08.05.2013 Views

Revista ENTORNO - Sistema Universitario Ana G. Mendez

Revista ENTORNO - Sistema Universitario Ana G. Mendez

Revista ENTORNO - Sistema Universitario Ana G. Mendez

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

©2011 California Closet Company, Inc. All rights reserved. Franchises independently owned and operated.<br />

Offer valid through Month Date, Year at participating locations only. See showroom for details.<br />

<br />

Custom storage solutions for<br />

every area of your home.<br />

Schedule a complimentary consultation today.<br />

P R (787) 780-0640 CaliforniaClosets.com/PR


<strong>ENTORNO</strong><br />

18<br />

AÑO 6<br />

VOL. 1<br />

2011<br />

POLÍTICA EDITORIAL<br />

<strong>ENTORNO</strong> acepta colaboraciones de sus lectores. Los<br />

artículos recibidos deben estar redactados en formato<br />

WORD, con una extensión no mayor de 1,500 palabras;<br />

si incluye imágenes, deben estar en formato JPG con<br />

una resolución gráfica de 300 puntos por pulgada cuadrada<br />

[“dpi”]. El Comité Editorial evaluará los artículos<br />

recibidos y se reserva el derecho de publicarlos o no,<br />

al igual que el derecho de editar, titular y/o solicitar la<br />

revisión de todo artículo. El Comité no devolverá el material<br />

recibido. <strong>ENTORNO</strong> no es responsable del contenido<br />

de los artículos publicados. Cada colaborador es<br />

responsable de la veracidad, precisión y autenticidad<br />

de su artículo.<br />

IMAGEN DE LA PORTADA<br />

Sin Título, Wall Map Series<br />

C-Print, 2005<br />

Karlo Andrei Ibarra<br />

AMIGO DE<br />

<strong>ENTORNO</strong>:<br />

¡Hazte amigo de <strong>ENTORNO</strong>!<br />

CALLE DEL PARQUE #225<br />

SAN JUAN, PUERTO RICO 00912<br />

T. 787.724.1213<br />

F. 787.724.3295<br />

Landy Miguel Caballero<br />

AMIGO DE ORO<br />

El CAAPPR solicita tu contribución para apoyar su publicación.<br />

Tu aportación complementará los ingresos<br />

que obtiene la revista para asegurar su autofinanciación.<br />

Mediante el “Fondo Amigos de <strong>ENTORNO</strong>”, puedes<br />

hacer una aportación anual en cualquiera de las<br />

siguientes clasificaciones:<br />

Amigo Bronce $50.00<br />

Amigo Plata $100.00<br />

Amigo Oro $250.00<br />

Amigo Platino $500.00<br />

Los nombres de todos los amigos contribuyentes<br />

serán reconocidos en un lugar destacado de la revista<br />

<strong>ENTORNO</strong> en sus ediciones durante el año siguiente<br />

a su contribución.<br />

Para hacerse Amigo de <strong>ENTORNO</strong>, llame al CAAPPR<br />

al 787.724.1213 y comuníquese con Ivonne Sanabria.<br />

WWW.CAAPPR.ORG<br />

COMITÉ EDITORIAL<br />

Rafael Castro Montes de Oca,<br />

Presidente CAAPPR<br />

Bennett Díaz,<br />

Director Ejecutivo CAAPPR<br />

Ivette Batista<br />

Jorge Carbonell<br />

Vladimir García<br />

Rafael Pumarada<br />

Carlos Preston<br />

Ivonne Sanabria<br />

EQUIPO DE TRABAJO DE <strong>ENTORNO</strong><br />

Editor<br />

Javier Román Nieves<br />

editor@revistaentorno.com<br />

Diseño gráfico<br />

Sofía Sáez Matos<br />

disenografico@revistaentorno.com<br />

Correctora<br />

Amapola Caballero Moreno<br />

corrector@revistaentorno.com<br />

Ventas<br />

Alisha Rhoades<br />

arhoades@caappr.com<br />

T. 787.724.1213 F. 787.724.3295<br />

Almacén e inventario<br />

Ramón Ramos<br />

Carlos Rivera<br />

Impresión<br />

Model Offset Printing<br />

En <strong>ENTORNO</strong> queremos saber sus comentarios, sugerencias y opiniones. Por favor, ¡contáctenos! Escriba al Editor<br />

a la siguiente dirección:<br />

Editor, <strong>Revista</strong> <strong>ENTORNO</strong><br />

Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico<br />

Calle del Parque #225, Santurce, PR 00912<br />

editor@revistaentorno.com<br />

www.caappr.org<br />

¿Cómo obtener <strong>ENTORNO</strong>? Para obtener su copia de <strong>ENTORNO</strong> puede acudir personalmente a la sede del<br />

CAAPPR, o puede comunicarse con la relacionista pública, Ivonne Sanabria, al teléfono 787-724-1213, o escribir a la<br />

dirección electrónica: isanabria@caappr.org<br />

<strong>ENTORNO</strong> es la revista oficial de divulgación y difusión del Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de<br />

Puerto Rico (CAAPPR). Tiene por objetivo promover el conocimiento, discusión y debate público sobre tópicos actuales<br />

y de interés público relacionados con la arquitectura, la arquitectura paisajista, el urbanismo, la cultura y el<br />

buen diseño en general. <strong>ENTORNO</strong> se publica trimestralmente con una tirada de 3,000 ejemplares. Se distribuye<br />

gratuitamente a toda la matrícula del Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico, así como a los<br />

miembros de la Rama Ejecutiva y Legislativa, a los alcaldes de Puerto Rico, y a diversas asociaciones profesionales,<br />

universidades y miembros de la prensa. La publicación se ofrece para la venta al público general en establecimientos<br />

seleccionados que incluyen los principales museos, las principales librerías, y varios comercios especializados. Las<br />

expresiones vertidas en la revista no necesariamente reflejan la opinión del CAAPPR. Ninguna parte de la revista<br />

podrá ser utilizada o reproducida sin la autorización escrita del CAAPPR. Derechos reservados CAAPPR, 2011.<br />

Junta de Gobierno 2010-11 * Arq. Rafael Castro Montes de Oca, Presidente * Arq. Ivonne María Marcial Vega,<br />

Vicepresidenta * Arq. Edgar Morell Rivera, Secretario * Arq. Enrique Abruña Lojo, Tesorero * Arq. Manuel De Lemos<br />

Zuazaga, Auditor * Arq. Maricelis Ramos Pérez, Directora de Educación * Arq. Moisés Cordero Rodríguez, Director<br />

de Ejercicio Profesional * Arq. María Gabriela Flores Kearns, Directora de Asuntos Técnico-Profesionales * Arq. Ent.<br />

Elizabeth Castrodad Vélez, Delegada de Enlace de los Arquitectos en Entrenamiento * Arq. Psj. Ent. Olga Angueira<br />

Andraca, Delegada de los Arquitectos Paisajistas


contenido_><br />

<strong>ENTORNO</strong><br />

05 Mensaje del Presidente<br />

Rafael Castro Montes de Oca<br />

41<br />

05<br />

07<br />

08<br />

11<br />

18<br />

22<br />

24<br />

46<br />

58<br />

Mensaje del Editor<br />

Javier Román Nieves<br />

Colaboradores<br />

Noticias<br />

<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA<br />

Curitiba • Portland • Copenhague •<br />

tres modelos de transparencia<br />

y continuidad<br />

María A. Juncos Gautier<br />

El costo del desparramamiento urbano<br />

Luis García Pelatti<br />

Planes de usos del terreno en<br />

Puerto Rico: antecedentes históricos<br />

Jorge Hernández | Carlos Maysonet<br />

Proyecto de la Edición<br />

Parque de la Laguna del Condado -<br />

Jaime Benítez<br />

Coleman-Davis Pagán Arquitectos<br />

Peak oil: transición energética difícil,<br />

ineludible e impostergable<br />

Jorge Carbonell<br />

Artista de la Edición<br />

Karlo Ibarra: de la cartografía de<br />

territorios a la simbología territorial<br />

Javier Román Nieves<br />

DOSSIER 1 [en el centro]<br />

Recomendaciones principales para<br />

un Plan de Usos de Terrenos para<br />

Puerto Rico<br />

49<br />

53<br />

29<br />

31<br />

33<br />

36<br />

38<br />

60<br />

<strong>ENTORNO</strong> PAISAJISMO<br />

Paseo Río Bayamón<br />

Figueroa y Figueroa<br />

La planificación y la preservación<br />

del paisaje<br />

Ángel M. Rodríguez Alonso<br />

<strong>ENTORNO</strong> ACADEMIA<br />

Ciudades del futuro: Charrette 2011<br />

María Gabriela Flores<br />

OTROS <strong>ENTORNO</strong>S<br />

Plan de Usos de Terrenos a nivel<br />

regional para Puerto Rico<br />

Leslie M. Rosado Sánchez<br />

El Plan de Usos de Terrenos en el<br />

marco de un modelo de desarrollo<br />

de una “economía ecológica”<br />

José I. Alameda Lozada<br />

Un plan de vida: cinco principios<br />

y cinco recomendaciones<br />

Fernando Lloveras San Miguel<br />

Las enormes proporciones de<br />

nuestra huella ecológica<br />

Fernando Abruña<br />

Producción ecológica de alimentos<br />

en el contexto de los usos de<br />

terrenos en Puerto Rico<br />

Nelson Álvarez Febles<br />

<strong>ENTORNO</strong> ESTILO<br />

Diseñadores puertorriqueños<br />

en la BID<br />

Redacción de <strong>ENTORNO</strong>


Tel. 787.850.3000<br />

Fax 787.850.6620<br />

Email sales@printmop.com<br />

Website Printmop.com


<strong>ENTORNO</strong> MENSAJES<br />

Rafael Castro Montes de Oca,<br />

Presidente CAAPPR<br />

De acuerdo con el World Economic Forum,<br />

los asuntos principales a considerar al medir el desarrollo<br />

económico de un país son: la economía, la<br />

salud, el desarrollo social, y el medio ambiente. En<br />

Puerto Rico, aunque mucho se ha discutido sobre<br />

la importancia de atender cada uno de estos temas,<br />

no existe consenso en torno a la prioridad que se les<br />

debe asignar o a la manera en que se deben afrontar.<br />

El Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas<br />

de Puerto Rico (CAAPPR) ha pregonado siempre<br />

la urgencia por reconocer la planificación integral<br />

de nuestro entorno construido y la conservación de<br />

nuestro patrimonio natural como condiciones imprescindibles<br />

para alcanzar un desarrollo socioeconómico<br />

equilibrado y para mejorar la calidad de<br />

vida de todos los que habitan esta isla.<br />

Aspiramos a vivir en un país próspero y seguro,<br />

en el cual se garantice que nuestros hijos<br />

puedan tener una educación que los prepare para<br />

enfrentar los retos de un mundo globalizado y en el<br />

Javier Román Nieves<br />

Editor<br />

El pasado 24 de marzo, en reunión informal<br />

entre oficiales de las ciudades de Portland y Curitiba,<br />

y representantes del Colegio, se presentaron<br />

y se recibieron comentarios sobre las Recomendaciones<br />

al Plan de Usos de Terrenos de Puerto Rico,<br />

documento central de esta edición. Esto ocurrió en<br />

el contexto de un encuentro organizado por María<br />

Juncos, directora del CEDES, y autora del primer<br />

artículo en este número de <strong>ENTORNO</strong>, donde compara<br />

y expone las virtudes de estas ciudades junto a<br />

Copenhague, como modelos de desarrollo urbano<br />

sustentable.<br />

Entre los valiosos comentarios de los funcionarios<br />

invitados, coincidieron en que Puerto<br />

Rico necesita desesperadamente líderes capaces de<br />

impulsar los cambios necesarios para solucionar<br />

nuestros problemas: desde frenar y remediar el desparrame<br />

urbano, hasta diversificar nuestras fuentes<br />

energéticas, dirigirnos hacia una cultura zero waste,<br />

y restaurar nuestra seguridad alimentaria. Para la<br />

misma fecha aprendí, de la investigación de tesis de<br />

una estudiante, dos citas de nuestros caudillos mas<br />

reconocidos: Luis Muñoz Marín y Luis A. Ferré.<br />

De el primero: “un hombre sin un pedazo de tierra<br />

que tengamos acceso a los mejores servicios de salud<br />

posibles. No obstante, los elementos que sostienen<br />

una mejor calidad de vida no ocurren en el vacío,<br />

sino en un contexto físico-espacial. Las carreteras,<br />

la vivienda, los espacios públicos, las escuelas, los<br />

centros hospitalarios, la infraestructura, y la basura<br />

son ejemplos de cómo los asuntos de mayor pertinencia<br />

para nuestra sociedad se conjugan en nuestro<br />

entorno natural y construido. Por otro lado, los<br />

problemas que se manifiestan en nuestro entorno<br />

natural y construido contribuyen significativamente<br />

al empobrecimiento del país. Por ejemplo, el<br />

inmenso costo económico que le ocasiona el desparrame<br />

urbano a nuestra sociedad, las consecuencias<br />

nefastas de nuestra dependencia del petróleo, la inseguridad<br />

alimentaria que nos acecha y la enorme<br />

huella ecológica que tenemos los puertorriqueños,<br />

evidencian la urgencia que existe para desatar el<br />

nudo gordiano que hasta ahora nos impide gestionar<br />

adecuadamente nuestro escaso territorio.<br />

<strong>ENTORNO</strong> 18 aborda este difícil tópico usando<br />

como pie forzado las Recomendaciones para un Plan<br />

de Usos de Terrenos de Puerto Rico que produjo el<br />

Comité de Plan de Usos de Terrenos del CAAPPR.<br />

Este documento, que figura como Dossier de la<br />

edición, y que es el producto de una colaboración<br />

interdisciplinaria entre arquitectos, planificadores,<br />

ingenieros, sociólogos y ambientalistas, propone<br />

que el Plan de Usos de Terrenos, para que funcione,<br />

debe trascender sus funciones de clasificar y calificar<br />

los suelos para incidir sobre los temas de movilidad,<br />

energía, agua, desperdicios sólidos y, sobre<br />

todo, gobernanza. El escrito de María A. Juncos,<br />

Planificación y usos de terrenos: tres modelos de trans-<br />

y sin una casita [ ] no es un hombre”; y del segundo:<br />

“un hombre es más feliz con un ranchito de su<br />

propiedad que con un palacio alquilado”.<br />

Tras examinar el costo del desparrame urbano<br />

aún predicado sobre esas fantasías, me pregunto,<br />

¿qué líder iría a los natalicios partidistas a<br />

decirles sobre sus tumbas: ustedes estaban equivocados?<br />

¿Qué líder le explicaría al actual presidente<br />

de la Junta de Planificación: el desparrame urbano<br />

puede frenarse; el Estado puede regular los mercados,<br />

fue creado para proteger los intereses de los<br />

ciudadanos? ¿Qué líder le dirá a la Asociación de<br />

Constructores de Hogares que toca diversificar su<br />

quehacer, que el problema de la “industria de la<br />

construcción” es el que tendrían los médicos si la<br />

gente dejara de enfermarse-se ha construido mas<br />

que la demanda?<br />

Varias ediciones de <strong>ENTORNO</strong> han tratado<br />

los problemas de Puerto Rico con el manejo del<br />

territorio, con la transportación, con reconocer la<br />

arquitectura como parte de la crisis, y con la producción<br />

energética. En esta ocasión se profundiza<br />

alrededor de las consideraciones para un plan de<br />

usos de terrenos, donde la gobernabilidad figura, a<br />

mi entender, como el mayor reto, no solo para implantar<br />

dicho plan, sino para resolver todos los demás<br />

problemas comunes a todas las “democracias”<br />

occidentales que enfrentan el Peak Oil y (ahora) el<br />

Peak Everything.<br />

De un lado, están quienes creen en un “gobierno<br />

pequeño” que restituya al dios del libre mercado,<br />

y del otro, están quienes creen que lo importante<br />

no es el tamaño del gobierno, sino expurgarlo<br />

para buscar el bien común. Ambos coexisten con<br />

toda gama de usurpadores y vividores del erario<br />

público cuyo único interés es el bien propio y el<br />

de sus padrinos de campaña. Nunca han faltado ni<br />

el talento ni las ideas, pero siempre han sobrado la<br />

CAAPPR<br />

parencia y continuidad, demuestra con los ejemplos<br />

conocidos de las ciudades de Curitiba, Portland,<br />

y Copenhague, el fruto de la implantación de algunas<br />

de las recomendaciones esbozadas en este<br />

Dossier. Además, el artículo de Jorge Hernández y<br />

Carlos Maysonet, Planes de usos de terrenos en Puerto<br />

Rico: antecedentes históricos, y el artículo de Leslie<br />

M. Rosado Sánchez, Plan de usos de terrenos a nivel<br />

regional para Puerto Rico, contextualizan la discusión<br />

al brindar un panorama amplio de todos los<br />

esfuerzos realizados en el pasado y el presente para<br />

planificar el desarrollo económico, social y urbano<br />

del país.<br />

El proyecto de la edición, Parque Jaime Benítez,<br />

en la laguna del Condado, del arquitecto José<br />

R. Coleman-Davis Pagán, nos enseña que en Puerto<br />

Rico sí es posible desarrollar proyectos estratégicos<br />

en el espacio público que reactiven toda una zona<br />

olvidada de la ciudad tomando la regeneración del<br />

medio ambiente natural como punto de partida.<br />

Pero la encomienda principal de esta edición<br />

de <strong>ENTORNO</strong> es presentar al lector el Plan de Usos<br />

de Terrenos como una oportunidad única para<br />

plasmar sobre el territorio una necesaria visión de<br />

país. Aspiramos a que esta propuesta estratégica<br />

trascienda los intereses político-partidistas y que<br />

incorpore a todos los sectores de nuestra sociedad<br />

en la planificación del desarrollo económico y físico<br />

de los próximos diez o quince años. Apostar a<br />

alcanzar la calidad de vida que los puertorriqueños<br />

añoramos para nuestras generaciones futuras debe<br />

ser nuestra mayor prioridad.<br />

avaricia y la ignorancia de estos estorbos públicos.<br />

Por eso es más fácil irse y evitar conflictos, como<br />

muestran los datos demográficos.<br />

Con la entrega de esta edición me despido.<br />

El reglamento del Comité Editorial estipula que<br />

la revista <strong>ENTORNO</strong> “tiene por objetivo promover<br />

el conocimiento, discusión y debate público sobre<br />

tópicos relacionados a la arquitectura, arquitectura<br />

paisajista, urbanismo y el diseño en general, entre<br />

su membresía y el público general, conforme la misión<br />

y objetivos del Colegio”. Ha sido un privilegio<br />

y un placer cumplir con esta misión, pero la naturaleza<br />

de los problemas que enfrenta Puerto Rico y<br />

el mundo entero han caído, a mi juicio, fuera del<br />

marco institucional según interpretado en el actual<br />

momento de crisis.<br />

Agradezco a los presidentes de CAAPPR,<br />

Tony Moreno y Rafael Castro, así como a los<br />

presidentes del Comité Editorial, José Fernando<br />

Vázquez y Rafael Pumarada, y al director ejecutivo<br />

durante esta gestión, Bennett Díaz, cuya labor<br />

ha sido indispensable para la subsistencia de la revista.<br />

No menos importante ha sido el trabajo del<br />

personal del Colegio, de los miembros del Comité<br />

Editorial, de los colaboradores, las correctoras de<br />

lenguaje, Melba Ferrer y Amapola Caballero, el patrocinio<br />

de nuestros anunciantes y, por supuesto,<br />

la paciencia y dedicación de la diseñadora gráfica,<br />

Sofía Sáez. A todos, gracias totales.<br />

Finalizo con un saludito a mis sobrinos,<br />

porque me lo pidieron y me parece divertido.<br />

Son nuestros niños los que heredarán el producto de<br />

la dejadez, del egoísmo y de esa irresponsable,<br />

pero inigualable capacidad de no poder enfrentar<br />

a los superiores y decirles: “líder, usted está equivocado”.<br />

A los queridos lectores: mil gracias y que les<br />

aproveche la lectura.<br />

05


© 2010 Masco Corporation of Indiana<br />

Descargue su día en la ducha.<br />

IN2ITION ® LA REGADERA DOS-EN-UNA.<br />

Utilice la regadera junta o por separado para echar el agua de acuerdo<br />

a su comodidad y donde usted más lo necesite. Otra manera que<br />

destaca a las llaves Delta por ser más que una simple llave.<br />

Para una demostración, visite deltafaucet.com/in2ition<br />

Para más información contáctenos a nuestra casa matríz -<br />

Tel. (317) 587-1248, Email: international@deltafaucet.com,<br />

ó en Puerto Rico, nuestra Agencia, Francisco J. Ortíz (787) 769-0085


<strong>ENTORNO</strong> COLABORADORES<br />

Fernando Abruña Charneco<br />

es arquitecto practicante<br />

y catedrático de la Escuela<br />

de Arquitectura<br />

de la UPR, además es fellow<br />

del AIA, y autor de<br />

numerosos libros de diseño, construcción y<br />

sustentabilidad de Puerto Rico. Fue el fundador<br />

y el pasado presidente del US Green<br />

Building Council, Capítulo del Caribe y es<br />

una autoridad reconocida sobre edificios sustentables<br />

en Puerto Rico. Abruña diseñó la<br />

primera Casa Ecológica de Puerto Rico, la<br />

primera Escuela Ecológica de Puerto Rico y<br />

la Eco-Casa Prediseñada de Puerto Rico, entre<br />

otros proyectos sustentables. Actualmente,<br />

construye la segunda Escuela Ecológica de<br />

Puerto Rico en Dorado y pronto comenzará<br />

la construcción de su Parque Ecológico de<br />

la Luna Llena para la Compañía de Parques<br />

Nacionales. Ha sido conferenciante invitado<br />

en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos.<br />

Su obra construida, escrita y de investigación<br />

ha sido exhibida, divulgada y galardonada en<br />

numerosas ocasiones y ha sido motivo de<br />

artículos y documentales televisivos y en la<br />

Internet en distintos países.<br />

El doctor José I. Alameda<br />

Lozada posee un<br />

bachillerato en Administración<br />

de Empresas con<br />

concentración en Economía<br />

(1973) del Recinto<br />

<strong>Universitario</strong> de Mayagüez y obtuvo una<br />

maestría en Planificación Económica (1976)<br />

de la Escuela Graduada de Planificación de<br />

la UPR. Obtuvo su maestría en Economía<br />

de la Universidad de Rutgers (1982), y su<br />

doctorado en Economía de la Universidad<br />

de Gales en el Reino Unido (1996). Es actualmente<br />

catedrático del Departamento de<br />

Economía del RUM y ha sido asesor económico<br />

de numerosas instituciones, agencias<br />

del Gobierno y empresas privadas. Tiene tres<br />

libros publicados sobre temas de economía y<br />

vivienda y ha sido profesor en otras instituciones<br />

de educación superior, además de ser<br />

socio fundador y miembro destacado de la<br />

Asociación de Economistas de Puerto Rico.<br />

Nelson Álvarez Febles se<br />

especializa en agricultura<br />

ecológica, biodiversidad<br />

agrícola y sustentabilidad<br />

rural. Titulado en<br />

Sociología y Derecho,<br />

tiene una maestría en Ecología Social. Entró<br />

en contacto con la agricultura orgánica<br />

desde los años setenta, fue director del Proyecto<br />

Agro-Orgánico de Cubuy, encargado<br />

del programa de agricultura ecológica del<br />

INEDA/Universidad Metropolitana y oficial<br />

del programa de GRAIN (Genetic Resources<br />

Action International) en Barcelona y Montevideo.<br />

Ha desarrollado un extenso trabajo de<br />

investigación y docencia, y participado internacionalmente<br />

en seminarios, conferencias y<br />

talleres. Es cofundador de la revista Biodiversidad:<br />

cultivos y culturas, y es autor de los<br />

libros El huerto casero: manual de agricultura<br />

orgánica, La tierra viva: manual de agricultura<br />

ecológica y Los cuentos de don Santos.<br />

Jorge Carbonell Antonio es<br />

planificador, entre otras<br />

cosas. Miembro fundador<br />

(1986) del Centro<br />

de Investigaciones CA-<br />

RIMAR, ha publicado<br />

varios libros y artículos sobre asuntos urbanos.<br />

Además, ha participado en la gestión<br />

de todas las exhibiciones y publicaciones<br />

realizadas por CARIMAR, entre las que se<br />

destacan: el Museo de la Historia de Ponce<br />

(1992), la exhibición permanente de la historia<br />

urbana de la ciudad capital en el Museo<br />

de San Juan (2000) y la publicación de Puerto<br />

Rico urbano, atlas histórico de la ciudad<br />

puertorriqueña (2004). Se interesa en el tema<br />

de energética urbana y recientemente (2010)<br />

dictó un curso de educación continua para<br />

profesionales afines titulado: De lo global a lo<br />

local: sostenibilidad, retos urbanos y desarrollo<br />

inteligente.<br />

Luis García Pelatti es planificador<br />

y economista.<br />

Dirige LGP consultoría<br />

desde el 2005, donde<br />

ofrece asesoría y realiza<br />

estudios en urbanismo,<br />

ordenación territorial,<br />

vivienda y desarrollo económico. Ha servido<br />

como asesor de desarrollo económico y<br />

finanzas en La Fortaleza (2004), ayudante<br />

del secretario de la gobernación (2003-04),<br />

miembro asociado de la Junta de Planificación<br />

(2001-03) y ayudante en la Oficina de<br />

Asuntos Urbanos de La Fortaleza( (1990-<br />

93). Participó en el Plan de Desarrollo<br />

Orientado al Transporte (2006-09), el Plan<br />

de Usos de Terrenos para Puerto Rico (2005-<br />

08), Plan Integral Reserva Natural Corredor<br />

Ecológico del Noreste (2008), Plan Maestro<br />

para el Desarrollo Turístico y Sostenible de<br />

Puerto Rico (2008), Plan de Área del Centro<br />

Urbano de Caguas (2006), y varios planos<br />

territoriales. Colabora como profesor en las<br />

escuelas de arquitectura de todo Puerto Rico<br />

y ha sido conferenciante para distintas organizaciones<br />

y en congresos internacionales.<br />

También ha sido colaborador para las revistas<br />

<strong>ENTORNO</strong>, la publicación de la Sociedad<br />

Puertorriqueña de Planificación, Plerus y el<br />

semanario Diálogo.<br />

Jorge R. Hernández Favale<br />

es planificador profesional<br />

licenciado. Posee un<br />

doctorado en Urbanismo<br />

y Ordenación del Territorio<br />

de la Facultad de<br />

Arquitectura de la Universidad Politécnica<br />

de Madrid, así como una maestría en Planificación<br />

y un bachillerato en Economía de la<br />

Universidad de Puerto Rico. Ha sido asesor<br />

de la Oficina del Plan de Uso de Terrenos de<br />

Puerto Rico y del Centro de Estudios para el<br />

Desarrollo Sustentable (CEDES) de la Escuela<br />

de Asuntos Ambientales de la Universidad<br />

Metropolitana, en cuyo programa graduado<br />

de planificación imparte clases actualmente.<br />

Ha laborado por cerca de 23 años en diferentes<br />

instituciones públicas como la Junta<br />

de Planificación, la Universidad de Puerto<br />

Rico y el Municipio de San Juan. Su área de<br />

interés se centra en los temas de modelos de<br />

ordenación del territorio y el desarrollo sustentable.<br />

Recientemente laboró, como parte<br />

del CEDES, en calidad de coordinador editorial<br />

e investigador de la publicación Hacia<br />

el desarrollo inteligente. 10 principios y 100<br />

estrategias para Puerto Rico y como investigador<br />

y planificador urbano en la publicación<br />

Sustainability of Land Use in Puerto Rico.<br />

María Juncos Gautier tiene<br />

una maestría en Ciencias<br />

en Gerencia Ambiental<br />

de la Escuela de Asuntos<br />

Ambientales de la Universidad<br />

Metropolitana y<br />

desde el 2002 dirige el Centro de Estudios<br />

para el Desarrollo Sustentable de la Escuela.<br />

Ha sido responsable de recaudar más de cuatro<br />

millones de dólares en fondos para dirigir<br />

el Centro y para proyectos específicos educativos,<br />

de investigación y de conservación<br />

que han tenido reconocimiento y acogida en<br />

Puerto Rico, proyectos que han resultado en<br />

diversas publicaciones e iniciativas de política<br />

pública. Además, ha realizado viajes de estudio<br />

con líderes de diferentes sectores a ciudades<br />

de Sur América, Europa y EE. UU. que<br />

son reconocidas como modelos de ciudades<br />

planificadas para alcanzar la sustentabilidad.<br />

Es educadora voluntaria de la entidad internacional<br />

The Climate Project dirigida por<br />

el vicepresidente Al Gore para educar sobre<br />

el cambio climático. En el 2003 recibió el<br />

Outstanding Professional Award del Servicio<br />

de Bosques de EE. UU. y en 2009 el Premio<br />

de Calidad Ambiental de la Agencia de Protección<br />

Ambiental de EE. UU.<br />

CAAPPR 7


El licenciado Fernando<br />

Lloveras San Miguel funge<br />

desde el primero de<br />

enero de 2003 como<br />

director ejecutivo del<br />

Fideicomiso de Conservación<br />

de Puerto Rico, una institución no<br />

gubernamental sin fines de lucro dedicada a<br />

proteger y conservar los recursos naturales e<br />

históricos de Puerto Rico. El licenciado ha<br />

fungido durante varios años consecutivos<br />

como representante en el Consejo Asesor<br />

para el National Trust for Historic Preservation<br />

de Washington, DC. Es cofundador de<br />

Microjuris.com, una compañía privada creada<br />

en 1992 que provee información legal por<br />

vía cibernética a Puerto Rico y otros países<br />

de Latinoamérica. Ha recibido diversos reconocimientos<br />

y premios, entre los que se destacan<br />

el de Entrepreneur del 2000, el Premio<br />

Zenit del 2000, y el Top Management Award<br />

del 2001. Lloveras San Miguel posee su grado<br />

de Juris Doctor, Magna Cum Laude, de<br />

la Universidad de Puerto Rico, una maestría<br />

en Política Pública de la Universidad de Harvard<br />

University, así como un bachillerato de<br />

Dartmouth College (Senior Fellow).<br />

Carlos Maysonet se encuentra<br />

trabajando en su<br />

tesis doctoral en Desarrollo<br />

Sustentable con el<br />

Centro Latinoamericano<br />

de Desarrollo Sustentable.<br />

Además, posee una maestría en Ciencias<br />

Ambientales de Southern Illinois University,<br />

y otra maestría en Planificación Ambiental<br />

de la Universidad de Puerto Rico en Río<br />

Piedras. Maysonet posee amplia experiencia<br />

de trabajo en el servicio público, ha fungido<br />

como director de la Oficina para la Preparación<br />

del Plan de Uso de Terrenos de Puerto<br />

Rico, administrador de la Administración<br />

del Departamento de Recursos Naturales<br />

y como subdirector ejecutivo de la Autoridad<br />

de Desperdicios Sólidos. Además, se ha<br />

desempeñado como profesor universitario<br />

de la Escuela de Asuntos Ambientales de la<br />

UMET y de la Escuela Graduada de Planificación<br />

de la UPR.<br />

Ángel M. Rodríguez Alonso<br />

es arquitecto paisajista<br />

egresado de Louisiana<br />

State University y<br />

próximamente recibirá<br />

su grado de planificador<br />

de la Escuela Graduada<br />

de Planificacion de la UPR. Su firma AMRA<br />

Landscape Architects ha colaborado con varios<br />

arquitectos en proyectos como: el Edificio<br />

de Fomento en Hato Rey, el Complejo<br />

8 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

Deportivo Roberto Clemente, el Parque de la<br />

Paz (municipio de San Juan), el Parque de las<br />

Luces, el Parque Rivera Sur (Carolina), y el<br />

natatorio de Mayagüez. Intervino en el programa<br />

de Paradores de Puerto Rico, también<br />

en las fases de análisis, diseño y construcción<br />

de los Baños de Coamo, la Hacienda Juanita<br />

y de la Hacienda Gripiñas. Realizó proyectos<br />

en el Jardín Botánico de la UPR dentro de<br />

los cuales se destacan el Jardín Monet y el<br />

Jardín de Esculturas. El tema de su tesis para<br />

obtención de grado fue la realización de un<br />

plan conceptual para el desarrollo del turismo<br />

sostenible en el bosque de Cercadillo de<br />

Cayey. Es miembro del American Society of<br />

Landscape Architects y del CAAPPR.<br />

Leslie M. Rosado Sánchez<br />

es natural de Manatí.<br />

Posee un bachillerato en<br />

Ciencias Políticas y una<br />

maestría en Planificación<br />

Urbana de la Escuela<br />

Graduada de Planificación (UPR). Además,<br />

es planificadora profesional licenciada. Trabajó<br />

en el municipio de Manatí por 20 años,<br />

desempeñándose como encargada de las adquisiciones<br />

y expropiaciones, secretaria municipal<br />

y secretaria de la Junta de Subastas y<br />

directora del Departamento de Planificación<br />

y Ordenación Territorial, donde fue parte de<br />

INTENOR y secretaria de la Corporación<br />

Atenas Pineapple. En el 2009, fue nombrada<br />

miembro asociado de la Junta de Planificación<br />

y miembro de la Junta Examinadora<br />

de Planificadores.<br />

CAAPPR EDUCA<br />

SOBRE NUEVOS<br />

CÓDIGOS DE<br />

CONSTRUCCIÓN<br />

El primero de marzo comenzó el<br />

periodo de transición para la adopción<br />

de los nuevos códigos de construcción<br />

que sustituyen el Uniform<br />

Building Code 1997. El nuevo Puerto<br />

Rico Building Code 2011 incluye<br />

enmiendas locales a nueve códigos de<br />

construcción del International Code<br />

Council 2009, que incluyen nuevos<br />

requisitos para sismos, vientos con velocidad<br />

de huracán y conservación de<br />

energía, entre otros.<br />

El Colegio de Arquitectos y Arquitectos<br />

Paisajistas de Puerto Rico<br />

está ofreciendo una serie completa de<br />

cursos para capacitar a arquitectos y<br />

otros profesionales de las construcción<br />

con los códigos que integran el Puerto<br />

Rico Building Code 2011. Este es un<br />

esfuerzo en el que participan también<br />

la Oficina de Gerencia de Permisos<br />

(OGPe), el Federal Emergency Management<br />

Agency (FEMA) y el International<br />

Code Council (ICC), Colegio<br />

de Ingenieros y Agrimensores de Puerto<br />

Rico, la Asociación de Contratistas<br />

Generales de Puerto Rico y la Asociación<br />

de Constructores de Hogares de<br />

Puerto Rico.<br />

El ciclo se extenderá hasta noviembre<br />

de 2011 y cubrirá todo lo<br />

incluido en el nuevo Puerto Rico<br />

Building Code 2011. Los seminarios<br />

serán ofrecidos por expertos del ICC<br />

y se otorgarán créditos de educación<br />

continua.<br />

Para información sobre el ciclo<br />

de seminarios llame al CAAPPR<br />

al 787.724.1213, extensiones 101 ó<br />

106, o escriba a cesteves@caappr.org o<br />

jcorrea@caappr.org.


