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De la infancia alicantina a la Facultad de Filosofía en Madrid 28<br />
Más tarde, fracasados otros intentos, consiguió que un ex-compañero de celda,<br />
Lázaro Martínez Vázquez, hijo de un ferretero madrileño, le diera un empleo en la<br />
capital. 21<br />
Entre tanto, un decreto de Franco de 9 de octubre de 1946 otorgó un indulto,<br />
gracias al cual mi padre logró que en 8 de septiembre de 1949 le fuera conmutada —por<br />
una gracia del Jefe del Estado— la pena de 12 años por la de 8 años también de prisión<br />
mayor. 22<br />
La pena de 12 años traía como accesoria la inhabilitación absoluta, mientras<br />
que la de 8 sólo la de suspensión de empleo. Había sido separado del servicio el 16 de<br />
agosto de 1939 por haber transcurrido el plazo para presentar declaración jurada exigida<br />
para su depuración político-social (no podía presentarla por encontrarse preso).<br />
En 1950 mi padre solicitó su readmisión en el cuerpo de auxiliares de Gobernación,<br />
siendo apoyado por algunos altos funcionarios del ministerio; abrióse entonces un<br />
proceso de depuración en el cual se formularon otros cargos, diversos de los que habían<br />
dado lugar a su condena, entre otros haber estado afiliado a izquierda republicana antes<br />
del 18 de julio (falso) y haber militado en el partido comunista durante la guerra. De<br />
ese expediente de depuración resultó la no-readmisión en el cuerpo (la alcanzaría sólo<br />
en 1977).<br />
§3.— Los primeros años (1944-52)<br />
Vine al mundo el 29 de agosto de 1944 en el seno de esa familia de clase<br />
media (intelectualmente, media-alta; económicamente, media-baja —y, en el momento<br />
de nacer yo, bajísima). Mi nacimiento fue milagroso; o más bien el milagro es que pudiera<br />
sobrevivir, porque, habiendo quedado sin coser el cordón umbilical, estuve 24<br />
horas entre la vida y la muerte; pero se ve que ese día estaba de suerte. (Sobreviví gracias<br />
a una transfusión de sangre materna.)<br />
Mi casa natal era un piso de la Avda. Pérez Galdós 72, en el barrio de San Blas<br />
en Alicante, quizá la ciudad más hostigada por la aviación fascista durante la guerra<br />
21 . Otros compañeros de prisión suyos habían sido el poeta Miguel Hernández y el futuro dramaturgo Antonio Buero<br />
Vallejo. Lázaro y mi padre se habían conocido durante la guerra, destinados ambos al SIM.<br />
22 . En realidad la conmutación violaba la literalidad del Decreto, que hubiera debido implicar el indulto total de la pena:<br />
«Artículo 1º: Se concede indulto total de la pena impuesta, o que procediera imponer a los responsables de los delitos<br />
de rebelión militar, contra la seguridad interior del Estado o el orden público, cometidos hasta el primero de abril de mil<br />
novecientos treinta y nueve […] siempre que no conste que los referidos delincuentes hubieran tomado parte en actos de<br />
crueldad, muertes, violaciones, profanaciones, latrocinios u otros hechos que por su índole repugnen a todo hombre honrado,<br />
cualquiera que fuere su ideología.» Mi padre no había sido condenado por ningún acto de crueldad, muerte, profanación<br />
o latrocinio. Ni siquiera por delito de rebelión, sino de auxilio a la rebelión. (Tal vez, por ello, le fuera aplicable el art.<br />
5º, que extendía el indulto a actividades consistentes en «preparar, realizar o favorecer el delito principal».) Por otro lado,<br />
las dos fuentes que he consultado ofrecen, en un punto, datos contradictorios entre sí: los papeles de mi difunto padre<br />
mencionan como fecha del indulto la de 1946-10-18, mientras que en la página http://www.filosofia.org/hem/dep/boe/<br />
9451020.htm (perteneciente al sitio «Filosofía en español») se da la fecha del 9 de octubre para el Decreto y del 20 para<br />
su publicación en el BOE. Tiene que tratarse del mismo decreto, evidentemente.