Tarjuelo, J.M.; Gil, A.; Chillarón, M.; Gascón, J.J.
Tarjuelo, J.M.; Gil, A.; Chillarón, M.; Gascón, J.J.
Tarjuelo, J.M.; Gil, A.; Chillarón, M.; Gascón, J.J.
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ESTUDIOS DE MEJORA Y MODERNIZACIÓN DE<br />
REGADÍOS EN CASTILLA-LA MANCHA<br />
J.M. <strong>Tarjuelo</strong> 1 , A. <strong>Gil</strong> 2 , M. <strong>Chillarón</strong> 2 , J.J. <strong>Gascón</strong> 2 , J.F. Ortega 1<br />
1 Centro Regional de Estudios del Agua. Instituto Desarrollo Regional (I.D.R.)<br />
Universidad de Castilla-La Mancha<br />
Campus Universitario, s/n.<br />
02071, ALBACETE<br />
2 Dirección General del Agua. Consejería de Agricultura y Medio Ambiente.<br />
Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.<br />
Pintor Matías Moreno, 4<br />
45071, TOLEDO<br />
1. INTRODUCCIÓN<br />
Simposio II “EL agua y sus usos agrarios”<br />
El agua es un elemento esencial para la vida, al tiempo que un factor decisivo para el<br />
desarrollo socioeconómico de las regiones, tanto desde el punto de vista de la<br />
producción agrícola, como atendiendo a aspectos ecológicos, paisajísticos, etc. Esto ha<br />
hecho que en muchas comarcas sea considerada como el principal motor dinamizador<br />
de su actividad productiva (agricultura, empresas de servicio e industriales asociadas,<br />
generación de empleo, turismo, etc.). Estos aspectos han cobrado especial relevancia en<br />
los últimos años, habiéndose generado un amplio debate como consecuencia de la<br />
última sequía, que se ha extendido a diferentes sectores sociales, con lo que se ha<br />
abierto camino la planificación hídrica en un contexto racionalizador del uso del agua.<br />
Debate, por otra parte, muy enriquecedor, aunque no lo suficientemente intenso, si<br />
planteamos el uso de los recursos naturales como una responsabilidad compartida de<br />
una sociedad activa, no únicamente de los gestores políticos, técnicos u otros<br />
estamentos más o menos cualificados (Naredo, 1997).<br />
En los climas mediterráneos son frecuentes los ciclos meteorológicos con periodos<br />
amplios de desastrosas sequías, lo que hace que el agua y su manejo adquieran una<br />
especial relevancia en las zonas semiáridas, como son amplias comarcas de Castilla-La<br />
Mancha, donde el peligro de desertificación es un hecho contrastado. Castilla-La<br />
Mancha, tercera región más extensa de España con unos 82000 km 2 , es eminentemente<br />
agrícola (el sector agrario supone en torno al 12% del Producto Interior Bruto (PIB)<br />
regional, mientras que la media nacional se encuentra en torno al 5%). Todo ello con<br />
una superficie de regadío de solamente el 9% de la superficie total cultivada, cifra muy<br />
por debajo de la media nacional (16%); sin embrago, este regadío aporta el 40% de la<br />
producción final agraria regional. Si a todo esto unimos que la precipitación media<br />
anual es inferior a 400 mm, aunque espacialmente muy variable y con frecuentes e<br />
intensos períodos de sequía y, una ETo anual en las comarcas de riego alrededor de<br />
1200 mm (Elías y Ruiz, 1981), se justifica que en Castilla-La Mancha, el manejo<br />
adecuado de los recursos hídricos disponibles sea un objetivo fundamental, tanto para<br />
los responsables públicos de la gestión del agua como para los agricultores. Esta gestión<br />
racional y responsable es primordial para asegurar la sostenibilidad de nuestros<br />
regadíos, ya que la agricultura utiliza en torno al 80% del agua total consumida.<br />
En este contexto se crea en el seno de la Universidad de Castilla-La Mancha el Centro<br />
Regional de Estudios del Agua, para que con su carácter multidisciplinar incentive de<br />
forma coordinada la actividad investigadora, asesora y docente de los aspectos
elacionados con el uso eficiente y racional de los recursos hídricos, de forma que se<br />
