El Mariachi - Taurus
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CAPÍTULO I<br />
ENTRE LA INDEPENDENCIA<br />
YLAREVOLUCIÓN<br />
DE LO POPULAR A LO PINTORESCO<br />
La rebelión que condujo a la independencia de México se prolongó<br />
durante más de una década. Los frecuentes combates entre insurgentes<br />
y realistas determinaron la desaparición de muchos pueblos, villas<br />
y rancherías y la formación de otros nuevos. Para la historia del mariachi resulta<br />
de especial interés el caso de los habitantes de Cuyutlán y otras localidades<br />
de la bocasierra de Nayarit.<br />
Temerosos, se habían dispersado por las llanuras costeras y solicitaron,<br />
a la Intendencia de Guadalajara, autorización para fundar un pueblo en<br />
el paraje de Rosamorada,que quedaría en la jurisdicción de Santiago Ixcuintla.<br />
Considerando las circunstancias del momento, se les eximió, en febrero<br />
de 1813,de las diversas diligencias acostumbradas, “sin perjuicio de proporcionarse<br />
de contado á aquellas gentes capilla ó pieza en que se les diga misa<br />
y sobre que se ocurrirá por el cura territorial al Illmo.Sr.Obispo para la providencia<br />
correspondiente” (Velazco, ápud Meyer, 1989: 43).<br />
Se trata, pues, de un pueblo conformado, desde su inicio, por emigrantes<br />
de diferentes localidades de una comarca, en la que el componente<br />
demográfico de indígenas coras y tecualmes (hablantes del náhuatl) era importante.<br />
<strong>El</strong> 27 de marzo de 1852 se hizo cargo de la parroquia de Rosamorada<br />
el presbítero Cosme Santa Anna,quien había nacido el 28 de septiembre de<br />
1825 y recibió la unción sacerdotal el 22 de julio de 1848 (de León Arteaga,<br />
1990:1). En aquel entonces esta población estaba bajo el gobierno eclesiástico<br />
de Guadalajara y formaba parte del Séptimo Cantón del estado de<br />
Jalisco. <strong>El</strong> 7 de mayo el padre Santa Anna dirigió una carta al obispo Diego<br />
Aranda y Carpinteiro (1776-1853) en la que presentaba detalladamente su<br />
versión sobre: “los hechos que han ocurrido en este lugar y que han ocasionado<br />
diferencias mías para con las autoridades de esta mi feligresía y que han<br />
instruido queja al Supremo Gobierno del Estado” (ápud Meyer, 1981: 41).<br />
PÁGINA ANTERIOR:<br />
A finales del siglo XIX<br />
las escenas y los tipos<br />
costumbristas, en el<br />
occidente de México,<br />
fueron destacados por<br />
los viajeros extranjeros<br />
como representativos de<br />
lo regional. Las peleas de<br />
gallos, los juegos de baraja<br />
y el jarabe —con los<br />
músicos mariacheros<br />
de trasfondo— eran de<br />
los motivos recurrentes.
