Los secretos de la mente millonaria - Las Mejores Herramientas ...
Los secretos de la mente millonaria - Las Mejores Herramientas ...
Los secretos de la mente millonaria - Las Mejores Herramientas ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
presente tienes <strong>la</strong> opción <strong>de</strong> ser distinto?<br />
DECLARACION: Pon <strong>la</strong> mano sobre el corazón y di:<br />
“Lo que tomé como mo<strong>de</strong>lo en torno al dinero era <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> actuar <strong>de</strong> ellos. Ahora yo <strong>de</strong>cido <strong>la</strong> mía”.<br />
Tócate <strong>la</strong> cabeza y di:<br />
“¡Tengo una <strong>mente</strong> <strong>millonaria</strong>!”<br />
La tercera influencia: inci<strong>de</strong>ntes concretos<br />
El tercer condicionamiento principal son inci<strong>de</strong>ntes concretos: ¿qué experimentaste cuando eras joven en torno al dinero, <strong>la</strong><br />
riqueza y los ricos? Estas experiencias son extremada<strong>mente</strong> importantes, puesto que dan forma a <strong>la</strong>s creencias .o, más bien, a<br />
<strong>la</strong>s ilusiones- a <strong>la</strong>s que ahora te atienes en tu vida.<br />
Voy a darte un ejemplo. Al Seminario Intensivo Mente Millonaria asistió una mujer que era enfermera quirúrgica. Josey tenía unos<br />
ingresos excelentes, pero, <strong>de</strong> algún modo, siempre se gastaba todo el dinero. Al hurgar un poco más, nos reveló que cuando<br />
tenia once años se encontraba un día en un restaurante chino con sus padres y su hermana. Mamá y papá estaban discutiendo:<br />
otra amarga discusión sobre el dinero. Su padres se puso en pie gritando y dio un puñetazo sobre <strong>la</strong> mesa. Josey recuerda se<br />
puso rojo; <strong>de</strong>spués, azul, y final<strong>mente</strong> cayó al suelo. Era un infarto. El<strong>la</strong> estaba en el equipo <strong>de</strong> natación <strong>de</strong> <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> y le habían<br />
enseñado a hacer reanimación cardiopulmonar, por lo que se puso rápida<strong>mente</strong> a ello, pero fue en vano. Su padre murió en sus<br />
brazos.<br />
Y Así, a partir <strong>de</strong> aquel día, <strong>la</strong> <strong>mente</strong> <strong>de</strong> Josey vinculó dinero con dolor. No es <strong>de</strong> extrañar, pues, que siendo adulta se <strong>de</strong>shiciese<br />
inconsciente<strong>mente</strong> <strong>de</strong> todo su dinero en un esfuerzo por eliminar su dolor. También resulta interesante observar que se hizo<br />
enfermera. ¿por qué? ¿es posible que aún estuviese tratando <strong>de</strong> salvar a su padre?<br />
En el curso ayudamos a Josey a i<strong>de</strong>ntificar su viejo patrón <strong>de</strong>l dinero y a corregirlo. Hoy está en camino <strong>de</strong> convertirse en una<br />
persona económica<strong>mente</strong> libre. A<strong>de</strong>más, ya no es enfermera. No es que no disfrutase con su trabajo, sino simple<strong>mente</strong> que<br />
<strong>de</strong>sempeñaba esa profesión por el motivo equivocado. Ahora es p<strong>la</strong>nificadora financiera: sigue ayudando a <strong>la</strong> gente, pero esta<br />
vez les hace compren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> qué modo su programación pasada dirige cada aspecto <strong>de</strong> su vida económica.<br />
Déjame ponerte otro ejemplo <strong>de</strong> un inci<strong>de</strong>nte concreto, uno que me resulta más próximo. Cuando mi esposa tenía ocho años y<br />
oía el sonido <strong>de</strong> <strong>la</strong>s campanil<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l camión <strong>de</strong> los he<strong>la</strong>dos bajando por <strong>la</strong> calle, corria hacia su madre y le pedía una moneda<br />
<strong>de</strong> veinticinco centavos. Su madre contestaba: “Lo siento, cario, yo no tengo dinero. Ve a pedírselo a papá. Es papá es que<br />
tiene todo el dinero”. Entonces mi esposa iba a pedírselo a su padre. Este le daba <strong>la</strong> moneda, el<strong>la</strong> iba a comprarse el he<strong>la</strong>do <strong>de</strong><br />
cucurucho y tan campante.<br />
Una semana tras otra se repetía el mismo suceso. Así pues, ¿qué aprendió mi esposa sobre el dinero?<br />
En primer lugar, que son los hombres los que tienen todo el dinero. De modo que, una vez que estuvimos casados, ¿qué crees<br />
que esperaba <strong>de</strong> mi? Exacto: dinero y ¿sabes qué?, ¡ya no pedía monedas <strong>de</strong> veinticinco centavos! En cierto modo, se había<br />
licenciado.<br />
En segundo lugar, aprendió que <strong>la</strong>s mujeres no tienen dinero. Si su madre (<strong>la</strong> <strong>de</strong>idad) no lo tenía, era obvio que así es como<br />
<strong>de</strong>bería ser el<strong>la</strong>. Y para validad ese modo <strong>de</strong> ser se <strong>de</strong>shacía <strong>de</strong> forma inconsciente <strong>de</strong> todo su dinero. A<strong>de</strong>más, lo hacía<br />
con absoluta precisión: si le dabas 100 dó<strong>la</strong>res se gastaba 100 dó<strong>la</strong>res; si le dabas 200, se gastaba 200; si le dabas 500, se<br />
gastaba 500, y si le dabas 1000, se gastaba los 1000. Luego se apuntó a uno <strong>de</strong> mis cursos y aprendió todo acerca <strong>de</strong>l arte <strong>de</strong>l<br />
“apa<strong>la</strong>ncamiento” financiero. Entonces le di 2000 dó<strong>la</strong>res, ¡y se gastó 10.000! Traté <strong>de</strong> explicarle: “No cariño, “apa<strong>la</strong>ncamiento”<br />
significa que somos nosotros los que se supone que <strong>de</strong>bemos obtener los 10.000 dó<strong>la</strong>res, no gastarlos”. Indudable<strong>mente</strong> había<br />
algo que no estaba asimi<strong>la</strong>ndo.<br />
Lo único por lo que llegamos a pelearnos fue por el dinero. Casi nos costó nuestro matrimonio. Lo que en aquel momento no<br />
sabíamos era que los significados que cada uno <strong>de</strong> nosotros atribuía al dinero eran radical<strong>mente</strong> distintos: para mi esposa<br />
significaba p<strong>la</strong>cer inmediato (como cuando disfrutaba <strong>de</strong> su he<strong>la</strong>do); yo, por otro <strong>la</strong>do crecí con <strong>la</strong> creencia <strong>de</strong> que el dinero era<br />
para acumu<strong>la</strong>rlo como un medio <strong>de</strong> crear libertad.<br />
En lo que a mí se refería, siempre que mi esposa gastaba dinero no estaba gastando dinero, sino nuestra futura libertad. Por su<br />
parte, el<strong>la</strong> sentía que cada vez que yo <strong>la</strong> contenía para que no <strong>de</strong>rrochase estaba quitándole el p<strong>la</strong>cer <strong>de</strong> su vida.<br />
Menos mal que aprendimos a corregir cada uno nuestros patrones <strong>de</strong> dinero y, lo que es mas importante, a crear un tercer patrón<br />
<strong>de</strong>l dinero pensado específica<strong>mente</strong> para nuestra re<strong>la</strong>ción.