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Seis logros obtenidos por la - Iglesia Cristiana Cimiento Estable

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Ocasión: Ministración a <strong>la</strong> <strong>Iglesia</strong> local el domingo, 04 de abril de 2010, celebrando <strong>la</strong><br />

gloriosa resurrección de nuestro Señor<br />

Ministrar acerca de <strong>la</strong> Resurrección de Cristo de entre los muertos, como un hecho<br />

histórico único, glorioso y sin precedentes, y su aplicación a nuestras vidas<br />

SEIS REGALOS LOGRADOS POR LA RESURRECCIÓN DE CRISTO<br />

Textos Introductorios:<br />

Mateo 28:1 Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de <strong>la</strong> semana, vinieron<br />

María Magdalena y <strong>la</strong> otra María, a ver el sepulcro. 2 Y hubo un gran terremoto; <strong>por</strong>que<br />

un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió <strong>la</strong> piedra, y se sentó sobre<br />

el<strong>la</strong>. 3 Su aspecto era como un relámpago, y su vestido b<strong>la</strong>nco como <strong>la</strong> nieve. 4 Y de<br />

miedo de él los guardas temb<strong>la</strong>ron y se quedaron como muertos. 5 Mas el ángel,<br />

respondiendo, dijo a <strong>la</strong>s mujeres: No temáis vosotras; <strong>por</strong>que yo sé que buscáis a Jesús, el<br />

que fue crucificado. 6 No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar<br />

donde fue puesto el Señor. 7 E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los<br />

muertos, y he aquí va de<strong>la</strong>nte de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho. 8<br />

Entonces el<strong>la</strong>s, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar <strong>la</strong>s<br />

nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar <strong>la</strong>s nuevas a los discípulos, 9 he aquí, Jesús<br />

les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y el<strong>la</strong>s, acercándose, abrazaron sus pies, y le<br />

adoraron. 10 Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad <strong>la</strong>s nuevas a mis hermanos, para<br />

que vayan a Galilea, y allí me verán.<br />

1ª. Corintios 15:1 Además os dec<strong>la</strong>ro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el<br />

cual también recibisteis, en el cual también perseveráis;2 <strong>por</strong> el cual asimismo, si retenéis<br />

<strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. 3 Porque<br />

primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió <strong>por</strong> nuestros<br />

pecados, conforme a <strong>la</strong>s Escrituras; 4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día,<br />

conforme a <strong>la</strong>s Escrituras; 5 y que apareció a Cefas, y después a los doce. 6 Después<br />

apareció a más de quinientos hermanos a <strong>la</strong> vez, de los cuales muchos viven aún, y otros<br />

ya duermen. 7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 8 y al último de<br />

todos, como a un abortivo, me apareció a mí. 9 Porque yo soy el más pequeño de los<br />

apóstoles, que no soy digno de ser l<strong>la</strong>mado apóstol, <strong>por</strong>que perseguí a <strong>la</strong> iglesia de Dios.<br />

Texto: 1ª Corintios 15:12 Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo<br />

dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? 13 Porque si no hay<br />

resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. 14 Y si Cristo no resucitó, vana es<br />

1


entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. 15 Y somos hal<strong>la</strong>dos falsos<br />

testigos de Dios; <strong>por</strong>que hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no<br />

resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. 16 Porque si los muertos no resucitan,<br />

tampoco Cristo resucitó; 17 y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en<br />

vuestros pecados. 18 Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. 19 Si en<br />

esta vida so<strong>la</strong>mente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de<br />

todos los hombres. 20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los<br />

que durmieron es hecho.<br />

La resurrección de Jesucristo es hecho histórico, único, glorioso y sin precedentes<br />

y es im<strong>por</strong>tante <strong>por</strong> muchas razones.<br />

Primero, testifica del inmenso poder de Dios mismo.<br />

Creer en <strong>la</strong> resurrección es creer en Dios. Si Dios existe, y si Él creó el universo y<br />

tiene poder sobre él; Él tiene el poder de levantar a los muertos.<br />

Si Él no tiene tal poder, Él no es un Dios digno de nuestra fe y adoración.<br />

Solo Él, quien creó <strong>la</strong> vida, puede resucitar después de <strong>la</strong> muerte, solo Él puede<br />

revertir <strong>la</strong> atrocidad que es <strong>la</strong> muerte misma, y solo Él puede quitar el aguijón que<br />

es <strong>la</strong> muerte y dar <strong>la</strong> victoria sobre <strong>la</strong> tumba.<br />

