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Referencias
34 aportes
• Salarios y beneficios superiores a los
mínimos legales,
• Aplicación de sistemas de Información-
Consulta organizacionales,
• Avance en la gestión de la calidad.
Este enfoque debería estar basado en los criterios
de corresponsabilidad y complementariedad. Un
trabajador que no tenga la posibilidad de participar,
que no se sienta corresponsable de la tarea que
desarrolla, es una persona herida en su dignidad.
“Cuando se hace participar a la gente de forma
significativa, ésta se comprometerá y aportará lo
mejor de sí misma. Y lo que es más, cuando las
personas identifican sus metas personales con las
de la organización, liberan una enorme energía,
creatividad y lealtad” (Stephen Covey, El Liderazgo
centrado en principios, pag. 300).
Un aspecto relevante que se debería considerar
es el cambio del modelo económico de mercado
por un nuevo modelo alternativo de Desarrollo
Humano Integral.
Esto implicaría transformaciones del sistema
actual mediante consolidaciones, desarrollos y
transformaciones institucionales, como por ejemplo:
• La defensa de la bio-diversidad, el
reconocimiento de la economía comunitaria,
las reglas de convivencia entre los actores
sociales del trabajo.
• Desarrollos institucionales como la
economía popular y solidaria; de la estructura
productiva, de sistemas de finanzas populares
(microcréditos).
• Reformas del sistema fiscal, financiero,
unitario de la propiedad, de producción y
control de los monopolios y regulación de los
mercados.
Como posibles lineamientos de acción se debería
considerar:
(I) La inseparabilidad real de lo económico y lo
socio-cultural;
(II) El cambio de los actores y los sectores a los
principios de solidaridad, subsidiaridad activa y
bien común;
(III) La recuperación de la pluralidad de
iniciativas populares;
(IV) La complementariedad de lo rural y urbano;
(V) La construcción participativa de políticas
públicas, nacionales y territoriales a través de
la concertación de los tres sectores (gobierno,
empleadores y trabajadores).
(4.3).- Recomendaciones
Para avanzar en la dignificación del trabajo humano
en Latinoamérica se requeriría prioritariamente:
1. Reconocer y promover la dimensión
individual, familiar, social y cultural de las
personas.
2. Profundizar la formación y capacitación
permanente a todo nivel,
3. Contribuir a generar una
institucionalidad laboral que equilibre
las relaciones entre empleadores y
trabajadores.
4. Propiciar cambios en los patrones
de conducta que faciliten implementar
proyectos de economía solidaria.
5. Fortalecer la cohesión y participación
social.
6. Alcanzar una recuperación del
desarrollo sostenible para asegurar el bien
común de nuestra región.
7. Continuar promoviendo una
mundialización con rostro humano que
exprese la acumulación del progreso