tienda a una gestión integral e integrada de los mismos.<br />
Persuadidos de la importancia de la mejora y modernización de regadíos, que se ha<br />
plasmado legislativamente con la promulgación de planes en el ámbito nacional y<br />
autonómico, Decreto 2/1996 de 16 de enero, por el que se aprueba el programa de<br />
mejora y modernización de los regadíos de Castilla-La Mancha, para caminar hacia un<br />
uso racional y sostenible de los recursos hídricos existentes, se están desarrollando un<br />
conjunto de estudios para analizar la viabilidad de acometer posibles actuaciones en<br />
distintas zonas regables de la nuestra región con problemáticas diferentes. Esos estudios<br />
se encuadran dentro del Convenio de Colaboración entre la Consejería de Agricultura y<br />
Medio Ambiente (Dirección General del Agua) de la Junta de Comunidades de Castilla-<br />
La Mancha y la Universidad de Castilla-La Mancha.<br />
Los estudios realizados se pueden agrupar, en función de sus características, en los<br />
siguientes tipos:<br />
1. Zonas de transformación en regadío ejecutadas por el IRYDA a finales de la década<br />
de 1970. Los criterios de diseño y manejo de la mayoría de estas zonas regables han<br />
perdido su vigencia, debiéndose proceder a su modernización para asegurar,<br />
atendiendo a diferentes criterios, el mejor uso del agua de riego disponible.<br />
2. Zonas de pequeños regadíos de montaña, situadas en cabecera de grandes cuencas,<br />
donde se ha venido realizando un uso histórico del agua. Se trata de zonas donde<br />
cualquier actividad que ayude a conseguir una dinamización del medio rural es<br />
decisiva, convirtiéndose el regadío en un elemento fundamental de cara a la<br />
vertebración del territorio y fijación de la población.<br />
2. OBJETIVOS<br />
El objetivo común a los diferentes estudios es contribuir a optimizar el diseño y el<br />
manejo de las zonas regables, consiguiendo un uso racional del agua. Para ello hay que<br />
incidir en su gestión integral e integrada, considerando aspectos como la legalidad, la<br />
organización administrativa, el manejo de instalaciones, etc. Las actuaciones que se<br />
proponen, para alcanzar una alta eficiencia (económica, social, técnica, etc.) en el uso<br />
del agua, tratan de compaginar el papel del regadío junto a otras actuaciones posibles,<br />
de cara a la conservación del medio rural como un entorno de gran valor natural, social,<br />
cultural, etc., que debe seguir constituyendo un aspecto clave del patrimonio de muchas<br />
regiones españolas y, entre ellas, de Castilla-La Mancha.<br />
3. MODERNIZACIÓN DE ZONAS REGABLES EXISTENTES<br />
La mayoría de estas zonas fueron acometidas por el Instituto Nacional de Reforma y<br />
Desarrollo Agrario (IRYDA), tras declarar su transformación de interés nacional. Estas<br />
zonas han ido enfrentándose a lo largo de su vida a diferentes problemas, y las<br />
abordadas dentro de estos estudios se encuentran en estos momentos en una encrucijada<br />
que podría comprometer su viabilidad futura.<br />
Entre ellas queremos destacar la situación de las siguientes zonas regables:<br />
1. Villalvilla, Júcar y Mariana, regada con aguas superficiales del río Júcar en la<br />
provincia de Cuenca.<br />
2. Zona regable de Teatinos, localizada en el Sur de la provincia de Cuenca,<br />
aprovechando aguas subterráneas.<br />
3. Zona regable de Ontur-Albatana (Albacete), de regadíos tradicionales en los que se<br />
ha realizado una transformación reciente en riego localizado, tras lo que surgen<br />
problemas derivados principalmente de su gestión y del manejo de un nuevo sistema<br />
de riego por parte de unos agricultores que requieren complementar su formación<br />
como regantes en el nuevo escenario en que se tienen que desenvolver.
