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¡Y <strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>oliii</strong>…!<br />
- 1 -<br />
¡Y <strong>el</strong> d<strong>el</strong> Oliii…!<br />
Mª Amparo Garrigós Cerdán<br />
Mª Amparo Garrigós Cerdán
¡Y <strong>el</strong> d<strong>el</strong> Oliii…!<br />
(Al atardecer de un día de agosto, en <strong>el</strong> huerto de una casa enguerina con su higuera, sus<br />
macetas y su gallinero, Antonio, un jubilado más, desgrana espigas de maíz. Las gallinas,<br />
impacientes cloquean esperando su ración…)<br />
ANTONIO. (Hablando a las gallinas) Chiquetas, chiquetas, callarse, que <strong>el</strong><br />
qu’espera, desespera. Una mijica de pacencia qu’esto es adaza contá.<br />
¡Cagüen sos, y quina calor, mantes! A ver si luego les unto <strong>el</strong> culo a<br />
una docena de higas p’arreárm<strong>el</strong>as mañana tempranico. ¡Ahhhhhh…!<br />
(bosteza) ¡quina soñaguera…!<br />
(Dentro)<br />
JULIETA. Antonio, primo, ¿qu’ande t’has metido, bonico?<br />
ANTONIO. ¡Pasa pa’l güerto, qu’estoy aquí, salá!<br />
(Entran Julieta y Juanico)<br />
ANTONIO. Mira, si tamién viene mi primo político, ¿qué se los ha perdido por<br />
aquí?<br />
JUANICO. ¿La cordeta d<strong>el</strong> trampot, te parece bien?<br />
JULIETA (A Antonio) ¡Es que preguntas unas cosas, mante! Pos que en casa<br />
estábamos cansáus, alburridos, acaloráus y desficiosos, asina que l’ha<br />
dicho a éste (señalando a su marido): “Ámonos a ca mi primo a ver si<br />
corre más <strong>el</strong> aire y charramos un ratico con él y con l’Am<strong>el</strong>ia, que me<br />
la juo si no les pasa lo mismo qu’a nosotros…” ¡Ay, y qué jodía es la<br />
v<strong>el</strong>lea!<br />
ANTONIO. Pos a mi mujer no la pilláis, que s’en d’ha ido toa andongá no sé<br />
aonde. Y yo, aquí estoy esperando la fresqueta y hendo unos granicos<br />
de panizo pa mis chiquetas, ¡Ahhhh…! (Bosteza)<br />
JUANICO. Y qué, ¿ponen güegos o no, las d<strong>el</strong> pico?<br />
ANTONIO. ¡Los tuyos y los míos encima de la mesa! ¿Qué? ¡Ahhhhhhh…!<br />
(Bosteza)<br />
JUANICO (Bostezando) ¡Ahhh…! Coño, Antonio, ¡no hay quien te toque las<br />
gallinas!<br />
ANTONIO. Lo que no me’n toca a mi denguno, son los güegos.<br />
¡Ahhhhhhhhhhhhh….! (Bosteza)<br />
JUANICO. (Bosteza y dice) ¡Ahhhh…! Che, Antonio, a ver si paramos de badallar,<br />
¡no ves qu’esto s’apega!<br />
JULIETA. (Bostezando) ¡Ahhhh…! Collons que si s’apega, ¡más que las llepazas!<br />
JUANICO. (Vu<strong>el</strong>ve a bostezar y se despereza) ¡Ahhhhhh…! Ya lo pués dir, mujer. ¡A<br />
saber quin negocio se lleva tu primo con la Am<strong>el</strong>ia cuando toca dormir<br />
pa estar tol día muerto de sueño! (A Antonio) ¿Qué vais a por la bezoná?<br />
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Mª Amparo Garrigós Cerdán
¡Y <strong>el</strong> d<strong>el</strong> Oliii…!<br />
ANTONIO. ¿Qué? ¡Ya m’hais espabilau! ¿Bezones? Bezones tendrán que ser los<br />
tapones que m’en voy a embocar en las orejas esta noche o d’esta,<br />
Antonio caduca.<br />
