Revista ENTORNO - Sistema Universitario Ana G. Mendez
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<strong>ENTORNO</strong><br />
18<br />
AÑO 6<br />
VOL. 1<br />
2011<br />
POLÍTICA EDITORIAL<br />
<strong>ENTORNO</strong> acepta colaboraciones de sus lectores. Los<br />
artículos recibidos deben estar redactados en formato<br />
WORD, con una extensión no mayor de 1,500 palabras;<br />
si incluye imágenes, deben estar en formato JPG con<br />
una resolución gráfica de 300 puntos por pulgada cuadrada<br />
[“dpi”]. El Comité Editorial evaluará los artículos<br />
recibidos y se reserva el derecho de publicarlos o no,<br />
al igual que el derecho de editar, titular y/o solicitar la<br />
revisión de todo artículo. El Comité no devolverá el material<br />
recibido. <strong>ENTORNO</strong> no es responsable del contenido<br />
de los artículos publicados. Cada colaborador es<br />
responsable de la veracidad, precisión y autenticidad<br />
de su artículo.<br />
IMAGEN DE LA PORTADA<br />
Sin Título, Wall Map Series<br />
C-Print, 2005<br />
Karlo Andrei Ibarra<br />
AMIGO DE<br />
<strong>ENTORNO</strong>:<br />
¡Hazte amigo de <strong>ENTORNO</strong>!<br />
CALLE DEL PARQUE #225<br />
SAN JUAN, PUERTO RICO 00912<br />
T. 787.724.1213<br />
F. 787.724.3295<br />
Landy Miguel Caballero<br />
AMIGO DE ORO<br />
El CAAPPR solicita tu contribución para apoyar su publicación.<br />
Tu aportación complementará los ingresos<br />
que obtiene la revista para asegurar su autofinanciación.<br />
Mediante el “Fondo Amigos de <strong>ENTORNO</strong>”, puedes<br />
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Amigo Bronce $50.00<br />
Amigo Plata $100.00<br />
Amigo Oro $250.00<br />
Amigo Platino $500.00<br />
Los nombres de todos los amigos contribuyentes<br />
serán reconocidos en un lugar destacado de la revista<br />
<strong>ENTORNO</strong> en sus ediciones durante el año siguiente<br />
a su contribución.<br />
Para hacerse Amigo de <strong>ENTORNO</strong>, llame al CAAPPR<br />
al 787.724.1213 y comuníquese con Ivonne Sanabria.<br />
WWW.CAAPPR.ORG<br />
COMITÉ EDITORIAL<br />
Rafael Castro Montes de Oca,<br />
Presidente CAAPPR<br />
Bennett Díaz,<br />
Director Ejecutivo CAAPPR<br />
Ivette Batista<br />
Jorge Carbonell<br />
Vladimir García<br />
Rafael Pumarada<br />
Carlos Preston<br />
Ivonne Sanabria<br />
EQUIPO DE TRABAJO DE <strong>ENTORNO</strong><br />
Editor<br />
Javier Román Nieves<br />
editor@revistaentorno.com<br />
Diseño gráfico<br />
Sofía Sáez Matos<br />
disenografico@revistaentorno.com<br />
Correctora<br />
Amapola Caballero Moreno<br />
corrector@revistaentorno.com<br />
Ventas<br />
Alisha Rhoades<br />
arhoades@caappr.com<br />
T. 787.724.1213 F. 787.724.3295<br />
Almacén e inventario<br />
Ramón Ramos<br />
Carlos Rivera<br />
Impresión<br />
Model Offset Printing<br />
En <strong>ENTORNO</strong> queremos saber sus comentarios, sugerencias y opiniones. Por favor, ¡contáctenos! Escriba al Editor<br />
a la siguiente dirección:<br />
Editor, <strong>Revista</strong> <strong>ENTORNO</strong><br />
Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico<br />
Calle del Parque #225, Santurce, PR 00912<br />
editor@revistaentorno.com<br />
www.caappr.org<br />
¿Cómo obtener <strong>ENTORNO</strong>? Para obtener su copia de <strong>ENTORNO</strong> puede acudir personalmente a la sede del<br />
CAAPPR, o puede comunicarse con la relacionista pública, Ivonne Sanabria, al teléfono 787-724-1213, o escribir a la<br />
dirección electrónica: isanabria@caappr.org<br />
<strong>ENTORNO</strong> es la revista oficial de divulgación y difusión del Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de<br />
Puerto Rico (CAAPPR). Tiene por objetivo promover el conocimiento, discusión y debate público sobre tópicos actuales<br />
y de interés público relacionados con la arquitectura, la arquitectura paisajista, el urbanismo, la cultura y el<br />
buen diseño en general. <strong>ENTORNO</strong> se publica trimestralmente con una tirada de 3,000 ejemplares. Se distribuye<br />
gratuitamente a toda la matrícula del Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico, así como a los<br />
miembros de la Rama Ejecutiva y Legislativa, a los alcaldes de Puerto Rico, y a diversas asociaciones profesionales,<br />
universidades y miembros de la prensa. La publicación se ofrece para la venta al público general en establecimientos<br />
seleccionados que incluyen los principales museos, las principales librerías, y varios comercios especializados. Las<br />
expresiones vertidas en la revista no necesariamente reflejan la opinión del CAAPPR. Ninguna parte de la revista<br />
podrá ser utilizada o reproducida sin la autorización escrita del CAAPPR. Derechos reservados CAAPPR, 2011.<br />
Junta de Gobierno 2010-11 * Arq. Rafael Castro Montes de Oca, Presidente * Arq. Ivonne María Marcial Vega,<br />
Vicepresidenta * Arq. Edgar Morell Rivera, Secretario * Arq. Enrique Abruña Lojo, Tesorero * Arq. Manuel De Lemos<br />
Zuazaga, Auditor * Arq. Maricelis Ramos Pérez, Directora de Educación * Arq. Moisés Cordero Rodríguez, Director<br />
de Ejercicio Profesional * Arq. María Gabriela Flores Kearns, Directora de Asuntos Técnico-Profesionales * Arq. Ent.<br />
Elizabeth Castrodad Vélez, Delegada de Enlace de los Arquitectos en Entrenamiento * Arq. Psj. Ent. Olga Angueira<br />
Andraca, Delegada de los Arquitectos Paisajistas
contenido_><br />
<strong>ENTORNO</strong><br />
05 Mensaje del Presidente<br />
Rafael Castro Montes de Oca<br />
41<br />
05<br />
07<br />
08<br />
11<br />
18<br />
22<br />
24<br />
46<br />
58<br />
Mensaje del Editor<br />
Javier Román Nieves<br />
Colaboradores<br />
Noticias<br />
<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA<br />
Curitiba • Portland • Copenhague •<br />
tres modelos de transparencia<br />
y continuidad<br />
María A. Juncos Gautier<br />
El costo del desparramamiento urbano<br />
Luis García Pelatti<br />
Planes de usos del terreno en<br />
Puerto Rico: antecedentes históricos<br />
Jorge Hernández | Carlos Maysonet<br />
Proyecto de la Edición<br />
Parque de la Laguna del Condado -<br />
Jaime Benítez<br />
Coleman-Davis Pagán Arquitectos<br />
Peak oil: transición energética difícil,<br />
ineludible e impostergable<br />
Jorge Carbonell<br />
Artista de la Edición<br />
Karlo Ibarra: de la cartografía de<br />
territorios a la simbología territorial<br />
Javier Román Nieves<br />
DOSSIER 1 [en el centro]<br />
Recomendaciones principales para<br />
un Plan de Usos de Terrenos para<br />
Puerto Rico<br />
49<br />
53<br />
29<br />
31<br />
33<br />
36<br />
38<br />
60<br />
<strong>ENTORNO</strong> PAISAJISMO<br />
Paseo Río Bayamón<br />
Figueroa y Figueroa<br />
La planificación y la preservación<br />
del paisaje<br />
Ángel M. Rodríguez Alonso<br />
<strong>ENTORNO</strong> ACADEMIA<br />
Ciudades del futuro: Charrette 2011<br />
María Gabriela Flores<br />
OTROS <strong>ENTORNO</strong>S<br />
Plan de Usos de Terrenos a nivel<br />
regional para Puerto Rico<br />
Leslie M. Rosado Sánchez<br />
El Plan de Usos de Terrenos en el<br />
marco de un modelo de desarrollo<br />
de una “economía ecológica”<br />
José I. Alameda Lozada<br />
Un plan de vida: cinco principios<br />
y cinco recomendaciones<br />
Fernando Lloveras San Miguel<br />
Las enormes proporciones de<br />
nuestra huella ecológica<br />
Fernando Abruña<br />
Producción ecológica de alimentos<br />
en el contexto de los usos de<br />
terrenos en Puerto Rico<br />
Nelson Álvarez Febles<br />
<strong>ENTORNO</strong> ESTILO<br />
Diseñadores puertorriqueños<br />
en la BID<br />
Redacción de <strong>ENTORNO</strong>
Tel. 787.850.3000<br />
Fax 787.850.6620<br />
Email sales@printmop.com<br />
Website Printmop.com
<strong>ENTORNO</strong> MENSAJES<br />
Rafael Castro Montes de Oca,<br />
Presidente CAAPPR<br />
De acuerdo con el World Economic Forum,<br />
los asuntos principales a considerar al medir el desarrollo<br />
económico de un país son: la economía, la<br />
salud, el desarrollo social, y el medio ambiente. En<br />
Puerto Rico, aunque mucho se ha discutido sobre<br />
la importancia de atender cada uno de estos temas,<br />
no existe consenso en torno a la prioridad que se les<br />
debe asignar o a la manera en que se deben afrontar.<br />
El Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas<br />
de Puerto Rico (CAAPPR) ha pregonado siempre<br />
la urgencia por reconocer la planificación integral<br />
de nuestro entorno construido y la conservación de<br />
nuestro patrimonio natural como condiciones imprescindibles<br />
para alcanzar un desarrollo socioeconómico<br />
equilibrado y para mejorar la calidad de<br />
vida de todos los que habitan esta isla.<br />
Aspiramos a vivir en un país próspero y seguro,<br />
en el cual se garantice que nuestros hijos<br />
puedan tener una educación que los prepare para<br />
enfrentar los retos de un mundo globalizado y en el<br />
Javier Román Nieves<br />
Editor<br />
El pasado 24 de marzo, en reunión informal<br />
entre oficiales de las ciudades de Portland y Curitiba,<br />
y representantes del Colegio, se presentaron<br />
y se recibieron comentarios sobre las Recomendaciones<br />
al Plan de Usos de Terrenos de Puerto Rico,<br />
documento central de esta edición. Esto ocurrió en<br />
el contexto de un encuentro organizado por María<br />
Juncos, directora del CEDES, y autora del primer<br />
artículo en este número de <strong>ENTORNO</strong>, donde compara<br />
y expone las virtudes de estas ciudades junto a<br />
Copenhague, como modelos de desarrollo urbano<br />
sustentable.<br />
Entre los valiosos comentarios de los funcionarios<br />
invitados, coincidieron en que Puerto<br />
Rico necesita desesperadamente líderes capaces de<br />
impulsar los cambios necesarios para solucionar<br />
nuestros problemas: desde frenar y remediar el desparrame<br />
urbano, hasta diversificar nuestras fuentes<br />
energéticas, dirigirnos hacia una cultura zero waste,<br />
y restaurar nuestra seguridad alimentaria. Para la<br />
misma fecha aprendí, de la investigación de tesis de<br />
una estudiante, dos citas de nuestros caudillos mas<br />
reconocidos: Luis Muñoz Marín y Luis A. Ferré.<br />
De el primero: “un hombre sin un pedazo de tierra<br />
que tengamos acceso a los mejores servicios de salud<br />
posibles. No obstante, los elementos que sostienen<br />
una mejor calidad de vida no ocurren en el vacío,<br />
sino en un contexto físico-espacial. Las carreteras,<br />
la vivienda, los espacios públicos, las escuelas, los<br />
centros hospitalarios, la infraestructura, y la basura<br />
son ejemplos de cómo los asuntos de mayor pertinencia<br />
para nuestra sociedad se conjugan en nuestro<br />
entorno natural y construido. Por otro lado, los<br />
problemas que se manifiestan en nuestro entorno<br />
natural y construido contribuyen significativamente<br />
al empobrecimiento del país. Por ejemplo, el<br />
inmenso costo económico que le ocasiona el desparrame<br />
urbano a nuestra sociedad, las consecuencias<br />
nefastas de nuestra dependencia del petróleo, la inseguridad<br />
alimentaria que nos acecha y la enorme<br />
huella ecológica que tenemos los puertorriqueños,<br />
evidencian la urgencia que existe para desatar el<br />
nudo gordiano que hasta ahora nos impide gestionar<br />
adecuadamente nuestro escaso territorio.<br />
<strong>ENTORNO</strong> 18 aborda este difícil tópico usando<br />
como pie forzado las Recomendaciones para un Plan<br />
de Usos de Terrenos de Puerto Rico que produjo el<br />
Comité de Plan de Usos de Terrenos del CAAPPR.<br />
Este documento, que figura como Dossier de la<br />
edición, y que es el producto de una colaboración<br />
interdisciplinaria entre arquitectos, planificadores,<br />
ingenieros, sociólogos y ambientalistas, propone<br />
que el Plan de Usos de Terrenos, para que funcione,<br />
debe trascender sus funciones de clasificar y calificar<br />
los suelos para incidir sobre los temas de movilidad,<br />
energía, agua, desperdicios sólidos y, sobre<br />
todo, gobernanza. El escrito de María A. Juncos,<br />
Planificación y usos de terrenos: tres modelos de trans-<br />
y sin una casita [ ] no es un hombre”; y del segundo:<br />
“un hombre es más feliz con un ranchito de su<br />
propiedad que con un palacio alquilado”.<br />
Tras examinar el costo del desparrame urbano<br />
aún predicado sobre esas fantasías, me pregunto,<br />
¿qué líder iría a los natalicios partidistas a<br />
decirles sobre sus tumbas: ustedes estaban equivocados?<br />
¿Qué líder le explicaría al actual presidente<br />
de la Junta de Planificación: el desparrame urbano<br />
puede frenarse; el Estado puede regular los mercados,<br />
fue creado para proteger los intereses de los<br />
ciudadanos? ¿Qué líder le dirá a la Asociación de<br />
Constructores de Hogares que toca diversificar su<br />
quehacer, que el problema de la “industria de la<br />
construcción” es el que tendrían los médicos si la<br />
gente dejara de enfermarse-se ha construido mas<br />
que la demanda?<br />
Varias ediciones de <strong>ENTORNO</strong> han tratado<br />
los problemas de Puerto Rico con el manejo del<br />
territorio, con la transportación, con reconocer la<br />
arquitectura como parte de la crisis, y con la producción<br />
energética. En esta ocasión se profundiza<br />
alrededor de las consideraciones para un plan de<br />
usos de terrenos, donde la gobernabilidad figura, a<br />
mi entender, como el mayor reto, no solo para implantar<br />
dicho plan, sino para resolver todos los demás<br />
problemas comunes a todas las “democracias”<br />
occidentales que enfrentan el Peak Oil y (ahora) el<br />
Peak Everything.<br />
De un lado, están quienes creen en un “gobierno<br />
pequeño” que restituya al dios del libre mercado,<br />
y del otro, están quienes creen que lo importante<br />
no es el tamaño del gobierno, sino expurgarlo<br />
para buscar el bien común. Ambos coexisten con<br />
toda gama de usurpadores y vividores del erario<br />
público cuyo único interés es el bien propio y el<br />
de sus padrinos de campaña. Nunca han faltado ni<br />
el talento ni las ideas, pero siempre han sobrado la<br />
CAAPPR<br />
parencia y continuidad, demuestra con los ejemplos<br />
conocidos de las ciudades de Curitiba, Portland,<br />
y Copenhague, el fruto de la implantación de algunas<br />
de las recomendaciones esbozadas en este<br />
Dossier. Además, el artículo de Jorge Hernández y<br />
Carlos Maysonet, Planes de usos de terrenos en Puerto<br />
Rico: antecedentes históricos, y el artículo de Leslie<br />
M. Rosado Sánchez, Plan de usos de terrenos a nivel<br />
regional para Puerto Rico, contextualizan la discusión<br />
al brindar un panorama amplio de todos los<br />
esfuerzos realizados en el pasado y el presente para<br />
planificar el desarrollo económico, social y urbano<br />
del país.<br />
El proyecto de la edición, Parque Jaime Benítez,<br />
en la laguna del Condado, del arquitecto José<br />
R. Coleman-Davis Pagán, nos enseña que en Puerto<br />
Rico sí es posible desarrollar proyectos estratégicos<br />
en el espacio público que reactiven toda una zona<br />
olvidada de la ciudad tomando la regeneración del<br />
medio ambiente natural como punto de partida.<br />
Pero la encomienda principal de esta edición<br />
de <strong>ENTORNO</strong> es presentar al lector el Plan de Usos<br />
de Terrenos como una oportunidad única para<br />
plasmar sobre el territorio una necesaria visión de<br />
país. Aspiramos a que esta propuesta estratégica<br />
trascienda los intereses político-partidistas y que<br />
incorpore a todos los sectores de nuestra sociedad<br />
en la planificación del desarrollo económico y físico<br />
de los próximos diez o quince años. Apostar a<br />
alcanzar la calidad de vida que los puertorriqueños<br />
añoramos para nuestras generaciones futuras debe<br />
ser nuestra mayor prioridad.<br />
avaricia y la ignorancia de estos estorbos públicos.<br />
Por eso es más fácil irse y evitar conflictos, como<br />
muestran los datos demográficos.<br />
Con la entrega de esta edición me despido.<br />
El reglamento del Comité Editorial estipula que<br />
la revista <strong>ENTORNO</strong> “tiene por objetivo promover<br />
el conocimiento, discusión y debate público sobre<br />
tópicos relacionados a la arquitectura, arquitectura<br />
paisajista, urbanismo y el diseño en general, entre<br />
su membresía y el público general, conforme la misión<br />
y objetivos del Colegio”. Ha sido un privilegio<br />
y un placer cumplir con esta misión, pero la naturaleza<br />
de los problemas que enfrenta Puerto Rico y<br />
el mundo entero han caído, a mi juicio, fuera del<br />
marco institucional según interpretado en el actual<br />
momento de crisis.<br />
Agradezco a los presidentes de CAAPPR,<br />
Tony Moreno y Rafael Castro, así como a los<br />
presidentes del Comité Editorial, José Fernando<br />
Vázquez y Rafael Pumarada, y al director ejecutivo<br />
durante esta gestión, Bennett Díaz, cuya labor<br />
ha sido indispensable para la subsistencia de la revista.<br />
No menos importante ha sido el trabajo del<br />
personal del Colegio, de los miembros del Comité<br />
Editorial, de los colaboradores, las correctoras de<br />
lenguaje, Melba Ferrer y Amapola Caballero, el patrocinio<br />
de nuestros anunciantes y, por supuesto,<br />
la paciencia y dedicación de la diseñadora gráfica,<br />
Sofía Sáez. A todos, gracias totales.<br />
Finalizo con un saludito a mis sobrinos,<br />
porque me lo pidieron y me parece divertido.<br />
Son nuestros niños los que heredarán el producto de<br />
la dejadez, del egoísmo y de esa irresponsable,<br />
pero inigualable capacidad de no poder enfrentar<br />
a los superiores y decirles: “líder, usted está equivocado”.<br />
A los queridos lectores: mil gracias y que les<br />
aproveche la lectura.<br />
05
© 2010 Masco Corporation of Indiana<br />
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<strong>ENTORNO</strong> COLABORADORES<br />
Fernando Abruña Charneco<br />
es arquitecto practicante<br />
y catedrático de la Escuela<br />
de Arquitectura<br />
de la UPR, además es fellow<br />
del AIA, y autor de<br />
numerosos libros de diseño, construcción y<br />
sustentabilidad de Puerto Rico. Fue el fundador<br />
y el pasado presidente del US Green<br />
Building Council, Capítulo del Caribe y es<br />
una autoridad reconocida sobre edificios sustentables<br />
en Puerto Rico. Abruña diseñó la<br />
primera Casa Ecológica de Puerto Rico, la<br />
primera Escuela Ecológica de Puerto Rico y<br />
la Eco-Casa Prediseñada de Puerto Rico, entre<br />
otros proyectos sustentables. Actualmente,<br />
construye la segunda Escuela Ecológica de<br />
Puerto Rico en Dorado y pronto comenzará<br />
la construcción de su Parque Ecológico de<br />
la Luna Llena para la Compañía de Parques<br />
Nacionales. Ha sido conferenciante invitado<br />
en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos.<br />
Su obra construida, escrita y de investigación<br />
ha sido exhibida, divulgada y galardonada en<br />
numerosas ocasiones y ha sido motivo de<br />
artículos y documentales televisivos y en la<br />
Internet en distintos países.<br />
El doctor José I. Alameda<br />
Lozada posee un<br />
bachillerato en Administración<br />
de Empresas con<br />
concentración en Economía<br />
(1973) del Recinto<br />
<strong>Universitario</strong> de Mayagüez y obtuvo una<br />
maestría en Planificación Económica (1976)<br />
de la Escuela Graduada de Planificación de<br />
la UPR. Obtuvo su maestría en Economía<br />
de la Universidad de Rutgers (1982), y su<br />
doctorado en Economía de la Universidad<br />
de Gales en el Reino Unido (1996). Es actualmente<br />
catedrático del Departamento de<br />
Economía del RUM y ha sido asesor económico<br />
de numerosas instituciones, agencias<br />
del Gobierno y empresas privadas. Tiene tres<br />
libros publicados sobre temas de economía y<br />
vivienda y ha sido profesor en otras instituciones<br />
de educación superior, además de ser<br />
socio fundador y miembro destacado de la<br />
Asociación de Economistas de Puerto Rico.<br />
Nelson Álvarez Febles se<br />
especializa en agricultura<br />
ecológica, biodiversidad<br />
agrícola y sustentabilidad<br />
rural. Titulado en<br />
Sociología y Derecho,<br />
tiene una maestría en Ecología Social. Entró<br />
en contacto con la agricultura orgánica<br />
desde los años setenta, fue director del Proyecto<br />
Agro-Orgánico de Cubuy, encargado<br />
del programa de agricultura ecológica del<br />
INEDA/Universidad Metropolitana y oficial<br />
del programa de GRAIN (Genetic Resources<br />
Action International) en Barcelona y Montevideo.<br />
Ha desarrollado un extenso trabajo de<br />
investigación y docencia, y participado internacionalmente<br />
en seminarios, conferencias y<br />
talleres. Es cofundador de la revista Biodiversidad:<br />
cultivos y culturas, y es autor de los<br />
libros El huerto casero: manual de agricultura<br />
orgánica, La tierra viva: manual de agricultura<br />
ecológica y Los cuentos de don Santos.<br />
Jorge Carbonell Antonio es<br />
planificador, entre otras<br />
cosas. Miembro fundador<br />
(1986) del Centro<br />
de Investigaciones CA-<br />
RIMAR, ha publicado<br />
varios libros y artículos sobre asuntos urbanos.<br />
Además, ha participado en la gestión<br />
de todas las exhibiciones y publicaciones<br />
realizadas por CARIMAR, entre las que se<br />
destacan: el Museo de la Historia de Ponce<br />
(1992), la exhibición permanente de la historia<br />
urbana de la ciudad capital en el Museo<br />
de San Juan (2000) y la publicación de Puerto<br />
Rico urbano, atlas histórico de la ciudad<br />
puertorriqueña (2004). Se interesa en el tema<br />
de energética urbana y recientemente (2010)<br />
dictó un curso de educación continua para<br />
profesionales afines titulado: De lo global a lo<br />
local: sostenibilidad, retos urbanos y desarrollo<br />
inteligente.<br />
Luis García Pelatti es planificador<br />
y economista.<br />
Dirige LGP consultoría<br />
desde el 2005, donde<br />
ofrece asesoría y realiza<br />
estudios en urbanismo,<br />
ordenación territorial,<br />
vivienda y desarrollo económico. Ha servido<br />
como asesor de desarrollo económico y<br />
finanzas en La Fortaleza (2004), ayudante<br />
del secretario de la gobernación (2003-04),<br />
miembro asociado de la Junta de Planificación<br />
(2001-03) y ayudante en la Oficina de<br />
Asuntos Urbanos de La Fortaleza( (1990-<br />
93). Participó en el Plan de Desarrollo<br />
Orientado al Transporte (2006-09), el Plan<br />
de Usos de Terrenos para Puerto Rico (2005-<br />
08), Plan Integral Reserva Natural Corredor<br />
Ecológico del Noreste (2008), Plan Maestro<br />
para el Desarrollo Turístico y Sostenible de<br />
Puerto Rico (2008), Plan de Área del Centro<br />
Urbano de Caguas (2006), y varios planos<br />
territoriales. Colabora como profesor en las<br />
escuelas de arquitectura de todo Puerto Rico<br />
y ha sido conferenciante para distintas organizaciones<br />
y en congresos internacionales.<br />
También ha sido colaborador para las revistas<br />
<strong>ENTORNO</strong>, la publicación de la Sociedad<br />
Puertorriqueña de Planificación, Plerus y el<br />
semanario Diálogo.<br />
Jorge R. Hernández Favale<br />
es planificador profesional<br />
licenciado. Posee un<br />
doctorado en Urbanismo<br />
y Ordenación del Territorio<br />
de la Facultad de<br />
Arquitectura de la Universidad Politécnica<br />
de Madrid, así como una maestría en Planificación<br />
y un bachillerato en Economía de la<br />
Universidad de Puerto Rico. Ha sido asesor<br />
de la Oficina del Plan de Uso de Terrenos de<br />
Puerto Rico y del Centro de Estudios para el<br />
Desarrollo Sustentable (CEDES) de la Escuela<br />
de Asuntos Ambientales de la Universidad<br />
Metropolitana, en cuyo programa graduado<br />
de planificación imparte clases actualmente.<br />
Ha laborado por cerca de 23 años en diferentes<br />
instituciones públicas como la Junta<br />
de Planificación, la Universidad de Puerto<br />
Rico y el Municipio de San Juan. Su área de<br />
interés se centra en los temas de modelos de<br />
ordenación del territorio y el desarrollo sustentable.<br />
Recientemente laboró, como parte<br />
del CEDES, en calidad de coordinador editorial<br />
e investigador de la publicación Hacia<br />
el desarrollo inteligente. 10 principios y 100<br />
estrategias para Puerto Rico y como investigador<br />
y planificador urbano en la publicación<br />
Sustainability of Land Use in Puerto Rico.<br />
María Juncos Gautier tiene<br />
una maestría en Ciencias<br />
en Gerencia Ambiental<br />
de la Escuela de Asuntos<br />
Ambientales de la Universidad<br />
Metropolitana y<br />
desde el 2002 dirige el Centro de Estudios<br />
para el Desarrollo Sustentable de la Escuela.<br />
Ha sido responsable de recaudar más de cuatro<br />
millones de dólares en fondos para dirigir<br />
el Centro y para proyectos específicos educativos,<br />
de investigación y de conservación<br />
que han tenido reconocimiento y acogida en<br />
Puerto Rico, proyectos que han resultado en<br />
diversas publicaciones e iniciativas de política<br />
pública. Además, ha realizado viajes de estudio<br />
con líderes de diferentes sectores a ciudades<br />
de Sur América, Europa y EE. UU. que<br />
son reconocidas como modelos de ciudades<br />
planificadas para alcanzar la sustentabilidad.<br />
Es educadora voluntaria de la entidad internacional<br />
The Climate Project dirigida por<br />
el vicepresidente Al Gore para educar sobre<br />
el cambio climático. En el 2003 recibió el<br />
Outstanding Professional Award del Servicio<br />
de Bosques de EE. UU. y en 2009 el Premio<br />
de Calidad Ambiental de la Agencia de Protección<br />
Ambiental de EE. UU.<br />
CAAPPR 7
El licenciado Fernando<br />
Lloveras San Miguel funge<br />
desde el primero de<br />
enero de 2003 como<br />
director ejecutivo del<br />
Fideicomiso de Conservación<br />
de Puerto Rico, una institución no<br />
gubernamental sin fines de lucro dedicada a<br />
proteger y conservar los recursos naturales e<br />
históricos de Puerto Rico. El licenciado ha<br />
fungido durante varios años consecutivos<br />
como representante en el Consejo Asesor<br />
para el National Trust for Historic Preservation<br />
de Washington, DC. Es cofundador de<br />
Microjuris.com, una compañía privada creada<br />
en 1992 que provee información legal por<br />
vía cibernética a Puerto Rico y otros países<br />
de Latinoamérica. Ha recibido diversos reconocimientos<br />
y premios, entre los que se destacan<br />
el de Entrepreneur del 2000, el Premio<br />
Zenit del 2000, y el Top Management Award<br />
del 2001. Lloveras San Miguel posee su grado<br />
de Juris Doctor, Magna Cum Laude, de<br />
la Universidad de Puerto Rico, una maestría<br />
en Política Pública de la Universidad de Harvard<br />
University, así como un bachillerato de<br />
Dartmouth College (Senior Fellow).<br />
Carlos Maysonet se encuentra<br />
trabajando en su<br />
tesis doctoral en Desarrollo<br />
Sustentable con el<br />
Centro Latinoamericano<br />
de Desarrollo Sustentable.<br />
Además, posee una maestría en Ciencias<br />
Ambientales de Southern Illinois University,<br />
y otra maestría en Planificación Ambiental<br />
de la Universidad de Puerto Rico en Río<br />
Piedras. Maysonet posee amplia experiencia<br />
de trabajo en el servicio público, ha fungido<br />
como director de la Oficina para la Preparación<br />
del Plan de Uso de Terrenos de Puerto<br />
Rico, administrador de la Administración<br />
del Departamento de Recursos Naturales<br />
y como subdirector ejecutivo de la Autoridad<br />
de Desperdicios Sólidos. Además, se ha<br />
desempeñado como profesor universitario<br />
de la Escuela de Asuntos Ambientales de la<br />
UMET y de la Escuela Graduada de Planificación<br />
de la UPR.<br />
Ángel M. Rodríguez Alonso<br />
es arquitecto paisajista<br />
egresado de Louisiana<br />
State University y<br />
próximamente recibirá<br />
su grado de planificador<br />
de la Escuela Graduada<br />
de Planificacion de la UPR. Su firma AMRA<br />
Landscape Architects ha colaborado con varios<br />
arquitectos en proyectos como: el Edificio<br />
de Fomento en Hato Rey, el Complejo<br />
8 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
Deportivo Roberto Clemente, el Parque de la<br />
Paz (municipio de San Juan), el Parque de las<br />
Luces, el Parque Rivera Sur (Carolina), y el<br />
natatorio de Mayagüez. Intervino en el programa<br />
de Paradores de Puerto Rico, también<br />
en las fases de análisis, diseño y construcción<br />
de los Baños de Coamo, la Hacienda Juanita<br />
y de la Hacienda Gripiñas. Realizó proyectos<br />
en el Jardín Botánico de la UPR dentro de<br />
los cuales se destacan el Jardín Monet y el<br />
Jardín de Esculturas. El tema de su tesis para<br />
obtención de grado fue la realización de un<br />
plan conceptual para el desarrollo del turismo<br />
sostenible en el bosque de Cercadillo de<br />
Cayey. Es miembro del American Society of<br />
Landscape Architects y del CAAPPR.<br />
Leslie M. Rosado Sánchez<br />
es natural de Manatí.<br />
Posee un bachillerato en<br />
Ciencias Políticas y una<br />
maestría en Planificación<br />
Urbana de la Escuela<br />
Graduada de Planificación (UPR). Además,<br />
es planificadora profesional licenciada. Trabajó<br />
en el municipio de Manatí por 20 años,<br />
desempeñándose como encargada de las adquisiciones<br />
y expropiaciones, secretaria municipal<br />
y secretaria de la Junta de Subastas y<br />
directora del Departamento de Planificación<br />
y Ordenación Territorial, donde fue parte de<br />
INTENOR y secretaria de la Corporación<br />
Atenas Pineapple. En el 2009, fue nombrada<br />
miembro asociado de la Junta de Planificación<br />
y miembro de la Junta Examinadora<br />
de Planificadores.<br />
CAAPPR EDUCA<br />
SOBRE NUEVOS<br />
CÓDIGOS DE<br />
CONSTRUCCIÓN<br />
El primero de marzo comenzó el<br />
periodo de transición para la adopción<br />
de los nuevos códigos de construcción<br />
que sustituyen el Uniform<br />
Building Code 1997. El nuevo Puerto<br />
Rico Building Code 2011 incluye<br />
enmiendas locales a nueve códigos de<br />
construcción del International Code<br />
Council 2009, que incluyen nuevos<br />
requisitos para sismos, vientos con velocidad<br />
de huracán y conservación de<br />
energía, entre otros.<br />
El Colegio de Arquitectos y Arquitectos<br />
Paisajistas de Puerto Rico<br />
está ofreciendo una serie completa de<br />
cursos para capacitar a arquitectos y<br />
otros profesionales de las construcción<br />
con los códigos que integran el Puerto<br />
Rico Building Code 2011. Este es un<br />
esfuerzo en el que participan también<br />
la Oficina de Gerencia de Permisos<br />
(OGPe), el Federal Emergency Management<br />
Agency (FEMA) y el International<br />
Code Council (ICC), Colegio<br />
de Ingenieros y Agrimensores de Puerto<br />
Rico, la Asociación de Contratistas<br />
Generales de Puerto Rico y la Asociación<br />
de Constructores de Hogares de<br />
Puerto Rico.<br />
El ciclo se extenderá hasta noviembre<br />
de 2011 y cubrirá todo lo<br />
incluido en el nuevo Puerto Rico<br />
Building Code 2011. Los seminarios<br />
serán ofrecidos por expertos del ICC<br />
y se otorgarán créditos de educación<br />
continua.<br />
Para información sobre el ciclo<br />
de seminarios llame al CAAPPR<br />
al 787.724.1213, extensiones 101 ó<br />
106, o escriba a cesteves@caappr.org o<br />
jcorrea@caappr.org.
