su familia
27 de febrero de 1887 Por José Santiago Hoppe, y su esposa
Josefa Manescau Osman y difuntos
de su familia
13 de marzo de 1887 Por Joaquín Alcalá del Olmo Ayala
y su hijo José Alcalá del Olmo
Ramos
3 de abril de 1887 Por los difuntos Cristóbal Alarcón
Luján y por su esposa Concepción
Trigueros
4 de abril de 1887 Por Manuel Peral González
28 de mayo de 1887 Por la Hermandad de la Aurora del
Espíritu Santo y por María de la Paz
Muñoz de Reina y sus hijos Miguel y
María Rosa
29 de mayo de 1887 Por la Hermandad de la Aurora del
Espíritu Santo y por los padres e hijos
de Salvador de Rivas y de su esposa
Matilde Conde
30 de mayo de 1887 Por la Hermandad de la Aurora
del Espíritu Santo y por Enrique
Casado
28 de enero de 1888 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1888 Por Melchor García Asencio y su
sobrino, Carlos García
896

FECHA INTENCIÓN
19 de mayo de 1888 Por Enrique Casado
23 de mayo de 1888 El Jubileo que correspondía
celebrarse en la iglesia de la
Aurora del Espíritu Santo, volvió a
desarrollarse en la sede de San
Julián, por no hallarse abierta al
culto público
28 de enero de 1889 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1889 ---
9 de febrero de 1889 Por Francisco Cordero, su esposa y su
hijo político Carlos Balenzategui
Salas
28 de enero de 1890 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
9 de febrero de 1890 Por Francisco Cordero, su esposa y su
hijo político Carlos Balenzategui
Salas
16 de marzo de 1890 Por José Llovet, su esposa María
de la Concepción Ramírez y sus
nietos Santiago y José Senarega
Llovet
31 de marzo de 1890 Por Manuel Pérez González
28 de enero de 1891 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1891 ---
21 de junio de 1891 Por José Llovet, su esposa, María
de la Concepción Ramírez, y sus
nietos, Santiago y José Senarega
Llovet
22 de junio de 1891 Por María de los Dolores Llovet
Ramírez y su esposo, Ramón Pérez
Navarro
28 de enero de 1892 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1892 ---
28 de enero de 1893 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1893 ---
8 de febrero de 1893 Por Francisco Wunderlich, su esposa
Antonia Cidrón, padre e hijos
difuntos
9 de febrero de 1893 Por Francisco Cordero, su esposa e
hijo político Carlos Balenzategui
Salas
897

FECHA INTENCIÓN
28 de enero de 1894 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1894 Por José Llovet, su esposa,
Concepción Ramírez, y sus nietos,
Santiago y José Senarega Llovet
18 de febrero de 1894 Por Cristóbal Alarcón Luján,
difuntos de María de la
Encarnación de la Vega Elorduy
y José Alarcón Bonel
28 de enero de 1895 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1895 Por José Llovet, su esposa,
Concepción Ramírez, y sus
nietos, Santiago y José Senarega
Llovet
17 de febrero de 1895 Por Juan María Gutiérrez Carrasco y
su esposa, María de los Dolores
Bueno Figuerola
28 de enero de 1896 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1896 Por José Llovet, su esposa,
Concepción Ramírez, y sus nietos,
Santiago y José Senarega Llovet
9 de febrero de 1896 Por Fernando Chacón y sus hermanos
10 de febrero de 1896 Por Adelaida Manescau de Alarcón
1 de marzo de 1896 Por Matilde Jiménez de Boix, su
familia y la de su esposo
15 de marzo de 1896 Por Antonio García Borrego
16 de marzo de 1896 Por José Llovet, su esposa,
Concepción Ramírez, y sus nietos,
Santiago y José Senarega Llovet
28 de enero de 1897 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1897 Por José Llovet, su esposa
Concepción Ramírez y sus nietos
Santiago y José Senarega Llovet
28 de enero de 1898 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1898 Por Francisco Cordero, su esposa e
hijo político Carlos Balenzategui
Salas
5 de marzo de 1898 Por María de la Concepción Arssu de
Rein y sus padres Tomás de Arssu y
Concepción López
6 de marzo de 1898 Por Antonio García Borrego
898

FECHA INTENCIÓN
26 de marzo de 1898 Por José Baca Muñoz y sus padres;
y Francisco Utrera y Dolores Cosso, y
demás familiares 125 .
5.3.- Asociación de los Dolores de María Santísima
El periódico Correo de Andalucía informaba de la existencia
de un grupo de devotos que tributaba culto a los Dolores de María
Santísima. En el año 1879 se señalaba, en la “Sección Religiosa”, la
celebración de un solemne septenario que tendría lugar media hora
después de la oración de la noche en la iglesia de San Julián 126 . Más
adelante no volveremos a hallar noticias de esta Corporación, lo que
puede ser indicativo de un corto período de vida asociativa.
5.4.- Asociación del Glorioso Patriarca San José
El culto a San José se debió iniciar en la segunda mitad del
siglo XVI, a tenor de la creación del Gremio de Carpinteros. Por lo
que parece, no fue un culto de excesiva concurrencia, sino más bien
reducido, practicado por los asociados en la parroquia de los Santos
Mártires Ciriaco y Paula. No tuvo la repercusión ni la popularidad
de otras advocaciones como las de Santa María de la Victoria,
Santos Patronos Ciriaco y Paula y Santo Cristo de la Salud. Este
colectivo mandó levantar, en la siguiente centuria, una iglesia
125 Fuentes consultadas: los periódicos El Avisador Malagueño (años: 1878, 1880,
1882, 1885, 1886, 1887 y 1888), Correo de Andalucía (1879), La Unión Mercantil
(años: 1890, 1893, 1894, 1895, 1896, 1897 y 1898) y El Católico (1887); y la revista
Malagueña (1891).
126 Correo de Andalucía, Málaga, 2 de abril de 1879.
899

dedicada a San José en la calle Granada, importante vía urbana que
recibía este nombre por conducir a la ciudad de la Alhambra 127 .
El establecimiento de los Carmelitas Descalzos en 1584,
supuso una elevación de su culto en toda regla, pues Santa Teresa
de Jesús fue una gran devota del Santo y lo nombró en 1621
patrono de la Orden reformada. Tanto es así que el convento
femenino de la capital malacitana, fundado el 17 de febrero de
1585, tuvo como Titular al padre putativo de Cristo 128 .
Este efecto mediático debió posibilitar que, a mitad del siglo
XVII, la imagen del Santo Patriarca fuese incluida en la galería
sacra del coro catedralicio, que culminaría la gubia de Pedro de
Mena y Medrano 129 ; y, al mismo tiempo, aumentara la producción
escultórica del esposo de la Virgen María, a través de los
numerosos encargos que recibirían los imagineros de la época,
como el caso de Mena, por parte de eclesiásticos, órdenes religiosas
y familias acomodadas de la sociedad de ese tiempo 130 .
Pese a todo, sería a partir del siglo XIX cuando la figura del
Glorioso Patriarca se acrecentaría con el hecho de que el papa Pío
IX, gran devoto del Santo, decidiera extender en 1847 a la Iglesia
universal la fiesta del Patronato y declararlo en 1870 Santo
Patriarca, convirtiéndose así en patrón de la Iglesia Católica.
Estas decisiones pontificias, de carácter mundial, influyeron
y provocaron un aumento de su culto en nuestra ciudad. Entre una y
127 GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, pp. 132-136; BEJARANO ROBLES, F.,
Las calles de Málaga. De su historia y ambiente, vol. I, Málaga, 1985, pp. 318 y 319.
128 DE LA BERDURA, C., “Los Carmelitas Descalzos en Málaga”, en VV. AA., Los
Carmelitas en Málaga. Cuatro siglos de historia, Sevilla, 1985, pp. 35 y 36.
129 VV.AA., Pedro de Mena..., p. 173.
130 Ibídem, pp. 148, 158, 236, 238 y 278.
900

otra fecha el fervor hacia San José, y así se desprende de la
información publicada en la prensa local, fue incrementándose
gradualmente.
Los primeros ejemplares de periódicos conservados datan del
año 1849 y ya en ellos, se daba cuenta de la celebración de una
novena en honor del Santo en la capilla de su mismo nombre y un
septenario en la iglesia del Santo Cristo de Zamarrilla 131 .
Asimismo, solía anunciarse en las páginas de los diarios, que
había concedidas indulgencias por visitar “con las debidas
disposiciones” la capilla de San José en su onomástica 132 .
La devoción al Santo fue dando paso a que grupos de fieles
se organizaran y se constituyeran formalmente en cofradías, como
la fundada en la iglesia del Señor de Zamarrilla que, en 1853, le
dedicó una solemne función religiosa 133 .
Una noticia realmente curiosa y que aparecería en reiterados
años (1855, 1857, 1860, 1864, etc.) en la prensa con motivo de su
fiesta, concernía al nombre de José y a la gastronomía que se
preparaba en su fiesta litúrgica:
“Gran día es hoy para los gastrónomos, y para
los aficionados á dulces y golosinas. Todavía
S[an]. José es un santo popular, y son infinitos
los que en las fuentes bautismales recibieron
aquel nombre. Andando los tiempos puede que
mengüe, puesto que la moda, en esto de
131
El Avisador Malagueño, Málaga, 17 de marzo de 1849; JIMÉNEZ GUERRERO, J.
y SÁNCHEZ LÓPEZ, J. A., Zamarrilla. Historia, iconografía y patrimonio artísticomonumental,
Real y Excelentísima Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Santo
Suplicio, Santísimo Cristo de los Milagros y María Santísima de la Amargura,
Málaga, 1994, p. 67.
132
Ibídem, 19 de marzo de 1851.
133
Ibídem, 19 de marzo de 1853.
901

nombres, como en todo, no deja de egercer su
influencia. ¿Qué vale el nombre de José al lado
del de Arturo, por ejemplo, Oscar, Otelo,
Ricardo, & &? ¿No es verdad? Pero mientras
tanto, y merced á los muchos Pepes, hoy
circularán por esas calles fuentes de dulces,
panes de vizcocho, ramilletes, & (...)” 134 .
Tampoco se dejaba pasar la ocasión por los medios escritos
de la época, como El Avisador Malagueño, para enaltecer la figura
de San José:
“No hay religión alguna en la Iglesia de Dios,
que no profese particular devoción á este Santo.
Los muchos milagros que obra el Señor por la
intercesión de este gran Patriarca, muestran que
nada niega al que siempre amó como á padre y
al que quiere que se honre como á tal” 135 .
Las hijas de Santa Teresa de Jesús venían celebrando en su
monasterio de San José la fiesta con la exposición del Santísimo
Sacramento, según licencia del obispo Salvador José de los
Reyes 136 , y a partir de la segunda mitad del siglo XIX
intensificarían los cultos con misas, septenarios y novenas 137 .
En ese mismo período, las funciones religiosas se
extendieron por los diversos templos del casco antiguo y de los
barrios emergentes como la Trinidad, El Perchel o Capuchinos. En
134 Ibídem, 19 de marzo de 1855.
135 Ibídem, 19 de marzo de 1855; 19 de marzo de 1861.
136 Ibídem, 19 de marzo de 1849.
137 Ibídem, 19 de marzo de 1865; 15 de marzo de 1868; 15 de marzo de 1871; 19 de
marzo de 1872; 19 de marzo de 1873; 19 de marzo de 1874; 19 de marzo de 1886; 18
de marzo de 1888.
902

las fuentes hemerográficas de los decenios 60 y 70 de la centuria
decimonónica, se aprecian cómo las misas, septenarios y novenas
consagrados al Glorioso Patriarca, se iban celebrando cada año con
más fuerza en sedes parroquiales como San Juan, Señor de
Zamarrilla, Santos Mártires Ciriaco y Paula, Nuestra Señora de la
Merced, Santo Domingo, San Felipe Neri, Capuchinos, San Pedro y
Nuestra Señora del Carmen 138 . Incluso en algunas de estas sedes,
como en la Merced, surgía una Asociación Josefina y en otra, hasta
ese momento no reseñada, la iglesia de San Julián, igualmente se
formaba una Congregación dedicada al culto del Glorioso
Patriarca 139 .
En el año 1880, se llevaron a cabo, por primera vez, los
cultos de los Siete Domingos (los dolores y gozos) 140 . Desde
entonces, los miembros de esta Asociación comenzaron a
desarrollar una prolífica actividad cultual, con la celebración de
dichas prácticas piadosas y unos ejercicios espirituales el día 19 de
cada mes 141 .
Ante el auge que estaba tomando la devoción al santo, la
Hermandad de la Santa Caridad, propietaria de la iglesia donde
138 El Avisador Malagueño, Málaga, 19 de marzo de 1868; 12 de marzo de 1875;
Correo de Andalucía, Málaga, 6 de marzo de 1880; El Avisador Malagueño, Málaga,
19 de marzo de 1880; 19 de marzo de 1881; 12 de marzo de 1882; El Católico,
Málaga, 6 de febrero de 1887; La Unión Mercantil, Málaga, 28 de enero de 1888;
Correo de Andalucía, Málaga, 22 de febrero de 1889.
139 El Avisador Malagueño, Málaga, 19 de marzo de 1869; CAMINO ROMERO, A.,
“La iglesia de San Julián de Málaga: un lugar para el culto del Santísimo
Sacramento”, en Simposium Religiosidad y ceremonias en torno a la Eucaristía,
Ediciones Escurialenses, San Lorenzo de El Escorial, 2003, pp. 481-482.
140 El 1º, la duda de San José sobre la pureza de María; el 2º, el nacimiento de Jesús;
el 3º, la circuncisión de Cristo; el 4º, la profecía de Simeón; el 5º, la huida a Egipto;
el 6º, el regreso de Egipto a Nazaret; y el 7º, el Niño perdido y hallado entre los
doctores.
141 La Unión Mercantil, Málaga, 18 de enero de 1890.
903

había quedado instalada la Asociación, tomó la determinación de
hacerle en 1881 un altar, dado que se recibió la suma de 2.500
reales 142 .
A finales de los años ochenta, otro pontífice, León XIII, que
también había sido un gran defensor de San José, publicó el 15 de
agosto de 1889 la encíclica Quamquam plurie, referida a su
devoción, declarándose al año siguiente fiesta en España. Este
gesto significaba el reconocimiento del Pontífice a la profunda
y enraizada devoción que los españoles tenían a la figura del Santo
Patriarca 143 .
La reacción del clero malagueño no se hizo esperar. Por tal
motivo, desde las páginas del Boletín Oficial del Obispado de
Málaga se anunciaba el impacto devocional que había causado la
noticia en la ciudad:
“Málaga ha demostrado también su amor al
bendito Esposo de María, acogiendo con
verdadero júbilo el decreto pontificio relativo
á la fiesta del Santo Patriarca, y tributando á
este entusiastas homenajes. En la Iglesia de San
Julián especialmente se ha hecho la devoción
de los Siete Domingos con desusada
solemnidad, y sobre todo con gran concurso de
fieles” 144 .
142
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 13 de julio de 1881, fol. 194.
143
A.M.M. Sig. 69, Malagueña nº 40, 28 de febrero de 1890, p. 8; CAMINO
ROMERO, A., “La iglesia de San Julián...”, p. 481.
144
A.M.M. Sig. 39, Boletín Oficial del Obispado de Málaga nº 5, 25 de abril de 1890,
p. 91.
904

Por su parte, el periódico La Unión Mercantil también
mencionaba el acontecimiento, publicando en sus ediciones de los
días 1 y 3 de marzo de 1890, lo que reproducimos a continuación:
“Por disposición del Papa Leon XIII, desde este
año el dia de San José volverá á ser de fiesta,
con obligación para los católicos de oir misa y
abstenerse del trabajo”.
“Su Santidad el Papa Leon XIII, queriéndonos
dar una prueba más de la cariñosa predileccion
con que nos mira, se ha servido declarar el dia
de San José fiesta de precepto y de primera
clase en todos los dominios españoles.
Siempre es un gran consuelo gozar de una
fiesta mas y de un dia de trabajo menos en un
país como el nuestro, en donde lo que abundan
son las desdichas y toda suerte de trabajos
estériles.
Mi enhorabuena á los Pepes, Joselillos, Pepitas
y Pepetes (...) por el ascenso.
Siquiera, los duelos con pan son menos”.
Días más tarde, el indicado periódico anunciaba que, con
motivo de haberse instituido como fiesta de precepto la del glorioso
San José, sería probable que en la Catedral se celebrase una
solemne función religiosa predicada por el obispo Marcelo Spínola
y Maestre 145 .
Desde la dirección de La Unión Mercantil se tuvo la idea de
llevar a cabo la siguiente promoción editorial, algo inédito para la
época:
145 La Unión Mercantil, Málaga, 8 de marzo de 1890.
905

“A petición de muchos de nuestros suscriptores
que no habian podido obtener la oleografía,
publicamos nuevamente hoy en la 4ª plana el
cupón que dá derecho al que lo presente para
que por solo la mínima cantidad de 14 reales le
sea entregada una magnífica oleografía del
de Murillo, en el establecimiento
donde el cupón indica” 146 .
También se tiene conocimiento de una iniciativa ciudadana
que pretendía salvaguardar la fiesta del Patriarca pero que,
finalmente, no logró el fin deseado. Se trataba de una comisión de
señoras que se habían constituido para que:
“(...) desde por la mañana y con objeto de
solemnizar la fiesta (...), no se abriesen (...)
tiendas y despachos y escritorios comerciales.
Y que habiendo obtenido una negativa en las
primeras donde se presentaron, contrariadas por
el mal éxito de este convenio, desistieron de
seguir dando pasos con dicho objeto” 147 .
Después de la fiesta del santo, La Unión Mercantil resaltaba
la “(...) inmensa concurrencia en la mayor parte de las iglesias de
Málaga, asistiendo á la misa de precepto (...) numerosos fieles de
ambos sexos” 148 .
Las noticias referidas a esta declaración no concluyeron ahí.
Nuevamente el referido diario local informaba en su apartado de
“Gacetillas” lo que sigue:
146
La Unión Mercantil, Málaga, 19 de marzo de 1890.
147
Ídem.
148
La Unión Mercantil, Málaga, 20 de marzo de 1890.
906

“En muchas de las iglesias de Málaga han sido
llevados estos días para su bendición por los
oficiantes, numerosos cuadros con la vera
efigie de San José, copia del lienzo de Murillo,
(...)” 149 .
Ilustración 103: Tablero de San José en el coro de la Catedral, obra de Pedro de Mena
[Foto: María Encarnación Cabello Díaz]
Estas manifestaciones de júbilo por la festividad del Santo
recuerdan, aunque lógicamente con menor magnificencia, los actos
que tuvieron lugar en el año 1855 en la ciudad, con motivo de la
declaración del dogma inmaculista por el papa Pío IX 150 .
Al margen de estas noticias periodísticas relacionadas con la
declaración de la fiesta y devoción al glorioso Patriarca, los relatos
149 La Unión Mercantil, Málaga, 1 de abril de 1890.
150 CAMINO ROMERO, A., “La devoción a la Inmaculada Concepción en Málaga a
través de varias asociaciones religiosas”, en Simposium de La Inmaculada Concepción
en España: religiosidad, historia y arte, Ediciones Escurialenses, San Lorenzo de El
Escorial, 2005, pp. 647-667.
907

de los cultos celebrados en su honor en la iglesia de San Julián se
repitieron en el medio de información del Obispado malacitano.
Así, y con respecto a los de 1891, se señalaba que:
“(...) se ha practicado en honor de Glorioso
Patriarca San José la devoción de los siete
domingos, ofreciendo aquel Santuario
espectáculo verdaderamente consolador, tanto
por el número de los concurrentes, cuanto por
la compostura y devoción que mostraban” 151 .
La prensa local también solía hacerse eco de la celebración
de los cultos en San Julián. Acerca del último de los Siete
Domingos del año 1894, informó lo siguiente:
“A las cinco de la tarde comenzó aquella, á la
cual asistió numerosa y distinguida
concurrencia. El altar mayor se hallaba
profusamente iluminado y cuajado de flores y
de igual manera el altar en que se venera á
dicho glorioso patriarca, que formaba un
conjunto admirable. Del coro partían voces y
orquesta hábilmente dirigidas por el inteligente
maestro D. José Cabas, el cual ha compuesto un
setenario titulado los gozos de San José, propio
para estos actos religiosos. Después de los
ejercicios, el ilustrado catedrático de este
Seminario Conciliar D. José Moreno
Maldonado, en un elocuentísimo sermón, relató
el dolor que experimentó San José con motivo
de la pérdida del niño Jesús y el gozo de
haberlo hallado nuevamente. Después del
sermón, hizo su entrada el señor Obispo de la
151 A.M.M. Sig. 39, Boletín Oficial del Obispado de Málaga nº 3, 25 de marzo de
1891, pp. 67 y 68; CAMINO ROMERO, A., “La iglesia de San Julián ...”, p. 482.
908

diócesis, que á su llegada al templo, fue
recibido a los acordes de la marcha de infantes
ejecutada por la banda de San Bartolomé. Los
ancianos recogidos en San Julián, escalonados
a la entrada del establecimiento, formaban
guardia de honor al pasar el digno Prelado.
Siguiendo el orden de la ceremonia, pronto
salió de la iglesia la procesión á la que
concurrieron muchas señoras y numerosas
personas con cirios. Acompañaban al S[eño]r.
Obispo que iba bajo palio; llevando la Sagrada
Forma, los canónigos S[eño]res. D. Gregorio
Naranjo, D. Juan de la Torre y D. Mateo Caro
Sánchez. El patio de San Julián, además de su
adorno natural de flores y árboles, hallábase
alumbrado con multitud de luces de bengala y
de sus balcones partían constantemente
numerosos cohetes. La procesión recorrió el
trayecto prefijado, y la comitiva volvió á la
iglesia donde el ilustre Prelado bendijo al
pueblo con su Divina Majestad y las Josefinas
juntamente con la orquesta cantaron un himno
religioso, acabando la ceremonia a las ocho de
la noche. Pocos momentos después, se retiraba
el Prelado, seguido por los señores que venían
acompañándole y el S[eño]r. Castelló, digno
capellán de San Julián, recibiendo muestras
inequívocas del respeto y amor que le profesa
el pueblo, que le seguía hasta su carruaje” 152 .
A continuación enunciamos los predicadores y las fechas
correspondientes a cada uno de los siete domingos y de la fiesta del
santo localizadas en las fuentes hemerográficas:
152 La Unión Mercantil, Málaga, 19 de marzo de 1894. José Cabas Galván fue un
notable músico malagueño que nació el 15 de abril de 1853 y falleció el 14 de abril de
1909. A él se le deben bellas composiciones musicales y partituras de zarzuelas de
escritores de la ciudad de Málaga.
909

TABLA 52
FECHA PREDICADOR
25 de enero de 1880 Francisco Muñoz Reina
1 de febrero Ídem
8 de febrero Ídem
15 de febrero Ídem
22 de febrero Ídem
1 de marzo Ídem
8 de marzo Ídem
6 de febrero de 1881 Vicente Manterola Pérez, canónigo
magistral de la Santa Iglesia
Catedral
13 de febrero Ídem
20 de febrero Ídem
27 de febrero Ídem
6 de marzo Ídem
13 de marzo Ídem
12 de febrero de 1882 Gregorio Naranjo Barea, canónigo de
la Santa Iglesia Catedral
19 de febrero Ídem
26 de febrero Francisco Muñoz Reina, coadjutor
de la parroquia de San Felipe
Neri y licenciado en Sagrada
Teología
5 de marzo Gregorio Naranjo Barea
12 de marzo Ídem
19 de marzo En la fiesta del santo predicaría
Juan de la Torre Olmedo.
Habría procesión claustral y
bendición con el Santísimo
Sacramento
26 de marzo En esta jornada se produjo la
consagración de la Asociación
Josefina a la Sagrada Familia
3 de febrero de 1883 Gregorio Naranjo Barea
10 de febrero Ídem
910

FECHA PREDICADOR
17 de febrero Ídem
24 de febrero Ídem
4 de marzo Ídem
11 de marzo Ídem
18 de marzo Ídem
19 de marzo La festividad del santo no se pudo
realizar por coincidir con la Semana
Santa, aplazándose la misma y la
novena para la fiesta del Patrocinio 153 .
1884 ---
1885 Gregorio Naranjo Barea y Juan de la
Torre Olmedo, canónigos de la Santa
Iglesia Catedral
7 de febrero de 1886 Vicente Manterola Pérez, canónigo
magistral de la Santa Iglesia Catedral
14 de febrero Ídem
21 de febrero Ídem
28 de febrero Ídem
7 de marzo Ídem
14 de marzo Ídem
19 de marzo Fiesta del santo
21 de marzo Ídem
6 de febrero de 1887 Juan Álvarez Troya, doctor en
Sagrada Teología y secretario de
Cámara del Obispo
13 de febrero Ídem
20 de febrero Ídem
27 de febrero Ídem
153 Se entiende por ésta, la celebración litúrgica en honor de San José para agradecer y
obtener su protección, intercesión o patrocinio. No es la fiesta principal del Glorioso
Patriarca, sino secundaria, aunque en ocasiones extraordinarias (especialmente cuando
el 19 de marzo coincide con la Semana Santa) puede asumir tal rango. Los carmelitas
descalzos eligieron, a principios del siglo XVII, a San José como patrón de la Orden, y
a petición suya concedió Inocencio XI, el 6 de abril de 1680, celebrar una fiesta de
San José, para el domingo tercero después de Pascua, la especial fiesta de su
Patrocinio.
911

FECHA PREDICADOR
6 de marzo Ídem
13 de marzo Ídem
19 de marzo Festividad del santo
20 de marzo Juan Álvarez Troya
29 de enero de 1888 Juan de la Torre Olmedo, canónigo de
la Santa Iglesia Catedral
5 de febrero Ídem
12 de febrero Ídem
19 de febrero Ídem
26 de febrero Ídem
5 de marzo Ídem
12 de marzo Ídem
19 de marzo Ídem
3 de febrero de 1889 ---
10 de febrero ---
17 de febrero ---
24 de febrero Rafael Bellido Carrasquilla,
presbítero, licenciado en Sagrada
Teología y catedrático del Seminario
Conciliar
3 de marzo Manuel Muñoz Flores, presbítero,
licenciado en Sagrada Teología
y catedrático del Seminario
Conciliar
10 de marzo José María Jiménez Camacho,
presbítero y catedrático del Seminario
Conciliar
17 de marzo Antonio Checa González, licenciado
en Sagrada Teología y catedrático del
Seminario Conciliar
19 de marzo Francisco Hidalgo Maldonado,
presbítero, coadjutor de la parroquia
de los Santos Mártires
2 de febrero de 1890 ---
9 de febrero Rafael Bellido Carrasquilla,
licenciado en Sagrada Teología y
catedrático del Seminario Conciliar
912

FECHA PREDICADOR
16 de febrero José María Jiménez Camacho,
presbítero, doctor en Sagrada
Teología y catedrático del Seminario
Conciliar
23 de febrero Carlos Jiménez Rodríguez,
presbítero y catedrático del Seminario
Conciliar
2 de marzo Antonio Checa González, presbítero y
licenciado en Sagrada Teología
9 de marzo Francisco Jiménez Chacón,
presbítero y catedrático del Seminario
Conciliar
16 de marzo Tomás Jiménez del Río,
presbítero y doctor en Sagrada
Teología y catedrático del
Seminario Conciliar
19 de marzo Manuel Muñoz Flores, presbítero,
licenciado en Sagrada Teología y
catedrático del Seminario Conciliar
8 de febrero de 1891 Rafael Bellido Carrasquilla,
catedrático de Metafísica del
Seminario Conciliar
15 de febrero Tomás Jiménez del Río
22 de febrero ---
1 de marzo Tomás Jiménez del Río
8 de marzo ---
15 de marzo ---
22 de marzo ---
14 de febrero de 1892 José Jiménez Camacho, doctor en
Derecho y catedrático del Seminario
Conciliar
21 de febrero Rafael Bellido Carrasquilla
28 de febrero Francisco Martínez Navas,
catedrático del Seminario Conciliar
6 de marzo José Fernández Vallejo, catedrático
del Seminario Conciliar
13 de marzo Juan Morales Romero, capellán
laudatorio del Obispo
20 de marzo Rafael Bellido Carrasquilla
27 de marzo José Jiménez Camacho
913

FECHA PREDICADOR
12 de febrero de 1893 Ídem
19 de febrero José González Plaza, catedrático del
Seminario Conciliar
26 de febrero José Jiménez Camacho
5 de marzo Francisco Martínez Navas
12 de marzo Antonio Checa González, licenciado
en Sagrada Teología y catedrático del
Seminario Conciliar
19 de marzo José Fernández Vallejo, licenciado en
Sagrada Teología y catedrático del
Seminario Conciliar
26 de marzo José Moreno Maldonado
4 de febrero de 1894 José Fernández Vallejo
11 de febrero Francisco Martínez Navas
18 de febrero ---
25 de febrero Antonio Checa González
4 de marzo José Moreno Maldonado
11 de marzo José María Jiménez Camacho
18 de marzo José Moreno Maldonado
10 de febrero de 1895 José María Jiménez Camacho
17 de febrero Francisco Martínez Navas
24 de febrero José Moreno Maldonado
3 de marzo José María Jiménez Camacho
10 de marzo José Moreno Maldonado
17 de marzo José María Jiménez Camacho
19 de marzo Francisco Martínez Navas
24 de marzo Ídem
9 de febrero de 1896 Ídem
16 de febrero José Moreno Maldonado
23 de febrero José María Jiménez Camacho
1 de marzo José Moreno Maldonado
8 de marzo José María Jiménez Camacho
914

FECHA PREDICADOR
15 de marzo Francisco de Torres Galeote
19 de marzo Francisco Martínez Navas
22 de marzo José María Jiménez Camacho
14 de febrero de 1897 ---
21 de febrero José Sánchez Gómez, colegial interno
y sustituto de cátedras del Seminario
Conciliar
28 de febrero Antonio Checa González
7 de marzo ---
14 de marzo Antonio Rodríguez Ferro, catedrático
del Seminario Conciliar
19 de marzo Francisco Martínez Navas
21 de marzo José Jiménez Camacho
14 de febrero de 1898 ---
28 de febrero ---
6 de marzo José Sánchez Gómez, catedrático del
Seminario
13 de marzo ---
19 de marzo Francisco Martínez Navas
20 de marzo ---
27 de marzo Francisco Martínez Navas 154 .
5.5.- Adoración Nocturna de Málaga
Un grupo de hombres amantes del culto a Jesús
Sacramentado se reunió en mayo de 1883 en la iglesia de San
Julián, para comprometerse a honrar, desagraviar y pedir por los
154 Las noticias aparecidas en el cuadro provienen de los periódicos Correo de
Andalucía (1880); El Avisador Malagueño (años: 1881, 1882, 1883, 1885, 1886, 1888
y 1892); La Unión Mercantil (años: 1889, 1890, 1893, 1894, 1895, 1896, 1897 y
1898); y la revista Malagueña (1890).
915

demás en esas horas en que más abandonado están los sagrarios 155 .
Esta iniciativa estuvo encabezada por el fundador del Centro
Eucarístico de Madrid, Luis de Trelles y Noguerol, quien, un año
más tarde, fundaría en la misma iglesia la Asociación de las
Camareras del Santísimo Sacramento 156 . La respuesta no se haría
esperar en los pueblos de la provincia, naciendo diferentes
secciones que formarían la Adoración Nocturna Española de
Málaga y su diócesis. Desde entonces, y pese a sufrir distintos
avatares, esta Asociación sigue hoy día adorando al Santísimo 157 .
De hecho, en el año 2008, los adoradores han cumplido el 125
aniversario de su fundación, dedicándose por dicha efeméride el
cartel anunciador de la fiesta del Corpus Christi 158 .
5.6.- Asociación de las Camareras del Santísimo Sacramento
La Asociación de las Camareras del Santísimo Sacramento
de Zaragoza fue creada, igualmente, por Luis de Trelles y
Noguerol, “verdadero apóstol de la Eucaristía”, y aprobada
canónicamente por el arzobispo de Zaragoza, el cardenal Francisco
Benavides y Navarrete, el 16 de octubre de 1881. Posteriormente a
esta fecha, se difundió y propagó por distintas poblaciones de
España, siendo Málaga una de ellas.
155
G.G.V.-A.N.V.C.A.E., “Centenario 1883-1983. La gran efeméride de Adoración
Nocturna de Málaga”, Sur, Málaga, 4 de junio de 1982.
156
A.M.M. Sig. 150, Boletín Eucarístico de Málaga nº 3, Málaga 1916, p. 98
157
G.G.V.-A.N.V.C.A.E., “Centenario 1883-1983. La gran efeméride...”.
158
CABELLO DÍAZ, Mª. E., “Noticias de la Agrupación”, La Saeta nº 42, Agrupación
de Cofradías, Málaga, 2008, p. 17.
916

Esta obra eucarística fijó su sede en la iglesia del
hospicio de San Julián, el 4 de noviembre de 1884, a través de la
propuesta del citado Luis de Trelles.
Ilustración 104: Estampa del Siervo de Dios Luis de Trelles. Colección del autor
El fervor, el entusiasmo y el aumento del número de las
Camareras del Santísimo Sacramento llamaron la atención del
prelado de la diócesis malacitana, Manuel Gómez-Salazar y Lucio-
Villegas, quien dio la aprobación en una reunión mantenida y
presidida por él, el 12 de mayo de 1886, en la capilla del Palacio
Episcopal, en la que:
“exhortó á las Camareras á perseverar en su
eucarística labor, dándoles con su aprobación
917

una garantía más segura, para su
aprovechamiento y desarrollo en lo
porvenir” 159 .
La dirección espiritual de las señoras estuvo a cargo, en los
primeros años, de los sacerdotes Rafael Pérez y Juan de la Torre
Olmedo, este último canónigo de la Santa Iglesia Catedral de
Málaga, siendo asistidos por Antonio Castelló y Francisco Morales,
capellanes, sucesivamente, de la iglesia de San Julián, quienes
ayudaron a mantener esta obra.
Al referido obispo Gómez Salazar, se unieron los dos
siguientes, Marcelo Spínola y Maestre y Juan Muñoz Herrera, en el
sentido de alentar la labor ejercida por las Camareras de Jesús
Sacramentado 160 .
5.7.- Asociación de la Santísima Trinidad
Las fuentes periodísticas de 1887 señalaban acerca de su
creación lo que transcribimos:
“(...) la asociación ó órden 3ª. de la Beatísima
Trinidad establecida canónicamente en la
iglesia de San Julian de Málaga, celebra
(solemne novena) en el presente año 4º de su
fundación” 161 .
159 A.M.M. Sig. 150, Boletín Eucarístico de Málaga nº 3, Málaga 1916, p. 98;
CAMINO ROMERO, A., “La iglesia de San Julián...”, p. 477.
160 Ibídem, p. 99; ibídem, p. 478.
161 El Avisador Malagueño, Málaga, 26 de mayo de 1887.
918

Ilustración 105: Santísima Trinidad, obra de El Greco
Esta noticia denota que la fecha de su arranque sería la de
1883. La ausencia de información en el Boletín Oficial Eclesiástico
de Málaga y la falta de periódicos de ese año y también del
siguiente, nos obliga a ofrecer la primera información de 1885 162 .
Dado que los datos que poseemos de esta Asociación sólo se
centran en torno a los cultos, detallamos los predicadores y
los días de realización de las novenas, de los triduos y de las
funciones religiosas:
TABLA 53
FECHA PREDICADOR
23-31 de mayo de 1885 Constantino Lodeiro Artesero,
párroco castrense del I Batallón del
Regimiento de Borbón 163 .
162 El Avisador Malagueño, Málaga, 22 de mayo de 1885.
163 A la terminación de los ejercicios, se procedió a una procesión claustral y bendición
con el Santísimo Sacramento [El Avisador Malagueño, Málaga, 23 de mayo de 1885].
919

FECHA PREDICADOR
14-17 de mayo de 1886 Juan de la Torre Olmedo, canónigo de
la Santa Iglesia Catedral 164 .
28 de mayo-5 de junio de 1887 El último día, fiesta de la Santísima
Trinidad, el Obispo dio la bendición
con el Santísimo Sacramento 165 .
1888 ---
14-16 de junio de 1889 Antonio Checa González, catedrático
del Seminario Conciliar 166 .
1890 ---
22-24 de mayo de 1891 José Moreno Maldonado, licenciado
en Sagrada Teología y catedrático del
Seminario Conciliar 167 .
10-12 de junio de 1892 Rafael Pérez Cabeza, secretario y
catedrático del Colegio de Segunda
Enseñanza de San Rafael 168 .
28 de mayo de 1893 Juan Cabello Castilla, capellán del
monasterio del Cister 169 .
20 de mayo de 1894 José Moreno Maldonado, licenciado
en Sagrada Teología y catedrático del
Seminario Conciliar 170 .
Esta Asociación debió apagarse a partir del año 1894, ya que
en las fuentes escritas de la época, principalmente la prensa, no hay
indicios de que se mantuviera en activo.
5.8.- Pontificia y Real Archicofradía de Luz y Vela ante el
Santísimo Sacramento
Aunque esta Congregación tuviese su sede natural en la
iglesia de San Agustín, realizaría el 13 de marzo de 1892 unos
164 El Avisador Malagueño, Málaga, 14 de mayo de 1886.
165 El Avisador Malagueño y La Unión Mercantil, Málaga, 28 de mayo de 1887.
166 El Avisador Malagueño, Málaga, 14 de junio de 1889.
167 El Avisador Malagueño, Málaga, 22 de mayo de 1891.
168 Se efectuaría una procesión el 19 de junio con la imagen de la Santísima Virgen de
la Trinidad [El Avisador Malagueño, Málaga, 10 y 19 de junio de 1892].
169 Se celebró una función “en honor y reverencia de tan inefable misterio” [El
Avisador Malagueño, Málaga, 28 de mayo de 1893].
170 El Avisador Malagueño, Málaga, 20 de mayo de 1894.
920

piadosos ejercicios en San Julián, coincidiendo con los cultos del
quinto de los Siete Domingos de San José, que serían predicados
por el P. Juan Morales Romero, capellán caudatorio del Obispo 171 .
A esta Archicofradía pertenecerían en las dos primeras décadas del
siglo XX miembros de la Hermandad de la Santa Caridad, como
Antonio Rodríguez Ferro, beneficiado de la Santa Iglesia Catedral,
y José Luis Álvarez de Linera Duarte, archivero y secretario en
distintas Juntas de Gobierno 172 .
5.9.- Hermandad de la Oración Nacional a favor de la Unidad
Católica
Esta piadosa Asociación se fundó en los primeros meses de
1893 en Madrid para responder a un deseo expresado en el
Congreso Católico de Sevilla, el de recuperar la unidad de la fe.
Algunos católicos malagueños se dirigieron al obispo Marcelo
Spínola y Maestre, para que autorizara la creación en Málaga de la
referida Hermandad. Éste accedió gustoso a la iniciativa y aceptó de
buen grado el título de patrono y protector, ya que había predicado
en la función del 8 de mayo de 1893, día en que quedó oficialmente
establecida en la iglesia de San Julián. La fecha no fue tomada al
azar, sino por un hito histórico. Se cumplían trece siglos de la
abjuración del arrianismo en el Concilio de Toledo del rey
Recaredo y de la nación visigoda. La función religiosa se efectuó de
la siguiente manera: por la mañana, se ofició una misa y
171 El Avisador Malagueño, Málaga, 13 de marzo de 1892. El capellán caudatorio
estaba al servicio doméstico del obispo o arzobispo, teniendo como misión llevarle
alzada la falda o cola de la capa magna.
172 A.M.M. Sig. 148, Boletín Eucarístico de Málaga nº 3, Málaga, 1914, pp. 117 y 118;
CAMINO ROMERO, A., “La iglesia de San Julián...”, p. 472.
921

comulgaron los nuevos hermanos; y por la tarde, tras la exposición
del Santísimo Sacramento, el Obispo exhortó a los presentes a que
trabajasen por la Hermandad, calificando este hecho de “santo,
caritativo y patriótico”. Seguidamente, se produjo la procesión de
Estatuto, recitándose durante la misma las letanías de los santos, y
finalizó bendiciendo a los congregados en el templo con el
Santísimo Sacramento.
Tras la Hermandad de la Oración de Madrid, la de Málaga
fue la primera en organizarse 173 . En el cabildo ordinario celebrado
por la Hermandad de la Santa Caridad el 2 de agosto de 1893, se
dio cuenta que el cofrade Constantino Grund había solicitado a
través de un oficio la autorización del hermano mayor, Fermín
Alarcón Luján, para que la Asociación de la Oración Nacional
efectuara sus actos religiosos en la iglesia del hospital de San
Julián. Tras ser abordado este asunto por los asistentes, los
directivos Antonio Castelló y José Alarcón Bonel señalaron en el
mencionado cabildo:
“no solamente veian con gusto la instalación de
d[ic]ha. Asociación en nuestra iglesia, sino que
tenian una verdadera satisfacción que nuestro
Prelado la hubiera escogido para la celebracion
de d[ic]hos. actos (...)” 174 .
El resto de miembros se adhirieron a lo expresado por los
citados hermanos. Días después, exactamente el 15 de agosto, fiesta
de la Asunción de Nuestra Señora, se celebraría capítulo ordinario.
173 A.C.C.M. Boletín Oficial del Obispado de Málaga nº 26, 20 de mayo de 1893, pp.
480 y 481; CAMINO ROMERO, A., “La iglesia de San Julián ...”, p. 484.
174 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 2 de agosto de 1893, fols. 46 y 47.
922

Por la mañana, a las 8, se oficiaría misa rezada y de comunión, y
por la tarde, a las 6, el trisagio y plática que estaría a cargo de Juan
de la Torre, canónigo de la Catedral, concluyendo con una salve,
procesión y bendición con el Santísimo Sacramento 175 .
El siguiente encuentro del que tenemos noticia se produjo el
13 de febrero de 1895, fiesta de la Purificación de María
Santísima. La prensa local anunciaba de este modo el orden de los
cultos -similar a los celebrados en 1893- que realizaría la
Asociación de la Oración Nacional:
“Por la mañana á las ocho y media misa rezada
y comunión. Por la tarde á las cinco y tres
cuarto Trisagio, Meditación y Plática á cargo
del señor don Juan de la Torre y Olmedo
Canónigo de la S[an]ta. Iglesia Catedral
concluyendo con salve, procesión y bendición
con el Santísimo Sacramento” 176 .
Ilustración 106: Periódico La Unión Mercantil [A.D.E.]
175
La Unión Mercantil, Málaga, 15 de agosto de 1893.
176
La Unión Mercantil, Málaga, 13 de febrero de 1895; CAMINO ROMERO, A., “La
iglesia de San Julián ...”, p. 484.
923

Una nueva referencia sobre la celebración de sus cultos la
hallamos en el periódico La Unión Mercantil el 11 de marzo de
1896. En esta ocasión, la función religiosa correría por cuenta de
Gregorio Naranjo, dignidad de la Iglesia Catedral.
La existencia de esta Asociación no debió ser larga, pues a
partir de la citada fecha no localizamos más datos de la Hermandad
de la Oración Nacional.
6.- RENOVACIÓN DE LOS ESTATUTOS
Tras detallarse las fraternidades establecidas en la iglesia de
San Julián, pasamos ahora a ocuparnos de la Hermandad propietaria
del templo.
La necesidad de reformar los Estatutos por encontrarse
desfasados y no adecuarse a las nuevas mentalidades de la época,
obligó a la Corporación de San Julián a constituir una comisión en
1878, integrada por cinco hermanos: José Díaz Reus, Constantino
Grund, Antonio Díaz, Miguel José y Rafael José Navarro, para
revisarlos 177 .
Una vez elaborados por la citada comisión, se procedió a la
lectura y discusión del proyecto de reforma de las Reglas el 10 de
marzo de 1879. En esta primera sesión, quedaron ratificadas desde
la introducción hasta el artículo 14 del capítulo primero.
La introducción se iniciaba de la siguiente manera:
177 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 16 de junio de 1878, fols. 70 y 71.
924

“El fundamento y fin de nuestra Hermandad es
el ejercicio de la Caridad, único y verdadero
camino que nos conduce á obtener el Santo
amor del autor de todos los bienes, por que su
práctica nos asemeja mas que cosa alguna al
vivo ejemplo de su divino hijo y nuestro
Redentor Jesucristo. Pero siendo imposible
abrazar los múltiples objetos á que el ejercicio
de tan santa virtud puede estenderse, esta
Hermandad sus obligaciones, interin que
circunstancias mas favorables no le permitan
mayor extensión en sus laudables propósitos, á
los siguientes cuatro fines:
1º La asistencia á pobres ancianos en nuestra
Casa Hospital
2º El cuidado de recoger y sepultar á los
ajusticiados y hacer bien por sus almas
3º El conducir en silla de mano a los pobres que
no puedan ir por su pié
4º Asistir con cartas de caridad y limosnas á los
pobres enfermos que necesiten salir de Málaga
para su curación” 178 .
El capítulo I, denominado “La asistencia á pobres ancianos
en nuestra Casa Hospital”, tenía catorce artículos.
El artículo 1, se refería al número de camas o estancias que
serían de 16, de las cuales sólo 15 las ocuparían los seglares y la
restante un sacerdote.
El artículo 2, a los admitidos pobres ancianos sin amparo ni
familia que pudieran y debieran mantenerlos.
El artículo 3, a los requisitos que debían cumplir:
presentación de la partida de bautismo; certificados del párroco, de
178 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 10 de marzo de 1879, fols. 88 y 89.
925

pobreza y de uno de los médicos de la Casa, para saber la
enfermedad que padecía.
El artículo 4, al alimento de los asilados: por la mañana, un
almuerzo de sopa; al mediodía, un cocido bien condimentado; y a la
noche, una cena de “facil digestión”. Además, en las siguientes
fiestas: Nuestra Señora del Carmen, Santa Bárbara, San Julián,
Corpus Christi, Ascensión, Asunción, Pascua de Navidad, Reyes,
Resurrección y Pentecostés, se ofrecería una comida extraordinaria.
El artículo 5, a la cama que se compondría de:
“(...) tres tablas sobre dos bancos de hierro,
uno ó dos colchones de lana, dos sabanas, dos
almohadas y una ó dos cubiertas según la
estacion”.
El artículo 6, a la ropa que tendrían los asilados, tanto la de la
Casa como la de la calle.
El artículo 7, a la enfermedad que pudiera contraer alguno de
los asilados. En este caso, se colocaría en habitación aparte. Si la
enfermedad se contagiara, se trasladaría al hospital Civil.
Hermandad.
El artículo 8, al personal sanitario con el que contaría la
Los artículos 9 y 10, a los cultos y ejercicios espirituales que
tendrían que asistir y practicar.
El artículo 11, a la colaboración que pudiera prestar a la Casa.
El artículo 12, a la sujeción de unas normas establecidas por
la Hermandad.
926

El artículo 13, a la asistencia a misa y a rezar un responso por
cada pobre que muriera.
asilados 179 .
El artículo 14, a la conducta que debieran ajustarse los
Un día después, el 11 de marzo, se reanudó el acto, dándose
lectura y aprobándose el capítulo II titulado “Del cuidado de
recoger y sepultar á los ajusticiados y hacer bien por sus almas”.
Catorce artículos conformaban este segundo capítulo.
El artículo 1, trataba del nombramiento de dos hermanos
eclesiásticos y dos seglares que pasaran a consolar y auxiliar
espiritual y temporalmente a los ajusticiados.
El artículo 2, de los alimentos que se suministrarían al reo.
El artículo 3, de dos hermanos que se designarían para que
con “las capachas” 180 saliesen a pedir limosna “para hacer bien por
el alma del que van á ajusticiar”.
El artículo 4, de la limosna que se entregaría, una vez
efectuada la postulación.
El artículo 5, de la forma en que la limosna se invertiría:
“en tomar al pobre, sino la tiene, la Bula de la
Santa Cruzada y la de difuntos, costearle
entierro, aplicarle misas y dar limosnas por el
bien de su alma, socorriendo de estas á su
mujer é hijos, si quedaren en pobreza (...)”.
179 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 11 de marzo de 1879, fols. 89-93.
180 Es una esportilla de palma para llevar fruta y otras cosas menudas. Se dice que los
hermanos de la Orden de San Juan Dios recogían en este utensilio las limosnas que
pedían para los necesitados.
927

El artículo 6, de que la Hermandad cuidaría de poner en la
capilla un altar decente para que el sentenciado pudiera oír misa.
El artículo 7, de la misa rezada que se ofrecería en la iglesia
de San Julián cuando saliese el reo.
El artículo 8, del tañido de la campana que señalara la muerte
del preso. Si se obtuviera la licencia del Juez competente, la
Hermandad iría formada al patíbulo con un crucifijo, dos faroles y
un féretro que colocarían frente al cadáver.
El artículo 9, de amortajarse y depositarse el cuerpo en un
ataúd, que se trasladaría a la capilla del Santo Cristo del Socorro,
donde se rezaría un responso hasta la hora en que fuese llevado al
cementerio público por la empresa pertinente.
ejecución.
El artículo 10, de que la Hermandad jamás presenciaría una
El artículo 11, de no admitirse la intromisión en los derechos
y obligaciones de la Hermandad de ninguna sociedad 181 .
Al día siguiente, el 13 de marzo, volvió a retomarse el estudio
y la aprobación del capítulo III, nominado “Conduccion en sillas de
manos á los pobres que no puedan ir por sus pies”. Este capítulo
estaba formado por cuatro artículos.
El capítulo IV, llamado de la “Asistencia con cartas de
Caridad y limosnas á los pobres que necesiten salir de Málaga a su
curacion”, contemplaba sólo dos artículos.
El capítulo V, conocido como “Nombre y divisa de la
Hermandad. Número de hermanos y trato recíproco”, constaba de
cuatro artículos.
181 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 12 de marzo de 1879, fols. 93-98.
928

El artículo 1, decía que:
“Conservará la Hermandad su antiguo nombre
de la Santa Caridad de Nuestro Señor
Jesucristo, usando por divisa un escudo con una
Cruz verde en campo llano sobre un corazon
despidiendo llamas y alrededor el lema Deus
Charitas est, cuyo distintivo es obligación de
los hermanos ostentar en todos los actos
publicos. El féretro, hopas y demás efectos de
su propiedad ostentarán el color azul”.
El artículo 2, que el número de hermanos será indeterminado,
compuesto por eclesiásticos y seglares.
“de usted”.
El artículo 3, que el tratamiento en los actos y cabildos será el
El artículo 4, que el hermano que entre a una junta
comenzada, hará reverencia al Santo Cristo y a la presidencia,
tomando en seguida asiento. Sin embargo, cuando entrara un pobre
todos se levantarán mirándolo como “á Nuestro Señor Jesucristo”.
El capítulo VI, titulado “Admision de hermanos y
bienhechores. Sus derechos y obligaciones”, constaba de quince
artículos.
El artículo 1 indicaba literalmente lo que se expone a
continuación:
“El que haya de ser admitido por hermano
deberá reunir las siguientes circunstancias:
1ª Ser cristiano Católico apostólico romano.
2ª No haber sido castigado con pena infame por
ningun tribunal del Reyno ó extranjero.
929

3ª Ser de buenas y loables costumbres.
4ª Que tenga Caridad ó empleo por el cual se
mantenga con honor y decencia.
5ª Ser mayores de edad, sino son hijos de
hermano, y siéndolo tener al menos quince
años; pero sin voz ni voto hasta la mayor edad.
6ª Que han de entrar resueltos á servir á Dios en
sus pobres con completa obediencia á cuanto
previenen nuestras reglas y tanto celo y
resolucion que si encontraran un desvalido en
las calles ó plazas públicas y fuera necesario
tomarlo á cuestas y traerlo á nuestra Casa ú otra
de Caridad lo hagan sin detención alguna”.
El artículo 2, que para ingresar en la Hermandad debía cursar
una solicitud indicando una serie de datos.
El artículo 3, que la solicitud se entregaría al secretario, quien
la pasaría al hermano mayor, y éste consultaría a los alcaldes
(eclesiástico y seglar) por si encontraban inconveniente. Al no
haber obstáculo, se presentaría en el primer cabildo ordinario que se
celebrara, votándose su admisión con bolas blancas y negras.
El artículo 4, que el candidato sería citado en el primer
cabildo ordinario o extraordinario, una vez rezadas las preces y
estando el solicitante en la antesala, se nombrarían a dos hermanos
para que le condujeran ante la mesa, donde después haría reverencia
al Crucifijo, en pie y la mano sobre el pecho si fuera sacerdote, de
rodillas con la mano sobre la Cruz si era caballero de hábito y no
siéndolo, sobre la peana del Crucifijo, prestará leyéndolo el
secretario una fórmula de juramento.
El artículo 5, que cualquier hijo de hermano sería admitido
desde los 15 años, no contando con voz ni voto hasta la edad de 20.
930

El artículo 6, que a la entrada todo hermano pagaría una
limosna de 4 reales de vellón.
El artículo 7, que los hermanos podrían asociar a sus esposas,
madre, hijas o hermanas, siempre que lo pidieran por escrito a la
Junta de Gobierno, que lo acordaría en cabildo ordinario.
El artículo 8, que la asociada gozaría de todos los sufragios
que correspondieran a los hermanos, a excepción de las misas por la
Hermandad si no satisfaría los cien reales.
El artículo 9, que los hermanos que quisieran causar baja lo
comunicaran al secretario.
El artículo 10, que los hermanos que dejasen de asistir por un
año a los actos convocados por la Hermandad sin justificación,
serían citados a cabildo ordinario para que presentaran sus excusas,
si aún así persistiera causarían baja.
El artículo 11, que si algún hermano incurriese en falta grave
y pública, sería sancionado con la expulsión o con una suspensión.
El artículo 12, que al hermano que no pagase sin justificación
durante un año la luminaria se le daría de baja.
El artículo 13, que cuando se tuviese noticia del fallecimiento
de un hermano, se avisaría a los demás con el fin de mandar aplicar
la misa de obligación y que se concurriera a su entierro en
corporación “con cruz y faroles para lo cual serán citados á la Sala
de Juntas”.
El artículo 14, que la persona que deseara ser admitido por
bienhechor bastaría con ponerlo por escrito o verbalmente
ofreciendo pagar una limosna mensual para los pobres.
931

El artículo 15, que teniendo la Hermandad la obligación de
pedir limosna para sus pobres, lo efectuarían los hermanos cuando
lo dispusiera la Junta de Gobierno 182 .
Como ya había sucedido en sesiones anteriores, se suspendió
la del día 12 y se reanudó el 13. Antes de iniciarse la revisión de los
capítulos, se leyeron tres instancias de los miembros de la
Corporación, Rafael Alarcón Luján, Cristóbal Alarcón Manescau y
José Garrido Burgos, solicitando la asociación de sus esposas, lo
que fue acordado por los asistentes.
El capítulo VII, intitulado “Fiesta á San Julian nuestro patrón
y honras por los hermanos difuntos”, estaba integrado por tres
artículos.
El artículo 1, señalaba que:
“El dia veinte y ocho de Enero de cada año, en
que nuestra Santa Madre la Iglesia celebra al
S[eño]r. S[a]n. Julian, Obispo de Cuenca,
nuestro Patrono, habra en nuestra Iglesia fiesta
solemne con Visperas, Misa cantada con
diáconos, sermón, música y el Santísimo
Sacramento de manifiesto en el Jubileo de las
Cuarenta horas, procurándose en todo ello la
mayor decencia”.
El artículo 2, que el día más próximo a la fiesta del santo
patrón, se efectuarían honras por los hermanos difuntos, poniéndose
un túmulo decente con la cera necesaria, además de los doce cirios
que se reservaban para los entierros.
182 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 13 de marzo de 1879, fols. 101-109.
932

El artículo 3, que serían comunicados a los hermanos los
actos para que acudieran 183 .
En la sesión estatutaria del día 14, el hermano Emilio Blasco
intervino para que se abordara la cuestión de cómo se tenía que
llamar al hermano mayor, si de “teniente de hermano mayor” o de
“hermano mayor electivo”. Se sometió a votación y por mayoría se
aprobó que fuese la segunda de las designaciones, mientras viviesen
los actuales hermanos mayores perpetuos, la reina Isabel II y su
esposo Francisco de Asís.
Fueron aprobados de los capítulos VIII al XI, inclusive.
El capítulo VIII, designado “Junta de Gobierno y
obligaciones de los hermanos oficiales”, tenía diez artículos.
El artículo 1, daba cuenta de los miembros que componían la
Junta de Gobierno: hermano mayor, alcaldes eclesiástico y seglar,
fiscal, secretario 1º y 2º, contador, tesorero y doce consiliarios.
años.
El artículo 2, que la Junta de Gobierno se elegiría todos los
El artículo 3, que el hermano mayor presidiría los actos de la
Hermandad y usaría -en los que no fuesen cabildos- como distintivo
un bastón de plata. Asimismo, se reseñarían las atribuciones.
El artículo 4, que los alcaldes serían los consejeros y
sustitutos de hermano mayor.
Estatutos.
El artículo 5, que el fiscal cuidaría del cumplimiento de los
183
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 14 de marzo de 1879, fols. 110 y
111.
933

El artículo 6, que el secretario 1º y, en su defecto, el 2º,
citaría a los hermanos, redactaría las actas y ejercería otras
funciones propias de su cargo.
El artículo 7, que el contador llevaría el libro de contaduría,
examinaría las cuentas anuales y estaría pendiente de que los cobros
de la Hermandad se efectuaran oportunamente.
El artículo 8, que el tesorero cuidaría de recibir cuanto
correspondiese a la Hermandad por intereses de sus láminas de
papel del Estado y pagaría los libramientos oportunos.
El artículo 9, que los doce consiliarios -seis antiguos y seis
modernos- asistirían a los cabidos para dar la opinión sobre los
asuntos que se trataran.
El artículo 10, que las vacantes de estos oficios serían
repuestas inmediatamente en cabildo ordinario, a excepción de los
consiliarios que los nombraría el hermano mayor.
El capítulo IX, concernía a las funciones “Del Capellan”.
Éstas se repartían en tres artículos, encargándose, principalmente,
de asistir espiritualmente a los pobres y de cuidar la iglesia, así
como de los sagrados objetos de las funciones religiosas.
El capítulo X, se centraba en las atribuciones de los
“Hermanos Celadores y Médico”, expresadas en tres artículos.
En el artículo 1, se decía que los nombrados para celadores
“asistirán diariamente y á distintas horas á nuestra Casa cuidando de
que en ella se cumpla cuanto está mandado”.
En el artículo 2, se plasmaba la obligación que éstos tenían de
“acompañar á la silla de caridad y dejar depositados en el Hospital ó
casa á donde sean llevados los pobres que la soliciten (...)”.
934

En el artículo 3, se señalaba la función del médico.
El capítulo XI, estaba inspirado en las figuras del “Sacristán,
Citador, Portero y Sirvientes”.
El artículo 1, aludía al sacristán y, parece ser, que éste
también hacía las veces de citador.
El artículo 2, al portero.
El artículo 3, a dos mozos que, nombrados por el hermano
mayor, cuidarían del aseo del establecimiento, de hacer camas,
limpiar vasos y hacer la compra diaria.
El artículo 4, al estipendio que los sirvientes cobrarían 184 .
La última reunión de Estatutos se realizaría el 14 de marzo.
En ella, se terminaron de aprobar los mismos.
artículos.
El capítulo XII, de “Cabildos y su celebración”, contenía diez
El artículo 1, subrayaba la celebración de tres clases de
cabildos: ordinarios, generales y generales extraordinarios.
El artículo 2, que los cabildos ordinarios se realizarían, por lo
menos, una vez al mes.
El artículo 3, que a los cabildos generales se citaría a toda la
Hermandad, siendo dos a llevarse a cabo en el año: cabildo general
de cuentas y elecciones y el de toma de posesión.
El artículo 4, que el cabildo general de cuentas y elecciones
se celebraría en la segunda quincena del mes de julio.
El artículo 5, que el cabildo general de toma de posesión sería
citado ocho días después del anterior.
184 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 15 de marzo de 1879, fols. 111-123.
935

El artículo 6, que los cabildos generales extraordinarios se
citarían cuando el cabildo ordinario no pudiera resolver asuntos de
extrema importancia.
El artículo 7, que el cabildo ordinario se celebraría con la
asistencia de, al menos, nueve hermanos; y para el general, trece.
El artículo 8, que en los dos cabildos generales y en los
extraordinarios podrían tratarse otros asuntos al término de la
deliberación de los reseñados en el orden del día.
El artículo 9, que los cabildos se celebrarían en la sala de
juntas, salvo circunstancias excepcionales.
El artículo 10, que en ausencia del hermano mayor serían
presididos los cabildos y demás actos corporativos por el alcalde
eclesiástico, el moderno, el consiliario más antiguo o el que los
concurrentes designaran.
El capítulo XIII, del “Socorro a los hermanos”, contaba con
tres artículos.
El artículo 1, hacía hincapié en que:
“Cuando algun hermano supiere que otro ha
comprobado hasta el estremo de necesitar ser
socorrido, está obligado á ponerlo
inmediatamente en conocimiento de la Junta de
Gobierno”.
El artículo 2, que si algún hermano en tan triste estado
solicitara la admisión en la Casa, sería reconocido por el médico
para “cerciorarse de que no padece enfermedad alguna contagiosa
(...)”.
936

El artículo 3, que si un hermano solicitara vivir en la Casa,
guardando las mismas reglas que los demás y costeando su estancia
por adelantado cada mes, será admitido por el cabildo ordinario.
artículos.
El capítulo XIV, del “Archivo y Archivero”, sumaban cuatro
El artículo 1, trataba de que:
“Habra uno ó mas armarios exclusivamente
dedicados al Archivo, donde se custodiarán
cuantos libros y papeles interesen á la
Hermandad en legajos numerados con Indice
donde minuciosamente conste cuanto exista
para su fácil busca en caso de necesidad, sin
que pueda ser extraido de su sitio documento
alguno sin mandato del Cabildo ordinario y
entregándose al archivero resguardo sellado y
firmado por el Secretario, con el V[isto]º
B[ueno]º del Hermano Mayor”.
El artículo 2, que el hermano que se juzgara “apto y con el
tiempo necesario” sería nombrado archivero.
El artículo 3, que aceptado el cargo, será forzoso y no
renunciable sin “causa legítima”.
El artículo 4, que el hermano mayor y el fiscal visitarían el
archivo una vez al año con el fin de comprobarse su estado.
El capítulo XV y último, añadía los “Imprevistos y
conclusión” en tres artículos.
El artículo 1, reflejaba que los asuntos no previstos en los
Estatutos se decidirían según la importancia por el cabildo ordinario
o general.
937

El artículo 2, que si fuese necesaria la renovación de las
Reglas se haría precisamente por un cabildo general, donde se
diesen cita la mitad más uno de los miembros de la Hermandad.
El artículo 3, que a las Constituciones impresas se añadirían
un testimonio de las indulgencias y gracias concedidas a la
Hermandad. Se terminaba con el siguiente párrafo:
“Todo lo cual deseamos sea y se cumpla para
honra y gloria de Dios Nuestro Señor de su
Santísima Madre y nuestro Santo Patrono; bien
de nuestros hermanos los pobres y utilidad de
nuestras almas. Amen” 185 .
Tres años después, concretamente el 27 de septiembre de
1882, de que la Hermandad aprobara los Estatutos, seguían
pendiente de ratificación por parte de las autoridades eclesiásticas.
A pesar de ello, se hablaba de que sería conveniente regirse por
éstos antes que por los antiguos, pues se ajustaban más a los nuevos
tiempos 186 . No obstante, esta situación obligaría a la Hermandad a
convocar a los hermanos a cabildo general extraordinario el 3 de
octubre de 1882, para que se resolviera si, mientras el Diocesano
aprobaba las Reglas reformadas, se regían por los anteriores o
empezaban a hacerlo por los renovados. Se entabló una discusión
en la que intervinieron varios hermanos, unos a favor y otros en
contra, de que se usaran los nuevos. El señor Blasco propuso que se
siguieran usando los antiguos Estatutos hasta que los reformados
185 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 16 de marzo de 1879, fols. 123-135.
186 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 27 de septiembre de 1882, fol. 262.
938

obtuvieran todas las aprobaciones. Esta cuestión fue sometida a
votación, siendo rechazada por los presentes y acordándose que:
“se usarían interinamente los reformados, sin
perjuicio de corregirlos cuando hubieran de
regir definitivamente con arreglo á la Censura
de la Superioridad” 187 .
En los primeros meses de 1883, Antonio Castelló se interesó
por los Estatutos, respondiéndole el hermano mayor que
continuaban en el Obispado, ya que el Prelado deseaba que figurara
como presidente nato el párroco de los Santos Mártires, a lo que
se negaba la Hermandad. Por su parte, Juan Tejón Rodríguez
propuso que se efectuara una visita al Palacio Episcopal para
agilizar la tramitación de los mismos. Los cofrades de la
Corporación resolvieron que el hermano mayor y el proponente la
realizaran 188 .
En un cabildo convocado en el verano de ese año, se informó
que el Obispo seguía empeñado en que el cura de la parroquia de
los Mártires figurara con tal cargo. En consecuencia, se acordó que
la Hermandad no quería ni podía consentir dicha imposición. Pese a
ello, se decidió emprender las últimas gestiones y si la situación
persistía, se retiraría la aprobación de los Estatutos, no siendo
indispensable para el funcionamiento de la Institución 189 . En los
quince años restantes del mandato de Fermín Alarcón Luján, nada
187 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 3 de octubre de 1882, fol. 266.
188 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 5 de abril de 1883, fols. 268 y 269.
189 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 18 de julio de 1883, fol. 279.
939

se mencionaba en las actas de la Hermandad con respecto a esta
cuestión.
7.- ASPECTOS ECONÓMICOS
7.1.- Cuotas
Nada más acceder al cargo de hermano mayor, Fermín
Alarcón Luján propuso, y así fue aceptado por los hermanos, que se
contribuyera con una cuota para el sostenimiento de los asilados.
Ésta la recibiría el capellán administrador de la Casa, Francisco
Florín, quien extendería un recibo de haberla cobrado y sería el
responsable de los fondos y de su inversión 190 .
Pero a finales de 1877, la situación económica de la
Hermandad era más acuciante. Así que se tomó una resolución para
poder sostener a los pobres del establecimiento. Esta fórmula
consistía en que cada miembro de la Junta de Gobierno aportara 16
reales, como mínimo, para el alimento de los pobres 191 .
En un informe económico presentado en 1878, constaba que:
“(...) gran parte de los hermanos han
contribuido para el sostenimiento de los pobres,
sin cuyo auxilio no hubiera podido costearse
dichos gastos; siendo de sentir que algunos de
nuestros consocios no hayan contribuido
absolutamente á sobrellevar estos gastos
precisos, y otros solo lo hayan hecho por un
190
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 14 de junio de 1877, fol. 7.
191
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 17 de diciembre de 1877, fols. 32 y
33.
940

tiempo dado y se hayan negado después á
continuar sus limosnas y como en el estado
actual de la Casa no pueden cubrirse los gastos
sin que los hermanos ayuden con sus donativos
y creamos esta es una obligacion que debe
llevarse por todos los hermanos (...)” 192 .
Parece ser que sólo un reducido número de cofrades pagaron
los 16 reales mensuales para el mantenimiento de los pobres. Esta
cifra era insuficiente para todo cuanto había de acometerse. Por lo
tanto, se obligó a que cada hermano se comprometiera a pagar una
cuota mensual de 4 reales de mínimo y 20 de máximo. Para ello, se
comunicaría a través de una circular la penosa situación financiera y
la resolución tomada en cabildo fechado el 16 de junio de 1878 193 .
Un año más tarde, se informó a los hermanos de que, pese a
los escasos recursos, existía a fecha de 30 de junio en poder del
tesorero la cantidad de 8.273,51 reales 194 .
Una manera ingeniosa de incrementar los ingresos fue
mediante el aumento de la nómina de hermanos. De este modo,
Rafael Alarcón expuso en el cabildo del día 17 de julio de 1883,
que tenía entendido que los nuevos hermanos ingresados no
satisfacían la cuota contemplada en los Estatutos. A la vista de esta
información, solicitaba que debía exigírseles, así como a todos los
que lo fueren.
El fiscal de la Hermandad dio cumplida lectura sobre el
artículo en cuestión, acordándose que:
192 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 11 de junio de 1878, fol. 55.
193 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 16 de junio de 1878, fols.72 y 73.
194 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 31 de julio de 1879, fol. 143.
941

“á cuantos se hallan en dicho caso se les oficie
manifestándoles elijan entre pagar la cuota para
adquirir el verdadero carácter de hermanos ó
quedar como bienhechores de la Casa sin otros
derechos que los concedidos a estos en nuestros
Estatutos” 195 .
Así, el día 1 de agosto del citado año, se volvió a tratar el
asunto. Rafael Solís manifestó que él era uno de los que no había
satisfecho la cuota de entrada, debiéndose a que al solicitar el
ingreso: “le dijeron que podia satisfacer la cuota aplicando Misas
por la intención de la Hermandad y asi lo habia efectuado en su
parroquia” 196 . Tras aclarársele el asunto, efectuó el pago de la
cantidad en metálico 197 . Más adelante, se comunicó a los hermanos
que no habían procedido al pago de la luminaria, que se actuaría
como prevenían los Estatutos 198 .
7.2.- Pleito contra Manuel Rubio Velázquez
Tras el cese de Manuel Rubio Velázquez como hermano
mayor, la nueva Junta de Gobierno de la Hermandad de la Caridad,
presidida por Fermín Alarcón Luján, había echado en falta libros y
documentos, así como obras de arte, que, según todos los indicios,
apuntaban a que obraban en poder del veterano cofrade. En el
cabildo ordinario de 14 de junio de 1877, se acordó el envío de una
comunicación a Rubio Velázquez para que, en el término más
195
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 17 de julio de 1883, fol. 280.
196
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 1 de agosto de 1883, fol. 282.
197
Ídem.
198
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 8 de enero de 1884, fol. 297.
942

eve, hiciera entrega de los caudales, contabilidad y demás efectos
de esta Casa, cuya falta colocaba a los actuales gestores en una
situación extremadamente comprometida 199 .
Once días después, se volvieron a reunir los hermanos para
abordar, entre otros asuntos, el aspecto económico. Entonces, se dio
lectura a un oficio remitido por Manuel Rubio Velázquez en el que
figuraba una relación de valores representados por láminas de papel
del Estado, carpetas, cupones, etc.
La Hermandad no daba garantías, por no tener antecedentes
ni referencias, de los créditos y débitos del hospital. Entonces se
decidió reunir a los claveros salientes para el día 28 del referido
mes, con objeto de que diesen cuenta. En caso contrario, se acudiría
al prelado de la diócesis Esteban José Pérez y Fernández según
prevenían las Constituciones 200 .
En la citada fecha, no comparecieron los claveros y secretario
1º salientes. Pero sí se dio lectura a los oficios dirigidos a los
citados y al enviado por el secretario 2º, Emilio Blasco Muñoz,
presentando sus excusas por no hacer la entrega en ese día. El fiscal
de la Hermandad pidió que, durante un tiempo, se dejara de
apremiar a Manuel Rubio, con el fin de que pudiera formar sus
cuentas, sin perjuicio de que el hermano mayor electivo lo
obtuviera amistosamente; y a Emilio Blasco, que se le exigiera de
nuevo las actas y demás documentos que de secretaría obraban en
su poder. También se acordó solicitar del primero, la devolución de
199 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 14 de junio de 1877, fol. 6.
200 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 25 de junio de 1877, fols. 11 y 12.
943

los cuadros colocados en la sala de juntas, que él mandó retirar para
llevárselos 201 .
Las críticas sobre la gestión económica de la anterior Junta de
Gobierno no arreciaban. Esta vez era el contador, José Díaz Reus,
quien se quejaba en el cabildo de 8 de julio de 1877, de que su
antecesor en el cargo no le hubiese entregado el libro de cuentas
dado que, de este modo, no podía averiguar los fondos percibidos o
pagados por el tesorero. Ante la dimensión del problema, que cada
vez se agravaba más, el fiscal indicó la conveniencia de informar de
todo cuanto estaba ocurriendo al Obispo para que interviniese y
diese una pronta solución. La Hermandad estuvo de acuerdo con lo
expuesto, conviniendo que, si no se entregaba la documentación por
los oficiales salientes para el primer domingo de agosto, se citara a
cabildo general. Asimismo, se decidió realizar un inventario de
cómo se hallaba la Casa al tomar posesión la nueva Junta de
Gobierno y de cuanto ocurriese hasta la terminación del
cometido 202 .
Como estaba previsto, el 9 de agosto se reunió la
Corporación. En primer lugar, el hermano mayor informó que el
secretario 1º saliente, Emilio Blasco, le había entregado las actas,
faltando tan sólo algunos pliegos que estaban en poder de Manuel
Rubio Velázquez. En segundo lugar, ponía en conocimiento de
todos:
“la situación excepcional en que viene
ejerciendo la Junta directiva no habiendo
201 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 28 de junio de 1877, fol. 17.
202 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 8 de julio de 1877, fol. 24.
944

logrado de la anterior la entrega de Cuentas y
muchos efectos situación que habia motivado
una protesta del Hermano fiscal en el Cabildo
particular ultimo con la insinuación de que si la
Hermandad no decidia el dar cuenta al Prelado
de la Diócesis lo haria él en cumplimiento de lo
que como tal fiscal le prescribian los
Estatutos” 203 .
Posteriormente, el fiscal expuso el dictamen elaborado por él.
Una vez leído, se sometió a debate y se acordó por unanimidad
-salvo el voto de Emilio Blasco- comunicárselo al Obispo. También
se abordó el asunto de los cuadros, al recibirse un oficio enviado
por Manuel Rubio Velázquez referente a las pinturas que había
devuelto:
“1-Un cuadro en lienzo de unas tres varas de
alto y una y media de ancho próximamente
representando a N[ues]tra S[eño]ra de la
Asunción
1-Otro id[em] – id[em] - de dos metros de alto
y uno y medio de ancho próximamente con la
efigie de San Gerónimo
1-Otro id[em] con iguales dimensiones que el
anterior en lienzo en que parece la Sagrada
Familia
1-Otro id[em] con las mismas dimensiones y la
imagen de Jesús Nazareno
2-Dos id[em] en lienzo de dos varas de largo y
una y cuarta de ancho (aproxidar) [sic] digo
aproximadamente representando dos milagros
de N[uest]ro S[eñ]or Jesucristo en el Templo de
Salomón y
203 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 9 de agosto de 1877, fol. 27.
945

2-Otros dos de vara y media de largo y una de
alto próximamente que representan el Templo
de Diana y Ruinas de Roma” 204 .
A finales de 1877, se decidió visitar al Obispo con motivo de
que se les respondiera al oficio remitido y a suplicarle socorriera
con alguna limosna al asilo, en virtud de la apurada situación
reinante 205 . Desde el Palacio Episcopal se contestó que si fuera
menester, la Corporación se valiese del nombre de la primera
autoridad eclesiástica para amonestar a los hermanos a cumplir con
sus deberes.
El asunto no terminaba de arreglarse cuando surgió uno aún
más delicado, la desaparición de 70.000 reales bajo el gobierno de
Rubio Velázquez. Por esta circunstancia, en el cabildo ordinario de
22 de diciembre de 1879, Fermín Alarcón dio a leer una carta con
fecha 16 del mismo mes, enviada por el agente de la Hermandad en
Madrid, Manuel de Anduaga. En el acta quedó reflejado el siguiente
texto:
“El Secretario dio lectura á dicha carta en que
se participa al Herm[ano]º. Mayor que en virtud
de encargo de los que anteriormente lo fueron
D[o]n. Fernando de la Macorra y D[o]n.
Manuel Rubio Velazquez el S[eñ]or de
Anduaga habia recogido en el año de mil
ochocientos cincuenta y ocho de D[o]n. Miguel
Plasard cuñado de D. Santiago Escalar las
carpetas de dos créditos pertenecientes á este
Hospital: que como resultado de sus reiteradas
gestiones se liquidó uno de los citados Creditos
204 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 9 de agosto de 1877, fols. 28 y 29.
205 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 17 de diciembre de 1877, fol. 34.
946

en 1851 consignandose su producto de Setenta
mil Reales vellon en la Caja de Depósitos
según resguardo n[úmero]º. Diez mil
seiscientos veinte y seis fecha Catorce de Enero
de mil ochocientos sesenta y dos expedido á
favor del Hospital de San Julian (...)” 206 .
La asamblea de hermanos otorgó poder al hermano mayor
para que procediese a retirar los fondos, valores y documentos
pertenecientes a la Corporación.
En el primer cabildo de 1880, Fermín Alarcón Luján informó
que, en relación al acuerdo alcanzado, escribió el 23 de diciembre
pasado a Manuel de Anduaga enviándole un certificado del acta de
dicho cabildo con la finalidad de que procediera al envío de los
70.350 reales y que explicase la situación de otro crédito por un
importe de 70.000 reales. Éste respondió, seis días más tarde,
consignando que los 70.000 reales retirados de la Caja de Depósito,
el 17 de septiembre de 1862, habían sido remitidos a Manuel Rubio
Velázquez el día 23 de ese mismo mes. En vista de la noticia
facilitada por el mencionado agente, se consultaron los libros de
caja y contaduría de la Hermandad por si habían tenido ingreso en
las arcas los 70.000 reales, comprobándose que no figuraban la
entrada de tal suma. En consecuencia, se acordó pedir las oportunas
explicaciones a Manuel Rubio Velázquez 207 . Por su parte, Manuel
Rubio contestó al requerimiento de la Corporación que:
“en la fecha citada, estaba enfermo y ausente y
nada puede decir por tanto del movimiento de
206 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 22 de diciembre de 1879, fol. 165.
207 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 12 de enero de 1880, fols. 168-170.
947

caudales en esta Casa; pero si recuerda y cita
varios de los nombres de los hermanos que
presidieron en su ausencia (...)” 208 .
A tenor de las explicaciones ofrecidas, el Cabildo acordó el 7
de febrero de 1880, “no proceder con ligereza en tan grave y
delicado asunto”, determinando escribir a Manuel de Anduaga para
que enviara copia literal de la carta en que acusaran el recibo de la
letra por importe de los 70.000 reales o, en su caso, del resguardo
que en cualquier otra forma recibiera dicha cantidad 209 .
Recepcionado el correspondiente certificado, se pudo comprobar
que la letra de 70.000 reales de vellón fue librada en el mes de
septiembre de 1862 y firmado el recibí por Vicente M. Somer
Santo, hermano político de este último.
Fermín Alarcón Luján visitó, en compañía de Rafael José
Navarro, a Manuel Rubio Velázquez en su domicilio el 17 de abril
de 1880, sin obtener resultados satisfactorios 210 . Después de este
acto protocolario, la Hermandad se dirigió a consultar a los cofrades
Juan de la Bárcena y Joaquín Díaz García para que aconsejaran
como letrados 211 . La opinión de ambos fue que la Hermandad no
quedara impasible, por ese motivo se convocó una reunión
extraordinaria el 23 de abril, dándose a conocer que:
“en el año de mil ochocientos sesenta y dos
fueron remitidos al Hermano Mayor entonces
setenta mil Reales vellon, sin que hasta el dia
208
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 7 de febrero de 1880, fol. 173.
209
Ídem.
210
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 17 de abril de 1880, fol. 180.
211
Ibídem, fols. 180 y 181.
948

aparezca la entrada en los fondos de la
Casa” 212 .
Una vez expuesto el asunto, se acordó citar a los hermanos
abogados y consultarles lo que era más conveniente para la
Hermandad 213 . Pasados diez días, se volvió a congregar a los
hermanos, acordando -a falta de un informe elaborado por los
abogados consultados- lo siguiente:
“La Hermandad debe proceder á reclamar
judicial y extrajudicialmente, hasta apurar todos
los recursos, los Setenta mil Reales, que se
cobraron en Madrid por don Manuel Rubio
Velázquez en mil ochocientos sesenta y dos” 214 .
Tras acordarse esta resolución, se constituyó una comisión
formada por: Fermín Alarcón Luján, Manuel Ordóñez, Constantino
Grund, Eduardo de Luque y Rafael José Navarro.
En el cabildo de 23 de junio de 1880, se detalló lo efectuado
por la comisión hasta esa fecha, al tiempo de señalarse que la Junta
Provincial de Beneficencia había enviado un oficio a Manuel Rubio
Velázquez 215 .
Transcurrió un año para que se volviera a traer a colación el
asunto. En el cabildo de 13 de julio de 1881, se leyó otro oficio de
la Junta Provincial de Beneficencia comunicando la respuesta de
Manuel Rubio Velázquez referente al acta que aseguraba hallarse
212
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 23 de abril de 1880, fol. 184.
213
Ibídem, fol. 185.
214
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 3 de mayo de 1880, fol. 189.
215
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 23 de junio de 1880, fol. 191.
949

en este archivo y la respuesta a dicha Junta relatando los
pormenores de lo sucedido con la mencionada acta que obraba en
poder del citado hermano, así como del atraso en rendir las cuentas
que aprobó el cabildo. También se puso conocimiento de los
hermanos la:
“misteriosa desaparición de 70.000 reales
enviados desde Madrid en 1862 para este
Hospital con letra de cargo del Tesorero de
Hacienda Pública y orden del Administrador de
San Julián, cobrada, según aparece de
certificaciones por el difunto S[eñ]or. Vicente
Meliton Gomez Sancho en virtud de endoso de
su hermano político y nuestro entonces
Don Manuel Rubio Velázquez” 216 .
Asimismo, se relató que, en el último cabildo general de 23
de abril de 1880, la Hermandad decidió emprender todas las
acciones a su alcance para recuperar dichos fondos, creándose una
comisión ampliamente facultada, la cual agotó cuantos recursos
“pacíficos” existieran, incluso el de recurrir a la Junta Provincial de
Beneficencia, la que no prestó la debida atención.
La Hermandad tomaba en consideración la iniciativa de
defender los fondos de los pobres, para ello acometerían las
siguientes acciones: en primer lugar, presentar un recurso a la
Dirección General de Beneficencia por la inactividad de la Junta
Provincial; y, en segundo lugar, encomendar a un letrado -hermano
si fuera posible-, para que acudiese al Tribunal correspondiente en
defensa de los derechos de la Institución. Igualmente, se recordó
216 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 13 de julio de 1881, fol. 203.
950

que se estaba a la espera de que el anterior hermano mayor, hiciera
entrega de todos los efectos que tenía en su poder 217 .
En el cabildo de 4 de octubre de 1881, se dio cuenta de
haberse recibido un escrito de la Junta Provincial de Beneficencia,
adjuntando oficio de Manuel Rubio Velázquez, donde intentaba:
“(...) salvar con desatinados subterfugios su
responsabilidad en el asunto de los Setenta mil
reales, acumulando infames cargos á los
S[eño]res que en aquella época componian la
junta de gobierno, y atacando de una manera
dura, acre y por demas inconveniente á los
hermanos de la actual” 218 .
Además, la Junta Provincial pedía que se formara expediente
relativo al referido desfalco 219 . En la siguiente reunión, la del 14 de
noviembre, se trató el asunto de Rubio Velázquez y se acordó
contestar a la Junta de Beneficencia por el escrito remitido 220 . Este
asunto se irá tratando reiteradamente en cada uno de los cabildos y
juntas que se fueron celebrando, sin obtenerse ninguna solución 221 .
El 27 de septiembre de 1882, se adoptó la decisión de
“suspender por parte de la Hermandad las consideraciones y
prerrogativas de hermano” a Rubio Velázquez. Esta actitud
permanecería hasta que no hubiese un fallo por parte de los
217 Ibídem, fols. 203-205.
218 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 4 de octubre de 1881, fols. 226 y
227.
219 Ídem.
220 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 14 de noviembre de 1881, fols. 231-
240.
221 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 7 de agosto de 1882, fols. 241 y 242;
aa. cc. de 30 de agosto de 1882, fols. 246-249; aa. cc. de 18 de julio de 1883, fol. 277.
951

Tribunales de Justicia 222 . El estado de salud de la citada persona
provocaría la suspensión del asunto en abril de 1883, pues el
Juzgado no podía tomarle ninguna declaración al verse
imposibilitado físicamente 223 . Manuel Rubio Velázquez moría el 29
de septiembre de 1883 224 . En el primer cabildo mantenido por la
Corporación en el año 1884, se dio cuenta de las 25 misas aplicadas
por el eterno descanso del finado 225 . De este modo, la Hermandad
de la Santa Caridad quedó impedida para recuperar dicha suma.
7.3.- Donaciones
Las muestras de amor hacia el prójimo suponían para la
Hermandad de la Caridad aliviar, en parte, la maltrecha economía
de la Casa. Bajo el mandato de Fermín Alarcón Luján las ayudas
que se recibieron, al menos que se tenga constancia documental,
fueron las siguientes:
TABLA 54
AÑO DONANTE OBSERVACIÓN
1877 Servicio de Ajusticiados Entregó una partida de veintisiete
prendas para envolver
cadáveres 226 .
1877 Juan Hurtado Entregó dieciocho pares de
calzoncillos blancos 227 .
1877 Anónimo Regaló trajes para los asilados 228 .
222
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 27 de septiembre de 1882, fol. 263.
223
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 5 de abril de 1883, fol. 270.
224
A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 152 v.
225
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 8 de enero de 1884, fol. 296.
226
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 9 de agosto de 1877, fols. 29 y 30.
227
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 17 de diciembre de 1877, fols. 33 y
34.
228
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 31 de diciembre de 1877, fol. 39.
952

AÑO DONANTE OBSERVACIÓN
1879 Junta de Toros del Liceo Donó 1.000 reales de vellón 229 .
1888 Antonio Medina Jáuregui Dejó catorce casas 230 .
1894 Joaquín Ferrer, presidente Entregó un donativo de 125
del Circulo Mercantil pesetas 231 .
1894 Ciriaco Hurtado Dio una pieza de muselina
morena 232 .
7.4.- Láminas de Deuda Pública
7.4.1.- Patronato Agustina Mejías
A tenor de la gravosa situación económica por la que
atravesaba la Hermandad, se acordó el 17 de diciembre de 1877
enviar un escrito al Ministro de Hacienda con la intención de que se
pagaran los intereses vencidos de unas Láminas de Deuda Pública,
propiedad del hospital de San Julián 233 . Transcurridos unos meses,
Federico de Mesa preguntó por el estado en que se hallaba el cobro
de intereses de las Láminas de la Casa. El hermano mayor
respondió que:
“(...) de tres mil reales próximamente que
importaban mensualmente los intereses habia,
mediante las ultimas disposiciones del
Gobierno, quedado reducido á unos mil reales;
que en marzo ultimo se cobró un semestre y
que se gestionaba (...) para conseguir la entrega
229
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 23 de agosto de 1879, fol. 180.
230
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 16 de julio de 1888, fols. 10 y 11.
231
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 13 de mayo de 1894, fol. 74.
232
Ibídem, fol. 79.
233
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 26 de diciembre de 1877, fols. 34 y
35.
953

de algunas laminas pertenecientes á nuestra
Casa” 234 .
El 17 de enero de 1879, se dio cuenta de haberse cobrado
6.000 reales de los intereses de las Láminas, correspondientes al
primer semestre vencido en diciembre de 1878 235 .
Al año siguiente, se recibió una carta de Mariano Gordon
comunicando el derecho que tenía la Hermandad de recoger unas
Láminas de Deuda, procedentes de la venta de unos bienes, y los
intereses reportados que ascendían “a una suma (...) respetable” 236 .
La Hermandad autorizó el 30 de mayo de 1892 a José Mejía
Gutiérrez, agente de la misma en Madrid, a practicar las gestiones
necesarias para conseguir la liquidación y entrega de los valores, así
como el cobro de los intereses devengados, que ésta poseía. Para
ello, se hacía necesario otorgar dos documentos públicos: el
primero, conceder un poder a favor de dicha persona para gestionar
con las oficinas del Estado; y el segundo, poseer una escritura para
obtener el capital correspondiente a la venta líquida no emitida y a
los remanentes de los bienes vendidos por el Estado a la
Hermandad, durante la primera y segunda época de la
desamortización. Al mismo tiempo, se harían efectivos los intereses
devengados por las Láminas que por tal capital se habían de
emitir 237 .
Una vez presentadas las cuentas por Francisco de Paula
Campuzano Herrera, agente encargado del cobro de los intereses de
234 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 16 de junio de 1878, fol. 74.
235 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 17 de enero de 1879, fol. 77.
236 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 23 de junio de 1880, fol. 192.
237 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 30 de mayo de 1892, fols. 30 y 31.
954

las Láminas de Deuda Pública, el 13 de mayo de 1894, se recibió la
noticia de que dejaba de serlo, dado su estado de salud 238 . Por lo
tanto, se revocó el poder que tenía conferido desde el año 1884 y se
le confirió al tesorero, Felipe Neri Casado Reissig, para el cobro de
las referidas Láminas y de los atrasos, en caso de haberlos 239 . En
ese sentido, la Junta de Gobierno acordó el 14 de marzo de 1898 la
autorización para que el tesorero cobrase los intereses de la Lámina
de Deuda Pública de España, al 4%, de 10.438,69 reales,
procedentes del Patronato fundado por Agustina Mejías a favor del
hospital de San Julián 240 .
7.4.2.- Cofradía del San Juan Degollado
Deseando la Hermandad convertir las Láminas del 3% que
poseía de la Cofradía de San Juan Degollado, compareció el notario
público para dar fiel testimonio de lo pretendido el 30 de agosto de
1883. Se otorgó escritura de mandato a favor del tesorero para que,
en nombre de la Corporación, la presentara en las oficinas de
Hacienda con la finalidad de convertirlas en la Dirección General
de la Deuda 241 . En una reunión posterior a esta fecha, se dio cuenta
de que el tesorero había dado poder a Francisco Campuzano, para
que se encargara de la formalización 242 . El Sr. Campuzano efectuó
238 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 13 de mayo de 1894, fol. 79.
239 Ibídem, fols. 79 y 80.
240 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 14 de marzo de 1898, fols. 117 y
118.
241 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 30 de agosto de 1883, fols. 297 y
298.
242 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 18 de septiembre de 1883, fols. 290
y 291.
955

lo encomendado, cobrando los intereses y convirtiendo las Láminas.
Tras deducirse los gastos, se recibieron 9.370 reales de vellón y 19
céntimos. Por la conversión se obtuvo una nueva Lámina al
portador por valor de 500 pesetas nominales 243 .
7.4.3.- Inversión en el Sindicato de Ferrocarriles
En cabildo ordinario celebrado el día 19 de febrero de 1880,
se acordó efectuar una inversión de fondos en una Sociedad
conocida con el nombre de “Sindicato del Ferrocarril de Córdoba a
Málaga”, por un tiempo de cuatro meses a un tipo de interés del
4,5% anual 244 .
Pasado el plazo reglamentario de la imposición, la
Hermandad de la Caridad acordó renovar la operación pero
retirando los intereses para atender las necesidades de los pobres
asilados 245 .
7.5.- Censo sobre el Cortijo de Moral
En cabildo ordinario de hermanos celebrado el 14 de abril de
1879, se informó de estar ejerciéndose las gestiones oportunas para
cobrar los atrasos del censo sobre el Cortijo del Moral. Los
deudores exigían la presentación de los títulos, requisito que exigía
la Ley. Se acordó, en respuesta a dicho cumplimiento, encomendar
243 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 8 de enero de 1884, fol. 294.
244 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 19 de febrero de 1880, fol. 175.
245 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 23 de junio de 1880, fol. 192.
956

a Félix Rando la búsqueda en el Archivo de los citados Títulos, que
facilitarían el cobro de esos fondos 246 .
Cuatro años después, vuelve a abordarse este asunto en un
cabildo, concretamente el 30 de mayo de 1883. En él, se dio cuenta
sobre el procedimiento judicial existente contra los deudores por
réditos del censo del Cortijo de Moral. Los asistentes consideraban
que, practicado el embargo, se hallaban seguros del cobro de los
intereses y dado que no era posible hacer efectivos los débitos de
una sola vez por parte de los deudores, autorizaban al hermano
mayor a esperar y que se abstuviera de tomar documentos que
vinieran como renovación del contrato 247 . Unos meses más tarde, se
presentó la lista de los deudores, pormenorizando los nombres y las
cantidades de sus débitos:
-Censualistas hasta la redención de parte del censo
Rafael Domínguez: 1.860,66 reales de vellón; José
Barrionuevo: 4.330,66 reales de vellón; Narciso Franquelo:
3.102,66 reales de vellón; Dolores Ramírez: 1.541,33 reales de
vellón; Francisco Domínguez: 1.156,33 reales de vellón; Guillermo
Domínguez: 1.156,33 reales de vellón. Total: 13.145,99 reales de
vellón.
-Censualistas por la parte no redimida
246 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 14 de abril de 1879, fol. 138.
247 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 30 de mayo de 1883, fol. 271.
957

Narciso Franquelo: 9.916,33 reales de vellón; Dolores
Ramírez: 1.858,58 reales de vellón. Total: 11.774,58 reales de
vellón.
Sabemos, por una noticia aparecida en el cabildo celebrado el
8 de enero de 1884, que la Hermandad recibió algunos atrasos,
ascendiendo la suma a 1.400 reales de vellón 248 .
8.- ASISTENCIA A LOS CONDENADOS A MUERTE
La Hermandad de la Santa Caridad atendió espiritual y
corporalmente en este período a tres hombres condenados a la pena
capital, ya que a un cuarto penado la reina María Cristina de
Habsburgo-Lorena le concedió el indulto.
Así, en la mañana del día 4 de julio de 1881, le fueron leídas
las sentencias de muerte a Fernando Hidalgo Hidalgo, de 29 años,
soltero y natural de Álora, y a Cristóbal Heredia Torreblanca, de 20
años, también soltero y nacido en Almogía, por haber cometido un
crimen en el castillo de Gibralfaro. Nada más conocerse el
veredicto, Fermín Alarcón Luján se apresuró a enviar un telegrama
dirigido a la Reina solicitando el indulto para los reos en capilla.
Indulto que no se concedió. Los hermanos de Paz y Caridad, los
sacerdotes Manuel Ordóñez Marra, Antonio Castelló, Juan Hurtado
y José Rayo, y los seglares Rafael y Fermín Alarcón Luján, Juan
Tejón Rodríguez y Antonio Díaz, acompañaron a los presos a la
capilla donde habían preparado un altar, formado por un dosel
morado bajo el cual aparecían un cuadro que representaba la Virgen
248 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 8 de enero de 1884, fol. 296.
958

sosteniendo al Niño Jesús y delante un crucifijo, alumbrado todo
por cuatro velas. Allí, Fernando Hidalgo se arrodilló ante el cuadro
de la Virgen diciendo “madre mia, perdonadme, soy inocente”, y
Heredia, por su parte, lloraba. Luego, oyeron la misa celebrada por
Juan Hurtado y conversaron con varias personas. Posteriormente,
José Rayo ofició una segunda misa a la que los reos prestaron la
misma atención que a la primera. Hidalgo pidió que fuese a verlo su
cuñado, que era carabinero. La petición le fue concedida:
“(...) presentóse después el mencionado
pariente y tuvo lugar una escena que conmovió
a cuantos la presenciaron. Los dos cuñados
confundidos en un abrazo, prorrumpieron en
ayes y sollozos que arrancaron lágrimas a todos
los presentes. Hidalgo se quitó una chambra
que tenía y se la dio como recuerdo a su
hermano político” 249 .
Después de esta impresionante escena, los hermanos de la
Caridad no creyeron oportuno permitir a los prisioneros ver a sus
madres por lo que ello podía suponer. La comida y la cena que les
fue servida, estuvo costeada por la Hermandad. A lo largo de la
jornada, los presos tuvieron más encuentros con familiares,
viviéndose momentos desgarradores 250 . Al día siguiente, 5 de julio,
se cumplió la sentencia. A las 7 de la tarde y en la plaza de armas
del Castillo, los reos:
249 El Avisador Malagueño, Málaga, 5 de julio de 1881.
250 Ibídem.
959

“Arrodillados ante la bandera oyeron de nuevo
la sentencia. Hidalgo hizo uso de la palabra,
manifestando que era inocente, pidió perdon y
perdonó a cuantas personas hubiera podido
ofender. El mismo Hidalgo se resistió a que le
vendasen los ojos; pero como el coronel de
Borbón expresase que la ley exigia que le
pusiesen el pañuelo, se resignó y arrodillado, lo
mismo que su compañero, de cara hacia los
soldados que debian ejecutar la sentencia,
esperaron el fatal instante.
Los soldados que iban a disparar estaban
visiblemente conmovidos.
La escena no es para describirla. Sonó una
descarga de ocho tiros y los desgraciados
Hidalgo y Heredia cayeron en tierra. Las tropas
desfilaron delante de los cadáveres; el coronel
de Borbón las arengó. Los padres jesuitas
rezaron un responso, y después los hermanos de
la Paz y Caridad, recogieron los cuerpos y los
bajaron a la iglesia de San Julian, desde donde
fueron llevados al cementerio de San
Miguel” 251 .
Como estaba previsto, la Hermandad efectuó una colecta, que
ascendió a la suma de 6.959 reales de vellón. Siguiendo con lo
establecido en los Estatutos, se invirtieron las dos terceras partes,
esto es, 4.639,32 reales en lo siguiente: 1.245 reales en gastos de
capilla, 2.560 reales para limosna y 834 reales para misas. El tercio
restante, 2.319,68 reales, se emplearía en la renovación de hopas y
paños, compostura de féretros, sábanas para envolver los reos y las
honras y misas 252 .
251 El Avisador Malagueño, Málaga, 6 de julio de 1881.
252 A.H.D.M. Leg. 2, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 13 de julio de 1881, fols. 210 y 211.
960