JULIETA. ¡Chiiico! ¡Vamos…!<br />
JUANICO. Sí que se ve qu’es gorda la cosa.<br />
ANTONIO. ¡Y tanto! No sabéis vosotros los meses que llevo ya d’imaginaria.<br />
Mirar, es que como esta mujer mía, quiere ser tan remoderna, l’ha dau<br />
ahora por leer. Pos se va traer de la beblioteca un libro gordo que pesa<br />
un quintal, ixo pa aparentar bien que se colturiza, y por las noches,<br />
s’asenta en la cama, agarra <strong>el</strong> armatoste y empieza <strong>el</strong> traile.<br />
JULIETA. ¡Chiico! ¡Vamos…!<br />
ANTONIO. ¡Pobret de mí! Que en ca no han pasau cinco menutos y, ¡ya está<br />
bufando! Y de seguida, ¡potopompompompon!, <strong>el</strong> mamotresto al<br />
su<strong>el</strong>o. Al roído se despierta, s’alsa, lo arreplega y otra vez los bufidos<br />
y <strong>el</strong> ¡potopompompompón! Y asina más de cuarenta veces hasta que<br />
cai rendidica y s’aduerme, pa gloria mía y castigo d<strong>el</strong> creminal que va<br />
escrebir tanto, ¡lucidico queda <strong>el</strong> gachó con la descípula nueva! Y este<br />
bacora, que soy yo, se pasa la noche pegando blincos y hendo de<br />
sereno.<br />
JUANICO. Mira que ya te lo dicía yo, que no la dejaras ir tanto a las Mujeres<br />
Enguerinas o a las Amas de Casa o como se llame <strong>el</strong> pixaero de cabras<br />
ixe, ¡que nos las trestornan a toas con tanta charrá y tanto Enternet…!<br />
JULIETA (Interrumpiendo la perorata) Claro, por ixo yo no voy a dengún sitio y<br />
l’apreparo to los días en la puerta las zabatas al conyuge pa que no se<br />
le ch<strong>el</strong>en los petetes. (Le pega un carchot a Juanico) Y ixo d<strong>el</strong> pixaero de<br />
cabras ya lo descutiremos cuando vayamos pa casa ¡entonces vas a<br />
saber tú de trestornos…!<br />
JUANICO (Insistiendo) Lo ves Antonio, ¡lo ves como es de veras!<br />
ANTONIO. A ver, mantes… ¡fin de la brega! Juanico, primero a tú no te<br />
reventan y segundo, ten una mijica de picardía y no digas d<strong>el</strong>ante de<br />
las mujeres lo que no quieren sentir…<br />
JULIETA. Ha hablau Alfonso X, <strong>el</strong> Sabio. (A Antonio) ¿Quieres que t’arree a tú<br />
otra espenta?<br />
ANTONIO. ¡No, que te conozco! Y además, las boleas tuyas, ya me las tengo<br />
cobrás toas desde pequeñico, prima.<br />
JUANICO. Pos ixo que le pasa a la Am<strong>el</strong>ieta, será cosa de ver qué es, porque yo<br />
lo veo mu mu raro…<br />
JULIETA. Si, pero es porque como tú no vas al pixaero de cabras, no sabes más<br />
de cuatro cosas, fray Gerundio de Campazas. Yo, na más l’has contau,<br />
Antonio, m’ha comido la partida, porque no sabes tú la sicología que<br />
nos están enseñando en las charrás de los jueves…<br />
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Mª Amparo Garrigós Cerdán
¡Y <strong>el</strong> d<strong>el</strong> Oliii…!<br />
ANTONIO. Entonces, ¿ya sabes lo que le pasa a mi mujer? ¡Ay, Julieta! ¿Y se<br />
pué curar con rabogato?<br />
JULIETA. Ixo asina, asina como sea <strong>el</strong> rabo qu’en tenga <strong>el</strong> gato, Micifú. Que me<br />
