Conociendo a Jesus - Iglesia Adventista Agape
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el Gran conFlicTo Y la Vida, muerTe Y resurrección de crisTo<br />
rras, pero debo decirle algo, algo que si aún no sabe debe conocer. Usted<br />
y yo estamos en medio de una guerra. Sí, aunque no lo crea o no quiera<br />
creerlo, somos parte del conflicto más grande y antiguo que haya existido<br />
en el universo. Estoy hablando de la guerra entre el bien y el mal.<br />
Como en toda guerra hay lágrimas y sangre, pero esta guerra no es como<br />
todas, ésta es “la madre de todas las guerras”. Las lágrimas y la sangre que<br />
son derramadas, son las de Jesús.<br />
Esta guerra comenzó hace mucho pero mucho tiempo, antes de la creación<br />
de este mundo. Después de la guerra en el cielo, Satanás y sus ángeles<br />
fueron arrojados con él. Satanás nunca se sintió verdaderamente<br />
arrepentido por lo que había hecho pero sí se asustó al ver los resultados<br />
de su rebelión hasta ese momento.<br />
Por eso, “Satanás se estremeció mientras contemplaba su obra. Estaba<br />
solo meditando sus planes pasados, presentes y futuros. Su poderosa<br />
forma temblaba como si fuera sacudida por una tempestad. Un ángel<br />
del cielo pasó en ese momento. Lo llamó y le solicitó una entrevista con<br />
Cristo. Su petición fue concedida. Entonces le dijo al hijo de Dios que se<br />
había arrepentido de su rebelión y que deseaba gozar otra vez del favor<br />
de Dios”. Ahora noten lo siguiente: “Cristo lloró ante el pesar de Satanás,<br />
pero le dijo, al expresar la decisión de Dios, que nunca más podría ser recibido<br />
en el cielo, no se podía arriesgar la seguridad de éste”. 1<br />
Jesús lloró en el mismo comienzo del conflicto, al proyectar su mirada hacia<br />
el futuro.<br />
Vio a Adán incapaz de obedecer a Dios, y a Caín que no soportó la justicia<br />
de su hermano, dándole muerte y también tratando de arrepentirse.<br />
Vio el avance de la maldad en el mundo, los crímenes, la impiedad, el<br />
odio. Hasta que todos, excepto ocho personas, fueron destruidas por el<br />
diluvio.<br />
Vio a los que sufrían la miseria de la esclavitud, y esperaban con ilusión al<br />
libertador para rechazarlo cuando al fin viniera.<br />
Vio el Getsemaní, el calvario. Vio cuán pocos aceptarían su sacrificio y la fe<br />
pequeña de ese puñado de seguidores. Lloró por causa de la incredulidad,<br />
el pesar y el dolor. Vio a los mártires sufrir por su causa.<br />
Te vio a ti y a mí, hoy, siendo parte de este conflicto, mientras tratamos<br />
de ignorarlo.<br />
Jesús lloró, pero también su sangre derramó, para que tú y yo podamos<br />
ser libres del pecado.