<strong>ENTORNO</strong>NOTICIASN.18<br />

CHARRETTE EXPLORA “LA CIUDAD DEL FUTURO”<br />

El impacto del cambio climático<br />

sobre las ciudades del futuro ha sido<br />

el eje de un taller de diseño arquitectónico<br />

celebrado recientemente por<br />

el CAAPPR, en el que participaron<br />

estudiantes de arquitectura de la Universidad<br />

de Puerto Rico y la Universidad<br />

Politécnica de Puerto. El taller<br />

contó con la colaboración de la Cámara<br />

de Comercio, y fue denominado<br />

“Charrette de Diseño: Ciudades del<br />

Futuro”.<br />

A lo largo de una semana 45 estudiantes,<br />

guiados por cuatro profesores<br />

y un grupo de asesores, desarrollaron<br />

propuestas concretas para una visión<br />

de desarrollo estratégico para las zonas<br />

El pasado 24 de febrero el Colegio<br />

de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas<br />

de Puerto Rico (CAAPPR)<br />

y la Cámara de Comercio de Puerto<br />

Rico firmaron un acuerdo que persigue<br />

maximizar oportunidades de colaboración<br />

y mutuo beneficio. Entre<br />

las iniciativas que este acuerdo ha hecho<br />

posible se encuentra el Charrette<br />

Ciudades del Futuro que se desarrolló<br />

a finales de febrero y que estará exhibiéndose<br />

en diversos puntos de la Isla.<br />

Tanto el CAAPPR como la Cámara de<br />

Comercio están comprometidos con el<br />

de Hato Rey, la bahía de San Juan, la<br />

comunidad Vietnam entre los municipios<br />

de Cataño y Guaynabo, y el barrio<br />

Palmer, en Río Grande. “Con esta iniciativa,<br />

el CAAPPR aspira a que las estrategias<br />

de diseño y conclusiones aquí<br />

proyectadas amplíen la búsqueda de<br />

soluciones que sirvan igualmente los<br />

intereses del país, de la región y de las<br />

comunidades a través de un desarrollo<br />

balanceado y sostenible que impulse<br />

el desarrollo económico y nos proporcione<br />

un mejor ambiente construido”,<br />

explicó el Arq. Rafael Castro Montes<br />

de Oca, presidente del Colegio.<br />

Este es el séptimo taller que realiza<br />

el CAAPPR para colaborar con el<br />

Algunas de las visualizaciones desarrolladas para las distintas propuestas<br />

Acuerdo de colaboración CAAPPR-Cámara de Comercio<br />

desarrollo profesional y empresarial de<br />

sus miembros e interesan fomentar el<br />

fortalecimiento de la economía.<br />

La alianza representa beneficios a<br />

los miembros del CAAPPR que ingresen<br />

como miembros a la Cámara de<br />

Comercio, entre los que se encuentran:<br />

cabildeo, publicaciones electrónicas,<br />

oportunidades de educación y capacitación,<br />

seminarios para pequeños y<br />

medianos negociantes, asesoría individual<br />

a negocios de familia, networking<br />

y otros.<br />

sector público y las comunidades en la<br />

búsqueda de soluciones que propendan<br />

a mejorar la calidad del ambiente<br />

construido. La iniciativa persigue demostrar<br />

cómo la arquitectura puede<br />

ofrecer soluciones para los problemas<br />

urbanos. Los resultados del taller fueron<br />

reseñados por la prensa y se presentaron<br />

en el CAAPPR, en la sede de<br />

la Cámara de Comercio y durante el<br />

Foro de Energía “El Cambio Climático<br />

y el Impacto en tu Negocio” coordinado<br />

por la Cámara de Comercio. La<br />

muestra de los proyectos continuará<br />

exhibiéndose a lo largo del año en diversos<br />

puntos.<br />

De izquierda a derecha: el Ing. Raúl Gayá,<br />

presidente de la Cámara de Comercio y el<br />

Arq. Rafael Castro Montes de Oca,<br />

presidente del Colegio de Arquitectos y<br />

Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico<br />

CAAPPR 9<br />

<strong>ENTORNO</strong> NOTICIAS


<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA<br />

Curitiba Título •del<br />

artículo<br />

Portland •<br />

Copenhague •<br />

tres modelos<br />

de transparencia<br />

y continuidad<br />

María A. Juncos Gautier<br />

Fotos suministradas por los gobiernos<br />

de las respectivas ciudades, salvo<br />

aquellas Nombre indicadas del Autor<br />

Curitiba (Brasil), Portland (Estados<br />

Unidos) y Copenhague (Dinamarca):<br />

América del Sur, América del<br />

Norte y Europa; tres culturas y realidades<br />

económicas, sociales y ambientales<br />

diferentes, tres ciudades distantes en<br />

distintos continentes, hemisferios y latitudes,<br />

reconocidas como modelos en<br />

la planificación urbana y en el uso del<br />

terreno. A mediados del siglo pasado<br />

todas integraron una serie de acciones<br />

determinantes, basadas en el buen juicio<br />

y en una visión clara, con el objetivo<br />

de proteger la calidad de vida de<br />

sus futuros ciudadanos. ¿Qué hicieron<br />

estas ciudades para que hoy día sean<br />

tan reconocidas?<br />

• Asumieron un compromiso real con<br />

la planificación estratégica integral,<br />

transparente y participativa.<br />

• Desarrollaron un plan para el uso<br />

del terreno que, independientemen-<br />

te del gobierno de turno, ha sido res-<br />

petado por todos los sectores, y se<br />

le ha dado continuidad con un norte<br />

claro de hacia dónde se quiere ir, por<br />

dónde y cómo.<br />

• Los líderes han tenido una visión<br />

humanista, no tecnócrata, y la vo-<br />

luntad de trascender sus afiliaciones<br />

político-partidistas para proteger el<br />

bien común.<br />

Pudiese lucir imposible para los<br />

puertorriqueños, pero así lo hicieron:<br />

planificaron a largo plazo. En Puerto<br />

CAAPPR<br />

Rico parecería no importar ni el futuro<br />

y ni el derecho de las generaciones venideras<br />

a vivir en un ambiente digno.<br />

Se han elaborado planes y normas en<br />

la dirección correcta, pero las reglas del<br />

juego cambian cada cuatro años. Los<br />

líderes de turno improvisan ante la inquietud<br />

continua de mover la economía<br />

a corto plazo, aunque sea a costa<br />

del bien común, motivados por cerrar<br />

el cuatrienio con indicadores positivos<br />

de crecimiento económico para así<br />

servir a sus intereses particulares. Ha<br />

faltado voluntad política para implantar<br />

y hacer cumplir los planes y normas<br />

más allá de esos intereses. No es<br />

que tengamos mala suerte; la dinámica<br />

relacionada con el desenfreno por ganar<br />

elecciones también se observa en<br />

países con sistemas políticos y económicos<br />

similares. Ante esta realidad, los<br />

modelos de planificación de las ciudades<br />

de Curitiba, Portland y Copenhague<br />

sirven de ejemplo para el mundo,<br />

pues aunque no les han faltado retos,<br />

se han encaminado en la dirección correcta.<br />

A continuación examinamos<br />

la manera en que lo lograron, desde<br />

la perspectiva de la planificación del<br />

uso del terreno, con un desarrollo que<br />

dio prioridad a la planificación temprana,<br />

clara, estable y continua, hasta<br />

la dedicación de líderes claves que<br />

aportaron a la historia exitosa de<br />

estas ciudades.<br />

Curitiba (Brasil) Portland (Estados Unidos) Copenhague (Dinamarca)<br />

11<br />

MARíA A. JUNCOS GAUTIER MARíA A. JUNCOS GAUTIER


Curitiba<br />

Aunque la planificación urbana en<br />

Curitiba (capital del estado de Paraná,<br />

Brasil) comenzó a tomar auge en 1943<br />

con el llamado Plan Agache, fue entre<br />

1964 y 1965 cuando se estableció la<br />

política urbana definitiva que aún sigue<br />

en vigor: la elaboración del Plan<br />

Director de Desarrollo y el establecimiento<br />

del Instituto de Investigación<br />

y Planificación Urbana de Curitiba<br />

(IPPUC, por sus siglas en portugués).<br />

Previo a esto, ocurrieron otros dos<br />

acontecimientos importantes. Uno<br />

fue la elaboración del primer Plan<br />

de Transporte Colectivo (1955), que<br />

dividió la ciudad en ocho regiones y<br />

entregó cada una de ellas a empresas<br />

concesionarias; sistema que fue reestructurado<br />

en 1974 con la inauguración<br />

de la línea de autobuses expreso y<br />

la Red Integrada de Transporte (RIT).<br />

El otro fue la creación en 1963 de la<br />

Urbanização de Curitiba S/A o URBS,<br />

primero como empresa de urbanización<br />

y luego como empresa administradora<br />

de la RIT, de donde pasó a ser<br />

la concesionaria de las líneas para las<br />

compañías permisionarias.<br />

A partir de 1965 los detalles del<br />

Plan Director fueron desarrollados<br />

por el IPPUC, con un equipo interdisciplinario<br />

de profesionales a cargo<br />

de trabajar la planificación integral.<br />

La municipalidad promovió debates<br />

públicos (Curitiba del Mañana) para<br />

discutir con transparencia el plan y recoger<br />

el insumo de instituciones representativas<br />

de la población. Se fijó como<br />

meta la integración de las funciones de<br />

la ciudad (habitar, circular, trabajar y<br />

recrearse) con los servicios urbanos de<br />

transporte y sistema viario, y el uso del<br />

terreno pensado en conjunto. Los objetivos<br />

principales del plan estuvieron<br />

claros desde el inicio:<br />

• Cambiar la conformación radial de<br />

expansión del Plan de Agache por<br />

una lineal con corredores estructura-<br />

les que integrasen los servicios urba-<br />

nos antes mencionados<br />

• Descongestionar el área central y<br />

preservar el centro tradicional<br />

• Contener la población de Curitiba<br />

dentro de sus límites físico-territoriales<br />

12 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

Vista aérea de la ciudad de Curitiba<br />

Antes y después del Eje Norte de densificación urbana, Curitiba<br />

• Crear un sostén económico al desa-<br />

rrollo urbano<br />

• Garantizar los equipamientos de<br />

toda la ciudad<br />

Tras una amplia discusión pública,<br />

el Plan Director fue implementado en<br />

1971, bajo la dirección del arquitecto<br />

y planificador Jaime Lerner, alcalde de<br />

Curitiba durante varios términos no<br />

consecutivos y también gobernador de<br />

Paraná por dos términos consecutivos.<br />

Según delineado por el Plan Director,<br />

en cuya elaboración había participado<br />

Lerner, la ciudad fue conformándose<br />

mediante zonificaciones sucesivas que<br />

establecieron los parámetros de ocupación<br />

para orientar las inversiones públicas<br />

y dirigir las iniciativas del sector<br />

privado.<br />

En 1975 se aprobó la Ley de Zonificación<br />

y Uso del Suelo, que definió<br />

las zonas que se desarrollarían, recuperarían<br />

y conservarían. Se fijaron las<br />

áreas exclusivas para peatones, parques<br />

y áreas verdes, y se estableció la preservación<br />

de cuencas y del sector histórico.<br />

La ley especificó, además, dónde<br />

y qué se podía construir, el uso de las<br />

construcciones según la zona, los parámetros<br />

para densificar las áreas cercanas<br />

a los corredores principales de<br />

transporte, y los mecanismos legales<br />

de los que se servirían para desalentar<br />

grandes proyectos de desarrollo cerca<br />

de las vías menores y en las zonas rurales.<br />

La ley dispuso de incentivos que<br />

fomentaban la preservación de ciertas<br />

áreas por el desarrollo de otras para in-


yectar un fuerte sentido ecológico a la<br />

ciudad. El Plan Director y la Ley de<br />

Zonificación y Uso de Suelo estructuraron<br />

el crecimiento de la ciudad por<br />

los ejes lineales de transportación colectiva<br />

con zonificaciones claras y consistentes.<br />

Lerner entendió que un buen sistema<br />

con autobuses era la opción más<br />

sensata y costo-efectiva para desarrollar<br />

la RIT, dado el presupuesto de la ciudad<br />

en 1971. El RIT de Curitiba, estudiado<br />

e imitado en otras ciudades por<br />

su éxito, no consta de trenes, sino de<br />

autobuses. Comenzó a tomar su forma<br />

actual en el 1974, y consiste en cinco<br />

ejes lineales que conectan el centro<br />

urbano a través de líneas expreso y alimentadoras<br />

con terminales de integración<br />

en las ocho regiones de la ciudad.<br />

También posee líneas entre barrios,<br />

y líneas rápidas que suplen puntualmente<br />

la demanda a destinos en horas<br />

pico. Otras líneas suplen servicios especiales,<br />

como la inter-hospitales y la<br />

turística. La RIT fue consolidada para<br />

permitir que los usuarios, con el pago<br />

de una tarifa única, realizasen distintos<br />

trayectos con facilidad, a través de los<br />

terminales regionales o del sistema conocido<br />

como «estaciones tubo» (por su<br />

diseño cilíndrico).<br />

Lerner también hizo que el municipio<br />

comprase terrenos baldíos —<br />

algunos de los cuales eran antiguas<br />

canteras — para recuperarlos como<br />

parques, y los valles inundables para<br />

convertirlos también en parques o bosques<br />

urbanos que permitiesen el drenaje<br />

natural por la ciudad y así controlar<br />

las inundaciones pluviales. Hoy por<br />

hoy, Curitiba tiene más de 50 metros<br />

cuadrados de área verde por habitante,<br />

lo que contribuye a la calidad ambiental<br />

y la calidad de vida de los<br />

curitibanos.<br />

El énfasis en la transportación<br />

colectiva sobre la transportación individual<br />

fue el motor principal para integrar<br />

el desarrollo de las funciones y<br />

de los servicios básicos de Curitiba, lo<br />

que se conoce en inglés como Transit<br />

Oriented Development (TOD). Hoy<br />

día la confiabilidad y eficiencia del sistema<br />

hace que el 40% de la población<br />

citadina use el transporte colectivo<br />

para ir al trabajo.<br />

La necesidad de conservar áreas verdes<br />

para el futuro también le fue dando<br />

forma a la urbe. Ambos aspectos, pilares<br />

para ciudades sustentables, comenzaron<br />

a ser realidad en la década<br />

del setenta con el Plan Director y la<br />

RIT. A pesar de que hubo cambios en<br />

la dirección de la alcaldía, la continuidad<br />

del Plan Director impulsado por<br />

Lerner fue posible gracias a la amplia<br />

participación y al apoderamiento de la<br />

ciudadanía en la elaboración de una visión<br />

común con estrategias medulares.<br />

Ningún político ha podido dar marcha<br />

atrás a esta realidad.<br />

Esquema urbano y red vial, Curitiba Esquema de transporte, Curitiba<br />

Límite de crecimiento urbano claramente<br />

definido, Portland<br />

Portland<br />

En la ciudad de Portland (estado<br />

de Oregón, Estados Unidos) se comenzó<br />

a planificar el uso del terreno con el<br />

entendimiento de que «crecimiento»<br />

no es sinónimo de «progreso». Desde<br />

la década del setenta, la conexión<br />

estrecha que existe entre el desarrollo<br />

económico local, la protección del ambiente<br />

y los terrenos agrícolas estaba<br />

clara. Como resultado, controlaron y<br />

ordenaron el crecimiento urbano con<br />

un enfoque de apoyo a la economía<br />

regional.<br />

En 1973, bajo la influencia del<br />

gobernador del estado, Tom McCall,<br />

se aprobó una serie de normativas<br />

para la planificación regional del uso<br />

del terreno a través del Proyecto de<br />

Ley Núm. 100. Esta legislación fue la<br />

primera de su tipo en Estados Unidos,<br />

y requería que cada ciudad y condado<br />

de Oregón desarrollase un plan comprensivo<br />

para sus áreas territoriales.<br />

También exigía establecer un límite<br />

al crecimiento suburbano (llamado<br />

UGB o Urban Growth Boundary) alrededor<br />

de las ciudades y los distritos<br />

de uso exclusivo agrícola (EFU o Exclusive<br />

Farm Use). Portland estableció<br />

su límite de crecimiento en 1979, y se<br />

separaron claramente las áreas urbanas<br />

(zonificadas para la recuperación urbana<br />

y el desarrollo más denso) de las<br />

áreas rurales (con normativas estrictas<br />

para proteger el carácter rural). Esto<br />

fue atípico en la década de los setenta,<br />

cuando el uso del terreno giraba completamente<br />

alrededor del automóvil y<br />

muchos centros urbanos comenzaron<br />

a ser abandonados por nuevas construcciones<br />

suburbanas a lo largo de las<br />

carreteras interestatales. McCall fue<br />

CAAPPR 13<br />

<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA


gobernador entre 1967 y 1975, año<br />

en que fundó junto a otros ciudadanos<br />

destacados la entidad sin fines de<br />

lucro 1000 Friends of Oregon, cuya<br />

meta principal fue proteger al estado<br />

del crecimiento suburbano desparramado<br />

y velar por el cumplimiento de<br />

los planes territoriales.<br />

Una madurez cívica y política sin<br />

igual fue demostrada en 1978, cuando<br />

los ciudadanos aprobaron por voto<br />

directo una medida legislativa estatal<br />

para establecer el primer gobierno<br />

regional metropolitano de Estados<br />

Unidos, conocido como Metro. Sus<br />

concejales son escogidos cada cuatro<br />

años por voto directo y mérito propio,<br />

sin el respaldo de los partidos políticos.<br />

La misión principal de Metro es<br />

manejar con políticas públicas claras<br />

y consistentes las necesidades de crecimiento<br />

de la región dentro del límite<br />

establecido por los planes territoriales<br />

de cada ciudad y condado. Metro también<br />

atiende asuntos regionales, como<br />

la transportación, la conservación, el<br />

manejo del agua y demás recursos naturales,<br />

y el manejo de los desperdicios<br />

sólidos.<br />

Entre 1992 y 1994 Metro trabajó<br />

junto a la ciudadanía para desarrollar<br />

una visión con pautas claramente definidas<br />

a la hora de tomar decisiones, según<br />

los valores que querían conservar<br />

para el futuro y utilizando varios modelos<br />

de desarrollo para la región. La<br />

participación fue tan amplia y transparente<br />

que incluyó:<br />

Esquema de transporte colectivo, Portland<br />

14 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

Mercado agrícola de los sábados, Portland<br />

Mapa regional, ciudad de Portland<br />

MARíA A. JUNCOS GAUTIER


MARíA A. JUNCOS GAUTIER<br />

1. Anuncios informativos en los di-<br />

versos medios de comunicación<br />

2. Un cuestionario sobre metas rela-<br />

cionadas con la calidad de vida, en-<br />

viado a más de 50,000 hogares<br />

3. Decenas de reuniones, talleres y foros<br />

4. Una línea telefónica para proveer<br />

información y recoger comentarios<br />

5. Una encuesta sobre diversas estrate-<br />

gias de desarrollo, cuyos cuestiona-<br />

rios se enviaron a 70,000 hogares y<br />

se distribuyeron en comercios,<br />

bibliotecas y mediante la prensa<br />

e Internet<br />

6. Presentaciones a cientos de organi-<br />

zaciones cívicas y comunitarias<br />

7. El envío de un boletín informativo<br />

a 65,000 residentes interesados<br />

Como resultado, se adoptó en<br />

1995 el 2040 Growth Concept (Concepto<br />

de Crecimiento 2040), una visión<br />

en común con un modelo determinado<br />

de desarrollo regional hacia el<br />

2040. Entre 1996 y 1997, también se<br />

adoptaron planes estructurales y funcionales<br />

para hacer realidad el Concepto<br />

de Crecimiento 2040 con una serie<br />

de políticas y herramientas de planificación<br />

para el uso del suelo ligadas a<br />

alternativas de transportación. Estos<br />

planes permitieron que las jurisdicciones<br />

locales desarrollaran sus zonas urbanas<br />

de forma coordinada, ordenada<br />

y eficiente, mediante la protección de<br />

los recursos naturales y de la calidad de<br />

vida de los ciudadanos.<br />

Transporte urbano diversificado:<br />

tranvía y bicicletas<br />

Calle principal cerrada al tránsito vehicular, centro de Copenhague<br />

Copenhague<br />

La ciudad de Copenhague, capital<br />

de Dinamarca, tuvo un plan metropolitano<br />

para el uso del terreno desde<br />

la primera mitad del siglo XX, ante la<br />

preocupación del crecimiento urbano<br />

descontrolado tras su industrialización.<br />

En 1922 se creó el Instituto de Planificación<br />

del Pueblo Danés, y en 1947<br />

la ciudad estableció The Finger Plan<br />

(Plan de los Cinco Dedos), un plan de<br />

desarrollo urbano llamado así por tener<br />

la forma de una mano imaginaria<br />

sobre el mapa territorial, con los dedos<br />

como ejes de desarrollo que siguen las<br />

líneas del tren y la palma como el centro<br />

metropolitano. Entre esas líneas se<br />

dejaron extensos campos verdes para la<br />

conservación y la agricultura, mientras<br />

los núcleos residenciales fueron localizados<br />

a no más de un kilómetro alrededor<br />

de las estaciones del tren como<br />

mini-ciudades-jardines. De esta forma,<br />

los residentes tienen extensos espacios<br />

naturales a distancias cortas a pie o en<br />

bicicleta, así como fácil acceso al transporte<br />

público.<br />

Aunque el Plan de los Cinco Dedos<br />

ha sido modificado en los últimos<br />

cincuenta años, siempre ha seguido su<br />

dirección y estructura original, dirigidos<br />

a:<br />

• Asegurar el diseño urbano compacto<br />

alrededor del transporte colectivo<br />

• Reestructurar los lugares de trabajo<br />

CAAPPR 15<br />

MARíA A. JUNCOS GAUTIER<br />

<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA


Transporte urbano diversificado: tranvía y bicicletas<br />

Plan conceptual de los Cinco Dedos,<br />

Copenhague<br />

de acuerdo con las estaciones del sis-<br />

tema de transporte<br />

• Realzar y transformar el área del<br />

puerto<br />

• Fortalecer los aspectos que hacen<br />

que Copenhague sea reconocida<br />

como “verde” (por ejemplo, minimi-<br />

zando el uso del auto y fortaleciendo<br />

el uso de la bicicleta y los espacios<br />

peatonales)<br />

• Restaurar y mantener la calidad his-<br />

tórica y la diversidad de ciertos<br />

distritos en la ciudad<br />

Paralelo al Plan de los Cinco Dedos,<br />

la red de trenes de transporte<br />

colectivo desempeñó un papel importante<br />

en el ordenamiento de la ciudad,<br />

que actualmente cuenta con tres redes<br />

(la red de larga distancia, la suburbana<br />

y, más recientemente, un tren me-<br />

16 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

Esquema de transporte colectivo en tren,<br />

Copenhague<br />

tropolitano), además de contar con el<br />

sistema integrado de autobuses. El primer<br />

Plan Oficial de Transportación y<br />

Tráfico se comenzó a implantar a partir<br />

del 1997, e incluyó la inauguración<br />

de las primeras vías verdes de ciclistas,<br />

integradas al sistema.<br />

La ciudad también tiene un programa<br />

para mejorar los espacios públicos<br />

y peatonalizar el centro urbano,<br />

iniciativa que comenzó desde 1962<br />

con la conversión de la calle principal<br />

del centro de la ciudad, Strøget, en<br />

una calle peatonal. Su próspero centro<br />

urbano ha excluido al automóvil de la<br />

mayoría de sus calles y es considerado<br />

uno de los más peatonales del mundo.<br />

Numerosos parques y plazas invitan<br />

a descubrir la ciudad a pie o en bicicleta<br />

y el 40% de los viajes al trabajo<br />

MARíA A. JUNCOS GAUTIER<br />

realizados por sus ciudadanos son en<br />

bicicleta. La figura clave en la reorientación<br />

gradual del diseño urbano hacia<br />

el peatón y el ciclista fue el arquitecto<br />

y consultor de la ciudad, Jan Ghel,<br />

director del Centro de Investigación<br />

para Espacios Públicos de la Escuela<br />

de Arquitectura de la Real Academia<br />

de Bellas Artes en Copenhague.<br />

Conclusión<br />

Podríamos resumir la experiencia<br />

de visitar estas tres ciudades en una<br />

frase descriptiva para cada una:<br />

• Curitiba: ciudad de parques con<br />

transportación colectiva accesible<br />

para todos<br />

• Portland: metrópolis desarrollada<br />

progresivamente con un fuerte senti-<br />

do regional, y a la vez contenida<br />

dentro de un límite acordado de<br />

crecimiento<br />

• Copenhague: ciudad que invita a<br />

descubrir a pie o en bicicleta todos<br />

sus espacios<br />

Dentro de sus enfoques particulares,<br />

todas presentan estrategias<br />

alineadas con el desarrollo compacto<br />

y de usos mixtos, orientadas hacia la<br />

transportación colectiva, a modos no<br />

motorizados de transporte, y al rescate<br />

y conservación de espacios naturales y<br />

públicos para el disfrute peatonal de<br />

sus ciudadanos.<br />

La gran transparencia y continuidad<br />

para asegurar la justicia intergeneracional<br />

y el bienestar común son<br />

esenciales en la experiencia de las tres<br />

ciudades. Contrario a Curitiba, Portland<br />

y Copenhague, en las últimas<br />

décadas los gobiernos de Puerto Rico<br />

han fracasado en crear una visión en<br />

común con genuino y amplio apoderamiento<br />

de la ciudadanía, no han sido<br />

consistentes en la aplicación de las leyes<br />

y no han dado continuidad a las<br />

propuestas para el desarrollo inteligente<br />

de nuestro terruño.


<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA<br />

El costo del<br />

desparramamiento<br />

urbano<br />

Luis García Pelatti<br />

18<br />

Fotografía aérea de uno de los primeros desarrollos suburbanos de Puerto Rico,<br />

área de Caparra Terrace, c.1950<br />

¿Qué es el desparramamiento urbano?<br />

El desparramamiento urbano es<br />

aquel desarrollo residencial o no residencial<br />

que ocurre sobre las áreas rurales<br />

no desarrolladas, apartado de las<br />

zonas urbanas existentes. También se<br />

le suele llamar suburbio, y se identifica<br />

con el desarrollo residencial de baja<br />

densidad (menos de 12 unidades por<br />

cuerda), el crecimiento urbano sin límites<br />

hacia la periferia, la localización<br />

de usos exclusivos espacialmente segregados,<br />

el desarrollo a saltos o descontinuo,<br />

y el desarrollo comercial a lo<br />

largo de las carreteras.<br />

¿De dónde sale la palabra?<br />

El desparramamiento urbano es<br />

como se ha traducido en Puerto Rico el<br />

término del inglés urban sprawl, también<br />

traducido en otros países hispanoparlantes<br />

como dispersión urbana,<br />

dispersión suburbana, urbanización<br />

por desparrame o suburbanización por<br />

desparrame. Aunque es debatible si el<br />

desparramamiento urbano fue inventado<br />

en Estados Unidos, existe consenso<br />

de que allí fue perfeccionado. El término<br />

suburbia, utilizado para referirse<br />

a lo suburbano, tiene el mismo origen.<br />

La literatura del urbanismo hace la<br />

<strong>ENTORNO</strong>18<br />

distinción entre el modelo americano<br />

de urbanismo (bajas densidades, usos<br />

exclusivos, etc.), y el modelo europeo<br />

(ciudad compacta, densa, con usos<br />

mixtos, etc.).<br />

¿Cuánto nos cuesta?<br />

El desparramamiento urbano le<br />

cuesta a Puerto Rico poco más de $1<br />

millón de dólares al día, o $403 millones<br />

al año [1]. Existe una gran diversidad<br />

de trabajos que han calculado el<br />

costo de este tipo de desarrollo, aunque<br />

muchos de los costos del desparramamiento<br />

urbano, especialmente los<br />

costos ambientales [2], no han podido<br />

cuantificarse en dinero, aunque existe<br />

una tendencia en esa dirección.<br />

Costo económico:<br />

• Infraestructura. La construcción y el<br />

mantenimiento de la infraestructura<br />

lineal (carreteras, agua, sanitario,<br />

electricidad, cable TV, etc.) del desa-<br />

rrollo desparramado cuestan entre<br />

un 50% o 100% más que en uno<br />

denso y compacto [3,4]. Algunos<br />

estudios muestran que el costo por<br />

persona de construir y mantener las<br />

infraestructuras se reduce cuando<br />

aumenta la densidad, y viceversa [5].<br />

Puerto Rico urbano: Atlas histórico de la ciudad puertorriqueña, 2004. Centro de Investigaciones CARIMAR


Desarrollo suburbano de Puerto Nuevo, el más grande de Puerto Rico y mundialmente famoso<br />

a la fecha de su construcción, c.1950<br />

• Servicios públicos. Los servicios de<br />

policía, bomberos y emergencia<br />

cuestan más en los desarrollos des-<br />

parramados simplemente por la ne-<br />

cesidad de realizar viajes más largos<br />

para proveer el servicio. Lo mismo<br />

ocurre con el correo y los servicios<br />

privados de entrega de paquetes y<br />

cartas. El costo de provisión de ser-<br />

vicios en los desarrollos desparrama-<br />

dos puede llegar a los $13,500 más<br />

por persona que en los desarrollos<br />

densos y compactos.<br />

• Educación. Crear nuevas escuelas<br />

en las periferias y áreas rurales tiene<br />

un costo adicional que no existiría<br />

en un desarrollo denso y compacto,<br />

pues el Departamento de Educación<br />

y los municipios tienen que proveer<br />

transportación para los estudiantes.<br />

Transferencia del costo al ciudadano.<br />

• Cada nueva unidad residencial en<br />

los desarrollos desparramados re-<br />

quiere más recursos de los munici-<br />

pios y del Gobierno central, que los<br />

que estos reciben a través de las con-<br />

tribuciones sobre la propiedad o de<br />

las exacciones por impacto. La car-<br />

ga económica de estos costos se pasa<br />

a todos los ciudadanos en forma de<br />

impuestos más altos y en costos<br />

de uso.<br />

• Mayor distancia de los desarrollos.<br />

Esto fuerza a realizar viajes más lar-<br />

gos para ir al trabajo o de compras,<br />

lo que significa que las familias gas-<br />

tan más dinero en carro, gasolina y<br />

mantenimiento, y tienen menos<br />

tiempo para otras actividades. Los<br />

desarrollos de usos mixtos, densos y<br />

compactos proveen una conveniente<br />

mezcla de viviendas, oficinas y co-<br />

mercios en cada comunidad, y les<br />

dan a las personas la oportunidad<br />

de caminar, montar bicicleta o tomar<br />

transporte colectivo a sus destinos.<br />

Costo ambiental:<br />

• Al pavimentar grandes parcelas de<br />

terrenos, el agua de la lluvia no pue-<br />

de empapar el terreno y filtrarse en<br />

el suelo para volver a las quebradas<br />

y ríos; el agua, en vez, pasa sobre las<br />

superficies pavimentadas para lavar<br />

los contaminantes y llevarlos consi-<br />

go a las vías fluviales. Puerto Rico<br />

tiene 24,877 km de carreteras pavi-<br />

mentadas, lo que nos pone en el sép-<br />

timo puesto a nivel mundial.<br />

• Las mayores cantidades y distancias<br />

de los viajes en carro, debido a las<br />

comunidades mal planificadas, cau-<br />

san un aumento en la contaminación<br />

Puerto Rico urbano: Atlas histórico de la ciudad puertorriqueña, 2004. Centro de Investigaciones CARIMAR<br />

ambiental. Los vehículos de motor<br />

son la mayor fuente de la contami-<br />

nación atmosférica asociada al<br />

incremento de cáncer y otras enfer-<br />

medades. Estos emiten más de 18<br />

millones de toneladas cada año en<br />

contaminantes [6]. En áreas de de-<br />

sarrollos desparramados se reportan<br />

mayor número de días con máximos<br />

niveles de ozono, estadísticas de im-<br />

portancia para Puerto Rico, donde<br />

las enfermedades crónicas de vías<br />

respiratorias son la octava causa<br />

de muerte.<br />

• Se pierden los terrenos agrícolas, se<br />

comprometen las reservas naturales<br />

y se destruyen hábitats de vida silves-<br />

tre. Cada año mas de 16,000 cuer-<br />

das de áreas verdes y terrenos agríco-<br />

las son destruidos por desarrollos<br />

desparramados y de baja densidad.<br />

• Se causa un impacto adverso incal-<br />

culable sobre nuestro paisaje natural<br />

que se está perdiendo con la cons-<br />

trucción de estructuras en áreas<br />

rurales que ponen en peligro las<br />

visuales de lugares como El Yunque,<br />

Guajataca y las Tetas de Cayey-<br />

Salinas, lo que debilita la competiti-<br />

vidad de Puerto Rico en el mercado<br />

del turismo y del turismo de<br />

naturaleza.<br />

Costo social:<br />

• Los desarrollos sin planificación no<br />

dejan otra alternativa que tener que<br />

guiar para ir a cualquier destino.<br />

Puerto Rico ocupa la posición nú-<br />

mero cinco en cuanto a abundancia<br />

de vehículos de motor con 617 ve-<br />

hículos de motor por cada 1,000 per-<br />

sonas [7]. Los tapones resultantes<br />

nos quitan tiempo de las cosas im-<br />

portantes de la vida, como trabajar o<br />

estar con la familia y amigos, o sim-<br />

plemente descansar. En Puerto Rico<br />

solo el 5.3% de las personas van en<br />

transporte público al trabajo.<br />

• El aumento en tráfico y viajes sig-<br />

nifica aumentos en las tasas de ac-<br />

cidentes de tráfico (en Puerto Rico se<br />

producen 270,000 accidentes al<br />

año). En el 2009 se produjeron 349<br />

muertes por accidentes de tráfico<br />

(108 fueron peatones y 15 fueron ci-<br />

clistas), los cuales nos cuestan $752.2<br />

millones al año [8]. Los accidentes<br />

CAAPPR 19<br />

<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA


Fotografía aérea del desparrame urbano de San Juan, vista hacia el noroeste sobre la autopista Luis A. Ferré. c.2000<br />

de tránsito son la novena causa de<br />

muerte entre los puertorriqueños.<br />

Los residentes de las áreas desparra-<br />

madas tienen una mayor probabili-<br />

dad de sufrir un accidente de carro.<br />

• La ausencia de centros urbanos y de<br />

un sentido de lugar resulta en la falta<br />

de solidaridad, reduce la participa-<br />

ción cívica, aumenta la segregación<br />

social y económica, y disminuye la<br />

calidad de vida. El tiempo que se de-<br />

dica a los viajes aumenta la tenden-<br />

cia a que las personas reporten<br />

dolores de espalda, enfermedades<br />

cardiovasculares y estrés. También se<br />

aumenta la agresividad de los con-<br />

ductores impacientes y molestos.<br />

• Los desarrollos desparramados no<br />

proveen alternativas adecuadas para<br />

peatones y ciclistas, y fomentan un<br />

estilo de vida sedentario. Sin estas al-<br />

ternativas, la gente está más pro-<br />

pensa a usar el carro en lugar de ir en<br />

bicicleta o caminando al trabajo,<br />

a estudiar, a hacer los recados o a<br />

recrearse. Puerto Rico tiene un<br />

62.9% de tasa de obesidad, la cifra<br />

20 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

más alta de todos los estados y te-<br />

rritorios estadounidenses [9]. Solo<br />

el 4.1% de las personas caminan a<br />

su trabajo.<br />

¿A quién le cuesta?<br />

Muchos puertorriqueños piensan<br />

que el desparramamiento urbano es<br />

el resultado inevitable de un sistema<br />

económico que demanda eficiencia y<br />

bajos costos, sobre todo cuando esta<br />

es la manera como vive la abrumadora<br />

mayoría de los ciudadanos, y como<br />

han vivido también sus padres. Pero<br />

esta supuesta eficiencia económica es<br />

un mito: el desarrollo desparramado<br />

nos cuesta más que si se estableciera<br />

un desarrollo ordenado y planificado<br />

de nuestras ciudades. Lo que ocurre es<br />

que el costo real del desparramamiento<br />

se diluye a través de una serie de costos<br />

que no percibimos, pero que en verdad<br />

todos los ciudadanos terminamos<br />

pagando.<br />

La Asociación de Constructores de<br />

Hogares de Puerto Rico ha planteado<br />

de manera continua que los costos de<br />

desarrollar una vivienda en un área urbanizada<br />

es más costoso que construirla<br />

en terrenos vacantes de la periferia.<br />

Pero la realidad es que nunca se han<br />

presentado datos sobre lo que verdaderamente<br />

cuesta construir en Puerto<br />

Rico, pues implicaría revelar también<br />

cuáles son las ganancias. Los desarrolladores<br />

descubrieron que al construir<br />

casas en terrenos alejados de las áreas<br />

urbanas, logran precios más bajos de la<br />

tierra. Pero esta reducción no siempre<br />

se refleja al final sobre el precio de la<br />

vivienda para el consumidor; a veces<br />

solo se logra un aumento en la ganancia<br />

del desarrollador.<br />

El desparramamiento urbano les<br />

cuesta a la AAA, a la AEE, al DTOP,<br />

al Departamento de Educación, al Departamento<br />

de Salud, a los municipios<br />

y a cada uno de nosotros —que pagamos<br />

mayores impuestos para costear<br />

los gastos y subsidios del Estado—.<br />

Siempre escuchamos “el Estado somos<br />

todos”, pero en realidad los ciudadanos<br />

no entienden como suyos los<br />

Pedro Martínez de Aerial/Architectural Photography, Inc. en San Juan 2000, Centro de Investigaciones CARIMAR