La siguiente asistencia se llevó a efecto en el año 1886. La
Hermandad convocaba, como era costumbre, a sus miembros para
que cumplieran con este fin estatutario. Se tiene conocimiento a
través de una cédula de citación, que a Narciso Díaz de Escovar le
correspondió asistir al reo en la capilla de la cárcel pública desde las
4 hasta las 7 de la tarde del día 26 de septiembre 253 . Se trataba de
Francisco Martín Alcántara, alias el “Pingallo”, de 28 años de edad,
quien había cometido un “horrible delito”, según el periódico La
Unión Mercantil. Este mismo rotativo subrayaba en su información
que:
“fue bizarro soldado en la guerra de Africa
donde se distinguio alcanzando cruces pero de
vuelta á España, una historia de amores le hizo
pretender y alcanzar la triste plaza de ejecutor
de la Justicia” 254 .
La sentencia de Martín Alcántara se cumplió el martes, 28 de
septiembre, siendo el verdugo Lorenzo González, de 52 años,
natural de Bayona (Pontevedra), quien llevaba a sus espaldas
cuarenta y ocho ejecuciones 255 . La colecta realizada por los
hermanos de la Santa Caridad alcanzó los 6.013 reales de vellón 256 .
El último de los condenados, Salvador Paredes Zambrana,
alias “Palmarillo”, acusado de haber cometido un crimen, fue
finalmente indultado por la reina regente María Cristina en 1891.
No obstante, y desde el día 15 de julio, La Unión Mercantil venía
253
A.D.E. Caja 110, leg. 23, pza. 1.
254
La Unión Mercantil, Málaga, 28 de septiembre de 1886.
255
Ibídem.
256
A.H.D.M. Leg. 2, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 12 de octubre de 1886, fol. 365.
961

informando de la inminente ejecución del reo “Palmarillo”, dado
que la petición de indulto no se recibía 257 . Enterada la Hermandad
de la Santa Caridad de esta sentencia, comunicó por escrito a los
hermanos que correspondían asistir al reo, que entraría en capilla el
17 de julio 258 . El citado periódico señalaba en su edición del 16 de
julio:
“(...) la probabilidad de que en breve fuera
ejecutado (...).
Se aseguraba que el viernes [17 de julio] sería
puesto en capilla y que el sabado [18] (...) se
realizaría el terrible fallo.
La circunstancia de caer en la semana próxima
el cumpleaños y santo de la Reina Regente,
imposibilitan la ejecución en esos dias, al
mismo tiempo que hace concebir un resto de
esperanza de que la piedad nunca desmentida
de la ilustre señora, evite en Málaga el
repugnante espectáculo del patíbulo, si no se
verifica la ejecución el sábado”.
En el ejemplar del viernes, 17 de julio, el Decano del Ilustre
Colegio de Abogados de Málaga enviaba un escrito dirigido al
“Exc[elentisi]mo. S[eño]r. Mayordomo Mayor de Palacio”, rogando
a la Reina, por conducto del ilustre caballero, para que celebrara su
cumpleaños haciendo un acto de caridad cristiana al conceder el
indulto al desdichado Salvador Paredes Zambrana. Los días fueron
transcurriendo sin recibirse ningún tipo de noticias. Lo cierto es
que, tras reunirse el Consejo de Ministros, presidido por el
malagueño Antonio Cánovas del Castillo, se decidió volver a
257 La Unión Mercantil, Málaga, 15 de julio de 1891.
258 A.D.E. Caja 110, leg. 24, pza. 1.
962

examinar los expedientes de indulto de los reos a ejecutar. El
Consejo aconsejó a la Reina el perdón de algún preso y el de
denegar el de los demás 259 . El diario La Unión Mercantil resaltaba
dos días después, la amnistía concedida al “Palmarillo”. Con tal
motivo, se celebró en la cárcel una misa de acción de gracias,
asistiendo el obispo Marcelo Spínola y Maestre y el presidente de la
Audiencia José Ciudad Aurioles. El mismo periódico señalaba que
al acceder el Prelado al recinto penitenciario:
“(...) prorrumpieron los presos en grandes
vivas, al Obispo, á la Reina Regente, á la
caridad cristiana, y á los directores del
establecimiento”.
Más tarde, se unió al acto el alcalde de la ciudad, Sebastián
Souvirón Torres, cuñado del hermano mayor de Paz y Caridad,
Fermín Alarcón Luján, quien se sentó al lado del obispo Spínola.
Concluida la misa, se rezó una salve y las autoridades civiles y
eclesiásticas al abandonar el establecimiento fueron despedidas por
los presos con vivas. De esta forma, la Hermandad se salvaba, en
esta ocasión, de pasar por el trance de asistir a un condenado a la
pena capital.
9.- NUEVA UBICACIÓN DE LOS RESTOS DE ALONSO
GARCÍA GARCÉS Y UN INTENTO DE ENTERRAMIENTO
EN LA CRIPTA
El hermano Emilio Blasco Muñoz manifestó, en el cabildo de
13 de julio de 1881, que detrás del altar mayor de la iglesia existía
259 La Unión Mercantil, Málaga, 24 de julio de 1891.
963

una caja con los restos del fundador y primer hermano mayor de la
Hermandad, Alonso García Garcés. Consideraba que debían ocupar
un lugar preferente en el panteón o en la iglesia, por lo cual
solicitaba la autorización para que con el:
“mayor decoro posible y con el correspondiente
funeral á que fuera citada toda la Hermandad,
se diera sepultura en el lugar mas oportuno á
dichos restos, colocando lápida
conmemorativa” 260 .
Los asistentes al cabildo acogieron con sumo agrado la
propuesta, estando completamente de acuerdo con el ponente 261 . Al
mes siguiente, Emilio Blasco señaló la idoneidad de que dentro de
la caja se colocase una memoria de lo ocurrido con dichos restos y
certificado del acuerdo relativo a la instalación en la iglesia. Para tal
menester, se emplearía un tubo de plomo que sirviera para acreditar
la autenticidad. Esta idea quedó para el estudio de una comisión con
objeto de llevarla a su realización 262 .
Por otra parte, Eduardo López de Uralde, procurador de esta
Corporación, solicitó en 1884 su deseo de que los restos de su
padre político, fallecido hacía 25 años, fuesen trasladados a la
bóveda de la iglesia de San Julián. La Hermandad acordó en
consideración a los servicios que venía prestando dicho señor
acceder a lo pretendido, pese al mal estado de la bóveda. No
obstante, para el traslado de los restos se debía contar con el
permiso de la autoridad competente, dado que existía una normativa
260
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 13 de julio de 1881, fols. 212 y 213.
261
Ibídem, fol. 213.
262
A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 18 de agosto de 1881, fol. 225.
964

promulgada bajo el reinado de Carlos III, que prohibía los
enterramientos en las iglesias 263 .
10.- CONDUCCIÓN DE LOS POBRES EN SILLA DE
MANOS
Antonio Castelló Salazar mostró su disgusto en una asamblea
de la Hermandad celebrada el 8 de enero de 1884, porque los
conductores de sillas de caridad no vestían el traje estipulado en las
Reglas de la Hermandad. A la vista de esta queja, se decidió que
fueran siempre con el traje de la Casa y con el escudo de la divisa
en el brazo. Asimismo, se expresó que el coste de la conducción de
enfermos pobres al hospital Civil se había disparado, hallándose la
Hermandad imposibilitada para hacer frente a los gastos, dado que
irían en perjuicio del alimento y de la asistencia de los asilados del
propio establecimiento benéfico. Por lo tanto, se llegaba a la
conclusión de solicitar al Ayuntamiento una subvención, puesto que
estaba obligado a prestar dicho servicio público. En caso de que se
negara a la ayuda, la Hermandad desistiría de prestarla 264 . El
Consistorio trasladó este asunto a la Comisión de Hacienda para
que lo analizara. Tras ser estudiado detenidamente, se emitió un
informe dirigido al alcalde de la ciudad, Juan de la Bárcena
Mancheño, con fecha 16 de abril. Pues bien, un día después, en la
sesión plenaria se dio lectura al mismo:
263 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 9 de junio de 1884, fol. 299;
SÁNCHEZ LÓPEZ, J. A., Muerte y cofradías de Pasión en la Málaga del siglo
XVIII..., pp. 127-132.
264 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 8 de enero de 1884, fols. 294 y 295.
965

“(...) hecha cargo de las razones expuestas por
la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro
Señor Jesucristo, en la anterior comunicación y
considerando que no es posible dejar
desatendido un servicio tan importante como es
la conducción de pobres enfermos al hospital
provincial, que ahora viene desempeñando
dicha Hermandad, no ve inconveniente en que
siga la misma hecha cargo de tan importante
servicio, bajo el estipendio de una peseta
cincuenta céntimos por cada conducción, que
siempre resulta mas económico que si se
efectuase por cuenta del Municipio y si así lo
estimase V[uestra]. S[eñoria]. se lo comunique
a dicha Hermandad, previniéndole que las
cuentas que presenten al cobro en la Caja
municipal estén justificadas con recibos del
administrador del hospital, por cada un enfermo
que conduzcan ó con otro documento análogo,
pues de otra manera no seria buena data para el
Tribunal del Reino que en su dia ha de
examinar las de este municipio. V[uestra].
S[eñoria]. sin embargo acordará lo que mejor
proceda” 265 .
El Alcalde tomó la palabra para señalar que, en efecto, el
servicio costaba mucho más dinero cuando lo prestaba la
administración municipal que la Hermandad de la Caridad. Se
adhirieron a la propuesta los ediles, que aprobaron la traslación de
los enfermos y heridos en la silla de caridad, siguiendo las
instrucciones recogidas por la comisión de Hacienda 266 .
En una reunión mantenida por la Hermandad de la Santa
Caridad el 9 de junio del citado año, se informó de que el
265 A.M.M. Lib. 282, fols. 85 v. y 86.
266 Ídem.
966

Ayuntamiento había respondido que subvencionaría el servicio,
pagando seis reales de vellón por cada conducción, siempre que se
acudiera a la llamada de algún herido 267 .
267 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 9 de junio de 1884, fol. 300.
967

CAPÍTULO XVIII:
INSCRIPCIÓN DE HERMANOS

En este cuadro se relacionan las personas que, en la centuria
decimonónica, presentaron sus solicitudes para el ingreso en la
Hermandad de la Santa Caridad. Igualmente reseñamos, en los
casos conocidos, las ocupaciones que tenía cada uno de los inscritos
y las identidades de las cónyuges que formaron parte de la
Corporación.
Tabla 55
INGRESO HERMANO
14 de marzo de 1802 Fernando Barrientos, capitán del
Regimiento de Caballería de la Costa
Ídem María del Carmen Terán (esposa de
Fernando Barrientos)
Ídem José Segovia, capitán retirado
Ídem María Barrientos (esposa de José
Segovia)
Ídem Andrés de Ortega, presbítero
4 de abril de 1802 Juan de la Tobilla, capitán del
Regimiento Provincial
Ídem Mariano Orejón
9 de abril de 1802 Francisco de Paula Rexano,
presbítero
13 de junio de 1802 José de Naba, ayudante mayor del
Regimiento Provincial
18 de junio de 1802 Fernando Barrientos, cadete del
Regimiento de Caballería de la Costa
Ídem Josefa Méndez de Sotomayor (esposa
de Fernando Barrientos)
4 de julio de 1802 Antonio Oliver, prebendado de la
S.I.C. y comisario del Santo Oficio de
Granada
18 de julio de 1802 Juan de Sevilla, beneficiado de San
Juan
Ídem Antonio Pizarro, maestrante Real de
Ronda
Ídem María Dolores Rapela (esposa de
Antonio Pizarro)
Ídem Manuel Segovia, cadete del
Regimiento de Caballería de la Costa
Ídem Colona Bryas (esposa de Manuel
Segovia)
971

INGRESO HERMANO
1 de agosto de 1802 Jorge Vitamberg
Ídem Francisco de Milla, maestrante de la
Real de Ronda
Ídem Luis de Unzaga, 2º teniente del
Regimiento de Caballería de la Costa
Ídem Antonio de Zea, teniente del
Regimiento Provincial
17 de octubre de 1802 Juan de Dios Figueroa, cadete de
Reales Guardias Valonas
7 de noviembre de 1802 Martín Cabello, caballero de la Orden
de Santiago y capitán retirado
12 de diciembre de 1802 Fernando Ordóñez, capitán retirado
1 de mayo de 1803 Antonio Vitamberg
Ídem Josefa Leiva López (esposa de
Antonio Vitamberg)
5 de junio de 1803 Diego Felipe Suárez Zambrana
9 de septiembre de 1803 Cristóbal Rubio, teniente coronel
agregado y visitador del ramo de
Caballería del reino de Granada
15 de enero de 1804 Francisco Cipriano Llera, presbítero
Ídem Juan Julián de Llera
Ídem José de Ymas, administrador general
de Aduanas y Rentas
19 de enero de 1804 Joaquín María Suárez
8 de abril de 1804 Julián Solana, caballero de la Real
Orden de Carlos III y actual prior del
Real Tribunal del Consulado
Ídem Juan Doroteo del Postigo, oidor en
Guadalajara de América y caballero
de la Real Orden de Carlos III
Ídem Joaquín María Pery, capitán de
Ingenieros Hidráulicos
12 de abril de 1805 Duque de Montellano
14 de julio de 1805 Antonio Corrales Luque, canónigo de
la S.I.C.
Ídem Agustín García Palomo, presbítero
17 de febrero de 1811 Anastasio de Rute, presbítero
Ídem Rafael Suárez
Ídem Fernando Segovia
24 de febrero de 1811 Joaquín González Estefani
Ídem Francisco de Estrada
Ídem Juan Muñoz Nadales
Ídem Francisco Galín, presbítero
Ídem Diego Galín
Ídem José Hurtado de Mendoza
972

INGRESO HERMANO
Ídem Gabriela Hurtado Lopera (esposa de
José Hurtado de Mendoza)
Ídem Antonio Santaella
3 de marzo de 1811 Diego de Rute
Ídem Diego de la Cruz Vilchez, presbítero
Ídem Cristóbal de Zapata, presbítero
Ídem Antonio López, presbítero
Ídem Francisco de Torres Cuartero
Ídem Manuel de Torres Viedmar
Ídem Francisca Romero (esposa de Manuel
de Torres Viedmar)
Ídem Manuel de Cárdenas, conde de la
Quintería
Ídem Manuel Romero de León
Ídem Francisco Márquez
Ídem Salvador de Zea, presbítero
Ídem Manuel Hidalgo Casini, presbítero
Ídem María Casini (madre de Manuel
Hidalgo Casini)
Ídem Diego de Osuna, presbítero
Ídem Manuel Horcajadas, presbítero
Ídem José Torrens Castro de Villavicencio,
presbítero
Ídem Pedro Gumucio
Ídem Josefa Barrientos (esposa de Pedro
Gumucio)
10 de marzo de 1811 Félix Verdugo, presbítero
Ídem José Ruiz Narváez, presbítero y
capellán
Ídem Luis Heredia, presbítero
Ídem Luis de Rute
Ídem José de Lara Bada
17 de marzo de 1811 José Fernández Lagos, presbítero
Ídem Antonio Rodríguez
Ídem Joaquín de Torreblanca
Ídem Josefa Gumucio (esposa de Joaquín
de Torreblanca)
Ídem José Terán
Ídem Jerónimo Carrasco
Ídem Mateo Hudson
Ídem Raimundo Lions, presbítero
12 de mayo de 1811 Marqués de Torremayor
Ídem José Lechuga
Ídem José de la Bárcena
26 de mayo de 1811 Manuel Preciado, presbítero
973

INGRESO HERMANO
Ídem Antonio Martín, presbítero
9 de junio de 1811 Juan de Lara
Ídem José Fariñas, presbítero
Ídem Francisco Garzón, presbítero
4 de agosto de 1811 Manuel Garrido
18 de agosto de 1811 Alonso Ponce, presbítero
Ídem José Sánchez Castilla
9 de mayo de 1812 Silvestre de Azua
17 de enero de 1813 Juan Arostegui Esquivel
17 de marzo de 1813 Miguel Arostegui Esquivel
30 de mayo de 1813 Tomás Vidal
28 de abril de 1814 Joaquín Ignacio Tornería, presbítero y
familiar del Santo Oficio
Ídem María del Carmen Pizarro (esposa de
Antonio Vitamberg)
Ídem Micaela López (esposa de Francisco
de Estrada)
Ídem Micaela de Zafra (sobrina de
Cristóbal de Zapata, presbítero)
Ídem Inés Yoanis (madre de Mateo
Hudson)
Ídem Ana María Arostegui Esquivel
(hermana de Juan y Miguel Arostegui
Esquivel)
Ídem Inés Arostegui Esquivel
31 de diciembre de 1814 Francisco de Paula Rosado
15 de junio de 1815 Pedro Inés
3 de diciembre de 1815 María Concepción Enrique (esposa de
Pedro Inés)
28 de abril de 1816 María Ángela Muñoz (hija de Juan
Muñoz Nadales)
17 de febrero de 1817 Alonso Cañedo y Vigil, obispo de
Málaga
Ídem José María Llera Galindo, canónigo
de la S.I.C.
16 de agosto de 1818 Joaquín Vilches
6 de julio de 1819 Ana Carrasco (hermana de Jerónimo
Carrasco)
16 de enero de 1820 Juan Delicado
Ídem Miguel Rabe
Ídem Juan Caballero
3 de julio de 1820 José Anselmo de Ortúzar, racionero
de la S.I.C.
20 de julio de 1820 Dolores Hudson (esposa de Francisco
de Paula Rosado)
974

INGRESO HERMANO
23 de julio de 1820 Antonio de León
Ídem Josefa Sánchez (esposa de Juan de
Lara)
Ídem Andrea Moraga (esposa de José
Sánchez Castilla)
31 de diciembre de 1820 Joaquín de Sistos
Ídem Pedro Hernández, presbítero
Ídem Cristóbal Moraga
Ídem Ana Sánchez Castilla (esposa de
Cristóbal Moraga)
Ídem José Moraga (hermano de Cristóbal
Moraga)
Ídem Ana María Montemar (esposa de José
Moraga)
27 de mayo de 1821 Miguel Hermida, canónigo de la
S.I.C.
17 de junio de 1821 Felipe Herrero
Ídem Ana Maroto (esposa de Felipe
Herrero)
15 de julio de 1821 Juan Antonio Ximénez Pérez,
canónigo de la S.I.C.
24 de septiembre de 1822 José Díaz Martín
Ídem Ana María Tornería (esposa de José
Díaz Martín y hermana de Joaquín
Ignacio Tornería)
24 de septiembre de 1823 Juan Tejón
Ídem Rafaela Tejón (hermana de Juan
Tejón)
28 de septiembre de 1823 José María Escovar, presbítero
4 de diciembre de 1823 Francisco de Paula Castillo
14 de diciembre de 1823 María Dolores Michana
Ídem Micaela Montemayor
Ídem Francisca Navarro (esposa de Félix
Verdugo)
Ídem Josefa Mancheño (esposa de José de
la Bárcena)
13 de junio de 1824 Miguel Ibarrola, marqués de
Zambrano
Ídem Isabel de Mollinedo (esposa de
Miguel Ibanola)
Ídem Juan de Aguirre Ploweres
Ídem Ana Coronado (esposa de Juan de
Aguirre Ploweres)
31 de octubre de 1824 Andrés Santaella, presbítero
Ídem Antonio Salvago
975

INGRESO HERMANO
Ídem María de la Concepción Monsalve,
marquesa de Camponuevo, condesa
de San Remy y viscondesa de la
Torre de Luzán (esposa de Antonio
Salvago)
Ídem José Plowes, presbítero
15 de noviembre de 1825 Fray Manuel Martínez Ferro, obispo
de Málaga
31 de diciembre de 1825 Guillermo Moreno, presbítero
Ídem Isabel Moreno
Ídem Fermín de Tornería
Ídem Antonio Fernández de Córdoba,
teniente coronel
Ídem María Josefa Ferrer (esposa de
Antonio Fernández de Córdoba)
2 de abril de 1826 Bernarda Corrales Luque
Ídem María Margarita Villanueva Prado
26 de abril de 1826 Joaquina Corrales Luque
9 de junio de 1826 Ana Yrnvern
21 de enero de 1827 Ramón Peinado
Ídem José Rodríguez Trujillo
5 de junio de 1827 Ramón Conde
Ídem Gertrudis Rodríguez (esposa de
Ramón Conde)
Ídem Manuel Bordoy
Ídem Manuela Hurtado (esposa de Manuel
Bordoy)
Ídem Manuel Plowes
Ídem Julián Gómez
Ídem Josefa Sestino (esposa de Julián
Gómez)
Ídem Francisco de Paula Gutiérrez
Ídem María Camargo Rengel (esposa de
Francisco de Paula Gutiérrez)
Ídem Antonio Ferrán
Ídem María de la Concepción Herrera
(esposa de Antonio Ferrán)
26 de septiembre de 1827 Pedro Gumucio
28 de enero de 1828 José Rafael de Lara
9 de julio de 1828 Isabel Mateos (madre de Pedro
Hernández, presbítero)
28 de diciembre de 1828 Cristóbal Alarcón Messa Parrao
Ídem Teresa Luján Salcedo (esposa de
Cristóbal Alarcón Messa Parrao)
Ídem Antonio Castilla
976

INGRESO HERMANO
Ídem Pedro Oso
Ídem Gabriel Casini, presbítero
3 de enero de 1830 Juan Gómez Durán
28 de enero de 1831 Miguel Plowes
Ídem Antonio Jiménez Gallardo
Ídem José García
Ídem Antonio Moraga
20 de octubre de 1831 Juan José Bonel y Orbe, obispo de
Málaga
19 de junio de 1836 José Jiménez Gallardo
Ídem María Teresa Jiménez Gallardo
(hermana de José Jiménez Gallardo)
10 de noviembre de 1837 Francisca Casini
27 de diciembre de 1838 Leandro Pérez Carrión, presbítero
Ídem Nicolás de Luna, cura de Alfarnatejo
10 de marzo de 1839 José María Muñoz de Aguilar,
canónigo de la S.I.C.
14 de febrero de 1841 Manuel Sánchez, presbítero
Ídem Juan Díaz Martín
Ídem Francisco Vega
21 de marzo de 1841 Juan Aguirre Coronado
11 de junio de 1843 José Santaolaya, presbítero
27 de enero de 1844 Nicolás Biso
Ídem Manuel Biso
Ídem José María Sánchez, presbítero
28 de enero de 1848 Juan de la Bárcena Mancheño
Ídem José Lara Romero
Ídem Narciso Sanmartín
Ídem Manuel Toro, presbítero
Ídem José María Corona, fue alcalde
Ídem Joaquina Domínguez
29 de enero de 1848 Vicente Uriarte
Ídem María Dolores Gómez (esposa de
Vicente Uriarte)
15 de enero de 1852 Miguel Uriarte Gómez
28 de febrero de 1852 Manuel Rubio Velázquez de Rentero
Velasco
2 de octubre de 1852 Francisco Oliver
24 de febrero de 1853 Juan Nepomuceno Cascallana y
Ordóñez, obispo de Málaga
Ídem Juan Nepomuceno Escudero,
canónigo de la S.I.C.
Ídem Rafael Oria, canónigo de la S.I.C.
Ídem Rodolfo Millana, canónigo de la
S.I.C.
977

INGRESO HERMANO
Ídem Juan Nepomuceno López, canónigo
de la S.I.C.
Ídem José Delgado Quiroz, canónigo de la
S.I.C.
19 de mayo de 1853 Antonio Uriarte Gómez, presbítero
Ídem Manuel Romero López
Ídem José Antonio Durán, cura de la
Merced
6 de enero de 1855 Manuel Pérez Rubio
Ídem Fernando de la Macorra Añino
Ídem Francisca Viana Cárdenas Herrero
(esposa de Fernando de la Macorra
Añino)
Ídem Juan Vignola
Ídem Juan Tejón Rodríguez
11 de febrero de 1855 Juan Gaona
Ídem Enrique Croque, canónigo de la S.I.C.
24 de marzo de 1855 Manuel Casado Sánchez de Castilla
Ídem Sofia Mongrand Boussaque (esposa
de Manuel Casado Sánchez de
Castilla)
2 de abril de 1856 Francisco Florín Delgado, presbítero
Ídem Fermín Alarcón Luján
Ídem José Alarcón Luján
24 de enero de 1857 Ricardo de Orueta Aguirre
Ídem Bartolomé Laffore Houratate
Ídem Francisco de la Vega Lordhuy
12 de febrero de 1857 Pedro Orueta Aguirre
7 de abril de 1857 José Uribe Tamariz
Ídem Inés Diedar (esposa de José Uribe
Tamariz)
Ídem Eduardo Loring Oyárzabal
Ídem Miguel Navarro Pérez-Valverde
Ídem Wenceslao Enríquez García
Ídem Constantino Grund Cerero
Ídem José Villalobos Rojas
Ídem Rafael Rubio Castillo
Ídem Rafael Millán Gachet
Ídem Juan Kreisler Leciaga
Ídem José Díaz Reus
Ídem Antonio Martínez Molis
Ídem Federico Vidal
Ídem Vicente Pontes Cantelar, cura de
Santo Domingo y obispo de Guadix
Ídem José Candevat Guzmán
978

INGRESO HERMANO
Ídem Tomás Vidal
27 de abril de 1857 Cesar Du-Bouzer Barbeiroc,
cónsul
2 de mayo de 1857 José Gálvez Andujar
18 de mayo de 1857 Joaquín Giráldez Rodríguez
Ídem Manuel García Álvarez, cura de San
Felipe
Ídem Joaquín Ruiz Mareu
30 de mayo de 1857 Joaquín Díaz García
Ídem Marcos Sánchez Durán
11 de julio de 1857 María Dolores Marqués Segura
(esposa de Bartolomé Laffore
Houratate)
Ídem Paula Pontes Cantelar (hermana de
Vicente Pontes Cantelar)
25 de octubre de 1857 Cristóbal Alarcón Luján
Ídem Jorge Gross Luna
Ídem Francisco Requena
28 de enero de 1858 Enrique Scholtz Caravaca
17 de febrero de 1858 Vicente Tudela Valle, canónigo de la
S.I.C.
22 de abril de 1858 Miguel Sánchez López
8 de mayo de 1858 Pedro Bourman Carabantes
Ídem Joaquín Gómez Santaella Rocha
13 de junio de 1858 María Aurora Bonel Villavicencio
(esposa de Cristóbal Alarcón Luján)
Ídem Aurora Martín (esposa de Juan Tejón
Rodríguez)
Ídem Adelaida Manescau Ostman (esposa
de Fermín Alarcón Luján)
11 de diciembre de 1858 Gabriel Fajardo
16 de febrero de 1859 Manuel Viana Cárdenas Marqués
9 de abril de 1859 Juan Núñez Gallo, canónigo de la
S.I.C.
Ídem Manuel María Llera, canónigo de la
S.I.C.
Ídem Salvador Barzo Alaura
Ídem Fray Félix María de Cádiz, obispo de
Cádiz
Ídem Juan Hurtado Quintana, presbítero
Ídem Antonio Díaz García
Ídem Carlos Balenzategui Salas
7 de junio de 1859 Rafael María Pérez Herrera,
presbítero
Ídem Manuel Souvirón Zapata
979

INGRESO HERMANO
10 de diciembre de 1859 María de la Trinidad Grund, viuda de
Heredia
Ídem Josefa Ávila Liceras (esposa de José
Uriarte Gómez)
Ídem Matilde Beer Grund (esposa de
Enrique Scholtz Caravaca)
Ídem Carmen Pizarro, condesa de las Navas
20 de diciembre de 1859 Rafael Souvirón Torres
28 de diciembre de 1859 Rafael Navarro Pérez-Valverde
Ídem Antonio Rombado
Ídem José Ávila Lizeras
11 de abril de 1860 Juan V. Gross
Ídem José Ramón Pujazón, canónigo de la
S.I.C.
6 de abril de 1861 Enrique Da-Ponte Mayar
Ídem Manuel Romero de la Bandera,
escribano público
22 de abril de 1861 Ramón Pérez de Vargas Casamayor
Ídem Carlos Pérez de Vargas Casamayor
Ídem Antonio Cebrián
Ídem Enrique Luis Díez
10 de mayo de 1861 Pedro Tisson Pomar
27 de junio de 1861 Juan Rodríguez Barroso
10 de diciembre de 1861 Tomás Domínguez
8 de enero de 1862 Rosalía de la Rosa de Aguirre (esposa
de Juan Aguirre Coronado)
10 de febrero de 1862 Rafael Gorría
14 de mayo de 1862 Mateo Rey Jiménez
31 de mayo de 1862 Ana de la Tobilla Velasco (esposa de
Antonio Cebrián)
14 de octubre de 1862 Federico de Messa Gordón
19 de octubre de 1862 Isabel II, reina de España
Ídem Francisco de Asis de Borbón (esposo
de la Reina)
11 de diciembre de 1862 Luis Gómez de Molina
30 de junio de 1863 Joaquín García Fernández
Ídem Bernabé Dávila Bertololi, médico
22 de abril de 1866 José Moreno Masson, presbítero y
abogado
9 de mayo de 1867 Joaquín Simendoux Sánchez
Ídem Emilio Blasco Muñoz
Ídem Jacinto Fernández González
Ídem José R. de la Rosa Gálvez
Ídem Pedro Fernández del Villar
Ídem Juan del Castillo Echevarría
980

INGRESO HERMANO
10 de noviembre de 1867 Sofía Hernández Roy (esposa de
Pedro Bourman Carabantes)
Ídem Teresa Bordoy Hurtado (esposa de
Emilio Blasco Muñoz)
23 de abril de 1868 José Mapelli Valcárcel
Ídem Antonio Montaut Dutriz
Ídem José Garrido Burgos
Ídem José Pérez Rando
Ídem Emilio Santos Verdugo
Ídem Diego de Lara Valle
31 de agosto de 1869 Nicolás García Briz Galindo
Ídem Pablo Ruiz Blasco, beneficiado de la
S.I.C.
22 de marzo de 1871 Miguel Jiménez Mérida
10 de noviembre de 1872 Santiago Carlos Molfino Oliva
Ídem José García García, presbítero
18 de noviembre de 1872 Felipe Neri Casado Reissig
2 de junio de 1875 José Peláez Bermán, capellán del
Santo Cristo de la Salud
Ídem José del Rayo Agudo, presbítero
Ídem Manuel Campuzano Utrera
24 de agosto de 1875 Ramón de Navas Timoner,
subdelegado de Famarcia
Ídem Emilio Ruiz Rojas
Ídem Juan Manuel Zalabardo Pastor
Ídem Zoilo Zenón Zalabardo Pastor,
teniente de Navío de la Armada,
retirado
Ídem Antonio Castello Salazar, presbítero
Ídem Francisco de Paula Rodríguez
Ruiz
10 de marzo de 1876 Adolfo de Zulueta Ferrer
Ídem Francisco Campuzano
22 de abril de 1876 Eduardo de Luque Aliston
21 de mayo de 1876 Plácido Gómez de Cádiz Fernández
de Guevara
Ídem Manuel Ordóñez Marra, cura de San
Felipe Neri
Ídem Joaquín Valladares García, presbítero
Ídem Rafael Alarcón Luján
Ídem Francisco de Paula Muñoz Madueño,
cura de Santo Domingo
27 de octubre de 1876 José Ramos Romero
Ídem Dolores Pérez Herrera (hermana de
Rafael María Pérez Herrera)
981

INGRESO HERMANO
27 de mayo de 1877 Antonio Caliente Salazar, canónigo
de la S.I.C.
31 de diciembre de 1877 Cristóbal Alarcón Manescau
Ídem Félix Rando Bravo
25 de febrero de 1878 Antonio Román Pérez
2 de junio de 1878 Vicente Castaño, presbítero
Ídem Federico González, presbítero
Ídem Trinidad de Mora
13 de marzo de 1879 Miguel Segura
Ídem Ana Sánchez Huelin
Ídem Virginia Lengo Rico
Ídem Francisco Reina Manescau
12 de enero de 1880 Esteban Cebrián Tobilla
7 de febrero de 1880 José María Pardo
19 de febrero de 1880 Enrique Villaldos Crobetto
Ídem Mateo Castañer Vilchez
13 de julio de 1881 Juan García Quintero
Ídem Juan Luis Lacave Domínguez
Ídem Manuel Utrera Castañeda
Ídem Carlos Franquelo Romero
Ídem Narciso Díaz de Escovar
Ídem Salvador López Marín, presbítero
Ídem Jerónimo Rubio Alarcón
18 de agosto de 1881 Emilio Blasco Bordoy
Ídem Julián Flaquer San Martín
Ídem Ángel de Lara Gorada
Ídem Antonio de Molina Delgado,
presbítero
Ídem Diego del Pino López
Ídem Rafael Solís, presbítero
11 de octubre de 1881 José Alarcón Bonel
30 de agosto de 1882 Nicolás Cosso Cuesta
27 de septiembre de 1882 Miguel Tejón Marín
Ídem Joaquín Díaz de Escovar
8 de enero de 1884 José García Ramírez
3 de julio de 1884 Eduardo del Río Maravé
17 de julio de 1884 Antonio Carbón Losada
18 de enero de 1886 Juan Aguirre Rosas
Ídem Rafael Ocaña Morales
Ídem Antonio Mamely de Navas
12 de julio de 1886 José Miró Sisto
3 de marzo de 1888 Eugenio Ximénez Pastor
Ídem Juan Rodríguez Gutiérrez
Ídem José González Rodríguez
4 de agosto de 1890 Eugenio Pastor Marra
982

INGRESO HERMANO
Ídem Miguel Orellana Lara
16 de enero de 1891 Leonardo Capulino
Ídem Juan Delgado Fernández
Ídem Félix Rando Rapela
Ídem Rafael Zalabardo Gómez
Ídem Aurelio Arias Baena
11 de agosto de 1892 Rafael C. Casado
Ídem Rita Gómez Álvarez
Ídem José Cabello Izquierdo
Ídem Gerardo M. Casado
9 de marzo de 1893 José Alarcón Manescau
Ídem Manuel García del Cid
Ídem José María García
20 de abril de 1893 Francisco Cárcer Tellez
Ídem Eduardo de Torres Roybon
Ídem Juan Krauel Alarcón
Ídem Guillermo Rein Arssu
Ídem Juan Gutiérrez Bueno
Ídem Juan Krauel Alarcón
2 de agosto de 1893 Juan María Gómez
21 de febrero de 1894 Sebastián Souvirón Torres
Ídem José Sánchez Huelin
Ídem Agustín Heredia Grund
Ídem José Salas Romero
Ídem Manuel Rosado Reyes
Ídem Juan Oyarzabal Bucelli
Ídem Francisco de Paula Ledesma Souvirón
Ídem Luis Ledesma Souvirón
Ídem Francisco García Aguilar
Ídem Joaquín Bugella Bau
Ídem Evelio de la Torre Santaella
Ídem Luis Rein Arssu
Ídem Joaquín Ferrer Casanovas
Ídem Feliciano García de Torres
Ídem Tomas Heredia Grund
Ídem Valentín Marín Rus, canónigo de la
S.I.C.
Ídem Félix Pérez Souvirón
Ídem José Ruiz de la Herrán Alarcón
Ídem Juan Morales Romero, presbítero
Ídem Antonio Aragoncillo González
Ídem José Souvirón Sánchez
Ídem María Josefa Alarcón Luján
Ídem Brígida Rubio Alarcón (hermana de
Jerónimo Rubio Alarcón)
983

INGRESO HERMANO
Ídem Arsenia Martínez (esposa de José
Alarcón Manescau)
Ídem Lorenza Martínez (esposa de José
Alarcón Manescau)
Ídem Trinidad Alarcón Lengo (esposa de
Manuel García del Cid)
15 de marzo de 1894 José Luis Álvarez de Linera Duarte
Ídem Manuel de Lara Luroth
13 de mayo de 1894 Rafael Alcalá Fernández
7 de junio de 1895 Ramón Díaz Vela Petersen
4 de diciembre de 1897 Antonio García Gutiérrez
4 de septiembre de 1898 Francisco Alarcón Herrera
14 de septiembre de 1898 Ramón Martín Gil
Ídem José Nagel Disdier
Ídem Pedro Casado Le-Gendre
4 de enero de 1899 Fermín Alarcón Sánchez
Ídem Ricardo Orueta Duarte
10 de abril de 1899 Carlos J. Krauel Marra
Ídem José Huelin Sanz
1 de diciembre de 1899 Miguel Mérida Díaz
Efectuamos ahora el recuento de altas del siglo XIX:
Tabla 56
AÑO ALTAS
1800 0
1801 0
1802 24
1803 4
1804 7
1805 3
1806 0
1807 0
1808 0
1809 0
1810 0
1811 53
984

AÑO ALTAS
1812 1
1813 3
1814 8
1815 2
1816 1
1817 2
1818 1
1819 1
1820 14
1821 4
1822 2
1823 8
1824 8
1825 6
1826 4
1827 14
1828 7
1829 0
1830 1
1831 5
1832 0
1833 0
1834 0
1835 0
1836 2
1837 1
1838 2
1839 1
1840 0
1841 4
985

AÑO ALTAS
1842 0
1843 1
1844 3
1845 0
1846 0
1847 0
1848 8
1849 0
1850 0
1851 0
1852 3
1853 9
1854 0
1855 9
1856 3
1857 32
1858 9
1859 18
1860 2
1861 9
1862 8
1863 2
1864 0
1865 0
1866 1
1867 8
1868 6
1869 2
1870 0
1871 1
986

AÑO ALTAS
1872 3
1873 0
1874 0
1875 9
1876 10
1877 3
1878 4
1879 4
1880 4
1881 14
1882 3
1883 0
1884 3
1885 0
1886 4
1887 0
1888 3
1889 0
1890 2
1891 5
1892 4
1893 10
1894 29
1895 1
1896 0
1897 1
1898 4
1899 5
TOTAL: 452
987

La Hermandad de la Santa Caridad estuvo formada en este
período por 452 hermanos, cifra ligeramente inferior a la registrada
en el siglo anterior, que alcanzó el número de 464. Los años en que
se practicaron el mayor número de altas fueron los siguientes: 1811:
47; 1857: 38; 1859: 20; 1876: 15; 1881: 14 y 1894: 24. En los que
vamos a detallar no se produjeron incorporaciones: 1800, 1801,
1806, 1807, 1808, 1809, 1810, 1829, 1832, 1833, 1834, 1835, 1840,
1842, 1845, 1846, 1847, 1849, 1850, 1851, 1854, 1864, 1865, 1870,
1873, 1874, 1883, 1885, 1887, 1889 y 1896. La invasión
napoleónica, los gobiernos liberales, el sexenio democrático, la
declaración de epidemias, etc., pueden explicar ese vacío en cuanto
a la falta de presentaciones de solicitudes. En la primera mitad del
siglo, el número de admitidos fue de 205, muy por debajo del de la
segunda, que contó con 259.
Entre las numerosas inscripciones, destacaban: la de los reyes
de España, Isabel II y Francisco de Asís de Borbón, el 19 de
octubre de 1862. La presencia eclesiástica estuvo formada por
cuatro obispos de Málaga: Alonso Cañedo y Vigil, ingresó el 17 de
febrero de 1817; Fray Manuel Martínez Ferro, el 15 de noviembre
de 1825; Juan José Bonel y Orbe, el 20 de octubre de 1831; y Juan
Nepomuceno Cascallana y Ordóñez, el 24 de febrero de 1853; y un
prelado de la diócesis de Cádiz: Fray Félix María de Cádiz, quien
se afilió el 9 de abril de 1859. De la nobleza se contaba con: el
Duque de Montellano, al entrar el 12 de abril de 1805; Manuel de
Cárdenas, conde de la Quintería, el 3 de marzo de 1811; Miguel
Ibarrola, marqués de Zambrano, el 13 de junio de 1824; María
Concepción Monsalve, marquesa de Camponuevo, el 31 de octubre
988

de 1824; y Carmen Pizarro, condesa de las Navas, el 10 de
diciembre de 1859. Con respecto a los hábitos militares, estaban
representados por Martín Cabello, de la Orden de Santiago, al serle
admitida su petición el 7 de noviembre de 1802, y Julián Solano, de
la Real Orden de Carlos III el 8 de agosto de 1804. Asimismo, se
habían dado de alta en la Institución, aparte de cónsules, escribanos,
médicos, etc., distinguidas personalidades de la burguesía
malagueña como: Fermín y Cristóbal Alarcón Luján, Jorge Gross
Lund, Constantino Grund Cerero, Eduardo Loring Oyarzabal,
Ricardo de Orueta Aguirre, entre otros.
En el listado de hermanos se puede apreciar un elevado
número de apellidos extranjeros: Manescau, Crobetto, Lacave,
Bordoy, Cosso, Mamely, Roybon, Le-Gendre, Disdier, Arssu,
Krauel, Grund, Bucelli, Gubella y Bau, entre otros. Esta
circunstancia constata la llegada y el asentamiento en Málaga de
familias procedentes de diferentes países del continente europeo.
Se debe mostrar que la mayor parte de la solicitudes
presentadas entre los años 1802 y 1803, fueron efectuadas por
miembros del Ejército: tenientes coroneles, capitanes, tenientes,
ayudantes mayores, cadetes, etc.
Una cuestión a resaltar es el descenso del número de
eclesiásticos, en comporación con la centuria anterior.
Como curiosidades, señalamos: primero, que el canónigo
Juan Nepomuceno Escudero, quien había pertenecido a la
Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla, fue inscrito en 1853 en
la de Málaga; y segundo, que el también canónigo Pablo Ruiz
Blasco, tío del genial pintor Pablo Ruiz Picasso, ingresó en 1869.
989

Tabla 57
PERÍODO HERMANO MAYOR
1801/1802 José de Molina Fernández
1802 y 1806/1807 Dionisio Muñoz Nadales
1802/1803 y 1807/1811 José Soriano Bilbao La Vieja
1803/1804 Luis Wittemberg Mendieta
1804/1805 y 1819/1820 Francisco Monsalve Monsalve
1805/1806 Fernando Ugarte-Barrientos
1811/1812 Juan Doroteo del Postio
1812/1813 Luis Monsalve Monsalve
1813/1814 y 1818/1819 Joaquín María Pery
1814 Joaquín Hudson Seoane
1815/1816 y 1839/1840 Joaquín Ignacio Tornería
1816/1817 Juan de Gálvez Amal
1817/1818 Joaquín María Carrión Manso
1820/1834 Manuel Hidalgo Casini
1834/1835 y 1848/1850 Fernando García de Segovia Ugarte-
Barrientos
1835/1837 Pedro Hernández Mateos
1837/1839 Pedro Alcántara Corrales
1840/1842 y 1843/1845 Juan José Delicado Díaz
1842/1843 Francisco de Paula Sánchez de
Castilla
1845/1848 José Díaz Martín Garrido
1850/1851 Francisco de Paula de la Vega Rivas
1851/1857 Leandro Pérez Carrión
1857/1860 Fernando de la Macorra Añino
1860/1877 Manuel Rubio Velázquez de Velasco
Rentero
1877/1898 Fermín Alarcón Luján
1898/1926 Cristóbal Alarcón Manescau
La primera mitad de esta centuria, como ya se indicó al
principio de este apartado, se caracterizó por la brevedad de los
mandatos. En la segunda, fueron más largos y duraderos. Cristóbal
Alarcón Manescau fue elegido en 1898 como hermano mayor,
aunque la práctica totalidad de su presidencia transcurrió en el siglo
XX. Por ese motivo, al igual que hicimos con Juan de Pedregal
Figueroa, su gestión la hemos encuadrado en ese período.
990

-RECAPITULACIÓN
El siglo XIX fue para la Hermandad de la Santa Caridad
muy pródigo en acontecimientos por lo que hemos podido verificar,
a pesar de que no hayamos dispuesto de la totalidad de la colección
de actas capitulares que pudieran reportarnos una información más
completa acerca de los hechos acaecidos.
La primera mitad de la centuria está marcada por una terrible
epidemia de fiebre amarilla en 1803 y 1804, por la invasión
napoleónica en 1810 y por la desamortización de los bienes de la
Iglesia en 1835/36. De estos tres episodios históricos, los dos
primeros afectaron directamente a la Hermandad de la iglesia y
hospital de San Julián. Igualmente, vivió otras situaciones, pero ya
de corte menor como fueron: mantener un pleito con la Asociación
de Expósitos en 1801, facilitar alimentos a la población hambrienta
en 1812 o asumir en ese último año la dirección del hospital
General por expresa petición gubernativa, entre otros.
La segunda mitad es mejor conocida gracias a la
documentación conservada y a las noticias de los periódicos. Como
hemos tenido oportunidad de observar, la Hermandad pudo
desarrollar con más “desahogo” sus funciones estatutarias como
asistir espiritual y corporalmente a los sentenciados a la pena
capital, prestar sus servicios en los brotes epidémicos, acoger a
ancianos pobres, etc. Se hace necesario reseñar la flexibilidad de la
Hermandad al permitir que se establecieran entidades religiosas,
asociaciones, congregaciones y hermandades, en la iglesia de San
Julián para la celebración de sus cultos particulares.
991

En este período también se tuvo que hacer frente a serios y
graves problemas de índole externa, como por ejemplo obtener en
1853 del Gobierno de España la declaración de entidad privada del
establecimiento benéfico o intentar recuperar los bienes
desamortizados con la Ley promulgada el 1 de mayo de 1855. Con
respecto a lo interno, y bajo la presidencia de Fermín Alarcón
Luján, se llevó a cabo el ingrato cometido de investigar el paradero
de cierta cantidad de dinero, que no había entrado en las arcas de la
Hermandad en la etapa de gobierno de Manuel Rubio Velázquez.
Si tuviéramos que destacar un evento de la centuria
decimonónica en la Hermandad de la Santa Caridad, éste sería, sin
duda alguna, el de la visita de la reina Isabel II en 1862 al hospital
de San Julián, que marcó un hito en la particular historia de este
establecimiento benéfico.
992

APARTADO IV:
EL OCASO DE LA HERMANDAD DE LA SANTA
CARIDAD EN EL SIGLO XX

CAPÍTULO XIX:
CRISTÓBAL ALARCÓN MANESCAU (1898/1926)

1.- APORTACIÓN BIOGRÁFICA
Cristóbal fue el primogénito -los demás hijos serían Fermín,
Remedios, José y Luis- del matrimonio formado por Fermín
Alarcón Luján y Adelaida Manescau Ostman. Nació en Málaga en
1849 1 y recibió las aguas del bautismo en la iglesia parroquial de la
Santa Cruz y San Felipe Neri 2 . Sus abuelos paternos fueron
Cristóbal Alarcón Mesa y Teresa Luján Salcedo 3 , y los maternos
Juan Manescau y Rafaela Ostman 4 .
Ilustración 107: Cristóbal Alarcón Manescau. Colección de Rafael Pérez-Cea Soto
1 Hemos señalado esa fecha de nacimiento porque en la edición del periódico El
Cronista del día 30 de marzo de 1926, se decía que: “(...) ha muerto al cumplir los 77
años”. Lo que quiere decir que si retrocedemos hacia atrás ese número de años,
llegamos a 1849.
2 A.M.M. Padrón municipal: Lib. 850, dto. 1 (1891), p. 1 v.
3 A.H.D.M. Leg. 472, pza. 3, lib. de enterramientos nº 24 (1894/99), fols. 201 y v. Los
nombres aparecen en la partida de defunción de Fermín Alarcón Luján.
4 A.M.M. Padrón municipal: Sec. 150, dto. 3 (1842), p. 97.
997

Formalizó su ingreso en la Hermandad de la Santa Caridad al
jurar las Reglas en el cabildo de 31 de diciembre de 1877 5 . Antes
de ser elegido hermano mayor se integró en la comisión del “Orden
y cuidado general del Hospital” 6 y desempeñó el oficio de
consiliario antiguo 7 . Siguió los pasos de su progenitor y los de
su abuelo y bisabuelo paternos, Cristóbal Alarcón Mesa y Cristóbal
Alarcón Parrao, al ingresar en la Venerable Orden Tercera de
Siervos de María (Servitas), establecida canónicamente en el
antiguo templo filipense 8 . Años más tarde, sería nombrado
consultor de la Orden 9 .
También ostentó, al igual que su padre, el patronato de la
desaparecida capilla del Santísimo Cristo del Perdón y Nuestra
Señora de los Dolores, situada en el estribo del puente de Santo
Domingo, en la parte de la calle del Marqués 10 .
Este abogado de profesión ejerció, durante algunos años, la
política. En un rotativo local de la década de los años veinte del
siglo XX, se decía que, desde muy joven, figuró y destacó:
“(...) con ardimiento y entusiasmo que ya en
estos tiempos parece cosa de leyenda, y al
surgir la Restauración, a pesar de su juventud,
hubo de formar parte del Ayuntamiento que
provisional y de real orden se constituyó.
5 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 154 v.
6 A.H.D.M. Leg. 52, pza. 2, lib. nº 12, aa. cc. de 22 de diciembre de 1884, fol. 346.
7 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 18 de agosto de 1892, fol. 40.
8 DÍAZ ESCOVAR, N. y SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, J., op. cit., p. 24.
9 A.H.C.P. ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Registro de los Hermanos de la
Santa Caridad...”, tº III, inscripción 1.974. También ha sido dada a conocer esta
noticia en: CAMINO ROMERO, A. y PALOMO CRUZ, A. J., “Incertidumbre sobre
el origen de la imagen de Nuestra Señora de los Dolores del Puente”..., p. 131 y
en CAMINO ROMERO, A., Breve historia de un Cristo olvidado..., p. 82.
10 CAMINO ROMERO, A., Breve historia de un Cristo olvidado..., pp. 82-86.
998

Después, en años sucesivos, volvió a la
Corporación municipal, y más tarde a
Diputación, ocupando en una y otra
elevados cargos, cuando éstos no se
confiaban a la improvisación administrativa
se distinguió siempre por una austeridad
exquisita (...)” 11 .
En efecto, perteneció al Consistorio entre 1877 y 1879,
ocupando la novena 12 y sexta 13 tenencia de alcaldía,
respectivamente. En este período, formó parte de las siguientes
comisiones: Quintas, Cárcel, Beneficencia y Sanidad, Ornato,
Elecciones, Policía urbana y jurídica 14 .
Su talante político fue de corte conservador, realizando “un
culto ferviente” de admiración y de adhesión a Antonio Cánovas del
Castillo (1828/97), quien había sido presidente del Consejo de
Ministros durante el reinado de Alfonso XII 15 .
Debió contraer matrimonio con Ana Sánchez Huelin entre
1876 y 1878, a tenor de las fechas de los nacimientos de sus dos
hijos: Fermín (hacia 1879) y Josefa (hacia 1882) 16 .
Pertenecía a una relevante familia de nuestra ciudad, gozando
de numerosas amistades. Prueba de ello es su presencia en la
conducción y sepultura de Enrique Grana Bedoya, vicepresidente
11 Información publicada en El Cronista del 30 de marzo de 1926, días después de la
muerte de Cristóbal Alarcón Manescau.
12 A.M.M. Lib. 275, aa. cc. de 18 de enero de 1877, fol. 11.
13 A.M.M. Lib. 275, aa. cc. de 1 de marzo de 1877, fol. 51.
14 A.M.M. Lib. 275, aa. cc. de 5 de marzo de 1877, fols. 54 v. y 56, y lib. 277, aa. cc.
de 10 de julio de 1879, fols. 179, 179 v. y 180.
15 El Cronista, Málaga, 30 de marzo de 1926.
16 A.M.M. Padrón municipal: Lib. 850, dto. 1 (1891), p. 1. v.
999

de la Liga Oficial de Contribuyentes 17 . Sus principales virtudes
fueron la práctica de la caridad y el amor hacia el desheredado 18 .
Ana Sánchez Huelin ingresó en la Hermandad de la Caridad
en calidad de asociada, según acuerdo de cabildo del día 13 de
marzo de 1879 19 . Falleció el 7 de julio de 1925, en su domicilio de
la calle Sebastián Souvirón nº 44 20 .
Ilustración 108: Imagen retrospectiva de Nuestra Señora de los Dolores del Puente
[CAMINO ROMERO, A. y PALOMO CRUZ, A. J., “Incertidumbre sobre el origen de la
imagen de Nuestra Señora de los Dolores del Puente”, La Saeta nº 19, Agrupación de
Cofradías, Málaga, 1995, p. 129]
17 El Regional, Málaga, 20 de marzo de 1918.
18 La Unión Mercantil, Málaga, 8 de julio de 1925.
19 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, fol. 172 v.
20 La Unión Mercantil, Málaga, 8 de julio de 1925.
1000

Los dos hijos de Cristóbal Alarcón Manescau también
presentaron la solicitud de ingreso, como su mujer, en la
Hermandad de la Santa Caridad. El mayor, Fermín, fue admitido y
juró las Reglas en el cabildo de 4 de enero de 1899. No tuvo voz
ni voto hasta el cabildo de 11 de noviembre de 1902, fecha en la
que alcanzaría la mayoría de edad 21 . Y la hija, Josefa, quedó
inscrita el 3 de septiembre de 1919 en la nómina de miembros de la
entidad 22 .
Fermín casó con Carmen Briales Ron, de cuya unión
vinieron al mundo siete criaturas: Ana, Fernando, Cristóbal,
Fermín, Dolores, Jaime 23 y Pedro 24 . Y Josefa, tomó el camino
de la vida religiosa, ingresando en la Compañía de María 25 .
La nuera y tres de los nietos (Fermín, Pedro y Cristóbal) de
Cristóbal Alarcón Manescau, igualmente pertenecieron a la
Hermandad de la Santa Caridad 26 .
Cristóbal Alarcón Briales estuvo inscrito, asimismo, en la
Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso y
María Santísima de la Esperanza, ubicada en la parroquia de Santo
21
A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, tº I, fol. 186
v.
22
A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, tº II, fol. 47.
23
A.M.M. Padrón municipal: Sec. 5-9, v. 1.479 (1930), fols. 73 v. y 74.
24
En el Padrón municipal del año 1930 no quedaba recogido. Sin embargo, sí lo estaba
en el fol. 30 del tº II del “Libro de Hermanos de la Santa Caridad” (1907/1935). Juró
las Reglas el 16 de abril de 1921.
25
Fue Superiora de la Compañía de María y falleció en Almería el 24 de mayo de
1932, así consta en el periódico La Unión Mercantil, edición del día 26 de mayo de
1932.
26
A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, tº II, fols. 30
y 90.
1001

Domingo y San Carlos 27 . Perteneció a la directiva y representó a
dicha Corporación nazarena en calidad de delegado en la
Agrupación de Cofradías de Semana Santa 28 .
2.- LA ELECCIÓN DE CRISTÓBAL ALARCÓN
MANESCAU
La desaparición de Fermín Alarcón Luján propició que los
miembros de la Hermandad designaran un sustituto en el cabildo
del día 14 de septiembre de 1898. Pero antes de procederse al
reparto de las papeletas con las candidaturas que desearan concurrir,
Juan Gutiérrez Bueno solicitó, con el consentimiento del fiscal José
Garrido Burgos, a los congregados en la sala de juntas que
continuara la misma Directiva, a falta solamente de nombrar un
nuevo hermano mayor. La proposición era acogida
satisfactoriamente por la presidencia y así lo aprobaron los
asistentes. Sin embargo, el tesorero, Felipe Neri Casado Reissig,
respondió que llevaba muchos años desempeñando dicho puesto
y debido a su avanzada edad y quebrantada salud, solicitaba su
sustitución por otro hermano de la Cofradía. El alcalde antiguo, el
presbítero Antonio Castelló Salazar, restó importancia a las
alegaciones presentadas por éste, al que pidió revocase la decisión
de abandonar el empleo. La Junta de Gobierno hizo suyas las
palabras del Sr. Castelló Salazar y pidió al Sr. Casado
reconsiderase su postura. Nuevamente, Felipe Casado reiteró a la
27 Desde el 4 de junio de 1988, los sagrados Titulares reciben culto y veneración
pública en la basílica dedicada al “Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso y María
Santísima de la Esperanza”, sita en calle Hilera, en el barrio de El Perchel.
28 A.A.C.M. Lib. de actas de juntas generales de 6 de agosto de 1925, fols. 49 y v.
1002

Hermandad aceptara su renuncia, aunque precisó que no dejaría de
ocuparse de los pobres asilados 29 . A la vista de su insistencia, la
Hermandad aceptó la renuncia al cargo de tesorero. Al producirse
tal declinación, hubo de elegirse, además del hermano mayor, al
tesorero.
Tras la reanudación del cabildo, pues estuvo suspendido
por un espacio de 20 minutos para que se presentasen candidatos a
los puestos vacantes, Guillermo Rein Arssu señaló que:
“haciéndose interprete de aspiraciones y
deseos de la Corporación, fundado en las
condiciones que concurren en nuestro hermano
D[o]n. Cristobal Alarcon Manescau y en honor
a la referible memoria de su S[eñ]or. Padre
(Q[ue].E[n].P[az].D[escanse].) proponia á la
Hermandad, prescindiendo de las formalidades
que preceptua n[ues]tros. estatutos oido el
parecer autorizado del hermano Fiscal, para el
cargo de Hermano mayor al citado D[o]n.
Cristobal Alarcon Manescau y para el de
Tesorero a D[o]n. Juan Gutierrez Bueno, cuya
probidad inteligencia y amor a nuestra
institucion por todos habia de ser igualmente
reconocido 30 .
Al concluir la intervención de Rein Arssu, los asistentes
aclamaron la proposición, quedando constituida la Junta de
Gobierno de este modo: hermano mayor, Cristóbal Alarcón
Manescau; alcalde antiguo, Vicente Castaño; alcalde moderno,
Constantino Grund Cerero; fiscal, José Garrido Burgos; secretario
29
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 14 de noviembre de 1898, fols. 134
y 135.
30
Ibídem, fols. 135 y 136.
1003

1º, Gerónimo Rubio Alarcón; secretario 2º, Guillermo Rein Arssu;
contador, José Alarcón Bonel; tesorero, Juan Gutiérrez Bueno; y
prioste, Antonio Castelló Salazar.
Terminada la lectura de la relación de miembros que
componían la Junta Directiva, el prioste, Antonio Castelló Salazar,
sugirió a la presidencia que designara una comisión de hermanos
con objeto de comunicar a Cristóbal Alarcón Manescau la decisión
acordada por este Cabildo. El presidente en funciones, el alcalde
antiguo, Vicente Castaño, decidió que no se fuese en comisión, sino
en Corporación para cumplir con lo establecido por la asamblea 31 .
Ilustración 109: Sala de juntas y cabildos de la Hermandad de la Santa Caridad [Foto:
Juan Temboury]
31 Ibídem, fols. 137 y 138.
1004

Diez días después, tuvo lugar la jura de cargos efectuada por
el hermano mayor y el tesorero, ya que el resto de directivos
repetían en la Junta de Gobierno. Tras esta ceremonia protocolaria,
el nuevo presidente realizó las siguientes manifestaciones:
“Ya comprenderán la acongojada situacion de
mi espíritu en estos solemnes instantes por
eso me permitirán que añada pocas palabras
á la que tuve el honor de pronunciar la noche
que esta dignísima Hermandad tuvo la bondad
extrema, a causa del luto y dolor que me
agovia de pasar á la morada que fue de mi
señor Padre (q[ue].e[n].p[az].d[escanse].) y
comunicarme el nombramiento recaido en
mi favor de Hermano Mayor de Paz y Caridad
de Nuestro Señor Jesucristo. Ya expuse en
aquellos tristes momentos, y ahora repito, en
estos no menos angustiosos, mi profunda
gratitud y mi eterno reconocimiento por aquel
espontáneo acto, no solo por lo que á mí se
refiere, sino muy principalmente por lo que
se relaciona con la memoria querida de mi
buen Padre; por aquella y por vosotros vengo á
ocupar este puesto vacante por su fallecimiento,
no fijamente para igualarlo, es imposible,
aquel carácter y aquella grande alma,
pertenecen a otros hombres y á otras
generaciones que con gran tristeza vemos
desaparecer y estinguirse sobre la tierra” 32 .
Después se refirió a su padre, el fallecido Fermín Alarcón
Luján, de quien dijo que había estado muy unido a la Hermandad de
la Caridad, demostrando su amor en defensa de esta santa Casa.
32
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 24 de septiembre de 1898, fols. 140 y
141.
1005

Ciertamente, él reconoció que no era el llamado a narrarlo ni a
comentarlo sino que en el:
“(...) archivo y [en] las actas que en él se
guardan nos enseñan y enseñaran en los
tiempos futuros á los que nos sucedan cual
era el estado del Hospital de San Julian por
los años de 1876 y 1877 y cual el actual
de 1898 algo parecido a un arbol carcomido
y próximo a derrumbarse en las primeras
fechas; lozano de profundas raices y
robusto tronco en la presente. La gloria
que á mi pobre Padre pueda caberle en
esta obra de Caridad cristiana, Dios se la
habrá tenido en cuenta allá en el Cielo, en
este mundo esta Santa Hermandad ha
tributado digno y generoso recuerdo a su
memoria. Los que venimos aquí, y vemos
esto perfectamente planteado, con una
marcha regular desahogada y hasta
próspera, nos parece una cosa natural y
sencilla y casi no alcanzamos á comprender
los esfuerzos tan continuados que tuvieron
que emplear aquellos que nos han
precedido, para obtener esta organización
correcta que en la actualidad disfrutamos.
Nosotros no tenemos la necesidad de esos
trabajos ni de atravesar por entre tantos
abrojos; pero sí el deber ineludible y
de conciencia de mantener por lo menos
lo existente y de cuidar muy mucho no
decaiga la importancia y buen nombre de
que hoy goza este Hospital” 33 .
33 Ibídem, fols. 141 y 142.
1006

Para finalizar, Alarcón Manescau expresó que la voluntad y
los deseos que tenía eran enormes para amparar y defender a este
hospital pero:
“(...) si por desgracia la suerte me es
adversa y entiendo que debo cesar, dejaré en
el acto éste honroso puesto que me habeis
conferido para que lo ocupe otro mas
entendido ó mas afortunado, porque yo creo
de buena fé, que aquí lo primero es el
bienestar de nuestros asilados, nuestras
personas como administradores son muy
secundarias” 34 .
3.- COMPOSICIÓN DE LAS JUNTAS DE GOBIERNO
PRESIDIDAS POR CRISTÓBAL ALARCÓN MANESCAU
El cabildo general de cuentas y elecciones del día 31 de
julio de 1899, ratificó como veremos líneas más abajo a Cristóbal
Alarcón Manescau en su puesto, que desempeñaría
ininterrumpidamente hasta 1926 (año de su muerte), convirtiéndose
en el hermano mayor que estuvo más años -exactamente 28- al
frente de la Hermandad a lo largo de toda la historia de la Santa
Caridad. En dicha sesión capitular, y una vez llegado al punto del
orden del día en el que correspondía elegir al hermano mayor y a la
Junta de Gobierno, se suspendió la misma para que los hermanos
deliberaran, cumpliéndose de esta manera el capítulo XII, artículo
4 de los Estatutos 35 . Reanudada, Joaquín Bugella Bau indicó la
idoneidad para el hospital y la Hermandad de la continuidad de la
34 Ibídem, fols. 142 y 143.
35 A.H.D.M. Leg. 47, pza. 1, “Estatutos de la Hermandad de la Santa Caridad de
Nuestro Señor Jesucristo (1888)”, fol. 25 v.
1007

Junta. De igual modo, se pronunciaron otros hermanos,
acordándose finalmente la reelección de la misma. El hermano
mayor tomó la palabra para dar las gracias, ofreciéndose a continuar
“siempre que todos quedaran en sus puestos” 36 . Sin embargo, éste
se vio obligado a nombrar un nuevo fiscal tras producirse la muerte
del que venía ejerciendo el cargo, José Garrido Burgos. Se designó
interinamente, y hasta la celebración del siguiente cabildo general
de cuentas y elecciones, a Eugenio Pastor Marra 37 .
En reunión de Junta de Gobierno del día 3 de abril de 1900,
se comunicó el óbito del alcalde seglar, Constantino Grund
Cerero 38 , y se nombró, con carácter provisional, a José Alarcón
Manescau para el desempeño de tales funciones 39 .
Los hermanos que habían venido ocupando interinamente sus
puestos fueron confirmados en el cabildo de 31 de enero de 1901,
quedando constituida la Junta como sigue: hermano mayor,
Cristóbal Alarcón Manescau; alcalde eclesiástico, Vicente Castaño;
alcalde seglar, José Alarcón Manescau; fiscal, Eugenio Pastor
Marra; secretario 1º, Gerónimo Rubio Alarcón; secretario 2º,
Guillermo Rein Arssu; contador, José Alarcón Bonel; tesorero, Juan
36
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 31 de julio de 1899, fols. 157 y 158.
37
Ibídem, fol. 160.
38
Entre otras responsabilidades asociativas, destaca la que Constantino Grund Cerero
ejerció en el siglo XIX en la Archicofradía de los Dolores de la parroquia de San
Juan, dedicada por esa época al culto interno de su sagrada imagen. Consta como
hermano, al menos, desde 1864, fecha en la que formó parte de la Comisión Revisora
de Cuentas [A.A.D.S.J. Leg. 9, pza. 11]. A partir del año 1878, asumió el cargo de
tesorero [A.A.D.S.J. Leg. 9, pza. 15], en el que continuó hasta diciembre de 1897
[A.A.D.S.J. Leg. 6, pza. 1]. En enero de 1898, fue elegido hermano mayor [A.A.D.S.J.
Leg. 7, pza. 2] y desempeñó el cargo hasta el 4 de julio de 1899, sucediéndole Manuel
García Guerbós [A.A.D.S.J. Leg. 7, pza. 3]. Agradecemos la información a Federico
Castellón Serrano, vocal de Archivo Histórico de la Archicofradía de los Dolores de
San Juan.
39
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 3 de abril de 1900, fol. 163.
1008

Gutiérrez Bueno; y capellán, Antonio Castelló Salazar.
Correspondió al hermano mayor -así se estipulaba en las
Constituciones reformadas y aprobadas en 1888 por la autoridad
eclesiástica- nombrar a los consiliarios, seis antiguos y seis
modernos 40 .
Debemos poner aquí de manifiesto que aunque en los
Estatutos de la Hermandad de la Caridad figurara la obligación a
realizar cabildo general de cuentas y elecciones en la segunda
quincena de julio de cada año, este acuerdo estatutario pocas veces
se cumplía. Por eso, se apreciarán los repetidos bailes de fecha 41 .
En el cabildo de elecciones de 1903, se produjeron algunos
cambios en la Junta de Gobierno. Los cargos de alcalde eclesiástico
y de secretario 2º desempeñados por el presbítero Vicente Castaño
y Guillermo Rein Arssu se encontraban vacantes, por no poder
cumplir ninguno de los dos las obligaciones de las Reglas. Ello
motivó que se nombrara a Fernando Naranjo Barea, alcalde
eclesiástico, y a José Luis Álvarez de Linera Duarte, secretario
2º 42 .
En el cabildo de 3 de febrero de 1904, y una vez concluidos
los comicios, el alcalde seglar de la Corporación, José Alarcón
Manescau, dio lectura a una moción que, por el interés que ésta
guarda, reproducimos literalmente del libro de actas:
“En vista de la casi total ausencia de hermanos
tanto á los Cabildos Generales y Ordinarios
40
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 31 de enero de 1901, fol. 174.
41
A.H.M. Leg. 47, pza. 1, “Estatutos de la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro
Señor Jesucristo (1888)”, fol. 25.
42
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 30 de enero de 1903, fol. 180.
1009

como á los demas actos y funciones de rúbricas
que establecen y ordenan nuestros Estatutos,
nos dirigimos para recordar, que estando
nuestra secular Institucion en las mas puras
tradiciones cristianas y despojada, por tanto, de
todo cuanto pueda confundirla con la moderna
filantropía, estamos mucho mas obligados los
que voluntariamente juramos ante Cristo
Crucificado á no olvidar los sagrados deberes
que nos ligan con nuestros hermanos los
pobres, cuyos servidores somos. Es cierto, que
algunos actos de humildad y de amor á los
pobres, que se nos preceptuan, no son hoy
ejecutables por el cambio de costumbre y otras
circunstancias; pero no lo es menos que
aquellos pueden ser instituidos por otros ya
personales ó ya pecuniarios, segun los medios ó
deseos de cada uno, y que en armonía siempre
con las instituciones del insigne Fundador de la
Hermandad, redunden en beneficio de nuestra
Santa Casa” 43 .
Tras la exposición de estas primeras palabras, el ponente
sugirió que se establecieran entre los hermanos unos turnos para
que visitaran la Casa, se pusieran en contacto con los asilados y
apreciaran las necesidades y urgencias que debían atenderse. Al
mismo tiempo pidió que, cada último domingo de mes, se celebrara
reunión que no tuviera carácter de cabildo para que se expusieran
los resultados de las visitas 44 .
En el cabildo del día 31 de enero de 1906, que se desarrolló
con absoluta normalidad, el hermano mayor señaló que los cargos
43 Ibídem, fol. 185.
44 Ibídem, fols. 185 y 186.
1010

debían renovarse a fin de que todos participaran de los honores de
la dirección y de los cuidados que éstos imponían 45 .
El 24 de enero de 1907, se aprobó el nombramiento de un
nuevo capellán, Francisco Morales González, quien venía a ocupar
el oficio dejado por el difunto Antonio Castelló Salazar 46 .
En el período 1909/10, la nota más destacada en la Junta
de Gobierno se produjo con la inclusión de José María Giménez
Camacho como alcalde eclesiástico, en sustitución del fallecido
Fernando Naranjo Barea, cura de la parroquia de San Juan 47 .
El 19 de junio de 1909, la Hermandad nombraba a José Luis
Álvarez de Linera Duarte archivero de la Institución. La elección
45 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 31 de enero de 1906, fols. 195 y 196.
46 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 24 de enero de 1907, fols. 201 y 202.
En el Boletín Oficial del Obispado de Málaga nº 5, fechado el 7 de abril de 1906, p.
223, se daba cuenta de la muerte del capellán del hospital de San Julián, Antonio
Castelló Salazar, que había pertenecido a la Hermandad Sacerdotal de Sufragios.
47 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 26 de enero de 1909, fol. 219. El
presidente de la Corporación tuvo palabras de recuerdo para Fernando Naranjo Barea.
Se acordó en acta el sentimiento de la Hermandad y que “ademas de los sufragios que
mandan nuestras Reglas se le hiciese otro muy modesto, dejando este al criterio del
Hermano Mayor”. Días antes, en concreto el 7 de enero, se publicaba en La Unión
Mercantil, su esquela mortuoria, anunciándose que: “(....) entregó su alma á Dios ayer
á las cinco de la tarde, después de recibir el Santo Viático, la Sagrada Extremaunción
y la bendición apostólica de S[u]. S[antidad].”. En la edición del día siguiente, el
citado periódico relataba: “El cariño y respeto que las grandes virtudes del cura de San
Juan había conquistado entre todas las clases sociales se demostraron ayer de modo
estensible en la conducción del cadaver que fue una imponente manifestación de duelo
(...). El cadaver encerrado en un severo féretro, en el que aparecían un crucifijo, la
estola, su bonete y las insignias de Paz y Caridad, en la que el finado desempeñaba el
cargo de alcaide eclesiástico, fue trasladado de la casa mortuoria á la Iglesia al pie del
altar mayor, en cuyo sitio habíase instalado en un catafalco cubierto de paños negros
(...). La comitiva se puso en marcha llevando el siguiente orden: 50 niños del Asilo de
San Enrique con velas, 12 asilados de las Hermanitas de los Pobres, 12 del de San
Julián, los estandartes de las Hermandades de Animas de San Juan, de la Columna y
Exaltación, 14 religiosas del Asilo de San Juan de Dios, 10 de la Casa de Misericordia,
las mangas parroquiales con clérigo y cruz alzada, el coche fúnebre tirado por cuatro
caballos empenechados, numerosas señoras y señoritas pertenecientes a las
Hermandades del Perpetuo Socorro é Hijas de María y detrás el acompañamiento (...).
Llegada la comitiva al cementerio y después de rezadas las preces de ritual el cadaver
recibió sepultura en un nicho de la Hermandad de Luz y Vela a la que pertenecía”.
1011

venía marcada porque en el capítulo XIV de los Estatutos, se
contemplaba esta figura. El hecho de no haberse efectuado antes tal
designación era consecuencia de no estar arreglado ni ordenado el
Achivo. Al pasar Álvarez de Linera a desempeñar el nuevo cargo,
quedó vacante el de secretario 2º, ocupándolo Rafael Ocaña
Morales 48 .
La elección de la Junta de Gobierno del año 1910, se
resolvió con la incorporación de Antonio Aragoncillo Sánchez
como fiscal, reemplazando a Eugenio Pastor Marra 49 .
Desde que Cristóbal Alarcón Manescau fue elegido hermano
mayor de la Santa Caridad en el año 1898, no había dado muestras
de cansancio, pero en el cabildo de 16 de febrero de 1913 expresó el
deseo de que ésta se renovara y que en ella ingresaran:
“(...) otros elementos que por su afecto a la
Casa, la imprimieran nuevos rumbos, ya que
(...) ejercía el cargo de Hermano Mayor
durante muchos años” 50 .
De poco sirvieron los argumentos esgrimidos por Alarcón
Manescau, puesto que José Miró Penalva y Luis Ledesma
Souvirón defendieron su continuidad y la de la Junta de Gobierno
que llevaba rigiendo los destinos de la Hermandad, sumándose a la
iniciativa la totalidad de los asistentes al cabildo.
El hermano mayor volvió a hacer uso de la palabra para
manifestar su gratitud por la nueva distinción de la que había sido
48 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 19 de junio de 1909, fol. 222.
49 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 26 de febrero de 1910, fol. 227.
50 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 16 de febrero de 1931, fol. 251.
1012

objeto por parte de sus compañeros, al tiempo que dejó claro que
continuaría en el puesto hasta que solucionara el litigio pendiente
sobre el Impuesto de Personas Jurídicas 51 .
En el cabildo de 1914, la Junta que venía rigiendo los
destinos de la Hermandad desde 1910 fue ratificada de nuevo. Sin
embargo, el hermano mayor argumentó que como el asunto del
referido Impuesto había sido solucionado quería que entraran en la
Directiva otras personas que dirigieran la Casa. Recalcaba,
asimismo, que si el desempeño de su cargo era considerado un
honor, también tenía muchas cargas. Por eso, rogó que fuera
nombrada otra Junta de Gobierno, dado que estaba solucionado el
asunto que lo había retenido 52 . Los asistentes a la asamblea no
tuvieron en cuenta sus palabras y volvieron a darle su voto de
confianza a él y a su equipo.
En el cabildo del día 14 de febrero de 1918, los hermanos que
ingresaron en la Hermandad de la Santa Caridad utilizaron la
fórmula que el fundador y el primer hermano mayor, Alonso García
Garcés, empleara, por primera vez, el 8 de junio de 1682 53 . Después
de tratarse una serie de asuntos, se suspendió la sesión, como
estaba establecido, para que se formara una candidatura que
afrontara el período 1918/19. Tras reanudarse ésta, el consiliario
antiguo, el beneficiado de la Santa Iglesia Catedral Antonio
Rodríguez Ferro, elevó la propuesta para que continuara la Junta
de Gobierno del ejercicio anterior, con la inclusión de José Luis
Álvarez de Linera Duarte como secretario-archivero, quien había
51 Ídem.
52 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 8 de febrero de 1914, fol. 258.
53 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 14 de febrero de 1918, fol. 1.
1013

venido desempeñando el cargo interinamente por el fallecimiento
del titular, Gerónimo Rubio Alarcón, que lo fue del 11 de agosto
de 1898 al 29 de junio de 1918 54 .
En el siguiente cabildo, el ordinario del día 11 de marzo
de 1918, el hermano mayor se dirigió a los nuevos cofrades
admitidos, pronunciándoles unas breves palabras. No era la primera
vez que Cristóbal Alarcón Manescau lo hacía, pero en esta ocasión
las efectuaba con gran ímpetu y brillantez. Dado el interés de su
contenido, reflejamos lo recogido en las actas de la Corporación:
54 Ibídem, fols. 1 y 2.
“Hace un ligero resúmen de los deberes que
les atañen, tales como la defensa de los
intereses de los Pobres, intereses mermados ya
por las Leyes Desamortizadoras, y gravados
con impuestos injustos y arbitrarios de
Gobiernos nada escrupulosos para poner mano
sobre bienes sagrados y legitimamente
adquiridos, con cuya renta se llevan á cabo
obras de caridad, de verdadera caridad, de la
que enseña (mostrando con la mano la imagen
de Nuestro Señor Crucificado) Ese que con los
brazos abiertos nos llama y nos dá ejemplo
que seguir, áfin de que no confundamos la
caridad divina con la humana, llamada
filantropia, ó sea la moneda falsa de aquella,
tan en boga y uso en los actuales tiempos.
Explica á los nuevos Hermanos el deber que
tiene contraido la Cofradia de auxiliar
espiritual y corporalmente á los desgraciados
reos de muerte, darles sepultura cristiana y
hacer bien por sus almas, deber que, unido á la
asistencia de los Ancianos acogidos en la
Casa y la expedicion de Cartas de Caridad á
los necesitados transeuntes, constituyen hoy,
1014

miéntras las circunstancias no cambien, la
mision de la Hermandad” 55 .
En el cabildo del día 9 de febrero de 1919, se dio cuenta del
fallecimiento del alcalde seglar, José Alarcón Manescau, hermano
del presidente de la Corporación, producida el 28 de septiembre de
1918. Una penosa enfermedad acabó con la vida de este médico
que llegó a ser “una de las personas más queridas y respetadas de
nuestra buena sociedad” 56 . Esta vacante y la del vicesecretario,
Rafael Ocaña Morales, por estar ausente de la ciudad, fue ocupada
por Miguel Mérida Díaz para el desempeño del primer cargo y
por Plácido Gómez de Cádiz Gómez para el segundo. Antes de
concluir la sesión capitular, se procedió a la elección de la Junta
de Gobierno. Félix Pérez Souvirón defendió la permanencia de la
misma con la inclusión de los dos cambios anteriormente
reseñados. El cabildo así lo consideró 57 .
En la siguiente sesión, realizada el 19 de febrero de 1920, y
antes de procederse al nombramiento de una nueva Junta de
Gobierno, el fiscal, Ramón Portal del Castillo, defendió que se
retomara en todo acto público de la Hermandad el uso del
escapulario. El hermano mayor fue del mismo parecer, pero
señalando que se extendiera también a lo privado. Ante una y otra
propuesta, los concurrentes aceptaron la idea por la devoción que
inspiraba la divisa y por los vínculos de fraternidad cristianas 58 .
55 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 11 de marzo de 1918, fols. 4 y 5.
56 La Unión Mercantil, Málaga, 29 de septiembre de 1918.
57 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 9 de febrero de 1919, fol. 11.
58 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 19 de febrero de 1920, fol. 16.
1015

Luego, se procedió a la elección, aprobándose la continuidad de la
Junta del ejercicio anterior 59 .
Un año más tarde, volvió a salir nombrada la Junta de
Gobierno del período 1920/21. Cristóbal Alarcón Manescau
manifestó su agradecimiento por la confianza depositada pero
indicó que en: “el desempeño de los cargos, que también son
cargas, debían concurrir otros Hermanos que con sus iniciativas y
energías levantarán la Corporación” 60 .
La Junta de Gobierno de 1925 se reelegiría “por aclamación”,
mostrando el hermano mayor su agradecimiento “en nombre de la
directiva y del suyo propio” 61 . Este sería el último mandato de
Cristóbal Alarcón Manescau, dado que, en 1926, fallecería. En
efecto, La Unión Mercantil anunciaba la noticia de que:
“Ayer [27 de marzo de 1926] dejó de
existir en esta capital el que fue en vida
respetabilísimo caballero Il[ustrísi]mo.
S[eño]r. D. Cristóbal Alarcón Manescau, jefe
de una de las más importantes familias
malagueñas y personalidad de relieve en el
mundo social” 62 .
El mencionado rotativo reconocía la labor llevada a cabo
por el finado en la Hermandad de la Santa Caridad, al tiempo
que enfatizaba en “el precioso recuerdo de una bondad suma y
su muerte ha de causar sentimiento principal” 63 . Su cadáver se
59 Ibídem, fol. 17.
60 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 6 de marzo de 1921, fols. 19 y 20.
61 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 7 de marzo de 1925, fol. 48.
62 H.M.M. La Unión Mercantil, Málaga, 28 de marzo de 1926.
63 Ídem.
1016

trasladó a las 5 de la tarde al cementerio de San Miguel, donde se
inhumó en el panteón de la familia 64 . Dos días después de su
entierro, el diario El Cronista le dedicaba unas líneas, de las cuales
extraemos las siguientes: “Fue afable y caballeroso en su trato;
católico de una fé ardiente, aun en momentos en que (...) era
peligroso proclamarlo” 65 .
En el cabildo extraordinario efectuado por la Hermandad
de la Santa Caridad el 25 de abril de 1926, el alcalde eclesiástico,
José María Jiménez Camacho, al dar la noticia del fallecimiento de
Cristóbal Alarcón, dedicó unas frases que conmovieron a la
concurrencia. El sacerdote recordaba que:
“bajo su gobierno fue admitido en la
Corporación; que en sus ausencias
recomendabale la dirección de aquella;
alaba su vida dedicada al bien de la
Hospitalidad; pone como ejemplo su
cristiana muerte á la que califica de Santa,
habiendo recibido antes el Santísimo
Viático, la Extremaunción, la Indulgencia
Plenaria concedida á la Venerable Orden
Tercera de los Siervos de María Santísima,
y la otorgada, in artículo mortis, por su
Santidad Benedicto XIV á los Hermanos de
la Santa Caridad. Dice que debe darsele el
título de Hermano Ilustre, aunque sea post
morten” 66 .
A continuación intervinieron Félix Pérez Souvirón para
adherirse a tan amplia alabanza, “(...) costandole gran trabajo
64 Ídem.
65 El Cronista, Málaga, 30 de marzo de 1926.
66 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 25 de abril de 1926, fol. 55.
1017

terminar su discurso por la emocion que embarga sus palabras (...)”,
y Joaquín La Blanca Monserrat para solicitar a los presentes la
colocación de una lápida en la sala capitular -que fue acordada-,
por los méritos contraídos bajo su gobierno 67 :
Ilustración 110: Lápida conmemorativa [Foto: A.A.C.M.] 68
4.- EL ASILO DE SAN JULIÁN
4.1.- Las reformas del edificio
La primera intervención llevada a cabo en las dependencias
del asilo de San Julián bajo el largo mandato de Cristóbal Alarcón
Manescau, está fechada en 1898. El mal estado del edificio obligó
67 Ibídem, fols. 55 y 56.
68 CAMINO ROMERO, A. y PALOMO CRUZ, A. J., Epigrafía malagueña
(1530/1989). Como curiosidad hay que destacar que, en el texto de la lápida, se
cometió un error al grabarse el día 28 como el de la celebración del cabildo, cuando en
realidad era el 25.
1018

a la Hermandad a encargar el proyecto y la ejecución de los trabajos
de restauración al arquitecto Tomás Brioso. Éste manifestó su
propósito de no cobrar honorarios a la Corporación por respeto a la
misma y por el amor hacia los pobres recogidos en el asilo 69 .
La actitud desinteresada justificó, de algún modo, que en el
cabildo de hermanos del día 24 de septiembre de 1898, se
acordara la compra de un objeto para serle entregado en
agradecimiento por las obras de reparo, llevadas cabo en el período
comprendido entre noviembre de 1897 y marzo de 1898 70 .
A principios del mes de diciembre del año 1900, se trató en el
cabildo ordinario la posibilidad de que se llevaran a cabo unas obras
en la sala de enfermería de la Casa, por hallarse en malas
condiciones. Para ejecutarlas se escogió el presupuesto presentado
por el maestro Francisco Fernández, que ascendía a la cantidad de
144 pesetas 71 .
Tras los últimos trabajos acometidos en algunas salas del
inmueble, el hermano mayor informó a los cofrades, el 18 de
septiembre de 1908, sobre la urgencia de efectuar reparaciones en
el establecimiento consistentes: en el cambio de la actual solería
de ladrillos, en mal estado y poco higiénicos; en la reedificación
de una escalera que condujera al salón nº 2, que era el dormitorio
de los asilados; en la apertura de huecos, en la ampliación y en
el saneamiento de las enfermerías; y en la reparación de los tejados
y la limpieza de servidumbres.
69
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 24 de septiembre de 1898, fol. 146.
70
Ibídem, fol. 147.
71
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 6 de diciembre de 1900, fols. 166 y
167.
1019

Terminada su exposición, intervinieron los directivos Miguel
Mérida Díaz, Eugenio Ximénez Pastor y Gerónimo Rubio Alarcón,
y tras una breve discusión se acordó responder al escrito de la Junta
de Beneficencia -del que no se tiene constancia al no aparecer en
los fondos del Archivo Histórico Diocesano de Málaga- y designar
un arquitecto con el propósito de que hiciera un estudio de las
obras y un presupuesto para enviarlo también a la mencionada Junta
Provincial de Beneficencia, a fin de que ésta se sirviera elevarlo a la
superioridad.
Al acabar el debate sobre la mencionada cuestión, Cristóbal
Alarcón Manescau comunicaba que el edificio se hallaba sin
asegurar contra incendios y si se produjera alguno, la Hermandad
se encontraría sin centro para desarrollar su obra de misericordia.
Además, señalaba que los tiempos no eran los más apropiados para
recurrir a la limosna. Por ello, la Hermandad autorizó al hermano
mayor y al secretario para que aseguraran el establecimiento en la
compañía que más garantía ofreciera a la Corporación 72 .
La sustitución de los retretes antiguos por unos nuevos se
realizó en 1911, siguiendo los consejos médicos del director de
Sanidad, Manuel Romero Ponce, perteneciente a la Hermandad.
Éste decía que así se evitaba la aparición de una epidemia colérica
surgida en algunos países, dado que nuestra población mantenía
contactos de tipo comercial 73 .
Las reformas del asilo no cesaban. Así, el 9 de marzo
de 1913, se trató la necesidad de desaguar el panteón y trasladar
72
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 18 de septiembre de 1908, fols. 209 y
210.
73
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 27 de julio de 1911, fol. 239.
1020

los restos inhumados a la iglesia. Se acordó realizar una obra seria
que impidiera más inundaciones en la bóveda, ya que perjudicaban
seriamente la solidez de los cimientos de la Casa. Asimismo, se
creyó oportuno realizarlas en un tiempo de mayor calor, como había
sucedido otras veces y sin recurrir al trabajo de las bombas 74 .
Los cofrades, Francisco Morales González y Antonio
Aragoncillo González, informaron de las obras realizadas en la
Casa en 1919, que consistieron en asegurar la solidez del segundo
patio que se encontraba falto de cañerías para la conducción de las
aguas de lluvia que se perdían en el subsuelo. Esta situación
provocaba -según las indicaciones de los expresados hermanos- el
deterioro de los muros y el de los cimientos. Igualmente, explicaron
los trabajos efectuados en el techo de uno de los corredores, en el
refuerzo de uno de los pilares de la escalera principal y en la
instalación de un bajante exterior colocado junto a la sala de
cabildos. Con ello, se pretendía cortar la humedad que estropeaba
la pared de la citada dependencia. También se mandaron limpiar
los canales de los tejados.
Los citados hermanos señalaron que Joaquín La Blanca
Monserrat había entregado gratuitamente la pintura, el aceite y el
aguarrás empleados en la decoración y en el aseo de las
instalaciones. Por último, comentaron la necesidad de retirar el agua
del panteón, que alcanzaba la altura de una vara 75 . Con respecto a
este asunto, el cabildo acordó el inicio de las obras a la mayor
brevedad, pues la humedad parecía extenderse por los muros de la
74 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 9 de marzo de 1913, fol. 254.
75 Medida de longitud equivalente a 835 milímetros y 9 décimas.
1021

iglesia, empapando así los altares y amenazando las valiosas
pinturas de los retablos 76 .
En el mes de diciembre de 1925, se informó a los hermanos
de la Caridad que Joaquín La Blanca 77 había mandado restaurar
desinteresadamente el altar del Santísimo Cristo del Consuelo, el
Crucifijo y los faroles de la capilla 78 .
4.2.- El empleo de sus dependencias
Los hermanos de la Hermandad de la Santa Caridad se
reunieron en cabildo extraordinario el 29 de julio de 1909, para
abordar un asunto de especial importancia. Se explicó a los
presentes, por parte del hermano mayor, que con motivo de la
Campaña del Riff se veía obligado a ejercer la caridad cristiana,
ofreciendo el asilo para albergar a los heridos. Además, señalaba
que ya existían precedentes similares. Puso como ejemplo el de
la Guerra de África del año 1859 y los combates en los campos de
Melilla en 1893. En consecuencia, quería saber si se consideraba
oportuno hacer la concesión.
76 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 28 de enero de 1920, fols. 15 y 16.
77 Sabemos de este benefactor de la Hermandad de la Santa Caridad por la información
que proporciona la revista La Saeta del año 1922, que tenía un almacén de efectos
navales y se dedicaba a abastecer a la Marina de Guerra y Mercante. Según el anuncio
que aparecía en dicha publicación cofrade, el establecimiento comercial estaba
ubicado en la calle Cortina del Muelle nº 95. Al margen de este asunto, conocemos por
medio de La Unión Mercantil la devoción que profesaba a la imagen de Nuestra
Señora del Carmen de la Hermandad del barrio de El Perchel, a la que pertenecía. El
referido periódico daba a conocer el orden de la procesión del año 1925, figurando
Joaquín La Blanca como uno de los mayordomos del trono de la Virgen. Más
adelante, se convirtió en hermano mayor de la misma, así constaba en la esquela
publicada en el diario Sur, el 14 de enero de 1940, con motivo del primer aniversario
de su fallecimiento. También figuraba que estuvo afiliado a la Venerable Orden
Tercera de la parroquia de Santo Domingo.
78 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 13 de diciembre de 1925, fol. 51.
1022

La Hermandad deliberó ampliamente y acordó que se llevara
a cabo de la misma forma que en 1859. Se formó una comisión
compuesta por el hermano mayor y por los directivos José Luis
Álvarez de Linera Duarte, Juan Gutiérrez Bueno, José Alarcón
Manescau, Gerónimo Rubio Alarcón y Rafael Ocaña Morales,
para que visitaran al general gobernador de la Plaza Francisco
Villalón y Fuentes 79 .
Años más tarde, concretamente a principios de la década
de los años veinte, la Hermandad decidió ceder (como en 1859,
1893 y 1909, respectivamente) algunas de sus dependencias para el
internamiento de los heridos de la guerra de España contra
Marruecos, que se libraba en el norte de África.
Los hermanos de la Santa Caridad habían acordado ofrecerle
al general gobernador Francisco Perales Vallejo, un salón equipado
con camas, separado del resto de los asilados con el fin de evitar el
contagio de cualquier enfermedad 80 .
Pasado el conflicto bélico se recobró la normalidad en el
hospital de San Julián y en el cabildo ordinario de oficiales,
convocado para el día 7 de noviembre de 1923, Cristóbal Alarcón
Manescau indicó que el alcalde de la ciudad, José Gálvez
Ginachero 81 , había solicitado la cesión de unas dependencias
del hospital con la finalidad de recoger a los niños abandonados
que pasaban las noches frías y lluviosas de invierno en la calle.
79
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 29 de julio de 1909, fol. 224.
80
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 4 de septiembre de 1921, fols. 27 y
28.
81
José Gálvez Ginachero fue nombrado alcalde de Málaga por Real Orden de 2 de
octubre de 1923 [A.M.M. Lib. 329, aa. cc. de 3 de octubre de 1923, fol. 184 v.].
1023

Aceptada, en principio, la petición, el hermano mayor pasó a
puntualizar las condiciones que tendrían que cumplirse:
“1ª. Que la obra de albergar á los niños
forme parte de la obra caritativa del Hospital.
2ª. Que la cesion del Cotarro sea á Don José
Galvez Ginachero, y no al Alcalde de
Málaga ó á su Ayuntamiento, áfin de evitar en
lo porvenir futuros pleitos ó litigios. 3ª. Que la
prestacion del local sea á titulo precario, y
solamente para el fin solicitado: Albergue
nocturno de niños. 4ª. Que en caso de
necesitar el Hospital la habitacion, sea
entregada sin reclamacion ni protesta. 5ª. Que
las obras necesarias para poner el local en
condiciones de dormitorio sean de cuenta
del solicitante. 6ª. Que de la vigilancia de los
niños se encarguen empleados pagados por
el autor del proyecto. 7ª. Que de ninguna
manera ni por ningun concepto se graven los
fondos de la Hermandad con este nuevo
servicio” 82 .
Con la aprobación, por parte de los congregados de estas
condiciones, se pasó a nombrar al alcalde eclesiástico, José María
Giménez Camacho, para que se entrevistara con Gálvez Ginachero
(quien formaría parte de la Hermandad a partir de septiembre de
1924) con el propósito de defender los acuerdos sobre los aspectos
82
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 7 de noviembre de 1923, fols. 40 y
41.
1024

eflejados 83 . La Junta Directiva se reuniría de nuevo cuando se
conociera el resultado del encuentro 84 .
El hermano mayor informó, en el cabildo celebrado el 21 de
febrero de 1924, de la posible reapertura del cotarro, que tanto bien
había reportado al pueblo malagueño en siglos pasados, al tiempo
que se lamentaba de la pérdida de ingresos al dejar de alquilar el
local que se iba a destinar a ello 85 .
Siete meses después, justamente el 21 de septiembre, se
inauguraba el cotarro con la asistencia del general gobernador,
Enrique Cano Ortega, y el alcalde, José Gálvez Ginachero, quien
había manifestado su interés por pertenecer a la Hermandad de la
Caridad, prestando, en ese mismo momento, el juramento e
imponiéndosele el escapulario. El presidente de la Corporación
municipal, haciendo uso de la palabra, se dirigió a los presentes
para hacer constar su felicidad al verse rodeado de hermanos y
amigos dedicados al ejercicio de la caridad, fin primordial de esta
Hermandad, filial de la de Sevilla 86 .
En el cabildo general reglamentario, fechado el 7 de marzo de
1925, se dio lectura al acta anterior, en la que se reflejaba la
instalación del refugio nocturno en un local integrado en el
conjunto arquitectónico de San Julián. Relacionado con dicho
asunto, el hermano mayor se dirigió a la concurrencia expresando:
83
José Gálvez Ginachero juró como hermano de la Santa Caridad el día 21 de
septiembre de 1924 [A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa
Caridad...”, tº II, fol. 42].
84
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 7 de noviembre de 1923, fol. 41.
85
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 21 de febrero de 1924, fol. 42.
86
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 21 de septiembre de 1924, fols. 45 y
46.
1025

“De acuerdo con el acta que acaba de
aprobarse, quedó instalado el Refugio
Nocturno en un local dentro de los muros
de este Hospital según lo solicitado por el
Señor Alcalde de esta Ciudad, y que con buen
éxito sigue funcionando. Dicho local estaba
cedido a un sugeto para guardar muebles
viejos a cambio de una peseta diaria a titulo
de limosna; al ocuparlo el Ayuntamiento era
de esperar pagara por lo menos igual
cantidad de la cual no podemos desprendernos,
pues por desgracia somos pobres, y así lo
han entendido muchos Concejales, y
principalmente los que figuran en aquella
Corporación y son asi mismo Hermanos de
esta como Don José Alarcon Bonel, autor
de una mocion presentada en Cabildo á este
objeto y sostenida con brios por los Señores
Don José Briales Lopez, Don Francisco
Jimenez Lombardo, Don Eduardo Heredia
Romero y Don Plácido Gomez de Cadiz; la
solicitud fue aprobada y acordado dar para
los pobres 600 pesetas. También debe
constar en acta que el Señor Alcalde Don
José Galvez Ginachero, aunque ausente de
Málaga, siempre ha estado conforme y
dispuesto á atender esta justa peticion” 87 .
Cristóbal Alarcón Manescau agradeció, el 13 de diciembre
de 1925, las gestiones de los concejales y hermanos de la
Hermandad, Francisco Giménez Lombardo, Plácido Gómez de
Cádiz y Gómez, José Briales López y José Alarcón Bonel, por
haber conseguido que el Ayuntamiento aumentara la limosna
destinada al mantenimiento del llamado cotarro. Asimismo,
Alarcón Manescau reconocía que aunque la suma de 1.250 pesetas
87 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 7 de marzo de 1925, fol. 47.
1026

no permitía el ingreso de más pobres sí posibilitaba mantener a los
acogidos 88 .
4.3.- Otras actuaciones
La Hermandad de la Caridad planteó a sus hermanos, y a la
vista de los cambios registrados en la legislación de 1918, la
posibilidad de inscribir el edificio y la iglesia en el Registro de la
Propiedad, pues se trataba de un inmueble privado, sin otros títulos
o reseñas que los del solar cedido por el Ayuntamiento de la
ciudad, el 23 de noviembre de 1682. Se acordó encomendar la
labor al letrado y hermano de la entidad, Miguel Mérida Díaz,
para que se ocupara de realizar las debidas averiguaciones acerca
de la idoneidad de efectuar el correspondiente registro 89 .
5.- LAS FUNCIONES RELIGIOSAS DE LA HERMANDAD
DE LA SANTA CARIDAD, DE LAS ASOCIACIONES
ESTABLECIDAS EN LA IGLESIA DE SAN JULIÁN Y
DE LAS NO RADICADAS EN EL TEMPLO
5.1.- Hermandad de la Santa Caridad
La festividad de San Julián tenía lugar el 28 de enero y, por
ello, la Hermandad de la Santa Caridad se aprestaba a realizar cada
año una: “fiesta solemne con Visperas, Misa cantada con Diaconos
Sermon, Música y el Santisimo Sacramento de manifiesto en el
88 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 13 de diciembre de 1925, fol. 50.
89 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 14 de febrero de 1918, fol. 2.
1027

