Conociendo a Jesus - Iglesia Adventista Agape
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conociendo a Jesús<br />
4:13, 14). El segundo campo de acción son los que no conocen a Dios y<br />
a través de una manifestación del poder de Dios otros llegarán a conocer<br />
del amor de Dios, tal como sucedió en el día de Pentecostés, todos<br />
los discípulos estaban juntos y cuando vino el poder de Dios hablaron<br />
en lenguas y muchos reconocieron que Jesús era el Cristo (ver Hch. 1,<br />
2). Estos dones son dados no para confundir sino para entender mejor<br />
a Dios y su obra.<br />
Nunca olvidemos que los dones y talentos que Dios da a su pueblo<br />
deben ser usados para que otros conozcan de Dios y para que la iglesia<br />
se fortalezca. Para ello debemos darle es un correcto, de ese modo,<br />
honraremos a Dios.<br />
•nuesTros<br />
Tesoros<br />
El dinero, las perlas, el oro, toda clase de piedras preciosas y demás<br />
riquezas materiales son algo que el hombre desea con mucho ímpetu.<br />
Tal vez la razón por la que muchos pierdan la vida eterna será porque las<br />
personas amaron a las riquezas más que a Dios. Cristo no negó nunca a<br />
los ricos, pero sí dejó claro que hay un conflicto directo de intereses en<br />
la vida del hombre. Las riquezas o Dios, parecen no ser buenos amigos.<br />
En cierta ocasión un joven muy rico se le acercó a Jesús y quería seguirlo,<br />
pero no estuvo dispuesto a dejar sus riquezas, en esa ocasión Jesús<br />
dijo: “es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un<br />
rico entre en el reino de Dios” (Mt. 19:24). Jesús no niega su reino a los<br />
ricos, el problema está en el corazón humano, Dios conoce los corazones<br />
y por eso hizo esta afirmación, pero no negó que un rico pueda<br />
arrepentirse y estar dispuesto a dejar todo por seguir al Salvador.<br />
Cuando estudiamos en la Biblia que todo lo que tenemos le pertenece<br />
a Dios y que él nos pide que le devolvamos el diezmo y una parte más<br />
de su dinero o ganancias, algunos sienten pocas ganas de seguir a Dios.<br />
Incluso llegan a pensar que la iglesia sólo sirve para pedir dinero. Pero<br />
recuerda que es Dios quien lo pide, no la iglesia. En segundo lugar recuerda<br />
que es la única forma de recibir las bendiciones del cielo (Mal.<br />
3:10) y en tercer lugar, es una manera de probar nuestra confianza en<br />
Dios. Si ponemos sobre la balanza el diezmo que debo darle al Señor y<br />
comprarme lo que necesito para comer una semana, la mente me dice,<br />
¿pero qué le sucede a Dios, acaso quiere que no coma?, pero la Biblia<br />
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