<strong>ENTORNO</strong>NOTICIASN.18<br />
CHARRETTE EXPLORA “LA CIUDAD DEL FUTURO”<br />
El impacto del cambio climático<br />
sobre las ciudades del futuro ha sido<br />
el eje de un taller de diseño arquitectónico<br />
celebrado recientemente por<br />
el CAAPPR, en el que participaron<br />
estudiantes de arquitectura de la Universidad<br />
de Puerto Rico y la Universidad<br />
Politécnica de Puerto. El taller<br />
contó con la colaboración de la Cámara<br />
de Comercio, y fue denominado<br />
“Charrette de Diseño: Ciudades del<br />
Futuro”.<br />
A lo largo de una semana 45 estudiantes,<br />
guiados por cuatro profesores<br />
y un grupo de asesores, desarrollaron<br />
propuestas concretas para una visión<br />
de desarrollo estratégico para las zonas<br />
El pasado 24 de febrero el Colegio<br />
de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas<br />
de Puerto Rico (CAAPPR)<br />
y la Cámara de Comercio de Puerto<br />
Rico firmaron un acuerdo que persigue<br />
maximizar oportunidades de colaboración<br />
y mutuo beneficio. Entre<br />
las iniciativas que este acuerdo ha hecho<br />
posible se encuentra el Charrette<br />
Ciudades del Futuro que se desarrolló<br />
a finales de febrero y que estará exhibiéndose<br />
en diversos puntos de la Isla.<br />
Tanto el CAAPPR como la Cámara de<br />
Comercio están comprometidos con el<br />
de Hato Rey, la bahía de San Juan, la<br />
comunidad Vietnam entre los municipios<br />
de Cataño y Guaynabo, y el barrio<br />
Palmer, en Río Grande. “Con esta iniciativa,<br />
el CAAPPR aspira a que las estrategias<br />
de diseño y conclusiones aquí<br />
proyectadas amplíen la búsqueda de<br />
soluciones que sirvan igualmente los<br />
intereses del país, de la región y de las<br />
comunidades a través de un desarrollo<br />
balanceado y sostenible que impulse<br />
el desarrollo económico y nos proporcione<br />
un mejor ambiente construido”,<br />
explicó el Arq. Rafael Castro Montes<br />
de Oca, presidente del Colegio.<br />
Este es el séptimo taller que realiza<br />
el CAAPPR para colaborar con el<br />
Algunas de las visualizaciones desarrolladas para las distintas propuestas<br />
Acuerdo de colaboración CAAPPR-Cámara de Comercio<br />
desarrollo profesional y empresarial de<br />
sus miembros e interesan fomentar el<br />
fortalecimiento de la economía.<br />
La alianza representa beneficios a<br />
los miembros del CAAPPR que ingresen<br />
como miembros a la Cámara de<br />
Comercio, entre los que se encuentran:<br />
cabildeo, publicaciones electrónicas,<br />
oportunidades de educación y capacitación,<br />
seminarios para pequeños y<br />
medianos negociantes, asesoría individual<br />
a negocios de familia, networking<br />
y otros.<br />
sector público y las comunidades en la<br />
búsqueda de soluciones que propendan<br />
a mejorar la calidad del ambiente<br />
construido. La iniciativa persigue demostrar<br />
cómo la arquitectura puede<br />
ofrecer soluciones para los problemas<br />
urbanos. Los resultados del taller fueron<br />
reseñados por la prensa y se presentaron<br />
en el CAAPPR, en la sede de<br />
la Cámara de Comercio y durante el<br />
Foro de Energía “El Cambio Climático<br />
y el Impacto en tu Negocio” coordinado<br />
por la Cámara de Comercio. La<br />
muestra de los proyectos continuará<br />
exhibiéndose a lo largo del año en diversos<br />
puntos.<br />
De izquierda a derecha: el Ing. Raúl Gayá,<br />
presidente de la Cámara de Comercio y el<br />
Arq. Rafael Castro Montes de Oca,<br />
presidente del Colegio de Arquitectos y<br />
Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico<br />
CAAPPR 9<br />
<strong>ENTORNO</strong> NOTICIAS
<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA<br />
Curitiba Título •del<br />
artículo<br />
Portland •<br />
Copenhague •<br />
tres modelos<br />
de transparencia<br />
y continuidad<br />
María A. Juncos Gautier<br />
Fotos suministradas por los gobiernos<br />
de las respectivas ciudades, salvo<br />
aquellas Nombre indicadas del Autor<br />
Curitiba (Brasil), Portland (Estados<br />
Unidos) y Copenhague (Dinamarca):<br />
América del Sur, América del<br />
Norte y Europa; tres culturas y realidades<br />
económicas, sociales y ambientales<br />
diferentes, tres ciudades distantes en<br />
distintos continentes, hemisferios y latitudes,<br />
reconocidas como modelos en<br />
la planificación urbana y en el uso del<br />
terreno. A mediados del siglo pasado<br />
todas integraron una serie de acciones<br />
determinantes, basadas en el buen juicio<br />
y en una visión clara, con el objetivo<br />
de proteger la calidad de vida de<br />
sus futuros ciudadanos. ¿Qué hicieron<br />
estas ciudades para que hoy día sean<br />
tan reconocidas?<br />
• Asumieron un compromiso real con<br />
la planificación estratégica integral,<br />
transparente y participativa.<br />
• Desarrollaron un plan para el uso<br />
del terreno que, independientemen-<br />
te del gobierno de turno, ha sido res-<br />
petado por todos los sectores, y se<br />
le ha dado continuidad con un norte<br />
claro de hacia dónde se quiere ir, por<br />
dónde y cómo.<br />
• Los líderes han tenido una visión<br />
humanista, no tecnócrata, y la vo-<br />
luntad de trascender sus afiliaciones<br />
político-partidistas para proteger el<br />
bien común.<br />
Pudiese lucir imposible para los<br />
puertorriqueños, pero así lo hicieron:<br />
planificaron a largo plazo. En Puerto<br />
CAAPPR<br />
Rico parecería no importar ni el futuro<br />
y ni el derecho de las generaciones venideras<br />
a vivir en un ambiente digno.<br />
Se han elaborado planes y normas en<br />
la dirección correcta, pero las reglas del<br />
juego cambian cada cuatro años. Los<br />
líderes de turno improvisan ante la inquietud<br />
continua de mover la economía<br />
a corto plazo, aunque sea a costa<br />
del bien común, motivados por cerrar<br />
el cuatrienio con indicadores positivos<br />
de crecimiento económico para así<br />
servir a sus intereses particulares. Ha<br />
faltado voluntad política para implantar<br />
y hacer cumplir los planes y normas<br />
más allá de esos intereses. No es<br />
que tengamos mala suerte; la dinámica<br />
relacionada con el desenfreno por ganar<br />
elecciones también se observa en<br />
países con sistemas políticos y económicos<br />
similares. Ante esta realidad, los<br />
modelos de planificación de las ciudades<br />
de Curitiba, Portland y Copenhague<br />
sirven de ejemplo para el mundo,<br />
pues aunque no les han faltado retos,<br />
se han encaminado en la dirección correcta.<br />
A continuación examinamos<br />
la manera en que lo lograron, desde<br />
la perspectiva de la planificación del<br />
uso del terreno, con un desarrollo que<br />
dio prioridad a la planificación temprana,<br />
clara, estable y continua, hasta<br />
la dedicación de líderes claves que<br />
aportaron a la historia exitosa de<br />
estas ciudades.<br />
Curitiba (Brasil) Portland (Estados Unidos) Copenhague (Dinamarca)<br />
11<br />
MARíA A. JUNCOS GAUTIER MARíA A. JUNCOS GAUTIER
Curitiba<br />
Aunque la planificación urbana en<br />
Curitiba (capital del estado de Paraná,<br />
Brasil) comenzó a tomar auge en 1943<br />
con el llamado Plan Agache, fue entre<br />
1964 y 1965 cuando se estableció la<br />
política urbana definitiva que aún sigue<br />
en vigor: la elaboración del Plan<br />
Director de Desarrollo y el establecimiento<br />
del Instituto de Investigación<br />
y Planificación Urbana de Curitiba<br />
(IPPUC, por sus siglas en portugués).<br />
Previo a esto, ocurrieron otros dos<br />
acontecimientos importantes. Uno<br />
fue la elaboración del primer Plan<br />
de Transporte Colectivo (1955), que<br />
dividió la ciudad en ocho regiones y<br />
entregó cada una de ellas a empresas<br />
concesionarias; sistema que fue reestructurado<br />
en 1974 con la inauguración<br />
de la línea de autobuses expreso y<br />
la Red Integrada de Transporte (RIT).<br />
El otro fue la creación en 1963 de la<br />
Urbanização de Curitiba S/A o URBS,<br />
primero como empresa de urbanización<br />
y luego como empresa administradora<br />
de la RIT, de donde pasó a ser<br />
la concesionaria de las líneas para las<br />
compañías permisionarias.<br />
A partir de 1965 los detalles del<br />
Plan Director fueron desarrollados<br />
por el IPPUC, con un equipo interdisciplinario<br />
de profesionales a cargo<br />
de trabajar la planificación integral.<br />
La municipalidad promovió debates<br />
públicos (Curitiba del Mañana) para<br />
discutir con transparencia el plan y recoger<br />
el insumo de instituciones representativas<br />
de la población. Se fijó como<br />
meta la integración de las funciones de<br />
la ciudad (habitar, circular, trabajar y<br />
recrearse) con los servicios urbanos de<br />
transporte y sistema viario, y el uso del<br />
terreno pensado en conjunto. Los objetivos<br />
principales del plan estuvieron<br />
claros desde el inicio:<br />
• Cambiar la conformación radial de<br />
expansión del Plan de Agache por<br />
una lineal con corredores estructura-<br />
les que integrasen los servicios urba-<br />
nos antes mencionados<br />
• Descongestionar el área central y<br />
preservar el centro tradicional<br />
• Contener la población de Curitiba<br />
dentro de sus límites físico-territoriales<br />
12 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
Vista aérea de la ciudad de Curitiba<br />
Antes y después del Eje Norte de densificación urbana, Curitiba<br />
• Crear un sostén económico al desa-<br />
rrollo urbano<br />
• Garantizar los equipamientos de<br />
toda la ciudad<br />
Tras una amplia discusión pública,<br />
el Plan Director fue implementado en<br />
1971, bajo la dirección del arquitecto<br />
y planificador Jaime Lerner, alcalde de<br />
Curitiba durante varios términos no<br />
consecutivos y también gobernador de<br />
Paraná por dos términos consecutivos.<br />
Según delineado por el Plan Director,<br />
en cuya elaboración había participado<br />
Lerner, la ciudad fue conformándose<br />
mediante zonificaciones sucesivas que<br />
establecieron los parámetros de ocupación<br />
para orientar las inversiones públicas<br />
y dirigir las iniciativas del sector<br />
privado.<br />
En 1975 se aprobó la Ley de Zonificación<br />
y Uso del Suelo, que definió<br />
las zonas que se desarrollarían, recuperarían<br />
y conservarían. Se fijaron las<br />
áreas exclusivas para peatones, parques<br />
y áreas verdes, y se estableció la preservación<br />
de cuencas y del sector histórico.<br />
La ley especificó, además, dónde<br />
y qué se podía construir, el uso de las<br />
construcciones según la zona, los parámetros<br />
para densificar las áreas cercanas<br />
a los corredores principales de<br />
transporte, y los mecanismos legales<br />
de los que se servirían para desalentar<br />
grandes proyectos de desarrollo cerca<br />
de las vías menores y en las zonas rurales.<br />
La ley dispuso de incentivos que<br />
fomentaban la preservación de ciertas<br />
áreas por el desarrollo de otras para in-
yectar un fuerte sentido ecológico a la<br />
ciudad. El Plan Director y la Ley de<br />
Zonificación y Uso de Suelo estructuraron<br />
el crecimiento de la ciudad por<br />
los ejes lineales de transportación colectiva<br />
con zonificaciones claras y consistentes.<br />
Lerner entendió que un buen sistema<br />
con autobuses era la opción más<br />
sensata y costo-efectiva para desarrollar<br />
la RIT, dado el presupuesto de la ciudad<br />
en 1971. El RIT de Curitiba, estudiado<br />
e imitado en otras ciudades por<br />
su éxito, no consta de trenes, sino de<br />
autobuses. Comenzó a tomar su forma<br />
actual en el 1974, y consiste en cinco<br />
ejes lineales que conectan el centro<br />
urbano a través de líneas expreso y alimentadoras<br />
con terminales de integración<br />
en las ocho regiones de la ciudad.<br />
También posee líneas entre barrios,<br />
y líneas rápidas que suplen puntualmente<br />
la demanda a destinos en horas<br />
pico. Otras líneas suplen servicios especiales,<br />
como la inter-hospitales y la<br />
turística. La RIT fue consolidada para<br />
permitir que los usuarios, con el pago<br />
de una tarifa única, realizasen distintos<br />
trayectos con facilidad, a través de los<br />
terminales regionales o del sistema conocido<br />
como «estaciones tubo» (por su<br />
diseño cilíndrico).<br />
Lerner también hizo que el municipio<br />
comprase terrenos baldíos —<br />
algunos de los cuales eran antiguas<br />
canteras — para recuperarlos como<br />
parques, y los valles inundables para<br />
convertirlos también en parques o bosques<br />
urbanos que permitiesen el drenaje<br />
natural por la ciudad y así controlar<br />
las inundaciones pluviales. Hoy por<br />
hoy, Curitiba tiene más de 50 metros<br />
cuadrados de área verde por habitante,<br />
lo que contribuye a la calidad ambiental<br />
y la calidad de vida de los<br />
curitibanos.<br />
El énfasis en la transportación<br />
colectiva sobre la transportación individual<br />
fue el motor principal para integrar<br />
el desarrollo de las funciones y<br />
de los servicios básicos de Curitiba, lo<br />
que se conoce en inglés como Transit<br />
Oriented Development (TOD). Hoy<br />
día la confiabilidad y eficiencia del sistema<br />
hace que el 40% de la población<br />
citadina use el transporte colectivo<br />
para ir al trabajo.<br />
La necesidad de conservar áreas verdes<br />
para el futuro también le fue dando<br />
forma a la urbe. Ambos aspectos, pilares<br />
para ciudades sustentables, comenzaron<br />
a ser realidad en la década<br />
del setenta con el Plan Director y la<br />
RIT. A pesar de que hubo cambios en<br />
la dirección de la alcaldía, la continuidad<br />
del Plan Director impulsado por<br />
Lerner fue posible gracias a la amplia<br />
participación y al apoderamiento de la<br />
ciudadanía en la elaboración de una visión<br />
común con estrategias medulares.<br />
Ningún político ha podido dar marcha<br />
atrás a esta realidad.<br />
Esquema urbano y red vial, Curitiba Esquema de transporte, Curitiba<br />
Límite de crecimiento urbano claramente<br />
definido, Portland<br />
Portland<br />
En la ciudad de Portland (estado<br />
de Oregón, Estados Unidos) se comenzó<br />
a planificar el uso del terreno con el<br />
entendimiento de que «crecimiento»<br />
no es sinónimo de «progreso». Desde<br />
la década del setenta, la conexión<br />
estrecha que existe entre el desarrollo<br />
económico local, la protección del ambiente<br />
y los terrenos agrícolas estaba<br />
clara. Como resultado, controlaron y<br />
ordenaron el crecimiento urbano con<br />
un enfoque de apoyo a la economía<br />
regional.<br />
En 1973, bajo la influencia del<br />
gobernador del estado, Tom McCall,<br />
se aprobó una serie de normativas<br />
para la planificación regional del uso<br />
del terreno a través del Proyecto de<br />
Ley Núm. 100. Esta legislación fue la<br />
primera de su tipo en Estados Unidos,<br />
y requería que cada ciudad y condado<br />
de Oregón desarrollase un plan comprensivo<br />
para sus áreas territoriales.<br />
También exigía establecer un límite<br />
al crecimiento suburbano (llamado<br />
UGB o Urban Growth Boundary) alrededor<br />
de las ciudades y los distritos<br />
de uso exclusivo agrícola (EFU o Exclusive<br />
Farm Use). Portland estableció<br />
su límite de crecimiento en 1979, y se<br />
separaron claramente las áreas urbanas<br />
(zonificadas para la recuperación urbana<br />
y el desarrollo más denso) de las<br />
áreas rurales (con normativas estrictas<br />
para proteger el carácter rural). Esto<br />
fue atípico en la década de los setenta,<br />
cuando el uso del terreno giraba completamente<br />
alrededor del automóvil y<br />
muchos centros urbanos comenzaron<br />
a ser abandonados por nuevas construcciones<br />
suburbanas a lo largo de las<br />
carreteras interestatales. McCall fue<br />
CAAPPR 13<br />
<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA
gobernador entre 1967 y 1975, año<br />
en que fundó junto a otros ciudadanos<br />
destacados la entidad sin fines de<br />
lucro 1000 Friends of Oregon, cuya<br />
meta principal fue proteger al estado<br />
del crecimiento suburbano desparramado<br />
y velar por el cumplimiento de<br />
los planes territoriales.<br />
Una madurez cívica y política sin<br />
igual fue demostrada en 1978, cuando<br />
los ciudadanos aprobaron por voto<br />
directo una medida legislativa estatal<br />
para establecer el primer gobierno<br />
regional metropolitano de Estados<br />
Unidos, conocido como Metro. Sus<br />
concejales son escogidos cada cuatro<br />
años por voto directo y mérito propio,<br />
sin el respaldo de los partidos políticos.<br />
La misión principal de Metro es<br />
manejar con políticas públicas claras<br />
y consistentes las necesidades de crecimiento<br />
de la región dentro del límite<br />
establecido por los planes territoriales<br />
de cada ciudad y condado. Metro también<br />
atiende asuntos regionales, como<br />
la transportación, la conservación, el<br />
manejo del agua y demás recursos naturales,<br />
y el manejo de los desperdicios<br />
sólidos.<br />
Entre 1992 y 1994 Metro trabajó<br />
junto a la ciudadanía para desarrollar<br />
una visión con pautas claramente definidas<br />
a la hora de tomar decisiones, según<br />
los valores que querían conservar<br />
para el futuro y utilizando varios modelos<br />
de desarrollo para la región. La<br />
participación fue tan amplia y transparente<br />
que incluyó:<br />
Esquema de transporte colectivo, Portland<br />
14 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
Mercado agrícola de los sábados, Portland<br />
Mapa regional, ciudad de Portland<br />
MARíA A. JUNCOS GAUTIER
MARíA A. JUNCOS GAUTIER<br />
1. Anuncios informativos en los di-<br />
versos medios de comunicación<br />
2. Un cuestionario sobre metas rela-<br />
cionadas con la calidad de vida, en-<br />
viado a más de 50,000 hogares<br />
3. Decenas de reuniones, talleres y foros<br />
4. Una línea telefónica para proveer<br />
información y recoger comentarios<br />
5. Una encuesta sobre diversas estrate-<br />
gias de desarrollo, cuyos cuestiona-<br />
rios se enviaron a 70,000 hogares y<br />
se distribuyeron en comercios,<br />
bibliotecas y mediante la prensa<br />
e Internet<br />
6. Presentaciones a cientos de organi-<br />
zaciones cívicas y comunitarias<br />
7. El envío de un boletín informativo<br />
a 65,000 residentes interesados<br />
Como resultado, se adoptó en<br />
1995 el 2040 Growth Concept (Concepto<br />
de Crecimiento 2040), una visión<br />
en común con un modelo determinado<br />
de desarrollo regional hacia el<br />
2040. Entre 1996 y 1997, también se<br />
adoptaron planes estructurales y funcionales<br />
para hacer realidad el Concepto<br />
de Crecimiento 2040 con una serie<br />
de políticas y herramientas de planificación<br />
para el uso del suelo ligadas a<br />
alternativas de transportación. Estos<br />
planes permitieron que las jurisdicciones<br />
locales desarrollaran sus zonas urbanas<br />
de forma coordinada, ordenada<br />
y eficiente, mediante la protección de<br />
los recursos naturales y de la calidad de<br />
vida de los ciudadanos.<br />
Transporte urbano diversificado:<br />
tranvía y bicicletas<br />
Calle principal cerrada al tránsito vehicular, centro de Copenhague<br />
Copenhague<br />
La ciudad de Copenhague, capital<br />
de Dinamarca, tuvo un plan metropolitano<br />
para el uso del terreno desde<br />
la primera mitad del siglo XX, ante la<br />
preocupación del crecimiento urbano<br />
descontrolado tras su industrialización.<br />
En 1922 se creó el Instituto de Planificación<br />
del Pueblo Danés, y en 1947<br />
la ciudad estableció The Finger Plan<br />
(Plan de los Cinco Dedos), un plan de<br />
desarrollo urbano llamado así por tener<br />
la forma de una mano imaginaria<br />
sobre el mapa territorial, con los dedos<br />
como ejes de desarrollo que siguen las<br />
líneas del tren y la palma como el centro<br />
metropolitano. Entre esas líneas se<br />
dejaron extensos campos verdes para la<br />
conservación y la agricultura, mientras<br />
los núcleos residenciales fueron localizados<br />
a no más de un kilómetro alrededor<br />
de las estaciones del tren como<br />
mini-ciudades-jardines. De esta forma,<br />
los residentes tienen extensos espacios<br />
naturales a distancias cortas a pie o en<br />
bicicleta, así como fácil acceso al transporte<br />
público.<br />
Aunque el Plan de los Cinco Dedos<br />
ha sido modificado en los últimos<br />
cincuenta años, siempre ha seguido su<br />
dirección y estructura original, dirigidos<br />
a:<br />
• Asegurar el diseño urbano compacto<br />
alrededor del transporte colectivo<br />
• Reestructurar los lugares de trabajo<br />
CAAPPR 15<br />
MARíA A. JUNCOS GAUTIER<br />
<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA
Transporte urbano diversificado: tranvía y bicicletas<br />
Plan conceptual de los Cinco Dedos,<br />
Copenhague<br />
de acuerdo con las estaciones del sis-<br />
tema de transporte<br />
• Realzar y transformar el área del<br />
puerto<br />
• Fortalecer los aspectos que hacen<br />
que Copenhague sea reconocida<br />
como “verde” (por ejemplo, minimi-<br />
zando el uso del auto y fortaleciendo<br />
el uso de la bicicleta y los espacios<br />
peatonales)<br />
• Restaurar y mantener la calidad his-<br />
tórica y la diversidad de ciertos<br />
distritos en la ciudad<br />
Paralelo al Plan de los Cinco Dedos,<br />
la red de trenes de transporte<br />
colectivo desempeñó un papel importante<br />
en el ordenamiento de la ciudad,<br />
que actualmente cuenta con tres redes<br />
(la red de larga distancia, la suburbana<br />
y, más recientemente, un tren me-<br />
16 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
Esquema de transporte colectivo en tren,<br />
Copenhague<br />
tropolitano), además de contar con el<br />
sistema integrado de autobuses. El primer<br />
Plan Oficial de Transportación y<br />
Tráfico se comenzó a implantar a partir<br />
del 1997, e incluyó la inauguración<br />
de las primeras vías verdes de ciclistas,<br />
integradas al sistema.<br />
La ciudad también tiene un programa<br />
para mejorar los espacios públicos<br />
y peatonalizar el centro urbano,<br />
iniciativa que comenzó desde 1962<br />
con la conversión de la calle principal<br />
del centro de la ciudad, Strøget, en<br />
una calle peatonal. Su próspero centro<br />
urbano ha excluido al automóvil de la<br />
mayoría de sus calles y es considerado<br />
uno de los más peatonales del mundo.<br />
Numerosos parques y plazas invitan<br />
a descubrir la ciudad a pie o en bicicleta<br />
y el 40% de los viajes al trabajo<br />
MARíA A. JUNCOS GAUTIER<br />
realizados por sus ciudadanos son en<br />
bicicleta. La figura clave en la reorientación<br />
gradual del diseño urbano hacia<br />
el peatón y el ciclista fue el arquitecto<br />
y consultor de la ciudad, Jan Ghel,<br />
director del Centro de Investigación<br />
para Espacios Públicos de la Escuela<br />
de Arquitectura de la Real Academia<br />
de Bellas Artes en Copenhague.<br />
Conclusión<br />
Podríamos resumir la experiencia<br />
de visitar estas tres ciudades en una<br />
frase descriptiva para cada una:<br />
• Curitiba: ciudad de parques con<br />
transportación colectiva accesible<br />
para todos<br />
• Portland: metrópolis desarrollada<br />
progresivamente con un fuerte senti-<br />
do regional, y a la vez contenida<br />
dentro de un límite acordado de<br />
crecimiento<br />
• Copenhague: ciudad que invita a<br />
descubrir a pie o en bicicleta todos<br />
sus espacios<br />
Dentro de sus enfoques particulares,<br />
todas presentan estrategias<br />
alineadas con el desarrollo compacto<br />
y de usos mixtos, orientadas hacia la<br />
transportación colectiva, a modos no<br />
motorizados de transporte, y al rescate<br />
y conservación de espacios naturales y<br />
públicos para el disfrute peatonal de<br />
sus ciudadanos.<br />
La gran transparencia y continuidad<br />
para asegurar la justicia intergeneracional<br />
y el bienestar común son<br />
esenciales en la experiencia de las tres<br />
ciudades. Contrario a Curitiba, Portland<br />
y Copenhague, en las últimas<br />
décadas los gobiernos de Puerto Rico<br />
han fracasado en crear una visión en<br />
común con genuino y amplio apoderamiento<br />
de la ciudadanía, no han sido<br />
consistentes en la aplicación de las leyes<br />
y no han dado continuidad a las<br />
propuestas para el desarrollo inteligente<br />
de nuestro terruño.
<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA<br />
El costo del<br />
desparramamiento<br />
urbano<br />
Luis García Pelatti<br />
18<br />
Fotografía aérea de uno de los primeros desarrollos suburbanos de Puerto Rico,<br />
área de Caparra Terrace, c.1950<br />
¿Qué es el desparramamiento urbano?<br />
El desparramamiento urbano es<br />
aquel desarrollo residencial o no residencial<br />
que ocurre sobre las áreas rurales<br />
no desarrolladas, apartado de las<br />
zonas urbanas existentes. También se<br />
le suele llamar suburbio, y se identifica<br />
con el desarrollo residencial de baja<br />
densidad (menos de 12 unidades por<br />
cuerda), el crecimiento urbano sin límites<br />
hacia la periferia, la localización<br />
de usos exclusivos espacialmente segregados,<br />
el desarrollo a saltos o descontinuo,<br />
y el desarrollo comercial a lo<br />
largo de las carreteras.<br />
¿De dónde sale la palabra?<br />
El desparramamiento urbano es<br />
como se ha traducido en Puerto Rico el<br />
término del inglés urban sprawl, también<br />
traducido en otros países hispanoparlantes<br />
como dispersión urbana,<br />
dispersión suburbana, urbanización<br />
por desparrame o suburbanización por<br />
desparrame. Aunque es debatible si el<br />
desparramamiento urbano fue inventado<br />
en Estados Unidos, existe consenso<br />
de que allí fue perfeccionado. El término<br />
suburbia, utilizado para referirse<br />
a lo suburbano, tiene el mismo origen.<br />
La literatura del urbanismo hace la<br />
<strong>ENTORNO</strong>18<br />
distinción entre el modelo americano<br />
de urbanismo (bajas densidades, usos<br />
exclusivos, etc.), y el modelo europeo<br />
(ciudad compacta, densa, con usos<br />
mixtos, etc.).<br />
¿Cuánto nos cuesta?<br />
El desparramamiento urbano le<br />
cuesta a Puerto Rico poco más de $1<br />
millón de dólares al día, o $403 millones<br />
al año [1]. Existe una gran diversidad<br />
de trabajos que han calculado el<br />
costo de este tipo de desarrollo, aunque<br />
muchos de los costos del desparramamiento<br />
urbano, especialmente los<br />
costos ambientales [2], no han podido<br />
cuantificarse en dinero, aunque existe<br />
una tendencia en esa dirección.<br />
Costo económico:<br />
• Infraestructura. La construcción y el<br />
mantenimiento de la infraestructura<br />
lineal (carreteras, agua, sanitario,<br />
electricidad, cable TV, etc.) del desa-<br />
rrollo desparramado cuestan entre<br />
un 50% o 100% más que en uno<br />
denso y compacto [3,4]. Algunos<br />
estudios muestran que el costo por<br />
persona de construir y mantener las<br />
infraestructuras se reduce cuando<br />
aumenta la densidad, y viceversa [5].<br />
Puerto Rico urbano: Atlas histórico de la ciudad puertorriqueña, 2004. Centro de Investigaciones CARIMAR
Desarrollo suburbano de Puerto Nuevo, el más grande de Puerto Rico y mundialmente famoso<br />
a la fecha de su construcción, c.1950<br />
• Servicios públicos. Los servicios de<br />
policía, bomberos y emergencia<br />
cuestan más en los desarrollos des-<br />
parramados simplemente por la ne-<br />
cesidad de realizar viajes más largos<br />
para proveer el servicio. Lo mismo<br />
ocurre con el correo y los servicios<br />
privados de entrega de paquetes y<br />
cartas. El costo de provisión de ser-<br />
vicios en los desarrollos desparrama-<br />
dos puede llegar a los $13,500 más<br />
por persona que en los desarrollos<br />
densos y compactos.<br />
• Educación. Crear nuevas escuelas<br />
en las periferias y áreas rurales tiene<br />
un costo adicional que no existiría<br />
en un desarrollo denso y compacto,<br />
pues el Departamento de Educación<br />
y los municipios tienen que proveer<br />
transportación para los estudiantes.<br />
Transferencia del costo al ciudadano.<br />
• Cada nueva unidad residencial en<br />
los desarrollos desparramados re-<br />
quiere más recursos de los munici-<br />
pios y del Gobierno central, que los<br />
que estos reciben a través de las con-<br />
tribuciones sobre la propiedad o de<br />
las exacciones por impacto. La car-<br />
ga económica de estos costos se pasa<br />
a todos los ciudadanos en forma de<br />
impuestos más altos y en costos<br />
de uso.<br />
• Mayor distancia de los desarrollos.<br />
Esto fuerza a realizar viajes más lar-<br />
gos para ir al trabajo o de compras,<br />
lo que significa que las familias gas-<br />
tan más dinero en carro, gasolina y<br />
mantenimiento, y tienen menos<br />
tiempo para otras actividades. Los<br />
desarrollos de usos mixtos, densos y<br />
compactos proveen una conveniente<br />
mezcla de viviendas, oficinas y co-<br />
mercios en cada comunidad, y les<br />
dan a las personas la oportunidad<br />
de caminar, montar bicicleta o tomar<br />
transporte colectivo a sus destinos.<br />
Costo ambiental:<br />
• Al pavimentar grandes parcelas de<br />
terrenos, el agua de la lluvia no pue-<br />
de empapar el terreno y filtrarse en<br />
el suelo para volver a las quebradas<br />
y ríos; el agua, en vez, pasa sobre las<br />
superficies pavimentadas para lavar<br />
los contaminantes y llevarlos consi-<br />
go a las vías fluviales. Puerto Rico<br />
tiene 24,877 km de carreteras pavi-<br />
mentadas, lo que nos pone en el sép-<br />
timo puesto a nivel mundial.<br />
• Las mayores cantidades y distancias<br />
de los viajes en carro, debido a las<br />
comunidades mal planificadas, cau-<br />
san un aumento en la contaminación<br />
Puerto Rico urbano: Atlas histórico de la ciudad puertorriqueña, 2004. Centro de Investigaciones CARIMAR<br />
ambiental. Los vehículos de motor<br />
son la mayor fuente de la contami-<br />
nación atmosférica asociada al<br />
incremento de cáncer y otras enfer-<br />
medades. Estos emiten más de 18<br />
millones de toneladas cada año en<br />
contaminantes [6]. En áreas de de-<br />
sarrollos desparramados se reportan<br />
mayor número de días con máximos<br />
niveles de ozono, estadísticas de im-<br />
portancia para Puerto Rico, donde<br />
las enfermedades crónicas de vías<br />
respiratorias son la octava causa<br />
de muerte.<br />
• Se pierden los terrenos agrícolas, se<br />
comprometen las reservas naturales<br />
y se destruyen hábitats de vida silves-<br />
tre. Cada año mas de 16,000 cuer-<br />
das de áreas verdes y terrenos agríco-<br />
las son destruidos por desarrollos<br />
desparramados y de baja densidad.<br />
• Se causa un impacto adverso incal-<br />
culable sobre nuestro paisaje natural<br />
que se está perdiendo con la cons-<br />
trucción de estructuras en áreas<br />
rurales que ponen en peligro las<br />
visuales de lugares como El Yunque,<br />
Guajataca y las Tetas de Cayey-<br />
Salinas, lo que debilita la competiti-<br />
vidad de Puerto Rico en el mercado<br />
del turismo y del turismo de<br />
naturaleza.<br />
Costo social:<br />
• Los desarrollos sin planificación no<br />
dejan otra alternativa que tener que<br />
guiar para ir a cualquier destino.<br />
Puerto Rico ocupa la posición nú-<br />
mero cinco en cuanto a abundancia<br />
de vehículos de motor con 617 ve-<br />
hículos de motor por cada 1,000 per-<br />
sonas [7]. Los tapones resultantes<br />
nos quitan tiempo de las cosas im-<br />
portantes de la vida, como trabajar o<br />
estar con la familia y amigos, o sim-<br />
plemente descansar. En Puerto Rico<br />
solo el 5.3% de las personas van en<br />
transporte público al trabajo.<br />
• El aumento en tráfico y viajes sig-<br />
nifica aumentos en las tasas de ac-<br />
cidentes de tráfico (en Puerto Rico se<br />
producen 270,000 accidentes al<br />
año). En el 2009 se produjeron 349<br />
muertes por accidentes de tráfico<br />
(108 fueron peatones y 15 fueron ci-<br />
clistas), los cuales nos cuestan $752.2<br />
millones al año [8]. Los accidentes<br />
CAAPPR 19<br />
<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA
Fotografía aérea del desparrame urbano de San Juan, vista hacia el noroeste sobre la autopista Luis A. Ferré. c.2000<br />
de tránsito son la novena causa de<br />
muerte entre los puertorriqueños.<br />
Los residentes de las áreas desparra-<br />
madas tienen una mayor probabili-<br />
dad de sufrir un accidente de carro.<br />
• La ausencia de centros urbanos y de<br />
un sentido de lugar resulta en la falta<br />
de solidaridad, reduce la participa-<br />
ción cívica, aumenta la segregación<br />
social y económica, y disminuye la<br />
calidad de vida. El tiempo que se de-<br />
dica a los viajes aumenta la tenden-<br />
cia a que las personas reporten<br />
dolores de espalda, enfermedades<br />
cardiovasculares y estrés. También se<br />
aumenta la agresividad de los con-<br />
ductores impacientes y molestos.<br />
• Los desarrollos desparramados no<br />
proveen alternativas adecuadas para<br />
peatones y ciclistas, y fomentan un<br />
estilo de vida sedentario. Sin estas al-<br />
ternativas, la gente está más pro-<br />
pensa a usar el carro en lugar de ir en<br />
bicicleta o caminando al trabajo,<br />
a estudiar, a hacer los recados o a<br />
recrearse. Puerto Rico tiene un<br />
62.9% de tasa de obesidad, la cifra<br />
20 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
más alta de todos los estados y te-<br />
rritorios estadounidenses [9]. Solo<br />
el 4.1% de las personas caminan a<br />
su trabajo.<br />
¿A quién le cuesta?<br />
Muchos puertorriqueños piensan<br />
que el desparramamiento urbano es<br />
el resultado inevitable de un sistema<br />
económico que demanda eficiencia y<br />
bajos costos, sobre todo cuando esta<br />
es la manera como vive la abrumadora<br />
mayoría de los ciudadanos, y como<br />
han vivido también sus padres. Pero<br />
esta supuesta eficiencia económica es<br />
un mito: el desarrollo desparramado<br />
nos cuesta más que si se estableciera<br />
un desarrollo ordenado y planificado<br />
de nuestras ciudades. Lo que ocurre es<br />
que el costo real del desparramamiento<br />
se diluye a través de una serie de costos<br />
que no percibimos, pero que en verdad<br />
todos los ciudadanos terminamos<br />
pagando.<br />
La Asociación de Constructores de<br />
Hogares de Puerto Rico ha planteado<br />
de manera continua que los costos de<br />
desarrollar una vivienda en un área urbanizada<br />
es más costoso que construirla<br />
en terrenos vacantes de la periferia.<br />
Pero la realidad es que nunca se han<br />
presentado datos sobre lo que verdaderamente<br />
cuesta construir en Puerto<br />
Rico, pues implicaría revelar también<br />
cuáles son las ganancias. Los desarrolladores<br />
descubrieron que al construir<br />
casas en terrenos alejados de las áreas<br />
urbanas, logran precios más bajos de la<br />
tierra. Pero esta reducción no siempre<br />
se refleja al final sobre el precio de la<br />
vivienda para el consumidor; a veces<br />
solo se logra un aumento en la ganancia<br />
del desarrollador.<br />
El desparramamiento urbano les<br />
cuesta a la AAA, a la AEE, al DTOP,<br />
al Departamento de Educación, al Departamento<br />
de Salud, a los municipios<br />
y a cada uno de nosotros —que pagamos<br />
mayores impuestos para costear<br />
los gastos y subsidios del Estado—.<br />