36 CAPÍTULO I<br />
En este sentido le informaba que:<br />
Al acabarse los divinos oficios en mi Parroquia en el sábado de gloria<br />
encuentro que en la plaza y frente de la misma iglesia se hallan<br />
dos fandangos, una mesa de juego y hombres que a pie y a caballo<br />
andan gritando como furiosos en consecuencia del vino que beben<br />
y que aquello es ya un desorden muy lamentable: sé que esto es en<br />
todos los años en los días solemnísimos de la resurrección del Señor<br />
y solo que ya sabemos cuantos crímenes y ecsesos se cometen<br />
en estas diversiones, que generalmente se llaman por estos puntos<br />
mariachis.<br />
Yo fui luego a la Autoridad local y le supliqué se sirviera impedir<br />
estos males, principios de otros muchos mayores y no logré mi<br />
deseo pues se me alegó la costumbre y perjuicios que seguirían a<br />
los comerciantes interesados en la venta de licores.<br />
<strong>El</strong> desorden crecía por momentos yo deseaba en cada instante<br />
evitarlo. No accedía la Autoridad y entonces me dirigí al lugar en<br />
donde se hallaban los fandangos, pedí los instrumentos y me los<br />
dieron, supliqué a los que jugaban naipes que dejaran de hacerlo y<br />
se abstubieron y luego también rogué que se levantara del suelo a<br />
un infeliz que se hallaba tirado ahogado en vino, y lo levantaron.<br />
Después de esto el Alcalde me puso el oficio que original acompaño<br />
a V.S.I. el cual me pareció prudente no contestar. Luego el mismo<br />
Sôr reunió una contribución pecuniaria para traer nuevos músicos<br />
que vinieron y formaron un fandango que duró desde el sábado<br />
hasta el lunes.<br />
Cuando me ví así burlado por la Autoridad que debía sostenerme<br />
en un caso en que solo se trataba de evitar desórdenes y escándalos<br />
públicos, toqué las campanas y reunidos que fueron mis feligreses<br />
les anuncié que me retiraba al Pueblo de San Juan Bautista<br />
que dista de la cabecera de cuatro a cinco leguas, y que ahí auxiliaría<br />
a los que lo necesitaran, y así lo verifiqué (ápud Meyer, 1981:<br />
41-42).<br />
En su respuesta, fechada en Guadalajara el 18 de junio de 1852, el prelado<br />
le reprocha su conducta al cura Santa Anna y se solidariza con la posición<br />
del alcalde:
ENTRE LA INDEPENDENCIA Y LA REVOLUCIÓN 37<br />
A U[sted] no correspondía suspender con autoridad propia las diversiones<br />
que fueron ocasión del escándalo que dió al pueblo; sino<br />
representar a la autoridad civil la inmoralidad e inconvenientes de<br />
ellas, y en caso de no ser oído elevar su queja al S. Gbño para que el<br />
desorden se corrigiera por las vías legítimas y ordinarias: orando<br />
entre tanto como Pastor para que Dios remediara los males que no estaba<br />
en su órbita quitar, pues […] la experiencia ha probado que<br />
exceder estos límites que señala la misma naturaleza del ministerio<br />
parroquial acarrea funestas consecuencias dividiendo las autoridades<br />
e inquietando al pueblo (ápud Meyer, 1981: 42).<br />
<strong>El</strong> padre Santa Anna continuó al frente de su parroquia. Años después, enfermo,<br />
dejó el curato a cargo de un vicario y marchó a residir a Guadalajara,<br />
donde murió el 23 de marzo de 1892 (de León Arteaga, 1990: 1).<br />
”También se llama mariachi<br />
amanecerse en una<br />
parranda, en un baile. Se<br />
decía: ‘amanecí en un<br />
mariachi’, ‘vengo de un<br />
mariachi’” (Graciano<br />
Amparo Díaz, 1989).
38 CAPÍTULO I<br />
De acuerdo con el estado actual de la investigación historiográfica,<br />
ésta es la primera fuente escrita —absolutamente segura— en la que se<br />
menciona la palabra mariachis en un contexto festivo. <strong>El</strong> hallazgo de este<br />
documento se debe al historiador Jean Meyer y el original se encuentra en<br />
el Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Guadalajara.<br />
Con este testimonio queda claro que el grupo de músicos era “el alma<br />
del mariachi”, pues se dice que los “músicos […] formaron un fandango”;<br />
se deduce, asimismo, que en Rosamorada, durante dicha festividad, había<br />
por lo menos dos grupos musicales, en la medida en que se precisa que<br />
había dos fandangos; se infiere que los fandangos-mariachis ya eran una tradición<br />
en aquel entonces, pues el sacerdote menciona que se verificaban<br />
“todos los años” y aclara que en su contra “se le alegó la costumbre”; y esta<br />