Jubileo de las XL Horas” 90 . Por ejemplo, en la fiesta del santo del
año 1899, se les ofreció a los asilados una comida extraordinaria,
asistiendo un miembro de la Hermandad de la Santa Caridad de
Sevilla. Posteriormente, visitó el establecimiento, del que hizo
“grandes y encendidos elogios” por la forma en que se encontraban
los pobres de esta Casa, pese a contar con escasos recursos 91 .
La función religiosa en honor de San Julián era una de las
muchas que la Hermandad celebraba. En este sentido, hay que
destacar que el capellán del asilo solía oficiar en la iglesia todos
los días misas a las 8 de la mañana, y los domingos y festivos, a las
7, 9 (ésta cantada con explicación del Santo Evangelio) y a las
12 de la mañana 92 .
El horario de las misas, recogido en los Estatutos aprobados
en 1888, fue cambiando. Así, en la primera década del siglo XX,
se oficiaron a las 8, 10 y 11 de la mañana, y 12 del mediodía 93 .
Posteriormente, en 1922, se pasaría a celebrar la misa a las 8 de la
mañana 94 ; y en 1923 95 y en 1924, una hora después 96 .
También, y como ya indicamos en su momento, la
Hermandad de la Santa Caridad solía instalar en su sede un
monumento el Jueves Santo. La prensa local de 1911 destacó el
construido por los hermanos de esta benéfica Corporación, que se
90
A.H.D.M. Leg. 47, pza. 1, “Estatutos de la Hermandad de la Santa Caridad de
Nuestro Señor Jesucristo (1888)”, fol. 16.
91
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 15 de febrero de 1899, fols. 151 y
152.
92
La Unión Mercantil, Málaga, 4 de octubre de 1922.
93
La Unión Mercantil, Málaga, 6 de abril de 1903.
94
La Unión Mercantil, Málaga, 1 de septiembre de 1922.
95
La Unión Mercantil, Málaga, 1 de septiembre de 1923.
96
Por citar una fuente documental, tomamos: La Unión Mercantil, Málaga, 17 de
febrero de 1924.
1028

hallaba adornado con profusión de flores y luces, resultando
bastante artístico 97 .
5.2.- Asociación del Glorioso Patriarca San José
A principios del siglo XX, y pese a los malos tiempos que se
vivían en la ciudad de Málaga con una preocupante crisis
económica y social y un acentuado brote anticlerical, la Asociación
de devotos de San José no interrumpió sus cultos 98 .
TABLA 58
FECHA PREDICADOR
1899 ---
1900 ---
1901 ---
1902 ---
1903 ---
1904 ---
5 de febrero de 1905 José María Jiménez Camacho,
canónigo lectoral de la Santa Iglesia
Catedral
12 de febrero ---
19 de febrero ---
26 de febrero ---
5 de marzo ---
12 de marzo ---
19 de marzo ---
97 El Cronista, Málaga, 14 de abril de 1911.
98 Recuérdese el atentado que sufrió la imagen del Santo Cristo de Cabrilla en la
procesión del Jueves Santo de 1904 [CAMINO ROMERO, A., Breve historia de un
Cristo olvidado..., pp. 73-74].
1029

FECHA PREDICADOR
11 de febrero de 1906 ---
18 de febrero José María Jiménez Camacho
25 de febrero José Moreno Maldonado, canónigo
archivero de la Santa Iglesia Catedral
4 de marzo ---
11 de marzo ---
18 de marzo ---
25 de marzo ---
1907 ---
1908 ---
28 de febrero de 1909 José María Jiménez Camacho
1910 ---
1911 ---
1912 ---
1913 ---
1914 ---
7 de febrero de 1915 ---
14 de febrero ---
21 de febrero José María Jiménez Camacho
28 de febrero ---
7 de marzo Antonio Rodríguez Ferro, beneficiado
de la Santa Iglesia Catedral
14 de marzo Francisco Javier Camacho Triviño,
canónigo de la Santa Iglesia Catedral
19 de marzo El panegírico de la fiesta correría a
cargo de Antonio Rodríguez Ferro
21 de marzo José María Jiménez Camacho,
canónigo lectoral de la Santa Iglesia
Catedral y provisor vicario general
del Obispado
1916 ---
4 de febrero de 1917 Antonio Rodríguez Ferro
11 de febrero Ídem
18 de febrero Ídem
1030

FECHA PREDICADOR
25 de febrero Ídem
4 de marzo Ídem
11 de marzo Ídem
18 de marzo Ídem
1918 ---
1919 ---
1920 ---
1921 ---
5 de febrero de 1922 ---
12 de febrero Antonio Rodríguez Ferro
19 de febrero José María Jiménez Camacho, deán
de la Santa Iglesia Catedral y
vicario general del Obispado
26 de febrero Antonio Rodríguez Ferro
5 de marzo José María Jiménez Camacho
12 de marzo Francisco Javier Camacho Triviño
19 de marzo Antonio Rodríguez Ferro
4 de febrero de 1923 ---
11 de febrero ---
18 de febrero ---
25 de febrero ---
4 de marzo Francisco Javier Camacho Triviño
11 de marzo José María Jiménez Camacho
18 de marzo ---
3 de febrero de 1924 ---
10 de febrero ---
17 de febrero Francisco Javier Camacho Triviño
24 de febrero Antonio Rodríguez Ferro
2 de marzo Francisco Javier Camacho Triviño
9 de marzo Antonio Rodríguez Ferro
16 de marzo Francisco Javier Camacho Triviño
1031

FECHA PREDICADOR
19 de marzo La fiesta del santo estaría presidida
por Antonio Rodríguez Ferro
1 de febrero de 1925 Francisco Javier Camacho Triviño
8 de febrero Antonio Rodríguez Ferro
15 de febrero ---
22 de febrero Francisco Javier Camacho Triviño
1 de marzo ---
8 de marzo ---
15 de marzo Francisco Javier Camacho Triviño
31 de enero de 1926 ---
7 de febrero ---
14 de febrero ---
21 de febrero ---
28 de febrero ---
7 de marzo ---
14 de marzo En la prensa local, se anunciaba que
la predicación estaría a cargo de
Francisco Javier Camacho Triviño y
Antonio Rodríguez Ferro 99 .
Con independencia de los siete domingos, la Asociación
Josefina celebraba también unos ejercicios mensuales cada día 19,
como vimos en el capítulo anterior. En una nota de la sección
religiosa del periódico La Unión Mercantil, del 17 de septiembre de
1903, se avisaba que el culto al glorioso Patriarca San José se
trasladaba de la tarde a la mañana (a las 8 y media) del día 19,
procurándose con ello la mayor comodidad de los fieles.
99 Cuadro efectuado tras la consulta de la Caja 110, leg. 32, pza. 1 del A.D.E. y del
periódico La Unión Mercantil (años: 1906, 1909, 1915, 1917, 1918, 1922, 1923,
1924, 1925 y 1926).
1032

5.3.- Asociación de las Camareras del Santísimo Sacramento
La ayuda prestada por el obispo de la diócesis malacitana,
Manuel Gómez de Salazar y Lucio de Villegas, a las Camareras del
Santísimo Sacramento en 1886, se vio secundada por los dos
siguientes: Marcelo Spínola y Maestre y Juan Muñoz Herrera, en
el sentido de alentar la labor ejercida por las Camareras de Jesús
Sacramentado 100 .
En una de las reuniones mensuales mantenidas por las
señoras y señoritas, concretamente la del 17 de octubre de 1911,
asistió, por primera vez, el nuevo director de la Asociación, el
canónigo penitenciario, Francisco de Paula Muñoz Reina, que lo
era, igualmente, de la Pontificia y Real Archicofradía de Luz y
Vela ante el Santísimo Sacramento 101 . Éste había sido designado
por el obispo Muñoz Herrera para reemplazar al deán de la
Catedral, Juan de la Torre Olmedo, que con tanto celo y acierto
había ocupado el puesto. En la mencionada sesión se efectuó una
recolecta entre las asistentes, siendo ofrecida al nuevo director,
“infatigable operario del campo eucarístico” 102 .
La Asociación de Camareras celebró su comunión y reunión
general de 1913, el día 2 de enero, según lo preceptuado en el
nuevo Reglamento. La misa estuvo oficiada por el director
espiritual y la reunión se realizó en el Palacio Obispal 103 .
100 A.M.M. Sig. 150, Boletín Eucarístico de Málaga nº 3, Málaga, 1916, p. 99;
CAMINO ROMERO, A., “La iglesia de San Julián de Málaga...”, p. 478.
101 A.C.C.M. Lib. 77, aa. cc. de 17 de mayo de 1911, fols. 28-30.
102 A.M.M. Sig. 145 bis, Boletín Eucarístico de Málaga nº 12, Málaga, 1911, p. 479.
103 A.M.M. Sig. 147, Boletín Eucarístico de Málaga nº 1, Málaga, 1913, p. 38.
1033

La Asociación estuvo presidida, desde su inicio hasta 1916,
por Francisca de la Tobilla, quedando formada la Junta de
Gobierno en ese último año de la siguiente manera: director
espiritual, Francisco de Paula Muñoz Reina, deán de la Santa
Iglesia Catedral de Málaga; vice-director, Francisco Morales
González, capellán de la iglesia de San Julián; presidenta,
Francisca de la Tobilla; vice-presidenta, María Moreno de
Zalabardo; secretaria, Dolores Gumucio Müller; vice-secretaria,
Ángeles de la Espina Cabaleiro; tesorera, Marina Bourmann
Hernández; y ropera, Paulina Delius Flores. Asimismo, existían
trece grupos, presididos cada uno por una celadora y
compuesto por cinco y siete camareras, respectivamente 104 . Los
diferentes grupos estaban integrados por señoras y señoritas de las
familias más distinguidas de Málaga.
El director de esta Asociación había impuesto un nuevo
modelo organizativo con el fin de que se extendiese y desarrollase
esta Obra, en la que debían tomar parte cuantas señoras guardasen
en su corazón alguna chispa de amor hacia Jesús Sacramentado 105 .
Las Camareras de Jesús Sacramentado festejaron la fiesta de
su patrón, San Pascual Bailón, el 17 de mayo de 1918, asistiendo
juntamente con ellas, por afinidad mariana, la Corte de Honor de
Nuestra Señora del Pilar a una solemne función religiosa en la
iglesia de San Julián 106 .
Las componentes de la Asociación realizaron un solemne
triduo durante los días 26, 27 y 28 del mes de marzo de 1922,
104
A.M.M. Sig. 150, Boletín Eucarístico de Málaga nº 3, Málaga, 1916, pp. 99 y 100.
105
Ibídem, p. 99.
106
A.M.M. Sig. 151, Boletín Eucarístico de Málaga nº 6, junio de 1918, pp. 191-192.
1034

consistente en el ejercicio del rezo de la estación mayor y
meditación a cargo de José María Jiménez Camacho, deán de la
Catedral y vicario general de la diócesis 107 .
Las reuniones de este grupo eucarístico de mujeres, se
mantendrían a lo largo de los años veinte y principios de los treinta
del siglo XX, como se tendrá oportunidad de apreciar 108 .
5.4.- Jubileo de las XL Horas
Este culto eucarístico se siguió desarrollando con bastante
intensidad en la iglesia de San Julián a lo largo de este período.
Enumeramos las intenciones (muchas de ellas de afiliados a la
Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo)
aplicadas en la celebración de los Jubileos.
TABLA 59
FECHA INTENCIÓN
1899 ---
1900 ---
1901 ---
2 de marzo de 1902 Por Cristóbal Alarcón Luján,
Encarnación de la Vega y José
Alarcón Bonel
1903 ---
1904 ---
107 La Unión Mercantil, Málaga, 26 de febrero de 1922.
108 Tomamos como referencia de nuestra afirmación, las noticias aparecidas sobre la
Asociación de las Camareras en las siguientes ediciones del periódico La Unión
Mercantil: 17 de mayo de 1922, 16 de enero de 1928, 17 de junio de 1929, 16 de
mayo de 1930 y 17 de febrero de 1931.
1035

FECHA INTENCIÓN
1905 ---
1906 ---
1907 ---
1908 ---
27 de enero de 1909 Por Francisco Cordero, su esposa,
hijo político Carlos Balenzategui
Salas y nietos
28 de enero de 1909 Por los pobres asilados difuntos y
hermanos de la Santa Caridad
29 de enero de 1909 Por Juan Hurtado Quintana, canónigo
que fue de esta Santa Iglesia Catedral
y difuntos de su familia
14 de febrero de 1909 Por José Alarcón Luján, sus hijos e
hijos políticos difuntos
15 de febrero de 1909 Por José Llovet Ballesteros, su esposa
y difuntos de su familia
27 de enero de 1910 Por Francisco Cordero, su esposa,
hijo político Carlos Balenzategui
Salas y nietos
28 de enero de 1910 Por los pobres hermanos de la Santa
Caridad
29 de enero de 1910 Por José Llovet Ballesteros, su esposa
y difuntos de su familia
12 de febrero de 1910 Por Fermín Alarcón Luján y su
esposa, Adelaida Manescau Hoffman
13 de febrero de 1910 Por Fernando Chacón García y
familia
4 de marzo de 1910 Por Adolfo Crooke Navarro
5 de marzo de 1910 Por José Alarcón Bonel y su esposa
6 de marzo de 1910 Por José Alarcón Luján, sus hijos e
hijos políticos, y difuntos
27 de enero de 1911 Por Francisco Cordero, su esposa,
hijo político Carlos Balenzategui
Salas y nietos
28 de enero de 1911 Por los pobres hermanos de la Santa
Caridad
12 de febrero de 1911 Por José Llovet Ballesteros, su esposa
y difuntos de la familia
13 de febrero de 1911 Por Fernando Chacón García y
familia
14 de febrero de 1911 Por Fermín Alarcón Luján y su
esposa, Adelaida Manescau
Hoffman
1036

FECHA INTENCIÓN
27 de enero de 1912 Por Francisco Cordero, su esposa,
hijo político Carlos Balenzategui
Salas y nietos
28 de enero de 1912 Por los pobres hermanos de la Santa
Caridad
29 de enero de 1912 Por María Romero Mayorga y
difuntos de la familia
11 de febrero de 1912 Por José Llovet Ballesteros, su esposa
y difuntos de su familia
25 de febrero de 1912 Por José Alarcón Luján, sus hijos e
hijos políticos
26 de febrero de 1912 Por Agustín Eguía, sus padres y
padres políticos, Salvador Boix y
Matilde Jiménez
1913 ---
14 de marzo de 1914 Por Ricardo Larios Segura y su hijo,
Ricardo Larios Heredia
1914 Por Higinio Arangocillo del Villar, su
esposa Teresa González Salido, su
hermana María Josefa y difuntos de la
familia
1914 Por José Alarcón Bonel y su esposa
14 de marzo de 1915 Por Ricardo Larios Segura y su hijo,
Ricardo Larios Heredia
19 de marzo de 1915 Por José Sánchez Casado y su esposa,
Josefa Huelin Reissig
21 de marzo de 1915 Por Zoilo Zenón Zalabardo Pastor, su
esposa, Margarita Rubio, y sus
difuntos padres
1916 ---
11 de marzo de 1917 Por José Alarcón Luján, sus hijos e
hijos políticos difuntos
12 de marzo de 1917 Por José Flaquer García, su esposa,
Francisca Penalva, y su hija,
Francisca Flaquer Penalva de Pérez
Souvirón
1918 ---
9 de febrero de 1919 Por Adolfo La Blanca Pérez, difuntos
de su familia y los de Carmen Vegas,
su viuda
10 de febrero de 1919 Por Fermín Alarcón Luján y su
esposa, Adelaida Manescau
Hoffman
1037

FECHA INTENCIÓN
8 de febrero de 1920 Por Antonio Escobar Zaragoza y su
hijo político, Rafael Álvarez Osorio
9 de febrero de 1920 Por Ana Monserrat Pérez y Carmen
Vega, sufragio de los difuntos de
ambas familias
10 de febrero de 1920 Por Fermín Alarcón Luján y su
esposa, Adelaida Manescau Hoffman
11 de marzo de 1920 Por José Alarcón Luján, su esposa
Teresa Herrera Cardenal, y sus hijos e
hijos políticos difuntos
12 de marzo de 1920 Por José Alarcón Bonel y su esposa
13 de marzo de 1920 Por Rodrigo Millán Martín
14 de marzo de 1920 Por Ricardo Larios Segura y su hijo,
Ricardo Larios Heredia
14 de marzo de 1921 Por Ricardo Larios Segura y su hijo,
Ricardo Larios Heredia
1922 ---
1923 ---
1924 ---
1925 ---
19 de marzo de 1926 Por José Sánchez Casado y su esposa
Josefa Huelin Reissig, viuda de
Gálvez y su hijo José Gálvez 109 .
5.5.- Cofradía de Nuestra Señora de Lourdes
El origen se debe, según el Boletín Oficial del Obispado de
Málaga, a la iniciativa de una de las familias más distinguidas de la
ciudad que:
“en testimonio de gratitud por un verdadero
prodigio otorgado por la Santísima Virgen, en
su gruta de Lourdes, á una de las personas de
109 Cuadro realizado gracias a la información extraída de los periódicos La Unión
Mercantil (años: 1902, 1912, 1915, 1917, 1921 y 1926) y El Regional (años: 1919 y
1920), y del Boletín Eucarístico de Málaga (años: 1909, 1910, 1911, 1912 y 1914).
1038

esta familia, que pertenece á una
Congregación Religiosa, ha sido establecida
en la Iglesia de San Julián (...)” 110 .
En efecto, Felipe Neri Casado Reissig, miembro de la Junta
de Gobierno de la Hermandad de la Santa Caridad, 111 solicitó, en
los primeros meses de 1899, al obispo de Málaga, Juan Muñoz
Herrera, el permiso para que dicha Cofradía se estableciera en la
referida sede. Monseñor Muñoz Herrera llamó al hermano mayor
de la Caridad, Cristóbal Alarcón Manescau, con objeto de poner
en su conocimiento el asunto. El Prelado, antes de pronunciarse al
respecto, quiso conocer la opinión de la Hermandad por ser el
recinto de su jurisdicción. Cristóbal Alarcón manifestó que no
existía inconveniente alguno, pero que con esta concesión la
Asociación de la Virgen de Lourdes no adquiría ningún derecho y
que estaría siempre sujeta a las Reglas de la Casa.
En el cabildo ordinario del día 10 de abril de 1899, la
Hermandad aprobó las condiciones que el primero de sus
hermanos había indicado 112 . La Junta Directiva de la Cofradía de
Nuestra Señora de Lourdes quedó formada así: director espiritual,
Juan de la Torre, canónigo de la Santa Iglesia Catedral; hermano
mayor, Felipe Neri Casado Reissig; tesorero, Juan Huelin; y
secretario, Luis Gracian 113 .
110 A.C.C.M. Boletín Oficial del Obispado de Málaga nº 5, 4 de mayo de 1899, p. 212.
111 Felipe Neri Casado ingresó el 18 de noviembre de 1872.
112 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 15 de febrero de 1899, fol. 153.
113 A.C.C.M. Boletín Oficial del Obispado de Málaga nº 5, 4 de mayo de 1899, p. 212.
1039

La escasez de fondos documentales y hemerográficos en los
últimos años del siglo XIX y primeros del XX, nos imposibilita dar
a conocer la duración que tuvo la referida Cofradía.
Ilustración 111: Imagen de Nuestra Señora del Carmen de la Archicofradía del barrio de
El Perchel
5.6.- Asociación de la Virgen del Carmen
Desconocemos su fecha fundacional pero de lo que no hay
ninguna duda es de su estancia en la iglesia de San Julián al menos
en 1922. Localizamos en la prensa de ese período varias noticias
referidas a la Asociación. Tanto el periódico El Cronista, de abril,
como La Unión Mercantil, de los meses de mayo, agosto,
septiembre y octubre de ese año, informaban que durante los días
de la semana había misa a las 8 de la mañana, los sábados a las 10
misa cantada en honor de la imagen de la Virgen del Carmen y los
1040

domingos y días festivos misas a las 7, a las 9 (cantada con
explicación del Santo Evangelio) y a las 12 de la mañana 114 .
6.- ASPECTOS ECONÓMICOS
6.1.- El cobro de las cuotas y la estancia de los asilados
Las arcas de la Hermandad de la Santa Caridad nunca
estuvieron muy boyantes que digamos, puesto que, cada cierto
tiempo, se hacía constar en las sesiones capitulares la delicada
situación económica. Por ello, en el cabildo ordinario de 10 de abril
de 1899, algunos hermanos reclamaron que la cuota de una peseta,
establecida en los Estatutos de 1888, se cobrara a fin de mejorar
los servicios prestados a los asilados. El hermano mayor estimó
muy justa la propuesta y aseguró llevarla al primer cabildo general
que se tuviera ya que, reconociendo lo afirmado anteriormente, la
cuota de hermano no se cobraba desde hacía algunos años 115 .
En el cabildo general extraordinario del día 1 de diciembre de
1899, se abordó la reducción de plazas para pobres, debido a que un
impuesto gravaba el 20% de los intereses de las Láminas de Deuda
Pública, único caudal con el que contaba la Hermandad para el
sostenimiento del asilo. Para solucionar esta problemática, se
acordó:
114 El Cronista, Málaga, 28 de abril de 1922; H.M.M. La Unión Mercantil, Málaga, 2
de mayo, 15 de agosto, 1 de septiembre y 4 de octubre de 1922.
115 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 10 de abril de 1899, fols. 153 y 154.
1041

“Primero.- Remitirle á cada hermano una
círcular solicitando la limosna mensual que á
bien tenga señalar, sirviéndonos contestar á
dicha comunicación y devolverla á la Junta de
Gobierno. Segundo.- Dar cuenta de la
recaudación que se obtenga durante el trimestre
que empieza con el año, en Junta General que
se celebre el 31 de Marzo (...), para entonces
con arreglo á lo obtenido, aumentar el número
de plazas por limosnas á las que marcan los
Estatutos” 116 .
Gracias a un escrito remitido por la Hermandad de la Caridad
a Narciso Díaz de Escovar (conservado en el archivo de su mismo
nombre), sabemos en qué términos se pedía a los hermanos la
suscripción para el sostenimiento de los pobres del hospital:
116 Ibídem, fol. 161.
“Reunida nuestra Hermandad en Junta
G[ene]ral. Extraordinaria el dia 1º del actual,
para deliberar acerca de la reducción de las
plazas de nuestros pobres, como consecuencia
del impuesto de 20% sobre los intereses de las
Láminas, único caudal con que se cuenta para
el mantenimiento de aquellos: Los Hermanos
presentes interpretando los piadosos
sentimientos de los que no lo estaban
acordaron: Primero. Solicitar de cada uno, la
limosna mensual qué á bien tenga señalar en
la contestación á la presente, que va inserta al
pié, la cual se serviran cortar y devolver á
nuestro Hermano Mayor. Segundo. Dar cuenta
de la recaudación que se obtenga durante el
trimestre que empieza con el año, en Junta
G[ene]ral. que se celebre el 31 de Marzo, para
entonces con arreglo á lo obtenido aumentar el
número de plazas por lo menos á las que
1042

marcan los estatutos. Y por último. Recordar á
todos nuestros H[erman]os. la obligación en
que estamos por juramento de ejercer la caridad
con los pobres, teniendo muy presente la
sublime máxima de que: . En n[ues]tra. Santa
Casa á 12 de Diciembre de 1899” 117 .
Meses más tarde de la iniciativa, se comprobó que los
resultados habían sido fructíferos. Tanto era así que el hermano
mayor habló de aumentar en tres la estancia en el asilo, remitiendo
las solicitudes que habían sido presentadas y que cumplían con los
requisitos establecidos 118 .
Años después, concretamente en 1910, volvía a surgir el
mismo problema, la reducción. Alarcón Manescau manifestaba la
imposibilidad de la Corporación de admitir un mayor número de
ancianos. Las causas que lo impedían eran la falta de donativos, de
limosnas y de obsequios (en metálico o en especie), dado que, en
otra época, esas acciones caritativas ayudaban enormemente al
saneamiento de la economía de la Casa.
Esta situación originó que entrase en vigor el artículo 6 del
capítulo VI de los Estatutos, consistente en que se hiciera efectivo
el cobro de las cuotas 119 . Pero este acuerdo, que en la práctica no
era tal, se volvió a sacar a colación en el cabildo ordinario del día
10 de enero de 1911. El fiscal, Antonio Aragoncillo González,
preguntó al tesorero, Juan Gutiérrez Bueno, por qué no se había
117 A.D.E. Caja 110, leg. 1, pza. 25.
118 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 3 de abril de 1900, fol. 163. Los tres
admitidos fueron: Bernardo Gómez Ramírez, Francisco Ramírez Santaella y Joaquín
Lorente Ruiz.
119 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 26 de febrero de 1910, fol. 228.
1043

cumplido el acuerdo del último cabildo general, a lo que éste
contestó que no se había efectuado por causas ajenas a su voluntad.
La asamblea decidió cumplir el acuerdo desde el día 1 de enero de
ese mismo año 120 .
Parece ser que la situación económica de la Hermandad de
la Caridad mejoró en los primeros meses de 1913, ya que se habían
admitido dos pobres más en el asilo y se habían podido comprar los
pantalones y los trajes de verano 121 .
En el cabildo de cuentas y elecciones celebrado el 3 de marzo
de 1921, Joaquín La Blanca Monserrat señaló la conveniencia de
incrementar la cuota mensual con idea de que se aumentase el
número de pobres acogidos.
El hermano mayor aceptó la moción pero estimó oportuno
tratar el asunto en la asamblea general en la que concurriese
el mayor número de hermanos 122 .
Así pues, en el cabildo general de cuentas y elecciones, de 16
de abril de 1921, se trató el tema del aumento de la cuota de
hermanos. En respuesta a la proposición efectuada por Joaquín La
Blanca y Antonio Eloy García, respondieron Manuel Bosch
Calvache y José Alarcón Bonel, quienes eran del siguiente parecer:
el primero, proponía que se dejase la cuota tal como estaba pero que
cada hermano hiciese el ingreso que estimase oportuno; y, el
segundo, manifestaba que no se incrementase la cuota y que, en
todo caso, se hiciese un esfuerzo para elevar el número de
miembros de la Corporación. Finalmente, los señores La Blanca y
120 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 10 de enero de 1911, fols. 233 y 234.
121 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 9 de marzo de 1913, fol. 254.
122 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 6 de marzo de 1921, fol. 20
1044

García retiraron la propuesta, adhiriéndose a lo subrayado por los
directivos Bosch y Alarcón 123 . La petición realizada por Alarcón
Bonel comenzó a surtir efecto, ya que, a finales de mes, ingresaron
doce nuevos hermanos 124 .
6.2.- El Impuesto sobre Bienes de Personas Jurídicas
El 8 de octubre de 1911, se convocó a los hermanos de
manera extraordinaria, para informarles de que el Estado pretendía
gravar el caudal de los asilados con el 0,25% anual, según disponía
la Ley de 29 de diciembre de 1910 y el Reglamento de la misma de
29 de abril de 1911.
El hermano mayor comunicó a los presentes que teniendo
conocimiento de la aplicación de este tributo, había contactado con
Mariano Molina, abogado del Estado y funcionario público, para
que dictaminara sobre la excepción o no del Impuesto. Éste le
manifestó que no había estudiado la Ley pero creía que tendría que
satisfacer el referido Impuesto. Finalizada la intervención, se abrió
un turno de palabra y tras conocerse la opinión de los hermanos
asistentes, se acordó escribir a la Hermandad de la Santa Caridad de
Sevilla para que aconsejara de qué manera se podría evitar el pago
de tan onerosa carga, que recaería en los fondos destinados al
mantenimiento de los pobres 125 .
123 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 16 de abril de 1921, fol. 21.
124 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 29 de abril de 1921, fol. 22. Los
nombres fueron los siguientes: Antonio Ballesteros Peralta, Ernesto Delices Bolín,
Carlos Díaz Murciano, Francisco Gil González de Junguitu, Francisco Hidalgo
Vilaret, Fernando Jiménez Tellez, Eugenio Jiménez Souvirón, Pedro López Martínez,
Juan Merelo Alcázar, José Martínez Illan, Jaimé Parladé Heredia y José Pérez Bryan.
125 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 8 de octubre de 1911, fol. 241.
1045

En el cabildo de 18 de febrero de 1912, se trató la posibilidad
de que el Consejo de Estado emitiera un informe favorable para
que no recayera este gravamen 126 .
La Santa Caridad volvió a convocar cabildo general
extraordinario el 3 de agosto de 1912, para tratar el asunto referente
al Impuesto sobre Bienes de las Personas Jurídicas. Se señaló la
imposibilidad de averiguar la decisión de la Real Orden de 29 de
diciembre de 1910, debido a la ambigüedad de su estilo. Tras lo
cual, se decidió esperar el informe de la abogacía del Estado para
que, si fuese desfavorable, presentara un recurso ante la Delegación
de Hacienda 127 .
El hermano mayor comunicó, en enero de 1915, que por
fallecimiento del apoderado Juan Gutiérrez, se tenía que nombrar
uno nuevo para que se encargara del cobro de los intereses
devengados por las inscripciones de las Láminas nominativas
de la Deuda Pública de España del 4% anual.
El cabildo de hermanos autorizó, el 21 de enero de 1915,
a Cristóbal Alarcón Manescau para que procediera al otorgamiento
de dicho poder y éste lo transfirió a Antonio Aragoncillo González,
con el fin de cobrar los intereses de las Láminas y los Títulos
mencionados 128 . Al mes de ser autorizado el cofrade Aragoncillo
González, culminaban las operaciones, depositando en el Banco
de España las cantidades correspondientes 129 . La convocatoria
126
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 18 de febrero de 1912, fols. 245 y
246.
127
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 3 de agosto de 1912, fol. 247.
128
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 21 de enero de 1915, fols. 261 y 262.
129
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 13 de febrero de 1915, fols. 268 y
269.
1046

del cabildo de 6 de marzo de 1915, se debió a que ya se conocía la
resolución del abogado del Estado, concerniente al Impuesto de
Bienes de Personas Jurídicas. El hermano mayor al conocer los
pormenores se quedó extrañado de la dura e inesperada medida,
puesto que al no haber recurrido implicaba, en cierto modo, la
exención del tributo a favor de la Hermandad 130 . Ahora, ésta se
planteaba cobrar los cupones de los títulos de la Deuda Pública,
depositados en el Banco de España para liquidar el Impuesto.
Asimismo, se acordó solicitar el fraccionamiento en dos plazos.
Esta decisión llevó a José Alarcón Manescau a plantear medidas
de choque, como la de no admitir -al menos por un tiempo- a
nuevos asilados.
Por su parte, el presidente de la entidad benéfica de San
Julián y hermano del referido, solicitó la creación de una comisión
integrada por el secretario, el tesorero y el capellán con el fin de
que estudiasen medidas para rebajar los presupuestos, a excepción
de reducir más los gastos de culto, ya que: “(...) beneficencia
sin religion resulta á modo de sociedad laica, cosa muy lejos del
mismo [sic] de los fundadores de la Casa” 131 .
También pidió que se aumentara el número de hermanos,
dado que con sus limosnas pudiesen aumentar los ingresos para
el hospital 132 . Esta última propuesta surtió efecto, pues en la junta
siguiente al cabildo, ingresaron destacadas personas de la sociedad
malagueña 133 .
130
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 6 de marzo de 1915, fols. 271 y 272.
131
Ibídem, fol. 274.
132
Ídem.
133
Rafael Mata Morales, el notario y abogado Francisco Villarejo González, el
empresario José Sánchez Ripoll (propietario del Café Madrid), y el abogado Plácido
1047

En la junta del 27 de marzo de 1915, el hermano mayor
señaló que nada nuevo se había producido con el asunto del
Impuesto sobre Bienes de Personas Jurídicas 134 .
Sin embargo, en el cabildo ordinario de 19 de junio de 1915,
se informó de que la propuesta efectuada por el abogado del
Estado, Mariano Molina Aranco, de dividir el pago del Impuesto
en dos plazos, había sido revocada por éste y que, por lo tanto, el
pago debía hacerse de una sola vez, con recargo por morosidad en
el abono del mismo. La asamblea prestó gran atención a la
exposición del hermano mayor, lamentando lo ocurrido y censuró
duramente la conducta del abogado del Estado que se había
olvidado de su compromiso 135 .
Prácticamente al año del cabildo, se recibió en el seno de la
Hermandad un oficio de la Junta Provincial de Beneficencia en el
que se comunicaba la orden del Director General de Administración
aconsejando que los títulos de Deuda, valorados en 3.500 pesetas
poseídos por la Hermandad de la Caridad, fuesen convertidos en
una lámina intransferible.
La Hermandad autorizaba a Antonio Aragoncillo González,
tesorero de la Institución, para que los retirase y, a su vez, los
presentase en la Delegación de Hacienda con el fin de que fuesen
convertidos en canjeables en el término de 15 días 136 .
Gómez Gómez de Cádiz y Gómez, quien años después sería una figura clave en la
Hermandad de la Santa Caridad.
134
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 27 de marzo de 1915, fols. 275 y
276.
135
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 19 de junio de 1915, fols. 278 y 279.
136
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 26 de agosto de 1916, fol. 287.
1048

En el cabildo general reglamentario del día 9 de febrero de
1919, se leyó la reclamación presentada por el letrado y hermano de
la Corporación, Miguel Mérida Díaz, dirigida al Delegado de
Hacienda y al Subsecretario de tal Ministerio, solicitando, con la
aportación de datos, la exención perpetua de la contribución a favor
del hospital e iglesia de San Julián 137 .
La Hermandad convocó a sus hermanos el día 4 de agosto
de 1922, para tratar únicamente el tema de la contribución urbana.
El hermano mayor comunicó que el documento preparado por
Miguel Mérida Díaz y dirigido al Delegado de Hacienda había sido
desestimado, gravándose al edificio de San Julián con “un tributo
agobiante en relación con la exigua renta que percibe” 138 .
En consecuencia, los hermanos aprobaron: presentar un
recurso de alzada contra dicha disposición, escribir al mitrado de
Málaga, Manuel González García, con objeto de que interviniera
en el asunto y, por último, dirigir una carta al ministro de Hacienda,
Francisco Bergamín García 139 , pidiéndole la exención de todo
tributo que perjudicara al asilo de San Julián 140 .
A finales del mes de noviembre de 1922, el hermano mayor
convocó un cabildo general extraordinario para informar acerca del
137 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 9 de febrero de 1919, fol. 11.
138 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 13, aa. cc. de 4 de agosto de 1922, fols. 31 y 32.
139 Nació en Málaga, el 6 de octubre de 1855, y murió en Madrid, el 12 de febrero de
1937. Fue militante del partido conservador y su primera elección como diputado tuvo
lugar en 1886. Este Doctor en Derecho y también en Derecho Canónico, contó con la
confianza de Eduardo Dato, quien lo nombró en 1920 ministro de Gobernación.
Asimismo, ocupó otras carteras como las de Instrucción Pública, Hacienda y Estado
[MONTILLA Y ORDÓÑEZ, R., Ellos fueron ministros. Veinticuatro malagueños se
sentaron en poltronas ministeriales, Bobastro, Málaga, 1986, pp. 109-111].
140 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 13, aa. cc. de 4 de agosto de 1922, fol. 32.
1049

gravamen que la Hermandad debía satisfacer en concepto de
contribución. Cristóbal Alarcón Manescau explicó que:
“hacía algunos meses, nuestros ánimos se
encontraban completamente embargados de
tristeza y zozobra en vista de la gravísima
situación en que se iba a encontrar antes de
mucho tiempo nuestro Santo Hospital. La
acción implacable del fisco, excitada y
espoleada por algunos inspectores, consideró
justo imponerle a esta Santa Casa una
contribución grandísima, olvidando que ella
nada produce, y el que nada produce ni
gana, no debe pagar tributo de aquella
Resolución ministerial; pero contra lo que se
esperaba, nuestro recurso no fue atendido,
y ahora, a los cuatro años, nos comunican
que aparecemos con un líquido imponible de
Pesetas 4388, debiendo pagar al año 1000 y
por añadidura otras 4000 por atrasos” 141 .
El presidente de la Corporación hospitalaria continuó
diciendo que la Junta de Gobierno había tocado todos los resortes
posibles, hasta el punto de dirigirse al Ministro de Hacienda, quien
había solucionado el asunto a favor de los ancianos
desamparados 142 . La Hermandad de la Caridad acordó, en señal de
agradecimiento, nombrar “hermano mayor protector” al citado
prócer 143 .
141
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 13, aa. cc. de 30 de noviembre de 1922, fols. 33 y
34.
142
Ibídem, fol. 34.
143
Ídem.
1050

6.3.- Rescate de fondos, legados, donaciones y mandas
testamentarias
6.3.1.- Cofradía de San Juan Degollado
Bajo el mandato de Cristóbal Alarcón Manescau se recibió
una carta de Pedro Baus Mejías, residente en Madrid, quien se
ofrecía a la entidad benéfica para cobrar cierta suma de dinero que
el Estado debía a la Hermandad titulada de “San Juan Degollado”,
creyendo este agente que al extinguirse ésta, los derechos y
privilegios pasaban a la Santa Caridad. La cantidad pecuniaria a la
que se refería Baus Mejías ascendía a unas 4.000 pesetas de
principal y a 3.000 ó 3.500 pesetas de intereses, exigiendo el
mencionado intermediario cobrar por su gestión la mitad del
importe de los intereses, quedando la otra parte y el principal a
favor de la Hermandad.
El hermano mayor puso en conocimiento de los asistentes al
cabildo ordinario del día 16 de enero de 1906 el asunto,
acordándose:
“Primero. Que el Hermano Mayor escriba
nuevamente á D[o]n. Pedro Baus y Mejias
indicándole que esta Hermandad seguirá
buscando datos en que pueda fincar [sic] sus
derechos para hacer la reclamacion de que se
trata, suplicándole á la vez que nos suministre
cuantos antecedentes conozca de este asunto, y
de aceptar su peticion del cincuenta por ciento
de los intereses que puedan resultar cuando se
cobre del Estado. Segundo. Nombrar una
comisión de hermanos compuesta de D[o]n.
1051

José Luis A[lvarez]. de Linera, D[o]n. Rafael
Ocaña y D[o]n. Narciso Diaz Escobar para
que visiten el Archivo Episcopal y algunos
otros que á enteder de d[ic]hos hermanos
puedan dar luz del objeto que se persigue y
Tercero. Que tan pronto como se tengan
noticias del asunto volverse á reunir en
Cabildo” 144 .
En la siguiente asamblea de la Hermandad, fechada el 31 de
enero de 1906, la comisión encargada de investigar en los archivos
de la ciudad preparó un informe, que dio lectura Álvarez de Linera
y en el que Díaz de Escovar realizó ciertas consideraciones sobre el
asunto. Por su parte, el hermano mayor leyó el contrato -que el Sr.
Baus había enviado- para que los hermanos lo aprobasen. Se acordó
devolvérselo a fin de que rectificase algunos aspectos que figuraban
en el documento contractual. En ese mismo cabildo, se dio lectura a
otro escrito presentado por el agente José María de Castro, que
también ofrecía sus servicios para recuperar unas láminas retenidas
por el Estado y que estaban a nombre del hospital de San Julián de
Málaga. Dicha propuesta fue aprobada a falta de que el Sr. Castro
presentase un borrador del contrato para su correspondiente
estudio 145 .
Como habíamos reflejado anteriormente, Álvarez de Linera,
miembro de la comisión de “San Juan Degollado”, leyó, en el
cabildo del día 30 de diciembre de 1908, una memoria titulada
“Cesasión de la Cofradía de San Juan Degollado y derechos de la
Hermandad de Paz y Caridad al caudal y bienes de aquella”. Los
144 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 16 de enero de 1906, fols. 191 y 192.
145 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 31 de enero de 1906, fols. 196 y 197.
1052

asistentes al cabildo acordaron, tras la correspondiente exposición,
ratificar los poderes conferidos al hermano mayor y a los
secretarios (1º y 2º) para que, junto a los hermanos letrados, Juan
Gutiérrez Bueno y Miguel Mérida Díaz, se encargaran de recuperar
los bienes de la Hermandad (en poder del Estado desde la Ley
Desamortizadora de 1855) y de la extinguida Cofradía de San Juan
en su Degollación (vulgo de los Pobres Presos). Por último, la
Hermandad reconoció el magnífico trabajo realizado por José Luis
Álvarez de Linera, al que felicitó 146 .
El citado directivo dio cuenta al cabildo de hermanos,
celebrado el día 26 de febrero de 1910, de las gestiones llevadas
a cabo con la finalidad de conseguir la devolución a la Hermandad
de la Santa Caridad de su capital desamortizado y el deseo del
agente de Madrid, Sr. García Pérez, de que se tomara un acuerdo
concreto para la consecución de los fines que se perseguían. El
cofrade Miguel Mérida Díaz planteó una forma de actuación, siendo
aprobada por unanimidad, que consistía en nombrar una comisión
(compuesta del hermano mayor, secretario, tesorero, archivero y un
letrado asesor), investirla con plenos poderes para que obtuviera la
devolución de los bienes desamortizados de la Hermandad y
facultarla para que pudiera aumentar o disminuir el número de sus
individuos (si fuere preciso) y cubrir las vacantes que se
produjeran 147 . Los reunidos, compartiendo la idea de Mérida Díaz,
lo designaron como letrado asesor. Once días después, se recibía en
146
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 30 de diciembre de 1908, fols. 214 y
215.
147
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 26 de febrero de 1910, fol. 229.
1053

la Hermandad el contrato enviado por el agente de Madrid en el
que se plasmaba:
“I. Que el S[eñ]or. Garcia Perez se compromete
á gestionar, resolver y retirar las inscripciones
que pueden pertenecer á la expresada
Hermandad de la Santa Caridad de San Julian
de Málaga y que se le emitan por sus bienes
vendidos y por los remanentes de estos bienes.
II. Que así también corren de su cuenta todos
los gastos que estas gestiones produzcan sin
que por ellos pueda reclamar otra
indemnizacion que las estipuladas en el
presente contrato. III. Que el S[eñ]or. Alarcon
Manescau, se obliga á remunerar, como
Hermano Mayor de la referida Hermandad á
D[o]n. Eduardo Garcia Perez, sus trabajos y
gastos con el sesenta y cinco por ciento de la
cantidad que, en concepto de intereses
vencidos, perciba la Hermandad de la Santa
Caridad de San Julian de Málaga, y que se le
hará efectiva en el momento del cobro, al que
d[ic]ho. Señor concurrirá en compañía de la
persona que la Hermandad designe, pudiendo
intervenir en las operaciones que á dicho acto
proceden y acompañen” 148 .
Una vez se dio lectura al mencionado documento, comenzó
una amplia discusión que finalizó con el acuerdo de que el contrato
sería valedero por cuatro años, pero que si en el transcurso de este
tiempo no le hubieran sido restituidos a la Hermandad sus bienes
desamortizados, se podrían estipular nuevos plazos 149 . Sin embargo,
el directivo Álvarez de Linera opinaba que si se admitía esta
148
A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 9 de marzo de 1910, fols. 230 y 231.
149
Ibídem, fol. 232.
1054

cláusula adicional por el agente, éste podía cobrar una comisión de
los intereses vencidos y una vez terminado el asunto si se encargaba
a otra persona el cometido, se podría correr el riesgo de tener que
abonar al primero las sumas gastadas y una posible indemnización
por el trabajo que realizara el segundo. El cabildo reconsideró
lo anterior y se sometió la nueva cláusula a la aprobación de
Eduardo García Pérez y que obtenida su anuencia, el hermano
mayor firmara el contrato 150 . Dada la parquedad informativa de las
actas de la Hermandad y de la falta de otro tipo de documentos, nos
ha sido imposible desvelar la resolución de cada uno de los asuntos
tratados.
6.3.2.- Donaciones
Un tipo de ayuda que la Hermandad de la Santa Caridad
recibió con cierta frecuencia de varios hermanos y anónimos fue la
del óbolo y la ropa de cama y de vestir, pero también la asistencia
médica a los asilados. Veamos en este cuadro las registradas
durante el gobierno de Cristóbal Alarcón Manescau:
TABLA 60
AÑO DONANTE OBSERVACIÓN
1909 Antonio Aragoncillo González Entregó sus limosnas en
medicamentos 151 .
1910 Ídem Ídem 152 .
150 Ídem.
151 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 26 de enero de 1909, fol. 219.
152 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 26 de febrero de 1910, fol. 229.
1055

AÑO DONANTE OBSERVACIÓN
1911 Manuel Bosch Prestó su asistencia
médica 153 .
Francisco Quesada Carrasco Prestó servicios como
practicante
1913 Viuda de Guillermo Rein Arssu Donó 250 pesetas 154 .
Viuda de José Souvirón Donó 20 pesetas
1921 Plácido Gómez de Cádiz y Gómez Entregó 50 pesetas 155 .
1921 Anónimo Dio 50 pesetas 156 .
Anónimo Dio 25 pesetas 157 .
Francisco Marzo Lombardo Dio 25 pesetas
Manuel Bosch Calvache Dio 200 pesetas
1924 Ana y Carlota Asensio Con lo entregado se
compraron colchas para
1925 Francisco Viana-Cárdenas Uribe y
Fermín Alarcón Sánchez
6.3.3.- Legado de José Piñón Tolosa
las camas 158 .
Costearon los trajes de
los pobres 159 .
Miguel Mérida Díaz, vicepresidente de la Junta Provincial de
Beneficencia, comunicó a la Hermandad de la Santa Caridad que
como gestor en el reparto del legado de José Piñón Tolosa le había
correspondido al hospital de San Julián la cantidad de 2.000
pesetas 160 . El fallecido había testado ante el notario Manuel Romero
de la Bandera el 13 de febrero de 1872, para que sus bienes
recayesen en su esposa, Dolores Rovina Relosillas, y que, a la
muerte de ésta, los disfrutase su sobrina, Isabel Gutiérrez Puertas.
Sin embargo, el testador en la cláusula XIV de la disposición
153 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 24 de febrero de 1911, fol. 234.
154 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 16 de febrero de 1913, fol. 252.
155 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 6 de marzo de 1921, fol. 20.
156 A.C.C.M.. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 16 de abril de 1921, fol. 22.
157 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 29 de abril de 1921, fol. 22.
158 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 21 de febrero de 1924, fol. 43.
159 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 7 de marzo de 1925, fol. 47.
160 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 18 de septiembre de 1918, fol. 7.
1056

testamentaria expresaba que todos los bienes pasaran a propiedad a
los pobres asilados de esta ciudad, incluidos los del hospital de San
Julián y los de la Hermanitas de los Pobres 161 .
Al parecer, la Junta Provincial de Beneficencia había
encomendado al Sr. Mérida Díaz la gestión necesaria para el
cumplimiento de las mandas testamentarias, que contó con la
inestimable colaboración del notario de la capital, Juan Barroso
Ledesma 162 . El reparto del dinero obtenido de la venta de los bienes
de José Piñón Tolosa se efectuó el 12 de septiembre de 1918,
haciéndose la entrega a los asilos de San Julián, de las Hermanitas
de los Pobres, de San Juan de Dios, de San Manuel, de Jesús, María
y José, de Mendicidad de los Ángeles, de San Carlos y Santa María
Magdalena, de San Bartolomé, de Madres de Desamparados y de
Carmelitas del Limonar. Al establecimiento de San Julián le
correspondió la mayor cantidad de las repartidas 163 .
Por su parte, el hermano mayor alabó el papel desarrollado
por la Junta Provincial de Beneficencia a la que felicitó,
haciéndolas extensivas a los señores Mérida, Aragoncillo, Aldana,
Portal y Álvarez de Linera, integrantes de la misma. También
pidió que el retrato de José Piñón Tolosa se colocase en la sala
capitular con objeto de que se perpetuase su memoria y sirviese así
de ejemplo a los hermanos y a las generaciones venideras de
cofrades 164 .
161
A.H.P.M. Escribanía de Manuel Romero de la Bandera, leg. 4.719, fol. 160 v.
162
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 18 de septiembre de 1918, fol. 7.
163
Ibídem, fol. 8.
164
Ibídem, fol. 9.
1057

7.- EL PROCESO DE BEATIFICACIÓN DE MIGUEL
MAÑARA VICENTELO DE LECA Y LA
CONFRATERNIZACIÓN CON LA HERMANDAD DE
TARRAGONA
7.1.- Reapertura de la causa de beatificación de Miguel Mañara
A los dos años de la muerte de Miguel Mañara (+1679), se
inició, como vimos en su capítulo correspondiente, el primer
proceso de beatificación dándose por finalizado en 1682 sin
resultados satisfactorios. A la terminación de éste, comenzaron
otros como los de 1711, 1749 y 1777, reconociéndose en este
último la fama de santidad y, por tanto, la declaración de Venerable
por el Sumo Pontífice Pío VI. Posteriormente, se emprendieron
otras causas pero dada las tensas relaciones entre Roma y la
Corte española (principalmente en el reinado de Carlos III) dieron
al traste con las expectativas de los hermanos de la Caridad
sevillana 165 .
En el siglo XX, y bajo el gobierno de Ramón de Ybarra
y González, hubo un nuevo intento. Así, en el cabildo de la
Hermandad de la Santa Caridad, celebrado el 12 de marzo de 1916,
el hermano mayor manifestó que con el fin de continuar las
gestiones para la beatificación del Venerable creía oportuno el
nombramiento de una comisión, como ya ocurriera en otras
ocasiones, que se ocupara de ello 166 .
165
Sobre este tenor, aconsejamos la consulta de: MARTÍN HERNÁNDEZ, F., op. cit.,
pp. 214 y 215 y PIVETEAU, O., op. cit., vol. II, pp. 206-219.
166
A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1914/22), tº 21 (C-22), aa. cc. de 12 de marzo
de 1916, fol. 93.
1058

Ilustración 112: Cartel conmemorativo de las virtudes heróicas de Miguel Mañara,
declaradas en 1985 por Juan Pablo II [Foto: A.C.R.]
En el siguiente capítulo de hermanos, el del 9 de abril, el
hermano mayor dio cuenta de la comisión nombrada, que ya había
comenzado a realizar su trabajo 167 .
En la asamblea de 11 de julio, el presidente de la Corporación
explicó a los hermanos que la Junta de Beatificación estimaba
conveniente la designación de un postulador para el proceso del
fundador D. Miguel Mañara, proponiendo para ello al hermano el
Dr. D. Jerónimo Armario, canónigo de la Santa Iglesia Catedral
167
A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1914/22), tº 21 (C-22), aa. cc. de 9 de abril de
1916, fols. 95 y v.
1059

Metropolitana 168 . Los hermanos acordaron que se comunicara a la
autoridad eclesiástica la propuesta para que se nombrara con las
atribuciones que los sagrados cánones permitían 169 .
El 8 de octubre de 1916, se dio cuenta a los cofrades de la
Caridad de que el cardenal arzobispo de la diócesis hispalense,
Enrique Almarar, había aprobado la designación en el proceso de
beatificación del Venerable Miguel Mañara 170 .
En el cabildo del 15 de octubre de 1917, el hermano mayor
informó que el postulador en el expediente de beatificación había
enviado a Roma un escrito, con objeto de remover el mencionado
expediente 171 .
La Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla queriendo
recabar la mayor documentación posible para el proceso, envió un
escrito a la de Málaga, que debió recibirse en la secretaría a finales
de enero o a principios de febrero de 1918. En la misiva se
solicitaba la información que existiese en el archivo, referidos a la
vida del Venerable Siervo de Dios, Miguel Mañara Vicentelo de
Leca, para unirlos a los que se poseía. El hermano mayor Cristóbal
Alarcón encomendó al secretario-archivero en funciones, José Luis
Álvarez de Linera Duarte, la redacción de una memoria en la que
figuraran algunas noticias acerca de Miguel Mañara. Destacaba
una leyenda de la estancia de éste en Málaga y de la fundación del
hospital de San Julián por el noble caballero sevillano. Además, se
168
A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1914/22), tº 21 (C-22), aa. cc. de 11 de julio
de 1916, fols. 107 y v.
169
Ibídem, fol. 107 v.
170
A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1914/22), tº 21 (C-22), aa. cc. de 8 de octubre
de 1916, fols. 111 v. y 112.
171
A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1914/22), tº 21 (C-22), aa. cc. de 14 de
octubre de 1917, fols. 146 v. y 147.
1060

eseñaba una síntesis histórica de la Hermandad de la Santa
Caridad de Málaga desde su fundación en 1488 hasta 1685,
poniéndose de manifiesto las excelentes relaciones de las dos
entidades benéficas que perduraron a lo largo de los siglos 172 .
En el cabildo de la Hermandad de Málaga de 14 de febrero
de 1918, se informó a los hermanos haberse recibido una
comunicación de la Santa Caridad de Sevilla, solicitando datos de la
vida de Miguel Mañara, a fin de unirlos a la causa de beatificación
abierta 173 . Este nuevo proceso, como otros anteriores iniciados en
la centuria decimonónica, quedó, una vez más, paralizado.
7.2.- Real Congregación de la Purísima Sangre de Tarragona
Si la Hermandad de la Santa Caridad de Málaga mantuvo una
estrechísima relación con la entidad sevillana desde 1683, año
en que la primera se declaró filial de la segunda 174 , a partir de
1921 aquélla se hermanaría con la Real Congregación de la
Purísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo de Tarragona.
Por los datos recabados en una publicación cofrade y los
localizados a través de las nuevas tecnologías, sabemos que la
Congregación de la Sangre se creó como fruto de la unión de
organizaciones gremiales de diversos oficios y profesiones que ya
existían en Tarragona en el siglo XIII. Se estableció canónicamente
172 A.H.D.M. Leg. 74, pza. 3, ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Memoria
remitida a la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo de la ciudad
de Sevilla (1918)”.
173 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 14 de febrero de 1918, fol. 2.
174 CAMINO ROMERO, A., “La Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla y sus
afiliadas”, Isla de Arriarán nº XVII, Asociación Cultural Isla de Arriarán, Málaga,
2001, pp. 154-156.
1061

en la iglesia de Nazaret, uno de los templos más antiguos de la
ciudad. Durante los siglos XVII y principios del XVIII se
celebraron pocas reuniones a consecuencia de guerras que se
producían. Alrededor de 1729 desapareció el carácter gremial
manteniéndose únicamente el espiritual. Para 1858 se revisaron los
Estatutos, siendo aprobados por el arzobispo José Domingo Costa
Borras. A finales de la centuria decimonónica se volvieron a
reformar las Reglas. La Hermandad aún permanece en la citada
iglesia, donde se exponen permanentemente imágenes de la Semana
Santa tarraconense 175 .
Así pues, y sin que conozcamos las razones, consta en el acta
de 25 de agosto de 1921 la unión de las dos fraternidades. Además,
se concretaba que existía reciprocidad entre los hermanos de
ambas instituciones para beneficiarse cada uno de las indulgencias,
los privilegios y las gracias espirituales concedidas a los otros 176 .
8.- ASISTENCIA A LOS CONDENADOS A MUERTE
Después de un paréntesis de varios años sin que la
Hermandad prestase auxilio espiritual y corporal a ningún reo (una
de las funciones estatutarias más desagradables desarrollada por la
Santa Caridad desde su renovación en 1682), se convocó a los
hermanos con carácter extraordinario el 27 de agosto de 1923. El
hermano mayor dio cuenta a los presentes de que un Tribunal
175 CASTELL I NIERGA, J., “Otra Semana Santa” Jerez en Semana Santa, Cádiz,
2007, pp. 221-222; [En línea], http://www.fut.es/lasang/cronologiaes.html [consulta
15-5-2007]
176 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 25 de agosto de 1921, fol. 25.
1062

Militar había condenado a morir fusilado al cabo José Sánchez
Barroso.
Cristóbal Alarcón Manescau, en compañía de dos directivos,
asistió a un encuentro concertado por el general gobernador de la
Plaza Manuel Montero Navarro, para tratar la forma en que la
Hermandad de la Caridad asistiría al condenado a muerte,
conduciría el cadáver y organizaría el sepelio en el cementerio de
San Miguel. Ante tal desafortunado trance, se hacía la invitación a
los miembros de la entidad benéfica para que formasen parte de la
comitiva y llevasen el escapulario corporativo.
Por otro lado, la Hermandad, y a propuesta de Narciso Díaz
de Escovar, envió un despacho telegráfico al presidente del
Consejo de Ministros solicitando el indulto de Sánchez Barroso 177 .
Un día después, se volvió a convocar cabildo extraordinario en el
que se puso en conocimiento de los hermanos que el indulto había
sido rechazado y que, por tanto, habría de asistirse -según
preceptuaban las Reglas- al cabo del Regimiento de Infantería de
Navarra nº 25, José Sánchez Barroso.
Para ello, se ofrecieron los cofrades Fernando Jiménez
Tellez, Carlos Krauel Molino y Rafael Pérez Montaut, quienes
pasarían por el Gobierno Militar a fin de retirar los permisos
necesarios para estar presentes en el fusilamiento, que se llevaría a
cabo en el castillo de Gibralfaro.
177 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 27 de agosto de 1923, fol. 38.
1063

Ilustración 113: Exterior del castillo de Gibralfaro [Foto: A.C.R.]
Una vez bajado el cadáver a mano de los hermanos de la
Caridad se colocaría el féretro en el vehículo de Sanidad Militar,
que estaría estacionado a la entrada de la calle Mundo Nuevo.
Desde allí, se trasladaría al camposanto, lugar en el que se le daría
cristiana sepultura 178 .
178 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 28 de agosto de 1923, fol. 39.
1064

CAPÍTULO XX:
JOSÉ ALARCÓN BONEL (1926/37)

1.- APORTACIÓN BIOGRÁFICA
Nació en Málaga en 1859, siendo el primero de los dos hijos
venidos al mundo en la unión matrimonial de Cristóbal Alarcón
Luján y María Aurora Bonel Villavicencio 1 . Los abuelos paternos
fueron Cristóbal Alarcón Mesa y Teresa Luján Salcedo 2 . No
sabemos la identidad de los paternos, pero sí el de uno de sus
antepasados, el obispo de la diócesis malacitana, Juan José Bonel
y Orbe, quien ingresó en la Hermandad de la Caridad el 20 de
octubre de 1831 3 .
Su hermano Cristóbal, que era un apasionado de las letras, se
dio a conocer como escritor en las columnas del periódico El
Avisador Malagueño y en la revista Ecos de la Juventud. Fue uno
de los fundadores de la Sociedad de Admiradores de Cervantes 4 .
Falleció a causa de una tuberculosis pulmonar, el día 4 de mayo de
1877 5 .
La vinculación de José Alarcón Bonel con la Venerable
Orden Tercera de Siervos de María (Servitas) de la parroquial de
San Felipe y con la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro
Señor Jesucristo, procedía de la familia Alarcón, íntimamente
ligada a ambas Instituciones como hemos tenido oportunidad de
ver.
1
A.M.M. Padrón municipal: Ref. 1.479, secc. 5-9 (1930), fol. 59.
2
A.H.D.M. Leg. 472, pza. 3, lib. de enterramientos nº 24 (1894/99), fols. 201 y v.
3
A.D.E. Leg. 59, pza. 1; A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa
Caridad...”, tº I, fol. 151.
4
A.D.E. Leg. 59, pza. 1.
5
El Avisador Malagueño, Málaga, 6 de mayo de 1877.
1067

Su tío, Fermín Alarcón Luján, hermano de su padre, y su
primo, Cristóbal Alarcón Manescau, hijo de este último, habían sido
priores de Servitas y hermanos mayores de la Santa Caridad 6 .
Perteneció a la primera de ellas desde muy joven, aunque no
podamos precisar la fecha de entrada al carecerse de la
documentación correspondiente y de la que sería nombrado prior
de la Congregación 7 ; y, a la segunda, accedió el 11 de octubre
de 1881, es decir, a la edad de 22 años, jurando las Reglas el 30 de
agosto de 1882 8 .
La entrada en la Junta de Gobierno de la Caridad se llevó a
cabo bajo el mandato de su tío, el referido Fermín Alarcón Luján
(1877/98). La primera mención de José Alarcón Bonel en las actas
de la Hermandad está fechada en 1892. En ese año formó parte de
la Junta como contador, cargo que desempeñó hasta 1926 9 .
Se casó con Dolores Giménez Lombardo, posiblemente entre
1900 y 1903, si tomamos como referencia la fecha de nacimiento
del primer hijo (1904). Fijó su domicilio en C/. Liborio García nº 1.
Fue cuñado del insigne ingeniero de Caminos, Manuel Giménez
Lombardo, autor de numerosos trabajos realizados en nuestra
capital, entre los que se encuentra el puente de Alfonso XIII,
más conocido como el de la Aurora 10 . Nacieron tres vástagos
del matrimonio: José, Cristóbal (en 1907) y Simeón (en 1909) 11 . Su
6 A.H.C.P. ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Registro de los Hermanos de la
Santa Caridad...”, tº III, inscripciones nº 1.710 y 1.974.
7 Este cargo se reflejaba en: Sur, Málaga, 19 de octubre de 1937.
8 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, tº I, fol. 177.
9 A.H.D.M. Leg. 50, pza. 2, lib. nº 13, aa. cc. de 18 de agosto de 1892, fol. 40
10 MOLINA COBOS, A., Descripción de seis puentes de Málaga, Ilustre Colegio de
Caminos, Canales y Puertos, Madrid, 1987, pp. 113-117.
11 A.M.M. Padrón municipal: Ref. 1.479, secc. 5-9 (1930), fol. 59.
1068

mujer y sus descendientes pertenecieron a la Hermandad de la
Caridad, como venía sucediendo con los miembros de la
prolífica familia Alarcón 12 . Uno de los tres hijos -del que no nos
consta su identidad- se convertiría en oftalmólogo, pasando
consulta en hospitales de París y Madrid y, después, en el domicilio
paterno, a decir por un anuncio publicitario 13 . Cristóbal, el segundo
de los hijos, sería designado en 1939 gestor municipal 14 .
La profesión de José Alarcón Bonel, según los padrones
municipales, era la de comerciante 15 . Ocupó cargo público -que
sepamos- a partir de 1924, año en que fue nombrado concejal,
formando parte de la Corporación municipal, como ya lo hicieran
su tío, José Alarcón Luján, y su primo, Cristóbal Alarcón
Manescau 16 .
En la prensa de 1926 aparece una noticia referida a su
precaria salud: “(...) el concejal don José Alarcón Bonel (...) ha
regresado de Granada, restablecido de la grave dolencia padecida
últimamente” 17 .
En la Semana Santa de 1928, el poeta José Estrada escribió
un poema a “La Virgen de Servitas”, dedicándoselo a “don José
Alarcón Bonel, dechado de hombre bueno” 18 .
María de los Dolores Giménez Lombardo fallecía el día 14 de
marzo de 1930, víctima de una “penosa dolencia”, así se explicitaba
12 Dolores Giménez Lombardo, ingresó el 29 de octubre de 1928; José, el 7 de marzo
de 1926; y Cristóbal y Simeón, el 28 de marzo de 1932.
13 La Unión Mercantil, Málaga, 3 de julio de 1934.
14 A.M.M. Lib. 346, aa. cc. de 9 de diciembre de 1939, fols. 201-207.
15 Como por ejemplo en el de 1922/23, fol. 90.
16 A.M.M. Lib. 330, aa. cc. de 28 de marzo de 1924, fol. 72.
17 Diario de Málaga, Málaga, 3 de mayo de 1926.
18 El Pregón, Málaga, 5 de abril de 1928.
1069

en el Diario de Málaga. Este periódico resaltaba las excelentes
cualidades que esta dama “modelo de madres amantísimas”, gozaba
en la sociedad malagueña, siendo su desaparición muy sentida 19 . La
conducción del cuerpo tuvo lugar a las 12 de la mañana del 15 de
marzo, desde la casa mortuoria, situada en la calle Liborio García nº
1, al cementerio de San Miguel 20 .
José Alarcón Bonel murió el 18 de octubre de 1937,
oficiándose a las 10 de la mañana una misa en la parroquia de San
Juan 21 . Por la tarde, a las 4, se procedió al traslado del cadáver al
referido camposanto:
“(...) constituyendo una imponente
manifestación de pesar, prueba evidente de la
estimación que el finado había sabido, con sus
buenas acciones, captarse en Málaga” 22 .
La Venerable Orden Tercera de Siervos de María, de la que
fue su prior, le ofició, el 22 de octubre, una misa en la Santa Iglesia
Catedral, en la capilla donde se hallaba instalada la venerada
Titular, dado que el templo filipense estaba cerrado al culto tras los
desastres de la contienda civil 23 .
La otra Institución a la que pertenecía, la Hermandad de la
Santa Caridad, celebró el 3 noviembre un funeral por el eterno
19 Diario de Málaga, Málaga, 14 de marzo de 1930.
20 La Unión Mercantil, Málaga, 15 de marzo de 1930.
21 Sur, Málaga, 19 de octubre de 1937.
22 Sur, Málaga, 20 de octubre de 1937.
23 Sur, Málaga, 21 de octubre de 1937. Para obtener más información acerca de la
estancia de la Virgen de Servitas en el primer templo de la diócesis, consúltese a:
CAMINO ROMERO, A., “La Catedral de Málaga: lugar de acogida de cinco
cofradías entre 1931 y 1935”, La Saeta nº 26, Agrupación de Cofradías, Málaga, 2000,
pp. 70-77.
1070

descanso de su alma en la parroquia de los Santos Mártires Ciriaco
y Paula y no en la iglesia de San Julián, debido a la mayor amplitud
de la primera y a las pésimas condiciones de la segunda 24 .
Ilustración 114: Lápida conmemorativa [Foto: A.A.C.M.]
Las buenas relaciones que mantenían desde el siglo XVII las
Hermandades de la Santa Caridad de Málaga y Sevilla, se pusieron
una vez más de relieve al conocer esta última el óbito de José
Alarcón Bonel y al enviar el hermano mayor, Juan Maestre,
marqués de Gómez de Barreda, un escrito, fechado el 23 de
noviembre, lamentando su pérdida y reconociendo la labor
desarrollada en la capital malacitana por el finado 25 .
24 Sur, Málaga, 2 de noviembre de 1937.
25 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4. Este documento, junto a otros que iremos viendo, fue
hallado casualmente en 1995, por uno de los obreros que realizaban los trabajos de
rehabilitación del edificio nº 29 de la calle Santa María, propiedad del Obispado, como
ya anunciamos al principio de este estudio.
1071

2.- LA ELECCIÓN DE JOSÉ ALARCÓN BONEL
En el cabildo del día 25 de abril de 1926, José Alarcón Bonel
fue designado, a los 57 años de edad, máximo representante de la
Institución benéfica 26 . Sustituía a su primo, el fallecido Cristóbal
Alarcón Manescau, quien había estado al frente de la Hermandad
entre 1898 y 1926 27 . El nombramiento se producía a propuesta del
alcalde eclesiástico, José María Jiménez Camacho, quien manifestó
-dentro de la libertad que existía entre los hermanos para que
pudiesen proponer libremente a su candidato- la conveniencia de
que él lo fuese, adhiriéndose a tal indicación la totalidad de los
asistentes 28 .
En la junta de gobierno mantenida el 9 de julio de 1926,
Jiménez Camacho, que era deán, provisor y vicario general del
Obispado malagueño, legitimó al nuevo hermano mayor en su cargo
“(...) deseandole largos años de vida empleados en el
acrecentamiento del bien espiritual y temporal de la
Confraternidad” 29 .
José Alarcón Bonel tomó la palabra para expresar que se
encontraba incapacitado para el desempeño de un oficio tan bien
ejercido por sus dos antecesores y parientes, que su edad no era la
adecuada y que se sentía insignificante ante destacados hermanos,
más idóneos que él, para ocupar el sillón presidencial 30 . No había
26
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 25 de abril de 1926, fol. 56.
27
CAMINO ROMERO, A., “Historia de la Hermandad de la Santa Caridad en
Málaga...”, p. 23.
28
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 25 de abril de 1926, fol. 56.
29
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 9 de julio de 1926, fol. 57.
30 Ídem.
1072

terminado de hablar cuando Plácido Gómez de Cádiz y Gómez,
Miguel Mérida Díaz, Bonifacio Soriano López, Agustín Termiño
Jonaz, Federico Berrocal Mellado, Ramón Portal del Castillo,
Joaquín La Blanca Monserrat y José Luis Álvarez de Linera
Duarte le interrumpieron rechazando su planteamiento y aprobando
su elección como primer representante de la Hermandad. Antes de
darse por finalizada la sesión, se rezó, a petición de Alarcón
Bonel, un responso por los dos hermanos mayores que le habían
precedido, tío y primo, respectivamente 31 .
3.- COMPOSICIÓN DE LAS JUNTAS DE GOBIERNO
PRESIDIDAS POR JOSÉ ALARCÓN BONEL
En el cabildo de cuentas y elecciones, celebrado el 22 de
febrero de 1927, el hermano mayor advirtió que era el momento
adecuado para elegir la nueva Junta de Gobierno, indicando que
convenía “(...) el nombramiento de un sugeto idóneo que lo
sustituya en el cargo (...)” 32 . Acabadas las palabras, los asistentes
rechazaron la propuesta, quedando configurada como sigue:
hermano mayor, José Alarcón Bonel; alcalde eclesiástico, José
María Jiménez Camacho; alcalde seglar, Miguel Mérida Díaz;
fiscal, Ramón Portal del Castillo; tesorero, Joaquín La Blanca
Monserrat; contador, Plácido Gómez de Cádiz y Gómez;
secretario-archivero, José Luis Álvarez de Linera Duarte;
31 Ídem.
32 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 22 de febrero de 1927, fol. 59.
1073

vicesecretario, Julio Leiva Linares; y capellán administrador,
Francisco Morales González 33 .
La Junta de Gobierno aprobada por los hermanos de la Santa
Caridad el 8 de marzo de 1928, era idéntica a la que había regido
los destinos durante el ejercicio anterior 34 .
La composición de la Junta Directiva del período 1929/30,
varió, con respecto a la anterior, en el nombramiento de Francisco
Javier Camacho Triviño como alcalde eclesiástico 35 .
El 1 de marzo de 1931, la Hermandad citó a sus afiliados a
cabildo de elecciones. José Alarcón Bonel mostró su deseo de ser
relevado en el cargo, dado su estado de salud. Los hermanos
asistentes se negaron a admitir la renuncia y subrayaron que le
ayudarían en todo para “(...) que no tuviera que trabajar ni
preocuparse por nada” 36 . A la vista de las pruebas de gratitud, el
susodicho decidió continuar en el puesto, siempre y cuando se
mantuvieran los directivos en sus cargos.
Al año siguiente, José Alarcón Bonel volvió a expresar que
era necesario el nombramiento de un nuevo hermano mayor, dado
que él se encontraba muy delicado de salud y que su avanzada edad
no lo permitía dedicar al oficio la actividad que él desearía 37 .
Seguidamente, los hermanos Miguel Mérida Díaz y Ramón Portal
del Castillo, señalaron que la junta debía sustituirse por otra en que
los miembros fuesen más jóvenes y saludables, cumpliendo con las
33 José Alarcón Bonel, a pesar del alegato que hizo en este cabildo de su precario
estado de salud, seguiría aceptando el cargo de hermano mayor hasta 1937, año de su
fallecimiento.
34 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 8 de marzo de 1928, fol. 64.
35 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 24 de febrero de 1929, fol. 72.
36 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 1 de marzo de 1931, fol. 77.
37 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 28 de febrero de 1932, fol. 81.
1074

funciones recogidas en los Estatutos de la Hermandad 38 . Sin
embargo, Enrique Ximénez de la Macorra manifestó -en contra de
lo referido- que en la Hermandad ningún miembro deseaba cargos y
que existiendo una enorme fraternidad no procedía admitir
dimisiones. Por ello, insistía que la Junta de Gobierno debía seguir
como estaba constituida, ayudándose los directivos unos a otros y,
si era necesario, recabar el auxilio de cualquiera de los hermanos 39 .
Al finalizar, la asamblea hizo suyas estas manifestaciones,
acordando que se mantuviera la Directiva.
Los cambios producidos en 1933, se debieron a la muerte del
alcalde seglar Miguel Mérida Díaz. Plácido Gómez de Cádiz y
Gómez sustituía al fallecido, y el cargo de contador, dejado por
éste, lo ocupaba Miguel Mathías Bryan 40 .
Tras el paréntesis de la Guerra Civil en Málaga, acaecida
entre el 18 de julio de 1936 y el 8 de febrero de 1937, se reanudaron
las reuniones. José Alarcón Bonel dejó de acudir a las
sesiones de la Hermandad por el agravamiento de su salud, que
le obligaba a estar postrado en cama. A partir de entonces, Plácido
Gómez de Cádiz actuó como hermano mayor accidental 41 .
4.- DONACIONES
Relacionamos los donativos, las ayudas pecuniarias y los
legados obtenidos por la Hermandad de la Santa Caridad durante
38
Ibídem, fols. 81 y 82.
39
Ibídem, fol. 82.
40
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 19 de marzo de 1933, fols. 88-90.
41
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 4 y 30 de agosto de 1937, fols. 105
y 109.
1075

este período que, sin duda alguna, ayudaron a paliar los numerosos
gastos que ocasionaba el mantenimiento de los asilados en el
establecimiento de San Julián:
TABLA 61
AÑO DONANTE OBSERVACIÓN
1926 Fermín y Josefa Alarcón Sánchez Donaron un par de
candelabros de mármol
y bronce para la
iglesia; y una cama de
matrimonio, de madera
de palo santo, que se
empleó para la
construcción de un
Antonio Pérez Pérez, párroco de la
villa de Álora
mueble para archivo 42 .
Dejó una imagen de una
Inmaculada, con su urna
y mesa
José Alarcón Bonel y Manuel Prestaron asistencia
Bosch Calvache
médica
1926 Higinio Aragoncillo Sevilla Entregó medicamentos
1928 Esteban Masó Roura Efectuó un donativo de
tela para la confección
de trajes para los
asilados 43 Ministerio de la Gobernación
.
Concedió
pesetas
6.221,96
44 .
José Salas Romero Dejó un local en la plaza
de la Constitución,
convertido en taller de
relojería que regentaba
José Martínez 45 .
1932 Rafael Ramis de Silva Regaló un borrego
guisado para la comida
del Domingo de
Resurrección 46 .
42 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 25 de abril de 1926, fol. 56.
43 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 8 de marzo de 1928, fols. 63 y 64.
44 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 26 de septiembre de 1928, fol. 65.
45 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 17 de octubre de 1928, fol. 67.
46 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 28 de marzo de 1932, fol. 84.
1076

AÑO DONANTE OBSERVACIÓN
1933 Club de Rotarios malagueños Efectuaron importantes
donativos al refugio
nocturno y al asilo de
1935 Julio Gancedo Sáenz, sobrino del
comerciante Félix Sáenz
pobres de San Julián 47 .
Donó doce mantas,
veinticuatro camisetas y
dos piezas de tela para
sábanas 48 .
5.- LAS FUNCIONES RELIGIOSAS DE LA HERMANDAD
DE LA SANTA CARIDAD, DE LAS ASOCIACIONES
ESTABLECIDAS EN LA IGLESIA DE SAN JULIÁN Y DE
LAS NO RADICADAS EN EL TEMPLO
5.1.- Hermandad de la Santa Caridad
Antes de que comencemos a desarrollar la actividad cultual
de la Hermandad en su iglesia, es conveniente señalar que, en 1927,
el papa Pío XI y el arzobispo de Granada, Vicente Casanova
Marsol, concedieron indulgencias en favor de la misma 49 .
Por otro lado, la Santa Caridad siguió realizando las misas
diarias (entre las 6 de la mañana y las 12 del mediodía) y las de los
domingos y festivos 50 . Asimismo, y aunque algunos años no
quedase reflejado en las actas de la Corporación pero sí en la
prensa, celebraba cada Jueves Santo de Semana Santa los Divinos
47 Véase a: DE MATEO AVILÉS, E., Los rotarios en Málaga (1927-1936). Un
espacio de tolerancia, progreso y solidaridad al filo de la Guerra Civil, Fundación
Málaga, Málaga, 2008, p. 169.
48 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 24 de febrero de 1935, fol. 103.
49 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 22 de febrero de 1927, fol. 58. En la
consulta efectuada en el A.S.V., en la Seg. dei Brev., Brevium nº 5.686 (1927), no
hallamos tal concesión.
50 Citamos algunos de los periódicos donde se recogía el horario de las misas: Diario
de Málaga, Málaga, 16 de enero de 1932 y 3 de febrero de 1934; y La Unión
Mercantil, Málaga, 19 de marzo de 1936.
1077

Oficios. Así, por ejemplo, en el año 1931, los Oficios se llevaron a
cabo por la mañana y por la tarde se efectuó el Lavatorio 51 .
Como hemos apuntado anteriormente, la Hermandad
levantaba un monumento el Jueves Santo en la iglesia, quedando
reservado el Santísimo Sacramento. En las actas capitulares de la
Institución del año 1932 se reseñaba que el monumento al
Santísimo había sido “adornado exquisitamente” 52 .
La iglesia de San Julián se convirtió desde mayo de 1931 a
febrero de 1932 en parroquia provisional, al ser asaltada e
incendiada la de los Mártires en los aciagos y lamentables
sucesos de los días 11 y 12 de mayo de 1931 53 . Era la que segunda
que ocurría como se trató en su momento. La casi totalidad de
templos y conventos quedaron dañados o destruidos por el embate
de una masa encolerizada que atentó contra edificios del estamento
eclesiástico. La capilla de la Hermandad de la Santa Caridad quedó
fuera del alcance simplemente por estar unida al asilo, donde una
veintena de ancianos sin recursos estaban acogidos 54 . Igualmente
habían salido indemnes la Catedral, la capitular del Sagrario, la
Victoria, la de San Bartolomé y la de San Miguel de Miramar, así
como las capillas castrense y del hospital Noble 55 .
A escasos días de estos incidentes, la Academia de Bellas
Artes de San Telmo se reunió con carácter urgente para hacer una
valoración de las obras de arte destruidas. Una de las propuestas,
51 Diario de Málaga, Málaga, 25 de marzo de 1931.
52 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 28 de marzo de 1932, fol. 84.
53 Para una mayor información sobre esos hechos históricos, recomendamos la obra de:
JIMÉNEZ GUERRERO, J., Mayo de 1931. La quema de conventos de Málaga,
Arguval, Málaga, 2006.
54 CAMINO ROMERO, A., “La iglesia de San Julián de Málaga...”, p. 472.
55 A.C.C.M. Lib. 80, aa. cc. de 30 de mayo de 1931, añadido.
1078

que no llegó a efectuarse, consistía en trasladar a la Santa Iglesia
Catedral las joyas artísticas que existían en los templos de la
Victoria, el Cister, San Julián y otros edificios que no habían
sufrido daño 56 .
Al mes siguiente, se trató en el cabildo general extraordinario
la petición del párroco de los Santos Mártires, Francisco Corrales
García, a José Alarcón Bonel, referida al traslado de dicha
parroquia a San Julián. Los hermanos asistentes acordaron aceptar
por unanimidad dicha solicitud:
“(...) ante la urgentísima necesidad de no dejar
abandonados, por más tiempo, los servicios
parroquiales de la feligresía, en cuya colación
se encuentra esta Iglesia” 57 .
También, y en ese mes de junio, la Academia de Bellas Artes
abordó, en una reunión ordinaria, incorporar en un listado de
edificios y construcciones ya declarados monumentos artísticos, el
arco de Atarazanas, la torre mudéjar de la parroquia de Santiago y
la iglesia de San Julián 58 . A pesar de esta intención, no tenemos
constancia de que se declararan bienes de interés artístico.
56 Diario de Málaga, Málaga, 15 de mayo de 1931.
57 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, lib. nº 14, aa. cc. de 7 de junio de 1931, fol. 79.
58 Diario de Málaga, Málaga, 12 de junio de 1931.
1079

5.2.- Asociación del Glorioso Patriarca San José
El período comprendido entre 1927 y 1935, sería el último
de la vida de esta Asociación, que continuó hasta el final de su
existencia.
TABLA 62
AÑO PREDICADOR
30 de enero de 1927 La predicación estaría a cargo de los
PP. Francisco Javier Camacho
Triviño y Antonio Rodríguez Ferro
6 de febrero ---
13 de febrero ---
20 de febrero ---
27 de febrero ---
6 de marzo ---
13 de marzo ---
5 de febrero de 1928 Estarían predicados por los PP.
Francisco Javier Camacho Triviño y
Antonio Rodríguez Ferro
12 de febrero ---
19 de febrero ---
26 de febrero ---
4 de marzo ---
11 de marzo ---
18 de marzo ---
19 de marzo Antonio Rodríguez Ferro
3 de febrero de 1929 ---
10 de febrero ---
17 de febrero ---
24 de febrero ---
3 de marzo ---
1080

AÑO PREDICADOR
10 de marzo ---
17 de marzo ---
19 de marzo Francisco Javier Camacho Triviño
2 de febrero de 1930 Antonio Rodríguez Ferro
9 de febrero Ídem
16 de febrero Ídem
23 de febrero Ídem
2 de marzo Ídem
9 de marzo Ídem
16 de marzo Ídem
19 de marzo Ídem
1 de febrero de 1931 ---
8 de febrero ---
15 de febrero ---
22 de febrero ---
1 de marzo ---
8 de marzo ---
15 de marzo ---
19 de marzo Francisco Javier Camacho Triviño
31 de enero de 1932 ---
7 de febrero ---
14 de febrero ---
21 de febrero ---
28 de febrero ---
6 de marzo ---
13 de marzo ---
29 de enero de 1933 ---
5 de febrero ---
12 de febrero ---
19 de febrero ---
1081

AÑO PREDICADOR
26 de febrero ---
5 de marzo ---
12 de marzo ---
1934 La prensa local no dio a conocer -si
es que los hubo- los Siete Domingos
de San José
3 de febrero de 1935 ---
10 de febrero ---
17 de febrero ---
24 de febrero ---
3 de marzo ---
10 de marzo ---
17 de marzo Se tiene conocimiento por una
crónica aparecida en el Boletín
Oficial del Obispado que los Siete
Domingos se celebraron con el
esplendor y la solemnidad de otros
años 59 .
La función religiosa de 1935 fue la última efectuada por la
Asociación del Glorioso Patriarca San José. Nada se conoce de las
razones que pudieron abocar a su desaparición, aunque cabe
presagiar que fuese determinante la inestable situación política, que
no garantizaba la práctica del culto público en los templos 60 .
59 Cuadro confeccionado con la información del periódico La Unión Mercantil (años:
1927, 1928, 1929, 1930, 1931, 1932, 1933 y 1935) y del Boletín Oficial del Obispado
de Málaga (1935).
60 Para una mayor información sobre ésta y otras asociaciones que veneraban al
Glorioso Patriarca, véase a: CAMINO ROMERO, A., “La devoción a San José en
Málaga”, en Simposium El culto a los Santos: Cofradías, devoción, fiestas y arte,
Ediciones Escurialenses, San Lorenzo de El Escorial, 2008, pp. 133-160.
1082

5.3.- Asociación de las Camareras del Santísimo Sacramento
La misión de las Camareras de Jesús Sacramentado no se
limitó únicamente al culto a nuestro Señor Jesucristo, sino también
se extendió a cuidar del decoro con el que se celebraba el sacrificio
de la misa y al ornato de los sagrarios.
En el Boletín Oficial del Obispado de Málaga del mes de
enero de 1931, se especificaba, con detalles, cómo obtenían sus
fines las señoras asociadas:
“(...) contribuyen (...) con sus limosnas y su
trabajo personal. El producto de la colecta,
que mensualmente se hace entre las
mismas, se destina en su totalidad, a la
adquisición de telas y demás utensilios
necesarios para la confección de aquellas
prendas que, según la sagrada liturgia, deben
emplearse en la celebración de los divinos
Oficios. Contribuyen también, como queda
dicho, con su esfuerzo personal, pues son
ellas mismas las que confeccionan las prendas
destinadas al servicio eucarístico. Estas
prendas, por prescripción reglamentaria, son
purificadores, toallitas para el lavabo,
corporales, cortinitas interiores y exteriores
para el Sagrario, capillos para el Copón, y
si las posibilidades económicas lo permiten,
también se atiende al dorado y restauración
de los vasos sagrados” 61 .
Asimismo, se indicaba que los sacerdotes de iglesias con
menos recursos podían acudir a la Asociación en demanda de las
61
A.C.C.M. Boletín Oficial del Obispado de Málaga nº 1, 15 de enero de 1931, pp. 17
y 18.
1083

citadas prendas, dirigiéndose a la presidenta, mediante escrito
plasmando las necesidades 62 .
La Junta de Señoras Camareras de Jesús Sacramentado se
reunió por última vez el 17 de febrero de 1931 63 . Desde entonces,
no hay rastro alguno de que volvieran a congregarse.
El ambiente callejero, en principio, y los cambios políticos
producidos con motivo de la proclamación de la II República el
14 de abril de 1931, luego, pudieron afectar la marcha de la
Asociación, hasta el extremo de su extinción.
5.4.- Jubileo de las XL Horas
La ausencia de fuentes hemerográficas (principalmente el
Boletín Eucarístico de Málaga, editado por la Pontificia y Real
Archicofradía de Luz y Vela ante el Santísimo Sacramento) nos
impide aportar datos sobre el culto eucarístico desarrollado en San
Julián durante esta etapa. No obstante, procedemos a dar cuenta de
las intenciones aplicadas que conocemos por la prensa:
FECHA INTENCIÓN
9 de febrero de 1927 Fermín Alarcón Luján; su esposa,
Adelaida Manescau Hoffman; sus
hijos, Cristóbal y José; hijos políticos,
Francisco Cames España y Ana
Sánchez de Alarcón; y su nieta,
Adelaida Cames Alarcón 64 .
62 Ibídem, p. 18.
63 La Unión Mercantil, Málaga, 17 de febrero de 1931.
64 Diario de Málaga, Málaga, 9 de febrero de 1927.
1084

5.5.- Hermandad Sacramental
Conocemos de su existencia por la aparición de dos noticias
publicadas en la prensa local. Sin embargo, ignoramos la fecha de
su creación en la iglesia de San Julián, puesto que este dato no se
recoge en ninguna fuente escrita.
En la información localizada, se hace mención a los cultos
que realizaría la Hermandad Sacramental los primeros domingos de
los meses de febrero y marzo de 1931, coincidiendo justamente con
los de la Asociación Josefina o del Glorioso Patriarca San José 65 . La
fundación de esta Hermandad no pudo efectuarse en 1930, dado que
no hay indicios en los periódicos locales de ese tiempo. No
obstante, localizamos, en el diario La Unión Mercantil del año 30,
un dato que creemos nos saca de dudas. Se refiere a un grupo de
personas, amantes de la Eucaristía, que había formado en la
parroquia de San Felipe Neri una nueva Institución Sacramental, al
igual que las existentes en San Pablo, Santiago, Santo Domingo y la
Victoria, que tenía como único fin la adoración y desagravio a Jesús
Sacramentado 66 . La conclusión a la que llegamos es que la
constitución de la Sacramental de San Julián no se llevó a cabo por
esas fechas, de lo contrario hubiese figurado en esa relación.
Tampoco estamos informados del tiempo de vida que tendría,
aunque cabe augurar que fuese corto. El ejemplo más evidente lo
hallamos en la procesión del Corpus Christi de 1935, donde
participaron las siguientes entidades sacramentales: la de Nuestra
65 El Cronista, Málaga, 31 de enero y 31 de marzo de 1931.
66 La Unión Mercantil, Málaga, 24 de octubre de 1930.
1085

Señora del Carmen, la de San Felipe, la de Santiago, la de Santo
Domingo, la de Nuestra Señora de la Victoria y la de San Pablo 67 .
5.6.- Pía Asociación de la Visita Domiciliaria
El objetivo que tenía esta Asociación era el de alcanzar
la santificación del hogar y el remedio de las necesidades que
acuciaban a la Iglesia y a España. Esta entidad, formada por
mujeres, solía organizar anualmente un triduo en honor de la
Sagrada Familia. Las afiliadas estaban obligadas estatutariamente a
asistir a los cultos con la medalla corporativa.
Es posible que, en enero de 1928, realizara el triduo en la
parroquia de San Pablo, pues desde aquí el domingo 28, salió una
procesión con una Sagrada Familia, que recorrió las calles San
Pablo, Trinidad, Mármoles, Ribera del Guadalmedina y Trinidad 68 .
La Asociación celebró unos ejercicios mensuales en la iglesia
de San Julián el 25 de septiembre de 1932. El programa de actos
consistió: a las 9 de la mañana, una misa de comunión; tras la
conclusión de ésta, habría una exposición menor con el rezo de la
estación y la renovación de la consagración a la Sagrada Familia.
Por la tarde, se realizó la junta mensual reglamentaria en el mismo
templo 69 .
Del año siguiente, encontramos una noticia, fechada el 13 de
enero de 1933, donde se avisaba que durante los días 12, 13 y 14 de
67 La Unión Mercantil, Málaga, 21 de junio de 1935.
68 La Unión Mercantil, Málaga, 5 de enero de 1928; CAMINO ROMERO, A., “Las
dos primeras décadas (1934/53)” en JIMÉNEZ GUERRERO, J., (Coord.), Cautivo y
Trinidad..., p. 159.
69 La Unión Mercantil, Málaga, 24 de septiembre de 1932.
1086

ese mes, se estaba celebrando el triduo en la iglesia de San Julián
con el siguiente orden: “(...) S[u]. D[ivina]. M[ajestad]. manifiesto,
estación, Santo rosario, letanía cantadas y sermón, que predicará el
Rvdo. P. Ignacio Zurbano, terminando con la bendición de S[u].
D[ivina]. M[ajestad]. y reserva” 70 .
La misma Asociación efectuó en 1934 el triduo a la Sagrada
Familia durante el 2, 3 y 4 de febrero en la parroquia de los Santos
Mártires 71 . Por lo que se puede apreciar, el sistema empleado era el
de la rotación por cada una de las iglesias y parroquias de la ciudad.
5.7.- Asociación de Hijas de María
Se sabe que esta Institución, con sede canónica en la
parroquia de los Santos Mártires, había sido fundada en el siglo
XIX, aunque se desconoce la fecha exacta.
Las Hijas de María participaron en 1914, junto a otras
congregaciones, hermandades y cofradías, en un triduo organizado
por la Pontificia y Real Congregación de Luz y Vela y la Sección
Adoradora Nocturna como adhesión espiritual al Congreso
Eucarístico de Lourdes.
El acto principal de este homenaje fue una procesión en la
que desfilaron las Hijas de María, los colegios de las Esclavas y
de la Asunción, y de la parroquia de los Santos Mártires, que
portaban sus estandartes 72 .
70
La Unión Mercantil, Málaga, 13 de enero de 1933.
71
La Unión Mercantil, Málaga, 30 de enero de 1934.
72
A.M.M. Sig. 148, Boletín Eucarístico de Málaga nº 8, agosto de 1914, pp. 317 y
318.
1087

El domicilio social era el de los Santos Mártires pero, por
motivos que ignoramos, celebraba en la iglesia de San Julián una
novena en honor de la Inmaculada Concepción.
Se comprueba en un periódico local que, del 30 de
noviembre al 8 de diciembre de 1935, realizó una función religiosa,
predicada por el Rvdo. P. José Ruiz, S. J. 73 .
Desde los años cincuenta hasta los setenta, que sepamos, los
cultos mensuales y la novena se realizarían en la parroquia de los
Santos Mártires 74 .
6.- EL ASILO DE SAN JULIÁN
La Hermandad de la Santa Caridad, propietaria de la iglesia y
hospital de San Julián, nunca fue partidaria de que congregaciones
religiosas ayudaran a los pobres asilados, ni tan siquiera que las
hermandades y cofradías pasionistas se establecieran en el templo.
Estas dos cuestiones las vemos reflejadas en las actas de la
Hermandad. Sin embargo, sí cedió sus salas para el albergue
nocturno y la recogida de vagabundos.
6.1.- Obras de mejora y de acondicionamiento
Uno de los cambios más significativos que se introdujeron en
el asilo de San Julián en el tercer decenio del siglo XX, fue, sin
duda alguna, el nuevo alumbrado del inmueble. El directivo
73 La Unión Mercantil, Málaga, 3 de diciembre de 1935.
74 Sur, Málaga, 11 de septiembre de 1951 y 8 de diciembre de 1977.
1088

Joaquín La Blanca Monserrat propuso en el cabildo de 22 de
febrero de 1927, que se sustituyera la iluminación de petróleo por
una eléctrica. Para ello, instó al resto de asistentes a visitar al
gerente de la Compañía de Luz Eléctrica, Fernando Loring
Martínez, con objeto de solicitarle que el suministro fuese gratuito
o, en todo caso, el precio se redujese de la tarifa normal 75 .
En ese mismo año, se acordó inscribir la iglesia y hospital de
San Julián en el Registro de la Propiedad, siguiendo las
instrucciones emanadas del Gobierno 76 . Asimismo, se encargó de
realizar las gestiones el abogado y notario de profesión Francisco
Villarejo González 77 .
El mal estado de algunas zonas y dependencias del edificio
obligó a la Hermandad a blanquear, a pintar y arreglar el tejado en
1929. Igualmente, se desaguó el panteón (que se encontraba
anegado por las aguas subterráneas) y se limpiaron los sumideros
y cañerías del hospital 78 .
Una disposición ministerial, fechada en 1933, emplazó a
la Hermandad a efectuar una valoración del edificio. Se contó,
para tal cometido, con el arquitecto Fernando Guerrero-Strachan
Rosado, hijo del fallecido hermano de la Corporación Fernando
75 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 22 de febrero de 1927, fol. 60.
76 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 24 de junio de 1927, fol. 61.
77 Perteneció a la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo y fue
hermano mayor de la Archicofradía del Paso y de la Esperanza de la parroquia de
Santo Domingo en el período comprendido entre 1910 y 1921 [VV. AA., (Coord.
ÁLVAREZ GARCÍA, C. I.), Esperanza Nuestra, Real Archicofradía del Dulce
Nombre de Jesús Nazareno del Paso y María Santísima de la Esperanza, Málaga,
1988, p. 66].
78 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 24 de febrero de 1929, fol. 71.
1089

Guerrero-Strachan, quien tasó la parte destinada al asilo en
219.000,54 pesetas 79 .
6.2.- Hijas de la Caridad
El 17 de octubre de 1928, el hermano mayor, José Alarcón
Bonel, comentaba a los presentes que las Hijas de la Caridad,
de la Orden de San Vicente de Paúl, le habían solicitado colocar en
la iglesia la talla de su venerada Titular y patrona, la Virgen de la
Medalla Milagrosa, a lo que se negó porque, entre otras cosas,
pretendían hacerse cargo de los pobres, aumentando así los gastos
que se originarían con la instalación de la Comunidad, con el
estipendio que percibirían por el trabajo y la salida del capellán.
Evidentemente, estos gastos irían en contra de la atención de los
pobres, cuyo número tendría irremisiblemente que disminuir 80 . Al
margen de este comentario, Francisco Rodríguez Ferro intervino
para señalar que si esto ocurría (la admisión de las Hijas de la
Caridad) se pondría en peligro la identidad del hospital de San
Julián, como había sucedido con el asilo de San Bartolomé, que los
Padres Salesianos lo habían convertido en obra suya. Terminadas
las palabras, se resolvió no concederles el permiso 81 .
79 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 19 de febrero de 1933, fol. 89.
80 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 17 de octubre de 1928, fol. 66.
81 Ibídem, fol. 67. En la Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla sucedió lo contrario
que en la de Málaga. La Junta de Gobierno de la Corporación hispalense aceptó que
dicha Congregación femenina sustituyera en 1842 a los Hermanos de Penitencia,
instituidos en el siglo XVII por Miguel Mañara para las tareas del hospital
[PIVETEAU, O., op. cit., vol. II, pp. 15-16].
1090

