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La pluma y la espada<br />
EL TENIENTE CORONEL D. JOSÉ IBAÑEZ MARIN<br />
(1.862 – 1.909)<br />
Nacido en Enguera (Valencia) el 8 de marzo de 1.862, ingresó en la Academia de<br />
Infantería en agosto de 1.880, de donde salió como alférez en 1.883.<br />
Teniente en 1.887, tuvo varios destinos del arma, y en 1.890 inició sus trabajos en la<br />
Junta de Reclutamiento, como secretario, participando en la elaboración de la nueva ley<br />
del proyecto de Reclutamiento y Reemplazo del Ejercito. Al año siguiente se le<br />
concedió la Cruz de Carlos III por su trabajo en la Junta y una Cruz Blanca del Mérito<br />
Militar por la obra “Ruiz de Mendoza, héroe de la independencia nacional”, escrito en<br />
colaboración con el capitán P.A. Berenguer.<br />
Entre noviembre de 1.892 y febrero de 1.893 estuvo comisionado para redactar una<br />
“Memoria sobre la Infantería” para lo cual viajo por Francia, Bélgica, Italia, Austria,<br />
Alemania y Rusia para estudiar allí la organización de la Infantería.<br />
En noviembre de 1.895 marchó a Cuba, al iniciarse la rebelión en la isla antillana,<br />
ascendiendo a capitán durante el viaje. Su actuación en al isla le valió, en 1.896, el<br />
ascenso a comandante por méritos de guerra y también dos cruces de María Cristina,<br />
una Cruz Roja al Mérito Militar y otra de segunda clase pensionada.<br />
Regresó a la península en 1.898, siendo comandante ayudante del general Campo.<br />
Destinado en la sección de Ordenanzas del Ministerio de la Guerra en 1.899, inició<br />
entonces sus trabajos literarios y la dirección de la Revista Técnica de Infantería y<br />
Caballería, fundada por su padre político, Gallardo Moreno.<br />
Ascendido a teniente coronel en marzo de 1.908, fue ayudante del ministro, el capitán<br />
general don Fernando Primo de Rivera, pero en julio se le dio el mando del batallón de<br />
Cazadores Figueras Numero 6.
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La pluma y la espada<br />
Murió al año exacto del destino, el 23 de julio de 1.909, al frente de su batallón, en los<br />
combates de Los Lavaderos, próximos a Melilla.<br />
Seis días después se le concedió el ascenso a coronel “por su bizarro comportamiento al<br />
frente de sus tropas.”<br />
En el tomo IV de la enciclopedia “Fuerzas Armadas Españolas”, leemos que fue un<br />
representante del modelo de su generación: la de Cuba y Marruecos. Comprendió bien<br />
la misión del Ejército en la reconstrucción que se planteaba tras el 98: cooperar a la<br />
educación de la juventud. De ahí su afán pedagógico al postular que el oficial tendría<br />
que ser siempre un educador y solo ocasionalmente un jefe de combatientes. Pero<br />
demostraba también ser un excelente hombre de mando en campaña, con un gran<br />
concepto del soldado español:<br />
“El soldado español ha sido siempre modelo de virtudes. Hay que vivir y<br />
combatir a su lado para poder apreciar los hermosos sentimientos que<br />
atesora en el pecho: sobrio, valeroso, subordinado, acaba de poner de<br />
manifiesto en estas ultimas guerras que no ha degenerado de sus antecesores<br />
de 1.808 y 1.833. El ha sido y será el héroe nacional por excelencia. El día<br />
que en España se perdiera la noción de sacrificio, habría que ir a buscarla<br />
bajo el modesto techo de un cuartel.”<br />
Poco antes de partir para Marruecos tenia prevista con serenidad su posible muerte, y<br />
quería que fuese ejemplar, según decía al cronista Luis de Armiñan: “Creo que será<br />
necesario demostrar con el ejemplo que la muerte no es sino el ultimo episodio de la<br />
vida.”. Pocas horas después de desembarcar hubo de empeñarse, con su batallón, en un<br />
combate apresurado, sin tiempo, para poner en juego sus recursos militares. Su muerte<br />