tradición no era exclusiva de Rosamorada, sino que se extendía por la región,<br />
pues el padre dice de manera rotunda que “estas diversiones […] generalmente<br />
se llamaban por estos puntos mariachis”.<br />
La segunda fuente escrita acerca del mariachi corresponde a un episodio<br />
acontecido en la Tierra Caliente del estado de Guerrero, durante uno<br />
de los recrudecimientos de las luchas entre liberales y conservadores. <strong>El</strong><br />
padre Ignacio Aguilar —quien nació el 16 de febrero de 1831 y se ordenó<br />
sacerdote el 30 de julio de 1854— fue hecho prisionero en Zitácuaro,ante su<br />
negativa a entregar el curato al sacerdote protestante Manuel Gómez. <strong>El</strong> prefecto<br />
local lo desterró a la Isla de los Caballos, cerca de Acapulco.<br />
Durante el trayecto, el prefecto del Distrito de Minas le ordenó permanecer<br />
en Tlalchapa (Guerrero), su cabecera, desempeñando el ministerio<br />
sacerdotal.<br />
En su diario el padre Aguilar narra que, durante su estancia en dicho<br />
poblado, el 3 de mayo de 1859, día de la Santa Cruz:<br />
Como á las 4 h. y media de la […] tarde fue el Prefecto á caballo y<br />
convidó al P. Aguilar, para ir al paseo y berbena á un bosque de árboles<br />
seculares.<br />
En aquel ameno lugar se levantaba, en un pedestal de canteras<br />
con dos gradas, la hermosa cruz hecha de la misma piedra […]<br />
Las músicas,ó como allá se dice el Mariache,compuesta ne [sic]<br />
arpas grandes, biolines y tambora tocaban sin descansar. Para llegar<br />
á la Santa Cruz había dos hileras paralelas de puestos de Aguas frescas<br />
en vasos de colores,otros con frutas de tierracaliente y otros con<br />
pasteles y empanadas y dulces (Aguilar, s. f. [circa 1909]: 125-126).
ENTRE LA INDEPENDENCIA Y LA REVOLUCIÓN 39<br />
<strong>El</strong> autor no precisa el tipo de música que se tocaba ese día de la<br />
Santa Cruz. Es posible que no se tratara de sones o jarabes (no menciona<br />
que se cantara o bailara en dicha ocasión), sino de minuetes: la plegaria musical<br />
típica del mariachi.<br />
<strong>El</strong> mismo padre Aguilar cuenta que después se fugó de Tlalchapa<br />
hacia la capital de la república, donde sirvió en la Villa de Guadalupe. Regresó<br />
a Michoacán en 1861 y, en 1866, con la creación de la nueva diócesis de<br />
Zamora, fue nombrado canónigo el 26 de diciembre de dicho año. Falleció<br />
en su pueblo natal, Zináparo, el 24 de mayo de 1909.<br />
La vigencia de los mariachis en el territorio de Tepic durante el “reino<br />
de Lozada” (1856-1873) fue atestiguada en forma conmovedora por una<br />
hija del general, Catalina Lozada:<br />
En aquel tiempo de la revolución lozadeña,<br />
mi padre el Sr. Don Manuel Lozada, al<br />
llegar a Tepic con su artillería,repartía dinero<br />
a los pobres, regalaba ropa, comida<br />
y tequila a todo mundo; gozaba de fama<br />
de enamorado. Por eso las muchachas<br />
cuando arribaba mi padre, se arreglaban<br />
con sus mejores ropas y se echaban a pasear<br />
al cuadro para verlo. Mi madre que<br />
tenía 12 años, vivía al lado de sus padres<br />
que eran pobres, pero honrados. Como<br />
mis tíos, hermanos de mi madre, eran<br />
músicos y formaban un buen mariachi,<br />
los servicios de ellos eran muy solicitados<br />
por el que después habría de ser mi<br />
padre: en esta forma conoció a mi madre<br />
y en una de sus visitas ocasionales se la<br />
llevó hacia rumbo que no puedo precisar.<br />
<strong>El</strong>la lo acompañó en sus correrías por<br />
Guaristemba, Santiago y diversas partes<br />
de la Sierra, tocándole presenciar y actuar en algunos de sus combates.<br />
Al año de vida marital vine yo al mundo;nací en el monte al abrigo<br />
de una simple cueva; mi madre nunca me pudo explicar con seguridad<br />
el lugar de mi nacimiento. Cuando fusilaron a mi padre yo<br />
tenía un año de edad (ápud Rosas, 1949; ápud Meyer, 1989: 380-381).<br />
<strong>El</strong> general Manuel Lozada<br />
(1828-1873) fue un líder<br />
agrarista que encabezó un<br />
movimiento autonomista<br />
en Jalisco, entre 1856 y<br />
1873, en el territorio que<br />
a la postre, en 1917,<br />
se constituiría en el estado<br />
de Nayarit. Conjuntó en sus<br />
ideales y en sus tropas a los<br />
indígenas y a los mestizos.<br />
Era aficionado a los<br />
mariachis.
