Libro Aniversario - Ayuntamiento de Moncada

CALLE
DE LA
AMARGURA
Yo fui el último en llevar la cruz por las calles de Goya, Luis
Vives y San Vicente para llegar al montículo de Santa Bárbara
en donde se celebraba la Crucifixión, antes de que se trasladara
la Calle de la Amargura al Campo de Deportes.
Entonces, ayudado por los soldados y antes de tomar la cruz,
me dirigía a unas mujeres diciendo:
“Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí. Llorad por vosotras mismas
y por vuestros hijos. Porque presto vendrán días en que se
diga: dichosas las estériles y dichosos los vientres que no concibieron
y dichosos los pechos que no dieron de mamar.
Entonces comenzaron a decir a los montes: caed sobre nosotros,
y a los collados, sepultadnos. Porque si el árbol verde lo tratan
de esta manera, con el seco ¿qué se hará?”
Después de estas frases, tomaba de nuevo la cruz y seguía el
recorrido.
El pasado año volví a llevar la cruz de nuevo en la conmemoración
del 50 aniversario de nuestras Representaciones del Misterio
de la Pasión y en el que volvimos a celebrar la Calle de la
Amargura por las calles de Maestro Iborra, Luís Vives y San Vicente
hasta el mismo montículo de Santa Bárbara.
Ahora, ante la orden de Longinos de cargar con la Cruz diré:
“Sí, yo le ayudaré. Pero no porque tú me obligues, ni por lo que
me hayas de pagar, ni porque éstos griten como inmundas bestias.
Lo haré por Él porque es un desgraciado. Porque es un hombre
que va a la muerte sin que lo hayan podido culpar de ningún
crimen. Yo le vi entrar triunfante en Jerusalén hace unos días y
quizás vosotros con palmas le recibisteis y vuestros mantos le
sirvieron de alfombra para su paso. Pero yo no cambio en tan
poco tiempo. Entonces le aclamaba. Ahora le ayudaré”.
Hace 35 años interpreté el papel de Jesús, ahora el de Simón
de Cirene. Entonces me emocionaba y lloraba al llevar la cruz,
ahora seguramente me emocionaré y lloraré de nuevo, como así
lo hacían mis antecesores en la interpretación del Cirineo: los
queridísimos José Sepúlveda y Enrique Martínez y que seguro
me ayudarán desde la otra vida a llevar la cruz por la calle de
la Amargura.
Como también nos ayudarán a continuar con las representaciones
del Misterio de la Pasión todos aquellos que colaboraron
hasta el final de sus vidas, y que, sin ellos, estas representaciones
nunca se hubieran podido realizar.
Arturo José Capilla Martínez
Presidente del Misterio
de la Pasión
50 aniversario Misterio de la Pasión Pág. 11