En <strong>la</strong> resurrección de Jesús de <strong>la</strong> tumba, Dios nos recuerda su absoluta soberanía<br />

sobre <strong>la</strong> vida y <strong>la</strong> muerte.<br />

A diferencia de todas <strong>la</strong>s otras religiones, solo el cristianismo tiene un fundador<br />

que trascendió <strong>la</strong> muerte y quien prometió que Sus seguidores harían lo mismo.<br />

Todas <strong>la</strong>s otras (falsas) religiones fueron fundadas <strong>por</strong> hombres y profetas, cuyo<br />

fin fue <strong>la</strong> tumba.<br />

Como cristianos, somos confortados en el hecho de que nuestro Dios se hizo<br />

hombre, murió <strong>por</strong> nuestros pecados, fue muerto y resucitado al tercer día. La<br />

tumba no pudo retenerlo. Él vive y ahora está sentado a <strong>la</strong> diestra de Dios el Padre<br />

en el Cielo. La iglesia viviente tiene una Cabeza viviente.<br />

I. EL PRIMER REGALO: LA GARANTÍA DE UNA FE AUTÉNTICA<br />

14 Y si Cristo no resucitó, vana es vuestra fe<br />

17 y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana<br />

1ª. Pedro 1:3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su<br />

grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, <strong>por</strong> <strong>la</strong> resurrección<br />

de Jesucristo de los muertos,<br />

Cuando Jesús se levantó de los muertos ganó <strong>la</strong> nueva vida que obtenemos<br />

a través del nuevo nacimiento.<br />

2


Eph 2:5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente<br />

con Cristo (<strong>por</strong> gracia sois salvos), 6 y juntamente con él nos resucitó, y<br />

asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,<br />

Con su resurrección garantizó un nuevo corazón que al recibir <strong>la</strong> gracia<br />

entendería el evangelio.<br />

Eze 36:26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros;<br />

y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.<br />

Con su resurrección garantizó que recibiríamos un corazón tan sensible que<br />

reconocería su condición perdida y pecaminosa de<strong>la</strong>nte de un Dios tan<br />

Santo.<br />

Un corazón entendería el Evangelio y creería y que se vería tan atraído <strong>por</strong><br />

<strong>la</strong> Gloria de Dios, que resistiría al l<strong>la</strong>mado del Evangelio.<br />

La gracia para poder escuchar, entender y creer al Evangelio nos fue<br />

garantizada <strong>por</strong> <strong>la</strong> Resurrección de Cristo<br />

Ro 10:17 Así que <strong>la</strong> fe es <strong>por</strong> el oír, y el oír, <strong>por</strong> <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra de Dios.<br />

Eph 2:8 Porque <strong>por</strong> gracia sois salvos <strong>por</strong> medio de <strong>la</strong> fe; y esto no de<br />

vosotros, pues es don de Dios;<br />

La gracia para vivir <strong>por</strong> <strong>la</strong> Fe<br />

Gá<strong>la</strong>tas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas<br />

vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en <strong>la</strong> carne, lo vivo en <strong>la</strong> fe del Hijo de<br />

Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo <strong>por</strong> mí.<br />

II. EL SEGUNDO REGALO: LA GARANTÍA DEL PERDÓN DE NUESTROS PECADOS<br />

17 y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.<br />

Romanos 4:25 el cual fue entregado <strong>por</strong> nuestras transgresiones, y resucitado<br />

para nuestra justificación.<br />

Con su muerte El pagó el precio de <strong>la</strong> pena <strong>por</strong> nuestros pecados y compró<br />

nuestra justificación<br />

Cristo resucitó de los muertos para darle validez y celebrar <strong>la</strong> obra de <strong>la</strong><br />

justificación<br />

3


Todos nosotros necesitamos perdón y aceptación de<strong>la</strong>nte del trono de Dios,<br />

y tenemos que reconocer que es <strong>por</strong> causa de <strong>la</strong> resurrección de nuestro<br />