Entre las diferentes problemáticas detectadas y soluciones aportadas, al margen de las<br />
meramente derivadas de la ingeniería de los sistemas, de las que se dará alguna idea en<br />
los diferentes casos, es destacable la necesidad de una formación complementaria de los<br />
regantes, en muchos casos acostumbrados a la utilización de otros sistemas de riego,<br />
con características y problemáticas radicalmente distintas, si se quiere conseguir una<br />
adecuada utilización de los recursos disponibles en una zona regable (agua, energía,<br />
equipamiento, etc.). Nos parece interesante no “abandonar” al agricultor tras la<br />
ejecución y puesta en marcha de una nueva obra, sino articular mecanismos prácticos<br />
que permitan ayudarle a implantar un sistema adecuado de gestión y planificación de<br />
sus recursos hídricos de acuerdo con la realidad donde tenga que desarrollar su<br />
actividad. Igualmente decisivo es plantear las posibles orientaciones productivas de los<br />
regadíos, dentro de una actividad sostenible y compatible con el medio donde se<br />
desarrolla. En este contexto, los sistemas globales de asesoramiento cobran cada vez<br />
más importancia, con la utilización de modelos de ayuda a la toma de decisiones pero<br />
sin abandonar los seguimientos de campo, abordando los aspectos más relevantes en<br />
cada caso (riego y disponibilidad de agua, fertilizantes, disponibilidad de mano de obra,<br />
manejo de plagas y enfermedades, etc.) y sus interacciones (Ortega et al., 1997).<br />
A continuación pasamos a exponer las líneas generales de actuación realizadas en las<br />
zonas antes comentadas según su problemática:<br />
3.1. Villalvilla, Júcar y Mariana<br />
De la superficie regable total (unas 700 ha), utilizando recursos superficiales tomados<br />
del río Júcar, actualmente se riega menos del 10%, con la consiguiente infrautilización<br />
de las instalaciones existentes y de los recursos asignados a la zona, desaprovechando la<br />
fuente de riqueza que supone este regadío próximo a Cuenca capital. Entre las razones<br />
principales que explican este hecho pueden destacarse:<br />
_ Falta de mano de obra para cambiar los aspersores de una a otra postura de riego. Se<br />
trata de una zona de riego semifijo con mangeras y aspersores sobre trineo. Este hecho<br />
es debido a la dureza del trabajo, prefiriendo la población joven existente dedicarse a<br />
otras actividades.<br />
_ Limitaciones impuestas por la propia instalación de cara a su automatización. Esta<br />
falta de automatización es total, tanto en parcela, como en el bombeo. Así mismo el<br />
sistema existente condiciona el cultivo de algunas especies agrícolas potencialmente<br />
interesantes (maíz, girasol, etc.), donde el manejo sería especialmente costoso.<br />
_ Ausencia de un servicio que asesore a los agricultores, al menos, sobre el manejo del<br />
riego en los principales cultivos.<br />
_ Condicionantes de la estructura parcelaria, aspecto claramente limitante en muchas<br />
zonas regables, con abundancia de parcelas de reducida superficie. La transformación<br />
que emprendió la Administración planteaba, como única forma de conseguir un uso<br />
razonable, la explotación común de la tierra, realizándose desde cada ramal siete<br />
posturas de riego, independientemente de la distribución parcelaria.<br />
Las soluciones propuestas para esta zona pasan por la modernización del sistema de<br />
riego al nivel de parcela mediante su transformación en cobertura total enterrada, fácil<br />
de manejar y automatizar (<strong>Tarjuelo</strong>, 1995), modificando en la menor medida posible la<br />
red de distribución existente. Para ello se trabajará con bloques de riego que a turnos<br />
permitan un adecuado funcionamiento de la red (comprobado mediante técnicas de<br />
simulación y análisis de redes). Se independizará además el funcionamiento de la<br />
instalación de la disponibilidad de agua en el cauce derivada del plan de trabajo de una<br />
central hidroeléctrica situada aguas arriba de las estaciones de bombeo de dos de los seis<br />
sectores que conforman esta zona.