Siempre escuchamos “el Estado somos<br />
todos”, pero en realidad los ciudadanos<br />
no entienden como suyos los<br />
Pedro Martínez de Aerial/Architectural Photography, Inc. en San Juan 2000, Centro de Investigaciones CARIMAR
gastos que realiza el Gobierno o los<br />
municipios (otra razón por la cual el<br />
desparramamiento continúa).<br />
Una semana en la vida suburbana<br />
Con el fin de identificar costos<br />
sociales para una típica madre suburbana,<br />
durante una semana (lunes a domingo)<br />
del mes de abril de 2011, se<br />
midieron la millas recorridas, el tiempo<br />
y los viajes realizados por una residente<br />
de una urbanización de Gurabo<br />
y empleada de gobierno en Santurce.<br />
Durante esa semana realizó 28<br />
viajes al trabajo, para recoger los niños,<br />
llevarlos a hacer deporte o diversión,<br />
recorrió 313 millas y estuvo en el carro<br />
durante 13 horas y 10 minutos. Si extrapolamos<br />
estos datos a todo un año,<br />
una madre suburbana promedio realiza<br />
1,456 viajes, recorre 16,276 millas<br />
y está sentada en un carro durante 28<br />
días y medio, al año. Solo en gasolina<br />
gasta $2,600.<br />
¿Por qué el desparramamiento urbano<br />
sigue desparramándose?<br />
Las razones por las cual este modelo<br />
de desarrollo continúa se resumen<br />
en dos. Primero, por un sistema<br />
de planificación que fomenta la ausencia<br />
de planes para guiar el desarrollo<br />
y el uso de reglamentos de calificación<br />
de suelo diseñados para los suburbios<br />
(Reglamento Conjunto), complementado<br />
con que los responsables públicos<br />
no creen en regular los usos del suelo,<br />
pues entienden que debe ser el mercado<br />
(los desarrolladores) el que marque<br />
las pautas. En segundo lugar, porque<br />
el modelo económico, financiero y<br />
fiscal que tenemos impide asignar los<br />
costos que genera el desparramamiento<br />
a los que lo producen y transfiere<br />
estos costos, en vez, a los ciudadanos<br />
en general.<br />
Un ejemplo claro es el Reglamento<br />
de Exacción por Impacto de la<br />
Autoridad de Carreteras y Transportación,<br />
que trata igual a los impactos<br />
que produce un desarrollo denso que<br />
a uno de baja densidad; cuando toda<br />
la literatura muestra que los usos densos<br />
generan menos tráfico que los de<br />
baja densidad. Esto crea un sistema<br />
regresivo donde los desarrollos densos<br />
y compactos —y en muchos casos los<br />
residentes menos ricos— subsidian el<br />
desparramamiento, pagando más de lo<br />
que les corresponde.<br />
¿Un futuro desparramado?<br />
No veo ninguna tendencia contundente<br />
que muestre que el modelo<br />
de desarrollo basado en bajas densidades<br />
y usos segregados vaya a cambiar<br />
en el mediano y corto plazo. Las fuerzas<br />
políticas que han gobernado por<br />
los pasados años no han tenido nunca<br />
la intención de cambiar el modelo<br />
de urbanismo, aunque ciertos jefes de<br />
agencia pudieran haber tenido “buenas<br />
intenciones”, pero como dice el refrán:<br />
“El camino al infierno está empedrado<br />
de buenas intenciones”. Por el momento<br />
continuaremos en este infierno<br />
de desparramamiento dominado por<br />
el pensamiento neoliberal de libre<br />
mercado, esperando que los desarrolladores<br />
quieran construir ciudades y que<br />
los puertorriqueños amanezcamos un<br />
día pidiendo vivir en la ciudad.<br />
Ni siquiera nuestros mejores alcaldes<br />
han logrado cambiar la tendencia y<br />
hacer ciudad. Vivimos en un gran mar<br />
de urbanizaciones, y solo un pequeño<br />
grupo podemos vivir en trozos de ciudad<br />
que han logrado nacer o sobrevivir<br />
el modelo del desparramamiento.<br />
Mientras nuestros gobernantes mantengan<br />
sus mentes suburbanas, serán<br />
incapaces de proponer soluciones y<br />
comprender la complejidad de los problemas<br />
urbanos.<br />
Los datos del último censo de<br />
población nos confirman lo que ya<br />
veíamos en las fotos aéreas: que el<br />
desplazamiento de la población junto<br />
a las urbanizaciones y centros comerciales<br />
continúa hacia los municipios<br />
mas alejados del Área Metropolitana.<br />
Este constante desplazamiento no es<br />
producto de los que huyen de nuestras<br />
escasas “áreas urbanas” o trozos de<br />
ciudad, sino que el desparramamiento<br />
está alimentado por las personas que<br />
escapan del mismo desparramamiento,<br />
en un círculo vicioso que no deja<br />
de producir ganancias para quienes lo<br />
producen, y pérdidas para quienes lo<br />
consumen.<br />
CAAPPR<br />
Notas y referencias:<br />
(1) Cálculo basado en una extrapolación<br />
de los costos establecidos para Estados Unidos<br />
por el trabajo de Robert W. Burchell, A.<br />
Downs, B. McCAnn, y S. Mukherji (2005),<br />
Sprawl Costs: Economic Impacts of Unchecked<br />
Develoment. Island Press. A los estadounidenses<br />
les cuesta $81 millones al día o $31 billones<br />
al año.<br />
(2) Para un análisis exhaustivo sobre los<br />
costos del desparramamiento urbano véase Real<br />
State Research Corporation (1974), The Costs<br />
of Sprawl: Detailed Cost <strong>Ana</strong>lysis. CEQ, HUD<br />
and EPA; Another Cost of Sprawl. The Effects of<br />
Land Use on Wastewater Utility Costs (http://<br />
www.nrdc.org/cities/smartgrowth/cost/costinx.asp);<br />
A Guide to Impact Fees and Housing<br />
Affordability. (2008) Arthur C. Nelson, Liza<br />
K. Bowles, Julian C. Juergensmeyer, James C.<br />
Nicholas. Island Press; Sierra Club, The Dark<br />
Side of the American Dream: The Costs and Consequences<br />
of Suburban Sprawl. Challenge to<br />
Sprawl Campaing, College Park; Greorge Glaster,<br />
Royce Hanson, Michael Ratcliffe, Harold<br />
Wolman, Stephan Coleman and Jason Freihage<br />
(2001) Wrestling Sprawl to the Ground:<br />
Defining and Measuring an Elusive Concept,<br />
Housing Policy Debate, Vol.12 , no. 4, pp. 685;<br />
Robert Burchell et al., (2002) Costs of Sprawl<br />
Revisited-2000, Transit Cooperative Research<br />
Program, Transportation Research Board, Washington,<br />
D.C., Chapter 13; Reid Ewing, Rolf<br />
Pendall and Don Chen, Measuring Sprawl and<br />
Its Impact, Volume I. Smart Growth America.<br />
www.smartgrowthamerica.org/sprawlindex/<br />
MeasuringSprawl.PDF<br />
(3) Puerto Rico tiene 24,877 km de carreteras<br />
pavimentadas, lo que nos pone entre los<br />
primeros siete países del mundo, con el costo<br />
correspondiente de mantenimiento.<br />
(4) Arthur C. Nelson (2008), Impact Fees<br />
and Housing Affordability. A Guide for Practitioners.<br />
U.S. Deparment of Housing and Urban<br />
Development, Office of Policy Development<br />
and Research, June 2008.<br />
(5) Carruthers, John I. & Gudmundur<br />
F. Ulfarsson (2003) Urban sprawl and the cost<br />
of public services. Enviroment and Planning B:<br />
Planning and Design Volume 30, páginas 503-<br />
522.<br />
(6) Estimado anual de emisiones y consumo<br />
de combustible para vehículos de motor en<br />
Puerto Rico para el año 2006, Hoja de Datos<br />
Ambientales, Junta de Calidad Ambiental.<br />
(7) Estadística pubicada por Nation Master<br />
(www.nationmaster.com).<br />
(8) El costo económico para Puerto Rico<br />
de los accidentes de tránsito se estimó en<br />
$752.2 millones en el 2006 por José I. Alameda<br />
y Juan Lara (2008) en El costo económico de los<br />
accidentes de tránsito en Puerto Rico, Unidad de<br />
Investigaciones Económicas, Depto. de Economía,<br />
UPR, Núm. 138, septiembre 2008.<br />
(9) La tasa de obesidad o sobrepreso se<br />
define como un índice de masa corporal mayor<br />
o igual a 25 kg/metros cuadrados. http://<br />
www.statehealthfacts.org/comparemaptable.<br />
jsp?ind=89&cat=2<br />
21<br />
<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA
<strong>ENTORNO</strong> ARQUITECTURA<br />
PRESENTA<br />
Título Planes del de artículo usos<br />
del terreno en<br />
Puerto Rico:<br />
antecedentes<br />
históricos<br />
Jorge R. Hernández Favale<br />
Nombre y Carlos del Maysonet Autor<br />
22<br />
La planificación hasta el 2008<br />
Los orígenes de la planificación de<br />
Puerto Rico se remontan al inicio de<br />
la colonización de la Isla. Nos quedan<br />
como ejemplo de la planificación bajo<br />
el dominio español las famosas Leyes<br />
de Indias, las cuales indicaron con<br />
gran precisión cómo trazar las ciudades<br />
y dónde ubicar los edificios públicos,<br />
las plazas, los comercios y las residencias.<br />
Un poco más adelante, allá<br />
para el 1821, se creó la Junta de Obras<br />
Públicas para preparar un plan regulador<br />
de obras estrechamente atado a<br />
los fondos para construirlas. Ese quizás<br />
fue el organismo precursor de la Junta<br />
de Planificación.<br />
La primera ley de planificación de<br />
Puerto Rico del siglo XX fue la Ley<br />
213 de 12 de mayo de 1942, conocida<br />
como Ley de Planificación, Urbanización<br />
y Zonificación de Puerto Rico.<br />
Entre los instrumentos de planificación<br />
más importantes para implantarla<br />
estaba el plano regulador, lo más parecido<br />
a un instrumento de planificación<br />
del uso del suelo de aquel entonces. La<br />
ley estableció que el plano regulador<br />
debería presentar las recomendaciones<br />
para el desarrollo del país y podría incluir<br />
la ubicación, naturaleza y extensión<br />
generales de los terrenos, y su posible<br />
utilización futura para el bienestar<br />
general. La ley también instruyó a<br />
la Junta a que, sobre la base del plano<br />
regulador, preparara documentos para<br />
la urbanización, zonificación y el uso<br />
de terrenos; la reglamentación por distritos<br />
o zonas de los terrenos públicos<br />
y privados, y de los edificios; y la utilización<br />
de terrenos para varias clases<br />
de usos.<br />
Trascurridos 33 años, en el 1975,<br />
se promulgó una nueva ley para la Junta<br />
de Planificación: la Ley Número 75<br />
<strong>ENTORNO</strong>18<br />
de 24 de junio de 1975, con el propósito<br />
primordial de fortalecer sus funciones<br />
relacionadas a la orientación,<br />
coordinación e integración de política<br />
pública para el desarrollo integral del<br />
país, y para fortalecer la investigación<br />
y la recopilación de información para<br />
asesorar al gobernador, a la Asamblea<br />
Legislativa, a los municipios y a las<br />
agencias gubernamentales. A tenor<br />
con este propósito, se creó la Administración<br />
de Reglamentos y Permisos y<br />
se le asignaron funciones operacionales<br />
que hasta entonces desempeñaba la<br />
Junta, en especial la instrumentación<br />
de los reglamentos de planificación y<br />
demás actividades relacionadas.<br />
La Ley 75 dispuso que la Junta<br />
prepararía y adoptaría una serie de<br />
documentos entre los que se encuentran<br />
el Plan de Desarrollo Integral, el<br />
Programa de Inversiones de Cuatro<br />
Años, los planes de usos de terrenos y<br />
el Reglamento de Zonificación. Ordenó<br />
una serie de instrumentos básicos<br />
de análisis e información para asesorar<br />
al gobernador sobre los cambios significativos<br />
de orden social, económico y<br />
físico del país, así como de las consecuencias<br />
de las políticas públicas y de<br />
los programas y proyectos estratégicos.<br />
También ordenó desarrollar los sistemas<br />
de información del Gobierno y<br />
coordinar los proyectos de investigación<br />
que requieren la participación de<br />
diversas agencias y organismos públicos.<br />
Dos años después de aprobada la<br />
Ley 75, el gobernador aprobó el documento<br />
Objetivos y Políticas Públicas del<br />
Plan de Usos de Terrenos de Puerto Rico<br />
para que guiara a las agencias e instrumentalidades<br />
públicas en la formulación<br />
de políticas, planes y programas,<br />
y en la toma de decisiones y acciones<br />
sobre proyectos públicos y privados,<br />
así como en el proceso de zonificar y
definir los usos posibles en los terrenos.<br />
Posteriormente, la Junta revisó el<br />
documento para incorporar al sector<br />
del turismo, ampliar el concepto de<br />
riesgo y adoptar el concepto de desarrollo<br />
integral sostenible y de acción<br />
ecológicamente sostenible.<br />
El 10 de abril de 1979 se adoptó<br />
el Plan de Desarrollo Integral: Políticas<br />
Públicas y Objetivos Específicos,<br />
que esbozó las políticas y estrategias<br />
de desarrollo integral del país. El plan<br />
inicialmente sirvió de guía a los organismos<br />
gubernamentales en la formulación<br />
de sus planes, programas y proyectos.<br />
Sin embargo, perdió vigencia<br />
al no actualizarse para acoplarse a los<br />
tiempos.<br />
En 1991, se aprobó la Ley 81 de<br />
30 de agosto de 1991, mejor conocida<br />
como Ley de Municipios Autónomos.<br />
En ella se dispuso por primera vez que<br />
los municipios podrían, mediante la<br />
formulación de planes de ordenación<br />
territorial, ordenar los terrenos de su<br />
jurisdicción, sujetos a que cumplieran<br />
con una serie de metas y objetivos dirigidos<br />
a promover el bienestar social<br />
y económico del municipio y sus habitantes.<br />
El 25 de febrero de 2004, la entonces<br />
gobernadora de Puerto Rico,<br />
Sila María Calderón, anunció la creación<br />
de la Oficina del Plan de Uso de<br />
Terrenos en la Junta de Planificación.<br />
Posteriormente, en octubre de 2005 se<br />
aprobó la Ley para el Plan de Uso de<br />
Terrenos, que ordenó la preparación de<br />
un plan para todo el país, integrando y<br />
organizando los objetivos y políticas<br />
públicas a nivel nacional, e integrando<br />
los planes de ordenación territorial de<br />
los municipios a tono con la Ley de<br />
Municipios Autónomos. Este plan se<br />
detuvo en el 2006.<br />
El inacabado Plan de Uso de Terrenos<br />
de 2006 hubiera sido el primer<br />
plan de usos de terrenos para todo<br />
Puerto Rico en la historia de la Isla. El<br />
borrador del plan establecía una visión<br />
de desarrollo del país y varias herramientas<br />
para implantar esta visión, servía<br />
de marco de referencia a los planes<br />
de ordenamiento municipal e incluía<br />
perfiles para cada una de las regiones<br />
adoptadas por la Junta de Planificación.<br />
Establecía también un modelo<br />
de planificación en donde la visión y la<br />
ordenación del país como un todo precedía<br />
y guiaba la elaboración de planes<br />
regionales y locales como parte de un<br />
proceso de planificación holístico que<br />
se retroalimentaría constantemente.<br />
La planificación actual<br />
y recomendaciones<br />
En el 2009 se comenzó un nuevo<br />
proceso de planificación que descartó<br />
el desarrollo y adopción inicial de un<br />
plan de usos de terrenos para todo el<br />
país. Descansó, en vez, en la elaboración<br />
de un documento de visión y de<br />
unas herramientas para implantarlo, y<br />
en la elaboración de planes regionales<br />
de usos de terrenos que cubren toda la<br />
Isla.<br />
El 16 de agosto de 2010 se adoptó<br />
el Plan Integral de Desarrollo Estratégico<br />
Sostenible para Puerto Rico<br />
(PIDES), con un horizonte de planificación<br />
de 20 años, que revisó el<br />
Plan de Desarrollo Integral de 1979.<br />
Actualmente, se trabaja en completar<br />
las Herramientas de Acción y Coordinación<br />
Estratégicas (HACES) y el Plan<br />
de Inversión Estratégica (PIE), y en<br />
finalizar los planes regionales de usos<br />
de terrenos que cubrirán a toda la Isla.<br />
Los planes regionales serán calibrados<br />
por grupos representativos nombrados<br />
por la Junta de Planificación. Nada se<br />
dice en el nuevo proceso de planificación<br />
sobre las contradicciones que con<br />
toda probabilidad ocurrirán cuando<br />
las metas y los objetivos de algunos<br />
planes regionales, si no de todos, sean<br />
redundantes o hasta contradictorios<br />
entre sí y no abonen a la consecución<br />
de un plan de usos para toda la Isla que<br />
anteponga el bien común del país.<br />
Se adelantan dos recomendaciones<br />
que podrían abonar a que se complemente<br />
el borrador del Plan de Usos<br />
de Terrenos detenido en el 2006 con el<br />
proceso de planificación recientemente<br />
adoptado por la Junta de Planificación.<br />
En primer lugar, los grupos colectivos<br />
que tengan la responsabilidad de<br />
desarrollar cada plan regional podrían<br />
elegir uno o dos representantes ante un<br />
grupo que, con una visión a nivel nacional,<br />
diseñe los parámetros sobre los<br />
que se desarrollen los planes regionales.<br />
Además, pasarían juicio sobre las contradicciones<br />
y redundancias que surjan<br />
a lo largo del proceso de construcción<br />
de dichos planes regionales.<br />
En segundo lugar, las propias realidades<br />
que se aluden para justificar el<br />
nuevo PIDES requieren de estructuras<br />
descentralizadas de toma de decisiones<br />
para que sean eficientes. Se debe diseñar<br />
un mecanismo de toma de decisiones<br />
que rompa con la visión jerárquica<br />
imperante, esto es, adoptar un nuevo<br />
sistema de gobernanza que haría que,<br />
en verdad, tanto el Plan de Usos de Terrenos<br />
de Puerto Rico como los planes<br />
regionales —y el producto de las “calibraciones”<br />
de esos planes regionales—<br />
sean producto de la voluntad de todos<br />
para buscar el bien común.<br />
CAAPPR<br />
23<br />
<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA
<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA<br />
PROYECTO DE LA EDICIÓN<br />
PROYECTO:<br />
Parque de la Laguna<br />
del Condado - Jaime Benítez<br />
San Juan, Puerto Rico<br />
ARQUITECTOS:<br />
Coleman-Davis Pagán<br />
Arquitectos<br />
Por la Redacción de <strong>ENTORNO</strong><br />
Fotografías por Javier Román,<br />
salvo aquellas indicadas<br />
Planta de emplazamiento<br />
24<br />
El proyecto consta de un parque<br />
de recreación activa y pasiva ubicado<br />
en un solar de tres cuerdas y media de<br />
terreno. El proyecto está integrado al<br />
vecindario inmediato del Condado<br />
por el acceso principal en la calle Wilson<br />
al este, a la laguna del Condado<br />
y su malecón al oeste, y limitado por<br />
una subestación de la Autoridad de<br />
Energía Eléctrica (AEE) y por el expreso<br />
Baldorioty de Castro por el sur.<br />
Aproximadamente 150 árboles y arbustos<br />
nativos fueron sembrados como<br />
parte del proyecto, lo que ha logrado<br />
recuperar y restaurar un ecosistema de<br />
manglar que sirve de ‘pulmón verde’<br />
para los seres humanos y la fauna que<br />
habitan el lugar.<br />
El proyecto redesarrolló un área<br />
extensa en desuso que por décadas había<br />
sido una planta termo-eléctrica que<br />
contribuía a la contaminación del am-<br />
<strong>ENTORNO</strong>18<br />
biente. El mangle y la laguna resaltan<br />
como protagonistas ante la intervención<br />
de estructuras construidas con un<br />
carácter minimalista, y que atienden<br />
las necesidades básicas para el disfrute<br />
del parque: un cuartel de seguridad<br />
con baños públicos, un edificio para el<br />
almacenamiento y alquiler de kayaks,<br />
un pequeño espacio para mantenimiento<br />
y un gazebo sencillo donde se<br />
instaló un mural vertical del ceramista/arquitecto<br />
Jaime Suárez. También se<br />
rehabilitó un edificio histórico ubicado<br />
en los predios, lo que le dio una nueva<br />
vida para el uso comunitario.<br />
El parque ofrece un descanso visual<br />
con una vista ininterrumpida de<br />
la laguna del Condado que, unida al<br />
ofrecimiento de actividades recreativas<br />
organizadas por la comunidad, hace<br />
del proyecto un ejemplo a seguir sobre<br />
cómo viabilizar el disfrute de los recur-<br />
a
Vista aérea del proyecto, hacia el noreste<br />
Calce<br />
CAAPPR 25<br />
Suministrada<br />
<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA
Proyección de cine al aire libre, una de las muchas actividades que se realizan en el parque<br />
Banca prefabricada de concreto,<br />
modelo Pincho, diseñada específicamente<br />
para el proyecto<br />
26 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
sos naturales minimizando el impacto<br />
humano y propiciando su conservación<br />
y restauración.<br />
Como parte de las estrategias sustentables<br />
utilizadas en el proyecto, se<br />
limitó la escorrentía de la lluvia al sistema<br />
pluvial público, permitiendo en su<br />
lugar que el agua se infiltre al terreno<br />
y que percole directamente a la laguna<br />
y al mangle. Se usaron materiales de<br />
bajo impacto al ambiente, en su mayo-<br />
ría locales, tales como adoquines de cemento,<br />
piedra bechara (laja amarilla) y<br />
ventanas de persianas de aluminio.<br />
El grupo de ceramistas Casa Candina<br />
elaboró múltiples piezas alusivas<br />
al mangle para ambientar un paseo<br />
hacia la laguna. Cada obra fue realizada<br />
por un artista distinto y colocada<br />
junto a las demás en una hilera sobre<br />
una de las paredes colindante con la<br />
subestación de la AEE.<br />
JORGE CARBONELL
Sección transversal, edificio rehabilitado<br />
Alzado norte, edificio rehabilitado y escalinatas<br />
Edificio para las instalaciones del cuartel de seguridad y baños, fachada sur<br />
CAAPPR 27<br />
<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA
FICHA TÉCNICA<br />
Proyecto: > Parque Nacional Laguna del<br />
Condado Jaime Benítez<br />
Equipo de trabajo en > José R. Coleman-Davis Pagán,<br />
oficina de arquitecto: Franciso Rivera Rodríguez,<br />
Victor Nieto Villalón,<br />
Ariel Santiago Bermúdez,<br />
Yadira Adorno Pomales<br />
Edgardo D. Ocasio Roig<br />
Yanitza Maldonado González<br />
David Torres García<br />
Firma/Oficina: > Coleman-Davis Pagán<br />
Arquitectos<br />
Localización: > San Juan, Puerto Rico<br />
28 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
Tamaño del solar: > 3.5 cuerdas<br />
Tamaño de estructura: > 9,280 p2 (total)<br />
Dueño/Cliente: > Compañía de Parques Nacionales de Puerto Rico<br />
Contratista: > Newtec SE (Ing. Héctor Ayala)<br />
Consultores: > Luis Daza Duarte (estructural) Raymond Amaral (eléctrico)<br />
Juan C. Padró Octaviani (mecánico) EBP Design Group / Enrique<br />
Blanes Palmer (civil) Acosa Engineering PSC (inspección)<br />
Colaboradores: > Grupo Casa Candina (25+ piezas cerámica)<br />
Jaime Suárez (mural/relieve)<br />
Fecha Construcción: > 2006 - 2008<br />
Costo de Construcción: > $6,000,000.00<br />
)<br />
28
Plan de Usos de<br />
Terrenos a nivel<br />
regional para<br />
Puerto Rico<br />
Leslie M. Rosado Sánchez<br />
La Ley Núm. 75 del 24 de junio de<br />
1975, según enmendada y conocida como<br />
Ley Orgánica de la Junta de Planificación<br />
de Puerto Rico establece dentro de sus<br />
propósitos generales, la elaboración de<br />
Planes de Usos de Terrenos. Además, la<br />
Ley Núm. 550 de 2004, conocida como<br />
Ley para el Plan de Usos de Terrenos de<br />
Puerto Rico, le ordena a la Junta de Planificación<br />
la elaboración del Plan de Usos de<br />
Terrenos para Puerto Rico (PUT-PR).<br />
Respondiendo a este mandato,<br />
la Junta de Planificación<br />
llevó a vistas públicas un borrador<br />
del PUT-PR en marzo de<br />
2006. Sin embargo, muchos<br />
de los municipios reclamaron<br />
mayor participación en el<br />
proceso. Además, el borrador<br />
carecía de una visión de desarrollo<br />
de consenso que reflejara<br />
la realidad socioeconómica<br />
de Puerto Rico y que ofreciera<br />
un marco de acción para<br />
lograr una economía globalmente<br />
competitiva, un equilibrio<br />
en el desarrollo urbano y<br />
la conservación del ambiente<br />
natural; y tampoco alcanzaba<br />
el desarrollo de un modelo de<br />
transformación y superación<br />
social para Puerto Rico.<br />
Ante esta situación, la primera encomienda<br />
de esta Junta de Planificación ha<br />
sido el crear un consenso multisectorial<br />
para la formulación de una nueva visión<br />
de desarrollo para Puerto Rico, recogida<br />
en el Plan Integral de Desarrollo Estratégico<br />
Sostenible, denominado PIDES-PR;<br />
dejando sin efecto el Plan de Desarrollo<br />
Integral de 1979. Este nuevo documento,<br />
aprobado por el gobernador, el Hon. Luis<br />
G. Fortuño y ratificado por la Asamblea<br />
Legislativa, no tan solo esboza la nueva<br />
visión para Puerto Rico, sino que define<br />
los valores y las metas que guiarán nuestro<br />
rumbo para lograr las aspiraciones y los<br />
sueños de nuestra ciudadanía. Asimismo,<br />
ha servido como piedra angular en el desarrollo<br />
de los instrumentos de planificación,<br />
conocidos como las Herramientas<br />
de Acción y Coordinación Estratégica<br />
Sostenible (HACES-PR). Para cada pilar<br />
de desarrollo identificado en PIDES-PR<br />
corresponde un instrumento de planificación,<br />
a saber: para el pilar económico el<br />
Departamento de Desarrollo Económico<br />
diseñó el Modelo Estratégico para la Nueva<br />
Economía (MENE); para el pilar social<br />
—mediante la integración del sector gubernamental,<br />
el sector privado y el tercer<br />
sector— se diseñó el Modelo de Trans-<br />
Mapa de regionalización de Puerto Rico, Junta de Planificación 2011<br />
formación y Superación Social; y para el<br />
pilar físico, la Junta de Planificación está<br />
desarrollando el Plan de Usos de Terrenos<br />
a nivel Regional (PUT-R). Posteriormente,<br />
se elaborará el Plan de Inversiones Estratégicas<br />
(PIE) que sustituirá el Plan de<br />
Inversiones a Cuatro Años (PICA), para<br />
unir el proceso presupuestario con la planificación<br />
de usos del suelo.<br />
Paralelamente al desarrollo de PIDES-<br />
PR, la Junta de Planificación ha continuado<br />
a paso acelerado colaborando con los<br />
Gobiernos municipales en la implantación<br />
del Capítulo 13 sobre la Ordenación Territorial<br />
de la Ley de Municipios Autónomo,<br />
Ley 81 del 30 de agosto de 1991, según<br />
enmendada, con la aprobación de 42 planes<br />
territoriales que representan un 54%.<br />
Veintisiete municipios se encuentran en<br />
la Fase IV de Plan Final que representan<br />
un 35%, cuatro municipios se encuentran<br />
en la Fase III de Avance que representan<br />
CAAPPR<br />
el 5% y cinco municipios se encuentran<br />
en la Fase II de Memorial que representan<br />
un 6%.<br />
La Junta de Planificación, utilizando<br />
la misma metodología definida en PIDES-<br />
PR, definió once regiones [véase mapa] de<br />
acuerdo con un análisis crítico del funcionamiento<br />
de PR y aprobó la Resolución<br />
Núm. JP-2010-299 de 27 de agosto de<br />
2010, titulado: Mapa de regionalización y<br />
metodología de desarrollo del Plan de Usos<br />
de Terrenos. Como producto del respectivo<br />
análisis se cuenta con el documento del<br />
Nuevo modelo de regionalización y metodología<br />
de desarrollo del Plan de Usos de Terrenos.<br />
La metodología adoptada por Junta<br />
para la elaboración del PUT-R estableció<br />
una jerarquía de planes. A nivel superior<br />
predominan los planes especiales vigentes<br />
y futuros adoptados por la Junta sobre el<br />
PUT-R; por entenderse que los mismos<br />
atienden situaciones de importancia particular<br />
para las áreas designadas. El PUT-R<br />
prevalece sobre los PT’s y estos predominan<br />
sobre otros planes.<br />
El PUT-R se desarrollará en<br />
las siguientes cinco tareas, a<br />
saber: Tarea I, la composición<br />
de la Comisión Regional, del<br />
Consejo Asesor Ciudadano<br />
y del Perfil Diagnóstico Regional;<br />
Tarea II, objetivos del<br />
desarrollo regional, análisis<br />
FODA y Proyectos de Impacto<br />
Regional; Tarea III, desarrollo<br />
de la estructura espacial,<br />
las estrategias de desarrollo<br />
del suelo y clasificaciones de<br />
suelo; Tarea IV, desarrollo de<br />
estrategias de implantación; y<br />
Tarea V, desarrollo de indicadores<br />
de implantación.<br />
29<br />
<strong>ENTORNO</strong> OTROS <strong>ENTORNO</strong>S<br />
PRESENTA
En la Tarea I, se establece una estrecha<br />
colaboración con los Gobiernos municipales<br />
estableciendo la composición de<br />
la Comisión Regional y el Consejo Asesor<br />
Ciudadano. La Comisión Regional estará<br />
constituida por los alcaldes de la región,<br />
o su representante designado, y un representante<br />
de la Junta de Planificación que<br />
servirá de enlace. El Consejo Asesor estará<br />
instituido por dos ciudadanos, uno que<br />
represente una fortaleza del municipio y<br />
el otro, una debilidad. Estos serán responsables<br />
de participar en todo el desarrollo<br />
de la elaboración del PUT-R para lograr<br />
un documento de consenso, que refleje las<br />
aspiraciones municipales y las oportunidades<br />
regionales.<br />
Además, en la Tarea I, se recopila la<br />
data más reciente de todas las agencias del<br />
Gobierno de PR y se levanta un amplio<br />
inventario de recursos por municipio, para<br />
elaborar el Perfil Diagnóstico Regional y<br />
un Inventario de Proyectos Estratégicos<br />
en <strong>Sistema</strong> de Información Geográfica.<br />
Los proyectos estratégicos son los planes a<br />
corto, mediano y largo plazo de los Gobiernos<br />
municipales. Estos inventarios se<br />
catalogan siguiendo la estructura utilizada<br />
en el documento PIDES-PR por cada uno<br />
de los pilares de desarrollo y sectores relacionados.<br />
En la Tarea II, se identifican los objetivos<br />
de desarrollo específicos alineados<br />
con la visión de PIDES-PR y basados en<br />
la identificación de los proyectos estratégicos<br />
de los municipios para el futuro crecimiento<br />
integral de la región. Los objetivos<br />
de desarrollo deberán identificar oportunidades<br />
y establecerlas como ejes en la<br />
estructura de clasificación propuesta para<br />
regir el uso del suelo.<br />
De igual manera, la Tarea II incluye<br />
una metodología de estudio conocida<br />
como FODA (Fortalezas, Oportunidades,<br />
Debilidades y Amenazas). Este análisis nos<br />
ayuda a conocer las características internas<br />
de los municipios y la situación competitiva<br />
de la región con el fin de generar soluciones<br />
ingeniosas a las debilidades que se<br />
enfrentan y de obtener las estrategias necesarias<br />
para el mejoramiento de la calidad<br />
de vida, que permitan proyectar acciones<br />
en el futuro para el desarrollo armonioso y<br />
sostenible de los recursos.<br />
La Comisión Regional y el Consejo<br />
Asesor Ciudadano seleccionan del Inventario<br />
de Proyectos Estratégicos los Proyectos<br />
de Impacto Regional. Estos son<br />
proyectos que tendrán un impacto más<br />
allá de la jurisdicción del Gobierno local<br />
30 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
o municipal en que se encuentran localizados,<br />
ampliando su marco de servicios a nivel<br />
regional y a todo PR. Para la selección<br />
de los mismos, se les proveerá unas guías<br />
para la selección de proyectos de impacto<br />
o carácter regional diseñadas por la Junta<br />
de Planificación. Una vez seleccionados,<br />
se presentará un análisis de la estructura<br />
espacial de los Proyectos de Impacto Regional.<br />
Estos proyectos definirán la estructura<br />
físico-espacial en apoyo a los objetivos<br />
de desarrollo generales y específicos de<br />
la región.<br />
Una vez concluidas las Tareas I y II se<br />
celebrará una vista pública donde se presentará<br />
el desarrollo de los siguientes documentos<br />
de trabajo: Perfiles Regionales,<br />
Inventario de Recursos, Análisis FODA,<br />
Objetivos Estratégicos del Plan y la estructura<br />
espacial de los Proyectos de Impacto<br />
Regional.<br />
En la Tarea III, se desarrollará la estructura<br />
espacial de la región presentando<br />
oportunidades presentes y futuras; así<br />
como estrategias de desarrollo del suelo,<br />
según sean pertinentes. La estructura espacial<br />
a presentarse estará basada en las<br />
clasificaciones propuestas para cada municipio<br />
de la región, identificando cambios a<br />
la estructura existente adoptada mediante<br />
los planes territoriales que estén en vigencia<br />
en la región o en alguna de las fases<br />
de desarrollo. La misma atenderá conflictos,<br />
retos y oportunidades; según identificadas<br />
en los perfiles y los objetivos de<br />
desarrollo. Durante esta fase, se validarán<br />
las propuestas de desarrollo con las capas<br />
de información existentes en el <strong>Sistema</strong><br />
de Información Geográfica (SIG), el modelo<br />
de simulación de Xplorah, el Mapa<br />
de Vida, entre otras herramientas de planificación.<br />
También, se involucrarán a las<br />
agencias y departamentos del Gobierno de<br />
Puerto Rico para obtener su insumo y coordinar<br />
esfuerzos para la implantación de<br />
los proyectos de impacto regional que sean<br />
viables.<br />
En la Tarea IV, cada plan de usos de<br />
terrenos regional presentará las estrategias<br />
de implantación. Cada uno contendrá<br />
estrategias de impacto supraregional que<br />
serán desarrolladas por la Junta de Planificación<br />
en coordinación con la Comisión<br />
Regional y serán generales para todas las<br />
regiones. Asimismo, se desarrollarán estrategias<br />
de impacto regional que serán<br />
diseñadas para cubrir las particularidades<br />
de cada región. Además, se preparará un<br />
reglamento general que regirá las disposiciones<br />
sustantivas del PUT-R.<br />
Por último, la Tarea V presentará los<br />
indicadores de implantación para medir el<br />
progreso del Plan y su efectividad en fomentar<br />
el desarrollo integral de la región;<br />
esto en coordinación con la Comisión<br />
Regional y los indicadores adoptados en<br />
PIDES-PR. Durante esta fase, se involucrarán<br />
las agencias y departamentos del<br />
Gobierno de Puerto Rico responsables de<br />
recopilar la data estadística requerida para<br />
dar seguimiento continuo a los indicadores<br />
de progreso.<br />
Una vez concluidas las Tareas III, IV<br />
y V, se celebrará una vista pública donde se<br />
presentarán los siguientes documentos de<br />
trabajo: Desarrollo de la Estructura Espacial,<br />
las Estrategias de Desarrollo del Suelo,<br />
las Clasificaciones de Suelo, el Desarrollo<br />
de Estrategias de Implantación y el Desarrollo<br />
de Indicadores de Implantación.<br />
Para viabilizar la implantación del<br />
Plan de Usos de Terrenos para todo Puerto<br />
Rico, la Junta de Planificación estableció<br />
un plan de trabajo sumamente agresivo.<br />
En octubre de 2010, comenzamos los trabajos<br />
de las regiones (2, 5, 8 y 11) programadas<br />
a culminarse para octubre del 2011.<br />
Nos encontramos finalizando las Tareas I y<br />
II de las respectivas regiones, para calendarizar<br />
para el mes de mayo de 2011 la primera<br />
vista pública. Comenzaremos en el<br />
mes de abril la Segunda Fase que incluirá<br />
las regiones (6, 7, 9 y 10) que culminará en<br />
junio de 2012. La Tercera Fase incluirá las<br />
regiones (1, 3 y 4) que comenzará en octubre<br />
de 2011 y finalizará para diciembre de<br />
2012. De esta forma, tendremos completado<br />
para finales del 2012, un plan de usos<br />
de terrenos para todo Puerto Rico.<br />
El reto ha sido ambicioso,<br />
pero no imposible. Puerto<br />
Rico no espera más de nosotros;<br />
los puertorriqueños tenemos<br />
puesta la fe en la planificación<br />
como herramienta<br />
indispensable para lograr un<br />
desarrollo integral que el pueblo<br />
merece. Nuestra visión<br />
es Puerto Rico. Nuestra misión<br />
es pensar en un Puerto<br />
Rico en grande. En nuestras<br />
manos quedará plasmada la<br />
historia.