da a mí por pensar que no lo tienes tú mu espabilaíco cuando tu señora<br />
esposa se pasa las noches leyendo “Lo que <strong>el</strong> viento se llevó”, que por<br />
algo me barrunto que se’n va llevar más cosas de las qu’en d’ha dejau<br />
p’al uso y desfrute, ¿o no?<br />
ANTONIO. Collons, Julieta. No mamprendas la pa<strong>el</strong>la por onde quema. A ver,<br />
¿qué tiene mi mujer?<br />
JUANICO. Ixo, ixo, que hable la Cencia y a ver si s’asabentan los inorantes.<br />
JULIETA. (A su marido) ¡Ab<strong>el</strong>ucho! (A Antonio) Ixo de la Am<strong>el</strong>ia, es un traúma<br />
enfantil.<br />
ANTONIO. ¿Que tié reúma? Ixo ya se lo va dir Leonardo hace años…<br />
JULIETA. Por ixo saca a pasear tu mujer <strong>el</strong> libro más gordo de la beblioteca, pa<br />
ver si se le cura. No, tonto, es un traúma, una cosa que te pasa de<br />
pequeñico y que ya no te s’en va, años que vivas.<br />
JUANICO. ¿Has sentido, Antonio?<br />
ANTONIO. ¡Hay que ver lo que sabes, prima! ¿Y quin traúma es ixe que dices,<br />
porque yo no entiendo na…?<br />
JULIETA. ¡Ay Tonín! Que estás igual de bobo que cuando te vamos cambiar por<br />
la burra, como a éste (Señala a su marido) Si es mu fácil: ¿no has dicho<br />
qu’ a los cinco menutos de ponerse a leer, s’aduerme y cuando pega la<br />
becá, se despierta, agarra <strong>el</strong> libro, se pone otra vez a leer y s’en torna a<br />
adormir y asina socesivamente? Pos está claro, ixo ¡es porque la va<br />
enseñar a leer Dª Amparito!<br />
JUANICO. ¡Toma castaña, gramática parda!<br />
JULIETA (Le pega otro carchot) Castaña pa tú. (A Antonio) ¿Qué tú no t’acuerdas,<br />
Antonio, que cuando nos daba de leer nos rayaba to la cartilla? Pos era<br />
porque la pobre mujer s’adormía cuando daba leción. Por ixo l’Am<strong>el</strong>ia<br />
cuando se pone a leer, s’aduerme también.<br />
JUANICO. Pos chica, acabas de descobrir las Américas. Asina m’esplico yo la<br />
garbera d’orejas de burro qu’en d’hay en <strong>el</strong> lugar. Ixo tamién será un<br />
traúma enfantil…<br />
JULIETA. ¿Y se pué saber por qué, señor licenciau?<br />
JUANICO. Porque cuando hacíamos alguna barrabasá, D. Moisés nos levantaba<br />
un palmo d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o agarrándonos por las orejas.<br />
JULIETA (Riéndose) Ay marido, ¡cuánto vales, si no fueras tan bucarán! Míralo,<br />
Antonio.<br />
ANTONIO (Se ríe también) Ya lo pués dir, que buena suerte has tenido con éste,<br />
parienta. No sabrá her la o con un canuto, pero la gracia la tiene por<br />
arrobas. ¡a joer <strong>el</strong> magisterio!<br />
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Mª Amparo Garrigós Cerdán
¡Y <strong>el</strong> d<strong>el</strong> Oliii…!<br />
JULIETA. Ixo sí que no, Tonín, qu’ a mí no me toquen a mi Dª Amparito, ni a Dª<br />
María, ni a Dª Pilar, ni a denguna de toas las maestras que va tener de<br />
pequeñica, porque en una trompá l’asclo la cabeza. Dejando la broma<br />
aparte, ¡cuánto nos van querer y cuánto las vamos querer nosotras,<br />
qu’era lo prencipal!<br />