6.3.- Peticiones de cofradías de Semana Santa
También la Agrupación de Cofradías pidió a la Hermandad
de la Santa Caridad colocar la efigie de su venerado Titular, el
Santísimo Cristo Resucitado, y organizar en el hospital la comitiva
procesional de 1928. La Junta de Gobierno rechazó esta petición
por entender que el ruido, la perturbación y el desarreglo, producto
de la ordenación de la procesión, eran impropios de una Casa de
quietud y sosiego, destinada al albergue de ancianos 82 . La Junta de
Gobierno resolvió, como en el caso de las Hijas de la Caridad, no
concederles la oportuna autorización 83 .
Curiosamente, y como trataremos más adelante, la
Agrupación de Cofradías de Semana Santa sería la que, en 1976,
adquiriera el edificio de San Julián, tras la desaparición de la
Hermandad de la Santa Caridad en 1965. Volviendo a lo que nos
ocupa, en el año 1935, y a tenor del resurgimiento de la Semana
Santa en Málaga tras los sucesos acaecidos en 1931, José Alarcón
Bonel recibió varios escritos de cofradías (no se especifican cuáles)
pidiéndole permiso para instalar sus venerados Titulares en la
iglesia de San Julián 84 . El hermano mayor se remitió al asunto
tratado el 17 de octubre de 1928, por el que se acordaba no permitir
la organización de la procesión del Santísimo Cristo Resucitado, al
ser un hospital de ancianos y al no existir en la iglesia ninguna
otra cofradía de carácter penitencial, dado que eso implicaría un
82 CAMINO ROMERO, A. y PALOMO CRUZ, A. J., “San Julián: Secuencias de la
historia de un edificio”..., pp. 144 y 145.
83 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 17 de octubre de 1928, fol. 67.
84 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 24 de febrero de 1935, fol. 101.
1091

trabajo y una perturbación para los pobres 85 . En función de lo
reflejado, los asistentes al cabildo aprobaron continuar manteniendo
dicho acuerdo ya que “(...) la Iglesia y la Casa son solo y
exclusivamente para Paz y Caridad” 86 , así se denominaba la
Hermandad en esta época como ya comentamos.
Ilustración 115: Santísimo Cristo Resucitado, obra de Fernando Ortiz, en el patio de las
Cadenas en los años veinte del siglo XX [Foto: A.A.C.M.]
6.4.- Albergue nocturno y empleo del salón de actos para
reuniones
Una nueva petición, pero de otra índole, la cursó el alcalde
de la ciudad, Federico Alba Varela, el 18 de enero de 1933.
Solicitaba de la Hermandad de la Caridad la cesión de unas salas
del asilo de San Julián para convertirlas en albergue nocturno de
85 Ibídem, fol. 103.
86 Ídem.
1092

indigentes. El cabildo de hermanos accedió a las pretensiones del
edil, concediendo determinadas salas del edificio, pese a tener 12
pobres recogidos 87 .
También la Junta de Extinción de la Mendicidad solicitó
a principios de 1935, el “(...) apoyo y facilidades para dar
alojamiento á algunos pobres” 88 . La Junta de Gobierno, en
consideración a la mencionada entidad, se dirigió al hermano de
esta Corporación, Antonio Baena Gómez 89 , quien era a su vez
presidente del asilo de los Ángeles, con el fin de que designara tres
ancianos de los acogidos en esa Institución para el ingreso en San
Julián. De esta forma, los asilados se amoldarían sin mayores
problemas a las Reglas de la Hermandad y sus vacantes las
ocuparían otros pobres 90 .
Como prueba de agradecimiento por la colaboración
prestada, la Hermandad recibió un oficio que:
“En Junta General celebrada por esta
Asociación el día 4 del actual [febrero de
1935], se tomó el acuerdo por unanimidad, de
conceder á V[sted]. un voto de gracia, por la
ayuda que le viene prestando á esta Entidad,
admitiendo en ese Patronato de una manera
desinteresada, á los ancianos que le hemos
enviado. Lo que tengo el honor de participar á
V[sted]. en cumplimiento de lo acordado” 91 .
87
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 7 de junio de 1931, fol. 79.
88
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 19 de febrero de 1933, fol. 88.
89
Para conocer la figura de este prócer que vivió entre 1873 y 1936 en la ciudad de
Málaga, recomendamos la consulta de: BERMÚDEZ BAENA, P., Antonio Baena
alma y vida de la Semana Santa Malagueña, Málaga, 1995 y SALINAS BAENA, J.
J., Antonio Baena Gómez. Constructor de sí mismo, Madrid, 1995.
90
Ídem.
91
Ibídem, fol. 102.
1093

Aparte de este uso, la Hermandad de la Santa Caridad
autorizó a la Adoración Nocturna, previa petición, a celebrar una
junta general en el salón de actos de San Julián en marzo de 1936.
Hay que recordar que esta Asociación de culto al Santísimo
Sacramento se constituyó por el mes de mayo de 1883 en esta sede
de San Julián. Por esta circunstancia, de vínculos fraternales, la
Junta de Gobierno dio el oportuno permiso para que tuviera lugar
la reunión de adoradores, cuyo objeto era la elección de un nuevo
presidente, Julio Fernández Ramudo, quien reemplazaba en el
cargo al médico José Gálvez Ginachero 92 .
6.5.- Ocupación del edificio por el Socorro Rojo Internacional
Meses después de esta noticia, se produjo el estallido de la
Guerra Civil, el 18 de julio de 1936. Andalucía quedaba dividida en
dos sectores: el occidental, con las provincias de Córdoba, Sevilla,
Cádiz y Huelva, leales a las tropas “nacionales”; y el oriental, en el
92 A.C.C.M. Boletín Oficial del Obispado de Málaga nº 3, marzo de 1936, pp. 176 y
177. En su trayectoria profesional hay un hecho que destaca, al convertirse en el
primer médico que realizó un parto post-morten, conociéndose a la nacida como “Niña
de la ciencia” [Sur, Málaga, 26 de noviembre de 1989]. Según aparece en el tomo IV
del registro de hermanos de la Santa Caridad, elaborado por José Luis Álvarez de
Linera Duarte, José Gálvez Ginachero fue: “Gran Cruz de la Corona de Italia. Decano
del Cuerpo de la Beneficencia Provincial. Hijo adoptivo de la Villa de Coín.
Condecorado con la Medalla Escultista de los Explotadores. Alcalde Honorario de
Málaga. Vocal de la Junta del Sanatorio Marítimo de Torremolinos. Presidente de la
misma. Presidente de la Junta Inspectora o Patronato del Refugio Nocturno de San
Julián. Presidente de la Asociación Adoradora Nocturna Española. Presidente de la
Sociedad Anónima Constructora del Colegio de San Estanislao. Presidente de la
Beneficencia Provincial. Presidente de la Acción Católica. Vocal de la Junta de las
Comisiones Sanitarias. Presidente del Consejo Diocesano de la Adoración Nocturna.
Vocal de la Junta Parroquial de San Juan. Individuo de la Acción Social Católica.
Presidente de la Sección Honoraria de la Adoración Nocturna. Vocal de la Junta del
Congreso de Burgos. Vocal de la Junta Parroquial de San Pablo. Vocal de la Junta
Inspectora del Patronato Refugio Nocturno de San Julián. Vocal de la Comisión para
la creación de un Monte de Piedad”.
1094

que al fracasar el “Alzamiento Nacional” (con la excepción de
Granada), permanecía en zona republicana Málaga, Jaén y Almería.
Así pues, estando Málaga bajo los partidarios del Frente Popular
fueron controlando, en los meses de julio y agosto, todos los
edificios de entidades tanto públicas como privadas.
Una de estas últimas, era la Institución centenaria del asilo de
San Julián, que venía prestando sus servicios, desde su fundación en
1685, a las personas más necesitadas de la sociedad malagueña. A
pesar de ello, el edificio fue intervenido por una organización
política, lógicamente afín al Gobierno, titulada “Socorro Rojo
Internacional” 93 .
A las 8 y media de la mañana del 27 de agosto de 1936, tres
representantes, Cristóbal Rodríguez, José Cobos y Antonio
Sencianes, del Socorro Rojo se presentaron en San Julián,
requiriendo al párroco y administrador, Francisco Morales
González, la entrega de la administración del inmueble con el fin de
alojar en dicho establecimiento hospitalario a 460 familias
procedentes de Archidona, que llegaban a Málaga para ponerse al
servicio del Gobierno del Frente Popular.
Los comisionados del Socorro Rojo, al disponer del control
de las dependencias, comprobaron en los libros de contabilidad que
faltaba el pago de algunos recibos de suministro, los cuales se
hicieron efectivos inmediatamente por el párroco y ex
administrador, ya que obraban en su poder. También se incautaron
93 NADAL SÁNCHEZ, A., Guerra Civil en Málaga, Arguval, Málaga, 1984, p. 270.
El papel desempeñado por el Socorro Rojo Internacional consistía en hacerse cargo de
los hospitales, preparándolos adecuadamente para el descanso de los soldados y de las
personas afines al Frente Popular.
1095

de una serie de Láminas y Valores que pertenecían al citado
centro 94 .
Días después de la operación requisitoria, un miembro del
Socorro Rojo, Cristóbal Rodríguez, llamó a los directores de la
Escuela de Artes y Oficios Artísticos, Sr. Bermúdez, y del Museo
Provincial de Bellas Artes, Sr. Murillo Carreras, para que acudieran
al asilo e iglesia de San Julián a fin de recoger los restos del tesoro
artístico poseído por la Hermandad de la Santa Caridad.
Este hecho se conoce gracias a un oficio, timbrado con
escudo y título de la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de
Málaga, redactado por los mencionados directores y fechado en
mayo de 1937. En él se puede leer lo siguiente:
“En Septiembre del año anterior [1936] (...)
fuimos requeridos por un titulado
para entregarnos los restos del
tesoro artístico que la Iglesia y Asilo de San
Julian poseian y que el populacho marxista, en
su criminal y sacrílega violencia, no habia
logrado destruir por completo. Acudimos
presurosos (...), para ver de salvar lo que las
turbas, en una nueva acometida, pudieran
totalmente destrozar (...)” 95 .
94 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4. El capellán y administrador de San Julián, Francisco
Morales González, mandó que se levantara testamento ante el Vicario del Obispado en
1933, referente a unos Títulos de Deuda Perpetua al 4% de unas 68.000 pesetas, que
procedían de la herencia de un hermano suyo que había legado a favor de sus
familiares. Éste acordó que los intereses devengados por dichos Títulos, pasaran al
poder del Socorro Rojo Internacional hasta tanto no se concluyera el movimiento
revolucionario.
95 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4; CAMINO ROMERO, A., “El hospital de San Julián: el
ocaso de una labor social”, Penas nº 19, Venerable Hermandad y Cofradía de
Nazarenos del Santísimo Cristo de la Agonía, María Santísima de las Penas y Santo
Domingo de la Calzada, Málaga, 1995, p. 26.
1096

Como vamos a comprobar, por la relación de efectos y piezas
que detallamos a continuación, sólo fueron retirados de San Julián y
depositados provisionalmente en la Sección Segunda de la Escuela
de Artes y Oficios, situada por entonces en la calle Torrijos (actual
Carretería) nº 109, los cuadros de pequeñas dimensiones, tallas y
cornucopias que mencionamos:
“

desaparecidas. Quizás, cuando los referidos directores de Artes y
Oficios y del Museo de Bellas Artes llegaron al edificio de San
Julián, fuese demasiado tarde 97 .
Claramente, las grandes proporciones de los cuadros de El
triunfo de la Caridad, El emperador Heraclio en hábito de
penitente y La invención de la Cruz, imposibilitarían al personal de
la Escuela de Artes y Oficios y del Museo provincial trasladarlos al
lugar que hemos indicado anteriormente. Esto traería consigo que
dichas pinturas, realizadas por el pintor Juan Niño de Guevara en el
siglo XVII para ser exhibidas en el altar mayor y en el presbiterio
de la iglesia de San Julián, sufrieran las iras de los que ocupaban el
inmueble en ese momento.
Días más tarde de la intervención del edificio de San Julián,
es decir, el 31 de agosto, el Comité del Socorro Rojo Internacional
notificaba al ex administrador “del convento de San Julián de
Málaga”, que entregara la cantidad de 5.150 pesetas que, según
constaba en un documento encontrado, estaba en su poder 98 . Se le
instaba, asimismo, a cumplir dos requisitos: el primero, depositar
las Láminas que poseía para el sostenimiento de los ancianos; y el
segundo, entregar las llaves de los armarios con objeto de levantar
el correspondiente inventario de las pertenencias. Si no llegaba a
efectuar lo ordenado en el plazo máximo de 24 horas, sería
considerado opositor al régimen constituido. En efecto, el día 1 de
septiembre, el ex administrador del asilo de San Julián, Francisco
97 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4; CAMINO ROMERO, A., “El hospital de San Julián...”,
p. 31.; CAMINO ROMERO, A. y CABELLO DÍAZ, Mª. E., “Nuevas aportaciones
documentales sobre un pintor barroco...”, pp. 42 y 43.
98 Queremos aclarar aquí que San Julián nunca fue convento. Esta noticia pone de
manifiesto el completo desconocimiento que los nuevos ocupantes tenían del edificio.
1099

Morales González, hizo entrega al camarada representante del
Socorro Rojo, Cristóbal Rodríguez, de la suma reflejada y de las
Láminas solicitadas.
Una vez que los miembros del Socorro Rojo habían conocido
las cantidades de dinero que el ex administrador manejaba, se le
fueron solicitando otras. Así, en dos documentos que hemos
hallado, comprobamos lo anunciado. En el primero, fechado el 3 de
septiembre, vemos la entrega que hizo de 3.625 pesetas,
correspondiendo esa cantidad al Patronato de San Pedro, legado del
obispo Armengual de la Mota. En el segundo, de 5 de septiembre,
constaba la entrega de cheques del Banco de España, valorados en
4.000 pesetas 99 .
La ausencia de documentación hace que nos traslademos
desde esta última fecha hasta la del 17 de febrero de 1937, esto es, 9
días después de que Málaga cayera bajo el control del Ejército
nacional 100 .
Por ello, el capellán del asilo de San Julián, Francisco
Morales González, antes de presentar la oportuna denuncia añadió
99 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
100 Durante los ocho meses que la ciudad de Málaga fue dominada por el Frente
Popular, diecinueve hermanos de la Santa Caridad fueron asesinados: Pedro
Temboury Álvarez, Antonio Fernández Moreno (presbítero), Francisco Hidalgo
Vilaret (presbítero), Antonio Rodríguez Ferro (presbítero), Carlos Sánchez
Balenzategui, Antonio Baena Gómez, Rafael Ramis de Silva, Rafael Chacoris
Moyano, Rafael Chacoris Asencio, José Cabello Díaz de la Guardia, Rafael Mata
Morales, Julio Fernández Ramudo, Manuel Lumpié León (presbítero), Nicolás
Montero Estévez (presbítero), Francisco Javier Camacho Triviño (presbítero),
Sebastián García Souvirón, Juan Gumicio Müller, Ernesto Delius Bolín y Bonifacio
Gómez Linares [A.H.D.M. Leg. 75, pza. 1]. En la obra que citamos: DE MATEO
AVILÉS, E., Las víctimas del Frente Popular en Málaga. La “otra” Memoria
Histórica, Arguval, Málaga, 2007, pp. 143-221, se ofrece una relación nominal de las
personas asesinadas por los partidarios del Frente Popular en esta localidad durante el
dominio de la misma.
1100

en el “Acta de Incautación”, redactada el 27 de agosto de 1936, una
nota que decía:
“El (...) firmante de ésta acta honradamente
hace constar libre y espontáneamente, que el
último testigo Juan Herrera, vecino de la casa
en que ha permanecido escondido, estampó su
firma á instancia del que suscribe con el único
fin de poner termino á tan enojoso acto, y con
el propósito de salvar mi vida con su
intervención. Esta nota última la pongo en el
triplicado que quedó en mi poder una vez hecha
la incautación y libre de las amenazas de que
fui victima” 101 .
El 23 de febrero del referido año, la Hermandad de la Santa
Caridad dirigió una instancia al gobernador civil, Fernando
Benavides España, solicitándole diera las órdenes pertinentes para
que se investigara el paradero de los Títulos y Valores intervenidos
por el Socorro Rojo en agosto del año anterior 102 .
Debido a la extrema gravedad económica y material por la
que atravesaba la Hermandad, en la junta general del 30 de abril
de 1937 se acordó realizar una colecta de 5 pesetas entre los
hermanos para que se pudiera atender a los gastos que se
originaran 103 .
El asilo de San Julián, tras la Guerra Civil, dejó de
prestar la atención a los ancianos, obra estatutaria que nunca más
volvieron a realizar los miembros de la Santa Caridad. Así, en la
101
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
102
Ibídem.
103
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 4 de agosto de 1937, fol. 110.
1101

junta celebrada el 4 de agosto de 1937, se afirmaba que debido a
los destrozos llevados a cabo en San Julián, no se podía recibir a
ningún anciano por falta de camas y ropas, así como de muebles.
En esa junta, el párroco de la iglesia de San Juan,
Emilio Cabello Luque, comunicó a los directivos y miembros de la
Hermandad que había visitado a:
“(...) la Comisión que guardaba en el Instituto
[Vicente Espinel], toda clase de prendas, etc. y
como de la referida comisión, formaba parte
nuestro hermano Don Pedro Alarcon Bryan,
éste dio toda clase de facilidades para que nos
entregaran camas y muebles de nuestra
propiedad como asimismo, bancos (...) y otros
enseres (...) 104 .
7.- ASISTENCIA A LOS CONDENADOS A MUERTE
Tras haberse visto en el último apartado del epígrafe anterior
los efectos causados por la Guerra Civil en el edificio de San Julián,
ahora nos ocuparemos de los ajusticiamientos producidos entre
1931 y 1937.
Al mes de los terribles y aciagos sucesos de la noche del
11 al 12 de mayo de 1931, la Auditoría Militar requería de la
Hermandad la asistencia espiritual para dos hombres: Francisco
Luque Molina y Gustavo Peña Fernández, condenados a muerte
por haber incendiado la Casa del Niño Jesús. La Hermandad no
pudo negarse, ya que era uno de los fines recogidos en las
104 Ídem.
1102

Reglas 105 . Según el profesor Jiménez Guerrero estas sentencias no
se llevaron a cabo por falta de pruebas, concediéndoseles a los
condenados el indulto 106 .
Unos años más tarde, en 1935, las autoridades militares
volvieron a pedir el servicio de la Hermandad para asistir al reo
Antonio Fernández del Pozo, alias “El Almirez”, condenado a la
pena capital por un Consejo de Guerra al haber matado al guardia
civil José Pendón Pastor, en la Sierra de las Camorras, término
municipal de Alameda (Málaga) 107 .
Los directivos Plácido Gómez de Cádiz y Gómez, Joaquín La
Blanca Monserrat, Miguel Mathías Bryan y Enrique Ximénez de la
Macorra, se habían reunido con el General Comandante Militar para
conocer directamente de qué forma asistirían al reo y se harían
cargo de sus restos. Éste, por su parte, quedó en avisarles una vez
recibiera noticias de Madrid, ordenándose la entrada del condenado
a muerte en capilla 108 .
Los miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad, al
igual que lo hicieran instituciones públicas, colectivos y
particulares, cursaron varios telegramas al presidente de la
República, al presidente del Consejo de Ministros y al Congreso de
los Diputados, solicitando el indulto 109 .
105
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 7 de junio de 1931, fol. 79.
106
JIMÉNEZ GUERRERO, J., op. cit., pp. 275 y 276.
107
El Popular, Málaga, 25 de enero de 1935. El homicidio de un guardia civil ocasionó
que el juicio se llevase a través de la Justicia Militar, por el estado de guerra que se
vivía y por ser la víctima miembro de las fuerzas del orden público.
108
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 30 de enero de 1935, fols. 96-100.
109
El Popular, Málaga, 26 y 27 de enero de 1935 y La Unión Mercantil, Málaga, 27 de
enero de 1935.
1103

La Hermandad no se limitó únicamente a requerir de los
poderes centrales del país, sino que también acudió a la autoridad
eclesiástica y civil reclamando el apoyo a la amnistía.
No habiéndose obtenido el perdón, se ofrecieron
voluntariamente para la asistencia espiritual y corporal los
sacerdotes Manuel Martínez Ruiz, de la Compañía de Jesús, y
Emilio Cabello Luque, párroco de San Juan, y los hermanos
seglares Fermín Alarcón Sánchez y Esteban Massó Roura.
La Junta de Gobierno de la Hermandad optó por no salir a
la calle a realizar la colecta a favor del preso, evitando con ello
disturbios que pudieran ocasionarse. Como medida alternativa, se
estudió la idoneidad de crear unas comisiones para recaudar, entre
sus amistades, los fondos necesarios para poner en marcha lo
acostumbrado en estos casos de asistencia al condenado a la pena
capital 110 .
Durante la Guerra Civil también se recibieron de la Auditoria
Militar varias peticiones. Bajo la dirección del alcalde seglar,
Plácido Gómez de Cádiz, quien sustituía por enfermedad al
hermano mayor, José Alarcón Bonel, se atendieron a varios
condenados.
El 4 de agosto de 1937 se celebró junta general
extraordinaria, dando comienzo a las 6 y media de la tarde. Plácido
Gómez de Cádiz hizo uso de la palabra y explicó a los presentes
que se convocaba la reunión porque la Auditoria Militar había
decidido que la Hermandad de la Santa Caridad asistiera el día 5 de
110 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 30 de enero de 1935, fols. 96-100.
1104

agosto, a las 12 de la noche, a cuatro hombres y a una mujer 111 .
Tras las pertinentes palabras se pasó a la consulta del articulado de
los Estatutos, para tener conocimiento del asunto:
“Después de leer algunos párrafos (...),
relacionados con estos casos y como por las
circunstancias actuales, no podía hacerse al pié
de la letra lo que los mismos disponen, se
solicitó de los hermanos, que se ofrecieran
aquellos que voluntariamente quisieran hacer la
caridad de acompañar en la capilla a los reos,
desde las 12 de la noche, hasta la ejecución y
seguidamente lo hicieron, los hermanos que se
citan: Don Antonio Eloy García, don Antonio
Ballesteros Peralta, don Fermín Alarcón
Sanchez, don Luis Martinez Pastor, don José
Sánchez Balenzategui, don Juan Eloy Garcia,
don Leonardo Garcia de la Escotura, don
Fernando Garcia Vivar, don Sebastián Garcia
Benitez, don Emilio Barrete Izaguirre, don
Pedro Alarcon Bryan y don Simon Castel
Luna” 112 .
Por otro lado, se acordó dedicarles a los condenados dos
misas en la capilla de la cárcel, una antes de la ejecución, en la que
recibieran la sagrada comunión, y otra al término de la misma,
estando “in sepultos” los cadáveres. A dichas ejecuciones deberían
asistir todos aquellos hermanos que pudieran desplazarse a la nueva
111 Este sistema consistía en la estrangulación del individuo mediante un corbatín de
hierro colocado en la garganta. Esta pena de muerte fue introducida en el Código
Penal español en 1822.
112 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 13, aa. cc. de 4 de agosto de 1937, fol. 107.
1105

prisión situada, por entonces, entre las actuales barriadas Santa Julia
y García Grana, lugar de la ejecución 113 .
En la junta general del 30 de agosto, presidida por Gómez de
Cádiz, se dio cuenta de los hermanos que habían acudido a las
ejecuciones, cumpliendo su misión con toda caridad. Igualmente, se
acordó que, para nuevos casos que pudieran presentarse, se
nombraría un servicio siguiendo el procedimiento de orden
alfabético, tomando uno de cada letra e iniciándose por la elegida
en sorteo. El hermano mayor accidental comunicó en la reunión
que, tras una serie de visitas efectuadas a distintas autoridades,
familias y empresas malagueñas solicitando ayuda económica, la
familia Larios entregó a la Hermandad dos botellas de coñac para
los actos de ejecuciones 114 . También se leyó en esa sesión un escrito
de la Auditoria de Guerra, 2ª División, agradeciendo el auxilio
prestado por los hermanos de Paz y Caridad a los reos hasta el
momento de la ejecución 115 .
La colección de actas capitulares del siglo XX concluye con
la última sesión capitular citada, pero gracias a la existencia de un
listado de ajusticiados tenemos conocimiento que los días 1 de
septiembre y 18 de octubre, se atendieron a otros condenados.
113 Ibídem, fols. 107 y 108. El acto de colocación de la primera piedra de este centro
penitenciario tuvo lugar el 28 de agosto de 1930 y la inauguración oficial se llevó a
cabo en el año 1933, trasladándose a él sólo a los hombres. El antiguo edificio, el de la
Avenida de la Rosaleda, quedaba como cárcel de mujeres [LARA GARCÍA, M. P.,
op. cit., pp. 75-77].
114 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 13, aa. cc. de 4 de agosto de 1937, fol. 110.
115 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 13, aa. cc. de 4 de agosto de 1937, fol. 111. Esta
información también fue facilitada por el catedrático de Historia Contemporánea de la
Universidad de Málaga, Antonio Nadal Sánchez, en el artículo “Ejecuciones en
Málaga (1937/40)”, publicado en la revista Jábega nº 23, p. 61.
1106

Tabla 63
FECHA NOMBRE SENTENCIA
5 de agosto de 1937 Antonio del Río Pérez Garrote vil
Ídem José Suárez González Ídem
Ídem Enriqueta García López Ídem
Ídem Manuel Pérez García Ídem
Ídem Juan Verdún Trigo Ídem
1 de septiembre de 1937 José Mellina Artero, Fusilado
Ídem
soldado
Francisco Bonillo Meca,
soldado
Ídem
Ídem Antonio Guerrero Ídem
Ídem
Fernández, soldado
José Latorre Caballero, Ídem
soldado
18 de octubre de 1937 José Muñoz García Garrote vil
Ídem Francisco Martín Ruiz Ídem
Ídem Antonio Montero Hoyos Ídem
Ídem Francisco Ríos Moreno Ídem
Ídem Antonio
Rivero
Cristofanis Ídem
Ídem Juan Sánchez González Ídem
Ídem Camilo
Peralta
Rodríguez Ídem
Ídem Pedro Benítez Sánchez Ídem
Ídem Juan Palma Pérez Ídem
Ídem José Luis Clemente de
Ecija
Ídem 116 .
8.- EXPLOSIÓN DE UN ARTEFACTO EN LA PUERTA DE
LA IGLESIA DE SAN JULIÁN
En un escrito en cuyo encabezamiento aparece
mecanografiado el titulo “Documento curioso”, se explican varias
116 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
1107

vicisitudes por las que atravesó la Hermandad en los siglos XIX y
XX. Verdaderamente la cuestión que nos interesa es la que se vivió
en la segunda de las centurias, concretamente en 1932.
El autor de la redacción del escrito, del que se desconoce su
identidad, decía que, en 1931, las turbas “ignorantes” trataron de
incendiar -sin conseguirlo- el hospital de San Julián repleto de
ancianos pero que, al año siguiente, hicieron explotar una bomba en
la puerta del templo, causando grandes daños y la indignación
general, “hasta en las personas de avanzadas ideas” 117 .
En efecto, como ya se dijo líneas más atrás, el asilo de
San Julián no sufrió daños en los sucesos del 11 y 12 de mayo de
1931; sin embargo, el 12 de mayo de 1932, justamente en el primer
aniversario de la quema de conventos e iglesias, una serie de
bombas estallaron en diversos puntos de la ciudad, siendo uno de
éstos la iglesia de San Julián.
Los periódicos El Amanecer y La Unión Mercantil contaron
en sus respectivas ediciones del viernes, 13 de mayo, lo ocurrido el
día anterior. El primero de los medios de comunicación, relataba lo
sucedido con respecto al artefacto que explotó en la mismísima
puerta de la iglesia de San Julián del siguiente modo:
117 A.D.E. Caja 110.
“Hacia las diez de la noche, estalló otro petardo
en la puerta de la iglesia de San Julián, asilo de
ancianos, causando importantes daños en una
de las hojas del portalón, y haciendo
fragmentos casi toda la cristalería de la plaza de
aquel nombre.
1108

A consecuencia de este suceso, parece que
resultó un herido, cuyo dato informamos en
otro lugar de esta información” 118 .
Y el segundo reseñaba lo que, a continuación, exponemos:
“Poco después de las diez y media otra fuerte
detonación atronó el espacio. Este nuevo
atentado había ocurrido en la plaza de San
Julián y tuvo consecuencias más lamentables
que los anteriores, pues resultaron lesionados
un hombre y una mujer, el primero de bastante
gravedad.
El petardo había sido colocado en la puerta del
templo que da nombre a la plaza y en el ángulo
izquierdo del escalón.
Tanto en la puerta, como en la fachada,
quedaron de manifiesto los efectos del
proyectil.
En el momento de hacer éste explosión,
transitaban por la citada vía pública un joven y
una mujer, los cuales fueron alcanzados por la
metralla, cayendo a tierra heridos.
Varias personas de las muchas que habían
acudido, entre ellas algunos agentes de la
autoridad, recogieron a los accidentados,
trasladándolos a la Casa de Socorro de la calle
de Mariblanca.
En este centro benéfico fueron asistidos por el
médico don Diego Ruiz Vázquez y el
practicante don Francisco de Jorge.
El joven llamábase José Román del Pino, de 19
años, domiciliado en la Posada del Patio, sita en
la calle de Camas. Es natural de Lucena y
hallábase en Málaga accidentalmente.
José presentaba una herida por casco de
metralla, de cinco centímetros, en la región
118 Amanecer, Málaga, 13 de mayo de 1932.
1109

costal derecha, penetrante en la región toráxica,
de pronóstico gravísimo, por lo que se ordenó
su ingreso en el Hospital civil.
La otra víctima se llama Francisca Ocaña
Fernández, de 23 años, natural de Álora, soltera
y domiciliada en la calle Nueva número 11.
Sufría diversas erosiones producidas por casco
de metralla en la región toráxica, de carácter
leve.
Francisca, después de ser curada, pasó a su
domicilio” 119 .
Las otras bombas explotaron en el interior del Círculo
Mercantil, en una casa del pasaje de Luciano Martínez, en la oficina
de la fábrica “Los Guindos”, instalada en la calle Ríos Rosas nº 2
(antes Cañón), en la calle San Telmo, en una panadería de la calle
Arapiles y en la calle del Marqués nº 30.
A raíz de estos acontecimientos, la Policía inició una intensa
búsqueda para hallar a los autores materiales de la fabricación y
colocación de los artefactos. Esta situación ponía de manifiesto la
inestable situación que se vivía en la sociedad malagueña de la
época, palpándose en el ambiente una tensión sin precedentes.
119 La Unión Mercantil, Málaga, 13 de mayo de 1931.
1110

CAPÍTULO XXI:
PLÁCIDO GÓMEZ DE CÁDIZ Y GÓMEZ (1937/38)
1111

1.- APORTACIÓN BIOGRÁFICA
Plácido Gómez de Cádiz y Gómez nació en Málaga en el
año 1875, convirtiéndose en el segundo hijo (el primero fue
Vicente y la tercera Dolores) del matrimonio formado por Plácido
Gómez de Cádiz Fernández de Guevara y Dolores Gómez 1 .
Ilustración 117: Plácido Gómez de Cádiz y Gómez [Foto: Archivo familia Gómez de
Cádiz]
Los estudios universitarios los cursó en la Facultad de
Derecho de Granada, ciudad en la que obtuvo la licenciatura.
Posteriormente, superó unas pruebas para desempeñar la profesión
de Corredor de Comercio, como la había ejercido su padre.
1 A.M.M. Padrón municipal: Ref. 1.060, dto. 3 (1905), pp. 312 y v.
1113

Su progenitor fue presidente de la Sociedad Filarmónica
y del Conservatorio María Cristina 2 , y recibió diversos homenajes,
entre los que destacaba el que le tributaron en 1900 los profesores
de la Filarmónica y Junta Directiva de la citada Sociedad en el
hotel Roma 3 .
Plácido Gómez de Cádiz (hijo), como era de suponer,
heredó la afición musical de su padre y le llevó a desempeñar, en
1903, el cargo de secretario de la Junta de Gobierno de la Sociedad
Filarmónica, que presidía por esos años su procreador 4 .
En el Archivo Díaz de Escovar se conservan dos discursos
de la apertura de los cursos 1902/03 5 y 1903/04 6 , pronunciados por
Plácido Gómez de Cádiz (padre).
Contrajo matrimonio con María Teresa Oriol de la Puerta
(natural de Osuna, Sevilla) entre 1905 y 1909, fijando el domicilio
conyugal en la calle Torrijos (actual Carretería) nº 80-82 7 . Nacieron
de esta unión cinco hijos: Pilar (murió a corta edad), Ana María
(vino al mundo en 1915), María Teresa (en 1916), Dolores (en
1918) y Plácido (en 1920) 8 .
2
A.D.E. Caja 166, leg. 16. El Real Conservatorio de Música se fundó en 1869 para
la educación musical de los jóvenes. En sus orígenes se estableció en el antiguo
convento de trinitarios descalzos, el llamado “Conventico”, situado en calle Liborio
García y luego pasó a la plaza de San Francisco. Estuvo bajo el patrocinio de la
Sociedad Filarmónica.
3
La Unión Mercantil, Málaga, 9 de octubre de 1930. Publicado en la sección “Hace
Treinta Años”.
4
A.D.E. Caja 38, leg. 9, pza. 8.
5
A.D.E. Caja 38, leg. 7.
6
A.D.E. Caja 38, leg. 8.
7
A.M.M. Padrón municipal: Ref. 1.129, dto. 2 (1909), p. 1165.
8
A.M.M. Padrón municipal: Ref. 1.524, secc. 11 (1935), p. 383. Además se cuenta con
el testimonio de María Victoria y Rocío Molina Gómez de Cádiz, nietas de Plácido
Gómez de Cádiz y Gómez.
1114

Su ingreso en la Hermandad de la Santa Caridad se realizó el
27 de marzo de 1915 9 . La afiliación de su padre a esta entidad
benéfica, suponemos que influiría en él 10 . También perteneció, al
igual que muchos de los miembros de la mencionada Corporación,
a la Venerable Orden Tercera de Siervos de María (Servitas) 11 .
Con motivo del nacimiento de su hijo Plácido en 1920,
recibió muchas felicitaciones, así se reflejaba en una sección
titulada “De Sociedad” de un periódico local de la época 12 . Pero a
las pocas fechas del feliz alumbramiento, moría el padre de nuestro
personaje, Plácido Gómez de Cádiz y Fernández de Guevara. El
diario El Regional informaba a sus lectores que el difunto era: “(...)
de fino trato y muy estimado en la buena sociedad malagueña en
donde su muerte seguramente será muy sentida” 13 .
Plácido Gómez de Cádiz, hijo, ostentó el cargo de contador
en una Junta constituida expresamente por el Ayuntamiento en
1922, para la defensa de las aguas del barrio de la Trinidad 14 .
Formó parte del Cabildo secular en 1924, según una orden
procedente del Gobierno Civil de Málaga. En la Casa Consistorial
del Paseo del Parque, edificado entre 1911 y 1919 por el constructor
Antonio Baena Gómez, fue elegido 10º teniente de alcalde, siendo
compañero de asiento de José Alarcón Bonel, su antecesor en el
cargo al frente de la Hermandad de la Santa Caridad 15 .
9
A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, tº II, fol. 17.
10
A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, tº I, fol. 171
v.
11
Sur, Málaga, 8 de septiembre de 1938.
12
El Regional, Málaga, 21 de noviembre de 1920.
13
El Regional, Málaga, 25 de noviembre de 1920.
14
H.M.M. La Unión Mercantil, Málaga, 23 de agosto de 1922.
15
A.M.M. Lib. 330, aa. cc. de 28 de marzo de 1924, fol. 72.
1115

Días después de ese nombramiento, se le designó -de nuevo-
concejal, pero esta vez por ser representante del Colegio de
Corredores de Comercio, declinando el ofrecimiento, al pertenecer
ya al Ayuntamiento 16 . Asimismo, desempeñó el cargo de presidente
del citado Colegio 17 .
La labor municipal de Gómez de Cádiz fue prontamente
reconocida por los rotativos de la época. Para ser exactos, La Unión
Mercantil afirmaba que el alcalde José Gálvez Ginachero, en
unión del concejal Plácido Gómez de Cádiz, ponían los mayores
entusiasmos en el desempeño de sus cometidos 18 . Entre sus muchas
atenciones y actividades en la Corporación local, formó parte de los
concejales que redactaron el Reglamento Orgánico, aprobado por el
Ayuntamiento el 4 de diciembre de 1924, en el que se recogían
todos los aspectos (atribuciones, número, categorías, procedimiento
de ingreso y ascensos, régimen disciplinario, etc.) del Real Cuerpo
de Bomberos de Málaga 19 .
La devoción que Plácido profesó a Santa María de la
Victoria, patrona de Málaga y de la diócesis, determinaría su
ingreso en la Real Hermandad de la Victoria. Transcurridos cinco
años de su renovación, producida en 1920 20 , se incorporaría a la
Junta de Gobierno que presidía por entonces José Peláez Zarza,
quien lo nombraría mayordomo-presidente 21 .
16
A.M.M. Lib. 330, aa. cc. de 7 de abril de 1924, fol. 78.
17
Sur, Málaga, 8 de septiembre de 1938.
18
La Unión Mercantil, Málaga, 7 de septiembre de 1924.
19
DE MATEO AVILÉS, E. (Coord.) y GARCÍA DE CASTRO RAMOS, A., Pasado y
presente del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga, Excmo. Ayuntamiento de Málaga,
Málaga, 2004, p. 119.
20
El Regional, Málaga, 2 de diciembre de 1920.
21
A.D.E. Caja 113, leg. 46.
1116

En Noticias de sociedad seguían apareciendo referencias de
Plácido Gómez de Cádiz y Gómez, como la que indicaba que se
había marchado a Granada con su hija, Ana María, y su sobrina,
Conchita Schneider 22 .
En la procesión del Corpus Christi de 1926, figuró en la
presidencia oficial con el teniente de alcalde Huelin, el comandante
de Marina Ristori, el teniente coronel Antonio Aguilera y el
concejal Leiva” 23 . En la Comisión Permanente del Ayuntamiento
del día 12 de julio de 1928, el teniente de alcalde, Atanasio
Córdoba Ortiz, presentó una moción -que fue aprobada por
unanimidad- referida al homenaje que el Real Cuerpo de Bomberos
quería tributar en honor del que fuera su inspector, Plácido Gómez
de Cádiz y Gómez 24 .
No hubo un acto público al que dejara de asistir. Así, en los
funerales del alcalde Rafael de las Peñas Rodríguez, fallecido en
1928, se encontraba entre los asistentes 25 .
La inclinación que Plácido Gómez sentía por la música la
mantuvo a través de su vinculación con la Sociedad Filarmónica.
Si años atrás había actuado como secretario, en 1930 se convertía
en vicepresidente de la Junta Directiva 26 .
Tras la muerte del hermano mayor de la Real Hermandad de
la Victoria, José Peláez Zarza, producida el 24 de marzo de 1931,
Plácido fue nombrado su sucesor, tras ejercer algunos años de
22 La Unión Mercantil, Málaga, 21 de noviembre de 1925.
23 La Unión Mercantil, Málaga, 12 de junio de 1926.
24 A.M.M. Lib. 327, aa. cc. de 12 de julio de 1928, fol. 64 v.
25 La Unión Mercantil, Málaga, 31 de julio de 1928.
26 A.D.E. Caja 38, leg. 9, pza. 3.
1117

vicepresidente 27 . Una enfermedad le privó de asistir a los funerales
de Peláez Zarza 28 .
En vista de la agitación política y social que se vivía en
Málaga a consecuencia de la proclamación de la II República,
Plácido Gómez decidió trasladar la imagen de Santa María de la
Victoria a su domicilio de la calle Carretería, para evitar que
desapareciera como otras muchas efigies y obras de arte religiosas
en los sucesos de los días 11 y 12 de mayo de 1931 29 . La hechura
de la Virgen permaneció en la casa de la familia Gómez de Cádiz
entre los meses de mayo a julio, hasta el apaciguamiento callejero,
siendo conducida la Patrona de la ciudad 30 a la Santa Iglesia
Catedral 31 . Existe otra versión, diferente a ésta, que apuntaba que
Tomás Bolín Gómez de Cádiz, sobrino del hermano mayor,
recogió en un vehículo a la sagrada efigie, conservándola en su
vivienda, situada en el Limonar Alto 32 .
Alrededor de 1935, fijó su nuevo domicilio en Monte de
Sancha nº 14, en Villa María Teresa 33 . Plácido Gómez de Cádiz
falleció el 7 de septiembre de 1938, víspera de la fiesta de la
27
A.D.E. Caja 113, leg. 54.
28
La Unión Mercantil, Málaga, 25 de marzo de 1931.
29
CAMINO ROMERO, A., “Los salvadores de la Patrona”, Málaga, Sur, 8 de
septiembre de 2003.
30
El papa Pío IX, por Breve dado en 1867 en la ciudad de Roma, declaró a la imagen
de Santa María de la Victoria Patrona principal de la diócesis y ciudad de Málaga,
ordenando que se celebrara su festividad el día 8 de septiembre.
31
PALOMO CRUZ, A. J., “Un marco para una imagen. La vinculación de la Iglesia
Catedral con Santa María de la Victoria”, Vía Crucis suplemento especial, Obispado,
Málaga, 1993, pp. 25 y 26; CAMINO ROMERO, A., “Los salvadores de la Patrona”
...
32
CAMINO ROMERO, A., “La Hermandad de Santa María de la Victoria”, en VV.
AA., [Coord. CAMACHO MARTÍNEZ, R.], Speculum sine macula. Santa María de
la Victoria, espejo histórico de la ciudad de Málaga, Excmo. Ayuntamiento/Real
Hermandad de Santa María de la Victoria, Málaga, 2008, pp. 259-260.
33
A.M.M. Padrón municipal: Ref. 1.524, sec. 11 (1935).
1118

Patrona, a la edad de 63 años 34 ; y su esposa, María Teresa de Oriol
de la Puerta, el 9 de noviembre de 1939 35 .
2.- EL NOMBRAMIENTO DE PLÁCIDO GÓMEZ DE
CÁDIZ Y GÓMEZ COMO HERMANO MAYOR INTERINO
Al fallecer José Alarcón Bonel le sucedería el alcalde seglar,
Plácido Gómez de Cádiz y Gómez, quien ya le había reemplazado
en el último año de su mandato por la enfermedad que padecía. La
experiencia, madurez y veteranía de Gómez de Cádiz,
contribuyeron a que, interinamente, dirigiese la Hermandad entre
1937 y 1938, en una etapa muy crítica, dado el estado de Guerra
Civil que se vivía en otros puntos de la geografía nacional.
Plácido Gómez tuvo ante sí, en el breve plazo de dos años, pues le
sobrevino la muerte en 1938 como hemos apuntado, una tarea
ímproba, la de reconstruir el edificio de San Julián.
3.- EL RECONOCIMIENTO DEL AYUNTAMIENTO Y DE
LA HERMANDAD DE LA SANTA CARIDAD
La pérdida de este prohombre causó un hondo pesar en el
Cabildo municipal. En la sesión de 9 de septiembre, quedaba
reflejado en acta el sentimiento de la Corporación por la muerte del
ex teniente de alcalde, hermano mayor de la Hermandad de Nuestra
Señora de la Victoria y presidente del Patronato de Refugio de San
Julián, quien había demostrado su gran cariño a la ciudad.
Asimismo, se testimoniaba el más sentido pésame a la familia del
34 Sur, Málaga, 8 de septiembre de 1938.
35 Sur, Málaga, 19 de noviembre de 1939.
1119

finado 36 . Pasados unos días, la Hermandad de la Santa Caridad
celebraba junta general de cofrades para elegir hermano mayor a
Miguel Mathías Bryan y para reconocer, abiertamente, la labor del
fallecido Plácido Gómez de Cádiz, al que se le consideraba el
segundo fundador de la Hermandad de Paz y Caridad. Este
reconocimiento se debía a que, una vez finalizada la Guerra Civil,
la Hermandad se encontraba en un estado lastimoso, dado que el
edificio y la iglesia habían sido desvalijados y saqueados,
hallándose “en un estado desastroso de suciedad, destruccion y
miseria” 37 . Él buscó donativos hasta alcanzar la suma de 19.240
pesetas, visitando autoridades civiles, organismos públicos y
particulares. Los hermanos presentes, en prueba de gratitud a su
denodado esfuerzo, acordaron, en primer lugar, nombrarlo a título
póstumo hermano mayor efectivo; y, en segundo, la colocación de
una lápida en la sala de juntas.
Asimismo, su esposa, María Teresa Oriol de la Puerta, fue
nombrada hermana mayor honoraria de la Corporación 38 . La
Hermandad de Paz y Caridad realizó el 19 de septiembre, el funeral
en la parroquia de los Santos Mártires 39 .
texto:
Más tarde, se encargó el mármol, inscribiéndose el siguiente
36
A.M.M. Lib. 345, aa. cc. de 9 de septiembre de 1938, fols. 114 y v.
37
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 25 de septiembre de 1926, fols. 118
y 119.
38
Ibídem, fol. 119.
39
Sur, Málaga, 18 de septiembre de 1938.
1120

Ilustración 118: Lápida conmemorativa [Foto: A.A.C.M.]
4.- LA RECONSTRUCCIÓN DEL EDIFICIO DE SAN
JULIÁN
Durante la Guerra Civil el inmueble fue ocupado por
refugiados afines al Gobierno del Frente Popular que, tras
permanecer 6 meses aproximadamente, destrozaron dependencias,
mobiliario y obras de arte del asilo y de la iglesia de San Julián.
La junta general de 30 de agosto de 1937, la primera que
se celebraba tras la contienda, consideró que una de las prioridades
que debería marcarse la Hermandad era la de volver a darle utilidad
al edificio. Así pues, se acordó el inicio de un estudio para la
rehabilitación de la iglesia, capilla y resto de la Casa. Se pensó,
igualmente, en ir solicitando de autoridades y corporaciones ayudas
económicas 40 . Con ese objeto, se dirigió un escrito, fechado el 7
de septiembre de 1937, a la Hermandad de la Santa Caridad de
40 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 30 de agosto de 1937, fol. 111.
1121

Sevilla, a la que estaba estrechamente vinculada desde 1683 41 . Este
asunto se trató en la fraternidad hispalense en el cabildo de 10 de
octubre, dándose cuenta: “de la angustiosa situación” por la que
atravesaba la Hermandad malagueña debido al saqueo de su iglesia
y hospital. Se acordó enviar 1.000 pesetas para ayudar a remediar
los daños sufridos 42 . Aunque no está reseñado en el libro de actas
de la Hermandad de Málaga, en fechas posteriores al día 15 de
octubre de 1937 -que es la que reza en el texto-, la Institución
malagueña recibió un escrito de Sevilla en los siguientes términos:
“No necesitamos encarecer lo mucho que nos
aflige cuanto agobia a esa benemerita
institución, filial muy querida de esta.
Sacrificio de hermanos (...) Su santa casa
invadida, saqueada, profanada y convertida en
albergue de indeseables (...) Falta de recursos
(...) El relato de sus desgracias nos llena de
amargura. Aunque mucho sufrimos tambien,
en las actuales y tristisimas circunstancias, y
tenemos las rentas mermadas hasta el extremo
de que solo la Divina Providencia sostiene hoy
nuestras obras, acudimos en su ayuda con lo
que nuestra pobreza permite, es decir: con mil
pesetas acordadas por este Cabildo (...)” 43 .
El hermano mayor interino, Plácido Gómez de Cádiz,
respondía a la Hermandad de Sevilla el 21 de octubre de 1937
exponiendo:
41
CAMINO ROMERO, A., “La Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla y sus
afiliadas”, Isla de Arriarán nº XVII, Asociación Cultural Isla de Arriarán, Málaga,
2001, pp. 154 y 156.
42
A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1937/38), tº 23 (C-24), aa. cc. de 10 de octubre
de 1937, fol. 253.
43
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
1122

“No encontramos palabras adecuadas para
poder expresar a ustedes todo nuestro
agradecimiento por su noble y elevada acción,
que sabemos apreciar en todo su valor, siendo
tanto mas de estimar su desprendimiento en las
especiales circunstancias que nos informan” 44 .
En la misma carta se comunicaba el fallecimiento de José
Alarcón Bonel, y dado que el envío de la citada cantidad se había
efectuado a dicho nombre, se rogaba diesen las instrucciones
necesarias al Banco Español de Crédito para que el beneficiario de
la orden de pago fuera Joaquín La Blanca Monserrat, tesorero de la
Hermandad 45 . El 28 de octubre, el citado Banco avisaba a dicho
señor para que pasara por las oficinas de la entidad bancaria a
retirar la cantidad mencionada 46 . Al día siguiente, el hermano
mayor interino enviaba un escrito a la Hermandad de la Caridad de
Cádiz, en los mismos términos que lo había hecho con la de
Sevilla. Sin embargo, no tenemos constancia de la respuesta de la
Corporación gaditana, propietaria del hospital de la Misericordia y
de su iglesia de San Juan de Dios.
Plácido Gómez de Cádiz había solicitado una subvención del
Ayuntamiento en 1937 (no conocemos la fecha exacta) y esta
Institución le contestó que la tenía concedida puesto que, desde el 1
de junio de ese mismo año, se reanudaron las actividades en la
Hermandad de San Julián 47 .
44 Ibídem.
45 Ibídem.
46 Ibídem.
47 A.M.M. Lib. 344, aa. cc. de 12 de noviembre de 1937, fol. 117 v.
1123

Los cofrades de la Caridad intentando dar un impulso a la
maltrecha situación económica, se reunieron en junta general
extraordinaria el día 11 de febrero de 1938, para tratar la forma de
recuperar las cuatro Láminas amortizables al 4% que, junto a
otros documentos y enseres, habían sido incautados por el Socorro
Rojo Internacional. Acordaron presentar una denuncia en el
correspondiente Juzgado y autorizar a Plácido Gómez de Cádiz,
para que otorgara, ante notario, un poder a favor de un procurador
o abogado, ya que los Estatutos no contemplaban este aspecto 48 .
Mientras, la Santa Caridad había recaudado para las obras de
reparación del edificio la cantidad de 20.167 pesetas,
especificándose los ingresos como siguen: la Hermandad de la
Caridad de Sevilla, 1.000 pesetas; el Consejo Provincial de
Beneficencia de Málaga, 10.000 pesetas; la Asociación Patronal
Mercantil de Málaga, 3.500 pesetas; la Agrupación de
Comerciantes de Málaga, 1.500 pesetas; y el Gobernador Civil, 500
pesetas.
También se consiguieron otros ingresos por venta de
materiales y despojo de leña, ascendiendo la cantidad a 72 pesetas.
En la partida de gastos se habían invertido 19.395,92 pesetas,
arrojando un saldo a favor de 843,08 pesetas, al día 10 de
septiembre de 1938 49 .
48
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 11 de febrero de 1938, fol. 108.
49
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
1124

5.- LAS ÚLTIMAS ASISTENCIAS A LOS CONDENADOS A
MUERTE
Las ejecuciones a las que acudió la Hermandad se
prolongaron hasta el 8 de agosto de 1938. Uno de los hermanos
asistentes, concretamente Enrique Ximénez de la Macorra, que
había estado presente en algunas de ellas, comentaba que se
llevaron a cabo en los patios de la cárcel nueva, en la que
precisamente habían estado muchos de ellos durante la dominación
marxista. Recalcaba, además, que este tipo de acto de caridad era
muy loable para terminar reconociendo el sufrimiento que este
ejercicio suponía para los hermanos. Él mismo afirmaba que: “(...)
al amortajar al último [reo] que asistí, me oía latir el corazón al
colocarlo en la caja mortuoria como si fuera una máquina (...)” 50 .
Ximénez de la Macorra dejó por escrito un testimonio
escalofriante sobre las ejecuciones -las dos últimas- de Antonio
Santana García y Antonio Rubiales Martín a garrote vil, a las que
asistió en compañía de otros hermanos el 8 de agosto de 1938 51 . El
testigo relataba lo sucedido de este modo:
“(...) a las dos últimas ejecuciones que asistí
(...) uno de los dos acusados murió arrepentido
y muy cristianamente asistido por un Padre
agustino. El otro en cambio era un rebelde,
decía que se había entregado por creer que no
lo matarían, pues de otro modo hubiese podido
50 Ibídem.
51 Los hermanos de la Hermandad de la Santa Caridad que asistieron a las ejecuciones
del día 8 de agosto de 1938, fueron: Antonio Eloy García, Antonio Ballesteros,
Sebastián García Benítez, Leonardo García de la Escosura, Julio Leyva Linares,
Francisco Jiménez Pellisó, Manuel Fernández del Villar y Enrique Ximénez de la
Macorra.
1125

huir. A la hora de misa de madrugada (...) hizo
manifestaciones improcedentes y encendió un
cigarro (...). En el momento de la ejecución el
verdugo hubo de decirle al darle garrote cosas
improcedentes y como esto resultaba de todo
punto inadmisible a la mañana siguiente me
personé en el Juzgado Militar, conté lo
sucedido y expuse que tal vez los hermanos (...)
no debieran asistir a esta clase de ejecuciones
de tipo político (...) además con que a primeras
horas de la mañana abandonaban la cárcel los
hermanos se oían las murmuraciones del
público que se aglomeraba en la carretera, si
bien no se atrevieran a nada. Estas fueron las
últimas ejecuciones” 52 .
A partir de ese momento, la Hermandad de la Santa Caridad
no prestaría nunca más asistencia espiritual y corporal a ningún
sentenciado a la pena capital.
Tabla 64
FECHA NOMBRE SENTENCIA
19 de octubre de 1937 Manuel Arcas Muñoz Garrote vil
Ídem Ramón Ortiz Millán Ídem
Ídem Andrés Mota Camacho Ídem
Ídem Salvador
García
Campano Ídem
Ídem Francisco Ocaña López Ídem
Ídem Juan Mena González Ídem
Ídem Cristóbal
Llamas
Bermudo
Ídem Francisco
Cantos
Valencia
Ídem
Ídem
52
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4; CAMINO ROMERO, A., “El hospital de San Julián...”,
pp. 26 y 27.
1126

FECHA NOMBRE SENTENCIA
Ídem Juan Muñoz Carmona Ídem
Ídem Bartolomé
Palacios
Romero Ídem
22 de enero de 1938 Francisco
Fernández
González Fusilado 53
12 de febrero de 1938 Soledad
Romera
González Garrote vil
Ídem José Fernández Pérez Ídem
Ídem Juan Peinado Rodríguez Ídem
Ídem Miguel Palomo Díaz Ídem
Ídem Miguel Hidalgo Reyes Ídem
Ídem Tomás Torres Molina Ídem
Ídem José González Torres Ídem
15 de marzo de 1938 Sebastián
González
Benítez Ídem
Ídem José
Rodríguez
Camarona Ídem
Ídem Francisco
Plaza
Fernández Ídem
Ídem Manuel Garrido Ruiz Ídem
Ídem Manuel Gavira Castell Ídem
Ídem Antonio
Jiménez
González Ídem
Ídem Rafael Rivas Moreno Ídem
Ídem Manuel López Gamboa Ídem
Ídem Luis Rodríguez Molina Ídem
17 de marzo de 1938 Antonio Bernal Santos Ídem
Ídem Felipe Gobantes Betés Ídem
Ídem Francisco
Román
García Ídem
Ídem José León Silverio Ídem
Ídem Francisco Llorente de la
Rosa
Ídem Francisco
Llerena
Merchán
Ídem
Ídem
53 Esta ejecución fue realizada a un sacerdote, asistiendo Plácido Gómez de Cádiz y
Miguel Mathias Bryan por recomendación del obispo Balbino Santos Olivera.
1127

FECHA NOMBRE SENTENCIA
Ídem Julio Ramos Martín Ídem
Ídem Pedro Mata Rey Ídem
Ídem Manuel Sánchez López Ídem
Ídem Miguel Sánchez García Ídem
Ídem José Tovar Arias Ídem
8 de agosto de 1938 Antonio Santana García Ídem
Ídem Antonio Rubiales
Martín
54 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
Ídem 54 .
1128

CAPÍTULO XXII:
MIGUEL MATHÍAS BRYAN (1938/46)
1129

1.- APORTACIÓN BIOGRÁFICA
Los datos que han llegado a nuestro poder acerca de Miguel
Mathías Bryan son realmente escasos. Nació en Málaga, el 22 de
diciembre de 1883. Contrajo matrimonio con Casilda Lacarra
Rodríguez, de cuya unión nacieron cuatro hijos: Juan, Miguel, Julio
y José Manuel. Ejerció la profesión de comerciante, teniendo
ubicada su oficina en la calle Vendeja 1 . En el Padrón municipal de
1922/23 constaba que vivía en la calle Strachan nº 5 y 7 2 . Falleció
el 3 de febrero de 1953, a la edad de 70 años 3 .
Ilustración 119: Miguel Mathias Bryan [Foto: Archivo familia Mathias]
1
Agradecemos los datos facilitados por José Manuel Mathias Marfil, nieto de Miguel
Mathias Bryan.
2
A.M.M. Padrón municipal: Lib. 1.393, dto. 1 (1922/23), fol. 171.
3
Aportación efectuada por José Manuel Mathias Marfil.
1131

2.- LA ELECCIÓN DE MIGUEL MATHÍAS BRYAN
La muerte de Plácido Gómez de Cádiz y Gómez, sucedida el
7 de septiembre de 1938, ocasionó que la junta general del 25 del
citado mes, estuviera presidida por el hermano seglar -en funciones
de hermano mayor accidental-, Miguel Mathías Bryan. Abierta la
sesión, éste dio cuenta de los hermanos fallecidos -hasta esa fecha-
pertenecientes a la Junta de Gobierno 4 , reconociendo que ésta
quedaba muy mermada y que, por ende, convenía renovarla. Tras
diez minutos de deliberaciones, los asistentes nombraron a la
siguiente Directiva: hermano mayor, Miguel Mathías Bryan; alcalde
eclesiástico, Antonio Morales Morales; alcalde seglar, José María
Huelin Müller; contador, José Alarcón Jiménez; tesorero, Joaquín
La Blanca Montserrat; fiscal, Anselmo Ruiz Lombardo; secretario
1º, Enrique Ximénez de la Macorra; y secretario 2º, Juan García
Benítez 5 . Seguidamente, tomó la palabra el hermano mayor electo
para expresar que:
“(...) procurará suplir aquellas condiciones que
él reconoce no reunir con la mejor voluntad y
cariño tomando el ejemplo del inolvidable Don
José Alarcón Bonel (q[ue].e[n].p[az].
d[escanse].) y de los otros Hermanos Mayores
que le precedieron en el cargo. Celebra que los
demás nombramientos hayan recaído en
Hermanos que tanto cariño tienen a la
Hermandad: a todos los felicita, y no duda de
4 Hermano mayor, José Alarcón Bonel; alcalde eclesiástico, Francisco Javier Camacho
Triviño; alcalde seglar, Plácido Gómez de Cádiz y Gómez; secretario 1º, José Luis
Álvarez de Linera Duarte; fiscal, Ramón Portal del Castillo.
5 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 25 de septiembre de 1938, fol. 117.
1132

la valiosa ayuda que le han de prestar, no
teniendo nada que decir del Contador S[eño]r.
Alarcón Giménez y del ya Secretario 1º
S[eño]r. Ximénez de la Macorra ambos
antiguos compañeros suyos de Junta” 6 .
La talla humana de Miguel Mathías, la antigüedad en la
Hermandad -pertenecía desde 1921- y la veteranía en el desempeño
de cargos de responsabilidad -consiliario moderno y contador entre
1933 y 1938- en Juntas de Gobierno, fueron más que suficientes
para que dicho oficio recayera en él 7 .
3.- EL ASILO DE SAN JULIÁN
3.1.- Albergue de indigentes
Pese a que se seguía trabajando en el adecentamiento de las
dependencias de San Julián, uno de los principales proyectos que
abordaba la recién elegida Junta de Gobierno, en la secretaría de la
Hermandad de la Santa Caridad se recibió un escrito, fechado el 13
de enero de 1939, del presidente del Hogar de Nuestra Señora de
los Ángeles, José Gálvez Ginachero 8 , en el que se solicitaba la
6 Ídem.
7 A.H.D.M. Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad...”, tº II, fol. 29.
8 La actuación de José Gálvez Ginachero en el asilo de los Ángeles se desarrolló entre
1938 y 1952. El Dr. Gálvez Ginachero llevó al citado centro unas formas humanísticas
singulares que significaron un nuevo paso en el crédito que ya gozaba dicha
institución [Sur, Málaga, 26 de noviembre de 1989]. Su huella fue tan profunda que,
en prueba de agradecimiento, se colocó una inscripción en el edificio que decía: “EL
ASILO DE LOS ANGELES, DEDICA ESTA LAPIDA, COMO SENCILLO/ PERO
CARIÑOSO Y SINCERO HOMENAJE DE ADMIRACION Y RESPETO AL/
EXCMO. SR. DON JOSE GALVEZ GINACHERO/ PRESIDENTE DE SU
PATRONATO DESDE 1938 A 1952./ VARON EJEMPLAR DE RECIAS
VIRTUDES CRISTIANAS/ QUE CONSAGRO POR ENTERO SU VIDA AL BIEN,/
1133

cesión de unos locales del inmueble mientras se terminaba la
construcción de un nuevo pabellón en el que se albergaría a los
indigentes 9 . Por su parte, el hermano mayor tras consultar a sus
compañeros de Directiva, respondía el día posterior que accedía
gustoso a acogerlos en un local de San Julián mientras se
terminaban las obras del nuevo pabellón en el hogar de Nuestra
Señora de los Ángeles 10 . También se ponía de manifiesto que la
cesión sería por pocos meses ya que era propósito de la Junta de
Gobierno de la Santa Caridad continuar las obras que el edificio
precisaba al objeto de que, en poco tiempo, pudiera funcionar el
hospital conforme a los fines marcados en los Estatutos 11 .
Este asunto no quedó totalmente concluido dado que, en la
junta general extraordinaria de 5 de febrero de 1939, el hermano
mayor tuvo que responder a la pregunta formulada por Fermín
Alarcón Sánchez acerca de los rumores que corrían de que el
hospital de San Julián iba a cederse al Ayuntamiento de Málaga.
Miguel Mathías le contestaba que el Cabildo municipal había
mantenido contactos con él para que el edificio fuese puesto a
disposición del Patronato del asilo de los Ángeles con objeto de que
se retirase a los mendigos de la calle. A las explicaciones de éste,
A LA CARIDAD Y AL AMOR AL PROJIMO./ MAYO 1952 [CAMINO ROMERO,
A. y PALOMO CRUZ, A. J., Epigrafía malagueña (1530/1989)].
9 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4. A los pocos meses de la petición, se inauguró el pabellón
en el asilo de los Ángeles, fijándose una lápida con la siguiente inscripción: “En el
glorioso AÑO DE LA VICTORIA, a iniciativa/ y expensas del EXCMO. SR.
GOBERNADOR CIVIL/ de la Provincia D. FRANCISCO GARCIA ALTED,/ se
construyó este pabellón para cristiana acogida/ de ancianos desvalidos./ EL HOGAR
DE NUESTRA SEÑORA DE LOS ANGELES lo consigna/ en testimonio de
imperecedera gratitud [CAMINO ROMERO, A. y PALOMO CRUZ, A. J., Epigrafía
malagueña (1530/1989)].
10 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
11 Ídem.
1134

Alarcón Sánchez respondía que “los Estatutos no permiten hacer
dejación de los derechos sobre el edificio de su propiedad” 12 .
En la asamblea intervino el cofrade Román Casares
Barcauxa, que pertenecía también a la Junta del asilo de los
Ángeles, para aclarar que los deseos del gobernador civil, Francisco
García Alted, eran que los transeúntes y vagabundos estuviesen
recogidos en este lugar, hasta tanto no se concluyesen las obras del
nuevo pabellón que se construía en dicho establecimiento. Varios
hermanos consideraron que se debían atender las peticiones del
Gobernador civil por lo mucho que colaboraba con la Hermandad,
al haber facilitado fondos para llevar a cabo los trabajos de
reparación en el edificio 13 .
La Hermandad de la Caridad recibió del Ayuntamiento de la
ciudad el 14 de febrero de 1940, con motivo de la celebración del
III aniversario de la liberación de Málaga, treinta prendas de vestir
y diez mantas para los pobres del asilo de San Julián 14 . La noticia
reseñada es cuanto menos sorprendente, puesto que, por esa fecha,
no existía ningún anciano recogido en el centro hospitalario. No
sabemos, por tanto, el sentido que tendría la donación efectuada por
el Consistorio malacitano, quizás careciese de información.
12 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 5 de febrero de 1939, fol. 125.
13 Tenemos que recordar la generosa aportación que García Alted realizó en 1937 a la
Hermandad de la Santa Caridad de 500 pesetas para las obras de rehabilitación del
inmueble.
14 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
1135

3.2.- Guardería infantil
Meses después, el siguiente gobernador civil, José Luis
Arrese Magra, inició una campaña de erradicación de la mendicidad
infantil callejera. Al no contar con centros suficientes para la
acogida de niños vagabundos, solicitó a los hermanos de la Caridad
la cesión de unas habitaciones del asilo de San Julián para el
albergue de éstos. La Junta Directiva de Paz y Caridad accedió al
llamamiento efectuado por el “camarada” Arrese para frenar y
acabar con la mendicidad infantil callejera, poniendo a su
disposición, y de manera provisional, un local donde serían
recogidos 150 niños 15 .
Para atajar dicho fenómeno, que provocaba verdaderos
quebraderos de cabeza a las autoridades municipales, el gobernador
Arrese recomendaba:
“(...) trabajar de consuno con las jerarquías y
autoridades ciudadanas. Los gestos aislados -
entre ellos ese de la callejera-
tienen que desaparecer radicalmente. Con ello
no se resuelve nada, y se crean una serie de
intereses subalternos, desmoralizadores,
anarquizantes. Nada de limosnas callejeras,
socorros individuales y complacencias que
permitan el desarrollo del mal. Colaboración
eficaz y directa con las autoridades. Este es el
camino único para librar a Málaga (...) de esa
plaga innoble de niños mendicantes, que
atosigan, harapientos, a los transeúntes.
Recoger a estos niños e impedir que sus padres
les utilicen para implorar la caridad pública, es
15 Sur, Málaga, 8 de junio de 1940.
1136

la más baja y cruel expectación que se
conoce” 16 .
Esta situación generaría como vamos a ver la creación de
una guardería infantil en San Julián. Al conmemorarse el IV
aniversario del “Alzamiento Nacional” se inauguraron unas obras
en el aeropuerto “García Morato” y un nuevo pabellón en el hogar
provincial de Nuestra Señora de la Victoria, así como se bendijeron
unos terrenos para la construcción de viviendas protegidas en una
zona conocida como Haza de Cuevas, próxima al Camino de
Antequera. Tras este último acto, y antes de que el obispo Balbino
Santos Olivera y numerosas autoridades civiles y militares visitaran
el Centro de Estudios Andaluces, se dirigieron al conjunto
monumental de San Julián, donde había sido instalada la guardería
infantil en un amplio local, completamente reformado y que reunía
las condiciones para el fin al que se destinaba, procediéndose a su
bendición 17 .
A finales del mes de octubre de 1940, el diario Sur publicaba
un artículo referido a los niños acogidos en la guardería de San
Julián. En él, se ponían de manifiesto los resultados obtenidos desde
que comenzara a funcionar. Se recordaba que en Málaga existía una
población infantil necesitada de amparo, superior a las plazas de los
centros benéficos tradicionales y que la Hermandad de Paz y
Caridad había cedido a la Junta Provincial de Beneficencia unos
locales que habían servido de gran ayuda. En la guardería se
encontraban unos 200 niños, de edades comprendidas entre los 2 y
16 Ídem.
17 La Tarde, Málaga, 18 de julio de 1940.
1137

6 años. La entrada era a hora temprana, ofreciéndoseles durante la
jornada de permanencia en el centro el desayuno, el almuerzo y
la merienda. Recibían, además, la instrucción por el sistema
“Montessori” 18 , por las Hijas de la Caridad de San Vicente de
Paúl, quienes habían cosechado en este lugar un nuevo éxito
benéfico. Por las tardes, las madres -a la salida de los trabajos-
recogían a los niños. La asignación por cada menor en la guardería
se cifraba en torno a 1,25 pesetas diaria. También, y en el
mencionado reportaje, se reflejaba un proyecto que nunca llegó a
cuajar. Éste consistía en establecer un comedor, que se
denominaría “Santa Lucía”, para embarazadas en el edificio de San
Julián 19 .
Iniciada la campaña de erradicación de la mendicidad
infantil, los niños retirados de la calle estuvieron unos meses
internados en San Julián, pasando los padres de algunos de éstos a
recogerlos en el denominado “Centro de Clasificación”. A la vista
del resultado, el Gobierno Civil instaba al resto de familiares de
niños, si los hubiese, a personarse en las oficinas de la calle Muro
de San Julián, con la finalidad de que justificasen su abandono 20 .
18 Fue María Montessori (1870/1952), educadora, científica, psiquiatra, filósofa,
psicóloga, entre otras preparaciones, la creadora de un sistema que consistía en que los
niños trabajaran independientemente o en grupos. Desde temprana edad se les
motivaba a tomar decisiones que pudieran resolver problemas, escoger alternativas
apropiadas y manejar bien su tiempo.
19 Sur, Málaga, 31 de octubre de 1940. El comedor de los niños se hallaba ubicado en
la galería del primer piso del patio principal, según se aprecia en una fotografía
publicada en el periódico de la citada fecha.
20 Sur, Málaga, 22 de febrero de 1941.
1138

Ilustración 120: Puerta de entrada a la guardería de San Julián [Foto: Juan Temboury]
Los hermanos de Paz y Caridad cansados de que el edificio se
utilizara para otros fines que no fueran los propios, se dirigieron
por escrito, el 28 de julio de 1941, al sucesor de José Luis Arrese
Magra, Emilio Lamo de Espinosa y Enríquez de Navarra, para
exponerle que la Hermandad era una copia de la fundada en Sevilla
por Miguel Mañara Vicentelo de Leca y que, al igual que ésta, se
dedicaba a cuidar de sus asilados ancianos y sus afiliados como
habían realizado desde hacía mucho tiempo, asistía a los reos en
capilla, cuidando de que no les faltaran los auxilios espirituales y
corporales 21 . La Hermandad estaba sobrepuesta económicamente y
en condiciones de encargarse del asilo para dedicarlo al cuidado
de los pobres, por ello suplicaba a las instancias superiores se
hiciera nuevamente entrega del mismo para actuar conforme a lo
21 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
1139

estipulado en sus Constituciones 22 . El Gobernador Civil contestó a
los hermanos de la Santa Caridad el 10 de septiembre de ese año,
informándoles de que la guardería seguiría ocupando las
dependencias asignadas en el edificio y que la Hermandad no se
haría cargo del resto del inmueble hasta tanto no se encontrara un
nuevo local para el Centro de Clasificación Infantil 23 .
Sabemos por otro escrito, fechado el 12 de diciembre de
1941, que la Hermandad permanecía a la espera de establecerse en
las dependencias que le fueron solicitadas para la campaña de
erradicación de la mendicidad infantil, llevada a cabo años atrás por
las autoridades locales. Así, la Santa Caridad esperaría el momento
oportuno para poder “dar asistencia a un reducido número de
ancianos desvalidos” 24 . No obstante, la Corporación de carácter
benéfico también aguardaría para hacerse cargo de la totalidad del
edificio. En ese caso, se podría aumentar el número de ancianos,
cumpliendo así los fines tradicionales que entonces tenía pospuestos
al tener que ayudar a las autoridades civiles en la asistencia a los
niños pobres 25 .
El periodista del diario Sur, Juan Antonio Rando, publicó un
artículo, el 20 de septiembre de 1942, en el que abordaba los
servicios prestados por la Hermandad de Paz y Caridad antes de la
Guerra Civil y los que proyectaba realizar en el futuro. Manifestaba,
con toda la razón, que el edificio había sido ocupado por los
seguidores del Frente Popular, la iglesia de San Julián destrozada y
22 Ibídem.
23 Ibídem.
24 Ibídem.
25 Ídem.
1140

los 14 ancianos, que se hallaban en el asilo, desalojados. Ante la
precaria situación económica de la Hermandad -desposeída de todo
su dinero- no podía hacer frente a los gastos de manutención de los
pobres, por lo que el edificio fue requerido por el gobernador civil,
José Luis Arrese, para local de la Junta de Beneficencia.
Ilustración 121: Comida de pobres servida en el patio de San Julián, hacia 1950
[Getsemaní, editada por la Cofradía del Huerto]
El periodista destacaba que vuelta la “normalidad
económica”, los directivos tenían varios proyectos pendientes de
realización. Uno de ellos, y quizás el más ambicioso a tenor de lo
reflejado en los Estatutos, era albergar, de nuevo, a un reducido
número de ancianos. Con esta noticia, se dejaba entrever la demora
en el traslado a otro lugar del Centro de Reclutamiento Infantil, lo
que impedía a la Hermandad disponer libremente de las
1141

dependencias del edificio. Otro proyecto, consistía en la
restauración y reposición de los dos grandes lienzos que estaban
destrozados en la iglesia, junto al de El triunfo de la Caridad,
restaurado gracias a la intervención de la Academia de Bellas Artes
de San Telmo 26 .
Sorprende que el Ayuntamiento de Málaga, a través de un
escrito fechado el 11 de enero de 1943, comunicase a la Hermandad
la concesión de una subvención de 500 pesetas, cuando en realidad,
por esas fechas, no se cuidaba a ningún anciano en el asilo de San
Julián. Ya había ocurrido algo similar en 1940, como hemos visto.
El 18 de febrero de 1944, la Hermandad realizaba un nuevo
intento para recuperar la totalidad del edificio, donde pudiera poner
en práctica los fines fundacionales. La Santa Caridad recordaba
que, el entonces gobernador civil de la provincia, el Sr. Arrese -en
esos momentos ministro secretario del Gobierno de Franco-, había
pedido a la Directiva de la Hermandad que:
“por un lapso de tiempo y en contra de los fines
para los que sus fundadores instituyeron nuestra
Fundación, diese de momento a su Autoridad la
facilidad de ofrecerle, con carácter provisional,
el edificio para que sirviese de Guardería
Infantil con lo cual y gracias a esto quedaron
retirados de la calle más de 300 niños, los
futuros hombres de nuestra España, y que las
Autoridades cuidarán a la mayor brevedad
posible de hacer edificar o buscar un edificio
adecuado para que la Hermandad recuperase su
local y cumpliese los fines para que fue creada,
26 Sur, Málaga, 20 de septiembre de 1942.
1142

espetando así la voluntad sagrada y respetable
de sus fundadores” 27 .
También, y en ese mismo escrito, se comunicaba que la
Hermandad de San Julián había logrado de los poderes públicos la
concesión de nuevos Títulos del Estado, puesto que los anteriores
habían sido intervenidos por el Socorro Rojo Internacional en 1936,
y no se podía, hasta el momento, disponer de fondos suficientes
para hacer frente a los gastos que ocasionaran los asilados. Una vez
fuesen recuperados dichos Títulos se podría encargar nuevamente
de la reorganización de sus servicios y dar cabida a cierto número
de pobres ancianos, con lo cual cumpliría los fines de su
fundación 28 .
3.3.- La continuación de las obras de reformas en el
establecimiento hospitalario
La dirección de los trabajos de rehabilitación del asilo e
iglesia estaba siendo llevada a cabo por el arquitecto Fernando
Guerrero-Strachan Rosado, quien había jurado las Reglas, como
nuevo hermano, en el cabildo de 25 de septiembre de 1938 29 . En esa
misma junta general, se acordó agradecer a la Academia de Bellas
Artes de San Telmo la colaboración prestada a la hora de velar por
la conservación y restauración de los cuadros existentes en las
capillas de la iglesia de San Julián. Al mismo tiempo, se le
27
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
28
Ídem.
29
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 25 de septiembre de 1938, fols. 115
y 120. Hay que señalar que Fernando Guerrero-Strachan Rosado era hijo político del
hermano mayor accidental fallecido, Plácido Gómez de Cádiz y Gómez.
1143

solicitaba la reparación de los cuadros de gran tamaño situados en
el altar mayor, realizados por Juan Niño de Guevara en las décadas
de los años 80 y 90 del siglo XVII y a los que, desgraciadamente,
los seguidores del Frente Popular albergados en el asilo durante los
meses de agosto de 1936 a febrero de 1937, habían provocado
importantes daños 30 .
Ilustración 122: Cuadro de El triunfo de la Caridad, obra de Juan Niño de Guevara
A la par que la Hermandad buscaba ingresos para rehabilitar
el edificio, también lo hacía para restaurar las obras de arte dañadas
por las familias refugiadas en San Julián. En este caso, Juan
Temboury Álvarez comunicó a los asistentes a la junta general del
día 5 de febrero de 1939, que la Comisaría de Bellas Artes había
efectuado un donativo de 2.000 pesetas con las que se restauraría el
cuadro El triunfo de la Caridad, que realizara el referido pintor
30
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 25 de septiembre de 1938, fols. 122
y 123.
1144

arroco. Asimismo, instaba a la Junta de Gobierno a solicitar del
Comisario de Bellas Artes, Antonio Gallego Burín, la subvención
necesaria para la restauración de los restantes cuadros de grandes
dimensiones 31 .
Las gestiones que la Hermandad emprendería con el referido
Comisario debieron ser fructíferas a tenor de lo recogido en un
escrito dirigido a la Industria Malagueña y fechado el 22 de febrero
de 1939. En éste, se hacía constar que la Real Academia de Bellas
Artes de Málaga se había ofrecido a dicha Institución benéfica con
objeto de reparar uno de los cuadros de Niño de Guevara,
necesitándose de la citada Industria textil, un trozo de muselina
morena de 7 x 5 metros 32 .
Mediante un escrito dirigido por la Hermandad de la Caridad
a la Industria Malagueña el 4 de marzo de 1939, se tiene constancia
que la petición a Gallego Burín fue satisfecha, agradeciendo por
ello la donación de la tela para que miembros de la Academia de
Bellas Artes de San Telmo procedieran a la reparación de uno de
los valiosos cuadros 33 .
En la sesión de la Academia de 23 de mayo de 1939, quedó
sobre la mesa una comunicación de la Hermandad de Paz y Caridad
referente a la restauración de varios cuadros de su propiedad 34 .
31
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 5 de febrero de 1939, fols. 126 y
127.
32
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
33
Ibídem.
34
A.A.B.A.S.T. Lib. de aa., sesión, 23 de mayo de 1939, fol. 115.
1145

Ilustración 123: Vista del patio secundario [Foto: Juan Temboury]
La Santa Caridad dirigió una notificación el 23 de junio de
ese año al académico y profesor de la Academia de Bellas Artes de
San Telmo, Rafael Murillo Carreras, para agradecerle los trabajos
de “(...) reconstrucción y restauración del (...) cuadro de Niño de
Guevara que fue destrozado por las hordas marxistas” 35 . Con ello,
se conseguía la recuperación de El triunfo de la Caridad, un lienzo
considerado de gran valor artístico y emblemático para la
Hermandad, que volvería a ser colocado en el altar mayor de la
capilla de San Julián 36 .
La secretaría de la Hermandad de la Caridad enviaba otras
dos notificaciones, de igual fecha a la última. La primera, dirigida
35
Ídem.
36
El término “capilla” aparece frecuentemente en la documentación, sustituyendo al de
“iglesia”.
1146

al hermano de la Corporación y académico de San Telmo, Fernando
Guerrero-Strachan, agradeciéndole el interés por conseguir la
restauración del cuadro. La segunda, al presidente de la Academia
de Bellas Artes, Salvador González Anaya, comunicándole la
finalización de los trabajos e informándole de las labores llevadas a
cabo por los académicos Murillo Carreras y Burgos Ons 37 .
En una nueva reunión de la Academia de Bellas Artes
celebrada el 30 de junio de 1939, se felicitó a los ilustres artistas
Rafael Murillo Carrera y Antonio Burgos Ons por el magnífico
trabajo realizado sobre un lienzo que había sido víctima de brutales
destrozos, siendo uno de los de mayor tamaño de cuantos existen en
los templos de Málaga 38 .
En un comunicado emitido por la Real Academia de Bellas
Artes de San Telmo y publicado en la prensa local, se hacía constar:
“(...) la complacencia y admiración (...) por
este magnífico trabajo, realizado sobre un
lienzo (...) de indudable mérito artístico y de
historia original (...). Se acuerda, además, dar
gracias a los señores Gallego Burín y
Temboury, que con su entusiasta colaboración
hicieron posible la empresa en su aspecto
económico; y se adopta, a continuación, el
acuerdo de dirigirse a ambos señores
oficialmente, y con recomendación amistosa y
particular para que hagan factible la
restauración de los otros dos lienzos de Niño de
Guevara, que forman triptico con el tan
oportunamente restaurado por Murillo Carreras
y Burgos Ons” 39 .
37 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
38 A.A.B.A.S.T. Lib. de aa., sesión, 30 de junio de 1939, fols. 124 v. y 125.
39 Sur, Málaga, 2 de julio de 1939.
1147

De los dos lienzos pendientes de arreglo, uno de ellos, El
emperador Heraclio en hábito de penitente, fue restaurado entrado
el siglo XXI como tendremos oportunidad de atender más adelante,
mientras que el otro, La invención de la Cruz, quedó meramente
como un simple proyecto. Desconocemos las causas que lo
impidieron. Quizás, la ausencia de una partida económica destinada
a este fin, significara la irrealización de tal iniciativa. La
Hermandad de la Santa Caridad no pudo contemplar nunca más las
obras que, durante siglos, habían formado parte del programa
iconográfico de la iglesia de San Julián, flanqueando al cuadro
restituido, El triunfo de la Caridad, que se hallaba colocado en el
altar mayor. Las telas de los dos cuadros se desmontaron y se
guardaron en las dependencias del asilo de San Julián.
Dos días después de la nota de prensa de la Academia de San
Telmo, un periodista del diario Sur, que firmaba como BEyGE,
informaba sobre el acontecimiento de este modo:
“El magnísimo lienzo del insigne Niño de
Guevara, titulado
que decora el fondo del Presbiterio de la
Iglesia-Asilo de San Julián, y se dio por
perdido, ha sido reconquistado, para la Religión
y para el Arte, por los camaradas Murillo
Carreras y Burgos Ons, en durísima refriega
contra dificultades técnicas, casi insuperables,
que hubieran hecho retroceder a restauradores
muy experimentados. El destrozo que los rojos
hicieron en la que se considera la mejor
composición del mencionado maestro fue
tremendo. No satisfecha la brutalidad marxista
con las rasgaduras que en todo momento le
infligieron, lo doblaron y redoblaron para
1148

utilizarlo a modo de alfombra, no por necesidad
y menos por costumbre, que alfombras, tapices
o simplemente esteras, para nada les sirve a su
grosera rusticidad, sino por el estúpido afán de
pisotear la representación cristiana, que en el
hermoso cuadro resplandece. Con extensas
zonas despotilladas, plenas de resaltos,
cortaduras, burbujas y agujeros, se
comprometieron a volverlo a su primer estado,
los mencionados pintores, sin arredrarles el
desolador aspecto en que lo recibían (...). Es
así, que Burgos Ons y Murillo Carreras han
ligado sus nombres al del insigne Niño de
Guevara, pues gracias a la singular habilidad de
sus talentos ha resurgido, de la ruina en que
yacía, el sugestivo, hermosísimo (...). Ya luce, en el lugar para el que
se pintó, y del que fue arrancado por la turba
iconoclasta y perversa, pero hay que dar cima
al patriótico propósito restaurador, no dejando
ningún cabo suelto”.
Con esta información se volvía a poner de manifiesto la
necesidad de restaurar los otros dos lienzos dañados en 1936. El
autor de la noticia indicaba que aún seguían sin restaurarse las
pinturas compañeras que, a modo de inmenso tríptico, completaban
el suntuoso decorado del altar mayor de la iglesia 40 .
4.- ASPECTOS ECONÓMICOS
A la felicidad de los hermanos de la Caridad por la
restauración del cuadro, al año siguiente se les unió la de haber
podido recuperar los Títulos del Estado, que les fueron sustraídos
40 Sur, Málaga, 4 de julio de 1939.
1149

en 1936. Si recordamos, las diligencias llevadas a cabo por el
procurador, Casto Núñez de Castro, al que el hermano mayor y la
Junta de Gobierno habían prestado la confianza, duraron 17 meses.
En el cabildo celebrado por la Hermandad el 5 de septiembre
de 1939, se dio cuenta que tras las gestiones realizadas por el
indicado y la intervención del abogado del Estado, Ignacio Muñoz
Rojas, se podían conseguir duplicados de las suscripciones
nominativas de dichos Valores. Por ello, los asistentes acordaron
autorizar tanto al hermano mayor, Miguel Mathías Bryan, como al
secretario, Enrique Ximénez de la Macorra, para que, uno de los
dos, se presentara en el despacho del notario con objeto de dejar
solucionada la cuestión y concretar la entidad financiera para
cobrar los cupones y los intereses vencidos 41 . Pero, al parecer, nada
de eso ocurriría, puesto que en un oficio, fechado el 10 de enero de
1940 y remitido por la Junta Provincial de Beneficencia (estaba
firmado por el gobernador-presidente, Carlos Tejeros) a la
“Fundación Benéfica San Julián”, constaba que la Hermandad de la
Santa Caridad no había podido cobrar los intereses al no tener en
su poder el duplicado de dichos Títulos. La Junta de Beneficencia,
velando por las fundaciones que estaban bajo su patronazgo, acordó
gestionar con la Dirección General de la Deuda la emisión de unos
duplicados 42 .
En los primeros días de diciembre de 1941, y tras varios años
de espera, la Junta Provincial de Beneficencia comunicó a los
hermanos de la Santa Caridad que sólo estaba pendiente por darse
41
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 3, lib. nº 14, aa. cc. de 4 de septiembre de 1939, fols. 127 y
128.
42
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
1150

la orden de cobro de las 21.117,36 pesetas de intereses
“correspondientes a las Pesetas Nominales 164.980,43 en 4
Inscripciones nominativas-Deuda Perpetua Interior 4%”, del
periodo comprendido entre enero de 1937 a enero de 1940,
debiéndose retirar el importe en las oficinas del Banco Central 43 .
Estos ingresos hicieron concebir esperanzas a la Hermandad
para retomar uno de los principales fines fundacionales, la atención
de ancianos en las dependencias del inmueble y que, en esos
momentos, no llevaba a cabo como hemos comprobado.
5.- LA REAPERTURA DE LA IGLESIA DE SAN JULIÁN AL
CULTO Y LAS FUNCIONES RELIGIOSAS EFECTUADAS
5.1.- La iglesia de San Julián
En 1941, y a través de un escrito fechado el 12 de diciembre
de ese año y remitido días más tarde por la Hermandad de la Santa
Caridad al Gobierno Civil, se comunicaba la reapertura de la iglesia
o capilla de San Julián al culto, adquiriéndose, por tal motivo,
algunas imágenes y restaurándose otras, entre ellas la talla esculpida
de San Julián de la hornacina de la fachada principal 44 .
La búsqueda de información sobre la reapertura del templo en
el Boletín Oficial del Obispado de Málaga, ha sido infructuosa,
puesto que no se refleja absolutamente nada del asunto. Quizás
fuese una ceremonia sin el boato habitual, convirtiéndose en un acto
meramente simbólico y representativo, sin apenas trascendencia, a
43 Ibídem.
44 Ibídem.
1151

diferencia de los producidos en las parroquias de Santo Domingo
de Guzmán y San Carlos Borromeo, de San Pedro, de Santiago y
de los Santos Mártires Ciriaco y Paula, entre otras.
Ilustración 124: Vista de la fachada de la iglesia de San Julián y de la calle Nosquera
[Foto: A.M.M.]
Ha tenido que ser a través de noticias indirectas, la manera
de aproximarnos a nuestro objetivo. En las encontradas y
analizadas, hay una del mes de septiembre de 1941, en la que se
apunta que el día 26, se realizaron unos cultos en honor de la
Santísima Virgen Milagrosa 45 . En las colectas efectuadas por el
Obispado en el período comprendido entre diciembre de 1940 y
abril de 1941, no figuraba la iglesia de San Julián 46 .
Mientras el recinto sagrado estuvo cerrado al culto, la función
religiosa de San Julián se realizaba en el primer templo de la
45
La Tarde, Málaga, 26 de septiembre de 1941.
46
A.C.C.M. Boletín Oficial del Obispado de Málaga nº 8, agosto de 1941, pp. 588-
590.
1152

ciudad. Así lo atestigua el texto impreso en una papeleta de
citación de la Hermandad en el año 1941:
“Ruego (...) tenga la bondad de concurrir a la
Misa que el dia 28 (...), festividad de Nuestro
Santo Patrón San Julián, se celebrará a las 8 ½
en el altar del Santo (...)” 47 .
Debemos establecer, por consiguiente, como fecha hipotética
de reapertura, el período comprendido entre mayo y septiembre de
este último año.
5.2.- Hermandad de la Santa Caridad
Al poco tiempo de la vuelta al culto en San Julián, la
Hermandad de la Santa Caridad recuperó la fiesta de su patrón.
Así, el 28 de enero de 1942, se celebraría misa de comunión y al
término de la misma, se procedería a la bendición de una nueva
imagen de San José 48 . Este dato nos da a entender que la que recibía
culto y veneración por parte de la Asociación del Glorioso
Patriarca San José desaparecería en 1936. También se oficiaría esta
función religiosa durante los años 1943 49 , 1944 50 y 1945 51 , una de
las pocas que la Hermandad mantenía.
47 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
48 Sur, Málaga, 27 de enero de 1942.
49 La Tarde, Málaga, 26 de enero de 1943.
50 Sur, Málaga, 26 de enero de 1944.
51 Sur, Málaga, 27 de enero de 1945.
1153

5.3.- Jubileo de las XL Horas
Las autoridades eclesiásticas designaron, en agosto de 1942,
los recintos sagrados que acogerían el Jubileo de las LX Horas en
el mes de septiembre: el día 1, se efectuaría en la parroquia de
San Juan; el día 5, en la iglesia de San Julián; el día 8, en la Santa
Iglesia Catedral; el día 18, en la parroquia de Nuestra Señora de las
Angustias; el día 21, en la iglesia de la Victoria; y el día 25, en la
iglesia de las Mercedarias 52 .
El Jubileo de las LX Horas circularía por la iglesia de San
Julián en los años sucesivos de esta forma: los días 19 y 20 de
noviembre de 1943 53 ; los días 17 y 18 noviembre de 1944 54 ; y los
días 19, 20, 21, 22 y 23 de noviembre de 1945 55 .
5.4.- Asociación de la Medalla Milagrosa
El asentamiento de esta Asociación se produce con la llegada
de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl a San Julián en
1940, para hacerse cargo de la guardería infantil que había sido
creada en el edificio por las autoridades políticas del régimen
franquista. Con anterioridad, ya hubo un intento -en 1928- para
que las citadas religiosas prestaran sus servicios a los asilados del
establecimiento hospitalario. Sin embargo, la Hermandad de la
Santa Caridad no dio su aprobación. Esta vez las religiosas no
52 A.C.C.M. Boletín Oficial del Obispado de Málaga nº 8, agosto de 1942, p. 687.
53 Sur, Málaga, 19 de noviembre de 1943.
54 Sur, Málaga, 17 de noviembre de 1944.
55 Sur, Málaga, 18 de noviembre de 1945.
1154

encontraron ningún impedimento para establecer el culto de la
Virgen Milagrosa, su patrona.
Ilustración 125: Imagen de la Virgen de la Milagrosa en el altar que, años después,
ocuparía el Santísimo Cristo de la Agonía [Foto: Juan Temboury]
A partir de 1941, efectuarían dos actos: el primero, consistía
en que todos los días 27 de cada mes realizarían misa de comunión
y ejercicios espirituales 56 ; y el segundo, una novena en honor de la
venerada Titular que tendría lugar en noviembre.
56 Sur, Málaga, 26 de septiembre de 1941.
1155

Otro culto que añadirían, a los ya existentes, era un fervoroso
triduo de flores en honor de la sagrada Titular en el mes de mayo de
1943 57 .
TABLA 65
FECHA PREDICADOR
21 a 29 de noviembre de 1941 Hilario Organco. El obispo Balbino
Santos Olivera oficiaría el día 27 la
misa y distribuiría la comunión
20 a 28 de noviembre de 1942 Vicente Franco, C. M. de la Basílica
de Madrid
19 a 27 de noviembre de 1943 Alejandro Pérez, misionero de San
Vicente de Paúl
19 a 27 de noviembre de 1944 José María Merino, misionero de San
Vicente de Paúl y superior de la
residencia de Málaga
19 a 27 de noviembre de 1945 Samuel Carballo, misionero de San
Vicente de Paúl de la residencia de
Teruel 58 .
6.- EL PRINCIPIO DEL FIN DE LA HERMANDAD DE LA
SANTA CARIDAD
La Hermandad de la Santa Caridad celebró una junta general
trascendental para su futuro el día 21 de febrero de 1946, presidida
por el vicario general, Julio de la Calle Gómez. Asistieron los
hermanos: Antonio Morales Morales, Miguel Mathías Bryan, José
María Huelin Müller, Juan García Benítez, José Alarcón Giménez,
Cristóbal Alarcón Briales, Pedro Alarcón Bryan, José María
Souvirón Rubio, José Izurrategui Alday, Rafael Rodríguez
Cansinio, Ernesto de Viana-Cárdenas Salcedo, Luis Martínez
Pastor, Antonio Oliver Angleu, José Baca Aguilera, Francisco
57
Sur, Málaga, 23 de mayo de 1944.
58
Cuadro efectuado tras la consulta del periódico Sur (años: 1941, 1942, 1943, 1944 y
1945).
1156

Cames Alarcón, Juan Mathías Lacarra, Manuel Luis Espinosa
Sabinas, Carlos J. Krauel Gross y Enrique Ximénez de la Macorra.
La misión que el Vicario tenía encomendada por el obispo
Santos Olivera era la de solicitar a la Hermandad las habitaciones
disponibles en el asilo de San Julián para que se diera albergue
transitorio a las señoras del hogar de Nuestra Señora del Pilar, que
estaba pendiente de ser derribado.
El Sr. De la calle manifestó que estas señoras serían asistidas
con las pensiones que venían dándoles las autoridades, por lo que
no se convertirían en una carga para la Hermandad, pues traían
enseres y camas. Además se trataría de una estancia provisional, no
pudiendo ocuparse las vacantes que se produjeran 59 . Concluida la
intervención de éste, los hermanos empezaron a exponer sus
opiniones. El primero fue Cristóbal Alarcón Briales quien señaló
que la citada petición debía ser estudiada adecuadamente ya que,
desde hacía años, se le venía reclamando a la Hermandad la cesión
de dependencias. Recordaba que, el entonces gobernador civil,
García Alted, había solicitado a los hermanos el permiso para que
se instalase provisionalmente en el asilo de San Julián una guardería
infantil y habiendo transcurrido 6 años todo seguía igual para la
Corporación, sin recuperar sus locales. Con estos antecedentes no
se le podía acusar a la Hermandad de “falta de caridad” ni de “falta
de ayuda” a la autoridades. Alarcón Briales terminó refiriendo
que con los medios que disponía la Hermandad se deberían retomar
los fines constitucionales, teniendo algunos ancianos en las
habitaciones disponibles. Señaló asimismo que muchos de los
59 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, acta del 21 de febrero de 1946, fols. 1 y 4.
1157

hermanos que acudían a la junta pensaban reanudar las actividades
de la Hermandad y que, otra vez, se le invocaba a:
“(...) la caridad y la accidentalidad de la
petición es nada menos que para pedir se quede
la Hermandad ya sin parte alguna de su edificio
aprovechable para la inmediata ejecución de
aquellos fines para los que fue creada” 60 .
El secretario, Enrique Ximénez de la Macorra, manifestaba
que, a lo señalado por el Sr. Alarcón Briales, había que añadir
una serie de promesas incumplidas por las autoridades,
principalmente de índole económica. A continuación tomaron la
palabra, los señores Morales y Alarcón Briales, para expresar si el
Reglamento permitía o no la modificación de los artículos con
respecto a la situación que se vivía. La presidencia, por su parte,
subrayó si los hermanos deseaban complacer la petición realizada
por su Ilustrísima. Ximénez de la Macorra intervino nuevamente,
indicando que le había expuesto a Su Excelencia el deseo de la
Hermandad de no hacer más cesiones y recuperar su edificio para
estudiar cómo llevaba a cabo sus fines, pero, en cualquier caso,
si hubiese de votarse, él no emitiría su sufragio en contra del deseo
del Obispo. Finalizado el turno de opiniones y manifestaciones, el
Vicario general dijo que se votase en papeleta, siendo el resultado el
siguiente: 9 votos a favor y 10 en contra. Tras el recuento, el citado
eclesiástico lamentó el resultado obtenido, dándose por terminada
la sesión 61 .
60 Ibídem, fols. 5 y 7.
61 Ibídem, fols. 8 y 15.
1158

La respuesta del Prelado no se haría esperar. Tan sólo habían
pasado dos días de la negativa de la Hermandad a ceder unos
locales para la recogida temporal de ancianas desvalidas, cuando
desde el Obispado se enviaba un escrito -firmado por él mismo- al
hermano mayor en los siguientes términos:
“Hemos de expresar a la Hermandad de su
digna dirección Nuestro profundo dolor y
extrañeza ante (...) la respuesta negativa al
encarecido ruego (...). Tratábase de una
petición (...) para acoger transitoriamente a
algunas ancianas pobres y desvalidas, que por
fuerza mayor y causas ajenas a su voluntad se
quedan sin hogar y sin cobijo; brindabáse la
preciada oportunidad de resolver (...) un
conflicto grave, un problema social y humano,
que tiene hondamente preocupadas a las
Autoridades civiles y eclesiásticas y a muchas
personas particulares de Málaga (...) y se niega
a hacerlo una piadosa HERMANDAD que,
como rezan las primeras palabras de sus
Estatutos, (...). No podemos
dudar de la buena intención de los Hermanos
que con su voto se opusieron; pero tampoco
podemos menos de declarar equivocado su
criterio, y mal entendido el rigorismo literal de
su interpretación estatutaria, ya que en esta
ocasión como en pocas otras podemos decir
que ; aparte de que en el presente caso, la
letra misma de los Estatutos daba suficiente y
claro margen para admitir lo que por Nuestra
Autoridad se proponía. Y entretanto, ni se
acepta transitoriamente esta obra de apremiante
caridad y misericordia, ni se pone en práctica
aquellas otras que concreta y específicamente
1159

están prescritas por los Estatutos. Rogamos (...)
se sirva comunicar a la HERMANDAD el
contenido de este escrito (...), juntamente con
Nuestra voluntad de que no se proceda a
elección de nueva Junta mientras Nos mismo
no lo autoricemos expresamente confiando que
entretanto, y con carácter provisional, se
prestará a seguir actuando la Junta actual
dimisionaria” 62 .
El Obispo, de origen leonés, nunca entendió el deseo de los
hermanos de la Caridad de reanudar sus tareas fundacionales, pese a
haber pertenecido como miembro de número a la Hermandad de la
Santa Caridad de Sevilla y conocer, de primera mano, las buenas
obras que ésta realizaba 63 .
A escasos días de la misiva de Santos Olivera, el Gobernador
Civil comunicó al hermano mayor que las mencionadas señoras
pasarían a instalarse en las habitaciones desocupadas en el asilo de
San Julián, propiedad de la Hermandad. Indicó, además, que las
acogidas gozaban de pensiones oficiales suficientes para la
manutención y trasladarían muebles y ropas para su uso. Asimismo,
se informaba de que las Hermanas de la Caridad, encargadas del
cuidado de los niños en la guardería infantil, diesen facilidades a
estas señoras, viudas y desamparadas 64 .
62 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
63 A.H.S.C.S. Lib. original de cabildos (1929/1938), tº 23, aa. cc. de 13 de octubre de
1935, fol. 185 v. En esta sesión se daba cuenta de su elección como Prelado de la
diócesis malacitana: “El Hermano Mayor da cuenta del nombramiento de Nuestro
Hermano Don Balbino Santos Olivera para Obispo de Málaga acordandose conste en
acta la satisfacción de la Hermandad por dicho nombramiento. Fué visitado para
felicitarlo en nombre de la Hermandad por los dos T[enien]tes. de H[erma]no.
Mayor”. Para obtener datos biográficos de este eclesiástico, véase a: MONDÉJAR
CUMPIÁN, F., op. cit., pp. 377-379.
64 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
1160