El Plan de Usos<br />
de Terrenos en el<br />
marco de un modelo<br />
de desarrollo de<br />
una “economía<br />
ecológica”<br />
José I. Alameda Lozada<br />
“Los problemas antes expuestos dificultan<br />
alcanzar un sistema económico sostenible,<br />
ya que demuestran el deterioro y la posible<br />
destrucción de sistemas y recursos naturales<br />
vitales para el futuro de nuestra población”.<br />
–– Exposición de Motivos de la Ley para<br />
el Plan de Uso de Terrenos del Estado<br />
Libre Asociado de Puerto Rico; Ley<br />
Núm. 550 de 3 de octubre de 2004.<br />
Introducción<br />
La Junta de Planificación retomó el<br />
importante asunto del Plan de Usos de Terrenos<br />
para Puerto Rico (PUTPR), que comenzara<br />
hace un lustro. En aquel entonces<br />
muchos elementos entraron en conflicto y<br />
el plan no llegó a completarse.<br />
Es importante apuntar que<br />
un plan de usos de terrenos<br />
debe tomar en consideración<br />
el marco analítico pertinente<br />
para un desarrollo sustentable<br />
que permita rehabilitar al<br />
máximo posible el deteriorado<br />
ecosistema y los estropeados<br />
recursos naturales. En este<br />
ensayo propongo el marco<br />
analítico que debe considerarse<br />
en su elaboración y la<br />
justificación para incorporar<br />
la valorización de los servicios<br />
del ecosistema en la toma de<br />
decisiones públicas.<br />
El viejo paradigma de desarrollo<br />
Históricamente se ha atado el bienestar<br />
económico al crecimiento, esto es:<br />
“más bienes y servicios es siempre mejor<br />
que menos”. Dentro de este paradigma,<br />
lo esencial de la política de desarrollo de<br />
la mayoría de los países, incluyendo la de<br />
Puerto Rico, es hacer crecer el producto<br />
per cápita sin importar el costo privado y<br />
social relacionado con este proceso.<br />
Es evidente que tal concepción sobre<br />
el desarrollo descansa en un grupo de principios<br />
que surgieron y se fueron formando<br />
a partir de la Revolución Industrial del siglo<br />
XVIII y que modernamente se remozaron<br />
en los años noventa por el Consenso<br />
de Washington (1), algunos de los que se<br />
señalan a continuación:<br />
a. el éxito económico se mide mediante<br />
el crecimiento del producto real per<br />
cápita; a mayor crecimiento, mayor<br />
éxito y viceversa;<br />
b. los medios de producción deben de<br />
estar en manos privadas y el funcio-<br />
namiento del mercado es funda-<br />
mental;<br />
c. la nueva tecnología sirve de antído-<br />
to a la escasez de los recursos y a sus<br />
capacidades productivas;<br />
d. los efectos del proceso de producción<br />
de bienes y de servicios sobre el medio-<br />
ambiente o la salud no son considera-<br />
dos como costos dentro del típico<br />
medidor de las cuentas nacionales: el<br />
producto bruto o el producto interno.<br />
Se pasan por alto al suponerse como<br />
mínimos o insignificantes;<br />
e. la pobreza se elimina cuando se lo-<br />
gran mayores niveles de crecimiento<br />
per cápita; y<br />
f. los recursos naturales y ambientales<br />
son abundantes y su daño o deterio-<br />
ro, lejos de producir costos sustan-<br />
ciales a los seres humanos, generan<br />
beneficios externos positivos netos.<br />
La respuesta de la economía ecológica<br />
Los economistas ecológicos se refieren<br />
a las políticas del Consenso de Washington<br />
como las de un “mundo vacío”. Las<br />
prédicas de estos economistas —en especial<br />
las de Robert Costanza, Herman Daly<br />
y Robert Ayres— están fundamentadas en<br />
que este paradigma no es ni sustentable<br />
ni deseable a largo plazo. La realidad<br />
actual y futura exige que las<br />
sociedades se distancien de<br />
las políticas de un “mundo vacío”<br />
y que, por el contrario, si-<br />
gan las de un “mundo lleno”.<br />
El fundamento de estas políticas<br />
se basa en la existencia<br />
de un mundo en donde ocurren<br />
interrelaciones entre los subsistemas<br />
económicos y el macrosistema<br />
natural, y donde se<br />
consideran ambos sistemas al<br />
momento de dirimir conflictos<br />
entre ellos. Desde esta perspectiva,<br />
los conflictos entre<br />
los sistemas económicos y<br />
naturales deberán surgir, pero<br />
las políticas sociales tienen<br />
que reconocer ambas posiciones,<br />
lo que no ocurre bajo el<br />
paradigma actual. Para Herman<br />
Daly es más importante el énfasis en el<br />
“desarrollo” que en el “crecimiento”; y define<br />
el “desarrollo” como un aumento en la<br />
calidad de vida, que es una consideración<br />
más a largo plazo que meramente las estadísticas<br />
sobre crecimiento económico y sus<br />
efectos sobre un país a través de los medios<br />
de comunicación.<br />
Bajo el paradigma de la economía ecológica,<br />
el mercado y sus instituciones de<br />
apoyo no son el centro del sistema social.<br />
Las bases principales de esta visión son:<br />
a. Se abandonan los valores de cambio<br />
de la economía tradicional, y se es-<br />
tudia toda la biosfera.<br />
b. Se deja de considerar el mercado<br />
como el centro o instrumento del<br />
análisis económico, y se pasa a con-<br />
siderarlo junto a otras fuentes de in-<br />
formación e instituciones externas.<br />
c. Se busca apoyo en leyes naturales<br />
—como en las leyes de la termodi-<br />
námica— para buscar la consecu-<br />
ción de la sustentabilidad: el equi-<br />
librio entre el sistema económico y<br />
el ecológico, y su posibilidad de re-<br />
generación.<br />
La necesidad de valorizar el ecosistema<br />
Un instrumento de análisis importante<br />
para el uso óptimo de los terrenos y el<br />
espacio dentro del modelo de la economía<br />
ecológica es el concepto del “valor de los<br />
servicios del ecosistema”. El ecosistema<br />
es una infraestructura natural que provee<br />
CAAPPR 31<br />
OTROS <strong>ENTORNO</strong>S
servicios a través de la tierra, el agua y el<br />
sistema pluvial, el clima, los estuarios costeros,<br />
los bosques, el manglar, la vida silvestre,<br />
el hábitat, y otros. Estos servicios<br />
no siempre se toman en consideración por<br />
los mecanismos del mercado y muchas veces<br />
no se consideran al momento de tomar<br />
decisiones sobre el uso de los terrenos. Los<br />
manglares, por ejemplo, aunque son considerados<br />
como uno de los sistemas naturales<br />
más productivos del planeta, muchas<br />
veces se eliminan y se rellenan para dar<br />
paso a proyectos turísticos, residenciales e<br />
industriales; mediante ellos se pueden fijar<br />
los niveles de CO 2 , controlar las erosiones<br />
costeras, proteger las costas, ayudar en la<br />
formación de suelos, favorecer la pesca y<br />
controlar las inundaciones, entre otros beneficios<br />
sociales externos.<br />
En un estudio de 1997 (2) de Robert<br />
Costanza y otros, se estimó que el valor de<br />
los servicios en apoyo a la vida del ecosistema<br />
de todo el planeta es $33.3 billones de<br />
dólares (véase Tabla 1); esta cifra es casi dos<br />
veces mayor que el cálculo de $18 billones<br />
de dólares del producto interno global.<br />
Esta valorización de los servicios del<br />
ecosistema se queda corta si se compara<br />
con la importancia medular del ecosistema<br />
para la vida en el planeta Tierra; las<br />
economías globales de todos los países colapsarían<br />
si no tuvieran tierra fértil, agua<br />
fresca, aire limpio y un clima que permita<br />
actividades humanas. Si la valorización del<br />
ecosistema y sus componentes se dejara<br />
fuera del marco de la planificación, y si el<br />
uso de la tierra y de los recursos naturales<br />
dependiera únicamente de las señales que<br />
provee el mercado y del lucro privado, se<br />
obtendría un resultado neto social negativo.<br />
La incorporación del ecosistema al<br />
análisis de proyectos es fundamental para<br />
la elaboración de un plan de usos de terrenos<br />
sustentable.<br />
El nuevo Plan de Usos de Terrenos<br />
Es esencial que en el proceso<br />
de planificación y de toma<br />
de decisiones públicas se reconozca<br />
que la calidad de vida<br />
en el desarrollo es una meta<br />
suprema para el país. Las acciones<br />
individuales o grupales<br />
de intereses particulares, que<br />
pueden llevar a un crecimien-<br />
32 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
to del producto per cápita, no<br />
son siempre cónsonas con el<br />
desarrollo. La planificación<br />
del uso de terrenos debe de<br />
ser un proceso pluralista y<br />
democrático, en donde sean<br />
considerados todos los grupo<br />
de interés, en especial las comunidades<br />
y las empresas comunitarias<br />
potencialmente a<br />
ser afectadas. Es igualmente esencial<br />
considerar y valorizar al ecosistema<br />
y a los servicios prestados por el mismo,<br />
pues aunque su contribución a la sociedad<br />
es inmensa, los mecanismos del mercado<br />
pueden pasarlo por desapercibido. El plan<br />
debe usar como instrumento importante<br />
esta valorización, aunque no debe necesariamente<br />
limitarse a ella. Es vital que el<br />
Plan de Usos de Terrenos valorice los servicios<br />
prestados por los arrecifes de coral,<br />
la zona del carso, los humedales, los ríos,<br />
las lagunas, las especies en peligro de extinción,<br />
las cuevas, las dunas, los estuarios,<br />
los manglares, y la flora y la fauna, entre<br />
otros.<br />
El valor de los servicios ecológicos<br />
prestados por la zona del carso es un ejemplo<br />
aleccionador. La zona del carso es considerada<br />
como una de gran valor para la<br />
vida humana y las especies, y al momento,<br />
sería un grave error para el proceso de decisión<br />
pública y de evaluación de proyectos<br />
no considerar el valor económico de<br />
los servicios de ese ecosistema, por el mero<br />
hecho de que los mismos no pasan por los<br />
mecanismos tradicionales del mercado. Si<br />
se careciera de esta valorización en el caso<br />
de cualquier proyecto de infraestructura<br />
—privado, público o combinado— y solamente<br />
se consideraran los parámetros del<br />
mercado y del lucro privado, el costo social<br />
adverso de la decisión podría ser inmenso<br />
y los beneficios sociales inexistentes, no<br />
empece los muchos beneficios que el proyecto<br />
pudiera generar al sector privado.<br />
Conclusión<br />
El anuncio de que la Junta de Planificación<br />
retomó el importante asunto de un<br />
plan de usos de terrenos, trae dos posiciones<br />
encontradas. Una de esperanza y entusiasmo,<br />
y otra de preocupación sobre la<br />
efectividad del proceso si no se reconoce el<br />
valor de los servicios prestados por el ecosistema<br />
a la vida humana y de las demás<br />
especies, o si se otorgase flexibilidad en las<br />
normas para favorecer los intereses privados<br />
sobre aquellos de la sociedad.<br />
Notas:<br />
(1) El Consenso de Washington es un conjunto<br />
de políticas económicas —originalmente<br />
concebidas por John Williamson en 1989 y<br />
consideradas por los organismos financieros<br />
internacionales y centros económicos con sede<br />
en Washington D.C.— para impulsar el crecimiento<br />
de los países latinoamericanos.<br />
(2) Fuente: Costanza, R., R. d’Arge, R.<br />
de Groot, S. Farber, M. Grasso, B. Hannon,<br />
K. Limburg, S. Naeem, R.V. O’Neill, J. Paruelo,<br />
R. G. Raskin, P. Sutton, M. van den<br />
Belt. 1997. “The Value of the World’s Ecosystem<br />
Services and Natural Capital.” Nature,<br />
387(6230): 255.<br />
(3) http://earthtrends.wri.org/pdf_libra-<br />
ry/feature/eco_fea_value.pdf<br />
TABLA 1: ESTIMADO ECONÓMICO DE LOS SERVICIOS DEL ECOSISTEMA, 1997 (3)<br />
ECOSISTEMAS valor en billones*<br />
de dólares (ee.uu.)<br />
formación de tierra 17.1<br />
recreación 3.0<br />
ciclo de nutrientes 2.3<br />
agua: reglamentación y distribución 2.3<br />
regulación del clima (temperatura y precipitación) 1.8<br />
hábitat 1.4<br />
protección contra inundaciones y tormentas 1.1<br />
comida y materia prima 0.8<br />
recursos genéticos 0.8<br />
balance de gases atmosféricos 0.7<br />
polinización 0.4<br />
otros sistemas 1.6
Un plan de vida:<br />
cinco principios<br />
y cinco<br />
recomendaciones<br />
Fernando Lloveras San Miguel<br />
Cuando hablamos de usar, nos referimos<br />
a la utilidad que tiene un objeto para<br />
el ser humano. En ese sentido, el concepto<br />
de usar parte de la premisa de que ese<br />
objeto no ha sido utilizado al máximo y<br />
de que está 100% disponible para nuestra<br />
explotación. Es decir, que tenemos<br />
derechos absolutos para poner ese objeto<br />
a nuestro servicio y para optimizar su<br />
uso. Análogamente, los recursos naturales<br />
son vistos como elementos del ambiente<br />
que tienen utilidad para el ser humano<br />
y un valor de mercado, y muchas veces<br />
no se considera el papel que tienen en<br />
sostener los procesos biológicos que permiten<br />
la vida en el planeta. En tiempos<br />
recientes hemos incorporado el concepto<br />
de sustentabilidad a nuestro lenguaje<br />
de planificación y desarrollo económico.<br />
Sin embargo, para muchos,<br />
la sustentabilidad no es otra<br />
cosa que seguir usando al<br />
máximo nuestros recursos,<br />
dejando algún sobrante para<br />
consumirlo después. Para<br />
otros, la sustentabilidad es el<br />
reconocimiento de que existe<br />
un límite en el uso de los terrenos<br />
y los recursos, al cual<br />
se está llegando muy rápido.<br />
Cuando nos referimos a los terrenos<br />
nos referimos a ese objeto espacial que<br />
necesitamos usar para obtener beneficios.<br />
Los terrenos, en este contexto, significan<br />
el espacio no sumergido —incluyendo el<br />
subsuelo, sus rasgos topográficos y el espacio<br />
aéreo— y los recursos que habitan en<br />
él. El objeto tierra, que aparenta ser inerte,<br />
contiene, en tan solo un puñado, más<br />
de dos billones de bacterias y un millón<br />
de hongos que son el principio y el final<br />
de los ciclos de vida de los cuales formamos<br />
parte. Más aún, los ecosistemas que<br />
nos aportan los servicios necesarios para<br />
la subsistencia, así como todas las formas<br />
de vida que sustentan, incluido el ser humano,<br />
han evolucionado conjuntamente<br />
teniendo como substrato aquello que llamamos<br />
terrenos de forma unitaria.<br />
Cuando hablamos de planificar el uso<br />
de los terrenos, nos referimos muy limitadamente<br />
a la acción de clasificar y ordenar<br />
el territorio con el fin de atender conflictos<br />
y maximizar el aprovechamiento de los<br />
suelos. En este ejercicio, creamos y mantenemos<br />
clasificaciones que definen las áreas<br />
como urbanas, urbanizables y rústicas; y<br />
estas clasificaciones casi siempre han ido<br />
amarradas a usos que generan beneficios<br />
económicos tangibles, tales como la explotación<br />
minera, industrial, agrícola, turística,<br />
residencial o recreativa. Se ha utilizado<br />
una premisa muy simple: o usamos el terreno<br />
o usamos el terreno.<br />
La biodiversidad desempeña una<br />
función fundamental para el bienestar<br />
humano a través de la generación de los<br />
servicios de los ecosistemas, que son las<br />
contribuciones directas e indirectas de los<br />
ecosistemas al bienestar de la sociedad. Es-<br />
Áreas naturales protegidas<br />
Áreas naturales protegidas y manejadas<br />
por el Fideicomiso de Conservación de<br />
Puerto Rico<br />
Mapa de Impacto Urbano<br />
tos incluyen servicios de abastecimiento<br />
(productos tangibles como el alimento o<br />
la madera), servicios de regulación (beneficios<br />
obtenidos de manera indirecta de los<br />
procesos ecológicos: como el control de<br />
plagas, la formación del suelo o la depuración<br />
de agua), y servicios culturales (beneficios<br />
intangibles: como el ecoturismo, el<br />
valor estético o la educación ambiental).<br />
Estos conceptos básicos nos obligan a<br />
replantear las premisas fundamentales que<br />
han guiado nuestro sistema de planificación<br />
hasta el presente. El uso inadecuado<br />
de los terrenos impacta no solo la capacidad<br />
de producción y los aspectos culturales<br />
de convivencia, sino también nuestra propia<br />
capacidad de supervivencia. La definición<br />
de cómo usamos el espacio conlleva<br />
decisiones claves acerca de cuáles son nuestros<br />
principios como individuos, como comunidad<br />
y como pueblo. A continuación<br />
planteo cinco principios para discusión.<br />
Existimos o coexistimos<br />
Previo a decidir cómo usar el espacio<br />
de nuestras islas, debemos decidir<br />
si podemos existir solos como especie o<br />
si necesitamos compartir el espacio con<br />
otras formas de vida. Planificar solo para<br />
Superficie protegida: 137,624 acres (6.23% del área total de Puerto Rico)<br />
Áreas naturales administradas por el FCPR: 23,324 acres (1.05% del área total de Puerto Rico)<br />
Combinadas: 6.23+1.05=7.28% (7.4% del área total de Puerto Rico)<br />
impacto urbano<br />
poco impacto<br />
mucho impacto<br />
0<br />
Áreas protegidas por diferentes agencias<br />
federales y estatales<br />
CAAPPR 33<br />
100 km<br />
N<br />
OTROS <strong>ENTORNO</strong>S
nosotros implica que otras formas de vida<br />
no tienen derecho de existir si no nos son<br />
de utilidad.<br />
Hablar de los derechos<br />
de otras formas de vida es<br />
posiblemente anatema en un<br />
mundo en donde hacemos con<br />
estas lo que queremos, sin ir<br />
más allá de proteger algunas<br />
especies en peligro de extinción.<br />
Es decir, protegemos solo<br />
aquello que ha sido abusado a<br />
tal grado que las consecuencias<br />
son ya casi irreversibles.<br />
El derecho a dominar y a<br />
usar a seres que creemos inferiores<br />
es algo que nos ha<br />
caracterizado desde las conquistas,<br />
la esclavitud, el genocidio<br />
y el dominio de un género<br />
sobre otro. Es un proceso<br />
que no llegará a su fin hasta<br />
que entendamos que la magia<br />
de la vida es una sola y que<br />
merece el mismo respeto en<br />
todas sus manifestaciones.<br />
Independientemente de la posición<br />
que ocupemos en este debate, la realidad<br />
es que un plan de usos de terrenos debe<br />
enfocarse no tan solo en nuestra propia<br />
vida, sino también en otras formas de vida;<br />
aun cuando algunas personas crean que estas<br />
otras son inferiores a la nuestra. Es por<br />
esto que proponemos que el sistema de<br />
planificación no se base exclusivamente en<br />
patrones de usos humanos, sino que incorpore<br />
clasificaciones de sistemas ecológicos<br />
de vida, y que sea sobre estos que construyamos<br />
nuevas estrategias de uso. En otras<br />
palabras: el plan de vida debe supeditar y<br />
convertirse en el denominador común de<br />
cualquier plan de usos de terrenos, ya sea a<br />
nivel Isla, regional o municipal.<br />
Necesitamos o prescindimos<br />
Planificar tan solo para nuestros posibles<br />
usos también implica que tenemos la<br />
capacidad de vivir en un ambiente artificial<br />
controlado de forma indefinida y que<br />
no necesitamos de bosques o de manglares,<br />
ni de humedales o corales, ni tampoco<br />
34 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
de ríos, acuíferos o suelos fértiles para cultivar.<br />
Es partir de la premisa de que todo<br />
lo podemos fabricar o, peor aún, importar.<br />
La realidad es otra. Somos un pequeño archipiélago<br />
de islas cuya riqueza ecológica<br />
emana de un proceso de evolución que<br />
hace de Puerto Rico —y del Caribe— una<br />
de las zonas de más alta biodiversidad en<br />
el mundo.<br />
Dependemos y necesitamos de los<br />
servicios que nos ofrece la naturaleza. Los<br />
sistemas de contabilidad macroeconómica<br />
y los indicadores tradicionales de progreso<br />
económico, como el PIB, se limitan y dejan<br />
fuera de su cómputo los beneficios económicos<br />
correspondientes a todos aquellos<br />
servicios de los ecosistemas cuyo uso o disfrute<br />
no pasan por los mercados, así como<br />
también los costos asociados al deterioro<br />
de los ecosistemas de los que dichos servicios<br />
dependen. Convenientemente no se<br />
cuantifican el valor de los servicios de extracción<br />
de minerales, la generación de fibras,<br />
la captura de agua, la purificación del<br />
aire, la cosecha de alimentos, la regulación<br />
climática, los controles de plagas y enfermedades,<br />
así como tampoco se contabilizan<br />
el valor de la información genética y<br />
los conocimientos científicos que nos ofrecen.<br />
Los bosques, por ejemplo, son ecosistemas<br />
que generan oxígeno, controlan<br />
la temperatura, son catalíticos para crear<br />
condensación y lluvia, capturan y filtran<br />
agua, sirven de hábitat para innumerables<br />
especies, generan materia prima que sirve<br />
de herramientas para los seres humanos,<br />
generan materia orgánica que fertiliza los<br />
suelos, controlan la erosión y proveen alimento,<br />
entre otros servicios. Al no cuantificar<br />
el valor de los servicios de los ecosistemas,<br />
se utiliza la naturaleza como un<br />
subsidio invisible de la producción.<br />
Nuestra existencia y prosperidad dependen<br />
de los servicios de los ecosistemas.<br />
Mantener el funcionamiento y la salud de<br />
los ecosistemas es indispensable en cualquier<br />
plan de usos de terrenos ponderado<br />
y responsable.<br />
Usamos o reusamos<br />
Nuestras decisiones de uso de terrenos<br />
durante los pasados 500 años no están muy<br />
lejos de confirmar la creencia de que podemos<br />
existir sin ayuda de los procesos naturales.<br />
En el siglo XVI, Puerto Rico contaba<br />
con una cubierta forestal de 890,000<br />
hectáreas. Para el siglo XVIII, esta cubierta<br />
se redujo un 34%, a 587,000 hectáreas.<br />
Ya para el siglo XX, el total de la super-<br />
ficie considerada como bosque solamente<br />
alcanzó las 80,000 hectáreas, un 91% del<br />
conteo original. De hecho, hacia la década<br />
del 1940, Puerto Rico llegó a deforestar el<br />
94% de su territorio, dejando tan solo un<br />
6% con cubierta forestal. Como punto de<br />
referencia de un país con extrema necesidad,<br />
Haití hoy día tiene una cubierta forestal<br />
de solo el 2%. Actualmente, nuestra<br />
cubierta forestal alcanza el 45%, formada<br />
en su mayoría por bosques secundarios.<br />
Dicho incremento se produjo, no por una<br />
decisión pensada, sino por el abandono de<br />
la agricultura que ocurrió con el proceso<br />
de industrialización de mediados del siglo<br />
XX. Esta recuperación forestal no planificada<br />
representa una gran oportunidad<br />
en el proceso de planificación actual para<br />
lograr que estos terrenos se conviertan en<br />
bosques permanentes.<br />
Lamentablemente, nuestra forma actual<br />
de tomar decisiones continúa por un<br />
rumbo equivocado. Aunque nuestras islas<br />
pueden parecer verdes a primera vista, cerca<br />
del 20% de todo nuestro terreno está<br />
urbanizado o se considera como tal. De<br />
hecho, durante las últimas décadas, el área<br />
urbana aumentó aproximadamente en un<br />
35%. El 45% de las nuevas construcciones<br />
de los últimos 25 años ocurrieron en terrenos<br />
agrícolas o abiertos. Si se mantiene<br />
esta tendencia, en 70 años se habrá consumido<br />
el 100% del terreno.<br />
Aun cuando el 20% del terreno<br />
ya está construido, tan<br />
solo el 7.4% está legalmente<br />
protegido. E incluso en aquellos<br />
pocos terrenos protegidos,<br />
no se descarta utilizar parte de<br />
estos en nombre del progreso;<br />
como sucedió recientemente<br />
con el área del bosque de Río<br />
Abajo impactada por la construcción<br />
de la PR10, o como<br />
se propone impactar áreas de<br />
bosque y reservas naturales<br />
con el proyecto del gasoducto.<br />
Pensar en un plan de uso como si<br />
nuestro terreno fuese virgen nos coloca<br />
en una posición de negación ante lo que<br />
hemos consumido y digerido, y de cómo<br />
hemos endeudado a las futuras generaciones.<br />
Sencillamente estamos más de quinientos<br />
años tarde para poder diseñar un<br />
verdadero plan de usos de terrenos. De tan
solo mirar con detenimiento el Mapa de<br />
Impacto Urbano [véase ilustración 1] sobre<br />
nuestro territorio, podemos observar dónde<br />
nos encontramos. Este es y debe ser<br />
nuestro punto de partida.<br />
Este mapa marca la huella del impacto<br />
urbano sobre el terreno. Observamos las<br />
concordancias del área impactada con el<br />
sistema de carreteras, y vemos como se han<br />
afectado los sistemas hidrológicos, como<br />
hemos cercado las costas de su conexión<br />
con la montaña, como hemos segmentado<br />
y dispersado el sistema de áreas con integridad<br />
ecológica. Un plan efectivo debe<br />
remirar, rediseñar y revertir errores fundamentales<br />
de nuestro pasado que atentan<br />
contra nuestra propia existencia.<br />
La capacidad que poseen<br />
las islas de Puerto Rico de<br />
proveer los elementos que<br />
necesitamos para desarrollarnos<br />
depende de nuestra<br />
habilidad de entender que<br />
nuestros ecosistemas se encuentran<br />
gravemente comprometidos.<br />
Trazar un plan de<br />
usos de terrenos que ignore<br />
estas áreas impactadas implicaría<br />
que solo nos enfoquemos<br />
en un plan para usar lo<br />
que nos queda por consumir.<br />
Continuar por esta ruta nos llevaría a<br />
adentrarnos en un camino del cual no podríamos<br />
regresar. Si no miramos hacia lo ya<br />
construido, no podremos observar y corregir<br />
errores, y continuaremos desarrollando<br />
sobre cimientos que no van a tener la capacidad<br />
de sostener nuestro crecimiento y<br />
que, en algún momento, colapsarán.<br />
Nos limitamos o nos limitan<br />
La relación entre los terrenos y la población<br />
establece el nivel de cuidado e inteligencia<br />
con que debemos utilizarlos. Cerca<br />
de cuatro millones de nosotros vivimos<br />
en 8,940 kilómetros cuadrados, con una<br />
densidad poblacional de 447 personas por<br />
kilómetro cuadrado, situándonos como el<br />
país número 22 de mayor densidad entre<br />
una lista de 222 países. Como comparación,<br />
podemos mencionar a Costa Rica<br />
con 88 personas por kilómetro cuadrado,<br />
Panamá con 45, República Dominicana<br />
con 204, y Estados Unidos con 33. Para<br />
visualizar mejor nuestra situación, basta<br />
con saber que para que Estados Unidos<br />
tenga la misma densidad poblacional de<br />
Puerto Rico, en vez de sus cerca de 311<br />
millones de habitantes, tendría que aumentar<br />
su población 13.5 veces, y tener<br />
una población de más de la mitad de la<br />
población mundial de hoy día.<br />
Esta realidad debe forzarnos a adoptar<br />
modelos efectivos de planificación de lugares<br />
densos. La dependencia en el auto, la<br />
construcción de viviendas terreras, el desparramamiento<br />
urbano, la segregación de<br />
áreas de trabajo, de vivienda y de consumo<br />
—entre otras— son políticas desacertadas<br />
que por décadas hemos adoptado y que<br />
han agravado nuestra propia limitación de<br />
espacio. Este daño autoinfligido requiere<br />
no tan solo que repensemos nuestro futuro,<br />
sino que remiremos nuestro pasado<br />
con mucho detenimiento para corregir lo<br />
que aún se puede.<br />
Nuestra determinación de usar el terreno<br />
inteligentemente no puede esperar.<br />
Nuestras islas no crecen. El espacio está<br />
claramente demarcado; lo único que resta<br />
es nuestra decisión de cómo utilizarlo de<br />
forma sustentable.<br />
Nos comprometemos o nos engañamos<br />
Un plan de usos de terrenos necesita<br />
mucho más que dibujos y reglas: necesita<br />
un compromiso de pueblo. Se trata de un<br />
compromiso que no se doblegue ante intereses<br />
individuales y que actúe a favor del<br />
bien común.<br />
La riqueza biológica de una<br />
nación se mide por el número<br />
de especies que sustentan sus<br />
ecosistemas. Las especies se<br />
definen no solo por sus características<br />
físicas, sino por su<br />
adaptación a los hábitats en<br />
los que pueden sobrevivir. En<br />
este sentido, las únicas unidades<br />
funcionales capaces<br />
de proporcionar hábitat son<br />
los ecosistemas. La supervivencia<br />
de estos depende del<br />
mantenimiento de una cobertura<br />
lo suficientemente extensa<br />
y continua, así como de la<br />
permanencia de los procesos<br />
biofísicos que permiten la homeostasia.<br />
La Unión Internacional<br />
para la Conservación de<br />
la Naturaleza establece que<br />
el principal factor de extinción<br />
de especies es la fragmentación<br />
y la pérdida de hábitats.<br />
La tendencia actual en el ámbito de la<br />
planificación de los usos de terrenos considera<br />
las delicadas conexiones entre las<br />
especies y sus hábitats, y define los límites<br />
entre las actividades humanas y el mantenimiento<br />
de una cobertura adecuada de<br />
los ecosistemas. Los científicos especializados<br />
en fragmentación de hábitats consideran<br />
que los planificadores deben conservar<br />
por lo menos entre un 20% y un 60% del<br />
hábitat natural presente en el paisaje.<br />
Un análisis del último informe de la<br />
Base de Datos Mundial de las Áreas Protegidas<br />
administrado por las Naciones<br />
Unidas indica que 32 países —incluyendo<br />
a República Dominicana, Costa Rica<br />
y Colombia— protegen entre 20% y 30%<br />
de su superficie terrestre, y que otros 9 países<br />
protegen más del 30% de su territorio,<br />
entre los que se destacan Martinica, con<br />
58%, y Venezuela, con 53%.<br />
Siguiendo estas tendencias mundiales,<br />
que buscan integrar los procesos biológicos<br />
a la planificación en forma tal que<br />
se pueda asegurar la funcionalidad y salud<br />
de los ecosistemas en coexistencia con las<br />
necesidades humanas, el Fideicomiso de<br />
Conservación de Puerto Rico recomienda<br />
una planificación de usos de terrenos<br />
para el país que guarde una proporción<br />
aproximada de 1/3 del territorio dedicado<br />
a la conservación de ecosistemas (humedales,<br />
manglares, bosques lluviosos y<br />
secos), 1/3 para usos que requieran áreas<br />
abiertas (agricultura, recreación, zonas de<br />
amortiguamiento) y 1/3 para uso urbano<br />
intenso (infraestructura, uso industrial, vivienda,<br />
servicio, turismo). El Fideicomiso,<br />
en colaboración con la organización NatureServe,<br />
está realizando los análisis biogeográficos<br />
necesarios para desarrollar un<br />
mapa que delimite las tres áreas, con una<br />
proporción de 1/3 cada una, y la validará<br />
científicamente antes de hacer una recomendación<br />
final. Estos parámetros buscan<br />
establecer un balance entre las necesidades<br />
de desarrollo del ser humano y las del<br />
mantenimiento de los ecosistemas y de las<br />
otras formas de vida. Esta posición, claro<br />
está, parte de la premisa de que el ser hu-<br />
CAAPPR 35<br />
OTROS <strong>ENTORNO</strong>S
mano cuenta con la capacidad intelectual,<br />
técnica y de gobernabilidad para lograr su<br />
desarrollo sin consumirlo todo.<br />
Al menos 41 países protegen<br />
entre el 20 y el 60% de su<br />
territorio. Pensar que podemos<br />
consumir el 93% del nuestro<br />
sin perjudicar nuestro potencial<br />
futuro es ciertamente incomprensible.<br />
Ninguno de estos<br />
otros países ha sido llevado<br />
al abismo por proteger sus<br />
ecosistemas. Por el contrario,<br />
muchos de ellos llevan años<br />
creciendo económicamente a<br />
un ritmo superior al nuestro.<br />
Un plan debe partir de criterios<br />
que viabilicen la sostenibilidad,<br />
debe afirmar sus valores<br />
y debe proveer una visión<br />
de futuro. Para esto, el plan debe partir<br />
de unas guías generales que ordenen las actividades<br />
humanas. Ubicar actividades sin<br />
tener un marco conceptual tan solo producirá<br />
un desparrame urbano sin sentido.<br />
El marco conceptual de este plan debe establecer<br />
un compromiso de todos con el<br />
país, que sirva de fuerza legal y moral para<br />
implantar el plan.<br />
Lo que debe quedar claro es que un<br />
plan sin compromiso es, para todos los<br />
efectos, un plan inexistente.<br />
Cinco recomendaciones<br />
El orden de las acciones correctivas es<br />
claro. Primero, preparar un plan de uso supeditado<br />
a un plan de vida que reconozca<br />
que se deben integrar diversas formas de<br />
vida. Segundo, contabilizar los beneficios<br />
de los servicios que nos brindan los procesos<br />
naturales, en especial el componente<br />
hidrológico, que es la base de estos procesos<br />
de vida. Tercero, comprender que<br />
se planifican terrenos que ya están siendo<br />
utilizados y que requieren una estrategia<br />
exhaustiva de reuso. Cuarto, partir de una<br />
realidad de densidad poblacional muy<br />
alta que requiere nuevos modelos de eficiencia<br />
en el uso de los terrenos. Y quinto,<br />
un compromiso de pueblo como base<br />
ineludible de un plan que no quede en el<br />
olvido como un proceso más, fallido y sin<br />
consecuencia.<br />
Fernando Abruña<br />
36 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
Las enormes<br />
proporciones de<br />
nuestra huella<br />
ecológica<br />
La huella ecológica, un concepto desarrollado<br />
por el doctor Mathis Wackernagel<br />
y el profesor Hill Rees de la Universidad<br />
de McGill en Canadá, se ha convertido<br />
en el instrumento estándar para medir la<br />
viabilidad de una persona en poder cumplir<br />
con sus necesidades dentro del marco<br />
de recursos disponibles en el planeta. De<br />
forma breve y sencilla, según Wackernagel,<br />
la huella ecológica es la cantidad de tierra<br />
bioproductiva que cada uno de nosotros<br />
necesita para mantener nuestro estándar<br />
de confort y estilo de vida. Por tierra bioproductiva<br />
nos referimos a aquella que es<br />
capaz de producir comestible para el ser<br />
humano. Bajo esta definición se eliminan<br />
las capas polares, los desiertos y áreas eminentemente<br />
rocosas. La huella ecológica se<br />
mide en unidades de cuerdas por persona.<br />
Si tomamos el total de tierra bioproductiva<br />
que tenemos en el planeta y la dividimos<br />
proporcionalmente entre todos<br />
los seres humanos que la habitamos, a cada<br />
uno le tocará un total de aproximadamente<br />
4 cuerdas (1.62 hectáreas). Podríamos<br />
pensar que si vivimos en un solar típico<br />
de urbanización, cuya área es de aproximadamente<br />
300 metros cuadrados, nuestra<br />
huella ecológica es mínima. Pero ¡cuidado!...el<br />
concepto es un poco más abstracto<br />
y más abarcador que nuestra mera huella<br />
física sobre el suelo. Por ejemplo, si nos<br />
gusta y comemos bistec —como hacemos<br />
la mayoría de los puertorriqueños—, tenemos<br />
que cuantificar la cantidad de tierra<br />
de pastoreo que necesitamos y dedicamos<br />
para llevar a cabo esta actividad y luego<br />
dividirla entre el número de personas que<br />
comen carne de res. Para cada persona que<br />
come carne de res, le tocará un pedazo<br />
proporcional del área de terreno que se<br />
utiliza para el pastoreo. Esta cantidad de<br />
tierra bioproductiva se la adjudicamos a la<br />
huella ecológica.<br />
Veamos el siguiente escenario para<br />
entender mejor este concepto. Si un puertorriqueño<br />
vive en San Juan y trabaja en<br />
Ponce y hace ese recorrido a través de la carretera<br />
PR52 tendríamos que asignarle, de<br />
la misma forma que hicimos con las áreas<br />
de pastoreo en nuestro ejemplo anterior,<br />
un pedazo proporcional de carretera. Es<br />
decir, si tomamos toda la tierra bioproductiva<br />
que cubre esta carretera y la dividimos<br />
proporcionalmente entre todos los que la<br />
utilizan, a cada usuario se le asignará un<br />
pedazo de la misma. Si a este escenario le<br />
añadimos el área que cubre al resto de las<br />
carreteras del país, y toda la infraestructura<br />
que nos permite usar nuestros vehículos,<br />
veremos que la huella ecológica crece<br />
enormemente con el uso del automóvil<br />
privado. Esta infraestructura incluye, entre<br />
otros: las estaciones de peaje, las salas de<br />
exhibición donde adquirimos el vehículo,<br />
las áreas de estacionamiento en las residencias,<br />
edificios institucionales, comerciales e<br />
industriales, las estaciones de gasolina, los<br />
garajes de mantenimiento y reparación, y<br />
todos los edificios del Estado que supone<br />
la administración de estos servicios (Departamento<br />
de Transportación y Carreteras,<br />
Administración de Compensación por<br />
Accidentes Automovilísticos y otros).<br />
Si hacemos el mismo análisis con<br />
relación a los viajes aéreos que tradicionalmente<br />
hace el puertorriqueño típico,<br />
incluyendo su anual peregrinaje recreativo<br />
a Disney World en la Florida, o el de visitar<br />
familiares en Nueva York, veremos que<br />
nuestra huella ecológica aumenta. Todas<br />
nuestras actividades suponen abonos adicionales<br />
a la huella ecológica.<br />
Dijimos al inicio de este ensayo que<br />
la cantidad de tierra bioproductiva que en<br />
justicia le corresponde a cada ser humano<br />
es de aproximadamente cuatro cuerdas.<br />
Bueno… amárrense los cinturones y<br />
prepárense para el golpe que nos espera,<br />
porque la estadística que a continuación<br />
revelaré es realmente alarmante. Aunque<br />
las cifras varían dependiendo de la fuente,<br />
de forma general podemos decir con relativa<br />
certidumbre que la huella ecológica<br />
de cada puertorriqueño es de aproximadamente<br />
24 cuerdas. Esto significa que estamos<br />
consumiendo la tierra bioproductiva<br />
equivalente a seis personas (24 cuerdas ÷<br />
4 cuerdas). Si restamos las cuatro cuerdas<br />
que nos corresponden, significa que nuestro<br />
estándar de confort y estilo de vida está<br />
privando a otros cinco seres humanos de<br />
sus recursos planetarios. Como ejemplo<br />
de contraste, la huella ecológica de un
habitante de Haití, Nepal o Bangladés es<br />
de aproximadamente 1.25 cuerdas. ¡Cada<br />
puertorriqueño consume el equivalente a<br />
lo que consumen 19 haitianos! Desde un<br />
punto de vista ético y amplio, somos una<br />
nación asesina de otros países del mundo.<br />
Para calcular la huella ecológica de<br />
Puerto Rico como país, multiplicamos 24<br />
cuerdas/persona por 4 millones de puertorriqueños.<br />
Esto equivale a 96 millones<br />
de cuerdas de tierra bioproductiva que necesitamos<br />
para mantener nuestro estándar<br />
de confort y estilo de vida. Si dividimos las<br />
96 millones de cuerdas que consumimos<br />
entre las 2,306,500 cuerdas que tenemos<br />
en Puerto Rico, el resultado es de aproximadamente<br />
40. En otras palabras, consumimos<br />
tierra bioproductiva equivalente a<br />
¡40 veces el tamaño de Puerto Rico! Pero<br />
aquí no termina nuestra tragedia…<br />
De la misma manera que se discute el<br />
concepto de huella ecológica, también se<br />
discuten los conceptos de huella de carbón<br />
y huella hídrica. La huella de carbón mide<br />
las emisiones de gases que ocasionan el<br />
calentamiento global; incluye, entre otros<br />
gases: el dióxido de carbono, el gas metano<br />
y hasta el vapor de agua —generados por<br />
cada persona de acuerdo, también, a sus<br />
estándares de confort y estilo de vida—.<br />
No obstante lo dicho anteriormente, las<br />
estadísticas que se publican se limitan casi<br />
exclusivamente a las emisiones de dióxido<br />
de carbono (CO 2 ). Por esta razón, la huella<br />
de carbón se mide, típicamente, en unidades<br />
de toneladas de CO 2 /persona.<br />
Dependiendo de las fuentes de información<br />
y datos que utilicemos, la huella<br />
de carbón para cada puertorriqueño fluctúa<br />
entre once y 22 toneladas al año. Debemos<br />
recordar que una tonelada equivale<br />
a 2,000 libras y que, por lo tanto, nuestras<br />
emisiones de CO 2 al ambiente son del<br />
orden de 22,000 a 44,000 libras de CO 2 /<br />
persona. Para tener un sentido de escala,<br />
cada vez que respiramos y exhalamos emitimos<br />
un poquito de CO 2 . Evidentemente,<br />
respirar no es la fuente principal de nuestras<br />
emisiones. El automóvil, nuevamente,<br />
es uno de los mayores contribuidores de<br />
emisiones de CO 2 al ambiente. Las estadísticas<br />
para Puerto Rico, en el año 2004,<br />
arrojaban la cifra de 617 autos por cada<br />
mil habitantes, ocupando la quinta posición<br />
a nivel mundial. Somos además, para<br />
desgracia nuestra, el país con más vehículos<br />
por milla cuadrada, con una cantidad<br />
de 4,300 automóviles. Si a estas vergonzosas<br />
estadísticas les añadimos que también<br />
somos el país de mayor consumo eléctrico<br />
por hectárea y que, para todos los efectos<br />
prácticos, nuestra generación de energía es<br />
100% mediante fuentes fósiles, nos percataremos<br />
de que nuestra huella de carbón<br />
es enorme.<br />
De acuerdo a cómputos que he hecho<br />
para Puerto Rico, necesitamos el equivalente<br />
de 880 árboles por puertorriqueño<br />
para atrapar las emisiones de CO 2 que<br />
cada uno de nosotros generamos en promedio.<br />
A grandes rasgos, esto supone un<br />
área de bosque equivalente a 8.32 cuerdas/<br />
puertorriqueño. Necesitamos el equivalente<br />
de 33,280,000 cuerdas de bosques para<br />
mitigar las emisiones que como país generamos<br />
actualmente. De nuevo, con el fin<br />
de tener un sentido de escala, esto supone<br />
un área de bosque necesaria para mitigar<br />
nuestras emisiones de CO 2 equivalente a<br />
14 veces el área de nuestra Isla.<br />
Si consideramos nuestras emisiones<br />
versus las de Estados Unidos, China e India<br />
la nuestra resultará casi despreciable a<br />
nivel de país. Algunos se refugian detrás<br />
de este argumento para justificarse, pero<br />
la realidad es que nuestras emisiones per<br />
cápita son enormes y de las más altas a<br />
nivel mundial. ¿Con qué fuerza moral<br />
podremos como país requerirles a los más<br />
grandes emisores de CO 2 que reduzcan sus<br />
emisiones si a nivel individual consumimos<br />
con arrojo? La iniciativa Arquitectura<br />
2030, liderada por el arquitecto Edward<br />
Mazria, sostiene que si para el año 2030<br />
los edificios no son neutros en sus emisiones<br />
de CO 2 , el planeta se enfrentará a una<br />
crisis de nefastas proporciones donde los<br />
términos que se utilizan para describir los<br />
efectos a nivel planetario son tan aterradores<br />
como: ¡extinción masiva!<br />
La huella hídrica es un concepto similar<br />
y análogo a la de carbón, pero resulta<br />
mucho más difícil de medir. La huella hídrica<br />
de un individuo, comunidad o negocio<br />
se define como el total de volumen<br />
de agua limpia que se utiliza para producir<br />
bienes o servicios consumidos por el individuo<br />
o comunidad, o producido por una<br />
empresa o negocio. Se mide comúnmente<br />
en unidades de metros cúbicos/año/<br />
persona. La huella hídrica tiene dos componentes<br />
principales: uso directo, el agua<br />
que usamos o consumimos directamente,<br />
y el uso virtual, el compuesto del agua<br />
que se utiliza para hacer los productos<br />
que usamos o consumimos. Por ejemplo:<br />
consumir 15 galones de agua al ducharse<br />
es un uso directo. Como promedio y a nivel<br />
mundial, se consumen 37 galones de<br />
agua para poder producir una taza de café<br />
y 1,921 galones para una libra de carne.<br />
Estos últimos dos son ejemplos de consumos<br />
virtuales.<br />
Los cuatro factores directos<br />
que determinan la huella<br />
hídrica de un país son: el<br />
volumen de consumo (muy<br />
relacionado al ingreso nacional<br />
bruto), los patrones<br />
de consumo (consumos altos<br />
o bajos de carnes), el clima<br />
(condiciones de crecimiento) y<br />
las prácticas agrícolas. Como<br />
regla general, en países ricos<br />
las personas típicamente consumen<br />
más bienes y servicios,<br />
lo que se traduce de inmediato<br />
en el aumento de la huella<br />
hídrica. Para tener un sentido<br />
de proporción, la huella hídrica<br />
de la China es de 700 metros<br />
cúbicos/año per cápita, la<br />
de Japón es de 1,1150 metros<br />
cúbicos, y la de Estados Unidos,<br />
de 2,500 metros cúbicos.<br />
Aún no tenemos datos claros sobre<br />
nuestra huella hídrica en Puerto Rico,<br />
pero las estadísticas actuales sugieren que<br />
ocupamos una posición bastante alta en el<br />
tamaño de la huella. Sí sabemos, por confesión<br />
propia de la Autoridad de Acueductos<br />
y Alcantarillados, que el consumo directo<br />
promedio de agua por persona en Puerto<br />
Rico es de aproximadamente 100 galones<br />
diarios. Esta es una cantidad superlativa si<br />
la comparamos con el consumo directo de<br />
agua por persona en La Casa Ausente que<br />
construimos en Vega Alta hace diez años.<br />
Allí el consumo directo de agua es de escasamente<br />
siete galones/persona/día.<br />
Hemos visto de forma muy general<br />
como nuestros actuales estilos de vida y<br />
estándares de confort se encuentran en<br />
evidente ruta de colisión con lo que supone<br />
una vida sustentable en Puerto Rico y<br />
el planeta. Como nación, debemos tratar<br />
de hacer más con menos y llevar esta operación<br />
hasta llegar a lograr casi todo con<br />
casi nada.<br />
CAAPPR 37<br />
OTROS <strong>ENTORNO</strong>S
Producción<br />
ecológica de<br />
alimentos en el<br />
contexto de los<br />
usos de terrenos<br />
en Puerto Rico<br />
Nelson Álvarez Febles<br />
En la actualidad se manejan datos que<br />
indican que, por lo menos, un 75% de los<br />
alimentos consumidos en Puerto Rico son<br />
importados. Con frecuencia los alimentos<br />
que nos llegan son de segunda o tercera<br />
calidad, como resulta claro para cualquiera<br />
que haya vivido en Estados Unidos u<br />
otros países. En otros casos, como con los<br />
pollos y los huevos, a través de estrategias<br />
de mercadeo de dudosa legalidad como el<br />
dumping (1), se han destruido industrias<br />
locales para sustituirlas por importaciones<br />
de peor calidad. La falta de producción local<br />
de alimentos de calidad tiene impactos<br />
negativos sobre los hábitos alimentarios<br />
de los puertorriqueños y, por lo tanto, en<br />
la salud de la población. Para satisfacer la<br />
demanda, se importan alimentos que recorren<br />
miles de millas desde sus puntos<br />
de origen. Si a lo anterior le añadimos la<br />
vulnerabilidad de las importaciones ante<br />
eventos catastróficos como un huracán, un<br />
tsunami o una guerra, podemos comenzar<br />
a entender la urgencia para trabajar hacia<br />
un aumento del autoabastecimiento alimentario<br />
(2). Una prioridad de política<br />
pública debería ser corregir la enorme dependencia<br />
sobre las importaciones para<br />
alimentarnos. Sería extraordinario hacerlo<br />
de forma respetuosa hacia los recursos naturales<br />
y mediante la generación de actividad<br />
económica interna y acorde con nuestros<br />
patrones culturales.<br />
La agricultura y la producción de alimentos<br />
hacia el 1950<br />
Se hace difícil imaginar, ante el tipo<br />
de urbanismo y uso de suelos actual, que el<br />
archipiélago de Puerto Rico tuvo un desarrollo<br />
agrícola sofisticado y productivo. Sin<br />
embargo, para el año 1938-39 se producía<br />
localmente un 65% de los alimentos que<br />
38 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
consumía una población de cerca de dos<br />
millones de habitantes (3). Además de la<br />
extensa variedad de alimentos producidos<br />
localmente, Puerto Rico exportaba azúcar,<br />
café, algodón y tabaco. Esto nos indica<br />
que probablemente las mejores tierras estaban<br />
dedicadas a los cultivos de exportación<br />
y, por lo tanto, gran parte de nuestros<br />
alimentos provenían de una agricultura<br />
realizada en las laderas de nuestras colinas<br />
y montañas. Nuestros estudios nos llevan<br />
a concluir que, en términos generales, en<br />
el pasado nuestros campesinos, los jíbaros<br />
y los pequeños y medianos agricultores<br />
utilizaban tecnologías apropiadas que protegían<br />
los suelos de la erosión, hacían un<br />
uso sustentable del agua y promovían una<br />
diversidad de cultivos que intensificaba la<br />
producción en terrenos inclinados que hoy<br />
se tienden a considerar marginales para la<br />
agricultura.<br />
El paisaje agrícola hacia los años cincuenta,<br />
exhibía componentes productivos<br />
diversos: bosques –probablemente de<br />
café– siembras y ranchos de tabaco, siembras<br />
de plátanos, pastos, etc. El observador<br />
cuidadoso descubre técnicas que hoy<br />
se consideran de conservación de suelos<br />
y de manejo sustentable: zanjas al contorno,<br />
siembras de cobertura vegetal en<br />
las áreas más susceptibles a la erosión y<br />
biodiversidad productiva. La pérdida<br />
de masa boscosa primaria en<br />
la Isla fue dramática para esa<br />
época, quedando poco más del<br />
5% a mitad del siglo pasado.<br />
Sin embargo, esto no quiere<br />
decir que los suelos quedaban<br />
descubiertos, privados de pro-<br />
tección vegetal, pues el tipo<br />
de agricultura que se practicaba<br />
incluía rotaciones de<br />
cultivos, agroforestería, pastos<br />
para ganado y siembras<br />
en las escorrentías. También<br />
se protegían los nacimientos<br />
de las fuentes de agua y<br />
los bordes de las quebradas y<br />
los ríos.<br />
Esa tecnología agrícola, de origen<br />
taíno con innovaciones árabes, canarias y<br />
españolas, fue rápidamente descartada y<br />
sustituida, especialmente a partir de los<br />
años cincuenta, por técnicas típicas de<br />
una agricultura industrializada de altos<br />
insumos externos (fertilizantes de síntesis<br />
química, plaguicidas, semillas híbridas,<br />
riego extensivo y maquinaria pesada) más<br />
apropiadas a climas templados y terrenos<br />
llanos. Un ejemplo fue la destrucción masiva<br />
de los bosques de cafetales tradicionales<br />
para sembrar café al sol, utilizando<br />
maquinaria pesada que destruía la cubierta<br />
vegetal y el mantillo del suelo para depositarlo<br />
en escorrentías y quebradas, además<br />
del abandono de las zanjas y el uso intensivo<br />
de abonos inorgánicos, plaguicidas y<br />
herbicidas. En pocas décadas se ha visto<br />
como la ganancia a corto plazo en la producción<br />
de granos de café llevó a niveles<br />
importantes de erosión, contaminación y<br />
pérdida de productividad, hasta el punto<br />
que las autoridades tuvieron que volver a<br />
incentivar la siembra del café con sombra<br />
en policultivos.<br />
LA AGRICULTURA EN LA ECONOMíA DE PUERTO RICO (PORCENTAJES)<br />
1950 1990 2008<br />
Del ingreso interno total 25.6 1.7 0.5<br />
Del empleo total 36.2 3.7 1.2<br />
Fuente: Informe Económico, Junta de Planificación, ELA, 1990; Compendio de Datos, BGF/PR, 2008<br />
ÁREA DE PRODUCCIÓN AGRíCOLA Y NÚMERO DE FINCAS<br />
año cuerdas número de promedio % área de<br />
agrícolas fincas cuerdas/fincas Puerto Rico<br />
1935 1,913,047 52,790 36.2 87<br />
1998 865,478 19,951 43.4 39<br />
2002 690,687 17,659 39.1 31<br />
2007 557,530 15,745 35.4 25<br />
Fuente: Departamento de Agricultura de Puerto Rico.