Se propone, siempre que el tamaño de parcela sea suficiente, la independización del<br />
riego al nivel de parcela, manteniendo la explotación en común en aquellas en que su<br />
tamaño haga claramente inviable su transformación.<br />
Por otra parte, como un elemento común a la mayoría de las zonas, se detecta la<br />
necesidad de emprender, a ser posible desde la Administración, la creación y desarrollo<br />
de un Servicio integral de Asesoramiento de Riegos (SAR), que haga posible un buen<br />
uso de las instalaciones y recursos hídricos disponibles, de forma que el regante, no se<br />
encuentre tras la realización de una determinada obra, sufragada en mayor o menor<br />
parte por la Administración, sin suficientes conocimientos técnicos para hacer un buen<br />
uso de la misma.<br />
3.2. Zona regable de Teatinos.<br />
Actualmente se encuentran en explotación algo más del 80% de las 735 ha que<br />
conforman esta zona regable, empleándose recursos hídricos procedentes de acuíferos<br />
subterráneos. Se divide en cuatro sectores actualmente independientes.<br />
La zona se encuentra completamente legalizada y gestionada a través de una<br />
Comunidad de Regantes y tras más de diez años de funcionamiento, se encuentran con<br />
problemas de diversa índole, como son:<br />
• Desequilibrios de presión en la red, que implican un mal reparto del agua a nivel de<br />
parcelas, fundamentalmente en las situadas en los extremos de la zona regable,<br />
debido a la ausencia de elementos de regulación de presión y caudal en la red.<br />
• Sistema de regulación del bombeo de bajo rendimiento hidráulico y energético.<br />
• Manejo deficiente del riego, produciéndose con frecuencia acumulaciones excesivas<br />
de caudal en la red, que hacen descender la presión en diferentes puntos,<br />
dificultando o impidiendo el riego con suficiente calidad en algunas zonas.<br />
• Automatización de manejo del riego en parcela nulo o muy reducido.<br />
• Fugas y roturas frecuentes en piezas especiales de calderería.<br />
• Falta de asesoramiento técnico para realizar una adecuada planificación de cultivos<br />
y programación de riegos.<br />
• Sistema de facturación del agua consumida por el agricultor, de difícil<br />
cuantificación y en ocasiones poco ajustado al gasto real.<br />
Las soluciones apuntadas para esta zona se basan en la ordenación de la red de<br />
distribución de agua, tanto en lo referente a sistemas de regulación de presión y caudal<br />
de forma que se garantice en las diferentes tomas de parcela una presión suficiente<br />
(alrededor de 4 bar) para realizar un riego de calidad, como a la planificación del riego a<br />
turnos en periodo punta. La red no es capaz de funcionar a la demanda en periodo punta,<br />
pero si es capaz de abastecer las necesidades de riego de una alternativa de cultivos<br />
media de la comarca, con suficiente presión en los diferentes hidrantes, funcionando a<br />
turnos. Los mejores turnos que se han encontrado se basan en la realización de sectores<br />
o agrupaciones de riego, localizadas en la red de modo que por el funcionamiento<br />
simultáneo de varios de ellos no se produzcan acumulaciones de caudal que<br />
comprometan las presiones mínimas en los diferentes hidrantes, que comprenden un<br />
número variable de parcelas, dentro de los cuales puede existir cierta libertad de riego,<br />
contando siempre con la instalación en toma de válvulas hidráulicas equipadas con<br />
pilotos reguladores de presión y limitadores de caudal. Se propone también la<br />
instalación de contadores para el correcto control del agua consumida en cada parcela,<br />
aunque una solución alternativa, conseguida mediante los mecanismos de gobierno de<br />
esta zona regable, sería la instalación en las diferentes parcelas de boquillas en los<br />
aspersores que a la presión de trabajo (prácticamente igual en todas las parcelas)<br />
descargasen el caudal necesario para conseguir una pluviometría media del sistema
semejante, en torno a 6 mm/h. La solución de uniformizar la pluviometría media<br />
presenta además la ventaja de ofrecer recomendaciones de riego de sencilla aplicación<br />
por parte del regante, pues una determinada dosis bruta se corresponde en todos los<br />