JUANICO. Va, mujer, agarra ya <strong>el</strong> mocaor que veo venir la turbioná y no quió<br />
mojarme.<br />
JULIETA. Pos te pones <strong>el</strong> impremiable y a buscar monchetas.<br />
ANTONIO. Y ¿cómo tenemos que curar a l’Am<strong>el</strong>ia, Julieta?<br />
JULIETA. ¡Menudo par de bacoras! ¿Que se l’hais creído?<br />
JUANICO. Coño, ¡pos claro!<br />
JULIETA. Ya los ha dicho yo que sabía mucha sicología y, cuando los hombres<br />
se meten onde no los llaman, más siendo cosa buena pa las mujeres, lo<br />
mejorico es que sepan que a güegos no nos ganan. Si queréis otra,<br />
venir a por <strong>el</strong>la.<br />
ANTONIO (Compungido) Pos yo m’en voy a la farmacia a por los tapones....<br />
JULIETA. No, mante. Lo que le tienes que pedir al boticario, es una caja de<br />
pastillicas d’ixas azules pa ponerte en condiciones.<br />
ANTONIO. ¿Quinas? ¿Las vinagras?<br />
JULIETA. Deja <strong>el</strong> vinagre pa la ensalá, calamidá, y pide VI-A-GRA. No vaya<br />
ser que le pongas a tu mujer <strong>el</strong> jardín en zamorra.<br />
(Dentro)<br />
AMELIA. ¡Antonio! ¿Qu’ande t’has metido?<br />
ANTONIO (A Juanico y Julieta) ¿La sentís? Ya está aquí la jefa. (A Am<strong>el</strong>ia) ¡Entra<br />
p’al güerto y me verás!<br />
(Entra Am<strong>el</strong>ia)<br />
ANTONIO (Mirando a su mujer de arriba abajo dice a Juanico y Julieta) ¡Joer, qué<br />
empindongá viene doña Sol!<br />
AMELIA. ¡Pero si está aquí to la parent<strong>el</strong>a! ¡Buenas tardes nos dé <strong>el</strong> hombre d<strong>el</strong><br />
tiempo!<br />
JUANICO. Y que él te lo pague en tamborinás de agua, flamenca, que buena<br />
falta nos hace con esta sofoquina…<br />
JULIETA. ¡Chiiica…! ¡Vamos…! ¿D’ande vienes tan emperejilá? Si pareces la<br />
Isab<strong>el</strong> II con <strong>el</strong> traje de la Orden de la Chatarrera… Sólo te falta la<br />
liga…<br />
AMELIA. Lo de la Chatarrera ¿es por las quincallas que m’en d’ha colgau d<strong>el</strong><br />
cu<strong>el</strong>lo y las orejas?<br />
JULIETA. No. Es porque t’has puesto como una reina, bragá y pidiendo guerra.<br />
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Mª Amparo Garrigós Cerdán
¡Y <strong>el</strong> d<strong>el</strong> Oliii…!<br />
Lo que no sé es a santo de qué…<br />
AMELIA. Julieta… ¡parece mentira, bonica! Déjate de santos y a ver si vamos<br />
más al hilo. A ver, ¿no nos van dir <strong>el</strong> otro día en la charrá que las<br />
mujeres, pa tener como Dios manda ixo de l’autostima, hamos de<br />
verse guapas? Pos esta tarde ha pensau yo qu’era la mejor pa meterme<br />
en harina: m’en d’ha mudau, m’en d’ha ido a la p<strong>el</strong>uquería y a la<br />
esteticiene y… ¡es verdá! ¡Qué bien me veo y qué posetiva estoy!<br />
ANTONIO. Claro, si pareces la Marilú Toló. Pero, ¿a quien se l’ocurre pasearse<br />
entre semana p’ol lugar como si fuera S. Migu<strong>el</strong>? La gente dirá que<br />
tomas varas.<br />
JUANICO. O en ca peor, que quiés que te las pongan.<br />
JULIETA. Ya se siente <strong>el</strong> “hiii-haaa” de los jomentos, ¡serán borinotes!<br />