Abandono de la agricultura y de la producción<br />
de alimentos<br />
El abandono de la agricultura como<br />
actividad económica importante fue rápido<br />
y dramático. Como ejemplo, en 1950<br />
la producción agrícola de Puerto Rico representó<br />
el 25.6% del producto interno<br />
total y empleó 36.2% de la fuerza laboral.<br />
Cuarenta años después, para el 1990,<br />
las cifras correspondientes fueron 1.7% y<br />
3.7%.<br />
Si analizamos la tabla que sigue, vemos<br />
como esa merma de actividad agrícola<br />
se traduce dramáticamente en cambios en<br />
el uso de terrenos.<br />
Entre 1935 y 2007 se perdieron para<br />
la agricultura o se dejó de producir en<br />
1,355,517 cuerdas. Si en el 1935, 87%<br />
del área total del archipiélago estaba dedicado<br />
a alguna actividad agrícola, en el<br />
2007 solamente fue un 25% del territorio.<br />
El descenso en el número de fincas ha<br />
sido proporcional al abandono agrícola de<br />
la tierra, pero el tamaño promedio de las<br />
fincas ha permanecido entre 35 y 40 cuerdas.<br />
Este último dato podría ser indicativo<br />
de que ese tamaño de unidad es suficiente<br />
para que una finca en el país sea productiva<br />
y sustentable. La experiencia nos<br />
demuestra que estando sujeto a variables<br />
como suelos, topografía, vegetación, tipo<br />
de producción, entre otras, las fincas de<br />
25 cuerdas pueden ser unidades viables en<br />
modelos de agricultura ecológica intensiva<br />
y sustentable.<br />
Disponibilidad actual de los terrenos<br />
para la agricultura<br />
Como vimos anteriormente, grandes<br />
cantidades de terrenos en Puerto Rico<br />
dejaron de tener usos agrícolas, pero esto<br />
no quiere decir que estén disponibles en<br />
la actualidad para la siembra, pues una<br />
gran cantidad de los mejores suelos han<br />
sido utilizados para el desparrame urbano<br />
horizontal y la construcción de carreteras,<br />
centros comerciales con sus enormes zonas<br />
de estacionamiento, entre otros desarrollos<br />
promovidos por el modelo desarrollista<br />
dominante. A continuación se presentan<br />
algunos datos sobre la disponibilidad actual<br />
de los suelos para la agricultura, aunque<br />
probablemente sea menor si tomamos<br />
en consideración aspectos limitantes como<br />
la erosión, la contaminación de los suelos y<br />
el agua, el acceso y la seguridad (5).<br />
Como Puerto Rico es parte de una<br />
realidad globalizada, no se pretende que<br />
Total del territorio de Puerto Rico, en cuerdas: 2,275,000<br />
Entre 1935 y 2007 se dejó de producir en 1,355,517 cuerdas<br />
Tierras agrícolas óptimas perdidas por el desarrollo y la construcción: 300,000<br />
Tierras agrícolas hoy<br />
270,000 Terrenos óptimos, llanos<br />
600,000 Terrizos rojizos, ondulantes<br />
300,000 Inclinadas, aptas para la producción de madera, agroforestería<br />
TOTAL DISPONIBLE: 1,170,000 CUERDAS<br />
CUERDAS PARA PRODUCIR ALIMENTOS PARA 4 MILLONES DE PERSONAS<br />
Agricultura de altos insumos externos para la dieta actual con un alto consumo de<br />
animales: 1.25 c/p=5 millones cuerdas<br />
Agricultura de altos insumos para una dieta regular: 0.36 c/p= 1.44 millones cuerdas<br />
Agricultura de bajos insumos externos: 0.18 c/p=720,000 cuerdas<br />
C/P: Cuerdas por persona<br />
produzcamos todos los alimentos que<br />
consumimos. Lo aconsejable es priorizar<br />
en aquellos alimentos perecederos que son<br />
de producción más fácil en nuestras condiciones<br />
geográficas y que, además, son más<br />
nutritivos consumidos frescos, como las<br />
frutas, los vegetales, las carnes, los huevos,<br />
etc. También se debe enfatizar el cultivo<br />
de alimentos tradicionales a nuestra dieta,<br />
como guineos, plátanos, tubérculos, panas,<br />
habichuelas, ajonjolí y jengibre. Un tercer<br />
grupo deben ser los cultivos con buen potencial<br />
económico y exportador, como el<br />
café. Todos estos cultivos son de mejor calidad<br />
y de mayor valor comercial cuando<br />
son productos de la agricultura ecológica.<br />
¿Cuánta tierra necesitaríamos para<br />
desarrollar una economía agrícola que impacte<br />
sobre las importaciones? Sin intención<br />
de presentar números concluyentes ni<br />
pretender presentar cifras económicamente<br />
precisas, veamos algunos datos en forma<br />
general. En la siguiente tabla se muestra la<br />
cantidad de terreno necesaria por persona<br />
y año, según tres formas de hacer agricultura<br />
y tres tipos de dietas.<br />
En los primeros dos casos se trata de<br />
la agricultura contemporánea industrializada<br />
que hace uso intensivo de los insumos<br />
como abonos químicos, plaguicidas,<br />
riego, mecanización, etc. En el tercer caso<br />
se trata de una agricultura tipo ecológica<br />
que hace uso de los recursos internos y<br />
cercanos a la finca para abonar, controlar<br />
plagas, etc. En cuanto a la manera de consumir<br />
los alimentos, en el primer caso se<br />
trataría de una dieta con alto contenido de<br />
productos animales, como la que predomina<br />
actualmente en Puerto Rico. En el se-<br />
gundo caso, de una dieta más cercana a lo<br />
que se recomienda por el USDA, con más<br />
cereales, frutas y vegetales, y menos grasas<br />
y carbohidratos sencillos. En el tercer caso,<br />
sería una dieta cercana a las dietas tradicionales<br />
lacto-ovo-vegetarianas de culturas<br />
tradicionales como las de la India.<br />
Si optamos por una agricultura ecológica<br />
de bajos insumos y una dieta que tenga<br />
un buen equilibrio entre productos animales<br />
y vegetales, del tipo tradicional puertorriqueño,<br />
podríamos aventurar que bajo<br />
esas condiciones cada cuerda podría proveer<br />
alimentos para cuatro personas. Por lo<br />
tanto, para producir alimentos de calidad<br />
y en forma sustentable para la mitad de la<br />
población, de dos millones de personas (o<br />
producir la mitad de los alimentos de cuatro<br />
millones), necesitaríamos un millón de<br />
cuerdas de terrenos agrícolas.<br />
Anteriormente hemos visto que en<br />
Puerto Rico hay cerca de 900,000 cuerdas<br />
disponibles de terrenos agrícolas, entre óptimos<br />
e inclinados, y unas 300,000 cuerdas<br />
adicionales para manejo agroforestal.<br />
Lo cual nos lleva a concluir que potencialmente,<br />
utilizando técnicas de agricultura<br />
ecológica que produzcan en forma<br />
sustentable, a la vez que protejan y conserven<br />
esas tierras para el futuro, se puede<br />
producir una cantidad significativa de<br />
los alimentos que necesitamos en Puerto<br />
Rico. Por lo mismo, no nos sobraría tierra<br />
para continuar con el modelo de desarrollo<br />
dominante ni con una agricultura dependiente<br />
de la importación de insumos industriales<br />
y altamente depredadora de los<br />
recursos naturales.<br />
CAAPPR 39<br />
OTROS <strong>ENTORNO</strong>S
Finca ecológica Siembra Tres Vidas, Aibonito, Puerto Rico<br />
Ventajas de la agricultura ecológica<br />
Desde hace algún tiempo venimos<br />
argumentado que no hay un verdadero<br />
futuro agrícola para Puerto Rico, como<br />
proveedor significativo de alimentos para<br />
nuestra población, si no adoptamos como<br />
estrategia central la producción agroecológica.<br />
Al hablar de agricultura ecológica<br />
(que incluye a la agricultura orgánica, permacultura<br />
y otras modalidades) nos referimos<br />
a una agricultura alternativa que tiene<br />
la salud del ecosistema, la viabilidad económica<br />
a largo plazo y la responsabilidad<br />
social como metas. Es una agricultura económicamente<br />
sustentable, ecológicamente<br />
sensitiva y socialmente justa.<br />
Nuestro territorio no aguanta más<br />
maltrato ni contaminación a sus recursos<br />
naturales agrícolas, como es el caso de<br />
los suelos, aguas y biodiversidad (silvestre<br />
y agraria). También se debe tener en<br />
cuenta el impacto negativo sobre la salud<br />
de la población de las prácticas agrícolas<br />
contaminantes. Además, tenemos serios<br />
problemas de disposición de desperdicios<br />
sólidos, algunos de los cuales podrían ser<br />
materia prima para la agricultura ecológica.<br />
A través de un manejo apropiado, gran<br />
parte de los desperdicios orgánicos caseros<br />
e industriales –así como las podas, desyerbos<br />
y residuos de jardinería– podrían<br />
servir para hacer composta: un abono orgánico<br />
excelente para las siembras. Existen<br />
experiencias a través del mundo que así lo<br />
demuestran.<br />
Hace falta intensificar la<br />
producción para producir alimentos<br />
en forma ecológica<br />
40 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
y eficiente en una isla superpoblada<br />
como Puerto Rico.<br />
La intensificación a través<br />
del modelo de monocultivos<br />
a base de un alto nivel de insumos<br />
externos (agroquímicos,<br />
fertilizantes de síntesis,<br />
riegos, semillas híbridas o<br />
transgénicas, maquinaria pesada),<br />
más allá de los problemas<br />
que ha causado a través<br />
del planeta, no es una opción<br />
sustentable en nuestro caso.<br />
Mientras tanto, existen muchos<br />
ejemplos de cómo las<br />
fincas agroecológicas pequeñas<br />
y medianas pueden ser<br />
netamente más productivas<br />
que las grandes extensiones<br />
de monocultivos industriales.<br />
Cuando se cuantifican todos<br />
los alimentos, productos agrícolas<br />
y servicios que proveen<br />
las fincas familiares a través<br />
del año resultan ser altamente<br />
productivas (6). Entendemos que<br />
Puerto Rico puede aumentar significativamente<br />
la producción de alimentos de<br />
calidad para su población. La implementación<br />
de políticas de agricultura ecológica<br />
puede aportar significativamente a que<br />
NELSON ÁLVAREz FEBLES<br />
el país comience a resolver algunos de los<br />
grandes problemas sociales, económicos<br />
y ecológicos que tenemos. Esto requerirá<br />
importantes cambios en la manera en<br />
que estamos acostumbrados a menejar<br />
asuntos como la planificación urbana,<br />
los modelos de desarrollo económico, el<br />
uso del territorio, la agricultura y nuestra<br />
alimentación.<br />
Notas:<br />
(1) El dumping se refiere a la práctica de exportar<br />
un producto por un precio menor que su<br />
costo de producción, o menor que el precio por<br />
cual es vendido en su lugar de origen.<br />
(2) Recomendamos los trabajos de la Dra. Myrna<br />
Comas Pagán, profesora de la Universidad<br />
de Puerto Rico en Mayagüez, sobre seguridad<br />
y vulnerabilidad alimentaria, algunos de ellos<br />
disponibles en Internet.<br />
(3) Ver al final la referencia a la tesis de maestría,<br />
1993. A través de este artículo inlcuimos<br />
información extraída de nuestros trabajos.<br />
(4) De la colección de fotos de Tom Lehman<br />
de los años cuarenta y cincuenta, tomadas por<br />
misioneros:<br />
http://www.flickr.com/photos/tlehman/<br />
collections/72157600017663873/<br />
(5) No ha sido fácil obtener datos sobre el uso<br />
y disponibilidad de suelos para la agricultura.<br />
Aquí incluimos, entre otros, información tomada<br />
del Estimado de terrenos de uso agrícola<br />
para sostener la demanda alimentaria de la población<br />
de Puerto Rico al 2006 , Hoja de Datos<br />
Ambientales, Universidad de Puerto Rico, Mayagüez.<br />
También de: Hacia una nueva visión de<br />
la agricultura puertorriqueña, Pablo E. Segarra<br />
Bosques y Cecilio Lebrón Lebrón, ponencia<br />
presentada el 29 de abril de 2009 en la Facultad<br />
de Ciencias Sociales, Universidad de Puerto<br />
Rico, Río Piedras.<br />
(6) Ver, por ejemplo, Jules Pretty (2009).<br />
“Can Ecological Agriculture Feed Nine billion<br />
People.” Monthly Review. También págs. 15-17<br />
de nuestro libro El Huerto Casero.<br />
Algunas publicaciones del autor<br />
Álvarez Febles, Nelson. (1993) Critique of contemporary<br />
agriculture and sustainable agriculture<br />
as an option for development in Puerto Rico. Tesis<br />
de maestría, Goddard College, Vermont.<br />
(1997) “Biodiversity Based Farming Produces<br />
More”. Seedling, octubre, Barcelona. (“La biodiversidad<br />
agrícola produce más”, Biodiversidad:<br />
sustento y culturas, junio 1998).<br />
(2004) “Las semillas en la tierra germinan y se<br />
multiplican”. Biodiversidad: sustento y culturas,<br />
octubre, Montevideo.<br />
(2008) El huerto casero: manual de agricultura<br />
orgánica. San Juan. (2010) La Tierra Viva:<br />
manual de agricultura ecológica. Fideicomiso de<br />
Conservación de Puerto Rico. San Juan.<br />
Para mayor información, visite el blog<br />
del autor: www.ecoser-desarrollointegral.<br />
blogspot.com
<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA Recomendaciones para un PUT<br />
Título Recomendaciones<br />
del artículo<br />
para un Plan de<br />
Usos de Terrenos<br />
de Puerto Rico<br />
Comité Especial del Colegio<br />
de Arquitectos y Arquitectos<br />
Nombre Paisajistas del de Autor Puerto Rico<br />
CAAPPR<br />
2<br />
2<br />
3<br />
4<br />
4<br />
6<br />
8<br />
10<br />
10<br />
11<br />
12<br />
14<br />
15<br />
16<br />
Este documento —preparado por un grupo de arquitectos,<br />
planificadores y urbanistas coordinado por<br />
un comité del Colegio de Arquitectos y Arquitectos<br />
Paisajistas de Puerto Rico (CAAPPR)—, recomienda<br />
estrategias para el uso de terrenos, la infraestructura y<br />
la gobernanza que deben incorporarse en un plan de<br />
usos de terrenos para todo el país.<br />
Incluye recomendaciones dirigidas a conseguir<br />
áreas urbanas consolidadas, funcionales y agradables,<br />
y a lograr la conservación de los recursos naturales y<br />
de las áreas agrícolas para el beneficio de las presentes<br />
y las futuras generaciones, así como estrategias<br />
sustentables para la infraestructura de la movilidad,<br />
del agua, de la energía y del manejo de los desperdicios<br />
sólidos.<br />
iNTROduccióN<br />
¿Por qué un plan de usos de terrenos?<br />
¿Cómo se planifica en Puerto Rico?<br />
REcOmENdaciONEs paRa LOs usOs dEL suELO<br />
El suelo urbanizado y el urbanizable<br />
El suelo rústico<br />
resumen de recomendaciones para<br />
los usos del suelo del plan de usos<br />
de terrenos de puerto rico<br />
REcOmENdaciONEs paRa La iNfRaEsTRucTuRa<br />
y La gObERNaNza<br />
Movilidad<br />
Energía<br />
Agua<br />
Desperdicios sólidos<br />
Gobernanza<br />
NOTa fiNaL y cRédiTOs<br />
Nota final<br />
Créditos<br />
15 1
iNTROduccióN<br />
¿pOR qué uN pLaN dE<br />
usOs dE TERRENOs?<br />
En Puerto Rico se ha utilizado mal<br />
el recurso del suelo. Hay poco terreno<br />
y se ha ocupado con un modelo de desarrollo<br />
suburbano: desparramado, de<br />
baja densidad, con vecindarios dependientes<br />
del carro y aislados de los comercios<br />
y de los lugares de trabajo. El<br />
modelo de desarrollo suburbano acaba<br />
poco a poco con los recursos naturales<br />
y los terrenos agrícolas, y malgasta<br />
mucha energía en la transportación de<br />
bienes y personas.<br />
Este modelo ineficiente de suburbanización<br />
presenta hoy día enormes<br />
retos:<br />
• El planeta tiene menos recursos que<br />
ofrecer en una época en la que más<br />
personas quieren más cosas. Hay<br />
muchos países en plena expansión,<br />
y sus poblaciones reclaman más bie-<br />
nes, lo que crea una mayor deman-<br />
da sobre la oferta de alimentos,<br />
la materia prima y las fuentes<br />
energéticas.<br />
• El planeta experimenta profundos<br />
cambios climáticos con consecuen-<br />
cias adversas, que incluyen el des-<br />
hielo de los grandes glaciales, la<br />
subida del nivel del mar y una me-<br />
nor calidad del aire que respiramos.<br />
• Una mayor demanda energética en<br />
el planeta hace que los combustibles<br />
fósiles (petróleo, gas natural y car-<br />
bón) sean más escasos, más difíciles<br />
de extraer y más caros.<br />
Puerto Rico es débil ante esta situación<br />
porque, entre otras cosas:<br />
• Importamos más del 85% de los<br />
alimentos y bienes que consumi-<br />
mos, y estas mercancías llegan por<br />
transportes marítimos o aéreos de-<br />
pendientes del petróleo.<br />
• La Isla depende casi en un 100%<br />
de combustibles fósiles importados<br />
2<br />
<strong>ENTORNO</strong>18<br />
A FINALES DEL PERÍODO DE LA COLONIZACIÓN ESPAÑOLA (de izquierda a derecha): playa con poco<br />
o ningún impacto humano, hacienda azucarera, cuerpo de agua utilizado para riego, terrenos agrícolas,<br />
centro urbano consolidado, suelo rústico, terrenos agrícolas cercanos a poblado, región del<br />
Carso Norteño y montañas altas de la Cordillera Central.<br />
EN EL APOGEO DEL PERÍODO DE INDUSTRIALIZACIÓN (de izquierda a derecha): playa, hotel moderno,<br />
asentamientos suburbanos e informales, central azucarera, cuerpo de agua canalizado bajo<br />
carretera, terrenos agrícolas parcialmente urbanizados o en desuso, centro urbano comercializado,<br />
suelo rústico, central azucarera cercana a un poblado en declive, región del Carso Norteño y montañas<br />
altas de la Cordillera Central.<br />
EN LA ÉPOCA POSINDUSTRIAL ACTUAL (de izquierda a derecha): distrito hotelero de alta densidad;<br />
vivienda suburbana sobre terrenos agrícolas; centro comercial; carretera suburbana atestada de<br />
comercios; establecimientos de comida rápida, farmacéuticas y otras fábricas sobre terrenos agrícolas;<br />
centro urbano deprimido; desparramamiento suburbano de vivienda y comercio sobre terrenos<br />
agrícolas; regiones del Carso Norteño y de la Cordillera Central impactadas por autopista y otros<br />
desarrollos.<br />
para producir electricidad y para<br />
mover los vehículos.<br />
• Durante la pasada década, la econo-<br />
mía perdió competitividad y se con-<br />
trajo un 2.2%; a su vez, la Isla per-<br />
dió un 2.5% de su población con la<br />
salida de más de 80,000 puertorri-<br />
queños hábiles para el trabajo.<br />
No puede uno sentarse a ver qué<br />
sucederá. Puerto Rico tiene que en-<br />
CAMbIOS EN EL PAISAjE NORTEÑO A TRAvÉS DEL TIEMPO<br />
frentar sus retos sin esperar que otros le<br />
solucionen sus problemas. La Isla tiene<br />
que ser más estable y menos vulnerable<br />
a las fluctuaciones del mercado, y para<br />
hacerlo necesita instrumentos que le<br />
permitan utilizar mejor el recurso del<br />
suelo. Un plan de usos de terrenos visionario<br />
y eficaz es una herramienta<br />
importante entre estos instrumentos.