Ante lo ocurrido, el hermano mayor enviaba un escrito,
fechado el 30 de abril de 1946, al secretario de la Corporación,
Enrique Ximénez de la Macorra, exponiendo los siguientes
aspectos:
-Primero, que se marchaba a Suramérica por viaje de
negocios y que permanecería varios meses en esas tierras.
Gobierno.
-Segundo, que le despidiese de los compañeros de Junta de
-Tercero y último, que se respetase su firme propósito a no
figurar en ninguna Junta de Gobierno, ya que sus actividades
actuales no se lo permitían 65 .
De esta forma, comenzaba el final de una labor iniciada en el
año 1682 por el racionero de la Santa Iglesia Catedral, Alonso
García Garcés, y que, a lo largo de los siglos, se había ido
desarrollando hasta la llegada de la Guerra Civil, que fue la
desencadenante para que la Hermandad se quedase sin la prestación
de sus fines al perder el control del edificio. Además, el reducido
número de hermanos y los escasos ingresos abocaron a su abismo.
Con la dimisión del hermano mayor y el bloqueo institucional del
Obispo, se ponían las cosas muy difíciles para la subsistencia de la
Corporación que, significativamente, ya no era ni sombra de lo que
fue. A partir de ahora, habría que esperar a la entrega del edificio y
de la documentación a las autoridades eclesiásticas.
65 Ibídem.
1161

1162

CAPÍTULO XXIII:
LA DECADENCIA Y DESAPARICIÓN DE LA
HERMANDAD DE LA SANTA CARIDAD DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO (1946/65)

1.- NUEVAS OBRAS DE REHABILITACIÓN EN EL ASILO
DE SAN JULIÁN
La orden del obispo Balbino Santos Olivera impidiendo que
se renovaran los cargos de la Junta de Gobierno mientras él no
indicara lo contrario, agravó aún más la delicada situación ya que,
desde la conclusión de la Guerra Civil, no habían podido desarrollar
una de sus más importantes funciones estatutarias: la atención a los
ancianos en el albergue de San Julián. La poca actividad que
mantenía esta residual Corporación se centraba únicamente en la
administración, pese a no contar con el cuidado de asilados, y en el
mantenimiento del inmueble.
El mal estado de la estructura de las cubiertas en algunas de
las dependencias, empujó a los hermanos supervivientes de la
Hermandad a iniciar una nueva fase de arreglos, la última. Con este
fin, se dirigió un escrito, el 31 de agosto de 1953, al gobernador
civil, Manuel García del Olmo, que era justamente la persona que
presidía la Junta Provincial de Beneficencia. A él se le solicitó la
debida autorización para llevar a cabo las obras en las salas donde
se había derrumbado la techumbre 1 . Probablemente, después de esta
notificación existirían otras más que, por desgracia, no poseemos y
que aludirían a lo solicitado, puesto que, desde el Gobierno Civil, se
respondía el 18 de diciembre de 1953 a un escrito enviado por los
hermanos de la Caridad. En él se les comunicaba que para el inicio
de los trabajos que precisaba el hospital y para la realización del
proyecto correspondiente, debían dirigirse al vocal arquitecto de la
1 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
1165

Junta Provincial de Beneficencia, Juan Jauregui Briales, a fin de
que éste les informara 2 .
Es de suponer que, con posterioridad a la remisión de ese
escrito, la Hermandad se dirigiría personalmente al arquitecto, pues
éste había comunicado que debido al derrumbe de techos en algunas
habitaciones y a las filtraciones producidas en el piso superior por
el agua de lluvia, era necesario reconstruir la cubierta en la crujía,
donde se habían producido los desperfectos y reformar los techos
rasos de la primera y segunda planta. Asimismo, tenía que
repararse el tejado colindante con el patio. Finalmente, se
completarían las obras con el arreglo de los guarnecidos y escalera
de subida a la cuarta planta 3 . El presupuesto de la obra, lo estimaba
Jáuregui Briales en 17.680 pesetas 4 .
El Gobernador Civil informaba, el 1 de junio de 1954, a los
escasos miembros de la Hermandad de la Santa Caridad, sobre
un escrito fechado el 21 de mayo de ese año del Director General
de Beneficencia y Obras Sociales, haciéndose constar la
autorización para que se llevasen a cabo las obras oportunas en el
edificio del antiguo hospital, siguiendo el proyecto elaborado por el
arquitecto Juan Jáuregui, que ascendía al importe referido 5 .
El día 14 de junio, la Hermandad se dirigió al secretario
letrado de la Junta Provincial de Beneficencia, Antonio Torres
2 Ibídem.
3 No es cierto que el edificio de San Julián alcanzara las cuatro plantas, pues
conocemos el inmueble desde 1977. El punto más alto era un mirador que alcanzaba
una altura aproximada de dos pisos y se encontraba en el patio interior, siendo
eliminado como consecuencia de las obras de rehabilitación del inmueble llevadas a
cabo años más tarde, concretamente en la década de los años ochenta del pasado siglo.
4 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4. La comunicación de las indicaciones sugeridas por el
arquitecto está fechada el 9 de enero de 1954.
5 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
1166

Martín, solicitándole dos copias del proyecto de obras en el edificio
de San Julián para la exención del Impuesto sobre Personas
Jurídicas 6 . En esa fecha, Torres Martín envió un escrito al diputado
provincial, Enrique Ximénez de la Macorra, complaciéndole con lo
reclamado por éste 7 . Desconocemos los pormenores de los trabajos
realizados y de su finalización por la falta de documentos
concernientes al asunto.
2.- LA ACTIVIDAD CULTUAL DESARROLLADA EN LA
IGLESIA DE SAN JULIÁN
2.1.- Hermandad de la Santa Caridad
La última misa que la Hermandad de la Santa Caridad
celebraría -o al menos que se sepa documentalmente- en honor de
su patrón, San Julián obispo de Cuenca, sería en 1953 8 .
2.2.- Jubileo de las XL Horas
El Jubileo de las XL Horas circularía en la iglesia de San
Julián del 19 al 23 de noviembre de los años 1946 a 1965 9 .
6 Ibídem.
7 Ibídem.
8 Sur, Málaga, 27 de enero de 1953.
9 La Tarde: 15 de noviembre de 1946, 17 de noviembre de 1959 y 19 de noviembre de
1963; Sur: 16 de noviembre de 1947, 17 de noviembre de 1948, 19 de noviembre de
1949, 16 de noviembre de 1950, 16 de noviembre de 1951, 19 de noviembre de 1952,
19 de noviembre de 1953, 19 de noviembre de 1954, 17 de noviembre de 1955, 17 de
noviembre de 1957, 18 de noviembre de 1958, 18 de noviembre de 1964 y 17 de
noviembre de 1965.
1167

2.3.- Asociación de la Medalla Milagrosa
Esta Asociación seguiría realizando los cultos mensuales
todos los días 27 10 y las novenas dedicadas a su sagrada Titular
del 19 al 27 de noviembre.
TABLA 66
FECHA PREDICADOR
1946 Joaquín Calles, misionero de San
Vicente de Paúl y superior de la
residencia de Cádiz
1947 Joaquín Tomás Lozano, misionero de
San Vicente de Paúl y superior de la
residencia de Teruel
1948 Silverio Diez Sanz, misionero de San
Vicente de Paúl y superior de la
residencia de Huelva
1949 Ricardo Madrigal, misionero de San
Vicente de Paúl y superior de la
residencia de Málaga
1950 Manuel Martínez Ruiz, superior de la
residencia de Padres Paúles de
Málaga
1951 Bernardo Díez-Obelar, superior de la
residencia de Padres Paúles de
Granada
1952 Nicanor Abad, de la residencia de
Padres Paúles de Ayamonte (Huelva)
1953 Luis Tobar Nogal, de la residencia de
Padres Paúles de Badajoz
1954 Serafín García Rodríguez, de la
residencia de Padres Paúles de
Málaga
1955 Victoriano Carballo Casado, de la
residencia de Padres Paúles de
Badajoz
1956 Justo Novo de Vega, canónigo
archivero de la Santa Iglesia Catedral
1957 Emilio Conde, de la residencia de
Padres Paúles de Huelva
10 Sur, Málaga, 26 de octubre de 1947.
1168

FECHA PREDICADOR
1958 Nicolás de Hojas, de la residencia de
Padres Paúles de Málaga
1959 José María Merino, superior de la
residencia de Padres Paúles de
Huelva
1960 ---
1961 ---
1962 ---
1963 ---
1964 José Jabato Montosa, capellán de las
Reverendas Madres Mercedarias 11 .
1965 ---
2.4.- Venerable Orden Tercera de Penitencia de San Francisco
de Asís
Esta Congregación tenía una forma y estado de vida
derivados de la religiosa (primera orden), aprobada por la Iglesia
para los cristianos de todas las condiciones y estados que desearan
vivir en el mundo conforme al espíritu y normas del Evangelio. Su
origen se hallaba, según cuenta una leyenda, en la aparición de
Jesucristo a San Francisco de Asís, encomendándole la fundación
de tres órdenes. La primera, reservada a los religiosos; la segunda,
a las religiosas; y la tercera, integrada por los seglares.
Los primeros datos encontrados de la Venerable Orden
Tercera de San Francisco de Asís de Málaga, establecida en el
convento de Capuchinos, corresponde al año 1801 12 . Igualmente, se
comprueba cómo los hermanos de la fraternidad portaron al santo
de Asís en la procesión organizada por los cofrades de la Divina
11 Cuadro elaborado con las noticias publicadas en los periódicos: Sur (años: 1947,
1948, 1949, 1950, 1951, 1952, 1954, 1955, 1957, 1958 y 1964), La Tarde (años: 1946,
1953 y 1959) y Hoja del Lunes (1956).
12 A.M.M. Lib. 191, aa. cc. de 22 de junio de 1801, fol. 469; CAMINO ROMERO, A.,
“La iglesia de San Julián de Málaga...”, p. 487.
1169

Pastora en el año 1893 13 . No hemos podido averiguar las causas que
llevaron a los afiliados de la Congregación a trasladarse a la iglesia
de San Julián, pero sí hay constancia de que se debió producir a
finales de 1951 ó a principios de 1952, a tenor de los datos
aparecidos en la prensa 14 .
Ilustración 126: Emblema de la Orden Tercera de San Francisco [Foto: Francisco
Rodríguez Guerrero]
Los primeros cultos a desarrollar serían unos ejercicios
mensuales, que se realizarían en la tarde del domingo, 27 de enero
de 1952, con la presencia de Jesús Sacramentado 15 .
13 El Avisador Malagueño, Málaga, 23 de mayo de 1893.
14 En el diario Sur del 21 de noviembre de 1951, se da cuenta de que la Venerable
Orden Tercera de San Francisco de Asís aún permanece en la iglesia de Capuchinos, y
en el mismo periódico del día 22 de enero de 1952, ya se expresa su establecimiento
en San Julián.
15 Sur, Málaga, 22 de enero de 1952.
1170

Los hermanos de la V.O.T. de San Francisco de Asís
organizaron el Jubileo de la Porciúncula de 1953 con mayor
brillantez que los del año anterior. Durante los días 1 y 2 de agosto
-este último el de la festividad de Nuestra Señora de los Ángeles-,
los fieles que hubieran confesado y comulgado podían ganar las
indulgencias plenarias todas las veces que visitaran la iglesia,
aplicables también a los difuntos, siempre que orasen por las
intenciones del Sumo Pontífice, Pío XII. En el segundo día se
celebraría una misa, donde se distribuiría la sagrada comunión
a los fieles, terminando, por la tarde, con la bendición y reserva
del Santísimo Sacramento 16 .
Ilustración 127: Estampa de San Francisco de Asís, obra de Giotto di Bondone
16 Sur, Málaga, 30 de julio de 1953.
1171

Un periódico local anunciaba así los ejercicios mensuales
que iban a ser realizados por la V.O.T. de San Francisco de Asís en
el mes de noviembre del año 1955: por la mañana, a las 8, se
realizaría una misa en la Santa Iglesia Catedral y por la tarde, el
ejercicio sería en la iglesia de San Julián con exposición de Su
Divina Majestad y bendición con el Santísimo Sacramento 17 .
Al finalizar la década de los años cincuenta, los terceros
de San Francisco de la iglesia de San Julián proseguirán con los
cultos mensuales 18 .
3.- EL ÚLTIMO INTENTO REORGANIZATIVO DE LA
HERMANDAD Y LOS USOS DEL EDIFICIO
La petición efectuada por el Obispo de la diócesis en 1946 a
los hermanos de la Caridad para que las señoras ancianas se
recogieran en San Julián, tuvo que llevarse a la práctica -pese a
contar con la negativa de éstos- por orden del Gobernador Civil.
A los ocho años de la citada solicitud, falleció la última de las
mujeres acogidas. La Hermandad, reducida tan sólo a dos
miembros, José María Huelin Müller y Enrique Ximénez de la
Macorra, hermano mayor accidental y secretario, respectivamente,
se dirigían al Gobernador Civil con objeto de que les permitiera
desarrollar sus fines fundacionales, compartiendo, si fuera
necesario, el edificio con la guardería infantil que administraban
las Hermanas de la Caridad. No obstante, surgía un nuevo
17 Sur, Málaga, 17 de noviembre de 1955.
18 Sur, Málaga, 14 de febrero de 1959.
1172

inconveniente. El mitrado Ángel Herrera Oria 19 , sucesor de Santos
Olivera en la diócesis malacitana, expresó su deseo de que las
dependencias ocupadas por dichas señoras, se convirtieran en
aulas para que los monaguillos de las distintas iglesias de la ciudad
de Málaga se formaran y educaran 20 .
Los dos únicos hermanos supervivientes respondieron el 17
de diciembre de 1954 a un escrito del Gobernador Civil, fechado el
3 de diciembre, en el que se les requería procedieran al
cumplimiento de los fines fundacionales consistentes en la
asistencia de ancianos y en el caso de que se careciera de medios
económicos para atenderlos en el hospital, expresaran la forma que
se estimara más adecuada para cumplir con la voluntad de la
fundación 21 .
En el escrito enviado a la autoridad civil, Huelin y Ximénez
informaban haberse reunido con el Obispo para que citara a los
antiguos cofrades de la Corporación y designara una nueva Junta de
Gobierno que diera un impulso definitivo a la tan decaída
Hermandad. Los peticionarios también solicitaban al Gobernador
una moratoria en la rendición de cuentas del ejercicio de 1954,
hasta tanto el Prelado no se entrevistara con él a fin de darle una
solución a dicho asunto 22 .
El 30 de agosto de 1955, monseñor Ángel Herrera Oria envió
un escrito a los dos hermanos de Paz y Caridad para indicarles que,
19
Para conocer ampliamente su labor pastoral, véase a: VV.AA., [Coord. DE MATEO
AVILÉS, E.], La vida y obra del Cardenal Herrera Oria. Estudios, testimonios,
documentos e imágenes, Excmo. Ayuntamiento, Málaga, 2006.
20
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
21
Ibídem.
22
Ídem.
1173

tras la lectura de los Estatutos, había llegado a la conclusión de que
convenía reformarlos, ya que de los cuatro fines señalados por la
Hermandad en sus Constituciones, solamente el primero de ellos
tenía razón de ser.
Éstos eran: primero, asistir a los pobres ancianos en su asilo;
segundo, recoger y sepultar a los ajusticiados, y hacer el bien por
sus almas; tercero, conducir en sillas de mano a los pobres que no
pudiesen desplazarse por ellos mismos; y cuarto y último, asistir
con cartas de caridad y limosnas a los pobres que necesitasen salir
de Málaga para su curación.
Se exponía, además, que dada la escasez de fondos
recaudados por la Hermandad, entre las 12.000 y 13.000 pesetas
anuales, no podía mantenerse ninguna casa-hospital para pobres, ni
mucho menos tener 16 asilados, que era el número señalado en el
artículo 1º de los referidos Estatutos.
Por todo ello, y siempre que el inmueble y los bienes de la
Hermandad cumpliesen del modo más parecido los fines instituidos
por ésta, el Obispo decretaba las siguientes normas:
“1ª La Casa de la Hermandad anexa a la iglesia
de San Julián será destinada a sacerdotes
pobres y ancianos con el nombre de Casa
Diocesana de Venerables.
2ª Los intereses y rentas de los demás bienes de
la Hermandad, así como las cuotas de los
hermanos, se dedicarán a sostener en alguno o
algunos de los centros benéficos destinados a
pobres ancianos en nuestra capital, el número
de ellos a que alcance la cuantía de los
ingresos.
1174

3ª La Junta de Gobierno de la Hermandad
convocará lo antes posible a todos los
hermanos a un Cabildo General para darles a
conocer este Nuestro Decreto, estudiar y
proponer a Nuestra definitiva aprobación los
nuevos Estatutos reformados de los que
Nuestro Delegado presentará un proyecto, y
proceder a la elección de nueva Junta” 23 .
Un año después, concretamente el día 5 de agosto, Enrique
Ximénez de la Macorra remitió un escrito al obispo Ángel Herrera
Oria para comunicarle que la Dirección General de Beneficencia
se había dirigido a él. Ximénez de la Macorra ponía en
conocimiento de Su Excelencia que la Hermandad no existía, pues
casi todos los hermanos habían fallecido y los restantes se habían
dado de baja, quedando solamente José María Huelin Müller y el
que suscribía el oficio, que continuaban al frente de sus cargos
administrando los bienes de la Hermandad, en cumplimiento de una
orden de Balbino Santos Olivera, quien dispuso que la Directiva
continuase en sus puestos hasta que él no decidiera otra cosa 24 .
También refería que el secretario de la Junta Provincial de
Beneficencia venía solicitando la incoación de un expediente para
sacar el edificio a subasta pública. Enrique Ximénez apuntó
claramente que se resistía a esta acción y, más aún, al tratarse de un
edificio como éste, que contaba con una iglesia en la que se había
restablecido el culto público.
23 Ibídem.
24 Ibídem.
1175

Finalmente, solicitaba del Obispo que José María Huelin y él
fueran relevados de sus cargos, dada la avanzada edad de ambos 25 .
Monseñor Herrera Oria contestaba el 9 de agosto reconociendo
“(...) el interés y celo con que los actuales directivos de la
Hermandad (...) han llevado durante los últimos años la
administración de la misma” 26 .
El Obispo manifestaba su deseo de renovar la Hermandad de
la Santa Caridad, que tanto bien había realizado en su tiempo. Para
este asunto, delegó en el canónigo Sebastián Carrasco Jiménez 27 . El
delegado del Obispo, el P. Carrasco, y el párroco de la iglesia de
los Santos Mártires, Rafael Jiménez Cárdenas, en cuya feligresía se
inscribía la iglesia o capilla de San Julián, se reunieron con José
María Huelin y Enrique Ximénez el 3 de diciembre de 1956, para
poner a disposición de la diócesis malacitana el edificio del antiguo
asilo de San Julián. Los motivos alegados por los dos cofrades eran:
en primer lugar, que la Hermandad se consideraba extinguida por el
óbito de muchos de sus hermanos; en segundo lugar, que había
cesado de sus fines fundacionales; y, en tercer y último lugar, que
el reducido número de miembros existentes había quedado
desvinculado de la misma a tenor del Decreto Episcopal de 23 de
febrero de 1946 28 .
25 Ibídem.
26 Ibídem.
27 Ibídem.
28 A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4, acta de 3 de diciembre de 1956.
1176

Ilustración 128: Monumento erigido al cardenal Ángel Herrera Oria en los jardines del
Postigo de los Abades [Foto: Julio López Torres]
Precisamente, dos días después de la citada reunión, el
periodista Benito Marín publicaba en el diario La Tarde una reseña
histórica del hospicio de San Julián y finalizaba su crónica
indicando que antes se atendía a los ancianos y, en esos momentos,
se daba cobijo a los que llegaban al mundo. La noticia tenía como
misión informar de la fiesta que tendría lugar el 16 de diciembre,
con motivo de la celebración del “Día de la Obra de Protección de
Menores”, en la que se oficiaría una misa y se ofrecería una comida
extraordinaria a los albergados por la Junta de Misericordia.
A pesar de los 150 niños de la guardería de San Julián, dicha
Junta tenía distribuidos en otros centros a huérfanos de padre y
madre, y a otros de padre o madre, aunque todos ellos de familias
necesitadas. En el Ave María, se contaban 140; en la de Jesús y
1177

María, 40; en el Colegio de Sordomudos, 30; en San José de la
Montaña, 25; en los Ángeles Custodios, 27; en San Carlos, 40; y
en los Carmelitas del Limonar, 20 29 .
Ximénez de la Macorra y Huelin Müller seguían
encargándose de las finanzas y administración del inmueble. Así se
explica que, el 20 de junio de 1958, el Gobernador Civil mediante
un escrito comunicase a la “Fundación Hospital de San Julián” la
sanción de una multa de 25 pesetas por no presentar las cuentas
correspondientes al ejercicio en curso, al mismo tiempo que se
avisaba, que de no hacerlo, se incoaría expediente de suspensión o
destitución 30 .
Existe otro documento, un contrato de inquilinato, redactado
el 21 de agosto de 1959, en el que Enrique Ximénez de la Macorra,
como secretario y representante de la Hermandad de la Santa
Caridad, arrendaba a los hermanos Francisco y Mario Vargas
Ramírez unos locales de la casa núm. 2 de la calle Muro de San
Julián, por nueve meses al precio de 3.600 pesetas, para convertirlo
en una yesería 31 .
El 15 de mayo de 1962, la Junta Provincial de Beneficencia
envió un escrito firmado por el vicepresidente, Francisco Carrillo
Rubio, a los mencionados Ximénez de la Macorra y Huelin Müller,
solicitándoles, ya que habían renunciado a los cargos de patronos de
la “Fundación Hospital de San Julián”, los documentos, efectos y
dinero que estuviesen en poder de ambos 32 .
29
La Tarde, Málaga, 8 de diciembre de 1956.
30
A.C.C.M. Leg. 409, pza. 4.
31
Ibídem.
32
Ibídem.
1178

Se sabe a través de una nota manuscrita, redactada por el
primero de ellos el 1 de agosto de 1962, que lo requerido en el
escrito anteriormente expuesto, se puso a disposición del vicario
general del Obispado y vicepresidente de la Junta Provincial, Sr.
Carrillo Rubio 33 .
Tres semanas más tarde, es decir, el 23 de agosto, Ximénez
de la Macorra ponía en conocimiento del Banco de Santander que
de los fondos de la “Hermandad de Paz y Caridad en Nuestro Señor
Jesucristo”, dispondría parcial o totalmente Francisco Carrillo
Rubio 34 .
El Gobernador Civil, como presidente de la Junta Provincial
de Beneficencia, escribió el 4 de abril de 1963 a los dos hermanos
en activo de la Hermandad recordándoles que no se había efectuado
todavía la entrega de las pertenencias señaladas en los escritos de
15 de mayo de 1962 y 18 de abril de 1963, sucesivamente, y que,
por ende, lo hicieran a la mayor brevedad posible 35 .
Ximénez de la Macorra se dirigió por escrito el 13 de julio de
ese año al secretario de la Junta Provincial, Sr. Torres Martín,
señalándole que:
33 Ibídem.
34 Ibídem.
35 Ibídem.
“En la tarde de anteayer [11 de julio] he
recibido el oficio de fecha 4 del c[orrien]te., de
esa Junta, dirigido al S[eño]r. Huelin y a mí,
referente a San Julián. Son muchos los
sinsabores y preocupaciones, que por las
razones ya conocidas tenemos hace años
nosotros dos .- De los dos,
1179

el soy yo cumplo los 79, pero que
estoy peor que el viejo de 85 años.- Yo por
órden del médico, salgo lo indispensable y sin
subir escaleras. A los dos, y más a mí, que
tengo los fondos y los resguardos de los titulos
de la Deuda Interior 4%, nos interesa
desligarnos de estos asuntos.- Lo del metálico
lo resolvió arreglando que Don Francisco
Carrillo Rubio (...) pudiese firmar en el Banco.-
Pero falta, que en su momento, Don José Maria
Huelin y yo firmemos los resguardos de
depósito de los Titulos para ser entregado a
esa Junta. De este modo no habria
entorpecimientos toda vez que hoy tendriamos
que firmar mancomunadamente y somos viejos
los dos. El primer oficio de esa Junta decia
entregasemos al S[eño]r. Vice-Presidente
S[eño]r. Carrillo.- Hablé enseguida con él y
me contestó que me avisaria oportunamente.-
Le llevé el segundo y me dijo que yo no
contestase y que él tenia que hablar con Vd. y
despues se lo tengo recordado.- Hoy le envio
copia del último oficio. Para nosotros es una
situación muy desagradable pues podria
interpretarse como desobediencia o
desconsideración hacia esa Junta (...)” 36 .
En esa misma fecha, Enrique Ximénez de la Macorra también
escribió al vicario general de la diócesis malacitana, Francisco
Carrillo Rubio, informando de lo siguiente:
36 Ibídem.
“Recibo el aviso de la Junta de
Beneficencia. Yo no he vuelto a recordarselo a
V[ste]d. por haber estado otra vez bastante
estropeado y prohibido el médico otra cosa que
ir a Misa los

guardar>.- Gracias a la Santisima Virgen,
también esta vez lo he vencido y recuperado,
pero el médico insiste en que tenga
tranquilidad. Para que no se pueda tomar por
desobediencia o desconsideración hacia la
Junta, escribo al S[eño]r. Torres y le digo
que en efecto tengo ya los avisos, pero que
V[ste]d. iba a hablar con él, según me tiene
dicho” 37 .
Enrique Ximénez de la Macorra dio la orden el 20 de
noviembre de 1963 a la oficina del Banco de Santander, donde tenía
la cuenta corriente, para que se cancelara y se transfiriera el saldo
obrante e intereses a la cuenta de la Junta Provincial de
Beneficencia en el Banco de España 38 . Dos días después, el Banco
de Santander enviaba una notificación de los intereses devengados
hasta ese día, ascendiendo a 131,50 pesetas 39 .
Pese a las distintas manifestaciones realizadas por Ximénez
de la Macorra de estar en su deseo de dejar el control y la tesorería
del hospital de San Julián, en el año 1964 él seguía siendo el
administrador de la Hermandad de Paz y Caridad o, al menos, eso
rezaba en la documentación existente. El 9 de septiembre del
referido año, la Delegación de Hacienda, Sección del Patrimonio
del Estado, instaba a Ximénez de la Macorra al esclarecimiento de
la posesión de un inmueble ubicado en la denominada “Casa del
Consulado”, sito en la plaza de José Antonio nº 3, actualmente de
la Constitución 40 .
37 Ibídem.
38 Ibídem.
39 Ibídem.
40 Ibídem.
1181

Ilustración 129: Enrique Ximénez de la Macorra. Colección de Rafael Pérez-Cea Soto
Diez días después, el único superviviente de la Hermandad de
Paz y Caridad -ya que José María Huelin Müller había fallecido
recientemente- alegaba que el citado local pertenecía a la
Corporación representada por él desde hacía 40 años, puesto que
José Salas Romero, antiguo hermano de la fraternidad, la había
dejado en herencia, siendo inscrita en el Registro de la Propiedad 41 .
No llegamos a entender el por qué Ximénez de la Macorra
después de transferir el capital existente en la cuenta corriente de la
Hermandad de la Santa Caridad, seguía cobrando, entre 1964 y
1965, los alquileres de la yesería de los bajos de San Julián y del
portal de la relojería de la plaza de José Antonio 42 .
41 Ibídem.
42 Ibídem.
1182

El último testimonio escrito que hemos encontrado de
Enrique Ximénez, está fechado el 22 de octubre de 1965. Se trata de
una instancia dirigida por éste al Gobernador Civil, en contestación
a la suya del día 15 del mismo mes, en la que exponía lo siguiente:
“He recibido (...) escrito de la Junta Provincial
de Beneficencia, dimanantes del expediente de
modificación de fines que se sigue a esta
Hermandad (...) como único miembro en la
actualidad de la Junta de Gobierno (...), al
amparo de lo que dispone el artículo II del
Capítulo XV de sus Estatutos, me permito
proponer que los fines de la misma sean en lo
sucesivo los de guardería infantil (...) y
enseñanza. El cumplimiento de estos fines
debería confiarse a una congregación religiosa,
según el espíritu de esta pía unión, en vista de
la imposibilidad material de que el hospital
funcione, por carecerse de medios adecuados
para ello. Conforme al precepto estatutario
citado, esta propuesta carecerá de validez
hasta tanto no obtenga la aprobación del (...)
Obispo (...), que será en definitiva quien deba
designar la congregación (...) que haya de
sustituir a esta Hermandad” 43 .
Este es, pues, el último documento -al menos que tengamos
constancia- referido a la Hermandad de la Santa Caridad de
Nuestro Señor Jesucristo. Las palabras de Ximénez de la Macorra
son, en nuestra opinión, certeras y precisas, aconsejando que fuese
una congregación religiosa la que se hiciese cargo del edificio. De
este modo, se ponía punto y final a una Institución hospitalaria que,
durante el siglo XX, había atravesado los peores y más trágicos
43 Ibídem.
1183

momentos de su historia, hasta su desaparición. La Hermandad de
la Caridad ya no existía en 1966, pero la Cofradía del Santísimo
Cristo de la Agonía y María Santísima de las Penas se establecería
en la iglesia de San Julián, siendo la defensora de la conservación
del conjunto arquitectónico frente a la iniciativa surgida en la Junta
Provincial de Beneficencia de derribar las antiguas dependencias
del hospital, hecho que, afortunadamente, no se llevó a cabo al
adscribirse el edificio a la Agrupación de Cofradías de Semana
Santa en 1976, como veremos próximamente 44 .
44 A.A.C.M. Caja 65 (San Julián).
1184

CAPÍTULO XXIV:
INSCRIPCIÓN DE HERMANOS

En este cuadro se registran las altas producidas hasta el año
1935, puesto que al terminar la Guerra Civil y tras recuperarse la
actividad corporativa de la Hermandad de la Santa Caridad, cómo
se ha visto líneas más arriba, no se realizaron más inscripciones de
cofrades ante el debilitamiento y, posterior, dejación de funciones
de la Corporación.
Tabla 67
INGRESO HERMANO
3 de abril de 1900 Fernando Naranjo Barea, cura de San
Juan
Ídem Enrique Huelin Huelin
Ídem José María Jiménez Camacho,
canónigo de la S.I.C.
30 de enero de 1903 Justo de Mendoza Gorostonu, general
de Brigada
Ídem Félix García Souvirón
3 de febrero de 1904 José Escobar Ripoll
24 de enero de 1907 Sebastián Lorente Caro, presbítero
Ídem Francisco Giménez Lombardo
Ídem José Muñoz Navarrete
28 de enero de 1908 Adolfo La Blanca Pérez
Ídem Luis Flaquer de la Bárcena
Ídem Francisco Morales González,
presbítero
19 de diciembre de 1908 Antonio Rodríguez Ferro, presbítero
Ídem Francisco Aldana Franchoni
Ídem Manuel Bosh Calvache
Ídem José Alcántara Muñoz, cura de la
Merced
26 de enero de 1909 Fernando Briales Domínguez
Ídem Francisco Herrera Fernández
17 de junio de 1909 Manuel Lumpié León, canónigo de la
S.I.C.
Ídem Sebastián Souvirón Rubio
Ídem Nicolás Montero Estévez, beneficiado
de la S.I.C.
Ídem Jesús Fernández Domínguez,
beneficado de la S.I.C.
Ídem Ramón Portal del Castillo
1187

INGRESO HERMANO
Ídem Cipriano Aragoncillo González
Ídem Higinio Aragoncillo González
Ídem Eugenio García Serrano
Ídem Manuel Osuna Carnerero
Ídem Manuel Gaeta López
10 de enero de 1911 Tomás Giménez del Río, cura de San
Juan
Ídem Juan Souvirón Rubio
Ídem Juan Heredia Gómez
Ídem Ricardo Cames España
Ídem Manuel García del Olmo
Ídem Francisco Mitjana Gordón
Ídem Manuel Romero Ponce
27 de julio de 1911 Manuel Ruiz Alé
Ídem José Pérez Flaquer
Ídem Luis de Toro Ojea
Ídem José Miró Penalva
18 de febrero de 1912 Martín Rubio Fernández
Ídem Miguel Domínguez Salcedo
Ídem Wenceslao Cotelo del Olmo
16 de febrero de 1913 José María Souvirón del Río
Ídem Ricardo Huelin Müller
Ídem Carlos Krauel Molins
Ídem Enrique J. Huelin Huelin
13 de febrero de 1915 José Hidalgo Espildora
Ídem Enrique Bustamante Rubio
Ídem Antonio Villa Corró
Ídem Juan Gumucio Müller
Ídem Manuel García Guerrero
27 de marzo de 1915 José Sánchez Ripoll
Ídem Rafael Mata Morales
Ídem Francisco Villarejo González
Ídem Plácido Gómez de Cádiz y Gómez
19 de junio de 1915 Andrés Coll Pérez, canónigo de la
S.I.C.
Ídem Luis Krauel Souvirón
Ídem Emilio Oliva Ruiz
Ídem José García Souvirón
Ídem Sebastián García Souvirón
Ídem Eugenio Campos Torreblanca
Ídem Fernando Guerrero Strachan
Ídem Simón Castell Supervielle
30 de enero de 1916 José Castell Cámara
11 de enero de 1917 Clara Álvarez de Linera Duarte
1188

INGRESO HERMANO
11 de febrero de 1917 Francisco Martínez Maldonado
Ídem José María Souvirón Rubio
Ídem Rafael Pérez Montaut
Ídem Antonio Irigoyen Esteban
14 de febrero de 1918 José Cabello Díaz de la Guardia
Ídem Emilio Aleñá Fernández
11 de marzo de 1918 Antonio Fernández Moreno
Ídem José Pérez Manfrino
Ídem Emilio Bustamante Rubio
Ídem Eduardo Heredia Guerrero
18 de septiembre de 1918 Adolfo de la Torre Richet
Ídem Antonio Serrano Ruano
Ídem Francisco García Gálvez
Ídem José María Alarcón Martínez
9 de febrero de 1919 Ignacio Folgueras Orueta
Ídem Joaquín Díaz Serrano
Ídem Joaquín La Blanca Monserrat
17 de abril de 1919 Carlos Ximénez de la Macorra
Ídem Emilio Barrera Izaguirre
2 de agosto de 1919 Josefa Grund Rodríguez
Ídem María Álvarez de Linera Grund
Ídem Clara Álvarez de Linera Grund
3 de septiembre de 1919 Josefa Alarcón Sánchez
6 de septiembre de 1919 Enrique Ximénez de la Macorra
Ídem Jaime de Torres Janer
28 de enero de 1920 José Baca Aguilera
Ídem Antonio Eloy García Delgado
28 de enero de 1921 José Martín Pérez de Tudela
6 de marzo de 1921 Rafael Chacoris Moyano
Ídem Juan Poy Albarracín
16 de abril de 1921 Francisco Maras Lombardo
Ídem Miguel Mathias Bryan
Ídem Ricardo Berrocal Ponce
Ídem Fermín Alarcón Bryan
Ídem Pedro Alarcón Bryan
29 de abril de 1921 Antonio Ballestero Peralta
Ídem Ernesto Delius Bolín
Ídem Carlos Díaz Murciano
Ídem Francisco Gil González de Junguitu
Ídem Francisco Hidalgo Vilaret
Ídem Fernando Jiménez Tellez
Ídem Eugenio Jiménez Souvirón
Ídem Pedro López Martínez
Ídem Juan Merelo Alcázar
1189

INGRESO HERMANO
Ídem José Martínez Illán
Ídem Jaime Parladé Heredia
Ídem José Pérez Bryan
25 de agosto de 1921 Amalio Rojo de Barterechea
Ídem José María Huelin Müller
Ídem Manuel Merelo Alcázar
Ídem Fernando Mora Figueroa
Ídem Fausto Muñoz Dole
Ídem José Oppelt Gutiérrez
Ídem Anselmo Ruiz Lombardo
4 de septiembre de 1921 Francisco Galdón Rayo
Ídem José Muñoz Villa Zeballos
Ídem Dionisio Ric Sánchez
Ídem José Gutiérrez Sanz
27 de febrero de 1922 Federico Berrocal Mellado
Ídem Rafael Chacoris Asensio
20 de noviembre de 1922 José Isuerrategui Alday
25 de noviembre de 1922 Francisco Bergamín García
Ídem María del Rosario Gutiérrez López
(esposa
García)
de Francisco Bergamín
4 de diciembre de 1922 Bonifacio Soriano López
Ídem Rosario Alba Espiga (esposa de
Bonifacio Soriano López)
11 de diciembre de 1922 Manuel González García, obispo de
Málaga
22 de febrero de 1923 Francisco de Paula Velasco Estepa
21 de febrero de 1924 Francisco de Viana Cárdenas Uribe
Ídem José López de Carvajal
Ídem Ana Asensio Ilarico
Ídem Carlota Asensio Ilarico
21 de septiembre de 1924 José Gálvez Ginachero
7 de marzo de 1925 José Alarcón Jiménez
Ídem Federico Berrocal Dörr
Ídem José Briales López
Ídem Atanasio Córdoba Ortiz
Ídem Francisco Cames Alarcón
Ídem José Llovet Fajardo
Ídem Carlos Sánchez Balenzategui
Ídem Francisco Zafra Montero
25 de abril de 1925 Rafael Delgado Manzano
Ídem Julio Leiva Linares
15 de julio de 1925 Luis Jiménez Saenz
Ídem Fernando Loring Martínez
1190

INGRESO HERMANO
Ídem Pedro Temboury Álvarez
Ídem Agustín Temiño Imaz
13 de diciembre de 1925 Francisco Rubio Huelin
Ídem Higinio Aragoncillo Sevilla
Ídem Julián Castro Prieto
7 de febrero de 1926 Antonio Baena Gómez
Ídem Luis Espinosa Salinas
Ídem Manuel Núñez Boado
Ídem Casto Núñez de Castro Aguilar
Ídem José Sánchez Balenzategui
Ídem Remedios Alarcón Manescau
6 de marzo de 1926 Trinidad Baquera Grund
9 de julio de 1926 José Luis Vázquez Rodríguez
22 de febrero de 1927 Mauricio Barranco Córdoba
Ídem Antonio Morales Morales
Ídem Esteban Masó Roura
30 de diciembre de 1927 Manuel García Jiménez
Ídem Francisco Gándara Palomero
Ídem José Sánchez Casado
Ídem Eduardo Cobos Ordóñez
Ídem Agustín Santos Ayuso
Ídem Julio Fernández Ramudo
Ídem Francisco Javier Camacho Triviño
29 de octubre de 1928 María del Pilar Aragoncillo González
Ídem Isabel Aragoncillo González
Ídem Carmen Briales Ron
Ídem María Luisa Baquera Grund
Ídem Josefa Luisa Balmendi Jiménez
Ídem María Luisa Catalá Gutiérrez
Ídem Luisa de los Campos Castilla
Ídem Concepción Casado Rubio
Ídem Rosario Delgado Coto
Ídem Dolores Giménez Lombardo
Ídem Tecla Gross Príes
Ídem María Gross Orueta
Ídem María Luisa Huelin Sanz
Ídem Dolores Hirshfeld Bernal
Ídem Ana María Ledesma Ximénez de
Enciso
Ídem María del Carmen Moyano Inchausti
Ídem Ana Montserrat Pérez
Ídem Concepción Maldonado Trigueros
Ídem Carmen Morales Portales
Ídem María Teresa Oriol de la Puerta
1191

INGRESO HERMANO
Ídem Clotilde Pérez de Vargas Ferrer
Ídem Dulce Rabasa Cirera
Ídem Ana Rodríguez Ferro
Ídem Concepción Rodríguez Gutiérrez
Ídem Dolores Salas Romero
Ídem María Sotés Casado
19 de noviembre de 1928 María Huelin Gorría
Ídem Concepción Ruiz Marín
Ídem María de los Ángeles Reina del
Castillo
31 de diciembre de 1928 Lucila Alcalá del Olmo Martínez
Ídem Trinidad Álvarez Müller
Ídem Teresa Benítez Villalba
Ídem María de la Cámara Salas
Ídem Concepción Durán Peñalver
Ídem Ana Díaz Heredia
Ídem Carmen Díaz Murciano
Ídem María de la Cruz Fernández Ramudo
Ídem Dolores Gumucio Müller
Ídem Carmen Gumucio Müller
Ídem María Gómez Cortés
Ídem Dolores Gabardá Sanz
Ídem Margarita Herrero Bolín
Ídem Soledad Jiménez Téllez
Ídem Josefa de las Heras Jiménez
Ídem Mercedes
Enciso
Ledesma Ximénez de
Ídem Carmen La Muela Alarcón
Ídem Casilda Lacarra Rodríguez
Ídem Dolores Müller La Mar
Ídem Emilia Martínez Pinillos
Ídem Soledad Millán Linares
Ídem Pilar del Río Martínez
Ídem Encarnación Ramos Téllez
Ídem Concepción Rein Loring
Ídem Luisa Soriano Alba
Ídem Sofia Sánchez Balenzategui
Ídem Luisa Samson Romero
Ídem Dolores Tallante García
Ídem Margarita Utrera Guerbós
Ídem Julia Vances Cuevas
Ídem Carolina Ximénez Pastor
Ídem Ana Heredia Sandoval
Ídem María de la Paz Ruiz Marín
1192

INGRESO HERMANO
Ídem Luz Rodríguez Avilés
24 de febrero de 1929 Juan Benítez Villalba
Ídem Antonio Ballesteros Morales
Ídem Emilio Cabello Luque
Ídem Simón Castel Luna
Ídem Enrique Franquelo Barrionuevo
Ídem Juan García Delgado
Ídem Manuel Martín Pinazo
Ídem José Peláez Zarea
Ídem Victoriano Roca Cancelo
26 de mayo de 1930 Eduardo Díaz Murciano
Ídem Carlos Rein Segura
4 de agosto de 1930 María Claros Abolafio
29 de marzo de 1931 María del Carmen Rojas Bray
28 de febrero de 1932 Leonardo García de la Escosura
Alamitos
Ídem Manuel Fernández del Villar Arjona
Ídem Carlos Juan Krauel Gross
28 de marzo de 1932 Rafael Ramis de Silva
Ídem Simeón Alarcón Giménez
Ídem Cristóbal Alarcón Giménez
Ídem Sebastián García Benítez
Ídem Luis Martínez Pastor
19 de febrero de 1933 Eduardo Guerrero Sanz
Ídem Ramón Gutiérrez Bareo
Ídem Eduardo Prados García
Ídem Juan Sirvent D´Argent
25 de febrero de 1934 Francisco Villarejo de los Campos
Ídem Juan Temboury Álvarez
Ídem Fernando Villarejo de los Campos
Ídem Emilio Jiménez Souvirón
Ídem Ernesto de Viana Cárdenas Salcedo
Ídem Bartolomé González Morales
Ídem Enrique García Jurado
Ídem Juan Fernández Ortega
Ídem José Berrocal Dörr
Ídem Vicente Corrales Romero
Ídem Román Casares Bescansa
Ídem Cristóbal Alarcón Briales
Ídem Fernando García Vivar
24 de enero de 1935 Juan Moreno Fernández
Ídem Antonio Oliver Angleu
24 de febrero de 1935 Antonio Cortés Borastero
Ídem Francisco Cárcer Trigueros
1193

INGRESO HERMANO
Ídem Carlos Díaz Herrero
Ídem Ángel Herrero Herrero
Ídem Juan Mathias Lacarra
Ídem Eduardo Prados Retamero
Ídem Jacinto Ruiz del Portal Ribelles
Ídem Antonio Villa Hidalgo
Ídem Fernando Herrero Sevilla
25 de febrero de 1935 Bonifacio Gómez Linares
Ídem Juan García Benítez
Los ingresos de hermanos contabilizados entre 1900 y 1965
fueron los que mostramos:
TABLA 68
AÑO ALTAS
1900 3
1901 0
1902 0
1903 2
1904 1
1905 0
1906 0
1907 3
1908 7
1909 12
1910 0
1911 11
1912 3
1913 4
1914 0
1915 17
1194

AÑO ALTAS
1916 1
1917 5
1918 10
1919 11
1920 2
1921 31
1922 8
1923 1
1924 6
1925 17
1926 8
1927 10
1928 63
1929 9
1930 3
1931 1
1932 8
1933 4
1934 13
1935 13
1934 0
1935 0
1936 0
1937 0
1938 0
1939 0
1940 0
1941 0
1942 0
1195

AÑO ALTAS
1943 0
1944 0
1945 0
1946 0
1947 0
1948 0
1949 0
1950 0
1951 0
1952 0
1953 0
1954 0
1955 0
1956 0
1957 0
1958 0
1959 0
1960 0
1961 0
1962 0
1963 0
1964 0
1965 0
TOTAL: 287
Como acabamos de ver, hay dos etapas claramente
diferenciadas: la primera, comprendida entre los años de 1900 y
1920, en la que el número de hermanos era significativamente bajo,
1196

dándose la circunstancia que durante varios años (1901, 1902, 1905,
1906, 1910 y 1914), no se practicaron ingresos. En la segunda
etapa, que abarcaba de 1921 a 1935, la Hermandad recibió un
importante número de afiliados, destacando el año 1928, en el que
se llegó a alcanzar la nada despreciable cifra de 63. En catorce años
se produjeron más ingresos que en los veintiún primeros. Este bajo
número de solicitudes puede guardar relación con la crisis
económica y social que se venía arrastrando desde la década de los
ochenta del siglo XIX, con el cierre de las industrias siderúrgicas y
textiles, la plaga filoxérica y la epidemia de cólera, que rebajó
considerablemente la población, y que se extendió hasta los
primeros decenios del XX 1 .
La etapa de recesión y de conflictos sociales se traducía en
paro, mendicidad, emigración a América y, sobre todo, en un
acrecentamiento del movimiento obrero y del ideario de
izquierdas 2 . Concretamente, este último elemento se puso de
manifiesto en un atentado que sufrió la imagen del Santo Cristo de
Cabrilla mientras era procesionado en la tarde-noche del Jueves
Santo de 1904 3 .
En el decenio de los años veinte dicha situación cambió por
completo, viviéndose un período de prosperidad y de bienestar bajo
la Dictadura de Primo de Rivera, prueba de ello fue el repunte en la
1
LÓPEZ CANO, D. y SANTIAGO RAMOS, A., “La industria malagueña, ayer y
hoy”, en VV. AA., In Memorian. Cien años a pie de foto, Universidad, Málaga, 1988,
pp. 315-318.
2
VV. AA., Crónica del siglo XX, tº I, Barcelona, 1984, pp. 26-33.
3
CAMINO ROMERO, A., Breve historia de un Cristo olvidado..., pp. 72-75.
1197

inscripción de hermanos 4 . Sin embargo, nada más comenzar la
década de los treinta tuvieron lugar unos acontecimientos que
marcaron un cambio de rumbo político y social de España: la
proclamación de la II República el 14 de abril y los sucesos de
mayo de 1931, que se reflejaban en el pírrico número de altas de esa
fecha: una 5 . Cinco años después, sobrevino el estallido de la Guerra
Civil, que frenó las treinta y ocho altas producidas entre 1932 y
1935. Concluida la contienda fratricida, no se produjeron más
ingresos, comenzando el declive de la Corporación hasta su
desaparición del espectro benéfico en el año 1965, como se vio en
su capítulo correspondiente. El número de personas que se habían
asociado en los treinta y cinco años transcurridos fue de 287.
Finalmente exponemos los cofrades que presidieron la
Corporación hasta los últimos de sus días:
Tabla 69
PERÍODO HERMANO MAYOR
1926/1937 José Alarcón Bonel
1937/1938 Plácido Gómez de Cádiz y Gómez
1938/1946 Miguel Mathias Bryan
1946/1964 José María Huelin Müller (accidental)
1965 Enrique Ximénez de la Macorra
(último cofrade de la Hermandad)
4
WALKER, J. M., op. cit., pp. 307-309.
5
Para el estudio de esos acontecimientos, remitimos a: JIMÉNEZ GUERRERO, J., La
quema de conventos en Málaga...
1198

-RECAPITULACIÓN
Tras la finalización del agitado e inestable siglo XIX, los
hermanos de la Santa Caridad debieron pensar que con la llegada
de la nueva centuria todo sería diferente. Sin embargo, la realidad
fue otra. Los años iniciales transcurrieron igual de tristes que los
finales del siglo anterior, es decir, sumidos en la grave crisis
económica que se venía arrastrando. Pese a ello, la Hermandad fue
desarrollando sus fines constitucionales bajo la presidencia de
Cristóbal Alarcón Manescau.
Durante la década de los años veinte la situación mejoró
hasta la sustitución de la Monarquía por la II República, época en
la que se produjeron los terribles sucesos acaecidos en nuestra
ciudad en el mes de mayo de 1931. Por fortuna, el hospital de San
Julián no fue asaltado ni incendiado al hallarse las instalaciones
ocupadas con pobres asilados, aunque al año siguiente explotó un
artefacto en la puerta de la iglesia. En la Guerra Civil sí fueron
desalojados los ancianos albergados y en las dependencias se
instalaron partidarios del Gobierno del Frente Popular. A partir de
ese momento, sí se puede afirmar categóricamente que se produce
un vuelco en el devenir de la Corporación porque ya nada volvería a
ser igual.
Al finalizar el conflicto armado, la Hermandad intentó una y
otra vez recuperar, sin éxito, la dirección y la posesión del edificio.
Las autoridades civiles y eclesiásticas le dieron la espalda y nunca
le prestaron el apoyo que necesitaba. Ambos estamentos
dispusieron la forma en que debía ser empleado el inmueble sin
1199

contar, lamentablemente, con la opinión de los cofrades que
luchaban denodadamente contra viento y marea sin obtener
resultados satisfactorios para su recuperación.
Esta causa, unida a la intervención de la Junta de Gobierno
por el obispo Santos Olivera, fue la crónica de una muerte
anunciada. El tiempo fue mermando la capacidad de reacción de
los pocos hermanos de avanzada edad que quedaban inscritos en su
nómina hasta la total desaparición en 1965 del escenario benéfico.
1200

PARTE III
ÚLTIMAS DÉCADAS DEL SIGLO XX/XXI
EL FIN DE UNA ETAPA Y EL INICIO DE UNA
NUEVA

CAPÍTULO XXV:
EL EDIFICIO DE SAN JULIÁN (1966/99)

1.- EL ESTABLECIMIENTO DE LA COFRADÍA DE LAS
PENAS EN SAN JULIÁN
1.1.- Antecedentes históricos de la Cofradía de las Penas
La hoy denominada “Venerable Hermandad de la Caridad en
Cristo Nuestro Señor y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo
de la Agonía, María Santísima de las Penas, Reina y Madre, y Santo
Domingo de la Calzada” fue fundada por un grupo de entusiastas
cofrades en fecha desconocida. También lo son la sede, el origen de
la advocación y la incorporación de la imagen de la Virgen, lo que
nos ha obligado en unos casos a conjeturar y en otros a aportar
nuevos documentos relacionados con esas cuestiones. La existencia
de libros de actas y de documentos generados por la propia
Cofradía a partir de 1938, nos sirve para que desarrollemos con
garantías nuestro trabajo.
1.1.1.- Fundación
Los estudiosos que han tratado el tema no se ponen de
acuerdo (al no existir acta fundacional ni datos que aporten algún
indicio sobre este aspecto) a la hora de establecer una fecha exacta,
aunque siempre se ha fijado la de 1935 en publicaciones
especializadas de Semana Santa 1 . El profesor Agustín Clavijo
García proponía en su obra La Semana Santa malagueña en su
iconografía desaparecida, la del 30 de abril de 1935, para luego
1
Revista La Saeta, órgano oficial de la Agrupación de Cofradías de la Semana Santa
de Málaga.
1205

señalar que Antonio Rojo Carrasco, uno de los fundadores,
aseveraba -con documentos que obraban en su poder- que lo fue el
7 de febrero de 1934 en la iglesia de San José 2 .
Sin embargo, la profesora María Encarnación Cabello Díaz
localizó una importantísima noticia en el periódico La Unión
Mercantil, en su edición del 9 de junio de 1935. Ésta se refería a
que la Comisión organizadora de la Hermandad del Santísimo
Cristo de la Agonía y María Santísima de las Penas había celebrado
una reunión general de hermanos en los salones de la Agrupación
de Cofradías el día 7 de junio para nombrar a una nueva Junta de
Gobierno, donde salió elegido hermano mayor Julio Alfaro
Martín 3 .
Con este hallazgo, podemos poner de manifiesto lo siguiente:
-Que en la primera información, se apunta la fecha
alegremente sin una referencia documental.
-Que en la segunda, hay un detalle que no se puede pasar por
alto, cuando se inscribe la sede canónica: “Iglesia de San José”. Por
2 CLAVIJO GARCÍA, A., La Semana Santa malagueña en su iconografía
desaparecida. 500 años de plástica cofradiera, tº I, Málaga, 1987, pp. 123 y 134.
3 La Unión Mercantil, Málaga, 9 de junio de 1935. La nueva Junta Directiva quedó
constituida así: director espiritual, Domingo López; segundo hermano mayor, Julio
Alfaro Martín; camarera mayor general, Mercedes Camacho Peralta; camareras
honorarias, señoritas María Casamayor Sobral y Josefa Casamayor Sobral; secretario,
Manuel Gutiérrez de la Rosa; vicesecretario, Jaime Pérez de Aguilar; tesorero,
Francisco Pérez Tobal; contador, Antonio Ballesteros Sencianes; vicecontador, José
Lavado Ariza; archivero fiscal, Pedro Martínez Temboury; mayordomo, Julio Cames
Gómez; albaceas de culto y procesión, Antonio Rojo Carrasco, Manuel Merelo
Ramírez y Ramón Asensio Guerrero; vocales, José Luis Nieto Bautista, Eulogio
Bravo Espinosa, Juan Montañez Fernández, Luis Herrero Aguado, Manuel García
Santos, Antonio Bellido Morales, Miguel Moreno Ortega, Joaquín García Ramírez de
Arellano, Miguel Aranda Sánchez, Juan Padilla Moreno, Emilio Oliva Pinteño y José
Guerrero Curiel; asesor artístico y consejero, Eduardo Marcelo Gutiérrez; asesores
consejeros, Félix de Torres Cano, Baldomero Alfaro Milán y Francisco de Asís
Santos. En esta asamblea se aprobaron también los directivos que habrían de acudir
a la entidad agrupacionista: Julio Alfaro Martín, Jaime Pérez de Aguilar y José Luis
Nieto Bautista.
1206

ese tiempo -el 7 de febrero de 1934-, San José estaba cerrado a
causa de los destrozos provocados por los asaltantes en los referidos
sucesos de mayo de 1931.
-Que en la tercera y última, es donde se encuentra una mayor
credibilidad y fiabilidad.
Ello nos lleva a creer que el proceso de gestación se iniciara
en los meses siguientes a la celebración de la Semana Santa, es
decir en abril y mayo de ese año. La vuelta al procesionismo de
varias hermandades penitenciales durante los días Jueves y Viernes
Santos y Domingo de Resurrección de 1935, tras la suspensión de
los desfiles de 1932, 1933 y 1934, pudo haber contribuido para que
los cofrades decidieran crear la Cofradía que historiamos 4 .
La idea de los fundadores fue la de rendir culto a un
Crucificado. Parece ser que tuvieron por modelo al Santo Cristo de
la Agonía, cuya devoción estaba, por entonces, muy de moda a
través de los prodigios obrados en el famoso Santuario cántabro de
Limpias. De hecho, la primitiva imagen que veneró la Cofradía
sería una copia basada en el Cristo norteño, realizado en Olot
(Gerona), en los talleres de José María Matot 5 .
4 El Jueves Santo: por la mañana, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús a su Entrada en
Jerusalén y la Cofradía de la Sagrada Cena Sacramental de Nuestro Señor Jesucristo;
y por la tarde, la Cofradía del Santísimo Cristo de Ánimas de Ciegos y Nuestra Señora
del Mayor Dolor y la Cofradía de Nuestro Padre Jesús “El Rico” y María Santísima
del Amor. El Viernes Santo: por la mañana, la Cofradía del Santísimo Cristo de la
Expiración y María Santísima de los Dolores y la Cofradía de María Santísima de la
Amargura (Zamarrilla); y por la tarde, la Cofradía del Santísimo Cristo del Amor y la
Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad.
El Domingo de Resurrección: el Santísimo Cristo Resucitado, Titular de la
Agrupación de Cofradías [La Unión Mercantil, Málaga, 19 y 20 de abril de 1935].
5 PALOMO CRUZ, A. J., “Sobre la advocación del Santísimo Cristo de la Agonía”,
Penas nº 25, Venerable Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de
la Agonía, María Santísima de las Penas y Santo Domingo de la Calzada, Málaga,
1997, pp. 10-12.
1207

1.1.2.- Sede
Por las noticias que teníamos hasta ahora se pensaba que la
Cofradía de las Penas se había fundado en la iglesia de San José.
Pero con el descubrimiento, por parte de la citada profesora
Cabello, de la noticia recogida en el periódico La Unión Mercantil,
se da un vuelco a esta creencia. En la información facilitada
también se plasmaba lo siguiente: “Hermandad del Santísimo Cristo
de la Agonía y María Santísima de las Penas / QUE SE VENERA
EN LA IGLESIA DEL CONVENTO DE LAS CATALINAS” 6 .
Ilustración 130: Iglesia conventual de las Catalinas, sita en la calle Andrés Pérez [Foto:
A.M.M.]
6 La Unión Mercantil, Málaga, 9 de junio de 1935.
1208

Con este dato tan revelador, efectuamos una revisión
exhaustiva de los fondos hemerográficos en los archivos de nuestra
ciudad del período comprendido entre 1931 y 1935, para conocer si
en verdad la iglesia de San José registraba actividad cultual. Tras
escudriñar los diferentes años, el resultado de la investigación fue
negativo.
Hay que recordar que este templo, casi escondido entre las
calles Granada y San José, fue erigido en el siglo XVII a iniciativa
del Gremio de carpinteros y al mecenazgo del entonces obispo de la
diócesis fray Antonio Enríquez de Porres 7 . Dicha iglesia nunca se
significó a nivel cofrade y sus funciones religiosas debieron ser
limitadas y modestas. No pasó, sin embargo, desapercibida para los
revoltosos en la fatídica noche del 11 al 12 de mayo de 1931, en la
que un grupo trató de incendiarla. Un conocido comerciante salió
en defensa del inmueble, consiguiendo impedir un primer intento de
quema, aunque “(...) horas después otro grupo logró penetrar en la
iglesia (y) causar grandes destrozos” 8 .
Tras permanecer cerrada al culto cuatro años y medio, la
Asociación y Visita Domiciliaria de la Santa Medalla conmemoró,
según el programa de actos, la “RESTAURACIÓN DE ESTA
IGLESIA Y COLOCACIÓN EN ELLA DE LA VIRGEN
MILAGROSA”, celebrando unas funciones religiosas durante los
días 9 y 10 de noviembre de 1935, coincidiendo precisamente con
la llegada a la ciudad del nuevo prelado, Balbino Santos Olivera.
En el primer día, se decía: “A las seis de la tarde, solemne
7
GARCÍA DE LA LEÑA, C., op. cit., tº IV, pp. 132-136.
8
A.D.E. Caja 298.
1209

endición de la Iglesia, oficiando el Il[ustrísi]mo. S[eño]r. Vicario
de la Diócesis, D. Francisco Martínez Navas” 9 . Indiscutiblemente,
los cultos se reanudaron en San José a partir de la fecha indicada.
Sin embargo, no se vuelven a tener noticias en la prensa local sobre
este recinto sagrado hasta el 10 de enero de 1936 10 .
Unos meses después, en concreto el 11 de abril de ese año,
hallamos también la primera información referida, en este caso, a la
Hermandad del Santísimo Cristo de la Agonía y María Santísima de
las Penas 11 . La iglesia de San José no tuvo culto durante el tiempo
que se ha reseñado, por eso nos sorprende que el profesor Clavijo
afirmara que la imagen del Crucificado de la Agonía, obra realizada
por José María Matot fuese bendecida el 19 de marzo de 1935 en la
iglesia de San José 12 . Por otro lado, en la iglesia conventual de las
Catalinas sí hay noticias de la práctica cultual en 1935. Tomamos
como muestra tres secuencias del culto en el templo, ubicado su
acceso por la calle Moreno Mazón (actual de Andrés Pérez) nº 17.
La primera, informa de los Divinos Oficios que se efectuarían el
Viernes Santo y el Sábado de Gloria 13 . La segunda, trata de unas
ceremonias religiosas realizadas por las dominicas el día 16 de
junio, festividad de la Santísima Trinidad 14 . La tercera, del mes de
octubre, anuncia la misa rezada diaria a las siete y la de los
domingos y festivos a las siete y media 15 . Tras este planteamiento,
que cuenta con el respaldo documental, estamos seguros de poder
9 A.D.E. Leg. 14, pza. 6.
10 Diario de Málaga, Málaga, 10 de enero de 1936.
11 Diario de Málaga, Málaga, 11 de abril de 1936.
12 CLAVIJO GARCÍA, A., op. cit., p. 133.
13 La Unión Mercantil, Málaga, 19 de abril de 1935.
14 La Unión Mercantil, Málaga, 18 de junio de 1935.
15 Diario de Málaga, Málaga, 1 de octubre de 1935.
1210

afirmar que la Hermandad se fundó en la iglesia de las Catalinas y
no en la de San José como hasta ahora se creía.
La estancia de la Cofradía de las Penas en la iglesia de las
Catalinas fue corta, de meses, puesto que el 7 de junio de 1935 se
encontraba en ella y el 11 de abril de 1936 en la de San José. Por el
momento, se desconoce la causa por la que los hermanos eligieron
esta sede regida por monjas de la Orden de Santo Domingo de
Guzmán, cuando no era lo habitual a tenor de las Reglas de la
Comunidad. Éste fue uno de los templos que salieron mejor
“parados” al no ser incendiado en los actos vandálicos de mayo de
1931 16 . Las religiosas regresaron al convento en 1934, tras
mantener un pleito -que ganaron- contra los descendientes de Rosa
Pérez Solano (quien obtuvo del Obispado el patronato perpetuo
del convento y de la iglesia por ayudar a fundarlo en 1783), que
deseaban hacerse con el inmueble aprovechando que las monjas
estaban alojadas en distintas casas de la ciudad por familias que les
brindaron hospitalidad 17 .
1.1.3.- Origen de la advocación de la Virgen
Es una realidad manifiesta que un destacado número de
cofradías titulaban a sus imágenes Dolores y Soledad en la década
anterior a la erección de la Cofradía de las Penas. La idea de la
originalidad o la búsqueda de una nominación no repetida en el
16 ESCOLAR GARCÍA, J., Memorables sucesos desarrollados en Málaga. Un
reportaje histórico, Málaga, 1931, p. 58.
17 A.C.C.M. Boletín Oficial Eclesiástico del Obispado de Málaga nº 10, Málaga, 1934,
pp. 252-262.
1211

floreciente concierto procesional malacitano, pudo incitar a los
hermanos mayores y a los miembros de las Juntas de Gobierno de la
Puente del Cedrón a sustituir el de Dolores por Paloma; a los del
Rico, Dolores por Amor; a los de Zamarrilla, Dolores por
Amargura; y a los de la Misericordia, Dolores por Gran Poder.
Sin embargo, los de la Expiración mantuvieron el de Dolores. La
Archicofradía de los Dolores de la parroquia de San Juan dedicada
por ese tiempo sólo al culto interno de su imagen, también lo
respetó. En el caso de la otra advocación, la de Soledad, no suscitó
cambios, persistiendo en la Congregación de Mena, en la
Hermandad del Sepulcro y en la Cofradía de la parroquia de San
Pablo.
Ilustración 131: Antigua imagen de la Virgen de las Penas [Foto: María Encarnación
Cabello Díaz]
En el caso de los cofrades de las Penas no hay nada concreto
ni seguro sobre la causa o el origen que determinó la adopción de
1212

dicha advocación inédita hasta esa época en una Dolorosa de
nuestra Semana Santa. Agustín Clavijo apuntaba, sin ningún
fundamento, que ese nombre estaba bajo la influencia de la
sevillana Hermandad de la iglesia de San Vicente. Por esos años,
ésta era modesta y sin renombre, produciéndose un hermanamiento
entre ambas en 1972 18 .
1.1.4.- Los primeros Estatutos
En cumplimiento de la Ley de Asociaciones Religiosas, que
databa de 30 de junio de 1887, la Comisión organizadora de la
Hermandad aportó para su aprobación dos ejemplares del
Reglamento por el que había de regirse; uno de ellos, debidamente
reintegrado con arreglo a las disposiciones de la entonces vigente
Ley del Timbre del Estado. Los Estatutos fueron presentados en el
verano de 1935, pudiendo significar que estuvieran aprobados por
el Vicario general de la diócesis ante la ausencia del obispo Manuel
González García, quien no había regresado a Málaga desde los
tumultos del mes de mayo de 1931, en que el Palacio Episcopal fue
incendiado.
Estas primeras Reglas son bastante concisas. Cuentan con 6
capítulos y 45 artículos. El título de la Hermandad aparece ya
claramente definido: COFRADÍA DEL SANTÍSIMO CRISTO DE
LA AGONÍA Y MARÍA SANTÍSIMA DE LAS PENAS. No figura
18 CARRERO RODRÍGUEZ, J., La Hermandad de las Penas, Sevilla, 2000, p. 251;
MESA PUENTE, J., “Breve crónica del XXV aniversario del hermanamiento con la
Cofradía de las Penas de San Vicente”, Penas nº 23, Venerable Hermandad y Cofradía
de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Agonía, María Santísima de las Penas y Santo
Domingo de la Calzada, Málaga, 1997, p. 17.
1213

en ellos ninguna reseña, por pequeña que sea, de los motivos o
circunstancias que impulsaron a crearla, y sólo se justifican sus
fines en el culto privado y público a los Titulares. Se da cabida en
su seno a miembros de ambos sexos, que forman cuatro grupos
regidos por la Junta.
Éstos eran, los de 1ª categoría formados por los hermanos
activos de culto y procesión, y los únicos que tenían derecho a
asistir con voz y voto a los cabildos generales. Los del 2º grupo
eran los miembros activos de culto y ejercicio, sin derecho a
participar en las discusiones de la Hermandad. Seguían los del 3º,
formados por hermanos honorarios o “suscriptores” que estaban
obligados a contribuir con una cuota mensual al sostenimiento de la
Cofradía. Tampoco tenían derecho a asistir a los cabildos y a salir
en procesión, sin antes pasar a la categoría de activos. Por último,
los del 4º grupo lo engrosaban los llamados “hermanos protectores”
que contribuían con donativos especiales a los gastos
extraordinarios, y según la cuantía de las aportaciones se titulaban
“hermanos mayores honorarios o camareras honorarias”.
La cuota fijada era de una peseta para los activos y 50
céntimos para el resto.
En el apartado de cultos resulta claro que éstos priman sobre
la organización de la procesión de la que sólo se dice:
“(...) que en una noche [sin especificar] de la
Semana Santa si el estado financiero (...) lo
permite y sin que los gastos que esta
disposición origine, pueda menguar los cultos
que se consagran a honrar en su Templo a las
1214

imágenes de los Titulares, saldrán estos
procesionalmente”.
En cuanto a los cargos la Junta de Gobierno se estructuraba
en un presidente, (el capellán de la iglesia donde se venerasen las
sagradas imágenes), el hermano mayor y adjunto, dos mayordomos
(Cristo y Virgen), dos fiscales, un tesorero, un contador, un
archivero, un secretario y adjunto, dos albaceas de culto y doce
vocales.
Las disposiciones referentes a ellos eran muy rigurosas y se
castigaba con el cese de su cargo a quienes faltasen a tres juntas
consecutivas. Éstas se celebraban el primer domingo de cada mes.
Cabildos, salvo que se solicitara por causa extraordinaria, sólo
había uno anual en Pascua de Resurrección.
El carácter austero y severo del que se quería dotar a la
Cofradía se trasluce en muchos de los apartados y en la prohibición
tajante de “(...) no poder allegar recursos pecuniarios con la
celebración de actos profanos como verbenas, bailes, cruces de
mayo, funciones teatrales, etc.” 19 .
Reflejo del momento político que se vive es la siguiente
redacción: “(...) que en caso de dejar de existir la Hermandad los
fondos que hubieren serían destinados a centros benéficos (...)”, sin
que se haga mención a los derechos de la Iglesia, salvo en un último
artículo donde se manifiesta que: “(...) se someten en un todo a la
Autoridad Diocesana (...)” 20 .
19 Sobre esta cuestión, puede consultarse a: CABELLO DÍAZ, Mª. E., “Aquellas
fiestas cofrades”, La Saeta nº 30, Agrupación de Cofradías, Málaga, 2002, pp. 75-85.
20 A.S.G.M. Caja de hermandades y cofradías.
1215

1.1.5.- La imagen de María Santísima de las Penas
Una vez establecida la Cofradía en la iglesia de San José, se
adoptó por Titular mariana a una imagen de Virgen que había
pertenecido a una Sagrada Familia datada en el siglo XVIII,
consiguiéndose salvar la cabeza y la mano derecha en la destrucción
a la que se vio sometido dicho templo en los días 11 y 12 de mayo
de 1931 21 . La prensa local de los años sesenta, apuntaba -aunque sin
apoyatura documental- que la hechura se hallaba en el coro y, según
decía, había sido tallada por un escultor francés en el siglo XVII,
teniendo un privilegio: quien le rezara tres avemarías conseguiría
cien días de indulgencias 22 . Es una evidencia que la imagen sufriera
daños y no quedara destruida en 1931. No es el único caso
conocido. Existe, por ejemplo, el de la Virgen de Consolación y
Lágrimas de la Archicofradía de la Sangre, de la que se salvó
milagrosamente la cabeza 23 . Pero lo que, desde luego, no creemos -
y se trata solo de una teoría a falta de fuentes escritas que la
ratifique-, es que en 1933 la Cofradía comenzara a gestarse y
encargara a José Navas-Parejo Pérez la restauración de la talla 24 . Si
los cofrades de las Penas no llegaron a la iglesia de San José hasta
1936, ¿cómo es posible que ya tuvieran esta imagen? Puede ser más
creíble que en su establecimiento canónico en dicho templo
tomaran para sí la imagen y pasara de ser una Virgen Gloriosa a
21 CLAVIJO GARCÍA, A., op. cit., p. 124.
22 Sur, Semana Santa 1965.
23 CABELLO DÍAZ, Mª. E. y CAMINO ROMERO, A., Consolación y Lágrimas. 75
años de historia, Pontificia, Real, Muy Ilustre y Venerable Archicofradía del
Santísimo Cristo de la Sangre, María Santísima de Consolación y Lágrimas y del
Santo Sudario, Málaga, 2004, pp. 130 y 131.
24 CLAVIJO GARCÍA, A., op. cit., p. 124.
1216

Dolorosa. Por lo que se puede apreciar, este asunto no está nada
claro así que habrá que esperar a la aparición o localización de
nuevas noticias aclaratorias. Afortunadamente, y antes de que se
produjera la segunda embestida a los edificios del estamento
eclesiástico en los días previos al estallido de la contienda civil, la
Virgen fue sacada del templo a tiempo y escondida en algún lugar 25 .
La Cofradía, presidida aún por Julio Alfaro Martín, quedó
suspendida 26 .
1.1.6.- Reorganización
Los hermanos de las Penas tras el periodo bélico partieron
prácticamente de la nada, salvo la posesión de la imagen de la
Virgen. En el verano de 1938, la Cofradía regularizó las juntas de
gobierno. En la celebrada el 17 de julio de ese año, el recién
nombrado hermano mayor, Juan Corral Barrera, efectuó una
declaración de principios sobre los logros más inmediatos a
conseguir:
“El objeto de la misma, (...) no es otro que el
deseo vivísimo de procurar el
engrandecimiento y consolidación de la
Cofradía y recabar el concurso decidido y
eficaz de todos los hermanos, en deseos
fervientes de sostener un constante culto a
nuestros Sagrados Titulares y procurar (...)
sacarlos procesionalmente en la próxima
Semana Santa con el esplendor debido,
25 Sobre este particular existen varias versiones orales, a las que concedemos las
oportunas reservas. Pero sí es bien cierto que la imagen de la Dolorosa de las Penas en
esta ocasión no sufrió daños.
26 CLAVIJO GARCÍA, A., op. cit., p. 123.
1217

contribuyendo de esta manera al
engrandecimiento del culto externo y el
prestigio y realce de la Semana Santa
malagueña” 27 .
Por esas fechas, en que todo estaba por hacer, lo prioritario
era habilitar nuevamente la iglesia de San José al culto. Las
reparaciones fueron costeadas por la Cofradía quien contó con la
ayuda institucional de la Diputación de Málaga, que donó la puerta
de entrada del pequeño templo 28 . Mientras finalizaban las obras, la
imagen de la Dolorosa de las Penas estuvo depositada en la casa de
Asunción Ibancos de Torres, esposa de Francisco García Alted,
gobernador civil de Málaga 29 .
Una meta inmediata era conseguir un local que sirviera de
casa hermandad. Entre tanto, las primeras reuniones se celebraron
en el domicilio de Alberto Torres de Navarra Jiménez, conocido
cofrade de El Rico y entusiasta colaborador en cualquier iniciativa
cofrade 30 . Al poco tiempo, la Cofradía tuvo un local en la calle
Casapalma nº 4, capaz para albergar la secretaría, tesorería,
contaduría y sala de juntas, cuyo alquiler ascendía a 25 pesetas
mensuales 31 .
La nueva Junta de Gobierno se propuso normalizar lo antes
posible la vida y funciones de la Cofradía. En primer lugar, estimó
conveniente solicitar el ingreso en la Agrupación de Cofradías de
27
A.H.C.P. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 17 de julio de 1938, fol. 1.
28
Ibídem, fols. 1-2.
29
Ibídem, fol. 2.
30
Ibídem, fols. 1-2 v.
31 Ídem.
1218

Semana Santa 32 y, al mismo tiempo, comenzó a trabajar para que la
primera salida procesional fuese una realidad. Para tal efecto se
designó una comisión que viajase a “Granada para visitar a
escultores y obtener proyectos y presupuestos de los tronos que se
precisan adquirir para los pasos procesionales de nuestros sagrados
titulares” 33 . La citada comisión volvió de la ciudad vecina
entusiasmada con el proyecto “(...) del escultor Sr. Cano, que
merecieron justos elogios, tanto por su arte, sobriedad y estilo;
como por los precios señalados por los mismos; que atendiendo a
los diseños resultan verdaderamente económicos” 34 . Pese a la buena
acogida que éste tuvo, el estado pecuniario de las arcas de la
Hermandad hacía inviable realizarlo a corto plazo.
Los meses fueron pasando y la Semana Santa de 1939, a
pesar de los deseos de los cofrades de las Penas, no fue el del
bautismo procesional de la misma. La situación y los problemas de
dinero fueron la causa principal. La iglesia de San José todavía
estaba en rehabilitación y era la destinataria de los ingresos que se
recaudaban. A principios de 1940, se reabrió al culto 35 . Para que
presidiera el altar mayor, la Cofradía adquirió una imagen del santo
cuyo coste ascendió a 1.000 pesetas 36 . Alcanzado ya el logro más
importante, la siguiente meta sería el ingreso en la Agrupación de
Cofradías.
32 Ibídem, fol. 2 v.
33 Ibídem, fol. 5 v.
34 Ídem.
35 Sur, Málaga, 7 de enero de 1940.
36 A.H.C.P. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 16 de noviembre de 1939, fol. 12 v.
1219

En abril de 1942 ya se contaba con unos Estatutos
aprobados 37 y estaba reconocida oficialmente a todos los efectos.
Estas Reglas eran sencillas y escuetas, en líneas parecidas a las que
regían en otras hermandades por esa época. Dentro de lo llamativo
hay que destacar que los cargos de la Junta se fijaron en 20,
exceptuando “un número ilimitado de Diputados”. Se imponía
como condición para participar en la procesión ser hermano, con la
recomendación expresa de vestir la túnica o bien en la iglesia “o
desde las casas respectivas (...) Por el camino más corto y sin
penetrar en establecimiento público (...)” 38 . En estos Estatutos,
curiosamente, no se especificaba qué día de la Semana Santa debía
la Cofradía procesionar, ni los colores de los hábitos penitenciales.
Sí figuraba explícitamente la obligación de participar en la
procesión del Resucitado, que desde el año 1921 era un requisito
indispensable para todas las cofradías agrupadas.
Cuando se redactaron y aprobaron las Reglas, la Hermandad
de las Penas aún no había ingresado en la Agrupación de Cofradías,
aunque el propósito era hacerlo cuanto antes. De hecho, en el
cabildo celebrado el 19 de abril de 1942, se acuerda “(...) el ingreso
inmediato (...) y se nombra los representantes de la Hermandad en
ese organismo (...)” 39 .
37
La Hermandad se rigió durante 35 años con estos Estatutos, hasta que en marzo de
1977 fueron renovados.
38
A.H.C.P. Lib. de aa. de cabildos de 19 de abril de 1942, fols. 2-4 v.
39
Fijos: Alberto Torres de Navarra Jiménez, Julio España Arrabal y Salvador Moreno
Palacios. Suplentes: Augusto Torres de Navarra Arias, Antonio García Sánchez y
Antonio Rojo Carrasco [A.H.C.P. Lib. de aa. de cabildos de 19 de abril de 1942, fols.
2-5].
1220

1.1.7.- La primera salida a la calle y sucesivas procesiones
En las actas de la Cofradía de 1943 se trasluce, de manera
muy expresiva, la ilusión de los componentes por efectuar la
primera salida procesional. La Junta de Gobierno se planteó, en un
principio, pedir prestado el trono de la patrona de Alhaurín El
Grande, Nuestra Señora de Gracia, o el de María Auxiliadora,
propiedad de los Salesianos de San Bartolomé, pero se decidió
finalmente por encargar una mesa y palio al maestro Matito, el
mismo que había realizado la nueva devanadera de la Virgen de las
Penas cobrando 550 pesetas 40 .
El ingreso de la Hermandad del Santísimo Cristo de la
Agonía y María Santísima de las Penas en la Agrupación de
Cofradías se verificó el 26 de febrero de 1943 41 . Uno de los
requisitos inmediatos a presentar en la Agrupación fue el itinerario
a recorrer por la Cofradía en su primera salida procesional. La Junta
de Gobierno sopesó con todo cuidado este tema, de hecho incluso
se llegó a calcular la duración del recorrido, estimado en cinco
horas. La pequeñez del establecimiento canónico impedía salir
desde el interior, por lo que se consiguió el permiso oportuno para
montar un tinglado 42 en la cercana calle Niño de Guevara 43 . Hasta
el último momento se hizo lo indecible por procesionar los dos
Titulares. Finalmente se optó por la Virgen. Se dispuso que su
40
A.H.C.P. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 3 de marzo de 1943, fol. 37 v.
41
A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas generales de 26 de febrero de 1943, fols. 288 y 289.
La Hermandad se convirtió en la segunda Corporación nazarena en ingresar tras la
guerra civil y la número 27 de la totalidad de fraternidades agrupadas.
42
Estructura metálica que se instalaba en la calle y donde se procedía al montaje de los
tronos.
43
A.H.C.P. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 5 de marzo de 1943, fol. 38.
1221

indumentaria fuera para la ocasión “vestido blanco y manto
negro” 44 . El día fijado por la Agrupación para que la Cofradía
hiciera la salida procesional en 1943 fue el Lunes Santo. Debía
haber sido la primera en pasar por el recorrido oficial, pero una
serie de inconvenientes originaron que desfilara la última 45 . La
prensa local recogió con todo detalle los pormenores de la novel
Hermandad:
“El orden de la religiosa comitiva era el
siguiente: Guardia municipal montada, en traje
de gran gala; sección del cuerpo de bomberos;
banda de tambores y cornetas del Regimiento
número 8; frente de procesión con cruz guía,
bastones cetros, bocinas y mazas. A
continuación largas filas de penitentes portando
hachones de acetileno y luciendo túnicas
blancas y capirotes negros. Los bastoneros y
campanilleros vestían túnica y capirote blancos
y capa de seda negra. Detrás marchaba sobre un
artístico trono de flores naturales, que llamó
poderosamente la atención, la venerada imagen
de María Santísima de las Penas, cuyo trono iba
escoltado por números del benemérito cuerpo
de la Guardia Civil. A continuación la
presidencia oficial y cerrando marcha la banda
de música del Frente de Juventudes” 46 .
La primera salida constituyó todo un éxito. En palabras de los
cofrades de las Penas “los comentarios que oficial y particularmente
44 A.H.C.P. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 29 de enero de 1943, fol. 34 v.
45 CAMINO ROMERO, A., “Miradas a la historia cofrade”, La Saeta nº 32,
Agrupación de Cofradías, Málaga, 2003, pp. 82 y 83.
46 Sur, Málaga, 20 de abril de 1943. El itinerario procesional fue el siguiente: Granada,
plaza de la Merced, Álamos, Carretería, Puerta Nueva, Cisneros, Especerías, Nuevas,
Puerta del Mar, Acera de la Marina, Larios, plaza de José Antonio, Granada, plaza del
Siglo y Granada.
1222

se hacen (...) son altamente satisfactorios y de todas partes se
reciben palabras de congratulación y plácemes, exponente claro de
la buena impresión causada” 47 .
Transcurridos los meses llegó la Semana Santa de 1944 en la
que la Hermandad mantuvo el día de salida, pero haciendo cambios
en el itinerario 48 . Se procesionó de nuevo a la imagen de la Virgen -
y así continuó hasta 1946- y se estrenaron veinte bastones largos,
cinco cortos, seis campanas, cuatro mazas, cuatro bocinas, doce
barras de palio, una campana de trono, unos paños bordados y el
palio de malla de plata. Sin embargo, la gran novedad de la
Cofradía estuvo centrada en el manto de flores naturales que lució
la Virgen, confeccionado bajo la dirección del jardinero mayor del
Parque, Alfonso Cruz, y que medía ocho metros. Mucha leyenda ha
generado este estreno. Siempre se ha explicado que el manto de
flores nació por pura necesidad, al no tener la Cofradía medios
suficientes para costear un manto de terciopelo. Pero ¿era esto así?
Por lo que sabemos la situación económica no era deficitaria y la
prueba está en todos los estrenos logrados para la Semana Santa de
ese año, así como los equipos que se adquirieron para los
nazarenos.
Ciertamente en la postguerra se generalizaron los tronos
hechos con flores siempre con carácter provisional, pero no había,
hasta el estreno de las Penas, ningún antecedente de un manto
confeccionado de este modo. Pudiera ser que se adoptara esa
47 A.H.C.P. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 27 de abril de 1943, fol. 42.
48 Granada, Méndez Núñez, plaza de Uncibay, Casapalma, Cárcer, Álamos, Carretería,
Puerta Nueva, Pasillo de Santa Isabel, Cisneros, Especerías, Nueva, Puerta del Mar,
Alameda, Larios, plaza de José Antonio, Granada, plaza del Siglo y Granada.
1223

solución hasta conseguir el definitivo de terciopelo bordado, o bien
simplemente como un intento de crear un rasgo diferenciador, por
otra parte tan propio de la Semana Santa de Málaga.
Significativamente en la prensa de ese año, se publicaba que
el coste en flores de las procesiones rondaba globalmente las cien
mil pesetas, y se especificaba:
“(...) la Agrupación de Cofradías y, en general,
todas las hermandades, saben de la importancia
que tienen las flores (...) se gastan cantidades
verdaderamente enormes, (...) de un año para
otro los presupuestos (...) son cada vez
mayores... el gasto por la Agrupación asciende
a 20.000 pesetas (...) se puede calcular en dos o
tres mil más lo que gastan cada Cofradía (...)
Hay que tener presente que esto es solamente
un promedio. Hubo cofradías que gastaron el
año pasado más de 25.000 pesetas en flores
como la Esperanza y la Expiración, y otras
como las Vírgenes de las Penas y el Rocío, que
los tronos o palios ERAN TAMBIÉN DE
FLORES A PRECIOS MUY ELEVADOS
(...)” 49 .
Hasta este momento la protagonista de la Hermandad fue casi
exclusivamente la Virgen. La nueva imagen del Cristo de la
Agonía, realizada en 1938 por José Gabriel Martín Simón que
sustituía a la de Matot, permanecía a la espera de que la Junta de
Gobierno se decidiera a procesionarla.
En la Semana Santa de 1945 no se registraron especiales
novedades. Tanto el itinerario como el desarrollo de la procesión
49 Sur, Málaga, 15 de marzo de 1944.
1224

fueron similares al año anterior, y el manto se hizo con flores. Sí
cabe reseñar el aparato luminotécnico con el que se dotó el trono de
la Virgen. Se instalaron para iluminarlo nada menos que tres
reflectores, setenta y cinco bombillas y un aro luminoso en la
cabeza de la imagen a semejanza del tradicional de la Dolorosa de
Servitas 50 .
Ilustración 132: Manto de flores de María Santísima de las Penas. Colección particular
de la familia de las Peñas
En los meses siguientes, se buscó una solución definitiva al
manto de la Virgen. Ya en enero de 1946, los directivos discutieron
50 A.H.C.P. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 26 de marzo de 1945, fol. 68 v.
1225

sobre el tema “después de un amplio cambio de impresiones
acordándose suspender lo que se aceptó como solución transitoria y
que en el presente año la Virgen de las Penas luzca un manto de
terciopelo negro” 51 .
Si está claro que todo el empeño de la Junta de Gobierno era
la adquisición de un manto de terciopelo para la Virgen y que, en
ningún momento, se planteó siquiera mantener el de flores. Fue
una contrariedad, pese a los esfuerzos realizados, el no poder lograr
ni dentro ni fuera de Málaga la cantidad de metros de tela necesaria
para el manto 52 . Por esa razón, el pueblo pudo contemplar de nuevo
a la Virgen con su atuendo floral, concretamente y como se
puntualiza en las actas con un manto “de claveles”.
En el año 1947, se produjeron dos acontecimientos: por un
lado, la primera salida procesional del Santísimo Cristo de la
Agonía; y por otro, que la Dolorosa luciera un manto de terciopelo
verde bordado en oro, del que se desconoce la autoría 53 .
En el siguiente, la imagen del Señor fue sustituida por una
realizada por Pedro Pérez Hidalgo, que la ejecutó
desinteresamente 54 . El nuevo Crucificado fue favorablemente
recibido. De hecho, estuvo expuesto del 15 al 18 de marzo en los
salones de la Sociedad Económica de Amigos del País,
contemplándolo numeroso público. A las 9 de la noche del día 18,
se trasladó la efigie a hombros de los hermanos hasta la capilla de
51 A.H.C.P. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 28 de enero de 1946, fol. 76 v.
52 A.H.C.P. Lib. de aa. de cabildos de 13 de marzo de 1946, fol. 56.
53 Sur, Málaga, 1 de abril de 1947.
54 A.H.C.P. Lib. de aa. de cabildos de 12 de marzo de 1948, fol. 70. La imagen de José
Gabriel Martín Simón fue cedida a la recién creada parroquia de San José Obrero, en
la barriada de Carranque, donde se encuentra expuesta al culto actualmente.
1226

San José, donde estaba prevista su bendición en la fiesta del Santo
Patriarca. El acto se realizó a las 6 y media de la tarde, contando
con la presencia del escultor. Presidió la ceremonia religiosa el
obispo de la diócesis, Ángel Herrera Oria. Tras la bendición, dirigió
una breve plática a los fieles que llenaban el templo. Actuaron de
padrinos Manuel Nogueroles y su esposa Enma Padilla 55 . Días
antes se había bendecido la hechura de Santo Domingo de la
Calzada, patrón del Cuerpo de Obras Públicas, realizada también
por Pérez Hidalgo y que pasó a convertirse en el tercer Titular de la
Hermandad 56 . En la Semana Santa, salió en procesión la nueva
efigie del Cristo de la Agonía y la Virgen de las Penas lució un
manto de azahar, pues el que estaba siendo confeccionado por las
monjas de los Santos Ángeles Custodios, no se encontraba aún
concluido 57 .
Pasada la Semana Mayor, y con el fin de buscar fondos, la
Cofradía organizó fiestas benéficas que se celebraron en el hotel
Miramar 58 . Así, con el ingreso de fuentes extraordinarias, se
pudieron presentar en el mes de marzo de 1949 valiosos estrenos
que fueron exhibidos al público en los salones de Acción Católica,
situados en el edificio del Obispado. Allí, se presentó terminado el
frontal del trono del Santísimo Cristo de la Agonía, tallado por
Pérez Hidalgo, que recreaba en sus líneas generales el estilo
55 Sur, Málaga, 20 de marzo de 1948.
56 Sur, Málaga, 13 de marzo de 1948. La imagen fue embellecida por Francisco
Berlanga en 1990 y costeada por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y
Puertos.
57 Se les dio como entrada 20.000 pesetas y el resto en letras aceptadas por los señores
Navarro, Olmedo y Rojo para la total terminación del manto de la Santísima Virgen
[A.H.C.P. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 4 de junio de 1948, fol. 86 v.].
58 A.H.C.P. Lib. de acc. de juntas de gobierno de 29 de octubre de 1948, fol. 80.
1227

imperante en Málaga desde la década de los treinta y en el que
figuraba, a imitación de otros tantos, un busto de una Dolorosa.
Igualmente, se mostraron los paños de bocinas bordados por
Leopoldo Padilla, mazas doradas y equipos nuevos de nazarenos de
raso verde, grana y negro. Pero el gran estreno lo constituía el
grandioso manto bordado en oro sobre terciopelo verde. La obra
consistía en una gruesa greca que se distribuía por todo el contorno
de la prenda, arropando en el centro multitud de flores. Se quería así
recrear el manto floral que había lucido durante cuatro años. La
prensa se deshizo en elogios al dar cuenta del estreno y se cuidó de
anunciar el interés de la Cofradía de simultanear el uso del manto
bordado con el de flores, según la circunstancia.
Ilustración 133: Antiguas imágenes del Santísimo Cristo de la Agonía [Foto: A.H.C.P.]
El diario Sur se refirió al manto en la crónica de los desfiles
procesionales del Martes Santo de esta forma tan escueta: “El
1228

manto de la Virgen de terciopelo bordado, ha llamado
poderosamente la atención” 59 .
A finales de 1949, la Directiva se reunió para tratar el tema
del manto de la Titular mariana. Los partidarios del de flores
habían ganado, para entonces, tantos adeptos que forzaron una
votación, consiguiendo por mayoría, el propósito de volver a él. En
efecto, en la Semana Santa de 1950 se levantó bastante expectación
por ver a la Virgen con el manto de flores 60 . También fueron
novedad ese año los equipos de los penitentes que incluyeron
sandalias de charol y calcetines blancos. El trono del Cristo de la
Agonía, ya terminado, se iluminó con focos eléctricos y en cuanto
al de la Virgen sólo se estrenó dorado el frente del mismo 61 .
En las Santas Misiones celebradas en Málaga en esa última
fecha, la Cofradía atendió un Centro catequético en las playas de
Pedregalejo, organizando un ropero de ayuda en la sede canónica.
Asimismo, se instauró la costumbre de costear 12 comidas diarias
para pobres y repartos extraordinarios coincidiendo con la fiesta de
San José 62 . En 1951, se terminó el palio exterior de terciopelo
verde, bordado por Leopoldo Padilla 63 . El período que abarca de
1952 a 1955, la Cofradía estuvo encabezada por Francisco Olmedo
López, quien se había convertido en el hermano mayor más
duradero hasta la fecha.
59
Sur, Málaga, 13 de abril de 1949.
60
CAMINO ROMERO, A., “Un vergel de trono para la reina de San Julián”, Sur,
Málaga, 10 de abril de 2001.
61
Sur, Málaga, 5 de abril de 1950.
62
Sur, Málaga, 14 de marzo de 1951.
63
Este palio estuvo en uso hasta su sustitución, resuelta en cabildo general de
hermanos el 17 de julio de 1997. El nuevo fue bordado por los talleres de Fernández y
Enríquez (Brenes, Sevilla) y estrenado en la Semana Santa de 1998.
1229

En pleno verano de 1955, se renovó la Junta de Gobierno,
asumiendo la responsabilidad de la misma José Fernández-Castany
Osuna, vinculado por su profesión de Ingeniero de Caminos,
Canales y Puertos al Ministerio de Obras Públicas.
Pasada la Semana Santa de 1956, la Cofradía estimó que
estaba suficientemente arraigada la costumbre del manto de flores
y decidió por unanimidad proceder a la venta definitiva del manto
bordado en oro a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Columna
de Daimiel (Ciudad Real) por la cantidad de 6.000 pesetas 64 .
A comienzos del mes de mayo de 1958, una comisión
integrada por Antonio Graciani Vázquez, Jaime Solís Ortega y
Fernando de Fez visitaba al nuevo delegado de Obras Públicas en
Málaga, Luis Briales López, para ofrecerle el puesto de hermano
mayor. Éste rechazó el cargo por motivos profesionales pero aceptó
el de hermano mayor honorario. A finales del mismo mes, se
elegiría a Antonio Graciani Vázquez, persona íntimamente ligada al
Cuerpo como funcionario de Obras Públicas, que ejercía sus labores
de Ingeniero Técnico 65 .
Siguiendo la práctica habitual de las cofradías y hermandades
malacitanas de entablar alguna clase de relación con entidades o
personas relevantes, la Corporación nazarena de las Penas,
sumándose a la corriente pro-americana de la época, nombró
camarera de honor a la hija del embajador de los Estados Unidos
en España, Beatriz Lodge. Para ello, en octubre de 1958, una
64 A.H.C.P. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 8 de abril de 1956, fol. 111 v.
65 Testimonio oral de José Solís Puya, hijo de Jaime Solís Ortega y ex hermano mayor
de la Cofradía de las Penas en dos etapas: la primera, comprendida entre 1984 y 1985;
y la segunda, entre 1994 y 1998.
1230

epresentación de la Cofradía se desplazó hasta Madrid donde los
directivos Guerrero y Botija, le entregaron un pergamino con el
nombramiento 66 . En esta visita recibieron la promesa de la Sra.
Lodge, de asistir a la procesión del Martes Santo. En efecto, en
la Semana Santa de 1959 llegaba a Málaga no sólo la citada
señorita, sino su padre el embajador, J. D. Lodge, y su esposa,
Francesca Lodge. La presencia del matrimonio norteamericano en
nuestra ciudad levantó una gran expectación y la prensa se
ocupó ampliamente de ella. La Cofradía preparó una serie de
actos en su honor. El Lunes Santo, y en el transcurso de una
ceremonia religiosa, se refrendó el cargo de camarera para
Beatriz, recibiendo su madre igual título con carácter perpetuo.
A ambas mujeres se les impuso el escudo de la Hermandad 67 .
En la mañana del Martes Santo, madre e hija, asistieron en la
capilla de San José a los preparativos de la procesión, observando
cómo las camareras vestían a la Virgen y los jardineros
confeccionaban el manto de flores en el tinglado, instalando en la
calle Niño de Guevara, como se apuntó. Por la tarde, el embajador
presidió el cortejo procesional, desfilando delante del trono de la
Santísima Virgen. Este año se estrenaba el bordado del techo de
palio, quedando éste completado por las monjas Adoratrices. En
cuanto al trono del Cristo, fue portado por los alumnos de la
Escuela Técnica de Peritos Industriales 68 , posteriormente serían
nombrados hermanos mayores honorarios 69 .
66 La Tarde, Málaga, 8 de octubre de 1958.
67 La Tarde, Málaga, 25 de marzo de 1959.
68 Sur, Málaga, 25 de marzo de 1959.
69 Sur, Málaga, 9 de julio de 1959.
1231