AMELIA. De varas, ¡una bien larga pa tundirle las costillas a más de cuatro!<br />
¡Ay, lo que m’ha pasau! Si en ca estoy toa afrontá…<br />
JULIETA. ¡Chiiica…! ¡Vamos…!<br />
AMELIA. Que cuando venía pa casa, en d’ha tenido que cruzar p’ol pasaje de la<br />
Plaza de las Palmeras y como esta tarde corre tan buen airet, estaba<br />
allí la peña de la Bolsa Caída al completo, ¡la floriná de la quinta edat!<br />
ANTONIO. Ixo ya me lo veía yo venir. (A su mujer) ¿No te l’ha dicho? S’habrán<br />
creído qu’eras la Sarita Monti<strong>el</strong> y <strong>el</strong> corpet se les habrá puesto<br />
alegrico…<br />
JUANICO. Pos ixo no es na malo, Am<strong>el</strong>ia…<br />
AMELIA. ¿Qué no? Si m’han retratau enterica, d’arriba abajo y d’abajo arriba,<br />
que yo me creía qu’estaba encoretes como una d’ixas d<strong>el</strong> estritís. Y los<br />
miraba ahí achocaícos: al uno le caía la baba, al otro, la moquita, otro<br />
con temblores…<br />
¡Ay! Pero los ojicos se les iban saliendo de los ujeros como a los<br />
muchu<strong>el</strong>os… ¡menudos verdolagos!<br />
JULIETA. Mujer, no te lo tomes asina, ¿no ves que los pobretes lo único que<br />
puén her ya, es mirar? Y si no, s’en van a las Escu<strong>el</strong>as a chugar con las<br />
bolas de la pendanga, ¿por qué? Pos ¡porque ya no puén chugar con<br />
las d’<strong>el</strong>los! Ixo es una custión de caridá cristiana…<br />
AMELIA. ¿Caridá cristiana? Un día d’estos va a pasar por allí una con un<br />
carrico de chiquet, que no lleva chiquet y verás onde se mete la<br />
caridá… ¿Se magináis <strong>el</strong> cuadro? (Pone los brazos en jarras y dice<br />
amotinando) “Míralos, to los gandulazos d<strong>el</strong> pueblo en un pegot, como<br />
piejos en costura. ¡Qué estovás tendréis las p<strong>el</strong>otas! ¿Qué es, que no<br />
en d’hay otra faena qu’her que medirles la figa y <strong>el</strong> culo a toas las que<br />
pasan? ¡Menuda garba de nabos pansidos iba a her yo si tuviera a<br />
mano una falç! ¡Novicheros, mamandungos…! Arrearse pa casa o los<br />
denuncio a tos por tomar de baldes lo que denguna quié dar ni<br />
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Mª Amparo Garrigós Cerdán
¡Y <strong>el</strong> d<strong>el</strong> Oliii…!<br />
cobrando. Y los meten en <strong>el</strong> trullo con las manos ataícas atrás pa que<br />
no s’entretengáis con la flauta. ¡Calducheros, zamarros…! Así<br />
qu’arrearse pa casa o los apedrego…”<br />
JULIETA. ¡Sí señora!, ¡sí señora! ¡Y que vivan las hembras tirás p’ad<strong>el</strong>ante y<br />
sin p<strong>el</strong>os en la lengua!<br />
JUANICO (Reconviniendo a su mujer) ¡Julietaaa…!<br />
JULIETA. ¿Qué pasa ahora, Romeo? ¿No sabías qu’a la vu<strong>el</strong>ta lo venden tinto?<br />
Espera, espera un ratico y verás.<br />
ANTONIO. ¡Ay, Señor! Que me cojas confesau y colmugau si alguna vez m’en<br />
torno a asentar en los banquetes aqu<strong>el</strong>los, ¡que m’estimo mucho la<br />
p<strong>el</strong>leja!<br />
JUANICO (A Antonio) ¡Y yo la mía tamién, socio!<br />
