Marzo - Abril 2011 - INEEA Morelos - INEA
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Necesario estudiar para<br />
defenderse en la vida<br />
Catalina, con el apoyo de su nieto,<br />
estudiará secundaria<br />
Por Fernando Rodríguez Fotografía Antonia Trejo<br />
Catalina Ramírez Carrillo, nació hace 87 años en<br />
Tlanepantla, <strong>Morelos</strong>. Avecindada en Nepopualco,<br />
comunidad situada al norte de Totolapan, <strong>Morelos</strong>. Viuda<br />
hace poco más de un mes, sólo le aflige que su difunto<br />
esposo Fabián Juárez, ya no será testigo del avance de sus<br />
estudios de secundaria en el Instituto Estatal de Educación<br />
para Adultos.<br />
Después de haber recibido su certificado de primaria en<br />
noviembre pasado, a Catalina le entusiasma, a su edad,<br />
seguir aprendiendo.<br />
“Hace falta estudiar para irse defendiendo por la vida…”<br />
susurra. Ella habla despacio, está de luto, está triste,<br />
porque su amado esposo se le ha ido. Fueron 71 años de<br />
vivir y convivir juntos.<br />
51<br />
Pero, fortalecida en su espíritu de superación constante,<br />
está dispuesta a seguir estudiando, a pesar de la ausencia<br />
de su compañero de vida. Sólo tiene un problema: sus<br />
ojos, ya cansados por la edad, no le ayudan mucho al<br />
momento de leer; sin embargo, con la ayuda de su nieto,<br />
Uriel Juárez, lo piensa lograr.<br />
Uriel, uno de sus veinte nietos ha sido desde siempre el<br />
motivador, el asesor, el guía para que Catalina consiga<br />
superar la primera meta: finalizar su primaria, mediante<br />
exámenes que le llevaron muchas horas concluirlos un<br />
día de agosto del 2010, para recibir su certificado oficial<br />
de mano de Sebastián Jiménez Reyna, director general<br />
del <strong>INEEA</strong>, tres meses después.<br />
Su nieto no sólo la convenció (tarea que le llevó meses),<br />
sino que también la preparó para que su “mamá” como<br />
cariñosamente le llama, acreditara sus exámenes.<br />
Compró el material de papelería necesario para aleccionar<br />
a su querida abuela y con paciencia y mucho cariño, lo<br />
pudo conseguir. Ahora, la nueva tarea le será más difícil,<br />
va a estudiar la secundaria acompañada de Uriel como su<br />
asesor del <strong>INEEA</strong>.<br />
A pesar de su edad, su luto, su escasa visión y su soledad,<br />
esta excepcional mujer morelense es un ejemplo vivo<br />
de que cuando se quiere, se puede, sin importar edad,<br />
condición social y sexo. A los jóvenes les dice: “Es<br />
necesario estudiar, por el bien de ellos…”