gastos que realiza el Gobierno o los<br />

municipios (otra razón por la cual el<br />

desparramamiento continúa).<br />

Una semana en la vida suburbana<br />

Con el fin de identificar costos<br />

sociales para una típica madre suburbana,<br />

durante una semana (lunes a domingo)<br />

del mes de abril de 2011, se<br />

midieron la millas recorridas, el tiempo<br />

y los viajes realizados por una residente<br />

de una urbanización de Gurabo<br />

y empleada de gobierno en Santurce.<br />

Durante esa semana realizó 28<br />

viajes al trabajo, para recoger los niños,<br />

llevarlos a hacer deporte o diversión,<br />

recorrió 313 millas y estuvo en el carro<br />

durante 13 horas y 10 minutos. Si extrapolamos<br />

estos datos a todo un año,<br />

una madre suburbana promedio realiza<br />

1,456 viajes, recorre 16,276 millas<br />

y está sentada en un carro durante 28<br />

días y medio, al año. Solo en gasolina<br />

gasta $2,600.<br />

¿Por qué el desparramamiento urbano<br />

sigue desparramándose?<br />

Las razones por las cual este modelo<br />

de desarrollo continúa se resumen<br />

en dos. Primero, por un sistema<br />

de planificación que fomenta la ausencia<br />

de planes para guiar el desarrollo<br />

y el uso de reglamentos de calificación<br />

de suelo diseñados para los suburbios<br />

(Reglamento Conjunto), complementado<br />

con que los responsables públicos<br />

no creen en regular los usos del suelo,<br />

pues entienden que debe ser el mercado<br />

(los desarrolladores) el que marque<br />

las pautas. En segundo lugar, porque<br />

el modelo económico, financiero y<br />

fiscal que tenemos impide asignar los<br />

costos que genera el desparramamiento<br />

a los que lo producen y transfiere<br />

estos costos, en vez, a los ciudadanos<br />

en general.<br />

Un ejemplo claro es el Reglamento<br />

de Exacción por Impacto de la<br />

Autoridad de Carreteras y Transportación,<br />

que trata igual a los impactos<br />

que produce un desarrollo denso que<br />

a uno de baja densidad; cuando toda<br />

la literatura muestra que los usos densos<br />

generan menos tráfico que los de<br />

baja densidad. Esto crea un sistema<br />

regresivo donde los desarrollos densos<br />

y compactos —y en muchos casos los<br />

residentes menos ricos— subsidian el<br />

desparramamiento, pagando más de lo<br />

que les corresponde.<br />

¿Un futuro desparramado?<br />

No veo ninguna tendencia contundente<br />

que muestre que el modelo<br />

de desarrollo basado en bajas densidades<br />

y usos segregados vaya a cambiar<br />

en el mediano y corto plazo. Las fuerzas<br />

políticas que han gobernado por<br />

los pasados años no han tenido nunca<br />

la intención de cambiar el modelo<br />

de urbanismo, aunque ciertos jefes de<br />

agencia pudieran haber tenido “buenas<br />

intenciones”, pero como dice el refrán:<br />

“El camino al infierno está empedrado<br />

de buenas intenciones”. Por el momento<br />

continuaremos en este infierno<br />

de desparramamiento dominado por<br />

el pensamiento neoliberal de libre<br />

mercado, esperando que los desarrolladores<br />

quieran construir ciudades y que<br />

los puertorriqueños amanezcamos un<br />

día pidiendo vivir en la ciudad.<br />

Ni siquiera nuestros mejores alcaldes<br />

han logrado cambiar la tendencia y<br />

hacer ciudad. Vivimos en un gran mar<br />

de urbanizaciones, y solo un pequeño<br />

grupo podemos vivir en trozos de ciudad<br />

que han logrado nacer o sobrevivir<br />

el modelo del desparramamiento.<br />

Mientras nuestros gobernantes mantengan<br />

sus mentes suburbanas, serán<br />

incapaces de proponer soluciones y<br />

comprender la complejidad de los problemas<br />

urbanos.<br />

Los datos del último censo de<br />

población nos confirman lo que ya<br />

veíamos en las fotos aéreas: que el<br />

desplazamiento de la población junto<br />

a las urbanizaciones y centros comerciales<br />

continúa hacia los municipios<br />

mas alejados del Área Metropolitana.<br />

Este constante desplazamiento no es<br />

producto de los que huyen de nuestras<br />

escasas “áreas urbanas” o trozos de<br />

ciudad, sino que el desparramamiento<br />

está alimentado por las personas que<br />

escapan del mismo desparramamiento,<br />

en un círculo vicioso que no deja<br />

de producir ganancias para quienes lo<br />

producen, y pérdidas para quienes lo<br />

consumen.<br />

CAAPPR<br />

Notas y referencias:<br />

(1) Cálculo basado en una extrapolación<br />

de los costos establecidos para Estados Unidos<br />

por el trabajo de Robert W. Burchell, A.<br />

Downs, B. McCAnn, y S. Mukherji (2005),<br />

Sprawl Costs: Economic Impacts of Unchecked<br />

Develoment. Island Press. A los estadounidenses<br />

les cuesta $81 millones al día o $31 billones<br />

al año.<br />

(2) Para un análisis exhaustivo sobre los<br />

costos del desparramamiento urbano véase Real<br />

State Research Corporation (1974), The Costs<br />

of Sprawl: Detailed Cost <strong>Ana</strong>lysis. CEQ, HUD<br />

and EPA; Another Cost of Sprawl. The Effects of<br />

Land Use on Wastewater Utility Costs (http://<br />

www.nrdc.org/cities/smartgrowth/cost/costinx.asp);<br />

A Guide to Impact Fees and Housing<br />

Affordability. (2008) Arthur C. Nelson, Liza<br />

K. Bowles, Julian C. Juergensmeyer, James C.<br />

Nicholas. Island Press; Sierra Club, The Dark<br />

Side of the American Dream: The Costs and Consequences<br />

of Suburban Sprawl. Challenge to<br />

Sprawl Campaing, College Park; Greorge Glaster,<br />

Royce Hanson, Michael Ratcliffe, Harold<br />

Wolman, Stephan Coleman and Jason Freihage<br />

(2001) Wrestling Sprawl to the Ground:<br />

Defining and Measuring an Elusive Concept,<br />

Housing Policy Debate, Vol.12 , no. 4, pp. 685;<br />

Robert Burchell et al., (2002) Costs of Sprawl<br />

Revisited-2000, Transit Cooperative Research<br />

Program, Transportation Research Board, Washington,<br />

D.C., Chapter 13; Reid Ewing, Rolf<br />

Pendall and Don Chen, Measuring Sprawl and<br />

Its Impact, Volume I. Smart Growth America.<br />

www.smartgrowthamerica.org/sprawlindex/<br />

MeasuringSprawl.PDF<br />

(3) Puerto Rico tiene 24,877 km de carreteras<br />

pavimentadas, lo que nos pone entre los<br />

primeros siete países del mundo, con el costo<br />

correspondiente de mantenimiento.<br />

(4) Arthur C. Nelson (2008), Impact Fees<br />

and Housing Affordability. A Guide for Practitioners.<br />

U.S. Deparment of Housing and Urban<br />

Development, Office of Policy Development<br />

and Research, June 2008.<br />

(5) Carruthers, John I. & Gudmundur<br />

F. Ulfarsson (2003) Urban sprawl and the cost<br />

of public services. Enviroment and Planning B:<br />

Planning and Design Volume 30, páginas 503-<br />

522.<br />

(6) Estimado anual de emisiones y consumo<br />

de combustible para vehículos de motor en<br />

Puerto Rico para el año 2006, Hoja de Datos<br />

Ambientales, Junta de Calidad Ambiental.<br />

(7) Estadística pubicada por Nation Master<br />

(www.nationmaster.com).<br />

(8) El costo económico para Puerto Rico<br />

de los accidentes de tránsito se estimó en<br />

$752.2 millones en el 2006 por José I. Alameda<br />

y Juan Lara (2008) en El costo económico de los<br />

accidentes de tránsito en Puerto Rico, Unidad de<br />

Investigaciones Económicas, Depto. de Economía,<br />

UPR, Núm. 138, septiembre 2008.<br />

(9) La tasa de obesidad o sobrepreso se<br />

define como un índice de masa corporal mayor<br />

o igual a 25 kg/metros cuadrados. http://<br />

www.statehealthfacts.org/comparemaptable.<br />

jsp?ind=89&cat=2<br />

21<br />

<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA


<strong>ENTORNO</strong> ARQUITECTURA<br />

PRESENTA<br />

Título Planes del de artículo usos<br />

del terreno en<br />

Puerto Rico:<br />

antecedentes<br />

históricos<br />

Jorge R. Hernández Favale<br />

Nombre y Carlos del Maysonet Autor<br />

22<br />

La planificación hasta el 2008<br />

Los orígenes de la planificación de<br />

Puerto Rico se remontan al inicio de<br />

la colonización de la Isla. Nos quedan<br />

como ejemplo de la planificación bajo<br />

el dominio español las famosas Leyes<br />

de Indias, las cuales indicaron con<br />

gran precisión cómo trazar las ciudades<br />

y dónde ubicar los edificios públicos,<br />

las plazas, los comercios y las residencias.<br />

Un poco más adelante, allá<br />

para el 1821, se creó la Junta de Obras<br />

Públicas para preparar un plan regulador<br />

de obras estrechamente atado a<br />

los fondos para construirlas. Ese quizás<br />

fue el organismo precursor de la Junta<br />

de Planificación.<br />

La primera ley de planificación de<br />

Puerto Rico del siglo XX fue la Ley<br />

213 de 12 de mayo de 1942, conocida<br />

como Ley de Planificación, Urbanización<br />

y Zonificación de Puerto Rico.<br />

Entre los instrumentos de planificación<br />

más importantes para implantarla<br />

estaba el plano regulador, lo más parecido<br />

a un instrumento de planificación<br />

del uso del suelo de aquel entonces. La<br />

ley estableció que el plano regulador<br />

debería presentar las recomendaciones<br />

para el desarrollo del país y podría incluir<br />

la ubicación, naturaleza y extensión<br />

generales de los terrenos, y su posible<br />

utilización futura para el bienestar<br />

general. La ley también instruyó a<br />

la Junta a que, sobre la base del plano<br />

regulador, preparara documentos para<br />

la urbanización, zonificación y el uso<br />

de terrenos; la reglamentación por distritos<br />

o zonas de los terrenos públicos<br />

y privados, y de los edificios; y la utilización<br />

de terrenos para varias clases<br />

de usos.<br />

Trascurridos 33 años, en el 1975,<br />

se promulgó una nueva ley para la Junta<br />

de Planificación: la Ley Número 75<br />

<strong>ENTORNO</strong>18<br />

de 24 de junio de 1975, con el propósito<br />

primordial de fortalecer sus funciones<br />

relacionadas a la orientación,<br />

coordinación e integración de política<br />

pública para el desarrollo integral del<br />

país, y para fortalecer la investigación<br />

y la recopilación de información para<br />

asesorar al gobernador, a la Asamblea<br />

Legislativa, a los municipios y a las<br />

agencias gubernamentales. A tenor<br />

con este propósito, se creó la Administración<br />

de Reglamentos y Permisos y<br />

se le asignaron funciones operacionales<br />

que hasta entonces desempeñaba la<br />

Junta, en especial la instrumentación<br />

de los reglamentos de planificación y<br />

demás actividades relacionadas.<br />

La Ley 75 dispuso que la Junta<br />

prepararía y adoptaría una serie de<br />

documentos entre los que se encuentran<br />

el Plan de Desarrollo Integral, el<br />

Programa de Inversiones de Cuatro<br />

Años, los planes de usos de terrenos y<br />

el Reglamento de Zonificación. Ordenó<br />

una serie de instrumentos básicos<br />

de análisis e información para asesorar<br />

al gobernador sobre los cambios significativos<br />

de orden social, económico y<br />

físico del país, así como de las consecuencias<br />

de las políticas públicas y de<br />

los programas y proyectos estratégicos.<br />

También ordenó desarrollar los sistemas<br />

de información del Gobierno y<br />

coordinar los proyectos de investigación<br />

que requieren la participación de<br />

diversas agencias y organismos públicos.<br />

Dos años después de aprobada la<br />

Ley 75, el gobernador aprobó el documento<br />

Objetivos y Políticas Públicas del<br />

Plan de Usos de Terrenos de Puerto Rico<br />

para que guiara a las agencias e instrumentalidades<br />

públicas en la formulación<br />

de políticas, planes y programas,<br />

y en la toma de decisiones y acciones<br />

sobre proyectos públicos y privados,<br />

así como en el proceso de zonificar y


definir los usos posibles en los terrenos.<br />

Posteriormente, la Junta revisó el<br />

documento para incorporar al sector<br />

del turismo, ampliar el concepto de<br />

riesgo y adoptar el concepto de desarrollo<br />

integral sostenible y de acción<br />

ecológicamente sostenible.<br />

El 10 de abril de 1979 se adoptó<br />

el Plan de Desarrollo Integral: Políticas<br />

Públicas y Objetivos Específicos,<br />

que esbozó las políticas y estrategias<br />

de desarrollo integral del país. El plan<br />

inicialmente sirvió de guía a los organismos<br />

gubernamentales en la formulación<br />

de sus planes, programas y proyectos.<br />

Sin embargo, perdió vigencia<br />

al no actualizarse para acoplarse a los<br />

tiempos.<br />

En 1991, se aprobó la Ley 81 de<br />

30 de agosto de 1991, mejor conocida<br />

como Ley de Municipios Autónomos.<br />

En ella se dispuso por primera vez que<br />

los municipios podrían, mediante la<br />

formulación de planes de ordenación<br />

territorial, ordenar los terrenos de su<br />

jurisdicción, sujetos a que cumplieran<br />

con una serie de metas y objetivos dirigidos<br />

a promover el bienestar social<br />

y económico del municipio y sus habitantes.<br />

El 25 de febrero de 2004, la entonces<br />

gobernadora de Puerto Rico,<br />

Sila María Calderón, anunció la creación<br />

de la Oficina del Plan de Uso de<br />

Terrenos en la Junta de Planificación.<br />

Posteriormente, en octubre de 2005 se<br />

aprobó la Ley para el Plan de Uso de<br />

Terrenos, que ordenó la preparación de<br />

un plan para todo el país, integrando y<br />

organizando los objetivos y políticas<br />

públicas a nivel nacional, e integrando<br />

los planes de ordenación territorial de<br />

los municipios a tono con la Ley de<br />

Municipios Autónomos. Este plan se<br />

detuvo en el 2006.<br />

El inacabado Plan de Uso de Terrenos<br />

de 2006 hubiera sido el primer<br />

plan de usos de terrenos para todo<br />

Puerto Rico en la historia de la Isla. El<br />

borrador del plan establecía una visión<br />

de desarrollo del país y varias herramientas<br />

para implantar esta visión, servía<br />

de marco de referencia a los planes<br />

de ordenamiento municipal e incluía<br />

perfiles para cada una de las regiones<br />

adoptadas por la Junta de Planificación.<br />

Establecía también un modelo<br />

de planificación en donde la visión y la<br />

ordenación del país como un todo precedía<br />

y guiaba la elaboración de planes<br />

regionales y locales como parte de un<br />

proceso de planificación holístico que<br />

se retroalimentaría constantemente.<br />

La planificación actual<br />

y recomendaciones<br />

En el 2009 se comenzó un nuevo<br />

proceso de planificación que descartó<br />

el desarrollo y adopción inicial de un<br />

plan de usos de terrenos para todo el<br />

país. Descansó, en vez, en la elaboración<br />

de un documento de visión y de<br />

unas herramientas para implantarlo, y<br />

en la elaboración de planes regionales<br />

de usos de terrenos que cubren toda la<br />

Isla.<br />

El 16 de agosto de 2010 se adoptó<br />

el Plan Integral de Desarrollo Estratégico<br />

Sostenible para Puerto Rico<br />

(PIDES), con un horizonte de planificación<br />

de 20 años, que revisó el<br />

Plan de Desarrollo Integral de 1979.<br />

Actualmente, se trabaja en completar<br />

las Herramientas de Acción y Coordinación<br />

Estratégicas (HACES) y el Plan<br />

de Inversión Estratégica (PIE), y en<br />

finalizar los planes regionales de usos<br />

de terrenos que cubrirán a toda la Isla.<br />

Los planes regionales serán calibrados<br />

por grupos representativos nombrados<br />

por la Junta de Planificación. Nada se<br />

dice en el nuevo proceso de planificación<br />

sobre las contradicciones que con<br />

toda probabilidad ocurrirán cuando<br />

las metas y los objetivos de algunos<br />

planes regionales, si no de todos, sean<br />

redundantes o hasta contradictorios<br />

entre sí y no abonen a la consecución<br />

de un plan de usos para toda la Isla que<br />

anteponga el bien común del país.<br />

Se adelantan dos recomendaciones<br />

que podrían abonar a que se complemente<br />

el borrador del Plan de Usos<br />

de Terrenos detenido en el 2006 con el<br />

proceso de planificación recientemente<br />

adoptado por la Junta de Planificación.<br />

En primer lugar, los grupos colectivos<br />

que tengan la responsabilidad de<br />

desarrollar cada plan regional podrían<br />

elegir uno o dos representantes ante un<br />

grupo que, con una visión a nivel nacional,<br />

diseñe los parámetros sobre los<br />

que se desarrollen los planes regionales.<br />

Además, pasarían juicio sobre las contradicciones<br />

y redundancias que surjan<br />

a lo largo del proceso de construcción<br />

de dichos planes regionales.<br />

En segundo lugar, las propias realidades<br />

que se aluden para justificar el<br />

nuevo PIDES requieren de estructuras<br />

descentralizadas de toma de decisiones<br />

para que sean eficientes. Se debe diseñar<br />

un mecanismo de toma de decisiones<br />

que rompa con la visión jerárquica<br />

imperante, esto es, adoptar un nuevo<br />

sistema de gobernanza que haría que,<br />

en verdad, tanto el Plan de Usos de Terrenos<br />

de Puerto Rico como los planes<br />

regionales —y el producto de las “calibraciones”<br />

de esos planes regionales—<br />

sean producto de la voluntad de todos<br />

para buscar el bien común.<br />

CAAPPR<br />

23<br />

<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA


<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA<br />

PROYECTO DE LA EDICIÓN<br />

PROYECTO:<br />

Parque de la Laguna<br />

del Condado - Jaime Benítez<br />

San Juan, Puerto Rico<br />

ARQUITECTOS:<br />

Coleman-Davis Pagán<br />

Arquitectos<br />

Por la Redacción de <strong>ENTORNO</strong><br />

Fotografías por Javier Román,<br />

salvo aquellas indicadas<br />

Planta de emplazamiento<br />

24<br />

El proyecto consta de un parque<br />

de recreación activa y pasiva ubicado<br />

en un solar de tres cuerdas y media de<br />

terreno. El proyecto está integrado al<br />

vecindario inmediato del Condado<br />

por el acceso principal en la calle Wilson<br />

al este, a la laguna del Condado<br />

y su malecón al oeste, y limitado por<br />

una subestación de la Autoridad de<br />

Energía Eléctrica (AEE) y por el expreso<br />

Baldorioty de Castro por el sur.<br />

Aproximadamente 150 árboles y arbustos<br />

nativos fueron sembrados como<br />

parte del proyecto, lo que ha logrado<br />

recuperar y restaurar un ecosistema de<br />

manglar que sirve de ‘pulmón verde’<br />

para los seres humanos y la fauna que<br />

habitan el lugar.<br />

El proyecto redesarrolló un área<br />

extensa en desuso que por décadas había<br />

sido una planta termo-eléctrica que<br />

contribuía a la contaminación del am-<br />

<strong>ENTORNO</strong>18<br />

biente. El mangle y la laguna resaltan<br />

como protagonistas ante la intervención<br />

de estructuras construidas con un<br />

carácter minimalista, y que atienden<br />

las necesidades básicas para el disfrute<br />

del parque: un cuartel de seguridad<br />

con baños públicos, un edificio para el<br />

almacenamiento y alquiler de kayaks,<br />

un pequeño espacio para mantenimiento<br />

y un gazebo sencillo donde se<br />

instaló un mural vertical del ceramista/arquitecto<br />

Jaime Suárez. También se<br />

rehabilitó un edificio histórico ubicado<br />

en los predios, lo que le dio una nueva<br />

vida para el uso comunitario.<br />

El parque ofrece un descanso visual<br />

con una vista ininterrumpida de<br />

la laguna del Condado que, unida al<br />

ofrecimiento de actividades recreativas<br />

organizadas por la comunidad, hace<br />

del proyecto un ejemplo a seguir sobre<br />

cómo viabilizar el disfrute de los recur-<br />

a


Vista aérea del proyecto, hacia el noreste<br />

Calce<br />

CAAPPR 25<br />

Suministrada<br />

<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA


Proyección de cine al aire libre, una de las muchas actividades que se realizan en el parque<br />

Banca prefabricada de concreto,<br />

modelo Pincho, diseñada específicamente<br />

para el proyecto<br />

26 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

sos naturales minimizando el impacto<br />

humano y propiciando su conservación<br />

y restauración.<br />

Como parte de las estrategias sustentables<br />

utilizadas en el proyecto, se<br />

limitó la escorrentía de la lluvia al sistema<br />

pluvial público, permitiendo en su<br />

lugar que el agua se infiltre al terreno<br />

y que percole directamente a la laguna<br />

y al mangle. Se usaron materiales de<br />

bajo impacto al ambiente, en su mayo-<br />

ría locales, tales como adoquines de cemento,<br />

piedra bechara (laja amarilla) y<br />

ventanas de persianas de aluminio.<br />

El grupo de ceramistas Casa Candina<br />

elaboró múltiples piezas alusivas<br />

al mangle para ambientar un paseo<br />

hacia la laguna. Cada obra fue realizada<br />

por un artista distinto y colocada<br />

junto a las demás en una hilera sobre<br />

una de las paredes colindante con la<br />

subestación de la AEE.<br />

JORGE CARBONELL


Sección transversal, edificio rehabilitado<br />

Alzado norte, edificio rehabilitado y escalinatas<br />

Edificio para las instalaciones del cuartel de seguridad y baños, fachada sur<br />

CAAPPR 27<br />

<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA


FICHA TÉCNICA<br />

Proyecto: > Parque Nacional Laguna del<br />

Condado Jaime Benítez<br />

Equipo de trabajo en > José R. Coleman-Davis Pagán,<br />

oficina de arquitecto: Franciso Rivera Rodríguez,<br />

Victor Nieto Villalón,<br />

Ariel Santiago Bermúdez,<br />

Yadira Adorno Pomales<br />

Edgardo D. Ocasio Roig<br />

Yanitza Maldonado González<br />

David Torres García<br />

Firma/Oficina: > Coleman-Davis Pagán<br />

Arquitectos<br />

Localización: > San Juan, Puerto Rico<br />

28 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

Tamaño del solar: > 3.5 cuerdas<br />

Tamaño de estructura: > 9,280 p2 (total)<br />

Dueño/Cliente: > Compañía de Parques Nacionales de Puerto Rico<br />

Contratista: > Newtec SE (Ing. Héctor Ayala)<br />

Consultores: > Luis Daza Duarte (estructural) Raymond Amaral (eléctrico)<br />

Juan C. Padró Octaviani (mecánico) EBP Design Group / Enrique<br />

Blanes Palmer (civil) Acosa Engineering PSC (inspección)<br />

Colaboradores: > Grupo Casa Candina (25+ piezas cerámica)<br />

Jaime Suárez (mural/relieve)<br />

Fecha Construcción: > 2006 - 2008<br />

Costo de Construcción: > $6,000,000.00<br />

)<br />

28


Plan de Usos de<br />

Terrenos a nivel<br />

regional para<br />

Puerto Rico<br />

Leslie M. Rosado Sánchez<br />

La Ley Núm. 75 del 24 de junio de<br />

1975, según enmendada y conocida como<br />

Ley Orgánica de la Junta de Planificación<br />

de Puerto Rico establece dentro de sus<br />

propósitos generales, la elaboración de<br />

Planes de Usos de Terrenos. Además, la<br />

Ley Núm. 550 de 2004, conocida como<br />

Ley para el Plan de Usos de Terrenos de<br />

Puerto Rico, le ordena a la Junta de Planificación<br />

la elaboración del Plan de Usos de<br />

Terrenos para Puerto Rico (PUT-PR).<br />

Respondiendo a este mandato,<br />

la Junta de Planificación<br />

llevó a vistas públicas un borrador<br />

del PUT-PR en marzo de<br />

2006. Sin embargo, muchos<br />

de los municipios reclamaron<br />

mayor participación en el<br />

proceso. Además, el borrador<br />

carecía de una visión de desarrollo<br />

de consenso que reflejara<br />

la realidad socioeconómica<br />

de Puerto Rico y que ofreciera<br />

un marco de acción para<br />

lograr una economía globalmente<br />

competitiva, un equilibrio<br />

en el desarrollo urbano y<br />

la conservación del ambiente<br />

natural; y tampoco alcanzaba<br />

el desarrollo de un modelo de<br />

transformación y superación<br />

social para Puerto Rico.<br />

Ante esta situación, la primera encomienda<br />

de esta Junta de Planificación ha<br />

sido el crear un consenso multisectorial<br />

para la formulación de una nueva visión<br />

de desarrollo para Puerto Rico, recogida<br />

en el Plan Integral de Desarrollo Estratégico<br />

Sostenible, denominado PIDES-PR;<br />

dejando sin efecto el Plan de Desarrollo<br />

Integral de 1979. Este nuevo documento,<br />

aprobado por el gobernador, el Hon. Luis<br />

G. Fortuño y ratificado por la Asamblea<br />

Legislativa, no tan solo esboza la nueva<br />

visión para Puerto Rico, sino que define<br />

los valores y las metas que guiarán nuestro<br />

rumbo para lograr las aspiraciones y los<br />

sueños de nuestra ciudadanía. Asimismo,<br />

ha servido como piedra angular en el desarrollo<br />

de los instrumentos de planificación,<br />

conocidos como las Herramientas<br />

de Acción y Coordinación Estratégica<br />

Sostenible (HACES-PR). Para cada pilar<br />

de desarrollo identificado en PIDES-PR<br />

corresponde un instrumento de planificación,<br />

a saber: para el pilar económico el<br />

Departamento de Desarrollo Económico<br />

diseñó el Modelo Estratégico para la Nueva<br />

Economía (MENE); para el pilar social<br />

—mediante la integración del sector gubernamental,<br />

el sector privado y el tercer<br />

sector— se diseñó el Modelo de Trans-<br />

Mapa de regionalización de Puerto Rico, Junta de Planificación 2011<br />

formación y Superación Social; y para el<br />

pilar físico, la Junta de Planificación está<br />

desarrollando el Plan de Usos de Terrenos<br />

a nivel Regional (PUT-R). Posteriormente,<br />

se elaborará el Plan de Inversiones Estratégicas<br />

(PIE) que sustituirá el Plan de<br />

Inversiones a Cuatro Años (PICA), para<br />

unir el proceso presupuestario con la planificación<br />

de usos del suelo.<br />

Paralelamente al desarrollo de PIDES-<br />

PR, la Junta de Planificación ha continuado<br />

a paso acelerado colaborando con los<br />

Gobiernos municipales en la implantación<br />

del Capítulo 13 sobre la Ordenación Territorial<br />

de la Ley de Municipios Autónomo,<br />

Ley 81 del 30 de agosto de 1991, según<br />

enmendada, con la aprobación de 42 planes<br />

territoriales que representan un 54%.<br />

Veintisiete municipios se encuentran en<br />

la Fase IV de Plan Final que representan<br />

un 35%, cuatro municipios se encuentran<br />

en la Fase III de Avance que representan<br />

CAAPPR<br />

el 5% y cinco municipios se encuentran<br />

en la Fase II de Memorial que representan<br />

un 6%.<br />

La Junta de Planificación, utilizando<br />

la misma metodología definida en PIDES-<br />

PR, definió once regiones [véase mapa] de<br />

acuerdo con un análisis crítico del funcionamiento<br />

de PR y aprobó la Resolución<br />

Núm. JP-2010-299 de 27 de agosto de<br />

2010, titulado: Mapa de regionalización y<br />

metodología de desarrollo del Plan de Usos<br />

de Terrenos. Como producto del respectivo<br />

análisis se cuenta con el documento del<br />

Nuevo modelo de regionalización y metodología<br />

de desarrollo del Plan de Usos de Terrenos.<br />

La metodología adoptada por Junta<br />

para la elaboración del PUT-R estableció<br />

una jerarquía de planes. A nivel superior<br />

predominan los planes especiales vigentes<br />

y futuros adoptados por la Junta sobre el<br />

PUT-R; por entenderse que los mismos<br />

atienden situaciones de importancia particular<br />

para las áreas designadas. El PUT-R<br />

prevalece sobre los PT’s y estos predominan<br />

sobre otros planes.<br />

El PUT-R se desarrollará en<br />

las siguientes cinco tareas, a<br />

saber: Tarea I, la composición<br />

de la Comisión Regional, del<br />

Consejo Asesor Ciudadano<br />

y del Perfil Diagnóstico Regional;<br />

Tarea II, objetivos del<br />

desarrollo regional, análisis<br />

FODA y Proyectos de Impacto<br />

Regional; Tarea III, desarrollo<br />

de la estructura espacial,<br />

las estrategias de desarrollo<br />

del suelo y clasificaciones de<br />

suelo; Tarea IV, desarrollo de<br />

estrategias de implantación; y<br />

Tarea V, desarrollo de indicadores<br />

de implantación.<br />

29<br />

<strong>ENTORNO</strong> OTROS <strong>ENTORNO</strong>S<br />

PRESENTA


En la Tarea I, se establece una estrecha<br />

colaboración con los Gobiernos municipales<br />

estableciendo la composición de<br />

la Comisión Regional y el Consejo Asesor<br />

Ciudadano. La Comisión Regional estará<br />

constituida por los alcaldes de la región,<br />

o su representante designado, y un representante<br />

de la Junta de Planificación que<br />

servirá de enlace. El Consejo Asesor estará<br />

instituido por dos ciudadanos, uno que<br />

represente una fortaleza del municipio y<br />

el otro, una debilidad. Estos serán responsables<br />

de participar en todo el desarrollo<br />

de la elaboración del PUT-R para lograr<br />

un documento de consenso, que refleje las<br />

aspiraciones municipales y las oportunidades<br />

regionales.<br />

Además, en la Tarea I, se recopila la<br />

data más reciente de todas las agencias del<br />

Gobierno de PR y se levanta un amplio<br />

inventario de recursos por municipio, para<br />

elaborar el Perfil Diagnóstico Regional y<br />

un Inventario de Proyectos Estratégicos<br />

en <strong>Sistema</strong> de Información Geográfica.<br />

Los proyectos estratégicos son los planes a<br />

corto, mediano y largo plazo de los Gobiernos<br />

municipales. Estos inventarios se<br />

catalogan siguiendo la estructura utilizada<br />

en el documento PIDES-PR por cada uno<br />

de los pilares de desarrollo y sectores relacionados.<br />

En la Tarea II, se identifican los objetivos<br />

de desarrollo específicos alineados<br />

con la visión de PIDES-PR y basados en<br />

la identificación de los proyectos estratégicos<br />

de los municipios para el futuro crecimiento<br />

integral de la región. Los objetivos<br />

de desarrollo deberán identificar oportunidades<br />

y establecerlas como ejes en la<br />

estructura de clasificación propuesta para<br />

regir el uso del suelo.<br />

De igual manera, la Tarea II incluye<br />

una metodología de estudio conocida<br />

como FODA (Fortalezas, Oportunidades,<br />

Debilidades y Amenazas). Este análisis nos<br />

ayuda a conocer las características internas<br />

de los municipios y la situación competitiva<br />

de la región con el fin de generar soluciones<br />

ingeniosas a las debilidades que se<br />

enfrentan y de obtener las estrategias necesarias<br />

para el mejoramiento de la calidad<br />

de vida, que permitan proyectar acciones<br />

en el futuro para el desarrollo armonioso y<br />

sostenible de los recursos.<br />

La Comisión Regional y el Consejo<br />

Asesor Ciudadano seleccionan del Inventario<br />

de Proyectos Estratégicos los Proyectos<br />

de Impacto Regional. Estos son<br />

proyectos que tendrán un impacto más<br />

allá de la jurisdicción del Gobierno local<br />

30 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

o municipal en que se encuentran localizados,<br />

ampliando su marco de servicios a nivel<br />

regional y a todo PR. Para la selección<br />

de los mismos, se les proveerá unas guías<br />

para la selección de proyectos de impacto<br />

o carácter regional diseñadas por la Junta<br />

de Planificación. Una vez seleccionados,<br />

se presentará un análisis de la estructura<br />

espacial de los Proyectos de Impacto Regional.<br />

Estos proyectos definirán la estructura<br />

físico-espacial en apoyo a los objetivos<br />

de desarrollo generales y específicos de<br />

la región.<br />

Una vez concluidas las Tareas I y II se<br />

celebrará una vista pública donde se presentará<br />

el desarrollo de los siguientes documentos<br />

de trabajo: Perfiles Regionales,<br />

Inventario de Recursos, Análisis FODA,<br />

Objetivos Estratégicos del Plan y la estructura<br />

espacial de los Proyectos de Impacto<br />

Regional.<br />

En la Tarea III, se desarrollará la estructura<br />

espacial de la región presentando<br />

oportunidades presentes y futuras; así<br />

como estrategias de desarrollo del suelo,<br />

según sean pertinentes. La estructura espacial<br />

a presentarse estará basada en las<br />

clasificaciones propuestas para cada municipio<br />

de la región, identificando cambios a<br />

la estructura existente adoptada mediante<br />

los planes territoriales que estén en vigencia<br />

en la región o en alguna de las fases<br />

de desarrollo. La misma atenderá conflictos,<br />

retos y oportunidades; según identificadas<br />

en los perfiles y los objetivos de<br />

desarrollo. Durante esta fase, se validarán<br />

las propuestas de desarrollo con las capas<br />

de información existentes en el <strong>Sistema</strong><br />

de Información Geográfica (SIG), el modelo<br />

de simulación de Xplorah, el Mapa<br />

de Vida, entre otras herramientas de planificación.<br />

También, se involucrarán a las<br />

agencias y departamentos del Gobierno de<br />

Puerto Rico para obtener su insumo y coordinar<br />

esfuerzos para la implantación de<br />

los proyectos de impacto regional que sean<br />

viables.<br />

En la Tarea IV, cada plan de usos de<br />

terrenos regional presentará las estrategias<br />

de implantación. Cada uno contendrá<br />

estrategias de impacto supraregional que<br />

serán desarrolladas por la Junta de Planificación<br />

en coordinación con la Comisión<br />

Regional y serán generales para todas las<br />

regiones. Asimismo, se desarrollarán estrategias<br />

de impacto regional que serán<br />

diseñadas para cubrir las particularidades<br />

de cada región. Además, se preparará un<br />

reglamento general que regirá las disposiciones<br />

sustantivas del PUT-R.<br />

Por último, la Tarea V presentará los<br />

indicadores de implantación para medir el<br />

progreso del Plan y su efectividad en fomentar<br />

el desarrollo integral de la región;<br />

esto en coordinación con la Comisión<br />

Regional y los indicadores adoptados en<br />

PIDES-PR. Durante esta fase, se involucrarán<br />

las agencias y departamentos del<br />

Gobierno de Puerto Rico responsables de<br />

recopilar la data estadística requerida para<br />

dar seguimiento continuo a los indicadores<br />

de progreso.<br />

Una vez concluidas las Tareas III, IV<br />

y V, se celebrará una vista pública donde se<br />

presentarán los siguientes documentos de<br />

trabajo: Desarrollo de la Estructura Espacial,<br />

las Estrategias de Desarrollo del Suelo,<br />

las Clasificaciones de Suelo, el Desarrollo<br />

de Estrategias de Implantación y el Desarrollo<br />

de Indicadores de Implantación.<br />

Para viabilizar la implantación del<br />

Plan de Usos de Terrenos para todo Puerto<br />

Rico, la Junta de Planificación estableció<br />

un plan de trabajo sumamente agresivo.<br />

En octubre de 2010, comenzamos los trabajos<br />

de las regiones (2, 5, 8 y 11) programadas<br />

a culminarse para octubre del 2011.<br />

Nos encontramos finalizando las Tareas I y<br />

II de las respectivas regiones, para calendarizar<br />

para el mes de mayo de 2011 la primera<br />

vista pública. Comenzaremos en el<br />

mes de abril la Segunda Fase que incluirá<br />

las regiones (6, 7, 9 y 10) que culminará en<br />

junio de 2012. La Tercera Fase incluirá las<br />

regiones (1, 3 y 4) que comenzará en octubre<br />

de 2011 y finalizará para diciembre de<br />

2012. De esta forma, tendremos completado<br />

para finales del 2012, un plan de usos<br />

de terrenos para todo Puerto Rico.<br />

El reto ha sido ambicioso,<br />

pero no imposible. Puerto<br />

Rico no espera más de nosotros;<br />

los puertorriqueños tenemos<br />

puesta la fe en la planificación<br />

como herramienta<br />

indispensable para lograr un<br />

desarrollo integral que el pueblo<br />

merece. Nuestra visión<br />

es Puerto Rico. Nuestra misión<br />

es pensar en un Puerto<br />

Rico en grande. En nuestras<br />

manos quedará plasmada la<br />

historia.


