GIMBERNAT 46.p65 - Acadèmia de Medicina de Catalunya

muy fuertes con los consellers, ya el 6 de octubre de 1401, Antoni Ricard y
Pere dez Coll (4), dos médicos célebres en la ciudad, se comprometen por
juramento, delante de consejo municipal, a enseñar medicina, filosofía y astrología,
sólo con autorización de la ciudad, por el tiempo que los consellers quieran y
no más. Además, juran también no invocarán ningún privilegio del Rey o del
Papa (5). Unos días después, el 31 de octubre, el Rey se dirige a los maestros
del Estudio porque algunos de los nombrados como profesores pensaban dejar
las enseñanzas por oposición de ciertos médicos y cirujanos de la ciudad, no
graduados según se cree, y les conmina a que no lo hagan hasta que tengan
substitutos para que puedan mantener los cursos del Estudio (6).
Martín I al final del privilegio, comunicaba a todas las autoridades que
conservaran y guardaran todas y cada una de las cosas contenidas en él,
incluyendo entre los obligados a los consellers de Barcelona. A pesar de ello el
9 de abril de 1402, desde Valencia, escribe dos cartas: una para el Consejo
Municipal de Barcelona; otra para el regente de la Veguería y su lugarteniente,
notificándoles la fundación del Estudio y reiterándoles sus obligaciones. A los
consellers del consejo municipal de Barcelona les recomienda que reciban
favorablemente el Estudio de Medicina, tanto para utilidad de la persona del
rey, como para conservar la salud de los habitantes de la ciudad, porque de no
hacerlo se perjudicarán ellos mismos y el bien público de la ciudad, azotada por
la peste: y en esto podemos explicar la ausencia del rey, camino de Valencia. Al
veguer y al subveguer, les mandó que protegieran a los profesores, los
estudiantes, sus familiares y sus bienes . Y para reafirmarlo más, cuatro días
después, el 12 de abril, por una nueva carta, el rey les concede su “protección
especial” , en toda la extensión permitida por las constituciones de Catalunya.
2. Una vez afirmada la real fundación, el 9 de mayo de 1402, Martin I el Humano,
concede un nuevo privilegio a favor del Estudio de Medicina de Barcelona,
complementándolo con una facultad de Artes, de ellas se dice en el nuevo
Privilegio que sin el concurso de algunos maestros de Artes liberales se considera
el Estudio sin fundamento (7), o sea vacío, casi inútil. Este concepto nos confirma
la existencia de una medicina en el país, sin la base de las Artes liberales propias
de los “metges en Art de Phísica y Medicina”, obligados por las Constituciones
de Catalunya a seguir las enseñanzas en un Estudio General.
Con este privilegio Martín I establece el primer núcleo auténticamente universitario
de Barcelona y el propio rey le dará el nombre de “General Studium Artium et
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