Hogeita Bosgarren Urteurrena - gorga.eu

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Hogeíta Bosgarren Urteurrena
Jalas
Al año siguiente se construyó la visera, considerada como auténtica obra de
ingeniería, creación de D. Eduardo Torroja, y la obra la ejecutó la prestigiosa
empresa Agromán. Y como remate fue dotado de una excelente iluminación que
permitiera su uso sin limitación de tiempo.
Su inauguración oficial fue el 16 de julio de 1949, para cuyo acontecimiento
se contó nada menos ni nada más que con el gran Mariano Juaristi - «Mano III»,
auténtico símbolo de la pelota vasca, quien en solitario se enfrentó a una de las
mejores parejas de aficionados de entonces: la formada por Inciarte - Soroa I, a
quienes venció 22.21.
Desde aquel momento, al disponer de un recinto que cubriera las mayores
exigencias, el club se vió en la obligación de acometer mayores empresas, de iniciar
una nueva andadura, afirmando la promoción de la pelota primero en el ámbito
local, para luego, con mayores ambiciones, ampliar su radio de acción.
Con motivo del cincuentenario de la Empresa Rezola, en la barriada de su
nombre, en Recalde, se construyó también un frontoncito, pero la verdad sea dicha,
aun cumpliendo en parte una función, no ha tenido el relieve que cabía esperar,
y ha servido más para esparcimiento que para promoción.
Ya en los años 1950 y 51 las inscripciones fueron mucho más numerosas, en
las diversas categorías, desde infantiles, mano y paleta segunda, mano individual,
parejas primera y pala corta primera, y hasta se organizó un campeonato para ve-
teranos, que fue demostrativo que quien tuvo retuvo, y fue brillantemente ganado
por Joaquín Arizmendi y Venantxio Azcárate.
Pelotaris de entonces recordaremos a Antxon Altuna, Victoriano Yurramendi.
Evaristo Ayestarán, Antonio y Joxe Mari Idiáquez, José Luis Unanue, Joxe Mari
Arnaiz, Zapirain, Yurramendi II, Manueltxo Azcárate, I. Ayestarán, etc.
Campeón manomanista de 1950 fue E. Ayestarán, con V. Yurramendi como
subcampeón.
El año 51, campeón manomanista Joxe Mari Idiáquez, quien, emparejado con
J. L. Unanue, gano el torneo juvenil de «La Voz de España».
Y ahora que hemos citado a estos dos pelotaris, es de justicia el resaltar la
categoría que alcanzaron ambos, llegando a la cota máxima del pelotarismo afi-
cionado, estando ambos en posesión de un gran palmarés. Idiáquez, con Fagoaga,
fue campeón de distrito de San Sebastián; con Castillo llegó a conseguir el Cam-
peonato de Guipúzcoa, derrotando, entre otros, a los hermanos Tapia; participaron
ambos en el Torneo de Federaciones, ganadores en tres ediciones del Torneo Jotas
Etxea, etc., etc. Jugador fino donde los haya, pausado, elegante, segurísimo, cuali-
dades todas ellas que le hicieron acreedor a que se le conociera como el «Cortabi-
tarte de aficionados».
¿Y qué decir de Unanue? José Luis ganó el entorchado guipuzcoano el año
1959, teniendo como compañero a Paco Eguiguren. Ese mismo año fue subcam-
peón nacional con Iríbar. Imbatidos durante todo el campeonato, fueron derro-
Etxea 2004