El Plan de Usos<br />

de Terrenos en el<br />

marco de un modelo<br />

de desarrollo de<br />

una “economía<br />

ecológica”<br />

José I. Alameda Lozada<br />

“Los problemas antes expuestos dificultan<br />

alcanzar un sistema económico sostenible,<br />

ya que demuestran el deterioro y la posible<br />

destrucción de sistemas y recursos naturales<br />

vitales para el futuro de nuestra población”.<br />

–– Exposición de Motivos de la Ley para<br />

el Plan de Uso de Terrenos del Estado<br />

Libre Asociado de Puerto Rico; Ley<br />

Núm. 550 de 3 de octubre de 2004.<br />

Introducción<br />

La Junta de Planificación retomó el<br />

importante asunto del Plan de Usos de Terrenos<br />

para Puerto Rico (PUTPR), que comenzara<br />

hace un lustro. En aquel entonces<br />

muchos elementos entraron en conflicto y<br />

el plan no llegó a completarse.<br />

Es importante apuntar que<br />

un plan de usos de terrenos<br />

debe tomar en consideración<br />

el marco analítico pertinente<br />

para un desarrollo sustentable<br />

que permita rehabilitar al<br />

máximo posible el deteriorado<br />

ecosistema y los estropeados<br />

recursos naturales. En este<br />

ensayo propongo el marco<br />

analítico que debe considerarse<br />

en su elaboración y la<br />

justificación para incorporar<br />

la valorización de los servicios<br />

del ecosistema en la toma de<br />

decisiones públicas.<br />

El viejo paradigma de desarrollo<br />

Históricamente se ha atado el bienestar<br />

económico al crecimiento, esto es:<br />

“más bienes y servicios es siempre mejor<br />

que menos”. Dentro de este paradigma,<br />

lo esencial de la política de desarrollo de<br />

la mayoría de los países, incluyendo la de<br />

Puerto Rico, es hacer crecer el producto<br />

per cápita sin importar el costo privado y<br />

social relacionado con este proceso.<br />

Es evidente que tal concepción sobre<br />

el desarrollo descansa en un grupo de principios<br />

que surgieron y se fueron formando<br />

a partir de la Revolución Industrial del siglo<br />

XVIII y que modernamente se remozaron<br />

en los años noventa por el Consenso<br />

de Washington (1), algunos de los que se<br />

señalan a continuación:<br />

a. el éxito económico se mide mediante<br />

el crecimiento del producto real per<br />

cápita; a mayor crecimiento, mayor<br />

éxito y viceversa;<br />

b. los medios de producción deben de<br />

estar en manos privadas y el funcio-<br />

namiento del mercado es funda-<br />

mental;<br />

c. la nueva tecnología sirve de antído-<br />

to a la escasez de los recursos y a sus<br />

capacidades productivas;<br />

d. los efectos del proceso de producción<br />

de bienes y de servicios sobre el medio-<br />

ambiente o la salud no son considera-<br />

dos como costos dentro del típico<br />

medidor de las cuentas nacionales: el<br />

producto bruto o el producto interno.<br />

Se pasan por alto al suponerse como<br />

mínimos o insignificantes;<br />

e. la pobreza se elimina cuando se lo-<br />

gran mayores niveles de crecimiento<br />

per cápita; y<br />

f. los recursos naturales y ambientales<br />

son abundantes y su daño o deterio-<br />

ro, lejos de producir costos sustan-<br />

ciales a los seres humanos, generan<br />

beneficios externos positivos netos.<br />

La respuesta de la economía ecológica<br />

Los economistas ecológicos se refieren<br />

a las políticas del Consenso de Washington<br />

como las de un “mundo vacío”. Las<br />

prédicas de estos economistas —en especial<br />

las de Robert Costanza, Herman Daly<br />

y Robert Ayres— están fundamentadas en<br />

que este paradigma no es ni sustentable<br />

ni deseable a largo plazo. La realidad<br />

actual y futura exige que las<br />

sociedades se distancien de<br />

las políticas de un “mundo vacío”<br />

y que, por el contrario, si-<br />

gan las de un “mundo lleno”.<br />

El fundamento de estas políticas<br />

se basa en la existencia<br />

de un mundo en donde ocurren<br />

interrelaciones entre los subsistemas<br />

económicos y el macrosistema<br />

natural, y donde se<br />

consideran ambos sistemas al<br />

momento de dirimir conflictos<br />

entre ellos. Desde esta perspectiva,<br />

los conflictos entre<br />

los sistemas económicos y<br />

naturales deberán surgir, pero<br />

las políticas sociales tienen<br />

que reconocer ambas posiciones,<br />

lo que no ocurre bajo el<br />

paradigma actual. Para Herman<br />

Daly es más importante el énfasis en el<br />

“desarrollo” que en el “crecimiento”; y define<br />

el “desarrollo” como un aumento en la<br />

calidad de vida, que es una consideración<br />

más a largo plazo que meramente las estadísticas<br />

sobre crecimiento económico y sus<br />

efectos sobre un país a través de los medios<br />

de comunicación.<br />

Bajo el paradigma de la economía ecológica,<br />

el mercado y sus instituciones de<br />

apoyo no son el centro del sistema social.<br />

Las bases principales de esta visión son:<br />

a. Se abandonan los valores de cambio<br />

de la economía tradicional, y se es-<br />

tudia toda la biosfera.<br />

b. Se deja de considerar el mercado<br />

como el centro o instrumento del<br />

análisis económico, y se pasa a con-<br />

siderarlo junto a otras fuentes de in-<br />

formación e instituciones externas.<br />

c. Se busca apoyo en leyes naturales<br />

—como en las leyes de la termodi-<br />

námica— para buscar la consecu-<br />

ción de la sustentabilidad: el equi-<br />

librio entre el sistema económico y<br />

el ecológico, y su posibilidad de re-<br />

generación.<br />

La necesidad de valorizar el ecosistema<br />

Un instrumento de análisis importante<br />

para el uso óptimo de los terrenos y el<br />

espacio dentro del modelo de la economía<br />

ecológica es el concepto del “valor de los<br />

servicios del ecosistema”. El ecosistema<br />

es una infraestructura natural que provee<br />

CAAPPR 31<br />

OTROS <strong>ENTORNO</strong>S


servicios a través de la tierra, el agua y el<br />

sistema pluvial, el clima, los estuarios costeros,<br />

los bosques, el manglar, la vida silvestre,<br />

el hábitat, y otros. Estos servicios<br />

no siempre se toman en consideración por<br />

los mecanismos del mercado y muchas veces<br />

no se consideran al momento de tomar<br />

decisiones sobre el uso de los terrenos. Los<br />

manglares, por ejemplo, aunque son considerados<br />

como uno de los sistemas naturales<br />

más productivos del planeta, muchas<br />

veces se eliminan y se rellenan para dar<br />

paso a proyectos turísticos, residenciales e<br />

industriales; mediante ellos se pueden fijar<br />

los niveles de CO 2 , controlar las erosiones<br />

costeras, proteger las costas, ayudar en la<br />

formación de suelos, favorecer la pesca y<br />

controlar las inundaciones, entre otros beneficios<br />

sociales externos.<br />

En un estudio de 1997 (2) de Robert<br />

Costanza y otros, se estimó que el valor de<br />

los servicios en apoyo a la vida del ecosistema<br />

de todo el planeta es $33.3 billones de<br />

dólares (véase Tabla 1); esta cifra es casi dos<br />

veces mayor que el cálculo de $18 billones<br />

de dólares del producto interno global.<br />

Esta valorización de los servicios del<br />

ecosistema se queda corta si se compara<br />

con la importancia medular del ecosistema<br />

para la vida en el planeta Tierra; las<br />

economías globales de todos los países colapsarían<br />

si no tuvieran tierra fértil, agua<br />

fresca, aire limpio y un clima que permita<br />

actividades humanas. Si la valorización del<br />

ecosistema y sus componentes se dejara<br />

fuera del marco de la planificación, y si el<br />

uso de la tierra y de los recursos naturales<br />

dependiera únicamente de las señales que<br />

provee el mercado y del lucro privado, se<br />

obtendría un resultado neto social negativo.<br />

La incorporación del ecosistema al<br />

análisis de proyectos es fundamental para<br />

la elaboración de un plan de usos de terrenos<br />

sustentable.<br />

El nuevo Plan de Usos de Terrenos<br />

Es esencial que en el proceso<br />

de planificación y de toma<br />

de decisiones públicas se reconozca<br />

que la calidad de vida<br />

en el desarrollo es una meta<br />

suprema para el país. Las acciones<br />

individuales o grupales<br />

de intereses particulares, que<br />

pueden llevar a un crecimien-<br />

32 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

to del producto per cápita, no<br />

son siempre cónsonas con el<br />

desarrollo. La planificación<br />

del uso de terrenos debe de<br />

ser un proceso pluralista y<br />

democrático, en donde sean<br />

considerados todos los grupo<br />

de interés, en especial las comunidades<br />

y las empresas comunitarias<br />

potencialmente a<br />

ser afectadas. Es igualmente esencial<br />

considerar y valorizar al ecosistema<br />

y a los servicios prestados por el mismo,<br />

pues aunque su contribución a la sociedad<br />

es inmensa, los mecanismos del mercado<br />

pueden pasarlo por desapercibido. El plan<br />

debe usar como instrumento importante<br />

esta valorización, aunque no debe necesariamente<br />

limitarse a ella. Es vital que el<br />

Plan de Usos de Terrenos valorice los servicios<br />

prestados por los arrecifes de coral,<br />

la zona del carso, los humedales, los ríos,<br />

las lagunas, las especies en peligro de extinción,<br />

las cuevas, las dunas, los estuarios,<br />

los manglares, y la flora y la fauna, entre<br />

otros.<br />

El valor de los servicios ecológicos<br />

prestados por la zona del carso es un ejemplo<br />

aleccionador. La zona del carso es considerada<br />

como una de gran valor para la<br />

vida humana y las especies, y al momento,<br />

sería un grave error para el proceso de decisión<br />

pública y de evaluación de proyectos<br />

no considerar el valor económico de<br />

los servicios de ese ecosistema, por el mero<br />

hecho de que los mismos no pasan por los<br />

mecanismos tradicionales del mercado. Si<br />

se careciera de esta valorización en el caso<br />

de cualquier proyecto de infraestructura<br />

—privado, público o combinado— y solamente<br />

se consideraran los parámetros del<br />

mercado y del lucro privado, el costo social<br />

adverso de la decisión podría ser inmenso<br />

y los beneficios sociales inexistentes, no<br />

empece los muchos beneficios que el proyecto<br />

pudiera generar al sector privado.<br />

Conclusión<br />

El anuncio de que la Junta de Planificación<br />

retomó el importante asunto de un<br />

plan de usos de terrenos, trae dos posiciones<br />

encontradas. Una de esperanza y entusiasmo,<br />

y otra de preocupación sobre la<br />

efectividad del proceso si no se reconoce el<br />

valor de los servicios prestados por el ecosistema<br />

a la vida humana y de las demás<br />

especies, o si se otorgase flexibilidad en las<br />

normas para favorecer los intereses privados<br />

sobre aquellos de la sociedad.<br />

Notas:<br />

(1) El Consenso de Washington es un conjunto<br />

de políticas económicas —originalmente<br />

concebidas por John Williamson en 1989 y<br />

consideradas por los organismos financieros<br />

internacionales y centros económicos con sede<br />

en Washington D.C.— para impulsar el crecimiento<br />

de los países latinoamericanos.<br />

(2) Fuente: Costanza, R., R. d’Arge, R.<br />

de Groot, S. Farber, M. Grasso, B. Hannon,<br />

K. Limburg, S. Naeem, R.V. O’Neill, J. Paruelo,<br />

R. G. Raskin, P. Sutton, M. van den<br />

Belt. 1997. “The Value of the World’s Ecosystem<br />

Services and Natural Capital.” Nature,<br />

387(6230): 255.<br />

(3) http://earthtrends.wri.org/pdf_libra-<br />

ry/feature/eco_fea_value.pdf<br />

TABLA 1: ESTIMADO ECONÓMICO DE LOS SERVICIOS DEL ECOSISTEMA, 1997 (3)<br />

ECOSISTEMAS valor en billones*<br />

de dólares (ee.uu.)<br />

formación de tierra 17.1<br />

recreación 3.0<br />

ciclo de nutrientes 2.3<br />

agua: reglamentación y distribución 2.3<br />

regulación del clima (temperatura y precipitación) 1.8<br />

hábitat 1.4<br />

protección contra inundaciones y tormentas 1.1<br />

comida y materia prima 0.8<br />

recursos genéticos 0.8<br />

balance de gases atmosféricos 0.7<br />

polinización 0.4<br />

otros sistemas 1.6


Un plan de vida:<br />

cinco principios<br />

y cinco<br />

recomendaciones<br />

Fernando Lloveras San Miguel<br />

Cuando hablamos de usar, nos referimos<br />

a la utilidad que tiene un objeto para<br />

el ser humano. En ese sentido, el concepto<br />

de usar parte de la premisa de que ese<br />

objeto no ha sido utilizado al máximo y<br />

de que está 100% disponible para nuestra<br />

explotación. Es decir, que tenemos<br />

derechos absolutos para poner ese objeto<br />

a nuestro servicio y para optimizar su<br />

uso. Análogamente, los recursos naturales<br />

son vistos como elementos del ambiente<br />

que tienen utilidad para el ser humano<br />

y un valor de mercado, y muchas veces<br />

no se considera el papel que tienen en<br />

sostener los procesos biológicos que permiten<br />

la vida en el planeta. En tiempos<br />

recientes hemos incorporado el concepto<br />

de sustentabilidad a nuestro lenguaje<br />

de planificación y desarrollo económico.<br />

Sin embargo, para muchos,<br />

la sustentabilidad no es otra<br />

cosa que seguir usando al<br />

máximo nuestros recursos,<br />

dejando algún sobrante para<br />

consumirlo después. Para<br />

otros, la sustentabilidad es el<br />

reconocimiento de que existe<br />

un límite en el uso de los terrenos<br />

y los recursos, al cual<br />

se está llegando muy rápido.<br />

Cuando nos referimos a los terrenos<br />

nos referimos a ese objeto espacial que<br />

necesitamos usar para obtener beneficios.<br />

Los terrenos, en este contexto, significan<br />

el espacio no sumergido —incluyendo el<br />

subsuelo, sus rasgos topográficos y el espacio<br />

aéreo— y los recursos que habitan en<br />

él. El objeto tierra, que aparenta ser inerte,<br />

contiene, en tan solo un puñado, más<br />

de dos billones de bacterias y un millón<br />

de hongos que son el principio y el final<br />

de los ciclos de vida de los cuales formamos<br />

parte. Más aún, los ecosistemas que<br />

nos aportan los servicios necesarios para<br />

la subsistencia, así como todas las formas<br />

de vida que sustentan, incluido el ser humano,<br />

han evolucionado conjuntamente<br />

teniendo como substrato aquello que llamamos<br />

terrenos de forma unitaria.<br />

Cuando hablamos de planificar el uso<br />

de los terrenos, nos referimos muy limitadamente<br />

a la acción de clasificar y ordenar<br />

el territorio con el fin de atender conflictos<br />

y maximizar el aprovechamiento de los<br />

suelos. En este ejercicio, creamos y mantenemos<br />

clasificaciones que definen las áreas<br />

como urbanas, urbanizables y rústicas; y<br />

estas clasificaciones casi siempre han ido<br />

amarradas a usos que generan beneficios<br />

económicos tangibles, tales como la explotación<br />

minera, industrial, agrícola, turística,<br />

residencial o recreativa. Se ha utilizado<br />

una premisa muy simple: o usamos el terreno<br />

o usamos el terreno.<br />

La biodiversidad desempeña una<br />

función fundamental para el bienestar<br />

humano a través de la generación de los<br />

servicios de los ecosistemas, que son las<br />

contribuciones directas e indirectas de los<br />

ecosistemas al bienestar de la sociedad. Es-<br />

Áreas naturales protegidas<br />

Áreas naturales protegidas y manejadas<br />

por el Fideicomiso de Conservación de<br />

Puerto Rico<br />

Mapa de Impacto Urbano<br />

tos incluyen servicios de abastecimiento<br />

(productos tangibles como el alimento o<br />

la madera), servicios de regulación (beneficios<br />

obtenidos de manera indirecta de los<br />

procesos ecológicos: como el control de<br />

plagas, la formación del suelo o la depuración<br />

de agua), y servicios culturales (beneficios<br />

intangibles: como el ecoturismo, el<br />

valor estético o la educación ambiental).<br />

Estos conceptos básicos nos obligan a<br />

replantear las premisas fundamentales que<br />

han guiado nuestro sistema de planificación<br />

hasta el presente. El uso inadecuado<br />

de los terrenos impacta no solo la capacidad<br />

de producción y los aspectos culturales<br />

de convivencia, sino también nuestra propia<br />

capacidad de supervivencia. La definición<br />

de cómo usamos el espacio conlleva<br />

decisiones claves acerca de cuáles son nuestros<br />

principios como individuos, como comunidad<br />

y como pueblo. A continuación<br />

planteo cinco principios para discusión.<br />

Existimos o coexistimos<br />

Previo a decidir cómo usar el espacio<br />

de nuestras islas, debemos decidir<br />

si podemos existir solos como especie o<br />

si necesitamos compartir el espacio con<br />

otras formas de vida. Planificar solo para<br />

Superficie protegida: 137,624 acres (6.23% del área total de Puerto Rico)<br />

Áreas naturales administradas por el FCPR: 23,324 acres (1.05% del área total de Puerto Rico)<br />