La Semana Santa de 1963 sería recordada en Málaga por las
adversas condiciones climatológicas. El Martes Santo amenazaba
lluvia en nuestra ciudad y las hermandades se planteaban la salida.
Todas decidieron suspenderla, a excepción de las cofradías de la
Estrella y las Penas, que decidieron aplazar la decisión hasta el
último momento. Finalmente, sólo salió la de las Penas pese al agua
caída durante el recorrido procesional 70 . En el mes de julio de 1963,
cesó de sus funciones Antonio Graciani Vázquez y le sustituyó el
nuevo Ingeniero Jefe de Obras Públicas en Málaga, Luis Ponce de
León.
1.1.8.- Sustitución de la Titular mariana
Una serie de cambios -principalmente en lo referente a la
estética procesionista- se produjeron en la Hermandad en la década
de los años sesenta. Pero el principal de todos radicó en el cambio
de la imagen. En el otoño de 1964, se bendijo la nueva efigie de
María Santísima de las Penas. Ésta fue una cuestión muy espinosa
que creó una verdadera controversia en el seno de la Hermandad
por el apego de un destacado número de directivos y hermanos a la
antigua imagen. Pese a ello, esta decisión fue llevada adelante,
encargándosele la talla al imaginero sevillano Antonio Eslava
Rubio 71 .
Los periódicos locales, el Sur y La Tarde, y el Ideal de
Granada en su sección de Málaga, recogían la noticia de la
70 Sur, Málaga, 10 de abril de 1963.
71 Recomendamos la lectura de: RODRÍGUEZ PUENTE, R., “El escultor Antonio
Eslava y la Virgen de las Penas”, Sur, Málaga, 3 de abril de 2007, Suplemento Pasión
del Sur, pp. 16-18.
1232

endición de la nueva imagen de la Virgen de las Penas. El primero
de los diarios reseñados anunciaba que:
“Esta Venerable Hermandad invita a todos los
cofrades y devotos a la solemne bendición de la
nueva imagen de María Santísima de las Penas,
acto que tendrá lugar (D[ios]. M[ediante].) en
la iglesia de San José (calle Granada), el
próximo jueves, día 22 a las ocho de la noche.
A continuación se cantará solemne Salve a
María Santísima de las Penas, seguido de
besamanos” 72 .
Sin embargo, de los tres periódicos antes citados sólo uno, el
Ideal, informaba sobre la ceremonia de la bendición y publicaba
una fotografía del acto. Según parece, y por los datos facilitados en
su edición del día 24 de octubre, la imagen fue bendecida el 23 y no
el 22 como se anunciaba:
“En la iglesia de San José, donde radica la
Hermandad del Santísimo Cristo de la Agonía y
María Santísima de las Penas de cuya Cofradía
es hermano mayor el Cuerpo de Obras
Públicas, se bendijo ayer, por el beneficiado de
esta Santa Iglesia Catedral don Manuel Gámez,
una nueva imagen de la Virgen de las Penas,
que en Semana Santa luce un tradicional manto
de claveles” 73 .
En la Semana Santa de 1965, la Virgen de Eslava salió por
primera a la calle sobre un nuevo trono de procesión, realizado por
72 Sur, Málaga, 21 de octubre de 1964.
73 Ideal, Granada, 24 de octubre de 1964.
1233

el orfebre sevillano Villarreal. La referencia que de Ella hizo la
prensa local fue ésta:
“La imagen de María Santísima de las Penas,
nueva y valiosa talla del escultor sevillano,
señor Eslava, tuvo un recorrido triunfal. Si
siempre sus hermanos supieron revestirla de
arte, gracia y belleza, anoche se superó todo
esto unido a los vítores y aplausos que mereció.
(...)” 74 .
1.2.- Traslado a la iglesia de San Julián
En el año 1966, el Obispado comunicó a Jaime Solís Ortega
que la Corporación nazarena a la que representaba (el hermano
mayor, Luis Ponce de León Cabello, había delegado en él), tenía
que abandonar la capilla de San José antes de la Semana Santa, ya
que el inmueble había sido vendido. No obstante, y tras una
conversación mantenida con las altas instancias eclesiásticas, se
logró un aplazamiento, fijado para finales del mes de abril. En ese
ínterin, se llevaron a cabo, por parte de los directivos de las Penas,
una serie de contactos para buscar una nueva sede que albergara a
los sagrados Titulares. El primero, se efectuó con las monjas de la
Orden de la Merced del barrio del Molinillo, quienes no veían
conveniente su instalación en su sede conventual. El segundo, con
las hermanas carmelitas descalzas de la calle Álvarez, quienes
alegaban que no tenían espacio suficiente. El tercero y definitivo,
se practicó con las religiosas de la Caridad de San Vicente de Paúl,
74 Sur, Málaga, 14 de abril de 1965.
1234

encargadas de la guardería infantil de San Julián 75 . El estamento
eclesial dio el plácet a la Cofradía para que se trasladara a la iglesia
de San Julián, enclavada entre las calles Nosquera, San Julián y
Muro de San Julián.
La nueva sede canónica, perteneciente a la collación de los
Santos Mártires Ciriaco y Paula, se encontraba en precario estado
de conservación y era de suponer que corriese la misma suerte que
la capilla de San José, según lo publicado por el diario Sur:
“En la orgía de derribos que venimos
padeciendo en materia de iglesias, ahora parece
que le tienen puestos los puntos a San Julián.
Fue primero la Merced, una de las de más
historia y tradición de Málaga. A pesar del
esfuerzo que quisieron hacer los hermanos
de Viñeros, no sólo se echaron abajo los
muros para la construcción de un bellísimo
bloque, tan personal y gracioso, sino que se
quedaron sepultados para siempre los restos de
Fr. Miguel del Pozo muerto, según tradición, en
olor de santidad. Como si los tiempos
estuvieran para perderse un santo a cada
momento. Después le tocó el turno a San José,
que sin ser precisamente la Catedral de
Toledo, era una capillita graciosa, con su
tradición artesana del gremio de Carpinteros,
que los señores de Obras Públicas habían
reconstruido para cobijar allí su Hermandad.
Pues nada; se impuso sobre cualquier
consideración la razón humanística para echar
abajo el templo. Los metros cuadrados son los
metros cuadrados. Y ahora, para colmo, le toca
a San Julián, sobre cuyo solar se especula ya
públicamente ¿Será posible? ¿Es que no habrá
75 Testimonio de José Solís Puya.
1235

otro sitio para edificar otro bloque tan precioso
como el de la plaza de la Merced, tan lindo
como el de calle Granada?” 76 .
La Cofradía, una vez establecida en San Julián, ocupó las
dependencias de la antigua sala capitular de la Hermandad de la
Santa Caridad, lugar en el que se hallaban cuatro inscripciones
colocadas en memoria de antiguos hermanos mayores y de las que
dimos cuenta.
Ilustración 134: Fachada de la desaparecida iglesia de San José [Foto: A.M.M.]
Pero los ecos del derribo de la antigua sede de la Cofradía de
las Penas, continuaban apareciendo en publicaciones cofrades,
76 Sur, Málaga, 22 de marzo de 1967.
1236

como en las revistas Guión y La Saeta del año 67. En las noticias
recogidas, por este último órgano informativo en 1968, se volvía a
insistir en ello:
“Al ser derruida la iglesia de San José, donde
ya hoy se levanta un magnífico edificio, la
Cofradía se trasladó a la (...) de San Julián, de
donde (...) sale la procesión” 77 .
2.- LA DEFENSA DEL EDIFICIO Y DE LAS OBRAS DE
ARTE POR PARTE DE LA COFRADÍA DE LAS PENAS
2.1- El incierto futuro del inmueble
En el año 1968, se recibieron noticias poco alentadoras
acerca del futuro de la Cofradía en el nuevo emplazamiento. Al
parecer, la Junta Provincial de Beneficencia pretendía vender el
inmueble para la construcción de uno o varios edificios. Ante esta
situación, el directivo de las Penas, Jaime Solís Ortega (convertido
en defensor del edificio de San Julián), se lo hacía saber por escrito,
fechado el 16 de diciembre de 1968, al Ingeniero Jefe de Obras
Públicas, Luis Ponce de León Cabello, quien presidía la
Hermandad. Indicaba que el inmueble anejo a la iglesia (incluida la
dependencia que ocupaba dicha Institución cofrade), había sido
declarado en ruinas y se llevaría a cabo su demolición. Recordaba
que la destrucción del templo estaba supeditado al dictamen de una
Comisión de Bellas Artes por si estimaba méritos artísticos
suficientes, de lo contrario se procedería a su derribo como había
77 La Saeta, Málaga, 1968, s/f.
1237

sucedido, años antes, con la capilla de San José y con el convento
de la Encarnación. Solís Ortega proponía que se buscase una
fórmula que beneficiase a la Hermandad, no teniendo que
“comenzar un segundo éxodo en busca de Parroquia o Capilla para
la instalación de sus Santos” 78 . Asimismo, aconsejaba en su carta
que el Ministerio de Obras Públicas podría solicitar, de las
autoridades eclesiásticas, la cesión de San Julián para la ubicación
de Santo Domingo de la Calzada (tercer Titular de la Cofradía de
las Penas desde 1947), corriendo la conservación y
acondicionamiento por cuenta del citado Ministerio o bien de la
Jefatura de Obras Públicas de Málaga 79 .
No podemos precisar qué tipo de noticias -por falta de
documentación- llegaban al seno de la Hermandad referidas al
futuro de San Julián, pero el caso era que el mencionado
procesionista envió dos cartas, el 10 de agosto de 1970, con
idéntico texto. Una, dirigida al presidente de la Academia de Bellas
Artes, José Luis Estrada Segalerva; y, otra, al presidente de la Junta
Provincial de Beneficencia, Víctor Arroyo Arroyo, en las que se
exponía el estado de conservación del edificio, la historia y
vicisitudes del mismo, las obras de arte existentes, los cultos que se
realizaban y el riesgo de desaparición para “construir un gran
bloque de viviendas” 80 . En los escritos se indicaba que, en el
hipotético caso de que no desapareciese el templo y el edificio
anexo, el mantenimiento podría correr por cuenta de la Cofradía,
78
A.A.C.M. Caja 65 (San Julián), leg. 4.
79
Ídem.
80
Ídem.
1238

que volvería a instalar la guardería infantil para ayudar a los padres
trabajadores de la zona.
Ilustración 135: Fachada de la iglesia de San Julián, hacia los años 70 [Foto: A.M.M.]
La Cofradía de las Penas redactó, el 1 de octubre de 1970, un
memorándum acerca de la labor espiritual y social que venía
efectuando. En él se destacaba el restablecimiento del culto en la
iglesia de San Julián y la colaboración con la parroquia de los
Santos Mártires, con el Seminario y con Cáritas Diocesana, así
como la creación de tres becas: dos, para la realización de estudios
superiores en Madrid y una tercera, para la Facultad de Ciencias de
Málaga. En el mismo figuraba un proyecto de restauración de la
guardería infantil que existió en San Julián. Para ello, se necesitaría
1239

la autonomía en el inmueble y el regreso de las monjas de la
Comunidad de San Vicente de Paúl 81 .
Jaime Solís Ortega se dirigió por escrito, el 11 de octubre de
1973, al director general de Bellas Artes, Florentino Pérez Embid,
guiado por el interés que tenía la Agrupación de Cofradías de
Semana Santa por el edificio:
“Antes de nada le ruego perdone mi
atrevimiento al distraer su atención con esta
carta. Ello me mueve querer para Málaga lo
mejor, y en este caso, se trata de la Iglesia de
San Julián y edificio anejo, de muy posible
desaparición al carecer de conservación
adecuada. Los citados templo y edificio fueron
construidos en el siglo XVII por la Hermandad
de la Santa Caridad (...). Después, en los años
25 al 36 (del siglo XX), fue destinado a refugio
nocturno de menesterosos, que encontraban allí
cobijo durante la noche. Finalizada nuestra
guerra, se dedicó a guardería infantil que
satisfacía económicamente al Tribunal Tutelar
de Menores, hasta 1968 en que desapareció esta
actividad. La Cofradía de las Penas (...), estaba
erigida, canónicamente, en la Iglesia de San
José y al enajenar ésta el Obispado de Málaga
fue trasladada la dicha Cofradía a la Iglesia de
San Julián, donde reside actualmente y la que
mantiene el culto en el templo y, a sus
expensas, acomete obras de conservación,
pequeñas por su modesta economía. La
Agrupación de Cofradías ha hecho gestiones
para instalar en dicho recinto un museo y
adecuar el ya citado inmueble a su costa, sin
que hasta ahora haya tenido éxito en sus
81
Este documento, junto a otros, obraba en poder de José Solís Puya, quien
amablemente nos lo ha facilitado.
1240

gestiones. Sabemos (...) el interés que siempre
ha demostrado y demuestra por las cosas de
arte y (...) me dirijo con el ruego de que habilite
la fórmula, si ello es posible, para encauzar los
deseos de la Agrupación de Cofradías, de la
que soy miembro, y llevar a feliz meta la
recuperación para Málaga y para la citada
Agrupación de la Iglesia de San Julián y
anejo” 82 .
El Director general de Bellas Artes contestaba a Solís Ortega
el 23 de octubre de 1973, haciéndole saber que había trasladado la
nota a los Servicios Técnicos de la Comisaría General del
Patrimonio Artístico Nacional, para que dictaminase la forma de
prestar ayuda en la rehabilitación de la iglesia de San Julián 83 . En
efecto, el comisario general del Patrimonio, Jesús Silva Porto,
escribió, el 9 de noviembre de 1973, a Jaime Solís Ortega
exponiéndole que no podían incluir en la programación las
cantidades que se necesitaban para efectuar la restauración, pero
que tomaban nota de la petición para incluirla en futuras
programaciones 84 . Pese a la respuesta, el subcomisario general del
Patrimonio, Alberto García Gil, comunicaba que el edificio no
estaba declarado “Monumento Nacional”, lo que, de alguna manera,
imposibilitaba la tramitación de créditos con cargo a los
presupuestos de dicho organismo. También indicaba que se podría
obtener una declaración de “Monumento provincial”, siempre y
82
A.A.C.M. Caja 65 (San Julián), leg. 4.
83
Ibídem.
84
Ibídem.
1241

cuando se solicitase de la Diputación Provincial de Málaga y ésta,
finalmente, lo aprobase 85 .
Mientras se le daba un uso definitivo al inmueble, el vicario
de la diócesis, Manuel Díez de los Ríos, autorizaba, a través de un
escrito fechado el 7 de febrero de 1974, a Antonio Díaz Romero,
párroco del Carmen de la Carihuela (Torremolinos) y profesor de la
Escuela de Comercio de Málaga, a usar uno de los salones
disponibles en San Julián para las reuniones juveniles de
apostolado 86 .
La incertidumbre que había tenido en vilo a directivos y
hermanos durante varios años estaba tocando su fin. En un reportaje
realizado por Francisco Javier Bueno en el diario La Tarde, se
anunciaba que la iniciativa comenzada en 1968 y mantenida hasta
1974 por la Cofradía del Santísimo Cristo de la Agonía y María
Santísima de las Penas de mantener en pie el conjunto
arquitectónico de San Julián tuvo sus frutos, cuando el nuevo
obispo de Málaga, Ramón Buxarrais Ventura, decidió establecer en
él el Museo de Arte Sacro y de las Cofradías 87 .
2.2.- El patrimonio de la extinta Hermandad de la Santa
Caridad
Con fecha 27 de octubre de 1970, la Cofradía realizó un
inventario de los enseres encontrados en la iglesia y en el resto de
85 Ibídem.
86 Ibídem.
87 La Tarde, Málaga, 9 de noviembre de 1974; CAMINO ROMERO, A., “Trayectoria
histórica de San Julián: finalidad y usos”, Penas nº 16, Venerable Hermandad y
Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Agonía, María Santísima de las
Penas y Santo Domingo de la Calzada, Málaga, 1994, pp. 22 y 23.
1242

dependencias del edificio cuando ésta se estableció en mayo de
1966, siendo éste el siguiente:
-Dos cornucopias doradas con espejo.
-Un cuadro de gran tamaño con la imagen de San Pedro.
-Una cómoda para guardar ornamentos religiosos.
-Un reloj de péndulo vertical con sonería de gran tamaño.
-Dos cuadros del pintor Niño de Guevara que fueron retirados
por el Obispado.
-Una tela en arco de medio punto también retirada por el
citado estamento.
-Un cuadro de grandes dimensiones, pintado por el mismo
artista, que representaba la Exaltación de la Santa Cruz,
encontrándose en el altar mayor, tapado por la hornacina de la
Virgen Milagrosa.
condiciones.
-Los lienzos de la iglesia se encontraban en perfectas
-Tres cuadros, uno de ellos representaba a Don Miguel
Mañara, y otros dos con motivos de paisajes que se hallaban en la
sacristía de la iglesia.
-Un cuadro representando a un Crucificado de autor no
conocido, también estaba en el templo 88 .
Esta relación de efectos se llevaría a cabo para poner de
manifiesto los objetos pertenecientes a la extinguida Hermandad de
la Santa Caridad, en el supuesto de que la Cofradía tuviese que
abandonar la sede de San Julián.
88 A.A.C.M. Caja 65 (San Julián), leg. 4.
1243

Asimismo, hemos localizado la correspondencia mantenida
entre la Cofradía de las Penas y la Asociación de la Medalla
Milagrosa, radicada en dicho templo como hemos visto 89 . La
Hermandad de carácter penitencial indicaba, mediante un escrito
fechado el 8 de junio de 1971, al presidente de la citada Asociación,
José Reding Marín, que el altar que ocupaba la imagen Titular se
hallaba incrustado en el lienzo de El triunfo de la Caridad, situado
en el altar mayor 90 . Por su parte, Reding Marín contestó el 2 de
julio a José María Reyes Ruiz, autor de la carta, informándole que
el retablo de la Virgen Milagrosa no estaba incrustado, sino
adosado, sin tocar el cuadro 91 . Recibido el escrito el día 9 de julio
en la secretaría de la Cofradía de las Penas, el fedatario de la
entidad nazarena respondió el 19 del mismo mes, aclarándole los
malos entendidos que habían podido surgir 92 .
Ante el rumbo que estaba tomando dicho asunto, la Cofradía
se interesó por otra vía de comunicación para la conservación del
lienzo del altar mayor, sin tener que entrar en un continuo
enfrentamiento con la referida Asociación. A fin de evitar posibles
desavenencias, el hermano mayor de las Penas, Nicolás Baranda
López, envió un oficio, el 24 de enero de 1972, al presidente de la
Real Academia de Bellas Artes, José Luis Estrada Segalerva,
exponiéndole que el lienzo colocado en el altar mayor de la iglesia
se encontraba obstruido por una hornacina de la Virgen Milagrosa,
cuya Congregación lo había instalado sin valorar el lienzo existente.
89 Ibídem.
90 Ibídem.
91 Ibídem.
92 Ibídem.
1244

Baranda López señalaba que las recomendaciones efectuadas a la
Medalla Milagrosa habían sido inútiles. Por lo tanto, se solicitaba la
adopción de medidas urgentes e, incluso, se llegaba apuntar que la
Hermandad estaba dipuesta a hacerse cargo de los daños del
lienzo 93 .
Pese a la intensa tarea burocrática en defensa del conjunto
arquitectónico y del patrimonio existente en San Julián llevada a
cabo por las Penas, ésta siguió manteniendo su actividad cultual.
Así, se puede ver en la prensa que la Hermandad realizó el triduo en
honor de sus venerados Titulares en el mes de marzo de 1972 94 .
Pasada la Semana Santa, la Vicaría general del Obispado de
Málaga se ponía en contacto con el hermano mayor para indicarle
que la Cofradía ya podía correr con los gastos de traslado del
retablo de la Virgen Milagrosa 95 . La Vicaría también comunicaba,
pero el 8 de agosto de 1972, a la Academia de Bellas Artes haberse
cambiado el lugar del retablo, estando visible, desde esos
momentos, el cuadro de Niño de Guevara. Al mismo tiempo, se
pedía que Baranda López mandase restaurar el cuadro, no sin antes
contar con la supervisión de la Comisión Diocesana de Arte,
integrada por los académicos Enrique Atencia Molina y Alfonso
Canales Pérez 96 . Dos días más tarde, la Real Academia comunicaba
a Nicolás Baranda López que se había recibido la carta del vicario
general Díez de los Ríos, señalando las indicaciones a seguir 97 .
93
Ibídem.
94
Sur, Málaga, 24 y 27 de marzo de 1972.
95
A.A.C.M. Caja 65 (San Julián), leg. 4.
96
Ibídem.
97
Ibídem.
1245

Unos meses después, el Vicario escribía el 10 de enero de
1973 a la Hermandad de las Penas presentando al profesor de
Historia del Arte de la Universidad de Málaga, Agustín Clavijo
García, con objeto de que se le ayudase a estudiar y fotografiar las
pinturas conservadas en la iglesia de San Julián 98 . Al día siguiente,
el presidente de la Comisión Diocesana de Arte, Manuel Gámez
López, autorizaba a José Sánchez Torregrosa para hacer unas
fotografías de los cuadros existentes en dicho templo 99 .
El Obispado envió un oficio, fechado el 20 de junio de 1974,
a la portera de San Julián, Isabel Ortiz Díaz, comunicándole que se
trasladarían al Palacio Episcopal:
“(...) dos cuadros al óleo, que representan
motivos de ruinas arquitectónicas, propiedad de
la extinguida Hermandad de Paz y Caridad,
existentes (...) en la sacristía (...)” 100 .
En la prensa de 1975 aparecía publicada una noticia referida
al estado de conservación del cuadro El emperador Heraclio en
hábito de penitente, obra ejecutada por el pintor Juan Niño de
Guevara en el siglo XVII, como aludimos en su momento. La
información refería que la Comisión de Arte del Museo Diocesano
había estimado oportuno, dada la precariedad del cuadro, el
traslado a Madrid para su restauración 101 . Sin embargo, la
mencionada obra no fue llevada a la capital de España,
desconociéndose las causas que lo impidieron.
98 Ibídem.
99 Ibídem.
100 Ibídem.
101 Sur, Málaga, 20 de mayo de 1975.
1246

3.- EL IRREALIZADO PROYECTO DEL MUSEO DE ARTE
SACRO Y DE LAS COFRADÍAS EN EL EDIFICIO DE SAN
JULIÁN
El obispo Ramón Buxarrais se dirigía por carta, fechada
el 14 de noviembre de 1974, al presidente de la Agrupación de
Cofradías, José Atencia García, para expresarle que desde su
llegada, el 28 de junio de 1973, había venido pensando en la
necesidad de crear un Museo Diocesano, en el que pudieran
reunirse las obras de arte sacro diseminadas por las iglesias y
edificios religiosos de la diócesis. Al existir el inmueble del antiguo
asilo de San Julián, propiedad de la Iglesia malagueña, éste era el
lugar adecuado para la instalación del referido Museo. Habiéndose
celebrado varias reuniones, se había creído oportuno constituir un
Patronato encargado de acometer esta finalidad. En ese Patronato
no podía faltar la colaboración de la Agrupación de Cofradías de
Semana Santa por dos motivos esenciales: uno, por la probada
capacidad de iniciativa y otro, por el hecho de que en la iglesia de
San Julián tenía su sede la Hermandad del Santísimo Cristo de la
Agonía y María Santísima de las Penas. Además, sería de enorme
interés que el Museo de Arte Sacro constituyera una exhibición
permanente de aquellos objetos y enseres de las cofradías. Pensaba
que la colaboración del presidente de la entidad agrupacionista
como miembro del Patronato resultaría muy valiosa, permitiéndose
contar con ella 102 .
102 A.A.C.M. Caja 65 (San Julián), leg. 4.
1247

El Prelado hacía público, el 8 de febrero de 1975, el
Decreto sobre la constitución del Patronato del Museo Diocesano
de Arte Sacro, por el que acordaba lo siguiente:
“1) Se crea el Museo de Arte Sacro de la
Diócesis de Málaga, con la denominación del
Museo Diocesano y de las Cofradías. 2) Dicho
Museo radicará en el edificio de San Julián, sito
en esta ciudad de Málaga y anejo a la iglesia
del mismo nombre. 3) Para regir el Museo
Diocesano y de las Cofradías se crea un
patronato, bajo la presidencia del Obispo de la
Diócesis e integrado por los siguientes
miembros: El Il[us]t[rísi]mo. S[eño]r. Delegado
Provincial del Ministerio de la Vivienda; el
S[eño]r. Teniente de Alcalde Delegado de
Cultura del Exc[elentísi]mo. Ayuntamiento de
Málaga; el S[eño]r. Diputado Provincial
Delegado de Cultura de la Exc[elentísi]ma.
Diputación de Málaga; el Presidente de la
Comisión Diocesana de Arte Sacro; el S[eño]r.
Arquitecto miembro de la Comisión Diocesana
de Arte Sacro; el S[eño]r. Administrador
Diocesano; el S[eño]r. Presidente de la
Agrupación de Cofradías; el S[eño]r. Director
del Museo Provincial de Bellas Artes; el
Il[us]t[rísi]mo. S[eño]r. don Nicolás Baranda
López, Delegado Provincial de Obras Públicas;
el Il[us]t[rísi]mo. S[eño]r. don Javier Peña
Abizanda, Director de la Junta de Obras del
Puerto; don Juan Antonio Rando González,
Director de Radio Peninsular; don Agustín
Clavijo, Profesor de Arte; y el Asesor Jurídico
del Obispado. Este último actuará como
Secretario. 4) En el Museo Diocesano se
guardarán obras de arte propiedad de la Iglesia,
cuya custodia y conservación en dicho recinto
se considere necesaria. También se guardarán
1248

obras de arte de la Agrupación de Cofradías
que merezcan ser exhibidas allí durante el año,
sin perjuicio de su utilización en los desfiles
procesionales. 5) El Patronato elaborará un
proyecto de Estatutos que será sometido a la
aprobación del Obispado de Málaga. Dichos
Estatutos regularán el funcionamiento del
Museo, y el régimen económico del mismo” 103 .
Unos meses después de la constitución del Patronato del
Museo de Arte Sacro, el administrador diocesano, Antonio Martín,
comunicó, concretamente el 5 de mayo de 1975, a Jaime Solís
Ortega la decisión del Obispado de destinar el edificio de San Julián
a uso museístico. Asimismo, le rogaba que la Cofradía, a la que
pertenecía, vigilara el acceso y no permitiera “nuevos
almacenamientos ni instalaciones”, con objeto de que la Comisión
Ejecutiva del Museo pudiese trabajar sin impedimentos 104 . Pasados
dos días de la recepción del escrito, el abogado del Obispado,
Alfonso Canales, se dirigía al presidente de la Agrupación, José
Atencia, para informarle de que Antonio Martín se había puesto
en contacto con Jaime Solís a fin de que éste paralizara todo tipo
de actividad que se registrara en San Julián sin el permiso
correspondiente 105 . José Atencia García respondía a Alfonso
Canales el 12 de mayo, haciéndole constar, en primer lugar,
algunas correcciones del borrador de los Estatutos del Museo
Diocesano y de las Cofradías; y, en segundo lugar,
recomendándole, en relación a la carta del Administrador
Diocesano, que habría que dirigirle a Nicolás Baranda López,
103 A.C.C.M. Boletín Oficial Eclesiástico nº 2 (marzo-abril de 1975), pp. 98 y 99.
104 A.A.C.M. Caja 65 (San Julián), leg. 4.
105 Ibídem.
1249

hermano mayor de la Cofradía de las Penas y miembro del
Patronato 106 .
El Administrador Diocesano escribió el 6 de mayo a la
Cofradía de las Penas para que no obstaculizara la salida del
cuadro de un Crucificado, obra del pintor Juan Niño de Guevara,
que iba a ser depositado provisionalmente en el Obispado 107 . Y
el 5 de septiembre, se ordenó la retirada de otro lienzo, El
emperador Heraclio en hábito de penitente, del mismo autor, para
ser embalado y enviado al Instituto Central de Conservación y
Restauración de Madrid 108 . La retirada de las obras de arte del
complejo arquitectónico de San Julián no alteró el desarrollo de la
actividad cultual en la iglesia.
Ilustración 136: Fotografía del obispo Ramón Buxarrais Ventura [MONDÉJAR
CUMPIÁN, F., Obispos de la Iglesia de Málaga, Cajasur, Córdoba, 1998, p. 403]
106 Ibídem.
107 Ibídem.
108 Ibídem.
1250

4.- LA ADSCRIPCIÓN DEL EDIFICIO DE SAN JULIÁN A
LA AGRUPACIÓN DE COFRADÍAS
4.1.- Antecedentes históricos de la Agrupación de Cofradías
La fundación de la Agrupación de Cofradías de Semana
Santa tuvo lugar en los salones parroquiales de la iglesia de
Nuestra Señora de la Merced (hoy día, desaparecida), el 21 de enero
de 1921. Las corporaciones participantes en la sesión constituyente
fueron: Rico, Sangre, Paso, Sepulcro, Misericordia, Puente del
Cedrón, Expiración, Azotes y Columna, Soledad de San Pablo,
Exaltación, Mayor Dolor, Oración en el Huerto, Pollinica y
Victoria, esta última de gloria, eligieron presidente de la Institución
a Antonio Baena Gómez, hermano mayor de la Archicofradía del
Santísimo Cristo de la Sangre 109 . Estas entidades penitenciales
suscribieron el acuerdo de unirse en una aspiración común que
tuviera “como único lema y móvil el prestigio y la ayuda en la labor
109 DORADO PÉREZ, S., “El nacimiento del asociacionismo cofrade. La Agrupación
de Cofradías de Semana Santa de Málaga”, en FERNÁNEZ BASURTE, F., (Coord.),
75 años de la Agrupación de Cofradías (1921/76). Estudio histórico sobre la
Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, Agrupación de Cofradías,
Málaga, 1997, p. 53. Los inicios cofrades de Antonio Baena Gómez son
completamente desconocidos. No obstante, tenemos entendido, por la documentación
conservada, que perteneció a la Archicofradía del Paso y de la Esperanza y a la
Congregación de Mena, dos hermandades punteras de nuestra Semana Santa y
establecidas canónicamente en la parroquia de Santo Domingo. Sin embargo, no se ha
podido conocer la forma en que Baena llegó a inscribirse o a sentirse atraído por la
Archicofradía de la Sangre, una Corporación de rancio abolengo venida a menos que
había mantenido desde la segunda mitad del siglo XIX hasta 1918 solamente la
actividad cultual [CABELLO DÍAZ, Mª. E. y CAMINO ROMERO, A., Consolación
y Lágrimas. 75... p. 39].
1251

que vienen realizando las cofradías por el buen nombre de
Málaga” 110 .
Ilustración 137: Antonio Baena Gómez, primer presidente de la Agrupación de Cofradías
[Foto: A.A.C.M.]
En fechas inmediatas se unieron a la recién nacida
Agrupación las siguientes fraternidades: Mena y Gitanos (1921),
Zamarrilla (1922), Humildad (1923), Humillación, Rescate, Amor
y Cena (1924), Rocío (1925), Descendimiento (1926), Piedad
(1928) y Sentencia (1930) 111 .
En los días 11 y 12 de mayo de 1931 las hermandades de
pasión perdieron sus imágenes, tronos y enseres, por acciones
110
Extracto del discurso de Alberto Torres de Navarra, hermano mayor de la Cofradía
de El Rico.
111
DORADO PÉREZ, S., op. cit., pp. 56-100.
1252

desmedidas de una masa encolerizada que atentó brutalmente contra
el estamento eclesiástico, asaltando y quemando iglesias y
conventos. Pese a los desastres hubo un resurgimiento de las
cofradías a partir de 1934. Un año después, ocho cofradías (sin
contar al Resucitado, que no lo era) volvieron a procesionar a sus
venerados Titulares por las calles de la ciudad. En esta última fecha,
ingresó la Hermandad de Pasión en el ente agrupacionista 112 .
En los días previos al inicio de la Guerra Civil se producía
una nueva sacudida contra edificios religiosos, con las
consiguientes pérdidas materiales. Muchos miembros de la
Agrupación de Cofradías creyeron, y con cierta razón, que sería el
final de la Semana Santa. Sin embargo, el entusiasmo se apoderó
de una mayoría de cofrades malagueños que hicieron posible que,
en los difíciles años de la posguerra, se forjara una nueva Semana
Santa, distinta a la que había existido anteriormente. Vuelta la
normalidad a Málaga se incorporaron a la Agrupación de Cofradías:
Cautivo (1939), Penas (1943), Estudiantes (1945), Viñeros y
Prendimiento (1949). Hasta la llegada de la democracia no se
produjeron más ingresos 113 .
Las llamadas cofradías “nuevas”, aunque algunas no lo eran
dada su notoria antigüedad, vinieron a dar un mayor empuje y
realce a nuestra Semana Mayor. Éstas fueron: Dolores de San Juan
(1978) 114 , Monte Calvario (1981) 115 , Descendimiento (1982) 116 ,
112 JIMÉNEZ GUERRERO, J., “La encrucijada de los años treinta”..., pp. 109-213.
113 CASTELLANOS GUERRERO, J. A., “La Agrupación en la posguerra (1931/60).
Entre la reconstrucción y la crisis institucional”..., pp. 215-255.
114 Tiene los orígenes en el siglo XVII como filial de la Hermandad de la Columna de
la parroquia de San Juan. Las primeras Constituciones aprobadas como independiente
datan del año 1688. Durante el siglo XVIII, la Hermandad de Nuestra Señora de los
Dolores vivió momentos de esplendor. Iniciada la centuria decimonónica entabló un
1253

Humildad (1986) 117 , Dolores del Puente (1987) 118 , Salud (1988),
Salutación (1990), Crucifixión (1993), Penas de los Salesianos
pleito con el Consejo de Castilla, que pretendía la desaparición de la misma. La unión
con la Archicofradía Sacramental de San Juan le permitió sobrevivir. En este siglo
efectuó alguna salida procesional pero, ante todo, mantuvo el culto interno con la
celebración del septenario en honor de la sagrada Titular. A pesar de que la
Corporación no estaba extinguida, un grupo de jóvenes cofrades la revitalizó en 1977,
consiguiendo en 1978 procesionar a la Dolorosa en la jornada del Viernes Santo.
115 La Crónica General de la Orden de los Mínimos, editada en el año 1619, recoge
cómo recibía culto la imagen de un Cristo en la capilla del Monte Calvario. Este
recinto se levantaba, como hoy, al final de la Vía Sacra, por donde los frailes Mínimos
subían meditando las estaciones del Vía Crucis, repartidas a lo largo de este camino.
La Cofradía actual comenzó a dar sus primeros pasos en 1977, formándose a los
efectos oportunos una comisión reorganizadora, tomando como referencia histórica
una Orden Tercera fundada por los Mínimos.
116 Los antecedentes históricos la sitúan en el siglo XVI y en una posterior
reorganización en el siglo XVIII, aunque la Hermandad actual es continuadora de la
fundada en el Santuario de la Victoria en 1925. El ingreso en la Agrupación de
Cofradías se llevó a cabo al año siguiente. Del templo victoriano pasó en 1927 a la
parroquia de Nuestra Señora de la Merced. Salió hasta el Viernes Santo de 1930, en
que por razones puramente económicas tuvo que suspender al año siguiente este tipo
de actos. En los sucesos de 1931 la Hermandad del Sagrado Descendimiento perdió
todo el patrimonio, incluidas imágenes del Señor y del paso de misterio. Un grupo de
jóvenes la reorganizó en 1976, incorporando al culto a Nuestra Señora de las
Angustias.
117 Se fundó el 30 de abril de 1694 en el convento de Nuestra Señora de la Merced. El
número de hermanos se limitó a 72, por ser éste el de los discípulos de Jesucristo. Los
primeros Estatutos fueron aprobados en 1696. La desamortización de 1835/6 obligó a
la Hermandad a desplazarse a la parroquia de Santiago Apóstol. Desde esta nueva sede
canónica efectuó desfiles procesionales a finales del siglo XIX. Ingresó en 1923 en la
Agrupación de Cofradías pero unos años después surgieron problemas internos que
desembocaron en la desaparición de la escena cofrade. Se reorganizó gracias a la
iniciativa de Juan Casielles del Nido, tomándose como fecha oficial la del 24 de
septiembre de 1980, estableciéndose en el Santuario de Santa María de la Victoria. En
esta nueva etapa, se incorporó la advocación de Nuestra Madre y Señora de la Merced.
118 A finales del siglo XVII, y bajo el pontificado de Fray Alonso de Santo Tomás,
Juan Valverde fundó una capilla callejera en las cercanías del puente de Santo
Domingo, en la que se dio culto a la talla de un Crucificado bajo la advocación del
Perdón. La causa de la erección de la capilla era adecentar la zona de la calle del
Marqués y evitar los pecados que se cometían en aquel lugar. La devoción de Nuestra
Señora de los Dolores la introdujo un feligrés de la parroquia de San Juan llamado
Martín Federico, quien fundó un rosario nocturno en el año 1747. La falta de espacio
para depositar a la imagen de la Virgen obligó a trasladarla a la capilla antes citada. La
imagen de la Dolorosa quedó ubicada en este lugar durante todo ese período
cronológico, hasta que los cambios urbanísticos sufridos en 1927 obligaron a trasladar
a la Virgen a la parroquia de Santo Domingo, haciéndose cargo la Archicofradía de El
Paso y la Esperanza al labrarle una capilla callejera en la fachada del templo
dominico. Por otra parte, la estela del Crucificado se perdió en la noche de los
1254

(1995), Nueva Esperanza (1997), Santa Cruz (2001) y Dulce
Nombre (2002), la última en agregarse 119 .
En la actualidad la Agrupación de Cofradías la componen
un total de treinta y ocho hermandades, no contándose con la
Venerable Orden Tercera de Siervos de María (Servitas), puesto
que se trata de una congregación religiosa no agrupada aunque
figura como socio de honor, según los Estatutos de la entidad
agrupacionista 120 , y con el Santísimo Cristo Resucitado y María
Santísima Reina de los Cielos, Titulares de la propia Agrupación.
En sus ochenta y siete años de historia han sido presidentes:
Antonio Baena Gómez (1921/37), Enrique Navarro Torres (1937/45
y 1954/69), Alfonso Sell Aloy (1945/48), Dioniso Ric Sánchez
(1948/49), José Álvarez Gómez (1949/54), José Salcedo Sánchez
(1969/71), José Atencia García (1971/77), Federico del Alcázar
García (1977/78), Carlos Gómez Raggio (1978/79), Francisco
Hermoso Bermúdez (1979/80), Francisco Fernández Verni
(1980/82), Francisco Toledo Gómez (1982/91), Jesús Saborido
Sánchez (1991/97), Clemente Solo de Zaldívar López (1997/2003)
y Rafael Ángel Recio Romero (2003/....).
tiempos. Los fieles y devotos de la Virgen decidieron reorganizar el 24 de abril de
1982 la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón y Nuestra Señora de los Dolores.
119 Información extraída de las revistas La Saeta nº 35 y 37, órgano de información de
la Agrupación de Cofradías de Málaga.
120 En el capítulo VIII, artículo 19, apartado 2 de las Ordenanzas o Reglas para el
gobierno de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, Málaga, 1991,
pp. 18-19.
1255

4.2.- Los Titulares de la Agrupación de Cofradías
El primer Titular de la entidad fue una efigie del Santísimo
Cristo Resucitado, que recibía culto en el convento de las religiosas
Bernardas, enclavado en calle Victoria, y se atribuía al escultor
malagueño Fernando Ortiz. La Agrupación de Cofradías procesionó
la talla, con el permiso de las monjas porque eran las propietarias,
en el período comprendido entre 1921 y 1931. En este desfile
participaba una representación de cada una de las hermandades
agrupadas.
Las actas de la mencionada Asociación no prestaron atención
a la primera salida procesional producida en 1921. Sin embargo,
sería en la del año siguiente cuando se plasmaran los primeros
acuerdos referidos a dicho cortejo 121 . Los periódicos y revistas de la
ciudad, en víspera de la Semana Santa, anunciaban que, dado el
entusiasmo reinante en todas las cofradías, se esperaba que la
procesión del Resucitado superase en brillantez a la del año pasado.
Tras el paréntesis antes referido sin procesiones, en 1935 volvió a
salir el Resucitado pero esta vez desde el interior de la iglesia del
Sagrado Corazón 122 . Finalizada la Guerra Civil y reinstaurados los
desfiles de Semana Santa, la Agrupación de Cofradías encargó
en 1943, al escultor madrileño José Capuz, una nueva imagen del
Santísimo Cristo Resucitado, que ya sería de su propiedad 123 .
121 CAMINO ROMERO, A. y PALOMO CRUZ, A. J., “Primeros años del
Resucitado”, Diario-16, Semana Santa 1994, p. 29.
122 JIMÉNEZ GUERRERO, J., “La encrucijada de los años treinta”..., p. 162.
123 CASTELLANOS GUERRERO, J. A., “La Agrupación en la posguerra (1931/60).
Entre la reconstrucción y la crisis institucional”..., p. 234.
1256

Ilustración 138: Estampa de la actual imagen del Santísimo Cristo Resucitado
El periódico Sur informaba, el domingo, 25 de marzo de
1945, que el “nuevo Paso del Santísimo Cristo Resucitado
desfilará en la Semana Santa del próximo año” y que “esta
Hermandad será erigida canónicamente en la iglesia de los Santos
Mártires”. La Comisión del Resucitado la presidía, por entonces,
Fernando Roldán Andreu, encargado de la organización del desfile
procesional 124 . El obispo de la diócesis Balbino Santos Olivera
bendijo en la parroquia de los Mártires el grupo escultórico del
Resucitado el 13 de abril de 1946, año en que efectuaría el
recorrido oficial por primera vez 125 .
Casi medio siglo después, en 1993, la Comisión del
Resucitado propuso a la asamblea de la Agrupación de Cofradías,
adoptar como cotitular a María Santísima Reina de los Cielos. Esta
124 Sur, Málaga, 25 de marzo de 1945.
125 Sur, Málaga, 14 de abril de 1946.
1257

obra fue realizada por el imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte y
bendecida el 8 de diciembre de ese año 126 .
4.3.- La nueva sede agrupacionista
La Agrupación tuvo como primer lugar de reunión unas
oficinas situadas en la Alameda Principal. En 1938, y tras haber
sido dañada durante la Guerra Civil esta sede administrativa, la
entidad que presidía Enrique Navarro Torres, hermano mayor de la
Cofradía de la Expiración, se instaló en el primer piso de la casa
número 4 de la calle Luis de Velázquez. En la década de los
sesenta, se cambió de emplazamiento al quedarse pequeño para la
actividad asociativa que se registraba, fijándose el nuevo domicilio
en la calle Alarcón Luján. El incremento de los actos cofrades, que
se celebraban en las dependencias, animó a los dirigentes
agrupacionistas a aspirar a un lugar más espacioso y, a la vez,
emblemático. Se fijaron en el edificio de San Julián como
emplazamiento definitivo donde pudieran desarrollarse tales
actividades. La entidad vio colmada una vieja aspiración al
instalarse en el citado edificio en 1988, mandado construir por los
hermanos de la Santa Caridad en el siglo XVII como hemos visto
en el texto. Hacemos este comentario porque en 1928, y como ya
se reflejó en su momento, la Agrupación de Cofradías intentó
organizar la procesión del Resucitado sin éxito y tomó gran interés
por este recinto 127 .
126
ABELA RUIZ, T., “El definitivo asentamiento institucional (1991/96)”..., p. 373.
127
CAMINO ROMERO, A., “San Julián, sede de la Agrupación”, Sur, Málaga, 23 de
marzo de 2008.
1258

Así, en la reunión del día 28 de julio de 1976, el presidente
y hermano mayor de la Cofradía de los Estudiantes, José Atencia
García, dio cuenta a los hermanos mayores y representantes de
las diversas hermandades que el Obispado de Málaga había cedido
a la entidad la iglesia de San Julián y el edificio anexo. Las
palabras pronunciadas por Atencia García sobre el referido asunto,
fueron recogidas en los libros de actas de la manera que
reproducimos literalmente:
“La Agrupación había estado solicitando desde
1971 dicho edificio con el fin de instalar allí
sus oficinas, la Casa de las Cofradías y su
museo de enseres procesionales. Causa
extrañeza a la presidencia de la organización
del patronato por esa simbiosis arte sacrocofradías;
pero como no cabía otra alternativa
optamos por integrarnos dentro de él, ya que así
lo solicitaba el S[eño]r. Obispo. (...) Se hacen
los primeros estudios de proyecto y ordenación
de todo el inmueble, se estudian las partes más
comprometidas de la misma y de más urgente
realización y se calculan que las obras de
adaptación en una primera fase podía ser
alrededor de los 8 millones de pesetas. Se
reunen cuadros en la
S[anta].I[glesia].C[atedral]. y en el Obispado,
se inician las restauraciones por distintos
pintores y empieza a funcionar a través de los
escasos medios que el Obispado cede en
principio para este fin. En el mes de febrero de
1976, en una sesión del referido patronato, nos
sorprende la noticia de que parecía mejor
instalar el referido museo de arte sacro en el
salón noble del palacio episcopal y por tanto
solicité inmediatamente nos fuera dado a las
cofradías todo lo de San Julián. En reunión
1259

posterior antes de la Semana Santa y presidida
por el S[eño]r. Vicario General se hizo por el
arquitecto un estudio de lo que supondría la
adaptación del Obispado para museo,
consistente en unos dos millones de pesetas,
cantidad que debía abonar la Agrupación al
Patronato del museo como contrapartida por la
cesión de San Julián. Ha pasado la Semana
Santa y el Patronato no se ha reunido después,
pero han visto ustedes en la carta circular que
nos envió el Obispo a los distintos Hermanos
Mayores, como hace referencia al asunto de
San Julián. Posteriormente a ello, se ha
entrevistado la semana pasada con el S[eño]r.
Canales abogado del Obispado, y el
Administrador del mismo y allí hemos
concertado todo lo relativo a la cesión. El
problema inmediato es conseguir los dos
millones de pesetas para mediante su entrega,
conseguir a nuestro favor la cesión de San
Julián (...)” 128 .
El diario Sur, en la edición del domingo, 1 de agosto de 1976,
informaba que, desde el año 1974, el Obispado y la Agrupación de
Cofradías habían mantenido reuniones periódicas con motivo de la
creación del Museo de Arte Sacro y de las Cofradías pero que,
andando el tiempo, las dos Instituciones habían entendido que lo
más recomendable era la constitución de dos museos por separado.
En consecuencia, el Obispado cedería la iglesia y el inmueble anejo
a San Julián, donde en el futuro se instalaría la sede de la
Agrupación y se expondría una muestra artística del patrimonio que
poseían las cofradías malagueñas. También se reseñaba que sólo
128 A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 28 de julio de 1976, fols. 72-73.
1260

quedaba pendiente que el Obispado publicara el Decreto de
Adscripción del edificio 129 .
En una nueva sesión de la Agrupación de Cofradías, la del
día 16 de septiembre de 1976, el presidente José Atencia García se
dirigió a los asistentes para explicar los asuntos tratados hasta la
presente y dar lectura a un borrador del Decreto de Adscripción
enviado por el Obispo de la diócesis. Tras una serie de
intervenciones por parte de algunos directivos, se aprobó por
unanimidad el citado borrador y quedó copiado en el libro de
actas 130 . Igualmente, se acordó solicitar del director del Banco Coca
la cantidad de 2 millones de pesetas, las cuales serían entregadas al
Obispo como aportación a la instalación del Museo Diocesano de
Arte Sacro, que iría ubicado en la primera planta del Palacio
Episcopal. Se trató, además, la creación de un Patronato del
Museo de las Cofradías, que tendría como sede la iglesia y
edificio de San Julián, y estaría constituido por el presidente de la
entidad, José Atencia García, y por los siguientes hermanos
mayores: Carlos Gómez Raggio (Archicofradía del Paso y la
Esperanza), Federico del Alcázar García (Hermandad de la
Amargura), Manuel Linares Fernández (Hermandad del Santo
Sepulcro), Rafael Salcedo Sánchez (Cofradía de la Cena),
Francisco Hermoso Bermúdez (Cofradía de la Paloma) y José París
Alonso (Cofradía del Cautivo) 131 .
129
Sur, Málaga, 1 de agosto de 1976. CAMINO ROMERO, A., “San Julián, sede de la
Agrupación”...
130
A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 16 de septiembre de 1976, fol. 78.
131
Ibídem, fol. 80. CAMINO ROMERO, A., “San Julián, sede de la Agrupación”...
1261

Al día siguiente, 17 de septiembre, entraba en vigor el nuevo
Decreto del Obispo sobre el Museo de Arte. Los términos en los
que se recogían eran los que detallamos:
1) La modificación del Decreto de 8 de febrero de 1975, en
que el Museo de Arte Sacro de la Diócesis de Málaga tendría como
sede el Palacio Obispal.
2) Adscripción del edificio de San Julián, con su iglesia, a la
Agrupación de Cofradías de Semana Santa, a fin de que instalase
allí la sede y el propio Museo.
3) La Agrupación de Cofradías daría culto en el templo al
Santísimo Cristo Resucitado, sin perjuicio de los otras funciones
religiosas que se celebraran en dicho recinto.
4) Continuaría teniendo su sede en la iglesia de San Julián la
Cofradía del Santísimo Cristo de la Agonía y María Santísima de
las Penas, la que mantendría su secretaría, acomodando su
instalación a los fines generales a los que se destinaba el inmueble.
5) La Agrupación de Cofradías acometería con sus propios
medios la consolidación y adaptación del edificio, siguiendo las
instrucciones dictadas por el Patronato creado a raíz del Decreto de
8 de febrero de 1975, en cuanto a la realización de las obras y la
planificación y dirección de las mismas.
6) La adscripción del edificio de San Julián, con su templo, a
la Agrupación de Cofradías, se mantendría mientras ésta cumpliera
los fines establecidos en el presente Decreto.
7) El Decreto de 8 de febrero de 1975 quedaba modificado en
cuanto se opusiera a lo que ahora se disponía.
1262

8) El Patronato del Museo Diocesano, del que seguiría siendo
miembro el Presidente de la Agrupación de Cofradías, modificaría
los Estatutos en su día aprobados, adaptándolos a lo que se dispone
en el presente Decreto.
9) Por su parte, la Agrupación de Cofradías elaboraría un
proyecto de Estatutos para su propio Museo, sometiéndolo a la
aprobación del Obispado 132 .
Posteriormente, el vicario general de la diócesis, Manuel
Díez de los Ríos, y el presidente de la Agrupación, José Atencia
García, se reunieron para la firma del documento en el que se
recogían los siguientes acuerdos:
“A).- En virtud del Decreto de fecha 17 de
septiembre actual, el Obispado de Málaga
adscribió el edificio de San Julián, sito en esta
ciudad, con su iglesia aneja, a la Agrupación de
Cofradías, para que ésta instale allí su sede y su
propio Museo. B).- En virtud del mismo
Decreto se modificó el de 8 de febrero de 1975,
estableciendo que el Museo Diocesano de Arte
Sacro radicaría en el propio Palacio Obispal.
C).- La Agrupación de Cofradías ha querido
colaborar con la instalación del Museo
Diocesano de Arte Sacro, tomando el acuerdo
de contribuir a la misma con la cantidad de
DOS MILLONES DE PESETAS, que en este
acto entrega D. José Atencia García al S[eño]r.
Vicario General de la Diócesis. D).- El
Obispado de Málaga agradece a la Agrupación
de Cofradías dicho donativo, que destinará a
obras de adaptación y a la instalación del
132 A.A.C.M. Caja 65 (San Julián), leg. 12. En el Boletín Oficial Eclesiástico nº 6
(noviembre-diciembre de 1976), se publicaba el mencionado Decreto en las pp. 125 y
126.
1263

Museo Diocesano de Arte Sacro en el Palacio
Obispal. E).- Por su parte, D. José Atencia
García, en nombre de la Agrupación de
Cofradías de Semana Santa de Málaga,
agradece al Obispado la adscripción del edificio
de San Julián, con su iglesia aneja, a sede y
Museo de dicha Agrupación,
comprometiéndose a cumplir lo preceptuado en
el Decreto de fecha 17 de septiembre de
1976” 133 .
En la sesión celebrada por la Junta de Gobierno de la
Agrupación de Cofradías el día 24 de noviembre de ese año, José
Atencia manifestaba que había entregado el cheque de 2 millones
de pesetas al Obispado y que no debía constituirse el Patronato
hasta tanto no comenzara a funcionar el Museo, proponiendo la
formación de una Comisión Gestora que se ocupase de los trámites
reglamentarios. A continuación, presentó una serie de planos y una
memoria en la que se detallaba el estado de conservación del
edificio, realizados por el arquitecto diocesano Enrique Atencia
Molina 134 .
Por otro lado, el Obispado envió un escrito el 3 de diciembre
de 1976, firmado por el vicario general, Manuel Díez de los Ríos,
por el administrador, Antonio Martín, y por el encargado de los
fondos artísticos de la diócesis de Málaga, Agustín Clavijo García,
al hermano mayor de la Cofradía de las Penas, Nicolás Baranda
López, informándole que las pinturas de Miguel Mañara, de un
Crucificado, de El emperador Heraclio en hábito de penitente y de
133
A.A.C.M. Caja 65 (San Julián), leg. 12.
134
A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 24 de noviembre de 1976, fols. 85 v.
y 86.
1264

Los desposorios de la Virgen, pertenecientes a la iglesia-hospital de
San Julián, se encontraban depositadas en la sede obispal para su
limpieza y restauración.
En el caso de los dos últimos lienzos, se hacía hincapié que
se hallaban en el Instituto Central de Conservación y Restauración
de Obras de Arte de Madrid 135 .
5.- CULTOS REALIZADOS ENTRE 1966 Y 1977 EN LA
IGLESIA DE SAN JULIÁN
5.1.- Jubileo de las XL Horas
El Jubileo de las XL Horas circularía en la iglesia de San
Julián de 1966 a 1977, coincidiendo con la novena de la Virgen de
la Medalla Milagrosa. En algunas ocasiones, el culto eucarístico se
llevaría a cabo del 19 al 23 de noviembre y, en otras, del 19 al 27
de ese mes 136 .
5.2.- Asociación de la Medalla Milagrosa
Esta entidad manifestó una intensa actividad en el templo,
precisamente en la última etapa de permanencia en él.
135 A.A.C.M. Caja 65 (San Julián), leg. 9.
136 Reflejamos las noticias aparecidas en el periódico Sur, de 21 de noviembre de 1966;
de 17 de noviembre de 1967; de 22 de noviembre de 1968; de 17 de noviembre de
1973; de 16 de noviembre de 1974; de 19 de noviembre de 1975; de 19 de noviembre
de 1976; y de 19 de noviembre de 1977.
1265

5.2.1.- Novenas
Las dedicadas en honor de la Santísima Virgen serían
predicadas del 19 al 27 de noviembre por:
TABLA 70
FECHA PREDICADOR
1966 José Jabato
1967 Jesús Taboada, director nacional de
la Asociación de la Medalla
Milagrosa
1968 Augusto García, C. M.
1969 PP. Paúles de San Miguel de
Miramar
1970 Ricardo Madrigal, de la residencia de
los PP. Paúles de Málaga
1971 ---
1972 ---
1973 Joaquín Reina Castrillón, S. J.
1974 ---
1975 José Alcántara España
1976 Primitivo Gonzalo, párroco de San
Miguel de Miramar
1977 No se pudo llevar a cabo por el cierre
de la iglesia, que precisaba una
urgente reparación por el mal
estado 137 .
5.2.2.- Triduos
Los oradores de estos cultos, organizados por la Junta
Diocesana de Señoras de la Medalla Milagrosa del 25 al 27 de
mayo, fueron:
137 Extraída la información de los periódicos Sur (años: 1966, 1967, 1970, 1973, 1975
y 1976) y La Tarde (años: 1968 y 1969). De los años 1971, 1972 y 1974 se
desconocen los predicadores por no anunciarlos en los citados medios de
comunicación.
1266

TABLA 71
FECHA PREDICADOR
1972 Félix García Trascasa, C. M., de la
residencia de los Padres Paúles
1973 Emiliano Fortea Martínez, coadjutor
de la parroquia de los Santos Mártires
1974 ---
1975 Emiliano Fortea Martínez
1976 ---
1977 Emiliano Fortea Martínez 138 .
5.2.3.- Reuniones
En el último año de estancia de la Asociación de la Medalla
Milagrosa en la iglesia de San Julián, se produjeron reuniones de
los devotos y seguidores de San Vicente de Paúl.
Así, el Consejo Particular de las Conferencias del citado
santo, realizaría una reunión ordinaria el día 4 de febrero y otra el 6
de mayo de 1977 139 .
Igualmente, la Sociedad de San Vicente de Paúl celebraría
una convivencia el día 30 de octubre de 1977, dando comienzo con
una misa y concluyendo con una reunión 140 .
5.3.- Venerable Orden Tercera de Penitencia de San Francisco
de Asís
La Congregación siguió manteniendo, como en décadas
anteriores, sus actividades sociales y cultuales. El domingo, 16 de
febrero de 1969, se llevarían a cabo los cultos mensuales,
138 Cuadro realizado con la información recogida en el periódico Sur. En algunos años,
como se refleja, no se dio a conocer la identidad del predicador.
139 Sur, Málaga, 3 de febrero y 4 de mayo de 1977.
140 Sur, Málaga, 28 de octubre de 1977.
1267

atendiendo al siguiente orden: por la tarde, exposición mayor y
corona franciscana, después la misa con predicación a cargo del P.
Emiliano Fortea Martínez, director espiritual de la Corporación,
terminando los cultos con la bendición del Santísimo 141 .
Los componentes de esta Congregación debieron mantener
relaciones cordiales con los cofrades de las Penas, al asistir a las
funciones religiosas que éstos organizaban. Un ejemplo de lo
afirmado, se concretó en la asistencia al triduo en honor de los
sagrados Titulares, celebrado en 1970 142 .
El 21 de noviembre de 1971, se efectuaría una reunión
mensual de hermanos y tras ésta, se oficiaría una misa aplicada
por los difuntos de la Orden 143 .
Al año siguiente, concretamente el 19 de noviembre, se citó a
los hermanos de la Venerable Orden a una reunión general y a una
misa que, posteriormente, tendría lugar 144 . De esta manera se siguió
cumpliendo con los preceptos estatutarios hasta 1977, año en que la
iglesia de San Julián fue clausurada para su rehabilitación.
5.4.- Cofradía de las Penas
Desde la llegada a la sede de San Julián en 1966, los
venerados Titulares ocuparon la capilla en la que, hasta el 25 de
octubre de 2008, se hallaba el Santísimo Cristo de la Agonía, es
decir, la más cercana al presbiterio del lado izquierdo 145 . Esta
141 Sur, Málaga, 16 de febrero de 1969.
142 Sur, Málaga, 20 de febrero de 1970.
143 Sur, Málaga, 19 de noviembre de 1971.
144 Sur, Málaga, 18 de noviembre de 1972.
145 Testimonio de José Solís Puya.
1268

Corporación nazarena comenzaría a desarrollar sus cultos
estatutarios en 1967.
5.4.1.- Misas de la Hermandad
En la Cuaresma de ese año, se recuperaron las misas
dominicales que habían venido realizándose en la iglesia de San
José, celebrándose a las 10 y media de la mañana 146 .
Con motivo de la festividad de la Reina de los Apóstoles el 1
de junio de 1969, el P. Manuel Gámez López ofició una misa
en acción de gracias, en la que glosó:
“(...) las glorias de la Santísima Virgen, Madre
de la Iglesia y Madre nuestra, (...) (exhortando
a los presentes) a amarla e invocarla más
frecuentemente y a considerarla siempre como
nuestra Madre amorosísima” 147 .
En esta solemne función tributada en honor de la Titular
mariana, podría estar el origen del culto de la Realeza de la Virgen
en esta Cofradía, que se llevaría a cabo en 1970.
5.4.2.- Triduos
Durante las décadas de los 60 y 70, el triduo se siguió
oficiando en honor de los sagrados Titulares. En el año 1971, la
imagen del Señor de la Agonía, de Pedro Pérez Hidalgo, fue
146 Sur, Málaga, 17 de marzo de 1967.
147 Sur, Málaga, 3 de junio de 1969.
1269

sustituida por una de Rafael Barbero Medina y, en 1972, la de éste,
reemplazada por otra hechura, de Francisco Buiza Fernández. A
partir de los 80, el culto sólo estuvo dedicado al Santísimo Cristo de
la Agonía.
TABLA 72
FECHA PREDICADOR
21 a 23 de marzo de 1968 Manuel Gámez López, beneficiado de
la Santa Iglesia Catedral
1969 ---
19 a 21 de febrero de 1970 José María Millán Aurioles,
beneficiado de la Santa Iglesia
Catedral y consiliario de la Cofradía
de las Penas
15 a 17 de marzo de 1971 José María Millán Aurioles (primer
día), José del Campo Muñoz, vicario
pastoral de la diócesis (segundo día) y
Manuel Gámez López (tercer y
último día)
2 a 4 de marzo de 1972 Marcial Moreno Seguí, asesor
religioso de la Institución Sindical
“Francisco Franco” de Málaga
15 a 17 de marzo de 1973 Francisco Márquez Artacho, canónigo
de la Santa Iglesia Catedral
28 de febrero a 2 de marzo de 1974 Antonio Gómez López, director
espiritual de la Adoración Nocturna
de Málaga (primer y segundo día) y
Miguel Rojo Barranco, canónigo de la
Santa Iglesia Catedral (tercer día)
13 a 15 de marzo de 1975 Marcial Moreno Seguí (primer y
segundo día) y Ramón Buxarrais
Ventura, obispo de Málaga (tercer y
último día)
11 a 13 de marzo de 1976 José España Alcántara, párroco de
San Juan de Dios
3 a 5 de marzo de 1977 Antonio Zurita, S. J. 148 .
148 Elaborado con la consulta del periódico Sur (años: 1968, 1970, 1971, 1972, 1973,
1974, 1975 y 1977), el Boletín Oficial Eclesiástico (1975) y un recordatorio del
“Fervoroso Triduo” de 1976. El predicador del triduo celebrado en el año 1969 no fue
facilitado por la prensa local, ni en la Hermandad existen libros de actas de ese
período que tratamos.
1270

La Cofradía de las Penas ponía en conocimiento de sus
hermanos y devotos a través de una nota de prensa, publicada el
16 de febrero de 1978, que el triduo dedicado a los sagrados
Titulares no podría celebrarse dado que la iglesia de San Julián
se encontraba cerrada al culto desde el mes de noviembre de
1977, estando a la espera de que comenzaran las obras de
restauración 149 .
5.4.3.- Vía Crucis
Los Viernes de Dolores por la noche tenía lugar -hasta
principios del siglo XXI, que pasó al Miércoles de Ceniza- la
realización de un Via Crucis en el interior del templo, cuyas
estaciones estaban a cargo de hermanos de la Cofradía y de
personas invitadas 150 .
5.4.4.- Realezas de la Virgen
El papa Pío XII publicó el 1 de noviembre de 1954 la
encíclica “Ad Caeli Reginan”, en la que proclamaba la Realeza de
la Santísima Virgen, y la Cofradía de las Penas instauró en 1970,
como dijimos, este culto en honor de la Titular mariana 151 .
149 Sur, Málaga, 16 de febrero de 1978.
150 Así viene recogido en la prensa de los años sesenta y setenta del siglo XX. Además,
en la regla VI de los Estatutos de 1977, se decía que la Virgen de las Penas irá
“vestida con saya y manto negro”.
151 Testimonio de José Solís Puya.
1271

TABLA 73
FECHA PREDICADOR
31 de mayo de 1970 José María Millán Aurioles
1971 ---
28 de mayo de 1972 Marcial Moreno Seguí
31 de mayo de 1973 Ídem
2 de junio de 1974 Ídem
1975 ---
30 de mayo de 1976 Federico Gutiérrez, C. M.
29 de mayo de 1977 Miguel Rojo Barranco. En la función
religiosa se celebró una misa
flamenca por malagueñas, siendo
cantada, además de por el celebrante,
por el Niño de Canillas, Niño de
Bonela y Niño de la Isla. A la guitarra
actuaron El Africano y Cómitre 152 .
5.4.5.- Procesiones
La primera procesión organizada en este enclave se efectuó
en el año 1967, partiendo el cuerpo de nazarenos del interior de la
iglesia y los tronos desde un tinglado, instalado en la calle Nosquera
hasta 1991 153 .
152 Extraído del periódico Sur (años: 1970, 1972, 1973, 1974, 1976 y 1977). No se
conocen los de 1971 y 1975 al no estar recogidos en la información local.
153 Recordamos que, por ese tiempo, la calle Nosquera estaba unida a la de Comedias a
través de un pasaje o callejón. Sin embargo, y a principios de los años noventa del
siglo XX, se derribó un conjunto de casas que posibilitó la prolongación de la primera
y el enlace definitivo con la segunda.
1272

5.4.6.- Misas de Santo Domingo de la Calzada
La Junta Directiva de la Cofradía acordó el 17 de octubre de
1968, celebrar una misa vespertina (años después pasaría al horario
de mañana) todos los días 12 de cada mes a Santo Domingo de la
Calzada 154 . Este acuerdo pronto se puso en práctica, puesto que, el
12 de marzo de 1969, se ofició la misa mensual dedicada al tercer
Titular 155 .
5.4.7.- Bautismos
También se llevó a cabo este sacramento. Una hija del
cofrade y directivo de la Hermandad, José Antonio Fernández
Aragón, fue bautizada en el templo, en el mes de septiembre del año
1975 156 .
5.5.- Hermandad de Santa Lucía
La proximidad de la sede de la Organización Nacional de
Ciegos (O.N.C.E.), sito en calle Nosquera, con la iglesia de San
Julián, fue la causa por la que se efectuaron los cultos en honor de
su venerada patrona, Santa Lucía. Las primeras noticias sobre las
misas oficiadas en dicho templo, las recabamos de la prensa local
del año 1976 157 . Con motivo del cierre en 1977 de la iglesia de San
154 A.H.C.P. Acta mecanografiada, p. 1.
155 Sur, Málaga, 11 de marzo de 1969.
156 La Tarde, Málaga, 20 de septiembre de 1975.
157 Sur, Málaga, 24 de abril, 15 de mayo y 4 de septiembre de 1976.
1273

Julián para su rehabilitación, la Hermandad celebraría una misa
para los ciegos y afiliados a la O.N.C.E. el jueves, 16 de febrero, a
las 8 y media de la mañana, en la parroquia de los Santos
Mártires 158 .
5.6.- Otras funciones religiosas
El Colegio Oficial de Practicantes (hoy día A.T.S.) organizó
la celebración de una misa en honor de su patrón, San Juan de Dios,
el 8 de marzo de 1964, a la que asistieron gran número de
profesionales y familiares de los mismos 159 .
5.7.- Cierre de la iglesia de San Julián
Una vez clausurado el templo para su adecuación, la
Comisión de San Julián, creada al efecto en la Agrupación de
Cofradías para todo lo concerniente al edificio, llevó a cabo unas
gestiones con el Obispado para que buscara nuevo acomodo a la
Asociación de la Medalla Milagrosa, cuyo destino sería la parroquia
de San Dámaso Papa, del barrio del Molinillo, aneja al colegio de
San Juan de Dios, conocido popularmente como “el de la Goleta”;
y la Venerable Orden Tercera de Penitencia de San Francisco de
Asís en la iglesia del Santo Cristo de la Salud, de la calle
Compañía. La Cofradía de las Penas mantendría, empero, su sede
158 Sur, Málaga, 15 de febrero de 1978.
159 Sur, Málaga, 10 de marzo de 1964.
1274

en San Julián, al haberse alcanzado un acuerdo entre la Agrupación
y el Obispado en 1976, como reflejamos anteriormente 160 .
5.8.- Traslado de las imágenes de la Cofradía de las Penas
La hechura del Santísimo Cristo de la Agonía, junto con la de
Santo Domingo de la Calzada, se trasladaría a la secretaría de la
Cofradía dentro del recinto histórico y la efigie de la Virgen de
las Penas se llevaría a la capilla de la Cofradía de la Columna
(vulgo Gitanos), en la iglesia parroquial de los Santos Mártires
Ciriaco y Paula. En este lugar, permanecería la venerada Titular
aproximadamente un año. Durante la estancia, la Cofradía de las
Penas celebraría el 17 de octubre de 1978, conjuntamente con las
corporaciones nazarenas de Pasión y Huerto, los cultos del mes
del Rosario 161 .
Luego, la Dolorosa de las Penas pasaría, por decisión de la
Junta de Gobierno, a acompañar al Crucificado de la Agonía en
la sala capitular de la Hermandad. En una fotografía publicada
en el periódico Sur, con motivo de la visita del ministro de Obras
Públicas, Luis Ortiz, en marzo de 1982 a San Julián, aparecían
los sagrados Titulares en dicha dependencia 162 . Cuando las obras
se concentraron en la zona de la secretaría, las imágenes se
ubicaron, previo acuerdo con la Agrupación de Cofradías, en
las capillas que ocupaban en el templo. Sin embargo, el 23 de abril
160 VILLALOBOS GÁMEZ, S., “San Julián: Crónica de una restauración”, La Saeta nº
20, Agrupación de Cofradías, Málaga, 1996, pp. 158 y 159.
161 Sur, Málaga, 17 de octubre de 1978.
162 Sur, Málaga, 28 de marzo de 1982.
1275

de 1988 163 , y bajo el mandato de Miguel Navas Fernández, serían
trasladadas a la capilla de la Cofradía de la Columna:
“(...) mientras se realizan las obras de
adecuación y restauración, que ya se
encuentran en su última fase, de la iglesia de
San Julián, sede canónica de esta
Hermandad” 164 .
5.9.- Retraso de las obras
La documentación existente indica que el inicio de las obras
tuvo un retraso considerable, aproximadamente de dos años. En
una crónica efectuada por la prensa sobre el desfile procesional de
la Cofradía de las Penas en 1978, se explicitaba que: “La iglesia
de San Julián espera su reforma y remozamiento para el fin a que
va a ser destinado tan bello edificio” 165 .
Un año después, y en una entrevista efectuada por el
periódico Sur al hermano mayor de entonces, Antonio García
Sánchez, éste respondía a la pregunta ¿Qué nos dice de la capilla
en la iglesia de San Julián?:
“Las obras de restauración han comenzado y
se encuentran bastante avanzadas. Espero que
para el año próximo [1980] podamos contar
con nuestra capilla donde darle culto a
nuestras sagradas imágenes (...)” 166 .
163 Sur, Málaga, 23 de abril de 1988.
164 Sur, Málaga, 2 de mayo de 1988.
165 Sur, Málaga, 22 de marzo de 1978.
166 Sur, especial de Semana Santa de 1979.
1276

En un escrito, fechado el 27 de octubre de 1979, un
grupo de hermanos de la Cofradía de las Penas se dirigía a la
Junta de Gobierno de la misma, transmitiendo su malestar porque
en el mes de noviembre se cumplían dos años del cierre de la
iglesia y no se conocía la fecha de terminación de las obras que se
encontraban paralizadas 167 .
6.- LAS OBRAS DE ACONDICIONAMIENTO Y LA
INAUGURACIÓN DE LA NUEVA SEDE DE LA
AGRUPACIÓN DE COFRADÍAS
6.1.- Los trabajos de rehabilitación del edificio
Bajo la presidencia de Federico del Alcázar García se
presentó, en noviembre de 1977, una Memoria museística al
gobernador civil, Enrique Riverola Pelayo, quien se puso en
contacto con el Delegado que el partido político de la U.C.D.
mantenía en Málaga al frente del Ministerio de la Vivienda,
Antonio de la Torre Silvestre. Éste le hizo saber de la existencia de
una partida económica para rehabilitaciones de edificios. Para
obtener una subvención, el vicepresidente 2º de la Agrupación y
hermano mayor de la Congregación de Mena, Francisco Fernández
Verni, realizó, en el plazo de 15 días, un proyecto técnico, por el
cual se consiguió una asignación presupuestaria. Al tiempo que se
llevaban a cabo esas gestiones, el Ayuntamiento de Málaga, siendo
su alcalde Luis Merino Bayona, aprobó conceder una cantidad de
dinero para la reparación de las cubiertas del edificio. Dada la
167 A.A.C.M. Caja 65 (San Julián).
1277

celeridad con la que se desarrollaron los acontecimientos, el
presidente de la Agrupación de Cofradías, Federico del Alcázar, en
compañía de Francisco Fernández Verni, dio una rueda de prensa a
fin de presentar el proyecto de realización de las obras 168 .
En el órgano literario de la Agrupación de Cofradías, la
revista La Saeta, se informaba de la finalización de las obras de la
primera fase -iniciadas en 1978 y realizadas por la empresa
Agromán- 169 , que consistieron en la reparación de las cubiertas, el
refuerzo de entramados de los pisos, el arreglo de las redes de
saneamiento, la instalación eléctrica y fontanería, la restauración de
la carpintería de taller y la reparación de la bóveda encañonada
sobre la escalera 170 . Se mencionaba, además, que el coste de las
obras estaba siendo sufragadas por la Dirección General de
Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo y se
esperaba una nueva subvención para acometer la segunda fase, que
incluiría: “las distintas dependencias sociales de la Agrupación:
salón de actos, biblioteca, hogar del cofrade, sala de juntas,
despachos y demás instalaciones” 171 .
El día 16 de septiembre de 1980, el presidente de la Comisión
de San Julián, Francisco Hermoso Bermúdez, indicó a los
miembros de la Junta de Gobierno que, en el mes de julio, se habían
iniciado las obras de la segunda fase, consistentes en el
acondicionamiento de la iglesia, la casa-hogar y dependencias, tras
haberse recibido la cantidad de 14.500.000 pesetas del Ministerio
168 CAMINO ROMERO, A., “San Julián, sede de la Agrupación” ...
169 A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 22 de julio de 1987, fol. 10.
170 La Saeta nº 0 (III Época), Agrupación de Cofradías, Málaga, 1981, p. 14.
171 Ídem.
1278

de Obras Públicas y Urbanismo (M.O.P.U.). Hermoso Bermúdez
también comentó que quedaba pendiente, para una siguiente fase, el
salón de actos y la biblioteca, así como el cambio de la solería de la
iglesia, ya que no se podía aprovechar, suponiendo un coste de
500.000 pesetas de gasto extraordinario 172 .
A finales de este mismo año, el director del Museo Diocesano
y profesor de Historia del Arte, Agustín Clavijo García, presentó a
la Agrupación de Cofradías una Memoria-proyecto de restauración
de pinturas de la antigua iglesia-hospital de San Julián de Málaga,
reflejándose en él la necesaria restauración del contenido pictórico
de obras de Juan Niño de Guevara y Juan de Valdés Leal, y otras
atribuidas a Cornelio de Vos y Leonardo Coccorante 173 .
La presentación del informe en la secretaría de la Agrupación
de Cofradías, generó que la entidad solicitara, el 4 de marzo de
1981, la ayuda del Director del Instituto de Restauración y
Conservación de Obras de Arte de Madrid 174 . Con respecto a esta
cuestión, no hemos hallado noticias.
En la reunión mantenida por la entidad agrupacionista el 8 de
junio de 1981, el nuevo presidente de la Comisión de San Julián,
Francisco Fernández Verni, se dirigió a los presentes dándoles a
conocer que, dos semanas antes, el delegado del M.O.P.U. le había
comunicado con carácter urgente que preparara un proyecto en el
que se indicara cuánto faltaba para concluir las obras de la iglesia y
antiguo hospital de San Julián, dado que habría posibilidades de
172
A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 16 de septiembre de 1980, fols. 32,
32 v. y 33.
173
A.A.C.M. Caja 65 (San Julián), leg. 26.
174
A.A.C.M. Caja 65 (San Julián), leg. 25.
1279

conseguir una asignación presupuestaria al disponer su
departamento de superávit. Los miembros de la Comisión de San
Julián acordaron redactar el proyecto, pese a encontrar una serie de
inconvenientes (gastos, trabajos y trámites). La confección del
mismo se pudo llevar a cabo en el menor tiempo posible,
presentándose el proyecto, que ascendía a 48 millones de pesetas,
al arquitecto José Luis Armenteros el día 5 de junio 175 .
En la sesión del 15 de diciembre de 1981, el presidente de la
Comisión de San Julián informó a los miembros de la Junta de
Gobierno que el M.O.P.U. había devuelto el proyecto, señalando
que era a causa de “un pequeño error de suma sin casi importancia”,
y que creía que la cuantía podía entrar en los presupuestos generales
de 1982 176 .
El día 25 de enero de ese año, la Junta de Gobierno de la
Agrupación volvía a reunirse en la sede de la calle Alarcón Luján.
Francisco Fernández Verni explicaba que había mantenido
contactos con el Subdirector General de Obras y Proyectos del
M.O.P.U. y que éste le informó la dificultad de adjudicar la partida
señalada, puesto que los actuales presupuestos estaban casi
cubiertos con obras pendientes de 1981. No obstante, subrayaba que
le hacía saber que podría existir alguna probabilidad siempre y
cuando la Agrupación de Cofradías aportara un 20% del coste total
de la obra. Finalmente, indicaba también que cabría una opción, que
el Delegado del M.O.P.U. de Málaga solicitara la subvención para
el presente ejercicio.
175 A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 8 de junio de 1981, fols. 83 y 83 v.
176 A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 14 de diciembre de 1981, fol. 3.
1280

Fernández Verni mostraba su deseo de reunirse con éste, pero
no dejaba de reconocer su honda preocupación al haberse recortado
los presupuestos generales, correspondiéndole a Málaga una
pequeña asignación 177 .
El sábado, 27 de marzo del referido año, el ministro de Obras
Públicas, Luis Ortiz, se desplazó a Málaga, para visitar una
serie de actuaciones urbanísticas, entre las que destacaban los
trabajos del conjunto arquitectónico de San Julián. El Ministro al
llegar a este lugar declaró ser conocedor de la Semana Santa
malagueña y de la labor social, cultural y religiosa que las cofradías
desempeñaban. También anunció públicamente que su Ministerio
iba a continuar la segunda fase de la restauración del inmueble 178 .
Más adelante, el día 13 de enero de 1983, el gobernador civil,
Plácido Conde Estévez, visitó las obras de acondicionamiento del
edificio y se entrevistó con el presidente de la Agrupación y
hermano mayor de la Cofradía del Huerto, Francisco Toledo
Gómez, y con el presidente de la Comisión de San Julián, Francisco
Fernández Verni. Ambos le informaron de los trabajos realizados
hasta la fecha, puesto que la segunda fase se iniciaría la siguiente
semana, con un presupuesto de 50 millones de pesetas, y la
acometería la Dirección General de Arquitectura del Ministerio
de Obras Públicas y Urbanismo. Posteriormente, Plácido Conde
recorrió las dependencias de San Julián, interesándose por los
proyectos de amueblamiento y de la futura ubicación del Museo de
las Cofradías, ofreciendo su ayuda y colaboración 179 . En la
177 A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 25 de enero de 1982, fols. 15 y 16.
178 Sur, Málaga, 28 de marzo de 1982.
179 Sur, Málaga, 14 de enero de 1983.
1281

asamblea de hermanos mayores celebrada siete días después, se
informó de la visita girada por el Gobernador Civil a San Julián
para presenciar la buena marcha de las obras 180 .
La Agrupación de Cofradías pudo celebrar, el 7 de mayo, la
primera misa de acción de gracias en la iglesia de San Julián, al
tiempo que, en este acto, se imponía la Medalla de Oro y Brillantes
de la entidad a Francisco Fernández Verni. Así se recogía la
distinción por un medio de comunicación:
“No pudo tener la celebración mejor marco que
la iglesia de San Julián, monumento rescatado y
remozado para el arte cofradiero malagueño y
en el que tanto empeño e ilusión pone la
Agrupación de Cofradías. (...) Concelebraron
los reverendos, Francisco Rubio Sopesen,
delegado episcopal en la Agrupación y
Antonio Ruiz Pérez, párroco de los Santos
Mártires. (...) Cerró el acto el obispo de la
diócesis, monseñor Buxarrais (...)” 181 .
La revista La Saeta publicaba en la edición de 1983 un
reportaje, poniéndose de manifiesto el desarrollo de los trabajos de
la segunda fase que se llevaban a cabo y que podrían estar
concluidos para finales de ese año. Además, el órgano informativo
añadía que:
“Las dependencias que giran en torno al primer
patio, así como las enclavadas en el primer piso
serán las distintas salas que albergarán lo que
será el museo de las Cofradías de Málaga, que
180 A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 20 de enero de 1983, fol. 81.
181 Sur, Málaga, 8 de mayo de 1983; VILLALOBOS GÁMEZ, S., op. cit., p. 160.
1282

se quiere mantener abierto todo el año. La
segunda parte del edificio será destinada en su
parte principal a oficinas y dependencias de la
Agrupación de Cofradías. Habrá tres salas de
juntas, una sala de hermandad que se
denominará en torno a un
precioso, gigantesco y ya antiguo humero,
bibliotecas, etc.” 182 .
Para finalizar el citado reportaje, se reseñaba que las obras de
restauración estaban siendo dirigidas por la arquitecto María José
Heredia Cibantos, si bien el proyecto original había sido realizado
por el también arquitecto Enrique Atencia Molina 183 .
En un informe elaborado, meses después, por el presidente
de la Comisión de San Julián, Francisco Fernández Verni, se hacía
hincapié en la idea expuesta en pasadas reuniones de constituir un
Patronato que estuviese integrado, aparte de por directivos de la
Agrupación, por personas vinculadas con el mundo del arte y de
la cultura malagueña. Éstas se encargarían de organizar y de llevar a
cabo la administración del Museo y un programa de actividades. La
primera medida a tomar sería la constitución de una Comisión
Gestora del referido Patronato que tendría como objetivo la
elaboración de un anteproyecto de Estatutos por el que habría de
regirse. Una vez expuestas las citadas cuestiones, el ponente sugería
a la Junta de Gobierno lo que detallamos:
“1º.- Que se apruebe la constitución de una
Comisión Gestora de la Asociación o Patronato
de San Julián. 2º.- Que dicha Comisión quede
182
La Saeta nº 6 y 7, Agrupación de Cofradías, Málaga, 1983, pp. 7 y 17.
183
Ibídem, p. 17.
1283

integrada de la siguiente forma: Presidente:
Don Francisco Toledo Gómez, Presidente de la
Agrupación de Cofradías, y por delegación del
mismo Don Francisco Fernández Verni,
Presidente de la Comisión de San Julián.
Vocales: Por la Junta de Gobierno de la
Agrupación de Cofradías: Don Carlos Gómez
Raggio. Don Francisco Miranda Páez. Por la
Comisión de San Julián. Don Rafael Salcedo
Sánchez. Don Vicente Pineda Acedo, que
actuará de Secretario. 3º- Facultar a la referida
Comisión Gestora para que en nombre de la
Asociación o Patronato en constitución, pueda
llevar a cabo cuantas gestiones se precisen ante
los organismos de la Administración del
Estado, Provincia o Municipio y Órganos de las
Comunidades Autónomas de España, y ante
cualquier otra persona u organismo público o
privado, así como cuantas actividades sean
necesarias, y también la suscripción de
contratos de arrendamientos y subarriendos,
necesarios para la puesta en funcionamiento de
alguna de las actividades previstas en el
Edificio Iglesia-Museo de San Julián. 4º- Que
por dicha Comisión Gestora se realice el
anteproyecto de Bases y Estatutos por los que
ha de regirse y que previa la aprobación por
esta Agrupación de Cofradías sean sometidos a
la aprobación, de las autoridades
correspondientes” 184 .
Tras dicha exposición, se aprobó por unanimidad, en la
sesión del día 6 de octubre de 1983, la propuesta de Francisco
Fernández Verni 185 .
184
A.A.C.M. Caja 65 (San Julián), leg. 12 y lib. de aa. de juntas de gobierno de 6 de
octubre de 1983, pp. 131-133.
185
A.A.C.M. Caja 65 (San Julián), leg. 12.
1284

En las páginas de la revista La Saeta de 1985, se recogía la
noticia de que la arquitecto María Dolores Gil, perteneciente a la
Dirección General de Arquitectura de la Junta de Andalucía, había
girado una visita el 16 de enero de 1985 al “Pabellón Mudéjar” de
la iglesia-museo de San Julián. Durante su estancia estuvo
acompañada por el presidente de la Agrupación de Cofradías,
Francisco Toledo Gómez; por el arquitecto de la Delegación
provincial de la Consejería de Política Territorial e Infraestructura
de la Junta de Andalucía, José Luis Armenteros; por el presidente
de la Comisión de San Julián, Francisco Fernández Verni; y por los
técnicos de la empresa Constructora Emilio Suárez Hermida,
Manuel Suárez y Francisco Hinojosa.
Los trabajos de reconstrucción de la zona del patio
secundario, llamado del Pabellón Mudéjar 186 , comenzaron el 29 de
enero de 1983, descubriéndose elementos arquitectónicos que
estaban escondidos por las numerosas transformaciones llevadas a
cabo en el edificio a lo largo de su historia 187 .
El 9 de octubre de 1986, se dio cuenta a los miembros de la
Junta de Gobierno de haberse recibido una subvención de 14
millones de pesetas, otorgada por la Excma. Diputación de Málaga,
para que fuesen finalizadas las obras pendientes de realizar 188 .
Los trabajos de rehabilitación estaban prácticamente
concluidos, así consta en el acta fechada el día 22 de julio de 1987.
Sin embargo, se especificaba que la fachada de la iglesia estaba
186 Verdaderamente desconocemos los motivos reales por los que se le dio la
denominación de “Pabellón Mudéjar”.
187 La Saeta nº 9, Agrupación de Cofradías, Málaga, 1985, pp. 6 y 7.
188 A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 9 de octubre de 1986, fol. 51 v.
1285

algo deteriorada debido al período transcurrido desde su arreglo.
Por tal motivo, la Junta de Gobierno acordó por unanimidad el
presupuesto presentado por la empresa Emilio Suárez Hermida, que
ascendía a 1.446.744 pesetas para la realización del mismo.
También se trató, aunque quedó para un posterior estudio, la
restauración de la puerta de la iglesia 189 .
El sucesor de Francisco Fernández Verni al frente de la
Comisión de San Julián fue el hermano mayor de la Cofradía de
Pasión, Francisco José González Díaz, quien presentó un informe a
la Junta de Gobierno el 17 de noviembre de 1987, con una serie de
obras y actividades a realizar 190 . A continuación se abrió un debate
en el que intervinieron el presidente de la Agrupación de Cofradías,
Francisco Toledo Gómez, el vicepresidente 1º, Carlos Rueda
Cassola, y el referido González Díaz. Tras el mismo, se sometió a
votación aprobándose la propuesta elevada a la Junta Directiva por
el presidente de la citada Comisión 191 .
El 12 de abril de 1988, González Díaz informó a los
directivos de la Agrupación que las obras que se realizaban en la
iglesia estarían concluidas en breve plazo, con el fin de que se
pudiera oficiar la misa de acción de gracias. Esta función religiosa
no se pudo llevar a efecto, dado que los trabajos durarían más
tiempo del previsto 192 . En la misma reunión, igualmente, se
comunicó a los asistentes de las gestiones económicas emprendidas
189 A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 22 de julio de 1987, fols. 10 y v.
190 A.A.C.M. Caja 65 (San Julián), leg. 15.
191 A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 17 de noviembre de 1987, fol. 24.
192 Sur, Málaga, 23 de abril de 1988.
1286

para la obtención de subvenciones de la Diputación Provincial, de
la Cámara de Comercio y de la Caja de Ahorros de Antequera 193 .
Francisco José González Díaz señaló el 7 de junio de 1988
que las obras concluirían en dicho mes y que la inauguración del
edificio se podría efectuar en octubre. También el presidente
Francisco Toledo refería que la sede social de la calle Alarcón
Luján se había quedado pequeña, por lo que era preciso trasladar
las instalaciones, o parte de ellas, a San Julián 194 . Finalizada la
intervención del máximo mandatario, hizo uso de la palabra Carlos
Rueda Cassola, hermano mayor de la Hermandad de la Amargura
(Zamarrilla), indicando que habría que abandonar dicha sede e
instalarla definitivamente en San Julián. Se pasó a votar la
propuesta, saliendo elegida mayoritariamente, tan sólo con un
voto en contra. Seguidamente, Francisco José González Díaz puso
en conocimiento de los presentes que estaba en proyecto la
creación de un Patronato en el que colaborarían diversas entidades
financieras y la Consejería de Cultura, que se había ofrecido para
hacerse cargo de la restauración de distintas obras de arte de la
iglesia.
Jesús Castellanos Guerrero, hermano mayor de la Cofradía de
los Dolores del Puente y vicepresidente de la Comisión de San
Julián, expuso que convenía definir lo que se pretendía fuese el
Museo de las Cofradías. Por ello, solicitó la realización de un
proyecto sobre dicha cuestión para negociarla con la Junta de
Andalucía 195 . Muchas más fueron las opiniones vertidas, pero sin
193
A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 12 de abril de 1988, fol. 41.
194
A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 7 de junio de 1988, fol. 49.
195
Ibídem, fol. 49 v.
1287

llegar a acordarse nada en concreto sobre el Museo de las
Cofradías.
Castellanos Guerrero se ponía al frente de la citada Comisión
el 26 de septiembre de 1988, al cumplir Francisco José González
Díaz su mandato como hermano mayor de la Cofradía de Pasión.
Por consiguiente, sería Castellanos Guerrero el encargado de
culminar los últimos detalles pendientes 196 .
La Junta de Gobierno acordó en la sesión celebrada el 15
de noviembre, la fecha de inauguración del edificio, fijándola para
el día 17 de diciembre de 1988, y la forma en que se desarrollaría
la ceremonia 197 .
El presidente de la Agrupación, Francisco Toledo Gómez,
comentó, un mes antes de la inauguración y bendición de San
Julián, que las realizaciones más importantes bajo su gobierno
habían sido las siguientes: la bendición del nuevo trono del
Santísimo Cristo Resucitado, la redacción de los nuevos Estatutos
en la fase de proyecto, la participación en las exposiciones
organizadas por el Museo Diocesano de Arte Sacro, la intervención
en la asamblea Diocesana de Pastoral, la colaboración en el I
Congreso de Hermandades y Cofradías y, como hecho destacado, la
futura inauguración de San Julián 198 .
196
VILLALOBOS GÁMEZ, S., op. cit., p. 161. La fecha que cita este autor -la del
11 de octubre de 1988- no concuerda con la plasmada en el libro de actas de la
Agrupación de Cofradías.
197
A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 15 de noviembre de 1988, fol. 60 v.
198
A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 17 de noviembre de 1988, fols. 62 v.
y 63.
1288

6.2.- Bendición de las nuevas dependencias
En el diario Sur se anunciaba que, el día 17 de diciembre de
1988, víspera de la fiesta de Nuestra Señora de la Esperanza, se
inauguraría el conjunto arquitectónico de San Julián 199 .
El citado vehículo de información, en su edición del día 18 de
diciembre, publicaba la siguiente crónica:
“Ayer fue inaugurada la nueva sede de la
Agrupación de Cofradías de Semana Santa,
ubicada en el restaurado edificio de la iglesiahospital
de San Julián, creado por la
Hermandad de la Santa Caridad en el siglo
XVII, y que fue cedido a la Agrupación por el
Obispado en 1976. Las obras de restauración
han supuesto unos 130 millones de pesetas,
sufragados en casi su totalidad por el Ministerio
de Obras Públicas, Junta de Andalucía y
Diputación Provincial. La ceremonia de
inauguración de la nueva sede de la Agrupación
de Cofradías fue presidida por el obispo de la
diócesis -quien concelebró una misa con los
padres Francisco Rubio y Antonio Ruiz- y a la
misma asistieron el alcalde de la ciudad, Pedro
Aparicio; delegado de Gobernación de la Junta,
Manuel Melero; gobernador civil, Francisco
Rodríguez; José Gordo, en representación del
presidente de la Diputación; delegado de la
Consejería de Cultura, Rafael Chenoll;
gobernador militar accidental; presidente de la
Audiencia, numerosas autoridades y el
presidente de la Agrupación, Francisco Toledo,
así como la junta de gobierno agrupacional y la
práctica totalidad de los hermanos mayores de
las hermandades y cofradías de Semana Santa
199 Sur, Málaga, 15 de noviembre de 1988.
1289

de Málaga. En primer lugar hizo uso de la
palabra Jesús Castellanos, quien habló en
nombre de la Comisión de San Julián,
encargada desde hace más de un año en ultimar
los detalles de la restauración. Castellanos tuvo
palabras de agradecimiento para cuantas
personas han participado en estas tareas,
significando la importancia del acontecimiento
que se vivía, al que calificó de histórico.
Seguidamente, Francisco Toledo, presidente de
la Agrupación, relató la dilatada historia desde
que la entidad se hizo cargo de la iglesia-museo
de San Julián, hace doce años. Toledo se refirió
a la labor realizada en este tema por sus
antecesores en el cargo -José Atencia, Federico
del Alcázar, Carlos Gómez Raggio, Francisco
Hermoso y Francisco Fernández Verni-,
haciendo especial hincapié en el impulso
definitivo que se le dio en tiempos de
Fernández Verni. Igualmente, agradeció el
apoyo recibido desde los diversos organismos
públicos y privados, . Finalmente, intervino el alcalde de la
ciudad, Pedro Aparicio, quien señaló que . Las palabras de Pedro
1290

Aparicio fueron largamente aplaudidas por los
presentes. Seguidamente, el obispo de la
diócesis bendijo las dependencias del edificio
restaurado y Francisco Toledo descubrió una
cerámica conmemorativa del
acontecimiento” 200 .
Ilustración 139: Descubrimiento de la cerámica por el presidente Francisco Toledo
Gómez [Foto: A.A.C.M.]
La cerámica a la que se alude en el relato periodístico, fue
colocada en el patio interior, en la fachada que ocupaba la
secretaría, hoy día convertida en sala de reuniones de la revista La
Saeta y de la Comisión del Resucitado, reza así:
“SIENDO OBISPO DE ESTA DIOCESIS/ EL
EXCMO. Y RVMO. SEÑOR/ D. RAMON
200 Sur, Málaga, 18 de diciembre de 1988.
1291

BUXARRAIS VENTURA/ ESTA IGLESIA -
HOSPITAL DE SAN JULIAN/ FUNDADA
POR LA HERMANDAD DE LA SANTA
CARIDAD/ EN EL SIGLO XVII/ FUE
ADSCRITA A LA/ AGRUPACION DE
COFRADIAS DE SEMANA SANTA/ POR
SU DECRETO DEL 12 DE SEPTIEMBRE
1976/ ERA PRESIDENTE DE LA
AGRUPACION D. FRANCISCO TOLEDO
GOMEZ/ CUANDO FINALIZADAS LAS
OBRAS DE RESTAURACION/ FUERON
BENDECIDAS E INAUGURADAS ESTAS
DEPENDENCIAS/ POR MONSEÑOR
BUXARRAIS/ MALAGA 17 DE
DICIEMBRE DE 1988” 201 .
En los cambios producidos en la Junta de Gobierno de la
Agrupación, Jesús Castellanos Guerrero pasaba a convertirse en
presidente de la Comisión de Cultura. En la reunión celebrada el 10
de octubre de 1989, informó que había mantenido una reunión con
José Luis Romero Torres, al que acompañaba Lorenzo Pérez del
Campo, para iniciar un estudio sobre lo que se podría hacer en el
Museo de las Cofradías, cómo se llevaría adelante y cuáles serían
las funciones. Una vez expuestos los motivos del encuentro,
Castellanos Guerrero se dirigió a los compañeros de Junta para
reseñarles que:
“el Museo no puede ser el de los enseres viejos
de las cofradías que el mismo habría de
plasmarse en distintas salas. En principio la
Junta de Andalucía correría con el gasto de la
201 CAMINO ROMERO, A. y PALOMO CRUZ, A. J., “Los hechos más relevantes de
las cofradías estudiados a través de la epigrafía”, Vía Crucis nº 16, Museo Diocesano
del Obispado, Málaga, 1993, p. 54.
1292

puesta en funcionamiento del mismo, pero no
su mantenimiento. Respecto a la parte
administrativa, considera que habría de
constituirse un Patronato que presidido por el
Presidente de la Agrupación, estuviese
integrado por otros representantes de otras
entidades” 202 .
Al mes siguiente, Jesús Castellanos aclaraba que la
subvención destinada por la Junta de Andalucía para el Museo era
de 1.495.000 pesetas 203 . En dicha reunión, el hermano mayor de la
Cofradía de las Penas, Miguel Navas Fernández, lamentó el hecho
de que la iglesia de San Julián se encontrara cerrada casi todo el
tiempo, a lo que el presidente de la entidad, Francisco Toledo
Gómez, alegó que mantenerla abierta permanentemente costaba
bastante dinero 204 .
7.- CULTOS REALIZADOS ENTRE 1983 Y 1999 EN LA
IGLESIA DE SAN JULIÁN
7.1.- La reapertura del templo
Aunque ésta fuese oficialmente en 1988, con anterioridad a
esta fecha, ya se registraba la celebración de algunos cultos. En
función de los trabajos que se acometían en la iglesia, las funciones
religiosas dejaban de efectuarse por un período de tiempo. La
fisonomía del templo cambió bastante. El cuadro El triunfo de la
202
A.C.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 10 de octubre de 1989, fols. 80 v. y
81.
203
A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 13 de noviembre de 1989, fol. 84.
204
Ibídem, fols. 85 v. y 86.
1293