AMELIA. Pero lo que no se los pasa por la cabota es lo qu’ha sentido yo en la<br />
p<strong>el</strong>uquería…<br />
JUANICO. ¡Que la B<strong>el</strong>én Esteban está preñá!<br />
AMELIA. ¡Y la d<strong>el</strong> campanario pariendo y repicando, si bien te viene, S. Juán!<br />
No es ixo, es que esta mañana hamos salido en la Nou…<br />
JULIETA. ¡Chiiica…! ¡Vamos…! No verlo yo…<br />
AMELIA. Si no estuvieras tan embacorá con la nov<strong>el</strong>eta, otra te cantaría, rabosa.<br />
JULIETA. ¿Y tú qué, que tampoco l’has visto? Cuando sale ixe médico tan<br />
pesau, pariente de Julio Iglesias, no hay quien te desapegue de la<br />
pantalla d<strong>el</strong> aparato.<br />
AMELIA. ¡Calla, joer, y planta la oreja! Resulta que dicen qu’<strong>el</strong> Nacho Vidal,<br />
ixe de las p<strong>el</strong>ículas cochinas, sobrino d’Ernestito Jordá…<br />
JULIETA. ¿El hijo de la Mod<strong>el</strong>o?<br />
AMELIA. Ixe. Pos veréis, ha contau qu’<strong>el</strong> aceite d’Engra es mu bueno p’al<br />
asunto de las r<strong>el</strong>aciones éntimas, porque él bebía mucho de chiquet y<br />
mirar qué bien l’ha ido <strong>el</strong> negocio d<strong>el</strong> marraneo…<br />
JUANICO. ¡Ixe hombre es un santo!<br />
ANTONIO. ¡San Inacio de la Trola, na menos!<br />
JULIETA. ¡Quin par de fabas! Y ¿por qué, listos?<br />
JUANICO. Mujer, no seas yongo… ¡pos porque s’en vamos a her de oro! ¡Oro<br />
líquido!<br />
JULIETA. ¡Chiiico…! ¡Vamos…!<br />
AMELIA. Na menos que dicen qu’en d’ha salido la Castañas dijendo qu’<strong>el</strong><br />
marido, como es folastero, va ser venir a Engra, tastar <strong>el</strong> aceite y<br />
¡mano de santo! Y también ha salido <strong>el</strong> Burrero de la calle Sta. Teresa,<br />
cargando una marraja de cinco litros…<br />
JULIETA (A Am<strong>el</strong>ia) Pos a estos dos, pa no haber catau otros olios qu’<strong>el</strong> d’aquí,<br />
poco les ha lucido…<br />
ANTONIO. Pero prima, ixo se lo calla una cuando lo que se ventila es <strong>el</strong> foturo<br />
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Mª Amparo Garrigós Cerdán
¡Y <strong>el</strong> d<strong>el</strong> Oliii…!<br />
d<strong>el</strong> pueblo…<br />
AMELIA. Y ahora viene lo mejor…<br />
JUANICO. ¿En ca queda romance?<br />
AMELIA. Ya lo verás, gafarrón. Resulta que s’está descutiendo quina marca<br />
habrá que ponerle al aceite pa que sepan tos qu’es <strong>el</strong> d<strong>el</strong> artista este d<strong>el</strong><br />
seso. A vosotros, ¿no se los ocurre na?<br />
ANTONIO. Asína de zabucón, no. Pero si me dejáis que piense…<br />
JULIETA. ¡Callarse tos, que va a abajar <strong>el</strong> Espéritu Santo!<br />
AMELIA (A Julieta) Miá qu’eres empalagosa, tú tamién…<br />
ANTONIO (Pensativo) A ver, a ver… Sí, sí, ¡ya lo tengo! A ver que los parece<br />
esto (poniendo énfasis): Aceites “El macho de Nacho”<br />
AMELIA. ¡Hala! ¿Y no se creerán qu’es <strong>el</strong> aca de Laureta?<br />
JULIETA. ¡No, no… yo tengo uno mejor! Aprepararse que voy: Aceites “El<br />
pardal…de Vidal”<br />
JUANICO (Cabeceando) ¡Julietaaa, que t’embalas!<br />