Combinadas: 6.23+1.05=7.28% (7.4% del área total de Puerto Rico)<br />

impacto urbano<br />

poco impacto<br />

mucho impacto<br />

0<br />

Áreas protegidas por diferentes agencias<br />

federales y estatales<br />

CAAPPR 33<br />

100 km<br />

N<br />

OTROS <strong>ENTORNO</strong>S


nosotros implica que otras formas de vida<br />

no tienen derecho de existir si no nos son<br />

de utilidad.<br />

Hablar de los derechos<br />

de otras formas de vida es<br />

posiblemente anatema en un<br />

mundo en donde hacemos con<br />

estas lo que queremos, sin ir<br />

más allá de proteger algunas<br />

especies en peligro de extinción.<br />

Es decir, protegemos solo<br />

aquello que ha sido abusado a<br />

tal grado que las consecuencias<br />

son ya casi irreversibles.<br />

El derecho a dominar y a<br />

usar a seres que creemos inferiores<br />

es algo que nos ha<br />

caracterizado desde las conquistas,<br />

la esclavitud, el genocidio<br />

y el dominio de un género<br />

sobre otro. Es un proceso<br />

que no llegará a su fin hasta<br />

que entendamos que la magia<br />

de la vida es una sola y que<br />

merece el mismo respeto en<br />

todas sus manifestaciones.<br />

Independientemente de la posición<br />

que ocupemos en este debate, la realidad<br />

es que un plan de usos de terrenos debe<br />

enfocarse no tan solo en nuestra propia<br />

vida, sino también en otras formas de vida;<br />

aun cuando algunas personas crean que estas<br />

otras son inferiores a la nuestra. Es por<br />

esto que proponemos que el sistema de<br />

planificación no se base exclusivamente en<br />

patrones de usos humanos, sino que incorpore<br />

clasificaciones de sistemas ecológicos<br />

de vida, y que sea sobre estos que construyamos<br />

nuevas estrategias de uso. En otras<br />

palabras: el plan de vida debe supeditar y<br />

convertirse en el denominador común de<br />

cualquier plan de usos de terrenos, ya sea a<br />

nivel Isla, regional o municipal.<br />

Necesitamos o prescindimos<br />

Planificar tan solo para nuestros posibles<br />

usos también implica que tenemos la<br />

capacidad de vivir en un ambiente artificial<br />

controlado de forma indefinida y que<br />

no necesitamos de bosques o de manglares,<br />

ni de humedales o corales, ni tampoco<br />

34 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

de ríos, acuíferos o suelos fértiles para cultivar.<br />

Es partir de la premisa de que todo<br />

lo podemos fabricar o, peor aún, importar.<br />

La realidad es otra. Somos un pequeño archipiélago<br />

de islas cuya riqueza ecológica<br />

emana de un proceso de evolución que<br />

hace de Puerto Rico —y del Caribe— una<br />

de las zonas de más alta biodiversidad en<br />

el mundo.<br />

Dependemos y necesitamos de los<br />

servicios que nos ofrece la naturaleza. Los<br />

sistemas de contabilidad macroeconómica<br />

y los indicadores tradicionales de progreso<br />

económico, como el PIB, se limitan y dejan<br />

fuera de su cómputo los beneficios económicos<br />

correspondientes a todos aquellos<br />

servicios de los ecosistemas cuyo uso o disfrute<br />

no pasan por los mercados, así como<br />

también los costos asociados al deterioro<br />

de los ecosistemas de los que dichos servicios<br />

dependen. Convenientemente no se<br />

cuantifican el valor de los servicios de extracción<br />

de minerales, la generación de fibras,<br />

la captura de agua, la purificación del<br />

aire, la cosecha de alimentos, la regulación<br />

climática, los controles de plagas y enfermedades,<br />

así como tampoco se contabilizan<br />

el valor de la información genética y<br />

los conocimientos científicos que nos ofrecen.<br />

Los bosques, por ejemplo, son ecosistemas<br />

que generan oxígeno, controlan<br />

la temperatura, son catalíticos para crear<br />

condensación y lluvia, capturan y filtran<br />

agua, sirven de hábitat para innumerables<br />

especies, generan materia prima que sirve<br />

de herramientas para los seres humanos,<br />

generan materia orgánica que fertiliza los<br />

suelos, controlan la erosión y proveen alimento,<br />

entre otros servicios. Al no cuantificar<br />

el valor de los servicios de los ecosistemas,<br />

se utiliza la naturaleza como un<br />

subsidio invisible de la producción.<br />

Nuestra existencia y prosperidad dependen<br />

de los servicios de los ecosistemas.<br />

Mantener el funcionamiento y la salud de<br />

los ecosistemas es indispensable en cualquier<br />

plan de usos de terrenos ponderado<br />

y responsable.<br />

Usamos o reusamos<br />

Nuestras decisiones de uso de terrenos<br />

durante los pasados 500 años no están muy<br />

lejos de confirmar la creencia de que podemos<br />

existir sin ayuda de los procesos naturales.<br />

En el siglo XVI, Puerto Rico contaba<br />

con una cubierta forestal de 890,000<br />

hectáreas. Para el siglo XVIII, esta cubierta<br />

se redujo un 34%, a 587,000 hectáreas.<br />

Ya para el siglo XX, el total de la super-<br />

ficie considerada como bosque solamente<br />

alcanzó las 80,000 hectáreas, un 91% del<br />

conteo original. De hecho, hacia la década<br />

del 1940, Puerto Rico llegó a deforestar el<br />

94% de su territorio, dejando tan solo un<br />

6% con cubierta forestal. Como punto de<br />

referencia de un país con extrema necesidad,<br />

Haití hoy día tiene una cubierta forestal<br />

de solo el 2%. Actualmente, nuestra<br />

cubierta forestal alcanza el 45%, formada<br />

en su mayoría por bosques secundarios.<br />

Dicho incremento se produjo, no por una<br />

decisión pensada, sino por el abandono de<br />

la agricultura que ocurrió con el proceso<br />

de industrialización de mediados del siglo<br />

XX. Esta recuperación forestal no planificada<br />

representa una gran oportunidad<br />

en el proceso de planificación actual para<br />

lograr que estos terrenos se conviertan en<br />

bosques permanentes.<br />

Lamentablemente, nuestra forma actual<br />

de tomar decisiones continúa por un<br />

rumbo equivocado. Aunque nuestras islas<br />

pueden parecer verdes a primera vista, cerca<br />

del 20% de todo nuestro terreno está<br />

urbanizado o se considera como tal. De<br />

hecho, durante las últimas décadas, el área<br />

urbana aumentó aproximadamente en un<br />

35%. El 45% de las nuevas construcciones<br />

de los últimos 25 años ocurrieron en terrenos<br />

agrícolas o abiertos. Si se mantiene<br />

esta tendencia, en 70 años se habrá consumido<br />

el 100% del terreno.<br />

Aun cuando el 20% del terreno<br />

ya está construido, tan<br />

solo el 7.4% está legalmente<br />

protegido. E incluso en aquellos<br />

pocos terrenos protegidos,<br />

no se descarta utilizar parte de<br />

estos en nombre del progreso;<br />

como sucedió recientemente<br />

con el área del bosque de Río<br />

Abajo impactada por la construcción<br />

de la PR10, o como<br />

se propone impactar áreas de<br />

bosque y reservas naturales<br />

con el proyecto del gasoducto.<br />

Pensar en un plan de uso como si<br />

nuestro terreno fuese virgen nos coloca<br />

en una posición de negación ante lo que<br />

hemos consumido y digerido, y de cómo<br />

hemos endeudado a las futuras generaciones.<br />

Sencillamente estamos más de quinientos<br />

años tarde para poder diseñar un<br />

verdadero plan de usos de terrenos. De tan


solo mirar con detenimiento el Mapa de<br />

Impacto Urbano [véase ilustración 1] sobre<br />

nuestro territorio, podemos observar dónde<br />

nos encontramos. Este es y debe ser<br />

nuestro punto de partida.<br />

Este mapa marca la huella del impacto<br />

urbano sobre el terreno. Observamos las<br />

concordancias del área impactada con el<br />

sistema de carreteras, y vemos como se han<br />

afectado los sistemas hidrológicos, como<br />

hemos cercado las costas de su conexión<br />

con la montaña, como hemos segmentado<br />

y dispersado el sistema de áreas con integridad<br />

ecológica. Un plan efectivo debe<br />

remirar, rediseñar y revertir errores fundamentales<br />

de nuestro pasado que atentan<br />

contra nuestra propia existencia.<br />

La capacidad que poseen<br />

las islas de Puerto Rico de<br />

proveer los elementos que<br />

necesitamos para desarrollarnos<br />

depende de nuestra<br />

habilidad de entender que<br />

nuestros ecosistemas se encuentran<br />

gravemente comprometidos.<br />

Trazar un plan de<br />

usos de terrenos que ignore<br />

estas áreas impactadas implicaría<br />

que solo nos enfoquemos<br />

en un plan para usar lo<br />

que nos queda por consumir.<br />

Continuar por esta ruta nos llevaría a<br />

adentrarnos en un camino del cual no podríamos<br />

regresar. Si no miramos hacia lo ya<br />

construido, no podremos observar y corregir<br />

errores, y continuaremos desarrollando<br />

sobre cimientos que no van a tener la capacidad<br />

de sostener nuestro crecimiento y<br />

que, en algún momento, colapsarán.<br />

Nos limitamos o nos limitan<br />

La relación entre los terrenos y la población<br />

establece el nivel de cuidado e inteligencia<br />

con que debemos utilizarlos. Cerca<br />

de cuatro millones de nosotros vivimos<br />

en 8,940 kilómetros cuadrados, con una<br />

densidad poblacional de 447 personas por<br />

kilómetro cuadrado, situándonos como el<br />

país número 22 de mayor densidad entre<br />

una lista de 222 países. Como comparación,<br />

podemos mencionar a Costa Rica<br />

con 88 personas por kilómetro cuadrado,<br />

Panamá con 45, República Dominicana<br />

con 204, y Estados Unidos con 33. Para<br />

visualizar mejor nuestra situación, basta<br />

con saber que para que Estados Unidos<br />

tenga la misma densidad poblacional de<br />

Puerto Rico, en vez de sus cerca de 311<br />

millones de habitantes, tendría que aumentar<br />

su población 13.5 veces, y tener<br />

una población de más de la mitad de la<br />

población mundial de hoy día.<br />

Esta realidad debe forzarnos a adoptar<br />

modelos efectivos de planificación de lugares<br />

densos. La dependencia en el auto, la<br />

construcción de viviendas terreras, el desparramamiento<br />

urbano, la segregación de<br />

áreas de trabajo, de vivienda y de consumo<br />

—entre otras— son políticas desacertadas<br />

que por décadas hemos adoptado y que<br />

han agravado nuestra propia limitación de<br />

espacio. Este daño autoinfligido requiere<br />

no tan solo que repensemos nuestro futuro,<br />

sino que remiremos nuestro pasado<br />

con mucho detenimiento para corregir lo<br />

que aún se puede.<br />

Nuestra determinación de usar el terreno<br />

inteligentemente no puede esperar.<br />

Nuestras islas no crecen. El espacio está<br />

claramente demarcado; lo único que resta<br />

es nuestra decisión de cómo utilizarlo de<br />

forma sustentable.<br />

Nos comprometemos o nos engañamos<br />

Un plan de usos de terrenos necesita<br />

mucho más que dibujos y reglas: necesita<br />

un compromiso de pueblo. Se trata de un<br />

compromiso que no se doblegue ante intereses<br />

individuales y que actúe a favor del<br />

bien común.<br />

La riqueza biológica de una<br />

nación se mide por el número<br />

de especies que sustentan sus<br />

ecosistemas. Las especies se<br />

definen no solo por sus características<br />

físicas, sino por su<br />

adaptación a los hábitats en<br />

los que pueden sobrevivir. En<br />

este sentido, las únicas unidades<br />

funcionales capaces<br />

de proporcionar hábitat son<br />

los ecosistemas. La supervivencia<br />

de estos depende del<br />

mantenimiento de una cobertura<br />

lo suficientemente extensa<br />

y continua, así como de la<br />

permanencia de los procesos<br />

biofísicos que permiten la homeostasia.<br />

La Unión Internacional<br />

para la Conservación de<br />

la Naturaleza establece que<br />

el principal factor de extinción<br />

de especies es la fragmentación<br />

y la pérdida de hábitats.<br />

La tendencia actual en el ámbito de la<br />

planificación de los usos de terrenos considera<br />

las delicadas conexiones entre las<br />

especies y sus hábitats, y define los límites<br />

entre las actividades humanas y el mantenimiento<br />

de una cobertura adecuada de<br />

los ecosistemas. Los científicos especializados<br />

en fragmentación de hábitats consideran<br />

que los planificadores deben conservar<br />

por lo menos entre un 20% y un 60% del<br />

hábitat natural presente en el paisaje.<br />

Un análisis del último informe de la<br />

Base de Datos Mundial de las Áreas Protegidas<br />

administrado por las Naciones<br />

Unidas indica que 32 países —incluyendo<br />

a República Dominicana, Costa Rica<br />

y Colombia— protegen entre 20% y 30%<br />

de su superficie terrestre, y que otros 9 países<br />

protegen más del 30% de su territorio,<br />

entre los que se destacan Martinica, con<br />

58%, y Venezuela, con 53%.<br />

Siguiendo estas tendencias mundiales,<br />

que buscan integrar los procesos biológicos<br />

a la planificación en forma tal que<br />

se pueda asegurar la funcionalidad y salud<br />

de los ecosistemas en coexistencia con las<br />

necesidades humanas, el Fideicomiso de<br />

Conservación de Puerto Rico recomienda<br />

una planificación de usos de terrenos<br />

para el país que guarde una proporción<br />

aproximada de 1/3 del territorio dedicado<br />

a la conservación de ecosistemas (humedales,<br />

manglares, bosques lluviosos y<br />

secos), 1/3 para usos que requieran áreas<br />

abiertas (agricultura, recreación, zonas de<br />

amortiguamiento) y 1/3 para uso urbano<br />

intenso (infraestructura, uso industrial, vivienda,<br />

servicio, turismo). El Fideicomiso,<br />

en colaboración con la organización NatureServe,<br />

está realizando los análisis biogeográficos<br />

necesarios para desarrollar un<br />

mapa que delimite las tres áreas, con una<br />

proporción de 1/3 cada una, y la validará<br />

científicamente antes de hacer una recomendación<br />

final. Estos parámetros buscan<br />

establecer un balance entre las necesidades<br />

de desarrollo del ser humano y las del<br />

mantenimiento de los ecosistemas y de las<br />

otras formas de vida. Esta posición, claro<br />

está, parte de la premisa de que el ser hu-<br />

CAAPPR 35<br />

OTROS <strong>ENTORNO</strong>S


mano cuenta con la capacidad intelectual,<br />

técnica y de gobernabilidad para lograr su<br />

desarrollo sin consumirlo todo.<br />

Al menos 41 países protegen<br />

entre el 20 y el 60% de su<br />

territorio. Pensar que podemos<br />

consumir el 93% del nuestro<br />

sin perjudicar nuestro potencial<br />

futuro es ciertamente incomprensible.<br />

Ninguno de estos<br />

otros países ha sido llevado<br />

al abismo por proteger sus<br />

ecosistemas. Por el contrario,<br />

muchos de ellos llevan años<br />

creciendo económicamente a<br />

un ritmo superior al nuestro.<br />

Un plan debe partir de criterios<br />

que viabilicen la sostenibilidad,<br />

debe afirmar sus valores<br />

y debe proveer una visión<br />

de futuro. Para esto, el plan debe partir<br />

de unas guías generales que ordenen las actividades<br />

humanas. Ubicar actividades sin<br />

tener un marco conceptual tan solo producirá<br />

un desparrame urbano sin sentido.<br />

El marco conceptual de este plan debe establecer<br />

un compromiso de todos con el<br />

país, que sirva de fuerza legal y moral para<br />

implantar el plan.<br />

Lo que debe quedar claro es que un<br />

plan sin compromiso es, para todos los<br />

efectos, un plan inexistente.<br />

Cinco recomendaciones<br />

El orden de las acciones correctivas es<br />

claro. Primero, preparar un plan de uso supeditado<br />

a un plan de vida que reconozca<br />

que se deben integrar diversas formas de<br />

vida. Segundo, contabilizar los beneficios<br />

de los servicios que nos brindan los procesos<br />

naturales, en especial el componente<br />

hidrológico, que es la base de estos procesos<br />

de vida. Tercero, comprender que<br />

se planifican terrenos que ya están siendo<br />

utilizados y que requieren una estrategia<br />

exhaustiva de reuso. Cuarto, partir de una<br />

realidad de densidad poblacional muy<br />

alta que requiere nuevos modelos de eficiencia<br />

en el uso de los terrenos. Y quinto,<br />

un compromiso de pueblo como base<br />

ineludible de un plan que no quede en el<br />

olvido como un proceso más, fallido y sin<br />

consecuencia.<br />

Fernando Abruña<br />

36 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

Las enormes<br />

proporciones de<br />

nuestra huella<br />

ecológica<br />

La huella ecológica, un concepto desarrollado<br />

por el doctor Mathis Wackernagel<br />

y el profesor Hill Rees de la Universidad<br />

de McGill en Canadá, se ha convertido<br />

en el instrumento estándar para medir la<br />

viabilidad de una persona en poder cumplir<br />

con sus necesidades dentro del marco<br />

de recursos disponibles en el planeta. De<br />

forma breve y sencilla, según Wackernagel,<br />

la huella ecológica es la cantidad de tierra<br />

bioproductiva que cada uno de nosotros<br />

necesita para mantener nuestro estándar<br />

de confort y estilo de vida. Por tierra bioproductiva<br />

nos referimos a aquella que es<br />

capaz de producir comestible para el ser<br />

humano. Bajo esta definición se eliminan<br />

las capas polares, los desiertos y áreas eminentemente<br />

rocosas. La huella ecológica se<br />

mide en unidades de cuerdas por persona.<br />

Si tomamos el total de tierra bioproductiva<br />

que tenemos en el planeta y la dividimos<br />

proporcionalmente entre todos<br />

los seres humanos que la habitamos, a cada<br />

uno le tocará un total de aproximadamente<br />

4 cuerdas (1.62 hectáreas). Podríamos<br />

pensar que si vivimos en un solar típico<br />

de urbanización, cuya área es de aproximadamente<br />

300 metros cuadrados, nuestra<br />

huella ecológica es mínima. Pero ¡cuidado!...el<br />

concepto es un poco más abstracto<br />

y más abarcador que nuestra mera huella<br />

física sobre el suelo. Por ejemplo, si nos<br />

gusta y comemos bistec —como hacemos<br />

la mayoría de los puertorriqueños—, tenemos<br />

que cuantificar la cantidad de tierra<br />

de pastoreo que necesitamos y dedicamos<br />

para llevar a cabo esta actividad y luego<br />

dividirla entre el número de personas que<br />

comen carne de res. Para cada persona que<br />

come carne de res, le tocará un pedazo<br />

proporcional del área de terreno que se<br />

utiliza para el pastoreo. Esta cantidad de<br />

tierra bioproductiva se la adjudicamos a la<br />

huella ecológica.<br />

Veamos el siguiente escenario para<br />

entender mejor este concepto. Si un puertorriqueño<br />

vive en San Juan y trabaja en<br />

Ponce y hace ese recorrido a través de la carretera<br />

PR52 tendríamos que asignarle, de<br />

la misma forma que hicimos con las áreas<br />

de pastoreo en nuestro ejemplo anterior,<br />

un pedazo proporcional de carretera. Es<br />

decir, si tomamos toda la tierra bioproductiva<br />

que cubre esta carretera y la dividimos<br />

proporcionalmente entre todos los que la<br />

utilizan, a cada usuario se le asignará un<br />

pedazo de la misma. Si a este escenario le<br />

añadimos el área que cubre al resto de las<br />

carreteras del país, y toda la infraestructura<br />

que nos permite usar nuestros vehículos,<br />

veremos que la huella ecológica crece<br />

enormemente con el uso del automóvil<br />

privado. Esta infraestructura incluye, entre<br />

otros: las estaciones de peaje, las salas de<br />

exhibición donde adquirimos el vehículo,<br />

las áreas de estacionamiento en las residencias,<br />

edificios institucionales, comerciales e<br />

industriales, las estaciones de gasolina, los<br />

garajes de mantenimiento y reparación, y<br />

todos los edificios del Estado que supone<br />

la administración de estos servicios (Departamento<br />

de Transportación y Carreteras,<br />

Administración de Compensación por<br />

Accidentes Automovilísticos y otros).<br />

Si hacemos el mismo análisis con<br />

relación a los viajes aéreos que tradicionalmente<br />

hace el puertorriqueño típico,<br />

incluyendo su anual peregrinaje recreativo<br />

a Disney World en la Florida, o el de visitar<br />

familiares en Nueva York, veremos que<br />

nuestra huella ecológica aumenta. Todas<br />

nuestras actividades suponen abonos adicionales<br />

a la huella ecológica.<br />

Dijimos al inicio de este ensayo que<br />

la cantidad de tierra bioproductiva que en<br />

justicia le corresponde a cada ser humano<br />

es de aproximadamente cuatro cuerdas.<br />

Bueno… amárrense los cinturones y<br />

prepárense para el golpe que nos espera,<br />

porque la estadística que a continuación<br />

revelaré es realmente alarmante. Aunque<br />

las cifras varían dependiendo de la fuente,<br />

de forma general podemos decir con relativa<br />

certidumbre que la huella ecológica<br />

de cada puertorriqueño es de aproximadamente<br />

24 cuerdas. Esto significa que estamos<br />

consumiendo la tierra bioproductiva<br />

equivalente a seis personas (24 cuerdas ÷<br />

4 cuerdas). Si restamos las cuatro cuerdas<br />

que nos corresponden, significa que nuestro<br />

estándar de confort y estilo de vida está<br />

privando a otros cinco seres humanos de<br />

sus recursos planetarios. Como ejemplo<br />

de contraste, la huella ecológica de un


habitante de Haití, Nepal o Bangladés es<br />

de aproximadamente 1.25 cuerdas. ¡Cada<br />

puertorriqueño consume el equivalente a<br />

lo que consumen 19 haitianos! Desde un<br />

punto de vista ético y amplio, somos una<br />

nación asesina de otros países del mundo.<br />

Para calcular la huella ecológica de<br />

Puerto Rico como país, multiplicamos 24<br />

cuerdas/persona por 4 millones de puertorriqueños.<br />

Esto equivale a 96 millones<br />

de cuerdas de tierra bioproductiva que necesitamos<br />

para mantener nuestro estándar<br />

de confort y estilo de vida. Si dividimos las<br />

96 millones de cuerdas que consumimos<br />

entre las 2,306,500 cuerdas que tenemos<br />

en Puerto Rico, el resultado es de aproximadamente<br />

40. En otras palabras, consumimos<br />

tierra bioproductiva equivalente a<br />

¡40 veces el tamaño de Puerto Rico! Pero<br />

aquí no termina nuestra tragedia…<br />

De la misma manera que se discute el<br />

concepto de huella ecológica, también se<br />

discuten los conceptos de huella de carbón<br />

y huella hídrica. La huella de carbón mide<br />

las emisiones de gases que ocasionan el<br />

calentamiento global; incluye, entre otros<br />

gases: el dióxido de carbono, el gas metano<br />

y hasta el vapor de agua —generados por<br />

cada persona de acuerdo, también, a sus<br />

estándares de confort y estilo de vida—.<br />

No obstante lo dicho anteriormente, las<br />

estadísticas que se publican se limitan casi<br />

exclusivamente a las emisiones de dióxido<br />

de carbono (CO 2 ). Por esta razón, la huella<br />

de carbón se mide, típicamente, en unidades<br />

de toneladas de CO 2 /persona.<br />

Dependiendo de las fuentes de información<br />

y datos que utilicemos, la huella<br />

de carbón para cada puertorriqueño fluctúa<br />

entre once y 22 toneladas al año. Debemos<br />

recordar que una tonelada equivale<br />

a 2,000 libras y que, por lo tanto, nuestras<br />

emisiones de CO 2 al ambiente son del<br />

orden de 22,000 a 44,000 libras de CO 2 /<br />

persona. Para tener un sentido de escala,<br />

cada vez que respiramos y exhalamos emitimos<br />

un poquito de CO 2 . Evidentemente,<br />

respirar no es la fuente principal de nuestras<br />

emisiones. El automóvil, nuevamente,<br />

es uno de los mayores contribuidores de<br />

emisiones de CO 2 al ambiente. Las estadísticas<br />

para Puerto Rico, en el año 2004,<br />

arrojaban la cifra de 617 autos por cada<br />

mil habitantes, ocupando la quinta posición<br />

a nivel mundial. Somos además, para<br />

desgracia nuestra, el país con más vehículos<br />

por milla cuadrada, con una cantidad<br />

de 4,300 automóviles. Si a estas vergonzosas<br />

estadísticas les añadimos que también<br />

somos el país de mayor consumo eléctrico<br />

por hectárea y que, para todos los efectos<br />

prácticos, nuestra generación de energía es<br />

100% mediante fuentes fósiles, nos percataremos<br />

de que nuestra huella de carbón<br />

es enorme.<br />

De acuerdo a cómputos que he hecho<br />

para Puerto Rico, necesitamos el equivalente<br />

de 880 árboles por puertorriqueño<br />

para atrapar las emisiones de CO 2 que<br />

cada uno de nosotros generamos en promedio.<br />

A grandes rasgos, esto supone un<br />

área de bosque equivalente a 8.32 cuerdas/<br />

puertorriqueño. Necesitamos el equivalente<br />

de 33,280,000 cuerdas de bosques para<br />

mitigar las emisiones que como país generamos<br />

actualmente. De nuevo, con el fin<br />

de tener un sentido de escala, esto supone<br />

un área de bosque necesaria para mitigar<br />

nuestras emisiones de CO 2 equivalente a<br />

14 veces el área de nuestra Isla.<br />

Si consideramos nuestras emisiones<br />

versus las de Estados Unidos, China e India<br />

la nuestra resultará casi despreciable a<br />

nivel de país. Algunos se refugian detrás<br />

de este argumento para justificarse, pero<br />

la realidad es que nuestras emisiones per<br />

cápita son enormes y de las más altas a<br />

nivel mundial. ¿Con qué fuerza moral<br />

podremos como país requerirles a los más<br />

grandes emisores de CO 2 que reduzcan sus<br />

emisiones si a nivel individual consumimos<br />

con arrojo? La iniciativa Arquitectura<br />

2030, liderada por el arquitecto Edward<br />

Mazria, sostiene que si para el año 2030<br />

los edificios no son neutros en sus emisiones<br />

de CO 2 , el planeta se enfrentará a una<br />

crisis de nefastas proporciones donde los<br />

términos que se utilizan para describir los<br />

efectos a nivel planetario son tan aterradores<br />

como: ¡extinción masiva!<br />

La huella hídrica es un concepto similar<br />

y análogo a la de carbón, pero resulta<br />

mucho más difícil de medir. La huella hídrica<br />

de un individuo, comunidad o negocio<br />

se define como el total de volumen<br />

de agua limpia que se utiliza para producir<br />

bienes o servicios consumidos por el individuo<br />

o comunidad, o producido por una<br />

empresa o negocio. Se mide comúnmente<br />

en unidades de metros cúbicos/año/<br />

persona. La huella hídrica tiene dos componentes<br />

principales: uso directo, el agua<br />

que usamos o consumimos directamente,<br />

y el uso virtual, el compuesto del agua<br />

que se utiliza para hacer los productos<br />

que usamos o consumimos. Por ejemplo:<br />

consumir 15 galones de agua al ducharse<br />

es un uso directo. Como promedio y a nivel<br />

mundial, se consumen 37 galones de<br />

agua para poder producir una taza de café<br />

y 1,921 galones para una libra de carne.<br />

Estos últimos dos son ejemplos de consumos<br />

virtuales.<br />

Los cuatro factores directos<br />

que determinan la huella<br />

hídrica de un país son: el<br />

volumen de consumo (muy<br />

relacionado al ingreso nacional<br />

bruto), los patrones<br />

de consumo (consumos altos<br />

o bajos de carnes), el clima<br />

(condiciones de crecimiento) y<br />

las prácticas agrícolas. Como<br />

regla general, en países ricos<br />

las personas típicamente consumen<br />

más bienes y servicios,<br />

lo que se traduce de inmediato<br />

en el aumento de la huella<br />

hídrica. Para tener un sentido<br />

de proporción, la huella hídrica<br />

de la China es de 700 metros<br />

cúbicos/año per cápita, la<br />

de Japón es de 1,1150 metros<br />

cúbicos, y la de Estados Unidos,<br />

de 2,500 metros cúbicos.<br />

Aún no tenemos datos claros sobre<br />

nuestra huella hídrica en Puerto Rico,<br />

pero las estadísticas actuales sugieren que<br />

ocupamos una posición bastante alta en el<br />

tamaño de la huella. Sí sabemos, por confesión<br />

propia de la Autoridad de Acueductos<br />

y Alcantarillados, que el consumo directo<br />

promedio de agua por persona en Puerto<br />

Rico es de aproximadamente 100 galones<br />

diarios. Esta es una cantidad superlativa si<br />

la comparamos con el consumo directo de<br />

agua por persona en La Casa Ausente que<br />

construimos en Vega Alta hace diez años.<br />

Allí el consumo directo de agua es de escasamente<br />

siete galones/persona/día.<br />

Hemos visto de forma muy general<br />

como nuestros actuales estilos de vida y<br />

estándares de confort se encuentran en<br />

evidente ruta de colisión con lo que supone<br />

una vida sustentable en Puerto Rico y<br />

el planeta. Como nación, debemos tratar<br />

de hacer más con menos y llevar esta operación<br />

hasta llegar a lograr casi todo con<br />

casi nada.<br />

CAAPPR 37<br />

OTROS <strong>ENTORNO</strong>S


Producción<br />

ecológica de<br />

alimentos en el<br />

contexto de los<br />

usos de terrenos<br />

en Puerto Rico<br />

Nelson Álvarez Febles<br />

En la actualidad se manejan datos que<br />

indican que, por lo menos, un 75% de los<br />

alimentos consumidos en Puerto Rico son<br />

importados. Con frecuencia los alimentos<br />

que nos llegan son de segunda o tercera<br />

calidad, como resulta claro para cualquiera<br />

que haya vivido en Estados Unidos u<br />

otros países. En otros casos, como con los<br />

pollos y los huevos, a través de estrategias<br />

de mercadeo de dudosa legalidad como el<br />

dumping (1), se han destruido industrias<br />

locales para sustituirlas por importaciones<br />

de peor calidad. La falta de producción local<br />

de alimentos de calidad tiene impactos<br />

negativos sobre los hábitos alimentarios<br />

de los puertorriqueños y, por lo tanto, en<br />

la salud de la población. Para satisfacer la<br />

demanda, se importan alimentos que recorren<br />

miles de millas desde sus puntos<br />

de origen. Si a lo anterior le añadimos la<br />

vulnerabilidad de las importaciones ante<br />

eventos catastróficos como un huracán, un<br />

tsunami o una guerra, podemos comenzar<br />

a entender la urgencia para trabajar hacia<br />

un aumento del autoabastecimiento alimentario<br />

(2). Una prioridad de política<br />

pública debería ser corregir la enorme dependencia<br />

sobre las importaciones para<br />

alimentarnos. Sería extraordinario hacerlo<br />

de forma respetuosa hacia los recursos naturales<br />

y mediante la generación de actividad<br />

económica interna y acorde con nuestros<br />

patrones culturales.<br />

La agricultura y la producción de alimentos<br />

hacia el 1950<br />

Se hace difícil imaginar, ante el tipo<br />

de urbanismo y uso de suelos actual, que el<br />

archipiélago de Puerto Rico tuvo un desarrollo<br />

agrícola sofisticado y productivo. Sin<br />

embargo, para el año 1938-39 se producía<br />

localmente un 65% de los alimentos que<br />

38 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

consumía una población de cerca de dos<br />

millones de habitantes (3). Además de la<br />

extensa variedad de alimentos producidos<br />

localmente, Puerto Rico exportaba azúcar,<br />

café, algodón y tabaco. Esto nos indica<br />

que probablemente las mejores tierras estaban<br />

dedicadas a los cultivos de exportación<br />

y, por lo tanto, gran parte de nuestros<br />

alimentos provenían de una agricultura<br />

realizada en las laderas de nuestras colinas<br />

y montañas. Nuestros estudios nos llevan<br />

a concluir que, en términos generales, en<br />

el pasado nuestros campesinos, los jíbaros<br />

y los pequeños y medianos agricultores<br />

utilizaban tecnologías apropiadas que protegían<br />

los suelos de la erosión, hacían un<br />

uso sustentable del agua y promovían una<br />

diversidad de cultivos que intensificaba la<br />

producción en terrenos inclinados que hoy<br />

se tienden a considerar marginales para la<br />

agricultura.<br />

El paisaje agrícola hacia los años cincuenta,<br />

exhibía componentes productivos<br />

diversos: bosques –probablemente de<br />

café– siembras y ranchos de tabaco, siembras<br />

de plátanos, pastos, etc. El observador<br />

cuidadoso descubre técnicas que hoy<br />

se consideran de conservación de suelos<br />

y de manejo sustentable: zanjas al contorno,<br />

siembras de cobertura vegetal en<br />

las áreas más susceptibles a la erosión y<br />

biodiversidad productiva. La pérdida<br />

de masa boscosa primaria en<br />

la Isla fue dramática para esa<br />

época, quedando poco más del<br />

5% a mitad del siglo pasado.<br />

Sin embargo, esto no quiere<br />

decir que los suelos quedaban<br />

descubiertos, privados de pro-<br />

tección vegetal, pues el tipo<br />

de agricultura que se practicaba<br />

incluía rotaciones de<br />

cultivos, agroforestería, pastos<br />

para ganado y siembras<br />

en las escorrentías. También<br />

se protegían los nacimientos<br />

de las fuentes de agua y<br />

los bordes de las quebradas y<br />

los ríos.<br />

Esa tecnología agrícola, de origen<br />

taíno con innovaciones árabes, canarias y<br />

españolas, fue rápidamente descartada y<br />

sustituida, especialmente a partir de los<br />

años cincuenta, por técnicas típicas de<br />

una agricultura industrializada de altos<br />

insumos externos (fertilizantes de síntesis<br />

química, plaguicidas, semillas híbridas,<br />

riego extensivo y maquinaria pesada) más<br />

apropiadas a climas templados y terrenos<br />

llanos. Un ejemplo fue la destrucción masiva<br />

de los bosques de cafetales tradicionales<br />

para sembrar café al sol, utilizando<br />

maquinaria pesada que destruía la cubierta<br />

vegetal y el mantillo del suelo para depositarlo<br />

en escorrentías y quebradas, además<br />

del abandono de las zanjas y el uso intensivo<br />

de abonos inorgánicos, plaguicidas y<br />

herbicidas. En pocas décadas se ha visto<br />

como la ganancia a corto plazo en la producción<br />

de granos de café llevó a niveles<br />

importantes de erosión, contaminación y<br />

pérdida de productividad, hasta el punto<br />

que las autoridades tuvieron que volver a<br />

incentivar la siembra del café con sombra<br />

en policultivos.<br />

LA AGRICULTURA EN LA ECONOMíA DE PUERTO RICO (PORCENTAJES)<br />

1950 1990 2008<br />

Del ingreso interno total 25.6 1.7 0.5<br />

Del empleo total 36.2 3.7 1.2<br />

Fuente: Informe Económico, Junta de Planificación, ELA, 1990; Compendio de Datos, BGF/PR, 2008<br />

ÁREA DE PRODUCCIÓN AGRíCOLA Y NÚMERO DE FINCAS<br />

año cuerdas número de promedio % área de<br />

agrícolas fincas cuerdas/fincas Puerto Rico<br />

1935 1,913,047 52,790 36.2 87<br />

1998 865,478 19,951 43.4 39<br />

2002 690,687 17,659 39.1 31<br />

2007 557,530 15,745 35.4 25<br />

Fuente: Departamento de Agricultura de Puerto Rico.


Abandono de la agricultura y de la producción<br />

de alimentos<br />

El abandono de la agricultura como<br />

actividad económica importante fue rápido<br />

y dramático. Como ejemplo, en 1950<br />

la producción agrícola de Puerto Rico representó<br />

el 25.6% del producto interno<br />

total y empleó 36.2% de la fuerza laboral.<br />

Cuarenta años después, para el 1990,<br />

las cifras correspondientes fueron 1.7% y<br />

3.7%.<br />

Si analizamos la tabla que sigue, vemos<br />

como esa merma de actividad agrícola<br />

se traduce dramáticamente en cambios en<br />

el uso de terrenos.<br />

Entre 1935 y 2007 se perdieron para<br />

la agricultura o se dejó de producir en<br />

1,355,517 cuerdas. Si en el 1935, 87%<br />

del área total del archipiélago estaba dedicado<br />

a alguna actividad agrícola, en el<br />

2007 solamente fue un 25% del territorio.<br />

El descenso en el número de fincas ha<br />

sido proporcional al abandono agrícola de<br />

la tierra, pero el tamaño promedio de las<br />

fincas ha permanecido entre 35 y 40 cuerdas.<br />

Este último dato podría ser indicativo<br />

de que ese tamaño de unidad es suficiente<br />

para que una finca en el país sea productiva<br />

y sustentable. La experiencia nos<br />

demuestra que estando sujeto a variables<br />

como suelos, topografía, vegetación, tipo<br />

de producción, entre otras, las fincas de<br />

25 cuerdas pueden ser unidades viables en<br />

modelos de agricultura ecológica intensiva<br />

y sustentable.<br />

Disponibilidad actual de los terrenos<br />

para la agricultura<br />

Como vimos anteriormente, grandes<br />

cantidades de terrenos en Puerto Rico<br />

dejaron de tener usos agrícolas, pero esto<br />

no quiere decir que estén disponibles en<br />

la actualidad para la siembra, pues una<br />

gran cantidad de los mejores suelos han<br />

sido utilizados para el desparrame urbano<br />

horizontal y la construcción de carreteras,<br />

centros comerciales con sus enormes zonas<br />

de estacionamiento, entre otros desarrollos<br />

promovidos por el modelo desarrollista<br />

dominante. A continuación se presentan<br />

algunos datos sobre la disponibilidad actual<br />

de los suelos para la agricultura, aunque<br />

probablemente sea menor si tomamos<br />

en consideración aspectos limitantes como<br />

la erosión, la contaminación de los suelos y<br />

el agua, el acceso y la seguridad (5).<br />

Como Puerto Rico es parte de una<br />

realidad globalizada, no se pretende que<br />

Total del territorio de Puerto Rico, en cuerdas: 2,275,000<br />

Entre 1935 y 2007 se dejó de producir en 1,355,517 cuerdas<br />

Tierras agrícolas óptimas perdidas por el desarrollo y la construcción: 300,000<br />

Tierras agrícolas hoy<br />

270,000 Terrenos óptimos, llanos<br />

600,000 Terrizos rojizos, ondulantes<br />

300,000 Inclinadas, aptas para la producción de madera, agroforestería<br />

TOTAL DISPONIBLE: 1,170,000 CUERDAS<br />

CUERDAS PARA PRODUCIR ALIMENTOS PARA 4 MILLONES DE PERSONAS<br />

Agricultura de altos insumos externos para la dieta actual con un alto consumo de<br />

animales: 1.25 c/p=5 millones cuerdas<br />

Agricultura de altos insumos para una dieta regular: 0.36 c/p= 1.44 millones cuerdas<br />

Agricultura de bajos insumos externos: 0.18 c/p=720,000 cuerdas<br />

C/P: Cuerdas por persona<br />

produzcamos todos los alimentos que<br />

consumimos. Lo aconsejable es priorizar<br />

en aquellos alimentos perecederos que son<br />

de producción más fácil en nuestras condiciones<br />

geográficas y que, además, son más<br />

nutritivos consumidos frescos, como las<br />

frutas, los vegetales, las carnes, los huevos,<br />

etc. También se debe enfatizar el cultivo<br />

de alimentos tradicionales a nuestra dieta,<br />

como guineos, plátanos, tubérculos, panas,<br />

habichuelas, ajonjolí y jengibre. Un tercer<br />

grupo deben ser los cultivos con buen potencial<br />

económico y exportador, como el<br />

café. Todos estos cultivos son de mejor calidad<br />

y de mayor valor comercial cuando<br />

son productos de la agricultura ecológica.<br />

¿Cuánta tierra necesitaríamos para<br />

desarrollar una economía agrícola que impacte<br />

sobre las importaciones? Sin intención<br />

de presentar números concluyentes ni<br />

pretender presentar cifras económicamente<br />

precisas, veamos algunos datos en forma<br />

general. En la siguiente tabla se muestra la<br />

cantidad de terreno necesaria por persona<br />

y año, según tres formas de hacer agricultura<br />

y tres tipos de dietas.<br />

En los primeros dos casos se trata de<br />

la agricultura contemporánea industrializada<br />

que hace uso intensivo de los insumos<br />

como abonos químicos, plaguicidas,<br />

riego, mecanización, etc. En el tercer caso<br />

se trata de una agricultura tipo ecológica<br />

que hace uso de los recursos internos y<br />

cercanos a la finca para abonar, controlar<br />

plagas, etc. En cuanto a la manera de consumir<br />

los alimentos, en el primer caso se<br />

trataría de una dieta con alto contenido de<br />

productos animales, como la que predomina<br />

actualmente en Puerto Rico. En el se-<br />

gundo caso, de una dieta más cercana a lo<br />

que se recomienda por el USDA, con más<br />

cereales, frutas y vegetales, y menos grasas<br />

y carbohidratos sencillos. En el tercer caso,<br />

sería una dieta cercana a las dietas tradicionales<br />

lacto-ovo-vegetarianas de culturas<br />

tradicionales como las de la India.<br />

Si optamos por una agricultura ecológica<br />

de bajos insumos y una dieta que tenga<br />

un buen equilibrio entre productos animales<br />

y vegetales, del tipo tradicional puertorriqueño,<br />

podríamos aventurar que bajo<br />

esas condiciones cada cuerda podría proveer<br />

alimentos para cuatro personas. Por lo<br />

tanto, para producir alimentos de calidad<br />

y en forma sustentable para la mitad de la<br />

población, de dos millones de personas (o<br />

producir la mitad de los alimentos de cuatro<br />

millones), necesitaríamos un millón de<br />

cuerdas de terrenos agrícolas.<br />

Anteriormente hemos visto que en<br />

Puerto Rico hay cerca de 900,000 cuerdas<br />

disponibles de terrenos agrícolas, entre óptimos<br />

e inclinados, y unas 300,000 cuerdas<br />

adicionales para manejo agroforestal.<br />

Lo cual nos lleva a concluir que potencialmente,<br />

utilizando técnicas de agricultura<br />

ecológica que produzcan en forma<br />

sustentable, a la vez que protejan y conserven<br />

esas tierras para el futuro, se puede<br />

producir una cantidad significativa de<br />

los alimentos que necesitamos en Puerto<br />

Rico. Por lo mismo, no nos sobraría tierra<br />

para continuar con el modelo de desarrollo<br />

dominante ni con una agricultura dependiente<br />

de la importación de insumos industriales<br />

y altamente depredadora de los<br />

recursos naturales.<br />

CAAPPR 39<br />

OTROS <strong>ENTORNO</strong>S


Finca ecológica Siembra Tres Vidas, Aibonito, Puerto Rico<br />

Ventajas de la agricultura ecológica<br />

Desde hace algún tiempo venimos<br />

argumentado que no hay un verdadero<br />

futuro agrícola para Puerto Rico, como<br />

proveedor significativo de alimentos para<br />

nuestra población, si no adoptamos como<br />

estrategia central la producción agroecológica.<br />

Al hablar de agricultura ecológica<br />

(que incluye a la agricultura orgánica, permacultura<br />

y otras modalidades) nos referimos<br />

a una agricultura alternativa que tiene<br />

la salud del ecosistema, la viabilidad económica<br />

a largo plazo y la responsabilidad<br />

social como metas. Es una agricultura económicamente<br />

sustentable, ecológicamente<br />

sensitiva y socialmente justa.<br />

Nuestro territorio no aguanta más<br />

maltrato ni contaminación a sus recursos<br />

naturales agrícolas, como es el caso de<br />

los suelos, aguas y biodiversidad (silvestre<br />

y agraria). También se debe tener en<br />

cuenta el impacto negativo sobre la salud<br />

de la población de las prácticas agrícolas<br />

contaminantes. Además, tenemos serios<br />

problemas de disposición de desperdicios<br />

sólidos, algunos de los cuales podrían ser<br />

materia prima para la agricultura ecológica.<br />

A través de un manejo apropiado, gran<br />

parte de los desperdicios orgánicos caseros<br />

e industriales –así como las podas, desyerbos<br />

y residuos de jardinería– podrían<br />

servir para hacer composta: un abono orgánico<br />

excelente para las siembras. Existen<br />

experiencias a través del mundo que así lo<br />

demuestran.<br />

Hace falta intensificar la<br />

producción para producir alimentos<br />

en forma ecológica<br />

40 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

y eficiente en una isla superpoblada<br />

como Puerto Rico.<br />

La intensificación a través<br />

del modelo de monocultivos<br />

a base de un alto nivel de insumos<br />

externos (agroquímicos,<br />

fertilizantes de síntesis,<br />

riegos, semillas híbridas o<br />

transgénicas, maquinaria pesada),<br />

más allá de los problemas<br />

que ha causado a través<br />

del planeta, no es una opción<br />

sustentable en nuestro caso.<br />

Mientras tanto, existen muchos<br />

ejemplos de cómo las<br />

fincas agroecológicas pequeñas<br />

y medianas pueden ser<br />

netamente más productivas<br />

que las grandes extensiones<br />

de monocultivos industriales.<br />

Cuando se cuantifican todos<br />

los alimentos, productos agrícolas<br />

y servicios que proveen<br />

las fincas familiares a través<br />

del año resultan ser altamente<br />

productivas (6). Entendemos que<br />

Puerto Rico puede aumentar significativamente<br />

la producción de alimentos de<br />

calidad para su población. La implementación<br />

de políticas de agricultura ecológica<br />

puede aportar significativamente a que<br />

NELSON ÁLVAREz FEBLES<br />

el país comience a resolver algunos de los<br />

grandes problemas sociales, económicos<br />

y ecológicos que tenemos. Esto requerirá<br />

importantes cambios en la manera en<br />

que estamos acostumbrados a menejar<br />

asuntos como la planificación urbana,<br />

los modelos de desarrollo económico, el<br />

uso del territorio, la agricultura y nuestra<br />

alimentación.<br />

Notas:<br />

(1) El dumping se refiere a la práctica de exportar<br />

un producto por un precio menor que su<br />

costo de producción, o menor que el precio por<br />

cual es vendido en su lugar de origen.<br />

(2) Recomendamos los trabajos de la Dra. Myrna<br />

Comas Pagán, profesora de la Universidad<br />

de Puerto Rico en Mayagüez, sobre seguridad<br />

y vulnerabilidad alimentaria, algunos de ellos<br />

disponibles en Internet.<br />

(3) Ver al final la referencia a la tesis de maestría,<br />

1993. A través de este artículo inlcuimos<br />

información extraída de nuestros trabajos.<br />

(4) De la colección de fotos de Tom Lehman<br />

de los años cuarenta y cincuenta, tomadas por<br />

misioneros:<br />

http://www.flickr.com/photos/tlehman/<br />

collections/72157600017663873/<br />

(5) No ha sido fácil obtener datos sobre el uso<br />

y disponibilidad de suelos para la agricultura.<br />

Aquí incluimos, entre otros, información tomada<br />

del Estimado de terrenos de uso agrícola<br />

para sostener la demanda alimentaria de la población<br />

de Puerto Rico al 2006 , Hoja de Datos<br />

Ambientales, Universidad de Puerto Rico, Mayagüez.<br />

También de: Hacia una nueva visión de<br />

la agricultura puertorriqueña, Pablo E. Segarra<br />

Bosques y Cecilio Lebrón Lebrón, ponencia<br />

presentada el 29 de abril de 2009 en la Facultad<br />

de Ciencias Sociales, Universidad de Puerto<br />

Rico, Río Piedras.<br />

(6) Ver, por ejemplo, Jules Pretty (2009).<br />

“Can Ecological Agriculture Feed Nine billion<br />

People.” Monthly Review. También págs. 15-17<br />

de nuestro libro El Huerto Casero.<br />

Algunas publicaciones del autor<br />

Álvarez Febles, Nelson. (1993) Critique of contemporary<br />

agriculture and sustainable agriculture<br />

as an option for development in Puerto Rico. Tesis<br />

de maestría, Goddard College, Vermont.<br />

(1997) “Biodiversity Based Farming Produces<br />

More”. Seedling, octubre, Barcelona. (“La biodiversidad<br />

agrícola produce más”, Biodiversidad:<br />

sustento y culturas, junio 1998).<br />

(2004) “Las semillas en la tierra germinan y se<br />

multiplican”. Biodiversidad: sustento y culturas,<br />

octubre, Montevideo.<br />

(2008) El huerto casero: manual de agricultura<br />

orgánica. San Juan. (2010) La Tierra Viva:<br />

manual de agricultura ecológica. Fideicomiso de<br />

Conservación de Puerto Rico. San Juan.<br />

Para mayor información, visite el blog<br />

del autor: www.ecoser-desarrollointegral.<br />

blogspot.com


<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA Recomendaciones para un PUT<br />

Título Recomendaciones<br />

del artículo<br />

para un Plan de<br />

Usos de Terrenos<br />

de Puerto Rico<br />

Comité Especial del Colegio<br />

de Arquitectos y Arquitectos<br />

Nombre Paisajistas del de Autor Puerto Rico<br />

CAAPPR<br />

2<br />

2<br />

3<br />

4<br />

4<br />

6<br />

8<br />

10<br />

10<br />

11<br />

12<br />

14<br />

15<br />

16<br />

Este documento —preparado por un grupo de arquitectos,<br />

planificadores y urbanistas coordinado por<br />

un comité del Colegio de Arquitectos y Arquitectos<br />

Paisajistas de Puerto Rico (CAAPPR)—, recomienda<br />

estrategias para el uso de terrenos, la infraestructura y<br />

la gobernanza que deben incorporarse en un plan de<br />

usos de terrenos para todo el país.<br />

Incluye recomendaciones dirigidas a conseguir<br />

áreas urbanas consolidadas, funcionales y agradables,<br />

y a lograr la conservación de los recursos naturales y<br />

de las áreas agrícolas para el beneficio de las presentes<br />

y las futuras generaciones, así como estrategias<br />

sustentables para la infraestructura de la movilidad,<br />

del agua, de la energía y del manejo de los desperdicios<br />

sólidos.<br />

iNTROduccióN<br />

¿Por qué un plan de usos de terrenos?<br />

¿Cómo se planifica en Puerto Rico?<br />

REcOmENdaciONEs paRa LOs usOs dEL suELO<br />

El suelo urbanizado y el urbanizable<br />

El suelo rústico<br />

resumen de recomendaciones para<br />

los usos del suelo del plan de usos<br />

de terrenos de puerto rico<br />

REcOmENdaciONEs paRa La iNfRaEsTRucTuRa<br />

y La gObERNaNza<br />

Movilidad<br />

Energía<br />

Agua<br />

Desperdicios sólidos<br />

Gobernanza<br />

NOTa fiNaL y cRédiTOs<br />

Nota final<br />

Créditos<br />

15 1


iNTROduccióN<br />

¿pOR qué uN pLaN dE<br />

usOs dE TERRENOs?<br />

En Puerto Rico se ha utilizado mal<br />

el recurso del suelo. Hay poco terreno<br />

y se ha ocupado con un modelo de desarrollo<br />

suburbano: desparramado, de<br />

baja densidad, con vecindarios dependientes<br />

del carro y aislados de los comercios<br />

y de los lugares de trabajo. El<br />

modelo de desarrollo suburbano acaba<br />

poco a poco con los recursos naturales<br />

y los terrenos agrícolas, y malgasta<br />

mucha energía en la transportación de<br />

bienes y personas.<br />

Este modelo ineficiente de suburbanización<br />

presenta hoy día enormes<br />

retos:<br />

• El planeta tiene menos recursos que<br />

ofrecer en una época en la que más<br />

personas quieren más cosas. Hay<br />

muchos países en plena expansión,<br />

y sus poblaciones reclaman más bie-<br />

nes, lo que crea una mayor deman-<br />

da sobre la oferta de alimentos,<br />

la materia prima y las fuentes<br />

energéticas.<br />

• El planeta experimenta profundos<br />

cambios climáticos con consecuen-<br />

cias adversas, que incluyen el des-<br />

hielo de los grandes glaciales, la<br />

subida del nivel del mar y una me-<br />

nor calidad del aire que respiramos.<br />

• Una mayor demanda energética en<br />

el planeta hace que los combustibles<br />

fósiles (petróleo, gas natural y car-<br />

bón) sean más escasos, más difíciles<br />

de extraer y más caros.<br />

Puerto Rico es débil ante esta situación<br />

porque, entre otras cosas:<br />

• Importamos más del 85% de los<br />

alimentos y bienes que consumi-<br />

mos, y estas mercancías llegan por<br />

transportes marítimos o aéreos de-<br />

pendientes del petróleo.<br />

• La Isla depende casi en un 100%<br />

de combustibles fósiles importados<br />

2<br />

<strong>ENTORNO</strong>18<br />

A FINALES DEL PERÍODO DE LA COLONIZACIÓN ESPAÑOLA (de izquierda a derecha): playa con poco<br />

o ningún impacto humano, hacienda azucarera, cuerpo de agua utilizado para riego, terrenos agrícolas,<br />

centro urbano consolidado, suelo rústico, terrenos agrícolas cercanos a poblado, región del<br />

Carso Norteño y montañas altas de la Cordillera Central.<br />

EN EL APOGEO DEL PERÍODO DE INDUSTRIALIZACIÓN (de izquierda a derecha): playa, hotel moderno,<br />

asentamientos suburbanos e informales, central azucarera, cuerpo de agua canalizado bajo<br />

carretera, terrenos agrícolas parcialmente urbanizados o en desuso, centro urbano comercializado,<br />

suelo rústico, central azucarera cercana a un poblado en declive, región del Carso Norteño y montañas<br />

altas de la Cordillera Central.<br />

EN LA ÉPOCA POSINDUSTRIAL ACTUAL (de izquierda a derecha): distrito hotelero de alta densidad;<br />

vivienda suburbana sobre terrenos agrícolas; centro comercial; carretera suburbana atestada de<br />

comercios; establecimientos de comida rápida, farmacéuticas y otras fábricas sobre terrenos agrícolas;<br />

centro urbano deprimido; desparramamiento suburbano de vivienda y comercio sobre terrenos<br />

agrícolas; regiones del Carso Norteño y de la Cordillera Central impactadas por autopista y otros<br />

desarrollos.<br />

para producir electricidad y para<br />

mover los vehículos.<br />

• Durante la pasada década, la econo-<br />

mía perdió competitividad y se con-<br />

trajo un 2.2%; a su vez, la Isla per-<br />

dió un 2.5% de su población con la<br />

salida de más de 80,000 puertorri-<br />

queños hábiles para el trabajo.<br />

No puede uno sentarse a ver qué<br />

sucederá. Puerto Rico tiene que en-<br />

CAMbIOS EN EL PAISAjE NORTEÑO A TRAvÉS DEL TIEMPO<br />

frentar sus retos sin esperar que otros le<br />

solucionen sus problemas. La Isla tiene<br />

que ser más estable y menos vulnerable<br />

a las fluctuaciones del mercado, y para<br />

hacerlo necesita instrumentos que le<br />

permitan utilizar mejor el recurso del<br />

suelo. Un plan de usos de terrenos visionario<br />

y eficaz es una herramienta<br />

importante entre estos instrumentos.


¿cómO sE pLaNifica EN<br />

puERTO RicO?<br />

La planificación de Puerto Rico<br />

ha tenido avances y retrocesos, aciertos<br />

y desaciertos. Desde los años cuarenta<br />

se intentó la planificación de forma<br />

integral, pero sin mucho éxito. Los<br />

distintos gobiernos desde entonces no<br />

han podido crear una visión común,<br />

no han sido consistentes en aplicar las<br />

leyes y no han dado continuidad a las<br />

propuestas de desarrollo. La planificación<br />

se ha hecho más compleja porque<br />

ahora las determinaciones sobre el territorio<br />

de Puerto Rico ocurren a nivel<br />

estatal y a nivel municipal.<br />

A nivel estatal, la planificación se<br />

realiza a través de las varias agencias de<br />

regulación e infraestructura, pero en<br />

especial a través de la Junta de Planificación.<br />

Creada en 1942, esta agencia<br />

elaboró un proceso de zonificación y<br />

reglamentación de las áreas urbanas, y<br />

estableció reglas de qué, cómo, dónde,<br />

cuánto y cuándo construir.<br />

Para evaluar los proyectos sometidos<br />

fuera de las áreas zonificadas o<br />

en no conformidad con estas, la Junta<br />

de Planificación utilizó el mecanismo<br />

de la consulta de ubicación de forma<br />

individualizada y con disposiciones<br />

particulares para cada proyecto. Desde<br />

entonces, este mecanismo permite que<br />

inversionistas y desarrolladores puedan<br />

someter proyectos en cualquier<br />

lugar de Puerto Rico, sin importar<br />

la zonificación.<br />

En el 2004, la Junta de Planificación<br />

creó la Oficina del Plan de Uso de<br />

Terrenos para preparar por primera vez<br />

un plan de usos de terrenos para todo<br />

el país, que integrara y organizara objetivos<br />

y políticas públicas a nivel nacional<br />

y municipal. Desafortunadamente,<br />

este esfuerzo se detuvo en el 2006 por<br />

falta de consenso. En el 2009, la Junta<br />

de Planificación comenzó a preparar<br />

un nuevo plan, y se ha propuesto completarlo<br />

por fases mediante la adopción<br />

sucesiva de planes regionales. Una<br />

vez se completen todos los planes regionales,<br />

la Junta de Planificación expresó<br />

que se habrá completado el Plan<br />

de Usos de Terrenos para todo Puerto<br />

Rico.<br />

A nivel municipal, la planificación<br />

se realiza de acuerdo a la Ley de Municipios<br />

Autónomos del 1991, que estableció<br />

en su Capítulo 13 un mecanismo<br />

para que los municipios elaboren<br />

la ordenación de su propio territorio<br />

en coordinación con la Junta de Planificación<br />

y de forma compatible con<br />

las políticas públicas estatales y las de<br />

otros municipios. La ley estableció la<br />

forma de clasificar los suelos y requirió<br />

que los planes de ordenación cumplieran<br />

con objetivos claros para delimitar<br />

y manejar tres tipos de suelo: urbano,<br />

urbanizable y rústico. Para el suelo urbano,<br />

la ley requirió que el área urbana<br />

se consolidara y redesarrollara con un<br />

entorno público abierto al disfrute de<br />

todos. Para el suelo urbanizable, requirió<br />

un proceso ordenado de transformación<br />

del área natural para lograr<br />

distritos consolidados. Y para el suelo<br />

rústico, requirió su protección, para<br />

evitar su lotificación y urbanización,<br />

y promover su manejo y utilización.<br />

Con esas clasificaciones de suelo —urbano,<br />

urbanizable y rústico— se intentó,<br />

sin éxito, eliminar la aprobación de<br />

proyectos mediante el mecanismo de<br />

la consulta de ubicación y establecer<br />

de forma clara dónde poder ubicar los<br />

proyectos y bajo qué condiciones. Al<br />

amparo de esta ley, luego de 15 años,<br />

se habían aprobado para el 2006 unos<br />

30 planes territoriales [véase ilustración 1].<br />

i l u s t r a c i ó n 1<br />

Clasificación de terrenos en los planes de ordenación territorial aprobados – jP 2006<br />