casos con un tiempo de funcionamiento concreto.<br />
Otros aspectos a considerar relacionados con la ingeniería se basan en la posible<br />
automatización a diferentes niveles de la red de riego, tanto en el bombeo como a nivel<br />
de parcela (Carrión et al., 1998).<br />
Finalmente, otro conjunto de actuaciones propuestas se basan en la orientación<br />
productiva de la zona, centrada principalmente en cultivos herbáceos extensivos y la<br />
progresiva incorporación de cultivos hortícolas. Al igual que en otras zonas es de gran<br />
interés el desarrollo de un servicio integral de asesoramiento de riegos.<br />
3.3. Zona regable de Ontur-Albatana<br />
La Comunidad de Regantes (C.R.) de Ontur–Albatana actualmente emplea recursos<br />
subterráneos dentro de la Confederación Hidrográfica del Segura, agrupando las tierras<br />
de vega pertenecientes a dos términos municipales vecinos, Ontur y Albatana,<br />
englobando una superficie de 538 ha con 1913 parcelas. La dotación concedida es de<br />
3698 m 3 ha -1 año -1 , y con un caudal máximo de 326 l/s. La C.R. esta compuesta por 653<br />
agricultores, aunque solo un 10% a título principal, lo que supone una superficie media<br />
de 0,28 ha por parcela.<br />
En 1993 se realizó, por encargo de la propia C.R., un “Proyecto de Mejora y<br />
Transformación en Regadío de la Vega de Ontur–Albatana”, que supuso el abandono de<br />
la distribución del agua a través de acequias, que presentaba múltiples problemas que se<br />
traducían en una falta de agua en determinadas zonas durante periodos prolongados,<br />
para pasar a distribuir con tuberías en carga hasta las tomas de parcela diseñado para la<br />
instalación de riego localizado.<br />
La obra de ingeniería acometida no presenta ningún problema relevante para su<br />
funcionamiento, contando con los elementos de regulación y control necesarios,<br />
pudiéndose manejar para riego a la demanda en periodo punta, considerando las<br />
necesidades medias de una alternativa de la vega de la comarca y una distribución<br />
probabilística de caudales (Clement y Galand, 1986; Granados, 1990; Arviza, 1994;<br />
Planells et al., 1998). Consecuentemente, los problemas principales de esta zona se<br />
refieren a la gestión de la misma, motivados principalmente por las siguientes razones:<br />
• Falta de unos estatutos acordes con la nueva situación técnica en que se encuentra<br />
la zona regable que permita un marco reglamentario adecuado para el funcionamiento<br />
de la misma. Los estatutos vigentes en el momento de iniciar este estudio, aprobados en<br />
1931, planteaban una realidad tecnológica y se amparaban en una legalidad ya<br />
desaparecida, suponiendo una primera limitación para el adecuado manejo de la zona.<br />
• Existencia de una base de datos sobre la propiedad incluida en la comunidad de<br />
regantes muy antigua, de difícil manejo y con múltiples datos incorrectos, lógicamente<br />
no informatizada. La falta de operatividad de la base de datos disponible planteaba en<br />
bastantes casos problemas de identificación de la propiedad.<br />
• Desconocimiento del sistema de riego localizado que se venía manejando con los<br />
criterios de riego por superficie, empleándose un sistema tecnológicamente muy<br />
avanzado y adecuado para conseguir un uso racional del agua de forma que se traducía<br />
en un mal uso del recurso, no siguiendo una programación de riegos fijada con criterios<br />
técnicos o económicos, aportando en la mayoría de los casos más agua de la necesaria.<br />
• Algunos problemas de ingeniería y manejo motivados por no estar finalizada la<br />
instalación, principalmente debidos a la falta de una estación de filtrado tras el embalse<br />
de regulación desde el que partía la red de distribución en carga por gravedad. A esto se<br />
une la falta de elementos de control del consumo, únicamente se instalaron contadores
a nivel de hidrante, el cual abastece a un grupo de parcelas (hasta 30) de propietarios<br />
diferentes.<br />
Estos aspectos fueron abordados progresivamente a lo largo del estudio, se procedió a<br />
un análisis de su situación legal y a la elaboración de una propuesta para la elaboración<br />
de unos nuevos estatutos, informando a los agricultores de los pasos que debían seguir<br />
