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Referencias
38 aportes
(5.2).- Propuestas
Para reducir y eliminar todas las consecuencias de la
falta de empleo, la precariedad y la mercantilización
del trabajo, planteamos una serie de propuestas
analizadas a partir de ejemplos concretos aplicados
o aplicables que pueden servir como punto de partida
para la creación de nuevas formas de ocupación,
dignas y rentables; tomando en cuenta que ningún
actor social puede generar y mantener en sí
mismo empleo. Ni la empresa, ni el Estado, ni los
trabajadores solos pueden generar propuestas de
desarrollo, trabajo e integración social.
A partir de la especialización productiva, se
pueden generar formas sustentables de empleo,
especialmente en el caso de la agricultura. Tomando
como ejemplo el caso particular de Perú, en la
población de Puno se cultiva una clase especial
de café orgánico, que se dio a partir del estudio y
especialización de los suelos. Mismo procedimiento
puede ser rescatado para aplicarlo en la parte agrícola
de América Latina, donde cada vez son menos las
oportunidades de encontrar y explotar los suelos, y
dado que este segmento de la población es uno de
los mas desatendidos por los gobiernos.
Otro aporte es el que se presenta en Brasil, con
el salario mínimo garantizado, como política
gubernamental para la inclusión de sectores
vulnerables. Este programa permite que se les de un
incentivo a las madres de un salario mínimo, siempre
y cuando ellas se capaciten y lleven a sus hijos a la
escuela y a las revisiones periódicas de salud. Este
punto puede ayudar a establecer una mejora en la
ayuda y en la subsidiariedad desde un punto de vista
distinto.
En algunos países de América Latina se maneja este
concepto como una ayuda paternalista del Estado que
no permite el desarrollo profesional de las personas.
Aquí la propuesta va directamente hacia las políticas
de estado para que la ayuda no caiga en el simple
asistencialismo paternalista, sino que se le lleve a
cumplir los requisitos necesarios para obtener un
trabajo digno.
Para el sector de los jóvenes se puede incentivar
la obtención del primer empleo, caso de Brasil y
algunos países Latinoamericanos, donde existen
programas dirigidos a jóvenes de entre 16 a 25 años,
cuyo propósito es generar oportunidades de trabajo
remunerado en un grupo que no es tomado en cuenta
al momento de ser contratados por empresarios o
desde el mismo Estado.
De esta forma se puede mejorar la calificación
del trabajo, se ayuda a obtener experiencia y
profesionalizar sus actividades.
Como experiencia este proyecto puede aportar a que
se consideren en otros países de Latinoamérica esta
primera oportunidad de empleo como una estrategia
para evitar el desempleo. En algunos países se han
generado estas ideas de inserción laboral, Brasil es
apenas un ejemplo, que deben ser apoyadas con
un seguimiento que permita su consecución a largo
plazo.
Como estas propuestas existen muchas en América
Latina, de distinto tipo y desde diversas visiones. No
se puede hacer referencia a todas, a partir de estas
se debe ampliar, recoger y evaluar a partir de lo real
y específico.
La OIT considera una incidencia global en el marco
laboral, en este ámbito se torna necesario tomar
en cuenta la realidad local para la implementación
de Pactos Nacionales por el empleo digno, con
la participación tripartita (Estado, trabajadores y
empleadores).
Nuestra propuesta se enmarca en programas por
el trabajo digno en cada país por la posibilidad
de mantener un marco jurídico, participación de
las organizaciones intermedias y la importancia
económica, estas experiencias se vienen dando
desde países como Argentina, República Dominicana
y El Salvador.
Hay experiencias positivas en formación profesional
que funcionan con financiamiento tripartito y
administración tripartita, tal es el caso específico de
Uruguay en el que participa el sindicato uruguayo de
la educación.
Es necesario que las organizaciones sindicales asuman
su responsabilidad en la formación profesional como
parte activa del proceso. Las escuelas de formación no