40 CAPÍTULO I<br />
<strong>El</strong> general Ignacio Martínez<br />
proporcionó en 1875 el<br />
testimonio más antiguo<br />
sobre el pretendido bautizo<br />
francés del mariachi.<br />
Si doña Catalina Lozada afirma que “cuando fusilaron a mi padre [1873] yo<br />
tenía un año de edad…” y que “al año de vida marital [entre Manuel Lozada<br />
y Valentina Madrigal] vine yo al mundo”, el episodio sobre los servicios del<br />
mariachi de sus tíos al general Lozada debe situarse alrededor de 1870.<br />
Poco después, el periódico <strong>El</strong> Progresista de Morelia publicó una<br />
nota referente a la Tierra Caliente michoacana, en la que “los más respetables<br />
vecinos” de Coalcomán agradecen al gobierno el nombramiento de<br />
Narciso Garcilazo como prefecto del distrito.Por el respeto y la simpatía para<br />
con el funcionario “en tan apartadas regiones”:<br />
<strong>El</strong> 29 de Noviembre, día del nombre del C. Garcilazo, se le obsequió<br />
con una comida de cincuenta cubiertos y con un baile por la noche.<br />
Aparte de esto,el pueblo se le presentó con su <strong>Mariachi</strong>,música sencilla<br />
y encantadora, propia de nuestra costa, que siempre que la oimos<br />
nos trae dulcísimos recuerdos (23 de noviembre de 1874: 4).<br />
La fecha del 29 de noviembre constituye una errata obvia.La comida a que se<br />
hace referencia debió realizarse el 29 de octubre: ese día se celebra, según la<br />
liturgia católica, la fiesta de San Narciso.<br />
Durante un viaje alrededor del mundo, el<br />
general Ignacio Martínez (nacido en 1844 y asesinado<br />
por motivos políticos en Laredo, Texas, en 1891)<br />
visitó Guadalajara en 1875.En su libro Recuerdos de<br />
un viaje en América, Europa y Africa cuenta que<br />
el día que yo llegué [a Guadalajara], varios jóvenes<br />
habían circulado, entre las familias, tarjetas<br />
de invitación para una magnífica serenata<br />
que se daría en la noche en la plaza principal,<br />
acompañando el programa de las piezas que se<br />
debían ejecutar.<br />
La concurrencia fue numerosa,y llegada<br />
la hora, resultó en vez de orquesta lo que ellos<br />
llaman un mariage, una especie de murga, compuesta<br />
de tres o cuatro músicos de la legua con instrumentos<br />
desafinados.<br />
Las familias desde luego comprendieron<br />
el chasco y rieron de buena gana.
