Cuando el presidente Calde - Libertas
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ECONOMÍA Y POLÍTICA<br />
48<br />
libertas.com.mx<br />
POR MIGUEL ÁNGEL FERRER | ferrermentor@hotmail.com<br />
“La patria no siempre<br />
sabe reconocer a sus héroes”<br />
Salvo las declaraciones<br />
de<br />
los capitostes<br />
d<strong>el</strong> PRI y d<strong>el</strong> PAN y de<br />
sus voceros en los medios<br />
de comunicación, no<br />
es fácil encontrar opiniones<br />
favorables a la reforma laboral de la<br />
dupla <strong>Calde</strong>rón-Peña Nieto. Lo contrario, en<br />
cambio, es muy sencillo: marchas, mítines,<br />
manifestaciones, declaraciones, discursos,<br />
arengas y protestas multitudinarias contra<br />
esa reforma laboral.<br />
Este último comportamiento es una cosa<br />
muy extraña tratándose de una reforma a las<br />
leyes d<strong>el</strong> trabajo diseñada para <strong>el</strong> beneficio<br />
de los trabajadores. Éstos y sus organizaciones<br />
gremiales deberían estar sumamente<br />
contentos. Y deberían estar expresando por<br />
todos los medios posibles su f<strong>el</strong>icidad y su<br />
gratitud a sus benefactores, <strong>Calde</strong>rón y Peña<br />
Nieto en primer término.<br />
¿Cómo explicar esta evidente falta de<br />
apoyo de los trabajadores a la reforma laboral?<br />
¿Será que son tímidos y que no les gusta<br />
salir a la calle a gritar vivas y loas a Manlio<br />
B<strong>el</strong>trones y a Emilio Gamboa, otros de sus<br />
benefactores? Puede que sean tímidos. Pero<br />
parece indudable que también son malagradecidos.<br />
¡Qué es eso de guardar cómodo silencio,<br />
que parece indiferencia, ante tamaña<br />
gracia de los capitostes pripanistas, entre<br />
otros y junto a B<strong>el</strong>trones, Gamboa, <strong>Calde</strong>rón<br />
y Peña Nieto, <strong>el</strong> brillante tribuno llamado<br />
Ernesto Cordero!<br />
Quizá lo que podría explicar<br />
esa absurda falta de apoyo público de mi-<br />
llones de trabajadores a una reforma legal<br />
que los favorece grandemente es que son<br />
medio tontos y bastante ignorantes, lo que<br />
les impide comprender la necesidad de<br />
mostrar su respaldo a esta nueva medida protectora<br />
de <strong>el</strong>los y de sus familias.<br />
Pero ni modo. Peña, <strong>Calde</strong>rón, B<strong>el</strong>trones,<br />
Gamboa y Cordero ya deberían saber que la<br />
clase trabajadora no es muy dada a expresar<br />
su contento por las medidas políticas creadas<br />
para su mayor bienestar. Y sabiendo esos<br />
capitostes que en su arduo trabajo en favor<br />
d<strong>el</strong> proletariado sólo encontrarán indiferencia<br />
y falta de apoyo público y expreso, deben<br />
seguir ad<strong>el</strong>ante en su patriótica y humanitaria<br />
labor.<br />
Ya va siendo hora de que, como don Mariano<br />
Rajoy, en España, procedan al aumento<br />
de la edad jubilatoria, por ejemplo a los 70 u<br />
80 años, en vez de los actuales 65, que son, en<br />
realidad, la flor de la vida. Y ya metidos en esta<br />
carrera de llevar beneficios a los trabajadores,<br />
podrían esos nobles dirigentes políticos<br />
proponer <strong>el</strong> aumento de la jornada laboral<br />
más allá de las ocho horas diarias actuales,<br />
digamos diez, doce o catorce, como en la<br />
Inglaterra d<strong>el</strong> siglo<br />
XIX. Eso sin dudad<br />
generaría mayores<br />
inversiones y traería<br />
capitales extranjeros<br />
para dinamizar aún más <strong>el</strong><br />
magnífico desempeño, bajo<br />
las directrices neoliberales, de la<br />
economía mexicana.<br />
Esta falta de expresiones públicas de<br />
gratitud de millones de trabajadores para sus<br />
patrióticos dirigentes me trae a la memoria<br />
la imagen de un monumento erigido en <strong>el</strong><br />
Panteón Francés de San Joaquín, en la ciudad<br />
de México, creo que en memoria y honor de<br />
Migu<strong>el</strong> Miramón, aqu<strong>el</strong> soldado que se puso<br />
al servicio d<strong>el</strong> imperio de Maximiliano de<br />
Habsburgo y d<strong>el</strong> invasor francés, en contra de<br />
la república representada por Benito Juárez.<br />
Esa estatua monumental tiene una inscripción<br />
que me trae de nuevo a la mente a<br />
los citados <strong>Calde</strong>rón, Peña, B<strong>el</strong>trones, Gamboa<br />
y Cordero. La inscripción dice: “La patria<br />
no siempre sabe reconocer a sus héroes”.<br />
¡Ah, patria malagradecida y ciega! No<br />
siempre sabe reconocer a sus siervos. Tanto<br />
esfuerzo y dedicación puestos al servicio de<br />
los trabajadores para que éstos y la patria, en<br />
la que sin dudad son absoluta mayoría, no sepan<br />
dar a esos cinco jerarcas <strong>el</strong> reconocimiento<br />
de héroes a que indudablemente tienen<br />
derecho. Pero quizás en <strong>el</strong> futuro tengan un<br />
monumento privado en algún panteón metropolitano.<br />
Que así sea.<br />
www.migu<strong>el</strong>ang<strong>el</strong>ferrer-mentor.com.mx<br />
7 octubre 2012