AMELIA. Y seguro que se piensan qu’es <strong>el</strong> pajarico de la máquina d’her<br />
retratos…<br />
ANTONIO. Mira ésta, ¡a to le saca punta! ¡Regüegos!<br />
JUANICO. ¡Callarse, callarse… que ya lo tengo yo y va a misa…! ¿Vosotros<br />
queréis dar la campaná? Pos agarrarse (Con zumba): Aceites “El badajo,<br />
¡p’al carajo!”<br />
AMELIA. Tú l’has acertau, espabilau! ¡Ni <strong>el</strong> mismico Quevedo t’allega a tu a la<br />
su<strong>el</strong>a de la espardeña!<br />
JULIETA. ¡Hay que ver qué desbaratáus qu’estamos a estas horas d<strong>el</strong> día! ¿Será<br />
la calor? ¡Quin destr<strong>el</strong>lat! Señor, ¡y que no salgamos por la t<strong>el</strong>e y en<br />
los diarios d’otra manera qu’hendo <strong>el</strong> redículo…!<br />
AMELIA. Sí qu’es verdá: primero con la copla d<strong>el</strong> eurodiputau, luego con los<br />
tarroces de gui<strong>el</strong>o que caían d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o y ahora, fanfarroneando d’una<br />
cosa que no vale pa na que no sea pa cuando va uno apretaíco de<br />
cuentas o pa untar <strong>el</strong> pirindolo en época de sequía. ¡Quinos<br />
desgraciaus!<br />
JULIETA. Pos ámonos a pegar una volteta por l’Avenida de Bulgaria, chicos.<br />
Asina se lucirá bien la Lucía Bosé, mi primo s’en d’irá a la farmacia y<br />
sentiremos lo que se romancea por ahí d<strong>el</strong> asunto, ¡tres tolaínos d’una<br />
tacá!<br />
AMELIA. Antonio, ¿qu’estás malo? ¡Si ya t’en d’ha traído yo to la medicación<br />
esta mañana…!<br />
JUANICO. Pero lo que más nesecita, por lo que m’ha dicho uno que pasaba, no<br />
lo tiene aquí.<br />
AMELIA. ¿Cómo que no? ¿Y quin beurache es ixe?<br />
JUANICO. Uno p’alsar un libraco de más de mil hojas y erbolearlo a la rambla.<br />
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Mª Amparo Garrigós Cerdán
¡Y <strong>el</strong> d<strong>el</strong> Oliii…!<br />
AMELIA (Con picardía) ¡Ay, que ya te veo venir, escopeta!<br />
JULIETA. Pos menos verlas venir y a desfrutar, qu’es lo que toca.<br />
ANTONIO. Pos, au, que me tancan la botica.<br />
AMELIA. ¡Y a mí la beblioteca!<br />
ANTONIO (Subiéndose la cintura de los pantalones) ¿Pa sacar otra Beblia no será…?<br />
AMELIA. No, hombre, no. Pa tornar <strong>el</strong> galán de noche qu’en tengo llogau. Y a<br />
ver si espabilas y con aceitico y vinagras m’haces una obra maestra…<br />
ANTONIO. ¡Y to las feguras d<strong>el</strong> Kamaytunda ixe, por descontau!<br />
JULIETA. Pos arrear d<strong>el</strong>ante, qu’ahora vamos éste (señalando a su marido) y yo.<br />
(Se van Antonio y Am<strong>el</strong>ia)<br />
JULIETA. Ven aquí qu’ahora te toca a tú, malasombra. (Subiéndose las mangas y<br />
poniéndose en jarras) A ver si eres guapo y me dices otra vez ixo d<strong>el</strong><br />
pixaero de cabras. ¡Enga!, ¡ligero…!<br />
JUANICO. ¡Ay, madre! ¡Lo que me faltaba! ¡Socorro! ¡Ausilio! ¡Agarrarla,<br />
chiquetes! ¡Que me mata!<br />
(Sale corriendo y Julieta detrás de él)<br />
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Mª Amparo Garrigós Cerdán