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J E S U S , MARIA, Y JOSEPH. D. C A R L O S I V .

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ï-îcl así por tocios los enfermos, y pot tociaslas enfermedades, y<br />

hallareis que nos representan no obscuramente los males espirituales<br />

, y eternos A que nuestras culpas nos conducen.<br />

2. ¿ Pero á qué fin este conocimiento ? ¿ Acaso para que se<br />

quede en meras especulaciones? ¿Quién ignora que el pecado<br />

nos aparta de Dios nos priva de su gracia , y nos conduce á la<br />

eterna perdición ? ¿ Quién no sabe , que sin la penitencia no hay<br />

perdón , y que sin éste la salvación es imposible ? ¿ Y quién no<br />

conoce, que asi como las enfermedades del cuerpo no pueden naturalmente<br />

curarse sino con la aplicación de los contrarios remedios,<br />

asi tampoco las del alma sin el uso de las medicinas espirituales<br />

que se le oponen no pueden tener remedio? (i) Sabemos que la<br />

soberbia, la avaricia, la luxuria , la ira , la gula , la embidia , y la<br />

pereza no se curan sino con la humildad , con la largueza , con la<br />

castidad , con la paciencia, con Ja templanza , con la caridad, y con<br />

Ja diligencia: sabemos que las pasiones no se curan sino con la mortificación<br />

: la mala costumbre con los actos contrarios ; y la ocasion<br />

próxima con el retiro, y la fuga : y sabemos que sin lavarnos en las<br />

aguas saludables de la Sagrada Piscina del Santo Sacramento de<br />

la Penitencia no hay ni puede haber salud para nuestras almas<br />

despues de la mortal enfermedad de nuestras culpas ; y somos<br />

tales, que bien hallados en nuestro mal estado, rehusamos el remedio<br />

, no queremos la medicina, y repugnamos nuestra curación.<br />

¡ Oh y quantas veces , llevados de un frenesí el mas pecaminoso<br />

, y arriesgado, á la manera de los que por lo agudo de<br />

la fiebre padecen ese trastorno , nos volvemos la con impaciencia,<br />

y el pecado contra el Divino Mèdico, que movido de su caridad<br />

se esmera con la aplicación de estos santos medicamentos en curar<br />

nuestras dolencias ! Qué oportunamente el P. S. Agustín :<br />

H is ominbus cur ationibus ejus ingrati , tamquam multa febri<br />

phrenetict insamientes in medicum qui vene,rat curare eos, excogi-<br />

•taverunt consilium perdendi eum. (2)<br />

§ Y qué mayor estulticia puede excogitarse en nosotros ?<br />

¿Qual sería nuestra misericordia , si socorriendo en su necesidad á<br />

los extraños , negásemos este bien á nuestros propios Padres, dexan-<br />

F 2 do<br />

(1) S. Gregor. Mag. Hómil. 32. in Evang. post init.<br />

(2) S. Aug. in Ptalm. 63.

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