Señor que nuestros pecados son borrados y tenemos confianza para estar<br />

de<strong>la</strong>nte del trono de Dios.<br />

Jesús en su muerte proveyó los recursos, es como que si nos depositaran<br />

fondos incontables a nuestro favor en una cuenta bancaria. La resurrección<br />

de Cristo podría ser comparada a que cobró y le dio <strong>la</strong> validez a los mismos,<br />

los cuales son entregados gratuitamente a aquel que cree en Él y recibe los<br />

beneficios de <strong>la</strong> justificación.<br />

III. EL TERCER REGALO: LA GRARANTÍA DEL PODER PARA OBEDECER Y RESISTIR AL<br />

PECADO<br />

Romanos 6:4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte <strong>por</strong> el<br />

bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos <strong>por</strong> <strong>la</strong> gloria del Padre,<br />

así también nosotros andemos en vida nueva.<br />

Efesios 1:19 y cuál <strong>la</strong> supereminente grandeza de su poder para con nosotros los<br />

que creemos, según <strong>la</strong> operación del poder de su fuerza, 20 <strong>la</strong> cual operó en<br />

Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares<br />

celestiales,<br />

Eph 6:10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de<br />

su fuerza.<br />

Filipenses 3:10 a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y <strong>la</strong> participación<br />

de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte,<br />

IV. EL CUARTO REGALO: LA GARANTÍA DE LA VERACIDAD DE NUESTRA PREDICACIÓN<br />

14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también<br />

vuestra fe.15 Y somos hal<strong>la</strong>dos falsos testigos de Dios; <strong>por</strong>que hemos testificado de<br />

Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no<br />

resucitan.<br />

Sería vano el testimonio de los apóstoles y su predicación, así como nuestra<br />

predicación<br />

4


Si Cristo no hubiese resucitado sería un impostor y todo el cristianismo una<br />

falsedad.<br />

La autenticidad de <strong>la</strong> <strong>Iglesia</strong>, de su obra, y de <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor de los ministros del Evangelio<br />

depende totalmente de <strong>la</strong> resurrección de Cristo.<br />

Mateo 15:18 Este pueblo de <strong>la</strong>bios me honra; Mas su corazón está lejos de mí.<br />

9 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de<br />

hombres.<br />

Ga 2:2 Pero subí según una reve<strong>la</strong>ción, y para no correr o haber corrido en vano,<br />

expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico<br />

entre los gentiles.<br />

Gá<strong>la</strong>tas 1:11 Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado <strong>por</strong> mí, no<br />

es según hombre; 12 pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino <strong>por</strong><br />

reve<strong>la</strong>ción de Jesucristo.<br />

Nuestra predicación no es en vano, es llena de veracidad, testificamos de <strong>la</strong><br />

realidad<br />

V. EL QUINTO REGALO: LA GARANTÍA DE QUE NO SOMOS DIGNOS DE LÁSTIMA-<br />

SOMOS ENVIDIABLES<br />

19 Si en esta vida so<strong>la</strong>mente esperamos en Cristo, somos los más dignos de<br />

conmiseración de todos los hombres.<br />

Nuestra vida cristiana no da lástima, nuestro servicio cristiano no es motivo de<br />

vergüenza.<br />

1ª. Corintios 15:58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes,<br />

creciendo en <strong>la</strong> obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor<br />

no es en vano.<br />

Gastar nuestra vida en Cristo es tiene significado, tiene valor.<br />

Re 3:9 He aquí, yo entrego de <strong>la</strong> sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y<br />

no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y<br />

reconozcan que yo te he amado.<br />

5


Zec 8:23 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez<br />

hombres de <strong>la</strong>s naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío, diciendo:<br />

Iremos con vosotros, <strong>por</strong>que hemos oído que Dios está con vosotros.<br />

VI. EL SEXTO REGALO: LA GARANTÍA DE QUE RESUCITAREMOS<br />

1ª. Corintios 15:20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de<br />

los que durmieron es hecho.<br />

Primicias es una parábo<strong>la</strong> que ilustra de que así como es el primer fruto, aspi será<br />

el resto.<br />

2ª. Corintios 4:14 sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también<br />

nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros.<br />

Ro 6:5 Porque si fuimos p<strong>la</strong>ntados juntamente con él en <strong>la</strong> semejanza de su<br />

muerte, así también lo seremos en <strong>la</strong> de su resurrección;<br />

1Co 15:49 Y así como hemos traído <strong>la</strong> imagen del terrenal, traeremos también <strong>la</strong><br />

imagen del celestial.<br />

Php 3:21 el cual transformará el cuerpo de <strong>la</strong> humil<strong>la</strong>ción nuestra, para que sea<br />

semejante al cuerpo de <strong>la</strong> gloria suya, <strong>por</strong> el poder con el cual puede también<br />

sujetar a sí mismo todas <strong>la</strong>s cosas.<br />

Necesitamos vivir con el recuerdo de su resurrección<br />

2Ti 2:8 Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos<br />

conforme a mi evangelio,<br />

6

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