Caridad, que había presidido desde la inauguración y bendición de
la iglesia el altar mayor, era sustituido por un retablo, diseñado por
el profesor Jesús Castellanos Guerrero que atendía, según la revista
La Saeta, a la siguiente descripción:
“(...) respeta el espacio arquitectónico existente
y para ello juega con volúmenes relativamente
planos en los que destacan cuatro pilastras que
sustentan la cornisa que corre a lo largo de la
Iglesia. Estas pilastras estriadas y rematadas
por capitel corintio parten de unas ménsulas
inferiores y dividen el espacio en tres calles,
siendo la central mayor de tamaño y albergando
la misma la hornacina donde se ubicará el
Resucitado. La traza de la misma recoge la idea
de la hornacina de la fachada de la iglesia,
conjuntando de esta forma el estilo del edificio
con el retablo. Las calles laterales quedarán
completadas con cuatro pinturas enmarcadas en
sendos marcos barrocos; los temas
iconográficos (...) [que recogerían] dichas
obras pictóricas así como sus autores (...)
[estarían] aún por decidir. Dicho retablo se (...)
[completaría] con un Sagrario y con las
credencias laterales, todo ello dorado, así como
el molduraje que (...) [adornaría] el paramento
frontal de la iglesia” 205 .
El lienzo de grandes proporciones se fijaría en el bajo el coro.
En los dos altares más próximos al presbiterio, se colocarían las
imágenes del Santísimo Cristo de la Agonía en el de la izquierda y
la Santísima Virgen de las Penas en el de la derecha. En los otros
dos altares, prácticamente a los pies de la iglesia, se situaría a San
205 La Saeta nº 12, Agrupación de Cofradías, Málaga, 1988, p. 26.
1294

Carlos Borromeo (imagen en depósito, propiedad de la Excma.
Diputación de Málaga) y a Santo Domingo de la Calzada. La iglesia
completaría su decoración con 16 bancos, barnizados en oscuro, así
como un medio cancel, dividido en cuarterones, que separaría el
espacio sagrado de la calle, alcanzándose así más intimidad 206 .
También varió muchísimo, con respecto a la etapa precedente, la
actividad cultual. Ya no se oficiarían a diario misas, solamente se
realizarían las funciones religiosas estipuladas en los Estatutos de la
Cofradía de las Penas y en las Ordenanzas o Reglas de la
Agrupación de Cofradías.
7.2.- Cofradía de las Penas
7.2.1.- Triduos
En esta nueva etapa que se iniciaba, los predicadores
elegidos por la Hermandad fueron:
TABLA 74
FECHA PREDICADOR
15 a 17 de marzo de 1984 Antonio Ruiz Pérez, párroco de los
Santos Mártires
20 a 22 de marzo de 1985 Teodoro Castillejo Rubio, sacerdote
salesiano (primer día); Miguel Rojo
Barranco, canónigo de la Catedral
(segundo día); y Antonio Martín
González, párroco del Arroyo de la
Miel, fiscal y defensor del vínculo del
Obispado de Málaga (tercer día)
20 a 20 de marzo de 1986 ---
206 Ibídem, pp. 25 y 26.
1295

FECHA PREDICADOR
1987 ---
3 a 5 de marzo de 1988 Francisco Aneas, S.D.B., y Antonio
Martín González
1989 ---
1990 ---
14 a 16 de marzo de 1991 ---
2 a 4 de abril de 1992 Santiago Guerrero Contreras, O.P.
25 a 27 de marzo de 1993 Ídem
17 a 19 de marzo de 1994 ---
21 a 23 de marzo de 1995 José Diéguez Rodríguez
22 a 24 de marzo de 1996 Ídem
13 a 15 de marzo de 1997 ---
26 a 28 de marzo de 1998 José Diéguez Rodríguez
18 a 20 de marzo de 1999 Ídem 207 .
7.2.2.- Realezas de la Virgen
Los oficiantes de este culto a la imagen de María Santísima
de las Penas se expresan a continuación:
TABLA 75
FECHA PREDICADOR
29 de mayo de 1983 Marcial Moreno Seguí
27 de mayo de 1984 Ídem
1985 (suspendido por obras) ---
1986 Ídem
207 Cuadro realizado con las siguientes fuentes: Boletín Penas (años: 1984, 1991, 1992,
1993, 1996, 1997, 1998 y 1999), Hoja Informativa Penas (años: 1996 y 1997) y Sur
(años: 1986, 1988, 1994 y 1996).
1296

FECHA PREDICADOR
17 de mayo de 1987 Germán González Rubio, director de
E.G.B. de las Escuelas Salesianas
1988 Se trasladaron las imágenes a la
parroquia de los Santos Mártires y
aquí tuvo lugar la función religiosa,
estando oficiada por Antonio Ruiz
Pérez
1989 ---
20 de mayo de 1990 Eugenio Ruiz Andreu, S. I.
26 de mayo de 1991 Ídem
23 de mayo de 1992 Santiago Guerrero Contreras, O. P.
1993 ---
21 de mayo de 1994 Agustín Turrado Cenador, O. P.
21 de mayo de 1995 ---
5 de mayo de 1996 ---
25 de mayo de 1997 ---
3 de mayo de 1998 ---
2 de mayo de 1999 208 . ---
7.2.3.- Pregones de la Realeza
El pregón de la Realeza de la Virgen María fue instituido en
la Cofradía de las Penas en el año 1991, siendo hermano mayor
Miguel Navas Fernández. Los pregoneros designados por la Junta
de Gobierno fueron:
208 Cuadro confeccionado con los datos obtenidos del: Programa del VIII Pregón de la
Realeza de María (1998), Boletín Penas (años: 1999, 2000, 2001 y 2002) y Hoja
Informativa Penas (años: 2003, 2004 y 2005).
1297

TABLA 76
AÑO PREGONERO EDICIÓN
24 de mayo de Juan Antonio Quintana Urdiales
1991
I
30 de mayo de Francisco Manuel Calderón Rodríguez
1992
II
31 de mayo de P. Gonzalo Huesa López
1993
III
28 de mayo de Salvador Villalobos Gámez
1994
IV
20 de mayo de Jesús Saborido Sánchez
1995
V
4 de mayo de 1996 Jesús Castellanos Guerrero VI
24 de mayo de Pedro Fernando Merino Mata
1997
VII
23 de mayo de Francisco José González Díaz
1998
VIII
1 de mayo de 1999 Bernardo Pinazo Osuna IX 209 .
Los cuatro primeros pregones se celebraron en el Antiguo
Conservatorio de Música “María Cristina”, los tres siguientes en la
parroquia de los Santos Mártires y los dos últimos en la iglesia de
San Julián.
7.2.4.- Procesiones
La principal novedad de la Cofradía en 1992, estuvo centrada
en la primera salida del interior del templo. No obstante, y desde la
llegada de la Cofradía a San Julián en 1966, se planteó esta
posibilidad. En un acta capitular, fechada el 17 de octubre de 1968,
ya se trató de ello, acordándose “(...) dejar en suspenso, por este
año, la proyectada salida procesional de la Hermandad desde el
209 Cuadro diseñado con la información extraída del Boletín Penas (años: 1992, 1993,
1994, 1995, 1996, 1997 y 1999) y de una convocatoria de cultos (1998).
1298

interior de la Iglesia de San Julián” 210 . Desde la primera fecha
indicada, se inicia pública estación penitencial hacia la Santa Iglesia
Catedral, recorriendo las calles del centro de la ciudad 211 . La
entrada de la Cofradía al templo basilical de la Encarnación, se
viene produciendo desde 1989, al autorizarlo el obispo Ramón
Buxarrais Ventura.
Ilustración 140: Salida del trono de la Virgen de las Penas desde el interior de la iglesia de
San Julián (Semana Santa de 1992) [Foto: A.H.C.P.]
210 A.H.C.P. Acta mecanografiada, p. 2.
211 TORRES MARTOS, J., “La salida de San Julián. Génesis de un gran proyecto”, La
Saeta nº 16, Agrupación de Cofradías, Málaga, 1992, p. 116; La Saeta nº 17,
Agrupación de Cofradías, Málaga, 1993, p. 49.
1299

7.2.5.- Misas de Santo Domingo de la Calzada
La Hermandad de las Penas con objeto de retomar las misas -
de mensuales pasaron a anuales- se dirigió por escrito, fechado el
9 de mayo de 1984, a la Agrupación de Cofradías para que
permitiera su celebración el 12 de mayo, su fiesta litúrgica 212 . Al
año siguiente, sería el Ilustre Colegio Oficial de Ingenieros de
Caminos, Canales y Puertos quien solicitaría el permiso para que se
oficiara la misa ante el altar del santo 213 . Desde entonces, se ha
desarrollado la función religiosa en la iglesia de San Julián. La del
año 2008, oficiada por el P. Arturo Calvo Espiga, fue la última al
trasladarse el 25 de octubre de este año la Corporación a la nueva
sede, la capilla construida en la confluencia de las calles Pozos
Dulces con Arco de la Cabeza 214 .
7.3.- Agrupación de Cofradías
7.3.1.- Cultos
En las Ordenanzas o Reglas para el gobierno de la
Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, se
establece en el anexo I, capítulo II, artículo 8 que:
“(...) tiene por Excelso Titular y Patrono a
Nuestro Señor Jesucristo en el momento
212
A.A.C.M. Caja 65 (San Julián).
213
Ibídem.
214
Información incluida en la Memoria de Secretaría del cabildo de cuentas de 19 de
mayo de 2008.
1300

glorioso de su Resurrección; obligándose la
Corporación a rendir culto a tan venerada
Imagen con la celebración de la Misa
Dominical, Procesión anual y Función de
Reglas en Acción de Gracias por la Semana
Santa (...)” 215 .
7.3.1.1.- Misas de Acción de Gracias
Una vez concluida la Semana Santa, aproximadamente entre
dos y cuatro semanas después, la Agrupación de Cofradías ha
celebrado esta función religiosa, oficiada por las primeras
autoridades eclesiásticas de la diócesis como se aprecia en el
cuadro:
TABLA 77
FECHA OFICIANTE
7 de mayo de 1983 Ramón Buxarrais Ventura, obispo
1984 (Suspendida por obras) ---
1985 Ramón Buxarrais Ventura
1986 Ídem
1986 Ídem
1987 Ídem
5 de mayo de 1988 Se ofició por Ramón Buxarrais
Ventura en la parroquia de los Santos
Mártires. Allí se le hizo entrega a
Francisco Toledo Gómez, presidente
de la Agrupación de Cofradías, de la
Medalla de Oro de la entidad
25 de mayo de 1989 Antonio Ruiz Pérez, delegado
episcopal de Hermandades y
Cofradías
215 A.A.C.M. Ordenanzas o Reglas para el gobierno de la Agrupación de Cofradías de
Semana Santa de Málaga, aprobadas el 10 de enero de 1991 e impresas el 25 de abril
de 1991, pp. 60 y 61.
1301

FECHA OFICIANTE
5 de mayo de 1990 Ídem
4 de mayo de 1991 Ramón Buxarrais Ventura
9 de mayo de 1992 Fernando Sebastián Aguilar,
arzobispo administrador apostólico
23 de mayo de 1993 Francisco Parrilla Gómez, vicario
general de la diócesis
1994 ---
19 de mayo de 1995 Francisco Parrilla Gómez
21 de abril de 1996 Ídem
25 de abril de 1997 Antonio Dorado Soto, obispo
16 de mayo de 1998 Ídem
17 de abril de 1999 Ídem 216 .
7.3.1.2.- Festividad de María Santísima Reina de los
Cielos
El culto a la sagrada Titular no estaba incluido en las
Ordenanzas o Reglas de la Agrupación, al ser posterior su
incorporación a la aprobación de las mismas. No obstante, la Junta
de Gobierno fijó la fecha del día 12 de septiembre, como la de su
festividad. Esta fiesta religiosa en honor de María Santísima Reina
de los Cielos comenzó a celebrarse en 1994. No se tiene constancia
de los sacerdotes que oficiaron las primeras funciones al no
concretarse éstos hasta última hora 217 .
216 Cuadro diseñado con las noticias aparecidas en la colección de la revista La Saeta.
No figura el sacerdote en la edición de 1995.
217 A.A.C.M. Secretaría. La del año 1994 estuvo presidida por el obispo Antonio
Dorado Soto [La Saeta nº 19, Agrupación de Cofradías, Málaga, 1995, p. 7].
1302

Ilustración 141: Misa de acción de gracias [Foto: A.A.C.M.]
7.3.2.- Procesiones
A la conclusión del pontifical oficiado en la Santa Iglesia
Catedral el Domingo de Resurrección del año 1971, se organizó el
desfile del Santísimo Cristo Resucitado que, por primera vez, partió
del interior del primer templo de la diócesis para luego recorrer las
calles y terminar encerrándose en la parroquia de los Santos
Mártires, sede que ocupaba por entonces 218 .
La procesión del Resucitado de 1983 se caracterizó porque
era el primer año que el desfile se recogía en la iglesia de San
Julián. La imagen del Señor, tallada por el artista madrileño José
Capuz, comenzaría a ser venerada en el altar mayor de este recinto
sagrado 219 . Desde la citada fecha y hasta 1992, el cortejo
procesional siguió partiendo del interior de las naves catedralicias.
218 Sur, Málaga, 13 de abril de 1971.
219 Sur, Málaga, 4 de abril de 1983.
1303

Al año siguiente, la salida del Titular ya se realizó desde la sede
agrupacional 220 .
El Domingo de Resurrección de 1994, la imagen de María
Santísima Reina de los Cielos, que estaba colocada en un altar
portátil situado en el altar mayor 221 , recibió sobre unas andas
procesionales al Santo Cristo Resucitado a las puertas del templo 222 ,
y en 1995 efectuó, por primera vez, el recorrido oficial 223 .
7.4.- Otras hermandades y cofradías
La estancia provisional en este templo de las Archicofradías
del Huerto y de Pasión de la parroquia de los Santos Mártires,
se debió a que esta sede canónica estuvo cerrada al culto por la
necesidad de acometerse unas obras de impermeabilización de las
cubiertas y restauración de los techos 224 .
7.4.1.- Archicofradía del Huerto
El traslado de las sagradas imágenes de Nuestro Padre Jesús
Orando en el Huerto, Nuestra Señora de la Concepción y Virgen
de la Oliva, se efectuó el 24 de julio de 1999. Los dos primeros
220
La Saeta nº 17, Málaga, 1993, p. 103.
221
En el año 2007 la Titular mariana había sido trasladada a una hornacina situada en
el bajo coro.
222
Diario-16, Málaga, 16 de abril de 1994.
223
La Saeta nº 19, Málaga, 1995, p. 104; CAMINO ROMERO, A. y PALOMO CRUZ,
A. J., “San Julián: Secuencias de la historia de un edificio”, La Saeta nº 21,
Agrupación de Cofradías, Málaga, 1997, p. 145.
224
Cirineo nº 82, Real, Muy Ilustre y Venerable Archicofradía de Nazarenos del
Santísimo Sacramento, Nuestro Padre Jesús de la Pasión y María Santísima del Amor
Doloroso, Málaga, 1999, p. 6.
1304

Titulares ocuparon las capillas que se hallan en el bajo coro donde,
hasta esa fecha, recibían culto las hechuras de Santo Domingo de la
Calzada (derecha) y San Carlos Borromeo (izquierda), que fueron
retiradas y puestas en otro lugar del templo. En la primera de las
capillas, se colocó a Nuestro Padre Jesús y, en la segunda, a
Nuestra Señora. La Virgen de la Oliva quedó ubicada en el altar
mayor 225 .
Durante los días 9, 10 y 11 de diciembre de dicho año, hubo
un triduo en honor de Nuestra Señora de la Concepción; y el día 12,
la solemne Función Principal de Estatuto 226 . La vuelta de esta
Hermandad a su sede canónica, se llevaría a cabo en la Cuaresma
del año 2000.
7.4.2.- Archicofradía de la Pasión
Alrededor del día 11 de septiembre de 1999, llegaron los
sagrados Titulares de Nuestro Padre Jesús de la Pasión y María
Santísima del Amor Doloroso, siendo colocados en el bajo
presbiterio.
La Cofradía realizó un triduo en honor de su venerada
Titular, un Rosario de la Aurora en el mes de octubre 227 ; y las
siguientes misas: una, en sufragio de los hermanos difuntos el día 2
de noviembre, y otra, la mensual, el 6 del mismo mes 228 . La vuelta
225 Getsemaní nº 26, Pontificia, Muy Ilustre y Venerable Archicofradía Sacramental de
Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto, Nuestra Señora de la Concepción y San
Juan Evangelista, Málaga, 2001, pp. 7 y 8.
226 La Saeta nº 24, Agrupación de Cofradías, Málaga, 1999, p. 25.
227 Información facilitada por Javier González Torres.
228 La Saeta nº 24, Agrupación de Cofradías, Málaga, 1999, p. 23.
1305

a la parroquia de los Santos Mártires se hizo efectiva cercana la
festividad de San José del año 2000.
8.- EL PANORAMA PICTÓRICO DE LA IGLESIA
8.1.- Restauración de los lienzos de Niño de Guevara
Tras la inauguración del edificio y la ocupación de las
dependencias por la Agrupación de Cofradías en el año 1988,
seguía estando pendiente el proyecto del Museo de las Cofradías.
Mientras tanto, el interés de la Agrupación se centraba en la
recuperación de los cuadros pertenecientes a la desaparecida
Hermandad de la Santa Caridad y que, años antes, habían sido
retirados por orden del Obispado para su restauración.
En un acta de la Junta de Gobierno de la entidad
agrupacionista, fechada el 7 de noviembre de 1991, se recogía la
noticia de que varias pinturas de Juan Niño de Guevara estaban
siendo restauradas en su primera fase. También se refería la
información que la Junta de Andalucía había comunicado, el 8 de
agosto del año 91, que no contaba con fondos suficientes para
terminar de arreglarlas. Sin embargo, el 9 de octubre del
mencionado año, se reanudaron los trabajos, dándose un plazo de 6
meses para la conclusión de la segunda fase. Por otro lado, se
participaba que el Museo Diocesano autorizaba la retirada de todas
las pinturas allí existentes, incluida la de El emperador Heraclio en
hábito de penitente 229 .
229 A.A.C.M. Lib. de aa. de juntas de gobierno de 7 de noviembre de 1991, fol. 62.
1306

El proceso de rehabilitación de San Julián se dio por
concluido en 1994. En una nota de prensa, se anunciaba la
presentación -para el día 25 de noviembre- de los trabajos de
conservación y restauración de las pinturas, proyecto en el que la
Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía había invertido casi
15 millones de pesetas. En efecto, en la fecha señalada el consejero
de Cultura José María Martín Delgado, acudió a la sede de la
Agrupación acompañado por el director general de Bienes
Culturales, Lorenzo Pérez del Campo, y por el delegado provincial
de la referida Consejería, Fernando Arcas Cubero, con objeto de
hacer entrega oficialmente de la colección pictórica de Juan Niño de
Guevara 230 .
La restauración de los lienzos, llevada a cabo por personal
especializado bajo la dirección de Estrella Arcos von Haartman en
el período comprendido entre 1989 y 1994, se efectuaba debido:
“(...) al mal estado de conservación de las
pinturas: telas debilitadas y quebradizas,
roturas, ataque de xilófagos y hongos en los
bastidores, destensados, craquelados, lagunas y
repintes en la capa pictórica, barnices muy
oxidados y ennegrecidos y gran acumulación
de polvo y suciedad” 231 .
Las técnicas empleadas para la restauración de los quince
lienzos habían sido:
230 La Saeta nº 19, Agrupación de Cofradías, Málaga, 1995, p. 9.
231 Sur, Málaga, 25 de noviembre de 1988.
1307

“(...) un tratamiento completo de conservación
restauración consistente en limpieza,
colocación de injertos o reentelado en los
casos necesarios por la extrema debilidad del
lienzo soporte de la pintura; sustitución de
bastidores; limpieza química y mecánica de la
capa pictórica; estucado y reintegración
cromática de las lagunas pictóricas; aplicación
de una capa de protección final y colocación de
las obras en sus lugares correspondientes” 232 .
La distribución de las obras restauradas en la iglesia sería
la siguiente: entre el presbiterio y la parte superior del coro irían
seis cuadros, que representaban un Apostolado formando parejas:
San Pablo y San Pedro, San Bartolomé y San Andrés, San Juan
Evangelista y Santiago el Mayor, ¿Santo Tomás o San Mateo? y
San Felipe, San Simón y San Matías, Santiago el Menor y San
Judas Tadeo. En la parte superior del altar mayor se colocaría un
lienzo circular de La Trinidad. En los laterales de la nave se
ubicarían cuatro pinturas referidas al nacimiento, a la vida, a la
obra y a la muerte de San Julián, obispo de Cuenca. En el centro de
la bóveda, se instalarían tres lienzos de las virtudes teologales Fe,
Esperanza y Caridad. Finalmente, el cuadro El triunfo de la
Caridad, que, en principio, fue concebido para presidir el altar
mayor, se pondría a los pies del templo 233 .
232 Ídem.
233 Ídem.
1308

Ilustración 142: La Virgen de las Penas delante del cuadro de El triunfo de la Caridad
(año 2005) [Foto: Rafael Rodríguez Puente]
8.2.- Las pinturas de Francisco Hernández
Francisco Hernández recibió el encargo de la Agrupación de
Cofradías para realizar en el altar mayor del templo cinco temas
religiosos, evocando las escenas de algunas de nuestras cofradías:
Entrada en Jerusalén, Ecce-homo, Oración del Huerto, Nazareno y
Crucifixión. Los trabajos efectuados (uno horizontal y cuatro
verticales) por el pintor de estilo naturalista, fueron presentados e
inaugurados al público en la misa de acción de gracias de la citada
entidad, celebrada el 21 de abril de 1996 234 . En diciembre del año
siguiente, se pusieron, en el frente del coro, una serie de pinturas
efectuadas por el mismo autor. Éstas fueron, de izquierda a derecha,
234 Sur, Málaga, 21 de abril de 1996.
1309

las de: San Francisco de Asís, Santa Teresa de Jesús, San
Sebastián, Santiago el Mayor, María Magdalena, San Pablo, San
Juan Bautista, Santa Paula y San Ciriaco 235 . Los lienzos
ejecutados por el autor veleño venían a cubrir ese espacio que,
otrora, habían ocupado los lienzos de Juan Niño de Guevara y que,
lamentablemente, desaparecieron en la Guerra Civil 236 .
9.- ACTIVIDADES CULTURALES DESARROLLADAS EN
SAN JULIÁN
En los salones del edificio han tenido lugar conferencias,
mesas redondas, pregones y exaltaciones, presentaciones de libros,
revistas, boletines y carteles de cofradías y hermandades, así como
la celebración de cabildos ordinarios y extraordinarios. Las
actividades realizadas respondían al uso que se le quería dar al
edificio.
La Comisión de Cultura de la Agrupación cubrió el vacío de
las exposiciones organizadas al comienzo de la década de los
ochenta por el profesor Agustín Clavijo García en el Museo
Diocesano de Arte Sacro, llevando a cabo distintas muestras en San
Julián como reclamo para que los ciudadanos se acercaran y
conocieran las instalaciones.
Reseñamos las realizadas bajo la dirección de Jesús
Castellanos Guerrero y Juan Antonio Quintana Urdiales,
respectivamente.
Las coordinadas por el primero fueron:
235 Sur, Málaga, 7 de diciembre de 1997.
236 CLAVIJO GARCÍA, A., “La iglesia-hospital de San Julián...”, p. 57.
1310

TABLA 78
AÑO TÍTULO
1990 “Los otros personajes de la Pasión.
Figuras secundarias en los grupos
escultóricos malagueños”
1991 “La mujer en el mundo cofrade
malagueño entre el símbolo y la
sombra”
1999 “Paz y Caridad” 237 .
De las exposiciones reseñadas destaca la titulada “Paz y
Caridad”, realizada con motivo del III centenario de la muerte del
pintor Juan Niño de Guevara (8 de diciembre de 1698) y de la
consagración de la iglesia de San Julián (21 de enero de 1699). Los
actos conmemorativos se llevaron a cabo durante los días 21 al 31
de enero de 1999, en la iglesia de San Julián y en una sala aneja a
ésta, la antigua capilla del Santo Cristo del Consuelo.
Así, el primer día, el jueves 21 de enero, el P. Antonio Ruiz
Pérez, párroco de los Santos Mártires Ciriaco y Paula y delegado
episcopal de Hermandades y Cofradías, ofició una misa y terminada
ésta, se pasó a la sala contigua, donde el presidente de la
Agrupación de Cofradías y hermano mayor de la Hermandad de la
Humildad (Ecce Homo) Clemente Solo de Zaldívar López,
inauguró la muestra, que contenía documentos de la desaparecida
Hermandad de la Santa Caridad y dos lienzos de Niño de Guevara,
los de La Muerte de San Juan de Dios y San Francisco Javier
expirante, trasladados desde la capilla del Cristo del Amparo de la
237 CAMINO ROMERO, A., “Secuencias de la historia de la iglesia y del antiguo
hospital de San Julián”, La Saeta nº 31, Agrupación de Cofradías, Málaga, 2003, p.
38.
1311

Santa Iglesia Catedral. En la sacristía, y en un ambiente cargado de
tenebrismo, se exhibía el cuadro pintado por Juan de Valdés Leal de
Miguel Mañara Vicentelo de Leca, hermano mayor de la
Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla (1663/79) e impulsor de
la misma.
Ilustración 143: Portada de libro
El miércoles, 27 de enero, la catedrática del Departamento
de Historia del Arte de la Universidad de Málaga, Rosario Camacho
Martínez, presentó en la iglesia el libro Juan Niño de Guevara,
pintor malagueño del siglo XVII, obra del que fuera también
profesor del citado Departamento, Agustín Clavijo García, ya
fallecido. A continuación, el profesor Juan Antonio Sánchez López
pronunció una conferencia que versó sobre el artista granadino
1312

Alonso Cano y su influencia en la obra pictórica de Niño de
Guevara 238 .
Señalamos ahora las exposiciones coordinadas por Juan
Antonio Quintana Urdiales:
TABLA 79
AÑO TÍTULO
1993 “Vélez-Málaga en su Pasión” 239
“Exposición fotográfica de Semana
Santa en Málaga” 240
1994 “Artistas malagueños contemporáneos”
1995 “Exposición fotográfica de Semana
Santa”
“Campillos en su pasión” 241 .
10.- REHABILITACIÓN DE UNA SALA DE JUNTAS DEL
EDIFICIO
10.1.- Origen y daños
El jueves, 23 de enero de 1997, los medios de comunicación
daban a conocer a la opinión pública los daños causados en la
238 CAMINO ROMERO, A. y CABELLO DÍAZ, Mª. E., “Nuevas aportaciones
documentales sobre un pintor barroco...”, pp. 27-29.
239 Al acto de presentación asistieron el alcalde de Vélez-Málaga, José Manuel
Salcedo; los presidentes de las Agrupaciones de Cofradías de Málaga y de Vélez-
Málaga, Jesús Saborido Sánchez y Carlos Enrique López Navarro, respectivamente; el
representante de El Corte Inglés, Salvador Naranjo; y el presidente de la Comisión de
Cultura de la Agrupación, Juan Antonio Quintana Urdiales.
240 Se mostraron 74 fotografías a todo color de las cofradías y hermandades pasionistas.
Los autores fueron: José Bermejo, Julio Salcedo, Pilar González y Manuel Dávila. El
acto de presentación corrió a cargo de Federico Fernández Basurte, hermano mayor de
la Cofradía del Amor y de la Caridad.
241 La exposición fue preparada conjuntamente por la Agrupación de Cofradías de
Málaga y por las corporaciones nazarenas de Campillos. En la muestra se apreció la
riqueza y la tradición de la Semana Santa de la mencionada localidad malagueña. A la
inauguración asistieron los presidentes de las Agrupaciones de Málaga y Campillos,
Jesús Saborido Sánchez y Antonio Bujaldón. La presentación del acto fue realizada
por Juan Antonio Quintana Urdiales.
1313

sede de la Agrupación de Cofradías, el antiguo hospital de San
Julián, por la lluvia registrada en las últimas semanas. Al parecer, el
agua había ido carcomiendo la madera y debilitando la techumbre
de una de las salas de juntas (la pequeña), hasta producirse el
desplome, causando desperfectos en el mobiliario y en vitrinas.
10.2.- Ayuda institucional
El ente agrupacional pidió la ayuda de la Junta de Andalucía
y del Ayuntamiento de Málaga para que colaborasen
económicamente en la reconstrucción de la zona afectada 242 . En el
mes de abril, saltaba la noticia de que el presidente de la
Comunidad Autónoma de Andalucía, Manuel Chaves González, se
había interesado por los daños tras la visita efectuada a nuestra
ciudad el Lunes Santo. El citado mandatario anunció que la Junta de
Andalucía sufragaría el coste de la primera fase (18 millones de
pesetas de los 34 que ascenderían el importe total) de las obras del
techo de la sala de juntas.
El delegado del Gobierno andaluz en Málaga, Luciano
Alonso, se entrevistó, el 4 de abril, con el presidente de la
Agrupación y hermano mayor de la Cofradía de la Pollinica, Jesús
Saborido Sánchez, quien le había hecho entrega del informe de
los daños y del presupuesto. La entidad presidida por Saborido
Sánchez esperaba sufragar la segunda parte de los trabajos con las
aportaciones de la Administración Central, del Ayuntamiento y
242 Sur, Málaga, 23 de enero de 1997.
1314

de la Diputación de Málaga 243 . El periódico Sur recogía en la
edición del día 18 de abril, la siguiente información:
“La consejera de Cultura de la Junta de
Andalucía, Carmen Calvo, ha mostrado su
interés en visitar la sede de la Agrupación de
Cofradías para conocer personalmente los
daños sufridos en el edificio a causa de las
intensas lluvias sufridas en el último invierno.
Como se sabe, la Junta de Andalucía sufragará
la primera parte de las obras de rehabilitación
del Hospital Museo de San Julián, cuyo techado
prácticamente se derrumbó a causa de las
trombas de agua. El importe de estas obras
supera los 18 millones de pesetas. El presidente
de la Junta, Manuel Chaves, en su visita a
Málaga el pasado Lunes Santo, tras
entrevistarse con Jesús Saborido, se interesó
personalmente por el asunto, que ha pasado a la
Consejería de Cultura por el interés y la
importancia patrimonial del edificio. Para la
segunda fase de rehabilitación, la Agrupación
cuenta con promesas aún no concretadas del
Ayuntamiento de Málaga, Diputación
Provincial y Gobierno central. La cifra de la
segunda fase podía oscilar en torno a los 16
millones de pesetas” 244 .
Al mes siguiente, el mencionado rotativo reseñaba que la
consejera de Cultura, Carmen Calvo Poyato, había visitado el
día 29 la sede de la Agrupación, confirmando en este lugar que la
Junta de Andalucía financiaría la reparación de la cubierta
derrumbada. Calvo Poyato manifestó, ante los medios de
243 Sur, Málaga, 3 de abril de 1997.
244 Sur, Málaga, 18 de abril de 1997.
1315

comunicación, que: “Hemos reaccionado muy rápido porque era
necesaria la reparación inmediata y porque sabemos la importancia
que para Málaga tienen las cofradías” 245 . Los trabajos de
reparación, llevados a cabo durante 3 meses, estuvieron bajo la
dirección del contratista Antonio Chacón Hurtado de Rojas,
quedando culminados en ese mismo año.
245
Sur, Málaga, 30 de mayo de 1997; La Saeta nº 22, Agrupación de Cofradías,
Málaga, 1998, p. 10.
1316

CAPÍTULO XXVI:
LA REALIDAD DEL MUSEO DE LAS COFRADÍAS
(2000/08)

1.- LA PUESTA EN MARCHA DEL MUSEO DE LAS
COFRADÍAS
La elección de Clemente Solo de Zaldívar como máximo
representante de la Agrupación de Cofradías en el año 1997,
significó el impulso definitivo al Museo de las Cofradías. Tras
laboriosas gestiones, el proyecto del Museo fue presentado por el
concejal de Cultura y Turismo, Antonio Garrido Moraga, y por la
delegada provincial de Turismo de la Junta de Andalucía, María
José Lanzat, en la sede agrupacionista el 28 de septiembre de 2000.
1.1.- La primera fase de las obras
Las obras de adaptación del edificio a Museo contaría con
una inversión de 150 millones de pesetas. La primera fase, valorada
en 60 millones, se centraría en el arreglo de las cubiertas y en la
adaptación del primer piso del edificio para uso museístico. La
segunda fase, presupuestada en 90 millones, consistiría en tratar los
muros contra las humedades, además de adaptar la planta baja 1 .
En junio del año 2001, el Consejo de Administración de
Urbanismo aprobó la licencia de obras para la rehabilitación del
antiguo hospital de San Julián. Las obras de acondicionamiento de
las salas donde se situaría el patrimonio de las hermandades y
cofradías agrupadas serían dirigidas por el arquitecto Rafael Martín
Delgado 2 .
1 Los periódicos Sur, La Opinión de Málaga y Diario de Málaga, editados el día 29 de
septiembre de 2000, recogían la información.
2 Sur, Málaga, 15 de junio de 2001.
1319

En la Cuaresma de 2002, concretamente el 27 de marzo, el
Consistorio malacitano adjudicó a la empresa Obras y Restauración
Picaso la fase de las obras de rehabilitación de San Julián 3 .
Ilustración 144: Acto de colocación de la primera piedra del Museo de las Cofradías
[CABELLO DÍAZ, Mª. E., “Noticias de la Agrupación”, La Saeta nº 30, Málaga, 2002, p.
9. Foto: Eduardo Nieto Cruz]
La primera piedra del futuro Museo de las Cofradías se
colocó el miércoles, 12 de junio de 2002. En el acto estuvieron
presentes el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre Prados;
la delegada de Turismo y Deportes de la Junta de Andalucía,
María José Lanzat; la concejala del Área de Cultura, Ana María
Rico Terrón; el presidente de la Agrupación de Cofradías, Clemente
Solo de Zaldívar López; el director del Museo, Jesús Castellanos
Guerrero; los arquitectos autores del proyecto, Isabel Cámara
Guezada y Rafael Martín Delgado; así como numerosos hermanos
mayores y miembros de la Junta de Gobierno de la Agrupación de
3 Diario de Málaga, Málaga, 28 de marzo de 2002.
1320

Cofradías 4 . Los trabajos de la primera fase dieron comienzo en el
mes de junio de 2002 y concluyeron en febrero de 2003 5 .
1.2.- La segunda fase
Estaba prevista que se iniciara en marzo de 2003 pero,
dada la proximidad de los comicios municipales, la apertura del
concurso público se retrasó una serie de meses para la presentación
de ofertas en el Área de Contratación y Compras del Ayuntamiento
de Málaga. Expirado el plazo de entrega (fijado el día 26 de
noviembre) 6 , sólo se recibió una, la de la empresa Picaso, S. L.,
que ya había efectuado la primera fase 7 .
Por el mes de mayo de 2004, el periódico La Opinión de
Málaga daba a conocer que el Ayuntamiento había aprobado el 30
de abril de ese año, la contratación de la segunda fase del Museo de
las Cofradías, siendo elegida la empresa de construcción reseñada.
Según la información facilitada por el mencionado periódico, el
concejal de Turismo, Antonio Luis Urda Cardona, explicó que la
inversión de esta fase ascendía a 516.762 euros 8 y el plazo de
ejecución se estimaba en ocho meses. Comprendía la rehabilitación
de la planta baja y la instalación de aire acondicionado y servicios,
así como la restauración de la sacristía (que sería adaptada como
sala dedicada a la escultura procesional) y el patio principal 9 .
4 Sur, Málaga, 13 de junio de 2002.
5 El Correo de Málaga, Málaga, 23 de noviembre de 2003.
6 [En línea], Ayuntamiento de Málaga - Web de la Ciudad [consulta 23-11-2006]
7 El Correo de Málaga, Málaga, 23 de noviembre de 2003.
8 El equivalente en pesetas es de 86.123.554,92.
9 La Opinión de Málaga, Málaga, 1 de mayo de 2004.
1321

Un año después, y en la sede de la Agrupación, el alcalde,
Francisco de la Torre Prados, entregó al presidente de la entidad
agrupacionista, Rafael Recio Romero, el documento que certificaba
la finalización de las obras. Antes de este acto, el Alcalde, el
Presidente y José Cosme, delegado de Turismo y Deporte de la
Junta de Andalucía, recorrieron las instalaciones del Museo,
acompañados del P. Felipe Reina Hurtado, delegado episcopal de
Hermandades y Cofradías, así como de varios concejales y
hermanos mayores 10 .
1.3.- La tercera y última fase
El concejal de Turismo Antonio Urda efectuaba en febrero de
2006 la siguiente declaración:
“Nuestra intención es que una vez que se
adjudique la contratación del proyecto
museístico, lo que se hará en los próximos días,
en dos meses y medio esté el proyecto y
podamos abrir a finales de mayo o, a más
tardar, a principios de junio” 11 .
En el concurso convocado por el Ayuntamiento para la
realización del proyecto museístico sólo había concurrido una
empresa, INGENIAqed, a la que se le concedió el servicio. Contaba
en su haber con la labor efectuada en el Museo Nacional de
Altamira y en la réplica de esta cueva rupestre en la Comunidad
10 Sur, Málaga, 20 de mayo de 2005.
11 La Opinión de Málaga, Málaga, 18 de febrero de 2006.
1322

Autónoma de Cantabria. En la provincia de Málaga, concretamente
en Vélez-Málaga, estaba trabajando en la puesta en marcha del
Museo de las Cofradías de esta localidad.
Un mes y medio después, se volvían a tener noticias del
futuro Museo de las Cofradías de Málaga. En una rueda de prensa
ofrecida por el alcalde Francisco de la Torre, quien estuvo
acompañado por el presidente de la Agrupación Rafael Recio,
manifestó que la apertura del Museo sería probablemente en el mes
de julio, antes del comienzo de la Feria de Agosto. También se
informó de que el Área de Turismo acometía las obras de la última
fase. La ejecución de la parte final del proyecto contaba con un
presupuesto de 270.455 euros, financiados íntegramente por la
Corporación municipal 12 .
Pese a los reiterados avisos de las posibles fechas de apertura
del Museo de las Cofradías, nada de eso ocurrió al ir demorándose
en el tiempo. Mientras se le daba el empujón definitivo a la tercera
fase, la Agrupación firmaba un convenio con la empresa malagueña
Bandera Vivar, implicada con la Semana Santa, por la que ésta se
comprometía a hacerse cargo de la rehabilitación del interior de la
iglesia de San Julián. El acto de formalización de este compromiso
tuvo lugar el día 19 de junio de 2006 en el recinto sagrado,
contando con la presencia del Alcalde, el Presidente de la
Agrupación, el director gerente de Bandera Vívar, Juan Carlos
Bandera, y miembros de la Junta de Gobierno de la entidad
agrupacionista 13 . Las tareas desarrolladas a lo largo del año fueron
12
Sur, Málaga, 6 de abril de 2006.
13
CABELLO DÍAZ, Mª. E., “Noticias de la Agrupación”, La Saeta nº 38, Agrupación
de Cofradías, Málaga, 2006, p. 20.
1323

presentadas por el presidente Rafael Recio y por el vicepresidente
3º Jesús Castellanos el día 9 de febrero de 2007 a los medios de
comunicación 14 .
Es igualmente reseñable que la Fundación Málaga
patrocinara la restauración del cuadro El emperador Heraclio en
hábito de penitente, proceso realizado por la empresa Quibla
Restaura, bajo cuya dirección se encuentra la prestigiosa
restauradora Estrella Arcos von Haartman. Tras varios meses (de
marzo a junio) de reparación en directo, en la planta baja del Museo
Municipal de Málaga, el cuadro (6 m. x 2,5 m.) fue trasladado el
26 de junio de 2006 a la iglesia de San Julián 15 y colocado en la
pared izquierda del presbiterio, frente al de El triunfo de la
Caridad 16 .
Otro hecho destacado se vivió pasada la Semana Santa del
año 2007, cuando la Agrupación de Cofradías firmó un acuerdo
de colaboración con la Fundación Sevillana-Endesa, que se
encargaría de la iluminación artística del templo y de los patios
interiores del Museo. En una nota de prensa emitida por la citada
Compañía se decía que se utilizarían técnicas que conjugasen “(...)
la eficacia, el ahorro y la seguridad de la instalación eléctrica (...)”.
14 CABELLO DÍAZ, Mª. E., “Noticias de la Agrupación”, La Saeta nº 39, Agrupación
de Cofradías, Málaga, 2007, p. 40. Desde la Comisión de Cultura de la entidad se
tomó la iniciativa, aprovechando la realización de las obras, de colocar como vidrieras
de la iglesia las heráldicas del fundador de la Hermandad de la Santa Caridad Alonso
García Garcés y del obispo Bartolomé Espejo y Cisneros, por corresponderle la
bendición del templo; la azucena, al tratarse del símbolo de la Catedral, y el escudo
corporativo de la Agrupación, por ser ésta su sede canónica y administrativa.
15 20 MINUTOS, Málaga, 28 de junio de 2006.
16 Para una mayor información acerca del proceso de restauración, aconsejamos la
lectura de: ARCOS VON HAARTMAN, E. y CAPILLA LUQUE, F., “El emperador
Heraclio en hábito de penitente de Juan Niño de Guevara. Análisis histórico-artístico y
proceso de restauración”, La Saeta nº 38, Agrupación de Cofradías, Málaga, 2006, pp.
52-59.
1324

Asimismo, se explicaba que esta actuación formaba parte de los
objetivos “para mantener y embellecer el conjunto histórico
artístico monumental de Andalucía y Extremadura” 17 . Los trabajos
de instalación del sistema eléctrico se llevaron a cabo en los meses
siguientes a la firma del acuerdo, fijándose la fecha de inauguración
para el miércoles, 12 de septiembre de 2007, que coincidía con la
festividad de María Santísima Reina de los Cielos, Titular mariana
de la entidad agrupacionista, como ya se reflejó en su momento.
Ilustración 145: Restauración del lienzo de El emperador Heraclio en hábito de penitente
[ARCOS VON HAARTMAN, E. y CAPILLA LUQUE, F., “El emperador Heraclio en
hábito de penitente, de Juan Niño de Guevara. Análisis histórico-artístico y proceso de
restauración”, La Saeta nº 38, Agrupación de Cofradías, Málaga, 2006, pp. 56 y 57]
En esa fecha, a las 13:00 horas, se celebró una rueda de
prensa con los medios de comunicación en la sala de juntas de la
Agrupación. Se contó con la asistencia de Jesús García Toledo,
director de la Fundación, Cristóbal García González, secretario, y
Pedro Méndez Zubiria, director de Sevillana-Endesa en Málaga. La
inauguración tuvo lugar a las 20:30 horas, contando con la
presencia del Alcalde de la ciudad y del Director de Zona de
17 La Opinión de Málaga, Málaga, 17 de abril de 2007.
1325

Sevillana-Endesa 18 . Las luces se repartieron, desde entonces, en 14
encendidos diferentes, adaptándose a las necesidades de la iglesia
en todo momento. A las 21:00 horas, el P. Felipe Reina Hurtado
ofició una eucaristía en honor de la Virgen Reina de los Cielos,
cuya imagen se encontraba presidiendo el altar mayor de la iglesia
de San Julián 19 .
Ilustración 146: Descubrimiento de una placa con motivo de la inauguración de la
iluminación artística de la iglesia de San Julián [Foto: Daniel González González]
18 En el acto se descubrió una pequeña placa, fijada en una pared del interior de la
iglesia, con el siguiente texto: La Agrupación de Cofradías de Semana Santa de
Málaga / en agradecimiento a la / Fundación Sevillana Endesa / por la iluminación
artística de la Iglesia de San Julián. / Málaga, 12 de septiembre de 2007 / Festividad de
María Stma. Reina de los Cielos.
19 Málaga Hoy, La Opinión de Málaga y Sur, Málaga, 13 de septiembre de 2007;
CABELLO DÍAZ, Mª. E., “Noticias de la Agrupación”, La Saeta nº 41, Agrupación
de Cofradías, Málaga, 2008, p. 28.
1326

2.- LA CONCLUSIÓN DE LOS TRABAJOS EN EL MUSEO
DE LAS COFRADÍAS
2.1.- La inauguración del Museo de las Cofradías
Cuando se concluye la redacción de este trabajo, no se ha
inaugurado todavía el Museo a pesar de los reiterados avisos
efectuados, como se acaba de ver en el texto anterior.
2.2.- Las salas del Museo de las Cofradías
Se trata de una superficie útil de 1.092 m 2 de los cuales 600
estarán dedicados a exposición. Tendrá cinco espacios expositivos.
El recorrido se iniciará con la primera de las salas, que contendrá la
historia del edificio y de la Hermandad de la Santa Caridad. Luego,
se visitará la iglesia, donde se contemplarán las pinturas de Niño de
Guevara (s. XVII) y Francisco Hernández (s. XX). Desde el templo
se pasará a la segunda sala, en la que se accederá a la cripta y se
mostrará la historia de las cofradías penitenciales 20 . A continuación
se llegará a la tercera sala, llamada de las “imágenes”, porque se
exhibirán piezas de imaginería. En la primera planta, se hallará la
cuarta sala, en ella se expondrá el ajuar empleado en las Dolorosas
de vestir (coronas, sayas, túnicas, mantos, etc.). Finalmente, y en la
última sala, se verán las diversas artes vinculadas con la actividad
cofrade (talla, orfebrería, pintura, bordado, dorado, etc.). Además,
20 Durante el período estival de 2008, y gracias a la colaboración de la Concejalía de
Urbanismo, se habilitó la cripta existente bajo el presbiterio de la iglesia de San Julián,
incorporándose a la ruta del futuro Museo de la Semana Santa.
1327

en este espacio expositivo se incluirá el patio central, la escalera y
los pasillos, que estarán adornados con una colección de cartelería
de Semana Santa, cuadros y paneles.
3.- LAS FUNCIONES RELIGIOSAS CELEBRADAS EN LA
IGLESIA DE SAN JULIÁN
3.1.- La Agrupación de Cofradías
siguientes:
3.1.1.- Misas de Acción de Gracias
Los celebrantes de esta función religiosa fueron los
TABLA 80
FECHA OFICIANTE
13 de mayo de 2000 Antonio Dorado Soto, obispo
23 de abril de 2001 Alfonso Crespo Hidalgo, vicario
general
20 de abril de 2002 Ídem
17 de mayo de 2003 Ídem
24 de abril de 2004 Antonio Dorado Soto la ofició en la
iglesia de Jesús Obrero, de la barriada
La Palma, que había sido sufragada
por la Agrupación de Cofradías
9 de abril de 2005 Felipe Reina Hurtado, delegado
episcopal de Hermandades y
Cofradías
29 de abril de 2006 Ídem
21 de abril de 2007 Alfonso Fernández-Casamayor
Palacio, vicario general
5 de abril de 2008 Antonio Dorado Soto 21 .
21 Cuadro diseñado con las noticias aparecidas en la revista La Saeta.
1328

3.1.2.- Festividad de María Santísima Reina de los Cielos
Ilustración 147: Misa en honor de María Santísima Reina de los Cielos,
celebrada el 12 de septiembre de 2007 [Foto: Daniel González González]
A partir del año 2000, los celebrantes de la función religiosa
oficiada en honor de la sagrada Titular de la Agrupación fueron los
siguientes:
TABLA 81
FECHA OFICIANTE
2000 Antonio Dorado Soto, obispo
2001 Ídem
2002 Ídem
2003 Ídem
2004 Alfonso Crespo Hidalgo, vicario
general
2005 Felipe Reina Hurtado, delegado
episcopal de Hermandades y
Cofradías
2006 (Suspendida por obras) ---
1329

FECHA OFICIANTE
2007 Felipe Reina Hurtado
2008 Ídem 22 .
3.2.- Cofradía de las Penas
3.2.1.- Triduos
Seguidamente facilitamos la identidad de los sacerdotes y las
fechas correspondientes en las que predicaron los cultos en honor
del Santísimo Cristo de la Agonía en la iglesia de San Julián.
TABLA 82
FECHA PREDICADOR
6 a 8 de abril de 2000 José Diéguez Rodríguez
29 a 31 de marzo de 2001 Ídem
13 a 15 de marzo de 2002 Francisco Gutiérrez Alonso, O.C.D.
13 a 15 de marzo de 2003 Francisco Javier Jaén Toscano,
O.C.D.
3 a 5 de marzo de 2004 Francisco Gutiérrez Alonso, O.C.D.
17 a 19 de febrero de 2005 Federico Cortés Jiménez, párroco de
los Santos Mártires
16 a 18 de febrero de 2006 Ídem
1 a 3 de marzo de 2007 Ídem
14 a 16 de marzo de 2008 Ídem 23 .
22 A.A.C.M. Secretaría.
23 Cuadro realizado a través de la consulta del Boletín Penas (años: 2000, 2002 y
2003) y de la Hoja Informativa Penas (años: 2001, 2004, 2005, 2006, 2007 y 2008).
1330

Ilustración 148: Triduo en honor del Santísimo Cristo de la Agonía, celebrado en el año
2007 [Foto: Daniel González González]
3.2.2.- Realezas
Ahora relacionamos, como en el caso de los triduos, a los
celebrantes de la función religiosa dedicada en honor de la
Santísima Virgen de las Penas:
TABLA 83
FECHA CELEBRANTE
27 de mayo de 2000 ---
27 de mayo de 2001 Antonio Gómez López
26 de mayo de 2002 Francisco Gutiérrez Alonso, O.C.D.
25 de mayo de 2003 Ídem
23 de mayo de 2004 Alejandro Escobar Morcillo, párroco
de Nuestra Señora de los Dolores del
Puerto de la Torre
22 de mayo de 2005 Federico Cortés Jiménez, párroco de
los Santos Mártires
1331

FECHA CELEBRANTE
28 de mayo de 2006 Ídem
21 de mayo de 2007 Ídem
18 de mayo de 2008 Ídem 24 .
3.2.3.- Pregones de la Realeza
Continuando con los cofrades elegidos por la Junta de
Gobierno para exaltar las glorias de Nuestra Señora en la iglesia de
San Julián, pasamos a detallarlos:
TABLA 84
FECHA PREGONERO EDICIÓN
27 de mayo de Fernando Sierra Sevilla
2000
X
26 de mayo de Alberto Jiménez Herrera
2001
XI
25 de mayo de Rafael Jiménez Valverde
2002
XII
24 de mayo de José Luis Zurita Abril, O.C.D.
2003
XIII
21 de mayo de Ignacio Antonio Castillo Ruiz
2004
XIV
22 de mayo de Juan Carlos Martínez Haro
2005
XV
27 de mayo de Rafael Ruiz del Portal
2006
XVI
20 de mayo de Alejandro Morante Hernández
2007
XVII
17 de mayo de Francisco Regueira Colominas
2008
XVIII 25 .
24
Boletín Penas (años: 1999, 2000, 2001 y 2002) y Hoja Informativa Penas (años:
2003, 2004, 2005, 2006, 2007 y 2008).
25
Boletín Penas (años: 2000, 2001, 2002 y 2007) y Hoja Informativa Penas (años:
2003, 2004, 2005, 2006 y 2008).
1332

3.2.4.- Uso del título de la Santa Caridad de Nuestro
Señor Jesucristo
La Junta de Gobierno, presidida por Francisco Manuel
Calderón Rodríguez, solicitó en el año 2002 al Obispado de Málaga
el uso del título de “Venerable y Antigua Archicofradía
Sacramental de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo y
Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Agonía, María
Santísima de las Penas y Santo Domingo de la Calzada”, para así
perpetuar el buen nombre de la entidad que había mandado edificar
la iglesia-hospital de San Julián y que se había encargado de cuidar
y atender a los más desfavorecidos de la sociedad desde los siglos
XV al XX.
Cuatro años después de ser presentada la pertinente
documentación por la Cofradía de las Penas, el vicario general,
Alfonso Fernández-Casamayor Palacio, aprobaba dicha petición y
firmaba el Decreto de inclusión del título el 18 de enero de 2006.
Días más tarde, en concreto el 28, festividad de San Julián obispo,
patrón de la desaparecida Hermandad de Santa Caridad, se celebró
en el templo una solemne función eucarística oficiada por el P.
Federico Cortés Jiménez, cura-párroco de los Santos Mártires
Ciriaco y Paula y director espiritual de esta Corporación nazarena,
en la que se dio lectura al Decreto de Agregación.
Posteriormente, en el verano de 2008, el Obispado instó a la
Junta de Gobierno a modificar el título por el de: “Venerable
Hermandad de la Caridad en Cristo Nuestro Señor y Cofradía de
Nazarenos del Santísimo Cristo de la Agonía, María Santísima de
1333

las Penas, Reina y Madre, y Santo Domingo de la Calzada”, siendo
recogido en los Estatutos que habían sido aprobados en ese período.
3.3.- Otras cofradías
El cierre provisional de la parroquia de la Santa Cruz y San
Felipe Neri por obras de restauración, obligó a la Archicofradía de
la Sangre y a la Hermandad de la Salutación a trasladarse a la
iglesia de San Julián.
3.3.1.- Archicofradía de la Sangre
Las imágenes Titulares del Santísimo Cristo de la Sangre y
María Santísima de Consolación y Lágrimas, además de San Juan
Evangelista, se instalaron en la capilla ocupada por San Carlos
Borromeo, el 29 de septiembre de 2001.
El día 7 de octubre, tuvo lugar, por la mañana, una solemne
función religiosa en honor de la Virgen de Consolación y, por la
tarde, un rosario vespertino, que recorrió diversas calles de las
collaciones parroquiales de los Santos Mártires y de San Felipe
Neri 26 .
La jura de cargos de la nueva Junta de Gobierno, elegida para
el ejercicio 2001/03, se desarrolló el 8 de diciembre de 2001. El
26 Sangre nº 8, Real, Muy Ilustre y Venerable Archicofradía del Santísimo Cristo de la
Sangre, María Santísima de Consolación y Lágrimas y del Santo Sudario, Málaga,
2002, pp. 22-24.
1334

acto se inició con una función religiosa oficiada por el vicario
parroquial de San Felipe Neri, el P. Gabriel Pérez Sánchez 27 .
Llegada la Cuaresma, se realizó el tradicional triduo en honor
de los sagrados Titulares durante los días 22, 23 y 24 de marzo de
2002, estando presididos por el P. Manuel Moyano Sanz, párroco
de la Santa Cruz y San Felipe Neri y director espiritual de la
Hermandad 28 .
El Domingo de Pasión, 24 de marzo de 2002, se verificó el
traslado de dichas imágenes a los tronos procesionales, ubicados en
su casa hermandad, sito en C/. Dos Aceras nº 10. Esta Institución
realizaría la procesión el Miércoles Santo.
Pasada la Semana Santa, el 14 de abril, las soberanas efigies
volvieron de nuevo a la iglesia de San Julián, oficiando el P.
Manuel Moyano una misa de acción de gracias 29 . Aquí
permanecerían hasta el 28 de julio del citado año, fecha en que
fueron conducidas a la capilla que ocupan en el antiguo templo
filipense 30 .
3.3.2.- Hermandad de la Salutación
En el mes de octubre de 2001, los hermanos de esta
Corporación penitencial trasladaron a la imagen del Divino Nombre
de Jesús de la Salutación a la iglesia de San Julián, siendo instalada
27
Ibídem, p. 6.
28
Sangre nº 9, Real, Muy Ilustre y Venerable Archicofradía del Santísimo Cristo de la
Sangre, María Santísima de Consolación y Lágrimas y del Santo Sudario, Málaga,
2002, pp. 28 y 29.
29
Ibídem, p. 31.
30
Ibídem, p. 32.
1335

en la capilla de Santo Domingo de la Calzada 31 . Con posterioridad,
el día 1 de noviembre, se hizo lo propio con la de María Santísima
del Patrocinio, colocada justo al lado de la del Señor 32 .
Ilustración 149: Quinario en honor del Señor de la Salutación [Foto: Daniel González
González]
El quinario en honor del Cristo tuvo lugar del 29 de enero al
2 de febrero de 2002, siendo oficiado por el P. Francisco Aranda
Otero, vicario de la parroquia de San Gabriel 33 . Los sagrados
31 La Opinión de Málaga, Málaga, 4 de febrero de 2002.
32 Sur, Málaga, 2 de noviembre de 2001; La Saeta nº 29, Málaga, 2002, p. 193.
33 La Opinión de Málaga, Málaga, 22 de enero de 2002.
1336

Titulares eran trasladados a su sede canónica el 15 marzo de 2002,
desde donde partiría la procesión el Domingo de Ramos 34 .
4.- ACTIVIDADES CULTURALES
Con motivo del 50 aniversario de la reorganización de la
Congregación de la Divina Pastora, la entidad capuchinera organizó
entre los días 26 y 31 de enero de 1998, una exposición en unas
salas del primer piso del patio principal de San Julián. En la
muestra se hacía un recorrido por la trayectoria de esta Hermandad
de Gloria, dándose a conocer el patrimonio y fotografías históricas.
El acto de inauguración contó con la presencia del delegado de
Hermandades y Cofradías, P. Antonio Ruiz Pérez; el párroco de la
Divina Pastora y Santa Teresa de Jesús, P. Alfonso Rosales
Trujillo; el presidente de la Agrupación de Cofradías, Clemente
Solo de Zaldívar López; el hermano mayor de la Pastora, Juan
Antonio Navarro Rodríguez, entre otras personalidades 35 .
Por otro lado, la Comisión de Promoción y Divulgación de
la Agrupación celebró en la Cuaresma del año 2000, una
exposición titulada: “La Saeta en el año 2000. Fotografía y
Semana Santa”. Fue presentada el día 23 de marzo por el que
suscribe estas líneas, director de la publicación La Saeta. Acudieron
al acto: el presidente de la entidad, Clemente Solo de Zaldívar, y los
siguientes hermanos mayores: Antonio Luque (Salesianos), Ángel
Crespo (Paloma), Antonio Mateos (Sangre) y Miguel Olmedo
34
Sur, Málaga, 17 de marzo de 2002.
35
CASTILLO RUIZ, I. A., “Noticias de la Agrupación”, La Saeta nº 23, Agrupación
de Cofradías, Málaga, 1999, p. 10.
1337

(Piedad). Las fotografías, efectuadas por el equipo gráfico del
citado órgano literario, se exhibieron en las mismas dependencias
que la anteriormente citada, hasta el 7 de abril 36 .
36 DORADO PÉREZ, S., “Noticias de la Agrupación”, La Saeta nº 27, Agrupación de
Cofradías, Málaga, 2001, p. 11. Los autores de las fotografías expuestas fueron:
Francisco Javier García Agua, Daniel González González, Juan Jesús Palacios
Chaves, Juan Miguel Salvador Morales, Miguel Ángel Segado Merino y Fernando
Suárez Vinuesa.
1338

-RECAPITULACIÓN
Afortunadamente el edificio anejo a la iglesia de San Julián
no fue destruido gracias a la defensa llevada a cabo por la Cofradía
de las Penas, en la persona de Jaime Solís Ortega. En esta ocasión
la piqueta no hizo de las suyas, como sucediera con los edificios
eclesiales de la Merced, la Encarnación o San José, entre otros.
Este es el momento para reconocer la labor ejercida por las
hermandades penitenciales a lo largo de los siglos y,
principalmente, en el XX, al sobreponerse a la embestida de mayo
de 1931 y a la Guerra Civil. El caso de las Penas no es el único.
Otras corporaciones nazarenas han sido defensoras a ultranza de la
riqueza histórica-artística de la ciudad. Si otras instituciones, del
carácter que fueren, hubiesen actuado con la misma perseverancia e
intensidad que aquéllas, hoy día podríamos presumir de patrimonio
monumental y no lamentarnos de las pérdidas que hemos padecido.
También fue un rotundo acierto que la Agrupación de
Cofradías fijara su mirada en el conjunto arquitectónico de San
Julián, a fin de recuperarlo para la ciudad. Desde luego es un lujo
tener como sede administrativa, archivo y lugar de culto y
veneración de sus Titulares un enclave como éste, del siglo XVII.
Ha quedado patente en el texto el retraso de más de treinta
años en la puesta en funcionamiento del Museo de las Cofradías.
Fueron muchas las vicisitudes que los diversos presidentes
agrupacionistas tuvieron que sortear. Este proyecto está llegando a
su fin y, por lo que parece, pronto será una realidad.
1339

1340

CAPÍTULO XXVII:
CONCLUSIONES

Como hemos podido ver con la lectura de este estudio, la
Hermandad de la Caridad comenzó a prestar atención a los más
desfavorecidos de la sociedad malagueña al poco tiempo de ser
tomada la ciudad por los Reyes Católicos, desconociéndose la fecha
fundacional al carecerse de la documentación pertinente.
Dicha Institución jugó un papel vital en la beneficencia de la
época, cuando ésta estaba a cargo de la iniciativa privada o del
estamento eclesiástico, inhibiéndose el Estado de la atención a los
necesitados.
Durante el siglo XVI, la Hermandad obtuvo beneficios
espirituales de Papas y Obispos, así como alguna que otra
concesión regia y pontificia, que sirvió para atraer a miembros de
los Cabildos civil y eclesiástico, militares, comerciantes, etc.
Los ingresos por las representaciones teatrales en el corral de
comedias, las afiliaciones de nuevos hermanos y las donaciones de
particulares contribuyeron al mantenimiento del complejo
hospitalario. Así, un buen número de cofrades y de fieles destinó en
diversas escrituras limosnas, tierras, casas, censos, etc., para la
asistencia de los pobres y enfermos.
La Hermandad hizo frente, con los medios que tenía a su
alcance, a los principales brotes epidémicos del siglo XVII, como
los de 1637 y 1678/79; no teniéndose constancia de su participación
en el de 1649 al no hallarse fuentes escritas de esa época.
Con respecto al de 1678/79, y a tenor de lo que sostiene la
historiografía local, la pérdida de la posesión del hospital Real se
debió a la muerte de un gran número de sus hermanos, víctimas de
la epidemia.
1343

No obstante, nos queda la duda de saber si eso fue realmente
así, puesto que la peste de 1637 se convirtió en la más letal, si cabe,
desde el punto de vista médico y la Hermandad, en cambio, no
sucumbió.
Los religiosos de San Juan de Dios, requeridos por el
entonces obispo dominico Fray Alonso de Santo Tomás para que
ayudaran en las labores asistenciales a los enfermos y
convalecientes, se hicieron cargo del hospital. Por los documentos
que hemos mostrado, se aprecia el afán y la mediación del Prelado
en este asunto.
Tras perder los hermanos de la Caridad a finales de 1679 la
posesión del centro sanitario, después de administrarlo por espacio
de siglo y medio, éstos mantendrían una residual actividad hasta el
13 de mayo de 1682, fecha en que sería renovada e impulsada pero
ya con unos fines completamente diferentes, asemejándose a los
que se practicaban en la Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla.
En los capítulos siguientes, comprobamos cómo en mayo
mayo de 1682 arrancaba una nueva iniciativa asistencial por parte
de un grupo de eclesiásticos y seglares malagueños. Se trataba de
restablecer el nombre de la institución de la Hermandad de la
Caridad, partiendo solamente del deseo de servir a los más
desfavorecidos de la sociedad. Para el relanzamiento de la
Corporación, sus componentes, a los que se habían unido algunos
pertenecientes a la anterior etapa, se inspiraron en el modelo
propuesto por Miguel Mañara en la Hermandad de la Santa Caridad
de Sevilla.
1344

La falta de documentos, una vez más, evita que conozcamos
las actuaciones emprendidas por esos prohombres, llevados por el
amor hacia el próximo, reflejándose en ellos la figura de Jesucristo.
Lo cierto es que las Constituciones por las que se regirían eran
copia de las renovadas en 1675 por Don Miguel en la Hermandad
sevillana, así consta en el ejemplar de los Estatutos aprobados en
1682 por las autoridades eclesiásticas malacitanas.
En los libros de actas de la fraternidad de San Jorge de
Sevilla, no se registra ninguna petición de este tipo. Quizás, y sólo
como mera conjetura, se hiciera a nivel personal y no institucional.
Aprobadas las Normas para el buen gobierno de la
Hermandad de Málaga, se eligió a Alonso García Garcés como
hermano mayor y se decidió alquilar una casa en la calle
Convalecientes, que se convertiría en hospicio para la atención de
los pobres y necesitados. Lo que distinguirá a la Santa Caridad en
la etapa comprendida entre 1683 y 1699, será la construcción de
una iglesia y hospital con la advocación de San Julián en unos
terrenos cedidos por el Ayuntamiento en las antiguas mancebías.
Todos los esfuerzos, por lo tanto, se centrarían en su erección,
aunque nunca perdieron de vista la atención a sus obligaciones
estatutarias, como atender a los pobres, asistir a los ajusticiados y
enterrar a los muertos, entre otras.
La bendición de la iglesia de San Julián se llevó a cabo el día
21 de enero de 1699, permitiendo a la renovada Hermandad de la
Santa Caridad desarrollar plenamente sus ejercicios estatutarios en
esta nueva ubicación. Así, el templo comenzó a registrar una
actividad tanto cultual como funeraria.
1345

Con ello, se puso de manifiesto que, a lo largo del siglo
XVIII, algunos hermanos desearon ser sepultados en la cripta,
situada en la nave del Evangelio y entre el presbiterio y el altar
mayor, para continuar vinculados más allá de la muerte. Asimismo,
los componentes de la Santa Caridad y siguiendo los principios
fundacionales, enterraron a diversos ajusticiados en las sepulturas
abiertas en la capilla del Santo Cristo del Consuelo, que lindaba con
los muros de la iglesia. Con estas prácticas mortuorias realizadas en
suelo sagrado o próximo a él, San Julián seguía la costumbre
establecida en el Antiguo Régimen.
Por otra parte, con la llegada de la Ilustración, y a la vista de
los cambios producidos en la mentalidad de la sociedad, se hacía
obligatorio una modificación de los Estatutos. En efecto, su
actualización se produjo en 1733, guiándose la Hermandad por los
redactados y aprobados en 1682, año de su renovación corporativa.
Uno de los principales escollos encontrados en esta centuria
es la falta de fuentes escritas, como ya se expresó en reiteradas
ocasiones. Con los datos recopilados, nos hemos podido hacer una
idea aproximada del funcionamiento de la entidad, aunque no de la
manera que hubiésemos deseado para la elaboración de este
período. No obstante, y gracias a los documentos conservados en
los fondos catedralicios y diocesanos, tenemos conocimiento de la
crisis interna surgida en el gobierno de Juan Agustín Sweerts Ayala,
la cual se arrastraría hasta finales de siglo. De hecho, esta situación
se agudizaría más aún bajo la presidencia de Diego Ortiz de
Almodóvar, al estar obligada la Hermandad a renovar las
Constituciones y no presentarlas en el plazo señalado por el
1346

Consejo de Castilla. La Hermandad de los Pobres de San Julián no
descuidó, en ningún momento, sus obligaciones pese a dichos
contratiempos institucionales, aunque las autoridades civiles
interviniesen la Junta de Gobierno.
También es un hecho notorio que, en el último tercio del
siglo, un obispo, Manuel Antonio Ferrer y Figueredo, fuese
nombrado hermano mayor y aceptase el cargo. Con anterioridad a
este estadio, diversos Prelados habían pertenecido a la Hermandad
pero sin ocupar ninguna función u oficio determinado en la Junta de
Oficiales.
El siglo XIX fue para la Hermandad de la Santa Caridad
muy pródigo en acontecimientos por lo que hemos podido verificar,
a pesar de que no hayamos dispuesto de la totalidad de la colección
de actas capitulares que pudieran reportarnos una información más
completa acerca de los hechos acaecidos.
La primera mitad de la centuria está marcada por una terrible
epidemia de fiebre amarilla en 1803 y 1804, por la invasión
napoleónica en 1810 y por la desamortización de los bienes de la
Iglesia en 1835/36. De estos tres episodios históricos, los dos
primeros afectaron directamente a la Hermandad de la iglesia y
hospital de San Julián. Igualmente, vivió otras situaciones, pero ya
de corte menor como fueron: mantener un pleito con la Asociación
de Expósitos en 1801, facilitar alimentos a la población hambrienta
en 1812 o asumir en ese último año la dirección del hospital
General por expresa petición gubernativa, entre otros.
La segunda mitad es mejor conocida gracias a la
documentación conservada y a las noticias de los periódicos. Como
1347

hemos tenido oportunidad de observar, la Hermandad pudo
desarrollar con más “desahogo” sus funciones estatutarias como
asistir espiritual y corporalmente a los sentenciados a la pena
capital, prestar sus servicios en los brotes epidémicos, acoger a
ancianos pobres, etc. Se hace necesario reseñar la flexibilidad de la
Hermandad al permitir que se establecieran entidades religiosas,
asociaciones, congregaciones y hermandades, en la iglesia de San
Julián para la celebración de sus cultos particulares.
En este período también se tuvo que hacer frente a serios y
graves problemas de índole externa, como por ejemplo obtener en
1853 del Gobierno de España la declaración de entidad privada del
establecimiento benéfico o intentar recuperar los bienes
desamortizados con la Ley promulgada el 1 de mayo de 1855. Con
respecto a lo interno, y bajo la presidencia de Fermín Alarcón
Luján, se llevó a cabo el ingrato cometido de investigar el paradero
de cierta cantidad de dinero, que no había entrado en las arcas de la
Hermandad en la etapa de gobierno de Manuel Rubio Velázquez.
Si tuviéramos que destacar un evento de la centuria
decimonónica en la Hermandad de la Santa Caridad, éste sería, sin
duda alguna, el de la visita de la reina Isabel II en 1862 al hospital
de San Julián, que marcó un hito en la particular historia de este
establecimiento benéfico.
Tras la finalización del agitado e inestable siglo XIX, los
hermanos de la Santa Caridad debieron pensar que con la
llegada de la nueva centuria todo sería diferente. Sin embargo,
la realidad fue otra. Los años iniciales transcurrieron igual de tristes
que los finales del siglo anterior, es decir, sumidos en la grave
1348

crisis económica que se venía arrastrando. Pese a ello, la
Hermandad fue desarrollando sus fines constitucionales bajo la
presidencia de Cristóbal Alarcón Manescau.
Durante la década de los años veinte la situación mejoró
hasta la sustitución de la Monarquía por la II República, época en
la que se produjeron los terribles sucesos acaecidos en nuestra
ciudad en el mes de mayo de 1931. Por fortuna, el hospital de San
Julián no fue asaltado ni incendiado al hallarse las instalaciones
ocupadas con pobres asilados, aunque al año siguiente explotó un
artefacto en la puerta de la iglesia. En la Guerra Civil sí fueron
desalojados los ancianos albergados y en las dependencias se
instalaron partidarios del Gobierno del Frente Popular. A partir de
ese momento, sí se puede afirmar categóricamente que se produce
un vuelco en el devenir de la Corporación porque ya nada volvería a
ser igual.
Al finalizar el conflicto armado, la Hermandad intentó una y
otra vez recuperar, sin éxito, la dirección y la posesión del edificio.
Las autoridades civiles y eclesiásticas le dieron la espalda y nunca
le prestaron el apoyo que necesitaba. Ambos estamentos
dispusieron la forma en que debía ser empleado el inmueble sin
contar, lamentablemente, con la opinión de los cofrades que
luchaban denodadamente contra viento y marea sin obtener
resultados satisfactorios para su recuperación.
Esta causa, unida a la intervención de la Junta de Gobierno
por el obispo Santos Olivera, fue la crónica de una muerte
anunciada. El tiempo fue mermando la capacidad de reacción de
1349

los pocos hermanos de avanzada edad que quedaban inscritos en su
nómina hasta la total desaparición en 1965 del escenario benéfico.
Afortunadamente el edificio anejo a la iglesia de San Julián
no fue destruido gracias a la defensa llevada a cabo por la Cofradía
de las Penas, en la persona de Jaime Solís Ortega. En esta ocasión
la piqueta no hizo de las suyas, como sucediera con los edificios
eclesiales de la Merced, la Encarnación o San José, entre otros.
Este es el momento para reconocer la labor ejercida por las
hermandades penitenciales a lo largo de los siglos y,
principalmente, en el XX, al sobreponerse a la embestida de mayo
de 1931 y a la Guerra Civil. El caso de las Penas no es el único.
Otras corporaciones nazarenas han sido defensoras a ultranza de la
riqueza histórica-artística de la ciudad. Si otras instituciones, del
carácter que fueren, hubiesen actuado con la misma perseverancia e
intensidad que aquéllas, hoy día podríamos presumir de patrimonio
monumental y no lamentarnos de las pérdidas que hemos padecido.
También fue un rotundo acierto que la Agrupación de
Cofradías fijara su mirada en el conjunto arquitectónico de San
Julián, a fin de recuperarlo para la ciudad. Desde luego es un lujo
tener como sede administrativa, archivo y lugar de culto y
veneración de sus Titulares un enclave como éste, del siglo XVII.
Ha quedado patente en el texto el retraso de más de treinta
años en la puesta en funcionamiento del Museo de las Cofradías.
Fueron muchas las vicisitudes que los diversos presidentes
agrupacionistas tuvieron que sortear. Este proyecto está llegando a
su fin y, por lo que parece, pronto será una realidad.
1350

CAPÍTULO XXVIII:
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

1.- FUENTES
1.1.- MANUSCRITAS
ARCHIVO ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN
TELMO
-Lib. de aa. nº 121 (1850/86).
-Lib. copiador de oficios nº 3 (1876/86).
-Lib. de aa. (1939).
ARCHIVO AGRUPACIÓN DE COFRADÍAS DE MÁLAGA
-Lib. de aa. de juntas generales (1924/43).
-Lib. de aa. de juntas de gobierno (1976, 1980, 1981, 1982, 1983,
1986, 1987, 1988, 1989 y 1991).
-Caja 65 (San Julián).
-Discurso de Alberto Torres de Navarra.
ARCHIVO CABILDO CATEDRAL DE MÁLAGA
-Leg. 7, pza. 23.
-Leg. 8, pzas. 3 y 24.
-Leg. 10, pzas. 9 y 19.
-Leg. 11, pza. 7.
-Leg. 37, pza. 21.
-Leg. 47, pza. 1.
-Leg. 48, pza. 25, “Prueba de la genealojia y limpieza de sangre de
D[o]n Juan de Pedregal y Figueroa nat[ura]l. de esta ciudad de
Malaga presentado por S[u]. M[ajestad]. a una Racion de su
S[an]ta. Yg[lesia]ª. en el año pasado de 1696. Vistas y aprobadas en
Cav[il]do. de 22 de mayo del mismo”.
-Leg. 52, pza. 5.
-Leg. 82, pza. 9.
-Leg. 85.
-Leg. 90.
-Leg. 215, pza. 6.
-Leg. 231, pza. 6.
-Leg. 243, pza. 1.
-Leg. 265, pza. 1.
1353

-Leg. 334, pza. 17.
-Leg. 356, pza. 16.
-Leg. 362, pza. 16.
-Leg. 409, pza. 3, lib. de aa. nº 14 (1918/39).
-Leg. 409, pza. 4, “Lista cronológica de los hermanos mayores de la
Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo” por José Luis Álvarez
de Linera Duarte (1926).
-Leg. 429, pza. 4.
-Leg. 549, pza. 20.
-Leg. 562, pza. 6.
-Leg. 583, pza. 1.
-Leg. 597.
-Leg. 641, pza. 2.
-Leg. 675, pza. 3, “Cronologia Episcopal o Sucesión Pontificia de
los Señores Obispos de Malaga”, tº I (1776).
-Leg. 705 bis, pza. 14.
-Leg. 883, pza. 3.
-Leg. 1.024, pza. 1.
*Actas capitulares:
-Leg. 1.024, pza. 5, lib. 5 (1511).
-Leg. 1.031, pza. 1, lib. 21 (1626/1633).
-Leg. 1.031, pza. 2, lib. 22 (1638/39).
-Leg. 1.032, pza. 1, lib. 23 (1640).
-Leg. 1.032, pza. 2, lib. 24 (1648).
-Leg. 1.032, pza. 3, lib. 25 (1650).
-Leg. 1.035, pza. 2, lib. 32 (1671/73).
-Leg. 1.036, pza. 2, lib. 34 (1677/80).
-Leg. 1.037, pza. 1, lib. 35 (1682).
-Leg. 1.038, pza. 1, lib. 37 (1694/1700).
-Leg. 1.038, pza. 2, lib. 38 (1701/04).
-Leg. 1.039, pza. 1, lib. 39 (1705/10).
-Leg. 1.039 bis, pza. 2, lib. 40 (1711/15).
-Leg. 1.039, pza. 2, lib. 41 (1716/19).
-Leg. 1.040, pza. 1, lib. 42 (1720/22).
-Leg. 1.050, pza. 1, lib. 53 (1777/81).
-Leg. 1.050, pza. 2, lib. 54 (1782/84).
-Leg. 1.052, pza. 1, lib. 55 (1785/89).
-Leg. 1.054, pza. 1, lib. 57 (1796).
-Leg. 1.056, pza. 1, lib. 59 (1803/04).
-Leg. 1.062, pza. 1, lib. 65 (1842).
1354

-Leg. 1.064, pza. 1, lib. 67 (1855).
-Leg. 1.065, pza. 2, lib. 70 (1866).
-Lib. 77 (1911).
-Lib. 80 (1931)
ARCHIVO GENERAL DEL ARZOBISPADO DE SEVILLA
*Fondo Arzobispal:
-Sec. Gobierno, subsec. asuntos despachados (1754/60), leg. 637.
-Sec. Justicia, subsec. ordinarios-apelaciones (1603/1782), caja
14.116.
-Sec. Justicia, subsec. ordinarios-apelaciones, (1655/1785), caja
14.091. -Sec. Justicia, subsec. ordinarios-apelaciones (1722/25),
caja 4.383.
-Sec. lib. órdenes sagradas, leg. 3, lib. 3 (1641/60), caja 5.354.
-Sec. lib. órdenes sagradas, leg. 4, lib. 4 (1650/62), caja 5.355.
-Sec. órdenes, subsec. exptes. de órdenes (1654), leg. 221.
ARCHIVO HISTÓRICO ARCHICOFRADÍA DE LOS
DOLORES DE SAN JUAN
-Leg. 6, pza. 1.
-Leg. 7, pzas. 2 y 3.
-Leg. 9, pza. 11 y 15.
ARCHIVO HISTÓRICO COFRADÍA DE LAS PENAS
-Acta mecanografiada (1969).
-Estatutos de 1977.
-Lib. de aa. de cabildos (1942, 1946 y 1948).
-Lib. de aa. de juntas de gobierno (1938, 1939, 1943, 1945, 1948,
1949 y 1956).
*“Registro de los Hermanos de la Santa Caridad de Nuestro Señor
Jesucristo” por José Luis Álvarez de Linera Duarte (s/a.):
-Tº I.
-Tº III.
ARCHIVO DÍAZ DE ESCOVAR
-Caja 4, leg. 4, pza. 4.
1355

-Caja 22, carp. 129 y leg. 1, pza. 28.
-Caja 38.
-Caja 48, leg. 5.
-Caja 110, leg. 1, pzas. 11, 14, 15, 16, 22, 41 y 46.
-Caja 110, leg. 2.
-Caja 110, leg. 23, pza. 1.
-Caja 110, leg. 24, pza. 1.
-Caja 110, leg. 28.
-Caja 113.
-Caja 157, Biografía, leg. 59.
-Caja 159, leg. 33.
-Caja 166, leg. 16.
-Caja 189.
-Caja 212, Biografía, leg. 46.
-Caja 292, Biografía, leg. 37.
-Caja 298, leg. 11.
-Caja 331.
-Caja 342, leg. 2, pza. 6-1.
-Leg. Biografías.
-Leg. 13, pza. 2, carp. 8.
-Leg. 14, pza. 6.
-Leg. 59, pza. 1.
-Sala Arturo Reyes, Efemérides malagueñas, tº IV, nº 47, de
Narciso Díaz de Escovar.
ARCHIVO HERMANDAD DE LA SANTA CARIDAD DE
MARCHENA
-“Libro donde se escriben los hermanos de la Cofradía de la Santa
Caridad de Jesuxpto. fundada en la iglesia del Señor San Sebastián
de la villa de Marchena de 1651”.
ARCHIVO HERMANDAD DE LA SANTA CARIDAD DE
SEVILLA
-Carp. de documentación del siglo XVII.
-Copia literal del lib. II de autos de la Hermandad de la Santa
Caridad (1619/71).
-Copia literal del lib. III (1672/76).
-Lib. original de cabildos (1677/80), tº 4.
1356

-Lib. original de cabildos (1681/88), tº 5.
-Lib. original de cabildos (1689/98), tº 6.
-Lib. original de cabildos (1699/1719), tº 7.
-Lib. original de cabildos (1720/32), tº 8.
-Lib. original de cabildos (1801/35), tº 12(C-13).
-Lib. original de cabildos (1852/58), tº 14 (C-15).
-Lib. original de cabildos (1859/66), tº 15 (C-16).
-Lib. original de cabildos (1866/77), tº 16 (C-17).
-Lib. original de cabildos (1914/22), tº 21 (C-22).
-Lib. original de cabildos (1929/38), tº 23 (C-24).
-Reglamento de la Hermandad de Paz y Caridad de la ciudad de
Ronda.
ARCHIVO HISTÓRICO DIOCESANO DE MÁLAGA
-Leg. 47, pza. 1, “Reglas y renovación de la Hermandad en el Año
de 1733” y “Estatutos de la Hermandad de la Santa Caridad de
Nuestro Señor Jesucristo (1888)”.
-Leg. 47, pza. 2, “Reglas de la Hermandad de la Santa Caridad de
Nuestro Señor Jesu christo, sita en la Ciudad de Malaga renovada
por sus Hermanos en el año de Mil Seisçientos y ochenta y Dos
siendo Dignísimo Obispo de dicha Ciudad El Illustrissimo y
Reverendissimo Señor Don F[ray]. Alonso de Santo Thomas del
Consejo de su Majestad”; “ESTATVTOS Y ORDENANZAS
PARA La Administración de el Hospicio de Pobres Peregrinos y
Desamparados que ha Erigido y Fundado la piadosa Hermandad de
la Santa Caridad de Nuestro Señor IESV CHRISTO”;
“Constituciones y Reglas de la Venerable Hermandad de la Santa
Caridad de nuestro S[eñ]or. Jesu-christo. Sita en la Yglecia y
Hospital de San Julian de la Ciudad de Malaga”; “Constituciones y
Reglas de la Venerable Hermandad de la Santa Caridad de nuestro
S[eñ]or. Jesu-chrito. Sita en la Iglesia y Hospital de San Julian de la
Ciudad de Malaga. Corregidas, y adicionadas con respecto á los
varios objetos á que se han extendido sus obligaciones y desvelos.
Año de 1813”.
-Leg. 47, pza. 3, “Constituciones de la Hermandad de Caridad de
esta ciudad. Año 1819”.
-Leg. 48, pza. 1, “Títulos de casas”.
-Leg. 50, pza. 1, “Visita del S[eño]r. Obispo el domingo 15 de
Febrero de 1789”.
1357

-Leg. 50, pza. 1, lib. de cabildos de la Caridad (1800/04).
-Leg. 50, pza. 2, lib. de aa. nº 13 (1888/1918).
-Leg. 50, pza. 3, lib. borrador de cabildos (1849/57).
-Leg. 51, pza. 1, lib. de aa. nº 8 (1852/56).
-Leg. 51, pza. 2, lib. de aa. nº 9 (1857/61).
-Leg. 51, pza. 3, lib. de aa. nº 10 (1862/65).
-Leg. 52, pza. 1, lib. de aa. nº 11 (1866/76).
-Leg. 52, pza. 2, lib. de aa. nº 12 (1877/86).
-Leg. 55, pza. 1, “Libro de Hazienda de este hospital, y hospicio de
Pobres incurables de la herm[anda]d; de la S[an]ta. Charidad de
nuestro Señor Jesucristo zita en este hospital del S[eño]r. San Julian
el qual se forma en el año de 1730”.
-Leg. 56, pza. 1, “Títulos de la Capellanía que fundó Alonso García
Garcés, con cargo de 50 misas que se han de decir por el capellán
en cada año en la forma y tiempos que previene dicha fundación”.
-Leg. 56, pza. 2, “Libro de Capellanías y Memorias del hospital de
S[eño]r. S[a]n. Julian, año 1778”.
-Leg. 56, pza. 3.
-Leg. 58, pza. 1.
-Leg. 59, pza. 3, “Desamortización del hospital de San Julián:
despojo e incautaciones (1855-1872)”.
-Leg. 66, pza. 1.
-Leg. 66, pza. 3, “Relación cronológica de los Enterramientos
Hechos por la Hermandad de Caridad en su Iglesia, Capilla y
Bóveda” por José Luis Álvarez de Linera Duarte (1924).
-Leg. 71, “Órdenes de exposición, auptosias y sepelios de cadáveres
llevados al hospital de San Julián”.
-Leg. 71, pza. 1, “Enterramientos de la Hermandad de Caridad” por
José Luis Álvarez de Linera Duarte (1918).
-Leg. 71, pza. 2, “Ejecución de reos por la Justicia, sepelio de
cadáveres, sufragios por sus almas y otros actos de misericordia a
cargo de la Hermandad de la Santa Caridad”.
-Leg. 72, pza. 1, “Expedientes de condena y ejecución de reos y
enterramientos de la Hermandad de Caridad y sufragios”.
-Leg. 74, pza. 3, “Memoria remitida a la Hermandad de la Santa
Caridad de Nuestro Señor Jesucristo de la ciudad de Sevilla”, por
José Luis Álvarez de Linera Duarte (1918).
-Leg. 75, pza. 1, “Pleito contra la Hermandad de San Juan Bautista
con el título de la Degollación (1788/90)”.
-Leg. 75, pza. 2, lib. copiador de cartas (1842/58).
1358

-Leg. 76, pza. 1, “Libro de Hermanos de la Santa Caridad”
(1682/1906 y 1907/35), tº I y II.
-Leg. 77, pza. 1, “Crónica de la Venerable Hermandad de la Santa
Caridad de Nuestro Señor Jesucristo” por José Luis Álvarez de
Linera Duarte, tº I (1934).
-Leg. 472, lib. de enterramientos nº 24 (1894/99).
-Leg. 526, pza. 1 parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos nº
1 (1636/1738).
-Leg. 526, pza. 2, parroquia de El Sagrario, lib. de enterramientos
nº 2 (1738/95).
-Leg. 599, pza. 1, lib. de bautismos nº 52 (1825/27).
-Leg. 622, pza. 1, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 1
(1657/65).
-Leg. 622, pza. 2, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 2
(1666/76).
-Leg. 622, pza. 3, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 3
(1677/86).
-Leg. 622, pza. 4, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 4
(1677/86).
-Leg. 622, pza. 5, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 5
(1687/1707).
-Leg. 623, pza. 1, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 6
(1707/28).
-Leg. 623, pza. 3, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº 9
(1753/68).
-Leg. 624, pza. 1, parroquia de Santiago, lib. de enterramientos nº
10 (1768/80).
ARCHIVO HISTÓRICO DE LA HERMANDAD DE
VIÑEROS
-“Lib. de Matrículas de Hermanos de N[uestro]. P[adre]. Jesús de
Viñeros sita en el extinguido convento de N[uestra]. S[eñora]. de la
Merced”.
ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL
-Sec. Clero, legs. 4.946, pzas. 2; 4.694, 2; 4.696/2.
-Sec. Consejo, leg. 1.310, pzas. 6 y 7.
-Sec. Consejo, leg. 1.482, pza. 33.
1359

-Órdenes Militares. Calatrava. A. 1.624, leg. 1.133.
-Expedientillos. Órdenes Militares. Santiago. Exptes. nº 4.946,
5.271 y 8.341.
ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE MÁLAGA
-Escribanía de Diego de Astorga: leg. 416.
-Escribanía de Pedro Ballesteros: legs. 1.546, 1.555, 1.556, 1.558,
1562, 1.563 y 1.567.
-Escribanía de Jaime Blanco: legs. 1.759, 1.760, 1.763, 1.771,
1.772, 1.773, 1.774, 1.775, 1.766, 1.777, 1.778, 1.779 y 1.781.
-Escribanía de Antonio del Castillo Fragua: legs. 3.492 y 3.495.
-Escribanía de Diego de Cea Bermúdez: leg. 2.432.
-Escribanía de Martín Delgado: leg. 1.362.
-Escribanía de Ciriaco Domínguez: legs. 2.006 y 2.010.
-Escribanía de Juan de Espinosa de los Monteros: legs. 2.181,
2.183, 2.185, 2.187, 2.188 y 2.190.
-Escribanía de Francisco García Calderón: leg. 2.226.
-Escribanía de Diego González Carvajal: leg. 1.757.
-Escribanía de Juan Hidalgo: leg. 1.581.
-Escribanía de Juan Hidalgo de Vargas: legs. 1.570 y 1.871.
-Escribanía de Alonso de Hórdenes: leg. 1.745.
-Escribanía de Lázaro Mas: leg. 279.
-Escribanía de José Antonio de León: legs. 2.796, 2.797 y 2.800.
-Escribanía de Antonio León Castillo: legs. 2.366, 2.367, 2.369,
2.370, 2.371, 2.372, 2.374, 2.375, 2.376, 2.378, 2.379 y 2.380.
-Escribanía de Francisco León Castillo: legs. 2.366, 2.367 y 2.370.
-Escribanía de Manuel Romero de la Bandera: leg. 4.719.
-Escribanía de Miguel Moreno Grados: leg. 1.899.
-Escribanía de Juan Rebollo de Salas: leg. 1.991.
-Escribanía de Antonio Vargas Machuca: leg. 2.024.
ARCHIVO HISTÓRICO UNIVERSIDAD DE SEVILLA
-Certificaciones de estudio: lib. 769 (1643/99).
-Matrículas de todas las Facultades: lib. 483 (1650/77).
-Pruebas de todas las Facultades: lib. 485 (1546/1770).
-Pruebas de legitimidad para la obtención de grados en las distintas
Facultades: lib. 680 (1638/55).
1360

ARCHIVO MUNICIPAL DE ANTEQUERA
-Fondo Municipal, Sec. Beneficencia, leg. 973 (1675/1736).
ARCHIVO MUNICIPAL DE MÁLAGA
*Actas capitulares:
-Lib. 28 (1599).
-Lib. 53 (1637).
-Lib. 54 (1638).
-Lib. 65 (1649).
-Lib. 56 (1640).
-Lib. 86 (1670).
-Lib. 92 (1696/97).
-Lib. 94 (1678).
-Lib. 95 (1679).
-Lib. 98 (1682/83).
-Lib. 101 (1688/89).
-Lib. 104 (1694/95).
-Lib. 105 (1696/97).
-Lib. 107 (1699).
-Lib. 108 (1700).
-Lib. 134 (1742).
-Lib. 141 (1750).
-Lib. 142 (1751).
-Lib. 144 (1752).
-Lib. 145 (1754).
-Lib. 146 (1755).
-Lib. 150 (1765).
-Lib. 164 (1774).
-Lib. 165 (1775).
-Lib. 181 (1791).
-Lib. 190 (1799).
-Lib. 191 (1801).
-Lib. 193 (1802).
-Lib. 199 (1809).
-Lib. 200 (1810).
-Lib. 202 (1811/12).
-Lib. 206 (1814).
-Lib. 207 (1815).
1361

-Lib. 208 (1817).
-Lib. 212.II (1820).
-Lib. 231 (1832).
-Lib. 243 (1845).
-Lib. 244 (1846).
-Lib. 245 (1848).
-Lib. 246 (1849).
-Lib. 247 (1850).
-Lib. 252 (1855).
-Lib. 254 (1857).
-Lib. 255 (1858).
-Lib. 256 (1859).
-Lib. 257 (1860).
-Lib. 271 (1873).
-Lib. 275 (1877).
-Lib. 277 (1879).
-Lib. 279 (1881).
-Lib. 281 (1883).
-Lib. 282 (1884).
-Lib. 284 (1886).
-Lib. 291 (1893).
-Lib. 296 (1898).
-Lib. 327 (1918).
-Lib. 329 (1923).
-Lib. 330 (1924).
-Lib. 344 (1937).
-Lib. 345 (1938).
-Lib. 346 (1939).
*Catastro del Marqués de la Ensenada:
Tº XI.
Lib. 97.
Lib. 101.
Lib. 114.
*Col. Protocolo de Secretaría y Escribanía de Cabildo:
-Leg. 1 (carps. 5, 14 y 10).
-Leg. 3 (carps. 2, 5 y 6).
-Leg. 5 (carp. 5).
-Leg. 13 (carp. 9).
-Leg. 28 (vol. 1).
-Leg. 29 (vol. 2 y carp. 1).
1362

-Leg. 31 (vol. 2).
-Leg. 33.
-Leg. 37.
-Leg. 38.
-Leg. 40.
-Leg. 41 (vol. 2).
-Leg. 42 (vols. 1 y 3).
-Leg. 45 (vol. 1).
-Leg. 46 (vol. 1).
-Leg. 47 (carp. 5).
-Leg. 55 (carp. 2).
-Leg. 62.
*Lib. de cabildos y cuentas (1828/32):
-Leg. 62-C.
*“Lib. de cuentas de la Hermandad de la Puente del Cedrón”
(pendiente de catalogar).
*Lib. interés histórico:
-Vol. 16.
*Lib. de provisiones:
-Tº 84.
*Padrón municipal:
-Sec. 150 (1842).
-Lib. 609 (1879).
-Lib. 850 (1891).
-Vol. 1.009 (1900).
-Ref. 1.060 (1905).
-Vol. 1.391/3 (1922/23).
-Sec. 5-9 (1930).
-Ref. 1.524 (1935).
*Sec. Cementerios:
-Leg. 1.554, nº 81.
*Sec. de Propios:
-Leg. 157 (carps. 1 y 2).
*Sec. 3ª, nº 5:
-“Constituciones del Hospital de la Ciudad de Malaga”.
*Sec. 24, nº 25:
-Reglamento para el Órden interior económico y administrativo del
Hospital Provincial de Caridad de Málaga. Aprobado por S[u].
M[ajestad]. en Real órden de 8 de Enero de 1864.
-Sig.:
1363

-39.
-69.
-148.
-150.
*Leg. 617 (carp. 6).
ARCHIVO MUNICIPAL DE RONDA
-Sec. Iglesia, estantería 13, balda 5, leg. 1.
ARCHIVO PARTICULAR
-Escribanía de Juan Hidalgo: leg. s/n.
-Escribanía de Juan Martínez Lorenzo: leg. s/n.
-Escribanía de Juan de Oña: leg. s/n.
ARCHIVO REAL DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA
-Caja 405, pza. 1.
-Caja 799, pza. 27.
-Caja 846, pza. 1.
-Caja 930, pza. 3.
-Caja 1.238, pza. 2.
-Caja 1.492, pza. 2.
-Caja 1.630, pza. 12.
-Caja 1.699, pza. 10.
-Caja 2.511, pza. 11.
ARCHIVO SECRETO VATICANO
-Index Brevium: 1753 ad 1755, vol. 3.284 (1753, september, part. I)
y 3.285 (1753, september, part. II).
-Index, lib, 88, índice 823.
-Processus 1.043.
-Seg. dei Brev., Brevium nº 5.683 (febrero/marzo de 1870), 5.684
(abril/mayo de 1870) y 5.685 (junio/julio de 1870).
-Seg. dei Brev., Brevium nº 5.686 (1927).
-Seg. dei Brev., Indulgentiae ad Tempus nº 285 (junio de 1870).
-Seg. dei Brev., Indulgentiae Perpetuae nº 8 y 32.
-Seg. dei Brev., Indulgentiae Perpetuae nº 250 (junio/julio de 1870).
1364

ARCHIVO SUBDELEGACIÓN DEL GOBIERNO DE
MÁLAGA
-Caja de hermandades y cofradías.
BIBLIOTECA DIPUTACIÓN DE MÁLAGA
-Efemérides de Málaga y su provincia por los S[eño]res. Díaz de
Escovar y Díaz Serrano, Málaga, 1915.
1365

1366

1.2.- IMPRESAS
ARCHIVO AGRUPACIÓN DE COFRADÍAS DE MÁLAGA
-Documentación de Secretaría.
-Ordenanzas o Reglas para el gobierno de la Agrupación de
Cofradías de Semana Santa de Málaga (1991).
ARCHIVO CABILDO CATEDRAL DE MÁLAGA
-Biblioteca, Sec. Temas Locales nº 1, Constituciones Sinodales del
obispado de Málaga, hechas y ordenadas por el Ilustrísimo y
Reverendísimo señor don fray Alonso de Santo Tomás, obispo de
Málaga del Consejo de su Majestad, impresas en Sevilla, por la
viuda de Nicolás Rodríguez, año de 1674.
-Biblioteca. La Leyenda de Oro para cada día del año. Vidas de
todos los Santos que venera la Iglesia, tº I, París, 1865.
-Biblioteca, VV. AA., La Leyenda de oro, tº I, Barcelona, 1865.
-Boletín Oficial Eclesiástico (1975 y 1976).
-Boletín Oficial Eclesiástico del Obispado (1934).
ARCHIVO DÍAZ DE ESCOVAR
PRENSA:
-Correo de Andalucía.
-El Avisador Malagueño.
-El Católico.
-El Regional.
-La Unión Mercantil.
-Sumario de los privilegios, exenciones, indultos e indulgencias que
se han concedido al Hospital de la Caridad de Málaga, corregido
con las Bulas Originales por mandado del Señor D. Diego Ramírez
de Villaescusa, Obispo de Málaga, Capellán Mayor y del Consejo
de la Reyna Dª. Juana, su presidente de la Audiencia y Chancillería
de Valladolid, y mandó que se publicase, e interpuso su autoridad y
decreto judicial en Valladolid a 26 de junio de 1517 años, Imprenta
del Avisador Malagueño, Málaga, 1854.
1367

