Estatutos G.O.E. - Gran Logia Provincial de las Islas Baleares

Séptimo.- Hacer salir del Templo al obrero que faltare al orden en la sesión,
previas las tres advertencias o llamamientos al efecto.
Octavo.- Suspender la sesión o levantarla definitivamente, sin ninguna de las
formalidades usadas en la clausura de los trabajos, en caso de que el orden se
turbase o de ser su autoridad desconocida o negada.
Suspendida la sesión por el Presidente en esta forma, no podrá reanudarse
en la misma tenida, ni por él ni por otro miembro del Taller.
Art. 92.— El Presidente tiene facultades para dispensar el pago de cualquier
cuota al obrero que, por circunstancias especiales, no pudiera satisfacerla,
guardando en secreto el motivo de esta determinación.
Art. 93.— El Presidente vela sobre los obreros de su Taller, no solamente en
el mundo masónico, sino también en la sociedad civil. Cuando sepa que alguno de
ellos lleva una vida reprensible, está obligado a procurar, en secreto y con cariño,
volverle a la senda de la sabiduría.
Art. 94.— El Presidente que se reconozca de alguna manera culpable, debe
saberse castigar con más rigor del que emplearía con otro que hubiere cometido la
misma falta. El ejemplo es el medio más eficaz para la conservación del buen
orden.
Art. 95.— No puede el Presidente, por ninguna razón, negarse a suscribir las
deliberaciones del Taller bajo su presidencia.
Art. 96.— En las dudas, el Presidente debe consultar con el Primer Vigilante
y tornar en consideración su parecer.
Art. 97.—En caso de ausencia del Presidente, o por cualquier otro
impedimento corresponde presidir el Taller por Orden jerárquico.
Primero — Al Primer Vigilante
Segundo - Al Segundo Vigilante
Tercero — Al Primer Experto.
Cuarto — Al Segundo Experto.
Quinto - Al Maestro más antiguo.
Si en este último caso hubiere dos en iguales condiciones, ocupará la
Presidencia el de más edad.
El Orador solo podrá presidir estando presente su adjunto.
CAPITULO SEGUNDO
DE LOS VIGILANTES
Art. 98.— Los Vigilantes como Vicepresidentes de los Talleres, siguen en
autoridad al Presidente, según el Orden jerárquico.
Deben poseer, por lo menos, el grado de Maestro.
El Primer Vigilante tiene bajo su dirección la Columna del Mediodía, y el
Segundo Vigilante la del Norte.
Los HH∴ de cada Columna deben pedir a su respectivo vigilante la venia
para emprender cualquier trabajo.
Art. 99.— Los Vigilantes piden la palabra por medio de un golpe de Mallete,
para si y para los miembros de su Columna, y la obtienen directamente del
Presidente.
Los Vigilantes tienen preferencia para todos los trabajos.
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