revista octubre

PLUMA INVITADA
¿
32
Cicatrices en la
Sociedad Civil
Cuál es el mejor gobierno? El que enseña a gobernarnos
a nosotros mismos, está es un cuestionamiento de Johann
Wolfgang Von Goeth que para nosotros los mexicanos
debe motivarnos para formar parte de la democracia y no
andar apáticamente por la calle culpando a nuestro gobierno
por la situación que se vive. Hace falta ser necio para no darse
cuenta de los grandes avances y los sustanciosos cambios
que se han logrado en los últimos años. Me opongo, ya que
ensuciar es más cómodo que limpiar, critico, ataco y destruyo,
pero que otros se hagan cargo ¿no?, que otros trabajen, total
no es nuestro problema.
Tenemos que pasar de ese status quo al que estamos sometidos,
a participar. Integrando las organizaciones podremos hacer
excelentes propuestas, sé de algo por lo que debemos estar
orgullosos, y es que nuestra gente está logrando transformar
ya esos paradigmas que nos minimizaban ante circunstancias
adversas.
La experiencia de la sociedad civil ha sido dura y complicada,
se ha visto envuelta en situaciones penosas de lavado de
dinero y evasión de impuestos. Ahora es difícil para una
asociación civil obtener recursos provenientes de la iniciativa
privada, debido a los conflictos de intereses encontrados entre
las asambleas de accionistas. Y ha resultado ser una constante,
que las grandes empresas han creado sus propias fundaciones
para ganarse ese consentimiento de la gente, pero es triste que
se continúe golpeando a las actividades y los programas de
la organizaciones como consecuencia de esos malos manejos.
También se han convertido en plataformas políticas para los
partidos y han sido utilizadas para movilizar el voto, al final de
cuentas mientras se logren los resultados, estas organizaciones
recibirán los recursos prometidos, dicen.
No obstante, en los últimos años ha resurgido el tercer sector,
estamos siendo parte del cambio. Mientras que en otros países
estos movimientos ocurrieron hace casi 50 años y en otros
hace 30, al fin ha llegado la moda a México. Pero eso no
es lo importante, lo trascendental debe ser cómo se orientan
esos esfuerzos; la sociedad civil no debe ser un grupo de
choque o confrontación, se debe de pasar de lo reactivo a
lo proactivo, no ser fiel a las manifestaciones pacíficas cuando
en realidad tienen tintes políticos, dejar de culpar a la fuerza
pública y transmitir que han sido ellos los provocadores de
los disturbios cuando en realidad lo único que han hecho ha
sido defenderse. Si bien para que exista una confrontación es
necesario el que la provoca y el que reacciona, pero ya no
identificamos cuál de los 2 es cada uno.
Un dato que en lo particular desnuda la verdad de la
participación en México, sin la intención de comparar sino
de persuadir al cambio, es que mientras en países como
Estados Unidos, Inglaterra y Australia, entre 5 y 7 de cada 10
personas participa en alguna asociación civil, organismo no
gubernamental o sin fines de lucro y el tercer sector en total
aporta entre el 5 y el 10 por ciento del PIB de la nación, en
México participan 14 de cada 100 personas y el tercer sector
produce menos del 1% del PIB nacional. Una sola fundación en
los Estados Unidos de América produce más que todas juntas
en nuestro país.
Pero no hay que ver esto como un problema, es más una
oportunidad. Ya se tienen casos de éxito donde la sociedad
civil ha intervenido en la agenda pública, incluso se ha logrado
influir en las políticas públicas, y es muy claro que en este nuevo
periodo legislativo y en la nueva administración federal, será
más formal y útil la participación de la sociedad civil. Quizá
no han sanado del todo las heridas que las han lastimado,
pero serán capaces de sobrellevarlo y a pesar de todos
los conflictos de interés, unidas y bien organizadas, podrán
llevar propuestas e iniciativas de ley listas para intervenir
directamente en el futuro de México.
Alejandro Ruiz Garavito
Internacionalista
www.centralmunicipal.com.mx CM