¿cómO sE pLaNifica EN<br />
puERTO RicO?<br />
La planificación de Puerto Rico<br />
ha tenido avances y retrocesos, aciertos<br />
y desaciertos. Desde los años cuarenta<br />
se intentó la planificación de forma<br />
integral, pero sin mucho éxito. Los<br />
distintos gobiernos desde entonces no<br />
han podido crear una visión común,<br />
no han sido consistentes en aplicar las<br />
leyes y no han dado continuidad a las<br />
propuestas de desarrollo. La planificación<br />
se ha hecho más compleja porque<br />
ahora las determinaciones sobre el territorio<br />
de Puerto Rico ocurren a nivel<br />
estatal y a nivel municipal.<br />
A nivel estatal, la planificación se<br />
realiza a través de las varias agencias de<br />
regulación e infraestructura, pero en<br />
especial a través de la Junta de Planificación.<br />
Creada en 1942, esta agencia<br />
elaboró un proceso de zonificación y<br />
reglamentación de las áreas urbanas, y<br />
estableció reglas de qué, cómo, dónde,<br />
cuánto y cuándo construir.<br />
Para evaluar los proyectos sometidos<br />
fuera de las áreas zonificadas o<br />
en no conformidad con estas, la Junta<br />
de Planificación utilizó el mecanismo<br />
de la consulta de ubicación de forma<br />
individualizada y con disposiciones<br />
particulares para cada proyecto. Desde<br />
entonces, este mecanismo permite que<br />
inversionistas y desarrolladores puedan<br />
someter proyectos en cualquier<br />
lugar de Puerto Rico, sin importar<br />
la zonificación.<br />
En el 2004, la Junta de Planificación<br />
creó la Oficina del Plan de Uso de<br />
Terrenos para preparar por primera vez<br />
un plan de usos de terrenos para todo<br />
el país, que integrara y organizara objetivos<br />
y políticas públicas a nivel nacional<br />
y municipal. Desafortunadamente,<br />
este esfuerzo se detuvo en el 2006 por<br />
falta de consenso. En el 2009, la Junta<br />
de Planificación comenzó a preparar<br />
un nuevo plan, y se ha propuesto completarlo<br />
por fases mediante la adopción<br />
sucesiva de planes regionales. Una<br />
vez se completen todos los planes regionales,<br />
la Junta de Planificación expresó<br />
que se habrá completado el Plan<br />
de Usos de Terrenos para todo Puerto<br />
Rico.<br />
A nivel municipal, la planificación<br />
se realiza de acuerdo a la Ley de Municipios<br />
Autónomos del 1991, que estableció<br />
en su Capítulo 13 un mecanismo<br />
para que los municipios elaboren<br />
la ordenación de su propio territorio<br />
en coordinación con la Junta de Planificación<br />
y de forma compatible con<br />
las políticas públicas estatales y las de<br />
otros municipios. La ley estableció la<br />
forma de clasificar los suelos y requirió<br />
que los planes de ordenación cumplieran<br />
con objetivos claros para delimitar<br />
y manejar tres tipos de suelo: urbano,<br />
urbanizable y rústico. Para el suelo urbano,<br />
la ley requirió que el área urbana<br />
se consolidara y redesarrollara con un<br />
entorno público abierto al disfrute de<br />
todos. Para el suelo urbanizable, requirió<br />
un proceso ordenado de transformación<br />
del área natural para lograr<br />
distritos consolidados. Y para el suelo<br />
rústico, requirió su protección, para<br />
evitar su lotificación y urbanización,<br />
y promover su manejo y utilización.<br />
Con esas clasificaciones de suelo —urbano,<br />
urbanizable y rústico— se intentó,<br />
sin éxito, eliminar la aprobación de<br />
proyectos mediante el mecanismo de<br />
la consulta de ubicación y establecer<br />
de forma clara dónde poder ubicar los<br />
proyectos y bajo qué condiciones. Al<br />
amparo de esta ley, luego de 15 años,<br />
se habían aprobado para el 2006 unos<br />
30 planes territoriales [véase ilustración 1].<br />
i l u s t r a c i ó n 1<br />
Clasificación de terrenos en los planes de ordenación territorial aprobados – jP 2006<br />
i l u s t r a c i ó n 2<br />
Clasificación de terrenos - Oficina de Plan de Usos de Terrenos 2006<br />
Límites Municipales<br />
CLASIFICACIÓN<br />
SRC - Suelo Rústico Común<br />
SREP - Suelo Rústico Especialmente Protegido<br />
SU - Suelo Urbano<br />
SUP - Suelo Urbanizable<br />
CAAPPR 3<br />
<strong>ENTORNO</strong> Recomendaciones para un PUT
La Oficina del Plan de Usos de Terrenos<br />
de la Junta de Planificación utilizó<br />
la información de los planes municipales<br />
y de los otros planes adoptados<br />
para trabajar el Plan de Usos de Terrenos,<br />
y en el 2006 completó el borrador<br />
del mapa de clasificación de suelos que<br />
delimitó los suelos urbanos, urbanizables<br />
y rústicos para todo Puerto Rico<br />
[véase ilustración 2]. Este mapa, aunque<br />
no ha sido adoptado por la Junta de<br />
Planificación, es actualmente el documento<br />
que más claramente identifica<br />
los recursos naturales y establece dónde<br />
se puede construir y dónde no.<br />
La elaboración de los planes de<br />
ordenación municipal se ha visto afectada<br />
negativamente por la ausencia de<br />
un plan de usos de terrenos para toda<br />
la isla. Cada municipio elaboró sus<br />
prioridades dentro del marco general<br />
establecido por la ley, pero las políticas<br />
públicas y las clasificaciones de suelo<br />
adoptadas por cada municipio no han<br />
sido siempre consistentes ni con las<br />
de otros municipios, ni con las políticas<br />
estatales concernientes. Podemos<br />
apreciar este conflicto al comparar la<br />
clasificación de suelos de los mapas<br />
municipales con la propuesta del borrador<br />
del mapa del 2006. Lamentablemente,<br />
se ha permitido fragmentar<br />
la continuidad de las áreas naturales y<br />
agrícolas, privilegiando la expansión<br />
suburbana.<br />
Para que funcione el esquema de<br />
planificación estatal y municipal se<br />
requiere de una visión territorial coherente<br />
en un solo plan de usos de<br />
terrenos para todo Puerto Rico, que<br />
guíe y coordine todos los esfuerzos<br />
de planificación.<br />
A continuación, presentamos recomendaciones<br />
para ordenar y consolidar<br />
el suelo urbanizado y el urbanizable,<br />
y para conservar y manejar el<br />
suelo rústico.<br />
4<br />
<strong>ENTORNO</strong>18<br />
REcOmENdaciONEs paRa<br />
LOs usOs dEL suELO<br />
suelo urbanizado<br />
suelo urbanizable<br />
suelo rústico común<br />
suelo rústico especialmente protegido<br />
EL suELO uRbaNizadO y<br />
EL uRbaNizabLE<br />
Puerto Rico es un archipiélago de<br />
islas de limitada extensión territorial<br />
con una población de casi cuatro millones<br />
de habitantes. Cerca de un 20%<br />
de su territorio está urbanizado [véase<br />
ilustración 3] con obras de construcción<br />
para la habitación u ocupación de seres<br />
humano en proximidad. Mucha<br />
de la población está concentrada en<br />
el Área Metropolitana de San Juan<br />
(AMSJ, con 2.2 millones habitantes),<br />
y en otras áreas urbanizadas de<br />
gran población, como Caguas, Ponce<br />
y Mayagüez.<br />
El suelo urbanizado puede categorizarse,<br />
a grandes rasgos, entre centros<br />
urbanos y áreas suburbanas. Los<br />
centros urbanos —construidos casi<br />
todos antes del 1950— son densos,<br />
ordenados y multifuncionales. En<br />
ellos se puede acceder caminando a<br />
una variedad de actividades y funciones.<br />
Las áreas suburbanas, extendidas<br />
durante la segunda mitad del siglo<br />
XX, son de baja densidad, segregadas y<br />
dispersas, de espacios monofuncionales<br />
para vivienda, comercio, trabajo y<br />
ocio. En ellas se depende del automóvil<br />
privado para poder acceder a la variedad<br />
de actividades y funciones que<br />
se encuentran separadas entre sí. Estas<br />
áreas suburbanas, de mucho mayor tamaño<br />
que los centros urbanos, requirieron<br />
la extensión significativa de la<br />
infraestructura de carreteras, de agua,<br />
de alcantarillado sanitario, y de energía,<br />
lo que encareció su construcción<br />
y mantenimiento. Estos proyectos se<br />
construyeron en áreas naturales o agrícolas<br />
sin acoplarse a un plan general ni<br />
a una visión compartida de desarrollo<br />
para Puerto Rico.<br />
Este modelo de desarrollo suburbano<br />
debe transformarse. Todo nuevo
desarrollo debe construirse principalmente<br />
dentro del perímetro del área ya<br />
urbanizada, que incluye muchos terrenos<br />
vacantes, abandonados o subutilizados.<br />
Visión<br />
Remplazar el modelo suburbano de desarrollo<br />
actual —desparramado, disperso,<br />
desarticulado y en continua expansión<br />
hacia las áreas naturales—, con un modelo<br />
de ciudades y pueblos de comunidades<br />
compactas, densas, multifuncionales,<br />
atractivas, con identidad, con alternativas<br />
de movilidad, y con abundantes espacios<br />
públicos para el disfrute de todos los ciudadanos.<br />
Los pocos proyectos que sean<br />
permitidos fuera de las áreas ya urbanizadas<br />
deberán realizarse mediante un<br />
proceso ordenado de transformación del<br />
área natural, que establezca la forma de<br />
cómo consolidar un nuevo distrito urbano,<br />
en armonía con la ciudad existente y con la<br />
naturaleza que lo rodea.<br />
qué hacer con el suelo urbanizado<br />
Redesarrollar las áreas ya urbanizadas y<br />
frenar la urbanización de los terrenos naturales.<br />
Esto incluye desarrollar viviendas,<br />
comercios, centros de trabajo y lugares de<br />
ocio en el suelo ya urbanizado, revitalizando<br />
los centros urbanos y redesarrollando<br />
partes del área suburbana en vecindarios<br />
con mayor densidad, usos mixtos y espacios<br />
públicos de buena calidad.<br />
Se proponen las siguientes estrategias:<br />
densificación y usos mixtos<br />
• Rehabilitar estructuras abandonadas y<br />
desarrollar espacios vacíos o subutiliza-<br />
dos con proyectos de uso mixto (vivien-<br />
da, comercio, etcétera) de mediana y<br />
alta densidad.<br />
• Promover el desarrollo balanceado de<br />
usos a través del área urbanizada y el<br />
desarrollo de comunidades mixtas<br />
donde se posibilite el acceso peatonal a<br />
diferentes usos.<br />
• Sanar los sitios contaminados y reincor-<br />
porarlos a la ciudad.<br />
Isla de Mona<br />
0 10km<br />
i l u s t r a c i ó n 3<br />
Áreas urbanas construidas y terrenos protegidos – jP 2006<br />
forma urbana<br />
• Proveer espacios públicos con<br />
identidad y sentido de lugar.<br />
• Requerir que los edificios se constru-<br />
yan orientados hacia la calle, con áreas<br />
de actividad, y espacios interiores que<br />
conecten —visual o físicamente—<br />
con el espacio público de la calle para<br />
proveer un entorno urbano agradable<br />
y seguro.<br />
• Mejorar las aceras y hacerlas conti-<br />
nuas y agradables para permitir que<br />
los peatones se muevan por toda<br />
la ciudad.<br />
áreas naturales<br />
• Conectar la ciudad con los recursos<br />
naturales —ríos, quebradas, lagunas,<br />
mar y otros—, y hacerlos accesibles<br />
para el disfrute de los ciudadanos.<br />
• Desarrollar la infraestructura verde a<br />
nivel de ciudad y a nivel del vecindario,<br />
mediante la creación de parques y pla-<br />
zas, la forestación de aceras y calles,<br />
y el desarrollo de huertos urbanos.<br />
infraestructura<br />
• Reacondicionar la infraestructura<br />
existente (energía, agua, alcantarillado<br />
sanitario y pluvial) para viabilizar<br />
nuevos desarrollos.<br />
Estado del terreno<br />
Urbano / construido: 2001<br />
Protegido: 2005<br />
transporte colectivo / bicicletas<br />
• Proveer un sistema de transporte<br />
colectivo rápido que conecte pueblos<br />
y ciudades a través de la Isla.<br />
• Proveer sistemas de transporte colecti-<br />
vo que unan los distintos vecindarios<br />
y los usos principales del área<br />
urbanizada.<br />
• Abrir carriles para bicicleta a través de<br />
toda la ciudad.<br />
ciudad democrática<br />
• Proveer acceso a toda la población a<br />
los servicios y espacios de la ciudad.<br />
• Evitar el desplazamiento involuntario de<br />
los residentes fuera de sus vecindarios.<br />
• Asegurar una oferta adecuada de<br />
vivienda, en lugares céntricos, a la<br />
población de edad avanzada.<br />
obras de construcción<br />
• Utilizar métodos y materiales susten-<br />
tables en todos los proyectos de<br />
infraestructura, de desarrollo y<br />
de redesarrollo.<br />
qué hacer en el suelo urbanizable<br />
El suelo urbanizable es aquel terreno natural,<br />
aledaño al suelo urbanizado, que ha<br />
sido identificado por un plan de ordenación<br />
como que puede urbanizarse. En aquellas<br />
pocas áreas naturales donde se permita<br />
localizar proyectos mediante excepción<br />
—cuando respondan a una estrategia<br />
CAAPPR 5<br />
<strong>ENTORNO</strong> Recomendaciones para un PUT
planificada para el país o la región—, las<br />
obras deberán realizarse en conformidad<br />
con un plan de ensanche. En estos lugares<br />
se debe fomentar un desarrollo urbano de<br />
alta calidad, con un modelo de comunidad<br />
compacta, densa, multifuncional, atractiva,<br />
segura, que tenga acceso a un sistema eficiente<br />
de transporte colectivo, y con una<br />
variedad de espacios públicos abiertos a<br />
sus habitantes y visitantes.<br />
Se proponen las siguientes estrategias:<br />
• Establecer los nuevos desarrollos de<br />
forma compacta, funcional y agradable,<br />
con usos mixtos que permitan el acceso<br />
peatonal a niños y ancianos, sin necesi-<br />
dad de utilizar el carro.<br />
• Integrar los nuevos desarrollos al con-<br />
texto urbano adyacente y dar continui-<br />
dad al trazado vial y peatonal de las<br />
áreas vecinas.<br />
• Facilitar el acceso peatonal de los<br />
ciudadanos en un entorno público<br />
agradable y continuo.<br />
• Crear un espacio público digno y<br />
abierto a todos.<br />
• Proveer acceso a sistemas de trans-<br />
portación colectiva que unan los distin-<br />
tos usos del nuevo desarrollo entre sí, y<br />
con el resto del área ya urbanizada.<br />
• Utilizar estrategias de sustentabilidad<br />
en todos los proyectos de desarrollo.<br />
EL suELO RúsTicO<br />
6<br />
<strong>ENTORNO</strong>18<br />
Puerto Rico tiene una cantidad<br />
importante de terrenos que deben protegerse<br />
por su alto potencial agrícola y<br />
por su importancia ecológica, cultural<br />
y escénica. Igualmente tiene muchos<br />
terrenos susceptibles a inundaciones,<br />
deslizamientos, hundimientos y terremotos<br />
que nunca deben urbanizarse.<br />
La Junta de Planificación ha identificado<br />
estos terrenos, que conforman cerca<br />
del 75% del territorio, en tres mapas<br />
(véase ilustraciones 4, 5 y 6). En la actualidad,<br />
solamente un 7.4% del territorio<br />
está protegido por ley.<br />
Una parte de estos terrenos que<br />
requieren protección ya ha sido urbanizada<br />
o impactada por obras de<br />
construcción. Urge delimitar las áreas<br />
que no pueden urbanizarse y aquellas<br />
áreas urbanizadas que deben revertirse<br />
a su estado natural. Ya la Oficina del<br />
Plan de Usos de Terrenos elaboró en<br />
el 2006 un primer borrador en donde<br />
identifica cerca de un 75% del terreno<br />
como suelo rústico que no debe urbanizarse<br />
[véase ilustración 2]. El Fideicomiso<br />
de Conservación de Puerto Rico, por<br />
su parte, ha hecho una recomendación<br />
preliminar de proteger un tercio<br />
del territorio de la Isla para dedicarlo<br />
a la conservación de ecosistemas (humedales,<br />
manglares, bosques lluviosos<br />
y secos), y otro tercio para usos que<br />
requieran áreas verdes abiertas (agricultura,<br />
recreación, zonas de amortiguamiento).<br />
Visión<br />
Proteger las áreas naturales con prioridad<br />
de conservación y las áreas de alto potencial<br />
agrícola, y manejarlas para que sirvan<br />
de apoyo a las actividades sociales y económicas<br />
en un marco de desarrollo sustentable.<br />
De forma similar, se deben manejar<br />
las áreas propensas a riesgos naturales<br />
sin proyectos de construcción.<br />
qué hacer<br />
El Plan de Usos de Terrenos debe clasificar<br />
como suelo rústico los terrenos de alto<br />
potencial agrícola, las áreas naturales con<br />
prioridad de conservación, las áreas de<br />
riesgo para la construcción, y otras áreas<br />
naturales importantes. Estos suelos no<br />
deben urbanizarse por su topografía, su<br />
valor escénico, arqueológico, cultural y<br />
ecológico, su potencial agrícola, o la presencia<br />
de recursos naturales de gran valor.<br />
Solo debe permitirse en estos suelos usos<br />
compatibles con el área natural, como la<br />
agricultura, la recreación pasiva, la captación<br />
de agua, la conservación de cuencas<br />
hidrográficas, las instalaciones ecoturísticas<br />
no residenciales, y la protección y<br />
conservación de áreas de valor histórico<br />
que forman parte del patrimonio cultural.<br />
Se proponen las siguientes estrategias<br />
para el suelo rústico:<br />
• Guardar a perpetuidad una proporción<br />
aproximada de 1/3 del territorio dedi-<br />
cado a la conservación de ecosistemas<br />
y 1/3 del territorio para la agricultura, la<br />
recreación y otros usos que no requie-<br />
ran urbanizar el terreno.<br />
• Establecer, a corto plazo, la prohibición<br />
de urbanizar en el suelo clasificado<br />
como rústico que debe incluir no menos<br />
del 75% del territorio total de la Isla.<br />
• Conservar y usar de forma sustentable<br />
las áreas agrícolas, pecuarias, de<br />
pesca, madereras o de minería, actual-<br />
mente en utilización o con potencial<br />
de desarrollo para estos usos.<br />
• Proteger los recursos de agua super-<br />
ficiales, subterráneos y su cuenca<br />
inmediata, así como los sistemas ecoló-<br />
gicos, hábitats de fauna y flora en peli-<br />
gro de extinción, y otros sistemas y<br />
recursos naturales de valor ecológico.<br />
• Limitar la ocupación urbana de áreas de<br />
riesgo de inundación, deslizamiento y<br />
terremoto por razones de seguridad y<br />
salud pública.
i l u s t r a c i ó n 4<br />
Áreas de alta productividad agrícola,<br />
junta de Planificación 2006<br />
i l u s t r a c i ó n 5<br />
Áreas con prioridad de conservación,<br />
junta de Planificación 2006<br />
i l u s t r a c i ó n 6<br />
Áreas de alto riesgo,<br />
junta de Planificación 2006<br />
CAAPPR 7<br />
<strong>ENTORNO</strong> Recomendaciones para un PUT
esumen de<br />
recomendaciones para<br />
los usos del suelo<br />
del plan de usos de<br />
terrenos de puerto rico<br />
suELO uRbaNizadO<br />
Se proponen las siguientes estrategias<br />
para los terrenos ya urbanizados:<br />
densificación y usos mixtos<br />
• Rehabilitar estructuras abandonadas y<br />
desarrollar espacios vacíos o subutiliza-<br />
dos con proyectos de uso mixto de<br />
mediana y alta densidad.<br />
• Promover el desarrollo balanceado de<br />
usos a través del área urbanizada y el<br />
desarrollo de comunidades mixtas<br />
donde se posibilite el acceso peatonal<br />
a diferentes usos.<br />
• Sanar los sitios contaminados y<br />
reincorporarlos a la ciudad.<br />
8 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
forma urbana<br />
• Proveer espacios públicos con identi-<br />
dad y sentido de lugar.<br />
• Requerir que los edificios se construyan<br />
orientados hacia la calle, con áreas<br />
de actividad, y espacios interiores que<br />
conecten —visual o físicamente— con<br />
el espacio público de la calle para<br />
proveer un entorno urbano agradable<br />
y seguro.<br />
• Mejorar las aceras y hacerlas conti-<br />
nuas y agradables para permitir que los<br />
peatones se muevan por toda la ciudad.<br />
infraestructura<br />
• Reacondicionar la infraestructura<br />
existente (energía, agua, alcantarillado<br />
sanitario y pluvial) para viabilizar nue-<br />
vos desarrollos.<br />
áreas naturales<br />
• Conectar la ciudad con los recursos<br />
naturales —ríos, quebradas, lagunas,<br />
mar y otros —, y hacerlos accesibles<br />
para el disfrute de los ciudadanos.<br />
• Desarrollar la infraestructura verde a<br />
nivel de ciudad y a nivel del vecindario,<br />
mediante la creación de parques y pla-<br />
zas, la forestación de aceras y calles, y<br />
el desarrollo de huertos urbanos.<br />
Transporte colectivo / bicicletas<br />
• Proveer un sistema de transporte<br />
colectivo rápido que conecte pueblos<br />
y ciudades a través de la isla.<br />
• Proveer sistemas de transporte colecti-<br />
vo que unan los distintos vecindarios y<br />
usos principales del área urbanizada.<br />
• Abrir carriles para bicicleta a través de<br />
toda la ciudad.
ciudad democrática<br />
• Proveer acceso a toda la población a<br />
los servicios y espacios de la ciudad.<br />
• Evitar el desplazamiento involuntario de<br />
los residentes fuera de sus vecindarios.<br />
• Asegurar una oferta adecuada de vi-<br />
vienda en lugares céntricos a la<br />
población de edad avanzada.<br />
Obras de construcción<br />
• Utilizar estrategias de sustentabilidad<br />
en la construcción de todos los<br />
proyectos de infraestructura,<br />
desarrollo y redesarrollo.<br />
suELO uRbaNizabLE<br />
Se proponen las siguientes estrategias<br />
para el suelo urbanizable:<br />
• Establecer los nuevos desarrollos de<br />
forma compacta, funcional y agradable,<br />
con usos mixtos que puedan accederse<br />
a pie, sin necesidad de utilizar el carro.<br />
• Integrar el nuevo desarrollo al contexto<br />
urbano adyacente y dar continuidad al<br />
trazado vial y peatonal de las áreas<br />
vecinas.<br />
• Facilitar el acceso peatonal de los<br />
ciudadanos en un entorno público<br />
agradable y continuo.<br />
• Crear un espacio público digno,<br />
abierto a todos.<br />
• Proveer acceso a sistemas de transportación<br />
colectiva que unan los distintos<br />
usos del nuevo desarrollo entre sí y con<br />
el resto del área urbanizada.<br />
• Utilizar estrategias de sostenibilidad en<br />
todos los proyectos de desarrollo.<br />
Tres principales recomendaciones al Plan<br />
son guiar el crecimiento de las ciudades<br />
y los pueblos hacia las áreas ya urbanizadas,<br />
conservar y manejar los recursos<br />
naturales para mejorar la calidad de vida,<br />
y fortalecer la transportación colectiva a<br />
través de todo Puerto Rico.<br />
suELO RúsTicO<br />
Se proponen las siguientes estrategias<br />
para el suelo rústico:<br />
• Guardar a perpetuidad una proporción<br />
aproximada de 1/3 del territorio dedica-<br />
do a la conservación de ecosistemas y<br />
1/3 para usos que requieran áreas<br />
abiertas.<br />
• Establecer, a corto plazo, la prohibición<br />
de urbanizar en el suelo clasificado rús-<br />
tico que debe incluir no menos del 75%<br />
del territorio total de la isla.<br />
• Conservar y usar de forma sostenible<br />
las áreas agrícolas, pecuarias, de pes-<br />
ca, madereras o de minería, actualmen-<br />
te en utilización o con potencial de<br />
desarrollo para estos usos.<br />
• Proteger los recursos de agua super-<br />
ficiales, subterráneos y su cuenca<br />
inmediata, así como los sistemas ecoló-<br />
gicos, hábitats de fauna y flora en<br />
peligro de extinción, y otros sistemas y<br />
recursos naturales de valor ecológico.<br />
• Limitar la ocupación urbana de áreas de<br />
riesgo de inundación, deslizamiento y<br />
terremoto por razones de seguridad y<br />
salud pública.<br />
Suelo urbanizado<br />
Suelo urbanizable<br />
Suelo rústico común<br />
Suelo rústico<br />
especialmente protegido<br />
Límites Municipales<br />
Recomendaciones de clasificación de los suelos basado en el borrador del Plan de Usos de Terrenos<br />
de 2006 elaborado por la Oficina del Plan de Usos de Terrenos de la junta de Planificación<br />
CAAPPR 9<br />
<strong>ENTORNO</strong> Recomendaciones para un PUT
REcOmENdaciONEs paRa<br />
La iNfRaEsTRucTuRa y<br />
La gObERNaNza<br />
A continuación se incluyen recomendaciones<br />
para la infraestructura<br />
de movilidad, de energía, de agua y de<br />
manejo de los desperdicios sólidos; y<br />
para establecer un proceso de mayor<br />
gobernabilidad necesario para implementarlas.<br />
mOViLidad<br />
Puerto Rico tiene una de las mayores<br />
densidades del mundo de áreas<br />
de carreteras en relación con el tamaño<br />
de la superficie de su territorio. El<br />
sistema vial ha impactado, a veces de<br />
forma irreversible, áreas de importancia<br />
natural y ambiental. De acuerdo al<br />
Censo del 2000, solo 5% de la población<br />
utiliza el transporte colectivo y<br />
casi un 48% trabaja en un municipio<br />
distinto al que reside e invierte más de<br />
una hora diaria en desplazarse a su lugar<br />
de empleo.<br />
La dependencia del automóvil privado<br />
y la falta de un sistema viable de<br />
transportación pública se ha convertido<br />
en un problema de justicia social<br />
que margina a las personas que no tienen<br />
acceso a formas eficientes y accesibles<br />
de transportación.<br />
Visión<br />
Promover un desarrollo sustentable en el<br />
que se reduzca la dependencia del automóvil<br />
individual y se promueva el caminar,<br />
las bicicletas y el transporte colectivo.<br />
qué hacer<br />
Reducir la dependencia del automóvil privado<br />
y desarrollar nuevas alternativas de<br />
movilidad a nivel local, regional y estatal.<br />
Se debe invertir en la infraestructura del<br />
transporte y en ajustar el modelo urbano<br />
para incorporar accesos de bicicleta, proveer<br />
aceras cómodas y agradables, y for-<br />
10 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
SITUACIÓN ACTUAL: El modelo de desarrollo suburbano no planificado limita el uso del transporte<br />
colectivo y provoca la dependencia casi total en los automóviles y los camiones privados para la<br />
transportación dentro y fuera de las áreas urbanizadas.<br />
SITUACIÓN DESEAbLE: El modelo de desarrollo de núcleos urbanos densos y compactos facilita el<br />
caminar y el uso de la bicicleta en la escala local, promueve el transporte colectivo eficiente y el uso<br />
de diversos tipos de transportación en la escala de la ciudad, y viabiliza el transporte colectivo rápido<br />
para conectar ciudades en la escala regional.<br />
talecer la interconexión con las áreas de<br />
vivienda, trabajo y ocio.<br />
Se proponen las siguientes estrategias para<br />
mejorar la movilidad a través del territorio:<br />
• Reducir la dependencia del<br />
automóvil privado.<br />
• Ofrecer opciones de transporte colecti-<br />
vo para conectar a los vecindarios den-<br />
tro de los municipios y para conectar a<br />
SITUACIÓN ACTUAL y DESEAbLE DE LA MOvILIDAD<br />
los municipios entre sí a través de toda<br />
la Isla.<br />
• Establecer un sistema multimodal de<br />
transporte colectivo que cuente con<br />
servicios de porteadores públicos, auto-<br />
buses, autobuses de transporte rápido<br />
(bRT, por sus siglas en inglés) y, donde<br />
sean viables, sistemas de rieles.<br />
• Asegurar un sistema de calles com-<br />
pletas, en el que las carreteras permi-<br />
tan el tránsito vehicular y a la vez
acepten el movimiento de peatones,<br />
bicicletas, sillas de rueda, y una varie-<br />
dad de carritos de arrastre.<br />
• Incorporar rutas seguras de bicicleta<br />
a la red vial.<br />
• Fortalecer la transportación a través<br />
de lanchas entre las islas habitadas del<br />
archipiélago de Puerto Rico.<br />
ENERgÍa<br />
Puerto Rico es el país del mundo<br />
con el mayor consumo de energía<br />
eléctrica por hectárea y genera prácticamente<br />
el 100% de ella a través de la<br />
quema de combustibles fósiles que le<br />
hacen daño al ambiente y a los puertorriqueños.<br />
La Isla no cuenta con yacimientos<br />
petroleros ni de gas natural<br />
que puedan mitigar los costos de importación<br />
y de generación energética.<br />
Esta dependencia se hace crítica con<br />
el encarecimiento de los combustibles<br />
fósiles dada la creciente dificultad<br />
técnica de obtenerlos, la merma del<br />
combustible, y la creciente demanda<br />
por estos por parte de países de rápido<br />
crecimiento como China, Brasil, India<br />
y Rusia.<br />
El costo al consumidor ha aumentado,<br />
en ocasiones hasta más de $0.25<br />
por kilovatio-hora, dominado por el<br />
virtual monopolio que ejerce la Autoridad<br />
de Energía Eléctrica. Este costo,<br />
dos veces el promedio de Estados<br />
Unidos —y hasta tres veces el de otros<br />
lugares del mundo—, reduce nuestro<br />
atractivo para la inversión de capital.<br />
La distribución de energía se hace<br />
principalmente a través de una extensa<br />
y frágil red aérea expuesta a las incle-<br />
mencias del tiempo y al vandalismo,<br />
que afea el paisaje natural y las ciudades.<br />
Nuestros patrones de consumo<br />
eléctrico contribuyen al calentamiento<br />
global 230% más que el patrón<br />
de consumo eléctrico promedio en<br />
el mundo.<br />
SITUACIÓN ACTUAL: 1) Prácticamente toda la energía generada depende de importaciones de combustibles del extranjero vulnerables a las fluctuaciones<br />
de los mercados, al control de precios por productores y distribuidores, y a potenciales interrupciones en la oferta ocasionadas por conflictos armados<br />
y emergencias ambientales foráneas. 2) Prácticamente el 100% de la energía eléctrica se genera mediante la quema de combustibles fósiles (“fuel oil”,<br />
carbón y gas natural) en centrales termoeléctricas. 3) El modelo de desarrollo suburbano promueve y perpetúa la dependencia en la gasolina utilizada por<br />
los vehículos privados.<br />
SITUACIÓN DESEAbLE: 1) Utilizar atenuadores flotantes para extraer energía de las olas. 2) Utilizar columnas oscilantes de agua en la costa para impulsar<br />
turbinas mediante la presión variable del agua del mar. 3) Utilizar gas natural y otros combustibles fósiles como transición al uso de fuentes de energía<br />
renovable. 4) Utilizar aerogeneradores para extraer energía del viento. 5) Utilizar paneles fotovoltaicos, localizados en los techos de los edificios nuevos y<br />
viejos, para capturar energía del sol. 6) Cultivar microalgas para producir energía eléctrica con biomasa. 7) Reducir los hábitos de consumo y la dependencia<br />
en vehículos privados para la transportación.<br />
Visión<br />
Transformar el sistema de generación de<br />
energía de la actual dependencia del petróleo<br />
y de otros combustibles fósiles. Para<br />
alcanzar un futuro sustentable, se debe<br />
encaminar al país al desarrollo de fuentes<br />
de energía renovable, cónsonas con los<br />
ideales de un desarrollo equilibrado y a la<br />
protección del medio ambiente.<br />
qué hacer<br />
Se proponen las siguientes estrategias y<br />
políticas energéticas:<br />
SITUACIÓN ACTUAL y DESEAbLE EN EL USO y LA GENERACIÓN DE ENERGÍA<br />
CAAPPR 11<br />
<strong>ENTORNO</strong> Recomendaciones para un PUT
• Desarrollar un plan energético estructu-<br />
rado alrededor de la conservación y<br />
el uso de fuentes renovables de forma<br />
prioritaria sobre las restantes fuentes<br />
de energía.<br />
• Viabilizar la conversión de algunas<br />
plantas generadoras actuales a gas<br />
natural —con fecha de inicio y termina-<br />
ción—, para garantizar que esta sea<br />
una medida de transición a fuentes<br />
renovables.<br />
• Promover la utilización de vehículos<br />
eléctricos y la instalación de centros<br />
para cargarlos que sean alimentados<br />
con fuentes renovables de energía.<br />
• Asignar a una entidad independiente la<br />
responsabilidad de implantar las políti-<br />
cas energéticas y de fiscalizar a la<br />
Autoridad de Energía Eléctrica para<br />
imponerle metas, requisitos y cumpli-<br />
mientos mínimos a tono con las<br />
necesidades del país, que no necesa-<br />
riamente son las mismas de la<br />
corporación publica.<br />
• Evitar la quema de desperdicios como<br />
fuente de generación de energía; esta-<br />
blecer una cultura de “cero desperdi-<br />
cio” que considere los desperdicios<br />
como materia prima para nuevos<br />
productos.<br />
• Prohibir el establecimiento de plantas<br />
nucleares en la Isla, dado el riesgo que<br />
suponen en islas de alta densidad po-<br />
blacional y en zonas susceptibles<br />
a terremotos.<br />
• Promover la generación distribuida (la<br />
energía se genera donde se consume)<br />
para eliminar la pérdida ocasionada en<br />
las redes de transmisión y distribución,<br />
y para evitar riesgos y daños que pudie-<br />
ra ocasionar la generación centralizada<br />
(como el cubrir suelos agrícolas con<br />
paneles solares).<br />
• Requerir que la AEE, obligada ya por<br />
ley a comprar la energía generada por<br />
sus abonados, eduque y promueva esta<br />
oportunidad entre sus consumidores.<br />
Instar a la AEE a ofrecer a sus abona-<br />
dos, donde sea viable, el servicio de<br />
venta, instalación y mantenimiento de<br />
equipos de fuentes renovables.<br />
agua<br />
12 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
Los recursos de agua son de importancia<br />
crítica para la vida de todos<br />
los organismos, para el desarrollo social<br />
y económico, y para la conservación<br />
de los recursos naturales de gran<br />
valor económico y ambiental.<br />
La Isla recibe un promedio diario<br />
de once mil millones de galones (mgd)<br />
de agua en forma de lluvia, y las escorrentías<br />
alcanzan los 3,700 mgd. La<br />
extracción de agua depende principalmente<br />
de los embalses —que proveen<br />
el 68% de toda el agua fresca utilizada—<br />
y de los depósitos de agua subterránea<br />
ubicados principalmente en las<br />
regiones norte y sur del país.<br />
Los principales problemas asociados<br />
al recurso del agua en Puerto Rico<br />
tienen que ver con el deterioro de la<br />
calidad de las aguas superficiales. La<br />
mayor parte de los ríos exhiben altas<br />
concentraciones de bacterias de origen<br />
fecal, producto mayormente de<br />
actividades pecuarias y de fuentes de<br />
escorrentías no precisadas. Los acuíferos<br />
enfrentan el problema de una<br />
reducción de su potencial debido a la<br />
impermeabilización de los terrenos, la<br />
extracción excesiva, las descargas de<br />
contaminantes y la intrusión salina.<br />
La disponibilidad de agua también<br />
ha sido afectada por el deterioro de la<br />
infraestructura de distribución y por<br />
las frecuentes interrupciones del servicio<br />
en diversos lugares. El sistema de<br />
distribución de agua potable presenta<br />
una pérdida de cerca del 50% del total<br />
del agua producida, situación que<br />
se ha venido agudizando a través del<br />
tiempo (el porcentaje de pérdida en la<br />
década de los ochenta era de un 25%).<br />
La pérdida de agua del sistema de distribución<br />
crea molestias y la pérdida<br />
de una gran cantidad de dinero por el<br />
agua que se procesa y nunca llega a su<br />
destino para poder facturarse.<br />
La raíz del problema se encuentra<br />
en la ausencia de una planificación integral<br />
sobre el uso del suelo, particularmente<br />
en lo concerniente a la ubicación<br />
de nuevos desarrollos urbanos,<br />
viviendas e industrias. La ausencia de<br />
una estrategia integral sobre el uso del<br />
suelo ha conducido a la sedimentación<br />
de abastos, a la destrucción de humedales<br />
y de áreas de captación y recarga,<br />
a la impermeabilización del suelo,<br />
y a la remoción de los cinturones de<br />
vegetación que protegen las cuencas<br />
hidrográficas. A esto hay que añadir<br />
la existencia de serios problemas institucionales,<br />
que desembocan en la<br />
administración inadecuada del recurso.<br />
Destacan entre estos problemas la<br />
fragmentación interagencial (cerca de<br />
una veintena de agencias toman decisiones<br />
independientes sobre el recurso<br />
agua), la percepción de que los problemas<br />
asociados a la disponibilidad de<br />
agua se solucionan solo con medidas<br />
estructurales (por ejemplo, mediante<br />
la construcción de más represas y<br />
supertubos), el abandono del mantenimiento<br />
de la infraestructura de servicio,<br />
y la politización extrema de la<br />
gestión institucional.<br />
Visión<br />
El manejo del agua como recurso debe<br />
fundamentarse en los principios del desarrollo<br />
sustentable, de manera que se<br />
garantice su disponibilidad con la cantidad<br />
y la calidad suficiente para atender las necesidades<br />
de la sociedad y de los recursos<br />
naturales que la sustentan. La sustentabilidad<br />
supone una particular actuación hacia<br />
el logro de una armonía entre la sociedad y<br />
los recursos del agua.<br />
qué hacer<br />
Se proponen las siguientes estrategias:<br />
• Manejar el recurso del agua en armonía<br />
con la planificación del uso del suelo. El<br />
agua es la manifestación hídrica del<br />
suelo, por lo que hay que reconocer
Ciclo hidrológico natural Ciclo hidrológico impactado<br />
por la actividad humana<br />
que muchas de las variables que afec-<br />
tan la disponibilidad del recurso tienen<br />
que ver con prácticas inadecuadas del<br />
uso del suelo.<br />
• Manejar el recurso del agua con un en-<br />
foque integral, en vez de funcional,<br />
donde se atienda el ciclo del agua en la<br />
sociedad y el territorio. Acabar con la<br />
práctica de desarrollar planes funciona-<br />
les o sectoriales que atienden una sola<br />
necesidad o propósito, como por ejem-<br />
plo el manejo de las aguas residuales,<br />
o la implantación de medidas de<br />
conservación de agua para determi-<br />
nado lugar.<br />
• Adoptar como política pública en la pla-<br />
nificación del uso del agua el manejo de<br />
la demanda sobre el manejo de la oferta<br />
(por ejemplo, la construcción de em-<br />
balses y nuevos abastos, el desarrollo<br />
de pozos, el transporte de grandes<br />
cantidades de agua de una región a<br />
otra, y otros). El manejo de la demanda<br />
incluye, entre otros: el uso eficiente de<br />
la infraestructura instalada, la asigna-<br />
ción de prioridad al mantenimiento del<br />
sistema de producción y distribución de<br />
agua, la prevención de la contamina-<br />
ción, el uso de tecnologías que promue-<br />
ven el ahorro y la conservación, el<br />
Ciclo hidrológico en armonía<br />
con la actividad humana<br />
Sección típica de la costa norte de Puerto Rico - // ciclo hidrológico natural: a) El sol evapora el agua de la superficie del océano. b) El agua evaporada se<br />
mueve con las corrientes de aire hacia el interior del territorio, se condensa en nubes, y se une al agua producida por la cubierta vegetal mediante evapotranspiración<br />
y la evaporada en los cuerpos de agua de la superficie. c) Las gotas de agua condensadas bajan su temperatura y aumentan su condensación hasta que<br />
pesan demasiado para continuar suspendidas en el aire, lo que hace que se precipiten a la superficie en forma de lluvia. d) Las cuencas hidrográficas reciben<br />
el agua desde las laderas de las montañas del interior y crean quebradas, riachuelos, y ríos. E) Muchos cuerpos de agua desaparecen en la zona del Carso<br />
Norteño, donde el agua superficial se filtra debajo de la superficie. f) El agua subterránea crea vastos sistemas de cavernas y ríos subterráneos al disolverse<br />
los minerales de la tierra y se purifica a lo largo del trayecto de manera natural. g) El regreso del agua subterránea al mar crea reservas de agua potable en y<br />
cerca de los llanos aluviales, cuyos suelos fértiles son el resultado de la sedimentación lenta del terreno, provocada por el movimiento del agua y el viento en<br />
la superficie. H) La presión del agua que fluye hacia el mar asegura que el agua salina no penetre en las reservas de agua potable subterránea. // ciclo hidrológico<br />
impactado por la actividad humana: 1) La falta de mantenimiento y el desarrollo no planificado acelera la sedimentación de los embalses que retienen<br />
el agua para el consumo humano. 2) Los desarrollos suburbanos en terrenos agrícolas comprometen la seguridad alimentaria. 3) La construcción de autopistas<br />
y carreteras destruyen zonas enteras de mogotes y rellenan sumideros de la zona del Carso Norteño. 4) El desarrollo suburbano sobre los fértiles llanos aluviales<br />
y los humedales, unido a la canalización de ríos y quebradas, reduce la captación del agua, acelera el drenaje del agua al mar y afecta adversamente los<br />
ecosistemas naturales. 5) El desarrollo no planificado compromete la calidad del agua que se filtra en la tierra. 6) El desarrollo no planificado pone en riesgo los<br />
sistemas de cuevas y cavernas que proveen refugio a especies vitales. 7) El impacto humano en las partes altas de las cuencas hidrográficas puede afectar el<br />
abastecimiento de las reservas de agua subterránea. 8) El aumento en el penacho de las aguas residuales que llega al mar impacta adversamente los ecosistemas<br />
submarinos. 9) El exceso de extracción de agua subterránea mediante pozos reduce la presión en las reservas y permite la penetración contaminante de<br />
aguas salinas. // ciclo hidrológico en armonía con la actividad humana: i) El desarrollo planificado y el mantenimiento de los embalses existentes mejora su<br />
captación y funcionamiento. ii) El desarrollo planificado conserva el nivel de captación natural del agua. iii) La conservación de la zona del Carso Norteño asegura<br />
la continuidad natural del ciclo hidrológico y asegura los abastos de agua potable. iv) El uso comedido de las reservas de agua subterránea y el desarrollo<br />
sustentable protegen la continuidad natural del ciclo hidrológico y la supervivencia de los ecosistemas. v) La coexistencia armoniosa del ser humano con los<br />
sistemas naturales mejora los servicios que brindan los ecosistemas terrestres y marinos.<br />
CICLOS HIDROLÓGICOS: NATURAL, IMPACTADO POR ACTIvIDADES HUMANAS, y EN ARMONÍA CON ESTAS<br />
reuso de las aguas usadas y la educa-<br />
ción ciudadana.<br />
• Utilizar la cuenca hidrográfica como la<br />
unidad de planificación para el uso<br />
óptimo y eficiente del recurso del agua.<br />
• Identificar, evaluar y declarar como<br />
áreas protegidas aquellos lugares<br />
críticos en la precipitación, captación,<br />
infiltración y almacenaje del recurso del<br />
agua. En tales lugares, que bien pudie-<br />
ran designarse como reservas hidro-<br />
lógicas, se deben restringir, y en<br />
algunos casos prohibir, los usos y acti-<br />
vidades que pudieran afectar la can-<br />
tidad, calidad o disponibilidad del<br />
agua como recurso.<br />
CAAPPR 13<br />
<strong>ENTORNO</strong> Recomendaciones para un PUT
dEspERdiciOs sóLidOs<br />
SITUACIÓN ACTUAL: 1) Se importa más del 85% de los alimentos y bienes que se consumen, lo que compromete la seguridad alimentaria y perpetúa la<br />
dependencia en los combustibles fósiles utilizados en su importación. 2) La mercancía se distribuye a diversos centros de venta, y se transporta en camiones,<br />
que igualmente abonan a la dependencia en los combustibles fósiles. 3) Las megatiendas ofrecen precios bajos que comprometen la viabilidad<br />
de establecimientos comerciales más pequeños. 4) La mercancía también se distribuye a través del territorio a establecimientos más pequeños, como<br />
colmados y tiendas de conveniencia. 5) El centro comercial, en el modelo de desarrollo suburbano, es el lugar predilecto para la compra debido, entre otras<br />
cosas, al fácil acceso que le proveen al automóvil. 6) La unidad básica del consumo del modelo de desarrollo suburbano es la vivienda unifamiliar. 7) La<br />
baja densidad de la vivienda suburbana unifamiliar dificulta el recogido de la basura, cuyos costos de combustible, equipo y personal se pagan por todos<br />
los contribuyentes. 8) Se recicla solamente un 10% de todos los materiales que se consumen y predomina un ciclo en donde el volumen de los desperdicios<br />
generados se asemeja al de los bienes originales.<br />
SITUACIÓN DESEAbLE: 1) Controlar la importación e incentivar la producción local para la exportación crearía nuevas fuentes de empleo y mejoraría la<br />
competitividad y autosuficiencia de la economía. 2) Establecer estándares de empaques de distribución de ciertos productos reduciría los desperdicios<br />
en la fuente. 3) Diversificar y reducir los patrones de consumo fomentaría la adopción de políticas comerciales más justas y competitivas. 4) Promover hábitos<br />
de consumo responsable reduciría la generación de desperdicios. 5) Ampliar las opciones de consumo y reducir los monopolios sobre los mercados<br />
mejoraría la competitividad. 6) El desarrollo denso y compacto facilitaría el recogido de los desperdicios y liberaría los suelos para otros usos más beneficiosos<br />
y productivos. 7) Separar y clasificar los desperdicios desde el momento de uso facilitaría el reciclaje y la reutilización de materiales. 8) Separar los<br />
materiales orgánicos y reinsertarlos en la economía a través de la producción de composta, ayudaría la agricultura y reduciría los desperdicios generados.<br />
9) Reciclar desperdicios y otra materia prima recuperada beneficiaría un esquema industrial diversificado o permitiría la exportación a lugares con mayor<br />
demanda. 10) El fomentar y eventualmente crear una cultura de basura cero sería el fin óptimo de un esquema de manejo de desperdicios sólidos verdaderamente<br />
sustentable.<br />
Puerto Rico enfrenta un serio<br />
problema de disposición inadecuada<br />
de los desperdicios sólidos que se<br />
generan. De acuerdo a la Autoridad<br />
de Desperdicios Sólidos, el puertorriqueño<br />
promedio genera cada día<br />
cerca de cinco libras de desperdicios<br />
sólidos. Si a esto se le añade la enorme<br />
cantidad de neumáticos de vehículos<br />
de motor que se desechan cada<br />
14 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
SITUACIÓN ACTUAL y DESEAbLE DEL MANEjO DE LOS DESPERDICIOS SÓLIDOS<br />
año, y el volumen de lodo producido<br />
por las plantas de tratamiento de aguas<br />
residuales de la Autoridad de Acueductos<br />
y Alcantarillados, el problema<br />
se magnifica.<br />
Las causas del problema tienen que<br />
ver con el tamaño de la población, la<br />
actividad industrial y comercial, y la<br />
existencia de una cultura de alto consumo.<br />
Esta situación presenta un serio<br />
riesgo a la salud de la población, a la<br />
calidad del ambiente y a la protección<br />
de los recursos de gran valor ecológico.<br />
El recogido y la disposición de los desperdicios<br />
sólidos ocupa una porción<br />
significativa del presupuesto municipal.<br />
Los esfuerzos por atajar la generación<br />
de desperdicios con el desarrollo<br />
de proyectos de reducción desde su<br />
propia fuente y para aumentar el reci
claje y la composta han sido tímidos.<br />
La meta de alcanzar un 35% de reciclaje<br />
no se ha cumplido, alcanzándose<br />
solamente un mero 10%.<br />
A esta situación hay que sumarle<br />
el inminente cierre de muchos de los<br />
vertederos que operan actualmente, y<br />
la dificultad de desarrollar vertederos<br />
nuevos debido a la escasez de lugares<br />
adecuados, a que nadie los quiere cerca<br />
de sus comunidades, a los altos costos<br />
asociados a su desarrollo, y al riesgo<br />
potencial de contaminación y de salud<br />
que representan.<br />
Visión<br />
Enfatizar como estrategias prioritarias la<br />
reducción de la cantidad y la toxicidad de<br />
los desperdicios que se generan, el reuso<br />
de los contenedores y los productos, el reciclaje<br />
de materiales, y el consumo de los<br />
materiales reciclados. Esto debe acompañarse<br />
con el manejo de los desperdicios<br />
orgánicos para producir composta.<br />
qué hacer<br />
Se proponen las siguientes estrategias:<br />
• Desarrollar programas de educación,<br />
orientación y capacitación sobre los<br />
desperdicios sólidos para crear con-<br />
ciencia en la sociedad de la necesidad<br />
de modificar nuestros hábitos relacio-<br />
nados con el consumo de materiales<br />
que luego se convierten en<br />
desperdicios.<br />
• Fomentar actividades e inversiones<br />
efectivas en infraestructura para el<br />
manejo de los desperdicios sólidos.<br />
• Fomentar la participación ciudadana en<br />
la solución del problema, e integrar a<br />
grupos comunitarios, a servidores públi-<br />
cos y a la empresa privada en activida-<br />
des de manejo de los desperdicios<br />
sólidos.<br />
• Promover la industria del reciclaje de<br />
manera que esta provea empleos y<br />
tenga impacto económico.<br />
gObERNaNza<br />
En la Isla se ha desarrollado un clima<br />
general de conflicto, donde se hace<br />
difícil gobernar en consenso y sosiego.<br />
Es necesario considerar y adoptar una<br />
nueva forma de gestionar los asuntos<br />
que nos atañen a todos, una nueva<br />
forma para comunicarnos y pactar<br />
con otros que parta de principios de<br />
responsabilidad, coordinación, cooperación,<br />
información, apertura y solidaridad<br />
entre los componentes sociales y<br />
políticos de Puerto Rico.<br />
El concepto gobernanza incluye<br />
las normas, procesos y comportamientos<br />
que influyen en el ejercicio de los<br />
poderes públicos desde el punto de<br />
vista de la apertura, la participación, la<br />
responsabilidad, la eficacia y la coherencia.<br />
La gobernanza debe tener apertura,<br />
de forma que las instituciones<br />
del Gobierno estatal, junto con los<br />
municipios y las organizaciones no<br />
gubernamentales, trabajen de forma<br />
abierta en fomentar la participación y<br />
comunicar su labor y sus decisiones en<br />
un lenguaje que sea accesible para el<br />
público general. Debe recabar la más<br />
amplia participación de los ciudadanos<br />
en todas y cada una de las distintas fases<br />
del proceso de esbozar e implantar<br />
política pública. Debe ser responsable<br />
en clarificar el papel de los procesos legislativos<br />
y ejecutivos. Debe ser eficaz<br />
en producir resultados sobre la base de<br />
unos objetivos claros, que evalúen la<br />
experiencia acumulada y los impactos<br />
esperados, y debe ser coherente en la<br />
implantación de las políticas desarrolladas<br />
y en las acciones emprendidas.<br />
Visión<br />
La gobernanza debe establecer un modelo<br />
para esbozar y tomar decisiones que<br />
incorpore los principios de apertura, participación,<br />
responsabilidad, eficacia y coherencia.<br />
Cada uno de estos principios es<br />
importante en sí mismo, pero deben elaborarse<br />
y aplicarse de forma integrada.<br />
qué hacer<br />
La gobernanza requiere que las decisiones<br />
se tomen de forma descentralizada, lo que<br />
requiere que se creen organismos y procedimientos<br />
vinculantes de coordinación<br />
de carácter vertical —entre los distintos<br />
niveles de gobierno y de participación ciudadana—,<br />
y de carácter horizontal —entre<br />
los mismos niveles de gobierno y las<br />
organizaciones comunitarias—.<br />
En el campo del urbanismo, la gobernanza<br />
se debe traducir en:<br />
• Descentralizar los mecanismos de<br />
planificación, en donde los Gobiernos<br />
municipales y los grupos comunitarios<br />
sean incorporados al momento de to-<br />
mar decisiones, de suerte que el<br />
Gobierno estatal y los municipios<br />
más poderosos no atropellen a los<br />
más pequeños.<br />
• Crear alianzas y redes permanentes de<br />
colaboración y comunicación entre los<br />
municipios y el Gobierno estatal, de<br />
forma que haya una efectiva inserción<br />
de los distintos poderes en la<br />
gestión pública.<br />
• Adoptar un plan de usos de terrenos<br />
para todo Puerto Rico que sirva de guía<br />
a los planes de ordenación de los<br />
municipios y del Gobierno estatal.<br />
CAAPPR 15<br />
<strong>ENTORNO</strong> Recomendaciones para un PUT
NOTa fiNaL y cRédiTOs<br />
NOTa fiNaL<br />
16<br />
<strong>ENTORNO</strong>18<br />
La planificación de Puerto Rico<br />
en los últimos sesenta años no ha sido<br />
efectiva en guiar el crecimiento de las<br />
ciudades y los pueblos, ni en conservar<br />
y manejar los recursos naturales. Los<br />
documentos vinculantes de política pública<br />
sobre el uso del suelo y su errático<br />
manejo han permitido desarrollar un<br />
área suburbana inconexa y de baja densidad,<br />
y un área rural cada vez más fragmentada<br />
y comprometida. Hace falta<br />
completar un plan de usos de terrenos<br />
para todo el país que establezca cómo<br />
ordenar de forma sustentable los suelos<br />
y la infraestructura, y que fije los mecanismos<br />
adecuados de implantación.<br />
El borrador del mapa de clasificación<br />
de suelos de 2006, preparado por<br />
la Oficina del Plan de Usos de Terrenos<br />
de la Junta de Planificación [véase ilustración<br />
2], establece un punto de partida<br />
claro para fijar dónde puede construirse<br />
y dónde no. Este borrador del mapa<br />
del 2006 y las recomendaciones generales<br />
incluidas en este documento pueden<br />
ayudar en el proceso de diálogo y<br />
discusión que llevará a cabo la Junta de<br />
Planificación durante la elaboración y<br />
adopción de un plan de usos de terrenos<br />
de Puerto Rico.<br />
Una vez se complete un plan de<br />
usos de terrenos consensuado por la<br />
ciudadanía, habrá por primera vez un<br />
documento para guiar los usos del suelo<br />
y la infraestructura a nivel de toda<br />
la isla. Con este plan, y con ambos niveles<br />
de planificación operantes —el<br />
estatal y el municipal—, Puerto Rico<br />
contará con un sistema de planificación<br />
centralizado que establezca las<br />
políticas regionales y de país, junto a<br />
un sistema de planificación municipal<br />
más participativo de Gobiernos locales<br />
que tomen decisiones sobre las políticas<br />
que les competen.<br />
cRédiTOs<br />
Estas recomendaciones se prepararon<br />
a partir del documento Consideraciones<br />
principales para un Plan de Uso<br />
de Terrenos para Puerto Rico, del 26 de<br />
octubre de 2010, desarrollado por el<br />
Comité Especial del Colegio de Arquitectos<br />
y Arquitectos Paisajistas de Puerto<br />
Rico, en colaboración con varios<br />
planificadores y urbanistas. El Comité<br />
Especial fue creado mediante la resolución<br />
del CAAPPR del 3 de septiembre<br />
de 2009 para apoyar la preparación del<br />
Plan de Usos de Terrenos para Puerto<br />
Rico. En el Comité Especial del<br />
CAAPPR participaron: el arquitecto<br />
Juan Carlos Gallisá, director del Comité;<br />
los arquitectos Fernando Abruña,<br />
Vilma Ramos y Rafael Pumarada;<br />
los planificadores Martha Bravo, Jorge<br />
Carbonell, Anselmo De Portu, Jorge<br />
Hernández y Carlos Maysonet; y la<br />
profesora y gerente ambiental María<br />
Juncos Gautier. Colaboraron también<br />
en este esfuerzo el doctor Hermenegildo<br />
Ortiz Quiñones; el arquitecto<br />
Thomas S. Marvel; los planificadores<br />
Gabriel A. Rodríguez, Carlos Roberto<br />
Del Valle y Pedro Guevara; la señora<br />
Rose Marie Bernier; y el licenciado<br />
David Román.<br />
Colaboraron en estas recomendaciones<br />
el Comité Editorial y el equipo<br />
de trabajo de <strong>ENTORNO</strong>. Ilustraciones<br />
originales por Javier Román, © 2011.
