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El avaro - Molire - Taller palabras

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ELISA. No os encolericéis.<br />

HARPAGÓN. Es singular que mis propios hijos me traicionen y se conviertan en<br />

enemigos míos.<br />

CLEANTO. ¿Es ser enemigo vuestro el decir que tenéis caudal?<br />

HARPAGÓN. Sí. Tales discursos y los gastos que hacéis serán la causa de que uno de<br />

estos días vengan a mi casa a cortarme el cuello, con la idea de que estoy forrado de<br />

doblones.<br />

CLEANTO. ¿Qué gran gasto hago yo?<br />

HARPAGÓN. ¿Cuál? ¿Hay nada más escandaloso que ese suntuoso boato que paseáis<br />

por la ciudad? Reñía ayer a vuestra hermana; mas hay algo peor. Esto sí que clama al<br />

Cielo; y si se os despojase desde los pies a la cabeza, habría con ello para constituir una<br />

buena renta. Ya os he dicho veinte veces, hijo mío, que todas vuestras maneras me<br />

desagradan grandemente; sentís una afición desmedida a echároslas de marqués, y para<br />

ir vestido así, preciso es que me robéis.<br />

CLEANTO. ¡Eh! ¿Y cómo robaros?<br />

HARPAGÓN. ¡Y qué sé yo! ¿De dónde sacáis para sostener el vestuario que lleváis?<br />

CLEANTO. ¿Yo, padre mío? Es que juego, y, como soy muy afortunado, gasto en mí<br />

todo el dinero que gano.<br />

HARPAGÓN. Muy mal hecho. Si sois afortunado en el juego, deberíais sacar provecho<br />

de ello y colocar a un interés decente el dinero que ganáis, a fin de encontrároslo algún<br />

día. Quisiera yo saber, para no referirme a lo demás, de qué sirven todas esas cintas con<br />

que vais cubierto de pies a cabeza y si media docena de agujetas no bastan para sostener<br />

unas calzas. ¿Es muy necesario gastar dinero en pelucas cuando pueden llevarse<br />

cabellos propios que no cuestan nada? Apostaría a que en pelucas y cintas hay, por lo<br />

menos, veinte pistolas, y veinte pistolas rentan al año dieciocho libras, seis sueldos y<br />

ocho denarios con sólo colocarlas al doce por ciento.<br />

CLEANTO. Tenéis razón.<br />

HARPAGÓN. Dejemos eso y hablemos de otra cosa. (Sorprendiendo a Cleanto y a<br />

<strong>El</strong>isa, que se hacen señas.) ¡Eh! (Bajo, aparte.) Me parece que se hacen señas uno a otro<br />

para robarme mi bolsa. (Alto.) ¿Qué quieren decir esos gestos?<br />

ELISA. Dudamos mi hermano y yo en quién hablará primero; los dos tenemos algo que<br />

deciros.<br />

HARPAGÓN. Yo también tengo que deciros algo a los dos.<br />

CLEANTO. Deseamos hablaros de matrimonio, padre.<br />

HARPAGÓN. Y yo también quiero hablaros de matrimonio.

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