para su aprobación. Es este otro aspecto decisivo del enfoque que, tanto por parte de la<br />
Dirección General del Agua (JCCM) como de la Universidad de Castilla-La Mancha,<br />
se le ha dado a estos estudios, la colaboración mutua entre los agricultores y la<br />
realización del estudio, de forma que se detecten y solucionen los problemas realmente<br />
existentes, transfiriendo las soluciones concretas propuestas lo antes posible a los<br />
agricultores, salvo algunos casos particulares en que el aspecto tratado requiriese de<br />
cierto grado de confidencialidad.<br />
Se elaboró, mediante la realización de un trabajo de campo al nivel de parcela, una base<br />
de datos con: propietarios, superficies, cultivo, etc., que implementada<br />
informáticamente se facilitó a los gestores de la Comunidad de Regantes para su<br />
explotación, formándoles sobre su manejo. Lógicamente, esta base de datos permite la<br />
realización de las operaciones más frecuentes por parte de la Comunidad de Regantes,<br />
contemplándose la posibilidad de aplicación de tarifas binómias como una posible<br />
forma de racionalizar el consumo de agua, fijando un precio elevado por encima de<br />
unos consumos razonables para la zona, siendo necesaria la instalación de contadores a<br />
nivel de toma.<br />
Respecto al manejo del sistema de riego, se han mantenido diferentes charlas con los<br />
agricultores, siendo fundamental el efecto demostración de algunos agricultores que<br />
han comenzado a manejar el riego de acuerdo con unos criterios adecuados al sistema<br />
existente. Por otra parte se plantea la extensión a esta comarca del Servicio de<br />
Asesoramiento de Riegos (SAR) de Albacete, con amplia experiencia y relación con los<br />
regantes de la zona centro de Albacete. Para ello se requiere la instalación de una<br />
estación meteorológica en la comarca, con un microclima diferente al de ubicación de<br />
las estaciones actualmente utilizadas por el SAR, de forma que se disponga de datos<br />
para la realziación de, al menos, recomendaciones sobre las necesidades de riego como<br />
un primer paso para el desarrollo de los sistemas de asesoramiento integral que serían<br />
deseables en las diferentes comarcas.<br />
4. ZONAS DE REGADÍOS DE MONTAÑA<br />
Durante los últimos años, el interés por el estudio de las áreas de montaña ha ido<br />
trascendiendo hacia gran cantidad de ámbitos: económicos, sociales, ambientales,<br />
políticos, etc. Los espacios de montaña están hoy en el punto de mira de gran cantidad<br />
de programas tendentes a su revitalización y conservación, tratando de aprovechar los<br />
recursos y valores que ellos encierran, gradualmente más estimados por la sociedad. La<br />
preocupación general y creciente respecto al peligro de una desertización demográfica<br />
que amenaza estas amplias zonas de nuestro territorio, tanto en la Serranía de Cuenca<br />
como en la de otras provincias de Castilla-La Mancha, y el deseo de preservar sus<br />
valores ambientales y culturales, son las razones que contribuyen a explicar el interés<br />
suscitado.<br />
La desaparición de los modos de vida “tradicionales” y la adopción de otros, basados en<br />
esquemas urbanos e industriales, han supuesto para el mundo rural, y especialmente<br />
para las zonas de montaña una pérdida de su identidad social, económica y cultural,<br />
viéndose abocadas, en gran medida y en un futuro no muy lejano, sí continua la<br />
tendencia mostrada, a su desaparición (Esteban, 1994).<br />
Este progresivo despoblamiento de la Serranía de Cuenca ha sido una tónica durante<br />
este siglo, pero que se ha visto fuertemente agudizada a partir de los años 50, como<br />
consecuencia del despegue industrial español. El sistema tradicional basado en la<br />
agricultura, ganadería y explotación forestal deja de ser rentable frente al protagonismo<br />
de productos industriales y servicios. Se produce la masiva marcha del medio rural a
unas ciudades lejanas de éste, tanto en el espacio como en la forma de vida, ya que eran<br />
grandes oferentes de puestos de trabajo.<br />
En todas estas zonas contamos con una población decreciente, pero además envejecida,<br />