ENTRE LA INDEPENDENCIA Y LA REVOLUCIÓN 41<br />
Un jefe militar que con mando de fuerzas llegó accidentalmente<br />
ese día, y concurrió a la serenata, lo tomó como insulto a su<br />
persona.Los tapatíos (llaman en México tapatíos a los hijos de Guadalajara)<br />
rieron también de esto (1884: 16).<br />
Su reseña es, quizá, la referencia indirecta más antigua sobre el carácter<br />
francés del término mariachi. Es necesario subrayar que este incidente<br />
aconteció en la urbe más importante del occidente de México, no en las<br />
zonas rurales; que la designación corresponde a la elite —“las familias”—,<br />
la cual, por supuesto, no participaba de la tradición del mariachi y la veía<br />
con desprecio; que el autor del relato (oriundo de Tamaulipas y avecindado<br />
en Texas) era ajeno a la denominación de “mariachis” para esos grupos<br />
musicales y, sobre todo, que el suceso referido es posterior a la Intervención<br />
Francesa.<br />
La intelligentsia tapatía no ocultaba su aversión por el mariachi. <strong>El</strong><br />
Litigante —semanario editado por el notario Cenobio I. Enciso (1849-1903),<br />
portavoz de los abogados de la región, entre cuyos colaboradores estaban<br />
José López Portillo y Rojas (1850-1923) y Luis Pérez Verdía (1857-1914)—<br />
incluyó la siguiente queja a principios de 1888:<br />
Los días de función en Apolo,molesta la empresa de ese teatro á los<br />
vecinos con hacer que todo el día toque en la calle un miserable y<br />
ridículo MARIACHI,y la tambora se oye á 400 varas á la redonda […]<br />
¿Tiene la bondad el Señor Jefe político de impedir ese abuso? (<strong>El</strong><br />
Litigante,V, 1, 10 de enero de 1888: 8).<br />
Después de la derrota del movimiento agrarista encabezado por Manuel Lozada,<br />
el ex cantón de Tepic se convirtió durante once años en distrito militar<br />
y,en diciembre de 1884,fue declarado territorio de la federación.Ya en plena<br />
época del porfiriato,el general Leopoldo Romano (1844-1907) —jefe político<br />
del territorio— encargó a Julio Pérez González (1830-1908) que coordinara<br />
la información que los ayuntamientos y las autoridades políticas proporcionarían<br />
para formar un ensayo estadístico. <strong>El</strong> resultado fue una excelente<br />
obra informativa, aun cuando manifiesta un permanente tono antilozadista<br />
y un etnocentrismo europeizante con afanes “civilizatorios”.<br />
En el inciso correspondiente a la “Salud pública […]”del pueblo de<br />
Rosamorada, en los Datos geográficos y estadísticos del Territorio de Tepic<br />
se asienta que:
42 CAPÍTULO I
ENTRE LA INDEPENDENCIA Y LA REVOLUCIÓN 43<br />
Las enfermedades endémicas son<br />
las mismas de toda aquella costa,<br />
de las que se ha hecho especial<br />
mención al tratar de las villas de<br />
San Blas, Santiago Ixcuintla y Acaponeta;<br />
y aquellas enfermedades<br />
causarían muchos menos estragos<br />
de los que producen,si no tuvieran<br />
por colaboradoras á ciertas costumbres<br />
perniciosas que contrarían la<br />
higiene pública: alejada dicha localidad<br />
de las poblaciones de más<br />
consideración del territorio, aquellos<br />
campesinos habitantes están<br />
ávidos de diversiones, y con el fin<br />
de procurarse alguna distracción<br />
forman bailes públicos,que llaman<br />
“Mariaches”,con una música rústica,<br />
al aire libre; y se entregan con<br />
frenético entusiasmo á ese género<br />
de entretenimiento, en el que se<br />
abusa de las bebidas alcohólicas, y<br />
regularmente, el baile se prolonga<br />
por dos ó tres días consecutivos; y<br />
de allí, además de los que quedan<br />
heridos o maltratados por las riñas<br />
que siempre se suscitan en<br />
aquellas reuniones,resultan muchos<br />
enfermos de fiebre, neumanía [sic]<br />
ó disentería, que son allí las enfermedades<br />
reinantes. Por desgracia<br />
esas costumbres son generales en<br />
todas las poblaciones pequeñas y<br />
rancherías de la costa relacionada<br />
(Pérez González, 1893: 3-4).<br />
<strong>El</strong> Puerto de San Blas fue<br />
fundado por la Corona<br />
española en 1768, con el<br />
objetivo de colonizar la<br />
costa del Pacífico norte y<br />
frenar las incursiones de<br />
rusos, ingleses y franceses.<br />
Durante la segunda mitad<br />
del siglo XVIII y todo el siglo<br />
XIX fue un punto clave en la<br />
ruta marítima del occidente<br />
novohispano-mexicano; de<br />
hecho, era el embarcadero<br />
para las Californias y, por<br />
temporadas, el punto de<br />
llegada de la nao de China.