i l u s t r a c i ó n 2<br />

Clasificación de terrenos - Oficina de Plan de Usos de Terrenos 2006<br />

Límites Municipales<br />

CLASIFICACIÓN<br />

SRC - Suelo Rústico Común<br />

SREP - Suelo Rústico Especialmente Protegido<br />

SU - Suelo Urbano<br />

SUP - Suelo Urbanizable<br />

CAAPPR 3<br />

<strong>ENTORNO</strong> Recomendaciones para un PUT


La Oficina del Plan de Usos de Terrenos<br />

de la Junta de Planificación utilizó<br />

la información de los planes municipales<br />

y de los otros planes adoptados<br />

para trabajar el Plan de Usos de Terrenos,<br />

y en el 2006 completó el borrador<br />

del mapa de clasificación de suelos que<br />

delimitó los suelos urbanos, urbanizables<br />

y rústicos para todo Puerto Rico<br />

[véase ilustración 2]. Este mapa, aunque<br />

no ha sido adoptado por la Junta de<br />

Planificación, es actualmente el documento<br />

que más claramente identifica<br />

los recursos naturales y establece dónde<br />

se puede construir y dónde no.<br />

La elaboración de los planes de<br />

ordenación municipal se ha visto afectada<br />

negativamente por la ausencia de<br />

un plan de usos de terrenos para toda<br />

la isla. Cada municipio elaboró sus<br />

prioridades dentro del marco general<br />

establecido por la ley, pero las políticas<br />

públicas y las clasificaciones de suelo<br />

adoptadas por cada municipio no han<br />

sido siempre consistentes ni con las<br />

de otros municipios, ni con las políticas<br />

estatales concernientes. Podemos<br />

apreciar este conflicto al comparar la<br />

clasificación de suelos de los mapas<br />

municipales con la propuesta del borrador<br />

del mapa del 2006. Lamentablemente,<br />

se ha permitido fragmentar<br />

la continuidad de las áreas naturales y<br />

agrícolas, privilegiando la expansión<br />

suburbana.<br />

Para que funcione el esquema de<br />

planificación estatal y municipal se<br />

requiere de una visión territorial coherente<br />

en un solo plan de usos de<br />

terrenos para todo Puerto Rico, que<br />

guíe y coordine todos los esfuerzos<br />

de planificación.<br />

A continuación, presentamos recomendaciones<br />

para ordenar y consolidar<br />

el suelo urbanizado y el urbanizable,<br />

y para conservar y manejar el<br />

suelo rústico.<br />

4<br />

<strong>ENTORNO</strong>18<br />

REcOmENdaciONEs paRa<br />

LOs usOs dEL suELO<br />

suelo urbanizado<br />

suelo urbanizable<br />

suelo rústico común<br />

suelo rústico especialmente protegido<br />

EL suELO uRbaNizadO y<br />

EL uRbaNizabLE<br />

Puerto Rico es un archipiélago de<br />

islas de limitada extensión territorial<br />

con una población de casi cuatro millones<br />

de habitantes. Cerca de un 20%<br />

de su territorio está urbanizado [véase<br />

ilustración 3] con obras de construcción<br />

para la habitación u ocupación de seres<br />

humano en proximidad. Mucha<br />

de la población está concentrada en<br />

el Área Metropolitana de San Juan<br />

(AMSJ, con 2.2 millones habitantes),<br />

y en otras áreas urbanizadas de<br />

gran población, como Caguas, Ponce<br />

y Mayagüez.<br />

El suelo urbanizado puede categorizarse,<br />

a grandes rasgos, entre centros<br />

urbanos y áreas suburbanas. Los<br />

centros urbanos —construidos casi<br />

todos antes del 1950— son densos,<br />

ordenados y multifuncionales. En<br />

ellos se puede acceder caminando a<br />

una variedad de actividades y funciones.<br />

Las áreas suburbanas, extendidas<br />

durante la segunda mitad del siglo<br />

XX, son de baja densidad, segregadas y<br />

dispersas, de espacios monofuncionales<br />

para vivienda, comercio, trabajo y<br />

ocio. En ellas se depende del automóvil<br />

privado para poder acceder a la variedad<br />

de actividades y funciones que<br />

se encuentran separadas entre sí. Estas<br />

áreas suburbanas, de mucho mayor tamaño<br />

que los centros urbanos, requirieron<br />

la extensión significativa de la<br />

infraestructura de carreteras, de agua,<br />

de alcantarillado sanitario, y de energía,<br />

lo que encareció su construcción<br />

y mantenimiento. Estos proyectos se<br />

construyeron en áreas naturales o agrícolas<br />

sin acoplarse a un plan general ni<br />

a una visión compartida de desarrollo<br />

para Puerto Rico.<br />

Este modelo de desarrollo suburbano<br />

debe transformarse. Todo nuevo


desarrollo debe construirse principalmente<br />

dentro del perímetro del área ya<br />

urbanizada, que incluye muchos terrenos<br />

vacantes, abandonados o subutilizados.<br />

Visión<br />

Remplazar el modelo suburbano de desarrollo<br />

actual —desparramado, disperso,<br />

desarticulado y en continua expansión<br />

hacia las áreas naturales—, con un modelo<br />

de ciudades y pueblos de comunidades<br />

compactas, densas, multifuncionales,<br />

atractivas, con identidad, con alternativas<br />

de movilidad, y con abundantes espacios<br />

públicos para el disfrute de todos los ciudadanos.<br />

Los pocos proyectos que sean<br />

permitidos fuera de las áreas ya urbanizadas<br />

deberán realizarse mediante un<br />

proceso ordenado de transformación del<br />

área natural, que establezca la forma de<br />

cómo consolidar un nuevo distrito urbano,<br />

en armonía con la ciudad existente y con la<br />

naturaleza que lo rodea.<br />

qué hacer con el suelo urbanizado<br />

Redesarrollar las áreas ya urbanizadas y<br />

frenar la urbanización de los terrenos naturales.<br />

Esto incluye desarrollar viviendas,<br />

comercios, centros de trabajo y lugares de<br />

ocio en el suelo ya urbanizado, revitalizando<br />

los centros urbanos y redesarrollando<br />

partes del área suburbana en vecindarios<br />

con mayor densidad, usos mixtos y espacios<br />

públicos de buena calidad.<br />

Se proponen las siguientes estrategias:<br />

densificación y usos mixtos<br />

• Rehabilitar estructuras abandonadas y<br />

desarrollar espacios vacíos o subutiliza-<br />

dos con proyectos de uso mixto (vivien-<br />

da, comercio, etcétera) de mediana y<br />

alta densidad.<br />

• Promover el desarrollo balanceado de<br />

usos a través del área urbanizada y el<br />

desarrollo de comunidades mixtas<br />

donde se posibilite el acceso peatonal a<br />

diferentes usos.<br />

• Sanar los sitios contaminados y reincor-<br />

porarlos a la ciudad.<br />

Isla de Mona<br />

0 10km<br />

i l u s t r a c i ó n 3<br />

Áreas urbanas construidas y terrenos protegidos – jP 2006<br />

forma urbana<br />

• Proveer espacios públicos con<br />

identidad y sentido de lugar.<br />

• Requerir que los edificios se constru-<br />

yan orientados hacia la calle, con áreas<br />

de actividad, y espacios interiores que<br />

conecten —visual o físicamente—<br />

con el espacio público de la calle para<br />

proveer un entorno urbano agradable<br />

y seguro.<br />

• Mejorar las aceras y hacerlas conti-<br />

nuas y agradables para permitir que<br />

los peatones se muevan por toda<br />

la ciudad.<br />

áreas naturales<br />

• Conectar la ciudad con los recursos<br />

naturales —ríos, quebradas, lagunas,<br />

mar y otros—, y hacerlos accesibles<br />

para el disfrute de los ciudadanos.<br />

• Desarrollar la infraestructura verde a<br />

nivel de ciudad y a nivel del vecindario,<br />

mediante la creación de parques y pla-<br />

zas, la forestación de aceras y calles,<br />

y el desarrollo de huertos urbanos.<br />

infraestructura<br />

• Reacondicionar la infraestructura<br />

existente (energía, agua, alcantarillado<br />

sanitario y pluvial) para viabilizar<br />

nuevos desarrollos.<br />

Estado del terreno<br />

Urbano / construido: 2001<br />

Protegido: 2005<br />

transporte colectivo / bicicletas<br />

• Proveer un sistema de transporte<br />

colectivo rápido que conecte pueblos<br />

y ciudades a través de la Isla.<br />

• Proveer sistemas de transporte colecti-<br />

vo que unan los distintos vecindarios<br />

y los usos principales del área<br />

urbanizada.<br />

• Abrir carriles para bicicleta a través de<br />

toda la ciudad.<br />

ciudad democrática<br />

• Proveer acceso a toda la población a<br />

los servicios y espacios de la ciudad.<br />

• Evitar el desplazamiento involuntario de<br />

los residentes fuera de sus vecindarios.<br />

• Asegurar una oferta adecuada de<br />

vivienda, en lugares céntricos, a la<br />

población de edad avanzada.<br />

obras de construcción<br />

• Utilizar métodos y materiales susten-<br />

tables en todos los proyectos de<br />

infraestructura, de desarrollo y<br />

de redesarrollo.<br />

qué hacer en el suelo urbanizable<br />

El suelo urbanizable es aquel terreno natural,<br />

aledaño al suelo urbanizado, que ha<br />

sido identificado por un plan de ordenación<br />

como que puede urbanizarse. En aquellas<br />

pocas áreas naturales donde se permita<br />

localizar proyectos mediante excepción<br />

—cuando respondan a una estrategia<br />

CAAPPR 5<br />

<strong>ENTORNO</strong> Recomendaciones para un PUT


planificada para el país o la región—, las<br />

obras deberán realizarse en conformidad<br />

con un plan de ensanche. En estos lugares<br />

se debe fomentar un desarrollo urbano de<br />

alta calidad, con un modelo de comunidad<br />

compacta, densa, multifuncional, atractiva,<br />

segura, que tenga acceso a un sistema eficiente<br />

de transporte colectivo, y con una<br />

variedad de espacios públicos abiertos a<br />

sus habitantes y visitantes.<br />

Se proponen las siguientes estrategias:<br />

• Establecer los nuevos desarrollos de<br />

forma compacta, funcional y agradable,<br />

con usos mixtos que permitan el acceso<br />

peatonal a niños y ancianos, sin necesi-<br />

dad de utilizar el carro.<br />

• Integrar los nuevos desarrollos al con-<br />

texto urbano adyacente y dar continui-<br />

dad al trazado vial y peatonal de las<br />

áreas vecinas.<br />

• Facilitar el acceso peatonal de los<br />

ciudadanos en un entorno público<br />

agradable y continuo.<br />

• Crear un espacio público digno y<br />

abierto a todos.<br />

• Proveer acceso a sistemas de trans-<br />

portación colectiva que unan los distin-<br />

tos usos del nuevo desarrollo entre sí, y<br />

con el resto del área ya urbanizada.<br />

• Utilizar estrategias de sustentabilidad<br />

en todos los proyectos de desarrollo.<br />

EL suELO RúsTicO<br />

6<br />

<strong>ENTORNO</strong>18<br />

Puerto Rico tiene una cantidad<br />

importante de terrenos que deben protegerse<br />

por su alto potencial agrícola y<br />

por su importancia ecológica, cultural<br />

y escénica. Igualmente tiene muchos<br />

terrenos susceptibles a inundaciones,<br />

deslizamientos, hundimientos y terremotos<br />

que nunca deben urbanizarse.<br />

La Junta de Planificación ha identificado<br />

estos terrenos, que conforman cerca<br />

del 75% del territorio, en tres mapas<br />

(véase ilustraciones 4, 5 y 6). En la actualidad,<br />

solamente un 7.4% del territorio<br />

está protegido por ley.<br />

Una parte de estos terrenos que<br />

requieren protección ya ha sido urbanizada<br />

o impactada por obras de<br />

construcción. Urge delimitar las áreas<br />

que no pueden urbanizarse y aquellas<br />

áreas urbanizadas que deben revertirse<br />

a su estado natural. Ya la Oficina del<br />

Plan de Usos de Terrenos elaboró en<br />

el 2006 un primer borrador en donde<br />

identifica cerca de un 75% del terreno<br />

como suelo rústico que no debe urbanizarse<br />

[véase ilustración 2]. El Fideicomiso<br />

de Conservación de Puerto Rico, por<br />

su parte, ha hecho una recomendación<br />

preliminar de proteger un tercio<br />

del territorio de la Isla para dedicarlo<br />

a la conservación de ecosistemas (humedales,<br />

manglares, bosques lluviosos<br />

y secos), y otro tercio para usos que<br />

requieran áreas verdes abiertas (agricultura,<br />

recreación, zonas de amortiguamiento).<br />

Visión<br />

Proteger las áreas naturales con prioridad<br />

de conservación y las áreas de alto potencial<br />

agrícola, y manejarlas para que sirvan<br />

de apoyo a las actividades sociales y económicas<br />

en un marco de desarrollo sustentable.<br />

De forma similar, se deben manejar<br />

las áreas propensas a riesgos naturales<br />

sin proyectos de construcción.<br />

qué hacer<br />

El Plan de Usos de Terrenos debe clasificar<br />

como suelo rústico los terrenos de alto<br />

potencial agrícola, las áreas naturales con<br />

prioridad de conservación, las áreas de<br />

riesgo para la construcción, y otras áreas<br />

naturales importantes. Estos suelos no<br />

deben urbanizarse por su topografía, su<br />

valor escénico, arqueológico, cultural y<br />

ecológico, su potencial agrícola, o la presencia<br />

de recursos naturales de gran valor.<br />

Solo debe permitirse en estos suelos usos<br />

compatibles con el área natural, como la<br />

agricultura, la recreación pasiva, la captación<br />

de agua, la conservación de cuencas<br />

hidrográficas, las instalaciones ecoturísticas<br />

no residenciales, y la protección y<br />

conservación de áreas de valor histórico<br />

que forman parte del patrimonio cultural.<br />

Se proponen las siguientes estrategias<br />

para el suelo rústico:<br />

• Guardar a perpetuidad una proporción<br />

aproximada de 1/3 del territorio dedi-<br />

cado a la conservación de ecosistemas<br />

y 1/3 del territorio para la agricultura, la<br />

recreación y otros usos que no requie-<br />

ran urbanizar el terreno.<br />

• Establecer, a corto plazo, la prohibición<br />

de urbanizar en el suelo clasificado<br />

como rústico que debe incluir no menos<br />

del 75% del territorio total de la Isla.<br />

• Conservar y usar de forma sustentable<br />

las áreas agrícolas, pecuarias, de<br />

pesca, madereras o de minería, actual-<br />

mente en utilización o con potencial<br />

de desarrollo para estos usos.<br />

• Proteger los recursos de agua super-<br />

ficiales, subterráneos y su cuenca<br />

inmediata, así como los sistemas ecoló-<br />

gicos, hábitats de fauna y flora en peli-<br />

gro de extinción, y otros sistemas y<br />

recursos naturales de valor ecológico.<br />

• Limitar la ocupación urbana de áreas de<br />

riesgo de inundación, deslizamiento y<br />

terremoto por razones de seguridad y<br />

salud pública.


i l u s t r a c i ó n 4<br />

Áreas de alta productividad agrícola,<br />

junta de Planificación 2006<br />

i l u s t r a c i ó n 5<br />

Áreas con prioridad de conservación,<br />

junta de Planificación 2006<br />

i l u s t r a c i ó n 6<br />

Áreas de alto riesgo,<br />

junta de Planificación 2006<br />

CAAPPR 7<br />

<strong>ENTORNO</strong> Recomendaciones para un PUT


esumen de<br />

recomendaciones para<br />

los usos del suelo<br />

del plan de usos de<br />

terrenos de puerto rico<br />

suELO uRbaNizadO<br />

Se proponen las siguientes estrategias<br />

para los terrenos ya urbanizados:<br />

densificación y usos mixtos<br />

• Rehabilitar estructuras abandonadas y<br />

desarrollar espacios vacíos o subutiliza-<br />

dos con proyectos de uso mixto de<br />

mediana y alta densidad.<br />

• Promover el desarrollo balanceado de<br />

usos a través del área urbanizada y el<br />

desarrollo de comunidades mixtas<br />

donde se posibilite el acceso peatonal<br />

a diferentes usos.<br />

• Sanar los sitios contaminados y<br />

reincorporarlos a la ciudad.<br />

8 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

forma urbana<br />

• Proveer espacios públicos con identi-<br />

dad y sentido de lugar.<br />

• Requerir que los edificios se construyan<br />

orientados hacia la calle, con áreas<br />

de actividad, y espacios interiores que<br />

conecten —visual o físicamente— con<br />

el espacio público de la calle para<br />

proveer un entorno urbano agradable<br />

y seguro.<br />

• Mejorar las aceras y hacerlas conti-<br />

nuas y agradables para permitir que los<br />

peatones se muevan por toda la ciudad.<br />

infraestructura<br />

• Reacondicionar la infraestructura<br />

existente (energía, agua, alcantarillado<br />

sanitario y pluvial) para viabilizar nue-<br />

vos desarrollos.<br />

áreas naturales<br />

• Conectar la ciudad con los recursos<br />

naturales —ríos, quebradas, lagunas,<br />

mar y otros —, y hacerlos accesibles<br />

para el disfrute de los ciudadanos.<br />

• Desarrollar la infraestructura verde a<br />

nivel de ciudad y a nivel del vecindario,<br />

mediante la creación de parques y pla-<br />

zas, la forestación de aceras y calles, y<br />

el desarrollo de huertos urbanos.<br />

Transporte colectivo / bicicletas<br />

• Proveer un sistema de transporte<br />

colectivo rápido que conecte pueblos<br />

y ciudades a través de la isla.<br />

• Proveer sistemas de transporte colecti-<br />

vo que unan los distintos vecindarios y<br />

usos principales del área urbanizada.<br />

• Abrir carriles para bicicleta a través de<br />

toda la ciudad.


ciudad democrática<br />

• Proveer acceso a toda la población a<br />

los servicios y espacios de la ciudad.<br />

• Evitar el desplazamiento involuntario de<br />

los residentes fuera de sus vecindarios.<br />

• Asegurar una oferta adecuada de vi-<br />

vienda en lugares céntricos a la<br />

población de edad avanzada.<br />

Obras de construcción<br />

• Utilizar estrategias de sustentabilidad<br />

en la construcción de todos los<br />

proyectos de infraestructura,<br />

desarrollo y redesarrollo.<br />

suELO uRbaNizabLE<br />

Se proponen las siguientes estrategias<br />

para el suelo urbanizable:<br />

• Establecer los nuevos desarrollos de<br />

forma compacta, funcional y agradable,<br />

con usos mixtos que puedan accederse<br />

a pie, sin necesidad de utilizar el carro.<br />

• Integrar el nuevo desarrollo al contexto<br />

urbano adyacente y dar continuidad al<br />

trazado vial y peatonal de las áreas<br />

vecinas.<br />

• Facilitar el acceso peatonal de los<br />

ciudadanos en un entorno público<br />

agradable y continuo.<br />

• Crear un espacio público digno,<br />

abierto a todos.<br />

• Proveer acceso a sistemas de transportación<br />

colectiva que unan los distintos<br />

usos del nuevo desarrollo entre sí y con<br />

el resto del área urbanizada.<br />

• Utilizar estrategias de sostenibilidad en<br />

todos los proyectos de desarrollo.<br />

Tres principales recomendaciones al Plan<br />

son guiar el crecimiento de las ciudades<br />

y los pueblos hacia las áreas ya urbanizadas,<br />

conservar y manejar los recursos<br />

naturales para mejorar la calidad de vida,<br />

y fortalecer la transportación colectiva a<br />

través de todo Puerto Rico.<br />

suELO RúsTicO<br />

Se proponen las siguientes estrategias<br />

para el suelo rústico:<br />

• Guardar a perpetuidad una proporción<br />

aproximada de 1/3 del territorio dedica-<br />

do a la conservación de ecosistemas y<br />

1/3 para usos que requieran áreas<br />

abiertas.<br />

• Establecer, a corto plazo, la prohibición<br />

de urbanizar en el suelo clasificado rús-<br />

tico que debe incluir no menos del 75%<br />

del territorio total de la isla.<br />

• Conservar y usar de forma sostenible<br />

las áreas agrícolas, pecuarias, de pes-<br />

ca, madereras o de minería, actualmen-<br />

te en utilización o con potencial de<br />

desarrollo para estos usos.<br />

• Proteger los recursos de agua super-<br />

ficiales, subterráneos y su cuenca<br />

inmediata, así como los sistemas ecoló-<br />

gicos, hábitats de fauna y flora en<br />

peligro de extinción, y otros sistemas y<br />

recursos naturales de valor ecológico.<br />

• Limitar la ocupación urbana de áreas de<br />

riesgo de inundación, deslizamiento y<br />

terremoto por razones de seguridad y<br />

salud pública.<br />

Suelo urbanizado<br />

Suelo urbanizable<br />

Suelo rústico común<br />

Suelo rústico<br />

especialmente protegido<br />

Límites Municipales<br />

Recomendaciones de clasificación de los suelos basado en el borrador del Plan de Usos de Terrenos<br />

de 2006 elaborado por la Oficina del Plan de Usos de Terrenos de la junta de Planificación<br />

CAAPPR 9<br />

<strong>ENTORNO</strong> Recomendaciones para un PUT


REcOmENdaciONEs paRa<br />

La iNfRaEsTRucTuRa y<br />

La gObERNaNza<br />

A continuación se incluyen recomendaciones<br />

para la infraestructura<br />

de movilidad, de energía, de agua y de<br />

manejo de los desperdicios sólidos; y<br />

para establecer un proceso de mayor<br />

gobernabilidad necesario para implementarlas.<br />

mOViLidad<br />

Puerto Rico tiene una de las mayores<br />

densidades del mundo de áreas<br />

de carreteras en relación con el tamaño<br />

de la superficie de su territorio. El<br />

sistema vial ha impactado, a veces de<br />

forma irreversible, áreas de importancia<br />

natural y ambiental. De acuerdo al<br />

Censo del 2000, solo 5% de la población<br />

utiliza el transporte colectivo y<br />

casi un 48% trabaja en un municipio<br />

distinto al que reside e invierte más de<br />

una hora diaria en desplazarse a su lugar<br />

de empleo.<br />

La dependencia del automóvil privado<br />

y la falta de un sistema viable de<br />

transportación pública se ha convertido<br />

en un problema de justicia social<br />

que margina a las personas que no tienen<br />

acceso a formas eficientes y accesibles<br />

de transportación.<br />

Visión<br />

Promover un desarrollo sustentable en el<br />

que se reduzca la dependencia del automóvil<br />

individual y se promueva el caminar,<br />

las bicicletas y el transporte colectivo.<br />

qué hacer<br />

Reducir la dependencia del automóvil privado<br />

y desarrollar nuevas alternativas de<br />

movilidad a nivel local, regional y estatal.<br />

Se debe invertir en la infraestructura del<br />

transporte y en ajustar el modelo urbano<br />

para incorporar accesos de bicicleta, proveer<br />

aceras cómodas y agradables, y for-<br />

10 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

SITUACIÓN ACTUAL: El modelo de desarrollo suburbano no planificado limita el uso del transporte<br />

colectivo y provoca la dependencia casi total en los automóviles y los camiones privados para la<br />

transportación dentro y fuera de las áreas urbanizadas.<br />

SITUACIÓN DESEAbLE: El modelo de desarrollo de núcleos urbanos densos y compactos facilita el<br />

caminar y el uso de la bicicleta en la escala local, promueve el transporte colectivo eficiente y el uso<br />

de diversos tipos de transportación en la escala de la ciudad, y viabiliza el transporte colectivo rápido<br />

para conectar ciudades en la escala regional.<br />

talecer la interconexión con las áreas de<br />

vivienda, trabajo y ocio.<br />

Se proponen las siguientes estrategias para<br />

mejorar la movilidad a través del territorio:<br />

• Reducir la dependencia del<br />

automóvil privado.<br />

• Ofrecer opciones de transporte colecti-<br />

vo para conectar a los vecindarios den-<br />

tro de los municipios y para conectar a<br />

SITUACIÓN ACTUAL y DESEAbLE DE LA MOvILIDAD<br />

los municipios entre sí a través de toda<br />

la Isla.<br />

• Establecer un sistema multimodal de<br />

transporte colectivo que cuente con<br />

servicios de porteadores públicos, auto-<br />

buses, autobuses de transporte rápido<br />

(bRT, por sus siglas en inglés) y, donde<br />

sean viables, sistemas de rieles.<br />

• Asegurar un sistema de calles com-<br />

pletas, en el que las carreteras permi-<br />

tan el tránsito vehicular y a la vez


acepten el movimiento de peatones,<br />

bicicletas, sillas de rueda, y una varie-<br />

dad de carritos de arrastre.<br />

• Incorporar rutas seguras de bicicleta<br />

a la red vial.<br />

• Fortalecer la transportación a través<br />

de lanchas entre las islas habitadas del<br />

archipiélago de Puerto Rico.<br />

ENERgÍa<br />

Puerto Rico es el país del mundo<br />

con el mayor consumo de energía<br />

eléctrica por hectárea y genera prácticamente<br />

el 100% de ella a través de la<br />

quema de combustibles fósiles que le<br />

hacen daño al ambiente y a los puertorriqueños.<br />

La Isla no cuenta con yacimientos<br />

petroleros ni de gas natural<br />

que puedan mitigar los costos de importación<br />

y de generación energética.<br />

Esta dependencia se hace crítica con<br />

el encarecimiento de los combustibles<br />

fósiles dada la creciente dificultad<br />

técnica de obtenerlos, la merma del<br />

combustible, y la creciente demanda<br />

por estos por parte de países de rápido<br />

crecimiento como China, Brasil, India<br />

y Rusia.<br />

El costo al consumidor ha aumentado,<br />

en ocasiones hasta más de $0.25<br />

por kilovatio-hora, dominado por el<br />

virtual monopolio que ejerce la Autoridad<br />

de Energía Eléctrica. Este costo,<br />

dos veces el promedio de Estados<br />

Unidos —y hasta tres veces el de otros<br />

lugares del mundo—, reduce nuestro<br />

atractivo para la inversión de capital.<br />

La distribución de energía se hace<br />

principalmente a través de una extensa<br />

y frágil red aérea expuesta a las incle-<br />

mencias del tiempo y al vandalismo,<br />

que afea el paisaje natural y las ciudades.<br />

Nuestros patrones de consumo<br />

eléctrico contribuyen al calentamiento<br />

global 230% más que el patrón<br />

de consumo eléctrico promedio en<br />

el mundo.<br />

SITUACIÓN ACTUAL: 1) Prácticamente toda la energía generada depende de importaciones de combustibles del extranjero vulnerables a las fluctuaciones<br />

de los mercados, al control de precios por productores y distribuidores, y a potenciales interrupciones en la oferta ocasionadas por conflictos armados<br />

y emergencias ambientales foráneas. 2) Prácticamente el 100% de la energía eléctrica se genera mediante la quema de combustibles fósiles (“fuel oil”,<br />

carbón y gas natural) en centrales termoeléctricas. 3) El modelo de desarrollo suburbano promueve y perpetúa la dependencia en la gasolina utilizada por<br />

los vehículos privados.<br />

SITUACIÓN DESEAbLE: 1) Utilizar atenuadores flotantes para extraer energía de las olas. 2) Utilizar columnas oscilantes de agua en la costa para impulsar<br />

turbinas mediante la presión variable del agua del mar. 3) Utilizar gas natural y otros combustibles fósiles como transición al uso de fuentes de energía<br />

renovable. 4) Utilizar aerogeneradores para extraer energía del viento. 5) Utilizar paneles fotovoltaicos, localizados en los techos de los edificios nuevos y<br />

viejos, para capturar energía del sol. 6) Cultivar microalgas para producir energía eléctrica con biomasa. 7) Reducir los hábitos de consumo y la dependencia<br />

en vehículos privados para la transportación.<br />

Visión<br />

Transformar el sistema de generación de<br />

energía de la actual dependencia del petróleo<br />

y de otros combustibles fósiles. Para<br />

alcanzar un futuro sustentable, se debe<br />

encaminar al país al desarrollo de fuentes<br />

de energía renovable, cónsonas con los<br />

ideales de un desarrollo equilibrado y a la<br />

protección del medio ambiente.<br />

qué hacer<br />

Se proponen las siguientes estrategias y<br />

políticas energéticas:<br />

SITUACIÓN ACTUAL y DESEAbLE EN EL USO y LA GENERACIÓN DE ENERGÍA<br />

CAAPPR 11<br />

<strong>ENTORNO</strong> Recomendaciones para un PUT


• Desarrollar un plan energético estructu-<br />

rado alrededor de la conservación y<br />

el uso de fuentes renovables de forma<br />

prioritaria sobre las restantes fuentes<br />

de energía.<br />

• Viabilizar la conversión de algunas<br />

plantas generadoras actuales a gas<br />

natural —con fecha de inicio y termina-<br />

ción—, para garantizar que esta sea<br />

una medida de transición a fuentes<br />

renovables.<br />

• Promover la utilización de vehículos<br />

eléctricos y la instalación de centros<br />

para cargarlos que sean alimentados<br />

con fuentes renovables de energía.<br />

• Asignar a una entidad independiente la<br />

responsabilidad de implantar las políti-<br />

cas energéticas y de fiscalizar a la<br />

Autoridad de Energía Eléctrica para<br />

imponerle metas, requisitos y cumpli-<br />

mientos mínimos a tono con las<br />

necesidades del país, que no necesa-<br />

riamente son las mismas de la<br />

corporación publica.<br />

• Evitar la quema de desperdicios como<br />

fuente de generación de energía; esta-<br />

blecer una cultura de “cero desperdi-<br />

cio” que considere los desperdicios<br />

como materia prima para nuevos<br />

productos.<br />

• Prohibir el establecimiento de plantas<br />

nucleares en la Isla, dado el riesgo que<br />

suponen en islas de alta densidad po-<br />

blacional y en zonas susceptibles<br />

a terremotos.<br />

• Promover la generación distribuida (la<br />

energía se genera donde se consume)<br />

para eliminar la pérdida ocasionada en<br />

las redes de transmisión y distribución,<br />

y para evitar riesgos y daños que pudie-<br />

ra ocasionar la generación centralizada<br />

(como el cubrir suelos agrícolas con<br />

paneles solares).<br />

• Requerir que la AEE, obligada ya por<br />

ley a comprar la energía generada por<br />

sus abonados, eduque y promueva esta<br />

oportunidad entre sus consumidores.<br />

Instar a la AEE a ofrecer a sus abona-<br />

dos, donde sea viable, el servicio de<br />

venta, instalación y mantenimiento de<br />

equipos de fuentes renovables.<br />

agua<br />

12 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

Los recursos de agua son de importancia<br />

crítica para la vida de todos<br />

los organismos, para el desarrollo social<br />

y económico, y para la conservación<br />

de los recursos naturales de gran<br />

valor económico y ambiental.<br />

La Isla recibe un promedio diario<br />

de once mil millones de galones (mgd)<br />

de agua en forma de lluvia, y las escorrentías<br />

alcanzan los 3,700 mgd. La<br />

extracción de agua depende principalmente<br />

de los embalses —que proveen<br />

el 68% de toda el agua fresca utilizada—<br />

y de los depósitos de agua subterránea<br />

ubicados principalmente en las<br />

regiones norte y sur del país.<br />

Los principales problemas asociados<br />

al recurso del agua en Puerto Rico<br />

tienen que ver con el deterioro de la<br />

calidad de las aguas superficiales. La<br />

mayor parte de los ríos exhiben altas<br />

concentraciones de bacterias de origen<br />

fecal, producto mayormente de<br />

actividades pecuarias y de fuentes de<br />

escorrentías no precisadas. Los acuíferos<br />

enfrentan el problema de una<br />

reducción de su potencial debido a la<br />

impermeabilización de los terrenos, la<br />

extracción excesiva, las descargas de<br />

contaminantes y la intrusión salina.<br />

La disponibilidad de agua también<br />

ha sido afectada por el deterioro de la<br />

infraestructura de distribución y por<br />

las frecuentes interrupciones del servicio<br />

en diversos lugares. El sistema de<br />

distribución de agua potable presenta<br />

una pérdida de cerca del 50% del total<br />

del agua producida, situación que<br />

se ha venido agudizando a través del<br />

tiempo (el porcentaje de pérdida en la<br />

década de los ochenta era de un 25%).<br />

La pérdida de agua del sistema de distribución<br />

crea molestias y la pérdida<br />

de una gran cantidad de dinero por el<br />

agua que se procesa y nunca llega a su<br />

destino para poder facturarse.<br />

La raíz del problema se encuentra<br />

en la ausencia de una planificación integral<br />

sobre el uso del suelo, particularmente<br />

en lo concerniente a la ubicación<br />

de nuevos desarrollos urbanos,<br />

viviendas e industrias. La ausencia de<br />

una estrategia integral sobre el uso del<br />

suelo ha conducido a la sedimentación<br />

de abastos, a la destrucción de humedales<br />

y de áreas de captación y recarga,<br />

a la impermeabilización del suelo,<br />

y a la remoción de los cinturones de<br />

vegetación que protegen las cuencas<br />

hidrográficas. A esto hay que añadir<br />

la existencia de serios problemas institucionales,<br />

que desembocan en la<br />

administración inadecuada del recurso.<br />

Destacan entre estos problemas la<br />

fragmentación interagencial (cerca de<br />

una veintena de agencias toman decisiones<br />

independientes sobre el recurso<br />

agua), la percepción de que los problemas<br />

asociados a la disponibilidad de<br />

agua se solucionan solo con medidas<br />

estructurales (por ejemplo, mediante<br />

la construcción de más represas y<br />

supertubos), el abandono del mantenimiento<br />

de la infraestructura de servicio,<br />

y la politización extrema de la<br />

gestión institucional.<br />

Visión<br />

El manejo del agua como recurso debe<br />

fundamentarse en los principios del desarrollo<br />

sustentable, de manera que se<br />

garantice su disponibilidad con la cantidad<br />

y la calidad suficiente para atender las necesidades<br />

de la sociedad y de los recursos<br />

naturales que la sustentan. La sustentabilidad<br />

supone una particular actuación hacia<br />

el logro de una armonía entre la sociedad y<br />

los recursos del agua.<br />

qué hacer<br />

Se proponen las siguientes estrategias:<br />

• Manejar el recurso del agua en armonía<br />

con la planificación del uso del suelo. El<br />

agua es la manifestación hídrica del<br />

suelo, por lo que hay que reconocer


Ciclo hidrológico natural Ciclo hidrológico impactado<br />

por la actividad humana<br />

que muchas de las variables que afec-<br />

tan la disponibilidad del recurso tienen<br />

que ver con prácticas inadecuadas del<br />

uso del suelo.<br />

• Manejar el recurso del agua con un en-<br />

foque integral, en vez de funcional,<br />

donde se atienda el ciclo del agua en la<br />

sociedad y el territorio. Acabar con la<br />

práctica de desarrollar planes funciona-<br />

les o sectoriales que atienden una sola<br />

necesidad o propósito, como por ejem-<br />

plo el manejo de las aguas residuales,<br />

o la implantación de medidas de<br />

conservación de agua para determi-<br />

nado lugar.<br />

• Adoptar como política pública en la pla-<br />

nificación del uso del agua el manejo de<br />

la demanda sobre el manejo de la oferta<br />

(por ejemplo, la construcción de em-<br />

balses y nuevos abastos, el desarrollo<br />

de pozos, el transporte de grandes<br />

cantidades de agua de una región a<br />

otra, y otros). El manejo de la demanda<br />

incluye, entre otros: el uso eficiente de<br />

la infraestructura instalada, la asigna-<br />

ción de prioridad al mantenimiento del<br />

sistema de producción y distribución de<br />

agua, la prevención de la contamina-<br />

ción, el uso de tecnologías que promue-<br />

ven el ahorro y la conservación, el<br />

Ciclo hidrológico en armonía<br />

con la actividad humana<br />

Sección típica de la costa norte de Puerto Rico - // ciclo hidrológico natural: a) El sol evapora el agua de la superficie del océano. b) El agua evaporada se<br />

mueve con las corrientes de aire hacia el interior del territorio, se condensa en nubes, y se une al agua producida por la cubierta vegetal mediante evapotranspiración<br />

y la evaporada en los cuerpos de agua de la superficie. c) Las gotas de agua condensadas bajan su temperatura y aumentan su condensación hasta que<br />

pesan demasiado para continuar suspendidas en el aire, lo que hace que se precipiten a la superficie en forma de lluvia. d) Las cuencas hidrográficas reciben<br />

el agua desde las laderas de las montañas del interior y crean quebradas, riachuelos, y ríos. E) Muchos cuerpos de agua desaparecen en la zona del Carso<br />

Norteño, donde el agua superficial se filtra debajo de la superficie. f) El agua subterránea crea vastos sistemas de cavernas y ríos subterráneos al disolverse<br />

los minerales de la tierra y se purifica a lo largo del trayecto de manera natural. g) El regreso del agua subterránea al mar crea reservas de agua potable en y<br />

cerca de los llanos aluviales, cuyos suelos fértiles son el resultado de la sedimentación lenta del terreno, provocada por el movimiento del agua y el viento en<br />

la superficie. H) La presión del agua que fluye hacia el mar asegura que el agua salina no penetre en las reservas de agua potable subterránea. // ciclo hidrológico<br />

impactado por la actividad humana: 1) La falta de mantenimiento y el desarrollo no planificado acelera la sedimentación de los embalses que retienen<br />

el agua para el consumo humano. 2) Los desarrollos suburbanos en terrenos agrícolas comprometen la seguridad alimentaria. 3) La construcción de autopistas<br />

y carreteras destruyen zonas enteras de mogotes y rellenan sumideros de la zona del Carso Norteño. 4) El desarrollo suburbano sobre los fértiles llanos aluviales<br />

y los humedales, unido a la canalización de ríos y quebradas, reduce la captación del agua, acelera el drenaje del agua al mar y afecta adversamente los<br />

ecosistemas naturales. 5) El desarrollo no planificado compromete la calidad del agua que se filtra en la tierra. 6) El desarrollo no planificado pone en riesgo los<br />

sistemas de cuevas y cavernas que proveen refugio a especies vitales. 7) El impacto humano en las partes altas de las cuencas hidrográficas puede afectar el<br />

abastecimiento de las reservas de agua subterránea. 8) El aumento en el penacho de las aguas residuales que llega al mar impacta adversamente los ecosistemas<br />

submarinos. 9) El exceso de extracción de agua subterránea mediante pozos reduce la presión en las reservas y permite la penetración contaminante de<br />

aguas salinas. // ciclo hidrológico en armonía con la actividad humana: i) El desarrollo planificado y el mantenimiento de los embalses existentes mejora su<br />

captación y funcionamiento. ii) El desarrollo planificado conserva el nivel de captación natural del agua. iii) La conservación de la zona del Carso Norteño asegura<br />

la continuidad natural del ciclo hidrológico y asegura los abastos de agua potable. iv) El uso comedido de las reservas de agua subterránea y el desarrollo<br />

sustentable protegen la continuidad natural del ciclo hidrológico y la supervivencia de los ecosistemas. v) La coexistencia armoniosa del ser humano con los<br />

sistemas naturales mejora los servicios que brindan los ecosistemas terrestres y marinos.<br />

CICLOS HIDROLÓGICOS: NATURAL, IMPACTADO POR ACTIvIDADES HUMANAS, y EN ARMONÍA CON ESTAS<br />

reuso de las aguas usadas y la educa-<br />

ción ciudadana.<br />

• Utilizar la cuenca hidrográfica como la<br />

unidad de planificación para el uso<br />

óptimo y eficiente del recurso del agua.<br />

• Identificar, evaluar y declarar como<br />

áreas protegidas aquellos lugares<br />

críticos en la precipitación, captación,<br />

infiltración y almacenaje del recurso del<br />

agua. En tales lugares, que bien pudie-<br />

ran designarse como reservas hidro-<br />

lógicas, se deben restringir, y en<br />

algunos casos prohibir, los usos y acti-<br />

vidades que pudieran afectar la can-<br />

tidad, calidad o disponibilidad del<br />

agua como recurso.<br />

CAAPPR 13<br />

<strong>ENTORNO</strong> Recomendaciones para un PUT


dEspERdiciOs sóLidOs<br />

SITUACIÓN ACTUAL: 1) Se importa más del 85% de los alimentos y bienes que se consumen, lo que compromete la seguridad alimentaria y perpetúa la<br />

dependencia en los combustibles fósiles utilizados en su importación. 2) La mercancía se distribuye a diversos centros de venta, y se transporta en camiones,<br />

que igualmente abonan a la dependencia en los combustibles fósiles. 3) Las megatiendas ofrecen precios bajos que comprometen la viabilidad<br />

de establecimientos comerciales más pequeños. 4) La mercancía también se distribuye a través del territorio a establecimientos más pequeños, como<br />

colmados y tiendas de conveniencia. 5) El centro comercial, en el modelo de desarrollo suburbano, es el lugar predilecto para la compra debido, entre otras<br />

cosas, al fácil acceso que le proveen al automóvil. 6) La unidad básica del consumo del modelo de desarrollo suburbano es la vivienda unifamiliar. 7) La<br />

baja densidad de la vivienda suburbana unifamiliar dificulta el recogido de la basura, cuyos costos de combustible, equipo y personal se pagan por todos<br />

los contribuyentes. 8) Se recicla solamente un 10% de todos los materiales que se consumen y predomina un ciclo en donde el volumen de los desperdicios<br />

generados se asemeja al de los bienes originales.<br />

SITUACIÓN DESEAbLE: 1) Controlar la importación e incentivar la producción local para la exportación crearía nuevas fuentes de empleo y mejoraría la<br />

competitividad y autosuficiencia de la economía. 2) Establecer estándares de empaques de distribución de ciertos productos reduciría los desperdicios<br />

en la fuente. 3) Diversificar y reducir los patrones de consumo fomentaría la adopción de políticas comerciales más justas y competitivas. 4) Promover hábitos<br />

de consumo responsable reduciría la generación de desperdicios. 5) Ampliar las opciones de consumo y reducir los monopolios sobre los mercados<br />

mejoraría la competitividad. 6) El desarrollo denso y compacto facilitaría el recogido de los desperdicios y liberaría los suelos para otros usos más beneficiosos<br />

y productivos. 7) Separar y clasificar los desperdicios desde el momento de uso facilitaría el reciclaje y la reutilización de materiales. 8) Separar los<br />

materiales orgánicos y reinsertarlos en la economía a través de la producción de composta, ayudaría la agricultura y reduciría los desperdicios generados.<br />

