Marzo - Abril 2011 - INEEA Morelos - INEA

El libro que me gustó mucho fue Perfume, de Patrick
Süskind. “No leo libros ´muy muy´, porque la verdad,
sinceramente, no me gusta leer algo que leo y leo y
no entiendo. Leo lo que entiendo, si veo que le estoy
entendiendo, le sigo, sino definitivamente, no lo leo. No
tengo autores preferidos”, remató.
Abundó que le gustó mucho La Sombra del Caudillo
de Martín Luis Guzmán, cuyo estilo calificó de
romántico, debido a que le gusta como escribe el autor.
Pero escritores favoritos no tiene, lee lo que le regalan
sus nietos y nietas. “Lo que si no leo ni aunque me
rogaran de rodillas es a Harry Potter, por Dios que no”,
declaró irónica.
“Y eso que aquí, en casa, están todos los tomos
de las aventuras y peripecias de Harry Potter, no lo
leo, ni siquiera me llama la atención”, recalcó quien
lee, mínimo, entre cuatro y seis libros por mes. “Me
gusta leer mucho. A veces el mismo libro lo leo tres
veces, porque no le entendí bien. Si no leo no me
duerno, reveló.
De profesión modista, Carmen Estrada Rangel cose de
la mañana hasta el mediodía. Después se levanta de la
máquina de coser y bordar a preparar la comida del día.
Tiene tiempo para cuidar a un niño de nueve años, a
quien le dedica la tarde para que repase sus estudios del
día y haga la tarea escolar.
I nicié mis estudios cuando ya nadie sueña
N o era recomendable a los setenta y ocho años
E studiar a esa edad no tiene caso, me decían
A hora que he terminado una etapa, quiero seguir soñando
I niciar a nuestra edad no tiene premios inmediatos
N o hay escalafones, aumentos, ni salarios
E s una ventana para no ser insensatos
A ntes que ser necios tratemos de ser sabios
I ncluso, sin saber sabemos algo
N uestra mente no es una hoja en blanco
E scribamos entonces lo que valemos, lo que valgo
A hora es el momento, no importa si no tenemos mesabanco
Autora, Carmen Estrada Rangel de 80 Años
Primavera 2011
50
Luego de todo esto, se pone un ratito a ver la televisión,
a leer y a tejer. “Estoy viendo la televisión y tejiendo.
No puedo estar sin hacer nada, tejer para mí es terapia”,
señala nuestra entrevistada.
Acerca de su extinto esposo Rafael Galicia Castañeda,
comentó que duraron casados más de 50 años. “Éramos
una buena pareja, con sus altas y sus bajas”. Lo que le
agradeció mucho a su marido es que enseñó a las hijas y
los hijos a que la respetaran. “La verdad, nada más falta
que mis hijos me besen los pies. Por Dios”, remarcó.
Que luchen, exhortó a personas de la tercera edad,
porque cuando llegan a los 60 años empiezan a sentirse
que los hijos tienen que hacer algo por ellas o ellos. La
descendencia no tiene la obligación de darte. “Yo no tuve
a mis hijos para tener una ganancia a plazo largo. Tus hijos
tienen únicamente la obligación de respetarte”, sostuvo.
Si tienen voluntad de darte o tienen qué darte, perfecto,
y si no, lúchale, coja no estás, ni manca. Tú lucha por
ti para que vean que la vida sigue contigo, con lo cual
recomendó dignidad personal y respeto a uno mismo.
Cuando toma sus cursos de computación, confesó
que le ha perdido el miedo al ratón, Carmen, mamá de
Concepción, Laura, Leticia, Angélica, Beatriz, Delia,
Gabriela, Rocío, Rafael, Enrique y Evaristo, en esta
entrevista para COMUNIDAD INEA.