fue especialmente sentida, los soldados desfilaron ante el cadáver, y algunos le besaban<br />
en la frente, como a un padre.<br />
FACETA DE HOMBRE DE<br />
LETRAS.-<br />
Su experiencia cubana y sus<br />
viajes por Europa definieron su<br />
vocación literaria y didáctica,<br />
con el impulso común de<br />
elevar el decadente espíritu<br />
noventayochista. Sus mejores<br />
escritos se sitúan entre 1.906 y<br />
1.909. El estudio de la<br />
campaña de Prusia, informado<br />
por el general Suarez Inclán, le<br />
llevó a la Academia de la<br />
Historia; decía en él que podía<br />
competir con lo mejor que se<br />
había publicado en el<br />
extranjero. No todo era<br />
pensamiento original, pero aún<br />
lo asimilado en sus lecturas o<br />
aprendido en sus viajes lo<br />
exponía con especial habilidad
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La pluma y la espada<br />
didáctica y nuevo desarrollo. Sus ideas estaban en toda plenitud cuando murió a los<br />
cuarenta y cinco años. Su estilo era a veces fogoso, otras ameno, siempre razonador y<br />
vigoroso cuando lo exigía el tema. Era uno de los oradores más celebrados de su<br />
tiempo, y se dejaba llevar por la fuerza de su natural elocuencia, con especial<br />
entusiasmo si hablaba de España. Tenía una idea muy personal y muy encariñada de lo<br />
que, entonces, debía ser un ejército:<br />
“Alma y brazo de la Patria, el Ejercito no es hoy, como en otros días, un<br />
instrumento para conseguir el respeto del Extranjero y la victoria sobre el<br />
enemigo. Es algo mas que eso. Aunque también tendrá que ser eso...“.<br />
Buena parte de sus trabajos históricos y críticos fueron premiados con menciones,<br />
ascensos y cruces, como el primero, ya citado,<br />
Ruiz de Mendoza, héroe de la Independencia (1.891), en colaboración con el capitán<br />
Berenguer;<br />
Rusia militar y la guerra europea (1.892), traducido al francés;<br />
Recuerdos de Toledo (1.893), dirigido a los cadetes;<br />
El teniente General don Federico Esponda (1.895);<br />
Héroes de la Manigua: Sanz Pastor, Santolcides, El Batallón de San Quintín (1.895);<br />
La educación Militar (1.899);<br />
Cartilla Militar y patriótica, en colaboración con el capitán Barado (1.900);<br />
Estudios Militares y patrióticos (1.900);<br />
Columna Volante (1.902);<br />
Lusitania y su primer coronel (1.902), estudio histórico sobre este regimiento y el<br />
marqués de La Mina;<br />
Los Cadetes (1.903);<br />
Don Quijote y las armas (1.905);<br />
Monumento al general Martínez Campos, en colaboración con el Marqués de Cabriñana,<br />
(1.906);<br />
Homenaje al general Gómez de Arteche (1.906);<br />
La Guerra moderna: campaña de Prusia en 1.806, Jena, Lübeck (1.906) fue su obra<br />
maestra, que le valió otra Cruz Blanca pensionada y fue iniciación de una obra extensa y<br />
completa sobre el tema;<br />
Bibliografía de la Guerra de la Independencia (1.908), con juicios sobre doscientos<br />
noventa y cinco libros y folletos;<br />
El mariscal Soult en Portugal: campaña de 1.809 (1.909);<br />
Educadores de nuestro ejército, obra póstuma e incompleta (1.909), que terminó, con sus<br />
notas, el prologuista, Federico de Madariaga, ya general. En ella estudia a Gómez<br />
Arteche, Villamartín, Arroquia, San Román y Almirante.<br />
Fue uno de los conferenciantes más solicitados en el Ateneo Militar y el Centro, que le<br />
sucedió. Sus temas con mayor huella fueron “la plaza de Gibraltar” (1.889); “El peligro<br />
marítimo de España” (1.903); “La unidad de doctrina en el Ejercito” (1.904). Dejó<br />
muchos trabajos incompletos. Uno de ellos sobre la mentalidad del ejercito español a<br />
principios del siglo XIX, de especial interés sociológico, en el que habría madurado el<br />
autor sus ideas militares.<br />
Al respecto, en el Centro del Ejercito y la Armada y por iniciativa del vocal don<br />