9) Reciclar desperdicios y otra materia prima recuperada beneficiaría un esquema industrial diversificado o permitiría la exportación a lugares con mayor<br />

demanda. 10) El fomentar y eventualmente crear una cultura de basura cero sería el fin óptimo de un esquema de manejo de desperdicios sólidos verdaderamente<br />

sustentable.<br />

Puerto Rico enfrenta un serio<br />

problema de disposición inadecuada<br />

de los desperdicios sólidos que se<br />

generan. De acuerdo a la Autoridad<br />

de Desperdicios Sólidos, el puertorriqueño<br />

promedio genera cada día<br />

cerca de cinco libras de desperdicios<br />

sólidos. Si a esto se le añade la enorme<br />

cantidad de neumáticos de vehículos<br />

de motor que se desechan cada<br />

14 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

SITUACIÓN ACTUAL y DESEAbLE DEL MANEjO DE LOS DESPERDICIOS SÓLIDOS<br />

año, y el volumen de lodo producido<br />

por las plantas de tratamiento de aguas<br />

residuales de la Autoridad de Acueductos<br />

y Alcantarillados, el problema<br />

se magnifica.<br />

Las causas del problema tienen que<br />

ver con el tamaño de la población, la<br />

actividad industrial y comercial, y la<br />

existencia de una cultura de alto consumo.<br />

Esta situación presenta un serio<br />

riesgo a la salud de la población, a la<br />

calidad del ambiente y a la protección<br />

de los recursos de gran valor ecológico.<br />

El recogido y la disposición de los desperdicios<br />

sólidos ocupa una porción<br />

significativa del presupuesto municipal.<br />

Los esfuerzos por atajar la generación<br />

de desperdicios con el desarrollo<br />

de proyectos de reducción desde su<br />

propia fuente y para aumentar el reci


claje y la composta han sido tímidos.<br />

La meta de alcanzar un 35% de reciclaje<br />

no se ha cumplido, alcanzándose<br />

solamente un mero 10%.<br />

A esta situación hay que sumarle<br />

el inminente cierre de muchos de los<br />

vertederos que operan actualmente, y<br />

la dificultad de desarrollar vertederos<br />

nuevos debido a la escasez de lugares<br />

adecuados, a que nadie los quiere cerca<br />

de sus comunidades, a los altos costos<br />

asociados a su desarrollo, y al riesgo<br />

potencial de contaminación y de salud<br />

que representan.<br />

Visión<br />

Enfatizar como estrategias prioritarias la<br />

reducción de la cantidad y la toxicidad de<br />

los desperdicios que se generan, el reuso<br />

de los contenedores y los productos, el reciclaje<br />

de materiales, y el consumo de los<br />

materiales reciclados. Esto debe acompañarse<br />

con el manejo de los desperdicios<br />

orgánicos para producir composta.<br />

qué hacer<br />

Se proponen las siguientes estrategias:<br />

• Desarrollar programas de educación,<br />

orientación y capacitación sobre los<br />

desperdicios sólidos para crear con-<br />

ciencia en la sociedad de la necesidad<br />

de modificar nuestros hábitos relacio-<br />

nados con el consumo de materiales<br />

que luego se convierten en<br />

desperdicios.<br />

• Fomentar actividades e inversiones<br />

efectivas en infraestructura para el<br />

manejo de los desperdicios sólidos.<br />

• Fomentar la participación ciudadana en<br />

la solución del problema, e integrar a<br />

grupos comunitarios, a servidores públi-<br />

cos y a la empresa privada en activida-<br />

des de manejo de los desperdicios<br />

sólidos.<br />

• Promover la industria del reciclaje de<br />

manera que esta provea empleos y<br />

tenga impacto económico.<br />

gObERNaNza<br />

En la Isla se ha desarrollado un clima<br />

general de conflicto, donde se hace<br />

difícil gobernar en consenso y sosiego.<br />

Es necesario considerar y adoptar una<br />

nueva forma de gestionar los asuntos<br />

que nos atañen a todos, una nueva<br />

forma para comunicarnos y pactar<br />

con otros que parta de principios de<br />

responsabilidad, coordinación, cooperación,<br />

información, apertura y solidaridad<br />

entre los componentes sociales y<br />

políticos de Puerto Rico.<br />

El concepto gobernanza incluye<br />

las normas, procesos y comportamientos<br />

que influyen en el ejercicio de los<br />

poderes públicos desde el punto de<br />

vista de la apertura, la participación, la<br />

responsabilidad, la eficacia y la coherencia.<br />

La gobernanza debe tener apertura,<br />

de forma que las instituciones<br />

del Gobierno estatal, junto con los<br />

municipios y las organizaciones no<br />

gubernamentales, trabajen de forma<br />

abierta en fomentar la participación y<br />

comunicar su labor y sus decisiones en<br />

un lenguaje que sea accesible para el<br />

público general. Debe recabar la más<br />

amplia participación de los ciudadanos<br />

en todas y cada una de las distintas fases<br />

del proceso de esbozar e implantar<br />

política pública. Debe ser responsable<br />

en clarificar el papel de los procesos legislativos<br />

y ejecutivos. Debe ser eficaz<br />

en producir resultados sobre la base de<br />

unos objetivos claros, que evalúen la<br />

experiencia acumulada y los impactos<br />

esperados, y debe ser coherente en la<br />

implantación de las políticas desarrolladas<br />

y en las acciones emprendidas.<br />

Visión<br />

La gobernanza debe establecer un modelo<br />

para esbozar y tomar decisiones que<br />

incorpore los principios de apertura, participación,<br />

responsabilidad, eficacia y coherencia.<br />

Cada uno de estos principios es<br />

importante en sí mismo, pero deben elaborarse<br />

y aplicarse de forma integrada.<br />

qué hacer<br />

La gobernanza requiere que las decisiones<br />

se tomen de forma descentralizada, lo que<br />

requiere que se creen organismos y procedimientos<br />

vinculantes de coordinación<br />

de carácter vertical —entre los distintos<br />

niveles de gobierno y de participación ciudadana—,<br />

y de carácter horizontal —entre<br />

los mismos niveles de gobierno y las<br />

organizaciones comunitarias—.<br />

En el campo del urbanismo, la gobernanza<br />

se debe traducir en:<br />

• Descentralizar los mecanismos de<br />

planificación, en donde los Gobiernos<br />

municipales y los grupos comunitarios<br />

sean incorporados al momento de to-<br />

mar decisiones, de suerte que el<br />

Gobierno estatal y los municipios<br />

más poderosos no atropellen a los<br />

más pequeños.<br />

• Crear alianzas y redes permanentes de<br />

colaboración y comunicación entre los<br />

municipios y el Gobierno estatal, de<br />

forma que haya una efectiva inserción<br />

de los distintos poderes en la<br />

gestión pública.<br />

• Adoptar un plan de usos de terrenos<br />

para todo Puerto Rico que sirva de guía<br />

a los planes de ordenación de los<br />

municipios y del Gobierno estatal.<br />

CAAPPR 15<br />

<strong>ENTORNO</strong> Recomendaciones para un PUT


NOTa fiNaL y cRédiTOs<br />

NOTa fiNaL<br />

16<br />

<strong>ENTORNO</strong>18<br />

La planificación de Puerto Rico<br />

en los últimos sesenta años no ha sido<br />

efectiva en guiar el crecimiento de las<br />

ciudades y los pueblos, ni en conservar<br />

y manejar los recursos naturales. Los<br />

documentos vinculantes de política pública<br />

sobre el uso del suelo y su errático<br />

manejo han permitido desarrollar un<br />

área suburbana inconexa y de baja densidad,<br />

y un área rural cada vez más fragmentada<br />

y comprometida. Hace falta<br />

completar un plan de usos de terrenos<br />

para todo el país que establezca cómo<br />

ordenar de forma sustentable los suelos<br />

y la infraestructura, y que fije los mecanismos<br />

adecuados de implantación.<br />

El borrador del mapa de clasificación<br />

de suelos de 2006, preparado por<br />

la Oficina del Plan de Usos de Terrenos<br />

de la Junta de Planificación [véase ilustración<br />

2], establece un punto de partida<br />

claro para fijar dónde puede construirse<br />

y dónde no. Este borrador del mapa<br />

del 2006 y las recomendaciones generales<br />

incluidas en este documento pueden<br />

ayudar en el proceso de diálogo y<br />

discusión que llevará a cabo la Junta de<br />

Planificación durante la elaboración y<br />

adopción de un plan de usos de terrenos<br />

de Puerto Rico.<br />

Una vez se complete un plan de<br />

usos de terrenos consensuado por la<br />

ciudadanía, habrá por primera vez un<br />

documento para guiar los usos del suelo<br />

y la infraestructura a nivel de toda<br />

la isla. Con este plan, y con ambos niveles<br />

de planificación operantes —el<br />

estatal y el municipal—, Puerto Rico<br />

contará con un sistema de planificación<br />

centralizado que establezca las<br />

políticas regionales y de país, junto a<br />

un sistema de planificación municipal<br />

más participativo de Gobiernos locales<br />

que tomen decisiones sobre las políticas<br />

que les competen.<br />

cRédiTOs<br />

Estas recomendaciones se prepararon<br />

a partir del documento Consideraciones<br />

principales para un Plan de Uso<br />

de Terrenos para Puerto Rico, del 26 de<br />

octubre de 2010, desarrollado por el<br />

Comité Especial del Colegio de Arquitectos<br />

y Arquitectos Paisajistas de Puerto<br />

Rico, en colaboración con varios<br />

planificadores y urbanistas. El Comité<br />

Especial fue creado mediante la resolución<br />

del CAAPPR del 3 de septiembre<br />

de 2009 para apoyar la preparación del<br />

Plan de Usos de Terrenos para Puerto<br />

Rico. En el Comité Especial del<br />

CAAPPR participaron: el arquitecto<br />

Juan Carlos Gallisá, director del Comité;<br />

los arquitectos Fernando Abruña,<br />

Vilma Ramos y Rafael Pumarada;<br />

los planificadores Martha Bravo, Jorge<br />

Carbonell, Anselmo De Portu, Jorge<br />

Hernández y Carlos Maysonet; y la<br />

profesora y gerente ambiental María<br />

Juncos Gautier. Colaboraron también<br />

en este esfuerzo el doctor Hermenegildo<br />

Ortiz Quiñones; el arquitecto<br />

Thomas S. Marvel; los planificadores<br />

Gabriel A. Rodríguez, Carlos Roberto<br />

Del Valle y Pedro Guevara; la señora<br />

Rose Marie Bernier; y el licenciado<br />

David Román.<br />

Colaboraron en estas recomendaciones<br />

el Comité Editorial y el equipo<br />

de trabajo de <strong>ENTORNO</strong>. Ilustraciones<br />

originales por Javier Román, © 2011.


<strong>ENTORNO</strong> PAISAJISMO<br />

Paseo Río bayamón*<br />

Reconciliación del<br />

desarrollo económico con<br />

la conservación de los<br />

recursos naturales<br />

Figueroa y Figueroa,<br />

Arquitectos-Ingenieros<br />

Pablo L. Figueroa<br />

Fotografías por javier Román,<br />

salvo aquellas indicadas<br />

*Premio de Bronce,<br />

Livable Communities Award 2005<br />

Viajamos juntos, pasajeros en una pequeña<br />

nave.... protegida de la aniquilación<br />

únicamente por el cuidado, el trabajo y<br />

debo decir el amor que le brindemos a<br />

a nuestra frágil nave.<br />

–– Adlai Stevenson,<br />

en su último discurso, 1965<br />

Marco conceptual - Existen cinco<br />

clases de capital y cada una de estas<br />

clases es indispensable para el concepto<br />

de desarrollo sustentable en el cual<br />

se basó el Paseo Río Bayamón: el capital<br />

financiero, el producido, el social,<br />

el humano y el natural. Todas conforman<br />

capitales en inventario capaces<br />

de producir factores de producción<br />

económicamente deseables cuyo mantenimiento,<br />

conservación y reabastecimiento<br />

son esenciales para la sustentabilidad<br />

de un desarrollo económico<br />

vibrante y robusto.<br />

El capital natural se compone de<br />

los servicios que brindan los ecosistemas<br />

naturales. El desarrollo sustentable<br />

debe mantener y, si es posible, incrementar<br />

el inventario de todo el capital<br />

productivo, que incluye el capital<br />

natural a menudo agotado irreversible-<br />

CAAPPR<br />

mente a costa de la producción económica.<br />

El trío tradicional de actividades<br />

económicas esenciales —producción,<br />

consumo y distribución— debe ser<br />

complementado por una cuarta actividad:<br />

el mantenimiento del capital<br />

natural.<br />

El capital es un inventario identificable<br />

en un momento específico en el<br />

tiempo. En otras palabras, es estático<br />

—como el balance en una cuenta de<br />

cheques—, contrario a los flujos medidos<br />

durante un periodo de tiempo<br />

—como los depósitos y los retiros de<br />

una cuenta de cheques—. Los flujos,<br />

dependiendo de su dirección, pueden<br />

incrementar, reabastecer o agotar el<br />

inventario de capitales. En el proyecto<br />

del Paseo Río Bayamón se redirigió<br />

el flujo del capital en inventario hacia<br />

la rehabilitación, la conservación, el<br />

mantenimiento y el reabastecimiento<br />

del capital natural con el fin de generar<br />

un producto o output que incrementara<br />

y reabasteciera los demás capitales<br />

en inventario.<br />

Estrategia de desarrollo y diseño–<br />

Debido a la naturaleza sensitiva<br />

del proyecto, se implantó una estra-<br />

41


Planta de emplazamiento general del proyecto<br />

boceto de puente peatonal Puente peatonal según construido<br />

42 <strong>ENTORNO</strong>18


tegia de negociación y resolución de<br />

conflictos. Esta consistió en un proceso<br />

integrativo y de negociación, en lugar<br />

de uno distributivo y de regateo, que<br />

partió de intereses compartidos y no<br />

de posicionamientos inamovibles. El<br />

municipio de Bayamón estableció un<br />

proceso de educación, participación<br />

y consulta con todos los actores con<br />

interés legítimo en el proyecto o que<br />

se veían afectados por este, incluyendo<br />

la comunidad y alrededor de 17 agencias<br />

con jurisdicción sobre el proyecto.<br />

Así, se promovió la búsqueda del valor<br />

añadido y compartido que emana de<br />

las diferencias.<br />

Descripción - El proyecto consta<br />

de dos paseos lineales contiguos, uno<br />

para bicicletas y otro para peatones,<br />

extendidos a lo largo de 9 km de la<br />

ribera oeste del río Bayamón, desde<br />

su confluencia con el río Guaynabo,<br />

hasta la carretera PR-22, pasando por<br />

debajo de varias carreteras principales<br />

y de las vías del Tren Urbano. A lo<br />

largo del paseo se ubicaron estaciones<br />

de descanso, servicios sanitarios, teléfonos<br />

de emergencia, zafacones, verjas<br />

de protección, kioscos para la venta de<br />

refrigerios, áreas pasivas para el público,<br />

iluminación, infraestructura para<br />

vigilancia por cámara y rotulación.<br />

Estado de la ribera del río previo a contrucción del proyecto Ribera del río una vez removidos los escombros y<br />

construido el proyecto<br />

Suministrada<br />

CAAPPR 43<br />

<strong>ENTORNO</strong> PAISAjISMO


44 <strong>ENTORNO</strong>18


Recurso natural - Se sembraron<br />

1,000,000 pies cuadrados de grama,<br />

900 árboles de diez especies distintas,<br />

siete variedades de palmas y veinte variedades<br />

de plantas. Se estabilizaron<br />

los taludes de las riberas, eliminando<br />

la erosión y controlando la sedimentación<br />

al río, cuya cuenca se limpió<br />

de escombros y basura y se continúa<br />

manteniendo limpia. También se reconstruyó<br />

la infraestructura pluvial y<br />

se respetaron la capacidad (conveyance)<br />

y el trazado natural del río.<br />

Impacto y beneficio de la construcción<br />

del Paseo Río Bayamón-<br />

Los resultados del proyecto fueron:<br />

un aumento en la valorización de las<br />

propiedades aledañas (incremento del<br />

capital financiero y el producido), la<br />

utilización y disfrute del paseo por la<br />

población (incremento del capital social),<br />

la creación de empleos en su planificación<br />

y construcción (incremento<br />

en el capital humano) y la rehabilitación,<br />

mantenimiento y conservación<br />

del río (incrementando el capital natural).<br />

Las etapas de diseño y permisología<br />

tomaron un año, y la construcción<br />

se extendió por un año adicional. El<br />

costo total del proyecto ascendió a<br />

unos $12,000,000 y se estima que<br />

unas 5,000 a 8,000 personas utilizan<br />

las instalaciones semanalmente. Esta<br />

iniciativa valida una estrategia bien<br />

calibrada de reconciliación entre el desarrollo<br />

económico estable y robusto,<br />

y la conservación y mantenimiento de<br />

los recursos naturales. No puede haber<br />

una economía sin ambiente y no puede<br />

haber ambiente sin economía.<br />

ficHa TécNica<br />

Proyecto: > paseo Lineal Río bayamón &<br />

campo de golf Río bayamón<br />

Equipo de trabajo en > AEE Maricelli Delgado<br />

oficina de arquitecto: Arqto. Enrique López Bigio<br />

Delineante Pablo Rosado<br />

Firma/Oficina: > Figueroa & Figueroa<br />

Arquitectos-Ingenieros<br />

Pablo L. Figueroa Arch., M.A.<br />

Localización: > Bayamón, Puerto Rico<br />

Tamaño del solar: > 9 kilómetros (de doble vía, una<br />

peatonal y otra de bicicleta) de<br />

largo x 25’ promedio de ancho.<br />

Pabellones para baños y otras instalaciones<br />

Ciudadanos ejercitándose en uno de los pabellones del proyecto<br />

Tamaño de estructura: > 16,000 pies cuadrados<br />

Dueño/Cliente: > Ciudad de Bayamón, Hon. Ramón Luis Rivera , Hijo , alcalde<br />

Contratista: > Del Valle Group, Ing. Pablo Del Valle , presidente (el Paseo Lineal)<br />

Alpha Y Omega, Sr. Julio Díaz, presidente (el Campo de Golf)<br />

Consultores: > Estructura: Ing. Jose Espinal | Electricidad: Ing. Leonardo Vidal<br />

A/C : Ing. José L. García | Ambiental: Ing. Fernando Luis Rodríguez<br />

Civil: Ing. Pedro Cortés | Agrimensor: Agr. Emilio Coriano<br />

Geotecnia: Ing. Carlos Sierra | Arqueologo: Arq. Juan González<br />

Plomería: Ing. Jorge Torres | Paisajismo: Arqto. Pai. Jorge Palou<br />

H/H: Ing. Alma Rojas | Consultor en Golf: Sr. Greg Sherwood<br />

Inspección General: FDDS | Inspección de Campo: Ing. José Velázquez<br />

45<br />

Colaboradores: > Funcionario Coordinador del Municipio: Ing. Enrique Figueroa<br />

CAAPPR 45<br />

<strong>ENTORNO</strong> PAISAjISMO


<strong>ENTORNO</strong> ARQUITECTURA<br />

PRESENTA<br />

Título Peak oil: del artículo<br />

transición<br />

energética difícil,<br />

ineludible e<br />

impostergable<br />

Nombre jorge Carbonell del Autor<br />

“[...] like the inhabitants of Pompeii, who<br />

ignored the neighboring volcano, Vesuvius,<br />

until it detonated, the world ignores the possibility<br />

of peak oil at its peril.”<br />

46<br />

Dr. James Schlesinger, en su mensaje a la<br />

Asociación para el Estudio del Pico del<br />

Petróleo y del Gas (ASPO-USA), 1 de<br />

noviembre 2010. El doctor Schlesinger<br />

se desempeñó como director de la Comisión<br />

de Energía Atómica (1971-73), secretario<br />

de la Defensa (1973-75), director<br />

de la CIA y primer secretario de Energía<br />

(1977-79) del Gobierno estadounidense.<br />

“Puerto Rico enfrenta una crisis<br />

energética”: con esta aseveración se<br />

inicia la orden ejecutiva del gobernador<br />

de Puerto Rico firmada el pasado<br />

19 de julio de 2010. Una orden que<br />

refiere a la Ley Núm. 76 del 5 de mayo<br />

de 2000, la cual provee para “la activación<br />

de un proceso expedito para<br />

la realización de obras y proyectos<br />

necesarios para enfrentar situaciones<br />

críticas en la infraestructura física de<br />

prestación de servicios esenciales para<br />

la ciudadanía y situaciones que pongan<br />

en riesgo la vida, salud y seguridad<br />

de la población”. Estas palabras podrían<br />

ser el preámbulo para comenzar<br />

a delinear una nueva dirección en lo<br />

que concierne a una política energética<br />

sostenible para el país. Lamentablemente,<br />

la orden ejecutiva se limita<br />

a definir la “situación crítica” como<br />

la generación de energía eléctrica con<br />

petróleo, así busca viabilizar un proceso<br />

acelerado de permisología (demostrado<br />

recientemente cuando la orden,<br />

con fecha ya caduca, se renovó retroactivamente),<br />

y presenta como solución<br />

la sustitución de ese combustible con<br />

fuentes alternas, especialmente con<br />

el gas natural. Debido a que el gas es<br />

también un combustible fósil, aunque<br />

menos contaminante y más barato<br />

—por ahora—, se mantendría nuestra<br />

dependencia a fuentes externas. [Este<br />

tema fue extensamente cubierto en<br />

el número anterior de <strong>ENTORNO</strong>]. Si es<br />

urgente que atendamos nuestra dependencia<br />

de la quema del petróleo para<br />

la generación eléctrica, más crítica aún<br />

es nuestra situación relacionada con el<br />

transporte, donde nuestra dependencia<br />

petrolera es de casi el 100%.<br />

Esta citada “crisis energética” local<br />

apenas sugiere las posibilidades de que<br />

la crisis es mundial y que hemos lle-<br />

<strong>ENTORNO</strong>18<br />

gado, o estamos muy cerca de llegar,<br />

a los límites de la producción energética<br />

basada en combustibles fósiles, ya<br />

sea por su agotamiento o por su alto<br />

nivel contaminante. Cabe recordar<br />

que todos estos ajustes —este ruido<br />

ambientalista, conservacionista, de calentamiento<br />

global, de gases de invernadero,<br />

de crisis económica, de combustibles<br />

fósiles, de energía verde, de<br />

desaparición de especies y ecosistemas,<br />

de sostenibilidad versus sustentabilidad,<br />

de huella ecológica, de “límites<br />

al crecimiento”— ya habían emitido<br />

altos decibeles durante la anterior crisis<br />

energética: la recesión económica<br />

de los años setenta. La escasez artificial<br />

–en aquel momento creada por el<br />

embargo petrolero– hizo constatar el<br />

vínculo y la alta dependencia del crecimiento<br />

para con este combustible.<br />

Por otro lado, al finalizar el embargo y<br />

normalizarse los abastos y los precios,<br />

se abandonaron los ajustes que habían<br />

comenzado a realizarse para conllevar<br />

la crisis. La crisis actual, sin embargo,<br />

aparenta estar más relacionada con que<br />

el agotamiento del recurso es real y no<br />

creado. Hemos llegado al cénit del petróleo<br />

o peak oil y nos encaminamos a<br />

alcanzar rendimientos decrecientes de<br />

aquí en adelante.<br />

La producción mundial durante<br />

los últimos cinco años se ha estancado,<br />

ha llegado a un máximo de aproximadamente<br />

85 millones de barriles diarios.<br />

De estos, el 44% se convierte en<br />

gasolina, el 35% en otros combustibles<br />

y el restante en una infinidad de productos<br />

tales como: asfalto, fertilizantes,<br />

pesticidas, ceras, plásticos, cosméticos,<br />

ropa (spandex, nilón, poliéster),<br />

y miles de otros productos cotidianos.<br />

Aunque el impacto se da en todas las<br />

industrias, la del transporte y la agri-


Curva de Hubbert con bibliografía mínima (2001-2011) del tema de Peak Oil. Gráfica por jorge<br />

Carbonell, 2011<br />

“...It was clear that economies would stagger under the burden of high oil prices, and economic activity<br />

would contract, and people would use less oil and the price would go down. When prices were real low<br />

again, people would resume buying more oil (and other stuff) and economic activity would mount and<br />

oil prices would go up again. We knew this would happen for a couple-few cycles, and that then things<br />

would get...more interesting.”<br />

––The Banana Peel of Destiny, By James Howard Kunstler<br />

Portada e imágenes del libro de Karen R. Merrill, The Oil Crisis of 1973-1974, donde se documen-<br />

ta la crisis petrolera de esa década hasta los años de la administración del presidente Carter.<br />

cultura mecanizada son las más susceptibles.<br />

Como dice el acta ejecutiva:<br />

“los precios de combustibles derivados<br />

del petróleo han subido dramáticamente<br />

en los últimos años, cuando<br />

hay expansión económica la demanda<br />

aumenta y su costo se incrementa (...)<br />

y están sujetos a un alto grado de volatilidad”,<br />

por otro lado, disminuyen sus<br />

precios al bajar la demanda en tiempos<br />

de crisis o contracción económica.<br />

Según los expertos, la recesión o contracción<br />

económica solo ha postergado<br />

47<br />

el inminente cénit del petróleo. Estamos<br />

viviendo, unos más que otros, un<br />

mundo en transición energética difícil,<br />

ineludible e impostergable, y en ello se<br />

nos va la vida, tal y como la conocemos.<br />

Hace casi 40 años el famoso informe<br />

del Club Roma/MIT, Limits to<br />

Growth (1972), enunciaba un pronóstico<br />

planetario poco halagador de continuar<br />

las tendencias de crecimiento<br />

poblacional y de consumo —modo de<br />

vida—, ante la dependencia y limitación<br />

de recursos finitos. Paralelamente,<br />

CAAPPR<br />

EE.UU. llegaba en esa misma década a<br />

su cénit de producción y se convertía<br />

de exportador a importador de petróleo<br />

(actualmente importa dos terceras<br />

partes del total de su consumo).<br />

Ya a mediados del pasado siglo<br />

(1956) el geofísico estadounidense Marion<br />

K. Hubbert, quien trabajaba para<br />

la Shell Oil Co., elaboró unos modelos<br />

con los cuales predijo acertadamente<br />

que EE.UU. llegaría a su máxima producción<br />

de petróleo para la década de<br />

los setenta. Además, proyectó que la<br />

producción mundial de petróleo llegaría<br />

a su cénit a principios del siglo XXI.<br />

Esto significa, no el fin del petróleo,<br />

pero sí el fin del petróleo barato, del<br />

llamado petróleo convencional. Según<br />

su modelo, ejemplificado por la gráfica<br />

conocida como la curva de Hubbert, al<br />

llegar al cénit queda la misma cantidad<br />

de combustible que ha sido extraído<br />

hasta el momento, pero el que queda<br />

es más difícil, y por lo tanto, más caro<br />

de extraer. En otras palabras, la energía<br />

neta o la proporción de energía invertida<br />

a energía generada (Tasa de Retorno<br />

Energético o TRE en español, y Energy<br />

Return on Energy Invested o EROEI en<br />

inglés) disminuye. Por ejemplo, para la<br />

década del 1930 el petróleo tenía una<br />

tasa de retorno energético de 1:100,<br />

hoy día es apenas de 1:10.<br />

En 1998, dos geólogos, Colin<br />

Campbell y Jean Laherrére, también<br />

relacionados con la industria petrolera,<br />

publicaron en el Scientific American un<br />

ensayo titulado The End of Cheap Oil,<br />

donde reiteran esta misma teoría, y fechan<br />

el cénit o pico petrolero para el<br />

periodo del 2005 al 2010. En el 2000,<br />

Campbell fundó la Asociación para<br />

el Estudio del Pico del Petróleo y del<br />

Gas (ASPO, por sus siglas en inglés),<br />

una red compuesta de científicos afiliados<br />

a distintas instituciones globales<br />

y universidades dedicados a evaluar el<br />

impacto de esta realidad.<br />

Desde entonces se han publicado<br />

infinidad de informes, libros y estudios<br />

específicos al tema. Común a todos<br />

ellos son los “límites al crecimiento” en<br />

un creciente mundo dependiente de<br />

recursos no renovables, y con algunos<br />

de estos recursos llegando “a su fin”. La<br />

fecha de este pico, o cénit de producción<br />

de petróleo barato sigue en debate;<br />

algunos piensan que ya ocurrió en o<br />

47<br />

<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA


cerca del 2005, los optimistas lo sitúan<br />

cerca del 2030.<br />

Los grupos de interés en el campo<br />

industrial (1), ciudades como Portland<br />

(2) y San Francisco (3), y países tales<br />

como Inglaterra (4) y Australia (5), entre<br />

otros, han sido responsables de la<br />

creación de comisiones legislativas, grupos<br />

de trabajo e informes concernientes<br />

a este real e inminente escenario. También,<br />

en dos recientes informes, la inteligencia<br />

militar de los EE. UU. y de<br />

Alemania muestran gran preocupación<br />

por las consecuencias geopolíticas y de<br />

inestabilidad social previstas (6).<br />

El informe estadounidense apunta:<br />

“petroleum must continue to satisfy<br />

most of the demand for energy out to<br />

2030. Assuming the most optimistic<br />

scenario for improved petroleum production<br />

through enhanced recovery means,<br />

the development of non-conventional oils<br />

(such as oil shales or tar sands) and new<br />

discoveries, petroleum production will be<br />

hard pressed to meet the expected future<br />

demand of 118 million barrels per day”.<br />

Añade: “By 2012, surplus oil production<br />

capacity could entirely disappear, and as<br />

early as 2015, the shortfall in output<br />

could reach nearly 10 million barrels<br />

per day”. De acuerdo con el diario Der<br />

Spiegel, el informe alemán “procede<br />

de un think-tank creado dentro de las<br />

fuerzas militares (Bundeswehr) y advierte<br />

que las limitaciones que sobrevendrán<br />

en el suministro de petróleo<br />

sacudirán las bases de la economía y<br />

que posiblemente deriven en convulsiones<br />

de escala masiva dentro de los<br />

próximos 15 a 30 años”.<br />

Pero, ¿qué significa el cénit del petróleo<br />

para una isla caribeña, de apenas<br />

9,000 km 2 , que depende del petróleo<br />

en un 70% para su generación eléctri-<br />

ca y que importa casi el 90% de sus<br />

alimentos? ¿Qué consecuencias resultarán<br />

para una población de 3,725,789<br />

(en el 2010) que habita dispersa en<br />

todo el territorio y que depende, con<br />

casi tres millones de automóviles (casi<br />

todos privados) para su movilidad?<br />

El pronóstico mundial, de no<br />

lograrse una transición equilibrada,<br />

presenta un escenario escalofriante. Se<br />

preveen aumentos de precios, escasez<br />

o merma en la disponibilidad de los<br />

recursos energéticos y de los alimentos,<br />

depresión económica, conflictos<br />

geopolíticos por los recursos, un empeoramiento<br />

del efecto invernadero y<br />

el consecuente calentamiento global.<br />

Aunque sea difícil, otro escenario<br />

es posible. Hay que cortar radicalmente<br />

la dependencia en los combustibles<br />

fósiles, disminuir su consumo a través<br />

de la conservación, mejorar la eficiencia<br />

y lograr una mayor eficacia en los<br />

procesos productivos. Simultáneamente,<br />

hay que seriamente impulsar<br />

las alternativas de energía renovables,<br />

junto al desarrollo de una agricultura<br />

sostenible —orgánica— a nivel local.<br />

Y por supuesto, debemos disminuir<br />

drásticamente la alta dependencia del<br />

automóvil en nuestra cotidianidad.<br />

El arquitecto-antropólogo mexicano<br />

Armando Páez, quien durante<br />

la última década ha producido una<br />

intensa y extensa bibliografía sobre la<br />

energética urbana, el cénit del petróleo<br />

y la transición necesaria hacia un<br />

mundo postpetróleo, concluye en uno<br />

de sus trabajos con las siguientes palabras:<br />

“El urbanismo del siglo XXI tiene<br />

que ser energéticamente consciente<br />

y eficiente, esto será consecuencia de<br />

un diseño institucional adecuado. La<br />

sostenibilidad de los sistemas urba-<br />

vista panorámica de las instalaciones de la Caribbean Petroleum Corporation<br />