ARCHIVO HISTÓRICO COFRADÍAS DE LAS PENAS
-Convocatoria de cultos (1999).
-Programa del VIII Pregón de la Realeza de María (1998).
ARCHIVO HISTÓRICO DIOCESANO DE MÁLAGA
-Leg. 47, pza. 2, REGLA DE LA HERMANDAD DE LA S[ANTA].
CARIDAD DE NVESTRO S[EÑOR]. JESV CHRISTO, sita en la
ciudad de Malaga, RENOVADA POR SVS HERMANOS en el año
de 1682. SIENDO DIGNÍSIMO OBISPO DE dicha ciudad el
Ilustr[isimo]. y Rev[erendisimo]. Señor DON Fr[ay]. ALONSO DE
S[anto]. THOMAS, del Consejo de su Majestad, &c.; Compendio
de la Regla de la Hermandad de la Santa Caridad, sita en su
hospital particular de San Julián, de la ciudad de Málaga, por José
Luis Álvarez de Linera Duarte, hermano secretario archivero,
Málaga, 1932.
ARCHIVO MUNICIPAL DE MÁLAGA
PRENSA:
-Amanecer.
-Diario de Málaga.
-Diario-16.
-El Cronista.
-El Ideal.
-El Popular.
-El Pregón.
-El Regional.
-Hoja del Lunes.
-La Tarde.
-La Unión Mercantil.
-Sur.
BIBLIOTECA DIPUTACIÓN DE MÁLAGA
-Guía de Forásteros en Málaga y Directorio manual útil á todos
para el año de 1838, Imprenta del Comercio, calle de San Juan de
Dios, 1838.
1368

-Guía de Málaga y su provincia por A. Mercier y D. Emilio de la
Cerda, Cádiz, Tipografía La Marina, de A. Ripoll, 1866.
HEMEROTECA MUNICIPAL DE MADRID
-La Unión Mercantil.
1369

1370

1.3.- HEMEROGRÁFICAS (PRENSA Y REVISTAS)
PRENSA
-Amanecer: 1932.
-Correo de Andalucía: 1858, 1879, 1880, 1883 y 1889.
-Diario de Málaga: 1926, 1927, 1930, 1931, 1932, 1934, 1936,
2000 y 2002.
-Diario-16: 1994, 1995 y 1996.
-El Avisador Malagueño: 1849, 1851, 1853, 1854, 1855, 1856,
1857, 1858, 1860, 1861, 1862, 1863, 1864, 1865, 1866, 1868, 1869,
1870, 1871, 1872, 1873, 1874, 1875, 1877, 1880, 1881, 1882, 1883,
1885, 1886, 1888, 1889 1891, 1892 y 1893.
-El Católico: 1887.
-El Correo de Málaga: 2003.
-El Cronista: 1896, 1911, 1922, 1926 y 1931.
-El Ideal: 1964.
-El Popular: 1935.
-El Pregón: 1928.
-El Regional: 1919 y 1920.
-Hoja del Lunes: 1956.
-La Opinión de Málaga: 2000, 2002, 2004, 2006 y 2007.
-La Tarde: 1940, 1941, 1943, 1946, 1953, 1956, 1958, 1959, 1963,
1968, 1969, 1974 y 1975.
-La Unión Mercantil: 1886, 1887, 1888, 1889, 1890, 1891, 1892,
1893, 1894, 1895, 1896, 1897, 1898, 1902, 1903, 1906, 1909, 1912,
1915, 1917, 1918, 1921, 1922, 1923, 1924, 1925, 1926, 1927, 1928,
1919, 1930, 1931, 1932, 1933, 1934, 1935 y 1936.
-Málaga Hoy: 2007.
-Sur: 1937, 1938, 1939, 1940, 1941, 1942, 1943, 1944, 1945, 1946,
1947, 1948, 1949, 1950, 1951, 1952, 1953, 1954, 1955, 1957, 1958,
1959, 1963, 1964, 1965, 1966, 1967, 1968, 1969, 1970, 1971, 1972,
1973, 1974, 1975, 1976, 1977, 1978, 1979, 1982, 1983, 1986, 1988,
1989, 1994, 1996, 1997, 2000, 2001, 2002, 2003, 2005, 2006, 2007
y 2008.
-20 MINUTOS: 2006.
REVISTAS
-Anales de Estudios Madrileños.
1371

-Anuario de Historia Moderna y Contemporánea.
-Asclepio.
-Baetica de la Universidad de Málaga.
-Boletín de Arte de la Universidad de Málaga.
-Boletín Cirineo de Málaga.
-Boletín Eucarístico de Málaga.
-Boletín Getsemaní de Málaga.
-Boletín del Museo Diocesano de Arte Sacro de Málaga.
-Boletín Oficial Eclesiástico del Obispado de Málaga.
-Boletín Oficial del Obispado de Málaga.
-Boletín Penas de Málaga.
-Boletín Sangre de Málaga.
-Boletín Soledad de Sevilla.
-Catálogo Exposición de Málaga.
-Cruz Roja.
-Cuadernos de Arte e Iconografía.
-Estudios Antequeranos.
-Gibralfaro de Málaga.
-Guía de Forásteros en Málaga y Directorio manual útil á todos
para el año de 1838.
-Guía de Málaga y su provincia (1866).
-Historia y Vida.
-Hoja Informativa Penas de Málaga.
-Isla de Arriarán de Málaga.
-Jábega.
-Jerez en Semana Santa.
-La Saeta.
-Matacan.
-Pasos de Arte y Cultura.
-PH Boletín del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.
-Vía Crucis.
1372

1.4.- ORALES
-Testimonios de María Victoria y Rocío Molina Gómez de Cádiz.
-Testimonio de Javier González Torres.
-Testimonio de Fray Francisco Sánchez-Hermosilla Peña.
-Testimonio de José Solís Puya.
1373

1374

1.5.- ELECTRÓNICAS
http://www.ancienthistory.about.com/cs/grecoromanmyth/1/g/porto
rium.htm
http://www.artehistoria.jcyl.es/arte/obras/15987.htm
http://www.biografiasyvida.com/biografia/v/veitia.htm
http://www.diocesisdeguadixbaza.org
http://www.dns.sanjuandedios-oh.es/betica/index.php?pagina=24
http://www.ejournal.unam.mx/historia_novo/ehn17/EHN01608
http://www.escuela.med.puc.cl/paginas/publicaciones/
HistoriaMedicina/HistMed_03.htm
http://www.fut.es/lasang/cronologiaes.html
http://www.hdad-misericordia.iespana.es/historia/historia.htm
http://www.moebius.es/ggranada/monu/hreal.htm
http://www.mundopopo.net/sanmiguel/
panteonesinformacion.html.
http://www.perso.wanadoo.es/aniorte_nic/
apunt_histor_enfemer6.htm
http://www.personal.us.es/aiporu/historia/univ_osuna.htm
http://www.studiacroatica.com/revista/101/1010302.htm
Ayuntamiento de Málaga - Web de la Ciudad
1375

1376

2.- BIBLIOGRAFÍA
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(1991/96)”, en VV. AA., [Coord. FERNÁNDEZ BASURTE, F.],
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histórico sobre la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de
Málaga, Agrupación de Cofradías, Málaga, 1997.
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de los Enterramientos Hechos por la Hermandad de Caridad en su
Iglesia, Capilla y Bóveda”.
-ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., “Lista cronológica de
los hermanos mayores de la Santa Caridad de Nuestro Señor
Jesucristo”.
-ÁLVAREZ DE LINERA DUARTE, J. L., Compendio de la Regla
de la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo,
sita en su hospital particular de San Julián, de la ciudad de
Málaga, Málaga, Tip. Sucesor de J. Trascastro, 1932.
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Jesucristo”.
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Cofradías, Málaga, 1999.
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30, Agrupación de Cofradías, Málaga, 2002.
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Santísima de Consolación y Lágrimas y del Santo Sudario, Málaga,
2004.
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FERNANDO Carrillo Manuel, Marques de VillaFiel, Conde de
Alva de Tajo ESCRITA POR DON CHRISTOVAL AMATE DE LA
BORDA Capitan de la Milicia desta Ciudad, y su Regidor perpetuo.
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Málaga de fines del siglo XVII. Hospitales de S. Julián y S. Juan de
Dios, Universidad/Excma. Diputación, Málaga, 1987.
-ZARAGOZA RUBIRA, J. R., “Evolución histórica de la asistencia
hospitalaria”, en VV.AA., Los hospitales de Sevilla, Real Academia
Sevillana de Buenas Letras, Sevilla, 1989.
1405

CAPÍTULO XXIX:
APÉNDICE DOCUMENTAL

En este apartado hemos seleccionado diez documentos que
han sido cotejados debidamente y que guardan una especial relación
con algunos de los capítulos en que se divide nuestro trabajo de
investigación. Los textos están transcritos y actualizados en cuanto
al desarrollo de las abreviaturas, signos de acentuación y
puntuación, a fin de conseguir una lectura más ágil aunque sin
perderse el estilo original.
Los documentos siguen una ordenación cronológica y
proceden del Archivo Histórico Municipal de Antequera
(A.H.M.A.), Archivo Histórico Provincial de Málaga (A.H.P.M.),
Archivo Histórico Diocesano de Málaga (A.H.D.M.), Archivo de la
Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo de
Sevilla (A.H.S.C.S.), Archivo del Cabildo Catedral de Málaga
(A.C.C.M.) y Archivo Municipal de Málaga (A.M.M.).
Exponemos los signos que se han empleado en los
documentos, así como las abreviaturas utilizadas en la procedencia
documental:
(sic) palabras de dudosa interpretación
(...) fragmentos ilegibles o rotos
[ ] notas en los márgenes del documento
/ / fin del folio
aa. cc. actas capitulares
carp. carpeta
leg. legajo
pza. pieza
sec. sección
lib. libro
fol. folio
v. vuelto
1409

1410

ÍNDICE DEL APÉNDICE DOCUMENTAL
DOCUMENTO Nº 1:
A.H.M.A. Fondo Municipal, Sec. Beneficencia, leg. 973, lib. 1
(1675/1736), aa. cc. de 1 de abril de 1675, fols. 1-3.
-Fundación de la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor
Jesucristo de Antequera el 1 de abril de 1675.
DOCUMENTO Nº 2:
A.H.P.M. Escribanía de Pedro Ballesteros, leg. 1.562, año 1677,
fols. 930-933 v.
-Declaración del Ilustrísimo señor don Fray Alonso de Santo
Tomás, obispo de esta ciudad, en favor de diferentes personas.
DOCUMENTO Nº 3:
A.H.P.M. Escribanía de Pedro Ballesteros, leg. 1.563, año 1678,
fols. 347 y v.
-Declaración del licenciado don Alonso García Garcés por la
compra de un esclavo a don Onofre Colston.
DOCUMENTO Nº 4:
A.H.D.M. Leg. 47, pza. 1, año 1683.
-Regla de la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor
Jesucristo, sita en la ciudad de Málaga, renovada por sus hermanos
en el año de 1682, siendo obispo de dicha ciudad el Ilustrísimo y
Reverendísimo señor don Fray Alonso de Santo Tomás del Consejo
de Su Majestad.
DOCUMENTO Nº 5:
A.H.D.M. Leg. 56, pza. 3, año 1683.
1411

-Escritura de donación que don José Méndez de Sotomayor otorgó
en favor de la Hermandad de la Santa Caridad de un censo de 200
ducados, que dejó impuesto sobre el sitio de las mancebías públicas.
DOCUMENTO Nº 6:
A.H.S.C.S. Carp. de documentación del siglo XVII, año 1683.
-Petición efectuada por la Hermandad de la Santa Caridad de
Málaga para declararse filial de la de Sevilla.
DOCUMENTO Nº 7:
A.C.C.M. Leg. 549, pza. 20, año 1684.
-Comunicación entre Pedro Corbette, hermano de la Santa Caridad
de Sevilla, y Francisco González Ramírez de Arellano, asociado a
la de Málaga.
DOCUMENTO Nº 8:
A.H.P.M. Escribanía de Antonio Vargas Machuca, leg. 2.024, año
1685, fols. 22-25 v.
-Censo contra don Marcos García Garcés por la capellanía fundada
por su hermano el licenciado don Alonso García Garcés.
DOCUMENTO Nº 9:
A.M.M. Lib. 101, aa. cc. de 29 de noviembre de 1688, fols. 257-
258.
-Licencia concedida a los hermanos de San Julián para que tomaran
media paja de agua del arca de la Puerta de Buenaventura.
DOCUMENTO Nº 10:
A.M.M. Sec. Cementerios, leg. 1.554, nº 81, año 1873.
1412

-Solicitud presentada por Manuel Rubio Velázquez al
Ayuntamiento para trasladar los restos de Alonso García Garcés a la
iglesia de San Julián.
1413

1414

DOCUMENTO Nº 1:
A.H.M.A. Fondo Municipal, Sec. Beneficencia, leg. 973, lib. 1
(1675/36), aa. cc. de 1 de abril de 1675, fols. 1-3.
-Fundación de la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro
Jesucristo de Antequera el 1 de abril de 1675.
EN EL NOMBRE DE DIOS TODO PODEROSO Y DE LA
SIEMPRE VIRGEN MARIA NUESTRA SEÑORA.
En la Muy Noble y Leal Ciudad de Antequera, en primero día del
mes de abril de mil seiscientos y setenta y cinco años, estando en la
Iglesia del Convento del glorioso San Agustín, Doctor de ella, por
ante mi Carlos de Talavera Navarro, escribano de esta ciudad,
presente el señor Doctor don Gerónimo Sánchez de Villoslada,
Canónigo Magistral en la Santa Iglesia Colegial de esta dicha
ciudad y Vicario en ella, se juntaron para efecto tomar forma en la
institución de la regla de la insigne Hermandad de la Santa Caridad
de nuestro Señor Jesucristo que se intenta fundar en esta ciudad
para el servicio de Dios dedicado a su caridad y a convalecencia de
pobres y enterrar los muertos y que carecieren de sepultura, llevar a
los hospitales los pobres que estuvieren sin ayuda, recoger los
huesos de los ajusticiados que quedaren en los campos a la
inclemencia de los tiempos y acompañarlos a los suplicios y
hacerles sus entierros y mandar decir misas por sus ánimas y
hospedería para pobres sacerdotes peregrinos y otras personas
pasajeras que necesiten de ella pidiendo para todo lo referido
limosna y en todo se han de guardar las Constituciones que se
observan en dicha Santa Hermandad. En la ciudad de Sevilla de las
cuales ha de tener esta Santa Hermandad dar traslado de ellas en un
libro para institución de los hermanos a quienes le sirva de
gobierno. Para este efecto y para que dicha Hermandad tome
principio y que diese traslado, limosna que en él se juntaren,
distinción de personas que de ello se ofrecieren y todo lo que en él
se contuviere se dé noticia a su Ilustrísima el señor don Fray Alonso
de Santo Tomás del Consejo de su Majestad para dicha fundación y
para que se celebre // y que apruebe dichas Constituciones para que
en llegando el caso esta buena obra se efectúe, sea con todos sus
requisitos y circunstancias necesarias y licencia de dicha su señoría
1415

Ilustrísima y para la consulta referida se procedió en la manera
siguiente:
Para dicho efecto se juntaron las personas siguientes: El señor
Doctor don Gerónimo Villoslada Vicario, el Doctor don Juan del
Río Rueda, don Francisco de Barrios, Canónigos en dicha Santa
Iglesia. Don Francisco Félix de Pareja, Caballero del hábito de
Calatrava. Don Francisco Chacón Enríquez. Don Ramiro de
Barrionuevo Mendoza. Don Diego Félix Corchado. Don Agustín de
Santisteban. Don Francisco de Amaya. Don Juan de Villadua. Don
Juan de Carrión. Don Francisco Méndez de Sotomayor. Don Juan
de Portillo Grijalva. Don Antonio de Gálvez. Don Alberto de
Medina. Don Julio Río de Rueda Chacón. El jurado Francisco
González de la Torre. Don Julián de Requera. Don José Vázquez
Borrego. Diego López Portillo. Martín García. Andrés de Luna.
Don Miguel Enríquez. Pedro Gutiérrez Navajos. Y habiéndose leído
las dichas Constituciones dispusieron, trataron y ordenaron lo que
se sigue:
[Acuerdo]
[Pago]
El señor Vicario manda de contado veinte ducados para empezar a
comprar casa para dicha convalecencia y hospicio de diez ducados
mientras viviere cada año.
[Pago]
Pedro Gutiérrez Navajas 4400 reales de contado y 10 ducados año
mientras viviere.
[10-]
Don Francisco Méndez 2200 reales luego. Y una silla de manos
para llevar los enfermos. 4 lienzos de a tres varas para la iglesia.
Don Francisco Félix Pareja 550 reales luego.
Don Ramiro Barrionuevo 330 luego.
[10-]
Don Francisco Amaya 550 luego y 10 ducados mientras viviere.
[15-]
Don Francisco Chacón 660 reales luego y 15 ducados mientras
viviere.
Don Diego Corchado 220 reales luego y 5 ducados mientras
viviere.
Don Juan de Villalba 330 reales luego.
1416

[Pago]
+ Don Agustín de Santisteban luego 550 reales y 10 ducados en
cada un año mientras viviere.//
[10-]
Don Juan Rico de Rueda Chacón 550 reales luego y 10 ducados
mientras viviere.
+ Don Julián de Siquera 550 reales luego.
El Jurado Andrés de Luna 1100 reales luego.
José Vázquez Borrego 110 reales luego.
Francisco González de la Torre 550 reales luego.
Francisco de Santiago 550 reales luego.
Don Antonio de Gálvez 550 reales luego y 10 ducados mientras
viviere.
[10-]
Don Francisco de Barrios luego 1000 reales y 10 ducados mientras
viviere.
El señor doctor don Juan Rico 330 reales luego y 6 fanegas de trigo
cada año mientras viviere.
Don Diego Morales 330 reales luego.
Don Juan Carrión 100 reales y 20 reales mientras viviere.
+ Don Juan de Portillo luego 330.
Don Alberto de Medina 220 luego y 5 ducados mientras viviere.
Don Miguel Enríquez 220 reales.
Martín García 220 reales luego y 5 ducados cada año.
+ Diego López Portillo 220 reales luego.
Felipe Martín de Castilla 110 reales luego y 15 lienzos de un
apostolado para en de sus días y 45 ducados en cada año perpetuos
para manda irrevocable.
Don Pedro Montemayor 100 reales.
Juan Tomás de Luna 550 reales luego.
+ Sebastián Muñoz 550 reales y 10 ducados.
[10]
Para en fin del de aquí a que muere.
Don Blas de Losada 6 fanegas de sal cada año mientras tuviere la
renta //
Miguel Salgado 22 reales luego.
Carlos de Talavera 110 reales luego.
Las cuales dichas mandas hacen para el fin y consecución de dicha
Santa Hermandad y primeramente las aplican para comprar sitio
1417

para la casa donde esté dicho hospicio con las cuales y las demás
que se han adquirido fuera de dicha junta tenga efecto dicha obra de
caridad y en la forma referida concluyeron dicha junta de mandas y
nombraron para su solicitud por diputados a el doctor don Francisco
de Barrios y don Francisco Chacón, don Francisco Méndez, don
Juan de Portillo, el Jurado Andrés de Luna, Sebastián Muñoz, Pedro
Navajas con obligación que hicieron de dar queda de los efectos de
los susodichos para otra junta. Demás de lo cual acordaron ser
conveniente el sitio de una casa de la calle Zapateros que ha sido en
otro tiempo Hospital de la Caridad y cuya causa hay en ella muchos
entierros que se han hecho y a que el tiempo y otras razones
convenientes a que es obligación de hacer lo que les toca y encarga
y lo firmaron de sus nombres.
(Rubricado) Licenciado don Gerónimo Sánchez de Villoslada,
Pedro Gutiérrez Navajas, Francisco Méndez de Sotomayor, don
Francisco Félix Pareja Obregón, don Francisco de Amaya, don
Francisco Chacón y Enríquez, don Ramiro de Barrionuevo y
Mendoza, don Diego Félix Corchado de Godoy, don Agustín de
Santisteban, Julián de Siquera Murillo, don Juan Rico de Rueda //
José Vázquez Borrego, Francisco González de la Torre, don
Antonio de Gálvez y Segura, don Diego de Morales Ballesteros,
don Juan de Carrión Ponce, Juan de Portillo Grijalva, don Miguel
Enríquez de Cabrera, don Alberto de Medina Cabrera, don Martín
García Paladora, Diego López Portillo, don Pedro de Montemayor,
Juan Tomás de Luna, Blas de Losada, Carlos de Talavera.
1418

DOCUMENTO Nº 2:
A.H.P.M. Escribanía de Pedro Ballesteros, leg. 1.562, año 1677,
fols. 930-933 v.
-Declaración del Ilustrísimo señor don Fray Alonso de Santo
Tomás, obispo de esta ciudad, en favor de diferentes personas.
Nos don Fray Alonso de Santo Tomás por la gracia de Dios y de la
Santa Sede apostólica Obispo de esta ciudad de Málaga y su
obispado del Consejo de su Majestad etc. Estando en nuestro juicio
memoria y entendimiento natural que Dios nuestro Señor por su
divina misericordia ha sido servido de darnos y por cuanto nos
hallamos agravados de enfermedad y tenemos que hacer algunas
declaraciones que importan al descargo de nuestra conciencia y que
sirvan de seguridad resguardo y satisfacción a las partes interesadas,
de lo que debemos y han de haber y lo demás que se hará mención
hacemos las declaraciones siguientes, las cuales queremos tengan
toda aquella fuerza, firmeza, validación y autoridad que se requiere
por derecho.
Declaramos que el Licenciado don Alonso García Garcés ha sido y
es nuestro Tesorero de quien tenemos hecha toda confianza y
satisfacción y la tenemos experimentada de sus buenos
procedimientos y del amor y celo con que ha cuidado y cuida de las
cosas de nuestro servicio y de la integridad de su cargo: el cual
tenemos dadas diferentes ordenes por escrito y de palabra en cuya
virtud ha pagado de las rentas de nuestra dignidad que están a su
cargo muchas sumas de maravedises pan, trigo, cebada y otras
cosas que se han dado y distribuido por su mano en limosnas gastos
de nuestro Palacio y familia todo por nuestra orden y disposición
por tanto es nuestra // voluntad y mandamos que todas las
cantidades de maravedises pan, trigo, cebada y otras cosas que
hubiere dado gastado y pagado aunque para ello no haya tenido ni
tenga libranzas nuestras por escrito, se le reciban y pasen en cuenta
en la que pudiere de su cargo y sea bastante justificación para ello
su declaración y relación jurada sin que sea necesario que preseda
otra prueba o circunstancia de que le relevamos: Y desde luego
damos por legítimos todos los pagamentos, gastos y entregos de
maravedises, pan, trigo y cebada que el dicho nuestro Tesorero
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declarase con juramento haber fecho y pagado de nuestra orden. Y
si en las cuentas que diere de su cargo alcanzase a nuestra dignidad
y rentas se le dé entera satisfacción.
Declaramos que los ciento y diez y seis mil tres cientos y diez y
ocho reales del alcance de misas que se hizo a el Beneficiado don
Luis de Valdés del tiempo que fue nuestro Tesorero, los tomamos
en si y quedaron de nuestra cuenta la satisfacción y distribución de
ellos y para que la tuviese dimos orden por carta de veinte y tres de
abril de mil y seiscientos y setenta y seis a el dicho Licenciado don
Alonso Garcés nuestro Tesorero, los gastase y distribuyese según y
por la forma y modo de una memoria que tiene en su poder.
Mandamos y es nuestra voluntad que lo que contare haber pagado
el dicho nuestro Tesorero se le reciba y pase en cuenta. Y lo cual
ellos estuviere por pagar se pague luego con toda puntualidad de los
bienes y rentas de nuestra dignidad que así conviene al descargo de
nuestra conciencia.
Declaramos que trescientos y sesenta (... ...) mil (...) // algo más o
menos que tocan y pertenecen a las fábricas menores de este
obispado de que tiene noticia del Beneficiado don Juan Muñoz de
Arsila, Mayordomo de dichas fábricas, se gastaron y distribuyeron
de nuestra orden y mandado, y de nuestro cargo y obligación el
volver a reintegrar a dichas fábricas menores la cantidad referida
por si mandamos y es nuestra voluntad se vuelva y restituya de los
bienes y rentas de nuestra dignidad.
Declaramos que del señor don Sabiniano Manrique de Lara,
Caballero de la Orden de Calatrava vecino de esta ciudad, le
debemos cuatro mil ducados que nos prestó para, algunas
necesidades precisas y gastos forzosos de nuestra casa y familia,
mandamos se le paguen con toda puntualidad, y declaramos tenerle
hecha cédula de ellos la cual y esta declaración se entiende ser una
misma cosa.
Declaramos que Antonio María Guerrero hombre de negocio de
esta ciudad nos prestó ocho mil ducados de que tuvimos necesidad
para gastos precisos de nuestra dignidad y otras cosas y esta
cantidad la abonaron y aseguraron el Capitán Jorge Saura y otras
personas por escritura pública y por ser como es de nuestra
obligación el pagar y satisfacer dicha deuda al dicho Antonio María
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Guerrero y mandamos que cierto doy por cualidad, se le paguen los
// dichos ocho mil ducados de los bienes y rentas de nuestra
dignidad sin dar lugar que a el dicho Capitán Jorge Saura y a las
demás personas que abonaron y aseguraron esta deuda, se les haga
agravio ni vejación por ella.
Declaramos que tenemos librado sobre el dicho Licenciado don
Alonso García Garcés nuestro Tesorero dos libranzas la una a favor
de don José de Acedo y del Castillo: y otra a los herederos del
doctor Don Gaspar de Salazar y Velasco que fue nuestro Provisor.
Mandamos que las dichas libranzas no estando pagadas o lo que
faltare de ellas se paguen con toda puntualidad y se reciban en
cuenta a nuestro Tesorero.
Declaramos que al tiempo que profesó en el Convento de Monjas
Recoletas Descalzas del Cister de esta ciudad, que es de nuestra
filiación, una hija de don Diego Pizarro le ofrecimos al Convento
dar la dote en cuya virtud se le dio la profesión y hasta ahora no
hemos entregado la dicha dote y está de nuestro cargo y obligación.
Mandamos que de los bienes y rentas de nuestra dignidad se pague
al dicho Convento la dicha dote como es costumbre los réditos que
le corresponden hasta la real entrega.
Declaramos que dimos orden a el dicho Licenciado don Alonso
Garcés nuestro Tesorero pagar en cada un año a el Doctor don
Antonio Bergado nuestro Provisor cuatrocientos ducados de vellón
por ayuda (...) y por cuanta orden (...) // la dimos por escrito desde
luego la aprobamos y revalidamos y mandamos que lo hubiere
pagado y pagare por esta razón se le reciba y pase en cuenta a
nuestro Tesorero.
Declaramos que el dicho nuestro Tesorero de nuestra orden inbose
[sic] ha entregado diferentes cantidades de trigo, pan, y
maravedises, que hemos dado de limosna a diferentes personas sin
libranzas nuestras y así mandamos que lo que el dicho nuestro
Tesorero declarare con juramento haber dado por esta razón se le
hagan buenos y pasen y reciban en cuenta en la que diere de su
carga.
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Declaramos que el dicho nuestro Tesorero ha pagado de nuestra
orden diferentes cantidades a los médicos que nos han asistido y
asisten a nuestra enfermedad y no se han dado libranzas y
mandamos que lo que declare con juramento haber pagado por esta
razón hasta hoy y pagare de nuestra orden a dichos médicos se
reciban y pasen en cuenta en los que diere de su cargo.
Declaramos deber a doña Elvira de Chaves viuda de don Luis de
Sotomayor, vecina de esta ciudad, tres mil ducados de vellón de que
tenemos hecho declaración en favor de don Bartolomé de Torres //
nuestro Notario de testamentos y esta deuda se causó siendo nuestro
Tesorero el Beneficiado don Luis de Valdés, mandamos se pague a
la dicha doña Elvira de Chaves dichos tres mil ducados.
Declaramos que al Licenciado don Juan Manuel Cortes nuestro
Mayordomo le debemos de gastos que ha hecho en nuestra casa y
vestuario de la familia y otras cosas de nuestra orden, treinta y
cinco mil cuatrocientos y seis reales de que se ha valido sobre su
rédito y no le tenemos dado libranzas y son estos gastos hasta el día
de hoy, mandamos se le pague esta cantidad de los bienes y rentas
de nuestra dignidad. Y juntamente las demás cantidades que gastare
de hoy en adelante hasta el día de nuestro fallecimiento y para su
liquidación y prueba sea bastante recaudo la relación jurada que
diere por la mucha satisfacción que tenemos de su persona
cristiandad y celo. Por cuanto nuestro deseo ha sido y es que
cuando la voluntad de Dios nuestro Señor sea servida de llevarnos
de esta presente vida a nuestros huesos se les dé sepultura en el
Real Convento de nuestro Padre Santo Domingo de esta ciudad con
los que en él están de la señora Marquesa de Quintana, nuestra
madre. Pedimos y suplicamos a los señores Deán y Cabildo de
nuestra Santa Iglesia se sirvan de hacernos esta gracia en memoria
del amor y voluntad que les tengo.
Declaramos debe, al señor don Mateo Arias Pacheco Deán de
nuestra Santa Iglesia, veinte y dos mil ducados de vellón que nos ha
prestado en diferentes partidas para gastos ne- // cesarios de nuestra
dignidad y limosnas que se han dado y distribuido, y ofrecimos dar
libranza a su señoría sobre nuestro Tesorero no la quiso admitir
llevado de sus grandes obligaciones, por tanto mandamos se le
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paguen dichos veinte y dos mil ducados con toda puntualidad de los
bienes y rentas de nuestra dignidad.
Todo lo contenido en estas declaraciones mandamos se cumplan y
ejecuten porque así conviene a el descargo de nuestra conciencia y
lo firmamos de nuestro nombre, ante el presente escribano y de los
testigos infrascriptos en la ciudad de Málaga en nueve días del mes
de noviembre de mil y seiscientos y setenta y siete años y fueron
presente por testigos: Don Lope de Mendieta. El Doctor don Pedro
de Biosca. Don Manuel de Almeida. Don Andrés Collado. Don
Jacinto Laso. Vecinos y estantes en Málaga. Y yo el escribano doy
fe conozco a el Ilustrísimo señor Obispo. Y dándole a firmar esta
declaración no la pudo firmar por la gravedad de su enfermedad y la
firmaron los dichos testigos iba escrito en cuatro hojas con esta.
(Rubricado) Don Lope de Mendieta. Don Manuel de Almeida.
Don Pedro Biosca. Don Andrés de Collado. Don Jacinto Laso.
Pedro Ballesteros Escribano público.//
En la ciudad de Málaga en diez días del mes de noviembre de mil y
seiscientos y setenta y siete años estando en las casas obispales de
ella, el Ilustrísimo señor don Fray Alonso de Santo Tomás Obispo
de esta ciudad y su obispado del Consejo de su Majestad, etc.
Mandó a mi el escribano infrascrito, vuelva a leer a su Ilustrísima
las declaraciones que hizo ayer nueve del corriente, y por mi el
escribano en presencia de los testigos que se hallaron presentes, leí
las dichas declaraciones que están escritas en las cuatro hojas
antecedentes con esta, y por su Ilustrísima oídas y entendidas dijo
que las vuelve a hacer revalidar y aprobar de nuevo como en ellas y
en cada una de ellas se contiene y lo firmó su Ilustrísima. Testigo
don Lope de Mendieta. Don Lorenzo de Jaén. Antonio Sandoval y
Pedro Mateos Villazo y Vera.
Declaramos que todos libros que de presente tenemos en nuestro
palacio y casa episcopal y los que tenemos en la hacienda de Santo
Tomás del Monte son propios del Real Convento de nuestro Padre
Santo Domingo de esta ciudad que no los ha prestado han de
vuelvandose.
Declaramos una lámina de media vara, de Nuestra Señora con el
niño en brazos, que tenemos en nuestro Notario es propia del
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Doctor don Antonio Bergado nuestro Provisor vuelvaseles. Los
dichos y lo firmamos.
(Rubricado) Fray Alonso Obispo de Málaga. Pedro Ballesteros
Escribano público.
[(Al margen) En la ciudad de Málaga en veinte días del mes de
febrero de mil seiscientos y ochenta y siete años el Ilustrísimo y
Reverendísimo señor don fray Alonso de Santo Tomás Obispo de
esta ciudad, hizo ante mi en este día otras declaraciones en razón de
lo contenido en estas que están en mi registro y escrituras de este
presente año y lo firmé. (Rubricado) Don Juan Manrique.]
1424

DOCUMENTO Nº 3:
A.H.P.M. Escribanía de Pedro Ballesteros, leg. 1.563, año 1678,
fols. 347 y v.
-Declaración del licenciado don Alonso García Garcés por la
compra de un esclavo a don Onofre Colston.
En la ciudad de Málaga en primero día del mes de julio de mil y
seiscientos y setenta y ocho años por ante mi el Escribano y testigos
pareció don Onofre Colston vecino de esta ciudad y Cónsul de la
nación inglesa que reside y comercia en ella y en la costa del Reino
de Granada a quien doy fe que conozco. Y dijo que habrá cuatro
años poco más o menos que el otorgante de orden y en nombre del
Licenciado don Alonso García Garcés Presbítero, Tesorero del
Ilustrísimo señor Obispo de esta ciudad y con su propio dinero
compró en la ciudad y fuerza de tanjar a don Guillermo Estanes un
esclavo negro atesado llamado Cristóbal que tendría entonces
catorce años y hoy será de diez y ocho con unas señales que
parecen de fuego o viruelas sobre los molledos de ambos brazos por
bajo de los hombros alto. Y lo trajo a esta ciudad, y entregó a el
dicho Licenciado don Alonso García Garcés y desde entonces lo
tiene en su poder y servicio y para que en todo tiempo conste como
el dicho esclavo es propio y pertenece al dicho don Alonso García
comprado para el susodicho y con su propio dinero el otorgante
hace esta declaración en favor del dicho don Alonso García Garcés
para que como dueño propietario del dicho esclavo lo tenga, goce y
posea, venda y disfrute de él a su voluntad. Y asimismo declara (...)
que el dicho esclavo no ha tenido ni// tiene dominio ni servicio
alguno porque lo compró de orden y para el dicho Licenciado don
Alonso García Garcés y con su propio dinero y luego que lo trajo a
esta ciudad se lo entregó y desde entonces lo está poseyendo y se
obligó de hacer por firme esta declaración y escritura y no de esta
contra ella por ninguna causa, acción o derecho que le completa y si
lo dijere no le valga ni sea admitido en juicio ni fuera de él y a ello
obligó sus bienes y rentas habidas y por haber dio poder cumplido a
las justicias y jueces de su Majestad de cualesquier partes que sean
para que a ello le apremien como por sentencia para en cosa
juzgada renunció las leyes de su favor y la general y así lo otorgó y
firmó de su nombre siendo testigos el Licenciado don Diego de
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Atencia Domínguez, Gaspar Delgado Ascanio y Antonio Rodríguez
Hipólito, vecinos de Málaga.
(Rubricado) Don Onofre Colston. Pedro Ballesteros Escribano
público.
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DOCUMENTO Nº 4:
A.H.D.M. Leg. 47, pza. 1, año 1683.
-Regla de la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor
Jesucristo, sita en la ciudad de Málaga, renovada por sus
hermanos en el año de 1682, siendo obispo de dicha ciudad el
Ilustrísimo y Reverendísimo señor don Fray Alonso de Santo
Tomás del Consejo de Su Majestad.
Causas de la renovación de esta Regla
No hay cosa permanente en este mundo con el tiempo unas se
disminuyen, otras se aumentan, y otras perecen, variando en los
sucesos; y esto mismo ha acaecido en nuestra Hermandad de la
Santa Caridad de esta ciudad de Málaga; pues habiendo tenido
principio su fundación en el año de mil y cuatrocientos y ochenta y
siete poco después de haberse ganado // por los señores Reyes
Católicos don Fernando y doña Isabel de gloriosa memoria,
instituida por los nobles pobladores, para la curación de pobres
enfermos, y enterrar los difuntos pobres, a expensas de las limosnas
que se recogían por los dichos hermanos, se fue aumentando, así en
la caridad, como en el caudal, y en el año de mil y quinientos y
catorce, se agregó la dicha Hermandad al Hospital que mandaron
fundar los dichos señores Reyes nombrado de la Caridad, y se
encargó la Administración de las rentas de él al Hermano Mayor de
dicha Hermandad, corriendo con ella, hasta el año pasado de mil
seiscientos y ochenta; y con el cuidado de la curación de los pobres
enfermos de dicho Hospital, el cual en el mismo año, se encargó y
dio fundación a la Religión de nuestro Padre San Juan de Dios, que
continua con la administración de los bienes y rentas de dicho
Hospital, y curación de sus enfermos; habiendo quedado esta Santa
Hermandad sin ejercicio alguno de obras de caridad y respecto de
que por las que ejercitaban le están concedidas muchas, y grandes
indulgencias // de que no es justo nos privemos, ni de obra tan
acepta a los ojos de Dios, a quien debemos agradar, y escribir de
todo corazón. Pretende esta Santa Hermandad renovarla, con
intento de que persevere en los dichos ejercicios de caridad
despertándola en nuestros corazones, e inflamándolos en el amor de
nuestro Dios y Señor, que nos manda lo hagamos sobre todas las
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cosas, ciñendo los preceptos de su santa ley, a este y a el amor de
nuestros próximos, como a nosotros mismos.
Fundamentos de esta Regla
El fundamento de esta Regla, es, formarse de una cantidad, o
número de personas, tales, que hagan un cuerpo bien dispuesto, y
organizado, cuyos miembros guarden entre sí, proporcionada
correspondencia, ocupándose en ejercer obras de caridad; como
son, enterrar los muertes que no tuvieren quien les dé sepultura,
llevar a los hospitales los pobres que estuvieren sin ayuda,
acompañar a los ajusticiados a los suplicios, hacerles sus entierros,
y que se digan misas por sus almas; y que para ayuda a lo dicho, se
pidan, y recojan limosnas // de las personas piadosas, como más
largamente irá declarado en el discurso de la Regla siguiente.
Que no haya número limitado de hermanos
No ha de haber número limitado de hermanos, de que se ha de
componer esta Santa Hermandad, porque es necesario sean muchos,
así para los ejercicios referidos, como por el estipendio que han de
dar de entrada, para los gastos precisos, y por no desconsolar ni
cerrar la puerta; a ninguno de los que con afecto piadoso, y celo
santo del servicio de Dios, desearen servirle; pues aunque sea
mucho el número, se ceñirá el gobierno de esta Santa Hermandad,
de suerte que no se perturbe, ni embarace el que todos por turnos
participen en las obras de caridad sirviendo a Dios nuestro Señor en
el provecho del próximo; para que nos hallemos ricos de sujetos, y
con ellos poder contrastar, los embarazos que se ofrecieren que si
haremos, llevando por guía, y norte la Santa Caridad de nuestro
Señor Jesucristo.
Hermano Mayor y su obligación //
La cabeza de esta Santa Hermandad, será un Hermano Mayor,
elegido por todo el Cabildo general de ella, a quien todos han de
respetar, según el nombre, que es, Mayor, y ocupar el lugar
principal de Presidente; y conforme nuestro Hermano Mayor se
mostrare cuidadoso en el cumplimiento de las obligaciones de su
oficio, se seguirá la administración de los demás hermanos; y así,
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conviene, que tenga a la vista las cosas que le tocan por su puesto,
para que las cumpla con toda puntualidad, enterándose bien, del
estado, y gobierno en que se halla la Hermandad, de los alcances, o
sobras que tiene; de los negocios que hay pendientes, y su estado;
para con tales noticias estar apto, para proveer a todo lo que se
ofreciere tomando después de cada Cabildo, razón por escrito que le
dará el Secretario, de los acuerdos que se hicieren; para solicitar su
ejecución con los hermanos, a quien se hubiere cometido,
allanándoles las dificultades que se ofrecieren; y en el Cabildo
siguiente, hacer relación de los que estuvieren por cumplir, y pedir
la razón porque no se han puesto en ejecución y no dejarlos de la
mano hasta que tenga debido efecto. También asistirá a las cuentas,
cuando las den, los hermanos Mayordomos Tesoreros, señalando
horas, para // que se acuda a ellas hasta darles fin, y rubricar los
recados de la data juntamente con el contador. Llamará a los
Cabildos, así ordinarios como extraordinarios y a los Cabildos
generales y Diputaciones, y a otras cualesquier juntas que se
hicieren; y a lo demás que el Secretario le avisare convenir. Puede,
y debe hallarse en todo cuanto toca a esta Hermandad, aunque no
sea llamado, tanto para compras, disposiciones, cabildos,
procesiones y acciones públicas y todo lo demás porque le toca,
todo cuanto les toca a los demás hermanos, Oficiales, Ministros, y
Diputados de ella en general y particular, como superintendente de
todos, sin que ninguna diputación; se pueda ni deba sentir de que el
dicho Hermano Mayor quiera en ocasiones hallarse en lo que se les
hubiere encargado por diputación; y siempre ha de presidir y tener
mejor lugar.
... ... ...
Elecciones
Las elecciones del Hermano Mayor, Oficiales y Diputados se hagan
precisamente; cada un año; en uno de los tres días de la Pascua //
del Espíritu Santo de nuestro Señor Jesucristo el que señalare el
Hermano Mayor; o por su ausencia el que fuere inmediato
Presidente y sea en nuestra Iglesia del Hospital de la Santa Caridad
en cabildo general, en el cual no se ha de tratar de otros negocios
aquel día sino sola de las elecciones, sino fuere tan preciso, que de
no tratarse viniese daño a nuestra Hermandad, y al bien de los
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pobres, que es lo principal a que debemos atender, llamando antes a
todos nuestros hermanos que asistieren en esta ciudad, y si no se
pudiere a cada uno en persona; se dejen en sus casas una cédula en
que le avisen el día que se hiciere cabildo general de elecciones, y
habiendo número competente para hacerlo, que como queda dicho
han de ser por lo menos veinte se dará principio, comenzando, por
la elección de Hermano Mayor, y luego de los demás por sus
primacias, advirtiendo que los nuevos electos, no han de ocupar sus
puestos a que están promovidos, hasta el primer cabildo que se
siguiere teniendo mucha atención a elegir en los dichos oficios las
personas de las calidades referidas. Y si pareciere que conviene
reelegir a alguno // de los Oficiales por otro año, si tal cosa se
propusiere no se ha de efectuar, sino fuera por votos secretos,
teniendo para ello bolillas blancas y negras, dando a cada hermano,
una blanca y otra negra; advirtiéndole que sí quisiere votar, para
que sea reelecta, la persona que se propone, eche la bola blanca en
la urna que estuviere puesta para recibir el voto; la cual urna ha de
estar encima a la mano derecha del Hermano Mayor; y la otra urna
para el desecho a la mano izquierda, o del que presidiere para que
cada hermano que viniere a votar eche en la urna de la mano
derecha la cuenta del voto que quiere dar, y en la urna de la mano
izquierda la que desechare estando ambas urnas dispuestas de modo
que cada uno pueda entrar la mano en ellas, y dejar caer las cuentas,
sin que se pueda reconocer por los que están cerca, si han echado
blanco, o negra; sin mostrarse unos a otros los votos, o los desechos
para que verdaderamente sean votos secretos, y antes de regular los
votos se contaran; y habiendo más que los hermanos capitulares,
será nula // la elección y se volverá a votar
... ... ...
Entierro de hermano
Cuando alguno de nuestros hermanos falleciere el Hermano Mayor
ha de mandar avisar a todos los hermanos para que asistan a su
entierro, y ha de haber un paño muy cumplido de terciopelo negro
con una cruz con ganchos bien bordada con sus torzales de oro el
cual se ha de llevar a la casa del difunto y poner sobre la caja; y el
Hermano Mayor ha de ordenar al Prioste que haga decir sin dilación
veinte y cinco misas rezadas en nuestra Iglesia, y para ellas dará la
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limosna // el hermano Mayordomo, con libranza del Hermano
Mayor, o de cualquiera de los Alcaldes tomada la razón por el
Contador y lo mismo se haga con las mujeres de nuestros hermanos,
si murieren antes que ellos, o siendo viuda, y todos los hermanos
tengan obligación de dar limosna de una misa por el hermano
difunto. Y será cosa muy piadosa y ejemplar si se llevaren en
hombros los cuerpos de los dichos hermanos y sus mujeres y el
hermano que faltare a dichos entierros sin causa muy legítima sea
condenado en un libra de cera; teniendo cuidado de que se cobre el
Fiscal a quien se encarga la conciencia para que lo lleve a debida
ejecución.
... ... ...
Fiesta a San Julián Obispo
Asimismo ordenamos y mandamos, que el día veinte y ocho de
enero de cada un año en que nuestra Santa Madre Iglesia celebra
fiesta a San Julián Obispo (día de guardar, en esta ciudad y su
obispado, por voto del Ilustrísimo señor don Fray Alonso de Santo
Tomás Obispo de ella, y por el Cabildo eclesiástico) a quien
señalamos por nuestro Patrono, y especial abogado, se haga una
fiesta al glorioso Santo, con vísperas, y misa cantada con diáconos,
sermón y música; teniendo muy bien adornados los altares y que no
falte en ella alguno de nuestros hermanos a quienes se han de llamar
de ante día, y encargamos a nuestro hermano Prioste, tenga
particular cuidado en todo lo tocante a esta fiesta, en la cual tengan
obligación todos los hermanos de confesar y comulgar, y al
hermano que no asistiere a la dicha fiesta, se pene en una libra de
cera que hará ejecutar. Y cumplir el Fiscal y la mejor forma y
ostentación de la fiesta se deja a la disposición de nuestro Hermano
Mayor.
... ... ...
Que se lea esta Regla una vez cada año
La Regla de esta Santa Hermandad se ha de leer una vez cada año,
y para más facilidad se repartirá su lectura en doce partes y pues
cada mes ha de haber cabildo, se leerá una de ellas en cada uno
1431

antes de entrar en ningún negocio, y los capítulos que tratan de las
cosas particulares que se hubieren de conferir en cualquiera cabildo
se lean primero que se determine el negocio que se trata; pues de
ello resulta el que se lleve por norte la observancia de la regla; y
que se quede en la memoria su ordenanza con su lectura y ejercicio
fuera de lo cual el hermano que fuere recibido pueda tomar cuando
quisiera una copia de toda la Regla, para que la tenga para sí.
... ... ...
En la ciudad de Málaga en diez y seis días del mes de mayo de mil
y seiscientos y ochenta y dos años su merced el señor Doctor don
Juan Manuel Romero de Valdivia Canónigo Doctoral de la Santa
Iglesia Catedral de esta ciudad Ministro titular del Santo Oficio de
la Inquisición de Granada, Provisor y Vicario General de este
obispado por el Ilustrísimo y Reverendísimo señor don Fray Alonso
de Santo Tomás mi señor Obispo de Málaga de el Consejo de su
Majestad, etc. Habiendo visto estas Constituciones y el
consentimiento del Fiscal General a quien se dio traslado: Dijo que
sin perjuicio del derecho parroquial y de la jurisdicción ordinaria
que su merced administra aprobaba y aprobó las dichas
Constituciones y en ellas interponía e interpuso su autoridad y
decreto judicial en forma y mandaba y mandó a los hermanos que al
presente son y adelante fueren de la dicha Hermandad las guarden
cumplan y ejecuten según y como en ellas se contiene y para ello se
dé despacho en forma con inserción de las dichas Constituciones y
a este auto quedando las originales en el archivo general y así lo
proveyó, mandó y firmó. Tachado aprobado.
(Rubricado) Doctor don Juan Manuel Romero de Valdivia. Ante mí
Manuel Fernando de Velasco.
... ... ...
Don Fray Alonso de Santo Tomás por la gracia de Dios, y de la
Santa Sede apostólica obispo de Málaga del Consejo de su
Majestad, etc. Por cuanto hemos visto una exhortación que hizo don
Miguel Mañara al bien obrar, y a la caridad con los pobres en que
fue esclarecido, y fundó Hermandad en la ciudad de Sevilla con el
título de la Santa Caridad de nuestro Señor Jesucristo, y a su
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imitación se ha erigido y formado otra en esta ciudad con mucho
ejemplo de toda ella. Y para que tan santa obra vaya en aumento
concedemos cuarenta días de indulgencia a cada uno de los
hermanos de dicha hermandad por cada vez que leyeren dicha
exhortación. Y asimismo los concedemos a todos los que entraren
de nuevo en ella, habiendo confesado y comulgado aquel día, y a
los que en ejecución del instituto de dicha Hermandad, se
ejercitaren en cualquiera obra de piedad de las que dispone. Dado
en Málaga a veinte días del mes de diciembre de mil y seiscientos y
ochenta y dos años.
(Rubricado) Fray Alonso Obispo de Málaga. Por mandado del
Obispo mi señor. Mateo de Murga y Quevedo, Secretario.
1433

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DOCUMENTO Nº 5:
A.H.D.M. Leg. 56, pza. 3, año 1683.
-Escritura de donación que don José Méndez de Sotomayor
otorgó en favor de la Hermandad de la Santa Caridad de un
censo de 200 ducados, que dejó impuesto sobre el sitio de las
mancebías públicas.
En la ciudad de Málaga en quince días del mes de enero de mil
seiscientos y ochenta y tres años ante mi el Escribano y testigos
pareció José Méndez de Sotomayor vecino de esta ciudad a quien
doy fe conozco y dijo que Gómez Fajardo y doña Francisca
Fajardo, su mujer, vecinos de la ciudad de Murcia por dos escrituras
de contrato otorgados en la dicha ciudad y en esta de Málaga ante
Lázaro Mas escribano público de la dicha ciudad de Murcia,
impusieron censo de 200 ducados de principal en favor de Diego de
Cazalla, vecino y Regidor que fue de esta ciudad, sobre diferentes
sus bienes y en especial sobre el sitio de las mancebías públicas de
esta ciudad de que era dueño el dicho Gómez Fajardo por merced
particular de los señores Reyes Católicos como se refieren en una
escritura de poder que los susodichos otorgaron a Sancho Manrique
por ante el dicho Martín de Faure en once del mes de enero de mil y
quinientos y cincuenta y dos para recibir del dicho Diego de Cazalla
100 ducados que les debía de resto del dicho censo según su
imposición y escritura de ratificación en el cual sucedió Pedro
Méndez de Sotomayor su bisabuelo y por muerte de los dichos
Gómez Fajardo y su mujer en las dichas mancebías, sitio y solares//
de ellas sucedieron en la cuarta parte el Convento religiosos de
nuestra Señora de las Mercedes de la dicha ciudad como donatario
de doña Francisca Fajardo, hija de Antonio Fajardo y de doña Laura
de Ayala, y en la otra cuarta parte doña Mariana Moro Calvo
Fajardo Porcaneza y don Diego Fajardo y Arronis y en la mitad
Alonso de Morales, vecino y Jurado que fue de la ciudad de
Granada, los cuales por escrituras otorgadas en la ciudad de Murcia
en diez y siete del mes de julio del año mil y seiscientos y veinte y
ocho ante Francisco Juro de Hoces Escribano público y en diez y
siete de octubre del dicho año ante Melchor de Mújica Escribano
público de Málaga y en nueve de noviembre de mil seiscientos y
treinta ante Ciriaco Jimenete vendieron las dichas mancebías, sitios
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y solares de ellas cada uno la parte que le toca al Capitán Luis de
Eslava vecino y Regidor perpetuo que fue de esta ciudad a quien
encargaron del dicho censo de 200 ducados de principal declarando
se pagaran a doña Gabriela de Jerez, viuda de don Pedro Méndez de
Sotomayor, padres del otorgante a quien desde su muerte ha tocado
y pertenecido la cobranza de sus réditos los cuales de muchos años
a esta parte ha dejado de cobrar por causa de haberse arruinado las
casas fabricadas en el dicho sitio de mancebías que están hechas
muladar público cuyo sitio de presente no vale el principal// del
censo perpetuo de 7.000 maravedís de renta al año que sobre su
propiedad tiene esta ciudad de Málaga justicia y regimiento por
cuya parte por haber más de 40 años que no los cobra se ha tomado
posesión y amparo del dicho sitio con que el dicho censo del
otorgante no puede tener cabimiento ni los corridos que se le están
recibiendo en el valor del sitio de las dichas mancebías y por cuanto
la Hermandad de la Santa Caridad de nuestro Señor Jesucristo para
la fundación que pretende hacer de hospicio y casa para recoger los
pobres del frío, el dicho sitio de las mancebías acudió a esta ciudad
pidiéndole el dicho sitio la cual por su acto capitular le hizo gracia
del sin cargo del dicho censo de 7.000 maravedíes, haciéndole
donación de él y de los corridos que se le estuvieren debiendo y los
herederos del dicho Capitán Luis de Eslava. Asimismo le han hecho
gracia y donación del derecho que al dicho sitio de las mancebías
por causa de los dichos Conventos de las Mercedes y consortes
tenía por las ventas que de ellas le hicieron graciosamente y sin
ningún interés por causa de no valer el censo perpetuo de esta
ciudad por la misma y por la devoción que tiene a la dicha
Hermandad y deseo de que se haga la dicha fundación para el
servicio de Dios nuestro Señor recogimiento y alivio de sus pobres
por la presente en aquella vía y forma// que más haya lugar de
derecho graciosamente y sin ningún interés a la dicha Hermandad
de la Santa Caridad de nuestro Señor Jesucristo de esta ciudad hacia
gracia y donación del dicho censo y de los corridos que se le están
debiendo de buena, pura, perfecta y revocable de las que el derecho
llama fecha intervivos y se desiste del derecho de propiedad,
señorío y posesión y de otras cesiones que tiene y le pertenecen al
dicho censo y lo cede, renuncia y transfiere en la dicha Hermandad
y en su hermano mayor y hermanos que son y fueren adelante de
ella y le da poder para que judicial o extrajudicialmente tome y
aprehenda la posesión de el y en el interin que la toma se constituye
1436

su inquilino tenedor y poseedor para dárselas cada que la quiera
tomar y asimismo le dio poder para que reciba y cobre los réditos
del dicho censo así los que se le están debiendo como los que se le
debieren de quien y con derecho hubiere lugar de que otorgue cartas
de pago, finiquitos y gastos concesión de sus derechos y acciones y
de su principal cuando se redima. Y para que el sitio y solares de la
dicha mancebías queden libres y exentos del dicho censo para en
cuanto a esto desde luego da por nula hasta hay cancelada la dicha
escritura de su imposición y las demás de reconocimiento y otras
otorgadas a favor del otorgante para que en su virtud no se pueda
proceder contra las dichas mancebías y sus solares dejándola como
la deja en su fuerza y vigor para en cuanto a las demás posesiones
obli-//gadas al dicho censo para que la dicha Hermandad pueda
haber y cobrar los réditos corridos y que corrieren de él y porque las
donaciones que excedan de los quinientos sueldos aúreos no son
válidos declaran que esta donación no exceda y si excediese tantas
cuantas veces tuviere exceso otras tantas donaciones hace a la dicha
Hermandad sobre que renuncian la ley del ordenamiento real fecha
en Alcalá de Henares la de Madrid y las demás de este caso y
asimismo porque las donaciones que no son insinuadas y
manifestadas no tienen validación da poder a la dicha Hermandad
para que parezca ante la justicia de esta ciudad y ante quien
convenga y haga insinuación y manifestación de esta donación y
pida, tenga y se le dé entera validación que el otorgante desde luego
la ha por manifestada e insinuada con la solemnidad del derecho y
juro en forma de derecho y se obligó de haber por firme esta
donación y de no reclamarla por ninguna causa porque declara no
las hay y que tiene bastante congrua [sic] sustentación y si alguna
vez reclamase quiere no ser oído en juicio antes por el mismo caso
ha de ser firme y valedera esta donación para cuya firmeza y
cumplimiento se obligó con sus bienes y rentas habidos y por haber
y dio poder a las justicias y jueces de su Majestad de cualquier
partes que sean para que a ello le apremien como por sentencia para
la en cosa juzgada renuncio las leyes de su favor // y la general del
derecho y así lo otorgó y firmó siendo testigos José Clavijo, Diego
Moreno y don Fernando de Peralta, vecinos de Málaga. Don José
Méndez de Sotomayor. Antonio de Vargas Machuca, Escribano.
Concuerda con su original que queda en mi registro de escribano y
doy este traslado a la Hermandad y Hermano Mayor de la Cofradía
1437

de la Santa Caridad de nuestro Señor Jesucristo de esta ciudad de
Málaga en diez y seis de enero de mil y seiscientos y ochenta y tres
años.
En presente y en fe de ello hago mi signo en testimonio de verdad.
(Rubricado) Antonio Vargas Machuca, Escribano.
1438

DOCUMENTO Nº 6:
A.H.S.C.S. Carp. de documentación del siglo XVII, año 1683.
-Petición efectuada por la Hermandad de la Santa Caridad de
Málaga para declararse filial de la de Sevilla.
Señores y nuestros muy amados hermanos habiendo nuestro
Hermano Mayor recibido la carta de vuestras mercedes de 14 del
pasado, en el correo de ayer, citó a Cabildo, que se celebró el
mismo día; porque no se nos dilatase el consuelo que en ella
vuestras mercedes en continuación de su santo instituto de caridad,
nos hacen favor de participarnos, pues experimentamos, que sus
razones son fuego del amor de Dios que enciende nuestros buenos
deseos de parecer, y ser verdaderos hijos de esa Santa Hermandad.
Ésta, alentada con la confianza de hija, y confiada en la benignidad
de su madre, toda caridad, acordó con igual conformidad, se
suplicase a vuestras mercedes que pues en todo deseamos seguir su
santa regla, y piadosos ejercicios, fuesen servidos de admitirnos en
su Confraternidad, cuyo acuerdo con la petición de nuestro
Hermano Mayor, se presentará en esa Santa Hermandad por el
señor don Pedro Corbette a quien se dirige por nuestro hermano don
Francisco Gonzalez Ramírez de Arellano; y en continuación de este
deseo suplicamos a vuestras mercedes se sirvan de honrarnos,
concediéndonos esta unión, por nuestros ánimos están dispuestos
(para lograr el fin a que nos dirigimos) a seguir en todo, como
humildes hijos, los santos institutos que observan y a reconocer por
nuestro padre fundador y maestro al Venerable Siervo de Dios, el
señor don Miguel Mañara, remitiéndonos en cuanto a la
subordinación de la Confraternidad a lo que contiene el acuerdo.
Continua esta Hermandad el encomendar a Dios nuestro Señor la
salud del señor don Antonio de Lemos, su Divina Majestad. Le dé
lo que le convenga para su santo servicio, y guarde y conserve en él
a vuestras mercedes como deseamos y esta Hermandad ha
menester, que repite la súplica a vuestras mercedes para que
interpongan las suyas por el progreso de esta Hermandad y la de
que vuestras mercedes nos empleen en cuanto fuere de su servicio.
Fecha en este Hospital de la Santa Caridad de la ciudad de Málaga a
2 de marzo de 1683.
1439

(Rubricado) Alonso García Garcés. Don Ramiro de Villafane. Don
Luis de Montes Jalón. Gabriel Sánchez Serrano. Jorge Saura. Don
Fernando de Córdoba. Dionisio Cabello y Cespedes. Don Francisco
Barranquero. Antonio Purga y Barrionuevo. Francisco González
Ramírez de Arellano. Pedro Romano Chacón, hermano Secretario.
Señores y muy amados hermanos nuestros de la Santa Caridad de la
ciudad de Sevilla.
Pedro Romano Chacón hermano Secretario de la Hermandad de la
Santa Caridad de nuestro Señor Jesucristo de esta ciudad de
Malaga. Certifico que por el libro de los Cabildos que esta
Hermandad celebra consta que en primero de este presente mes se
hizo Cabildo y Junta particular en la cual asistieron: Los señores
don Alonso García Garcés Hermano Mayor. Don Ramiro de
Villafane Alcalde antiguo. Don José de Acedo y del Castillo
Alcalde moderno. Esteban Martín Varejón Mayordomo Tesorero.
Don Gabriel Sanchez Serrano Contador. Salvador de la Canal
Lobatón Prioste. Don Luis de Montes Jalón Fiscal. Don Benito de
Villela Cavallón. Don Juan Muñoz de Arcillas. Don Cristóbal
Matías Guerrero. Don Andrés de Loriguillo. Jorge Saura. Lope de
Amburze. Don Juan de Ahumada. Don Fernando de Córdoba. Don
Francisco de Montes. Don Gaspar de Viana y Cárdenas. Martín
Fernández de Peysal y don Lorenzo de Jaén: Consiliarios. Don Juan
Manuel Cortes. Don Dionisio Cabello y Cespedes. Don Francisco
Ramírez de Arellano. Don Bernardo de Eslava y don Alonso Marín
de Montes; y por ante mi, acordaron lo siguiente.
Acuerdo
El Hermano Mayor, y demás hermanos, decimos que habiéndose
renovado y formado esta Hermandad que hoy se compone de
ochenta hermanos eclesiásticos, y seglares de las partes, y calidad
que disponen nuestras Constituciones y Regla, a imitación de la que
observa la Santa Hermandad de la ciudad de Sevilla, que instituyó
el Venerable Siervo de Dios el señor don Miguel Mañara nuestro
padre y maestro, que están aprobadas por el señor Juez ordinario de
esta ciudad: cuyo fundamento, es ocuparse en ejercer // obras de
caridad como son, enterrar los muertos que no tuvieren quien les dé
sepultura; llevar a los hospitales los pobres que estuvieren sin
ayuda; acompañar a los ajusticiados a los suplicios hacerles sus
1440

entierros, y que se digan misas por sus almas. Hospedar los pobres
que no tuviesen acogida; y a los peregrinos, cuidar de su abrigo y
enseñanza doctrina cristiana a los que la ignoraron. Y para poder
esta Hermandad y sus hermanos, con los fervorosos deseos que
tienen imitar en parte; lo que debe ejercitar, se ha valido de recoger
algunos escritos de nuestro Venerable padre don Miguel, y de su
vida; y para tenerle presente (en el Hospital, y casa que ha
empezado a fundar, con título y advocación de señor San Julián
Obispo de Cuenca; por ser de los mayores Limosneros de Castilla;
y a quien debieron tantos alivios los pobres en sus necesidades, y
esta ciudad por su intercesión librase de la epidemia contagiosa que
padeció eligiéndole por Patrono, y en especial abogado) ha de
colocar en él el retrato de nuestro Venerable padre que con su vista
y ejemplo, cada uno de los hermanos se aliente a seguirle y cumplir
con su obligación. Y porque esta Hermandad y su fundación se
confiesa hija de la Santa Hermandad de la ciudad de Sevilla; para
más bien cumplir y ejecutar aquellas cosas que más sean del
servicio y agrado de Dios nuestro Señor. Y en beneficio y alivio de
sus pobres; con el rendimiento que debemos: Pedimos y suplicamos
con fervorosa atención a los señores Hermano Mayor, Oficiales y
hermanos de la Santa Hermandad de la Caridad, de la dicha ciudad
de Sevilla; tengan a esta Hermandad por fundada con la Regla y
obligación a la suya; y por unidad y consolidada a ella, con amor// y
confraternidad; que desde luego que por dichos señores Hermano
Mayor, y demás hermanos, sea aceptada; esta Confraternidad;
prometemos ofrecemos, y nos obligamos y a los demás hermanos
que de presente son, y adelante fueren de esta Hermandad, a que
tendremos guardaremos y observaremos, para siempre jamás la
dicha Hermandad y Confraternidad, para guardar cumplir y ejecutar
todas aquellas cosas que por la dicha Santa Hermandad de la ciudad
de Sevilla se acordare deberse seguir para el mayor honor de Dios
nuestro Señor y bien de sus pobres. Y que de los sufragios, e
indulgencias que estuvieren concedidas y que se concedieren a una
y otra Hermandad gocen recíprocamente; y que los hermanos de
ambas hallándose los de la ciudad de Sevilla en ésta; y los de ésta
en la de Sevilla tengan lugar en los actos públicos Cabildos y
Juntas, y ejerciten las obras de caridad; según a cada uno fuere
encargado, que siendo necesario para lo referido ganar cualesquiera
bulas de aprobación esta Hermandad las ganara. Y para que se pase
a la ejecución cometemos y encargamos a los señores don Alonso
1441

García Garcés nuestro Hermano Mayor, y don Francisco González
Ramírez de Arellano participen nuestro deseo y pretensión a los
señores Hermano Mayor y hermanos de la Santa Caridad de la
ciudad de Sevilla; remitiendo de Acuerdo y Junta que para todo ello
y lo demás concerniente les damos poder en forma; y para que por
sí solos resuelvan y saquen cualesquiera despachos que ofrezca.
Concuerda con el Acuerdo original que queda en el libro de los
Cabildos de esta Hermandad a que me refiero, y para que conste de
orden del dicho señor Hermano Mayor de ello doy la presente
certificación // en la ciudad de Málaga a dos días del mes de marzo
de mil seiscientos y ochenta y tres años. Pedro Romano Chacón.
Hermano Secretario.
1442

DOCUMENTO Nº 7:
A.C.C.M. Leg. 549, pza. 20, año 1684.
-Comunicación entre Pedro Corbette, hermano de la Santa
Caridad de Sevilla, y Francisco González Ramírez de Arellano,
asociado a la de Málaga.
[25 enero (16)84]
Señor mío, juntas, y muy atrasadas he recibido dos cartas de vuestra
merced la una con fecha de 28 de diciembre próximo pasado, y la
otra con la de 17 del corriente acompañada esta última con una de
esa Santa Hermandad para mi, y otra para nuestro hermano mayor
el señor don José de Morales que se la dí, y a que no dudo
responder hoy. Mi respuesta está incluida, y suplico a vuestra
merced suplan sus palabras lo que no pudo explicar yo como
quisiera, y con el mayor rendimiento, en lo sumamente reconocido
que me dejan las muchas honras que esos señores se sirven de
hacerme siendo tan nada lo que yo he hecho, que aunque en si es
tanto el retrato de nuestro Venerable el señor don Miguel Mañara
no lo que el por si es, o por lo que representa se me debe atribuir a
mi, y así en lo más conozco que por lo que me ha tocado he hecho
poquísimo; paso también a decir en ésta a vuestra merced lo que
decía en la otra mía que no tuvo la fortuna de llegar a sus manos, y
es que en cierto modo me deja desconfiado esa Santa Hermandad,
pues en el tratamiento que pueda muestra el que no me ha remitido
a mi por hermano, pues a tenerme por tal usara de el que se le dé a
cualquier como nuestra regla lo ordena, y así la mayor merced que
me pueden // hacer en las oraciones que se ofrecieren tener que
mandarme (que me serán siempre del mayor aprecio) será el que
olviden de los tratamientos a que anhela el mundo, y que sólo me
den el que dieran al menor hermano que es en la realidad no solo
soy el menor, sino el más indigno, y pues vuestras mercedes en lo
más esencial nos enseñan tanto, cuanto no como en la explicación,
no será razón que en lo menos falten conmigo a la observación de
lo dispuesto en nuestra regla y pase todo esto por efecto del
cordialísimo amor que profeso a vuestras mercedes, y doy a vuestra
merced las debidas gracias por la gustosísima noticia que se sirve
de participarme de haber determinado labrar (al mismo tiempo que
1443

iglesia) hospicio para los pobres, pues recíprocamente la una fábrica
adelanta la otra, empeñando ambas a Dios nuestro Señor a que
manifieste con su infinita liberalidad cuan de su agrado son, y que
lo que se gasta con sus pobres no es disminuir los medios sino
aumentarlos, y así creo que puede decir que la fábrica del hospicio
es la que les ha de dar a vuestras mercedes para la de la iglesia;
mucho nos dan vuestras mercedes que envidiar en su santo y
fervoroso celo, que espero ha de ir siendo cada día mayor, que es
con lo que principalmente lo premia su divina majestad a quien
pido guarde a vuestra merced los muchos años que pueda y deseo.
Sevilla y enero 25 de 1684.
Beso la mano de vuestra merced su mayor servidor.
(Rubricado) Don Pedro Corbette.
Señor don Francisco González Ramírez de Arellano.
1444

DOCUMENTO Nº 8:
A.H.P.M. Escribanía de Antonio Vargas Machuca, leg. 2.024, año
1685, fols. 22-25 v.
-Censo contra don Marcos García Garcés por la capellanía
fundada por su hermano el licenciado don Alonso García
Garcés.
En la ciudad de Málaga en veinte y seis días del mes de enero de
mil y seiscientos y ochenta y cinco años ante mi el Escribano y
testigos infrascritos pareció don Marcos García Garcés, vecino de
esta ciudad, a quien doy fe que conozco y dijo que el Licenciado
don Alonso García Garcés Presbítero, su hermano Prebendado, que
fue de la Santa Iglesia Catedral de esta ciudad por una cláusula del
testamento cerrado que otorgó ante mi el dicho Escribano en seis
días del mes de abril del año próximo pasado de ochenta y cuatro
que por su fallecimiento se abrió con autoridad judicial en diez y
siete días del mismo mes y año, fundó una Capellanía servidera en
el Hospital del señor San Julián y Hospicio de la Hermandad de la
Santa Caridad de nuestro Señor Jesucristo con obligación de que el
capellán de ella por las mañanas antes de salir a pedir limosnas y a
hacer so(...) viaje los pobres que se recogieren en él digan misa
para que en ella den gracias a Dios nuestro Señor de los beneficios
recibidos pidiendo cincuenta misas en cada un año por su ánima e
intención en los días que tienen recogimiento los pobres estando
juntos a las seis de la mañana y la dotó con el principal de mil
ducados de censo redimible que impuso sobre todos los bienes en
que sucediesen sus herederos// el capellán de la dicha Capellanía
gozase de cincuenta ducados por sus réditos en cada un año y
nombró por primero capellán que la sirva y obtenga a Pedro
Moreno, su sobrino, hijo de Pedro Moreno y de doña Leonor
Garcés, su hermana, por el cual durante no fuere sacerdote pueda
decir las dichas cincuenta misas otro cualquier sacerdote y después
del susodicho nombró por capellanes y patrono de dicha Capellanía
a sus parientes más cercanos y hizo otros llamamientos y nombró
por su único y universal heredero en todos los bienes y hacienda al
otorgante como parece del dicho testamento a que se refiere. Y
ahora para que haya bienes seguros y señalados donde estén seguros
los dichos mil ducados de su dotación y se puedan haber y cobrar
1445

los cincuenta ducados de sus réditos en cada un año quiere hacer
nueva imposición de ellos sobre los bienes que aquí se contendrán
que quedaron por fin y muerte del dicho don Alonso García Garcés
su hermano y poniéndolo en efecto y confesando esta relación por
cierta y verdadera y como heredero que es del dicho su hermano
cuya herencia declara tiene aceptada y siendo necesario de nuevo la
acepta con beneficio, doy inventario otorga que por si y en nombre
de sus herederos y sucesores impone carga y signa sobre su persona
y bienes cincuenta ducados de censo y tributo en cada un año y al
redimir por mil ducados que es a razón de veinte mil el millar
conforme a la pragmática de su Majestad// y especialmente los
carga e impone sobre los bienes siguiente:
Primeramente sobre dos casas principales y fábrica nueva en esta
ciudad que están enfrente de la Puerta de San Buenaventura en la
esquina donde está el cañuelo del agua el cual hace frente a la boca
de calle Beatas y lindan unas con otras y por la parte que va a las
mancebías donde se está fabricando el dicho Hospital de señor San
Julián lindan con casas de Diego Muñoz de Tordecillas torcedor y
por la parte de la calle de San Buenaventura con casas de los
herederos de Juan Beltrán sobre las cuales se paga un censo de mil
ducados de principal a don Antonio Colmenares y otro de
ochocientos ducados a la Capellanía y hermanos de Alonso García
Gaitán y están libres de otro censo y afectas e hipotecadas al débito
que quedo debiendo el dicho don Alonso García Garcés al
Ilustrísimo señor Obispo de esta ciudad y por razón de la tesorería
que obtuvo.
Sobre una heredad de viñas de doscientas obradas con las tierras
que le pertenece casas, lagar, vasijas que posee y tiene y fueron del
dicho don Alonso García Garcés en el término de esta ciudad (...)
pago del Arroyo de Totalán que el dicho don Alonso hubo y
compró de don Luis García de Ese Montañés y lindan con viñas de
Lucas Ruiz de Montie(...) y con el Camino Real que del lugar de
Totalán (...) // al de Moclinejo y con viñas de Antonio (...) Guerrero
que a la dicha heredad vale de presente diez mil ducados con poca
diferencia sobre la cual declara pago censo de ochocientos ducados
de principal a doña Damiana de Valdés, viuda de Pedro
Domínguez, el cual procede de la cuenta que de dichas viñas se
hizo al dicho su hermano.
1446

Y así impuestos y cargados sobre los dichos cincuenta ducados de
censo y tributo en cada un año los da en venta real a la dicha
Capellanía y a su capellán que es o fuere por los dichos en mil
ducados en que la dotó el dicho su hermano y por el dicho su
testamento impuso sobre sus bienes de los cuales en caso necesario
se da por entregado y recibido de ellos de la dicha Capellanía con
renunciación de la excepción de la non numerata pecunia leyes de
la entrega prueba del recibo y las demás de este caso. Los cuales
dichos cincuenta ducados de atributo se obliga a pagar a la dicha
Capellanía y al dicho capellán en cada un año en dos pagas cada
una de la mitad por los días de señor San Juan Bautista y Pascua de
Navidad y porque ha de correr y corre contra el otorgante desde el
día en que falleció el dicho don Alonso García Garcés que fue el de
diez y siete de abril de dicho año de seiscientos y ochenta y cuatro
hará la primera paga de lo que se estuviere debiendo // hasta el día
de Navidad fin del dicho año de ochenta y cuatro y la segunda de
veinte y cinco ducados el día del señor San Juan de este presente
año y otra de otros veinte y cinco ducados el día de Navidad fin de
él y así a dichos plazos las demás pagas sucesivamente hasta que se
haya redimido y que (...) y en el interin que no se redime y quita se
obligue y obliga a sus herederos y sucesores a guardar y a cumplir
las condiciones siguientes:
La primera que el otorgante y quien le sucediere han de tener y
tendrán bien labradas y reparadas las dichas casas y viñas
haciéndoles los reparos y labores de que necesitaren de forma que
vayan en aumento y no en disminución y de ellas y de sus frutos y
rentas se puedan haber y cobrar el principal y réditos del dicho
censo y en su defecto el capellán de dicha Capellanía ha de poder
mandar hacer los reparos y labores de que necesitaren todas las
veces que sean necesario y por lo que costaren o para (...)
necesarios ejecutar y apremiar al otorgante y al que le sucediere
contestación para y su juramento en que de la diferida decisoria la
primera de ello sin que sea necesario otro auto (...) ni de (...) alguna
aunque de derecho ser de quiera de (...) // lo rellena.
Que las dichas casas y heredad de viñas y lo que en ellas se
fabricare, plantare y aumentare y sus frutos y rentas han de quedar y
quedan obligadas e hipotecadas a la paga del principal y réditos de
este censo y no se han de poder partir, dividir, vender, donar, trocar,
cambiar ni en manera alguna enajenar hasta que este censo se haya
1447

edimido y quitado la que en otra forma se hiciere ha de ser en
ningún valor y efecto como hecho contra expresa y absoluta
prohibición de enajenación y cada y cuando que el otorgante y
quien le sucediere quieran redimir el dicho censo lo han de poder
hacer dando y pagando a la dicha Capellanía el principal del dicho
censo en una o en dos pagas y no en más cada una de la mitad
juntamente con los réditos que se estuvieren debiendo haciendo
consignación y depósito de ello ante el señor Provisor y Vicario
General de este obispado y antes que la haga ha de hacer saber al
dicho capellán y al Hermano Mayor que fuere de la dicha
Hermandad de la Santa Caridad de nuestro Señor Jesucristo y
Hospital de señor San Julián para que tengan dos meses determinen
para que busquen personas y bienes abonados a su satisfacción
sobre que se haya de imponer el dicho censo y pasado el dicho
término ha de poder hacer la dicha consigna- // ción y deposite y la
redención que en otra forma se hiciere ha de ser de ningún valor y
efecto y con testimonio de lo sobre dicho ha de conseguir hueración
[sic] y redención del dicho censo.
Y reseñando como persona en sí la posesión útil y aprovechamiento
de los dichos bienes se den y partan en cuanto al principal de este
censo de la propiedad y es dominio que tiene a dichos bienes y lo
cede, renuncia y transfiere en la dicha Capellanía y sus capellanes y
le da poder para que judicial o extrajudicialmente tome y aprehenda
a la posesión del dicho censo en los bienes sobre que queda
impuesta y en el interin que la toma se constituye su inquilino
tenedor y poseedor para dar y la nada que la quiera tomar y en la
forma que más haya lugar de dicho se obliga al saneamiento y
unión de dicho censo en tal manera que a la dicha Capellanía y sus
capellanes le será cierto y seguro y no quitado por ninguna persona
pretendiendo pertenecer los dichos bienes ni tener derecho en que ni
pareciera estar obligados, hipotecados, sucesores ni grabados a más
censos de los que iban referidos una deuda memoria Capellanía
Patronato (...) ni Mayorazgo ni tener otro gravamen y enajenación y
sobre ello no les era puesto ni movido ninguna demanda, embargo
ni contradicción que le perturbe, inquiete la posesión del dicho
censo ni la cobranza de sus réditos y si tal sucediere saldrá a la (...)
// de forma del pleito o pleitos que le salieren y fueren puestos y los
seguirá y acabará a su propia costa está dejarle en quieta y porque
sea posesión del dicho censo y no lo haciendo así le volviera y
1448

pagara lo que del dicho censo saliere y (...) y los réditos que no se
hubieren cobrado y todas las costas danos menoscabo que se le
siguieren y recurren por todo lo cual se va de poder ejecutar y
apremiar con esta escritura y el juramento del dicho capellán o del
hermano mayor de dicha Hermandad o Hospital o que quiera de
ellos en que deja diferida deudora la prueba y liquidación de ello sin
que sea necesario otro auto, prueba, citación ni de la licencia al (...)
aunque de derecho se requiera de que les releva. Y para el
cumplimiento de lo contenido en esta escritura en esta ciudad y a su
fuero obligada su persona y bienes habidos y por haber y dio poder
a los jueces y justicias de su (...) de cualquier partes que sean para
ello le apremien como por sentencia pasado en cosa juzgada
renuncio las leyes de su favor y la general de derecho y así lo
otorgo y firmo siendo testigos Andrés de Ameztegui, Diego Ilamen
y Miguel Carnabarro, vecinos de Málaga.
(Rubricado) Don Marcos García Garcés. Antonio Vargas Machuca,
Escribano mayor de cabildo y público.
1449

1450

DOCUMENTO Nº 9:
A.M.M. Lib. 101, aa. cc. de 29 de noviembre de 1688, fols. 257-
258.
-Licencia concedida a los hermanos de San Julián para que
tomaran media paja de agua del arca de la Puerta de
Buenaventura.
En este Cabildo se presentó el memorial del tenor siguiente:
La Hermandad de la Santa Caridad de nuestro Señor Jesucristo dice
que como a V[uestra].S[eñoría]. consta tiene labrada casa y
hospicio para recoger los pobres y va continuando en la fábrica de
la Iglesia dedicada a su patrón San Julián y de la casa principal con
ánimo de que sirva para otros ejercicios de piedad en beneficio de
los pobres y tiene grande necesidad de agua así para su alimento
como para las obras y no lo puede conseguir por los cortos medios
que obtiene sino es habiéndose de la piedad de V[uestra].S[eñoría].
a quien suplica se sirva conceder la licencia y facultad para que de
la arca que está de la parte de adentro enfrente de la Puerta de
Buenaventura se le haga repartimiento de media paja de agua para
que esta Hermandad la lleve a su costa al dicho Hospital // en que
recibirá nuestro de V[uestra].S[eñoría]. en uno beneficio y el de sus
hijos pobres resulta esta limosna y por ella nuestro Dios y Señor
Jesucristo, su padre y hermano mayor en cuyo santísimo nombre
pide esta gracia la premiará a V[uestra].S[eñoría]. dándole la suya
para su feliz conservación y esta Hermandad quedaba am perpetus
reconocimiento suplicándole así a su Divina Majestad. Don José
Tomás de Espeleta y Gariz. Licenciado don Juan del Moral y
Pacheco, don Bernardo de Eslava. Don Pedro Romano Chacón
hermano Secretario y por esta ciudad visto el dicho memorial que
los hermanos de la Santa Caridad de nuestro Señor Jesucristo no
tienen agua en la casa y hospicio donde se recogen sus pobres para
el alimento de ellos y continuar su obra de que tanto necesitan
acordó que haciéndose por la dicha Hermandad y a su costa fuente
con su pilar frente de las casas del Racionero don Alonso Garcés de
la puerta adentro de Buenaventura para que los vecinos de aquel
barrio participen de ella con asistencia de los señores don Luis
Antonio de Mora y don Martín de Heredia y Mújica a quien nombre
1451

por Diputados para que quede hecho con toda perfección concede
esta ciudad y da licencia a la dicha Hermandad de San Julián para
que del arca del agua que tiene y está junto a la dicha Puerta de
Buenaventura tome media paja de agua y la lleve a la dicha casa y
hospicio para el efecto que los dichos hermanos la piden y ranuren
la del remanente de la dicha fuente y pilar que han de hacer en la
parte señalada y que yo // el escribano dé a los dichos hermanos
testimonio con inserción de su memorial y de este acuerdo para los
efectos que hubiere lugar.
1452

DOCUMENTO Nº 10:
A.M.M. Sec. Cementerios, leg. 1.554, nº 81, año 1873.
-Solicitud presentada por Manuel Rubio Velázquez al
Ayuntamiento, para trasladar los restos de Alonso García
Garcés a la iglesia de San Julián.
Señor Alcalde Popular de esta ciudad
La Hermandad de Caridad y en su representación el que suscribe en
el concepto de Hermano Mayor de la misma a vuestra Señoría
atentamente expone: Que en el año de mil seiscientos ochenta y
cuatro fue enterrado en bóveda de su pertenencia e Iglesia del Cister
don Alonso García Garcés, Canónigo de esta Santa Iglesia Catedral
y a la vez Hermano Mayor de esta Confraternidad en la que hizo
grandes beneficios a los pobres y Asilo de San Julián, así como
eminentes servicios en favor de esta población y deseosa la
Hermandad de que continúe la perpetuidad de su memoria
trasladando sus restos a la bóveda de la Iglesia de su mencionado
citado Asilo y suplica rendidamente a vuestra Señoría se digne
conceder la competente licencia en los términos que mejor estime
por cuya dignación le estarán reconocidos la Hermandad con sus
pobres, rogando a Dios guarde su vida muchos años.
Málaga 18 de agosto de 1873
(Rubricado) Manuel Rubio Velázquez
[Agosto 18/[1]873. Pasa a la Comisión de Cementerios. Jaime
Forga. Ciudadano Alcalde: La Comisión de Cementerios teniendo
en cuenta los méritos y relevantes prendas de don Alonso García
Garcés así como la antigüedad de sus restos no encuentra
inconveniente en que se lleve a efecto la traslación que se solicita.
Y sin embargo podrá acordar lo que juzgue más oportuno. Salud y
fraternidad. Málaga 20 agosto 873. El Presidente interino.
(Rubricado) Manuel S. Alcalá. J. Lean] //
Sesión de 22 de agosto 1873
1453

Se acordó que dichos restos sean trasladados al cementerio público.
(Rubricado) José M[aría]ª López.
1454

CAPÍTULO XXX:
CRONOLOGÍA DE LA HERMANDAD

FECHA RELATO HISTÓRICO
1487 Fundación de la Hermandad de la
Caridad, elección de Bartolomé de
Baena como primer hermano mayor
e instalación del primer hospital con
la denominación de Santa Catalina
Mártir
1493 Primeras donaciones efectuadas a la
Hermandad de la Caridad
23 de julio de 1514 León X concedió las primeras
distinciones papales y agregó a la
Hermandad de la Caridad al hospital
del Santo Espíritu de Roma
1514 Establecimiento de la Hermandad de
la Caridad en el hospital Real, erigido
junto a la Catedral
1515 Inicio del primer pleito conocido por
la Hermandad de la Caridad contra
Alonso de Mena, alcalde de
Fuengirola
15 de marzo de 1518 León X otorgó a la Hermandad de la
Caridad el privilegio de nombrar Juez
Conservador
1518 El papa León X aprobó las
Constituciones presentadas por la
Hermandad de la Caridad para su
gobierno
5 de febrero de 1523 El emperador Carlos ratificó las
prerrogativas concedidas por sus
antecesores a la Hermandad de la
Caridad
13 de agosto de 1586 Sixto V confimó la agregación de la
Hermandad de la Caridad al hospital
del Santo Espíritu
3 de septiembre de 1616 Primera inspección al hospital Real,
efectuada por el chantre de la
Catedral Alonso Barba Sotomayor
8 de agosto de 1679 El Cabildo municipal solicitó la
entrega del hospital Real a los
hermanos de San Juan de Dios por la
muerte y disminución de los cofrades
de la Hermandad de la Caridad
31 de diciembre de 1679 Carlos II expidió la Real Cédula por
la que se entregaba el hospital Real a
la Orden de San Juan de Dios
13 de mayo de 1682 Renovación de la Hermandad de la
Santa Caridad
17 de mayo de 1682 Elección de Alonso García Garcés
como hermano mayor
1457

FECHA RELATO HISTÓRICO
29 de mayo de 1682 El obispo Fray Alonso de Santo
Tomás entregó a los hermanos de la
Santa Caridad la ermita de Santa
Lucía hasta que contaran con sede
propia
12 de julio de 1682 Se acordó la impresión de las
Constituciones de la Hermandad
8 de noviembre de 1682 Presentación del Reglamento de
hospicio de la calle Convalecientes
23 de noviembre de 1682 Alonso García Garcés presentó un
memorial al Cabildo municipal
solicitando unos terrenos situados en
las antiguas mancebías públicas
20 de diciembre de 1682 Fray Alonso de Santo Tomás
concedió a la Hermandad de la Santa
Caridad 40 días de indulgencias
22 de diciembre de 1682 Respuesta de la Hermandad de la
Santa Caridad de Sevilla a la carta
enviada por la de Málaga, en la que se
solicitaba un retrato de Miguel
Mañara
12 de febrero de 1683 Lectura en el Cabildo municipal de la
Real Provisión de Carlos II por la que
se servía acordar lo aprobado el 23 de
noviembre de 1682 por dicho
estamento, de entregar los terrenos de
las mancebías
2 de marzo de 1683 La Hermandad de la Santa Caridad
acordó declararse filial de la de
Sevilla
4 de julio de 1683 Los arquitectos iniciaron los
cimientos de la iglesia de San Julián,
obispo de Cuenca
5 de agosto de 1683 Colocación de la primera piedra de la
iglesia y hospital de San Julián
10 de octubre de 1683 Agradecimiento a la Hermandad de la
Santa Caridad de Sevilla por el envío
de la pintura de Miguel Mañara
17 de abril de 1684 Muerte de Alonso García Garcés,
primer hermano mayor de la renovada
Hermandad de la Santa Caridad
11 de junio de 1684 Paralización de las obras de la iglesia
y centralización de todos los
esfuerzos en la erección del hospital
de San Julián por falta de recursos
pecuniarios
19 de abril de 1685 Detención de los trabajos de San
Julián por falta de dinero
1458

FECHA RELATO HISTÓRICO
10 de noviembre de 1686 Petición de fondos a los regidores
para costear los gastos de la
construcción de la iglesia de San
Julián
9 de enero de 1689 La Hermandad aprobó pedir limosnas
por las calles
17 de julio de 1694 El cabildo de hermanos aprobó que
Bernardo de Eslava, obrero mayor,
diese cuenta del avance de la obra
12 de junio de 1695 El arquitecto Luis de Zea Arellano
informó del error cometido por el
maestro Miguel Meléndez
17 de marzo de 1697 Presentación de un proyecto de
bóveda con nichos debajo de la
capilla mayor
27 de mayo de 1697 Estreno de la solería del templo
21 de enero de 1699 Bendición e inauguración de la iglesia
de San Julián
29 de mayo de 1715 Aprobación de una propuesta que
ponía fin al pleito mantenido por la
Hermandad de la Santa Caridad
contra la Congregación de San Juan
Degollado
1721 Entablamiento de una nueva disputa
entre las citadas Corporaciones
1729 Inicio de un pleito de los beneficiados
de la parroquia de los Santos Mártires
contra la Hermandad de la Santa
Caridad
1733 Primera renovación de las
Constituciones
25 de septiembre de 1753 Benedicto XIV concedió indulgencias
a la Hermandad de la Santa Caridad
21 de enero de 1757 El cardenal arzobispo de Sevilla,
Francisco de Solís y Folch de
Cardona, también otorgó indulgencias
a la Hermandad
1781 Nuevo pleito contra la Congregación
de San Juan Degollado
Enero de 1788 Primera noticia de la celebración del
Jubileo de las XL Horas en la iglesia
de San Julián
15 de febrero de 1789 El obispo Manuel Ferrer y Figueredo
visitó la iglesia y hospital de San
Julián
17 de junio de 1789 En cabildo se comunicó la obligación
de presentar a la Real Chancillería las
Constituciones
1459

FECHA RELATO HISTÓRICO
22 de noviembre de 1792 El Cabildo de hermanos decidió por
unanimidad clausurar la puerta
situada a los pies del templo por los
abusos y obscenidades que se
cometían
26 de enero de 1795 Aprobación de las Constituciones
15 de enero de 1804 La Hermandad recibió una solicitud
del vecindario, pidiendo la
celebración de una misa de acción de
gracias por haberlos librado de la
epidemia de fiebre amarilla
9 de febrero de 1810 Los franceses mataron al presbítero
Andrés de Ortega, administrador del
hospital de San Julián, en el puente de
Santo Domingo
12 de marzo de 1812 La Hermandad recibió el encargo del
duque de Dalmacia, Nicolás Soult,
para administrar el suministro de
sopas a los hambrientos y atención a
los enfermos
1813 Renovación de las Constituciones
27 de septiembre de 1831 Fernando VII tomó bajo su protección
al hospital de San Julián
17 de mayo de 1853 Se recibió escrito de la Junta
municipal de Beneficencia declarando
“particular” al hospital de San Julián
19 de octubre de 1862 Visita de Isabel II a la iglesia y
hospital de San Julián
14 de junio de 1877 La Hermandad acordó exigir a
Manuel Rubio Velázquez la
devolución de los caudales y la
presentación de la documentación
1879 Renovación de los Estatutos que no
contaron, finalmente, con la
aprobación eclesiástica
11 y 12 de mayo de 1931 La iglesia de San Julián resultó
indemne de los ataques perpetrados a
templos y conventos
12 de mayo de 1932 Explosión de un artefacto en la puerta
de la iglesia de San Julián
30 de julio de 1937 La Junta de Gobierno acordó la
rehabilitación del edificio
8 de agosto de 1938 La Hermandad de la Santa Caridad
asistió a las últimas ejecuciones
23 de febrero de 1946 Intervención de la Junta de Gobierno
de la Hermandad por el obispo
Balbino Santos Olivera
1965 Desaparición de la Hermandad
1460

CAPÍTULO XXXI:
RECUENTO DE POBRES
ASILADOS EN EL HOSPITAL DE SAN JULIÁN
1461

AÑO NÚMEROS
1700 12
Anteriores a 1779 24
1779 15
1803 15
1857 12
1860 12
1876 29
1877 12
1879 15/17 1
1888 24
1890 Por lo menos existían 12
1913 Se admitieron 2 más
1933 12
1936 Desalojo
1 En este año el número fue oscilando entre 15 y 17 asilados.
1463

CAPÍTULO XXXII:
GRÁFICOS DE HERMANOS Y AJUSTICIADOS

GRÁFICOS Nº 1:
300
250
200
150
100
50
ALTAS DE HERMANOS S.XVII
0
1682 1683 1684 1685 1686 1687 1688 1689 1690 1691 1692 1693 1694 1695 1696 1697 1698 1699
70
60
50
40
30
20
10
ALTAS DE HERMANOS S.XVII
0
1682 1684 1686 1688 1690 1692 1694 1696 1698
ALTAS DE HERMANOS S.XVII 1682 1683
1684 1685
1686 1687
1688 1689
1690 1691
1692 1693
1694 1695
1696 1697
1698 1699
1467

GRÁFICOS Nº 2:
500
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
1700
1704
80
70
60
50
40
30
20
10
1708
1712
1716
1720
1724
1728
ALTAS DE HERMANOS S.XVIII
1732
1736
1740
1744
1748
0
1700 1708 1716 1724 1732 1740 1748 1756 1764 1772 1780 1788 1796
ALTAS DE HERMANOS S.XVIII
1752
1756
1760
1764
ALTAS HERMANOS S.XVIII
1768
1772
1776
1780
1784
1788
1792
1796
1700 1701 1702 1703 1704
1705 1706 1707 1708 1709
1710 1711 1712 1713 1714
1715 1716 1717 1718 1719
1720 1721 1722 1723 1724
1725 1726 1727 1728 1729
1730 1731 1732 1733 1734
1735 1736 1737 1738 1739
1740 1741 1742 1743 1744
1745 1746 1747 1748 1749
1750 1751 1752 1753 1754
1755 1756 1757 1758 1759
1760 1761 1762 1763 1764
1765 1766 1767 1768 1769
1770 1771 1772 1773 1774
1775 1776 1777 1778 1779
1780 1781 1782 1783 1784
1785 1786 1787 1788 1789
1790 1791 1792 1793 1794
1795 1796 1797 1798 1799
1468

GRÁFICOS Nº 3:
500
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
1800
1804
60
50
40
30
20
10
1808
1812
1816
1820
1824
1828
1832
1836
1840
ALTAS DE HERMANOS S.XIX
ALTAS DE HERMANOS S.XIX
1844
1848
1852
1856
1860
1864
1868
1872
1876
1880
1884
1888
1892
1896
0
1800 1806 1812 1818 1824 1830 1836 1842 1848 1854 1860 1866 1872 1878 1884 1890 1896
ALTAS DE HERMANOS S.XIX
1800 1801 1802 1803
1804 1805 1806 1807
1808 1809 1810 1811
1812 1813 1814 1815
1816 1817 1818 1819
1820 1821 1822 1823
1824 1825 1826 1827
1828 1829 1830 1831
1832 1833 1834 1835
1836 1837 1838 1839
1840 1841 1842 1843
1844 1845 1846 1847
1848 1849 1850 1851
1852 1853 1854 1855
1856 1857 1858 1859
1860 1861 1862 1863
1864 1865 1866 1867
1868 1869 1870 1871
1872 1873 1874 1875
1876 1877 1878 1879
1880 1881 1882 1883
1884 1885 1886 1887
1888 1889 1890 1891
1892 1893 1894 1895
1896 1897 1898 1899
1469

GRÁFICOS Nº 4:
350
300
250
200
150
100
50
0
1900
1903
70
60
50
40
30
20
10
ALTAS DE HERMANOS S.XX
1906
1909
1912
1915
1918
1921
1924
1927
1930
1933
1936
1939
0
1900 1905 1910 1915 1920 1925 1930 1935 1940 1945 1950 1955 1960 1965
ALTAS DE HERMANOS S.XX
ALTAS DE HERMANOS S.XX
1942
1945
1948
1951
1954
1957
1960
1963
1900 1901 1902 1903
1904 1905 1906 1907
1908 1909 1910 1911
1912 1913 1914 1915
1916 1917 1918 1919
1920 1921 1922 1923
1924 1925 1926 1927
1928 1929 1930 1931
1932 1933 1934 1935
1936 1937 1938 1939
1940 1941 1942 1943
1944 1945 1946 1947
1948 1949 1950 1951
1952 1953 1954 1955
1956 1957 1958 1959
1960 1961 1962 1963
1964 1965
1470

GRÁFICOS Nº 1:
1,2
1
0,8
0,6
0,4
0,2
AJUSTICIADOS S.XVII
0
1699 TOTAL
1
0,5
0
AJUSTICIADOS S.XVII
1699
AJUSTICIADOS S.XVII
1699
1471

GRÁFICOS Nº 2:
60
50
40
30
20
10
0
1700
1705
4
3,5
3
2,5
2
1,5
1
0,5
AJUSTICIADOS S.XVIII
1710
1715
1720
1725
1730
1735
1740
1745
1750
1755
AJUSTICIADOS S.XVIII
1760
1765
1770
1775
1780
1785
1790
1795
0
1706 1711 1717 1722 1740 1751 1765 1772 1779 1787 1791 1797
AJUSTICIADOS S.XVIII 1706 1708 1709
1711 1712 1716
1717 1720 1721
1722 1724 1738
1740 1749 1750
1751 1756 1758
1765 1766 1768
1772 1775 1778
1779 1782 1784
1787 1788 1790
1791 1792 1793
1797
1472

GRÁFICOS Nº 3:
250
200
150
100
50
0
1800
1805
50
40
30
20
10
AJUSTICIADOS S.XIX
1810
1815
1820
1825
1830
1835
1840
1845
1850
1855
AJUSTICIADOS S.XIX
1860
1865
1870
1875
1880
1885
1890
1895
0
1802 1807 1811 1833 1838 1841 1845 1852 1862 1886
AJUSTICIADOS S.XIX 1802 1804 1806
1807 1808 1810
1811 1812 1813
1833 1835 1836
1838 1839 1840
1841 1843 1844
1845 1846 1849
1852 1857 1858
1862 1876 1881
1886
1473

GRÁFICOS Nº 4:
70
60
50
40
30
20
10
0
1900
1902
1904
30
20
10
0
1906
1908
1910
AJUSTICIADOS S.XX (hasta 1938)
1912
1914
1916
1918
1920
1922
AJUSTICIADOS S.XX
1924
1923 1935 1937 1938
AJUSTICIADOS S.XX
1926
1928
1930
1932
1934
1936
1938
1923
1935
1937
1938
1474