Once upon a time in West Asphixia o Hijos mirando al infierno
Once upon a time in West Asphixia o Hijos mirando al infierno
Once upon a time in West Asphixia o Hijos mirando al infierno
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
REBECA.- ¿Quién?<br />
NATACHA.- Necesito que esté conmigo.<br />
REBECA.- ¿A quién necesitas Simón?<br />
NATACHA.- La necesito.<br />
REBECA.- ¿A ella? ¿La necesitas a ella?<br />
NATACHA.- Sí, a ella. Tiene que morir<br />
REBECA.- ¿La señora Alopardi tiene que morir?<br />
NATACHA.- ¡La necesito, la necesito! ¡Estoy solo! Tiene que morir.<br />
REBECA.- ¿Quieres que ella muera?<br />
NATACHA.- Necesito que venga. Mi soledad es <strong>in</strong>mensa.<br />
PROFESOR KUBELKA.- Se me echó encima, Natacha. Se le pusieron<br />
los ojos en blanco. Lo hizo con la boca, ¿entiende?, con la boca. Y los<br />
ojos completamente en blanco. Y le caían lágrimas, de los ojos<br />
blancos. Lo derramé todo sobre su cara. No se limpió. Siguió llorando<br />
y dijo <strong>al</strong>go horrible, horrible, nadie me había hecho tanto daño jamás.<br />
NATACHA.- Lloro por las otras, por las niñas que vendrán después de<br />
mí, por todas esas niñas que sufrirán tanto, es preciso, es preciso<br />
sacrificar a <strong>al</strong>gunas para destrozarte y ext<strong>in</strong>guirte, a ti, m<strong>al</strong>dito<br />
profesor, para que la fe<strong>al</strong>dad desaparezca de este asqueroso mundo.<br />
Te escupo.<br />
JONÁS.- Estaban pálidas, como si vivieran en una caverna. No<br />
pertenecían <strong>al</strong> mundo. Pero yo no les tenía miedo. Hubiera hecho lo<br />
que me hubieran pedido. El día que fuimos <strong>al</strong> río pasaron cosas<br />
<strong>in</strong>creíbles.<br />
REBECA.- Está <strong>al</strong>lí, en el río<br />
NATACHA.- Que miren <strong>al</strong> sol, y me verán.<br />
REBECA.- Corre, mira el sol