nos está en función de las capacidades<br />

energéticas y organizacionales de<br />

las sociedades que habitan en ellos. El<br />

urbanismo debe pensarse y redefinirse<br />

a partir de conceptos como simplificación,<br />

austeridad, frugalidad, autosuficiencia,<br />

regionalismo, transporte<br />

público eléctrico, ciclovías, zonas peatonales,<br />

concentración descentralizada,<br />

bioclimatismo, energía renovable,<br />

eficiencia energética, agricultura urbana,<br />

agro-ecología, bosques perimetrales,<br />

metabolismo circular... Las utopías<br />

necesarias deben bosquejarse a partir<br />

de los límites, no de fugas tecnológicas<br />

proyectadas al infinito. Desde la década<br />

de 1970 habitamos el futuro”.<br />

Para que Puerto Rico logre insertarse<br />

en un escenario sostenible debe<br />

reevaluar cuáles son sus posibilidades.<br />

La única forma, y de manera urgente,<br />

es elaborar un plan de usos de terrenos<br />

para todo el territorio, considerando la<br />

variable energética en lo que concierne<br />

a la generación eléctrica, la movilidad/<br />

transporte y la sostenibilidad alimentaria.<br />

Quizás, el reconocer nuestras limitaciones<br />

nos permita explorar nuevas y<br />

acertadas posibilidades.<br />

NOTAS:<br />

(1) The Oil Crunch - a wake-up call for the UK economy,<br />

2010<br />

(2) Descending the Oil Peak: Navigating the Transition<br />

from Oil and Natural Gas, 2007<br />

(3) San Francisco Peak Oil Preparedness Task Force<br />

Report, 2009<br />

(4) Policy Response to potential future oil supply<br />

constraints, 2010<br />

(5) Queensland’s Vulnerability to Rising Oil Prices,<br />

2007<br />

6) Joint Operation Environment, 2010, del US Joint<br />

Forces Command, y Peak Oil: Implications of<br />

Resource Scarcity on Security, reporte del Future<br />

<strong>Ana</strong>lysis Department del Bundeswehr Transformation<br />

Center, 2010<br />

48 <strong>ENTORNO</strong>18 48<br />

jAvIER ROMÁN


<strong>ENTORNO</strong> PAISAJISMO<br />

Título La planificación del artículo<br />

y la preservación<br />

del paisaje<br />

Ángel M. Rodríguez Alonso<br />

Fotografías por javier Román,<br />

Nombre salvo aquellas del Autor indicadas<br />

Tiende el sol gasas de oro<br />

Hay ópalos en los cielos<br />

Por los bosques solitarios,<br />

y azahares en los llanos,<br />

Y tiemblan en las llanuras<br />

y entre lirios y amapolas<br />

Aljófares nacarados<br />

preludia el viento sus cantos<br />

Ronco murmura el torrente,<br />

aroman los verdes prados,<br />

Las torcaces se querellan,<br />

Y el ruiseñor preludiando<br />

su harmónica y dulce nota,<br />

trina en la rama de un árbol.<br />

Fragmento alegórico al paisaje<br />

puertorriqueño del poema<br />

Juan Ponce de León,<br />

por Cayetano Coll y Toste<br />

Es indiscutible que los valores estéticos<br />

del paisaje borincano son amplios<br />

y de gran diversidad. El tener conciencia<br />

sobre la preservación del paisaje es<br />

responsabilidad de los profesionales de<br />

las diferentes disciplinas como la arquitectura,<br />

la arquitectura paisajista, la<br />

ingeniería y la planificación.<br />

La planificación se define como<br />

la acción humana de prever a corto,<br />

mediano o largo plazo la evolución de<br />

una variable sujeta a procesos complejos,<br />

o de una componente compleja de<br />

la realidad natural, económica o social<br />

(F. Zoido et al 2000). La Ley de Municipios<br />

Autónomos del Estado Libre<br />

Asociado de Puerto Rico de 1991 les<br />

concede a los municipios poderes y<br />

facultades esenciales para un funcionamiento<br />

gubernamental-democrático<br />

efectivo y autónomo para descargar<br />

sus funciones y servir a la comunidad<br />

inmediata que los eligió. Los gobiernos<br />

municipales en sus planes territoriales<br />

deben tomar en cuenta la preservación<br />

de aquellos paisajes que se<br />

estimen de importancia, ya sea por sus<br />

valores culturales, recursos naturales o<br />

vida silvestre. Esto les garantizará a las<br />

futuras generaciones el poder disfrutar<br />

de dicho legado.<br />

El paisaje se define como el aspecto<br />

o forma del territorio tal como es<br />

visualmente percibido y estéticamente<br />

valorado, en conjunto y a una distancia<br />

que permita, simultáneamente, la<br />

apreciación panorámica y la percepción<br />

de detalles que componen la estructura<br />

de la imagen, que varía según<br />

su complejidad y textura (F. Zoido et<br />

al 2000). Es entonces que describimos<br />

el término “paisaje cultural” que nos<br />

ayudará a clasificar los paisajes en un<br />

ordenamiento territorial para así asegurarnos<br />

de su permanencia a través<br />

del tiempo.<br />

El paisaje cultural es un área geográfica<br />

(incluyendo recursos naturales,<br />

culturales, vida silvestre o animales domésticos)<br />

que está asociada a un evento<br />

histórico, actividad o persona, o que<br />

CAAPPR<br />

exhibe otros valores estéticos o culturales.<br />

Podemos encontrar una mayor<br />

elaboración del término en los estatutos<br />

del National Park Service, entidad<br />

que esboza cuatro tipos de paisajes culturales<br />

(2010):<br />

1- Paisaje etnográfico, que contiene<br />

una variedad de recursos naturales<br />

y culturales. Algunos ejemplos son los<br />

asentamientos contemporáneos, sitios<br />

religiosos sagrados, y estructuras<br />

geológicas masivas. Las comunidades<br />

de plantas y animales, así como centros<br />

ceremoniales prehispánicos, son<br />

también componentes de este tipo de<br />

paisaje.<br />

2- Sitio histórico, que es un paisaje<br />

significativo por su asociación con<br />

un evento histórico, actividad o persona.<br />

Los ejemplos incluyen a campos de<br />

batalla, residencias de presidentes o de<br />

la nobleza.<br />

3- Paisaje histórico vernacular, que<br />

evolucionó mediante su uso por las<br />

personas cuyas actividades u ocupación<br />

le dieron forma. El paisaje refleja su<br />

carácter físico, biológico o cultural en<br />

el quehacer diario mediante actitudes<br />

sociales o culturales de un individuo,<br />

una familia, o una comunidad.<br />

4- Paisaje diseñado histórico, que<br />

ha sido diseñado por un arquitecto<br />

paisajista, maestro jardinero, arquitecto,<br />

ingeniero u horticultor de acuerdo<br />

a los principios específicos del diseño.<br />

El paisaje puede estar asociado con una<br />

persona importante, a una tendencia, a<br />

un evento de la arquitectura paisajista,<br />

o ilustrar un desarrollo importante en<br />

la teoría o práctica de esta disciplina.<br />

Algunos ejemplos de este paisaje son<br />

los parques, recintos universitarios, palacios,<br />

etcétera.<br />

Para examinar una estrategia en<br />

torno a la preservación del paisaje, tomemos<br />

como ejemplo al Municipio<br />

Autónomo de Cayey, cuya trayectoria<br />

histórica en este renglón data del<br />

1935, cuando se establece el Bosque<br />

Estatal de Carite, con una extensión<br />

de 6,680 cuerdas en la sierra de Ca-<br />

49


yey. Esta fue una medida preventiva<br />

para la protección de las cuencas hidrográficas<br />

del río Grande de Loíza, y<br />

los ríos Grande de Patillas y La Plata.<br />

Poco después, en 1937, comenzó una<br />

reforestación masiva de la sierra de Cayey<br />

como iniciativa del Puerto Rico<br />

Reconstruction Administration, para<br />

la que se empleó a cientos de trabajadores.<br />

Actualmente Cayey es un municipio<br />

autónomo y su plan territorial,<br />

que está basado en su plan estratégico,<br />

ha establecido unas clasificaciones de<br />

terrenos que ayudan a preservar sus recursos<br />

naturales y su paisaje cultural.<br />

De acuerdo a este, los recursos naturales<br />

y sus paisajes de gran belleza son unos<br />

de los valores más grandes que tiene el<br />

municipio. A tono con esta realidad, el<br />

Plan Territorial del Municipio de Cayey<br />

hace un análisis de las condiciones<br />

existentes del municipio con sus características<br />

ambientales, socioeconómicas,<br />

físicas y reglamentarias, identifica<br />

los proyectos y programas necesarios<br />

para transformar esa condición, y formula<br />

la política pública del municipio<br />

sobre los cambios a la reglamentación<br />

que estima necesario promulgar para<br />

alcanzar la visión que se ha trazado. El<br />

plan territorial estipula la clasificación<br />

del suelo y divide su totalidad en tres<br />

categorías básicas: suelos urbanos, suelos<br />

urbanizables y los suelos rústicos.<br />

Es esta última clasificación la que nos<br />

atañe para la preservación del paisaje.<br />

La Ley de Municipios Autónomos<br />

define los suelos rústicos como: “Los<br />

terrenos que el Plan territorial considere<br />

que deben ser expresamente protegidos<br />

del proceso urbanizador”. Los<br />

suelos rústicos tienen dos categorías: el<br />

suelo rústico común y el suelo rústico<br />

especialmente protegido. El suelo<br />

rústico común no se contempla para<br />

uso urbano o urbanizable en un plan<br />

territorial debido, entre otras razones,<br />

a que el suelo urbano o urbanizable<br />

clasificado por el plan es “suficiente<br />

para acomodar el desarrollo urbano<br />

esperado”. El suelo rústico especialmente<br />

protegido es aquel que “por<br />

su ubicación, topografía, valor estético,<br />

arqueológico, recursos naturales<br />

únicos u otros atributos, se identifica<br />

50 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

Rutas de antiguos caminos a través de los barrios de Cayey<br />

Carretera 15<br />

Carretera 708<br />

Río de jájome<br />

Camino Espinazo de Caballo (La Pica)<br />

Camino Sagrado Corazón<br />

Caminos de Casa Muñoz Marín<br />

)<br />

Municipio de Cayey<br />

Mapa de clasificación del territorio<br />

Camino de Carcadillo<br />

Camino “La Pica Nueva”<br />

Camino de sumidos a jájome (Helechales/Algarrobo)<br />

Antiguo Camino Real Cayey-Guayama<br />

Camino de jájome o de la Altura<br />

barrios<br />

Carreteras primarias<br />

Clasificación<br />

SREP<br />

SRC<br />

SU<br />

1 0 1 kilometro 1<br />

0 1 milla<br />

N


como un terreno que nunca deberá<br />

utilizarse como suelo urbano”, según<br />

dispone el artículo 13.005 de la Ley<br />

de Municipios Autónomos. El suelo<br />

rústico especialmente protegido abarca<br />

un 60.50% del total del área del<br />

municipio. Podemos ver con esta cifra<br />

que la determinación del municipio de<br />

Cayey en la preservación y protección<br />

de sus recursos naturales está vigente y<br />

dirigida al mejoramiento de la calidad<br />

de vida de sus residentes.<br />

El Plan Territorial del Municipio<br />

Autónomo de Cayey define varios distritos<br />

que atañen a la preservación del<br />

paisaje. Uno de estos es el distrito agrícola<br />

general (A-2), compuesto por terrenos<br />

con ninguna o escasa población<br />

y cuya continuidad en uso agrícola ha<br />

sido declarada esencial para el municipio.<br />

Otro es el distrito rural general<br />

(A-4), compuesto mayormente por terrenos<br />

agrícolas con ciertas limitaciones,<br />

como el acceso a la infraestructura<br />

o las condiciones topográficas. Por<br />

otra parte, el distrito de los bosques de<br />

interiores (B-1) que dispone la identificación<br />

de terrenos aptos para la reforestación<br />

y la producción de madera,<br />

aunque también incluye algunos bosques<br />

existentes.<br />

Los distritos de conservación de<br />

recursos uno y dos (Cr-1 y Cr-2) así<br />

como el de preservación de recursos<br />

(Pr), identifican áreas con excepcional<br />

valor escénico, con ecosistemas naturales,<br />

o que contienen hábitats de especies<br />

en peligro de extinción. Además<br />

de estos, el distrito de conservación de<br />

cuencas (Cr-3) se establece para proteger<br />

los terrenos en las cuencas hidrográficas<br />

de lagos y embalses, mientras<br />

el de conservación de recursos arqueológicos<br />

(Cr-A) y el de restauración de<br />

recursos históricos (Cr-H) van dirigidos<br />

a mantener el patrimonio histórico<br />

y cultural del municipio.<br />

El distrito de desarrollo turístico<br />

selectivo (Dts) y el de ruta escénica<br />

cayeyana (Rec) van dirigidos a facilitar<br />

el desarrollo económico permitiendo<br />

el establecimiento de proyectos recreativos<br />

y turísticos fuera del ámbito<br />

urbano, sujeto al acceso de infraestructura<br />

y sin comprometer el carácter del<br />

paisaje o las condiciones naturales del<br />

Reforestación entre Cayey y Guayama,<br />

Colección Puertorriqueña UPR<br />

lugar, para lo que existen también controles<br />

sobre los usos de los terrenos y<br />

las propiedades ubicadas en los márgenes<br />

de las rutas escénicas. Finalmente,<br />

el distrito residencial selectivo (Rs) es<br />

uno de muy baja densidad poblacional<br />

y su objetivo es preservar el carácter<br />

residencial de áreas ya desarrolladas o<br />

que puedan desarrollarse en solares de<br />

cinco cuerdas o más.<br />

La clasificación de suelos rústicos<br />

especialmente protegidos es muy significativa<br />

para la preservación y conservación<br />

del paisaje cayeyano. Bajo<br />

esta, encontramos los terrenos del<br />

bosque estatal de Guavate, las cuevas<br />

de Avina, el cerro Planadas y el área de<br />

Cercadillo y Jájome.<br />

Es evidente que Cayey ha ido implementando<br />

su plan estratégico en<br />

torno a la protección de su entorno<br />

paisajístico, como medida para garantizar<br />

el disfrute de las futuras generaciones.<br />

Finalizamos mirando algunos<br />

ejemplos de protección de paisajes<br />

implementados por el municipio, entre<br />

los que se encuentran los siguientes<br />

proyectos que esperamos sirvan de<br />

ejemplo para que el lector pueda visitarlos<br />

y estudiarlos con mayor detenimiento:<br />

Casa campestre de Luis Muñoz<br />

Marín: el municipio ha restaurado la<br />

residencia campestre y adquirió la finca<br />

de 40 cuerdas con la idea de hacer un<br />

centro de interpretación e información<br />

que sirva para la comunidad y para los<br />

turistas que visitan el área. El proyecto<br />

es un ejemplo del paisaje histórico<br />

vernacular dado que fue utilizado por<br />

un prócer como lugar de descanso y<br />

para el diálogo con los compueblanos.<br />

FOTOGRAFÍA PRRA<br />

Sitio histórico, Guerra Hispanoamericana:<br />

paisaje de Cercadillo con vista a la costa<br />

sur y a la Peña del Soldado (punto alto<br />

a la derecha)<br />

La casa fue parte de una hacienda de<br />

principios del siglo XX.<br />

Cuevas de doña Avina: el municipio<br />

adquirió la finca donde están<br />

ubicadas las cuevas de Avina para<br />

preservar el arte rupestre que, según<br />

hallazgos arqueológicos, consta de<br />

aproximadamente 13 petroglifos. Estas<br />

cuevas se utilizaban por los indios<br />

como lugar para la celebración de ritos<br />

religiosos. Se pretende hacer un parque<br />

para promover la actividad ecológica y<br />

sostenible en las cuevas, y así posicionar<br />

a Cayey como destino ecoturístico<br />

y recreacional para la población.<br />

Caminos Reales de Cayey: estos<br />

caminos fueron trazados por los españoles<br />

como medio de comunicación<br />

para facilitar el comercio entre Cayey y<br />

los puertos de Arroyo y Guayama. En<br />

Cayey existen veredas para la práctica<br />

del senderismo y para la apreciación<br />

del paisaje. El camino de Sumidos a<br />

Jájome (Helechales y Algarrobo) es<br />

uno de los primeros a ser restaurado<br />

como parte de esta iniciativa. Los diseños<br />

para estas veredas de senderismo<br />

ya han sido realizados y están a la espera<br />

del aval del municipio de Cayey<br />

para su implementación.<br />

Referencias:<br />

Cayey, Plan Territorial Municipio de Cayey (2007)<br />

C. Gómez Tejera, J. Álvarez-Torre (1938)<br />

Poesía puertorriqueña, antología para niños, edición<br />

Fiesta por la Poesía y el Niño de Puerto Rico,<br />

editora, Cultural, S.A. La Habana, Cuba<br />

Diccionario de geografía urbana, urbanismo y<br />

ordenación del territorio, F. Zoido, S de la Vega, R.<br />

Mas, R. Lois (2000) Editorial Ariel, S.A., Barcelona<br />

Natonal Park Service, Guidelines for the Treatment<br />

of Cultural Landscapes, Defining Landscape Terminology.<br />

(on-line) www.nps.gov/history/hps/hli/<br />

landscape_guidelines/terminology.htm<br />

CAAPPR 51<br />

FOTOGRAFÍA POR EL AUTOR<br />

<strong>ENTORNO</strong> PAISAjISMO


hogar oficina<br />

Berlin Ng -Consultant Engineers<br />

Structural and Civil Engineers<br />

With 29 Years of Experience We Work with New and Existing Structural Situation<br />

• Simple and Complex Geometry Including Asymmetrical Structures<br />

• Any type of Material: Structural Steel, Reinforced Concrete, Pos/pretensioning Concrete,<br />

Hardwood, Aluminum, and Stainless Steel<br />

• Special Foundation Cases<br />

• Study of Vulnerability Against the New Seismic and Wind Code Regulations.<br />

• Retrofit of Existing Building<br />

• We Use the Most Advanced Structural Software in the Industry: ETABS, SAP, SAFE,<br />

LIMCON, DESCOM among others, for which We are Licensed and/or Diplomate<br />

• Our Documents and Drawings are Completely Detailed to avoid wrong interpretation<br />

• We Prepare and Receive the Drawings in Autocad 2011 and Revit Autodesk 2011<br />

OTHER SERVICES:<br />

• Project Inspection<br />

• Witness Expert<br />

1804 Eduardo Conde Ave. San Juan, Puerto Rico 00912<br />

Tel (787) 636-3175 • Fax (787) 757-0482 • ingberlin_ng@hotmail.com<br />

!


<strong>ENTORNO</strong> ACADEMIA<br />

Ciudades del futuro:<br />

Charrette 2011<br />

María Gabriela Flores<br />

Directora de Ejercicio Técnico Profesional<br />

CAAPPR<br />

Por los pasados siete años, el Colegio<br />

de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas<br />

de Puerto Rico (CAAPPR) ha<br />

fomentado la integración entre profesionales<br />

y estudiantes de Arquitectura<br />

mediante la coordinación de talleres<br />

de diseño intensivos, conocidos como<br />

Charrettes. Durante estos talleres, los<br />

grupos de estudiantes de las escuelas<br />

de arquitectura de la Universidad de<br />

Puerto Rico y la Universidad Politécnica<br />

de Puerto Rico trabajan bajo la supervisión<br />

de arquitectos profesionales<br />

en la búsqueda de soluciones de diseño<br />

a diversos problemas urbanos.<br />

El tema de la sexta edición del<br />

“Charrette de Diseño” surge como<br />

respuesta a la colaboración solicitada<br />

por la Cámara de Comercio de Puerto<br />

Rico para adelantar ideas innovadoras<br />

sobre el futuro de nuestras ciudades,<br />

con un enfoque particular sobre temas<br />

de cambio climático, sostenibilidad,<br />

energía renovable, eficiencia energética<br />

y métodos alternos de transportación,<br />

todo visto a través del lente del dise-<br />

CAAPPR<br />

ño urbano en Puerto Rico. Durante la<br />

semana del 18 al 25 de febrero, la celebración<br />

del Charrette 2011: Ciudades<br />

del Futuro convirtió al Colegio en<br />

un taller de diseño del cual surgieron<br />

propuestas concretas para una visión<br />

de desarrollo estratégico de varios sectores<br />

de la Isla. Los grupos de trabajo,<br />

compuestos por estudiantes de Arquitectura,<br />

profesores, profesionales y asesores<br />

en aspectos de reglamentación,<br />

desarrollo y ambiente, presentaron<br />

propuestas de diseño separadas para<br />

las zonas de Hato Rey, la bahía de San<br />

Juan, la comunidad Vietnam entre los<br />

municipios de Cataño y Guaynabo, y<br />

el barrio Palmer, en Río Grande.<br />

El CAAPPR aspira a que las estrategias<br />

de diseño y conclusiones aquí<br />

proyectadas amplíen la búsqueda de<br />

soluciones que sirvan igualmente los<br />

intereses del país, de la región y de las<br />

comunidades a través de un desarrollo<br />

balanceado y sostenible que impulse el<br />

desarrollo económico y nos proporcione<br />

un mejor ambiente construido.<br />

53


1<br />

PROYECTO:<br />

Hato Rey<br />

(memorial explicativo)<br />

EQUIPO DE DISEñO:<br />

Gustavo Acosta / Ricardo Acuña Hernández /<br />

Lorna Alvarado Oyola / Yaritza Arroyo Rivera /<br />

Karen L. Cana Cruz / Diego de la Cruz Gaitán /<br />

Américo A Delgado Fernández / Jonathan Delgado Peña /<br />

Fernando R. Fernández Vallecillo / Lydia C. Ocasio López /<br />

Ariel Ortíz Cruz / Emmanuel Pérez Molina /<br />

Elisa M Pujals Rodríguez<br />

COLABORADOR:<br />

Antuán Lazaga Galloza, artista<br />

PROFESOR:<br />

Pedro M. Cardona Roig<br />

Propuesta de diversificación del transporte<br />

visión<br />

Vivimos sin prestar atención a los<br />

procesos que inciden en nuestro entorno<br />

ni a los agentes que afectan las formas de<br />

producción de la ciudad. Este trabajo parte<br />

de un análisis libre y transdisciplinario<br />

de diversos aspectos de la realidad actual<br />

puertorriqueña que permiten hacer un<br />

acelerado diagnóstico previo a realizar un<br />

breve ejercicio de proyectar la visión para<br />

la Ciudad del Futuro en Hato Rey.<br />

Hato Rey presenta un contexto lleno<br />

de contrastes y contradicciones. De una<br />

parte, el caño de Martín Peña, olvidado<br />

bolsillo de miseria y ejemplo de autogestión<br />

y apoderamiento comunitario que<br />

continúa recibiendo reconocimiento por<br />

la calidad de su Plan de Desarrollo, el Fideicomiso<br />

de la Tierra del Caño de Martín<br />

Peña y su propuesta de justicia social. De<br />

otra parte, el Distrito Financiero que lucha<br />

por mantener su prestigio de antaño como<br />

destino de negocio y a nivel formal oscila<br />

entre el branding corporativo y lotes que<br />

llevan más de 30 años libre de desarrollo<br />

y dedicados a estacionamiento o baldíos.<br />

54 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

Fotomontaje aéreo de la zona de la Milla de Oro, Hato Rey<br />

Cuenta con infraestructuras y dotaciones<br />

de alto nivel como el Coliseo de Puerto<br />

Rico y el Tren Urbano, pero presenta un<br />

espacio público degradado y de muy baja<br />

calidad con aceras insuficientes, circulaciones<br />

de tráfico incoherentes, falta de<br />

siembra y sombra, cruces de peatones insuficientes<br />

o inadecuados, etcétera.<br />

El sector de Hato Rey es centro y<br />

destino de actividad durante diez o doce<br />

horas del día y luego su uso disminuye significativamente.<br />

En tiempos recientes se<br />

han presentado múltiples visiones y planes<br />

para el redesarrollo del sector, sin que estos<br />

hayan logrado las esperadas transformaciones.<br />

Unos alegan que esto es debido a la<br />

falta de voluntad política, otros lo achacan<br />

al clima de inversión, la estructura de permisos<br />

y a muchos otros factores.<br />

Estrategias<br />

Este trabajo plantea cuatro áreas principales<br />

para intervención a lo largo de la<br />

Muñoz Rivera en el ámbito comprendido<br />

entre el caño de Martín Peña y la avenida<br />

Domenech, a saber:<br />

La Nueva Vía Verde - un sistema de transporte<br />

colectivo de vía fija como complemento<br />

al sistema existente del Tren Urbano<br />

plexo urbano - Parque urbano, centro de<br />

transporte y huerto de producción alimentaria<br />

en los terrenos de la Antigua Clínica<br />

Fernández<br />

Escalextric - transformación del sector<br />

del Coliseo de Puerto Rico para convertir<br />

los terrenos subdesarrollados o espacios<br />

de estacionamientos en suelos productivos,<br />

dotaciones e infraestructura de ocio y<br />

huertos verticales<br />

infiltraciones - intervenciones para atender<br />

el espacio peatonal en algunas de<br />

las principales intersecciones del sector;<br />

intervención para reconvertir proyectos<br />

de vivienda que no han sido vendidos en<br />

equipamientos urbanos o transformarlos<br />

para convertirlos en vivienda asequible o<br />

de transición.


2<br />

PROYECTO:<br />

Retomando el borde:<br />

la bahía de San Juan<br />

EQUIPO DE TRABAJO:<br />

Cristina Villa / Verónica Redondo / Vicente Gascó Gómez<br />

/ Luisel Zayas / Gabriela Solange Rodríguez /<br />

Juan Carlos Báez / Yannick Rodríguez / Sixto Cordero /<br />

Eduardo Santiago<br />

PROFESORES:<br />

Francisco Javier Rodríguez Suárez /<br />

Carlos J. García Moreira<br />

Distintos fotomontajes aéreos de varias de las propuestas<br />

La propuesta, que abarca cuatro visiones<br />

distintas, se basa en la premisa de un<br />

crecimiento futuro de la ciudad alrededor<br />

de la bahía de San Juan, a su vez basado en<br />

dos precedentes. Primero, el collage urbano<br />

en el artículo Vivir San Juan, Memoria<br />

y Deseo, por Francisco Javier Rodríguez y<br />

Darwin Marrero en (in)forma IV (UPR,<br />

2010), que mediante fotos aéreas solapa<br />

varias tramas icónicas de ciudades tales<br />

como el Back Bay de Boston, el Ensanche<br />

de Barcelona, La Habana Vieja, el Mall<br />

en Washington DC, el Vaticano y Lower<br />

Manhattan, superpuestas al área contigua<br />

a la bahía mostrando otra relación con los<br />

cuerpos de agua y una densidad posible y<br />

deseable ante la alternativa del desparrame<br />

urbano en nuestra Isla. Segundo, la tesis<br />

Ciudad del Mar, por Eugenio Fernández<br />

(M. Arch UPR, 2008), que estudia la<br />

relación del barrio de Miramar con sus<br />

fronteras al sur y ausculta la posibilidad de<br />

extenderlo hasta la bahía, convirtiendo el<br />

área de Abarca en su ensanche y conector.<br />

Uno de los planos maestros<br />

de las propuestas<br />

100 1000<br />

La bahía es el lugar idóneo para el futuro<br />

crecimiento de la ciudad de San Juan,<br />

especialmente si los puertos industriales se<br />

trasladaran al sur de la isla o a Roosevelt<br />

Roads. Esto es un factor importante porque<br />

ha sido el sector industrial, sumado al<br />

militar, los responsables de la infrautilización<br />

de ese “Puerto Rico” en nuestro diario<br />

vivir. Los diseños se concentran en los<br />

sectores de Isla Grande, Abarca y las Navieras,<br />

aunque algunos grupos incorporan<br />

Isla Grande, Cataño y Puerta de Tierra.<br />

Los cuatro equipos comenzaron utilizando<br />

montajes de otras ciudades para entender<br />

y digerir la escala del lugar. Luego de una<br />

fase de análisis, los grupos tomaron cuatro<br />

posturas acerca del futuro desarrollo de la<br />

bahía de San Juan.<br />

La primera postura entiende que<br />

el nivel del mar subirá en los próximos<br />

cincuenta años ampliando la bahía hasta<br />

la avenida Kennedy y propone un nuevo<br />

distrito de usos mixtos en el área ocupada<br />

al presente por los concesionarios de automóviles.<br />

N<br />

La segunda, analiza la manera en la<br />

cual la bahía ha sido dragada y rellenada<br />

a través del tiempo y asume que el lado<br />

sur crecerá mediante relleno hasta unir Isla<br />

Grande con Cataño, creando un nuevo<br />

frente hacia el Viejo San Juan y los puertos<br />

de cruceros.<br />

La tercera postura propone un tipo de<br />

relleno mediante una morfología de islas<br />

y crea dos nuevos sectores residenciales y<br />

turísticos para desarrollar el borde de las<br />

Navieras.<br />

La cuarta, entiende que el problema<br />

actual de la zona es uno de falta de conectividad<br />

y propone un sistema de infraestructura<br />

combinada que unifique Cataño,<br />

las Navieras, Abarca e Isla Grande y que el<br />

desarrollo futuro se posibilite a lo largo de<br />

este sistema semicircular.<br />

Las cuatro visiones entienden que la<br />

ciudad debe ser compacta, densa, con usos<br />

mixtos y sistemas de movilidad colectiva<br />

creando conexiones y fomentando una relación<br />

íntima con el cuerpo de agua de la<br />

bahía que dio nombre a nuestra Isla.<br />

CAAPPR 55<br />

<strong>ENTORNO</strong> ACADEMIA


3<br />

PROYECTO:<br />

Vietnam<br />

(memorial explicativo)<br />

EQUIPO DE DISEñO:<br />

Edgardo Cádiz / Tyrene Calvesbert / Alexander Cuesta /<br />

Romarie González / Luis Mattei / Pierangelí Simonpietri /<br />

José Torrado<br />

ASESORES:<br />

Arq. Carlos Betancourt; Arq. Samuel Corchado;<br />

Andrés Mignucci;<br />

Residentes Unidos en Lucha por Vietnam: Byron López<br />

Mangual / Mia Torrechini / Víctor Cerdá / Carmen Díaz<br />

PROFESORA:<br />

Ivonne María Marcial<br />

Fotomontaje que muestra algunos de los cultivos que forman parte de la propuesta<br />

Diagrama tridimensional de la<br />

condición existente<br />

56 <strong>ENTORNO</strong>18<br />

Plantas comparativas de las propuestas existentes y del diseño del grupo<br />

La comunidad Vietnam es producto<br />

de apropiaciones de terreno que ocurrieron<br />

en la década de los sesenta. Con solo<br />

estudiar las fotos aéreas se observa el rescate<br />

de terreno al mar y la redefinición de<br />

la geografía del litoral. Los predios fueron<br />

creados paulatinamente por las personas<br />

que se asentaron en la zona y con el pasar<br />

del tiempo, han pasado de ser considerados<br />

terrenos marginales de la ciudad,<br />

a terrenos con un potencial de desarrollo<br />

económico y turístico considerable. Los<br />

predios que ocupa la Comunidad Especial<br />

de Vietnam se han convertido en un lugar<br />

de alto atractivo turístico y económico,<br />

según evidencia el Plano del Desarrollo<br />

Propuesto por el Municipio Autónomo<br />

de Guaynabo (MAG), propuesta que, a su<br />

vez, sugiere la desaparición de la comunidad<br />

debido a la implantación de un parador,<br />

un acuario, una marina y una concha<br />

acústica, entre otros.<br />

La propuesta del Charrette 2011 incorpora<br />

determinantes ambientales que<br />

han de generar trasformaciones geográficas.<br />

Dentro de los cambios climáticos<br />

anticipados para la zona de intervención,<br />

se incluyen las redefiniciones de las zo-<br />

nas marítimo terrestre. Como parte de la<br />

bahía de San Juan, esta zona está directamente<br />

afectada por el incremento del nivel<br />

del mar a raíz del calentamiento global. Se<br />

proyecta que para los próximos cien años<br />

el mar tendrá un alza de 1.3 metros, lo que<br />

significa la inundación de la comunidad<br />

en aproximadamente un 90%.<br />

Las estrategias de diseño radican en<br />

mediar entre la permanencia del vecindario<br />

y las transformaciones a nivel de<br />

infraestructura (sanitaria, vial, etc.) de la<br />

comunidad. Se toma en consideración el<br />

aumento de dos metros de suelo propuesto<br />

para atender el problema de la inundabilidad<br />

del lugar. Por otro lado, se fomentan<br />

iniciativas de autogestión y el desarrollo de<br />

microempresas dentro de la misma comunidad<br />

al propiciarse la reapropiación de los<br />

espacios baldíos dejados por la demolición<br />

de las estructuras expropiadas. Se ha realizado<br />

una selección y coordinación de elementos<br />

entre la propuesta del municipio<br />

y los intereses de los residentes, creándose<br />

una propuesta que concilia ambos y que<br />

preserva el sentido de la comunidad existente,<br />

en vías de extenderla hacia La Cuidad<br />

del Futuro.


4<br />

PROYECTO:<br />

comunidad palmer<br />

EQUIPO DE DISEñO:<br />

Ariel Cáceres / Carlos Clausell / Giovanni Ramírez / José<br />

Pérez / Judith González / Luz Rivera / Martha Garrido<br />

/ Moisés González / Norelys Rivera / Omar González /<br />

Rafael Marrero / Ricardo Curet<br />

PROFESOR:<br />

Jorge Ramírez Buxeda<br />

Diagramas de los componentes del plan maestro propuesto<br />

vistas generales del proyecto<br />

Plan maestro propuesto<br />

La visión de futuro que se presenta<br />

plantea escenarios que reaccionan a la producción<br />

energética y alimenticia, la salud<br />

humana y la movilidad humana en equilibrio<br />

con la biodiversidad del medioambiente<br />

natural, entre otros. La propuesta<br />

para la comunidad del barrio Palmer en<br />

Río Grande plantea que los recursos naturales<br />

deben ser el principal activo de la sociedad<br />

y que el modelo de desarrollo actual<br />

es insostenible, pues está basado en el consumo<br />

desmedido de los recursos naturales,<br />

lo que causa cambios climáticos que impactan<br />

de forma negativa los ecosistemas<br />

de la Tierra. Es de amplio conocimiento<br />

que el aumento en los gases de invernadero,<br />

producto de actividades humanas<br />

como la quema de combustibles fósiles y<br />

la deforestación, ha causado un aumento<br />

en la temperatura promedio del planeta,<br />

lo que tendrá un impacto enorme en nuestro<br />

modo de vida y en la forma de conceptualizar,<br />

diseñar y desarrollar la ciudad.<br />

El modelo de desarrollo urbano que<br />

ve a la naturaleza como una fuente inago-<br />

table de recursos tiene que ser modificado.<br />

La sociedad y la ciudad del futuro buscarán<br />

respuestas a los problemas que enfrentan<br />

los ecosistemas naturales en los que habitan.<br />

Siguiendo el ejemplo de la naturaleza,<br />

el sol, el agua y el aire serían las fuentes<br />

de energía a utilizarse. De igual manera,<br />

se plantea que las necesidades alimenticias<br />

de la comunidad podrían ser satisfechas<br />

por el policultivo agrícola. Se propone la<br />

utilización de sistemas de transportación<br />

colectiva eficientes para reducir sustancialmente<br />

la necesidad del uso del automóvil<br />

privado. Como objetivo se busca explorar<br />

la manera en que el diseño arquitectónico<br />

y urbano logren un desarrollo social, económico<br />

y político en armonía y equilibrio<br />

con los recursos naturales, sus habitantes y<br />

el medioambiente. La comunidad Palmer,<br />

localizada en el municipio de Río Grande<br />

y antesala al Bosque Nacional El Yunque,<br />

tiene el potencial de convertirse en el prototipo<br />

de la comunidad puertorriqueña<br />

del futuro.<br />

CAAPPR 57<br />

N<br />

<strong>ENTORNO</strong> ACADEMIA


<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA<br />

Karlo Ibarra:<br />

de la cartografía<br />

de territorios a<br />

la simbología<br />

territorial<br />

javier Román Nieves<br />

Karlo Andrei Ibarra nace en Santurce,<br />

Puerto Rico, el 28 de febrero de 1982, de<br />

madre uruguaya y padre chileno. Cursa<br />

estudios primarios y secundarios en Bayamón<br />

y obtiene un bachillerato en Pintura<br />

de la Escuela de Artes Plásticas en<br />

San Juan, en el 2005. Su trabajo ha sido<br />

expuesto en muestras individuales y colectivas<br />

en galerías y museos en San Juan,<br />

Miami, Bogotá, Holanda, Suiza, China,<br />

Rumania, Bulgaria, Ciudad México<br />

y San José, Costa Rica. Fue ganador de<br />

la Beca Lexus para Artistas en el 2006<br />

y tras participar de varias exposiciones<br />

recientes, se traslada a Miami desde donde<br />

actualmente explora nuevos foros y<br />

posibilidades para seguir exponiendo su<br />

trabajo.<br />

58<br />

Tempus Fugit, 2011<br />

Al momento en que realizaba su<br />

proyecto de tesina, la pintura de Karlo<br />

Andrei Ibarra se centraba en la cartografía.<br />

No en los métodos ni en la<br />

práctica de esa ciencia, sino en la extracción<br />

y reformulación del contenido<br />

político-ideológico de los mapas para<br />

crear nuevos esquemas de territorios<br />

inexistentes. La portada de la presente<br />

edición proviene de la Wall Map Series<br />

(2005), donde el artista identificaba<br />

pintura desgastada en las fachadas de<br />

edificios históricos, sobre las que dibujaba<br />

contornos que semejaban mapas.<br />

Sobre este periodo el artista comenta:<br />

“Me decían que yo hacía<br />

pintura abstracta, pero siempre hice<br />

figuración abstracta […] en la tesina<br />

hubo una búsqueda y me adentré en<br />

la pintura expandida, que toma fuentes<br />

del conceptualismo, la arquitectura<br />

y la historia […] busqué información<br />

de territorios con circunstancias políticas<br />

similares a las nuestras y creaba<br />

mapas de muchos territorios juntos.<br />

De eso resultó un mapa muy grande<br />

donde aparecían Guam, Islas Marianas<br />

y Puerto Rico […] había una base histórica,<br />

con datos políticos, y ya no era<br />

ni una pintura ni un canvas, sino una<br />

representación de ese material, en una<br />

pared”. Añade sobre la culminación<br />

<strong>ENTORNO</strong>18<br />

de ese proceso que, “con la cartografía<br />

podía ser abstracto, pero incluyendo<br />

datos reales, científicos o matemáticos<br />

y, sobre todo, de territorialidad. Por<br />

eso me movía el tema cartográfico, al<br />

insertarlo en el arte podía hablar de<br />

temas políticos actuales. Los mapas<br />

van cambiando, las guerras y las transformaciones<br />

políticas afectan las cartografías”.<br />

Desde entonces, la obra de Ibarra<br />

ha evolucionado hasta adquirir reconocimiento<br />

en el extranjero. Su mapa<br />

de las Américas hecho de trozos de carne,<br />

Flesh Map (2008), fue rechazado<br />

en Puerto Rico pero acogido internacionalmente.<br />

En cambio, sí figuró en<br />

la Muestra Nacional de Arte su pieza<br />

de vídeo Aspiraciones (2008), donde<br />

utilizó su trasfondo de literatura para<br />

conjurar un título de doble sentido:<br />

aparece limpiando con una aspiradora<br />

los escalones del Capitolio de Puerto<br />

Rico, en un doble gesto de aspirar el<br />

sucio y de aspirar a algo mejor.<br />

Aunque el componente cartográfico<br />

sigue siendo parte importante en<br />

su obra, como demuestra la acuarela<br />

Banana Republics (2009), Ibarra ha<br />

diversificado sus medios explorando<br />

el vídeo, la instalación y la escultura.<br />

Ahora realiza la extracción del conte-


Crucifijo, 2009<br />

Slippery Government, 2011<br />

Banana Republics, 2009<br />

Flesh Map, 2008<br />

Discursos, 2009<br />

nido de las cartografías sobre otros sustratos,<br />

como los símbolos nacionales.<br />

En Tempus Fugit (2011) convierte una<br />

macana de policía en el asta de una<br />

bandera de Puerto Rico de color negro,<br />

mientras que en Nación Heroína<br />

(2010), teje otra bandera con ropa de<br />

deambulantes adictos.<br />

En su instalación Discursos (2009),<br />

el artista llenó con guineos un barril<br />

usado de una destilería de ron de<br />

Puerto Rico y, frente a este, colocó un<br />

boom que sostenía un guineo listo para<br />

ser comido en lugar de un micrófono.<br />

Con un fondo de audio repetitivo que<br />

el artista grabó de los discursos políticos<br />

en los cierres de campaña electoral<br />

del 2008, los guineos se fueron pudriendo<br />

a la vez que la sala se llenaba<br />

de moscas. “El micrófono del político,<br />

sustituido por un guineo, volvía el<br />

discurso del cambio en uno resbaladizo,<br />

a la vez que convertía su figura en<br />

la de un mono”, apunta Ibarra sobre<br />

la pieza.<br />

“Un propósito de mi trabajo ha<br />

sido trabajar el contexto político y<br />

manejar los símbolos nacionales. Yo<br />

podría jugar el papel de otros artistas,<br />

tener el pasaporte chileno y uruguayo<br />

por mis papás y representar a esos países<br />

por conveniencia, pero no lo hago<br />

porque mis amigos son de aquí, este<br />

es mi país y me molestan las cosas que<br />

pasan aquí”, explica Ibarra. “A veces<br />

me ven como pesimista, pero es por<br />

ser optimista, porque creo que las cosas<br />

pueden ser mejores”. Su trabajo es<br />

un constante atentado contra la brújula<br />

aspiracional y arribista, un intento<br />

de revelar territorios más allá de a<br />

donde apunta esa aguja, invirtiéndola,<br />

mostrándonos un continente profundo,<br />

donde se entierran nuestras raíces:<br />

Latinoamérica.<br />

CAAPPR 59<br />

<strong>ENTORNO</strong> PRESENTA


<strong>ENTORNO</strong> ESTILO<br />

Diseñadores<br />

puertorriqueños<br />

en la bienal<br />

Iberoamericana<br />

de Diseño bID10<br />

Redacción de <strong>ENTORNO</strong><br />

Fotografías suministradas<br />

por Gabriel Piovanetti<br />

Un grupo multidisciplinario compuesto<br />

por 13 diseñadores puertorriqueños<br />

fueron premiados y destacados<br />

en la segunda edición de la Bienal<br />

Iberoamericana de Diseño -BID10presentada<br />

en el espacio para las artes<br />

contemporáneas Central de Diseño:<br />

Matadero Madrid.<br />

La apertura de la exposición se<br />

llevó a cabo el 22 de noviembre de<br />

2010, y permaneció abierta al público<br />

hasta finales de enero de 2011. Reunió<br />

los trabajos de diversas disciplinas del<br />

diseño pertenecientes a las áreas de:<br />

gráfico, industrial y producto, moda,<br />

textil y complementos, espacios e interiores<br />

y diseño digital. Se contó con la<br />

participación de 22 países iberoamericanos,<br />

que incluyen Latinoamérica, el<br />

Caribe, España y Portugal. Un jurado<br />

compuesto por diseñadores internacionales<br />

eligió sobre 400 proyectos para la<br />

Libro De Punta a Cabo, por Dsnotipo<br />

exposición, destacando a 90 de los diseñadores<br />

seleccionados con el premio<br />

BID10, otorgado a los mejores diseños<br />

de la muestra.<br />

Puerto Rico cuenta con cinco premiados<br />

y otros destacados que completan<br />

nuestra participación:<br />

TM<br />

Panorámica del espacio de la exhibición, Central de Diseño: Matadero Madrid<br />

60<br />

<strong>ENTORNO</strong>18<br />

Edna Isabel Acosta en la categoría<br />

de moda y complementos con la Colección<br />

de Joyería Contemporánea,<br />

Archipiélago. / Gabriel Piovanetti-Ferrer<br />

del estudio Dsñotipo TM en diseño<br />

gráfico con el libro De punta a Cabo.<br />

/ Fernando Rodríguez-Morales del estudio<br />

FullSwitch Interactive en digital<br />

con el videoclip Domino Saints. /Maria<br />

de Mater O’neill + Arthur Asseo, Francisco<br />

bacó y María Lamadrid del estudio<br />

Rubberband en espacios e interiores<br />

con la exhibición Hacia un Nuevo<br />

Rumbo. / josé Fernando vázquez-Pérez<br />

de la firma Urbana en industrial y<br />

productos con la Alfombra Iris.<br />

También se destacan los trabajos<br />

de: vladimir García-bonilla del estudio<br />

[A]rmada en industrial y productos<br />

con la lámpara Hangueando. /<br />

Nombre esculpido de la delegación


Algunos de los trabajos presentados por los diseñadores puertorriqueños<br />

Archipiélago, por Edna Isabel Acosta<br />

Luis Antonio Díaz-Alejandro del estudio<br />

Dsñotipo TM en gráfico con el afiche<br />

Universe. / Michelle y Norein Otero del<br />

taller Eclíptica en moda con la colección<br />

de moda, Eclíptica F/W 2010-<br />

11. / Francisco javier Rodríguez-Suárez<br />

en industrial y producto con el banco<br />

Ying/ Yang.<br />

La muestra de la BID10 pretendió<br />

destacar aspectos sociales del diseño<br />

iberoamericano y difundir los vínculos<br />

del diseño en estos países para fomentar<br />

el desarrollo de sus disciplinas. A lo<br />

largo de la semana inaugural se llevaron<br />

a cabo una serie de mesas redondas,<br />

debates y ponencias que permitieron<br />

el diálogo e intercambio entre<br />

profesionales, estudiantes y el público<br />

que asistió.<br />

CAAPPR 61<br />

<strong>ENTORNO</strong> ESTILO

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!