Francisco Martín Arrue, historiador militar, se creo en 1.902 una “Escuela de Estudios<br />
Militares” que, inaugurada el 16 de octubre y al darse cuenta de cursarse en ella estudios
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La pluma y la espada<br />
superiores, se afirmaba que tenía por profesores “hombres de gran prestigio científico<br />
que desarrollaban problemas de actualidad en beneficio de la ilustración de la<br />
oficialidad y gloria de la patria, contribuyendo a adelantar la hora de su anhelada<br />
regeneración. Con dos horas de clase diaria, el curso tenia las siguientes materias:<br />
Topografía, por el teniente coronel de Estado Mayor José Elola; Pólvora, proyectiles y<br />
cañones modernos, por el comandante de artillería Severo Gómez; Guerra anglo-boer<br />
por el comandante de infantería D. José Ibáñez Marín, historia militar, el buque de<br />
guerra, etc.<br />
CORRESPONDENCIA CON MENENDEZ PE<strong>LA</strong>YO.-<br />
En fecha 17 de enero escribía Ibáñez Marín a Menéndez Pelayo, su “amigo y maestro”,<br />
agradeciéndole las expresiones de su afectuosa carta sobre su “Bibliografía de la Guerra<br />
de la independencia”, que D. Marcelino Menéndez y Pelayo pidió y le decía con<br />
satisfacción:<br />
“Poseo copias de la mayor parte de cuanto hay inédito de aquel breve tiempo<br />
en que Napoleón estuvo por acá; además muy recientemente las<br />
publicaciones de Oman, Balagny, la correspondencia de Lafo..., lo que se ha<br />
publicado sobre... y acerca de los alemanes que vinieron a pelear contra el<br />
Titán, todo está pidiendo muchas y sesudas monografías que sean como el<br />
complemento del trabajo fundamental del Arte (militar de Napoleón en<br />
España)”.<br />
Sigue su carta hablando de los tesoros inagotables de nuestros archivos y los estudios<br />
que sobre el tema realizó Pérez de Guzmán, añadiendo:<br />
“Todo ello, señor Don Marcelino, está pidiendo un trabajo diligente, de<br />
hondo surco, de largo tiempo. Algo haré yo en cuanto pueda, porque poseo<br />
verdaderos caudales de documentación inédita, con la cual habrá que<br />
cambiar bastantes ideas relacionadas con nuestro poder militar, punto<br />
esencial de mis tareas. Y como secuela del estudio ético de aquellos hombres<br />
y de los sucesos de la epopeya saldrá el análisis de la razón y la eficacia de<br />
la intervención del ejercito en la política durante el tráfago constituyente.<br />
Estudios necesarios y convenientes, porque ellos explican mil anomalías de<br />
nuestra acción militar, dentro y fuera, durante el siglo XIX” y termina su<br />
carta con “Perdone esta confesión que arranca su bondadosa carta, a quien<br />
es muy devotísimo y seguro servidor.”<br />
<strong>LA</strong> GUERRA DE AFRICA EN 1.909.-<br />
A pesar de que el Rif en Marruecos no llegó nunca a pacificarse por completo y los<br />
desordenes iban en aumento, sobre todo al ser destronado el sultán Muley Asbd-el Azuz<br />
en 1.908, por su hermano Muley Abd-el Hafid, en la zona de influencia española hubo<br />
unos años de cierto orden. Fue el 9 de julio de 1.909 cuando volvieron las hostilidades<br />
al ser agredidos los obreros españoles, que trabajaban en la construcción de un puente<br />
en el ferrocarril de la Compañía de Minas del Rif, por lo que resultaron seis muertos y<br />
un herido.<br />
El gobierno envió a Melilla la División Sotomayor, y el general Marina, Gobernador<br />
Militar de esta plaza, con un ejercito de unos 40.000 hombres, se apoderó de las<br />
posiciones Sidi Hamed, Sidi Alí, Sidi Musa y Atalayón, formando una línea frente a<br />
Nador, ocupado el 25 de septiembre, envolviéndose así el Gurugú, con lo que se dominó<br />
una extensa zona al Sur y al Oeste de Melilla (la toma de Tamima, Zaluan, la Restinga,<br />
Zoco el Arbaa, etc.) que permitió la continuación de los trabajos interrumpidos, aunque