<strong>ENTORNO</strong> PAISAJISMO<br />
Paseo Río bayamón*<br />
Reconciliación del<br />
desarrollo económico con<br />
la conservación de los<br />
recursos naturales<br />
Figueroa y Figueroa,<br />
Arquitectos-Ingenieros<br />
Pablo L. Figueroa<br />
Fotografías por javier Román,<br />
salvo aquellas indicadas<br />
*Premio de Bronce,<br />
Livable Communities Award 2005<br />
Viajamos juntos, pasajeros en una pequeña<br />
nave.... protegida de la aniquilación<br />
únicamente por el cuidado, el trabajo y<br />
debo decir el amor que le brindemos a<br />
a nuestra frágil nave.<br />
–– Adlai Stevenson,<br />
en su último discurso, 1965<br />
Marco conceptual - Existen cinco<br />
clases de capital y cada una de estas<br />
clases es indispensable para el concepto<br />
de desarrollo sustentable en el cual<br />
se basó el Paseo Río Bayamón: el capital<br />
financiero, el producido, el social,<br />
el humano y el natural. Todas conforman<br />
capitales en inventario capaces<br />
de producir factores de producción<br />
económicamente deseables cuyo mantenimiento,<br />
conservación y reabastecimiento<br />
son esenciales para la sustentabilidad<br />
de un desarrollo económico<br />
vibrante y robusto.<br />
El capital natural se compone de<br />
los servicios que brindan los ecosistemas<br />
naturales. El desarrollo sustentable<br />
debe mantener y, si es posible, incrementar<br />
el inventario de todo el capital<br />
productivo, que incluye el capital<br />
natural a menudo agotado irreversible-<br />
CAAPPR<br />
mente a costa de la producción económica.<br />
El trío tradicional de actividades<br />
económicas esenciales —producción,<br />
consumo y distribución— debe ser<br />
complementado por una cuarta actividad:<br />
el mantenimiento del capital<br />
natural.<br />
El capital es un inventario identificable<br />
en un momento específico en el<br />
tiempo. En otras palabras, es estático<br />
—como el balance en una cuenta de<br />
cheques—, contrario a los flujos medidos<br />
durante un periodo de tiempo<br />
—como los depósitos y los retiros de<br />
una cuenta de cheques—. Los flujos,<br />
dependiendo de su dirección, pueden<br />
incrementar, reabastecer o agotar el<br />
inventario de capitales. En el proyecto<br />
del Paseo Río Bayamón se redirigió<br />
el flujo del capital en inventario hacia<br />
la rehabilitación, la conservación, el<br />
mantenimiento y el reabastecimiento<br />
del capital natural con el fin de generar<br />
un producto o output que incrementara<br />
y reabasteciera los demás capitales<br />
en inventario.<br />
Estrategia de desarrollo y diseño–<br />
Debido a la naturaleza sensitiva<br />
del proyecto, se implantó una estra-<br />
41
Planta de emplazamiento general del proyecto<br />
boceto de puente peatonal Puente peatonal según construido<br />
42 <strong>ENTORNO</strong>18
tegia de negociación y resolución de<br />
conflictos. Esta consistió en un proceso<br />
integrativo y de negociación, en lugar<br />
de uno distributivo y de regateo, que<br />
partió de intereses compartidos y no<br />
de posicionamientos inamovibles. El<br />
municipio de Bayamón estableció un<br />
proceso de educación, participación<br />
y consulta con todos los actores con<br />
interés legítimo en el proyecto o que<br />
se veían afectados por este, incluyendo<br />
la comunidad y alrededor de 17 agencias<br />
con jurisdicción sobre el proyecto.<br />
Así, se promovió la búsqueda del valor<br />
añadido y compartido que emana de<br />
las diferencias.<br />
Descripción - El proyecto consta<br />
de dos paseos lineales contiguos, uno<br />
para bicicletas y otro para peatones,<br />
extendidos a lo largo de 9 km de la<br />
ribera oeste del río Bayamón, desde<br />
su confluencia con el río Guaynabo,<br />
hasta la carretera PR-22, pasando por<br />
debajo de varias carreteras principales<br />
y de las vías del Tren Urbano. A lo<br />
largo del paseo se ubicaron estaciones<br />
de descanso, servicios sanitarios, teléfonos<br />
de emergencia, zafacones, verjas<br />
de protección, kioscos para la venta de<br />
refrigerios, áreas pasivas para el público,<br />
iluminación, infraestructura para<br />
vigilancia por cámara y rotulación.<br />
Estado de la ribera del río previo a contrucción del proyecto Ribera del río una vez removidos los escombros y<br />
construido el proyecto<br />
Suministrada<br />
CAAPPR 43<br />
<strong>ENTORNO</strong> PAISAjISMO
44 <strong>ENTORNO</strong>18
Recurso natural - Se sembraron<br />
1,000,000 pies cuadrados de grama,<br />
900 árboles de diez especies distintas,<br />
siete variedades de palmas y veinte variedades<br />
de plantas. Se estabilizaron<br />
los taludes de las riberas, eliminando<br />
la erosión y controlando la sedimentación<br />
al río, cuya cuenca se limpió<br />
de escombros y basura y se continúa<br />
manteniendo limpia. También se reconstruyó<br />
la infraestructura pluvial y<br />
se respetaron la capacidad (conveyance)<br />
y el trazado natural del río.<br />
Impacto y beneficio de la construcción<br />
del Paseo Río Bayamón-<br />
Los resultados del proyecto fueron:<br />
un aumento en la valorización de las<br />
propiedades aledañas (incremento del<br />
capital financiero y el producido), la<br />
utilización y disfrute del paseo por la<br />
población (incremento del capital social),<br />
la creación de empleos en su planificación<br />
y construcción (incremento<br />
en el capital humano) y la rehabilitación,<br />
mantenimiento y conservación<br />
del río (incrementando el capital natural).<br />
Las etapas de diseño y permisología<br />
tomaron un año, y la construcción<br />
se extendió por un año adicional. El<br />
costo total del proyecto ascendió a<br />
unos $12,000,000 y se estima que<br />
unas 5,000 a 8,000 personas utilizan<br />
las instalaciones semanalmente. Esta<br />
iniciativa valida una estrategia bien<br />
calibrada de reconciliación entre el desarrollo<br />
económico estable y robusto,<br />
y la conservación y mantenimiento de<br />
los recursos naturales. No puede haber<br />
una economía sin ambiente y no puede<br />
haber ambiente sin economía.<br />
ficHa TécNica<br />
Proyecto: > paseo Lineal Río bayamón &<br />
campo de golf Río bayamón<br />
Equipo de trabajo en > AEE Maricelli Delgado<br />
oficina de arquitecto: Arqto. Enrique López Bigio<br />
Delineante Pablo Rosado<br />
Firma/Oficina: > Figueroa & Figueroa<br />
Arquitectos-Ingenieros<br />
Pablo L. Figueroa Arch., M.A.<br />
Localización: > Bayamón, Puerto Rico<br />
Tamaño del solar: > 9 kilómetros (de doble vía, una<br />
peatonal y otra de bicicleta) de<br />
largo x 25’ promedio de ancho.<br />
Pabellones para baños y otras instalaciones<br />
Ciudadanos ejercitándose en uno de los pabellones del proyecto<br />
Tamaño de estructura: > 16,000 pies cuadrados<br />
Dueño/Cliente: > Ciudad de Bayamón, Hon. Ramón Luis Rivera , Hijo , alcalde<br />
Contratista: > Del Valle Group, Ing. Pablo Del Valle , presidente (el Paseo Lineal)<br />
Alpha Y Omega, Sr. Julio Díaz, presidente (el Campo de Golf)<br />
Consultores: > Estructura: Ing. Jose Espinal | Electricidad: Ing. Leonardo Vidal<br />
A/C : Ing. José L. García | Ambiental: Ing. Fernando Luis Rodríguez<br />
Civil: Ing. Pedro Cortés | Agrimensor: Agr. Emilio Coriano<br />
Geotecnia: Ing. Carlos Sierra | Arqueologo: Arq. Juan González<br />
Plomería: Ing. Jorge Torres | Paisajismo: Arqto. Pai. Jorge Palou<br />
H/H: Ing. Alma Rojas | Consultor en Golf: Sr. Greg Sherwood<br />
Inspección General: FDDS | Inspección de Campo: Ing. José Velázquez<br />
45<br />
Colaboradores: > Funcionario Coordinador del Municipio: Ing. Enrique Figueroa<br />
CAAPPR 45<br />
<strong>ENTORNO</strong> PAISAjISMO
<strong>ENTORNO</strong> ARQUITECTURA<br />
PRESENTA<br />
Título Peak oil: del artículo<br />
transición<br />
energética difícil,<br />
ineludible e<br />
impostergable<br />
Nombre jorge Carbonell del Autor<br />
“[...] like the inhabitants of Pompeii, who<br />
ignored the neighboring volcano, Vesuvius,<br />
until it detonated, the world ignores the possibility<br />
of peak oil at its peril.”<br />
46<br />
Dr. James Schlesinger, en su mensaje a la<br />
Asociación para el Estudio del Pico del<br />
Petróleo y del Gas (ASPO-USA), 1 de<br />
noviembre 2010. El doctor Schlesinger<br />
se desempeñó como director de la Comisión<br />
de Energía Atómica (1971-73), secretario<br />
de la Defensa (1973-75), director<br />
de la CIA y primer secretario de Energía<br />
(1977-79) del Gobierno estadounidense.<br />
“Puerto Rico enfrenta una crisis<br />
energética”: con esta aseveración se<br />
inicia la orden ejecutiva del gobernador<br />
de Puerto Rico firmada el pasado<br />
19 de julio de 2010. Una orden que<br />
refiere a la Ley Núm. 76 del 5 de mayo<br />
de 2000, la cual provee para “la activación<br />
de un proceso expedito para<br />
la realización de obras y proyectos<br />
necesarios para enfrentar situaciones<br />
críticas en la infraestructura física de<br />
prestación de servicios esenciales para<br />
la ciudadanía y situaciones que pongan<br />
en riesgo la vida, salud y seguridad<br />
de la población”. Estas palabras podrían<br />
ser el preámbulo para comenzar<br />
a delinear una nueva dirección en lo<br />
que concierne a una política energética<br />
sostenible para el país. Lamentablemente,<br />
la orden ejecutiva se limita<br />
a definir la “situación crítica” como<br />
la generación de energía eléctrica con<br />
petróleo, así busca viabilizar un proceso<br />
acelerado de permisología (demostrado<br />
recientemente cuando la orden,<br />
con fecha ya caduca, se renovó retroactivamente),<br />
y presenta como solución<br />
la sustitución de ese combustible con<br />
fuentes alternas, especialmente con<br />
el gas natural. Debido a que el gas es<br />
también un combustible fósil, aunque<br />
menos contaminante y más barato<br />
—por ahora—, se mantendría nuestra<br />
dependencia a fuentes externas. [Este<br />
tema fue extensamente cubierto en<br />
el número anterior de <strong>ENTORNO</strong>]. Si es<br />
urgente que atendamos nuestra dependencia<br />
de la quema del petróleo para<br />
la generación eléctrica, más crítica aún<br />
es nuestra situación relacionada con el<br />
transporte, donde nuestra dependencia<br />
petrolera es de casi el 100%.<br />
Esta citada “crisis energética” local<br />
apenas sugiere las posibilidades de que<br />
la crisis es mundial y que hemos lle-<br />
<strong>ENTORNO</strong>18<br />
gado, o estamos muy cerca de llegar,<br />
a los límites de la producción energética<br />
basada en combustibles fósiles, ya<br />
sea por su agotamiento o por su alto<br />
nivel contaminante. Cabe recordar<br />
que todos estos ajustes —este ruido<br />
ambientalista, conservacionista, de calentamiento<br />
global, de gases de invernadero,<br />
de crisis económica, de combustibles<br />
fósiles, de energía verde, de<br />
desaparición de especies y ecosistemas,<br />
de sostenibilidad versus sustentabilidad,<br />
de huella ecológica, de “límites<br />
al crecimiento”— ya habían emitido<br />
altos decibeles durante la anterior crisis<br />
energética: la recesión económica<br />
de los años setenta. La escasez artificial<br />
–en aquel momento creada por el<br />
embargo petrolero– hizo constatar el<br />
vínculo y la alta dependencia del crecimiento<br />
para con este combustible.<br />
Por otro lado, al finalizar el embargo y<br />
normalizarse los abastos y los precios,<br />
se abandonaron los ajustes que habían<br />
comenzado a realizarse para conllevar<br />
la crisis. La crisis actual, sin embargo,<br />
aparenta estar más relacionada con que<br />
el agotamiento del recurso es real y no<br />
creado. Hemos llegado al cénit del petróleo<br />
o peak oil y nos encaminamos a<br />
alcanzar rendimientos decrecientes de<br />
aquí en adelante.<br />
La producción mundial durante<br />
los últimos cinco años se ha estancado,<br />
ha llegado a un máximo de aproximadamente<br />
85 millones de barriles diarios.<br />
De estos, el 44% se convierte en<br />
gasolina, el 35% en otros combustibles<br />
y el restante en una infinidad de productos<br />
tales como: asfalto, fertilizantes,<br />
pesticidas, ceras, plásticos, cosméticos,<br />
ropa (spandex, nilón, poliéster),<br />
y miles de otros productos cotidianos.<br />
Aunque el impacto se da en todas las<br />
industrias, la del transporte y la agri-
Curva de Hubbert con bibliografía mínima (2001-2011) del tema de Peak Oil. Gráfica por jorge<br />
Carbonell, 2011<br />
“...It was clear that economies would stagger under the burden of high oil prices, and economic activity<br />
would contract, and people would use less oil and the price would go down. When prices were real low<br />
again, people would resume buying more oil (and other stuff) and economic activity would mount and<br />
oil prices would go up again. We knew this would happen for a couple-few cycles, and that then things<br />
would get...more interesting.”<br />
––The Banana Peel of Destiny, By James Howard Kunstler<br />
Portada e imágenes del libro de Karen R. Merrill, The Oil Crisis of 1973-1974, donde se documen-<br />
ta la crisis petrolera de esa década hasta los años de la administración del presidente Carter.<br />
cultura mecanizada son las más susceptibles.<br />
Como dice el acta ejecutiva:<br />
“los precios de combustibles derivados<br />
del petróleo han subido dramáticamente<br />
en los últimos años, cuando<br />
hay expansión económica la demanda<br />
aumenta y su costo se incrementa (...)<br />
y están sujetos a un alto grado de volatilidad”,<br />
por otro lado, disminuyen sus<br />
precios al bajar la demanda en tiempos<br />
de crisis o contracción económica.<br />
Según los expertos, la recesión o contracción<br />
económica solo ha postergado<br />
47<br />
el inminente cénit del petróleo. Estamos<br />
viviendo, unos más que otros, un<br />
mundo en transición energética difícil,<br />
ineludible e impostergable, y en ello se<br />
nos va la vida, tal y como la conocemos.<br />
Hace casi 40 años el famoso informe<br />
del Club Roma/MIT, Limits to<br />
Growth (1972), enunciaba un pronóstico<br />
planetario poco halagador de continuar<br />
las tendencias de crecimiento<br />
poblacional y de consumo —modo de<br />
vida—, ante la dependencia y limitación<br />
de recursos finitos. Paralelamente,<br />
CAAPPR<br />
EE.UU. llegaba en esa misma década a<br />
su cénit de producción y se convertía<br />
de exportador a importador de petróleo<br />
(actualmente importa dos terceras<br />
partes del total de su consumo).<br />
Ya a mediados del pasado siglo<br />
(1956) el geofísico estadounidense Marion<br />
K. Hubbert, quien trabajaba para<br />
la Shell Oil Co., elaboró unos modelos<br />
con los cuales predijo acertadamente<br />
que EE.UU. llegaría a su máxima producción<br />
de petróleo para la década de<br />
los setenta. Además, proyectó que la<br />
producción mundial de petróleo llegaría<br />
a su cénit a principios del siglo XXI.<br />
Esto significa, no el fin del petróleo,<br />
pero sí el fin del petróleo barato, del<br />
llamado petróleo convencional. Según<br />
su modelo, ejemplificado por la gráfica<br />
conocida como la curva de Hubbert, al<br />
llegar al cénit queda la misma cantidad<br />
de combustible que ha sido extraído<br />
hasta el momento, pero el que queda<br />
es más difícil, y por lo tanto, más caro<br />
de extraer. En otras palabras, la energía<br />
neta o la proporción de energía invertida<br />
a energía generada (Tasa de Retorno<br />
Energético o TRE en español, y Energy<br />
Return on Energy Invested o EROEI en<br />
inglés) disminuye. Por ejemplo, para la<br />
década del 1930 el petróleo tenía una<br />
tasa de retorno energético de 1:100,<br />
hoy día es apenas de 1:10.<br />
En 1998, dos geólogos, Colin<br />
Campbell y Jean Laherrére, también<br />
relacionados con la industria petrolera,<br />
publicaron en el Scientific American un<br />
ensayo titulado The End of Cheap Oil,<br />
donde reiteran esta misma teoría, y fechan<br />
el cénit o pico petrolero para el<br />
periodo del 2005 al 2010. En el 2000,<br />
Campbell fundó la Asociación para<br />
el Estudio del Pico del Petróleo y del<br />
Gas (ASPO, por sus siglas en inglés),<br />
una red compuesta de científicos afiliados<br />
a distintas instituciones globales<br />
y universidades dedicados a evaluar el<br />
impacto de esta realidad.<br />
Desde entonces se han publicado<br />
infinidad de informes, libros y estudios<br />
específicos al tema. Común a todos<br />
ellos son los “límites al crecimiento” en<br />
un creciente mundo dependiente de<br />
recursos no renovables, y con algunos<br />
de estos recursos llegando “a su fin”. La<br />
fecha de este pico, o cénit de producción<br />
de petróleo barato sigue en debate;<br />
algunos piensan que ya ocurrió en o<br />
47<br />
<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA
cerca del 2005, los optimistas lo sitúan<br />
cerca del 2030.<br />
Los grupos de interés en el campo<br />
industrial (1), ciudades como Portland<br />
(2) y San Francisco (3), y países tales<br />
como Inglaterra (4) y Australia (5), entre<br />
otros, han sido responsables de la<br />
creación de comisiones legislativas, grupos<br />
de trabajo e informes concernientes<br />
a este real e inminente escenario. También,<br />
en dos recientes informes, la inteligencia<br />
militar de los EE. UU. y de<br />
Alemania muestran gran preocupación<br />
por las consecuencias geopolíticas y de<br />
inestabilidad social previstas (6).<br />
El informe estadounidense apunta:<br />
“petroleum must continue to satisfy<br />
most of the demand for energy out to<br />
2030. Assuming the most optimistic<br />
scenario for improved petroleum production<br />
through enhanced recovery means,<br />
the development of non-conventional oils<br />
(such as oil shales or tar sands) and new<br />
discoveries, petroleum production will be<br />
hard pressed to meet the expected future<br />
demand of 118 million barrels per day”.<br />
Añade: “By 2012, surplus oil production<br />
capacity could entirely disappear, and as<br />
early as 2015, the shortfall in output<br />
could reach nearly 10 million barrels<br />
per day”. De acuerdo con el diario Der<br />
Spiegel, el informe alemán “procede<br />
de un think-tank creado dentro de las<br />
fuerzas militares (Bundeswehr) y advierte<br />
que las limitaciones que sobrevendrán<br />
en el suministro de petróleo<br />
sacudirán las bases de la economía y<br />
que posiblemente deriven en convulsiones<br />
de escala masiva dentro de los<br />
próximos 15 a 30 años”.<br />
Pero, ¿qué significa el cénit del petróleo<br />
para una isla caribeña, de apenas<br />
9,000 km 2 , que depende del petróleo<br />
en un 70% para su generación eléctri-<br />
ca y que importa casi el 90% de sus<br />
alimentos? ¿Qué consecuencias resultarán<br />
para una población de 3,725,789<br />
(en el 2010) que habita dispersa en<br />
todo el territorio y que depende, con<br />
casi tres millones de automóviles (casi<br />
todos privados) para su movilidad?<br />
El pronóstico mundial, de no<br />
lograrse una transición equilibrada,<br />
presenta un escenario escalofriante. Se<br />
preveen aumentos de precios, escasez<br />
o merma en la disponibilidad de los<br />
recursos energéticos y de los alimentos,<br />
depresión económica, conflictos<br />
geopolíticos por los recursos, un empeoramiento<br />
del efecto invernadero y<br />
el consecuente calentamiento global.<br />
Aunque sea difícil, otro escenario<br />
es posible. Hay que cortar radicalmente<br />
la dependencia en los combustibles<br />
fósiles, disminuir su consumo a través<br />
de la conservación, mejorar la eficiencia<br />
y lograr una mayor eficacia en los<br />
procesos productivos. Simultáneamente,<br />
hay que seriamente impulsar<br />
las alternativas de energía renovables,<br />
junto al desarrollo de una agricultura<br />
sostenible —orgánica— a nivel local.<br />
Y por supuesto, debemos disminuir<br />
drásticamente la alta dependencia del<br />
automóvil en nuestra cotidianidad.<br />
El arquitecto-antropólogo mexicano<br />
Armando Páez, quien durante<br />
la última década ha producido una<br />
intensa y extensa bibliografía sobre la<br />
energética urbana, el cénit del petróleo<br />
y la transición necesaria hacia un<br />
mundo postpetróleo, concluye en uno<br />
de sus trabajos con las siguientes palabras:<br />
“El urbanismo del siglo XXI tiene<br />
que ser energéticamente consciente<br />
y eficiente, esto será consecuencia de<br />
un diseño institucional adecuado. La<br />
sostenibilidad de los sistemas urba-<br />
vista panorámica de las instalaciones de la Caribbean Petroleum Corporation<br />
nos está en función de las capacidades<br />
energéticas y organizacionales de<br />
las sociedades que habitan en ellos. El<br />
urbanismo debe pensarse y redefinirse<br />
a partir de conceptos como simplificación,<br />
austeridad, frugalidad, autosuficiencia,<br />
regionalismo, transporte<br />
público eléctrico, ciclovías, zonas peatonales,<br />
concentración descentralizada,<br />
bioclimatismo, energía renovable,<br />
eficiencia energética, agricultura urbana,<br />
agro-ecología, bosques perimetrales,<br />
metabolismo circular... Las utopías<br />
necesarias deben bosquejarse a partir<br />
de los límites, no de fugas tecnológicas<br />
proyectadas al infinito. Desde la década<br />
de 1970 habitamos el futuro”.<br />
Para que Puerto Rico logre insertarse<br />
en un escenario sostenible debe<br />
reevaluar cuáles son sus posibilidades.<br />
La única forma, y de manera urgente,<br />
es elaborar un plan de usos de terrenos<br />
para todo el territorio, considerando la<br />
variable energética en lo que concierne<br />
a la generación eléctrica, la movilidad/<br />
transporte y la sostenibilidad alimentaria.<br />
Quizás, el reconocer nuestras limitaciones<br />
nos permita explorar nuevas y<br />
acertadas posibilidades.<br />
NOTAS:<br />
(1) The Oil Crunch - a wake-up call for the UK economy,<br />
2010<br />
(2) Descending the Oil Peak: Navigating the Transition<br />
from Oil and Natural Gas, 2007<br />
(3) San Francisco Peak Oil Preparedness Task Force<br />
Report, 2009<br />
(4) Policy Response to potential future oil supply<br />
constraints, 2010<br />
(5) Queensland’s Vulnerability to Rising Oil Prices,<br />
2007<br />
6) Joint Operation Environment, 2010, del US Joint<br />
Forces Command, y Peak Oil: Implications of<br />
Resource Scarcity on Security, reporte del Future<br />
<strong>Ana</strong>lysis Department del Bundeswehr Transformation<br />
Center, 2010<br />
48 <strong>ENTORNO</strong>18 48<br />
jAvIER ROMÁN
<strong>ENTORNO</strong> PAISAJISMO<br />
Título La planificación del artículo<br />
y la preservación<br />
del paisaje<br />
Ángel M. Rodríguez Alonso<br />
Fotografías por javier Román,<br />
Nombre salvo aquellas del Autor indicadas<br />
Tiende el sol gasas de oro<br />
Hay ópalos en los cielos<br />
Por los bosques solitarios,<br />
y azahares en los llanos,<br />
Y tiemblan en las llanuras<br />
y entre lirios y amapolas<br />
Aljófares nacarados<br />
preludia el viento sus cantos<br />
Ronco murmura el torrente,<br />
aroman los verdes prados,<br />
Las torcaces se querellan,<br />
Y el ruiseñor preludiando<br />
su harmónica y dulce nota,<br />
trina en la rama de un árbol.<br />
Fragmento alegórico al paisaje<br />
puertorriqueño del poema<br />
Juan Ponce de León,<br />
por Cayetano Coll y Toste<br />
Es indiscutible que los valores estéticos<br />
del paisaje borincano son amplios<br />
y de gran diversidad. El tener conciencia<br />
sobre la preservación del paisaje es<br />
responsabilidad de los profesionales de<br />
las diferentes disciplinas como la arquitectura,<br />
la arquitectura paisajista, la<br />
ingeniería y la planificación.<br />
La planificación se define como<br />
la acción humana de prever a corto,<br />
mediano o largo plazo la evolución de<br />
una variable sujeta a procesos complejos,<br />
o de una componente compleja de<br />
la realidad natural, económica o social<br />
(F. Zoido et al 2000). La Ley de Municipios<br />
Autónomos del Estado Libre<br />
Asociado de Puerto Rico de 1991 les<br />
concede a los municipios poderes y<br />
facultades esenciales para un funcionamiento<br />
gubernamental-democrático<br />
efectivo y autónomo para descargar<br />
sus funciones y servir a la comunidad<br />
inmediata que los eligió. Los gobiernos<br />
municipales en sus planes territoriales<br />
deben tomar en cuenta la preservación<br />
de aquellos paisajes que se<br />
estimen de importancia, ya sea por sus<br />
valores culturales, recursos naturales o<br />
vida silvestre. Esto les garantizará a las<br />
futuras generaciones el poder disfrutar<br />
de dicho legado.<br />
El paisaje se define como el aspecto<br />
o forma del territorio tal como es<br />
visualmente percibido y estéticamente<br />
valorado, en conjunto y a una distancia<br />
que permita, simultáneamente, la<br />
apreciación panorámica y la percepción<br />
de detalles que componen la estructura<br />
de la imagen, que varía según<br />
su complejidad y textura (F. Zoido et<br />
al 2000). Es entonces que describimos<br />
el término “paisaje cultural” que nos<br />
ayudará a clasificar los paisajes en un<br />
ordenamiento territorial para así asegurarnos<br />
de su permanencia a través<br />
del tiempo.<br />
El paisaje cultural es un área geográfica<br />
(incluyendo recursos naturales,<br />
culturales, vida silvestre o animales domésticos)<br />
que está asociada a un evento<br />
histórico, actividad o persona, o que<br />
CAAPPR<br />
exhibe otros valores estéticos o culturales.<br />
Podemos encontrar una mayor<br />
elaboración del término en los estatutos<br />
del National Park Service, entidad<br />
que esboza cuatro tipos de paisajes culturales<br />
(2010):<br />
1- Paisaje etnográfico, que contiene<br />
una variedad de recursos naturales<br />
y culturales. Algunos ejemplos son los<br />
asentamientos contemporáneos, sitios<br />
religiosos sagrados, y estructuras<br />
geológicas masivas. Las comunidades<br />
de plantas y animales, así como centros<br />
ceremoniales prehispánicos, son<br />
también componentes de este tipo de<br />
paisaje.<br />
2- Sitio histórico, que es un paisaje<br />
significativo por su asociación con<br />
un evento histórico, actividad o persona.<br />
Los ejemplos incluyen a campos de<br />
batalla, residencias de presidentes o de<br />
la nobleza.<br />
3- Paisaje histórico vernacular, que<br />
evolucionó mediante su uso por las<br />
personas cuyas actividades u ocupación<br />
le dieron forma. El paisaje refleja su<br />
carácter físico, biológico o cultural en<br />
el quehacer diario mediante actitudes<br />
sociales o culturales de un individuo,<br />
una familia, o una comunidad.<br />
4- Paisaje diseñado histórico, que<br />
ha sido diseñado por un arquitecto<br />
paisajista, maestro jardinero, arquitecto,<br />
ingeniero u horticultor de acuerdo<br />
a los principios específicos del diseño.<br />
El paisaje puede estar asociado con una<br />
persona importante, a una tendencia, a<br />
un evento de la arquitectura paisajista,<br />
o ilustrar un desarrollo importante en<br />
la teoría o práctica de esta disciplina.<br />
Algunos ejemplos de este paisaje son<br />
los parques, recintos universitarios, palacios,<br />
etcétera.<br />
Para examinar una estrategia en<br />
torno a la preservación del paisaje, tomemos<br />
como ejemplo al Municipio<br />
Autónomo de Cayey, cuya trayectoria<br />
histórica en este renglón data del<br />
1935, cuando se establece el Bosque<br />
Estatal de Carite, con una extensión<br />
de 6,680 cuerdas en la sierra de Ca-<br />
49
yey. Esta fue una medida preventiva<br />
para la protección de las cuencas hidrográficas<br />
del río Grande de Loíza, y<br />
los ríos Grande de Patillas y La Plata.<br />
Poco después, en 1937, comenzó una<br />
reforestación masiva de la sierra de Cayey<br />
como iniciativa del Puerto Rico<br />
Reconstruction Administration, para<br />
la que se empleó a cientos de trabajadores.<br />
Actualmente Cayey es un municipio<br />
autónomo y su plan territorial,<br />
que está basado en su plan estratégico,<br />
ha establecido unas clasificaciones de<br />
terrenos que ayudan a preservar sus recursos<br />
naturales y su paisaje cultural.<br />
De acuerdo a este, los recursos naturales<br />
y sus paisajes de gran belleza son unos<br />
de los valores más grandes que tiene el<br />
municipio. A tono con esta realidad, el<br />
Plan Territorial del Municipio de Cayey<br />
hace un análisis de las condiciones<br />
existentes del municipio con sus características<br />
ambientales, socioeconómicas,<br />
físicas y reglamentarias, identifica<br />
los proyectos y programas necesarios<br />
para transformar esa condición, y formula<br />
la política pública del municipio<br />
sobre los cambios a la reglamentación<br />
que estima necesario promulgar para<br />
alcanzar la visión que se ha trazado. El<br />
plan territorial estipula la clasificación<br />
del suelo y divide su totalidad en tres<br />
categorías básicas: suelos urbanos, suelos<br />
urbanizables y los suelos rústicos.<br />
Es esta última clasificación la que nos<br />
atañe para la preservación del paisaje.<br />
La Ley de Municipios Autónomos<br />
define los suelos rústicos como: “Los<br />
terrenos que el Plan territorial considere<br />
que deben ser expresamente protegidos<br />
del proceso urbanizador”. Los<br />
suelos rústicos tienen dos categorías: el<br />
suelo rústico común y el suelo rústico<br />
especialmente protegido. El suelo<br />
rústico común no se contempla para<br />
uso urbano o urbanizable en un plan<br />
territorial debido, entre otras razones,<br />
a que el suelo urbano o urbanizable<br />
clasificado por el plan es “suficiente<br />
para acomodar el desarrollo urbano<br />
esperado”. El suelo rústico especialmente<br />
protegido es aquel que “por<br />
su ubicación, topografía, valor estético,<br />
arqueológico, recursos naturales<br />
únicos u otros atributos, se identifica<br />
50 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
Rutas de antiguos caminos a través de los barrios de Cayey<br />
Carretera 15<br />
Carretera 708<br />
Río de jájome<br />
Camino Espinazo de Caballo (La Pica)<br />
Camino Sagrado Corazón<br />
Caminos de Casa Muñoz Marín<br />
)<br />
Municipio de Cayey<br />
Mapa de clasificación del territorio<br />
Camino de Carcadillo<br />
Camino “La Pica Nueva”<br />
Camino de sumidos a jájome (Helechales/Algarrobo)<br />
Antiguo Camino Real Cayey-Guayama<br />
Camino de jájome o de la Altura<br />
barrios<br />
Carreteras primarias<br />
Clasificación<br />
SREP<br />
SRC<br />
SU<br />
1 0 1 kilometro 1<br />
0 1 milla<br />
N
como un terreno que nunca deberá<br />
utilizarse como suelo urbano”, según<br />
dispone el artículo 13.005 de la Ley<br />
de Municipios Autónomos. El suelo<br />
rústico especialmente protegido abarca<br />
un 60.50% del total del área del<br />
municipio. Podemos ver con esta cifra<br />
que la determinación del municipio de<br />
Cayey en la preservación y protección<br />
de sus recursos naturales está vigente y<br />
dirigida al mejoramiento de la calidad<br />
