UNA DECADA DE HISTORIA Y ALGO MÁS… - Berabevú
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abonaron sus tasas para mantener los servicios que deberían<br />
brindarse... En fin, sin participación ningún logro es posible y la<br />
crítica por la crítica en sí, no construye nada y en todas partes es<br />
necesario construir para mejorar lo que hemos heredado.<br />
Fue tanta la gente que colaboró que es imposible enumerar a<br />
todos, aunque a algunos es imposible no recordarlos: Enzo Elder, en<br />
ese momento presidente de la Comuna de Gödeken, otro de los<br />
amigos de Carlitos, que en nuestro comienzo se había tomado nuestra<br />
problemática como propia y todos los días cuando venía al Banco<br />
pasaba para ver que problema teníamos y cómo podíamos<br />
solucionarlo, o aunque más no sea para escuchar y darnos una<br />
palabra de aliento, también se ofrecía para llevar en su Falcon a<br />
alguien a Santa Fe o a Rosario.<br />
También Susana ( García ) o Raúl Serra con Marcial Irazusta<br />
siempre colaboraban y cuando había que ir a reuniones o actos donde<br />
ambas Comunas estaban invitadas, seguro que teníamos lugar y<br />
aprovechábamos el viaje para intercambiar ideas sobre las cuestiones<br />
comunes y ejecutar las que habían dado resultado.<br />
Los amigos de Carlitos también merecían un capítulo aparte,<br />
porque eran esos amigos de ley, donde también nos adosaba a todos,<br />
así Mario Drisu, en ese entonces Director de Salud Pública de la<br />
Municipalidad de Rosario, a quien siempre molestábamos por todos<br />
los problemas de salud, que no podían atenderse aquí y después,<br />
cuando ya no estaba en el cargo, seguíamos relacionándonos con su<br />
secretaria Mabel (a la que todavía no conocemos personalmente) en<br />
quien siempre encontrábamos una solución cuando era posible.<br />
Entre esos amigos también estaba Adrián Trini, que no sé desde<br />
donde y cómo vino a <strong>Berabevú</strong>, pero aquí terminó sus días, y está<br />
sepultado en el cementerio local. Un ser atento, agradecido y un<br />
peronista de la primera hora, que no se quería morir sin ver la<br />
reelección de Menem. Vivía solo, se había quedado sin casa y habitó<br />
la semi destruída casa de Ercilia Les (frente a la Comuna) con el<br />
consuelo de una buena atención médica, tanto del SAMCO local<br />
como de Salud Pública de Rosario.<br />
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