en algunos casos de forma alarmante (INE, 1996). Además, se observan fuertes<br />
desequilibrios de edad y sexo (emigran un mayor número de mujeres que hombres). La<br />
pirámide de edades presenta fuertes estrechamientos en la base, motivados tanto por la<br />
falta de población en edad de procrear, como por los cambios en el comportamiento<br />
demográfico de la población. Las acciones que pueden conseguir la recuperación<br />
demográfica y socioeconómica se basan en dinamizar estos territorios, ya que la<br />
evolución interna de una población envejecida no lo puede lograr. Se ha de proponer<br />
acciones positivas para que las mujeres y hombres permanezcan en estos municipios.<br />
Por otro lado, regadíos tradicionales de estas zonas de montaña, creados como<br />
consecuencia de estos asentamientos de población, actualmente en peligro, y que<br />
tradicionalmente han vivido en buena medida de ellos, se están viendo paulatinamente<br />
abandonados. Este abandono, motivado por diversas causas, supone de hecho una<br />
renuncia implícita a unos derechos de uso racional del agua adquiridos históricamente;<br />
además, sobre unos recursos hídricos generados en la zona y, de los que en este<br />
momento, las diferentes comarcas de Castilla-La Mancha no obtienen el provecho que<br />
con criterios de equidad territorial debería lograr. Se conserva la esperanza de que, en<br />
parte, estos regadíos se conviertan en el germen para permitir, al menos una estabilidad<br />
poblacional, cuando no un regreso de cierta parte de la población que emigró y cuyas<br />
condiciones de vida en la ciudad no han sido las esperadas. Fenómeno éste, cada vez<br />
más frecuente en algunas grandes ciudades con serios problemas de desestructuración<br />
poblacional.<br />
Dentro de este capítulo de actuaciones se encuadran diferentes zonas, todas ellas con<br />
problemáticas más o menos asociadas a regadíos tradicionales por superficie, de<br />
reducida superficie, generalmente alrededor de 50 ha y nunca por encima de las 100 ha,<br />
que emplean recursos superficiales muy cerca de su nacimiento, en gran medida<br />
condicionadas por un entorno montañoso y con características demográficas similares.<br />
Presentan una compleja distribución parcelaria justificada por su historia y la cultura<br />
asociada a las herencias en esta comarca. Finalmente, indicar que los problemas de<br />
legalidad existentes son generalmente importantes, algunas de ellas, tras la entrada en<br />
vigor de la actual Ley de Aguas, procedieron a realizar los trámites necesarios para la<br />
inscripción de los aprovechamientos (acta de notoriedad, trámites administrativos ante<br />
la confederación correspondiente, etc.), encontrándose a falta de contestación por parte<br />
de la confederación para la previsible inscripción por prescripción, tal es el caso de<br />
Tragacete y la Confederación Hidrográfica del Júcar; en otras no se ha realizado hasta la<br />
fecha ningún tipo de actuación conducente a su posible legalización, debiéndose<br />
plantear ésta, en el caso de que el aprovechamiento tenga suficiente interés, dentro de la<br />
reforma actualmente planteada de la Ley de Aguas; suponiendo estos estudios una<br />
referencia para la caracterización de las diferentes zonas.<br />
Estas zonas, todas ellas de la provincia de Cuenca y pertenecientes a diferentes cuencas<br />
hidrográficas (Júcar, Tajo, Turia) han sido abordadas individualmente, con la<br />
problemática común anteriormente descrita, son:<br />
• Aliaguilla<br />
• Buciegas<br />
• Cañamares<br />
• Cardenete<br />
• Fresneda de Altarejos<br />
• Huerta del Marquesado<br />
• Santa María del Val
• Tejadillos<br />
• Tragacete<br />
• Villora<br />
• Yémeda<br />
Para la mejora y modernización de estas zonas en algunos casos se ha optado por la<br />
conservación del riego por superficie, mejorando únicamente la distribución de agua<br />
hasta las parcelas y recomendando posibles mejoras a nivel de parcela, pero sin cambiar<br />
el sistema de riego. Esta solución se ha elegido en el caso de zonas de reducida<br />
superficie, en parajes de especial valor medio ambiental y en cabecera de cuenca (Santa<br />
María del Val, Buciegas, etc.). En otros casos se ha decidido como alternativa más<br />