de vida de sus residentes.<br />
El Plan Territorial del Municipio<br />
Autónomo de Cayey define varios distritos<br />
que atañen a la preservación del<br />
paisaje. Uno de estos es el distrito agrícola<br />
general (A-2), compuesto por terrenos<br />
con ninguna o escasa población<br />
y cuya continuidad en uso agrícola ha<br />
sido declarada esencial para el municipio.<br />
Otro es el distrito rural general<br />
(A-4), compuesto mayormente por terrenos<br />
agrícolas con ciertas limitaciones,<br />
como el acceso a la infraestructura<br />
o las condiciones topográficas. Por<br />
otra parte, el distrito de los bosques de<br />
interiores (B-1) que dispone la identificación<br />
de terrenos aptos para la reforestación<br />
y la producción de madera,<br />
aunque también incluye algunos bosques<br />
existentes.<br />
Los distritos de conservación de<br />
recursos uno y dos (Cr-1 y Cr-2) así<br />
como el de preservación de recursos<br />
(Pr), identifican áreas con excepcional<br />
valor escénico, con ecosistemas naturales,<br />
o que contienen hábitats de especies<br />
en peligro de extinción. Además<br />
de estos, el distrito de conservación de<br />
cuencas (Cr-3) se establece para proteger<br />
los terrenos en las cuencas hidrográficas<br />
de lagos y embalses, mientras<br />
el de conservación de recursos arqueológicos<br />
(Cr-A) y el de restauración de<br />
recursos históricos (Cr-H) van dirigidos<br />
a mantener el patrimonio histórico<br />
y cultural del municipio.<br />
El distrito de desarrollo turístico<br />
selectivo (Dts) y el de ruta escénica<br />
cayeyana (Rec) van dirigidos a facilitar<br />
el desarrollo económico permitiendo<br />
el establecimiento de proyectos recreativos<br />
y turísticos fuera del ámbito<br />
urbano, sujeto al acceso de infraestructura<br />
y sin comprometer el carácter del<br />
paisaje o las condiciones naturales del<br />
Reforestación entre Cayey y Guayama,<br />
Colección Puertorriqueña UPR<br />
lugar, para lo que existen también controles<br />
sobre los usos de los terrenos y<br />
las propiedades ubicadas en los márgenes<br />
de las rutas escénicas. Finalmente,<br />
el distrito residencial selectivo (Rs) es<br />
uno de muy baja densidad poblacional<br />
y su objetivo es preservar el carácter<br />
residencial de áreas ya desarrolladas o<br />
que puedan desarrollarse en solares de<br />
cinco cuerdas o más.<br />
La clasificación de suelos rústicos<br />
especialmente protegidos es muy significativa<br />
para la preservación y conservación<br />
del paisaje cayeyano. Bajo<br />
esta, encontramos los terrenos del<br />
bosque estatal de Guavate, las cuevas<br />
de Avina, el cerro Planadas y el área de<br />
Cercadillo y Jájome.<br />
Es evidente que Cayey ha ido implementando<br />
su plan estratégico en<br />
torno a la protección de su entorno<br />
paisajístico, como medida para garantizar<br />
el disfrute de las futuras generaciones.<br />
Finalizamos mirando algunos<br />
ejemplos de protección de paisajes<br />
implementados por el municipio, entre<br />
los que se encuentran los siguientes<br />
proyectos que esperamos sirvan de<br />
ejemplo para que el lector pueda visitarlos<br />
y estudiarlos con mayor detenimiento:<br />
Casa campestre de Luis Muñoz<br />
Marín: el municipio ha restaurado la<br />
residencia campestre y adquirió la finca<br />
de 40 cuerdas con la idea de hacer un<br />
centro de interpretación e información<br />
que sirva para la comunidad y para los<br />
turistas que visitan el área. El proyecto<br />
es un ejemplo del paisaje histórico<br />
vernacular dado que fue utilizado por<br />
un prócer como lugar de descanso y<br />
para el diálogo con los compueblanos.<br />
FOTOGRAFÍA PRRA<br />
Sitio histórico, Guerra Hispanoamericana:<br />
paisaje de Cercadillo con vista a la costa<br />
sur y a la Peña del Soldado (punto alto<br />
a la derecha)<br />
La casa fue parte de una hacienda de<br />
principios del siglo XX.<br />
Cuevas de doña Avina: el municipio<br />
adquirió la finca donde están<br />
ubicadas las cuevas de Avina para<br />
preservar el arte rupestre que, según<br />
hallazgos arqueológicos, consta de<br />
aproximadamente 13 petroglifos. Estas<br />
cuevas se utilizaban por los indios<br />
como lugar para la celebración de ritos<br />
religiosos. Se pretende hacer un parque<br />
para promover la actividad ecológica y<br />
sostenible en las cuevas, y así posicionar<br />
a Cayey como destino ecoturístico<br />
y recreacional para la población.<br />
Caminos Reales de Cayey: estos<br />
caminos fueron trazados por los españoles<br />
como medio de comunicación<br />
para facilitar el comercio entre Cayey y<br />
los puertos de Arroyo y Guayama. En<br />
Cayey existen veredas para la práctica<br />
del senderismo y para la apreciación<br />
del paisaje. El camino de Sumidos a<br />
Jájome (Helechales y Algarrobo) es<br />
uno de los primeros a ser restaurado<br />
como parte de esta iniciativa. Los diseños<br />
para estas veredas de senderismo<br />
ya han sido realizados y están a la espera<br />
del aval del municipio de Cayey<br />
para su implementación.<br />
Referencias:<br />
Cayey, Plan Territorial Municipio de Cayey (2007)<br />
C. Gómez Tejera, J. Álvarez-Torre (1938)<br />
Poesía puertorriqueña, antología para niños, edición<br />
Fiesta por la Poesía y el Niño de Puerto Rico,<br />
editora, Cultural, S.A. La Habana, Cuba<br />
Diccionario de geografía urbana, urbanismo y<br />
ordenación del territorio, F. Zoido, S de la Vega, R.<br />
Mas, R. Lois (2000) Editorial Ariel, S.A., Barcelona<br />
Natonal Park Service, Guidelines for the Treatment<br />
of Cultural Landscapes, Defining Landscape Terminology.<br />
(on-line) www.nps.gov/history/hps/hli/<br />
landscape_guidelines/terminology.htm<br />
CAAPPR 51<br />
FOTOGRAFÍA POR EL AUTOR<br />
<strong>ENTORNO</strong> PAISAjISMO
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<strong>ENTORNO</strong> ACADEMIA<br />
Ciudades del futuro:<br />
Charrette 2011<br />
María Gabriela Flores<br />
Directora de Ejercicio Técnico Profesional<br />
CAAPPR<br />
Por los pasados siete años, el Colegio<br />
de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas<br />
de Puerto Rico (CAAPPR) ha<br />
fomentado la integración entre profesionales<br />
y estudiantes de Arquitectura<br />
mediante la coordinación de talleres<br />
de diseño intensivos, conocidos como<br />
Charrettes. Durante estos talleres, los<br />
grupos de estudiantes de las escuelas<br />
de arquitectura de la Universidad de<br />
Puerto Rico y la Universidad Politécnica<br />
de Puerto Rico trabajan bajo la supervisión<br />
de arquitectos profesionales<br />
en la búsqueda de soluciones de diseño<br />
a diversos problemas urbanos.<br />
El tema de la sexta edición del<br />
“Charrette de Diseño” surge como<br />
respuesta a la colaboración solicitada<br />
por la Cámara de Comercio de Puerto<br />
Rico para adelantar ideas innovadoras<br />
sobre el futuro de nuestras ciudades,<br />
con un enfoque particular sobre temas<br />
de cambio climático, sostenibilidad,<br />
energía renovable, eficiencia energética<br />
y métodos alternos de transportación,<br />
todo visto a través del lente del dise-<br />
CAAPPR<br />
ño urbano en Puerto Rico. Durante la<br />
semana del 18 al 25 de febrero, la celebración<br />
del Charrette 2011: Ciudades<br />
del Futuro convirtió al Colegio en<br />
un taller de diseño del cual surgieron<br />
propuestas concretas para una visión<br />
de desarrollo estratégico de varios sectores<br />
de la Isla. Los grupos de trabajo,<br />
compuestos por estudiantes de Arquitectura,<br />
profesores, profesionales y asesores<br />
en aspectos de reglamentación,<br />
desarrollo y ambiente, presentaron<br />
propuestas de diseño separadas para<br />
las zonas de Hato Rey, la bahía de San<br />
Juan, la comunidad Vietnam entre los<br />
municipios de Cataño y Guaynabo, y<br />
el barrio Palmer, en Río Grande.<br />
El CAAPPR aspira a que las estrategias<br />
de diseño y conclusiones aquí<br />
proyectadas amplíen la búsqueda de<br />
soluciones que sirvan igualmente los<br />
intereses del país, de la región y de las<br />
comunidades a través de un desarrollo<br />
balanceado y sostenible que impulse el<br />
desarrollo económico y nos proporcione<br />
un mejor ambiente construido.<br />
53
1<br />
PROYECTO:<br />
Hato Rey<br />
(memorial explicativo)<br />
EQUIPO DE DISEñO:<br />
Gustavo Acosta / Ricardo Acuña Hernández /<br />
Lorna Alvarado Oyola / Yaritza Arroyo Rivera /<br />
Karen L. Cana Cruz / Diego de la Cruz Gaitán /<br />
Américo A Delgado Fernández / Jonathan Delgado Peña /<br />
Fernando R. Fernández Vallecillo / Lydia C. Ocasio López /<br />
Ariel Ortíz Cruz / Emmanuel Pérez Molina /<br />
Elisa M Pujals Rodríguez<br />
COLABORADOR:<br />
Antuán Lazaga Galloza, artista<br />
PROFESOR:<br />
Pedro M. Cardona Roig<br />
Propuesta de diversificación del transporte<br />
visión<br />
Vivimos sin prestar atención a los<br />
procesos que inciden en nuestro entorno<br />
ni a los agentes que afectan las formas de<br />
producción de la ciudad. Este trabajo parte<br />
de un análisis libre y transdisciplinario<br />
de diversos aspectos de la realidad actual<br />
puertorriqueña que permiten hacer un<br />
acelerado diagnóstico previo a realizar un<br />
breve ejercicio de proyectar la visión para<br />
la Ciudad del Futuro en Hato Rey.<br />
Hato Rey presenta un contexto lleno<br />
de contrastes y contradicciones. De una<br />
parte, el caño de Martín Peña, olvidado<br />
bolsillo de miseria y ejemplo de autogestión<br />
y apoderamiento comunitario que<br />
continúa recibiendo reconocimiento por<br />
la calidad de su Plan de Desarrollo, el Fideicomiso<br />
de la Tierra del Caño de Martín<br />
Peña y su propuesta de justicia social. De<br />
otra parte, el Distrito Financiero que lucha<br />
por mantener su prestigio de antaño como<br />
destino de negocio y a nivel formal oscila<br />
entre el branding corporativo y lotes que<br />
llevan más de 30 años libre de desarrollo<br />
y dedicados a estacionamiento o baldíos.<br />
54 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
Fotomontaje aéreo de la zona de la Milla de Oro, Hato Rey<br />
Cuenta con infraestructuras y dotaciones<br />
de alto nivel como el Coliseo de Puerto<br />
Rico y el Tren Urbano, pero presenta un<br />
espacio público degradado y de muy baja<br />
calidad con aceras insuficientes, circulaciones<br />
de tráfico incoherentes, falta de<br />
siembra y sombra, cruces de peatones insuficientes<br />
o inadecuados, etcétera.<br />
El sector de Hato Rey es centro y<br />
destino de actividad durante diez o doce<br />
horas del día y luego su uso disminuye significativamente.<br />
En tiempos recientes se<br />
han presentado múltiples visiones y planes<br />
para el redesarrollo del sector, sin que estos<br />
hayan logrado las esperadas transformaciones.<br />
Unos alegan que esto es debido a la<br />
falta de voluntad política, otros lo achacan<br />
al clima de inversión, la estructura de permisos<br />
y a muchos otros factores.<br />
Estrategias<br />
Este trabajo plantea cuatro áreas principales<br />
para intervención a lo largo de la<br />
Muñoz Rivera en el ámbito comprendido<br />
entre el caño de Martín Peña y la avenida<br />
Domenech, a saber:<br />
La Nueva Vía Verde - un sistema de transporte<br />
colectivo de vía fija como complemento<br />
al sistema existente del Tren Urbano<br />
plexo urbano - Parque urbano, centro de<br />
transporte y huerto de producción alimentaria<br />
en los terrenos de la Antigua Clínica<br />
Fernández<br />
Escalextric - transformación del sector<br />
del Coliseo de Puerto Rico para convertir<br />
los terrenos subdesarrollados o espacios<br />
de estacionamientos en suelos productivos,<br />
dotaciones e infraestructura de ocio y<br />
huertos verticales<br />
infiltraciones - intervenciones para atender<br />
el espacio peatonal en algunas de<br />
las principales intersecciones del sector;<br />
intervención para reconvertir proyectos<br />
de vivienda que no han sido vendidos en<br />
equipamientos urbanos o transformarlos<br />
para convertirlos en vivienda asequible o<br />
de transición.
2<br />
PROYECTO:<br />
Retomando el borde:<br />
la bahía de San Juan<br />
EQUIPO DE TRABAJO:<br />
Cristina Villa / Verónica Redondo / Vicente Gascó Gómez<br />
/ Luisel Zayas / Gabriela Solange Rodríguez /<br />
Juan Carlos Báez / Yannick Rodríguez / Sixto Cordero /<br />
Eduardo Santiago<br />
PROFESORES:<br />
Francisco Javier Rodríguez Suárez /<br />
Carlos J. García Moreira<br />
Distintos fotomontajes aéreos de varias de las propuestas<br />
La propuesta, que abarca cuatro visiones<br />
distintas, se basa en la premisa de un<br />
crecimiento futuro de la ciudad alrededor<br />
de la bahía de San Juan, a su vez basado en<br />
dos precedentes. Primero, el collage urbano<br />
en el artículo Vivir San Juan, Memoria<br />
y Deseo, por Francisco Javier Rodríguez y<br />
Darwin Marrero en (in)forma IV (UPR,<br />
2010), que mediante fotos aéreas solapa<br />
varias tramas icónicas de ciudades tales<br />
como el Back Bay de Boston, el Ensanche<br />
de Barcelona, La Habana Vieja, el Mall<br />
en Washington DC, el Vaticano y Lower<br />
Manhattan, superpuestas al área contigua<br />
a la bahía mostrando otra relación con los<br />
cuerpos de agua y una densidad posible y<br />
deseable ante la alternativa del desparrame<br />
urbano en nuestra Isla. Segundo, la tesis<br />
Ciudad del Mar, por Eugenio Fernández<br />
(M. Arch UPR, 2008), que estudia la<br />
relación del barrio de Miramar con sus<br />
fronteras al sur y ausculta la posibilidad de<br />
extenderlo hasta la bahía, convirtiendo el<br />
área de Abarca en su ensanche y conector.<br />
Uno de los planos maestros<br />
de las propuestas<br />
100 1000<br />
La bahía es el lugar idóneo para el futuro<br />
crecimiento de la ciudad de San Juan,<br />
especialmente si los puertos industriales se<br />
trasladaran al sur de la isla o a Roosevelt<br />
Roads. Esto es un factor importante porque<br />
ha sido el sector industrial, sumado al<br />
militar, los responsables de la infrautilización<br />
de ese “Puerto Rico” en nuestro diario<br />
vivir. Los diseños se concentran en los<br />
sectores de Isla Grande, Abarca y las Navieras,<br />
aunque algunos grupos incorporan<br />
Isla Grande, Cataño y Puerta de Tierra.<br />
Los cuatro equipos comenzaron utilizando<br />
montajes de otras ciudades para entender<br />
y digerir la escala del lugar. Luego de una<br />
fase de análisis, los grupos tomaron cuatro<br />
posturas acerca del futuro desarrollo de la<br />
bahía de San Juan.<br />
La primera postura entiende que<br />
el nivel del mar subirá en los próximos<br />
cincuenta años ampliando la bahía hasta<br />
la avenida Kennedy y propone un nuevo<br />
distrito de usos mixtos en el área ocupada<br />
al presente por los concesionarios de automóviles.<br />
N<br />
La segunda, analiza la manera en la<br />
cual la bahía ha sido dragada y rellenada<br />
a través del tiempo y asume que el lado<br />
sur crecerá mediante relleno hasta unir Isla<br />
Grande con Cataño, creando un nuevo<br />
frente hacia el Viejo San Juan y los puertos<br />
de cruceros.<br />
La tercera postura propone un tipo de<br />
relleno mediante una morfología de islas<br />
y crea dos nuevos sectores residenciales y<br />
turísticos para desarrollar el borde de las<br />
Navieras.<br />
La cuarta, entiende que el problema<br />
actual de la zona es uno de falta de conectividad<br />
y propone un sistema de infraestructura<br />
combinada que unifique Cataño,<br />
las Navieras, Abarca e Isla Grande y que el<br />
desarrollo futuro se posibilite a lo largo de<br />
este sistema semicircular.<br />
Las cuatro visiones entienden que la<br />
ciudad debe ser compacta, densa, con usos<br />
mixtos y sistemas de movilidad colectiva<br />
creando conexiones y fomentando una relación<br />
íntima con el cuerpo de agua de la<br />
bahía que dio nombre a nuestra Isla.<br />
CAAPPR 55<br />
<strong>ENTORNO</strong> ACADEMIA
3<br />
PROYECTO:<br />
Vietnam<br />
(memorial explicativo)<br />
EQUIPO DE DISEñO:<br />
Edgardo Cádiz / Tyrene Calvesbert / Alexander Cuesta /<br />
Romarie González / Luis Mattei / Pierangelí Simonpietri /<br />
José Torrado<br />
ASESORES:<br />
Arq. Carlos Betancourt; Arq. Samuel Corchado;<br />
Andrés Mignucci;<br />
Residentes Unidos en Lucha por Vietnam: Byron López<br />
Mangual / Mia Torrechini / Víctor Cerdá / Carmen Díaz<br />
PROFESORA:<br />
Ivonne María Marcial<br />
Fotomontaje que muestra algunos de los cultivos que forman parte de la propuesta<br />
Diagrama tridimensional de la<br />
condición existente<br />
56 <strong>ENTORNO</strong>18<br />
Plantas comparativas de las propuestas existentes y del diseño del grupo<br />
La comunidad Vietnam es producto<br />
de apropiaciones de terreno que ocurrieron<br />
en la década de los sesenta. Con solo<br />
estudiar las fotos aéreas se observa el rescate<br />
de terreno al mar y la redefinición de<br />
la geografía del litoral. Los predios fueron<br />
creados paulatinamente por las personas<br />
que se asentaron en la zona y con el pasar<br />
del tiempo, han pasado de ser considerados<br />
terrenos marginales de la ciudad,<br />
a terrenos con un potencial de desarrollo<br />
económico y turístico considerable. Los<br />
predios que ocupa la Comunidad Especial<br />
de Vietnam se han convertido en un lugar<br />
de alto atractivo turístico y económico,<br />
según evidencia el Plano del Desarrollo<br />
Propuesto por el Municipio Autónomo<br />
de Guaynabo (MAG), propuesta que, a su<br />
vez, sugiere la desaparición de la comunidad<br />
debido a la implantación de un parador,<br />
un acuario, una marina y una concha<br />
acústica, entre otros.<br />
La propuesta del Charrette 2011 incorpora<br />
determinantes ambientales que<br />
han de generar trasformaciones geográficas.<br />
Dentro de los cambios climáticos<br />
anticipados para la zona de intervención,<br />
se incluyen las redefiniciones de las zo-<br />
nas marítimo terrestre. Como parte de la<br />
bahía de San Juan, esta zona está directamente<br />
afectada por el incremento del nivel<br />
del mar a raíz del calentamiento global. Se<br />
proyecta que para los próximos cien años<br />
el mar tendrá un alza de 1.3 metros, lo que<br />
significa la inundación de la comunidad<br />
en aproximadamente un 90%.<br />
Las estrategias de diseño radican en<br />
mediar entre la permanencia del vecindario<br />
y las transformaciones a nivel de<br />
infraestructura (sanitaria, vial, etc.) de la<br />
comunidad. Se toma en consideración el<br />
aumento de dos metros de suelo propuesto<br />
para atender el problema de la inundabilidad<br />
del lugar. Por otro lado, se fomentan<br />
iniciativas de autogestión y el desarrollo de<br />
microempresas dentro de la misma comunidad<br />
al propiciarse la reapropiación de los<br />
espacios baldíos dejados por la demolición<br />
de las estructuras expropiadas. Se ha realizado<br />
una selección y coordinación de elementos<br />
entre la propuesta del municipio<br />
y los intereses de los residentes, creándose<br />
una propuesta que concilia ambos y que<br />
preserva el sentido de la comunidad existente,<br />
en vías de extenderla hacia La Cuidad<br />
del Futuro.
4<br />
PROYECTO:<br />
comunidad palmer<br />
EQUIPO DE DISEñO:<br />
Ariel Cáceres / Carlos Clausell / Giovanni Ramírez / José<br />
Pérez / Judith González / Luz Rivera / Martha Garrido<br />
/ Moisés González / Norelys Rivera / Omar González /<br />
Rafael Marrero / Ricardo Curet<br />
PROFESOR:<br />
Jorge Ramírez Buxeda<br />
Diagramas de los componentes del plan maestro propuesto<br />
vistas generales del proyecto<br />
Plan maestro propuesto<br />
La visión de futuro que se presenta<br />
plantea escenarios que reaccionan a la producción<br />
energética y alimenticia, la salud<br />
humana y la movilidad humana en equilibrio<br />
con la biodiversidad del medioambiente<br />
natural, entre otros. La propuesta<br />
para la comunidad del barrio Palmer en<br />
Río Grande plantea que los recursos naturales<br />
deben ser el principal activo de la sociedad<br />
y que el modelo de desarrollo actual<br />
es insostenible, pues está basado en el consumo<br />
desmedido de los recursos naturales,<br />
lo que causa cambios climáticos que impactan<br />
de forma negativa los ecosistemas<br />
de la Tierra. Es de amplio conocimiento<br />
que el aumento en los gases de invernadero,<br />
producto de actividades humanas<br />
como la quema de combustibles fósiles y<br />
la deforestación, ha causado un aumento<br />
en la temperatura promedio del planeta,<br />
lo que tendrá un impacto enorme en nuestro<br />
modo de vida y en la forma de conceptualizar,<br />
diseñar y desarrollar la ciudad.<br />
El modelo de desarrollo urbano que<br />
ve a la naturaleza como una fuente inago-<br />
table de recursos tiene que ser modificado.<br />
La sociedad y la ciudad del futuro buscarán<br />
respuestas a los problemas que enfrentan<br />
los ecosistemas naturales en los que habitan.<br />
Siguiendo el ejemplo de la naturaleza,<br />
el sol, el agua y el aire serían las fuentes<br />
de energía a utilizarse. De igual manera,<br />
se plantea que las necesidades alimenticias<br />
de la comunidad podrían ser satisfechas<br />
por el policultivo agrícola. Se propone la<br />
utilización de sistemas de transportación<br />
colectiva eficientes para reducir sustancialmente<br />
la necesidad del uso del automóvil<br />
privado. Como objetivo se busca explorar<br />
la manera en que el diseño arquitectónico<br />
y urbano logren un desarrollo social, económico<br />
y político en armonía y equilibrio<br />
con los recursos naturales, sus habitantes y<br />
el medioambiente. La comunidad Palmer,<br />
localizada en el municipio de Río Grande<br />
y antesala al Bosque Nacional El Yunque,<br />
tiene el potencial de convertirse en el prototipo<br />
de la comunidad puertorriqueña<br />
del futuro.<br />
CAAPPR 57<br />
N<br />
<strong>ENTORNO</strong> ACADEMIA
<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA<br />
Karlo Ibarra:<br />
de la cartografía<br />
de territorios a<br />
la simbología<br />
territorial<br />
javier Román Nieves<br />
Karlo Andrei Ibarra nace en Santurce,<br />
Puerto Rico, el 28 de febrero de 1982, de<br />
madre uruguaya y padre chileno. Cursa<br />
estudios primarios y secundarios en Bayamón<br />
y obtiene un bachillerato en Pintura<br />
de la Escuela de Artes Plásticas en<br />
San Juan, en el 2005. Su trabajo ha sido<br />
expuesto en muestras individuales y colectivas<br />
en galerías y museos en San Juan,<br />
Miami, Bogotá, Holanda, Suiza, China,<br />
Rumania, Bulgaria, Ciudad México<br />
y San José, Costa Rica. Fue ganador de<br />
la Beca Lexus para Artistas en el 2006<br />
y tras participar de varias exposiciones<br />
recientes, se traslada a Miami desde donde<br />
actualmente explora nuevos foros y<br />
posibilidades para seguir exponiendo su<br />
trabajo.<br />
58<br />
Tempus Fugit, 2011<br />
Al momento en que realizaba su<br />
proyecto de tesina, la pintura de Karlo<br />
Andrei Ibarra se centraba en la cartografía.<br />
No en los métodos ni en la<br />
práctica de esa ciencia, sino en la extracción<br />
y reformulación del contenido<br />
político-ideológico de los mapas para<br />
crear nuevos esquemas de territorios<br />
inexistentes. La portada de la presente<br />
edición proviene de la Wall Map Series<br />
(2005), donde el artista identificaba<br />
pintura desgastada en las fachadas de<br />
edificios históricos, sobre las que dibujaba<br />
contornos que semejaban mapas.<br />
Sobre este periodo el artista comenta:<br />
“Me decían que yo hacía<br />
pintura abstracta, pero siempre hice<br />
figuración abstracta […] en la tesina<br />
hubo una búsqueda y me adentré en<br />
la pintura expandida, que toma fuentes<br />
del conceptualismo, la arquitectura<br />
y la historia […] busqué información<br />
de territorios con circunstancias políticas<br />
similares a las nuestras y creaba<br />
mapas de muchos territorios juntos.<br />
De eso resultó un mapa muy grande<br />
donde aparecían Guam, Islas Marianas<br />
y Puerto Rico […] había una base histórica,<br />
con datos políticos, y ya no era<br />
ni una pintura ni un canvas, sino una<br />
representación de ese material, en una<br />
pared”. Añade sobre la culminación<br />
<strong>ENTORNO</strong>18<br />
de ese proceso que, “con la cartografía<br />
podía ser abstracto, pero incluyendo<br />
datos reales, científicos o matemáticos<br />
y, sobre todo, de territorialidad. Por<br />
eso me movía el tema cartográfico, al<br />
insertarlo en el arte podía hablar de<br />
temas políticos actuales. Los mapas<br />
van cambiando, las guerras y las transformaciones<br />
políticas afectan las cartografías”.<br />
Desde entonces, la obra de Ibarra<br />
ha evolucionado hasta adquirir reconocimiento<br />
en el extranjero. Su mapa<br />
de las Américas hecho de trozos de carne,<br />
Flesh Map (2008), fue rechazado<br />
en Puerto Rico pero acogido internacionalmente.<br />
En cambio, sí figuró en<br />
la Muestra Nacional de Arte su pieza<br />
de vídeo Aspiraciones (2008), donde<br />
utilizó su trasfondo de literatura para<br />
conjurar un título de doble sentido:<br />
aparece limpiando con una aspiradora<br />
los escalones del Capitolio de Puerto<br />
Rico, en un doble gesto de aspirar el<br />
sucio y de aspirar a algo mejor.<br />
Aunque el componente cartográfico<br />
sigue siendo parte importante en<br />
su obra, como demuestra la acuarela<br />
Banana Republics (2009), Ibarra ha<br />
diversificado sus medios explorando<br />
el vídeo, la instalación y la escultura.<br />
Ahora realiza la extracción del conte-
Crucifijo, 2009<br />
Slippery Government, 2011<br />
Banana Republics, 2009<br />
Flesh Map, 2008<br />
Discursos, 2009<br />
nido de las cartografías sobre otros sustratos,<br />
como los símbolos nacionales.<br />
En Tempus Fugit (2011) convierte una<br />
macana de policía en el asta de una<br />
bandera de Puerto Rico de color negro,<br />
mientras que en Nación Heroína<br />
(2010), teje otra bandera con ropa de<br />
deambulantes adictos.<br />
En su instalación Discursos (2009),<br />
el artista llenó con guineos un barril<br />
usado de una destilería de ron de<br />
Puerto Rico y, frente a este, colocó un<br />
boom que sostenía un guineo listo para<br />
ser comido en lugar de un micrófono.<br />
Con un fondo de audio repetitivo que<br />
el artista grabó de los discursos políticos<br />
en los cierres de campaña electoral<br />
del 2008, los guineos se fueron pudriendo<br />
a la vez que la sala se llenaba<br />
de moscas. “El micrófono del político,<br />
sustituido por un guineo, volvía el<br />
discurso del cambio en uno resbaladizo,<br />
a la vez que convertía su figura en<br />
la de un mono”, apunta Ibarra sobre<br />
la pieza.<br />
“Un propósito de mi trabajo ha<br />
sido trabajar el contexto político y<br />
manejar los símbolos nacionales. Yo<br />
podría jugar el papel de otros artistas,<br />
tener el pasaporte chileno y uruguayo<br />
por mis papás y representar a esos países<br />
por conveniencia, pero no lo hago<br />
porque mis amigos son de aquí, este<br />
es mi país y me molestan las cosas que<br />
pasan aquí”, explica Ibarra. “A veces<br />
me ven como pesimista, pero es por<br />
ser optimista, porque creo que las cosas<br />
pueden ser mejores”. Su trabajo es<br />
un constante atentado contra la brújula<br />
aspiracional y arribista, un intento<br />
de revelar territorios más allá de a<br />
donde apunta esa aguja, invirtiéndola,<br />
mostrándonos un continente profundo,<br />
donde se entierran nuestras raíces:<br />
Latinoamérica.<br />
CAAPPR 59<br />
<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA
<strong>ENTORNO</strong> ESTILO<br />
Diseñadores<br />
puertorriqueños<br />
en la bienal<br />
Iberoamericana<br />
de Diseño bID10<br />
Redacción de <strong>ENTORNO</strong><br />
Fotografías suministradas<br />
por Gabriel Piovanetti<br />
Un grupo multidisciplinario compuesto<br />
por 13 diseñadores puertorriqueños<br />
fueron premiados y destacados<br />
en la segunda edición de la Bienal<br />
Iberoamericana de Diseño -BID10presentada<br />
en el espacio para las artes<br />
contemporáneas Central de Diseño:<br />
Matadero Madrid.<br />
La apertura de la exposición se<br />
llevó a cabo el 22 de noviembre de<br />
2010, y permaneció abierta al público<br />
hasta finales de enero de 2011. Reunió<br />
los trabajos de diversas disciplinas del<br />
diseño pertenecientes a las áreas de:<br />
gráfico, industrial y producto, moda,<br />
textil y complementos, espacios e interiores<br />
y diseño digital. Se contó con la<br />
participación de 22 países iberoamericanos,<br />
que incluyen Latinoamérica, el<br />
Caribe, España y Portugal. Un jurado<br />
compuesto por diseñadores internacionales<br />
eligió sobre 400 proyectos para la<br />
Libro De Punta a Cabo, por Dsnotipo<br />
exposición, destacando a 90 de los diseñadores<br />
seleccionados con el premio<br />
BID10, otorgado a los mejores diseños<br />
de la muestra.<br />
Puerto Rico cuenta con cinco premiados<br />
y otros destacados que completan<br />
nuestra participación:<br />
TM<br />
Panorámica del espacio de la exhibición, Central de Diseño: Matadero Madrid<br />
60<br />
<strong>ENTORNO</strong>18<br />
Edna Isabel Acosta en la categoría<br />
de moda y complementos con la Colección<br />
de Joyería Contemporánea,<br />
Archipiélago. / Gabriel Piovanetti-Ferrer<br />
del estudio Dsñotipo TM en diseño<br />
gráfico con el libro De punta a Cabo.<br />
/ Fernando Rodríguez-Morales del estudio<br />
FullSwitch Interactive en digital<br />
con el videoclip Domino Saints. /Maria<br />
de Mater O’neill + Arthur Asseo, Francisco<br />
bacó y María Lamadrid del estudio<br />
Rubberband en espacios e interiores<br />
con la exhibición Hacia un Nuevo<br />
Rumbo. / josé Fernando vázquez-Pérez<br />
de la firma Urbana en industrial y<br />
productos con la Alfombra Iris.<br />
También se destacan los trabajos<br />
de: vladimir García-bonilla del estudio<br />
[A]rmada en industrial y productos<br />
con la lámpara Hangueando. /<br />
Nombre esculpido de la delegación
Algunos de los trabajos presentados por los diseñadores puertorriqueños<br />
Archipiélago, por Edna Isabel Acosta<br />
Luis Antonio Díaz-Alejandro del estudio<br />
Dsñotipo TM en gráfico con el afiche<br />
Universe. / Michelle y Norein Otero del<br />
taller Eclíptica en moda con la colección<br />
de moda, Eclíptica F/W 2010-<br />
11. / Francisco javier Rodríguez-Suárez<br />
en industrial y producto con el banco<br />
Ying/ Yang.<br />
La muestra de la BID10 pretendió<br />
destacar aspectos sociales del diseño<br />
iberoamericano y difundir los vínculos<br />
del diseño en estos países para fomentar<br />
el desarrollo de sus disciplinas. A lo<br />
largo de la semana inaugural se llevaron<br />
a cabo una serie de mesas redondas,<br />
debates y ponencias que permitieron<br />
el diálogo e intercambio entre<br />
profesionales, estudiantes y el público<br />
que asistió.<br />
CAAPPR 61<br />
<strong>ENTORNO</strong> ESTILO