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La pluma y la espada<br />
la guerra continuaría varios años, incluyendo el “Desastre de Annual en 1.921”,<br />
produciéndose derrotas en este mes de julio como en el barranco del Lobo, el descontrol<br />
del Gurugú así como la llamada “Semana Trágica” de Barcelona por motivo de las<br />
manifestaciones en contra de la guerra al producirse la movilización de reservistas<br />
catalanes, fuera de toda lógica y no atender a los planes para estas circunstancias<br />
previstos por el general Fernando Primo de Rivera.<br />
IN MEMORIAM.-<br />
En 1.910 y por suscripción popular, las autoridades de Enguera encargaron una<br />
escultura al insigne hijo de la población Manuel Garnelo, que realizó un hermoso busto<br />
de bronce y como basamento una columna y capitel de mármol basada en las de la<br />
Alhambra de Granada, celebrándose un homenaje al Teniente Coronel Ibáñez Marín el<br />
29 de septiembre del muismo año, día de San Miguel, patrón de Enguera.<br />
El alcalde de la población Don Luis Aparicio Aparicio, ante las autoridades militares de<br />
la Academia de Toledo, antiguos compañeros suyos, la guarnición de Valencia,<br />
distintos representantes de la prensa y la impresionante manifestación de vecinos de<br />
Enguera dijo en su discurso:<br />
“Señores:<br />
En nombre del Excmº Capitán General de Valencia, cuya representación<br />
ostento y como Alcalde de esta Ilustre Villa, y como enguerino de corazón y<br />
sangre; lleno de emoción y de entusiasmo, rindo públicamente y tributo de<br />
admiración y de cariño, en nombre de mis queridos paisanos, al insigne<br />
compatricio, gloria de nuestro pueblo, honor de las letras, prócer del<br />
ejercito, al ilustre hijo de Enguera Don José Ibáñez Marín.
6<br />
La pluma y la espada<br />
Porque señores, Ibáñez Marín fue un gran literato, un valiente militar y<br />
hombre de nobles sentimientos y de gran corazón; murió como bueno en el<br />
campo de batalla y su muerte gloriosa, por todos llorada como desgracia<br />
nacional, lo hizo inmortal por su heroísmo ante la historia, ante la Patria<br />
grande y ante la Patria chica. Sus paisanos para perpetuar su memoria<br />
levantaron ese monumento que hoy inauguramos, obra de otro enguerino,<br />
que recogiendo con el buril del artista las lagrimas y los suspiros de sus<br />
paisanos, supo fundir en el bronce la estatua del campeón aguerrido, grabar<br />
en el mármol el pedestal del que hoy constituye nuestro orgullo y nuestra<br />
gloria, y ante el cual hoy también lloran y rezan, aplauden y admiran sus<br />
compañeros de armas, los representantes de la prensa, sus parientes y<br />
amigos.<br />
Para todos, el testimonio de mi gratitud y reconocimiento. Para vosotros,<br />
Enguerinos, un aplauso y las gracias más expresivas.<br />
Y un ruego muy cariñoso para las generaciones presentes y venideras; al<br />
enseñar a los extraños la colosal figura de Ibáñez Marín decir al mundo<br />
entero ¡Esa estatua representa a un enguerino modelo de honradez y lealtad,<br />
de saber y de heroísmo!; murió el héroe pero su memoria vivirá siempre en<br />
ese bronce y en el corazón de sus paisanos.”<br />
Entre otras calles, el teniente coronel Ibáñez Marín tiene dedicadas una plaza en<br />
Enguera, la antigua de San Roque o Eras, y otra en la ciudad de Melilla.<br />
BIBLIOGRAFÍA:<br />
• “Fuerzas Armadas Españolas”. Editorial Alhambra. Madrid. 1.986.<br />
• “A un paisano Ilustre“. E. Marín. Revista Enguera 1.987.<br />
• “La Maletica. ¡Adiós a la mili!“. Miguel Esteve. Revista Enguera 2.001.<br />
• “Ibáñez Marín, escritor, militar y corresponsal de Menéndez Pelayo”. M. Esteve.<br />
Revista Enguera. 1.987<br />
• “El misterio del monumento de Ibáñez Marín”. Miguel Angel. Revista Enguera<br />
1.987.<br />
• “Historia de España“. Editorial Salvat. Barcelona. 1.989.<br />
MANUEL SIMÓN MARTÍNEZ