Conociendo a Jesus - Iglesia Adventista Agape
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el minisTerio de crisTo en el sanTuario celesTial<br />
rencia es que el tabernáculo de la tierra fue echo por los hombres<br />
y el del cielo, que es el original, lo levantó el Señor y no el hombre<br />
(Heb. 8:2).<br />
Como no podemos ver el tabernáculo celestial, podemos a través<br />
de lo que la Biblia nos dice del terrenal imaginar al que sirvió de<br />
modelo.<br />
Si en el tabernáculo terrenal habían dos partes: el lugar Santo y el<br />
lugar Santísimo, imaginamos que esto de alguna manera existe en<br />
el cielo, puesto que de allí salió el modelo.<br />
Pero ¿por qué decimos que Jesús está en el tabernáculo o santuario<br />
celestial?<br />
En hebreos 4:15 se nos dice que Jesús es nuestro sumo sacerdote.<br />
El sumo sacerdote era algo así como el jefe de todos los sacerdotes<br />
y tenía a su cargo las funciones más sagradas del santuario. Sin él el<br />
santuario no era lo mismo.<br />
Entonces tenemos que Jesús es el sumo sacerdote del santuario celestial<br />
(el original). Eso responde a la pregunta ¿dónde está Jesús<br />
hoy?, pero ¿qué está haciendo por mí? Para responder a esa pregunta<br />
tenemos que ver cuáles eran las funciones de los sacerdotes<br />
en el santuario.<br />
La Biblia nos muestra que el sacerdote era el intermediario entre<br />
el pueblo y Dios. Cada vez que el pueblo pecaba y deseaba arrepentirse<br />
iba donde el sacerdote quien sacrificaba un corderito para<br />
implorar el perdón del pueblo.<br />
Ese cordero representaba a Jesús quien un día se entregaría a sí<br />
mismo para ser sacrificado. De esta manera Jesús es nuestro cordero<br />
y también es el sacerdote, pero eso no es todo. Todos los días los<br />
sacerdotes realizaban sacrificios e intercedían por los pecados del<br />
pueblo. De esta misma manera nosotros todos los días podemos<br />
pedir perdón por nuestras faltas, con fe en el sacrificio de Jesús,<br />
pidiéndole a él que interceda por nosotros ante el Padre. En Hebreos<br />
7:25 encontramos que Jesús vivirá siempre para interceder<br />
por nosotros.<br />
Entonces tenemos que Jesús aparte de ser nuestro cordero, sacerdote,<br />
es también nuestro intercesor o abogado.<br />
En Hebreos 4:16 dice que podemos ir sin miedo ante Dios para obtener<br />
perdón. Gracias a Jesús, no necesitamos pedirle a otros hom-