interesante la transformación a sistemas de riego localizado, pues en gran parte la<br />
orientación productiva actual y de futuro es hacia productos hortícolas de alta calidad<br />
para su comercialización en mercados próximos o en el mercado local, principalmente<br />
por turistas, no olvidando otras actividades como cultivos forrajeros para el ganado<br />
existente, en ocasiones todavía trashumante (Tragacete), o cultivo de especies<br />
aromáticas.<br />
Las principales limitaciones para emprender posibles actuaciones en estas zonas son:<br />
• Distribución parcelaria, siendo necesaria una reestructuración de la propiedad<br />
(explotación en común, banco de tierras o en algún caso, concentración parcelaria<br />
clásica). Existen muchos propietarios pero realmente muy pocos agricultores.<br />
• Las redes viarias de acceso a las parcelas se encuentran frecuentemente en mal<br />
estado, siendo necesaria una mejora de las mismas.<br />
• Existe una clara necesidad de ampliar la formación de los agricultores.<br />
• Nos encontramos en un entorno de especial relevancia medio ambiental.<br />
Además del campo de mejora y modernización de regadíos, se proponen otras serie de<br />
actuaciones con las que se plantea la reestructuración de la zona, desplazando el eje de<br />
la economía hacia la creación de pequeñas industrias, en muchos casos con cierto<br />
carácter artesanal, y servicios que ayuden a estabilizar la población dinamizando la<br />
sociedad y economía rurales, pero sin tratar de propiciar un cambio drástico que<br />
afectase a la esencia de la estructura de la comarca, pues constituiría el primer desastre<br />
“ambiental” para estas zonas de montaña.<br />
Se plantea crear asociaciones locales o comarcales que planifiquen y ejecuten iniciativas<br />
de desarrollo rural. Entre estas iniciativas, que generarán empleo y mejorarán la calidad<br />
de vida de la zona, se encuentran las siguientes:<br />
- Orientación productiva de los regadíos como parte de su mejora, incluyendo<br />
productos hortícolas, en parte dirigidos hacia “cultivo ecológico”, y con posibilidad de<br />
nuevos cultivos destinados a otros usos (plantas aromáticas, medicinales, etc.).<br />
- Transformación de productos agrícolas y ganaderos en la propia comarca.<br />
- Aprovechamiento cinegético, como fuente de ingresos importante para los<br />
municipios que poseen cotos de caza mayor y menor.<br />
- La pesca es otro recurso interesante desde el punto de vista económico y<br />
recreativo.<br />
- La recolección de productos silvestres también representa un recurso de<br />
cierta importancia para estos territorios. La trufa se recoge en municipios como Beteta,<br />
Masegosa y Santa María del Val. En la época de recolección (entre 1 de diciembre y 15<br />
de marzo) representa ingresos importantes, ya que es muy cotizada la trufa de esta zona,<br />
llegando el precio del kilogramo a oscilar entre veinte y cuarenta mil pesetas. También<br />
las setas son una fuente de ingresos considerable para los municipios cada otoño. Las
explotaciones truferas o productoras de otros hongos comestibles son un hecho en<br />
múltiples zonas, perfectamente integradas con el entorno y aportando gran valor<br />
añadido al trabajo realizado.<br />
- Las funciones recreativas que ofrecen los espacios forestales es un aspecto a<br />
desarrollar muy interesante para estos pueblos de montaña. Los habitantes de las<br />
grandes ciudades buscan cada vez más una alternativa para sus vacaciones, basada en el<br />
descanso, un medio natural bien conservado, riqueza paisajística, e incluso estilo de<br />
vida y cultura.<br />
Con todas estas actuaciones y otras más que pueden ir surgiendo del estudio concreto de<br />
las diferentes zonas (producción apícola, etc.), se deberán conformar programas<br />
coordinados para el mantenimiento y desarrollo de estas zonas, donde el regadío, del<br />
que incluso pueden plantearse ampliaciones como consecuencia del propio proceso de<br />
mejora, puede suponer, empleando los recursos existentes de forma racional, una<br />
actividad decisiva dentro del conjunto de soluciones para la reactivación de estos<br />
escenarios.<br />
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