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una fuente primordial de provisión de modelos con los que
identificarse: por un lado los amigos y compañeros actúan
como modelos de los que es posible asumir algunos rasgos
que pueden pasar a ser los que conforman tu identidad; de
otro , en la medida en la que existen rasgos compartidos,
los iguales aportan una oportunidad de filiación, es decir
para el desarrollo del sentimiento de pertenencia a un grupo
social.
Otro aspecto a considerar durante esta etapa es el desarrollo
vocacional, qué según GINZBERG es una etapa que se
denomina tentativa. Ésta supone
un estadio evolutivo en el que la
proyección vocacional se realiza
en términos subjetivos,
tales como intereses dominantes,
aptitudes y valores.
Al no estar aún incorporado
el elemento de realismo
necesario en los planes
vocacionales, el preadolescente
no suele comprometerse
con su elección vocacional.
El preadolescente de ésta etapa es aún muy dependiente
de los roles y condicionamientos familiares.
Desarrollo Espiritual
El desarrollo espiritual, a diferencia de los dos anteriores, es
un proceso natural y a la vez cultural. Además de la maduración,
precisa de funciones fundamentales como son las intelectuales,
emocionales y volitivas; esto formará un adulto
autónomo con valores y valoraciones, ideas e ideales orientados
en un orden de vida en común.
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Capítulo 1 Una respuesta educativa ajustada